antología de poemas de amor - IESO "Bardenas Reales" de Cortes

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ANTOLOGÍA DE POEMAS DE AMOR
Plan de Mejora de la Lectura
Selección de poemas hecha por el profesorado y el
personal del IESO Bardenas Reales con motivo de la
exposición que tendrá lugar en la Biblioteca del
Centro titulada “literatura romántica”.
Febrero del 2013 (Cortes)
1
ÍNDICE
- Luis Cernuda: “Los placeres prohibidos”
- Antonio Gala: “Condena”
- Mario Benedetti: “Te quiero”
- Miguel Hernández: “Nanas de la cebolla”
- Pablo Neruda: “Poema 20”
- Gustavo Adolfo Bécquer: “Volverán las oscuras golondrinas”
- Federico García Lorca: “Romance Sonámbulo”
- Lope de Vega: “Soneto de amor”
- Gabriela Mistral: “Vergüenza”
- Alfonsina Storni: “Miedo”
- Raquel Garzón: “No me culpes”
- Gustavo Adolfo Bécquer: “Rima XXI”
- Pedro Salinas: “A ti sólo se llega”
- Jacques Brel: “Quand on n'a que l'amour”
- Gustavo Adolfo Bécquer: “Dos rojas lenguas de fuego”
- Ángel González: “Me basta así”
- Pablo Neruda: “Me gustas cuando callas”
- Joseba Sarrionandia: “Amodio protopoema”
- Federico García Lorca: “La casa infiel”
- Álvaro Cunqueiro: “No niño novo do vento”
- Pablo Neruda: “Me gustas cuando callas”
- Gloria Fuertes: “A veces quiero preguntarte”
- Gioconda Belli: “Poema reglas de juego para los hombres que
quieran amar a mujeres”
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Los placeres prohibidos
TE QUIERO
Te quiero.
Te lo he dicho con el viento,
jugueteando como animalillo en la arena
o iracundo como órgano impetuoso;
Te lo he dicho con el sol,
que dora desnudos cuerpos juveniles
y sonríe en todas las cosas inocentes;
Te lo he dicho con las nubes,
frentes melancólicas que sostienen el cielo,
tristezas fugitivas;
Te lo he dicho con las plantas,
leves criaturas transparentes
que se cubren de rubor repentino;
Te lo he dicho con el agua,
vida luminosa que vela un fondo de sombra;
te lo he dicho con el miedo,
te lo he dicho con la alegría,
con el hastío, con las terribles palabras.
Pero así no me basta:
más allá de la vida,
quiero decírtelo con la muerte;
más allá del amor,
quiero decírtelo con el olvido.
Luis Cernuda (elegido por Pilar Lahoz)
3
Condena
A trabajos forzados me condena
mi corazón, del que te di la llave.
No quiero yo tormento que se acabe,
y de acero reclamo mi cadena.
Ni concibe mi mente mayor pena
que libertad sin beso que la trabe,
ni castigo concibe menos grave
que una celda de amor contigo llena.
No creo en más infierno que tu ausencia.
Paraíso sin ti, yo lo rechazo.
Que ningún juez declare mi inocencia,
porque, en este proceso a largo plazo
buscaré solamente la sentencia
a cadena perpetua de tu abrazo.
Antonio Gala (elegido por Silvia Alfonso)
Versionada por Antonio Vega
http://www.youtube.com/watch?v=e0rFJ_bfmZw
4
Te quiero
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia
y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola
tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro
te quiero en mi paraíso
es decir que en mi país
la gente viva feliz
aunque no tenga permiso
tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.
Mario Benedetti (elegido por Patricia Casado)
5
Nanas de la Cebolla
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.
Ser de vuelo tan alto,
tan extendido,
que tu carne parece
cielo cernido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!
En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.
Es tu risa la espada
más victoriosa.
Vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.
Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.
Una mujer morena,
resuelta en luna,
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te tragas la luna
cuando es preciso.
La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!
Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.
Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en los ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que en el alma al oírte,
bata el espacio.
Desperté de ser niño.
Nunca despiertes.
Triste llevo la boca.
Ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.
Vuela niño en la doble
luna del pecho.
Él, triste de cebolla.
Tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.
Miguel Hernández (elegido por Mª Esther Latorre)
6
Poema 20
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche esta estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
Pablo Neruda (elegido por Mikel Fernández)
7
Volverán las oscuras golondrinas
Dark swallows will return
Dark swallows will return
Volverán las oscuras golondrinas
to hang their nests on your balcony
en tu balcón sus nidos a colgar,
and again with their wings will rap playfully
y otra vez con el ala a sus cristales,
on its windows.
jugando llamarán;
But those who slowed their flight
pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha al contemplar; to contemplate your beauty and my happiness,
those who learned our names,
aquellas que aprendieron nuestros nombres,
those... will not return!
esas... ¡no volverán!
...........................
...........................
Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde, aun mas hermosas,
sus flores abrirán;
pero aquellas cuajadas de rocío,
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer, como lágrimas del día...
esas... ¡no volverán!
...........................
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón, de su profundo sueño
tal vez despertará;
pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido... desengáñate,
¡así no te querrán!
...........................
Dense honeysuckles will return
to climb the walls of your garden
and again in the afternoon even more lovely
their flowers will open again.
But those drops of dew
that we watched tremble
and fall like tears of the day...
those... will not return!
...........................
Ardent words of love will return
to sound in your ears,
your heart will perhaps awaken
from its deep sleep.
But mute and captivated and kneeling,
as one worships God before his altar,
the way I loved you..., don't fool yourself,
no one will love you like that!
.................................
Gustavo Adolfo Bécquer (elegido por Sheila Zalaya)
8
ROMANCE SONÁMBULO
A Gloria Giner
y a Fernando de los Ríos
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas le están mirando
y ella no puede mirarlas.
Verde que te quiero verde.
Grandes estrellas de escarcha,
vienen con el pez de sombra
que abre el camino del alba.
La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño,
eriza sus pitas agrias.
¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde...?
Ella sigue en su baranda,
verde carne, pelo verde,
soñando en la mar amarga.
Compadre, quiero cambiar
mi caballo por su casa,
mi montura por su espejo,
mi cuchillo por su manta.
Compadre, vengo sangrando,
desde los montes de Cabra.
Si yo pudiera, mocito,
ese trato se cerraba.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
Compadre, quiero morir
decentemente en mi cama.
De acero, si puede ser,
con las sábanas de holanda.
¿No ves la herida que tengo
desde el pecho a la garganta?
Trescientas rosas morenas
lleva tu pechera blanca.
Tu sangre rezuma y huele
alrededor de tu faja.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
Dejadme subir al menos
hasta las altas barandas,
dejadme subir, dejadme,
hasta las verdes barandas.
Barandales de la luna
por donde retumba el agua.
Ya suben los dos compadres
hacia las altas barandas.
Dejando un rastro de sangre.
Dejando un rastro de lágrimas.
Temblaban en los tejados
farolillos de hojalata.
Mil panderos de cristal,
herían la madrugada.
Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
Los dos compadres subieron.
El largo viento, dejaba
en la boca un raro gusto
de hiel, de menta y de albahaca.
¡Compadre! ¿Dónde está, dime?
¿Dónde está mi niña amarga?
¡Cuántas veces te esperó!
¡Cuántas veces te esperara,
cara fresca, negro pelo,
en esta verde baranda!
Sobre el rostro del aljibe
se mecía la gitana.
Verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Un carámbano de luna
la sostiene sobre el agua.
La noche su puso íntima
como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos,
en la puerta golpeaban.
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar.
Y el caballo en la montaña.
Federico García Lorca (elegido por Esperanza Sainz)
9
Soneto de amor
Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.
Lope de Vega (elegido por Santiago Paricio)
10
Vergüenza
Si tú me miras, yo me vuelvo hermosa
como la hierba a que bajó el rocío,
y desconocerán mi faz gloriosa
las altas cañas cuando baje al río.
Tengo vergüenza de mi boca triste
de mi voz rota y mis rodillas rudas;
ahora que me miraste y que viniste,
me encontré pobre y me palpé desnuda.
Ninguna piedra en el camino hallaste
más desnuda de luz la alborada
que esta mujer a la que levantaste,
porque oíste su canto, la mirada.
Yo callaré para que no conozcan
mi dicha los que pasan por el llano,
en el fulgor que da a mi frente tosca
y en la tremolación que hay en mi mano...
Es noche y baja a la hierba el rocío;
mírame largo y habla con ternura,
¡que ya mañana al descender al río
la que besaste llevará hermosura!
Gabriela Mistral (elegido por Eva Coria)
11
Miedo
Aquí, sobre tu pecho, tengo miedo de todo;
estréchame en tus brazos como una golondrina
y dime la palabra, la palabra divina
que encuentre en mis oídos dulcísimo acomodo.
Háblame de amor, arrúllame, dame el mejor apodo,
besa mis pobres manos, acaricia la fina
mata de mis cabellos, y olvidaré, mezquina,
que soy, ¡oh cielo eterno!, sólo un poco de lodo.
¡Es tan mala la vida! ¡Andan sueltas las fieras...!
Oh, no he tenido nunca las bellas primaveras
que tienen las mujeres cuando todo lo ignoran.
En tus brazos, amado, quiero soñar en ellos,
mientras tus manos blancas suavizan mis cabellos,
mientras mis labios besan, mientras mis ojos lloran.
Alfonsina Storni (elegido por Fernando Rojo)
12
No me culpes
No me culpes:
vi luz en tu alma y entré...
Es cierto,
no toqué timbre.
no golpeé.
Supuse que esperabas mi llegada.
Lo siento.
Si prejuzgué,
fue sin mala intención,
debes creerlo,
Como sea, estoy aquí:
prepárate.
Raquel Garzón (elegida por M.ª Carmen Mengod)
13
Rima
XXI
¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... eres tú.
Gustavo Adolfo Bécquer (elegido por Margarita Laspalas)
14
A ti sólo se llega
A ti sólo se llega
por ti. Te espero.
Yo sí que sé dónde estoy,
mi ciudad, la calle, el nombre
por el que todos me llaman.
Pero no sé dónde estuve
contigo.
Allí me llevaste tú.
¿Cómo
iba a aprender el camino
si yo no miraba a nada
más que a ti,
si el camino era tu andar,
y el final
fue cuando tú te paraste?
¿Qué más podía haber ya
que tú ofrecida, mirándome?
Pero ahora,
¡qué desterrado, qué ausente
es estar donde uno está!
Espero, pasan los trenes,
los azares, las miradas.
Me llevarían adonde
nunca he estado. Pero yo
no quiero los cielos nuevos.
Yo quiero estar donde estuve.
Contigo, volver.
¡Qué novedad tan inmensa
eso, volver otra vez,
repetir lo nunca igual
de aquel asombro infinito!
Y mientras no vengas tú
yo me quedaré en la orilla
de los vuelos, de los sueños,
de las estelas, inmóvil.
Porque sé que adonde estuve
ni alas, ni ruedas, ni velas
llevan.
Todas van extraviadas.
Porque sé que adonde estuve
sólo
se va contigo, por ti.
Pedro Salinas (elegido por Marimar Lauburu )
15
Quand on n'a que l'amour
Cuando no hay más que amor
Quand on n'a que l'amour
A s'offrir en partage
Au jour du grand voyage
Qu'est notre grand amour
Quand on n'a que l'amour
Mon amour toi et moi
Pour qu'éclatent de joie
Chaque heure et chaque jour
Quand on n'a que l'amour
Pour vivre nos promesses
Sans nulle autre richesse
Que d'y croire toujours
Quand on n'a que l'amour
Pour meubler de merveilles
Et couvrir de soleil
La laideur des faubourgs
Quand on n'a que l'amour
Pour unique raison
Pour unique chanson
Et unique secours
Cuando no hay más que amor
Para ofrecerse a compartir
En el día del gran viaje
Que es nuestro gran amor
Cuando no hay más que amor
Mi amor tú y yo
Para que estallen de alegría
cada hora y cada día
Cuando no hay más que amor
Para vivir nuestras promesas
Sin ninguna otra riqueza
Que la de creer en él siempre
Cuando no hay más que amor
Para amueblar con maravillas
Y cubrir de sol
la fealdad de los arrabales
Cuando no hay más que amor
como única razón
como única canción
y único auxilio
Quand on n'a que l'amour
Pour habiller matin
Pauvres et malandrins
De manteaux de velours
Quand on n'a que l'amour
A offrir en prière
Pour les maux de la terre
En simple troubadour
Quand on n'a que l'amour
A offrir à ceux-là
Dont l'unique combat
Est de chercher le jour
Quand on n'a que l'amour
Pour tracer un chemin
Et forcer le destin
A chaque carrefour
Quand on n'a que l'amour
Pour parler aux canons
Et rien qu'une chanson
Pour convaincre un tambour
Cuando no hay más que amor
para vestir de madrugada
A pobres y malandrines
Con abrigos de terciopelo
Cuando no hay más que amor
Para ofrecer como plegaria
por los males de la tierra
cual simple trobador
Cuando no hay más que amor
Para ofrecer a aquellos
Cuyo único combate
Es buscar el día
Cuando no hay más que amor
Para trazar un camino
Y forzar el destino
En cada encrucijada
Cuando no hay más que amor
Para hablar a los cañones
Y nada más que una canción
Para convencer a un tambor
Alors sans avoir rien
Que la force d'aimer
Nous aurons dans nos mains
Amis le monde entier.
Entonces sin tener nada
Más que la fuerza de amar
Tendremos en nuestras manos
Amigos el mundo entero
Jacques Brel (elegido por María Gállego)
16
Dos rojas lenguas de fuego
Dos rojas lenguas de fuego
que a un mismo tronco enlazadas
se aproximan, y al besarse
forman una sola llama.
Dos notas que del laúd
a un tiempo la mano arranca,
y en el espacio se encuentran
y armoniosas se abrazan.
Dos olas que vienen juntas
a morir sobre una playa
y que al romper se coronan
con un penacho de plata.
Dos jirones de vapor
que del lago se levantan,
y al reunirse en el cielo
forman una nube blanca.
Dos ideas que al par brotan,
dos besos que a un tiempo estallan,
dos ecos que se confunden,
eso son nuestras dos almas.
Gustavo Adolfo Bécquer (elegido por Santiago Gregorio)
17
Me basta así
Si yo fuese Dios
y tuviese el secreto,
haría un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
—de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso—;
entonces,
si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día,
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo, mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando -luego- callas...
(Escucho tu silencio.
Oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta.)
Ángel González (elegido por Vicente Uriel)
18
Me gustas cuando callas...
Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma,
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
Pablo Neruda (elegido por Pilar Ramos)
19
AMODIO PROTOPOEMA
PROTOPOEMA DE AMOR
Amodio poemarik xamurrena izkiriatu nahi nizuke
poeta erromantikoen xalotasun eta
erru gabeziarekin.
Quisiera escribir el más tierno poema de amor
con la ingenuidad y la inocencia
de los poetas románticos.
Zure zangoak luze-luzeak balira
eta ene zangoak zureak lain luzeak
mahaipean luzatuko genituzke zangoak
zangalatrabatzera jolasteko.
Diciendo, por ejemplo, si tus piernas fueran largas muy largas
y mis piernas tan largas como las tuyas,
alargaríamos bajo la mesa nuestras piernas
jugando a entrecruzarlas.
Si mis dedos tocaran tu piel se prenderían como fósforos.
Pondríamos en grave peligro al mundo
haciéndolo temblar con nuestro abrazo a no sé cuantos grados
en la escala de Richter.
Mundua arrisku larrian jarriko genuke
gure besarkadagatik ikaratzen ez dakit zenbat
Ven y escala el muro como lo trepa la hierba, ven
Richter eskalan.
como el oleaje que salta sobre la cubierta del barco,
ven como una tormenta que viene a anegar
Erdu harresia ainhenbelarrak lez eskalatuz, erdu
un páramo reseco.
untziaren kubertara jauzten den olatuaren gisan,
erdu eremu lehorra hondatzera datorren ekaitza bezala. Ven y transformaremos en carne las palabras.
Erdu eta bihur ditzagun hitzak haragia.
Que nos suelden uno contra el otro.
Solda gaitzatela bata bestearen kontra.
Te haría un poema así, impulsivo e ilusionado,
pero qué precaria es la lírica…
Horrelako poema gogotsu bat eginen nizuke,
Al abrir la ventana, en lugar de llegar tú,
baina zer laburra den lirikarena.
entra la realidad
Leihoa zabaltzean, zeldara zure ordez,
con sus extravagantes garras de acero,
Errealitatea sartzen zait, bere altzairuzko
rugiendo.
hatzaparrekin, orroaka.
Ene hatzamarrek zure larrua ukituez gero
pospolu antzera izekiko lirateke.
Joseba Sarrionandia (elegido por Leire Nalda)
20
No niño novo do vento
En el nido nuevo del viento
No niño novo do vento
hai unha pomba dourada,
meu amigo!
Quén poidera namorala!
En el nido nuevo del viento
Hay una paloma dorada
¡amigo mío!
¡Quién la pudiera enamorar!
Canta ao luar e ao mencer
en frauta de verde olivo.
Quén poidera namorala,
meu amigo!
Canta a la luz de la luna y al amanecer
En flauta de verde olivo
¡quién la pudiera enamorar!
¡amigo mío!
Ten áers de frol recente,
cousas de recén casada,
meu amigo!
Quén poidera namorala!
Tiene aires de flor reciente,
Cosas de recién casada
¡amigo mío!
¡Quién la pudiera enamorar!
Tamén ten sombra de sombra
e andar primeiro de río.
Quén poidera namorala,
meu amigo!
También tiene sombra de sombra
Y andar primero de río
¡Quién la pudiera enamorar!
¡Amigo mío!
Álvaro Cunqueiro (elegido por Lourdes Román)
21
La casada infiel
Y que yo me la lleve al río
creyendo que era mozuela,
pero tenía marido.
Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.
En las últimas esquinas
toqué sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.
El almidón de su enagua me
sonaba en el oído,
como una pieza de seda
rasgada por diez cuchillos
Sin luz de plata en sus copas
los árboles han crecido,
y un horizonte de perros
ladra muy lejos del río.
tienen el cutis tan fino,
ni los cristales con luna
relumbran con ese brillo.
Sus muslos se me escapaban
como peces sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de frío.
Aquella noche corrí
el mejor de los caminos,
montado en potra de nácar
sin bridas y sin estribos.
No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo.
La luz del entendimiento
me hace ser muy comedido.
Sucia de besos y arena,
yo me la lleve del río.
Con el aire se batían las
espadas de los lirios.
Pasadas las zarzamoras,
los juncos y los espinos,
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.
Yo me quité la corbata.
Ella se quitó el vestido.
Yo el cinturón con revólver
Ella sus cuatro corpiños.
Ni nardos ni caracolas
Me porté como quien soy.
Como un gitano legítimo.
La regalé un costurero
grande de raso pajizo,
y no quise enamorarme
porque teniendo marido
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al río.
Federico García Lorca (elegido por Concha Puyo)
22
A Veces Quiero Preguntarte...
A veces quiero preguntarte cosas,
y me intimidas tú con la mirada,
y retorno al silencio contagiada
del tímido perfume de tus rosas.
A veces quise no soñar contigo,
y cuanto más quería más soñaba,
por tus versos que yo saboreaba,
tú el rico de poemas, yo el mendigo.
Pero yo no adivino lo que invento,
y nunca inventaré lo que adivino
del nombre esclavo de mi pensamiento.
Adivino que no soy tu contento,
que a veces me recuerdas, imagino,
y al írtelo a decir mi voz no siento.
Gloria Fuertes (elegido por Yolanda Crespo)
23
Poema reglas de juego para los hombres
que quieran amar a mujeres
I
El hombre que me ame
deberá saber descorrer las cortinas de la piel,
encontrar la profundidad de mis ojos
y conocer lo que anida en mí,
la golondrina transparente de la ternura.
II
El hombre que me ame
no querrá poseerme como una mercancía,
ni exhibirme como un trofeo de caza,
sabrá estar a mi lado
con el mismo amor
conque yo estaré al lado suyo.
III
El amor del hombre que me ame
será fuerte como los árboles de ceibo,
protector y seguro como ellos,
limpio como una mañana de diciembre.
IV
El hombre que me ame
no dudará de mi sonrisa
ni temerá la abundancia de mi pelo,
respetará la tristeza, el silencio
y con caricias tocará mi vientre como guitarra
para que brote música y alegría
desde el fondo de mi cuerpo.
V
El hombre que me ame
podrá encontrar en mí
la hamaca donde descansar
el pesado fardo de sus preocupaciones,
la amiga con quien compartir sus íntimos secretos,
el lago donde flotar
sin miedo de que el ancla del compromiso
le impida volar cuando se le ocurra ser pájaro.
VI
El hombre que me ame
hará poesía con su vida,
construyendo cada día
con la mirada puesta en el futuro.
VII
Por sobre todas las cosas,
el hombre que me ame
deberá amar al pueblo
no como una abstracta palabra
sacada de la manga,
sino como algo real, concreto,
ante quien rendir homenaje con acciones
y dar la vida si es necesario.
VIII
El hombre que me ame
reconocerá mi rostro en la trinchera
rodilla en tierra me amará
mientras los dos disparamos juntos
contra el enemigo.
IX
El amor de mi hombre
no conocerá el miedo a la entrega,
ni temerá descubrirse ante la magia del
enamoramiento
en una plaza llena de multitudes.
Podrá gritar -te quieroo hacer rótulos en lo alto de los edificios
proclamando su derecho a sentir
el más hermoso y humano de los
sentimientos.
X
El amor de mi hombre
no le huirá a las cocinas,
ni a los pañales del hijo,
será como un viento fresco
llevándose entre nubes de sueño y de
pasado,
las debilidades que, por siglos, nos
mantuvieron separados
como seres de distinta estatura.
XI
El amor de mi hombre
no querrá rotularme y etiquetarme,
me dará aire, espacio,
alimento para crecer y ser mejor,
como una Revolución
que hace de cada día
el comienzo de una nueva victoria.
Gioconda Belli (elegido por Teresa Martínez)
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Antología de poemas de amor
Plan de Mejora de la Lectura
Impresa en Cortes, febrero del 2013
Gracias a todo el profesorado y personal del IESO
Bardenas Reales que la ha hecho posible.
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