Embajada de la República Federal de Alemania Embajador Dr. Rolf Schumacher Embajada de la República Federal de Alemania, Villanueva 1055 C1426 BMC - Buenos Aires www.buenos-aires.diplo.de Argentina – Alemania Un recorrido a lo largo de 150 años de relaciones bilaterales ISBN Fotos de tapa, contratapa y solapas: gentileza AGN, ASA, Berlinale, DaimlerChrysler Argentina s.a., Familia Dietl, Guido Gayk, Hambürg Süd, Roberto Litvatchkes, Min. Fed. de Relaciones Exteriores, Rainer Pfisterer, Jorge Royan. 2 3 Grußwort des Bundesministers des Auswärtigen für die Publikation der Botschaft Buenos Aires "150 Jahre deutsch-argentinische Beziehungen” Nicht nur im Titel des "Freundschafts-, Handels– und Schifffahrtsvertrages", der am 19. September 1857 in Paraná unterzeichnet wurde, findet sich das Wort Freundschaft an erster Stelle wieder. Auch im Vertragstext, der sich sonst vor allem mit Rechts- und Wirtschaftsfragen befasst, findet es gleich im ersten Artikel prominent Erwähnung. Seit der Vertragsunterzeichnung hat sich in beiden Ländern vieles verändert, doch der Vertrag hat noch immer Bestand. Besonders freut mich, dass unsere Bürgerinnen und Bürger die deutsch-argentinischen Beziehungen mit Leben zu füllen vermochten und das gilt auch und vor allem für das Wort Freundschaft. Das ist nicht nur ein schöner Begriff auf kunstvoll gesiegeltem Papier von 1857, sondern vielmehr der tägliche Austausch in allen Bereichen des Lebens: in Wirtschaft, Kultur oder Gesellschaft, wie etwa Tango und Technologie, Borges und Biokraftstoff, Goethe und Gauchos oder Fußball und Fangio. Die deutsch-argentinische Freundschaft besteht fort und ist heute enger denn je. Davon legt dieses Buch Zeugnis ab und lädt Sie ein zu einem bunten Spaziergang durch unsere gemeinsamen 150 Jahre. Dabei wünsche Ihnen eine spannende und unterhaltsame Lektüre und würde mich sehr freuen, wenn wir die deutsch-argentinischen Beziehungen auch in Zukunft offen, kreativ und lebendig gemeinsam gestalten könnten. Dr. Frank-Walter Steinmeier Bundesminister des Auswärtigen 4 Mensaje del Ministro Federal de Relaciones Exteriores para la publicación de la Embajada Alemana en Buenos Aires "Argentina – Alemania 150 años" No sólo en el título del "Tratado de Amistad, Comercio y Navegación", firmado el 19 de septiembre de 1857 en la ciudad de Paraná, figura la palabra amistad en primer término.También en el texto del Tratado, que básicamente se refiere a cuestiones jurídicas y económicas, el concepto de la amistad se destaca por su mención en el primer artículo. Desde la firma del Tratado se produjeron numerosos cambios en ambos países. Sin embargo, el Tratado aún perdura. Me complace especialmente que nuestras ciudadanas y nuestros ciudadanos hayan dado vida a las relaciones entre Argentina y Alemania y, ante todo, también a la amistad. El vocablo amistad no es solamente una linda expresión en un documento de 1857 sellado con arte, sino que se manifiesta en el intercambio cotidiano en todos los ámbitos de la vida: en la actividad económica, cultural o social, como pueden ser el tango y la tecnología, Borges y biocombustibles, Goethe y gauchos, fútbol y Fangio o cerveza y ciencia. La amistad germano-argentina persiste y es hoy más estrecha que nunca. El presente libro es un testimonio de esta amistad e invita al lector a un colorido recorrido a través de nuestros 150 años compartidos. Espero que la lectura le resulte interesante y entretenida. Sería para mí una gran satisfacción si también en el futuro continuáramos conformando juntos las relaciones germano-argentinas con espontaneidad, creatividad y dinamismo. Dr. Frank-Walter Steinmeier Ministro Federal de Relaciones Exteriores 5 An Stelle eines Vorworts A modo de prólogo Von Buenos Aires bis Cordoba hatte alles bestens geklappt. Nachdem der argentinische Präsident Agustin P. Justo in Cordoba die zweisitzige offene Maschine ‚Junkers 10 Junior’ wieder bestiegen hatte und auf dem Rücksitz angeschnallt war, startete sie planmäßig Richtung Zielflughafen Tucumán. Da die Junior nur wenige Instrumente hatte, wie zu dieser Zeit üblich, wählte der Pilot J. Stunde, einer der erfahrensten der Firma Junkers, die Route entlang der Eisenbahnlinie, um sich nicht zu verirren. Das Wetter war zunächst einigermaßen gut, aber es begannen ungewöhnliche Turbulenzen, so dass der Pilot Mühe hatte, die Maschine sicher in der Luft zu halten, bis Tucumán, wo sie zwar durchgeschüttelt, aber pünktlich landete. Ähnlich wie in Cordoba großes Militäraufgebot. Die Maschine rollt aus und kommt an die Stelle, wo sie mit rotem Teppich erwartet wird. Der Pilot dreht sich in seinem Sitz um, um sich bei seinem illustren Fluggast für den etwas ungemütlichen Flug zu entschuldigen. Und muss feststellen: der Präsident ist weg! Desde Buenos Aires hasta Córdoba todo fue de maravillas. Una vez que el Presidente de la República Argentina, Agustín P. Justo, ascendió en Córdoba al Junkers 10 Junior, un avión de dos asientos con cabina descubierta, se ubicó en el asiento trasero y se colocó el cinturón de seguridad, la aeronave despegó puntualmente con destino al aeropuerto de Tucumán. Dado que el modelo Junior estaba equipado con pocos instrumentos, como era usual en aquellos tiempos, el piloto J. Stunde, uno de los más experimentados de la empresa Junkers, siguió la ruta a lo largo del trazado del ferrocarril para no desorientarse. Inicialmente las condiciones climáticas fueron favorables pero, de pronto, turbulencias poco habituales obligaron al piloto al máximo control del avión para mantenerlo seguro en el aire hasta Tucumán, adonde finalmente aterrizó algo sacudido, pero en horario. Al igual que en Córdoba, fue recibido con gran despliegue militar. En ese momento la aeronave desacelera y finalmente se detiene en el lugar donde era esperada con una alfombra roja. En su asiento el piloto gira hacia atrás para disculparse ante su ilustre pasajero por las condiciones poco confortables del vuelo y advierte que: ¡El Presidente no está! Was war geschehen? Während einer der Turbulenzen war die Schraube gebrochen, an der der Sicherheitsgurt des Präsidenten befestigt war. Er wurde aus der Maschine katapultiert. Der Fallschirm ging auf, weil die Reißleine am Flugzeug befestigt worden war, und der Präsident glitt auf eine der Sanddünen entlang der Eisenbahnlinie zu, wo er, halbwegs sanft und ohne Schäden davon zu tragen, landen konnte. Er hatte Glück, denn es kam – was nicht oft am Tag passierte – ein Zug. Er konnte den misstrauischen Lokomotivführer überzeugen, ihn mitzunehmen, und traf mit fünf Stunden Verspätung in Tucumán ein, nachdem dort bereits das Schlimmste befürchtet worden war und man den Piloten einem Verhör unterzogen hatte. 150 Jahre deutsch-argentinische Beziehungen – das ist große Geschichte aus Politik, Wirtschaft und Kultur, aber auch Geschichten, in denen der einzelne Mensch, der Zufall, das Glück eine entscheidende Rolle gespielt haben. Manche sind gut belegt, manche weniger, wie die obige aus dem Jahr 1933, für die es zwar eine mündliche Überlieferung gibt, aber keine schriftliche, weil sie offenbar nie an die Presse gegeben wurde. Ich freue mich, dass 150 Jahre nach Unterzeichnung des Freundschafts-, Handels- und Schifffahrtsvertrags vom 19. September 1857diese Publikation erscheinen kann, deren Ziel es ist, vom dichten und reichen Netz einen Eindruck zu vermitteln, das im Laufe des letzten eineinhalb Jahrhunderts - ohne Übertreibung - von Tausenden von deutschargentinischen Botschaftern geknüpft wurde. Und wenn die Lektüre Sie in dem Wunsch bestärkt, an der Weiterentwicklung dieser für unsere beiden Länder so wichtigen Beziehung mitzuarbeiten, dann hat dieses Buch sein Ziel voll erreicht. Viel Spaß beim Lesen! Dr. Rolf Schumacher Botschafter der Bundesrepublik Deutschland 6 ¿Qué había sucedido? Durante una de las turbulencias se rompió el tornillo que sujetaba el cinturón de seguridad del Presidente y, entonces, fue catapultado del aeroplano. El paracaídas se abrió porque la cuerda había sido fijada al avión. El Presidente se deslizó a lo largo de una de las dunas junto al trazado ferroviario, donde pudo tocar tierra casi mullidamente sin sufrir lesiones. Tuvo suerte, ya que precisamente en ese instante pasó un tren, lo cual no sucedía con frecuencia durante el día. Pudo convencer al maquinista desconfiado de que lo llevara y finalmente llegó a Tucumán con cinco horas de retraso, donde ya se temía lo peor y se había sometido al piloto a un interrogatorio. Un siglo y medio de relaciones argentino-alemanas implica Historia destacada de la política, de la economía y de la cultura, pero también implica historias, en las que tanto los individuos como el azar y la suerte fueron factores decisivos. Algunas de ellas están bien documentadas y otras menos, como el relato de este episodio del año 1933 que, si bien se conoce por tradición oral, no fue documentado por escrito ya que, por lo visto, nunca se comunicó a la prensa. Me complace que al cabo de 150 años de la celebración del “Tratado de Amistad, Comercio y Navegación”, firmado el 19 de setiembre de 1857, se edite el presente libro, cuyo objetivo es aportar una idea de cuán densa y vasta es la red de vínculos establecidos en el transcurso del último siglo y medio – y sin exagerar - por miles de embajadores argentinos-alemanes. Si al leerlo se fortalece en usted el deseo de contribuir al continuo desarrollo de estas relaciones tan importantes para nuestras naciones, entonces el presente libro habrá cumplido plenamente su objetivo. ¡Espero que disfrute la lectura! Dr. Rolf Schumacher Embajador de la República Federal de Alemania 7 Contenidos 1857 1860 1861 11 Un tratado para la historia Cuando nada auguraba que la relación bilateral duraría 150 años Poblar un país a la alemana La inmigración que ayudó a consolidar la idea argentina Un pilar de las Ciencias Naturales El aporte de Hermann Burmeister 1917 Al borde de la guerra por un telegrama 53 De asnos y rufianes: el incidente Luxburg 1920 La eterna lucha con el Genitiv, Dativ y Akkusativ El auge de las escuelas alemanas 57 1922 El mecenas intelectual El argentino-alemán Félix Weil impulsó la creación de la Frankfurter Schule 67 El Instituto Ibero-Americano Investigación, información, ciencia y cultura desde Berlín 69 15 19 1930 1867 1872 1881 1900 La institución que nació para proteger la vida El Hospital Alemán se fundó en plena epidemia de fiebre amarilla El negocio de cruzar los mares La Hamburg-Südamerikanische Dampfschifffahrts-Gesellschaft fue uno de los ejes del intercambio comercial también gracias a la participación argentina 23 1933 27 1934 Los socialistas del Vorwärts El club que cambió el mapa político de la Argentina 31 El inicio de una relación en 2 x 4 La llegada del bandoneón a la Argentina 35 1901/07 La Patagonia inesperada 1936 1957 105 La fuerza de la ambivalencia Una charla con el compositor Mauricio Kagel sobre la identidad y los (des)encuentros de la cultura 1996 La competencia de Goethe y Thomas Mann El grupo Die Toten Hosen logra más que los clásicos alemanes 157 1960 111 El primer Presidente argentino que visitó Alemania En 1960, Arturo Frondizi viajó a Bonn no sólo para felicitar al país por su recuperación tras la guerra 2001 El día en que San Martín llegó a Berlín Su monumento celebra la amistad argentino-alemana, como lo hiciera la fuente de la Plaza Alemania 161 2005 165 Un cine tan crudo como real Los realizadores argentinos vuelven a deslumbrar en Berlín 2007 El que no falla es un alemán Sobre etiquetas e intuiciones 171 Agradecimientos 174 1961 1967 73 La prensa en guerra Cómo el Argentinisches Tageblatt y el Deutsche La Plata Zeitung reflejaron la división de la comunidad alemana en torno al nacionalsocialismo Una visita única La llegada del Graf Zeppelin marcó el fin de una época 39 1939 1916 8 El día en que se perforó el suelo de Buenos Aires Cómo Philipp Holzmann y Siemens interconectaron la capital argentina 45 1976/83 Los años de plomo Un motor para el comercio bilateral La Cámara de Industria y Comercio Argentino-Alemana 49 1950/52 “Uno era alemán y se definía como tal” 87 El éxodo de los judíos alemanes - Entrevista al escritor Roberto Schopflocher El difícil nuevo comienzo La reapertura de las relaciones bilaterales después de la guerra El maestro de Ulm El diseñador y artista Tomás Maldonado 95 Una apuesta por el desarrollo La cooperación técnica y económica del BMZ y la GTZ 99 103 Una nueva Embajada Para una joven democracia Cronología 178 Lista de asociaciones 180 Registro de nombres 184 Sponsors 188 Bibliografía 202 Créditos / Impressum 204 127 141 Cuando el programa es más que un nombre 145 Las fundaciones políticas y científicas de origen alemán 1990 1954 Anexo En memoria de las víctimas de la última Dictadura militar – Entrevistas a Ellen Marx, Heinz Dressel y Osvaldo Bayer La disputa por el “alma de Buenos Aires” 83 El Obelisco casi se construye dos veces El barco que prefirió hundirse El último viaje del acorazado Graf Spee 123 79 La fundación de Comodoro Rivadavia 1913 113 119 Una fuente para la inspiración El Goethe-Institut Buenos Aires: 40 años creando lazos a través del idioma, la cultura y la información La versión alemana del churrasco Fleckvieh: la vaca que ayudó a crear el mito argentino 1984 1937/38 Los fantasmas del pasado El caso Eichmann revivió un capítulo que se creía cerrado 151 “Ahora converge lo que debe estar unido” 153 La reunificación fue para el pueblo alemán una fiesta pero también un desafío 9 Un tratado para la historia Cuando nada auguraba que la relación bilateral duraría 150 años Hace 150 años, la idea de iniciar una relación bilateral entre argentinos y alemanes tenía fecha de vencimiento. Ocho años era el plazo previsto en el Tratado de Amistad, Comercio y Navegación, firmado en 1857 entre el Reino de Prusia y los restantes Estados de la Unión Aduanera (Zollverein) y la Confederación Argentina. Sin embargo, ese acuerdo se convirtió en la base de una relación que unió a ambas naciones hasta el día de hoy. Pocos lo habrán imaginado en aquel septiembre de 1857. La Argentina estaba lejos de ser un Estado en el sentido moderno de la palabra. El representante alemán, Friedrich von Gülich, llegaba a un país dividido ya que Buenos Aires acababa de hacer su último intento de independizarse del resto del territorio argentino. Apenas cinco años habían pasado desde la caída de Juan Manuel de Rosas y otros cuatro faltaban para que la Batalla de Pavón definiera el camino hacia un futuro común. Por tal motivo, von Gülich no presentó sus Cartas Credenciales en lo que hoy es la capital argentina. Tuvo que desplazase hasta Paraná y presentárselas al Presidente de la Confederación Argentina, Justo José de Urquiza cuyo Gobierno mantenía desde allí una durísima contienda con el de Buenos Aires. Cabe resaltar que von Gülich no fue el primer representante alemán que llegó a suelo argentino. Casi tres décadas antes, en 1829, la Ciudad Libre y Hanseática de Hamburgo había designado a Johann C. Zimmermann en el cargo de Cónsul Honorario en la región del Río de la Plata. En 1845 Prusia nombró al comerciante Franz Mohr como su representante. Tres años más tarde ocuparía ese cargo Franz Halbach. En el legado de Mohr figura un espacio que hasta el día de hoy marca como pocos las relaciones entre la Alemania y la Argentina: él era propietario de la estancia en la que hoy se ubica el Aeropuerto Internacional de Ezeiza Ministro Pistarini. Por su parte, la joven Argentina había entablado tempranos contactos con los Estados alemanes mediante Pág. anterior: la firma del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación, el 19 de septiembre de 1857, fue la base para una relación bilateral que este año celebra 150 años. El tratado se firmó en la ciudad de Paraná, que entonces era la sede provisoria del Gobierno de la Confederación Argentina. (Fotos: Min. Fed. de Relaciones Exteriores) los nombramientos de Ferdinand D. Schlüter como Cónsul en Hamburgo y de Augusto Borchers como Cónsul en Bremen. No obstante, el tratado celebrado el 19 de septiembre de 1857 entre la Confederación Argentina y el Deutscher Zollverein, representa para los historiadores 11 el inicio de una relación bilateral regulada y estable. Es considerado futura Argentina representaba un destino migratorio que –según las negociaciones llevadas a cabo en el primero entre ambas naciones en el marco del Derecho Berlín por el representante argentino Delfín B. Huergo– no exigiría la asimilación total de los inmi- Internacional y firmado en representación de los Estados actuales. grantes alemanes. Permitiría una estrategia de asentamiento en colonias que mantendrían un estrecho Dijimos que el Cónsul General Friedrich von Gülich llegaba a un país en conflicto. Pero la realidad de su nuevo destino no le era total- contacto con la tierra natal y conservarían la cultura alemana, como lo indicaba en el artículo 12. Este tratado nació así, aquel 19 de septiembre de 1857, en medio de una enorme inestabilidad mente ajena. En ese entonces Europa se reponía aún de las secuelas política. Sólo los más idealistas pudieron imaginar que se convertiría en la base de una relación bila- del movimiento nacionalista y revolucionario de 1848. Lo que hoy teral que abarca hoy 150 años. El camino no fue fácil. Más de una vez la relación entre ambos países conocemos como Alemania era un conjunto de reinos, ducados y ciu- estuvo a punto de quebrarse y en una ocasión llegó a interrumpirse. Pero el impulso generado un siglo dades independientes. Bajo el liderazgo de Prusia, funcionaba una de y medio atrás permitió que, según lo confirman los datos oficiales, cerca de 1.200.000 descendientes las primeras uniones aduaneras entre Estados soberanos, el Deutscher de alemanes vivan, trabajen y construyan hoy un porvenir en la Argentina. Zollverein. En total, participaban de esa unión 14 Estados, que luego pasaron a ser parte de los Länder: Hesse, Baviera, MecklenburgoPomerania Occidental, Berlín, Brandenburgo, Sajonia, Baja Sajonia, Sajonia-Anhalt,Turingia, y Baden-Wurtemberg. Sin olvidar, por cier- Una pasión por América Latina to, el Gran Ducado de Luxemburgo. El Zollverein había sido creado para fortalecer la posición de El tratado consistía de 15 artículos. (Foto: (Fotos: Min. Fed. de Relaciones Exteriores)) Friedrich von Gülich fue un diplomático de carrera. Con estudios en los mercados alemanes ante la competencia comercial de la cre- Ingeniería, Química, Economía, Derecho e Idiomas, cursados en el ciente industria británica. La impulsora de la unión había sido Politécnico de Karlsruhe y en la Universidad de Berlín, había ingresado Prusia. Con un territorio que se extendía por el Este hasta lo que en 1849 al Servicio Exterior del Gobierno de Prusia. Tenía 29 años. Su hoy es Polonia y por el Oeste hasta los Países Bajos y Francia y, primer destino fue la Secretaría del Consulado General que su país por otra parte, con el Rey Federico Guillermo IV con una salud cada vez más deteriorada, Prusia necesitaba reducir costos de transferencia para consolidar su liderazgo político y económico. La autoridad prusiana se afirmaría luego con la llegada de un joven ministro, Otto von Bismarck, y de su contraparte monárquica, el Rey Guillermo I, que sucedería a su hermano mayor Guillermo IV. A su vez, la Confederación Argentina de Urquiza requería cooperación económica. Había perdido sus más mantenía en la ciudad de Barcelona. Poco pudo haberse imaginado el joven diplomático que, de allí en más, el mundo latino se convertiría en su segunda patria. A los cuatro años fue promovido al nivel de Consejero y fue enviado como Encargado de Negocios a Chile. Cuatro años después von Gülich se convertía en Cónsul General y representante diplomático ante los gobiernos de los países de la región del Río de la Plata. En septiembre de 1857 presentó sus car- importantes ingresos al quedarse sin la Aduana de Buenos Aires. Peor aún: la crisis mundial de 1857 había tas credenciales en la Argentina. Un año antes lo había hecho en Uruguay. En 1860 se le agregó el desalentado el interés por invertir en la región del Río de la Plata y había debilitado los flujos mercantiles. La encargo de velar por los intereses alemanes en Paraguay. demanda de materias primas declinaba, los precios de los productos argentinos caían. El tratado que suscribieron entonces von Gülich y su contraparte, Bernabé López, en nombre de sus respectivos Gobiernos, constaba de 15 artículos, en los cuales principalmente, se establecían facilidades para la navegación, para la importación y para la exportación, así como acuerdos en materia de precios, protección de la propiedad privada y libertad de culto. El acuerdo buscaba aprovechar una situación tan particular como beneficiosa para ambas partes. Para la Argentina, la Alemania del Zollverein era un socio ideal: no ostentaba aún el poder de un Estado tan importante como lo eran Gran Bretaña o Francia. Más importante aún, el tratado le abría a la joven Confederación Argentina la vía hacia una región con potencial inmigratorio considerable. El acuerdo, además, permitía el acceso a un nuevo mercado que experimentaba un crecimiento económico y exportador importante. Para el Zollverein y, particularmente, para Prusia, el tratado era un elemento ideal para nivelar y redirigir Acerca del siguiente golpe de timón en su vida, la historia discreta no dice mucho. En 1864 von Gülich se casó con Auguste Schwabe. El primero de los cinco hijos del matrimonio llegaría en 1871, justo a tiempo para festejar la consolidación del Segundo Imperio alemán. En enero de ese año, y tras la victoria en la guerra franco-alemana, los Estados alemanes, impulsados por el Canciller Otto von Bismarck, coronaron a Guillermo I de Prusia como emperador. Su proclamación significaba también la transformación de la Confederación Alemana del Norte que había sucedido al Zollverein, en el Imperio alemán. En este Estado, de carácter federal, el Rey de Prusia llevaba el título imperial, pero también el de Presidente, para distinguirse entre los monarcas que se habían integrado al Imperio. Para entonces, von Gülich ya había cambiado nuevamente varias veces de destino. Tras regresar en 1868 desde el Río de la Plata a su patria, fue enviado en 1870 a la capital venezolana, Caracas.Tres años más tarde se trasladó a Tánger, en Marruecos. Sin embargo, finalizó su carrera casi donde la había iniciado. En 1877 fue nombrado Embajador en Santiago de Chile, puesto del que se retiró en 1881. la corriente emigratoria que salía de los Estados alemanes hacia los Estados Unidos de Norteamérica. La 12 13 Poblar un país a la alemana La inmigración que ayudó a consolidar la idea argentina “La compañía se encarga de fijar el precio del pasaje desde Europa al puerto de Buenos Aires, víveres comprendidos, en la suma de 260 francos. (…) La diferencia será pagada al contado, justo después de la partida del navío y contra reembolso a quien contrajo esas obligaciones en provecho del Gobierno argentino.” No eran objetos ni máquinas lo que la carta ofrecía. Era algo mucho más valioso para el joven Estado argentino de 1860: inmigrantes. En este caso, el agente, desde su sede en París, ofrecía inmigrantes alemanes y suizos. Los preferidos eran los que tenían preparación y capacitación en el entonces difícil arte de cultivar la tierra. Hacia la segunda mitad del siglo XIX la Argentina necesitaba con urgencia personal capacitado para cultivar su territorio, tan amplio como virgen. Sin embargo, demanda y oferta no estaban al mismo nivel. Como destino, la Argentina era eclipsada por las promesas de tierra y fortuna de los Estados Unidos, el país de la inmigración por excelencia. El gobierno de Buenos Aires necesitaba ofrecer un incentivo adicional. Pagarle al inmigrante la travesía y su primer alojamiento era una posible opción, aunque no muy innovadora. Todos los países competidores en el afán de hacerse con la valiosa mano de obra que salía de Europa adoptaban sistemas similares. No faltaban razones para buscar especialmente pobladores alemanes. Cabe recordar que los alemanes habían estado presentes desde los comienzos de la colonización, con figuras como Hans Vage, sargento de artillería con Magallanes, en 1520, y Ulrich Schmidl y sus “einhundert treffliche Deutsche, Niederländer und Österreicher”, en 1534. Le seguirían religiosos, como el misionero jesuita Florian Paucke. El joven sacerdote llegó a los territorios del Río de la Plata en 1752. Aquí, en la reducción de San Javier, inició a los indios mocovíes en las tareas de la agricultura.También les enseñó los secretos de la carpintería y de la curtiembre, y puso en marcha una de las primeras escuelas. Un siglo más tarde, alrededor de 1850, las primeras colonias de agricultores alemanes en la provincia de Santa Fe fueron protagonistas de una tendencia que el Estado argentino quería Pág. anterior: los inmigrantes eran el activo más importante para una joven Argentina. El puerto de Buenos Aires era la puerta de entrada por excelencia. (Foto: AGN). impulsar. A pesar de que en aquel entonces el total de inmigrantes alemanes en la Argentina era de apenas unos pocos centenares, es difícil imaginar la historia de esta tradicional provincia agricultora sin su aporte. El nombre de sus colonias –algunas tan antiguas como Esperanza, funda- Derecha: las navieras alemanas eran, en muchos casos, el medio de transporte predestinado. (Foto: Nico Pérez / Gentileza Hotel de Inmigrantes) da en 1858– reflejan aún hoy una forma de vida arraigada en los valores religiosos y del trabajo: Esperanza, San Jerónimo, San Carlos, Guadalupe. Ya más cerca de la actual capital argentina, les seguirían, a partir de 1865, los asentamientos como Helvecia, Humboldt y Cañada de Gómez. La región se convirtió también en un centro para el contacto diplomático. A poca distancia de Cañada de Gómez estaba la estancia La Germania, fundada en los primeros años de la década 1870, por Guillermo Nordenholz, el mismo que poco antes había participado en la fundación del Hospital Alemán. Otro establecimiento agrícola de envergadura era La Hansa, de Woltje Tietjen. Tanto él como Nordenholz se desempeñaron como cónsules alemanes, en Rosario y en Buenos Aires. El interés diplomático alemán por la zona quedaba a Carlos Gessel y su esposa, ejemplos de la inmigración alemana (Foto: AGN) la vista de cualquiera que contemplara los campos de trigo y alfalfa que se cultivaban por entonces. Asegurarse una presencia oficial en estos centros de producción alimentaria, en la joven República Argentina, tenía que ser una prioridad para cualquier gran Estado europeo. En 1869, ese afán se tradujo en la creación de viceconsulados alemanes en las ciudades de Rosario, Gualeguaychú y San Juan. La segunda mitad del siglo XIX fue así una de las épocas más intensas de la inmigración alemana al país. A partir de 1878 se sumaron los aportes de los colonos del Volga en las provincias de Entre Ríos y Santa Fe. Por esos años se produjeron también los asentamientos en los viñedos de Mendoza, la región por excelencia para la vitivinicultura de estilo europeo. Además, a finales del siglo, no hay que olvidar a los pioneros que se animaron a buscar un nuevo destino en las profundidades de la Patagonia. Por su parte, las provincias de Córdoba, Corrientes y Misiones se convirtieron a partir de 1919 en el refugio de aquéllos que necesitaban dejar atrás la desesperación de un país derrotado en la Primera Guerra Mundial. En el Noreste argentino se encontrarían con otros alemanes que habían llegado El Manual del Inmigrante buscaba facilitar el difícil proceso que significaba dejar atrás el hogar de toda la vida, para volver a empezar en un país tan prometedor como desconocido. Sus contenidos abarcaban desde consejos para el trabajo agrícola hasta las recomendaciones para moverse en la ciudad. El humor era, en algunos casos, el ingrediente preferido para ilustrar el primer encuentro con la cultura argentina. (Foto: Nico Pérez / Original gentileza Hotel de Inmigrantes) antes desde el Sur de Brasil. El resultado son zonas como Montecarlo y Eldorado, en las que más de un turista todavía hoy se queda perplejo cuando en plena ribera del Paraná, algún baqueano se dirige a él en un alemán perfecto, aunque tal vez un poquito anticuado. Para 1920, la comunidad alemana en la Argentina ya se contaba por miles. Según los datos de la Dirección de Migraciones, rondaba la marca de 150.000, con lo cual representaba el 2,3 por ciento del total de la población en la Argentina. La guerra seguiría catalizando la inmigración. La tercera ola llegaría apenas treinta años después. Los primeros llegaron a partir de 1933, desde una patria natal enceguecida por un fanatismo sin igual en la historia de la humanidad. Eran de ascendencia judía. Pocos años después, les seguirían aquéllos que trataban de dejar atrás a una Alemania derrotada. La historia se repetía. También sus protagonistas. Porque el inmigrante seguía siendo lo que había sido siempre – un inmigrante. Sus problemas son los mismos a lo largo de toda la historia: otro idio16 17 Un pilar de las Ciencias Naturales El aporte de Hermann Burmeister: una historia particular Carl Hermann Conrad Burmeister no fue un inmigrante más. No dejó atrás una vida destruida por la guerra, el hambre o la miseria, como tantos que lo siguieron. Al llegar a la Argentina en 1861, Burmeister era un reconocido científico en su país natal. Tenía 54 años. Estudió Medicina y Ciencias Naturales y se especializó en el estudio de los insectos. Había publicado varios libros, que luego se convirtieron en clásicos de las Ciencias Naturales. Su Handbuch der Entomologie (Manual de Entomología) en cinco tomos, publicado en 1832, se tradujo al inglés. Su Geschichte der Schöpfung (Historia de la Creación), de 1849, llegó a tener seis ediciones y fue traducida a cinco idiomas. El hecho de que en 1859 su teoría fuera refutada por la teoría de la evolución de Charles Darwin, publicada en El origen de las especies, no le quita el mérito de haber sido una obra esencial en su época. Burmeister llegó a gerenciar el Museo de Ciencias Naturales de su universidad en HalleWittenberg y lo convirtió en uno de los más importantes de su país. Fue discípulo y amigo personal del naturalista quizás más reconocido en su época, Alexander von Humboldt. Cabe, entonces, la siguiente pregunta: ¿Qué fue lo que lo motivó a dejar todo eso atrás y a aventurarse a trabajar para un gobierno que era todo menos estable, en un país que recién comenzaba a encontrar su camino como Nación y Estado? Al igual que von Humboldt, Burmeister había viajado en varias ocasiones por América Latina. Entre 1850 y 1852 había realizado investigaciones en Brasil. Cuatro años más tarde viajó por el Cono Sur. De 1856 a 1860 recorrió Chile, Uruguay y la Argentina. Fue este último viaje el que marcó su destino. A pesar de haber regresado a Alemania, luego de su último viaje, con muestras de 10.000 objetos y con el prestigio de haber sobrevivido a una travesía por una de las regiones del mundo menos conocidas en su época, el naturalista alemán se encontró con la indiferencia y el desinterés de sus conciudadanos. Por eso, al enterarse de que su colega francés, el naturalista Auguste Pág. anterior: Carl Hermann Burmeister, en 1891, cuando ya era reconocido como uno de los pilares de las Ciencias Naturales de la Argentina. Derecha: el joven científico, en 1837, como profesor en la Universidad de Halle (Fotos: gentileza Museo de Ciencias Naturales / Héctor A. Leanza) Bravard, había rechazado la oferta del entonces Ministro de Educación argentino, Domingo Faustino Sarmiento, de asumir la conducción del nuevo Museo Público de Buenos Aires, Burmeister no lo dudó mucho. Le ofreció sus servicios a través del representante alemán en Buenos Aires, Friedrich von Gülich. Sarmiento no vaciló. Al llegar a Buenos Aires en noviembre de 1861, después de tres meses de travesía, los vientos políticos habían cambiado. Sarmiento ya no era ministro y aún tampoco era presidente. Burmeister tuvo que esperar otros cuatro meses hasta que el nuevo Ministro de Educación, Eduardo Costa, ratificara su nombramiento. Recién el 21 de febrero de 1862 el naturalista alemán pudo asumir su puesto. No tardó, sin embargo, en dejar su marca. En poco tiempo transformó los desordenados materiales de los depósitos del museo en colecciones científicas. Hacia 1864 se publicó la primera edición de la revista Anales del Museo Público de Buenos Aires, que rápidamente fue reconocida también en el exterior. En 1866 fundó la Biblioteca del Museo Público. Contribuyó a la misma con su propia obra Los caballos fósiles de la pampa argentina y fundó la Sociedad Paleontológica. Pero sólo cuando Sarmiento volvió a ocupar un cargo público Burmeister pudo convertirse en lo que hasta el día de hoy muchos expertos consideran que fue: uno de los pilares de las Ciencias Naturales en la Argentina. Poco después de asumir como Presidente de la Nación en 1868, Sarmiento le encargó la creación de la Academia de Ciencias de la Universidad de Córdoba y le encomendó la contratación de profesores extranjeros. El flamante director no dudó en asegurarse el apoyo de los colegas con los que mejor congeniaba. En la Academia prevalecían apellidos extranjeros: Sievert, Lorentz, Stelzner, Weyenbergh, Schultz-Sellak y Vogler. A pesar de que por su carácter dominante Burmeister no logró retener a la mayoría de ellos mucho tiempo, el ejemplo hizo escuela. Hacia finales del siglo XIX, la Argentina se había convertido en un punto de encuentro de los más renombrados científicos de habla germana. Entre los más conocidos figura la colectividad de científicos que colaboró en la creación del Museo de La Plata. Un resultado –mucho menos conocido– es seguramente el peso que adquirió la influencia alemana en el área de la Física. Tanto es así, que en 1985 el historiador Lewis Pyenson llegó a afirmar que hacia 1913 La Plata fue el segundo centro mundial de Física Teórica después de Alemania. Cabe recordar también que la fuerte presencia de los investigadores de origen alemán causó no poca resistencia dentro de la comunidad científica local. En 1928 el Centro Pro Defensa Universitaria de la Plata llamó a la resistencia abierta para evitar que se nombrara al alemán Erich Dauert al frente de la sección de Zoología del Museo de La Plata. La consigna fue: “¡Egresados del país: Es necesario reaccionar!”. No obstante, pocos dudan hoy del valor que tuvo la llegada al país del responsable de tanta influencia alemana, Carl Hermann Conrad Burmeister. Entre sus alumnos hubo algunos que dejarían su propia huella en la Historia argentina: Francisco Pascasio Moreno y Florentino Ameghino. Con éste mantuvo incluso una disputa científica. Contrariamente a su maestro, Ameghino, considerado, a su vez, como uno de los pilares de la Paleontología y de la Antropología en la Argentina, apoyaba las teorías de Charles Darwin, quien había realizado investigaciones en la Patagonia Argentina. Al cumplirse el 50° aniversario de su doctorado Carl Hermann Conrad Burmeister se había convertido en una figura del ámbito nacional. Vivió todavía para ver “su” museo convertido en Museo Nacional de Ciencias. Al fallecer en 1892 dejaba atrás una tradición que, según la opinión de los expertos, sería fundamental para el trabajo de los científicos argentinos durante varias generaciones. El entonces Presidente Carlos Pellegrini lo reconoció así al encabezar el cortejo fúnebre. 20 Burmeister había visitado la región del Cono Sur antes de radicarse definitivamente en la Argentina. Amigo personal de Alexander von Humboldt, el científico alemán llegó en 1861 a Buenos Aires, por invitación del entonces Ministro de Educación, Domingo Faustino Sarmiento. (Fotos: Nico Pérez / Originales gentileza Museo Histórico Sarmiento) La institución que nació para proteger la vida El Hospital Alemán se fundó en plena epidemia de fiebre amarilla En aquel 1867 los planos del edificio, que sería el Hospital Alemán y que consolidaría así el aporte alemán a la atención médica en la Argentina, no eran nuevos. Durante tres años la Sociedad Alemana de Socorros para Enfermos Deutscher Krankenverein (DKV, por su sigla en alemán), fundada en 1857, había analizado la posibilidad de construir un centro de atención médica en Buenos Aires. Fue el horror de una guerra lo que dio el impulso final para concretar los planes de construcción. La Triple Alianza –Argentina, Brasil y Uruguay– libraba su segundo año de guerra contra el Paraguay. A pesar de que el Norte del país era el centro donde se desarrollaban las batallas, la capital argentina no tardó en llenarse de heridos. Tampoco tardó en aparecer otro hecho común de las guerras de entonces: el cólera. La ciudad carecía de las condiciones mínimas de higiene para una población que, tanto por la guerra como por la constante afluencia de nuevos inmigrantes, rondaba los 170.000 habitantes. En la capital argentina todo atentaba contra la salud pública: el hacinamiento, la ausencia de cloacas y la escasez de agua. Buenos Aires no contaba con un sistema de eliminación de residuos y el abastecimiento de agua era insuficiente. En los edificios se aprovisionaba el agua de lluvia por medio de cisternas en las terrazas. Las casas particulares tenían pozos de agua. Los retretes eran excavaciones más o menos profundas que alcanzaban la napa de agua subterránea, a veces estancada. Pocos de los rudimentarios baños habían sido construidos por obras de albañilería. Las aguas servidas fluían en los fondos o en zanjones. Los residuos que se recolectaban se utilizaban para nivelar las calles y los terrenos bajos de la ciudad. Sólo en los barrios del centro las calles tenían empedrado, realizado sobre desechos orgánicos, por lo cual se inundaban con frecuencia. Para la iluminación de las calles más importantes ya se empleaba el gas, pero el resto se alumbraba Página anterior: el centro materno infantil del Hospital Alemán, se convirtió en uno de los más importantes de su época. Derecha: desde 1881, cuando llegó un grupo de enfermeras diplomadas por la Cruz Roja y especialmente contratadas, el hospital se caracterizó por el alto nivel de capacitación de su personal. (Fotos: HA) con faroles de aceite. Aún se veían los zanjones que demarcaron la traza primitiva de la ciudad. Todos ellos eran focos de infección y medios de propagación de las enfermedades epidémicas. Este marco desolador empeoraba por la presencia de los saladeros, el Riachuelo 23 que ya empezaba a oler mal- y los mercados, que se transformaban en poderosas fuentes de infección. El 26 de agosto de 1867, reunido en sesión extraordinaria, el DKV decidió ponerse manos a la obra para ayudar a mejorar la saturada situación sanitaria. Compró un terreno de 230 metros de frente por 106 metros de fondo. En aquellos tiempos el lote estaba localizado fuera de los límites de la ciudad, sobre una calle de tierra denominada Central América, que en la actualidad es la Avenida Pueyrredón. Por disposición de sus promotores la gestión del nuevo centro quedaría a cargo de una Sociedad de Hospital. Como primer presidente se designó al entonces Cónsul de la ciudad de Bremen en la Argentina, Guillermo Nordenholz. Pero todavía antes de que se pudiera empezar la construcción, la comunidad médica alemana debió participar en la lucha contra otro nuevo reto que enfrentaba la ciudad: la epidemia de fiebre amarilla que azotó a Buenos Aires a partir de enero de 1871. No era la primera vez que la ciudad se enfrentaba a esta plaga. Ya se habían registrado brotes en los años 1852, 1858 y 1870. No obstante, el daño causado en 1871 alcanzó cifras no conocidas hasta entonces. De acuerdo con crónicas de la época, la enfermedad habría sido traída por un viajero llegado en un barco francés, procedente de Río de Janeiro. La epidemia, que duró seis meses, se cobró 14.000 muertos. Entre ellos hubo 233 alemanes. Sin embargo, el mayor número de muertos se registró en la comunidad italiana: perdió El Presidente alemán Heinrich Lübke (izq.) y su par argentino Arturo Illia inauguran instalaciones del Hospital Alemán en 1964. (Foto: AGN) 6.201 miembros, según las estadísticas de la época. Finalmente, una vez controlada la epidemia, la comunidad médica alemana inició las obras. El Hospital Alemán (HA) abrió sus puertas en 1878. Su capacidad era de 24 camas, repartidas en dos pabellones. En un principio, los estatutos habían indicado que los alemanes pobres tendrían derecho a tratamiento médico gratuito. Además, todo alemán, socio o no, podría hacer uso de sus servicios. Por entonces, unos 5.100 alemanes vivían en la República Argentina. No obstante, pronto resultó evidente que el HA se encaminaba a convertirse en un centro que no sabía de nacionalidades: sólo sabía de pacientes. Apenas tres años después de su apertura, el hospital amplió sus instalaciones para poder atender la afluencia de nuevos socios, entre los que figuraban apellidos sin procedencia alemana. Se construyeron dos nuevos pabellones y hacia 1884 se abrían los consultorios externos para pacientes de menores recursos, dónde la atención se ofrecía gratuita. No tardó en llegar el agradecimiento de una ciudad, que veía a su población cada vez más cerca del medio millón de habitantes. En 1886, la Municipalidad de la ya proclamada capital argentina, declaró al HA entidad modelo. Ante una nueva epidemia de cólera que amenazaba con afectar a la ciudad, el hospital se esforzó por hacerle honor al título. Amplió su capacidad de enfermería e incorporó en 1889 a la primera camada de 27 enfermeras diplomadas en la Cruz Roja que el HA había contratado especialmente en Alemania. Llegaban con el encargo de enseñar, sobre bases científicas, el oficio de atender y curar. En la actualidad el aporte del Hospital Alemán a la ciencia médica argentina se refleja en un total de ocho departamentos y 52 servicios. A principios de 2007, con la construcción de un nuevo edificio de alrededor de 4.000 metros cuadrados, que se convertirá en el Instituto de Oncología, comenzó la más reciente obra de ampliación. A esto se suma una importante labor académica en asociación con la Universidad de Buenos Aires y la realización de conferencias tanto en el país como en el exterior, por lo cual, a 140 años de su creación, el HA es también un referente en medicina a nivel internacional. Su Comisión Directiva incluye, además de argentinos, a representantes de Alemania, Austria y Suiza. Entre sus pacientes se registran más de 60 nacionalidades. 24 El frente del antiguo edificio del Hospital Alemán. (Foto: HA) La nursery del HA fue para muchos argentinos y alemanes el primer lugar desde el cual saludar al mundo. (Foto: HA). El negocio de cruzar los mares La Hamburg-Südamerikanische Dampfschifffahrts-Gesellschaft se convirtió en uno de los ejes del intercambio comercial también gracias a la participación argentina Aquel día de 1872, poco hacía pensar que la HamburgSüdamerikanische Dampfschifffahrts-Gesellschaft, iba a convertirse en un actor que haría historia en la relación entre la Argentina y Alemania. La empresa matriz –la HamburgBrasilianische Dampfschiffahrts-Gesellschaft– había sido fundada tres años antes por un grupo de once armadores de Hamburgo. Esta reunía a lo más selecto de la entonces ya poderosa ciudad mercante. Entre sus fundadores se destacaban nombres como August Bolten, Heinrich Amsinck o W. Milburn & Co. Juntos esperaban poder asentarse en la costa atlántica del continente sudamericano. Apostaban así a uno de lo mercados menos desarrollados de la época. Del lado del Pacífico esperaban las minas de cobre y salitre de Chile, con recursos vitales para satisfacer el hambre industrial de una Europa en pleno desarrollo. La meta era crear un servicio de transporte diseñado específicamente para esta ruta. Los fundadores esperaban poder diferenciarse de la competencia feroz de las navieras británicas de esos años. Ello implicaba contar con barcos apropiados para poder aprovechar la red de puertos de poco calado de la región. Los buenos resultados obtenidos en la ruta a Brasil llevaron a los armadores hamburgueses a ampliar el servicio. A la flota inicial de tres barcos –Santos, Río, Brazilian– se incorporaron los buques Bahía I y Bahía II y se conformó la Hamburg-Südamerikanische DampfschifffahrtsGesellschaft. El 14 de julio de 1872, el primer barco de la nueva naviera atracó en el puerto de Buenos Aires. El momento no podía ser más propicio. La Argentina comenzaba a destacarse como uno de los principales proveedores de alimentos en el mundo. A los pocos años –ya con los territorios de la Patagonia incorporados al ámbito nacional– se afianzaba en el país el modelo agroexportador. La combinación de nuevos aportes de capital extranjero a empresas rurales y el fuerte desarrollo de la red ferroviaria permitió la expansión no sólo de la ganadería, sino también de la producción de granos. En 1898 Alemania era uno de los principales clientes de la Argentina. Según el Anuario de Comercio Exterior de la época, poseía una participación del 15,2 por ciento en las exportaciones argentinas. El 22,4 por ciento de las exportaciones estaba destinado a Francia, Pag. anterior: el mítico vapor Cap Arcona en una de sus llegadas al puerto de Buenos Aires en los años ´30. (Foto: AGN) mientras que Gran Bretaña alcanzaba una proporción del 14,3 por ciento. Las compras de los tres países representaban el 50 por ciento del valor total de las exportaciones argentinas. 27 Para entonces, la Hamburg Süd ya contaba con 60 buques y era una vía de referencia para el trans- No obstante, el Cap Arcona alcanzó su mayor notoriedad internacional hacia el final de la porte hacia los mercados de habla alemana. A pesar de contar durante algunos años con la competencia Segunda Guerra Mundial. Al igual que otros buques de la flota como el Antonio Delfino, el Monte de empresas como Norddeutscher Lloyd, de la ciudad de Bremen, o Hamburg-Amerikanische Packetfahrt- Olivia, el Monte Rosa o el General San Martín, la antigua estrella de los mares del Sur fue utilizada Actiengesellschaft (HAPAG), la Hamburg Süd supo hacer de la individualidad su marca de distinción. entonces para evacuar a habitantes y refugiados desde la costa alemana del Mar Báltico. En los últi- Sinónimo de tal expansión fue Antonio Delfino. Miembro de una de las tradicionales familias mos días de la guerra muchos intentaban escapar por la vía marítima del horror. Anclado en la Bahía argentinas, el primer agente general de la naviera alemana en la región del Río de la Plata, supo de Lübeck, el Cap Arcona fue atacado y hundido por la aviación británica el 3 de mayo de 1945. reconocer, a partir de 1894, las oportunidades que se le presentaban a una empresa de transporte Llevaba 5.000 refugiados a bordo, de los cuales 350 sobrevivieron, según lo recuerda Joachim Wölfer, especializado. Al cabo de pocos años Hamburg Süd no sólo vendía servicios de transporte rápido para autor del libro Cap Arcona: Biographie eines Schiffes, Geschichte einer Reederei. los cada vez más requeridos cereales, frutas, algodón y cueros argentinos. Ofrecía, además, buques A pesar de la destrucción sufrida en toda su flota, tras la guerra la Hamburg Süd volvió a esta- especialmente concebidos para el transporte del bien más preciado para la creciente economía argen- blecerse como transportista de referencia para satisfacer las necesidades de un país en ruinas. El tina: inmigrantes. Varias generaciones de ellos llegaron a la Argentina con barcos como el Cap Roca o motor de tal renacimiento fue el empresario Rudolf August Oetker, quien antes de la guerra había sido el Cap Verde. A ellos se sumó a partir de 1902 la categoría de buques Santa, como el Santa Bárbara un importante empresario en el sector alimenticio e industrial. y el Santa Catharina, y, posteriormente, la famosa línea Monte, como el Monte Cervantes y el Monte Impulsado por una legislación que favorecía la inversión en el sector, Oetker tomó el control de la Olivia. En ellos llegaron también familias alemanas, cuyos apellidos se convertirían en algunos de los compañía. Hacia 1950/51 la naviera ya contaba con sus primeros barcos nuevos. El Santa Ursula más representativos de la comunidad germano-argentina como, por ejemplo, Bieckert (Bieckert), sería el primero en llegar a Buenos Aires en mayo de ese año. Luego le siguió una de las tantas histo- Bemberg (Quilmes) o Staudt (Staudt&Cia.). rias de éxito de una Alemania de posguerra. En los primeros años del nuevo siglo Hamburg Süd instauró, además, el primer servicio marítimo En la actualidad la Hamburg Süd cuenta, entre propios y rentados, con una flota de 139 barcos.Tras regular entre Ushuaia y Buenos Aires. Entre los favorecidos estuvieron también aquéllos que optaron varios años de consolidación, en los que llegó a adquirir 16 competidoras, cuenta hoy con servicios que por la aventura de poblar el territorio patagónico, recién incorporado al ámbito nacional. Hacia 1904 cubren todo el mundo. Con un total de 4.000 empleados en el mundo, la Hamburg Süd se mantiene no sólo la naviera dominaba gran parte del transporte marítimo hacia el Sur. Para ello aprovechaba también como la principal naviera en las rutas a América Latina. Sigue siendo además lo que fue desde sus princi- otras vetas del negocio: ofrecía a sus clientes el viaje a Chile por la vía férrea que, a principios del pios: uno de los protagonistas en el desarrollo de la comunidad alemana y, a través de ella, de la Argentina. siglo XX, ya permitía cruzar desde el Atlántico hacia el Pacífico. El impacto de la empresa de Hamburgo se veía también en el puerto de Buenos Aires: operaba allí con la mayor flota de remolcadores y barcazas, reproduciendo así el modelo con el cual trabajaba ya en el puerto de Hamburgo. El broche de oro de esta primera etapa aún estaba por llegar. El negocio de transporte de pasaje- Izquierda: carga de carne en el puerto de Buenos Aires. Derecha: menú del Cap Arcona. (Fotos: gentileza Hambürg Süd / AGN) ros, cuyo auge se produjo entre las dos guerras y su imagen por excelencia fue el buque Cap Arcona. En esa época éste fue el barco insignia para los servicios de traslado de pasajeros hacia América del Sur, es decir, entre Alemania y la Argentina. Con una capacidad de 27.561 toneladas brutas de registro, el Cap Arcona tenía capacidad para transportar 1.300 pasajeros. Su tripulación constaba de 650 personas. Los interiores de aquel mítico barco le sirvieron de escenario a anécdotas, que hoy forman parte de la historia de las relaciones bilaterales. Entre ellas se puede mencionar el episodio de las vacas que eran embarcadas para proveer de leche fresca a los niños de las familias que viajaban en primera clase. O bien, la historia de aquella familia, que optó por comprar la cabina en la que regularmente viajaba a Europa para asegurarse que nadie más durmiera en sus camas. En esos años, la interacción con su puerto de destino en Argentina era tal, que la Hamburg Süd confiaba a un proveedor en la Argentina el suministro de uno de los elementos más preciados. “Nadie lo sabía, pero la cerveza alemana, que se ofrecía en las grandes recepciones que se organizaban en los barcos, no era otra que Quilmes”, recuerda Karl Wolfgang Keymer, quien durante 25 años fue director de la naviera en la Argentina. 28 29 Los socialistas del Vorwärts El club que cambió el mapa político de la Argentina Un año nuevo y el número 13 no parecen, necesariamente, la combinación más propicia para iniciar una agrupación de carácter comunitario-político. Sin embargo, para los fundadores de la asociación socialista Vorwärts (Adelante) la confluencia resultó perfecta. En la noche del 31 de diciembre de 1881, trece inmigrantes alemanes firmaron, en un café del centro porteño, el acta constitucional de lo que se convertiría más tarde en un actor destacado del escenario político argentino y, especialmente en las relaciones bilaterales. En sus comienzos la asociación no tenía otro fin que prestar ayuda a los inmigrantes alemanes. Se parecía así a otras instituciones que se habían formado en otros países de inmigración como, por ejemplo, los Estados Unidos. En esos días, según las estadísticas oficiales, la Argentina recibía a más de 500.000 inmigrantes, de los cuales, de acuerdo con la investigación ¿Dónde durmieron nuestros abuelos?, realizada por los historiadores Jorge Ochoa de Eguileor y Eduardo Valdés, cerca de 18.000 eran alemanes. Gran parte de los alemanes venían de una Berlín en pleno torbellino político. Allí, el Canciller Otto von Bismarck había proscripto a los movimientos de ideología socialista. El partido de esa tendencia, el Sozialdemokratische Partei Deutschlands (SPD), estaba proscripto. Sus instalaciones habían sido clausuradas y prohibidos los medios de comunicación que publicaban. Muchos de sus miembros se vieron obligados a emigrar. En su mayoría eran artesanos y trabajadores especializados, que se habían manifestado en las calles de la capital alemana en reclamo de mejoras sociales. En la Argentina, Vorwärts aspiraba a coordinar la ayuda para estos refugiados políticos, que, en más de un caso, venían con muy poco más que lo puesto. Por otro lado, la asociación quería intensificar los contactos con los trabajadores argentinos, cuya fuerza venía creciendo desde la fundación del primer sindicato, la Unión Tipográfica. Para 1884 el Vorwärts se había convertido en un punto de referencia en el entorno de los inmigrantes. En su sede ubicada, primero en la calle Comercio, y luego en Rincón 1141 de la flamante Capital Federal, los asociados podían utilizar instalaciones como bibliotecas, asistir a obras de teatro o participar en coros y grupos de debate. Más tarde, la asociación adquirió una propiedad en la afueras de la ciudad, que bajo el nombre de La Perlita se convertiría en uno de los primeros centros recreativos del país. La asociación editó, además, lo que fue –junto a El Artesano, de 1863– uno de los primeros periódicos obreros de la Argentina. Se trataba de una publicación semanal que incluía artículos, daba consejos e informaba sobre actos y reuniones. Su nombre: Vorwärts-Adelante. Emulaba así a otras publicaciones socialisPág. anterior: con el mismo nombre, la asociación editó uno de los primeros diarios obreros de la época. Su contenido comentaba, en alemán, la realidad nacional. (Foto: Friedrich Ebert Stiftung). tas, que se editaban en Portugal (Avante), Italia (Avanti) o Rusia (Wperiod). Para fines de la década del ´80 la importancia de este actor comunitario alemánargentino había trascendido las propias fronteras. Cuando en 1889 se celebró en París la Segunda Internacional, el movimiento obrero argentino –por pedido del Vorwärts– estuvo representado por un socialista alemán de peso: Wilhelm 31 Liebknecht, el padre de quien luego se convertiría en una de las principales figuras de la República de Weimar, Karl Liebknecht. Un año más tarde, para el 1º de Mayo de 1890, Vorwärts –el “Club” como lo llamarían muchos– organizó en la Argentina la primera celebración del Día del Trabajador. El acto se llevó a cabo en el Predio Español, donde cerca de 3.000 asistentes escucharon los discursos en varios idiomas, entre ellos en alemán e italiano. En junio de ese mismo año cayó el Gobierno de Miguel Juárez Celman. Una de las causas de esa caída fueron los efectos de una crisis financiera, originada en la Inglaterra de los Baring Brothers, y la presión por reformas democráticas, liderada por Leandro N. Alem y Bartolomé Mitre, quienes encabezaban la Unión Cívica. No obstante, tampoco se debe subestimar la presión que generó el sector obrero: el 29 de junio de 1890 quedó conformada la Federación de Trabajadores de la Región Argentina, la primera central obrera de América Latina. Sin embargo, la repercusión más importante que Vorwärts llegó a tener en la Argentina se gestó cinco años más tarde. En 1896 la agrupación alemana impulsó la creación del primer partido socialista del país. Entre los fundadores e ideólogos del partido se encontraban varios miembros de Vorwärts. Tanto es así, que la reunión constituyente del partido se celebró en la casa matriz del Club. Una vez conformado el partido, Vorwärts volvió a concentrarse en el trabajo comunitario. Posteriormente, en otras dos oportunidades, la asociación tuvo un protagonismo particular para la rela- -¿Cuál es el mayor logro que le atribuye usted a la asociación Vorwärts en la Argentina? -En primer lugar, hay que mencionar la fundación del Partido Socialista. No se olvide que el acta fundacional del partido se firmó en 1896 en la sede de la asociación Vorwärts. Además, destacaría como un logro que, a pesar de haber declarado desde el principio que se trataba de una asociación con claro mensaje político, una vez fundado el Partido Socialista se fijó como objetivo principal el trabajo en el ámbito comunitario y cultural. Pero no desistió de exigir a los socios que participen en el proceso político argentino. -¿Dónde se percibió, además, el impacto de Vorwärts? -En el aporte a la vida cultural y social que, de manera múltiple difundió la tradición humanista alemana. Otro elemento importante fue el papel de La Perlita, la quinta que la asociación ponía a disposición de los socios para su esparcimiento al aire libre. Allí también se ofrecían instalaciones para hacer deporte. Era algo único. Aquí se originó también la Federación Argentina de Faustball y también la Federación Argentina de Handball. Algo para recordar es además el teatro. En el Vorwärts funcionó el grupo de teatro del que surgió la Freie Deutsche Bühne, bajo la dirección de Paul Walter Jacob. Todo esto tuvo un importantísimo efecto para toda la comunidad alemana. Los refugiados políticos encontraron también en la asociación un lugar en donde difundir sus ideas. La asociación era un lugar de encuentro cultural para los perseguidos “raciales”, que en Alemania no habían podido visitar ni un cine. El Vorwärts se esmeró por ofrecerles un ambiente de plena igualdad. El hecho de contar, además, con una quinta, un centro comunitario, que les permitía alejarse de la ciudad para relajarse, era algo único en esos años. Yo mismo me beneficié y mucho. Pero atención, la asociación Vorwärts no fue la única organización de origen extranjero que aportó ideología social a la Argentina. Hubo organizaciones italianas y españolas que también hicieron su parte. Pero seguramente, junto a ellas, Vorwärts cumplió un papel no menor. Al respecto, se debería recordar que uno de sus miembros, Germán Avé Lallemant, un agrónomo alemán oriundo de la ciudad de Lübeck, fue quizás el primero que analizó la historia argentina desde el punto de vista marxista. Nosotros se lo agradecimos con una plaza, aquí en Buenos Aires: logramos que en su honor llevara su nombre. En San Luis hasta le dedicaron una montaña: el Cerro Lallemant. ción bilateral. Como lo recuerda hoy su ex presidente, el escritor y médico austríaco Alfredo Bauer (ver recuadro), durante las dos guerras mundiales volvió a ser un punto de encuentro y refugio para muchas personas que, desde la Alemania derrotada, llegaban a una Argentina tan prometedora como extraña. “Era algo único” Alfredo Bauer (Viena, 1924) fue presidente de la asociación Vorwärts en el período 2000 - 2004. Llegó a la Argentina en 1939, huyendo con su familia del terror, que de la mano de los nacionalsocialistas había invadido su patria natal, Austria. Médico de profesión, es, además, escritor. Con obras como Der Mann von gestern und die Welt. Ein biographischer Roman um Stefan Zweig y también Hexenprozess in Tucumán und andere Chroniken aus der Neuen Welt, Bauer es considerado como una figura central de la literatura del exilio. 32 Alfredo Bauer (Foto: A. Schwartz) -¿Qué posición adoptó Vorwärts durante las dos guerras mundiales? -En la Primera Guerra Mundial mantuvo una estricta actitud antibélica e internacionalista. Rehusó apoyar el imperialismo del Imperio alemán, como así también a las potencias imperialistas occidentales. En la Segunda Guerra Mundial Vorwärts apoyó activamente a la coalición anti-hitleriana, en particular, a la agredida Unión Soviética.Tras el final de la guerra la asociación ayudó a la arruinada población alemana con envíos de víveres y ropa, con especial atención de los sobrevivientes de los campos de concentración después de 1945. -¿Y después de 1917 y la Revolución rusa, que llevó a la creación de la Unión Soviética? -Como institución Vorwärts no se pronunció en ningún momento a favor o en contra del régimen. En la asociación los socialdemócratas y comunistas colaboraban en un clima amistoso. Haber procurado mantener tal concordia fue mérito de Erich Bunke, quien durante muchos años fue el presidente de la asociación Vorwärts. Bunke, era comunista –como lo soy también yo– mientras que, por ejemplo, el presidente actual, Alfredo de Renzis, es socialista. Bunke, además, tuvo el destino de ser el padre de Tania, la guerrillera que cayó con el Che Guevara cuando este murió en Bolivia. -¿Dónde se puede apreciar hoy en la política argentina la impronta de la asociación Vorwärts? -En los actos que recuerdan a los desaparecidos durante los años del Proceso Militar, cada 24 de marzo. 33 El inicio de una relación en 2 x 4 La llegada del bandoneón a la Argentina inició un fenómeno sigue seduciendo Existe un tango finlandés, existe un tango danés. Fuera de Buenos Aires y de la Argentina, Berlín parece haberse convertido en la segunda capital del tango. Cada semana se organizan allí por lo menos 30 milongas en bares y cafés bailables con nombres como Roter Salon, Salón Urquiza o Tangoloft. La movida tanguera berlinesa también incluye a Klaus Gutjahr, uno de los últimos expertos en el arte de construir bandoneones. Lo que es casualidad para algunos, resulta lógico para otros. Al fin y al cabo, desde Alemania salió el primer bandoneón con rumbo a la Argentina. Llegó en 1900 a los muelles porteños de la mano de marineros alemanes. Según se sabe hoy, fueron los lutieres Carl Friedrich Zimmermann y Heinrich Band quienes –cada uno por su lado e inspirados en la concertina alemana, un acordeón de forma hexagonal inventado en 1820– idearon el bandoneón. Pero fue el desarrollo de Band que le generó el prestigio y relevancia que hoy tiene. Quien le dio su nombre al instrumento tenía un gran bagaje musical en su haber: uno de los tíos de Band habría sido el violinista y compositor Nicolás Paganini. A pesar de tan aristocrática herencia musical, el instrumento que es sinónimo de tango en la Argentina, se utilizó en Alemania únicamente para la música popular. “Muy pocos sabían que la extensión de su registro permite tocar música con una amplitud tan grande como la del piano”, explica Gutjahr desde Berlín. “Cerca del 90 por ciento de los bandoneones que se usan en la Argentina provienen de Alemania”, cuenta el lutier alemán, quien a los ocho años aprendió a tocar el instrumento de la mano de su padre. Después profundizó sus conocimientos en el Julius-Stern-Institut de la Universidad de Bellas Artes de Berlín, donde se despertaron su curiosidad y su pasión por el mecanismo de este instrumento. Gutjahr construyó su primer bandoneón en 1984. Su primer cliente fue nada menos que el virtuoso Juan José Mosalini. Desde esos días pasaron por sus manos cerca de 600 de estos instrumentos. El también músico comenta que, cuando él comenzó su labor de lutier nada hacía presumir que la fascinación que irradia el sonido del bandoneón se expandiría también entre la población alemana. Sin embargo, eso ocurrió. A tal punto, que a algunos les cambió la vida. Nicole Nau es uno Pág. anterior: la bailarina alemana Nicole Nau y su esposo, el argentino Luís Pereyra, son un referente para una de esos casos. Nacida en relación que vive al 2x4. (Fotos: Guido Gayk / Jorge Royan). en 1963, hasta fines de la ciudad de Düsseldorf 1980 sólo pensaba en 35 un futuro ligado al mundo de la publicidad y el diseño gráfico. Para eso se había preparado. Hoy, sin argentina. Yo misma viví ese proceso: Descubrí el embargo, es bailarina de tango y junto con su esposo, Luis Pereyra, es un referente de este baile a tango cuando llegué a él a fines de los 80. Por más ambos lados del Atlántico. que viviera en Buenos Aires, era extranjera. Yo veía, sentía las cosas del tango. Pero, desde una perspecti- -¿Cómo se originó la fascinación por el tango en Alemania? va alejada: interpretaba lo que veía en mi ser ale- -Todo empieza en la década de los años 80. En mi caso comenzó con el espectáculo Tango mán. Comparaba mis experiencias emocionales con lo Argentino, de Héctor Orezzoli y Claudio Segovia, que se presentó en Alemania en 1988. En ese tiempo vivía en Düsseldorf y viajé especialmente a Munich para verlos bailar en el Deutsches Theater. que había vivido antes. Al conocer a Luis fue cuando comencé a convivir Quedé tan fascinada, que al salir del teatro fui directamente a una agencia de viajes para tratar de con una vida argentina normal. Al sentir sus ideales, comprar un pasaje de avión. Lo que no sabía en ese momento es que en ese primer espectáculo había sus valores, sus dificultades, su ser, me di cuenta de que visto también a quien luego se convertiría en mi esposo y compañero de baile: Luis Pereyra. Ese día jamás –y estoy hablando de 16 años– había entendido dejé mi vida anterior de diseñadora gráfica y me entregué al tango. algo de lo que es el tango. Esa experiencia me llevó a aprehender el tango de nuevo, me obligó a rehacerme -¿Por qué el tango tiene tanto auge en un pueblo como el alemán, que es considerado conserva- dor y poco expresivo? como bailarina.Tuve que viajar por el país para poder entender al argentino. Por eso, opino, que el alemán -Si, es notorio que, con excepción del pueblo argentino, sea el pueblo alemán el que tenga la cree haber entendido. Pero, en el fondo, dudo que sea mayor tendencia hacia la cultura del tango. Tal vez porque Alemania jamás tomó el tango como una así. Se puede compartir la cultura. Pero no se puede danza de moda, como fue en otros países. También influye el hecho de que en Alemania se haya des- enseñar la cultura, tampoco aprenderla. arrollado un sistema de enseñanza de tango, que es deslumbrante. Por otra parte, como bien sabemos, los alemanes son de hacer las cosas a conciencia (ríe..). Sin embargo, hay que reconocer que hoy el tango en Alemania está un poco cargado de clichés: el abrazo, la melancolía, etc.. Sigue aferrado a imágenes que le fueron impuestas al tango para comercializarlo: hay cierto abuso de la imagen que el tango debe ser frívolo, sensual, erótico. En realidad, es una danza sencilla del pueblo. Fuerte, alegre, potente, llena de ritmo. Por ejemplo, veo las fotos de la familia de Luis y El tango seduce a cada vez más alemanes. Sólo en Berlín funcionan hoy más de 30 milongas. En la capital alemana se organiza, desde 1996, el Internationales Tango Festival Berlín. (Foto: Michael Grasmann) no hay fiesta, ya sea un cumpleaños, la Navidad o lo que fuere, en que no bailen todos: chacarera, zamba, bailecito, chamamé, lo que sea. Un tango, cada tanto. Esta gente jamás va a bailar para mostrarse. Sencillamente baila. Tampoco baila para olvidar el trajín del día. Simplemente baila. Pero, obviamente, no es así en todos los casos. En Buenos Aires mucha gente baila tango porque quiere mostrarse: las mujeres para ser vistas, los hombres para llamar la atención. Eso existe también en Alemania. Existen aquéllos que se acercan al tango pensando que consiste en vestir minifalda y -Aún así, posee un encanto palpable: ¿Cómo explica usted, una alemana radicada en Buenos mostrar el cuerpo. Con el tango creen que son alguien. Aires, que vive el tango como propio? -Creo que el alemán se identifica más que nadie con esta danza porque se puede encontrar con las raíces de su propia cultura. El abrazo viene de las danzas europeas, el bandoneón es un instrumen- -¿Qué le pide el público en las giras por Alemania? -El público alemán no pide. Pero vive cuando va a ver tango. Es increíble. Desde hace muchos años, to, en realidad, muy alemán. Y, claro, está el otro elemento: el alemán encuentra en esta danza liber- Luis y yo vamos de gira a Alemania. Les llevamos un tango muy cercano a las raíces. Un tango lejos tad, ritmo, sensibilidad. Hombre y mujer pueden volver a vivir la danza compartida, dependiente. del cliché. Un tango normal. ¡Un tango! Siempre eligiendo grandes composiciones. También llevamos Ambos vuelven a encontrarse con roles definidos. La mujer encuentra un ambiente, en el cual puede otras facetas de la cultura argentina, por ejemplo, la música folklórica, el zapateo, la chacarera, la volver a lucirse desde su lado más femenino, el ser mujer. También esto es un cliché, pero es algo muy zamba. Y es fascinante ver cómo se entusiasman, cómo lo viven con nosotros. Después nos dicen que importante en un país, en el que como consecuencia de una fuerte emancipación, se perdieron los jamás vieron algo igual. En virtud de estas experiencias creo que el alemán no quiere ver el cliché: la roles tradicionales del hombre y de la mujer. A tal punto, que ambos perdieron casi su identidad. mina y el macho. Tampoco quiere ver la carita linda del tango. Quiere el baile, quiere ver cómo uno se desangra cuando interpreta un tema. Que se es dulce cuando la música lo es. Aprecia mucho las gran- -¿Pero el alemán entiende el tango? des composiciones. Pero aprecia también mucho lo sutil, lo puro, lo verdadero. No hay que olvidarse -Es una muy buena pregunta. Creo que, en parte, siente que el tango posee algo muy especial. que el pueblo alemán es muy culto. No le gusta lo falso. Quiere lo auténtico, quiere la verdad. Pero dudo que lo entienda, que realmente lo pueda comprender. Porque viene muy ligado a la cultura 36 37 La Patagonia inesperada La fundación de Comodoro Rivadavia Viajar por la Patagonia significa encontrarse una y otra vez a lo largo del camino con apellidos como Madsen, Otten, Musters, Saint-Exupéry, Jones o Egger. Valles, lagos y montañas llevan los nombres de estos pioneros, que buscaban un nuevo destino al sur del paralelo 42. Sin olvidar, claro, al pionero de los aires, Günther Plüschow, quien con su avión Taube se adentró en lo más profundo del Sur argentino. Sin embargo, entre tantos nombres extranjeros, poco se habla de un alemán, Juan Plate. Es sorprendente, ya que, según documentos disponibles en el Archivo General de la Nación, fue él quien impulsó la fundación de Comodoro Rivadavia, hoy la ciudad más grande de la región con 130.000 habitantes y, además, la capital del petróleo argentino. Claro que, allá por 1900, las aspiraciones de Plate eran otras. El alemán era propietario de las estancias Nueva Lubeka y La Emma. Las tierras estaban ubicadas al pie de la cordillera, a 750 kilómetros de la costa. Si quería sacarles provecho, Plate debía vencer esa distancia. Un reto no menor si se considera que el viaje en carreta hasta Madryn, el puerto más cercano, exigía una travesía de 22 días. Juan Plate había adquirido en 1895 esas casi 75.500 hectáreas del sur. Hijo de pobladores de la ciudad de Neuhaus an der Ostsee, en el norte de Alemania, llegó a la Argentina en 1880. Cuatro años más tarde tuvo la visión de fundar una empresa importadora de artículos de ferretería. Plate & Cía. traía al país mercadería que un país en pleno desarrollo y crecimiento necesitaba en cantidad: alambres, herramientas, cerrojos. Hacia la segunda mitad de la década de 1890 la empresa era un éxito comercial. Por ese entonces, el Gobierno del Presidente Julio A. Roca se esforzaba por darle incentivos a la población del territorio, que el propio Roca había sumado al Estado diez años antes. Tras el fracaso del primer intento de asentamiento de soldados, el Congreso argentino autorizó la venta de títulos de propiedad en la Bolsa. Juan Plate fue uno de los que sin dudar mucho se decidió a comprar. Como lo recuerda hoy su nieto, Alfredo (Vito) Plate, decía: “Damit muss man was machen” (“¡Hay que hacer algo con esas tierras!”). En 1896 el emprendedor abuelo de Vito envió a un amigo, August von Thunn, con una tropa de caballos, mulas, vacas, ovejas y carros para que tomara posesión Pág. anterior: Comodoro Rivadavia desde el aire, en 1967, cuando su imagen todavía recordaba los días del pionero que impulsó su fundación: Juan Plate (Fotos: gentileza Diario La Nación / Fam. Plate) de las tierras. Von Thunn partió desde el Fuerte Ítalo, población ubicada en el sur de Córdoba, hacia Nueva Lubeka. Tardó un año y medio en cubrir los 2.100 kilómetros. La distancia 39 amenazaba con hacer poco rentables los ofrecía condiciones apropiadas como puerto. La respuesta llegó poco después: indicaba la factibilidad emprendimientos de su propietario. de la fundación en Punta Borja. La salida al Océano Pacífico tampoco Por su parte, Plate activó sus contactos en el ámbito gubernamental. Entre ellos figuraba un era una opción. El mismo Plate lo compro- enamorado de la Patagonia de mucho peso: Francisco P. Moreno. El empresario alemán había ayu- bó en una expedición que realizó cuatro dado y hospedado al perito Francisco P. Moreno, cuando entre 1898 y 1901 éste había asumido la años más tarde, cuando intentó abrir una tarea de velar por los intereses argentinos en el litigio con Chile por el trazado de los límites aus- ruta hacia Aysen, Chile, el puerto más cer- trales. Otro conocido de Plate, aunque ya más lejano, fue el mismísimo Presidente Roca. cano al otro lado de la Cordillera. Cuatro semanas después de haber remitido la carta, el 23 de febrero de 1901, el Vicepresidente Lejos de desesperarse, el alemán buscó Norberto Quirno Costa firmaba, en representación del Presidente Roca, el decreto que ordenaba: “La otra solución. La encontró en un despobla- Dirección de Tierras y Colonias procederá a trazar un pueblo en el Territorio de Chubut, sobre la costa do trecho de playa, Rada Tilly. Así se lla- del Atlántico, entre la punta Borja y la punta Marques, que se denominará Comodoro Rivadavia”. El maba la rada que se formaba en el Golfo nombre era un homenaje al Ministro de Marina Comodoro Martín de Rivadavia, fallecido poco antes. de San Jorge, en la costa argentina donde Los trabajos de agrimensura se iniciaron cuatro semanas más tarde. Aquel alemán, que había llegado Los Ford-T, se convirtieron también en el sur argentino en el medio de transporte privilegiado a la hora de hacer frente a las desafiantes travesías. Eran conocidos por su apodo: Henry Viejo, en honor al fundador de la marca estadounidense (Foto: gentileza Fam. Plate) los barcos que llegaban a la zona descar- a la Patagonia para hacer su América, terminó impulsando así la fundación de una ciudad, que es gaban provisiones y materiales. todo un símbolo de la presencia argentina en el extremo sur del globo. Pág. siguiente: el galpón del poblador Francisco Petrobelli fue la primera casa de lo que sería Comodoro Rivadavia. (Foto: gentileza Fam. Plate) estancieros de la zona –Angel Velaz, Allí, el mismo Plate y otros cuatro Cosme Llamas Massini, Máximo Abasolo y el doctor Julio Fernández– habían hecho construir en 1900, al pie del Cerro Chenque, un galpón de almacenamiento. El encargado de armarlo fue Francisco Petrobelli, transportista y pionero, que abastecía a la Colonia Sarmiento. Como lo reconocen hoy las autoridades de Comodoro Rivadavia, el galpón se convirtió en la primera edificación de la ciudad. Unir la costa con la Cordillera a través de un ferrocarril era una opción lógica en una época en la que el Estado trataba de impulsar la ampliación de la red de ferrocarriles, iniciada por la inversión británica. Pero para eso hacía falta, primero, infraestructura, espacio para aprovisionamiento, y después, un puerto y una población. Cartas y documentos conservados en el Archivo General de la Nación indican que a su retorno a Buenos Aires, a fines de 1900, Plate inició las gestiones para fundar “un pueblo y puerto” en esas costas. El 26 de enero de 1901 Plate y otros 27 propietarios de la zona presentaron una solicitud por escrito al Ministro de Agricultura, Martín García Moreno. Entre los firmantes figuraban algunos de los nombres más conocidos de la comunidad alemana en el país. La carta tenía como señal de remitente la dirección de las oficinas de Plate&Cía. Decía: “Los que suscriben, constituyendo domicilio en la calle Defensa Nro. 540, y teniendo presente el interés que el Supremo Gobierno demuestra para que los territorios del Sur se pueblen (…) se permiten pedir al Señor Ministro que se digne disponer lo necesario para que en la costa de la rada Tilly se establezca un pueblo como puerto de mar.” El petitorio fue enviado para su evaluación a la Dirección General de Tierras y Colonias del Ministerio de Agricultura. Este solicitó la opinión del Ministerio de Marina para establecer si la rada 40 Rumbo a lo imposible Las expediciones alemanas a los hielos continentales, 1914-1916 ángulo de 360 grados, describió sus impresiones en el libro In den Einsamkeiten Patagoniens, publicado en 1926: “El campo helado que se extiende entre los dos cordones de cerros Adela y Mariano Moreno, se extiende desde el lago Viedma en semicírculo, hacia el Norte, para perderse en el horizonte. Dominamos con nuestra vista una extensión de más o menos 100 kilómetros de Resulta irónico que uno de los lugares más fríos e inhóspitos del planeta haya sido el escenario, en el cual las relaciones argentino-alemanas de comienzos del siglo XX hayan vivido uno de sus momentos más cálidos. La suposición de que debía existir una conexión entre los grandes lagos del sur de la Patagonia oriental (Argentino, Viedma y San Martín) y los fiordos del Pacífico ya había seducido a muchos exploradores hacia 1916. Entre ellos se encontraba el geólogo alemán Rudolf Norte a Sur y aún no logramos ver ninguno de los extremos del campo helado”. Varias son las huellas que recuerdan todavía hoy que las dos primeras expediciones que pudieron cruzar los Hielos Continentales en dirección Este-Oeste estaban integradas por representantes de la comunidad científica alemana, que desarrollaban sus actividades en dependencias públicas argentinas. Se recuerda también que aún en plena Guerra Mundial algunos lograron ver más allá del ren- Hauthal. Como miembro de la delegación argentina en la Comisión de Límites, Hauthal reali- cor y del enfrentamiento de toda una época. Su legado nos queda en la magia de lugares como zó entre 1899 y 1900 una exhaustiva investigación de un glaciar al que llamó Bismarck. Paso del Viento, Cerro Witte, Nunatak Witte, Cerro Kölliker, Glaciar Hicken, Cordillera Reichert Pocos años después cambiaría de nombre para convertirse en lo que es hoy uno de los íconos y Cordón Adela (este último llamado así en referencia a la madre de Alfred Kölliker), que se de la Argentina de hoy: el glaciar Perito Moreno. convirtieron en destinos del alpinismo internacional. Durante sus años de investigación Hauthal intentó cruzar la Cordillera desde el Lago Argentino hacia el fiordo Peel, en el lado chileno, pero no pudo ganar el interior de las monta- Hans A. Schulz ñas para encontrarse con el mar de hielo que allí aguardaba. Ese honor le correspondió a los miembros de la expedición Flora Argentina, compuesta por el químico alemán Fritz Reichert, La expedición alemana sobre el Hielo Continental en 1916. (Foto: A. Kölliker / Del libro In den Einsamkeiten Patagoniens). el botánico Cristóbal M. Hicken, el botánico y biólogo Lucien Hauman-Merck, el pintor Juan Jörgensen y el peón chileno Rojas. Si bien los miembros de esta expedición llegaron el 27 de febrero de 1914 “marchando a través de un suelo inexplorado y virgen, por ningún pie hollado” desde el Canal de los Témpanos del Lago Argentino hasta los glaciares que descienden al fiordo San Andrés en Chile, no pudieron descender hasta el Océano Pacífico debido a las inclemencias del tiempo. No obstante, pudieron dar un testimonio auténtico sobre los secretos que allí aguardaban a las generaciones futuras. Como consecuencia de esta primera expedición a la región del Lago Argentino, la Sociedad Científica Alemana de Buenos Aires preparó una expedición de exploración a los glaciares de la región del lago Viedma. Formaron parte de ella el geógrafo Franz Kühn, el químico Alfred Kölliker, el topógrafo Adolf Tomsen, el geólogo Lutz Witte y el pintor Juan Jörgensen. Los acompañaron el cocinero Augusto Tannert y los peones Pablo Silbermann, Adán Diener y Tobías Buechele. Fue así que en el verano de 1915/1916 cuatro de estos exploradores –Kölliker, Witte, Silbermann y Diener– lograron llegar por primera vez a lo más profundo de la zona de los hielos continentales del lago Viedma. Para ello ascendieron por el valle del río Túnel y cruzaron por el Paso del Viento al campo de hielo, que atravesaron en dirección noroeste hasta la vertiente pacífica. Al igual que la expedición de Reichert y Hicken, tampoco ellos pudieron descender al mar por los temporales reinantes en esas latitudes. Kölliker, cuyas fotografías cubren los hielos en un 42 43 El día en que se perforó el suelo de Buenos Aires Cómo Philipp Holzmann y Siemens interconectaron la capital argentina Difícilmente alguien se pueda imaginar hoy cómo se veía en la ciudad aquella profunda grieta abierta en 1911 desde Plaza de Mayo hasta el Once. Mucho menos, el impacto que esa grieta debe de haberles causado a los porteños de entonces. En la capital argentina circulaban todavía tranvías a caballo. Muchos eran los faroles que aún utilizaban gas para alumbrar el paso, y al puerto seguían llegando barcos repletos de inmigrantes de la vieja Europa, que venían a hacerse la América. Pero la fosa de varios metros de profundidad que atravesaba el centro de Buenos Aires indicaba que una nueva era estaba por comenzar. La capital argentina se disponía a incorporar un sistema de transporte como el que tenían, en ese entonces, sólo otras once ciudades del mundo: el subterráneo. La responsable de ejecutar el grueso de la obra era la filial local de la empresa alemana Philipp Holzmann. Su aporte sería una de las primeras de las muchas huellas que dejaría la ingeniería alemana en el sector del transporte argentino, como prueba de que los comienzos siglo XX fueron tiempos fructíferos para las relaciones bilaterales. Incluso, la corriente eléctrica que impulsaría los trenes subterráneos llevaría el sello alemán: era suministrada por cuatro usinas de la Compañía Alemana Transatlántica de Electricidad. Philipp Holzmann era una de las más importantes constructoras de la época, responsable de varias emblemáticas obras de transporte en el mundo. Entre ellas, el ferrocarril que unía Estambul con Bagdad (Bagdadbahn, por su nombre en alemán). Con una extensión de 2.400 kilómetros, su construcción se había iniciado en 1903, para ser finalizada no antes de 1940. Especializada desde principios de siglo también en el transporte urbano, la compañía, con sede en la ciudad alemana de Frankfurt am Main, ganó en la Argentina el contrato para perforar el subsuelo de Buenos Aires. Concesionaria era la Empresa de Tranvías Anglo-Argentina Limitada. La obra costó en total 17 millones de pesos de entonces, Pág. anterior: a principios del siglo XX, la construcción del subterráneo cambió la cara de Buenos Aires. Sería el primero de América Latina. (Foto: AGN) Derecha: a partir de 1928, la empresa Siemens participó de la ampliación del servicio. Primero como constructora y luego como proveedora de tecnología y vagones. (Foto: Siemens) los trabajos que requirió significaron un reto. Fue preciso desviar el sistema de cloacas, desagües, bocas de tormenta y caños de suministro de agua potable en una de las más pobladas partes de la ciudad. Para excavar la tierra se emplearon cuatro dragas eléctricas con sistema de cuchara, que podían mover cerca de cinco metros cúbicos por hora. La tierra era retirada del túnel con trenes que salían por rampas ubicadas en la Plaza de Mayo, del Congreso y Once, para luego recorrer las vías del tranvía hasta llegar al depósito. Según documentan los informes de la época fueron removidos 440.000 metros cúbicos de tierra. Al finalizar los trabajos se habían aplicado 75.000 metros cúbicos de mampostería y se habían usado 31 millones de ladrillos y 108.000 barricas de cemento Portland de 170 kilos cada una. A ello se sumaban 13.000 toneladas de tirantes de hierro y 90.000 metros cuadrados de capa aisladora. A pesar de estas cifras impresionantes, la obra, en la que participaron 1.500 trabajadores, se completó en no más de veinte meses. El 2 de diciembre de 1913 se inauguraba la Línea A, entre Plaza de Mayo y Once, y al día siguiente fue habilitada al público. Aquellos fueron los primeros sudamericanos que pudieron disfrutar de las ventajas del subte. Cada estación tenía una longitud de cien metros y contaba con frisos de un color determinado para facilitar la identificación. Debía señalizarse así, ya que gran parte de sus usuarios –muchos La colocación de los vagones sobre los rieles era trabajo de precisión. El “subte”, como lo llamarían cariñosamente los porteños, acompañó el crecimiento de la ciudad. (Fotos: AGN) de ellos, inmigrantes– eran analfabetos. Pero sobrevino la guerra. El desarrollo de este sistema de transporte urbano se interrumpió después de las obras de prolongación de la Línea A, que se llevaron a cabo hasta 1914. Pasarían cerca de quince años antes de que hubiera una segunda línea en el sistema de subterráneos, y nuevamente fue una constructora alemana la que obtuvo el contrato de construcción. Esta vez la elegida fue la Siemens-Bauunion GmbH, que desde ese entonces quedaría ligada al desarrollo de la capital argentina. Siemens-Bauunion era la filial del conglomerado fundado por Werner von Siemens. La sucursal había sido fundada en 1921 para ofrecer servicios integrados a clientes internacionales en lo que entonces eran las grandes obras de infraestructura en el mundo: telecomunicaciones, subterráneos y generadoras hidroeléctricas. La empresa tuvo a su cargo la construcción de la Línea B. Iniciadas las obras en 1928, el subterráneo de la terminal Federico Lacroze quedó inaugurado en 1930. Seis años más tarde Siemens volvía a remover el subsuelo porteño. Tuvo a su cargo la construcción y el equipamiento integral de la línea Retiro – Constitución. La línea C quedó inaugurada el 11 de noviembre de 1934. Siemens se había convertido en uno de los principales proveedores de soluciones para el sector de transporte público. 46 47 Un motor para el comercio bilateral La Cámara de Industria y Comercio Argentino-Alemana A veces hasta el aspecto más oscuro de la naturaleza humana tiene alguna consecuencia positiva. Tal fue el caso de la Cámara de Industria y Comercio Argentino-Alemana en la Argentina. Cuando corría el tercer año de la Primera Guerra Mundial la comunidad de empresarios de origen alemán debió enfrentar una intensa campaña de discriminación de parte de la propaganda aliada. Ello incluía desde la conformación de listas negras para boicotear a las empresas de origen alemán, hasta los actos de violencia contra sus negocios. Para defender sus intereses ante tales agravios 122 empresarios de origen argentino-alemán se congregaron en Buenos Aires el 17 de junio de 1916. Sentaron allí las bases para una entidad, que luego se convertiría en un excelente canal para las relaciones entre la Argentina y Alemania. A cinco años de su fundación la Cámara ya formaba parte del grupo de cámaras alemanas de América Latina. De esta forma se vinculó con el ente responsable para la industria y el comercio en Alemania, el Deutscher Industrie- und Handelstag (DIHT), y se estableció como interlocutora bilateral e impulsó varios acuerdos económicos entre la Argentina y el Imperio alemán. A ello se sumarían, ya desde entonces, actos de solidaridad como la colecta realizada para las víctimas del terremoto de San Juan en 1944. Sin embargo, una vez declarada la guerra por parte de la Argentina a la Alemania de Hitler, la Cámara no escapó a la suerte que corrió el resto de las instituciones alemanas en el país: sufrió la expropiación y luego la anulación de su personería jurídica. La llegada en 1950 del primer enviado oficial de la Alemania de posguerra, el Ministro Carl Spiecker, impulsó, un año más tarde, la fundación de una nueva cámara, que absorbería el remanente de la antigua asociación. A partir de allí la entidad se convirtió en uno de los interlocutores privilegiados en el proceso de recuperación del patrimonio de las empresas argentino-alemanas. Por otra parte, los años de posguerra trajeron aparejada también la apertura de nuevas áreas de trabajo. Entre ellas se destacan la ciencia, la tecnología, la ingeniería y la educación. En 1979, la Cámara introdujo en el país el sistema dual de formación profesional, basado en el modelo alemán. Éste consiste en un programa para egresados del nivel secundario. Durante dos años los estudiantes alternan entre bloques teóricos, dictados en el centro de capacitación, y bloques de formación práctica en distintas empresas, entre las que se encuentran también Pag. anterior: pasado y presente se encuentran en la sede de la Cámara de Industria y Comercio Argentino-Alemana, en la Avenida Corrientes. La Cámara se convirtió en un centro de encuentro, que hoy es sede para más de 800 miembros. (Foto: AHK / CADICAA) grandes multinacionales. El sistema dual ofrece orientaciones como Técnico en Administración Industrial, Técnico en Comercio Exterior y Mayorista y Técnico en Asistencia Gerencial. Los respectivos cursos teóricos se dictan en el Instituto Ballester. La carrera que otorga el título de Técnico en Mecatrónica se cursa en el Colegio 49 Hölters. Hasta la fecha, cerca de 1.000 profe- la relaciones bilaterales entre Argentina y Alemania, tienen por meta la transferencia de tecnolo- sionales egresaron de estos cursos, de los cuales gía. Para ello incluso se ha formado un Centro de Transferencia de Tecnología para el Mercosur. hoy muchos ocupan puestos jerárquicos en Si bien el mundo ha atravesado numerosos cambios desde 1916, la Cámara de Industria y grandes compañías. Desde sus puestos de traba- Comercio Argentino-Alemana ha sabido nutrirse de las experiencias vividas durante más de nueve jo fomentan un creciente interés tanto por parte décadas, siempre con la mira puesta en el desarrollo y el crecimiento. La prueba más contundente de estudiantes como de empresas para seguir de ello es que a los 122 empresarios que se reunieron en los comienzos se les han ido sumando desarrollando y ampliando este programa. constatemente nuevos socios. Tal es así, que en la actualidad son alrededor de 800 los miembros Otra área de trabajo de la Cámara está dirigida a los profesionales en actividad. Les que han construido una amplia red de contactos para la institución, y que ofrecen el ámbito ideal de encuentro para la intensificación de las relaciones bilaterales entre la Argentina y Alemania. ofrece una gama de seminarios de capacitación con el objetivo de acercarles las últimas innovaciones en su especialidad a nivel mundial. A su vez, y en una renovada apuesta al futuro, la entidad ha empezado a actuar en conjunto con los colegios alemanes: un programa de pasantías, de charlas informativas con profesionales y de talleres de inserción laboral permite a los alumnos del último año La Sociedad Alemana de Beneficencia (Deutsche Wohltätigkeits-Gesellschaft - DWG) de la escuela secundaria tomar contacto con la realidad laboral. Una función no menos ambiciosa, que es estrechar el vínculo entre Wohltätigkeits-Gesellschaft (DWG, por su sigla en alemán), se remonta al año 1825, en las instituciones educativas y el ámbito que se constituye como la primera entidad alemana sin fines de lucro de la Argentina, empresarial, cumple el concurso intercolegial, según reporta Josef Winiger en sus Historias de los Alemanes en las Provincias Unidas del orientado a fomentar el deporte, la música y Río de la Plata. En 1850, el Gobierno de Juan Manuel de Rosas le prohibió a la DWG su la literatura. actividad. Fue durante la Primera Guerra Mundial, siendo notable el deterioro de la situa- Un área en el cual la Cámara de Industria Arriba: el ex canciller de la República de Weimar, Hans Luther, con miembros del directorio de la Cámara de Comercio Alemana, el 28 de octubre de 1926, en Buenos Aires. Abajo: reunión de la Comisión Mixta Argentino-Alemana el 30 de agosto de 1979, en Buenos Aires. (Fotos: AHK / CADICAA) El primer antecedente de la Sociedad Alemana de Beneficencia, Deutsche ción de muchos alemanes y sus descendientes que vivían en la región, debido a que muchos y Comercio Argentino-Alemana se encuentra fueron echados de sus empleos y nuevos inmigrantes llegaban a diario desde Europa, que se trabajando también fuertemente es la responsa- hizo imperioso organizar la ayuda. El 1° de marzo de 1916 varias personalidades y organi- bilidad social empresarial (RSE), un tema de zaciones decidieron unir sus fuerzas, constituyendo nuevamente la Sociedad Alemana de creciente importancia en el mundo de los negocios. En este sentido, se ha asumido el compromiso de difundir el concepto de manera más amplia. En conjunto con las cámaras binacionales de Alemania en Brasil, Paraguay y Uruguay se edita una publicación, en la que se presentan los ejemplos de empresas que ya realizan labores de RSE. Su contenido se complementa con los aportes de especialistas en la materia. El objetivo de este tipo de actividades es generar sinergias entre el mundo empresarial y las asociaciones argentino-alemanas, que llevan a cabo proyectos culturales y sociales; y muchas de las cuales son dirigidas por voluntarios y ad honorem. Durante el año 2007 se destacaron las iniciativas dentro del sector tecnológico, más específicamente Beneficencia DWG, la cual obtuvo su personería jurídica el 23 de abril de 1917. Una de las principales tareas de la DWG fue conseguir empleo para los desocupados y atender a quienes no lo obtenían, a los pobres, ancianos, enfermos y a los que habían huído de las guerras. Hoy, entre las actividades destacadas de la sociedad figuran el gerenciamiento del Hogar de Mayores Los Pinos, el apoyo al Hogar de Niños María Luisa, y la cooperación con la Asociación Alemana de Asistencia al Enfermo de Lepra y Tuberculosis.Su objetivo es combatir dichas enfermedades en la región y asistir a los sectores más necesitados en varias provincias y en el conurbano de Buenos Aires. en las especialidades nanotecnología y biomedicina. Estos esfuerzos, enmarcados en el 150˚Aniversario de 50 51 Al borde de la guerra por un telegrama De asnos y rufianes: el incidente Luxburg En 1917 la Primera Guerra Mundial estaba en pleno desarrollo. La Argentina se mantenía neutral, lejos de la destrucción y el horror que causaba el primer conflicto a escala global. La relación bilateral con la Alemania imperial de Guillermo II se desarrollaba en un ámbito de cordial respeto. A diferencia de lo que ocurriría dos décadas más tarde, la comunidad alemana en la Argentina sólo sufría aislados efectos negativos a causa de la guerra. Sin embargo, a principios del año mencionado los aires cambiaron. El 4 de abril de 1917, frente a las islas Scilly (Islas Sorlingas), a pocas millas de la costa sur de Inglaterra, un submarino alemán hundió la goleta Monte Protegido, de bandera argentina. El barco llevaba un cargamento de lino con destino al puerto holandés de Rotterdam. Según se pudo comprobar después, la tripulación entera provenía de Noruega, un país tan neutral en ese momento de la contienda como la Argentina. La protesta del gobierno argentino ante el gobierno alemán por la ofensa a la soberanía fue respondida con el argumento de que el barco había zarpado antes de declararse la guerra submarina sin restricciones. ¿Qué era aquéllo? Alemania había declarado en enero de 1917 la guerra submarina irrestricta y había procedido a bloquear los puertos atlánticos de Gran Bretaña y Francia y los de parte del mar Mediterráneo. Más tarde, el 2 de febrero, Alemania le había comunicado a los países neutrales que evitaran enviar sus barcos a las zonas sometidas a bloqueo ya que serían hundidos sin previo aviso. Tras el episodio, el Secretario de Estado de Guillermo II, Arthur Zimmermann, le aseguró al gobierno de Hipólito Yrigoyen que se repararía el daño causado. Alemania cumplió después de la guerra: el 22 de septiemPág. anterior: el incidente se originó en el tercer año de la Primera Guerra Mundial. Las revelaciones en base a los telegramas secretos del representante alemán en Buenos Aires, Karl von Luxburg, enardecieron la opinion pública argentina. bre de 1921 a bordo del acorazado Hannover se izó la bandera argentina bajo los acordes del himno nacional. Pero a pesar de que la respuesta alemana le permitió al Presidente Derecha: la respetada revista de información, Caras y Caretas, caricaturizó a los protagonistas del caso. (Fotos: Nico Pérez / Originales gentileza Museo Histórico Sarmiento). Yrigoyen seguir asegurándole a la Argentina una posición equidistante respecto de los bandos de guerra, el 53 daño estaba hecho. El 14 y 15 de abril en el centro de Buenos Aires se multiplicaron los incidentes de violencia. Un grupo de jóvenes simpatizantes con la posición aliada –Inglaterra, Francia, EE.UU.– saquearon negocios alemanes y las dependencias del Club Alemán. Lo mismo ocurrió en la legación alemana La ironía de Caras y Caretas superaba todas las barreras. En la mejor tradición de las revistas de información modernas, el medio utilizó el humor como telón de fondo para informar sobre el desarrollo de un incidente que estuvo a punto de llevar a la Argentina a la guerra. (Fotos: Nico Pérez / Caras y Caretas, gentileza del Museo Histórico Sarmiento) y en las oficinas de los diarios alemanes de la época. La relación entre ambos países empeoró aún más pocos meses después. El 22 de junio de 1917 un submarino alemán hundió a otro buque de bandera argentina, el vapor Toro, a 84 millas al Sudoeste del Cabo Espartel, antes de llegar a Gibraltar. El barco tenía como destino el puerto italiano de Génova. Su carga: carne congelada, cueros, lana, grasas, tanino. Tras este nuevo hundimiento se incrementaron las presiones, tanto internas como externas. Se le exigía a Yrigoyen que rompiera de forma definitiva con Alemania. Su gobierno se limitó, en cambio, a exigir la reparación por el daño sufrido y a demandar “la seguridad de que el gobierno alemán respetará en lo sucesivo a los barcos argentinos en su libre navegación de los mares.” Más allá de argumentar que el Toro había entrado en la zona Hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial, el puerto de Buenos Aires había sido un lugar de preferencia para la marina alemana. Entre los visitantes estuvo también el crucero Strassburg, en 1914. (Foto: AGN) de exclusión y que se dirigía con “mercancía de contrabando” a una de las bases británicas más fuertes de la región, Berlín accedió a los requerimientos del mandatario argentino. Otra vez, prometió reparar al país y reconocerle a la marina argentina la libertad de navegar los mares según las normas del Derecho Internacional. En tal sentido, le aseguró “una actitud acorde de parte de su Marina de Guerra.” Fue en ese contexto que salieron a la luz cerca de 400 telegramas que el Embajador alemán Luxburg había estado enviando a sus jefes en Alemania. Los telegramas habían sido filtrados desde las embajadas aliadas. En un tono claramente distinto del que usaba oficialmente en la relación con el gobierno local, Luxburg recomendaba mantener una posición pragmática respecto de la Argentina. Aconsejaba que, en caso de no poder evitarse, los barcos argentinos fueran “hundidos sin dejar rastros”. Más directo que pragmático, calificaba allí al Ministro de Relaciones Exteriores argentino, Honorio Pueyrredón de “notorio asno y anglófilo”. También le tocaba su parte al mismísimo Yrigoyen. El representante alemán calificaba al presidente argentino nada menos que de rufián. Buenos Aires respondió a Luxburg en lenguaje diplomático: le entregó su pasaporte y lo declaró persona non grata. Esto equivalía a una expulsión del ministro alemán. No obstante, no se produjo la ruptura de relaciones, a pesar de que el Congreso de la Nación había aprobado dos resoluciones que recomendaban la interrupción. La Argentina se mantuvo neutral hasta el fin de la Primera Guerra Mundial. 54 55 La eterna lucha con el Genitiv, Dativ y Akkusativ El auge de las escuelas alemanas en la Argentina se convirtió en un pilar de las relaciones bilaterales “Mi destino es la lengua castellana. El bronce de Francisco de Quevedo. Pero en la noche caminada me exaltan otras músicas, más íntimas. Alguna me fue dada por la sangre –o voz de Shakespeare y de la Escritura–; otras por el azar, que es dadivoso. Pero a tí, dulce lengua de Alemania, te he elegido y buscado, solitario. A través de vigilias y gramáticas, de la jungla de las declinaciones, del diccionario, que no acierta nunca con el matiz preciso, fui acercándome. (…) Hoy, en la linde de los años cansados, te diviso. Lejana como el álgebra y la luna”. Nada menos que Jorge Luis Borges atestiguó con estas líneas la especial relación que lo unía al idioma alemán. El gran autor argentino confirmaba así, en su obra El oro de los tigres (1972), el temor de tantos otros que intentaron emularlo: tratar de dominar el idioma de Goethe, Schiller y Brecht puede llevar toda una vida. No obstante, son hoy cerca de 19.000 los alumnos que lo hacen en alguna de las escuelas que pertenecen a la Comunidad de Trabajo de las Asociaciones Escolares Argentino-Alemanas (Arbeitsgemeinschaft Deutscher Schulen in Argentinien). Pero, más allá del fuerte dolor de cabeza que puede causar el estudio de la lengua germana a los alumnos, el modelo educativo alemán ha tenido un papel central en las relaciones bilaterales. Se convirtió en uno de sus más importantes protagonistas, especialmente en lo que se refiere a la creación y fundación de instituciones alemanas. La primera escuela alemana en la Argentina comenzó a funcionar en 1840. Casi veinte años antes de que se firmara el Tratado de Amistad, Comercio y Navegación entre la Confederación Argentina y el Reino de Prusia y los restantes Estados de la Unión Aduanera, Katharina Keppel fundó un colegio dominical. Su objetivo: enseñar religión y escritura en alemán. Con el tiempo, la educación con sello germano fue ganando adeptos en la sociedad argentina. Uno de los más interesados en la materia fue Domingo Faustino Sarmiento, quien en 1866, cuando era Ministro de Educación, le confesó al enviado del rey de Prusia: “Por su modelo para Página anterior: alumnos del Instituto Ballester, delante del edificio en la Calle Colón / Esq. San Martín. Derecha: el plano del primer edificio del Instituto Ballester, en la calle Lacroze 133. (Fotos: Instituto Ballester) una educación popular, la humanidad tiene escuelas e instituciones que integran enseñanza en alemán y español. La mayor parte de estas escuelas tam- una eterna deuda con Alemania.” bién fue fundada por inmigrantes alemanes. Sin embargo, su público ha ido cambiando a lo largo de los La Argentina supo aprovechar ese años. Si los escolares de antaño eran directa descendencia alemana dentro del alumnado de hoy en día sólo modelo: Sarmiento impulsó la contrata- una minoría desciende de alemanes. Más que el deseo de conectarse con la cultura de los antepasados, es ción de varios educadores alemanes, entre la calidad de la enseñanza, la que atrae a familias de apellidos italianos, españoles o suecos. ellos, el cuerpo de profesores de la primera El gobierno argentino les exige a todas que se ajusten a los programas de enseñanza elaborados Facultad de Ciencias de la Universidad de por el Ministerio de Educación. No obstante, les otorga -particularmente en los últimos años- un Córdoba. Sin embargo, el impulso no fue mayor espacio y margen para ofrecer contenidos en alemán. Una parte no menor de los fondos para bien percibido hasta los últimos años del hacer posible tal misión proviene todavía de Alemania. Cerca de 20 escuelas reciben hoy apoyo finan- siglo XIX. Su efecto duró hasta poco antes ciero directo desde Berlín. El gobierno alemán aporta al sistema de escuelas germano-argentinas de la Segunda Guerra Mundial y consistió cinco millones de Euros por año. Entre los centros de estudios más importantes se destacan cinco en el establecimiento de gran parte de las escuelas: Instituto Primo Capraro en San Carlos de Bariloche, Instituto Ballester, Colegio Goethe, escuelas germano-argentinas, que aún Escuela Hölters y Colegio Pestalozzi. están en funcionamiento. Una típica mañana escolar en la década de 1930. Para entonces, muchos colegios argentino-alemanes ya contaban con medios de transporte propios. Aquí, tres alumnas de lo que es hoy el Colegio Goethe. (Foto: Fam. Heinlein) En 1893 se creó la Escuela Alemana de Barracas. En 1895 le siguió la Escuela para Niñas, que, junto a la Belgrano Schule, fundada en 1897, conformaría luego la Goethe-Schule de la actualidad. Sólo un año más tarde abría sus puertas la Escuela Alemana de Quilmes. A principios de siglo el sistema alemán de educación dejaba además otra herencia que trascendería el ámbito de la escuela primaria. El Ministro de Justicia e Instrucción Pública del gobierno de Manuel Quintana, Joaquín V. González, creó en 1904 el Seminario Pedagógico, que más tarde se convertiría en el Instituto Nacional del Profesorado Secundario. Su función: preparar a los profesores de enseñanza superior. González le confió al alemán Wilhem Keiper la dirección de los seminarios y del programa de enseñanza. Para que lo acompañaran convocó a un grupo de expertos de Alemania. Esos docentes alemanes trabajaron hasta 1916 en el Instituto y establecieron allí la primera base de la formación pedagógica argentina. Mientras tanto, el impulso fundacional de escuelas germano-argentinas no se detenía. En 1907 se Instituto Ballester En ocasión de su 85° aniversario el Instituto Ballester celebra el aporte brindado para el encuentro entre las culturas alemana y argentina. Desde sus comienzos el Instituto Ballester ha crecido en sus dos sedes de Villa Adelina y Villa Ballester. En la actualidad cuenta con más de 1.700 alumnos. La escuela se define como una institución multicultural, que brinda a sus alumnos- desde el Nivel Inicial hasta el Centro de Capacitación Profesional- una educación integral bilingüe de excelente nivel académico. En concordancia con este espíritu, el Instituto Ballester ofrece a los alumnos del Polimodal la posibilidad de optar por el Programa del Bachillerato Internacional para acceder al Diploma de Bachiller Internacional Bilingüe, que los habilita para ingresar a universidades muy prestigiosas en todo el mundo. El Centro de Capacitación Profesional, reconocido tanto por las autoridades educativas argentinas como alemanas, es un programa dual que conjuga capacitación teórica en la institución con experiencia laboral en las empresas. Además cuenta con la participación y el apoyo de la Cámara de Industria y Comercio Argentino-Alemana (CADICAA). El complejo del Instituto Ballester en San Martín 444. (Foto: Instituto Ballester) fundaba la Deutsche Schule Bariloche, que en 2007 festeja su primer siglo de vida. En 1910 le seguía la Humboldt-Schule, y en 1912 la Escuela Alemana en Dock Sud. Su objetivo era educar a los hijos de los inmigrantes alemanes que trabajaban en la compañía de electricidad del puerto. A esos institutos se sumaban escuelas con materias en alemán en todas las grandes ciudades argentinas como Rosario, Bariloche, Córdoba y Mendoza. En los años de la Primera Guerra Mundial se interrumpió el interés por este tipo de enseñanza, pero con la fundación del Instituto Ballester en 1922 se retomó el contacto. Le siguieron el Colegio Lanús Oeste (1925), la Escuela de Munro (1928) y en 1934, ya en los albores de la Segunda Guerra Mundial, que dividiría también a la colonia alemana, la Asociación Cultural Pestalozzi. Según datos de 2006 relevados por la Comunidad de Trabajo de las Asociaciones Escolares ArgentinoAlemanas (Arbeitsgemeinschaft Deutscher Schulen in Argentinien), actualmente funcionan cerca de 26 58 59 Colegio Goethe El centenario Colegio Goethe, fundado en 1897 como escuela de varones, respondió a la necesidad de Escuela Hölters Creada en 1931, la Escuela Hölters fue fruto de la inquietud del inmigrante y profesor alemán Hermann la colectividad alemana, que por entonces contaba sólo con el colegio parroquial protestante en el centro Hölters, quién estableció un internado en la localidad de Villa Ballester, Provincia de Buenos Aires, y fundó en de Buenos Aires. Se inició con sólo ocho alumnos, pero creció rápidamente. En 1907 se fusionó con la ese año la escuela que hoy lleva su nombre. escuela de señoritas de la Srta. Liebau y pasó a ocupar su histórico edificio en la calle Virreyes (hoy José Son sus objetivos la formación de personas libres, capaces de elegir y actuar con responsabilidad y autono- Hernández). Para 1922 el colegio contaba con planes de estudio alemanes y con el permiso de otorgar el mía en un clima de libertad, respeto y autenticidad. Esto permite a todos sus miembros crecer en la creativi- título de bachillerato alemán (Abitur). En 1927 se fusionó con la Germania Schule, y en 1931 adoptó el dad, desarrollando conductas democráticas, solidarias y respetuosas del medio ambiente, promoviendo la inser- nombre Goethe Schule. ción de la Argentina en la cultura internacional. Los avatares de la Segunda Guerra Mundial originaron la confiscación y el cierre del colegio. Pero en La institución tiene una sede en la calle Libertad, donde funcionan el Jardín de Infantes y la Educación 1950 volvió a funcionar al fundarse la Norte Schule en Martínez. Nueve años más tarde egresaban nuevamen- Primaria Básica, y otra sede en la calle Independencia, donde desarrollan sus actividades la Educación te bachilleres argentinos hasta que en 1960 el gobierno argentino devolvió el edificio de Belgrano. En 1962 se Secundaria Básica y los Polimodales, cuyos alumnos egresan con los títulos de: Bachiller Polimodal en recibieron nuevamente bachilleres alemanes. Finalmente, y gracias a la colaboración del gobierno alemán y el Economía y Gestión, en Humanidades y en Ciencias Sociales, Ciencias Naturales y Bienes y Servicios con esfuerzo de la comunidad de padres, el colegio se mudó en 1989 a su nueva sede en San Isidro. Allí logró uni- Trayectos Técnicos Preferenciales en Electrónica (TTP). ficar su propuesta escolar y ofrece hoy educación en los niveles de Jardín de Infantes, Educación General Básica (EGB) I y II y Educación Polimodal a 1414 alumnos. En 2006 se inició junto con la Cámara de Industria y Comercio Argentino-Alemana el programa de capacitación dual en Mecatrónica (Mecánica y Electrónica). El curso de dos años de duración incluye módulos de capacitación teórica, que se alternan con la práctica dictada en las empresas argentino-alemanas adheridas. El nuevo edifico del Kindergarten del Colegio Goethe, en Lomas de San Isidro. (Foto: Nico Pérez) 60 El complejo de la Escuela Hölters, en la calle Independencia. (Foto: Escuela Hölters) 61 Colegio Pestalozzi Instituto Primo Capraro (San Carlos de Bariloche) El Colegio Pestalozzi es parte de la Asociación Cultural Pestalozzi, una organización sin fines de lucro, fundada en 1934 por Ernesto Alemann, editor del diario liberal Argentinisches Tageblatt, y, entre otros, por el “Más tarde visité la escuela alemana, donde me esperaba una docena de inmigrantes alemanes, gente de industrial Alfredo Hirsch, con el objetivo de crear un lugar de educación libre y humanista en clara oposición a la misma estirpe que yo había visto en mi país y que yo tanto quería. Me sorprendió ver en este pequeño esta- la ideología imperante en esa época en Alemania. blecimiento que junto al retrato del emperador Guillermo había uno de Lutero, a pesar de que un tercio de los A 73 años de su creación, los valores fundacionales del Colegio Pestalozzi siguen arraigados y vigentes. Su alemanes eran católicos. Los sentimientos nacionales habían cedido frente a los religiosos y Lutero había sido objetivo es brindar una formación de excelencia, en la que se articulan los valores humanistas, pluralistas y soli- aceptado como un representante más de los grandes pensadores alemanes que querían que sus hijos recuerden. darios con los perfiles científico-técnicos requeridos por los desafíos de la época. Cultura, humanismo y tecnolo- También había en esta escuela una buena biblioteca, cuyos libros eran, naturalmente, todos alemanes. Era la gía constituyen así el pivote estratégico de su misión. Bajo el lema de encuentro de culturas se propone que el única biblioteca del pueblo.” alumno ponga en práctica la comprensión y aceptación de la diversidad, la tolerancia, el contacto respetuoso, la solidaridad ante las desigualdades y la solución pacífica de los conflictos que puedan manifestarse. El Colegio Pestalozzi, situado en el barrio de Belgrano, tiene en la actualidad 995 alumnos y cuenta con nivel inicial, primario y secundario. Sus alumnos egresan con el título de bachilleres bilingües en Ciencias y Letras y también pueden cursar el Bachillerato Internacional Bilingüe. Resulta una de las tantas ironías de la historia que fuera justo un ex presidente norteamericano el que, a sólo un año de la Gran Guerra, resumiera con estas pocas palabras el tipo de enseñanza que la Deutsche Schule Bariloche (hoy Instituto Primo Capraro), intentó fomentar desde sus inicios. Claro que, para cuando Theodore Roosevelt la visitó, la escuela no era más que un galpón. Un maestro, un aula y quince alumnos con sus padres con más ambición que recursos, trataban de preservar aquí algo de la cultura alemana en un entorno que todavía tenía muy poco de urbano. Quizás fue esa ambición la que despertó la admiración de quien había sido uno de los personajes más El Colegio Pestalozzi, en el barrio de Belgrano, instruye hoy a 995 alumnos. (Foto: Nico Pérez) importantes de su época. Roosevelt –quien no fue pariente de Franklin Delano Roosevelt (FDR)– viajó a la Patagonia en 1913. Tras dejar la presidencia en 1909, pensaba disfrutar aquí de uno de sus más queridos pasatiempos: la vida silvestre y las actividades al aire libre como la caza y la pesca. Pero, según delatan sus memorias, entre las experiencias que más recordaría figuró también la visita a esta institución de educación alemana, que en 2007 festeja su primer centenario. Fundada el 20 de enero de 1907 como Deutsche Kirchen- und Schulgemeinde, la pequeña escuela alemana del Nahuel Huapi enriqueció desde sus comienzos la incipiente vida cultural de este, por entonces apartado, rincón del planeta. La cantidad reducida de alumnos en las primeras décadas de su existencia es un reflejo del lento crecimiento de la aldea y la situación económica de sus habitantes, que, en palabras de uno de los hijos del maestro Lührs, muchas veces pagaban con leña, leche y queso la enseñanza de sus hijos. En 1927 la escuela tiene como director y maestro al escritor Max Tepp, cuya estadía en la región influyó fuertemente en su obra posterior. Libros como Tanahuen, la indiecita del Nahuel Huapi (Die Indianerkinder in der Löwenhöhle, 1933), que relata las andanzas de dos niños indígenas en la zona del Nahuel Huapi, y Árboles y Arbustos de la Cordillera Patagónica (Bäume und Blumen am Nahuel Huapi, 1936) pretendían acercar a los alumnos de las escuelas germano-argentinas a su entorno americano. Todavía hoy su lectura conmueve a niños y jóvenes. En los años 1944 y 1945 una nueva guerra mundial, que termina en lugares lejanos, arroja su sombra sobre la pequeña escuela alemana del pueblo y ésta cierra sus puertas mediante el Decreto 7032 del Gobierno Nacional. 62 63 Pero los antiguos habitantes de habla alemana junto con una nueva inmigración, que atraída por las belle- Un año de intercambio - Nico de Pro zas del lugar y las oportunidades económicas llega a partir de la década del 30 y continúa llegando hasta entrada la década del 60, vuelven a fundar la escuela en 1953. Remontándose a los comienzos de la historia europea de la región, eligen como nombre el del pionero italiano Primo Capraro, quien, casado con una alemana, Rosa Meier, fuera uno de los pilares en la dura etapa inicial de la historia de la escuela. Y como si crecer al ritmo de la ciudad fuese su destino, la escuela alemana inauguró en 1980 el nivel secundario y en 1993 el nivel terciario. Los pocos alumnos de habla alemana de comienzos del siglo XX se convierten hacia fines de siglo en más de 1.000 alumnos de los más diversos orígenes, inaugurando una nueva y fascinante etapa en la transmisión de cultura alemana en este rincón del planeta. En el año 2006 el Instituto Primo Capraro abre un espacio para el aprendizaje de su propio pasado en relación al caso Priebke, y proyecta la película-documental Pacto de Silencio con la presencia de su director, Carlos Echeverría, con el objetivo de mostrar a la opinión pública que trata el pasado en forma responsable y con orientación al futuro. Con el legado de estos cien años de historia la escuela alemana, hoy Instituto Primo Capraro, busca aprovechar la herencia de sus fundadores: ser un puente entre las culturas. Para ello, y a través de un constante contacto con Alemania en forma de capacitaciones docentes, intercambios estudiantiles y un amplio programa de pasantías, los docentes han creado un entorno de aprendizaje innovador, en donde aprender es debatir ideas, reflexionar críticamente, ser tolerante ante las diferencias y solidario con las necesidades de la comunidad, aprender con todos los sentidos, trabajar en equipo y ser abierto hacia otras culturas. Lejos quedó esa primera etapa de la escuela fundada por padres alemanes para mantener su cultura europea. “Con nuestra lengua desaparece o permanece nuestra identidad alemana”, decían los colonos. Hoy, con una nueva identidad en marcha, la escuela es consciente de que cada idioma aprendido nos abre un nuevo mundo, enriquece nuestras percepciones, establece nuevos vínculos hacia nuevas culturas y aumenta nuestras posibilidades profesionales. La identidad europea del Instituto Primo Capraro cumple hoy una función no tan alejada de la de sus inicios, que es la de enriquecer una comunidad con diversidad cultural. La Deutsche Schule (Instituto Primo Capraro) en San Carlos de Bariloche. (Foto: Inst. Primo Capraro) 64 En su año de intercambio en Alemania, Nico de Pro no se quiso perder la oportunidad de rendirle homenaje a uno de los grandes protagonistas de la amistad argentino-alemana: Juan Manuel Fangio. Su estatua se ubica enfrente del nuevo Museo Mercedes, en Stuttgart. Una réplica se encuentra también ante el edificio de la empresa en Buenos Aires. (Fotos: gentileza fam. de Pro) El mecenas intelectual Félix Weil Nacido en Buenos Aires, Félix José Weil (1898-1975) era el heredero natural de la compañía cerealera Weil Hermanos, de considerable gravitación en el mercado internacional de granos entre 1890 y 1920 junto con Bunge y Born y Louis Dreyfus. Su padre Hermann Weil (1868-1927) fundó la firma con sus hermanos en Buenos Aires. Provenía del mercado triguero alemán de la ciudad Mannheim al igual que su competidor, Alfredo Hirsch, gerente general de Bunge y Born. Hermann Weil modernizó el mercado argentino de trigo, al introducir la medida del gluten, el peso de 78 kilogramos para 100 litros de trigo y un porcentaje máximo garantizado de otros elementos. Así, el trigo argentino se integró al mercado internacional. La compañía cerealera Weil Hermanos fue disuelta en la década de 1920. Antes de la Primera Guerra Mundial, Hermann Weil se trasladó a Berlín donde frecuentó al Kaiser, Guillermo II, y fue Consejero del Gobierno Imperial durante la guerra. Influyó en el Kaiser para que en el frustrado acuerdo de paz con Gran Bretaña, ésta le cediera a Alemania las Islas Malvinas, cuyo destino posterior habría sido el traspaso a la Argentina. Hermann Weil dispuso que su hijo Félix, tras pasar su niñez en Buenos Aires, estudiara en un colegio secundario y en una universidad alemana. En la Universidad de Tübingen, Félix Weil se acercó a las corrientes filosóficas del marxismo histórico. Ajeno a los negocios, convenció a su padre de que, en 1924, dotara a su Instituto de Investigaciones Sociales en la Universidad Johann Wolfgang Goethe de Frankfurt a. M. con un aporte que asegurara su funcionamiento. El Instituto atrajo a intelectuales de la misma orientación que Félix Weil, entre ellos a Georg Lukács, Karl Korsch, Karl August Wittfogel, Friedrich Pollock, Max Horkheimer,Theodor W. Adorno, Herbert Marcuse, Erich Fromm, Leo Löwenthal y Walter Benjamin. Tras el asalto del nazismo al poder, el Instituto continuó su actividad en Nueva York y se reestableció en Frankfurt en 1950. Félix Weil, residente en los Estados Unidos, mantuvo el contacto con su creación. A partir de la revuelta estudiantil de París, en 1968, la llamada Escuela de Frankfurt (Frankfurter Schule), ejerció una influencia significativa en el ideario de la época, en particular mediante Herbert Marcuse, portaestandarte del marxismo. Por su parte, Félix Weil, después de su doctorado con el profesor Adolph Weber en la Universidad de Frankfurt en 1920, regresó a Buenos Aires, donde observó las condiciones del movimiento sindical argentino. Weil fue amigo personal de quienes forjaron la política económica argentina en los años 30, encabezados por Raúl Prebisch, Ernesto Malaccorto y Máximo J. Alemann. Fue consultado para la redacción del decreto reglamentario de la ley sobre el impuesto a los réditos, actualmente impuesto a las ganancias, al que contribuyó con sus conocimientos sobre los mercados de granos. Ya retirado en los Estados Unidos, Félix Weil publicó en 1944 un libro sobre la Pág. anterior: Miembros del grupo que frecuentaba Félix Weil (de pie, 2º de la der.). Entre ellos Friedrich Pollock (de pie, 2º de la izq.) y Georg Lukács (de pie, 4º por la izq.) (Foto: gentileza Institut für Sozialforschung Frankfurt) 66 Argentina bajo el título en inglés Argentine Riddle, en el cual describe al país y sus problemas, siempre enigmáticos para los extranjeros. En los últimos años de su vida, Weil fue testigo de la influencia que la escuela de pensamiento que había sido creada gracias a su mecenazgo ejerció entre los intelectuales rebeldes de Europa y de los Estados Unidos. 67 El Instituto Ibero-Americano Investigación, información, ciencia y cultura desde Berlín El Instituto Ibero-Americano Fundación Patrimonio Cultural Prusiano (Ibero- Amerikanisches Institut Preussischer Kulturbesitz) representa un ejemplo único de continuidad institucional al servicio del intercambio científico e intercultural con Iberoamérica. Estrechamente vinculado a la Argentina desde su origen, es también un importante actor en las relaciones bilaterales. Cuando en 1927 el erudito argentino Ernesto Quesada, quien a lo largo de su vida había construido sólidos vínculos académicos y personales con Alemania, donó su biblioteca particular de más de 82.000 volúmenes a Prusia, Estado de la entonces República de Weimar, acompañó tal obsequio con una condición no menor: los libros deberían servir como simiente de una institución encargada de cultivar las relaciones intelectuales entre Alemania y América Latina. El Instituto Ibero-Americano (IAI) fue inaugurado en Berlín, el 12 de octubre de 1930. Su primer director fue Otto Boelitz, ex-Ministro de Cultura y Educación de Prusia. Los planes elaborados para la institución preveían el establecimiento de departamentos divididos por países y dirigidos por especialistas de diferentes disciplinas, que realizarían tareas de investigación y llevarían adelante un programa de publicaciones. Entre las actividades figuraba, además, el apoyo a los artistas y científicos latinoamericanos residentes en Alemania. Pero, como tantas otras instituciones de la época, también los primeros pasos del IAI se vieron restringidos tanto por los problemas presupuestarios derivados del derrumbe económico de esos años, como por el terror del nacionalsocialismo. En 1934, Wilhelm Faupel, un general retirado que había actuado como asesor militar en la Argentina y en Perú, se hizo cargo de la conducción. Durante su gestión el IAI actuó al servicio del régimen nazi. Produjo escritos propagandísticos para el exterior y mantuvo estrechas relaciones con grupos simpatizantes. No obstante, el trabajo científico y bibliotecario continuó Pág. anterior: la Villa Siemens, ubicada en el barrio de Lankwitz, Berlín, fue la segunda sede –de 1942 a 1976– del Instituto Ibero-Americano, que además es parte de la Fundación Patrimonio Cultural Prusiano, desde 1962. desarrollándose con relativa autonomía en forma paralela a la estrategia de Faupel. Finalizada la guerra, el Instituto pudo sobrevivir como Biblioteca Derecha: el primer director del Instituto, Otto Boelitz, desempaca con sus colaboradores los libros que llegaron de la Argentina, en 1930. (Fotos: IAIPK) Latinoamericana, bajo la conducción de las autoridades municipales de 69 Berlín. Su nombre reflejaba la restricción de sus funcio- dos temáticas: “Las relaciones entre Europa y América Latina en el pasado y en el presente” y pronto comenzaron a revitalizarse las actividades científi- “Construcciones de identidad en América Latina: estrategias de diferenciación y apropiación”. Para cas y el intercambio cultural, y en 1954 el IAI volvió a el caso argentino, los trabajos incluyen investigaciones sobre la circulación de conocimientos entre alcanzar resonancia pública con la exposición Argentina Alemania y la Argentina, sobre la construcción de la identidad de los inmigrantes de origen alemán en el libro y la imagen. Finalmente, al cabo de cuatro en la Argentina y sobre las relaciones bilaterales. años, el Instituto logró recobrar su nombre original cuan- En el contexto de la cooperación científica el IAIPK organiza regularmente coloquios científicos, do fue incorporado a la Fundación Patrimonio Cultural simposios y congresos internacionales. Cuenta, además, con un programa de becas, que permite apo- Prusiano y se transformó en el IAIPK actual. yar de ocho a diez proyectos por año para que los investigadores del exterior puedan acceder a los En la actualidad la institución constituye el principal centro de información sobre América Latina, El interior de la sede actual. El IAIPK se mudó en 1977 a este moderno edifico ubicado en la Potsdamer Straße, en el centro de Berlín. Los usuarios cuentan allí con las más avanzadas tecnologías para su trabajo de investigación. (Foto: IAIPK) Desde una perspectiva más general, las investigaciones llevadas a cabo en el IAIPK se centran en nes a las de una biblioteca especializada. Sin embargo, volúmenes y a las colecciones que se conservan en Berlín. Las investigaciones realizadas en el IAIPK se reflejan en una oferta de publicaciones. Entre ellas España y Portugal para los países de habla alemana. figuran las series Biblioteca Ibero-Americana y Biblioteca Luso-Brasileira, que están dedicadas a los Además, cuenta con la mayor colección europea de estudios monográficos y multidisciplinarios. Por su parte, las Ibero-Analysen, contienen informaciones materiales sobre la región, gracias al trabajo continuo a de actualidad sobre la evolución política, económica, social y cultural de la región. Sin olvidar a las lo largo de más de setenta y cinco años de completar y Ibero-Bibliographien, que ofrecen selecciones bibliográficas, y la serie Ibero-Online.de, en la que se actualizar sus existencias por medio de compras, canjes publican conferencias y aportes a coloquios en el IAIPK. La oferta se completa con la edición de tres y donaciones. No obstante, su característica principal publicaciones periódicas: la revista Iberoamericana. América Latina–España–Portugal (literatura, sigue siendo la integración de servicios de biblioteca, historia y ciencias sociales), el anuario Indiana (estudios sobre los pueblos, los idiomas y las culturas actividades culturales y tareas de investigación. Los indígenas de América del Sur y Mesoamérica) y la Revista Internacional de Lingüística volúmenes sobre la Argentina incluyen, por ejemplo, Iberoamericana (aportes sobre los idiomas ibéricos y criollos). 59.000 libros publicados en Buenos Aires, más de Por su parte, el centro cultural del Instituto desarrolla un programa de eventos culturales, que 3.400 revistas en total, incluidas 563 suscripciones incluyen veladas literarias, exposiciones, cine, simposios y conferencias. Un hito en ese sentido fue la activas, 8.000 mapas, 2.500 grabaciones de sonido y realización del Festival Berlín-Buenos Aires en 2004, que celebró los diez años de hermanamiento más de 220 videos y DVDs. En la biblioteca se guardan entre las capitales de la Argentina y Alemania. Coordinado por el IAIPK y contando con la partici- colecciones únicas como la Biblioteca Criolla, un conjunto de más de 2.000 folletos de literatura popular pación de numerosas instituciones y artistas de Buenos Aires y Berlín, el evento presentó un abanico argentina (1880-1920), reunidos por Robert Lehmann-Nitsche, y una colección de más de 120 revistas de actividades integradas en un programa de reflexiones cruzadas, logrando así una amplia repercu- argentinas de teatro. A ello se suman importantes legados documentales vinculados con la Argentina, entre sión en ambas metrópolis simultáneamente. los que se destaca el de Roberto Arlt y los archivos del Argentinisches Tageblatt. Los materiales de la Es, por lo tanto, mediante esta combinación única entre centro de información, de investigación y biblioteca no sólo son accesibles en Berlín, sino también en el resto de Alemania y en el extranjero a través de cultura que el Instituto se propone seguir actuando también en este nuevo siglo XXI para poder del servicio de préstamos interbibliotecarios o del servicio de suministro directo de documentos SUBITO. cumplir con el legado de Ernesto Quesada: ser catalizador del diálogo entre la Argentina y Alemania. 71 La prensa en guerra Cómo el Argentinisches Tageblatt y el Deutsche La Plata Zeitung reflejaron la división de la comunidad alemana en torno al nacionalsocialismo Los medios reflejan los signos vitales de la comunidad. En tal sentido se puede decir que a principios del siglo XX la comunidad alemana en la Argentina gozaba de excelente salud. El Deutsche La Plata Zeitung informaba desde 1884 sobre los acontecimientos más importantes de la Alemania imperial. Cinco años después de su aparición le siguió otro diario con una línea más liberal, el Argentinisches Tageblatt, fundado por el inmigrante suizo Johann Alemann. No obstante, la realidad política europea no tardó en profundizar las diferencias entre ambas publicaciones. Rápidamente el La Plata Zeitung comenzó a ser percibido como el órgano por excelencia para los alemanes que residían en la Argentina y se identificaban con los ideales de la Alemania imperial de Bismarck y de Guillermo II. Por su parte, el Tageblatt –como lo llaman sus lectores hasta el día de hoy– mantuvo la línea progresista de sus fundadores. No se ocupaba sólo de temas alemanes, sino que comentaba incluso, críticamente, la actualidad política argentina. En poco tiempo los dos diarios se convirtieron en los líderes de opinión de una comunidad que crecía. Las diferencias quedaron en suspenso con el estallido de la Primera Guerra Mundial. Tanto el Deutsche La Plata Zeitung como el Argentinisches Tageblatt se volcaron a defender ante la opinión pública argentina la posición de la alianza formada por la Alemania imperial, Austria, Hungría y –en un principio– Turquía. Para contrarrestar la influencia de la propaganda de guerra impulsada por Gran Bretaña y Francia, los diarios alemanes de la Argentina publicaron ediciones en español. Pero con la derrota alemana aquella unión mediática se quebró. Las diferencias políticas volvieron a florecer, pero de forma más radicalizada. El debate, cada vez más pronunciado, se acentuaba con la llegada de una nueva ola de inmigrantes, provenientes de una Pág. anterior: las tapas del Argentinisches Tageblatt y el La Plata Zeitung se diferenciaban desde un principio en el tono con el que reflejaban la actualidad alemana. (Fotos: Nico Pérez) Alemania inmersa en la miseria de la Derecha: en Alemania, el Argentinisches Tageblatt fue prohibido por orden del Gobierno. (Foto: gentileza IAIPK) la República de Weimar. Esa discu- posguerra. Los medios alemanes de la Argentina terciaron en la discusión central que encendía los ánimos en sión se reducía a preguntas muy simples: ¿Monarquía o Derecha: el Embajador alemán, Edmund Freiherr von Thermann, al ingresar a la Casa Rosada para presentar sus Cartas Credenciales, en 1933. Abajo: reunión de miembros de la filial del Partido Nacionalsocialista (NSDAP) en Buenos Aires, en el Luna Park. (Fotos: AGN) República? ¿Un modelo de Estado basado en los valores tradicionales o en los del cambio liberal? La depresión de 1929 y la posterior crisis económica con sus millones de desocupados definió la pregunta y la suerte del primer experimento democrático de Alemania: las elecciones de 1933 llevaron al Partido Nacionalsocialista (NSDAP) al poder. Su líder, Adolf Hitler, fue nombrado Jefe de Gobierno. Su asunción trajo aparejada la unificación (Gleichschaltung) de todos los medios de prensa. La oposición intelectual se vio obligada a expresar sus opiniones en el exterior. Buenos Aires y el resto de la Argentina se convirtieron en uno de los pocos lugares, en los que ambos bandos encontraron la plataforma para lo que vendría: el debate entre el diario nacional-conservador Deutsche La Plata Zeitung y su contrapartida liberal Argentinisches Tageblatt, que desembocó en una suerte de guerra mediática. El Tageblatt se caracterizó, desde un principio, por una línea clara y directa: con notas y titulares provocativos denunciaba a los nacionalsocialistas. Tildaba al Gobierno de Hitler de “sociedad de criminales”. Sus miembros eran considerados “piromaníacos, asesinos y corruptos”. El Ministro de Propaganda, Joseph Goebbels, era denominado germano atrofiado y patizambo (klumpfüßiger Schrumpfgermane). Tampoco el jefe se salvaba, Hitler. El Tageblatt publicaba regularmente ácidas caricaturas del máximo gobernante alemán. Las consecuencias no se hicieron esperar: por orden del Gobierno de Berlín, se prohibió la difusión del diario germano-argentino en Alemania. En 1936, la Universidad de Heidelberg le retiró a su editor, Ernesto Alemann, el título de doctor que le había otorgado. Además, fue llevado a juicio y objeto de un boicot de publicidad. Sin embargo, la estrategia no tuvo éxito. La emigración a la Argentina de opositores del régimen y de cada vez más judíos alemanes le proveían al Tageblatt de una clientela creciente. Los recién llegados se identificaron con el diario y otras publicaciones opositoras como Das Andere Deutschland y el semanario judío Jüdische Wochenschau. A pesar de ello, el Deutsche La Plata Zeitung siguió siendo el diario alemán de mayor tirada en la región del Río de la Plata. Aunque no llegó a convertirse en un órgano de difusión del régimen nacionalsocialista, como lo hizo el panfleto Der Trommler también publicado en la Argentina, sí en cambio se encolumnó en la promoción de la ideología del Tercer Reich. En períodos de crisis aceptó incluso ayuda financiera directa de la Embajada Alemana, cuyo titular era entonces Edmund von Thermann (1933-1942). El Deutsche La Plata Zeitung intentó por largo tiempo difundir una imagen positiva del régimen que se estaba instalando en Alemania. Destacaba como logros de los nacionalsocialistas la disminución de la desocupación, el crecimiento económico y la estabilidad política. A su competidor directo, el Tageblatt, lo ignoraba por completo. El ambiente de animosidad se trasladó de las páginas de los diarios a la realidad de una comunidad alemana que se dividía entre socialistas y liberales, por un lado, y los que propagaban su preferencia nacionalista, por el otro. Cada uno tenía su diario, su teatro, sus escuelas, sus asociaciones y sus clubes. Fue por el llamado affaire Patagonia que la opinión pública argentina tomó nota de esa profunda división. En marzo de 1939 el Tageblatt publicó un presunto informe secreto del Gobierno de Hitler 75 para colonizar la Patagonia. La prensa argentina no tardó en último número se editó un día de octubre de 1944, que más tarde llegaría a tener otro significado tomar en cuenta la noticia y en exigir al Gobierno del Presidente para la Argentina: el 17 de octubre. Roberto M. Ortiz una respuesta enérgica a semejante anhelo. La La lucha encarnizada en el seno de la comunidad alemana en la Argentina tuvo consecuencias. presión culminó con medidas contra los seguidores de los nacio- La división se mantuvo. A un año de finalizar la guerra apareció el diario Freie Presse. El nuevo nalsocialistas en el país. Entre ellos, la sucursal del NSDAP, que periódico se convirtió en el heredero natural del desaparecido Deutsche La Plata Zeitung. Al poco había sido fundada en 1931, como una de las primeras fuera de tiempo ya era, según los datos de la época, el diario alemán de mayor tirada en el extranjero. Sin Alemania. Esa filial del partido nazi llegó a contar con 2.000 embargo, sufrió pronto el mismo problema que su competidor, el Argentinisches Tageblatt: la canti- miembros y realizó actos masivos en diversos centros, entre ellos dad de lectores disminuyó abruptamente al comenzar a reducirse la afluencia de inmigrantes ale- el Luna Park porteño. manes. Al no contar con una clientela fija y fiel y atravesando tiempos difíciles el Freie Presse se Al poco tiempo se descubrió, sin embargo, que el informe vio obligado a cerrar. Desde 1977 el Argentinisches Tageblatt es el único medio que se publica en secreto era falso. Se descubrió que el Tageblatt se había basado idioma alemán en la Argentina. Su dirección está hoy a cargo de la cuarta generación de descen- en informaciones provistas por un falsificador recurrente. El La dientes de Johann Alemann. Plata Zeitung celebró el traspié del competidor. No obstante, la desconfianza y el temor ante una quinta columna proveniente del Tercer Reich estaban sembrados. El estallido de la Segunda Guerra Mundial –en septiembre de 1939– catapultó la polarización a un nuevo nivel. Buenos Aires se convirtió en un campo de batalla de los servicios secretos de los dos bandos beligerantes. Británicos, norteamericanos, alemanes, todos intentaron influenciar a la opinión pública local en su favor a través de la prensa, la radio y el cine. El Deutsche La Plata Zeitung festejaba los éxitos del ejército alemán sin tapujos y llegó a calificar a la campaña en Arriba: mientras que el Argentinisches Tageblatt (arriba) no dudaba en ironizar la figura de Adolf Hitler, el La Plata Zeitung publicaba anuncios afines al régimen nacionalsocialista. Página siguiente: la diferencia entre ambos medios se reflejó, como pocas veces, en la tapa que cada uno publicó después de la Noche de los Cristales, el 9 de noviembre de 1938 (Fotos: Nico Pérez / Diarios gentileza de Biblioteca Nacional). Francia y a la ocupación de París “la mayor victoria de la historia humana”. El Argentinisches Tageblatt, en cambio, comenzaba a describir las derrotas alemanas. Entre las primeras figuró la autodestrucción del acorazado de bolsillo Graf Spee en la desembocadura del Río de la Plata en 1939. Por su parte, el Gobierno argentino comenzó a seguir con más atención la situación dentro de la comunidad alemana. Creó a tal fin una comisión para la investigación de actividades antiargentinas. A pesar de ello, la prensa alemana no sufrió efecto alguno. Esto no cambió tampoco tras el golpe de Estado en junio de 1943, protagonizado por el general Arturo Rawson contra el Gobierno de Ramón S. Castillo. La neutralidad argentina siguió vigente hasta que en 1944 la Casa Rosada, ya entonces bajo el mando de otro militar, el General Edelmiro J. Farell, se vio obligada por presiones de Gran Bretaña y Estados Unidos a suspender las relaciones diplomáticas con Alemania. El 27 de marzo de 1945 la Argentina le declaraba la guerra a un régimen nacionalsocialista, al que le quedaban sólo días. Para entonces, en la Argentina la guerra mediática ya tenía un vencedor: el Argentinisches Tageblatt. El Deutsche La Plata Zeitung había sido prohibido. Su 76 Holger M. Meding Una visita única La llegada del Graf Zeppelin marcó el fin de una época Llegar a la Argentina desde el Viejo Mundo exigía a principios de 1930 una travesía en barco que duraba más de dos semanas. A ellas se les sumaban las horas, y a veces los días, que demandaba acceder al puerto de embarque. Por otra parte, los vuelos de larga distancia seguían siendo un reto para los aventureros. Pocos años antes, en 1927, Charles Lindbergh había cruzado el Atlántico en su legendario avión Spirit of St. Louis. Tres años más tarde, una aeronave del tipo Dornier Do-15, piloteada por Wolfgang von Gronau, unía la ciudad de Warnemünde, en el Norte de Alemania, con Nueva York. A pesar de que las primeras aerolíneas comenzaban a levantar vuelo, la aviación intercontinental de pasajeros se encontraba en sus inicios. Entre ellas, la Deutsche Lufthansa Aktiengesellschaft, fundada en 1926, se preparaba para comercializar los destinos más alejados con vuelos regulares de servicio postal: Asia y América Latina. Lo propio hacían los franceses Pierre-Georges Latécoère y Marcel Bouilloux-Lafont, creadores de la mítica línea Aéropostale, entre cuyos pilotos figuraban hombres como Antoine de Saint-Exupéry o Jean Mermoz. No obstante, para aquellos que querían cruzar el Atlántico con algo más que un equipaje de mano, el barco seguía siendo la opción obligada. No es difícil imaginarse entonces el asombro y la expectativa que causó la aparición de la plateada estructura del dirigible LZ 127 Graf Zeppelin en los cielos de Buenos Aires, el 30 de junio de 1934, a las seis de la mañana. La “ballena voladora”, como la llamaron algunos de los que la vieron pasar, por sus 236,6 metros de largo y 30,5 metros de diámetro, venía en vuelo oficial desde la ciudad de Friedrichshafen. Representaba la esperanza de poder establecer, finalmente, un servicio regular aéreo para trasladar correo y pasajeros entre Europa y la Argentina. El Graf Zeppelin había sido fabricado en 1928 y ya había cruzado varias veces el océano. Con su nave hermana, el LZ 129 Hindenburg, había efectuado desde 1932 un servicio quincenal entre Alemania y Brasil. Sin embargo, para seguir viaje a Buenos Aires necesitaba un puesto de reabastecimiento que contara con la infraestructura necesaria para revisar los motores o reparar algún desperfecto. El problema quedó resuelto cuando los responsables del Zeppelin, entre ellos también su capitán Hugo Eckener, decidieron establecer ese puesto en Río de Janeiro. El primer viaje al Río de la Plata se convirtió entonces para muchos porteños en el suceso del año 1934. Desde sus primeras planas los diarios más importantes del país, como La Nación y La Pág. anterior y siguientes: el Graf Zeppelín a su llegada a la capital argentina, en 1934, sobre el centro de Buenos Aires. (Fotos: gentileza Fam. Dietl) 78 Prensa, habían hecho lo suyo para aumentar la expectativa. Con varios días de anticipación habían publicado extensos informes sobre los datos técnicos de la nave, que era capaz de permanecer más tiempo en el aire que cualquier otra a motor gracias a su capacidad de carga de 105.000 metros cúbicos de gas. No 79 menos interés generaban las crónicas de sus El Convenio Comercial de 1934 El Convenio Comercial y de Pagos o Acuerdo de Mientras tanto –y gracias a la reactivación del intercambio comercial–, la comunidad alemana vuelos anteriores, los retratos de sus principales residente en la Argentina crecía. La llegada del Zeppelin prometía incrementar ese bienestar. Traía la responsables y de sus 26 tripulantes. esperanza de poder ampliar el todavía limitado margen que presentaba la aviación civil. Sin embargo, El Zeppelin llegó con las primeras luces de el sueño no se concretó. En el mismo año, un hidroavión del Sindicato Condor, una subsidiaria de la Lufthansa, rompió el récord que había establecido el Zeppelin. Compensación y Clearing complementaba el Tratado de la mañana a la capital argentina. Como lugar Amistad, Comercio y Navegación de 1857. Mediante el nuevo de aterrizaje se había fijado Campo de Mayo. convenio ambos países se comprometían a que sus importadores Pero ni la hora ni las frías temperaturas evita- en transportar su carga postal desde Berlín hasta Buenos Aires. El Zeppelin había tardado siete días. tuvieran un tipo de cambio no menos favorable que el de los ron que ya desde la noche anterior el público se Más aún: los aviones mejoraron su marca el año siguiente. Tardaron sólo tres días y medio. importadores de cualquier otra nación. El acuerdo argentinoalemán de 1934 permitía a cada país comprar al otro tanto acercara a las instalaciones militares. Según A pesar de tener que realizar varias escalas a lo largo de su trayecto, el avión tardó sólo seis días La majestuosidad del “cigarro”, como se llamaba al dirigible cariñosamente en su patria, había que- cuentan las crónicas, un coro de 18.000 boci- dado obsoleta. Lo que pocos intuían entonces en la Argentina era que su desaparición también marcaría una comisión mixta argentino-alemana, con sede en Buenos nas de autos estacionados alrededor del lugar el comienzo del fin de una época. La relación bilateral estaba entrando en una de sus etapas más difíciles. Aires, encargada de decidir sobre las diferencias de interpreta- de amarre recibió al Zeppelin cuando, tras ción que acarrease el convenio. Su objetivo era establecer un sobrevolar el centro porteño y escoltado por sistema comercial mediante acuerdos de compensación que, a siete aviones militares, llegó finalmente a diferencia del comercio con los países anglosajones, equivalía a Campo de Mayo. Allí, a las 08.47 horas, tras como le vendía, pero no más. También estableció la creación de un trueque sin necesidad de contar con divisas. La razón principal para este arreglo era la falta de divisas del Estado alemán. Aunque su efecto fuera reducido para la balanza comercial –no aumentó significativamente, a pesar de que en 1935 largar parte de su lastre de agua, el dirigible quedó amarrado a pocos metros del suelo. Por razones de cronograma su estadía no el comercio de carnes pudo incrementarse–, el acuerdo tuvo un duró mucho más que una hora. En ese lapso efecto secundario no menor. A partir de 1936 los contratos del se entregaron saludos y distinciones, mientras gobierno argentino, otorgados a empresas alemanas vinculadas la tripulación recargaba los depósitos. A con la construcción, estimularon las exportaciones germanas de pesar de una presencia tan breve, el esfuerzo hierro y acero. Hacia 1938 Alemania se había convertido en el principal abastecedor de estos productos. Las importaciones argentinas de maquinaria, motores y vehículos provenientes de realizado para hacer llegar la nave a la Argentina representaba más que un logro de Alemania alcanzaron un porcentaje de participación en el total de la aeronáutica moderna. Era, para muchos, las importaciones argentinas del 28,6 por ciento, cercano a la también reflejo del buen momento que atra- cifra de los norteamericanos, que registraban el 31,5 por ciento, vesaban las relaciones entre la Argentina y el mientras que los británicos estaban relegados al tercer puesto con país germano después de una etapa que había el 16,3 por ciento. estado signada por las secuelas de la posguerra. La Alemania de la República de Weimar había superado los difíciles años de hiperin- flación y los problemas de la balanza de pagos. La vuelta a un marco de crecimiento económico y de estabilidad tapaba también los ecos de un escenario político cada vez más radicalizado. Para una gran mayoría el terror del nacionalsocialismo era todavía un fantasma demasiado absurdo como para convertirse en realidad. La reactivación económica interna provocada por la política económica del gobierno del entonces Canciller Adolf Hitler había generado un aumento en la demanda alemana de materias primas y alimentos. El efecto se sintió también en las exportaciones argentinas. El problema de divisas que ello causó al Estado alemán se solucionó con el Acuerdo de Compensación y Clearing, firmado en septiembre de 1934. 80 81 La disputa por el “alma de Buenos Aires” El Obelisco casi se construye dos veces Su función no era menor: como monumento debía dar testimonio al mundo de los 400 años que habían pasado desde 1536, cuando Pedro de Mendoza fundó la ciudad de Buenos Aires. Nada menos. Quizás por ello se lo llegó a proyectar como algo realmente elevado: en un principio iba a ser un monolito de 162 metros de altura, que luego se redujeron a los no menos imponentes 67,5 metros de hoy. Pero antes de convertirse en el ícono de la capital argentina, el Obelisco fue, ni más ni menos, la manzana de la discordia de los porteños. En el centro de la polémica se ubicó un arquitecto de ascendencia alemana con ideas que parecían demasiado avanzadas para la época. En 1936 la zona céntrica de la capital argentina era testigo del ensanche de la calle Corrientes, la que todavía tenía doble mano de circulación. Al mismo tiempo, excavadoras y equipos de demolición finiquitaban los preparativos para lo que se convertiría en la Avenida 9 de Julio, que cortaría a Buenos Aires en dos, separando su corazón financiero, el puerto y el barrio de San Telmo de la coqueta Recoleta y del barrio de Montserrat. El Intendente Mariano de Vedia y Mitre decidió que fuera en esta intersección de Corrientes y la 9 de Julio, dos de las más importantes arterias de la ciudad, donde se levantara un monumento conmemorativo de dimensiones históricas. Se trataba, además, de un lugar doblemente histórico: según los archivos, aquí había estado empotrado el listón de madera con el cual Pedro de Mendoza había dado cimiento a la ciudad en nombre de España. Siglos más tarde se había levantado, también aquí, la Iglesia de San Nicolás. Desde su campanario había flameado por primera vez la bandera nacional, el 23 de agosto de 1812. Sin embargo, la función del Obelisco no era sólo atestiguar el pasado. Con el ensanche de la Avenida Corrientes y la finalización de obras en la Diagonal Norte se esperaba que la ciudad creciera hacia el Norte. Desde un punto de vista urbanístico, había que crear una vía de escape que le diera nuevos aires a Buenos Aires. Como un símbolo pétreo, el Obelisco signaría el proyecto modernista de una ciudad que buscaba presentarse como una de las más vanguardistas del mundo. El diseño quedó a cargo del arquitecto Alberto Prebisch. Su padre era un inmiPág. anterior: el Obelisco, en Av. 9 de Julio y Av. Corrientes, se convierte cada noche en el corazón iluminado de la ciudad de Buenos Aires. grante llegado al país desde la ciudad de Dresden. Uno de sus hijos fue otro Prebisch que alcanzaría también la celebri- Derecha: las llaves que dan acceso a la escalera, que lleva hasta la punta de este monumento, de 67 metros de altura. (Foto: AGN) 83 dad: el economista Raúl. El arquitecto Prebisch, nacido en 1899, hizo en sólo dos días la maqueta, convencido de que lo que se le pedía era que diseñara todo el espacio de lo que sería la Plaza de la República. El resultado fue un conjunto que se componía de fachadas de diez niveles y una rotonda en un círculo sencillo más el Obelisco. El diseño se encontró con una crítica feroz. Se lo calificaba de desolador, oscuro y vacío. Los comentarios negativos coincidían en un punto: un monumento nacional no podía tener forma abstracta. También se decía que un monolito no podía ser hecho en partes ni estar revestido y que, además, era muy alto. No obstante, según lo recuerdan todavía hoy los especialistas (Cuaderno de Historia N° 9 del Instituto de Arte Americano) el diseño era coherente con la tendencia urbanística del momento. Además, su forma había sido anticipada en las discusiones que, según los registros históricos, se habían iniciado en 1905 con motivo de los preparativos para el Centenario. Allí se había propuesto la construcción de un monolito de piedra de 162 metros de altura. La discusión llegó a las primeras planas. Prebisch eligió el diario Noticias Gráficas para defender su creación. El 9 de abril de 1936 publicó una carta abierta en la que presentó sus argumentos. Cerró la nota anticipando: “Mi obra, por sí sola, acabará con todas las objeciones”. La construcción quedó a cargo de la Siemens-Bauunión, filial de la empresa alemana que venía participando en la realización de importantes obras de infraestructura como, por ejemplo, la ampliación de la red de subterráneos. En el caso del Obelisco la empresa empleó 31 días para realizar la obra. Usó 680 metros cúbicos de cemento para levantar la estructura de base, que se cubrió con 1.360 metros cuadrados de piedra blanca calcárea, traída especialmente de San Luis. Ciento cincuenta obreros trabajaron en doble turno para levantar el monumento, cuyo costo fue de 200.000 pesos de la época. El impacto favorable que causó el Obelisco cuando se inauguró el 23 de mayo de 1936 en presencia del presidente de la Nación, Agustín P. Justo, convalidó la enérgica respuesta de Prebisch a sus críticos. Sin embargo, dos años más tarde se volvía a levantar la polémica. La legislatura porteña llegó incluso a discutir la demolición del Obelisco. El motivo era el desprendimiento de varias de las placas de piedra desde sus paredes. Sólo el veto del Intendente frenó la moción. Para acallar los temores, Siemens retiró las placas y pintó la cubierta con pintura látex, tal como todavía hoy se ve. Desde aquel momento inaugural los porteños retoman día a día con especial cariño su relación con el Obelisco, defendiéndolo cuando sienten que se lo ridiculiza. La última vez fue el 1° de diciembre de 2005. Para conmemorar el Día Mundial de la Lucha contra el SIDA el Obelisco amaneció teñido de rosa. Los organizadores lo habían enfundado con un preservativo gigante, lo que generó no pocas protestas. Un año más tarde, para festejar sus 70 años, había recobrado su habitual sobriedad con un vestido nuevo, que demandó 650 litros de pintura. Así se refrescaba el presente de una presencia urbana insoslayable, que su impulsor, el Intendente Vedia y Mitre, había definido como “la materialización del alma de Buenos Aires.” Una vista aérea de la Plaza de la República, en 1941. (Foto: AGN) 84 El día de inauguración del monumento, el 23 de mayo de 1936, contó con la presencia del Presidente Agustín P. Justo. (Foto: AGN) 85 “Uno era alemán y se definía como tal” El éxodo de los judíos alemanes El escritor Roberto Schopflocher llegó a la Argentina en 1937. De ascendencia judía, emigró junto con sus padres de la Alemania nacionalsocialista. Atrás quedaban fami- liares, conocidos y recuerdos.También la humillación y la persecución a la que los suyos se vieron expuestos en aquel país, que aún hoy denomina patria. Agrónomo de profesión, Schopflocher (Fürth, 1923) es uno de los exponentes de una nueva generación de autores tan alemanes como argentinos. El autor de obras como Fuego Fatuo o Venus llega al pueblo recuerda aquí la historia que tuvo en común con 35.000 a 45.000 judíos-alemanes, para quienes la Argentina significó el final de una pesadilla y el inicio de un nuevo futuro. -¿Cómo vivían los judíos la realidad alemana en los primeros años de la década de 1930? -Déjeme aclarar antes un punto: Uno muchas veces escucha “los judíos” o “la comunidad judía”. Pero eso no es del todo correcto. Como en toda confesión, también entre los judíos había muchas diferentes corrientes. En el caso nuestro, se trataba de una familia arraigada en lo que llamaría la burguesía liberal judeo-alemana. Mis padres eran judíos, pero, en general, no lo tematizaban. Uno era primero alemán y se identificaba como tal, por más que fuera alemán, de confesión judía. Para darle un ejemplo: en 1914, al iniciarse la Primer Guerra Mundial, mi padre se encontraba en la Argentina como tantos jóvenes alemanes en aquella época, que recorrían el mundo. Pero al estallar la guerra él no tuvo mejor idea que ir al Consulado para reportarse. Abortó su visita, se embarcó y … terminó el viaje en un campo de detención inglés, en la Isle of Man, en el Mar de Irlanda. Recién después de la guerra pudo volver a Alemania. -Alemania es caracterizada muchas veces como la patria de los pensadores, de los filósofos, de los “Dichter und Denker”. ¿Cómo se explica un intelectual como usted que esa cultura terminara cayendo en lo más profundo de la barbarie humana? -Hay muchas explicaciones. Pero, ninguna es convincente. Para mí, esto sólo prueba que en todos nosotros hay una fuerza del bien y, otra, del mal, que aflora bajo las condiciones propicias. Pág. anterior: la amenaza nacionalsocialista se hizo sentir en cada vez más rincones de la realidad alemana con la llegada de Hitler al poder. (Foto: gentileza Horacio Coppola). Derecha: el escritor Roberto Schopflocher durante la entrevista (Foto: Nico Pérez) -¿Cuáles fueron esas condiciones en el caso alemán? -Hitler fue un desequilibrado mental, pero muchas grandes empresas lo apoyaron; al igual que los anticomunistas, trataron de aprovecharse de él. Luego logró hacerse de millones 87 de seguidores. Eso fue contagioso.También hubo razones externas: la humillación sufrida después de la ción se calmaría. Mi propia abuela, ingenuamente, llegó a decir: “Si Hitler supiera lo que está pasando, Primera Guerra, el desempleo y la crisis económica que sobrevinieron a fines de los años 20.También hay seguro que haría algo para parar esta locura.” Y eso era la opinión de una persona que había tenido una que recordar que no todos los alemanes eran filósofos, así como no todos los alemanes de aquellos años educación bastante rudimentaria. Pero, reflejaba la percepción de una gran parte de la sociedad. Los que participaron de la locura. Es lo mismo que en el caso de la Argentina durante la última dictadura, cuando emigraron antes de esa noche, pudieron llevarse algunas de sus pertenencias. Después de 1938, emigrar muchos desviaron la mirada para no tener que ver lo obvio. significaba muchas veces irse prácticamente con lo puesto. -Aún así, la pregunta se justifica: ¿Por qué el seguimiento a Hitler fue tan masivo, por qué llegó a tantos en vez de a unos pocos? -¿Cuáles eran las opciones? ¿Palestina? -En nuestro círculo más bien no. El sionismo todavía no era un concepto tan popular por entonces. -El antisemitismo no era nada nuevo para esa época. Pogromos ya los había habido en Europa desde la Además, los ingleses habían restringido el ingreso de los inmigrantes judíos a la región. No, la idea era Edad Media. Se hacía eco de ese odio en los chistes populares de los gentiles, en los proverbios, en las prédi- trasladarse a algún país limítrofe con Alemania o emigrar a los Estados Unidos. De radicarse en otro cas de la Iglesia. Incluso los cuentos para niños lo contemplaban, según lo demuestran algunos cuentos de continente, como América Latina, Nueva Zelanda o Australia todavía no se hablaba. Eso vino más tarde, los Hermanos Grimm. Como lo describiera alguna vez el escritor Heinrich Heine: los actos de antisemitismo cuando la mayoría de los países cerraron más y más sus fronteras. eran como molestas picaduras de mosquitos en una cálida noche de verano. Formaba parte de la vida. -¿Cómo se percató de ello? -Fue a principio de los años 30, cuando aparecieron los primeros carteles rojos en las paredes, en las calles, que llamaban a los actos nacionalsocialistas y advertían: “Juden unerwünscht” (Judíos: indeseados). Eso molestaba. -¿Molestaba…? -Si, porque uno sabía que había círculos en los que los judíos no eran bienvenidos. Pero no era –todavía– nada existencial. Era como en Hamburgo, que no estaba bien visto ser católico (la ciudad de Hamburgo, se caracterizaba por ser de confesión mayoritariamente luterana-protestante; nota de red.) -¿Qué otros recuerdos le vienen a la mente cuando piensa en esos años? -La inscripción con letras de alquitrán en un puente: “Deutschland erwache, Jude verkrache!” (¡Alemania, despierta; Judío revienta!). También me acuerdo muy bien de aquel 30 de enero de 1933, cuando en la radio transmitieron la asunción de Hitler como Canciller y Jefe del Gobierno alemán. Yo tenía nueve años. Obviamente no entendía muy bien lo que pasaba. Pero sí tengo muy presente la cara de -¿Por qué tuvo que ocurrir un progromo como el de la Noche de los Cristales para que la emigración mis padres durante la transmisión. Estaban preocupados, y eso se veía. se convirtiera en un éxodo? A los pocos meses, el 30 de abril, hubo un boicot a los negocios judíos. Ante cada tienda afecta- -Dejar todo atrás, todo lo que uno construyó a lo largo de una vida, no es nada fácil. Hay mucho de da, había hombres vestidos con el uniforme marrón pardo. Les decían a los transeúntes: “Alemanes: material en ello, pero también mucho de lo emocional. Dejar atrás a la propia cultura, el idioma con el no compren a judíos”. Ahí fue cuando empecé a sentir, que lo que estaba pasando, estaba dirigido que uno había crecido, la escuela, el negocio, la posición, los amigos, era y es algo muy difícil. directamente contra mí. -¿Los actos de persecución eran tan imperceptibles? -¿Se notaba ya entonces que el ambiente iba empeorando, que habría más violencia? -Hay un gran quiebre en lo que respecta a la persecución y a la emigración judía. Esa línea divisoria 88 -No se trataba de una persecución letal en ese entonces. Desde 1933 era más bien un tema de restricciones, de sustracción de los medios de vida, que fueron en aumento a partir del 9 de noviembre de fue la así denominada “Noche de los Cristales”, la noche de los pogromos, cuando los seguidores de 1938. Por entonces, –nosotros ya habíamos salido del país–, se prohibió a los judíos la entrada a lugares Hitler atacaron y quemaron sinagogas en toda Alemania y condujeron a un gran número de judíos a los públicos como los parques o los cines. Después se les negó el uso del tranvía. Ya más tarde el Estado les campos de concentración. Hasta esa fecha muchos afectados se autoengañaban, pensaban que la situa- sacó el teléfono y les exigió también la entrega de los aparatos de radio. Finalmente, se les echó de sus 89 Ambas páginas: con mirada argentina: el fotógrafo Horacio Coppola es uno de los más reconocidos en su arte en la Argentina y en Europa. Vivió en Alemania a principios de los años 30. Participó allí del movimiento artístico de la Bauhaus. Pero aprovechó también su estadía para documentar la cara de la otra Alemania, que estaba al margen de la política. (Foto: gentileza H. Coppola) “Hay que recordar, que no todos los alemanes de aquellos años participaron de la locura”, recuerda Roberto Schopflocher. casas. Muchos se autotranquilizaban con el argumento que el resto de las naciones, “el mundo Por otra parte, en la casa de mi tío, donde mi hermano y yo vivimos durante el primer año, todavía se civilizado”, no iba a permitirlo. Se equivocaron: la suerte de los judíos no le interesaba en lo más míni- respiraba ese aire de la burguesía liberal que habíamos conocido. Mi tía era oriunda de la ciudad de mo. Por otro lado, tampoco era tan fácil encontrar un país dispuesto a recibir al emigrante. Hamburgo, no era judía. -¿A qué se refiere? -Como lo expresó en su momento el dirigente sionista Jaim Weizmann: el mundo se dividía entre los países que se querían sacar a los judíos de encima y aquellos otros, que no los querían dejar entrar. -¿Volvamos a la diferencia de haber salido antes o después de 1938: Se nota todavía? -Hoy ya no tanto. Pero, sí existen todavía casos de aquéllos que cortaron con Alemania y no la quie- -¿Cuando llegaron, pensaron que su estadía en la Argentina duraría un tiempo y después volverían a Alemania? -No. Estaba claro que no volveríamos a Alemania. -¿Eso era común entre aquéllos que venían desde allá? -Diría que, en gran parte, sí. La norma era poder empezar de nuevo, en una nueva sociedad a la que ren volver a pisar nunca más. Es comprensible. Resulta muy difícil olvidar cómo, cuándo y dónde le había que integrarse. Enviar a los chicos a la escuela, ir a la universidad. Era algo muy común. Yo, por arrancaron al padre, la madre, los abuelos para llevarlos a las cámaras de gas. El caso de mi familia era ejemplo, estudié Agronomía en Córdoba; mi hermano se recibió de Doctor en Química. diferente. Nos salvamos a tiempo, a diferencia del tercio de alemanes judíos que fueron asesinados. -¿Y en el caso de aquéllos que llegaron después de 1938? -¿Qué sintió cuando su padre dijo: “Nos vamos a la Argentina.”? ¿Era como irse a la luna? -No para nada. Yo sabía dónde estaba la Argentina por unos parientes que teníamos aquí. Pero, también entre mis amigos se tenía una cierta idea de qué eran los países de la región. -Todo fue mucho más difícil. Hasta el año 1936 no era tan complicado encontrar aquí trabajo en el oficio propio, a no ser que uno fuera médico o abogado. Se encontraban puestos para contador, agente de seguro, profesor de idioma. Pero, -¡Después…!- algunos que eran abogados llegaron a cargar sus maletines con salchichas, cigarros o corbatas que vendían de casa en casa. Eso, obviamente, no era la regla. -¿Qué lugar ocupaba la Argentina entre los destinos de emigración de su entorno cuando ustedes se fueron de Alemania? Pero sí existía. Nosotros todavía pudimos traer libros, cuadros, muebles y artículos domésticos. Pero, los que vinie- -Para darle una idea: en su momento, la Argentina recibía más refugiados judíos per cápita que los ron después del 1938 sólo tuvieron permiso para llevar consigo modestas valijas y el equivalente a diez Estados Unidos: Las estadísticas indican que, en total, emigraron a la Argentina entre 35.000 y 45.000 Marcos alemanes. El intento de esconder más le podía significar a uno –en el caso de ser descubierto– judíos alemanes. No hay que olvidar, que a medida que el tiempo pasaba se hacía más difícil entrar. ser enviado a los campos de concentración. -¿Por qué? -¿Con qué ayuda podían contar los emigrantes al llegar, más allá de sus propios medios o de familiares? -Si uno quería inmigrar tenía que ser “llamado” por un pariente cercano que ya viviera aquí. Eso -El principal centro que los recibía era, justamente, la AFI, que había sido fundada por judíos ger- significaba que su hijo, hermano etc., que debía residir desde hace más de dos años en el país, debía ges- manohablantes en 1933 para ayudar y darse apoyo mutuo. tionar ante el Ministerio de Relaciones Exteriores un permiso, denominado, precisamente, llamada. Por su parte, la Asociación Filantrópica Israelita (AFI) trataba de obtener permisos de desembarque para candidatos sin parientes, procurándoles un empleo, por modesto que fuera, para demostrar su utilidad -¿Existía algún contacto entre los judíos alemanes refugiados y el resto de la comunidad alemana residente en la Argentina? para el país. Además, mantenía una chacra de entrenamiento en Río Negro para enseñar a jóvenes solte- -Hubo excelentes relaciones con aquellos alemanes no judíos, que eran de ideas liberales, que no ros el oficio de fruticultores. Estando aún en Alemania, muchos judíos trataban de aprender algún oficio tenían prejuicios: con la gente del Colegio Pestalozzi, por ejemplo, del Argentinisches Tageblatt, con los útil para ganarse la vida en la nueva patria. círculos antifascistas del Vorwärts. Pero, naturalmente, no con los nazis declarados. -¿Uno no podía ir entonces a un puerto, comprar un pasaje y embarcarse para venir? -¿Hubo tensión entre los dos grupos de alemanes judíos y no judíos? -Para nada. Usted precisaba un visado, que le otorgaba el Cónsul argentino de la ciudad desde la -Para nada. Ni los nazis tenían demasiado interés en mezclarse con los judíos, ni viceversa. Por otro cual partía el barco. Y este sólo se lo daba si usted podía presentar la llamada. lado, no se olvide que, por ejemplo, las escuelas alemanas, en su mayoría, fueron gleichgeschaltet. Eso significaba que debían enseñar y responder en base a las consignas que llegaban desde la Alemania de Hitler. 92 -¿Cómo fue la llegada? Qué impresión le causó Buenos Aires? Muchos alemanes que residían aquí, lejos del Reich, eran más nacionalistas que los de Alemania. La razón -Lo que me impresionó fue la amplitud del entorno. Aquí, por primera vez en mi vida, vi palmeras. es obvia: la distancia no les dejó ver muchas de las cosas, que los que vivían allí sí pudieron ver. 93 El barco que prefirió hundirse El último viaje del acorazado Graf Spee Era una tarde de diciembre de 1939. Apenas unos meses antes Alemania había iniciado lo que se convertiría en la Segunda Guerra Mundial del siglo XX. Y en la desembocadura del Río de la Plata, a pocos kilómetros de Montevideo y de las costas argentinas, esa tarde, la del 19 de diciembre, ya se cerraba uno de los capítulos más dramáticos de la contienda. El acorazado de bolsillo Admiral Graf Spee se hundía, mientras la mayor parte de su tripulación viajaba ilesa hacia Buenos Aires. Se llamaba “de bolsillo” a los acorazados que Alemania había construido ajustándose a las severas restricciones impuestas por el Tratado de Versalles. El suceso no sólo traería toda la crudeza de la guerra hasta la región del Plata, sino que signaría la relación bilateral entre argentinos y alemanes, que volvía a pasar por aguas turbulentas. El comandante del Graf Spee, el capitán de navío Hans Langsdorff, había ordenado en la mañana la autodestrucción del buque de 186 metros de eslora y 21,6 metros de manga. Langsdorff entendía que no tenía escapatoria ante la flotilla de navíos británicos integrada por los destructores HMS Ajax, Achilles y Cumberland, que lo esperaban en la desembocadura del río para terminar la faena que habían iniciado pocos días antes en las aguas del Atlántico. Junto con otro buque, el HMS Exeter, los británicos habían enfrentado al Graf Spee para que no siguiera adelante con su misión de búsqueda y destrucción de los buques mercantes de bandera inglesa. En efecto: el Spee había salido el 21 de agosto del puerto alemán de Wilhelmshaven, y su misión era hostigar a la marina mercantil británica en el Atlántico Sur. Cinco meses después había hundido nueve barcos de carga, pero no pudo finalmente con la flotilla de buques de guerra británicos, que se le enfrentaron el 13 de diciembre. La batalla había dejado al Spee con 39 muertos, 59 heridos y graves daños en su sistema de dirección y –lo que era mucho peor, pero se supo sólo sesenta años después– en el sofisticado sistema de suministro de combustible. Con el fin de intentar reparar el acorazado, el comandante alemán había buscado refugio Pág. anterior: el acorazado Graf Spee se hunde en el Río de la Plata, el 19 de diciembre de 1939. El Capitán Hans Langsdorff había ordenado la autodestrucción para que el barco no cayera en manos británicas. (Foto: colección privada) Derecha: una muestra de agradecimiento de marineros del Graf Spee hacia la población germano-argentina. (Foto: gentileza Fam. Heinlein) en el puerto neutral más cercano con las condiciones necesarias: Montevideo. Las reglas de guerra de la época exigían que cualquier parte beligerante abandonara el refugio neutral a las 24 horas. Los uruguayos le concedieron al Spee un plazo de 72 horas. El comandante alemán aprovechó para liberar a los prisioneros de guerra que le quedaban de sus enfrentamientos con barcos mercanti- les y para enterrar a sus muertos en el cementerio de la capital uruguaya. Queda la anécdota de Langsdorff rindiendo su homenaje con el saludo naval internacional, al tiempo que todo el resto de la tripulación lo hacía con el brazo derecho en alto, el saludo impuesto por el régimen nacionalsocialista. Al entierro humano le siguió la destrucción del Graf Spee, decidida tras una consulta con Berlín. La razón debía buscarse en el temor de que el buque cayera en manos británicas si la tripulación se internaba en Uruguay. Los uruguayos ya se inclinaban hacia el bando de los aliados en contrapunto con sus vecinos argentinos, que en 1939 se mostraban más cercanos a las naciones del eje. Una vez hundido su barco, con su tripulación internada en un campo para refugiados en la Argentina y los documentos del navío entregados en la delegación alemana en Buenos Aires, Hans Langsdorff se suicidó. Fue el 19 de diciembre, en un hotel céntrico de la capital argentina. Entre los posibles motivos del suicidio está el deseo de cumplir con aquella ley no escrita, que dice que un comandante está atado a la suerte de su barco. Algunos entendieron, además, que Langsdorff quiso realizar con su muerte un acto de protesta contra el régimen nazi que comandaba a su país. Más allá de su contexto dramático, el hundimiento del Graf Spee representó para muchos de los casi mil marinos alemanes del acorazado de bolsillo la oportunidad de iniciar El acorazado de bolsillo había partido el 21 de agosto de 1939 de Wilhelmshaven hacia el Atlántico Sur. Poco después se inició la Segunda Guerra Mundial. (Foto: AGN) una nueva vida. Aplicados y capacitados en diversos rubros El Graf Spee ante las costas uruguayas. (Foto: gentileza Fam. Gollhardt) que la creciente economía argentina necesitaba, muchos se instalaron cerca de sus centros de internación como Bahía Blanca o Villa General Belgrano. Gran parte de los 135 marineros enviados a esta pequeña aldea cordobesa se asentaron definitivamente allí. Así ha quedado escrito en la historia de Villa General Belgrano, que a fines de los años 30 todavía era conocida como No mucho más tarde la colonia cambió de nombre para adoptar el actual. Hoy Villa General Belgrano es uno de los centros turísticos y cerveceros más característicos de la región, con una población estable de 6.000 habitantes. Pero el último capítulo en la leyenda del Graf Spee todavía no se ha escrito. La discusión iniciada en Villa Calamuchita y aspiraba a convertirse en un nuevo modelo 2004 sobre los derechos para rescatar los restos del navío del lecho del Río de la Plata aún sigue vigente. de desarrollo agrícola, en base a los planes del agricultor Paul Para los sobrevivientes y para los familiares de los tripulantes sería un sacrilegio. El barco, dicen, debería Friedrich Heintze. Éste había llegado en 1929 al pueblo con la ser considerado un cementerio marino y tendría que quedar tal como está, intangible. Para otros, sus restos idea de poner en práctica su ideal de cooperativas agrícolas y podrían dar testimonio invaluable de una época pasada. forestales al estilo alemán. Con sus conocimientos técnicos los marinos alemanes incentivaron el desarrollo del pueblo. 96 97 El difícil nuevo comienzo La reapertura de las relaciones bilaterales después de la guerra Asombro, sorpresa, incredulidad, incluso temor. Las sensaciones de Fritz Dung deben haber sido variadas aquel día de 1950. Sólo cinco años después del final de la guerra, un representante oficial de la Argentina lo acababa de saludar con un orgulloso: “Wir hier alle Nazis” (sic). Era evidente que el miembro de la comitiva oficial no se daba cuenta de la gravedad de sus palabras. “Su concepción de lo que es hoy Alemania es un tanto particular…”, registró Dung en sus memorias al evocar el traspié del funcionario argentino durante el primer encuentro oficial para activar las interrumpidas relaciones bilaterales entre la Argentina y la República Federal de Alemania (RFA). Dung pertenecía a la delegación liderada por el ministro alemán Carl Spiecker. Este había sido enviado a América Latina por el gobierno del Canciller Federal Konrad Adenauer para sondear la posibilidad de reiniciar el intercambio diplomático con los países de la región. El interés alemán venía impulsado por la necesidad de reactivar el acceso a importantes fuentes de abastecimiento para la población de un país en ruinas. En la Argentina esperaba un capítulo irresuelto que pesaría sobre las relaciones bilaterales: las negociaciones sobre la devolución del patrimonio alemán. Después de declararle la guerra al régimen de Hitler y a Japón el 27 de marzo de 1945, el gobierno argentino, presidido por el General Edelmiro Farrell, se había incautado de todos los bienes de origen alemán en el país. El conjunto de la “propiedad enemiga” (Feindeigentum) incluía edificios, empresas y fábricas, pero también escuelas, clubes y otras instituciones comunitarias de la colectividad alemana. Se estima que la medida les había cerrado las puertas a cerca de 30.000 miembros activos de entidades deportivas y sociales. Al mismo tiempo, un total de 16.000 alumnos de escuelas alemanas en todo el país había quedado sin lugar para estudiar. Una de las pocas excepciones fue el Colegio Pestalozzi. La razón era la abierta oposición que había tenido respecto del régimen nacionalsocialista. Entre los últimos bienes expropiados por vía del Decreto 7032 estuvo la propia Embajada Alemana. Hasta la capitulación del Tercer Reich, seis semanas más tarde, sus tareas fueron cumplidas por la Embajada de Suiza. Para administrar el patrimonio del que se había incautado, el gobierno argentino creó un órgano especial: el Consejo de Administración, que luego se transformó en la Junta de Vigilancia y Disposición Final de la Propiedad Enemiga. Ésta debía liquidar, administrar y/o disolver el patrimonio ajeno. En el peor de los casos -la liquidaciónla propiedad, el edificio o la empresa debían ser rematados al mejor postor. Pag. anterior: El Presidente Juan Domingo Perón izó personalmente la bandera alemana, el día en el que la República Federal de Alemania abría su Embajada en Buenos Aires, en 1952. (Foto: Min. Fed. de Relaciones Exteriores) Según el trabajo de la investigadora Silvia Kroyer, realizado en base a información del archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Argentina, la medida contra la propiedad privada alemana alcanzó a 139 empresas. De ellas, un total de 68 fueron confiscadas. El resto figura como intervenido. Hasta el día de hoy se discute el valor del patrimonio alemán expropiado. No obstante, los historiadores con- 99 cuerdan que debe haber superado ampliamente los 540 millones de dólares. Este había sido el valor de las inversiones alemanas en la Argentina antes de comenzar la guerra, en 1938. La medida no era un capricho argentino. Tenía su razón de ser en el documento final de la conferencia En el marco de una actividad cultural y deportiva que, a cinco años de la guerra, volvía a nacer, los reclamos se intensificaron. Un ejemplo lo daba la educación alemana. Desprovista de los edificios escolares, las familias contrataban a los maestros directamente para que les dieran clases a sus hijos en sus casas. celebrada en Chapultepec, México. Allí, con el liderazgo de los Estados Unidos, los Estados americanos fir- “Algunos que tenían garajes grandes, reunían cinco o diez chicos. Y allí se daba clase”, recuerda Rodolfo mantes habían aceptado la estrategia común de expropiar los bienes de las comunidades de las naciones del Hepe, el vicepresidente de la FAAG, que hoy agrupa a cerca de 300 instituciones y entidades. Eje en sus respectivos países. En 1948 la Junta dio por terminada su intervención. Para entonces, cien empresas de capital alemán El primer objetivo de la Federación fue organizar las distintas actividades diseminadas en los centros urbanos de la Argentina, para conformar un frente de reclamo conjunto por los bienes incautados. Nada habían sido embargadas, y dos bancos habían sido cerrados. La misma suerte corrieron las empresas de fácil en una época que no conocía ni el e-mail ni la telefonía celular. A mediados del siglo XX ni siquiera el seguros más importantes que funcionaban en el país, sin contar la expropiación de la mayoría de las escue- teléfono fijo era de uso tan simple y extendido como hoy. las y asociaciones alemanas. A ello se sumaba un sinfín de propiedades intelectuales, marcas y patentes. Los representantes de la FAAG tuvieron que servirse de restaurantes, bares y casas particulares. Sólo algunas empresas se habían salvado. Eran las que al inicio de la guerra, y en previsión de lo que ven- “También de clubes amigos, que les prestaban las instalaciones. No había otros lugares donde encontrarse. dría, habían traspasado su propiedad a terceros. Así lo habían hecho el grupo Siemens, la fabricante de Nuestros edificios estaban cerrados”, cuenta Hepe. acero Thyssen y la IG Farben: transfirieron la titularidad de sus acciones a empresas radicadas en Suiza. Desprovista de su base económica e intelectual, gran parte de la comunidad alemana dejó de tener peso Un ejemplo de esta cooperación, que trascendió a las divisiones políticas de la época, lo protagonizó el Club de Remo Teutonia. Tras su incautación, la entidad pudo ser reabierta dos años después gracias a la en la vida social argentina. La poca esperanza que albergaban algunos se debía a que en 1946 había asu- acción conjunta de otras doce entidades deportivas de Tigre. Lideradas por el Buenos Aires Rowing Club, mido un nuevo presidente en la Argentina. Su relación cercana a la cultura alemana era de conocimiento éstas solicitaron al Estado argentino que no mezclara política con deporte. Para cuando el Teutonia pudo público. Su nombre: Juan Domingo Perón. retomar su actividad en 1947, restaba aún la devolución de 200 clubes y asociaciones. La última institu- Por simpatía o cálculo político, el nuevo mandatario se había resistido a la presión de los Estados Unidos y Gran Bretaña para que se desarticulara el patrimonio germano. En el caso de las empresas, Perón permitió que ción restituída fue en 1961 la sede original del Colegio Goethe, ubicada en el barrio de Belgrano. Para los representantes alemanes el proceso significó por largo tiempo la necesidad de hacerse presen- éstas mantuvieran su unidad, pero bajo administración argentina. Como tal representaban un valor de negocia- tes día tras día ante las autoridades argentinas, que tenían potestad sobre cada caso. Allí se reconfirmaban ción importante al iniciarse los contactos oficiales entre la Argentina y la joven República Federal de Alemania. la autenticidad de los reclamos y la autoridad de los solicitantes. Había que ir al Ministerio del Interior, a El propio Perón se encargó de subrayar su interés por reabrir la relación con aquel país, al que le debía gran parte de su educación profesional. Acompañado por todo su gabinete, el mandatario argentino asistió al la Cancillería y al Ministerio de Educación. Un obstáculo no menor fue la falta de edificios aptos para que funcionaran en ellos dependencias públi- acto oficial de reapertura de la Embajada Alemana en 1952. Allí Perón no se privó de izar la bandera alema- cas, particularmente en la Capital Federal. Eso hacía interesante para cualquier administración proveerse na durante el acto oficial, como lo muestran las imágenes de aquel día. Sin embargo, el buen ánimo reflejado de las instalaciones adecuadas. Otro freno fueron los frecuentes cambios en la cúpula del poder argentino. en los calurosos abrazos entre el General y el primer Embajador alemán, Hermann Terdenge, no se canalizó en La caída de Perón significó también el fin de la estrecha relación entre la Casa Rosada y la Embajada. una solución rápida de la incógnita sobre qué pasaría con el patrimonio alemán expropiado. Durante el gobierno de Pedro Eugenio Aramburu, conocido por su postura anglófila, la resolución de la Esa solución requirió, entre otras cosas, de la insistencia de un Ministro de Economía que más tarde cuestión quedó postergada. Fue sólo durante la sería Jefe de Gobierno, Ludwig Erhard. Durante su visita oficial del año 1954, el Ministro, conocido por sus administración de su sucesor, Arturo Frondizi, modos campechanos y directos, le recordó al Presidente argentino que la paciencia de la nueva Alemania cuando se logró avanzar decisivamente hacia en esta cuestión no podía ser eterna. Aún así, el capítulo tardaría todavía veinte años en cerrarse. la devolución de las últimas propiedades. Todos Un papel particular cumplió para ello una organización privada sin fines de lucro: la Federación de los reclamos de restitución se habían hecho Asociaciones Argentino-Germanas (FAAG). Impulsada por ex-alumnos de las inactivas escuelas alemanas, antes de finalizar el año 1956. Los últimos a partir de 1955, con 120 miembros, la organización encauzó en una acción conjunta los reclamos de fueron resueltos en 1967. todas las entidades privadas de la comunidad alemana. El argumento central de los abogados Roberto Brücklmaier y Eduardo Dürnhöfer era que el Estado argentino no había estado en su derecho en lo que respecta a las expropiaciones, porque tanto en gran parte de las empresas como de las escuelas, clubes y asociaciones habían afectado a personas jurídicas argentinas. Uno no podía expropiarse a sí mismo, argumentaban los expertos. 100 En 1954, el entonces Ministro de Economía alemán, Ludwig Erhard, le solicitó a Juan D. Perón una rápida solución para el problema del patrimonio alemán incautado al final de la guerra. (Foto: AGN) El maestro de Ulm Tomás Maldonado “Form follows function”, el famoso axioma creado por el arquitecto estadounidense Louis Sullivan, sirve también para trazar la trayectoria de quien es considerado como uno de los grandes pensadores del diseño internacional, Tomás Maldonado. Pero cabe recordar además que fue este diseñador argentino, quien en la década de 1950 le abrió a su disciplina las puertas hacia un mundo en pleno renacimiento: el arte y el diseño en la Alemania de posguerra. Tomás Maldonado (Buenos Aires, 1922) se incorporó en 1954 a la Hochschule für Gestaltung (HfG) en la ciudad de Ulm. La hoy legendaria casa de estudios había sido creada tres años antes a instancias de un grupo de jóvenes en torno a Inge Aicher-Scholl, la hermana de Sophie y Hans Scholl, quienes en 1943 personificaron uno de los más dramáticos y dignos ejemplos de resistencia contra el régimen nacionalsocialista. Financiada tanto por el Gobierno alemán como por la administración estadounidense y donaciones privadas, la Hochschule für Gestaltung apuntaba a la formación de una generación de artistas y académicos integrales. Cuando Maldonado decidió aceptar la propuesta, la HfG era así poco más que un proyecto ambicioso en un país todavía marcado por la guerra. Por aquel entonces, el argentino era un reconocido artista. En Buenos Aires había integrado el grupo fundador de la Asociación Arte Concreto-Invención, había editado la revista de arte, arquitectura, diseño industrial y tipografía Nueva Visión. No obstante, Maldonado no dudó cuando el director de la HfG, Max Bill, lo invitó a incorporarse al cuerpo estable de docentes y, finalmente, se radicó en Ulm. Al poco tiempo el diseñador argentino se había convertido en uno de los motores de la institución. Junto a sus colegas Otto (Otl) Aicher, Hans Gugelot y Walter Zeischegg, Maldonado aceptó el desafío de la época y elaboró un nuevo concepto de programa para la escuela. Max Bill, antiguo alumno de la Bauhaus, defendía un modelo pedagógico, que ubicaba al diseño en el universo del arte. Los jóvenes rebeldes, en cambio, entendían que el acento debía estar primordialmente en los aspectos técnicos y en el proceso del diseño. Propugnaban un modelo proyectual. Tomás Maldonado fue el principal teórico del concepto, según el cual el uso, la función y la eficiencia debían regular el proceso creativo. La controversia culminó con la renuncia de Max Bill. En los años siguientes la Hochschule für Gestaltung se convirtió en uno de los centros europeos más destacados en diseño industrial y gráfico. Tomás Maldonado integró la HfG durante 12 años y fue su rector en los últimos dos años. A principios de la década de 1970 se radicó en Italia, donde enseñó en el Politécnico de Milán y, posteriormente, en la Universidad de Bologna. Además, fue profesor invitado del Royal College of Art de Londres y de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Princeton, en los Estados Unidos. Desde entonces, “el maestro de Ulm”, como lo llaman cariñosamente sus discípulos Pag. anterior: Max Bill (izq.) y Tomás Maldonado en Ulm. (Foto: Hans Conrad / Ifa / gentileza MNBA) 102 y amigos, se convirtió en uno de los grandes pensadores del diseño.Tomás Maldonado vive actualmente en Italia. A los 85 años de edad se lo reconoce como un teórico, que contribuyó a dar forma al mundo del diseño tal como lo conocemos hoy en día. 103 La fuerza de la ambivalencia Una charla con el compositor Mauricio Kagel sobre la identidad y los (des)encuentros de la cultura Entre los lazos que unen a las naciones, la música es, quizás, uno de los más fuertes. El caso de la Argentina y Alemania no es una excepción. Nombres como Sigismund Thalberg, Arturo y Pablo Berutti y Ernesto Epstein son sólo algunos de los que marcaron el tono desde la orilla argentina. Wilhelm Furtwängler y Paul Hindemith hicieron lo propio con sus visitas a la Argentina. Entre los que hoy reúnen en su obra lo mejor de ambos países figura Mauricio Kagel. Con obras como Varieté, Ludwig van, Antithese y La Pasión según San Bach, es considerado uno de los creadores más importantes de la nueva música a nivel internacional. Su colega norteamericano John Cage lo definió así: “Es el mejor músico europeo que conozco.” Radicado desde 1957 en Alemania, Kagel (Buenos Aires, 1931) reflexiona para esta publicación sobre lo que significa vivir la historia y la música entre dos culturas. -Señor Kagel: hace medio siglo que usted llegó a Alemania. ¿Cómo fue esa experiencia, esa confrontación quizás, para un hijo de emigrantes europeos? ¿Fue un encuentro con viejos conocidos o el descubrimiento de un nuevo mundo? -Las dos cosas a la vez. Cuando llegué a Europa, en el otoño de 1957, nada me resultaba nuevo. La cultura europea ya formaba parte de mi identidad. Pero yo llevaba también raíces sudamericanas. Lo que me asombró es que mis colegas europeos –alemanes, franceses, italianos– todavía estuvieran en un período de hegemonía cultural que yo no conocía. Porque la Argentina no posee una hegemonía cultural. Tiene un idioma común con toda Sudamérica y con España, pero no en el sentido de la hegemonía, en el afán de pretender que su cultura sea más valiosa que la del vecino. -¿Con qué relacionó esa hegemonía cultural con la que se encontró? -Paul Valéry, un poeta francés que yo estimo mucho, habla de la “política del espíritu”. Y lo que yo encontré aquí, en Alemania, y me asombró muchísimo, fue que los países europeos vivían –y viven todavía– con unas raíces tremendamente fuertes en el pasado. Cuando yo llegué, la educación en Alemania era de horizontes bastante estrechos. Había compositores alemanes que no conocían a Debussy o compositores italianos que desconocían a Reger. Para ellos la propia música era la fuente de mayor información. Lo mismo es válido para los franceses y para los ingleses. Algo así, para un sudPag. anterior: La obra del compositor y director, Mauricio Kagel, es hoy uno de los mejores ejemplos de los estrechos lazos que unen a Alemania y la Argentina a través de la música. (Foto: gentileza C.F. Peters Musikverlag) americano, es una cosa inconcebible, porque un intelectual culto en Sudamérica tiene sus raíces en varias culturas. Entiende y habla varios idiomas. -¿Usted quería venir a Alemania o fue más bien una casualidad? -Hubo varias cosas que influyeron. Primero, la radio de Colonia, que ya era muy 105 famosa entonces, apoyaba la difusión de la música moderna. Por mi parte, yo estaba muy interesado en tra- taba, sin lugar a dudas, la principal plaza del continente. Además, existían la Orquesta Sinfónica de Radio bajar en el estudio de música electrónica de la radio. Luego estaban los famosos cursos de verano de la Nacional y la Orquesta Sinfónica Nacional, que también eran de muy buen nivel. Cada semana había un ciudad de Darmstadt. Entonces tuve la suerte de obtener una beca del Deutscher Akademischer Austausch concierto de relevancia. Diariamente uno podía elegir entre tres o cuatro grandes obras musicales. A direc- Dienst (DAAD), el Servicio Alemán de Intercambio Académico, por un año. Después me la extendieron otro tores de orquesta como Busch, Furtwängler, Karajan, Barbirolli y Sargent pude escucharlos por primera año, algo que entonces era muy poco frecuente. Mi interés radicaba en tener el tiempo para componer y vez en Buenos Aires. A ello se sumaba la oferta de las sociedades musicales privadas. Una era el Collegium dedicarme por completo a esa actividad. No me interesaba ganar dinero. Entonces tenía 25 años, y esa Musicum, un centro de inmigrantes alemanes. Allí se podía escuchar, en general, por primera vez música edad es una especie de límite para desarrollar la propia carrera. Además, a principios de los años 50, toda- coral e instrumental antigua. Gran parte de la vida musical estaba al cuidado de alemanes y austríacos, vía en Buenos Aires, había conocido a Pierre Boulez. Él ya me había recomendado ir a Europa para traba- judíos y gentiles, que por una u otra razón habían tenido que emigrar. jar allí. Tuvo razón: si me hubiera quedado en la Argentina, nunca hubiera tenido las oportunidades que me ofrecieron no sólo en Alemania, sino también en todo el continente europeo. -¿De dónde eran sus padres y abuelos? -De Branderburgo, Odessa y San Petersburgo. Era una mezcla de alemanes y judíos del Este de -¿Por qué? Europa. En lo que respecta a mis padres, ellos llegaron a la Argentina después de los pogromos rusos de -Tomemos el ejemplo alemán. Aquí uno tiene el privilegio de poder estar en muy poco tiempo en el centro 1917. Mi madre, en cambio, llegó desde Hamburgo allá por 1922 con el barco Cap Arcona. cultural de otra ciudad, en la que se puede presentar música. Eso contrastaba, ya entonces, con las distancias sudamericanas. Desde Colonia (Nota de la Redacción: Mauricio Kagel recaló en esta ciudad al llegar a -¿Cómo describiría, entonces, la conformación de su identidad cultural? Alemania) se llega en menos de una hora a centros industriales como Essen, Duisburg o Dusseldorf. Eso no sólo -Estoy muy agradecido por haber nacido en la Argentina. Me he enriquecido: con el idioma, con mis viven- es una cosa extraordinaria, sino que refleja que la fuerza cultural de Alemania es la independencia de sus ciudades. En contraste, en Sudamérica, se necesita un avión para llegar de un lugar a otro en corto tiempo. Esa cercanía geográfica de centros culturales importantes hace de Alemania algo muy especial. Sorprendentemente los artistas y músicos europeos no saben apreciar su suerte. Ellos creen que eso es lo normal, pero no lo es. -Aquéllos que vivieron la sensación de ser extraños en otra cultura suelen decir que ese choque, esa confrontación con el otro, se puede convertir en un motor del trabajo creativo. ¿usted compartió una situación así? -Naturalmente que sí. Es más: yo descubrí el pasado histórico de Sudamérica en Europa. La distancia con la Argentina me generó un acercamiento a situaciones históricas importantes de Sudamérica y, al mismo tiempo, me ayudó a comprender ciertos temas de la política cultural europea. Sobre ese proceso trata la composición escénica Mare Nostrum, que presentamos también en Buenos Aires. El argumento cuenta cómo una tribu del Amazonas descubre el mar Mediterráneo y cae en el mismo error que los españoles después de descubrir América: tratar de imponer sus valores, su idioma, sus creencias y su religión. -Usted creció y se formó en el encuentro de culturas que era la Buenos Aires de los años 50. ¿Cómo vivió el choque con la cultura y la música alemanas de esos años? ¿Experimentó un gran contraste? -Las décadas de los años 50 y 60 fueron para Alemania años de extraordinario desarrollo. Pero el punto de partida resultó de la recuperación de los tremendos problemas económicos causados por los efectos de la posguerra. Entonces, todo lo que pasaba desde el punto de vista cultural comenzó a tener una fuerza más o menos estable después de 1955. Por su parte, la intensidad de la atmósfera cultural de Buenos Aires en los años 50 era muy especial. Era tan compleja como contradictoria. Ello hacía de la ciudad un lugar fuera de lo común, con un nivel cultural exuberante. La capital argentina tenía, en ese entonces, una vida musical de importancia. Existía, por ejemplo, el Teatro Colón, que como teatro lírico represen- 106 cias. Ese bagaje lo traje a Europa y aquí fue revalorado, ampliado. Pero yo creo que mi fuerza reside en la Mauricio Kagel es considerado como uno de los innovadores de la música clásica y vive en la ciudad de Colonia. (Foto: akg) ambivalencia. Estoy convencido de que nadie puede defender una sola identidad. Es una suma de identidades lo que hace a una persona. La región en la que usted nació le da una identidad: si es una persona del Norte o del Sur. A ello se suma la identidad de su país: si es alemán, sueco, inglés. La tercera es la familia. Luego están las adaptaciones que le exige la vida profesional, como le sucede a mucha gente en el servicio diplomático o a aquellos académicos u obre- DAAD: Intercambio académico y mucho más ros alemanes, que se enamoran del caos que encuentran en algún país extranjero. Al final se adaptan, enriquecen su propia cultura con otras perspectivas y éstas pasan a formar parte de su identidad. -Cuando usted llegó a Alemania en 1957: ¿Se encontró con reservas por ser de ascendencia judía? -Claro que sí. Sería ridículo querer negarlo. Pero yo era de la opinión que uno no puede vivir con el odio. Además, uno se vuelve muy sensible a matices que no son democráticos. Por otra parte, los judíos son bastante especiales. Cuando los dejan vivir en paz se transforman en ardientes defensores de su país. Los judíos de los años 20, por ejemplo de la generación de mis suegros, se definían como patriotas alemanes. Defendían la actitud del burgués-monárquico. La mayoría había peleado en la Primera Guerra Mundial. Hoy a mi me pasa algo parecido: cuando la gente ataca a Alemania, yo la defiendo. Porque el proceso democrático que vivió este país en la posguerra no se dio casi en ningún país. Aún así, como regla propia para vivir con el pasado, por mi parte decidí no ocupar cargos públicos. Por ejemplo, antes de la caída del muro de Berlín se me ofreció en varias ocasiones dirigir instituciones de música importantes, como la Staatsoper Hamburg o la Deutsche Oper Berlin. Pero preferí no aceptar. Además, no soy ni mánager ni empresario, sino sólo un compositor. Es muy importante entender que Alemania fue siempre muy abierta a los extranjeros. Porque la base de la economía alemana es la exportación, es el intercambio. Eso ni siquiera el nazismo lo pudo cambiar. No nos olvidemos que hacia 1920 en Berlín había más de 80 publicaciones en ruso. La ciudad estaba entonces llena de inmigrantes del Este. Hoy eso se repite con una inmigración diferente. Hay más de tres millones de turcos viviendo en este país. Entonces, es natural, que esta convivencia no esté libre de tensiones. -En 2006 festejó sus 75 años con una visita a Buenos Aires después de estar mucho tiempo ausente. ¿Qué le llamó la atención entre los cambios con los que, seguramente, se ha encontrado? -Algo que me asombró muchísimo es que la gente constantemente se besa. En mi época eso era algo desconocido. Para mí es una consecuencia de los rastros que dejó la crisis espiritual y física después de las torturas. El país sufrió horrores. El beso demuestra la necesidad de mostrar al otro su afecto; es como reírse, para poder mantener un equilibrio sentimental. -¿Cómo compararía el nivel de recepción de conocimiento que hay entre los ámbitos musicales de la Argentina y Alemania? -El nivel de información es muy alto. Tiene que haberlo en un mundo donde la comunicación se caracteriza por la inmediatez creciente. Cuando estuve en la Argentina, en junio de 2006, quedé muy asombrado por el nivel que encontré. Lo viví en carne propia: yo pensaba que después de no haber visitado la Argentina durante 35 años me habían olvidado completamente. Pero me fue todo lo contrario. La gente joven resultó estar muy al tanto también de mi música. Conocían los discos y mostraban un tremendo apetito intelectual. Eso es algo que se mantuvo a lo largo de los años. Una curiosidad nunca saciada es esencial para la vida musical de un país. ¡Enhorabuena! Fundado en 1925, el Servicio Alemán de Intercambio Académico (Deutscher Akademischer Austausch Dienst; DAAD por su sigla en alemán) fomenta el intercambio entre Alemania y la comunidad académica internacional a través de diversos programas dirigidos a estudiantes y egresados de carreras universitarias, así como a doctorandos e investigadores que deseen llevar a cabo un proyecto en Alemania. En la Argentina cuenta actualmente con un centro de información en la ciudad de Buenos Aires, un profesor invitado en la Facultad de Derecho de la UBA, cuatro lectores del DAAD que ofrecen cursos en la Universidad de Buenos Aires, en la Universidad Nacional de Córdoba y en el Instituto de Enseñanza Superior en Lenguas Vivas Juan Ramón Fernández. En 2004, como una manifestación más del intenso intercambio académico entre ambos países, se inauguró el Centro Germano-Argentino de la Universidad de Buenos Aires, donde por iniciativa del DAAD se instaló también la cátedra libre Walter Benjamin. Como resultado de los intercambios entre Alemania y Argentina se firmaron varios convenios entre el DAAD e instituciones académicas argentinas, entre ellas el MECT, el CONICET, la SECyT y muchas universidades nacionales. “Transmisiones” es uno de sus proyectos más destacados en la actualidad. Este es un proyecto de investigación llevado adelante por la Cátedra Walter Gropius, unidad de cooperación académica argentino-alemana con sede en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires. Se trata de indagar acerca de la presencia de las tecnologías y las ciencias alemanas en la Argentina entre 1840 y el presente. Según los responsables del proyecto, el flujo de tecnologías, de formas del saber y de objetos europeos tuvo para la Argentina, como tierra de inmigración, una importancia fundamental. La cultura material alemana fue un componente central del mismo, pero desvinculado de una política colonial. Por el contrario, en este caso surgen interacciones y cooperaciones enlazadas en forma individual y local. El proyecto analiza cómo a lo largo de los años las transmisiones de medios de comunicación, empresas, ingeniería, objetos y tecnologías made in Germany, como también de expertos y manuales científicos y técnicos, fueron construyendo una red de infraestructura cada vez más estrecha. Por lo general, el análisis de la expansión de la cultura alemana se vincula, desde un punto de vista de las humanidades, con el idioma alemán y sus hablantes. Este proyecto, por el contrario, intenta analizar aquellas prácticas y escenarios de origen alemán que pudieron difundirse sin una conexión específica con el idioma, y cuya asimilación y transformación tuvieron un significado decisivo en la construcción de una cultura argentina. De particular interés resultan aquellos elementos característicos, como las técnicas de precisión y para la construcción, la Ingeniería, la Arquitectura, así como las Ciencias Naturales y Exactas. La investigación iniciada en el año 2005 se desarrolló a través de seminarios, talleres, trabajo en archivos y entrevistas a contemporáneos, y cuenta con el apoyo y la cooperación de universidades nacionales y de empresas alemanas. En 2007 Transmisiones se presenta en varios lugares y ciudades del país y se puede acceder también a través de un sitio web interactivo (www.daad.org.ar/gropius.htm), donde los usuarios pueden seguir construyendo con materiales pertinentes este mapeo del impacto alemán en la Argentina. Wolfgang Schäffner Alexander Schwarz 108 109 El primer Presidente argentino que visitó Alemania En 1960, Arturo Frondizi viajó a Bonn no sólo para felicitar al país por su recuperación tras la guerra “El Presidente argentino no se contentó con intercambiar regalos, recibir condecoraciones o participar de lujosos banquetes de Estado. Aprovechó, en cambio, la opor- tunidad para discutir abiertamente cuestiones no menores del ámbito económico y político”. Así resumía la visita de Arturo Frondizi en junio de 1960 a Alemania el Handelsblatt, ya entonces uno de los diarios especializados en economía más respetados del país y poco afecto al elogio oficial. Durante los cuatro días que duró su estadía en la todavía joven república alemana, Frondizi buscó sensibilizar especialmente a los representantes del mundo empresarial local para que aumentara su participación en el desarrollo de la Argentina. Según las estadísticas de la Cancillería argentina de la época, Alemania era entonces uno de los cinco inversores extranjeros más importantes en la Argentina. Una de las paradas obligatorias del mandatario argentino fue así también la visita a la poderosa Asociación Industrial de Alemania. Pero más allá de lo puramente económico, el desarrollista Frondizi no dudó tampoco en advertir abiertamente a los representantes políticos locales sobre las consecuencias del cada vez más estrecho acercamiento que se insinuaba por entonces entre los Estados Unidos y los países europeos. “La Argentina y, con ella, el resto de los países de América Latina deberán reconsiderar su política exterior, si Europa y Norteamérica decidieran dejarlos excluídos del reordenamiento económico del mundo libre”, declaró Frondizi en una conferencia de prensa durante la visita. Como ninguno antes y muy pocos después, el primer Presidente argentino que visitara Alemania mostró así un temple singular, que marcó la imagen de una Argentina que –al igual que la joven Alemania– después de años de estancamiento volvía a iniciar un proceso de crecimiento. Pág. anterior: Arturo Frondizi fue el primer Presidente argentino que visitó la Alemania de posguerra. Fue reconocido como un estadista de primer nivel por algunas de las figuras más influyentes del gobierno alemán, como Konrad Adenauer (centro) y, el entonces Ministro de Economía, Ludwig Erhard (der.). (Foto: BPA). Derecha: el Presidente alemán, Heinrich Lübke, recibió, junto a su esposa, a la pareja presidencial argentina en Bonn. En 1964, Lübke retribuyó la visita en un viaje a la Argentina. (Foto: BPA) 111 Los fantasmas del pasado El caso Eichmann revivió un capítulo que se creía cerrado La Argentina fue el último país en donde uno de los más grandes genocidas de toda la historia de la humanidad gozó de una injustificable libertad. Adolf Eichmann, el coordinador de los trenes que llevaron a millones de personas a la muerte en los campos de exterminio del nazismo, fue condenado a muerte el 15 de diciembre de 1961 y ejecutado el 31 de mayo de 1962 en Israel. La presencia de Eichmann en la Argentina duró una década: entre 1950 y 1960. Sus actividades y relaciones de esos años reflejan un entramado de encubrimientos, de solidaridad nazi de posguerra y de identificación con los crímenes cometidos. Pero también dan cuenta del profundo antisemitismo que cundía en algunos sectores de la sociedad argentina de la década de 1950. En 1960 Riccardo Klement, tal como figuraba en el documento falso que obtuvo en un pueblo italiano, iba y venía todos los días desde su casa en el barrio de San Fernando hasta la fábrica donde trabajaba: la filial de Mercedes Benz, que funcionaba en la Argentina. Antes de ese empleo había estado trabajando en la fábrica Orbis, que producía calefactores y calefones. La versión más conocida hasta ahora indica que fue la breve relación de una adolescente con uno de los hijos de Eichmann lo que precipitó el final de su refugio en la Argentina. Sylvia Hermann era la hija de un prisionero del campo de concentración de Dachau. Éste es tristemente conocido por ser el primero (1933) del total de 500 campos, que los nazis construyeron en toda Europa. Lothar Hermann había perdido la vista debido a las patadas que recibió en la cabeza por parte de los guardias de las SS destinados en Dachau. Hermann había ingresado al campo de concentración en el sur de Alemania porque era socialista. A sus “delitos” se sumaba el hecho de que parte de su familia fuera judía. En 1938 logró emigrar a la Argentina. Dos décadas después su hija llevó a un Pág. anterior: El pasaporte de Adolf Eichmann fue redescubierto por casualidad, en junio de 2007. Muestra el nombre falso con el que logró huir primero de una Alemania en ruinas e ingresar luego, vía Italia, a la Argentina. joven a su casa para que lo conocieran sus Derecha: la foto en el pasaporte falso de uno de los hombres más buscados de la posguerra. (Fotos: gentileza Museo del Holocausto) una automática postura antisemita. Con padres. Allí éste cometió un error que se da frecuentemente en nuestras tierras, que es el de interpretar o dar por sentado que en un hogar de inmigrantes alemanes habría la intención de “quedar bien” ante los padres de la chica, el joven se despachó ampliamente con expresiones a favor del Holocausto. Tras la visita el sorprendido Hermann preguntó por el apellido del joven. La sorpresa larmente sobre los atropellos contra la población judía. Asimismo, revelaron los hechos del fue aún mayor cuando su hija pronunció el apellido del circunstancial huésped. Holocausto (Shoá) en Europa, tanto antes como después de 1945. El padre no vidente se enteró así de que uno de los ejecutores de la “solución final” –tal el brutal Hubo una loable y honrosa resistencia alemana anti-nazi en la Argentina. Cabe destacar aquí al eufemismo nazi para denominar el exterminio de millones de personas– caminaba libremente por movimiento político Das Andere Deutschland (“la otra Alemania”), que luchó contra el régimen en y Buenos Aires y, como más tarde pudo comprobar, se escondía tras la falsa identidad de “Klement”. desde Buenos Aires. Un movimiento con reconocimiento internacional como el que se dio en la Sus hijos, sin embargo, habían conservado el apellido Eichmann y concurrían con su verdadera identi- Argentina no tuvo lugar en ningún otro país del mundo. dad a un colegio alemán de la zona norte del Gran Buenos Aires. El razonamiento que surge de esta información es lógico: la presencia encubierta de Eichmann En la misma senda estuvo por aquellos años la ya entonces reconocida Asociación Vorwärts, fundada en Buenos Aires por socialistas e internacionalistas alemanes durante el siglo XIX. En el marco no era desconocida para ciertos dirigentes en Buenos Aires. En el año 2004 el empresario Jorge de la enseñanza del idioma alemán el Colegio Pestalozzi de Buenos Aires fue el espacio de democra- Antonio, quien había sido directivo de la Mercedes Benz por aquellos años, reconoció frente al his- cia y libertad que tuvieron los hijos de los opositores y de los refugiados judíos que fueron llegando al toriador Felipe Pigna que él supo desde el primer momento que su empleado Riccardo Klement era país en la década de 1930. en realidad Eichmann. Mientras tanto, otro símbolo de la barbarie (en este caso por sus brutales experimentos con seres Sin embargo, vale la pena recordar también que otros sectores de alemanes y argentinos de origen alemán residentes en la región del Río de la Plata vivieron el régimen nazi sin alteraciones y, más humanos vivos en Auschwitz), Josef Mengele, ejercía la medicina sin inconveniente alguno en el con- tarde frente a su caída, confundieron las revelaciones de todo lo macabro que produjo el Reich, con sultorio que abrió en la calle Virrey Vértiz 970 en Olivos. un ataque a la propia identidad y a la cultura alemana. La mezcla de vergüenza e indignación rara La comunidad alemana de entonces se sumergió en un profundo silencio. En los años 50, no hubo claros pronunciamientos de condena a los crímenes del nazismo. Tampoco se registran en las décadas siguientes. En el resto de la sociedad argentina ocurría más o menos lo mismo; más allá A través de los sellos en el pasaporte se puede rehacer el camino de Eichmann desde Europa a la Argentina. Aquí vivió bajo falsa identidad en las provincias de Tucumán y Buenos Aires. (Foto: gentileza Museo del Holocausto) vez condujo a una asunción de la realidad y de la historia. Lamentablemente, aún con el paso del tiempo y el recambio generacional, esta asunción se produjo en forma parcial y sólo a regañadientes. Se calcula que el número de personas movilizadas por el partido nacional-socialista de la de los momentos en que se especuló a nivel periodístico con la presencia de Argentina superó ampliamente la marca de 30.000. Esto ocurrió desde decenas de sedes partidarias Martín Bormann (último lugarteniente de Hitler) en Brasil, Paraguay o que se constituyeron a partir de 1931, desde Posadas hasta Comodoro Rivadavia, y desde numerosas Argentina, se abandonó la historia del Tercer Reich, sus terribles consecuencias y agrupaciones juveniles e infantiles. Esas vivencias, experiencias y los dogmas incorporados por aque- su necesario tratamiento. llos jóvenes no se diluyeron después de 1945. Se sumó “la mentira aliada sobre los campos de exter- Al principio había sido diferente: desde aquel fatídico 30 de enero de 1933, en minio y los millones de víctimas” y se transmitió sutilmente a las siguientes generaciones a través de que Hitler asumiera el poder en Alemania, los diarios argentinos informaron regu- medios como Die Freie Presse, que sustituyó al diario Deutsche La Plata Zeitung, o a la revista Der Weg, publicaciones editadas e impresas en la Argentina. El sinuoso camino de la acción judicial reflejó otros elementos. No sólo había antiguos funcionarios nazis refugiados en la Argentina, sino que también los había instalados en distintos estratos y organismos estatales de la joven República Federal de Alemania. Conscientes de esto, los fiscales alemanes que recibieron la información de Hermann sobre Eichmann fueron escépticos en cuanto a lograr su detención. Por tal motivo, tal como lo consigna Uki Goñi en su libro La auténtica Odessa en 1957, el fiscal general de Frankfurt, Fritz Bauer, transmitió la información sobre el paradero de Eichmann al Estado de Israel. No existía en aquel entonces un tratado de extradición entre Alemania y la Argentina. Asimismo, la experiencia antes y después del juicio a Eichmann en Jerusalén demostró que las autoridades argentinas eran reacias a colaborar en la búsqueda y en la detención de criminales de guerra. A fines de 1959 la Embajada Alemana en Buenos Aires solicitó la detención del médico Josef Mengele. Sin embargo, el trámite burocrático se fue dilatando hasta que transcurridos muchos meses sólo se confirmó que el “ángel de la muerte” se había fugado a un país limítrofe. Durante la década de 1950 el panorama para los criminales de guerra era tan confiable que algu115 nos de ellos, como Erich Priebke y Josef Schwammberger –extraditados en 1995 y 1987, respectivamente– renovaron su pasaporte alemán poco tiempo después de que en 1952 se estableciera la Embajada de la República Federal Alemania en la República Argentina. En aquel entonces Eichmann había comenzado a hablar sobre su actuación durante el régimen nazi. En 1957 se encontraba todos los fines de semana con su amigo Wilhelm Sassen van Elsloo en una casa de San Isidro, provincia de Buenos Aires, para grabar largas conversaciones con la pretensión de disminuir su responsabilidad durante los años del terror nazi y, al mismo tiempo, especialmente a instancias de Wilhelm Sassen van Elsloo, tratar lo imposible: encontrarle una justificación histórica a los crímenes cometidos por el nazismo. Wilhelm Sassen van Elsloo, un ex-SS y representante del departamento de propaganda de Goebbels durante la ocupación alemana de Holanda, era entonces el nexo entre los nazis más prominentes del Cono Sur: Barbie, Rudel, Richter y Tank, entre otros. No obstante, en 1960 Wilhelm Sassen van Elsloo vendió la transcripción de sus charlas con Eichmann a la revista estadounidense Time- Life, que la publicó por entregas. El testimonio constituyó después una prueba fundamental en el juicio de Jerusalén. Pero reflejó también el fin de una era: la camaradería entre los fugitivos nazis se había consumido. Irónicamente el principio del fin lo había marcado un golpe militar: el de 1955, que finiquitó el amparo del que habían gozado los refugiados nazis hasta entonces. Con él quedaban atrás los años en los que Wilhelm Sassen van Elsloo había trabajado en la Casa Rosada y en los que Rodolfo Freude –hijo del empresario Ludwig Freude– había sido el Secretario de Informaciones de la Presidencia. Quedaban atrás también los años en que el banquero argentino-alemán Carlos Fuldner, adscripto a la Presidencia y a la Dirección de Migraciones, organizaba la llegada de los fugitivos nazis desde Europa y los proveía de alojamiento y empleo. Para ello había creado una empresa: la CAPRI. De acuerdo con la documentación existente, fue gracias a la generosa contratación de servicios para el Estado que Fuldner pudo asegurarle muy buenos salarios a numerosos recién llegados en la sede principal que la CAPRI poseía en la provincia de Tucumán. Allí, en 1950, también obtuvo su primer empleo uno de los tantos “inmigrantes” que trajo a la Argentina y que protegió Fuldner. Su nombre: Riccardo Klement. Carlos Echeverría Notas periodísticas comentando la noticia de la captura de Eichmann y de su juicio (Fotos: gentileza Diario La Nación) 116 117 Una fuente para la inspiración El Goethe-Institut Buenos Aires: 40 años creando lazos a través del idioma, la cultura y la información Desde sus comienzos, las actividades del Goethe-Institut de Buenos Aires (GI) se caracterizaron por la certeza de que no hay innovación sin riesgo. Fundado en 1967, en sus cuarenta años de existencia, el Goethe-Institut se convirtió en un referente cultural de la capital argentina. Los principios de diálogo e intercambio, que hasta hoy rigen todas las actividades del Instituto, garantizaron desde un principio que la cultura cumpla con sus cometidos esenciales: ser un proceso en permanente cambio, abierto a los temas de mayor importancia y de actualidad. Este carácter de avanzada fue uno de los rasgos más valorados por la comunidad cultural argentina, que aprovechó la oferta del Instituto como estímulo y fuente de inspiración. Su carácter transgresor tiene su origen en la difícil misión que le tocó cumplir al GI en una Alemania devastada por la guerra. En 1951 un grupo de pioneros, interesados en la enseñanza y la difusión del alemán, fundó el Instituto con el fin de poder representar la cultura alemana en el exterior, diferenciándose así de la Academia Alemana (Deutsche Akademie), que había sido proclive al régimen nazi. El reconocimiento no tardó en llegar. A comienzos de los 60, ante la falta de infraestructura de las representaciones diplomáticas de Alemania en el mundo, el Ministerio Federal de Relaciones Exteriores resolvió confiar al Goethe-Institut la labor cultural en el exterior. De este modo se convirtió en la representación cultural de la República Federal de Alemania en el extranjero. Al mismo tiempo, el GI es una institución del Estado alemán y no pertenece a ningún partido político. En cuanto a los contenidos, lleva adelante sus programas con total independencia, sin influencias por parte del Gobierno Federal. Esta independencia es la que le permitió asumir de manera crítica los retos político-culturales de la globalización. Actualmente, con 129 institutos, una extensa red de Centros Goethe, sociedades culturales, bibliotecas, salas de lectura, cinematecas y centros de enseñanza, el Goethe-Institut asume tareas centrales de la política cultural alemana en el exterior, desplegando una intensa actividad en todo el mundo, a veces más conocida fuera que dentro de Alemania. En la Argentina, el GoethePág. anterior: tapa de INFO-D, la revista para docentes alemanes, Abril 1992. Institut Buenos Aires se dedica a la enseñanza del idioma ale- Derecha: programa de la presentación del Teatro Alemán Contemporáneo en 1990. (Fotos: gentileza GI) mán y, a través de su biblioteca y el servicio de informa- ción, a acercar la escena cultural alemana. En el marco de la cooperación se gestan los pro- cidos cineastas contemporáneos. Los nombres de la escena local mezclados con los de Alemania brindan el gramas culturales específicos con los acentos panorama vital de lo que el Goethe-Institut produjo en Buenos Aires: Gerardo Gandini organizó sus ciclos puestos en la actualidad: cultura es también de música contemporánea cuando esa música no tenía más cabida que en el auditorio, por el Festival reflexión sobre la escena artística, social y polí- Internacional de Teatro pasó la última obra que Heiner Müller dirigió antes de morir; luego estuvieron tica de ambos países. El Goethe-Institut cola- Sasha Waltz, Martin Wuttke y Frank Castorf, así como Mirta Busnelli, Alan Pauls, Luciano Suardi, Ciro bora en varios niveles con entidades culturales Zorzoli, Daniel Veronese, Emilio García Wehbi, Alejandro Tantanián, Luis Cano, Catherine David, Beatriz privadas y públicas, con la comunidad y con el Sarlo, Jutta Brückner, Jeanine Meerapfel, Werner Schröter, Matthias Lilienthal. sector empresarial. En este sentido, el área de Programación Por su parte, el Departamento de Enseñanza del Instituto se erige hoy como uno de los pilares en la transmisión del idioma alemán. Para optimizar el aprendizaje, el Goethe-Institut Buenos Aires ofrece un Cultural, que invita al diálogo entre intelectua- Centro Multimedia para uso exclusivo de sus alumnos. También brinda asesoramiento personalizado para la les y artistas y a la reflexión sobre las produc- selección de cursos y posibilidades de realizar cursos en las 13 filiales del GI en Alemania. A partir de ciones estéticas, discursivas y sociales, registra 2007 se incorporan cursos personalizados de español para extranjeros. El área de Cooperación una fuerte y reconocida presencia en la socie- Pedagógica, integrada al Departamento de Enseñanza, brinda capacitación a profesores de alemán. dad argentina. Así, el Goethe-Institut constitu- La Cinemateca del Goethe-Institut comprende un archivo de 340 largometrajes y aproximadamente ye un foro para los debates contemporáneos, 1.000 documentales de procedencia alemana que se actualiza permanentemente. El material fílmico se que también afectan el desarrollo de la socie- ofrece en préstamo para proyecciones públicas sin fines de lucro a instituciones culturales como cinemate- dad civil en ambos países. cas, cine-clubes o museos, y también a instituciones educativas como universidades y colegios. La sala que alberga habitualmente las activi- La Biblioteca y el Servicio de Información están abiertos a todas aquellas personas que requieran dades culturales del Instituto, sita en la calle información sobre Alemania o se interesen por su lengua y su cultura. En las instalaciones de Corrientes Corrientes al 300, es sede de ya legendarios ciclos 323 se brindan una selección actual de medios impresos y audiovisuales en idioma alemán, títulos traduci- de cine alemán, charlas, debates sobre la actuali- dos al español de autores que escriben en alemán, obras de consulta, diccionarios y enciclopedias, diarios, dad cultural, sociopolítica y literaria, conferencias, semanarios, revistas alemanas y bases de datos. La Biblioteca del Goethe-Institut es de uso público y gra- eventos musicales y audiovisuales, y muestras de tuito. También ofrece la posibilidad de asociarse para poder retirar el material en calidad de préstamo. teatro. Desde su inauguración en 1974, han pasa- Por último, el Programa de Promoción a la Traducción del GI ayuda a cubrir los costos de traduc- do por el auditorio del Goethe-Institut Buenos ción de autores alemanes a un idioma extranjero y tiene como meta el acceso del público no-germano- Aires las personalidades más destacadas del arte y parlante a obras literarias y científicas. la cultura tanto de Alemania como de la Argentina. Convertido rápidamente en uno de los epicentros del primer cine experimental o underground argentino, allá por 1976, el Goethe-Institut trabajó junto a los referentes ineludibles de este movimiento que no encontraba espacios de expresión, como Marielouise Alemann, Narcisa Hirsch, Claudio Caldini, Katja Alemann o Marta Minujín. En plena dictadura militar fueron proverbiales los ciclos de cine documental que no se podían exhibir en otro lado. Uno de los más destacados fue la muestra de Jorge Prelorán durante el peor período de los años de plomo. Susanne Linke, Pina Bausch y Jürgen Habermas llenaron hasta el desborde la Sala Martín Coronado del Teatro Municipal General San Martín. Daniel Melero y Pablo Schanton iniciaron en horarios insólitos las primeras sesiones de reflexión sobre la escena del rock que se hacían en la Argentina. Vivi Tellas pasó de la escena “under” a brillar en la cartelera del Goethe con su insólito experimento de “teatro malo”; Iris Schaccheri volvió a estrenar el Bolero de Ravel, que había bailado Dore Hoyer a comienzos de la década del 60; Ana Itelman hizo que Doris Petroni volviera a las tablas después de años de resguardo de la escena y Rubén Szuchmacher dio inicio al primer laboratorio de ópera experimental y teatro musical, que hoy sigue desplegándose en la sala del Centro Experimental del Teatro Colón. 120 Desde Alemania, llegaron Hans-Jürgen Syberberg, Werner Herzog y Harun Farocki, entre otros recono- Página anterior, arriba: Charla sobre una película documental, en el auditorio del GI, en 1979. Página anterior, abajo: Entradas agotadas para la presentación del Tanzforum Köln, en el Teatro San Martín, Ciudad de Buenos Aires. Derecha: El escritor Daniel Kehlmann, en la Feria del Libro 2007. (Fotos: gentileza GI) La versión alemana del churrasco Fleckvieh: La vaca que ayudó a crear el mito argentino Impulsar la relación bilateral no fue siempre cosa de hombres. En el caso que comentaremos el mérito le corresponde a… una vaca. ¿Difícil de creer? No tanto, si se considera lo que la vaca Milka hizo por el prestigio de Suiza. Sin mencionar otros ejemplos, como Cow, la vaca más chiflada de la televisión de todos los tiempos, o la simpática vaca Aurora, o la simple vaca criolla, que en España es considerada como la matriz de la cual procede “el chuletón más deseado del planeta, gracias a su técnica psicoanalítica y a su ego desmedido”, según el diario El Mundo, y que es admirada no sólo en España, sino en todo el mundo. Sin embargo, en el caso alemán poco indicaba, allá por 1967, que una vaca llegaría a dejar su marca en la relación bilateral con la Argentina. El nombre no despertaba interés: Fleckvieh. Poco tenía éste de la virilidad de un Aberdeen Angus o de la musicalidad de una Charolais. Para colmo, no significaba nada. Fleckvieh, en español, equivale a “animal con manchas”. No obstante, la poco sensual raza vacuna llamada Fleckvieh es hoy la sexta en producción de carne de la Argentina. Su participación alcanza una producción anual de 1.000 cabezas de raza pura. A ello se le suman otros 100.000 animales de cruza, según los datos que maneja la Asociación Simmental de Argentina (ASA), que registra un total de 26 productores empadronados como cabañas y criadores. “Fue un éxito inesperado.” Así recuerda Pedro María de Ocampo los primeros años. Él lo debe saber: el ganadero cuenta con la experiencia de 60 años en la actividad. Pero, más importante aún: este estanciero, nacido en Francia en 1924, introdujo la raza Fleckvieh-Simmental en la Argentina. Los primeros animales llegaron en 1967, procedentes de los estados alemanes de Baden-Wurtemberg y Baviera. El lote era de apenas 23 animales que, además, iban a ser repartidos entre siete socios. No obstante, entre la comitiva que fue a recibirlos al puerto de Buenos Aires se encontraban el Ministro de Agricultura y el Embajador alemán. Pocos se habrán imaginado entonces que aquellos temblorosos animales que bajaban del barco representarían la cabeza de playa de otros cientos, que le darían una tonalidad diferente a la ganadería argentina en los años por venir. Ocampo, sobrino nieto de la Pág. anterior: tres años después de haber llegado a la Argentina, la raza era reconocida en Palermo. escritora argentina Victoria En sus inicios, poco hacía pensar en el impacto que tendría la introducción en la Argentina de la que sirvió también de modelo para la vaca más famosa del mundo: Milka. (Fotos: gentileza ASA) honorario vitalicio de la Asociación Mundial de Ocampo, no llegó a la vaca alemana por casualidad. El ganadero y presidente Fleckvieh reconoce tener una relación muy especial con Alemania desde mucho tiempo antes de su encuentro con la ganadería made in Germany. 123 “Es difícil de explicar, como todos los amores”, reconoce Ocampo entre risas. La pasión lo llevó no sólo a visitar Alemania varias veces en su juventud, sino también a aprender el idioma. Fue esta vocación la que, a mediados de los Pág. anterior: Gran Campeón en Palermo, en 1969. La Argentina fue el segundo país, en el que se introdujo la raza Fleckvieh-Simmental, en 1967. El primero había sido Sudáfrica. años 60, lo impulsó a acompañar a una delegación diplomática alemana en la visita a varios campos argentinos. Allí se engendró la idea: “Veíamos que con las típicas razas usadas en la Argentina, como Angus y Hereford, se corría el peligro de no poder mantener el alto ritmo de producción. La cruza con una raza europea para ampliar el número de cabezas disponibles era, entonces, una alternativa lógica”, recuerda el criador. Los intentos de hacerlo con animales como los franceses Charolais habían fracasado. “Me curé de espanto”, reconoce Ocampo, que por ese entonces ya tenía una cabaña de Aberdeen Angus funcionando en su campo de 2.700 hectáreas en la zona de Pehuajó, provincia de Buenos Aires. En aquel tiempo la Argentina era la segunda nación fuera de Alemania que iniciaba la cría de bovinos alemanes. Sudáfrica lo había hecho pocos años antes. Ironía de la historia: criadores británicos se toparon con el Fleckvieh en la Argentina y tanto les gustó lo que vieron, que al poco tiempo los primeros animales de esa raza desembarcaban en la campiña inglesa. Los Fleckvieh encontraron después nuevos destinos: Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. El cambio de clima que significaba la llegada a la Argentina –tan duro a veces para los humanos– tampoco fue un problema, dice Ocampo. “Los animales no tuvieron problemas, porque aguantan el calor mucho mejor que sus parientes ingleses. Mientras que éstos ya a la mañana buscan la sombra, los Fleckvieh se quedan todavía por un buen rato al sol”, indica el criador. “Lo único a lo que tenían que adaptarse era el espacio. No estaban acostumbrados a moverse libremente, a su antojo...” En Alemania estos animales, muchas veces, deben compartir cama y comida con sus compañeros de establo. Otro elemento novedoso para los dóciles bovinos alemanes eran los gauchos. “Simplemente, no conocían hombres de a caballo, y eso generó algunos sustos entre los animales. Pero con el tiempo se fueron acostumbrando.” Al cabo de pocos años de haberse introducido la raza en la Argentina, Ocampo tuvo la alegría de ver uno de sus animales galardonado con un tercer premio en la Feria de La Rural, en la ciudad de Buenos Aires. Los germanófilos a ultranza piensan que no sólo el aire y las vastas pasturas de la Argentina fueron las razones de la buena evolución de la raza en la Argentina. Al fin y al cabo, Baden-Wurtemberg y Baviera son conocidos como los Estados más laboriosos de Alemania. Allí tienen su cuna íconos como Mercedes Benz y el gigante informático SAP. Entonces, era de esperar que el gen del trabajo también se hubiera extendido al mundo animal. 124 Cerca de 26 productores y cabañas están hoy empadronados como criadores de la “vaca con manchas”. (Fotos: gentileza ASA) Los años de plomo La última Dictadura que gobernó a la Argentina entre 1976 y 1983 fue uno de los períodos más oscuros y difíciles para la relación bilateral. Entre los 30.000 desaparecidos que figuran en el registro de la CONADEP, hay muchos de ascendencia y nacionalidad alemana. Uno de los casos más trágicos fue el de Héctor Germán Oesterheld. El creador de la historieta El Eternauta desapareció junto a gran parte de su familia en 1977. En memoria de todas las víctimas de la Dictadura presentamos las próximas tres historias. “La desesperación de toda madre” Ellen Marx sufrió doblemente los momentos más oscuros de la historia de Alemania y de la Argentina. Tenía 18 años cuando en 1939 tuvo que abandonar Alemania para huir del nacionalsocialismo. Ellen Pincus, tal su apellido de soltera, nació en 1921 en Berlín en el seno de una familia de descendencia judía. Fue uno de los últimos de sus miembros en escapar del terror. Sus abuelos, tíos y tías murieron en los campos de concentración del régimen nacionalsocialista. Cuatro décadas más tarde debió enfrentar una vez más la historia: su hija menor, Leonor Gertrudis Marx desapareció el 21 de agosto de 1976 en Buenos Aires.Tenía 28 años. Desde entonces Ellen Marx exige justicia y castigo para los responsables. Entabló juicio contra los miembros de la Junta, que hasta el presente sigue sin resolución. Ellen Marx, vive hoy en el Hogar Hirsch, en San Miguel, Provincia de Buenos Aires. Para esta publicación accedió a contar la historia en honor y recuerdo de los desaparecidos de esos años. -Sra. Marx, su hija estuvo entre los primeros desaparecidos. ¿Cuándo tuvo usted indicios o presentía que ella corría peligro? -Cada semana la visitaba un grupo de chicas. Tenían más o menos su edad. Se sentaban en el balcón y hacían manualidades. Obviamente, charlaban. Y a través de esas charlas yo me daba cuenta de que eran amistades más bien políticas. Pero no pregunté demasiado. Pág. anterior: placa para la memoria, en el predio de la Embajada de Alemania en Buenos Aires. (Foto: Nico Pérez) Derecha: Leonor Marx, a principios de los años ´70. (Foto: gentileza Koalition gegen Straflosigkeit) Una vez, cuando estaba limpiando su escritorio, me encontré con diarios que mostraban títulos como: Si Evita viviera, sería montonera. Montoneros era para mí gente radi127 calizada, nacionalista. Entonces, le dije a mi hija: “No me gusta nada este tipo de culto a la persona- -¿En algún momento usted aceptó que su hija no volvería? lidad que se hace ahí”. Y ella respondió: “Bueno, a mí tampoco, pero sólo así se logra que la gente -¡Jamás! acá se interese por una causa”. -¿Que sintió cuando su hija no aparecía? -¿A qué causa se refería? -La desesperación de toda madre. Pero, no estaba sola. En -Montoneros, obviamente. Mi argumento de que estábamos en plena dictadura militar y que no nuestro grupo de madres tuvimos por lo menos a 100 hijos que no era el mejor momento para este tipo de cosas, la hacía enojar. estaban. Entre las madres alemanas, nos reuníamos cada dos En ese entonces, Leonor trabajaba en Mataderos. El trabajo era en el sótano de una imprenta. Allí semanas, en la calle Esmeralda. Allí tiene sus oficinas la Iglesia se hacían los trabajos típicos del rubro. Pero, también imprimían folletos y panfletos que, en la noche, se Evangélica, que nos prestaba una sala. A eso se le unió luego la repartían por el barrio. Claro, los impresos trataban de temas como Evita, Montoneros y ese tipo de Iglesia de Belgrano. Ellos nos apoyaron mucho, siempre con cosas. Y eso lo denunció un vecino ante la Policía. Eso me lo contó, después, un amigo de mi hija. mucha delicadeza y con disposición a ayudar. El Pastor, por ejemplo, atendía siempre al principio, nos preguntaba cómo estábamos, -¿Cómo era Leonor? qué noticias teníamos. Y después nos dejaba, para que pudiéramos -Desde pequeña fue una chica muy enérgica. Se interesaba mucho por el otro. Por ejemplo, cuan- hablar. Y eso trascendió a Alemania. Ésas eran las cosas que noso- do yo iba al dentista, muchas veces me esperó delante de la puerta, porque sabía que yo la pasaba tras, como madres, podíamos hacer. El grupo existió luego por mal cuando me tocaba ir. Después, a eso de los 15 años, comenzó a trabajar en las villas miserias. mucho tiempo y lo que nos quedó es, justamente, el Nunca Más. Allí se ocupaba de los chicos: les ayudaba con los deberes. -¿Cómo se organizaban? -¿Cómo desapareció su hija? -Visitábamos a los representantes de todos los cultos y religio- -El 21 de agosto de 1976, un domingo, ella había acordado con amigos en encontrarse en el nes. Les pedíamos información y que recen por nuestros hijos. centro (de Buenos Aires) para ir al cine. Todos fueron, pero ella faltó. Yo me enteré enseguida. Y Pero, al final del día era siempre lo mismo: nadie sabía nada, de inmediato me puse en marcha: la primera semana estuve desde la mañana hasta la noche visi- nada, nada…. Era terrible. tando lugares, oficinas, personas para tratar de averiguar su paradero. En mi lugar de trabajo se Un día, yo había ido a una oficina, creo que era del Ministerio portaron muy bien conmigo. Es algo que nunca voy a olvidar. Me daban consejos a dónde ir, a del Interior; cuando les dije nuestro apellido me llegaron a decir: “Puede que se la hayan llevado por el nombre”. Otra vez fue: “La quién preguntar. Porque todos sabían, por los comentarios de parientes y conocidos, de lugares en los que se podía dejar los datos de contacto para que, en el caso de que hubiera algún tipo de información, uno fuera avisado. Arriba: Ellen Marx de Pincus (Foto: A. Schwarz). Abajo: Leonor Marx, con su padre y sus hermanos. (Foto: gentileza Ellen Marx). tendría que haber educado mejor. Entonces, eso no hubiera pasado.” Ese tipo de respuestas eran las que uno recibía cuando trataba de averiguar algo. -¿Como soportó la desaparición? -En esa primera semana fumé muchísimo. Estaba todo el tiempo caminando. Un día, durante el Cuando ya habían pasado algunos años desde que mi hija había desaparecido, me recomendaron ir a una dependencia estatal. Ahí un conocido tenía un amigo, que era abogado. Fui, me invitó a pasar y comenzamos desayuno, yo estaba sentada entre mi marido y mi hijo menor, y me di cuenta de algo: “Yo también a hablar. Cuando ya estábamos terminando me pregunta: “Dígame: ¿Qué nacionalidad tiene usted? ¿Dónde tengo el deber de estar para ellos dos”. Desde ese día no fumé más, me organicé. nació?” Yo le contesto: “En Alemania”.Y él me dice entonces: “Ah bueno, entonces usted tendría que saber. Allá también hubo campos de concentración”.Yo sólo pude responderle que justamente el país de los cam- -¿En qué sentido? pos de concentración le había hecho muchísimo daño a Europa.Yo lo sabía por experiencia propia. -Empecé a visitar los ministerios uno detrás del otro. Después visité todas las comisarías que pudieran tener alguna relación con el caso. En una dependencia me dijeron: “Acá no llegó ninguno”. Pero, después me enteré de todo lo contrario.Todos habían estado ahí. A todos los habían maltratado. Habían estado en las celdas. Algunos fueron lastimados, para que dijeran lo que sabían y para que denuncien a otros. A pesar de eso, muchos se habían quedado callados. Luego se los había trasladado a otra comisaría. 128 -¿Durante los años de búsqueda de su hija, usted no entró también en la mira de los agentes de la Dictadura? -Eso no me importó. Con el resto de las madres era lo mismo. Lo único que nos interesaba era avanzar con nuestra búsqueda. De cualquier forma. Además, nuestros amigos, muchos de la comuni129 dad alemana, pero también otros, nos alentaban a no bajar los brazos, a no perder la esperanza. De lo Una vida para salvar vidas que era tener miedo, ya no nos acordábamos. El teólogo y escritor alemán Heinz Friedrich Dressel cumplió -¿Y para con el resto de su familia? con todo lo que un dicho oriental describe como el camino hacia -Para darle un ejemplo: Mi hijo menor, nacido en 1964, siempre quiso ir a una escuela superior, una escuela pública. Ahí quería hacer su bachiller. Pero yo le dije entonces: “No podés hacer eso. Sos la felicidad: “Criar hijos, escribir libros y plantar árboles”. Pero hermano de una desaparecida.” Él se enojó muchísimo cuando le dije eso. Pero le insistí. “Te puede ir Dressel perfeccionó también el dicho: dedicó su vida a rescatar igual que ella si atendés una escuela igual a la suya.” Así era el clima en esos años. personas en peligro de muerte durante los regímenes totalitarios de América Latina, en las décadas de 1970 y 1980. -¿Usted se reunía principalmente con madres de la comunidad alemana, que tenían hijas o hijos desaparecidos, o también con madres argentinas? -La idea de organizarse en diferentes nacionalidades hacia afuera era sólo para poder aumentar la presión para obtener más información. Pero todas nos conocíamos.Yo, por ejemplo, tenía una muy buena relación con la madre de la primera víctima española. Pero, en realidad, nunca hubo una división en nacionalidades. -¿Participaba también de las marchas de las madres de Plaza de Mayo? -A veces sí. Pero, yo no coincidía demasiado. Sí con la primera organización, que al poco tiempo también se desintegró. -¿Al ser ciudadana alemana también le pidió ayuda al Estado alemán? -Claro que sí. Por eso, le pregunté a usted si sabe, quién trabajaba, en ese entonces, en la Embajada Alemana. Porque muchos de ellos… bueno… no son santos de mi devoción. Pero también hubo mucha gente excelente y extraordinaria. Uno fue el cónsul. Tengo todavía una carta de él que me es muy valiosa. Un día, después de habernos conocido, me preguntó, muy tímido, si yo me podía tomar el tiempo para contarle toda la historia, desde el principio. Eso para mí fue muy especial. También contrataron a un abogado para nosotros. Todavía, creo que este trabaja en la causa, ya que en 1999 entablamos juicio contra los principales responsables de la Dictadura, especialmente contra el ex General (Jorge Rafael) Videla. -¿Nunca fue una opción abandonar la Argentina en esos años y volver a Alemania? Muchos lo hicieron. -No, nunca. Todos nuestros hijos habían nacido aquí. Además, nosotros, los mayores todavía recordábamos otra Alemania. Claro que se nos ofreció salir, pero no quisimos. -¿La búsqueda de su hija la llevó a retomar contacto con Alemania por primera vez? -Sí. Fue por encargo de nuestro grupo de madres y por el contacto con la Sra. Annemarie Zieschank, que había perdido a su hijo Klaus Zieschank. Viajé también varias veces para allá, para dar charlas y conferencias -¿El cuerpo de su hija fue encontrado? -No. Heinz Dressel (Foto: gentileza Koalition gegen Straflosigkeit) Heinz F. Dressel nació el 28 de septiembre de 1929 en la ciudad de Marktredwitz, en Baviera. A los 23 años se graduó como teólogo en el Seminario Luterano de Neuendettelsau. Seguidamente, durante 15 años, desarrolló su labor pastoral en Río Grande do Sul, Brasil. En 1972, a los 43 años, asumió la dirección de la Obra Ecuménica de Estudios (OEE), un organismo de solidaridad de la Iglesia Evangélica de Alemania con sede en la ciudad de Bochum. La OEE había sido creada para apoyar con becas de posgrado a estudiantes de regiones en crisis. Pero bajo el liderazgo de Dressel la entidad fue más allá. “A través de las becas queríamos salvar vidas. No nos interesaba la convicción política de los refugiados”, recuerda el pastor y agradece que “los miembros del Comité demostraran un admirable espíritu de comprensión, solidaridad y amor cristiano”. En la Argentina el trabajo de Dressel, que en más de un caso no se abstuvo de poner su propia vida en riesgo, resultó en la ayuda a más de 35 personas que, entre 1975 y 1983 fueron víctimas de la persecución de la Dictadura Militar. Uno de los casos más dramáticos fue el de Norma Espíndola, quien había sido detenida en 1975, en La Plata, junto a Flavio Koutzi Saudemberg, dirigente político de la izquierda de Brasil. En 1979, tras cuatro años de prisión y tortura, Norma Espíndola fue deportada a Francia. Al poco tiempo la OEE la acogió como becaria. Flavio Koutzi Saudemberg se convirtió años más tarde en un destacado diputado en Porto Alegre. Otros argentinos que encontraron un refugio y una nueva vida en Alemania bajo los auspicios del programa de ayuda dirigido por Heinz Dressel son: José Enrique Núñez, Claudio Gustavo Blasco, la periodista Nilda Esther Jelenic, la jurista Dora Goldfarb Lucero, la odontóloga María Mercedes Soerensen, la historiadora Beatriz Fernández de Lavigne, el estudiante de Agronomía Hugo Julio López, el médico Esteban Enrique Pazo, los estudiantes de Arquitectura Luis Héctor Tomé y Francisco Ramos Marrau, la topógrafa Stella Maris Dreier, la estudiante de Medicina Lidia Teresa Morelli, Celia Marta Rojas, Manuel Ricardo Zkorenblut, Adriana Laborde Calvo, Edgardo Álvarez Carrera, Mónica Francavilla, el teólogo William Abdo, Carlos Flaskamp, Susana Rosales de Piévani, Alfredo Alberto Lengert, y Rodolfo Alejandro Bayer. “Los que fuimos protagonistas de similares historias dolorosas, los que conocimos el infierno argentino, sabemos qué bien cae una sonrisa, una mano tendida a tiempo, cuando la angustia y el dolor aprieta nuestros labios y ahoga la voz. Usted, Pastor Dressel, nos extendió la mano, nos mitigó el dolor, nos ayudó a recuperar la sonrisa, a levantar la cabeza para ver salir el sol”, agradeció recientemente uno de los tantos becarios en una carta a Dressel. Es un justo reconocimiento para un ciudadano alemán universal, que se transformó en el portador de la mejor tradición de solidaridad de Alemania hacia una Argentina en crisis. Esteban Cuya Ina Bretz / Alexander Schwarz 130 131 “Cuando te sientas en peligro, venite a mi casa“ -¿Usted había estado con el grupo Montoneros? -No, para nada. Justo ahora estoy escribiendo sobre las discusiones que tuve con Rodolfo Walsh y Paco Urondo, quienes sí eran montoneros. Entonces, tras mi vuelta, un día mataron al Jefe de Policía, quien era un Coronel. Ocurrió en el cuarto mes desde de que había vuelto a la Argentina. Ese día el Ejército invadió la ciudad: los sol- Nació como hijo de inmigrantes de la Colonia dados estaban como locos, corrían casa por casa, rompían lo que encontraban. Aquel día, entendí Humboldt, en Santa Fe. Estudió Medicina e que me tenía que volver a ir y le pedí ayuda a un amigo que tenía en la Embajada Alemana: Historia, fue alumno de Willy Brandt en la ciudad Gottfried Arens. Él era Agregado Cultural. Nos habíamos hecho muy amigos después de la película de Hamburgo en 1955 e investigó una Patagonia La Patagonia Rebelde. que aún no era un centro turístico, y este trabajo Él, antes, ya me había dicho: “En el momento que te sientas en peligro, venite a mi casa.” Por le significó un Oso de Plata en el Festival de eso fuí. Allí me dijo: “Hablé con el Embajador y hoy te vamos a sacar al aeropuerto. El Berlín. Fue amigo de algunas de las más recono- Embajador ya pidió al avión de Lufthansa, que viene de Chile y que hace escala en Ezeiza, que cidas figuras de la literatura argentina. Junto a su espere todo el tiempo necesario.” familia debió exiliarse dos veces en Alemania: la primera vez, por la amenaza de un terrorismo de -¿Entonces, cómo fue la salida? derecha, la segunda vez, por el terror de un -Me llevaron en un Mercedes Benz blanco, que llevaba la banderita, al aeropuerto. El problema gobierno militar. A caballo entre Berlín, Bonn y París se convirtió así en una de las voces del exilio era que Arens no sabía manejar. Por eso manejó la esposa de él. Todo anduvo bien hasta que llegamos al punto donde empieza la autopista Ricchieri, en camino al argentino. En 1983 volvió a la Argentina para participar en la reconstrucción de la democracia. Ocupó aeropuerto de Ezeiza. Ahí nos paró la Policía. Pero, cuando el oficial nos pidió los documentos, cargos públicos y académicos. Hoy, a sus 80 años, con cuatro hijos y 10 nietos, Osvaldo Bayer sigue siendo Gottfried Arends se bajó y le contestó, en un mal castellano y casi a los gritos: “¡Este es un auto de parte de una memoria que no deja de molestar a algunos y fascinar a otros. Él insiste en que lo hace para la Embajada Alemana, no ve que está la bandera ahí? ¡Tengo inmunidad diplomática!” El oficial asegurarse de que nunca más vuelva a ocurrir lo que le tocó vivir a su generación. miró un poco, pero al final nos dejó pasar. -¿Porqué tuvo que irse del país? -¿Usted tenía pasaporte alemán? -Mis libros eran parte de la razón. Ya el primero, que fue El Severino Giovanni, y que cuenta la vida -No. Yo siempre me negué a sacar la nacionalidad alemana y también la austríaca, que podía haber de un antifascista italiano, había sido prohibido por el peronismo. Al segundo libro, Los anarquistas expro- solicitado. Solamente soy argentino. Eso fue por una discusión que tuve con Julio Cortázar una vez. piadores, lo prohibió Isabel Perón, quien también prohibió La Patagonia rebelde, la película. Y eso que en el Festival de Cine de Berlín de 1974, habíamos logrado un gran éxito: nos dieron el Oso de Plata. Pero, el 12 de octubre del 1974 aparecí en la lista del grupo terrorista Triple A. Me daban 24 132 -Bueno: ¿ Y cómo siguió? -A mitad del camino a Ezeiza nos paró otra vez una patrulla militar. Esta vez era un Capitán. horas para salir del país, si no estaba condenado a muerte. Y con eso no se jugaba en esos días. Cuando nos pide los documentos, Arens le muestra el de la mujer, el de él y cuando el Oficial me mira Entonces envié a mi mujer con los cuatro hijos a Alemania. Ellos tenían la nacionalidad alemana y –yo estaba adentró del auto– Arends le dice: “El señor es alemán. ¡El señor es alemán le he dicho! podían entrar enseguida. Yo me quedé, al principio. Vivía casi de forma clandestina en Quilmes, en una Es un invitado especial de la Embajada Alemana. Nos está esperando el avión de Lufthansa, así que, quinta. Pero al final, como no podía hacer nada, me fui en febrero de 1975 a Alemania. por favor, no nos haga perder el tiempo.” Y otra vez pasamos. -Volvió poco más tarde. ¿Por qué? -¿Luego llegaron al aeropuerto? -Volví en febrero de 1976 porque Isabel Perón había llamado a elecciones. Yo suponía que por -Llegamos al aeropuerto. Todo estaba ocupado por la aviación militar. Cuando Arens presenta los eso se iban a generar más libertades. Volví; pero solo. La familia se quedó en Alemania. Y bien que pasaportes dice: “El señor Bayer es protegido de la Embajada de Alemania, va a salir como refugia- me sirvió: a las cuatro semanas de haber vuelto, sobrevino el golpe militar. Para uno como yo era do.” El Suboficial que hacía el control, se agarró un susto bárbaro (ríe...) Pero, nos hicieron pasar a entonces imposible salir del país. Al fin y al cabo, yo seguía en la lista de la Triple A. una habitación y nos encerraron con llave. Estuvimos esperando una hora hasta que llegó el Brigadier 133 Santuccione, entonces Jefe Militar de Ezeiza. Le da a Arens su pasaporte y le dice: “Mucho gusto, yo soy muy amigo y quiero mucho al pueblo alemán, que ha demostrado siempre en su historia ser un pueblo de lucha. Tengo enorme admiración por los alemanes.” Y agrega: “Por respeto al pueblo alemán lo vamos a dejar pasar al señor, dado que ustedes lo protegen. Pero, a usted, señor Bayer, le quiero decir una cosa: le permitimos salir del país porque lo pide un pueblo amigo. Pero usted jamás, me entiende bien, jamás va a volver a pisar el suelo de la patria”. Yo casi le escupo de la indignación. Pero me callé. Recién ahí Arens y yo pudimos ir al al avión de Lufthansa, que había estado esperando una hora. Me despedí de Arens y el avión partió. Ocho años más tarde volví. El primer día me lo pasé recorriendo las calles de Buenos Aires, a ver si encontraba al Brigadier Santuccione para decirle: “Brigadier estoy de vuelta, pisando el suelo de la patria.” Pero, luego me enteré que hacía dos años que había muerto. -¿Cómo fue ese último momento con Gottfried Arens? -Obviamente le di las gracias por todo. Pero no había tiempo para mucho más. Era un momento muy especial… Le di un abrazo. Además, estaban todos vigilándonos y no queríamos hacer teatro. Pero después nos vimos en Alemania. Buenos Aires fue su último destino. Cuando se jubiló se fue a vivir cerca de Bad Honnef, donde estábamos nosotros y durante el exilio nos visitamos mucho. -¿Cuando llegó a Alemania con qué se encontró? -Esa segunda vez fue más dura que la anterior. Parecía más definitva y se sentía más que había que empezar de nuevo. Es decir, vivimos, primero, en un pequeño departamentito en la ciudad de Essen. El primer año yo no conseguí trabajo. Me ofrecía para dar cursos de Historia Latinoamericana en las universidades, en Berlín, en Bremen, en varios lados, pero nada. Mi mujer, que había sido traductora de libros, trabajaba mientras tanto en un supermercado. Recién con el tiempo se dieron las cosas. Al final pude trabajar como traductor y locutor de noticias para la Deutsche Welle. Luego encontré un puesto como docente en la Deutsche Stiftung für Entwicklungspolitik, en Bad Honnef. -¿Qué se sabía entonces de la Argentina? -En Alemania había mucha confusión, porque años antes habían llegado los chilenos. Pero, para los alemanes el peronismo de la Argentina era sinónimo de fascismo. Entonces, para muchos, los militares argentinos –a diferencia de los chilenos– habían hecho un golpe contra un gobierno semifascista cuando habían derrocado a Isabel Perón. -¿Entonces, no había mucha información de lo que era la realidad argentina? -No. Al principio no. Se hablaba siempre de Chile, pero no de la Argentina. Hasta que comenzó todo el tema de los desaparecidos y, más aún, con las víctimas alemanas. El gran detonante fue el tema de las Madres de Plaza de Mayo; eso caló muy hondo. A partir de ahí tuvimos mucho apoyo que se incrementó cuando el tema apareció en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Un papel muy importante cumplió también la Iglesia Luterana. Tal es así, que el primer premio 134 Osvaldo Bayer durante la entrevista en la que recordó algunos de los momentos más difíciles de los años ´70 y ´80. (Fotos: Nico Pérez). 135 internacional que obtuvieron las Madres de Plaza de Mayo fue por esa Iglesia, en 1981. Se lo otorgó cárceles, las torturas, la muerte, la desaparición de personas, ser arrojados en vida al río desde avio- el Obispo Scharf, aquel famoso obispo que había estado en Dachau, como prisionero. Se hizo en un nes. ¿Qué mentalidad es esa? Lo de robarle los bebés a las mujeres embarazadas, llevarlas al hospital, gran acto en la Catedral de Bonn. Otro apoyo muy importante fue también el del Pastor Walter no mostrarles ni siquiera el niño a esas mujeres. Después llevar a la mujer, matarla de un tiro en la Zielke, que dio de todo. Nos conseguía financiación para que hiciéramos viajes, también por el resto nuca y al chico regalarlo a familias de militares o, como decían ellos, para que no se críen en hogares de Europa, para que pudiéramos contar lo que pasaba. Para que pudiéramos informar. Y también nos marxistas. ¡Qué profundos! ¿No? Fue realmente una tragedia feroz todo esto. ayudaron mucho los movimientos estudiantiles. -Pero, justamente, están los que opinan que criticar a posteriori es muy fácil y preguntan: ¿Por -¿Y qué era lo que alguna vez denominó como las dos Alemanias? ¿A qué se refería? qué no se quedó? ¿Por qué no fue hasta la última consecuencia, como lo hizo Walsh, como lo hizo -Bueno, de las dos Alemanias una era la que recordaba los hechos del nazismo. De esa aprendí Urondo? ¿Qué le responde a aquéllos? mucho cuando regresé y vi la forma como los políticos acá, después de la Dictadura, trataron de -¿Usted me pregunta por qué me fui al exilio? cambiar todo para no modificar nada. Después estaba la otra Alemania, la Alemania que no se interesaba por los Derechos Humanos en el Tercer Mundo. Era lo que yo llamo la Alemania políti- -Sí. ca, que te escuchaba pero que no mostraba ninguna reacción. Me acuerdo cuando hicimos la huelga -Bueno, primero, porque yo soy un pacifista. Segundo, porque no estaba de acuerdo con el método de la de hambre, en la plaza principal de Bonn, con la madre de Klaus Zieschank. No vino nadie. Esa guerrilla.Tal es así, que en las discusiones con Rodolfo Walsh yo le dije: “Rodolfo, yo no entiendo cómo vos parte política fue un desencanto para mí. Otro fue el comportamiento de la Iglesia Católica, que te pudiste hacer peronista.” Porque nosotros, él ahora tendría también 80 años, igual que yo, vivimos tam- nunca emitió una opinión. Entonces esas eran las dos Alemanias. La que luchaba por los Derechos bién el primer peronismo, que no fue para nada socialista, sino que fue un populismo de derecha. Humanos y la que miraba para el otro lado. Pero Rodolfo me respondió: “No te equivoques, yo no soy peronista. Yo soy marxista. Pero la pregunta debe ser otra: ¿Adónde está el pueblo?” Y yo le respondí: “Sin ninguna duda el pueblo es -¿Cómo era vivir en el exilio? peronista, pero no es revolucionario. Por eso, Rodolfo, no se equivoquen ustedes. El pueblo no los va -Bueno, yo lo viví como una gran injusticia. En la Argentina, a principios de los años 70, nosotros viví- a acompañar.” Y el me dijo: “Vamos a ver.” amos en una casa muy linda, en Martínez. Por mi parte, yo vivía el sueño de un intelectual, que es vivir de sus libros y poder trabajar en casa. Jamás había tenido un juicio por ninguno de mis libros, que eran -¿La estrategia de Montoneros era equivocada? hechos bastante contemporáneos y de cuyos protagonistas vivía la mayor parte. Yo había podido demos- -Era equivocada, para mí. Además, meterse en el peronismo, que era –y es– una cosa indefinida, trar, con documentación científicamente histórica todo lo que sostenía en mis libros. ¿Por qué, entonces, fue una gran equivocación. esto de quemarme los libros por “Dios, Patria y Hogar”, como lo hicieron los militares? ¿Por qué tuve que irme y cambiar mi vida completamente? Porque, al final, mi familia se quedó allá. Mis hijos se reci- -Volvamos a Alemania. A fines de los 70 allí se vivía el así denominado “otoño alemán”, que bieron y empezaron a trabajar allá.Todos se casaron allá y tienen sus hijos, mis nietos, que son diez, y era la versión alemana de toda la era de terrorismo de los 70. Walter Jens, Günter Grass, Max viven todos en Europa. Es decir, la Dictadura nos cambió la vida para siempre, y no sólo a los Bayer. Frisch, todos escritores e intelectuales de mucho calibre, salieron a criticar la postura del Gobierno Además lo viví con mucha nostalgia y tristeza. Principalmente, al ir enterándome de los queridos amigos que eran asesinados por la Dictadura. Ahí me prometí volver para seguir luchando por la Justicia que pedían ellos. Con otros métodos, pero por los mismos fines: una Argentina sin niños con hambre ni gente en la miseria. por la forma en que lidiaba con el problema. ¿Los exiliados argentinos supieron contactar a esos escritores, sensibilizarlos para lo que pasaba en la Argentina? -Sí. El que mejor se portó de todos fue Heinrich Böll. Él también vino al acto de entrega del premio a las madres. Lástima que falleció poco después. Günter Grass también se portó muy bien. Firmó nuestros pedidos, petitorios, y todo eso. -¿Estamos hablando de Rodolfo Walsh? -Rodolfo Walsh, Paco Urondo, Haroldo Conti, el novelista, y tantos otros. Además, muchos de ellos también perdieron a sus hijos acá, como el poeta Juan Gelman o como el escritor David Viñas, -¿Qué fue lo que encontró cuando usted volvió a la Argentina en 1983? -Bueno, en el 83 me encontré con un país completamente diferente al que yo había dejado. quien perdió a sus dos hijos. Para mí fueron años muy duros. Obviamente estaba agradecido por haber podido salvar a mi familia y de no haber tenido que padecer todas las cosas que padecieron los que se quedaron acá. Las 136 -¿Qué había cambiado más? ¿Usted o el país? -El país. Había cambiado completamente. La Dictadura, pese a que había tenido que irse, había triunfado. 137 -¿En qué sentido? -Había acabado con todo el ambiente que había en la Argentina. Es decir, esa juventud tan interesada en política, esas universidades, donde uno de los temas principales era el Estado político, el Estado social -Después usted tampoco logró arraigarse acá. Va y viene entre Alemania y Argentina. ¿Su familia todavía vive allá? -Yo estoy absolutamente arraigado. Pero mi familia se quedó allá. Mi mujer viene dos veces al año acá en la Argentina. Esas organizaciones que luchaban por una mejor Latinoamérica. Las publicaciones que y yo voy dos veces al año allá. Pero, mi vida está acá. Allá voy a estar con mi familia, a escribir porque se hacían. Las películas que se hacían. Por ejemplo, La Patagonia Rebelde, la filmamos en el año 74, ya tengo más tranquilidad o a dar algún seminario. con el peligro de la dictadura. Pero no la hubiéramos podido filmar en el año 84, en la democracia. -¿Ellos no quisieron volver? -¿Por qué? -No. Mi mujer no quiso volver por todas las humillaciones que sufrimos. -Porque a la sociedad ya le interesaban otras cosas. El consumismo. En las facultades los que ganaban las elecciones eran ahora de la derecha liberal. Incluso en la de Filosofía y Letras. Tampoco -¿Cuáles? hay que olvidar a Alfonsín. Con su política de cambiar todo para no modificar nada; su política de -Por ejemplo, un año después de llegar la Dictadura, año 1977, el hermano menor de mi mujer Derechos Humanos, hizo todos los cambios posibles para dejar indemne al Ejército, a las Fuerzas empezó a padecer una enfermedad, que lo iba a llevar a la muerte. Entonces, mi mujer quiso venir a Armadas, pero que terminó en la Obediencia Debida y el Punto Final, donde él queda al desnudo. la Argentina para despedirse de su hermano. Volvió y se fue a vivir a la casa de una amiga. Alfonsín también mantuvo a los presos políticos de la Dictadura. Recién salieron en el 89, con el pre- Supuestamente nadie sabía nada de su llegada. Al día siguiente, en el buzón de la casa de la amiga, texto de que habían sido condenados por la Justicia. ¿Pero la Justicia de quién? Además, con declara- había un anónimo que decía: “Si querés volver a ver a tus hijos en Alemania te damos 24 horas.” Y ciones sacadas con tremendas torturas y todo eso. A eso se suma que muchos ministros de la se fue. Volvió a Alemania con una indignación tremenda y nunca más quiso volver a vivir aquí. A eso Dictadura volvieron a ser ministros en la democracia. Era como si nada hubiera pasado…. se sumaban las memorias de lo que hicieron también nuestros vecinos, cuando vivíamos aquí. -Pero, en Alemania también pasó. -¿En qué sentido? -Sí, pero no de forma tan evidente. Muchos habían sido, digamos, funcionarios menores. -Por ejemplo, en nuestra casa, en Martínez, teníamos un perro. Cuando en 1975 llegó el momento de irse, se lo llevé a la vecina. Nuestros chicos jugaban juntos, los domingos hacíamos asado. Por eso -También había muchos que decían que el país ya había sufrido suficiente, a causa de lo que fuera. Decían: “Basta. Si empezamos ahora a querer elaborar todo este tema, nos vamos a desangrar”. ¿Acaso, no es concebible algo así? -No. Porque yo creo que los crímenes hay que condenarlos. Alemania lo hizo también. Y eso se le pregunté si me podía cuidar el perro. Y ella me contestó: “No, no me pidas eso. Acá se sabe que es el perro tuyo, no me pongas en ese peligro.” Otra fue la que me pasó una noche, cuando fui a la casa para sacar unos libros. Cuando estaba saliendo de la casa viene el vecino y me dice: “Señor Bayer: ¿Cuándo se va a ir definitivamente de refiere a cosas que pasaron después de Nuremberg. Yo me acuerdo de ese famoso juicio en Frankfurt, acá? Imagínese que se equivoquen con la bomba y me la pongan a mi.” Y le digo: “Bueno, mire, si se donde fueron condenados todos los de Auschwitz. Eso lo hizo la Justicia alemana, en el año 61. Y equivocan con la bomba, yo no tengo la culpa.” Y él responde: “Lo sé, pero váyase por favor.” siguió la Justicia con eso, no se miró únicamente hacia adelante. En la Argentina, los militares habían Vivimos cosas así, en muchos lugares. Se veía, se sentía, en esa mirada de: “Por algo será…” La caído en forma miserable. No mantenían ningún poder. La democracia hubiera podido democratizar gente se distanciaba, por las dudas… ¡Fue horrible! Por eso, hoy, hago la doble vida, digamos, estoy todo, y la democracia no se metió. nueve meses acá y tres meses en Alemania. Aunque ya nos estamos cansando un poco. -¿Y los levantamientos militares de 1987? -Justo ahí había que demostrar que la democracia tenía la suficiente fuerza. Porque, si no, caíamos en el juego de mantener el Ejército, y el Ejército hubiera hecho un golpe como siempre acostum- -De lo que no se está cansando, aparentemente, es de su admiración por Marlene Dietrich. Aquí en su biblioteca está en todas partes. -Porque estoy enamorado de Marlene (ríe…) bró. 14 golpes en nuestra democracia argentina. 14 golpes militares, y había que acabar con eso. Y había que aprobar una ley de defensa de la democracia, por la cual cada militar que se levantara -¿Y su mujer qué dice? sufriera pena de cárcel para toda la vida, en cárcel común, y pagara de sus bienes lo cometido contra -(Se ríe) Marlene ya hace muchos años que está en paz en el Paraíso. Pero, Marlene viene todas la democracia. No se hizo nada de eso, al contrario. 138 las noches y me besa. A veces le tengo que decir que no exagere. 139 Una nueva Embajada Para una joven democracia En abril de 1984 la razón para festejar era doble. Después de pasar uno de los períodos más oscuros de su historia, Argentina celebraba su primer año en democracia y, en un lugar más que apropiado para la ocasión, Alemania estrenaba una nueva Embajada. Nada menos que el padre de la aeronáutica argentina, Jorge Newbery, había levantado vuelo en un globo aerostático desde el predio que ocupa hoy la representación diplomática. Claro que, allá a principios del siglo XX, el aspecto del terreno de casi 18.000 metros cuadrados era otro. Dónde hoy las líneas rectas del diseño del arquitecto Dieter Oesterlen marcan el paisaje, se levantaba un castillo que pertenecía a la familia de banqueros Tornquist. Su nombre: Villa Los Ombúes. Todavía quedan algunos de esos majestuosos árboles en el predio ubicado en la manzana comprendida entre las calles Villanueva, Olleros, Luis María Campos y Gorostiaga, que alberga tanto a las instalaciones del Consulado como de la Embajada y la residencia del Embajador. Pocos recuerdan, sin embargo, que también habita allí uno de los últimos mitos de esta zona, ubicada entre los barrios porteños de Palermo y Belgrano. Cuenta la leyenda que los diplomáticos alemanes deben compartir el espacio con un fantasma que vive allí desde tiempos en que el terreno pertenecía a otra importante familia argentina de linaje: los Blaquier. Las generaciones mayores de la comunidad alemana, que nacieron y jugaron en la zona, todavía así lo recuerdan. Pero, al mismo tiempo, el lugar era reconocido como uno de los centros sociales, en el que se llevaban a cabo grandes fiestas y reuniones de gala. En todo caso, tanto el mito como el recuerdo demuestran que los diplomáticos que trabajan allí hoy deben ser interlocutores en todos los ámbitos y que transformaron este lugar en un centro que impulsa día a día las relaciones argentino-alemanas. Pág. anterior y siguientes: el nuevo edificio de la Embajada de Alemania se ubica en una de las partes más representativas del barrio de Belgrano, en Buenos Aires. El diseño le corresponde al arquitecto Dieter Oesterlen. (Fotos: Nico Pérez) Derecha: en 1984, Helmut Kohl viajó a la Argentina para inaugurar el nuevo edificio. El entonces Jefe de Gobierno alemán aprovechó para conversar con el Presidente argentino, Raúl Alfonsín, sobre la renovada democracia argentina. (Foto: gentileza Diario La Nación) Cuando el programa es más que un nombre Las fundaciones políticas y científicas de origen alemán Sus nombres son tan históricos como simbólicos. Responden a algunas de las figuras más emblemáticas del pasado alemán. No obstante, las fundaciones políticas Friedrich Ebert (Partido SPD – social-demócrata), Friedrich Naumann (Partido FDP – demócrata-liberal), Konrad Adenauer (Partido CDU – cristiano-demócrata) y la fundación científica Alexander von Humboldt prefieren el bajo perfil. A pesar de ello –o justamente por eso– se convirtieron en actores relevantes en las relaciones bilaterales entre la Argentina y Alemania en las últimas décadas. Su principal virtud es su mensaje: buscan transmitir y compartir las experiencias y los conocimientos que caracterizaron al desarrollo de la democracia en Alemania. En la Argentina el principal aporte de estas organizaciones, de carácter público y privado, se dio particularmente después de 1983. En los años que le siguieron a la última dictadura, las fundaciones representadas en la Argentina participaron activamente en el trabajo que significó volver a un sistema pluralista y democrático, tanto en el ámbito político como científico. Su principal instrumento son las actividades de información y capacitación a través de conferencias, el otorgamiento de becas y también programas de intercambio con instituciones en Alemania. Fundación Friedrich Ebert Creada en 1925, la Fundación Friedrich Ebert (FES, por su sigla en alemán) se destaca como la fundación política más antigua. Le debe su nombre al primer presidente de la República de Weimar. De esta forma da continuidad a un legado de tradición social-demócrata de hacer efectiva la libertad, la solidaridad y la justicia social por medio de la actividad política. A través de sus 18 representaciones en América Latina y el Caribe la cooperación en la región se centra, entre otros rubros, en: la profundización y consolidación de la democracia social, el fortalecimiento de los sindicatos como fuerzas de la política social, los actores en los procesos de integración regional y los interlocutores en el debate sobre la configuración de la globalización o el fomento de la cooperaPag. anterior: Congresos, seminarios y capacitaciones representan los instrumentos más importantes de las fundaciones alemanas en la Argentina. (Fotos: gentileza Fundaciones). ción transnacional en temas de seguridad regional. En la Argentina las acciones se concentraron en colaborar con las corrientes políti- 145 cas y sindicales más avanzadas, en la comprensión de los cambios de la situación mundial y regional, así económico y social como la base esencial del bienestar de las personas. Entre las prioridades se como en los problemas nacionales a enfrentar. Simultáneamente se promovió el intercambio de informa- encuentran también cuestiones de responsabilidad social, participación y transparencia. Por eso, el ción y de experiencias entre líderes políticos, sindicales y académicos del Cono Sur con respecto a los pro- federalismo, la descentralización, la sociedad civil y la política comunal participativa son también cesos regionales de transición democrática o a casos paradigmáticos como el de España. La Fundación temas fundamentales de esta fundación. participó también en la elaboración de proyectos en el marco del MERCOSUR. Colabora actualmente en el desarrollo de organismos, que son parte de la estructura institucional del MERCOSUR como, por ejemplo, la Comisión Parlamentaria Conjunta (hoy Parlamento del MERCOSUR), la Comisión Sociolaboral y Fundación Konrad Adenauer La Fundación Konrad Adenauer (KAS, por su sigla en alemán) fue creada en 1964. Su nombre se la Red de Mercociudades. Un trabajo de singular importancia es también el asesoramiento a municipios lo debe a quien fue el primer Jefe de Gobierno de la República Federal de Alemania. Sus actividades argentinos en el diseño, la instrumentación y el monitoreo de programas como los Planes de Igualdad de se rigen por los principios que determinaron la obra de Konrad Adenauer. En la cooperación interna- Oportunidades o los Consejos de Juventud. En la actualidad la Fundación Friedrich Ebert está presente en cional sus objetivos se centran en los aportes para el mantenimiento de la paz y la libertad en todo el más de 100 países. mundo, para el fortalecimiento de la democracia, para la lucha contra la pobreza y para la preservación del entorno de vida natural para las futuras generaciones. La KAS trabaja en la Argentina desde Fundación Friedrich Naumann La fecha oficial de su creación es el 19 de mayo de 1958, día en el que se firmó el acta de fundación hace más de 35 años. Actualmente concentra sus esfuerzos en las siguientes áreas: desarrollo local y regional tendiente al fortalecimiento de los municipios, capacitación y asesoramiento de dirigentes en la casa del entonces Presidente alemán,Theodor Heuss. La creación de la Fundación Friedrich políticos, capacitación de los partidos políticos para un mejor diseño de sus programas, proyectos de Naumann (FNS, por su sigla en alemán) se basaba entonces en motivos muy diversos, pero se concentró reforma de política económica y social, fortalecimiento del Estado de Derecho así como de los medios en el compromiso con la enseñanza, el asesoramiento y el diálogo político. Inició sus proyectos en de comunicación y de la democracia. América Latina en 1965. En virtud de las dictaduras militares reinantes en casi toda la región, se com- Estas actividades se llevan a cabo en instituciones afines a una tradición demócrata-cristiana prometió con el fortalecimiento de iniciativas y movimientos democráticos y participativos, tanto en el como universidades, ONGs, centros de estudios, partidos políticos y medios de comunicación. En mate- campo político como también en el socioeconómico. En 1982 llegó a la Argentina con objetivos primor- ria de libros, la KAS edita y coedita publicaciones relacionadas con los temas principales de sus pro- diales e inseparables: apoyar el proceso de reapertura democrática y promover la libertad del individuo en gramas y proyectos. Cuenta para ello con el asesoramiento de expertos nacionales e internacionales y todos los ámbitos. Sus principales instrumentos para transmitir estos aportes se sustentan desde entonces el trabajo está destinado, ante todo, a actores de la política. en tres ejes: la capacitación, el asesoramiento político y la optimización de la gestión municipal. La FNS destaca como temas centrales la estrecha cooperación con partidos y líderes políti- Al igual que las demás fundaciones, su principal instrumento y el de sus contrapartes es la actividad de asesoramiento así como de formación, capacitación y difusión mediante la realización de con- cos afines al liberalismo, con organizaciones de Derechos Humanos y con grupos civiles y entidades gresos, seminarios, cursos, mesas redondas y talleres destinados a actores políticos a nivel local y públicas del área de la administración de Justicia. El objetivo principal es la promoción del Estado de regional, a funcionarios públicos, a dirigentes sindicales, a periodistas y a jueces. Actualmente la KAS Derecho, en el que se respeten y protejan los Derechos Humanos y los derechos de las minorías. A ofrece sus programas en más 100 países. estas metas se suma el apoyo al concepto de los mercados abiertos, ya que se considera al desarrollo 146 147 La Fundación Alexander von Humboldt Una minoría somos descendientes de alemanes, con lo cual nuestro vínculo social y cultural con Alemania se hace perdurable aún por generaciones. Sin embargo, la admiración y Como su nombre señala, la Fundación Alexander von Humboldt, honra a la mayor figura en la historia alemana de las ciencias, quien se destacó como un naturalista que supo relacionar sus objetos de investigación con los fenómenos sociales. Von Humboldt fue un hombre ejemplar, tanto en el campo científico, como en su visión filosófica humanista, democrática y solidaria con quienes buscaron su apoyo en el campo de las ciencias. De origen noble y cuna rica, Alexander von Humboldt (1769-1859) fue generoso, hasta el agotamiento de su fortuna, en el apoyo de la el reconocimiento de los humboldtianos a la obra de “nuestra” Fundación no tiene matices diferenciales en un país de inmigración como la Argentina, que garantiza una gran variedad y combinación de ascendencias. El Club Humboldt de Argentina aporta aquí su modesto esfuerzo para fortalecer y ampliar la red de amigos y colaboradores de la Fundación. En suma, sentimos como uno de los mayores orgullos poder contarnos entre los discípulos lejanos –en el tiempo– del gran Alexander von Humboldt. Carlos Elbert investigación propia y la de muchos otros científicos. Así lo dispone también la Fundación que lo recuerda: formar elites de investigadores, “mediante la concesión de becas a científicos jóvenes y altamente calificados, de nacionalidad extranjera, sin distinción de sexo, raza, religión o ideología. La Fundación pretende que puedan llevar a cabo un proyecto de investigación en la República Federal de Alemania y mantener las relaciones científicas que de él se deriven”, según reza el artículo 2 de sus estatutos. La Fundación tiene sus orígenes en 1860, en el seno de la Academia Prusiana de Ciencias en Berlín. Organismos similares de Inglaterra, Rusia y otros países aportaron medios para perpetuar Delegación de la AvH liderada por el presidente Wolfgang Frühwald en octubre de 2005, frente al Museo de La Plata. (Foto: AvH). la memoria del naturalista, fallecido un año antes. Hacia 1923, cuando la Fundación contaba con un considerable reconocimiento, la gran inflación de la República de Weimar licuó el capital de la Fundación, llevándola a la virtual quiebra. Sin embargo, fue refundada en 1925 con capitales del Estado para un amplio apoyo a las actividades de investigación. También incluía a investigadores extranjeros. Anteriormente, sólo había respaldado a científicos alemanes. La Segunda Guerra Mundial y sus secuelas impidieron el funcionamiento de la Fundación, que recién volvió a establecerse activamente en 1953, en buena medida mediante el apoyo de sus simpatizantes en el exterior y también del Ministerio de Relaciones Exteriores de la flamante República Federal de Alemania. Fue su primer Canciller Federal, Konrad Adenauer, quien designara como Presidente de la Fundación –ahora con su sede en Bonn– al notable físico Werner Heisenberg, titular del Premio Nobel en Física. Su legado lo mantiene hoy el profesor y germanista Wolfgang Frühwald. Sin embargo, la red de ex becarios que logró apadrinar en los últimos 54 años es la mejor forma de medir la trayectoria de la Fundación. Reúne así a 25.000 ex becarios e investigadores en todo el mundo. Una parte importante obtuvo las más altas distinciones en el campo científico. Varios han ocupado, además, altos cargos políticos y sociales en sus países. Entre los países latinoamericanos, Argentina es el más favorecido en cuanto a la cantidad de becarios Humboldt, que, por otra parte, se han destacado por su alto nivel científico y académico. El padrón de ex becarios de nuestro país supera los 180, seguido por el de Brasil (160) y el de Chile (121). En lo que se refiere a especialidades, la mayor parte de los becarios argentinos representa a las Ciencias Naturales (133), seguida por las Ciencias Sociales (32). 148 149 Una apuesta por el desarrollo La cooperación técnica y económica del BMZ y la GTZ Combatir la pobreza, las enfermedades y el hambre, fomentar la educación y la capacitación, apoyar la democracia y la paz, crear condiciones de igualdad de oportunidades y de derechos, proteger el medio ambiente y sus recursos son desafíos, que la comunidad mundial sólo puede afrontar en forma conjunta. El objetivo de la política de desarrollo del Gobierno de la República Federal de Alemania es contribuir a esta meta mediante la promoción del desarrollo sustentable. El programa de Cooperación para el Desarrollo con la República Argentina radica en una tradición con origen en la década de 1960. En los años ´70 Alemania y Argentina firmaron el Acuerdo Marco sobre Cooperación Técnica. Los lineamientos de la política de cooperación son facultad del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ, por su sigla en alemán). Los proyectos se ejecutan casi en su totalidad a través de la Agencia de Cooperación Técnica (GTZ, por su sigla en alemán). En la Argentina la GTZ ha cooperado con organizaciones e instituciones en ámbitos de muy variada índole. Las mencionadas organizaciones e instituciones han desarrollado y ejecutado estrategias para más de 50 proyectos y medidas. Concretamente en la Argentina la GTZ apoyó proyectos en el ámbito del desarrollo local y rural, de la lucha contra la desertificación, de la gestión forestal y del apoyo a la industria maderera. A ello se suman acciones en el área de gestión de residuos, la formación técnico-profesional, la eficiencia energética en las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) y la contaminación industrial y urbana. Un enfoque transversal de la actividad de la GTZ fue el respaldo brindado a la implementación de las convenciones internacionales en materia de protección del medio ambiente, ratificadas por el Gobierno argentino (desertificación, biodiversidad y cambio climático). En todos los programas y proyectos se incentivó a la población involucrada a participar activamente. Se hizo especial hincapié en el respeto por los intereses de la mujer. La asistencia técnica otorgada en forma de subvenciones ascendió hasta el año 2006 a US$ 50 millones. Gracias al intercambio de experiencias, a los conocimientos adquiridos, al esfuerzo de sus actores y a la eficiencia en la labor de todas las partes involucradas se han creado bases sólidas para que la Argentina se convierta en un país donante y comparta las experiencias y capacidades adquiridas con terceros. No obstante, la cooperación técnica y económica seguirá estando presente en la Argentina, ya sea por medio de la puesta a disposición de expertos alemanes a través de los programas como, por ejemplo, Expertos Integrados CIM, Senior Experten Service, InWEnt o por medio de aporPag. anterior: los proyectos del BMZ y la GTZ abarcan, entre otros, asistencia técnica y proyectos de desarrollo local y rural. (Fotos: gentileza GTZ). 150 tes financieros a iglesias y organizaciones no gubernamentales, que en la actualidad reciben más de ocho millones de euros anuales en concepto de subsidios. A ello se suman proyectos con la Comisión Europea y cooperaciones multinacionales. 151 “Ahora converge lo que debe estar unido” La reunificación fue para el pueblo alemán una fiesta pero también un desafío Enrique Candioti conoció, como pocos, uno de los capítulos más difíciles de la realidad alemana. Entre 1983 y 1986 el diplomático representó a la Argentina en Berlín Oriental. La parte Este de la ciudad alemana era entonces la capital de la República Democrática Alemana (RDA). En el año 2001, Candioti fue destinado nuevamente a Berlín en función de embajador. Pero en esta ocasión representaría a su país ante el Gobierno de la República Federal de Alemania (RFA). En la noche del 9 al 10 de noviembre 1989 la Guerra Fría había finalizado al son de los martillazos sobre un Muro tan pintado como gastado. Todo acompañado con cánticos que le recordaban al mundo entero: “Somos un sólo pueblo.” (“Wir sind ein Volk.”). Aquel día también había terminado la división alemana, que en más de una ocasión separó también al mundo. Enrique Candioti había vivido esa realidad de forma tangible. Cuando cumplió funciones para su país detrás de la Cortina de Hierro, la Misión Diplomática de la República Argentina en Berlín Oriental se encontraba a dos cuadras del Muro de Berlín, en Pankow. Los diplomáticos podían cruzar sin problemas de un lado a otro de la ciudad cuando querían ir a un concierto o visitar un museo. El resto de las personas no podía hacerlo, a menos que fueran jubiladas o que tuvieran un permiso especial. La división de Alemania también fue visible en la Argentina. En la década de 1950 el Gobierno de Berlín Oriental inició el contacto con Buenos Aires para evaluar la posibilidad de una cooperación comercial. En 1954 la RDA instaló su primera Misión Comercial Permanente. Sin embargo, apenas ocho años después cerró sus puertas. La Argentina había decretado el cierre de sus propias representaciones en los países del bloque comunista. La primera Representación Diplomática de Alemania Oriental en la Argentina se estableció recién en 1973 con la apertura de la Embajada en la esquina de Olazábal y Vuelta de Obligado, en el barrio porteño de Belgrano. Un cambio de política en Bonn, cuatro años antes, marcó el camino para ello. En 1969, de la mano del nuevo Canciller Federal Willy Brandt, la RFA inició una política de acercamiento al bloque soviético. La denominada Neue Ostpolitik o Nueva Política para el Este pasó a remplazar a la Doctrina Hallstein, que hasta entonces exigía al gobierno de turno evitar relaciones con todo país que reconociera a Alemania del Este como Estado independiente. El resultado fue la firma del Tratado sobre las Bases de las Relaciones entre la Pág. anterior: alemanes del Este y el Oeste festejan después de estar separados por cuatro décadas. (Foto: BPA) República Federal de Alemania y la República Democrática Alemana (Grundlagenvertrag), que entró en vigencia en junio de 1973. Ambos Estados alemanes reconocían sus respectivas fronteras. Sin embargo, la República Federal de 153 Alemania ponía de manifiesto que no renunciaría a su anhelo de reunificación y se comprometía a buscarla sólo por la vía pacífica. Por otra parte, ambos Gobiernos anunciaron la apertura recíproca de respectivas delegaciones oficiales en las capitales de ambos Estados. Una de las consecuencias inmediatas de este tratado fue la postulación de ambos Estados para ingre- Principio y fin: el bloqueo de Berlín de 1948 marcó el inicio del proceso de división que culminó felizmente en 1990. (Fotos: Gentileza Diario La Nación / BPA) sar a la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En septiembre de 1973 ambos fueron admitidos. Por parte de la Argentina, la relación con Alemania Oriental se concentró en una limitada cooperación comercial y cultural. Las grúas que todavía hoy se pueden ver en la parte sur de Puerto Madero, en la Ciudad de Buenos Aires, son un recuerdo de esta relación. En 1973 las autoridades argentinas compraron al grupo estatal VEB Kranbau Eberswalde cerca de 40 de estos equipos. Con una altura de hasta 38 metros y un peso de hasta 12 toneladas eran consideradas grúas rápidas. No obstante, al privatizarse el puerto de Buenos Aires en 1994 resultaron obsoletas. Otro recuerdo de esta relación tiene que ver con el Planetario porteño, enclavado entre los bosques del barrio de Palermo. A instancias de un diputado socialista, en 1963 la Ciudad de Buenos Aires compró los instrumentos de proyección a la reconocida empresa líder en tecnología óptica de alta precisión Carl Zeiss, con sede, en aquellos tiempos, en Jena. Aún hoy el instrumental adquirido proyecta en la cúpula del Planetario los astros del firmamento. Otro acontecimiento local en el capítulo de la división alemana fue la visita de la Orquesta Gewandhaus de Leipzig. Dirigida por Kurt Masur, los músicos llegaron a la capital argentina en 1980 para presentarse en el marco de los festejos del IV. Centenario de la Ciudad de Buenos Aires. La orquesta presentó allí su versión integral de las nueve Sinfonías de Ludwig van Beethoven. Pocos se imaginaron entonces que el mismo Masur se convertiría, nueve años más tarde, en otra de las importantes figuras que apoyaron con entusiasmo el proceso de la caída del Muro de Berlín y que pusieron todo de sí para que culminara con éxito y pacíficamente. Hoy parece obvio, pero a fines de 1989 estas no eran metas sobreentendidas y el desplome del bloque soviético no sorprendió solamente a los burócratas soviéticos. El proceso, que se había iniciado con la apertura política impulsada por el entonces Secretario General del Partido Comunista de la Unión Soviética, Mikhail Gorbachov, obligó a las dos Alemanias a encontrar un camino conjunto en poco más de un año. De pronto, los habitantes a ambos lados de la Cortina de Hierro tuvieron que aprender a convivir. La reunificación de Alemania significó la integración de un número de habitantes que superaba los 82 millones. Desde entonces su superficie abarca 357.092 kilómetros cuadrados, ligeramente superior a la superficie de la Provincia de Buenos Aires. Hoy, al cabo de más de tres lustros, cada año se vuelve a celebrar este hecho histórico sin olvidar, desde luego, los problemas que aún quedan por superar. El camino recorrido hasta la fecha convalida lo que Willy Brandt, uno de los pioneros de la Unidad Alemana, manifestó con pocas palabras el 10 de noviembre de 1989 e inmortalizó así el momento histórico de la caída del Muro de Berlín: “Jetzt wächst zusammen, was zusammengehört.” (“Ahora converge lo que debe estar unido”). 154 155 La competencia de Goethe y Thomas Mann El grupo Die Toten Hosen logra más que los clásicos alemanes ¿Por qué la Argentina? ¿Por qué Buenos Aires? La respuesta a la pregunta que busca entender el fenómeno que genera en la Argentina hoy un grupo de punk-rock ale- mán como la banda Die Toten Hosen, resulta tan simple como obvia: ¿Por qué no? Tan carismáticos como curiosos, el grupo integrado por el cantante Andreas Fregel (Campino), el bajista Andreas Meurer (Andi), los guitarristas Michael Breitkopf (Breiti), Andreas von Holst (Kuddel) y el baterista Stephen George Ritchie (Vom), no tardaron mucho tiempo en hacer las valijas cuando, allá por 1992, recibieron la invitación de viajar a la lejana Argentina. Pocos años después, la banda, que se originó en 1982 en la ciudad de Düsseldorf, ya era una marca registrada entre la juventud argentina. Sin importar que las letras de sus canciones fueran cantadas en tan extraño idioma como el alemán, hacia fines de los 90 el grupo fascinaba a seguidores de todos los estratos sociales. La revista especializada Rolling Stone resumía la extraña atracción en dos palabras: “Es amor”. A los conciertos en lugares como El Teatro le siguió en 2003 lo que para muchos fue uno de los momentos culminantes en la carrera del grupo. Llenaron el Luna Park, aprobaron el primer “recital de entre casa” e hicieron vibrar al Estadio Mundialista en el marco del Quilmes Rock de ese año. Nada menos que el Süddeutsche Zeitung, uno de los medios más reconocidos del país, sentenció luego: “Entre la juventud argentina son hoy más conocidos los textos de los Hosen que los de Goethe o Thomas Mann.” No es poco para una agrupación, que en su nombre hace homenaje al equivalente alemán de la generación sin futuro. Los Pantalones Muertos, tal la traducción literal de su nombre, son así considerados como fiel reflejo de una relación bilateral que a lo largo de los años supo cómo reinventarse. Pág. anterior: Campino, el cantante, se entrega al cariño de los fans locales en uno de los conciertos que consagró a los Toten Hosen en la Argentina. (Foto: Slavica Ziener / JKP). Derecha: 2003 se convirtió en un año especial para el grupo. En su ya tradicional visita a la Argentina, los músicos tocaron en un Luna Park lleno y actuaron en el Quilmes Rock. (Foto: Rainer Pfisterer / JKP). Los músicos alemanes realizaron en la Argentina todo tipo de recitales. “Fue amor a primera vista” Encuentro de culturas: Los Toten Hosen en la Plaza de Mayo. (Fotos: Thorsten Buhe / JKP) Entrevista al guitarrista Michael Breitkopf (Breiti) -¿Cómo se generó esa relación tan especial con la Argentina? -Llegamos por primera vez en 1992. Vinimos por recomendación de un amigo alemán. Cuando llegamos pensábamos que nadie nos iba a conocer. Fue todo lo contrario. Y eso que, por entonces, ninguno de nuestros discos había sido editado en la Argentina todavía. La sorpresa fue aún más grande cuando dimos nuestro primer concierto en una sala repleta, vibrante. Para nosotros fue amor a primera vista. -¿Cómo son los fans argentinos? -Para mí, los argentinos están entre el público más informado del mundo cuando se trata de temas como política, cine o música. Eso se demuestra en que saben perfectamente de qué tratan nuestras canciones o cuáles son nuestras opiniones, a pesar de que todo esté en un idioma distinto. Además, ser fan en la Argentina tiene una connotación diferente. Se siente desde el escenario: cuando uno da todo en el escenario, se ve lo mismo entre el público. Y eso de forma mucho más extrema que en otros países. -En vuestro sitio web figura que en el año 2000 no se les permitió tocar en una de las salas porque no se permitían conciertos de música punk. ¿Qué se siente actuar en un entorno, en el que los Derechos Humanos y la democracia, en general, todavía no son moneda corriente? -Las personas que conocimos en la Argentina nos mostraron un nivel de consciencia social y política muy alto. En casi todos los conciertos que dimos aquí el tema de las secuelas de la Dictadura era todavía palpable. Ser un punk durante esos años significó tener y demostrar un gran coraje. No conocí a nadie que no se sintiera orgulloso de que el Che Guevara haya nacido en la Argentina. Con cualquiera se puede discutir aquí sobre cómo debería ser un sistema económico y político más justo. Tal vez por eso tuvimos tantos puntos de contacto: con nuestras canciones tratamos de generar conciencia contra todo tipo de racismo o xenofobia. También lo vivimos: durante la última crisis bajamos los precios de las entradas de forma tajante. Ese tipo de gestos valen mucho. -Ustedes también tocaron en Cuba: ¿Qué significa o representa América Latina para ustedes? -Es imposible explicar eso en pocas palabras. Además, hay demasiadas diferencias entre cada país como, por ejemplo, la Argentina, Brasil o México. Lo que sí puedo decir es que aquí, en la Argentina, dimos algunos de los conciertos más memorables de nuestra carrera. Encontramos a muchos amigos. Para nosotros siempre será algo muy especial venir a este país. Lena Lenz 158 El día en que San Martín llegó a Berlín Su monumento celebra la amistad argentino-alemana, como lo hiciera la fuente de la Plaza Alemania Decirle a un argentino que San Martín fue el Libertador más grande de América del Sur es afirmar lo obvio. Sostener que incluso llegó a superar a su colega vene- zolano, Simón Bolívar, no mucho menos. Y a quien lo dude se lo puede remitir a la capital alemana, Berlín. En pleno centro de esta ciudad, en el predio del Kulturforum, delante del Instituto IberoAmericano y a pocos metros del prestigioso museo Neue Nationalgalerie, se yergue la estatua del Libertador. Con sus 2,55 metros de altura la figura del General San Martín supera claramente a la de su vecino, Simón Bolívar, emplazada a pocos metros de allí, sobre la Potsdamer Straße. No obstante, en ambos casos se trata de una pequeña transgresión histórica, ya que ninguno de los dos Libertadores de América superaba la altura de un metro con setenta centímetros. El origen de este homenaje se generó a partir de una iniciativa compartida entre la comunidad alemana y el Gobierno argentino. El impulsor fue el Senador Eduardo Menem. En una visita a Berlín durante 1999 y al encontrarse ante la imponente figura de Bolívar, la que desde abril de 1990 representaba allí en soledad a los Libertadores latinoamericanos, el hermano del ex Presidente Carlos Menem descubrió que faltaba una estatua del Libertador General San Martín. La idea de impulsar la presencia de un monumento en honor a San Martín en alguna de las principales ciudades del mundo no era tampoco original: Londres, Roma y Madrid ya contaban con una versión esculpida del Libertador. De regreso a Buenos Aires, Eduardo Menem se comunicó con la Cámara de Industria y Comercio Argentino-Alemana y en estrecha coordinación con la Federación de Asociaciones ArgentinoGermanas (FAAG) se formó la Comisión Pro Monumento General San Martín. A través de actos y colectas la comunidad alemana en la Argentina contribuyó a la financiación del proyecto. Asimismo, varias empresas participaron en el mismo. Entre ellas, la empresa Wintershall apoyó con gran generosidad el proyecto, al igual que la línea aérea Lufthansa. El transporte quedó a cargo de la tradicional naviera alemana Hamburg Süd. La estatua fue encomendada al conocido escultor Carlos María Toto, Jefe del Departamento de Monumentos y Obras de Arte de la Ciudad de Buenos Aires. Su escultura representa al Libertador de pie, una posición poco habitual en su estatuaria. Gracias al oportuno consejo de la Embajada de la República Argentina en Alemania, San Martín no viajó con su sable a Berlín. Pág. anterior: el General José de San Martín en Berlín. (Foto: gentileza Thomas Leonhardt) La razón: su colega Simón Bolivar perdió el suyo a manos de jóvenes vándalos berlineses. Para evitarle una experiencia semejante, el escultor prefirió poner el 161 acento en una imagen más relajada del héroe. Bajo su brazo de bronce únicamente sostiene su falu- Para poder trabajar cada grupo escultórico en un único bloque, las piedras debían tener al menos cho. Pero, por si acaso, también aumentó su altura unos centímetros. tres metros de ancho, tres de altura y dos de profundidad. La estatua del Libertador partió de Buenos Aires rumbo a su destino europeo en una fecha espe- Las piedras tuvieron que ser transportadas desde la montaña hasta el puerto de Pireo y desde allí cial: el 3 de octubre de 2000, día en que se conmemora la Unidad Alemana. El punto de partida no en vapor hasta Hamburgo. Un equipo de escultores al mando de Bredow se encargó de reproducir en podría haber sido más propicio: la fuente emplazada en la Plaza Alemania, ubicada en Avenida del la piedra el modelo concebido por Bredow. Cuatro años más tarde, en julio de 1914, supervisó tam- Libertador y Cavia, en la Ciudad de Buenos Aires. bién el embarque de la obra completa y viajó con ella para llevarla a la Argentina. Escapó así, por La fuente, también conocida como Riqueza Agropecuaria, fue donada por la comunidad alemana en muy poco, a uno de los conflictos que cambiarían el mundo. Pocas semanas después se iniciaron las la Argentina con motivo del Centenario, en 1910. Según las estimaciones oficiales, en esa fecha la contiendas de la Primera Guerra Mundial, que finalmente también postergaron la inauguración de la Argentina ya había recibido 50.000 inmigrantes alemanes desde la firma del Tratado de 1857. fuente alemana en Buenos Aires. El monumento quedó habilitado recién en 1923. Ironías de la histo- Fieles a su fama de organizadores natos, los representantes de la colectividad habían conformado en 1909 la Comisión Alemana Pro Centenario. Su función fue reunir los fondos para la obra a través ria: el único que faltó al acto fue el Intendente porteño, Carlos M. Noel. Aparentemente su ausencia se debió a su inclinación por Francia. de una gran colecta. Además, debían seleccionar a un artista que se encargara de ejecutar el proyecto. Para ello, la Comisión se puso en manos de la Sociedad Pro Arte Alemán en el Extranjero, con sede en Berlín. Ciento veintidós artistas presentaron sus bosquejos. El elegido fue el escultor Gustav Adolf Bredow, oriundo de Krefeld, entre cuyas obras figuraban trabajos para iglesias y municipios en Wurtemberg y Hannover. La piedra fundamental de la fuente fue colocada el 31 de mayo de 1910 en presencia del Presidente de la Nación, José Figueroa Alcorta, el Enviado Extraordinario del Imperio, Colmar Freiherr von der Goltz, y del Embajador en la Argentina, Hilmar Freiherr von dem Busche-Haddenhausen. El lugar en el cual sería emplazada la fuente influyó en el diseño de la misma. Iba a estar en uno de los lugares más relevantes de la capital argentina y a la vista permanente de muchísima gente. El marco lo daba un parque con árboles de gran altura. Las miradas de los transeúntes que pasaran por el lugar obligadamente se centrarían en la fuente. Ante tal desafío Bredow parece no haber querido dejar nada librado al azar. No sólo trabajó como escultor, sino que se encargó también de los trabajos de ingeniería y arquitectura, como lo recuerda el trabajo La Fuente Alemana en Buenos Aires, la obra y el artista, de Wilhelm Keiper, de 1927. El objetivo tampoco era menor: la fuente debía representar el agradecimiento de una colectividad a la nueva patria, que la había acogido en tiempos difíciles. Bredow ideó una fuente que estaría enmarcada por esculturas que reflejarían el intercambio de valores entre Argentina y Alemania en ese entonces: la ganadería y la agricultura. “Las figuras del friso hablan de las relaciones entre el progreso material y de la misión de los seres humanos, que es la de cooperar entre pueblos para que los ideales humanitarios puedan ser llevados a cabo”, cita Keiper a Bredow. Cuatro años tardó el artista en terminar la obra. No sólo cuestiones políticas –como el conflicto entre Italia y Turquía– fueron un obstáculo. También lo fue el material escogido para las esculturas, el mármol pentélico, “de tinte ligeramente amarillento, que con el tiempo adquiere un matiz cada vez más saturado y cálido que resalta la luz y la sombra”, según Keiper. El único lugar en el cual podía conseguir este mármol eran las canteras de Pentelí, en la montaña de Pentelikon, en Grecia. El mismo Bredow viajó a Grecia para asegurarse de la aptitud de las piezas seleccionadas. 162 La fuente, también conocida como Fuente Riqueza Agropecuaria fue donada por la comunidad alemana en la Argentina con motivo del Centenario, en 1910. (Foto: Nico Pérez) Un cine tan crudo como real Los realizadores argentinos vuelven a deslumbrar en Berlín Hace seis años hubo ruido de cristales rotos. Pero ninguno de los que asistió a la presentación de la primera película en competencia del Festival de Cine de Berlín 2001 –la Berlinale–, pudo evitar escucharlo. No había elección: incluso aquellos ojos que todavía luchaban contra las secuelas de una noche demasiado corta miraban hipnotizados. El estruendo provenía de aquel vaso de vino tinto que se estrellaba en el borde de la pileta en las primeras escenas de la película argentina La ciénaga. El ruido atravesó el silencio letárgico de la sala de cine, como no se había sentido desde La piscina, de Jacques Deray, en 1969. Nadie había tenido en cuenta a la Argentina como país de producción cinematográfica de categoría.Y de repente ocurría algo así: una película de tremenda intensidad, desconcertante, extraña, llena de imágenes que ejercían una atracción a la que era difícil escapar. Era como estar sentado allí, en medio de esa atmósfera de estancamiento y decadencia, de ese calor húmedo y de la lluvia, mucha lluvia, del Noroeste argentino. La relación de aquel matrimonio estaba agotada, podrida. Casi tanto como lo estaría, en breve, la vaca que, a cien metros, se moría a gritos. Sólo las plantaciones descuidadas hacían recordar que aquella tierra alguna vez había visto tiempos mejores, dominados por una burguesía próspera. La imagen de desolación estaba acentuada por los personajes: una mujer que bebía casi tanto como chillaba. Un marido que había despilfarrado la fortuna familiar con su amante y una prole que se comportaba como si ya fuera la dueña de lo que quedaba. En La ciénaga el mundo refleja un estancamiento tan profundo, tan chejoviano, como el de la sucia y abandonada pileta. Ni la muerte, al final de la película, le permite al espectador alguna sensación de desahogo, de catarsis, porque todo seguirá igual que antes. No es casualidad que el nombre de la propiedad en la que transcurre la mayor parte de la película fuera La Mandrágora. Es el nombre de la planta que ha servido de base para preparar anestésicos. Aunque la directora, que debutaba con esta obra, negara que La ciénaga fuera la alegoría de un país destruido, resultaba muy difícil –en especial, desde la lejanía de Europa– no ver ese asombroso trabajo como un espejo de una sociedad estancada, en descomposición. Más Pág. anterior: la Berlinale, Festival de Cine de Berlín, le otorgó al cine argentino algunos de sus máximos galardones en los últimos años. aún cuando en Alemania todavía se recordaba muy bien el simbolismo y el realismo mágico que habían caracterizado a las generaciones anteriores de realizadores argentinos, en las Derecha: el director Fernando “Pino” Solanas, celebra el premio que recibió por su extensa trayectoria. (Fotos: gentileza Berlinale) décadas de 1980 y 1990. Pero La ciénaga abrió otro camino, por el que transita hoy un nuevo y joven cine argen- tino que no quiere tener más nada que ver con los fantasmas del pasado o Aires. Describe como, poco a poco, estos van desapareciendo en el agujero negro de la crisis económi- con la magia surrealista de los viejos precursores cinematográficos. Es un ca, mientras el protagonista se enfrasca en la odisea de encontrar a su padre y, con él, su lugar en el cine que se quiere liberar de todo lo superfluo, de “los sustantivos, de los mundo. La película sirve también como una hermosa prueba de cuán capaces son los nuevos cineastas adjetivos, de overacting (interpretaciones sobreactuadas), de plots (argu- argentinos para encaminarse con un ojo tan etnológico como nostálgico en el descubrimiento de histo- mentos) sobrecargados y de falsedades, porque hemos llegado al punto rias de su propio país, que muchas veces resulta todavía un país extraño. Tal camino los lleva – y, con cero”, tal como escribió el crítico Diego Lerer. Desde La ciénaga –que, como ellos, al espectador– a recorrer topologías sociales e identidades culturales en descomposición, pero muchas películas argentinas posteriores, logró hacerse de un premio en también crisis existenciales tan íntimas como dignas de ser compartidas. Berlín (el premio Alfred Bauer)–, los festivales internacionales tomaron nota Por esto, no debe sorprender que los ejemplos de este nuevo cine latinoamericano cautiven a los del fenómeno. Cada cinemateca de cierto nivel sintió que debía presentar alemanes. Son películas como Tan de repente, con su curiosa historia de un secuestro, o Familia muestras de este cine latinoamericano. Mundo Grúa, de Pablo Trapero rodante, de Trapero (2004), con su descripción de un país encantado, lleno de raras criaturas, al que (1999), El bonaerense, de Adrián Caetano (2002) y La libertad, de se le pasa revista desde las ventanas de una casa rodante destartalada. Sin olvidar, claro está, las her- Lisandro Alonso (2001) se transformaron en favoritas, tanto de los periodis- mosísimas tomas de áridos y vacíos paisajes en las que Carlos Sorín ambienta sus Historias mínimas tas especializados como de las pequeñas comunidades de cinéfilos. (2003) y El perro (2004). Sorín, nacido en 1944, no es justamente lo que se llamaría un realizador El nuevo cine argentino, que presentó en las salas alemanas entre 2003 y nuevo, pero es fiel reflejo de aquellos que se decidieron por la argumentación clara, sobria, de estética 2004 alrededor de siete u ocho películas, ofrece una mirada de la Argentina tan intransigente como documental. tan nueva como fresca. Se muestra como un ámbito de vibrantes perfiles y rea- Los nuevos directores argentinos cuentan historias que se apoyan en argumentos pequeños, con diá- lidades, con historias que todavía esperan ser elaboradas, con una crisis econó- logos lacónicos, que brillan por su falta de exageración y que se enmarcan con la ayuda de una cámara mica que todavía marca el presente y que no por nada fue recibida por los que cumple únicamente con su papel de testigo. Son las reducciones de películas de Extraño (2003), de jóvenes realizadores como una oportunidad para liberarse del lastre del pasa- Santiago Loza, de El custodio (2005), de Rodrigo Moreno –también ésta galardonada con el Premio do. En trabajos como: Tan de repente (2002), que significó el debut de Diego Alfred Bauer– y de El otro, de Ariel Rotter, que no sólo le significó el Oso de Plata a su protagonista, Lerman, o Un día de suerte (2001), de Sandra Gugliotta, con sus mundos Julio Chávez, en la Berlinale 2007, sino que se llevó también el Gran Premio del Jurado. Todas describen paralelos, el espectador puede sentir casi en carne propia la liberación que sin compasión la situación de hombres sin cualidades (personificados por actores tan maravillosamente parece haber significado el estallido de una tensión social contenida por dema- sobrios como Chávez), a los que la vida los desconcierta casi tanto como la muerte. Tanto Rubén, el cus- siado tiempo. En Un día de suerte, la protagonista, la apolítica Elsa, se todio, como Juan, el abogado, de El otro, son como figurantes de una comparsa viviendo su propia vida. encuentra de pronto en el caos de una protesta callejera de una clase media Incluso viviendo al margen del resto, se ponen en movimiento, de repente, por un error, por una decisión. desencantada, enojada y sin rumbo. Refleja así a toda una generación que El miedo que sienten estos héroes ante cambios demasiado grandes se grafica de forma magistral al ser todavía tiene que inventar su propio sueño. No por nada, al final Elsa termina mostrado con tomas largas, estáticas, íntimas y contraídas. en Italia, el país de sus antepasados, dándole otra vuelta de tuerca a la saga En la pantalla joven argentina se desarrollan historias en las que lo banal no se deja separar de lo familiar, en dirección contraria a la emigración de los abuelos. Sólo por hoy (2002), el primer film de Ariel Rotter, hace que sus héroes –actores sin éxito, mensajeros motorizados y románticos insalvables– vivan el día a día también sin ningún tipo de ambición política. Resalta, al contrario, que estos buscan la maduración como personas y que tratan de acortar la distancia, que con el tiempo va aumentando, entre su ideal y lo que les permite hacer el mercado del trabajo. Como una perla particular de la nueva producción argentina se desta- Página anterior Arriba: La Ciénaga inició el renacimiento del cine argentino ante la audiencia alemana actual. Centro: el cartel de la película que acaparó el interés de la crítica internacional en la edición de la Berlinale 2005. Plata en la Berlinale 2005. Cuenta la historia de los propietarios de quios- Abajo: el actor Daniel Hendler en un diálogo particular en Berlín, tras lograr el Oso de Plata como mejor actor por su labor en El abrazo partido. cos y pequeños negocios en un barrio judío de la gran ciudad de Buenos (Fotos: gentileza Berlinale) ca El abrazo partido (2004). El film de Daniel Burman obtuvo el Oso de 166 importante, en las que el gran drama está muchas veces entrelazado con la conmoción. Es un cine osado, que se consagra a sus personajes con simpático radicalismo, pero sin ningún tipo de aspiraciones psicológicas. Es un cine curioso, pero investigador, que hurga en la rutina cotidiana. Busca encontrar aquello que pueda prevalecer por encima del torbellino de enredos diarios. Es un cine lleno de incógnitas, de pensamientos descontrolados, de imágenes misteriosas. Un cine que, esperemos, seguirá enriqueciéndose también en el futuro. Birgit Glombitza 167 Lo mejor todavía está por llegar Por cierto, hubo que esperar bastante para este renacimiento de hoy. La muerte de Fassbinder en 1982 coincidió con el comienzo de la declinación de los grandes autores que habían alcanzado su Desde Nadja Tiller a Florian Henckel von Donnersmarck: el cine alemán sigue cautivando a la imaginación argentina cumbre artística en los setenta. Con Wim Wenders (París, Texas), Volker Schlöndorff (El tambor de hojalata), Werner Herzog (El enigma de Kaspar Hauser) y el propio Fassbinder (Desesperación, Lili Marleen), por sólo nombrar a los más acreditados, el cine germano había ganado un público extenso y Los registros dicen que el cine alemán nunca fue de alcance masivo en nuestro país. Pero también es cierto que nunca estuvo del todo ausente, a pesar de sus éxitos esporádicos, sus eclipses y resurrecciones. Por supuesto, los cinéfilos más fervorosos conocen bien la historia, saben de la trascendencia del expresionismo y del aporte decisivo del movimiento que tuvo su origen en el Manifiesto de Oberhausen y siguen atentos el proceso renovador que ha llevado a la producción alemana a destacarse en Europa como la de mayor vitalidad y dinamismo. En ese circuito más o menos limitado, Friedrich Wilhelm Murnau, Fritz Lang, Emil Jannings o la película El Gabinete del Dr. Caligari, de Robert Wiene, son nombres tan familiares como Wim Wenders o Hanna Schygulla y hasta empiezan a hacerse conocidos los más recientes, como Fatih Akin y Daniel Brühl. Pero hablamos de un auditorio más vasto, el que aprecia la diversidad y busca en el cine algo distinto de las fórmulas probadas y el puro impacto que conforman el régimen de entretenimiento diario impuesto por el mercado. Ese público, el que aplaudió el ingenio sardónico y agridulce de Good Bye, en buena medida juvenil, que reconocía voces personales, audacia creativa y, en el caso de Fassbinder, la voluntad de formular una suerte de crónica integral de su país. “El nazismo ha infectado nuestro pensamiento y contaminado el aire que respiramos, las palabras que pronunciamos y escribimos”, había escrito Heinrich Böll; Fassbinder quiso reaccionar contra ese maleficio y por eso intentó, como algunos de los colegas de su generación, trazar un mapa de la realidad histórica, política, social y cultural del país e invitar a reflexionar sobre la identidad alemana. Los cineastas responsables del florecimiento de hoy también lo hacen, aunque no haya un programa común que los anime. En general, prefieren hacer films pequeños, de presupuestos no demasiado elevados (La caída o En un lugar de África son excepciones) y llegar al público hablándole de su experiencia y de su realidad en un lenguaje accesible y con la vista puesta, sobre todo, en lo humano. Como lo hace La vida de los otros, de Florian Henckel von Donnersmarck, la última joya de la colección, que también se ha convertido en éxito. Como para pensar que lo mejor todavía está por llegar. Lenin!, el que algún tiempo antes había celebrado la ironía de Doris Dörrie (Hombres, hombres), y el Fernando López que bastante más cerca en el tiempo se conmovió con la resistencia heroica de Sophie Scholl y se estremeció con la crudeza de Contra la pared, empieza a descubrir ahora que algún fenómeno alentador está sucediendo en el cine germano. Entre esos cineastas jóvenes y los consagrados que, como Volker Schlöndorff (El noveno día), conservan intacta su energía creativa, están haciendo un cine que apunta al drama humano por caminos variados, que aprovecha la lección de Rainer Werner Fassbinder y sabe afrontar con valentía la revisión del capítulo más negro de su historia, libre ya de los estereotipos en los que había quedado atrapado. Tan libre como para haberse atrevido a explorar el lado humano de Hitler en La caída, precisamente uno de los films que confirmó el interés de nuestro público por este renovado cine alemán. Tras la reunificación, cuya consecuencia fue una fértil y enriquecedora mixtura, y una vez superada la larga interrupción durante la década del 90, cuando la ausencia fue casi total quizá por obra de una influencia de Hollywood, que se percibió incluso en eficaces productos de exportación (Corre, Lola, corre), el actual es un momento promisorio para el cine alemán en la Argentina. Lo sustentan obras que buscan robustecer una cultura fílmica de rasgos nacionales, como corresponde a una tradición cinematográfica identificada con la obra de grandes artistas más que con los éxitos populares. Aunque también los hubo, como lo sabrán quienes recuerden, por ejemplo, los llorosos melodramas de Maria Schell (Mientras estés conmigo), el dulzón romanticismo de En una pequeña carpa, un gran amor o el retrato crítico del “milagro” contenido en Rosemarie entre los hombres, el film que lanzó a la fama a Nadja Tiller, la primera femme fatale alemana de posguerra. 168 Posters de las películas alemanas que ultimamente impactaron en la Argentina. 169 El que no falla es un alemán Sobre etiquetas e intuiciones ¿Qué es Alemania y lo alemán para nosotros, los argentinos que no tenemos ascendencia germánica? Distintas cosas, incluso contradictorias, pero en primer lugar está la idea de que si es alemán no puede fallar. Cantan los hinchas del fútbol argentino, en cada uno de los temibles clásicos entre los dos seleccionados: “El que no salta es un alemán”. Lo dicen para darse ánimo, porque saben que cuando la habilidad o el azar dejen a un delantero rival en posición de gol frente a nuestro arco, el gol será marcado, sin dudarlo, debido al principio de infalibilidad que caracteriza, según la impresión predominante en esta tierra de trigo y pampa, a los alemanes, a cada uno de ellos en particular y a todos como nación en su conjunto. Cantamos “El que no salta es un alemán” por no cantar lo que nos hace temer lo peor desde el fondo del alma: “El que no falla es un alemán”, porque para la mayoría de nosotros en el fútbol, como en la vida, la efectividad alemana es un principio demostrado, incluso si a veces juegan un partido opaco. Hace poco recibí un mensaje del Correo Argentino: me adjuntaban, en un sobre sellado, una carta dirigida a mí que había sido abierta por alguien. No era una carta importante: un colaborador ocasional me mandaba la fotocopia de un poema que otro diario, que no es el diario en el que yo trabajo, probablemente por error, le había publicado. Me la mandaba como una forma sutil de presionarme, como diciendo: “¿Qué espera usted para hacer otro tanto?”, pero una mano desconocida había rasgado el sobre en el camino y la empresa estatal Correo Argentino se había enterado. Me remitían una nota de disculpas, inusualmente extensa y personalizada, en la que aseguraban que si bien se trataba de un hecho infrecuente la compañía se comprometía a poner lo mejor de sí para evitar que volviera a darse una situación semejante. Cuando les mostré la carta a mis amigos quedaron asombrados. “Parece que estuviéramos en Alemania”, dijo uno. Y todos asentimos, sin pensarlo. Pero eso es exactamente lo que pensamos: si es alemán, no falla. Si el servicio es prestado por La imagen de una relación que cumple 150 años en los ojos de un niño del Hogar de Niños María Luisa. un alemán, los términos serán claros y explícitos, cumplirán lo que ofrecen, sin excederse pero sin quedarse tampoco por debajo. Y si el servicio no es prestado por un alemán, pero resulta, a pesar de todo, un servicio excelente, lo mejor que se nos ocurre decir es que fue como si un alemán nos lo hubiese prestado. Puede haber algo de mito en esa idea. No importa eso: no me interesa su rango de verdad, sino determinar qué es lo alemán para nosotros, los argentinos medios. Por otra parte, está lejos de ser una idea falsa. Enviado como corresponsal al mundial del 2006, fui un usuario intensivo de la Deutsche Bahn (DB), la compañía alemana de trenes. Cuando por algún misterio, una mano negra del diablo, el tren, que en lugar de arribar a la ciudad de Nuremberg, pongamos por caso, a las 12.37, arribaba a las 12.38, surgía por los parlantes, en cada uno de los vagones, una voz consternada. Era la voz de la DB deshaciéndose en excusas interminables, repudiando la demora involuntaria y ponien- 170 171 do, desde ya, todo el arsenal de recursos de la empresa para auxiliar a los pasajeros que por una razón u otra hubieran podido perjudicarse por causa de aquel minuto de retraso. En los increíbles vagones de primera clase de los trenes alemanes hay folletos que anuncian mili- En estas etiquetas argentinas sobre el carácter alemán, ¿no hay, sin embargo, algo contradictorio? Por un lado, se insinúa que les hacen gracia chistes demasiado infantiles. Por el otro, que asustan a los chicos con moralejas crueles para imponerles lecciones sobrehumanas. Estas pifias las comete- métricamente la llegada a los destinos intermedios. Si dice “17.52, Fürth”, a las 17.52 estaremos en mos por estar demasiado lejos de Alemania. Sabemos cómo se divierte la gente en París y en Nueva Fürth. Por cierto, hay también baños limpios, butacas reclinables y enchufes para la computadora per- York. De las romerías madrileñas, el Trastevere y las góndolas de los canales venecianos no ignoramos sonal. Y hay también, por supuesto, inspectores corteses pero muy profesionales. La posibilidad de via- nada. Pero ¿quién que no haya estado allí o no venga de una familia de inmigrantes alemanes puede jar colado es una en doscientos cincuenta millones, aproximadamente. decir lo que es la fiesta de una mañana soleada de julio en el Viktualienmarkt de Munich? ¿Quién Otro tópico positivo en la visión, sobre todo, porteña de la patria de Goethe es que estamos segu- nos habla de los bares de Leipzig? ¿Quién nos lleva por los senderos infinitos del berlinés Tiergarten? ros de que los alemanes son frontales. Pensamos que no engañan, que por muy terrible que sea lo que Aunque estuvimos siempre cerca, de algún modo, hay todavía una gran distancia por acortar y se se disponen a decirnos o a hacernos lo harán de frente, sin disimulos o ambages, cosas que -siempre abren tiempos propicios para hacerlo. Mientras tanto, nos seguimos manejando con intuiciones, a según los lugares comunes imperantes- podríamos esperar de un francés, de un portugués, hasta de un veces ciertas, a veces erróneas, y muchas veces... exageradas. italiano que nos haya caído, en principio, simpático. Viajando uno ve que también esta figura de la transparencia y la honestidad tiene sustancias rea- Después de todo, nadie mejor que un alemán para aplicar el bisturí sobre la propia esencia, nadie más riguroso, más lúcido y más fértil en opiniones originales e inesperadas. Escuchemos al gran histo- les. En las granjas del sur alemán hay carteles que invitan a los interesados en comprar flores, frutas riador judeo-alemán Erich von Kahler (1885-1970): “Los alemanes son uno de los pueblos más y huevos a pasar y servirse cuantos quieran, dejando luego el importe correspondiente en unas alcan- importantes de la historia humana, un pueblo sin cuyas contribuciones sería inconcebible el desenvol- cías que se han colocado allí al efecto. Lo mismo pasa en muchas iglesias y museos con los catálogos, vimiento del hombre occidental, y sus contribuciones son resultado directo de su tendencia a pasar por postales, libros, discos y objetos a la venta. No hay vendedor, pero si el libro elegido cuesta diez euros encima de las limitaciones humanas. Los alemanes son dados a extremos, tanto para el bien como a nadie se le ocurre que el que lo elige deje en la alcancía un centavo menos que diez euros. para el mal. Son capaces de totales sacrificios por causas u objetos, porque no tienen un soporte en sí Eso sí: cuando dicen que no, es no. El grado de adaptación a las excepciones es parecido a cero. mismos. Es el objetivo externo -ideal o material- el que los sostiene y les da seguridad. En su desdén Insistir para que el empleado, el funcionario, el portero o el acomodador del teatro hagan una excep- por la realidad han sido engañados una y otra vez, no por los hombres, sino por las circunstancias”. ción en nuestro caso, aún detallándoles razones atendibles para que dejen de aferrarse por una vez a En sus filósofos, en sus intelectuales y artistas, quienes no tenemos ascendencia alemana encon- la regla pelada, es la mejor manera de convertir la amabilidad con que hasta ese fatal momento tramos otra razón, tal vez la principal, para seguir creyendo que jamás fallan. hemos sido tratados en sequedad un tanto áspera y cortante. Esta característica, más que el fantasma de una guerra ya lejana, da pie para que se diga, para Hugo Caligaris que los argentinos digamos, como si fuera una verdad revelada, que los alemanes son nuestra contracara, que es verdad que aquí no respetamos mucho las leyes y las normas, lo que puede ser condenable, pero que a cambio de eso somos más elásticos y creativos, que sabemos improvisar y que contemplamos cada caso según sus condiciones particulares. Esta opinión puede ser justa... sólo de a ratos, puesto que en contra de la supuesta falta de creatividad y de inventiva alemana hay demasiados ejemplos capaces de dejarnos mal parados. De la rigidez que señalamos surge otra crítica, además de la asociación de lo alemán con la disciplina de los militares y con los nazis. Tiene que ver con la presunta carencia en materia de humor y de ternura. Este tipo de percepciones generales se reflejaban a la perfección en la sátira contra los chistes demasiado blancos de Fritz y Franz que hacían los actores Iván Grey y Atilio Pozzobón en Telecómicos, clásico de la televisión argentina de los años 60. Para probar la dureza en el trato con los niños, se mencionan los cuentos alemanes clásicos. Por ejemplo, los de Der Struwwelpeter, de Heinrich Hoffmann, en los que una niñita queda reducida a cenizas por jugar con fósforos, un duende le corta los dedos a un pequeñín por chuparse el dedo y otro chico adelgaza hasta morir como castigo por no tomar la sopa. 172 173 Dank Agradecimientos Wenn Sie, liebe Leserin, lieber Leser, uns auf unserem Gang durch 150 Jahre deutsch-argentinische Beziehungen bis hierher begleitet haben, dann ist Ihnen klar, dass diese Beziehungen in de 150 años de relaciones germano-argentinas, entonces no dudará de que estas relaciones tanto en Argentinien und Deutschland viele Unterstützer, Förderer und Freunde hatten und haben, ebenso wie Argentina como en Alemania contaron y cuentan con muchos patrocinadores, promotores y amigos, al diese Veröffentlichung nur dank der Unterstützung, der Mitarbeit, ja sogar nur aufgrund des igual que la presente publicación, que sólo pudo materializarse gracias al apoyo, a la colaboración, Enthusiasmus vieler Deutscher, vieler Argentinier und vieler, die in einem fließenden Übergang zwi- incluso sólo debido al entusiasmo de numerosos alemanes, numerosos argentinos y numerosas perso- schen beiden Daseinsformen leben, zustande kommen konnte. nas que viven en una transición continua entre ambas formas de existencia. Dieses Buch, das eigentlich nur eine Momentaufnahme zu einem bestimmten Zeitpunkt unserer El presente libro, que en realidad sólo pretendía ser una instantánea de un momento determinado bilateralen Beziehungen sein sollte, ist somit selbst zu einem Zeugnis unserer engen und freundschaft- de nuestras relaciones bilaterales, se convirtió en un testimonio de nuestras estrechas y amistosas lichen Beziehungen geworden. Als Mitte 2006 die Idee dazu entstand, habe ich offen gestanden nur relaciones. Debo confesar que cuando surgió la idea a mediados del 2006 sólo pensé en el desafío que an die Herausforderung gedacht, die dies darstellen würde. Dass die Arbeit daran allen Beteiligten so representaría. Jamás me imaginé que este trabajo pudiera ser tan grato para todos los que han inter- viel Spaß machen würde – auf diese Idee bin ich gar nicht gekommen. venido en este proyecto. Allen, die an dem Ergebnis beteiligt waren, möchte ich herzlich danken. In erster Linie Flavio Quisiera agradecer cordialmente a todos los que colaboraron para llegar a este resultado. En pri- Cannilla, der als konzeptioneller und inhaltlicher Gestalter die Hauptlast getragen hat. Er hat hinter mer lugar, agradezco a Flavio Cannilla, quien ha sido el responsable del desarrollo conceptual y de den trockenen Fakten der Geschichte die Geschichten gesucht und gefunden, die dieses Buch – nach contenido. A partir de los meros hechos de la Historia buscó y encontró las historias que, en mi meiner bescheidenen Auffassung - so lesenswert machen. modesta opinión, hacen digno de lectura al presente libro. Für die richtige Linie im Design sorgte der Designer Fabio Massolo, dem das Team des Studios von Jasmine Rossi zur Seite stand. La acertada línea de diseño estuvo a cargo del diseñador Fabio Massolo, quien contó con la colaboración del equipo del Estudio de Jasmine Rossi. Ein besonderes Dankeschön gebührt Natascha Senftleben, die sich innerhalb der Botschaft mit Un reconocimiento especial le corresponde a Natascha Senftleben, quien con su brío inagotable se ihrem unermüdlichen Schub zur Seele dieses Buches entwickelt hat. Ihre Begeisterung und ihr convirtió dentro de la Embajada en el alma de este libro. Su fervor y su talento organizador fueron el Organisationstalent wirkten immer wieder als treibender Motor, um das Projekt in dieser Form zur constante motor impulsor para que el proyecto se perfeccionara de esta forma. Vollendung zu bringen. También deseo expresar mi gratitud a Thomas Leonhardt, quien con su disposición a un generoso Ich möchte Thomas Leonhardt danken, der mir durch seine Bereitschaft zu einer großzügigen aporte financiero inicial me alentó a llevar adelante el proyecto de publicación de un libro. Asimismo, Anschubfinanzierung Mut gemacht hat, das Projekt ‚Buchveröffentlichung’ anzugehen. Allen Firmen manifiesto mi cálido agradecimiento a las empresas e instituciones que nos apoyaron tanto en und Institutionen in Deutschland und Argentinien, die uns unterstützt haben, meinen herzlichen Dank. Alemania como en Argentina. (Algunas de las empresas se presentan al final del presente libro.) (Einige der Unternehmen stellen sich am Schluß des Buches vor.) No quisiera dejar de mencionar la bondadosa colaboración del Diario LA NACIÓN, que gracias a Nicht unerwähnt lassen möchte ich die großzügige Unterstützung der Zeitung LA NACION, die unserem Redaktionsteam dank der Arbeit von Hugo Caligaris und Ana D´Onofrio jederzeit professionell zur Seite gestanden hat. la labor de Hugo Caligaris y Ana D'Onofrio en todo momento brindó su apoyo profesional a nuestro equipo de redacción. Agradezco a Liliana Löwenstein y a Laura Veleda por su contribución al acabado final del Ich danke Liliana Löwenstein und Laura Veleda, die geholfen haben, dem Buch den letzten Feinschliff zu geben. Außerdem waren in der Botschaft mit Schwung und Begeisterung beteiligt: Baerbel Andreae, Ina Bretz, Johannes Damian, Shiva Hamid, Mareike Hoffmann, Anette Koch, Lena Lenz, Christopher Raabe, Johanna Rudbach und Alexander Schwarz. 174 Si usted, querida lectora, querido lector, nos acompañó hasta aquí en nuestro recorrido a lo largo presente libro. También participaron con energía y entusiasmo en la Embajada: Baerbel Andreae, Ina Bretz, Johannes Damian, Shiva Hamid, Mareike Hoffmann, Anette Koch, Lena Lenz, Christopher Raabe, Johanna Rudbach y Alexander Schwarz Dr. Rolf Schumacher Dr. Rolf Schumacher Buenos Aires, im Oktober 2007 Buenos Aires, octubre de 2007 175 Anexo Cronología Lista de asociaciones Registro de nombres Sponsors Bibliografía Créditos / Impressum 176 Cronología 1939 1940 1939 La tabla cronológica debe entenderse sólo como un instrumento orientativo. No pretende ser una lista de hechos históricos completa. 1850 1860 1810 1816 Revolución de Mayo Declaración de la Independencia. 1852 1853 Batalla de Caseros. Buenos Aires mantiene su separación de la Confederación Argentina. Sanción de la Constitución Nacional de la Confederación Argentina. Buenos Aires no adhiere. 1857 1860 1861 1862 Se firma el Tratado de Amistad, Comercio y Navegación. Inauguración de la primera línea de ferrocarril. Auge de la inmigración alemana a la Argentina. Carl Hermann Burmeister llega a la Argentina. Bartolomé Mitre asume la presidencia argentina. Final del conflicto entre Buenos Aires y las provincias. 1867 1868 Se funda el Hospital Alemán Domingo F. Sarmiento asume la presidencia argentina. 1871 1872 Se conforma el Imperio alemán. La naviera Hamburg Süd inaugura su primer servicio Hamburgo-Buenos Aires. 1878 1880 1881 Tras la Campaña del Desierto, el gobierno argentino asume el dominio territorial de la Pampa y la Patagonia. Julio A. Roca asume la presidencia argentina. Desarrollo de la “Generación del 80”, representantes del liberalismo, nucleados en el Partido Autonomista Nacional (PAN). La Asociación Socialista Vorwärts inicia sus actividades. 1886 Finaliza la primera presidencia de Julio A. Roca. 1898 1900 Julio A. Roca asume su segundo mandato. El bandoneón llega a la Argentina de la mano de marineros alemanes. 1904 Manuel Quintana asume la presidencia argentina. 1901 Decreto para la fundación de Comodoro Rivadavia por iniciativa de Juan Plate. 1910 1912 1913 Roque Sáenz Peña asume la presidencia argentina. La Ley Sáenz Peña establece el sufragio universal, secreto y obligatorio. El subterráneo de Buenos Aires se convierte en el primero de América Latina. 1914 Se inicia la Primera Guerra Mundial: la Argentina se mantiene neutral. 1916 1916 1917 1918 1919 1920 1922 Hipólito Yrigoyen asume la presidencia después de las primeras elecciones bajo la Ley Sáenz Peña. La Cámara de Industria y Comercio Argentino-Alemana inicia sus actividades. El incidente Luxburg empeora las relaciones bilaterales. Fin de la Primera Guerra Mundial República de Weimar, Friedrich Ebert asume como primer presidente alemán. Las escuelas alemanas se establecen como centros de formación germanos-argentinos. El intelectual argentino-germano Félix Weil impulsa la fundación de la Escuela de Frankfurt 1929 1934 Crisis económica mundial a raíz del desplome de la bolsa de Nueva York Carlos Gardel actúa en el Teatro Ópera de París. El Instituto Ibero-Americano se crea en Berlín. Golpe de Estado contra el segundo gobierno de Hipólito Yrigoyen. El General José E. Uriburu asume al frente del gobierno de facto. Comienza la “Década Infame” y se extiende hasta 1943, caracterizada por el fraude electoral. Adolf Hitler asume como Canciller alemán. La lucha entre los diarios Argentinisches Tageblatt y Deutsche La Plata Zeitung refleja la división en la comunidad alemana al subir al poder los nacionalsocialistas. El dirigible Graf Zeppelin llega a Buenos Aires. 1936 1938 Siemens construye el Obelisco. La Noche de los Cristales: los nacionalsocialistas atacan a sinagogas e instituciones judías en toda Alemania. 1943 1944 1950 1946 1952 1954 1870 1880 1890 1900 1910 1920 1930 1930 1933 178 1960 1957 1958 1960 1961 1962 1970 1980 1990 2000 Se inicia la Segunda Guerra Mundial: bajo el Gobierno de Roberto M. Ortiz, la Argentina se mantiene neutral. El acorazado Graf Spee se hunde en el Río de la Plata. Golpe de Estado contra el Presidente Ramón S. Castillo. El General Arturo Rawson asume el poder al frente del gobierno de facto. Pedro P. Ramírez sucede a Rawson al frente del gobierno de facto. La Argentina rompe relaciones con Alemania y Japón en respuesta a presiones internacionales. La Argentina le declara la guerra a Alemania y a Japón. Fin de la Segunda Guerra Mundial Alemania queda dividida tras la Conferencia de Potsdam. Juan D. Perón asume la presidencia argentina. Alemania y Argentina reinician las relaciones diplomáticas. El diseñador y artista Tomás Maldonado se incorpora como docente a la Hochschule für Gestaltung de Ulm, en Alemania. Golpe de Estado contra Juan D. Perón. Eduardo Lonardi asume la presidencia argentina. El músico y compositor Mauricio Kagel se radica en Alemania. Arturo Frondizi asume la presidencia argentina. El Presidente Arturo Frondizi visita Alemania como primer mandatario argentino Se construye el Muro de Berlín. Adolf Eichmann es capturado en la Argentina. Golpe de Estado: José María Guido asume al frente del gobierno de facto. 1967 Fundación del Goethe-Institut Buenos Aires Fleckvieh, la raza vacuna alemana, llega a la Argentina. 1973 1974 1976 Héctor J. Cámpora gana las elecciones en nombre del Justicialismo: Juan D. Perón asume la presidencia argentina. María Estela Martínez de Perón asume la presidencia argentina tras la muerte de Juan D. Perón. Golpe de Estado: el General Jorge R. Videla asume al frente del gobierno de facto. 1978 Campeonato Mundial de Fútbol, Argentina se consagra campeón. 1982 1983 1984 Guerra por las Islas Malvinas Retorno a la democracia. Raúl Alfonsín asume la presidencia argentina. La nueva Embajada Alemana abre sus puertas. El Secretario General del Partido Comunista de la U.R.S.S., Mikhail Gorbachov, inicia la Glasnost (Política de Apertura) 1989 1989 1990 Cae el Muro de Berlín Carlos Menem asume la presidencia argentina. Reunificación de Alemania 1999 Fernando De la Rúa asume la presidencia argentina. 2001 Crisis económica y política. Fernando De la Rúa renuncia en diciembre. 2002 Eduardo Duhalde asume la presidencia argentina tras la sucesión de varios presidentes temporarios. El jefe de gobierno alemán Gerhard Schröder visita la Argentina. Néstor Kirchner asume la presidencia argentina. Los Toten Hosen llenan el Luna Park 2003 2005 El presidente Néstor Kirchner visita Alemania. La película El abrazo partido del director Daniel Burman gana el Oso de Plata en el Festival de Cine de Berlin. 2007 150 años de relaciones bilaterales entre Alemania y Argentina. 179 Lista de Asociaciones Argentino-Alemanas Selección de instituciones y organismos de acción comunitaria, social y empresarial germano-argentinas elaborada en coordinación con la FAAG. Tema Nombre Calle Código postal Lugar Teléfono E-mail Escuelas Comunidad de Trabajo de Asociaciones Escolares ArgentinoAlemanas/Arbeitsgemeinschaft Deutscher Schulen in Argentinien (AGDS) Reclus 2250 B7500XAF Boulogne / Prov. de Buenos Aires 011 4513 7131 [email protected] Deportes Agrupación Deportiva Argentino-Germana / Deutsch-Argentinischer Turn- und Sportverband Calle 9 de julio 6200 B1653IHD Va. Ballester / Prov. de Buenos Aires 011 4764 4830 [email protected] Iglesias Comunidad Católicos de Habla Alemana St. Bonifatius / Gemeinschaft Deutsch Sprechender Katholiken St. Bonifatius (DT.-Spr. Kath.) Cuba 2981 C1429AXC Ciudad de Buenos Aires 011 4703 3021 [email protected] Iglesia Evangélica del Río de La Plata / Evangelische Kirchen am La Plata (E.K.L.P) Sucre 2855, piso 3 C1428DY Ciudad de Buenos Aires 011 4787 0436 [email protected] Asociación Argentina de Descendientes de Alemanes del Volga / Kulturverband der Wolgadeutschen Buenos Aires Pujol 662, dpto. 2 C1405ALD Ciudad de Buenos Aires 011 4431 9715 [email protected] isakessler@ yahoo.com.ar Asociación Suabos del Danubio / Donauschwaben-Verein La Paz 650 1653 Va. Ballester / Prov. de Buenos Aires 011 4760 9900 [email protected] Asociación de Sudete-Alemanes en la Argentina / Sudetendeutsche Landsmannschaft in Argentinien Warnes 95 B1602CBA Florida / Prov. de Buenos Aires 011 4797 9484 [email protected] Vida Social Club Alemán en Buenos Aires / Deutscher Klub in Buenos Aires Av. Corrientes 327, piso 21 C1043AAD Ciudad de Buenos Aires 011 4311 0716 [email protected] Costumbres Sociedad de Bávaros / Bayern-Verein Entre Rios 2294 B1636GBX Olivos / Prov. de Buenos Aires 011 4797 9043 [email protected] Beneficencia Fundación y Hogar Rodolfo Funke / Stiftung Funke-Heim Maipu 671, of. 42 C1006ACG Ciudad de Buenos Aires 011 4322 8613 [email protected] Sociedad Alemana de Beneficencia / Deutsche Wohltätigkeitsgesellschaft (DWG) Colombia 1340 B1618EMJ El Talar / Prov. de Buenos Aires 011 4736 1876 [email protected] Asociación Filantrópica Israelita Vidal 2957 C1429AHA Ciudad de Buenos Aires 011 4545 1955 [email protected] Cámara de Industria y Comercio Argentino-Alemana / Deutsch-Argentinische Industrie- und Handelskammer Av. Corrientes 327, piso 23 C1043AAD Ciudad de Buenos Aires 011 5219-4000 [email protected] Centro de Ingenieros Alemanes en Argentina / Verein Deutscher Ingenieure in Argentinien (VDI-A) Balcarce 226, piso 3 C1064AAF Ciudad de Buenos Aires 011 4343 8234 [email protected] Colectividades Economía 180 181 Federación de Asociaciones Corales Alemanas del Río de la Plata / Deutscher Sängerbund am La Plata (DSB) Ituzaingó 2055 B1653CTC Va. Ballester / Prov. de Buenos Aires 011 4767 1791 [email protected] Institución Cultural Argentino-Germana M. T. de Alvear 2051 C1122AAE Ciudad de Buenos Aires 011 4824 4038 [email protected] Hogar Los Pinos,Talar de Pacheco Colombia 1340 B1618EMJ El Talar / Prov. de Buenos Aires 011 4740 5131 [email protected] Hogar Hirsch Gaspar Campos 2975 B1663FDC San Miguel / Prov. de Buenos Aires 011 4664 0204 [email protected] Fundación Villa Champaquí Jorge Newbery 311 5194 Va. Gral. Belgrano / Prov. de Córdoba 03546 461433 [email protected] Hogar Alberto Magnus Ruta 5/ Manuel Baguaga 202 5194 Va. Gral. Belgrano / Prov. de Córdoba 03546 461362 [email protected] Obra Social Argentino-Germana en Misiones - OSAGEM / Argentinisches-Germanisches Sozialwerk in Misiones Av. Libertad 155 3360 Oberá / Prov. de Misiones 03755 421173 -- Sociedad Cultural Alemana Corrientes 2540 N3300NLN Posadas / Prov. de Misiones 03752 423482 -- Centro Cultural Germano-Argentino - Leandro N. Alem H.M. de Grubert 277 3315 L. N. Alem / Prov. de Misiones 03754 423133 [email protected] Colectividad Alemana Puerto Rico Av. 9 de Julio 2946 N3334AQU Puerto Rico / Prov. de Misiones 03754 421419 [email protected] Círculo Alemán de Córdoba Av.Recta Martinolli esq.Juan Nepper 6150 5147 Argüello / Prov. de Córdoba 03543 424527 [email protected] Fundación ICALA / Intercambio Cultural Alemán - Latinoamericano Fatheringham 463 X5800DGI Río Cuarto / Prov. de Córdoba 0358 4645174 [email protected] Entre Rios Alemanes del Volga - Filial Gualeguaychú Ituzaingó 1259 E2820AWM Gualeguaychú / Prov. de Entre Ríos 03446 428290 [email protected] San Juan Asociación Sanjuanina de Intercambio Cultural Argentino-Alemana Santa Fe 136 Este S5402AAD San Juan / Prov. de San Juan 0264 4213409 [email protected] Chaco Asociación Germano-Argentina 25 de Mayo 1134 H3724ABD La Breñas / Prov. de Chaco 03731 15433628 [email protected] Asociación Alemanes del Volga de Castelli Av. Perón 865 H3705XBG Colonia J. J. Castelli / Prov. de Chaco 03732 471201 [email protected] Instituto Cultural Argentino-Germano - Santa Fe / Deutsch-Argentinisches Kulturelles Institut (DAKI) Juan de Garay 2957 S3000CRK Santa Fe / Prov. de Santa Fe 0342 4592248 [email protected] [email protected] Asociación Alemana – Esperanza / Deutscher Verein – Esperanza Güemes 1466 S3080FGX Esperanza / Prov. de Santa Fe 03496 422065 [email protected] Club Alemán de Mendoza / Deutscher Verein Mendoza Gutiérrez 2588 5519 Dorrego / Prov. de Mendoza 0261 4314585 [email protected] Cultura Hogares Misiones Córdoba Santa Fé Mendoza 182 183 Registro de nombres Eckener, Hugo 79 González, Joaquín V. 58 Hoffmann, Heinrich 172 Egger, Toni 39 Gorbachov, Mikhail 154 Holst, Andreas von ("Kuddel") 157 Eichmann, Adolf 113ss Grass, Günter 137 Hölters, Hermann 61 Epstein, Ernesto 105 Grey, Iván 172 Horkheimer, Max 67 Erhard, Ludwig 100s. Grimm, Hermanos 88 Hoyer, Dore 120 Espindola, Norma 131 Gronau, Wolfgang von 79 Huergo, Delfín B. 13 Abasolo, Máximo 40 Bemberg, Otto 28 Busch, Hans 106 Abdo, William 131 Benjamin, Walter 67,109 Busche-Haddenhausen, 162 Adenauer, Konrad 99,111,145,147s. Berutti, Arturo 105 Hilmar Freiherr von dem Adorno, Theodor W. 67 Berutti, Pablo 105 Busnelli, Mirta 120 Farell, Edelmiro J. 76 Gropius, Walter 109 Humboldt, Alexander von 19,21 Aicher-Scholl, Inge 103 Bieckert, Emilio 28 Caetano, Adrián 166 Farocki, Harun 121 Guevara, Ernesto ("Che") 33,158 Illia, Arturo 25 Aicher, Otto ("Otl") 103 Bill, Max 103 Cage, John 105 Fassbinder, Rainer Werner 168s. Gugelot, Hans 103 Itelman, Ana 120 Akin, Fatih 168 Bismarck, Otto von 12s.,31,73 Caldini, Claudio 120 Faupel, Wilhelm 69 Gugliotta, Sandra 166 Jacob, Paul Walter 33 Alem, Leandro N. 32 Blaquier, familia 141 Candioti, Enrique 153 Federico Guillermo IV 12 Guillermo I 12s. Jannings, Emil 168 Alemann, Ernesto 62,75 Blasco, Claudio Gustavo 131 Cano, Luis 121 Fernández de Lavigne, Beatriz 131 Guillermo II 53,63,67,73 Jelenic, Nilda Esther 131 Alemann, Johann 73,77 Boelitz, Otto 69 Castillo, Ramón S. 76 Fernández, Julio 40 Gülich, Friedrich von 11ss.,20 Jens, Walter 137 Alemann, Katja 120 Bolívar, Simón 161 Castorf, Frank 120 Figueroa Alcorta, José 162 Gutjahr, Klaus 35 Jones, Lewis 39 Alemann, Marie-Louise 120 Böll, Heinrich 137,169 Chávez, Julio 167 Flaskamp, Carlos 131 Habermas, Jürgen 120 Jörgensen, Juan 42 Alemann, Máximo J. 67 Bolten, August 27 Conti, Haroldo 136 Francavilla, Mónica 131 Halbach, Franz 11 Juárez Celman, Miguel 32 Alfonsín, Raúl 138,141 Borchers, Augusto 11 Cordón, Adela 43 Fregel, Andreas ("Campino") 157 Hauman- Merck, Lucien 42 Justo, Agustín P. 84s. Alonso, Lisandro 166 Borges, Jorge Luis 57 Cortázar, Julio 133 Freude, Ludwig 116 Hauthal, Rudolf 42 Kagel, Mauricio 105ss. Álvarez Carrera, Edgardo 131 Bormann, Martin 115 Costa, Eduardo 20 Freude, Rodolfo 116 Heine, Heinrich 88 Kahler, Erich von 173 Ameghino, Florentino 20 Bouilloux-Lafont, Marcel 79 Darwin, Charles 19s. Frisch, Max 137 Heintze, Paul Friedrich 96 Karajan, Herbert von 107 Amsinck, Heinrich 47 Boulez, Pierre 106 Dauert, Erich 20 Fromm, Erich 67 Heisenberg, Werner 148 Kehlmann, Daniel 121 Antonio, Jorge 115 Brandt, Willy 132,153s. David, Catherine 121 Frondizi, Arturo 101,111 Henckel von Donnersmarck, 168s. Keiper, Wilhelm 58 101 Keppel, Katharina 57 Keymer, Karl Wolfgang 28 Klement, Riccardo 113s.,116 Kölliker, Alfred 42s. Korsch, Karl 67 Koutzi Saudemberg, Flavio 131 Kroyer, Silvia 99 Kühn, Franz 42 Laborde Calvo, Adriana 131 Lallemant, Germán Avé 33 Lang, Fritz 168 Langsdorff, Hans 95s. Aramburu, Pedro Eugenio 101 Bravard, Auguste 19 Debussy, Claude 105 Frühwald, Wolfgang 148s. Florian 133s. Brecht, Bertholt 57 Delfino, Antonio 28s. Fuldner, Carlos 116 Hepe, Rodolfo Arens, Gottfried Arlt, Roberto 70 Bredow, Gustav Adolf 162s. Deray, Jacques 165 Furtwängler, Wilhelm 105,107 Hermann, Lothar 113ss. 113 Band, Heinrich 35 Breitkopf, Michael ("Breiti") 157s. Die Toten Hosen 157 Gandini, Gerardo 121 Hermann, Sylvia Brücklmaier, Roberto 100 42 García Moreno, Martín 40 121,169 116 Diener, Adán Herzog, Werner Barbie, Klaus 146 Barbirolli, John 106 Brückner, Jutta 121 Dietrich, Marlene 139 García Wehbi, Emilio 121 Heuss, Theodor Brühl, Daniel 168 168 Gelman, Juan 136 42 32 Dörrie, Doris Hicken, Christóbal M. Bauer, Alfredo 105 Bauer, Fritz 115 Buechele, Tobías 42 Dreier, Stella Maris 131 Goebbels, Joseph 75,116 Hindemith, Paul Bunke, Erich 33 131 Goethe, Johann Wolfgang von 57,157,172 62,67 120 Dressel, Heinz Friedrich Hirsch, Alfredo Bausch, Pina 120 47,75s.,80,87ss, Bayer, Osvaldo 132-136,139 Bunke, Tania 33 Dreyfus, Louis 67 Goldfarb Lucero, Dora 131 Hirsch, Narcisa 131 Burman, Daniel 166 Dung, Fritz 99 Goltz, Colmar Freiherr von der 162 Hitler, Adolf Bayer, Rodolfo Alejandro Beethoven, Ludwig van 154 Burmeister, Carl Hermann Conrad 19ss. 184 93,99,114,168 Dürnhöfer, Eduardo 100 Goñi, Uki 115 185 Latécoère, Pierre-Georges 79 Mengele, Josef 114s. Perón, Juan Domingo 99ss. Rudel, Hans-Ulrich 116 Sullivan, Louis 103 Weil, Hermann 67 Lehmann- Nitsche, Robert 70 Mermoz, Jean 79 Petrobelli, Franciso 40 Saint-Exupéry, Antoine de 39,79 Syberberg, Hans-Jürgen 121 Weizmann, Jaim 92 Lengert, Alfredo Alberto 131 Meurer, Andreas ("Andi") 157 Petroni, Doris 120 San Martín, José de 29,120,161 Szuchmacher, Rubén 120 Wenders, Wim 168s. Lerer, Diego 166 Minujín, Marta 120 Pigna, Felipe 114 Santuccione, Brigadier 134 Tank, Kurt Waldemar 116 Weyenbergh, Hendrik 20 Lermann, Diego 166 Mitre, Bartolomé 32 Plate, Alfredo ("Vito") 39 Sargent, Malcolm 106 Tannert, Augusto 42 Witte, Lutz 42 Liebknecht, Karl 32 Mohr, Franz 11 Plate, Juan 39ss. Sarlo, Beatriz 121 Tantanián, Alejandro 121 Wittfogel, Karl August 67 Liebknecht, Wilhelm 31s. Morelli, Lidia Teresa 131 Plüschow, Günther 39 Sarmiento, Domingo Faustino 19ss.,57s. Tellas, Vivi 120 Wölfer, Joachim 29 Lilienthal, Matthias 121 Moreno, Francisco Pascasio 20,41 Pollock, Friedrich 67 Sassen van Elsloo, Wilhelm 116 Tepp, Max 63 Wuttke, Martin 121 Lindbergh, Charles 79 Moreno, Rodrigo 167 Pozzobón, Atilio 172 Schaccheri, Iris 120 Terdenge, Hermann 100 Yrigoyen, Hipólito 53s. Linke, Susanne 120 Mosalini, Juan José 35 Prebisch, Alberto 83s. Schanton, Pablo 120 Thalberg, Sigismund 105 Zeischegg, Walter 103 Llamas Massini, Cosme 40 Müller, Heiner 121 Prebisch, Raúl 67,83s. Scharf, Obispo 136 Thermann, Edmund Freiherr von 74s. Zielke, Walter 136 López, Bernabé 12 Murnau, Friedrich Wilhelm 168 Prelorán, Jorge 120 Schell, Maria 168 Thunn, August von 39 Zieschank, Annemarie 130 López, Hugo Julio 131 Musters, George Chaworth 39 Priebke, Erich 64,116 Schiller, Friedrich 57 Tietjen, Woltje 16 Zieschank, Klaus 136 Lorentz, Paul G. 20 Nau, Nicole 35 Pueyrredón, Honorio 54 Schlöndorff, Volker 168s. Tiller, Nadja 168 Zimmermann, Arthur 53 Löwenthal, Leo 67 Naumann, Friedrich 145s. Pyenson, Lewis 20 Schlüter, Ferdinand D. 11 Tomé, Luis Héctor 131 Zimmermann, Carl Friedrich 35 Loza, Santiago 167 Newbery, Jorge 141 Quesada, Ernesto 69,71 Schmidl, Ulrich 11 Tomsen, Adolf 42 Zimmermann, Johann C. 11 Lübke, Heinrich 25,111 Noel, Carlos M. 163 Quevedo, Francisco de 57 Scholl, Hans 103 Tornquist, familia 141 Zkorenblut, Manuel Ricardo 131 Lukács, Georg 67 Nordenholz, Guillermo 16,24 Quintana, Manuel 58 Scholl, Sophie 103 Toto, Carlos María 161 Zorzoli, Ciro 121 Lutero, Martín 63 Núñez, José Enrique 131 Quirno Costa, Norberto 40 Schopflocher, Roberto 87,9 Trapero, Pablo 166s. Luxburg, Karl von 53s. Ocampo, Pedro María de 123s. Ramos Marrau, Francisco 131 Schröter, Werner 121 Urondo, Paco 133,136s. Madsen, Andreas 39 Ocampo, Victoria 123 Rawson, Arturo 76 Schultz-Sellack, Carl 20 Urquiza, Justo José de 11s. Malaccorto, Ernesto 67 Ochoa de Eguileor, Jorge 31 Reger, Max 105 Schwabe, Auguste 13 Vage, Hans 15 Maldonado, Tomás 103 Oesterlen, Dieter 141 Reichert, Fritz 42 Schwammberger, Josef 116 Valdés, Eduardo 31 Mann, Thomas 157 Oetker, Rudolf August 29 Renzis, Alfredo de 33 Schygulla, Hanna 168 Valéry, Paul 105 Marcuse, Herbert 67 Orezzoli, Héctor 36 Richter, Ronald 116 Segovia, Claudio 36 Vedia y Mitre, Mariano de 83s. Marx, Ellen Pincus de 127,129 Ortiz, Roberto M. 76 Ritchie, Stephen George ("Vom") 157 Shakespeare, William 57 Velaz, Angel 40 Marx, Leonor Gertrudis 127,129 Otten, Fred 39 Rivadavia, Juan Martín de 41 Siemens, Werner von 46 Veronese, Daniel 121 Masur, Kurt 154 Paganini, Nicolás 35 Roca, Julio A. 39,41 Sievert, Max 20 Videla, Jorge Rafael 130 Meerapfel, Jeanine 121 Paucke, Florian 15 Rojas, Celia Marta 131 Silbermann, Pablo 42 Viñas, David 136 Meier, Rosa 64 Pauls, Alan 121 Roosevelt, Franklin Delano (FDR) 63 Soerensen, María Mercedes 131 Vogler, August 20 Melero, Daniel 120 Pazo, Esteban Enrique 131 Roosevelt, Theodore 63 Sorín, Carlos 167 Walsh, Rodolfo 133,136s. Mendoza, Pedro de 83 Pellegrini, Carlos 20 Rosales de Piévani, Susana 131 Spiecker, Carl 49,99 Waltz, Sasha 121 Menem, Carlos 161 Pereyra, Luís 35s. Rosas, Juan Manuel de 11,51 Stelzner, Alfred 20 Weber, Adolph 67 Menem, Eduardo 161 Perón, Isabel Martínez de 132,134 Rotter, Ariel 166s. Suardi, Luciano 121 Weil, Félix José 67 186 187 Allianz fue fundada en 1890 en Berlín con el nombre de ALLIANZ Versicherung por Carl Thieme, empresario con 30 años de experiencia en seguros, y el banquero Wilhelm Fink. Desde la ciudad de München, Thieme y Fink comenzaron la gran expansión de la compañía por el mundo y en pocos años Allianz continuaría su crecimiento fusionándose con la exitosa Munich Re, orientada a los reaseguros, comenzando así con la venta de seguros directos. En la misma época, la empresa da muestras de su fortaleza afrontando, como reasegurador, acontecimientos de gran repercusión, como por ejemplo el hundimiento del Titanic. Al estallar la Primera Guerra Mundial en 1914, Allianz ya se había expandido por toda Europa. La catástrofe de la Segunda Guerra Mundial dejó sus rastros también en la empresa. Gracias a la fuerte posición y a sus empleados, que transmitieron el espíritu de pertenencia a Allianz, se comenzó a reconstruir desde las ruinas de la oficina central, toda la empresa nuevamente. Desde 1970 la expansión del Grupo se hace cada vez más acelerada. Se suceden las compras y fusiones en Europa, Asia y América comenzándose con la creación y desarrollo de nuevos seguros: Automotores, Aeronavegación, Transportes (aéreo, terrestre y marítimo), Explotación petrolífera, Minería, Industrias básicas y manufactureras. A comienzos de los 90, Allianz alcanza el primer lugar entre las aseguradoras de Europa, convirtiéndose en 1998 con la compra de AGF de Francia, en uno de los mayores grupos aseguradores del mundo. En el año 2000, Allianz AG es la primera compañía alemana en cotizar en la Bolsa de Nueva York. Su crecimiento continúa con la adquisición de otras compañías, como el Dresdner Bank en el 2001 y Pimco de 188 EEUU, posicionándose hoy entre los grupos de servicios financieros más grandes del mundo, gestionando activos por más de un trillón de dólares en más de 70 países. La historia de Allianz en nuestro país comienza en 1988. La compañía empieza a operar luego de la adquisición e integración de tres empresas de prolongada actuación en la plaza aseguradora local: Plus Ultra Compañía Argentina de Seguros S.A. (1956), Colón Compañía de Seguros Generales S.A (1962) y Compañía Aseguradora Argentina S.A. de Seguros Generales (1919). En 1995 al finalizar la fusión, comienza a trabajar bajo la denominación Allianz RAS Argentina S.A. de Seguros Generales. En 1999 luego de la fusión por absorción de AGF Argentina Compañía de Seguros SA. por parte de Allianz RAS Argentina S.A., surge AGF Allianz Argentina, hasta que en septiembre de 2007 producto de la adquisición del 100% de AGF, comienza a operar en nuestro país como Allianz Argentina Compañía de Seguros S.A. El Grupo también está presente a través de Euler Hermes Argentina S.A. comercializando seguros de Crédito. Euler Hermes, es a nivel internacional líder de mercado en seguros de crédito. En la actualidad, Allianz Argentina orienta sus esfuerzos hacia el desarrollo de soluciones de seguros para grandes riesgos industriales, comerciales y particulares, ofreciendo coberturas integrales adaptadas a las necesidades de sus clientes. En nuestro país la empresa tiene un fuerte enfoque hacia los standards de calidad, eficiencia y eficacia que caracterizan a la cultura alemana, por lo que desde la selección de riesgos, hasta la entrega final de una póliza, el valor de Allianz puede sintetizarse en: “Entregar confianza en los momentos de la verdad de sus clientes”. BASF – La empresa química líder a nivel mundial, presente en Argentina desde hace más de 50 años. BASF en Argentina forma parte del Centro de Negocios Sudamérica - Sur, también integrado por Bolivia, Paraguay y Uruguay. BASF comercializa sus productos a más de 2.000 clientes, los cuales se clasifican en cinco segmentos: Productos para la Agricultura y Nutrición; Productos de Performance y Pinturas; Químicos; Plásticos; Petróleo y Gas. A través del contacto constante con la casa matriz en Alemania y con las demás empresas del grupo a nivel mundial, BASF aprovecha la experiencia y el conocimiento de más de 95.000 colaboradores en todo el mundo y se garantiza la transferencia de know-how, de los desarrollos y avances tecnológicos y de investigación, ajustándose a las normas de calidad y protección del medio ambiente. En Argentina trabaja actualmente un equipo de casi 800 colaboradores, distribuidos en cuatro plantas de producción ubicadas en las localidades de Burzaco, Escobar, Gral Lagos y Tortuguitas y en las oficinas centrales de Capital Federal. En 1950 BASF se estableció en la Argentina comercializando diversos productos a través de la empresa Unión Química SRL. En esa época, el sector industrial crecía en forma acelerada y gozaba de un momento de gran auge económico. En 1963, BASF comenzó a fabricar pigmentos y formulaciones de colorantes para la industria textil, en Florida, Buenos Aires. En 1969 empezó a utilizar su nombre actual: BASF Argentina SA y en 1972 se construyó la Planta de Gral. Lagos, en la provincia de Santa Fe y se establecieron las oficinas en el edificio de la Av. Corrientes. En los ‘80, BASF ingresa al mercado de coatings, adquiriendo las empresas Lusol y Crisa, produciendo pinturas en su Planta de Tortuguitas, abasteciendo a la industria automotriz. También se incorpora el mercado de Nutrición Animal, adquiriendo la empresa Farmad en 1989. En 1995 se inauguraron la Planta de Premezclas Lutavit de Tortuguitas y el Centro de Desarrollo Profesional Glasurit. Este último fue ideado para capacitar a talleristas en el uso de tecnologías de repinturas automotrices. En 1997 se produjo la apertura del Centro de Distribución también en la Planta de Tortuguitas. En 1998, BASF adquirió la marca Casablanca de pinturas arquitectónicas. En ese mismo año también se creó BASF Poliuretanos SA, empresa que comercializa sistemas poliuretánicos. En el año 2000, BASF anunció la compra de Cyanamid ocupando de esta forma un lugar de liderazgo en el mercado de fitosanitarios. En el 2002, BASF inauguró una nueva planta de premezclas para el mercado de nutrición animal que permitió duplicar la capacidad de producción, ofreciendo las mejores ventajas de logística para sus clientes. Entre los acontecimientos principales del 2004, BASF cambia su imagen en todo el mundo anunciando su nueva identidad corporativa: BASF, The Chemical Company aportando innovación, dinamismo y color a la cultura de la empresa. El 2006 fue un año de adquisiciones, en primer lugar se llevó a cabo la adquisición del negocio de químicos para la construcción de Degussa, ampliando la oferta de productos y el potencial de las sinergias internas. En segundo lugar, BASF anunció la adquisición a nivel mundial de Engelhard Corporation (NYSE: EC), una empresa líder en el mercado de catalizadores con aplicación en diversas industrias, como la automotriz. A través de las constantes inversiones en el país, BASF apuesta al fortalecimiento de las relaciones Argentino – Alemanas, que al día de hoy llevan 150 años. 189 La historia de Bayer en la Argentina se remonta al primer año del siglo XX. Diez años más tarde, un primero de enero de 1911, se inaugura una filial propia en Buenos Aires bajo el nombre de Federico Bayer y Cía., en la calle Rivadavia. Desde el comienzo la Aspirina, que ya se había tornado popular, ocupaba cómodamente el primer puesto de ventas entre todos los productos. Los primeros años: un continuo crecimiento En 1930 se abandonaron las oficinas de la calle Rivadavia, que fueron resultando demasiado pequeñas, habilitándose un nuevo local en Alsina 1644. El éxito de la compañía y su constante desarrollo hicieron que su siguiente destino fuera la esquina de Cerviño y Ocampo en Palermo, donde el programa de fabricación pudo ampliarse considerablemente. Ya en 1939 se comenzó con la construcción de un nuevo edificio en un predio de 9.000 m2 en Coronel Díaz 2110. En primavera de 1945, con el ingreso de la Argentina a la guerra, se decretó la nacionalización de las empresas alemanas, entre las que también se encontraba Bayer. En 1958, el gobierno de Frondizi optó por reanudar las buenas relaciones con la nuevamente fortalecida República Federal de Alemania. Fue entonces que se abrió la posibilidad de restitución del patrimonio expropiado. Poco después, Bayer se hizo cargo de “Proindar”, mudando las oficinas a Corrientes 316. La nueva coyuntura y crecimiento consecuente llevaron a la compra del edificio de Villa del Parque, que comenzó en 1959. Bayer y la comunidad Más allá del éxito comercial y empresario que venía sosteniendo Bayer desde su instalación en el país, sus directivos y colaboradores siempre mantuvieron una fuerte participación en 190 el ámbito social. Ello sentó las bases de una cultura corporativa enfocada al compromiso social que se ve reflejada en los amplios planes de Responsabilidad Social Empresaria que lleva hoy a cabo la compañía. Bayer hoy Bayer es una empresa orientada a las “Ciencias de la Vida” con actividades integradas en áreas tan diversas como los cuidados de la salud, la protección de cultivos y producción de materiales de altas prestaciones. En el umbral de su centenario en el país, Bayer S.A. es el eje de la Región Cono Sur que incluye las operaciones en Bolivia, Chile, Uruguay y Paraguay. Bayer cuenta en Argentina con más de mil doscientos colaboradores y cuatro centros de producción. El centro de producción de especialidades farmacéuticas de venta libre -Pilar I-, fue inaugurado en junio de 1999. Allí se concentra la producción de toda la línea de comprimidos y granulados efervescentes.La Planta II de Pilar, inaugurada en 2001, concentra principalmente la producción de la amplia línea de productos vitamínicos. En el Parque Industrial de Zárate, Bayer posee dos plantas para la formulación de insumos para la protección de cultivos. Por su parte, las áreas administrativas y comerciales de Bayer en Argentina, se encuentran desde 1994, en un moderno edificio ubicado en la localidad de Vicente López. Allí trabajan más de 400 colaboradores. A través de los años, la reconocida calidad y confiabilidad de sus productos, sus altos principios éticos, la eficiencia y seguridad de sus procesos industriales y sus buenas prácticas comerciales han contribuido a cimentar el prestigio de Bayer en la Argentina. Prestigio que se puede resumir en un lema que acompaña a varias generaciones de argentinos: Si es Bayer, es bueno. El viaje de Robert Bosch a Sudamérica, en el año 1921, lo lleva a tomar la decisión de abrir un negocio de ventas en Buenos Aires. Esto hizo que, en junio de 1924, se fundara Robert Bosch S.A. en la calle Rivadavia al 1800. En sus comienzos, la firma se dedicó a la comercialización de bujías de encendido, magnetos, baterías, arranques, faros, llaves de contacto, bombas y toberas de inyección diesel. Pero muy pronto, el desarrollo de este negocio hizo necesario que se montara una red de talleres especializados en las principales ciudades de la Argentina. Fue así que, con el correr del tiempo, ya en los años 50, la empresa abrió el primer Servicio Bosch en el país, y durante la década de 1960 se expandió aún más, convirtiéndose en una Sociedad Anónima y abriendo un nuevo negocio de ventas en Buenos Aires que incluía la provisión de equipamiento original para la Industria Automotriz así como el abastecimiento del mercado de reposición (fabricación de bujías de encendido). En este mismo año, Robert Bosch Argentina S.A. incorporó la fabricación de autoradios y la comercialización de su línea de herramientas eléctricas. En 1971 se construyó, en la provincia de Tucumán, la principal planta industrial de Bosch en el país, donde se fabricaron, hasta el año 1988, equipos de inyección diesel, bujías de encendido, motores de arranque, autoradios, taladros y amoladoras. Bosch continuó ampliando sus mercados incorporando, en el año 1975, la comercialización de los equipos Blaupunkt. En 1982 Robert Bosch Argentina S.A. se trasladó al edificio de Av. Córdoba 5160, donde actualmente funcionan las unidades comerciales de Automotive Aftermarket, Herramientas Eléctricas y Car Multimedia (Blaupunkt). Hasta ese momento, la distribución de las acciones de la empresa era de un 60% para Bosch Brasil y un 40% para Argelite. A partir de entonces, Bosch Brasil adquirió el 100% de las acciones de Robert Bosch Argentina Industrial S.A., lo que permitió la ampliación de la unidad de negocios para mecanizados de aluminio, fabricación de cuerpo mariposa para sistema de inyección electrónica de gasolina y montaje de sonda lambda. También por esa época Robert Bosch GmbH adquirió el 100% de las acciones. Entre 1995 y 2000, dentro de la división de Herramientas Eléctricas, se incorporó la línea de accesorios Vermont American y las marcas Skil y Dremel. Y, a principios de la década de 2000, con la adquisición mundial de Rexroth, se creó la Bosch Rexroth S.A.I.C. En el transcurso del año 2002, se establecieron los primeros contratos de servicios con BSH (Electrodomésticos) y BS (Sistemas de Seguridad) para el inicio de sus actividades comerciales en las instalaciones de Robert Bosch Argentina Industrial S.A. Hacia fines de este mismo año se llevó a cabo la fusión de Bosch Frenos S.A. con Robert Bosch Argentina Industrial S.A. En los primeros meses de 2003, se efectuó el traslado de las áreas administrativas a Robert Bosch Argentina Industrial, unificándose los servicios de las áreas centrales como Personal, Logística, Contabilidad e Informática. En enero de 2005 Robert Bosch Argentina S.A. se fusionó con Robert Bosch Argentina Industrial S.A. tomando la denominación de «Robert Bosch Argentina Industrial S.A.». Y, en el mismo mes, pero de 2006, Bosch Sistemas de Seguridad se fusionó con Robert Bosch Argentina Industrial S.A. En el año 1995 se conformó la actual Robert Bosch Argentina Industrial S.A., en forma conjunta con la firma Argelite SAIC, para la fabricación de equipamiento automotriz en Argentina y Uruguay. Y con la adquisición de Allied Signal Argentina S.A. se creó Robert Bosch Frenos S.A. 191 DAIMLERCHRYSLER ARGENTINA S.A. En 1951 se instala en Argentina la primera planta de Mercedes-Benz fuera de Alemania. El Centro Industrial, ubicado en González Catán, bautizado con el nombre de Juan Manuel Fangio en homenaje al quíntuple campeón del mundo, fue pionero en Latinoamérica en la fabricación de vehículos de transporte de carga, de pasajeros y componentes. Su gran desarrollo la convirtió en una de las empresas más admiradas de la Argentina y, a partir de 1996, la planta se especializó en la producción de vehículos utilitarios y buses urbanos de piso bajo, los colectivos Mercedes-Benz, un clásico de las calles argentinas. La especialización del Centro Industrial Juan Manuel Fangio en la producción del Mercedes-Benz Sprinter y sus altísimos niveles de calidad, han llevado a la ratificación por parte de nuestra Casa Matriz de continuar siendo centro de competencia mundial y de alta especialización en la producción de vehículos utilitarios. DaimlerChrysler Argentina está concluyendo una inversión de más de U$S 50 millones destinada a la reformación en su línea de montaje y chapistería para incrementar la producción del utilitario Mercedes-Benz Sprinter y aumentar el volumen de las exportaciones. La fabricación del Mercedes-Benz Sprinter, en sus distintas versiones, comienza en la planta de chapistería donde se ensamblan todos los componentes de las carrocerías. Luego son trasladadas a través de puentes automatizados a la planta de pintura. En la línea de montaje, se incorporan todos los elementos a la carrocería soldada y pintada. Finalmente se llevan a la calle de ensayos en donde se hace el último ajuste de cada unidad. Cada 10 minutos, un Sprinter es entregado a la playa de ventas. El MercedesBenz Sprinter ha sido premiado local e internacionalmente por su alto estándar de calidad y tecnología, exportándose en la actualidad a más de 50 países en los 5 continentes, incluyendo la versión del Sprinter con volante a la derecha. 192 En la actualidad, el Sprinter fabricado en Argentina se comercializa en mercados tan disímiles y exigentes como Arabia Saudita, Australia, Bahrain, Bélgica, Brasil, Chile, China, Colombia, Costa Rica, Cuba, Egipto, España, Francia, Inglaterra, Irlanda, Israel, Jamaica, Jordania, Kenia, Kuwait, Líbano, Malasia, Nueva Zelanda, Pakistán, Qatar, Rusia, Singapur, Sudáfrica, Turquía y Vietnam, entre otros. Consciente de su responsabilidad ecológica, DaimlerChrysler Argentina incluye la preservación del Medio Ambiente entre los objetivos fundamentales de la empresa. En ese sentido, nuestra política es desarrollar las operaciones productivas integradas con la protección del medio ambiente, tanto en operaciones propias como en aquellas sobre las que influye de manera directa. Las unidades fabricadas llevan motores con gerenciamiento electrónico, que eliminan la emisión de contaminantes y cumplen con las más exigentes normas ambientales europeas. Tecnología, disciplina, pasión, integridad y respeto han convertido a la empresa en la fuerza detrás del progreso de la industria automotriz. Día a día, continuamos siendo líderes, debido a trabajo en investigación y desarrollo de innovaciones tecnológicas. La compañía tiene una larga historia productiva y comercial en el país. Tener una participación activa frente a las necesidades de la comunidad, por encima de sus obligaciones propias como son las de generar empleo, brindar desarrollo tecnológico y promover sus recursos humanos, es un compromiso de responsabilidad social ineludible. Hoy como ayer, acompaña los esfuerzos de su gente por crecer y progresar, con una firme actitud de inversión y la renovada vocación por la tecnología y la calidad en el trabajo cotidiano. DaimlerChrysler Argentina, un compromiso con la excelencia. Nuestra marca a nivel mundial y su historia… En el 2003, Deutsche Post World Net consolidó todas sus actividades de correo express y logística en un sólo nombre comercial, “DHL”. La marca DHL se fortaleció aún más por la adquisición de Exel en diciembre de 2005 quedando determinadas sus 3 principales unidades de negocio: DHL Global Forwarding, Supply Chain, Express. El conocimiento de DHL proviene de varias empresas previamente adquiridas por Deutsche Post World Net. A modo de ejemplo podemos mencionar: Exel, Deutsche Post Euro Express, Danzas y Air Express Internacional. Presentes en la Argentina desde 1947, DHL es líder en el mercado de Forwarding ofreciendo una amplia gama de productos y servicios dándole valor agregado a la cadena logística One-Stop-Shopping. DHL, no sólo es líder del mercado de Forwarding sino también en el mercado logístico con DHL Supply Chain y en el Servicio de Courrier con DHL Express cubriendo de esta forma todos los pasos en una cadena de valor integrada. Las oficinas centrales de DHL Global Forwarding, DHL Supply Chain y DHL Express situadas en la ciudad de Buenos Aires otorgan cobertura a nivel nacional en toda la extensión del territorio argentino y a nivel internacional a más de 220 países y demás territorios del mundo. A pesar de ocupar la posición líder en el mercado, las direcciones de las unidades de negocio, como así también todo su plantel, conocen la fuerte competencia. Es por esta razón que en forma continua, la compañía se encuentra desarrollando programas de capacitación para sus mejores talentos y trata de estar cerca de los clientes mediante contactos personalizados para darles soporte, valor agregado y dedicación tanto a los grandes, medianos, pequeños clientes y pymes. Nuestras unidades de negocio DHL Express DHL Express es el socio perfecto para cubrir todas sus necesidades de envíos express y paquetería alrededor del mundo. Ofrece los servicios de Entrega Mismo Día, Mensajería Express, Paquetería y Carga. Nuestra red cuenta con más de 4,000 oficinas y 120,000 destinos en todo el planeta para cumplir este cometido. DHL Global Forwarding DHL Global Forwarding, líder de mercado en envíos aéreos y marítimos. En Argentina, con cobertura a nivel nacional mediante oficinas en los puntos principales del país. Una gama de servicios de valores agregados como: despachos aduaneros, Customer Program Management, almacenaje y distribución, seguro de las cargas, asesoramiento completo en la cartera de productos y servicios logísticos. DGF, ocupa una posición líder en el mercado de cargas sustentada por la confianza de las empresas más importantes del país. DHL Exel Supply Chain Con un enfoque orientado al cliente, DHL Supply Chain administra la cadena de suministros buscando la optimización de los procesos, la reducción del lead time, la visibilidad de la operación, el rastreo de los productos, la eficiencia y la agilidad. La flexibilidad de DHL Exel Supply Chain permite su operación en instalaciones de clientes, centros de distribución dedicados o compartidos, campus logísticos, vendor hubs, parques de suministradores así como en centros de consolidación y desconsolidación. DHL cuenta con un dedicado equipo de Recursos Humanos el cual se encuentra abocado al personal, retención y capacitación de talentos, aspiraciones de carrera y a las necesidades de la sociedad participando y colaborando activamente con los sectores más necesitados del país y a nivel mundial aportando toda su experiencia en redes logísticas. 193 El Estudio Leonhardt, Dietl, Graf & von der Fecht fue fundado en 1976 por los abogados Thomas Leonhardt y Rodolfo Dietl. El objetivo inicial del Estudio era asesorar principalmente a empresas pequeñas y medianas del ámbito de habla alemana (Alemania, Austria y Suiza) en sus negocios e inversiones en la Republica Argentina. Este objetivo se logró ampliamente, siendo hoy el Estudio asesor de un importante numero de empresas pequeñas, medianas y grandes en las que prevalecen empresas originarias de los países arriba mencionados. El Estudio se especializó en el “asesoramiento jurídico de las empresas”, tomando el llamado Derecho Empresario, como principal actividad. Todas las consecuencias jurídicas de las actividades empresarias son el campo en que el Estudio se desenvuelve con mucha comodidad. Las necesidades de los clientes hicieron luego que se ampliaran las actividades al Derecho de Familia, Sucesiones y otros temas del Derecho Civil, para lo que se fueron incorporando especialistas específicos en cada materia. Hoy el Estudio se maneja con una infraestructura propia y de terceros que le permite afrontar cualquier tipo de asesoramiento jurídico empresario de cualquier envergadura que se presente. Los socios del Estudio desarrollan también múltiples actividades culturales y sociales en instituciones de la colectividad de habla alemana en la Argentina, lo que sirvió para acentuar la presencia del Estudio en el referido nicho, aún cuando hoy sea el idioma inglés el que prevalece en el asesoramiento de negocios internacionales. Los abogados del Estudio conservan como principal objetivo mantener el contacto directo con el cliente, 194 dando una importancia primordial al asesoramiento personalizado y adaptado a las necesidades individuales. Entre los abogados del Estudio, que se manejan indistintamente en castellano e inglés, hay 8 profesionales que dominan el idioma alemán. La experiencia del Estudio en el asesoramiento internacional le permite ser un puente y guía adecuado para conocer e incorporarse al mercado de negocios argentino. El 18 de agosto de 1956 un Super Constellation de 48 plazas despegó de Hamburgo, cubriendo la nueva línea transatlántica, vía Düsseldorf-Frankfurt-París-Dakar-Río de Janeiro-San Pablo con destino final Buenos Aires. El 19 de agosto, la para aquel entonces moderna aeronave tocaba tierra en el aeropuerto de Morón en Buenos Aires. Se iniciaba así la presencia de Lufthansa en Argentina, que se ha mantenido ininterrumpida por más de 50 años. En realidad, se trató de un reinicio, ya que tras 17 años volvía a aparecer Lufthansa en esta tradicional ruta hacia la Argentina, repitiendo el viejo vuelo TO 191, con el cual en 1934 había iniciado el primer servicio regular transoceánico del mundo. Con motivo del aniversario, Dieter Rohde, Director General para la Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay desde 2003, comenta: “en los primeros 50 años de servicio en el país, Lufthansa comprueba las cualidades que la distinguen en todo el mundo: confiabilidad, seguridad, permanente innovación y calidad. El nuevo producto Lufthansa Private Jet y la imponente First Class Terminal de Frankfurt o la introducción de Internet a bordo son algunas pruebas de ello”. Hoy, Lufthansa es una de las líneas aéreas líderes del mundo, que con una flota de más de 377 aeronaves transporta anualmente más de 50 millones de pasajeros a 187 destinos en 90 países. La Cámara de Industria y Comercio Argentino-Alemana agasajó con un almuerzo en el Plaza Hotel a la delegación llegada en ese vuelo inaugural, con la presencia de autoridades y empresarios de ambos países. El Ing. Gerhart Höltje, miembro del Directorio de Lufthansa, aludió a “la extraordinaria importancia que la Argentina tiene para Alemania, donde tantos alemanes han encontrado una segunda patria”. Un año después, en 1957 los pasajeros trasladados en Lufthansa entre Alemania, Brasil y Argentina sumaron 18.000. En 1960 comenzó la era de los aviones a reacción en Lufthansa con el Boeing 707 y en 1971 ya llegaba a estas tierras con el conocido Jumbo, Boeing 747. Continuando su expansión, en 1997 Lufthansa fue miembro fundador de Star Alliance, la mayor alianza de líneas aéreas del mundo. En 2003, Buenos Aires fue elegida por Lufthansa para ser el primer destino a nivel mundial en recibir un vuelo regular operado con el Airbus A 340-600. Hoy, la compañía ofrece vuelos diarios a la Argentina con el Boeing B747400, actualmente el avión de mayor capacidad en el mundo. 195 UNA LUMINOSA RELACIÓN La marca OSRAM fue patentada en al año 1906 por la empresa Auergesellschaft, creada por el excelente químico vienés Dr. Auer, para fabricar sus lámparas eléctricas incandescentes de hilo metálico estirado y de luz de arco. El año 1906 fue, por tanto, el del nacimiento de una Marca que conquistaría después fama mundial y sería sinónimo de la buena luz: OSRAM. Estas lámparas de “hilo estirado” conquistaron rápidamente el mercado mundial y fueron vendidas incluso en Argentina. La Revista Fray Mocho de 1913 las publicita como lámparas OSRAM: “las lámparas de hilo estirado irrompible que proporcionan una economía del 75% en fluído, dando luz pura y blanca”. La preocupación por fuentes más eficientes ha sido sin duda una preocupación muy temprana en OSRAM La historia de OSRAM corre pareja al desarrollo de la luz eléctrica. En OSRAM se reunieron, al asociarse en 1919, los conocimientos científicos y experiencias que los tres grandes fabricantes de lámparas incandescentes de Alemania: Siemens & Halske, más la empresa Allgemeine Electricitäts-Gesellschaft, y la Deutsche GasglühlichtAktiengesellschaft (Auergesellschaft). En 1921 se funda una filial en la Argentina, ES LA SEGUNDA EN TODO EL MUNDO, para la distribución de sus productos. La empresa se denomina “OSRAM Limitada Cía. Sudamericana” y se dedicaba a la venta de las lámparas importadas desde Alemania. Queda clara con esta fundación la preferencia que tenía OSRAM por participar del mercado Argentino. El año 1935 marca una gran pérdida para los argentinos ya que fallece Carlos Gardel. Se apaga una voz y se enciende una luz pues en ese año se inicia la producción de lámparas 196 incandescentes OSRAM en Argentina. Se instala una fábrica en la calle De Luca 2251 de la Capital Federal, modificándose la razón social de la empresa por el nombre de “OSRAM Argentina Cía. de Lámparas Eléctricas S.A.”. El 24 de octubre de 1980 con una inversión de trece millones de dólares se inaugura una nueva planta en Boulogne sobre un terreno de 36.705 metros cuadrados de los cuales 11.680 metros cuadrados son cubiertos y albergan un complejo que incorpora oficinas de administración. En este año se lanzan las DULUX LONG LIFE, lámparas de bajo consumo electrónicas que han llegado a transformarse en el sinónimo del ahorro energético. La inauguración del LUMINARIO, el centro de demostración de luz, en 1986 marca una nueva inversión innovación para que el mercado Argentino esté al tanto de las nuevas tendencias en LUZ. Miles de profesionales han pasado por sus cursos de iluminación, para capacitarse en los nuevos productos y lograr efectos lumínicos imposibles de lograr con anterioridad. El año 1989 marca un hito importante, pues OSRAM realiza la primera exportación de lámparas de Industria Argentina con destino a Brasil. Esta fue la primera de una larga serie de exportaciones que han llevado nuestras lámparas a 23 países de América, Europa y la lejana Asia. OSRAM queda como la única fábrica de lámparas en la Argentina en el año 2000. Para afianzar su calidad logra la certificación de su “sistema de gestión integral”. Es la primera empresa en Sudamérica que logra certificar su planta de acuerdo a las normas ISO 9002, ISO 14001 e IRAM 3800, en forma simultánea. Marca también una decisión empresaria de invertir y permanecer en este país en que tanto nos ha unido la historia. Breve Reseña histórica del Laboratorio Pförtner Cornealent SACIF Klaus Pförtner se recibió de óptico en la Escuela Superior de Óptica de Berlín (Alemania) en 1937 y luego de emigrar a la Argentina fundó el primer laboratorio especializado en lentes de contacto en ese país en 1943. En 1962 ingresó a la compañía Tomás Pförtner, Óptico Técnico y Doctor en Ciencias Económicas, imprimiendo una reestructuración técnico-científica, administrativa y comercial, dividiendo las actividades de la misma en dos grandes rubros: - La atención al público en los centros de adaptación Pförtner - La venta mayorista de lentes de contacto, soluciones de limpieza, instrumental y accesorios para la óptica abastecidos por sus propias fábricas elaboradoras. En 1972 Laboratorio Pförtner introdujo las lentes blandas Waicon en el país, con lo que aumentaron considerablemente la difusión de este dispositivo corrector, y pocos años más tarde, junto con los señores Mauriño, crearon la línea Natura de soluciones de limpieza para lentes de contacto. A partir de entonces, Pförtner se ubicó entre los principales productores de lentes de contacto independientes a escala mundial. cerca de 5.000.000 botellas de soluciones para el cuidado de las lentes y una estructura comercial que abastece de todos estos y de otros productos a más de 3.000 profesionales en la Argentina y a distribuidores en 26 países. Los objetivos del Laboratorio Pförtner son claros y simples: brindar a la comunidad una línea completa de dispositivos ópticos que resuelvan en forma eficaz los problemas visuales. Es obvio que esto debe ocurrir en el marco de una política comercial que haga accesibles estos productos a personas de todos los medios y recursos. Para lograr estos fines se dispone de un grupo humano altamente capacitado, integrado por profesionales de diversas disciplinas: ópticos, ingenieros, mecánicos especializados, expertos en computación, economistas, etc. Todos ellos son conscientes del desafío impuesto en aras del perfeccionamiento científico y técnico. Una característica muy especial de esta empresa es que los señores Klaus y Tomás Pförtner siguen activos en la atención personalizada de la mayoría de los pacientes que asisten a la Casa Central en Av. Pueyrredón 1706, Buenos Aires. Otro paso importante fue la incorporación a la empresa en la década del noventa de Martín Pförtner y Máximo Pförtner, hijos de Tomás. El primero se encuentra actualmente coordinando la fabricación, mientras que el segundo se encarga de los aspectos comerciales de la empresa. En la actualidad esta empresa se ha transformado en un complejo industrial y comercial que cuenta con más de 350 empleados; 16 centros de adaptación en los que se atienden a más de 20.000 pacientes al año; una planta que produce 180.000 lentes por mes aprobados por la CE Mark y por las normas ISO 9001/2000; una segunda planta que elabora 197 Impulsando del desarrollo del país desde hace 150 años Roemmers, un desafío a la excelencia En 1921, don Alberto J. Roemmers nacido en Lennep, Alemania, y radicado en la ciudad de Buenos Aires, fundó Laboratorios Roemmers, un emprendimiento que encontró en la Argentina el campo fértil para llevar adelante sus actividades y que se destacó por la seriedad de su accionar y la confiabilidad de sus productos, lo que le posibilitó ganarse el respeto y la consideración del cuerpo médico y la comunidad. Desde 1969, Roemmers comenzó a elaborar en sus plantas farmoquímicas principios activos y drogas para el sector farmacéutico. Actualmente, Maprimed –la empresa del Grupo dedicada a tal producción- no sólo provee de materias primas a la industria farmacéutica argentina, sino que también exporta a diversas regiones y países del mundo, como Estados Unidos de Norteamérica, la Unión Europea, América Latina, Australia, Ucrania y Turquía, entre otros. En 1975 se creó la Fundación Alberto J. Roemmers para apoyar la investigación básica y aplicada de las ciencias médicas, que ya lleva otorgados más de mil subsidios a científicos y equipos de investigadores, además de realizar múltiples actividades, entre las que merecen destacarse la organización de simposios y jornadas, y la publicación de libros de texto para estudiantes de medicina. Rofina, es la empresa dedicada a la logística y distribución de especialidades farmacéuticas, cosméticas y odontológicas que presta servicios no sólo a las compañías del Grupo, sino también a importantes laboratorios nacionales y multinacionales. A mediados de la década del ‘90, se crea la empresa San Juan de los Olivos, que concreta importantes inversiones en plantaciones de olivos en las provincias de San Juan, La Rioja y Catamarca, de la Argentina, y cuya extensión llega actualmente a 4.000 hectáreas cultivadas. 198 Asimismo, se han construido en esa zona dos plantas industriales elaboradoras de aceite y de aceitunas de mesa para abastecer el mercado local y, fundamentalmente, para la exportación a los Estados Unidos de Norteamérica y, en menor medida, a la Unión Europea, Brasil y otros. En 2000 se pone en marcha en Argentina Roemmers Pharma, una Planta modelo cuya ingeniería fue diseñada en Alemania, en la que se elaboran medicamentos sólidos no antibióticos, utilizando tecnología de última generación sólo comparable con la existente en los países más desarrollados que rigen para la más avanzada actividad farmacéutica internacional. Dentro del marco del mercado farmacéutico argentino, el Grupo Roemmers elabora y vende más de 120 productos en distintas presentaciones, por un total de casi 100 millones de unidades anuales. A lo largo de su dilatada trayectoria, Roemmers lanzó al mercado un conjunto de medicamentos que marcaron importantes capítulos en la terapéutica, como Amoxidal, Sertal, Taural, Lotrial, Dorixina, Atlansil, Lanzopral, Vasotenal, Losacor, Endial, Athos, Optamox y Acalix, entre otros, que se convirtieron en productos líderes en sus respectivas clases terapéuticas. La calidad, uno de los valores más preciados y reconocidos del Grupo Roemmers, se define a través de un sistema de gestión basado en el total cumplimiento de los requerimientos establecidos por FDA, OMS y CEE en lo referente a Buenas Prácticas de Manufactura (GMP), Buenas Prácticas de Laboratorio (GLP) y Normas ISO. El cuidado del medio ambiente también es una de las prioridades en materia de responsabilidad empresaria y, por ello, los principios de la sustentabilidad y la ecoeficiencia han sido claramente incorporados en la política ambiental que aplica y sostiene. El espíritu de Siemens ha sido siempre la innovación. Hace exactamente 150 años, en 1857, la Argentina inauguraba su primer ferrocarril. Siguiendo su recorrido, Siemens instaló el primer sistema telegráfico del país. Así, a sólo 10 años de que Werner von Siemens fundase la compañía en Berlín, sus telégrafos ya contribuían a acelerar la comunicación en Buenos Aires. Durante las primeras décadas del siglo XX, Siemens jugó un papel fundamental en el crecimiento del país con la instalación de la red de comunicaciones y tranvías, el montaje de instalaciones eléctricas para importantes sectores industriales, y la construcción de obras de gran valor histórico y patrimonial para los argentinos como son las Avenidas 9 de Julio, Costanera y el Obelisco. Entre la década del ’30 y el ’50, Siemens suministró tecnología de punta para el sector energético, de transporte y comunicaciones. En aquellos años la compañía proveyó de turbogeneradores a la Central Dock Sud, a las termoeléctricas de Corrientes y Villa María, y a la central hidroeléctrica de Cacheuta (en su momento, la de mayor capacidad de América del Sur). Simultáneamente, Siemens construyó y equipó íntegramente las líneas de subtes B y C de Buenos Aires y concretó hitos como el tendido del cable fluvial de telecomunicaciones entre Buenos Aires y Colonia, Uruguay. Ya en los años ´70, la compañía encabeza titulares con la instalación de la central telefónica pública más austral del mundo en Ushuaia, el montaje de los generadores para el complejo hidroeléctrico El Chocón, la instalación del primer tomógrafo computarizado en un hospital y la iluminación del estadio River Plate para el Campeonato Mundial de Fútbol ´78. Durante los años ´80 y a comienzos de los ’90 Siemens concluye una de las grandes obras para la Argentina, el desarrollo del Centro de Despacho Único de Cargas que permite supervisar toda la red de alta tensión del país y los enlaces eléctricos con los países limítrofes, y construye la central termoeléctrica Genelba. Durante esta década, Siemens comienza a especializarse en servicios y soluciones informáticas, y en 1998 lanzó la solución IMED®, el servicio informático que realiza online la gestión de autorizaciones, control y auditoría de prestaciones de salud y que en 2006 logró el récord del sector de salud al procesar 26.000.000 de transacciones al año. También introduce otro proyecto informático con Red Bus® en Córdoba, un avanzado sistema de administración del transporte público de pasajeros con tarjetas sin contacto para el pago de pasajes, sistemas GPS para el seguimiento de flota en tiempo real, seguridad y monitoreo, y la realización de toda la operación y administración del sistema de cobro del transporte público. En el 2000, Siemens inicia el desarrollo de la Red Digital Hospitalaria en Córdoba, única en Latinoamérica, al interconectar informáticamente 32 hospitales públicos de la provincia. Hoy, como hace 150 años, Siemens continúa aportando toda su innovación para el desarrollo de la infraestructura del país – desde la electrificación integral y señalización de avanzada para la nueva línea H y la automatización de 49 pasos a nivel en las líneas de trenes Mitre y Sarmiento hasta la construcción de dos nuevas centrales energéticas que aportarán 1.660 MW al sistema energético argentino, pasando por la provisión e instalación de los más modernos equipamientos médicos del país y los más eficientes sistemas de control y automatización industrial que garantizan el aumento de la producción en segmentos tan diversos como el alimenticio, el químico y el minero. Con más de 2.000 personas trabajando, sucursales en Rosario, Córdoba y Mendoza, y cuatro centros de especialización en el país, Siemens Argentina ofrece soluciones a medida con alto valor agregado local y tecnología de punta para las infraestructuras de energía, industria, telecomunicaciones, informática, salud, iluminación y transporte. 199 Volkswagen: empresa argentina con casa matriz alemana Volkswagen Argentina inició sus actividades en el país en 1980; más de 25 años con una clara visión: producir y comercializar vehículos y autopartes en la Argentina En las plantas de San Justo y Monte Chingolo fue producido al comienzo el conocido VW 1500. Al mismo tiempo comenzó la importación de una paleta de vehículos, entre otros el legendario Escarabajo, del cual fueron vendidos más de 21,5 millones de unidades en todo el mundo. Volkswagen Argentina se destacó siempre como precursora en la implementación de la más moderna tecnología que garantiza, en gran medida, la calidad. En marzo de 1982 Volkswagen presentó al mercado argentino la primera línea de vehículos de producción nacional: los utilitarios Kombi, Furgón y Pick up. A partir de julio de 1987 Volkswagen y Ford formaron un joint venture de sus operaciones: Autolatina Argentina con sede en la zona norte del Gran Buenos Aires. Esta relación se disolvió a fines de 1994 y Volkswagen decidió construir un nuevo centro industrial en Gral. Pacheco, inaugurado oficialmente pocos meses después, el 17 de noviembre de 1995. Durante los últimos años en las plantas de Pacheco y Córdoba fueron invertidos más de US$ 350 millones para producir en los centros industriales con tecnología de punta vehículos y componentes para el mercado local y para exportar a más de 30 países en el mundo. En Planta Pacheco más de 1.700 colaboradores producen diariamente alrededor de 200 vehículos. El orgullo de esta planta es el Suran, producido únicamente en la Argentina. Los otros modelos de la producción son el Polo y el Caddy. En Planta Córdoba 1.500 colaboradores producen diariamente 2.500 cajas de cambio. En 2005 la planta 200 fue galardonada con el “Premio Nacional de la Calidad” y en 2006 recibió el premio “Volkswagen Excellence” como la mejor planta de componentes del Grupo Volkswagen. En un futuro próximo, está prevista una inversión a través de la cual la producción anual podrá ser aumentada a 1 millón de cajas de cambio. Además, Planta Pacheco es una prometedora candidata para la producción de un vehículo, en cuyo segmento Volkswagen todavía no ha incursionado. Desde 2003 Volkswagen es líder indiscutible del mercado de vehículos de la Argentina, Audi es líder en el segmento Premium, la división Camiones y Buses está en creciente desarrollo y Autoahorro Volkswagen es líder del mercado de planes de ahorro. Sólo en 2006 fueron vendidos 100.000 vehículos por el Grupo en la Argentina Volkswagen Argentina es una empresa independiente, que está integrada en la estructura mundial. Su Presidente, el Dr. Viktor Klima, no sólo es representante de la Argentina en la casa matriz, sino también de toda Sudamérica, incluido Brasil. A nivel mundial, Volkswagen tiene más de 320.000 empleados y desde su fundación ha producido más de 100 millones de vehículos. Sólo en 2006 se invirtieron US$ 5,7 mil millones. Al Grupo Volkswagen pertenecen, además de Volkswagen, las marcas Audi SEAT, Bentley, Lamborghini, Bugatti, Skoda y la división Camiones y Buses. Wintershall Holding AG Wintershall se dedica activamente a la búsqueda y extracción de petróleo y gas natural desde hace más de 75 años y es hoy en día el mayor productor alemán de petróleo y gas natural. Wintershall ha focalizado sus actividades de exploración y producción en áreas estratégicas alrededor del mundo, en las que la compañía cuenta con un alto grado de conocimiento regional y tecnológico. Wintershall en Argentina Wintershall Energía S.A. es una filial perteneciente en un 100% a Wintershall Holding AG en Kassel y emplea unas 40 personas. Está presente en Argentina desde 1978, inicialmente como Deminex que, al ser escindida en 1998, pasó a manos de Wintershall. Un continuo crecimiento de las inversiones en exploración y producción permitieron a Wintershall Energía fortalecer su posición en el mercado argentino con el aumento de su producción. Hoy es uno de los productores de gas más importantes del país luego de Repsol YPF, BP, Pluspetrol y Total con una producción anual de gas natural de alrededor de 3.600 millones de metros cúbicos. La empresa produce anualmente 0,8 millones de toneladas de petróleo, condensado y LPG. Wintershall Energía consiguió incrementar en un 45% su producción (en BOE) desde el año 2000 y se esperan futuros aumentos de la producción de gas para 2010. y Sierra Chata. En estas dos cuencas se encuentran concentrados los yacimientos probados más importantes de la Argentina. Wintershall tiene participación en 13 yacimientos de petróleo y gas en el país. Los proyectos de exploración de la empresa se encuentran en los bloques Ranquil Norte, La Invernada y CN-V en la Cuenca Neuquina, así como también en los bloques Gan Gan y CGSJ-V/A en la Cuenca Cañadón Asfalto en la provincia del Chubut. Wintershall es el operador del consorcio de todos estos bloques. Wintershall tiene participación, además, en los bloques exploratorios Bandurria y El Churqui. La empresa cuenta también con una participación en el Gasoducto Cruz del Sur, que une Argentina con Uruguay. Wintershall sigue fortaleciendo su compromiso en Argentina. Ha invertido en el país más de 800 millones de Euros entre 1993 y 2006 y prevé futuras inversiones de más de 400 millones de dólares entre 2007 y 2011 para el desarrollo de la producción existente y la búsqueda de nuevos yacimientos de petróleo y gas. Principales proyectos Los proyectos más importantes de Wintershall Energía realizados durante el año 2006 fueron orientados a asegurar el abastecimiento de gas del país. Entre ellos se encuentran: - Una extensa campaña de perforación con más de 30 pozos en Aguada Pichana. - Instalación de compresión de media presión en San Roque. Wintershall tiene altas exigencias en relación con la preservación del medio ambiente y la seguridad en el trabajo, a cuya satisfacción le otorga tanta importancia como a los objetivos económicos. - Instalación de compresión de baja presión en Aguada Pichana. Las actividades de producción de petróleo y gas en Argentina se encuentran en la Cuenca Neuquina y en la Cuenca Austral, en las que la empresa tiene participaciones en 4 bloques de producción: Aguada Pichana, San Roque, CMA-1 - Comienzo de la producción de Aries, (Bloque CMA-1) como parte de Carina-Aires, el desarrollo costa afuera más grande de la Argentina y el yacimiento marítimo más austral del mundo. Carina comenzó la producción en 2005. - Desarrollo de Rincón Chico Norte, donde se desarrollaron y produjeron nuevas reservas. 201 Bibliografía Bamberg, Maria: Zwischen Argentinien und Deutschland: Erinnerungen in zwei Welten, edition tranvía-Verlag Walter Frey, Berlin, 2004 Levin, E.: Historias de una emigración (1933 / 1939): Alemanes judíos en la Argentina, Editorial de Belgrano, Buenos Aires, 1991 Bonsor, N.R.P: South Atlantic Seaway, Brookside Publications, 1983 Meding, H. M.: Flucht vor Nürnberg? 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Salvo en el caso de las colaboraciones especiales y de los textos institucionales –Cámara de Industria y Comercio, Escuelas, Fundaciones,Goethe-Institut, Instituto Ibero-Americano– todos los textos y las entrevistas estuvieron a cargo de Flavio Cannilla. Colaboraciónes especiales Hugo Caligaris, La Nación Esteban Cuya, Koalition gegen Straflosigkeit, Köln Carlos Echeverría, director y realizador Dr. Carlos Elbert, Alexander von Humboldt Stiftung Birgit Glombitza, Die Zeit, taz Fernando López, La Nación PD. Dr. Holger Meding, Iberische und Lateinamerikanische Abteilung, Universität zu Köln Manuel Paulus Dr. Wolfgang Schäffner, Cátedra Walter Gropius, Facultad de Aquitectura y Urbanismo, Universidad de Buenos Aires Hans Schulz, Instituto Primo Capraro, San Carlos de Bariloche Fotografías especiales Nico Pérez Fotografías Horacio Coppola Thorsten Buhe Guido Gayk Michael Grasman JKP Roberto Litvachkes Rainer Pfisterer Jorge Royan Slavica Ziener 204 Nota del Editor Todos los textos y artículos que aparecen en este libro fueron realizadas en base a la información que proviene tanto de las fuentes bibliográfícas como de las entrevistas realizadas con testigos de los hechos que aquí se mencionan. Se prestó especial cuidado en reconfirmar la información prestada a través de una fuente independiente. Agradezco particularmente al equipo de colaboradores de la Embajada que participó en el desafío que representó este trabajo. El mismo agradecimiento corresponde a todos los entrevistados en la Argentina y en Alemania, que con admirable paciencia respondieron a todas las preguntas y participaron en el proceso de revisión de las entrevistas realizadas. No obstante, cualquier error es responsabilidad de este editor. Finalmente, tengo el placer de agradecer a mis estimados colegas del periodismo local. A pesar de estar inmersos en el trabajo que significa elaborar hoy un medio en la Argentina, ellos estuvieron siempre dispuestos a ayudar a resolver cualquier problema, cualquier dificultad. Sin su colaboración, apoyo y –en muchos casos– dirección esta publicación hoy no estaría en sus manos. Una mención especial le corresponde a Victoria Gandini que me asistió con paciencia y determinación ejemplar en la búsqueda de material y contactos. Su perseverancia acortó más de un camino. Agradecemos el gentil apoyo de las siguientes instituciones y organizaciones: Archivo General de la Nación (AGN), Biblioteca del Congreso de la Nación, Hemeroteca de la Biblioteca Nacional, Hotel de Inmigrantes, Museo de Ciencias Naturales, Museo del Holocausto, Museo Histórico Sarmiento, Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA). Asociación Simmental Argentina, Cámara de Industria y Comercio Argentino-Alemana, Club Alemán de Buenos Aires, C.F. Peters Musikverlag, Colegio Goethe, Colegio Pestalozzi, Escuela Hölters, Internationale Filmfestspiele Berlin (Berlinale), Institut für Sozialforschung (Frankfurt), Fundación Konrad Adenauer, Fundación Friedrich Ebert, Fundación Alexander von Humboldt, Fundación Friedrich Naumann, Instituto Ballester, Instituto IberoAmericano, Instituto Primo Capraro (San Carlos de Bariloche), Goethe-Institut Buenos Aires, Hospital Alemán, Koalition gegen Straflosigkeit (Nürnberg)