El rescate de cautivos - Centro de Estudios Andaluces

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El rescate de cautivos
Dos frailes pagan a dos
El papel de los mediadores
aparecen representados con
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mercaderes de esclavos —uno
blanco y otro de color—
mientras cuatro cautivos
gruesas cadenas al cuello.
Redención de cautivos por San Pedro Nolasco. Obra de Pedro de la Cuadra. Museo Nacional de Escultura Colegio de San Gregorio de Valladolid.
FRANCISCO ANDÚJAR CASTILLO
UNIVERSIDAD DE ALMERÍA
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as personas eran uno de los botines
más preciados de la acción de piratas y corsarios berberiscos: a falta de
ricos bienes, los cautivos llevados a enclaves
de la costa norteafricana se convirtieron en
un verdadero tesoro que colmó las cárceles
del Magreb en busca de rescates o, en su defecto, para trabajar como esclavos. Para
conseguir su liberación y evitar que optasen
por convertirse al Islam, intercedieron, como veremos a continuación, mediadores de
distinta naturaleza: miembros de las órdenes religiosas, mercaderes, judíos, familiares, etc.
La intervención en el rescate de cautivos
PIRATAS Y CORSARIOS
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De todos es conocido que la
vos fue el de los mercaderes. Dentro del mis-
de rescates formaba parte de una actividad
acción de corsarios y piratas
mo, se puede diferenciar entre los que se es-
mercantil en la que se dedicaba a abastecer
pecializaron en el “comercio de cautivos” y
el peñón de Vélez de la Gomera de aceites,
los que se dedicaban a otras mercadurías y
carnes, lienzos y calzados, al mismo tiempo
aprovechaban sus viajes al norte de África pa-
que ejercía como espía de Felipe II en Ma-
durante el siglo XVI tuvo su
ra obtener ganancias adicionales con los res-
rruecos.
periodo más álgido a partir
cates. La presencia de mercaderes en este ne-
La actividad de ladrón de cautivos no fue
de 1568, tras la rebelión de
gocio se justifica porque muchos de ellos con-
exclusiva de Malaquí. Hurtar cautivos fue
seguían del monarca licencias para llevar ha-
práctica habitual en las ciudades norteafri-
cia África “mercaderías lícitas e no proybi-
canas, en especial en los presidios españo-
Granada. Numerosos
das”, por importes muy superiores a los de los
les, pues, como cualquier artículo robado,
cristianos fueron
costes de los rescates, de tal modo que podían
los cautivos se vendían a un precio inferior
capturados y llevados a
obtener ganancias adicionales. Los mercade-
al de mercado. En diciembre de 1581, Anto-
res no sólo pagaban por los cautivos sumas de
nio de Tejeda, alcaide de Melilla, comunicó
dinero a precios medios muy superiores a los
al rey la llegada a aquella ciudad de dos mo-
sobre las costas del
Mediterráneo peninsular
los moriscos del Reino de
tierras del norte de África a la espera
de las órdenes redentoras, mercedarios y
de que llegaran frailes mercedarios
de mercado sino que, además, viajaban ha-
ros ladrones de los que “acostumbran a traer
trinitarios, estuvo fundamentada en el ide-
y trinitarios, o cualquiera de los
cia África con productos para los que no tení-
cristianos hurtados de Fez”, que portaban
innumerables mediadores que se
an licencia, al tiempo que fomentaban la
seis cristianos para que se les abonase el co-
propia actividad corsaria al comprar produc-
rrespondiente rescate. El alcaide solicitó di-
tos robados por los corsarios.
nero para abonarlo a los ladrones porque
al de Cruzada, en el ideal cristiano, en el espíritu religioso que impregnaba a una sociedad enfrentada con los denominados “ene-
dedicaban al negocio de los
migos de nuestra santa fe católica”. El peli-
rescates, pues entre ambas orillas
gro de renegar, de “tornarse moros”, por
parte de los cautivos cristianos que habían
sido llevados a África, fue un acicate que
siempre inspiró la tarea redentora. En tér-
Los judíos destacaron también entre los
“por este camino se rescatan a trecientos y a
Melilla, Antonio de Tejeda, participó en la
órdenes redentoras en la esfera local, sino
del Mediterráneo existió un
mediadores para el rescate de cautivos. En
quatrocientos reales el que más, mientras
redención de cautivos, pues tras ser conde-
que cambian por completo los agentes de la
abigarrado universo de mediadores
1588 un judío residente en Fez, Judas Mala-
que en Fez o cualquier otra parte cuestan
nado a pagar 9.000 ducados por una senten-
mediación. Cuando una familia tenía uno
quí, propuso a Felipe II “traer todos los cris-
más y pagan más derechos”. En Orán las co-
cia judicial, reconocía no tener de hacienda
de sus miembros en cautiverio, en poder de
tianos captivos que de toda la Berbería y Ar-
sas no eran diferentes. En marzo de 1587 su
más de 4.000 ducados, a causa de tener em-
turcos o de berberiscos, el rescate se em-
gel se me pidieren de qualquier estado”, a
Capitán General, don Pedro Padilla, escribió
pleado su caudal en la “redención de cristia-
prendía acudiendo a los intermediarios más
nos cautivos”.
cercanos, a los de “su” territorio, sin tener
altamente especializados en las
minos cuantitativos, los frailes de estas ór-
tareas de negociación. Pero
denes religiosas fueron los que mayor nú-
además, hubo rescates que no se
un precio de una “tercia parte menos que los
al rey para informarle de que hasta allí ha-
hicieron en tierras africanas sino en
que otro ninguno rescatare, aunque sean de
bía llegado un turco llamado Haçam, por-
el mismo espacio de captura,
la santísima trenidad y merced”. Su ofreci-
tando “algunos cristianos rescatados y hur-
LOS MEDIADORES LOCALES. La investi-
las redenciones que periódicamente hacían
miento, que obtuvo la aprobación real, te-
tados”, con el cual conversó, como buen es-
gación acerca del rescate de cautivos en
las órdenes redentoras. Las familias de los
nía como objetivo último no sólo obtener
pía, sobre otros asuntos que afectaban a los
fuentes locales presenta un panorama bien
cautivos casi siempre trataban de reunir di-
intereses españoles en aquellas tierras.
distinto al que acabamos de describir. No
nero, a veces hipotecando sus propios bien-
sólo no se constata el protagonismo de las
es, buscando el concurso de los mediadores
mero de cautivos rescataron, pues protagonizaron las denominadas “redenciones generales” que periódicamente se hacían con
dinero de particulares y con dinero del rey.
mediante la realización de “alafías”,
Pero también hubo numerosas “redencio-
esto es, negociaciones para traducir
beneficios del negocio del rescate de los cau-
a dinero en efectivo el valor de las
tivos, sino de la exportación hacia Marrue-
Los burócratas y militares de los presidios
presas capturadas en las
cos de mercancías de alto valor que se produ-
norteafricanos constituirían igualmente
cían en España, como eran “paños, bonetes
un nada despreciable núcleo de “mediado-
y sedas”. Malaquí era el característico hom-
res” o, en propiedad, de astutos negociantes
bre de frontera que se beneficiaba de los
que no dejaron pasar la oportunidad de
Otro de los grupos más
complicados intereses que se movían entre
aprovechar el negocio que se movía ante sus
activos en el rescate de cauti-
las dos orillas del Mediterráneo. Su negocio
ojos. Así, por ejemplo, el citado alcaide de
nes particulares” que se enmarcarían en lo
que López de Gómara llamó los cautivos
rescatados “por vía de contratación”.
NEGOCIO LUCRATIVO.
incursiones sobre las costas
peninsulares.
que esperar así a que tuviese lugar alguna de
Las familias de los cautivos casi siempre trataban de reunir dinero, a
veces hipotecando sus bienes, buscando el concurso de los mediadores
más cercanos, fundamentalmente mercaderes y moriscos asimilados
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Frailes redentores de cautivos. Grabado de la obra de Pierre Dan, Histoire de Barbarie... (1637).
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Cura morisco, cautivo,
embajador y mediador
Una alafía en la costa
■ De simple cura beneficiado de dos
un morisco que vivía en la Almería del
pequeñas poblaciones del levante
siglo XVI, no debió ser una excepción.
almeriense, el morisco Diego Marín
Alpargatero de profesión, pero
pasó a ejercer labores diplomáticas en
también apicultor, Mayordomo vivía
las últimas décadas del siglo XVI. Tras
en Níjar, en las proximidades de uno
la guerra de las Alpujarras, Diego
de los espacios costeros del
Marín había ejercido como mediador,
Mediterráneo español preferidos por
desplegando una intensa actividad en
los corsarios norteafricanos para sus
torno al gran mercado de esclavos
actividades. En el año 1561, junto con
moriscos de las zonas de Vera y de su
otros moriscos, Mayordomo fue
Vélez Blanco natal. Poco tiempo
capturado por unos corsarios turcos
después, el 28 de noviembre de 1573,
cuando se disponía a visitar las
fue capturado por los corsarios que
colmenas que tenían instaladas en los
asaltaron la población de Cuevas de
campos de Níjar. Desde allí fue
Almanzora, y llevado a Tetuán junto
conducido hasta unas galeotas turcas
con otros 250 moradores de aquella
que se hallaban surtas en el cabo de
población. En 1577 fue liberado por el
Gata, en donde se negoció una alafía
sultán Abd-al-Malik, “por los servicios
—facilitada por el buen
que le había hecho”, actuando a partir
entendimiento en la lengua— en la
de esa fecha como agente de Felipe II
cual se concertó con los turcos en
en Marruecos y, desde mediados de
pagar 50 ducados por su rescate.
1579, como intérprete del embajador
Mayordomo se ofreció como mediador
de Felipe II en Marruecos, Pedro
para procurar el pago del rescate de
Venegas.
todos los moriscos apresados, además
Los cuatro años de cautiverio en
del suyo propio. Como garantía, en las
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Portada del Tratado de la redención de cautivos, de Jerónimo Gracián. Ediciones Espuela de Plata. Sevilla, 2006.
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■ La historia de Alonso Mayordomo,
Grabado coloreado por Bárbara Morón Macías de la citada obra de Pierre Dan.
Marruecos le debieron servir para el
galeotas quedaron sus compañeros
más cercanos, fundamentalmente merca-
Almorox en el norte de África. Estos merca-
aprendizaje de las tareas de mediación
moriscos, cuyo destino iba a ser pronto
LAS ALAFÍAS. El apresamiento de un cris-
cristiana”, sirvieron de escenario para
deres y moriscos asimilados. Por estos me-
deres solían moverse en torno a “piezas” de
en el rescate de cautivos. Sacerdote
vendido por la traición del hábil e
tiano por parte de los corsarios turco-ber-
unas negociaciones que tradicionalmente
dios, los familiares trataban de abreviar en
alta cotización en el mercado, que requerí-
“cristiano” en España, morisco que
improvisado mediador. Una vez
beriscos no siempre terminaba con el cau-
se conocían como “alafías”, una práctica
lo posible el tiempo de cautiverio y, si era
an una elevada financiación que solía ser
hablaba “algarabía”, conocedor de la
puesto en libertad, debió “olvidarse”
tiverio en tierras norteafricanas y en una
que se encuentra plenamente documenta-
factible, reducir el coste del rescate. Para lo-
aportada por los familiares de los cautivos,
realidad de las dos orillas del
de la suerte de sus convecinos
larga espera de meses o años hasta que lle-
da en las costas del reino de Granada desde
grar esto último, el camino más directo era
por los adelantos en concepto de limosnas
Mediterráneo, de la problemática de
moriscos, pues aunque vendió un
gase un rescate. A menudo, los cautivos
mediados del siglo XVI y que se incremen-
ponerse en contacto con los citados ladrones
de las autoridades político-militares de
los cautivos cristianos en el norte de
pedazo de huerta y obtuvo un
no fueron conducidos hasta Berbería, sino
tó tras la guerra de las Alpujarras como
de cautivos que vendían, como mercancía ro-
Granada y por el empleo de “rehenes” como
África, y de las familias cristianas en
préstamo de manos de Baltasar de la
que los corsarios trataron de negociar su
consecuencia del aumento de la actividad
bada, a precios inferiores de los fijados por
principal aval de sus operaciones. El nego-
las costas españolas, reunía todos los
Torre, cuando regresó a las naves no
rescate en las costas españolas, en las mis-
corsaria.
los propietarios de los cautivos.
cio de estos mercaderes radicaba en el bene-
requisitos para erigirse en un gran
las halló porque “la mar su puso brava
mas playas de captura, o todo lo más unas
A pesar de los escasos testimonios que
El rescate de cautivos, como operación
ficio resultante de la diferencia entre lo pa-
especialista de la mediación. Tras su
y marcharon las galeotas”. Poco
millas mar adentro. Los barcos, las calas
nos ha legado este especial sistema de res-
mercantil, funcionó no sólo en los enclaves
gado por los familiares de los cautivos y lo
regreso a Almería, recién liberado,
después compareció ante un escribano
más recónditas, e incluso la misma “tierra
cates, hemos podido reconstruir —a partir
norteafricanos sino también a este lado del
realmente abonado a los propietarios, ade-
muy pronto se puso a trabajar en el
público de Almería para otorgar poder
del análisis de testimonios notariales— los
Mediterráneo, en donde los mediadores
más de lo que ganaban con los préstamos
rescate de cautivos, llegando a
a Baltasar de la Torre, para que
fundamentos principales de las alafías. Por
fueron en su gran mayoría mercaderes que
que solían hacer a los familiares para el pa-
colaborar incluso con los frailes
concertase el rescate en caso de que los
trataban de obtener los máximos beneficios
go de los rescates. No obstante, su principal
mercedarios fray Rodrigo de Arce y
turcos “regresaran de nuevo a hacer
de su trabajo de mediación. Pero, dado que
riesgo siempre fue la falta de liquidez que
fray Luis de Matienzo, quienes fueron
alafía”. La mala conciencia, o tal vez la
se trataba de unos negocios muy especiales,
hizo que, en ocasiones, se aventurasen a
comisionados por Felipe II para el
amenaza de un pronto retorno de los
requerían un conocimiento muy preciso de
arriesgadas operaciones como la que dio
rescate de los cautivos de Cuevas. Muy
turcos sin haber saldado el pago de su
Los rescates de cautivos en las dos orillas del
rios y el lugar —el barco— en el que se halla-
los mecanismos de negociación y, sobre to-
con los huesos de Hernando de Jaén en los
poco tiempo después actuó como una
“libertad condicional”, pudieron ser
Mediterráneo y en el mar (alafías).
ban los que acababan de ser capturados. De
do, dominar la lengua de los vendedores de
baños de Argel.
de las personas de confianza del sultán
las razones que impulsaron a Alonso
en Kaiser, W. (ed.), Le commerce des
la celeridad en la negociación, y sobre todo,
Ahmad-al-Mansur, al tiempo que
Mayordomo a acudir a Baltasar de la
captifs…, Roma, 2008. pp. 201-225.
de la prontitud en reunir el dinero necesa-
Más información
lo general, eran negociaciones que se producían en un corto espacio de tiempo, en
las que quienes trataban de pagar el rescate
■ Andújar Castillo, Francisco
solían tener a la vista de sus ojos a los corsa-
cautivos. No de otra forma se puede explicar
Junto a los mercaderes, operaron como
que buena parte de los principales mediado-
intermediarios en el rescate de cautivos
ejerció como agente del rey de España
Torre, un hombre que, además de
res que operaron en el Reino de Granada en
moriscos asimilados, quienes, entre sus
en Marruecos.
trabajar como maestro de obras al
Prisioneros de los infieles. Vida y rescate de los
de los cautivos. El objetivo principal de los
el siglo XVI tuviesen un origen morisco.
múltiples actividades en el norte de África,
servicio del rey en la ciudad de
cautivos cristianos en el Mediterráneo
corsarios era traducir de inmediato a dinero
Así, en la década de los años 60 y 70, el
también se ocuparon del rescate de cauti-
Almería, debía compartía ese trabajo
musulmán (siglos XVI-XVII).
el valor de sus presas sin esperar a canjear-
intermediario más importante en el res-
vos. El caso más relevante fue el del cura
con el de mediador en las “alafías” que
Ed. Bellaterra. Barcelona, 2004.
las durante largo tiempo en el norte de Áfri-
cate de cautivos fue el mercader morisco
morisco, Diego Marín, un fascinante per-
el “Padre Puerto”, cuya ascendencia no es po-
periódicamente tenían lugar en la
Diego de Almorox, quien organizó una
sonaje que, amén de cautivo, actuó como
sible precisar, pero que estuvo durante largo
costa almeriense. Mientras tanto, los
L’esclavage en Mediterránée à l’époque
siguiendo en efectivo el valor de la mercan-
con
intérprete y embajador de Felipe II en Ma-
tiempo dedicado a “ir a Berbería”, antes in-
moriscos capturados trataron con los
moderne.
cía humana apresada, los corsarios podían
otro mercader granadi-
rruecos. Igualmente activo estuvo desde
cluso de que fuese comisionado por Felipe II
turcos sus rescates, “según uso de
Monográfico de la revista Cahiers de la
embolsarse el producto de sus presas sin te-
no, Hernando de Jaén,
mediados del siglo XVI un jesuita de Baza,
para el rescate de los cautivos capturados en
guerra entre ellos”.
Mediterranée, nº 65, 2002.
ner que dar cuenta a nadie de los beneficios
que actuó como “factor” de
conocido en todas las negociaciones como
la población almeriense de Cuevas en 1573.
compañía
mercantil
■ Martínez Torres, J. A.,
■ VV.AA.
rio para pagar el rescate, dependía el futuro
ca. Igualmente, como es presumible, con-
de su actividad. ■
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