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AGUSTIN UBHTO ARTEIA
EL REAL
MONASTERIO DE
SIGENA
({1gg-{300)
Valencia
1 966
ESTADO DE IA CUESTION
El tema del Real lroaasterio de Sigena ha sido tocado muy somerame[te en inaumerables ocasiones, taDtas, que creerDos que se
pueden corxtar por cientos los historiadores que le han dedicado tes
o cuatro liueas en sus estudios. Neturalmente no nos vatno! a referir
a ninguno de ellos.
En otas ocasiones, muy 6casa,s en nrimerorse ha tratado el tema
con tal profusi5n de datos encademdoo, sin ilaci6n alguna, que no
han conducido a nada importante,
ni tan s51o a adivinar la importaucia del monasterio. Se trata de listas de "priorastt, relaciones
parciales de bienes, datos curiosos entresacados de algunos documentos y poco mis.
Casi todos los intentos de presentarnos una nueva historia sigeneDse son repeticiones hechas de la obra de Fray_Ivla.rco Antonio Var5n, "Historia del Real l\fonasterio de Sigen:,;t, obra m{s bieu escrita con el coraz5n que con la cabeza.
'
Y asf del Arco nos cuenta la misma historia, como lo hari MI
guel de Asia , cayendo arnbos en los mismo t5picos que Var6n.
De todo lo escrito sobre Sigena, hly que destacar como obras
fundamentales las de Delaville le Roux y de lv{ariano de Pano. A-
I
Publicada crr I'rrrrplona el ^Ao 1773.
Ir'
AIICO, "El nlorasterio de 5igena", en "Linajes de Arag6n",
I). 2ol f si'{ilienres: V (1914), p. 2O,J y siguientes: "El monesteriode Sigeua", en "Boletir <lc Ia Sociedad Espaiola de Excursiones", XXIX (Madrid l92f),
p.
22-63t rf,l rcnrierio
tle Sigenr", cn "llniversidad",
1930 fzaregoza), p, 249-268.
2
Cfr.
Rrcarrlo.lr)
(Huesca l913),
3
Oegeito I€grL V. 2336-1So
Impero po Aouba'r, Der{o de
Vrlc&ccl, 7. Veleocir - 11'
Cir. MigrreldcASUA,
Soberana Qden
4
edic.
"ElRealMonastetiodeS:Jena".Publicaci6ndelelnclitay
t"'lilitar de San Juan o de Malta.
Cft. I. DEIAVILL!
LE ROUX, "M6langes
Alphoile
Picard et fils. Paris 191O.
Sin luga. de edici<in,
sur l ilden
de
1931.
Saint Jean de Jerusalem",
6
FaLr
7
qu6l recoge una cantidad considerable de documerr@s ree.les en su
fsfalided, de capital importancia debido a la p6rdid4 de los instrumentoS originales. Pano habla del monasterio en vari4s de sus obrast,
auDque la que msyor importancia tiene para nosot"4ls es la titulada
"Ie Santa Reina doffa Sanchart, acabada por el auto/ eD 1920, pero
dada a Ia luz en Zeragq,a, en !944. Li,stima que pano se coDtentara
con taD pocoi solamente va sacando datos que le coDducen a teier su
obra, desaprovechando el resto del documento. por 9sr en algunos
casoS, tan s<5lohace una tranccripci<in parcial de un d@umento, que
todo lo m6s que nos puede ayudar es en el cotejo. 14 obre estS ilustrada con interesentes fotografias del monesteris; 6lau6tros, tones,
vistas panorrimieas, sala capitular, irrigenes, pintur/s, etc. Aparecen tambi6n, y esto es lo interesante, alguno, do..,/t"otos fotografiados e, intercala tambi6n algunas fi,anqslipcisneS -Ffu
o parciales- de los documefos que va ulilirendo.
Delaville le Roux toc6.el tena de Sigena agsidgntalmeDte, por
lo que no deberiamos hablsr de monografia, tanto err cuanto el monasterio estaba incluido en la Gden Fl,ospitalaria, 4e la que intent5
hacer una Colecci5n Diplom{tica.
En realidad, a Delaville Ie interesaba la historia ds la Qden; a
Pano le interesaba el monasterio, que era la obra
exclusiva de
"4si
sr biografiada: dofia Sancha.
En ninguno de los dos c:lscrs, pues, se trata de un4 verdadera historia del monasterio.
Sin embargo, Pano inteat5 hacer a\o en este ."4tido. Baste para ello la redacci5n de un rrManuscritorr, que no ," gublic5 por dificultades de indole desconocida, y que el autor entfeg6, junto con
alguuos otros papeles y fotografias, aI Centro de Estudios Medievales
'rparte
de Arag6n, donde se conlterva. El primer cuaderno,
titula
Ole
hilt6ricat', le siryi5 de base para su obra 'rl"a 53,,13 f,eina dofla Saneharr. El segundo,'tparte descriptivarr,ya lo habia publrcado parcialmente en Ldrida en 1883rcon el titulo de "El Real l44nasterio de SL
ienar. Su historia y descripci6nrr; el tercero, t.-,5ota decumentalr,
parcial,
el rinico usado por nmtros,
es una coleccicjn diplopitica
puegto gue solo iucluye los documentos del antiguo Atchivo del mo-
nasterio, y, aun 6stos, plagados de errores de transcripci6n, aunque
muy importantes por cuanto gracias a 6l hemos sabido de la existencia de algunos que se han perdido.
Exceptuados Pano y Delaville,
poco queda que pueda interesarnos. Por ejemplo, del Arco parece haber visto bastantes documentos.
En realidad, sigue aI pie de la letra a Varon y, cuando no, al iDdice que hizo don Pedro de Adam, en L774, que no se nos ha conservado, pero que del Arco nos mueste lleno de errores paleogrificos.
Don Ricardo del Arco casa noticia tras noticia, fecha Fas fecha,
igual que una cadena, con erFores de bulto (fiindose de Pedro de
Adam), como cuando, por ejemplo, da la fecha de 3 de mayo de
1215 como fin del mandato de doia Qenda de Lizana como rrpriorarl
del monasterio, cuando 6sta sigue al frente de la Casa hasta 1224.
Luego elige "p'riorarr a dofla Sancha Jim6,nez.de Unea en 1215, cuando en realidad comienza sr gobierno ent226, Ilegando lnzstet237,
y no hasta 1248, como pretende del Arco, y luego Asria, que da las
mismas fechas err6neas por haberle copiado. Errores de este calibre
se suceden a lo largo de toda su obra.
De la de Ania, "El Real ltlcnasterio de Sigena"t, 1o m6s interesante son las fotografias, sobre todo las que mueshan las acuarelas
hechas por Carderera (1796-1880), oscense de nacimiento, tal como
el mismo vio al monasterio en el siglo XIX, puesto que luego se hicieron importantes reformas que cambiaron su fisonorrria. Por lo dem6,s, Ania copia a del Arco casi iutegram€nte.
I
la obra en tres vohimenes de Javier Fuentes y Ponte es bien poco aprovechable por cuanto que es del mismo estilo que las de del
Arco. lncluso muchos de los documentos, comprendidos en el tercer
vohimen y en nfmero de 105, est6n taducidos al castellano. Ia obra, dentro de la prosa del siglo XIX, es pretenciosey nos einre de
poco, ya que rinicamente intercala nueve documentos comprendidos
cntre los anos 1188-1300.
s
lJltimamcnte, en 1960, don Antonio Dur6n Gudiol ha publicado
la regla del nronasterio. Ya habia aparecido 6sta en varios estudios
tlcdicados a la Orden de San Juan de Jerusal6n, cuyas indicaciones se
I
I
C6.
MariaDo
dercrilri6n'(L6ride
une vceci<in
..9@a
1932).
rdigids"
de pANo
l8E3):
y
"Dof,a
(Zutgoa
,'El
su historia /
lvtronasterio 4" 5;4ena'r.
Histqre de
5i8ena'
lvtatild€ Ferrer y lorda,
l,.iora .le
@a193O). ,'El monasterio
de Siqena: tll serie Srioral"
RUATA,
Real
O['te srgul
rcserlamos aniba,
a;arecida
e] ano 1931 ,
Y PONTE'
"Memcria
levrer llJ$ITES
J vols. en un solo tomo.
Sante lVtaria 41 Sr1rra",
2
Cfr.
J Cfr.
n nror,o
eo "llon.5tica",
Ilist{irico-descriptiva
lmftente
Mariana,
del
lirida
Santuario
de
189O,
I)t.tRAN CUDIOL,
regla del monesir
"l:
de Santa Maria de Sixena,,,
I (scripta et documenta l2),
[Abadia de L4ontserrat l96o], p. l3s_191.
8
setrelaD eD el documento coreslrondlente,
peto la benscripci5n y edicifoes dejeban beftrntaque dese.r. [r versi5n de Durin es bueua.
Listina que la obra se quedara s6lo en el estudio del obispo Ricardo
de Huesca, autor de la regle.
Bieu poco mis se puede dectacer de lo que se ha ercrito sobre
Sigena.
No pase de curioso el tabajo de Juan I\Ianuel Palacios Sdnchez,
el 'rReel Nbnasterio de Sigena. ldemorie bist5rico-descriptive
de
los econtecimicutos ececcidos derde el etro 1936 a 1954". Cornieaza heciendo ura rrbreve releia bistdrica", e bace de loc enter citrdos
Ilego noc relate las vicisitudes por lar quc pasaron el moautor6.
nasterio y las ttduefiasrr enu:e las fechrr indicader. Relate c6mo cai
do en la zonr ma^ncista hubo de suAir grave! dsflos: incendios, destucci^-6,
atrcp€llot de todas las clcree. C6mo la conuaidad hubo
de disgregarse ante tal aurenanza. C5mo le Viryen del Coro, titular
del nonesterio, fue destmida en 1938,
Noc bebla tembi6n de c6mo sufri5 el Archivo. Del 8 al 1O de
agosto de 1936 ne quem6 el monarteriol rrgtan perte del valioco Archivo pu.do salvarse en aquellos
Ello r-.t
momeDtor ten criticos.
congretula grandemente ya que, coD estos veliosos documentos podcmos peDsar en la reconstruccirin de le Historie del lU6nastrsriott.
El trabajo de Palacios Sinchez es interesente en cuarto que viene a llenar una laguna dc la histdie del monrsterio, precisarnante
en nuerros dfas. Por lo demis, cerocc de velor cieindfico.
El estudio que sigue e continurci6n
e3 un intento de mejorer y
I-r citas
aurpliar lot co.rccimientor reletitor el Reel Monrrterio.
documeateles 3f reflcreD riempre l nucrra colccci6n titule&
"Docufrentos 4s Sigenrtr, publicade en 'rTextos lvdedievalest', 23 lY*
lencie 1966] y siguientes. En lrr p6glne^r que ahore siguen colocamos eEtre I I ef nrirrero del documento sludido.
Uu ertudio sobre la totalidad de los fondoe documentales,
historiograflo y bibliograffa
sigenense ee puede consultan en nuerbo ba bajo rrla doeumentaci6a de Sigenr (1188-13@)[, aparecido en la
revisra rrsaitabi'r, XV (V.briia
1966).
II
Et PRINCIPIO
DE SIGENA
I.
IAS RELIGIOSAS HOSPITAI.ARIAS
la que en principio comenz6 siendo una Orden masculina, Ia de
Sen Juan de Jerusal6n, ampli5 muy pronto sus limites a las mujeres,
primero como simples simpatrzantes o donadas, mis tarde como
rrduef,asrt o monjas adscritas.
En sus comierrzos, estas monjas hospitalarias hacian vida medio seglar medio religiosa, lo que unido a algunos abusos y a las dificultades que entraf,aba este estado intermedio, movi6 al maestre
de la Orden de San Juan de Jerusal6n a fundar conventos femeninos
hospitalarios, sujetos a las respectivas castellaniast.
los monasterios de monjes hospitelarias nacian generalmente
junto a un conveDto masculino, como complemento de 61 y de cuyo
abad solian depender; eran los monesterios gue Qlandis ha llamado
driplices, no mixtos, y cuyo origen en Espafta habria que buscar en
la 6poca visigoda'.
El primero de los monasterios sanjuanistas fernenioos se le sihia
en los mismos dias de la aparicl5n de la Gden, establecido en Jerusa16n, y destinado a cuidar de las mujeres pobres enfermas. la vida
de este primer monasterio terminaba en LL87, tras la toma de Ia
ciudad por Saladino, huyendo la comunidad hacia occidentet, aun
1 MIRE'I Y SANS, J., "les cases de Tenplers y lJospiralers en Catalunya", (Bercelona l91O), pig. 2O7.
2 ORlr\NDIS, JOSE, "tos monasterios driplices cspaioles en la Alra Edad Mcdia',, en
Ai{DE, tomo XXX, ano 1960, pigs. 49-E8; del hismo luror, "los oriqcnes del mouquirr n o d r i p l i c c e n E s p a i l a " ,e n " E s t u d i c d e D e r e c l r o A r a S o n d s " ( C . S . l . C . ) , ( Z a r a g o z e 1 9 S 4 ) ,
pigs.237-248.
1 DEIAVILLE LE ROUX, L., ',M€larrges su I Qdre de 5. Jean d€ Jerusal€m", op.
nrim- XU, tituhdo "las Hospitelidres de Srint-Jean de Jdnrsalem',, pigs. S-6.
t2
13
cuando fray Marco Antonio Var6n, historiador ds Sigenar niegue r"otundamente, sin ningrin fundamento, tal existencia, obsesionado en
aplicar la primacia al monasterio femeniuo aragon6s de Sigenat.
Desde el siglo XII hasta fines del XV, van surgiendo a todo lo
largo y aucho de la geografia crktiana monasterios femeninos hospitalarios, sin que se pueda asegurar cu{l fue el gnimero de ellos en
de Jerusal6n.
el tiempo, despu6s del prinitivo
Ia primera noticia de una religiosa hospitalaria la hallamos en
tL73, y fue dofia CoDstan'a, condesa ds Tolosa, hermana de Irris
VII de Franci32. Sin embargo, el primer monasterio aut6nticamente
datado no nace hasta 1180, cuando Emique II de Inglaterra reune en
Bucklaid las diversas encomiendss inglesas de la Gden. En 1183, el
E.
papa Lucio III creaba en Bohe-ia los de Menetin y Praga
llego, tanto Var5n como Delaville y Miret Y Sans colocan el
monasterio de Sigena, al que sitrian a la cabeza de los monasterios
femeninos hocpitalarios aparecidos en Espafla. Indudablemente fue el
que rnayor transcendencie teudria en los femeninos aislados y driplices que le siguierou, pero desde luego no fue el primero de los espafloles dedicado a mujeres hospitalarias, como ha demosttado recieutemente Ia sefiorita ledesma Rubio, quien seflala la primacia del de
t,
Grisrin en 7176
en embos sentidos, en taDto que el Real l\fonasterio de Sigena no nacia hasta 1188.
al especio comprendido al
Desde este momeDto, limitindonos
zur de los Pirineos, van sugiendo varios monasterios' casi todos a
imitaci6n del de Sigena, haste los albores del siglo XVII, algunos
de vida efimera, como eI mismo de Gris6n.
Casi al rnisrro tiempo que el sigenense surgia otro monesterio
femenino en Cervera (L6rida), al que el 26 de febrero de 1192 se entegaba como "sororrt de su hospital dofra Hermesenda de Biesca; pero este monastetrio tendria una corta vida, ya que en 1250 se trasladaba a Alguaire (I!rida), rivalizando en adelante con el de Sigena-.
De I2O2 data el primer documento de otro monasterio driplice
hospitalario, el de San Salvador de Isotl igrralmente driplice debiS
ser el surgido en los primeros afros del siglo XIII en Siscar, enco-
I
VARON,
2
MIRET
3
DIItAVILLL
4
U:DFSMA
"tlistoriadelReall4onasteriorleSixcna",
Y SANS,
"tas cases", ndq.
LL ROUX,
RUBIO,
f . "M6langes",
M. L.,
"la
t.
ll,,:;11. I, pigs.3-13.
2O8.
de fundaci6n muy posterior. Ios hubo en Tordesillas y Zamora, en
Puente la Reina, en Salinas de Af,ana, en Sevilla (firndado eo 1490
por Isabel de Le<in, hija de rrna itssfip familia andaluzal), y loe de
Estremcrz y Evora en el reino de Portugal, reorgenizados en el sigl,o
xvl.
Estas religiosas hcpitelarias
se agrupaben baJo le regle comin
de Sao Agurrtin que, como es sabido, rc es mis que un acopio de
recomendaciones y consejos de cardcter Duy general, ilsuficienter
para la direcci5n de una comurid4d.
Sigene va a ser en este sentido, derde la eprobaci5n de sr reglr
especial, el prototipo del que copi&{D todos los dem{s monesterioe
femcuiroa borpitalarios,
pues dicho corxyento, que comenz6, cotroo
todoe elloe, rigi6ndoae por les cliusular de la regla agustiniena, ere
provirto en 1188, a los poc6 meses de su fundaci6rr, de unl regleque, con rnis o meDcxt modificaciones,
menteci6o complementaria
seri. edoptlda po todoa los comreutoc de religioes.saniuanirtgr'.
Genenlmente hs rrdueilesrr y moujer de le Orden de Sanfuan de
Sig€D4
Ieru.eal6n vivfan en clauswa, aun cuando fuere preciraneqte
la rinica excepcrcin, pues gozaba del pcivilegio de llbemad, motivado
-dicen los cronistac del monasterio sig€rrente- por la irsalubrided
de1 tecem donde se habia coDstraido.
Todoc los rpnarterios
sanjuenistss deperrdian ya del Prior o Gren
llaere
de la Orden de San fuan de Jerusd6n, ya del p'rior o castell6n de la demarcaci5n en la que habitaban; es decir, de lss distinY tenian como principales prrerrogrtivas las de lL
tas caitellanies.
bre elecci6u de sus prioras y adminiseaci5n
odirecta, privilegiol,
p. !)'
E n c o m i e n c l a d e Z a r a g o r a c l e l a L \ ' d e n d e S a n T r r a nc l e
tesis doctorai
Jerusal6n, siglo XII y XIIt",
5 lvIIRtT Y SANS, "Les cases", pig.
mienda dd priorato de Catrlunei
yr 6 ptoblernritica
la existencia
en ettoo cflos del de Santa lv{arfa del Caniro,
cetca de Granollerr,
puet la documenteci6n que se ha recogido de 61 no deja ir mis qlli
de las merar suposiciones, puesto que no se sabe si eran siapler donadas de un monasterio marculino,
o todo un convento sujeto a rrnregla semejante a la de Sige-a.
Se fundaron m5,s: el de la Ripita, uasbdado luego a Tortosa,
por ejemplo; pero hey que hacer constar que todos elloc, a excepcirin de los de Sigena y Alguaire, habian desalnrecido a princtpioc
del siglo XIV.
los conventos de religiosas hospitalarias fuera de Arag<in fueron
inedila
209.
(Zartgota l9ti0),
pdg.
181.
1 IIEIAVILLL lI ROUX, "l'{6lenges", pt9. 12.
2 DURAN CUDIOL, A, "la regle del monestir d€ Sants Merfa de Sixena", abedie
d€ M.rruerat, 1960, ya cit.da.
t5
L4
bre todo eI primero, que motivaron en multitud de ocasiones luchas
y reclamaciones contra los priores, castellanes y qan Prior quienes
querian ser duefios absolutos de tales comunidades.
Dice Delaville que en Espaf,a, Portugal, Francia, Italia y Melta formaron comunidades con vida propia, sin relaci5n alguna con
l. No
somos paftidarios de aseveraci5n tan tajaDte,
los Ftrospitalarios
aunque sf en muchas ocasiones, como ocurrir5 en el caso de Sigena,
intentarin desligarse de ellos, perdiendo, en cierto modo, su caricter hospitalario.
En cuanto al origen de zu nacimiento ya estamos mas conformes
con el historiador franc6s, crcryendo con 6l que nacienon para dedicase a la oraci5n y a la realizaci6n de obras piadosas, pensalds,
por otra parte, que aportaron muy poco a la obra comria del Ftrospital, aun cuando una de sus obligaciones para con la Orden fuera la
de errviar tecursos para sufragar los gastos de la misma.
En general, las monjas hospitalariasr como toda la Qden, fueIos
ron muy bien vistas y considerades Por sus contemPq{neos.
claustror de susconventos estuvieron llenos de sefloras nobles, pues
las fanilias de mayor abolengo tuvieron a gala contar con una morL
ja en alguno de los rronasterios hospitalarios, y, sobre todo en Arag6n, teuerla en el de Sigena.
El hibito de las hospitalarias era negro, con una cruz de tela
blanca de ocho puntes, colocada en el lado derecho generalmente'1
ttsororestt y ilduefiastr de un monasterio y otro
la distinci6n ente las
eshibaba en pequeflas variaciones del hdbito o en la colocaci5n de
las cruces.
cuya
Junto a los &ailes hospitalarios, seminonjes-semiguerreros,
rinica mira de sus actuaciones estaba Puesta en los Santos llgares y
zu redenci6n, le nace a la Qden del Flospital uD nuevo brazo, el que
reza, que por el origen noble de zus comPonentes adquiriri Pronto
toda clase de privilegios que les conferirin con rapidez una gran PG
tencia econ5mica, aunque no tanto espititual.
Ia relativa independeucia otorgada en su nacimiento, como s€
demuesha de sobras en el caso que nos ocupa' hari que a meuudo
zurjen disensiones cuando los jefes hospitalarios quieran atraer hacia
su dominio a estos moDastdios, en los que veian una gran ayuda
para sus fiues econ6micos.
I
2
DEI.AVILLE LE ROUX, "M6langes", p!'9. 8.
tas de Sigena la llevan al lado izquicrdo, segun se puede observu todavia hoy.
Generalmente los monasterios femeninos, desde Ia 6poca visigoda, habian surgido a Ia sombra de los masculilos, aunque tambi6n
hubo excepciones, de los que'dependian.
Pero err el caso- del monaslerio sigenense, del que varnos a habler a continuaci6n, ocurriri lo ,:ontrarigi el clausto de frailes estar6 supeditado a los desiguios de la priora que, asesorada por la comunidad de 'rdueflasrr, e la vez que por la de frailes, ser6 la que gobierne.
El caso de Sigena es, una vez rnis, el prototipo, .puesto que, aun
no siendo el primer monasterio hospitalario driplice de la Peninsula,
es el que mayor influencia tendri y el mis duradero, con predominio de la comunidad femenina sobre Ia mescrilina.
II.
I.A. ruNDACION
DEL MONASTERIO DE SIGE\IA
a) Motivos:
Cuando la reina de Arag6n dofia Sancha, mujer de AlJonso II
(1162-1196) decide fundar, a fines del siglo XlI, el monasterio de
Sigena para recogimiento de las monjas hospitalarias, habia en este
lugar una encomienda sanjuanista masculina dependiente de la Castellania de Amposta, que abarcaba los t6.rminos de Sena y Sigena,
concedidos a la Orden del Flospital por Ram6n Berenguer [V en el
1,
aflo 1157
aun cuando las iglesias de los mismoc pertenecian a la
'l
Qden del emple [doc. 4 y 5], circurstaacia que, a la hora de la
fundacicin del nuevo monasterio, motiv5 grandes lnoblemas, solucionados mediante cambios de tierras.
Poco despues de la introducci6n de los Hospitalarios en Arag6n
debieron strrgir, como ya hemos indicado, las primeras mujeres sirrpatizentes de la Orden, primeramente medio seglares medio religiosas, pero sin concretarse bajo ninguna asociacirin. Sin embargo, en
todas ellas debfa existir cierto espitihr com(D, sobre todo enbe las
de la nobleza, m6s abiertas a toda influencia cultural y a toda innovaci5n institucional y religiosa.
t
MIRtf
\ - S A N S , " L e sc e s e s " , p i g . 9 3 .
16
L7
No debemos patst por elto el hecbo de que ambas Ordenec -Flospital y Temple- estaban de moda, tanto por le importancia adquiri_
da tras el testaoento de Alfonrc I el Batallador como por la fama
gerada en defensa de los Santos lrrgares.
Enhe ambas, el espiritu femenino eligi<i aquella que mejor sa_
tisfacia sr.rsanhelos, brindindoles la oportunidad de dedicarse a las
funciones caritativas para con Ios enfermos de su sexo.
Faltaba rrnicaraente la petona capar de aunar todos esos deseos
y eduerzos sueldos. Antes que ea Sigota, como hemos sef,alado, hubo ya uu primer iatento en Gris6n, lo que dio origea a un hospital
femeuino, pero de vids efimera.
El espititu innovador hospital.ario que flotaba en el medio am_
biente debi5 invadir tambi6n a la reina aragonese dofia Sancha y a
las damas que le rodeabau, decididndore a escribir al maeshe de San
Gil [doc. 4 y 5l pidi6ndole no g5lo su parecer, sino tambidn tierras
para fundar un monasterio femenino hospitalario sn le5 dshinioc dsl
licspital, petici6n que pareci6 bien al entonces prior Armengol de
accediendo e la rnisrrra.
fua,
Ia Jerarquia sanjuanista y la realeza a.ragonesa estaban de acuer_
do; la nobleza asinti6 tanrbidn, como lo demuestre el hecho de que
todas las primeras rrduef,astt del nuevo monasterio eran de familia
noble, y sigui6ronlo siendo hasta bien enbada la Edad lV{oderna.
Faltaba tinicamente el asentimieato del Papa quien, a ruegos de
dofia Sanche, no hizo eryer:u su confirmaci5n.
Nada dice la documeataci6n acerca del motivo de la fundaci5n
de Sigqla, por lo tento todo lo expuesto son suposicione! nuesFas.
Pero lo que tampoco dice es que se debiera a un hecho milagrorc
como nos quiere hacer creer fray I\{arco Antonio Var6n en su rrHistoria del Real iVbngsterio de Sigena".
Dicho autor basa los motivoc del nacimiento del monasterio siBenerre en una tradici6n, extendidisima dur.nte los siglos XIII y
XIV, segrin la cual una imagen de la Virgen desaparece de una iglo
sia o ermita, en este caso la de Sigena, y aparece en oho lugar donde se encontrada por urur persona o por un animal, un toro en nuestro caso. Se lleva la imegen a su altar y vuelve a emigrar, y asf repetidas veces, hasta que las admira.tas y estupefactas gentes sacan
la consecuencia l<5gica del repetido hecho: la Virgen quiere estar en
el lugar elegido, por 1o tanto hay que hacerle un abrigo decoroso,
levantarle un altar, una iglesia, un monasteriot.
Vi.l
PANO
" 1 , S a n t a R - € - i n ed o i a
[, cap. ll, pigs 12 y siguientes.
I
t.
Sancha,,,
pag. 17 y ss. ; y VARON,
,'Historia,',
Var6n noe soluciona a la vez dos problem.s con dicha fibuta;
primeramente nos da el motivo. En seguudo t6rmirc,
el lugar donde
debia levanterre el mouagterio.
Io malo de todo ello er que algunos autoref p6t6iores,
guiedos
sin duda por la buena fe, han seguido creyendo en la mismg historial.
b) Elecci<jn
del
lugar:
Con h comoli&ci6n
de Ram6a Berenguer IV y
de lee coquftt$
Alfonrc II, qtredabe fodavia una zolra compteudids ebtt€ el 8omoDtsdoade per*lsate la rrisma pono occ€nte y Ia lioea lvlorella-Tenrel
blaci6n, la antiguc poblaci5n, pero dejefa uD t nto e su inicietiva y
a la de algunos noblea, mienbar las miris de los reyes se PogsbsD eD
de Tula ocupeci6n del Reino valenciaao y aun rnurei{ro, -tr.tldq
ltuerce
Detris loc obispor de Zaragcl,
dil6n [115tJ y Cazola ltl7gl,
y las Ordener Militeres Do dabas rbasto en tu tance cultuy repobladma. En mucbos catcs, le anfgiie&d
ral, crirti.nizadoa
de cus &onteras les llevaba a lucber enb€ sf. Pq otro l*do,'loe viejoo monrrterios del Pirineo no alc'n?at ya, ni por *r leJania ni por su
e.domirran ertet tier"as baj*s. Pers reviejo eirtema de explotaci6l,
bajo el
moal:tica
mediar e;to tendrd lug:ar rboa una tuevaflor.aei6a
sigm cigtercierue: Veruela, Santet Creus, Poblet, etc. Perg enEe
6stor y l,c citados obispsdoc guedl una zons de cabira€ y oltinares
comprendida entre loc rios Clnca y Alcsqsdte y loe !'{cnegr96 que,
y lAidz
aunqu€ ncda mdg por sar situeci5r, privilegiada en elte 6poee, habia de tener cierta ieportaDeis.
Adcmde cs une tierrr de n*die, donde, rl pa,recer, no sa conoce
ningrrna tcnencia, aulque ciett:j rodatdr porverier de ellacr Fuentes, Sarifiena, Mequinenze, 1nr lo taenod eD 1134, aunque nada t€
I
Vid,
nonunenttl",
PANO, "Reel l,t68t€rio
pigs. 93-98.
de sigena", en "Arrgln
hist6rico, plddcso
y
l9
1188-1208
Escele
vt kt
lv
td
fl
(,
Monz5n
Srritrcna
AIrg6n
o
Alcolee de Cinca
LERIDA
ZARA6OZA
a
Fuentes
O Vclilla
O Tcncncias importantec
pimttivo
I Nriclco territoiel
\\\ qr. doeci6n tcmitorial
de Sigena, Sena y Villanueva
ulnenza
sepa de anos mris tarde, si bien la situaci6n debi6 continuer igual
l.
en los af,oc eD que va a nacer el mon:rsterio de Sigenr
Para una corte itinerente como era le :rregonee de esta 6poca,
Sigena ef,a punto obligado de paso en loe caminos que llevan desde
Huesca o Berbasuo al brp, 1 Fraga y a L6rida, estando equidistente
de Zeregee, Huelca, Barbastro, Ieiridety de l.os valles de los rioe
Aguer, Martin, Guadalope y lvlatarrafla. Por eso no es de extreiar
que los re.y--eE
aragonesee esbrvieran interesadoc en esegurarse en etta
zon| um bese, hablendo en t6rminos actuales.
En adelente veremoc c5mo la importancia del encleve hari que
el monrgtcrio de Sigena guarde en sr archino, hasta la reo'rganizaci5n del dc la Corpna de Arag6n, numerpsos documentos relativos e
los asuntot del reino, sobre todo en el siglo XIII, decde donde f{cilmente y con toda cclcrided podian ser recuperados. Porque Sigene,
aparte de ter rrn lrrolasterio del I'Io6pial, estuyo, desde su fundaci6n
nisrra, iatimamente ligado a los reyes de Alagr5n.
Por oro ledo, Sigena surge como un foco repoblador de pimera
meglitud. I: Corona deJar6 en nanos dg le pion
la direcci6n de
por tratarse de ur1 nricleo que, por su!
esta repobleci6n, impctrnte
cancteristices edafok5gicas y climiticas,
la poblaciSn clr elcesa.
E encleve del monasterio es bastante bueno, rpwecbedo
un
ensanchamiento del valle del rio Alcanadre, pocos kil6nctos
antes
de unirse con ei Cinca. Actualuente
es una zone f€f,til, gfacias e
los aluvioues 2,nastrados por $rs aguasi sobre el valle, tierra de vegetaci<5n subridiaria (metorrales, espliego, tomillo), riltime degradaci5n de los ontinares y sabinas que siempre han abundado pot esta
zon. , y grendes extensiones de secano y pedregales, muy aptos para
el cultivo del uigo y de Ia vtd.
Y, desde los escarpes de Ia orilla derecha hasta el rio Bro, tode
rrn{r ,ona, hoy des6.rtica, ric8 en trigos, rcbre todo en afios de lluvias,
(pre crr obo tiempo estuvo frondosanente cubierta de irboler de boJu pcrcnnc y que dierun, 1nr la tonalidad de su color, nombre a la
comtncr: los ltrkrnegros"
t Vr(i. (-()lt()Nr\ EARATECH, C., "tas tencrci8s da Aragrln dede 1035 e 1134",
1946) '
en "fitudior dc trlerl Media de le Corcna de Atag6n (C. S. f . C. ), t. tI' Czs.gon
p{gr. J79- l,6. lr nrrsma carencia s nota en le deumcnteci<in recogide por D' Jo€6 Mrria IACARRA. "l)cument6
para el estudio da l. recoDquitte y rapobhciriu dcl vellc
d e l E b r c " , c n t t M C A , t . I I , ( 1 9 { 6 ) , p i g s . 4 6 9 - 5 7 4 1t . I f t , ( 1 9 4 7 - 4 E ) , p A g t . 1 9 9 - 7 2 7 ' y
t. V (1952), pigr. 5ll-668.
scir al ocrtc
2 StSGu crti e diez leguu ei oertc dc tririd., di.a et u dc Hucra,
d€ BarbasFoy dac el cste de Zeregca (Vid. VARON, "Hirtfiir",
t. [, cap. l, pdg: 2).
?o
2l
En la margen izquierda, la vegetaci<5n esti todavia mds degradada, con los referidos espliegos, tomillos y romeros.
El lugar donde esti enclavado exactamente el monasterio es,
pues, el m6s bajo de la regi5n, formando un verdadero oasis alargado. lv!'6.sancho el valle en su lado izquierdo esti y estaba recorrido
por numerosas acequias derivadas del rio Alcanadre (Ias del Molino,
Presifiena, de la Ribera, etc), que aseguraban el riego a media ladera, en las 6pocas de sequia, muy corrientes en la zona.
Este lugar estd nahualmente comunicado con Sariflena, Aguas,
Huesca, Fraga y L6rida por medio de caminos paralelos a vias fluviales: Alcanadre, Isuela, Flumen y Cinca. Para ir a Barbasbo habia que encontrar el Ciuca igualmente y remontarlo, en tanto que
para alcarzar Zerzgozt era necesario cnuar los Monsgles, y, desde
Pina, seguir hacia arriba el curso del Ebro.
Frente a Sigena estaba situadi la villa de Urgellet, ya en la parte alta de la margen derecha del Alcanadre, con una pequefra poblaci5n de cincueuta vecinosl y hoy desaparecida. Esto pueblo, con
Sigeua y Sena, agua.sarriba del rio, ser6n los que formar{n en principio, con sus t6rminos, el nricleo inicial del monasterio que, por
ser construids sn Sigeua, recibiria este nombre.
Hospitalarios y Templarios querian sacar partido del capricho de
la reiua, de ahi gue antes de ponerse de acuerdo Ias tres partes pasara algtin tiempo.
En octubre de 1187, Armengol de Aspa, prior de San Gil, cenEo
occidental de la Gden de San Juan de Jerusal6n, entregaba por fin
a la reina las villas dg Sena, Sigena y Urgellet pala que consFuyera
en ellas cl nronasterio deseado a condici5n de que fuera de monjas
hospitelnri: s, junto con el castillo de Santa Lecina, para poder efectrrar cl clrrrtrio citado con los Templariosr.
l.ls conrliciones impuestas por la Orden del Temple eran de caricter territorial. Solicitaban tierras cercanas a su villa de l\{onz6n,
tratando rlc pcrfilar sus limites en el Cinca frente a las posesiones
del Hospitel. |l problema se solucion6 pues con Ia entrega de Santa
Lecina [doc. 51.
El maestrc de la Orden de San Juan imponia igualmente sus condiciones. Entrcgaba las villas de Sena, Sigena y Urgellet a dofia
Sancha, pero, l)or un lado imponia la condici6u ya citada de que el
monasterio qrre iba a nacer fuera de hospitalarias yr por otro, tataba de supeditar cl futuro monasterio en todo al maestre de Amposta.
Este, en terccr lrrgar, de miras menos alFuistas, pidi6 a la reina una
compensacicin tc.rritorial, accediendo 6sta a entregarle el maDso de
Codong [doc. (rl, en el t6rmino de Tarragona, que su marido el rey
c)
Tr6mites:
Resuelta dofia Sancha a fundar un monasterio femenino de religiosas hospitalarias y eligiendo en Sigena, como centro de las tierras reci6n conquistadas, el lugar apropiado, se dispuso a tramitar
Ias cuestiones previas a la fundaci6n.
En primer lugar se enconbaba con que si bien las villas de Sena
y Sigena pertenecian a la Qden de San Juan de Jerusal6n, las iglesias de estos territorios eran de la Orden del Temple.
indujo, er junio de 11&4, al prior de San Gil y al maestre de
'Santa
Amposta a carnbiar dichas iglesias por el castillo y la villa de
I-ecina y el Fueyo de l4onz6n (hoy Pueyo de Santa Cruz) en la ribera
Cel Cinca, lr(rrtenecientes al Hospital [doc. 41, con lo que trlrminos,
villas e iglesias quedaban en poder de una misrna mano. Sin embargo esta tentativa primera de dofra Sancha no dio el fruto ape.tecido,
puesto que no se llevq a cabo.
Alfonso II le habia entregado como dote.
Merced a cstos cambios y a su propio sacrificio, dofla Sancha
era duefla.de las villas de Sena, Sigena y Urgellet y del monasterio
de Sigena que, en adelante, quedaria doblemente vinculado a Amposta, en cuya circunscripci5n estaban estas tieras, y a Ia Corona
aragonesa.
De hecho, cn maro de 1188 surgia rrad consruendum et hedificandum monastcrium et habitaculum dominarum ut semper ibi vivant ad honorenr Dei Omnipotenti et Beate lohani Baptiste et sub regule sacratissinre Flospitalis, simul cum additamentis regule quas
ego illi addidi, scilicet sancti Augustini hoc additamentum feci"
ldoc. 61.
El nuevo convento debi6 consuuirse junto a la casa de frailes
sanjuanista de la encomienda que desde tiemp6s 4s Ram6n Berenguer IV funcionaba en Sigena, conviviendo sus ocupantes, en ade-
1
I
vid.
VARON,
I'Historiar',
s. I, cap,
pig.
11.
"supradictum
gisuo lherosolimit.no
qlrippe
donrtionem
vobis
tlospitalis inde facistis',,
facimrrs
(Vid.
gropter
docum.
crcb.es
5. )
preces
quar
me-
z5
22
lante, aunque en edificios separados, juDtos trdueflasfi y frailes, hecho gue dio origen a la duplicidad que serie una de sus notas mis
caracteristicas.
d) Fecha
de fundaci5n:
Oficialmente, como hemos seflalado, el nuevo monasterio nacia
en mafizo del aflo 1188, estando la comunidad, casi contoda seguridad, formada en abril del mismot, mes en el que Sigena recibe la
p,rimera donaci5n de manos del rey Alfonso II: la villa de Candasuos.
Segrin Pano, las obras del edificio habian comenzado en 1183, lo
puesto que todavia era problemitique parece mis que irqnobable,
ca, como hemos indicado, s: fundaci6n.
lo m{s vef,osimil es que, en principio, aprovecharan algda edificio de la villa de Sigena en tanto se construia el mouasterio y una
nueva poblaci5n, algo apartada de 6ste, a la que se trasladarian los
desplazados hebitantes de Sigena: Villanueva de Sigenal.
III.
a) R eglamentaci6n
ORGANEACION
del
Como no hallaron ninguna otra regla que les satisfaciera, la reina encarg<i la redacci6n de una nueva al obispo de Huesca Ricardo
[doc. 8], quien la elaboraba entre octubre de 1187 y el mismo mes
de 11881r y 9ue seria en adelante, con mds o menos transformaciones, el modelo por el que se iban a regir casi todos los monasterios
femeninos de Ia fuen de San luan.
El 6 de octubre de 1188, Armengol de Aspa accedfa oficialmente no s5lo a la instauraci5n del nuevo monasterio, sino tambi6n
a la observaci5n de Ia nueva regla "iste novus modus et sororibus
nostris inconsuetus vivendi'r [doc. 8].
[a regla de Ricardo describia, minuto a minuto, la vida del
monasterio durante los domiagos y dias festivos y laborables, desde
que se despertaban las 'rduefrasrr hasta la hora de acostarse; las oraciones que debian rezarse, y en qu6 lugar y mometrtoi la forma de
acudir al comedor, al dormitorio, al baflo, etc. los habajos encomendados a cada una de las rrdueflasil y la manera de desempeiarlos;
la forrna de velar y enterrar a sus muertos, etc.',
Redactada la nueva regla por Ricardo, Sigena 11eg5a poseer dos
reglas distintas: la de San Agustin, propia del Hospital, y la privativa del monasterio. Sin embargo, todavia quedaban pendientes deresoluci6n algunos puntos vitalisimos para la futura vida del monaste rio, cuales eran las relaciones a mantener con las jerarquias delHog
pital y, en general, con toda la Ordeu.
Para solucionar este vacfo y mediante la p,romulgaci5n de algunos documentos por el prior de S41 Gil y el castellSn de Amposta,
INTERNA
Monasterio:
Ias monjas hospitalarias siguieron la regla de Saa Agustin que,
como hemos seflalado, fue la primera que se indic<5 para Sigena,
pero incompleta o insuficiente para guiar a una comunidad.
Apercibidos el maesre de Amposta y la reina dof,a Sanche de
esto6 defectos, trataroD de compersarlos con la edici6n de otra regla
que, hora a hora, fuera sefralando los deberes y obligaciones, las
oraciones y ceremonias de las "dueflasrr, desde la asistencia a misa
se fue creando un tercer'cuerpo legislativo y regulador, que iria mo-:dificindose segrin las circunstancias.
De esta forma, ya un aio autes del nacimiento de la regla de
Sigena, en octubre de 1187, en plenos prep.uativos para llevar a cabo la fundaci5n del monasterio, Armengol de Aspa, como prior de
San Cil y castelldn de Amposta, y coD el consentimiento de dofia
Sancha, presunta fundadora del monasterio, trat6 de solucionar los
problemas mis candentes de la oueva casa: el referente a la direcci5n del mismo y el tocante a las relaciones de Sigena con el Hospital [doc. 5].
hagta la entreda en eI baflo o en el refectorio.
1
la instalacion de la nrrcva comrrni(lad
conmeno.a
actilalhcntc
rLrvo lrrAar cl dia 2l de abril,
el an.iversario,le s| frrndaci6n (virl,
17).
pig.
2
Vid.
PANO,
"la
Santa Reina",
priq'
103-104'
l';\No,
"ia
dia en qLre se
santa Reina",
1
\'i(1. i)lJIt/\\,
"la
re<la dcl monesrir
de Sanra lvlaria de Sixena".
[s
rrna mono-
{rafia dedica(lr a lr rr(ie 1 ohr:.lel obisPo Ricer.io ric liuescl.
2 \'jd. j)ltlt.\N Clrt)iOI , " l:r reil:r",
t)dAs. 2l :.7. \, r)resrro ciocrrm. nrim.
8.
21
Segfu las prowislones del prie, el monssterio sigenense seria
goberuado por uDa lduef,arr, la prica; rrvolumus etiam atque conce_
dinus quod in eo loco sit semper piorissa sub cuius
lrtestete siut
omnia od gefatam domum pertinentie; fratrer etiam sorores atque
coDfratres et omnia qui in eadem doDo stet€riJrt sint sub imperio
elusde- prieisse et eidem obediant tam clerici quam laicir, de
modo que ef,a la {.nica que, en lo sucesivo, tendria facultad de man_
do, gobemando mediente la regte del Flocpitd (recu6rdese que todr
via no ha alnrecido la propia del morusterio), con la que habria de
admiaistrar jusdcia hasta donde llcgara, recurriendo en riltima iastincia el castellia de Amposta, 5q irngdiafl
jeraryuia.
El capitulo mis impohnte
de estas leyes sueltas era eI refe_
rentc a las relaqion$ e[6e la Gden y Sigena. la priora, cabeza del
mcinasterio por la facultad couferide por el propio priot de San Gil,
debia obedec€r el castelr;n ernpostaro, cuyo consejo era indispenss,ble paf,e la aduisi6n de personas en el nonastef,io; en segundo lu_
.ger, la decci6n
de cads pica
se efectuaria con el consenso del
castell6n de Ampootr y de doffe Sancha, mientras 6sta viviera, con_
ruItaado a la vez la opini6n de las demis ilduefiasrr" Sin ernbargo,
el castell{n Do teDia poder suficiente denbo del monasterio
lxra introftrcir ni sacar rrduefarr alguna sin el consentimiento de la priora,
Ea euarto luga.r, en caso de ineptitud de 6sta, el castellin
bstaba
obliggdo a sr.rstituirla, contando con la aquiescencia de las demis
comlrcDfotes de la casa.
Couro una obligaci6u mds de la prioa resp€cto al castelli.n de
Amposta, la priea tenia que asistfu al capitulo general del Ftrospital
de nr cagtellaaia 'na vsz al atro, por una prte ,'ad audiendum pre_
eegite magisbiir y, po ota, para enhegar las linosaas destinadas a
Ios eofermos del Flocpital, ,tseculdum quod sibi iusum fuerit suas
annuatim belemcsinas inflnnis pauperibus Ilospitaris therocolimitani
bausrrissurart,
Eu el mismo docurnento parecian tratadqr tambi6n algunos pun_
to6 tocantes a la admisl6n de ,tdueseErr y al reparto de los bienes en_
tregados cono dote; de tal fcrne que ee creaba rrnl case, de Flor_
Itin qua
pitalerias,
olnneo rcorer quod infta baiulia Emposte se !trospitali cbttrleliDt,
reciFiartur
et GenreDtur et pGsint ibi habitare in
uDumtt. Si la nueva'rduef,aH procedia del reino de Arag6ntodos zus
bienes, tento muebles como inmueblec, debian pertenecer integra_
mente al morart€rio:
pero ;i pcocedial de la bailia de Amposta, los
bienes muebles debian pesar a Sigena, pero Do los inmuebles, que
qucdabaa para la easrellania [doc. 5J.
25
Este tercer cuerpo legislativo, del que acabamos de ver un buen
ejemplo, fue incrementdndose con eI tiempo, tratando de solucionar los problemas que iban zurgiendo al paso, y que, como veremos
en los capitulos siguientes, fueron muchos por la tendencia de las
rrduefiasrrsigenensesa emanciparse de la Castellania.
Asf en rnarzo de 1188, eI maesre de Ampostar presionado por la
reina, concedia "ut nullus ex nostris successoribus neque prio neque matrster habeat licenciam nec potestatem abslraere nec eicere
priorissam vel aliam domnam de predicto monasterio nisi canonice
ordinis" [doc. 6], lo que venia a mitigar un poco alguna de las a.rrteriores disposic iones.
Et 1207, el Gtan maesEe de la fuen
de San Juan de Jerusal6n
confirmaba por vez pimera estas norm:rs [doc. 36]rque, poco a poco,
fueron incubando un tercer cuerpo legislativo ercrito, pero no recogido en una sola compilaci5n, sfuto en privilegios y documentos
sueltos.
Ios Papas, por su parte, a la vez que extendian bulas y privilegios tomando bajo zu protecci5n y amparo al monasterio, afradia^n
nuevas cldusulas que estaban destinadas a uuirse a este tercer cuelpo
legislativo sigenense fdoc. t7 y 431.
Muy posterior es la redacci5n de uua compilaci6n reguladora,
pues date del afro 1588, mandada redactar por Ia entonces piora dof,a [lisa de Moncayo. Se trata de un cuerpo de tradiciones que con
el tiempo se hicieron ley en la Casa, dirigidas todas ellas a dar un
mayo,r boato y solemuidad a los cultos y actos comunitariosr.
Los frailes
b)
del
monasterio
de Sigena:
Ya hemos visto como en la 6poca de fundaci6n del monasterio
existia en Sigr.na y en Sgna una encomienda hospitalaria de las muchas que surgicron dtuante eI reinado de AUonso II, dependiente de
la Castellaniu rte Ampbsta.
Cuando la reina de Arag<in dofra Sancha instaura el clausoo femenino de ai:rerdo con los responsables de la Gden sanjuanista,
estos t'ailcs hospitalarios permanecen junto a 61, enuando, desde
eJ.comienzo, a lormar parte de la vida del nuevo monasterio.
El caricter autonomo que dofra Sancha pretende dar a zu obra
respeto del Flospital de Amposta, es acusado por este grupo de &ailes que, poco a poco, se van desligando de su casa madre. Y lleI
\1id. \',\lloN,
"llistoria",
t, ll, caP. Ill,
pirs.
26-34.
26
27
gard el tnomento, como veremos, en que el castellSn luchari por
tener su relresent:rute ga Sigena.
Desde los primeros dias de la fuadaci6n, los frailes de la antigua
eDcomienda van a desempef,ar denbo de monasterio un papel determinado. himeramente son los que atienden en todo lo refereute
al culto y a la vida espiritual de las trduefresrrleD segundo lugr, segrin podemos raste:rf, por los poco explicitos documentos, parecen ser
los adrninistradores de las tierras y bienes del monasterio, pero en
dependeucia constaDte del claustro femenino a la hora de tomar las
decisiones.
Hasta la muepte de dofra Sancha est,jn los &ailes, como tdas las
ttduefrastr, incluso la priora,
zupeditados Ircr entero a ella, a lattdominafrixrr, congregS,ndose bajo la direcci5n del "comendadort, o
'rpreceptorrr. A la
muerte de la reina, frente a la priora ornnipotente, surge el |tprioril del convento masculino. Es decir, dentro de
la relativa autononia
de Sigena surgen dos conventos paralelos
-rrdueflasrry frailes- cada cual con su jerarquia, pero siemlre el
convento masculino supeditado a la p,riora del femeuino, origen de
la fundaci5n del monasterio. Es, pue.6r u.n monasterio driplice que,
por el car6cter y circuDstancias de su creeci5n, podema
llamar
invertido, caso del que nos habla Qlandis en sus articulos citadost.
Este grupo cle frailes admitirS, como el femenino, donados;
conseguir{ donaciones de l,os fieles y aportard al monasterio zus
bienes y zus hombres.
Hasta que la madruez de vida del convento permita enviar a las
ttduefiastr con encomiendas fuera
del monastef,io, serdn los frailes
sigene.ses los que las repnesentarin por delegaci5n de la priora, tanto para asistir a las causas criminales que se presenten, como para
dirigir, en 1;rhcipio, algunas encomiendas que Sigeoa establecerd
denbo de la geografia de sus dsninies. Aun en estos casos el poder
ejecutivo cstd,ra en manos de la p'rl@s.
Durante los pnimeros atros de la vida del monasterio de Sigena,
eI convento femeni-no paf,ece desorganizado de tal forma que, siendo
dofla Sancha }.a e:rcargada de tramitar todo lo referente a Ia fundaci6n y falto ei r::-iaustrofemeni:ro tcdavia de uu armaz6n bien orga::izrrlo, scii el. "cornentladortr o elttpreceptor'r quien se encargue de
ia adminisbaci5n .le los bienes. Nace pues un tri6ngulo en cuyos
v6rtices aoarecen dofra Sanch.a, la priora y el "comendador-pre ceptfrtt.
1
V6ese la notr
nrim.
2 de la pigina
11.
Asi se explica c6mo Fro de Alcolea al dar sus ganados a Sigena
para que los custodiaran, a cambio de la mitad de ellos, lo hace en
rrduefiastt y frailes que alli viven y
nombre de doffa Sancha, de las
rrcomendador{t,
en este tiempo Guill6n de Zorriana [doc. 3],
del
quien en 1188 aparecia junto al maesre de Amposta, aconsejindole
en la permuta hecha por eI Hospital a la reina, del manso de Codong por Ia encomienda sigenerse [doc. 6].
los primeros t'comendadoresl estin ligados a la Castellania,
rrpreceptortt .loP. de Fillera,
como lo estard tambi6n el primer
ld entrega de tierras a los judios
quien aparece en 1190 confirmtrdo
de Huesca por la reina [doc. 9].
El uoviembre d,e tL92, aun cuando ya existia una priora, la reina se hace aconsejar por el citado lope, que ahora se titularrcomendadorrt[doc. 11].
Asegurariamos que esta politica de atracci5n fue ideada por la
misma dofra Sancha para ligar a los rnonjes de la encomienda sanjuanista pnecendente hacia el reciEa fundado monasterio, enriquecido pronto por el favor de los reyes araSonesesr nobles y donadosde
toda especie.
Todo el mundo debi5 entender qui6nes eran losverdaderos administadores, f retto que algunas de las donaciones hechas al monasterio iban dirigidas al rrlneeeptortt, como una de 1193 [doc. 16] y otra
de 1199, sirindolo entonces Berenguer de Abadal [doc. 31], o la
venta que un tal Gil hace de un camPo en Barbastro a nombre de
Pedro, zubcomendador de Sigena [doc. 4O]; u otra venta hecha a
nombre del ttpreceptor" Martin de Aibar en 1206, consistente en dos
campos situados en Barbastro [doc. 41].
Creemos que estas ventas y donaciones Do deben entenderse como hechas aI Hospital independientemeDte del monasterio de Sigena, sino como efectuadas a quienes adminisbaban el convento o al
('r)njunto de hombres saDjuanistas del mismo, cuyos bienes revertirl.an a Ia totalidad del monaste,rio.
('ompendemos tambidn que estc frailes, mas que la pertenent'iir l rrna misma Orden, eran los que unian al momasterio siSenelrse
con cl Ilospital,
l:r rrr:ryorih de el1os habian desempefrad{ cargos o habian vivi<lo crr cl s('n() (le la Castellania de Ampostar pasando luego a la
encorrrir:nda tic Sigena, con 1o cual los lazos entre anbos ceDtos eran todrvia m:is estrechos. Ahora bien, la Seneraci6n venidera que
les zustituya tendr6 un carScter diferente, gesrindose entonces con
29
28
ella la ruptura ente Sigena y Amposta, ruptura que cristalizari a fineE del siglo XIII.
Pero por ahorr, en estos Inineros tlempos de la vida del monasterio, el casteUin ampostano todavia se hari asesorar por el ilpeceptortr de Sigena e incluso por la misma reina ttet ad mliorem
confirmacionem huius donationis ego Sancia... hanc cartam et donum laudo et concedo in perpetuum" en alguno de rus asuntos [doc.
271, asesoramiento que no encontramos m{s adelante, confqme nos
vayamos adentrando en el siglo XIII.
Porque en el transcurso de la d6cimotercera centuria, estoa frailes poporcionados por la Orden desde Ampocta ser{n sustituidos po
loe que libremente se entretar6n al monasterio, como donados pimero y como frailes despu6s, admitidos por las prioras con el consentimiento de todo el capitulo de trsorores et fratrerr sigenenses.
k tradici5u ampoctane se perderd paulatinamente.
Cuando a fines del siglo XIII el monesterio incurra en la pena de
excomuni5n y entredicho, quedan incluidos en ella, con el monasterio, ms territorios, las iglesias, las 'rdueflas'r, los mismos frailes
que, junto al claustro femenino, se habian puesto frente a Ampos-
A partir de 1226 aparece el "priortt como cabeza dql clausbo
masculino, en menoscabo del 'tpreceptor - comendatorrt' , a,-q.r"
hasta L237 se alternan en el primer ysegundo lugares de las intitulaciones documentales; en contadas ocasiones ambos cargos los detenta una misma persona [doc. 141]. A partir de estas fechas, por el
contrario, desaparece el cargo de "capelldntt, por lo que inmediatamente dcspuds del prior y ptreceptor va el rrclavigerotr, al que,
como en el periodo anterior, le suelen preceder intermitentemente
ouos frailes ("capellan priorissetr, rrlaboratorisl, ttcarcerarii", ttmaiorali oviunr'r, etc). la jerarquizaci5n aparece asi:
"prior
= ilp'receptortl
ttpreceptortl
[;,
Anot226-t237
= t'priortt
rrprocurator
vinearum'il
rrlaboratorisrr
I
,,carcerariit,
j
frmaiorali
.,
.,
acclde[talmente
f
oviumtt
)
ta.
Como venimos viendo, el claustro rnasculino, entre la fecha de
fundaci5n del monasterio (1188) y el ano 1226 en que comienza el
gobierno de la quinta prioa, dofra Sancha Jim6nez de Urrea (L226t2?71, esti encabezado por el trpreceptortt o ttcomendadorr, indistintamente, de foma que ambos cargos pledan coincidir en una
misma persona.
A continuaci5n aparecen el trcapell{nrry el rrclaverorr, siendo el
segundo relegado al riltimo lugar en las lntitulaciones oflrmas de los
documentos cuando aFuece espor6dicamente otro cargo como, por
ejemplo, el ilprocurator vinearumrrr trprocurator labcratoristrr ttbaile
de Senatt. Ia jerarquizaci<in aparece asi:
1.
trpeceptctt
[,.
Desde 12.|7, el rrprioril encabeza en solitario al claustro masculino relegantlo definitivamente al segundo lugar al ttpreceptortt. Va
a scr 6stc cl nromento en que Amposta intenta asegurarse estos dos
cargos nonrlrr:indolos el pnopio castell{n [doc. 159], pero el intento,
:r irrzglr Jnr l:rs l)osteriores consecuencias, parece fallido.
'lrls
r.l 'rl,receptorrr, al que esporddicamente se le denomina
'rt'orrrr.rrrlstor", apan'ece
el rrclaverorr, en id6nticas condiciones que
lur y!l r.rlxl(.St:ls:
I
= trcomendadotrr
Ano l2 l'/ -l ,'.'IL
2.
rrcapelllntt
vinearumtl
Itprocurator laboratoistt
ttbaile de Senarl
ttclaverott
1.
ttpriortt
2.
ttpreceptortr = ttcomendatortt
3.
rrclavigerorl
accidentalmente
I
3.
{
i
ttpocurator
Affo 1188-1226
"clavigerott
f)esapareee eI c.rrgo dc "comen,.lador".
31
H}
Desde t?91 hsrts. 13@ d€!4renea€ cl "1nicl', sfn du'da pe heber
gxaedo paffiit0 pq donr lvfrlfn lvlertfiez dc L,rne, coutricente ddl
}a priorr @e TCr€j tib€o€? dc Unerl , oeuPaldo ru sitio de nuerro eil ilcomqriie,tcu.,
teguido 4cl "clavlgerott;
ncooenCatortl
Ano 1291-13@
ttslatr.tgegn
{,
Nadq, dicen loe &curoeotos
& ler reelnctivas atritruotoner dc
€ftor eE ggr ni de la foma & se povirtoc,
co4glo tebpoco ertrnCiSca oada Ia e*glr del obirp oocen e Bic,ardo, dedicads p@ errtsoa.l
cqEtI€lrto famedoo.
El luerrb del caxellfn
por estableeer en 1240 un
tb anporte
pior y ua eomendedcr en el moacterlo,
nos hece pcrsar q*e la
elcccri5n de estos cargoo re venie hecierdo cn el propio monertali,o.
f,l apic'
es L ceb€ar dGl clgurbo marculioo, srlieto csmo todoc
lcn deo& li€iler r la obsenrrDcl.
de Ia regla, pero romctido a m
Debi5 emtrolar todo el ap.rcto labo*I
vez e b flq€.
de Sigele,
ailDqu€ rc fueqa 61 guia Fasrrs tas cuentgr e los distiutos enearggdot d'e recoger los distints btees.
P.ara l€gar al piorato
ro era necesario baber octentado aates
e*go algu:ro €n cl rrlonc#€rlo;
b*taha con ser elegido, guizris por
$ufFaSio gsn€Dal de.todoe lc coo.lueotcr
de Ia Casa, ta:rso ItduefiaiE gorno frei-les.
Al trpeeeptn/
o tteosreodedotr ye lo herncx visto dedicado a
llc{ra la edtini*ec-i6n
belo f:rr &dcoes tno€diatas
uo del prior,
silo d€ le picr,
sb cu''o eoaclnieoo,
conteio o perrniro no lxrcf,rte cargo, como el dc t'pitrH,
de lgcer,oing$,n g*ato dttroatilrerfo.
tto e6 vital.icio y edem$ tste|cc bartente bestable . juzgar p(,r lo8
Siu dude su
sodiDuoe earrbioc,
eqms isilice
Ia docupentaci6n.
nsmbremienEo dcpgrdfe dr la volurrtad contuDfa del doble elitrstro
BiEsdasc*
(1u€ le d6ue eo tnportancia,
El "capelfintt,
p_*reee eEtar drdie:tdo slq dude al eulitc&o de loe olreF€ptos
de lc igre"ia y, aobre
ticdo, a Is colrceraiettc
4l cUlto diriro y a la direcci6n de le vida
Rdtrsfiair. Su rctrevangia
re.llgioee de le cosunid*d,de
d'qrro d€l
t
I!
c*ld,
tne
iblparioirir
irdtprrdtcnrs
vim
a cor{ilm3r
eE $3
Alcioocs
rodavia
rn{s
cl orr4en
) uonrlrramiento
loralnrqte
rle AmD@ta.
rileDehrc
mermada desde el momeDto en qEc
moDettrerio queds:nribleoeate
El ttcapellantt grede,
el cargo de trp,riori funciont cm nomalidad.
ttpriortt
ge$cti,
de la comunillegar a ser
como en el caco de Pgri
dad.
y cltyo
EI "clavigero" es el cargo regular menos impotante,
desempeflo no exige gren continuidad temporal al frente del mismo;
parece ser un cargo & elecci5u anual, aunque con la posibilidad de
ser reeleRido,
Existen tambidn obor cargoc cuyas funciones especificar se t len del {mbito del propio mmesterio, y de los cuales hablamoe m&
adelante.
Y, Junto a todc elloo, un nrimero variable de frailer que, e teDq de l.s puebas documeatales que hemos podido recoger, Do debieron ascender a mds de qutlce.
Por obo lado, la comunidad
masculina sigeretrse debi6 tenec
tambi6n la misi6n de cuidar de las almas de lc habitantes de las
villas de sefforio pertenecientec al monast€rio, en las que tambi6n
Ios enca,rgadc
veremos representaotes legales y adminisbativos'.
a los pobladores de estas tienas, que tan
de guiar espiriturlaente
iltimameDte estin ligadas a le Casa, srelen ser frailes de su cornunidad.
No poccernos de ellos une relaci5n detallada; ni siquiera conocemoc $ur atribuciones. Unicamente sabemos de elloc IDr cuanto que
de vez en cuando lc vepoc aparecer como testigos docunentales.
No hay uuiformidad en loe tfluloe empleados; existen'rrectores'r,
ttvicariost',
|tpesbiterctl,
sin atisbo de escala jerdr"sacerdotesrr y
quica ni de funcionec, aurxlue sin duda la diferencia de ti'tulo rerponde a condiciones dirtintas r€specto a la categcia de las iglesier
regentades o a lar relgcion€s con el obispado del que dependen loc
distintoc tef,rilorios en loc que est6n enclavados aquellas. No podemos hacer rnir que rese$arloc crvnol5gieanente,
En 1235 aparece un tal Raimundus corrro ttsacerdote et vicarius
Campiasinomm"
[doc. 1tl4] en el ailo 1293, Stephano de Sareyacna es "vicario Villenee"
301], cargo en el que perdure en
[de.
1296 [doc. 328]1 y eo 1293, tarrbidn lohani de Siero es "vicariio
eclesie de larrayao tdoc. 306].
En 1293, Petro Egidii ebneto&re la lisa dc lostrrectoresrr, siendolo de "ceclegie C*rrqi*tiroam"
[doc. 30O] y Justo de Anrso€r
ilrector€ occledc de
QucxalF [ddc. 3031.
de
I
Tiagm
dc ello ea la
1€Bic1s t49 a 154.
32
33
El antes citado Raimuudus, 'rsacerdos et vicarius Campiasiuo_
rumtt es el primer sacerdote datado, en 1235 [doc. 1,14]1frate lohane, frsacerdotis Ssxglstt, er.L249 [doc. 182], mientras que en 1239
l24L y 1242 un tal Guillemus lo es de Sena [doc. 428, 432 y 4331.
Flallamos, por otro lado, el primer "p,resbiteri priorisse de Sixe_
na'r en 1218 [doc. 84]; en 1293, Iohanem de Tormelo y pebo de
C'raus lo son de Ontinena [doc. 3Ml, a la vez que Dominici de Sessa
lo es de Bujaraloz [doc. 306].
Las trdueflas de Sigena:
c)
Si el convento de frailes es interesante, lo es mds el femenino
por cuanto que es el mds importante y el que da raz<5nde ser al mo_
nasterio. Nace 6ste en 1188, como hemos indicado, para albergar
mujeres primordirlmeater.pertenecientes
todas ellas a la nobleza del
reino e incluso a la misma familia reall.
Ioa mds ilusbes apellidos de la 61rcca se mezclan aqui convi_
Sin duda alguna, Ia clase rrr{s importante es la primera, la esencia del monasterio y a Ia que la documentaci5n parece llamar rinicamente "domne"l el estamentt'o clase segunda estS compuesto por
niflas todavia, entregadas a la vida religioca por sus padres y que viven eD el monasterio tuteladas por las |tdomnet'; el terter gupo (c)
lo componen las servidoras de la C:rsa, aunque quiz6s couviniera decir mejor, de las sef,oras nobles recluidas en ellat. F.stas riltimas
serian las que Pano llama de rrmedia cruzrr frente aI primer gupo (a)
que serian las de "cruz enterattf.
De los gnrpos pnimeros y tercero saldrin los cargos comunitarios,
rrdipitetes" unos,
"officialesrr los oEosl , agrupados de esta forma:
rrdiguitates'r'rabbatissarr
"dignitates"
viendo las Lizana con Uns4, Ilesia, Estopifrdn, Entenzar Benavente, Aliaga, Biota, etc., hijas o hermanas de lugartenientes, bailes,
justicias, etc., de los reyes de la Corona de Aragrin.
Ia regla del obispo oscense Ricardo se encargard de borrar el
pasado familiar para encuadrarlas en la esfructura monasterial.
El conveuto femenino se conpone de tres clases o estamentos di_
ferentesl, a los que la regla obliga de forma distinta:
a)
ttofficiales"
rrrefectoriarl
sorores
ttofficiales"
iuniores
puelle
la documentaci5n recogida solamente nos certifica la existencia
de algunos de estos cargos, colocados ente [ ] en la relaci5n pece
dente.
obedienciales
con:er.se
servltrrces
I
Vid.
PANO,
2
Vid.
DUR.AN CUDIOL,
Icallararia]
[cameraria]
t'dormitarariatl
tthelemosinatiatt
[infirmararia]
trfamula ecclesierl
Itminutrix sanguinisrl
puella teneLla
inJantes
c)
'rp,recenuixtt
Icantrix]
ttparaphonistatr
domine
clausEenses
maiores
b)
IP'riorissa]
rrsegunda p,riorissart
[subprio'ra] o
[sacrista]
trmagistarr
rrmagisra prion puellarumrt
rrmagisbe puellarumtt
' Icustodes pr.rellarum tt
2
Vid.
donadas y donados Podian cntrar en el monasterio
78)'
dofla Maria de Narbona (vid' tlocrrm'
1rr clemplo,
PANO, "la Santa Reina", pig. l1l.
3
Vid.
DURAN
1
criados,
"La Santa Reina',
pigs.
"La regla",
43-44.
pig.
2tr.
les
"duenas",
como
GUDIOL,
"t:
regla",
t'tig. 27.
con sus [roPi6
35
34
Poco sabemos de las auibuciones de cada uno de estos cargos, a
no ser las sugeridas por sus propios nombres o por lo poco que se
puede sacar de la regla sigenense [doc. 8].
Siguiendo los estatutos redactados por el obispo oscense, aParte
de las disposiciones dadas en este punto por el gran maestre y el castellin de Amposta, que ya hemos sefialado, no queda lugar a dudas
de que el monasterio, no ya s6lo el claustro femenino, estaba regido
'rabbatissatt a la
por la ttprioratt o ttpriorissatt, en ningrin caso por la
que alude el autor de Ia regla, Puesto que en la realidad este carSo
I'priorissa". Esta rerine en zus
no existi5 o se confundi6 con el de la
manos todos los poderes y es la directora en la iglesia, en el capitulo, en el coro, en el comedor, y en definitiva, en cualquier acto y
Iugar comunitario. Es la cabeza tanto externa como interna de Sigena.
la regla establece claramente la forma de elegirla. Dice asi:
'rtres de dominabus sanccioribus eligantur a toto capitulo et ille tres
eligant quinque de capitulo que faciant electionem. Totum autem
nota sua in arbibium illarum quinque et que
capitulum tanderat
ille quinque vel maior pars illarum quinque elegerint, adhibito poset postea illa sit priorissa que toti domui protea assensu magisri,
videritrr[doc. 8].
la ttpriorissatt tiene la facultad de elegir, con el consentimiento
ttcellarariatt, ttsactistatr, rrcantrixt', los ministros y
del capitulo, la
ministas de la casa y los sacerdotes, cl5rigos y "laboratorestt.
rrpriorissart es suPor imposibilidad,
enfermedad o ausencia, la
ttzubpniorissal,
sobre todo para aquellos asuntos meraplida por la
trsubpriorissatf trsubmente internos de la vida del monasterio. [a
,
ttduettsegunda
prioratt se convierter puesr en la segunda
prioratt o
fiarr de la comunidad.
Tras estos dos cargos, los m6s importantes de todos, aparece el
de rrsacristatr, elegida 1nr la priora, teniendo como encargo principal el cuidado de las lSmparas y candelabros de la iglesia, el dar las
seflales con la campanilla despu6s de cada oraci5n, preparar el incensario para aquellas ceremonias que 1o requiera- A juzgar por la
es el cargo m5s estable de todos.
documentaciin
ttmaTanto Iatrmagistratr o |tmagista prior puellarurntt como las
trcustodes
puellarumtt estdn al tanto de la edugisEe puellarum'r o
caci5n religiosa, comunitaria y cultural de las nifras, futuras "dueflasrt, entregadas al monasterio en temprana edad.
trprecenFixtt, como la ttcanEixtt
Entre los cargos trofficialesil, la
o trparaphonistarr dirigen los cinticos y los rezos en el coro y en las
procesiones conventuales, ayudando de esta forma a la |tpriorissarr.
Ia 'rrefectorariarr es la encargada del comedor, de distibuir el
pan y el vino en las mesas junto con los demis alimentos y la sal,
debiendo proveer de todas las cosas necesarias a las comensales, asf
como procrrrar que se lleve a cabo la limpieza del comedor, cuya
puerta esti encargada de cerrar, entregando la llave a la "cellarariarl
o
ttclaver,;
".
l:
"cellararia" se convierte eD uno de los cargos segundonesde
mayor importancia, puesto. que es Ia responsable de todo lo que
pueda ocrrrrir en cada compartimento despu6s de que la encargada
correspondiente al mismo le haya enbegado las llaves. Como en
el clausbo masculino el 'rclavigerrr, en el femenino la lduef,arl
encargada de las llaves tiene, pues, gran responsabilidad. El cargo,
quizis por srr delicada naturaleza, es inestable; y la zucesi6n de hs
rrcellararias" fue vertiginosa, como nos muesba la documentaci5n.
los demis trabajos del monasterio estin dirigidos personalmente
por las t'camerariatr, "dormitararia", "helemosinariarr, rrinfirmarariart, etc., y, cada una de ellas estd asistida por trfamulett, encargadas de desempeflar las tareas mds penosas, lo que hoy llamariamos
tabajos mecinicos.
En el monasterio de Sigena no existen celdas. Cada uno de los
grupos citados vive en comuuidad en su conveDto y, aun cuando se
unan para :rlgunos actos, formrn bloques aparte, como en el Itrefectorio" o "rlormitoriott, y arin en el propio coro.
El qrrehaccr primordial de las trduefrasrryrrpuellesil es la oraci6n,
ya comun y':r individualmente, aparte del canto en el coro de la
igleeia y l:r lcctura de textgs sagrados que acompaffa las comidas
y otrts activi(lades de la vida diaria.
El dia sigcnense, cuyo horario no es igual en todas las 6pocas dd
afro, cousta rlrr tres partes bien diferenciadas: i) media noche, b) la
maflana;yr)l:rtarde.
a)
media tt,.',:lte:
[b
tras el cual
b)
comiema
a media noche con el rezo de ilMeitinesilr
'
r
d
u
e
f
r
a
s
r
r
las
se acuestan.
jornada
Ia marlana:
Con el alba
("illuscescente
sarr, toda la comunidad
die'r), y a la llamada de larrpriorisse pone en pie y reza rfprima'r del dia, para
reunirse a contirlraci6n
en capitulo,
ra del Evangelio,
el serm5n diario
en el que tiene
de larrpriorissarr
lugar la lectuo de una rrduefiarl
36
cualquiera, si son letradasi si sou iletradas, ordena la regla que rtlo_
quant'r semper primo de spiritualibus et de hedificacione anime saltem materna linguatr. Para finalizar er capitulo, se trata de ros azuntos concernientes al rnonasterio, ademis de la correcci5n de faltas.
Terminado el capitulo, y mieDtras las ,tpuelle" quedan en 6l ex_
poniendo zus faltas ante las 'tmagistrarr, para marchar a coDtinuaci6n
a su convento, las rrdueflastt pasau a leer y cant:rr en el clausho.
Entre el capitulo y el rezo de tttercia", tiene lugar 6mbi6n la
primera comida en aquellos dias que prescriben la regla. De lo cou_
bario se 1risa directsmente al rezo de ilt€rcia,' del dia, que comien_
za con el |tPater D.ostertr en boca de la ilp,riorissarr, y la exposici6n
del sagrario por el sacerdote. sigue a continuaci5n la bendici5n de
la sal y del agua.
Rezada la 'rtelciafr se procede a la aspersidn de los altares, del
propio sacerdote, de las ildueiastt que
lrrtan la cruz y el agua ben_
dita, y, pot riltirno, de la ttpniorissar. Esta, a coutinuaci5n, hace
lo misuro con el resto de las rrdueilasrt y ilpuelle'r.
Y mienbas el sacecdote recorre y beudice cada uno de los com_
partimientos del monasterio, las rtdueflasil prosiguen recando
en Ia
iglecia, hasta que, yuelto aqudl, se termina el acto cor urra oracidn
comunitaria.
Inmediatamente
tieDe lugar la procesi6n, encabezada por la
rrmagisba puellarumtt
que porta la cruz, eD. t.hto que las npuelle",
que caminan en primer lugar, llevao candelabros e incensarios; si_
guen luego las trpuelle naiorestr pera terminar por las rtdomine,r,
ocupando el mismo lugar que en el coro.
De regreso a la iglesia comien'a la Misa solemne y, tras 6sta,
las ttdomine" pueden quedarse en er claustro observando riguroso silencio o dedicarse a tabajos manuales,
a Juicio de la ,,priorissail,
mientras es?eran la hora de trsextarr.
Rezada la 'rsextart del dia, tiene lugar la comida, qrre termiaa
con la visita a Ia iglesia para dar gracias a Dios.
Sigue a continuaci6n un periodo dedicado a la lectura en el mds
rigSroso silerl;[6, o bien una pequena siesta, igualmente a juicio de
la "1-rt'iorissa"..,r;cllndndosepor lo segrndo s'bre todo si es vcrano.
Pc,r,.r'ie$d€ el aia cle Tirdos santos hasta Ia prrificacion de Maria se
sulnime este intervalo para dar comieruo al rezo de rlnonail, m_ien.
uas en el comedo tiene iugar Ia comida de las sirvientas.
c) la iarde:
Ia tarde comienza con eI rezo de t'nona", terrninado el cual se
37
recogen e- eI convenb pera leer silenciosamelte o pasar al rrlocutoiurmrr a habler o a dedicarse a tabajos manueles.
A medie tarde, comienza el rezo de ttvisperasrr, preedi6doee
despu6s a ceDer (hacia Ias seis), para pasar ripidameDtc a pr€parar
los dormitoior, efccurado 1o cual van . relar el la iglesia las ncompletasrr, que peviamente comienzarr en el capitutro, prosigueu eu el
refectqio
mientras efectudn la riltima colacidn y finalizao en la
iglesia, derde donde salenpara acouterse hasta lahon de,rmaitrnelr,.
Todo lo que acabamos de exponer es la jornada completa de uno
de loc 'rdicbus dominicirr, ligeramente modificade para los rrdiebus
ferlaliburrr.
Prev6 tembirin la regla los cuidados higi6nicoo necesario y la
foma de efectuarlos, asf como todo lo relativo ar cuidado de las
enrermu, rdemis de las ceremonias a celebrar ea Ios caso de fallecimiento de una "dueflatr.
Por riltimo, hay que advertir gue el monasterio de Sigsnl Do fir.
n*nca de claua.'e, segrin se deqrende de la regla de fiudaci6n; pcrr
el conhario, hs "domnerr podian salir de 61, aunque indudablemeate
con misioer concfetas que la docuneataci6u se emarga de teatificar. En ocarloDes, las *dueflasrt salen en bupca de orog aires que lec
restablezcan de alguna enfermedad.
Asf conro el hablar del crausbo rnasculino nqs halranoc con
carencia total de datos sobre flr vida diaria, no er ficir sab€f, exactemente la del convento femenino.
d) ItDueflal " y frailes
de
Sigena
frente
a Amposta:
No cabe drrda alguna de que los doo convento, o eon,,nidades
-femenino y mesculinouaieron su propios destinoc, dando lugar
a lo que conocemos con el nombre de mo,nasterio drfurliee de Santa
lvlaria de Sigene.
Desde lll}4, reFresen&rntes de amboc, rtpiori6sarr,
"subpiorar y
dcmis sorores fxrr la comunidad femenina; y ilpeceprtcrr'rcapelliart
y demds 'rteyre3", por le maseutina, iatitulan y firoan juntos lo
documentol reletivoc al monasterio [doc. 19 y siguientecl. En ade_
lante, cualquiet compra, venta, admisi5n de doadoa o donadas,
etc., iri refrendada po aurbas comunidades.
cre6 sin duda la misma identidad de intereses un ecpirit' de
cuerpo que ler hari caminar parejas, con le misma ampEtud de rni_
rao e identificaci<in de fiaes.
39
38
En principio, hemos visto c5mo la comunidad masculina se sinti6 esuechamente ligada a la casa matriz de Amposta, de la que
habia nacido, en tanto que la femenina, zurgida espontdneamente,
marca una tendencia mds aut6noma, unida a la Corona y m{s concretamente a la persona de la reina fundadora, de cuya voluntad habia surgido.
Con eI tiempo, merced a la politica de atracci6n de los frailes
ensayada por dofra Sancha, y Ia especial atenci6n que los monarcas
aragoneses van a teDer gsn Sigena, hard que tambit6n Ia comunidad
masculina se sienta atreida, en menoscabo de los lazos fraternales
que les unia a Amposta, hasta hacer que Sigena luche por entero por
sacudirse la tutela efectiva ejercida por el Hospital ampostano, aun
cuando la acaten nominalmente. El monasterio de Sigena caminar{
durante el siglo XIII hacia la completa autonomia espirihral y econ<5mica.
Si hubi6ramos de
este aDtagonismo, no
1202, pr prematura
castellin de Amposta
sefralar una fecha para indicer el comienzo de
dudariamos en citar la del cuatro de marzo de
que pareuca. Este dia Pedro II descargaba al
y a tdos los llospitalarios de la obligaci5n de
reqronder por las deudas del monasterio sigenense [doc. 33]' obligaci5n que Armengol de Aspa habia conferido aI maestre de Amposta
en octubre del afro 1187, cuando aqu6l y la reina dofla Sancha regulaban sus atribuciones respecto al futuro nuevo monasterio ldoc. 5].
Necesitado 6ste de dinero para llevar a cabo la construcci5n de
las obras del edificio, esta medida de Pedro II zuponia entregar a Sigeaa en manos del rey.
Et golpe de gracia lo daba Inocencio III en 1203 al someter el
monasterio a la autoridad ordinaria del obispo de L€rida [doc. 35]'
en cuya jurisdicci5n estaba enclavado.
Naturalmente que las relacioues entre Sigena y Amposta no se
interrumpent, pero se nota cierto malestar que ptovocari en'L226,
a la muerte de la priora dofla Qenda (L2O2-12241, una nueva regulaci6n de atribuciones enhe Foulques de Tornell, castellSn de Amposta, y la n'.reva priora dofla Sancha Jimrlnez de Urrea (1226-L237)
[doc. 1O4]. Trataba el castellin de someter definitivamente a la
priora a su soberania y arin de restarle fuerzas dentro del monasterio
enfr entdndola con ambas comunidades.
I
de
).r nriora doha Ozenda, con
Amgrcste,
dcum.74).
encomienda
en
l2l6
el consentimiento
e) crsrlllo
Entre Amposta y Sigena coutinuaron mrnteni6ndose relaclones
mds o menos rcgulares y amistosas, como en 1230 y 1237, en que se
hacian intercambios de heredades [doc. 134 y 151]; y en L24O,
cuaDdo el castellin de Amposta (como hemos iudicado anteriormente) establecia un "priorl y un lcomendadorr en el monasterio
[doc. 159], lo que hace srponer Ia falsedad del documento en que
el Papa Cregorio IX eximia en, L227 a la piora sigenense de asistir
al capitrrlo y asamblea del castell6n [doc. 113]. Ahora bien, esta
falsificacicin, muy cercana al desanollo de los hechos, indica y revela el malcstar reinante, clima que arin emareceria mis la ratificaci6n de Jaime I (febrero de 1264) del reglamento establecido por
'l'o<Ia
Ortiz (1259-1266) sobre la admisi5n de religiola priora dohr
sas en el monasterio [doc. 223], que, en cierto modo, chocaba con
los acuerdor tonrados en el afro 1226.
las releclones eute la Castellania y el mon.sterio van de mel
en peor. En ccte sentido debe tomarse la bula de C,regorio X de 30
de junio de 1274, en la que declara a la ttpriorail y ttrospitalarios de
Sigena, que ningrin elemento del monasterio podri ser excornulgado
sin orden cxprcsa del propio pontiflce [doc. 255].
Decidldamcrrte los clausbos femeninos y marculino de Sigena
continrian su nrarcha hacia la excisi5nl.
En 1278, Prdro III trateri de tomar c:rrt4E en el anrnto e informa
a la rrpiorerr del encargo dado por el mismo al vicecastellin
de
Amposta, Geuccrand de Timor, para la prorrisi5n de un ttpriortt y un
ttcomendedor. ampostanos para el monagterio
[doc. 264], lo que indica que, por lo menos los dos cargo6 principales del convento masculino sigercnre , no eran adictos a Amposta. Pero la medida de Pedro III no eteJa la separaci6n, que en 1288 torna visos de reelidad.
El 31 dc crrcro de este afio AUonso III, consideri,ndose noralmente sefior dcfcnsor del monasterio, ordene a la ftpricar sigeueuse que le envic Jrocuradoes pnovistos de los documentoo necesarios
para, a tenor rlc ellos, poder actuar y zanjar las diferencias que separaban ll monasterio de le Castellania, acercamiento que se retrasaba con notablc perjuicio para ambas partes [doc. 273].
Al afro cigrriente, es decir, el 21 de mayo de 1289, el papa Nicolis IV toma cartas tambi6n en el asunto tras hab6rsele dirigido el
castellin ds Amposta, quien Ie exponia las quejas por eI problema
dc Rarnrrrndo rle Aysoles, castellin
tic l'rrr)es a carrrl'io de
rrrr uil'rrto
(r'id.
I
lo
indicr
rl
rcrrcrdo
constante
enhe
ambas
comunidades,
segrin refleja
la docu-
4L
&
Es el momento
suscitado por las religiosas del monasterio de Sigena, problema que
zuponia la excisi6n enbe aqu6l y al Castellania. Nicolis IV delegard en el obispo de Urgel [doc. 276], quien en 1291 llamaba a Seo de
Urgel a la ttpniora" y al "comendadortr del monasterio, es decir, a
los repesentantes de ambos claustros, para que expusieran sus quejas
y el poryu6 de la decisi5n separatista tomada [doc. 285]1 Ia CasteIlania, por su parte, habia nombrado su propio procurador para tatar del caso eon el obispo urgelleuse delegado del Papa [doc. 286].
la muerte de la ttpriorarr dofra In6s de Benevente (I283-L29ll,
hacia el mes de septiembre de L29t empeor5 mds, si cabe, la situaci5n. Porque eI 25 de septiembre de este mismo aflo, el lugarteniente del castellin de Amposta, fray Bernardo de Miravalles, intentaba una vez mds imponerse a la t'p,rioratty al monasterio, y, ante la
imposibilidad de asistir a la elecci6n de la nueva ttpriorarr po,r tener
que concurrir a las Cortes de Zaragoza, rogaba a la rrzubpriora" que
esperaf,a zu llegada ldoc. 2871, mandato que no se llev<5 a efecto,
siendo elegida dofla Teresa Jimr6nez de Urrea (129L-L321), aunque
por el momento
del castelldn ampostano, tal
sin la confirmaci6n
como de antiguo estaba convenido.
El caso es que dentro del mismo monasterio sigenense se fcnman
dos bandos antag6Dicosi el partidario de seguir adelante con el rpoceso independizador de Amposta, y el que abogaba por el acercamiento a la Castellania.
A la muerte de doia Inris de Benavente, como acabamos de referir, habia triunfado el primero en la persona de dofia Teresa Jimrlnez de Urrea. la lucha es, pues, doble. Interne y externa. Incluso
Jaime II y eI Papa parecen tomar posturas diJerentes y cada uno por
su lado ratardn de resolver la cuesti6n.
El 15 de ceptiembre de t292, Bernardo de Arestotr delegado a su
vez por el obispo de Urgel, hacia fijar en la catedral de l-r5rida, a
cuya jurisdicciSn pertenecia el monasterio, la orden de excomuni6n
de lattpriora'r y la de entedicho para todo el monasterio [doc. 294],
sentencia que ratificaba el 13 de abril de 1293 fdoc. 297'1,y que hacia extensiva un mes mis tarde a todos losrrvicariostt, ttrectotes" y
rrprioresrr de las iglesias dependientes de Sigena: Bujaraloz, lanaja,
Candasnos, Ontifrena, Sena, Villanueva de Sigena y Cajal [doc.
298J, aun cuando, como se vio poco despu6s, era solamente una
amonestaci5n para el caso de que tomaran partido por los insurrectos
[doc. 3OOa 3061.
to ordenando,
en que Jaime
II se decide
cn agosto y noviembre
a intervenir
de este mismo
de Ldrida qrrc frrcra a Sigena y determinara
posta todo lo rcl:rtivo a la elecci5n
3O7 y 308], tra-
[doc.
tando de arrcglar lror este lado el problema.
El mon:rstt'ritr, cnhe tanto, era Lrn hervidero.
El bando vencedor,
por querer imponery
scgun<lo, r.rr l:r l,crsona de dofra Maria
C<tlrtrnlrr.lo el bando de Teresa,
Martinez
de Urrea;
el
de Luna.
tuvo
el segundo
Y las cosas llegaron
:rlgrrnos llrusos rlt' autoridad.
de-
al seno de la Castellania.
(.n(':rnra(lo en la priora dofra Teresa Jim6nez
El prinrcro
de Am-
con el castelld.n
de priora
por tencr cl lxxlcr cn flr mano; eI vencido,
fendcr ll lt'galitlarl, es decir, eI retorno
en el asu.n-
afro, al obispo
a tal
que
aguantar
que
extemo
Jaimc ll trrvo tgrrt'tomar caltas en el asunto (9 de noviembre
del affo
1293) per:r lrolribir a dof,a Teresa Jim6nez de Urrea que molestara a
las religlrxrrs rlt'l lrendo contrario,
a las que incluso llegaba a negar
y privando de zus
las cosas nris n(.!csarias para su mantenimiento,
cargos de 'rsilr'rist:rna'r y "camerariaI
a dos religiosas pertenecientes
al bando contr:rri(),
Es este el
hemos indicl(l(),
Mienfa!,
ll
parecer por la misma
llegando
(on)o
siempre,
enre
de
la cxt isicjn interna,
amenazas
sa Jim6nez tlc llrrta,
le reclama
Martinez
no deja
quien le llega
y la Castella-
gravisimas
que nada
preocupado
vivamente
a ocultar
en
a Tere-
de pedir documentos
dos bulas papales que
L294 [doc. 315], y a dona Maria
mandado un procurador suyo a Roma
el rr.y e I 2 de mayo de
de
lrnra,
que habia
para tratar tle |.rsrrnto de zu elecci6n
narca
desde Seo de Ur-
el monasterio
consiguieron [dtr:. 311a 313].
Jaime Il, lxlr otro lado, cada vez mis
solucionar
raz<in.
5rdenes y rogativas
a l;r rcconciliaci6n
cargadls,
de dofra Maria
[doc. 309].
ttpriortt, como
el cargo de
al partido
en que desaparece
srgrrtn
gel incitando
nia,
cs decir,
nrorrrcnto
aragorrr.r,
ber impeditlo
;rl rnismo
(lu(. cicrtas
tiempo,
religiosas
como priora[doc.
amonesta
a doia
enfermas
salieran
aleg,ando r'l lrrctexto de que pertenecfan
ria Martincr tlc lrrn:t [doc. 318].
rio,
El mo-
317].
Teresa por hadel
monaste-
al bando de dofra Ma-
En la crrria lxrtrtificia se encuentan ahora con dos problemas referentes rl rnrrrr.rslt'rio, y Bonifacio VIII encarga al obispo de Tortosa
y a f.tay P:rsc:rr'ro,lt' llallobar que vayan a Sigena y decidan
las dos prior':rs ,.rrr la elegida regularmente
ambos rct;rrrl:ln l() suliciente
conminrr:r:r
para que Jaime
cudl
de
[doc. 322], gestion que
II se impacientara y les
llr.r':rrl:r a cabo lo antes posible [doc.
325 y 3261.
42
El castellSn de Ampoc'ta debi5 al fin confirrnar a doila Teresa Jim5nez de Urree en eI cargo de rlplioarr, como tiltimo itltento de solucionar ambos problemas, intemoc y extemo [doc. 322], lo que motivaria que en mayo de L297 la reina doffa Blanca tomara bajo su
protecci6n a Teresa y a todo el monasterio [doc. 337].
(22 diciembre), cuando ya la disensi5n entre el
En el aflo 13{J/u_
monasterio y Amposta parecia superada, como veremosr la dicPuta
interue enbe ambos partidos esri t ca^ldo igualmente a su fin, ordenando el rey a dofla Teresa y a'su partido que pagnra! al contrario
do rnll zueldos pala compelrsar los gastos de las gestiones efechradas
en su favo [doc. 35O]. & precisamente esta fecha la que hemo tornado como me-te del lib'ro presente.
El enrnto de la preornta selnraci6n siSenense reqtecto de la Caetellania lleg5, por fin, a domiuios y conocimiento del Gran Maestre
del Flospital Guillermo de Villareto, que prob6. igualmente fottuna
el 26 d,e septiembre de 1298, amenazando una vez mis a las sublevadas ttdomnetr [doc. 343], las cuales ed agosto del aflo 13OOseguian
ttin scantodavia firmes en srr resoluci6n de sep3rarse de Ampoeta,
ac vestarum periculum animarumtt,
fidelium
dalum plurimorum
pues, tanto el monasterio como las demis iglesias y demds tierras y
lrt-.v'o
:t
;l')
'lcrrrcorlca
'Ia';toJ4
C.,
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pr. nit
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Jc,ri^
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xl
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*o;
A.
q)
Ct-...1-
bienes de Slgena estaban excomulgados y en enuedicho.
El C'ren lvlaestre les conminaba seriamente a obedecer al castell6n illuxta instrumenta fundationis eiusdem monasterii et alias convenientias inter castellanum Empoote et Priorisse vobis precedentes'r
ldoc. 349J.
Si en el aspecto interno el monasterio habia vuelto a la regularidad, al parec€f, gtecias a la debilidad del propio castellin ampo5'
tano, que, como hemos setralado, confir:naba a doila Teresa Jim6nez de Urrea como rrpriorarr por ser la cabeza del moviaiento separatista e intentar gendrcela, en las relaciones entre ,Sigena y Amposfiprioatt estuvo muy leta Do se consigui5 nada, pues la confirmada
jos de devolverle el favor. Sigena no retornaba al seno de Ia CasteIlania.
Es conveniente aclarar que las componetrtes y los component€s
del monasterio sigenense no luchaban conta la Orden del ffocPitel
sino contra la sujeci6n al castellin de Amposta y conbe la burocracia ampostana, tratado de dejar de ser como una eacomienda mds
de ls Castellenia.
A lo largo de todoe e*tos allos turbulentos y los que les seguiau a
contiuuaci5a, los claustros femeninos y masculino de Sigena, capi-
Q<n 1L"
v
,t
Planodel l\{onesrerio.
4
tanesdoa por le priora de turno, procurar{u por todos loc medlos de
equipararre al cestell{n, a sus furcion rio 9 a la propie Cestellanie, con independencia espirltual y econ6mica, rindiendo cuenttrs
t.
rinicamente al Gran M.ettre de la Gden de Sen Juan de Jenrcst6n
El pleito entrc la CssteUania y el monesterio de Sigena duraria
ain unoc dorcientol etroc, tcrmiuando el 8 de j"ni6 de 1498 con una
sentercis arbihal, tegtificada por el notario real don Domingo Royo.
Decde esta fecha la independencia de Sigene se hace efectiva y
oficlal, anulando todos los Procesos antdiores, y concediendo rinicamente al cestellin o a sus procuradores la facultad de asistir a las
aunque como mero6 espectadores.
eleccioner de piora',
III
I . . ' T A P A SD E L A F O R M A C I O N
TERRITORIAL
I
Vid, VARON,
vld,
t
?6-63.
"Hirtori.'r,
ARCO, "El Reel
t. ll, pigs. 226-360.
momst.rio
dc Sigena", en "Bol. sc.
Esp'Exc."'
pig.
PRIM}JTN ETAPA DE TA VIDA DEL MONASTERIO DE SIGET.IA:
" de aacimiento y formaci5n del mousteriotr,
(1188- 12O8)
I.
a) Dottr
DONA SANCHA Y IAS PRIMERAS PRIORAS
Sancha,
Sigena.y
el Hospita,l:
En octubre de 1187, dofia Sancha re entegaba en cuerpo y alrna
a la Qdcn del Fl,ocpital rroffero me ipsam Domino Deo et Beate Virginl lvlaric ct Beate lohani et infirmis pauperi Hoepitalir lherosolimitenonrm In vita et in mortert, eligiendo a la vez su sepultura |tin
supradicto loco", autrque uo sabemos si se refiere a Sigeua o el Fbsr;
pital en gcnetal
probablemente al segundo, puecto que el moDa!terio erin no cstaba fundado, pero esta entrega debi6 ser e! calid.d
de simple dorreda, puesto gue la atenci5n debida al rey, su marido,
y al reino no le permititia vivir como ttduefi3,rr dg Sigena hasta la
rnuerte de Alfonso II y, aun enbnces, casi con seguridad que no lo
estuvo.
Sin embergo, segrin Pano, la reina hecia su ddinitivo
ingreso
en la Ordcn, como t'sororrr en abril de tl97t,
auDque rro coDoc€mos ni 6l preseuta el docrrmento comespondiente. Por el contrario,
I
mcDt
2
Docum.
5; trmbian v6ere PANO, "le Senta Rcin3", cuyo crpftulo V c:ti totelrunquc ntr$a
d.dtc.do rl trm,
h lcche dc ofteimi.nto
heaa ebril dc 11E8.
Vid. PANO, "l.r Sente Rciu",
pigr, 55-5E.
49
48
sf uos consta por un privilegio de celestino III que doffa Sancha era
ya ttsorortt del llospital, siendo acogida 91 Sigena como tal, el 7 de
agosto de 1196, cuatro meses m6s tarde de la muerte de su esposol'
Irrego son varios los teltimonios de esta eDtrega [doc' 34, 37 y 461,
aunque no supuso' como ya hemos indicado, que quedara encerrada
en el mouasterio sigenenser Pues en fechas Po teriores la vemos viajar sola o con su hijo Pedro II por toda la Corona de Arag5n, segdn
consta en varios documentos.
Io cierto es que la vida de Sigeoa, desde su fundaci6n hasta la
muerte de la reina, est6 intimamente ligada a ella, sin cuyo consejo oo se hacia nada en el monasterio, incluso ni Ia elecci6n de
rrpriorart, prenogativa que habia obtenido del Gran lvlaesbe del
ttrospital, eu 1187 [doc.
Ias relaciones entre
persona de h fpiorart,
rrespondencia marenida
aunque ciertameute se
5].
la reina y el monasterio, encarnado en la
eratl muy estrechas, segrin demuestra la coentre ambas [doc' 10, 18' 3Ot 37 y 49'l'
trate de una documentaci5n de dudosa au-
tenticidad.
Desde la corte aragonesa, dofla Sancha, aparte de los asuntos del
reino, esti al tanto de los del monesterio. ta dependencia de 6ste
a Ia reina fue tan grande y conocida quer en multitud de ocasiones,
rrdomiuatrixrr ls Sigena, aun aDtes de enlos dosumentos la titulan
trsoroTil al ttrocpitalr.
tregare como
Mientras viva, dofla Sancha seri la cabeza visible del monasterio, en tanto que las prioras quedarin relegadas a un segundo lejano
rrsubpriopuesto, el mismo que, con el tiempo, desempeffarin las
raslt.
Ia rrpriorarr en esta 6poca inicial, cuando el monasterio s61o ve
po los oios de la reina, entenderi rinicamente de los asuntos iut€trpenos de la comunidad, en tanto gue la soberana llevari a cabo el
los
con
rery,
so de las relaciones de Sigena con el exterior: con el
En
definiPontfiice'
con el pueblo, con el
nobles, con la fren,
ttpriorastr'
tiva, lo que luego seria prerrogativa de las
la total absorci6n por Parte de la reina en la direcci6n del mola
nesterio fue sumamente beneficiosa Pirra el mismo, teniendo en
Dcum.
I
nir
eflo
?
Srdlc,
13.
24', Pzrc'
en la obra
citada'
shtd'
e Gste docum€nto'
urdc'
Allorrc
dilcctc
Il hecc
uxGG
la GDbeBa de
mee
'"gi-t"
tt
Candasrcs
doDinattici
al
nonasterio
;redictcrrm
de
pero
Sigena
locqum"
y
!o fecha
'rvobis
' dauru'
un
doroe
7'
12 y
realeza de au fundaci6n la bese de lu crecirdento y de su estabilidad futuro.
Sanchar en una palabra, hace y deshace. En 1190, vemos c5mo
en nombre del monasterio concede unos huef,too que el conveDto lroseia en Huesca [doc. 9], o entrega una heredad sigenense en Aguas
[doc.11], orrnascasas en Huesca para sufragar las obras de Santa
Mer(e tle Salas [doc. 37].
I)otls Sancha es tambi6n la que se encarga de soliciter del Papa
lrr mcccctlcr necetariu al monasterio, quien concede, a irstancias
rle h rclne, la confirmr,ci5n de las iglesias, posesionesy privilegios
rlcl nronerterio, como claramente especifica en el documento [doc.
Il.
l)cntm rle la Castellania de Amposta, cuando el castell6n ha de
t()rnrr lrnrr rlecisi6n impdtante, se pr@ura el consejo de los elementor m{r xrlrrelalientes de la Oden: el p,receptor de Amposta, el
"prlor" rlc llrida, el |tpreceptortr de Barbastro, el de Sigena y, sobre
todo, cl dc lu reina, petb Do en calld.d de tal, sino como Fl,ospitaleria y como rcctora del mouasterio slgenanse fdoc. 27).
lguelmcnte Sigena recibe del arzobispo tarraconeDse, con quien
dofle Seochr ertaba eDvuelta en una disputa, y, a trav6s de sur gestioneE, el beneficio de las iglesias del castillo de lVlontroig [doc, 28
v 291.
Erigt<le, l)ucs, en directora exclusiva del monasterio, la reina
tuvo una grsn preocupaci6,! por dejar todos los anrntos relativos a 6l
totalmentc rneglados antes de su muerte, a lo que encamin6 todos
sus esfuezoc.
Derde luego lo que mis prisa le corria era el legalizar ante el
Gran Maegbc o Prior de la Orden de San Juan de Jerusal6n el cambio
que, en nr dfe, habia hecho con Carcia de Lisa, maesre de Ampocta, del menlo de Codong por las villas de Senar Sigena y Urgellet,
lo que suponia para el monasterio uDa cierta independencia dento
de la Nen
nrisma, a lo que accedi6 el entonces Gran lVlrestre fray
Guerrino, sin darse cuenta, sin duda, de las consecuencias que esta
medida podrian e iban a acarrear, como ya hemos seflalado en el
capitulo precedente [doc. 46].
Ilego corueguia de su hijo Pedro II la con-firmaci6n de todas las
heredades y donaciones hechas por Allonso II, recibiendo lncluso la
merced de encomendar el castillo de Ciurana al maesfe del Hospi_
tal hasta haber satisfecho a Sigena la cantidad de dos mil sueldosl .
1
ED Hrr€ra,
e 27 dc octubre de 12O8, vid. docum. SO,
50
51
A su muerte, acaecida en el mes de noviembne de 120E, entre
los dias 6 y 9', dofta Sancha habia aneglado todoe los asuatoo de
importancia relativos a Sigena. El monasterio era duef,o de las villas y de las iglesias de Sena, Sigena y Urgellet. El Plpa, po! otro
lado, habia confirmado no s6lo las poesiones pimitivas,
siuo tambi6n las iglesias. las relaciones con el castell{n ampoctano era,n
cordiales, aun cuando ya habfan surgido a\unas difecenciar eqirituales y financiecas. Ia nobleza €nviaba al claustro de Sigena algunas de sus hiJasz, dot6ndolas con tietrras y dinero que rwertia
al
monasterio. El rey estaba igualmente de parte de la Casa, tomSndola bajo su potecci6n y defensa poco antes de morir [doc. 50]. El
pueblo, en principio perece poco accesible al convento por eI origen noble de sq fundaci6n y las limitaciones de sangre establecidas
para poder ingresar en 61, aunque luego fuera este pueblo uao de los
mayores beneficiadoc por la labor repobladora llevada a cabo por el
monasterio.
Sigena, cuando la reina dofra Sancha muere, habia salvado,
pues, satisfactoriamente los siempre peligrosos comienzos. En adelante, rinicamente cabia temer algo po,r parte de la Castelt"nia de
Amposta, como vimos que, efectivameDte, asf sucedi5.
b)
Las primeras
reina:
prioras
y
su subordinaci6n
la total dependencia de erta ttpoi@"ltt slgenanrs5 respecto
a Ie reina
dofle Saache.
Fsta dependencia debida a Ia reina fundadoa hace que
la hirO_
ria de lar primeras rrprioasx de Sigena, las que lo
fueron en vida de
aqu€lla, sea bartaDte o6cura. Al parecet, ni qtqutera
estuvo €r su,
manc la administraci6n de los bienel del aonasterio
ya que, corno
igual'i'ente hemoc inrricador debi5 correr a
cargo de lc nprccepbrerrr del coDvento rnasculino de Sigena.
Esta influencia regia y a la vez ecllrstniento
se ven pateDte, a
trav6s del piorado de ra cuarta npricisEar,
doffa ozenda de Lizoa,
elegida pera el cargo todavia eu vida de la reina (afio
1206) y cuyo
gobierno dur6 hasta 1224. Desde su elecci6n
hasta 12Og (aio en que
fallece dona Ssnqha) apenas se le cita en la
documentaci6n; desde
esta fecha se convierte en la cabeza de Slgena.
Pano, en uno de sus babajos sobre el monasteriot,
aparte del
ya referido rcbre la reina dofta Sanchar hizo un
esquema o relaci6n
de las rrpiori8sas'r del cornrento, esquema que
ahca, a la vista de
toda la documentaciSn, resulta incompleto.
Aun .cuando 6sta er
bastante parca eD cuanto a detallee biogrificos
se refiere, iutentare_
mos dar una visi6u de las cuatro pnimeras ilpriorastr
a las que les to_
car"on vivir lor dias de la fundadora:
a la
Ya hemos indicado, al hablar de la reglamentaci6n del monasterio, ccirno el prior de San Gil ordenaba que el convento se gobernara
rrduefiastty ttfreyrestt
mediante una |tptiorissa[, a la que obedecerian
[doc. 51. Sin embargo, tambiEn hemos sefialado la circunstancia de
I El dia 6 de noviembrc de l2OB todavia encerge a Pedro lt quc d6 a Sigene Io que
prometi6 pegar IFr 6l Jimeno Comel (ver docum. 5l ): la fecha tope es pera PANO (Ver
"h Sante Reina", pig. lO8), el 19 de noviembre, en que Pedro It, el otogu uu
donaci<in de la iglesia de Alqu6zar a la catcdrel y obiqrc de Tortoe, habla con cstas palabres: "precibus lancte merc.ic donne Sarcie matrir nosn€". Segin el prior MORENO,
le muert€ ocuni<i el 9 de noviembre.
2 Pertcncciu
6stas a las mis nobles families del reino. las plimeras "dueilrs"
fucron Sencha de Unea, Afredia de lt'4oncada,Gia de Valtienr, Unaca de Lisa, Terese
Conbel dc Ent€Ba, Arnalda de Creullis, Qenda de Lzana, BerEiz Cabrera, Juana Catahnr, BeaEir dc Canillaruelo, Hecha de Sotres, y Jnr riltimo, dona Dulce, hija de dona
Sanchr y Alfonro Il (V. PANO, "La Senta Reine", pig. 37-38).
1) Sancha de Abiego
(1190-nor,.1192)
Ia primera "priora' cuya existencia est6 documentada
es dofla
Sancha de Ablego, quien noc aparece po primera
vez codirmardo
una don:ci6n efectuada por fa reina a varios judioe
de Huesca, en
agocto de 1190, atrnque su achraci6n err el acto sea
meraDeDte ps_
siva como tetdgo [doc. fl; es la reina la que
dispone todo.
Segrin Pano era hermrna del noble caballero
aragon6c don Ro_
drigo de Llzana, al que vamos aparece en muchas
ocasi@es junto a
loclves [doc. 56, s8, 6Zr Zz, !06, tOZ, Ill,
117, 156y 1941.
hesentamoc tambi6n una carta de la reina eu la que
se dirige a
esta rlpciorarr ordenirdole que se cumplan eu
el monasterio ciertag
I
V6rs
M. Dt PANO, "EI l/oaasrerio de Sigena, l: reric pricel'r,
pi8r. 25_16.
52
rcrtnet (edmisi5n de .na )rdueffatr, de un judfo, sobre le obre de .na
tcre, etc)t.
En nwiembre de 1193 apcrece de nuevo y po rilttma
vez ar,_
tuando como rrprioarr; igualnente
e!0 erte ocasi6n su actuaci6n se
cl6c a dar el conseotimiento oficial del monasterio a ota donaci6n
hechc por la reina [doc. 11].
Cuando en abril de 1194 vuelve a aparecer ora vez, ya no
lo
hace corno trp,rioart, sino como simple "d.ue[an del monesterio
ldoc. 19J.
Au:rque Pano re pregunta si dej6 al cargo por renuncia o muerte,
53
trpreceptorrt de la casa y de algunas rrdueialrr del claugtro femenino,
cuyos cargos y uombres ap:uecen tambi6n ahota por pimera vez en
la lista de los confirmaDtes [doc. 19].
Ia riltima noticia de dofla Beatriz de Cabrera es de octubrre de
1196, mediante otra carta enviada
Daroca, y en la gue le daba alguno
Ilevaran a cabo durante su ausencia
no del reino [doc. 25].
El prior I\rloreno suponia muerta
por la reina aI monasterio dede
consejoc y 6rdenes Para que se
por. motivos relativos al gobiela la segunda ttpriorarr ds Sig€na
creenoll que no tiene importancia. rndudablemente no fue pc fa_
llecirrriento,
puesto que la documentaci6n
uos la muelrra sios m6s
tarde. Io gue ya tiene mis inter6s es el sab€r que el cargo de rrpriorarr bo era vitalicior
co'o afirma en oba ocasidn el aludido autor.
en 1198.
Como acontecimientos destacables del gobierno de dona Beatriz, trn otcuro como el de la primeca, deben destacarse la llegada
t,
al monarterio de l,a princesa Constanza, hija de dofra Sancba
Y b
Alfouso
II.
entrega de Ontifrena con sus t&minoa por
2) Beatriz de Cabrera
(sep. 1193-oct. 1196).
3) Marfa de Estopaqa o Estopiain
(diciernbre lL98-t2O2 ?l
De la regunda trp.iorarr rc tenemot referencia hagta el .rnec
de
septiembre de 1193 {doc. 181, en que la reina le ercribe rna c8rta
trdomna Beatici
de Capaaria priorlssa noctri monasterii de Sixeuan
r
an'nciindole
el euv(o de unos documentos pontificio,
riu duda el
privilegio de Celestino III que conlirmaba al monasterio y sus p6e_
siones.
El prio l\rtoreno, en su deeaparecida Historia de Sigena, daba
no_
ticia de otro documento fechado igualmeote en sep,tiembre, eu
el
que dofla Beahiz apareeia como consejere de la reina y confirmante
cou Fomrin Cabeza, mae$re de Ampoe.ta, de una cesi6n de tiecas
hecha por dofia Saucha a los vecinor de Senar en la ribera dcl rfo
Alcanadre'.
una vez mis por aut6aticas las cartas escritas po la
ttpriorastt
que coinciden con su reinado, y de las cuales
reina a las
unicamente tenemos uoticias por el rrmanurcritorr de Pano, una de
ellas nos babla por primera vez en dicienb,re del aso 1198 de una
nueva fipnioratt, le terc€ra de la serie, llamada dofra lvfaria de Sto-
En abril de 1194 aparece no s6lo el prirrer documeDto de Beatriz,
sino tambi6n el primer documento ot@gado por una ,pn:iorar de sigena en funciones de tal, es decir, ilmotu propiott, tomando bajo
su
protecci6n a Guillermo y Sancho Garona, cou el consentimiento
del
I Docun. f d, elNO (',la Santa Reina,,, pig, 43),
lnne en duda la lutenticid.d dc
ana y oul! cst$,
pcrc lo cicto er que no .epugnan a le crorclogie ni al
erpiritu de h
rciu,
2 Vid. PANO, "h S:nte Rcine,', pig. 62.
Teniendo
pefia o Estopinin [doc. 3O], por quien dofla Sencha habia intercedido
en 1191 a la entoncestrpnioat! Sa,ucha de Abiego.para que la admitiera en el conveato, pues, reunia, a su juicio, las condiciones necesarias para poder ingresar [doc. 1O].
Segrin Pano era hija de. un tal Pece de StopiDian, oriundo de la
Litecat, y viuda cuando ingres6 en el monasterio.
En 1199, en el mes de enero, parece que entegabe urr campo y
Pero ya no se sabe nada
una viia en Tortosa a cambio de un tibuto,
Sigena.
freute
de
mis de su actuaci6n al
Moreno la considera muerta et l212t , l,o que no repqgna al resto
de la documentaci6n.
I
2
Vid. PANO, "h Santa Reina", pig. 62.
Vid. FRANCISCO MIQUEL ROSELL, "Uber
pigs. 36-59.
3 Vid. PANO, "h
Sente Reiu",
pig.
84.
Feudmm
lvlaio
[Barcelou
l
7l, I'
I
55
v
Ia tredicl6n,
riempe genenot3. coloce e! ert€ pricado un hecho
cxbsoilllrolo.
Ll,egendo ler llaroer dc un gran ince"rior
poducldo
en el bolque que rodceba d moaastcrio, ccrca ya del ediflclo, eplreci5 lv{aria de EctopitrSn con le tnagcn de la vi'Bea dtulrr del rnonafierio ca brezoc y, d*
hacia les lramas, las hizo retrocedcr
-.
brrta desvuecec el peligro
lo cierto e! que estS tcfcere ttFlcrtt
c:lrece, como las doc ante_
rioel,
de pmnalidrd
popia 1u el mirmo motivc
la presencia de
doffa Senchr.
4) Ozenda dc Lizrna
(miryo L42-t2241
El pric Moreno rc6da le feche del 2 de mayo de 1202 como el
dia en que dotra Oz"nda de llz-.a era elegida ilpriorail de Sig..a.116
bay doc'mentaci5n que lo teldfique,
pero pudo rnuy btea haber sido
asf.
la primeca noticia documentada quehallamoc ee de 1 dc rtrril de
1203, cur.do recibe "ne c2rta de dofta Sarcha, eecrita e, Ifue&ar
dando cn ru nombre y en el dcl mo'narterlo ciertos bieoes parr
ryudar
a le coDstucci5n de la ermita de Sal23, situada en 1as cercania.r de
Huesca [doc. 37J.
Ia nuena ttFlqat, era hermeaa de Marco Ferriz y de Rodrigo de
Tiz-n1, es decir, helmr.a tarnbi6n de dota Sancha
de Abiego, pi_
mera trpriorarr del molzrtecio, pohomb,rcs aquellos de la ccte de
Pedro II, y a 106quc vcDgt a su lado coDrtantemente
[doc. 7}lrsl*
do, por ota p.rte, gr.Dder favqecedores del nonesterlo rigenenre.
El primer documento indudebtc co ar autenticidad, si seguimoc
poniendo en tela de Juicio las cartes refcridas, dataria de marzo de
1206, en el que aparcce admitiendo y etcstiguanzto la entada en
eI monagterio de dot nuevas rrduefralrt y recibiendo, en retretentaci5n de la Casa, la dote de lar migma.s [doc. 42] que pasaba a inte_
grarse al tesoto slgenense.
Aun cuando todavia vivla dofra Sancha, eenda va haci6ndose
poco a poco con el mando de Sigena, si bien sus prenogativrs Do so_
brepasen troe limiter de lar cueftiones m€rameDte interDas: org2niza_
ci6n monacal, admisi6n de donade, etc.
1
Vld. rcta antalo.
En octubre de l2O7 admite como rrso'ro" y cofrade a C'uillcrma,
espora del noble Pedro Folch [doc. 451.
En abril de 12O8, recibe otra carte de la reiaa dof,a Sancha, en
relativas al r6gimen interno
que
la
le hace algunas obgraciones
49].
del monasterio [doc.
Quizds por eI afro 1205, entre los meses de abrily agotto, como
hecho destaceble de la pimera parte del pricnado de dof,a Ozenda,
es Ia circunstancia de hallarse reunidas en Sigena bes reiDas: dofra
Saocha, Ia fundadora; dofla I\4aria de iVbntpllier,
espoca del rey
Pedro II, y dofra CoDttawa, hija de Affonso II y de le popia doffa
y que pr5ximeSancha, a Ia que nos hemos refecido anteriqmente,
mente iba a ser reina de Siciliat.
En resumidas cueatas, el gobieroo de dofle Ozendg durante loc
primeros effos, es decir, hasta la muerte de la fundadora, es semejarrte al de sus predecesoras po,r su occuridad y sornetiuriento
a los
Siu
Ozendesde
noviembre
de
12O8,
aquella.
embargo,
designioo de
da va a pasar a ser el eje del monasterio, ocupando el vacio dejado
por la reina y desampeflaudo su papel, auDque aaturalrneute sin tanta
competeucia, por cuanto que le faltaban los resotes y las faeilidades de actuaci6n inherentes a la realeza.
Desde ahora tambi6u, las tlsubpriorastr ser{n las que entenderin
de las cuestiones internas del monasterio, en una labo semejante a
la que desarrollaban las rrpiorast' de las que acabamc de hablar.
il.
FORI\4ACION DEL PATRIMONIO
a) Nricleo en torDo al
Urgellet
m onasterio:
TERRITORIAL
Sena,
Sigena,
Tras los cambios tenitoriales
efectuadoa colr las Ordea'es de San
Salsfta y ru molatterio te cony
Templel
de
del
dofla
Juan
Jenrsal6u
u:r
duefloe
de
pequefio
territcio,
cl que
verti'ao en
.Iroximedanente
Sene
y
Villernreva
hcry
de
a
los
ifr,ninos
municipdec
de
correqDnde
1 Vid. PANO, "h
Srnte Rcine", pagr. 89-90.
57
56
sigena, pues los limites que Dos dan los documentos coindicen
casi
por completo con los actuales.
En definitiva era un regalo que la reina hacia al monasterio,
puesto que los habia reunido a c6ta de sx propios deninios dsl
campo de Tarragona.
El hecho de estos comienzos seri fundamental para la vida futura
ds Sigena, porque todos tros reyes aragoneses, desde este morrento,
quedarin obligados a atenderlo; las ,tprioras!' uo dejarln escapar la
opotunidad.
Sigena, Sena y Urgellet, en la orilla izquierda del Alcanadre los
dos pr;-elos,
eu la derecha el tercero, suponian aI monasterio la
iacorporacidn de unas 25.oo0 hectdreas apoximadamente.
Santa Ie_
cinr, que el castelldn de Amposta enEegaba a la reina para el caso
de que fuera necesaria para cambiarla a los Templaric por las igle_
sias de Sena y Sigena, al no hacer falta, revirti5 af Hrospital.
En loc dias de la fundaci6n del monasterio, Sigena contaba con
I
36 vecinoc que la reina, como hemos dicho, hizo tasladar a la
falda de la colina que limita a la vega del Alcanadre por la izquier_
da, a unoo setecieDtos mehos del lugar donde se ernplazi el edificio
del monasterio, traslado que Do tuvo lugar antes de I2OZ2. Ia car_
ta de poblaci5n de la nueva villa fue otorgada por la propia dona
Sanchar segri:r dice el prior lvloreno, a favor de 4O vecinost.
El antiguo pueblo de Sigena debi5 de ser aprovechado rin situr,
aunque uDa gran parte de los materiales debi6 usarfe para la cons_
trucci6n del nuevo edificio y sus dependencias, teniendo en cuenta
que 6stas fueron uumerosas, ya que la facultad que poseian las rduefrasrt de entregarse al monasterio con sus propias doncellas y siervoe,
que vivian eu los edificios anejos a ls claustroc de |tduefrasrty rlfreryresrr, asflo hacen suponerr.
Se$in Var5n, los habitantes de Urgellet se tasladaron igualmeu_
te a Villanuevas.
f
Vid.
2
Inocencio
5
Vid.
,,la
PANO,
(lt
Santa Reina',,
habla
pot
pjg5.
primera
18.
Villanrreva de Sigena en un privilegio
otorgado al honasterio el 9 dc mayo de f2O7 (vid.
docrrm, 43).
3 Vid. PANO, ,,la Santa Reina,', pi.g. 38.
,,Monasterio
4 Vid. CARDERERA,
Valentin,
de Fraga ) lvtrcntearagcin,,, en,,Bolerin
de la Real Academia de San Fernando',, 1g52.
VARON,
"Historie,,,
t.
I,
vez de
cap.
IV,
pig.
45.
De todrr ern.r tier:u
que compoofrn
petrirroniales
el ndclco
pnimitivo del monrrterio de Sigcn , r5lo uanr 650 bcct&aar crs! dc
regadfo. El resto, de secano, €rarr tienar buenes prra el cultivo dcl
olivo, la vid y, sobre todo, los ccleelet y el esparto.
Todor enoc t€trritorio pasaban a Sigena con lar exencioner popias de los Flospitalarios otmgadac pc Ram6n Boenguer IV y Alfonso II. ED adelaute, estas exenciones, concretedas al dmbito locrUsta del '.ronasterio, tendrian a central.iza,r el poder en meJro0 de la
'rprioa" que se hallar{ con el tiempo, y gracias a la erpecial atenci5n dispbnsada por los reyer para con la nueva Ca^ra, irclurc
mejores sen.li6isnes econ6micas que el pcopio castellth.
b) Ensancham iento
tr3r Cendasnog.
del
nricleo
prim itivo:
en
Ontif,e-
honto el p.imitivo nricleo de tierras que rodeaban al monartecio
fue ensauchado mediante donaciones territoriales, ente lar que hay
que destacar les debidas a la iniciativa de loe morvuc:rs ar,agoncses.
la necesidad de dinero para efectuar la constmcci6n del edificio monatterial y la especial atenci5n que 106 rey€s le lresteron,
hacen que desde el momeDto mismo de su fundaci6n efectdeu pladosas entregas, donaciones que ccren a Ia par con las hechcs pc loc
nobles y el pueblo. De esta fo'rma, el nricleo primitivo,
el n(cleo
embri5n, se vio muy pronto agrandado.
Asi enabrilde1188, Alfonsolldonaba a Sigena el lugaryel
t6rmino de Candasnos, en los iUonsgto's, para que el monast€rio
p,rocediera a su repoblaci6n [doc. 7]: delimitando todos sus t6rmiDos
que, moj5n a moj6n, coinciden con los actuales.
Sin embargo, parece ser que Carrdasnos no pas5 definitivamcute al mona.rterio por ahora, po circungtanciac Do coDocidat, como
tampoco se realizaron mis tarde otas disposiciones de indole semejante.
Io cierto es que en Ia confirmaci5n de Inoceucio III de loe territo'rios pertenecientes a Sigena no ap:rrece citado CandatDctl,
que no perteneci6 con certezt al mouast€rio hasta que en 1209 Pedro II hacia Ia entrega ddinitiva.
1
Se citen Seu,
Sigeu,
Villanucve,
Urgellet y Otrtittcu (vld. docum. 43).
59
Por otra parte, estaodo el rey AUorso II en Perpifiin en diciembre de 1194 otog5 testamento, dejend6 en una de sug cliusulas al
monast€trio de Sigena la villa de Ontiiena y sus tAminor, colinrLntes con lc de Sigena, mdr todo lo gue el monarca tenfa en Alcubierre, una vez que falleciera lope de Foz, que las debia detentar en
su nombre [doc. 2O]: con lo que el pahimonio central, en torao al
Lmg-1237
ozo40
Lrcala
monasterio, verlia e incrcmentarse en unas 1300O hecti,reas mis.
En esta primera etapa de la vida sigenerae, es decir, desde ru
fundaci6n hasta Ia muerte de la reina dofia Sancha, Sigena ya no
recibiria ninguna otra donaci6n de tiemas cercanas al nricleo central.
Sin embargo, durente este corto periodo, menudearin las pequenas
donaciones de campc,
huertos, vifias,
repartidos por todo Arag6n.
c) Nacimiento
Monz6n
Alag5n
,fAlcolee
de Cinca
LERI
Fuentes
e
+.
Tenitoios poeefdorcn l1g{l_l2og
Nu.vu edquisicioner tsritoriele, ea LZOL_L237
de los nricleos
bienes diversos y cen:KrE,
de la periferia:
Ioe dominios del monasterio de Sigena no se limitaron soLmente a las tiera^r que rodeaban a la Casa, sino que, elz vez que tendrSn lugar las grendes donaciones en tomo al nricleo embri6n, irSn
surgiendo otrot focos meDores por toda la Corpna de Arag6n, radicando sob,re todo en las villas y ciudades m5s grandes y pr5specar de
la misma, form5ndose asi, decde el comienzo mismo de la vide de
Sigena, udcleos importantes localizadoe en la periferia & los dorninioc cenbales que, en ocasionc, rndando el tiempo odiin
inchrro
llegar a constituir ula eDcomienda pnopia del monasterio.
Estas tierrat pasabrur a Sigena, casi sitr exc€pci6n, mediante donaciones de particulares, siempe mis pobres que las de lc mismc
reyet; podian llegar a manos sigenenses tambi6n mediante la dotaci5n de las rrdueha^s'rque ingresaban en el monagterio; elr otrat ocasiones, son los donadoc lc que, en ndmero ceda vez m& creciente
hasta mediedos del siglo XI[, con pequefias d6divas piadosas, en
forme de dinero, objetos de uso personal y tier.nas, incrementaban,
en lugares dispersos, lc bienes de Sigena.
Estos nricleos perif€ricos crecian bien por agnrpraniento de calas,
bien de huertos, campos o vifias, o de todo a 7z ve4 en otras ocasiones, el monarterio era solamente duefio de las rentes que estot
bienes poducfan.
6t
60
1)
hecho de seflalar una tendencia expatslve
rio sigenense.
Nricleos del Somontano oscense:
Desde los primeros tiempos de la fundaci5n del monasterio, las
ciudades y villas del somontqno oscense contuvieron en zus tdrminos
los m6s importantes nricleos de la periferia sigenense, sobresaliendo
los de Huesca, Barbastro y Aguas, cuya evoluci6n iremos estudiando.
Huesca:
No consta documentalmente,
pero casi podriamos asegurar que
las primeras aportaciones al monasterio cn la ciudad de Huesca se
debieron a la reina doffa Sancha, pero tampoco conocemos en qu6
cantidad, ni sus limites, ui sr valor.
Oua de las primeras aportaciones debi5 ser la efectuada por dofra
Sancha de Abiego, primera |tpriora" del monasterio y rica fopietaria oscense, quien posiblemente como dote de ingreso aI convento,
haria entrega de algunos bienes teritoriales y casasl.
Aportado por una de las dos Sanchasr la reina o la primera 'rprioratt, seria el huerto que eD 119O otogaba la soberana, en nombre del
monasterio, a varios judios oscenses para (lue construyeran casas en
su solar [doc. 9] y que, como dice Pano, dcbi6 de ser el origen del
banio que con el nombre de Sigena se co$truy5 en dicha ciudad,
quizis para albergar a todos los que, de una manera mis o menos directa, estaban relacionados con Sigena.
En 1203, la reina daba, en nombre de todo el convento, ilhortos
nostros pro adjutorio et certas domostt para ayudar una vez m6s a la
consfucci6n de la ermita oscense de Salas [doc. 37], lo que indica
que Sigena los poseia con anterioridad.
En marzo de t2O6 tiene lugar la riltima incorporaci5n de tierras
localizadas en Huesca que conocemos en este primer periodo de la
vida del monasterio. Se trata de una donaci6n hecha a favor del
monasterio por Maria, esposa de Pedro Novales, al ingresar sus hijas
Toda y Estefania en el convento sigenense. Este ganaba a la saz6n la
heredad denominada Las lvlontellas, situada entre los rios Flumen e
Isuela [doc. 42], junto con una parte del molino de Piedra, sito en
el Flumen.
Como puede verse, la importancia de este primer nr.icleo perif6rico oscense no estd tanto en la extensi5n de 1as tierras como en el
1
\id.
yti,g. 37.
.\RCO
"il
R e a l l \ l o r r a s t t . r i c . . l r\ i t c n a " ,
(,,
l t ( \ 1 .( l r l r S - r c , : s r . . c l r l r c . " ,
eu beneficio
del monaste-
Barbasto:
Otro nricleo perif6rico impcrtante, pd lo menos en embri6n, es
el de la ciudad de Barbasho, aurque en estos primeros aflos que
constituyen el periodo est6 bastante desdibujado. Inchuo las tienas
que lo constituyeron fueron adquiridas por comlra y no por donaci6n,
1o que deja de ser una excepci5n.
Pero estas compfas iniciales, mdestas po srr nrimero y envergadura, dirin srigen a ul futuro dominio extenso que habrd de influir,
lo misno que el de Huesca, en la vida de Sigena.
Ia primera adquisici6n data del afio 1206 y se hace a nomb,re de
Pedro, rrsubcomendadortr del monasterio, y de todo el convento un
la
campo en el valle de Qp [doc. 4O], lugar donde se concenuarin
mayoria de los bienes sigenensee eu Barbastro.
En marzo del mismo aflo tiene luger otra compra por le que se
adguirian dos campos, uno situado en la via de Huesca y otro en los
vif,edoe de Ca.ctillo Nuevo [doc. 41].
Posiblemente lindando con estes tienas tuviera Sigena algunas
otras parcelar que, coDseguidas por algrin piadoeo donativo motivarian la comfra de las citadas.
Aguas:
Ios dominioc sigenenses en Aguas, gtandemente incrementados
en eI perfodo siguieute, tienen tu oriSen en este lrimef,or aunque un
tanto misteriosamente para nosotros, Porque aPenas n6 queda documeutaci6n que nos hable de elIos.
56lo sabemoc que en noviembre de IL92, la reina fundadora, una
vez mds actuando eD relrreseDtaci6n de todo eI moDasterior daba- a
Salvador de Aguas una heredad situada en esta villa, consistente en
casas, viflas, huertos, linares y caf,amares [doc. 11], que, sin lugar
a dudas, poseia Sigena.
2) Nricleos perif6ricos dispersos;
Ia dispersidad de muchos de los bienes territoriales pertenecientes al monasterio de Sigena por todo Arag6n, y aun en territorios de
fuera de 61, sin llegar a constituir nticleos importantes, nos obliga a
62
63
agruparlos dentro de un mismo cuadro, puesto que sr.relen ser bieaes
aisladoc, sinl4 iimportanciai y empu.je de los anteeiores para crear focos sefialedos.
Tortoca:
En Ia fltima decena del siglo XII, Alfonso II daba unas casa,sa su
esposa dofia Sancha paua que, a su muerte, pas:rr:rn a depender del
monasterio [doc. 1]. Despu6s de esta fecha, el nricleo tor.tosino, al
que se le unieron m5s tierras mediante donaciones o compras que
desconocemos, fue ampliado autes de 1205, aflo en que el monasterio
cobraba ya censos por un campo, dos vifras y dos casas [doc. 39].
Calamocha:
Eu noviembre de 1207, dofla Sancha concedia a lvlartin de Aibar,
rrcomendado'rrl ds Sigena una yuvada
de tierra cerca del pantano de
esta villa, aparte del molino dependiente de las aguas del mismo
[doe. a7J. Sin embargo, las posesiones en Calamocha terminron
en
eso rinicamente, por lo que ni ahora ni posteriormente tendria importancia ni supondria grandes ingresos para el monasterio.
I6ida:
la primera indicaci6n del dominio sigenense en L&ida data de
octubre de L2O7, cuando Guillerma, esposa de Pedro Folch, se entregaba al monasterio como [sotor", a;nrtando en concepto de dote
quince sueldos censales sobre unas casas situadas en la parroquia de
Santa lvlalia Magdalena, tributo que Sigena recibiria en adelante anualmente. No se tata, pues, de la donaci5n de un dominio efecti vo, sino del usufructode ciertos bienes [cloc. 45]. Po,rlo general este
sistenra de posesl6n va a ser comfn en la ciudad del Segre.
Ivfonboig:
El 5 de abril de 1198, el arzobispo de Tarragona daba al monasterio de Sigena "omnes ecclesias castri de Monte Rubeo et territorii
eiusrr, con todas sus pertenencias [doc. 28_1.Sin embargo, en adelante, ya uo volveremos a oir hablar mis de este nricleo, que no tuvo
transcedencil rlguna para el desarrollo econ5mico de Sigena.
IN.
DONACIONES NO TERRITORIALES
Recibi6 Sigena durante esta primera 6poca otros bienes de menor
cuantia, de car{cter no tenitorial y que en definitiva influyeron poco en el desarrollo econ6mico del monasterio.
F-stosbienes fueron aportados, sobre todo, por los reyes y por los
nobles, quienes solian efectuar sus piadosos donativos por la salvaci6n de sus almas o por muchos otros motivos piadosos.
1) Reales:
En enero de 1193, Alfonso II donaba al monasterio un saf,raceno
de Naval para que sinriera con su persona y familia a Sigena [doc.
LZl;tal vez del mismo dia entegaba a petrpetuidad doce cilntaros de
aceite de la villa de Benifalet, cercana a Tortosa [doc. 131.
En marzo de este mismo aflo, otorgaba en Huesca a su esposa dofla Sancha Ia facultad de dar las montafias de Ciurana a Sigena para
que las explotaran druarrte dos afloc mediante arrendemiento [doc.
151. las rentas, sin duda, serian bastante elevadas a causa de la explotaci5n de la madera.
la primera donaci6n de Pedro II fue un judio, que pasaba a depender del monasterio junto con todos sus bienes y familia [doc. 38].
El 27 de octubre de 1208, pocos dfas antes de la muerte de la
reina dofla Sancha, el propio Pedro II confirmaba las donaciones y
heredades que AUonso II habia otorgado al convento, Itcrmitiendo a
su vez la cnconrienda del castillo de Ciurana al castell{n de Amposta, el cual dcbia satisfacer al monasterio de Sigena dos mil sueldos
alforuinos [doc, 5O].
Por tiltinro, la misma reina dofla Sancha en su testamento, efectuado eu 12O8, aparte de ordenar que se Ie entertara en Sigena y de
tlonarle ll monasterio varios efectos personales, le hacia entrega de
varios jrrdios repa6id6s por valias plazas del reino: Zsagoza, Huesca, Calatayrrcl, Alag6n y Daroca, mds algunos bienes de menor
cuantfa en Calamocha y en Cambor de Pina [doc. 48].
Particulares:
En enero de 1198, el castelldn dg Amposta, Fornin Cabeza, entregaba ciertas heredades en Alcolea y Cascall6n a Ferrer de Santa
Iecina a cambio de que +5stepagara un bibuto anual de diez mara2)
65
&
de tal forma que podia venderlar,
vedfs al monasterio sigenese'
ernpefrarlas o cambiarlas riempe y cuando quedara libre dicbo tibuto [doc. 27].
En este pinec peciodo, sin embargo, no abundan estas clase de
donaciones particulares. Su nrimero, 1nr el conuario, 8e irctementar6 considerablemente
SEGXJNDAETAPA DE IA VIDA DEL h,IONASTERIO DE SIGE}.IA:
"de gran expansi6n territorial del monasteriort
(t2o8-L2371
en el siguiente.
Dotes de rtdueflastt:
han desaparecido loo documentoe de dote
Desafortunadamente
trduefiastr profesas del monastetrio. Pero todas ellas ahechos por las
portaron sin duda bienes inmuebles a la comunidad, aunque no podamos localizarlos. 5610 indirectamente sabemos de afuuna de ettas
entregas. Asi se explica que en muchos casos se rePartan tierras del
monasterio en sitios diversoe sin saber c6mo, desde cudndo y po'rqu6
I.
3)
le pertenecen.
Apuntamod tambi6n ta idea de que muchc de los documentos
que presentamoo como aJenos al monast€trio, prudieran Pertenecer a
rrduefiasrt en calidad de dote, quienes a su
tierras entregadas por las
vez entregarian el insEumento escrito de posesi5n a Sigena, como
m6todo coniente yrdpido de hacer entregas de bienes en esta 6poca.
PRIORADO DE OZEI{DA DE I.VANA
(1203 a 12241
Al finalizar el afro 12O8 (mes de novierrrbre) moria, como hemo6 sefialado ya, la reina dofla Sancha. Desde este iDstante toma
el mando del monasterio la que dede abril de 1203 venia siendo
trprioratr del mismo: dofla Ozenda de Lizana.
Si en el transcurso de los cinco primeros afloe de su pricado habia sido una figura segundona, en 1208 se convierte en la directora
y sefloe de Slgena, ayudada por el resto de las ttdueflasfl y trfrayrestr.
Ia herencia que le dejaba dofia Sancha era maga.iEca en cuanto
suponia una buena base moral y territorial para continuar la empresa, pero econ6micamente habia dejado al monasterio muy al limite
de sus posibilidadesl. Por otro lado, la mu€rte de la reina fundadora
suponia un rebaJamieuto en lo que pudi6ramoo llamar protecci5n real
mS,xime ahora cuando
lucha agotadora (Midf
acuciantes que resolver
no.
Sin embargo, dofla
el rey se hallaba enfrascado en uua doble
frznc{s y frontera levantina) y con problemas
con el rey de Castilla y arin de su propio rei-
Ozenda de Lizana saldri adelante, por m&itos ynopios, con su empresa, aun teniendo que luchar contra la mirrrr:r notrlcz:r quc hatarS de mermar sus tenitorios y sus bienes.
l:r lnlftlca .1ue la trpioatr se propone es bien clara. Primerarr)r'nte, arnpliar el patrimonio territorial lrrimitivo del monasterio a
lo largo dcl rio Alcanadre y del Flumeni en segundo lugar, penetrar
cn los lvloncgros, que le aseguraban una buena tierra de labor una
vez roturarla, y magnificos pastos y bosques. Ilego, concolidar y agrandar las 1;ocesiones territoriales de las ciudades y nricleoe p€rif6ricos del somontano oscense, bien a base de donaciones, bien mediante compras si aquellas faltaban. Y, en cuarto lugar, Fopagar
1
Vid,
priginas 9l
a 1.02.
66
67
que eta capez de proporcioner el mon:^rterio
ler vcdeJer c4iriturlcr
pqre quc, ganadc loe espfritur de lc ffeler, ptrdlera redundar &to
no e5lo eo el caopo
y reUgtoro pera los homb'rcr, rino
elpirftud
taabi6n ea el cspirtnral y raetcrial pare el monr.rterio.
Q6lfanan
abore les grr-der iavesioucr dc donedol y don.drs,
diuttdo. de cirelquicr perte del reino que, a cambio de parltcipr
de
lo bleaeg erpirthraler comulitadc
del monecterio, le entregaa toda clare de bienes meterieles: tienal, cllar, censcxr, dinero.
Pc riltiuo,
doie Orenda tr.ta de dcr un gran impulro a la repoblaci5n dc lar tierrar edquiridar medlante la entrega de lac mirmes
a treudo.
Qrronrro doila Ozenda mucra hacia el afio 1224-t225, el monalterio elgenenre aercher{
firrnemente
hecia el triurfo definittvo.
te
babrdn bartado diccireir efios para ello.
a) AcreceDt.tn
iento
del
nicleo
central:
Fallide, como bemos yitto, L primera entrega de Caodasnoc
hcche por AUorrc II el monerterio, la ttprioral dofla Ozende Do deJarC dc Fetionar al rry Pedrc II para que esta donaci6n.ge llevara a
cabo, con la que loe limites del nricleo central se dilatarian por el
lado de Oltitrela,
en plenor lVbnegro.
la insictencia de dofla Saocha daba su frutc, de fcma que el 25
de mayo de 1209, Pedro II otorgaba rrlibenter et voluntgrie, ob reel lugar de Candasmediun rnl6s a6,gft1set parentum no6tqum",
[freyresfi de
nos (ttCampus Asincumtt)
[doc. 55J a las "duefra.rrr y
Slgc-a. Con esta donaci6n, habia comenzado la expaasi6n territorial
del monasterio hacia loc grandes municipios del Ebro, con los que,
en adelante, las trpriorasrr sigeneoses habrian de mantener frecuentes disputstt por cuertiones de limites.
Sin embargo, el erario real estaba demaciado e+!+brecido
en
esto6 lrimetros afroe de eiglo XIII para espetrarde 6l las rnercedes
deseadas. A las deudas que el monarce conbajo con lo nobles, con
los judioo y con los monast€trio de sus tiemas habria que atradir las
contraider con Sigena, a quieu habia prometido antafio como pago
de las mismes, Cdemis de cierta cantidad de dinero, afuunas cotregas territoriales que DuDca se efectuaroD [doc. 6O].
Apeniado
po dofle Ozenda, Pedro II se vio en la .necesidad de
recomperuar el monasterio, el 14 de marzo de t212, con la villa y
t6rmiDos de Lanaja'rcum hominibru et feminis quod ibi suntvel erunt
unquam et cum omnibus terminis zuis heremis et populatis" [doc.
6O], que limitaban con los de Orillena pertenecientes a don Ato de
Foces, daudo lugar a una pequefia disputa entre 6ste y el monasterio
resuelta pacificamente [doc. 62]. Incluso el mismo Pedro II aclaraba la cuesti6n mediante el otorgamiento de un nuevo documento de
delimitaci6n tenitorial de dichos t&miuos, en uoviembre de t2L2
ldoc. 631.
Con la aportaci6n de los t6minos de lanaja, situados tambi6n
en plenos Monegros, cerca ya del concejo de Piaa, el nricleo, central
del moDasterio pasaba de unos 387 Krts a cerca de 691 kms . Y seguian las donaciones,
El 19 de mayo de 1212, Pedro II entregaba a Sigena la villa y
t6rminos dg Ballobar, aguas abajo del Alcanadre. Sin embargo, esta
donaci6n tenia unicamente cardctef, temporal. El rey la entregaba
con sus hombres y tErminos hasta que el monasterio recuperara tttotos
illos denarios quos de quinto et acemilis habuimus de hominibus vestris honois'r [doc. 62].
Pero la muerte de Pedro II en Muet (1213) hizo cambiar la decoraci6n; comicnzan a escasear las donaciones reales importantes eD
torno a este ndcleo central sigenense. los afros turbulentos de la minoria de Jainrc I se hicieron notar en este sentido, de tal fcnma que,
hesta L226, cs decir, dura.nte el resto del prioado de doiia Ozenda de
Lizama, Sig,enano recibe ninguna otra aportaci6n en el mismo. Desde esa fecha, I)ero ya correspondiendo al siguiente prioado, tendri
la expansi6n dcfinitiva por los lvlonegros.
En cstos airos intermedios, dejado el monasterio de la mano del
rcy, mentrdean los litigios fronterizos sob're aprovechamiento de pastos, solrrt, rlt'limitaci6n de tierras, sobre utilizaci6n de acequias, etc
Fstc luriodo de la gran expansi5n territorial
de Sigena tiene
tunrtri6n su l,ache, entre los affos 1213 y 1226. Afortunadamente, a
pertir de r.'stc fccha, y durante el priorado de Ia zucesora de doia
Ozenda, cl nronasterio contorneard su domirrio central, bisico para
su vida frrtura.
t
Vease pegina
127
69
68
b) Crecimiento
de los nfcleos
perif6ricos:
Sin embargo, coircidiendo con erte bache, en el que la realeza
desasiste aI moilasterio sigenense, va a tener lugar un gran desarro_
llo t€ritorial
eu trosnfcleos perif&icos que, en parte, v:rn a com_
pe.carlo.
Es pecisameate
en este momento cuando se van a asentar las
base*i de loe que a fin de siglo serin importantes nricleos sigenenses
del somont".o pirenaico, cuyo nacimiento corresponde a .la 6tapa
anterio, ya eshrdiada.
Huerce:
SeflalaTos en su lnomento el oigen del nricleo osceDse; ahora
se agr.ndar{i mediante pequefias aporteciones de donados y donadas:
igualmente, por medio de cambicts y compras que tenderin. a localizar iodas lei tiefas en prntcll coDcretos de la geografia oscense.
Asi, en 12O9; dofra Ozenda de Lizaua corced.erd la libertad a
Samuel Azebi, quien en reconocimiento enbegeba a Sigena tres vif,es en el t6rmino cercano a Lo1gte, el NO de Huesca tdoc. S3l.
En 1216 tiene lugar una gr:ur donaci6n. Dof,a lvlaria de Narbona
se entrega en cuerpo y alma al monasterio de Sigena, d6ndole como
dote varias casas con $r huerto, '. cellario con doce cubas y una vifra; ota vifia en el Pueyo de Sancho; un huef,to junto a la Puerta
Nueva, con cases f canel; uu campo en el t6rmino de.Alquibla; el
molino de: Quizanilla, en el rio Flumen [doc. 71]. El asegurar esta
donaci5n cost6 a dofla Ozeada algin uabajo y otorgar afuuno privilegibs a doAa Maria de Narboua para ahaerla a vivir al nonasterio,
aurr cuando no se decidiera a tomar lor hibitos ldoc; 77, 78y 94J.
En marzo de 1216, Rodrigo de Lizena, hermano de la rtpionail,
entregaba a 6sta y al monasterio rtmedietatem castelli. Pebe, qui
est situs. fope Oscamfir en la que iban iucluidas tambi6n unas casas,
media vifra, quince c:rmlr6 y la rritad de un molino tde,. 7Zl.
Todo estos terrenos y fincas collndaban con los de don Ball6s, propietario de la oba. mitad de la heredad y con algunos campos y vifias que el raonasterio lr6eia ya alli; por no se sabe qu6 donaci5n.
Ozenda no dejaria de pesionar a don Ball6s hasta que .consigui5
comlxarle, en septiembre de t217, la oba mitad, por setecientos
maravedfs allonsis [doc. S1l.
Con estas. frncas y campos conseguidos de don Balles y don Rojunto con las de dofia Marfa de Narbona y los tedrigo de !iz-nr,
rritorioe
de Ia heredad de lss i\dontellas, adquiridoc en Ia 6poca pecedente, el nricleo perif&ico de Huesca adquiria fopociones
estimables, y, pecisamente
en 7a zorra.mis feraz de todc los t6mi[og
osceDses, eate lc dos rio que bafian la ttroya: Flumen e Isuela. En
el cento urbano, se gestaba por estos dias el bario de Sigena.
Barbastro:
El nricleo perif&ico
de Barbasuo no experimenta, durante el
pniorado de Qenda, nin$6n avance conocido. Unicamente sabenos
que las posesiones sigenenses en la ciudad del Vero sinrieron para
efectuar afuuaas ransaciones y cambios [doc. 100] y que la ttprioatl
tat5 de asegurarse algunas tiemas que poseia allf Peregrino de Castillazuelo [doc. 99].
Salpicados en multihrd de puntos del reino, van creciendo los
bienes entegados por 106 nuevos donados, pero sin ordea ni concierto.
En febrero de 1213, Fener de Santa lecina se ofiece como donado, entegando uDes casas y una heredad en Cambo [doc. 64]; los
hijc
de Galindo de Naya otogaban un campo situado en Albelate
de Citrcar Junto a una vifia lr€rteneciente desde no se sabe cuf.do a
Sigena [doc. 68].
rI.
pRtoRADO DE SANCHA
tIMEl.lEZ DE URREA
(1226 a 12371
Mucrta dofra Ozenda de Llzana, ocupa el pioado
de Sige-a dofla Sarcha Jlm6nez de Ur1g4, que va a terninar la rcgunda etapa de
la vida del monasterio, en Ia que la expansi6n tenitorial
llega casi
a alceazar loa lfmites mdximoe eu el sigl,o XIII, puesto que, a pertir
de t237, las anexiones van a ser casi totalmente nulas.
Cuando dofla Sancha Jim6nez de Urrea (IZZG-LZ3ZI' es elegida
trprioratt del monasterio
es eI .momento en que el castellSn de Amposta, Foulques de TorneU, Lan"a los primeros ataques contra Sigena, tratando de srjetarlo lo m6s posible a la Castellania [doc. 104].
Accedi6 la rrpriorarr, en pincipio,
a esta sujeci6n, pero a la larga
70
7l
1o rinico que consigue st qastsllir
ampofieoo es poner de mayo relieve el espftitu de rebeldfa que ceda vez se hace mis latente en Sigella.
El 2 de mayo de L227, elPapa Gregcio IX eximia a la I'piora[
de la obligaci5n de asisth al capltulo de la Castellania de Ampota
[doc. 113], sernidumbre quevenia observando desde la fiudacidn del
monasterio. En el lugar cwespondiente ya hemos exlmesto nuesras
dudas sobre la autenticidad del referido docurnento, sin embargo
aun cuando el documerlto sea falso, indica eI espirihr que flota por
estoe dias en el ambiente de Sigena.
En todos los demds aspectos, el priorado de dofla Sancha Jim6nez
de U6ga no se va a diferenciar en nada del de dofia Ozenda de LizaIla.
a) Acrecentam
iento
del
nricleo
central:
Cono hemos visto, las apdtacioDes tenitoriales de cardcter real
duraute el periodo comFrendido entre 1213 y 1226 son completa_
mente nulas. Pero Jaime I, una vez liquidados todos los asuDtos de
su turbulenta minoria, viendo cuin 6til era el monasterio para llevar
a cabo una feliz labe repobladora, le confirmaba, en el mismo afio
1226, algunas donaciones hechac por sus antecesores dofra Sanchar
Alfonrc II y Pedro II de las que no poseemor eI documento primitivo es dech, "tercia parte de Camboris et villa de Atrcala cum suis
terminis' et de vetato de Farleto et de Csrnpi*incnum cum ruis ter1ainig; st de medietate ds luvene; et de hereditate de S31rnns12 91
de Naia cum suls terminir; et dc vetato lMontisnigri quod dicitur Canillorum'
[doc. 1O6J.
Poco tiempo despu6s, eI 3 de abril de 1226, laime I elegia su
sepultr.ta en el monasterio de Sigena [doc. 1O7], aunque luego reria
euterado en el de Poblet.
El priorado de dofia Salcha Jirn6nez de Urrea comenzaba, pues,
bajo los. mejores auspicios.
El monarca habias€ formado tan excelente idea de Sigena que
no dud5 en encomendarle el rnonasterio de Buxerols (2Bujaraloz?),
fundado por Alfonso II, que debia estar en tralrce diIIcil,
en marzo
de 1227 [doc. 111J,
Poco despu6s, y continuando con zu rccha euJ&ica bacia el monasterio de doffa Sancha, Jaime I le entregaba el 3 de norriembre de
1227, atenlo
en Ztr4gsss, el castillo de Ss1itrsna, con toder &rr
ttmaodamul mdcpertenencias, libre de todo tibuto,
affadted,o:
domus, repo$titario,
senioribur, merinir et aliis officielibus
nosti!..
specialiter iusticie totique coDcilio de Saralryenarr que respetsrar
como libre dicha donaci5n [doc. 117J.
El 3 de junio de L228, el rery confirrraba la delimitact6n
de l,o
t6rminos de la villa de Lanaja, dada al tltoDanterio sigeDense por
Pedro Il [doc. 121].
El 1O de noviembre de 1228, Jairre I hacia dos Duevas concesio1ss a Sigena. Medientc la primera le enhegaba un hombre en Fraga, con ru famiUa, su casa y sus pocesiones, libre de todo tributo
[doc. 125]. Con la segunda, le concedia cien de los doscientos maravedii que la aljama judia de Calatayud debia satisfacer al monasterio de Olgers, segrin une 4ntigua dispocisi6n de Pedro II [doc. 126].
Sin embargo, todas estas doDaciones no tenian para Sigena verdadeca impotancia por cu:rnto que sus bienes aislados, eran insuJicieDtes para coBtituir
una fuerza calnz de influir en aquellos municipios en donde radicaban loc bienps otorgadc. Rodeando al nricleo
central gana unicamente los tdrminos y el castillo de Serinena y l,os
reducidoc bienes que Pedro Gil podia aportar en Fraga.
Es a partir d,e 1229 cuan<lo conienze a cerrarre definitlvcmente
el nricleo cental sigenense de troo l\lonegros y del Alcaaadre. El 27
de septiembre de este a.flo, el prior de San Jorge de Alfama, scuciado por las deudas que habia coltraido su monasterio, resuelve vender
el castill,o y la villa de Bujaraloz, que Pedro II le habia entegado,
totalmente libre al monasterio sigenense, coD tdas sus p€rteneocias
y habitantes, por doscientoc citlcuenta maravedis aUonsis [doc. 132
y 133J, pceriones que el monest€lio de Sigena bo duda en comprar, aDrioco de ensanchar sus lfmite3 po eI sur hacia el Ebro y troe
I\rtonegros, en tiena ya del obirpado de Zta;goza' El 22 de mayo de
123O, Jaime I confirmaba dicha compra y tomaba bajo su Fotecci6n dichoc t&minc,
mendando a todos sur oficiales qu€ tomaran al
monasterio 3igenense como cosa suya y lo defeodiecan conta todoc
ldoc. 134.
Esta compa no satisflzo al concejo dePina que debie creere con
derecbo a dichas tierras. Io cierto es que entre Pina y Sigena debi6
debatlrsc una fuerte lucha que se sofocS eu febreco de 1231, mediau
te una cortcordia ente tromDes vicini de Piua... currr v6 dictam
Saciam domu,c Sexene priorissamtr. lvlediatrte &ta los habitantes de
Plne retiraban la demalda srempre que s.rs go-ados pudieran pastar
72
Jurb con l,os de Bujaratroz. pc otra parte,
si Sigena hacia vedado de
lef,a, caza o hierba para vender
a t€rc€c6, lq homb,res de pi.1._
clamaban le mitad de las gaoancias.
A cambio de estas concesiones,
ap.ste de otogar la-franca posesi6a
de Bujaraloz a Sigena, troohom_
bres de Pina euhegaban al mo,neste"io
uo. casa p.ra convertirla
en
hospital, sita en el vedado de
la Retuerta. y, finalmeute,
lo horn_
bres de Pina dabau a 10s de Bujararoz
r" s.l *ti"i"Dte
para cubrir sus
necesidades [doc. 139].
Tras la adquisicidn de Bularaloz,
conseguida como acabamos
de
ver con la oposicidn del concejo
pinatense, quedaba un espacio
li_
bre enbe sus t6rminos y los
'rpiona'
de cand*,
or" l3
del monasterio tat6 de conseguir
d.
.o"t". V, efectivament e, el
27 de
octubre de 1235, Jaime I1rconcedia
al mo
separaban
a lasde Bujaraloz
y co.,rrt oc,*Tfi:
:nffffi;l:
villa de Pgle,lbo, con todoc sus
t6ninos,
UOr" de auSrercas cargas
fiscales debidas al rey
[doc. 147].
Con Ia adquisici6n de Bujaraloz
y peflalba, Sigena engrcaba
sus
pooesioares del nricleo central
eu unos 226 lsns- mds, habiendo
al_
caozado por el sur los limites
mixiac
que le perrnidao troc concejos
de Pinr y Fraga.
En noniembrre de 1226, 3 su
v€?r era por la parte norte sl
etr_
sanchr-iento
merced a la douacidn de poncio
Hug6n, seflc de Al_
colea, y hecmano de dofra Aleidisr
condela de Armafiac y donada
de Sigena, lrimeramelte,
y luego il&tbpicn3,,. poncio
bacia ente_
ga al monasterio de una perte
de nrs teFitcios
de Alsgtss,
golin_
daDtes con lc de Sigerey Ontifiena.
Eu 1235, pu6, con la pcesi6n
de pgfi1lba, adquiria sus m{.ximas Fop@ciones eu el nricleo
cental.
En todo el resto def sigfo
no habr6 Dirguna otre anexidn
en
erte
fT-".ttp'io''sstt
ana.. La, atenci6u de
las
sigenensec se detendrd eo lc nricleos
perif6ricc.
b) Crecim
iento
de los nricleos
perif 6ricos:
Ante la dificultad de con&olar
algunoc bienes por estar muy dis_
tantes del monasterie, dofla Sancha
Jim6nez de Unsa opt6 por liqui_
darlos. Por eso llev5 a cabo unas
permutas con el castelldn de Am_
posta mediante las cuales la 'prio43,
se deshacia de ciertos bienes
que el monasterio poseia en Barcelona
a cambio de algunas rentas a
cobrar en Fraga [doc. 134]. Ert
!232, siguiendo con este criterio,
73
Hugo de Folca\uec,
castellin ampostano, daba a Sigena un campo
en Frcga, junto a rrn4 yifla que ya pooeia alli el monasterio, a cambio de un 4rmpo que 6ste tenia en el Arrabal de Zeragoz.z.[doc. 1511.
Pero excepto en estos casos, eD los que era recomendable tel
medida, los nricleos perif6ricos de Sigena prosiguen su mar€ha leuta
de crecimiento, configurdndose sus limites mtry trabajosameote. lo
que m{r dcstace de ellos es su vitalidad, como veremoc en el capihrlo siguiente. Ios bieaes encenadoo en suc lfmites lon motivo de
coDstant€E cambios, venta!, beudos: son fuede cantinua de riqueza
para el monasterio.
Huesca:
En el nfcleo perU6rico de Huesca, durante el priorado de dofra
S".cha Jirr6nez de Urrea, prosigue todavia el tira y afloja entre dofla lvlaria de Narbona y sus familiares, que se niegan a admitir la
donaci6n que aquella habia hecho al monasterio. Sin embargo, doaa lv{aria rctifica su decisi6n con dos nuevos documentos, d,e 1226
y t227, respectivameute [doc. 105 y 112]. Cuaodo en septiembre de
1227 ototga dona Maria su testamento [doc. 115], ya no se citan pa_
ra uada las tierras de Huesca que habian sido objeto de tantas luchas
familiares, lo que hace suporrer.que p.ua esta fecha estd consolidada
la donaci5n y que la citada heredad donada por ellr en 1216 se habfa integrado definitivameute a los bienes oscenses de Sigena.
Pero si en el nricleo central las consecuciobes son considerables,
en los perif6ricos apeoas tienen importancia.
En el oscense rinicamente hattanos una de agosto de 1235, cua+
do Sancho de Monz6a, al otorgar te$ameuto,
legaDa al monasterio
ademdr de su cuerpo y su alma y algunos pequef,oo bienes perEonales, varias c:rsas con sus huertos sitaE eD la ciudad, julto al horno de
Raimundo de lvlonchjs [doc. 145], que incrementaban las posesiones
sigenc.res no en los t&minos gue rodeaban a Ia ciudad, sino eo el
mismo caso urbano.
Barbasho:
Nada'sabenros de lo que fue en este periodo del nricleo perif6rico barbastrense. Segrin se deslnende de noticias poSteriores, debi6
aumentarse en a\unas vi.flas nds, pero. no terremoc noticias docu_
mentales que lo atestigiien.
7S
74
Aguas:
Pero sf sabemoc que en t234, dofia Oria Jim6nez de Llesia, her_
mana de dofia Sancha Jimlnez de llesia, rrduefiail de Sigena, al en_
tregarse en cue4)o y alma al monasterio, donaba la villa de Aguas,
con todas sus perteneDcias y dereehos, donde ya el monastef,io man_
teni'a 'lguras pocesioDes anteriores a 1208. Dofla Oria las enbegaba
p:rra que rrhabeatis plenarie, teneatis potenter et ve$o iure heredi_
tario posideatis et exploctetis in pace per cuncta secula... pef ves_
tram, propriam, francam ac liberam et ingenuam et quietam here_
ditatemrr [dco. 142]. Fs sin duda alguna la aportaci6n de mds consi_
deraci6n conseguida por Sigena en la periferia durante esta etapa,
incluso mis importante que las propias tierras ganadas en el nricleo
cental, ya que estas de Aguas eran con mucho mds f6rtiles y urejor
regadas que aquellas.
Vemosr pues, como aun cuando los limites de los nricleos peri_
fEricos se van eosr.chandor 1o hacen con mis lentitud que en el nri_
cleo cef,cano al propio monasterio. Sin duda se debe a la distinta
calidad de los donantes y a la desigualdad juridica de las tierras.
Mentras que err el nricleo cenbal se hate de tierras reales, en los
nricleo perif€ricos, donde el dominio de las tierras es vario, las
aportaciones se deben a person:rs particulares, mds o menos po<lero_
sas, o mediante el sistema de compras quc, aunque de una forma
comiente, se dio rinicamente en estas zorurs.
TERCERAETAPA DE IA VIDA DEL MONASTERIODE SIGENA
[de couolid.ci6n y eatabilizaci5n del domlnto tecritorialrt
(1237-t28tl
.
I.
PRIORADO DE ORIA IIMEIEZ
(1238 a' L2521
DE LUESIA
rrFic'arl
El 18 de ebril de 1238, aparece por pimeca vez coroo
ingrecar en el monalterlo
dofia Qta Jlm6uez de lleaia, que veiamc
dote, La viff' de Aguas'
como
et l23/,, al que enhegaba, tzl vq
Sanche
lim6ocz dc Urrea gueDeade 1238, Ie antecic "ltriorarr, dotra
deba relagade el rubP'riorado'
l8
No porcemo de dotra Orla ubgfn dato biogr6ficoi riricamcotc
rrenferoaretiett
de
eoeco
meles
en
loo
hallernq ocupendo el catgo de
y octnbre de1237.
a) Decamparo
real:
mona'sterio
Doilada
lim6uez de Ileria comerzaba a gobernar el
de Vapor
tiecgt
reino
del
la
expansi5n
en e1 mo:oento critico de
relaci6n
de
que
carece
lencia. Y, esto, aun cuando Pueda P$ecer
Sigene'
con el cenobior va e 8er capital para le vida de
sigenenre comonastetio
al
tenido
El rey, que harta abora hebia
familiar
por
tredici6n
obligado
mo algo muy tuyo y al que 3e creie
Zatgoat
le
lfnea
de
abqra
a cotrsenrat y defender, re ve desplazado
die con
Huerca, Barbr^sro, I6ida y Barcelona para dedicarre cada
y
valenciano.
mir ahiuco en loo ambienter catal:n
como cus
Indudablemente
Jaime I habia tenido en gr'rD estim"
lar docon
dicttngut6ndole
predecesoresr al monaSterio,
i.-ediatoo
a halleg6
que
inchrso
Pano
dice
naciones y privilegioc ya citadoc.
trduefialtt
monardel
dest4cadas
mis
certe aEesorilr por algunas de las
cite e do6a
y, concretastente,
terio sobre sua emPresar militato
76
77
Sencbe Jindocc de Urrcc y
a dotre Oria de Valtieca!,
de quieo
cuerrta quc lc prc"tiJo Ia conquirta
de Velencla.
Io ctcrto ec que cuendo cornienza
el pricado de dofia Oria
Jtm6_
nrl! dc lrrcrie, Sigena
relegado por parte del rnonarca, por
lo
quc nr exist€ocia hab,riluede
de besare, en lo sucesivo, en le
_
po
f""pi.
littcs dcrenolleda por l8c rtpriqas,,
sucesivas denbo del {mbtto der
Eoturt€r{o,
en coDrefirqr lo adquirtdo y en adrrrinisbarlo
lo m& c_
certadeaente pocible. po oto lado,
tal vcz Jaime I coasidcrara que
el monasterio rigeaenre ertaba ya ro
cuficiente.entc
had,ro coDl.
pen podcrlo abendooer L[r ntertc.
En adelante, eI rey har{ uD. pequeflc
donaci6n de vez en cuando,
pCio re aota en ella.r la fdte de enturiaho
que las caracterizaba al
grioclpio. En le documcataci6n real,
popiamente
dleha, destaca
ehoa, aparte de ru dlrnlnuci5n num&ica,
i" pa"queaad de su, cL6_
Bufar.
Derde lucgo, el aricleo central be
conreguido rus llmites h.yorer eo el pioado aatcrior, colr doffa Suche
Jim6nez de Unea. Ne_
turalmeate hrbde que t€n€f eD cueEta
y pen(ar eu ri Ie quedcbaa
deorr d rey pc eata zooa; auDque
documentalmente
Do podemoc
tertimonia'rl'or
cleer'*r que todavfa hubrera sido posible
la expanri5n
hacia el rfo Gallego.
El regultedo et gue err el nricleo central
dofla Oria no se enexio_
Da Di ur pslmo de tie$s y 16lo en
la periferia hay algrin que obo
crecimicato.
Er 12 de J .-ro de 123g, cuando
er rery er,t6 sitiando valencia y,
aate la iaminencia de la conqutstal
ffrma documento de repartici6n
de bieuer' uno de ellol le 9E @;sfanrri<t6
al monestefio, al que destina dicz yuvades de tieaa en Campauar
I alguna< casas en Vatreucia
f Denil (?) [doc. 156].
Flerta cuatro aio mjr talde, nade. y
aun ahora,e bata de una
douaci5u no tecritcial.
Se bata de mil maravedis que
el mobarca
deJaba al monasterio eD ,u testamento
[doc. 163].
Irrego, en los aflos 1246 y !247,
JarrrrreI se limitaba a confirmar
donaciones pasadas, como la efectuada
por pedro II del lugar de Al_
cali, junto a Cembor de pina
tdoc. l7 l,V Ia realiza.da por el mis_
rno ley eu la pereona de un judio llamado
Vidal, con toda, nu p€r_
teneneier [dor. l7n.
,'*J'i;H"H:.il
.lf i Xill,m":"
3e cifia, como puede apceciarse, le ayudarealal
duraote eI prioado de doila Qte Jta6aez dc luecia, ri
exceptuan,os otra cl6usula testamental de la reina doia Violante,
fpo camisir
ad opus
po ta que derabe a Slgena mil maravedib
Enbienpoco
monslterio
domnanrrrrr [doc. f9tl.
b) Fatta
de donaciones
Petticulares:
Por otro lado, junto a la penuria y escasez de las apctacionec de
particulares escase:ur cada vez mds, hasla Ccona, las donaciond
ta tal punto que para este mismo peciodo solamentr hallamoe uua.
uaa
561o registrerno
Ia nobteza et tambi6n pa.rca en este reltido.
debida a don Bodrigo de Lizana, mediandonaci5u de impctarcia,
te la cual pareban al monasterio, 6 l?52, grandes y extens.s h€reen el capinrlo dAdemSr, como seilaland
dades en Olivitol.
guiente, las entregas expontdneas de loe donadoc van disminuyetrdo
hasta casi detrapafecer, de forma que durante ette
vertigiaosametrte
nada menos que cetorce alloo, no conocetlG
que
abarca
periodo,
ninguna.
gratuitas hao termilas adquisiciones t€nitorials
En definitiva,
lprioasrt que te Sucelas
parte,
ota
Como,
por
Sigena.
para
nado
gac'den desde 4q6a Oria Jtm6nez de luecia no ectar{n disPuestes ^
que
exPa!Ia
-cignifica
tiecas,
Duevas
en
consegui{
sueldo
ni
un
tar
si5n tenitcnlal del monasterio de Sigeoa ha terminado ya. Algunas
minrirculas donaciones, sin imPort4ncia de ninguna clase, vendrin a
confiroar
la regla.
U.
PRIORADO DE DONA URRACA DE E}ITENZA
(1254 a 1259)
documeutada a doia Urraca de Enla primera vez que hallamq
t'prioatt. No sabemoc si llevaba
de
cargo
el
ya
Gtenkodo
teDza e6
dcsisru"'en"A.s6o
hrniico
I
D6Fbf.do
cdrr
I Siatrno'
e pocc
klllinetrc
dG tfu'-r
(vfd' docun'
l9{}
79
78
algfn tiempo en el monasterio o si era une reci6n llegada;
en defi_
nitiva tieae poco inter6e. Su gobierro al aente de la ca^se
er de roe
m{s cctos, y zlcanza desde eoeco de L254, atro en que
otoga he
carta de poblaci6u a loa hrbitantes de BuJaraloz, hasta noviembne
de
1259. Enue a'bas fechas, sigena aun no ha sarido del olvido
regio.
Son estas las fechas en que el antiguo claustro sanjurnista
feme_
nino de Cenrera se habia trasladado a A\uaire y, la corte,
m6s ca_
t-lane que :rragoDesa, posiblemente se inclinaria mis por
este mo_
nest€rio que por el oscense.
Defiuitivamente
se han rgr,ninads las donaciones de tierras; abora las rrdueiasrr sigenenses, arte la impocibilidad de ampliar
roa li
mites de su feudo, tatarin
de conreguirle mejoras fiscales, p,rivile_
gioo, exeriones,
etc. Asd aprovechr.do que Jaime I rndeba cecca
del monasterio, el 3 de junio de 1256, y ,.te las presiouec
cour&ur_
tes de dofla urraca de Entenza, er monarca accedia a ra creaci6n
de
ua mercado semaual 16 martetr en la villa de Ssna, tomando
bajo su
potecci6n a todos cualtoE ruistieran a 6l
[doc. 201].
El 3O de agosto de lZS7, el rery ponla fin a las d.isputar que
sobre
imPuestoovelial
d6garrolliwloge eDbe los sapacenoc de la a{ama de
Huesca y los sarracenos ftaucq del monasterro de la misma ciudad,
de tal fcma que obliga a tod6 a s'bvenir a los gastos que res eran
comuDea, pero en aqueUas cosalt que no les eran, exinrfa e los del
moneiterio, o sea, les liberaba de los impuestos reales
[doc. 205].
Pcn otra parte, en el nfeleo cenral asistimos p@ estoc dias, si
no a f,u enrenchamiento, si al desanollo de ru proceso relrcblador, a
su r€organi2asiSn intema, como consta en el capitulo sigu.ieote.
De los uricleos perif6ricos, el de Huesca, como en erapas prece_
dentes, es el que atrejo mayormente la atenci6n de las rectoras del
monasterio. perq lo misoo que en el ndcleo central, tambidn en
ellos habianse termirado las donaciones. En 6stos como eD aquelloc,
dnibamente mediante comprai es poeibre la incorporacida de nuev:rs
tierras, casas y bienes en genecal.
Asi en diciembre d,e t257, dofla Urraca de Enten"a compaba en
la ciudad o'cense el derecho al cenrc de varias casas del barrio de
Papaficos (San Pedro), cuyo valor ascendia a treinta y tes sueldos y
ocho numos, por trescientos setenta y cinco sueldos
[doc. 207]. Eo
realidad, las casas sob're las que pesaba el censo pasabaa a depender
directamente de sigena, que podia ve.derlas, empeflarlas, cambiar_
las, etc. En adelante, este m6todo adquisitivo se propaga grande_
meDte, sobre todo en esta zoDa.
En ma,uo de 1259, tiene hrgar una nueva comlre a uombre de
Felicia de Hueso, rrdueS,a,rr
del monasterio, quien poeiblemente la legaria al mismo, donde qued6 guardado el ins8umento donde se constaba la compr.. Felicia recibia las rentas de seis sueldos y ocho dineros que daban unas casas sitas en el mismo barrio de Papaficos
ldoc. 2101.
III.
PRIORADO DE TODA ORTE DE LEANA
(1259 a 1266)
En diciembre de 1259, era nueva rrprioratr dofra Toda Ortiz de
Lizana, apareci6ndonos documentada por riltimovez el 6 de septiembre de 1266, casi dos afl6 antes de que sepamos algo de sucesora.
Su prioado es id6ntico a Los dos precedentes. Las rinicas anexiones tecitoriales
son debidas a comlras y cambios, pero de peguefra
importancia.
Sin embargo, comienzan ahora a abundar las luchas y litigios
fronterizos, de forma que Jaime I, como tutor del monasterio, tiene que intervenir en ocasiones para sofocar a los nobles duefloc de
tienas situadas en el limite del nricleo central sigenense, al que dafran consantemeDte, oblig6ndoles eI rey a devolver a Sigena todo 1o
que habian robado a despecho de las rrdueflas" [doc. 234]. auizds
sea este el rasgo mis acusado del gobierno de dofia Toda, poryue
en el campo de las anexiones territoriales, asunto que nos ocupa en
este capitulo, hay que decir bien poca cosa.
Unicamente es de destacar la ampliaci5n del nricleo perif6rico
oscense, debida a la misma "prioratt, quien entregaba al monasterio
quinieutos sueldos anuales de renta sobre su heredad de Miquera[doc.
2311. Con esta enrega las posesiones oscenses de Sigena quedaban
notablemente ensanchadas por Ia parte noroeste de la ciudad.
Dos documentos aislados sefralan posesionessigenenses enBlecua,
sin que sepamos cudndo habian pasado a poder del monasterio. En
estawilla, dofla Toda.Ortizdelizana
entregaba en abril de 1263 a
Domingo de Bastaras "totam ac integram nostram hereditatem here,
mam ac populatam quam habemus in villa que vocatur Blegua, in
terris de Oscarr [doc. 2191. Y lo mismo ocurria con otras pertenen-
80
81
cias s'i.genensesen Villoras, donde otorgaba 'n aflo antes a Domingo
de Remolinos, por cien $eldos realec de Valencia, Dillum nosuum
in illa nostra alderya que dicitr.n Vimasun quem babemus *ilicet
lloas, que est in termiirum lvlorelletr [doc. 218].
Estamoo en pleoo periodo de explotaci5n de los bienes poseido,
bien sea mediante vente, cgso menos cqriente, bien mediante el
sistema de treudo. El monasterio yive de sus propio recurEoc.
fV.
PRIORADODE EUSEIDA DE QUBOT
( 1 2 6 8a 1 2 8 1 )
Entre el 6 de septiembre de 1266, fecha del riltimo docunento
hesta el mes de marzo de
concedido por dotra Toda Ortiz ds li.on.,
1268 en que aparece por ve:z prirnera dofia Ellrenda de Querol, no
sebeanoc quien gobern6 el monarterio. Sin duda seria una de ambas.
Dona Eltsenda de Querol, que hace el nrimero nueve de lar ttpriorasn de Sigena, rigi6 el monasterio derde el citado mes de marzo
de 1268 hasta po,r lo menoc el 15 de abril de 1281.
Druante n mandato, Sigena, desamparado po tros tDonarces,
vlve dfas turbulentos. Ioa molestos vecinos que rodean las poceriones
eigeuenses Eetan por todoc los medios de mermar sqs liDites ea bencfieio de sus pcopios rebaf,o y campesinoc. Destaca en este aE)ecto
eI concejo de Pina, que les disputa el usufructo del vedado de Farlete, hasta que nombran, el 2l de diciembre de 1275, Srbito de les
diferencias a don Fesrer de Llzana, cuyo fallo se obs€nreria bajo pena de mil morabetinoo, pagaderoo por los no obsewantes a la ofia
p{te [doc. 259].
Ea el aspecto intemo, procigue la reorganizrci6n
del monast€f,io
en cuanto e la explotaci6n de sus bienes y a la repobladora de las
tienas secar de lo lvlonegroe. Con la reorgauizaci6n del nricleo cenimral, 106 t6rminos aleJados del monegterio adquieren su rilxlma
portancia. Casi podrfrmor deeir que el intet6 de las tduellasn y
ofreyrestt de Sigena 8e centra mCs en los nricleoc perif6ricoc de Huecca y Barbastro que en las popias tierras que les rodean. Polque ven
que, derde el punto de virta expansino, esto focc aleJadc sou loe
rinicoe que les briDda^n pocibilidader.
Y, efectivamente,
lc t&minos de Huerca te van a extender ahora por loe llernados de Alcoraz,
Alar y Almlnia [doc. 262], mientras que en Barbastro se redondea:r
los ya existentes medierte compraa y p€rmut n [doc. 251 y 2611,
sobre todo €n torno al valle de Orp, al que ya nos hemos referido eu
otra oceri6n.
tl
82
CUARTA ETAPA DE IA VIDA DEL MONASTERIODE SIGE'IA:
U.
PRIORADO DE TBESA IIMENEZ DE URREA
(1292 a.1300 1.321)
rrde decadenciatl
(1281-13OO)
I.
PRIORADO DE INES DE BN,IAVEI'ITE
(I28t a L29tl
Entre la desaparici6n de dotra Elisenda de Querol (15 de abril de
rrgio12g1) hasta las primeras Doticias documentadas de Ia d6cima
ra,r sigene$e, dof,a ln6s de Benavente, traDscurren casi dos afios, sin
que tengatros noticias, directas o indirectasr del perfodo de tiemque
po que va desde esta fecha hasta el 21 de febrero de 1283, en
e24
de
hasta
el
Su
alcanzari
priorado
documentamos a dof,a In&.
nero de 1291.
Entramoc con ella en el que hemc
dado en llamar cuarto perio-
dodelavidadeSigenaYguerpclascircu.rtanciasquecoDculTen
los
en 61, podemos cataloger como de franca decadencia en todos
a
s6l'o
hemos
de
cefiir
Ahora
Dos
monasterio.
aspectos de la vida del
esel
pues
pauimonio,
det
formaci6u
la
a
la expansi6n temitoial,
tudiar las causa.sde dicha decadencia es tema de oro capftulo'
con dofia In6s de Benavente, el monasterio s51o se anexiona l,os
Naval
bienes que doila Beatiz de Mpanas le entrega en lar villas de
dode
el
documeuto
que
en
ya
tiecas,
ecan
y Paules, si es que 6stc
toregesta
de
una
tata
se
271],
puer
naci6n no se esPecifica [doc.
trl\fanuscritort
Pano.
de
mada del
podemoa aseguraf que dofia In&, como $rs inmediatas antecesopiare!t, no hrvo la culpa de e5t4 felta casi abroluta de donaciones
que
vive'
en
tienpo
del
rinicr-ente
Es
culpa
dosas de l,os fieles,
Como por otro lado el aurnento Irogresivo de las deudas del
propio monasterio zlfjenzt caracteres alafmantes, la adquisici5n de
tierras y bieoes mediante comlras le esti tambi6n vedado'
Si af,adimos a estas dos circunstancias una tergera, todavia de
mayor gravedad, las luchas internas suscitadas entre las mismas
ilduefras" y la oposiciSn hacia la Casteuanra de Amposta, luchas que
trpriotendrdn 91 srrlninaci6n en eI priorado siguiente, veremos a la
Ioe tesitorios del monasrarf sigener$e carecef de toda iniciativa.
terio subsister elr Parte a$a^strados por Ia inercia'
Con dofia Tereca Jim6nez de Unea, que comieuza su piorado,
segrin nuestos documentoc, el ZZ de mayo de 1291, de la forma
frauduleuta que ya queda expuesta en el capitulo precedente, ter_
mina la .'urie prioral del monasterio sigenense. Dona Teresa sigui6
gobernando el monasterio hasta 1321.
En l,oc ocho afl6 que nas ocupeD de zu prioado,
hasta 1300, aflo
en que ge rcluciona el poblema interno del monasterio, Sigena es
un henrideco: disputas internas dividen a los conventoc mascuriao y
ferrenino; las diferencias coD el castellfn mqreceD la excomuni6n
poatificia, po mediaci6n de su delegado, el obispo de Seo de Urgel;
lar deudas privan a la casa de la posibiridad de comlr.r nuerras tiertaE, mie'bar las donaciores reales y particulares han decaido hasta
su totel exti:rci6n.
56lo cuando el problema interno lleva via.r de solucionars€r puede dofle Teresa dirigirse la atencidn a la politica expansiva de las
tienar mouactef,iales.
Aparte de lasventajas de tipo fiscal concedidas por
Jadoc 4 Teresa comienza un resurgimiento
pollhco
Fogresivo de la aoteric
expansiva Eigen..ce, cotnpcrnde en febrero de 1299 un4s pequeflas
parcelas en Barbasto [doc. 3451. Con el cambio de siglo, Sigena
va
a entrat eD une Dueva etapa de su vida.
Fwoso es hablar ahoa del gran papelrepresentado po el monzrca Jeiac lI en el traDscurso del gobierno de dofia Teresa
Jim6nez de
Unea. Ya hemoc sef,alado la participaci6n que el rey tuvo en
el po_
blema electcal sigenense y la buena voruntad que puso en arrcglarlo. Pero sr inquietud pc las cosas del mouaaterio no termin6
arf,
sino que se convirti6 en nr defensq, peclsamente en una 6poca
en
que cua\uiec
ayuda podia ser povidencial,
y mds trat6rdose del rey.
Jatme II defendt6 al monasterio contra las us'rpaciones de la nobreat le perconrlnente ya por medio del infante don pedrol; coutra
el afain trdependizado
de alguna de les vitres de sefforfo sigeneose
I
Don Artrl
&
Atrg6n prartndir
apodgurc
dc h ville de Alcali
(vid. dacum.
295),
85
w
con lo ticrsr dcl rocolladedcl
[doc. 323]3 co&a lc municlpilc
dc arr moter y P'sot [doc' 3il]t
qrr" q,r.nf"o rpovecn"ne
Lrt-to
gSSIt
y coatr' lc que Ponfal obst{culd
de au dcrrrr dc lebor iao".
dcpeodlcater de Slroolinc
pars gue llcrraren . -oiet el trigo a tro
gcnr [doc. 336].
decidtdsmente e S1En fu, en toayo dc 1298, Ieime II tomabe
3a2J'
[doc'
genr brfo ar emPelo y potccct6n
pc le rnonerqufe 'couo ergo po'
a rcc corlderado
Stgeoenrclve
en el rrpecto de mrevar eo*
pioque debe eer dcfcodido, aun cuendo
nulo' Ertc etapero
ette retclto rea picdcementc
xioael tcldtctslc
alcance elccgo
cn1321
regio llegar{ 4 tu FDto sulmbente cuendo
Pcro
en todo lo que
Blgnce'
U.f upntcet' le ldantg de Arag6n dofla
eL
dettoottizaci5n'
L
loa dfer de
qrrcr; a" b Edad lv{cdta y h'ta
tecredc
pelcelar
nada mlb que Pcquef,rt
monetterio no trcofPqatil
conreguldo en el riglo XIil'
dominic
la
de
Vtvtr{
no.
POSIBI ES AhIETSONES TERRTTORIAI FS
I.
DOCUME{TACION
NO REIATTVA DIRECTAMENTE A SIGENA
Junto a l,or documentc recogidc que re refrercn directamente al
monartcrlo dc Slgena, incluimo
eu la eecie documentel otr6 123
de lar mbmrr fechas (1188-1300), gue no parecen tener relaci6ar
con el monettelio, peno que, sin embargol se hallaba- en gu archivo. Hay ente elloe vario testamentos [doc. 3&, 37t, 391, 406 y
422), algurd documentos de partici5n de bieneo ente pecconas aje_
nas a Sigene, ventes de tiecrar, documentoo de dote, eE. ta peguuta ihmediata a la vista de tod6 estor insbementos er de si tienen
atguna relacl6u con el desenollotemitcial
delmonasterio sigeneue,
donde se hallaban custodiadoc. Cou seguridrd no l,o lndremoc raber
nuDca.
Sin embargo, siendo corriente en esta dpocr la eDtrega de bienes
eu genecd, o tierras, sin documento gcrcditativo
eepecial de tal donaci6u a nombre del beneficiario comeqnodiente, ye que bestrbe
la entege del documento oiginal de poresi6n de la tiema o bienec
eotregadoc, no serfa de e:ctraflar que muchc de lo pergaminos aparecidoc en el Archivo sigenense hrvieran ecte caEjcter.
Pc lo tanto, ademi"s de le expanri5n tenitcial
ye eshrdiada en
srs diferenter etapas, pudo haberse dado ota expansi6n que, aun
sieodo de menos envergadura, no carelce de inter6s.
los biencr, casi siempce tierras que pudierou pasar a depender
del monastetio por este rnedio, serian enEegados, bien en la fecha
que seffala el documento-testimonio
o bien ailos mis tarde, por lo
que Do8 resistimos a dar una relaci6u cronol6gica de estas posibles,
aunque en rnuchos casos verdaderas, anexiones tenitoriales.
Estos documentos hablan de camlns, vifras, huerbs, casas, saliDas, etc., en definitiva
p€quefios bienes aislados. 2Pasarian todos
ellos a Sigena?, Casi seguro que si auu cur.do Euchos de estoc documentos pasaran al Archivo para ser guardados, po lo que dificil
de discernir.
86
Veamo6, pue!, coDsidera.ndo en general que todos elloe repeseutaralr eDtegas efrctivas aI nonasterlo,
por d6nde pudo ext'enderse el
dorninio territqial
sinense segrin estoc datos.
Para lojrar una mejor estructuraci6n destacaremos va:ria8 puntos
I 188-1300
HuEscA
"
olivito
'AFas
posibles de conce&aci5n de bienes:
1) El primer grupo eoincidiria
con los nricleos ya exirtentes de
Huesca y Earbasbo. En el pimero,
aparte de bienes de iodole muy
diversa [doc. 38O], se debieron irccpo,rar un campo [doc. 46{, una
vif,a [doc. 376) y alguaas casas [doc. a42 y 459]. En Barbastro,
junto a una heredad uo especificada [doc. 384], anotanos un campo
[doc. .143], una casa [doc. 385] y el derecho al censo sobre uu huerto [doc. 472]. Como puede compobarre, bien poca cos:r si lo comparamoc con los bienes que Sigena poseia, con toda certeza, en
ambos nricleoc.
2) El segundo nricleo se concentrarfa a lo largo del rio Cinca, donde, po cierto, Sigena habia penetrado bien poco, tal vez por no
Porrrar
Efiche
. Paul
aval
es:bo
Pueyo de Cinca
qte
(le
entrar en colisi5n con los dominios que el Temple poseia por esta
zona, y cuyo cenbo pincipal
era lVoaz6u. Parece ser que ademis
de en Alcolea, de Cinca (donde Sigene poseiaya algunas tierras) y en
Albalate, donde ahora sumaria algrin campo [doc. 367], su i.nfluen-
. Celamocha
cia pudo exteDderse hasta Santa lccina, Frtiche y Pomar, y arin
hasta Pueyo de Santa Cruz o de Cincar.
En Santa Lecioa incorpoaria a\unos bienes de poca importancia
[doc. 365J; eu Estiche, debi6 poseer por lo menos algunas heredades
[doc. 384 y 3871, pudiendo llegar incluso e pens:use que domin6 toda la villa y el castillo [doc. 443]; er Pomar, heredades [doc. 396],
casas [doc. 379, &I y 4O7J, casaleg [doc. 4O8], y tode clese de
tierasr; en Pueyo de Cinca, tal v€z te villa y eI castillo [doc. 398],
aunque piuece poco pobable.
3) El terrer nricleo lo ideutificattros con la.g tienas que rodeaban al
Mcclle
o
'f
monasterio, en el cual, arrtes de gue Bujaraloz pasara a depeuder directamente, debi5 poseer sr iglesir [doc. 372]; en Jubierre quiz&
ganare un courpo [doc. 386]; una heredad en lanaja [doc. 374]; al
vdt y esta seria una de las anexiones mis importantes, eI casti4lo
I
I
t
I
I
JN
| (rl
I
I
Fri
:. El 6 d! rqricmbrc
dc 1301, Jaimc Il ord.u
s lo! habitrntcr dc Conchcl quc dc_
jen al Ivboancio
g@lr en pnz eI ague quc, vini.Ddo dc lot t&nino
dc dlcho pucblo,
lllmcDtr
lrr ecaguiu dc Peas, Sute Lcina y ou's lut*cr
d.pc.bdicntcr dc Sigat
(vid. PANO, "Ivlrnurcrito",
dmum. 1O5).
(vcdocun.411,4t5y425)1
2 Tia.,
u r ' , q u e d r c n "d . r i e m ( v q r C c u m . , l O 2 )
dcnr bhrcr lv. docun. 361)y crmpos (vid. docun. 383, 3gE y 3921.
!ie
I
Territorios de Sigena
Lugares donde Sigenr tenfa pocesiones
Dl
I
I
I
-l -t
;ur
I
I
,
IF
-r8
88
y la ville de Gilleua
PessoD . su dolninlo y Jlrirdiccir5o hacia
1237 lde,. 42Lli en Retuerta, un caepo [doc. 39O1, mientras que
en Villanueva de Sigena recuperaban '- oliver, tel vce entregado a
treudo po.r el propio monutecio, al que aboe revertiria
[doc. a63].
Pero donde mayor impotancie
pldieron
adquirir estes donaciones
debi5 ser cn Sena dode, aparte de une heredad [dq,. 377 y dc un
huerto [doc. 378], Sigena reculrraba y concentrebl '. bue- nrimero de viff.s [doc. 393, 4t4, 428, 433 y 441], fen5meno que €rtaba
en consonancia con Ia polftica seguida por las rrduefrasrr sigeneoses
de conceutrar en tqao al rnoastccio terreDos dedicados po eDtero
a la planAcl5n de vides. Por riltimo, en Sarlftena pudo haber obtenido un ca.sal [doc. 398].
4) El cuarto uricleo lndria ser el conrtituido por las ciudades de
Eraga y l;rida,
de manera que en la pimera de ellas quizds consiguiera un casal [doc. 366], mientrer que en L€rida lo bienes serian
m6s ebundaotes y heterog6neos, comlxre*os p6 vinas [doc. 427],
huertos [doc. 399], casas [doc. 361 y 450] y algunos bienes diversoc
[doc.40O].
5) El quiato lugar de agrupamiento ec importante por cuanto parece lndicar que Sigena debi5 poseer durente algrin tiempo a\unas
salinls en Paul o que, por lo menos, debi<i participar en alguaa
manef,a en la exhacci6n de sal, circungtancia que tendria garr impqtalcia [doc. 424, 437, 4L,450,
452, 45 y 47t1.
6) Un sexto nricleo podriaro formarLo una buena concentaci6n
de
bienes eu Pina, dectaca.ndo varios campos [doc. 404, 417 r 419, 456,
43L y 4401, un huerto [doc. 4O51, un reducido nrimero de vifras [doc.
4LO, 416 g I29l y algunas heredades [doc. 430].
7) Por riltimo, debi5 existir ua s6ptimo grupo, de poca importancia, en lugares diversos y muy distartes enoe sf distibuidos por todo el reino, pero sobre todo sihrados entre el monasterio y el Somont'ho pireaaico: Aguilera [heredades, doc. 456], AlcaEiz [un moro, doc. 4571, Arcos [varios bienes, doc. 423], Aztror [un campo,
doc. 42E1. Casuo Elinse [una hecedad, doc. 352], \uedas
[r'.a heredad, doc. 3581, Exenedo [salinas, doc. 375], Liesa [casac, doc.
4551, Nisanc
[parte de u:r hono, doc. 421], Pajar [una heredad,
clo<'. 4091, Quizanrlla [un campo, doc. 369], Romerallo [un cuadr6n
'Soto
de tierra, doc. 3591, Santa Cruz [un linar, doc. 353],
/un
campo, dc. 432J, y Unea {casas, doc. 354J, resefladoc por orden
alJab6tico.
En el mapa adjunto se po&6 apreciar, sobre los domiuos ciertos
del monasterio, las posibles anexiones que acabamos de dercribir.
IV
DESARROLLO ECONOMICO DEL
M O N A S T E RI O D E S I G E N A
r.
ADQUTSICTON DE BIENES
las cuaro etapas que hemos seilalado eo el capitulo antcrior res
pecto a la fomaci6n territoial
del patri:rronio sigenense, re corre!ponden p.to a paso con otras paralelas, referentes al desarrollo econ5mico del monesterio.
la acumulaci5n de riqueza se efectria.po medios diversos: donaciones, exenciones tributarias y fiscales, p6stamos, cornpras o la
puesta etr explotaci6n de los bienes ya existentes.
Como haremos coaster a su debido tiempo, no todas estas fornes
adquisitivar coinciden en le tiempo, sino que podominardn,
segdn
las 6pocas, unas u obas. Muchas veceo veremos como a la decadencia de una de esas formas adguisitivas le sucede otra, como evoluci5u o consecuencia inmediata.
a) Donac iones:
En principio, Do vamo6 a hacer distinci6n ente clases de donativos que recibe el mon:tsterio, ya sean bienes muebles g innssbles. De estos riltimos ya hemos habledo en el capinrlo anterior.
Dura,nte los primeros afloc de la vida del monasterio sigenense,
son cali exclusivamente lao donacioDes la rinica fuente de ingrercs.
Sobre ellas gravitari todo el sistema econ6mico de le Casa.
Cuando empiecen a escasjar las donacionel, los responcables de
la economia del monasterio tendrin que recurrh a otos m6todos adquisitivos, a la implaataci6n de nuevas fuentes de riqueza.
93
92
1)
Reales:
Dede el mfumo monento de su fundaci6n, los reyes ar.goneses
comienzan a beneficiar al monasterio coa donaciones piadocas que,
por su mucha importaucia, serdn las que manten&{n al covento,
econ5micamente hablando, dede un principio.
Al tiempo que va desde 1188, fecha de fundaci5n, hasta 12O8
en que muere le reina dofla Sancha, es decir, durente el primer peitnacimiento
rfodo de la vida de Sigena, que hemos dcnominado de
y formaci5n del monasteriot', tienen luger el 36,6 % de las donaciones reales recibidas por el monasterio entre 1188 y 130O, fechas
lirrite del tabajo.
Derde 1208 hast^ 1237, conespondiendo a la etapa de rrgran
el pocentaje disminuye hasta un 30 %, deexpansi5n tenitorialrr,
biendo notarte que desde la muerte de Pedro II [1213] y durante
parte de la mino'ria de Jaime I el Conquistador [12261, no se regista ninguna. Sin embargo, hay que resalt:r que, aun cuando el porcentaje es msnor que en la etapa pnimere, la calidad y la magnitud
de los bienes donados es mayor, sobre todo de loc bienes inmuebles.
En la tercera etepe, ttde consolidaci6n y estabilizaci5n del dominio territorialil, que se desarrolla desdc 1237 hasta 1281, eI nrimero de las donaciones reales disminuye al 16,6 % del total. Fsta
t5nica se mantendrd durante eI cuerto periodo, "de decadenciatl t
ente 1281 y 130O, gracias a los cuidadosy dewelos de Jaime II. Es
decir, que en esta cuerta etapa del poceataje seelevard igualrnente
aL 16,6 %.
Para este periodo final hay que hacer notar que no se trata de
sino en forna de exedrlones.
donaciones de car{cter tenitqial,
prlsar eI 6nimo de los monarcas y los motivos inductores de esas donaciones. Al principio fue el mismo impulso dado por
la reina fundadora dof,a Sancha; luego los reyes se creen en la obligaci5n de ayu.dar y favorecer a Sigena, la obra nronumental de
mayor envergadura y alc:rnce durante los reinados de Alfonso II y
Es dificil
Pedro II.
Este eqriritu protecto, aunque a veces muy velado por la magnitud de los asuntos del reino, permanecerd latente en los reyes que
les nrcedan [doc. 1a7].
Normalmente no se especifica el motivo de la eabega, aunque
en numeroses ocasiones los monercas lo hacen rrpro remedio anime
meerr [doc. 7, 12, 13, 38, 55, 56, 177 y l2S], a ruegos de la fundadoa [doc. 5O]. A veces, la donaci5n viene originada por el incumplimiento de oua anterior que se bata de subsanar [doc. 60], o
en recompensa de tributos cobrados al monasterio e)ctraordinarie o
equivocadamente [doc. 62J. No faltan tampoco las cliusulas testementarias en las que se recuerda especialmente a Sigena [doc. 163
y 1el1.
los reyes aragoneses entregaron a Sigena, dento de los periodos
y de la frecrrencia ya indicados, toda una gama variada de donativos que, por la heterogeneidad de los mismos es dificil estructurar. Sin embargo, hemos tratado de hacer una clasificaci6n que los
agruparia:
1) Casas [doc. 1y 156], molinos fdoc. 47'1, tienas sin especificar [doc. 47, 1461, castillos [doc. 117] y villas con sus tdrminos y
habitantes [doc. 7, 20, 55, 60, 62 y 147). En general es el grupo de
bienes que mds beneficios report6 al monasterio po'r cuanto que en
6l estin incluidas todas las tierras que formaron el nricleo central
del patrimonio sigenense, en su mayoria viLlas de setroioc.
2) hombres con o sin sus familias [doc. 58 y 1281, y8 sanecenos [doc. l2), ya judios [doc. 38, 48 y 56], que aportabe,n al monasterio la fuerza de sus brazos para las tareas mecinicas de su: explotaci5n agraria, y, en algunos casos, sus propios bienes.
3) bienes en especie, mis o menos fungibles, aceite, por ejem
plo [doc. 13, 293, 333], sal lde.. 2241, que posiblemente lossiervos judios y sarracenos se encargarian de fansportar.
4) bienes aleatorios, ya dinero [doc. 126, L46,162, t9l y249-1,,
ya joyas [doc. a8] o rentas [doc. 29O, 337 y 331f, y explotaci6n de
bienes diverrcs [doc. 15 y 50].
Estos donativos reales acostumbran a ser perpetuoc, aunque eso
no quiera decir que en algunos casos, pero mds bien contados, teDgan caricter temporal, en forma de usufructos, bien la explotaci6n
de montafras [doc. 15], encomiendas de castillos [doc. 5O] o €xenciones de imprrestos durante algin periodo de tiempo lde.. 3277.
2l
Particulares:
Junto a las donaciones debidas a lo$ reyes, lrey una muy importante aportecicin de donativos particulares, que en el grifico adjunto (nfmero 1) hemos hatado de superponer para compararlas.
95
94
1208' el nrimero de doEn el primer periodo, desde 1188 haste
el real (30' 7 %)i pare ser merce
nacioDes particulares eE sinilar
damentesrperiorenelseguodo(L2}8-l23Tl,crryoPorcertaJeascien
hechas por la Coronet corres
de al 5O % conoa un 3O % de enbegas
al bache que en esa etapa exPepondieodo esta subida ydiferencia
los afros 1213 y 1226'
rimentan las donaciones reales, entre
en el caso de aqu6llas'
En el periodo tercere, comienza' como
en el cuarto y riltimo peun ripidoiescenso (15,3%) que alcanzari
p"opo"ciones alarmantes' pues el
riodo, entre los ailoo l28l y i30o,
alcerzado eDtre ambas fechas
total de las donaciones particulares
% (Vid' griftco nrim' 1)'
escasamelte remonta un 3,8
Grifico nQ.
1oo-t
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80 -i
En el campo de las donacioDes particulares, los motivos de enfiintuitrega y ofrecimiento se multiplican; unas veces se hacen por
ttob
remedio anima mea et
tu pietatis et amore divinorr [doc. 28],
perentum meorum" [doc. 58 y t94\ ohas, por querer hacer una
gracia especial al monasterio [doc. 2311, o en agradecimiento de
los servicios y favores recibidos en 6l [doc. 109]. En ocasionel sc
efectrian en busca de un beneficio personal, para ser protegidos [doc.
34 y 591, o conseguir la libertad social [doc. 53]. Pero lo m{s corriente es la entrega testamentaria [doc. 67, 115 y 145].
las personas particulares, y en esta agrupaci6n se incluyen tanto nobles como pueblo llano en general, suelen hacer donativos semejantes a los otorgados por los monarcas, es decir, de la misma
naturaleza, aunque su importancia sea menor, sobre todo.en el caso
de los bienes inmuebles. Y lo mismo que en el caso de aquellas, la
eDrega suele ser perpehra.
Por su naturaleza estos casi siempre pequeflos donativos, pueden
agruPete de la siguiente manera:
1) bienes territoriales de indole diversa, edificios ya construidos, a saber, huertos [doc. 16], viffas [doc. 26], campos [doc. 115],
casas [doc. 145], heredades [doc. 4?, 64, l04, l94y 262f, iglesias
[doc. 28] e incluso una villa con sus t6rminos correspondientes [doc.
1421.
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1
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ganados [doc. 2 y 19].
3) bienes en especie, como cera [doc. 34], para el uso diario
del convento.
4) censos sobre casas [doc. 45, 67, 155 y 231], o viflas [doc.
53], o simples donaciones de dinero, generalrrente mediaute instrnmentos testamentarios [doc. 65, 69, 73y 96'].
2l
3) Donados:
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30 -.1
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ADQUISICICNESPOR:
donacionesreales
#
donaciones Particulares
En tercer lugar, hemos de referirnos fouosamente a los donados
y donadas [doc. 45, 54, 65, 69, 73, 96, L42 y 146] del monasterio, que se enregaron en nrimero creciente dwante las dos pimeras
etapas de su historia, pasando del 4,16 % del periodo 1188-12O8, al
54,L6 % entre 1208 y 1237 (v6ase grdfico ndmero 2).
Sin embargo, aI hablar de ellos hay que distinguir forzosamente
Ios distintos aspectos, que toman, y las clases de donados que aParecen con eI tiempo,
96
97
Primeremeute hey gue contar con los que junto coD Ju cuerpo y
alna entregar un donativo, unt dote, si se quiere, al monasterio;
y, en segudo lugar, los que adenis de participer de loc bienes y
veDtajat espirituales de la comunidad sigenense, participan,
en
nmbre de la misna, de ciertos beneficios temporales, sin entregar aingrin donativo a cambio. Es decir, existe una clara diviei6n
eute loe que den a Sigena y los que reciben de Sigenar diviei5n que
vieue marcada, aunque no con una exactitud lrjante, al final del
segundo periodo de la vida del monasterio, hacia |23S-I24O.
Crifico na. 2
100-.i
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gO -r
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viesen edad nrficiente [doc. 45, 64, 65, 69, 71,7E, E3, 96, 118,
124, t3I, l42 y 146J. En Sigena estaban a c.rgo de lu t,rmrgbtrr
puellarumt', quienes 9a encargiben de su custodia y educacl6n.
Paralelamente, pues, a leg donaciones de reyes y particulercs,
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70 -1
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60 -.1I
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las entregas materiales de estos donados suponen otro gran lngreso que, como en los casos citados, alcanzan su mixino
apogeo eD.
lue los afror l2O8 y L237.
Desde esta riltima fecha no s6lo el nrimero de donador comieu
za a decrecer,sino que cambia totalmeJrte el car6cter de los mirmoc y su relaci5n con el monasterio. Porque al comenzar el tercer
periodo de la vida de Sigena y3 no es el donado eI que se entreta
libremente en un acto de fervor religiooo, auDque sn rnonbre Jige
siendo el mismo, sino que es la misma ilpriorail quien loc elige .
Mis propiarnente habria que hablar de ttelegidostt o'f,endfcildOd!
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Hasta esa feche, el el mismo donado el que se entrega al monasterio: rrreddo et offero tne ln cqpore et enima,rr, Itob remedio anima mea et perentum me6um dono et offero corgrs meum et:rniDam meamtt, pometiendo rro paserr€ a otra rdigi6Dy
,rcatar todsr
las leyee existentes en Sigena al caso, dando en conbapartlda algunos de lrs bieues, unas veces dinero, pero generalmente cenSot, ca,sas y hef,edades. Por su parte, el clausfo de ttduef,astt y tr&eyrelrr les
permiten participar eD sus bienes espirituale.
No todos estos donadoc llegan a ir e vlvlr a Sigena, pero los quc
van, tienen derecho a que se les proporcione vesddoroornldsylc;
cho. Claro que, en ocasiones,sln que sepamos las ra.zones,es elmismo donado el que debe ingresar en el monasterio, llevindoloc.
Generalmente se les da un plezo para que puedan tomar el hibtto de la Onden, periodo de tiempo que casi nurrca excede de teg
afios.
Po otre parte, estos donadoo lo podfan ser por voluntad pnopia
o po libre dlrgocici6n de nrs padres, quienes a veces destineban eI
monacterio l elgun4e de sus Jo|.Fnta hljas, nuDca var<[res. En e!te caso se les recibia provisionrl y,codicionelmente
hesta que tu -
'.
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|
- .I - i .| : |- - : . _! r - - L| _ l _ _ t { _ J _ _ L _ J _ _ L
1188 1208
1237
DCIIADG QUE:
+++
aportanbienes
reciben bienes o no aportannada
_t_
|
_L _ J__L_{__L_
t28l
"t
J__L_{
1300
que de donados, poque eD este caso es el monesterio cl que entragari bienes al donado a cambio de un tributo, blcnes que a &r
muerte deben revertir a Sigena [doc. 143 y 15O], aunque Ec consenren lntactac las cl{usulas que se relieren a la toma de hiHto,
a la obligeci5n de euterrarse en el monasterlo y a la prohibici5n
de entregarse a oha religi5n u orden. Sin embargo, esta modali-.
dad de donado no llega a cuajar, y rinicameute poseeuros cottta dos ejemplos.
r
99
98
Es de la ter€ere etepa de la vida del monasterio cuando las rela_
ciones Sigenr-donado se tolnarr mis nitides. A la vez que se desa_
rrolla y muere el segundo tipo de douados de los que acabanos de
hablar, nace un tercero, cuya uni6u con el monasterio es rrls espi_
ritual que en los casos aaterioes, aunque nr ndmero no alcauce las
cifras de las dc pimeras
etapas del deslnollo
sigene-se, como
muestra eu gralico nrimero 2.
Ia recepci5n de ecto6 nuevos donedoc se hace aproximedamente
en estos t5rEtinc o semejantes: Drecipimus te. . . in donatum et so_
cium temporaliter
et 3pirituauter. . . peomittentes ac concedenter
dbi dare ac attendere penem et equem et veste, humilesr, ente_
gindoles el Mbito cuando el donado lo dereara y haciendole pard_
cipe de lc beneficios espiiltuales del monasterio. El donado, como
en loe casos anteriores, 8e cgmpromete r no cambiar de religi6n, a
ser enterrado en Sigeoe y a obedecer les rog,las que imponia el coa_
vento [doc. 176, t82 y 189]. Pero ningune de las doe pertes 3e entrtgaba Deda nat€f,ial en compensaci6,n,
Esos riltimos donados deben ser corideredos no corno tales, sino
como frailes del mooastef,io, que s€ v,ur a dedicer a 6l por euterb y
que fcmerin
ese segunda generaci5n etudida en el capftulo segur_
go, cuyos ideales chocar{n manifiestamente con Amposta.
De la comparaci6n de los gri,ficc nimeros 1 y I podemos sa_
car la conclusi6n de que los douativq, ya de rqfes ya de particula_
res ya de do'nados, son impctantes durante los dos pimeroc perio_
doc de la vida del monasterio, es declr, eufe lq efios llgg y lZ3T.
En adelente, eunque oe sigao poduciendo, rcbre todo en lor dos pri_
merod catoc, su eavergadura y transcendencia disminuye, de forma
que la doaaci5n no seri a partir d,e 1237 la mejor apotaci6n al eoc_
tenimiento
econ6mico de Sigena, por lo que sus maJrdos rectores
hrb'dn de burcar una solrrci5u al problema.
diante compras: la conbaposici5n se ve claramente sefialada en el
gr6fico adjunto nrimero 3.
En el primer periodo de lavida del monagterio (de 1188 a 1208),
se efectrian el 9,5 % de las compres totales; en la segunde etepa
(de 1208 a 12371, el 28,5 %i en el tercer, al cual haciamos referencia ahora (de1237 a 1281), ascieaden al 52,3 o/o,pr? desceader al
9,5 % a, el cuarto (de 1281 a 13OO), cuya curya muestra el grifico
nrimero 3, en el que repetimos las del n9. 1.
las compras sugleu, pues, la falta de donaciones del periodo
tercero.
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b) Compras:
10
Contrap,uesto a este tiple descenso seflalado en la adquisici6n
de bienes por donaci6,
cuya dirr|torla queda seflalada al final del
periodo segundo, existe un arcendente nrimero de adquisicioDes me_
1
lor grdficoe, corc lol Foccnt3js,
rc hrn efectuerro.t6di"ndo
documcntd quc porccmor. pq to ttnto sa nrta dc uu
tproxirneci<in.
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1188 1208
1237
1281
1300
I
ADQTJISICIONES POR:
donaciorres rerles
doneciones perticulares
++++
comPrrs
101
1@
El cuarto periodo (1281-13m) se caracteriza, por lo ta.nto, no
solo por la carencia total de rnexiones tenitoriales, tal corno hemos
visto en el capitulo anterior, sino tambirln por la falta de donaciones, de cualquier tipo que sea, y de compras. A este pry'ceso des_
cendente se le affadirdn deudas cada vez mayores y, ej conjunto,
toda esta decadencia se tatari
de atenuar mediante la consecuci6n
de exenciones tributarias y fisciles, otorgadas sohre todo por
Jaime
II. De ahf que a este riltimo periodo lo hayamos denominado
de
ttdecadenciatr.
Excepto la compa a Jairne I de "totum monetaticum istius pre_
serti anni |.1264l quod homlne de t^.aye et de Borialarsr, de Cam_
poasinorum sf 6nriu11 alian-rm villanrm et locorum tocius honoris
de So(gna, tam clnisti:-i quam sanaceni,' [doc. 225], todas las de_
mis compras se hacen a perticuleres.
Menos en doe casos en que se compran rentas
[doc. ZO7y 2LOl,
en todos los demds el dinero se gasta en la adquisici6n de tienas, ya
carnpos, ya vifias, ya olivar6,
generalnente en los nricleos perif6_
ricos [doc. 40, 4L, 59, 72, etcJ.
Sin embargo, el volrimen de lar comp,ras, mediante las
cuales
las tienas ganadas pasaban a depcnder e perpetuidad del monaste_
rio, no fue ni grande ni decisivo para el concierto ecou5rnico de ra
real casa hospitalaria sigeneusc. Unicemente muest:rh por su nrime_
ro y agnrpemiento en un esplcio limltado de tiempo, un mayor o
meDor poder adquisitivo del mon.rt€rio, coincidiendo nr punto ila_
gido con el periodo de 'tconsolidaci6n y estabilizaci6,n", cuando
las
rent:rs 8on m{s saneadas y se ha adquirido ya una buena base econ6mica en el patrimonio tenitqial.
ran ir acompafiadas de los consiguientes iDteresesi y que Para estas
fechas alcanza el 7O % del total de las mismas, yquedisminuyen
hasta cero entre 1266 y 1300. Enbe estos atrosr Por el contrario, aumentan las deudas contaidas por el propio monasterio de tal forma
que en 13OO 6stas representan el 77,7 % del total. El fen5meno nos
sefiala, una vez mis el desequilibrio existente enbe unas etaPas y
otras, pero coincidiendo siempre las depesiones con el periodo
cuarto, r.rl como, una vez m5s, muestra el grifico adjunto nrimero
Ciertamente los religiosos hospitalarios en Espafra procuraron dar
movilidad al dinero y, aparte del que era destioado a obras piadosas
Gr6ficona. 4
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J
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c)
Pr6stem os:
Er ua poco aniecgado htblar de p,r6starnos como m6todo unral
de
adquislciSn de bienes por parte del monasterio sigenense; sin embargor a te.q por la documeataci6n preseutada en la colecci6n
docump-talr Do parece imposible que se efectuasen prdstamos, auDqu€ no
selxrmos, poryue loc docurneatos no lo diceu, si se hacian con o sin
beneficio.
lo cierto eEque enbe los aftos 12Og y 1266, es decir, en
el se_
gundo periodo y parte del tercero de la vida de Sigena, hay ua
au_
Dlrento const.nte de deudas favorables al monasteriorque bien pudie-
30 -.i
I
J
I
20 -:
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J
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10 --i
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0 -..1-Li.ii-+--11188 i208
_{_1-+-+^tl+-t
1237
DEUDAS
++++ deLenrI monasterio
....
debeelmonasterio
L28l
13(
13-00
t03
r02
d) Exenciones
invierten el resto en la explotao a la emlresa comflo de la fren,
ciSn de nuevas tierras, en negocios de iudole dive$as, o lo eseguran
mediaote prGsamos que recuPeran con el consiguiente beneficio.
No es menos cierto que para el mohasterio de Sigena carecemos
de comprobantes de estos pr6ttamosl sin embargo, poseemos zuficientes albaranes de deudas conheidas con eI monasterio como Para Pensar que el pr6stamo pudo haber motivado algunos de ellos. Si es asi,
ignoramos tambi6n el beneficio obtcnido u Ia amplitud alcauada,
es decir, el margen de ganancia o r6dito.
Muchas dc estas deudas contaidas con el monasterio est6n rrrotidel pago tributicio de bienes monacales
Vadas por el incumplimiento
unrfructuados [doc. 144 y 233], pero en ouas ocasiones se ve mds o
metros claranente que se tata ciert mente de empr6stitos [doc. 108,
110 y 1191, para cuya satisfacci6n se dan los plazoc Pertinetrtes' estipulados entre anbas pa.rtes.
El 19 de ag6to de L226, por ejemplo, dofia Marquesa, hermana
de la expriora dotre Ozenda, reconoce una deuda hacia el monasterio
de 3@ maravedis y 50 mazmudinas, "quod mihi comodavit domua
Qenda quondarn priorissa Sexe:tett, a paSar en tres plazos anuales.
En caso de morir dofla lvlarquesa antes de satisfacerlos, el monasterio
se podria cobrar de las rentes que aquella tenia en Gelsa [doc. 108].
Del examen del documento en cuesti6n perece colegirse que las 5O
maemudinas son los irtereses del pr6stamo.
Pedro y Jimeno Vinafut recon@en igualmeute una deuda de
treinta nreldos que habiao solicitado al mouasterio, en marzo de
1227, y que se comlxometen a Pagar en cierto plazo de tiempo
ldoc.11Ol.
Todo pr6stamo teaia que ir avaledo por ciertoc bienes que eseguraban a Sigena el cobro de la cantidad adelantada y del beneficio
estlpulado, beneficio que debia acordare de palabra y sin que coustara en eI insnumeuto escrito [doc. 119], sin duda pare famPear las
dispooiciones que en materia de pr6stamos habian saUdo de la Curia
Pontificia.
Sin embargo, pareee que 6ste no fue un modo corriente de adSu
quisici& de bienes, o, por 1o metrosr no de los mis impotantes.
Sigeauge cmeqronde pol entero al periodo segundo de Ia vida de
na, ctrendo su economia presenta una mayor solidez. A mediados del
periodo tercero no s61o desapareeen estos albaranesr sino qu€r como
ya hemos seilalado, comieozan a proliferar las deudas del propio
monasterio.
territoriales
y
firceles:
se desarrolla rure cuarta de
Junto a esta biple faceta adquisitiva,
verdadera importancia. N4ediante esta modalidad no se ganan ni
tierras, ni bienes, ni dinero, directamente, pero si supuso un ahono
indirecto dipo de teDer en consideraci6n, mediante la exenci5n de
inlmestos de indole divesa por parte de los monarcas y de las autoridades eglesi{sticas. Es la forma de ganar, no gastando.
los reyes aragoneses distinguiero'n a las ftenes
Militrres
cou
abundantes mercedes. Por lo tanto, el monasterio de Sigena, como
una cr6lula mis de una de ellas, la del Hospital, particip6 de dichas
mercedes generales y aun de varias m6s que le fuernon concedidas
particularmente aI monasterio.
Si con AUonrc I las Ordenes Militares adquieren verdadera importancia, scrrin Ram6n Berenguer IVy Afonso II losgue se distinguir{n por le pro<Iigalidad de los privilegios y exenciones de toda
indole otogadas a las mismas.
Alfonso II, por ejemplo, eximfa a h Qden del liospital del
pago de pealel, entre otras franquiciast; igurl-qrrl
eximia a loe
vasaUos hospitalarios del pago de lezda, usaje y pea;cr en el affo
af,os antes de la fundaci5n del monasterio sigenense,
llTordieciocho
mieatras que eD 1195 les redimia del impuesto del quinto que la
Corona tenia derecho a percibir por las tierras gaaadas a los moademis de algunos ohos privilegios que no habrian de influir
en el fuhrro monasterio.
Si Pedro II, Jeime I, AUonso III y Jaine II no prociguieron en la
medida que cabia esperar esta politica redirnidora, no fue po,rque la
Nen quedera olvidada o disminuida su importallcia, sino porque la
Corona no podia ya ofrecerles m&, y porque la crisis econ5mica,
,ost,
aparecida en el reinado de Pedro II, caminaba a ribno acelerado.
Demasiado hacen estos motrercas coa confirmar los privilegios alteriores.
Ahora bien, aparte de estas exenciones generales, Sigena coarcretemente fue beneficiado con otras de indole particular, tan de
tener en cuenta como las donaciones territoriales sobre las que obra-
Md.
D E T A V I L L Et - ER O U X , J . , , , C a * u l e r r e , r o m o I , d o c u m e n t b 4 l S .
Vid.'LEDESMA RUBIO, M.L., ,'[a encomicnde de ZeraSoz:" ., pig. 69.
3 Vld. DEIAVII IE f.E.ROUX, 1,, ',Carolaire',, tomo l, documento 539.
4 Vid. DElAVlLlt Lt. ROUX, J., ,'Cemrleire,., tomo t, dcumcnto 9gO.
2
1(X
ye epoyeldo la cxplotecl6n
ben dtcher [email protected],
egrfcole, yr fzvqeclcndo al comercio dc lo habltrater de las tiarer rigeacnrcr.
Fue muy cqrieDtc, coao quede indicedo, la cutcge dc bombces, en Bu rrrsyq prrtc judfoe y san.ccnos, con 3u8 femille.r y biened que pasaban e depcoder directapeute del monrsterio. Pero en cl
mismo acto de doneci6'n, los mongrces :rragonerct rolfen cccderlr
toda claee de freaquiciat pera que no gr.v.f,:rn la economfe de la
Casa [doc. 56, 58 y 1251.
De ote
estor reye6, el que rnis destac5 cD Grte erpecto fue Jaicuaudo efechreba una enfega de blencr tenime I. C'encrtlncritcr
los exlmia de lrnpuestos directos sobre lor misnos; ari
toialer
cuando cl 3 de uoviemb're de 1227 concedfg e Sigene el castillo dc.
Sariflene y rus dependeocles, lo hecia "si.ne omni penifi$ rcgeli,
servicio et vicineli et abdque omni exactioDc teu consuetudine vel
fazendera noverr [doc. 117].
Io mismo cuando el 27 d,e ochrbrc de 1235 enregeba la villa y
de Petldba, "cun peitis, questiie , iusticii;, calump.iis,
certillo
placidr, hoote, cavalcate
uelbus, coDtuehrdfudbus ct stabiltmeutir,
esruDquc rcdempciooibus et aliir servicilr unlvctlil'r [doc. 147].
Ente lor prtvilegior m5r importantes concedidos po Jaimc I a
Slgena ectin el de la celeb'racicin de un mcrcedo semanel de Sena,
pera el que ofrpie
rdemis su protecci5n y cuttodia a todoa lo que
coocurrieran a 61, privilegio firmrdo en 13 de junio dc 1256 [doc.
ZOLI y el fallo, el 30 de .gosto dt 1257, del plelto nrgido ente
loa sarracenoc de la aljama de le clndad dc Huerca yllalerrecenos
dcpcndientes de Sigena en el misrro lugrr; mediaote sr veredicto,
obligebc o todoc a pagar lar cosas que fueren de utilidad a $r comualdad, pcro rrin peytir autem regalibtrr ec aliis que ad utiiitatem
utronrmque Don sint nolumus quod sanaceni frenchi dicti monasterii
diquld doot
vel solvent, lmAto siat indc llberi peuftus et iamunes
cum omlibut nrisrr [doc. 205], exeaci6n que con toda seguridad redundari'a en beneficio del monesterio.
Sabido es de todo le importancia que para la Corom tcnia la
uno de los mayoreo y mis raaeadoo
vente dc tll, pueato que srpoia
la5 sslinll depeaingrero al obligar e loc s.ibditos a comprerla
"t1
diente de ella. Sln embargo, Sigena recibia de Jaimc I el Cooquiocl 5 de octubce de 1264, el privilegio de tomar cien cahicel
trdc,
dc las rdlner re.lcs dc BuJerale, que podria llevar el monastcrio y
salvo y ltbres de todo peajc y lezda,
dcbiendo
srs dqnodcrcias,
caso de que robreperaran el cupo.
peger rirriceo@tc el acrodcrte,
105
Parece ser que este p'rivilegio lo po.seia de antiguo el
nonasterio,
autrque, en un principio, la sal era tomada eu las salinas reales
de
Naval [doc. 224], donde el propio monasterio debia poseer
las suyas.
Con la muerte de Jairre I se producen ciertos confusionismos
en
el cobro de bibutos; le va a seguir un perfodo de reorganizaci6n
adminishativa,
soble todo con Jaime II. sigena va a padecer esta
recrrganizaci6n. Porque laime II, en sj int€nto de conseguir grand.es
sumas de dlnero para inveitir eD sus €mpesas mllltares,
modvari
continuadas protestas por parte de las rectorae del monasterio al
co
brirsele imprestos de los que estaba exento.
Ya Alfonso III tuvo que devolver a Sigena el dinero que habia
cobrado en nrl tienas, es decir, en sr ilhmo" por raz5o del tributo
de ?rexercitus", 9u€ no debi6 cobrar, p'es el monasterio tenia como
privilegio el no satisfacerlo, ni tarnpoco los territqrios dependieutes
de 6l [doc. 2&4].
Jaime II concedia al Real monesterio, el Zg de agosto de 1296,
atendiendo los muchos darlos que los hombres de Sigena en la guena
sufrfaa, que no pagaseD pecha y ceua durente los dos atros siguientes
[doc. 327J; sin embargo, esta deelsi6n no saticfizo en el rnonasterio,
cuya 'rpriora" alegaba un antiguo privilegio por el cual uo se
creia
obligeda a pagar "cenatt. Iaime II reconoci<i el enc y orden6
[ano
13@] que no ee cobrara dtcho impuesto en los lugares de l-.aja,
Bujaraloz y Casdasnos pert€necieDtes al mooasterio,
a Do ser que
fuera pueoaalmente a ellos [doc. 3aZ].
El mismo monarca, bas ordenar en 1292 (2 de julio) al merlno
de Jaea y Ejea que no cobrata las ttprlmiciasrt de Sena, Villanueva,
i
Urge1let, Cajal, Bujaralo, ni de los demj.s lugares pertenecientes
al
nnonaeterio [doc. 289J, hacia averiguaciones
[2g mayo de 1292J
acerca de si dicho corvsrto estab o no obligado a
satisfacer el tri_
buto de rrhueste" [doc. 332].
Cou todas estas exencion€!, Sigena podia ofrecer a los repobla_
dores de su6 ti€rras oros taotos privilegios, que idudablemente
facilitaron la puesta en cultlvo de estas tienas resecag de los lrtonegros. Ce66 el monasterio p,ot su perte gtavaba a los habitartes
de lac
mismes con ciertoc tributos llef,ticula.es, el dioero conseguido pG
6stos, y el ahorto que le srponian aquellos, redu:rdaba en beneficlo
de la economia sigenense.
No cabe duda, pues, que estas exencioues fueron eI capitulo
m6s
treDscendental de los ingresor del monestef,lo.
L07
106
mismoc
puede obsenrare, la lucha en defensa de los
II' siro
de
Jaime
reorganizado
periodo
coincide, io s6lo con el
Sigede
la
vida
de
de
"decadencia"
tambi6n con la etapa llamada
na.
toridad de los prelados Do era total, por cuanto que ya anteriornerte Inocencio III, en el a6o I2O7, hzbia otorg.do a Sigena el privilegio de que nadie pu.diera excomulgar sus Fropiedades sin causa
pobada ldoc. 43 y 255].
Segrin el 'rManugitorr
de Pano, C.'regorio IX, el 2 de mayo de
L227, exirnia a la rrpriorarr sigenense de Ia obligaci6n de asistir
a la ften
Ahora bien, si los reyes aragoneses protegieron tanto
con
ocurri6
tanto
otro
particular'
eu
en goneral como al monasterio
emageneral
caricter
de
privilegios
los
el Pontificado. Son muchos
la del Hospital' Nanados de la Cancilleria pontificia en favor de
aparte los privilejuego'
Dejando
turalmente Sigena entraba e! este
Ias
pnopias relacioen
cenEar
a
gios de caricter general, nos vamos
Sigena'
nes entre el PaPado Y
casi to
Desde loe comienzos mismos de la vida del monaste'rio'
otorgerSn
y
t30O
1188
lglesia
entre
Ia
dos los Papas que gobemaroa
los monarcas aragoprivilegios conlirmadcres de las donaciones de
aI monasteriot'
pontificia
protecci6n
Ia
neses, ofreciendo a'dem6s
todoc sus tenitocon
someterlo'
fue
Una rranera de Fotegerlo
1203' merced a
aflo
el
ya
en
Iirida,
de
rios circundantes, al obispo
que
zupondria la
medida
35],
III
[doc'
los desrrelos de luocencio
de la Orden y las diocesanas' con gran
Irugna entre las autoridades
serdn los obispos de
contento de todas Ia cbmunidad. En adelante
la defeosa de los
de
que
entenderin
los
Grida, Zategozay Huesca
una zona de conen
hallan
se
6stos
tenitorios siSenenses, por cuanto
Honorio III concedia
obispadosl'
tes
los
fluenciadeIafronterade
con dichos diocesanos
a Sigena eI privilegio de que sus cuestiones
de recurrir a
necesidad
sin
prelados
los
por
pudieran setr solventadas
de ejecurapidez
rnayor
una
tanto
ioma [doc. 93], lo que suponia
que
habia
que
no
ya
dinero
de
ci5n como un ahorro considerable
pt4p'
Sin embargo' Ia auSan
mandar procuradores a Ia ciudad 6s
al capitulo del Castelldu de Amposta [doc. 113], lo que, comohs
mos seflalado, parece mds que irnprobable, pues le relaciones
entre Amposta y Sigena siguen siendo, po lo menoc en apariencia,
todavia normales. Y aun al final del siglo XIII, cuando el monasterio trete de desligarue totalmente de la Castellania, el Pondfice
Como
lll (vid' docuru' 53 y 44): Ho1 Celestino III (vid. Docum. 17 y 2ll: lnoceocro
(vid' dcums' l3O y l4O): Urbeno IV (vid'
norio IIt (vid. docums. 98 y 1O1)1Ctcgorio lX
ddum. 226).
frn a los eburcs que B' de He2 Inocencio III oldeul aI Obispo de l!.i,la quc ponge
1215 (vid' drcum' 70); el 11 de diril coretc contre SiSerat en 16 de diciembre de
Huesc' y Zaragce quc p-uciembse de 1220, HoDolio III ordena a los obispos de bride'
1t monasterio (vid'
pcrludicaban
que
siero fiD a los aburcs de algunos dG nrs diocesuos
Zatrgoze y Huede
a
loi
obisPos
IX
Gregorio
tecune
junio
de
l'227,
12
dc
95)1
el
docum.
Cuillern:o de Cwera (vid'
ca pate que resolvieru ula disputa srgida entle Si8ena )
doon.
114).
tratari de rclucionar el problema maDteniendo aI monasterio bajo la
autoridad directa del de Amposta.
En realidad, todas estas disposiciones afectaron muy poco e la
economia del monasterio; rinicamente el p'rivilegio de Alejandro IV
de 3 de diciembre de 1255, por el que coacedia indulgencia a los
que fueran al monasterio de Sigena en el aniversario de su coDsagraci6n [doc. 199], tendrfa alguna repercusi6u econ6mica. El p'rivilegio era confirmado y ratificedo por el mismo Alejandro IV en eoero
de 1258 [doc. 209]. Sin duda al8una, los fieles que acudieran a orar
a Sigena reportariaD beneficios econ6micos al tertitorio, pero naturalmente pequefros poryue el monasterio no lleg5 a convertirse, ni
mucho meDos, en cetrbo de peregrinaciones; y, si lo fue, sin que
nos hayaD quedado datos de ello, seria utl centro local y resbingido.
N.
E)(PI.oTACION DE BIENES
Tras haber visto las distilrtas formas adquisitivas de riqueza de
Ias que se vali<i el monasterio para atesorar gran cantidad de bieues,
es necesado hacer notar que, coD ser fuentes incalculables de ingresos, sobre todo en esta 6poca en que la riqueza se mide .por tierras,
estas tierr:rs y esos bienes no adquieren verdadero valor hasta que no
se les hizo rendir.
Sin embargo, la estructura interna del monasterio uo estaba poparada ni pensada para ello. Por descontado que las ttdueflastt, la
totalidad de familias nobles, no ejercian trabajos peDosos y, mucho
109
108
EaDor, ler leborcr dcl ceupo. Ia reglr lec pcrmitfa, ero et r=allquc
pero mir cono eutretcnimicuto
zrr dgunc rrabard naoualcl,
cooo obligect6lr. Y ci bteD et clcrto que turto el claurtro fg6rnlnc
taEpoco eon loo fralles que viven en el mo existe uno aarculioo,
nertctio Lo que trebsj8q ler propicdedec. Tambl6n ee cierto que attleboratoriitr, geperecen eo la documenteci6rn ftalles ilvlanttllrr,
naders, etc., perc pareceD ser oimples Jefcr de negociado, arpcrvlsoer de lar ticrrer y dc 1o trsbajos efectuadoo en el {mbito modctetminades y concretzs elceminadarllienasterial, coa alrloocr
cer que las derrrr reclbieran el cuidrdo opotrtuno. 2 Qui6nes eran,
2Quienes comerclaban?.
Fres, loo que culdveb.!?
por
Ias poecrioncs slSetreoser no fucron cxplotadas directanente
que
slno
lar
mrir
ccrceDac,
ercepto
1o0 hsbttsatet del mon$terio,
fueron expfotad$ Por tercetat P€r8@al.
a) Entregas
de biener
tta ttcudo".
trduef,sstr de Sigena, una vez que habfen edquirido la pleoa
posesi6n de une tlena, no aolfan derprendcrse de ella- Io que hacen
aparte de rctentere la zona de huerta que rodca el
inexorablcneute,
monasGerio, es ent€g.rl.a a lebrtegoo y sefiorcr P.ra que la erplotin
en zu nomble e camblo de un Eibuto anual. Es tal el incremeDto que
tome erto slgterle de explotaci6'n quc ponto seri el medio mir lmIl,
porterte de adqutrtci5n de riqueza.
Antc la impocibilidad de hecer rendlr directamente loc vastor
la entroge a tttrcudott de pequefros fragmentos tenitoriadomlnio,
les va a rer el medlo mir reguro de tenerloc siempre en cultivo y de
sacarles Jugo.
Iste enaJearcl6r de derrrc prerenta fres espectoc definidoc ybien
le entrege individual a Particulsres,
c:rracterfstteos. himeram€nte,
en seguDdo luger, la eafey
tr8lccldeDtei
quc e8 le m& iurpctente
del moDasterio;y, en terp€ro
a
douadoc
indivtdud,
ge lgurlngnte
a pueblos enteros. En lot ueg
ga tager, li :utr84 a colectividedes,
el rlstema tiene un mircado cariccas6, sobre todo en el dltiaor
y
coloizador.
ter repobledo
ttatreudadas, p'roducen pinEn los tres cego tambri6n, lu tierras
giicr benefictoc.
Ahoa blea, si 16 bietet asi explatedos son en su mayor Parte
elp Do ob.rh Pars qu€ 8e rePe^rtaD de ls mlsma forma
tccitcleles,
casas, d,cndas, hornos, molinos, censos sobre bienes inmuebles,
Iares, derechos de usrfructo de tienas, etc,
1)
so-
A personas individuales:
Menudea la entega de pequef,as propiedades a cambio de tributos generalmente pobres que, coD el tiempo serin insuficientes por
la constante devaluaci5n moneteria.
Es dificil saberlo, pero estos "teudos" parece que no se cobran
tanto en funci5n del espacio entregado como en atenci6n a la categoria econ5mica del tributerio.
Nqmalmente
estas donaciones territoriales sobre todo, se efecniau a cambio de iltreudosr perpetuos, de tal forma que las tierras
sujetas a los mismos podian pasar de padres a hijos, e inclurcvenderse e terceros siempre y cuando quedara a salvo el tributo estipulado.
Por eso aclaran los conhatos que dichas tierras se podiao ttvendertt,
cambiar, dar", etc., pero jamis a i1rfan"s1gg, cl&igos, fu.enes reIigiosas, caballeros, leprosos, o a los santos, quienes por las Sanquicias que les eran comunes estaban exerxtos de tributaciones territoriales.
El monasterio, por oba parte, se reservaba siempre, aparte de la
propiedad, la pnimacia de comprar en caso de que el tributario quiSiera vender la posesi5n de la tierra objeto del "treudot! y, en muchos casos, por una cantidad menor, de uno a dier sueldos generalrnente, gue cualquier oferta, plenogativa que no lleg5 a consumiuse casi nunca, puesto que los exiguos tributos estipulados estaban
siempre al alcance de los tibutadores.
Excepto las personas o eutidades referidas que gozaban de inmunidad tributaria, cualquiera podia conseguir una heredad, un campo,
una casa o un horno, por ejemplo, del monasterig ds Sigena. Bastaba rinicamente coD pagar regularmente el hibuto acordado, y comprometeme a no abandonar el cultivo de las tierras cedidas, o a conservilr en buenas condicioues los edificios.
Serian tributarios del monasterio campesinos y ciudadanos, iudios y moros. A estos riltimos, las I'dueflas'r sigenenses les dedicaron
siempre una atenci6n especial, amparindoles en todo momento.
2) A 'rdonados":
ta
hemos seialado como al iniciarse
el periodo tercero de la
111
110
rrconsolidaci6n y explotaci6n del pavida de Sigena, el llamado de
trimonio'f , cambia totalmente la concepci6n del donado. Defi,e 1237
es el monasterio quien los elije y quien les enuega tierras y bienes
para atraef,los, pero a cambio, eso si de bibutos anuales semejantes a los a.teriores.
Sin embargo, entre esta forma de rrateudar" y la anterior existe
una diferencia zustancial, puesto que no es perpetua sino temporal,
pues la entxega de bienes es vdlida rinicamente mientras vive el donado, ya que una vez fallecido los bienes entregados revierten aI
monasterio y caduca eI "treudott [doc. 143 y 150].
tibutaci5n temporal enbe 1188 y 1237 supone tn 2T,Z % de!tota!;y
q u e e n t r e 1 2 3 7 y 1 3 O O ,z u p o n e e l r e s t o , e s d e c i r u n Z Z , 8 o A .
porel
contrario, la enfega a "treudott. perpetuo, como Iruede comprobarse
en el grdfico adjunto nrimero 5r'disminuye sensiblemente.
Por oba parte, si cuando el tributo era perpetuo las tienas o
Crifico no. 5
1OO-r I
I
t
g() -.rI
I
I
I
80 -i
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A partir de este momento, al darte cuenta las ilduefiasrr de los
beneficios entraflados por esta entega temporal ideada para loe do_
nados, el sistema se hace extensivo a los particulares tambi6n, de
forma que durante el periodo tercero, entr.e lZ37 y LZ8L, los nuevoc
contratos se acordarin para un determinado nrimero de afios. Tal se_
rd el alcance del nuevo sistema que, a fines del siglo XIII, las .ti_
butaciones temporales sobrepasarin a las perpetuas, batando asi de
compensar la p6rdida de valor de la moneda, por cuya causa los
t'heudos" concertados
antes de 1237 quedan anticuados y carecen de
valor.
Para dar una idea aproximada de este cambio diremoa que la
! -'-'?i-'l
-
-
|
tfzz
|
r2f1
|
13bo
- -r- - I - - r- - -r -- r-l r - - I - r - - L - r - - ! - J- - I - JL - L - r- - L - J
1188 12b8
REPARTO DE BIENES A 'ITREUDOII .
++++ perpetuo
....
temPoral
bienes entregados podian ser vendidos, donados, carnbiados, etc.,
excepto en los casos citados, ahofa que el tibuto convierte en tem_
poral, la posibilidad de venta por parte del tibutador queda anula_
da [doc. 22O, 27Oy 281]. Y, por oto lado, el monasterio no pue_
de cancelar el conEato aDtes del tiempo estipulado. Sin embargo,
para que esto no se prestara al abandono de la tierra enfegada por
parte del bibutador, las rrdueflasrr tienen buen cuidado de consignar
en los documentos de entega una cliusula mediante la cual el usu_
fructurario se obligaba a mejorar la heredad durante el tiempo es_
tablecido para el "heudo'r ldoc. 22O, Z28y ZBll. De esta forma el
monasterio se asegura el plBno rendimiento de Ia tierra e- el mo_
mento de caducar el plazo.
Fsta temporalidad no se ajusta a ,n ribrro o a un nrimero de aflos
determinado, variando en cada caso concreto, estableci6ndose unas
veces por diez o doce afros; otras dura hasta la muerte del bibuta_
dor; en algunos casos, hasta que se ha pagado una deuda c@traida
ldoc.7al.
I ^s tierras que Sigena entrega a sus Idonadosrr a partir d,e LZ37
revierten de nuevo al monasterio, por lo que le es posible aumentar
Ia cantidad del "treudo"; como en el caso de los particulares la
"atreudaci5n" se convieite igualmente en temporal, de tal forma
que en eI riltimo periodo (enue 1281 y 13OO)esta modalidad flrpera
a la perpehrq
(vease grdfico nrimero 5), serd esta una de las armas
-.
t.
mas importantes con que contard la administaci6n monasterial para
tLz
siglo' Esto y las exenciones tesitosallr de la depresi6rn de fines de
Sigena supere Ia crisis'
fiscaies de la Corona har6n que
"*t., "
3) A colectividedes:
generalmente ya habiEn ocasionesr son t6f,mino6 de una villa'
habitantes Para gue 6stost partada, los que se entregan a nrl propios
rrtreudott
una cautidad anual como
ticular,mente, satidagan e SiSena
en conOtres veces se entregan cartes de poblaci5n
[doc. 57 y 2271.
todo en
sobre
ellas'
a
quiera acogerse
diciones veDtajosas para quien
de amotivo
con
pobladoe
,
o
villas o en t6rminoe despoblados Poco
repobladora
[doc'
labor
una
g"oa.r, efectuirdose de esta forma
t.o
adelante'
76 y t95], de la que hableremos mis
parcelas' sioo tambi6n
Sigena entrege' puest no s5lo pequefias
prdieron ser Inressistema
este
a
pr,reblosy t6rminos enteco3' C'racias
de los cursos
alejadas
lMsnsg'65
los
tas en explotaci6u las tienas de
de los rios.
en Ia forma' aunque rro en
Una vez visto los tres rnodos dI*lntos
dar una visi5n esqueintentar
a
el fio, del reParto de tierras, vamos
a to largo de los
econ5mica
matizada de lo que fue este actividad
cuatro Periodos establecidos'
hasta la muerte de la reina doDurante el primero (1188-12O8)'
definida respecto a la entrega de
fla Sancha, no existe una politrca
,,t,eudo', y, mucho menos, a la enajenaci6n de bienes por
bienes a
en el lnopio ndcleo sigenense y en
venta. Su foico ideal fue reunir,
de tierras posbile'
los perif6ricos, eI mayor nrimero
comienzo de periodo segunEs con dofia Qenda de Lizana, en el
entrega a "treudott de tiela
do (12O8-1237)r con quieo comienza
el nricleo central de los
en
todo
rras de Pequeflas extensi6n, sobre
alejados' Qenda recure
mds
dominios sigenenses; en loe territorios
de una sola persomanos
en
a la eocomienda de grandes extensiones
del monasterio
lejos
que
lo
por
de $ibuto'
na, tambi6n
" "atbio
la marca dofla
directriz
Esta
disminuye el nrimero de tributadoes'
de Bielsa el
Gasc6n
a
Orenda cuando en a86to de 1216 encomienda
Hin tali convinientia quod dicnrm castrum
castillo y Ia villa de Paul
et custodietis ad bonam fidem
de Padul Per nos teDeetis et habeatis
nostrum et profechrm nostrontm'l
sine omni enganno ad bonum
se
zueldos de tributo alsa]' Esta encomendaci5n
ldoc. 74"), Por cien
113
brcfe en pcgo del dlaelo quc cl monstcrto
dcb(r e G.E6'a, dc !ocy cuando Sigena lc hrbtcrr
me qu., dcnFc
ndrfccho
1o dcudr,
lg rrdueigrr se reletvaba! el dcrccho dc dabnccr le er.onlcodrl.
Sin dudr elguno pla-.a a-O'5o
le ercelcott ]r13ls'crr que ler tlcrrrr
dejedre del monrsterlo debfrn cstrr repertldqg en tncsr D.noa, Ipr
s€ m6r dilfctl sr coutrol.
Su nrccrora, dona Serhe JlDEDcz dc Urree (1226-1237r, pra,gue la mlrma polidca tributrris
lniciads por rquellet,
c@nrlrato de pequcflar hercdadee cn el ceotro y grarcdcl eo la pertfertri pcro
rr.r pricedo te caracterlzer{
igudrircotc
pc la protcccidn crpecie,l
dtrpcorede a lo judfor y rsffecetroo oigenenrcr dc Ffuerce [doc. 129J,
a lo que generalmente entregari a tttsudoil cssat y tietdar eo vcr
de derrgr.
Eo el tercer perfodo (1237-l28lr,
con dde Qie Jiminca dc
Iuesia (1238-1252), doile Urraca de lbteee (1254-1259), dotra Tods
Ortiz dc l&ana (1259-1266) y doia Eltrends de Qrcrol (1268-1281),
aun siguicndo la misme t5oicr, lrerta el prato de r€F eata la etape
quc mrlr'tratcudacioectl
se efecair,a, IEr eer culodo le m&ulDs
adminisbedve sigenense camine e meJon ritoo, re note abo.o una
mayor preocupaci5n por la cuestir5a rcpobladora popemerrte
dfcbr
en lrr tienar de loc Nlonegrsr_ d@dG falten brrzq trra ar erploaci6o y pleao rendimiento.
A su vcz, contianian el amparo a$corrao
a Judic y muculmeues [doc. 2O2 y 2121. El perfodo gue aban arl
prioadc
cr eI mris fecuodo po el volunen de los trtrcndctt, co
una politice ccon6mice muy tanerdo, y durantc el cud Sigene vivc
de zur propio lccurrqr, Feciremcote
en una 6poce en guc la Corone,
como hemor sctralado, se desentionds.'- talto del morarterio.
El rildmo periodo (1281-13@), que comierza con el piorado de
dofia Ia& de Benavente (1283-1291), la polidca tributeria cnbe cn
una fare muy dlrtinta de las antericcr.
14 eDtrege de tierer y bicne! a "beudo" le hace cade vez m& rtr,
con el car{ctcr tcapcel
ya aludido; curndo se efecuraa enfeg3r, lo s@ de teltitcio
mucbo
m.yores que DuDce [doc. 270 y 2811, deraperectc.nde sqri totslhclte la.r infeudaciones p€quefias, que dejen de eer reutebler. Su lrccsora, dofia Terera Jim6nez de Unea (1291-1321)r vive lor ala dc
la agonia bibutrria.
I En .;untadc 122{, c.Edn rccoreir
el droho
cha csdlld,
filcrir y vilh (vid. daum. lO2).
2 EDbegr grrrdcr hcrcdrder cn Ffucrl
_T6.
&cum. 122|V Aguer (vld. dcum.
ISOy ti3f
qu
t6fr
Gl lmrrtcld
de plcdre, la
rbtc
lvtontcllrr_
di_
(vld.
115
L14
a)
Cuaada de lostttreudostt cobredos ente 1188-130O;
Ya hemos hecho constar como no6 ha sido irnposible relacionar
la extensi5u de una vifla, de un campo, etc. , con el tributo percibido po, ellos, puesto .que los d@umentos reunidos no dicea nade de
este sentido. gSe cobraria proporcionalmente al terreno entregado?
4Se atenderia a la calidad y a las posibilidades del tributador? 2Suponia 1o mismo elrrtreudorr de un espacio de tierra en el secano que
en zona de regadio?. Nada de eso nos es dado conocer.
Carecemos igualnente de irrventarios censales que nos indiquen
a crianto ascendian los ingrercs anuales y totales para el periodo estudiado, por el eoncepto de trtreudostt.
Indudablemente nos falta tambi6n Ia totalidad de la documentaci5n producida gn Sigena por este motivo, ya por haberse perdido,
ya por haber desaparecido o por no 3'aber enconharla, por lo tanto
nunca podremos saber la cifra real dc los bienes entregados a trheudott ni, pd cousiguiente, la cantidad global recaudada.
Io riaico que nos cabe hacer es iuventariar por nuesta cuenta los
trbeudosrr que tenemoo documentados, puesto que, sin duda, nos dari un indice estimable pare coDsiderar lo que pudo ser en realidad.
En la relaci5n que sigue a continuaci5n hacemos consta, junto
a u.D afro determinado, el tributo concertado en el mismo o la zuma
dc lo trtreuddgtt si fueran mds de uDo; y que, como geueralnelte
son de caricter perpetuo, podr6 sumarse con los tributos de aflos
podremos saber en la fecha deprecedentes, po lo que ficil-ente
la
cantidad total cobrada hesta ese afro.
tertrinada
Como ademis estos Itbeudosrr perpeo:os eran adquiridos po herencias por los gurasores de quien lo cocer?5, cuando lleguemoe a la
suma total de los afios 1250, 126o, 1261 , 1300, por ejemplo, quizis
aproximado de lo que suponiau a falta, claro
tengamos un cilculo
est5, de los docunentoe perdidoc o no enconhados.
Hemos destacado cada una de las etalns conocidas de la formade forma que al final de cada una puede valoci6n del patimonio
tt92
1193
1199
L202
1208
t/9
de ciertos fr-ut6
12 ci,ntaroc de aceite
5 sueldos.
I 3 libras de cera
SUMAI
115
1/9
+12
+13
Segunda
Aflo.
etapa:
1188-1208.
LzLO
Lzt3
t2t6
l2L7
r2l8
tzl9
22
l/2
1OO
8O
2e1., 2 din.
ganancias de un horno
zueldos.
cahices de bigo
1 fanega de odio y 1 fanega de tigo
LZ dineros y 1 cahiz de trigo
SUMA
u22Ol
14E:nrel.,2din.
+1/9 ciertos fnjtos
+ 12 cintaros aceite
+ 13
+l/2
+ 81
+ 1
+ I
1223
1227
libras cera.
ganrncias de ua horno.
cahicez higo
fanega trigo
fanega ordio
1 30 sueldos.
43O sueidosy6dins.
+19 cah. +2 fan. trigo
+38 cah. +3 arrobas +3 cuartales de ordio.
+ 9 cah. +2 quintales de avena.
7 sueldos.
1O sueldos.
2 zueldos.
t2?8
t229
1230
tttreudo" estipulado.
110 sueldos.
1 2O8-L237 .
rrTreudorr
estipulado.
I
1
1190
etapa:
frno.
rarse el total alcanzado:
Primera
nreldos.
de ciertos frutos
ci.nt. aceite
libras cera
la sm:
mos dividido
se hari,
l: fornacicin
en adelante,
cads
del patlihonio
diez
af,os o cade final
sigenense,
de peiodo
en que he-
tt7
116
[r230]
SUI\,{A
727
+10O
+ 38
+ 9
+1/9
T?31
1235
t236
L237
It24ol
flrel. Y8din.
cah. +3 fan. trigo
+3 arr. +3 cua^rtales de ordio'
cab. +1 fan.
quin' de avena'
+2
+2
arr.
ceh.
frutos.
cierts
+ tZ cdnteros aceite.
+ 13 lib'ras de ceca.
gameuco:ls horno.
+t/2
3O cah. trigo Y
30 cab. ordio.
9O sueldos.
4 cah. ttgo Y 4 cahices cdio'
cahiz trigo Y 1/2 chaiz cdio'
l/2
+817 sueldosY 8din.
+1il4r5 catr- +3 faneg. de trigo
+3 arrobas +3 cuartales de ordio
eaih. +1 fan.
+72,5
quin' de avena
+2
+2
arao.
+ 9 cah.
+1/9 cuartos frutoo.
+ 12 c6otaros eceite.
+ 13 libras de cera.
ganarcias de horno.
+liT
Affo.
t24L
t243
t244
t245
I247
r248
1251
1255
etaPa:
ttTreudott
tZ
t263
t265
1266
t268
r272
Suil{A
Tereera
1256
t257
1258
1259
r2@
1262
1237 -128I '
esdgrlado
sueldos.
10 sueldosy6dineros.
8 zue1dos.
+3 fanegas de trigo
+7 fanegas de odio
45 sueldor.
32 zueldos.
libra de pimienta.
l/2
2
galinas.
2
nreldos.
t273
t27S
L276
L280
t28r
[1281]
35 nreldos.
155 sueldoeySnumoc.
5
58
4
35
+l@
sueldo.
sueldoc.
sueldos.
sueldc Jaqueser
nreldoc realer de Velcocia.
7 sueldos.
+14 cah. bigo
+t4 cah. ordio
1O sreldos.
506 sueldos.
L2 sueldoc y 12 dineroe
+14 cah. tigo.
-tl cah. ordio.
fanegas o'rdio
fanegas ordio
33 sreldos
17 sueldos y 6 dineroc
3
+3
40 sueldoc.
25 sueldoc.
12 sueldos.
SUN,{A
L9l2
z 8
+149,5
+87, 5
+9
+1/9
sueldos, 8 dlnerps
numoc y 10O nreldoc reeler de Valencia
ceh. +9 fan. tigo.
cah. +11 fan.
+3 iur.
+3 cuartales ordio
Cah. +2 arr. +2 quin de ordio.
ciertoc fnrtos.
+12 cintaros de aceite.
+1 3 Ubrracde cera.
+l /2 ganencias un horno.
+l/Z libras pimieota.
t2
gallin:s.
118
119
Cuarto periodo:
Ano.
r2u
1289
rzx)
L29t
1293
1294
tz95
1296
1299
[13ool
t28t - 13OO.
ilTreudotr estipulado.
9O
20
10
12
6
9
9
sreldos.
seldoe .
meldos por 10 atros.
sueldc.
sueldos.
sueldos.
sueldoc.
3 sueldos.
12 sueldos.
SUT4A
2.083 sueldoc, 8 dinetoe,
8 nurnoe y 10O sueldos reales de Valencia
+ trigo: 149r S cahices Y 9 fanegas.
+ odio: 87,5 calrlces, 11 fanegas, 3 arrobasy 3 cuartales'
+ aveoe: 9 cahices, 2 amobas y 2 quiatele.
+ l/9
+ 12
+ 13
+ t/2
de ciertos fnrt6.
cdntaros de aceite.
libras de cere.
de las gaoaocias de un horno.
llbra. de Pimienta.
+ t/2
. +
2 gallinas.
Es dificil poder danros cueata exacta de cudnto srponia esto a la
economia del monasterio. Pero tal como venimos haciendo hasta
ahora lndemos hacer un c6lculo aproximado, teniendo en cuenta el
tttreundmert de cahices, fanegas, arrobas, erc. recogidoc mediaute
dostt y que tenemos documeotados, atendi6ndonoe a las Pesasy medidas dadas por Mario Rodriguezl y a los precios del triSo y del ordio en eI a?o L276, Para el que tenemos precios concretosl'
igual z l7\]'68 litrcsl una fanega'
1 Henos usado los siguientes vllores: I clhiz
T
,
03 lisosy rnquintal' 5O'5tl4kilos
u
n
c
u
e
r
t
a
l
,
1
2
,
6
3
6
k
i
l
o
s
:
u
n
a
u
o
b
a
,
22,46 liro.t
R o D R I c U E Z A R A G o N , " U n i d a d e s . D r c c i o n a t r ot 6 c n i c o d e P e s a s 'n e d i d a s
f"ti. to"to
y monedes" ).
2 'tl|ncahir.de
blet vale 9 sqeldosr un cahi2 de seSol' 7 oeldos y un cehiz de ordi
BAIAGUER Y ANTONIO DURAll, "Notas rcbre relaciones coFEDERTCO
(vid.
5 rucldos"
Congreo de Historia de la Comerciale!y economil d'O3ca (segl€sXiV i XV)"' en "Vl
rom de Arag6n", [1957]' pigs 22L y ssl'
Para la primera etape cesi basta con mirar a la relaci5n precedente, porque la recogida de granos epenas supone neda.
De la segunda, ya podemos dar algunas cifra apreciativa (1208L2371, d,e forma que aparte de:
-817 sueldos y 8 dineros.
-l/9 de ciertos &utos,
- 12 cintaros de aceite,
- 13 libras de cera,
-l/2 de las ganancias de un hooto.
la percepci5n de iridos, s61o enhe bigo y ordio, supondriaa aI monasterio 1.60O sueldos anuales m{s, que sumedos a los 817 sueldoc
y 8 dineros ya rubidos, ascenderian a 2.417 sueldoc y 8 dineros.
Al finalizar la etapa tercera (L237-8t1, los ingresos de t,beudostt
ascenderian a los citados.
-2,417 sueldos y 8 dineros de moueda
Jaquesa, mi,s 8 numos, mis 1OOsueldos
reales de Valenciar
-l/9 de ciertos fnrtos,
- 12 c{ntaros de aceite,
- 13 libras de cera,
-L/2 de las ganancias de un horno,
-l /2 libra de pimienta,
- 1 galliaas,
- 9 cahices, 2 arr.obasy 3 qulntales de avena,
mierrbas que el oigo y el ordio recogidos, segrin el p,recio de L276,
asceadia a u.n valor de 1.8OO sueldos anuales m6s, que zumadoa a los
2.417 y 8 dlneros percibidos con n-terioidad,
arcendefizn a 4.217
zueldos y 8 diaeros Jaqueses, mis 1o gue importaran los otroo conceptos.
En definitiva,
al finalizar el cuarto periodo, afiadiendo las cifras
y conceptos llegados hasta 1281 a los rtteudosil adguiridos enbe
1281-1300, la suma total ascenderia a:
-5,483 sueldos y 8 dineros Jaqueses, mis I numos, m{s 1OO
nreldos reales de Valencia,
- 9 cahices, 2 arrobas y 2 quintales de avena,
-L/9 de ciertos frutos,
- 12 cS.ntaros de aceite,
- 13 libras de cera,
-L/2 de las ganancias de un horno,
-1l2 libra de pimienta y,
- 2 gallinas.
t
120
.
Nah.ualmente a esta canttded global habria que afladir los tttreudosrr dimauados de los contratos territoriales colectivos, es decir, los
percibidos en las villas de sefrorio, cuya cuantia no conocemos ni
aproximadamente.
Normalnente
estos 'rtreudostt se recogian p:ua, San Miguel de
septiembrel,
para santa Maria del rnes de .g*tot
o, en menor
ndmero de casos, para Navidad , en el mes de
o septietrbre
"o"rot
[doc. 138], sin especificaci6n de dia; para todos Santoo ldoc. 2271,
san Juan Bautista de junio ldoc. 27O"1.
En ocasiones se daban dos plazos para satisfacer el pago, por
ejemplo, la mitad para Santa Maria y la oha mitad el primero de
enero [doc. 202li o la mitad en San Juan Bautistay la ota para el
Nacimiento del Seflor [doc. 2O7].
El rrtreudott se estipula generalmente en sueldos y dineros, o en
cahices de cereales, casi siempre la mitad de bigo y la mitad de
ordio, cereales que los tributarios estabau obligados a llevar a los
silos del monasterio. Tambi6n se busca la percepci5n de tributos especiales, de productos que las tierras sigenenses no daban o no se
conseguian eu abundancia, como aceite, pimienta, cera, etc.
El incumplimiento por falta de pago del "treudo,', llevaba consigo la accr<iu de la justicia establecida por las "du€frastt a trav6s de
sus agentes. Asfvemos cogro en junio de 1235 Julia, viuda de lno de
los primeros repobladores de Candamos, no habiendo satisfecho a
Sigena el bibuto debido por el usufnrcto de un horno en Candasnosr
es requerida y se ve precisada a devolver al monasterio el derecho
al mismo, que dofia Qenda de Lizana Ie habia conferido tdoc. 144J.
algulo o, por lo.menos, asf noc lo hace pensar la carencia absoluta
de documentos de vent4. El sistema no podia ser renteble por cuanto
que la venta suponia la p6rdida de la posesi6n juridica de la tierra.
El pahimouio sigenenserpnres, no hizo nada mis que crecer coDs
ta[temente y, aun cuando Ilegafg un momeDto eD que casi todas las
posesiones estabaD eDbegadas a "heudotr o repartidas mediante car_
tas de poblaci5n,
te.
c)
Entrega
todas ellas le seguian pcteneciendo
de bienes
de bienes
por donaci6n:
de ella lo que deseara. Ahora bien, a su muerte podia ser heredada
por sus descendientes y arin por una tercera persoDa, pero quedaban
ya sujetas a tributaci5n [doc. 97J.
III.
I.A,BORREPOBI,ADORA DE SIGE}.IA
antes ds
Sigsna:
por venta:
Asi conic.' L: enbega de bienes a "beudo" fue corriente en Ia aclminishaci5n si.rrrnense, el monasterio jamJs vendi<i tier:ras ni bien
1 D o c r r m s .5 7 , 8 5 , 8 6 , l Z Z , t ? , ' , I t 5 , 1 4 . J , l 5 0 , t b 8 , 1 6 9 , t 7 0 , l 7 S , f 7 g , t B 7 ,
2 0 5 , 2 1 : , 2 1 8 , ? 3 5 , 2 3 6 , 2 5 3 , 2 . , 6 , . ? . 5 5 ^t 6 O , 2 b 6 y t t b .
I
iuridicamen_
Asf no debe extraflarnos que sean tambi6n escasaslas donaciones
efectuadas por las 'rduefiasrr de Sigena: se nos han conservado s6lo
tres documentos [doc. 37, 97 y 24Sl como Buesha rinica de unas
donaciones pequef,as ysin importancia, en ocasiones en que la rprio_
ra'r deseaba agradecer algu.nos serwicios Inestados al monasterio. El
objeto de la recompetsa suele ser tierra, libre y franca de todo tri_
buto, y enhegada vitaliciameute al beneficiado, que podia hacer
a) Los Monegros
b) Entrega
tzl
i ) o , : u m s .9 , 7 6 , 1 2 9 , 1 5 3 , 1 6 5 , t t , t , , 1 6 . / , J 6 8 , t l : ,
3 D o c u r u . l 2 O , 2 O 8 , 2 t 2 , Z S Zv ? . i : ,
4 D m u r u . l 7 l , 1 7 2 , 2 O 3 , 2 6 5 , 2 , ' , / . J 1 O . , ,1 1 9 .
219, 22o,246v 281.
Venimos vrendo c6mo la base de la economia del monasterio de
Sigena radica casi exclusivamente en Ia puesta en explotaci<5n de la
tierra, geDeralmente mediante el sistema fibutario aludido, es de_
cir, trabajindola indirectamente y procurando ademds sacar el mi_
ximo rendimiento.
Seflalabamos tambiEn c6mo esta tiena podia ser entegada a
personas individuales,
enteros.
a donados del monasterio,
a villas y t6rminos
123
122
Indudablemente las dos primeras formas (en el fondo una misma
cosa) no constituyeron uua acci5n repobladora en todas las ocasiones, por cuanto que la mayoria de los coutratos se hacian sobre tierras situadas en lugares ya trabajados. to que si se conseguia, efecera mantener en pleno rendimiento dichas parcelas,
rivamente,
puesto que el documento contractual exigia el ser tabajadas y no
abandouadas.
Ahora bienr'el punto de gravedad del pabimonio sigene'se se
sihia con el tiempo al sur del rio Alcanadre, en plenos Monsgre5t
en una tierra buena para el cultivo del cereal, pero sece y donde la
cosecha depende del cielo. Era tambirin buena para Pastos de Sanado lanar, lnco exigente en cuaDto a zus comidas. Pero en conjunto
es uDa tierra que exige del hombre esfuerzo y valentia, es decir,
considerada como poco apetecible. Si afradimos a esto la aPertura a
los hombres de Arag5n de nuevos horizontes con la reconquista del
Levante peninzular, parece fdcil adivinar que en estas tierras Sridas
'la poblaci6n seria escaqa.
psle Sigena se eDcuentra y mantiene estas propiedades a las que
debe sacar el mayor provecho posible, pero 2c5mo conseguirlo?.
Unicamente se pueden aEaeraquf hombres si se les ofreee garantias,
condiciones muy favorables, amparo' Y esto es, efectivamente, lo
que se ProPone el monasterio sigenerrse.
No hemos hallado datos concretos para saber si existia antes del
monasterio pobladores en estas tierras secas. Tampoco sabemos, si
Ios habia, su nfmero ni condiciones. Y rinicamente cooociendo estos
datos podriamos darnoscuenta del alcance repoblador de las "dueflastt
de Sigena.
Se trata de una zona muy batida siempre por cristianos y musulmanes, incluso en el siglo XII, en el que nace la Casa' T6ngase en
cuenta que en 1134 arin anda el Betallador por Fraga y que su derrota
dejaba unavez mis abierta la Puerta de los Monegros a los muzuImaDes; t6Dgase tambi6n eD cuenta que Iirida, a muy pocos kil5mehos,
todavia no habia cerdo en 1148, cuarente af,os antes de la fundaci5n
de Sigena. Naturalmente en estas circunstancias los repobladores se
retraerian. Ahora cabe Preguntar' ientre 1149, afro en que se toma
l6rida, y Ios aflos en que estos domiuios pasan a Sigena pudieron ser
repobladas ?.
Sabemos que Ram5n Berenguer IVentregaba en 1157 los t6rninos
de Sena y Sigena a la fren del Hospital, dando origen 3' una enco. mienda [doc. 97], pero nada sabemos del resto de los Monegxos o,
por lo menos, no conocemos ninguna carta Frebla ni sabemos de ningu.na medida tomada en esto sentido hasta las adoptadas por el monasterio de Sigena.
b) Los Monegros
con
Sigena.
Villas
de sefiorfo:
El monasterio sigenense nacia, pres, como ya indicamos al hablar de este l)unto, en un lugar estrat6gico, pero posiblemente poco
poblado, sobre todo una vez que salimos del estrecho valle del Alcanadre. Sin cmbargo, en L237 casi ha conseguido su mdxima entensi5n en los Monegros.
fas 'rdueias" se encueDtran ante dos fuerzas distintas. En primer
lugar, el deseo del rey de que se repueblen estas tierras'. Casi podriamos decir que toda la ayuda que los reyes eragoneses prestsn a
Sigena viene determinada por esto; en segundo lugar, parece obvia la
necesidad de Jnnerlas en explotaci5n, en estado de rendirrriento econ5mico una vez que se ha conseguido sr posesi6n, sea del modo que
sea. Como puede verse, ambas fuerzas sou fdcilmente conjugables.
Hemos recogido dos cartas otorgadas por una 'rpriora'r sigenense,
dos cartas pueblas pertenecientes a _Candamos (l2L7l y a Bujaraloz
(1254). Da la coincidencia de que Ia primera se concede a unos territorios reci6n poblados, pues aunque se dirija a ttpopulatoribus nunc
in Campoasinomm morantibustt [doo. 76], en 1188 estas tiemas estaban arin despobladas, pues AUonso II no las hubiera entegado al monasterio de Sigena "ut faciatis populationert [doc. 7]; como en 1213
ya se enbegaba un horno [doc. 66] en dicha villa, quiere decir que
entre 1188 y l2l3 se habian ido repoblando estas tierras y que, en
t2t7 se regulaban las relaciones entre sus pobladores y el monasterio.
Segrin el texto de la segunda carta prlebla, los territorios de Bujaralor ya estaban poblados para esa fecha, rigi6ndose por un derecho
determinado, puesto que Ia ttprioratt confirma "omne6 vestras consuetudines et cartas omnia instrumenta et iure ad bonam et plenariam consuetuclinem civitatis Ylerdensis" [doc. 195J. Efectivamente, en 1218 Jaime I nueve afros antes de que estas tierras pasaran a
poder del monasterio, a ruegos de Pedro del Bosch, tomaba bajo su
I
Alforc
vel honorem
II da
Candasnos
€t seruitium
al
monasterio
Dei et ad prefectum
"ut
faciatis
vesrum"
(vid.
in
frcpulltione
7).
docum.
predicto
loco
i
125
t24
especi4l Fotecci6D rrvillam de Borialars cum omnibus terminis et
pertinentiis sris et cum universis hominibus qui ibi sunt presentibus
' et futuristtl.
Eo ambas villas, pues, habia ya habitantes antes de que las po,
seyera
el monasterio, pero su repoblaci6n ere muy reciente, de tal
I
forma que no remontaria mis alla de 120O.
En ambas cartas pueblas otorgadas por Sigena, de una manera
enmuy amplia se regulaban las relaciones juridico-administrativas
El caso de Bujaraloz supone una mayor libertad todavia en las
relaciones de zus habitantes con el monasterio. Muchas son las concesiones de 6ste, que confirmaba todas las tierras yermas y pobladas
de los habitantes presentes y fuh.rros, junto con todas sus buenas coshrmbres de L6rida, declar6ndolos ademds francos, libres e inmunes
de ilpeyta, p,recaria, forcia, tolta, pedido' ademner edicto regali
pobladores.
En realidad se trate de conhatos territoriales colectivos en los
que, a primera vista, por las condiciones nrinimas exigidas parece
rinicamente beneficiado el poblador quien, a cambio de uu tributo
anual m5dico, recibe exenciones fiscales importantes, aparte del
beneficio de aprovecharse de la tierra. Si ahondamos uu poco vemos ccimo Sigena estaba exento de estos mismos tributos por parte
del rey, por lo tanto siempre salia ganando el nibuto estipulado,
aparte de los derechos de molienda, horno, etc., y el cobro de ca-
vel principali constituto vel constitu do, sive de omlibus rebus aliis
et serviciis exceptis hoste, calumpniis' monetatico atque quinta".
Se les asignaba ademis un boalar y se les aseguraba la continuidad
de srs derechos, aun cuando el rey quisiera imponer el fuero de Arattexcepta
g6n. Tambi6n les aseguraba su defensa
Potestate terre'r.
juridico
con algunas
garantizaba
el
dominio
El monasterio se
flls
t6rminos a
de
poder
admitir
.en
cldusulas, como Ia prerrogativa
que
de
babajar la
dejara
a
aquel
quien quisiera, o la de despachar
y pridiezmos
no
10
tantor
af,osr
tierra durante dos
Pagara
Yr Por
rrcausa famistt.
por
fuera
que
motivo
eI
micias, a no ser
los pobladores prometian, en el caso de Bujaralozl Que nos ocu- 1
pa ahora, p,rimero pagar a Sigena estos diezmos y primicias; segun-l
do, dar fielmente a Sigena todos los affos un tributo censal por el dia
[de domo ubi
de Santa Maria de agostor se$in sus posibilidades, a)
lonias.
En el caso de Candasnos, Sigena entregaba la tierra "ad plantandum. . . per vestrum, proprium et franchum alodium. .. cum omnibus melioramentis", salvo la dominaci6n y fidelidad debidas al
monasterio, y no pudiendo vender la tierra "ni en poco ui en murrun
chott a la lglesia, ni a infanzones. El monasterio se resenraba
caprCemanso y dos fenagenales y el horno y hornos que se pudieran
reteniendo a su vez Ias justiciasycaloniasy
construirenlavilla",
sit iugum duarum bestiarum et una iugada terrer'una faneca tritici
ttde coniuntero, mediam fanecam tritici
et ordei per medium"; b)
trde
c)
omnibus aliis populatoribus qui serriet ordei per mediumrr;
hereditate
de rrodo que Potuerint aunoquoque
nabunt il sua propria
et ordei per mediumtr, en todos los casos
mediam fanecam ritici
Y, tercero, se comPrometian a obserwar
L6rida.
segrin la fanega de
todas y cada una de las cosas antedich{s, excePto el diezmo de
ttgrossis anirntlibus",
que tto estarian obligados a satisfacer.
todos los derechos que son propios al seffor en sus villas, Tambi6n
se reservaba el poder de arrebatar la tierra aaquel poblador que abandonara la parcela asignada. Por tiltimo, todos los pobladores que
quedaran en zus t6rminos estaban obligados a pagar un bibuto anual
al monasterio, consistente en cuarenta cahices de trigo y cuarenta
Es de suponer que el resto de los t6rmiuos sigeDelxsesdel nricleo
cenbal, se unirian al monasterio Por coutratos y cartas pueblasanSlogos, aunque no nos haya llegado la documentaci6n pertinente Pa-
be estos pobladores (yotros posibles) con el monasterio mediante dos
partes bien definidas en los respectivos documentos: a) Ios derechos
otorgadoc por las "duefrasttl y b) las obligaciones adquiridas por los
de ordio.
1
Gracias
a la
cede por €I iEigne
documentos
prcpiedad,
existentes
en ril,
en el que incluye
lla de Bujalaloz,
de
amabilidad
maest o del
su pueblo
don
Pio
d.saparecido
hoy
Beltr:in
desapar€cido5,
varios incmlmentos
netal.
hemos
Archivo
podido
de Buir.aloz.
reuniindolos
y datos
r€l.tivos
recoger
Copi6
en un
efta
nota'
sa-
don Pio varios
menuscrito
a la Historie
de
su
de la vr-
ra poder acreditarlo.
Conforme iban llegando pobladores nuevosr podia extenderse ur
contrato semeiante en cada caso concreto, en el que se especificaban los bienes entregados por parte del monasterio y la cantidad de
dinero o en especie a tributar Por el rePohlador, [as dem{s condiciones se sobreentendian idtinticas a las de los primeros poblado'res. Poseemos ejernplos de ello. En abril, de 1219 se admitia a un Poblador en Sena [doc. 85]; en junio del mismo afror se admitia otro en
Qrtifrena [doc. 86].
126
127
ta amplitud de relaciones que hemos sefialado, se nota sobrema
nera en la posibilidad de que. los bienes concedidos pudieran pasar
de generaci6n en generaci5n, aungue sujetos al tributo estipulado,
de forma que se podian vender, cambiar, empeflar, regalar, etc.,
excepto a gentes que por su nah.nalezajuridica esh-rvieranexentas de
bibutaci5n, a los que nos hemos referido al hablar de las enbegas
iadividuales a trbeudoilEl monasterio era propietario, aparte de las tierras y pastos repartidos enbe los pobladores, de molinos y hornos en los que estaban
obligados a moler y cocer los habitantes de los territorios respectibos, mediante el pago de una cantidad acordada previamente. Pero
estos molinos y hornos podian ser entregados para su explotaci6n a
personas que gozaban de la confianza del monasterio, reparti6ndose
a partes iguales las ganancias. Aflos mis tarde, un particular po&6
conruir tambi6n moliaos a sus expensas en territorio sigenense, estando obligado igualmente a satisfacer la mitad de las ganancias,
pero ep este caso Sigena debia pagar en compeDsaci6n un cauon
aDual al constructor [doc. 158].
Estas tierras, sin embargo, aparte de las luchas que supusieron
aI monasterio con los concejos comarcanos, como ya indicamos, por
cuestlones de limites, virn a coDstituir pronto un p,roblema interno.
los habitantes de cada una de estas villas de sefrorio que forman el
nricleo central del mouasterio adquieren, con el tiempo, conciencia de su fueza, una conciencia particularista que les llevar6 a luchar entre si.
Ya en t24O, la "priorat' dofra Gia se ve precisada a delimitar
los t&minos de algunas de ellas, precisamente en una zona donde los
Iimites son bastante imprecisos por las caracteristicas del terreno.
Asf el 21 de diciembre de este aflo, lo hacia con los trirminos de Ianaja, Pefralba, Sariflena y Bujaralor [doc. f50]. En enero de L242,
establecia la linea de demarcaci5n entre lanaja y las tierras de Alcubierre, pertenecientes a Beltr6n ds Acens, seflor de dicha villa
[doc. 151]. En enero d,e 1246, es eI concejo deOntiflena eI que pide
a la "priora" la revisi5n de sus limites, a lo que eccede 6sta mediante un documento redactado por Pedro de Juneda, notario priblico de Sigena [doc. 173].
En 1247, la trpriorat' sigenense declaraba a Arufat de Gracia libre de todas las tierras que poseia en el concejo de Ontiflena, excepto aquellas que pertenecian al Hospital, por las que debia pagar un
tibuto
anual [doc. 175].
Solicitarin
mis adelante estos concejos no s5lo delimitaciones
terrlto,riales frente a sus conveciaos de obas villas, sino tambi6n la
franca posesi5n de Ia tierra, sin dependencia cenzual respecto al
monasterio, es decir, desligarse econ5mica y juridicamente del monasterio, lo que suponia la ruina de riste. Tendrdn que recurrir las
"dueffas" aI obispo de lirida para que dirima la lucha surgida, quien
a la vista cle la documentaci5n presentada por uDa y oba partes, da
la raz<5nal monasterio para seguir cobrando los censos [doc. 188 y
1eol.
los litigios alcanzarin tambi6u a los pastos de estos ndcleos que
forman el central, por lo que la rrprioa" tendr{ que intenrenir igualmente en este sentido. Asi en febrero de 1264, en pleno periodo de
descomposici<in de las relaciones entre las villas de seilorio y el monasterio, tenia que solucionar la lucha surgida ente los habitantes de
Sena y Villanueva, por un lado, y Urgelletr por ot\o, acerca de los
pastos de sus t6rminos lde,. 2221.
Igualmente, cuando el monasterio se halla enfrascado en las luchas intemas de fines del siglo XIII, el comendador sigenense tiene
que mediar enre el concejo de futineaa y dofla Sibilia de Ontifiena
para que expongan srs quejas al justicia ds AragSm, quien resuelve
el pletio a favor del concejo [doc. 338].
Parece ser que cuaDdo el siglo XIII est6 acab"ndo,
a duras penas
logra el mouasterio imponerse e estes villas de seflorfoi en una 6poca
en que eI mlnicipio
estd en pleno auge, la debilidad de los lazos de
los contratos territoriales est6 a 1runto de acabar con Sig€ne corro
cab€z.r de.un extenso territorio, precisamente en los momeDtos en
que la dircordia intema es mayor.
Gracias a la interwenci6n de Jaime II, a partir del atro 1300, todas estas denas seguir{n obedeciendo al monesterio.
Ia labor dg Sigena en estas tienas de los I\lbnegros, es lrles,
bien fructifera,
haci6ndolas pasar de una casi total despoblacirSn
motivada por las circunsta.ucias histSricas del siglo XII, a trn florecimiento agricola bastaute pt6spero durante el siglo XIII, florecimiento que motivaria
c)
Contretos
el intento recedouitta
territoriales
de las mismas.
parciales:
Adem{sde estas cartas preblas existen otros coDbatos colectivos,
aunque parciales. Parciales en un doble sentido; primero, en cuanto
128
que se otorgaban a un ndmero reducido de pobladores,
caso de L265, a favor de ouce pobladores de la villa de
recibian varias viflas a cambio de un tributo anual
[doc.
segundo lugar, parciales tambi6n en cuanto a los bienes
t29
como en el
Aguas, que
227.]iy, en
enbegados,
como eD el casode la euhega a los hombres devillanueva de Sigena
de los huertos que tenfan rtad quartum'r, por cantidades de dinero a
satisfacer individualmente cada ano [doc. 57].
En definitiva,
lndriamos decir que se trata de simples cartas de
poblaci5n o conbatos territoriales como los anteriores, sin mis diferencia que en estos casos se bata de personas concretas, que incluso
nombran y ennumera,n los deumentos; y sin que se hrcluya en ellos
el t6rmino ilfuturos pobladorestt, que es comrin a dquellas.
Dentro de uu t6rmino y villa, Sigena debi5 conceder una carta
prebla general susceptible de cambios, como en estos ejemplos, sin
daflar las partes esenciales de las p,rimeras.
Existenr en tercer lugar, contratos individuales que ya hemos se_
fialado al hablar de los rrheudostt, gracial a la facultad resenrada por
el monasterio de poder admitir mis pobladores conforme fuera pa_
sando el tiempo; y de repartir, por lo tanto, m{s tierras, recuperanrdo
cquellrr que o bo p.gab.n el bibuto establecido en la carta puebla
general o no eran couvenientemente cultivadas y explota.des.
En de_
finitiva, estas entregas individuales, cuando se produzca:r
en la zona
central del pabimonio sigenense, constituirin tambi6u parte
de la
repoblaci5n emprendi da por Sigena.
d) R epercusi6n
en la
econom ia
del
tidad a pagar, por lo menos en los dos ejemplos que coaocemos y de
los que hemos hablado: Candasnos y Bujaraloz.
los pobladores de Candamos estaban obligados, aparte de a satisfacer algunos impuestos, a pegar cuareDta cahices de trigo y cuarenta de ordio, al parecer en conjunto, lo que supondria un equivalente a 560 nreldosl anuales; en el caso de Bujaraloz el tributo
obligado era mds bajo, sin que los datos aportados por el documento
nos perrnitan sacar ni siquiera la cuenta proximada. En cualquier caso las cifras no son desorbitadas, tirando mis bien por bajo. Porque
zuponiendo que pudi6ramos tomar el caso de Candamos como t6rmino medio, en cuanto a la percepci5n del bibuto anual colectivo 8e
refiere, los ingresos del monasterio por este concepto no sobrepasarian los 4.50O sueldosal ano'.
A esta cifra habria que afiadir la correspondiente a Ia percepci5n
de diezmos y ;ximicias, derechos de maguila, derechos de cocci6n
del pan, etc,, cuyo valor es incalculable.
la realidad es que, sumando los ingresos debidos a los tttreudos"
individuales" y los debidos a las cartas de poblaci6n, la recaudaci6n
total delmonasterio era de indice muybajo en relaci6n a los grandes
teritorios repartidos y dominados. Pero es que tampoco podian exigirse condiciones mds gravosas por cuanto que la zona donde estaban
enclavadoe era podre en redimiento, mucho mis natural-ente
de
lo que lrry es en realidad, por la falta de adelanto 't6cticos y materiales.
m onasterio:
Creemos que no hay, por consiguiente, ninguna diJerencia
en la
forma de repartir las pnopiedades en los hes casos citados: a),
a vi_
llas; b), a grupos; y c), a penonas individuales, puesto que
en tdos
los casos Sigeoa entrega la tiera a cambio de la percepci6n
de un
tributo.
ra rinica diferencia esbiba en que si en la enbega individual
es
ficil saber calcular la repercusidn econ6mica que supuso, ya que
en
cada documento se estipulaba iadividualmente el iltreudo'r a pagar,
si6ndonos posible hacer su inventario, en los otros dos casos,
es mis
dificil lograr la evaluaci5n, puesto que no sabemos el nrimero de habitantes que componian cada una de las viilas, acogidas a flrs
res_
pectivas cartas de poblacion. Sfse estipula, por el contrario, la
can_
1 Vid. nota 2 dc la pi,gina 11E.
Flalledrs el multiplicar 560 por ocho villes de seilorio pocibles.
2
V
MODOS DE VIDA
ECONOMICOS
MONASTERIO
DE SICENA
DEL
I.
AGRICULTURA
Es diffcil saber, cuales de todos los territoios pertenecientes el
monasterio de Sigena fueron explotados directamente y cuiles dio a
ttbeudort. Ies 'rduefrasrr al bacer eI reparto de las tierras mediante
cartas puebla,s, se reservaron algunos rozos que debian ser puestos
en explotaci6n por el propio monasterio. Es indudable que la mayor
parte loc enbeg5 a tttreudott, como sefrala la gran cantidad de documentos couractuales que se nos han conservado, aparte de las cartas pueblas. Sin embargo, pirrece ser que en torno a la Casa central
y juDto a las caras dependientes gue surgierou en los nricleos de Ia
periferia orcense, existeu tienas que eran explotadas directameate
por los labradores del monasterio.
lndistiatamente, ya se trate de tienas o bienes explotados directameDte, vemos a intentar hacer uaa relaci5n de c6no se conceDlran, qu6 se cultiva en ellas, cuil es su rendimiento, etc.
tarea, Dos haComo riempre, para empreader tan impqtante
llamqs ante la penuria y parcialidad de los documentos, por uDa
parte, y por ora, con la parquedad de Doticias respecto a lasclases
de cultivo, a los modos de explotaci5n, etc.
Hemos tratado de agnrpar, conforme a los documeDtos disponibler, las clases de tietras, de cultivos, de edi{icaciones que componen loo bienes rigenenses en los distintos puntos de la geografia
:rraSonesa, atendi6ndoDos a los entregados a trtreudott y los que pertenecen directamcnte al monasterio.
De esta forma,nos hallamos ante cuatro puntos de concentreci6n
cuyo nacimiento y desanollo se puede seguir en el capfhrlo segundo del pr$ente tabaJo:
1) los uricleos del romonteDo oscen:te.
135
134
2) Ios tdrninos que rodeeD al monasterio.
3) las tierras adentradas en loe lvionegros y
4) p.rntos dtrpersor, con biener aislados.
Cada uno de estos cuatro lrrDtoc presenta caracteristic4s p€cu_
Iiares.
1) El grupo pimeco, del somontano oscense, uos muesba dos
nriclec poteDtcs, Huegca y Barbastro, con abundancia de edificios
en el pimero y con eDorme concenhaci6n de tierras en amboe. Ia
gran mayoia de todos estos bienes fueron enfegados a rrtreudotr.
2) el segundo grupo muestra la misma coDcenEaci6D en Sgaa,
Villanueva de Sigena y Ontiflena, pero desde mediados del siglo
XUI asistimoc e la recuperaci5n de las tierras entegadas a ilbeudol
por parte del monasterio en tdrminos de Vlllanueva,
siendo pla:rta_
das con vides.
3) et tercero grupo es aparte, puesto que el monasterio se entiende con loc muaicipios. [o forman las villas de los lvlonegros, coll
sus t6rmiuos.
4) el cuarto gupo fo forman bieneg de car{cter muy heterog6_
neo, entregadoo eD su mayoil
e, ilbeudott, de poca inportancie pare
la ecolomfa del moaarterio.
Pero erlta corcentraci6n de bieoer Do Dos dirfa nada ri uo supi6ramor algo de los frutoa dados, de su rendimiento. Io ncrnal er que
en Iof cuato grupos l4 tierrt cea tabaJeda por personas sin mi,s reIact6o eo Sigoa que el pego del tributo entablecido.
En Iq docuo€retoc coltractualer
de eDbega de ectos bienes, el
bouesterio te lreocupa de que cl fua.no de las tierras eutregadas uo
sea el abandoo, eslrcclficando claramente que las tierrasratreudadasrr deberdn rer siempre explotadas, labradas, plantadas, ete. Sigen. no eobegari bieaer d no es con la garentia, reflejada erl lo iastuEeltor
elcritoo, de que el tributo y la enbega secia cfectiva y
v6lldoo, ciempre y cuqndo esar tielra, no dejasen de recibir las taborer agrfcoler p€rtinentes.
Son igualuente
p:rrcoc los documentoc al indicarnoe la clase de
cultivo efectrado eu los campoc, eD sus hueftc, en sus herededer.
Porque en ellos se habla de sembrar cempos, pero gde qu6?. Nomalmente hayque considerar que en l,os campos se sembraban ceree_
ler, trigo y cebade pineipalmente,
mdxime cuando en muchoc casos el rrtreudort pedido por elloc se pageba en cahices y fanegas de
trigo y cebada [doc. 157 y l70],, circulstancia que no 6s1111gg1 ningin otro caso. Ademir, cuando se 6.ata de otroe cultivoc, los docu-
I
I
I
vifledos' huertos'
mentos se cuidao en esPecificar concretamente
respectivo'
cultivo
el
asf
segria
olivares, Iinares, etc., denominados
y' ateni6ndocumentos
los
posible
forma
Juzgando de esta rinica
por lo tanto' de una maDedonos al nfmero de veces que nos salen,
teDel en cuenta los.ler{idol
ra muy parcial, puesto que no podemos
escrito' llegamos
insFumento
mediar
ni los conhatos efectuados sin
parecerse bastanpuede
embargo,
que,
sin
a ulra divisi6n de cultivos
te a la realidad.
oscense' la conEn la primera zona antedicha, la del somontano
agricola de tipo cerealistat
centraci6n territorial es eminentemente
de las leguminocas a lo.
cultivo
COn
como lo es en Ia actualidad,
la plantaci5a de vifledoet
largo de los rios y con cierta tendencia a
donde todavia hoy
Barbastro'
de
caso
que serian viva y Patente en el
Costean'
sobresalen los vinos de Castillazuelo y
cereales representarian el
de
plantadas
En Huesca, las tienas
2O % lo ocuparian los vifredost
8O % del total, en taoto q"e el oBo
dedicada a ambos
l-a
dejando aparte la huerta; en Barbaycro'
-tierra
cereales y un
a igualarse, con un 56'5 % para los
cultivos toderia
(v6ase el griJico orirnero 6)'
43,5 %para la plantaci6n de vid,
Gr4fico nl.
6
Huerca
S*
S'
Barbartro
crmPos: cereales
vifredo
y a lo largo del AlEu la segund7 Lorli,, eu torno al monasterio
Ia vid' Puesto que' aun cuancanadre, predomina mds el cultivo de
a los cereales (rtcampos[)y
do en Sena hallamos u:r 50 % dedicado
ds SigeDa donde eI conotro 5O % a la vid ("viflas"), en Villanueva
su mayor Parte directamente Por
t.ol de las tierras suele hacerse en
136
137
el monacterio, hallamos uD 8l , 8 % de vitredoo y un 1g, 2
% de ,rcam_
pos" (v6are el grifico adjurto urimero 7).
Gr6fico n9. 7
Sene
ffi
ftil
Villanueve
cempos: cereales
vitrcdo
El tercer grupo es eminentemente cerealista, pues
hay que teDer
en euenta que est:rmos en plenos lVloneg:os. Sin embargo,
la exten_
sion de la tiens dedicada a rfcampostt debici de ser mucho
m5s restingide que en la actualidad,
Iruesto que gran parte de los t6rminos
de las villas que conlronen este nricleo quedaron dedicados
a pastos
para el ganado, o bien corno bosques de explotaci5n
comunal.
En cuarto grupo, ni siquiera podemos especificar
el porcentaje
aproximado, pero por los pocos tefimonioc conservados,
pareee dar_
se una mezcla de ambos cultivos esenciales: ceteales y
vifiedo.
Grifieo n!.
8
TOTAL TIERRAS DEDICADASA
fficereeles
e!fivifledo
Elhuerta
tt//.oLivues
r
lineres
{r
Eo resumidas cuentas, en el conjunto de tiemas dependientes del
monasterio sigeneuse, sin especificar si estaba^n dadas a tttreudofl o
si las cultivaba directamente el monasterio, casi la mitad de ellas
un
estarian dedicadas a los cereales (49,4%); un 37%avifiedos;
tO % a linares (vease gr6fico adjunto nrimero 8).
Trigo y cebada; vino y hortalizas, aceite de oliva eD lrequetras
cantidades y lino, de mayo a meDor grado de producci5n parecen
haber sido las bases agricolas de la economia que grraba alrededo
del monasterio sigenense.
En cuanto a los sistemas de cultivo, nada podemoe decir puesto
que lo documentos no aduceu datos concretos. Posiblemente se adoptaria en las tierras de secrno el de ilaflo y vezlt, usando abonos
animales y aperos uadicionales, semejantes a los empleados por loe
carnpesinoe musulmanes que, en nrimero probablemente muy reducido, cultivaron estas tierras antes de poseerlas el monasterio de Sigena.
En lo tocante a riegos, hallamos algunos indicioe de mejoas, intentardo sin duda robar al secano el mayor nrimero de tierras pcible. Asien 1216, la ttprioratr doia Qenda de Lizana tiene que compens.rr a Cruillermo de Bardaji con la enrega de algunas tiemas para
poder construir un azud y desriar la rcequia del molino de Presitrena
[doc. 75]. Sln embargo, esto6 irtentos de rreJora y corecci5n de los
riegos no llegaron a proliferar.
El sisteme de irrigaci6n estaba ya establecido con arterioidad,
a base de una buena red de acequias derivadas del rio Alcanadre, en
los territoios del ndclco ccntral, acequias que, en su mayor parte,
han pcrsistido h2,sta hoy, como Ia de rrel molinoil, en Sigena [doc.
92 y t23li la de 'rla Riberarr, comrin a los t6rminos de Sena, Villanuevade Sigenay Romeral [doc. 36, 135, 148, etc]; la derrhesiflenart [doc. 7S]i lz de trChalamera", que pasaba y pasa po Villanueva [doc. 256] y la de "Jubierrert [doc. 386]. Sin embargo, ninguna de ellas remoDta el estrecho valle del rio Alcanadre, por lo que
las tierras m{s altas que lo limitan, los lvtonegros, carecieron de
aceguias, y pon lo tanto, de posibilidades de asegurar la ccecha
cerealista, pecisamente lo que hoy se Iretende con el canal de troe
lvl6lxgg'os.
Derivada del Cinca, existia en los t6rminos sigenenses de Santa
lecina la acequia de Alcolea [doc. 3631, en tanto que del 1ie Verog
a &r paso por Barbastro, remificdbase la del rrmolino de la lvlas6ntt
[doc. 3,14].
139
138
En Huesca, las posesiones del mouasterio se regaban
con las aguas
de loc rios Flumen e Isuela o con acequias derivadas de
ellos, como
las de rlel molinotl [doc. 721, la 'rque vadit a ra Isolar
[doc. 367]
y el rrcanale ad portam novamrt
tdoc. 71] y "canale oscer [doc.
2771.
I-c tierras que se reg:rron con todos
estos brazos de agua debieron
ser las mis seguras en la aportaci6n de cereales y leguminosas,
donde
cabria un cultivo mds intensivo, en contraposici6n al resto
de las
tierras resecas, que dependian de Sigena, donde debia
dominar la
Itsabina
verattl , que hallamos documentada en Bujaraloz
[doc. 132
y 1331, y el pino [doc. 132J.
Dada la diversided de situaci6n de estos territorios,
es fdcil encontrar adaptado el uso de diversas medidas, sobre todo para
dridos,
y cuyo valor desconocemos. Alternan en los documentos
referencias
a las medidas de IVlrrz6n [doc. 76 y L67)i de Barbastro
[doc. 170 y.
4181, de Sarifiena [doc. 246]i de pina
[doc. 281 ] y de Huerca [doc.
86, 138 y 2201, donde aparece tambi6n una medida ,maior
oscarl
ldoc. a121.
una vez mis bas6ndonos en indicios enbesacados de la
docum.entaci5n recogida, podemos asegurar que la base de la economia
de las
tiertas dependientes del monasterio de sigena fue absolutamente
de
caricter agricola. Esta directriz queda bien patente al examinar
la
colecci5n documental. Todas las enbegas a 'rtreudoil, todas las
ven_
tas' todos los cambios son de tie*as laborebres. los bibutos se pagan,
en una mayoria de las ocasiones, en productos agricolas. Ias cartas
de poblaci5nr aparte de regular las relaciones entre la villa correspondiente y el monasterio, srilo sefialan ra agricult'ra
como medio
importante de vida, aunque eu algunos casos se citen los pasbs. Ia
agricultura es, sin duda, el medio de vida de los territorios dependientes de Sigena.
1 vid. cAsAs roRREs, J. M.
, " t naturaleza de Aragcin,,.publicacicin der Barco
de Arag6n (Zzragoza I 960), tomo I, pig. i I 9.
N.
GANADERIA
Como acabamos de ver, la economia de las tieras dependientes
de Sigena, tanto las explotadas directemente por el monasterlo co'rtreudorr, se basaba en la agriculuua'
mo las entregadas a
Ahora bien, pocas veces Ia agriculhua se da aislada de la ganaderia; cuando menos hay que contar con el ganado de labor imprescindible para labrar loc campos, para acarrear lefia, pa'ra cua\uier
transporte, erc. r o con algunas cabezas de ganado menor en busca de
leche y carne, a'unque 6sta no sea el alimento bisico de Ia 6poca'
Podemos pensar igualmente en las aves de corral, baratas en su aliganados
mentaci5n y que requieren Pocos cuidados. En definitiva,
ficilmente
hierba,
o
paja
cereales,
todos ellos que se alimentan de
conseguibles en un medio donde la tierra es el medio p'rimodial de
vida.
Sin embargo, Ia agricultura sigenense no eshrvo dirigida hacia Ia
ganaderia. Una y otra son casi totelmente ladepcndieates, con lredominio de la pimera, precisamente en una 6poca, a lo largo del
siglo XIII en que la ganaderia sobre todo la lanar, cobra gran relieve.
Catecemos, como ya es Dorma en este babajo, de datos concluga'nadera de Sigena
yentes que nos hagan pensar que la impotancia
faltan contratos
nos
importancia;
y zus dependencias tuviera alguna
de donacioacreditativos
documentoc
de venta de ganado, nos falta
Unicamenganado'
con
censales
nes de ganado o muesbas de pagos
de
posesiones
justificativos
de
Pastos, de
te nos quedan documentos
la
sin
especlficar
aunque
mismos,
los
disputas o aprovechamiento de
clase de los animales que los disuutaban.
El monasterio, como entidad ganadera independiente, tuvo Pastos privativos en los que comian sus ga'nados, aparte de los pastizales
entregados a cada una de las villas de seflorio mediante cartas de
poblaci5n, repartos que suscitaron multitud de luchas surgidas con el
y
tiempo enre los distintos t6rminos, a causa de la delimitaci6n
del
propios
pastos
los
El
de
caso
los
mismos.
de
apovechamiento
monasterio qu eda igualrnente documentado.
En fecha iDcierta, entre 1188 y 119O, don Ezo de AtrColea entregaba al Hospital 4g San Juan de Jerusal6n dg Sigena ya la reiua dofla
sancha trX equas et vI bacas et cL orresil, sin duda Para que pastaran
en tenitorios dependientes del monasterio 9 para que fueran guarda-
L&
L4L
das por 6ste. Don &o enuegaba todos estos ganados
Frra que fueran
custodiados, ofreciendo a sigena la mitad de todos los que nacieran
cada affo, en tanto que la otra mitad quedaba para 6l y para sus
herederos. El colbato 1rcdia ser caucelado en cua\uier
momento,
total de datos sobre la recolecci6n de miel,
6poca en que se desconoce el azricar.
reparti6ndose
€ntonces por igual el rebafio primitivo y las crias
ldoc. 31.
Ante este hecho, cabe preguntuse,
Irues, si tendria Sigena una
cabaia popia, a lo que podemos contestar afirmativamente
por
cuaDto que, en pimer lugar, le es encomendado un rebaf,o conside_
rable, debiendo pensar que este ganado no pretenderia co*er el riesgo de dejerlo en maIlolr inexpertas y, en segundo lugar, porque Sige-
Pero si el monasterio no se dedic6 como tal a la explotaci6n ganadera, por lo menos en gran escala, los habitantes de las villas de
sefiorio que le estaban sujetes si debieron hacerlo, sobre todo desde
mediados del siglo XIII.
Por de pronto, Sigena, al adquirir las tierras de manos de los reyes aragoneses las recibian integramente, con la posibilidad de explotar sus bosques, el agua, sus tierras y sus pastos. Y asi la enbegaba
na poseia su vedado particular dedicado a pastos, cuyos limites lin_
daban con los de Ontinena [doc. 173], aparte de otro en Farlete, por
el que pagaban anual'aente u:r hibuto al concejo de pina
[doc. 324].
Ahora bien, 4sigui5 Sigena admitiendo ganados a medias?.
gMantuvo en adelante ganados propios?. 2Ie eran rentables estos
el monasterio mediante las ya citadas cartas de poblaci6a a los realgunas
pobladores y pobladores que se acogian a ellas, excelfo
reservas que claramente especifican los documentos (capdemansos,
ferragenales, etc. ).
Estos habitantes podiau, pues, cultivar la tierra de la forma que
animales?. Nada de esto sabemos y, mucho menos, el urimero de
cabezas, aunque podemos imaginarnos que, por 1o menos, maoten_
dria las $ficientes
para esegur:rrse el sostenimiento de los compo_
neutes de la Casa, asf como los que garantiraban ta lahenza ds l4s
tienas que el monasterio hacia cultivar directamente, lo que en
cualquier caso no le seria dificil.
Asi en 1235 recibia una rrequitatura honoratar de Bernardo Erco_
lar [doc. 146], o entregaba en l2&4 cinco animales con srs aparejos
para labrar [doc. 2701.
Aparte de caballerias, vacas y or/ejas a l.as que nos hemos refe_
'cuando
rido, posey6 Sigena animales de conal o,
menos, cobraba
desde 1251 dos gallinas an-uales de tributo, cuya aportaci6n parece
inftil y minriscula para repartir entre los numerosos componentes de
la Casa de no contar coD un gallinero m{s nutrido.
Tambi6u engordaban cerdos, por lo menos en sus posesiones de
hemos visto y criar ganado en los pastos y boalares comunales [doc.
1951, estando a veces incluso el tributo a satisfacer en raz5n directa
a las yuntas de labranza que poseian.
Era rentable al monasterio que los habitantes de sus territorios
criarr.
animales, queya estaban obligados a satisf,acer dlezmos,
excepto como en eI caso de Bujaraloz concretamente, de ttgrossis
animalibusrt [doc. 195], es decir, de vacas y terneros que, por oto
Mquera,
puesto que entregaba cuatro hembras a don Domingo Sanvicente cuando en 1284 la rrpriorarr del monasterio le concedia dichas posesiones a cambio de u.n 'rtreudo'r anual [doc. 2ZO].
Por riltirno, el monasterio sigenense no debi6 dedicarse a la api_
cultura, por cuanto que desde l2O2 venia recibiendo anualmente
trece libras de cera, que bastaria quiz{s para el alumbramiento
de
la iglesia, ya que la iluminaci6a de las estancias se haria posible_
mente con lSmparas de sebo. Nos afirma en esta idea la carencia
tan importante
en una
lado, no serian muy numerocos, fnres la sequedad de la tieca no se
prestaba a nr cria. Quizis la percepci6n del diezmo sobre los rnimales indujera a las directoras de la Casa a no Festar gran ateuci5n a
esta acdvidad ganadera.
Si biel carecemos de datos concretos sobre la galaderia que debi6 desarollerse
seguir
en estas tierralt, 1rcdemos, po el contario,
de cerca las luchas eDbe uno6 t6rminos y obos, ya dependiente todos
del monasterio, ya ente uno de Sigena y otro coDcejo li-itrofe
no
dependiente (generalnente Fraga y Pina), disp$as que se cotabbn
casi siempe por cuestiones de pastos, no por tienas de labo, pastizales de limites muy reducidoc y cercaDos a los centrc de poblaci5n.
Ya en 1231, doc af,os despu6s de que Bujaraloz pas:ua a depender
de Sigena, l,os pobladores de Pina, que todavia debian alegar derechos a la posesi6n de estas tier:ras, pretendian llegar a un acuerdo
con doila Sancha Jim6nez ds Urrga, 'rprioratr en aquel momento, acerca Do s6lo de las tierras de labor, sino igualmente de los pastos,
142
L43
accediendo a que los g:rnados de los hombres de Piua y Bujaralor
parEran conjuntamente; y a Participar por mitad en las gaaancias
de la posible venta de madeta, caiza o hierba para ganados y hombler de fuera de dichos tdrminos, y enbegando a nr vez eI vedado de
Farletc a Sigena en las mismas condicioncs, aparte de favorecer a
los habitantes de Bujaraloz con la caDtidad accesaria de sal para
atender a sus propias necesidades, sal que extraerian de las mismas
salioas de Pins tdoc" 139J. Fste vedado de Farlete seria m6s tarde
motivo de disputa entre Sigena yel concejo de Pina [doc. 259] para,
al fin, acabar pagando el monasterio uD canon anual dedoccientos
sueldos por su usufructo [doc. 324].
Et 1246, tenia lugar la fijaci6n de los limites entre Ontiflena y
el vedado de Sigena, sin duda dedicado a Pastos [doc. 173JE^tlz64., la trpfioatt dofla Tereea Gtiz, atenirindose a las bases
coucedidas por sus entecesorasr volvia a delimitar los pastos correspobdientes a les villas de Sena, Villanueve de Sigena y Urgellet,
ttquod non faciant Eibi ad invicem cuvilarett, y que
dict{minando
lor ganados de Sena y Villanueva podien pasar Ia qilla derecba del
Alccnadre hsste la nocher momeuto en gue debien regresar, permitieodo a los hombres de Urgellet que pudieral degollar una ovejo
pe rebaio que no cumpliera este ordeD' mientras que los gaaados
en dichoc Pcstos:
de Urgellet podian pestar Permqneotemente
del rio
t6ngase en cuenta que Urgellet esfi a la ciBa derecha
[da.. 222].
se quejaba a Jaime Il de que l'os
En oba ocasi6n la rrpioa"
houbres de Fraga se aprorrechaben de los pastas y montes del t6mino
de Candasnos, 1nr lo que el rey odenaba en 1297 al sobrejuntero de
Huascg o a su lugarteniente, que prohibiera que tal acci6n se llevara a cabo itnlxrnemente [doc. 334J.
Fa.1297, el ficomeodedorfl sigenense mediaba entre el concejo
de Ontiflena y dofla Sibilia de Qrtiffena, quien no acataba la regulae incluso se pernitia
ci6a de pestos imPuesta Pq eI nunicipio,
albergar en ellos a rebaffos exraf,os [doc. 338].
Tres atros despu6s, Iaime II ordenaba a Gimeno P6rez de Salanova, Justicia de Arag5n, que aneglase de nuevo el problema de Pastos
nrrgido e|rtr'e ]ros hombres de Ianaja, villa dependiente del rDonaltde foma que los ganados tle lrnrjs
terio, y tros de Monegrillo,
pudiecan paster en el tdrmino de lVtonegrillo y eD cl adjunto de Gavardera, en contra de la prohibici5n que los hfirbres
habian hecho po su cuenta [doc. 346].
de lVlonegrilo
El poblema de los pastos es, Irues, vital, segrin se desprende de
todo lo expuesto, para los pobladores de todas estas tienas que girabr. en torno del monasterio, sin duda por la escasez de hierba.
Cuando tienen lugar todos estos hechos y se plasman en documentos escritos, no cabe duda de que Ia ganrderia era una de las
facetas mds importantes de Ia vida ecou5mica de estas villas de seflorio sigenenses, aunque no podamos reflejarlo en urimero ni en estadisticas.
Como hemos hecho anteriormente al hablar de la ganaderia del
propio monasterio y, pensando l6gicamente, el ganado que debiS
contar con mayor nrimero de cabezas seria el lanar en primer ,lugar,
porque el teneno no admite, por lo menos ahora, otra esp€cie; en
segundo lugar, porque es el ganado de la 6poca, como base de una
floreciente industria lauera.
Al no saber a cu6nto ascendia la cabafla de estoc tenitorios, es
dificil evaluar los beneficios reportados al monasterio por el cobro
del diezmo. Unicamente podemos imaginanros que dibir5 de ser de
consideraci<5n, a tenor de los litigios conservados, litigios que Sigena
bat6 de solventar, en principio, porque estaba opligado moralmente y, en segundo lugar, porque pudo muy bien ser este de la ganaderia un medio importante de su economia.
lII.
INDUSTRIA
El monasterio y las tierras que dependieron de 6l tuvieron poca
importancia indushial. Y la escasa que debi6 prosper:u un lnco fue
Ia derlvada de la agricultura daudo lugar, sobre todo, a lo que hoy
llarnamos industria harinera.
Al hablar de la repoblaci6n ya hemos indicado c5mo los habitrntes de las villas de sefiorio estaba,n obligadoc a moler los granos
en los molinos dependientes del monasterio y a amasar los lnnes en
zus homos. Mas apa.rte de estos molinos, y quiz6s para satidacr:r las
necesidades de rus sribditos de otros territorios, Sigena acumul5 molinos en varios lugares de Aragrin, poseyrindolos, por ejemplo, en
Calamocha [doc. 47]; en Sena,a medias con Sancho Fenri,ndez [doc.
158]; en C,raz, igualemelte a medias en su explotacion [doc. 339]
como los Piedra, Quiz:nilla y otro sin nombre, situados a orillas del
Flumen, en tierras de Huesca fdoc. 42, 71, 138, 327 y 3691.
145
L44
IV.
Carecemos de datos de aquellas tierras de los Alonegros que carecian de agua para mover el mecanismo del molino, por lo que
pensamos que debieron consruirse igualmente molinos, morridos po,
la fuerza animal o del viento.
Aneja a la industria harinera, y, derivada de ella, hay que considerar a la panificadora, de la que Sigena tambi+ln intent6 alcanzar el monopolio en sus territorios. Se reservaba el derecho en algunas villas, de poseer el hono o los honos que se pudieran conslruir
[doc. 76], horoos que generalmente eDtreg6 a medias pera su explotaci6n [doc. 56], mediante el cobro de un tibuto anual poporcional al pan cocido en ellos, de forma que el incumplimiento del pago
llevaba consigo el embargo y la acci5n de la justicia sigenense
ldoc. 1tt4l.
Tambi6n debi6 extenderse la indusnia vitivinicola,
aunque no
es posible saber si se desarroll6 con fines comerciales o de simple
coDsumo l,ocal. En todo carc, Ia carencia de documentos de venta de
vino, aun cuando en algunas zonas, como por ejemplo en Villanueva, se intensificara la plantaci5n de vid, parece indicar la escasa
importancia comercial para las directoras del monasterio.
Poseia Sigena bgares propios, que hemos podido localizar en
Huesca [doc. 71 y 27Of, donde era famoso el vino de Mquera
2701, guardado en bodegas y cubas popias del convento.
En Villanuerra de Sigena y Barbastro, los obos dos focos
los vifrenos habian adquirido cierta consideraci5n,
debieron
igualmente, pues la existencia de plantaciones de vif,as asf
[doc.
donde
existir
nos lo
hace pensar.
En cuanto a la industria textil, el monasterio posey6 sin duda
materias primas con que alimentarlar bien laua, p,roporciouada por
zu cabafta particular, ya lino, conseguido en algunas de sus posesiones [doc. 150 y 153]. Ia nebulosa es total al pretender saber si se
elaborabau estas materias en telares sigenenses o si estos productos se
veudian rrniszslslfs como matelia pnima, quiz6s a los mercados relativamente importantes de L6rida y Huesca, donde hallamos docurneDtados tejedores de oficio [doc. 4OOy +42].
Indudablemenre habria en torno al monasterio una pequefia industria derivada del barro y de la piel, por Io menos para satisfacer
las necesidades m6s perentorias del consumo local.
En definitiva,
la industria que gtra en torno a Sigena es escasat
cuya balanza negativa se
de cardcter local y tal vez deficitario,
agricolas y ganaderos, eu los que se
compensaria con los fductos
basaba sin duda la economia de estas tierras.
COMERCTO
Parece ser que los habitantes del nricleo ceDtral, enrnarcadoo todos ellos en una zoaa semejante, con pequefias zonas de regadio, y
secano en su mayoria, tenian y carecian de id6nticog
El
fductos.
movimicnto de mercancias es local y, en cada una de gslas yillar
sefiorial€s debia de haber tiendas, pues, en. I22B la ttprimarr del mo_
nesterio entregaba unas a "treudott, en id6ncicas condiciones juridicas que un campo o ub.a vif,a, es decir, tra!,smisibles hereditaria_
mente y con facultad de poderlas vender, cambiar, empeflar, etc.,
siempre que el tributo quedara a salvo [doc. 1221.
El comercio de escala mayor, de intercambio, solo seri posible
cuando los limites del primitivo ndcleo se ensanchen, ganando di_
versidad de tierras y posibilidades de comunicaciones nuevas, apart€
de una madurez agricola y ganadera gue solamente se podia conse_
guir a base de tiempo. Todo ello se ha podido lograr poco ant€s de
mitad del stglo XIIIT.
Y, efectivamente, a partir de 1256, tiene lugar dos hechos
muy sip.ificativos. En primer lugar, el establecimi€nto de un mer_
cado semanal en la villa de Sena, en una zona donde en Ia actuali_
dad s5lo existen los de Sariffena y Fraga' . El segundo hecho sintom6tico es la gran cantidad de tiendas enhegadas por el monasterio
de Huerca, a cambio de tttreudorr, tiendas quevaD a parru a manos,
pincipalmente,
de judios. Dos hechos que quizis pudieran tener relaci6n eube si.
El 13 de junio de 1256, estando Jaime I en Naya, concedla al
monasterio de Sigena la facultad de que pu.diera hacer ycelebrar
mercado todos los dias mertes en la villa sefloial de Seoa, coDce_
didndole ademis 'rquod habeatis et percipiatis in dicto mercato iura
que contueta sunt dari in aliis mercatis villarum et loccum domi_
naclonis nosEerr , a la vez que el rey corria con la protecci6u y curtodia de cuatrtos acudiera:r a 6l cou bestlas y mercaucias, tanto a
la ida como a la vuelta, piua que no se les molestara ni impidieee
ir o volver del mismo, trnisi homicide vel incartati aut pnoditoes
fuerint
manifestirt,
ordenando a sus bailes,
merinos,
zalmedines,
1
En cl periodo comgrendido ence 12O8 y 1237 (v6sc lrs lnginer 65 e 96).
-|ORRES,
Vid. CASAS
J, M., "fd hombrcy
w trebejo,'. Publicrcitindel
Areg6n.
Zengoa, t96O. t. tl, pig. 24O.
co de
2
lbn_
L46
jurados y a todoo srs oficiales y sibditos que eshrvieran al
tanto de que todas estas dispociciones se cumplieran, estableciendo,
para el caso contario, una pena de quinientoe maravedG [doc. 201J.
Geogrificarnente este mercado nacia ligado a les tierras del rcmonulno
osceDser, un poco de espaldas a Erida.En una 6poca eu
que la vida del reino se desplaza hacia el eite y levante, Sigena se
lanzaba hacia el lado coutrario. to mis acertado parecfa acercarse
hacia el Ebro, y por 61, a las tierras nuevas. Pero como hemos visto,
las tierras cercanas al Ebro eran peligrosas y los concejos que estaban a caballo de ellas pronto seian otros t,uttos quebraderos de catrduei.a,sl buscabeza para el monasteri6. Cuo.do meDos, pues, las
ron la seguridad del nricleo m5s pr6ximo al monasterio, f6cilnente
justicia,
enlazable con el de Huesca.
En 1283, el infante don Alfonso, a ruegoc de la Itpioatt sigenense, accedia al cambio de dia para la celebraci6n del mercado,
uasladdndolo a todos los lunes, pensando las rectoa.s de la Casa
que el cambio de fecha era beneficioso y que podia efectuarse sin
perjuicio para nadie [doc. 268], tal vez por coincidir el martes con
otro y otro6 mercados en las riberas del Cinca, Ebro o Al,canedre.
Nada sabemos, por el contario,
del funcionamiento y de los
resultados del mercado de Sena, de qu6 se traficaba en 6l ni quienes
;icudian, si tenian o no cabida en 6l pobladores de nricleos, de Po blaci6n no sigenenses. Unicamente conocemos que veintisiete aflos
despu6s de su fundaci5n todavia seguia zubsistiendo, favorecido si:r
duda por algunas de las exenciones tributarias aludidas, con las que
Sigenl hacia merced a los pobladores de sus villas de seflorfo.
Pocos meses despu6s de crearse elmercado ds Sena, doffg Unaca
de Entenza, entonces lpriorail del monasterio, concedia varias tiendas a cambio de rrbeudorr anual en eI mercado judio de Huesca, en
el llamado barrio o puerta de Ramiano [doc. 202], tiendas que van
a monopolizar casi exclusiv4mente mercaderes judioo, ligadoc por
lazos econ54icoa al monasterio [doc. 265 y 2781, lo que era ya una
garantia de 6xito.
Sigena poseerd tembi6n tiendas en el bario osceDse de A\uibla,
tfextra muro [dero'r
[doc. 233 y 265J, y en obos prntos de la ciudad
ldoc. 2581.
Sin embargo, fuera de estos dos centros comerciales de Sena y
Huerca, no hallamoo ya rc'ds indicaci5n de organizaci5n mercantil,
aunque quiz5s no fuera aventurado zuponer otro nricleo comercial en
Barbastro.
t47
En realidad, pu.es, el comercio que gira en tonro del monasterio
y sus tie*as es de caricter rocalista, estrictamerte aragon6s,
de forma que sus ramificaciones no se extenderin mds a1l6 del somontano
oscense, por el norte; del Ebro y Cinca, por el sur y este, respectivamente, mieDtras que, por el oeste, su i:rflujo comercial moria en
los Monegros mismos.
Ahora bien, su situaci6n cerc:rna a Fraga y Alcolea pudo quizis
haberle reportado beneficios en el trdfico comercial existente
entre
Arag6n y Catalufla l.
V.
COMUNICACIONES
A nadie se le escapa la importancia que para el desarrollo
de las
actividades econ6micas (agricultura, ganaderia, industia,
comer_
cio, etc. ), humanas, culturales tienen las comunicaciones.
Por ello nos hemos creido en la obrigacidn de constatar tdo
cuanto respecto a este tema se dice en la documentaci6n presentada
en la coleccion documental, aun cuando nos salgamos un poco
del
ambiente estrictamente sigenense y aunque nuestra labor no pase
mi,s alli de la mera informaci5n, porque las noticias recibidas no
dan para mis.
Por otro lado, tampoco conocemos ningfn dato que nos haga
abrigar la idea de que el monasterio se dedicara al mejor4miento de
las vias de comunicaci6n que, en lo esencial, debieron ser las mis_
mas que tradicionalmente
emplearon los anteriores pobladores mu_
sulmanes enclavados en esta zona.
A jrrzgar por los medios de comunicaci5n que hoy orlazan
todos
estos t6rmi'os, simples caminos de carros o de herradura, durrnte el
periodo de <lominacit5n sigenense que ahora nos incumbe, no debie_
ron de ser mrrcho mejores.
En cl mapa adjunto presentamos los distiretos caminos que conlos
nombres de "vias'r o "vias priblicasrr, ttvierosrt o simplemente ilcaml
nost' aparecen en los documentos.
I
gon.
,,Aragdn
Vid. l-^C^RItA,
J. M.,
-rar3ge23,
t9bO, t. l, pig. 261.
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pasado,,. publicacion
del
Banqq dg A[_
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Escala
o
EI
t
Labata
'.Foces
J Casbas
)llvto ---.-----1-a^e \r-rr, de orp
Bgrba*ro
Habia tambi6n conespondencia directa con loe impctantes
rnunicipios de Barbastro y lvtonz6a, mediante dos ramales que paltian
desde Ia Roya, lugar hoy despoDlado.
En cua\uier
caso, el monasterio no distaba m6s de jornada y
media de ninguno de estos puntos, 1o que favorecia indudablemente
el intercambio de cualquier especie.
Monz5n
rlueze \
sJa"o.
,ya
Ca
Lanaji
VI.
I Al"ole3
>'*
$rueva de slgena\
SIGEI{A
Chalamera
B u .j a r a l o z
LERIDA
condamos
a ! - l
-
ADMNISTRACION
\
\penalbe
\t\ /
.V
Sigena, naturalmente, se convierte en eI centro geom6trico
donde confhryan r to'dos ellos, junto con el micleo oscense; en ambos
centos la red de caminos se muestra bastante tupida. Se echan de
menos, sin embargo, algunoe tramos que a no dudar estarian enlazedos, como, pq ejemplo, Ios que deberien q1i1 a Sigena con Candasos y Bujaraloz a bav6s de los lvlmegros, o el que bajando por el
curso de Alcanadre llevaria a Ontif,ena y Fraga, siguiendo las terrazas del rio. Asf como eo este segundo caso la comunicaci5n seria
muy fdcil, en el primero entafraba mayores dificultades por cu4nto
que entre el rnonasterio y los concejos de Candasnos y Bujaraloz se
interponen, aunque no de una manera insalvable, Ias sierras de Sigena y Ontiflena.
Is comunicaci5n enbe Sigena y Huesca se efectuaria remontando el curso del Alcanadre, para desriarse por cualquiera
que Ie afluyen: Guatizalema, Flumen o Isuela.
de los rios
Ya nos hemos referido a la organizaci5u iDterna del monasterib
en su aspecto religioso, y aun a le circunstancia de que fueran los
comtrrcnentes del clausho masculino los que llevaron el pero de la
direcci5n econ6mica.
Veamos ahora los medios y el sitema de que se valieron Para
poder llevar a cabo la amplia tarea de administrar juridica y economicamente las tierras monasteriales, junto con todaclase de bienes.
Hay que comenzar por separar el tinglado ad:oinisuetivo del
propio monasterio del de los territorios dependientesrya seanvillas
de seflorio, ya simples nricleos de influencia a focos aislados.
la tarea puramente burocritica
estaba centralizada gn Sigena,
donde funcionaba Ia escribania, primero, y la notaria, despu6s, donde tenia lugar la redacci5n de toda clase de documentos, bien por
mano de un ttscriba'r 1, dal qtr" s6lo coocemos un tal Andreo, hasta que a partir de 1237, coinciiliendo con eI comienzo del tercer petrscribatr es sustituido
riodo de la vida del monasterio, este cargo de
t,
'rnotario'r
por el de
g,te ya en la etapa pnecedente se habia intercalado esporddicamente co,n el rrscribart [doc. 28, 65, 74y 781.
l ) 6 q 1 1 v 1 3 . . 1 1 , , 7 b , 88i5, , 8 6 , E 7 , 8 8 , 8 9 , 9 0 , 9 1 , 9 2 , 9 6 , 9 7 , 1 O O ,1 0 8 , 1 0 9 ,
ll6, lill, t22, t23, 124, t27, 129, 131, 135, t36, 138, 141, L42, t1'a,
1 4 8 , l 5 0 , 1 4 1 r ,1 5 2 , 1 5 3 y 1 5 4 .
2 D o c r r m s .2 8 , ( ) 5 , 7 4 , 7 8 , 1 6 5 , 1 6 6 , 1 6 7 , 1 6 8 , 1 6 9 , l 7 O , l 7 l , 1 7 2 , 1 7 3 , 1 7 4 ,
I
112, ll5,
175, 176, t7i1, tt,),1rJ0, 182, tE3, 184, 885, lE6, 187, 189, 192, 195, L98,2O2,
2O3, 2U, ?OE, 2ll, 2t2, 2t3, ?t7, 218, 2t9, 22O, ?21,222,272,22A,23o,2r1,
235,212,241,244,245,
246, 250, 252, 253, 256, 258, 260, 265, 266,267,27O,
274,279, 28t, ?82,288, 3lO, 219, 456. 458, {62 y 46ti.
151
150
Por oto lado, el nexo entre la casa cental y los territorios
dependientes se mautiene a trav6s de todo un aparato administativo
cenualizado igualmente en Sigeaa, que cuenta con un rrprocurato're
laboratorisl [doc. 86 y 92] dedicado, al parecer, a la supervisi5n de
los campos y de las tareas de labrarza, y que seria el encargado y
responsable de hacer cumplir Io estipu.lado en los conbatos referente
al no abandono de las tienas enEegadas a ttheudot' y de valorar las
tierras dad:,s en aniendo por este sistema tributario.
Existe tambirin un "lnocuratoris vinearumrt, que desempeflaba el
rnismo cometido en la nlpervisi5n de las vifras dependientes del monasterio y de sus colonos [doc. 53], un ilmaiorali o'yiumtt [doc. 154]
entenderia de
o |tmayoral de la cabanna de Sixenatt [doc. 324],
las cuestiones ganaderas y de fijacion de pastos.
Eran "heyresrr del monasterio cuyas misiones especificas les
Ser6n Itnotariosrr de Sigeua Audree (entre 1213-1217); Pedro de
Iuneda (1243-125O)i Juan de funeda (L262-L294li Domingo de Elis6n
(L2621 y Pe&o Garc6s (I263-L2751, estos dos riltimos alternando con
Juan de Juneda.
Po oha parte, constituido el monasterio como una entidad econ<lmica que trataba de bastarse a si misma' cnganizri los distintos
aspectos de su vida mat€rial con ttfreyrest' o "donadctt especializados que vivian y dependian integtamente del monasterio.
Asf hubo un rrfrahis soarlrrti Sexeue" [doc. 152 y 153] o "frabis
de los
sastre Sexenetl [dco. 211] encargado sin duda de la cofecci5n
y
lado,
los
zapatero,
existen
donados; Por otro
vestidos de los frailes
trfratre zabatero Sexenetl o rrfratre sutore Sexene"r. Incluso se llega
a admitir como donado a lvlartia de Bonanat a condici5n de que ejer
ciere .- el monasterio el oficio de rrbarbitonssoremtr [doc. 282].
El cultivo de las tierras que explotaba directamente Sigena para
el sosterimiento de sarscomponentes, debi<5 de estar en m:raos de
de
sarraceDos, antiguos pobladorec de estas tienas [doc. ]4y73ly
Casa
138],
la
propia
bien
frailes
de
labrradores profesionales,
[doc.
I'laboratoris Sexenett
bien laicos que recibian el nombre genrlrico de
ldoc,. t27, L43, 179, 180 y 1821. El traospote de sal debi6 de estar
igualmente en meno6 de sartacenos [documento212].
EI servicio sanitario para la ateaci5n del doble claustro, parece
ser que estaba en manos de juCios, conocidoe con el nombre de
ttmagistro phisico Sexeuett
Imedicustr
[doc. 2O2, 208
tdoc. 9] o de
y 2831.
Y, aunque no nos c@stan loticias directas de otros oficios, la
aparici6n accidental de alguno de ellos en la documentaci6n nos
hace pensar en la posibilidad de su existencia en el monasterio,
aun cuando no residieran permaJleutemente en Sigena. Vemos asiun
Itdrapero Gcett
rliudeo tannadotr
[doc. 376], varioe
[doc. 9], un
rrmaesto
ilcarnicerosil
catrtaterorr
[doc. 457] y variod
[doc. 442], uu
trcantarariistt
de Huesca.
y
siuracenos
t7ti,
sobrc
todo
[doc. 145
En resumen, es presumible Pensar que estarian representados en
Sigena todos aquellos oficios que pudieran cubrir con zu uabajo las
necesidades mis perentcias de ambos claustros y de la masa de
gente que giraba en tonro suyo.
1
Dcrrro,
2
Dctrns.
176, 179, tE2, lE9, 196, 187' l9A' ZO2' 2O8' v 213'
168, 169, 176, t79, lE9, 196, i98, 202' 2O4v 2O8'
I
I
I
convertian en itinerantes en su labor de inspectores generales. F.stos
cargos no tenian valor ejecutivo, sino meramente consrltivo.
Aparte de estos cargos flotantes, existierou obos, de respoDsabilidad mayor, como rectores de las villas de sefiorio sigenenses, con
capacidad iurfdica para interpretar g hacer cumplir las leyes impuestas por los rectores de la casa central y para cobrar los tributos.
De hecho, se converti'an en relresentates autorirados del monasterio.
El primero de estos cargos, segrin la documentaci6n, es el de
trbailerr, aunque esto no implica que fuera necesariamente el primero en el tiempo. Y el que encabeza le liste es el de Ontiiena [doc.
69], en 1215, para reaparecer en la misma villa, aunque en otras
personascoocretas, en.I2L7 [doc. 76] y en t246 [doc. 173]. Tenemos noticias igrralmente de un trbailett sigenense en Sena [doc. 85],
en lanaja [doc. 116] y en Barbasto [doc. 273], siendo este riltimo de fecha ya tardia (1286). Cabe pensar que debi6 existir uno
en cada villa sef,orial y, tal vez, como nos muestra el ejemplo barbashense, uno en cada uno de los ndcleos de poblaci6n donde el
monasterio tuvo posesiones de cierta importancia.
Pareio al cargo de ilbailett ha,Ilamog el rtiusticial; cn 1215, en
Ontiffene [doc. 69, 76 y t731, es decir, po las mismes fechas en
que veiamos por Jrrimera vez un ilbaile'r; en 1216, en Huesca [doc.
72y74li
para Candasnos lo encontramos fechado en 1235 [doc.
144]y en 1264, en Sena [doc. 22Ly 3O21.Es decir, que el rriusticiatt, como aquel, representaba, con s'us fuaciones caracteristicas,
a Sigena en cada una de las villas sefloriales, como en los nricleos
importantes perifriricos, como certifica el ejemplo oscense en este
caso.
152
El |tbailert era el encargado de cobrar los imp'uestos y calonias
estipuladoo por el mornastef,io en sus villas de seflorio, como parece
indicar el c6mputo hecho en L227 p el de la villa de lanaja ante
la ilprioratr dof,a Sancha jim6nez de Urrea, rrfacte computo de omnibus receptionibus de caloniis et de precariis,'de denariis et de omttprionibus exitibus de lanaya et de datis et expensis omnibustr. la
ratr, eD este ocasi5n, daba el visto bueno, aceptando las cuentas
Iresentadas [doc. 116].
Para ser rrbailerr del monast€f,io de Sigena no era necesario, como en este caso, ser fraile, sino que era suficiente g@ar de la coflanza dg las "duef,astr, en nombre de las cuales llevaban un riguroso
cuidado de las rentas a cob'rar. Ahora bien, uo excluye esto el que
quienes de la misma manela rendian cueutas
pudieran ser retgicos,
ante la trpriotarr sigene..e. Pol ejemplo, en 1232, fray Pedro de Garonl, teniendo que salir del reino, las rendia a la directora de la Casa y esta, una vez compobado que estaban conformes, rrquod de illo
sumus inde sine onnia querimonia et querela", le declaraba libree
imnune para marchar ttvolenti ire ulta mare" [doc. 144J. Sin embargo, en este caso el documento no especifica de d6nde erattbailet',
ni la cantidad, ni conceptos po,r lo que habia cobrado.
En 1286 vemos actuar eD Barbastro a Bernard de Juneda, quien
recuperaba para el monasterio una vifia que, habiendo sido enregada a iltreudotr, habia dejado de ser pagado por el uzufrucnrario [doc.
2721.
El rrbailel, Irues, es el recaudado oficial impuesto por el monasterio en zus villas de seflorio.
Pero como el rrbailerr, y con parecidas aeibuciones, hallamos
en noviembre d,e L237, a rneu€ s5lo espor{dicamente, un nuevo cargo. En esta fecha, Pedro l6pee, ilpreceptor'r de Sigena, en nombre
de la ttpriorarr dofla Salcha Jim6nez dq Urrea, tal vez enferma y
(6ste es el riltimo documento que conserpr6xima aI fallecimiento
rrdonado y esvamos de ella), pasaba cuentas a Sancho Ferrdudez,
cuderott de la "prioratr, de todos los gastos, recepciones expensas del
p:-, vino y carne; de los denarios, marevedis y mazmudinas y de
todas las dem:rs cosas que dicho Sancho Ferrindez recibi5, dio y expens5 en todos los lugares en nombre del monasterio [doc. 154].
;Hay, pues, que identificar a este "donado-escudero de la prioratt como a un flbailefi?. Sus atribuciones sugieren, por su semejanza, de que efectivamente es una especie de "baile" encargado de
recoger las rentas, donativos y hibutos debidos a Sigena; y de pagar
153
los gastos pnopios del monasterio en aquellos lugares que estaban
alejados de Sigena, y que, por su escaso valor demogrifico y econ5mico, no tenian 'rbailerr propio. Por otra parte, este trdonado-escudero" podia ser quizds un sustituto temporal de un |tbailerr determinado.
Como hemos indicado ya, iuato a este rrbailetr o su zucedineo,
existe un 'riusticia", cargo que la documentaci5n -una vez m6s parca en datos- nos muesEa con i.utermitencia.
En 1214, Cuillermo de Fraga 1o es de la villa de Ontifrena [doc.
69 y 761, como luego lo serd en el mismo lugar, en 1246, un tal
Peyrone ldoc. 173].
En 1215, Pedro Sarbis6 1o era de Huesca fdoc.72y74'1, cargo
que en Ia misma ciudad detentard Domingo P6rez de Taris, en 1257
[doc. 2O7].
rriusticiarr de Candasnos en 1235
Juan Prlrez es
[doc. 144],en
t2nto que para la villa de Sena enconhamos documentado en 1264
a un tal Dorningo de Alag5n lde.. 22Il y a Domingo P6rez, en 1293
ldoc. 3021.
Sin embargo, siempne encontramos a estos rriusticiasil como
meros testificantes documentales; y si sabemos algo de sus atibuciones y funciones es por la excepci5n sefialada por Juan Prirez,
'riusticiarr de Candasnos. Pero
con tan exigua base -dicho rriusticiarr achia aDte un caso de incumplimiento de pago tributerio eDte
Sigena y un poblador de Candasros [doc. 144]- casi no podemos
distinguir la diferencia entre sus tibuciones y las de un 'rbailerr.
la distincion entre ambos cargos estriba, al parecer, en el firr.
EI 'riusticia" era eI juez del p,roblema planteado; el trbailel es el
ejecutor de esta justicia, el que cobraba, aparte de los tributos anuales, la pena pecuniaria establecida por aqu6l.
Por riltimo, y al parecer, como cargos accidentales, hallamos
los "procuratores Sexeneil, en les que se adivina una triple finalidad. En prirncr lugar, son reprea€ntantes del mouastef,io en aquellos
lugares que, [)or su poca importancia en sus relaciones con Sigena
no es Deccsaria Ia presencia de unttbailerro de unrriusticiarr, como,
por ejemplo, "\'italis Dertusen, sacrista et procuratore Sexene in
honore Dertrrsc" [doc. 129] donde el monasterio poseia solamente
algunos bienes aislados. En segundo lugar, el trprocuratortr suele representar a Sigena en juicios y contiendas [doc. 188, 2471 259y
267) ante cualquier concejo o persoua concretos, con amplios poderes para llevar la empresa adelante. En tercer lugar, a partir de
129O, eI 'tpnocuratorrt es eI representante legal y, al parecer, rinico
155
154
VII.
que el monasterio tiene en Huesca, a veces en sustituci6n de una
rrprocuradoatt, con poder para rrdemandar, defender, responder,
regeber, conponer, comlrometef,
sentencia o sentencias oyr, eppellar, appellaciones seguir, defenir et jurar ep mi animatr [doc. 28O],
ante el lusticia de Huesca o ante cualquier juez, tanto seglar como
eclesiistico [doc. 288].
Y, efectivamente, vemos a algunos de estos t'pnocuradoresttactuar con plena libertad, entegando casas, campos o casales atttreudo" en nombre del monasterio [doc. 296, 310 y 319], pagando
deudas conhaidas por 6ste [doc. 316], pero sin salirse de la esfera
oscense.
A veces a estos ttprocuradorest' se les titula 'rprocurator sive
sindicus Sexenetr [doc. 259 y 267f, apelativos que vienen a significar lo mismo.
Como Barbasbo estuvo siempre en condiciones semejantes a
Huesca, es presumible pensar que el representante legal de Sigena
de fines del siglo XIII, en la ciudad del Vero fuera tambirln un
'rpocuradortr o ttsindicorr.
Quedan, por riltimo, multitud de nexos ente el monesterio sigenense y distintos pr:atos de la geografia de la Corona de Arag<5n,
en las personas de los t'donadosrr. Pero 6stos no llegaron a formar
parte nunca del sistema administrativ6 ds Sigenal pues, por el contrario, estuvieron srpeditados a 6I.
Con el concurso de sus propios medios, el monasterio de Sigena
se aseguraba la puesta en marcha de su miquina administrativa.
La ley, la estipulacion de impuestos y el reparto de los bienes, sobre todo territoriales, caminaba siempre delante, con la otorgaci5n
de cartas pueblas; luego, cada uno de estos funcionarios administrativos y justiciales trataban de hacerlas cumplir.
llabrd instantes en que ni siquiera estos representantes legales de
Sigena po&dn hacerse obeceder convenientemente. Entonces las
"priorastr, aduciendo el origen real de la Casa, recurrirdn al monarca en buscl de la protecci6u necesaria para oponerse a unos municipios que. duraute el siglo XIII, adquieren casi plena conciencia de
su poder. I r ctectiva ayuda de la Celona, con flrs propios justicias,
merinos o zalmedinas, zuplira las deficiencias de la propia adminis-
GASTOS DEL MONASTERIO
Si el capitulo de ingresos del monasterio de Sigena es dificil de
evaluar, mucha mayor dificultad hallamos a Ia hora de estudiar el
de gastos, puesto que no s6lo faltan como en el primer caso datoc
estadisticos y num6ricos, sino que ademds nos eDcoDtamoc con la
careDcia casi absoluta de cualquier clase de documento justificativo
de los mismos, a no ser veintid5s pergaminos donde se co'nstata Ia
adquisicirin de bienes media:rte .oropr"t , pero que en ningdn caso
pueden servirnos de indole presuprestario cuando, por otre parte,
era una marera de invertir dinero que luego se iba a multiplicar
con creces al poner en explotaci<5n los bienes asf adquiridos.
Habremos de arailar, pues, datos entresacados forzadamente de
la documentaci5n conseguida para poder decir algo sobre tan interesante capftulo.
El primer apartado de gastos es eI referent€ :rl sosten;miento de
los miembros constituyeDtes del monasterio, cuyo nfmero desconocemos, pero que po&imos valorar ente cuarenta y cincuenta entre
rrdueflasilyttfrayres", a juzgar por las listas de sscripciones aparecidas en los pergaminos y por el nrimero de cargos conventuales, tanto
pd los que prescribia la regla sigenense, como por los que hallamos
justificados en la documentaci6n [doc. 8]. Naturalmente,
a este
urimero bastante crecido hay que ailadir los "donados" y trdonadasrt
a los que el monasterio tenfa l4 obligacir5n de socorrer, y los sienros
que, en algunas ocasiones, acompafiaban, como hemos indicado, a
sus seffores a vivir 96 Sigena [doc. 78].
los gastos de nlantenimieuto estarian en raz6D directa no s6lo al
nrimero de acogidos, sino tambi6n a Ia categoria de los rnismos.
I^s neceeidades mds pereut@ias de los distintos grupos que constituian Ia casa central se cubririan indudablemeDte con la explotaci5n de las tierras y ganados que el monasterio cultivaba y criaba
directamente, ya que 6sta es una regla elemental de economia.
Al hablar de la organizaci6D ecoD6mica y administrativa hemos
visto, efectivamente, la existencia de servicios encaminadoc al autoservicio, tanto para su manutenci6n como para la provrsi5n de
pertechos personales, vestimeuta, zapateria, barberia, etc.
traci6n sigenense.
1 Dcrms.40, 41, 59, 72, El,l@,132,
zo7, 2rO, 223, 26r, 345 Y 348.
133, 148, 182, 1E3,lE4, 185, 186, r92,
157
156
No cabe duda de que recurrir(an a la eompra de todo aquello
que, siendo necesario, no podia proPorcionarlo el mismo monasterio'
pero los alimentos bisicos -cereales, vino, carne, verduras y leguminosas- serian de su cosecha particularr Itroductos que sus mismas
elaboraban conveindusbias harinera, panificadora y vitivinicola
nientemente.
Si afladimos a esto la facilidad de engordar sus propios Satrados
en los pastos pabimoniales y la obtenci5n de lefia, madera, lana y
lino en sus tierras, asi como la f6cil consecuci5n de pergamino para
su ttnotariarr, dejamos reducido al minimo, el p'rimer apartado de
y entretenimiento
de las mujeres y
gastos: el de avituallamiento
hombres que, en sus distintos tipos y clases, componian la Casa.
Ahora bien, cabe preguntarse si el nivel de vida mantenido dura$te los 112 atros que abarca este esBrdio fue eI mismo. Sin duda
alguna arcenderia con el incremento paulatino de las apcntaciones
territoriales, reales o Perticulares, que tuvieron lugar a lo largo de
las cuatro etapa$, y que originaron consiguientemente mediante su
explotaci5n, una meyor riquezap que chocaba con 1as disposiciones
de austeridad, tanto en la comida como en el vestir, que pronto hubieron de ser dadas por la jerarguiat.
Durante la etapa primera, el nivel de vida debi5 de ser bajo si
tenemos en cuenta que los gastos serian grandes, soble todo si pensamos que el edificio del monasterio, con todos sus aPartamentos,
tuvo que levantarse de nueve Plantas. l: reina fundadoa trat<5 de ahorrar de la medida de 1o posible de forma que' en lugar de conhatar
obreros pera que 1o construyeran, recurri<5 al sistema de adquisici6n
de hombres, sobre todo judios, que debieron correr coD la edificaci6n y primere puesta en explotaci6n de sus tierras [doc. 12, 38 y48].
Al pa.recer, los bienes adquiridos durante estos primeros aftos no
debieron ser suficientes para sobrellevar los gastos iniciales de 1a
nueva comunidad, por lo que hubieron de recurrir s la solicitud de
pr6stamos. sin duda respaldados con eI aval del rey'
Por oto lado, acogirindoe a una de las cldusulas que apiuecen
en el docurnento firmado por Armengol de Aspa en LI87 [doc. 5l
mediante la cual el castellin de Amposta socorreria al monasterio en
caso de falta de dinero, dofla Sancha y las primeras "priorast' debieron solicitar ayuda econ6mica de la Castellania. Sin embargo, las
t
vid. MIRL'r Y SANS, "les cases", p' 3ii2'
relaciones tirantes desde un principio sntrs Amposta y eI monasterio,
debieron empeorer todavia mis ante, aI parecer, la falta de recursos para saldar la cuenta, Puesto que si no, no tendria explicaci5n
que, eD marzo de 1202 Pedro II eximiera al castell6n de esta obligaci6n [doc. 33]. Posiblemente este es el mejor indicioy m{s claro de
que las cosas, en su aspecto econ6mico, no marchaban bien, En 12O8
el propio Pedro II encomendaba al castellSn el castillo de Ciuraua
hasta satisfai er la cautidad adeudada [doc. 5O].
Pero pasado este p,rimer periodo critico (segu.ramentecon la terminaci5n de las partes esenciales del edificio y con el l5gico incremento de las rentas y el amparo real), Sigena fue saliendo de la forma senalada de este penuria hasta llegar al tercer periodo de su vida
(L237-L281), en el que, a primera vista, se nota el desahogo econ6mico etl que vivi<i la Casa. El nivel de vida debi5 entonces de ascender notablemente.
Pero el sostenimiento de los componentes del monasterio no justifica por sf solo todos los gastos que 6ste tuvo que afrontar, aunque
algunos, como en eI caso de atenci6n a los donados, no eran mis
que una inversi5n de dinero rentable a largo plazo, puesto que los
bienes enbegados por ellos revertian perpetuamente ingresos al monasterio,
Ahora bien, perteneciente el monasterio a la Qden de San Juan
de Jerusal6n es l<igico pensaf, que, aparte de estar ligado a ella eslo estarfa ambiin
econ6micamente Para subvenir a
piritualmente,
los gastos militares, represeDtativos y ben6ficos de la misma.
Por oro lado, basado el poder sigenense en la posesi5n de tierras,
sus propios intereses se inmiscuian con los del estado y Ia Iglesia, a
los que tambidn rleberd satisfacer rentas o tributos.
Creada la Orden del Hospital para empresas militares yben6ficoreligiosas su papel fue bastante pobre en lo que respecta a la ayuda
prestada al rcy de Aragr5n, a no ser que ejercieran el de meros defensores de las tierras de retaguardiat . Si tenemos en cuenta tambirln que la Qden se fund5 para socorro de Giente, en cualquiera de ambos casos les hizo falta dinero, que sin duda saldria de los
bienes territoriales con que les favoreci5 sobre todo la Corona, luego,
los particulares.
I
Vid. If-DESMA RUBIO, M.,
',le
encomienda de Zaragoza',, pigs. 72_75.
Ittt
lllrnr,
l r r r a , r ' d t t r . !r r i l o r l t l ' r t n l | l a a r l r l r , l , l r t r l l r r 1 r l t 1 l a 7 1 a ,
t r r r l a l a l r r l r r , t r l ' l c t r r r n l (r l l r r t r r t t r r ' l r r l u r ' l t r l l r l u r lr l c r l l t t o t or l u r '
lrll u prrrlr .r lut lrt ur Lr.rlcrtlrr, lrlrrrcro rlc la ('astcllttrllt (lc n rn
(hl(.ntc.
lx)rtul lucl{o, ia
I'cro, lcrril cr:l csa cantidad ? 2Ctrinto sc llagaba?. lExistfe un
traremo especial?. 1Sc cotizeba "per capita" o a tenor de losbienes
poscfdos?. ZQur! parte de las ganancias se dedicaba al cuidado de en
fermos, a Ia dotaci5n de hospitales, etc. ?. Son demasiadas preguntas
para poderlas coDtestar documento en mano.
No cabe duda alguna de que el monasterio sigenense tuvo que
satisfacer una cantidad anual al castellin de Amposta, diuero que,
en parte, costeaxia los gastos de representaci6n de sus jerarquias,
Alurrr l,lcrr, lrr
rrlr. l(|lttr trll"
\llrnr
y l"' 'lldlrlh'
'l'lrl'r'l'r
l''
lr'l''l''
(ltrc rrlcrr.ll|l nll ilcrrtl rlrl'lltotl rtr I ttnllrltt'
"
lrlr lor
( onvlrticrotl' 1rcrtrrdeD lx)tltltlcltl, ctt rlcfctrtrrr 'lrl ltrotrrrlrtkr Irlrr'
rtror o
f r c n t e a t s 6 n l r r r s o st l e t l g r t t t o r l t r - r r ( ' l r u l t ' t
/O, 113,t)5 y ll4l
c
x
rttrntr
t
l
t
t
l
o
c
t
t
l
r
t
c
l
s
rrrt'nos influyentes dc sus episcopados, lY
q,,re le eximieran
de los bibutos
de 1238 vemos,
En abril
ordinarios'
por ejemplo'
como
Bernardo'
cbisln
e Siotcgendo
daba fe tle este entendimiento
los
todos
junto
con
gena la crtarta episcoPal que debia satisfacerle,
los
excepto
Bujaraloz'
de
en la iglesia
cierechos que le pertenecian
amistoso'
zaragozanor
de arcediano
Enl242,
monasterio
yendo el restante a parar al arca comrb de los asuntos de Giente.
Ya cuando eu octubre de 1187 Armcngol de Aspa, prior entonces
del tlospital de San Gil, deba a la reina dofla Sancha las villas de
Sigena, Sena y Urgellet para construir el monasterio, indicaba igual-
disprtadas
[doc' 153]'
de nuevo el obispo z3rags'arro ponia a la
ldonmig'
en posesi6n de las iglesies ds
y archiFestazgo
por
eI comendador
de la
Qden
I'prioarry
que
de Cala8ava
al
les erar
dsAlcatriz
ldoc. 16a1.
que las
A la vista de estos ejemplos, D6 ilclinamod a Pensar
Pero
constaniss'
fueran
exenciones de las cargas debidas al ordinario
nuevo
del
la
voluntad
en cualquier caso, dependia fnicarnente de
que pagerse'
obispo; Por lo tanto' hubo momeutos en que tuvieron
fueron muCorona'
la
a
En cuanto e las rentas que debirD Pagar
Hospital y,
dcl
Qden
Ia
a
chas lss exeDciones dispensadas por 6sta
mente la obligacion de la "prioratt de asistir anualmente al capitulo
general de la castellania para oir los lreceptos del casteUin y para
entregar los bienes destinados a los pobres enfermos del tlospital
ldoc. 51.
En enero de 1226, al regularse de nuevo las atribuciones de la
ttpriora'r sigenense y el castelldn de Amposta, vuelve a recod{rsele
a aquella la obligaci6n adquirida de asistir al capiarlo de Arag5n,
(subsidium
Tere Santett [doc.
todos los afios, ademis del pago del
por lo tanto, tambi6n a Sigenar '
ItI y Jaime II' la
S5Io a partir de Jaime I, y luegg coo Auonso
Ordenes Militares
las
con
de los monarcas Pere
politica ,"di-id-"
de bacer Aente
mds
medio
qu.d. -rry menguada, quizds como un
1O41.
a la crisis econ5mica del reino.
Sin embargo, Sigena, como cenbo religioso ligado directamente
fundaci6n' siguiti benefial monarca desde los dias mismos de su
los reyes aragoneses'
ciindose a lo largo del siglo XIII a costa de
i:rdicado en el
h€mos
de forma que el monast€f,io sigenenset como
gravado gue la
meu6
capitulo cuarto, esnrvo en este sentido mucho
2.
propia Gden del HosPital
Parte, pues, de los ingresos del monasterio iban a parar a la Orden.
Por otro lado, ensanchi,ndose las posesioues de Sigena por tierras
sujetas a los obispados d,e Ztagoza [doc. 155 y 164], Huesca y leridal, p,ronto las autoridades dioces.nas catarian de hacer valer srs
derechos sobre las iglesias y las almas de estas tierras, sobre todo en
lo referente al cobro del diezmo y de la cu:rrta tpiscopa.l, pagada
por cada uno que elegia su sepultura junto a un monasterio de frailes
3.
o trd.uef,astthospitalarios
I
'/id. ANTONIO
UBIEfO '\RTETA, "Disputas entre los obispados de lluesca y
I
L€rida en el siglo XII", EEMCA. vol. I' (1946)pigs. 187-24O.
'ra
encomiendede Zuagoza", tono I, pig. 78.
2 V i d . L E D E S N { AR U B I O , l v t . L . ,
ll lca erimio Ce lerda, pea;e, usa1e y dcl quinto obre les tiGn$ cgD1 Allom
quirtedo; Pcdro tt rlel quinto $bre los genedos (Vid. LEDESIV{ARUBIO, M. L' , "La er comienda dc Zrragoza", pig. 215 '/ nota l8 cmccpoulicnte a la rnism).
2
Viase las pegi.us lO3 e 1O8.
160
En realidad, los capitulos de gastos mis gravosos para la Casa
fueron, prinero, el sostenimiento y manutenci<in de la gran familia
sigenense; segundo, los subsidios debidos a la Orden del tlospital.
En conjunto, pues, nos inclinamos a creer que Ia balan"a ssgn6mica de Sigena era muy favorable al propio monasterio, y cuyas
consecuencias podemos admirar todavia hoy en lo poco que queda
sobre todo, en las pinturas murales que
de la f6brica del edificioy,
adornaron la iglesia y la sala capinrlart.
I Vid. COOK-\\'ALTER,
t i n , X I I ( 1 9 3 0 ) ,2 l - 4 2 .
WS, "Ronanesque Spanrch Mual Painting"
en Art' Bulle
INDICES
INDICE DE LUGARES
Abadal, Berenguer de, 27
A b i e g o , S a n c h ad e , 5 1 , 5 3 , 5 4 y 6 0 .
Acens, Belcdn de, 126.
Agras, rio 19.
Aguas, pueblo 2O,. 49, 60, 61 , 74, 75 y L28.
Aguas, Salvador de, 61.
Aguilera, 88.
Aibar, Martin de, rtpreceptortt 27 y 62.
Alag6n, 63.
Albalate ds Cinca, 69, 86.
Alcali, 7O y 76.
A l c p n a d r c ,r ( o , 1 7 , L g r 2 O r 5 2 , 5 6 , 6 5 1 6 7 , 7 1 , L 2 2 , 1 2 3 , 1 3 5 ,
1 3 7 , l 4 ? , 1 4 6y 1 4 8 .
Alcafliz, 88 y 159.
Atrcoler de Cinca, 6:3, 72, 86, 137 y 147.
Alcolea, Ezo de ,27 , 1 39 y 14O.
Alcoraz, tdrnrino de Huesca, 81.
Alcubierrc, 59 y lZb.
Alguaire (L6rida), 12, 13y 78.
Almunia, t6rrrrino de Huesca, 81.
A\uibla, tdrmino de Huesca, 68y 146.
Amposta, bailia, 24.
Amposta, Castellania de, 15, 23 a 34, 38 a 42, 49, 50, 56, 63, 69,
70, 72, 82, 98, 109, 156 a 158.
165
L&
Amposta, maestre de, 2Q a 22, 25, 2 7 , 3 4 y 4 9 .
A r a g 5 n , 1 3 a 1 5 , 2 4 , 6 2 , I 2 2 , L 2 7 , t 4 2 , L 4 3 , L 4 7y L 5 7 .
Arcos, 88.
Armafrac, Alaidis condesa de, 72.
Arrabal d,e Ztagoza, 73.
Aspa, Armengolde, "p"io." L6,21 , 2 3 , 2 4 , 3 8 , 1 5 6y 1 5 8 .
Azlor, 88.
Ballobar, 67.
Ballobar, Pascasio de, 41.
Barbastro, t9,20, 27, 49r 60, 61, 6 9 1 7 3 , 7 5 , 8 0 , 8 1 , 8 3 , 8 6 r L 3 4 ,
l3s, r37, L38, L44, 146, L49, 1 5 1 , 1 5 2y 1 5 4 .
Barcelona, 72 y 75.
Bardaji, Guillermo d,e, t37.
Bastaras, Domingo d,e, 79.
Benaveute, [n6s de, 40, 82 y LL3.
Beuifalet, villa, 63.
Bielsa, Garc5n de, tl?.
Biesca, Hermeserda de, 12.
Blecua, 79.
Bohemia, 12.
Bosch, Pedro del, 123.
Buckland, 12.
Bujaraloz,32, 40, 7Oa 72, 78, 86, 1@, 1O4, 105, 123, t24, 125,
L26, L29r 138, 141, I42, L48, 159.
Buxerols, monasterio, 70.
Cabrera, Beatriz de, 52 y 53.
'Calamocha, 62, 63y I43.
Calatayud, 63 y 7L.
Calahava, orden de, 159.
Cajal, 40 y 105.
Cambor de Pina, 63, 69, 70 y76.
Camprn31, tdrmino de Valencia, 76.
Camillas, 70.
Candasros, villa, 22, 31 , 32, 4 O r 5 7 , 6 6 , 70, 72, 1 0 0 , 1 o 5 , 1 2 O ,
L 2 3 , 1 2 4 , l Z 9 , 1 4 2 , t 4 8 , 1 5 1y 1 5 3 ,
Carcall6n, 63.
Castillazuelo, 1 35.
Castillazuelo, Peregriuo de, 69.
Castillo Nucvo, 6l .
Casto Elinse, 88.
Cataluffa, i.47.
Ctrzola, L7.
Cervera (L6rida), L2y 78.
Cinca, rio, L7, 19 a2I ,86, L37, t46y 147.
Ciurana, Castillo, 49,63y t57.
Codoug, manso de, 21, 27 y 49.
Costean, 135.
Chalamera, 137.
Daroca, 53 y 63.
Denia,, 76.
Ebro, 19, 20, 66, 7t, t46147.
f,jea, lO5.
Elis6n, Domingo de, 150.
Entenza, Urraca de, 77, 78, LL3y 146.
fuaf,a, LL, 12 y L4.
Esquedas, 88.
Estiche,86.
Estopiilin, Maria deo 53 y 54.
Esremoz, 13.
Evora, I 3.
Exenedo, 88.
166
Farleter 70, 8Or 1SO, 142.
Fillera, Iope de, 27.
Flumenr tio,2Or 60, 65, 6g, 69, 13g, 143
y l4g.
Folcarquer, Hugo de, 73.
Fe, Iope de, 59.
Fraga, 19, 20,7l a73r 88, LZZ, l4L, l4Z,
I4S, L47yL4g.
Fraga, Guillermo de, 1S3.
Francia, Ilis VII rey de, LZ y 14.
Fuentes de bro, 17
Tanrj3.l 4Or 67,70,7tr
8 6 , 1 O O ,1 O 5 , 1 2 6 , L 4 2 , L S t y t 5 2 .
La Rrya, 149.
Ias lMoutella.s, heredad eu Huesa, 6O y 69.
I6ida, 6, 17, l9r 20, 38, 40' 4l ,49r 621 75, 88, t06t 122, L25t
L27, 144, 146 y 158.
I.iese, 88.
Lisa, Garcia de, 49.
Lizana, Qenda de,7, 38,51 , 54, 55, 65 ^7O, LO2, IL?, tzOy L37.
Lizana, Rodrigo de, 51, 54, 68y 77.
Iirsa4, Toda Ortiz de, 39, 79, 80 y 113.
Garona, fiay Pe&o de, 152.
Gavardera, 142.
Gelse, 102.
Granollers, 13.
Graus, Peto de, 32.
Grrz, 143.
loreto,
Gris6n, 12 y 16.
Guadalope, rio, 19.
Guatizalema, 148.
Malta, 14.
Manetin, 12.
lvlartin, rib, 19.
Mas6n, Ivtoli.uo de la, 137.
Hoye de Huesca, 69.
Huerce, L7, Lgr 20,27r 49, 51, 54, 60, 61, 63, 69, 69, 73,75,
791 79, 90, 96, 1O4, 106, 113, 134, 135, 137, I3g, L42,t4d,
145, 746, 148, 15O, 151, 1S3y 154.
Hueso, Felicia de, 79.
lnglaterra, Enrique II de, 12.
lsuela, rio, 20, 60. 69, 138 y 148.
Italia, 14.
Jaca,105.
Jerusal6n, l ! "
Ierusaldo, Qden de San Juan de Jerusal6n, paslm.
jubiere, 70, 86 y .:.:7.
Juneda, Berdard de, 152.
Juneda, Juan de, 150.
Juneda, Pedro de, 126 y 150.
68.
Irresia, Oria Jimdnez de, 74 t 77, lt3 y t26.
llna, Meria Martinez de, 30 y 41 .
Matarraf,e, rio, 19.
Mequinenza, 17.
Mipaars, Beauiz de, 82.
Miquera, 79, L4Oy LM.
MiravaUes, fray Bernardo de, 40.
Molino, acequia detr, 20.
Moncayo, l,uisa de, 25.
Iv{onclris, Raimundo d.e, 73.
Itrionegrillo, 142.
Monegros,L7, 19,2Or 57,65 a671 7Or 7Lr 1O5' 112, ll3,
123, 127, 134, 136, 137, 1i|4, 147 y r48.
Montpellier, Maria de, reina de fuagon, 55.
Mosgpig, castillo de, 49, 62 y 159.
IVlcm6o, 20, 2L, 86, 138 y t49.
Ivbnz6o, Sancho de, 73.
lvloella, 17 y 80.
Mret,
ti7.
LZL t
169
168
Narbona, Maria de, 68 Y 73.
Naval, 63, 82, 105.
Naya, 145.
Naya, Galindo de, 69.
Nisano, 88
Olgers, monasterio de, 7L.
77.
Ollito,
Ontifrena, 32, &, 53, 57, 59, 661 72, LzS' L26, L27, L34, L4O,
t42, 148,151, 153.
Oatitrena, Sibilia de, L27 Y t42.
Oden del Temple, 15.
Orillena, 67 y 88.
Orp, valle de, 61 y 81.
Oscam, 68.
PaJar, 88.
Papaficos, ba.rrio de Huerca, 78 Y 78.
Paul, 88 y 112.
Paules, 82.
Pefralba, 72, LU y L26.
Perpifldn, 59.
Piedra, 68 y 143.
Piedra, molino de, 60.
Pina, 20, 71, 72, 80, 88, 138' 140 a 142.
Pirineo,17.
Poblet, t7 y 74.
Pornaro 86.
Ponrgal, 14.
haga, 12.
Presitrena, 137.
hesifiena, acequia de, 20.
Puente Ia Reina, 13.
Puerta Nueva, eu Huesca, 68.
Pueyo de Cinca, 20.
Pueyo de lvlonz5n, 20.
Pueyo de Sencho, 68.
Pueyo de $441 Cnz, 20 Y 86.
Quccol, Ellrcada de, 80 a 82, tt3.
Quiza.iUa, molino de, 68, 88 y 143.
Ripita,13.
Remiano, barrio de Huesca, 146.
Remolinos, Domingo de, 80.
Retuerta, 72y 88.
Ribera, acequia de, 20 y I37.
Romsr 41 y 105.
Romeral, 137.
Romerallo,
88
Salanorra, Gimeno P&ez de, L42.
Salas, 54, 49 y 60.
S4liras de Anana, 13.
San Gll, maestre de, 16, 20y 50.
San Joge de AIJama, 71 .
San Salvadq de Isot, 12.
Santa Cnu, 88.
Santa ledna, vllla, 20, 21, 56, 86 y L37.
Santa lccine, Ferrer de, 63 y 69.
Santa lvlaria del Camino, 13.
Santa Marfa Magdalena, iglesia de l&ida, 62'.
Santa lvlaria de Salas, 49,54y 60
Santas Creus, 17
Santos llgares, 14 y 16.
Sarifiena,17, 20, 70, 7t,88, 1e[, 126, 138 y L45
Segre, rio, 62
Sena, 15, ZOy 21, 25, 40,49, 50, 52, 55, 56, 78, 88,. 1O4, 105,
L22, 125, 127, Ly, 135, 137, 142, L43, 145, 146, 151, 153,
158.
Seo de Urgel, 40, 41 y83.
Sessa, Dominici de, 32.
Sevillar l3.
Sicilia, 55.
Sigena, pessim.
Sigeoa, banio de Huesca, 60 y 69.
170
Siscar, 12.
SomoDtano, 6O, 61 y 88.
Soto, 88.
Stopini4t, Pere de, 53.
Tanagona, 21 , 56y 62.
Teruel, 17.
Timor, Gauceraud de, 39.
Tolosa, Cq151z-"a condesa de, L2.
TordesiUasr l3.
Tornell, Fou\ues de, 38 y 69.
Tortosa, 41 , 53, 62y 63.
Tudil6n, 17.
TNDICE DE PERSONAS
Urgel, obispo de, 40.
Urgellet, villa desaparecida, 20, 2L, 49, 50, 56, LOl, I27, L42y L58.
U r r e a , S a n c h a J i m 6 u e zd e , 7 1 2 8 , 3 8 , 6 7 a 7 6 , l L 3 , l 4 L y L s 2 .
Urrea, Teresa Jimr5nezde, trpriora", 30, 40 a 42, 83 y LL3.
Valencia, 75, 76 y 80.
Valtierra, Qia de, 76.
Vero, rio, 69, L37 y L54.
Yentelz, 17.
Villanueva de Sigena, 22, 40, 55, 56, 88, 105, 127, LZ8, 1341135,
I37, I42y L44.
Villareto,
Guillermo de, 42.
Villoras, 80.
Zarnon, L3.
Z a r a g o z s t6 , t 7 , t 9 r 2 O r 4 0 , 6 3 1 7 L r 7 3 , 7 5 , 1 0 6 y
7.oniana, Guilldn de, 27.
158.
Adam, Pe&o de, 7.
Agustin, regla de San, 13, 22, 23.
Alaidis, condesa de Armafiac, 72.
Alejandro IV, papa, 107.
AUonso, infante, 146.
Alfonso I el Batallado, rey de Arag6n, L6, L22 y 103.
Alfonso II, rey de Arag6n, L5, 17, 21, 22, 25, 47r 49, 53, 57, 59,
62, 63, 66, 70, 92, LO3, I23.
Allonso III, rey de Arag6n, 39, 103, 105 y 159.
Aliaga, 32.
Andree, notario, 150.
Andreo, escriba, 149.
Arco, Ricardo del, 7.
Armengol de Aspa, prior de San Gil, L6, 2L, 23, 24, 38, 156 y 158.
Arufat de Cracia, 126.
Ania, Miguel de, 5 y 7.
Ato de Foces, don, 67.
Ball6s, don, 68.
Beabiz de Cabrerar ttpioratt, 52 y 53.
Beabiz de Mipanas, 82.
Belbdn de Acrlns, 126.
t7z
t73
Benavente, 32.
Bernardo, obirpo ds Zaragea,
Bernardo de Arestot, 4O.
Bcrnardo Ercolar, 140.
Felicia de Huerc, 79.
Ferrer de Iirsla, 80.
Fener de Santa lccina, 63 y 69.
Fornin Cabeza, moesbe dg Amposta, 52 y 63.
Foulques de Tornell, castellin de Amposta, 38 y 69.
Fuentesy Ponte, Jzvia, 7"
159.
Bernard de Juneda, 152.
Bernardo de Miravalles, &ay, 4O.
Berenguer de Abadal, 27.
Biota, 32.
Blanca, infgsja, lPiorarr, 84.
Bonifacio WII,
papa, 41 .
7.
Carderera, Vdentfn,
Celestiro lII, pape, 48 y 52.
Constaoza, coldesa de Tolosa, hermaua de his VII de Francia,
Cougtq'ar pincesa, 53 y 55.
L2.
Calindo de Naya, 69.
Garcia de Lisa, maestre de Amposta, 49.
Gasc5n de Bielsa, ll2 y LL3.
Gaucerand de Timor, vicecastellin de Amposta, 39.
ciL, 27.
Gimeno P6rez de Salanovar justicia de Arag6n, 142.
Gregorio IX, papa, 39, 70y lO7.
Guerrino, bay, 49.
Guill6n de Zorriana, comendador, 27.
Guillerma, esposa de Pe&o Folch, 55 y 62.
Guillermus, Sacerdos ds Sena, 32.
Delaville fs Roix, 5 t 7, L2 y t4.
Iromingo de Alag6n, juficia de Sena, 153.
Dombgo de Bastaras, 79.
Dorningo de Elisdn, notario, 150.
Domingo P6ree de Tatls, justicia de Huesca, 153.
Domingo de Remolinos, 8O.
Domingo Royp, notario, 44.
Domingo San*icente, 140.
Dominici d3 Seeca, 32.
Dur{n C'udiol, Antonio, 7.
Guillermo
Guillermo
Guillermo
Guillermo
Elisenda de Querol, t'prioratt, 8O a 82, 113.
t2.
Enrique II de Inglatera,
in6s de Benavente, "prioatt, 40, 82 y 113.
lnocencio lll, papa, 38, 57, IA6y LO7.
Enterua, 32.
Estefanfa, hija de Pedro Novales, 6O.
Stephano de Saraynena, vicario de Villanueva,
Ertopinin, 32.
Ezo de Alcolea,
don, 27, 139 y 140.
de Bardaji, 237.
ds Fraga, justicia de Ontiiene' 153.
Garona, 52.
de Villareto, Caan Maesbe del HosPital, 42.
Hermesenda de Biesca, 12.
Honorio lII, papa, 1O6.
Hugo de Folcaryuerr 73.
31.
J a i m eI , 3 9 , 6 7 , 7 Oa 7 2 , 7 5 , 7 6 , 7 8 , 7 9 , 83, 92, 1@, 1O3, 1gl,
1 O 5 ,1 2 3 , 1 4 5 , 1 5 9 .
t74
175
tI, rey de Areg6tn, 40' 4Lt 83, &1, 92, 10o, 103, 105, 107,
taine
L27, 142, t9g.
Jtmeno Vtn..fut' 1(}2.
Iohene, Secerdoo Sexene, 32.
Juan de Juneda, notario, 150.
Juea P6ez, Justicia de Candasuoo, 153.
Iohelri d6 Siesor, vicario de lanaJa, 31.
Iohalem de Tormelo, 32.
Jullc, viuda, 12O.
Iucto de Atleoer' recbr de Cajal'
Iedesma Rubior' M9. Ilisa'
lJzane, 32.
Iope de Fillera, precelfrst
Iope de For, 59.
Ilcio III, papa, 12.
31 .
12.
27.
Ilesia, 32.
tlis VII, rey de Francia, 12.
rrprioail, 25.
l:risa de l\fioncayo,
Marco Femiz, 54.
lvlarfa, esposa de Pedro Novalesr 60.
lvtaria de F.stopifrdn, "prioarr, 53 y 54.
3O Y 41 .
\{aria N4althez de llna,
&laria de lVbntpellier, reioa de Arag6n, 5 5 .
iMaria de Narbona, dofla, 68 Y 73.
Marquesa, dofia, 102.
lvlartin de Aibar, comendado, 27 y 62.
Nfattin de Bousnat" 15O.
M|tet y Sans, 12..
lvlmeno, ttplii;rrr, 52 a 54 Y 56"
Nicolis IV, papa, 39 Y 40,
Oria Jirrrinez de llesia, ttpriora", 74 a 77, LL3 y 126.
Qia de Valtierra, 76.
Orlandis, Josd, 11 y 26.
Q e n d a d e l i " a n a r t t p r i o r a t t ,7 , 3 8 , 5 1, 5 4 , 5 5 , 6 5 a 7 O , L O Z , L l Z ,
L Z Oy 1 3 7 .
Pal acios S6nchez, Juan Manuel, 8.
Pano, Mariano de, 5, 6, 7, 22, 33, 47r 51, 52, 53, 75, 82, LO7.
Pascasio de Ballobar, fray, 4t.
Pedro, infante, 83.
Pedro II, rey de Arag5n, 38, 48, 49, 54, 55, 57, 63, 66, G7, TO, Zl.
76, 92,1O3, 157.
Pedro III, rey de Arag5n, 39.
Pedro, Subcomendador de Sigena, 27 y 6L.
Pedro del Borch, 123.
Pebo Egidii, rector de Candamos, 31 .
Pedro Folch, noble, 55 y 62.
Pedro Carc6s, notario, 150.
Pedro de Garona, fray, 152.
Pedro Gil, 71.
Pebo de C,raus, 32.
Pedro de Juneda, notario, 126 y 150.
Pedro [6pez, precepto, 152.
Pedro Novales, 60.
Pehi Sancii, prior, 31.
Pedro Sarbis6, iusticia, de Huerca, 153.
Pere de Stopinian, 53.
Pe&o Vinafut, 102.
Peregrino de Castillazuelo, 69.
Peyrone, justicia de Ontiflena, 153.
Poncio Hug<ir, 72.
Raimundusr Sacerdos, 3L y 32.
Raimundo de lvlonchis, 73.
R a m 5 n B e r e n g u e rI V , 1 5 , L 7 , 2 L r 5 7 , 1 0 3 y l Z 2 .
Ricardo, obispo de Huesca, 8, 23, 3Oy 32.
L76
Rodrigo de Ii"ana, 5 1 , 5 4 , 6 8 y 7 7 .
Rodriguez, ldario, 1 1 8 .
Saladino, 11.
Salvadq de Aguas, 61.
Sarnuel Azebi, 68.
S a n c h a rr e i n a , 6 , 1 5 , 1 6 , 2 0 a 2 2 r 2 4 a 2 8 , 3 8 , 4 7 a 5 5 , 5 9 , 6 0 ,
61 a 63, 65, 70, .92, tlz, 139, 156, 158.
Sancha de Abiego, 'tpriorarr, 51 , 53, 54 y 6O.
Sancha Jim6nez de Urrea, 'rprioratt, 7 y 28, 38, 69 a76, LI3,l4L,
r52.
Sancho Fern{ndez, 143 y LS2.
Saacho Garona, 52.
Sancho de lvLonzr5n,73'.
Sibilia de Qtifre-a,
L27 y 142.
INDICE
I.
Teresa Jim6nez de Urrea trprioart, 30, 40 a 42, 83 y 113.
Teresa Qtiz, rrpriorett, 142.
Toda, hija de Pedro Novales, 60.
Toda Ortiz de Lizana, rrpriorarr, 39, 79, 80 y 113.
n.
Estado de la cuesti6n.
El pincipio de Sigena.
. . .. . .5
. . ......
.9
I. "las religiosas hospitalarias (11).
II. rrla fundaci6n del monasterio de Sigenarr (15): a) motivos
(15); b) elecci5n del lugar (17); c) trimites (20); d) fecha de fundaci5n (22).
III. "Qganizaci6n interna (22)z al reglamentaci5n del monasterio (22); b) los frailes del monasterio de Sigena (25); c) las
"duerlasrrde Sigena (32); d) "duefrai'y frailes de Sigena frente
a Arnposta (37).
Urraca de Enteoza, trpriorarr, 77, 78, 113 y 146.
Unea, 88.
III.
Var6nr lvlarco Antonio, 5, 7, 12, 16 y 56.
Vidal, judio, 76.
'17.
Violante, teina,
Vitalis l)etusen, Sacrista, 153.
GENERAL
Etapas de la formaci6n territorial.
.,. .45
trde naci"Primera etape de la vida del monasteris dg Sigena:
miento y formaci6n del monasterio, 1188-12O8n G7l.
I. 'rDofia Sancha y las primeras priorastt (47): a) Dofia
Sancha, Sigena y el llospital (47)i b) las primeras prioas
y su subordinaci6n a la reina (50): 1 Sancha de Abiego(51);
2 Beauiz de Cabrera (52); 3 Maria de EstopiflSn (53);
4 Qenda de Lizana (54).
(55): a) NfU. I'Fmmaci6n del patimonio
te$itoialrr
t79
t78
cleos en torno al monasterio: Sena, Sigena y Urgellet (56);
Ontifrena y Canb) Fnqaasharnienb del ndcleo pimitivo:
(57);
Nacimiento
los
de
nricleos
de la periferia
dasnos
c)
(59). 1 Nicleos del somontaf,o oscense (60) 2 Nricleoe
perifericos dispersos (61 ),
ilDonaciones no territoialesrt (61).
m.
rrSegu:rda etapa de la vida del rnonasterio de Sigenarr: rrde gran
expansi5n territorial del monasterio, 12O8-1237r! (65).
I. f'Pricrado de Ozenda de Lizana (L203-l224ltt (651.. a) Acrecentamiento del nfcleo central (66); b) crecimiento de
los nicleos perif6ricos (68).
rfPriorado de Sancha
II.
Jim6nez de Urrea (1226-1237) (69r'.
a) acrecentamiento
del nfcleo central (70); b) crecimiento de loe nricleos perif6ricos (72).
ItTercera etapa de la vida del monasterio de Sigena'r: ttde con(1237-L281)
solidaci6n y estabilizaci6n del dominio tenitorial
"Iabo rePobledqa de Stgena" (121): a) lo lMonegroe
antes de Sigena (121); b) loc lvlonegros con Sigena: "villat
de rencio" (123); c) contratos teritoriales parcialeo (127);
d) repercuri5n en la economia del monacterio (128).
m.
V.
N4od.ode vida ecou6micos del monasterio ds Sigena......134
"Agricultrne'r (133).
"Ganaderia't (139).
Itlndustiatr (143).
Ul.
ry.
"Comecciotr (145).
(Conuaicacionesn
(147\.
V.
ttAdmiaictraci6nrt
(149).
Vl.
rtGastos del monasteriorr (155).
vII.
I.
II.
16t
(7s).
r'hioado
de Oria Jim6nez de llesia (1238-1252)tr (75):
a) desampao real (75).
III. "hiorado de Urraca de Entenza (L254-591 (771.
'rPriorado de Toda Ortiz de Lizana (1259-1266)r (791.
m"
IV" tlhiorado de Elisenda de Querol (1268-1281)rr (80).
rrCuarfa etapa de la vida del monasterio de Sigenarr: rrde decaI,
dencia, 1281-130O" (82).
I. rrhiorado de lu6s de Benavente (1283-1291)!t (82).
II." ilPriorado de Teresa Jim6nez de Urrea (1292-1321yr (83).
I'Pocibles anexiones temitoiales'r (85): a) docurnentaffi.
ci6n. relativa
f.'.
iudirectamente
a Sigena (85).
Desarro.{lo ecoocimico del monasterio de Sigena,
....89
rrl^dquisici6n de bienesil (91):
a)
donaciones (91);
,:clc'r (91 h 2 particulares (93); 3 donados (95): b)
1
cor: frr:i! iv8); c) pr6stamos (1OO); d) exenciones territori;'.t.r, r, lr:r*aLes(103).
ii,
L-.pi.,raci5n de bienesrr (107): a) entregas de bienes
a "treudo" (i O8); I a personas individuales (1O9); 2 a dorrados (110); 3 a colectividades (112); 4 cuantia de los
"treudo6'r cobrades enrre 1i88y 13OO {114): b) eutrega de
bienes por venta (120); c.) enrrega de bienes por donaci5n
I.
(rzt',.
Indice de lugares.
Indicedep€rsonas.
I o d i c eG e n e r a l . . . . .
. ... o.
......'.
......
. .....163
.-.......L7t
..........177
Este libro se termin5 de imprimir
en la Editorial Anubar,
Dario de Valcdrcel, 7
de Valencia,
el dia 31 de agosto de 1966,
Deo $atias
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