ANTOLOGÍA DE POEMAS DE AMOR Plan de Mejora de la Lectura Selección de poemas hecha por el profesorado y el personal del IESO Bardenas Reales con motivo de la exposición que tendrá lugar en la Biblioteca del Centro titulada “literatura romántica”. Febrero del 2013 (Cortes) 1 ÍNDICE - Luis Cernuda: “Los placeres prohibidos” - Antonio Gala: “Condena” - Mario Benedetti: “Te quiero” - Miguel Hernández: “Nanas de la cebolla” - Pablo Neruda: “Poema 20” - Gustavo Adolfo Bécquer: “Volverán las oscuras golondrinas” - Federico García Lorca: “Romance Sonámbulo” - Lope de Vega: “Soneto de amor” - Gabriela Mistral: “Vergüenza” - Alfonsina Storni: “Miedo” - Raquel Garzón: “No me culpes” - Gustavo Adolfo Bécquer: “Rima XXI” - Pedro Salinas: “A ti sólo se llega” - Jacques Brel: “Quand on n'a que l'amour” - Gustavo Adolfo Bécquer: “Dos rojas lenguas de fuego” - Ángel González: “Me basta así” - Pablo Neruda: “Me gustas cuando callas” - Joseba Sarrionandia: “Amodio protopoema” - Federico García Lorca: “La casa infiel” - Álvaro Cunqueiro: “No niño novo do vento” - Pablo Neruda: “Me gustas cuando callas” - Gloria Fuertes: “A veces quiero preguntarte” - Gioconda Belli: “Poema reglas de juego para los hombres que quieran amar a mujeres” 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 2 Los placeres prohibidos TE QUIERO Te quiero. Te lo he dicho con el viento, jugueteando como animalillo en la arena o iracundo como órgano impetuoso; Te lo he dicho con el sol, que dora desnudos cuerpos juveniles y sonríe en todas las cosas inocentes; Te lo he dicho con las nubes, frentes melancólicas que sostienen el cielo, tristezas fugitivas; Te lo he dicho con las plantas, leves criaturas transparentes que se cubren de rubor repentino; Te lo he dicho con el agua, vida luminosa que vela un fondo de sombra; te lo he dicho con el miedo, te lo he dicho con la alegría, con el hastío, con las terribles palabras. Pero así no me basta: más allá de la vida, quiero decírtelo con la muerte; más allá del amor, quiero decírtelo con el olvido. Luis Cernuda (elegido por Pilar Lahoz) 3 Condena A trabajos forzados me condena mi corazón, del que te di la llave. No quiero yo tormento que se acabe, y de acero reclamo mi cadena. Ni concibe mi mente mayor pena que libertad sin beso que la trabe, ni castigo concibe menos grave que una celda de amor contigo llena. No creo en más infierno que tu ausencia. Paraíso sin ti, yo lo rechazo. Que ningún juez declare mi inocencia, porque, en este proceso a largo plazo buscaré solamente la sentencia a cadena perpetua de tu abrazo. Antonio Gala (elegido por Silvia Alfonso) Versionada por Antonio Vega http://www.youtube.com/watch?v=e0rFJ_bfmZw 4 Te quiero si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo y en la calle codo a codo somos mucho más que dos Tus manos son mi caricia mis acordes cotidianos te quiero porque tus manos trabajan por la justicia y por tu rostro sincero y tu paso vagabundo y tu llanto por el mundo porque sos pueblo te quiero si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo y en la calle codo a codo somos mucho más que dos y porque amor no es aureola ni cándida moraleja y porque somos pareja que sabe que no está sola tus ojos son mi conjuro contra la mala jornada te quiero por tu mirada que mira y siembra futuro te quiero en mi paraíso es decir que en mi país la gente viva feliz aunque no tenga permiso tu boca que es tuya y mía tu boca no se equivoca te quiero porque tu boca sabe gritar rebeldía si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo y en la calle codo a codo somos mucho más que dos. Mario Benedetti (elegido por Patricia Casado) 5 Nanas de la Cebolla La cebolla es escarcha cerrada y pobre: escarcha de tus días y de mis noches. Hambre y cebolla: hielo negro y escarcha grande y redonda. Tu risa me hace libre, me pone alas. Soledades me quita, cárcel me arranca. Boca que vuela, corazón que en tus labios relampaguea. Ser de vuelo tan alto, tan extendido, que tu carne parece cielo cernido. ¡Si yo pudiera remontarme al origen de tu carrera! En la cuna del hambre mi niño estaba. Con sangre de cebolla se amamantaba. Pero tu sangre, escarchada de azúcar, cebolla y hambre. Es tu risa la espada más victoriosa. Vencedor de las flores y las alondras. Rival del sol. Porvenir de mis huesos y de mi amor. Al octavo mes ríes con cinco azahares. Con cinco diminutas ferocidades. Con cinco dientes como cinco jazmines adolescentes. Una mujer morena, resuelta en luna, se derrama hilo a hilo sobre la cuna. Ríete, niño, que te tragas la luna cuando es preciso. La carne aleteante, súbito el párpado, el vivir como nunca coloreado. ¡Cuánto jilguero se remonta, aletea, desde tu cuerpo! Frontera de los besos serán mañana, cuando en la dentadura sientas un arma. Sientas un fuego correr dientes abajo buscando el centro. Alondra de mi casa, ríete mucho. Es tu risa en los ojos la luz del mundo. Ríete tanto que en el alma al oírte, bata el espacio. Desperté de ser niño. Nunca despiertes. Triste llevo la boca. Ríete siempre. Siempre en la cuna, defendiendo la risa pluma por pluma. Vuela niño en la doble luna del pecho. Él, triste de cebolla. Tú, satisfecho. No te derrumbes. No sepas lo que pasa ni lo que ocurre. Miguel Hernández (elegido por Mª Esther Latorre) 6 Poema 20 Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: "La noche esta estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos". El viento de la noche gira en el cielo y canta. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo también la quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche está estrellada y ella no está conmigo. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido. Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido. Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo. Pablo Neruda (elegido por Mikel Fernández) 7 Volverán las oscuras golondrinas Dark swallows will return Dark swallows will return Volverán las oscuras golondrinas to hang their nests on your balcony en tu balcón sus nidos a colgar, and again with their wings will rap playfully y otra vez con el ala a sus cristales, on its windows. jugando llamarán; But those who slowed their flight pero aquellas que el vuelo refrenaban tu hermosura y mi dicha al contemplar; to contemplate your beauty and my happiness, those who learned our names, aquellas que aprendieron nuestros nombres, those... will not return! esas... ¡no volverán! ........................... ........................... Volverán las tupidas madreselvas de tu jardín las tapias a escalar, y otra vez a la tarde, aun mas hermosas, sus flores abrirán; pero aquellas cuajadas de rocío, cuyas gotas mirábamos temblar y caer, como lágrimas del día... esas... ¡no volverán! ........................... Volverán del amor en tus oídos las palabras ardientes a sonar; tu corazón, de su profundo sueño tal vez despertará; pero mudo y absorto y de rodillas como se adora a Dios ante su altar, como yo te he querido... desengáñate, ¡así no te querrán! ........................... Dense honeysuckles will return to climb the walls of your garden and again in the afternoon even more lovely their flowers will open again. But those drops of dew that we watched tremble and fall like tears of the day... those... will not return! ........................... Ardent words of love will return to sound in your ears, your heart will perhaps awaken from its deep sleep. But mute and captivated and kneeling, as one worships God before his altar, the way I loved you..., don't fool yourself, no one will love you like that! ................................. Gustavo Adolfo Bécquer (elegido por Sheila Zalaya) 8 ROMANCE SONÁMBULO A Gloria Giner y a Fernando de los Ríos Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. El barco sobre la mar y el caballo en la montaña. Con la sombra en la cintura ella sueña en su baranda, verde carne, pelo verde, con ojos de fría plata. Verde que te quiero verde. Bajo la luna gitana, las cosas le están mirando y ella no puede mirarlas. Verde que te quiero verde. Grandes estrellas de escarcha, vienen con el pez de sombra que abre el camino del alba. La higuera frota su viento con la lija de sus ramas, y el monte, gato garduño, eriza sus pitas agrias. ¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde...? Ella sigue en su baranda, verde carne, pelo verde, soñando en la mar amarga. Compadre, quiero cambiar mi caballo por su casa, mi montura por su espejo, mi cuchillo por su manta. Compadre, vengo sangrando, desde los montes de Cabra. Si yo pudiera, mocito, ese trato se cerraba. Pero yo ya no soy yo, ni mi casa es ya mi casa. Compadre, quiero morir decentemente en mi cama. De acero, si puede ser, con las sábanas de holanda. ¿No ves la herida que tengo desde el pecho a la garganta? Trescientas rosas morenas lleva tu pechera blanca. Tu sangre rezuma y huele alrededor de tu faja. Pero yo ya no soy yo, ni mi casa es ya mi casa. Dejadme subir al menos hasta las altas barandas, dejadme subir, dejadme, hasta las verdes barandas. Barandales de la luna por donde retumba el agua. Ya suben los dos compadres hacia las altas barandas. Dejando un rastro de sangre. Dejando un rastro de lágrimas. Temblaban en los tejados farolillos de hojalata. Mil panderos de cristal, herían la madrugada. Verde que te quiero verde, verde viento, verdes ramas. Los dos compadres subieron. El largo viento, dejaba en la boca un raro gusto de hiel, de menta y de albahaca. ¡Compadre! ¿Dónde está, dime? ¿Dónde está mi niña amarga? ¡Cuántas veces te esperó! ¡Cuántas veces te esperara, cara fresca, negro pelo, en esta verde baranda! Sobre el rostro del aljibe se mecía la gitana. Verde carne, pelo verde, con ojos de fría plata. Un carámbano de luna la sostiene sobre el agua. La noche su puso íntima como una pequeña plaza. Guardias civiles borrachos, en la puerta golpeaban. Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. El barco sobre la mar. Y el caballo en la montaña. Federico García Lorca (elegido por Esperanza Sainz) 9 Soneto de amor Desmayarse, atreverse, estar furioso, áspero, tierno, liberal, esquivo, alentado, mortal, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde y animoso; no hallar fuera del bien centro y reposo, mostrarse alegre, triste, humilde, altivo, enojado, valiente, fugitivo, satisfecho, ofendido, receloso; huir el rostro al claro desengaño, beber veneno por licor süave, olvidar el provecho, amar el daño; creer que un cielo en un infierno cabe, dar la vida y el alma a un desengaño; esto es amor, quien lo probó lo sabe. Lope de Vega (elegido por Santiago Paricio) 10 Vergüenza Si tú me miras, yo me vuelvo hermosa como la hierba a que bajó el rocío, y desconocerán mi faz gloriosa las altas cañas cuando baje al río. Tengo vergüenza de mi boca triste de mi voz rota y mis rodillas rudas; ahora que me miraste y que viniste, me encontré pobre y me palpé desnuda. Ninguna piedra en el camino hallaste más desnuda de luz la alborada que esta mujer a la que levantaste, porque oíste su canto, la mirada. Yo callaré para que no conozcan mi dicha los que pasan por el llano, en el fulgor que da a mi frente tosca y en la tremolación que hay en mi mano... Es noche y baja a la hierba el rocío; mírame largo y habla con ternura, ¡que ya mañana al descender al río la que besaste llevará hermosura! Gabriela Mistral (elegido por Eva Coria) 11 Miedo Aquí, sobre tu pecho, tengo miedo de todo; estréchame en tus brazos como una golondrina y dime la palabra, la palabra divina que encuentre en mis oídos dulcísimo acomodo. Háblame de amor, arrúllame, dame el mejor apodo, besa mis pobres manos, acaricia la fina mata de mis cabellos, y olvidaré, mezquina, que soy, ¡oh cielo eterno!, sólo un poco de lodo. ¡Es tan mala la vida! ¡Andan sueltas las fieras...! Oh, no he tenido nunca las bellas primaveras que tienen las mujeres cuando todo lo ignoran. En tus brazos, amado, quiero soñar en ellos, mientras tus manos blancas suavizan mis cabellos, mientras mis labios besan, mientras mis ojos lloran. Alfonsina Storni (elegido por Fernando Rojo) 12 No me culpes No me culpes: vi luz en tu alma y entré... Es cierto, no toqué timbre. no golpeé. Supuse que esperabas mi llegada. Lo siento. Si prejuzgué, fue sin mala intención, debes creerlo, Como sea, estoy aquí: prepárate. Raquel Garzón (elegida por M.ª Carmen Mengod) 13 Rima XXI ¿Qué es poesía?, dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía... eres tú. Gustavo Adolfo Bécquer (elegido por Margarita Laspalas) 14 A ti sólo se llega A ti sólo se llega por ti. Te espero. Yo sí que sé dónde estoy, mi ciudad, la calle, el nombre por el que todos me llaman. Pero no sé dónde estuve contigo. Allí me llevaste tú. ¿Cómo iba a aprender el camino si yo no miraba a nada más que a ti, si el camino era tu andar, y el final fue cuando tú te paraste? ¿Qué más podía haber ya que tú ofrecida, mirándome? Pero ahora, ¡qué desterrado, qué ausente es estar donde uno está! Espero, pasan los trenes, los azares, las miradas. Me llevarían adonde nunca he estado. Pero yo no quiero los cielos nuevos. Yo quiero estar donde estuve. Contigo, volver. ¡Qué novedad tan inmensa eso, volver otra vez, repetir lo nunca igual de aquel asombro infinito! Y mientras no vengas tú yo me quedaré en la orilla de los vuelos, de los sueños, de las estelas, inmóvil. Porque sé que adonde estuve ni alas, ni ruedas, ni velas llevan. Todas van extraviadas. Porque sé que adonde estuve sólo se va contigo, por ti. Pedro Salinas (elegido por Marimar Lauburu ) 15 Quand on n'a que l'amour Cuando no hay más que amor Quand on n'a que l'amour A s'offrir en partage Au jour du grand voyage Qu'est notre grand amour Quand on n'a que l'amour Mon amour toi et moi Pour qu'éclatent de joie Chaque heure et chaque jour Quand on n'a que l'amour Pour vivre nos promesses Sans nulle autre richesse Que d'y croire toujours Quand on n'a que l'amour Pour meubler de merveilles Et couvrir de soleil La laideur des faubourgs Quand on n'a que l'amour Pour unique raison Pour unique chanson Et unique secours Cuando no hay más que amor Para ofrecerse a compartir En el día del gran viaje Que es nuestro gran amor Cuando no hay más que amor Mi amor tú y yo Para que estallen de alegría cada hora y cada día Cuando no hay más que amor Para vivir nuestras promesas Sin ninguna otra riqueza Que la de creer en él siempre Cuando no hay más que amor Para amueblar con maravillas Y cubrir de sol la fealdad de los arrabales Cuando no hay más que amor como única razón como única canción y único auxilio Quand on n'a que l'amour Pour habiller matin Pauvres et malandrins De manteaux de velours Quand on n'a que l'amour A offrir en prière Pour les maux de la terre En simple troubadour Quand on n'a que l'amour A offrir à ceux-là Dont l'unique combat Est de chercher le jour Quand on n'a que l'amour Pour tracer un chemin Et forcer le destin A chaque carrefour Quand on n'a que l'amour Pour parler aux canons Et rien qu'une chanson Pour convaincre un tambour Cuando no hay más que amor para vestir de madrugada A pobres y malandrines Con abrigos de terciopelo Cuando no hay más que amor Para ofrecer como plegaria por los males de la tierra cual simple trobador Cuando no hay más que amor Para ofrecer a aquellos Cuyo único combate Es buscar el día Cuando no hay más que amor Para trazar un camino Y forzar el destino En cada encrucijada Cuando no hay más que amor Para hablar a los cañones Y nada más que una canción Para convencer a un tambor Alors sans avoir rien Que la force d'aimer Nous aurons dans nos mains Amis le monde entier. Entonces sin tener nada Más que la fuerza de amar Tendremos en nuestras manos Amigos el mundo entero Jacques Brel (elegido por María Gállego) 16 Dos rojas lenguas de fuego Dos rojas lenguas de fuego que a un mismo tronco enlazadas se aproximan, y al besarse forman una sola llama. Dos notas que del laúd a un tiempo la mano arranca, y en el espacio se encuentran y armoniosas se abrazan. Dos olas que vienen juntas a morir sobre una playa y que al romper se coronan con un penacho de plata. Dos jirones de vapor que del lago se levantan, y al reunirse en el cielo forman una nube blanca. Dos ideas que al par brotan, dos besos que a un tiempo estallan, dos ecos que se confunden, eso son nuestras dos almas. Gustavo Adolfo Bécquer (elegido por Santiago Gregorio) 17 Me basta así Si yo fuese Dios y tuviese el secreto, haría un ser exacto a ti; lo probaría (a la manera de los panaderos cuando prueban el pan, es decir: con la boca), y si ese sabor fuese igual al tuyo, o sea tu mismo olor, y tu manera de sonreír, y de guardar silencio, y de estrechar mi mano estrictamente, y de besarnos sin hacernos daño —de esto sí estoy seguro: pongo tanta atención cuando te beso—; entonces, si yo fuese Dios, podría repetirte y repetirte, siempre la misma y siempre diferente, sin cansarme jamás del juego idéntico, sin desdeñar tampoco la que fuiste por la que ibas a ser dentro de nada; ya no sé si me explico, pero quiero aclarar si yo fuese Dios, haría lo posible por ser Ángel González para quererte tal como te quiero, para aguardar con calma a que te crees tú misma cada día, a que sorprendas todas las mañanas la luz recién nacida con tu propia luz, y corras la cortina impalpable que separa el sueño de la vida, resucitándome con tu palabra, Lázaro alegre, yo, mojado todavía de sombras y pereza, sorprendido y absorto en la contemplación de todo aquello que, en unión de mí mismo, recuperas y salvas, mueves, dejas abandonado cuando -luego- callas... (Escucho tu silencio. Oigo constelaciones: existes. Creo en ti. Eres. Me basta.) Ángel González (elegido por Vicente Uriel) 18 Me gustas cuando callas... Me gustas cuando callas porque estás como ausente, y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. Parece que los ojos se te hubieran volado y parece que un beso te cerrara la boca. Como todas las cosas están llenas de mi alma, emerges de las cosas, llena del alma mía. Mariposa de sueño, te pareces a mi alma, y te pareces a la palabra melancolía. Me gustas cuando callas y estás como distante. Y estás como quejándote, mariposa en arrullo. Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: déjame que me calle con el silencio tuyo. Déjame que te hable también con tu silencio claro como una lámpara, simple como un anillo. Eres como la noche, callada y constelada. Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo. Me gustas cuando callas porque estás como ausente. Distante y dolorosa como si hubieras muerto. Una palabra entonces, una sonrisa bastan. Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto. Pablo Neruda (elegido por Pilar Ramos) 19 AMODIO PROTOPOEMA PROTOPOEMA DE AMOR Amodio poemarik xamurrena izkiriatu nahi nizuke poeta erromantikoen xalotasun eta erru gabeziarekin. Quisiera escribir el más tierno poema de amor con la ingenuidad y la inocencia de los poetas románticos. Zure zangoak luze-luzeak balira eta ene zangoak zureak lain luzeak mahaipean luzatuko genituzke zangoak zangalatrabatzera jolasteko. Diciendo, por ejemplo, si tus piernas fueran largas muy largas y mis piernas tan largas como las tuyas, alargaríamos bajo la mesa nuestras piernas jugando a entrecruzarlas. Si mis dedos tocaran tu piel se prenderían como fósforos. Pondríamos en grave peligro al mundo haciéndolo temblar con nuestro abrazo a no sé cuantos grados en la escala de Richter. Mundua arrisku larrian jarriko genuke gure besarkadagatik ikaratzen ez dakit zenbat Ven y escala el muro como lo trepa la hierba, ven Richter eskalan. como el oleaje que salta sobre la cubierta del barco, ven como una tormenta que viene a anegar Erdu harresia ainhenbelarrak lez eskalatuz, erdu un páramo reseco. untziaren kubertara jauzten den olatuaren gisan, erdu eremu lehorra hondatzera datorren ekaitza bezala. Ven y transformaremos en carne las palabras. Erdu eta bihur ditzagun hitzak haragia. Que nos suelden uno contra el otro. Solda gaitzatela bata bestearen kontra. Te haría un poema así, impulsivo e ilusionado, pero qué precaria es la lírica… Horrelako poema gogotsu bat eginen nizuke, Al abrir la ventana, en lugar de llegar tú, baina zer laburra den lirikarena. entra la realidad Leihoa zabaltzean, zeldara zure ordez, con sus extravagantes garras de acero, Errealitatea sartzen zait, bere altzairuzko rugiendo. hatzaparrekin, orroaka. Ene hatzamarrek zure larrua ukituez gero pospolu antzera izekiko lirateke. Joseba Sarrionandia (elegido por Leire Nalda) 20 No niño novo do vento En el nido nuevo del viento No niño novo do vento hai unha pomba dourada, meu amigo! Quén poidera namorala! En el nido nuevo del viento Hay una paloma dorada ¡amigo mío! ¡Quién la pudiera enamorar! Canta ao luar e ao mencer en frauta de verde olivo. Quén poidera namorala, meu amigo! Canta a la luz de la luna y al amanecer En flauta de verde olivo ¡quién la pudiera enamorar! ¡amigo mío! Ten áers de frol recente, cousas de recén casada, meu amigo! Quén poidera namorala! Tiene aires de flor reciente, Cosas de recién casada ¡amigo mío! ¡Quién la pudiera enamorar! Tamén ten sombra de sombra e andar primeiro de río. Quén poidera namorala, meu amigo! También tiene sombra de sombra Y andar primero de río ¡Quién la pudiera enamorar! ¡Amigo mío! Álvaro Cunqueiro (elegido por Lourdes Román) 21 La casada infiel Y que yo me la lleve al río creyendo que era mozuela, pero tenía marido. Fue la noche de Santiago y casi por compromiso. Se apagaron los faroles y se encendieron los grillos. En las últimas esquinas toqué sus pechos dormidos, y se me abrieron de pronto como ramos de jacintos. El almidón de su enagua me sonaba en el oído, como una pieza de seda rasgada por diez cuchillos Sin luz de plata en sus copas los árboles han crecido, y un horizonte de perros ladra muy lejos del río. tienen el cutis tan fino, ni los cristales con luna relumbran con ese brillo. Sus muslos se me escapaban como peces sorprendidos, la mitad llenos de lumbre, la mitad llenos de frío. Aquella noche corrí el mejor de los caminos, montado en potra de nácar sin bridas y sin estribos. No quiero decir, por hombre, las cosas que ella me dijo. La luz del entendimiento me hace ser muy comedido. Sucia de besos y arena, yo me la lleve del río. Con el aire se batían las espadas de los lirios. Pasadas las zarzamoras, los juncos y los espinos, bajo su mata de pelo hice un hoyo sobre el limo. Yo me quité la corbata. Ella se quitó el vestido. Yo el cinturón con revólver Ella sus cuatro corpiños. Ni nardos ni caracolas Me porté como quien soy. Como un gitano legítimo. La regalé un costurero grande de raso pajizo, y no quise enamorarme porque teniendo marido me dijo que era mozuela cuando la llevaba al río. Federico García Lorca (elegido por Concha Puyo) 22 A Veces Quiero Preguntarte... A veces quiero preguntarte cosas, y me intimidas tú con la mirada, y retorno al silencio contagiada del tímido perfume de tus rosas. A veces quise no soñar contigo, y cuanto más quería más soñaba, por tus versos que yo saboreaba, tú el rico de poemas, yo el mendigo. Pero yo no adivino lo que invento, y nunca inventaré lo que adivino del nombre esclavo de mi pensamiento. Adivino que no soy tu contento, que a veces me recuerdas, imagino, y al írtelo a decir mi voz no siento. Gloria Fuertes (elegido por Yolanda Crespo) 23 Poema reglas de juego para los hombres que quieran amar a mujeres I El hombre que me ame deberá saber descorrer las cortinas de la piel, encontrar la profundidad de mis ojos y conocer lo que anida en mí, la golondrina transparente de la ternura. II El hombre que me ame no querrá poseerme como una mercancía, ni exhibirme como un trofeo de caza, sabrá estar a mi lado con el mismo amor conque yo estaré al lado suyo. III El amor del hombre que me ame será fuerte como los árboles de ceibo, protector y seguro como ellos, limpio como una mañana de diciembre. IV El hombre que me ame no dudará de mi sonrisa ni temerá la abundancia de mi pelo, respetará la tristeza, el silencio y con caricias tocará mi vientre como guitarra para que brote música y alegría desde el fondo de mi cuerpo. V El hombre que me ame podrá encontrar en mí la hamaca donde descansar el pesado fardo de sus preocupaciones, la amiga con quien compartir sus íntimos secretos, el lago donde flotar sin miedo de que el ancla del compromiso le impida volar cuando se le ocurra ser pájaro. VI El hombre que me ame hará poesía con su vida, construyendo cada día con la mirada puesta en el futuro. VII Por sobre todas las cosas, el hombre que me ame deberá amar al pueblo no como una abstracta palabra sacada de la manga, sino como algo real, concreto, ante quien rendir homenaje con acciones y dar la vida si es necesario. VIII El hombre que me ame reconocerá mi rostro en la trinchera rodilla en tierra me amará mientras los dos disparamos juntos contra el enemigo. IX El amor de mi hombre no conocerá el miedo a la entrega, ni temerá descubrirse ante la magia del enamoramiento en una plaza llena de multitudes. Podrá gritar -te quieroo hacer rótulos en lo alto de los edificios proclamando su derecho a sentir el más hermoso y humano de los sentimientos. X El amor de mi hombre no le huirá a las cocinas, ni a los pañales del hijo, será como un viento fresco llevándose entre nubes de sueño y de pasado, las debilidades que, por siglos, nos mantuvieron separados como seres de distinta estatura. XI El amor de mi hombre no querrá rotularme y etiquetarme, me dará aire, espacio, alimento para crecer y ser mejor, como una Revolución que hace de cada día el comienzo de una nueva victoria. Gioconda Belli (elegido por Teresa Martínez) 24 Antología de poemas de amor Plan de Mejora de la Lectura Impresa en Cortes, febrero del 2013 Gracias a todo el profesorado y personal del IESO Bardenas Reales que la ha hecho posible. 25