\m Lorca 7 de Fchrero de 1897 •BBgwBmMjmaaiaaaggBB iMMBMaiMiiiM arnaagaa >. ^'ÚIn.2. »M.iii.iiini DIESaOlOlT DE SUSCRIPCIÓN ADMINISTRACIÓN P. GARCÍA D Ii 71^.° 25 Una peseta al raes.—trimestre dos cincuenta. jpERIÓDICO piSEMANAL J N D E P E N D I E N T E Direclor: J. García Bayonas Consideraremos suscritores á este periódico á todos los señores que no devuelvan el presente número, JilPlIHW l«MJmMUJ.w^^»«ffiTTKp« AZUFRE LlOllOO C0.\C1ÍNÍRAS)0 DEL txtx ^ \\% El produelo más eficaz y ccoiioraico, para combatir las cnfermedade de las viñas, del arbolado, de las Iiorlalizas, planllos ele. Dcslruyen las plagas de la vid y los Inserios perjudiciales de los vejelales: las plantas adquieren salud y lozauia: causa de los inconvenicules de otros iralamicntos. Privilegio con patente por 20 afios- . Agentes en las principales poblaciones productoras; certificados favorables de sus buenos resultados. Pídanse prospectos y folletos. Lorca- Corredera- ^4 Meditemos Existo una influencia reciproca entre las que podíamos llamar fuerzas morales de los pueblos; las energías de-los hombres que nos gobiernan y esas energías lal¿nles que de una manera poco visible, en los mayores espacios de los tiempos se producen y solo de vez en cuando en esfervercenle y estruendoso modo se manifiestan haciendo cambiar el rumbo de los sucesos y eclipsarse las personalidades que hasta ese momento saboreaban las delicias del poder ocupando los puestos- preeminentes en la administración y en la política. Y la historia nos pone de manifiesto, cuando estudiamos las influencias predisponentes de las grandes revoluciones, que el desequilibrio pro- ducido entre losgobernanics y los gobernados, bien sea por tiranías que aflxian ó indolencias que aniquilan, por arbitrariedades del poder ó indiferencias del poderío, engendran poco á poc), pero de manera cierta, el asumbro anie la soberbia ó el desprecio ante la indiferencia; que el pueblo sufre las uranias óaguanlael insolente desprecio que á sus exigencias justas se le Incen, hasta que llegua el moiíicnío de darse cuenta que se conculcan sus derechos y se mofan de su indiscutible soberbia. Estas reflexiones, que ante los actuales tiempos vienen á llamar nuestra atención de persistente modo cuando ame el marasmo que nos envuelve pensamos no solo en el lastimoso cuadro que ofrece la política actual, y la situación de los pueblos, de estos pueblos de nuestra Espafia que si cada uno vale es y representa bien poco, que apenas representan cada uno para los gobernantes una parle pcquefia de un dirtrito electoral; lodos juntos son y representan lo que llamamos Patria; y todos los pueblos, La Patria junto con el lamentonalural que lanza a! verse y sentir tremendas heridas; parece que siente también grande amargura, presintiendo la esterilidad de sus sufrimientos. Esto que decimos, recordando el estado general de líspaña podemos aplicarlo á este país nuestroá nuestra Patria chica, á Lorca. Pero el cuadro tiene otras tintas y otros tonos, algo que se diferencia del cuadro general de España y mucho que se diferencia de otras épocas. Estas diferenciaciones son dignas de que en ellas flgemos detenida atención y con)paremos, y de la comparación surgirán juicios acabados que seguramente influirán en nuestro ánimo apenándonos unas veces y haciendo renacer consoladoras esperanzas, y en lodos casos mostrándonos grandilocuentes enseñanzas. La situación actual de Lorca en lo que atañe á su situación política local es esencialmente cscepcional y de bonanza abrumadora. No recordamos una situación tan despejada; un Ayuntamiento con disciplinada y sumisa mayoría, sin oposición aparente, que celebra sus sesiones en familia, que sus acuerdos los pedestales de estas flguras que adornan el estadio poliliquiílo de nuestro piK'blo, ya hemos dicho y todos sabemos, (\m apenas los deja al descubierto el lodo insano de la via pública. Nos produce honda pena, el entreienimiento de eslas consideraciones prematuras, pero es mas lastimoso que la condición paupérrima de los prohombres de nuestro pueblo,la apatía é indiferencia del país que los tolera.. Antes de la censura y h ;cicndü la infacla apología de nuestros personajes se envuelve efl el mismo senliiwenlo la indigaación propia; que si falla de facultades en dios encontramos, sobrade condescendencia hemis de notar en nosotros mismos; si veOjeo Daliilades y poco elevado sentimiento La política local ha de ser objeto de pktrios amores en. ellos presentimos iVv;-vi''iüdelenido jwr .nuestra parlo. en nosotros se señala la puiTible falta ysi bien ha de parecer pretencioso y de energía para sacudir yugos que enridículo ocuparnos seriamente de la vilecen,, imp,f)siciwies'\7ue degradan, que realmente no tiene im^portancia, arrogancias que nos insultan, indifepor estar ésta a la misma altura de los- rencias (\\\Q prostituyen. La liistoila p^'esente de Lorca, es que la manejan en la aetiialíd^ul, m obstante, merecerá, la predLIeccióa de iHKi- caricatura grotesca que los lares patrios la presencian con horrorosa nuestra crítica. Aquí es bien sabido qire la poírtí- mueca de ddor acerbo; aqiidlos. misca apenas levanta su vuelo sobie los^ mos que presenciaron con júbilo los adoquines de las aceras y que el radio heroísmos de nuestros ahuelos, se re'e:iis desenvolvimientos no pasa de vudven al presente con dolorosa conlos límites del extrarradio de fiscaliza- torsión ante el inconcebible marasmo de nuestra indignidad. ción para los consumos. Menesteres, y este es nuestro paBajo este punto de visí» no eabei> apreciaciones porque los actos políti- Eriólicadeseo, que todos contribuya* cos de esta índoJe trasciendea misterios mos, que|MDg,amos de nuestra parto y apenas si en los fielatos y en la ad- para que la política local sea digna de ministración ceñirá! de consumos se los lorqulnos y evitar la prosecueión sabe una palabra delaapIlcaGióa que de losen mal hora semdados derrotede ello se hace en la casa déla CiudaJ. ros que han de condudrnos seguraEn otro orden de cosas^ por pro- mente, no sdo á la ruina material de jíi'f. y estraños se hacen comentarios nuestro pueblo, sino lambiená nuestro y se señalan con lujo de detalles lie- mas ahsolutx) desprestigio. dlos y cohechos de los que guardamos en cartera; apuntes que en el trascurso C A S O S . COSAS de nuestra publicación, iremos desmeY MURMURACIONES nuzando. LOS DOS CUÑADOS Del mismo noodo nos oeuparemos FÍBULA. de las actitudes y aptitudes de nuestros políticos, á los que en su mayoría haEn medio de des bancales Yendo de caza de liebres remos grande honor si los nombraDiscutian muy formales mos, aunque al nombrarlos, como es Pepe Cuadra y Juan Piseire natural, ao podamos decir de ellos naSi en casándose el segundo da bueno. Coa la novia que ahora tiene Después de todo nuestro esfuerzo Podrá en la casa del suegro Ampararse ó guarecerse no es mcnebler que sea grande porque se maduran á placer y queadminiálra Ci impuesto de consumos habiendo conseguido una baja del 50 por ciento del anterior encabezamiento; esto no lo ha tenido situación alguna anterior á la présenle. Es verdad que aun no se ha traducido en hechos el resultado de tanta bondad; pero es menester no pecar de impacientes; hemos esperado mucho y es meuester esperar mas: sentémonos. La razón de una situacióirque tiene elementos para poder hacer mucho bueno y no lo hace, por algo será.. Esc algo será nuestro estudio predilecto. Meditemos.