COMISIÓN EUROPEA Bruselas, 18.11.2015 COM(2015) 574 final

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COMISIÓN
EUROPEA
Bruselas, 18.11.2015
COM(2015) 574 final
INFORME DE LA COMISIÓN AL PARLAMENTO EUROPEO Y AL CONSEJO
Evaluación, enmarcada en el artículo 24, apartado 3, de la Directiva 2012/27/UE en
materia de eficiencia energética, de los avances realizados por los Estados miembros en
la consecución de los objetivos nacionales en esa materia para 2020 y en la aplicación de
las disposiciones de dicha Directiva
{SWD(2015) 245 final}
ES
ES
Índice
1.
Introducción .................................................................................................................................... 3
2.
Avances hacia el objetivo de eficiencia energética de la UE para 2020.......................................... 3
3.
Objetivos nacionales ....................................................................................................................... 4
4.
Tendencias del consumo de energía y evaluación de las medidas nacionales por sectores .......... 5
4.1.
Industria................................................................................................................................... 6
4.2.
Sector de la vivienda ............................................................................................................... 7
4.3.
Sector servicios........................................................................................................................ 8
4.4.
Sector público.......................................................................................................................... 9
4.5.
Sector del transporte............................................................................................................. 10
4.6.
Sector energético .................................................................................................................. 11
4.7.
Estado de la transposición de la DEE..................................................................................... 14
4.8.
Financiación........................................................................................................................... 14
4.9. Ahorro de energía final en 2016 requerido por la Directiva 2006/32/CE sobre los servicios
energéticos ........................................................................................................................................ 15
5.
CONCLUSIÓN ................................................................................................................................. 16
Anexo I................................................................................................................................................... 19
Anexo II.................................................................................................................................................. 20
2
1.
INTRODUCCIÓN
La Estrategia de la Unión de la Energía1 propugna un profundo replanteamiento del concepto
de eficiencia energética para equipararlo por derecho propio a una fuente de energía en sí
misma, equivalente al valor de la energía ahorrada. El énfasis en la eficiencia energética como
forma de moderar la demanda de energía no solo cumple los objetivos de seguridad del
suministro, competitividad y sostenibilidad, sino que además permite ahorrar costes tanto a
los consumidores como a la industria.
La Estrategia de la Unión de la Energía confirma el objetivo de eficiencia energética del 20 %
para 2020, lo que supone 1 086 Mtep menos de consumo de energía final o 1 483 Mtep menos
de consumo de energía primaria. Estas cifras constituyen la base para avanzar hacia una
reducción de no menos del 27 % antes de que finalice 2030. Tal reducción, sin embargo, se
revisará en 2020 con el propósito de llegar a un 30 %.
En 2014, la Comunicación de la Comisión sobre la eficiencia energética y su contribución a la
seguridad de la energía (COM(2014) 520 final) concluyó que la UE lograría un ahorro
energético de entre un 18 % y un 19 % en 2020. Desde entonces, sin embargo, los Estados
miembros se han esforzado más en la ejecución de la normativa de la UE en materia de
eficiencia energética y han podido así fijar objetivos más ambiciosos en esa materia (ahora el
ahorro de energía primaria previsto para 2020 se sitúa en un 17,6 %, en tanto que el pasado
año el objetivo contemplaba solamente un 16,4 %). En estas condiciones, la Comisión
mantiene la confianza de que se alcance el objetivo del 20 % siempre que se aplique
íntegramente la normativa de la UE y que los Estados miembros eleven su nivel de ambición
y las condiciones de la inversión en eficiencia energética sigan mejorando en toda Europa.
El presente Informe ofrece una evaluación de los pasos dados para la consecución de ese
objetivo y examina el nivel de aplicación de la Directiva 2012/27/UE relativa a la eficiencia
energética (en lo sucesivo, DEE). Recoge, asimismo, algunas recomendaciones que se dirigen
a los Estados miembros2 atendiendo a sus informes anuales y a sus planes nacionales de
acción para la eficiencia energética (en lo sucesivo, PNAEE). El Informe va acompañado de
un documento de trabajo de los servicios de la Comisión3 que describe con detalle los
indicadores que se han utilizado para medir los resultados.
2.
AVANCES HACIA EL OBJETIVO DE EFICIENCIA ENERGÉTICA DE LA UE PARA 2020
La reducción del consumo de energía a nivel de la UE ha logrado avances significativos. En
su conjunto, el consumo de energía final decreció un 7 % entre 2005 y 2013. Por su parte, el
consumo de energía primaria en ese mismo período disminuyó un 8 %, y las primeras
estimaciones muestran que esa tendencia a la baja continúo en 2014 para situarse en
1 516 Mtep4.
El consumo de energía final5 en la UE de los 28 bajó de los 1 186 Mtep de 2005 a
1 102 Mtep en 2012, pero aumentó a 1 105 Mtep al año siguiente. Esa subida de 2013 se
1
COM(2015) 80 final.
Tal y como dispone el artículo 24, apartado 3, de la Directiva 2012/27/UE relativa a la eficiencia energética.
3
Véase el documento SWD(2015) 245 final.
4
Véase el informe de la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) titulado «Trends and projections in
Europe 2015» (http://www.eea.europa.eu).
5
Por consumo de energía final se entiende la energía suministrada a la industria, el transporte, los hogares, los
servicios y la agricultura, excluido el abastecimiento al sector de la transformación de energía y a las propias
industrias energéticas.
2
3
debió principalmente a los aumentos registrados en Alemania, Austria, Bélgica, Chequia,
Eslovaquia, Francia, Hungría, Irlanda, los Países Bajos y el Reino Unido6.
9 El consumo de energía en la industria registró un descenso en términos absolutos,
pasando de 327 Mtep en 2005 a 275 Mtep en 2012 (-16 %). Globalmente, esta
tendencia a la baja se vio muy favorecida por la crisis económica, los efectos de la
reestructuración de las economías europeas y las medidas de eficiencia energética
adoptadas. Un año más tarde, sin embargo, este consumo llegó a 277 Mtep debido a su
aumento en varios subsectores industriales, principalmente el 6 % registrado en las
industrias extractivas.
9 En el sector de la vivienda, el consumo de energía final disminuyó en 2013 un 3 % en
comparación con el nivel de 2005.
9 En el sector servicios, aunque el consumo de energía final aumentó un 6 % entre 2005
y 2013, el valor añadido creado en el sector durante el mismo período creció un 11 %,
y esto dio como resultado una mejora de la intensidad energética.
9 Por último, en el sector del transporte, el consumo de energía final cayó un 6 % en
ese período. No obstante, el sector seguía representando en 2013 la mayor proporción
de consumo de energía final (32 %), seguido de la vivienda (27 %), la industria (25 %)
y los servicios (14 %) y correspondiendo el 2 % restante a otros sectores.
Por su parte, el consumo de energía primaria7 en la UE de los 28 pasó de los 1 709 Mtep de
2005 a 1 567 Mtep en 2013 y, pese al aumento registrado ese último año respecto de 2012 en
Alemania, Bélgica, Dinamarca, Eslovaquia, Estonia, Francia, Polonia y Portugal, las primeras
estimaciones indican que el consumo siguió descendiendo en 2014 para situarse en los 1 516
Mtep8.
9 Globalmente, el descenso registrado entre 2005 y 2013 por el consumo de energía
primaria de la UE de los 28 se debió primordialmente a la caída del consumo de
energía final, aunque influyó también el movimiento estructural del sector de la
producción de electricidad hacia patrones más renovables. En ese mismo período, el
consumo de energía del sector energético descendió un 13 % y las pérdidas de las
redes de distribución, un 8 %.
9 Por otra parte, el calor producido en las plantas de cogeneración de la UE de los 28
disminuyó un 9 %, pasando de los 46 Mtep de 2005 a 42 Mtep en 2013.
3.
OBJETIVOS NACIONALES
Los Estados miembros establecieron en 2013 a nivel nacional una serie de objetivos
indicativos en materia de eficiencia energética9. Un año más tarde, sin embargo, Austria,
Bulgaria, Chipre, Croacia, Eslovaquia, España, Grecia, Hungría e Italia fijaron en sus PNAEE
unos objetivos más ambiciosos para el consumo de energía final, basándose principalmente
en un mayor descenso de la demanda en la vivienda, los servicios, la industria y el transporte.
Los únicos Estados miembros que han comunicado a la Comisión objetivos de consumo de
6
En virtud del anexo XIV de la DEE, los Estados miembros están obligados a ofrecer en sus informes anuales
una explicación por sectores de los motivos del aumento que haya registrado, en su caso, el consumo de energía
(por ejemplo, crecimiento económico, condiciones climatológicas, etc.). Sin embargo, no todos los Estados
miembros han facilitado esa información.
7
Además del consumo de energía final, el consumo de energía primaria incluye también las pérdidas de
producción y transformación, el consumo del sector de la transformación de energía y las pérdidas de la red.
8
Véase el informe de la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) titulado «Trends and projections in
Europe 2015» (http://www.eea.europa.eu).
9
En virtud del artículo 3 de la DEE.
4
energía final menos ambiciosos son Malta y Polonia. El objetivo de eficiencia energética
pretende que el consumo de energía se disocie del crecimiento económico gracias a una
mayor eficiencia. Y, en este contexto, el nivel en el que se sitúan los objetivos indicativos
establecidos por Chipre, Croacia, Finlandia, Grecia, Italia, Portugal y Rumanía no son
suficientemente ambiciosos dado que el consumo de energía final proyectado es superior al
crecimiento que se prevé para el PIB entre 2014 y 202010.
En cuanto al consumo de energía primaria, Chipre, España, Francia, Grecia, Hungría,
Irlanda, Malta y Suecia han establecido en sus PNAEE de 2014 unos objetivos indicativos
más ambiciosos que los fijados inicialmente. De esos países, Francia, Malta y Suecia, además
de Alemania, Austria, Bélgica, los Países Bajos y el Reino Unido, han adoptado objetivos
particularmente ambiciosos a la vista del crecimiento del PIB que tienen previsto durante el
período 2014-2020. En cambio, Bulgaria, Croacia y Eslovaquia han disminuido el nivel de
ambición de sus objetivos y, en el caso de Croacia, Finlandia, Grecia y Rumanía, se observa
que los objetivos indicativos de consumo de energía primaria para 2020 consentirán un
aumento de este consumo más rápido que el crecimiento medio del PIB previsto entre 2014 y
202011.
En su conjunto, los Estados miembros no han logrado establecer unos objetivos nacionales de
eficiencia energética lo suficientemente ambiciosos como para garantizar a nivel de la UE la
consecución del objetivo del 20 %. La suma de los objetivos indicativos nacionales
corresponde a un ahorro de energía primaria igual al 17,6 % de lo que se preveía para 2020. Si
bien es cierto que ese porcentaje representa una mejora respecto del primer paquete de
objetivos que se notificó, su nivel sigue estando por debajo del objetivo de ahorro del 20 %
que debería alcanzar la UE en 2020. Hay que decir, no obstante, que los últimos datos de los
avances conseguidos parecen invitar a conclusiones más optimistas.
4.
TENDENCIAS
DEL CONSUMO DE ENERGÍA Y EVALUACIÓN DE LAS MEDIDAS
NACIONALES POR SECTORES
Para evaluar los avances de los Estados miembros en la consecución de sus objetivos
indicativos de eficiencia energética, la Comisión ha procedido a analizar sus PNAEE y sus
informes anuales, así como el conjunto de indicadores que se describe con más detalle en el
documento de trabajo de los servicios de la Comisión que acompaña al presente Informe12. El
análisis pone de manifiesto que entre 2005 y 2013 la mayor parte de los Estados miembros
redujo su consumo de energía primaria y final a un ritmo superior al que habría necesitado
entre 2005 y 2020 para poder alcanzar en ese último año sus objetivos de reducción. Las
excepciones fueron Alemania, Bélgica, Estonia, Francia, los Países Bajos, Polonia y Suecia
(en lo que atañe al consumo de energía primaria) y Alemania, Austria, Bélgica, Eslovaquia,
Estonia, Francia, Lituania y Malta (en lo que concierne al consumo de energía final)13.
10
En el documento SWD(2015) 245 final puede encontrarse un análisis detallado de esta cuestión.
En el documento SWD(2015) 245 final puede encontrarse un análisis detallado de esta cuestión.
12
Véase el documento SWD(2015) 245 final.
13
Dado que solo se dispone de datos de 2013, esta comparación no puede incorporar el impacto que puedan
tener en el cumplimiento de las nuevas obligaciones impuestas por la DEE las medidas de eficiencia energética
recientemente aplicadas, ni tampoco el efecto de algunas de las disposiciones que han adoptado en los últimos
tiempos las directivas del diseño ecológico, del etiquetado energético y de la eficiencia energética de los
edificios (2010/31/UE). La comparación, además, no permite evaluar de forma concluyente si los Estados
miembros están o no en vías de alcanzar sus objetivos indicativos de eficiencia energética para 2020. El motivo
de ello es que no es posible prever hasta 2020 los efectos (positivos o negativos) que puedan tener en el futuro
las transformaciones de la economía (como, por ejemplo, el aumento o la disminución de la actividad económica
11
5
Por lo demás, salvo en el caso de Estonia, la intensidad de energía primaria14 en el conjunto
de la economía descendió como media en todos los Estados miembros entre 2005 y 2013.
4.1.
Industria
El consumo de energía final de la industria descendió en términos absolutos, pasando de los
327 Mtep de 2005 a 277 Mtep en 2013 (-15 %). Aunque el descenso registrado entre 2008 y
2012 puede explicarse por la contracción de la actividad industrial y los cambios estructurales
de la industria, fueron sobre todo —con un impacto casi tres veces superior— las mejoras de
la eficiencia energética las que más contribuyeron a esa positiva tendencia15.
Dado que en la mayoría de los Estados miembros se prevé en los próximos años un
crecimiento de la economía, se precisará un mayor esfuerzo para disociar de ese crecimiento
el consumo de energía. Dicho esfuerzo, además, será tanto más necesario cuanto que los
precios más bajos del petróleo y el gas podrán disminuir en este sector el incentivo en favor
de las inversiones en eficiencia energética al prolongarse el plazo de amortización.
Existe una diferencia notable entre la intensidad energética de la industria de unos y otros
Estados miembros: la del país más intensivo, Bulgaria, es siete veces superior a la de los
países menos intensivos, que son Dinamarca e Irlanda. Con excepción de Grecia, Hungría,
Irlanda y Letonia, la mayor parte de los Estados miembros redujo entre 2005 y 2013 la
intensidad energética de sus sectores industrial y de la construcción.
El Régimen europeo de Comercio de Derechos de Emisión (en lo sucesivo, RCDE) ha sido en
los sectores industriales energéticamente más intensivos un fuerte impulsor de la eficiencia
energética. Además, la mayoría de los Estados miembros favorece la eficiencia energética de
la industria con incentivos financieros y medidas fiscales. También constituyen un
instrumento de política habitual en el sector industrial los acuerdos voluntarios. Hay nueve
Estados miembros que han celebrado con agentes industriales ese tipo de acuerdos. Se trata de
Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Irlanda, Luxemburgo, los Países Bajos, Portugal, Suecia y el
Reino Unido. Otros Estados miembros, en cambio, se sirven de instrumentos basados en el
mercado para ahorrar energía en el sector industrial. Tal es, por ejemplo, el caso de Italia y su
régimen de «certificados blancos» o el de Dinamarca y su régimen de ahorro energético
obligatorio.
La aplicación del artículo 8, apartado 4, de la DEE, que dispone que las grandes empresas
lleven a cabo auditorías energéticas a partir de 2015, puede ayudar al sector industrial a
diseñar medidas de eficiencia energética que sean rentables. Sin embargo, dado que cerca de
la mitad de los Estados miembros no le ha notificado aún ninguna norma nacional que venga
o un posible desplazamiento al sector servicios desde las industrias energéticamente intensivas), los cambios
registrados por los precios de la energía, el inicio de un proceso de sustitución de combustibles o las variaciones
que experimente el clima. Véase el informe de la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) titulado
«Trends and projections in Europe 2014» (http://www.eea.europa.eu/publications/trends-and-projections-ineurope-2014) y el documento de trabajo de los servicios de la Comisión SWD(2015) 245 final.
14
La intensidad energética se define como el consumo de energía primaria dividido por el PIB. En el estudio
titulado «Member States' Energy Dependence: An Indicator-Based Assessment» (ECFIN Occasional Papers 196,
Junio 2014), puede encontrarse un análisis de los factores que impulsan las mejoras de la intensidad energética.
15
PwC/Fraunhofer ISI/TU Wien (2014): este estudio evalúa el marco político que rige actualmente en la UE la
eficiencia energética y ofrece orientación sobre las opciones de política que pueden barajarse para hacer realidad
con eficacia de costes el potencial de eficiencia energética y de ahorro de energía existente hasta 2020 y más
allá.
Figura
18
(https://ec.europa.eu/energy/sites/ener/files/documents/2014_report_20202030_eu_policy_framework.pdf).
6
a transponer este requisito de la DEE, la Comisión ha iniciado contra ellos procedimientos de
infracción.
Es necesario también que los Estados miembros adopten para las pequeñas y medianas
empresas políticas que eliminen las barreras comerciales y que les permitan aprovechar todo
el potencial de eficiencia energética que tengan todavía a su alcance.
4.2.
Sector de la vivienda
También en el sector de la vivienda se redujo en términos absolutos el consumo de energía
final, que pasó de los 306 Mtep de 2005 a 296 Mtep en 2013 (-3 %), con un ligero aumento,
sin embargo, entre 2012 y 2013. El descenso global se debió principalmente a las medidas de
eficiencia energética y, en especial, a las adoptadas para reducir el consumo de energía de las
calefacciones16.
Entre 2005 y 2013 el consumo de energía por metro cuadrado disminuyó en todos los Estados
miembros, salvo en Italia, donde aumentó un 10 %, y en Estonia, donde se mantuvo
constante17. Este menor consumo por metro cuadrado puede explicarse por el establecimiento
de requisitos de eficiencia energética más estrictos para edificios, aparatos y tecnologías de
calefacción, pero también, en parte, por la progresiva aplicación de la Directiva de la
eficiencia energética de los edificios.
En cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 4 de la DEE, cada Estado miembro ha
preparado recientemente una primera estrategia de renovación a largo plazo para el conjunto
de su parque inmobiliario18. Aunque en algunas de esas estrategias falta cierta información
(por ejemplo, sobre edificios no residenciales, costes de inversión y fuentes de financiación),
se espera que su calidad mejore con motivo de su próxima actualización, que está prevista en
2017.
Para poder elevar la calidad de las medidas de renovación, es preciso que los oficios e
instaladores del sector reciban nueva formación y desarrollen sus competencias en aquellas
tecnologías nuevas y más eficientes que puedan sustituir a los equipos y procedimientos que
hoy se utilizan en la construcción y renovación. En 2013 y 2014 se inició ya en 21 Estados
miembros la aplicación de las hojas de ruta nacionales en materia de cualificación y
formación desarrolladas en el marco de la iniciativa «Build up skills» (desarrollo de
16
Véase el proyecto ODYSSEE‐MURE http://www.odyssee-mure.eu/publications/efficiency-by-
sector/household/household-eu.pdf.
17
Véase la base de datos del proyecto ODYSSEE‐MURE: http://www.indicators.odyssee-mure.eu/online-
indicators.html. El aumento registrado en Italia se debe a la revisión a la que se sometió el consumo de biomasa
de los últimos años de acuerdo con el proyecto ODYSSEE‐MURE (2015): «Energy Efficiency Trends and
Policies in Buildings».
Las estrategias de renovación a largo plazo de los Estados miembros están publicadas en la página siguiente:
http://ec.europa.eu/energy/en/topics/energy-efficiency-directive/buildings-under-eed.
18
7
capacidades)19. También se han contemplado otras medidas nacionales de formación en los
PNAEE. Estas distintas medidas, sin embargo, no resultan suficientes y sigue siendo
necesario redoblar los esfuerzos con objetivos concretos.
La eficiencia energética en el sector de la vivienda es objeto de acciones muy diversas, como,
por ejemplo, medidas reglamentarias y financieras o fiscales, medidas de información y
sensibilización, acuerdos voluntarios, inversiones infraestructurales (introducción de
contadores inteligentes), instrumentos de mercado, etc. La mayor parte de las medidas
reglamentarias se enmarcan en la aplicación de la Directiva de la eficiencia energética de los
edificios (por ejemplo, establecimiento de requisitos mínimos en la materia, emisión de
certificados para los edificios nuevos y para los ya existentes, inspecciones de calderas y
sistemas de climatización, etc.) y de la Directiva relativa al diseño ecológico (por ejemplo,
regulación de la eficiencia energética de aparatos y equipos).
Entre las medidas financieras y fiscales que apoyan la mejora de la eficiencia energética,
figura la concesión de ayudas y subvenciones. Hay un pequeño número de Estados miembros
(Alemania, Francia, Grecia, los Países Bajos y Portugal) que dispone de programas de
préstamos; algunos (además de esos cinco países, Dinamarca, Finlandia e Italia) ofrecen
desgravaciones fiscales para las mejoras de la eficiencia energética de los hogares, y otros seis
(Austria, Estonia y Suecia, junto a Alemania, Dinamarca y los Países Bajos) han establecido
para la energía una fiscalidad que pretende cambiar los hábitos de consumo y fomentar las
inversiones en eficiencia energética. Hay países, además, que están introduciendo en los
hogares contadores inteligentes (Austria, Chipre, Dinamarca, Finlandia, Francia, Grecia,
Irlanda, Letonia, Malta y el Reino Unido).
Los «sistemas de obligaciones de eficiencia energética» se centran principalmente en el sector
de la vivienda con el fin de lograr, en cumplimiento del artículo 7 de la DEE, un ahorro anual
de energía a nivel de usuario final del 1,5 %. En total, son dieciséis los países que han
adoptado ya o que proyectan adoptar un sistema de ese tipo. Todos los Estados miembros
(salvo Dinamarca, Portugal y Suecia) han optado por aplicar las excepciones autorizadas para
alcanzar la reducción máxima permitida del 25 %20, lo cual disminuye la cantidad de ahorro
de energía que se realizará hasta 2020. La Comisión reconoce también la insuficiente
aplicación del artículo 7 en algunos países. Esto se explica porque en muchos de ellos se sigue
dependiendo de viejas medidas, se pospone la aplicación de las medidas notificadas, se
sobrestiman los ahorros previstos o no se tienen correctamente en cuenta los efectos solapados
de las diferentes políticas. Tal situación obligará a la Comisión a seguir muy de cerca la
aplicación que se dé a ese artículo.
Los Estados miembros deben informar mejor a los consumidores de las opciones de eficiencia
energética que tienen a su alcance y han de aplicar a los consumidores particulares unas
mejores condiciones de inversión que permitan elevar los bajísimos niveles de renovación que
registra actualmente el parque inmobiliario existente en Europa. En este sector se necesitan
medidas bien orientadas dado que, frente a las subidas de los precios de la energía, los
hogares tienen una capacidad de respuesta menor que la de, por ejemplo, las industrias
energéticamente intensivas. También es preciso dirigir a los consumidores más vulnerables
medidas específicas que les permitan afrontar con efectividad el problema de la pobreza
19
Véase www.buildupskills.eu.
La DEE permite ciertas excepciones para reducir el porcentaje anual de ahorro de energía que se requiere a
nivel de usuario final, es decir, el 1,5 %. Como dispone su artículo 7, apartado 2, se puede excluir del cálculo del
porcentaje de referencia la energía empleada para las actividades industriales enumeradas en el anexo I de la
Directiva 2003/87/CE y se puede también contabilizar el ahorro procedente de acciones anteriores o el ahorro
obtenido en los sectores de la transformación, distribución y transporte de energía.
20
8
energética y que mejoren sus niveles de vida. Serían beneficiosas en este sentido la concesión
de préstamos sin intereses o la adopción de medidas que permitiesen abordar el dilema
propietario-inquilino.
4.3.
Sector servicios
El consumo de energía final del sector servicios registró un aumento en términos absolutos,
pasando de los 144 Mtep de 2005 a 153 Mtep en 2013 (+6 %). No obstante, el consumo de
energía creció más despacio que el valor añadido de ese mismo periodo (+11 %).
Globalmente, la intensidad energética del sector servicios de la UE (normalizada con el
indicador grados-día de calefacción ) disminuyó un 4 % entre 2005 y 2013, lo que constituye
una tendencia muy positiva. Particularmente importante fue la disminución registrada en
Austria (20 %), Hungría (26 %), Irlanda (37 %) y Portugal (21 %). En cambio, Bulgaria,
Croacia, España, Finlandia, Grecia, Italia y Luxemburgo aumentaron en 2013 su intensidad
energética en comparación con los niveles de 2005.
La mayoría de las medidas reglamentarias que se han adoptado en el sector de la vivienda se
aplica también en el sector servicios.
Por lo demás, teniendo en cuenta el crecimiento que se prevé en este sector, los Estados
miembros deberán afrontar sus diferentes retos con medidas adecuadas que permitan
mantener en toda la UE la positiva tendencia a la baja que presenta hoy la intensidad
energética.
4.4.
Sector público
El artículo 5, apartado 1, de la DEE dispone que cada uno de los Estados miembros renueve
cada año el 3 % de la superficie total de los edificios con calefacción y/o sistema de
refrigeración que tenga en propiedad y ocupe su Administración central o que alcance
anualmente un ahorro equivalente. Dieciocho Estados miembros han decidido dar
cumplimiento al artículo 5 con medidas alternativas (por ejemplo, medidas que ofrezcan a los
ocupantes de los edificios incentivos para cambiar sus hábitos de consumo), mientras que los
demás han optado por el enfoque estándar de renovar el 3 % de la superficie total. Los
Estados miembros están obligados a comunicar en sus informes anuales la superficie total de
los edificios que no cumplían el año anterior los requisitos del citado artículo 5, apartado 1, y
la superficie renovada o la cantidad de energía ahorrada durante ese año en virtud de los
apartados 1 y 6 de ese mismo artículo. La mayoría de los Estados miembros facilitó alguna
información sobre este extremo en sus informes anuales de 2015, pero Eslovenia, Francia,
Grecia, Hungría y los Países Bajos no lo hicieron21. Es cierto que en la mayoría de las
ocasiones se suministraron los datos pertinentes sobre la superficie total de los edificios que
no cumplían los requisitos de eficiencia energética exigidos en el artículo 5, pero es cierto
también que en la mayor parte de los informes anuales faltaron o se recogieron sin claridad
los datos referentes al ahorro resultante de las renovaciones (o de las medidas alternativas)
que desde el 1 de enero de 2014 han de aplicarse obligatoriamente a los edificios que son
propiedad de la Administración central. Por lo tanto, no siendo posible todavía evaluar si los
Estados miembros cumplieron o no en 2014 las obligaciones que les impone el artículo 5 de la
DEE, la Comisión sujetará a un estrecho seguimiento la aplicación dada a dicho artículo.
Por disposición del artículo 6 de la DEE, los Estados miembros deben garantizar que las
Administraciones centrales adquieran solamente productos, servicios y edificios que tengan
un alto rendimiento energético. Todos ellos han presentado las medidas adecuadas para
21
Véase http://ec.europa.eu/energy/en/topics/energy-efficiency/energy-efficiency-directive/national-energyefficiency-action-plans.
9
asegurarse de que esto se haga así, pero, en el caso de los PNAEE de Bélgica, España e Italia,
no se encuentra ninguna medida para conseguir que otros organismos públicos hagan lo
mismo. La Comisión ha emprendido un estudio para evaluar la efectividad de esa disposición.
Los resultados provisionales ponen de manifiesto que los agentes responsables de la
contratación pública no entienden bien los requisitos de eficiencia energética que han de
cumplir y que la transposición de los requisitos del citado artículo 6 no ha concluido todavía
en algunos países. Además, dado que, según los Estados miembros, hay otros obstáculos que
dificultan los avances en este tema (falta de capacidades y de conocimientos prácticos en
materia de eficiencia energética de la contratación pública, ausencia de directrices claras,
escasez de herramientas prácticas y deficiente claridad de los criterios existentes para las
evaluaciones de la contratación pública), la Comisión analizará las formas de asistir mejor a
los Estados miembros en la aplicación de esa disposición.
4.5.
Sector del transporte
El consumo de energía final del transporte22 en la UE de los 28 descendió de los 370 Mtep de
2005 a 349 Mtep en 2013 (-6 %). Este descenso incluye un aumento del 4 % entre 2005 y
2007, pero una rápida caída desde ese último año (-9 % entre 2007 y 2013).
Se considera que alrededor del 40 % de la caída registrada durante el período 2007-2013 se
debió a la crisis económica, que supuso una estabilización del tráfico de pasajeros y una
disminución del de mercancías. El 60 % restante tuvo su causa principal en las mejoras que
registró la eficiencia energética de los vehículos de pasajeros como resultado de los niveles
más estrictos de CO2 y de las políticas de transporte específicas adoptadas por los Estados
miembros (notificadas también en algunos casos como medidas de transporte enmarcadas en
el artículo 7 de la DEE para reducir el consumo de energía final)23.
Las caídas más importantes que conoció en 2005-2013 el consumo de energía final del sector
del transporte se dieron en España, Grecia e Irlanda. El consumo creció ligeramente en
Alemania, Croacia y Finlandia y considerablemente en Eslovaquia, Eslovenia, Lituania,
Malta, Polonia y Rumanía24.
Se observa, por otra parte, que en 2013 la proporción correspondiente al transporte colectivo
de pasajeros se incrementó en la mitad de los Estados miembros (Austria, Bélgica, Croacia,
Chequia, Eslovenia, España, Finlandia, Grecia, Hungría, Luxemburgo, los Países Bajos,
Portugal, el Reino Unido y Suecia), en tanto que en el resto aumentó la proporción de
turismos25. En cuanto al transporte de mercancías, hubo once Estados miembros (Alemania,
22
Excluidos los servicios de transporte por tuberías.
23
Véase el proyecto ODYSSEE‐MURE (2015): «Trends and policies for energy savings and emissions in
transport» (disponible en: http://www.odyssee-mure.eu/publications/br/energy-efficiency-in-transport.html).
24
La mayor parte de ese aumento tuvo su origen en el transporte por carretera. Toda comparación entre los
Estados miembros tiene que realizarse con prudencia, dado que el consumo de energía final se basa más en la
cantidad de combustible vendida que en la utilizada dentro del territorio de un país. Por lo tanto, además de la
eficiencia energética, entran en juego también otros factores distintos, como, por ejemplo, la medida en que un
Estado miembro sea «país de tránsito» en el transporte por carretera o centro de operaciones en el transporte
aéreo. En el momento actual, no se dispone todavía de estadísticas oficiales (por ejemplo, sobre el reparto de la
energía final entre el transporte de pasajeros y el de mercancías) para poder ofrecer unos indicadores de
intensidad energética útiles y fiables, pero más adelante se estudiarán con mayor detenimiento las posibilidades
de contar con más datos.
25
No ha podido disponerse de ningún dato de Chipre ni de Malta.
10
Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Italia, los Países Bajos, Portugal, Rumanía, el Reino
Unido y Suecia) donde aumentó en 2013 frente a los niveles de 2005 la proporción del
realizado por ferrocarril y vías navegables interiores.
Los Estados miembros apoyan la eficiencia energética en el transporte público y privado con
diversas medidas: impulsando la mejora de esa eficiencia en los vehículos y la reducción de
las emisiones de CO2 de conformidad con las normas de la UE en la materia, propiciando el
paso a unos medios de transporte más respetuosos del medio ambiente (por ejemplo, el
ferrocarril y otros medios de transporte público), facilitando información a los consumidores y
promoviendo cambios en sus hábitos de consumo.
Para el transporte público, hubo varios países (Bulgaria, Chequia, Dinamarca, Francia, Italia,
Letonia, Portugal, el Reino Unido y Suecia) que comunicaron en sus PNAEE medidas
encaminadas al fomento del ferrocarril. Dinamarca, además, ha establecido para los taxis una
serie de requisitos de eficiencia energética y, al igual que Bulgaria, Chequia, Grecia e Italia,
ha decidido también la ampliación de su red de metro. Por su parte, Bélgica, Irlanda y
Portugal han informado de las medidas adoptadas para promover el cambio modal, el uso del
transporte público y los desplazamientos en bicicleta o a pie. En cuanto al transporte privado,
entre las medidas adoptadas figuran la mejora de la eficiencia energética del parque
automovilístico, las ayudas concedidas para el uso de vehículos eléctricos, con motor de
hidrógeno o con bajo consumo de combustible, el establecimiento de carriles para bicicletas y
otras medidas más. En concreto, hay incentivos financieros para la adquisición de vehículos
energéticamente eficientes en Croacia, España (para vehículos eléctricos) y los Países Bajos,
mientras que Dinamarca ofrece incentivos fiscales a los propietarios de vehículos eléctricos o
con motor de hidrógeno y a aquellos que cambien sus vehículos por otros con bajo consumo
de combustible. Asimismo, en Finlandia, los Países Bajos y el Reino Unido existen medidas
para promover cambios en los hábitos de los consumidores (en el caso de los Países Bajos,
cursos de formación para los conductores), en tanto que en Francia se proyecta impulsar el
paso del transporte de mercancías a modos más respetuosos del medio ambiente, como el
transporte ferroviario, el marítimo o el que hace uso de la navegación interior.
4.6.
Sector energético
El descenso del consumo de energía primaria en los últimos años se debió a la disminución
del consumo de energía final, a la aplicación del Régimen europeo de Comercio de Derechos
de Emisión y al cambio estructural registrado en el sector energético, cambio que consistió en
el paso de la energía térmica a otras fuentes de energía más renovables.
La eficiencia del sector energético no solo es fundamental para poder alcanzar los objetivos
de eficiencia energética de 2020, sino que contribuye también fuertemente a la seguridad del
suministro y a la descarbonización. Para alcanzar esa eficiencia, además del Régimen europeo
de Comercio de Derechos de Emisión, pueden contribuir a ella las políticas específicas de
eficiencia energética, como, por ejemplo, las destinadas a aumentar la proporción de calor y
electricidad producida en centrales de cogeneración altamente eficientes, las impulsoras de las
redes urbanas de calefacción y refrigeración o las de fomento de las fuentes de energía
renovables.
Los Estados miembros han aumentado en los últimos años sus esfuerzos en favor de las
energías renovables. En 2013, la cuota combinada de estas energías en la UE era del 15 % (las
estimaciones para 2014 la sitúan en un 15,3 %), y esto contribuyó a una reducción del
11
consumo de energía primaria, dado que la mayor parte de las fuentes de energía renovables
tiene una eficiencia de transformación del 100 %26.
El artículo 24, apartado 6, de la DEE dispone que los Estados miembros faciliten información
sobre la cantidad de electricidad y de calor que se produzca en plantas térmicas y,
particularmente, en centrales de cogeneración. Se sabe así que en la UE de los 28 el calor
producido en esas centrales descendió un 9 % entre 2005 y 2013, pasando de 46 a 42 Mtep.
Sin embargo, dada su contribución a la eficiencia energética y a la productividad industrial, es
preciso que los Estados miembros redoblen sus esfuerzos para aumentar de forma especial la
cuota producida en las centrales de cogeneración de alto rendimiento.
Por último, el artículo 14 de la DEE establece un marco para propiciar las inversiones en
sistemas urbanos de calefacción y refrigeración que sean eficientes. En nueve Estados
miembros se registró una tendencia positiva: en ellos, la producción media de esos sistemas
aumentó entre 2005 y 2013, pero, en los otros doce Estados miembros que disponen de
sistemas urbanos de calefacción, pudo observarse en ese mismo período una tendencia a la
baja27. Frente a esa tendencia y para poder explotar plenamente todo el potencial de eficiencia
energética del sector energético, es de capital importancia que se aplique íntegramente el
artículo 14 y que los Estados miembros efectúen y notifiquen antes de que finalice 2015 las
evaluaciones completas a las que están obligados (analizando su potencial para el uso de la
cogeneración de alta eficiencia y de sistemas urbanos de calefacción y refrigeración
eficientes).
26
27
Véase el Informe de situación en materia de energías renovables [COM(2015) 293 final].
No ha podido disponerse de ningún dato de Chipre, España, Grecia, Irlanda, Italia, Malta y Portugal.
12
Recuadro 1: Buenos ejemplos en algunos Estados miembros
•
•
•
•
•
•
Algunos Estados miembros han integrado sus ambiciosos objetivos nacionales de eficiencia
energética en una estrategia global a largo plazo. Tal es el caso del Plan Nacional de Acción
para la Eficiencia Energética (PNAEE) de Alemania o la ley sobre transición energética
aprobada recientemente en Francia.
El Fondo Nacional para la Protección del Medio Ambiente, creado en Polonia, apoya con éxito
numerosos proyectos de eficiencia energética en diversos sectores. Además, incluye un capítulo
de formación y contempla la participación de las autoridades locales y regionales, lo que
contribuye a dar a la eficiencia energética un amplio apoyo en todos los niveles.
Rumanía ha puesto en marcha en los últimos años un Programa de mejora de la eficiencia
energética en los hogares y comunidades con bajos ingresos a fin de combatir eficazmente la
pobreza energética. El programa ha permitido que unos 160 000 ciudadanos rumanos vivan hoy
en bloques de apartamentos energéticamente más eficientes y paguen facturas de calefacción más
baratas. En Irlanda se ha establecido un programa similar denominado Mejor energía y mejor
calefacción en los hogares («Better Energy Warmer Homes»).
Muchos Estados miembros han establecido con éxito estrategias destinadas a reducir su consumo
de energía primaria. Así, por ejemplo, Malta está mejorando sus plantas eléctricas, al tiempo que
invierte en nuevas capacidades de generación eficientes; el Gobierno británico aplica una
estrategia de apoyo al desarrollo de nuevos sistemas urbanos de calefacción en ciudades que
todavía carecen de ellos; y Alemania, Bélgica e Italia han adoptado amplios regímenes de apoyo
para la creación de plantas de cogeneración de alto rendimiento.
Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Irlanda, Luxemburgo, los Países Bajos, Portugal, el Reino Unido
y Suecia han celebrado ya acuerdos voluntarios de eficiencia energética con el objetivo de
reducir el consumo de energía y de aumentar la competitividad del sector industrial. Austria ha
creado con éxito una Agrupación para la Construcción Respetuosa del Medio Ambiente con el
fin de incrementar la productividad, competitividad e innovación de las empresas del sector de la
vivienda en la Baja Austria. En Suecia, por ejemplo, las empresas pueden recibir para la
electricidad una exención fiscal de cinco años si participan en un régimen voluntario que les
obliga a efectuar una auditoría energética, a poner en práctica con un plazo de amortización de
menos de tres años las medidas que se hayan determinado en esa auditoría y a aplicar un sistema
de gestión de la energía.
En fin, Bulgaria, Chequia, Dinamarca, Francia, Italia, Letonia, Portugal, el Reino Unido y Suecia
han notificado ya una serie de medidas que, entre otras cosas, se dirigen al transporte por
ferrocarril con el fin de mejorar la infraestructura ferroviaria, de electrificar las vías y de
intensificar el uso de los sistemas de transporte ferroviario de viajeros.
13
4.7.
Estado de la transposición de la DEE
La transposición legal de la DEE no se ha completado aún en muchos Estados miembros, y
esto, además de impedir a algunos la consecución de sus objetivos indicativos nacionales de
2020, imposibilita el correcto desarrollo de los mercados de la eficiencia energética e impide
que consumidores y agentes del mercado puedan aprovechar todos los beneficios de esa
eficiencia. Para que en 2020 se hayan alcanzado en la UE de los 28 los objetivos fijados en
materia de energía y clima, es fundamental que el marco normativo actual de la eficiencia
energética se aplique íntegra y correctamente. Por ello, para garantizar una transposición
cabal y completa, habrá que redoblar los esfuerzos en este tema y dar curso a los
procedimientos de infracción iniciados por la Comisión.
Hasta la fecha, la Comisión ha enviado a los Estados miembros 27 cartas de emplazamiento y
20 dictámenes motivados por no haberle notificado toda la legislación nacional necesaria para
transponer cada uno de los requisitos de la DEE. Además, ha iniciado con los 28 Estados
miembros contactos bilaterales para requerirles un nivel adecuado de información sobre la
aplicación del artículo 7 de la Directiva.
4.8.
Financiación
El mercado de la eficiencia energética presenta un fuerte potencial de inversión, pero, hoy por
hoy, sigue siendo pequeño, está fragmentado, (se considera) arriesgado y (especialmente en el
caso de las grandes renovaciones de edificios o de las inversiones en eficiencia que superan
los tres años de amortización) se apoya fundamentalmente en subvenciones directas o
indirectas.
Los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos (Fondos EIE) constituyen la fuente de
financiación más importante de la UE en este ámbito. En el último marco financiero
plurianual (2007-2013), la UE asignó alrededor de 6 100 millones EUR (2 % del total del
Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) / Fondo de Cohesión) al tema prioritario de
la Eficiencia energética, cogeneración y gestión energética. Más de la mitad de esa
asignación (3 400 millones EUR) se destinó específicamente a la eficiencia energética en
edificios públicos y viviendas. Hay que señalar que, en ese período de 2007-2013, el 90 % del
apoyo prestado por los Fondos EIE a la eficiencia energética se concedió en forma de
subvenciones, en tanto que los préstamos representaron únicamente un 8 %.
También en el período financiero 2014-2020 hay un alto porcentaje de la financiación
disponible destinado a la eficiencia energética. Concretamente, de los 45 000 millones EUR
disponibles, se calcula que 13 300 se utilizarán para impulsar la eficiencia energética en
edificios públicos y viviendas, con casi 1 millón de hogares subvencionados. Además, se
asignarán 3 400 millones EUR para apoyar la eficiencia energética en las empresas —con una
atención especial a las pequeñas y medianas—, lo que permitirá mejorar el rendimiento
energético de más de 50 000 de ellas. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que, para
movilizar estos fondos y hacer frente a las necesidades de inversión en eficiencia energética
(más de 100 000 millones EUR anuales28), se requerirán proyectos de alta calidad y la
participación de las fuentes de financiación privadas. Por lo tanto, los Fondos EIE supondrán
una nueva estrategia: sus subvenciones solo se utilizarán para cubrir lagunas de financiación,
es decir, los gastos de inversión de un proyecto que no puedan financiarse dentro de un plazo
razonable con el ahorro de energía esperado o los costes necesarios para dar respuesta a
problemas sociales como el de la pobreza energética. Más que para la concesión de
subvenciones, los instrumentos financieros deberán utilizarse a partir de ahora para reducir los
costes de financiación de aquellos proyectos que estén próximos a la rentabilidad. Los fondos
28
Véase www.eefig.eu.
14
públicos y privados tendrán que colaborar entre sí para atraer capital privado y posibilitar más
y mayores inversiones en eficiencia energética29. En este contexto, la UE duplicará en el
período 2014-2020 el uso de los instrumentos financieros en forma de créditos, garantías o
capital, esperando que este cambio estimule la financiación privada y ayude a la realización
de proyectos de pequeña escala, que son los que predominan en el ámbito de la eficiencia
energética.
Además, la creación en 2005 del Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas (FEIE) permite
que los Estados miembros y los promotores de proyectos puedan acceder a recursos
suplementarios para mejorar y ampliar los regímenes de apoyo a la eficiencia energética
(incluidos los cofinanciados por los Fondos EIE). En este contexto, será particularmente útil
reunir diversos proyectos en el marco de operaciones de inversión de mayor envergadura.
Aunque la situación general del mercado ha mejorado en lo que concierne a los préstamos al
consumo y a los créditos hipotecarios, la financiación de la eficiencia energética se enfrenta
todavía a problemas fundamentales. En la UE, las inversiones se ven influenciadas por las
condiciones macroeconómicas y por la política de bajos tipos de interés del Banco Central
Europeo (BCE). Dado que la mayoría de los bancos europeos no ofrecen productos
específicos para las inversiones en eficiencia energética, puede pensarse que los tipos de
interés aplicados a los préstamos que, entre otras cosas, financian también medidas en ese
ámbito están siguiendo la tendencia a la baja de los tipos de interés bancarios preconizada
desde el BCE. Por ejemplo, las últimas estadísticas del BCE indican que los tipos de interés
de los préstamos al consumo concedidos a los hogares (con activos de garantía o avales) en
agosto de 2015 oscilan entre un 3,30 % y un 4,53 % (dependiendo de que se trate de un tipo
variable o fijo). Estos tipos han descendido alrededor de un 22 % en el último año. Se
observa, por lo demás, la falta de confianza del mercado en unas inversiones en eficiencia
energética a mayor escala que puedan considerarse como una «clase de activo» específica.
Tales inversiones y su financiación tienen que apoyarse en bases más amplias —lo que
incluye un flujo de caja de los operadores «liberado» (debido a los menores costes de la
energía) y un valor del activo incrementado (debido a su mayor rendimiento energético)— y
han de contar con el respaldo de un marco de inversiones a largo plazo que sea previsible.
4.9.
Ahorro de energía final en 2016 requerido por la Directiva 2006/32/CE sobre los
servicios energéticos
La Directiva 2006/32/CE dispuso que los Estados miembros fijaran —y se esforzaran por
alcanzar— para 2016 un objetivo indicativo nacional de ahorro energético final de al menos
un 9 %. La mayor parte de las disposiciones de esa Directiva ha sido sustituida por otras
disposiciones más precisas contenidas en la DEE. Sin embargo, las relativas al objetivo del
9 % no se derogarán hasta 2017. Entre ellas figura la que requería que los Estados miembros
facilitaran en sus PNAEE de 2014 información sobre el objetivo de ahorro que se hubiesen
fijado para 2016. En el marco de esa disposición, diecinueve Estados miembros han
confirmado que cumplirán su objetivo ese año, en tanto que los PNAEE de otros siete Estados
miembros no dejan claro si podrán alcanzarlo o no30.
29
Las subvenciones solo deberán utilizarse cuando no funcione la financiación comercial (grupos con bajos
ingresos, viviendas sociales, pobreza energética). Es necesario que las subvenciones se combinen con los canales
de financiación comerciales a fin de que los productos financieros finales resulten atractivos al mercado.
30
Dado que los PNAEE finales de Hungría y Rumanía no se notificaron hasta 2015, no se ha realizado todavía
un análisis detallado de su contenido.
15
5.
CONCLUSIÓN
El presente Informe indica que, además de varias medidas de política de la UE (como, por
ejemplo, las relacionadas con el diseño ecológico, el etiquetado, el RCDE o las normas
aplicables a los vehículos), los Estados miembros han puesto en marcha ya medidas de
eficiencia energética en los sectores industrial, de la vivienda, de los servicios, del transporte
y de la producción de energía. Los planes nacionales de acción para la eficiencia energética
(PNAEE) ponen de manifiesto que la mayor parte de los Estados miembros ha aumentado sus
esfuerzos, incrementando las medidas de eficiencia energética ya existentes o introduciendo
otras nuevas.
Teniendo presente que, para poder alcanzar los objetivos que se ha fijado para 2020, la UE de
los 28 necesita que su consumo de energía primaria se reduzca anualmente como media
11,9 Mtep (2,7 Mtep expresados en consumo de energía final) respecto de los niveles de
2013, puede concluirse que, pese a los avances conseguidos en los últimos años, se precisan
aún esfuerzos suplementarios, especialmente en los sectores de la vivienda, el transporte y la
producción de energía. Los indicadores de rendimiento del período 2005-2013 que se han
utilizado en el presente Informe para analizar la situación de la eficiencia energética muestran
grandes diferencias entre los Estados miembros (y ello pese a que la mayoría de ellos haya
mejorado a nivel europeo). Las excepciones más importantes son el crecimiento del consumo
de energía final registrado entre 2012 y 2013 y la contracción que sufrió de 2005 a 2013 la
cantidad de calor producida en centrales de cogeneración.
Si bien es cierto que algunos Estados miembros han elevado recientemente (hasta un total
combinado del 17,6 %) sus objetivos indicativos de eficiencia energética expresados en
consumo de energía primaria, la UE de los 28 se sitúa en su conjunto por debajo del nivel
del 20 % requerido. Para poder cubrir la diferencia hasta el objetivo de 2020 expresado en
consumo de energía primaria, es preciso que los Estados miembros redoblen sus esfuerzos a
fin de alcanzar, o de superar, sus objetivos nacionales de eficiencia energética. Es conveniente
observar que algunos Estados miembros (Alemania, Austria, Bélgica, Francia, Malta, los
Países Bajos, el Reino Unido y Suecia) se han fijado ya objetivos particularmente ambiciosos.
En cambio, Croacia, Finlandia, Grecia y Rumanía han establecido para 2020 objetivos menos
ambiciosos a la vista del crecimiento que prevén para su PIB en el período 2014-2020. En el
caso de esos países, una nueva evaluación podría hacerles comprender la conexión entre un
mayor nivel de eficiencia energética y una mejora de su seguridad del suministro, de su
competitividad y de su sostenibilidad.
Son muchos los Estados miembros que han establecido con éxito estrategias para reducir su
consumo de energía primaria. Hay, sin embargo, algunos (Alemania, Bélgica, Estonia,
Francia, los Países Bajos, Polonia y Suecia) que tendrán que recortarlo en 2014-2020 a un
ritmo superior al de 2005-2013 si desean cumplir antes de que finalice 2020 los objetivos
indicativos que se han fijado para ese consumo.
En cuanto al consumo de energía final, el análisis contenido en este Informe muestra, desde
2005 en adelante, una tendencia a la baja en la mayoría de los Estados miembros. No cabe
duda de que, además de las políticas de eficiencia energética, ha contribuido también a esta
tendencia la crisis económica. Algunos países (Alemania, Austria, Bélgica, Eslovaquia,
Estonia, Francia, Lituania y Malta) se han fijado para 2020 unos objetivos de consumo de
energía final que exigirán en 2014-2020 niveles de reducción superiores a los alcanzados en el
período 2005-2013. Esos países dependerán de que se refuerce la aplicación de sus sistemas
de obligaciones de eficiencia energética del artículo 7 de la DEE o la de medidas alternativas
que permitan a los consumidores ahorrar energía final y dinero tanto a corto como a largo
plazo.
16
Pasando revista a los distintos sectores a nivel de Estado miembro, resulta alentadora la
positiva tendencia global que se observa en la intensidad energética final de la industria en la
mayoría de los Estados miembros. No obstante, debe señalarse que la intensidad que registra
el país más intensivo es siete veces superior a la del menos intensivo. Además, hay algunos
países (Chipre, Grecia, Hungría, Irlanda y Letonia) que deberían seguir el positivo ejemplo
dado por otros Estados miembros para invertir la tendencia al alza de la intensidad energética
final de su industria.
En el sector de la vivienda, la mayoría de los Estados miembros ha reducido últimamente su
demanda de energía con medidas de eficiencia energética que han contribuido a que los
hogares puedan alcanzar el mismo nivel de confort que antes pero por menos dinero. En
países como Bélgica, Eslovenia, Estonia, Italia, Letonia, Malta, Polonia y Rumanía, donde el
consumo medio de energía per cápita ha registrado un aumento en los últimos años, los
consumidores deberían beneficiarse de la mayor atención prestada a las políticas de reducción
del consumo en este sector. En general, para que los consumidores puedan —y sepan cómo—
reducir su consumo de energía, es preciso que todos los Estados miembros les informen mejor
de las distintas opciones de eficiencia energética y mejoren para ellos las condiciones de
inversión que permitan elevar el bajísimo índice de renovación actual del que es objeto el
parque inmobiliario existente en Europa. Además, se precisan medidas muy específicas para
que los consumidores puedan hacer frente con efectividad al problema de la pobreza
energética.
En cuanto al sector servicios, dado el crecimiento que se espera en él, sería útil adoptar
medidas de eficiencia energética específicas que contrarrestaran el aumento del consumo de
energía final del sector y permitieran así mantener en él la positiva tendencia a la baja que
presenta la intensidad energética a nivel de la UE. No obstante, Chipre, Bélgica, España,
Finlandia, Francia, Grecia, Italia y Luxemburgo deberían establecer o reforzar medidas para
compensar el reciente aumento que ha registrado la intensidad energética de su sector
servicios.
En el sector del transporte, debe impulsarse el uso del transporte público de pasajeros y la
cuota del transporte de mercancías por ferrocarril y por vías navegables interiores. Pese a las
recientes mejoras de la eficiencia energética y a la reducción de la demanda de energía, la alta
cuota total que representa el transporte en el consumo de energía final de la UE de los 28
impone la necesidad de adoptar más medidas de eficiencia energética para poder cumplir los
objetivos de 2020. La Comisión, por lo tanto, recomienda que los Estados miembros apliquen
con firmeza las medidas de transporte descritas en sus PNAEE y adopten nuevas acciones
para disminuir el consumo de energía del sector. Hay que pensar, asimismo, que la acción de
los Estados miembros para promover combustibles alternativos, vehículos/buques eficientes e
infraestructuras conexas (siguiendo los requisitos de la Directiva 2014/14/UE) ayudará
todavía más a mejorar la eficiencia energética del transporte. La Comisión, además, ha
anunciado en la hoja de ruta de la Unión de la Energía una comunicación que, abordando las
medidas necesarias para descarbonizar el transporte, vendrá a complementar los esfuerzos de
los Estados miembros.
En general, los Estados miembros tienen que redoblar sus esfuerzos de eficiencia energética
para garantizar que, con el cumplimiento de sus objetivos indicativos para 2020 o, incluso,
con su superación, la Unión Europea pueda alcanzar antes de que finalice ese año su objetivo
de reducción del 20 %. A tal fin, es indispensable llegar a una aplicación íntegra y completa
del marco normativo europeo en materia de eficiencia energética. Esto posibilitará el
desarrollo del mercado de los servicios de eficiencia energética y la eliminación de los
obstáculos de mercado que dificultan actualmente las inversiones en esa eficiencia. También
serán fundamentales, por tratarse de dos políticas interconectadas que se refuerzan entre sí, la
17
aplicación del marco normativo que regula la reducción de los gases de efecto invernadero en
el sector no sujeto al RCDE, entre otros, o la Reserva de estabilidad del mercado adoptada
recientemente para el sector que sí cubre ese régimen.
Con la vista puesta en los objetivos de 2030, la Comisión evaluará en 2016 la forma de
mejorar el marco actual de la eficiencia energética. A tal fin, se basará en la revisión a la que
ya se ha sometido el marco de la eficiencia energética de los productos, atendiendo también a
la importante contribución de dos Directivas, a saber, la de la eficiencia energética de los
edificios y la relativa a la eficiencia energética (especialmente su artículo 7). Esta evaluación
ayudará a todos los interesados (autoridades nacionales, regionales y locales, empresas del
ramo de la eficiencia energética, instituciones financieras, consumidores, etc.) a explotar de
forma rentable todo el potencial de ahorro de energía a largo plazo que será necesario para la
consecución de las metas y objetivos que deberá alcanzar la UE en 2030 y 2050 en los
ámbitos del clima y de la energía.
La Comisión continuará sujetando a un estrecho seguimiento los avances que realicen los
Estados miembros en la consecución de sus objetivos indicativos nacionales de eficiencia
energética de 2020 y en la aplicación de la DEE. Además, procederá a actualizar anualmente
su evaluación como parte del Estado de la Unión de la Energía.
La Comisión invita al Parlamento Europeo y al Consejo a expresar su opinión sobre esta
evaluación.
18
ANEXO I
Cuadro 1: Objetivos indicativos nacionales de eficiencia energética para 2020
Nivel absoluto [en Mtep] del consumo de energía en 2020 notificado por los
Estados miembros en 2013, en los PNAEE de 2014 o en notificaciones separadas
remitidas a la Comisión Europea en 2015
Estado miembro
Consumo de energía PRIMARIA
Consumo de energía FINAL
31,5
43,7
16,9
11,5
2,2
39,6
17,8
6,5
35,9
219,9
276,6
24,7
24,1
13,9
158,0
5,4
6,5
4,5
0,7
60,7
96,4
22,5
43,0
16,4
7,3
119,8
43,4
177,6
25,1
32,5
8,6
7,0
1,8
25,3
14,8
2,8
26,7
131,4
194,3
18,4
14,4
11,7
124,0
4,5
4,3
4,2
0,5
52,2
71,6
17,4
30,3
9,0
5,1
80,1
30,3
129,2
Suma de los objetivos
indicativos de la UE-28
1 526,9
1 077,5
Objetivo de la UE-28
para 2020
1 483
1 086
Austria
Bélgica
Bulgaria
Croacia
Chipre
Chequia
Dinamarca
Estonia
Finlandia
Francia
Alemania
Grecia
Hungría
Irlanda
Italia
Letonia
Lituania
Luxemburgo
Malta
Países Bajos
Polonia
Portugal
Rumanía
Eslovaquia
Eslovenia
España
Suecia
Reino Unido
Situación a 7.10.2015
19
ANEXO II
Cuadro 2: Indicadores de conjunto
Tendencia en la consecución del
objetivo de 2020
Nivel de ambición para 2020
Tendencia a corto plazo
Intensidad
energética en el
conjunto de la
economía
Hogares
Industria
Transporte
Sector servicios
Producción de energía
Variación entre
Variación entre
Variación entre
2005 y 2013 del
2005 y 2013 de la 2005 y 2013 de la
rendimiento de la
Variación media
Variación media
Variación media cuota de trenes,
cuota del
Variación media
producción
anual en 2005anual en 2005anual en 2005autocares,
ferrocarril y de la anual en 2005térmica de
2013 de la
2013 de la
2013 del CEF
autobuses y
navegación
2013 de la
electricidad (ratio
intensidad
producción de las
total del sector
trolebuses en el
interior en el
producción de
electricidad
energética del
centrales de
del transporte, en
transporte de
transporte de calor en centrales
producida /
sector servicios,
calefacción
%
viajeros, en
mercancías, en de cogeneración
combustible
en %
urbanas, en %
puntos
puntos
consumido), en
porcentuales
porcentuales
puntos
porcentuales
0,0
1
-1,4%
-0,4%
-0,7%
-1,0%
0,10
0,7%
2,4
8
7,8%
2,74
38,3%
-3,2%
1,2%
-0,2%
Variación media
Nivel de ambición Nivel de ambición
Tendencia del
Tendencia del
anual en 2005del objetivo de
del objetivo de
CEP en 2005CEF en 2005Variación media
2013 del
consumo de
consumo de
Variación media Variación media
2013 en
2013 en
Variacion del
Variacion del
anual de la
consumo de
energía primaria
energía final
de la intensidad
anual en 2005comparación con comparación con CEP de 2013 en CEF de 2013 en
intensidad
energía por m2
Estado miembro (CEP) en 2020 en (CEF) en 2020 en
energética de la 2013 del CEF per
con correcciones
la necesaria en
la necesaria en comparación con comparación con energética del
comparación con comparación con
industria en 2005cápita de los
climáticas en
2005-2020 para
2005-2020 para el de 2012, en % el de 2012, en % CEP en 2005las estimaciones las estimaciones
2013, en %
hogares, en %
kep/m2, en %
alcanzar el
alcanzar el
2013, en %
del PIB para 2014- del PIB para 2014(Fuente:
objetivo de 2020 objetivo de 2020
2020
2020
Odyssee)
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Fuente: Eurostat, DG ECFIN, Odyssee-Mure.
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