8 ESPECTACULOS I Miércoles 28 de septiembre de 2011 MUSICA s FESTIVAL ALMAGRO Ecos de la nueva generación del 2x4 Resonancias, en la Alianza Francesa Osvaldo Peredo, en una de las características noches de El Boliche de Roberto MAURO ALFIERI El tango recupera la mística del barrio Continuación de la Pág. 1, Col. 2 sino lo que pasa con el folklore de la ciudad”, cuenta Daniel Ruggiero, bandoneonista, compositor e integrante del Cuasimodo Trío y uno de los organizadores del Festival Almagro. La segunda edición reunirá, a partir de hoy, más de veinte grupos y solistas en ocho escenarios distintos, que ofrecerán un panorama del tango hoy (ver agenda), y culminará con una gran milonga al aire libre en la plaza Almagro el próximo domingo. El festival nace de una “factoría indie” de ciclos organizados por músicos de la nueva generación como el TangoContempo y los Conciertos Atorrantes con sede en el Bar Sanata. Para expandirse sumaron, este año, a otras agrupaciones como los integrantes del ciclo El Tango Vuelve al Barrio (Castiello y Luna); Teatro Orlando Goñi (Astillero-Ciudad Baigón); Sesiones de Tango (Pablo Motta), la página Fractura Expuesta, (organizadores del Festival Independiente) y Violentango (organizadores del festival de músicos callejeros). “Principalmente, buscamos un lugar para dar visibilidad a los nuevos grupos y crear espacios propios para tocar, donde podamos hacer el tango que sentimos auténtico. Si mirás la programación, hay grupos que tienen repertorio propio, o arreglos y orquestaciones de su autoría. No hay clonaciones y eso es una política del festival. Nos sentimos afuera del tango oficial”, explica Ruggiero, hijo de Osvaldo Ruggiero, integrante de la célebre fila de bandoneones de la orquesta de Pugliese. Después de mucho buscar, el semillero tanguero está despertando el interés de un público nuevo y porteño fuera de las tanguerías for export. El Festival Almagro representa el saludable síntoma de un circuito incipiente con nuevas características y que se para en la esencia barrial para recuperar un espacio propio para el tango nuevo. Mucho tiene que ver en eso la incidencia de espacios como El Boliche de Roberto, un bar del 1800, enclavado en Bulnes y Sarmiento, cuyas legendarias noches animadas por el cantor Osvaldo Peredo recrearon la mística de un tango sin rasgos de souvenir. “El espacio tuvo mucha importancia en lo que está pasando hoy, quizá porque muchos pibes que vinieron a vernos se dieron cuenta de que acá no hay chamuyo. Eso es algo que me vienen a decir muchos de los pibes que ahora están en el festival y que venían al bar de Roberto a mamar del tango. Pero yo no me daba cuenta de todo lo que pasaba”, cuenta Peredo, el cantor de mil batallas en esas míticas trasnoches que se repetirán durante este festival. Todo lo que pasó durante estos años en ese bar forma parte de la AGENDA FESTIVAL Hoy A las 21. CAFE VINILO, Gorriti 3780. Viceversa. A las 23. CAFF, Sánchez de Bustamante 764. Cucuza y Moscato + Dema y su Orquesta Petitera. Mañana A las 21, SADEM. Av. Belgrano 3655. Boero, Gallardo, Gómez A las 24. Boliche de Roberto, Bulnes 331. Gratis. Osvaldo Peredo y Negro Falotico. A las 01. SANATA BAR, Sarmiento 3501. Entrada libre. Sesiones de tango con Pablo Motta. Pasado mañana A las 20. LA CASA DEL TANGO Guardia Vieja 4049. Quasimodo Trío y Víctor Lavallén. A las 23. SANATA BAR. Pablo Agri Cuarteto. A las 24. Milonga con Amores Tangos y DJ Pablo Nieto. Sabado 1° de octubre A las 19. MUSETTA CAFFE. Billinghurst 894. Entrada libre. Osvaldo Peredo. SANATA BAR. A las 20. Charla Nuevo Tango. 21.00. Pablo Grecco y Capotango 22.30. Astillero. 24. Violentango. DOMINGO 2 A LAS 14. PLAZA ALMAGRO. Gratis. Clases de baile y conciertos de Orquesta Conciertos Atorrantes. historia de esta generación tanguera y se transformó en el fiel representante de un decir espontáneo. “Creo que el lugar que es bien viejito llamó la atención de los pibes y, también, eso de cantar sin sonido les gustó mucho. Una vez probamos poner un sonido, pero parecía que cantaba desde un teléfono, así que seguimos sin micrófono. Mientras me dé la cuerda sigo”, cuenta Osvaldo Peredo, que transformó viejos tangos como “Marionetas”, “Moneda de cobre” o “Rubí”, en los inspiradores hits de otra generación. “Nosotros empezamos con Agustín y Roberto Medina [hijo del autor del tango «Pucherito de gallina»] y después se fue armando la cosa. Se hizo una bola enorme sin promoción, sin nada. Todo fue el boca a boca”, sostiene el cantor, que creció junto a leones como el “Polaco” Goyeneche en el Rincón de los Artistas. Contagiado por el espíritu de este presente, este gurú tanguero de la vieja escuela concede: “Veo que viene una onda de tango en los barrios, como era antes, y que no está relacionada con el negocio, porque ahora son todos tangueros para morfar y no por sentimiento. Pero esto tenía que pasar. Los pibes nuevos están destapando el tango que estaba escondido. Como decía un amigo, a la tradición la pueden esconder, pero en cualquier momento vuelven a salir los ancestros”. La búsqueda de un tango barrial y auténtico creó nuevos vínculos con otros grupos y solistas, que generaron sus propios espacios para replicar una atmósfera más natural y descontracturada. El efecto dominó llegó incluso a Villa Urquiza, donde emergió el bar El Faro. Desde allí, el ciclo El tango vuelve al barrio, motorizado por el cantor de tangos Cucuza Castiello y el guitarrista Moscato Luna, se suma al Festival de Almagro, participando en el escenario del CAFF y compartiendo un mismo espíritu barrial. “Creo que lo más interesante de todo lo que está pasando es que hay unas ganas de juntarse entre los músicos y crecer como movimiento. No se puede repetir lo que pasó en otro tiempo, pero lo que sí podemos hacer como generación es rescatar cosas esenciales de esa época y llevar el tango al barrio, para que recupere esa cosa popular en el mejor sentido de la palabra. En los ultimos años, barrios como Almagro están tomando la posta en ese sentido apuntalado por el trabajo de músicos jóvenes”, reflexiona el cantor de Urquiza. Lejos del circuito turístico y los precios en dólares, Almagro crece como un auténtico polo tanguero. El género finalmente encontró su lugar y como dice ahora el portavoz de la nueva generación Cucuza Castiello: “Creo que finalmente nos estamos haciendo cargo de que el tango hoy, somos nosotros”. El tango huele a espíritu adolescente y con ese pulso protagoniza la movida actual. El ciclo Resonancias, que comienza pasado mañana en la sede de la Alianza Francesa, Córdoba 946, busca ser un buen resumen de lo que pasa y un buen antídoto contra los nostálgicos del género. “Resonancias invita a descubrir las expresiones tangueras actuales con una selección de artistas que componen sus propias obras y las interpretan hoy. ¡El tango ha mutado otra vez! Poetas, compositores, intérpretes, una profusión de nuevas voces, escrituras y sonidos que se concentran y desarrollan para interpretar, representar y vivenciar la realidad urbana del siglo XXI. El presente ya llegó y hay que escucharlo”, dicen los organizadores del ciclo. La programación del ciclo abre con Daniel Melingo y Los Ramones del Tango, un referente del nuevo tango desde que apareció su primer disco, Tangos bajos, a fines de los noventa. El ex rockero le dio con sus letras lunfardas y su voz grave un nuevo devenir al género. Toca junto a su grupo los temas de su último disco, Maldito tango, pasado mañana, a las 20. Le seguirá un doble programa con Violentango y Astillero, el viernes 7 de octubre. Las dos agrupaciones se inscriben en una corriente de tango instrumental, áspero y oscuro, que despierta interés en un nuevo público. El viernes 14 actuarán la Orquesta Típica Agustín Guerrero y Sonia Posetti Sexteto. Un sonido sofisticado en la instrumentación y los arreglos delinea el trabajo de estas agrupaciones, con dos pianistas jóvenes e imaginativos. El ciclo cierra el viernes 21 con 34 Puñaladas y Altertango, donde el tango canción adquiere su estética más brumosa y rockera. Melingo y su tango maldito ARCHIVO MUSICA ((((( BUENO MUSICA s EN EL GRAN REX CONCIERTO Arturo Sandoval Un show montado para su lucimiento, en el que todo giró en torno a sus habilidades L CONCIERTO DEL TROMPETISTA CUBANO ARTURO SANDOVAL L BANDA: CON DOCE MUSICOS ARGENTINOS Y NUMEROSOS INVITADOS LSALA: GRAN REX Arturo Sandoval no es sólo un excelente trompetista, sino también, o ante todo, una celebridad. Su concierto del martes pasado en el teatro Gran Rex confirmó que las celebridades se sienten con licencia para hacer lo que se les dé gana. Y no está mal. Sobre todo para alguien como Sandoval, presentado como “el mejor trompetista del mundo”. No debe de ser nada fácil cargar con ese rótulo, que tiene mucho de cierto: es uno de los mejores y, además, es sinónimo del jazz latino, fundador del famoso grupo Irakere, amigo de una leyenda como Dizzy Gillespie, ganador de premios de todo tipo. Pero quizá sí haya un problema cuando el peso de la celebridad le gana al concepto que elige para mostrar lo que le pasa por el corazón y por la cabeza. El show del Gran Rex pareció montado más en función de mostrar todas sus habilidades, que son muchísimas, e incluso sus amistades, que en ofrecer un muestrario homogéneo y compacto de su indiscutible talento. Pasar de la salsa al bebop, del tango al bolero o del hard bop o al latin jazz sin escalas no permite que nadie se aburra, pero sí que la platea pueda quedar algo desorientada. No siempre en la variedad está el gusto. Ahí es donde se entiende que esa propuesta es precisamente rendir un culto a la celebridad. Un culto a sí mismo. Si se aceptan esas reglas de juego, el show se entiende mejor. Sandoval maravilló con la sonoridad y la digitación veloz de su instrumento y también se permitió tocar percusión, piano y hasta cantar. Y se mostró como un showman: hizo chistes, habló con el público, retó al iluminador, bailó, arengó a los músicos, imitó los instrumentos con su voz como la versión cubana de Bobby McFerrin. Hasta tal punto la estrella es él, y él lo sabe y lo hace notar a cada rato, que seguramente eso provocó que haya elogiado a los doce músicos argentinos que, “por primera vez”, lo acompañaron en su presentación porteña, pero se haya olvidado de identificarlos (ni siquiera figuraron en el programa de mano). Una lástima: nadie pudo enterarse de que esos excelentes artistas eran el pianista Alvaro Torres, el bajista Matías Méndez, el baterista Luis Ceravolo, el percusionista Juanjo Martínez, los trompetistas Ervin Stutz, Fabián Veglio y Sergio Wagner, los saxofonistas Christian Terán, Víctor Skorupsky y Alejo von der Pahlen, y los trombonistas Pablo Fenoglio y Juan Scalona. Sí fueron presentados los múltiples invitados a la fiesta de Sandoval. Como el bandoneonista Lautaro Greco, que se lució con “El día que me quieras”, junto con Sandoval; el trompetista Gustavo Bergalli (corresponsable de algunos de los mejores momentos de la noche, como su interpretación de “Joy Spring”, de Clifford Brown); las cantantes María Volonté, Valeria Lynch y Monica Mancini (hija del famoso compositor Henry Mancini); El español cantó tres noches consecutivas en Buenos Aires Bisbal y sus niñas El andaluz se presentó con un show acústico El trompetista cubano en una noche pasó por todos los ritmos el trompetista y conductor radial Gillespi; el empresario Jorge Fort, y hasta su productor y baterista Greg Field. Como una gran fiesta de celebridades diseñada por otra celebridad. Con el público porteño de testigo, que aplaudió calurosamente, aunque no se mereció el final: tras el último tema, la gente lo ovacionó durante más de ocho minutos a la espera del tradicional bis. Pero el trompetista, más celebridad que nunca, no apareció para saludar ni para agradecer. Ricardo Carpena David Bisbal, el chico de los rizos de oro que alcanzó la fama con su participación en Operación Triunfo España, presentó su show acústico en el Gran Rex, en una seguidilla de tres recitales dentro de la gira Sin mirar atrás tour. El viernes, apenas cinco minutos después de lo anunciado, las luces se apagaron y la silueta de Bisbal, junto con la de seis de sus diez músicos, apareció iluminada por candelabros con los primeros acordes de “Almería tierra noble”, con la que acercó sus raíces flamencas. Unos 3000 espectadores, mujeres maduras y jóvenes, algunas parejas y muy pocos hombres, lo ovacionaron de pie antes de que pudiera comenzar a cantar. “Muy buenas noches, mi Buenos Aires querido. Estáis todas guapísimas”, fueron sus primeras palabras. Con una sonrisa de publicidad, esmoquin negro y camisa blanca, Bisbal sedujo desde el comienzo del show a las fanáticas. “Siempre he soñado con una gira así, más íntima. Les voy a presentar a un David diferente. Señora, no se espere ni la patada ni la voltereta. Será un concierto en el que viaja- remos en el tiempo, a través de las canciones con las que nos hemos enamorado”, propuso el andaluz. Ninguna de sus seguidoras dudó en subirse al viaje musical que repasó éxitos de su repertorio, como “Dígale”, “Silencio” y “Cómo olvidar”, e incluyó versiones de “Lucía”, de Serrat; “En un rincón del alma”, de Cortez, y “Adoro”, de Manzanero. El concierto ganó efervescencia progresivamente hasta alcanzar su punto máximo con “Ave María”, “Mi princesa” y “Herederos”, momento en que, pese a la propuesta intimista, las fanáticas reclamaban mayor despliegue. Hábil, Bisbal les regaló movimientos de cadera y pelvis. Luego de algo más de dos horas de show, ya sin saco, con rodete y los primeros botones de su camisa desabrochados, el español se despidió: “¡Madre mía, qué noche! Muchas gracias, Buenos Aires, por haber recibido este nuevo sonido”. Es cierto, faltaron la patada y el baile. Pero, carismático y seductor, Bisbal volvió a enamorar a sus niñas. Daniela Pérez González