Antología de poesía para 1º y 2º ESO

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ANTOLOGÍA DE POESÍA (1º y 2º ESO). Departamento de Lengua castellana y Literatura. IES Carlos Bousoño 1
ANTOLOGÍA DE POESÍA
CURSOS 1º Y 2º ESO
Departamento de Lengua castellana y Literatura
IES Carlos Bousoño
ANTOLOGÍA DE POESÍA (1º y 2º ESO). Departamento de Lengua castellana y Literatura. IES Carlos Bousoño 1
ROMANCE DE DOÑA ALDA
Anónimo
En París está doña Alda,
la esposa de don Roldán,
trescientas damas con ella
para la acompañar;
todas visten un vestido,
todas calzan un calzar,
todas comen a una mesa,
todas comían de un pan,
si no era doña Alda,
que era la mayoral;
las ciento hilaban oro,
las ciento tejen cendal,
las ciento tañen instrumentos
para doña Alda holgar.
Al son de los instrumentos
doña Alda dormido se ha;
ensoñado había un sueño,
un sueño de gran pesar.
Recordó despavorida
y con un pavor muy grande,
los gritos daba tan grandes
que se oían en la ciudad.
Allí hablaron sus doncellas,
bien oiréis lo que dirán:
—¿Qué es aquesto, mi señora?
¿Quién es el que os hizo mal?
—Un sueño soñé, doncellas,
que me ha dado gran pesar:
que me veía en un monte
en un desierto lugar:
do so los montes muy altos
un azor vide volar,
tras dél viene una aguililla
que lo ahínca muy mal.
El azor, con grande cuita,
metióse so mi brial,
el aguililla, con grande ira,
de allí lo iba a sacar.
Con las uñas lo despluma,
con el pico lo deshace.
Allí habló su camarera,
bien oiréis lo que dirá:
—Aquese sueño, señora,
bien os lo entiendo soltar:
el azor es vuestro esposo
que viene de allén la mar,
el águila sodes vos,
con la cual ha de casar,
y aquel monte es la iglesia,
donde os han de velar.
—Si así es, mi camarera,
bien te lo entiendo pagar.
Otro día de mañana
cartas de fuera le traen:
tintas venían de dentro,
de fuera escritas con sangre,
que su Roldán era muerto
en la caza de Roncesvalles.
DESTIERRO DEL CID
Anónimo
Don Rodrigo de Vivar
está con doña Jimena
de su destierro tratando,
que sin culpa le destierran.
El rey Alfonso lo manda,
sus envidiosos se huelgan,
llórale toda Castilla,
porque huérfana la deja.
Gran parte de sus haberes
ha gastado el Cid en guerra,
no halla para el camino
dinero sobre su hacienda.
A dos judíos convida,
y sentados a la mesa
con amigables palabras
mil florines les pidiera.
Díceles que por seguro
dos cofres de plata deja,
y que si dentro de un año
no les paga, que la vendan
y cobren la logrería
como concertado queda.
Dioles dos cofres cerrados,
entrambos llenos de arena,
y confiados del Cid
dos mil florines le prestan.
-¡Oh necesidad infame,
a cuántos honrados fuerzas
ANTOLOGÍA DE POESÍA (1º y 2º ESO). Departamento de Lengua castellana y Literatura. IES Carlos Bousoño 2
a que por salir de ti
hagan mil cosas mal hechas!
¡Rey Alfonso, señor mío,
a traidores das orejas,
y a los hidalgos leales
palacios y oídos cierras!
Mañana saldré de Burgos
a ganar en las fronteras
algún pequeño castillo
adonde mis gentes quepan;
y por conservar el nombre
de tus reinos, que es mi tierra,
los lugares que ganare
serán Castilla la Nueva.
Y ríase la gente.
Pase a media noche el mar
y arda en amorosa llama
Leandro por ver a su Dama,
que yo más quiero pasar
del golfo de mi lagar
la blanca o roja corriente.
Y ríase la gente.
Pues Amor es tan crüel
que de Píramo y su amada
hace tálamo una espada
do se junten ella y él,
sea mi Tisbe un pastel,
y la espada sea mi diente.
Y ríase la gente.
LETRILLA
PODEROSO CABALLERO ES DON DINERO
Luis de Góngora (1561-1627)
Francisco de Quevedo (1580-1645)
Ándeme yo caliente
y ríase la gente.
Traten otros del gobierno
del mundo y sus monarquías
mientras gobiernan mis días
mantequillas y pan tierno
y las mañanas de invierno,
naranjada y aguardiente.
Y ríase la gente.
Coma en dorada vajilla
el príncipe mil cuidados
como píldoras dorados,
que yo en mi pobre mesilla
quiero más una morcilla
que en el asador reviente.
Y ríase la gente.
Cuando cubra las montañas
de blanca nieve el enero,
tenga yo lleno el brasero
de bellotas y castañas,
y quien las dulces patrañas
del Rey que rabió me cuente.
Y ríase la gente.
Busque muy en hora buena
el mercader nuevos soles;
Yo, conchas y caracoles
entre la menuda arena,
escuchando a Filomena
sobre el chopo de la fuente.
Madre, yo al oro me humillo,
Él es mi amante y mi amado,
Pues de puro enamorado
Anda continuo amarillo.
Que pues doblón o sencillo
Hace todo cuanto quiero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.
Nace en las Indias honrado,
Donde el mundo le acompaña;
Viene a morir en España,
Y es en Génova enterrado.
Y pues quien le trae al lado
Es hermoso, aunque sea fiero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.
Son sus padres principales,
Y es de nobles descendiente,
Porque en las venas de Oriente
Todas las sangres son Reales.
Y pues es quien hace iguales
Al rico y al pordiosero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.
¿A quién no le maravilla
Ver en su gloria, sin tasa,
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Que es lo más ruin de su casa
Doña Blanca de Castilla?
Mas pues que su fuerza humilla
Al cobarde y al guerrero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.
«Navega, velero mío,
sin temor,
que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.
Es tanta su majestad,
Aunque son sus duelos hartos,
Que aun con estar hecho cuartos
No pierde su calidad.
Pero pues da autoridad
Al gañán y al jornalero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.
Veinte presas
hemos hecho
a despecho
del inglés,
y han rendido
sus pendones
cien naciones
a mis pies.»
Más valen en cualquier tierra
(Mirad si es harto sagaz)
Sus escudos en la paz
Que rodelas en la guerra.
Pues al natural destierra
Y hace propio al forastero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
LA CANCIÓN DEL PIRATA
José de Espronceda (1808-1842)
Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela,
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman,
por su bravura, El Temido,
en todo mar conocido,
del uno al otro confín.
La luna en el mar rïela,
en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y ve el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Estambul:
«Allá muevan feroz guerra,
ciegos reyes
por un palmo más de tierra;
que yo aquí tengo por mío
cuanto abarca el mar bravío,
a quien nadie impuso leyes.
Y no hay playa,
sea cualquiera,
ni bandera
de esplendor,
que no sienta
mi derecho
y dé pecho
a mi valor.»
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
A la voz de «¡barco viene!»
es de ver
como vira y se previene,
a todo trapo a escapar;
que yo soy el rey del mar,
y mi furia es de temer.
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En las presas
yo divido
lo cogido
por igual;
sólo quiero
por riqueza
la belleza
sin rival.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
¡Sentenciado estoy a muerte!
Yo me río;
no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena,
colgaré de alguna entena,
quizá en su propio navío.
Y si caigo,
¿qué es la vida?
Por perdida
ya la di,
cuando el yugo
del esclavo,
como un bravo,
sacudí.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
Son mi música mejor
aquilones,
el estrépito y temblor
de los cables sacudidos,
del negro mar los bramidos
y el rugir de mis cañones.
Y del trueno
al son violento,
y del viento
al rebramar,
yo me duermo
sosegado,
arrullado
por el mar.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar
LOS DOS CONEJOS
Tomás de Iriarte (1750-1791)
Por entre unas matas,
seguido de perros,
no diré corría,
volaba un conejo.
De su madriguera
salió un compañero
y le dijo: ―Tente,
amigo, ¿qué es esto?
― ¿Qué ha de ser? ―responde―
Sin aliento llego...
Dos pícaros galgos
me vienen siguiendo.
― Sí ―replica el otro―,
por allí los veo,
pero no son galgos.
― ¿Pues qué son? ―Podencos.
― ¿Qué? ¿Podencos dices?
Sí, como mi abuelo.
Galgos y muy galgos,
bien vistos los tengo.
― Son podencos, vaya,
que no entiendes de eso.
― Son galgos, te digo.
― Digo que podencos.
En esta disputa,
llegando los perros,
pillan descuidados
a mis dos conejos.
Los que por cuestiones
de poco momento
dejan lo que importa,
llévense este ejemplo.
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RIMA LIII
Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)
Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.
Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres,
ésas… ¡no volverán!
Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar
y otra vez a la tarde, aún más hermosas,
sus flores se abrirán.
Pero aquellas cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día….
ésas… ¡no volverán!
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.
Pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido…, desengáñate,
¡así no te querrán!
SONATINA
Rubén Darío (1867-1916)
La princesa está triste… ¿qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.
El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchina la dueña dice cosas banales
y vestido de rojo, piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente,
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos de dulzura de luz,
o en el rey de las islas de las rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
¡Ay! la pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar;
ir al Sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
Ya no quiere el palacio ni la rueca de plata
ni el halcón encantado ni el bufón escarlata
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte,
los jazmines de Oriente, los nelumbos de Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real;
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
¡Oh, quién fuera Hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste, la princesa está pálida).
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quien volara a la tierra donde un príncipe existe
(La princesa está pálida, la princesa está triste)
más brillante que el alba, más hermoso que abril!
—Calla, calla, princesa —dice el hada madrina.
En caballo con alas hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con su beso de amor.
LAS MOSCAS
Antonio Machado (1875- 1939)
Vosotras, las familiares
inevitables golosas,
vosotras, moscas vulgares
me evocáis todas las cosas.
¡Oh, viejas moscas voraces
como abejas en abril,
viejas moscas pertinaces
sobre mi calva infantil!
Moscas de todas las horas
de infancia y adolescencia,
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de mi juventud dorada;
de esta segunda inocencia,
que da en no creer en nada,
en nada.
¡Moscas del primer hastío
en el salón familiar,
las claras tardes de estío
en que yo empecé a soñar!
Y en la aborrecida escuela
raudas moscas divertidas,
perseguidas, perseguidas
por amor de lo que vuela.
Yo sé que os habéis posado
sobre el juguete encantado,
sobre el librote cerrado,
sobre la carta de amor,
sobre los párpados yertos
de los muertos.
Inevitables golosas,
que ni labráis como abejas,
ni brilláis cual mariposas;
pequeñitas, revoltosas,
vosotras, amigas viejas,
me evocáis todas las cosas.
EL VIAJE DEFINITIVO
Juan Ramón Jiménez (1881-1958)
Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando;
y se quedará mi huerto con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón de aquel mi huerto florido y encalado,
mi espíritu errará, nostálgico.
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido...
Y se quedarán los pájaros cantando.
FÁBULA DE LA ROSA Y EL VELOCÍPEDO
Adriano del Valle (1895-1957)
― Cuidado, Doña Perfecta,
― dijo a la rosa el biciclo―.
¿Por qué me sales al paso?
Si no te apartas, te piso....
― Pasa ya, tonto de acero;
no tienes miedo al ridículo.
― El jaramago te adora.
― ¡Mentiroso!
―Yo lo he visto.
―Yo nací con la manzana;
vi a Eva en el Paraíso
y habrá rosas de mi estirpe
en el Día del Juicio.
―No sigas, rosa perfecta,
de eso a mí me da lo mismo;
tienes una vida efímera.
― Todo en la vida es efímero...
― Metafísica estás...
―¿Qué oigo?
― Que eres medio tonta, digo;
más tonta que un miriñaque.
― Eres idiota, biclico;
quiero decirte tres cosas:
¡cínico, cínico y cínico!
― Con los madrigales cursis
te embriagas, es tu oficio...
― Y el tuyo llevar al parque
los tontos en equilibrio.
― Tú no sabes geometría.
El relojero es mi amigo;
tienen ruedas sus relojes
que aprenden de mis prodigios.
Euclides hizo posible
que yo esté hablando contigo.
― Déjate de garambainas
y demás textos científicos;
cien poetas me cantaron
antes de nacer Virgilio.
― Vi libros de un ingeniero;
mi esquema viene en sus libros...
―Soy ex-libris de las flores.
―Yo el colofón de lo antiguo;
los hombres quieren volar
e inventan el velocípedo.
La perfección de las ruedas
ANTOLOGÍA DE POESÍA (1º y 2º ESO). Departamento de Lengua castellana y Literatura. IES Carlos Bousoño 7
madura en mí su principio.
―¿Las ruedas eran cuadradas?
¿Rodaban a pie cojito?
― Mírame, frágil, aéreo,
tengo radios, no pistilos;
corto rosas del aire al viento,
corro como un cervatillo;
biselado por la brisa,
virtuoso y agilísimo;
tengo esbeltez de jirafa
que aparece en espejismo.
¿Y tú, rosa...?
― Presumido
como no tengo tu labia,
ni tu jarabe de pico,
verás qué dice un poeta
que me canta en este libro....
Y la rosa reflejaba
en níquel de velocípedo,
perfecta, pura, geométrica,
la Anunciación de un prodigio
que iba a emparentar compases,
rosas, lápices y lirios.
Se cuenta que se casaron
que tuvieron muchos hijos...
Automóviles perfectos,
hidroplanos de aluminio
son los nietos de una rosa,
los nietos de un velocípedo.
SI MI VOZ MURIERA EN TIERRA
Rafael Alberti (1902-1999)
Si mi voz muriera en tierra,
llevadla al nivel del mar
y dejadla en la ribera.
Llevadla al nivel del mar
y nombradla capitana
de un blanco bajel de guerra.
Oh mi voz condecorada
con la insignia marinera:
sobre el corazón un ancla
y sobre el ancla una estrella
y sobre la estrella el viento
y sobre el viento una vela!
SE EQUIVOCÓ LA PALOMA
Rafael Alberti (1902-1999)
Se equivocó la paloma.
Se equivocaba.
Por ir al Norte, fue al Sur.
Creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.
Creyó que el mar era el cielo;
que la noche la mañana.
Se equivocaba.
Que las estrellas eran rocío;
que la calor, la nevada.
Se equivocaba.
Que tu falda era tu blusa;
que tu corazón su casa.
Se equivocaba.
(Ella se durmió en la orilla.
Tú, en la cumbre de una rama.)
SI ME LLAMARAS, SÍ...
Pedro Salinas (1891-1951)
¡Si me llamaras, sí,
si me llamaras!
Lo dejaría todo,
todo lo tiraría:
los precios, los catálogos,
el azul del océano en los mapas,
los días y sus noches,
los telegramas viejos
y un amor.
Tú, que no eres mi amor,
¡si me llamaras!
Y aún espero tu voz:
telescopios abajo,
desde la estrella,
por espejos, por túneles,
por los años bisiestos
puede venir. No sé por dónde.
Desde el prodigio, siempre.
Porque si tú me llamas
-¡si me llamaras, sí, si me llamaras!será desde un milagro,
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incógnito, sin verlo.
Nunca desde los labios que te beso,
nunca desde a voz que dice:
"No te vayas."
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar
cebolla y hambre.
TE QUIERO
Una mujer morena
resuelta en luna
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete niño
que te traigo la luna
cuando es preciso.
Luis Cernuda (1902-1963)
Te quiero.
Te lo he dicho con el viento,
Jugueteando como animalillo en la arena
O iracundo como órgano tempestuoso;
Te lo he dicho con el sol,
Que dora desnudos cuerpos juveniles
Y sonríe en todas las cosas inocentes;
Te lo he dicho con las nubes,
Frentes melancólicas que sostienen el cielo,
Tristezas fugitivas;
Te lo he dicho con las plantas,
Leves criaturas transparentes
Que se cubren de rubor repentino;
Te lo he dicho con el agua,
Vida luminosa que vela un fondo de sombra;
Te lo he dicho con el miedo,
Te lo he dicho con la alegría,
Con el hastío, con las terribles palabras.
Pero así no me basta:
Más allá de la vida,
Quiero decírtelo con la muerte;
Más allá del amor,
Quiero decírtelo con el olvido.
LAS NANAS DE LA CEBOLLA
Miguel Hernández (1910-1942)
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.
Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.
Desperté de ser niño
nunca despiertes.
Triste llevo la boca
ríete siempre.
Siempre en la cuna
defendiendo la risa
pluma por pluma.
Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.
Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
ANTOLOGÍA DE POESÍA (1º y 2º ESO). Departamento de Lengua castellana y Literatura. IES Carlos Bousoño 9
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.
Vuela niño en la doble
luna del pecho
él, triste de cebolla,
tú satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.
CANCIÓN DEL JINETE
cercas y lindes,
brincos de espuma y júbilo,
truchas felices.
El Ebro canta y canta.
La lanza en ristre,
acomete molinos,
puentes embiste.
Primavera de hojillas,
juncos y mimbres.
En flor todas sus frutas,
Valderredible.
En flor todas tus nuevas
niñas abriles.
En flor tus capiteles,
Martín de Elines.
Federico García Lorca (1898-1936)
Córdoba.
Lejana y sola.
POR FIN TENGO UN AMIGO
Jaca negra, luna grande,
y aceitunas en mi alforja.
Aunque sepa los caminos
yo nunca llegaré a Córdoba.
Por fin tengo un amigo,
otro pequeño imbécil como yo, sonriente,
que no lee los periódicos,
que no está preocupado,
que no tiene opinión formada sobre Europa.
Nos paseamos juntos charlando tontamente,
contándonos mentiras,
repitiendo en voz alta los nombres de los barcos
o inventando otros nuevos
para las pobres nubes que lo están esperando.
¡Qué bonitas mañanas con aeroplanos blancos!
¡Qué bonitos los pinos,
la hierbecilla mansa,
la brisa siempre alegre,
las parejas amigas, de la mano, volando!
Por el llano, por el viento,
jaca negra, luna roja.
La muerte me está mirando
desde las torres de Córdoba.
¡Ay qué camino tan largo!
¡Ay mi jaca valerosa!
¡Ay, que la muerte me espera,
antes de llegar a Córdoba!
Gabriel Celaya (1911-1991)
Córdoba.
Lejana y sola.
EN EL PRINCIPIO
ABRIL EN VALDERREDIBLE
Gerardo Diego (1896-1987)
Por el Ebro chiquito
desde Fontibre,
preso en lago encantado,
suelto ya y libre.
Por el Ebro entre chopos,
Blas de Otero (1916-1979)
Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.
Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
ANTOLOGÍA DE POESÍA (1º y 2º ESO). Departamento de Lengua castellana y Literatura. IES Carlos Bousoño 10
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.
Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.
CUANDO TE NOMBRAN
Gloria Fuertes (1917-1998)
Cuando te nombran,
me roban un poquito de tu nombre;
parece mentira,
que media docena de letras digan tanto.
Mi locura sería deshacer las murallas con tu nombre,
iría pintando todas las paredes,
no quedaría un pozo
sin que yo me asomara
para decir tu nombre,
ni montaña de piedra
donde yo no gritara
enseñándole al eco
tus seis letras distintas.
Mi locura sería
enseñar a las aves a cantarlo,
enseñar a los peces a beberlo,
enseñar a los hombres que no hay nada
como volverse loco y repetir tu nombre.
Mi locura sería olvidarme de todo,
de las 22 letras restantes, de los números,
de los libros leídos, de los versos creados.
Saludar con tu nombre.
Pedir pan con tu nombre.
─Siempre dice lo mismo ─dirían a mi paso,
y yo, tan orgullosa, tan feliz, tan campante.
Y me iré al otro mundo con tu nombre en la boca,
a todas las preguntas responderé tu nombre
─los jueces y los santos no van a entender nada─
Dios me condenaría a decirlo sin parar para siempre.
ESCONDITE INGLÉS
Carmen Martín Gaite (1925-2000)
Una, dos y tres,
escondite inglés,
a esa niña de rojo
Ya no la ves.
Jugaba con naranjas,
les mordía el zumo,
arrancaba tomillo,
niña de humo.
Baja a la calle,
vuelve a subir,
las estrellas la miran,
no se quiere dormir.
Cuéntame un cuento,
cuéntame ciento,
dame la mano,
se la lleva el viento
de aquel verano.
Una dos y tres,
escondite inglés,
a esa niña de rojo
ya no la ves.
LO QUE NO ES SUEÑO
Claudio Rodríguez (1934-1999)
Déjame que te hable en esta hora
de dolor, con alegres
palabras. Ya se sabe
que el escorpión, la sanguijuela, el piojo,
curan a veces. Pero tú oye, déjame
decirte que, a pesar
de tanta vida deplorable, sí,
a pesar y aun ahora
que estamos en derrota, nunca en doma,
el dolor es la nube,
la alegría, el espacio;
el dolor es el huésped,
la alegría, la casa.
Que el dolor es la miel,
símbolo de la muerte, y la alegría
es agria, seca, nueva,
lo único que tiene
verdadero sentido.
Déjame que, con vieja
sabiduría, diga:
a pesar, a pesar
de todos los pesares
y aunque sea muy dolorosa, y aunque
sea a veces inmunda, siempre, siempre
la más honda verdad es la alegría.
La que de un río turbio
ANTOLOGÍA DE POESÍA (1º y 2º ESO). Departamento de Lengua castellana y Literatura. IES Carlos Bousoño 11
hace aguas limpias,
la que hace que te diga
estas palabras tan indignas ahora,
la que nos llega como
llega la noche y llega la mañana,
como llega a la orilla
la ola:
irremediablemente.
NO VOLVERÉ A SER JOVEN
Jaime Gil de Biedma (1929-1990)
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
INTRODUCCIÓN A UNA FÁBULA PARA
ANIMALES.
Ángel González (1925-2008)
Durante muchos siglos
la costumbre fue ésta:
aleccionar al hombre con historias
a cargo de animales de voz docta,
de solemne ademán o astutas tretas,
tercos en la maldad y en la codicia
o necios como el ser al que glosaban.
La humanidad les debe
parte de su virtud y su sapiencia
a asnos y leones, ratas, cuervos,
zorros, osos, cigarras y otros bichos
que sirvieron de ejemplo y moraleja,
de estímulo también y de escarmiento
en las ajenas testas animales,
al imaginativo y sutil griego,
al severo romano, al refinado
europeo,
al hombre occidental, sin ir más lejos.
Hoy quiero –y perdonad la petulanciacompensar tantos bienes recibidos
del gremio irracional
describiendo algún hecho sintomático,
algún matiz de la conducta humana
que acaso pueda ser educativo
para las aves y para los peces,
para los celentéreos y mamíferos,
dirigido lo mismo a las amebas
más simples
como a cualquier especie vertebrada.
Ya nuestra sociedad está madura,
ya el hombre dejó atrás la adolescencia
y en la vejez occidental bien puede
servir de ejemplo al perro
para que el perro sea
más perro,
y el zorro más traidor,
y el león más feroz y sanguinario,
y el asno como dicen que es el asno,
y el buey más inhibido y menos toro.
A toda bestia que pretenda
perfeccionarse como tal –ya sea
con fines belicistas o pacíficos,
con miras financieras o teológicas,
o por amor al arte simplementeno cesaré de darle este consejo:
que observe al homo sapiens, y que aprenda.
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