AGUSTIN UBHTO ARTEIA EL REAL MONASTERIO DE SIGENA ({1gg-{300) Valencia 1 966 ESTADO DE IA CUESTION El tema del Real lroaasterio de Sigena ha sido tocado muy somerame[te en inaumerables ocasiones, taDtas, que creerDos que se pueden corxtar por cientos los historiadores que le han dedicado tes o cuatro liueas en sus estudios. Neturalmente no nos vatno! a referir a ninguno de ellos. En otas ocasiones, muy 6casa,s en nrimerorse ha tratado el tema con tal profusi5n de datos encademdoo, sin ilaci6n alguna, que no han conducido a nada importante, ni tan s51o a adivinar la importaucia del monasterio. Se trata de listas de "priorastt, relaciones parciales de bienes, datos curiosos entresacados de algunos documentos y poco mis. Casi todos los intentos de presentarnos una nueva historia sigeneDse son repeticiones hechas de la obra de Fray_Ivla.rco Antonio Var5n, "Historia del Real l\fonasterio de Sigen:,;t, obra m{s bieu escrita con el coraz5n que con la cabeza. ' Y asf del Arco nos cuenta la misma historia, como lo hari MI guel de Asia , cayendo arnbos en los mismo t5picos que Var6n. De todo lo escrito sobre Sigena, hly que destacar como obras fundamentales las de Delaville le Roux y de lv{ariano de Pano. A- I Publicada crr I'rrrrplona el ^Ao 1773. Ir' AIICO, "El nlorasterio de 5igena", en "Linajes de Arag6n", I). 2ol f si'{ilienres: V (1914), p. 2O,J y siguientes: "El monesteriode Sigeua", en "Boletir <lc Ia Sociedad Espaiola de Excursiones", XXIX (Madrid l92f), p. 22-63t rf,l rcnrierio tle Sigenr", cn "llniversidad", 1930 fzaregoza), p, 249-268. 2 Cfr. Rrcarrlo.lr) (Huesca l913), 3 Oegeito I€grL V. 2336-1So Impero po Aouba'r, Der{o de Vrlc&ccl, 7. Veleocir - 11' Cir. MigrreldcASUA, Soberana Qden 4 edic. "ElRealMonastetiodeS:Jena".Publicaci6ndelelnclitay t"'lilitar de San Juan o de Malta. Cft. I. DEIAVILL! LE ROUX, "M6langes Alphoile Picard et fils. Paris 191O. Sin luga. de edici<in, sur l ilden de 1931. Saint Jean de Jerusalem", 6 FaLr 7 qu6l recoge una cantidad considerable de documerr@s ree.les en su fsfalided, de capital importancia debido a la p6rdid4 de los instrumentoS originales. Pano habla del monasterio en vari4s de sus obrast, auDque la que msyor importancia tiene para nosot"4ls es la titulada "Ie Santa Reina doffa Sanchart, acabada por el auto/ eD 1920, pero dada a Ia luz en Zeragq,a, en !944. Li,stima que pano se coDtentara con taD pocoi solamente va sacando datos que le coDducen a teier su obra, desaprovechando el resto del documento. por 9sr en algunos casoS, tan s<5lohace una tranccripci<in parcial de un d@umento, que todo lo m6s que nos puede ayudar es en el cotejo. 14 obre estS ilustrada con interesentes fotografias del monesteris; 6lau6tros, tones, vistas panorrimieas, sala capitular, irrigenes, pintur/s, etc. Aparecen tambi6n, y esto es lo interesante, alguno, do..,/t"otos fotografiados e, intercala tambi6n algunas fi,anqslipcisneS -Ffu o parciales- de los documefos que va ulilirendo. Delaville le Roux toc6.el tena de Sigena agsidgntalmeDte, por lo que no deberiamos hablsr de monografia, tanto err cuanto el monasterio estaba incluido en la Gden Fl,ospitalaria, 4e la que intent5 hacer una Colecci5n Diplom{tica. En realidad, a Delaville Ie interesaba la historia ds la Qden; a Pano le interesaba el monasterio, que era la obra exclusiva de "4si sr biografiada: dofia Sancha. En ninguno de los dos c:lscrs, pues, se trata de un4 verdadera historia del monasterio. Sin embargo, Pano inteat5 hacer a\o en este ."4tido. Baste para ello la redacci5n de un rrManuscritorr, que no ," gublic5 por dificultades de indole desconocida, y que el autor entfeg6, junto con alguuos otros papeles y fotografias, aI Centro de Estudios Medievales 'rparte de Arag6n, donde se conlterva. El primer cuaderno, titula Ole hilt6ricat', le siryi5 de base para su obra 'rl"a 53,,13 f,eina dofla Saneharr. El segundo,'tparte descriptivarr,ya lo habia publrcado parcialmente en Ldrida en 1883rcon el titulo de "El Real l44nasterio de SL ienar. Su historia y descripci6nrr; el tercero, t.-,5ota decumentalr, parcial, el rinico usado por nmtros, es una coleccicjn diplopitica puegto gue solo iucluye los documentos del antiguo Atchivo del mo- nasterio, y, aun 6stos, plagados de errores de transcripci6n, aunque muy importantes por cuanto gracias a 6l hemos sabido de la existencia de algunos que se han perdido. Exceptuados Pano y Delaville, poco queda que pueda interesarnos. Por ejemplo, del Arco parece haber visto bastantes documentos. En realidad, sigue aI pie de la letra a Varon y, cuando no, al iDdice que hizo don Pedro de Adam, en L774, que no se nos ha conservado, pero que del Arco nos mueste lleno de errores paleogrificos. Don Ricardo del Arco casa noticia tras noticia, fecha Fas fecha, igual que una cadena, con erFores de bulto (fiindose de Pedro de Adam), como cuando, por ejemplo, da la fecha de 3 de mayo de 1215 como fin del mandato de doia Qenda de Lizana como rrpriorarl del monasterio, cuando 6sta sigue al frente de la Casa hasta 1224. Luego elige "p'riorarr a dofla Sancha Jim6,nez.de Unea en 1215, cuando en realidad comienza sr gobierno ent226, Ilegando lnzstet237, y no hasta 1248, como pretende del Arco, y luego Asria, que da las mismas fechas err6neas por haberle copiado. Errores de este calibre se suceden a lo largo de toda su obra. De la de Ania, "El Real ltlcnasterio de Sigena"t, 1o m6s interesante son las fotografias, sobre todo las que mueshan las acuarelas hechas por Carderera (1796-1880), oscense de nacimiento, tal como el mismo vio al monasterio en el siglo XIX, puesto que luego se hicieron importantes reformas que cambiaron su fisonorrria. Por lo dem6,s, Ania copia a del Arco casi iutegram€nte. I la obra en tres vohimenes de Javier Fuentes y Ponte es bien poco aprovechable por cuanto que es del mismo estilo que las de del Arco. lncluso muchos de los documentos, comprendidos en el tercer vohimen y en nfmero de 105, est6n taducidos al castellano. Ia obra, dentro de la prosa del siglo XIX, es pretenciosey nos einre de poco, ya que rinicamente intercala nueve documentos comprendidos cntre los anos 1188-1300. s lJltimamcnte, en 1960, don Antonio Dur6n Gudiol ha publicado la regla del nronasterio. Ya habia aparecido 6sta en varios estudios tlcdicados a la Orden de San Juan de Jerusal6n, cuyas indicaciones se I I C6. MariaDo dercrilri6n'(L6ride une vceci<in ..9@a 1932). rdigids" de pANo l8E3): y "Dof,a (Zutgoa ,'El su historia / lvtronasterio 4" 5;4ena'r. Histqre de 5i8ena' lvtatild€ Ferrer y lorda, l,.iora .le @a193O). ,'El monasterio de Siqena: tll serie Srioral" RUATA, Real O['te srgul rcserlamos aniba, a;arecida e] ano 1931 , Y PONTE' "Memcria levrer llJ$ITES J vols. en un solo tomo. Sante lVtaria 41 Sr1rra", 2 Cfr. J Cfr. n nror,o eo "llon.5tica", Ilist{irico-descriptiva lmftente Mariana, del lirida Santuario de 189O, I)t.tRAN CUDIOL, regla del monesir "l: de Santa Maria de Sixena,,, I (scripta et documenta l2), [Abadia de L4ontserrat l96o], p. l3s_191. 8 setrelaD eD el documento coreslrondlente, peto la benscripci5n y edicifoes dejeban beftrntaque dese.r. [r versi5n de Durin es bueua. Listina que la obra se quedara s6lo en el estudio del obispo Ricardo de Huesca, autor de la regle. Bieu poco mis se puede dectacer de lo que se ha ercrito sobre Sigena. No pase de curioso el tabajo de Juan I\Ianuel Palacios Sdnchez, el 'rReel Nbnasterio de Sigena. ldemorie bist5rico-descriptive de los econtecimicutos ececcidos derde el etro 1936 a 1954". Cornieaza heciendo ura rrbreve releia bistdrica", e bace de loc enter citrdos Ilego noc relate las vicisitudes por lar quc pasaron el moautor6. nasterio y las ttduefiasrr enu:e las fechrr indicader. Relate c6mo cai do en la zonr ma^ncista hubo de suAir grave! dsflos: incendios, destucci^-6, atrcp€llot de todas las clcree. C6mo la conuaidad hubo de disgregarse ante tal aurenanza. C5mo le Viryen del Coro, titular del nonesterio, fue destmida en 1938, Noc bebla tembi6n de c6mo sufri5 el Archivo. Del 8 al 1O de agosto de 1936 ne quem6 el monarteriol rrgtan perte del valioco Archivo pu.do salvarse en aquellos Ello r-.t momeDtor ten criticos. congretula grandemente ya que, coD estos veliosos documentos podcmos peDsar en la reconstruccirin de le Historie del lU6nastrsriott. El trabajo de Palacios Sinchez es interesente en cuarto que viene a llenar una laguna dc la histdie del monrsterio, precisarnante en nuerros dfas. Por lo demis, cerocc de velor cieindfico. El estudio que sigue e continurci6n e3 un intento de mejorer y I-r citas aurpliar lot co.rccimientor reletitor el Reel Monrrterio. documeateles 3f reflcreD riempre l nucrra colccci6n titule& "Docufrentos 4s Sigenrtr, publicade en 'rTextos lvdedievalest', 23 lY* lencie 1966] y siguientes. En lrr p6glne^r que ahore siguen colocamos eEtre I I ef nrirrero del documento sludido. Uu ertudio sobre la totalidad de los fondoe documentales, historiograflo y bibliograffa sigenense ee puede consultan en nuerbo ba bajo rrla doeumentaci6a de Sigenr (1188-13@)[, aparecido en la revisra rrsaitabi'r, XV (V.briia 1966). II Et PRINCIPIO DE SIGENA I. IAS RELIGIOSAS HOSPITAI.ARIAS la que en principio comenz6 siendo una Orden masculina, Ia de Sen Juan de Jerusal6n, ampli5 muy pronto sus limites a las mujeres, primero como simples simpatrzantes o donadas, mis tarde como rrduef,asrt o monjas adscritas. En sus comierrzos, estas monjas hospitalarias hacian vida medio seglar medio religiosa, lo que unido a algunos abusos y a las dificultades que entraf,aba este estado intermedio, movi6 al maestre de la Orden de San Juan de Jerusal6n a fundar conventos femeninos hospitalarios, sujetos a las respectivas castellaniast. los monasterios de monjes hospitelarias nacian generalmente junto a un conveDto masculino, como complemento de 61 y de cuyo abad solian depender; eran los monesterios gue Qlandis ha llamado driplices, no mixtos, y cuyo origen en Espafta habria que buscar en la 6poca visigoda'. El primero de los monasterios sanjuanistas fernenioos se le sihia en los mismos dias de la aparicl5n de la Gden, establecido en Jerusa16n, y destinado a cuidar de las mujeres pobres enfermas. la vida de este primer monasterio terminaba en LL87, tras la toma de Ia ciudad por Saladino, huyendo la comunidad hacia occidentet, aun 1 MIRE'I Y SANS, J., "les cases de Tenplers y lJospiralers en Catalunya", (Bercelona l91O), pig. 2O7. 2 ORlr\NDIS, JOSE, "tos monasterios driplices cspaioles en la Alra Edad Mcdia',, en Ai{DE, tomo XXX, ano 1960, pigs. 49-E8; del hismo luror, "los oriqcnes del mouquirr n o d r i p l i c c e n E s p a i l a " ,e n " E s t u d i c d e D e r e c l r o A r a S o n d s " ( C . S . l . C . ) , ( Z a r a g o z e 1 9 S 4 ) , pigs.237-248. 1 DEIAVILLE LE ROUX, L., ',M€larrges su I Qdre de 5. Jean d€ Jerusal€m", op. nrim- XU, tituhdo "las Hospitelidres de Srint-Jean de Jdnrsalem',, pigs. S-6. t2 13 cuando fray Marco Antonio Var6n, historiador ds Sigenar niegue r"otundamente, sin ningrin fundamento, tal existencia, obsesionado en aplicar la primacia al monasterio femeniuo aragon6s de Sigenat. Desde el siglo XII hasta fines del XV, van surgiendo a todo lo largo y aucho de la geografia crktiana monasterios femeninos hospitalarios, sin que se pueda asegurar cu{l fue el gnimero de ellos en de Jerusal6n. el tiempo, despu6s del prinitivo Ia primera noticia de una religiosa hospitalaria la hallamos en tL73, y fue dofia CoDstan'a, condesa ds Tolosa, hermana de Irris VII de Franci32. Sin embargo, el primer monasterio aut6nticamente datado no nace hasta 1180, cuando Emique II de Inglaterra reune en Bucklaid las diversas encomiendss inglesas de la Gden. En 1183, el E. papa Lucio III creaba en Bohe-ia los de Menetin y Praga llego, tanto Var5n como Delaville y Miret Y Sans colocan el monasterio de Sigena, al que sitrian a la cabeza de los monasterios femeninos hocpitalarios aparecidos en Espafla. Indudablemente fue el que rnayor transcendencie teudria en los femeninos aislados y driplices que le siguierou, pero desde luego no fue el primero de los espafloles dedicado a mujeres hospitalarias, como ha demosttado recieutemente Ia sefiorita ledesma Rubio, quien seflala la primacia del de t, Grisrin en 7176 en embos sentidos, en taDto que el Real l\fonasterio de Sigena no nacia hasta 1188. al especio comprendido al Desde este momeDto, limitindonos zur de los Pirineos, van sugiendo varios monasterios' casi todos a imitaci6n del de Sigena, haste los albores del siglo XVII, algunos de vida efimera, como eI mismo de Gris6n. Casi al rnisrro tiempo que el sigenense surgia otro monesterio femenino en Cervera (L6rida), al que el 26 de febrero de 1192 se entegaba como "sororrt de su hospital dofra Hermesenda de Biesca; pero este monastetrio tendria una corta vida, ya que en 1250 se trasladaba a Alguaire (I!rida), rivalizando en adelante con el de Sigena-. De I2O2 data el primer documento de otro monasterio driplice hospitalario, el de San Salvador de Isotl igrralmente driplice debiS ser el surgido en los primeros afros del siglo XIII en Siscar, enco- I VARON, 2 MIRET 3 DIItAVILLL 4 U:DFSMA "tlistoriadelReall4onasteriorleSixcna", Y SANS, "tas cases", ndq. LL ROUX, RUBIO, f . "M6langes", M. L., "la t. ll,,:;11. I, pigs.3-13. 2O8. de fundaci6n muy posterior. Ios hubo en Tordesillas y Zamora, en Puente la Reina, en Salinas de Af,ana, en Sevilla (firndado eo 1490 por Isabel de Le<in, hija de rrna itssfip familia andaluzal), y loe de Estremcrz y Evora en el reino de Portugal, reorgenizados en el sigl,o xvl. Estas religiosas hcpitelarias se agrupaben baJo le regle comin de Sao Agurrtin que, como es sabido, rc es mis que un acopio de recomendaciones y consejos de cardcter Duy general, ilsuficienter para la direcci5n de una comurid4d. Sigene va a ser en este sentido, derde la eprobaci5n de sr reglr especial, el prototipo del que copi&{D todos los dem{s monesterioe femcuiroa borpitalarios, pues dicho corxyento, que comenz6, cotroo todoe elloe, rigi6ndoae por les cliusular de la regla agustiniena, ere provirto en 1188, a los poc6 meses de su fundaci6rr, de unl regleque, con rnis o meDcxt modificaciones, menteci6o complementaria seri. edoptlda po todoa los comreutoc de religioes.saniuanirtgr'. Genenlmente hs rrdueilesrr y moujer de le Orden de Sanfuan de Sig€D4 Ieru.eal6n vivfan en clauswa, aun cuando fuere preciraneqte la rinica excepcrcin, pues gozaba del pcivilegio de llbemad, motivado -dicen los cronistac del monasterio sig€rrente- por la irsalubrided de1 tecem donde se habia coDstraido. Todoc los rpnarterios sanjuenistss deperrdian ya del Prior o Gren llaere de la Orden de San fuan de Jerusd6n, ya del p'rior o castell6n de la demarcaci5n en la que habitaban; es decir, de lss distinY tenian como principales prrerrogrtivas las de lL tas caitellanies. bre elecci6u de sus prioras y adminiseaci5n odirecta, privilegiol, p. !)' E n c o m i e n c l a d e Z a r a g o r a c l e l a L \ ' d e n d e S a n T r r a nc l e tesis doctorai Jerusal6n, siglo XII y XIIt", 5 lvIIRtT Y SANS, "Les cases", pig. mienda dd priorato de Catrlunei yr 6 ptoblernritica la existencia en ettoo cflos del de Santa lv{arfa del Caniro, cetca de Granollerr, puet la documenteci6n que se ha recogido de 61 no deja ir mis qlli de las merar suposiciones, puesto que no se sabe si eran siapler donadas de un monasterio marculino, o todo un convento sujeto a rrnregla semejante a la de Sige-a. Se fundaron m5,s: el de la Ripita, uasbdado luego a Tortosa, por ejemplo; pero hey que hacer constar que todos elloc, a excepcirin de los de Sigena y Alguaire, habian desalnrecido a princtpioc del siglo XIV. los conventos de religiosas hospitalarias fuera de Arag<in fueron inedila 209. (Zartgota l9ti0), pdg. 181. 1 IIEIAVILLL lI ROUX, "l'{6lenges", pt9. 12. 2 DURAN CUDIOL, A, "la regle del monestir d€ Sants Merfa de Sixena", abedie d€ M.rruerat, 1960, ya cit.da. t5 L4 bre todo eI primero, que motivaron en multitud de ocasiones luchas y reclamaciones contra los priores, castellanes y qan Prior quienes querian ser duefios absolutos de tales comunidades. Dice Delaville que en Espaf,a, Portugal, Francia, Italia y Melta formaron comunidades con vida propia, sin relaci5n alguna con l. No somos paftidarios de aseveraci5n tan tajaDte, los Ftrospitalarios aunque sf en muchas ocasiones, como ocurrir5 en el caso de Sigena, intentarin desligarse de ellos, perdiendo, en cierto modo, su caricter hospitalario. En cuanto al origen de zu nacimiento ya estamos mas conformes con el historiador franc6s, crcryendo con 6l que nacienon para dedicase a la oraci5n y a la realizaci6n de obras piadosas, pensalds, por otra parte, que aportaron muy poco a la obra comria del Ftrospital, aun cuando una de sus obligaciones para con la Orden fuera la de errviar tecursos para sufragar los gastos de la misma. En general, las monjas hospitalariasr como toda la Qden, fueIos ron muy bien vistas y considerades Por sus contemPq{neos. claustror de susconventos estuvieron llenos de sefloras nobles, pues las fanilias de mayor abolengo tuvieron a gala contar con una morL ja en alguno de los rronasterios hospitalarios, y, sobre todo en Arag6n, teuerla en el de Sigena. El hibito de las hospitalarias era negro, con una cruz de tela blanca de ocho puntes, colocada en el lado derecho generalmente'1 ttsororestt y ilduefiastr de un monasterio y otro la distinci6n ente las eshibaba en pequeflas variaciones del hdbito o en la colocaci5n de las cruces. cuya Junto a los &ailes hospitalarios, seminonjes-semiguerreros, rinica mira de sus actuaciones estaba Puesta en los Santos llgares y zu redenci6n, le nace a la Qden del Flospital uD nuevo brazo, el que reza, que por el origen noble de zus comPonentes adquiriri Pronto toda clase de privilegios que les conferirin con rapidez una gran PG tencia econ5mica, aunque no tanto espititual. Ia relativa independeucia otorgada en su nacimiento, como s€ demuesha de sobras en el caso que nos ocupa' hari que a meuudo zurjen disensiones cuando los jefes hospitalarios quieran atraer hacia su dominio a estos moDastdios, en los que veian una gran ayuda para sus fiues econ6micos. I 2 DEI.AVILLE LE ROUX, "M6langes", p!'9. 8. tas de Sigena la llevan al lado izquicrdo, segun se puede observu todavia hoy. Generalmente los monasterios femeninos, desde Ia 6poca visigoda, habian surgido a Ia sombra de los masculilos, aunque tambi6n hubo excepciones, de los que'dependian. Pero err el caso- del monaslerio sigenense, del que varnos a habler a continuaci6n, ocurriri lo ,:ontrarigi el clausto de frailes estar6 supeditado a los desiguios de la priora que, asesorada por la comunidad de 'rdueflasrr, e la vez que por la de frailes, ser6 la que gobierne. El caso de Sigena es, una vez rnis, el prototipo, .puesto que, aun no siendo el primer monasterio hospitalario driplice de la Peninsula, es el que mayor influencia tendri y el mis duradero, con predominio de la comunidad femenina sobre Ia mescrilina. II. I.A. ruNDACION DEL MONASTERIO DE SIGE\IA a) Motivos: Cuando la reina de Arag6n dofia Sancha, mujer de AlJonso II (1162-1196) decide fundar, a fines del siglo XlI, el monasterio de Sigena para recogimiento de las monjas hospitalarias, habia en este lugar una encomienda sanjuanista masculina dependiente de la Castellania de Amposta, que abarcaba los t6.rminos de Sena y Sigena, concedidos a la Orden del Flospital por Ram6n Berenguer [V en el 1, aflo 1157 aun cuando las iglesias de los mismoc pertenecian a la 'l Qden del emple [doc. 4 y 5], circurstaacia que, a la hora de la fundacicin del nuevo monasterio, motiv5 grandes lnoblemas, solucionados mediante cambios de tierras. Poco despues de la introducci6n de los Hospitalarios en Arag6n debieron strrgir, como ya hemos indicado, las primeras mujeres sirrpatizentes de la Orden, primeramente medio seglares medio religiosas, pero sin concretarse bajo ninguna asociacirin. Sin embargo, en todas ellas debfa existir cierto espitihr com(D, sobre todo enbe las de la nobleza, m6s abiertas a toda influencia cultural y a toda innovaci5n institucional y religiosa. t MIRtf \ - S A N S , " L e sc e s e s " , p i g . 9 3 . 16 L7 No debemos patst por elto el hecbo de que ambas Ordenec -Flospital y Temple- estaban de moda, tanto por le importancia adquiri_ da tras el testaoento de Alfonrc I el Batallador como por la fama gerada en defensa de los Santos lrrgares. Enhe ambas, el espiritu femenino eligi<i aquella que mejor sa_ tisfacia sr.rsanhelos, brindindoles la oportunidad de dedicarse a las funciones caritativas para con Ios enfermos de su sexo. Faltaba rrnicaraente la petona capar de aunar todos esos deseos y eduerzos sueldos. Antes que ea Sigota, como hemos sef,alado, hubo ya uu primer iatento en Gris6n, lo que dio origea a un hospital femeuino, pero de vids efimera. El espititu innovador hospital.ario que flotaba en el medio am_ biente debi5 invadir tambi6n a la reina aragonese dofia Sancha y a las damas que le rodeabau, decididndore a escribir al maeshe de San Gil [doc. 4 y 5l pidi6ndole no g5lo su parecer, sino tambidn tierras para fundar un monasterio femenino hospitalario sn le5 dshinioc dsl licspital, petici6n que pareci6 bien al entonces prior Armengol de accediendo e la rnisrrra. fua, Ia Jerarquia sanjuanista y la realeza a.ragonesa estaban de acuer_ do; la nobleza asinti6 tanrbidn, como lo demuestre el hecho de que todas las primeras rrduef,astt del nuevo monasterio eran de familia noble, y sigui6ronlo siendo hasta bien enbada la Edad lV{oderna. Faltaba tinicamente el asentimieato del Papa quien, a ruegos de dofia Sanche, no hizo eryer:u su confirmaci5n. Nada dice la documeataci6n acerca del motivo de la fundaci5n de Sigqla, por lo tento todo lo expuesto son suposicione! nuesFas. Pero lo que tampoco dice es que se debiera a un hecho milagrorc como nos quiere hacer creer fray I\{arco Antonio Var6n en su rrHistoria del Real iVbngsterio de Sigena". Dicho autor basa los motivoc del nacimiento del monasterio siBenerre en una tradici6n, extendidisima dur.nte los siglos XIII y XIV, segrin la cual una imagen de la Virgen desaparece de una iglo sia o ermita, en este caso la de Sigena, y aparece en oho lugar donde se encontrada por urur persona o por un animal, un toro en nuestro caso. Se lleva la imegen a su altar y vuelve a emigrar, y asf repetidas veces, hasta que las admira.tas y estupefactas gentes sacan la consecuencia l<5gica del repetido hecho: la Virgen quiere estar en el lugar elegido, por 1o tanto hay que hacerle un abrigo decoroso, levantarle un altar, una iglesia, un monasteriot. Vi.l PANO " 1 , S a n t a R - € - i n ed o i a [, cap. ll, pigs 12 y siguientes. I t. Sancha,,, pag. 17 y ss. ; y VARON, ,'Historia,', Var6n noe soluciona a la vez dos problem.s con dicha fibuta; primeramente nos da el motivo. En seguudo t6rmirc, el lugar donde debia levanterre el mouagterio. Io malo de todo ello er que algunos autoref p6t6iores, guiedos sin duda por la buena fe, han seguido creyendo en la mismg historial. b) Elecci<jn del lugar: Con h comoli&ci6n de Ram6a Berenguer IV y de lee coquftt$ Alfonrc II, qtredabe fodavia una zolra compteudids ebtt€ el 8omoDtsdoade per*lsate la rrisma pono occ€nte y Ia lioea lvlorella-Tenrel blaci6n, la antiguc poblaci5n, pero dejefa uD t nto e su inicietiva y a la de algunos noblea, mienbar las miris de los reyes se PogsbsD eD de Tula ocupeci6n del Reino valenciaao y aun rnurei{ro, -tr.tldq ltuerce Detris loc obispor de Zaragcl, dil6n [115tJ y Cazola ltl7gl, y las Ordener Militeres Do dabas rbasto en tu tance cultuy repobladma. En mucbos catcs, le anfgiie&d ral, crirti.nizadoa de cus &onteras les llevaba a lucber enb€ sf. Pq otro l*do,'loe viejoo monrrterios del Pirineo no alc'n?at ya, ni por *r leJania ni por su e.domirran ertet tier"as baj*s. Pers reviejo eirtema de explotaci6l, bajo el moal:tica mediar e;to tendrd lug:ar rboa una tuevaflor.aei6a sigm cigtercierue: Veruela, Santet Creus, Poblet, etc. Perg enEe 6stor y l,c citados obispsdoc guedl una zons de cabira€ y oltinares comprendida entre loc rios Clnca y Alcsqsdte y loe !'{cnegr96 que, y lAidz aunqu€ ncda mdg por sar situeci5r, privilegiada en elte 6poee, habia de tener cierta ieportaDeis. Adcmde cs une tierrr de n*die, donde, rl pa,recer, no sa conoce ningrrna tcnencia, aulque ciett:j rodatdr porverier de ellacr Fuentes, Sarifiena, Mequinenze, 1nr lo taenod eD 1134, aunque nada t€ I Vid, nonunenttl", PANO, "Reel l,t68t€rio pigs. 93-98. de sigena", en "Arrgln hist6rico, plddcso y l9 1188-1208 Escele vt kt lv td fl (, Monz5n Srritrcna AIrg6n o Alcolee de Cinca LERIDA ZARA6OZA a Fuentes O Vclilla O Tcncncias importantec pimttivo I Nriclco territoiel \\\ qr. doeci6n tcmitorial de Sigena, Sena y Villanueva ulnenza sepa de anos mris tarde, si bien la situaci6n debi6 continuer igual l. en los af,oc eD que va a nacer el mon:rsterio de Sigenr Para una corte itinerente como era le :rregonee de esta 6poca, Sigena ef,a punto obligado de paso en loe caminos que llevan desde Huesca o Berbasuo al brp, 1 Fraga y a L6rida, estando equidistente de Zeregee, Huelca, Barbastro, Ieiridety de l.os valles de los rioe Aguer, Martin, Guadalope y lvlatarrafla. Por eso no es de extreiar que los re.y--eE aragonesee esbrvieran interesadoc en esegurarse en etta zon| um bese, hablendo en t6rminos actuales. En adelente veremoc c5mo la importancia del encleve hari que el monrgtcrio de Sigena guarde en sr archino, hasta la reo'rganizaci5n del dc la Corpna de Arag6n, numerpsos documentos relativos e los asuntot del reino, sobre todo en el siglo XIII, decde donde f{cilmente y con toda cclcrided podian ser recuperados. Porque Sigene, aparte de ter rrn lrrolasterio del I'Io6pial, estuyo, desde su fundaci6n nisrra, iatimamente ligado a los reyes de Alagr5n. Por oro ledo, Sigena surge como un foco repoblador de pimera meglitud. I: Corona deJar6 en nanos dg le pion la direcci6n de por tratarse de ur1 nricleo que, por su! esta repobleci6n, impctrnte cancteristices edafok5gicas y climiticas, la poblaciSn clr elcesa. E encleve del monasterio es bastante bueno, rpwecbedo un ensanchamiento del valle del rio Alcanadre, pocos kil6nctos antes de unirse con ei Cinca. Actualuente es una zone f€f,til, gfacias e los aluvioues 2,nastrados por $rs aguasi sobre el valle, tierra de vegetaci<5n subridiaria (metorrales, espliego, tomillo), riltime degradaci5n de los ontinares y sabinas que siempre han abundado pot esta zon. , y grendes extensiones de secano y pedregales, muy aptos para el cultivo del uigo y de Ia vtd. Y, desde los escarpes de Ia orilla derecha hasta el rio Bro, tode rrn{r ,ona, hoy des6.rtica, ric8 en trigos, rcbre todo en afios de lluvias, (pre crr obo tiempo estuvo frondosanente cubierta de irboler de boJu pcrcnnc y que dierun, 1nr la tonalidad de su color, nombre a la comtncr: los ltrkrnegros" t Vr(i. (-()lt()Nr\ EARATECH, C., "tas tencrci8s da Aragrln dede 1035 e 1134", 1946) ' en "fitudior dc trlerl Media de le Corcna de Atag6n (C. S. f . C. ), t. tI' Czs.gon p{gr. J79- l,6. lr nrrsma carencia s nota en le deumcnteci<in recogide por D' Jo€6 Mrria IACARRA. "l)cument6 para el estudio da l. recoDquitte y rapobhciriu dcl vellc d e l E b r c " , c n t t M C A , t . I I , ( 1 9 { 6 ) , p i g s . 4 6 9 - 5 7 4 1t . I f t , ( 1 9 4 7 - 4 E ) , p A g t . 1 9 9 - 7 2 7 ' y t. V (1952), pigr. 5ll-668. scir al ocrtc 2 StSGu crti e diez leguu ei oertc dc tririd., di.a et u dc Hucra, d€ BarbasFoy dac el cste de Zeregca (Vid. VARON, "Hirtfiir", t. [, cap. l, pdg: 2). ?o 2l En la margen izquierda, la vegetaci<5n esti todavia mds degradada, con los referidos espliegos, tomillos y romeros. El lugar donde esti enclavado exactamente el monasterio es, pues, el m6s bajo de la regi5n, formando un verdadero oasis alargado. lv!'6.sancho el valle en su lado izquierdo esti y estaba recorrido por numerosas acequias derivadas del rio Alcanadre (Ias del Molino, Presifiena, de la Ribera, etc), que aseguraban el riego a media ladera, en las 6pocas de sequia, muy corrientes en la zona. Este lugar estd nahualmente comunicado con Sariflena, Aguas, Huesca, Fraga y L6rida por medio de caminos paralelos a vias fluviales: Alcanadre, Isuela, Flumen y Cinca. Para ir a Barbasbo habia que encontrar el Ciuca igualmente y remontarlo, en tanto que para alcarzar Zerzgozt era necesario cnuar los Monsgles, y, desde Pina, seguir hacia arriba el curso del Ebro. Frente a Sigena estaba situadi la villa de Urgellet, ya en la parte alta de la margen derecha del Alcanadre, con una pequefra poblaci5n de cincueuta vecinosl y hoy desaparecida. Esto pueblo, con Sigeua y Sena, agua.sarriba del rio, ser6n los que formar{n en principio, con sus t6rminos, el nricleo inicial del monasterio que, por ser construids sn Sigeua, recibiria este nombre. Hospitalarios y Templarios querian sacar partido del capricho de la reiua, de ahi gue antes de ponerse de acuerdo Ias tres partes pasara algtin tiempo. En octubre de 1187, Armengol de Aspa, prior de San Gil, cenEo occidental de la Gden de San Juan de Jerusal6n, entregaba por fin a la reina las villas dg Sena, Sigena y Urgellet pala que consFuyera en ellas cl nronasterio deseado a condici5n de que fuera de monjas hospitelnri: s, junto con el castillo de Santa Lecina, para poder efectrrar cl clrrrtrio citado con los Templariosr. l.ls conrliciones impuestas por la Orden del Temple eran de caricter territorial. Solicitaban tierras cercanas a su villa de l\{onz6n, tratando rlc pcrfilar sus limites en el Cinca frente a las posesiones del Hospitel. |l problema se solucion6 pues con Ia entrega de Santa Lecina [doc. 51. El maestrc de la Orden de San Juan imponia igualmente sus condiciones. Entrcgaba las villas de Sena, Sigena y Urgellet a dofia Sancha, pero, l)or un lado imponia la condici6u ya citada de que el monasterio qrre iba a nacer fuera de hospitalarias yr por otro, tataba de supeditar cl futuro monasterio en todo al maestre de Amposta. Este, en terccr lrrgar, de miras menos alFuistas, pidi6 a la reina una compensacicin tc.rritorial, accediendo 6sta a entregarle el maDso de Codong [doc. (rl, en el t6rmino de Tarragona, que su marido el rey c) Tr6mites: Resuelta dofia Sancha a fundar un monasterio femenino de religiosas hospitalarias y eligiendo en Sigena, como centro de las tierras reci6n conquistadas, el lugar apropiado, se dispuso a tramitar Ias cuestiones previas a la fundaci6n. En primer lugar se enconbaba con que si bien las villas de Sena y Sigena pertenecian a la Qden de San Juan de Jerusal6n, las iglesias de estos territorios eran de la Orden del Temple. indujo, er junio de 11&4, al prior de San Gil y al maestre de 'Santa Amposta a carnbiar dichas iglesias por el castillo y la villa de I-ecina y el Fueyo de l4onz6n (hoy Pueyo de Santa Cruz) en la ribera Cel Cinca, lr(rrtenecientes al Hospital [doc. 41, con lo que trlrminos, villas e iglesias quedaban en poder de una misrna mano. Sin embargo esta tentativa primera de dofra Sancha no dio el fruto ape.tecido, puesto que no se llevq a cabo. Alfonso II le habia entregado como dote. Merced a cstos cambios y a su propio sacrificio, dofla Sancha era duefla.de las villas de Sena, Sigena y Urgellet y del monasterio de Sigena que, en adelante, quedaria doblemente vinculado a Amposta, en cuya circunscripci5n estaban estas tieras, y a Ia Corona aragonesa. De hecho, cn maro de 1188 surgia rrad consruendum et hedificandum monastcrium et habitaculum dominarum ut semper ibi vivant ad honorenr Dei Omnipotenti et Beate lohani Baptiste et sub regule sacratissinre Flospitalis, simul cum additamentis regule quas ego illi addidi, scilicet sancti Augustini hoc additamentum feci" ldoc. 61. El nuevo convento debi6 consuuirse junto a la casa de frailes sanjuanista de la encomienda que desde tiemp6s 4s Ram6n Berenguer IV funcionaba en Sigena, conviviendo sus ocupantes, en ade- 1 I vid. VARON, I'Historiar', s. I, cap, pig. 11. "supradictum gisuo lherosolimit.no qlrippe donrtionem vobis tlospitalis inde facistis',, facimrrs (Vid. gropter docum. crcb.es 5. ) preces quar me- z5 22 lante, aunque en edificios separados, juDtos trdueflasfi y frailes, hecho gue dio origen a la duplicidad que serie una de sus notas mis caracteristicas. d) Fecha de fundaci5n: Oficialmente, como hemos seflalado, el nuevo monasterio nacia en mafizo del aflo 1188, estando la comunidad, casi contoda seguridad, formada en abril del mismot, mes en el que Sigena recibe la p,rimera donaci5n de manos del rey Alfonso II: la villa de Candasuos. Segrin Pano, las obras del edificio habian comenzado en 1183, lo puesto que todavia era problemitique parece mis que irqnobable, ca, como hemos indicado, s: fundaci6n. lo m{s vef,osimil es que, en principio, aprovecharan algda edificio de la villa de Sigena en tanto se construia el mouasterio y una nueva poblaci5n, algo apartada de 6ste, a la que se trasladarian los desplazados hebitantes de Sigena: Villanueva de Sigenal. III. a) R eglamentaci6n ORGANEACION del Como no hallaron ninguna otra regla que les satisfaciera, la reina encarg<i la redacci6n de una nueva al obispo de Huesca Ricardo [doc. 8], quien la elaboraba entre octubre de 1187 y el mismo mes de 11881r y 9ue seria en adelante, con mds o menos transformaciones, el modelo por el que se iban a regir casi todos los monasterios femeninos de Ia fuen de San luan. El 6 de octubre de 1188, Armengol de Aspa accedfa oficialmente no s5lo a la instauraci5n del nuevo monasterio, sino tambi6n a la observaci5n de Ia nueva regla "iste novus modus et sororibus nostris inconsuetus vivendi'r [doc. 8]. [a regla de Ricardo describia, minuto a minuto, la vida del monasterio durante los domiagos y dias festivos y laborables, desde que se despertaban las 'rduefrasrr hasta la hora de acostarse; las oraciones que debian rezarse, y en qu6 lugar y mometrtoi la forma de acudir al comedor, al dormitorio, al baflo, etc. los habajos encomendados a cada una de las rrdueflasil y la manera de desempeiarlos; la forrna de velar y enterrar a sus muertos, etc.', Redactada la nueva regla por Ricardo, Sigena 11eg5a poseer dos reglas distintas: la de San Agustin, propia del Hospital, y la privativa del monasterio. Sin embargo, todavia quedaban pendientes deresoluci6n algunos puntos vitalisimos para la futura vida del monaste rio, cuales eran las relaciones a mantener con las jerarquias delHog pital y, en general, con toda la Ordeu. Para solucionar este vacfo y mediante la p,romulgaci5n de algunos documentos por el prior de S41 Gil y el castellSn de Amposta, INTERNA Monasterio: Ias monjas hospitalarias siguieron la regla de Saa Agustin que, como hemos seflalado, fue la primera que se indic<5 para Sigena, pero incompleta o insuficiente para guiar a una comunidad. Apercibidos el maesre de Amposta y la reina dof,a Sanche de esto6 defectos, trataroD de compersarlos con la edici6n de otra regla que, hora a hora, fuera sefralando los deberes y obligaciones, las oraciones y ceremonias de las "dueflasrr, desde la asistencia a misa se fue creando un tercer'cuerpo legislativo y regulador, que iria mo-:dificindose segrin las circunstancias. De esta forma, ya un aio autes del nacimiento de la regla de Sigena, en octubre de 1187, en plenos prep.uativos para llevar a cabo la fundaci5n del monasterio, Armengol de Aspa, como prior de San Cil y castelldn de Amposta, y coD el consentimiento de dofia Sancha, presunta fundadora del monasterio, trat6 de solucionar los problemas mis candentes de la oueva casa: el referente a la direcci5n del mismo y el tocante a las relaciones de Sigena con el Hospital [doc. 5]. hagta la entreda en eI baflo o en el refectorio. 1 la instalacion de la nrrcva comrrni(lad conmeno.a actilalhcntc rLrvo lrrAar cl dia 2l de abril, el an.iversario,le s| frrndaci6n (virl, 17). pig. 2 Vid. PANO, "la Santa Reina", priq' 103-104' l';\No, "ia dia en qLre se santa Reina", 1 \'i(1. i)lJIt/\\, "la re<la dcl monesrir de Sanra lvlaria de Sixena". [s rrna mono- {rafia dedica(lr a lr rr(ie 1 ohr:.lel obisPo Ricer.io ric liuescl. 2 \'jd. j)ltlt.\N Clrt)iOI , " l:r reil:r", t)dAs. 2l :.7. \, r)resrro ciocrrm. nrim. 8. 21 Segfu las prowislones del prie, el monssterio sigenense seria goberuado por uDa lduef,arr, la prica; rrvolumus etiam atque conce_ dinus quod in eo loco sit semper piorissa sub cuius lrtestete siut omnia od gefatam domum pertinentie; fratrer etiam sorores atque coDfratres et omnia qui in eadem doDo stet€riJrt sint sub imperio elusde- prieisse et eidem obediant tam clerici quam laicir, de modo que ef,a la {.nica que, en lo sucesivo, tendria facultad de man_ do, gobemando mediente la regte del Flocpitd (recu6rdese que todr via no ha alnrecido la propia del morusterio), con la que habria de admiaistrar jusdcia hasta donde llcgara, recurriendo en riltima iastincia el castellia de Amposta, 5q irngdiafl jeraryuia. El capitulo mis impohnte de estas leyes sueltas era eI refe_ rentc a las relaqion$ e[6e la Gden y Sigena. la priora, cabeza del mcinasterio por la facultad couferide por el propio priot de San Gil, debia obedec€r el castelr;n ernpostaro, cuyo consejo era indispenss,ble paf,e la aduisi6n de personas en el nonastef,io; en segundo lu_ .ger, la decci6n de cads pica se efectuaria con el consenso del castell6n de Ampootr y de doffe Sancha, mientras 6sta viviera, con_ ruItaado a la vez la opini6n de las demis ilduefiasrr" Sin ernbargo, el castell{n Do teDia poder suficiente denbo del monasterio lxra introftrcir ni sacar rrduefarr alguna sin el consentimiento de la priora, Ea euarto luga.r, en caso de ineptitud de 6sta, el castellin bstaba obliggdo a sr.rstituirla, contando con la aquiescencia de las demis comlrcDfotes de la casa. Couro una obligaci6u mds de la prioa resp€cto al castelli.n de Amposta, la priea tenia que asistfu al capitulo general del Ftrospital de nr cagtellaaia 'na vsz al atro, por una prte ,'ad audiendum pre_ eegite magisbiir y, po ota, para enhegar las linosaas destinadas a Ios eofermos del Flocpital, ,tseculdum quod sibi iusum fuerit suas annuatim belemcsinas inflnnis pauperibus Ilospitaris therocolimitani bausrrissurart, Eu el mismo docurnento parecian tratadqr tambi6n algunos pun_ to6 tocantes a la admisl6n de ,tdueseErr y al reparto de los bienes en_ tregados cono dote; de tal fcrne que ee creaba rrnl case, de Flor_ Itin qua pitalerias, olnneo rcorer quod infta baiulia Emposte se !trospitali cbttrleliDt, reciFiartur et GenreDtur et pGsint ibi habitare in uDumtt. Si la nueva'rduef,aH procedia del reino de Arag6ntodos zus bienes, tento muebles como inmueblec, debian pertenecer integra_ mente al morart€rio: pero ;i pcocedial de la bailia de Amposta, los bienes muebles debian pesar a Sigena, pero Do los inmuebles, que qucdabaa para la easrellania [doc. 5J. 25 Este tercer cuerpo legislativo, del que acabamos de ver un buen ejemplo, fue incrementdndose con eI tiempo, tratando de solucionar los problemas que iban zurgiendo al paso, y que, como veremos en los capitulos siguientes, fueron muchos por la tendencia de las rrduefiasrrsigenensesa emanciparse de la Castellania. Asf en rnarzo de 1188, eI maesre de Ampostar presionado por la reina, concedia "ut nullus ex nostris successoribus neque prio neque matrster habeat licenciam nec potestatem abslraere nec eicere priorissam vel aliam domnam de predicto monasterio nisi canonice ordinis" [doc. 6], lo que venia a mitigar un poco alguna de las a.rrteriores disposic iones. Et 1207, el Gtan maesEe de la fuen de San Juan de Jerusal6n confirmaba por vez pimera estas norm:rs [doc. 36]rque, poco a poco, fueron incubando un tercer cuerpo legislativo ercrito, pero no recogido en una sola compilaci5n, sfuto en privilegios y documentos sueltos. Ios Papas, por su parte, a la vez que extendian bulas y privilegios tomando bajo zu protecci5n y amparo al monasterio, afradia^n nuevas cldusulas que estaban destinadas a uuirse a este tercer cuelpo legislativo sigenense fdoc. t7 y 431. Muy posterior es la redacci5n de uua compilaci6n reguladora, pues date del afro 1588, mandada redactar por Ia entonces piora dof,a [lisa de Moncayo. Se trata de un cuerpo de tradiciones que con el tiempo se hicieron ley en la Casa, dirigidas todas ellas a dar un mayo,r boato y solemuidad a los cultos y actos comunitariosr. Los frailes b) del monasterio de Sigena: Ya hemos visto como en la 6poca de fundaci6n del monasterio existia en Sigr.na y en Sgna una encomienda hospitalaria de las muchas que surgicron dtuante eI reinado de AUonso II, dependiente de la Castellaniu rte Ampbsta. Cuando la reina de Arag<in dofra Sancha instaura el clausoo femenino de ai:rerdo con los responsables de la Gden sanjuanista, estos t'ailcs hospitalarios permanecen junto a 61, enuando, desde eJ.comienzo, a lormar parte de la vida del nuevo monasterio. El caricter autonomo que dofra Sancha pretende dar a zu obra respeto del Flospital de Amposta, es acusado por este grupo de &ailes que, poco a poco, se van desligando de su casa madre. Y lleI \1id. \',\lloN, "llistoria", t, ll, caP. Ill, pirs. 26-34. 26 27 gard el tnomento, como veremos, en que el castellSn luchari por tener su relresent:rute ga Sigena. Desde los primeros dias de la fuadaci6n, los frailes de la antigua eDcomienda van a desempef,ar denbo de monasterio un papel determinado. himeramente son los que atienden en todo lo refereute al culto y a la vida espiritual de las trduefresrrleD segundo lugr, segrin podemos raste:rf, por los poco explicitos documentos, parecen ser los adrninistradores de las tierras y bienes del monasterio, pero en dependeucia constaDte del claustro femenino a la hora de tomar las decisiones. Hasta la muepte de dofra Sancha est,jn los &ailes, como tdas las ttduefrastr, incluso la priora, zupeditados Ircr entero a ella, a lattdominafrixrr, congregS,ndose bajo la direcci5n del "comendadort, o 'rpreceptorrr. A la muerte de la reina, frente a la priora ornnipotente, surge el |tprioril del convento masculino. Es decir, dentro de la relativa autononia de Sigena surgen dos conventos paralelos -rrdueflasrry frailes- cada cual con su jerarquia, pero siemlre el convento masculino supeditado a la p,riora del femeuino, origen de la fundaci5n del monasterio. Es, pue.6r u.n monasterio driplice que, por el car6cter y circuDstancias de su creeci5n, podema llamar invertido, caso del que nos habla Qlandis en sus articulos citadost. Este grupo cle frailes admitirS, como el femenino, donados; conseguir{ donaciones de l,os fieles y aportard al monasterio zus bienes y zus hombres. Hasta que la madruez de vida del convento permita enviar a las ttduefiastr con encomiendas fuera del monastef,io, serdn los frailes sigene.ses los que las repnesentarin por delegaci5n de la priora, tanto para asistir a las causas criminales que se presenten, como para dirigir, en 1;rhcipio, algunas encomiendas que Sigeoa establecerd denbo de la geografia de sus dsninies. Aun en estos casos el poder ejecutivo cstd,ra en manos de la p'rl@s. Durante los pnimeros atros de la vida del monasterio de Sigena, eI convento femeni-no paf,ece desorganizado de tal forma que, siendo dofla Sancha }.a e:rcargada de tramitar todo lo referente a Ia fundaci6n y falto ei r::-iaustrofemeni:ro tcdavia de uu armaz6n bien orga::izrrlo, scii el. "cornentladortr o elttpreceptor'r quien se encargue de ia adminisbaci5n .le los bienes. Nace pues un tri6ngulo en cuyos v6rtices aoarecen dofra Sanch.a, la priora y el "comendador-pre ceptfrtt. 1 V6ese la notr nrim. 2 de la pigina 11. Asi se explica c6mo Fro de Alcolea al dar sus ganados a Sigena para que los custodiaran, a cambio de la mitad de ellos, lo hace en rrduefiastt y frailes que alli viven y nombre de doffa Sancha, de las rrcomendador{t, en este tiempo Guill6n de Zorriana [doc. 3], del quien en 1188 aparecia junto al maesre de Amposta, aconsejindole en la permuta hecha por eI Hospital a la reina, del manso de Codong por Ia encomienda sigenerse [doc. 6]. los primeros t'comendadoresl estin ligados a la Castellania, rrpreceptortt .loP. de Fillera, como lo estard tambi6n el primer ld entrega de tierras a los judios quien aparece en 1190 confirmtrdo de Huesca por la reina [doc. 9]. El uoviembre d,e tL92, aun cuando ya existia una priora, la reina se hace aconsejar por el citado lope, que ahora se titularrcomendadorrt[doc. 11]. Asegurariamos que esta politica de atracci5n fue ideada por la misma dofra Sancha para ligar a los rnonjes de la encomienda sanjuanista pnecendente hacia el reciEa fundado monasterio, enriquecido pronto por el favor de los reyes araSonesesr nobles y donadosde toda especie. Todo el mundo debi5 entender qui6nes eran losverdaderos administadores, f retto que algunas de las donaciones hechas al monasterio iban dirigidas al rrlneeeptortt, como una de 1193 [doc. 16] y otra de 1199, sirindolo entonces Berenguer de Abadal [doc. 31], o la venta que un tal Gil hace de un camPo en Barbastro a nombre de Pedro, zubcomendador de Sigena [doc. 4O]; u otra venta hecha a nombre del ttpreceptor" Martin de Aibar en 1206, consistente en dos campos situados en Barbastro [doc. 41]. Creemos que estas ventas y donaciones Do deben entenderse como hechas aI Hospital independientemeDte del monasterio de Sigena, sino como efectuadas a quienes adminisbaban el convento o al ('r)njunto de hombres saDjuanistas del mismo, cuyos bienes revertirl.an a Ia totalidad del monaste,rio. ('ompendemos tambidn que estc frailes, mas que la pertenent'iir l rrna misma Orden, eran los que unian al momasterio siSenelrse con cl Ilospital, l:r rrr:ryorih de el1os habian desempefrad{ cargos o habian vivi<lo crr cl s('n() (le la Castellania de Ampostar pasando luego a la encorrrir:nda tic Sigena, con 1o cual los lazos entre anbos ceDtos eran todrvia m:is estrechos. Ahora bien, la Seneraci6n venidera que les zustituya tendr6 un carScter diferente, gesrindose entonces con 29 28 ella la ruptura ente Sigena y Amposta, ruptura que cristalizari a fineE del siglo XIII. Pero por ahorr, en estos Inineros tlempos de la vida del monasterio, el casteUin ampostano todavia se hari asesorar por el ilpeceptortr de Sigena e incluso por la misma reina ttet ad mliorem confirmacionem huius donationis ego Sancia... hanc cartam et donum laudo et concedo in perpetuum" en alguno de rus asuntos [doc. 271, asesoramiento que no encontramos m{s adelante, confqme nos vayamos adentrando en el siglo XIII. Porque en el transcurso de la d6cimotercera centuria, estoa frailes poporcionados por la Orden desde Ampocta ser{n sustituidos po loe que libremente se entretar6n al monasterio, como donados pimero y como frailes despu6s, admitidos por las prioras con el consentimiento de todo el capitulo de trsorores et fratrerr sigenenses. k tradici5u ampoctane se perderd paulatinamente. Cuando a fines del siglo XIII el monesterio incurra en la pena de excomuni5n y entredicho, quedan incluidos en ella, con el monasterio, ms territorios, las iglesias, las 'rdueflas'r, los mismos frailes que, junto al claustro femenino, se habian puesto frente a Ampos- A partir de 1226 aparece el "priortt como cabeza dql clausbo masculino, en menoscabo del 'tpreceptor - comendatorrt' , a,-q.r" hasta L237 se alternan en el primer ysegundo lugares de las intitulaciones documentales; en contadas ocasiones ambos cargos los detenta una misma persona [doc. 141]. A partir de estas fechas, por el contrario, desaparece el cargo de "capelldntt, por lo que inmediatamente dcspuds del prior y ptreceptor va el rrclavigerotr, al que, como en el periodo anterior, le suelen preceder intermitentemente ouos frailes ("capellan priorissetr, rrlaboratorisl, ttcarcerarii", ttmaiorali oviunr'r, etc). la jerarquizaci5n aparece asi: "prior = ilp'receptortl ttpreceptortl [;, Anot226-t237 = t'priortt rrprocurator vinearum'il rrlaboratorisrr I ,,carcerariit, j frmaiorali ., ., acclde[talmente f oviumtt ) ta. Como venimos viendo, el claustro rnasculino, entre la fecha de fundaci5n del monasterio (1188) y el ano 1226 en que comienza el gobierno de la quinta prioa, dofra Sancha Jim6nez de Urrea (L226t2?71, esti encabezado por el trpreceptortt o ttcomendadorr, indistintamente, de foma que ambos cargos pledan coincidir en una misma persona. A continuaci5n aparecen el trcapell{nrry el rrclaverorr, siendo el segundo relegado al riltimo lugar en las lntitulaciones oflrmas de los documentos cuando aFuece espor6dicamente otro cargo como, por ejemplo, el ilprocurator vinearumrrr trprocurator labcratoristrr ttbaile de Senatt. Ia jerarquizaci<in aparece asi: 1. trpeceptctt [,. Desde 12.|7, el rrprioril encabeza en solitario al claustro masculino relegantlo definitivamente al segundo lugar al ttpreceptortt. Va a scr 6stc cl nromento en que Amposta intenta asegurarse estos dos cargos nonrlrr:indolos el pnopio castell{n [doc. 159], pero el intento, :r irrzglr Jnr l:rs l)osteriores consecuencias, parece fallido. 'lrls r.l 'rl,receptorrr, al que esporddicamente se le denomina 'rt'orrrr.rrrlstor", apan'ece el rrclaverorr, en id6nticas condiciones que lur y!l r.rlxl(.St:ls: I = trcomendadotrr Ano l2 l'/ -l ,'.'IL 2. rrcapelllntt vinearumtl Itprocurator laboratoistt ttbaile de Senarl ttclaverott 1. ttpriortt 2. ttpreceptortr = ttcomendatortt 3. rrclavigerorl accidentalmente I 3. { i ttpocurator Affo 1188-1226 "clavigerott f)esapareee eI c.rrgo dc "comen,.lador". 31 H} Desde t?91 hsrts. 13@ d€!4renea€ cl "1nicl', sfn du'da pe heber gxaedo paffiit0 pq donr lvfrlfn lvlertfiez dc L,rne, coutricente ddl }a priorr @e TCr€j tib€o€? dc Unerl , oeuPaldo ru sitio de nuerro eil ilcomqriie,tcu., teguido 4cl "clavlgerott; ncooenCatortl Ano 1291-13@ ttslatr.tgegn {, Nadq, dicen loe &curoeotos & ler reelnctivas atritruotoner dc €ftor eE ggr ni de la foma & se povirtoc, co4glo tebpoco ertrnCiSca oada Ia e*glr del obirp oocen e Bic,ardo, dedicads p@ errtsoa.l cqEtI€lrto famedoo. El luerrb del caxellfn por estableeer en 1240 un tb anporte pior y ua eomendedcr en el moacterlo, nos hece pcrsar q*e la elcccri5n de estos cargoo re venie hecierdo cn el propio monertali,o. f,l apic' es L ceb€ar dGl clgurbo marculioo, srlieto csmo todoc lcn deo& li€iler r la obsenrrDcl. de Ia regla, pero romctido a m Debi5 emtrolar todo el ap.rcto labo*I vez e b flq€. de Sigele, ailDqu€ rc fueqa 61 guia Fasrrs tas cuentgr e los distiutos enearggdot d'e recoger los distints btees. P.ara l€gar al piorato ro era necesario baber octentado aates e*go algu:ro €n cl rrlonc#€rlo; b*taha con ser elegido, guizris por $ufFaSio gsn€Dal de.todoe lc coo.lueotcr de Ia Casa, ta:rso ItduefiaiE gorno frei-les. Al trpeeeptn/ o tteosreodedotr ye lo herncx visto dedicado a llc{ra la edtini*ec-i6n belo f:rr &dcoes tno€diatas uo del prior, silo d€ le picr, sb cu''o eoaclnieoo, conteio o perrniro no lxrcf,rte cargo, como el dc t'pitrH, de lgcer,oing$,n g*ato dttroatilrerfo. tto e6 vital.icio y edem$ tste|cc bartente bestable . juzgar p(,r lo8 Siu dude su sodiDuoe earrbioc, eqms isilice Ia docupentaci6n. nsmbremienEo dcpgrdfe dr la volurrtad contuDfa del doble elitrstro BiEsdasc* (1u€ le d6ue eo tnportancia, El "capelfintt, p_*reee eEtar drdie:tdo slq dude al eulitc&o de loe olreF€ptos de lc igre"ia y, aobre ticdo, a Is colrceraiettc 4l cUlto diriro y a la direcci6n de le vida Rdtrsfiair. Su rctrevangia re.llgioee de le cosunid*d,de d'qrro d€l t I! c*ld, tne iblparioirir irdtprrdtcnrs vim a cor{ilm3r eE $3 Alcioocs rodavia rn{s cl orr4en ) uonrlrramiento loralnrqte rle AmD@ta. rileDehrc mermada desde el momeDto en qEc moDettrerio queds:nribleoeate El ttcapellantt grede, el cargo de trp,riori funciont cm nomalidad. ttpriortt ge$cti, de la comunillegar a ser como en el caco de Pgri dad. y cltyo EI "clavigero" es el cargo regular menos impotante, desempeflo no exige gren continuidad temporal al frente del mismo; parece ser un cargo & elecci5u anual, aunque con la posibilidad de ser reeleRido, Existen tambidn obor cargoc cuyas funciones especificar se t len del {mbito del propio mmesterio, y de los cuales hablamoe m& adelante. Y, Junto a todc elloo, un nrimero variable de frailer que, e teDq de l.s puebas documeatales que hemos podido recoger, Do debieron ascender a mds de qutlce. Por obo lado, la comunidad masculina sigeretrse debi6 tenec tambi6n la misi6n de cuidar de las almas de lc habitantes de las villas de sefforio pertenecientec al monast€rio, en las que tambi6n Ios enca,rgadc veremos representaotes legales y adminisbativos'. a los pobladores de estas tienas, que tan de guiar espiriturlaente iltimameDte estin ligadas a le Casa, srelen ser frailes de su cornunidad. No poccernos de ellos une relaci5n detallada; ni siquiera conocemoc $ur atribuciones. Unicamente sabemos de elloc IDr cuanto que de vez en cuando lc vepoc aparecer como testigos docunentales. No hay uuiformidad en loe tfluloe empleados; existen'rrectores'r, ttvicariost', |tpesbiterctl, sin atisbo de escala jerdr"sacerdotesrr y quica ni de funcionec, aurxlue sin duda la diferencia de ti'tulo rerponde a condiciones dirtintas r€specto a la categcia de las iglesier regentades o a lar relgcion€s con el obispado del que dependen loc distintoc tef,rilorios en loc que est6n enclavados aquellas. No podemos hacer rnir que rese$arloc crvnol5gieanente, En 1235 aparece un tal Raimundus corrro ttsacerdote et vicarius Campiasinomm" [doc. 1tl4] en el ailo 1293, Stephano de Sareyacna es "vicario Villenee" 301], cargo en el que perdure en [de. 1296 [doc. 328]1 y eo 1293, tarrbidn lohani de Siero es "vicariio eclesie de larrayao tdoc. 306]. En 1293, Petro Egidii ebneto&re la lisa dc lostrrectoresrr, siendolo de "ceclegie C*rrqi*tiroam" [doc. 30O] y Justo de Anrso€r ilrector€ occledc de QucxalF [ddc. 3031. de I Tiagm dc ello ea la 1€Bic1s t49 a 154. 32 33 El antes citado Raimuudus, 'rsacerdos et vicarius Campiasiuo_ rumtt es el primer sacerdote datado, en 1235 [doc. 1,14]1frate lohane, frsacerdotis Ssxglstt, er.L249 [doc. 182], mientras que en 1239 l24L y 1242 un tal Guillemus lo es de Sena [doc. 428, 432 y 4331. Flallamos, por otro lado, el primer "p,resbiteri priorisse de Sixe_ na'r en 1218 [doc. 84]; en 1293, Iohanem de Tormelo y pebo de C'raus lo son de Ontinena [doc. 3Ml, a la vez que Dominici de Sessa lo es de Bujaraloz [doc. 306]. Las trdueflas de Sigena: c) Si el convento de frailes es interesante, lo es mds el femenino por cuanto que es el mds importante y el que da raz<5nde ser al mo_ nasterio. Nace 6ste en 1188, como hemos indicado, para albergar mujeres primordirlmeater.pertenecientes todas ellas a la nobleza del reino e incluso a la misma familia reall. Ioa mds ilusbes apellidos de la 61rcca se mezclan aqui convi_ Sin duda alguna, Ia clase rrr{s importante es la primera, la esencia del monasterio y a Ia que la documentaci5n parece llamar rinicamente "domne"l el estamentt'o clase segunda estS compuesto por niflas todavia, entregadas a la vida religioca por sus padres y que viven eD el monasterio tuteladas por las |tdomnet'; el terter gupo (c) lo componen las servidoras de la C:rsa, aunque quiz6s couviniera decir mejor, de las sef,oras nobles recluidas en ellat. F.stas riltimas serian las que Pano llama de rrmedia cruzrr frente aI primer gupo (a) que serian las de "cruz enterattf. De los gnrpos pnimeros y tercero saldrin los cargos comunitarios, rrdipitetes" unos, "officialesrr los oEosl , agrupados de esta forma: rrdiguitates'r'rabbatissarr "dignitates" viendo las Lizana con Uns4, Ilesia, Estopifrdn, Entenzar Benavente, Aliaga, Biota, etc., hijas o hermanas de lugartenientes, bailes, justicias, etc., de los reyes de la Corona de Aragrin. Ia regla del obispo oscense Ricardo se encargard de borrar el pasado familiar para encuadrarlas en la esfructura monasterial. El conveuto femenino se conpone de tres clases o estamentos di_ ferentesl, a los que la regla obliga de forma distinta: a) ttofficiales" rrrefectoriarl sorores ttofficiales" iuniores puelle la documentaci5n recogida solamente nos certifica la existencia de algunos de estos cargos, colocados ente [ ] en la relaci5n pece dente. obedienciales con:er.se servltrrces I Vid. PANO, 2 Vid. DUR.AN CUDIOL, Icallararia] [cameraria] t'dormitarariatl tthelemosinatiatt [infirmararia] trfamula ecclesierl Itminutrix sanguinisrl puella teneLla inJantes c) 'rp,recenuixtt Icantrix] ttparaphonistatr domine clausEenses maiores b) IP'riorissa] rrsegunda p,riorissart [subprio'ra] o [sacrista] trmagistarr rrmagisra prion puellarumrt rrmagisbe puellarumtt ' Icustodes pr.rellarum tt 2 Vid. donadas y donados Podian cntrar en el monasterio 78)' dofla Maria de Narbona (vid' tlocrrm' 1rr clemplo, PANO, "la Santa Reina", pig. l1l. 3 Vid. DURAN 1 criados, "La Santa Reina', pigs. "La regla", 43-44. pig. 2tr. les "duenas", como GUDIOL, "t: regla", t'tig. 27. con sus [roPi6 35 34 Poco sabemos de las auibuciones de cada uno de estos cargos, a no ser las sugeridas por sus propios nombres o por lo poco que se puede sacar de la regla sigenense [doc. 8]. Siguiendo los estatutos redactados por el obispo oscense, aParte de las disposiciones dadas en este punto por el gran maestre y el castellin de Amposta, que ya hemos sefialado, no queda lugar a dudas de que el monasterio, no ya s6lo el claustro femenino, estaba regido 'rabbatissatt a la por la ttprioratt o ttpriorissatt, en ningrin caso por la que alude el autor de Ia regla, Puesto que en la realidad este carSo I'priorissa". Esta rerine en zus no existi5 o se confundi6 con el de la manos todos los poderes y es la directora en la iglesia, en el capitulo, en el coro, en el comedor, y en definitiva, en cualquier acto y Iugar comunitario. Es la cabeza tanto externa como interna de Sigena. la regla establece claramente la forma de elegirla. Dice asi: 'rtres de dominabus sanccioribus eligantur a toto capitulo et ille tres eligant quinque de capitulo que faciant electionem. Totum autem nota sua in arbibium illarum quinque et que capitulum tanderat ille quinque vel maior pars illarum quinque elegerint, adhibito poset postea illa sit priorissa que toti domui protea assensu magisri, videritrr[doc. 8]. la ttpriorissatt tiene la facultad de elegir, con el consentimiento ttcellarariatt, ttsactistatr, rrcantrixt', los ministros y del capitulo, la ministas de la casa y los sacerdotes, cl5rigos y "laboratorestt. rrpriorissart es suPor imposibilidad, enfermedad o ausencia, la ttzubpniorissal, sobre todo para aquellos asuntos meraplida por la trsubpriorissatf trsubmente internos de la vida del monasterio. [a , ttduettsegunda prioratt se convierter puesr en la segunda prioratt o fiarr de la comunidad. Tras estos dos cargos, los m6s importantes de todos, aparece el de rrsacristatr, elegida 1nr la priora, teniendo como encargo principal el cuidado de las lSmparas y candelabros de la iglesia, el dar las seflales con la campanilla despu6s de cada oraci5n, preparar el incensario para aquellas ceremonias que 1o requiera- A juzgar por la es el cargo m5s estable de todos. documentaciin ttmaTanto Iatrmagistratr o |tmagista prior puellarurntt como las trcustodes puellarumtt estdn al tanto de la edugisEe puellarum'r o caci5n religiosa, comunitaria y cultural de las nifras, futuras "dueflasrt, entregadas al monasterio en temprana edad. trprecenFixtt, como la ttcanEixtt Entre los cargos trofficialesil, la o trparaphonistarr dirigen los cinticos y los rezos en el coro y en las procesiones conventuales, ayudando de esta forma a la |tpriorissarr. Ia 'rrefectorariarr es la encargada del comedor, de distibuir el pan y el vino en las mesas junto con los demis alimentos y la sal, debiendo proveer de todas las cosas necesarias a las comensales, asf como procrrrar que se lleve a cabo la limpieza del comedor, cuya puerta esti encargada de cerrar, entregando la llave a la "cellarariarl o ttclaver,; ". l: "cellararia" se convierte eD uno de los cargos segundonesde mayor importancia, puesto. que es Ia responsable de todo lo que pueda ocrrrrir en cada compartimento despu6s de que la encargada correspondiente al mismo le haya enbegado las llaves. Como en el clausbo masculino el 'rclavigerrr, en el femenino la lduef,arl encargada de las llaves tiene, pues, gran responsabilidad. El cargo, quizis por srr delicada naturaleza, es inestable; y la zucesi6n de hs rrcellararias" fue vertiginosa, como nos muesba la documentaci5n. los demis trabajos del monasterio estin dirigidos personalmente por las t'camerariatr, "dormitararia", "helemosinariarr, rrinfirmarariart, etc., y, cada una de ellas estd asistida por trfamulett, encargadas de desempeflar las tareas mds penosas, lo que hoy llamariamos tabajos mecinicos. En el monasterio de Sigena no existen celdas. Cada uno de los grupos citados vive en comuuidad en su conveDto y, aun cuando se unan para :rlgunos actos, formrn bloques aparte, como en el Itrefectorio" o "rlormitoriott, y arin en el propio coro. El qrrehaccr primordial de las trduefrasrryrrpuellesil es la oraci6n, ya comun y':r individualmente, aparte del canto en el coro de la igleeia y l:r lcctura de textgs sagrados que acompaffa las comidas y otrts activi(lades de la vida diaria. El dia sigcnense, cuyo horario no es igual en todas las 6pocas dd afro, cousta rlrr tres partes bien diferenciadas: i) media noche, b) la maflana;yr)l:rtarde. a) media tt,.',:lte: [b tras el cual b) comiema a media noche con el rezo de ilMeitinesilr ' r d u e f r a s r r las se acuestan. jornada Ia marlana: Con el alba ("illuscescente sarr, toda la comunidad die'r), y a la llamada de larrpriorisse pone en pie y reza rfprima'r del dia, para reunirse a contirlraci6n en capitulo, ra del Evangelio, el serm5n diario en el que tiene de larrpriorissarr lugar la lectuo de una rrduefiarl 36 cualquiera, si son letradasi si sou iletradas, ordena la regla que rtlo_ quant'r semper primo de spiritualibus et de hedificacione anime saltem materna linguatr. Para finalizar er capitulo, se trata de ros azuntos concernientes al rnonasterio, ademis de la correcci5n de faltas. Terminado el capitulo, y mieDtras las ,tpuelle" quedan en 6l ex_ poniendo zus faltas ante las 'tmagistrarr, para marchar a coDtinuaci6n a su convento, las rrdueflastt pasau a leer y cant:rr en el clausho. Entre el capitulo y el rezo de tttercia", tiene lugar 6mbi6n la primera comida en aquellos dias que prescriben la regla. De lo cou_ bario se 1risa directsmente al rezo de ilt€rcia,' del dia, que comien_ za con el |tPater D.ostertr en boca de la ilp,riorissarr, y la exposici6n del sagrario por el sacerdote. sigue a continuaci5n la bendici5n de la sal y del agua. Rezada la 'rtelciafr se procede a la aspersidn de los altares, del propio sacerdote, de las ildueiastt que lrrtan la cruz y el agua ben_ dita, y, pot riltirno, de la ttpniorissar. Esta, a coutinuaci5n, hace lo misuro con el resto de las rrdueilasrt y ilpuelle'r. Y mienbas el sacecdote recorre y beudice cada uno de los com_ partimientos del monasterio, las rtdueflasil prosiguen recando en Ia iglecia, hasta que, yuelto aqudl, se termina el acto cor urra oracidn comunitaria. Inmediatamente tieDe lugar la procesi6n, encabezada por la rrmagisba puellarumtt que porta la cruz, eD. t.hto que las npuelle", que caminan en primer lugar, llevao candelabros e incensarios; si_ guen luego las trpuelle naiorestr pera terminar por las rtdomine,r, ocupando el mismo lugar que en el coro. De regreso a la iglesia comien'a la Misa solemne y, tras 6sta, las ttdomine" pueden quedarse en er claustro observando riguroso silencio o dedicarse a tabajos manuales, a Juicio de la ,,priorissail, mientras es?eran la hora de trsextarr. Rezada la 'rsextart del dia, tiene lugar la comida, qrre termiaa con la visita a Ia iglesia para dar gracias a Dios. Sigue a continuaci6n un periodo dedicado a la lectura en el mds rigSroso silerl;[6, o bien una pequena siesta, igualmente a juicio de la "1-rt'iorissa"..,r;cllndndosepor lo segrndo s'bre todo si es vcrano. Pc,r,.r'ie$d€ el aia cle Tirdos santos hasta Ia prrificacion de Maria se sulnime este intervalo para dar comieruo al rezo de rlnonail, m_ien. uas en el comedo tiene iugar Ia comida de las sirvientas. c) la iarde: Ia tarde comienza con eI rezo de t'nona", terrninado el cual se 37 recogen e- eI convenb pera leer silenciosamelte o pasar al rrlocutoiurmrr a habler o a dedicarse a tabajos manueles. A medie tarde, comienza el rezo de ttvisperasrr, preedi6doee despu6s a ceDer (hacia Ias seis), para pasar ripidameDtc a pr€parar los dormitoior, efccurado 1o cual van . relar el la iglesia las ncompletasrr, que peviamente comienzarr en el capitutro, prosigueu eu el refectqio mientras efectudn la riltima colacidn y finalizao en la iglesia, derde donde salenpara acouterse hasta lahon de,rmaitrnelr,. Todo lo que acabamos de exponer es la jornada completa de uno de loc 'rdicbus dominicirr, ligeramente modificade para los rrdiebus ferlaliburrr. Prev6 tembirin la regla los cuidados higi6nicoo necesario y la foma de efectuarlos, asf como todo lo relativo ar cuidado de las enrermu, rdemis de las ceremonias a celebrar ea Ios caso de fallecimiento de una "dueflatr. Por riltimo, hay que advertir gue el monasterio de Sigsnl Do fir. n*nca de claua.'e, segrin se deqrende de la regla de fiudaci6n; pcrr el conhario, hs "domnerr podian salir de 61, aunque indudablemeate con misioer concfetas que la docuneataci6u se emarga de teatificar. En ocarloDes, las *dueflasrt salen en bupca de orog aires que lec restablezcan de alguna enfermedad. Asf conro el hablar del crausbo rnasculino nqs halranoc con carencia total de datos sobre flr vida diaria, no er ficir sab€f, exactemente la del convento femenino. d) ItDueflal " y frailes de Sigena frente a Amposta: No cabe drrda alguna de que los doo convento, o eon,,nidades -femenino y mesculinouaieron su propios destinoc, dando lugar a lo que conocemos con el nombre de mo,nasterio drfurliee de Santa lvlaria de Sigene. Desde lll}4, reFresen&rntes de amboc, rtpiori6sarr, "subpiorar y dcmis sorores fxrr la comunidad femenina; y ilpeceprtcrr'rcapelliart y demds 'rteyre3", por le maseutina, iatitulan y firoan juntos lo documentol reletivoc al monasterio [doc. 19 y siguientecl. En ade_ lante, cualquiet compra, venta, admisi5n de doadoa o donadas, etc., iri refrendada po aurbas comunidades. cre6 sin duda la misma identidad de intereses un ecpirit' de cuerpo que ler hari caminar parejas, con le misma ampEtud de rni_ rao e identificaci<in de fiaes. 39 38 En principio, hemos visto c5mo la comunidad masculina se sinti6 esuechamente ligada a la casa matriz de Amposta, de la que habia nacido, en tanto que la femenina, zurgida espontdneamente, marca una tendencia mds aut6noma, unida a la Corona y m{s concretamente a la persona de la reina fundadora, de cuya voluntad habia surgido. Con eI tiempo, merced a la politica de atracci6n de los frailes ensayada por dofra Sancha, y Ia especial atenci6n que los monarcas aragoneses van a teDer gsn Sigena, hard que tambit6n Ia comunidad masculina se sienta atreida, en menoscabo de los lazos fraternales que les unia a Amposta, hasta hacer que Sigena luche por entero por sacudirse la tutela efectiva ejercida por el Hospital ampostano, aun cuando la acaten nominalmente. El monasterio de Sigena caminar{ durante el siglo XIII hacia la completa autonomia espirihral y econ<5mica. Si hubi6ramos de este aDtagonismo, no 1202, pr prematura castellin de Amposta sefralar una fecha para indicer el comienzo de dudariamos en citar la del cuatro de marzo de que pareuca. Este dia Pedro II descargaba al y a tdos los llospitalarios de la obligaci5n de reqronder por las deudas del monasterio sigenense [doc. 33]' obligaci5n que Armengol de Aspa habia conferido aI maestre de Amposta en octubre del afro 1187, cuando aqu6l y la reina dofla Sancha regulaban sus atribuciones respecto al futuro nuevo monasterio ldoc. 5]. Necesitado 6ste de dinero para llevar a cabo la construcci5n de las obras del edificio, esta medida de Pedro II zuponia entregar a Sigeaa en manos del rey. Et golpe de gracia lo daba Inocencio III en 1203 al someter el monasterio a la autoridad ordinaria del obispo de L€rida [doc. 35]' en cuya jurisdicci5n estaba enclavado. Naturalmente que las relacioues entre Sigena y Amposta no se interrumpent, pero se nota cierto malestar que ptovocari en'L226, a la muerte de la priora dofla Qenda (L2O2-12241, una nueva regulaci6n de atribuciones enhe Foulques de Tornell, castellSn de Amposta, y la n'.reva priora dofla Sancha Jimrlnez de Urrea (1226-L237) [doc. 1O4]. Trataba el castellin de someter definitivamente a la priora a su soberania y arin de restarle fuerzas dentro del monasterio enfr entdndola con ambas comunidades. I de ).r nriora doha Ozenda, con Amgrcste, dcum.74). encomienda en l2l6 el consentimiento e) crsrlllo Entre Amposta y Sigena coutinuaron mrnteni6ndose relaclones mds o menos rcgulares y amistosas, como en 1230 y 1237, en que se hacian intercambios de heredades [doc. 134 y 151]; y en L24O, cuaDdo el castellin de Amposta (como hemos iudicado anteriormente) establecia un "priorl y un lcomendadorr en el monasterio [doc. 159], lo que hace srponer Ia falsedad del documento en que el Papa Cregorio IX eximia en, L227 a la piora sigenense de asistir al capitrrlo y asamblea del castell6n [doc. 113]. Ahora bien, esta falsificacicin, muy cercana al desanollo de los hechos, indica y revela el malcstar reinante, clima que arin emareceria mis la ratificaci6n de Jaime I (febrero de 1264) del reglamento establecido por 'l'o<Ia Ortiz (1259-1266) sobre la admisi5n de religiola priora dohr sas en el monasterio [doc. 223], que, en cierto modo, chocaba con los acuerdor tonrados en el afro 1226. las releclones eute la Castellania y el mon.sterio van de mel en peor. En ccte sentido debe tomarse la bula de C,regorio X de 30 de junio de 1274, en la que declara a la ttpriorail y ttrospitalarios de Sigena, que ningrin elemento del monasterio podri ser excornulgado sin orden cxprcsa del propio pontiflce [doc. 255]. Decidldamcrrte los clausbos femeninos y marculino de Sigena continrian su nrarcha hacia la excisi5nl. En 1278, Prdro III trateri de tomar c:rrt4E en el anrnto e informa a la rrpiorerr del encargo dado por el mismo al vicecastellin de Amposta, Geuccrand de Timor, para la prorrisi5n de un ttpriortt y un ttcomendedor. ampostanos para el monagterio [doc. 264], lo que indica que, por lo menos los dos cargo6 principales del convento masculino sigercnre , no eran adictos a Amposta. Pero la medida de Pedro III no eteJa la separaci6n, que en 1288 torna visos de reelidad. El 31 dc crrcro de este afio AUonso III, consideri,ndose noralmente sefior dcfcnsor del monasterio, ordene a la ftpricar sigeueuse que le envic Jrocuradoes pnovistos de los documentoo necesarios para, a tenor rlc ellos, poder actuar y zanjar las diferencias que separaban ll monasterio de le Castellania, acercamiento que se retrasaba con notablc perjuicio para ambas partes [doc. 273]. Al afro cigrriente, es decir, el 21 de mayo de 1289, el papa Nicolis IV toma cartas tambi6n en el asunto tras hab6rsele dirigido el castellin ds Amposta, quien Ie exponia las quejas por eI problema dc Rarnrrrndo rle Aysoles, castellin tic l'rrr)es a carrrl'io de rrrr uil'rrto (r'id. I lo indicr rl rcrrcrdo constante enhe ambas comunidades, segrin refleja la docu- 4L & Es el momento suscitado por las religiosas del monasterio de Sigena, problema que zuponia la excisi6n enbe aqu6l y al Castellania. Nicolis IV delegard en el obispo de Urgel [doc. 276], quien en 1291 llamaba a Seo de Urgel a la ttpniora" y al "comendadortr del monasterio, es decir, a los repesentantes de ambos claustros, para que expusieran sus quejas y el poryu6 de la decisi5n separatista tomada [doc. 285]1 Ia CasteIlania, por su parte, habia nombrado su propio procurador para tatar del caso eon el obispo urgelleuse delegado del Papa [doc. 286]. la muerte de la ttpriorarr dofra In6s de Benevente (I283-L29ll, hacia el mes de septiembre de L29t empeor5 mds, si cabe, la situaci5n. Porque eI 25 de septiembre de este mismo aflo, el lugarteniente del castellin de Amposta, fray Bernardo de Miravalles, intentaba una vez mds imponerse a la t'p,rioratty al monasterio, y, ante la imposibilidad de asistir a la elecci6n de la nueva ttpriorarr po,r tener que concurrir a las Cortes de Zaragoza, rogaba a la rrzubpriora" que esperaf,a zu llegada ldoc. 2871, mandato que no se llev<5 a efecto, siendo elegida dofla Teresa Jimr6nez de Urrea (129L-L321), aunque por el momento del castelldn ampostano, tal sin la confirmaci6n como de antiguo estaba convenido. El caso es que dentro del mismo monasterio sigenense se fcnman dos bandos antag6Dicosi el partidario de seguir adelante con el rpoceso independizador de Amposta, y el que abogaba por el acercamiento a la Castellania. A la muerte de doia Inris de Benavente, como acabamos de referir, habia triunfado el primero en la persona de dofia Teresa Jimrlnez de Urrea. la lucha es, pues, doble. Interne y externa. Incluso Jaime II y eI Papa parecen tomar posturas diJerentes y cada uno por su lado ratardn de resolver la cuesti6n. El 15 de ceptiembre de t292, Bernardo de Arestotr delegado a su vez por el obispo de Urgel, hacia fijar en la catedral de l-r5rida, a cuya jurisdicciSn pertenecia el monasterio, la orden de excomuni6n de lattpriora'r y la de entedicho para todo el monasterio [doc. 294], sentencia que ratificaba el 13 de abril de 1293 fdoc. 297'1,y que hacia extensiva un mes mis tarde a todos losrrvicariostt, ttrectotes" y rrprioresrr de las iglesias dependientes de Sigena: Bujaraloz, lanaja, Candasnos, Ontifrena, Sena, Villanueva de Sigena y Cajal [doc. 298J, aun cuando, como se vio poco despu6s, era solamente una amonestaci5n para el caso de que tomaran partido por los insurrectos [doc. 3OOa 3061. to ordenando, en que Jaime II se decide cn agosto y noviembre a intervenir de este mismo de Ldrida qrrc frrcra a Sigena y determinara posta todo lo rcl:rtivo a la elecci5n 3O7 y 308], tra- [doc. tando de arrcglar lror este lado el problema. El mon:rstt'ritr, cnhe tanto, era Lrn hervidero. El bando vencedor, por querer imponery scgun<lo, r.rr l:r l,crsona de dofra Maria C<tlrtrnlrr.lo el bando de Teresa, Martinez de Urrea; el de Luna. tuvo el segundo Y las cosas llegaron :rlgrrnos llrusos rlt' autoridad. de- al seno de la Castellania. (.n(':rnra(lo en la priora dofra Teresa Jim6nez El prinrcro de Am- con el castelld.n de priora por tencr cl lxxlcr cn flr mano; eI vencido, fendcr ll lt'galitlarl, es decir, eI retorno en el asu.n- afro, al obispo a tal que aguantar que extemo Jaimc ll trrvo tgrrt'tomar caltas en el asunto (9 de noviembre del affo 1293) per:r lrolribir a dof,a Teresa Jim6nez de Urrea que molestara a las religlrxrrs rlt'l lrendo contrario, a las que incluso llegaba a negar y privando de zus las cosas nris n(.!csarias para su mantenimiento, cargos de 'rsilr'rist:rna'r y "camerariaI a dos religiosas pertenecientes al bando contr:rri(), Es este el hemos indicl(l(), Mienfa!, ll parecer por la misma llegando (on)o siempre, enre de la cxt isicjn interna, amenazas sa Jim6nez tlc llrrta, le reclama Martinez no deja quien le llega y la Castella- gravisimas que nada preocupado vivamente a ocultar en a Tere- de pedir documentos dos bulas papales que L294 [doc. 315], y a dona Maria mandado un procurador suyo a Roma el rr.y e I 2 de mayo de de lrnra, que habia para tratar tle |.rsrrnto de zu elecci6n narca desde Seo de Ur- el monasterio consiguieron [dtr:. 311a 313]. Jaime Il, lxlr otro lado, cada vez mis solucionar raz<in. 5rdenes y rogativas a l;r rcconciliaci6n cargadls, de dofra Maria [doc. 309]. ttpriortt, como el cargo de al partido en que desaparece srgrrtn gel incitando nia, cs decir, nrorrrcnto aragorrr.r, ber impeditlo ;rl rnismo (lu(. cicrtas tiempo, religiosas como priora[doc. amonesta a doia enfermas salieran aleg,ando r'l lrrctexto de que pertenecfan ria Martincr tlc lrrn:t [doc. 318]. rio, El mo- 317]. Teresa por hadel monaste- al bando de dofra Ma- En la crrria lxrtrtificia se encuentan ahora con dos problemas referentes rl rnrrrr.rslt'rio, y Bonifacio VIII encarga al obispo de Tortosa y a f.tay P:rsc:rr'ro,lt' llallobar que vayan a Sigena y decidan las dos prior':rs ,.rrr la elegida regularmente ambos rct;rrrl:ln l() suliciente conminrr:r:r para que Jaime cudl de [doc. 322], gestion que II se impacientara y les llr.r':rrl:r a cabo lo antes posible [doc. 325 y 3261. 42 El castellSn de Ampoc'ta debi5 al fin confirrnar a doila Teresa Jim5nez de Urree en eI cargo de rlplioarr, como tiltimo itltento de solucionar ambos problemas, intemoc y extemo [doc. 322], lo que motivaria que en mayo de L297 la reina doffa Blanca tomara bajo su protecci6n a Teresa y a todo el monasterio [doc. 337]. (22 diciembre), cuando ya la disensi5n entre el En el aflo 13{J/u_ monasterio y Amposta parecia superada, como veremosr la dicPuta interue enbe ambos partidos esri t ca^ldo igualmente a su fin, ordenando el rey a dofla Teresa y a'su partido que pagnra! al contrario do rnll zueldos pala compelrsar los gastos de las gestiones efechradas en su favo [doc. 35O]. & precisamente esta fecha la que hemo tornado como me-te del lib'ro presente. El enrnto de la preornta selnraci6n siSenense reqtecto de la Caetellania lleg5, por fin, a domiuios y conocimiento del Gran Maestre del Flospital Guillermo de Villareto, que prob6. igualmente fottuna el 26 d,e septiembre de 1298, amenazando una vez mis a las sublevadas ttdomnetr [doc. 343], las cuales ed agosto del aflo 13OOseguian ttin scantodavia firmes en srr resoluci6n de sep3rarse de Ampoeta, ac vestarum periculum animarumtt, fidelium dalum plurimorum pues, tanto el monasterio como las demis iglesias y demds tierras y lrt-.v'o :t ;l') 'lcrrrcorlca 'Ia';toJ4 C., ) pr. nit *9 I q I i tr I Jc,ri^ I * { t a xl r"3 *o; A. q) Ct-...1- bienes de Slgena estaban excomulgados y en enuedicho. El C'ren lvlaestre les conminaba seriamente a obedecer al castell6n illuxta instrumenta fundationis eiusdem monasterii et alias convenientias inter castellanum Empoote et Priorisse vobis precedentes'r ldoc. 349J. Si en el aspecto interno el monasterio habia vuelto a la regularidad, al parec€f, gtecias a la debilidad del propio castellin ampo5' tano, que, como hemos setralado, confir:naba a doila Teresa Jim6nez de Urrea como rrpriorarr por ser la cabeza del moviaiento separatista e intentar gendrcela, en las relaciones entre ,Sigena y Amposfiprioatt estuvo muy leta Do se consigui5 nada, pues la confirmada jos de devolverle el favor. Sigena no retornaba al seno de Ia CasteIlania. Es conveniente aclarar que las componetrtes y los component€s del monasterio sigenense no luchaban conta la Orden del ffocPitel sino contra la sujeci6n al castellin de Amposta y conbe la burocracia ampostana, tratado de dejar de ser como una eacomienda mds de ls Castellenia. A lo largo de todoe e*tos allos turbulentos y los que les seguiau a contiuuaci5a, los claustros femeninos y masculino de Sigena, capi- Q<n 1L" v ,t Planodel l\{onesrerio. 4 tanesdoa por le priora de turno, procurar{u por todos loc medlos de equipararre al cestell{n, a sus furcion rio 9 a la propie Cestellanie, con independencia espirltual y econ6mica, rindiendo cuenttrs t. rinicamente al Gran M.ettre de la Gden de Sen Juan de Jenrcst6n El pleito entrc la CssteUania y el monesterio de Sigena duraria ain unoc dorcientol etroc, tcrmiuando el 8 de j"ni6 de 1498 con una sentercis arbihal, tegtificada por el notario real don Domingo Royo. Decde esta fecha la independencia de Sigene se hace efectiva y oficlal, anulando todos los Procesos antdiores, y concediendo rinicamente al cestellin o a sus procuradores la facultad de asistir a las aunque como mero6 espectadores. eleccioner de piora', III I . . ' T A P A SD E L A F O R M A C I O N TERRITORIAL I Vid, VARON, vld, t ?6-63. "Hirtori.'r, ARCO, "El Reel t. ll, pigs. 226-360. momst.rio dc Sigena", en "Bol. sc. Esp'Exc."' pig. PRIM}JTN ETAPA DE TA VIDA DEL MONASTERIO DE SIGET.IA: " de aacimiento y formaci5n del mousteriotr, (1188- 12O8) I. a) Dottr DONA SANCHA Y IAS PRIMERAS PRIORAS Sancha, Sigena.y el Hospita,l: En octubre de 1187, dofia Sancha re entegaba en cuerpo y alrna a la Qdcn del Fl,ocpital rroffero me ipsam Domino Deo et Beate Virginl lvlaric ct Beate lohani et infirmis pauperi Hoepitalir lherosolimitenonrm In vita et in mortert, eligiendo a la vez su sepultura |tin supradicto loco", autrque uo sabemos si se refiere a Sigeua o el Fbsr; pital en gcnetal probablemente al segundo, puecto que el moDa!terio erin no cstaba fundado, pero esta entrega debi6 ser e! calid.d de simple dorreda, puesto gue la atenci5n debida al rey, su marido, y al reino no le permititia vivir como ttduefi3,rr dg Sigena hasta la rnuerte de Alfonso II y, aun enbnces, casi con seguridad que no lo estuvo. Sin embergo, segrin Pano, la reina hecia su ddinitivo ingreso en la Ordcn, como t'sororrr en abril de tl97t, auDque rro coDoc€mos ni 6l preseuta el docrrmento comespondiente. Por el contrario, I mcDt 2 Docum. 5; trmbian v6ere PANO, "le Senta Rcin3", cuyo crpftulo V c:ti totelrunquc ntr$a d.dtc.do rl trm, h lcche dc ofteimi.nto heaa ebril dc 11E8. Vid. PANO, "l.r Sente Rciu", pigr, 55-5E. 49 48 sf uos consta por un privilegio de celestino III que doffa Sancha era ya ttsorortt del llospital, siendo acogida 91 Sigena como tal, el 7 de agosto de 1196, cuatro meses m6s tarde de la muerte de su esposol' Irrego son varios los teltimonios de esta eDtrega [doc' 34, 37 y 461, aunque no supuso' como ya hemos indicado, que quedara encerrada en el mouasterio sigenenser Pues en fechas Po teriores la vemos viajar sola o con su hijo Pedro II por toda la Corona de Arag5n, segdn consta en varios documentos. Io cierto es que la vida de Sigeoa, desde su fundaci6n hasta la muerte de la reina, est6 intimamente ligada a ella, sin cuyo consejo oo se hacia nada en el monasterio, incluso ni Ia elecci6n de rrpriorart, prenogativa que habia obtenido del Gran lvlaesbe del ttrospital, eu 1187 [doc. Ias relaciones entre persona de h fpiorart, rrespondencia marenida aunque ciertameute se 5]. la reina y el monasterio, encarnado en la eratl muy estrechas, segrin demuestra la coentre ambas [doc' 10, 18' 3Ot 37 y 49'l' trate de una documentaci5n de dudosa au- tenticidad. Desde la corte aragonesa, dofla Sancha, aparte de los asuntos del reino, esti al tanto de los del monesterio. ta dependencia de 6ste a Ia reina fue tan grande y conocida quer en multitud de ocasiones, rrdomiuatrixrr ls Sigena, aun aDtes de enlos dosumentos la titulan trsoroTil al ttrocpitalr. tregare como Mientras viva, dofla Sancha seri la cabeza visible del monasterio, en tanto que las prioras quedarin relegadas a un segundo lejano rrsubpriopuesto, el mismo que, con el tiempo, desempeffarin las raslt. Ia rrpriorarr en esta 6poca inicial, cuando el monasterio s61o ve po los oios de la reina, entenderi rinicamente de los asuntos iut€trpenos de la comunidad, en tanto gue la soberana llevari a cabo el los con rery, so de las relaciones de Sigena con el exterior: con el En definiPontfiice' con el pueblo, con el nobles, con la fren, ttpriorastr' tiva, lo que luego seria prerrogativa de las la total absorci6n por Parte de la reina en la direcci6n del mola nesterio fue sumamente beneficiosa Pirra el mismo, teniendo en Dcum. I nir eflo ? Srdlc, 13. 24', Pzrc' en la obra citada' shtd' e Gste docum€nto' urdc' Allorrc dilcctc Il hecc uxGG la GDbeBa de mee '"gi-t" tt Candasrcs doDinattici al nonasterio ;redictcrrm de pero Sigena locqum" y !o fecha 'rvobis ' dauru' un doroe 7' 12 y realeza de au fundaci6n la bese de lu crecirdento y de su estabilidad futuro. Sanchar en una palabra, hace y deshace. En 1190, vemos c5mo en nombre del monasterio concede unos huef,too que el conveDto lroseia en Huesca [doc. 9], o entrega una heredad sigenense en Aguas [doc.11], orrnascasas en Huesca para sufragar las obras de Santa Mer(e tle Salas [doc. 37]. I)otls Sancha es tambi6n la que se encarga de soliciter del Papa lrr mcccctlcr necetariu al monasterio, quien concede, a irstancias rle h rclne, la confirmr,ci5n de las iglesias, posesionesy privilegios rlcl nronerterio, como claramente especifica en el documento [doc. Il. l)cntm rle la Castellania de Amposta, cuando el castell6n ha de t()rnrr lrnrr rlecisi6n impdtante, se pr@ura el consejo de los elementor m{r xrlrrelalientes de la Oden: el p,receptor de Amposta, el "prlor" rlc llrida, el |tpreceptortr de Barbastro, el de Sigena y, sobre todo, cl dc lu reina, petb Do en calld.d de tal, sino como Fl,ospitaleria y como rcctora del mouasterio slgenanse fdoc. 27). lguelmcnte Sigena recibe del arzobispo tarraconeDse, con quien dofle Seochr ertaba eDvuelta en una disputa, y, a trav6s de sur gestioneE, el beneficio de las iglesias del castillo de lVlontroig [doc, 28 v 291. Erigt<le, l)ucs, en directora exclusiva del monasterio, la reina tuvo una grsn preocupaci6,! por dejar todos los anrntos relativos a 6l totalmentc rneglados antes de su muerte, a lo que encamin6 todos sus esfuezoc. Derde luego lo que mis prisa le corria era el legalizar ante el Gran Maegbc o Prior de la Orden de San Juan de Jerusal6n el cambio que, en nr dfe, habia hecho con Carcia de Lisa, maesre de Ampocta, del menlo de Codong por las villas de Senar Sigena y Urgellet, lo que suponia para el monasterio uDa cierta independencia dento de la Nen nrisma, a lo que accedi6 el entonces Gran lVlrestre fray Guerrino, sin darse cuenta, sin duda, de las consecuencias que esta medida podrian e iban a acarrear, como ya hemos seflalado en el capitulo precedente [doc. 46]. Ilego corueguia de su hijo Pedro II la con-firmaci6n de todas las heredades y donaciones hechas por Allonso II, recibiendo lncluso la merced de encomendar el castillo de Ciurana al maesfe del Hospi_ tal hasta haber satisfecho a Sigena la cantidad de dos mil sueldosl . 1 ED Hrr€ra, e 27 dc octubre de 12O8, vid. docum. SO, 50 51 A su muerte, acaecida en el mes de noviembne de 120E, entre los dias 6 y 9', dofta Sancha habia aneglado todoe los asuatoo de importancia relativos a Sigena. El monasterio era duef,o de las villas y de las iglesias de Sena, Sigena y Urgellet. El Plpa, po! otro lado, habia confirmado no s6lo las poesiones pimitivas, siuo tambi6n las iglesias. las relaciones con el castell{n ampoctano era,n cordiales, aun cuando ya habfan surgido a\unas difecenciar eqirituales y financiecas. Ia nobleza €nviaba al claustro de Sigena algunas de sus hiJasz, dot6ndolas con tietrras y dinero que rwertia al monasterio. El rey estaba igualmente de parte de la Casa, tomSndola bajo su potecci6n y defensa poco antes de morir [doc. 50]. El pueblo, en principio perece poco accesible al convento por eI origen noble de sq fundaci6n y las limitaciones de sangre establecidas para poder ingresar en 61, aunque luego fuera este pueblo uao de los mayores beneficiadoc por la labor repobladora llevada a cabo por el monasterio. Sigena, cuando la reina dofra Sancha muere, habia salvado, pues, satisfactoriamente los siempre peligrosos comienzos. En adelante, rinicamente cabia temer algo po,r parte de la Castelt"nia de Amposta, como vimos que, efectivameDte, asf sucedi5. b) Las primeras reina: prioras y su subordinaci6n la total dependencia de erta ttpoi@"ltt slgenanrs5 respecto a Ie reina dofle Saache. Fsta dependencia debida a Ia reina fundadoa hace que la hirO_ ria de lar primeras rrprioasx de Sigena, las que lo fueron en vida de aqu€lla, sea bartaDte o6cura. Al parecet, ni qtqutera estuvo €r su, manc la administraci6n de los bienel del aonasterio ya que, corno igual'i'ente hemoc inrricador debi5 correr a cargo de lc nprccepbrerrr del coDvento rnasculino de Sigena. Esta influencia regia y a la vez ecllrstniento se ven pateDte, a trav6s del piorado de ra cuarta npricisEar, doffa ozenda de Lizoa, elegida pera el cargo todavia eu vida de la reina (afio 1206) y cuyo gobierno dur6 hasta 1224. Desde su elecci6n hasta 12Og (aio en que fallece dona Ssnqha) apenas se le cita en la documentaci6n; desde esta fecha se convierte en la cabeza de Slgena. Pano, en uno de sus babajos sobre el monasteriot, aparte del ya referido rcbre la reina dofta Sanchar hizo un esquema o relaci6n de las rrpiori8sas'r del cornrento, esquema que ahca, a la vista de toda la documentaciSn, resulta incompleto. Aun .cuando 6sta er bastante parca eD cuanto a detallee biogrificos se refiere, iutentare_ mos dar una visi6u de las cuatro pnimeras ilpriorastr a las que les to_ car"on vivir lor dias de la fundadora: a la Ya hemos indicado, al hablar de la reglamentaci6n del monasterio, ccirno el prior de San Gil ordenaba que el convento se gobernara rrduefiastty ttfreyrestt mediante una |tptiorissa[, a la que obedecerian [doc. 51. Sin embargo, tambiEn hemos sefialado la circunstancia de I El dia 6 de noviembrc de l2OB todavia encerge a Pedro lt quc d6 a Sigene Io que prometi6 pegar IFr 6l Jimeno Comel (ver docum. 5l ): la fecha tope es pera PANO (Ver "h Sante Reina", pig. lO8), el 19 de noviembre, en que Pedro It, el otogu uu donaci<in de la iglesia de Alqu6zar a la catcdrel y obiqrc de Tortoe, habla con cstas palabres: "precibus lancte merc.ic donne Sarcie matrir nosn€". Segin el prior MORENO, le muert€ ocuni<i el 9 de noviembre. 2 Pertcncciu 6stas a las mis nobles families del reino. las plimeras "dueilrs" fucron Sencha de Unea, Afredia de lt'4oncada,Gia de Valtienr, Unaca de Lisa, Terese Conbel dc Ent€Ba, Arnalda de Creullis, Qenda de Lzana, BerEiz Cabrera, Juana Catahnr, BeaEir dc Canillaruelo, Hecha de Sotres, y Jnr riltimo, dona Dulce, hija de dona Sanchr y Alfonro Il (V. PANO, "La Senta Reine", pig. 37-38). 1) Sancha de Abiego (1190-nor,.1192) Ia primera "priora' cuya existencia est6 documentada es dofla Sancha de Ablego, quien noc aparece po primera vez codirmardo una don:ci6n efectuada por fa reina a varios judioe de Huesca, en agocto de 1190, atrnque su achraci6n err el acto sea meraDeDte ps_ siva como tetdgo [doc. fl; es la reina la que dispone todo. Segrin Pano era hermrna del noble caballero aragon6c don Ro_ drigo de Llzana, al que vamos aparece en muchas ocasi@es junto a loclves [doc. 56, s8, 6Zr Zz, !06, tOZ, Ill, 117, 156y 1941. hesentamoc tambi6n una carta de la reina eu la que se dirige a esta rlpciorarr ordenirdole que se cumplan eu el monasterio ciertag I V6rs M. Dt PANO, "EI l/oaasrerio de Sigena, l: reric pricel'r, pi8r. 25_16. 52 rcrtnet (edmisi5n de .na )rdueffatr, de un judfo, sobre le obre de .na tcre, etc)t. En nwiembre de 1193 apcrece de nuevo y po rilttma vez ar,_ tuando como rrprioarr; igualnente e!0 erte ocasi6n su actuaci6n se cl6c a dar el conseotimiento oficial del monasterio a ota donaci6n hechc por la reina [doc. 11]. Cuando en abril de 1194 vuelve a aparecer ora vez, ya no lo hace corno trp,rioart, sino como simple "d.ue[an del monesterio ldoc. 19J. Au:rque Pano re pregunta si dej6 al cargo por renuncia o muerte, 53 trpreceptorrt de la casa y de algunas rrdueialrr del claugtro femenino, cuyos cargos y uombres ap:uecen tambi6n ahota por pimera vez en la lista de los confirmaDtes [doc. 19]. Ia riltima noticia de dofla Beatriz de Cabrera es de octubrre de 1196, mediante otra carta enviada Daroca, y en la gue le daba alguno Ilevaran a cabo durante su ausencia no del reino [doc. 25]. El prior I\rloreno suponia muerta por la reina aI monasterio dede consejoc y 6rdenes Para que se por. motivos relativos al gobiela la segunda ttpriorarr ds Sig€na creenoll que no tiene importancia. rndudablemente no fue pc fa_ llecirrriento, puesto que la documentaci6n uos la muelrra sios m6s tarde. Io gue ya tiene mis inter6s es el sab€r que el cargo de rrpriorarr bo era vitalicior co'o afirma en oba ocasidn el aludido autor. en 1198. Como acontecimientos destacables del gobierno de dona Beatriz, trn otcuro como el de la primeca, deben destacarse la llegada t, al monarterio de l,a princesa Constanza, hija de dofra Sancba Y b Alfouso II. entrega de Ontifrena con sus t&minoa por 2) Beatriz de Cabrera (sep. 1193-oct. 1196). 3) Marfa de Estopaqa o Estopiain (diciernbre lL98-t2O2 ?l De la regunda trp.iorarr rc tenemot referencia hagta el .rnec de septiembre de 1193 {doc. 181, en que la reina le ercribe rna c8rta trdomna Beatici de Capaaria priorlssa noctri monasterii de Sixeuan r an'nciindole el euv(o de unos documentos pontificio, riu duda el privilegio de Celestino III que conlirmaba al monasterio y sus p6e_ siones. El prio l\rtoreno, en su deeaparecida Historia de Sigena, daba no_ ticia de otro documento fechado igualmeote en sep,tiembre, eu el que dofla Beahiz apareeia como consejere de la reina y confirmante cou Fomrin Cabeza, mae$re de Ampoe.ta, de una cesi6n de tiecas hecha por dofia Saucha a los vecinor de Senar en la ribera dcl rfo Alcanadre'. una vez mis por aut6aticas las cartas escritas po la ttpriorastt que coinciden con su reinado, y de las cuales reina a las unicamente tenemos uoticias por el rrmanurcritorr de Pano, una de ellas nos babla por primera vez en dicienb,re del aso 1198 de una nueva fipnioratt, le terc€ra de la serie, llamada dofra lvfaria de Sto- En abril de 1194 aparece no s6lo el prirrer documeDto de Beatriz, sino tambi6n el primer documento ot@gado por una ,pn:iorar de sigena en funciones de tal, es decir, ilmotu propiott, tomando bajo su protecci6n a Guillermo y Sancho Garona, cou el consentimiento del I Docun. f d, elNO (',la Santa Reina,,, pig, 43), lnne en duda la lutenticid.d dc ana y oul! cst$, pcrc lo cicto er que no .epugnan a le crorclogie ni al erpiritu de h rciu, 2 Vid. PANO, "h S:nte Rcine,', pig. 62. Teniendo pefia o Estopinin [doc. 3O], por quien dofla Sencha habia intercedido en 1191 a la entoncestrpnioat! Sa,ucha de Abiego.para que la admitiera en el conveato, pues, reunia, a su juicio, las condiciones necesarias para poder ingresar [doc. 1O]. Segrin Pano era hija de. un tal Pece de StopiDian, oriundo de la Litecat, y viuda cuando ingres6 en el monasterio. En 1199, en el mes de enero, parece que entegabe urr campo y Pero ya no se sabe nada una viia en Tortosa a cambio de un tibuto, Sigena. freute de mis de su actuaci6n al Moreno la considera muerta et l212t , l,o que no repqgna al resto de la documentaci6n. I 2 Vid. PANO, "h Santa Reina", pig. 62. Vid. FRANCISCO MIQUEL ROSELL, "Uber pigs. 36-59. 3 Vid. PANO, "h Sente Reiu", pig. 84. Feudmm lvlaio [Barcelou l 7l, I' I 55 v Ia tredicl6n, riempe genenot3. coloce e! ert€ pricado un hecho cxbsoilllrolo. Ll,egendo ler llaroer dc un gran ince"rior poducldo en el bolque que rodceba d moaastcrio, ccrca ya del ediflclo, eplreci5 lv{aria de EctopitrSn con le tnagcn de la vi'Bea dtulrr del rnonafierio ca brezoc y, d* hacia les lramas, las hizo retrocedcr -. brrta desvuecec el peligro lo cierto e! que estS tcfcere ttFlcrtt c:lrece, como las doc ante_ rioel, de pmnalidrd popia 1u el mirmo motivc la presencia de doffa Senchr. 4) Ozenda dc Lizrna (miryo L42-t2241 El pric Moreno rc6da le feche del 2 de mayo de 1202 como el dia en que dotra Oz"nda de llz-.a era elegida ilpriorail de Sig..a.116 bay doc'mentaci5n que lo teldfique, pero pudo rnuy btea haber sido asf. la primeca noticia documentada quehallamoc ee de 1 dc rtrril de 1203, cur.do recibe "ne c2rta de dofta Sarcha, eecrita e, Ifue&ar dando cn ru nombre y en el dcl mo'narterlo ciertos bieoes parr ryudar a le coDstucci5n de la ermita de Sal23, situada en 1as cercania.r de Huesca [doc. 37J. Ia nuena ttFlqat, era hermeaa de Marco Ferriz y de Rodrigo de Tiz-n1, es decir, helmr.a tarnbi6n de dota Sancha de Abiego, pi_ mera trpriorarr del molzrtecio, pohomb,rcs aquellos de la ccte de Pedro II, y a 106quc vcDgt a su lado coDrtantemente [doc. 7}lrsl* do, por ota p.rte, gr.Dder favqecedores del nonesterlo rigenenre. El primer documento indudebtc co ar autenticidad, si seguimoc poniendo en tela de Juicio las cartes refcridas, dataria de marzo de 1206, en el que aparcce admitiendo y etcstiguanzto la entada en eI monagterio de dot nuevas rrduefralrt y recibiendo, en retretentaci5n de la Casa, la dote de lar migma.s [doc. 42] que pasaba a inte_ grarse al tesoto slgenense. Aun cuando todavia vivla dofra Sancha, eenda va haci6ndose poco a poco con el mando de Sigena, si bien sus prenogativrs Do so_ brepasen troe limiter de lar cueftiones m€rameDte interDas: org2niza_ ci6n monacal, admisi6n de donade, etc. 1 Vld. rcta antalo. En octubre de l2O7 admite como rrso'ro" y cofrade a C'uillcrma, espora del noble Pedro Folch [doc. 451. En abril de 12O8, recibe otra carte de la reiaa dof,a Sancha, en relativas al r6gimen interno que la le hace algunas obgraciones 49]. del monasterio [doc. Quizds por eI afro 1205, entre los meses de abrily agotto, como hecho destaceble de la pimera parte del pricnado de dof,a Ozenda, es Ia circunstancia de hallarse reunidas en Sigena bes reiDas: dofra Saocha, Ia fundadora; dofla I\4aria de iVbntpllier, espoca del rey Pedro II, y dofra CoDttawa, hija de Affonso II y de le popia doffa y que pr5ximeSancha, a Ia que nos hemos refecido anteriqmente, mente iba a ser reina de Siciliat. En resumidas cueatas, el gobieroo de dofle Ozendg durante loc primeros effos, es decir, hasta la muerte de la fundadora, es semejarrte al de sus predecesoras po,r su occuridad y sornetiuriento a los Siu Ozendesde noviembre de 12O8, aquella. embargo, designioo de da va a pasar a ser el eje del monasterio, ocupando el vacio dejado por la reina y desampeflaudo su papel, auDque aaturalrneute sin tanta competeucia, por cuanto que le faltaban los resotes y las faeilidades de actuaci6n inherentes a la realeza. Desde ahora tambi6u, las tlsubpriorastr ser{n las que entenderin de las cuestiones internas del monasterio, en una labo semejante a la que desarrollaban las rrpiorast' de las que acabamc de hablar. il. FORI\4ACION DEL PATRIMONIO a) Nricleo en torDo al Urgellet m onasterio: TERRITORIAL Sena, Sigena, Tras los cambios tenitoriales efectuadoa colr las Ordea'es de San Salsfta y ru molatterio te cony Templel de del dofla Juan Jenrsal6u u:r duefloe de pequefio territcio, cl que verti'ao en .Iroximedanente Sene y Villernreva hcry de a los ifr,ninos municipdec de correqDnde 1 Vid. PANO, "h Srnte Rcine", pagr. 89-90. 57 56 sigena, pues los limites que Dos dan los documentos coindicen casi por completo con los actuales. En definitiva era un regalo que la reina hacia al monasterio, puesto que los habia reunido a c6ta de sx propios deninios dsl campo de Tarragona. El hecho de estos comienzos seri fundamental para la vida futura ds Sigena, porque todos tros reyes aragoneses, desde este morrento, quedarin obligados a atenderlo; las ,tprioras!' uo dejarln escapar la opotunidad. Sigena, Sena y Urgellet, en la orilla izquierda del Alcanadre los dos pr;-elos, eu la derecha el tercero, suponian aI monasterio la iacorporacidn de unas 25.oo0 hectdreas apoximadamente. Santa Ie_ cinr, que el castelldn de Amposta enEegaba a la reina para el caso de que fuera necesaria para cambiarla a los Templaric por las igle_ sias de Sena y Sigena, al no hacer falta, revirti5 af Hrospital. En loc dias de la fundaci6n del monasterio, Sigena contaba con I 36 vecinoc que la reina, como hemos dicho, hizo tasladar a la falda de la colina que limita a la vega del Alcanadre por la izquier_ da, a unoo setecieDtos mehos del lugar donde se ernplazi el edificio del monasterio, traslado que Do tuvo lugar antes de I2OZ2. Ia car_ ta de poblaci5n de la nueva villa fue otorgada por la propia dona Sanchar segri:r dice el prior lvloreno, a favor de 4O vecinost. El antiguo pueblo de Sigena debi5 de ser aprovechado rin situr, aunque uDa gran parte de los materiales debi6 usarfe para la cons_ trucci6n del nuevo edificio y sus dependencias, teniendo en cuenta que 6stas fueron uumerosas, ya que la facultad que poseian las rduefrasrt de entregarse al monasterio con sus propias doncellas y siervoe, que vivian eu los edificios anejos a ls claustroc de |tduefrasrty rlfreryresrr, asflo hacen suponerr. Se$in Var5n, los habitantes de Urgellet se tasladaron igualmeu_ te a Villanuevas. f Vid. 2 Inocencio 5 Vid. ,,la PANO, (lt Santa Reina',, habla pot pjg5. primera 18. Villanrreva de Sigena en un privilegio otorgado al honasterio el 9 dc mayo de f2O7 (vid. docrrm, 43). 3 Vid. PANO, ,,la Santa Reina,', pi.g. 38. ,,Monasterio 4 Vid. CARDERERA, Valentin, de Fraga ) lvtrcntearagcin,,, en,,Bolerin de la Real Academia de San Fernando',, 1g52. VARON, "Historie,,, t. I, vez de cap. IV, pig. 45. De todrr ern.r tier:u que compoofrn petrirroniales el ndclco pnimitivo del monrrterio de Sigcn , r5lo uanr 650 bcct&aar crs! dc regadfo. El resto, de secano, €rarr tienar buenes prra el cultivo dcl olivo, la vid y, sobre todo, los ccleelet y el esparto. Todor enoc t€trritorio pasaban a Sigena con lar exencioner popias de los Flospitalarios otmgadac pc Ram6n Boenguer IV y Alfonso II. ED adelaute, estas exenciones, concretedas al dmbito locrUsta del '.ronasterio, tendrian a central.iza,r el poder en meJro0 de la 'rprioa" que se hallar{ con el tiempo, y gracias a la erpecial atenci5n dispbnsada por los reyer para con la nueva Ca^ra, irclurc mejores sen.li6isnes econ6micas que el pcopio castellth. b) Ensancham iento tr3r Cendasnog. del nricleo prim itivo: en Ontif,e- honto el p.imitivo nricleo de tierras que rodeaban al monartecio fue ensauchado mediante donaciones territoriales, ente lar que hay que destacar les debidas a la iniciativa de loe morvuc:rs ar,agoncses. la necesidad de dinero para efectuar la constmcci6n del edificio monatterial y la especial atenci5n que 106 rey€s le lresteron, hacen que desde el momeDto mismo de su fundaci6n efectdeu pladosas entregas, donaciones que ccren a Ia par con las hechcs pc loc nobles y el pueblo. De esta fo'rma, el nricleo primitivo, el n(cleo embri5n, se vio muy pronto agrandado. Asi enabrilde1188, Alfonsolldonaba a Sigena el lugaryel t6rmino de Candasnos, en los iUonsgto's, para que el monast€rio p,rocediera a su repoblaci6n [doc. 7]: delimitando todos sus t6rmiDos que, moj5n a moj6n, coinciden con los actuales. Sin embargo, parece ser que Carrdasnos no pas5 definitivamcute al mona.rterio por ahora, po circungtanciac Do coDocidat, como tampoco se realizaron mis tarde otas disposiciones de indole semejante. Io cierto es que en Ia confirmaci5n de Inoceucio III de loe territo'rios pertenecientes a Sigena no ap:rrece citado CandatDctl, que no perteneci6 con certezt al mouast€rio hasta que en 1209 Pedro II hacia Ia entrega ddinitiva. 1 Se citen Seu, Sigeu, Villanucve, Urgellet y Otrtittcu (vld. docum. 43). 59 Por otra parte, estaodo el rey AUorso II en Perpifiin en diciembre de 1194 otog5 testamento, dejend6 en una de sug cliusulas al monast€trio de Sigena la villa de Ontiiena y sus tAminor, colinrLntes con lc de Sigena, mdr todo lo gue el monarca tenfa en Alcubierre, una vez que falleciera lope de Foz, que las debia detentar en su nombre [doc. 2O]: con lo que el pahimonio central, en torao al Lmg-1237 ozo40 Lrcala monasterio, verlia e incrcmentarse en unas 1300O hecti,reas mis. En esta primera etapa de la vida sigenerae, es decir, desde ru fundaci6n hasta Ia muerte de la reina dofia Sancha, Sigena ya no recibiria ninguna otra donaci6n de tiemas cercanas al nricleo central. Sin embargo, durente este corto periodo, menudearin las pequenas donaciones de campc, huertos, vifias, repartidos por todo Arag6n. c) Nacimiento Monz6n Alag5n ,fAlcolee de Cinca LERI Fuentes e +. Tenitoios poeefdorcn l1g{l_l2og Nu.vu edquisicioner tsritoriele, ea LZOL_L237 de los nricleos bienes diversos y cen:KrE, de la periferia: Ioe dominios del monasterio de Sigena no se limitaron soLmente a las tiera^r que rodeaban a la Casa, sino que, elz vez que tendrSn lugar las grendes donaciones en tomo al nricleo embri6n, irSn surgiendo otrot focos meDores por toda la Corpna de Arag6n, radicando sob,re todo en las villas y ciudades m5s grandes y pr5specar de la misma, form5ndose asi, decde el comienzo mismo de la vide de Sigena, udcleos importantes localizadoe en la periferia & los dorninioc cenbales que, en ocasionc, rndando el tiempo odiin inchrro llegar a constituir ula eDcomienda pnopia del monasterio. Estas tierrat pasabrur a Sigena, casi sitr exc€pci6n, mediante donaciones de particulares, siempe mis pobres que las de lc mismc reyet; podian llegar a manos sigenenses tambi6n mediante la dotaci5n de las rrdueha^s'rque ingresaban en el monagterio; elr otrat ocasiones, son los donadoc lc que, en ndmero ceda vez m& creciente hasta mediedos del siglo XI[, con pequefias d6divas piadosas, en forme de dinero, objetos de uso personal y tier.nas, incrementaban, en lugares dispersos, lc bienes de Sigena. Estos nricleos perif€ricos crecian bien por agnrpraniento de calas, bien de huertos, campos o vifias, o de todo a 7z ve4 en otras ocasiones, el monarterio era solamente duefio de las rentes que estot bienes poducfan. 6t 60 1) hecho de seflalar una tendencia expatslve rio sigenense. Nricleos del Somontano oscense: Desde los primeros tiempos de la fundaci5n del monasterio, las ciudades y villas del somontqno oscense contuvieron en zus tdrminos los m6s importantes nricleos de la periferia sigenense, sobresaliendo los de Huesca, Barbastro y Aguas, cuya evoluci6n iremos estudiando. Huesca: No consta documentalmente, pero casi podriamos asegurar que las primeras aportaciones al monasterio cn la ciudad de Huesca se debieron a la reina doffa Sancha, pero tampoco conocemos en qu6 cantidad, ni sus limites, ui sr valor. Oua de las primeras aportaciones debi5 ser la efectuada por dofra Sancha de Abiego, primera |tpriora" del monasterio y rica fopietaria oscense, quien posiblemente como dote de ingreso aI convento, haria entrega de algunos bienes teritoriales y casasl. Aportado por una de las dos Sanchasr la reina o la primera 'rprioratt, seria el huerto que eD 119O otogaba la soberana, en nombre del monasterio, a varios judios oscenses para (lue construyeran casas en su solar [doc. 9] y que, como dice Pano, dcbi6 de ser el origen del banio que con el nombre de Sigena se co$truy5 en dicha ciudad, quizis para albergar a todos los que, de una manera mis o menos directa, estaban relacionados con Sigena. En 1203, la reina daba, en nombre de todo el convento, ilhortos nostros pro adjutorio et certas domostt para ayudar una vez m6s a la consfucci6n de la ermita oscense de Salas [doc. 37], lo que indica que Sigena los poseia con anterioridad. En marzo de t2O6 tiene lugar la riltima incorporaci5n de tierras localizadas en Huesca que conocemos en este primer periodo de la vida del monasterio. Se trata de una donaci6n hecha a favor del monasterio por Maria, esposa de Pedro Novales, al ingresar sus hijas Toda y Estefania en el convento sigenense. Este ganaba a la saz6n la heredad denominada Las lvlontellas, situada entre los rios Flumen e Isuela [doc. 42], junto con una parte del molino de Piedra, sito en el Flumen. Como puede verse, la importancia de este primer nr.icleo perif6rico oscense no estd tanto en la extensi5n de 1as tierras como en el 1 \id. yti,g. 37. .\RCO "il R e a l l \ l o r r a s t t . r i c . . l r\ i t c n a " , (,, l t ( \ 1 .( l r l r S - r c , : s r . . c l r l r c . " , eu beneficio del monaste- Barbasto: Otro nricleo perif6rico impcrtante, pd lo menos en embri6n, es el de la ciudad de Barbasho, aurque en estos primeros aflos que constituyen el periodo est6 bastante desdibujado. Inchuo las tienas que lo constituyeron fueron adquiridas por comlra y no por donaci6n, 1o que deja de ser una excepci5n. Pero estas compfas iniciales, mdestas po srr nrimero y envergadura, dirin srigen a ul futuro dominio extenso que habrd de influir, lo misno que el de Huesca, en la vida de Sigena. Ia primera adquisici6n data del afio 1206 y se hace a nomb,re de Pedro, rrsubcomendadortr del monasterio, y de todo el convento un la campo en el valle de Qp [doc. 4O], lugar donde se concenuarin mayoria de los bienes sigenensee eu Barbastro. En marzo del mismo aflo tiene luger otra compra por le que se adguirian dos campos, uno situado en la via de Huesca y otro en los vif,edoe de Ca.ctillo Nuevo [doc. 41]. Posiblemente lindando con estes tienas tuviera Sigena algunas otras parcelar que, coDseguidas por algrin piadoeo donativo motivarian la comfra de las citadas. Aguas: Ios dominioc sigenenses en Aguas, gtandemente incrementados en eI perfodo siguieute, tienen tu oriSen en este lrimef,or aunque un tanto misteriosamente para nosotros, Porque aPenas n6 queda documeutaci6n que nos hable de elIos. 56lo sabemoc que en noviembre de IL92, la reina fundadora, una vez mds actuando eD relrreseDtaci6n de todo eI moDasterior daba- a Salvador de Aguas una heredad situada en esta villa, consistente en casas, viflas, huertos, linares y caf,amares [doc. 11], que, sin lugar a dudas, poseia Sigena. 2) Nricleos perif6ricos dispersos; Ia dispersidad de muchos de los bienes territoriales pertenecientes al monasterio de Sigena por todo Arag6n, y aun en territorios de fuera de 61, sin llegar a constituir nticleos importantes, nos obliga a 62 63 agruparlos dentro de un mismo cuadro, puesto que sr.relen ser bieaes aisladoc, sinl4 iimportanciai y empu.je de los anteeiores para crear focos sefialedos. Tortoca: En Ia fltima decena del siglo XII, Alfonso II daba unas casa,sa su esposa dofia Sancha paua que, a su muerte, pas:rr:rn a depender del monasterio [doc. 1]. Despu6s de esta fecha, el nricleo tor.tosino, al que se le unieron m5s tierras mediante donaciones o compras que desconocemos, fue ampliado autes de 1205, aflo en que el monasterio cobraba ya censos por un campo, dos vifras y dos casas [doc. 39]. Calamocha: Eu noviembre de 1207, dofla Sancha concedia a lvlartin de Aibar, rrcomendado'rrl ds Sigena una yuvada de tierra cerca del pantano de esta villa, aparte del molino dependiente de las aguas del mismo [doe. a7J. Sin embargo, las posesiones en Calamocha terminron en eso rinicamente, por lo que ni ahora ni posteriormente tendria importancia ni supondria grandes ingresos para el monasterio. I6ida: la primera indicaci6n del dominio sigenense en L&ida data de octubre de L2O7, cuando Guillerma, esposa de Pedro Folch, se entregaba al monasterio como [sotor", a;nrtando en concepto de dote quince sueldos censales sobre unas casas situadas en la parroquia de Santa lvlalia Magdalena, tributo que Sigena recibiria en adelante anualmente. No se tata, pues, de la donaci5n de un dominio efecti vo, sino del usufructode ciertos bienes [cloc. 45]. Po,rlo general este sistenra de posesl6n va a ser comfn en la ciudad del Segre. Ivfonboig: El 5 de abril de 1198, el arzobispo de Tarragona daba al monasterio de Sigena "omnes ecclesias castri de Monte Rubeo et territorii eiusrr, con todas sus pertenencias [doc. 28_1.Sin embargo, en adelante, ya uo volveremos a oir hablar mis de este nricleo, que no tuvo transcedencil rlguna para el desarrollo econ5mico de Sigena. IN. DONACIONES NO TERRITORIALES Recibi6 Sigena durante esta primera 6poca otros bienes de menor cuantia, de car{cter no tenitorial y que en definitiva influyeron poco en el desarrollo econ6mico del monasterio. F-stosbienes fueron aportados, sobre todo, por los reyes y por los nobles, quienes solian efectuar sus piadosos donativos por la salvaci6n de sus almas o por muchos otros motivos piadosos. 1) Reales: En enero de 1193, Alfonso II donaba al monasterio un saf,raceno de Naval para que sinriera con su persona y familia a Sigena [doc. LZl;tal vez del mismo dia entegaba a petrpetuidad doce cilntaros de aceite de la villa de Benifalet, cercana a Tortosa [doc. 131. En marzo de este mismo aflo, otorgaba en Huesca a su esposa dofla Sancha Ia facultad de dar las montafias de Ciurana a Sigena para que las explotaran druarrte dos afloc mediante arrendemiento [doc. 151. las rentas, sin duda, serian bastante elevadas a causa de la explotaci5n de la madera. la primera donaci6n de Pedro II fue un judio, que pasaba a depender del monasterio junto con todos sus bienes y familia [doc. 38]. El 27 de octubre de 1208, pocos dfas antes de la muerte de la reina dofla Sancha, el propio Pedro II confirmaba las donaciones y heredades que AUonso II habia otorgado al convento, Itcrmitiendo a su vez la cnconrienda del castillo de Ciurana al castell{n de Amposta, el cual dcbia satisfacer al monasterio de Sigena dos mil sueldos alforuinos [doc, 5O]. Por tiltinro, la misma reina dofla Sancha en su testamento, efectuado eu 12O8, aparte de ordenar que se Ie entertara en Sigena y de tlonarle ll monasterio varios efectos personales, le hacia entrega de varios jrrdios repa6id6s por valias plazas del reino: Zsagoza, Huesca, Calatayrrcl, Alag6n y Daroca, mds algunos bienes de menor cuantfa en Calamocha y en Cambor de Pina [doc. 48]. Particulares: En enero de 1198, el castelldn dg Amposta, Fornin Cabeza, entregaba ciertas heredades en Alcolea y Cascall6n a Ferrer de Santa Iecina a cambio de que +5stepagara un bibuto anual de diez mara2) 65 & de tal forma que podia venderlar, vedfs al monasterio sigenese' ernpefrarlas o cambiarlas riempe y cuando quedara libre dicbo tibuto [doc. 27]. En este pinec peciodo, sin embargo, no abundan estas clase de donaciones particulares. Su nrimero, 1nr el conuario, 8e irctementar6 considerablemente SEGXJNDAETAPA DE IA VIDA DEL h,IONASTERIO DE SIGE}.IA: "de gran expansi6n territorial del monasteriort (t2o8-L2371 en el siguiente. Dotes de rtdueflastt: han desaparecido loo documentoe de dote Desafortunadamente trduefiastr profesas del monastetrio. Pero todas ellas ahechos por las portaron sin duda bienes inmuebles a la comunidad, aunque no podamos localizarlos. 5610 indirectamente sabemos de afuuna de ettas entregas. Asi se explica que en muchos casos se rePartan tierras del monasterio en sitios diversoe sin saber c6mo, desde cudndo y po'rqu6 I. 3) le pertenecen. Apuntamod tambi6n ta idea de que muchc de los documentos que presentamoo como aJenos al monast€trio, prudieran Pertenecer a rrduefiasrt en calidad de dote, quienes a su tierras entregadas por las vez entregarian el insEumento escrito de posesi5n a Sigena, como m6todo coniente yrdpido de hacer entregas de bienes en esta 6poca. PRIORADO DE OZEI{DA DE I.VANA (1203 a 12241 Al finalizar el afro 12O8 (mes de novierrrbre) moria, como hemo6 sefialado ya, la reina dofla Sancha. Desde este iDstante toma el mando del monasterio la que dede abril de 1203 venia siendo trprioratr del mismo: dofla Ozenda de Lizana. Si en el transcurso de los cinco primeros afloe de su pricado habia sido una figura segundona, en 1208 se convierte en la directora y sefloe de Slgena, ayudada por el resto de las ttdueflasfl y trfrayrestr. Ia herencia que le dejaba dofia Sancha era maga.iEca en cuanto suponia una buena base moral y territorial para continuar la empresa, pero econ6micamente habia dejado al monasterio muy al limite de sus posibilidadesl. Por otro lado, la mu€rte de la reina fundadora suponia un rebaJamieuto en lo que pudi6ramoo llamar protecci5n real mS,xime ahora cuando lucha agotadora (Midf acuciantes que resolver no. Sin embargo, dofla el rey se hallaba enfrascado en uua doble frznc{s y frontera levantina) y con problemas con el rey de Castilla y arin de su propio rei- Ozenda de Lizana saldri adelante, por m&itos ynopios, con su empresa, aun teniendo que luchar contra la mirrrr:r notrlcz:r quc hatarS de mermar sus tenitorios y sus bienes. l:r lnlftlca .1ue la trpioatr se propone es bien clara. Primerarr)r'nte, arnpliar el patrimonio territorial lrrimitivo del monasterio a lo largo dcl rio Alcanadre y del Flumeni en segundo lugar, penetrar cn los lvloncgros, que le aseguraban una buena tierra de labor una vez roturarla, y magnificos pastos y bosques. Ilego, concolidar y agrandar las 1;ocesiones territoriales de las ciudades y nricleoe p€rif6ricos del somontano oscense, bien a base de donaciones, bien mediante compras si aquellas faltaban. Y, en cuarto lugar, Fopagar 1 Vid, priginas 9l a 1.02. 66 67 que eta capez de proporcioner el mon:^rterio ler vcdeJer c4iriturlcr pqre quc, ganadc loe espfritur de lc ffeler, ptrdlera redundar &to no e5lo eo el caopo y reUgtoro pera los homb'rcr, rino elpirftud taabi6n ea el cspirtnral y raetcrial pare el monr.rterio. Q6lfanan abore les grr-der iavesioucr dc donedol y don.drs, diuttdo. de cirelquicr perte del reino que, a cambio de parltcipr de lo bleaeg erpirthraler comulitadc del monecterio, le entregaa toda clare de bienes meterieles: tienal, cllar, censcxr, dinero. Pc riltiuo, doie Orenda tr.ta de dcr un gran impulro a la repoblaci5n dc lar tierrar edquiridar medlante la entrega de lac mirmes a treudo. Qrronrro doila Ozenda mucra hacia el afio 1224-t225, el monalterio elgenenre aercher{ firrnemente hecia el triurfo definittvo. te babrdn bartado diccireir efios para ello. a) AcreceDt.tn iento del nicleo central: Fallide, como bemos yitto, L primera entrega de Caodasnoc hcche por AUorrc II el monerterio, la ttprioral dofla Ozende Do deJarC dc Fetionar al rry Pedrc II para que esta donaci6n.ge llevara a cabo, con la que loe limites del nricleo central se dilatarian por el lado de Oltitrela, en plenor lVbnegro. la insictencia de dofla Saocha daba su frutc, de fcma que el 25 de mayo de 1209, Pedro II otorgaba rrlibenter et voluntgrie, ob reel lugar de Candasmediun rnl6s a6,gft1set parentum no6tqum", [freyresfi de nos (ttCampus Asincumtt) [doc. 55J a las "duefra.rrr y Slgc-a. Con esta donaci6n, habia comenzado la expaasi6n territorial del monasterio hacia loc grandes municipios del Ebro, con los que, en adelante, las trpriorasrr sigeneoses habrian de mantener frecuentes disputstt por cuertiones de limites. Sin embargo, el erario real estaba demaciado e+!+brecido en esto6 lrimetros afroe de eiglo XIII para espetrarde 6l las rnercedes deseadas. A las deudas que el monarce conbajo con lo nobles, con los judioo y con los monast€trio de sus tiemas habria que atradir las contraider con Sigena, a quieu habia prometido antafio como pago de las mismes, Cdemis de cierta cantidad de dinero, afuunas cotregas territoriales que DuDca se efectuaroD [doc. 6O]. Apeniado po dofle Ozenda, Pedro II se vio en la .necesidad de recomperuar el monasterio, el 14 de marzo de t212, con la villa y t6rmiDos de Lanaja'rcum hominibru et feminis quod ibi suntvel erunt unquam et cum omnibus terminis zuis heremis et populatis" [doc. 6O], que limitaban con los de Orillena pertenecientes a don Ato de Foces, daudo lugar a una pequefia disputa entre 6ste y el monasterio resuelta pacificamente [doc. 62]. Incluso el mismo Pedro II aclaraba la cuesti6n mediante el otorgamiento de un nuevo documento de delimitaci6n tenitorial de dichos t&miuos, en uoviembre de t2L2 ldoc. 631. Con la aportaci6n de los t6minos de lanaja, situados tambi6n en plenos Monegros, cerca ya del concejo de Piaa, el nricleo, central del moDasterio pasaba de unos 387 Krts a cerca de 691 kms . Y seguian las donaciones, El 19 de mayo de 1212, Pedro II entregaba a Sigena la villa y t6rminos dg Ballobar, aguas abajo del Alcanadre. Sin embargo, esta donaci6n tenia unicamente cardctef, temporal. El rey la entregaba con sus hombres y tErminos hasta que el monasterio recuperara tttotos illos denarios quos de quinto et acemilis habuimus de hominibus vestris honois'r [doc. 62]. Pero la muerte de Pedro II en Muet (1213) hizo cambiar la decoraci6n; comicnzan a escasear las donaciones reales importantes eD torno a este ndcleo central sigenense. los afros turbulentos de la minoria de Jainrc I se hicieron notar en este sentido, de tal fcnma que, hesta L226, cs decir, dura.nte el resto del prioado de doiia Ozenda de Lizama, Sig,enano recibe ninguna otra aportaci6n en el mismo. Desde esa fecha, I)ero ya correspondiendo al siguiente prioado, tendri la expansi6n dcfinitiva por los lvlonegros. En cstos airos intermedios, dejado el monasterio de la mano del rcy, mentrdean los litigios fronterizos sob're aprovechamiento de pastos, solrrt, rlt'limitaci6n de tierras, sobre utilizaci6n de acequias, etc Fstc luriodo de la gran expansi5n territorial de Sigena tiene tunrtri6n su l,ache, entre los affos 1213 y 1226. Afortunadamente, a pertir de r.'stc fccha, y durante el priorado de Ia zucesora de doia Ozenda, cl nronasterio contorneard su domirrio central, bisico para su vida frrtura. t Vease pegina 127 69 68 b) Crecimiento de los nfcleos perif6ricos: Sin embargo, coircidiendo con erte bache, en el que la realeza desasiste aI moilasterio sigenense, va a tener lugar un gran desarro_ llo t€ritorial eu trosnfcleos perif&icos que, en parte, v:rn a com_ pe.carlo. Es pecisameate en este momento cuando se van a asentar las base*i de loe que a fin de siglo serin importantes nricleos sigenenses del somont".o pirenaico, cuyo nacimiento corresponde a .la 6tapa anterio, ya eshrdiada. Huerce: SeflalaTos en su lnomento el oigen del nricleo osceDse; ahora se agr.ndar{i mediante pequefias aporteciones de donados y donadas: igualmente, por medio de cambicts y compras que tenderin. a localizar iodas lei tiefas en prntcll coDcretos de la geografia oscense. Asi, en 12O9; dofra Ozenda de Lizaua corced.erd la libertad a Samuel Azebi, quien en reconocimiento enbegeba a Sigena tres vif,es en el t6rmino cercano a Lo1gte, el NO de Huesca tdoc. S3l. En 1216 tiene lugar una gr:ur donaci6n. Dof,a lvlaria de Narbona se entrega en cuerpo y alma al monasterio de Sigena, d6ndole como dote varias casas con $r huerto, '. cellario con doce cubas y una vifra; ota vifia en el Pueyo de Sancho; un huef,to junto a la Puerta Nueva, con cases f canel; uu campo en el t6rmino de.Alquibla; el molino de: Quizanilla, en el rio Flumen [doc. 71]. El asegurar esta donaci5n cost6 a dofla Ozeada algin uabajo y otorgar afuuno privilegibs a doAa Maria de Narboua para ahaerla a vivir al nonasterio, aurr cuando no se decidiera a tomar lor hibitos ldoc; 77, 78y 94J. En marzo de 1216, Rodrigo de Lizena, hermano de la rtpionail, entregaba a 6sta y al monasterio rtmedietatem castelli. Pebe, qui est situs. fope Oscamfir en la que iban iucluidas tambi6n unas casas, media vifra, quince c:rmlr6 y la rritad de un molino tde,. 7Zl. Todo estos terrenos y fincas collndaban con los de don Ball6s, propietario de la oba. mitad de la heredad y con algunos campos y vifias que el raonasterio lr6eia ya alli; por no se sabe qu6 donaci5n. Ozenda no dejaria de pesionar a don Ball6s hasta que .consigui5 comlxarle, en septiembre de t217, la oba mitad, por setecientos maravedfs allonsis [doc. S1l. Con estas. frncas y campos conseguidos de don Balles y don Rojunto con las de dofia Marfa de Narbona y los tedrigo de !iz-nr, rritorioe de Ia heredad de lss i\dontellas, adquiridoc en Ia 6poca pecedente, el nricleo perif&ico de Huesca adquiria fopociones estimables, y, pecisamente en 7a zorra.mis feraz de todc los t6mi[og osceDses, eate lc dos rio que bafian la ttroya: Flumen e Isuela. En el cento urbano, se gestaba por estos dias el bario de Sigena. Barbastro: El nricleo perif&ico de Barbasuo no experimenta, durante el pniorado de Qenda, nin$6n avance conocido. Unicamente sabenos que las posesiones sigenenses en la ciudad del Vero sinrieron para efectuar afuuaas ransaciones y cambios [doc. 100] y que la ttprioatl tat5 de asegurarse algunas tiemas que poseia allf Peregrino de Castillazuelo [doc. 99]. Salpicados en multihrd de puntos del reino, van creciendo los bienes entegados por 106 nuevos donados, pero sin ordea ni concierto. En febrero de 1213, Fener de Santa lecina se ofiece como donado, entegando uDes casas y una heredad en Cambo [doc. 64]; los hijc de Galindo de Naya otogaban un campo situado en Albelate de Citrcar Junto a una vifia lr€rteneciente desde no se sabe cuf.do a Sigena [doc. 68]. rI. pRtoRADO DE SANCHA tIMEl.lEZ DE URREA (1226 a 12371 Mucrta dofra Ozenda de Llzana, ocupa el pioado de Sige-a dofla Sarcha Jlm6nez de Ur1g4, que va a terninar la rcgunda etapa de la vida del monasterio, en Ia que la expansi6n tenitorial llega casi a alceazar loa lfmites mdximoe eu el sigl,o XIII, puesto que, a pertir de t237, las anexiones van a ser casi totalmente nulas. Cuando dofla Sancha Jim6nez de Urrea (IZZG-LZ3ZI' es elegida trprioratt del monasterio es eI .momento en que el castellSn de Amposta, Foulques de TorneU, Lan"a los primeros ataques contra Sigena, tratando de srjetarlo lo m6s posible a la Castellania [doc. 104]. Accedi6 la rrpriorarr, en pincipio, a esta sujeci6n, pero a la larga 70 7l 1o rinico que consigue st qastsllir ampofieoo es poner de mayo relieve el espftitu de rebeldfa que ceda vez se hace mis latente en Sigella. El 2 de mayo de L227, elPapa Gregcio IX eximia a la I'piora[ de la obligaci5n de asisth al capltulo de la Castellania de Ampota [doc. 113], sernidumbre quevenia observando desde la fiudacidn del monasterio. En el lugar cwespondiente ya hemos exlmesto nuesras dudas sobre la autenticidad del referido docurnento, sin embargo aun cuando el documerlto sea falso, indica eI espirihr que flota por estoe dias en el ambiente de Sigena. En todos los demds aspectos, el priorado de dofla Sancha Jim6nez de U6ga no se va a diferenciar en nada del de dofia Ozenda de LizaIla. a) Acrecentam iento del nricleo central: Cono hemos visto, las apdtacioDes tenitoriales de cardcter real duraute el periodo comFrendido entre 1213 y 1226 son completa_ mente nulas. Pero Jaime I, una vez liquidados todos los asuDtos de su turbulenta minoria, viendo cuin 6til era el monasterio para llevar a cabo una feliz labe repobladora, le confirmaba, en el mismo afio 1226, algunas donaciones hechac por sus antecesores dofra Sanchar Alfonrc II y Pedro II de las que no poseemor eI documento primitivo es dech, "tercia parte de Camboris et villa de Atrcala cum suis terminis' et de vetato de Farleto et de Csrnpi*incnum cum ruis ter1ainig; st de medietate ds luvene; et de hereditate de S31rnns12 91 de Naia cum suls terminir; et dc vetato lMontisnigri quod dicitur Canillorum' [doc. 1O6J. Poco tiempo despu6s, eI 3 de abril de 1226, laime I elegia su sepultr.ta en el monasterio de Sigena [doc. 1O7], aunque luego reria euterado en el de Poblet. El priorado de dofia Salcha Jirn6nez de Urrea comenzaba, pues, bajo los. mejores auspicios. El monarca habias€ formado tan excelente idea de Sigena que no dud5 en encomendarle el rnonasterio de Buxerols (2Bujaraloz?), fundado por Alfonso II, que debia estar en tralrce diIIcil, en marzo de 1227 [doc. 111J, Poco despu6s, y continuando con zu rccha euJ&ica bacia el monasterio de doffa Sancha, Jaime I le entregaba el 3 de norriembre de 1227, atenlo en Ztr4gsss, el castillo de Ss1itrsna, con toder &rr ttmaodamul mdcpertenencias, libre de todo tibuto, affadted,o: domus, repo$titario, senioribur, merinir et aliis officielibus nosti!.. specialiter iusticie totique coDcilio de Saralryenarr que respetsrar como libre dicha donaci5n [doc. 117J. El 3 de junio de L228, el rery confirrraba la delimitact6n de l,o t6rminos de la villa de Lanaja, dada al tltoDanterio sigeDense por Pedro Il [doc. 121]. El 1O de noviembre de 1228, Jairre I hacia dos Duevas concesio1ss a Sigena. Medientc la primera le enhegaba un hombre en Fraga, con ru famiUa, su casa y sus pocesiones, libre de todo tributo [doc. 125]. Con la segunda, le concedia cien de los doscientos maravedii que la aljama judia de Calatayud debia satisfacer al monasterio de Olgers, segrin une 4ntigua dispocisi6n de Pedro II [doc. 126]. Sin embargo, todas estas doDaciones no tenian para Sigena verdadeca impotancia por cu:rnto que sus bienes aislados, eran insuJicieDtes para coBtituir una fuerza calnz de influir en aquellos municipios en donde radicaban loc bienps otorgadc. Rodeando al nricleo central gana unicamente los tdrminos y el castillo de Serinena y l,os reducidoc bienes que Pedro Gil podia aportar en Fraga. Es a partir d,e 1229 cuan<lo conienze a cerrarre definitlvcmente el nricleo cental sigenense de troo l\lonegros y del Alcaaadre. El 27 de septiembre de este a.flo, el prior de San Jorge de Alfama, scuciado por las deudas que habia coltraido su monasterio, resuelve vender el castill,o y la villa de Bujaraloz, que Pedro II le habia entegado, totalmente libre al monasterio sigenense, coD tdas sus p€rteneocias y habitantes, por doscientoc citlcuenta maravedis aUonsis [doc. 132 y 133J, pceriones que el monest€lio de Sigena bo duda en comprar, aDrioco de ensanchar sus lfmite3 po eI sur hacia el Ebro y troe I\rtonegros, en tiena ya del obirpado de Zta;goza' El 22 de mayo de 123O, Jaime I confirmaba dicha compra y tomaba bajo su Fotecci6n dichoc t&minc, mendando a todos sur oficiales qu€ tomaran al monasterio 3igenense como cosa suya y lo defeodiecan conta todoc ldoc. 134. Esta compa no satisflzo al concejo dePina que debie creere con derecbo a dichas tierras. Io cierto es que entre Pina y Sigena debi6 debatlrsc una fuerte lucha que se sofocS eu febreco de 1231, mediau te una cortcordia ente tromDes vicini de Piua... currr v6 dictam Saciam domu,c Sexene priorissamtr. lvlediatrte &ta los habitantes de Plne retiraban la demalda srempre que s.rs go-ados pudieran pastar 72 Jurb con l,os de Bujaratroz. pc otra parte, si Sigena hacia vedado de lef,a, caza o hierba para vender a t€rc€c6, lq homb,res de pi.1._ clamaban le mitad de las gaoancias. A cambio de estas concesiones, ap.ste de otogar la-franca posesi6a de Bujaraloz a Sigena, troohom_ bres de Pina euhegaban al mo,neste"io uo. casa p.ra convertirla en hospital, sita en el vedado de la Retuerta. y, finalmeute, lo horn_ bres de Pina dabau a 10s de Bujararoz r" s.l *ti"i"Dte para cubrir sus necesidades [doc. 139]. Tras la adquisicidn de Bularaloz, conseguida como acabamos de ver con la oposicidn del concejo pinatense, quedaba un espacio li_ bre enbe sus t6rminos y los 'rpiona' de cand*, or" l3 del monasterio tat6 de conseguir d. .o"t". V, efectivament e, el 27 de octubre de 1235, Jaime I1rconcedia al mo separaban a lasde Bujaraloz y co.,rrt oc,*Tfi: :nffffi;l: villa de Pgle,lbo, con todoc sus t6ninos, UOr" de auSrercas cargas fiscales debidas al rey [doc. 147]. Con Ia adquisici6n de Bujaraloz y peflalba, Sigena engrcaba sus pooesioares del nricleo central eu unos 226 lsns- mds, habiendo al_ caozado por el sur los limites mixiac que le perrnidao troc concejos de Pinr y Fraga. En noniembrre de 1226, 3 su v€?r era por la parte norte sl etr_ sanchr-iento merced a la douacidn de poncio Hug6n, seflc de Al_ colea, y hecmano de dofra Aleidisr condela de Armafiac y donada de Sigena, lrimeramelte, y luego il&tbpicn3,,. poncio bacia ente_ ga al monasterio de una perte de nrs teFitcios de Alsgtss, golin_ daDtes con lc de Sigerey Ontifiena. Eu 1235, pu6, con la pcesi6n de pgfi1lba, adquiria sus m{.ximas Fop@ciones eu el nricleo cental. En todo el resto def sigfo no habr6 Dirguna otre anexidn en erte fT-".ttp'io''sstt ana.. La, atenci6u de las sigenensec se detendrd eo lc nricleos perif6ricc. b) Crecim iento de los nricleos perif 6ricos: Ante la dificultad de con&olar algunoc bienes por estar muy dis_ tantes del monasterie, dofla Sancha Jim6nez de Unsa opt6 por liqui_ darlos. Por eso llev5 a cabo unas permutas con el castelldn de Am_ posta mediante las cuales la 'prio43, se deshacia de ciertos bienes que el monasterio poseia en Barcelona a cambio de algunas rentas a cobrar en Fraga [doc. 134]. Ert !232, siguiendo con este criterio, 73 Hugo de Folca\uec, castellin ampostano, daba a Sigena un campo en Frcga, junto a rrn4 yifla que ya pooeia alli el monasterio, a cambio de un 4rmpo que 6ste tenia en el Arrabal de Zeragoz.z.[doc. 1511. Pero excepto en estos casos, eD los que era recomendable tel medida, los nricleos perif6ricos de Sigena prosiguen su mar€ha leuta de crecimiento, configurdndose sus limites mtry trabajosameote. lo que m{r dcstace de ellos es su vitalidad, como veremoc en el capihrlo siguiente. Ios bieaes encenadoo en suc lfmites lon motivo de coDstant€E cambios, venta!, beudos: son fuede cantinua de riqueza para el monasterio. Huesca: En el nfcleo perU6rico de Huesca, durante el priorado de dofra S".cha Jirr6nez de Urrea, prosigue todavia el tira y afloja entre dofla lvlaria de Narbona y sus familiares, que se niegan a admitir la donaci6n que aquella habia hecho al monasterio. Sin embargo, doaa lv{aria rctifica su decisi6n con dos nuevos documentos, d,e 1226 y t227, respectivameute [doc. 105 y 112]. Cuaodo en septiembre de 1227 ototga dona Maria su testamento [doc. 115], ya no se citan pa_ ra uada las tierras de Huesca que habian sido objeto de tantas luchas familiares, lo que hace suporrer.que p.ua esta fecha estd consolidada la donaci5n y que la citada heredad donada por ellr en 1216 se habfa integrado definitivameute a los bienes oscenses de Sigena. Pero si en el nricleo central las consecuciobes son considerables, en los perif6ricos apeoas tienen importancia. En el oscense rinicamente hattanos una de agosto de 1235, cua+ do Sancho de Monz6a, al otorgar te$ameuto, legaDa al monasterio ademdr de su cuerpo y su alma y algunos pequef,oo bienes perEonales, varias c:rsas con sus huertos sitaE eD la ciudad, julto al horno de Raimundo de lvlonchjs [doc. 145], que incrementaban las posesiones sigenc.res no en los t&minos gue rodeaban a Ia ciudad, sino eo el mismo caso urbano. Barbasho: Nada'sabenros de lo que fue en este periodo del nricleo perif6rico barbastrense. Segrin se deslnende de noticias poSteriores, debi6 aumentarse en a\unas vi.flas nds, pero. no terremoc noticias docu_ mentales que lo atestigiien. 7S 74 Aguas: Pero sf sabemoc que en t234, dofia Oria Jim6nez de Llesia, her_ mana de dofia Sancha Jimlnez de llesia, rrduefiail de Sigena, al en_ tregarse en cue4)o y alma al monasterio, donaba la villa de Aguas, con todas sus perteneDcias y dereehos, donde ya el monastef,io man_ teni'a 'lguras pocesioDes anteriores a 1208. Dofla Oria las enbegaba p:rra que rrhabeatis plenarie, teneatis potenter et ve$o iure heredi_ tario posideatis et exploctetis in pace per cuncta secula... pef ves_ tram, propriam, francam ac liberam et ingenuam et quietam here_ ditatemrr [dco. 142]. Fs sin duda alguna la aportaci6n de mds consi_ deraci6n conseguida por Sigena en la periferia durante esta etapa, incluso mis importante que las propias tierras ganadas en el nricleo cental, ya que estas de Aguas eran con mucho mds f6rtiles y urejor regadas que aquellas. Vemosr pues, como aun cuando los limites de los nricleos peri_ fEricos se van eosr.chandor 1o hacen con mis lentitud que en el nri_ cleo cef,cano al propio monasterio. Sin duda se debe a la distinta calidad de los donantes y a la desigualdad juridica de las tierras. Mentras que err el nricleo cenbal se hate de tierras reales, en los nricleo perif€ricos, donde el dominio de las tierras es vario, las aportaciones se deben a person:rs particulares, mds o menos po<lero_ sas, o mediante el sistema de compras quc, aunque de una forma comiente, se dio rinicamente en estas zorurs. TERCERAETAPA DE IA VIDA DEL MONASTERIODE SIGENA [de couolid.ci6n y eatabilizaci5n del domlnto tecritorialrt (1237-t28tl . I. PRIORADO DE ORIA IIMEIEZ (1238 a' L2521 DE LUESIA rrFic'arl El 18 de ebril de 1238, aparece por pimeca vez coroo ingrecar en el monalterlo dofia Qta Jlm6uez de lleaia, que veiamc dote, La viff' de Aguas' como et l23/,, al que enhegaba, tzl vq Sanche lim6ocz dc Urrea gueDeade 1238, Ie antecic "ltriorarr, dotra deba relagade el rubP'riorado' l8 No porcemo de dotra Orla ubgfn dato biogr6ficoi riricamcotc rrenferoaretiett de eoeco meles en loo hallernq ocupendo el catgo de y octnbre de1237. a) Decamparo real: mona'sterio Doilada lim6uez de Ileria comerzaba a gobernar el de Vapor tiecgt reino del la expansi5n en e1 mo:oento critico de relaci6n de que carece lencia. Y, esto, aun cuando Pueda P$ecer Sigene' con el cenobior va e 8er capital para le vida de sigenenre comonastetio al tenido El rey, que harta abora hebia familiar por tredici6n obligado mo algo muy tuyo y al que 3e creie Zatgoat le lfnea de abqra a cotrsenrat y defender, re ve desplazado die con Huerca, Barbr^sro, I6ida y Barcelona para dedicarre cada y valenciano. mir ahiuco en loo ambienter catal:n como cus Indudablemente Jaime I habia tenido en gr'rD estim" lar docon dicttngut6ndole predecesoresr al monaSterio, i.-ediatoo a halleg6 que inchrso Pano dice naciones y privilegioc ya citadoc. trduefialtt monardel dest4cadas mis certe aEesorilr por algunas de las cite e do6a y, concretastente, terio sobre sua emPresar militato 76 77 Sencbe Jindocc de Urrcc y a dotre Oria de Valtieca!, de quieo cuerrta quc lc prc"tiJo Ia conquirta de Velencla. Io ctcrto ec que cuendo cornienza el pricado de dofia Oria Jtm6_ nrl! dc lrrcrie, Sigena relegado por parte del rnonarca, por lo quc nr exist€ocia hab,riluede de besare, en lo sucesivo, en le _ po f""pi. littcs dcrenolleda por l8c rtpriqas,, sucesivas denbo del {mbtto der Eoturt€r{o, en coDrefirqr lo adquirtdo y en adrrrinisbarlo lo m& c_ certadeaente pocible. po oto lado, tal vcz Jaime I coasidcrara que el monasterio rigeaenre ertaba ya ro cuficiente.entc had,ro coDl. pen podcrlo abendooer L[r ntertc. En adelante, eI rey har{ uD. pequeflc donaci6n de vez en cuando, pCio re aota en ella.r la fdte de enturiaho que las caracterizaba al grioclpio. En le documcataci6n real, popiamente dleha, destaca ehoa, aparte de ru dlrnlnuci5n num&ica, i" pa"queaad de su, cL6_ Bufar. Derde lucgo, el aricleo central be conreguido rus llmites h.yorer eo el pioado aatcrior, colr doffa Suche Jim6nez de Unea. Ne_ turalmeate hrbde que t€n€f eD cueEta y pen(ar eu ri Ie quedcbaa deorr d rey pc eata zooa; auDque documentalmente Do podemoc tertimonia'rl'or cleer'*r que todavfa hubrera sido posible la expanri5n hacia el rfo Gallego. El regultedo et gue err el nricleo central dofla Oria no se enexio_ Da Di ur pslmo de tie$s y 16lo en la periferia hay algrin que obo crecimicato. Er 12 de J .-ro de 123g, cuando er rery er,t6 sitiando valencia y, aate la iaminencia de la conqutstal ffrma documento de repartici6n de bieuer' uno de ellol le 9E @;sfanrri<t6 al monestefio, al que destina dicz yuvades de tieaa en Campauar I alguna< casas en Vatreucia f Denil (?) [doc. 156]. Flerta cuatro aio mjr talde, nade. y aun ahora,e bata de una douaci5u no tecritcial. Se bata de mil maravedis que el mobarca deJaba al monasterio eD ,u testamento [doc. 163]. Irrego, en los aflos 1246 y !247, JarrrrreI se limitaba a confirmar donaciones pasadas, como la efectuada por pedro II del lugar de Al_ cali, junto a Cembor de pina tdoc. l7 l,V Ia realiza.da por el mis_ rno ley eu la pereona de un judio llamado Vidal, con toda, nu p€r_ teneneier [dor. l7n. ,'*J'i;H"H:.il .lf i Xill,m":" 3e cifia, como puede apceciarse, le ayudarealal duraote eI prioado de doila Qte Jta6aez dc luecia, ri exceptuan,os otra cl6usula testamental de la reina doia Violante, fpo camisir ad opus po ta que derabe a Slgena mil maravedib Enbienpoco monslterio domnanrrrrr [doc. f9tl. b) Fatta de donaciones Petticulares: Por otro lado, junto a la penuria y escasez de las apctacionec de particulares escase:ur cada vez mds, hasla Ccona, las donaciond ta tal punto que para este mismo peciodo solamentr hallamoe uua. uaa 561o registrerno Ia nobteza et tambi6n pa.rca en este reltido. debida a don Bodrigo de Lizana, mediandonaci5u de impctarcia, te la cual pareban al monasterio, 6 l?52, grandes y extens.s h€reen el capinrlo dAdemSr, como seilaland dades en Olivitol. guiente, las entregas expontdneas de loe donadoc van disminuyetrdo hasta casi detrapafecer, de forma que durante ette vertigiaosametrte nada menos que cetorce alloo, no conocetlG que abarca periodo, ninguna. gratuitas hao termilas adquisiciones t€nitorials En definitiva, lprioasrt que te Sucelas parte, ota Como, por Sigena. para nado gac'den desde 4q6a Oria Jtm6nez de luecia no ectar{n disPuestes ^ que exPa!Ia -cignifica tiecas, Duevas en consegui{ sueldo ni un tar si5n tenitcnlal del monasterio de Sigeoa ha terminado ya. Algunas minrirculas donaciones, sin imPort4ncia de ninguna clase, vendrin a confiroar la regla. U. PRIORADO DE DONA URRACA DE E}ITENZA (1254 a 1259) documeutada a doia Urraca de Enla primera vez que hallamq t'prioatt. No sabemoc si llevaba de cargo el ya Gtenkodo teDza e6 dcsisru"'en"A.s6o hrniico I D6Fbf.do cdrr I Siatrno' e pocc klllinetrc dG tfu'-r (vfd' docun' l9{} 79 78 algfn tiempo en el monasterio o si era une reci6n llegada; en defi_ nitiva tieae poco inter6e. Su gobierro al aente de la ca^se er de roe m{s cctos, y zlcanza desde eoeco de L254, atro en que otoga he carta de poblaci6u a loa hrbitantes de BuJaraloz, hasta noviembne de 1259. Enue a'bas fechas, sigena aun no ha sarido del olvido regio. Son estas las fechas en que el antiguo claustro sanjurnista feme_ nino de Cenrera se habia trasladado a A\uaire y, la corte, m6s ca_ t-lane que :rragoDesa, posiblemente se inclinaria mis por este mo_ nest€rio que por el oscense. Defiuitivamente se han rgr,ninads las donaciones de tierras; abora las rrdueiasrr sigenenses, arte la impocibilidad de ampliar roa li mites de su feudo, tatarin de conreguirle mejoras fiscales, p,rivile_ gioo, exeriones, etc. Asd aprovechr.do que Jaime I rndeba cecca del monasterio, el 3 de junio de 1256, y ,.te las presiouec cour&ur_ tes de dofla urraca de Entenza, er monarca accedia a ra creaci6n de ua mercado semaual 16 martetr en la villa de Ssna, tomando bajo su potecci6n a todos cualtoE ruistieran a 6l [doc. 201]. El 3O de agosto de lZS7, el rery ponla fin a las d.isputar que sobre imPuestoovelial d6garrolliwloge eDbe los sapacenoc de la a{ama de Huesca y los sarracenos ftaucq del monasterro de la misma ciudad, de tal fcma que obliga a tod6 a s'bvenir a los gastos que res eran comuDea, pero en aqueUas cosalt que no les eran, exinrfa e los del moneiterio, o sea, les liberaba de los impuestos reales [doc. 205]. Pcn otra parte, en el nfeleo cenral asistimos p@ estoc dias, si no a f,u enrenchamiento, si al desanollo de ru proceso relrcblador, a su r€organi2asiSn intema, como consta en el capitulo sigu.ieote. De los uricleos perif6ricos, el de Huesca, como en erapas prece_ dentes, es el que atrejo mayormente la atenci6n de las rectoras del monasterio. perq lo misoo que en el ndcleo central, tambidn en ellos habianse termirado las donaciones. En 6stos como eD aquelloc, dnibamente mediante comprai es poeibre la incorporacida de nuev:rs tierras, casas y bienes en genecal. Asi en diciembre d,e t257, dofla Urraca de Enten"a compaba en la ciudad o'cense el derecho al cenrc de varias casas del barrio de Papaficos (San Pedro), cuyo valor ascendia a treinta y tes sueldos y ocho numos, por trescientos setenta y cinco sueldos [doc. 207]. Eo realidad, las casas sob're las que pesaba el censo pasabaa a depender directamente de sigena, que podia ve.derlas, empeflarlas, cambiar_ las, etc. En adelante, este m6todo adquisitivo se propaga grande_ meDte, sobre todo en esta zoDa. En ma,uo de 1259, tiene hrgar una nueva comlre a uombre de Felicia de Hueso, rrdueS,a,rr del monasterio, quien poeiblemente la legaria al mismo, donde qued6 guardado el ins8umento donde se constaba la compr.. Felicia recibia las rentas de seis sueldos y ocho dineros que daban unas casas sitas en el mismo barrio de Papaficos ldoc. 2101. III. PRIORADO DE TODA ORTE DE LEANA (1259 a 1266) En diciembre de 1259, era nueva rrprioratr dofra Toda Ortiz de Lizana, apareci6ndonos documentada por riltimovez el 6 de septiembre de 1266, casi dos afl6 antes de que sepamos algo de sucesora. Su prioado es id6ntico a Los dos precedentes. Las rinicas anexiones tecitoriales son debidas a comlras y cambios, pero de peguefra importancia. Sin embargo, comienzan ahora a abundar las luchas y litigios fronterizos, de forma que Jaime I, como tutor del monasterio, tiene que intervenir en ocasiones para sofocar a los nobles duefloc de tienas situadas en el limite del nricleo central sigenense, al que dafran consantemeDte, oblig6ndoles eI rey a devolver a Sigena todo 1o que habian robado a despecho de las rrdueflas" [doc. 234]. auizds sea este el rasgo mis acusado del gobierno de dofia Toda, poryue en el campo de las anexiones territoriales, asunto que nos ocupa en este capitulo, hay que decir bien poca cosa. Unicamente es de destacar la ampliaci5n del nricleo perif6rico oscense, debida a la misma "prioratt, quien entregaba al monasterio quinieutos sueldos anuales de renta sobre su heredad de Miquera[doc. 2311. Con esta enrega las posesiones oscenses de Sigena quedaban notablemente ensanchadas por Ia parte noroeste de la ciudad. Dos documentos aislados sefralan posesionessigenenses enBlecua, sin que sepamos cudndo habian pasado a poder del monasterio. En estawilla, dofla Toda.Ortizdelizana entregaba en abril de 1263 a Domingo de Bastaras "totam ac integram nostram hereditatem here, mam ac populatam quam habemus in villa que vocatur Blegua, in terris de Oscarr [doc. 2191. Y lo mismo ocurria con otras pertenen- 80 81 cias s'i.genensesen Villoras, donde otorgaba 'n aflo antes a Domingo de Remolinos, por cien $eldos realec de Valencia, Dillum nosuum in illa nostra alderya que dicitr.n Vimasun quem babemus *ilicet lloas, que est in termiirum lvlorelletr [doc. 218]. Estamoo en pleoo periodo de explotaci5n de los bienes poseido, bien sea mediante vente, cgso menos cqriente, bien mediante el sistema de treudo. El monasterio yive de sus propio recurEoc. fV. PRIORADODE EUSEIDA DE QUBOT ( 1 2 6 8a 1 2 8 1 ) Entre el 6 de septiembre de 1266, fecha del riltimo docunento hesta el mes de marzo de concedido por dotra Toda Ortiz ds li.on., 1268 en que aparece por ve:z prirnera dofia Ellrenda de Querol, no sebeanoc quien gobern6 el monarterio. Sin duda seria una de ambas. Dona Eltsenda de Querol, que hace el nrimero nueve de lar ttpriorasn de Sigena, rigi6 el monasterio derde el citado mes de marzo de 1268 hasta po,r lo menoc el 15 de abril de 1281. Druante n mandato, Sigena, desamparado po tros tDonarces, vlve dfas turbulentos. Ioa molestos vecinos que rodean las poceriones eigeuenses Eetan por todoc los medios de mermar sqs liDites ea bencfieio de sus pcopios rebaf,o y campesinoc. Destaca en este aE)ecto eI concejo de Pina, que les disputa el usufructo del vedado de Farlete, hasta que nombran, el 2l de diciembre de 1275, Srbito de les diferencias a don Fesrer de Llzana, cuyo fallo se obs€nreria bajo pena de mil morabetinoo, pagaderoo por los no obsewantes a la ofia p{te [doc. 259]. Ea el aspecto intemo, procigue la reorganizrci6n del monast€f,io en cuanto e la explotaci6n de sus bienes y a la repobladora de las tienas secar de lo lvlonegroe. Con la reorgauizaci6n del nricleo cenimral, 106 t6rminos aleJados del monegterio adquieren su rilxlma portancia. Casi podrfrmor deeir que el intet6 de las tduellasn y ofreyrestt de Sigena 8e centra mCs en los nricleoc perif6ricoc de Huecca y Barbastro que en las popias tierras que les rodean. Polque ven que, derde el punto de virta expansino, esto focc aleJadc sou loe rinicoe que les briDda^n pocibilidader. Y, efectivamente, lc t&minos de Huerca te van a extender ahora por loe llernados de Alcoraz, Alar y Almlnia [doc. 262], mientras que en Barbastro se redondea:r los ya existentes medierte compraa y p€rmut n [doc. 251 y 2611, sobre todo €n torno al valle de Orp, al que ya nos hemos referido eu otra oceri6n. tl 82 CUARTA ETAPA DE IA VIDA DEL MONASTERIODE SIGE'IA: U. PRIORADO DE TBESA IIMENEZ DE URREA (1292 a.1300 1.321) rrde decadenciatl (1281-13OO) I. PRIORADO DE INES DE BN,IAVEI'ITE (I28t a L29tl Entre la desaparici6n de dotra Elisenda de Querol (15 de abril de rrgio12g1) hasta las primeras Doticias documentadas de Ia d6cima ra,r sigene$e, dof,a ln6s de Benavente, traDscurren casi dos afios, sin que tengatros noticias, directas o indirectasr del perfodo de tiemque po que va desde esta fecha hasta el 21 de febrero de 1283, en e24 de hasta el Su alcanzari priorado documentamos a dof,a In&. nero de 1291. Entramoc con ella en el que hemc dado en llamar cuarto perio- dodelavidadeSigenaYguerpclascircu.rtanciasquecoDculTen los en 61, podemos cataloger como de franca decadencia en todos a s6l'o hemos de cefiir Ahora Dos monasterio. aspectos de la vida del esel pues pauimonio, det formaci6u la a la expansi6n temitoial, tudiar las causa.sde dicha decadencia es tema de oro capftulo' con dofia In6s de Benavente, el monasterio s51o se anexiona l,os Naval bienes que doila Beatiz de Mpanas le entrega en lar villas de dode el documeuto que en ya tiecas, ecan y Paules, si es que 6stc toregesta de una tata se 271], puer naci6n no se esPecifica [doc. trl\fanuscritort Pano. de mada del podemoa aseguraf que dofia In&, como $rs inmediatas antecesopiare!t, no hrvo la culpa de e5t4 felta casi abroluta de donaciones que vive' en tienpo del rinicr-ente Es culpa dosas de l,os fieles, Como por otro lado el aurnento Irogresivo de las deudas del propio monasterio zlfjenzt caracteres alafmantes, la adquisici5n de tierras y bieoes mediante comlras le esti tambi6n vedado' Si af,adimos a estas dos circunstancias una tergera, todavia de mayor gravedad, las luchas internas suscitadas entre las mismas ilduefras" y la oposiciSn hacia la Casteuanra de Amposta, luchas que trpriotendrdn 91 srrlninaci6n en eI priorado siguiente, veremos a la Ioe tesitorios del monasrarf sigener$e carecef de toda iniciativa. terio subsister elr Parte a$a^strados por Ia inercia' Con dofia Tereca Jim6nez de Unea, que comieuza su piorado, segrin nuestos documentoc, el ZZ de mayo de 1291, de la forma frauduleuta que ya queda expuesta en el capitulo precedente, ter_ mina la .'urie prioral del monasterio sigenense. Dona Teresa sigui6 gobernando el monasterio hasta 1321. En l,oc ocho afl6 que nas ocupeD de zu prioado, hasta 1300, aflo en que ge rcluciona el poblema interno del monasterio, Sigena es un henrideco: disputas internas dividen a los conventoc mascuriao y ferrenino; las diferencias coD el castellfn mqreceD la excomuni6n poatificia, po mediaci6n de su delegado, el obispo de Seo de Urgel; lar deudas privan a la casa de la posibiridad de comlr.r nuerras tiertaE, mie'bar las donaciores reales y particulares han decaido hasta su totel exti:rci6n. 56lo cuando el problema interno lleva via.r de solucionars€r puede dofle Teresa dirigirse la atencidn a la politica expansiva de las tienar mouactef,iales. Aparte de lasventajas de tipo fiscal concedidas por Jadoc 4 Teresa comienza un resurgimiento pollhco Fogresivo de la aoteric expansiva Eigen..ce, cotnpcrnde en febrero de 1299 un4s pequeflas parcelas en Barbasto [doc. 3451. Con el cambio de siglo, Sigena va a entrat eD une Dueva etapa de su vida. Fwoso es hablar ahoa del gran papelrepresentado po el monzrca Jeiac lI en el traDscurso del gobierno de dofia Teresa Jim6nez de Unea. Ya hemoc sef,alado la participaci6n que el rey tuvo en el po_ blema electcal sigenense y la buena voruntad que puso en arrcglarlo. Pero sr inquietud pc las cosas del mouaaterio no termin6 arf, sino que se convirti6 en nr defensq, peclsamente en una 6poca en que cua\uiec ayuda podia ser povidencial, y mds trat6rdose del rey. Jatme II defendt6 al monasterio contra las us'rpaciones de la nobreat le perconrlnente ya por medio del infante don pedrol; coutra el afain trdependizado de alguna de les vitres de sefforfo sigeneose I Don Artrl & Atrg6n prartndir apodgurc dc h ville de Alcali (vid. dacum. 295), 85 w con lo ticrsr dcl rocolladedcl [doc. 323]3 co&a lc municlpilc dc arr moter y P'sot [doc' 3il]t qrr" q,r.nf"o rpovecn"ne Lrt-to gSSIt y coatr' lc que Ponfal obst{culd de au dcrrrr dc lebor iao". dcpeodlcater de Slroolinc pars gue llcrraren . -oiet el trigo a tro gcnr [doc. 336]. decidtdsmente e S1En fu, en toayo dc 1298, Ieime II tomabe 3a2J' [doc' genr brfo ar emPelo y potccct6n pc le rnonerqufe 'couo ergo po' a rcc corlderado Stgeoenrclve en el rrpecto de mrevar eo* pioque debe eer dcfcodido, aun cuendo nulo' Ertc etapero ette retclto rea picdcementc xioael tcldtctslc alcance elccgo cn1321 regio llegar{ 4 tu FDto sulmbente cuendo Pcro en todo lo que Blgnce' U.f upntcet' le ldantg de Arag6n dofla eL dettoottizaci5n' L loa dfer de qrrcr; a" b Edad lv{cdta y h'ta tecredc pelcelar nada mlb que Pcquef,rt monetterio no trcofPqatil conreguldo en el riglo XIil' dominic la de Vtvtr{ no. POSIBI ES AhIETSONES TERRTTORIAI FS I. DOCUME{TACION NO REIATTVA DIRECTAMENTE A SIGENA Junto a l,or documentc recogidc que re refrercn directamente al monartcrlo dc Slgena, incluimo eu la eecie documentel otr6 123 de lar mbmrr fechas (1188-1300), gue no parecen tener relaci6ar con el monettelio, peno que, sin embargol se hallaba- en gu archivo. Hay ente elloe vario testamentos [doc. 3&, 37t, 391, 406 y 422), algurd documentos de partici5n de bieneo ente pecconas aje_ nas a Sigene, ventes de tiecrar, documentoo de dote, eE. ta peguuta ihmediata a la vista de tod6 estor insbementos er de si tienen atguna relacl6u con el desenollotemitcial delmonasterio sigeneue, donde se hallaban custodiadoc. Cou seguridrd no l,o lndremoc raber nuDca. Sin embargo, siendo corriente en esta dpocr la eDtrega de bienes eu genecd, o tierras, sin documento gcrcditativo eepecial de tal donaci6u a nombre del beneficiario comeqnodiente, ye que bestrbe la entege del documento oiginal de poresi6n de la tiema o bienec eotregadoc, no serfa de e:ctraflar que muchc de lo pergaminos aparecidoc en el Archivo sigenense hrvieran ecte caEjcter. Pc lo tanto, ademi"s de le expanri5n tenitcial ye eshrdiada en srs diferenter etapas, pudo haberse dado ota expansi6n que, aun sieodo de menos envergadura, no carelce de inter6s. los biencr, casi siempce tierras que pudierou pasar a depender del monastetio por este rnedio, serian enEegados, bien en la fecha que seffala el documento-testimonio o bien ailos mis tarde, por lo que Do8 resistimos a dar una relaci6u cronol6gica de estas posibles, aunque en rnuchos casos verdaderas, anexiones tenitoriales. Estos documentos hablan de camlns, vifras, huerbs, casas, saliDas, etc., en definitiva p€quefios bienes aislados. 2Pasarian todos ellos a Sigena?, Casi seguro que si auu cur.do Euchos de estoc documentos pasaran al Archivo para ser guardados, po lo que dificil de discernir. 86 Veamo6, pue!, coDsidera.ndo en general que todos elloe repeseutaralr eDtegas efrctivas aI nonasterlo, por d6nde pudo ext'enderse el dorninio territqial sinense segrin estoc datos. Para lojrar una mejor estructuraci6n destacaremos va:ria8 puntos I 188-1300 HuEscA " olivito 'AFas posibles de conce&aci5n de bienes: 1) El primer grupo eoincidiria con los nricleos ya exirtentes de Huesca y Earbasbo. En el pimero, aparte de bienes de iodole muy diversa [doc. 38O], se debieron irccpo,rar un campo [doc. 46{, una vif,a [doc. 376) y alguaas casas [doc. a42 y 459]. En Barbastro, junto a una heredad uo especificada [doc. 384], anotanos un campo [doc. .143], una casa [doc. 385] y el derecho al censo sobre uu huerto [doc. 472]. Como puede compobarre, bien poca cos:r si lo comparamoc con los bienes que Sigena poseia, con toda certeza, en ambos nricleoc. 2) El segundo nricleo se concentrarfa a lo largo del rio Cinca, donde, po cierto, Sigena habia penetrado bien poco, tal vez por no Porrrar Efiche . Paul aval es:bo Pueyo de Cinca qte (le entrar en colisi5n con los dominios que el Temple poseia por esta zona, y cuyo cenbo pincipal era lVoaz6u. Parece ser que ademis de en Alcolea, de Cinca (donde Sigene poseiaya algunas tierras) y en Albalate, donde ahora sumaria algrin campo [doc. 367], su i.nfluen- . Celamocha cia pudo exteDderse hasta Santa lccina, Frtiche y Pomar, y arin hasta Pueyo de Santa Cruz o de Cincar. En Santa Lecioa incorpoaria a\unos bienes de poca importancia [doc. 365J; eu Estiche, debi6 poseer por lo menos algunas heredades [doc. 384 y 3871, pudiendo llegar incluso e pens:use que domin6 toda la villa y el castillo [doc. 443]; er Pomar, heredades [doc. 396], casas [doc. 379, &I y 4O7J, casaleg [doc. 4O8], y tode clese de tierasr; en Pueyo de Cinca, tal v€z te villa y eI castillo [doc. 398], aunque piuece poco pobable. 3) El terrer nricleo lo ideutificattros con la.g tienas que rodeaban al Mcclle o 'f monasterio, en el cual, arrtes de gue Bujaraloz pasara a depeuder directamente, debi5 poseer sr iglesir [doc. 372]; en Jubierre quiz& ganare un courpo [doc. 386]; una heredad en lanaja [doc. 374]; al vdt y esta seria una de las anexiones mis importantes, eI casti4lo I I t I I JN | (rl I I Fri :. El 6 d! rqricmbrc dc 1301, Jaimc Il ord.u s lo! habitrntcr dc Conchcl quc dc_ jen al Ivboancio g@lr en pnz eI ague quc, vini.Ddo dc lot t&nino dc dlcho pucblo, lllmcDtr lrr ecaguiu dc Peas, Sute Lcina y ou's lut*cr d.pc.bdicntcr dc Sigat (vid. PANO, "Ivlrnurcrito", dmum. 1O5). (vcdocun.411,4t5y425)1 2 Tia., u r ' , q u e d r c n "d . r i e m ( v q r C c u m . , l O 2 ) dcnr bhrcr lv. docun. 361)y crmpos (vid. docun. 383, 3gE y 3921. !ie I Territorios de Sigena Lugares donde Sigenr tenfa pocesiones Dl I I I -l -t ;ur I I , IF -r8 88 y la ville de Gilleua PessoD . su dolninlo y Jlrirdiccir5o hacia 1237 lde,. 42Lli en Retuerta, un caepo [doc. 39O1, mientras que en Villanueva de Sigena recuperaban '- oliver, tel vce entregado a treudo po.r el propio monutecio, al que aboe revertiria [doc. a63]. Pero donde mayor impotancie pldieron adquirir estes donaciones debi5 ser cn Sena dode, aparte de une heredad [dq,. 377 y dc un huerto [doc. 378], Sigena reculrraba y concentrebl '. bue- nrimero de viff.s [doc. 393, 4t4, 428, 433 y 441], fen5meno que €rtaba en consonancia con Ia polftica seguida por las rrduefrasrr sigeneoses de conceutrar en tqao al rnoastccio terreDos dedicados po eDtero a la planAcl5n de vides. Por riltimo, en Sarlftena pudo haber obtenido un ca.sal [doc. 398]. 4) El cuarto uricleo lndria ser el conrtituido por las ciudades de Eraga y l;rida, de manera que en la pimera de ellas quizds consiguiera un casal [doc. 366], mientrer que en L€rida lo bienes serian m6s ebundaotes y heterog6neos, comlxre*os p6 vinas [doc. 427], huertos [doc. 399], casas [doc. 361 y 450] y algunos bienes diversoc [doc.40O]. 5) El quiato lugar de agrupamiento ec importante por cuanto parece lndicar que Sigena debi5 poseer durente algrin tiempo a\unas salinls en Paul o que, por lo menos, debi<i participar en alguaa manef,a en la exhacci6n de sal, circungtancia que tendria garr impqtalcia [doc. 424, 437, 4L,450, 452, 45 y 47t1. 6) Un sexto nricleo podriaro formarLo una buena concentaci6n de bienes eu Pina, dectaca.ndo varios campos [doc. 404, 417 r 419, 456, 43L y 4401, un huerto [doc. 4O51, un reducido nrimero de vifras [doc. 4LO, 416 g I29l y algunas heredades [doc. 430]. 7) Por riltimo, debi5 existir ua s6ptimo grupo, de poca importancia, en lugares diversos y muy distartes enoe sf distibuidos por todo el reino, pero sobre todo sihrados entre el monasterio y el Somont'ho pireaaico: Aguilera [heredades, doc. 456], AlcaEiz [un moro, doc. 4571, Arcos [varios bienes, doc. 423], Aztror [un campo, doc. 42E1. Casuo Elinse [una hecedad, doc. 352], \uedas [r'.a heredad, doc. 3581, Exenedo [salinas, doc. 375], Liesa [casac, doc. 4551, Nisanc [parte de u:r hono, doc. 421], Pajar [una heredad, clo<'. 4091, Quizanrlla [un campo, doc. 369], Romerallo [un cuadr6n 'Soto de tierra, doc. 3591, Santa Cruz [un linar, doc. 353], /un campo, dc. 432J, y Unea {casas, doc. 354J, resefladoc por orden alJab6tico. En el mapa adjunto se po&6 apreciar, sobre los domiuos ciertos del monasterio, las posibles anexiones que acabamos de dercribir. IV DESARROLLO ECONOMICO DEL M O N A S T E RI O D E S I G E N A r. ADQUTSICTON DE BIENES las cuaro etapas que hemos seilalado eo el capitulo antcrior res pecto a la fomaci6n territoial del patri:rronio sigenense, re corre!ponden p.to a paso con otras paralelas, referentes al desarrollo econ5mico del monesterio. la acumulaci5n de riqueza se efectria.po medios diversos: donaciones, exenciones tributarias y fiscales, p6stamos, cornpras o la puesta etr explotaci6n de los bienes ya existentes. Como haremos coaster a su debido tiempo, no todas estas fornes adquisitivar coinciden en le tiempo, sino que podominardn, segdn las 6pocas, unas u obas. Muchas veceo veremos como a la decadencia de una de esas formas adguisitivas le sucede otra, como evoluci5u o consecuencia inmediata. a) Donac iones: En principio, Do vamo6 a hacer distinci6n ente clases de donativos que recibe el mon:tsterio, ya sean bienes muebles g innssbles. De estos riltimos ya hemos habledo en el capinrlo anterior. Dura,nte los primeros afloc de la vida del monasterio sigenense, son cali exclusivamente lao donacioDes la rinica fuente de ingrercs. Sobre ellas gravitari todo el sistema econ6mico de le Casa. Cuando empiecen a escasjar las donacionel, los responcables de la economia del monasterio tendrin que recurrh a otos m6todos adquisitivos, a la implaataci6n de nuevas fuentes de riqueza. 93 92 1) Reales: Dede el mfumo monento de su fundaci6n, los reyes ar.goneses comienzan a beneficiar al monasterio coa donaciones piadocas que, por su mucha importaucia, serdn las que manten&{n al covento, econ5micamente hablando, dede un principio. Al tiempo que va desde 1188, fecha de fundaci5n, hasta 12O8 en que muere le reina dofla Sancha, es decir, durente el primer peitnacimiento rfodo de la vida de Sigena, que hemos dcnominado de y formaci5n del monasteriot', tienen luger el 36,6 % de las donaciones reales recibidas por el monasterio entre 1188 y 130O, fechas lirrite del tabajo. Derde 1208 hast^ 1237, conespondiendo a la etapa de rrgran el pocentaje disminuye hasta un 30 %, deexpansi5n tenitorialrr, biendo notarte que desde la muerte de Pedro II [1213] y durante parte de la mino'ria de Jaime I el Conquistador [12261, no se regista ninguna. Sin embargo, hay que resalt:r que, aun cuando el porcentaje es msnor que en la etapa pnimere, la calidad y la magnitud de los bienes donados es mayor, sobre todo de loc bienes inmuebles. En la tercera etepe, ttde consolidaci6n y estabilizaci5n del dominio territorialil, que se desarrolla desdc 1237 hasta 1281, eI nrimero de las donaciones reales disminuye al 16,6 % del total. Fsta t5nica se mantendrd durante eI cuerto periodo, "de decadenciatl t ente 1281 y 130O, gracias a los cuidadosy dewelos de Jaime II. Es decir, que en esta cuerta etapa del poceataje seelevard igualrnente aL 16,6 %. Para este periodo final hay que hacer notar que no se trata de sino en forna de exedrlones. donaciones de car{cter tenitqial, prlsar eI 6nimo de los monarcas y los motivos inductores de esas donaciones. Al principio fue el mismo impulso dado por la reina fundadora dof,a Sancha; luego los reyes se creen en la obligaci5n de ayu.dar y favorecer a Sigena, la obra nronumental de mayor envergadura y alc:rnce durante los reinados de Alfonso II y Es dificil Pedro II. Este eqriritu protecto, aunque a veces muy velado por la magnitud de los asuntos del reino, permanecerd latente en los reyes que les nrcedan [doc. 1a7]. Normalmente no se especifica el motivo de la eabega, aunque en numeroses ocasiones los monercas lo hacen rrpro remedio anime meerr [doc. 7, 12, 13, 38, 55, 56, 177 y l2S], a ruegos de la fundadoa [doc. 5O]. A veces, la donaci5n viene originada por el incumplimiento de oua anterior que se bata de subsanar [doc. 60], o en recompensa de tributos cobrados al monasterio e)ctraordinarie o equivocadamente [doc. 62J. No faltan tampoco las cliusulas testementarias en las que se recuerda especialmente a Sigena [doc. 163 y 1el1. los reyes aragoneses entregaron a Sigena, dento de los periodos y de la frecrrencia ya indicados, toda una gama variada de donativos que, por la heterogeneidad de los mismos es dificil estructurar. Sin embargo, hemos tratado de hacer una clasificaci6n que los agruparia: 1) Casas [doc. 1y 156], molinos fdoc. 47'1, tienas sin especificar [doc. 47, 1461, castillos [doc. 117] y villas con sus tdrminos y habitantes [doc. 7, 20, 55, 60, 62 y 147). En general es el grupo de bienes que mds beneficios report6 al monasterio po'r cuanto que en 6l estin incluidas todas las tierras que formaron el nricleo central del patrimonio sigenense, en su mayoria viLlas de setroioc. 2) hombres con o sin sus familias [doc. 58 y 1281, y8 sanecenos [doc. l2), ya judios [doc. 38, 48 y 56], que aportabe,n al monasterio la fuerza de sus brazos para las tareas mecinicas de su: explotaci5n agraria, y, en algunos casos, sus propios bienes. 3) bienes en especie, mis o menos fungibles, aceite, por ejem plo [doc. 13, 293, 333], sal lde.. 2241, que posiblemente lossiervos judios y sarracenos se encargarian de fansportar. 4) bienes aleatorios, ya dinero [doc. 126, L46,162, t9l y249-1,, ya joyas [doc. a8] o rentas [doc. 29O, 337 y 331f, y explotaci6n de bienes diverrcs [doc. 15 y 50]. Estos donativos reales acostumbran a ser perpetuoc, aunque eso no quiera decir que en algunos casos, pero mds bien contados, teDgan caricter temporal, en forma de usufructos, bien la explotaci6n de montafras [doc. 15], encomiendas de castillos [doc. 5O] o €xenciones de imprrestos durante algin periodo de tiempo lde.. 3277. 2l Particulares: Junto a las donaciones debidas a lo$ reyes, lrey una muy importante aportecicin de donativos particulares, que en el grifico adjunto (nfmero 1) hemos hatado de superponer para compararlas. 95 94 1208' el nrimero de doEn el primer periodo, desde 1188 haste el real (30' 7 %)i pare ser merce nacioDes particulares eE sinilar damentesrperiorenelseguodo(L2}8-l23Tl,crryoPorcertaJeascien hechas por la Coronet corres de al 5O % conoa un 3O % de enbegas al bache que en esa etapa exPepondieodo esta subida ydiferencia los afros 1213 y 1226' rimentan las donaciones reales, entre en el caso de aqu6llas' En el periodo tercere, comienza' como en el cuarto y riltimo peun ripidoiescenso (15,3%) que alcanzari p"opo"ciones alarmantes' pues el riodo, entre los ailoo l28l y i30o, alcerzado eDtre ambas fechas total de las donaciones particulares % (Vid' griftco nrim' 1)' escasamelte remonta un 3,8 Grifico nQ. 1oo-t I ? I eo -i I t I 80 -i En el campo de las donacioDes particulares, los motivos de enfiintuitrega y ofrecimiento se multiplican; unas veces se hacen por ttob remedio anima mea et tu pietatis et amore divinorr [doc. 28], perentum meorum" [doc. 58 y t94\ ohas, por querer hacer una gracia especial al monasterio [doc. 2311, o en agradecimiento de los servicios y favores recibidos en 6l [doc. 109]. En ocasionel sc efectrian en busca de un beneficio personal, para ser protegidos [doc. 34 y 591, o conseguir la libertad social [doc. 53]. Pero lo m{s corriente es la entrega testamentaria [doc. 67, 115 y 145]. las personas particulares, y en esta agrupaci6n se incluyen tanto nobles como pueblo llano en general, suelen hacer donativos semejantes a los otorgados por los monarcas, es decir, de la misma naturaleza, aunque su importancia sea menor, sobre todo.en el caso de los bienes inmuebles. Y lo mismo que en el caso de aquellas, la eDrega suele ser perpehra. Por su naturaleza estos casi siempre pequeflos donativos, pueden agruPete de la siguiente manera: 1) bienes territoriales de indole diversa, edificios ya construidos, a saber, huertos [doc. 16], viffas [doc. 26], campos [doc. 115], casas [doc. 145], heredades [doc. 4?, 64, l04, l94y 262f, iglesias [doc. 28] e incluso una villa con sus t6rminos correspondientes [doc. 1421. 1 1 I 70-+ I t I 60 -t I I s0 -{ I t 40 -i I I ganados [doc. 2 y 19]. 3) bienes en especie, como cera [doc. 34], para el uso diario del convento. 4) censos sobre casas [doc. 45, 67, 155 y 231], o viflas [doc. 53], o simples donaciones de dinero, generalrrente mediaute instrnmentos testamentarios [doc. 65, 69, 73y 96']. 2l 3) Donados: t I 30 -.1 I t I 20 -l { I l0 -{ I ADQUISICICNESPOR: donacionesreales # donaciones Particulares En tercer lugar, hemos de referirnos fouosamente a los donados y donadas [doc. 45, 54, 65, 69, 73, 96, L42 y 146] del monasterio, que se enregaron en nrimero creciente dwante las dos pimeras etapas de su historia, pasando del 4,16 % del periodo 1188-12O8, al 54,L6 % entre 1208 y 1237 (v6ase grdfico ndmero 2). Sin embargo, aI hablar de ellos hay que distinguir forzosamente Ios distintos aspectos, que toman, y las clases de donados que aParecen con eI tiempo, 96 97 Primeremeute hey gue contar con los que junto coD Ju cuerpo y alna entregar un donativo, unt dote, si se quiere, al monasterio; y, en segudo lugar, los que adenis de participer de loc bienes y veDtajat espirituales de la comunidad sigenense, participan, en nmbre de la misna, de ciertos beneficios temporales, sin entregar aingrin donativo a cambio. Es decir, existe una clara diviei6n eute loe que den a Sigena y los que reciben de Sigenar diviei5n que vieue marcada, aunque no con una exactitud lrjante, al final del segundo periodo de la vida del monasterio, hacia |23S-I24O. Crifico na. 2 100-.i I a I gO -r I I t I RO -.1 I I .t viesen edad nrficiente [doc. 45, 64, 65, 69, 71,7E, E3, 96, 118, 124, t3I, l42 y 146J. En Sigena estaban a c.rgo de lu t,rmrgbtrr puellarumt', quienes 9a encargiben de su custodia y educacl6n. Paralelamente, pues, a leg donaciones de reyes y particulercs, I 70 -1 I a I 60 -.1I I 'l las entregas materiales de estos donados suponen otro gran lngreso que, como en los casos citados, alcanzan su mixino apogeo eD. lue los afror l2O8 y L237. Desde esta riltima fecha no s6lo el nrimero de donador comieu za a decrecer,sino que cambia totalmeJrte el car6cter de los mirmoc y su relaci5n con el monasterio. Porque al comenzar el tercer periodo de la vida de Sigena y3 no es el donado eI que se entreta libremente en un acto de fervor religiooo, auDque sn rnonbre Jige siendo el mismo, sino que es la misma ilpriorail quien loc elige . Mis propiarnente habria que hablar de ttelegidostt o'f,endfcildOd! t(. l{ . S O - Jt r g1 -1 '.. * r* 4O -t- * .f* tx 30 -l ** l* {r 20 -] *' {r// . 10-l l* 1X {ti. I n r : - | !i( i4:- Hasta esa feche, el el mismo donado el que se entrega al monasterio: rrreddo et offero tne ln cqpore et enima,rr, Itob remedio anima mea et perentum me6um dono et offero corgrs meum et:rniDam meamtt, pometiendo rro paserr€ a otra rdigi6Dy ,rcatar todsr las leyee existentes en Sigena al caso, dando en conbapartlda algunos de lrs bieues, unas veces dinero, pero generalmente cenSot, ca,sas y hef,edades. Por su parte, el clausfo de ttduef,astt y tr&eyrelrr les permiten participar eD sus bienes espirituale. No todos estos donadoc llegan a ir e vlvlr a Sigena, pero los quc van, tienen derecho a que se les proporcione vesddoroornldsylc; cho. Claro que, en ocasiones,sln que sepamos las ra.zones,es elmismo donado el que debe ingresar en el monasterio, llevindoloc. Generalmente se les da un plezo para que puedan tomar el hibtto de la Onden, periodo de tiempo que casi nurrca excede de teg afios. Po otre parte, estos donadoo lo podfan ser por voluntad pnopia o po libre dlrgocici6n de nrs padres, quienes a veces destineban eI monacterio l elgun4e de sus Jo|.Fnta hljas, nuDca var<[res. En e!te caso se les recibia provisionrl y,codicionelmente hesta que tu - '. r t | | - .I - i .| : |- - : . _! r - - L| _ l _ _ t { _ J _ _ L _ J _ _ L 1188 1208 1237 DCIIADG QUE: +++ aportanbienes reciben bienes o no aportannada _t_ | _L _ J__L_{__L_ t28l "t J__L_{ 1300 que de donados, poque eD este caso es el monesterio cl que entragari bienes al donado a cambio de un tributo, blcnes que a &r muerte deben revertir a Sigena [doc. 143 y 15O], aunque Ec consenren lntactac las cl{usulas que se relieren a la toma de hiHto, a la obligeci5n de euterrarse en el monasterlo y a la prohibici5n de entregarse a oha religi5n u orden. Sin embargo, esta modali-. dad de donado no llega a cuajar, y rinicameute poseeuros cottta dos ejemplos. r 99 98 Es de la ter€ere etepa de la vida del monasterio cuando las rela_ ciones Sigenr-donado se tolnarr mis nitides. A la vez que se desa_ rrolla y muere el segundo tipo de douados de los que acabanos de hablar, nace un tercero, cuya uni6u con el monasterio es rrls espi_ ritual que en los casos aaterioes, aunque nr ndmero no alcauce las cifras de las dc pimeras etapas del deslnollo sigene-se, como muestra eu gralico nrimero 2. Ia recepci5n de ecto6 nuevos donedoc se hace aproximedamente en estos t5rEtinc o semejantes: Drecipimus te. . . in donatum et so_ cium temporaliter et 3pirituauter. . . peomittentes ac concedenter dbi dare ac attendere penem et equem et veste, humilesr, ente_ gindoles el Mbito cuando el donado lo dereara y haciendole pard_ cipe de lc beneficios espiiltuales del monasterio. El donado, como en loe casos anteriores, 8e cgmpromete r no cambiar de religi6n, a ser enterrado en Sigeoe y a obedecer les rog,las que imponia el coa_ vento [doc. 176, t82 y 189]. Pero ningune de las doe pertes 3e entrtgaba Deda nat€f,ial en compensaci6,n, Esos riltimos donados deben ser corideredos no corno tales, sino como frailes del mooastef,io, que s€ v,ur a dedicer a 6l por euterb y que fcmerin ese segunda generaci5n etudida en el capftulo segur_ go, cuyos ideales chocar{n manifiestamente con Amposta. De la comparaci6n de los gri,ficc nimeros 1 y I podemos sa_ car la conclusi6n de que los douativq, ya de rqfes ya de particula_ res ya de do'nados, son impctantes durante los dos pimeroc perio_ doc de la vida del monasterio, es declr, eufe lq efios llgg y lZ3T. En adelente, eunque oe sigao poduciendo, rcbre todo en lor dos pri_ merod catoc, su eavergadura y transcendencia disminuye, de forma que la doaaci5n no seri a partir d,e 1237 la mejor apotaci6n al eoc_ tenimiento econ6mico de Sigena, por lo que sus maJrdos rectores hrb'dn de burcar una solrrci5u al problema. diante compras: la conbaposici5n se ve claramente sefialada en el gr6fico adjunto nrimero 3. En el primer periodo de lavida del monagterio (de 1188 a 1208), se efectrian el 9,5 % de las compres totales; en la segunde etepa (de 1208 a 12371, el 28,5 %i en el tercer, al cual haciamos referencia ahora (de1237 a 1281), ascieaden al 52,3 o/o,pr? desceader al 9,5 % a, el cuarto (de 1281 a 13OO), cuya curya muestra el grifico nrimero 3, en el que repetimos las del n9. 1. las compras sugleu, pues, la falta de donaciones del periodo tercero. 100 t 't I I 90 - )I I a 80 I -J I I a I 70 I I a 60 I -J I i "l 50 -J 40 -1 ; 1 ft 30 - l 20 b) Compras: 10 Contrap,uesto a este tiple descenso seflalado en la adquisici6n de bienes por donaci6, cuya dirr|torla queda seflalada al final del periodo segundo, existe un arcendente nrimero de adquisicioDes me_ 1 lor grdficoe, corc lol Foccnt3js, rc hrn efectuerro.t6di"ndo documcntd quc porccmor. pq to ttnto sa nrta dc uu tproxirneci<in. cccDor quc rc dcbc duduc de l$ tend.ncis :c[rlgdr:. rl nrimcrc dc Sin cnbrrgo, i 52'3%-x% S - OX -{ X .- ' 4'/\rx-k ,/\ .rx- {J r t ,t t 36'6 % ./ t'..,1 .'''ra : 1 ^ j- \x^ e n0u 3 s 6 ,- rx *' * \\ ..- -' ."'-... -'t' % .,*!.. \ r*(* ,t \ *r * r*" -) .,/-,'i', * "/ { )#', ......x. t ' sI % , ,3'8;{ 0 _#_r_ _+r_ _,-_ l_ _r__l__t_l_J__'__-r__1_-J__'_ _l__!__ll_!__J__t__.,i 1188 1208 1237 1281 1300 I ADQTJISICIONES POR: donaciorres rerles doneciones perticulares ++++ comPrrs 101 1@ El cuarto periodo (1281-13m) se caracteriza, por lo ta.nto, no solo por la carencia total de rnexiones tenitoriales, tal corno hemos visto en el capitulo anterior, sino tambirln por la falta de donaciones, de cualquier tipo que sea, y de compras. A este pry'ceso des_ cendente se le affadirdn deudas cada vez mayores y, ej conjunto, toda esta decadencia se tatari de atenuar mediante la consecuci6n de exenciones tributarias y fisciles, otorgadas sohre todo por Jaime II. De ahf que a este riltimo periodo lo hayamos denominado de ttdecadenciatr. Excepto la compa a Jairne I de "totum monetaticum istius pre_ serti anni |.1264l quod homlne de t^.aye et de Borialarsr, de Cam_ poasinorum sf 6nriu11 alian-rm villanrm et locorum tocius honoris de So(gna, tam clnisti:-i quam sanaceni,' [doc. 225], todas las de_ mis compras se hacen a perticuleres. Menos en doe casos en que se compran rentas [doc. ZO7y 2LOl, en todos los demds el dinero se gasta en la adquisici6n de tienas, ya carnpos, ya vifias, ya olivar6, generalnente en los nricleos perif6_ ricos [doc. 40, 4L, 59, 72, etcJ. Sin embargo, el volrimen de lar comp,ras, mediante las cuales las tienas ganadas pasaban a depcnder e perpetuidad del monaste_ rio, no fue ni grande ni decisivo para el concierto ecou5rnico de ra real casa hospitalaria sigeneusc. Unicemente muest:rh por su nrime_ ro y agnrpemiento en un esplcio limltado de tiempo, un mayor o meDor poder adquisitivo del mon.rt€rio, coincidiendo nr punto ila_ gido con el periodo de 'tconsolidaci6n y estabilizaci6,n", cuando las rent:rs 8on m{s saneadas y se ha adquirido ya una buena base econ6mica en el patrimonio tenitqial. ran ir acompafiadas de los consiguientes iDteresesi y que Para estas fechas alcanza el 7O % del total de las mismas, yquedisminuyen hasta cero entre 1266 y 1300. Enbe estos atrosr Por el contrario, aumentan las deudas contaidas por el propio monasterio de tal forma que en 13OO 6stas representan el 77,7 % del total. El fen5meno nos sefiala, una vez mis el desequilibrio existente enbe unas etaPas y otras, pero coincidiendo siempre las depesiones con el periodo cuarto, r.rl como, una vez m5s, muestra el grifico adjunto nrimero Ciertamente los religiosos hospitalarios en Espafra procuraron dar movilidad al dinero y, aparte del que era destioado a obras piadosas Gr6ficona. 4 1 0 0- i I I I e0-+ I I I 80-+ I I I ,dl I .t I 60 --i I I I -a Jv I J I 40 -.i I J I c) Pr6stem os: Er ua poco aniecgado htblar de p,r6starnos como m6todo unral de adquislciSn de bienes por parte del monasterio sigenense; sin embargor a te.q por la documeataci6n preseutada en la colecci6n docump-talr Do parece imposible que se efectuasen prdstamos, auDqu€ no selxrmos, poryue loc docurneatos no lo diceu, si se hacian con o sin beneficio. lo cierto eEque enbe los aftos 12Og y 1266, es decir, en el se_ gundo periodo y parte del tercero de la vida de Sigena, hay ua au_ Dlrento const.nte de deudas favorables al monasteriorque bien pudie- 30 -.i I J I 20 -: I J I 10 --i I I aalr !+ 0 -..1-Li.ii-+--11188 i208 _{_1-+-+^tl+-t 1237 DEUDAS ++++ deLenrI monasterio .... debeelmonasterio L28l 13( 13-00 t03 r02 d) Exenciones invierten el resto en la explotao a la emlresa comflo de la fren, ciSn de nuevas tierras, en negocios de iudole dive$as, o lo eseguran mediaote prGsamos que recuPeran con el consiguiente beneficio. No es menos cierto que para el mohasterio de Sigena carecemos de comprobantes de estos pr6ttamosl sin embargo, poseemos zuficientes albaranes de deudas conheidas con eI monasterio como Para Pensar que el pr6stamo pudo haber motivado algunos de ellos. Si es asi, ignoramos tambi6n el beneficio obtcnido u Ia amplitud alcauada, es decir, el margen de ganancia o r6dito. Muchas dc estas deudas contaidas con el monasterio est6n rrrotidel pago tributicio de bienes monacales Vadas por el incumplimiento unrfructuados [doc. 144 y 233], pero en ouas ocasiones se ve mds o metros claranente que se tata ciert mente de empr6stitos [doc. 108, 110 y 1191, para cuya satisfacci6n se dan los plazoc Pertinetrtes' estipulados entre anbas pa.rtes. El 19 de ag6to de L226, por ejemplo, dofia Marquesa, hermana de la expriora dotre Ozenda, reconoce una deuda hacia el monasterio de 3@ maravedis y 50 mazmudinas, "quod mihi comodavit domua Qenda quondarn priorissa Sexe:tett, a paSar en tres plazos anuales. En caso de morir dofla lvlarquesa antes de satisfacerlos, el monasterio se podria cobrar de las rentes que aquella tenia en Gelsa [doc. 108]. Del examen del documento en cuesti6n perece colegirse que las 5O maemudinas son los irtereses del pr6stamo. Pedro y Jimeno Vinafut recon@en igualmeute una deuda de treinta nreldos que habiao solicitado al mouasterio, en marzo de 1227, y que se comlxometen a Pagar en cierto plazo de tiempo ldoc.11Ol. Todo pr6stamo teaia que ir avaledo por ciertoc bienes que eseguraban a Sigena el cobro de la cantidad adelantada y del beneficio estlpulado, beneficio que debia acordare de palabra y sin que coustara en eI insnumeuto escrito [doc. 119], sin duda pare famPear las dispooiciones que en materia de pr6stamos habian saUdo de la Curia Pontificia. Sin embargo, pareee que 6ste no fue un modo corriente de adSu quisici& de bienes, o, por 1o metrosr no de los mis impotantes. Sigeauge cmeqronde pol entero al periodo segundo de Ia vida de na, ctrendo su economia presenta una mayor solidez. A mediados del periodo tercero no s61o desapareeen estos albaranesr sino qu€r como ya hemos seilalado, comieozan a proliferar las deudas del propio monasterio. territoriales y firceles: se desarrolla rure cuarta de Junto a esta biple faceta adquisitiva, verdadera importancia. N4ediante esta modalidad no se ganan ni tierras, ni bienes, ni dinero, directamente, pero si supuso un ahono indirecto dipo de teDer en consideraci6n, mediante la exenci5n de inlmestos de indole divesa por parte de los monarcas y de las autoridades eglesi{sticas. Es la forma de ganar, no gastando. los reyes aragoneses distinguiero'n a las ftenes Militrres cou abundantes mercedes. Por lo tanto, el monasterio de Sigena, como una cr6lula mis de una de ellas, la del Hospital, particip6 de dichas mercedes generales y aun de varias m6s que le fuernon concedidas particularmente aI monasterio. Si con AUonrc I las Ordenes Militares adquieren verdadera importancia, scrrin Ram6n Berenguer IVy Afonso II losgue se distinguir{n por le pro<Iigalidad de los privilegios y exenciones de toda indole otogadas a las mismas. Alfonso II, por ejemplo, eximfa a h Qden del liospital del pago de pealel, entre otras franquiciast; igurl-qrrl eximia a loe vasaUos hospitalarios del pago de lezda, usaje y pea;cr en el affo af,os antes de la fundaci5n del monasterio sigenense, llTordieciocho mieatras que eD 1195 les redimia del impuesto del quinto que la Corona tenia derecho a percibir por las tierras gaaadas a los moademis de algunos ohos privilegios que no habrian de influir en el fuhrro monasterio. Si Pedro II, Jeime I, AUonso III y Jaine II no prociguieron en la medida que cabia esperar esta politica redirnidora, no fue po,rque la Nen quedera olvidada o disminuida su importallcia, sino porque la Corona no podia ya ofrecerles m&, y porque la crisis econ5mica, ,ost, aparecida en el reinado de Pedro II, caminaba a ribno acelerado. Demasiado hacen estos motrercas coa confirmar los privilegios alteriores. Ahora bien, aparte de estas exenciones generales, Sigena coarcretemente fue beneficiado con otras de indole particular, tan de tener en cuenta como las donaciones territoriales sobre las que obra- Md. D E T A V I L L Et - ER O U X , J . , , , C a * u l e r r e , r o m o I , d o c u m e n t b 4 l S . Vid.'LEDESMA RUBIO, M.L., ,'[a encomicnde de ZeraSoz:" ., pig. 69. 3 Vld. DEIAVII IE f.E.ROUX, 1,, ',Carolaire',, tomo l, documento 539. 4 Vid. DElAVlLlt Lt. ROUX, J., ,'Cemrleire,., tomo t, dcumcnto 9gO. 2 1(X ye epoyeldo la cxplotecl6n ben dtcher [email protected], egrfcole, yr fzvqeclcndo al comercio dc lo habltrater de las tiarer rigeacnrcr. Fue muy cqrieDtc, coao quede indicedo, la cutcge dc bombces, en Bu rrrsyq prrtc judfoe y san.ccnos, con 3u8 femille.r y biened que pasaban e depcoder directapeute del monrsterio. Pero en cl mismo acto de doneci6'n, los mongrces :rragonerct rolfen cccderlr toda claee de freaquiciat pera que no gr.v.f,:rn la economfe de la Casa [doc. 56, 58 y 1251. De ote estor reye6, el que rnis destac5 cD Grte erpecto fue Jaicuaudo efechreba una enfega de blencr tenime I. C'encrtlncritcr los exlmia de lrnpuestos directos sobre lor misnos; ari toialer cuando cl 3 de uoviemb're de 1227 concedfg e Sigene el castillo dc. Sariflene y rus dependeocles, lo hecia "si.ne omni penifi$ rcgeli, servicio et vicineli et abdque omni exactioDc teu consuetudine vel fazendera noverr [doc. 117]. Io mismo cuando el 27 d,e ochrbrc de 1235 enregeba la villa y de Petldba, "cun peitis, questiie , iusticii;, calump.iis, certillo placidr, hoote, cavalcate uelbus, coDtuehrdfudbus ct stabiltmeutir, esruDquc rcdempciooibus et aliir servicilr unlvctlil'r [doc. 147]. Ente lor prtvilegior m5r importantes concedidos po Jaimc I a Slgena ectin el de la celeb'racicin de un mcrcedo semanel de Sena, pera el que ofrpie rdemis su protecci5n y cuttodia a todoa lo que coocurrieran a 61, privilegio firmrdo en 13 de junio dc 1256 [doc. ZOLI y el fallo, el 30 de .gosto dt 1257, del plelto nrgido ente loa sarracenoc de la aljama de le clndad dc Huerca yllalerrecenos dcpcndientes de Sigena en el misrro lugrr; mediaote sr veredicto, obligebc o todoc a pagar lar cosas que fueren de utilidad a $r comualdad, pcro rrin peytir autem regalibtrr ec aliis que ad utiiitatem utronrmque Don sint nolumus quod sanaceni frenchi dicti monasterii diquld doot vel solvent, lmAto siat indc llberi peuftus et iamunes cum omlibut nrisrr [doc. 205], exeaci6n que con toda seguridad redundari'a en beneficio del monesterio. Sabido es de todo le importancia que para la Corom tcnia la uno de los mayoreo y mis raaeadoo vente dc tll, pueato que srpoia la5 sslinll depeaingrero al obligar e loc s.ibditos a comprerla "t1 diente de ella. Sln embargo, Sigena recibia de Jaimc I el Cooquiocl 5 de octubce de 1264, el privilegio de tomar cien cahicel trdc, dc las rdlner re.lcs dc BuJerale, que podria llevar el monastcrio y salvo y ltbres de todo peajc y lezda, dcbiendo srs dqnodcrcias, caso de que robreperaran el cupo. peger rirriceo@tc el acrodcrte, 105 Parece ser que este p'rivilegio lo po.seia de antiguo el nonasterio, autrque, en un principio, la sal era tomada eu las salinas reales de Naval [doc. 224], donde el propio monasterio debia poseer las suyas. Con la muerte de Jairre I se producen ciertos confusionismos en el cobro de bibutos; le va a seguir un perfodo de reorganizaci6n adminishativa, soble todo con Jaime II. sigena va a padecer esta recrrganizaci6n. Porque laime II, en sj int€nto de conseguir grand.es sumas de dlnero para inveitir eD sus €mpesas mllltares, modvari continuadas protestas por parte de las rectorae del monasterio al co brirsele imprestos de los que estaba exento. Ya Alfonso III tuvo que devolver a Sigena el dinero que habia cobrado en nrl tienas, es decir, en sr ilhmo" por raz5o del tributo de ?rexercitus", 9u€ no debi6 cobrar, p'es el monasterio tenia como privilegio el no satisfacerlo, ni tarnpoco los territqrios dependieutes de 6l [doc. 2&4]. Jaime II concedia al Real monesterio, el Zg de agosto de 1296, atendiendo los muchos darlos que los hombres de Sigena en la guena sufrfaa, que no pagaseD pecha y ceua durente los dos atros siguientes [doc. 327J; sin embargo, esta deelsi6n no saticfizo en el rnonasterio, cuya 'rpriora" alegaba un antiguo privilegio por el cual uo se creia obligeda a pagar "cenatt. Iaime II reconoci<i el enc y orden6 [ano 13@] que no ee cobrara dtcho impuesto en los lugares de l-.aja, Bujaraloz y Casdasnos pert€necieDtes al mooasterio, a Do ser que fuera pueoaalmente a ellos [doc. 3aZ]. El mismo monarca, bas ordenar en 1292 (2 de julio) al merlno de Jaea y Ejea que no cobrata las ttprlmiciasrt de Sena, Villanueva, i Urge1let, Cajal, Bujaralo, ni de los demj.s lugares pertenecientes al nnonaeterio [doc. 289J, hacia averiguaciones [2g mayo de 1292J acerca de si dicho corvsrto estab o no obligado a satisfacer el tri_ buto de rrhueste" [doc. 332]. Cou todas estas exencion€!, Sigena podia ofrecer a los repobla_ dores de su6 ti€rras oros taotos privilegios, que idudablemente facilitaron la puesta en cultlvo de estas tienas resecag de los lrtonegros. Ce66 el monasterio p,ot su perte gtavaba a los habitartes de lac mismes con ciertoc tributos llef,ticula.es, el dioero conseguido pG 6stos, y el ahorto que le srponian aquellos, redu:rdaba en beneficlo de la economia sigenense. No cabe duda, pues, que estas exencioues fueron eI capitulo m6s treDscendental de los ingresor del monestef,lo. L07 106 mismoc puede obsenrare, la lucha en defensa de los II' siro de Jaime reorganizado periodo coincide, io s6lo con el Sigede la vida de de "decadencia" tambi6n con la etapa llamada na. toridad de los prelados Do era total, por cuanto que ya anteriornerte Inocencio III, en el a6o I2O7, hzbia otorg.do a Sigena el privilegio de que nadie pu.diera excomulgar sus Fropiedades sin causa pobada ldoc. 43 y 255]. Segrin el 'rManugitorr de Pano, C.'regorio IX, el 2 de mayo de L227, exirnia a la rrpriorarr sigenense de Ia obligaci6n de asistir a la ften Ahora bien, si los reyes aragoneses protegieron tanto con ocurri6 tanto otro particular' eu en goneral como al monasterio emageneral caricter de privilegios los el Pontificado. Son muchos la del Hospital' Nanados de la Cancilleria pontificia en favor de aparte los privilejuego' Dejando turalmente Sigena entraba e! este Ias pnopias relacioen cenEar a gios de caricter general, nos vamos Sigena' nes entre el PaPado Y casi to Desde loe comienzos mismos de la vida del monaste'rio' otorgerSn y t30O 1188 lglesia entre Ia dos los Papas que gobemaroa los monarcas aragoprivilegios conlirmadcres de las donaciones de aI monasteriot' pontificia protecci6n Ia neses, ofreciendo a'dem6s todoc sus tenitocon someterlo' fue Una rranera de Fotegerlo 1203' merced a aflo el ya en Iirida, de rios circundantes, al obispo que zupondria la medida 35], III [doc' los desrrelos de luocencio de la Orden y las diocesanas' con gran Irugna entre las autoridades serdn los obispos de contento de todas Ia cbmunidad. En adelante la defeosa de los de que entenderin los Grida, Zategozay Huesca una zona de conen hallan se 6stos tenitorios siSenenses, por cuanto Honorio III concedia obispadosl' tes los fluenciadeIafronterade con dichos diocesanos a Sigena eI privilegio de que sus cuestiones de recurrir a necesidad sin prelados los por pudieran setr solventadas de ejecurapidez rnayor una tanto ioma [doc. 93], lo que suponia que habia que no ya dinero de ci5n como un ahorro considerable pt4p' Sin embargo' Ia auSan mandar procuradores a Ia ciudad 6s al capitulo del Castelldu de Amposta [doc. 113], lo que, comohs mos seflalado, parece mds que irnprobable, pues le relaciones entre Amposta y Sigena siguen siendo, po lo menoc en apariencia, todavia normales. Y aun al final del siglo XIII, cuando el monasterio trete de desligarue totalmente de la Castellania, el Pondfice Como lll (vid' docuru' 53 y 44): Ho1 Celestino III (vid. Docum. 17 y 2ll: lnoceocro (vid' dcums' l3O y l4O): Urbeno IV (vid' norio IIt (vid. docums. 98 y 1O1)1Ctcgorio lX ddum. 226). frn a los eburcs que B' de He2 Inocencio III oldeul aI Obispo de l!.i,la quc ponge 1215 (vid' drcum' 70); el 11 de diril coretc contre SiSerat en 16 de diciembre de Huesc' y Zaragce quc p-uciembse de 1220, HoDolio III ordena a los obispos de bride' 1t monasterio (vid' pcrludicaban que siero fiD a los aburcs de algunos dG nrs diocesuos Zatrgoze y Huede a loi obisPos IX Gregorio tecune junio de l'227, 12 dc 95)1 el docum. Cuillern:o de Cwera (vid' ca pate que resolvieru ula disputa srgida entle Si8ena ) doon. 114). tratari de rclucionar el problema maDteniendo aI monasterio bajo la autoridad directa del de Amposta. En realidad, todas estas disposiciones afectaron muy poco e la economia del monasterio; rinicamente el p'rivilegio de Alejandro IV de 3 de diciembre de 1255, por el que coacedia indulgencia a los que fueran al monasterio de Sigena en el aniversario de su coDsagraci6n [doc. 199], tendrfa alguna repercusi6u econ6mica. El p'rivilegio era confirmado y ratificedo por el mismo Alejandro IV en eoero de 1258 [doc. 209]. Sin duda al8una, los fieles que acudieran a orar a Sigena reportariaD beneficios econ6micos al tertitorio, pero naturalmente pequefros poryue el monasterio no lleg5 a convertirse, ni mucho meDos, en cetrbo de peregrinaciones; y, si lo fue, sin que nos hayaD quedado datos de ello, seria utl centro local y resbingido. N. E)(PI.oTACION DE BIENES Tras haber visto las distilrtas formas adquisitivas de riqueza de Ias que se vali<i el monasterio para atesorar gran cantidad de bieues, es necesado hacer notar que, coD ser fuentes incalculables de ingresos, sobre todo en esta 6poca en que la riqueza se mide .por tierras, estas tierr:rs y esos bienes no adquieren verdadero valor hasta que no se les hizo rendir. Sin embargo, la estructura interna del monasterio uo estaba poparada ni pensada para ello. Por descontado que las ttdueflastt, la totalidad de familias nobles, no ejercian trabajos peDosos y, mucho 109 108 EaDor, ler leborcr dcl ceupo. Ia reglr lec pcrmitfa, ero et r=allquc pero mir cono eutretcnimicuto zrr dgunc rrabard naoualcl, cooo obligect6lr. Y ci bteD et clcrto que turto el claurtro fg6rnlnc taEpoco eon loo fralles que viven en el mo existe uno aarculioo, nertctio Lo que trebsj8q ler propicdedec. Tambl6n ee cierto que attleboratoriitr, geperecen eo la documenteci6rn ftalles ilvlanttllrr, naders, etc., perc pareceD ser oimples Jefcr de negociado, arpcrvlsoer de lar ticrrer y dc 1o trsbajos efectuadoo en el {mbito modctetminades y concretzs elceminadarllienasterial, coa alrloocr cer que las derrrr reclbieran el cuidrdo opotrtuno. 2 Qui6nes eran, 2Quienes comerclaban?. Fres, loo que culdveb.!? por Ias poecrioncs slSetreoser no fucron cxplotadas directanente que slno lar mrir ccrceDac, ercepto 1o0 hsbttsatet del mon$terio, fueron expfotad$ Por tercetat P€r8@al. a) Entregas de biener tta ttcudo". trduef,sstr de Sigena, una vez que habfen edquirido la pleoa posesi6n de une tlena, no aolfan derprendcrse de ella- Io que hacen aparte de rctentere la zona de huerta que rodca el inexorablcneute, monasGerio, es ent€g.rl.a a lebrtegoo y sefiorcr P.ra que la erplotin en zu nomble e camblo de un Eibuto anual. Es tal el incremeDto que tome erto slgterle de explotaci6'n quc ponto seri el medio mir lmIl, porterte de adqutrtci5n de riqueza. Antc la impocibilidad de hecer rendlr directamente loc vastor la entroge a tttrcudott de pequefros fragmentos tenitoriadomlnio, les va a rer el medlo mir reguro de tenerloc siempre en cultivo y de sacarles Jugo. Iste enaJearcl6r de derrrc prerenta fres espectoc definidoc ybien le entrege individual a Particulsres, c:rracterfstteos. himeram€nte, en seguDdo luger, la eafey tr8lccldeDtei quc e8 le m& iurpctente del moDasterio;y, en terp€ro a douadoc indivtdud, ge lgurlngnte a pueblos enteros. En lot ueg ga tager, li :utr84 a colectividedes, el rlstema tiene un mircado cariccas6, sobre todo en el dltiaor y coloizador. ter repobledo ttatreudadas, p'roducen pinEn los tres cego tambri6n, lu tierras giicr benefictoc. Ahoa blea, si 16 bietet asi explatedos son en su mayor Parte elp Do ob.rh Pars qu€ 8e rePe^rtaD de ls mlsma forma tccitcleles, casas, d,cndas, hornos, molinos, censos sobre bienes inmuebles, Iares, derechos de usrfructo de tienas, etc, 1) so- A personas individuales: Menudea la entega de pequef,as propiedades a cambio de tributos generalmente pobres que, coD el tiempo serin insuficientes por la constante devaluaci5n moneteria. Es dificil saberlo, pero estos "teudos" parece que no se cobran tanto en funci5n del espacio entregado como en atenci6n a la categoria econ5mica del tributerio. Nqmalmente estas donaciones territoriales sobre todo, se efecniau a cambio de iltreudosr perpetuos, de tal forma que las tierras sujetas a los mismos podian pasar de padres a hijos, e inclurcvenderse e terceros siempre y cuando quedara a salvo el tributo estipulado. Por eso aclaran los conhatos que dichas tierras se podiao ttvendertt, cambiar, dar", etc., pero jamis a i1rfan"s1gg, cl&igos, fu.enes reIigiosas, caballeros, leprosos, o a los santos, quienes por las Sanquicias que les eran comunes estaban exerxtos de tributaciones territoriales. El monasterio, por oba parte, se reservaba siempre, aparte de la propiedad, la pnimacia de comprar en caso de que el tributario quiSiera vender la posesi5n de la tierra objeto del "treudot! y, en muchos casos, por una cantidad menor, de uno a dier sueldos generalrnente, gue cualquier oferta, plenogativa que no lleg5 a consumiuse casi nunca, puesto que los exiguos tributos estipulados estaban siempre al alcance de los tibutadores. Excepto las personas o eutidades referidas que gozaban de inmunidad tributaria, cualquiera podia conseguir una heredad, un campo, una casa o un horno, por ejemplo, del monasterig ds Sigena. Bastaba rinicamente coD pagar regularmente el hibuto acordado, y comprometeme a no abandonar el cultivo de las tierras cedidas, o a conservilr en buenas condicioues los edificios. Serian tributarios del monasterio campesinos y ciudadanos, iudios y moros. A estos riltimos, las I'dueflas'r sigenenses les dedicaron siempre una atenci6n especial, amparindoles en todo momento. 2) A 'rdonados": ta hemos seialado como al iniciarse el periodo tercero de la 111 110 rrconsolidaci6n y explotaci6n del pavida de Sigena, el llamado de trimonio'f , cambia totalmente la concepci6n del donado. Defi,e 1237 es el monasterio quien los elije y quien les enuega tierras y bienes para atraef,los, pero a cambio, eso si de bibutos anuales semejantes a los a.teriores. Sin embargo, entre esta forma de rrateudar" y la anterior existe una diferencia zustancial, puesto que no es perpetua sino temporal, pues la entxega de bienes es vdlida rinicamente mientras vive el donado, ya que una vez fallecido los bienes entregados revierten aI monasterio y caduca eI "treudott [doc. 143 y 150]. tibutaci5n temporal enbe 1188 y 1237 supone tn 2T,Z % de!tota!;y q u e e n t r e 1 2 3 7 y 1 3 O O ,z u p o n e e l r e s t o , e s d e c i r u n Z Z , 8 o A . porel contrario, la enfega a "treudott. perpetuo, como Iruede comprobarse en el grdfico adjunto nrimero 5r'disminuye sensiblemente. Por oba parte, si cuando el tributo era perpetuo las tienas o Crifico no. 5 1OO-r I I t g() -.rI I I I 80 -i I I I I 70 -tI I t I ,t X< x,Y x* 60 -1 I X ^.v I so-{ I { X I 40 -{ . X x. I { I {I '. .t - . *) r .> .' 4. *. i.. -Y ' *)r d( *n!' -1 I rrc t N I r 'rix,.-, * " ^ 1 . ' 0 '. . .' .x x* 30 -{ 10-i x xlr X, xt _r' I tnl &" -'l A partir de este momento, al darte cuenta las ilduefiasrr de los beneficios entraflados por esta entega temporal ideada para loe do_ nados, el sistema se hace extensivo a los particulares tambi6n, de forma que durante el periodo tercero, entr.e lZ37 y LZ8L, los nuevoc contratos se acordarin para un determinado nrimero de afios. Tal se_ rd el alcance del nuevo sistema que, a fines del siglo XIII, las .ti_ butaciones temporales sobrepasarin a las perpetuas, batando asi de compensar la p6rdida de valor de la moneda, por cuya causa los t'heudos" concertados antes de 1237 quedan anticuados y carecen de valor. Para dar una idea aproximada de este cambio diremoa que la ! -'-'?i-'l - - | tfzz | r2f1 | 13bo - -r- - I - - r- - -r -- r-l r - - I - r - - L - r - - ! - J- - I - JL - L - r- - L - J 1188 12b8 REPARTO DE BIENES A 'ITREUDOII . ++++ perpetuo .... temPoral bienes entregados podian ser vendidos, donados, carnbiados, etc., excepto en los casos citados, ahofa que el tibuto convierte en tem_ poral, la posibilidad de venta por parte del tibutador queda anula_ da [doc. 22O, 27Oy 281]. Y, por oto lado, el monasterio no pue_ de cancelar el conEato aDtes del tiempo estipulado. Sin embargo, para que esto no se prestara al abandono de la tierra enfegada por parte del bibutador, las rrdueflasrr tienen buen cuidado de consignar en los documentos de entega una cliusula mediante la cual el usu_ fructurario se obligaba a mejorar la heredad durante el tiempo es_ tablecido para el "heudo'r ldoc. 22O, Z28y ZBll. De esta forma el monasterio se asegura el plBno rendimiento de Ia tierra e- el mo_ mento de caducar el plazo. Fsta temporalidad no se ajusta a ,n ribrro o a un nrimero de aflos determinado, variando en cada caso concreto, estableci6ndose unas veces por diez o doce afros; otras dura hasta la muerte del bibuta_ dor; en algunos casos, hasta que se ha pagado una deuda c@traida ldoc.7al. I ^s tierras que Sigena entrega a sus Idonadosrr a partir d,e LZ37 revierten de nuevo al monasterio, por lo que le es posible aumentar Ia cantidad del "treudo"; como en el caso de los particulares la "atreudaci5n" se convieite igualmente en temporal, de tal forma que en eI riltimo periodo (enue 1281 y 13OO)esta modalidad flrpera a la perpehrq (vease grdfico nrimero 5), serd esta una de las armas -. t. mas importantes con que contard la administaci6n monasterial para tLz siglo' Esto y las exenciones tesitosallr de la depresi6rn de fines de Sigena supere Ia crisis' fiscaies de la Corona har6n que "*t., " 3) A colectividedes: generalmente ya habiEn ocasionesr son t6f,mino6 de una villa' habitantes Para gue 6stost partada, los que se entregan a nrl propios rrtreudott una cautidad anual como ticular,mente, satidagan e SiSena en conOtres veces se entregan cartes de poblaci5n [doc. 57 y 2271. todo en sobre ellas' a quiera acogerse diciones veDtajosas para quien de amotivo con pobladoe , o villas o en t6rminoe despoblados Poco repobladora [doc' labor una g"oa.r, efectuirdose de esta forma t.o adelante' 76 y t95], de la que hableremos mis parcelas' sioo tambi6n Sigena entrege' puest no s5lo pequefias prdieron ser Inressistema este a pr,reblosy t6rminos enteco3' C'racias de los cursos alejadas lMsnsg'65 los tas en explotaci6u las tienas de de los rios. en Ia forma' aunque rro en Una vez visto los tres rnodos dI*lntos dar una visi5n esqueintentar a el fio, del reParto de tierras, vamos a to largo de los econ5mica matizada de lo que fue este actividad cuatro Periodos establecidos' hasta la muerte de la reina doDurante el primero (1188-12O8)' definida respecto a la entrega de fla Sancha, no existe una politrca ,,t,eudo', y, mucho menos, a la enajenaci6n de bienes por bienes a en el lnopio ndcleo sigenense y en venta. Su foico ideal fue reunir, de tierras posbile' los perif6ricos, eI mayor nrimero comienzo de periodo segunEs con dofia Qenda de Lizana, en el entrega a "treudott de tiela do (12O8-1237)r con quieo comienza el nricleo central de los en todo rras de Pequeflas extensi6n, sobre alejados' Qenda recure mds dominios sigenenses; en loe territorios de una sola persomanos en a la eocomienda de grandes extensiones del monasterio lejos que lo por de $ibuto' na, tambi6n " "atbio la marca dofla directriz Esta disminuye el nrimero de tributadoes' de Bielsa el Gasc6n a Orenda cuando en a86to de 1216 encomienda Hin tali convinientia quod dicnrm castrum castillo y Ia villa de Paul et custodietis ad bonam fidem de Padul Per nos teDeetis et habeatis nostrum et profechrm nostrontm'l sine omni enganno ad bonum se zueldos de tributo alsa]' Esta encomendaci5n ldoc. 74"), Por cien 113 brcfe en pcgo del dlaelo quc cl monstcrto dcb(r e G.E6'a, dc !ocy cuando Sigena lc hrbtcrr me qu., dcnFc ndrfccho 1o dcudr, lg rrdueigrr se reletvaba! el dcrccho dc dabnccr le er.onlcodrl. Sin dudr elguno pla-.a a-O'5o le ercelcott ]r13ls'crr que ler tlcrrrr dejedre del monrsterlo debfrn cstrr repertldqg en tncsr D.noa, Ipr s€ m6r dilfctl sr coutrol. Su nrccrora, dona Serhe JlDEDcz dc Urree (1226-1237r, pra,gue la mlrma polidca tributrris lniciads por rquellet, c@nrlrato de pequcflar hercdadee cn el ceotro y grarcdcl eo la pertfertri pcro rr.r pricedo te caracterlzer{ igudrircotc pc la protcccidn crpecie,l dtrpcorede a lo judfor y rsffecetroo oigenenrcr dc Ffuerce [doc. 129J, a lo que generalmente entregari a tttsudoil cssat y tietdar eo vcr de derrgr. Eo el tercer perfodo (1237-l28lr, con dde Qie Jiminca dc Iuesia (1238-1252), doile Urraca de lbteee (1254-1259), dotra Tods Ortiz dc l&ana (1259-1266) y doia Eltrends de Qrcrol (1268-1281), aun siguicndo la misme t5oicr, lrerta el prato de r€F eata la etape quc mrlr'tratcudacioectl se efecair,a, IEr eer culodo le m&ulDs adminisbedve sigenense camine e meJon ritoo, re note abo.o una mayor preocupaci5n por la cuestir5a rcpobladora popemerrte dfcbr en lrr tienar de loc Nlonegrsr_ d@dG falten brrzq trra ar erploaci6o y pleao rendimiento. A su vcz, contianian el amparo a$corrao a Judic y muculmeues [doc. 2O2 y 2121. El perfodo gue aban arl prioadc cr eI mris fecuodo po el volunen de los trtrcndctt, co una politice ccon6mice muy tanerdo, y durantc el cud Sigene vivc de zur propio lccurrqr, Feciremcote en una 6poce en guc la Corone, como hemor sctralado, se desentionds.'- talto del morarterio. El rildmo periodo (1281-13@), que comierza con el piorado de dofia Ia& de Benavente (1283-1291), la polidca tributeria cnbe cn una fare muy dlrtinta de las antericcr. 14 eDtrege de tierer y bicne! a "beudo" le hace cade vez m& rtr, con el car{ctcr tcapcel ya aludido; curndo se efecuraa enfeg3r, lo s@ de teltitcio mucbo m.yores que DuDce [doc. 270 y 2811, deraperectc.nde sqri totslhclte la.r infeudaciones p€quefias, que dejen de eer reutebler. Su lrccsora, dofia Terera Jim6nez de Unea (1291-1321)r vive lor ala dc la agonia bibutrria. I En .;untadc 122{, c.Edn rccoreir el droho cha csdlld, filcrir y vilh (vid. daum. lO2). 2 EDbegr grrrdcr hcrcdrder cn Ffucrl _T6. &cum. 122|V Aguer (vld. dcum. ISOy ti3f qu t6fr Gl lmrrtcld de plcdre, la rbtc lvtontcllrr_ di_ (vld. 115 L14 a) Cuaada de lostttreudostt cobredos ente 1188-130O; Ya hemos hecho constar como no6 ha sido irnposible relacionar la extensi5u de una vifla, de un campo, etc. , con el tributo percibido po, ellos, puesto .que los d@umentos reunidos no dicea nade de este sentido. gSe cobraria proporcionalmente al terreno entregado? 4Se atenderia a la calidad y a las posibilidades del tributador? 2Suponia 1o mismo elrrtreudorr de un espacio de tierra en el secano que en zona de regadio?. Nada de eso nos es dado conocer. Carecemos igualnente de irrventarios censales que nos indiquen a crianto ascendian los ingrercs anuales y totales para el periodo estudiado, por el eoncepto de trtreudostt. Indudablemente nos falta tambi6n Ia totalidad de la documentaci5n producida gn Sigena por este motivo, ya por haberse perdido, ya por haber desaparecido o por no 3'aber enconharla, por lo tanto nunca podremos saber la cifra real dc los bienes entregados a trheudott ni, pd cousiguiente, la cantidad global recaudada. Io riaico que nos cabe hacer es iuventariar por nuesta cuenta los trbeudosrr que tenemoo documentados, puesto que, sin duda, nos dari un indice estimable pare coDsiderar lo que pudo ser en realidad. En la relaci5n que sigue a continuaci5n hacemos consta, junto a u.D afro determinado, el tributo concertado en el mismo o la zuma dc lo trtreuddgtt si fueran mds de uDo; y que, como geueralnelte son de caricter perpetuo, podr6 sumarse con los tributos de aflos podremos saber en la fecha deprecedentes, po lo que ficil-ente la cantidad total cobrada hesta ese afro. tertrinada Como ademis estos Itbeudosrr perpeo:os eran adquiridos po herencias por los gurasores de quien lo cocer?5, cuando lleguemoe a la suma total de los afios 1250, 126o, 1261 , 1300, por ejemplo, quizis aproximado de lo que suponiau a falta, claro tengamos un cilculo est5, de los docunentoe perdidoc o no enconhados. Hemos destacado cada una de las etalns conocidas de la formade forma que al final de cada una puede valoci6n del patimonio tt92 1193 1199 L202 1208 t/9 de ciertos fr-ut6 12 ci,ntaroc de aceite 5 sueldos. I 3 libras de cera SUMAI 115 1/9 +12 +13 Segunda Aflo. etapa: 1188-1208. LzLO Lzt3 t2t6 l2L7 r2l8 tzl9 22 l/2 1OO 8O 2e1., 2 din. ganancias de un horno zueldos. cahices de bigo 1 fanega de odio y 1 fanega de tigo LZ dineros y 1 cahiz de trigo SUMA u22Ol 14E:nrel.,2din. +1/9 ciertos fnjtos + 12 cintaros aceite + 13 +l/2 + 81 + 1 + I 1223 1227 libras cera. ganrncias de ua horno. cahicez higo fanega trigo fanega ordio 1 30 sueldos. 43O sueidosy6dins. +19 cah. +2 fan. trigo +38 cah. +3 arrobas +3 cuartales de ordio. + 9 cah. +2 quintales de avena. 7 sueldos. 1O sueldos. 2 zueldos. t2?8 t229 1230 tttreudo" estipulado. 110 sueldos. 1 2O8-L237 . rrTreudorr estipulado. I 1 1190 etapa: frno. rarse el total alcanzado: Primera nreldos. de ciertos frutos ci.nt. aceite libras cera la sm: mos dividido se hari, l: fornacicin en adelante, cads del patlihonio diez af,os o cade final sigenense, de peiodo en que he- tt7 116 [r230] SUI\,{A 727 +10O + 38 + 9 +1/9 T?31 1235 t236 L237 It24ol flrel. Y8din. cah. +3 fan. trigo +3 arr. +3 cua^rtales de ordio' cab. +1 fan. quin' de avena' +2 +2 arr. ceh. frutos. cierts + tZ cdnteros aceite. + 13 lib'ras de ceca. gameuco:ls horno. +t/2 3O cah. trigo Y 30 cab. ordio. 9O sueldos. 4 cah. ttgo Y 4 cahices cdio' cahiz trigo Y 1/2 chaiz cdio' l/2 +817 sueldosY 8din. +1il4r5 catr- +3 faneg. de trigo +3 arrobas +3 cuartales de ordio eaih. +1 fan. +72,5 quin' de avena +2 +2 arao. + 9 cah. +1/9 cuartos frutoo. + 12 c6otaros eceite. + 13 libras de cera. ganarcias de horno. +liT Affo. t24L t243 t244 t245 I247 r248 1251 1255 etaPa: ttTreudott tZ t263 t265 1266 t268 r272 Suil{A Tereera 1256 t257 1258 1259 r2@ 1262 1237 -128I ' esdgrlado sueldos. 10 sueldosy6dineros. 8 zue1dos. +3 fanegas de trigo +7 fanegas de odio 45 sueldor. 32 zueldos. libra de pimienta. l/2 2 galinas. 2 nreldos. t273 t27S L276 L280 t28r [1281] 35 nreldos. 155 sueldoeySnumoc. 5 58 4 35 +l@ sueldo. sueldoc. sueldos. sueldc Jaqueser nreldoc realer de Velcocia. 7 sueldos. +14 cah. bigo +t4 cah. ordio 1O sreldos. 506 sueldos. L2 sueldoc y 12 dineroe +14 cah. tigo. -tl cah. ordio. fanegas o'rdio fanegas ordio 33 sreldos 17 sueldos y 6 dineroc 3 +3 40 sueldoc. 25 sueldoc. 12 sueldos. SUN,{A L9l2 z 8 +149,5 +87, 5 +9 +1/9 sueldos, 8 dlnerps numoc y 10O nreldoc reeler de Valencia ceh. +9 fan. tigo. cah. +11 fan. +3 iur. +3 cuartales ordio Cah. +2 arr. +2 quin de ordio. ciertoc fnrtos. +12 cintaros de aceite. +1 3 Ubrracde cera. +l /2 ganencias un horno. +l/Z libras pimieota. t2 gallin:s. 118 119 Cuarto periodo: Ano. r2u 1289 rzx) L29t 1293 1294 tz95 1296 1299 [13ool t28t - 13OO. ilTreudotr estipulado. 9O 20 10 12 6 9 9 sreldos. seldoe . meldos por 10 atros. sueldc. sueldos. sueldos. sueldoc. 3 sueldos. 12 sueldos. SUT4A 2.083 sueldoc, 8 dinetoe, 8 nurnoe y 10O sueldos reales de Valencia + trigo: 149r S cahices Y 9 fanegas. + odio: 87,5 calrlces, 11 fanegas, 3 arrobasy 3 cuartales' + aveoe: 9 cahices, 2 amobas y 2 quiatele. + l/9 + 12 + 13 + t/2 de ciertos fnrt6. cdntaros de aceite. libras de cere. de las gaoaocias de un horno. llbra. de Pimienta. + t/2 . + 2 gallinas. Es dificil poder danros cueata exacta de cudnto srponia esto a la economia del monasterio. Pero tal como venimos haciendo hasta ahora lndemos hacer un c6lculo aproximado, teniendo en cuenta el tttreundmert de cahices, fanegas, arrobas, erc. recogidoc mediaute dostt y que tenemos documeotados, atendi6ndonoe a las Pesasy medidas dadas por Mario Rodriguezl y a los precios del triSo y del ordio en eI a?o L276, Para el que tenemos precios concretosl' igual z l7\]'68 litrcsl una fanega' 1 Henos usado los siguientes vllores: I clhiz T , 03 lisosy rnquintal' 5O'5tl4kilos u n c u e r t a l , 1 2 , 6 3 6 k i l o s : u n a u o b a , 22,46 liro.t R o D R I c U E Z A R A G o N , " U n i d a d e s . D r c c i o n a t r ot 6 c n i c o d e P e s a s 'n e d i d a s f"ti. to"to y monedes" ). 2 'tl|ncahir.de blet vale 9 sqeldosr un cahi2 de seSol' 7 oeldos y un cehiz de ordi BAIAGUER Y ANTONIO DURAll, "Notas rcbre relaciones coFEDERTCO (vid. 5 rucldos" Congreo de Historia de la Comerciale!y economil d'O3ca (segl€sXiV i XV)"' en "Vl rom de Arag6n", [1957]' pigs 22L y ssl' Para la primera etape cesi basta con mirar a la relaci5n precedente, porque la recogida de granos epenas supone neda. De la segunda, ya podemos dar algunas cifra apreciativa (1208L2371, d,e forma que aparte de: -817 sueldos y 8 dineros. -l/9 de ciertos &utos, - 12 cintaros de aceite, - 13 libras de cera, -l/2 de las ganancias de un hooto. la percepci5n de iridos, s61o enhe bigo y ordio, supondriaa aI monasterio 1.60O sueldos anuales m{s, que sumedos a los 817 sueldoc y 8 dineros ya rubidos, ascenderian a 2.417 sueldoc y 8 dineros. Al finalizar la etapa tercera (L237-8t1, los ingresos de t,beudostt ascenderian a los citados. -2,417 sueldos y 8 dineros de moueda Jaquesa, mi,s 8 numos, mis 1OOsueldos reales de Valenciar -l/9 de ciertos fnrtos, - 12 c{ntaros de aceite, - 13 libras de cera, -L/2 de las ganancias de un horno, -l /2 libra de pimienta, - 1 galliaas, - 9 cahices, 2 arr.obasy 3 qulntales de avena, mierrbas que el oigo y el ordio recogidos, segrin el p,recio de L276, asceadia a u.n valor de 1.8OO sueldos anuales m6s, que zumadoa a los 2.417 y 8 dlneros percibidos con n-terioidad, arcendefizn a 4.217 zueldos y 8 diaeros Jaqueses, mis 1o gue importaran los otroo conceptos. En definitiva, al finalizar el cuarto periodo, afiadiendo las cifras y conceptos llegados hasta 1281 a los rtteudosil adguiridos enbe 1281-1300, la suma total ascenderia a: -5,483 sueldos y 8 dineros Jaqueses, mis I numos, m{s 1OO nreldos reales de Valencia, - 9 cahices, 2 arrobas y 2 quintales de avena, -L/9 de ciertos frutos, - 12 cS.ntaros de aceite, - 13 libras de cera, -L/2 de las ganancias de un horno, -1l2 libra de pimienta y, - 2 gallinas. t 120 . Nah.ualmente a esta canttded global habria que afladir los tttreudosrr dimauados de los contratos territoriales colectivos, es decir, los percibidos en las villas de sefrorio, cuya cuantia no conocemos ni aproximadamente. Normalnente estos 'rtreudostt se recogian p:ua, San Miguel de septiembrel, para santa Maria del rnes de .g*tot o, en menor ndmero de casos, para Navidad , en el mes de o septietrbre "o"rot [doc. 138], sin especificaci6n de dia; para todos Santoo ldoc. 2271, san Juan Bautista de junio ldoc. 27O"1. En ocasiones se daban dos plazos para satisfacer el pago, por ejemplo, la mitad para Santa Maria y la oha mitad el primero de enero [doc. 202li o la mitad en San Juan Bautistay la ota para el Nacimiento del Seflor [doc. 2O7]. El rrtreudott se estipula generalmente en sueldos y dineros, o en cahices de cereales, casi siempre la mitad de bigo y la mitad de ordio, cereales que los tributarios estabau obligados a llevar a los silos del monasterio. Tambi6n se busca la percepci5n de tributos especiales, de productos que las tierras sigenenses no daban o no se conseguian eu abundancia, como aceite, pimienta, cera, etc. El incumplimiento por falta de pago del "treudo,', llevaba consigo la accr<iu de la justicia establecida por las "du€frastt a trav6s de sus agentes. Asfvemos cogro en junio de 1235 Julia, viuda de lno de los primeros repobladores de Candamos, no habiendo satisfecho a Sigena el bibuto debido por el usufnrcto de un horno en Candasnosr es requerida y se ve precisada a devolver al monasterio el derecho al mismo, que dofia Qenda de Lizana Ie habia conferido tdoc. 144J. algulo o, por lo.menos, asf noc lo hace pensar la carencia absoluta de documentos de vent4. El sistema no podia ser renteble por cuanto que la venta suponia la p6rdida de la posesi6n juridica de la tierra. El pahimouio sigenenserpnres, no hizo nada mis que crecer coDs ta[temente y, aun cuando Ilegafg un momeDto eD que casi todas las posesiones estabaD eDbegadas a "heudotr o repartidas mediante car_ tas de poblaci5n, te. c) Entrega todas ellas le seguian pcteneciendo de bienes de bienes por donaci6n: de ella lo que deseara. Ahora bien, a su muerte podia ser heredada por sus descendientes y arin por una tercera persoDa, pero quedaban ya sujetas a tributaci5n [doc. 97J. III. I.A,BORREPOBI,ADORA DE SIGE}.IA antes ds Sigsna: por venta: Asi conic.' L: enbega de bienes a "beudo" fue corriente en Ia aclminishaci5n si.rrrnense, el monasterio jamJs vendi<i tier:ras ni bien 1 D o c r r m s .5 7 , 8 5 , 8 6 , l Z Z , t ? , ' , I t 5 , 1 4 . J , l 5 0 , t b 8 , 1 6 9 , t 7 0 , l 7 S , f 7 g , t B 7 , 2 0 5 , 2 1 : , 2 1 8 , ? 3 5 , 2 3 6 , 2 5 3 , 2 . , 6 , . ? . 5 5 ^t 6 O , 2 b 6 y t t b . I iuridicamen_ Asf no debe extraflarnos que sean tambi6n escasaslas donaciones efectuadas por las 'rduefiasrr de Sigena: se nos han conservado s6lo tres documentos [doc. 37, 97 y 24Sl como Buesha rinica de unas donaciones pequef,as ysin importancia, en ocasiones en que la rprio_ ra'r deseaba agradecer algu.nos serwicios Inestados al monasterio. El objeto de la recompetsa suele ser tierra, libre y franca de todo tri_ buto, y enhegada vitaliciameute al beneficiado, que podia hacer a) Los Monegros b) Entrega tzl i ) o , : u m s .9 , 7 6 , 1 2 9 , 1 5 3 , 1 6 5 , t t , t , , 1 6 . / , J 6 8 , t l : , 3 D o c u r u . l 2 O , 2 O 8 , 2 t 2 , Z S Zv ? . i : , 4 D m u r u . l 7 l , 1 7 2 , 2 O 3 , 2 6 5 , 2 , ' , / . J 1 O . , ,1 1 9 . 219, 22o,246v 281. Venimos vrendo c6mo la base de la economia del monasterio de Sigena radica casi exclusivamente en Ia puesta en explotaci<5n de la tierra, geDeralmente mediante el sistema fibutario aludido, es de_ cir, trabajindola indirectamente y procurando ademds sacar el mi_ ximo rendimiento. Seflalabamos tambiEn c6mo esta tiena podia ser entegada a personas individuales, enteros. a donados del monasterio, a villas y t6rminos 123 122 Indudablemente las dos primeras formas (en el fondo una misma cosa) no constituyeron uua acci5n repobladora en todas las ocasiones, por cuanto que la mayoria de los coutratos se hacian sobre tierras situadas en lugares ya trabajados. to que si se conseguia, efecera mantener en pleno rendimiento dichas parcelas, rivamente, puesto que el documento contractual exigia el ser tabajadas y no abandouadas. Ahora bienr'el punto de gravedad del pabimonio sigene'se se sihia con el tiempo al sur del rio Alcanadre, en plenos Monsgre5t en una tierra buena para el cultivo del cereal, pero sece y donde la cosecha depende del cielo. Era tambirin buena para Pastos de Sanado lanar, lnco exigente en cuaDto a zus comidas. Pero en conjunto es uDa tierra que exige del hombre esfuerzo y valentia, es decir, considerada como poco apetecible. Si afradimos a esto la aPertura a los hombres de Arag5n de nuevos horizontes con la reconquista del Levante peninzular, parece fdcil adivinar que en estas tierras Sridas 'la poblaci6n seria escaqa. psle Sigena se eDcuentra y mantiene estas propiedades a las que debe sacar el mayor provecho posible, pero 2c5mo conseguirlo?. Unicamente se pueden aEaeraquf hombres si se les ofreee garantias, condiciones muy favorables, amparo' Y esto es, efectivamente, lo que se ProPone el monasterio sigenerrse. No hemos hallado datos concretos para saber si existia antes del monasterio pobladores en estas tierras secas. Tampoco sabemos, si Ios habia, su nfmero ni condiciones. Y rinicamente cooociendo estos datos podriamos darnoscuenta del alcance repoblador de las "dueflastt de Sigena. Se trata de una zona muy batida siempre por cristianos y musulmanes, incluso en el siglo XII, en el que nace la Casa' T6ngase en cuenta que en 1134 arin anda el Betallador por Fraga y que su derrota dejaba unavez mis abierta la Puerta de los Monegros a los muzuImaDes; t6Dgase tambi6n eD cuenta que Iirida, a muy pocos kil5mehos, todavia no habia cerdo en 1148, cuarente af,os antes de la fundaci5n de Sigena. Naturalmente en estas circunstancias los repobladores se retraerian. Ahora cabe Preguntar' ientre 1149, afro en que se toma l6rida, y Ios aflos en que estos domiuios pasan a Sigena pudieron ser repobladas ?. Sabemos que Ram5n Berenguer IVentregaba en 1157 los t6rninos de Sena y Sigena a la fren del Hospital, dando origen 3' una enco. mienda [doc. 97], pero nada sabemos del resto de los Monegxos o, por lo menos, no conocemos ninguna carta Frebla ni sabemos de ningu.na medida tomada en esto sentido hasta las adoptadas por el monasterio de Sigena. b) Los Monegros con Sigena. Villas de sefiorfo: El monasterio sigenense nacia, pres, como ya indicamos al hablar de este l)unto, en un lugar estrat6gico, pero posiblemente poco poblado, sobre todo una vez que salimos del estrecho valle del Alcanadre. Sin cmbargo, en L237 casi ha conseguido su mdxima entensi5n en los Monegros. fas 'rdueias" se encueDtran ante dos fuerzas distintas. En primer lugar, el deseo del rey de que se repueblen estas tierras'. Casi podriamos decir que toda la ayuda que los reyes eragoneses prestsn a Sigena viene determinada por esto; en segundo lugar, parece obvia la necesidad de Jnnerlas en explotaci5n, en estado de rendirrriento econ5mico una vez que se ha conseguido sr posesi6n, sea del modo que sea. Como puede verse, ambas fuerzas sou fdcilmente conjugables. Hemos recogido dos cartas otorgadas por una 'rpriora'r sigenense, dos cartas pueblas pertenecientes a _Candamos (l2L7l y a Bujaraloz (1254). Da la coincidencia de que Ia primera se concede a unos territorios reci6n poblados, pues aunque se dirija a ttpopulatoribus nunc in Campoasinomm morantibustt [doo. 76], en 1188 estas tiemas estaban arin despobladas, pues AUonso II no las hubiera entegado al monasterio de Sigena "ut faciatis populationert [doc. 7]; como en 1213 ya se enbegaba un horno [doc. 66] en dicha villa, quiere decir que entre 1188 y l2l3 se habian ido repoblando estas tierras y que, en t2t7 se regulaban las relaciones entre sus pobladores y el monasterio. Segrin el texto de la segunda carta prlebla, los territorios de Bujaralor ya estaban poblados para esa fecha, rigi6ndose por un derecho determinado, puesto que Ia ttprioratt confirma "omne6 vestras consuetudines et cartas omnia instrumenta et iure ad bonam et plenariam consuetuclinem civitatis Ylerdensis" [doc. 195J. Efectivamente, en 1218 Jaime I nueve afros antes de que estas tierras pasaran a poder del monasterio, a ruegos de Pedro del Bosch, tomaba bajo su I Alforc vel honorem II da Candasnos €t seruitium al monasterio Dei et ad prefectum "ut faciatis vesrum" (vid. in frcpulltione 7). docum. predicto loco i 125 t24 especi4l Fotecci6D rrvillam de Borialars cum omnibus terminis et pertinentiis sris et cum universis hominibus qui ibi sunt presentibus ' et futuristtl. Eo ambas villas, pues, habia ya habitantes antes de que las po, seyera el monasterio, pero su repoblaci6n ere muy reciente, de tal I forma que no remontaria mis alla de 120O. En ambas cartas pueblas otorgadas por Sigena, de una manera enmuy amplia se regulaban las relaciones juridico-administrativas El caso de Bujaraloz supone una mayor libertad todavia en las relaciones de zus habitantes con el monasterio. Muchas son las concesiones de 6ste, que confirmaba todas las tierras yermas y pobladas de los habitantes presentes y fuh.rros, junto con todas sus buenas coshrmbres de L6rida, declar6ndolos ademds francos, libres e inmunes de ilpeyta, p,recaria, forcia, tolta, pedido' ademner edicto regali pobladores. En realidad se trate de conhatos territoriales colectivos en los que, a primera vista, por las condiciones nrinimas exigidas parece rinicamente beneficiado el poblador quien, a cambio de uu tributo anual m5dico, recibe exenciones fiscales importantes, aparte del beneficio de aprovecharse de la tierra. Si ahondamos uu poco vemos ccimo Sigena estaba exento de estos mismos tributos por parte del rey, por lo tanto siempre salia ganando el nibuto estipulado, aparte de los derechos de molienda, horno, etc., y el cobro de ca- vel principali constituto vel constitu do, sive de omlibus rebus aliis et serviciis exceptis hoste, calumpniis' monetatico atque quinta". Se les asignaba ademis un boalar y se les aseguraba la continuidad de srs derechos, aun cuando el rey quisiera imponer el fuero de Arattexcepta g6n. Tambi6n les aseguraba su defensa Potestate terre'r. juridico con algunas garantizaba el dominio El monasterio se flls t6rminos a de poder admitir .en cldusulas, como Ia prerrogativa que de babajar la dejara a aquel quien quisiera, o la de despachar y pridiezmos no 10 tantor af,osr tierra durante dos Pagara Yr Por rrcausa famistt. por fuera que motivo eI micias, a no ser los pobladores prometian, en el caso de Bujaralozl Que nos ocu- 1 pa ahora, p,rimero pagar a Sigena estos diezmos y primicias; segun-l do, dar fielmente a Sigena todos los affos un tributo censal por el dia [de domo ubi de Santa Maria de agostor se$in sus posibilidades, a) lonias. En el caso de Candasnos, Sigena entregaba la tierra "ad plantandum. . . per vestrum, proprium et franchum alodium. .. cum omnibus melioramentis", salvo la dominaci6n y fidelidad debidas al monasterio, y no pudiendo vender la tierra "ni en poco ui en murrun chott a la lglesia, ni a infanzones. El monasterio se resenraba caprCemanso y dos fenagenales y el horno y hornos que se pudieran reteniendo a su vez Ias justiciasycaloniasy construirenlavilla", sit iugum duarum bestiarum et una iugada terrer'una faneca tritici ttde coniuntero, mediam fanecam tritici et ordei per medium"; b) trde c) omnibus aliis populatoribus qui serriet ordei per mediumrr; hereditate de rrodo que Potuerint aunoquoque nabunt il sua propria et ordei per mediumtr, en todos los casos mediam fanecam ritici Y, tercero, se comPrometian a obserwar L6rida. segrin la fanega de todas y cada una de las cosas antedich{s, excePto el diezmo de ttgrossis anirntlibus", que tto estarian obligados a satisfacer. todos los derechos que son propios al seffor en sus villas, Tambi6n se reservaba el poder de arrebatar la tierra aaquel poblador que abandonara la parcela asignada. Por tiltimo, todos los pobladores que quedaran en zus t6rminos estaban obligados a pagar un bibuto anual al monasterio, consistente en cuarenta cahices de trigo y cuarenta Es de suponer que el resto de los t6rmiuos sigeDelxsesdel nricleo cenbal, se unirian al monasterio Por coutratos y cartas pueblasanSlogos, aunque no nos haya llegado la documentaci6n pertinente Pa- be estos pobladores (yotros posibles) con el monasterio mediante dos partes bien definidas en los respectivos documentos: a) Ios derechos otorgadoc por las "duefrasttl y b) las obligaciones adquiridas por los de ordio. 1 Gracias a la cede por €I iEigne documentos prcpiedad, existentes en ril, en el que incluye lla de Bujalaloz, de amabilidad maest o del su pueblo don Pio d.saparecido hoy Beltr:in desapar€cido5, varios incmlmentos netal. hemos Archivo podido de Buir.aloz. reuniindolos y datos r€l.tivos recoger Copi6 en un efta nota' sa- don Pio varios menuscrito a la Historie de su de la vr- ra poder acreditarlo. Conforme iban llegando pobladores nuevosr podia extenderse ur contrato semeiante en cada caso concreto, en el que se especificaban los bienes entregados por parte del monasterio y la cantidad de dinero o en especie a tributar Por el rePohlador, [as dem{s condiciones se sobreentendian idtinticas a las de los primeros poblado'res. Poseemos ejernplos de ello. En abril, de 1219 se admitia a un Poblador en Sena [doc. 85]; en junio del mismo afror se admitia otro en Qrtifrena [doc. 86]. 126 127 ta amplitud de relaciones que hemos sefialado, se nota sobrema nera en la posibilidad de que. los bienes concedidos pudieran pasar de generaci6n en generaci5n, aungue sujetos al tributo estipulado, de forma que se podian vender, cambiar, empeflar, regalar, etc., excepto a gentes que por su nah.nalezajuridica esh-rvieranexentas de bibutaci5n, a los que nos hemos referido al hablar de las enbegas iadividuales a trbeudoilEl monasterio era propietario, aparte de las tierras y pastos repartidos enbe los pobladores, de molinos y hornos en los que estaban obligados a moler y cocer los habitantes de los territorios respectibos, mediante el pago de una cantidad acordada previamente. Pero estos molinos y hornos podian ser entregados para su explotaci6n a personas que gozaban de la confianza del monasterio, reparti6ndose a partes iguales las ganancias. Aflos mis tarde, un particular po&6 conruir tambi6n moliaos a sus expensas en territorio sigenense, estando obligado igualmente a satisfacer la mitad de las ganancias, pero ep este caso Sigena debia pagar en compeDsaci6n un cauon aDual al constructor [doc. 158]. Estas tierras, sin embargo, aparte de las luchas que supusieron aI monasterio con los concejos comarcanos, como ya indicamos, por cuestlones de limites, virn a coDstituir pronto un p,roblema interno. los habitantes de cada una de estas villas de sefrorio que forman el nricleo central del mouasterio adquieren, con el tiempo, conciencia de su fueza, una conciencia particularista que les llevar6 a luchar entre si. Ya en t24O, la "priorat' dofra Gia se ve precisada a delimitar los t&minos de algunas de ellas, precisamente en una zona donde los Iimites son bastante imprecisos por las caracteristicas del terreno. Asf el 21 de diciembre de este aflo, lo hacia con los trirminos de Ianaja, Pefralba, Sariflena y Bujaralor [doc. f50]. En enero de L242, establecia la linea de demarcaci5n entre lanaja y las tierras de Alcubierre, pertenecientes a Beltr6n ds Acens, seflor de dicha villa [doc. 151]. En enero d,e 1246, es eI concejo deOntiflena eI que pide a la "priora" la revisi5n de sus limites, a lo que eccede 6sta mediante un documento redactado por Pedro de Juneda, notario priblico de Sigena [doc. 173]. En 1247, la trpriorat' sigenense declaraba a Arufat de Gracia libre de todas las tierras que poseia en el concejo de Ontiflena, excepto aquellas que pertenecian al Hospital, por las que debia pagar un tibuto anual [doc. 175]. Solicitarin mis adelante estos concejos no s5lo delimitaciones terrlto,riales frente a sus conveciaos de obas villas, sino tambi6n la franca posesi5n de Ia tierra, sin dependencia cenzual respecto al monasterio, es decir, desligarse econ5mica y juridicamente del monasterio, lo que suponia la ruina de riste. Tendrdn que recurrir las "dueffas" aI obispo de lirida para que dirima la lucha surgida, quien a la vista cle la documentaci5n presentada por uDa y oba partes, da la raz<5nal monasterio para seguir cobrando los censos [doc. 188 y 1eol. los litigios alcanzarin tambi6u a los pastos de estos ndcleos que forman el central, por lo que la rrprioa" tendr{ que intenrenir igualmente en este sentido. Asi en febrero de 1264, en pleno periodo de descomposici<in de las relaciones entre las villas de seilorio y el monasterio, tenia que solucionar la lucha surgida ente los habitantes de Sena y Villanueva, por un lado, y Urgelletr por ot\o, acerca de los pastos de sus t6rminos lde,. 2221. Igualmente, cuando el monasterio se halla enfrascado en las luchas intemas de fines del siglo XIII, el comendador sigenense tiene que mediar enre el concejo de futineaa y dofla Sibilia de Ontifiena para que expongan srs quejas al justicia ds AragSm, quien resuelve el pletio a favor del concejo [doc. 338]. Parece ser que cuaDdo el siglo XIII est6 acab"ndo, a duras penas logra el mouasterio imponerse e estes villas de seflorfoi en una 6poca en que eI mlnicipio estd en pleno auge, la debilidad de los lazos de los contratos territoriales est6 a 1runto de acabar con Sig€ne corro cab€z.r de.un extenso territorio, precisamente en los momeDtos en que la dircordia intema es mayor. Gracias a la interwenci6n de Jaime II, a partir del atro 1300, todas estas denas seguir{n obedeciendo al monesterio. Ia labor dg Sigena en estas tienas de los I\lbnegros, es lrles, bien fructifera, haci6ndolas pasar de una casi total despoblacirSn motivada por las circunsta.ucias histSricas del siglo XII, a trn florecimiento agricola bastaute pt6spero durante el siglo XIII, florecimiento que motivaria c) Contretos el intento recedouitta territoriales de las mismas. parciales: Adem{sde estas cartas preblas existen otros coDbatos colectivos, aunque parciales. Parciales en un doble sentido; primero, en cuanto 128 que se otorgaban a un ndmero reducido de pobladores, caso de L265, a favor de ouce pobladores de la villa de recibian varias viflas a cambio de un tributo anual [doc. segundo lugar, parciales tambi6n en cuanto a los bienes t29 como en el Aguas, que 227.]iy, en enbegados, como eD el casode la euhega a los hombres devillanueva de Sigena de los huertos que tenfan rtad quartum'r, por cantidades de dinero a satisfacer individualmente cada ano [doc. 57]. En definitiva, lndriamos decir que se trata de simples cartas de poblaci5n o conbatos territoriales como los anteriores, sin mis diferencia que en estos casos se bata de personas concretas, que incluso nombran y ennumera,n los deumentos; y sin que se hrcluya en ellos el t6rmino ilfuturos pobladorestt, que es comrin a dquellas. Dentro de uu t6rmino y villa, Sigena debi5 conceder una carta prebla general susceptible de cambios, como en estos ejemplos, sin daflar las partes esenciales de las p,rimeras. Existenr en tercer lugar, contratos individuales que ya hemos se_ fialado al hablar de los rrheudostt, gracial a la facultad resenrada por el monasterio de poder admitir mis pobladores conforme fuera pa_ sando el tiempo; y de repartir, por lo tanto, m{s tierras, recuperanrdo cquellrr que o bo p.gab.n el bibuto establecido en la carta puebla general o no eran couvenientemente cultivadas y explota.des. En de_ finitiva, estas entregas individuales, cuando se produzca:r en la zona central del pabimonio sigenense, constituirin tambi6u parte de la repoblaci5n emprendi da por Sigena. d) R epercusi6n en la econom ia del tidad a pagar, por lo menos en los dos ejemplos que coaocemos y de los que hemos hablado: Candasnos y Bujaraloz. los pobladores de Candamos estaban obligados, aparte de a satisfacer algunos impuestos, a pegar cuareDta cahices de trigo y cuarenta de ordio, al parecer en conjunto, lo que supondria un equivalente a 560 nreldosl anuales; en el caso de Bujaraloz el tributo obligado era mds bajo, sin que los datos aportados por el documento nos perrnitan sacar ni siquiera la cuenta proximada. En cualquier caso las cifras no son desorbitadas, tirando mis bien por bajo. Porque zuponiendo que pudi6ramos tomar el caso de Candamos como t6rmino medio, en cuanto a la percepci5n del bibuto anual colectivo 8e refiere, los ingresos del monasterio por este concepto no sobrepasarian los 4.50O sueldosal ano'. A esta cifra habria que afiadir la correspondiente a Ia percepci5n de diezmos y ;ximicias, derechos de maguila, derechos de cocci6n del pan, etc,, cuyo valor es incalculable. la realidad es que, sumando los ingresos debidos a los tttreudos" individuales" y los debidos a las cartas de poblaci6n, la recaudaci6n total delmonasterio era de indice muybajo en relaci6n a los grandes teritorios repartidos y dominados. Pero es que tampoco podian exigirse condiciones mds gravosas por cuanto que la zona donde estaban enclavadoe era podre en redimiento, mucho mis natural-ente de lo que lrry es en realidad, por la falta de adelanto 't6cticos y materiales. m onasterio: Creemos que no hay, por consiguiente, ninguna diJerencia en la forma de repartir las pnopiedades en los hes casos citados: a), a vi_ llas; b), a grupos; y c), a penonas individuales, puesto que en tdos los casos Sigeoa entrega la tiera a cambio de la percepci6n de un tributo. ra rinica diferencia esbiba en que si en la enbega individual es ficil saber calcular la repercusidn econ6mica que supuso, ya que en cada documento se estipulaba iadividualmente el iltreudo'r a pagar, si6ndonos posible hacer su inventario, en los otros dos casos, es mis dificil lograr la evaluaci5n, puesto que no sabemos el nrimero de habitantes que componian cada una de las viilas, acogidas a flrs res_ pectivas cartas de poblacion. Sfse estipula, por el contrario, la can_ 1 Vid. nota 2 dc la pi,gina 11E. Flalledrs el multiplicar 560 por ocho villes de seilorio pocibles. 2 V MODOS DE VIDA ECONOMICOS MONASTERIO DE SICENA DEL I. AGRICULTURA Es diffcil saber, cuales de todos los territoios pertenecientes el monasterio de Sigena fueron explotados directamente y cuiles dio a ttbeudort. Ies 'rduefrasrr al bacer eI reparto de las tierras mediante cartas puebla,s, se reservaron algunos rozos que debian ser puestos en explotaci6n por el propio monasterio. Es indudable que la mayor parte loc enbeg5 a tttreudott, como sefrala la gran cantidad de documentos couractuales que se nos han conservado, aparte de las cartas pueblas. Sin embargo, pirrece ser que en torno a la Casa central y juDto a las caras dependientes gue surgierou en los nricleos de Ia periferia orcense, existeu tienas que eran explotadas directameate por los labradores del monasterio. lndistiatamente, ya se trate de tienas o bienes explotados directameDte, vemos a intentar hacer uaa relaci5n de c6no se conceDlran, qu6 se cultiva en ellas, cuil es su rendimiento, etc. tarea, Dos haComo riempre, para empreader tan impqtante llamqs ante la penuria y parcialidad de los documentos, por uDa parte, y por ora, con la parquedad de Doticias respecto a lasclases de cultivo, a los modos de explotaci5n, etc. Hemos tratado de agnrpar, conforme a los documeDtos disponibler, las clases de tietras, de cultivos, de edi{icaciones que componen loo bienes rigenenses en los distintos puntos de la geografia :rraSonesa, atendi6ndoDos a los entregados a trtreudott y los que pertenecen directamcnte al monasterio. De esta forma,nos hallamos ante cuatro puntos de concentreci6n cuyo nacimiento y desanollo se puede seguir en el capfhrlo segundo del pr$ente tabaJo: 1) los uricleos del romonteDo oscen:te. 135 134 2) Ios tdrninos que rodeeD al monasterio. 3) las tierras adentradas en loe lvionegros y 4) p.rntos dtrpersor, con biener aislados. Cada uno de estos cuatro lrrDtoc presenta caracteristic4s p€cu_ Iiares. 1) El grupo pimeco, del somontano oscense, uos muesba dos nriclec poteDtcs, Huegca y Barbastro, con abundancia de edificios en el pimero y con eDorme concenhaci6n de tierras en amboe. Ia gran mayoia de todos estos bienes fueron enfegados a rrtreudotr. 2) el segundo grupo muestra la misma coDcenEaci6D en Sgaa, Villanueva de Sigena y Ontiflena, pero desde mediados del siglo XUI asistimoc e la recuperaci5n de las tierras entegadas a ilbeudol por parte del monasterio en tdrminos de Vlllanueva, siendo pla:rta_ das con vides. 3) et tercero grupo es aparte, puesto que el monasterio se entiende con loc muaicipios. [o forman las villas de los lvlonegros, coll sus t6rmiuos. 4) el cuarto gupo fo forman bieneg de car{cter muy heterog6_ neo, entregadoo eD su mayoil e, ilbeudott, de poca inportancie pare la ecolomfa del moaarterio. Pero erlta corcentraci6n de bieoer Do Dos dirfa nada ri uo supi6ramor algo de los frutoa dados, de su rendimiento. Io ncrnal er que en Iof cuato grupos l4 tierrt cea tabaJeda por personas sin mi,s reIact6o eo Sigoa que el pego del tributo entablecido. En Iq docuo€retoc coltractualer de eDbega de ectos bienes, el bouesterio te lreocupa de que cl fua.no de las tierras eutregadas uo sea el abandoo, eslrcclficando claramente que las tierrasratreudadasrr deberdn rer siempre explotadas, labradas, plantadas, ete. Sigen. no eobegari bieaer d no es con la garentia, reflejada erl lo iastuEeltor elcritoo, de que el tributo y la enbega secia cfectiva y v6lldoo, ciempre y cuqndo esar tielra, no dejasen de recibir las taborer agrfcoler p€rtinentes. Son igualuente p:rrcoc los documentoc al indicarnoe la clase de cultivo efectrado eu los campoc, eD sus hueftc, en sus herededer. Porque en ellos se habla de sembrar cempos, pero gde qu6?. Nomalmente hayque considerar que en l,os campos se sembraban ceree_ ler, trigo y cebade pineipalmente, mdxime cuando en muchoc casos el rrtreudort pedido por elloc se pageba en cahices y fanegas de trigo y cebada [doc. 157 y l70],, circulstancia que no 6s1111gg1 ningin otro caso. Ademir, cuando se 6.ata de otroe cultivoc, los docu- I I I vifledos' huertos' mentos se cuidao en esPecificar concretamente respectivo' cultivo el asf segria olivares, Iinares, etc., denominados y' ateni6ndocumentos los posible forma Juzgando de esta rinica por lo tanto' de una maDedonos al nfmero de veces que nos salen, teDel en cuenta los.ler{idol ra muy parcial, puesto que no podemos escrito' llegamos insFumento mediar ni los conhatos efectuados sin parecerse bastanpuede embargo, que, sin a ulra divisi6n de cultivos te a la realidad. oscense' la conEn la primera zona antedicha, la del somontano agricola de tipo cerealistat centraci6n territorial es eminentemente de las leguminocas a lo. cultivo COn como lo es en Ia actualidad, la plantaci5a de vifledoet largo de los rios y con cierta tendencia a donde todavia hoy Barbastro' de caso que serian viva y Patente en el Costean' sobresalen los vinos de Castillazuelo y cereales representarian el de plantadas En Huesca, las tienas 2O % lo ocuparian los vifredost 8O % del total, en taoto q"e el oBo dedicada a ambos l-a dejando aparte la huerta; en Barbaycro' -tierra cereales y un a igualarse, con un 56'5 % para los cultivos toderia (v6ase el griJico orirnero 6)' 43,5 %para la plantaci6n de vid, Gr4fico nl. 6 Huerca S* S' Barbartro crmPos: cereales vifredo y a lo largo del AlEu la segund7 Lorli,, eu torno al monasterio Ia vid' Puesto que' aun cuancanadre, predomina mds el cultivo de a los cereales (rtcampos[)y do en Sena hallamos u:r 50 % dedicado ds SigeDa donde eI conotro 5O % a la vid ("viflas"), en Villanueva su mayor Parte directamente Por t.ol de las tierras suele hacerse en 136 137 el monacterio, hallamos uD 8l , 8 % de vitredoo y un 1g, 2 % de ,rcam_ pos" (v6are el grifico adjurto urimero 7). Gr6fico n9. 7 Sene ffi ftil Villanueve cempos: cereales vitrcdo El tercer grupo es eminentemente cerealista, pues hay que teDer en euenta que est:rmos en plenos lVloneg:os. Sin embargo, la exten_ sion de la tiens dedicada a rfcampostt debici de ser mucho m5s restingide que en la actualidad, Iruesto que gran parte de los t6rminos de las villas que conlronen este nricleo quedaron dedicados a pastos para el ganado, o bien corno bosques de explotaci5n comunal. En cuarto grupo, ni siquiera podemos especificar el porcentaje aproximado, pero por los pocos tefimonioc conservados, pareee dar_ se una mezcla de ambos cultivos esenciales: ceteales y vifiedo. Grifieo n!. 8 TOTAL TIERRAS DEDICADASA fficereeles e!fivifledo Elhuerta tt//.oLivues r lineres {r Eo resumidas cuentas, en el conjunto de tiemas dependientes del monasterio sigeneuse, sin especificar si estaba^n dadas a tttreudofl o si las cultivaba directamente el monasterio, casi la mitad de ellas un estarian dedicadas a los cereales (49,4%); un 37%avifiedos; tO % a linares (vease gr6fico adjunto nrimero 8). Trigo y cebada; vino y hortalizas, aceite de oliva eD lrequetras cantidades y lino, de mayo a meDor grado de producci5n parecen haber sido las bases agricolas de la economia que grraba alrededo del monasterio sigenense. En cuanto a los sistemas de cultivo, nada podemoe decir puesto que lo documentos no aduceu datos concretos. Posiblemente se adoptaria en las tierras de secrno el de ilaflo y vezlt, usando abonos animales y aperos uadicionales, semejantes a los empleados por loe carnpesinoe musulmanes que, en nrimero probablemente muy reducido, cultivaron estas tierras antes de poseerlas el monasterio de Sigena. En lo tocante a riegos, hallamos algunos indicioe de mejoas, intentardo sin duda robar al secano el mayor nrimero de tierras pcible. Asien 1216, la ttprioratr doia Qenda de Lizana tiene que compens.rr a Cruillermo de Bardaji con la enrega de algunas tiemas para poder construir un azud y desriar la rcequia del molino de Presitrena [doc. 75]. Sln embargo, esto6 irtentos de rreJora y corecci5n de los riegos no llegaron a proliferar. El sisteme de irrigaci6n estaba ya establecido con arterioidad, a base de una buena red de acequias derivadas del rio Alcanadre, en los territoios del ndclco ccntral, acequias que, en su mayor parte, han pcrsistido h2,sta hoy, como Ia de rrel molinoil, en Sigena [doc. 92 y t23li la de 'rla Riberarr, comrin a los t6rminos de Sena, Villanuevade Sigenay Romeral [doc. 36, 135, 148, etc]; la derrhesiflenart [doc. 7S]i lz de trChalamera", que pasaba y pasa po Villanueva [doc. 256] y la de "Jubierrert [doc. 386]. Sin embargo, ninguna de ellas remoDta el estrecho valle del rio Alcanadre, por lo que las tierras m{s altas que lo limitan, los lvtonegros, carecieron de aceguias, y pon lo tanto, de posibilidades de asegurar la ccecha cerealista, pecisamente lo que hoy se Iretende con el canal de troe lvl6lxgg'os. Derivada del Cinca, existia en los t6rminos sigenenses de Santa lecina la acequia de Alcolea [doc. 3631, en tanto que del 1ie Verog a &r paso por Barbastro, remificdbase la del rrmolino de la lvlas6ntt [doc. 3,14]. 139 138 En Huesca, las posesiones del mouasterio se regaban con las aguas de loc rios Flumen e Isuela o con acequias derivadas de ellos, como las de rlel molinotl [doc. 721, la 'rque vadit a ra Isolar [doc. 367] y el rrcanale ad portam novamrt tdoc. 71] y "canale oscer [doc. 2771. I-c tierras que se reg:rron con todos estos brazos de agua debieron ser las mis seguras en la aportaci6n de cereales y leguminosas, donde cabria un cultivo mds intensivo, en contraposici6n al resto de las tierras resecas, que dependian de Sigena, donde debia dominar la Itsabina verattl , que hallamos documentada en Bujaraloz [doc. 132 y 1331, y el pino [doc. 132J. Dada la diversided de situaci6n de estos territorios, es fdcil encontrar adaptado el uso de diversas medidas, sobre todo para dridos, y cuyo valor desconocemos. Alternan en los documentos referencias a las medidas de IVlrrz6n [doc. 76 y L67)i de Barbastro [doc. 170 y. 4181, de Sarifiena [doc. 246]i de pina [doc. 281 ] y de Huerca [doc. 86, 138 y 2201, donde aparece tambi6n una medida ,maior oscarl ldoc. a121. una vez mis bas6ndonos en indicios enbesacados de la docum.entaci5n recogida, podemos asegurar que la base de la economia de las tiertas dependientes del monasterio de sigena fue absolutamente de caricter agricola. Esta directriz queda bien patente al examinar la colecci5n documental. Todas las enbegas a 'rtreudoil, todas las ven_ tas' todos los cambios son de tie*as laborebres. los bibutos se pagan, en una mayoria de las ocasiones, en productos agricolas. Ias cartas de poblaci5nr aparte de regular las relaciones entre la villa correspondiente y el monasterio, srilo sefialan ra agricult'ra como medio importante de vida, aunque eu algunos casos se citen los pasbs. Ia agricultura es, sin duda, el medio de vida de los territorios dependientes de Sigena. 1 vid. cAsAs roRREs, J. M. , " t naturaleza de Aragcin,,.publicacicin der Barco de Arag6n (Zzragoza I 960), tomo I, pig. i I 9. N. GANADERIA Como acabamos de ver, la economia de las tieras dependientes de Sigena, tanto las explotadas directemente por el monasterlo co'rtreudorr, se basaba en la agriculuua' mo las entregadas a Ahora bien, pocas veces Ia agriculhua se da aislada de la ganaderia; cuando menos hay que contar con el ganado de labor imprescindible para labrar loc campos, para acarrear lefia, pa'ra cua\uier transporte, erc. r o con algunas cabezas de ganado menor en busca de leche y carne, a'unque 6sta no sea el alimento bisico de Ia 6poca' Podemos pensar igualmente en las aves de corral, baratas en su aliganados mentaci5n y que requieren Pocos cuidados. En definitiva, ficilmente hierba, o paja cereales, todos ellos que se alimentan de conseguibles en un medio donde la tierra es el medio p'rimodial de vida. Sin embargo, Ia agricultura sigenense no eshrvo dirigida hacia Ia ganaderia. Una y otra son casi totelmente ladepcndieates, con lredominio de la pimera, precisamente en una 6poca, a lo largo del siglo XIII en que la ganaderia sobre todo la lanar, cobra gran relieve. Catecemos, como ya es Dorma en este babajo, de datos concluga'nadera de Sigena yentes que nos hagan pensar que la impotancia faltan contratos nos importancia; y zus dependencias tuviera alguna de donacioacreditativos documentoc de venta de ganado, nos falta Unicamenganado' con censales nes de ganado o muesbas de pagos de posesiones justificativos de Pastos, de te nos quedan documentos la sin especlficar aunque mismos, los disputas o aprovechamiento de clase de los animales que los disuutaban. El monasterio, como entidad ganadera independiente, tuvo Pastos privativos en los que comian sus ga'nados, aparte de los pastizales entregados a cada una de las villas de seflorio mediante cartas de poblaci5n, repartos que suscitaron multitud de luchas surgidas con el y tiempo enre los distintos t6rminos, a causa de la delimitaci6n del propios pastos los El de caso los mismos. de apovechamiento monasterio qu eda igualrnente documentado. En fecha iDcierta, entre 1188 y 119O, don Ezo de AtrColea entregaba al Hospital 4g San Juan de Jerusal6n dg Sigena ya la reiua dofla sancha trX equas et vI bacas et cL orresil, sin duda Para que pastaran en tenitorios dependientes del monasterio 9 para que fueran guarda- L& L4L das por 6ste. Don &o enuegaba todos estos ganados Frra que fueran custodiados, ofreciendo a sigena la mitad de todos los que nacieran cada affo, en tanto que la otra mitad quedaba para 6l y para sus herederos. El colbato 1rcdia ser caucelado en cua\uier momento, total de datos sobre la recolecci6n de miel, 6poca en que se desconoce el azricar. reparti6ndose €ntonces por igual el rebafio primitivo y las crias ldoc. 31. Ante este hecho, cabe preguntuse, Irues, si tendria Sigena una cabaia popia, a lo que podemos contestar afirmativamente por cuaDto que, en pimer lugar, le es encomendado un rebaf,o conside_ rable, debiendo pensar que este ganado no pretenderia co*er el riesgo de dejerlo en maIlolr inexpertas y, en segundo lugar, porque Sige- Pero si el monasterio no se dedic6 como tal a la explotaci6n ganadera, por lo menos en gran escala, los habitantes de las villas de sefiorio que le estaban sujetes si debieron hacerlo, sobre todo desde mediados del siglo XIII. Por de pronto, Sigena, al adquirir las tierras de manos de los reyes aragoneses las recibian integramente, con la posibilidad de explotar sus bosques, el agua, sus tierras y sus pastos. Y asi la enbegaba na poseia su vedado particular dedicado a pastos, cuyos limites lin_ daban con los de Ontinena [doc. 173], aparte de otro en Farlete, por el que pagaban anual'aente u:r hibuto al concejo de pina [doc. 324]. Ahora bien, 4sigui5 Sigena admitiendo ganados a medias?. gMantuvo en adelante ganados propios?. 2Ie eran rentables estos el monasterio mediante las ya citadas cartas de poblaci6a a los realgunas pobladores y pobladores que se acogian a ellas, excelfo reservas que claramente especifican los documentos (capdemansos, ferragenales, etc. ). Estos habitantes podiau, pues, cultivar la tierra de la forma que animales?. Nada de esto sabemos y, mucho menos, el urimero de cabezas, aunque podemos imaginarnos que, por 1o menos, maoten_ dria las $ficientes para esegur:rrse el sostenimiento de los compo_ neutes de la Casa, asf como los que garantiraban ta lahenza ds l4s tienas que el monasterio hacia cultivar directamente, lo que en cualquier caso no le seria dificil. Asi en 1235 recibia una rrequitatura honoratar de Bernardo Erco_ lar [doc. 146], o entregaba en l2&4 cinco animales con srs aparejos para labrar [doc. 2701. Aparte de caballerias, vacas y or/ejas a l.as que nos hemos refe_ 'cuando rido, posey6 Sigena animales de conal o, menos, cobraba desde 1251 dos gallinas an-uales de tributo, cuya aportaci6n parece inftil y minriscula para repartir entre los numerosos componentes de la Casa de no contar coD un gallinero m{s nutrido. Tambi6u engordaban cerdos, por lo menos en sus posesiones de hemos visto y criar ganado en los pastos y boalares comunales [doc. 1951, estando a veces incluso el tributo a satisfacer en raz5n directa a las yuntas de labranza que poseian. Era rentable al monasterio que los habitantes de sus territorios criarr. animales, queya estaban obligados a satisf,acer dlezmos, excepto como en eI caso de Bujaraloz concretamente, de ttgrossis animalibusrt [doc. 195], es decir, de vacas y terneros que, por oto Mquera, puesto que entregaba cuatro hembras a don Domingo Sanvicente cuando en 1284 la rrpriorarr del monasterio le concedia dichas posesiones a cambio de u.n 'rtreudo'r anual [doc. 2ZO]. Por riltirno, el monasterio sigenense no debi6 dedicarse a la api_ cultura, por cuanto que desde l2O2 venia recibiendo anualmente trece libras de cera, que bastaria quiz{s para el alumbramiento de la iglesia, ya que la iluminaci6a de las estancias se haria posible_ mente con lSmparas de sebo. Nos afirma en esta idea la carencia tan importante en una lado, no serian muy numerocos, fnres la sequedad de la tieca no se prestaba a nr cria. Quizis la percepci6n del diezmo sobre los rnimales indujera a las directoras de la Casa a no Festar gran ateuci5n a esta acdvidad ganadera. Si biel carecemos de datos concretos sobre la galaderia que debi6 desarollerse seguir en estas tierralt, 1rcdemos, po el contario, de cerca las luchas eDbe uno6 t6rminos y obos, ya dependiente todos del monasterio, ya ente uno de Sigena y otro coDcejo li-itrofe no dependiente (generalnente Fraga y Pina), disp$as que se cotabbn casi siempe por cuestiones de pastos, no por tienas de labo, pastizales de limites muy reducidoc y cercaDos a los centrc de poblaci5n. Ya en 1231, doc af,os despu6s de que Bujaraloz pas:ua a depender de Sigena, l,os pobladores de Pina, que todavia debian alegar derechos a la posesi6n de estas tier:ras, pretendian llegar a un acuerdo con doila Sancha Jim6nez ds Urrga, 'rprioratr en aquel momento, acerca Do s6lo de las tierras de labor, sino igualmente de los pastos, 142 L43 accediendo a que los g:rnados de los hombres de Piua y Bujaralor parEran conjuntamente; y a Participar por mitad en las gaaancias de la posible venta de madeta, caiza o hierba para ganados y hombler de fuera de dichos tdrminos, y enbegando a nr vez eI vedado de Farletc a Sigena en las mismas condicioncs, aparte de favorecer a los habitantes de Bujaraloz con la caDtidad accesaria de sal para atender a sus propias necesidades, sal que extraerian de las mismas salioas de Pins tdoc" 139J. Fste vedado de Farlete seria m6s tarde motivo de disputa entre Sigena yel concejo de Pina [doc. 259] para, al fin, acabar pagando el monasterio uD canon anual dedoccientos sueldos por su usufructo [doc. 324]. Et 1246, tenia lugar la fijaci6n de los limites entre Ontiflena y el vedado de Sigena, sin duda dedicado a Pastos [doc. 173JE^tlz64., la trpfioatt dofla Tereea Gtiz, atenirindose a las bases coucedidas por sus entecesorasr volvia a delimitar los pastos correspobdientes a les villas de Sena, Villanueve de Sigena y Urgellet, ttquod non faciant Eibi ad invicem cuvilarett, y que dict{minando lor ganados de Sena y Villanueva podien pasar Ia qilla derecba del Alccnadre hsste la nocher momeuto en gue debien regresar, permitieodo a los hombres de Urgellet que pudieral degollar una ovejo pe rebaio que no cumpliera este ordeD' mientras que los gaaados en dichoc Pcstos: de Urgellet podian pestar Permqneotemente del rio t6ngase en cuenta que Urgellet esfi a la ciBa derecha [da.. 222]. se quejaba a Jaime Il de que l'os En oba ocasi6n la rrpioa" houbres de Fraga se aprorrechaben de los pastas y montes del t6mino de Candasnos, 1nr lo que el rey odenaba en 1297 al sobrejuntero de Huascg o a su lugarteniente, que prohibiera que tal acci6n se llevara a cabo itnlxrnemente [doc. 334J. Fa.1297, el ficomeodedorfl sigenense mediaba entre el concejo de Ontiflena y dofla Sibilia de Qrtiffena, quien no acataba la regulae incluso se pernitia ci6a de pestos imPuesta Pq eI nunicipio, albergar en ellos a rebaffos exraf,os [doc. 338]. Tres atros despu6s, Iaime II ordenaba a Gimeno P6rez de Salanova, Justicia de Arag5n, que aneglase de nuevo el problema de Pastos nrrgido e|rtr'e ]ros hombres de Ianaja, villa dependiente del rDonaltde foma que los ganados tle lrnrjs terio, y tros de Monegrillo, pudiecan paster en el tdrmino de lVtonegrillo y eD cl adjunto de Gavardera, en contra de la prohibici5n que los hfirbres habian hecho po su cuenta [doc. 346]. de lVlonegrilo El poblema de los pastos es, Irues, vital, segrin se desprende de todo lo expuesto, para los pobladores de todas estas tienas que girabr. en torno del monasterio, sin duda por la escasez de hierba. Cuando tienen lugar todos estos hechos y se plasman en documentos escritos, no cabe duda de que Ia ganrderia era una de las facetas mds importantes de Ia vida ecou5mica de estas villas de seflorio sigenenses, aunque no podamos reflejarlo en urimero ni en estadisticas. Como hemos hecho anteriormente al hablar de la ganaderia del propio monasterio y, pensando l6gicamente, el ganado que debiS contar con mayor nrimero de cabezas seria el lanar en primer ,lugar, porque el teneno no admite, por lo menos ahora, otra esp€cie; en segundo lugar, porque es el ganado de la 6poca, como base de una floreciente industria lauera. Al no saber a cu6nto ascendia la cabafla de estoc tenitorios, es dificil evaluar los beneficios reportados al monasterio por el cobro del diezmo. Unicamente podemos imaginanros que dibir5 de ser de consideraci<5n, a tenor de los litigios conservados, litigios que Sigena bat6 de solventar, en principio, porque estaba opligado moralmente y, en segundo lugar, porque pudo muy bien ser este de la ganaderia un medio importante de su economia. lII. INDUSTRIA El monasterio y las tierras que dependieron de 6l tuvieron poca importancia indushial. Y la escasa que debi6 prosper:u un lnco fue Ia derlvada de la agricultura daudo lugar, sobre todo, a lo que hoy llarnamos industria harinera. Al hablar de la repoblaci6n ya hemos indicado c5mo los habitrntes de las villas de sefiorio estaba,n obligadoc a moler los granos en los molinos dependientes del monasterio y a amasar los lnnes en zus homos. Mas apa.rte de estos molinos, y quiz6s para satidacr:r las necesidades de rus sribditos de otros territorios, Sigena acumul5 molinos en varios lugares de Aragrin, poseyrindolos, por ejemplo, en Calamocha [doc. 47]; en Sena,a medias con Sancho Fenri,ndez [doc. 158]; en C,raz, igualemelte a medias en su explotacion [doc. 339] como los Piedra, Quiz:nilla y otro sin nombre, situados a orillas del Flumen, en tierras de Huesca fdoc. 42, 71, 138, 327 y 3691. 145 L44 IV. Carecemos de datos de aquellas tierras de los Alonegros que carecian de agua para mover el mecanismo del molino, por lo que pensamos que debieron consruirse igualmente molinos, morridos po, la fuerza animal o del viento. Aneja a la industria harinera, y, derivada de ella, hay que considerar a la panificadora, de la que Sigena tambi+ln intent6 alcanzar el monopolio en sus territorios. Se reservaba el derecho en algunas villas, de poseer el hono o los honos que se pudieran conslruir [doc. 76], horoos que generalmente eDtreg6 a medias pera su explotaci6n [doc. 56], mediante el cobro de un tibuto anual poporcional al pan cocido en ellos, de forma que el incumplimiento del pago llevaba consigo el embargo y la acci5n de la justicia sigenense ldoc. 1tt4l. Tambi6n debi6 extenderse la indusnia vitivinicola, aunque no es posible saber si se desarroll6 con fines comerciales o de simple coDsumo l,ocal. En todo carc, Ia carencia de documentos de venta de vino, aun cuando en algunas zonas, como por ejemplo en Villanueva, se intensificara la plantaci5n de vid, parece indicar la escasa importancia comercial para las directoras del monasterio. Poseia Sigena bgares propios, que hemos podido localizar en Huesca [doc. 71 y 27Of, donde era famoso el vino de Mquera 2701, guardado en bodegas y cubas popias del convento. En Villanuerra de Sigena y Barbastro, los obos dos focos los vifrenos habian adquirido cierta consideraci5n, debieron igualmente, pues la existencia de plantaciones de vif,as asf [doc. donde existir nos lo hace pensar. En cuanto a la industria textil, el monasterio posey6 sin duda materias primas con que alimentarlar bien laua, p,roporciouada por zu cabafta particular, ya lino, conseguido en algunas de sus posesiones [doc. 150 y 153]. Ia nebulosa es total al pretender saber si se elaborabau estas materias en telares sigenenses o si estos productos se veudian rrniszslslfs como matelia pnima, quiz6s a los mercados relativamente importantes de L6rida y Huesca, donde hallamos docurneDtados tejedores de oficio [doc. 4OOy +42]. Indudablemenre habria en torno al monasterio una pequefia industria derivada del barro y de la piel, por Io menos para satisfacer las necesidades m6s perentorias del consumo local. En definitiva, la industria que gtra en torno a Sigena es escasat cuya balanza negativa se de cardcter local y tal vez deficitario, agricolas y ganaderos, eu los que se compensaria con los fductos basaba sin duda la economia de estas tierras. COMERCTO Parece ser que los habitantes del nricleo ceDtral, enrnarcadoo todos ellos en una zoaa semejante, con pequefias zonas de regadio, y secano en su mayoria, tenian y carecian de id6nticog El fductos. movimicnto de mercancias es local y, en cada una de gslas yillar sefiorial€s debia de haber tiendas, pues, en. I22B la ttprimarr del mo_ nesterio entregaba unas a "treudott, en id6ncicas condiciones juridicas que un campo o ub.a vif,a, es decir, tra!,smisibles hereditaria_ mente y con facultad de poderlas vender, cambiar, empeflar, etc., siempre que el tributo quedara a salvo [doc. 1221. El comercio de escala mayor, de intercambio, solo seri posible cuando los limites del primitivo ndcleo se ensanchen, ganando di_ versidad de tierras y posibilidades de comunicaciones nuevas, apart€ de una madurez agricola y ganadera gue solamente se podia conse_ guir a base de tiempo. Todo ello se ha podido lograr poco ant€s de mitad del stglo XIIIT. Y, efectivamente, a partir de 1256, tiene lugar dos hechos muy sip.ificativos. En primer lugar, el establecimi€nto de un mer_ cado semanal en la villa de Sena, en una zona donde en Ia actuali_ dad s5lo existen los de Sariffena y Fraga' . El segundo hecho sintom6tico es la gran cantidad de tiendas enhegadas por el monasterio de Huerca, a cambio de tttreudorr, tiendas quevaD a parru a manos, pincipalmente, de judios. Dos hechos que quizis pudieran tener relaci6n eube si. El 13 de junio de 1256, estando Jaime I en Naya, concedla al monasterio de Sigena la facultad de que pu.diera hacer ycelebrar mercado todos los dias mertes en la villa sefloial de Seoa, coDce_ didndole ademis 'rquod habeatis et percipiatis in dicto mercato iura que contueta sunt dari in aliis mercatis villarum et loccum domi_ naclonis nosEerr , a la vez que el rey corria con la protecci6u y curtodia de cuatrtos acudiera:r a 6l cou bestlas y mercaucias, tanto a la ida como a la vuelta, piua que no se les molestara ni impidieee ir o volver del mismo, trnisi homicide vel incartati aut pnoditoes fuerint manifestirt, ordenando a sus bailes, merinos, zalmedines, 1 En cl periodo comgrendido ence 12O8 y 1237 (v6sc lrs lnginer 65 e 96). -|ORRES, Vid. CASAS J, M., "fd hombrcy w trebejo,'. Publicrcitindel Areg6n. Zengoa, t96O. t. tl, pig. 24O. co de 2 lbn_ L46 jurados y a todoo srs oficiales y sibditos que eshrvieran al tanto de que todas estas dispociciones se cumplieran, estableciendo, para el caso contario, una pena de quinientoe maravedG [doc. 201J. Geogrificarnente este mercado nacia ligado a les tierras del rcmonulno osceDser, un poco de espaldas a Erida.En una 6poca eu que la vida del reino se desplaza hacia el eite y levante, Sigena se lanzaba hacia el lado coutrario. to mis acertado parecfa acercarse hacia el Ebro, y por 61, a las tierras nuevas. Pero como hemos visto, las tierras cercanas al Ebro eran peligrosas y los concejos que estaban a caballo de ellas pronto seian otros t,uttos quebraderos de catrduei.a,sl buscabeza para el monasteri6. Cuo.do meDos, pues, las ron la seguridad del nricleo m5s pr6ximo al monasterio, f6cilnente justicia, enlazable con el de Huesca. En 1283, el infante don Alfonso, a ruegoc de la Itpioatt sigenense, accedia al cambio de dia para la celebraci6n del mercado, uasladdndolo a todos los lunes, pensando las rectoa.s de la Casa que el cambio de fecha era beneficioso y que podia efectuarse sin perjuicio para nadie [doc. 268], tal vez por coincidir el martes con otro y otro6 mercados en las riberas del Cinca, Ebro o Al,canedre. Nada sabemos, por el contario, del funcionamiento y de los resultados del mercado de Sena, de qu6 se traficaba en 6l ni quienes ;icudian, si tenian o no cabida en 6l pobladores de nricleos, de Po blaci6n no sigenenses. Unicamente conocemos que veintisiete aflos despu6s de su fundaci5n todavia seguia zubsistiendo, favorecido si:r duda por algunas de las exenciones tributarias aludidas, con las que Sigenl hacia merced a los pobladores de sus villas de seflorfo. Pocos meses despu6s de crearse elmercado ds Sena, doffg Unaca de Entenza, entonces lpriorail del monasterio, concedia varias tiendas a cambio de rrbeudorr anual en eI mercado judio de Huesca, en el llamado barrio o puerta de Ramiano [doc. 202], tiendas que van a monopolizar casi exclusiv4mente mercaderes judioo, ligadoc por lazos econ54icoa al monasterio [doc. 265 y 2781, lo que era ya una garantia de 6xito. Sigena poseerd tembi6n tiendas en el bario osceDse de A\uibla, tfextra muro [dero'r [doc. 233 y 265J, y en obos prntos de la ciudad ldoc. 2581. Sin embargo, fuera de estos dos centros comerciales de Sena y Huerca, no hallamoo ya rc'ds indicaci5n de organizaci5n mercantil, aunque quiz5s no fuera aventurado zuponer otro nricleo comercial en Barbastro. t47 En realidad, pu.es, el comercio que gira en tonro del monasterio y sus tie*as es de caricter rocalista, estrictamerte aragon6s, de forma que sus ramificaciones no se extenderin mds a1l6 del somontano oscense, por el norte; del Ebro y Cinca, por el sur y este, respectivamente, mieDtras que, por el oeste, su i:rflujo comercial moria en los Monegros mismos. Ahora bien, su situaci6n cerc:rna a Fraga y Alcolea pudo quizis haberle reportado beneficios en el trdfico comercial existente entre Arag6n y Catalufla l. V. COMUNICACIONES A nadie se le escapa la importancia que para el desarrollo de las actividades econ6micas (agricultura, ganaderia, industia, comer_ cio, etc. ), humanas, culturales tienen las comunicaciones. Por ello nos hemos creido en la obrigacidn de constatar tdo cuanto respecto a este tema se dice en la documentaci6n presentada en la coleccion documental, aun cuando nos salgamos un poco del ambiente estrictamente sigenense y aunque nuestra labor no pase mi,s alli de la mera informaci5n, porque las noticias recibidas no dan para mis. Por otro lado, tampoco conocemos ningfn dato que nos haga abrigar la idea de que el monasterio se dedicara al mejor4miento de las vias de comunicaci6n que, en lo esencial, debieron ser las mis_ mas que tradicionalmente emplearon los anteriores pobladores mu_ sulmanes enclavados en esta zona. A jrrzgar por los medios de comunicaci5n que hoy orlazan todos estos t6rmi'os, simples caminos de carros o de herradura, durrnte el periodo de <lominacit5n sigenense que ahora nos incumbe, no debie_ ron de ser mrrcho mejores. En cl mapa adjunto presentamos los distiretos caminos que conlos nombres de "vias'r o "vias priblicasrr, ttvierosrt o simplemente ilcaml nost' aparecen en los documentos. I gon. ,,Aragdn Vid. l-^C^RItA, J. M., -rar3ge23, t9bO, t. l, pig. 261. en el pasado,,. publicacion del Banqq dg A[_ 148 t49 ro o0 Sen Juliei 0 ol F ql ru q o 20 40 Escala o EI t Labata '.Foces J Casbas )llvto ---.-----1-a^e \r-rr, de orp Bgrba*ro Habia tambi6n conespondencia directa con loe impctantes rnunicipios de Barbastro y lvtonz6a, mediante dos ramales que paltian desde Ia Roya, lugar hoy despoDlado. En cua\uier caso, el monasterio no distaba m6s de jornada y media de ninguno de estos puntos, 1o que favorecia indudablemente el intercambio de cualquier especie. Monz5n rlueze \ sJa"o. ,ya Ca Lanaji VI. I Al"ole3 >'* $rueva de slgena\ SIGEI{A Chalamera B u .j a r a l o z LERIDA condamos a ! - l - ADMNISTRACION \ \penalbe \t\ / .V Sigena, naturalmente, se convierte en eI centro geom6trico donde confhryan r to'dos ellos, junto con el micleo oscense; en ambos centos la red de caminos se muestra bastante tupida. Se echan de menos, sin embargo, algunoe tramos que a no dudar estarian enlazedos, como, pq ejemplo, Ios que deberien q1i1 a Sigena con Candasos y Bujaraloz a bav6s de los lvlmegros, o el que bajando por el curso de Alcanadre llevaria a Ontif,ena y Fraga, siguiendo las terrazas del rio. Asf como eo este segundo caso la comunicaci5n seria muy fdcil, en el primero entafraba mayores dificultades por cu4nto que entre el rnonasterio y los concejos de Candasnos y Bujaraloz se interponen, aunque no de una manera insalvable, Ias sierras de Sigena y Ontiflena. Is comunicaci5n enbe Sigena y Huesca se efectuaria remontando el curso del Alcanadre, para desriarse por cualquiera que Ie afluyen: Guatizalema, Flumen o Isuela. de los rios Ya nos hemos referido a la organizaci5u iDterna del monasterib en su aspecto religioso, y aun a le circunstancia de que fueran los comtrrcnentes del clausho masculino los que llevaron el pero de la direcci5n econ6mica. Veamos ahora los medios y el sitema de que se valieron Para poder llevar a cabo la amplia tarea de administrar juridica y economicamente las tierras monasteriales, junto con todaclase de bienes. Hay que comenzar por separar el tinglado ad:oinisuetivo del propio monasterio del de los territorios dependientesrya seanvillas de seflorio, ya simples nricleos de influencia a focos aislados. la tarea puramente burocritica estaba centralizada gn Sigena, donde funcionaba Ia escribania, primero, y la notaria, despu6s, donde tenia lugar la redacci5n de toda clase de documentos, bien por mano de un ttscriba'r 1, dal qtr" s6lo coocemos un tal Andreo, hasta que a partir de 1237, coinciiliendo con eI comienzo del tercer petrscribatr es sustituido riodo de la vida del monasterio, este cargo de t, 'rnotario'r por el de g,te ya en la etapa pnecedente se habia intercalado esporddicamente co,n el rrscribart [doc. 28, 65, 74y 781. l ) 6 q 1 1 v 1 3 . . 1 1 , , 7 b , 88i5, , 8 6 , E 7 , 8 8 , 8 9 , 9 0 , 9 1 , 9 2 , 9 6 , 9 7 , 1 O O ,1 0 8 , 1 0 9 , ll6, lill, t22, t23, 124, t27, 129, 131, 135, t36, 138, 141, L42, t1'a, 1 4 8 , l 5 0 , 1 4 1 r ,1 5 2 , 1 5 3 y 1 5 4 . 2 D o c r r m s .2 8 , ( ) 5 , 7 4 , 7 8 , 1 6 5 , 1 6 6 , 1 6 7 , 1 6 8 , 1 6 9 , l 7 O , l 7 l , 1 7 2 , 1 7 3 , 1 7 4 , I 112, ll5, 175, 176, t7i1, tt,),1rJ0, 182, tE3, 184, 885, lE6, 187, 189, 192, 195, L98,2O2, 2O3, 2U, ?OE, 2ll, 2t2, 2t3, ?t7, 218, 2t9, 22O, ?21,222,272,22A,23o,2r1, 235,212,241,244,245, 246, 250, 252, 253, 256, 258, 260, 265, 266,267,27O, 274,279, 28t, ?82,288, 3lO, 219, 456. 458, {62 y 46ti. 151 150 Por oto lado, el nexo entre la casa cental y los territorios dependientes se mautiene a trav6s de todo un aparato administativo cenualizado igualmente en Sigeaa, que cuenta con un rrprocurato're laboratorisl [doc. 86 y 92] dedicado, al parecer, a la supervisi5n de los campos y de las tareas de labrarza, y que seria el encargado y responsable de hacer cumplir Io estipu.lado en los conbatos referente al no abandono de las tienas enEegadas a ttheudot' y de valorar las tierras dad:,s en aniendo por este sistema tributario. Existe tambirin un "lnocuratoris vinearumrt, que desempeflaba el rnismo cometido en la nlpervisi5n de las vifras dependientes del monasterio y de sus colonos [doc. 53], un ilmaiorali o'yiumtt [doc. 154] entenderia de o |tmayoral de la cabanna de Sixenatt [doc. 324], las cuestiones ganaderas y de fijacion de pastos. Eran "heyresrr del monasterio cuyas misiones especificas les Ser6n Itnotariosrr de Sigeua Audree (entre 1213-1217); Pedro de Iuneda (1243-125O)i Juan de funeda (L262-L294li Domingo de Elis6n (L2621 y Pe&o Garc6s (I263-L2751, estos dos riltimos alternando con Juan de Juneda. Po oha parte, constituido el monasterio como una entidad econ<lmica que trataba de bastarse a si misma' cnganizri los distintos aspectos de su vida mat€rial con ttfreyrest' o "donadctt especializados que vivian y dependian integtamente del monasterio. Asf hubo un rrfrahis soarlrrti Sexeue" [doc. 152 y 153] o "frabis de los sastre Sexenetl [dco. 211] encargado sin duda de la cofecci5n y lado, los zapatero, existen donados; Por otro vestidos de los frailes trfratre zabatero Sexenetl o rrfratre sutore Sexene"r. Incluso se llega a admitir como donado a lvlartia de Bonanat a condici5n de que ejer ciere .- el monasterio el oficio de rrbarbitonssoremtr [doc. 282]. El cultivo de las tierras que explotaba directamente Sigena para el sosterimiento de sarscomponentes, debi<5 de estar en m:raos de de sarraceDos, antiguos pobladorec de estas tienas [doc. ]4y73ly Casa 138], la propia bien frailes de labrradores profesionales, [doc. I'laboratoris Sexenett bien laicos que recibian el nombre genrlrico de ldoc,. t27, L43, 179, 180 y 1821. El traospote de sal debi6 de estar igualmente en meno6 de sartacenos [documento212]. EI servicio sanitario para la ateaci5n del doble claustro, parece ser que estaba en manos de juCios, conocidoe con el nombre de ttmagistro phisico Sexeuett Imedicustr [doc. 2O2, 208 tdoc. 9] o de y 2831. Y, aunque no nos c@stan loticias directas de otros oficios, la aparici6n accidental de alguno de ellos en la documentaci6n nos hace pensar en la posibilidad de su existencia en el monasterio, aun cuando no residieran permaJleutemente en Sigena. Vemos asiun Itdrapero Gcett rliudeo tannadotr [doc. 376], varioe [doc. 9], un rrmaesto ilcarnicerosil catrtaterorr [doc. 457] y variod [doc. 442], uu trcantarariistt de Huesca. y siuracenos t7ti, sobrc todo [doc. 145 En resumen, es presumible Pensar que estarian representados en Sigena todos aquellos oficios que pudieran cubrir con zu uabajo las necesidades mis perentcias de ambos claustros y de la masa de gente que giraba en tonro suyo. 1 Dcrrro, 2 Dctrns. 176, 179, tE2, lE9, 196, 187' l9A' ZO2' 2O8' v 213' 168, 169, 176, t79, lE9, 196, i98, 202' 2O4v 2O8' I I I convertian en itinerantes en su labor de inspectores generales. F.stos cargos no tenian valor ejecutivo, sino meramente consrltivo. Aparte de estos cargos flotantes, existierou obos, de respoDsabilidad mayor, como rectores de las villas de sefiorio sigenenses, con capacidad iurfdica para interpretar g hacer cumplir las leyes impuestas por los rectores de la casa central y para cobrar los tributos. De hecho, se converti'an en relresentates autorirados del monasterio. El primero de estos cargos, segrin la documentaci6n, es el de trbailerr, aunque esto no implica que fuera necesariamente el primero en el tiempo. Y el que encabeza le liste es el de Ontiiena [doc. 69], en 1215, para reaparecer en la misma villa, aunque en otras personascoocretas, en.I2L7 [doc. 76] y en t246 [doc. 173]. Tenemos noticias igrralmente de un trbailett sigenense en Sena [doc. 85], en lanaja [doc. 116] y en Barbasto [doc. 273], siendo este riltimo de fecha ya tardia (1286). Cabe pensar que debi6 existir uno en cada villa sef,orial y, tal vez, como nos muestra el ejemplo barbashense, uno en cada uno de los ndcleos de poblaci6n donde el monasterio tuvo posesiones de cierta importancia. Pareio al cargo de ilbailett ha,Ilamog el rtiusticial; cn 1215, en Ontiffene [doc. 69, 76 y t731, es decir, po las mismes fechas en que veiamos por Jrrimera vez un ilbaile'r; en 1216, en Huesca [doc. 72y74li para Candasnos lo encontramos fechado en 1235 [doc. 144]y en 1264, en Sena [doc. 22Ly 3O21.Es decir, que el rriusticiatt, como aquel, representaba, con s'us fuaciones caracteristicas, a Sigena en cada una de las villas sefloriales, como en los nricleos importantes perifriricos, como certifica el ejemplo oscense en este caso. 152 El |tbailert era el encargado de cobrar los imp'uestos y calonias estipuladoo por el mornastef,io en sus villas de seflorio, como parece indicar el c6mputo hecho en L227 p el de la villa de lanaja ante la ilprioratr dof,a Sancha jim6nez de Urrea, rrfacte computo de omnibus receptionibus de caloniis et de precariis,'de denariis et de omttprionibus exitibus de lanaya et de datis et expensis omnibustr. la ratr, eD este ocasi5n, daba el visto bueno, aceptando las cuentas Iresentadas [doc. 116]. Para ser rrbailerr del monast€f,io de Sigena no era necesario, como en este caso, ser fraile, sino que era suficiente g@ar de la coflanza dg las "duef,astr, en nombre de las cuales llevaban un riguroso cuidado de las rentas a cob'rar. Ahora bien, uo excluye esto el que quienes de la misma manela rendian cueutas pudieran ser retgicos, ante la trpriotarr sigene..e. Pol ejemplo, en 1232, fray Pedro de Garonl, teniendo que salir del reino, las rendia a la directora de la Casa y esta, una vez compobado que estaban conformes, rrquod de illo sumus inde sine onnia querimonia et querela", le declaraba libree imnune para marchar ttvolenti ire ulta mare" [doc. 144J. Sin embargo, en este caso el documento no especifica de d6nde erattbailet', ni la cantidad, ni conceptos po,r lo que habia cobrado. En 1286 vemos actuar eD Barbastro a Bernard de Juneda, quien recuperaba para el monasterio una vifia que, habiendo sido enregada a iltreudotr, habia dejado de ser pagado por el uzufrucnrario [doc. 2721. El rrbailel, Irues, es el recaudado oficial impuesto por el monasterio en zus villas de seflorio. Pero como el rrbailerr, y con parecidas aeibuciones, hallamos en noviembre d,e L237, a rneu€ s5lo espor{dicamente, un nuevo cargo. En esta fecha, Pedro l6pee, ilpreceptor'r de Sigena, en nombre de la ttpriorarr dofla Salcha Jim6nez dq Urrea, tal vez enferma y (6ste es el riltimo documento que conserpr6xima aI fallecimiento rrdonado y esvamos de ella), pasaba cuentas a Sancho Ferrdudez, cuderott de la "prioratr, de todos los gastos, recepciones expensas del p:-, vino y carne; de los denarios, marevedis y mazmudinas y de todas las dem:rs cosas que dicho Sancho Ferrindez recibi5, dio y expens5 en todos los lugares en nombre del monasterio [doc. 154]. ;Hay, pues, que identificar a este "donado-escudero de la prioratt como a un flbailefi?. Sus atribuciones sugieren, por su semejanza, de que efectivamente es una especie de "baile" encargado de recoger las rentas, donativos y hibutos debidos a Sigena; y de pagar 153 los gastos pnopios del monasterio en aquellos lugares que estaban alejados de Sigena, y que, por su escaso valor demogrifico y econ5mico, no tenian 'rbailerr propio. Por otra parte, este trdonado-escudero" podia ser quizds un sustituto temporal de un |tbailerr determinado. Como hemos indicado ya, iuato a este rrbailetr o su zucedineo, existe un 'riusticia", cargo que la documentaci5n -una vez m6s parca en datos- nos muesEa con i.utermitencia. En 1214, Cuillermo de Fraga 1o es de la villa de Ontifrena [doc. 69 y 761, como luego lo serd en el mismo lugar, en 1246, un tal Peyrone ldoc. 173]. En 1215, Pedro Sarbis6 1o era de Huesca fdoc.72y74'1, cargo que en Ia misma ciudad detentard Domingo P6rez de Taris, en 1257 [doc. 2O7]. rriusticiarr de Candasnos en 1235 Juan Prlrez es [doc. 144],en t2nto que para la villa de Sena enconhamos documentado en 1264 a un tal Dorningo de Alag5n lde.. 22Il y a Domingo P6rez, en 1293 ldoc. 3021. Sin embargo, siempne encontramos a estos rriusticiasil como meros testificantes documentales; y si sabemos algo de sus atibuciones y funciones es por la excepci5n sefialada por Juan Prirez, 'riusticiarr de Candasnos. Pero con tan exigua base -dicho rriusticiarr achia aDte un caso de incumplimiento de pago tributerio eDte Sigena y un poblador de Candasros [doc. 144]- casi no podemos distinguir la diferencia entre sus tibuciones y las de un 'rbailerr. la distincion entre ambos cargos estriba, al parecer, en el firr. EI 'riusticia" era eI juez del p,roblema planteado; el trbailel es el ejecutor de esta justicia, el que cobraba, aparte de los tributos anuales, la pena pecuniaria establecida por aqu6l. Por riltimo, y al parecer, como cargos accidentales, hallamos los "procuratores Sexeneil, en les que se adivina una triple finalidad. En prirncr lugar, son reprea€ntantes del mouastef,io en aquellos lugares que, [)or su poca importancia en sus relaciones con Sigena no es Deccsaria Ia presencia de unttbailerro de unrriusticiarr, como, por ejemplo, "\'italis Dertusen, sacrista et procuratore Sexene in honore Dertrrsc" [doc. 129] donde el monasterio poseia solamente algunos bienes aislados. En segundo lugar, el trprocuratortr suele representar a Sigena en juicios y contiendas [doc. 188, 2471 259y 267) ante cualquier concejo o persoua concretos, con amplios poderes para llevar la empresa adelante. En tercer lugar, a partir de 129O, eI 'tpnocuratorrt es eI representante legal y, al parecer, rinico 155 154 VII. que el monasterio tiene en Huesca, a veces en sustituci6n de una rrprocuradoatt, con poder para rrdemandar, defender, responder, regeber, conponer, comlrometef, sentencia o sentencias oyr, eppellar, appellaciones seguir, defenir et jurar ep mi animatr [doc. 28O], ante el lusticia de Huesca o ante cualquier juez, tanto seglar como eclesiistico [doc. 288]. Y, efectivamente, vemos a algunos de estos t'pnocuradoresttactuar con plena libertad, entegando casas, campos o casales atttreudo" en nombre del monasterio [doc. 296, 310 y 319], pagando deudas conhaidas por 6ste [doc. 316], pero sin salirse de la esfera oscense. A veces a estos ttprocuradorest' se les titula 'rprocurator sive sindicus Sexenetr [doc. 259 y 267f, apelativos que vienen a significar lo mismo. Como Barbasbo estuvo siempre en condiciones semejantes a Huesca, es presumible pensar que el representante legal de Sigena de fines del siglo XIII, en la ciudad del Vero fuera tambirln un 'rpocuradortr o ttsindicorr. Quedan, por riltimo, multitud de nexos ente el monesterio sigenense y distintos pr:atos de la geografia de la Corona de Arag<5n, en las personas de los t'donadosrr. Pero 6stos no llegaron a formar parte nunca del sistema administrativ6 ds Sigenal pues, por el contrario, estuvieron srpeditados a 6I. Con el concurso de sus propios medios, el monasterio de Sigena se aseguraba la puesta en marcha de su miquina administrativa. La ley, la estipulacion de impuestos y el reparto de los bienes, sobre todo territoriales, caminaba siempre delante, con la otorgaci5n de cartas pueblas; luego, cada uno de estos funcionarios administrativos y justiciales trataban de hacerlas cumplir. llabrd instantes en que ni siquiera estos representantes legales de Sigena po&dn hacerse obeceder convenientemente. Entonces las "priorastr, aduciendo el origen real de la Casa, recurrirdn al monarca en buscl de la protecci6u necesaria para oponerse a unos municipios que. duraute el siglo XIII, adquieren casi plena conciencia de su poder. I r ctectiva ayuda de la Celona, con flrs propios justicias, merinos o zalmedinas, zuplira las deficiencias de la propia adminis- GASTOS DEL MONASTERIO Si el capitulo de ingresos del monasterio de Sigena es dificil de evaluar, mucha mayor dificultad hallamos a Ia hora de estudiar el de gastos, puesto que no s6lo faltan como en el primer caso datoc estadisticos y num6ricos, sino que ademds nos eDcoDtamoc con la careDcia casi absoluta de cualquier clase de documento justificativo de los mismos, a no ser veintid5s pergaminos donde se co'nstata Ia adquisicirin de bienes media:rte .oropr"t , pero que en ningdn caso pueden servirnos de indole presuprestario cuando, por otre parte, era una marera de invertir dinero que luego se iba a multiplicar con creces al poner en explotaci<5n los bienes asf adquiridos. Habremos de arailar, pues, datos entresacados forzadamente de la documentaci5n conseguida para poder decir algo sobre tan interesante capftulo. El primer apartado de gastos es eI referent€ :rl sosten;miento de los miembros constituyeDtes del monasterio, cuyo nfmero desconocemos, pero que po&imos valorar ente cuarenta y cincuenta entre rrdueflasilyttfrayres", a juzgar por las listas de sscripciones aparecidas en los pergaminos y por el nrimero de cargos conventuales, tanto pd los que prescribia la regla sigenense, como por los que hallamos justificados en la documentaci6n [doc. 8]. Naturalmente, a este urimero bastante crecido hay que ailadir los "donados" y trdonadasrt a los que el monasterio tenfa l4 obligacir5n de socorrer, y los sienros que, en algunas ocasiones, acompafiaban, como hemos indicado, a sus seffores a vivir 96 Sigena [doc. 78]. los gastos de nlantenimieuto estarian en raz6D directa no s6lo al nrimero de acogidos, sino tambi6n a Ia categoria de los rnismos. I^s neceeidades mds pereut@ias de los distintos grupos que constituian Ia casa central se cubririan indudablemeDte con la explotaci5n de las tierras y ganados que el monasterio cultivaba y criaba directamente, ya que 6sta es una regla elemental de economia. Al hablar de la organizaci6D ecoD6mica y administrativa hemos visto, efectivamente, la existencia de servicios encaminadoc al autoservicio, tanto para su manutenci6n como para la provrsi5n de pertechos personales, vestimeuta, zapateria, barberia, etc. traci6n sigenense. 1 Dcrms.40, 41, 59, 72, El,l@,132, zo7, 2rO, 223, 26r, 345 Y 348. 133, 148, 182, 1E3,lE4, 185, 186, r92, 157 156 No cabe duda de que recurrir(an a la eompra de todo aquello que, siendo necesario, no podia proPorcionarlo el mismo monasterio' pero los alimentos bisicos -cereales, vino, carne, verduras y leguminosas- serian de su cosecha particularr Itroductos que sus mismas elaboraban conveindusbias harinera, panificadora y vitivinicola nientemente. Si afladimos a esto la facilidad de engordar sus propios Satrados en los pastos pabimoniales y la obtenci5n de lefia, madera, lana y lino en sus tierras, asi como la f6cil consecuci5n de pergamino para su ttnotariarr, dejamos reducido al minimo, el p'rimer apartado de y entretenimiento de las mujeres y gastos: el de avituallamiento hombres que, en sus distintos tipos y clases, componian la Casa. Ahora bien, cabe preguntarse si el nivel de vida mantenido dura$te los 112 atros que abarca este esBrdio fue eI mismo. Sin duda alguna arcenderia con el incremento paulatino de las apcntaciones territoriales, reales o Perticulares, que tuvieron lugar a lo largo de las cuatro etapa$, y que originaron consiguientemente mediante su explotaci5n, una meyor riquezap que chocaba con 1as disposiciones de austeridad, tanto en la comida como en el vestir, que pronto hubieron de ser dadas por la jerarguiat. Durante la etapa primera, el nivel de vida debi5 de ser bajo si tenemos en cuenta que los gastos serian grandes, soble todo si pensamos que el edificio del monasterio, con todos sus aPartamentos, tuvo que levantarse de nueve Plantas. l: reina fundadoa trat<5 de ahorrar de la medida de 1o posible de forma que' en lugar de conhatar obreros pera que 1o construyeran, recurri<5 al sistema de adquisici6n de hombres, sobre todo judios, que debieron correr coD la edificaci6n y primere puesta en explotaci6n de sus tierras [doc. 12, 38 y48]. Al pa.recer, los bienes adquiridos durante estos primeros aftos no debieron ser suficientes para sobrellevar los gastos iniciales de 1a nueva comunidad, por lo que hubieron de recurrir s la solicitud de pr6stamos. sin duda respaldados con eI aval del rey' Por oto lado, acogirindoe a una de las cldusulas que apiuecen en el docurnento firmado por Armengol de Aspa en LI87 [doc. 5l mediante la cual el castellin de Amposta socorreria al monasterio en caso de falta de dinero, dofla Sancha y las primeras "priorast' debieron solicitar ayuda econ6mica de la Castellania. Sin embargo, las t vid. MIRL'r Y SANS, "les cases", p' 3ii2' relaciones tirantes desde un principio sntrs Amposta y eI monasterio, debieron empeorer todavia mis ante, aI parecer, la falta de recursos para saldar la cuenta, Puesto que si no, no tendria explicaci5n que, eD marzo de 1202 Pedro II eximiera al castell6n de esta obligaci6n [doc. 33]. Posiblemente este es el mejor indicioy m{s claro de que las cosas, en su aspecto econ6mico, no marchaban bien, En 12O8 el propio Pedro II encomendaba al castellSn el castillo de Ciuraua hasta satisfai er la cautidad adeudada [doc. 5O]. Pero pasado este p,rimer periodo critico (segu.ramentecon la terminaci5n de las partes esenciales del edificio y con el l5gico incremento de las rentas y el amparo real), Sigena fue saliendo de la forma senalada de este penuria hasta llegar al tercer periodo de su vida (L237-L281), en el que, a primera vista, se nota el desahogo econ6mico etl que vivi<i la Casa. El nivel de vida debi5 entonces de ascender notablemente. Pero el sostenimiento de los componentes del monasterio no justifica por sf solo todos los gastos que 6ste tuvo que afrontar, aunque algunos, como en eI caso de atenci6n a los donados, no eran mis que una inversi5n de dinero rentable a largo plazo, puesto que los bienes enbegados por ellos revertian perpetuamente ingresos al monasterio, Ahora bien, perteneciente el monasterio a la Qden de San Juan de Jerusal6n es l<igico pensaf, que, aparte de estar ligado a ella eslo estarfa ambiin econ6micamente Para subvenir a piritualmente, los gastos militares, represeDtativos y ben6ficos de la misma. Por oro lado, basado el poder sigenense en la posesi5n de tierras, sus propios intereses se inmiscuian con los del estado y Ia Iglesia, a los que tambidn rleberd satisfacer rentas o tributos. Creada la Orden del Hospital para empresas militares yben6ficoreligiosas su papel fue bastante pobre en lo que respecta a la ayuda prestada al rcy de Aragr5n, a no ser que ejercieran el de meros defensores de las tierras de retaguardiat . Si tenemos en cuenta tambirln que la Qden se fund5 para socorro de Giente, en cualquiera de ambos casos les hizo falta dinero, que sin duda saldria de los bienes territoriales con que les favoreci5 sobre todo la Corona, luego, los particulares. I Vid. If-DESMA RUBIO, M., ',le encomienda de Zaragoza',, pigs. 72_75. Ittt lllrnr, l r r r a , r ' d t t r . !r r i l o r l t l ' r t n l | l a a r l r l r , l , l r t r l l r r 1 r l t 1 l a 7 1 a , t r r r l a l a l r r l r r , t r l ' l c t r r r n l (r l l r r t r r t t r r ' l r r l u r ' l t r l l r l u r lr l c r l l t t o t or l u r ' lrll u prrrlr .r lut lrt ur Lr.rlcrtlrr, lrlrrrcro rlc la ('astcllttrllt (lc n rn (hl(.ntc. lx)rtul lucl{o, ia I'cro, lcrril cr:l csa cantidad ? 2Ctrinto sc llagaba?. lExistfe un traremo especial?. 1Sc cotizeba "per capita" o a tenor de losbienes poscfdos?. ZQur! parte de las ganancias se dedicaba al cuidado de en fermos, a Ia dotaci5n de hospitales, etc. ?. Son demasiadas preguntas para poderlas coDtestar documento en mano. No cabe duda alguna de que el monasterio sigenense tuvo que satisfacer una cantidad anual al castellin de Amposta, diuero que, en parte, costeaxia los gastos de representaci6n de sus jerarquias, Alurrr l,lcrr, lrr rrlr. l(|lttr trll" \llrnr y l"' 'lldlrlh' 'l'lrl'r'l'r l'' lr'l''l'' (ltrc rrlcrr.ll|l nll ilcrrtl rlrl'lltotl rtr I ttnllrltt' " lrlr lor ( onvlrticrotl' 1rcrtrrdeD lx)tltltlcltl, ctt rlcfctrtrrr 'lrl ltrotrrrlrtkr Irlrr' rtror o f r c n t e a t s 6 n l r r r s o st l e t l g r t t t o r l t r - r r ( ' l r u l t ' t /O, 113,t)5 y ll4l c x rttrntr t l t t l o c t t l r t c l s rrrt'nos influyentes dc sus episcopados, lY q,,re le eximieran de los bibutos de 1238 vemos, En abril ordinarios' por ejemplo' como Bernardo' cbisln e Siotcgendo daba fe tle este entendimiento los todos junto con gena la crtarta episcoPal que debia satisfacerle, los excepto Bujaraloz' de en la iglesia cierechos que le pertenecian amistoso' zaragozanor de arcediano Enl242, monasterio yendo el restante a parar al arca comrb de los asuntos de Giente. Ya cuando eu octubre de 1187 Armcngol de Aspa, prior entonces del tlospital de San Gil, deba a la reina dofla Sancha las villas de Sigena, Sena y Urgellet para construir el monasterio, indicaba igual- disprtadas [doc' 153]' de nuevo el obispo z3rags'arro ponia a la ldonmig' en posesi6n de las iglesies ds y archiFestazgo por eI comendador de la Qden I'prioarry que de Cala8ava al les erar dsAlcatriz ldoc. 16a1. que las A la vista de estos ejemplos, D6 ilclinamod a Pensar Pero constaniss' fueran exenciones de las cargas debidas al ordinario nuevo del la voluntad en cualquier caso, dependia fnicarnente de que pagerse' obispo; Por lo tanto' hubo momeutos en que tuvieron fueron muCorona' la a En cuanto e las rentas que debirD Pagar Hospital y, dcl Qden Ia a chas lss exeDciones dispensadas por 6sta mente la obligacion de la "prioratt de asistir anualmente al capitulo general de la castellania para oir los lreceptos del casteUin y para entregar los bienes destinados a los pobres enfermos del tlospital ldoc. 51. En enero de 1226, al regularse de nuevo las atribuciones de la ttpriora'r sigenense y el castelldn de Amposta, vuelve a recod{rsele a aquella la obligaci6n adquirida de asistir al capiarlo de Arag5n, (subsidium Tere Santett [doc. todos los afios, ademis del pago del por lo tanto, tambi6n a Sigenar ' ItI y Jaime II' la S5Io a partir de Jaime I, y luegg coo Auonso Ordenes Militares las con de los monarcas Pere politica ,"di-id-" de bacer Aente mds medio qu.d. -rry menguada, quizds como un 1O41. a la crisis econ5mica del reino. Sin embargo, Sigena, como cenbo religioso ligado directamente fundaci6n' siguiti benefial monarca desde los dias mismos de su los reyes aragoneses' ciindose a lo largo del siglo XIII a costa de i:rdicado en el h€mos de forma que el monast€f,io sigenenset como gravado gue la meu6 capitulo cuarto, esnrvo en este sentido mucho 2. propia Gden del HosPital Parte, pues, de los ingresos del monasterio iban a parar a la Orden. Por otro lado, ensanchi,ndose las posesioues de Sigena por tierras sujetas a los obispados d,e Ztagoza [doc. 155 y 164], Huesca y leridal, p,ronto las autoridades dioces.nas catarian de hacer valer srs derechos sobre las iglesias y las almas de estas tierras, sobre todo en lo referente al cobro del diezmo y de la cu:rrta tpiscopa.l, pagada por cada uno que elegia su sepultura junto a un monasterio de frailes 3. o trd.uef,astthospitalarios I '/id. ANTONIO UBIEfO '\RTETA, "Disputas entre los obispados de lluesca y I L€rida en el siglo XII", EEMCA. vol. I' (1946)pigs. 187-24O. 'ra encomiendede Zuagoza", tono I, pig. 78. 2 V i d . L E D E S N { AR U B I O , l v t . L . , ll lca erimio Ce lerda, pea;e, usa1e y dcl quinto obre les tiGn$ cgD1 Allom quirtedo; Pcdro tt rlel quinto $bre los genedos (Vid. LEDESIV{ARUBIO, M. L' , "La er comienda dc Zrragoza", pig. 215 '/ nota l8 cmccpoulicnte a la rnism). 2 Viase las pegi.us lO3 e 1O8. 160 En realidad, los capitulos de gastos mis gravosos para la Casa fueron, prinero, el sostenimiento y manutenci<in de la gran familia sigenense; segundo, los subsidios debidos a la Orden del tlospital. En conjunto, pues, nos inclinamos a creer que Ia balan"a ssgn6mica de Sigena era muy favorable al propio monasterio, y cuyas consecuencias podemos admirar todavia hoy en lo poco que queda sobre todo, en las pinturas murales que de la f6brica del edificioy, adornaron la iglesia y la sala capinrlart. I Vid. COOK-\\'ALTER, t i n , X I I ( 1 9 3 0 ) ,2 l - 4 2 . WS, "Ronanesque Spanrch Mual Painting" en Art' Bulle INDICES INDICE DE LUGARES Abadal, Berenguer de, 27 A b i e g o , S a n c h ad e , 5 1 , 5 3 , 5 4 y 6 0 . Acens, Belcdn de, 126. Agras, rio 19. Aguas, pueblo 2O,. 49, 60, 61 , 74, 75 y L28. Aguas, Salvador de, 61. Aguilera, 88. Aibar, Martin de, rtpreceptortt 27 y 62. Alag6n, 63. Albalate ds Cinca, 69, 86. Alcali, 7O y 76. A l c p n a d r c ,r ( o , 1 7 , L g r 2 O r 5 2 , 5 6 , 6 5 1 6 7 , 7 1 , L 2 2 , 1 2 3 , 1 3 5 , 1 3 7 , l 4 ? , 1 4 6y 1 4 8 . Alcafliz, 88 y 159. Atrcoler de Cinca, 6:3, 72, 86, 137 y 147. Alcolea, Ezo de ,27 , 1 39 y 14O. Alcoraz, tdrnrino de Huesca, 81. Alcubierrc, 59 y lZb. Alguaire (L6rida), 12, 13y 78. Almunia, t6rrrrino de Huesca, 81. A\uibla, tdrmino de Huesca, 68y 146. Amposta, bailia, 24. Amposta, Castellania de, 15, 23 a 34, 38 a 42, 49, 50, 56, 63, 69, 70, 72, 82, 98, 109, 156 a 158. 165 L& Amposta, maestre de, 2Q a 22, 25, 2 7 , 3 4 y 4 9 . A r a g 5 n , 1 3 a 1 5 , 2 4 , 6 2 , I 2 2 , L 2 7 , t 4 2 , L 4 3 , L 4 7y L 5 7 . Arcos, 88. Armafrac, Alaidis condesa de, 72. Arrabal d,e Ztagoza, 73. Aspa, Armengolde, "p"io." L6,21 , 2 3 , 2 4 , 3 8 , 1 5 6y 1 5 8 . Azlor, 88. Ballobar, 67. Ballobar, Pascasio de, 41. Barbastro, t9,20, 27, 49r 60, 61, 6 9 1 7 3 , 7 5 , 8 0 , 8 1 , 8 3 , 8 6 r L 3 4 , l3s, r37, L38, L44, 146, L49, 1 5 1 , 1 5 2y 1 5 4 . Barcelona, 72 y 75. Bardaji, Guillermo d,e, t37. Bastaras, Domingo d,e, 79. Benaveute, [n6s de, 40, 82 y LL3. Beuifalet, villa, 63. Bielsa, Garc5n de, tl?. Biesca, Hermeserda de, 12. Blecua, 79. Bohemia, 12. Bosch, Pedro del, 123. Buckland, 12. Bujaraloz,32, 40, 7Oa 72, 78, 86, 1@, 1O4, 105, 123, t24, 125, L26, L29r 138, 141, I42, L48, 159. Buxerols, monasterio, 70. Cabrera, Beatriz de, 52 y 53. 'Calamocha, 62, 63y I43. Calatayud, 63 y 7L. Calahava, orden de, 159. Cajal, 40 y 105. Cambor de Pina, 63, 69, 70 y76. Camprn31, tdrmino de Valencia, 76. Camillas, 70. Candasros, villa, 22, 31 , 32, 4 O r 5 7 , 6 6 , 70, 72, 1 0 0 , 1 o 5 , 1 2 O , L 2 3 , 1 2 4 , l Z 9 , 1 4 2 , t 4 8 , 1 5 1y 1 5 3 , Carcall6n, 63. Castillazuelo, 1 35. Castillazuelo, Peregriuo de, 69. Castillo Nucvo, 6l . Casto Elinse, 88. Cataluffa, i.47. Ctrzola, L7. Cervera (L6rida), L2y 78. Cinca, rio, L7, 19 a2I ,86, L37, t46y 147. Ciurana, Castillo, 49,63y t57. Codoug, manso de, 21, 27 y 49. Costean, 135. Chalamera, 137. Daroca, 53 y 63. Denia,, 76. Ebro, 19, 20, 66, 7t, t46147. f,jea, lO5. Elis6n, Domingo de, 150. Entenza, Urraca de, 77, 78, LL3y 146. fuaf,a, LL, 12 y L4. Esquedas, 88. Estiche,86. Estopiilin, Maria deo 53 y 54. Esremoz, 13. Evora, I 3. Exenedo, 88. 166 Farleter 70, 8Or 1SO, 142. Fillera, Iope de, 27. Flumenr tio,2Or 60, 65, 6g, 69, 13g, 143 y l4g. Folcarquer, Hugo de, 73. Fe, Iope de, 59. Fraga, 19, 20,7l a73r 88, LZZ, l4L, l4Z, I4S, L47yL4g. Fraga, Guillermo de, 1S3. Francia, Ilis VII rey de, LZ y 14. Fuentes de bro, 17 Tanrj3.l 4Or 67,70,7tr 8 6 , 1 O O ,1 O 5 , 1 2 6 , L 4 2 , L S t y t 5 2 . La Rrya, 149. Ias lMoutella.s, heredad eu Huesa, 6O y 69. I6ida, 6, 17, l9r 20, 38, 40' 4l ,49r 621 75, 88, t06t 122, L25t L27, 144, 146 y 158. I.iese, 88. Lisa, Garcia de, 49. Lizana, Qenda de,7, 38,51 , 54, 55, 65 ^7O, LO2, IL?, tzOy L37. Lizana, Rodrigo de, 51, 54, 68y 77. Iirsa4, Toda Ortiz de, 39, 79, 80 y 113. Garona, fiay Pe&o de, 152. Gavardera, 142. Gelse, 102. Granollers, 13. Graus, Peto de, 32. Grrz, 143. loreto, Gris6n, 12 y 16. Guadalope, rio, 19. Guatizalema, 148. Malta, 14. Manetin, 12. lvlartin, rib, 19. Mas6n, Ivtoli.uo de la, 137. Hoye de Huesca, 69. Huerce, L7, Lgr 20,27r 49, 51, 54, 60, 61, 63, 69, 69, 73,75, 791 79, 90, 96, 1O4, 106, 113, 134, 135, 137, I3g, L42,t4d, 145, 746, 148, 15O, 151, 1S3y 154. Hueso, Felicia de, 79. lnglaterra, Enrique II de, 12. lsuela, rio, 20, 60. 69, 138 y 148. Italia, 14. Jaca,105. Jerusal6n, l ! " Ierusaldo, Qden de San Juan de Jerusal6n, paslm. jubiere, 70, 86 y .:.:7. Juneda, Berdard de, 152. Juneda, Juan de, 150. Juneda, Pedro de, 126 y 150. 68. Irresia, Oria Jimdnez de, 74 t 77, lt3 y t26. llna, Meria Martinez de, 30 y 41 . Matarraf,e, rio, 19. Mequinenza, 17. Mipaars, Beauiz de, 82. Miquera, 79, L4Oy LM. MiravaUes, fray Bernardo de, 40. Molino, acequia detr, 20. Moncayo, l,uisa de, 25. Iv{onclris, Raimundo d.e, 73. Itrionegrillo, 142. Monegros,L7, 19,2Or 57,65 a671 7Or 7Lr 1O5' 112, ll3, 123, 127, 134, 136, 137, 1i|4, 147 y r48. Montpellier, Maria de, reina de fuagon, 55. Mosgpig, castillo de, 49, 62 y 159. IVlcm6o, 20, 2L, 86, 138 y t49. Ivbnz6o, Sancho de, 73. lvloella, 17 y 80. Mret, ti7. LZL t 169 168 Narbona, Maria de, 68 Y 73. Naval, 63, 82, 105. Naya, 145. Naya, Galindo de, 69. Nisano, 88 Olgers, monasterio de, 7L. 77. Ollito, Ontifrena, 32, &, 53, 57, 59, 661 72, LzS' L26, L27, L34, L4O, t42, 148,151, 153. Oatitrena, Sibilia de, L27 Y t42. Oden del Temple, 15. Orillena, 67 y 88. Orp, valle de, 61 y 81. Oscam, 68. PaJar, 88. Papaficos, ba.rrio de Huerca, 78 Y 78. Paul, 88 y 112. Paules, 82. Pefralba, 72, LU y L26. Perpifldn, 59. Piedra, 68 y 143. Piedra, molino de, 60. Pina, 20, 71, 72, 80, 88, 138' 140 a 142. Pirineo,17. Poblet, t7 y 74. Pornaro 86. Ponrgal, 14. haga, 12. Presitrena, 137. hesifiena, acequia de, 20. Puente Ia Reina, 13. Puerta Nueva, eu Huesca, 68. Pueyo de Cinca, 20. Pueyo de lvlonz5n, 20. Pueyo de Sencho, 68. Pueyo de $441 Cnz, 20 Y 86. Quccol, Ellrcada de, 80 a 82, tt3. Quiza.iUa, molino de, 68, 88 y 143. Ripita,13. Remiano, barrio de Huesca, 146. Remolinos, Domingo de, 80. Retuerta, 72y 88. Ribera, acequia de, 20 y I37. Romsr 41 y 105. Romeral, 137. Romerallo, 88 Salanorra, Gimeno P&ez de, L42. Salas, 54, 49 y 60. S4liras de Anana, 13. San Gll, maestre de, 16, 20y 50. San Joge de AIJama, 71 . San Salvadq de Isot, 12. Santa Cnu, 88. Santa ledna, vllla, 20, 21, 56, 86 y L37. Santa lccine, Ferrer de, 63 y 69. Santa lvlaria del Camino, 13. Santa Marfa Magdalena, iglesia de l&ida, 62'. Santa lvlaria de Salas, 49,54y 60 Santas Creus, 17 Santos llgares, 14 y 16. Sarifiena,17, 20, 70, 7t,88, 1e[, 126, 138 y L45 Segre, rio, 62 Sena, 15, ZOy 21, 25, 40,49, 50, 52, 55, 56, 78, 88,. 1O4, 105, L22, 125, 127, Ly, 135, 137, 142, L43, 145, 146, 151, 153, 158. Seo de Urgel, 40, 41 y83. Sessa, Dominici de, 32. Sevillar l3. Sicilia, 55. Sigena, pessim. Sigeoa, banio de Huesca, 60 y 69. 170 Siscar, 12. SomoDtano, 6O, 61 y 88. Soto, 88. Stopini4t, Pere de, 53. Tanagona, 21 , 56y 62. Teruel, 17. Timor, Gauceraud de, 39. Tolosa, Cq151z-"a condesa de, L2. TordesiUasr l3. Tornell, Fou\ues de, 38 y 69. Tortosa, 41 , 53, 62y 63. Tudil6n, 17. TNDICE DE PERSONAS Urgel, obispo de, 40. Urgellet, villa desaparecida, 20, 2L, 49, 50, 56, LOl, I27, L42y L58. U r r e a , S a n c h a J i m 6 u e zd e , 7 1 2 8 , 3 8 , 6 7 a 7 6 , l L 3 , l 4 L y L s 2 . Urrea, Teresa Jimr5nezde, trpriora", 30, 40 a 42, 83 y LL3. Valencia, 75, 76 y 80. Valtierra, Qia de, 76. Vero, rio, 69, L37 y L54. Yentelz, 17. Villanueva de Sigena, 22, 40, 55, 56, 88, 105, 127, LZ8, 1341135, I37, I42y L44. Villareto, Guillermo de, 42. Villoras, 80. Zarnon, L3. Z a r a g o z s t6 , t 7 , t 9 r 2 O r 4 0 , 6 3 1 7 L r 7 3 , 7 5 , 1 0 6 y 7.oniana, Guilldn de, 27. 158. Adam, Pe&o de, 7. Agustin, regla de San, 13, 22, 23. Alaidis, condesa de Armafiac, 72. Alejandro IV, papa, 107. AUonso, infante, 146. Alfonso I el Batallado, rey de Arag6n, L6, L22 y 103. Alfonso II, rey de Arag6n, L5, 17, 21, 22, 25, 47r 49, 53, 57, 59, 62, 63, 66, 70, 92, LO3, I23. Allonso III, rey de Arag6n, 39, 103, 105 y 159. Aliaga, 32. Andree, notario, 150. Andreo, escriba, 149. Arco, Ricardo del, 7. Armengol de Aspa, prior de San Gil, L6, 2L, 23, 24, 38, 156 y 158. Arufat de Cracia, 126. Ania, Miguel de, 5 y 7. Ato de Foces, don, 67. Ball6s, don, 68. Beabiz de Cabrerar ttpioratt, 52 y 53. Beabiz de Mipanas, 82. Belbdn de Acrlns, 126. t7z t73 Benavente, 32. Bernardo, obirpo ds Zaragea, Bernardo de Arestot, 4O. Bcrnardo Ercolar, 140. Felicia de Huerc, 79. Ferrer de Iirsla, 80. Fener de Santa lccina, 63 y 69. Fornin Cabeza, moesbe dg Amposta, 52 y 63. Foulques de Tornell, castellin de Amposta, 38 y 69. Fuentesy Ponte, Jzvia, 7" 159. Bernard de Juneda, 152. Bernardo de Miravalles, &ay, 4O. Berenguer de Abadal, 27. Biota, 32. Blanca, infgsja, lPiorarr, 84. Bonifacio WII, papa, 41 . 7. Carderera, Vdentfn, Celestiro lII, pape, 48 y 52. Constaoza, coldesa de Tolosa, hermaua de his VII de Francia, Cougtq'ar pincesa, 53 y 55. L2. Calindo de Naya, 69. Garcia de Lisa, maestre de Amposta, 49. Gasc5n de Bielsa, ll2 y LL3. Gaucerand de Timor, vicecastellin de Amposta, 39. ciL, 27. Gimeno P6rez de Salanovar justicia de Arag6n, 142. Gregorio IX, papa, 39, 70y lO7. Guerrino, bay, 49. Guill6n de Zorriana, comendador, 27. Guillerma, esposa de Pe&o Folch, 55 y 62. Guillermus, Sacerdos ds Sena, 32. Delaville fs Roix, 5 t 7, L2 y t4. Iromingo de Alag6n, juficia de Sena, 153. Dombgo de Bastaras, 79. Dorningo de Elisdn, notario, 150. Domingo P6ree de Tatls, justicia de Huesca, 153. Domingo de Remolinos, 8O. Domingo Royp, notario, 44. Domingo San*icente, 140. Dominici d3 Seeca, 32. Dur{n C'udiol, Antonio, 7. Guillermo Guillermo Guillermo Guillermo Elisenda de Querol, t'prioratt, 8O a 82, 113. t2. Enrique II de Inglatera, in6s de Benavente, "prioatt, 40, 82 y 113. lnocencio lll, papa, 38, 57, IA6y LO7. Enterua, 32. Estefanfa, hija de Pedro Novales, 6O. Stephano de Saraynena, vicario de Villanueva, Ertopinin, 32. Ezo de Alcolea, don, 27, 139 y 140. de Bardaji, 237. ds Fraga, justicia de Ontiiene' 153. Garona, 52. de Villareto, Caan Maesbe del HosPital, 42. Hermesenda de Biesca, 12. Honorio lII, papa, 1O6. Hugo de Folcaryuerr 73. 31. J a i m eI , 3 9 , 6 7 , 7 Oa 7 2 , 7 5 , 7 6 , 7 8 , 7 9 , 83, 92, 1@, 1O3, 1gl, 1 O 5 ,1 2 3 , 1 4 5 , 1 5 9 . t74 175 tI, rey de Areg6tn, 40' 4Lt 83, &1, 92, 10o, 103, 105, 107, taine L27, 142, t9g. Jtmeno Vtn..fut' 1(}2. Iohene, Secerdoo Sexene, 32. Juan de Juneda, notario, 150. Juea P6ez, Justicia de Candasuoo, 153. Iohelri d6 Siesor, vicario de lanaJa, 31. Iohalem de Tormelo, 32. Jullc, viuda, 12O. Iucto de Atleoer' recbr de Cajal' Iedesma Rubior' M9. Ilisa' lJzane, 32. Iope de Fillera, precelfrst Iope de For, 59. Ilcio III, papa, 12. 31 . 12. 27. Ilesia, 32. tlis VII, rey de Francia, 12. rrprioail, 25. l:risa de l\fioncayo, Marco Femiz, 54. lvlarfa, esposa de Pedro Novalesr 60. lvtaria de F.stopifrdn, "prioarr, 53 y 54. 3O Y 41 . \{aria N4althez de llna, &laria de lVbntpellier, reioa de Arag6n, 5 5 . iMaria de Narbona, dofla, 68 Y 73. Marquesa, dofia, 102. lvlartin de Aibar, comendado, 27 y 62. Nfattin de Bousnat" 15O. M|tet y Sans, 12.. lvlmeno, ttplii;rrr, 52 a 54 Y 56" Nicolis IV, papa, 39 Y 40, Oria Jirrrinez de llesia, ttpriora", 74 a 77, LL3 y 126. Qia de Valtierra, 76. Orlandis, Josd, 11 y 26. Q e n d a d e l i " a n a r t t p r i o r a t t ,7 , 3 8 , 5 1, 5 4 , 5 5 , 6 5 a 7 O , L O Z , L l Z , L Z Oy 1 3 7 . Pal acios S6nchez, Juan Manuel, 8. Pano, Mariano de, 5, 6, 7, 22, 33, 47r 51, 52, 53, 75, 82, LO7. Pascasio de Ballobar, fray, 4t. Pedro, infante, 83. Pedro II, rey de Arag5n, 38, 48, 49, 54, 55, 57, 63, 66, G7, TO, Zl. 76, 92,1O3, 157. Pedro III, rey de Arag5n, 39. Pedro, Subcomendador de Sigena, 27 y 6L. Pedro del Borch, 123. Pebo Egidii, rector de Candamos, 31 . Pedro Folch, noble, 55 y 62. Pedro Carc6s, notario, 150. Pedro de Garona, fray, 152. Pedro Gil, 71. Pebo de C,raus, 32. Pedro de Juneda, notario, 126 y 150. Pedro [6pez, precepto, 152. Pedro Novales, 60. Pehi Sancii, prior, 31. Pedro Sarbis6, iusticia, de Huerca, 153. Pere de Stopinian, 53. Pe&o Vinafut, 102. Peregrino de Castillazuelo, 69. Peyrone, justicia de Ontiflena, 153. Poncio Hug<ir, 72. Raimundusr Sacerdos, 3L y 32. Raimundo de lvlonchis, 73. R a m 5 n B e r e n g u e rI V , 1 5 , L 7 , 2 L r 5 7 , 1 0 3 y l Z 2 . Ricardo, obispo de Huesca, 8, 23, 3Oy 32. L76 Rodrigo de Ii"ana, 5 1 , 5 4 , 6 8 y 7 7 . Rodriguez, ldario, 1 1 8 . Saladino, 11. Salvadq de Aguas, 61. Sarnuel Azebi, 68. S a n c h a rr e i n a , 6 , 1 5 , 1 6 , 2 0 a 2 2 r 2 4 a 2 8 , 3 8 , 4 7 a 5 5 , 5 9 , 6 0 , 61 a 63, 65, 70, .92, tlz, 139, 156, 158. Sancha de Abiego, 'tpriorarr, 51 , 53, 54 y 6O. Sancha Jim6nez de Urrea, 'rprioratt, 7 y 28, 38, 69 a76, LI3,l4L, r52. Sancho Fern{ndez, 143 y LS2. Saacho Garona, 52. Sancho de lvLonzr5n,73'. Sibilia de Qtifre-a, L27 y 142. INDICE I. Teresa Jim6nez de Urrea trprioart, 30, 40 a 42, 83 y 113. Teresa Qtiz, rrpriorett, 142. Toda, hija de Pedro Novales, 60. Toda Ortiz de Lizana, rrpriorarr, 39, 79, 80 y 113. n. Estado de la cuesti6n. El pincipio de Sigena. . . .. . .5 . . ...... .9 I. "las religiosas hospitalarias (11). II. rrla fundaci6n del monasterio de Sigenarr (15): a) motivos (15); b) elecci5n del lugar (17); c) trimites (20); d) fecha de fundaci5n (22). III. "Qganizaci6n interna (22)z al reglamentaci5n del monasterio (22); b) los frailes del monasterio de Sigena (25); c) las "duerlasrrde Sigena (32); d) "duefrai'y frailes de Sigena frente a Arnposta (37). Urraca de Enteoza, trpriorarr, 77, 78, 113 y 146. Unea, 88. III. Var6nr lvlarco Antonio, 5, 7, 12, 16 y 56. Vidal, judio, 76. '17. Violante, teina, Vitalis l)etusen, Sacrista, 153. GENERAL Etapas de la formaci6n territorial. .,. .45 trde naci"Primera etape de la vida del monasteris dg Sigena: miento y formaci6n del monasterio, 1188-12O8n G7l. I. 'rDofia Sancha y las primeras priorastt (47): a) Dofia Sancha, Sigena y el llospital (47)i b) las primeras prioas y su subordinaci6n a la reina (50): 1 Sancha de Abiego(51); 2 Beauiz de Cabrera (52); 3 Maria de EstopiflSn (53); 4 Qenda de Lizana (54). (55): a) NfU. I'Fmmaci6n del patimonio te$itoialrr t79 t78 cleos en torno al monasterio: Sena, Sigena y Urgellet (56); Ontifrena y Canb) Fnqaasharnienb del ndcleo pimitivo: (57); Nacimiento los de nricleos de la periferia dasnos c) (59). 1 Nicleos del somontaf,o oscense (60) 2 Nricleoe perifericos dispersos (61 ), ilDonaciones no territoialesrt (61). m. rrSegu:rda etapa de la vida del rnonasterio de Sigenarr: rrde gran expansi5n territorial del monasterio, 12O8-1237r! (65). I. f'Pricrado de Ozenda de Lizana (L203-l224ltt (651.. a) Acrecentamiento del nfcleo central (66); b) crecimiento de los nicleos perif6ricos (68). rfPriorado de Sancha II. Jim6nez de Urrea (1226-1237) (69r'. a) acrecentamiento del nfcleo central (70); b) crecimiento de loe nricleos perif6ricos (72). ItTercera etapa de la vida del monasterio de Sigena'r: ttde con(1237-L281) solidaci6n y estabilizaci6n del dominio tenitorial "Iabo rePobledqa de Stgena" (121): a) lo lMonegroe antes de Sigena (121); b) loc lvlonegros con Sigena: "villat de rencio" (123); c) contratos teritoriales parcialeo (127); d) repercuri5n en la economia del monacterio (128). m. V. N4od.ode vida ecou6micos del monasterio ds Sigena......134 "Agricultrne'r (133). "Ganaderia't (139). Itlndustiatr (143). Ul. ry. "Comecciotr (145). (Conuaicacionesn (147\. V. ttAdmiaictraci6nrt (149). Vl. rtGastos del monasteriorr (155). vII. I. II. 16t (7s). r'hioado de Oria Jim6nez de llesia (1238-1252)tr (75): a) desampao real (75). III. "hiorado de Urraca de Entenza (L254-591 (771. 'rPriorado de Toda Ortiz de Lizana (1259-1266)r (791. m" IV" tlhiorado de Elisenda de Querol (1268-1281)rr (80). rrCuarfa etapa de la vida del monasterio de Sigenarr: rrde decaI, dencia, 1281-130O" (82). I. rrhiorado de lu6s de Benavente (1283-1291)!t (82). II." ilPriorado de Teresa Jim6nez de Urrea (1292-1321yr (83). I'Pocibles anexiones temitoiales'r (85): a) docurnentaffi. ci6n. relativa f.'. iudirectamente a Sigena (85). Desarro.{lo ecoocimico del monasterio de Sigena, ....89 rrl^dquisici6n de bienesil (91): a) donaciones (91); ,:clc'r (91 h 2 particulares (93); 3 donados (95): b) 1 cor: frr:i! iv8); c) pr6stamos (1OO); d) exenciones territori;'.t.r, r, lr:r*aLes(103). ii, L-.pi.,raci5n de bienesrr (107): a) entregas de bienes a "treudo" (i O8); I a personas individuales (1O9); 2 a dorrados (110); 3 a colectividades (112); 4 cuantia de los "treudo6'r cobrades enrre 1i88y 13OO {114): b) eutrega de bienes por venta (120); c.) enrrega de bienes por donaci5n I. (rzt',. Indice de lugares. Indicedep€rsonas. I o d i c eG e n e r a l . . . . . . ... o. ......'. ...... . .....163 .-.......L7t ..........177 Este libro se termin5 de imprimir en la Editorial Anubar, Dario de Valcdrcel, 7 de Valencia, el dia 31 de agosto de 1966, Deo $atias