pdf Speculum. Revista del Club de Letras. Segunda época, núm. 18

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Club de Letras_____________________________
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Speculum
Revista del Club de Letras
Speculum
Vicerrectorado de Proyección Social,
Cultural e Internacional
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Club de Letras_____________________________
Director: José Antonio Hernández Guerrero
Subdirectores: Juan Leiva Sánchez. Rafael Piñero Ibáñez
Coordinadores generales: Mª Luisa Niebla López. Manuel Francisco Romero Oliva.
Consejo de Redacción: Adelaida Bordés Benítez. Ernesto Caldelas Lobo. Pedro Castilla.
Antonio de Gracia Mainé. Joaquín Moreno Marchal. Josefina Núñez Montoya. Manuel
Francisco Romero Oliva.
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Cristina Eugenia Pala.
Administración: Mª Dolores Álvarez Crespo
Diseño de portada y maquetación: Manuel Francisco Romero Oliva
Relaciones Públicas: Carlos Fernández Villegas. Esteban Fernández Villegas.
Revista Speculum
Edita: Club de Letras
© Autores
© Ilustraciones: José Antonio Hernández Guerrero
© Club de Letras
Depósito Legal: CA 378/2009
ISSN 2171-7338
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Speculum
Sumario
Presentación
José Antonio Hernández Guerrero,
Director de la Revista Speculum
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POESÍA
Duermen serenos…
M.ª Jesús Rodríguez Barberá
El burro del poeta
Ramón Luque Sánchez
Luna, pájaro, río…
Juan Ramírez Domínguez
Son todo, son nada
Maritxé Abad i Bueno
Poema
Virtudes Reza
Sobre la vacuidad de las especies
Rafael Duarte Sánchez
Somos
Josefa Roldán Chacón
Vidriera y Quijano
Juan Emilio Ríos Vera
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NARRATIVA
Descaro estival
David Romero Pacheco
Desdoblamiento de la personalidad
María Luisa Niebla López
El amor
Adelaida Bordés Benítez
El escritor
Paco Ramos
El ruiseñor
Carmen Rodríguez López
La naranja y el mar
Luis Alberto Fernández Piña
Retazos
Mª José González Cid
Señora andante
Josefina Núñez Montoya
Sueños de caza
Cristóbal Moreno R.
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PENSAMIENTO
Arquetipo Héroe
Mercedes Díaz Rodríguez
El Poder en la Era del Conocimiento
Miguel Ángel Pérez y Pérez
Hay que empezar
Francisca Sánchez Rico
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RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS
Tiempos ConVersos de María del Carmen Raigón
Por M. Carmen García Tejera
Nuestra Natacha de Alejandro Casona
Por Aurora Romero
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Speculum
Miguel de Cervantes
José Antonio Hernández Guerrero
C
ima y síntesis de nuestra literatura española, Miguel de Cervantes
sigue siendo para nosotros el maestro cercano que nos estimula para
que miremos la complejidad de la vida y para que admiremos la
integridad del mundo en el que, ansiosos, nos movemos. Su fantasía realista y
su idealismo costumbrista constituyen unos ejemplares modelos y unas
canteras inagotables de asuntos y de procedimientos literarios.
Su sentido de una justicia eficaz, sus socarronas intenciones y el empleo del
humor como solución cómica de los conflictos, continúan sirviéndonos de
guías para una escritura que, además de divertida, proponga a nuestros
lectores unas salidas renovadoras a los atolladeros de la vida actual que, como
en aquella ocasión, sufre múltiples crisis. Optimista y jovial, Cervantes
también fue –es- un maestro de un humorismo trágico y desemperezado que
logró interpretar los sucesos mediante una escritura –cruce de corrientes
literarias- que, como la existencia humana, es una mezcla de luces y de
sombras.
Recordando a Horacio, podemos afirmar que este insigne creador de ambientes
cálidos y dotados de intensos valores plásticos, nos ha explicado y demostrado
que la literatura es, también, un arte pictórico.
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Speculum
Poesía
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Speculum
”Duermen serenos…”
(Elegía)
M.ª Jesús Rodríguez Barberá
Rumbo a lo eterno, tu timón has puesto.
Ya tu velero con dolor nos deja
y tus cenizas, una estela pintan
cuando navegan.
Son los claveles, crisantemos, nardos
los que contigo, sobre el mar, hoy bogan.
Ellos recubren de color las aguas…
Van con las olas.
Duermen tus voces en las ondas verdes.
Cuando en las noches me despierte el viento,
las caracolas ¿Traerán tus ecos?
Sólo silencios.
¿Es aleluya lo que el mar entona?
Entre corales tu morada ha puesto,
porque con gozo te esperaba siempre.
Paz en tu lecho.
Con alegrías, enmascaro lágrimas.
Quiero pensar que no es real, que sueño…
Que no te has ido; que tus ojos sólo
duermen serenos.
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“El burro del poeta”
Ramón Luque Sánchez
El burro del poeta
no era de carne y hueso, era de sueños,
con dos grandes carbones por mirada,
siempre encendidos, siempre tan brillantes
que incendiaban de gozo las mañanas.
El burro del poeta era pequeño,
un fuerte y tibio abrazo para todos aquellos
que jugaban con él a ser felices
en un prado de luces y esmeraldas.
Estaba su esqueleto hecho de versos
de acero y de cristal, muy delicado,
pero tan fuerte y lírico que toda la poesía
en sus lomos alegre cabalgaba.
Y era tan bueno
que la luna lunera lo vestía
con un trozo de nube plateada.
Su trote era la risa,
y acariciarlo era
saber de la ternura y la esperanza.
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Speculum
“Luna, pájaro, río…”
Juan Ramírez Domínguez
Quiero ser luna ardiendo que deshaga la oscuridad de los sueños,
pájaro vagabundo que se posa en verano en el árbol que da sombra a su cuerpo,
y rescoldo para su cuerpo
cuando le llegue el invierno.
Quiero ser río donde se ahoguen las lágrimas de las que siempre reniego,
de las sufridas,
de las rendidas,
de las que me arrepiento.
Quiero ser y no ser palabra errante,
eco que se revuelve,
trueno que en días claros haga temblar al viento.
Recuerdos clavados como pirámides que emerjan
rugientes, estáticas, livianas, transparentes, azules,
flameantes, rebeldes al tiempo...
Quiero ser piedra de camino donde mis vueltas atrás
tengan siempre un tropiezo.
Manantial de bocas ardientes,
pañuelo que seque llantos
y espada que ahuyente miedos.
Lienzo donde se apaguen las nieves,
lecho donde se enciendan los fuegos…
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“Son todo, son nada”
Maritxé Abad i Bueno
Palabras que visten...y desvisten,
que abrigan y desnudan la mirada,
que queman y refrescan por entero,
que hieren y al completo resanan.
Palabras de hiel y caramelo,
las mismas que vacían o que estallan
que corroen desde el centro de la vida
el color negro de la injusticia que acampa.
Palabras de ternura y de hielo,
de compromiso, de sal y de agua,
palabras de mar y de tierra firme
compartidas en el silencio de la casa.
Palabras que pienso, que escribo,
que creo entre neuronas con alma,
las que pronuncio con mis labios abiertos
para expresarte sin miedo al olvido
el vocabulario sencillo de quien ama.
Son palabras de amor y desventura.
Palabras sedosas y afiladas,
palabras que nos bailan con soltura
y que son más que todo, más que nada.
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Speculum
”Poema”
Virtudes Reza
Tus segundos son una ETERNIDAD,
y tu eternidad no cabe en un segundo.
Te llaman
te llamo
me llamas
y la circunferencia se transforma en círculo
el círculo en esfera
tras la revolución de ese segundo.
Un segundo llenos de BUCLES desubicados.
Un segundo de lágrimas desubicadas.
Un segundo lleno de RELATIVIDAD.
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” Sobre la vacuidad de las especies”
Rafael Duarte Sánchez
Me moriré de viejo y no acabaré de comprender al animal bípedo
que llaman hombre, cada individuo es una variedad de su especie.
Su ingratitud es hija de la soberbia.
Miguel de Cervantes Saavedra.
El silencio es el brillo de la niebla.
El silencio es la sombra que nos nace.
Y el alma, el eco de todo lo soñado,
necesita el silencio para existir.
En silencio se vive sobre todas las cosas,
porque todo dolor debe ser meditado.
El silencio es un mito,
la pintura rupestre de las ansias y esquirlas
de tanto pensamiento.
La vieja púrpura olvidada de nuestro yo vacío.
Los yos distorsionados por formas exteriores…
Ah. Los libros parpadean sobre la estantería.
Las lámparas definen sus hilos emotivos.
Títulos que sostienen las palabras.
(Los pensamientos que sobran deben ser meditados,
sus burbujas de sombra nunca van al silencio).
La consciencia, pérdida, ha pedido piedad.
El humo de la sangre y el furor de la especie.
En los rastros dorados de esa nada, pervivo.
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Speculum
”Somos”
Josefa Roldán Chacón
Somos
Como una mota de polvo
Esparcida en el aire.
Somos
El ínfimo átomo celeste
Que forma parte de la materia.
Somos
El rescoldo de cenizas
Que mezclará con la tierra
Somos
Lo más grande
Que ha nacido de la nada
Somos
Lo que perdura en la mente
Cuando la vida se acaba.
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”Vidriera y Quijano”
Juan Emilio Ríos Vera
A Miguel de Cervantes
La locura es tan inestable como un cristal quebradizo,
tan frágil como un arcoíris, tan evanescente
como la niebla entre los árboles.
Mientras loco, Vidriera fue un sabio licenciado
que decía las verdades a la cara de la gente
que se agolpaban para escucharle y jalearle
entre vítores y soflamas.
Cuando sus manos dejaron de ser de vidrio
y sus palabras ya no se rompían en los oídos,
cuando sus críticas y duros ataques ya no eran
los de un demente que se quebraba a cada latido,
nadie le prestó ya atención y todos lo olvidaron.
Clavileño fue un potro de tortura para un Quijote
convertido en un bufón de la corte,
en un pelele que soñaba con mundos maravillosos,
en un loco que amenizaba el hondo tedio de los
desocupados señores de buena cuna y amplia cama,
que se reían de su extravagancia, de su diferencia,
de la utopía que llevaba en la cabeza.
La locura es mentira. Es un espejo invertido,
una ventana abierta a secretos indescifrables,
un valleinclanesco escaparate del callejón del gato
donde nada es lo que parece y todo en el fondo,
Cervantes lo sabía, es una verdad relativa.
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Speculum
Narrativa
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Speculum
“Descaro estival”
David Romero Pacheco
L
os rayos, perpendiculares por la hora central del día, golpean con
brusquedad sobre mi espalda. Noto en mi cuerpo, bajo mis ropas, los
trazos de humedad que, sin poder evitarlo, se definen por la infinidad
de gotas de sudor. Miro al frente, a su interior. Una superficie de vidrio
oscuro y opaco me impide contemplar con claridad si hay alguien más. Al
moverme de un lado a otro para corroborarlo, tan sólo mi yo especular
duplicado a la inversa, me devuelve, a destiempo y sonriente, inclinaciones
parecidas pero inquietamente diferentes. Hace un calor sofocante. Abro la
mochila. La botella de agua vacía yace echada en su interior. No podré
soportar esta espera durante mucho más tiempo. Oigo algo a mi espalda. La
veo, una silueta femenina algo desfigurada. Otro posible cliente, o quizás sólo
un espejismo; un mero producto ondulante de la refracción promovida por
aquel sol abrasador. Asciende lentamente hacia mí. No parece notar mi
presencia. Se acerca. Llega. Me sobrepasa casi empujándome. Levanta su
brazo y aferra, con sus delgados dedos, el único saliente en aquella superficie
de cristal. Tira con cierta fuerza y, al comprobar la parodia de su gesto, se gira
y me mira.
—Perdona, ¡¿estás esperando?!
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“Desdoblamiento de la personalidad”
María Luisa Niebla López
H
ay que hacerle un sitio a la locura, no podemos evitarla. Cierro los
ojos y cuento hasta diez ya no nos vale, no somos bebés para los que
no existe lo que no ven ante sus ojos.
Vamos a ser honestos y comprensivos, no basta con ser solidarios. El mal
ajeno resulta más llevadero, es cierto, caemos en la cuenta de que no somos
las víctimas y el alivio es grande, también el miedo de que pueda tocarnos a
nosotros se hace presente.
Pero no llegamos a ser totalmente conscientes de la realidad universal y no
entendemos que resulta indiferente a quién le alcance la enfermedad, que el
sufrimiento de otro ser es nuestro propio dolor instalado en otro cuerpo, que
no hay barreras, que todo lo que sucede está conectado entre sí, que nuestras
acciones son bidireccionales, que nuestros pensamientos son recíprocos y que
nuestros sentimientos son compartidos.
Por eso es necesario que seamos capaces de mirarnos en el espejo de nuestros
semejantes para contemplar nuestro propio reflejo.
Así, nos daremos cuenta de que, si amamos al que padece, nos estaremos
amando a nosotros mismos; si cuidamos al que lo necesita, nos estaremos
cuidando también a nosotros; si escuchamos a los que están solos,
escucharemos nuestra sabiduría interior; si arropamos al desahuciado, nos
reconfortaremos. Acojamos al maldito y sentiremos la bendición,
alimentemos al hambriento y nos nutriremos, demos agua al sediento y nos
saciaremos. Amén.
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Speculum
“El amor”
Adelaida Bordés Benítez
S
e despiden todas las mañanas, cuando el sol y las campanadas del reloj
inician su camino hacia el mediodía, cuando van sumando segundos a
los minutos que conforman el pasado. El adiós es un hasta luego
acariciado por las manos de ambos, separadas por el cristal del autobús. Ella,
hoy, sonríe y deja volar los besos que él recibe alegre. En la acera se deja
envolver por la quietud, por la soledad profunda, mientras las ruedas se
mueven, se la llevan escapándose hacia la tarde. Él mira al cielo.
Una bandada de palomas blancas lo recorre como todos los días y mientras
cierra la puerta de la casa ahoga la melancolía que con fuerza le aprieta en la
garganta. Un dolor morado le retuerce el corazón al recordar su amor vivido,
un amor oscurecido por el zarpazo de la enfermedad. Sin embargo, ella parece
feliz y por esa sonrisa que le dedica desde el autobús merece la pena vivir, se
repite cuando entorna los ojos para verla mejor.
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“El escritor”
Paco Ramos
T
odos creyeron que había muerto. Incluso ella, cuyas palabras me
atravesaron la sien como un disparo dejando un orificio de bala limpio
y con salida. Yo, en el suelo y de cúbito supino, me hice el muerto.
Me metieron en el ataúd y en él he encontrado mi despacho. Dicen que los
escritores escribimos mejor en el desamor y a solas. Aquí no me molesta
nadie. Intentaré terminar el capítulo antes de que me devoren los insectos.
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Speculum
“El ruiseñor”
Carmen Rodríguez López
E
n la quietud de la mañana, entre el ir y venir del quehacer diario, el
pausado silencio se quiebra por los cánticos solidarios de un ruiseñor.
La primera vez que lo escuché, me llamó la atención y me hizo gracia
la alegría esporádica que iba dejando por el aire. Todos los días sobre la
misma hora, dobla la esquina cantando, y saluda a gritos a todo el vecindario:
¡¡buenos días!! ¡¡buenos días!! Y a la vuelta, sigue lanzando con sus cantos
los cometas de alegría: ¡¡Qué tiene la zarzamora que a todas horas llora que
llora por los rincones…!! O en otras ocasiones: ¡¡Bodeguero, bodeguero
enciéndeme la candela…!! Y a veces, piropea nuestra tierra y le canta a la Isla
de San Fernando. En una ocasión, abrí la ventana y me asomé para ver a la
persona, que, sin saberlo, me alegraba la tristeza en la que habito; y desde
entonces siempre que lo escucho, cuando puedo, me asomo a la ventana.
Es un hombre de unos setenta años, alto, enjuto, de pelo cano y piel morena,
que suele ir vestido con pantalones vaqueros descoloridos, gastados y
camiseta veraniega o camisa por fuera. y siempre lleva una gorrita con visera.
Por su aspecto creí que era un gitanillo; pero un amigo me ha dicho que viene
todos los días en el camión de la fruta, que traen a la lonja desde un pueblo
vecino, y que se pasea por las calles contando y saludando a todo el mundo
desde el mercado hasta la estación.
Es admirable la alegría y el regocijo que nos va regalando, sobre todo, por su
inagotable repertorio del Folklore Español.
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“La naranja y el mar”
Luis Alberto Fernández Piña
U
na naranja se desprende de la rama en la que ha crecido y cae a la
tierra formando un hoyuelo por el impacto. Llueve desde hace dos
días y la garganta de Diego Díaz comienza a desbordarse. A las
pocas horas el agua del arroyo ha ocupado varios metros de la
vega y roza suavemente la cáscara de la naranja caída; la tienta y la acaricia
varios minutos, hasta que la garganta se ensancha un poco más y la naranja es
arrastrada. Entre la confusión de trozos de madera arrastrados, guijarros
chocando con todo por la fuerza de la corriente, basuras, y muchas otras cosas
que lleva la garganta, la naranja es transportada durante varios kilómetros. De
repente el cauce se ensancha aún más y la violencia del agua es mayor, es el
poderoso Guadiaro. La naranja continúa su viaje por el río y sigue recorriendo
kilómetros entre aguas turbulentas. El cauce aumenta aún más cuando el
Hozgarganta, y más tarde el Genal, se unen al Guadiaro, desbordándolo
todavía más. Llega el estuario del río Guadiaro a la altura de Sotogrande, y
muchas naranjas que vienen arrastradas por se quedan en la arena de la misma
desembocadura, pero la naranja que protagoniza este viaje, junto con muchos
cientos más de ellas, sale al mar Mediterráneo. En alta mar los peces intentan
morder la cáscara de las naranjas, y muchas acaban siendo el manjar de estos.
Pero las olas, el viento y las corrientes no dejan que nuestra naranja sea pasto
de los peces y la empujan hacia la costa. Y finalmente la naranja acaba su
viaje en la arena de la playa, a decenas de metros de la desembocadura y a
kilómetros de la vega, del naranjo del que cayó.
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Speculum
“Retazos”
Mª José González Cid
oy te he sentido más cerca…Ha sonado, ¡fíjate!, una armónica, un
roquero y me he visto con la espalda apoyada en la pared de aquel
escenario, que llenamos de gente con la intención de que unos
amigos consiguieran dinero para unos desahuciados.
H
Te he visto otra vez con aquella guitarra de siempre, mordisqueando
canciones, desgranando poesías, poniéndole música a ese “If” que nos llenaba
tanto… ¡echándole naturalidad a eso tan difícil que es un escenario y un
respetable enfrente!
¡Dios, parece que fue ayer…!
Adiós a cuitas, ensayos de grupos de música amigos, a esos ratos inolvidables
en la playa cantando con tu acústica de 12 cuerdas y el paquete de patatíbiris.
Cuando volvías de Las Arenas, del primer concierto en España de los
Rolling…un camión te mandó a las estrellas.
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“Señora andante”
Josefina Núñez Montoya
H
oy, en esta noche, nadie es perfectamente bueno. Por este lugar tan
transitado todos somos desconocidos y me siento a solas. Tengo el
espíritu en calma y es perfecto el momento, porque es como si no
existiera la seguridad del pasado ni el incierto futuro. Nadie es perfectamente
bueno en esta noche, pero reconozco la bondad en mí, en esta noche, a solas,
por este lugar tan transitado.
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Speculum
“Sueños de caza”
Cristóbal Moreno R.
L
os disparos habían sonado lejos, pero el eco cerca. La ladra de los
perros penetraban entre las agrestes montaña y sonaban en mis oídos
como tambores de guerra. Estaba jadeante y tenía sed, por lo que me
introduje entre las altas aneas que formaba un bosque en esa orilla del río.
Bebí con ansias.
Con el sigilo de una culebra salí de la espesura para subir a la loma más
cercana y ojear el horizonte. La profunda garganta serpenteaba entre las altas
paredes que la circundaba. Los grajos estaban tranquilos, y los buitres, allá en
lo alto, como fantasmas de otro mundo, permanecían quietos con las alas
abiertas al sol. Un águila culebrera volaba en círculos ojeando desde el cielo
su zona de caza. El peligro, por el momento, se había alejado. Tenía sueño y
me recosté a la sombra de un quejigo. El cansancio me cerró los ojos.
Soñé que volaba junto a una bandada de perdices amedrentadas al haber sido
espantadas por dos inquietos bracos. Tras nuestro ajetreado vuelo sonaban
estruendos como truenos y el aire era rasgado por diminutos silbidos. Entre el
estruendo y el silbar del aire aventando plumas, desaparecían mis padres y
mis hermanos. El terror me llevó hacia el hondo abismo de las montañas
donde, jadeante y sin aire, me posé junto al arroyuelo del viejo roble. Bebí y
me dormí.
Un ladrido me despertó. El peligro real me inquietó, corrí. Pensé en poder
volar. De pronto: ¡el ladrido, el estruendo, y un dolor que me hizo caer al
suelo! Percibí un fétido aliento, unos grandes dientes que me aprisionaban,
unas manos humanas mesando mis plumas, una argolla atravesando mi pico,
unos pantalones mugrientos salpicados de sangre, los ojos desorbitados de
mis hermanos y una luz más blanca que el sol que me cegaba.
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Speculum
Pensamiento
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Speculum
“Arquetipo Héroe”
Mercedes Díaz Rodríguez
M
uchas veces me he preguntado por qué a muchos artistas y a los
considerados "locos" les ha interesado tanto la figura de D.
Quijote de la Mancha, hasta el punto de plasmarlo en sus obras o
integrarlos en su locura. Quizás se deba a su ingenuidad, su idealismo o a esa
necesidad interna que tenemos los seres humanos de identificarnos con la
figura del héroe que lo arriesga todo por una causa noble y justa. Creo que D.
Miguel de Cervantes no solamente ha realizado una aportación de
incalculable valor a la literatura sino que nos ha aportado un personaje con el
que salvar nuestro psiquismo: D. Quijote. A menudo nos tenemos que
enfrentar a nuestros fantasmas internos que amenazan nuestra cordura,
luchamos denodadamente por establecer puentes que unan nuestro mundo
interior, ese inconsciente plasmado de conflictos y demonios que nos
atormentan con ese mundo exterior al que llamamos realidad y que cada cual
interpreta a su antojo. ¿Quién no necesita una guía interna como Dulcinea que
nos guíe en nuestro viaje por esos mundos inhóspitos de nuestra mente, en la
que estamos solos ante nuestros miedos? ¿Quién no se ha visto reflejado en la
figura de D. Quijote cabalgando de la mano de Sancho Panza, anhelando un
mundo donde reine un poco de cordura y justicia social? Ahora más que
nunca necesitamos ser Quijotes en busca de un mundo más igualitario. Ya es
hora de que este personaje deje de estar en el terreno de los artistas y los
"locos" y pasemos todos a integrarlo en nuestra realidad, ¿o es que no estamos
todos un poco "locos"?
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“El Poder en la Era del Conocimiento”
Miguel Ángel Pérez y Pérez
P
or delante de toda acción organizada, no espontánea, siempre está el
pensamiento. Nada ocurre por casualidad, sino por causalidad
desconocida. Cada vez que un acontecimiento económico o político
surge, es porque alguien trabajó para que ocurriese. Sin embargo, el grupo de
personas que produce o induce acontecimientos es muy pequeño. Son más las
personas conscientes de lo que acontece y las que, convencidas o interesadas,
ejecutan o aseguran la ejecución. Pero desde siempre, y más ahora en el
mundo globalizado, son una inmensa mayoría los que no se enteran de nada,
aunque sufran o disfruten las consecuencias. Nunca saben por qué ocurre ni
que pasa en realidad.
Como todas las guerras, las de “3ª Ola” se libran con todas las armas
disponibles, desde las más antiguas como son la fuerza bruta, la coacción, la
devastación, el fuego o el hambre, hasta otras más recientes como la guerra
marítima, la económico-financiera y las que permiten destrucción en masa y
muerte en cantidad industrial. Pueden incluir armas nucleares, químicas,
biológicas, espaciales, cibernéticas, arquitectura financiera e ingeniera social.
Estas últimas son, quizás, las más sofisticadas, que no nuevas ni excluyentes
de las demás. Hoy son llamadas “armas silenciosas para guerras tranquilas”,
atribuidas por las “teorías conspirativas” al “Club de Bilderberg” y otras
organizaciones,
supuestamente
secretas
pero
siempre
conocidas
y
perteneciente a Occidente. Su empleo no ha sido probado. Antes eran
llamadas adoctrinamiento, esclavitud, opresión, sometimiento o apatía, y
luego proselitismo, "aculturación" y guerra psicológica. Este “Club” es un
“Centro de reflexión”, “Laboratorio de Ideas” o “Grupo de Presión” integrado
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Speculum
por personas muy poderosas del ámbito de las finanzas, economía, política,
grandes empresas multinacionales, medios audiovisuales, aristocracia, fuerzas
armadas y servicios secretos. Y en teoría es una organización discreta, muy
opaca, pero cuyas reuniones son hechas públicas, su seguridad es ostentosa y
amplia, emiten comunicados de prensa y sus miembros son conocidos (al
menos los que asisten). Sus detractores los acusan de actuar como un
gobierno mundial secreto, de enorme poder real, eficaz, elitista y no
democrático.
Sin embargo, sí como dijo Alvin Toffler, “desde siempre el hombre ha hecho
la guerra con los mismos medios que crea riqueza”, no debe extrañar que en
la Era del Conocimiento sea precisamente esto lo que se use como arma.
Dicen que esta ingeniería social busca nuevas formas de facilitar la
ignorancia, docilidad y control del Recurso Humano, para su mejor
explotación económica y política, que es lo que siempre intentan dictaduras y
tiranías, religiosas o laicas, de derechas o de izquierdas, antiguas o modernas.
Serían los métodos de siempre, ejecutados para obtener el Poder, pero hechos
en cuádruple sentido: Adquiriendo conocimiento a la vez que se niega al
enemigo o competidor externo, incluyendo actividades hostiles deliberadas y
usos bélicos. Y mientras, impulsar el trabajo intelectual estoico, disciplinado
y tenaz de la clase dirigente propia a la par que se alienta la comodidad,
ignorancia y apatía en la mano de obra, para que produzca bienes y servicios
abundantes y con docilidad.
Sin embargo, los caminos intelectuales a seguir, la motivación y el método,
son bien conocidos por científicos, empresas y dirigentes políticos, no son
nuevos. Es un “Sistema” admitido y hasta “democrático”, mientras no exista
algo mejor y se respete la libertad de voto, pensamiento y expresión. Lo que
en verdad importa es que el Sistema permita un trasvase continuo y fluido en
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la realidad, entre capas sociales, en función del mérito y capacidad, que
ofrezca igualdad real de oportunidades pero que respete las herencias
económicas y culturales recibidas. Su eficacia está en función de la equidad,
inteligencia y trabajo, en potenciar todas las cualidades personales sin
escatimar el esfuerzo, dedicación, constancia, auto-disciplina y perseverancia
de los mejores. Pero no por medio de la distracción, incultura y coacción de
las mayorías. Hoy un Estado, o un Ente Estratégico, que no controle y ejerza
sus capacidades para obtener y emplear la ciencia y el conocimiento, carecerá
del medio esencial hacia sus objetivos y su supervivencia.
En sus inicios, el propósito del Grupo Bilderberg era unir más a Estados
Unidos y Europa, para protegerse del comunismo soviético. No es de extrañar
que la Federación Rusa, heredera de URSS, aun lo odie. No olvidemos que
Joseph Retinger, probable origen intelectual de Bilderberg, nacido en
Cracovia de familia judío austríaca, universitario, político y políglota, fue
desde muy joven uno de los hombres más influyentes y desconocidos del
movimiento europeísta y gran impulsor del Congreso de Europa. Por contra,
algunos que fomentan la “conspiranoia”, como el escritor, investigador y
orador trilingüe Daniel Estulin, que reside en España y presenta un programa
de televisión en la cadena RT (Russia Today), que ha escrito más de una
docena de libros con títulos como "Los señores de las sombras", "El Imperio
Invisible" o "El instituto Tavistock", con la tesis de una élite financiera que
conspira para colapsar la economía global y convertir el mundo en una
corporación que sólo a ellos beneficia, nació en Vilna (Lituania) cuando
formaba parte de la Unión Soviética, trabajó como agente de contraespionaje
del Servicio Federal de Seguridad (el KGB) y afirma ser “un ruso expatriado,
expulsado de la URSS en 1980”. También el actual presidente de Rusia, que
ya fue lo fue de 2000 a 2008, Vladímir Vladímirovich Putin, se inició en la
Dirección de Inteligencia Exterior del Comité de Seguridad del Estado, el
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Speculum
KGB de la antigua URSS, donde llegó a teniente general. A todos se les
puede reconocer sus capacidades de pensamiento y su formación ideológica.
Como siempre, la verdad suele estar repartida entre las partes. También los
ideales e intereses que defienden.
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Club de Letras_____________________________
“Hay que empezar”
Francisca Sánchez Rico
H
ay que empezar a crear lo imposible. Hay que empezar a crear
conciencia. Hay que dar el primer paso. Cuesta empezar, es lo
difícil. Pero hay que hacerlo, ¡y ya! Porque sabemos que el tiempo
pasa, es limitado. Y descubrir más adelante, al final de la vida, lo que hemos
hecho con ella, podría hacernos sentir frustrados.
Porque lo imposible es posible si creemos firmemente. Sólo es cuestión de
una transformación, de un cambio, de tener fortaleza, paciencia e interés en
conseguirlo.
¡Cuántas cosas que creíamos imposibles se han hecho realidad! A nivel
histórico, social, individual: la esclavitud (aunque sigue habiendo otros tipos),
el derecho al voto de las mujeres, y su incorporación a la vida laboral, los
avances científicos, tecnológicos...
Puede ser más fácil de lo que pensamos: es cuestión de quitar el “im”, pasar
de “imposible” a “posible”, dejar de utilizar mental y verbalmente esa palabra
paralizante y repetirnos: “Puedo conseguirlo”.
Crear conciencia es elevar el nivel energético de las personas. Es ascender,
evolucionar. La gente está aletargada, distraída, ocupada con tal cantidad de
cosas que no son importantes, que se les va la vida. Es muy triste ver cómo
tantos sujetos - jubilados, deprimidos, infravalorados - pierden el día a día.
¡Cuánta sabiduría desaprovechada en el mundo! ¡Cuántas mentes, cuántas
manos!
Pero preferimos la rutina, la monotonía, la seguridad, el área de confort, al
riesgo.
Es más cómodo, y dejamos lo importante por hacer lo urgente. Y lo urgente
no siempre es importante.
Dar el primer paso cuesta. Crear un hábito no es fácil. Tendríamos que
plantearnos seriamente propuestas de mejora en nuestra vida y ponerlas en
marcha. Ser exigentes con nosotros para conseguir los objetivos marcados. No
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dejar pasar el día sin dedicarnos a lo que queremos. Es el momento. ¿Estamos
dispuestos?
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Reseñas
bibliográficas
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Libro: Tiempos ConVersos (con ilustraciones de Estefanía Martín y
Prólogo de Antonio Murciano)
Autor: María del Carmen Raigón
Editorial: Edición de la autora
Lugar de edición y año: Chiclana de la Frontera (Cádiz), 2014.
Por M. Carmen García Tejera
Hace más de dos mil años el poeta latino Horacio (ilustre precursor de los
después llamados “poetas profesores”) ya se preguntaba para qué sirve la
literatura: aut docere…, aut delectare. ¿Para enseñar? ¿Para entretener?
No era mi intención hablar aquí de Horacio, sólo que la lectura de Tiempos
ConVersos de María del Carmen Raigón me lo ha evocado como la
magdalena proustiana. Verán: la autora de este libro (nacida en Ibiza, criada
en Granada y en la actualidad residente en Villamartín) ya ha publicado un
buen número de libros poéticos con los que ha obtenido numerosos premios.
Pero además, María del Carmen Raigón se dedica a la enseñanza y pertenece
a un grupo -“Indocentes”- formado por profesionales que, como ella,
compaginan la docencia con la práctica de la creación literaria y artística.
Doble función que -como recuerda en su Prólogo a esta obra el poeta Antonio
Murciano- tiene un profundo arraigo en nuestra historia literaria.
Esta poeta-profesora fue primero -era inevitable- una pertinaz lectora: de
Bécquer se nutren sus primeros versos y a sus Rimas debe probablemente ese
regusto por el poema breve, de aire sentencioso y temática amorosa que
advertimos de manera especial en la primera parte de su poemario, ese
“Cuaderno de versos de amor” en que la autora plasma con una sencillez
abrumadora sentimientos, sueños y vivencias.
Pero los “tiempos conVersos” implican también una “conversión”; el cambio,
la búsqueda de la propia voz, más patente en la segunda parte: “Mi propio
camino”. Sin abandonar la estructura breve del poema, la autora emprende
con valentía su personal andadura que resuelve en composiciones tan
sorprendentes como bien logradas. María del Carmen Raigón pone en práctica
una afirmación de otro poeta-profesor, Pedro Salinas: “todo es poetizable”, y
construye poemas a partir de artilugios y mecanismos que hoy consideramos
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imprescindibles (el móvil y sus múltiples funciones, el empleo de Youtube…).
Su capacidad transgresora -quizás para sorpresa de muchos docentes y
discentes- la impulsa a “convertir” en poema cuestiones gramaticales, figuras
retóricas y complicadas operaciones matemáticas, o resolver la difícil
disyuntiva entre “letras” o “ciencias” en unas arriesgadas -y sugestivascreaciones poéticas.
¿Enseñar deleitando? Sí: ésta es la máxima que integra la doble propuesta
horaciana. Muy repetida a lo largo de siglos, pero -¡ay!- escasamente
practicada. Estos Tiempos ConVersos resultan excelentes para fomentar el
disfrute de la poesía en las aulas: a ello contribuyen eficazmente esas
deliciosas ilustraciones de Estefanía Martín Pérez (suscribo su afirmación de
que “el arte puede cambiar tu vida”), la maquetación de la obra y el formato
de cuaderno con que se nos presenta.
María del Carmen Raigón es una poeta, pero también -no lo olvidemos- una
profesora: de ahí su pretensión de que este libro sea “interactivo”, ofreciendo
en él un espacio para que cada lector pueda plasmar sus vivencias o sus
opiniones (¿no es ésta una fórmula para iniciarse en los, a veces, tan temidos
“comentarios de textos”?). Yo me arriesgo a estrenar este “bloc de notas” con
una sugerencia: “endulcemos la amargura de estos tiempos convulsos con
unas gotas de estos Tiempos ConVersos”.
Ahora pienso que sólo con esta propuesta, les podía haber ahorrado la lectura
de esta larga reseña.
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Libro: Nuestra Natacha
Autor: Alejandro Casona
Editorial: Castalia
Lugar de edición y año: Madrid, 2007
Por Aurora Romero
La protagonista de esta breve comedia es Natacha, una huérfana cuya infancia
y adolescencia transcurrieron en el cruel reformatorio de las Damas Azules.
Con el tiempo se convertiría en la primera mujer doctorada en ciencias
educativas en España, volviendo como directora a la institución y con ello, la
oportunidad, de descubrir el sentido verdadero de su propia vida al poner en
práctica una pedagogía redentora del alma. En un momento de la obra,
Natacha alecciona a Lalo, componente del teatro ambulante: “Vaya a buscar a
los pobres, a los enfermos y trabajadores que se nos mueren de tristeza en las
eras de Castilla”, descubriéndonos la realidad española de los años 30:
pueblos ahogados en el olvido y la miseria de los que Casona fue testigo
directo junto a los estudiantes voluntarios de las Misiones Pedagógicas. Esta
marginalidad surgida desde la incapacidad política de involucrar a todos los
españoles en un proyecto común, se extiende a través del autoritarismo
inhumano a instituciones como los reformatorios y aun entre la ciudadanía
misma en la que “cada grupo deja de sentirse como parte y en consecuencia
deja de compartir sentimientos por los demás”, tal y como la definió Ortega y
Gasset. Es el convencimiento de Casona de la necesidad de una reforma
educativa por la que esta obra adquiere pleno significado y dirige su creación
hacia la utopía de reintegrar al mundo en una humanidad solidaria, amor al
prójimo donde “el amor de caridad”. Y fueron estos principios por los que la
crítica tachó injustamente a la obra como “empacho sentimentaloide”. En la
obra ha quedado vertida su lucha por que todos fueran ciudadanos de pleno
derecho y todo el amor del escritor hacia el pueblo: “Necesitaban pan,
necesitaban medicinas (…) pero sólo llevábamos poemas y canciones en el
zurrón”.
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