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El Derecho en la Vida Real Nº 1
Febrero
2013
Publicación periódica producida por la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho – FESPAD-
El calvario para la obtención de medicinas en el ISSS
Don Juan es un profesor jubilado, de 79 años
de edad, vive en Soyapango. Recibe una
pensión de $204.00 mensuales. Por su edad,
presenta varios padecimientos en su salud, por
lo que debe acudir con frecuencia a los
hospitales del Instituto Salvadoreño del Seguro
Social –ISSS-.
El 20 de febrero pasado, a las 7 de la mañana,
acudió al Hospital Amatepec, motivado por un
padecimiento en su oído izquierdo, que le
producía mareos, sordera y fuerte dolor; fue
atendido por un médico general quien a su vez
lo remitió a un otorrinolaringólogo, y le recetó
medicamentos para disminuir el dolor.
Con la receta que le proporcionó el médico, don
Juan, se trasladó a la farmacia del Hospital
Amatepec, hizo una larga fila para poder
depositar su receta en una caja de madera,
luego debió esperar a ser llamado por los
altoparlantes; transcurridos aproximadamente
unos 30 minutos, fue llamado a hacer
nuevamente una fila para recibir sus medicinas,
al llegar
a la ventanilla le dijeron que
lamentablemente del medicamento que le
recetaron no lo tenían, pero que seguramente
en la farmacia del Hospital General tendrían su
medicina.
Antes de desplazarse para la estación donde
abordaría el autobús que lo llevaría al Hospital
General; se recordó que le dieron referencia con
un médico especialista, por lo que debía
gestionar la cita. Nuevamente procedió a hacer
una prolongada fila, en la que tardó
aproximadamente unos 25 minutos, al llegar al
mostrador fue atendido por una enfermera
poco amable, quien en un libro y en la tarjeta de
citas que pidió a don Juan, anotó la fecha de la
cita con el especialista. Para sorpresa de don
Juan su cita fue programada para el 25 de junio
de 2013. Es decir, un poco más de cuatro meses
después desde ese día.
Sabiendo que la fecha de su cita no estaba
cerca, don Juan consideró que era
apremiante obtener los medicamentos para
atenuar el mareo y su dolor de oídos, por lo
que se dispuso a trasladarse hacia la farmacia
del Hospital General. Con dificultades logró
trasladarse. El local estaba lleno como de
costumbre, debió repetir el procedimiento
que siguió en el Hospital Amatepec: una fila
para entregar recetas, esperar a ser llamado y
hacer otra fila para recibir las medicinas.
Frente a la persona que despacha los
medicamentos recibió similar respuesta a la
anterior: le dijo que lamentablemente de ese
medicamento que le recetaron no tenían, pero
que le recomendaba que volviera dentro de
una semana, pues posiblemente en esa lo
tendrían.
No era la primera vez que a don Juan le
sucedía lo mismo. Ya estaba acostumbrado a
las largas filas y a las respuestas que daban
testimonio de la ausencia de medicamentos.
Don Juan decidió irse para su casa en
Soyapango, llegó casi al mediodía, justo a la
hora de iniciar el noticiero. Se sentó en su sofá y
encendió el televisor. Curiosamente, el canal
que sintonizó transmitía un anuncio del ISSS,
donde se asegura que cuatro han sido los logros
de la actual administración del ISSS: la
agilización de las citas; la buena atención a los
derechohabientes;
el
abastecimiento
de
medicamentos y la transparencia institucional.
Por un momento don Juan creyó que estaba
viendo un canal de televisión extranjero, o un
anuncio del Seguro Social de otro país. Sin
embargo, recordó que con los $204 de su
pensión apenas sobrevive, menos le podían
alcanzar para pagar televisión por cable. Sus
mareos, sordera y dolor aumentaron. Suspiró.
¿Qué señala la Constitución sobre la
seguridad social, aplicable a casos como el
de don Juan?
El artículo 50 de la Constitución estipula que
“La seguridad social constituye un servicio
público de carácter obligatorio. La ley regulará
sus alcances, extensión y forma.
Dicho servicio será prestado por una o varias
instituciones, las que deberán guardar entre sí
la adecuada coordinación para asegurar una
buena política de protección social, en forma
especializada y con óptima utilización de los
recursos.
Al pago de la seguridad social contribuirán los
patronos, los trabajadores y el Estado en la
forma y cuantía que determine la ley.
El Estado y los patronos quedarán excluidos
de las obligaciones que les imponen las leyes
en favor de los trabajadores, en la medida en
que sean cubiertas por el Seguro Social.
¿Qué dice la ley sobre la atención que
deben recibir los pacientes del ISSS?
La Ley del Instituto Salvadoreño del Seguro
Social, en su artículo 48, establece que “En caso
de enfermedad, las personas cubiertas por el
Seguro Social tendrán derecho... a recibir
servicios farmacéuticos...”
¿Qué derechos tienen los pacientes del
ISSS?
El ISSS, ha emitido su Carta de Derechos, en ella
se expresa que el ciudadano tiene derecho a
recibir atención adecuada, por lo que debe recibir
un trato amable y respetuoso del personal de la
institución, con consideración hacia sus intereses e
inquietudes y adaptación a sus circunstancias
psicológicas, sociales y culturales. Además, le
asiste el derecho a ser atendido en igualdad de
condiciones y sin discriminación alguna por
razones de sexo, lengua, religión, condición social,
nacionalidad, origen, opinión, etc.
También, la Carta de Derechos estipula que se tiene
derecho a una tramitación eficiente, La atención de
su solicitud en el orden de llegada o presentación y
a una tramitación ágil de los asuntos que le afecten,
que deberán resolverse en los tiempos establecidos
para cada diligencia, y a conocer, en su caso, el
motivo concreto del retraso.
¿Qué puede hacer don Juan en su caso?
Antes de todo, Don Juan debe estar consciente
que el acceso a servicios de salud, en su calidad
de cotizante al ISSS, es un derecho humano, y
que el Seguro Social está en la obligación de
proveérselos. En tanto ello, don Juan debe,
primeramente, exigir su derecho, para lo cual
debe
agotar
todos
los
mecanismos
institucionales que la actual administración del
ISSS ha creado como: acudir a los denominados
Punto Seguro, donde le verificarán la existencia
de medicamentos en sus farmacias generales;
también puede buscar ayuda en el departamento
de Trabajo Social de esa institución; además,
puede llamar a los números telefónicos que
conforman el llamado Contacto Seguro.
Si no resuelve internamente, don Juan debe
acudir a organizaciones de protección de
Derechos Humanos a presentar su demanda,
puede acudir a la Procuraduría para la Defensa
de los Derechos Humanos o a organizaciones no
gubernamentales. También, debería sumarse a
las organizaciones de derechohabientes del
ISSS, que, entre otras cosas, con sus demandas
buscan recibir una mejor atención médico
hospitalaria y ser atendidos de manera eficiente,
respetuosa, diligente y oportuna, como lo
establece la Carta de Derechos.
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