¿Austeridad o crecimiento? ¿Hayek o Keynes?

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23 DE SEPTIEMBRE DEL 2014
¿Austeridad o
crecimiento?
¿Hayek o Keynes?
AFP PHOTO/FILES/BERTRAND LANGLOIS
Al estallar la crisis, la UE fijó un plan de relanzamiento de la
economía que fracasó casi al mismo tiempo que se aprobaba.
Las recetas keynesianas dieron paso a las medidas de austeridad
defendidas por Hayek. Ahora, vistos sus efectos, Hayek, como pasó
en la década de los 30, vuelve a perder su batalla frente a Keynes.
D
esde que se inició la crisis económica que vive la Unión Europea, el debate entre las ideas
de Hayek y Keynes ha tomado
un fuerte protagonismo. El resurgimiento del economista
austriaco Friedrich von Hayek
llega a su apoteosis en la década de los 80, bajo la
presidencia de Ronald Reagan en EEUU y de Margaret Thatcher en el Reino Unido. El principio del fin
de la Unión Soviética y el fracaso de su sistema económico dio alas a sus ideas neoliberales.
Pero, aunque la defensa de Hayek del sistema
de mercado –contra la
ineficiencia de la planificación central– fue ganando cada vez más partidarios, la opinión de Keynes, de que los sistemas
de mercado requieren
una estabilización continua, permaneció vigente entre los responsables
de la economía y de las
finanzas. Los problemas
no han cambiado mucho
desde que iniciaron su discusión en la Gran Depresión de la década de 1930. ¿Qué causa el colapso de
las economías de mercado? ¿Cómo responder adecuadamente a una crisis de esta naturaleza? ¿Cómo evitar circunstancias que puedan provocar
crisis futuras? Todavía hoy, tras la crisis mundial
de las economías que irrumpió a partir del 20072008, estas vuelven a ser las preguntas que hoy se
hacen la mayor parte de ministros de economía y
sus asesores en la Unión Europea.
Tras el inició de la crisis, la Unión Europea estableció un plan de relanzamiento de la economía
que fracasó casi al mismo tiempo que se ponía en
marcha. El plan descansaba en dos pilares: 1) inyección masiva de liquidez con el fin de estimular la
demanda y reforzar la confianza de los consumidores y atenuar el coste sobre las personas y 2) orientar la economía a corto plazo para reforzar la competitividad europea en el largo plazo. Esta respuesta contracíclica de la UE se dotó de un presupuesto
de 200.000 millones de euros para financiar las actividades que fueran necesarias. Sin embargo, el
plan fracasó por su mala implementación (recuerden en España el llamado Plan E lanzado por Zapatero) y porque la financiación prevista resultó absolutamente insuficiente para tapar los agujeros
que fueron apareciendo (rescates de Grecia, Portugal e Irlanda, etcétera).
En cierta manera las recetas keynesianas de estímulo quedaron desacreditadas, lo que dejaba el
campo libre para la aplicación de medidas de austeridad acordes con las tesis de Hayek. Para Hayek,
cada auge artificial lleva las semillas de su propia
destrucción. La recuperación se logra mediante la
liquidación de las asignaciones inadecuadas, la reducción del consumo y el aumento del ahorro. En
la Unión Europea el énfasis puesto en la austeridad, a raíz del fracaso del plan de relanzamiento,
tiene su origen en la postura oficial de que la crisis
fue principalmente el resultado del despilfarro fiscal. Esto podía ser válido para Grecia, pero en modo alguno para Irlanda y España. Por lo que las recetas basadas en los recortes nunca fueron acepta-
Comparado el rendimiento
macroeconómico en los dos
lados del Atlántico, gana
EEUU y con bastante ventaja
das por aquellos que denunciaban que la salida de
la crisis debía realizarse enfrentándose en primer
lugar a la crisis bancaria.
La diferencia entre las respuestas de la salida de
la crisis entre EEUU y la UE es muy significativa y
pone en evidencia a los responsables europeos que
han apoyado medidas de gran austeridad que, además, han debido llevarse a cabo en un periodo de
tiempo excesivamente reducido. EEUU se ocupó,
desde un inicio, de la deuda bancaria y de la reestructuración, aplazando el ajuste fiscal para cuando la economía diera señales de bonanza. La Unión
Europea hizo justo lo contrario. Si comparamos el
rendimiento macroeconómico en los dos lados del
Atlántico, de momento EEUU gana y con bastante
ventaja.
Mayor colapso
Es un hecho que, desde el 2013, el énfasis en la rápida consolidación fiscal ha ido disminuyendo
gradualmente Y empieza a reconocerse que el coste para muchos gobiernos de rescatar a sus bancos
y mantener sus economías a flote frente al colapso de la economía ha dañado o destruido su capacidad crediticia. Cada vez más se reconoce que la
austeridad del sector público, en un momento de
débil gasto del sector privado, garantiza años de estancamiento, si no un mayor colapso.
Recientemente, el secretario general de la OC-
Agustín
ULIED
Profesor del Departamento
de Economía de Esade.
Licenciado en Ciencias
Económicas y Empresariales
por la UB y diplomado en
Comunidades Europeas.
Miembro del Team Europa de
la Comisión Europea.
DE acaba de señalar que la economía de la oferta y
el objetivo de la consolidación fiscal deben de convivir urgentemente con medidas que recuperen la
demanda y promuevan el crecimiento económico. El FMI también se ha manifestado en el mismo
sentido. Hayek, al igual que en la década de los 30,
vuelve a perder su batalla frente a Keynes.
En este sentido, parecen ir las decisiones adoptadas por el consejo general del BCE y difundidas
por su gobernador, Mario Draghi, al anunciar la
posibilidad de lanzar en breve un plan de compra
de titulizaciones por importe de hasta medio billón de euros, con el fin de dar mayor liquidez al
sistema financiero para que lo transfiera al mundo empresarial.
Esperemos que en esta ocasión no ocurra como
con las medidas, con similar objetivo, lanzadas por
el BCE en años anteriores y que solo sirvieron para tapar agujeros del sector financiero y dar apoyo a las actividades de escasa contribución al crecimiento económico.
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