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Viernes 15 junio 2007
Cuestión distinta a la anterior es la relativa a la posibilidad de entender que la eficacia de la inscripción, una vez extendida, se retrotraiga a la
fecha del acta de declaración de la voluntad de optar o recuperar o a la
de formalización del juramento o promesa, por ser éste el momento en el
que el adquirente ha agotado la actividad fundamental a él exigida, como
ha sostenido parte de nuestra doctrina científica, criterio incontrovertido para los supuestos de opción y recuperación, y que este Centro
Directivo ha extendido también respecto de los supuestos de adquisición
de la nacionalidad española por residencia, vía adquisitiva utilizada por
el ahora recurrente, en base a una aplicación analógica del artículo 64 de
la Ley del Registro Civil, conforme al cual «Se considerará fecha de la
inscripción, a partir de la cual surten sus efectos tales declaraciones, la
del acta que constará en dicho asiento» (vid. Resolución de 19-1.ª de
enero de 2007), dando lugar a la retroacción de efectos a la fecha en que
el interesado ha prestado la promesa o juramento a que se refiere el artículo 23 del Código civil, momento en el cual ha agotado la actividad a él
exigida legalmente para acceder a la nacionalidad española.
Sin embargo, dicha retroacción de efectos ha de entender sin perjuicio del obligado respeto a los límites que en materia de retroactividad de
los actos administrativos impone hoy nuestro Ordenamiento legal y
constitucional. En este sentido ha de recordarse que, conforme al artículo 57 n.º 3 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico
y Procedimiento Administrativo Común, sólo «excepcionalmente» se
admite que pueda otorgarse eficacia retroactiva a los actos administrativos que, como regla general, «producirán efecto desde la fecha en que se
dicten», esto es, de forma no retroactiva, precepto que si bien no es aplicable directamente en el ámbito del Registro Civil (vid. art. 16 R.R.C.), sí
debe valorarse en la consideración de la cuestión debatida como elemento interpretativo (art. 3 n.º 1 C.c.) en el contexto de los principios de
seguridad jurídica y de proscripción de la retroactividad de las disposiciones sancionadores, no favorables o restrictivas de derechos individuales que garantiza la Constitución en su artículo 9. No obstante, es
igualmente cierto que aquella excepcionalidad de la eficacia retroactiva
tiene entre sus supuestos habilitantes el de los actos «in bonus», esto es,
cuando se pueda entender que producen efectos favorables para los interesados. En consecuencia, la retroactividad de la eficacia de la inscripción que proclama el párrafo tercero del artículo 64 de la Ley del Registro
Civil está sujeta a la condición de actuar «in bonus», de forma que queda
excluida en los casos en que pueda entenderse que opera «in peius», esto
es, con efectos perjudiciales o limitativos de los derechos del interesado
o de terceros, como sucedía en el caso resuelto por la Resolución de este
Centro Directivo de 14-2.ª de junio de 2005, que en base a la existencia de
efectos perjudiciales para el interesado negó el reconocimiento de la
eficacia retroactiva de la inscripción, en cuyo sentido ha de ser interpretada. Exactamente por el mismo fundamento se debe rechazar la retroactividad en el caso ahora planteado, de forma que a los efectos del cómputo del plazo fijado por el artículo 199 del Reglamento del Registro Civil
para declarar la conservación de los apellidos que correspondían al interesado conforme a su anterior estatuto personal debe entenderse como
fecha de adquisición de la nacionalidad española la de su inscripción en
el Registro Civil, en este caso el 17 de septiembre de 2004, por lo que la
declaración formulada el 13 de octubre del mismo año entra dentro del
plazo de dos meses señalado por aquel precepto reglamentario.
VI. Desbrozado el camino de este primer obstáculo, procede ahora
que analicemos la concurrencia o no del que puede resultar de la contrariedad de los apellidos determinados por el estatuto personal anterior
del recurrente con nuestro orden público internacional. Pues bien, procede en esta sede recordar nuestra doctrina relativa al carácter de orden
público del doble apellido, paterno y materno, de los españoles. Así
hemos dicho en otras ocasiones (vid. Resoluciones de 7 de octubre de
1991, 29-1.ª de noviembre de 1995 y 4 de mayo de 2002) que hay que estimar que el principio de que todo español ha de ser designado legalmente
por dos apellidos es un principio de orden público que afecta directamente a la organización social y que no es susceptible de variación
alguna –a salvo de lo que para los binacionales españoles-comunitarios
resulta del Derecho comunitario–, so pena de consagrar un privilegio
para determinada categoría de españoles que atentaría, al carecer de
justificación objetiva suficiente, al principio constitucional de igualdad
de todos los españoles ante la Ley.
El artículo 199 del Reglamento del Registro Civil, aunque obedezca a
la finalidad de evitar a quienes adquieren la nacionalidad española eventuales perjuicios en su identificación al quedar sujetos al régimen español sobre apellidos, no puede interpretarse en el sentido de permitir la
conservación de un solo apellidos. Pues bien, exactamente por esta
misma razón no puede accederse a la pretensión del recurrente, ya que la
misma consiste en conservar sus anteriores apellidos siendo así que
ambos proceden de la línea paterna, en clara contradicción con los que
para los españoles resulta de nuestra legislación de apellidos que está
basada en la idea de duplicidad de apellidos y de duplicidad de líneas,
con arreglo al denominado principio de infungibilidad de las líneas
paterna y materna, en caso de determinación bilateral de la filiación por
ambas líneas, principio que no se excepciona ni siquiera en el ámbito de
los expedientes registrales de cambio de apellidos de la competencia de
este Ministerio de Justicia (vid. art. 59 n.º 3 L.R.C.).
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Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta
reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar la calificación recurrida.
Madrid, 23 de mayo de 2007.–La Directora General de los Registros y
del Notariado, Pilar Blanco-Morales Limones.
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RESOLUCIÓN de 23 de mayo de 2007, de la Dirección
General de los Registros y del Notariado, en el recurso
interpuesto contra providencia dictada por el Juez
Encargado del Registro Civil de M., en expediente sobre
inscripción de nacimiento con filiación matrimonial.
En el expediente sobre filiación matrimonial en inscripción de nacimiento remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por los interesados, con adhesión del Ministerio Fiscal, contra
providencia del Juez Encargado del Registro Civil de M.
Hechos
1. Mediante comparecencia efectuada en el Registro Civil de M. el
20 de octubre de 2006, Doña D., de nacionalidad colombiana, de estado
civil casada, acompañada de Don P., de nacionalidad colombiana, promovieron la inscripción de nacimiento de su hija D. nacida el 13 de
octubre de 2006 en M., manifestando la promotora que hasta hace dos
meses ha convivido con su esposo, Don M., pero que actualmente no
mantiene relación de ningún tipo con él, ni conoce su paradero. Los
promotores aportaron informe de investigación biológica de paternidad
realizado por un laboratorio de genética. En esa misma fecha se formalizó el acta de reconocimiento de los promotores reconociendo la filiación no matrimonial de su hija en común.
2. La Juez Encargada del Registro Civil dicto providencia con fecha
26 de octubre de 2006 disponiendo que, no obstante el reconocimiento
de filiación paterna no matrimonial realizado y la documental aportada
del laboratorio, había que estimar que no había quedado destruida la
presunción de paternidad matrimonial establecida en el artículo 116 del
Código civil, por lo que se debía requerir a la interesada, para que aportara cer-tificado de matrimonio, o en su caso las menciones de identidad
de su esposo, a fin de practicar la inscripción de nacimiento de la menor
con filiación paterna y materna no matrimonial.
3. Notificada la providencia a los interesados, éstos interpusieron
recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado, solicitando que se reconociera la filiación paterna del promotor, ya que se
había acreditado la verdad biológica de la realidad que se pretendía
registrar, así como, se recibiera declaración del marido de la promotora,
que actualmente se encontraba en un centro penitenciario.
4. De la interposición del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que se adhirió al mismo, ya que en el presente caso, con la prueba
biológica aportada, había quedado desvirtuada la presunción de paternidad matrimonial. La Juez Encargada del Registro Civil acordó la remisión del expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado, informando que debía inscribirse la filiación paterna matrimonial,
sin perjuicio de que los legitimados puedan, en la vía judicial oportuna,
ejercitar las acciones de impugnación de la filiación matrimonial y de
reclamación de la paternidad no matrimonial oportunas.
5. La Juez Encargada dictó providencia con fecha 9 de enero de
2007, para que se procediese a efectuar la inscripción de nacimiento de
la menor, con filiación matrimonial y los apellidos C. O.
Fundamentos de Derecho
I. Vistos los artículos 69, 113, 116, 129, 136, 1250 y 1251 del Código
civil, 1 de la Ley Catalana de Filiaciones de 27 de abril de 1991; 28 y 42
de la Ley del Registro Civil; 166 y 185 del Reglamento del Registro Civil;
la Circular de 2 de junio de 1981, y las Resoluciones de 19 de enero, 28-2.ª
de septiembre, 23 de octubre y 30 de noviembre de 1995, 10 de febrero
y 26 de septiembre de 1996, 27-2.ª de mayo y 18 de noviembre de 1997,
27-1.ª de marzo de 1998; 22-3.ª de abril y 20-4.ª de septiembre de 2002; 17
de abril y 25-3.ª de junio de 2003; 31-1.ª de enero de 2004; 25-1.ª de
noviembre y 9-1.ª de diciembre de 2005.
II. Cuando se pretende inscribir por declaración dentro de plazo el
nacimiento de un hijo no matrimonial de madre casada, el Encargado,
por las razones apuntadas en la Circular de 2 de Junio de 1981 (apartado
I, letra B), debe hacer uso de las facultades que en la calificación le confiere el artículo 28 de la Ley del Registro Civil y realizar en el plazo de
diez días las comprobaciones oportunas, con audiencia, si es posible, de
los cónyuges o de sus herederos, a fin de cerciorarse de que el nacimiento ha ocurrido pasados trescientos días desde la separación legal o
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de hecho de los cónyuges. Estas comprobaciones son necesarias a los
efectos de demostrar que no entra en juego la presunción de paternidad
del marido de la madre (cfr. art. 116 C.c.). El criterio de esa Circular se
ha visto confirmado por el artículo 185 del Reglamento del Registro
Civil, el cual en su última redacción recoge literalmente la declaración
final 3.ª de la repeti-da Circular. Así, para impedir la inscripción de la
filiación matrimonial presumida legalmente (cfr. arts. 69, 113 y 116 C.c.)
no basta con que la esposa se oponga y acredite con un informe médico
la no paternidad de su marido, sino que ha de demostrar que el nacimiento ha acaecido pasados trescientos días desde la separación de los
cónyuges.
III. En el presente caso, se pretende por los promotores inscribir,
con filiación no matrimonial, el nacimiento de una niña siendo el estado
civil de la madre el de casada. La inscripción de nacimiento se había
instado por la madre y por quien manifiesta ser el padre biológico de la
nacida que, además, había reconocido a ésta como hija suya ante la
Encargada del Registro Civil. Ésta, teniendo en cuenta que la madre
declaró en comparecencia ante la Juez Encargada que desde hacía dos
meses no convivía con su marido y que desconocía su paradero, dictó
providencia de fecha 20 de octubre de 2006 acordando la suspensión de
la inscripción a fin de practicar las comprobaciones complementarias
previas a la calificación a que se refiere el artículo 28 de la Ley del Registro Civil, y, una vez realizadas tales comprobaciones, por otra providencia posterior, de 26 del mismo mes, estimó acreditada la filiación
materna y la situación de casada de la madre y, aunque los interesados
habían presentado informe de investigación biológica de paternidad de
la que resultaba que no era el marido, sino el co-promotor de este expediente el padre de la nacida, acordó que procedía inscribir a la menor
con filiación matrimonial por no estar destruida la presunción del artículo 116 Cc. A tal efecto requería previamente a la madre para que facilitase los datos del matrimonio o de identidad de su esposo, previniéndole que de no facilitarlos se inscribiría como hija matrimonial. Esta
providencia de 26 de octubre de 2006 es la que constituye el objeto del
presente recurso.
IV. Por tanto, la cuestión que se discute en las presentes actuaciones es la filiación, matrimonial o no, que debe figurar en la inscripción
de la nacida cuando existiendo el matrimonio de la madre se declara que
el padre no es el marido sino un tercero que ha reconocido a la hija
como tal. La solución que deba adoptarse exige que, previamente, se
determine si la presunción de paternidad matrimonial (cfr. art. 116 Cc)
queda o no destruida con la aportación de una prueba de investigación
biológica de paternidad de la que resulta que no es el marido el padre del
nacido.
V. A estos efectos hay que tener en cuenta que, si la madre es
casada y el alumbramiento ha tenido lugar antes de transcurridos trescientos días desde la separación legal o de hecho de los cónyuges, es
obligado inscribir la filiación matrimonial, dada la fuerza probatoria
(cfr. art. 113 C.c.) de la presunción de paternidad del marido de la madre
del artículo 116 del Código civil y mientras no llegue a desvirtuarse la
eficacia probatoria de tal presunción (cfr. arts. 386 L.E.C.). Desde el
momento en que se solicita la inscripción de una filiación está cumplido
el requisito exigido para admitir como prueba la presunción de paternidad del marido (cfr. arts. 113 C.c. y 2 L.R.C.).
VI. Puesto que en este caso la madre había declarado que desde
hacía solo dos meses desconocía el paradero de su marido y no se ha
demostrado la falta de convivencia durante los trescientos días anteriores a dicho momento, es forzoso presumir la convivencia entre los cónyuges que establece el artículo 69 Cc y, por tanto, la filiación matrimonial de la nacida, sin que la declaración de la madre, el reconocimiento
efectuado por quien dice ser su padre biológico ni la prueba de investigación de paternidad aportada, sean suficientes para considerar destruida la referida presunción. Esta prueba de paternidad biológica, que
sirve de base al Ministerio Fiscal para dar por destruida la presunción de
paternidad matrimonial, podría ser suficiente en el ámbito de un procedimiento judicial por las garantías procesales que dicha vía proporciona,
entre ellas las relacionadas con el derecho de defensa del marido, pero
no en esta del expediente gubernativo. Lógicamente, lo que antecede se
entiende sin perjuicio de que los interesados en vía judicial puedan ejercitar las acciones pertinentes para impugnar la filiación matrimonial
acordada.
Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria:
1.º Desestimar el recurso y confirmar el auto apelado
2.º Dejar a salvo la impugnación judicial de la filiación matrimonial
por los legitimados al efecto.
Madrid, 23 de mayo de 2007.–La Directora General de los Registros y
del Notariado, Pilar Blanco-Morales Limones.
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MINISTERIO
DE ECONOMÍA Y HACIENDA
11822
RESOLUCIÓN de 11 de junio de 2007, de Loterías y
Apuestas del Estado, por la que se acuerda incrementar el
fondo destinado a premios de la categoría especial de
apuestas deportivas de la jornada 42.ª, a celebrar el día 17
de junio de 2007.
De acuerdo con el apartado 2 de la Norma 6.ª, y los apartados 2 y 3 de
la Norma 7.ª de las que regulan los Concursos de Pronósticos sobre resultados de partidos de fútbol, aprobadas por Resolución de Loterías y
Apuestas del Estado de fecha 31 de julio de 2006 (B.O.E. n.º 185, de 4 de
agosto), el fondo de 2.719.998,49 euros correspondiente a premios de
Primera Categoría y Categoría Especial de la Jornada 41.ª, de la Temporada 2006-2007, celebrada el día 10 de junio de 2007, y en la que no hubo
acertantes de dichas categorías se acumulará al fondo para premios de la
Categoría Especial de la Jornada 42.ª de la Temporada 2006-2007, que se
celebrará el día 17 de junio de 2007.
Madrid, 11 de junio de 2007.–El Director General de Loterías y Apuestas del Estado. P. D. de firma (Resolución de 5 de septiembre de 2005), el
Director Comercial de Loterías y Apuestas del Estado, Jacinto Pérez
Herrero.
11823
ORDEN EHA/1747/2007, de 17 de mayo, sobre resolución
de expedientes por incumplimiento de las condiciones
establecidas en la concesión de incentivos al amparo de la
Ley 50/1985, de 27 de diciembre, de Incentivos Regionales.
A las Empresas relacionadas en el anexo de esta Orden, al no haber
acreditado en tiempo y forma el cumplimiento de las condiciones vinculantes establecidas en las resoluciones de concesión de las subvenciones, se
les instruyeron los oportunos expedientes de incumplimiento, de acuerdo
con lo dispuesto en el Real Decreto 1535/1987, de 11 de diciembre.
En la instrucción de los expedientes se han observado las formalidades legales, habiéndose concedido a las empresas afectadas los plazos
preceptivos para el cumplimiento de los trámites de formulación de alegaciones y de audiencia previstos en el artículo 84 de la Ley 30/1992, de 26
de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y
del Procedimiento Administrativo Común y en el artículo 35 del Real
Decreto 1535/1987, de 11 de diciembre, modificado por Real Decreto 302/
1993, de 26 de febrero y por Real Decreto 2315/1993, de 29 de diciembre.
De las actuaciones resulta probado que los titulares de las subvenciones no han acreditado haber cumplido en tiempo y forma las obligaciones
que contrajeron en la aceptación de las condiciones de los incentivos, por
lo que deben reintegrar la subvención percibida junto con los intereses de
demora correspondientes.
El artículo 37 del Real Decreto 1535/1987, de 11 de diciembre, Reglamento de desarrollo de la Ley 50/1985 de incentivos regionales, señala que
la exigencia del interés de demora tendrá lugar «desde el momento del
pago de la subvención». Por otra parte, el artículo 37 de la Ley 38/2003, de
17 de noviembre, General de Subvenciones, señala que procede la exigencia del interés de demora «desde el momento del pago de la subvención
hasta la fecha en que se acuerde la procedencia del reintegro». Por lo
tanto, la liquidación de los intereses de demora abarca el período comprendido entre la fecha de pago de la subvención y la fecha de esta resolución. Dentro de este período y en cuanto al tipo de interés aplicable,
hasta 17/02/2004 resulta de aplicación lo dispuesto en el artículo 36 de la
Ley General Presupuestaria entonces en vigor (Real Decreto Legislativo
1091/1988), siendo el interés de demora el interés legal del dinero; desde
el 18/02/2004, fecha de entrada en vigor de la Ley General de Subvenciones, es de aplicación lo dispuesto en el artículo 38.2 de la misma y el
interés de demora se corresponderá con el interés legal del dinero incrementado en un 25 por ciento.
Este Ministerio, al amparo de lo dispuesto en la Ley 50/1985, de 27 de
diciembre y su Reglamento de Desarrollo; la Ley 30/1992, de 26 de
noviembre; la Ley 38/2003, de 17 de noviembre; los Reales Decretos 553/
2004, de 17 de abril y 1552/2004, de 25 de junio, modificado por el Real
Decreto 756/2005, de 24 de junio, y demás disposiciones de aplicación, así
como los informes de la Subdirección General de Inspección y Control,
tiene a bien disponer:
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