ÍNDICE Prólogo Introducción 7 9 I) La trayectoria general de la sedería valenciana en la edad moderna El comercio y los mercados de la seda en la España moderna La evolución de la sedería valenciana durante el reinado de Felipe II El artesanado sedero valenciano en el siglo XVII La sedería valenciana en el siglo XVIII 17 51 81 97 II) La producción y comercialización de la materia prima en el siglo XVIII La producción de la seda en la Comunidad Valenciana durante el siglo XVIII: distribución geográfica y evolución La política de liberalización económica de Carlos III y la materia prima sedera valenciana La comercialización de la seda valenciana a finales del Antiguo Régimen: el “contraste” de la ciudad de Valencia El cultivo de la morera y las iniciativas para la mejora de la hilatura y el torcido de la seda en el siglo XVIII: el carácter pionero de la fábrica de Vinalesa 129 167 205 243 III) La elaboración y comercialización de los tejidos de seda en el siglo XVIII Artesanado sedero y capital comercial en la Valencia del siglo XVIII Los negocios de una gran empresa sedera en la Valencia del siglo XVIII: la Compañía de Nuestra Señora de los Desamparados Los problemas en la elaboración y comercialización de los tejidos de seda valencianos durante el siglo XVIII La Real Sociedad Económica de Amigos del País y el fomento de la industria valenciana de la seda en el siglo XVIII Economía y sociedad en la Valencia del siglo XVIII: de la hegemonía de la seda a la del arroz 277 305 343 363 403 PRÓLOGO La publicación de este libro supone retomar, para el Colegio del Arte Mayor de la Seda, una iniciativa que no habíamos tenido la oportunidad de continuar desde hace ahora trece años, cuando “Apuntes de Tecnología Textil” tuvo como objetivo dar a conocer nuestra historia y el legado de nuestros antepasados sederos. Del “vellut” al espolín es un estudio de la evolución de la sedería valenciana y una muestra de como nuestros antepasados sederos, els velluters, evolucionaron hasta convertirse en el Colegio del Arte Mayor de la Seda. Como custodios actuales de uno de los más importantes legados que ha dado la historia de Valencia, el deber con el que nos comprometimos es el de conservar y transmitir este incalculable patrimonio que atesoramos a las futuras generaciones, como así ha sido durante los últimos seis siglos. Todo esto ha sido posible en este libro gracias a los trabajos de estudio e investigación llevados a cabo por el catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Valencia, D. Ricardo Franch Benavent. Gracias a él, esta publicación ha podido ver la luz y esperamos nos ayude a la concienciación de todos aquellos que, de alguna manera, tienen responsabilidad sobre nuestro patrimonio y su necesaria conservación. Confío en que la lectura del mismo consiga dar a conocer la importancia que el antiguo Gremi de Velluters tuvo, el cual no se conformó solo con dar nombre a un barrio, sino que dejó la historia de la ciudad marcada de por vida. Por ello me atrevo a decir que el Colegio del Arte Mayor de la Seda ha sido, sin lugar a dudas, una importante parte de uno los pasados más gloriosos que ha tenido Valencia. Hemos hecho un gran esfuerzo para que este libro sea una realidad, y por ello quiero dar las gracias a la “Fundación La Caixa” por su sensibilidad hacia nuestra cultura e historia, colaborando así a la publicación del mismo. Agradezco también el apoyo y cariño mostrado hacia esta institución a D. Vicente Vercher, editor y responsable de Obrapropia. Con su compra, estarán ayudando a conseguir el doble objetivo que nos hemos trazado: la divulgación de nuestra historia sedera y la obtención de fondos para la restauración del Colegio del Arte Mayor de la Seda. Espero y deseo que, tras su lectura, entiendan y puedan valorar más todo este valioso legado que atesoramos, haciéndonos así sentir orgullosos a los valencianos de lo que nuestros antepasados hicieron por el Arte de la Seda y por Valencia. Vicente Genovés del Olmo Presidente INTRODUCCIÓN La seda ha tenido una gran trascendencia en la historia valenciana. Desde que comenzó a difundirse el cultivo de la morera a finales del siglo XIV y, sobre todo, tras la creación del gremio de “velluters” en 1479, el sector ha marcado profundamente tanto la vida económica como las relaciones sociales y las manifestaciones culturales del territorio. Su influencia ha sido particularmente intensa en la ciudad de Valencia, en la que se concentraba la práctica totalidad de la actividad manufacturera generada por la elaboración de los productos confeccionados con dicha fibra textil. No en vano, su ejercicio ha marcado profundamente su estructura urbanística, dando lugar a la formación de uno de los barrios tradicionales más característicos de la ciudad. Durante su periodo de mayor esplendor, en la segunda mitad del siglo XVIII, alrededor de la mitad de la población de la ciudad de Valencia y su Particular Contribución trabajaba en actividades relacionadas directa o indirectamente con la manufactura de la seda. Pero, además de constituir la principal actividad laboral, la sedería era también el núcleo fundamental de los negocios que se realizaban en la ciudad. De hecho, la mitad de las casas de comercio que existían en ella a principios del siglo XIX estaban especializadas en la producción y comercialización de los tejidos de seda. El ejercicio de esta actividad fue lo que favoreció el surgimiento de una nutrida y acaudalada burguesía mercantil de origen autóctono que adquirió una gran influencia en las transformaciones experimentadas tanto por la ciudad como por su área de influencia rural a finales del Antiguo Régimen. Realmente, tanto o más que las funciones mercantiles y de servicios que ejercía, lo que caracterizaba a la ciudad de Valencia en dicho periodo era la actividad industrial que desarrollaba. Resulta significativo que la Junta General de Comercio considerase en su informe de 1746 que la industria de la seda existente en ella era “…la fábrica más especial de España, y se espera cada día en ella mayores progresos…”1. Esta afirmación no hacía más que constatar la 1 Pérez Sarrión, Guillermo: “La formación de la política manufacturera de la Ilustración española en la primera mitad del siglo XVIII. Una aproximación”, en Más estado y más mercado. Absolutismo y economía en la España del siglo XVIII (G. Pérez Sarrión, ed.), Madrid, 2011, p. 229. evidente hegemonía que había adquirido la sedería valenciana en la España de la época, tras arrebatar el liderazgo que habían ejercido con anterioridad los centros sederos andaluces y castellanos. Aunque fue en el siglo XVIII cuando alcanzó su periodo de mayor esplendor, la importancia histórica y la amplitud temporal de la influencia adquirida por la sedería valenciana han contribuido a estimular la investigación realizada sobre el sector, hasta el punto de ser en la actualidad el mejor conocido en su ámbito a nivel nacional. Los trabajos más clásicos se centraron fundamentalmente en aquella centuria, destacando el estudio erudito orientado hacia el conocimiento de los aspectos artísticos de S. Rodríguez García y la investigación de índole más socioeconómica llevada a cabo por V. Martínez Santos2. No obstante, la mayoría de los estudios realizados se han llevado a cabo en las dos últimas décadas. En su investigación sobre la historia del trabajo y las relaciones laborales en el Antiguo Régimen, F. Díez ya abordó dicha problemática en el ámbito del artesanado sedero, aunque su aproximación tuvo un carácter general y se enmarcó en el estudio de diversas corporaciones gremiales del periodo3. Por su parte, V. Liceras ha realizado valiosas aportaciones para el conocimiento de la indumentaria tradicional valenciana4. El estímulo generado por el congreso sobre la seda en Europa organizado en Prato en 1992 por el Instituto Internacional de Historia Económica F. Datini, al que se añadió el impulso de la UNESCO y el Consejo de Europa al estudio de las rutas de la seda, permitieron la organización en Valencia en 1993 de un Seminario sobre dicha materia en el ámbito ibérico, cuyas actas fueron publicadas posteriormente por la Universidad de Barcelona5. En sus sesiones ya participó G. Navarro, que se ha convertido en el principal especialista sobre el desarrollo inicial de la industria sedera valenciana Rodríguez García, Santiago: El arte de las sedas valencianas en el siglo XVIII, Valencia, 1959; Martínez Santos, Vicente: Cara y cruz de la sedería valenciana (siglos XVIII-XIX), Valencia, 1981. 3 Díez, Fernando: Viles y mecánicos. Trabajo y sociedad en la Valencia preindustrial, Valencia, 1990. 4 Liceras Ferreres, María Victoria: Indumentaria valenciana, siglos XVIII-XIX: de dentro a fuera, de arriba abajo, Valencia, 1991. 5 España y Portugal en las rutas de la seda. Diez siglos de producción y comercio entre Oriente y Occidente, Barcelona, 1996. 2 durante el siglo XV y los primeros años del siglo XVI6. Por mi parte, tras participar en el congreso de Prato y formar parte del comité organizador del seminario de Valencia, he realizado diversos trabajos sobre la sedería valenciana durante el periodo moderno, además de un libro monográfico sobre la incidencia que tuvo la política económica borbónica durante su etapa de mayor esplendor7. La iniciativa adoptada por el Colegio del Arte Mayor de la Seda de Valencia me ha permitido realizar la recopilación de trabajos que incluye la presente obra. Aunque se elaboraron de forma independiente y se publicaron en revistas científicas, actas de congresos y obras colectivas diversas, se han organizado temáticamente en tres partes distintas que disponen de una cierta coherencia. La primera de ellas ofrece un panorama general sobre la evolución de la sedería valenciana durante la edad moderna. Aquí se incluye la ponencia que presenté en el congreso de Prato de 1992, que puede constituir el marco de referencia español en el que se insertó la trayectoria de la sedería valenciana en el conjunto del periodo. A pesar del tiempo transcurrido, la investigación realizada sobre los restantes centros sederos españoles ha avanzado muy poco desde entonces8, por lo que continúa siendo válido el Navarro Espinach, Germán: El despegue de la industria sedera en la Valencia del siglo XV, Valencia, 1992; El col.legi de l`art major de la seda de València, Valencia, 1996; y Los orígenes de la sedería valenciana (siglos XV-XVI), Valencia, 1999. 7 Franch Benavent, Ricardo: La sedería valenciana y el reformismo borbónico, Valencia, 2000. 8 Además de la bibliografía citada en el texto, los trabajos más importantes que se han publicado con posterioridad son los de Miralles Martínez, Pedro: La sociedad de la seda: comercio, manufactura y relaciones sociales en Murcia durante el siglo XVII, Murcia, 2002; los realizados por Félix García Gámez sobre la sedería granadina en los siglos XVI y XVII (como: “La seda del Reino de Granada durante el segundo proceso repoblador (15701630)”, Chronica Nova, nº 25, Granada, 1998, pp. 249-273; “Decadencia, transformación o permanencia. La situación del sector sedero en el Reino de Granada en el primer tercio del siglo XVII”, en El Reino de Granda en el siglo XVII (V. Sánchez Ramos, ed.), Almería, 2000, pp. 199-212; y “La renta de la seda del Reino de Granada durante el siglo XVII. Balance y perspectivas de estudio”, en La historia del Reino de Granada a debate. Viejos y nuevos temas. Perspectivas de estudio (M. Barrios Aguilera y A. Galán Sánchez, eds.), Málaga, 2004, pp. 263-279); y los llevados a cabo por Hilario Rodríguez de Gracia sobre la sedería toledana en la segunda mitad del siglo XVII (como: “Mercaderes y asociaciones mercantiles en el comercio toledano de la seda en la segunda mitad del siglo XVII”, Hispania. Revista española de Historia, nº 210, Madrid, 2002, pp. 65-112; y “El negocio sedero toledano en la segunda mitad del siglo XVII (1650-1700)”, en La declinación de la monarquía hispánica en el siglo XVII. VIIª Reunión Científica de la Fundación Española de Historia Moderna (F.J. Aranda, coord.), Cuenca, 2004, pp. 525-542). 6 planteamiento realizado en el trabajo sobre el progresivo desplazamiento de la hegemonía de los centros sederos hispánicos desde Granada a Toledo en los siglos XVI y XVII, hasta culminar en el periodo de esplendor conocido por Valencia durante el siglo XVIII. Los tres textos restantes de la primera parte analizan la situación de la sedería valenciana en la segunda mitad del siglo XVI, y durante los siglos XVII y XVIII. La segunda parte comprende cuatro estudios centrados en el análisis de la producción y comercialización de la fibra de seda durante el siglo XVIII. En el primero de ellos se precisa la distribución geográfica de la producción valenciana de seda según se desprende del “alfarraz” de la hoja de morera realizado por los cosecheros en 1738 y de la información proporcionada por A.J. Cavanilles a finales del siglo XVIII, así como la evolución experimentada por aquella a lo largo de la centuria. En el segundo se estudian las presiones ejercidas por los artesanos, de una parte, y los cosecheros y exportadores, de otra, para decantar la política económica de la monarquía en favor de sus intereses, sistematizando la información disponible tanto sobre las disposiciones adoptadas al respecto durante el reinado de Carlos III, como sobre el volumen de las exportaciones e importaciones de materia prima realizadas. En el tercero se analiza la comercialización de la seda en el “contraste” de la ciudad de Valencia, es decir, el mercado hacia el que se canalizaba obligatoriamente toda la materia prima que se introducía en la ciudad, sistematizando la información obtenida a partir del análisis de las alrededor de 13.000 operaciones de compra-venta que se realizaron en el año 1796. Finalmente, en el cuarto se estudian las iniciativas adoptadas en la segunda mitad del siglo XVIII para introducir en España los métodos europeos más innovadores utilizados en la hilatura y torcido de la seda, destacando el carácter pionero que jugó al respecto la fábrica que se creó en Vinalesa gracias al privilegio obtenido por Guillermo Reboull en 1769. En la tercera parte se han incluido cinco estudios en los que se analizan diversos aspectos del proceso de elaboración y comercialización de los tejidos de seda valencianos durante el siglo XVIII. En el primero de ellos se analiza el creciente control ejercido sobre la actividad por parte de los empresarios sederos, aprovechando las dificultades que tenían los artesanos para mantener su independencia económica, y se estudian las diversas iniciativas adoptadas por estos últimos para combatir su debilidad y evitar su transformación en trabajadores asalariados. La principal realización en este sentido fue la creación de la Compañía de Nuestra Señora de los Desamparados en 1772, cuyo estudio ha permitido conocer el funcionamiento de una gran empresa sedera y calcular los beneficios obtenidos en la comercialización hacia Cádiz de los tejidos de seda producidos. En el siguiente trabajo se analizan las consecuencias negativas para la modernización del sector que se derivaron del mantenimiento de la estructura productiva y los criterios de calidad tradicionales, lo que facilitó la pérdida de competitividad de los tejidos que se elaboraban ante la competencia de los géneros extranjeros, que se acentuó a finales del siglo XVIII por la afluencia de los tejidos de seda y algodón asiáticos debido a la creación de la Compañía de Filipinas. La importancia adquirida por el sector sedero en la economía valenciana dieciochesca se evidencia en el estudio sobre la actividad inicial de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, ya que los empresarios y fabricantes de tejidos de seda se integraron inmediatamente en ella y lograron que esta influyente institución ilustrada se implicara intensamente en la defensa de los intereses del sector. Finalmente, en el último de los trabajos de esta parte se realiza un balance general de la transformación que experimentó la economía valenciana como consecuencia de la crisis que experimentó la industria sedera a finales del siglo XVIII, lo que debilitó considerablemente su componente industrial y acentuó el peso del sector agrario, hasta el punto de que éste se convirtió en la actividad más característica del territorio hasta mediados del siglo XX. Los estudios incluidos en la presente recopilación mantienen la redacción original con la que fueron publicados en su día, indicándose en cada uno de ellos la revista o la obra colectiva en la que aparecieron. Al elaborarse de forma individualizada, contienen en algunos casos una contextualización inicial que sintetiza ideas sostenidas con anterioridad, mientras que en otros se abordan aspectos que han sido enunciados en alguno de ellos. La corrección de estas reiteraciones hubiera exigido la reelaboración de los textos, por lo que he optado por mantener la versión original de los mismos. Creo que los inconvenientes aludidos se compensan con las ventajas obtenidas por la reunión en un mismo volumen de trece textos que tienen una evidente unidad temática, algunos de los cuales podían resultar, además, de difícil acceso para los lectores interesados en la materia. Por lo demás, cada una de las tres partes en las que aquellos se han agrupado tienen un claro sentido unitario, por lo que el lector puede optar por limitarse a la primera si pretende disponer únicamente de un panorama general sobre la trayectoria de la sedería valenciana en la edad moderna, o por consultar también los trabajos de las dos partes restantes en función del tema concreto sobre el que le interese disponer de mayor información. En cualquier caso, la presente publicación, que se inserta en el marco del proyecto de investigación de referencia HAR2011-27898-C02-01, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, responde a la iniciativa adoptada por el Colegio del Arte Mayor de la Seda, a cuyo presidente, D. Vicente Genovés, y secretario, D. Tomás Colomer, quiero agradecer su interés por la realización de esta recopilación. Tanto ellos como los anteriores miembros de la junta directiva de dicha corporación me han facilitado la consulta de los ricos fondos documentales que contiene su archivo, sobre los cuales se basa buena parte de la información utilizada para la elaboración de los estudios ahora publicados. Espero que su lectura contribuya a estimular las iniciativas para recuperar nuestra memoria colectiva y lograr la conservación del importante patrimonio legado por un sector que ha marcado tan profundamente la historia valenciana. LA TRAYECTORIA GENERAL DE LA SEDERÍA VALENCIANA EN LA EDAD MODERNA EL COMERCIO Y LOS MERCADOS DE LA SEDA EN LA ESPAÑA MODERNA1 Las investigaciones que se han realizado hasta el momento sobre la sedería española no han abordado su estudio de forma sistemática y general para el conjunto del país2, sino que se han centrado en el análisis aislado de los diversos centros que desarrollaron esta actividad. Además, se han limitado en la mayoría de los casos a describir globalmente sus etapas de mayor esplendor y a poner de manifiesto las razones que explicarían su decadencia posterior. No obstante, esta situación sólo se encuentra en los centros que han recibido una mayor atención, ya que en muchos casos nuestro desconocimiento es prácticamente absoluto. En concreto, resulta sintomático que el principal centro sedero castellano, Toledo, carezca de un estudio actualizado, procediendo la mayor parte de la información disponible de las aportaciones que en este sentido realizó Larruga en el siglo XVIII3. Cronológicamente, el siglo XVII es el que menos atención ha recibido, debido, quizás, a la decadencia que la sedería experimentó en esta centura en la mayor parte de los centros productores. Con respecto al siglo XVI, ha sido la abundante información proporcionada por la existencia de la renta de la seda de Granada la que ha presidido la mayor parte de las investigaciones. Finalmente, el siglo XVIII es el mejor estudiado, sobre todo en los centros que experimentaron entonces su mayor esplendor, es decir, Valencia y Cataluña. Contando con estas bases, el presente trabajo tratará de proporcionar inicialmente una visión general sobre los conocimientos disponibles en materia de comercialización de la seda durante los siglos XVI y XVII, para abordar posteriormente con mayor profundidad la situación existente en el siglo XVIII. 1 Este trabajo fue publicado en La seta in Europa. Sec. XIII-XX. Atti della veintiquattresima settimana di studi, Prato, 1993, pp. 565-594. 2 El único intento en este sentido es el realizado por M. Garzón Pareja, aunque la información que proporciona tiene un carácter muy disperso y erudito, centrándose, además, la mayoría de ella sobre la sedería granadina. M. Garzón Pareja, La industria sedera en España. El arte de la seda de Granada, Granada 1972. 3 E. Larruga, Memorias políticas y económicas sobre los frutos, comercio, fábricas y minas de España, con inclusión de los Reales Decretos, órdenes, cédulas, aranceles y ordenanzas expedidas para su gobierno y fomento, Madrid 1787-1790. Ver el volumen VII. I) Los siglos XVI y XVII: apogeo y decadencia de los centros sederos andaluces y castellanos. Introducida en España por los musulmanes, la producción de seda se localizó inicialmente en el reino de Granada. No obstante, a partir del siglo XV comenzó a difundirse también por los reinos de Valencia y Murcia gracias a la extensión del cultivo de la morera procedente del sur de Italia. Su desarrollo fue tan rápido que a mediados del siglo XVI ya se obtenía en cada uno de ellos una producción equiparable a la del reino de Granada4, superándola posteriormente a medida que se producía su decadencia. Tradicionalmente se ha atribuido el declive de la producción sedera granadina a las consecuencias del levantamiento morisco de las Alpujarras, las preferencias de los nuevos repobladores cristianos por otros cultivos, y, sobre todo, los privilegios obtenidos por la Mesta5. Sin embargo, parece más acertado poner el acento, como hizo en su día K. Garrad6, en las consecuencias que sobre la comercialización de la materia prima tuvo una política fiscal que, procedente en gran medida de la época anterior a la conquista, mantuvo una vez desaparecida la frontera, dificultando la integración del reino de Granada en la economía castellana y facilitando la competencia de los restantes centros productores de la península. Como es bien conocido, la seda granadina estaba sometida a un complicado régimen fiscal que gravaba su producción y comercio, y que, bajo la denominación de “renta de la seda de Granada”, formaba parte de las rentas ordinarias de la monarquía7. El impuesto que gravaba la producción exigía la décima parte del valor que alcanzase ésta en su venta en la alcaicerías, lo que requirió el establecimiento de un riguroso sistema de control sobre la circulación de la materia prima. Si, con posteridad, ésta era tocida o tejida y se comercializaba en el mismo 4 R. Carande, Carlos V y sus banqueros, Barcelona 1977, I, p. 424. Ver, por ejemplo, J. Sanz Sampelayo, Granada en el siglo XVIII, Granada 1980, pp. 73-74. 6 K. Garrad, “La industria sedera granadina en el siglo XVI y su conexión con el levantamiento de las Alpujarras” (1568-1571), en Miscelánea de estudios árabes y hebráicos, V, 1956, pp. 73-98. 7 Una buena descripción del sistema, así como su análisis en la época de Carlos V, puede encontrarse en R. Carande, Carlos V, cit., pp. 407-427. Sobre su situación en la época de Felipe II ver M. Ulloa, La hacienda real de Castilla en el reinado de Felipe II, Madrid 1977, pp. 359-373. 5 reino de Granada, el nuevo comprador debía de pagar la alcabala. Si, por el contrario, la comercialización tenía lugar en el exterior de aquel, ya fuese en bruto o elaborada, el régimen fiscal aplicado era, paradójicamente, más exigente en las relaciones con Castilla que en las entabladas con cualquier otro reino. En efecto, en este último caso se exigía el “almoxarifazgo”, que suponía la décima parte de su valor; mientras que si la comercialización se realizaba a Castilla se exigía el denominado “diezmo y medio de lo morisco”, cuyo gravamen se elevaba al 15%. Aunque, según Carande, este derecho se redujo al 10% en caso de aplicarse sobre tejidos de seda, el mismo autor no deja de subrayar la escasa integración del mercado interior que suponía la existencia de estos derechos, perjudicando tanto a la industria castellana en la adquisición de la materia prima granadina como a la sedería de este reino en su comercialización hacia Castilla8. Aparte de perjudicar a la sedería granadina, como luego veremos, la existencia de este gravoso sistema fiscal pudo ser el factor determinante de la decadencia de su sericicultura en beneficio de los competidores murcianos y valencianos. En este sentido es en el que cabe interpretar la campaña entablada a partir de 1520 por el regimiento de Granada con el fin de impedir el cultivo de la morera, que ya se estaba difundiendo por Valencia y Murcia, alegando que producía una seda de inferior calidad a la obtenida con el moral. Justificación que sirvió también para lograr en 1525 y 1537 la prohibición de la introducción en Granada de la seda procedente de aquellas zonas9. Sin embargo, a pesar de estas medidas defensivas, lo cierto es que la materia prima de dichas áreas afluyó cada vez con mayor intensidad hacia Granada, arruinando progresivamente la producción autóctona. Esta corriente se vió favorecida por el interés que adquirieron en ella los propios arrendatarios de la renta de la 8 R. Carande, Carlos V, cit., p. 412. De todas formas, hay que tener en cuenta, según afirma Garrad, que a partir de 1540 se estableció un nuevo sistema con el fin de simplificar la recaudación de los impuestos sobre la exportación. Desde entonces, cada arrendador pactaba con los exportadores el establecimiento de una tarifa compuesta para cada libra de seda exportada, sin distinción de calidad ni de punto de destino, quedando al arbitrio del primero la exigencia de una tarifa mayor o menor según el comerciante de que se tratase. K. Garrad, La industria sedera, cit., p. 86. 9 Ibidem, p.82. seda 10 . Pero, además, otros muchos comerciantes la impulsaron. Carande destaca entre ellos a los genoveses, y aporta un testimonio de 1557 según el cual la intensidad de esta corriente era tal que “… la seda del reino de Granada se deja de vender e contratar…”. En el mismo texto se apuntaba que la razón principal que favorecía este tráfico era “… porque de la dicha seda de Murcia no se pagan dineros (por impuesto) ningunos…”11. En efecto, al no estar sujeta a ningún régimen fiscal específico, la seda murciana y valenciana estaba mucho menos gravada que la granadina. La primera sólo estaba sometida al abono del impuesto general que se exigía en toda transacción, es decir, la alcabala. La segunda debía de satisfacer en Valencia las “sisas de la Generalitat”, que suponía el abono de 2.5% del valor de la seda producida, estando sometida, además, si se exportaba a Castilla al pago del derecho de “quema”, que representaba el 1.25% del valor de las mercancías12. Pero, además de estar poco gravadas fiscalmente, las exacciones feudales que se detraían de la producción de la morera eran también muy poco exigentes, al ser un cultivo de introducción bastante reciente. Así, al menos, se ha señalado en el caso de Valencia, en donde existen testimonios de que los señores feudales y la Iglesia trataron de intensificar su presión sobre dicho cultivo en la segunda mitad del siglo XVI, cuando estaba alcanzando ya una extensión considerable13. Como consecuencia de estos factores, la seda murciana y valenciana tenía un precio de venta muy inferior al de la granadina. Así, por ejemplo, en el año 1576 ésta se cotizaba, con derechos pagados, a 42 y 43 reales la libra, mientras que la seda murciana lo hacía a entre 21 y 27.5 reales, y 10 Según Garrad, su influencia sobre los factores de la renta les permitía la realización del fraude consistente en la mezcla de la seda de aquellas procedencias con la granadina, haciéndola pasar como originaria de Granada mediante su certificación con el sello oficial. Ibid., pp. 88-89. 11 R. Carande, Carlos V, cit., p.417. 12 Sobre los impuestos que afectaban a la seda en Valencia ver V. Valles, El conreu de la morera i l’artesanía de la seda en la Ribera del Xúquer als segles XVI i XVII. El cas de l’Alcúdia, 1985, p. 39. Según el autor, en 1554 se introdujo un “nou imposit de la seda”, pero no precisa su gravamen. Sobre el derecho de “quema” ver T. Canet, C. Navarro y A. Ribera, “El impuesto de la quema. Aproximación a su estudio”, en Estudis-9, Valencia 1983, p. 235. 13 A nivel general, ver J. Casey, El regne de València al segle XVII, Barcelona 1979, p.74. Un ejemplo de la intensificación de las detracciones feudales sobre el cultivo de la morera puede verse en V. Valles, El conreu de la morera, cit., pp. 22-33.