In memoriam: Sebastián Trias Mercant

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In memoriam: Sebastián Trias
Mercant
PEDRO RAMIS SERRA
(Schola Lullistica. Mallorca)
RAFAEL RAMIS BARCELÓ
(Universidad Pompeu Fabra. Barcelona)
Es una tarea difícil e ingrata despedirse de un compañero, maestro y amigo como
Sebastián Trias Mercant. En cambio, resulta muy sencillo acordarse de sus virtudes
y poderlas glosar, casi sin medida. Nos dejó el primero de Junio de 2008, después de
una larga enfermedad, despidiéndose sin hacer ruido, como buen sabio.
Nacido en 1933 en Valldemossa (Mallorca), estudió en el Instituto Ramon Llull
de Palma —donde empieza su vinculación, al menos nominal, con el gran pensador
mallorquín—, lugar en el que, pasados los años detentó la cátedra de Filosofía,
sucediendo a su maestro José Font y Trias. Se licenció en Filosofía y Letras en la
Universidad de Barcelona, en la que recibió influencia de eminentes profesores como
Bofill, Font y Puig, los hermanos Carreras Artau, Valverde, Canals, Sanvicens…
Cuando se le propuso trabajar en la cátedra de Font y Puig, decidió no aceptar y regresar
a Mallorca, donde ejerció la docencia en centros de bachillerato. Finalmente, en el
año 1971 presentó la tesis titulada El neolulismo filosófico del P. Raymundo Pascual,
dirigida por Dr. Emilio Lledó, a la sazón catedrático de Historia de la Filosofía.
Después de haber sido uno de los impulsores de los estudios universitarios en
Mallorca, y de haber profesado en el Estudi General Lullià de Palma, ganó una cátedra
de Filosofía de Instituto, y fue destinado al Bernat Metge de Barcelona. Entretanto
trabajó en la Universidad de Barcelona en calidad de profesor interino de Antropología.
Dicha actividad se prolongó hasta el año 1978, año de fundación de la Universitat
de Palma de Mallorca. El Dr. Trias regresó para incorporarse, no a la Universidad,
sino al Instituto Ramon Llull, donde permaneció hasta su jubilación, acaecida en el
año 1998. Su quehacer, pese a todas las dificultades, tuvo un carácter eminentemente
universitario, como acreditan sus más de ciento cincuenta publicaciones, la mayoría
de las cuales constituyen trabajos de referencia en sus respectivos campos.
Es, por ello, que resulta problemático calificar adecuadamente la obra filosófica
de Sebastián Trias, pues en ella se dan cita los más variados temas, tratados con el
distintivo de la originalidad y profundidad. Con su muerte, quedan huérfanas muchas
materias que el Dr. Trias cultivó espaciadamente, mediante un itinerario intelectual
impar en el pensamiento español. Intentar una clasificación de sus obras es una labor
compleja, pero ya ineludible. A nuestro entender, podrían considerarse tres grandes
áreas: la antropología, el lulismo y la Historia de la Filosofía. En las tres existen
importantes intersecciones entre sí y con el “hispanismo filosófico”, entendido éste
desde un punto de vista muy amplio.
Revista de Hispanismo Filosófico
n.º 14 (2009): 199-201
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ISSN: 11368071
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PEDRO RAMIS SERRA Y RAFAEL RAMIS BARCELÓ
En efecto, para Trias el estudio de la Antropología abarcaba desde el estudio social
y cultural hasta las cuestiones epistemológicas y metafísicas. La antropología cultural
era un ámbito de investigación que empezaba en su realidad más cercana (desde
Mallorca hasta llegar a España, y a sus hechos diferenciales, así como la antropología
novohispana). Su encomiable labor antropológica toca numerosos temas, referentes
tanto a su pueblo de Valldemossa —en el que residía y del que fue nombrado
Hijo Ilustre— y de un visitante tan célebre como el Archiduque Luis Salvador de
Habsburgo-Lorena, cuanto aproximaciones más globales, referentes, eso sí, a su
querida Mallorca: Una historia de la Antropología balear (1992) o Antropologia de la
cuina mallorquina (1993).
Cabe mentar también su interés en cuestiones de la antropología en el Mediterráneo
y en el Nuevo Mundo, que se tradujo en trabajos muy originales. Sebastián Trias
siguió un camino desde la metafísica y la antropología filosófica hasta la antropología
cultural. Antes de escribir tanto y tan bien sobre la antropología mallorquina, siguió un
itinerario desde la filosofía de la conciencia, con trabajos sobre el estructuralismo y la
semiótica, hasta llegar al estudio del diferencialismo postestructuralista.
Así pues, todo lo humano era de interés para Trias. Y también lo divino. Su estudio
de Llull abarca desde los intersticios de la filosofía con la teología pasando por
las ciencias humanas. Trías empezó estudiando el lulismo y siguió con la obra del
mallorquín. Llull ha sido, posiblemente, el mayor filósofo que hayan dado las tierras
de la actual España. El profesor Trias fue uno de sus máximos conocedores, y el
mayor de los expertos en el lulismo mallorquín. Quedan, como capítulos esenciales de
la historia del pensamiento en España, sus trabajos sobre la Ilustración mallorquina, la
obra del P. Pasqual… Después de un conocimiento exhaustivo de la tradición luliana
de Mallorca, cultivó un lulismo brillante y apegado a la senda propia de Universidad
Literaria mallorquina, que cada vez se iba aproximando más a la figura del Doctor
Iluminado. En dicho camino tocó de forma magistral todos los temas fundamentales
de la Filosofía: lenguaje, hermenéutica, semiótica, lógica, ética, política... en un
conjunto de más de cuarenta publicaciones sobre Llull.
Sus trabajos referentes a la “Historia de la Filosofía” abarcaron, en una etapa
más juvenil, los clásicos desde Platón a Foucault, pasando por Kant y Unamuno. Sin
embargo, el Dr. Trias cultivó más la “Historia de las Ideas” que la “Historia de la
Filosofía”, preocupándose por el pensamiento historiográfico de la antropología, de la
archivística… y también de la influencia de las teorías lingüísticas en la historiografía
filosófica. En el ámbito de la “Historia del pensamiento” quedan los dos tomos de
la Història del pensament a Mallorca, que todavía no han sido valorados en su justa
medida.
Las contribuciones de Sebastián Trias en diferentes revistas y libros muestran
la unidad y, a su vez, la independencia de estas tres grandes ramas del quehacer
filosófico. Huelga mentar todas las revistas y libros en los que contribuyó, alentado por
muchos de los amigos que tuvo repartidos por la geografía española. Sí, en cambio,
es obligatorio recordar la vinculación al consejo de redacción de varias revistas.
Destaquemos, en primer lugar, Studia Lulliana, de la Maioricensis Schola Lullistica,
de la que fue Rector y destacadísimo promotor y renovador. También estuvo vinculado
a la Revista Española de Filosofía Medieval, en la que contribuyó con varios artículos.
Revista de Hispanismo Filosófico
n.º 14 (2009): 199-201
Sebastián Trias Mercant: in memoriam
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Perteneció asimismo al consejo de redacción de la presente publicación, la Revista
de Hispanismo Filosófico. Quedan para la posteridad también sus contribuciones en
Pensamiento, Espíritu, Cuadernos salmantinos de Filosofía y otras muchas revistas
de gran arraigo en España.
El reconocimiento universitario a su indudable talla intelectual ha sido —con
alguna muy honrosa excepción— mucho más patente en la Península que en su Isla
natal. En los círculos más estudiosos y profundos de las Universidades Españolas
tuvo siempre grandes amigos, y a partir de un interés por Llull, Unamuno, los
antropólogos españoles y por las relaciones del diferencialismo cultural forjó una
sólida amistad con los grandes hispanistas y antropólogos, principalmente de las
Universidades Complutense y Autónoma de Madrid, de Salamanca y UNED (en la
que profesó como tutor del Centro Asociado de Palma). Asimismo fue ponente en los
Congresos nacionales de Filosofía medieval, contando con el aprecio y la amistad de
los medievalistas más relevantes. Fue miembro, entre otras, de la Asociación española
de Hispanismo Filosófico (1988), de la European Association of Social Antropologists
(1993) y de la Reial Acadèmia de Doctors de Barcelona (1993).
Con su muerte, el hispanismo, la antropología y el lulismo quedan huérfanos del
modélico estudioso; más huérfanos aún quedan su familia y sus amigos, que tenían en
Sebastián Trias a un hombre cercano, sencillo y reflexivo, siempre dispuesto a ayudar
a todos. Conservamos, sin embargo, su obra, abundante en escritos y en hechos. Ésta
permanecerá viva por su rigor, sabiduría y humanidad, dejando un poso inmarcesible
en quienes le conocimos y, con toda seguridad, también en los lectores venideros, que
podrán seguir aprendiendo con la obra de este buen maestro.
Revista de Hispanismo Filosófico
n.º 14 (2009): 199-201
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