Dioselina Tibana y la cocina politica

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Dioselina Tibaná y
la cocina de la
Política
Tatiana Saavedra Flórez
Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales
Departamento de Humanidades
Grupo de Investigación POIESIS
Jorge Humberto Peláez Piedrahita, S.J., Rector
Ana Milena Yoshioka, Vicerrectora Académica
Luis Fernando Granados, S.J., Vicerrector del Medio Universitario
José Ricardo Caicedo Peña, Decano Académico de la Facultad HCS
La obra y la autora:
Dioselina Tibaná y
la cocina de la
Política
Tatiana Saavedra Flórez
Asesor de la investigación:
James Cortés Tique
Doctor en Estudios Ibéricos e Iberoamericanos, Universidad Michel de Montaigne, Bordeaux III,
profesor de la Escuela de Estudios Literarios, Universidad del Valle
ISBN: 978-958-8856-06-3 ISBN-e: 978-958-8856-07-0
© Sello Editorial Javeriano
Ignacio Murgueitio - [email protected]
Diseño gráfico: Patricia Mejía
Oficina de Multimedios Javeriana Cali
Ilustraciones y concepto carátula:
Julio Reyes
Carátula: Jaime Garzón y Dioselina Tibana. Dibujo digital/ imagen basada en la versión de
los personajes de “Quac, el noticero” emitidos por la Programadora RTI.
2013
Saavedra Flórez, Tatiana
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política / Tatiana Saavedra Flórez - Santiago de Cali: Pontificia
Universidad Javeriana, Sello Editorial Javeriano, 2013.
198 p. : il. ; 25 cm.
Incluye referencias bibliográficas.
ISBN: 978-958-8856-06-3 - ISBN-e: 978-958-8856-07-0
1. Garzón Forero, Jaime Hernando, 1960-1999 - Crítica e interpretación 2. Tibaná, Dioselina (Personaje ficticio) 3. Ciencia política - Historia y crítica - Colombia 4. Sátira - Aspectos políticos - Colombia
5. Análisis del discurso - Aspectos políticos - Colombia 6. Colombia - Política y gobierno - Anécdotas,
chistes, sátiras, etc. I. Pontificia Universidad Javeriana (Cali). Facultad de Humanidades y Ciencias
Sociales. Departamento de Humanidades
SCDD 320.9861 ed. 23
CO-CaPUJ
malc/13
Agradecimientos
Quiero manifestar mi gratitud a las personas que apoyaron
la realización de este trabajo: a James Cortés Tique, Doctor en
Estudios Ibéricos e Iberoamericanos, de la Universidad Michel de
Montaigne, Bourdeaux III, y profesor de la Escuela de Estudios
Literarios de la Universidad del Valle, por guiar y asesorar esta
investigación, por su permanente crítica y su amistad.
A Gabriel Jaime Pérez, S. J., porque la luz de sus manos y
sus palabras iluminaron mi camino en el momento más oscuro.
Al Dr. Antonio De Roux R., porque me enseñó a confiar, a
valorar y a proyectar mi trabajo. A Manuel Ramiro Muñoz, por la
confianza, la comprensión y el respaldo durante su jefatura del
Departamento de Humanidades. A Luz Adriana López, por su
compromiso con el desarrollo del grupo de investigación y por su
amistad. A mis compañeros de trabajo, quienes contribuyeron,
en diferentes momentos, con sus creativas interpretaciones de las
recetas de Dioselina.
A Marisol Garzón Forero por presentarme al Jaime Garzón
detrás de Dioselina Tibaná, a su “hermano del alma”.
A Miguel Ángel Herrera Zgaib, profesor de la Universidad
Nacional de Colombia, y a Pedro E. Valenzuela G., profesor de
la Pontificia Universidad Javeriana Bogotá, por la cuidadosa
y pertinente evaluación realizada a esta propuesta editorial;
evaluación que además me permitió dimensionar, desde otras
perspectivas, los aportes de esta investigación y las posibles vías
para dar continuidad al trabajo analítico.
A mis padres y hermanos, quienes, aún en silencio, cultivaron
mi pasión por las historias, aquellas que, como en el universo
ficcional de “Quac”, nos narran la cotidianidad que resulta casi
inverosímil.
Toda mi gratitud a mi familia, y particularmente al abuelo
Luis, porque en sus manos gravita el mapa de mis sueños.
Santiago de Cali, 2013
A Laura Sofía, quien nació de la risa y la pasión,
se arrulló con el fino olor de la ironía y se alimentó
con el dulce veneno de Diosa desde sus primeros días.
A Javier: porque el amor y el humor nos hacen cómplices…
todos los días.
A Jaime Garzón y a Dioselina Tibaná
¡Por su gran risa, que aún me duele!
In memoriam
“Todo comenzó con la risa
de los niños y terminará con
ella”
Mañana de Ebriedad
Arthur Rimbaud
Contenido
Agradecimientos............................................................................. 3
Introducción................................................................................. 13
Algunas precisiones teóricas..................................................... 16
Una definición de la ironía desde los presupuestos
de la nueva retórica................................................................. 17
La ironía en el marco actancial................................................. 21
Capítulo I
Dioselina Tibaná en el reparto de personajes de “Quac,
el noticero”................................................................................... 25
“Quac, el noticero”: el poder en tela de juicio................................ 27
El reparto del poder...................................................................... 31
La instancia política................................................................. 32
La instancia judicial................................................................. 33
La instancia económica............................................................ 33
La instancia militar.................................................................. 34
La Iglesia................................................................................. 34
La instancia ciudadana............................................................. 35
La cocina teatral, los signos encabalgados...................................... 38
El discurso en escena: el Doctor Gordito habla a través
de Dioselina.................................................................................. 40
Cocina de palacio, cocina popular, desván..................................... 43
El Edificio Colombia y la cocina: mundo englobante y
mundo englobado......................................................................... 47
La cocina como símbolo cultural y distintivo de un pueblo....... 51
Cocina y chisme: una pareja frecuente..................................... 51
Cocina e intimidad.................................................................. 53
Las cocinas del narcotráfico...................................................... 54
Función de los sememas de cocina en el dramatizado
de Dioselina Tibaná................................................................. 55
Capítulo II
Las instancias política y ciudadana en el marco actancial............... 61
La aparente superioridad del manipulador..................................... 64
El esquema narrativo canónico: la supremacía de la instancia
ciudadana sobre la instancia política, según la perspectiva de Hannah
Arendt.......................................................................................... 66
Acción política individual y acción grupal................................ 68
En búsqueda de los anti-sujetos.................................................... 75
El Menú: La Carta Constitucional de 1991................................... 80
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná............. 99
El discurso de Dioselina: el chisme como marco retórico y
el secreto como estrategia........................................................... 103
El tema del secreto y Dioselina como “agente doble”............. 108
Los roles de base del proceso de la comunicación irónica.............. 115
El ironizante.......................................................................... 118
“Mija”................................................................................... 119
El ingenuo y el cómplice........................................................ 121
El ironizado........................................................................... 126
El guardián de la ley.............................................................. 128
Una taxonomía política, según Dioselina Tibaná......................... 133
Una poética de la norma en Dioselina Tibaná............................. 137
Norma estética...................................................................... 139
Norma ética.......................................................................... 141
Norma tecnológica................................................................ 144
Uso y expansión del frame culinario en función
evaluativa.............................................................................. 149
Una lectura en movimiento del esquema narrativo de
la comunicación irónica............................................................... 154
Un mismo personaje (o narrador) puede acumular
diferentes posiciones actanciales............................................. 161
Algunas posiciones actanciales pueden ser
representadas o no................................................................. 166
La representación de las posiciones actanciales
puede pasar por diferentes medios: semióticos,
figurativos o textuales............................................................ 167
Los puestos actanciales pueden cambiar e
intercambiarse entre los personajes a lo largo del texto........... 170
Conclusiones generales................................................................ 173
Bibliografía................................................................................. 185
Anexo: Quac, el libreto............................................................... 187
Introducción
Dioselina Tibaná, la cocinera del Palacio de Nariño,
una mujer oriunda de Purificación, Tolima, se convierte en
un personaje que trasciende el ámbito ficcional de “Quac, el
noticero” para ingresar en la vida de aquellos colombianos que
nos sentimos no sólo inconformes, sino ante todo “manoseados”
por el quehacer político de lo que fue, en su momento, el gobierno
del presidente Ernesto Samper Pizano (1994-1998). El humor
político, como apuesta de “Quac, el noticero” hace su incursión
a través de la ironía del discurso de Dioselina, que raya con el
sarcasmo y que recrea estéticamente la crisis de representación
que tiene el presidente Samper y la decadencia de un gobierno
signado por el escándalo y el espectáculo de la corrupción de
sus protagonistas. Dioselina, “la Fogonera mayor”, se convierte
entonces en la vocera de los ciudadanos “de abajo”, a quienes
encarna con toda su sensibilidad y con su singular manera de
proyectar en los dramas propios de la “cocinera” del Edificio
Colombia, la soledad –casi risible– de la instancia ciudadana
frente a los abusos de aquellos que detentan el poder político y
económico en Colombia.
El discurso de la ironía política que pone en escena una
excepcional poética de la norma en este personaje es, entonces,
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Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
el propósito de este trabajo analítico de investigación y la
semiótica discursiva el eje conceptual mediante el cual se analiza
la narratividad política presente en la acción ciudadana que
Dioselina Tibaná ejemplifica. Dioselina conecta, a su manera,
la estética y la política en la coyuntura del Proceso 8.000, en
Colombia, mediante un sustancioso menú que cuestiona, de
manera ingeniosa, el drama nacional del poder presidencial.
La relación entre el poder político y el poder mediático son
los dos ingredientes obligados en las recetas que Dioselina
prepara; recetas mediante las cuales este personaje participa en
la cocción de novedosas formas de interpretación de la crisis que
protagonizó, durante sus cuatro años, el gobierno del presidente
Samper y cuyos ecos avivan aún nuestro fogón nacional.
Varias motivaciones preceden esta investigación. Para
empezar, y creo que como muchos colombianos, comparto el
cariño que suscita este personaje inventado por Jaime Hernando
Garzón Forero y el equipo de “Quac, el noticero”; trabajo que
descubro como un corpus pertinente para el estudio de la ironía
en el discurso político al encontrarme con la tesis doctoral Quac
el noticero, humour, burlesque et méta-journalisme en Colombie (Cortés,
2008). Esta tesis contaba, entre sus propósitos de fondo, rescatar
la memoria de Jaime Garzón, asesinado el 13 de agosto de 1999,
mediante un trabajo crítico de su propuesta artística que buscaba
recuperar la vitalidad de la fuerza del humor de Garzón como un
símbolo de la resistencia del pueblo colombiano; propósito que
comparto y al cual decidí sumarme mediante la profundización
sobre Dioselina, uno de los personajes encarnados por este
humorista, que tuvo una inmensa acogida por los colombianos,
tanto por su agudeza crítica para leer el escenario político de la
época, como por su tierna manera de hacernos sentir a la vez
víctimas y cómplices del caos social que sólo su risa podía mitigar.
Inspirada en esta investigación, realicé un trabajo en el marco
de la Maestría en Literatura Colombiana y Latinoamericana,
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
15
que luego fue publicado con el nombre de La “Fogonera mayor”
incendia la cocina de Palacio (Saavedra, 2009: 13-34). Durante
la realización de ese trabajo hallé un camino que me permitía
fusionar mi formación como Comunicadora Social-Periodista con
mi pasión por la literatura. Ese punto intermedio, ese puente,
facilitó el paso de lo serio1, los noticieros de televisión, a lo
lúdico ficcional, “Quac, el noticero”. El descubrimiento de dicha
posibilidad de mediación me permitió el abordaje de una forma
narrativa (los guiones de “Quac, el noticero”) que, aunque por
lo general es considerada como “paraliteratura”, constituye un
objeto de estudio interesante y sugerente, cuyo análisis posibilitó
la obtención de valiosos hallazgos acerca de las relaciones que
se establecen entre estética y política en el contexto del humor
metaperiodístico2 (Cortés, 2008) en Colombia. Aquel trabajo de
la maestría fue el punto de partida para intentar otras aventuras,
como la presente, en la que ensayo adentrarme en el análisis de la
ironía narrativa y en la poética de la norma en los dramatizados
de Dioselina Tibaná.
En consecuencia, el corpus en torno al cual se articula esta
investigación es el integrado por los guiones que ponen en escena
1 Desde la perspectiva trabajada por James Cortés Tique (2008) la distinción
se produce no entre lo factual y lo ficcional, sino entre la ficción lúdica y la ficción
seria. Al respecto de estos dos regímenes, el profesor James Cortés señala lo siguiente:
“en el primer régimen, siguiendo la perspectiva pragmática de Jean-Marie Schaeffer,
hablaremos de fingimiento-lúdico-compartido para aludir a la ficción explícita, y, en
contrapartida, podemos hablar del realismo-factual-autenticado, para aludir a relatos
ubicados en el régimen de lo serio, cuya pretensión es construir mundos en los que
los hechos son garantizados como reales” (Cortés-Tique, 2008). Este segundo tipo de
narraciones están sometidas a la prueba de la verdad jurídica y, a menudo, la sanción
moral, pruebas a las que, a priori, no es sometida la ficción explícita. (Cortés-Tique,
James, Las voces de la objeción de conciencia, ponencia, 2008, Texto inédito). Con base
en esta distinción, los noticieros de televisión son ejemplo de dispositivos discursivos
y narrativos que se enmarcan en el dominio de la “ficción seria”, mientras que “Quac,
el noticero” corresponde a la ficción lúdica, en tanto se evidencia una transformación
intencional con respecto al dispositivo “serio”, que tiene como propósito configurar un
efecto de ironía.
2 El concepto de metaperiodismo es retomado de la tesis doctoral: Quac el
noticero, humour, burlesque et méta-journalisme en Colombie (2008) del profesor de la
Escuela de Literatura de la Universidad del Valle, James Cortés Tique.
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Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
al personaje Dioselina Tibaná: cocinera del Palacio de Nariño en
la ficción de “Quac, el noticero”, recopilados en el documento
Quac, el libreto3 (Lozano & Morales, s.f.) y en el libro Edificio
Colombia. Antología de los libretos del programa de televisión “Quac, el
noticero” 1995-1997. (Morales & Lozano, 2006)
De forma complementaria, se analizan los aspectos
generales de algunos capítulos del dramatizado televisual, con
el propósito de situar, de manera operativa, el escenario de
desarrollo de la propuesta narrativa y caracterizar los aspectos
teóricos fundamentales relativos a la construcción del referente
/la Cocina de Diosa/ y del universo simbólico en que se inserta
esta figuración.
Algunas precisiones teóricas
Aunque el presente trabajo de investigación tiene un
énfasis analítico y no teórico, el rigor nos impele a definir los
lugares disciplinarios en los cuales habremos de posicionarnos.
En primer lugar, es preciso decir que nuestro trabajo se posiciona,
prioritariamente, en la perspectiva narrativa esbozada por
Philippe Hamon, la cual se inscribe en el campo de la semiótica
de la Escuela de París. En segundo lugar, no podemos olvidar
que la tradición crítica ha intentado definir la función retórica y
narrativa de la “ironía” desde Aristóteles, sin que, no obstante, se
haya llegado a un consenso definitivo a este respecto. El campo
que ha abordado con más detalle a la ironía ha sido el de la
retórica, al que recientemente se han sumado la pragmática y la
nueva retórica.
3 Documento inédito, escrito por Miguel Ángel Lozano y Antonio Morales
Riveira, que recoge los guiones que sirvieron de base para las emisiones de “Quac, el
noticero”.
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
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Una definición de la ironía desde los presupuestos
de la nueva retórica
Ekkhard Eggs, al hablar del mencionado no-consenso,
afirma que “los estudios recientes sobre la ironía han
aportado ambigüedades, malentendidos y reducciones”, y, en
contrapartida, para afianzar su afirmación pregunta: “(…) lo
más sorprendente es que no haya un acuerdo sobre el estatuto
lingüístico de la ironía: ¿se trata de un tropo, de una proposición,
de una enunciación o de un tipo de texto?”. (2009: 2)
El estudio de Eggs nos servirá de punto de partida para
abordar los problemas de la ironía, a los que nos confronta nuestro
objeto de estudio. Este autor empieza su estudio remitiéndose al
clásico, Quintiliano:
A ese género de alegoría donde lo contrario es indicado,
pertenece la ironía […] Lo que la comprende, es ya sea el
tono de la pronunciación, ya la persona, ya la naturaleza
de la cosa; pues, si hay desacuerdo entre uno de estos
elementos y las palabras, es claro que las palabras quieren
decir algo diferente. […] Y es legítimo menospreciar
simulando halagar y halagar simulando denigrar4. (Eggs,
2009: 2)
Con base en la definición de Quintiliano, Eggs retoma
dos lexemas respecto al doble sentido producido por la ironía.
La ironía se define a la vez como contrario (contrarius) y como
diferente (diversus). Los campos semánticos de las dos palabras
no son semejantes. De manera que una de las definiciones clásicas
4 A ce genre d’allégorie où le contraire est signalé, appartient l’ironie. […] Ce
qui la fait comprendre, c’est soit le ton de la prononciation, soit la personne, soit la
nature de la chose; car, s’il y a désaccord entre l’un de ces éléments et les mots, il est
clair que les paroles veulent dire quelque chose de différent. […]. Et i lest légitime
de déprécier en simulat de louer et de louer en simulat blâmer. (Quintilian, 1972,
citado por Eggs, 2009: 2)
18
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
pareciera tambalear por insuficiente ya que no abarca el todo de
la ironía: aquella según la cual la ironía se debe entender como
todo lo contrario de lo que se dice “literalmente”.
Por otra parte, la expresión según la cual las palabras
quieren decir “algo diferente”, remite a algo más amplio
e indeterminado, algo que sólo puede ser percibido al tener
en cuenta el lugar de producción de la ironía. Otro aspecto
desarrollado a partir de la cita de Quintiliano nos remite al
problema de la enunciación y sus circunstancias, lo que
presupone el quién enuncia, sobre qué, cómo, para quién y en
qué circunstancias.
A lo anterior, se suma un nuevo problema que se
deriva del examen de la definición de Quintiliano (y de sus
sucesores). Apunta Eggs que para Quintiliano, al tratarse de
la ironía-tropo, el lugar donde se la detecta es en el nivel de la
palabra. Pero existe un problema que Eggs señala: “la retórica
clásica no dispone de una noción clara de los diferentes
niveles de organización del discurso –palabra, frase, texto–.
Por tanto, Quintiliano no puede ver, entre las dos formas
de la ironía, más que una diferencia cuantitativa: la ironíafigura no es, en efecto, sino una sucesión de ironías-tropos,
como la alegoría en la cual él no ve más que una metáfora
prolongada” (Quintiliano, 1972, citado por Eggs, 2009: 3).
Afirma entonces Eggs: “Esta analogía expresa aparentemente
el desconocimiento de las diferencias fundamentales de los
tres niveles de la lengua: la metáfora se produce en el nivel
de la palabra, la ironía en el nivel de la frase y la alegoría en
el nivel del texto” (hablado o escrito) (2009: 3). Y concluye
citando a otro autor, “Es por eso que la ironía puede ser
combinada con todo tipo de frase y con todo tipo de tropo:
(Ironia is, then, unaffected by the type of sentence with which it
combines)”. (Knox, 1998)
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
19
Es así que, tomando como punto de partida a Quintiliano
y dialogando con diferentes teorías, clásicas y contemporáneas,
Ekkhart Eggs llega a la siguiente definición que presenta como
tesis de su artículo:
El acto irónico es una forma de argumentación crítica
y “negativa” sui generis constituida por la organización
retórica específica de una (dis)simulación transparente
donde diferentes formas de lo contrario y parcialmente
ridículo son puestas en escena. (Eggs, 2009:1)
La anterior definición aparece como la tesis a desarrollar en
el diálogo teórico con la tradición crítica. Al final de su artículo
vuelve a ella, bajo la forma de conclusión:
Si aceptamos que toda ironía se caracteriza por una
negatividad crítica (que puede ser muy débil), es
preciso aceptar que la ironía es argumentativa: <X
ha realizado Z; ya que Z representa algo que, según las
normas que compartimos en nuestro saber tópico, no habría
debido ser realizado, X es criticable>. Lo que implica
que la argumentación irónica no es posible más
que en situaciones que cumplen con las condiciones
de este escenario. Pero nuestra explicitación hace
aparentemente desaparecer la especificidad de la
argumentación irónica. Esta especificidad consiste en
lo que hemos definido como (dis)simulación transparente:
un procedimiento que se caracteriza por formas de la
puesta en escena de lo contrario (y parcialmente de
lo ridículo) bien determinados. Es la organización
específica de esos elementos en un argumento irónico
lo que produce su efecto persuasivo. Dicho de otra
manera, son estos aspectos retóricos los que constituyen
una forma de argumentación específica. Esos aspectos
incluyen formas de encadenamiento retórico-estilísticos
de estructuras argumentativas (formas de refutar, del
razonamiento por el absurdo, etc.) y, sobre todo, reglas
20
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
de interpretación que permiten leer la enunciación
irónica como una hipocresía fingida5. (Eggs, 2009:12)
De la definición anterior, nos interesa, en primera instancia,
detenernos en la noción de “hipocresía fingida”. Estos dos términos
traen consigo, a nuestro entender, dos cargas semánticas bastante
fuertes y opuestas: no es lo mismo ser un hipócrita que fingir la
hipocresía. Es en la diferencia que se establece entre estas dos
modalizaciones donde aparece con fuerza la definición de “(dis)
simulación transparente”. En otras palabras, la ironía no puede
confundirse con la hipocresía; es más, se aleja de ella y la critica,
pues su característica esencial es el dejarse ver, el mostrarse tras el
velo. En segunda instancia, nos parece importante la configuración
narrativa (aunque no lo diga Eggs) de la ironía, aquella que aparece
expresada en el enunciado “<X ha realizado Z; ya que Z representa
algo que, según las normas que compartimos en nuestro saber tópico, no
habría debido ser realizado, X es criticable>”. Esta fórmula nos remite
al trabajo de Philippe Hamon titulado “Texto e Ideología, para una
poética de la norma” (1984). Texto que, como veremos más adelante,
nos permitirá distinguir varias dimensiones de /lo realizado/ y de las
normas que lo evalúan, a saber: éticas, estéticas, instrumentales,
deontológicas, derivadas del saber vivir, del saber gozar, del saber
hacer, del deber hacer, etc.
5 “Si l’on accepte que toute ironie se caractérise par une négativité critique (qui
peut être très faible), il faut aussi accepter qu’elle est argumentative: <x a accompli
Z; puisque Z représente quelque chose qui, d’après les normes que nous partageons
dans notre savoir topique, n’aurait pas dû être accompli, x est à critiquer>. Ce qui
implique que l’argumentation ironique n’est possible que dans des situations qui
remplissent ce scénario. Mais notre explicitation fait apparemment disparaître la
spécificité de l’argumentation ironique. Cette spécificité consiste en ce que nous
avons défini comme (dis) simulation transparente, un procédé qui se caractérise par des
formes de mise en scène du contraire (et partiellement du ridicule) bien déterminées.
C’est l’organisation spécifique de ces éléments dans un argument ironique qui
produit son effet persuasif. Autrement dit, ce sont ces aspects rhétoriques qui
en font une forme d’argumentation spécifique. Ces aspects incluent les formes
d’enchâssement rhétorico-stylistiques des structures argumentatives (formes de
réfutation, raisonnement par l’absurde etc.) et, surtout, les règles d’interprétation
permettant de lire l’énonciation ironique comme une hypocrisie feinte”. (Eggs,
2009: 12)
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
21
Dicho lo anterior, a propósito de la definición de ironía que
utilizaremos a lo largo del presente trabajo, pasamos a la segunda
perspectiva, la de Philippe Hamon, desde la semiótica narrativa.
La ironía en el marco actancial
Desde uno de los puntos de vista de la semiótica
narrativa, la argumentación no es un modo discursivo entre
otros (el narrativo, el descriptivo, el explicativo), sino un efecto
que es transversal y que envuelve cualquiera de los modos de
organización del discurso. Como dice Denis Bertrand: “Se puede
contar para justificar, describir para denunciar, explicar para convencer”
(1999:4). En consecuencia, toda actividad de lenguaje puede
ser considerada como argumentativa; es decir, comprendida
en el marco de una relación de confianza, de desconfianza, de
persuasión, de seducción o incluso de emoción que se instaura
entre los participantes de la enunciación. (Bertrand, 1999: 5)
Lo anterior, se hace evidente en el análisis de los dramatizados
de Dioselina Tibaná, los cuales están inscritos en el marco de una
parodia acerca de los noticieros de televisión colombianos, en una
sección caracterizada como dramatizado (aspecto teatral) en la
que el “aparente diálogo” (más exactamente el monólogo) es la
forma dominante de actualización de la competencia lingüística.
Al respecto dice Denis Bertrand:
En el corazón del discurso argumentativo, está el diálogo:
es decir, a la vez la relación consigo mismo en el debate
interior, y la relación con el otro en la discusión. Y este
diálogo se presenta de numerosas maneras. Cuando
avizoramos, como acabamos de sugerirlo, las operaciones
llevadas a cabo en la construcción y reconstrucción
de la significación, la participación de cada uno de los
interlocutores es necesaria para el ajuste y el compartir
22
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
el sentido. Pero más generalmente, podemos decir
que la acción sobre el otro es el objetivo primero de la
argumentación, ya se trate de hacerlo adherir a una
opinión, de hacerle compartir una emoción, de hacerlo
hacer alguna cosa. La argumentación es un juego de roles.
(Bertrand, 1999: 9)6
Es precisamente en el juego de roles del diálogo donde
mejor se expresa la ironía. Por tal razón, el modelo de análisis
propuesto por Philippe Hamon (1996) es el que mejor se adapta
a las necesidades exigidas por nuestro corpus. Este autor, en
su estudio de la ironía literaria, destaca cinco roles, a saber: el
ironizante, el ironizado, el cómplice y el ingenuo, que aparecen en
relación con un último rol, el guardián de la ley, actante que
representa el sistema de valores atacado o propuesto por el
ironizante.
Ahora bien, lejos de estar comprendidos en una estructura
rígida, los roles antes nombrados, puestos en situación narrativa,
configuran una matriz actancial en movimiento, lo que permite
que un actor pueda desdoblarse al ocupar simultáneamente varias
posiciones y también que varios actores ocupen en determinado
momento un mismo rol actancial.
La versatilidad de este modelo narrativo es la que nos
sirve de puerta de entrada para la descripción y el análisis de los
dramatizados de Dioselina Tibaná. Modelo que complementamos
con los aportes de otros teóricos, tales como Umberto Eco,
6 «Au coeur du discours argumentatif, il y a donc le dialogue: c’est-à-dire a la
fois la relation avec soi même dans le débat intérieur, et la relation avec autre dans la
discussion. Et celui-ci se présente de bien des manières. Lorsqu’on envisage, comme
on vient de le suggérer, les opérations ténues de construction et de reconstruction
des significations, la participation de chacun des interlocuteurs est nécessaire
à l’ajustement et au partage du sens. Mais plus généralement, on peut dire que
l’action sur l’autre et la visée première de l’argumentation, qu’il s’agisse de le faire
adhérer à une opinion, de lui faire partager une émotion, ou de lui faire faire quelque
chose. L’argumentation est un jeu de rôles». (Bertrand, 1999 :9)
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
23
Algirdas Julien Greimas y Joseph Courtés, Catherine KerbratOrecchioni y Patrick Charaudeau, principalmente.
Con base en los presupuestos conceptuales hasta aquí
expuestos, se procede, en el capítulo I, Dioselina Tibaná en el reparto
de personajes de “Quac, el noticero”, a presentar y caracterizar el
personaje central de la investigación: Dioselina Tibaná, el Edificio
Colombia (que cumple la función de estructura diegética en la
que se desarrollan todas las historias que “Quac, el noticero” nos
narra), y la cocina teatral de Diosa, que funge como alegoría del
referente empírico integrado por los personajes y eventos de la
vida política colombiana.
Estos aspectos del objeto de estudio son analizados desde
la perspectiva de Umberto Eco (1979), especialmente en lo que
respecta, por un lado, a la conceptualización de las problemáticas
que se articulan en torno a las nociones de texto y enciclopedia,
el semema como texto virtual y el texto como expansión de un
semema; y por el otro, a la definición del fenómeno de cooperación
textual, y de los elementos que lo constituyen; entre los que
aparecen como relevantes, para nuestro objetivo, los conceptos
de frame o marco semántico, la producción de inferencias basadas
en cuadros comunes y en cuadros intertextuales, y las isotopías.
A esto se añade la utilización de los instrumentos teóricos
referidos al estudio de signos encabalgados y al de los fenómenos
de enclave en los momentos del análisis que así lo requieran.
En el segundo capítulo, titulado Las instancias política y
ciudadana en el marco actancial, analizamos el dramatizado desde
la perspectiva de la semiótica narrativa discursiva, para lo que se
hace uso preferente de los aportes de Algirdas Julien Greimas
y Joseph Courtés. En concreto, la modalidad del abordaje que
se realiza en este apartado es la de un análisis de la narratividad
política desde el punto de vista actancial. Para ello se retoma,
24
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
además del recorrido narrativo canónico propuesto por los autores
mencionados, los planteamientos de Hannah Arendt (1972),
en torno a la democracia, y de Patrick Charaudeau (2005), en
relación con la acción política.
Con los elementos propuestos, el tercer capítulo, reservado
para el análisis de La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina
Tibaná, aborda el tema de la ironía, desde la perspectiva narrativa
esbozada por Philippe Hamon (1996) y profundiza en el trabajo
sobre la poética de la norma en Dioselina, así como en la movilidad
de los roles en la matriz actancial de la comunicación irónica.
La ironía política como forma discursiva privilegiada por
Dioselina Tibaná y la poética de la norma en este personaje, son
algunos de los elementos mediante los cuales “Quac, el noticero”
pone en escena una nueva e ingeniosa representación de lo que
fue en su momento el gobierno de Ernesto Samper Pizano, en el
escenario metafórico del sistema político colombiano. El “Edificio
Colombia”, en el que ingresamos en esta investigación de la
mano de Dioselina, se asemeja a una “cocina”, un condimentado
“infierno” donde se cuecen los más vergonzosos y degradantes
secretos de nuestra realidad política nacional.
Capítulo I
Dioselina Tibaná en el
reparto de personajes de
“Quac, el noticero”
“Quac, el noticero”:
el poder en tela de juicio
“Quac, el noticero”7, parodia burlesca de los noticieros
de televisión8, fue emitido los domingos a las siete de la noche,
en Colombia, por la programadora RTI, entre 1995 y 1997.
Esta propuesta de humor político estuvo al aire durante 117
7 Los antecedentes de la propuesta de “Quac, el noticero” se encuentran en
el programa ZOOciedad, en el que Jaime Hernando Garzón Forero representaba
a Emerson de Franciso, caricatura del presentador y prototipo de periodista de
televisión, e imitaba a los actores de la vida política nacional durante el gobierno
del presidente César Gaviria Trujillo. Este programa, pionero del humor político en
Colombia, fue emitido por la programadora Cinevisión, entre los años 1990 y 1993.
8 “Quac, el noticero” se constituye en una parodia de los noticieros surgidos
en los años 90, como respuesta a la licitación de Inravisión para acceder a la franja de
noticias, realizada en 1991 y, en especial, es una parodia de QAP Noticias, noticiero
de Gabriel García Márquez y en el que participan las periodistas María Elvira Samper
y María Isabel Rueda. QAP, manejado por RCN Radio, fue el primer noticiero
emitido desde estudios propios con una escenografía abierta, con importantes
innovaciones tecnológicas, en el horario de lunes a viernes a las 9:30 PM por el Canal
A, enfrentado con el noticiero CM& de los periodistas Yamid Amat y Juan Gossaín,
quienes crearon una de las secciones características de los informativos actuales: la
de farándula y entretenimiento. La primera presentadora de la sección denominada
“Las cosas secretas”, fue la modelo Viena Ruiz, quien, al final del noticiero, resaltaba
los principales “chismes” de la política nacional. Más tarde, esta sección incluiría
noticias del espectáculo y sería asumida como parte de la estructura de los demás
noticieros. Su emisión duró hasta 1997 cuando los responsables de este informativo
se negaron a participar en la nueva licitación, por considerar que no había garantías
del Gobierno, inmerso en este momento en el polémico Proceso 8.000.
28
Capítulo I
Dioselina Tibaná en el reparto de personajes de “Quac, el noticero”
emisiones. Antonio Morales Riveira, libretista de la propuesta y
co-fundador de “Quac, el noticero”, con Jaime Garzón, nos habla
del impacto de “Quac”, del género del mismo y de su finalidad:
Quac, el noticero […] tuvo una de las mayores audiencias
entre los programas de opinión en toda la historia de la
televisión colombiana [...] Utilizando un género de total
influencia y recordación como los noticieros, se ponía en
irónica tela de juicio el poder en Colombia a lo largo de la
historia, al igual que la estrecha relación con los medios y su
perverso círculo vicioso poder-prensa. (Morales, 2003: 17)
El tono paródico de “Quac, el noticero” se reconocía desde
su presentación, que se introducía con la enunciación del eslogan
del programa, “Bienvenidos, a la mayor desinformación de Colombia y el
mundo”. De esta manera se configuraba, desde el primer momento,
el tono irónico de la puesta en escena, y se contribuía a establecer
el marco de la interpretación (direccionamiento de la cooperación
interpretativa), por parte del enunciatario y del televidente. Los
presentadores ficcionales respondían a los nombres de Jaime Garzón
(interpretado por Jaime Hernando Garzón Forero) y María Leona
Santodomingo (interpretada por Diego León Hoyos).
En adelante, haremos la distinción en lo que respecta al
personaje y al comediante. Tratándose del comediante, lo nombraremos
como Jaime Hernando Garzón Forero y, cuando se trate del
personaje, simplemente como Jaime Garzón. El comediante
asumía la representación de diferentes personajes de “Quac”,
tanto con correlatos en el mundo político colombiano, así como
emblemáticos, es decir, sin un referente explícito. Los primeros,
construidos por los libretistas para “darle palo”9 (Morales, 2003:
9 Expresión utilizada por Antonio Morales Riveira, en el artículo: Cuatro años
sin Jaime Garzón, Un adiós de carnaval, donde narra la historia de Jaime Garzón y
el nacimiento y desarrollo del proyecto “Quac, el noticero”, al tiempo que presenta
una mirada crítica sobre los acontecimientos que marcaron los años 90 en la historia
colombiana. (Morales, 2003:18)
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
29
18) a algunas personalidades de la desacreditada clase política
colombiana, protagonista del polémico proceso judicial conocido
como “Proceso 8.00010”, el cual se inició en el mes de julio del
año 1995 a raíz de la presunción de que la campaña del entonces
presidente de la República, Ernesto Samper Pizano, había sido
financiada, en buena medida, recurriendo a dineros provenientes
del narcotráfico, e involucró no sólo a los colaboradores de la
campaña Samper, sino también a un número considerable de
congresistas, candidatos y ministros, generando un impacto político
y mediático que aún se recuerda, y la concomitante atmósfera de
crisis institucional que de este último se derivó en aquel momento.
En el segundo grupo se encuentran los personajes
emblemáticos, creados para dar cuenta de otras voces, de otros
actores sociales de la realidad nacional. Entre los personajes
emblemáticos, sin un referente explícito, hallamos por ejemplo,
10 Es preciso aclarar que el proceso 8.000 es el nombre que los medios de
comunicación acuñaron para referirse a las investigaciones sobre la incursión de
dineros del narcotráfico en la financiación de la campaña del presidente Ernesto
Samper Pizano y, por extensión, a todo el fenómeno de desprestigio político
posterior, que involucró a congresistas, candidatos y ministros. En este sentido,
podemos señalar varias temporalidades del Proceso: 8.000, número del expediente,
radicado en la Fiscalía de Cali, que registra el allanamiento a las oficinas del contador
Guillermo Pallomari, vinculado al Cartel de Cali y que indica la posible financiación
de campañas al Congreso por parte de este grupo ilegal. Después de la segunda
vuelta electoral de 1994, entre los candidatos Andrés Pastrana y Ernesto Samper
Pizano, el primero entrega al presidente del momento, César Gaviria Trujillo, unos
casetes con una conversación entre los hermanos Orejuela, donde destinaban dineros
para apoyar la campaña presidencial de Ernesto Samper Pizano; esta información
se presentaría en los medios de comunicación posteriormente con el nombre de
los “narco-casetes”. Estos casetes son dados a conocer por el Fiscal General de la
Nación, Alfonso Valdivieso, en Junio de 1995. Posteriormente, en septiembre de
este mismo año, después de realizar la indagatoria libre a Santiago Medina, ex
tesorero de la Campaña, éste confiesa la efectiva entrada de dineros ilícitos. Paralelo
a esta confesión se vinculó a la investigación a Fernando Botero Zea, jefe de la
Campaña, quien señala y ratifica el conocimiento del Presidente de la incursión de
estos dineros para financiar su candidatura. Estas dos acusaciones dan pie para que
el 27 de febrero de 1996 la Comisión de Acusaciones de la Cámara, en cabeza de
su presidente, el congresista Heyne Mogollón, abra investigación formal contra el
presidente Ernesto Samper. Sin embargo y a pesar del impacto político nacional
e internacional, el 6 de julio de 1996 Ernesto Samper fue absuelto por la Cámara
bajo la defensa del ministro del Interior, Horacio Serpa. Por 111 votos contra 43 se
archivaron los cargos contra el presidente de la República y el proceso fue precluido.
30
Capítulo I
Dioselina Tibaná en el reparto de personajes de “Quac, el noticero”
a Quemando Central, que representa el conjunto de las Fuerzas
Armadas; a Monseñor Pastor Rebaño, representando a la Iglesia,
y al señor Jaramillo, representación del campesinado desplazado.
Estas dos tipologías de personajes se integran en el dramatizado
de Dioselina Tibaná, principalmente como referentes del
discurso alegórico-paródico que este personaje entabla como un
monólogo-diálogo consigo misma (para el tercero, representado
en el dramatizado por “Mijita” y a través de ella para el
televidente), con la presencia sugerida de dichos personajes en
escena, o con esa otra ficción (en el momento de la enunciación)
que son los televidentes.
El carácter de lo manifestado por Dioselina, aparece en
primera instancia como un hacer interpretativo con respecto a
los sucesos que configuran la cotidianidad del Edificio Colombia
(metáfora del país político), o como un hacer informativo a propósito
de esa misma cotidianidad (puesta en el lugar de la /actualidad/
de las noticias), es, en el fondo, siempre de tono polémico. Dicha
función polémica se garantiza, en primera instancia, por medio de
la postulación de oposiciones fundamentales en el nivel discursivo
del relato y relativas a la matriz actancial constituida por estos dos
grupos de actores, la cual posibilita el contraste permanente entre
dos modalidades de posicionamiento con respecto al objeto /poder/:
por un lado están las alegorías (al servicio de la parodia) de la
“clase dirigente”, entre las que destaca la recurrencia del personaje
/Doctor Gordito/ (construcción ficcional referida al Presidente de
la República), quien aparece ya sea como uno de los referentes
del discurso y/o de los interlocutores (sugeridos) frecuentes de
Dioselina, constituida a su vez como un personaje emblemático
que expresa una concepción narrativa de las identidades populares
en Colombia.
De esta manera, “Quac, el noticero” surge como una
propuesta de opinión que, mediante el ejercicio del humor,
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
31
buscaba recrear la dramática situación política nacional de los
años 90 en Colombia, época caracterizada por la guerra entre
los carteles de la droga y, a partir de 1995, por el Proceso
8.000. La in-tensión/in-tención que se encontraba en el origen de
lo expresado en cada uno de los espacios creados por la voluntad
ficcional que estaba en el origen de “Quac”, era la de realizar una
crítica de las modalidades de acción que caracterizan a los sujetos
conjuntos con alguna forma del objeto /poder/ en Colombia, entre
los que, para ese entonces, se contaban los miembros de la clase
dirigente (clase política y empresarios), los narcotraficantes,
los militares, y las altas jerarquías eclesiásticas. Todos estos
inolvidables personajes eran interpretados por los dos actores,
referidos anteriormente.
El reparto del poder
Son muchísimos los seres de la realidad colombiana
aludidos por “Quac, el noticero”, es por ello, que para intentar
captarlos necesitamos de una perspectiva distributiva. El
concepto de instancias, desarrollado por Patrick Charaudeau
(2005) puede servir a estos fines. En este sentido, según este
autor, el mundo social puede ser analizado como un sistema
estructurado en torno a diferentes instancias (agregaciones de
individuos y dispositivos materiales y discursivos) que se afectan
entre sí, y que se definen por su posicionamiento y su conjunción
con respecto a alguna forma específica de /poder/, de /saber/ y de
las modalidades de acción que las caracterizan. La clasificación
básica de estas entidades analíticas comprende las instancias
políticas, judicial, económica, militar, Iglesia y ciudadana. A
continuación se presenta el reparto de personajes de “Quac, el
noticero”, empleando para ello la noción de instancia, según
aparece en la obra de Charaudeau (2005).
32
Capítulo I
Dioselina Tibaná en el reparto de personajes de “Quac, el noticero”
La instancia política
La instancia política está representada en “Quac, el
noticero” por diversas posiciones en el campo político, entre las
que podemos destacar:
• El partido de gobierno: el presidente Ernesto Samper Pizano,
apodado el “Doctor Gordito”, representa al partido político
en el poder, el liberalismo oficial, y con él aparecen también
como personajes objeto de la crítica burlesca aquellos
que estuvieron involucrados en el Proceso 8.000. Cito los
más destacados: Fernando Botero, quien fuera también
Ministro de la Defensa; Horacio Serpa, Ministro del Interior;
Santiago Medina, tesorero de la campaña presidencial de
Ernesto Samper, quien no llegó a ocupar ningún puesto en
el Gobierno y fue el primer encarcelado como producto del
proceso judicial.
• El partido de la oposición: “el niño Andrés”, construcción
ficcional que tiene como referente a Andrés Pastrana, el
candidato derrotado en las elecciones presidenciales que llevaron
a Samper al poder, representa al partido opositor (el PSC,
Partido Social Conservador). Fue precisamente el candidato
representado por este personaje el que denunciara la existencia
de los llamados narco-casetes. Sin embargo, al hacerlo, no
recibió el apoyo pleno de su colectividad, buena parte de la cual
(los que fueron denominados en ese entonces como “lentejos”)
pasó a engrosar las filas del cuerpo diplomático del gobierno
Samper. Como signo de la complejidad de las confrontaciones
que emergieron a la superficie del discurso de los mass media
a raíz del Proceso 8.000, aparece el hecho de que, de manera
contraria a lo que sugeriría una “lógica” de las presumibles
alianzas naturales, este candidato terminó recibiendo, para su
denuncia, el apoyo del expresidente César Gaviria, quien fungía
entonces como Secretario General de la OEA.
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
33
Este hecho permite señalar un aspecto que caracteriza a
la definición de las instancias de poder. Éstas no se encuentran
restringidas al ámbito de lo nacional, y se configuran en
confluencia con otras formaciones análogas supranacionales, de
las que el cuerpo diplomático es un ejemplo que fue insertado
en el universo ficcional de “Quac, el noticero”, por medio del
personaje que respondía a la denominación de “el murciégalo” o
“el vampiro”, el cual representaba al por ese entonces embajador
norteamericano en Colombia, Myles Frechete.
La instancia judicial
Esta instancia está integrada por los responsables de la
administración de la justicia, es decir, del ejercicio de juzgar.
• En “Quac, el noticero” está representada principalmente por
Alfonso Valdivieso Sarmiento, apodado “el enano”, quien
encarna a la Fiscalía General de la Nación. Igualmente,
adquiere gran importancia el vice-fiscal, Salamanca, apodado
el “perro”.
La instancia económica
Esta instancia es preciso dividirla entre la legal (los grandes
empresarios colombianos) y la ilegal (los narcotraficantes).
• La instancia económica legal. Los empresarios Carlos Ardila
Lülle, Julio Mario Santodomingo, Carlos Sarmiento Angulo y
la Familia Gilinsky aparecen condensados en el personaje que
representa la instancia económica, “Carlos Mario Sarmiento
Ganitzky”.
34
Capítulo I
Dioselina Tibaná en el reparto de personajes de “Quac, el noticero”
• La instancia económica ilegal corresponde a los
narcotraficantes, que en “Quac, el noticero” aparecen bajo
el personaje emblemático “Narco” (pero también bajo otras
formas nominales como “el Ajedrecista”, el “Maestro”,
“Santacruz”, además de célebres sicarios o guardaespaldas
representados como los payasos “chupeta” y “cuchilla”).
La instancia militar
En Colombia es preciso dividirla en oficial, en ilegal y en
no oficial.
• Las Fuerzas Armadas oficiales: que abarcan la Policía y el
Ejército, así como también los servicios de inteligencia del
Estado, son representados por el personaje llamado a veces
“Charafote”, a veces “Quemando Central”.
• La instancia opositora a la militar oficial es la guerrilla (forma
ilegal) representada en “Quac, el noticero” por el personaje
“Farco”, además de otros nombres que remiten a célebres
pseudónimos de algunos guerrilleros.
• La instancia no oficial, el paramilitarismo, es nombrada en “Quac”
por medio del uso del referente “Paraco”. El prefijo “para” es
utilizado a menudo para indicar a los aliados del paramilitarismo
en los sectores de las Fuerzas Armadas y de la política.
La Iglesia
Es otra instancia, caracterizada por una modalidad de
acción estructurada en torno al paradigma religioso-moral, que se
pone al servicio de la legitimación de los poderes establecidos. La
Iglesia está representada en “Quac, el noticero” por el personaje
“Monseñor Pastor Rebaño”.
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
35
La instancia ciudadana
Se trata de la instancia que se constituye, a diferencia
de las otras, por su disyunción con los medios y recursos
(materiales, ideológicos, estratégicos) que permiten el ejercicio
de la dominación. En consecuencia, es la instancia que observa los
espectáculos y simulacros del poder pero que no tiene acceso a
las espacios sociales en los que se determina la configuración
y las funciones de dichos espectáculos; y por lo tanto, está
desposeída del /saber/, requerido para interpretar la realidad,
la cual se le presenta a través de los discursos de las otras
instancias.
En “Quac, el noticero” esta instancia aparece configurada
por la conjunción de los discursos e identidades narrativas de
varios personajes (que corresponden al grupo de los personajes
emblemáticos), entre los que se destacan el portero del Edificio
Colombia, “Néstor Helí”; la cocinera del Palacio, “Dioselina
Tibaná”; el estudiante revolucionario o sindicalista, “Jhon
Lenin”, y el campesino desplazado por la violencia, “El señor
Jaramillo”.
Además de los personajes antes nombrados, “Quac, el
noticero” incorporó al alcalde de Bogotá, Antanas Mockus; a los
expresidentes Julio César Turbay Ayala, Virgilio Barco, Alfonso
López Michelsen; el cuatro veces candidato a la Presidencia,
Álvaro Gómez Hurtado (y a su padre Laureano Gómez), así como
también a las celebridades de la independencia, entre los que cabe
citar al Libertador Simón Bolívar y al General Santander. A estos
se suman algunos líderes asesinados, como Jorge Eliécer Gaitán
y Luis Carlos Galán. El conjunto de estos personajes ponía en
evidencia las maquinarias del poder a lo largo de la historia y sus
impactos mortales.
36
Capítulo I
Dioselina Tibaná en el reparto de personajes de “Quac, el noticero”
Estos personajes se disponían, para efectos de la
dramatización, en una puesta en escena con-figurada como
un trasunto de la que caracteriza a los noticieros de televisión
tradicionales, estructurada sobre la base de distintas secciones
(rejillas), a las que se correspondían, en función paródica,
los momentos de la diégesis de cada capítulo de “Quac,
el noticero”. Cada una de estas franjas se encuadraba en un
“frame” semántico específico (el correspondiente a la “temática”
de la rejilla análoga en su referente “serio”), con base en las
identidades narrativas de los periodistas que aparecían en ellas.
Por medio de este procedimiento de compartimentación,
los noticieros de televisión reducen la realidad cotidiana a las
construcciones temáticas de la política, los deportes, la crónica
judicial y la farándula. A continuación se presenta la lista de
los corresponsales y reporteros ficcionales que servían a la
reproducción paródica de este principio de organización de la
diégesis del noticiero de televisión:
•
•
•
•
•
Willian Garra, encargado de las noticias políticas;
Willian Narra, responsable de las noticias deportivas;
William Farra, a cargo de las noticias sociales;
Inti de la Hoz, encargada de la sección de farándula;
Frankenstein Fonseca, responsable de las noticias judiciales o
la crónica roja;
• Godofredo Cínico Caspa, abogado de extrema derecha, que
oficiaba como editorialista;
• Jaime Garzón y María Leona Santodomingo, quienes asumían
el rol de presentadores.
En el marco de esas secciones, “Quac, el noticero” hace
algunas innovaciones, tales como los dramatizados, género que
no había sido incluido, hasta ese momento, en los noticieros
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
37
tradicionales11. Aparecen, entre estas novedades, algunos
personajes como Monseñor Pastor Rebaño, representante de
la iglesia; Quemando Central, también llamado Chafarote,
representante de las Fuerzas Armadas de Colombia y, en un
lugar aparte que merece especial atención, los personajes que
fueron presentados anteriormente y que simbolizan a la instancia
ciudadana en Quac, cabe reiterar: John Lenin, El Señor Jaramillo,
Néstor Helí y Dioselina Tibaná. Respecto de la relación que
se establecía entre el conjunto de los personajes de “Quac, el
noticero” y Jaime Hernando Garzón Forero, Antonio Morales
afirma que:
Algunos de esos personajes contaban, hacia adentro, la
vida de Garzón. John Lenin era el Jaime de la Universidad
pública, el guerrillero; Godofredo, el Garzón abogado,
también proclive al neoliberalismo y al ascenso social;
Dioselina era el Jaime pueblerino de sus orígenes familiares;
Inti, el Garzón light y amante del poder, y Néstor Helí era
simplemente Jaime Garzón. (Lozano & Morales, 2006: 15)
Ahora bien, el centro de nuestro análisis, el personaje
Dioselina Tibaná, aparece desde la primera emisión de Quac,
como lo registra el libreto12 (Lozano & Morales, s.f.), hasta la
última de las 117 emisiones al aire, lo que lo convierte en uno de
los personajes ficcionales más recurrentes del “noticero”.
11 Años después, el noticiero CM& incluye un dramatizado en su rejilla, el de
Heriberto de la Calle, personaje representado por Jaime Garzón. “Quac, el noticero”
culmina sus emisiones en 1997, sin embargo, Jaime Garzón continúa narrándonos
los abusos del poder a través de sus máscaras, que nos convocaban simultáneamente
a la risa y al llanto, mediante la encarnación de nuevos personajes como el recordado
Heriberto de la Calle, embolador típico de Bogotá, lustrabotas del poder, que logró
penetrar los rincones del espacio televisivo para poner en su sitio a los personajes de
turno, a la vez que nos situaba en la trágica realidad que a todas luces desbordaba la
cómica ficción, para quedarse en la memoria de los colombianos; proyecto que se vio
truncado con el asesinato de Jaime, el 13 de agosto de 1999, a sus 38 años de edad.
12 Para nuestro análisis hemos seleccionado como corpus pertinente todos los
dramatizados de Dioselina Tibaná que aparecen en el documento Quac, el libreto
(ver documento anexo).
38
Capítulo I
Dioselina Tibaná en el reparto de personajes de “Quac, el noticero”
Con base en lo anterior, resulta importante preguntarnos
¿Qué función cumplía el dramatizado de Dioselina Tibaná
dentro de la propuesta de “Quac, el noticero”? Interrogante
que intentaremos descifrar en el análisis, pero frente al cual
aventuraremos la hipótesis de que este dramatizado, además de
la instancia ciudadana, representa a las “fuentes confidenciales”,
aquellas de las que se sirven la prensa y los medios de comunicación
en general para obtener información sobre el cerrado mundo del
poder en Colombia, sobre los secretos que mueven la política y
la economía del país. Es por ello que Dioselina aparece situada
en el único espacio de intimidad del Edificio Colombia, (en
el que se desarrolla la diégesis de la propuesta de “Quac”): la
cocina. A continuación se presentan, en función de esta hipótesis
de trabajo, los aspectos conceptuales relativos a la problemática
semiótica de los signos encabalgados que resultan pertinentes para
arrojar alguna luz con respecto a la función que cumple Dioselina
Tibaná en el marco narrativo de “Quac, el noticero”.
La cocina teatral, los signos encabalgados
Dioselina Tibaná13 es el personaje que preside la cocina
del Palacio durante el gobierno de Ernesto Samper14, y habida
cuenta de la identidad narrativa de este último personaje, se hace
posible afirmar que la parodia burlesca apunta a representar y
escarnecer el Palacio de Nariño, junto con los actores sociales
13 El personaje de Dioselina Tibaná está, según Morales, inspirado en la madre
del comediante Jaime Garzón Forero. Al respecto, este autor afirma: “Dioselina
Tibaná era el Jaime pueblerino de sus orígenes familiares”. (2006: 15)
14 El mismo autor (Morales, 2006: 41) menciona, complementariamente, que
el personaje Dioselina Tibaná, además de asistir, desde su lugar en la cocina, al periodo
presidencial de Ernesto Samper Pizano, ya había cumplido con la función de asistente
de cocina durante los dos periodos anteriores, correspondientes, respectivamente, a
las presidencias de Virgilio Barco y César Gaviria. De esta manera, se adjudica al
personaje un saber de larga data acerca de los sucesos y las dinámicas que tienen lugar
en los espacios del poder más alejados de la instancia ciudadana.
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
39
y las dinámicas que en este espacio (símbolo del poder) tienen
lugar.
Si esto es cierto, entonces Dioselina (la cocinera) representa,
junto a Néstor Helí (el portero), a la instancia ciudadana que
logra penetrar hasta ciertos espacios muy delimitados, pero
estratégicos, del Edificio Colombia, el cual es considerado bajo la
perspectiva de mundo burocrático del poder político.15
Esta intromisión (permitida) de dos miembros de la
instancia ciudadana en calidad de personal del servicio a los espacios
clausurados en que se llevan a cabo las intrigas del poder, reviste
dos modalidades, cada una de ellas relacionadas con estos
personajes y el lugar que ocupan en el Edificio Colombia.
En este sentido, Néstor Helí, de natural indiscreto e
irreverente, quien ocupa el sitio del portero que observa las
entradas y salidas del edificio, actúa como un semiólogo que
da cuenta de la arquitectura global del Edificio Colombia,
mostrándonos las diferentes posiciones del ajedrez político, y
remitiéndonos constantemente al ala norte16, que opera como una
figuración de los estratos más altos de la población colombiana y
de la injerencia norteamericana en la política nacional.
Por su parte, Dioselina Tibaná, con su aparente ingenuidad
y falta de educación, nos va a narrar el poder desde dentro,
aprovechando las ventajas que le confiere su posición privilegiada
15 La precisión es necesaria, pues el Edificio Colombia, representa, además
del Palacio de Nariño, en tanto vivienda del Presidente, también la Colombia de
la burocracia política, la Colombia del poder institucional (político, económico,
judicial, militar), la Colombia del enfrentamiento entre lo legal y lo ilegal; la
Colombia dividida entre los que tienen acceso al poder y los que no, y es un mundo
con un único punto cardinal, el Ala Norte (que sirve para introducir en el discurso y
someter a sus efectos a la injerencia norteamericana en la política colombiana).
16 La existencia de esta Ala Norte supone entonces la existencia de un Ala Sur
(que no aparece explícitamente) en la que se encuentran los otros, los ciudadanos
comunes y corrientes, aquellos que Dioselina y Néstor Helí encarnan.
40
Capítulo I
Dioselina Tibaná en el reparto de personajes de “Quac, el noticero”
(pero también limitada, como la de Néstor Elí) en la cocina del
Edificio Colombia, que funge como representante del espacio
indeterminado en el que se dirigen las riendas, se llevan a cabo
las intrigas y se operan los dispositivos del poder ejecutivo.
Este ordenamiento de lugares figurados17 que se presentan
como signos encabalgados unos sobre otros (la /cocina/ está en el
centro del /Palacio/, el cual a su vez está en el centro del /Edificio
Colombia/) es una de las estructuras fundamentales que sirven
a la producción de una función referencial que liga, en tono
paródico y polémico, los contenidos lúdicos del dramatizado con
los eventos y personajes serios del mundo empírico.
El discurso en escena: el Doctor Gordito
habla a través de Dioselina
Los dos personajes en los que se va a centrar este apartado,
“Dioselina Tibaná” y el “Doctor Gordito” son interpretados
por el comediante Jaime Hernando Garzón Forero. La primera
siempre aparece en solitario en la puesta en escena, asumiendo el
rol de cocinera, en actitud dialogante con un narratario18 llamado
17 Según A.J. Greimas y J. Courtés, “el calificativo figurativo sólo se emplea
a propósito de un contenido dado (de una lengua natural, por ejemplo), cuando
tiene un correspondiente en el nivel de la expresión de la semiótica natural (o del
mundo natural). En este sentido, dentro del marco del recorrido generativo del
discurso, la semántica discursiva incluye, con el componente temático (o abstracto),
un componente figurativo”. (Greimas & Courtés, 1982: 178)
18 Según A.J. Greimas y J. Courtés: “cuando el destinador y el destinatario
del discurso están explícitamente instalados en el enunciado (como el “yo” y
el “tú”), pueden ser llamados, según la terminología de G. Genette, narrador
y narratario. Actantes de la enunciación enunciada son sujetos, directamente
delegados, del enunciador y del enunciatario (…) (Greimas & Courtés, 1982:
272). Siguiendo esta distinción, entenderemos a Dioselina como narradora y a
“mijita”, construcción ficcional con quien aparentemente dialoga Dioselina, como
el narratario. El destinador y el destinatario (denominados en la propuesta de
estos autores como enunciador y enunciatario) son considerados como los actantes
implícitos, lógicamente presupuestos de todo enunciado. En la propuesta de
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
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“Mijita”, al cual se dirige para contarle lo que pasa en la cocina (que
incluye los “chismes” de sus comensales y de su patrón) al tiempo
que finge preparar los alimentos, seguir las órdenes del Doctor
Gordito, con quien también asume, en algunas oportunidades,
una actitud de conversación (que siempre está subordinada al
enunciado global dirigido al narratario llamado “mijita”).
El discurso de Dioselina se caracteriza por un relato
modalizado por la forma del chisme. En tal relato, Dioselina
cuenta lo que ha sucedido en la cocina del Palacio. Y cuando
narra lo referente al Doctor Gordito, lo imita. Esta imitación,
altamente codificada, capta diferentes aspectos tonales,
kinésicos, proxémicos del Doctor Gordito, personaje en quien,
por hipercodificación, se reconoce como el doble burlesco de
Ernesto Samper Pizano, Presidente de Colombia, entre 1994 y
1998. Uno de los aspectos fundamentales de la forma en que
realiza su narración Dioselina Tibaná es que, aunque responde al
registro del discurso indirecto (dijo que), pasa ipso facto al modo
del discurso directo, la escena. A continuación se presenta un
ejemplo de la manera en que se manifiesta este rasgo propio del
personaje:
Ole mijita. Estoy toda atareada desde que el doctor
Samper me dijo… “Dioselina, no vamos a mandar más
la ropa a la lavandería. De ahora en adelante, la ropa se
lava en casa. Como todo el tiempo salpica algo, me toca
cambiarme varias veces al día”. (Quac. 31)
Las marcas de escritura, las comillas que aparecen en los
textos de los diálogos en este guión, equivalen en la puesta
en escena teatral de “Quac, el noticero”, a la imitación, por
análisis, el enunciador corresponde al grupo de ideólogos de la propuesta de “Quac,
el noticero” (a saber: Antonio Morales Riveira, Jaime Hernando Garzón Forero,
Diego León Hoyos, Claudia Gómez y Miguel Ángel Lozano) y el enunciatario a los
telespectadores/opinión pública, a quien va dirigida esta propuesta televisual.
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Capítulo I
Dioselina Tibaná en el reparto de personajes de “Quac, el noticero”
parte de Dioselina, de la voz, los gestos faciales y los tics (como
acariciarse la barriga mientras habla) por medio de los cuales
se constituye la dimensión kinésica de la identidad narrativa
del personaje del Doctor Gordito, al que se presenta como
una persona un poco ingenua y no-autoritaria. Al hacer esto,
el discurso “directo” o “escena”, que es aquél que consiste en
dejar hablar al personaje sin intermediación, pone en evidencia
que el Doctor Gordito habla “en directo” a través de Dioselina
narradora.
La aparición en la escena del Doctor Gordito mediante la
dramatización de Dioselina Tibaná se logra no sólo mediante
la utilización del discurso directo (señalado por las comillas en
el guión), sino también mediante la encarnación, por parte de
Dioselina, de algunos de los gestos y rasgos característicos del
Doctor Gordito, entre los que se destacan:
• Inflar el estómago y sobárselo circularmente, de manera
que asume una postura que podríamos denominar como
“bonachona”, es decir, que semeja una persona con una
actitud dócil y crédula.
• Cambiar el registro tonal de la voz, realizando una imitación
de la voz original del Doctor Gordito.
• Dejar a la vista los dientes superiores, de manera que se vean
pronunciados, característica física de este personaje.
• Mover las comisuras de la boca, de manera que se genere un
hoyuelo en la mejilla y se anuncie una hipótesis de sonrisa,
que simula una inseguridad permanente.
Lo que se presenta aquí es entonces una sobre-modelización
de personajes. Dicho en otras palabras, el comediante Jaime
Hernando Garzón Forero hace el personaje de Dioselina, quien,
a su vez personifica al Doctor Gordito.
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En este sentido, en términos de roles temáticos19 los dos
personajes centrales del dramatizado de Dioselina son: la misma
Dioselina que oficia como cocinera del Palacio y el Doctor
Gordito que funge como patrón de Dioselina y como dueño de
la cocina o del restaurante. Tenemos así en un mismo momento
a dos personajes y un mismo comediante, Jaime Hernando
Garzón Forero, quien demuestra su amplia capacidad histriónica
al encabalgar una sobre otra ambas caracterizaciones.
Cocina de Palacio, cocina popular, desván
Teniendo presente que el dramatizado se desarrolla
exclusivamente en la cocina, vamos a intentar una descripción
del espacio, valiéndonos del material audiovisual existente
sobre las emisiones de “Quac”, que nos permita acceder a las
características del mismo y resaltar la impronta particular que le
entrega Dioselina, como la responsable de guisar y aderezar los
alimentos para los comensales o invitados del Doctor Gordito.
Un primer elemento, que impacta a simple vista, es el
correspondiente a las paredes de la cocina, las cuales aparecen
de color amarillo y rojo, mientras la puerta que conecta la cocina
con el patio de ropas (que se observa al fondo) es de color azul.
Por todo el escenario hay utensilios colgados de las paredes o
sobre los mesones lateral y central de la cocina: portacomidas o
viandas metálicos y de esmalte, ollas tiznadas como si hubiesen
sido utilizadas para cocinar en fogones de leña o carbón,
tinajas para transportar la leche, fuelles utilizados para soplar
el fuego, platos de esmalte, bateas, algunas bandejas de barro,
19 “En semiótica narrativa y discursiva (…) los roles actanciales constituyen
el paradigma de las posiciones sintácticas modales que los actantes pueden asumir
a lo largo del recorrido narrativo. Paralelamente, los roles temáticos constituyen
la formulación actancial de los temas o de los recorridos temáticos”. (Greimas &
Courtés, 1982: 344)
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Capítulo I
Dioselina Tibaná en el reparto de personajes de “Quac, el noticero”
un molinillo, cucharones metálicos un tanto deteriorados o
rayados, una regadera metálica, una máquina para moler asida al
mesón central de la cocina, y canastos de diferentes tamaños que
contienen verduras con apariencia de frescas o recién cosechadas.
Dentro de la cocina resalta un espacio que semeja un horno
de barro o una chimenea, sobre el cual, se encuentra ubicado
un altar con la figura de la Virgen cargando al Niño y algunas
fotografías de personajes nacionales, iluminadas con veladoras.
Estas fotografías varían según la emisión.
Cabe resaltar que dentro de la cocina encontramos un
atril con pie, sobre el que reposa el escudo presidencial y del
que cuelga la bandera de Colombia. Sobre él también se sitúan
algunos utensilios y objetos propios de las labores de cocina.
Dioselina aparece siempre vestida con uniforme negro y
delantal blanco (a menudo con el ícono de un pato, lo que remite
a “Quac, el noticero”, cuyo símbolo es este tipo de palmípedo).
Este último en algunas ocasiones luce completamente sucio
o “untado” de los diferentes ingredientes de cocina que el
personaje utiliza para preparar sus recetas. Los ingredientes
aparecen distribuidos por el mesón central de la cocina, en forma
desordenada.
El frame20 cocina que hemos descrito hasta ahora, nos impele
a realizar algunas inferencias basadas en cuadros comunes
—utilizando la terminología de Umberto Eco (1979)—
establecidos en relación con el escenario del dramatizado de
Dioselina. Esto implica seleccionar en nuestra memoria aquellos
20 El concepto de frame o cuadro es tomado de Umberto Eco, quien propone
lo siguiente “Un frame es una estructura de datos que sirve para representar una
situación estereotipada […] Los frames son “elementos de conocimiento cognitivo…
representaciones sobre el mundo, que nos permiten realizar actos cognitivos
fundamentales como percepciones, comprensión lingüística y acciones” […] un
cuadro es siempre un texto virtual o una historia condensada”. (Eco, 1999: 114-115)
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detalles que nos permitan actualizar las características del
espacio descrito y atribuirles como conjunto la identificación de
cocina, como un lugar de la casa destinado para la preparación
de los alimentos y, simultáneamente, la identificación del rol
de cocinera, como aquella persona que tiene por oficio cocinar
o guisar los alimentos.
Ahora bien, si asumimos el análisis desde la perspectiva
de frame o cuadros “comunes” podemos afirmar que el escenario
donde se desarrolla el dramatizado de Dioselina nos permite
actualizar:
• Una cocina tradicional, propia de una casa de dimensiones
amplias, ubicada en el campo o en un pueblo. Esto es evidente
en el material de los utensilios, el desgaste manifiesto de los
mismos, la amplitud y disposición arquitectónica de la cocina,
la diversidad de los productos, algunos de los cuales, como las
verduras, aparecen frescos, como recién cosechados.
• La cocina de Palacio, que pareciera más bien un desván al que
van a parar cosas inservibles o que esperan para ser usadas en
otro momento, tales como el atril presidencial, las banderas y
las fotos de los Expresidentes.
• El tono de voz y las expresiones de Dioselina nos permiten
actualizar una mujer de pueblo, políticamente ingenua y
con poca educación. Esto sirve para resaltar aspectos de la
no-cortesía (no conocimiento de la cortesía adecuada al
cultivado glamour), observables en la manera de referirse a su
patrón, el Doctor Gordito, en los que se refleja una excesiva
confianza (quizá podríamos calificarla mejor de confianzuda)
y una familiaridad en el trato.
• El dominio del oficio, que implica a su vez un conocimiento
y un dominio de las tareas propias impuestas por su patrón y
por su lugar en la estructura del Palacio. Dicha condición se
actualiza también cuando el personaje se refiere a los invitados
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Capítulo I
Dioselina Tibaná en el reparto de personajes de “Quac, el noticero”
del Doctor Gordito, y elige o sugiere, según su saber sobre
éstos, el plato que podría ser del agrado de cada uno de ellos.
El encabalgamiento de signos opera aquí ligando,
en primer lugar, lo /popular/ y la /cocina de élite/. Esto se
evidencia en la forma como la apariencia campesina de la cocina
contrasta con el aspecto exterior de Dioselina, quien hace uso
de un uniforme, característica que no es propia de una cocinera
del campo, a lo que se suman las especialidades que integran el
menú y los platos propuestos por Dioselina o sugeridos por su
patrón (ensalada de pulpo, conejo, róbalo, finas hierbas, pato
a la naranja, calamares, langostinos, cazuela de mariscos, entre
otros), que nos remiten a un contexto de ciudad y a ciertas
preparaciones restringidas para las élites sociales, tanto por el
costo de los ingredientes como porque forman parte de una
cultura culinaria particular, ajena a la dieta del ciudadano
colombiano común y corriente, y que se reserva para consumirse,
generalmente, en ocasiones especiales.
En segundo lugar, otro encabalgamiento –que abordaremos
en detalle más adelante– corresponde a la ecuación: recetas de
cocina, igual, recetas políticas. Dioselina Tibaná tiene, como
toda cocinera que se respete, sus especialidades, que van desde
la comida criolla hasta las recetas gourmet; se trata de una dieta
flexible para darle gusto a congresistas, ministros, militares,
empresarios, sacerdotes, en fin, a todos los protagonistas de la
desacreditada fauna política nacional.
Algunos de los platos que Dioselina prepara con
frecuencia son: “Manjar blanco del Valle”, “Mico en su salsa”,
“Róbalo a la tapada”, “Chivo expiatorio”, “Ensalada de pulpo”,
“Dulce demora”, “Conejo a la Constitución” y por supuesto, no
falta en la dieta de Palacio el apetecido “Perico con tajadas al
desayuno”.
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Por su experticia, la cocina de Dioselina comienza desde
el cultivo, la cosecha y la elaboración de la materia prima,
ingredientes exclusivos de su arte. Así, entre sus insumos
preferidos encontramos “el aceite de maquinaria liberal”, “las
finas hierbas de los medios de comunicación”, “las migajas del
presupuesto nacional”, “la ley zanahoria”, “la carne de cañón”,
“los polvos mágicos” y un elemento fundamental en su cocina
gourmet: “el pez gordo, con agallas y poco escamoso”.
Sus platos destinados para fechas especiales, como
Halloween, contienen algunos ingredientes de cuidado, pues
con frecuencia producen alergia o intoxicaciones masivas del
tipo Proceso 8.000. En esta categoría de cocciones se cuentan
la “piel de lagarto”, los “pelos de gato por liebre”, el “veneno
de culebra”, la “lengua de sapo”, el “rabo de paja y ni trato
de plomo”. Una característica esencial que se evidencia en
la cocina de Dioselina es su bajo colesterol “por escasez de
huevos”.
El Edificio Colombia y la cocina: mundo
englobante y mundo englobado
Hasta ahora hemos descrito el escenario y el personaje
central del dramatizado de Dioselina Tibaná, valiéndonos
de lo que Umberto Eco (1999: 114-115) denomina frame o
cuadros “comunes”, que nos permiten establecer una primera
aproximación, culturalmente compartida, a la noción de cocina
y todos los elementos que giran en torno a este escenario, así
como a la noción de cocinera. Estas dos nociones, inicialmente,
no presentan mayor dificultad para ser actualizadas dentro de la
propuesta y la estructura de “Quac, el noticero”.
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Capítulo I
Dioselina Tibaná en el reparto de personajes de “Quac, el noticero”
Ahora bien, esta primera aproximación, aunque necesaria,
resulta insuficiente para garantizar la comprensión de la
propuesta irónica de Dioselina Tibaná. El dramatizado de Diosa
nos impele a pensar en un diccionario ampliado, a la manera
de enciclopedia, que nos ofrece muchas más posibilidades para
diferenciar los elementos de la cocina en el universo particular en
el que están inscritos, es decir, en el marco del Edificio Colombia,
que actúa como mundo englobante.
Asumiendo, como propone Umberto Eco, que “el semema
debe aparecer como un texto virtual, y el texto no es más que la
expansión de un semema” (Eco, 1999: 37), estamos autorizados
a indagar, mediante algunas inferencias basadas en cuadros
intertextuales21, otros usos sociolectales (sememas22) del lexema
cocina para finalmente restringir, de manera pertinente, su
significación al mundo de “Quac, el noticero”, y al dramatizado
de Dioselina Tibaná.
De esta manera, es importante reiterar que el Edificio
Colombia es el espacio englobante de la diégesis23 de “Quac, el
noticero”; es decir, donde se desarrollan todas las historias que
se nos narran. Ahora bien, el lexema Edificio remite, por campo
21 “los cuadros intertexuales son esquemas retóricos o narrativos que forman
parte de un repertorio seleccionado y restringido de conocimientos que no todos los
miembros de una cultura poseen. […] A menudo, en lugar de recurrir a un cuadro
común, el lector extrae directamente del repertorio de su competencia intertextual
el cuadro correspondiente, más reducido y más conciso que el primero (y, por tanto,
más fácil de aplicar a un universo del discurso muy restringido)”. (Eco, 1999: 37)
22Según A.J. Greimas y J. Courtés (1982: 158-159): “[…] el semema
corresponde a lo que en lenguaje ordinario se comprende por “acepción”, “sentido
particular” de una palabra. […] el semema es un hecho estructural, una unidad del
plano del contenido”.
23 Según Greimas y Courtés (1982: 122): “[…] la diégesis (del griego: diégesis,
relato) –término tomado de la tradición griega y aprovechado por G. Genette –
designa el aspecto narrativo del discurso; en tal sentido, esta noción se aproxima a
los conceptos de historia y relato. Para Genette, narración y descripción constituyen
lo “narrado”, distinguiéndose así del “discurso” (entendido como la manera de
presentar lo narrado)”.
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
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semántico, a lugar para la habitación humana; tal es el caso de
“edificio de apartamentos”. Es este el semema actualizado en
el dramatizado de Néstor Helí, el portero del edificio (a veces
llamado Adefesio). El sema central, lugar para habitación
humana, abarca el semema casa que, en la enciclopedia local
colombiana, permite remitir a la Casa de Nariño/El Palacio de
Nariño.
En efecto, la Casa/Palacio de Nariño es la residencia de
la familia presidencial y también la sede de la Presidencia de la
República. Así, por vía de una metonimia de entrañe, el Edificio
Colombia remite a la Presidencia de la República, situada en el
Palacio de Nariño, dentro del cual se halla la cocina de Diosa.
Otras vías de esta metáfora topológica nos pueden llevar a
ubicar, por ejemplo, como centro (descentrado y por ello
garante de la cohesión del resto) al Ala Norte, sede del poder
político internacional, basado en la economía y en la ideología
neoliberal.
El Edificio Colombia es el mundo posible, la diégesis, de
todas las noticias registradas en el noticiero burlesco “Quac, el
noticero”. Ese mundo paralelo no se confunde con aquel otro,
serio, llamado la República de Colombia.
Retomemos algunos elementos de la descripción
anterior de la cocina que nos permiten reforzar esta mirada
sobre el escenario. Los colores del escenario corresponden a la
representación de la bandera nacional: amarillo, azul y rojo.
Asimismo, el atril, que se destaca como uno de los elementos
inusuales dentro de una cocina, pero que sin embargo se
integra en el escenario del dramatizado de Diosa, recuerda a
aquel utilizado en las alocuciones presidenciales, en el cual se
resalta el Escudo Nacional.
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Capítulo I
Dioselina Tibaná en el reparto de personajes de “Quac, el noticero”
A lo anterior se suma el hecho de que los comensales
o invitados del Doctor Gordito corresponden a las élites
políticas o económicas del país: ministros, concejales, militares,
representantes de la Iglesia, empresarios, representantes
internacionales (especialmente, del Gobierno de Estados
Unidos), además de los grupos que se encuentran en conflicto
con el Gobierno Nacional: guerrilleros y narcotraficantes. Estos
elementos, nos permiten inferir que estamos ante un escenario
institucional, que representa la Presidencia de la República.
El Edificio Colombia es, pues, “una mirada sobre los
acontecimientos que han marcado los últimos años de la historia
nacional” (Morales & Lozano, 2006: 11) y, en este sentido,
podemos decir que es una alegoría de la situación política nacional
durante 1995 y 1997, período que corresponde al tiempo que
estuvo al aire “Quac, el noticero”.
Teniendo claro lo anterior, pasemos a indagar las
posibilidades connotativas del lexema cocina. Cuando hablamos
de la cocina la entendemos en este trabajo de análisis, desde
nuestro diccionario ampliado, por lo menos en cuatro acepciones:
la cocina como símbolo cultural de un pueblo, la cocina como
el lugar del chisme, la cocina como el lugar de la intimidad, y
las cocinas del narcotráfico, pertinentes al contexto en el que se
enmarca la propuesta de “Quac, el noticero”.
Estas cuatro acepciones contribuyen a que el personaje de
Dioselina Tibaná adquiera su eficacia narrativa, especialmente
en términos de su identificación con la clase popular
colombiana, o de lo que hemos denominado en este trabajo
como la “instancia ciudadana”. A continuación se presenta
una caracterización detallada de cada una de las figuraciones
relacionadas con las cuatro acepciones del significante /cocina/
que hemos identificado.
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La cocina como símbolo cultural y distintivo de
un pueblo
En primera instancia, nuestro imaginario como colombianos
está construido en gran medida en torno a la cocina. Esta es
un elemento cultural que nuclea nuestras relaciones sociales,
construye lazos de identidad, diferencia y unifica en la medida en
que explicita las pertenencias de etnia, región y clase social. En este
sentido, la lengua y la mesa son consideradas por antropólogos y
lingüístas como los más importantes productos culturales:
Las cocinas (…) son a la vez, como lo enseñó Roland
Barthes, una referencia a las condiciones naturales, un hilo
de tradiciones transmitidas de generación en generación,
un sistema de comunicación entre seres humanos, un
código de estratificación social, y un cuerpo de imágenes,
situaciones y comportamientos (…) constituyen una de
las dos claves de la cultura humana, al lado del lenguaje.
(Patiño, 2007: 93)
Así, lo que pasa dentro de una casa se cuece en la cocina.
La cocina se convierte entonces en el escenario por excelencia
del encuentro, de la familia, el lugar desde el cual se construye
el sentido de casa, de hogar. De ahí que la cocina del Edificio
Colombia, que se corresponde con la Presidencia de la República,
funja como representación de un hipotético corazón del Palacio
de Nariño y, por extensión, del centro donde se calienta y se
raciona la dinámica política nacional.
Cocina y chisme: una pareja frecuente
En segunda instancia, podemos interpretar a la /cocina/
como el lugar del chisme, de lo irrisorio determinante, donde
los colombianos degustamos cotidianamente un variado y ágil
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Capítulo I
Dioselina Tibaná en el reparto de personajes de “Quac, el noticero”
menú que pasa por probar y comer prójimo (al comentar un poco de
la vida de cada vecino, familiar, amigo y enemigo). De manera
complementaria, la /cocina/ también opera como el lugar en el
que se hablan, se mastican, se digieren, y se piensan los sucesos
del entorno político, económico y cultural del país.
Aquello que se come como resultado de una preparación
de cocina es sinestesia de aquello que se convierte en alimento
para los ojos, los oídos, el tacto… en fin, para los sentidos; pero
también es alimento para el morbo, el bochinche, la intriga, la
cizaña, y el engaño. Es por ello que los comensales o la clientela
(los habitantes del Edificio Colombia) del restaurante en que se
transforma el Palacio de Nariño con la intervención de Dioselina,
son todos aquellos sujetos a los que apunta a caracterizar la crítica
de “Quac, el noticero”, quienes de esta manera quedan reducidos
al estatus de chismes de cocina.
Al operar esta reducción de la clientela al registro del
chisme, el dramatizado nos remite por analogía al interior del
universo de la manipulación política, y con ello a la noción de
clientelismo, entendido según la definición del diccionario de la
Real Academia de la Lengua (RAE, 2001: 569) como “Sistema de
protección y amparo con que los poderosos patrocinan a quienes
se acogen a ellos a cambio de su sumisión y de sus servicios”.
En este sentido, la cocina de Diosa supone una misión
especial, en tanto atiende a los gustos, necesidades y caracteres
de los miembros de la clientela política del Doctor Gordito,
quien busca manipular a sus comensales para lograr la adhesión
y el respaldo de éstos a su programa e intereses de gobierno.
El Palacio de Nariño se asemeja entonces, por asociación,
a una cocina, donde se cuece a fuego lento la “olla podrida” de
la política colombiana. Y si la cocina es el centro de la casa y el
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
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palacio de Nariño el corazón del país, entonces podemos leer,
por extensión, a la Presidencia de Colombia como una cocina,
un restaurante de paso, un comedero cuyo dueño es el Doctor
Gordito y cuya distinguida clientela son los protagonistas del
poder en el país, y el poder mismo con todos sus rostros. Este es
un restaurante donde, como en todo buen negocio, el que manda
es el cliente:
Aquí entre nos creo que esto no va a salir bien, pero al
doctor Samper se le metió que el que manda no es el
anfitrión sino el invitado. Yo mejor me hago la de las
gafas y obedezco, porque vocación de heroína sí no tengo,
mijita. (Quac. 9)
Queda así definido y explicitado un programa de acción
del Doctor Gordito, que consiste en hacerse el de la vista gorda
ante los aspectos escabrosos de su administración, y simular una
desobediencia que, en últimas, no es más que una sumisión
disfrazada según conveniencias políticas que ponen en jaque
nuestra soberanía nacional, tal como se puede apreciar en
este fragmento del dramatizado, cuyo título es “Dioselina a
Washington”:
DIOSELINA: ¿Y si los doctores gringos le meten mano
a la carta?
SAMPER: Hágase la que no entiende, como yo, pero por
debajo les hace caso. (Quac. 75)
Cocina e intimidad
En relación con las dos acepciones anteriores encontramos
la cocina como el lugar de la intimidad. “Se le metió a la cocina”,
es una expresión común entre los colombianos, que también es
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Capítulo I
Dioselina Tibaná en el reparto de personajes de “Quac, el noticero”
conocida como “se le metió al rancho”. Así, por metonimia, la cocina
corresponde a la casa y la casa a la intimidad. En consecuencia
“meterse a la cocina” es meterse donde no se ha sido invitado.
Por extensión, se trata de trasgredir los límites de la intimidad
familiar y/o política y/o mediática.
Lo anterior nos remite a la significación del nombre de la
emisión burlesca, “Quac, el noticero”, cuya figura emblemática
es el pato que aparece como figura central del cabezote del
“noticero” y que da origen a la onomatopeya que funda el nombre
y la identidad de “Quac”.
El pato es el advenedizo, el que no ha sido invitado a la
cena porque no pertenece a la “colada”, el metido que nos da
la bienvenida a “la mayor desinformación de Colombia y el mundo” y
nos convoca, mediante su propuesta burlesca, a destapar la olla
candente de la política colombiana para darnos una pruebita del
banquete de abusos del ejercicio del poder en el país.
De esta manera, la noticia que Dioselina ingenia, madura,
hornea y sirve en la cocina de Palacio nos va a narrar con una
mordaz ingenuidad lo incontable, lo inconfesable, el secreto
de la intimidad política del Doctor Gordito y sus invitados, las
tensiones y manipulaciones del poder en Colombia.
Las cocinas del narcotráfico
Una cuarta acepción muy pertinente para el contexto en que
se desarrolla la propuesta de “Quac, el noticero” son “las cocinas
de la mitad del monte”, caracterización que utiliza Dioselina
para referirse a las cocinas del narcotráfico, utilizadas para el
procesamiento de base de coca, que es un ingrediente (también
conocido por los comensales del Palacio de Nariño como polvos
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
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mágicos) fundamental de sus recetas y con su respectivo correlato
en la vida política nacional: el Proceso 8.000.
Función de los sememas de cocina en el
dramatizado de Dioselina Tibaná
Las cuatro acepciones de cocina analizadas hasta el
momento nos permiten puntualizar lo siguiente en relación con
su función en la propuesta del dramatizado de Dioselina:
La cocina, asumida como símbolo cultural, permite
la identificación del telespectador/lector con el mundo que
construye el dramatizado de Dioselina y sitúa el dramatizado en
un lugar privilegiado en términos del público, puesto que todos
nos sentimos aludidos cuando de comer se trata.
Por otro lado, la cocina como el lugar del chisme y de lo
irrisorio, va a contrarrestar, mediante el recurso de la ironía, con
el lugar institucional de poder al que el discurso alude, generando
un efecto de rebajamiento de los actores que ostentan el poder
político y los símbolos propios del mismo, los cuales son elegidos
como chivos expiatorios del discurso irónico de Dioselina.
Así, encontramos al Dr. Samper, reducido a Doctor
Gordito, un personaje bonachón, sin autoridad, que no se
“amarra los pantalones”. A la Presidencia de la República y por
extensión, a Colombia, reducidas a una cocina, que reviste el
carácter de un restaurante de paso en el que se guisa la realidad
nacional. A las élites tradicionales asumidas como invitados de
paso del restaurante y como clientelistas políticos, al tiempo
que el rol de consejera presidencial es asumido por una cocinera
que convierte los problemas políticos nacionales en chismes de
cocina, los cuales comparte con los telespectadores mediante
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Capítulo I
Dioselina Tibaná en el reparto de personajes de “Quac, el noticero”
la explicitación y descripción de un diverso menú de recetas
políticas, creadas para el gusto de cada uno de los actores del
conflicto en Colombia.
De otra parte, la cocina como referente de la intimidad
nos sitúa en el lugar del secreto como estrategia –elemento que
trabajaremos más adelante– al develar la intimidad política del
Doctor Gordito y sus invitados, así como las maneras en que
se fragua y se toman las decisiones en el universo político. Este
elemento genera confianza en el discurso de Dioselina (quien,
en su rol de cocinera, está en capacidad de enterarse de primera
mano de las manipulaciones y los secretos del poder político en
Colombia), expresado en condiciones de cercanía física entre ésta,
el representante del poder ejecutivo y sus invitados.
Por último, “las cocinas de la mitad del monte”, que
son las cocinas del narcotráfico, nos ubican contextualmente
en el universo principal de la crítica de “Quac, el noticero”
y en particular del Dramatizado de Dioselina Tibaná, quien
recrea los pormenores del Proceso 8.000 y propone un análisis,
expresado mediante sus recetas culinarias, de los personajes,
las tensiones y las coyunturas del país durante este convulso
período histórico.
Se puede afirmar, entonces, que cada especialidad culinaria
de la que nos informa el personaje Dioselina es una metáfora
de los problemas políticos y los conflictos sociales del país.
Complementariamente, cada uno de los elementos que integran
la cocina, de las acciones realizadas en este escenario, de los
personajes que fungen como cocinera y patrón, de los invitados y
de las recetas que integran el menú confluyen en la configuración
de una alegoría que gira en torno a la noción de cocina política, que
nos remite al lugar en que se cuecen los secretos y la intimidad
del poder en Colombia.
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
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Es por ello que Dioselina, quien funge en primera instancia
como cocinera, asume además el rol de consejera presidencial,
lo que se manifiesta a través del hecho de que sus recetas y
especialidades constituyen una evaluación crítica, con una
función ironizante, de los actores y los acontecimientos de la
realidad política nacional.
Dicha función ironizante se puede observar en la
adjudicación de una función irrisoria (la de menú) a la Carta
Constitucional de 1991. A este respecto, afirma la propia
Dioselina en el capítulo 15 del programa:
El doctor Samper llegó todo rebotado y me dijo que
estaba aburrido con esos platos tan pesados. Yo le dije
que mis platos son de la Carta del 91, la que dejó el
doctor Gaviria. “Precisamente –se quejó–, con esa carta
no puedo cambiar los ingredientes. Necesito que me la
reforme”. (Quac. 15)
Como se evidencia en este fragmento, la defensa de
la Constitución Política de Colombia de 1991 (CN. P.) se va
a convertir en el punto clave del posicionamiento ideológico
del discurso de Dioselina Tibaná, desde el cual se establece la
polémica con el Doctor Gordito, quien se revela de esta manera
como el personaje antagónico del dramatizado.
Es debido a ello que el “aparente” diálogo entre los dos
personajes va a girar en torno a los platos o especialidades de
Diosa. Cada una de sus especialidades corresponderá entonces
a aquellos artículos de la Constitución que Dioselina quiere
defender y que el Doctor Gordito o las élites políticas pretenden
invalidar o violar mediante el empleo de diferentes tácticas
políticas inscritas dentro del universo de la manipulación y la
corrupción.
58
Capítulo I
Dioselina Tibaná en el reparto de personajes de “Quac, el noticero”
Con base en los aspectos de la puesta en escena descritos
hasta este punto es posible afirmar que el universo alegórico del
Edificio Colombia –mundo englobante– y, en particular, de la
cocina de Diosa –mundo englobado– está integrado por:
• El Edificio Colombia, que corresponde, paródicamente, a la
República de Colombia (y por extensión al País, a la Nación,
al Estado). En el centro de este edificio se encuentra el Palacio
(el cual debe entenderse, por efecto de metonimia de entrañe,
que alude a una parodia del Palacio de Nariño), y en el centro
de dicho Palacio, hay una cocina política.
• Dioselina Tibaná, la cocinera de Palacio, quien representa el
doble rol de cocinera y consejera presidencial.
• El Doctor Gordito, quien funge como patrón de Dioselina,
dueño de la cocina o el restaurante y, a su vez, como
representante paródico de Ernesto Samper Pizano, Presidente
de la República de Colombia entre 1994 y 1998.
• La cocina, que se asume como el corazón del Palacio de Nariño
y, en este sentido, como el centro desde el que se racionan
la dinámica nacional y el poder en Colombia; es decir, la
Presidencia de la República. Por extensión, entenderemos
también el país como una cocina (ergo, el Edificio Colombia es
una cocina).
• La clientela, que corresponde a los comensales o invitados
del Doctor Gordito, y que hace referencia a todos aquellos
con los que el Doctor Gordito intercambia favores o tramita
influencias a cambio de apoyo electoral y de respaldo a su
programa de gobierno.
• El menú, integrado por un conjunto de platos que corresponden
simultáneamente a los artículos de la CN. P. de 1991 (cuyo
carácter democrático está siendo contrarrestado por las élites
políticas) y a la evaluación de la posición política, según la
perspectiva de Dioselina, de los invitados o comensales del
Doctor Gordito.
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
59
De esta manera, el dramatizado de Dioselina Tibaná se
caracteriza por el encabalgamiento de signos o por la construcción
mediante enclaves. El encabalgamiento designa al signo puesto
simultáneamente en un entre-dos. Así, por ejemplo, la cocina
de Dioselina es oficina de consejería presidencial y es, al mismo
tiempo, la oficina donde se planifica la atención al cliente (a la
clientela política).
La noción de enclave nos define un signo inserto en el otro.
En este caso corresponde al hecho de que la cocina de Dioselina
sea la cocina de un inmenso restaurante que, a su vez es el Palacio
de Nariño, que a su vez está dentro del Edificio Colombia (que
sabemos, por efecto paródico, es el mundo ficcional que remite a
la República de Colombia).
El análisis del dramatizado de Dioselina Tibaná a partir
de la conceptualización relativa a frames semánticos (o cuadros
comunes) nos permite confirmar la hipótesis que presenta al
Edificio Colombia y, en particular, a la cocina de Dioselina, como
alegorías de la realidad política de la Colombia de los años 90.
Capítulo II
Las instancias política y
ciudadana en el marco
actancial
El encabalgamiento y el enclave sígnico que hemos
señalado en el capítulo anterior se dejan apreciar de otra manera
cuando se realiza la transposición del análisis al nivel narrativo.
En este dominio el encabalgamiento corresponde al recorrido del
personaje en dos o más perspectivas isotópicas.24
Los dos personajes centrales del dramatizado, Dioselina
y el Doctor Gordito, pueden ser interpretados privilegiando
ya sea la isotopía culinaria (patrón de restaurante/cocinera), ya
la isotopía de la relación política (Presidente de la República/
consejera presidencial). Ambas isotopías definen el entre-dos
del encabalgamiento sígnico del que hemos hablado, toda vez
que mientras en el nivel de la manifestación del dramatizado
leemos lo relacionado con la cocina, simultáneamente estamos
decodificando que, en el fondo se trata del mundo de la política.
El análisis de esas isotopías será el centro de este capítulo, y el
énfasis descansará sobre el estudio de la narratividad política
desde el punto de vista actancial.
De manera complementaria, el análisis actancial nos
permitirá abordar los aspectos a ser identificados en el
dramatizado de Dioselina, concernientes al enclave, entendido
24 Se define la isotopía como “un conjunto de categorías semánticas redundantes
que permiten la lectura uniforme de una historia”. (Greimas, 1970, citado por Eco,
1999: 131)
64
Capítulo II
Las instancias política y ciudadana en el marco actancial
como categorías de lo englobante y de lo englobando, pues
la diferencia entre actantes y actores, permite ver a varios
actores englobados por una misma categoría actancial y,
simultáneamente, apreciar a un mismo actor encabalgado en
varias posiciones actanciales.
La aparente superioridad del manipulador
El encabalgamiento, del que hablábamos anteriormente,
presenta en apariencia (y es preciso señalar que es sólo en
apariencia) una relación jerárquica según la cual Dioselina
aparece subordinada al Doctor Gordito, sea como cocinera o
como consejera presidencial.
Esta apariencia de subordinación depende del hecho de que
el Doctor Gordito ocupa el lugar de superior jerárquico gracias a
que está investido de poder (legitimidad y/o legalidad), lo que le
permite hacer-ser a Dioselina cocinera/consejera, y hacer-hacer a
Dioselina recetas de cocina/consejos. En el terreno narrativo ese
tipo de relación polémica se denomina como de manipulación, y
remite a una dimensión que se inscribe en un estadio fundamental
del recorrido narrativo25 canónico, el cual está compuesto por
25 Según A.J Greimas y J. Courtés (1982: 278-279): “1. Un recorrido narrativo
es una serie hipotáctica de programas narrativos (abreviados RN), simples o complejos,
es decir, un encadenamiento lógico en que cada RN está presupuesto por otro RN
presuponiente. 2. Los RN son unidades sintácticas simples, y los actantes sintácticos
(sujeto de hacer o de estado, objeto) que entran en su formulación son cualesquiera
sujetos y objetos; no importa qué segmento narrativo, reconocible dentro de un
discurso-enunciado, sea, por consiguiente, analizable en RN (…) En una primera
aproximación se le llamará rol actancial a la doble definición del actante sintáctico:
por su posición y por su ser semiótico (…) 3. El recorrido narrativo comprende,
en consecuencia, tantos roles actanciales como RN que lo constituyen: por eso, el
conjunto de los roles actanciales de un recorrido narrativo puede ser denominado
actante o –para distinguirlo de los actantes sintácticos de los RN –actante funcional
(o sintagmático); así definido, el actante no es un concepto fijado de una vez para
siempre, sino una virtualidad que integra todo un recorrido narrativo. (Greimas &
Courtés, 1982: 278-279)
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
65
los estadios de manipulación, competencia, performancia y sanción.
(Greimas & Courtés, 1982)
En resumen, y simplificando con el fin de hacer claro el
esquema, la manipulación define el hacer-ser y el hacer-hacer
que se pone en juego en la relación polémica entre el Doctor
Gordito y Dioselina Tibaná. Tal programa tiene un objeto:
lo que hay que hacer para satisfacer a la clientela del Doctor
Gordito, clientela que tiene gustos o exigencias determinadas.
En esta instancia, la relación entre el patrón y la cocinera es
polémica. Él pregunta a la cocinera (lo que la vuelve consejera),
y ella sugiere; él propone un tipo de plato, ella sugiere otro
más adecuado; él no sabe qué proponer, es ella la que sugiere.
En estos términos del discurso de superficie se pone en juego
la relación de manipulación como un contrato polémico con
diferentes posibilidades del hacer-hacer.
Los estadios siguientes del recorrido narrativo de
Dioselina, que son, a saber: la competencia, la performancia y la
sanción, aparecen esbozados, sugeridos. Se supone que Dioselina
es competente en todo lo que se refiere a los platos y los gustos de
los comensales. La performancia se presenta, figurativamente, en
la puesta en escena bajo la apariencia de una Dioselina afanada
preparando los platos que le han sido encargados. La sanción
aparece siempre implícita en el tipo de platos que los comensales
habrán de cenar (más precisamente en el nombre de los platos)
y está presente en la dimensión simbólica del significante
del nombre —propio, institucional o sobrenombre— de los
comensales, el nombre de los platos y, por extensión (ya por
encabalgamiento o por enclave) de las técnicas de preparación
y del tipo de ingredientes, etc.
66
Capítulo II
Las instancias política y ciudadana en el marco actancial
El esquema narrativo canónico:
la supremacía de la instancia ciudadana sobre
la instancia política, según la perspectiva de
Hannah Arendt
Dejemos aparte lo relacionado con la isotopía de la cocina,
para centrarnos en lo concerniente a la de la política. Desde esa
perspectiva isotópica la relación contractual de manipulación
(así como los otros estadios del recorrido narrativo) adquiere
significaciones que, según nuestro parecer, son de vital
importancia en lo que concierne al “mensaje”, a la “didáctica”
de la política que los humoristas hacen durante el Proceso
8.000.
Para centrarnos en la isotopía de la política, privilegiaremos
como instrumento de análisis el esquema narrativo canónico,
que nos será útil, en principio, para ver las posiciones actanciales
como estructurales, en el sentido en el que cada posición actancial
se puede analizar de manera autónoma, al tiempo que en su
interdependencia con las otras posiciones actanciales.
En este sentido, la relación entre el actante destinadormanipulador, no se puede concebir sin otro actante, el
destinatario-sujeto, que a su vez se define en función de un tercer
actante, el objeto y, finalmente, el actante judicador que aparece
como aquel que evalúa cualquiera de los diferentes elementos
que han participado en el proceso narrativo, por tanto, la sanción
puede recaer sobre el destinador, sobre el sujeto o sobre las
acciones emprendidas por el sujeto en relación con el objeto.
Por último, es preciso tener en cuenta un actante adicional, el
adyuvante, función que se puede asumir como una prolongación
de la competencia del sujeto.
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
67
Desde la perspectiva anterior, el esquema narrativo
canónico se puede visualizar de la siguiente manera:
Destinador manipulador
↓
↑
Destinatario sujeto →
(+ Adyuvantes)
Objeto
Destinador judicador
Por otra parte, complementario al concepto de actante, la
semiótica concibe el de actor (que no se confunde con la noción
restrictiva de personaje, sino que la engloba). Las posiciones
actanciales son ocupadas por actores que pueden ser individuales
o colectivos, figurativos o temáticos. A ello se suma el hecho
de que un mismo actor puede ocupar, sincrónicamente o en la
diacronía, diferentes posiciones actanciales.
Con el recorrido canónico y el esquema narrativo
como modelos de base, a los que se suma el cuadrado de la
manipulación, intentaremos captar algunos aspectos (conceptos)
de la narratividad política (que fue uno de los objetos de la crítica
de los humoristas de “Quac, el noticero”) que consideramos
fundamentales para el análisis.
Uno de los conceptos, por demás ineludible en el campo de
la política, es el de legitimidad, en el que, a su vez, se engloban
otros como el de representatividad (del portavoz), y el de
legalidad.
A continuación se presenta una introducción, con base
en los aportes teóricos de Patrick Charaudeau, a los elementos
68
Capítulo II
Las instancias política y ciudadana en el marco actancial
constitutivos de las dinámicas que se establecen entre acción
política individual y acción grupal. Posteriormente, se procede
a analizar la performancia de los personajes Dioselina Tibaná y
Doctor Gordito, y la relación polémica que se establece entre
ambos a la luz de dichos aportes.
Acción política individual y acción grupal
Siguiendo a Patrick Charaudeau, dos dimensiones se
cruzan permanentemente en la política, la del actuar individual
del agente de la acción política (que define al que decide “le
décideur”) y la decisión colectiva.
En lo que respecta a la acción política individual, según
Charaudeau, el que decide es un sujeto que se da los medios
para lograr su propósito. Él ha elaborado un proyecto en el cual
inscribe su objetivo a alcanzar y, además, se compromete en el
cumplimiento de esta acción, de la cual él llevará a cuestas toda
la responsabilidad. (Charaudeau, 2005: 13)
Al proyectar estos aspectos generales al caso particular del
presidente Ernesto Samper Pizano, a propósito del escándalo del
Proceso 8.000, recordamos que uno de los temas principales de
la polémica fue, justamente, el de la responsabilidad personal,
y giró en torno a la pregunta: ¿sabía o no sabía el presidente
Samper del ingreso de dineros del narcotráfico a su campaña?
El debate suscitado por este acontecimiento, tanto en
el campo periodístico como en el jurídico (en la Comisión de
Ética del Senado) se dirigió al terreno de la ética de la decisión
individual, y el empañamiento del triunfo de Samper (que afecta
a todo el recorrido para conseguir realizar tal proyecto) fue uno
de sus primeros efectos. Este hecho es explotado en “Quac, el
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
69
noticero” por medio, principalmente, del discurso del personaje
de Dioselina Tibaná, quien presenta y caracteriza al Presidente
como un individuo que padece la puesta en duda de su ética y
está sometido al juicio público.
Por otra parte, en lo que concierne a la decisión colectiva,
un conjunto de aspectos la caracterizan como opuesta y
complementaria de la acción política individual. Resumiendo la
presentación de Charaudeau (2005: 13) estos aspectos serían:
• El colectivo elabora un proyecto común, en función de un
objetivo también común, lo que supone que existe un espacio
de discusión donde se elabora dicho proyecto.
• El compromiso en la acción (aun siendo responsabilidad del
colectivo) debe ser ejecutado por un representante.
• El representante debe rendir cuentas a la comunidad y la
comunidad debe prever el control de los actos realizados por
sus representantes.
• La organización de la acción política comprende: un espacio de
discusión sobre los objetivos (partidos, sindicatos y otros grupos
asociativos, los medios de comunicación), un modo de acceso a
la representación (las elecciones), modalidades de control (en el
interior de diversas instituciones y en el exterior por medio de
movimientos de reivindicación diversos).
El resumen anterior hace énfasis en el proyecto (que no
es individual, sino colectivo), en la interdependencia de la
comunidad y del representante, ya que es imposible la democracia
sin el fenómeno de la representatividad, lo que a la vez implica
que el representante debe ser controlado por la comunidad que
lo elige.
Ahora bien, retomando el mundo político parodiado por
“Quac, el noticero”, podemos decir que, en tanto representante
70
Capítulo II
Las instancias política y ciudadana en el marco actancial
paródico del Presidente, destinado por el pueblo, el Doctor
Gordito tiene como misión u objeto “aparente” defender la
Constitución vigente, es decir, la Carta Constitucional de
1991, y abogar por su cumplimiento mediante el ejercicio de
sus funciones, entre las que se incluyen: dirigir los destinos de
la nación en materia económica y social; representar el país
internacionalmente; encargarse de la conducción política del país
tanto en el orden nacional como en el internacional; suscribir
tratados con otros países; elegir a los embajadores de Colombia
en el exterior; decidir la ley del Banco de la República y el Plan
Nacional de Desarrollo y de Inversiones Públicas; estar al frente
de las Fuerzas Militares de Colombia como su Comandante en
Jefe (lo que supone la planeación de la estrategia militar para
defender la soberanía nacional).
Asimismo, el Presidente está encargado de la conservación
del orden público en todo el territorio, lo que implica garantizar la
estabilidad institucional, la seguridad del Estado y la convivencia
ciudadana. Esta función le confiere al Presidente el poder de
declarar el Estado de Conmoción Interior, en todo el país o en las
zonas donde se vea afectado el orden público.
En el caso del presidente Ernesto Samper Pizano, durante el
Proceso 8.000, son varios los aspectos que son objeto de discusión
a propósito de la legitimidad de su elección como máximo
representante de los colombianos. Las discusiones, tienen lugar
en diferentes instancias del poder, entre las que se destacan las
que tuvieron lugar en el seno mismo del Partido (Liberal) y del
Senado (que representa al pueblo que eligió a Samper por su
programa de gobierno).
Las investigaciones giran en torno a aquéllos que
respaldaron económicamente a la campaña Samper (el país
recuerda a Julio Mario Santodomingo, especialmente), entre los
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
71
que se encuentran los narcotraficantes del denominado Cartel
de Cali. Dicho apoyo económico presupone un interés por parte
de aquellos que lo ejercen. De ahí que la pregunta que subyace
a todas las polémicas suscitadas por el Proceso 8.000 pueda ser
formulada de la siguiente manera: ¿Cuáles eran los intereses
que estaban detrás del apoyo económico de los narcotraficantes
del Cartel de Cali a la campaña Samper Presidente? A su vez,
este interrogante, interpretado desde la perspectiva del contrato
se desdobla y se transforma en la pregunta complementaria:
¿Cuáles eran los compromisos que habían sido acordados –si los
había– entre Samper y/o los directivos de su campaña y/o las
élites políticas del Partido Liberal y el Cartel de Cali?
En lo que concierne a Dioselina Tibaná, representación
de la instancia ciudadana en el universo ficcional de “Quac, el
noticero”, la evaluación de la legitimidad del presidente Samper
también está en juego. Esta evaluación es puesta en escena por
medio del despliegue de una estrategia enunciativa que aparece
como novedosa si se la compara con las formas en que suele
ser tematizada la legitimidad del poder político en Colombia
(a manera de digresión, al hablar de la legitimidad del poder
político en Colombia, a menudo se asume ésta, la legitimidad,
como “uso legítimo de la fuerza”, noción desarrollada por
Max Weber, con frecuencia es mal interpretada como uso
privilegiado de la fuerza por parte de los militares, por ejemplo,
o como si todo acto generado en el seno de la instancia política
fuera legítimo de facto, simplemente por tratarse del poder
Estatal).
Para abordar la evaluación de la instancia ciudadana
representada en Dioselina Tibaná, nos es precisa una digresión
por la noción de poder político tal como la plantea Hannah
Arendt (la cual se opone a la noción de Weber).
72
Capítulo II
Las instancias política y ciudadana en el marco actancial
Según Hannah Arendt (Arendt, 1972, citada por
Charaudeau, 2005:16) el poder político es el propio de
los ciudadanos, ya que resulta de un consentimiento, de
una “Búsqueda del bien común” y de una “voluntad de los
hombres de querer vivir juntos”. La siguiente frase define la
representatividad: “cuando declaramos que alguien está en
el poder, nosotros entendemos por ello que ese alguien ha
recibido de un cierto número de personas el poder de actuar
a su nombre”.
Es el momento de poner en relación lo enunciado antes
a propósito del esquema narrativo canónico y de su utilidad en
el campo del análisis del discurso y de la acción política. Así,
la concepción de Arendt, puede proyectarse sobre el modelo
en lo que concierne a las posiciones ocupadas por la instancia
ciudadana en la narratividad política.
Vemos entonces que la instancia ciudadana, el pueblo,
aparece como un actor que ocupa todas las posiciones actanciales
del recorrido narrativo. Este aspecto se vuelve interesantísimo
para el análisis de la instancia ciudadana en cada estadio del
recorrido narrativo, toda vez que dicha entidad reviste diferentes
significaciones dependiendo de las posiciones actanciales en que
se encuentre. En este sentido, el personaje de Dioselina Tibaná
se presenta como:
1. La destinadora del Doctor Gordito: es ella la que lo eligió,
invistiéndolo como Presidente (hacer ser) y posicionándolo
como manipulado en tanto que sujeto de hacer, destinado a la
búsqueda del bien común.
2. Representada por el Doctor Gordito, quien actúa a nombre
del pueblo colombiano. Él es su representante, su vocero; las
decisiones que tome son a nombre del pueblo colombiano.
3. En la posición de objeto: es el pueblo gobernado.
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
73
4.La beneficiaria o la que sufre el perjuicio de las acciones
emprendidas por el Doctor Gordito.
5. La judicadora, la evaluadora de las acciones de procedimiento
así como de los fines logrados o no por el Doctor Gordito.
6. La adyuvante del Doctor Gordito en el recorrido que supone su
programa de acción de gobierno (siempre y cuando las acciones
del Doctor Gordito estén en defensa de la CN. P. de 1991).
La presentación de la concepción de Hannah Arendt
desde la perspectiva de la semiótica narrativa nos permite ver el
omnímodo y complejo poder de la instancia ciudadana en el campo
de la política: satura todas las posiciones actanciales, lo que nos
ofrece una concreción de esta forma de comprender las dinámicas
de las relaciones que se establecen entre representatividad y
poder político al afirmar que “cuando declaramos que alguien
está en el poder, nosotros entendemos por ello que ese alguien
ha recibido de un cierto número de personas el poder de actuar
a su nombre”. (Arendt, 1972, citada por Charaudeau, 2005: 16)
No obstante el carácter omnímodo del poder ciudadano,
tal como nos lo permite ver el esquema narrativo, es el momento
de recordar que el proyecto de crítica ideológica, de crítica de
los modos de la política en Colombia, expresado por “Quac, el
noticero” en su función irónica, muestra otra cosa: es la instancia
ciudadana la que aparece al servicio de la instancia política.
A este respecto, Jaime Garzón (1997), en el contexto
de una charla con los estudiantes de comunicación socialperiodismo de la Universidad Autónoma de Cali, señalaba que
el mundo de la política está al revés: “se elige a un mayordomo
(léase Presidente) para que administre la finca (léase Colombia)
para que las vacas den más leche, las gallinas den más huevos…
y finalmente termina robándose la vaca, comiéndose las gallinas
y los huevos…”.
74
Capítulo II
Las instancias política y ciudadana en el marco actancial
Según el hacer interpretativo de Jaime Garzón (periodista)
acerca de la forma en que se concreta el ejercicio político
en Colombia se elige a un funcionario público para que sirva
al público, para que funcione. Pero en este país, la instancia
ciudadana termina sirviéndole a este representante, rogándole
para que haga lo que tiene que hacer, aquello para lo que fue
elegido, y agradeciéndole si acaso cumple26. (Garzón, 1997)
Es esta inversión de las lógicas del poder en un contexto
democrático la que se puede apreciar en el dramatizado de
Dioselina Tibaná cuando focalizamos la isotopía culinaria. En
esta el Doctor Gordito es propietario y patrón, dueño y jefe de
la presidencia/restaurante, mientras que Dioselina es empleada/
cocinera de ese restaurante.
El presidente/patrón/propietario es el que manda; la
cocinera/empleada es la que obedece. En consecuencia las dos
isotopías, la del poder político y la del restaurante, no aparecen
como simples efectos de un burlesco gratuito, sino que, por el
contrario, sirven para mostrar dos concepciones del ejercicio del
poder político.
Las dos isotopías definen, en consecuencia, otra estrategia
de los signos: el signo bifronte (dos sentidos), antitético (dos
sentidos que se oponen) que se manifiesta en el hecho de que
Dioselina, representante de la instancia ciudadana, aparece
rebajada, cuando en realidad su lugar es de superioridad; mientras
El Doctor Gordito, representante de la instancia ciudadana,
debería aparecer como un personaje sometido a la voluntad de
las mayorías que lo eligen (a las que sirve y que lo sancionan),
se presenta, por el contrario, como un superior y, además, al
servicio de otros intereses ajenos a los propios de la búsqueda del
26Véase: Garzón, Jaime (1997). Conferencia para los estudiantes de la
Facultad de Comunicación Social-Periodismo, [Video-casete], Cali, Universidad
Autónoma de Occidente.
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
75
bien común. Estamos ante una estrategia de mundos invertidos,
de personajes que ignoran cuál es el alcance del poder que los
inviste.
En búsqueda de los anti-sujetos
Teóricamente, el signo, proyectado en el cuadrado
semiótico, permite apreciar que éste sólo se define en la diferencia.
Un signo y su contrario –lo que es sólo se reconoce por lo que no
es– permite pensar al destinador y al anti-destinador, al sujeto
y al anti-sujeto, al judicador y al anti-judicador en un recorrido
narrativo. Respecto a la pareja sujeto y anti-sujeto, Greimas &
Courtés, dicen:
[…] el sujeto aparece como un actante funcional que sólo
existe semióticamente si está en relación con un antisujeto; es su relación la que los constituirá como entidades
semióticas diferentes una de la otra. Esta relación, que
debe ser concebida como una relación de presuposición
recíproca, será definida por el conflicto entre estos dos
actantes. La simetría que caracteriza la relación sujeto/
anti-sujeto expresa la posibilidad para esos dos actantes
de ejercer una manipulación recíproca, lo que permite
pensar su comunicación en términos de interacción, es
decir, como una transformación mutua y sucesiva de
sus competencias modales y cognoscitivas. Greimas &
Courtés. (1986: 251-252)
El caso parodiado por “Quac, el noticero”, (las dinámicas
de la política colombiana durante el Proceso 8.000), genera un
gran número de sujetos y de anti-sujetos (es preciso decir que la
oposición no es axiológica, sino sintáctica), así como de destinadores
y de judicadores, que varían según el punto de vista ideológico
dominante, es decir, según la manera como sean presentados
76
Capítulo II
Las instancias política y ciudadana en el marco actancial
discursivamente ante el público telespectador (también llamado, a
menudo y sin profundizar en ello, la opinión pública).
Por ejemplo, tomando como eje de reflexión la isotopía del
poder económico hallamos:
• Si el destinador-manipulador es el poder económico,
representado por los grandes empresarios del país, entre
quienes se cuentan los nombres de Julio Mario Santodomingo,
Carlos Ardila Lulle, Luis Carlos Sarmiento Angulo (actores
que a su vez son representados en “Quac, el noticero” a
través del personaje “Carlos Mario Sarmiento Ganitzky”), el
destinatario de su apoyo económico en la campaña presidencial
se convierte en el sujeto (héroe, representante, portavoz) de
un objeto, de una causa, de un objetivo “dignos”.
• Pero si el destinador-manipulador es el poder económico,
representado por los narcotraficantes del Cartel de Cali, el
destinatario del apoyo económico en la campaña presidencial
se convierte en el adalid de una causa “indigna”.
Para captar la volubilidad axiológica de los actantestemáticos (empresarios/ narcotraficantes), es preciso recordar que
durante la campaña de Samper, cualquier intento de negociación
con la guerrilla (también considerados como narcotraficantes)
fue considerado un exceso, un indicio de complicidad cuando
no de complacencia con el narcotráfico. Luego, Andrés Pastrana
forjó su campaña presidencial con la promesa de la paz mediante
las negociaciones con la guerrilla de las Farc. En este caso el
intento de negociación fue positivo. Después, Álvaro Uribe Vélez
construye su camino a la Presidencia mediante la afirmación
de un “No” radical a cualquier diálogo con la guerrilla y, en
contrapartida, proponiendo negociaciones con las Autodefensas
Unidas de Colombia, los paramilitares, abiertamente reconocidos
como narcotraficantes, entre otros aspectos.
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
77
Como podemos observar en los ejemplos citados, la
axiología de los destinadores manipuladores, de los destinatarios
sujetos, de los judicadores, de los objetos, no es estable sino
variable, a menudo coyuntural, pues como decíamos más atrás,
depende de su construcción discursiva.
En “Quac, el noticero” encontraremos una gran panoplia
de destinadores y de anti-destinadores que es preciso definir
según diferentes puntos de vista ideológicos. A continuación se
postulan algunas preguntas, con finalidad heurística, dirigidas
a permitirnos la identificación y caracterización de dichos
antidestinadores:
En lo que respecta a Dioselina Tibaná (en la posición
de sujeto-destinatario), ¿Qué tiene como objeto (u objetivo o
misión) de su programa y qué o quién la destina (a partir de qué
se autoriza), qué o quién la judicaría en su misión?
En función de estas preguntas, el análisis arroja que:
• El destinador manipulador de Dioselina Tibaná es la CN. P.
de 1991. Dicho de otra manera, Dioselina Tibaná se autoriza
en la CN. P. de 1991 para ejercer como “veedora” del Doctor
Gordito. La Carta Constitucional, es preciso recordarlo,
nace como voluntad popular (la séptima papeleta durante
las elecciones de 1990), y luego toma forma a través de
elecciones populares de constituyentes (Asamblea Nacional
Constituyente) que representan diferentes sectores de la vida
pública colombiana. En otras palabras, la Carta Constitucional
representa la voluntad de cambio de la instancia ciudadana en
pleno.
• El destinatario-sujeto es Dioselina. Es desde los derechos
y deberes que le asigna la CN. P. de 1991 que se autoriza
Dioselina Tibaná. En términos narrativos, diremos que
78
Capítulo II
Las instancias política y ciudadana en el marco actancial
Dioselina se auto-destina, autorizándose en sus derechos
constitucionales.
• El objeto que caracteriza a este destinatario sujeto
autodestinado es la defensa de la Carta Constitucional, que en
ese momento tiene unos pocos años de nacida, y, por tanto,
necesita ser protegida de las amenazas que, desde diversas
instancias de poder, se ciernen sobre ella.
Por otra parte, cabe señalar que el Presidente de la República
está conminado a defender la CN. P. de 1991, símbolo del Estado
de derecho (Constitución que funge como destinador, en tanto
fuente de normatividades entre las cuales está la del ejercicio de
la función pública). Es por ello que, el objeto de Dioselina debe
observarse en dos niveles básicos:
• El apoyo al Doctor Gordito, siempre y cuando sus acciones
estén en función de la defensa de la Constitución.
• El no-apoyo al Doctor Gordito, cuando sus acciones no sean
consecuentes con la defensa de la Constitución.
Estos posicionamientos actoriales en la matriz actancial nos
permiten ver la siguiente configuración:
Destinador
La Constitución de 1991
¿.......................?
↓ ↓
Sujeto
→
El Doctor Gordito
Antidestinador
Objeto
←
Si defensa Vs. No defensa
Antisujeto
El Doctor Gordito
Constitución de 1991
↑ ↑
Adyuvante
Dioselina Tibaná
Adyuvante
¿......................?
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
79
El esquema narrativo anterior, nos permite identificar
algunos aspectos importantes relativos al posicionamiento de los
actores en la matriz actancial:
• El Doctor Gordito puede ocupar dos posiciones antagónicas,
ser sujeto y ser anti-sujeto. Es decir, se trata de un actor con
dos misiones diferentes, (i) defender la CN. P. de 1991 y (ii)
no defender dicha Constitución.
• De manera concomitante vemos a Dioselina Tibaná en dos
posiciones, la de adyuvante del Doctor Gordito cuando se
trate de la Defensa de la Constitución y, por ende, también
como oponente del Doctor Gordito cuando éste no defiende
la susodicha Carta Constitucional.
No hemos escrito el nombre de Dioselina como adyuvante del antisujeto simplemente para señalar con ese vacío en la estructura la posición
polémica de Dioselina como ironizante: ella parece ser una adyuvante del
Doctor Gordito en cuanto a la “repartición” de la Carta Constitucional,
pero en realidad la defiende. Estos aspectos los abordaremos más adelante
en el análisis.
Las particularidades del posicionamiento de Dioselina en el
esquema narrativo (ya sea como auto-destinada autorizándose en
la CN. P. de 1991, ya como adyuvante del Doctor Gordito siempre
y cuando éste defienda dicha Carta Constitucional) nos llevan a
pensar en los anti-destinadores, los antisujetos y sus adyuvantes.
Estos serían aquellos que se opongan a la CN. P. de 1991, así
como al deber constitucional del Doctor Gordito de defenderla.
¿Quiénes serían, entonces, los actores que ocuparían las posiciones
de los anti-actantes? Y, ¿por qué razones éstos se opondrían a esa
Constitución? O dicho de otro modo, ¿Por qué la Constitución les
sería un obstáculo? Para dar respuesta a estas preguntas, primero
necesitamos volver sobre la CN. P. de 1991, en tanto el objeto de
disputa (de trasfondo) en la polémica del Proceso 8.000.
80
Capítulo II
Las instancias política y ciudadana en el marco actancial
El menú: La Carta Constitucional de 1991
Como afirma Dioselina, en el Capítulo 15 de Quac, su menú
es La Constitución Política de Colombia de 1991 (CN. P. de 1991),
producto de un proceso democrático participativo sin igual en
la historia reciente de Colombia, en el que se reunieron más de
150.000 propuestas, provenientes de más de 500 municipios
colombianos que presentaron sus solicitudes de reforma a la
Asamblea Constitucional.
La CN. P. de 1991 fue anticipada por un clima de tensiones,
confrontaciones y pólvora que produjo hechos que afectaron
profundamente la estabilidad de las instituciones, entre los que
se destacan el asesinato de tres candidatos presidenciales, la
desmovilización de cuatro grupos insurgentes, el narcoterrorismo
en su punto más álgido bajo la dirección de Pablo Escobar, una
crisis sin precedentes de los partidos políticos, la deslegitimación
del Congreso, la congestión del aparato judicial, y todo ello ante
la inoperatividad de una administración pública caracterizada
por un centralismo asfixiante, en un Estado de Derecho formal
pero no real.
Esta situación convulsa y crítica, de inestabilidad
institucional, genera las condiciones para que la Constituyente,
y la Carta Constitucional que ésta produjo, sean susceptibles
de ser asumidas, por amplios sectores de la población, como
signos de cambio social, de concertación y de relevo de las
viejas estructuras políticas por otras basadas en la participación
ciudadana, lo que implica, en teoría, la postulación de un
estado de los asuntos políticos y administrativos acorde con
los presupuestos de Arendt (1972) y Charaudeau (2005) que
sirven de base a este abordaje de la dimensión semiótica de
“Quac, el noticero”.
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
81
Ahora bien, la defensa de la Constitución como uno de los
puntos clave de “Quac, el noticero”, y en particular del discurso
de Dioselina Tibaná, tiene también sus antecedentes en la historia
personal de Jaime Garzón. A este respecto, señala Morales:
En el año 1990, Garzón entabló una cercana amistad con
el recién elegido presidente de Colombia, el neoliberal
César Gaviria. Participó en la preparación de la Asamblea
Nacional Constituyente en 1991, que produciría una
nueva Carta Magna, y luego, ya como empleado directo
de la Presidencia de la República asumió –nominalmente–
la traducción de la nueva Constitución a las lenguas
indígenas. Pero, en realidad, Garzón comenzó a ser el
bufón de la corte de Gaviria y ejerció al mismo tiempo, y
no oficialmente, las funciones de asesor de comunicaciones
del Presidente. Ello le permitió, esta vez sí, codearse con
los que tienen el poder, siempre actuando como un ácido
crítico y ejerciendo su derecho de poner todo en duda,
hasta al propio Gaviria, quien, convencido de la necesidad
del bufón, le dio largas para que se burlara ampliamente
de su gobierno. (Morales: 2003: 16)
La CN. P. de 1991 logró superar el Estado confesional,
centralista y cerradamente bipartidista, promulgado en la
Constitución Política de Colombia de 1886, para postular en su lugar
la construcción de un nuevo Estado Social de Derecho de carácter
secular, políticamente pluralista y culturalmente pluriétnico,
como queda expresado en su Artículo 1.
Artículo 1. Colombia es un Estado Social de Derecho,
organizado en forma de República unitaria, descentralizada,
con autonomía de sus entidades territoriales, democrática,
participativa y pluralista, fundada en el respeto de la
dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las
personas que la integran y en la prevalencia del interés
general. (República de Colombia, 2002: 13)
82
Capítulo II
Las instancias política y ciudadana en el marco actancial
El reconocimiento de los diferentes credos y las múltiples
etnias, la creación de la Corte Constitucional como defensora
de la Constitución, y de la Fiscalía General de la Nación como
renovadora de la justicia, la especificación de mecanismos
emblemáticos que promueven avances significativos en la
democracia participativa como la tutela, el referendo, la
consulta popular, la iniciativa ciudadana y la revocatoria del
mandato; la incorporación de nuevas dinámicas y alternativas
políticas diferentes a las tradicionales, lo que implica un cambio
en las maneras de hacer política en Colombia, entre las que se
destaca la transición del M-19 de la lucha armada guerrillera
a la electoral partidista, junto a otros sectores procedentes
de movimientos armados como el EPL y el Quintín Lame,
dando lugar al surgimiento de nuevas fuerzas políticas; el
fortalecimiento de la democracia local y del concepto de
autonomía; la protección de los derechos fundamentales,
sociales, económicos, culturales, colectivos y del ambiente;
entre otras, son algunas de las principales modificaciones que
introduce la nueva Carta Constitucional.
El menú de “Diosa” o “la Fogonera mayor” como la
presenta María Leona Santodomingo en “Quac, el noticero” está
cargado entonces desde su concepción, de una auténtica, aunque
aún precaria participación ciudadana, y por ello la defensa de la
CN. P. de 1991 va a constituirse en un tema central y en uno de
los principales móviles de la denuncia burlesca de los humoristas
a cargo del programa televisivo.
Con la promulgación de la CN. P. de 1991, por primera
vez es clara la irrupción del pueblo o la instancia ciudadana como
noción y realidad que soporta el texto fundamental. Esto está
expresado en el artículo tercero del texto constitucional, en el
que se consagra la soberanía popular; lo que implica que, en
adelante, el protagonista principal (sujeto/sujeto operador) de
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
83
la vida política es el pueblo, al cual representan en el universo
ficcional de “Quac, el noticero” principalmente los personajes
Néstor Helí y Dioselina Tibaná, junto a los cuales aparecen en el
lugar de la instancia ciudadana otros actores, tales como el Señor
Jaramillo y el estudiante John Lenin.
La CN. P. de 1991, simbolizada en el menú de Dioselina,
buscaba un nuevo modelo de Estado, un nuevo proyecto de
nación que pretendía, entre otros, otorgarle mayor democracia
al juego político; propósito que se ve reflejado especialmente en
la significativa participación en la Constituyente de aspirantes
que no provenían exclusivamente de la clase política tradicional.
Es el caso del M-19, organización que consiguió el 28% de
los votos, lo que representaba un tercio de la Constituyente,
y se vio reflejado en una gran influencia de este grupo en las
decisiones, a tal punto que jugó un papel importante en el
cambio del sistema electoral, y con ello, del ejercicio del poder
en Colombia.
Fue por estas razones que el nuevo panorama político llegó
a ser interpretado por los colombianos como la posibilidad, por
primera vez, de ser representados por sus pares, generando fuertes
lazos de identificación con aquellos que lograron introducir la voz
históricamente acallada del país nacional bajo el parloteo del país
político, hasta entonces dueño exclusivo del poder en Colombia.
Es en este contexto y sobre la base de este paradigma
de interpretación del hecho histórico que se actorializa la Carta
Constitucional en “Quac, el noticero”. El posicionamiento de
los actores va a girar en torno a la manera en que el programa
expresado en la Constitución los afecta. Esto se puede apreciar
en el siguiente fragmento del capítulo 15:
84
Capítulo II
Las instancias política y ciudadana en el marco actancial
REFORMA A LA CARTA
El doctor Samper llegó todo rebotado y me dijo que
estaba aburrido con esos platos tan pesados. Yo le dije
que mis platos son de la Carta del 91, la que dejó el doctor
Gaviria. “Precisamente –se quejó–, con esa Carta no puedo
cambiar los ingredientes. Necesito que me la reforme”.
Yo empecé a trabajar, pero los congresistas se pusieron
furiosos porque no quieren cambiar su dieta. Dicen que
el doctor Samper les va a quitar la chanfaina y las tajadas.
Entonces el doctor Serpa les dijo que no se preocuparan,
que el Congreso lo que necesita es un reconstituyente para
sacarlo de la postración. Ay, no, mijita. Eso nadie se pone
de acuerdo. Ahora falta ver lo que irán a decir los que
tienen la sartén por el mango: los que cocinan la cerveza
y las gaseosas, los que cocinan las noticias y los que tienen
cocinas en la mitad del monte. (Quac. 15)
Como se evidencia en su “Dieta Parlamentaria”, Dioselina
Tibaná subraya y denuncia de manera burlesca, con su lenguaje
irónico y sus simbólicos platos, cómo la CN. P. de 1991 no
resulta entonces de los afectos del Doctor Gordito, en tanto se
constituye en un impedimento para continuar gobernando con
los mecanismos –léase vicios políticos– históricamente utilizados.
Asimismo, la CN. P. de 1991 no resulta de los afectos de la
clase política tradicional, pues las reivindicaciones democráticas,
las nuevas fuerzas sociales y políticas que ingresan al organigrama
del poder, los mecanismos de participación que garantizan
efectivamente la soberanía del pueblo, el reconocimiento de los
derechos de las minorías (indígenas y negros), y de los derechos
fundamentales, la substracción al Presidente de muchas de sus
antiguas prerrogativas, el despojo del Congreso de sus antiguos
privilegios, los nuevos mecanismos para controlar el manejo
del Estado, entre los que se destaca el Defensor del Pueblo
como garante de la protección de los derechos humanos, la
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
85
defensa del medio ambiente, y una nueva concepción del poder
(entendido, según el paradigma constitucional como un ejercicio
colectivo de gestión de los intereses generales que trasciende la
representatividad en las instancias estatales), entre otros aspectos,
se constituyen en un atentado contra los intereses de las élites
tradicionales y del gobierno norteamericano.
Por ello, los platos de Dioselina, en una segunda dimensión
de la significación que se les atribuye, recrean la intención de estas
élites de neutralizar el poder democrático de la Constitución,
aniquilando su espíritu subversivo, lo que se evidencia en recetas
tales como “Sancocho gringo” o “la Dieta del buen vecino”, “Reforma
a la Carta” y “Sopa para el diablo”. De esta manera se expresa
el conjunto y las modalidades de las acciones que los actores
sociales que se sienten afectados negativamente por la CN. P.
de 1991 emprenden para neutralizar sus contenidos políticos
tendientes al empoderamiento de la instancia ciudadana, y que,
al presente, han provocado la realización de más de 18 reformas
en el articulado del texto constitucional.
En efecto, la CN. P. de 1991 cuenta con numerosos
enemigos, entre los que se destaca la clase política tradicional
(entiéndase Partido Liberal y Conservador, así como sus
divisiones o disidencias cualquiera sea su nombre) que considera
la Carta como obra de la Alianza Democrática M-19, que, al
representar un tercio de la Asamblea tuvo, como ya se mencionó,
una influencia mayoritaria en la toma de las decisiones.
Como resultado de esta situación se manifiesta una oposición
maniquea en el país entre grupos posicionados antagónicamente
en términos ideológicos, que enfrenta al pensamiento tradicional
de élites (a menudo identificado con el eslogan de Tradición,
Familia y Propiedad) contra todo aquello que se le oponga, que
es nombrado como guerrilla. (Cf. Cortés, 2007, 117-137)
86
Capítulo II
Las instancias política y ciudadana en el marco actancial
Por otra parte, habida cuenta del hecho de que la
Constitución de 1991 habló de la No extradición, se llegó a
argumentar que tal apartado apareció por mano interpuesta de
Pablo Escobar Gaviria, lo que sirvió de base a los ataques contra
la Constitución.
Cabe recordar, durante las sesiones de la Asamblea
Nacional Constituyente, Pablo Escobar secuestró a varios
periodistas emparentados con importantes familias detentadoras
del poder político (entre los que se cuentan Francisco Santos,
Diana Turbay y Maruja Pachón), con el fin de presionar para que
en la Carta Constitucional apareciese la no extradición.
Es por esa vía que la CN. P. de 1991 cuenta con dos grandes
enemigos: uno interno, el partido Nuevo Liberalismo, con el
entonces presidente César Gaviria a la cabeza quien, durante el
Proceso 8.000 pasó a ocupar el puesto de Secretario General de
la OEA; y, por otro lado, el Gobierno de los Estados Unidos de
Norteamérica, interesado en la extradición de colombianos a su
país.
De esta manera, los actores temáticos llamados a ocupar
las posiciones de los anti-actantes, en principio serían: las élites
tradicionales disconformes con las implicaciones políticas de
la CN. P. de 1991, y los mecanismos que ésta instituye, los
cuales, idealmente, propenderían por el paso de la democracia
representativa a la democracia participativa, e incluirían
novedades de profundos efectos políticos tales como la posibilidad
de la revocatoria de un mandato.
A lo anterior, se suma el hecho de que la CN. P. de 1991
configura la posibilidad de una situación social que presenta
algunos aspectos molestos para ciertas élites, como los relativos
al reconocimiento de derechos de minorías (indígenas y negros,
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
87
así como aspectos del orden del Principio de Igualdad, que abre
posibilidades de participación política a las mujeres).
De igual manera, a la CN. P. de 1991 se vincula la aparición
de nuevos mecanismos de control del Estado (en un principio
molestos para las élites tradicionales) como la Fiscalía General
de la Nación, la Corte Constitucional, la Procuraduría, la Corte
Suprema de Justicia, el Consejo Nacional de la Judicatura, entre
otros, que luego se convertirían en botines de guerra en el ajedrez
político, toda vez que el control político no sólo depende del
control de las mayorías, sino también de las posiciones claves en
instituciones de este tipo.
Con este panorama como referente del relato político/
irónico/polémico que caracterizaba la modalidad de enunciación
propia de “Quac, el noticero” es difícil definir con precisión
quiénes son los actores-temáticos que ocupan las posiciones de
anti-actantes, habida cuenta de los riesgos interpretativos que
se corren.
No obstante, los humoristas de “Quac, el noticero” logran
caricaturalmente mostrar esos posicionamientos a lo largo de
las diferentes emisiones de “Quac”. He aquí un ejemplo de un
dramatizado que nos permite una visión panorámica de los
posicionamientos actanciales determinantes del Proceso 8.000:
PELEA SAMPER-VALDIVIESO EN EL CÉSAR
GAVIRIA’S PALACE
(María Leona habla a cámara mientras Samper y
Valdivieso boxean en el ring).
MARÍA LEONA: Estoy en el César Gaviria’s Palace,
donde Samper y Valdivieso lucharán por el cinturón
presidencial. Las debilidades del titular son: exceso de
88
Capítulo II
Las instancias política y ciudadana en el marco actancial
pesos en combates anteriores, no encaja los ganchos de
izquierda, como los de Salamanca, ni el recto de derecha
de Enrique Gómez. No le sirvieron los consejos de su
esquina manejada por Serpa y Pardo, y tuvo dos caídas
propinadas por Kid Narcocaset y Sugar Retrechero. El
retador Valdivieso tiene poco alcance pero propina duro
castigo. Las encuestas de los apostadores están a su
favor. Es un experto en golpes bajos, practicados con sus
sparrings Botero y Medina. Punto en contra del retador:
no maneja el ring del Congreso. El segundo aire que ha
tomado Samper de ninguna manera asegura que no pueda
sufrir otro knock down que le haga tirar la toalla, a pesar
del protector Santodomingo. Al fiscal sólo le sirve ganar
por la vía del sueño, porque, en una decisión por puntos,
los jueces no lo favorecerían. María Leona Santodomingo,
deportes. (Quac. 51)
GARZÓN: ¿será que queda tan noqueado que le tiene
que coger puntos?
MARÍA LEONA: Jaimito, no especules y punto.
MARÍA LEONA: sigamos con la información. La niña
Inti de la Hoz, que siempre está súper in, estuvo en la
última corrida del apoyo a..., esto, corrida de toros... y
les preparó esta deliciosa crónica. Adelante mi tendido de
sol... (Quac. 51)
El dramatizado en el que aparecen (en un ring de boxeo
ubicado en un lugar llamado César Gaviria’s Palace) enfrentados
el Doctor Gordito (representante del poder ejecutivo y
auspiciado por Bavaria, que remite a Julio Mario Santodomingo
como representante del poder económico) contra Valdivieso
(representante del poder judicial, y de los intereses de los Estados
Unidos de Norteamérica, que operan a su vez como representantes
del poder político y económico en el contexto mundial), pone
de manifiesto una síntesis actancial de los opositores durante el
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
89
Proceso 8.000. Cada signo visual y verbal del dramatizado tiene
una finalidad dentro de las formas de construir burlescamente
la narratividad del Proceso 8.000. Teniendo en cuenta la disposición de los actores presentados en el dramatizado, las
posiciones actanciales serían:
El Destinatario Sujeto es el Doctor Gordito (Ernesto
Samper Pizano); el Destinatario Anti-sujeto es Valdivieso
(Alfonso Valdivieso Sarmiento). Estos dos actores deben
pensarse, también desde la perspectiva de los sectores de poder
en conflicto, como el máximo representante del poder ejecutivo
versus el representante del poder judicial en lo que se refiere a
juzgar a los civiles, con motivo de delitos comunes que no están
relacionados con la función pública. Lo que está en juego no es
el fuero de Samper como Presidente, toda vez que, si este fuera
el caso, su oponente debía haber sido el Procurador General de
la Nación, que es el funcionario encargado para adelantar los
procesos contra los servidores públicos con motivo de la comisión
de delitos o contravenciones en el marco del cumplimiento de sus
funciones.
El objeto en contienda es, entonces, “El cinturón
presidencial”, pero no en el sentido de una lucha por la
presidencia tal y como ocurre en una campaña electoral, sino de
una lucha por el control del poder ejecutivo, en la que Samper
quiere sostenerse en su posición de poder, y Valdivieso apunta a
propiciar su caída por la vía jurídica.
El combate entre los dos antagonistas no es el primero. El
narrador (María Leona Santodomingo, haciendo las veces en esta
ocasión de locutor deportivo) hace un resumen de las vicisitudes
del recorrido de los dos contendores hasta llegar al momento de
esta confrontación en el ring, lo que lleva a cabo presentando
algunas situaciones y citando algunos personajes determinantes
90
Capítulo II
Las instancias política y ciudadana en el marco actancial
en el conflicto que se desarrolla ante los televidentes, que sirven a
la clarificación de la situación y la identificación de los oponentes
de Samper: Salamanca, el vice-fiscal encargado de la investigación
del Proceso 8.000, y Enrique Gómez, senador representante del
Partido Conservador.
Los adyuvantes de Samper son los ministros Horacio
Serpa y Rodrigo Pardo. El narrador actorializa (en el sentido
de antropomorfizar) dos acontecimientos, los narco-casetes y el
célebre escándalo del espionaje de una llamada que fue conocido
como el de la “monita retrechera”. El primero es llamado “kid”,
el segundo “sugar”, formas pronominales propias del mundo del
boxeo.
En cuanto al anti-sujeto, es importante reseñar una frase que
emerge en el contexto de la descripción del personaje Valdivieso:
“no maneja el ring del Congreso”, la cual se puede interpretar en
primera instancia como explicitación de la inexperiencia del
personaje; y, en segunda instancia, como la referencia a los límites
que impone sobre este actor el campo al que está circunscrito, que
es el de la Fiscalía, lo que lo inhabilita (lo establece como sujeto
no competente) para proceder jurídicamente contra Samper,
Jefe de Estado. Durante el denominado Proceso 8.000, esta
competencia fue delegada a la Cámara Baja del Congreso.
Los destinadores aparecen en este dramatizado como
“patrocinadores” u “apoderados”. Los primeros, como aquellos
que financian a los competidores a cambio de posicionar mejor
sus intereses, y los segundos, como los dueños de los derechos
deportivos y económicos de sus pupilos.
El primer gran destinador-manipulador, presentado como
apoderado, organizador del espectáculo está dicho en el nombre
del coliseo, el César Gaviria’s Palace. Con lo cual podemos
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
91
pensar que todo el espectáculo del Proceso 8.000 fue montado,
manejado, promocionado y usufructuado por César Gaviria
Trujillo, expresidente y, en ese momento, Secretario General de
la OEA.
Otro destinador-manipulador, esta vez del lado de Samper,
aparece nombrado de dos maneras, la primera por el narrador: “a
pesar del protector Santodomingo”; la segunda en la imagen en
la que tal protector lleva un nombre de marca «Bavaria». Es este,
entonces –según este dramatizado– el Destinador de Samper.
El anti-destinador aparece mediante signos icónicos
hipercodificados: el personaje Valdivieso viste con una
pantaloneta con las rayas, estrellas y colores distintivos de la
bandera de los Estados Unidos de Norteamérica, además de lucir
una capa roja y el símbolo de Superman en el pecho. Es así que
el anti-destinador manipulador del Fiscal General de la Nación,
según lo burlesco de “Quac”, es el Gobierno de los EE.UU.
Los anti-destinadores (es decir, todos aquellos diferentes
al espíritu de la búsqueda del bien común que se supone anima a
la democracia y está inscrito en la CN. P. de 1991) que tiene
el Doctor Gordito proponen recorridos narrativos diferentes e
incluso opuestos o contradictorios.
En este sentido, es importante considerar que el carácter
bi-isotópico del dramatizado de Dioselina Tibaná permite dos
posibilidades de lectura que se implican recíprocamente pero
que pueden ser individualizadas: la historia de las aventuras de
Dioselina Tibaná –la cocinera– en torno a la preparación de las
especialidades o platos que le encarga su patrón y, por otro lado, la
historia de Dioselina Tibaná –consejera presidencial– y el Doctor
Gordito, presidente de la República, y las relaciones de tensión
entre estos dos actantes en torno a las decisiones que afectan los
92
Capítulo II
Las instancias política y ciudadana en el marco actancial
destinos políticos y económicos del país. Ambas perspectivas se
entrelazan y son presentadas desde el registro de la ironía con un
fino matiz que el tono en el que se enuncia lo dramatizado propone
a la cooperación interpretativa del televidente/lector.
Con esta perspectiva, es preciso señalar que, en tanto patrón
de Dioselina Tibaná, y por lo tanto, dueño de la cocina, el Doctor
Gordito tiene por objeto satisfacer a su clientela, conformada por
ministros, congresistas, empresarios, militares, representantes
de la Iglesia, periodistas, representantes internacionales de los
Estados vecinos y aliados, entre otros.
La clientela actúa a su vez como un conjunto de
destinadores-manipuladores y como antidestinadores de la
misión del Doctor Gordito, la cual tiene como objeto ofrecer el
plato o la especialidad que más satisfaga a cada invitado, para lo
cual tiene como adyuvante a Dioselina, encargada de preparar
las recetas gourmet y servir a la clientela.
Tal como hemos dicho, una inmensa mayoría de
antidestinadores (es decir aquellos que se oponen al espíritu de lo
consignado en la CN. P. de 1991, “la búsqueda del bien común”,
como dice Arendt) está en función de intereses ajenos a los de la
instancia ciudadana. Se trata de intereses de Partido (la vanidad
y la ansiedad de poder), intereses de sector (el económico, el
militar, el de la Iglesia), intereses internacionales, etc.
En términos de los actores temáticos, esta es la vasta
clientela que el Doctor Gordito “debe” satisfacer. Es esa vasta
clientela la que se convierte en el anti-destinador que se opone a
la voluntad del pueblo.
Algunos de los personajes que actúan como destinadoresmanipuladores o antidestinadores aparecen en el libreto bajo
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
93
diferentes categorías, que resaltan algunas propiedades esenciales
para la construcción del discurso irónico de este dramatizado.
Entre los grupos que se forman según la clasificación estructurada
sobre la base de dichas categorías podemos destacar:
• Aquellos personajes señalados con nombre propio: estos
nombres propios esconden pertenencias ideológicas y
gremiales. En esta categoría podemos encontrar, por ejemplo,
al Dr. Samper; los doctores López, Turbay, Barco y Cesarito
(expresidentes); Miguelito (¿narcotraficante?), El Dr. Martínez
(ministro de Justicia), el Dr. Serpa (ministro del Interior), El
Dr. Carlos Holmes (embajador), Tirofijo (guerrillero), el Dr.
Mogollón (Congresista), Valdivieso (Fiscal), el Dr. Medina
(acusado), el niño Fernandito (exministro de la Defensa y
acusado), Monseñor Rubiano (Iglesia), el general Bedoya
(militar), D’Artagnan (periodista), Dr. Vásquez Velásquez
(Contralor), Plinio Apuleyo (periodista), el Dr. De la Calle
(vicepresidente), Julio Mario (empresario), Noemí (candidata
presidencial, embajadora) y Carlos Obando (exministro),
entre muchísimos otros.
• Aquellos personajes que encarnan roles en campos temáticos.
En este grupo encontramos empresarios, ministros,
congresistas, políticos, militares, miembros de la Iglesia,
periodistas, narcotraficantes. Se destacan en esta categoría
Monseñor Rubiano, El Fiscal Valdivieso, Julio Mario,
Miguelito y Tirofijo.
• Aquellos personajes nombrados por su posición en el mundo
político colombiano, como aliados o enemigos. Por ejemplo,
entre los amigos del Doctor Gordito podemos citar “los que
participan de la música de cámara de Mogollón”, o “Julio
Mario que me ha dado la mano ba-varias veces, los militares
que de golpe me siguen respaldando y los congresistas que
están igual de solos que yo”; y entre los enemigos, aquellos
que pertenecen al “coro de la Fiscalía, los sapos”.
94
Capítulo II
Las instancias política y ciudadana en el marco actancial
• Aquellos personajes que encarnan la pertenencia a una
institución: OEA, Congreso, Iglesia, Corte Constitucional,
Ministerio de Justicia.
• Aquellos personajes nombrados por su lugar ideológico:
conservadores, liberales, pastranistas, samperistas, gaviristas,
entre otros.
• Aquellos personajes nombrados por su pertenencia a un
gobierno: Estados Unidos o Colombia, entre los que podemos
citar los místeres o los gringos.
Cada uno de estos roles temáticos implica la presencia
de un recorrido narrativo ideologizado, es decir, de un
posicionamiento, lo que supone realizar el análisis de los
registros textuales y la filigrana de los valores puestos en juego
por cada actor social, en tanto destinadores manipuladores, que
proponen al Doctor Gordito un programa narrativo según sus
intereses personales, económicos o de gremio y que obstruyen la
primera misión destinada por el pueblo. Entre los destinadoresmanipuladores más significativos del dramatizado, que exigen
el cumplimiento de diferentes misiones al Doctor Gordito,
encontramos:
• Los “gringos o místeres” que representan al Gobierno de
Estados Unidos, intentan frenar el proyecto de legalización
de la droga y abogan por la aprobación de la extradición.
• Los congresistas de diferentes partidos, incluyendo el de
Samper (Partido Liberal). Algunos de ellos a favor de la
penalización de la droga y, por tanto, a favor de la intromisión
del gobierno de Estados Unidos en asuntos de política
nacional. En esta categoría se encuentran también aquellos
congresistas que reclaman la continuidad de la “chanfaina y
las tajadas”, vedadas por la nueva CN. P. de 1991, y cuya
exigencia al Doctor Gordito, por ende, es “mejorar la dieta
del Congreso”.
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
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• Los empresarios que le han dado la mano al Doctor Gordito
“Ba-varias veces”, y lo seguirán haciendo en tanto este les
permita mantener el poder económico y el monopolio de sus
productos en el país.
• Los militares que “respaldan” al Doctor Gordito.
• Las élites políticas tradicionales que exigen la supresión o
transformación de los artículos de Ley de la CN. P. de 1991
que responden a una perspectiva democrática, participativa.
Estos actores temáticos intentan sabotear y neutralizar el
poder del pueblo en la nueva Constitución, así como también
la concepción de Estado Social de Derecho que lo sustenta.
• La Iglesia que se escurre y de vez en cuanto otorga sus
bendiciones.
• Los narcotraficantes que exigen reciprocidad del Doctor
Gordito, pues si ellos apoyaron su campaña, es decir, lo
montaron en el poder como Presidente, ahora él está en el
deber de abogar por sus solicitudes de “no-extradición” y
facilitar la expansión de sus negocios.
• La guerrilla que exige ciertas concesiones para alcanzar la paz.
• El Dr. Mogollón que respalda su gestión, “con su música de
cámara”.
• El “bajo continuo de Valdivieso”, que busca la caída del
Presidente, líder del “coro de sapos de la Fiscalía”, y que exige
la entrega de los capos del narcotráfico.
Todos ellos actúan, a su vez, como antidestinatarios según
la aceptación y el cumplimiento de la misión asignada al héroe
(Doctor Gordito), a quien “se le metió que el que manda no es el
anfitrión, sino el invitado”. (Quac. 9)
Por consiguiente, los destinadores-manipuladores enunciados
se proyectan también en la matriz como anti-destinadores de la
misión del Doctor Gordito, en la medida en que algunos quieren
que renuncie a su cargo, que se ponga a un lado, que entregue
96
Capítulo II
Las instancias política y ciudadana en el marco actancial
el poder. Así, los destinadores se posicionan de manera distinta
según su intención de apoyo a la Presidencia del Dr. Samper o su
exigencia de renuncia a la misma.
De lo anterior, podemos inferir que el Doctor Gordito es
un actor hiper-manipulado, es decir, hiper-destinado, lo que
muestra la complejidad de los programas narrativos propuestos
por cada destinador manipulador; programas que se excluyen,
se complementan, se repelen, se integran, se fusionan, se
contradicen o se afirman según las conveniencias políticas y
económicas de los grupos o actantes temáticos señalados; y
que lo sitúan, por efecto de la ironía, en un lugar irrisorio en
relación con su rol de Presidente, pues finalmente las decisiones
las toman otros.
Por otro lado, el Doctor Gordito también es un actor
auto-destinado, en tanto su discurso pareciera indicar que lo
que más le interesa es conservar el poder como Presidente,
como afirma en este fragmento de “Quac, el noticero”: Róbalo
a la tapada:
Ahora que van a reformar la Carta del 91, esos doctores
ya se están relamiendo. Dijeron que convenía mejorar
la dieta del Congreso y me pidieron que les fuera
preparando desde ya el róbalo a la tapada. Es un plato
carísimo, pero el doctor Samper me dijo: “Démosles
gusto, Dioselina, a ver si me dejan gobernar”. (Quac.
17)
De esta manera, conservar su investidura, su lugar
como Jefe de Estado, Jefe de Gobierno y Suprema Autoridad
Administrativa, se constituye en el garante para cumplirle a la
larga fila de destinadores, con privilegio de “algunos”. Es por ello
que su primera misión se disuelve bajo este nuevo concepto de
gobernar: “darle gusto a todos”.
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
97
En resumen, la perspectiva actancial nos ha permitido
apreciar el dramatizado de Dioselina Tibaná en varios niveles,
que corresponden a sendas especies semióticas:
• Los signos encabalgados, característicos de lo burlesco, al
ser apreciados desde la perspectiva actancial nos muestran
al personaje de Dioselina Tibaná como representante de la
instancia ciudadana en todos los lugares de la matriz que
define la acción política: como destinador (elector), como
sujeto (representado por el Presidente), como objeto (la
búsqueda del bien común), y como sancionador (la opinión
que juzga el cumplimiento, por parte del Presidente, de sus
promesas).
La instancia ciudadana es, en la perspectiva de “Quac, el
noticero” –muy cercana a la de Hannah Arendt– considerada
el centro, el eje mismo de la democracia. A través de este
personaje, “Quac, el noticero” logra mostrar cómo esa
instancia, aparentemente subordinada, es en realidad la
detentadora y determinadora del poder, ya que ocupa todas
las posiciones.
• La perspectiva del enclave, vista desde el esquema narrativo
canónico, nos permite proyectar las interacciones en el campo
del poder político. En la representación de este campo no hay
lugar para personaje individual, singular, aislado, pues lo que
cuenta concierne a las formas de representación. Así, todos los
personajes representan a un sector, ya sea político, periodístico,
económico, eclesiástico, militar, etc. Estos sectores a su vez se
subdividen. Lo político se divide en partidos, lo económico
en lo legal y lo ilegal (los empresarios en un extremo y los
narcotraficantes en el otro…); lo eclesiástico se divide en
tendencias, por ejemplo, la teología de la liberación por un
lado, y por el otro en el sector ligado al Opus Dei, articulado
en torno al discurso ideológico cuyo lema es el de “Tradición,
Familia y Propiedad”; lo militar se divide en diferentes ramas
98
•
•
Capítulo II
Las instancias política y ciudadana en el marco actancial
de las Fuerzas Armadas y policiales, en diferentes bloques
paramilitares y, aparte, la guerrilla en diferentes movimientos
guerrilleros que a su vez se dividen en frentes.
De esta manera, las operaciones narrativo-semióticas de enclave
que se verifican en “Quac, el noticero” nos muestran el efecto
de muñecas rusas que subyace a cada nombre de personajes y a
cada voz ideológico-sectorial que por vía de éstos se expresa.
El análisis, desde la perspectiva narrativa, de la combinación
de los fenómenos de encabalgamiento y de enclave nos
permite ver la densidad del discurso de los dos personajes
centrales del dramatizado, Dioselina Tibaná y el Doctor
Gordito. Por mediación de Dioselina se expresa la instancia
ciudadana valorizada por los humoristas en el máximo de
su poder político, es decir como destinadora, sujeto, objeto
y destinador. No obstante, habida cuenta de la isotopía
culinaria, esa instancia ciudadana es mostrada como una
cenicienta que ignora sus encantos, es decir, su superioridad.
En contrapartida, el análisis del encabalgamiento permite
mostrar al Doctor Gordito como un personaje aislado, es decir,
sin mayor poder como destinador y como sancionador; y en
tanto sujeto, como alguien que ha sido nombrado presidente
para satisfacer a toda la vasta clientela.
Así como el personaje de Dioselina es leído bajo dos isotopías
temáticas, las de cocinera y/o consejera presidencial, del
mismo modo es preciso leerla ya como ayudante y/o como
oponente del Doctor Gordito dependiendo de la manera
como éste defienda o “reparta” la CN. P. de 1991.
Quizás esta ambivalencia del Doctor Gordito, la de defensor
de la Constitución y la de estar obligado a “repartirla”, es la
que hace que “Quac, el noticero” aborde en su dramatizado al
personaje de manera amable, la más amable posible, otorgándole
las características que permiten que se configure como el tonto,
el bonachón, el ingenuo.
Capítulo III
La ironía narrativa en el
dramatizado de Dioselina
Tibaná
Hasta el momento hemos abordado, en el primer
capítulo, a Dioselina Tibaná en el reparto de personajes
del poder de “Quac, el noticero”, precisando su lugar como
personaje emblemático que representa a la instancia ciudadana.
igualmente, hemos detallado al Edificio Colombia como el
mundo posible, la diégesis de todas las noticias registradas
en “Quac”, es decir, el mundo englobante y, en particular, la
cocina de Diosa como el mundo englobado en la construcción
de la alegoría de la realidad política nacional.
A partir de lo anterior, hemos analizado cómo este
dramatizado se caracteriza por el encabalgamiento de signos
o por la construcción mediante enclaves, que nos permiten
leer al menos dos perspectivas isotópicas en el recorrido de los
personajes: la isotopía culinaria y la isotopía de lo concerniente a
la política, que simultáneamente nos presentan dos concepciones
antitéticas del ejercicio del poder político.
En el plano teórico, nos detuvimos en la concepción del
poder que propone Hannah Arendt (1972), en la cual el poder
político es de los ciudadanos (encarnado en Dioselina Tibaná
como representante de la instancia ciudadana). En el capítulo
II, también presentamos el estudio de la narratividad política
desde el punto de vista actancial, resaltando la dimensión de
la manipulación que se pone en juego en la relación polémica
102
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
entre el Doctor Gordito y Dioselina, en el marco del recorrido
narrativo canónico.
Con base en el análisis de la isotopía política desde
el esquema narrativo canónico mostramos –retomando los
planteamientos de Hannah Arent (1972)– la superioridad de la
instancia ciudadana sobre la instancia política, la cual se evidencia
en la saturación de este actor de todas las posiciones actanciales,
lo que lo convierte en el centro, en el eje mismo de la concepción
de democracia que subyace a la ideología del dramatizado.
En este último apartado de la investigación abordaremos
las características del discurso de Dioselina, situando el chisme
como marco retórico y detallando sus características, así como
el tema del secreto como estrategia y a Dioselina como “agente
doble”, condición que le permite jugar a suponerse ingenua y
cómplice a la vez.
Según este marco retórico, realizaremos una lectura de
los roles del proceso de la comunicación irónica: el ironizante, el
irónico, el cómplice, el ingenuo y el guardián de la ley en el dramatizado
de Dioselina. Para ello, utilizaremos como base los trabajos de
Philippe Hamon: La ironía literaria (1996) y Texto e ideología:
para una poética de la norma (1984).
Es preciso aclarar que dentro de la vasta bibliografía sobre
la ironía, priorizamos el modelo de Hamon, por considerarlo
más complejo, en tanto brinda mayores posibilidades para
nuestro análisis. Sin embargo, en el desarrollo de este capítulo,
resaltaremos algunos aportes de Pierre Schoentjes, especialmente
aquellos consignados en su trabajo La poética de la ironía (2003),
y en concreto lo referido a la caracterización de los tres roles
básicos del proceso, los cuales, según este autor, corresponden
a: el ironizante, el ironizado y la víctima. Una de las ventajas de
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
103
los planteamientos de este último, es que pueden ser puestos
en diálogo con los de Hamon, abriendo un amplio campo de
posibilidades para el abordaje e interpretación de nuestro objeto
de estudio.
En relación con el rol del guardián de la ley al interior de este
proceso de comunicación irónica, estudiaremos los usos del frame
culinario como elementos de la función evaluativa realizada por
Dioselina y, finalmente, abordaremos la movilidad de los roles y
las posiciones que ocupa Dioselina en la estructura actancial de
la ironía.
El discurso de Dioselina: el chisme como
marco retórico y el secreto como estrategia
Como habíamos anunciado en el capítulo I, en la descripción
de nuestra “Fogonera mayor”, el discurso de Dioselina se
caracteriza por un relato modalizado por la forma del chisme,
a través del cual Dioselina da cuenta del universo narrativo
de su cocina, entendida como alegoría de la realidad política
nacional. Este marco retórico supone entonces la cooperación del
televidente/lector, actualizando las posibilidades virtuales que
supone un relato presentado con esta estructura.
Veamos algunas definiciones que nos propone el diccionario
de la Real Academia de la Lengua Española sobre el chisme, para
aventurar una aproximación a las implicaciones de este tipo de
discurso en la estructura narrativa del dramatizado de Dioselina.
(Quizá del lat. cimex, chinche).
1. m. Noticia verdadera o falsa, o comentario con que
generalmente se pretende indisponer a unas personas con
otras o se murmura de alguna.
104
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
2. m. coloq. Baratija o trasto pequeño.
~ de vecindad.
m. coloq. El que versa sobre algo de poca importancia.
(RAE, 2001: 535)
Un primer aspecto para destacar de las definiciones
anteriores es que el contenido semántico del chisme puede ser
verdadero o falso, característica que nos sitúa frente al problema
de la verosimilitud, lo cual resulta clave para el enunciatario, en
tanto éste tiene que decidir a qué tipo de acto lingüístico se está
enfrentando.
En nuestro caso, el reto interpretativo que se le propone al
enunciatario del dramatizado consiste en reconocer en “Quac, el
noticero”, y en el dramatizado de Diosa, una propuesta de humor
crítico, con un tono irónico, que se refiere a una experiencia
común pero que, en tanto se inscribe en un registro humorístico,
narrativo, dentro del orden de la ficción, del fingimiento, es
decir, de ”jugar a ser otro”, no supone un compromiso explícito
por decir la verdad, aunque tampoco se propone mentir.
Esta situación le permite a Dioselina jugar de manera
estratégica con la información política suministrada por los
medios masivos de comunicación y con las interpretaciones y
valoraciones sugeridas por ella mediante sus recetas, generando
la ambigüedad o incertidumbre en torno a cuál de las dos
informaciones es la verdadera: ¿la de los noticieros tradicionales o
la de “Quac, el noticero”?, ¿la de los portavoces de las diferentes
instancias de poder, que se expresan a través del escenario que
representa la instancia mediática?, ¿la de los presentadores y
corresponsales que integran la apariencia cotidiana de dicha
instancia mediática pero están alejados de los lugares en los que
se toman las decisiones y se llevan a cabo las intrigas políticas?
o ¿la de Dioselina, que conoce, desde su cocina, la intimidad del
poder en Colombia?
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
105
Por otro lado, se destaca también en las definiciones
presentadas cómo el chisme presume una intención particular del
enunciador: “indisponer a unas personas con otras”. Característica
que en el dramatizado es delegada por el enunciador en Dioselina
como narradora: veamos cómo se expresan en el dramatizado
de Diosa los diferentes lugares referidos a esta modalidad de la
enunciación:
• La narradora de los chismes de cocina corresponde en el
dramatizado a Dioselina Tibaná.
• El narratario es asimilado a “Mijita”, actor al que Dioselina se
dirige y con el que entabla un supuesto diálogo.
• El enunciado, integrado por cada uno de los chismes/recetas
de cocina de Dioselina, caracterizados por:
- Estar inserto en un texto –“Quac, el noticero”-, que se
distingue por ser reconocido como explícitamente lúdico
y como parodia burlesca de los noticieros de televisión
nacionales.
- Por ser enunciado por un personaje caracterizado como
cocinera (más todas las propiedades que identifican a
Dioselina Tibaná) en un dramatizado con formato de
monólogo.
- Por ser un enunciado cuya modalización veridictoria
oscila entre el ser-parecer (verdadero), el ser-no parecer
(secreto), el no ser-parecer (ilusión, mentira, fingimiento),
el no ser-no parecer (falsedad). Y tales modalizaciones
hacen referencia tanto a los personajes, como a los
acontecimientos referidos por Dioselina Tibaná.
- Por ser un enunciado cuyo contenido hace referencia a
las personalidades y aconteceres del mundo político que
rodea al Doctor Gordito (mundo paródico de la política
colombiana).
- Por hacer evidentes las relaciones de tensión entre los
actantes; tensión que se expresa en las elecciones de
106
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
Dioselina-narradora, quien privilegia las intenciones
de enemistar, discrepar, difamar, desacreditar a quienes
actúan como referentes del chisme.
En términos narrativos, se destaca en el chisme el empleo
del estilo indirecto, en el cual el enunciador refiere las palabras
o pensamientos de los personajes mediante la subordinación
sintáctica. Esto permite suponer que no hay un compromiso
explícito del enunciador con el enunciado, por cuanto citar la
voz ajena no implica necesariamente ceder la voz propia, como se
hace evidente en el siguiente ejemplo:
Figúrese mija que el doctor Samper invitó a unos místeres
a una comida criolla, y ellos mandaron decir que los platos
de acá son muy irritantes y que teníamos que hacer un
menú que mandaron dizque por fax desde Washington.
Se llama la dieta del Buen Vecino […]. (Quac. 9)
En este sentido, nos interesa resaltar que el estilo indirecto
es uno de los medios que permite reflejar el punto de vista del
narrador –Dioselina– con relación a los personajes –el Doctor
Gordito y sus comensales–, evidenciando su simpatía y las más
de las veces, su antipatía hacia ellos; lo que puede derivar o en la
identificación del narrador con los personajes o en el desacuerdo,
manifiesto mediante el privilegio del recurso de la ironía, por
parte de Dioselina.
Ante lo cual, suponemos que Dioselina posee un saber
sobre los acontecimientos y personajes de la política nacional;
saber adquirido de manera directa, es decir, de primera mano,
gracias a su cercanía con el doctor Gordito. Sin embargo, en tanto
cocinera, no es propiamente la persona autorizada para divulgar
este saber. En este sentido, la información adquiere el carácter
y la incertidumbre propia del chisme, que se refleja en el estilo
indirecto empleado por Dioselina en la mayoría de las emisiones.
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
107
Pero Dioselina, además de fungir como cocinera, se
desempeña como consejera presidencial. Este último rol le
imprime un carácter de “supuesta” credibilidad a la información
que suministra, mientras transforma a Diosa en una fuente oficial
y fidedigna, toda vez que este personaje participa de la toma de
decisiones que afectan los diferentes ámbitos de la vida nacional.
Estos dos roles le imprimen un carácter de ambigüedad a la
información, convirtiendo a Dioselina en una especie de agente
doble o espía.
Ahora bien, la incertidumbre que nos siembra Dioselina
mediante el chisme, se presenta generalmente bajo la modalidad
particular del secreto (más precisamente del contarlo), en tanto
aquello que se tiene reservado y oculto y que sólo la exclusividad
de su oficio como cocinera/consejera le permite conocer y; secreto
que a su vez pasa a ser de dominio de la instancia ciudadana
como consecuencia de la voluntad de decir que caracteriza a
este personaje. Cuando Dioselina/cocinera cuenta los secretos
del Doctor Gordito y sus invitados, éstos se transforman en
infidencias, desde la modalidad discursiva que opera en el plano
de lo cotidiano.
Por extensión, el discurso de Dioselina nos remite al secreto
de Estado, en tanto la información corresponde particularmente
a asuntos políticos o diplomáticos aún no divulgados de maneras
oficiales o divulgados de formas diversas cuyos énfasis responden
a múltiples intereses. En el plano del secreto de Estado, cuando
Dioselina/consejera cuenta los secretos del poder, su discurso
adquiere el carácter aparente de traición. Esta característica
del discurso de Dioselina nos remite al tema del secreto y, en
particular, al trabajo de Paolo Fabbri (2001) sobre el “agente
doble”.
108
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
El tema del secreto y Dioselina como “agente doble”
Paolo Fabbri en su texto, Tácticas de los signos (Fabbri,
2001), nos presenta un interesante análisis del tema del secreto,
algunos de cuyos elementos podrían ser aplicables a la estrategia
empleada por Dioselina Tibaná.
En primer lugar, este autor señala que el punto de vista
más adecuado para abordar el tema del secreto es el del agente
doble, es decir, del espía.
[…] el agente doble es un doble agente secreto, pues
se encuentra en la paradójica situación en la que las dos
partes a las que sirve simultáneamente pueden saber
muy bien que él realiza un doble juego y atenerse a esa
circunstancia. (Fabbri, 2001: 15)
En segunda instancia, nos va a proponer la idea de que
el secreto no es una entidad estable, sino que, por el contrario,
cambia, y ese cambio se produce justamente porque en la relación
entre los sujetos se genera una escalada de secretos recíprocos,
a lo cual el autor denomina la escalada del secreto estratégico.
De esta manera, nos propone “la idea de un secreto táctico,
estratégico, cuya característica más apasionante es la continua
movilidad de la información secreta que cambia constantemente
en función del lenguaje”. (Fabbri, 2001: 17)
En tercera instancia, el mismo autor presenta la idea de
que un secreto en movimiento supone la transformación de
éste en un secreto irrisorio, en tanto se descubre o desplaza de
manera permanente. En este sentido, aquello que garantiza
el funcionamiento del secreto está más allá del secreto en sí, y
radica en el acto de juramento, que equivale al compromiso de
guardar el secreto:
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
109
El juramento altera radicalmente las relaciones sociales:
crea la más intensa relación de fidelidad que se pueda
imaginar y al mismo tiempo la más radical y amenazadora
relación con el otro. Desde el momento en que uno jura
compartir un secreto se convierte en alguien capaz de
traicionarlo. (Fabbri, 2001: 18)
Por último, sugiere que lo que interesa no es tanto la
ontología del secreto (su estrategia de verdad) como su fuerza
retórica, es decir, su capacidad de persuasión.
Con base en los planteamientos anteriores podemos
aseverar que Dioselina actúa como un agente doble, es decir, una
especie de espía que se sirve de su rol de cocinera (posición que la
hace cercana a la intimidad del poder del Palacio de Nariño, así
como a la intimidad del Doctor Gordito y sus comensales) para
desvelar los secretos del poder en Colombia y darlos a conocer a
la instancia ciudadana. En ese sentido, Dioselina se encuentra en
una paradójica posición, pues debe ser leal al Doctor Gordito, en
tanto que éste es su patrón y, simultáneamente, leal a la instancia
ciudadana, a la cual representa.
Por su parte, el Doctor Gordito actúa con una supuesta
ingenuidad, como si los hechos continuaran siendo secretos,
mientras Dioselina establece una relación en la que se aprovecha
de la información aparentemente secreta para descubrirlo, pero
sin que el Doctor Gordito perciba una afrenta directa.
En este sentido, a Dioselina le interesa, por un lado, que el
doctor Gordito no se entere de que ella maneja sus secretos, motivo
por el cual finge ingenuidad; y por otro lado, que la instancia
ciudadana reconozca su autoridad en el manejo de los secretos del
poder, para lo cual se finge cómplice. Este tipo de relación que se
construye entre Dioselina y el Dr. Gordito ha sido denominada
por Paolo Fabbri como una escalada de hostilidad. (Fabbri, 2001:16)
110
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
En este contexto, el chisme afecta al discurso de Dioselina
operando sobre éste una disminución de la seriedad y, por tanto,
de los potenciales aspectos comprometedores de lo enunciado,
al tiempo que la inscripción de lo informado dentro del campo
del secreto le permite construir credibilidad, lo que fortalece
la intensidad irónica del enunciando y, a su vez, garantiza la
intimidad de la información generalmente reservada a ciertas
élites sociales. Al respecto de este tema, Shoentjes afirma que:
La forma indirecta que adopta la crítica permite de alguna
manera la expresión de una verdad que no se podría decir
abiertamente. Por eso, la capacidad que un grupo tiene de
ironizar sobre sí mismo indica siempre una gran cohesión.
(Shoentjes, 2003: 165)
El chisme como práctica cultural y en el caso de Dioselina
como estrategia discursiva permite sembrar la sospecha,
reconocer e integrar las diferentes voces y opiniones acerca de la
situación política nacional y burlarse del diálogo (que se escenifica
entre los distintos actores sociales en situación de confrontación)
establecido y presentado como estrategia de negociación política,
frente al cual la instancia ciudadana, que Dioselina representa, se
siente excluida.
Asimismo, el chisme permite jugar con el carácter
anónimo de la información a la vez que sitúa la cercanía de la
misma, otorgándole un lugar de relevancia a la opinión de los
telespectadores/lectores.
Esa complicidad e intimidad que genera Dioselina sitúa a
los telespectadores/lectores en el interior del Palacio de Nariño
y en el corazón del debate político y ético nacional y, en este
sentido, adquiere un carácter subversivo en la medida en que,
mediante el uso del chisme, que privilegia el tono irónico,
rompe con las jerarquías que establece la comunicación formal,
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
111
especialmente aquellas reservadas a los noticieros de televisión. A
este respecto, señala Shoentjes:
La función subversiva de la ironía está a veces ligada a la idea
de que es un modo de autocrítica, de autoconocimiento,
de autoreflexión susceptible de desafiar la jerarquía de los
lazos mismos del discurso, jerarquía basada en las relaciones
sociales de dominación. Este desafío del discurso, esta
capacidad de socavar y de invertir se juzga susceptible
si acaso de transformar la política. La familiaridad de la
ironía con los discursos dominantes que ella combate –
después de todo, se sirve de su propio lenguaje en tanto
que “dicho”– es lo que permite a la vez al discurso irónico
ganar tiempo (es decir, ser admitido y escuchado, aunque
no comprendido) y socavar la autoridad y la estabilidad de
los discursos dominantes apropiándose de su poder. Así,
esta intimidad es lo que hace de la ironía una estrategia
eficaz de oposición. (Shoentjes, 2003: 249)
El carácter subersivo de la ironía que señala Shoentjes,
resulta ser un elemento clave en la propuesta de “Quac, el
noticero”, desde la concepción misma del proyecto que refleja
una ética y una estética que, mediante la parodia a los noticieros
de televisión en general y al ejercicio del periodismo en Colombia
en particular, cuestiona el rol de los medios de comunicación
en la sociedad, evidenciando –a la manera de Pierre Bourdieu
(2000)– cómo la televisión es un espacio de producción y
difusión de discursos estructurados de tal manera que sirven a la
reproducción cultural, el refuerzo del habitus de los dominados
y la inhibición y neutralización de las posibilidades de que éstos
identifiquen y cuestionen las condiciones de felicidad sobre las
que descansa la eficacia simbólica de dichos discursos, que sirven
efectivamente, en consecuencia, y de forma instrumental, a la
perpetuación de las estructuras de poder del orden social que los
produce, es decir, un espacio hecho para no pensar.
112
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
De esta manera, el recurso a la parodia en “Quac, el
noticero” se pone al servicio del desvelamiento del carácter
de constructo discursivo (ficcional) que reviste la “realidad
mediática” colombiana. El resultado de ello es que la “realidad
política” y el “periodismo” que la raciona para la instancia
ciudadana, se tiñen, tras pasar por la transformación a que los
somete la poética de “Quac, el noticero”, de ficcionalidad. Con
respecto a este carácter ficcional de los discursos televisivos
“serios”, afirma Bourdieu que “la televisión, que pretende ser
un instrumento que refleja la realidad acaba convirtiéndose
en instrumento que crea una realidad” (Bourdieu, 2000: 28).
Esta condición es aprovechada por los realizadores de “Quac, el
noticero” para operar una inversión en los términos del fenómeno
social de la televisión. En este caso se recurre a la construcción
de algo que se presenta abiertamente como ficción, y que incluye
el diseño y la puesta en escena del personaje Dioselina Tibaná
(es decir, un referente ficcional, constituido con base en la
exageración siguiendo el patrón de la caricatura), para proceder
a realizar la operación “seria” de situar y hacer efectivos en el
discurso (en la esfera de lo público) puntos de vista acerca de la
realidad política que por lo general son invisibilizados bajo el
peso de los dispositivos de producción de verdad a las órdenes de las
instancias de poder (entre los cuales los noticieros de televisión
ocupan un lugar privilegiado), responsables en buena medida
de la homogeneización de las versiones hegemónicas acerca del
mundo social y su funcionamiento.
Sin embargo, al realizar esta inversión en lo que podríamos
denominar un orden tradicional de la televisión, los realizadores
y humoristas de “Quac, el noticero”, se ponen a resguardo de
los efectos nocivos que tal tipo de denuncia tendría si fuese
presentada de manera directa y sin estrategias de desvío y
ambigüación.
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
113
A este objetivo sirve la capacidad de la modalidad discursiva
del chisme para generar situaciones de complicidad, a lo que se
suma el hecho de que la estrategia de enunciación, consistente
en la modalización caricaturesca y grotesca del personaje, resta
(paradójicamente) agresividad al mensaje, por medio del cual se
revela la comicidad de la vida política nacional y se resalta la
manipulación y la distorsión de la información presentada por
los medios masivos de comunicación. A propósito de la forma en
que se actualiza la manipulación en el mundo social, manifiesta
Bourdieu:
[…] cuanto más se avanza en el análisis de un medio
más compelido se ve uno a liberar a los individuos de
su responsabilidad –lo que no significa que se justifique
todo lo que pasa en él–, y cuanto mejor se entiende cómo
funciona más se comprende también que las personas
que intervienen en él son tan manipuladoras como
manipuladas. Incluso, a menudo, manipulan más cuando
más manipuladas están y más conscientes son de estarlo.
(Bourdieu, 2000: 21)
Al presentar este orden de la manipulación por vía del
desvío paródico, a través de la modalidad discursiva del chisme y
en tono irónico, “Quac, el noticero” explota además un aspecto
propio de la forma en que se hacen y constituyen las noticias en
el mundo contemporáneo. Se trata de la ligazón y la solidaridad
que se establece en la producción cotidiana de la noticia, entre la
novedad, el chisme, el espectáculo y la noticia propiamente dicha
entendida como la enunciación en el terreno de lo público de los
hechos de importancia social.
En este sentido, todos sabemos que chisme y noticia no
necesariamente son excluyentes en nuestro contexto, puesto que
ya resulta demasiado difícil suponer qué es real y qué es inventado,
qué porcentaje de la información es fiel a la suministrada por las
114
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
fuentes, y qué tanto ha sido objeto de la distorsión intencional;
qué intereses están en juego en lo que se muestra y se dice y sobre
todo en lo que se oculta.
A lo anterior, se suma el hecho de que las fuentes
oficiales están absolutamente desprestigiadas en el país y no
tienen credibilidad, especialmente en el momento histórico en
que se desarrolla la propuesta de “Quac, el noticero”, y como
consecuencia de ello, resulta difícil señalar en el ejercicio
práctico del periodismo en Colombia, la distancia entre las
condiciones de la noticia y las características propias del
chisme (con mayor razón cuando los chismes se convierten en
noticias).
Ahora bien, esto es posible gracias a aquello que Bourdieu
(2000: 27) señala, retomando la crítica literaria, como el efecto de
realidad, es decir, la capacidad de los medios de comunicación
y, en particular, de la televisión, de “mostrar y hacer creer en lo
que se muestra”; condición que tiene efectos e implica, por parte
de los actores sociales relacionados con el control y la operación
de los medios de comunicación, responsabilidades tanto políticas
como éticas importantes, en tanto la televisión hoy en día se ha
convertido en reguladora o mediadora del acceso a la existencia
social y política de los sujetos.
Así, Dioselina Tibaná se constituye en la posibilidad no
sólo de cohesionarnos como grupo social en torno a lo que
representa la instancia ciudadana como actor crítico en el
juego democrático del país, sino también en torno a la risa y
el humor que se instalan en su discurso como formas eficaces
de autocrítica y autoreflexión, para lo cual el chisme como
marco retórico y el secreto como estrategia, se constituyen
en los principales elementos de persuasión de este personaje.
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
115
A continuación, expondremos cómo se expresan los roles de
base del proceso de la comunicación irónica en el marco retórico
propuesto.
Los roles de base del proceso de la
comunicación irónica
Como ya había sido señalado al inicio del apartado anterior,
Philippe Hamon (1996), en su trabajo sobre el estudio de la ironía
literaria, destaca cinco roles27, a saber: el ironizante, el ironizado, el
cómplice y el ingenuo que aparecen en relación con un último rol, el
guardián de la ley, que representa el sistema de valores atacado o
propuesto por el ironizante.
Con el fin de tener a la mano algunos de los más
importantes conceptos teóricos-metodológicos que tendremos
en cuenta en este análisis, pasamos a nombrar lo que constituye
cada uno de los roles antes enunciados, y los aportes que desde
estos planteamientos se realizan a la comprensión de la estructura
actancial de la comunicación irónica. Con este propósito
abordaremos inicialmente algunos aspectos que conciernen al
complejo campo de la definición de la ironía.
27 En contraste con la propuesta de Philippe Hamon, Pierre Schoentjes en su
texto, La poética de la ironía, plantea que existen tres roles básicos en el proceso de
la comunicación irónica: el irónico, también denominado ironizante o ironista; el
blanco de la ironía, nombrado igualmente como ironizado o víctima, y el observador,
concebido como público o intérprete. (Shoentjes, 2003). Así, para este autor “La
persona llamada generalmente irónica es la que decide de manera consciente
establecer una relación irónica entre lo que se “dice” y lo que se queda por decir, a
sabiendas de que no siempre tiene éxito en comunicar esta intención o esta relación.
[…] Desde el punto de vista del irónico, sin embargo, la ironía es la transmisión
intencional a la vez de una información y de una valoración diferentes de lo que
explícitamente se presenta”. (Schoentjes, 2003: 242-243)
116
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
Philippe Hamon, en su definición sobre el ironista, plantea
lo siguiente:
El ironista puede ser considerado como agente de la ironía,
es aquel que produce el mensaje irónico […] el ironista
transmite un mensaje irónico y divide sus destinatarios,
su público, en dos grupos: aquellos que comprenden el
desfase irónico –los cómplices de la ironía– y aquellos que
no lo comprenden – los ingenuos.
Insistimos entonces en el carácter esencialmente
comunicativo de la ironía. El ironista busca cómplices
entre los destinatarios y quiere que la adivinanza,
implícita en el doble sentido de su mensaje, sea resuelta.
(Hamon, 1996: 124)
En esta definición podemos destacar los siguientes elementos:
•
•
•
•
El ironista como agente o productor del mensaje irónico.
La transmisión de un mensaje a unos destinatarios o público.
El carácter comunicativo de la ironía.
El doble sentido del mensaje, que supone una lectura de los
implícitos del mismo.
Pero además de estos elementos básicos, nos interesa
resaltar en esta definición la introducción de dos nuevos roles, en
contraste con la propuesta enunciada en la cita al pie de página
de Shoentjes (ver cita 27), que amplían la concepción, a la vez
que delimitan la perspectiva de público; estos son: el cómplice
y el ingenuo. El cómplice, es considerado como una posición
privilegiada entre el público, en tanto logra descifrar el carácter
irónico del mensaje –su intención irónica–. El ingenuo, contrasta
con el cómplice en tanto no comprende el desfase irónico e
interpreta el mensaje en su primer nivel de sentido.
Desde esta perspectiva, y para efectos del análisis de los dramatizados
de Dioselina Tibaná, la noción de público se hace más compleja, pues no
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
117
se trata del observador o intérprete a secas, sino de los roles o posiciones del
cómplice o ingenuo, postulados en el dramatizado de Dioselina Tibaná.
Roles que se definen según la capacidad de comprensión del mensaje
irónico puesto en escena por el ironista.
El párrafo anterior nos obliga a hacer una precisión.
Siguiendo a Catherine Kerbrat-Orecchioni (1984), identificamos
dos niveles de análisis que es preciso diferenciar, el extra escénico
y el intra escénico28. Tal división nos permite diferenciar la noción
de público, tal como empíricamente podemos asociarla al teatro,
como seres ajenos a la puesta en escena, pero, por otra parte,
nos señala un público en el interior de la puesta en escena, como
co-enunciador de la comunicación irónica, como agente previsto
en el dispositivo teatral.
Con base en la propuesta de Kerbrat-Orecchioni (ver
síntesis en la nota al pie No.28), podemos entonces hacer algunas
precisiones sobre los niveles de análisis de “Quac, el noticero” en
lo concerniente a los dramatizados de Dioselina.
28El modelo del nivel extraescénico e intraescénico de la comunicación
teatral, está tomado de Catherine Kerbrat Orecchioni, en su texto: Pour une approche
pragmatique du dialogue téâtral (1984), texto en el que la autora sitúa un circuito
externo y un circuito interno de la comunicación teatral. En el primero –el nivel
extraescénico, ubica al autor empírico de la obra, al espectador o público y a la obra
como el lugar que los pone en relación. Para nuestro análisis, el autor-dramaturgo,
corresponde a la instancia de los ideólogos de “Quac, el noticero”, la propuesta
televisiva es la obra y a su vez el vehículo de la ironía o la sátira mediante la cual
se comunican con el público, es decir, es el lugar de la generación de estrategias de
enunciación. Este nivel correspondería en términos de Greimas & Courtés, al nivel
de la enunciación presupuesta. El segundo nivel –el circuito interno o intraescénico
de la comunicación– se adentra en la obra y corresponde al nivel de la enunciación
enunciada. Orecchioni presenta en este nivel al comediante que se expresa a través
de los personajes, mediante la generación de un discurso. Cabe destacar que entre
los personajes, Orecchioni introduce un nuevo actante, denominado: el actante
indirecto de la comunicación, con el cual está llamado a identificarse el espectador.
Para nuestro caso, el nivel interno correspondería a Dioselina Tibaná y el Doctor
Gordito (ambos representados por Jaime Garzón). En esta propuesta, el actante
indirecto de la comunicación estaría representado en el nivel narrativo del discurso
de Diosa por “mijita”, expresión que Dioselina construye y utiliza para generar
cercanía e identificación con el telespectador.
118
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
En una primera aproximación, podemos asimilar los roles
actanciales enunciados a los siguientes personajes de la puesta en
escena de Dioselina Tibaná:
El ironizante
El rol del ironizante está reservado, en primera instancia, a
Dioselina Tibaná, quien asume, desde su lugar como cocinera del
Palacio de Nariño (El Edificio Colombia), una especie de rol de
consejera presidencial, que le permite opinar desde adentro sobre
los temas candentes de la política nacional.
De otro lado, en el nivel extraescénico de la ironía, Dioselina
encarna la propuesta del equipo creativo de “Quac, el noticero”, es
decir, de los humoristas, que corresponden a la instancia del autor, el
grupo de ideólogos de la propuesta, integrado por Antonio Morales
Riveira, Jaime Garzón (quien representa a Dioselina), Diego León
Hoyos, Claudia Gómez y Miguel Ángel Lozano, quienes a través
de la actuación de este personaje y utilizando como vehículo de
la ironía la propuesta de “Quac”, recrean de manera crítica la
historia del poder político y mediático en Colombia; una historia
de violencia e impunidad, pero también la historia de resistencia
de la instancia ciudadana mediante la búsqueda de nuevos relatos
que la restituyan a la posición que le compete con respecto al poder
político; posición trabajada en el capítulo anterior.
De igual manera, el ironizante, que actúa como sujeto de
la enunciación colectiva, corresponde a un sujeto grupal que le
apuesta a un proyecto enunciativo particular: “Quac, el noticero:
la mayor desinformación de Colombia y el mundo”.
En este sentido, el rol del ironizante corresponde en el nivel
extraescénico de la comunicación irónica a los humoristas de
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
119
“Quac, el noticero”, y en el nivel intraescénico (para el personajecaso que nos ocupa), en primera instancia, a Dioselina Tibaná,
quien actúa como portavoz de su propuesta ideológica.
Teniendo en cuenta lo anterior, es importante considerar,
como se ha evidenciado en los capítulos anteriores, que el foco
del análisis está puesto en Dioselina y el Doctor Gordito; y por
vía de estos personajes, en los otros personajes que, como sujetos
referidos en el enunciado, integran el nivel intraescénico de la
comunicación irónica (las instancias narrativas). Es decir, el
análisis se centra en las estrategias discursivas puestas en el texto/
escena29 de “Quac, el noticero”, al caso, los personajes citados.
“Mija”
Continuando con el análisis de los roles actanciales, desde lo
propuesto por Kerbrat-Orecchioni, el rol del observador o intérprete
está reservado, en el nivel extraescénico, a los telespectadores de
“Quac, el noticero”, mas estos están conminados a identificarse
en el plano interno o el nivel intraescénico de la comunicación
irónica, con la expresión “mijita”, construida y utilizada por
Dioselina Tibaná para generar la sensación de interlocución.
Igualmente, los telespectadores, posicionados en el lugar
del narratario, (“mijita”), a quien se dirige Dioselina en un diálogo
investido de confianza, que se presenta bajo el género discursivo
de chisme, pasan a ocupar ese lugar del actante indirecto de
la comunicación que propone Orecchioni en su modelo del
diálogo teatral y cuya función es generar el efecto de entrada del
espectador a la ficción.
29 Aludo al texto/escena teniendo en cuenta que trabajamos con un guión de
televisión que es la base del texto que, con algunas modificaciones a veces, es puesto
en escena en la teatralización televisual de “Quac, el noticero”.
120
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
Según nuestra enciclopedia, “Mija” es una expresión
coloquial de cariño para referirse a una persona cercana, alguien
que se quiere. “Mi hija” se convierte por apócope en “Mija”,
así como de igual manera, “Mi hijo” se convierte en “Mijo”. Es
decir, alguien que pertenece a la casa y, por extensión, al mundo
familiar: hijos, esposos, amigos íntimos; alguien con quien se
comparte un país o un pueblo, o alguien con quien se comparte
una condición ideológica.
Es el “Mijita”, como narratario, el lugar de la identificación
en la escena. Esta expresión cariñosa, familiar, sociolectal, del
nivel narrativo del discurso de Diosa, da una identidad al
enunciatario implícito de cualquier enunciación, en el sentido
de que siempre que se dice yo, se presupone un tú enunciatario,
ya que todo discurso siempre va dirigido a otro, el cual, en
este caso, es un pre-supuesto telespectador virtual. Por tanto, el
mijita, es un lugar sintáctico que podría ser llenado, ocupado,
representado o personificado por cualquier telespectador
cotidiano.
Ahora bien, la expresión “mijita” es utilizada por Dioselina
Tibaná al menos en tres contextos diferentes de enunciación:
para saludar: “ole mijita” (Quac. 1); despedirse: “al cocinero le
toca hacerse el pendejo y seguir a Dios rogando y con el mazo dando.
¡Gus bai, mijita!” (Quac. 80); como muletilla para llamar la
atención sobre un asunto particular: “Ay, no, mijita. Eso nadie
se pone de acuerdo” (Quac. 15). La utilización de esta expresión
genera empatía con el telespectador, a la vez que lo vincula
como un personaje cómplice (“mijita”), presente en todos los
dramatizados de Dioselina, que ficcionalmente coopera en
tanto confidente e interlocutor de sus “aparentes” digresiones
políticas.
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
121
El ingenuo y el cómplice
Ahora bien, recordemos que en el modelo de Hamon (1996),
el intérprete u observador puede ser cómplice o ingenuo, según
cuente con las competencias o cualidades particulares propuestas
por el productor del mensaje irónico, que le permitan actualizar
y descifrar su intención irónica. Estas competencias son, según
Hamon, la lingüística, la genérica, y la ideológica. Al respecto,
el mismo autor señala que la competencia lingüística permite
la comprensión de base ligada al conocimiento de la lengua en
cuestión, mientras que la competencia genérica permite ver los
marcos en los cuales la comunicación se desarrolla. La competencia
ideológica permite el acceso al sistema de creencias y de valores
presupuestos por el mensaje irónico. La falta de competencia hace
del desciframiento de la ironía algo problemático o imposible.
El ironista supone que su cómplice va a reconocer los indicios
que señalan el carácter irónico del mensaje. Siguiendo el sendero
marcado por los indicios, el cómplice de la ironía puede hallar la
intención irónica. (Hamon, 1996: 124)
Con base en las competencias anteriores, podemos inferir
que, para que un telespectador/lector se convierta en cómplice
de la ironía propuesta por Dioselina Tibaná, en principio
deberá compartir la lengua y los usos de ella, es decir, tener
un reconocimiento y un dominio del idioma español y sus usos
particulares en el sociolecto colombiano, para poder acceder, no
sólo al reconocimiento del código y sus encadenamientos, sino a
los juegos expresados en el doble sentido del discurso, que incluye
las elipsis, los no-dichos, los implícitos o silencios del texto, y a
sus implicaciones sociales, culturales y políticas.
En segunda instancia, deberá tener claridad sobre los
marcos genéricos en los que se inscribe la propuesta de “Quac, el
noticero”, y dentro de ella, el dramatizado de Dioselina Tibaná.
122
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
Es decir, deberá ser competente para identificar y utilizar las
convenciones del lenguaje televisivo, del lenguaje propio de la
información mediática y en particular del género noticiero. Esto
último es necesario para reconocer que estamos frente al ejercicio
de una parodia del mismo.
En relación con este género, es preciso que tenga una
experiencia que le permita el dominio de su estructura:
las secciones, el orden de importancia de las mismas, las
características de los periodistas que están a cargo de cada una,
las particularidades del lenguaje de cada sección y los asuntos
definidos como prioritarios en la agenda mediática.
En tercera instancia, deberá estar en capacidad de
interpretar el chisme como una estrategia discursiva y, de manera
más específica, como una práctica cultural que caracteriza
determinados contextos de enunciación, con el fin de establecer
el nivel de ambigüedad del discurso.
También, deberá estar en capacidad de reconocer e
interpretar las claves de la comunicación política estratégica,
implicada en el diálogo entre el Presidente y su consejero
presidencial, que se corresponden paródicamente con el patrón
y la cocinera (el Doctor Gordito y Diosa: la “Fogonera mayor”).
Por último, los telespectadores/lectores que supone o
construye “Quac, el noticero”, y específicamente el personaje
de Diosa, se transforman en cómplices en la medida en que
comparten una experiencia previa del país que Dioselina degusta
a través de su cocina. Dicha experiencia compartida es la garante
del saber de los telespectadores/lectores a propósito del sistema
de valores, prácticas, representaciones y creencias que Diosa
cuestiona mediante la ambigüedad de su discurso (elementos
entre los que se incluyen hechos como la corrupción de las
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
123
élites políticas, la intervención del narcotráfico en las políticas
de Estado, los “supuestos” devaneos de la CN. P. de 1991, y la
asunción, por parte de las instancias de poder, de la –aparente–
ingenuidad de la instancia ciudadana).
Todo ello sirve de base para que los telespectadores
comprendan los cuestionamientos del personaje, que privilegia el
chisme como topoi retórico y el lenguaje culinario como vehículo
de la alegoría de la realidad política nacional a lo largo de su
libreto.
Estos saberes compartidos implican la capacidad de
identificar y actualizar los implícitos o los no dichos que subyacen
al discurso irónico de Dioselina, compartido mediante sus recetas
culinarias y especialidades, preparadas con los ingredientes que
aporta su mirada crítica sobre la realidad política nacional.
En síntesis, el discurso de Dioselina supone entonces un
telespectador preferiblemente colombiano o con una cultura
política que le permita examinar el contexto del país, especialmente
entre 1991 y 1998, período caracterizado por “la guerra entre los
carteles de la droga en Colombia”; un telespectador que posea un
diccionario ampliado, una enciclopedia que le permita confrontar
lo dicho por los personajes con el sistema de códigos y subcódigos
que proporciona la lengua en que el texto es enunciado–en este
caso, el español– y la competencia enciclopédica a la que nos
remite la lengua por tradición cultural, es decir, sus aplicaciones en
Colombia y específicamente en el escenario político y mediático.
Por otro lado, cabe considerar las circunstancias propias
de esa enunciación, pues, en este caso, estamos hablando de un
programa de televisión, inscrito dentro del género de humor
político, y cuya estructura es una parodia de los noticieros
tradicionales de televisión, que se constituyen en el primer
124
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
referente de comparación para establecer el tono irónico del
discurso de Diosa, tanto en su dimensión ética como estética.
En este sentido, el gesto, el vestuario, ciertos elementos
tonémicos y proxémicos nos proporcionan otras informaciones
extralingüísticas sobre la naturaleza del acto realizado por
Dioselina Tibaná y el Doctor Gordito, que permiten al
destinatario cómplice realizar las operaciones necesarias para
decidir a qué tipo de acto lingüístico se está enfrentando y, por
esa vía, reconocer en “Quac, el noticero”, y en el dramatizado de
Diosa, una propuesta de humor crítico, con un tono irónico, que
se refiere a una experiencia común a un grueso de la población,
que hemos llamado instancia ciudadana, pero que, en tanto se
inscribe en un registro humorístico, narrativo, dentro del orden
de la ficción, no supone un compromiso explícito por decir la
verdad, lo que tampoco implica mentir. Generalmente, el
humor crítico se construye sobre la base de una “verdad” que
aparentemente se exagera, se distorsiona, se caricaturiza, en
últimas, se complejiza para evidenciar, en este caso, el absurdo
que termina por provocarnos la risa.
Esta situación le permite al personaje jugar de manera
estratégica con la información política suministrada por los
medios masivos de comunicación y con las interpretaciones y
valoraciones sugeridas por los mismos, en tanto Dioselina ocupa
una posición privilegiada dentro del Edificio Colombia: la cocina,
el corazón del Palacio de Nariño, lugar en el que cumple el doble
rol de cocinera y consejera presidencial, lo que le permite recetar,
mediante su menú y sus especialidades, su propia evaluación,
esto es, un juicio de valor sobre la imagen proyectada por cada
uno de los actores implicados en la relación polémica.
En este contexto, el telespectador/lector cómplice, debe
reconocer los actores políticos claves de los gobiernos de César
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
125
Gaviria y Ernesto Samper Pizano, y relacionar sus roles dentro del
juego político del Proceso 8.000. Esto supone una competencia
para la lectura política que permita la identificación de los actores
y temas en conflicto en el marco de la propuesta en general de
“Quac, el noticero”.
En esta dirección, el discurso de Diosa postula y supone un
ciudadano inconforme y crítico con la información suministrada
por los medios de comunicación y los portavoces oficiales, así
como por las supuestas fuentes confidenciales; un ciudadano
que “no traga entero”. Es precisamente en este sentido, como
la propuesta de “Quac, el noticero” y en este caso particular,
el dramatizado de Dioselina, podría ser estudiado como una
interesante y exigente estrategia de formación de opinión pública
mediante la puesta en escena del humor crítico bajo la forma de
la ironía.
Así, Dioselina Tibaná, en su rol de ironizante sintetiza la
voz de los “otros”, de los ciudadanos que no pertenecen a las
élites políticas que históricamente han gobernado el país desde
adentro o desde afuera; la voz de aquellos que tradicionalmente
han sido excluidos de las instancias de decisión política efectiva
(entre los que se resaltan los campesinos, los obreros, los
sindicalistas, y, en fin, el ciudadano común y corriente); así como
también la voz de aquellos que ven en la CN. P. de 1991 una
oportunidad para posibilitar el ingreso de otras voces, distintas
a las tradicionales, y que encarnen perspectivas alternativas
de la concepción y el ejercicio del poder político, en el juego
democrático del país. Y son precisamente estas personas las
llamadas a constituirse en telespectadores cómplices de la
propuesta de Dioselina, es decir, en el actante indirecto de la
comunicación, en las “mijitas” con quienes Diosa dialoga de
manera permanente.
126
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
El ironizado
Por otro lado, el rol del ironizado, blanco o víctima de la ironía,
puede dirigirse a las situaciones, a las opiniones o a las personas.
En todo caso, corresponde a aquello o aquél sobre quien recae el
juicio de valor o cuestionamiento del mensaje irónico propuesto
por el ironizante.
Con esta perspectiva, podemos asumir que los blancos o
las víctimas de la ironía en el dramatizado de Dioselina son las
élites políticas y económicas, así como el periodismo colombiano,
representados en el nivel intraescénico de la comunicación
irónica por el Doctor Gordito o Dr. Samper, los congresistas, los
ministros, los representantes de los grandes emporios económicos,
los narcotraficantes, los medios de comunicación, los militares, la
Iglesia y la guerrilla. Algunos de estos actores sociales aparecen
con nombre propio en el programa, mientras que otros son
aludidos en virtud de su filiación política, su pertenencia a un
gremio, una institución o a un gobierno.
El foco del discurso irónico de Dioselina está puesto en la
CN. P. de 1991, que es representada en el Menú de Diosa, el
cual está conformado por una serie de platos o especialidades
cuyo propósito es situar el contexto adverso al desarrollo de la
CN. P. de 1991 en el Gobierno del Presidente Ernesto Samper
Pizano, entre 1994 y 1998.
De manera complementaria, la actorialización de la
Constitución también sirve en “Quac, el noticero” para recrear
la intención de las élites políticas de neutralizar el poder
democrático de ésta. Es sobre el trasfondo de esta lucha entre
la democracia participativa y los viejos modelos de democracia
apenas nominal, que se aborda el Proceso 8.000, y se procede
al desvelamiento de las estrategias, alianzas e intereses que lo
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
127
integran. El siguiente extracto de un monólogo de Dioselina,
que se refiere a una receta que responde al nombre de “Róbalo a
la tapada”, sirve de ejemplificación de este aspecto del programa:
Ahora que van a reformar la Carta del 91, esos doctores
ya se están relamiendo. Dijeron que convenía mejorar la
dieta del Congreso y me pidieron que les fuera preparando
desde ya el róbalo a la tapada. Es un plato carísimo, pero
el doctor Samper me dijo: “Démosles gusto, Dioselina, a
ver si me dejan gobernar”. (Quac. 17)
En esta cita/receta, los ingredientes de las recetas de
Diosa, solicitadas por el Dr. Samper y los “otros doctores” –
los congresistas–, corresponden a las reformas propuestas a la
CN. P. de 1991 por las élites políticas; reformas que, según la
postura de Dioselina, atentan de manera particular contra el
proyecto democrático de la Constitución, y en general, contra el
nuevo proyecto de país que la Carta Magna reclama y postula.
El blanco o los blancos de la ironía en Dioselina están puestos
tanto en los actores (individuales, es decir, con nombre propio
o institucionales) como en los procesos (aquellos que conciernen
al ejercicio del poder ejecutivo, mencionados anteriormente),
en las situaciones (las coyunturas por las que atraviesa el país
en este momento histórico, por ejemplo, aprobación o no de la
extradición, legalización de la dosis personal, reforma a la Carta
Constitucional y en especial, el Proceso 8.000) y en las estrategias
de manipulación políticas (reconocimiento de aliados y enemigos).
En síntesis, el gran ironizado o blanco de la propuesta
de Dioselina Tibaná es la corrupción política, y en particular,
la permeabilidad de la política por el narcotráfico (complejo
simbólico al que se denominó de manera coloquial: narcopolítica) en Colombia durante el gobierno del presidente Ernesto
Samper Pizano.
128
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
El guardián de la ley
El rol del guardián de la ley representa el sistema de valores
atacado o propuesto por el ironizante. Al respecto, Hamon
propone lo siguiente:
El guardián de la ley, por ejemplo, que podemos
asimilar al “aguafiestas” de Freud, personaje clave que
cumple la función de discriminador en el ambiente de
juego irónico, puede ser un personaje “autoritario”,
pero puede también encarnarse en una regla abstracta
implícitamente representada o ser, como es a menudo
el caso, representada por un texto (o un género)
“autoritario” que será citado, invocado, pasticheado
o parodiado, texto individualizado o cliché y máxima
general. (Hamon, 1996: 124)
Si tomamos en consideración lo anterior, el guardián de
la ley puede ser encarnado por: (i) un personaje, (ii) por una
regla abstracta, (iii) por un texto o un género “autoritario”.
Tal guardián de la ley, en el dramatizado de Dioselina Tibaná,
no va a ser único. El guardián de la ley depende del contrato
de destinación (destinador-sujeto-objeto) y tiene como forma
de expresión singular la sanción, pero es una sanción que va a
aparecer durante el proceso, es decir, durante las acciones del
sujeto en la consecución del objeto. El guardián de la ley puede
ser pensado bajo varios modos de existencia, que responden a las
denominaciones de virtual, actual y realizado.
En relación con el Doctor Gordito, estos modos de
existencia se pueden apreciar así: i) virtual, hay unas reglas del
juego, leyes, que el actor deberá cumplir en el ejercicio de su
rol; (ii) actual, corresponde a la relación entre una acción y su
adecuación o inadecuación a la ley (¿el Presidente, actúa dentro
o por fuera de la ley?); (iii) el modo de existencia realizado,
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
129
corresponde a la evaluación de actos ya cerrados, terminados, en
los que se observa si el actor respetó o no respetó la ley.
La Ley, por antonomasia, que establece las reglas de
juego, es la CN. P. de 1991. En la parodia burlesca, el Doctor
Gordito ha llegado a ser Presidente gracias a esas reglas del
juego democrático30 y, una vez investido como Presidente, es él
el encargado de hacer respetar esa Constitución, es decir, esas
reglas del juego. Desde esta perspectiva –y siguiendo lo dicho
por Philippe Hamon (1996:124), el guardián de la ley es el
Doctor Gordito (por ser presidente) y la ley es la CN. P. de 1991.
Por otra parte, Dioselina Tibaná, en tanto representante de
la instancia ciudadana en “Quac, el noticero”, representa también
a la ley. Ella es el personaje que observa, desde la intimidad del
secreto político, en su rol doble de cocinera/consejera, la manera
cómo la Carta Constitucional (la carta del menú) es repartida
a los clientes/postores. Su palabra irónica expresa, como ya lo
hemos señalado en un apartado anterior, un doble juego, una
bi-isotopía. Como consejera parece estar del lado del Doctor
Gordito, mientras que como cocinera es su principal crítica.
Ahora bien, este rol de guardián de la ley, está emparentado
con la matriz actancial que vimos en el capítulo anterior a
propósito de la concepción de la política según Hannah Arendt
(1972), según la cual la instancia ciudadana es destinador, es
sujeto (pues el Presidente representa a todos los ciudadanos
30 Aunque cabe recordar que todo el Proceso 8.000 se desarrolla en torno al
no respeto de las reglas del juego, es decir, de la Ley. Al caso, si Samper sabía o no
sabía de la existencia de dineros del narcotráfico en su campaña. En tal caso no se
discute si la elección fue ganada en igualdad de condiciones, se da por entendido
que no fue así, lo que se discute es el aspecto ético. En relación con los modos de
existencia que aludimos, lo virtual aparece como las reglas de la campaña electoral
(que, se supone, los candidatos conocen), lo actual como la campaña en proceso
(entran dineros del narcotráfico a la campaña samperista) y lo realizado corresponde
a un hecho confirmado que violó la normatividad. Para ampliación del tema sobre el
Proceso 8.000, ver pie de página número 10.
130
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
de una nación), es objeto (pues el Presidente es elegido para la
búsqueda del bien común) y, finalmente, es también sancionador
(pues la instancia ciudadana –mediante la palabra de opinión –
juzga a un funcionario como bueno o malo, como que cumplió
o incumplió sus promesas..., sobre todo aquella de la búsqueda
del bien común).
En síntesis:
• El Doctor Gordito es guardián de la ley, por ser el encargado de
defender la CN. P. de 1991, Constitución que al mismo tiempo
es el corpus de reglas del juego que regula sus acciones. De allí
que su palabra, palabra decisiva o ejecutiva, en el sentido de
que ejecuta, sea una forma de expresión de la ley.
• Dioselina Tibaná es guardián de la ley, y en el dramatizado
aparece bajo una palabra de opinión que juzga al Presidente
en tanto su máximo representante.
Pero esto no es todo. El Presidente, al caso, el parodiado
como Doctor Gordito, es un sujeto poli-destinado pues debe
su Presidencia, en el campo político, al Partido Liberal al cual
pertenece y del que es su representante; en el campo económicolegal, a aquellos que le dieron su apoyo, por ejemplo, a Julio
Mario Santodomingo; y, en el campo económico- ilegal, según los
rumores y la suposiciones que conllevaron al proceso judicial (El
Proceso 8.000) posterior a su nombramiento como Presidente, al
cartel de Cali.
De igual manera, es destinado a ejercer el poder
garantizando el ejercicio de la oposición política. Esos actantes
temáticos nombrados fungen como destinadores del Presidente,
y aún queda faltando nombrar a otro gran manipulador de los
destinos del Estado colombiano, que aparece bajo la forma de
los intereses de variadísimos actores que actúan a nombre del
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
131
Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, el cual es
representado en “Quac, el noticero”, principalmente, por Myles
Frechete, nombrado como “el murciélago” o “el vampiro”.
Desde esta perspectiva, el Doctor Gordito como guardián
de la ley, representa diferentes tipos de “leyes”:
• La CN. P. de 1991.
• Los intereses de partido político.
• Los intereses de sus aliados en el sector económico (aunque
está obligado a garantizar la igualdad de condiciones de
competencia en el “libre mercado”).
• Los intereses de sus aliados en el sector económico-ilegal
(aunque está obligado a respetar la Constitución).
• La defensa de la soberanía y la autonomía del Estado
colombiano frente a la incursión de otros Estados y organismos
internacionales en asuntos de política interna.
Los actores sociales que representan cada una de estas leyes
(la instancia ciudadana, el Partido Liberal, los empresarios, los
narcotraficantes –al caso el Cartel de Cali– y el Gobierno de los
Estados Unidos) son destinadores de las acciones del Doctor Gordito.
Cabe señalar que el Doctor Gordito se halla inmerso en la posición
de sujeto destinado por instancias radicalmente antagónicas, como
los EE.UU., que quieren la extradición de los narcotraficantes, y
los narcotraficantes que abogan por la no-extradición, presionando
con diferentes formas ilegales que generaron, en su momento, la
instauración de una campaña de terror en el país. Es este entredos, el posicionamiento que define la debilidad e impotencia del
Doctor Gordito en su rol como Presidente.
En relación con esas destinaciones, la palabra de Dioselina
Tibaná se divide en dos. Como ya lo habíamos mencionado
en el apartado anterior, este personaje: (i) en tanto consejera
132
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
aparentemente adhiere al Doctor Gordito y le ayuda a satisfacer
a la clientela de destinadores; y (ii) en tanto cocinera expresa la
crítica de la instancia ciudadana interesada en el bien común.
Por otra parte, siguiendo a Hamon (1996:124), el guardián
de la ley puede ser encarnado por un texto o género autoritario.
Esto se hace evidente en el formato utilizado: el Noticero, parodia
del género noticiero. De esta manera, desde el lugar del formato, es
decir, desde su propuesta estética, “Quac, el noticero” constituye
otro discurso que pone en cuestión a la autoridad que encarnan
los noticieros serios, los portadores de la “información oficial”
respecto a lo político, social, económico, cultural y deportivo.
Este cuestionamiento de la autoridad de los noticieros serios
(operando sobre el propio discurso lo que éste opera sobre los de
sus referentes en el terreno de lo “serio”, y generando así un efecto
extraño que se manifiesta en un aumento de la credibilidad de
quien dice que va a mentir), aparece desde el mismo nombre del
noticiero burlesco, en el que se anula la intención convencional
de esta clase de programas, por medio de la constitución de un
neologismo, que expresa tanto la intrínseca vacuidad de lo que se
va a decir, como la condición perenne de las dinámicas políticas que
son objeto de parodia en el programa: noti – cero: cero noticias.
De esta manera, la ironía aparece como registro modal
puesto al servicio de la crítica al ejercicio del periodismo en
Colombia. En consecuencia, el “noticero” se instituye como la
posibilidad de construir, mediante la parodia, una reflexión (en
el sentido de reflejar, de producir una imagen) ante los otros
–los telespectadores/lectores–. Así, se genera algo inédito en
nuestro país: el metaperiodismo (Cortés, 2008), al tiempo que se
concibe un espacio (sin precedentes en el país) en el que existe la
posibilidad de representar a la instancia ciudadana riéndose del
poder político, económico y mediático del país.
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
133
Una taxonomía política, según
Dioselina Tibaná
Es importante volver, en relación con Dioselina, al trabajo
sobre su registro discursivo, que se expresa, mediante una mezcla
de chisme y exigencia o reivindicación de los derechos que le
permite a Diosa asumir una posición crítica en relación con los
destinadores del Doctor Gordito.
Las críticas que se configuran desde el posicionamiento de
este personaje expresan además una evaluación de los actores y
procesos mediante su argot gastronómico, y la sitúan en el rol de
principal guardiana de la ley.
Con lo que hasta aquí se ha podido clarificar, podemos
encontrar en el parlamento de Dioselina clasificaciones
mucho más precisas de los destinadores de la misión del
Doctor Gordito, que resaltan propiedades aparentemente
accidentales31 de los personajes pero que, sin embargo, se tornan
esenciales en tanto permiten identificar su rol específico en la
isotopía política, y en la propuesta ideológica de Dioselina, así
como problematizar a los actores en el contexto fundamental
de la enunciación que rige a este personaje, a saber, el proceso
8.00032.
31Las nociones de propiedades esenciales y propiedades accidentales son
tomadas de Umberto Eco, para quien “el carácter esencial o no de una propiedad es
algo que depende del topic (tópico-sensibile). El topic textual es el que determina cuál
debe ser la estructura mínima del mundo en cuestión. Esta estructura nunca puede
ser global y completa, sino que constituye un escorzo o una perspectiva (del mundo en
cuestión). Se trata del escorzo que resulta útil para la interpretración de determinada
porción textual”. (Eco, 1999: 199)
32 Ver nota al pie 10, en la cual se especifica qué entendemos por Proceso
8.000.
134
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
A manera de ejemplo, presentaremos algunas de las
clasificaciones de los destinadores del Doctor Gordito, realizadas
por Dioselina, enfatizando sus propiedades accidentales:
“Los que tienen la sartén por el mango”. (Quac. 15)
“Los que cocinan las cervezas y las gaseosas”. (Quac. 15)
Los que tienen “veneno de culebra, que se consiguen en
los bancos”. (Quac. 89)
En estas frases, que aparecen en medio del parlamento
de Dioselina Tibaná, hallamos una alusión directa al campo
económico-legal y a la banca. El lector podrá inferir, por la
alusión, por ejemplo, a las cervezas y a las gaseosas, a los
dos detentadores de esos monopolios en el país, Julio Mario
Santodomingo y Carlos Ardila Lulle.
También aparecen, en este grupo de los destinadores del
Doctor Gordito:
“Los que cocinan las noticias”. (Quac. 15)
Esta expresión remite al campo del periodismo y señala
específicamente a la instancia mediática, a la manera en que
la concibe Patrick Charaudeau (2003), como un manipulador
manipulado33, es decir, una máquina potente y frágil a la vez.
33 Según Patrick Charaudeau, la instancia mediática “se encuentra manchada
por una intención manipuladora mayor, ya que crea un acontecimiento que le
es propio, proponiéndolo como reflejo de lo que podría suceder realmente en el
espacio público (desinforma) (…) El manipulador está limitado porque a su vez es
manipulado, ya que la instancia mediática puede ser manipulada de dos maneras:
por presión externa y por presión interna. La máquina mediática sufre presión
externa, previamente a la puesta en marcha, porque existen tres factores que ya
hemos puesto de manifiesto: la actualidad, el poder político y la competencia.(…)
los medios se automanipulan bajo el efecto de una doble presión interna, la de las
representaciones y la de los dispositivos. Por una parte las representaciones que se
hace la instancia mediática acerca de lo que pueden ser el interés y los afectos del
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
135
“Los que tienen las cocinas en mitad del monte”. (Quac.
15)
Esta frase alude al sector ilegal del narcotráfico en
Colombia, y en el contexto de enunciación, podemos inferir
que el enunciador sitúa a los narcotraficantes en el mismo nivel
de poder que los empresarios (instancia económica legal) y los
medios de comunicación (instancia mediática).
“Los que no están ocupados cuidando laboratorios o
secuestrados”. (Quac. 16)
Esta frase remite al campo político-militar de la insurgencia
y, particularmente, a la ofensiva emprendida por parte del Doctor
Gordito contra las FARC, que en ese entonces eran comandadas
por Tirofijo.
Los “matriculados en el coro de la Fiscalía”. (Quac. 57)
La expresión remite a la función estratégica del sector
económico y del sector judicial, adversarios del Doctor Gordito,
y cuyo representante principal, en el dramatizado de Dioselina,
es Alfonso Valdivieso Sarmiento, apodado “el enano”, quien
encarna a la Fiscalía General de la Nación. Igualmente, adquiere
gran importancia el vice-Fiscal Salamanca, apodado el “perro”.
Aquellos que les gusta la “música de cámara, como la que
compone Mogollón en sí sostenido”. (Quac. 57)
blanco de la información, representaciones que tienden a privilegiar la emoción
sobre la razón y a construir a ese receptor como un “nosotros consensual” de valores
y creencias. Por otra parte las representaciones que esta instancia se hace acerca
de sí misma, de su propio compromiso, que debe aparecer neutro desde el punto
de vista político, pero comprometido desde el punto de vista de la moral social”.
(Charaudeau, 2003: 293-296)
136
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
Expresión que remite a la Comisión de Acusaciones de la
Cámara, encabezada por su presidente, Heyne Mogollón, quien,
absolvió al presidente Samper y archivó los cargos contra éste en
julio de 1996.
Los que “lavan la ropa en casa”. (Quac. 31)
Frase que, enunciada por el Doctor Gordito, alude a la
actitud de no hacer de conocimiento público algunos aspectos del
conflicto colombiano. Al manifestar este orden de acción como
preferible, el personaje realiza una crítica de la actitud de Andrés
Pastrana al publicar los narco-casetes que dan lugar al proceso
de investigación sobre la incursión de dineros del narcotráfico,
específicamente del Cartel de Cali, en la campaña presidencial de
Ernesto Samper.
“Los que mandan la parada”. (Quac. 9)
Enunciado que sugiere la evolución del negocio ilegal
del tráfico de drogas, situando a Estados Unidos como el gran
consumidor y la cabeza de la comercialización y, en tanto tal,
como los dueños del negocio.
Los congresistas que “le caminan de nuevo a la
penalización”. (Quac. 14)
Esta frase remite al sector político, especialmente al
Congreso. Plantea la discusión sobre la penalización de la dosis
personal. La despenalización fue un debate presentado por Carlos
Gaviria ante la Corte Constitucional, respaldado en el Artículo
16 de la Constitución que consagra el libre desarrollo de la
personalidad. Este debate fue aprobado en la Sentencia Dosis
personal de 1994. Sin embargo, ha sido un tema reiterativo de la
dinámica nacional en relación con nuestra tensión con el Gobierno
de Estados Unidos en asuntos de narcotráfico y lucha antidrogas.
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
137
En síntesis, podemos afirmar que la categorización de los
personajes con correlatos en el mundo político, económico, cultural
y mediático colombiano cumple con al menos tres propósitos. Por
un lado, reiterar al telespectador/lector el contexto de enunciación
de la propuesta de “Quac, el noticero”, las coyunturas, personajes,
actores y tensiones en juego en el complejo simbólico del
narcotráfico y especialmente, del Proceso 8.000.
Una segunda función sería la de proponer una perspectiva
de los actores, procesos y modos del ejercicio y la acción política
en Colombia. Y por último, evidenciar, de manera irónica y
burlesca, las leyes que rigen los universos de la manipulación y la
corrupción políticas.
Una poética de la norma en
Dioselina Tibaná
El argot gastronómico es el vehículo que encarna la propuesta
irónica de Dioselina. En este sentido, todo lo relacionado con la
gastronomía vehiculiza las nociones de norma y de valor34 que
le permiten evaluar a los otros actantes que intervienen en el
dramatizado. A este respecto, manifiesta Hamon:
(…) la evaluación es un acto de puesta en relación, la
relación (R1) es decir, la comparación que un actor,
un narrador o cualquiera otra instancia evaluante, en
enunciado, instaura entre un proceso (evaluado) y una
34Según Philippe Hamon, “las nociones de norma, de valor, de relación
actancial –que implican por lo menos un sujeto, y de mediación (el instrumento
y el lenguaje, por ejemplo, hacen oficio de mediadores entre sujetos, entre sujetos
y objetos), son entonces los elementos indispensables y necesarios para construir
estos “focos normativos” del texto; estos elementos se implican mutuamente: sólo
hay evaluación y norma allí donde hay un sujeto en relación mediatizada con otro
actante”. (Hamon, 1984: 16)
138
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
norma (evaluante, programa prohibitivo o prescriptivo, a
la vez referente y término de la evaluación); al funcionar
como programa-patrón, guión o modelo ideal, virtual
o actualizada, de una relación (R2) entre dos –por lo
menos– actantes A1 y A2; finalmente, el proceso evaluado
también es, en sí mismo, una relación (R3) entre (por
lo menos) dos actantes (A1 y A2, singulares o plurales,
reales o virtuales, antropomorfos o no antropomorfos,
etc.). (Hamon, 1984: 14)
A partir de la cita anterior podemos precisar dos aspectos
en relación con la poética de la norma en Dioselina Tibaná:
• Dioselina Tibaná, quien actúa como principal guardiana de la
ley en el dramatizado, es la evaluadora del Doctor Gordito, en
tanto representante paródico del Presidente de la República.
Dioselina y el Doctor Gordito son los principales actores
implicados en la relación polémica.
• El corpus de reglas que, siguiendo a Hamon, podemos definir
como la norma o modelo en relación con la cual Dioselina
evalúa al Doctor Gordito es, en principio, la CN. P. de 1991
(norma de normas) y, sumado a ello, el programa de gobierno
propuesto por el Doctor Gordito durante su candidatura a la
Presidencia.
Ahora bien, entendemos, según Hamon, que el efecto
ideología (y no la ideología) de un texto pasa por la puesta
en escena estilística de aparatos normativos textuales que se
incorporan al enunciado y que vehiculizan diferentes tipos de
normas, a saber: lingüística, tecnológica, estética y ética. Evaluar
se convierte entonces en un saber, una competencia de Dioselina
para valorar, calcular, apreciar, estimar, juzgar y criticar las
acciones del Doctor Gordito y sus destinadores manipuladores.
Esta evaluación se presenta en el texto como un saber-hacer,
saber-decir, saber-vivir y saber-gozar.
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
139
Veamos como Dioselina construye su poética normativa en
el dramatizado.
Norma estética
La gastronomía de Dioselina Tibaná implica un saber-gozar,
esto alude a una norma estética35, que Dioselina vehiculiza a través
de su cocina, mediante la cual filtra y codifica sus sensaciones
del mundo. Su percepción del mundo y, en particular, de la
política colombiana, privilegia entonces los patrones estéticos
que afectan directamente el gusto y que se convierten en la
dominante normativa de este personaje, en su rol de cocinera.
Algunas expresiones de Dioselina que permiten visualizar
sus patrones estéticos son:
“(…) ellos mandaron decir que los platos de acá son muy
irritantes”. (Quac. 9)
“El doctor Samper llegó todo rebotado y me dijo que estaba
aburrido con esos platos tan pesados (…)”. (Quac. 15)
“(…) y yo les voy a preparar la paloma en escabeche, que
es como queda más sabrosa”. (Quac. 16)
“Ahora que van a reformar la Carta del 91, esos doctores
ya se están relamiendo. Dijeron que convenía mejorar la
dieta del Congreso y me pidieron que les fuera preparando
35 Hamon define la norma estética de la siguiente manera: “(…) cada vez que
un personaje es confrontado por sus sentidos a una colección de objetos o de sujetos,
sin finalidad técnica, su percepción del mundo puede pasar por patrones estéticos
que vienen a prior a filtrar y codificar su sensación, ya sea que el mundo afecte como
espectáculo a la mirada (bello/feo, agradable/desagradable, sublime/sin interés,
admirable/detestable), como música al oído (eufónico/cacofónico…), como cocina
al gusto (bueno/malo, consistente/insípido…), o como perfume al olfato (agradable/
desagradable; suave/asqueroso, etc.)”. (Hamon, 1984: 19)
140
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
desde ya el róbalo a la tapada. Es un plato carísimo, pero
el doctor Samper me dijo: “Démosles gusto, Dioselina, a
ver si me dejan gobernar”. (Quac. 17)
“(…) Dioselina, como estamos en halloween, prepare
una pócima bien poderosa, a ver si conjuramos tanta
conspiración”. (Quac. 39)
“(…) Prepárese un plato especial para cada uno”. (Quac.
51)
“(…) esta semana tenemos un invitado pequeñito, pero
con un apetito voraz”. “Pues démosle lentejas, doctor,
que llenan harto”. (Quac. 52)
“(…) se llama “Una sopa para el diablo”, tan caliente que
si la toman en serio, levanta ampolla”. (Quac. 80)
(…) Muestre p’aca ese gallo y yo le hago un caldito
sustancioso, como las tesis de la niña Noemí... (Quac.
109)
GARZÓN: Hum, algo huele bien en la Casa de Nariño.
(Quac. 15)
Las expresiones subrayadas en cada una de las frases,
construyen el universo estético de la propuesta crítica del
personaje: la cocina política de Dioselina, que se caracteriza por
tener una sazón un poco salada, alta en calorías, algo grasosa,
muy condimentada, muy pesada pero siempre sustanciosa;
tan poderosa que “levanta ampolla” y, sin embargo, deja a los
doctores “relamiéndose”. En síntesis, se trata de una dieta nada
balanceada y muy irritante, quizás poco apropiada para la alta
administración y el poder burocrático que habita el Edificio
Colombia, pero muy apetecible por parte de la clase popular, a
quien Dioselina representa.
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
141
La percepción sensible del complejo político nacional
traducida como cocina al gusto, se convierte en la principal
estrategia de Dioselina, quien en cada uno de sus dramatizados
nos sugiere que “algo huele y sabe mal” en el Edificio
Colombia.
El personaje de Dioselina Tibaná encarna con toda su
inteligencia crítica, su “malicia indígena” o su sabiduría popular,
a la persona común y corriente, la cual encuentra en su estrategia
político-culinaria un lugar de identificación, en el que el otro
(en este caso, las élites tradicionales) se convierte en la “carne
de cañón”, en la receta cotidiana (comer prójimo) de nuestra
exquisita cocinera, y en las sustancias y alimentos para reír con
ella.
La cocina y la política son pues dos universos que se
entrelazan, se superponen, se mezclan, se baten en una misma
paila a medida que Dioselina nos presenta los secretos de los
invitados a la mesa por el Doctor Gordito, que conforman una
lista integrada por los comensales de la conspiración samperista
y anti samperista, a quienes sin el menor reparo, esta ingeniosa
cocinera amasa, pica, y sofríe hasta dejarlos reducidos a “chismes
de cocina”.
Norma ética
Sumado a lo anterior, el rol de Dioselina como cocinera
del Palacio de Nariño está regulado por una serie de etiquetas,
jerarquías, tabúes y modales alimenticios, códigos de cortesía,
rituales, etc., mediante los cuales establece relación con los otros,
es decir, los invitados o comensales del Doctor Gordito.
142
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
Estas normas permiten experimentar su actuar en
sociedad, es decir, vehiculizan una norma ética36, y reflejan un
saber-vivir, que subyace a sus recetas o especialidades. En este
sentido, Dioselina se presenta como una cocinera proactiva
y, a su vez, condescendiente con las solicitudes de su patrón,
el Doctor Gordito. Nos presenta un restaurante donde “el
que manda no es el anfitrión sino el invitado” (Quac. 9); un
país donde es necesario mejorar la dieta del Congreso, es
decir, “darles gusto para que dejen gobernar” (Quac.17); una
“guerrilla sin huevos” (Quac.16), unos medios de comunicación
sin sustancia (Quac. 17), un “debate bien caldeado” (Quac.
17), un país con “aspecto de hamburguesa como le gusta a los
gringos”. (Quac. 14)
Algunas expresiones de Dioselina que vehiculizan la norma
ética son:
“(…) Aquí entre nos, creo que esto no va a salir bien, pero
al doctor Samper se le metió que el que manda no es el
anfitrión sino el invitado”. (Quac. 9)
“(…) Dice que desde que la Corte Constitucional dijo
que meter drogas es legal, el número de pepos, burros
y soyados ha aumentado en forma alarmante y que el
territorio nacional anda a la deriva: Colombia ya no queda
en el trópico sino en el sicotrópico”. (Quac. 14)
“(…) Por fin, el doctor Samper se amarró los calzones y dijo
que ahora sí va a ponerse a la ofensiva y que va a hacer las
concesiones que sea para alcanzar la paz”. (Quac. 16)
36 Según Hamon: “(…) cada vez que un personaje actúa en colectividad, su
relación con los otros puede encontrarse regulada por etiquetas, leyes, un código civil,
jerarquías, prelaciones, rituales, tabúes y modales alimenticios, códigos de cortesía
(conveniente/incoveniente, correcto/incorrecto, privado/público, distinguido/
vulgar, culpable/inocente, etc.), que al ser asumidos por tal o cual evaluador, llegan
a discriminar sus actos y su competencia para actuar en sociedad, su saber-vivir”.
(Hamon, 1984: 20)
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
143
“(…) Dijeron que convenía mejorar la dieta del Congreso
y me pidieron que les fuera preparando desde ya el róbalo
a la tapada (…) Bueno, primero se coge el pescado –
aunque al róbalo nunca lo pescan– y se sazona con esos
auxilios que ahora están prohibidos, pero que dizque ya
casi se van a conseguir en la plaza”. (Quac. 17)
“Cuando está bien inconsistente, se peláez carmona
un hazbum sacado de la manga y se pone a la sombra
durante tres años para ablandarlo y extraerle el hubiz”.
(Quac. 80)
Qué paloma tan rara. ¿No será que tiene espuela? Mejor
le pongo un ramito de olivo en el pico para que parezca
de verdad. (Quac.16)
En relación con la norma ética es importante reiterar que
Dioselina representa a la instancia ciudadana y, en tanto tal, exige
y reclama sus derechos al Doctor Gordito. Teniendo en cuenta
lo anterior, las expresiones subrayadas evidencian la postura
ideológica y crítica de Dioselina frente al gobierno del Doctor
Gordito y a las actuaciones de sus comensales. El conjunto de
los dramatizados de este personaje, como se observa en las frases
destacadas, nos presenta un territorio nacional que anda a la
deriva, con un congreso inconsistente, gobernado por un presidente
que no se amarra los calzones, que está en una permanente actitud
ofensiva contra aquellos grupos que reclaman su participación
eficaz en el debate político; un presidente que, por un lado, no
hace ningún tipo de concesión para alcanzar la paz, pero por otro
lado, mejora convenientemente la dieta del Congreso y le da gusto a
todos para poder gobernar; en conclusión, un presidente que más
que gobernar, es gobernado (como se evidenció en el análisis de
los destinadores-manipuladores del Doctor Gordito), y un país
que disfraza la “espuela” con un ramito de olivo en el pico, para
parecer de verdad.
144
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
Norma tecnológica
La norma tecnológica37 permite evaluar la competencia
o performancia técnica manifiesta en el texto. En este sentido,
Dioselina se nos presenta como una cocinera que domina su
oficio, creativa, aunque algunas veces “chambona” o deslucida
en la preparación de los alimentos (característica que es muy
evidente en el material audiovisual), y la mayoría de las veces
exitosa en relación con el menú que selecciona para cada invitado.
Veamos algunos ejemplos en los que se expresa la norma
tecnológica:
“Aquí entre nos, creo que esto no va a salir bien”. (Quac.
9)
“Yo le dije que mis platos son de la carta del 91, la que
dejó el doctor Gaviria. “Precisamente –se quejó–, con esa
carta no puedo cambiar los ingredientes. Necesito que me
la reforme”. (Quac. 15)
“Eso nadie se pone de acuerdo”. (Quac. 15)
¡Ay mija!, ¿y si no quedan satisfechos? (Quac. 17)
Las recetas de Diosa son la estrategia mediante la cual
este personaje evidencia su inconformidad con el programa de
gobierno del Doctor Gordito, caracterizado por la manipulación
y la corrupción políticas. Dioselina evalúa negativamente la
performancia de los personajes, es decir, la relación del Doctor
Gordito y sus destinadores manipuladores con los instrumentos,
37 Según Hamon “(…) cada vez que un personaje toma un instrumento, una
evaluación de su competencia o performancia técnica (bien/mal, exitoso(fracasado,
cuidadoso/chambón, creativo/chapucero, terminado/inconcluso, conforme al
programa/no conforme al programa, etc,) puede hacer intrusión en el texto”.
(Hamon, 1984: 18)
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
145
la técnica y la finalidad. En este sentido, Dioselina señala que el
conjunto de acciones del Doctor Gordito, es decir, su gobierno,
no va a salir bien, pues nadie se pone de acuerdo, y no es posible satisfacer
a todos.
Ahora bien, la performancia técnica es la que mejor se
expresa en cada una de las recetas de Dioselina, que señalan paso
a paso la preparación de los alimentos, en la bi- isotopía /culinaria
y política/. De esta manera, al dar cuenta de su destreza culinaria
por medio de las especialidades de su cocina, el personaje está
dando cuenta, además, de su competencia para el análisis político.
Veamos un ejemplo de la performancia técnica en las
recetas de Dioselina:
(…) El doctor Martínez quiere agasajar a los congresistas
para que le caminen de nuevo a la penalización, así que
voy a prepararles conejo a la Constitución. Se necesita
un conejo bien mansito y bien cebado, para que la ley
quede zanahoria. El animalito se mata con un golpe en
la dignidad nacional y la carne se muele y se cocina al
baño María para que quede con aspecto de hamburguesa,
que es como les gusta a los gringos. El plato se sirve sin
ensalada, porque la hierba es sospechosa (…). (Quac. 14)
En la receta de la cita, denominada “Conejo a la
Constitución”, se plantea la discusión sobre la penalización de la
dosis personal:
“(…) desde que la Corte Constitucional dijo que meter
drogas es legal, el número de pepos, burros y soyados
ha aumentado en forma alarmante y que el territorio
nacional anda a la deriva: Colombia ya no queda en el
trópico sino en el psicotrópico”. (Quac. 14)
146
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
En este dramatizado, las informaciones de Dioselina
evidencian la competencia técnica del personaje en lo que concierne
a la preparación de la receta (los alimentos): “el animalito se mata
con un golpe en la dignidad nacional, la carne se muele y se cocina
al baño María (…) el plato se sirve sin ensalada”. (“Quac”. 14)
La evaluación de Dioselina, realizada mediante su cocina
política, es a su vez prescriptiva, en la medida en que a través
de sus recetas determina su percepción de los personajes con
correlato en el mundo político, económico, cultural y mediático
colombiano, y de los procesos agenciados por éstos.
Dicha evaluación es negativa, en tanto las recetas dan
cuenta de su no-conformidad con el programa de gobierno
del Doctor Gordito; permisiva, en tanto Diosa como cocinera/
empleada del Doctor Gordito debe obedecer las órdenes de su
patrón y ser tolerante con las observaciones que éste hace de
sus preparaciones; y proactiva, en tanto Dioselina emplea su
creatividad para sugerir el menú más apropiado para cada actor,
en el que está integrada su evaluación del mismo.
Ahora bien, la evaluación de Dioselina recae
simultáneamente: (i) sobre los actos del Doctor Gordito,
representante paródico del Presidente de la República, es decir,
sobre lo ya realizado, esto es, sobre el cumplimiento o no de las
reglas de juego propuestas en la Constitución y en su programa de
gobierno; (ii) sobre el estado previo de las acciones de su programa
de gobierno en tanto posibles resultados de las negociaciones y
las atribuciones de decisión; y (iii) sobre el estado resultante de
sus acciones, que dan cuenta de la transformación del Edificio
Colombia justamente en una cocina política.
Por consiguiente, siguiendo a Hamon (1984:21) es claro
que evaluadores, evaluados y norma pueden ser actores distintos
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
147
o pueden acumularse en un mismo personaje. En este sentido,
encontramos que el Doctor Gordito, guardián de la ley, también
funge como evaluador de su relación con los destinadores
manipuladores. Algunas de estas evaluaciones se pueden
visualizar en las siguientes frases:
“Y por postre no se preocupe, que lo va a poner el invitado.
Nos va a tocar comernos, una por una, las mil-hojas que
tiene preparadas”. (Quac. 52)
Frase que alude a la actitud del Doctor Gordito frente a las
acusaciones del Fiscal, en relación con las cuales este personaje
debe resignarse y esperar que “coma de parlamentario para
arriba”, y que entre esos, no resulte devorado él.
“… ¡Odio que la gente cante!” (Quac. 57)
En esta expresión, el Doctor Gordito declara su malestar
contra Valdivieso –representante de la Fiscalía, coro al cual se
han matriculado todos “los sapos”, antiguos amigos suyos.
Asimismo, Dioselina Tibana no sólo es evaluadora del
Doctor Gordito y sus destinatarios manipuladores, sino que
también en tanto su rol de cocinera/consejera, se autoevalúa,
señalando las condiciones de la relación polémica que establece
con el Doctor Gordito, como se evidencia en las siguientes
frases:
“Yo mejor me hago la de las gafas y obedezco, porque
vocación de heroína sí no tengo, mijita”. (Quac. 9)
Autoevaluación que remite a la actitud que asume
Dioselina frente a las decisiones del Doctor Gordito, en relación
con la intervención de los gringos en la cocina política del Edificio
Colombia, en la que se privilegia el menú enviado por fax desde
148
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
Washington. Actitud que sugiere no polemizar para cuidar su
integridad. Sin embargo, Dioselina aplica toda su crítica en la
preparación de sus recetas.
“Al cocinero le toca hacerse el pendejo y seguir a Dios
rogando y con el mazo dando. ¡Gus bai, mijita!”. (Quac.
80)
Esta frase alude igualmente a la actitud de Dioselina desde
su nueva sede: la gran cocina de “Guáchinton”, en la cual cada
vez se hace más difícil digerir las noticias del Edificio Colombia
y no queda más remedio que dejar todo en manos de otro poder:
Dios.
El Menú de Dioselina está constituido por las normas
o valores, expresados en la CN. P. de 1991, que Diosa, como
guardiana de la ley, defiende y protege. Por ello, como se expresa
en el análisis desarrollado, encontramos de manera simultánea
varias normas convocadas sobre este propósito: “se coge un
poquito de presupuesto nacional y se pica finamente” –norma
técnica–, “ahora que van a reformar la Carta del 91, esos doctores
ya se están relamiendo.” –Norma estética–; “pero el doctor
Samper me dijo: “Démosles gusto, Dioselina, a ver si me dejan
gobernar”–norma ética.
Sumado a ello, hay un elemento intertextual que
desempeña un papel relevante para la fijación del efecto
ideología del texto y las interpretaciones normativas. La
referencia intertextual exige al cómplice un conocimiento de los
acontecimientos de coyuntura nacional, especialmente en los
ámbitos político y económico. Este conocimiento contribuye a
focalizar al personaje o el asunto de la ironía en el texto y, por
ello, requiere de la competencia ideológica del telespectador/
lector, para contribuir a la formación de un juicio crítico al
respecto.
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
149
En síntesis:
• Las evaluaciones de Dioselina se evidencian en su menú, en
las preparaciones que realiza para cada uno de los actores que
intervienen en el dramatizado. En este sentido, la dominante
normativa de Dioselina se encuentra en los ámbitos estético y
ético; en el primero, como cocina al gusto, y en el segundo, en
tanto su menú se constituye en la forma de relacionarse con
los otros, con la colectividad.
• Sus evaluaciones recaen principalmente sobre los procesos,
para lo cual realiza un análisis detallado de los actores, las
coyunturas y las tensiones en el complejo simbólico del
Proceso 8.000. Análisis que se evidencia en los ingredientes y
las formas de cocción de cada una de sus especialidades.
• Las evaluaciones de Dioselina evidencian su no-conformidad
con el ejercicio de la Presidencia del Doctor Gordito, en tanto
sugieren el no cumplimiento, por parte de éste, con la CN.
P. de 1991 y con el programa de gobierno presentado en
su candidatura. Estas dos normas constituyen el programanorma ideal, es decir, el modelo a partir del cual Dioselina
evalúa al Doctor Gordito y a sus destinadores.
Uso y expansión del frame culinario en función
evaluativa
El frame o marco, en el sentido trabajado por Umberto
Eco (1999) nos permite concebir este tipo de construcción
semántico-discursiva como uno de los ejes centrales en los que se
articula la ironía de Dioselina Tibaná.
38
38 Ver nota número 20, donde se especifica la definición de frame o marco.
150
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
El frame culinario prevé en el nivel actorial algunos
personajes de los que ya hemos hablado: el patrón del
restaurante, la cocinera y los comensales. Aquello que
abordaremos ahora corresponde a las posibilidades de
expansión que ofrece el marco culinario, a saber, por ejemplo,
a propósito de la clientela, esta se clasificaría en: los clientes
habituales, los advenedizos, los inesperados, los obligados,
los que fían, los que pagan al contado, los que “hacen la
voladora”, etc.
Por otra parte, el menú, que incluye los platos, nos lleva
a pensar en el menú del día y en los platos a la carta, pero
también en la preparación de los platos según las exigencias, los
antojos, los gustos de la clientela. Finalmente, los platos exigen:
ingredientes, forma de preparación, forma de servir, y toda una
semiótica de los objetos que participan en las maneras de servir
la mesa. Es este conjunto de significantes comprendidos en el
marco, el que va a servir de vehículo de la ironía de Dioselina
Tibaná.
Veamos en detalle las diferentes formas de evaluación de
Dioselina, mediante el uso del frame culinario:
El plato seleccionado
Los platos o especialidades de Dioselina encarnan en su
contenido y desde su misma denominación –el nombre que da
a cada una de sus recetas– la mirada crítica del personaje sobre
los actores o los procesos recreados en la carta o menú. Es preciso
reiterar que los actores evaluados pueden ser institucionales (un
gobierno, un partido político, etc.) o individuales (la actuación
de personajes con nombre propio en la dinámica política y
económica del país).
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
151
Algunos de los platos que Dioselina prepara con frecuencia
(y que ya han sido mencionados en el apartado sobre la cocina de
Palacio) son: “Manjar blanco del Valle” (Quac. 60), receta que se
refiere al Cartel de Cali; “Mico en su salsa” (Quac. 51) que hace
alusión a los congresistas y los artículos de ley que no cumplen
el trámite debido para su aprobación; “Róbalo a la tapada”
(Quac. 17) que sugiere la apropiación indebida de los recursos del
presupuesto nacional; “Chivo expiatorio” (Quac. 80), que remite
al personaje sobre quien recae la responsabilidad de las acciones,
generando un efecto de distracción en relación con los verdaderos
responsables, es decir, aquel que es usado como carne de cañón;
“Ensalada de pulpo” (Quac. 51), que alude a la penetración del
sector económico y sus monopolios en todos los ámbitos del país;
“Conejo a la Constitución” (Quac. 14), que remite específicamente
al tema de la penalización de la droga en contra de los avances
en materia legislativa en este tema; y el “perico con tajadas” que
alude al consumo ilegal de drogas y a la consecución de tajadas o
porciones del presupuesto nacional de manera indebida.
Los ingredientes
Mediante la selección de los ingredientes que Diosa utiliza
en sus recetas, la “Fogonera mayor” presenta su evaluación de
las estrategias y los mecanismos utilizados en el juego de la
manipulación política nacional, escenificado mediante la relación
entre Dioselina y su patrón y entre éste y sus invitados.
Entre sus insumos preferidos (que al igual que las recetas
ya habían sido presentados en una anterior instancia del análisis)
encontramos “el aceite de maquinaria liberal”, “las finas hierbas
de los medios de comunicación”, “las migajas del presupuesto
nacional”, “la ley zanahoria”, “la carne de cañón”, “los polvos
mágicos”, y un elemento fundamental en su cocina gourmet: “el
pez gordo, con agallas y poco escamoso”.
152
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
La forma en que manipula los alimentos
Mediante la manipulación de los alimentos, Dioselina nos
presenta su evaluación de las argucias, mañas, vicios políticos
que se presentan en el marco del proceso de corrupción que
vive el país, caracterizado, entre otras cosas, por la intromisión
del narcotráfico en todos los ámbitos de desarrollo: político,
económico, social, cultural, mediático y deportivo.
Generalmente, las recetas por medio de las cuales Dioselina
describe e ironiza el proceso de corrupción en el país, tienen un
especial cuidado para generar el efecto irónico deseado: para
preparar su Pacto a la naranja, “se coge un poquito de presupuesto
nacional y se pica finamente” (Quac. 1); para hacer su receta de
Conejo a la constitución “el animalito se mata con un golpe en la
dignidad nacional y la carne se muele y se cocina al baño María
para que quede con aspecto de hamburguesa, que es como les
gusta a los gringos” (Quac. 14); en Paloma al escabeche, “se rompen
varios huevos –hay que tener huevos– se baten y se sazonan con
ajos” (Quac. 16); en Róbalo a la tapada, “primero se coge el pescado
–aunque al róbalo nunca lo pescan– y se sazona con esos auxilios
que ahora están prohibidos […], se le echa una pizca de polvos
mágicos, se cubre con una costra de inmunidad y se deja marinar
en manzanillo. Con una mordaza se le tapa bien la boca para que
no se le salga la sustancia. ¡Ay, como a la prensa!” (Quac. 17)
Cada ingrediente y la forma de disponerlo en la receta
constituyen una alusión a lo que podemos denominar, empleando
una expresión popular, el universo de la “politiquería”.
La forma en que cuece los alimentos
La manera como Diosa prepara los alimentos nos entrega
una evaluación sobre la forma en que el país asume los grandes
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
153
debates de la política nacional, tanto por parte de las instancias
legales, como por parte de los medios de comunicación: las
denuncias se dejan “en reposo o a fuego lento”, los “debates se
caldean” y finalmente “no pasa nada”.
La forma en que sirve los alimentos
El modo de servir representa la forma en que los debates
son presentados a la opinión pública, y las estrategias de
manipulación o maquillaje que se aplican a los mismos, como en
el caso del “ramito de oliva” para disfrazar a la gallina (Quac. 16).
Con respecto a este “arte de servir”, se presentan los siguientes
ejemplos: en Pacto a la naranja, “yo llevo el plato y allá se lo
comen, y después una es la que paga los platos rotos” (Quac.1);
en Conejo a la constitución, “El plato se sirve sin ensalada, porque
la hierba es sospechosa” (Quac.14); en Frutos del mal, “Cuando
tenía todo listo, le pregunté al doctor Samper que cómo quería
que sirviéramos estos frutos del mal, y él me contestó: “como le
gustan a Plinio Apuleyo: cretinados”. (Quac. 65)
En síntesis.
• La competencia evaluativa de Dioselina se manifiesta desde
la selección, preparación y presentación a la mesa de sus
diferentes especialidades o platos.
• Las formas de evaluación de Dioselina pasan por la expansión
del frame culinario, destacándose en particular cuatro
momentos del proceso de la cocina en Dioselina, mediante
los cuales este personaje evalúa elementos distintos en la
isotopía política: el plato seleccionado para cada invitado
(evalúa actores, que pueden corresponder a procesos y actores
institucionales e individuales); los ingredientes (evalúa
estrategias y mecanismos que se utilizan en el campo político);
la forma de manipulación (evalúa argucias, mañas y vicios
154
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
políticos); la cocción de los alimentos (evalúa la forma en que
la opinión pública asume los debates políticos); y finalmente
la forma de servir (evalúa la instancia mediática y su estrategia
de manipulación).
Una lectura en movimiento del esquema
narrativo de la comunicación irónica
Una vez realizado el recorrido por los roles de base del
proceso de la comunicación irónica, veamos cómo se expresan
estos roles en el dramatizado, Comida para los amigos, de la emisión
51 de Quac:
El doctor Samper se está sintiendo tan solo, que decidió
invitar a los amigos que le quedan para darles gusto. Yo
le pregunté que cuáles eran esos amigos, y él me contestó:
“Pues, por ejemplo, Julio Mario, que me ha dado la mano
ba-varias veces, y los militares, que de golpe me siguen
respaldando, y los congresistas, que están igual de solos
que yo. Prepárese un plato especial para cada uno. A
Julio Mario, una ensalada de pulpo...; para los militares,
unas tajadas, pero sin que Perry se dé cuenta.” Y yo le
pregunté: “¿Y a los del Congreso, les damos caneloni?”
Y él: “No, Dioselina. Eso a ellos no les cae bien. Más
bien hágales el mico a la tapada que tanto les gusta. Y de
postre, demos caramelo”. (Quac. 51)
En este fragmento podemos identificar los siguientes
ironizados o víctimas del discurso de Dioselina:
El primero de estos ironizados es el Doctor Gordito, su
patrón, quien busca el respaldo de las élites políticas y económicas
tradicionales del país para su gobierno, desprestigiado a
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
155
consecuencia de las las acusaciones acerca de vinculaciones con
el Cartel de Cali en la financiación de su campaña presidencial.
Se presenta así una inferencia intertextual que se establece entre
el contexto social y político del país en el que surge la propuesta
de “Quac, el noticero”, y la configuración del personaje Doctor
Gordito a lo largo de las intervenciones de Dioselina. Él está solo
y esa soledad sólo puede ser compartida por aquellos que están en
sus mismas circunstancias o participan de su misma condición,
quienes también se convierten en víctimas del discurso irónico
de Diosa: “[…] y él me contestó […], a saber: Julio Mario […],
los militares […] y los congresistas, que están igual de solos que yo”
(Quac. 51) lo que equipara, iguala o pone en el mismo nivel
de cuestionamiento ético y responsabilidad política a todos los
actores enunciados.
Ahora bien, los ingredientes de esta receta especial de
Dioselina, recomponen la imagen de desprestigio político
representativa de cada actor y, en este sentido, exige del
intérprete o público la competencia para comprender, de manera
extensiva, los sememas o acepciones utilizadas en su discurso
culinario con el fin de actualizar los mundos posibles que sus
recetas recrean en el contexto del universo político nacional y, en
particular, en el amplio universo de la manipulación y corrupción
políticas. Veamos en detalle las especialidades que integran esta
receta, mediante la indagación entre el significante lingüístico y
el significante del discurso construido en el universo culinario de
Dioselina Tibaná:
Ensalada de pulpo para Julio Mario: retomemos la
definición de pulpo, presentada por el diccionario de la Real
Academia de la Lengua Española.
Pulpo.
(Del lat. polypus, y este del gr. πολÚπους).
156
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
1. m. Molusco cefalópodo dibranquial, octópodo, que
vive de ordinario en el fondo del mar, y a veces nada a
flor de agua. Es muy voraz, se alimenta de moluscos y
crustáceos y su carne es comestible. Los individuos de
la especie común en los mares de España, apenas tienen
un metro de extremo a extremo de los tentáculos; pero
los hay de otras especies que alcanzan hasta diez y doce.
(RAE, 2001: 1861)
Si nos permitimos ampliar el término lexicográfico y
pensar desde la enciclopedia en el uso sociolectal de la acepción
/pulpo/, podemos encontrar algunas definiciones interesantes
para nuestro análisis:
• Alguien acaparador, que quiere tomar todo para sí
• Alguien aprovechado o que utiliza todo en su beneficio
• En lo económico, un gran emporio que devora los peces
pequeños (las pequeñas e incluso las medianas empresas) y
absorbe todos los negocios.
• En el escenario de la conquista amorosa o erótica, alguien
confianzudo, tocón…
Del diccionario de la Real Academia nos interesa resaltar
algunas propiedades del lexema pulpo: la voracidad, la gran
extensión de sus tentáculos, la propiedad comestible de su carne,
que guardan relación con las acepciones presentadas con base en
nuestro diccionario ampliado.
En este sentido, podemos resaltar como isotopías temáticas
la voracidad y la capacidad de acaparar o absorber.
Así, la ensalada de “pulpo” para Julio Mario, nos permite
actualizar, a propósito del escenario político en el que se enmarca
la propuesta de “Quac, el noticero”, al emporio económico de la
cerveza y las gaseosas en Colombia, representado en esta receta
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
157
por Julio Mario Santadomingo y la penetración de su impacto
económico en todas las esferas de la sociedad. La extensión de sus
tentáculos como mecanismos de manipulación política resalta la
voracidad y la capacidad de los grandes emporios para devorar no
sólo las pequeñas empresas, sino también el presupuesto nacional.
Sin embargo, como todo “pulpo” también es susceptible de ser
engullido, aunque, en nuestro caso, sólo sea por la ironía política
de Dioselina Tibaná.
La “tajadas” para los militares, que aluden a la práctica de
conseguir con maña alguna ventaja, rebanada, lonja o porción
del presupuesto nacional, sirven aquí para representar el delito
de peculado, pues, en últimas, una tajada puede ser considerada
como un hurto o apropiación indebida de los caudales del
erario público por parte de aquellos a quienes está confiada su
administración.
El “mico a la tapada”, para los congresistas, que sugiere
aquellos artículos de Ley que se presentan, de manera intencional,
a última hora, y se terminan aprobando sin que hayan cumplido
con los requisitos, tiempos y procedimientos que exige el debate
en el Congreso; micos que también se designan como goles a la
Constitución.
de otro lado, en este dramatizado, Dioselina actúa a su vez
como ironizante, como ingenua, como víctima y cómplice.
Como ironizante (además de lo enunciado anteriormente) en
tanto cuestiona de manera implícita los motivos que determinan
la soledad del Doctor Gordito, así como también la honestidad
de los posibles amigos de éste, (si los tiene): “El doctor Samper se
está sintiendo tan solo, que decidió invitar a los amigos que le quedan
para darles gusto. Yo le pregunté que cuáles eran esos amigos”. (Quac.
51)
158
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
Como ingenua, en la medida en que propone sus recetas
sin malicia aparente, de buena fe y sin un cálculo estratégico de
la comunicación política con su interlocutor, el Doctor Gordito,
basándose simplemente en su lectura de los actores invitados a la
comida: “Y yo le pregunté: “¿Y a los del Congreso, les damos caneloni? Y
él: “No, Dioselina. Eso a ellos no les cae bien. Más bien hágales el mico a
la tapada que tanto les gusta. Y de postre, demos caramelo”. (Quac. 51)
Como víctima, en razón de su aparente ingenuidad, que la
convierte en blanco de los regaños o reclamos del Doctor Gordito
por tomarse atribuciones que no competen a su rol de cocinera
(aunque sí al de consejera presidencial, rol que el Doctor Gordito
le pide que actualice según le conviene).
Como cómplice, en tanto ingresa en el juego de análisis
político de los actores que le propone el Doctor Gordito a través
de sus platos especiales, lo que implica un reconocimiento de
escenarios, intenciones, adhesiones y conjeturas en la medida
en que comprende la receta “Comida para los amigos” como una
táctica política del Dr. Samper para lograr aliados, mediante el
soborno que implica cada receta.
En este mismo fragmento, el Doctor Gordito actúa como
blanco de la ironía, según lo que presentamos anteriormente, y a
su vez como ironizante de sus invitados, al reconocer, mediante la
aceptación del plato especial que Dioselina preparará a cada uno,
las intencionalidades y vicios en los modos políticos de proceder
de sus convidados a la mesa.
El rol del guardián de la ley resulta más complejo de analizar
en este dramatizado. En principio, y asumiendo el planteamiento
de Hamon (1996), encontramos al Doctor Gordito, en tanto
personaje autoritario que ordena y corrige a Dioselina sobre las
recetas que debe preparar para sus invitados. Él es el patrón de
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
159
la cocina, y Diosa, como su empleada, le debe obediencia. Como
guardián de la ley, el Doctor Gordito representa a nivel textual o de
género el “discurso presidencial”, reconocido como un discurso de
autoridad en el ámbito político, que en este dramatizado va a ser
parodiado y reemplazado por el de manipulación estratégica en lo
político, y más específicamente, por el discurso de la corrupción y
la narco-política, antivalores atacados por Dioselina Tibaná.
Ahora bien, Dioselina también actúa como guardiana de la
ley en tanto intenta cuestionar, mediante las preguntas indirectas
y de doble sentido que le hace al Doctor Gordito, la estrategia
política (léase, la corrupción política como estrategia) adoptada
por éste para lograr la adhesión de los empresarios, militares y
congresistas a su programa político, y de esta manera, desviar las
investigaciones en torno a la intromisión de dineros del Cartel
de Cali en su campaña presidencial, y conseguir el respaldo de
los grupos de poder del país (“Julio Mario, que me ha dado la
mano Ba-varias veces”) para mantenerse en el ejercicio del poder
presidencial.
El análisis de este dramatizado permite ejemplificar
aquello que Hamon establece como la red de relaciones entre el
productor, el observador y el objeto de la ironía. Pero asimismo,
anticipa la movilidad de los roles y las posiciones en el modelo de
este mismo autor, lo que complejiza la estructura actancial de la
ironía. Al respecto, se nos propone lo siguiente:
[…] todos los roles no necesariamente son actualizados en
una comunicación irónica concreta, los límites entre las
posiciones son móviles y los roles pueden ser desdoblados
o intercambiados. (Hamon, 1996: 124)
Hammon (1996: 124) señala, por lo menos, cinco
posibilidades de juego entre los roles de los actores de la
comunicación irónica:
160
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
1. Que cada uno de los actantes puede desdoblarse (en diferentes
narradores o personajes).
2.Que un mismo personaje (o narrador) puede acumular
diferentes posiciones actanciales.
3.Que algunas de las posiciones actanciales pueden ser
representadas o no.
4.Que la representación de esas posiciones actanciales puede
pasar por diferentes medios semióticos, medios figurativos o
medios textuales.
5. Que esos puestos actanciales pueden cambiar e intercambiarse
entre los personajes a lo largo del texto.
Esta propuesta actancial de la ironía resulta esclarecedora
para nuestro análisis de la puesta en escena de “Quac, el noticero”,
y particularmente de la poética del personaje, Dioselina Tibaná,
cocinera del Palacio de Nariño, pues, como veremos en adelante,
los roles de la comunicación irónica en el libreto destinado a
este personaje evidencian el sincretismo, los cambios en las
posiciones, los intercambios y desdoblamientos en los roles, así
como la tendencia a multiplicarse y diferir en cada uno de los
dramatizados, condición que el autor señala como característica
de la ironía moderna.
Teniendo en cuenta la complejidad pero a la vez las
posibilidades de juego actancial que nos entrega el modelo de
Hamon, realizaremos el análisis de los roles en el libreto de
Dioselina Tibaná, precisando las posibilidades de movimientos
actanciales señaladas por este autor.
Con ello pretendemos no sólo ejemplificar los roles de base
del proceso y sus particularidades en el discurso de Dioselina,
sino develar la complejidad de la propuesta política de “Quac, el
noticero”, en la movilidad que permite la matriz actancial. Este
objetivo supone identificar las diferentes posibilidades de lectura
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
161
del gran fenómeno de la corrupción política en Colombia y, en
particular, del complejo simbólico del narcotráfico, durante el
gobierno de Ernesto Samper Pizano, que integran la propuesta
del dramatizado de Dioselina Tibaná.
Un mismo personaje (o narrador) puede acumular
diferentes posiciones actanciales
Con relación a este aspecto, encontramos que, en el plano
de la narración, Dioselina Tibaná ocupa diferentes posiciones
actanciales mediante la utilización del discurso indirecto, que
busca introducir de manera paródica la voz y los pensamientos
de algunos actores del Edificio Colombia, refiriendo las palabras
o pensamientos de los mismos, mediante la imitación de la
textura del habla propia de cada personaje; es decir, Dioselina le
imprime generalmente un tono, propio del registro del humor, a
expresiones que originalmente estarían en el régimen de lo serio.
El estilo indirecto permite el control de Dioselina al
seleccionar, resumir o interpretar los enunciados de otros
personajes, aportando al lector/televidente las claves necesarias
para la identificación del personaje representado. Este tipo de
estilo refleja la actitud o punto de vista de Dioselina con respecto
a los personajes del dramatizado, haciendo evidente su antipatía
o desacuerdo mediante la utilización de la ironía.
Algunas de las posiciones actanciales asumidas por Dioselina
mediante la utilización del discurso indirecto son: los místeres
(Quac. 9), el Ministro de Justicia (Quac. 14), los congresistas y
el Dr. Serpa (Quac. 15), Tirofijo (Quac. 16). Además de esto, a
lo largo del libreto, ocupa de manera reiterativa la posición del
Doctor Gordito, en la medida en que asume el rol de contar
a los telespectadores/lectores aquello que este personaje dijo
162
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
(“dijo que”), como se evidencia en los dramatizados de “Quac, el
noticero” 9, 15, 16, 17, 31, 39, 51, 52, 61 y 65.
Veamos algunos ejemplos de este procedimiento:
Figúrese mija que el doctor Samper invitó a unos místeres
a una comida criolla, y ellos mandaron decir que los platos
de acá son muy irritantes y que teníamos que hacer un
menú que mandaron dizque por fax desde Washington
[…] (Quac. 9)
En este ejemplo, Dioselina mediante la utilización de la
expresión “ellos mandaron decir”, ocupa el lugar de los místeres
o gringos, al trasmitir sus órdenes al Doctor Gordito, patrón de
la cocina del Palacio de Nariño y por intermedio de este a los
telespectadores/lectores.
[…] Dice que desde que la Corte Constitucional dijo
que meter drogas es legal, el número de pepos, burros
y soyados ha aumentado en forma alarmante y que el
territorio nacional anda a la deriva: Colombia ya no queda
en el trópico sino en el sicotrópico. El doctor Martínez
quiere agasajar a los congresistas para que le caminen de
nuevo a la penalización, así que voy a prepararles conejo a
la Constitución […] (Quac. 14)
En este fragmento de Quac, la expresión “Dice que”, alude
a la voz del Doctor Martínez, Ministro de Justicia, y la receta
encarna el desacuerdo del mismo con la despenalización de la
dosis personal de la droga en Colombia.
[…] Yo empecé a trabajar, pero los congresistas se pusieron
furiosos porque no quieren cambiar su dieta. Dicen que el
doctor Samper les va a quitar la chanfaina y las tajadas.
Entonces el doctor Serpa les dijo que no se preocuparan,
que el Congreso lo que necesita es un reconstituyente para
sacarlo de la postración […] (Quac. 15)
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
163
En esta cita, Dioselina asume la voz de los congresistas
(“Dicen que”) y sus reclamos por los auxilios parlamentarios que
desaparecen, al menos en términos formales, con la CN. P. de
1991. Igualmente, asume la voz del Doctor Serpa (“El Dr. Serpa
les dijo”) y sus aparentes críticas a los congresistas.
[…] El Tirofijo mandó a decir por fax que así sí le jala,
que va a mandar a todos los muchachos, los que no estén
ocupados cuidando laboratorios o secuestrados, a que se
sienten a la mesa […] (Quac.16)
En este ejemplo, Dioselina ocupa la posición de Tirofijo
para parodiar las condiciones impuestas por las FARC y “sus
muchachos” para acceder a la mesa de negociación.
[…] Entonces el doctor Samper vio que mi general
Bedoya se ponía el quepis y ya iba para la puerta haciendo
el saludo militar. Ahí mismo me dio un codazo y me
dijo que no lo dejara ir sin ofrecerle aunque fuera unos
casquitos de guayaba […] (Quac. 16)
En este fragmento, Dioselina ocupa la posición del Doctor
Gordito mediante la utilización del discurso indirecto, a través de
expresión “me dijo que...”, para cuestionar el compromiso de las
élites políticas con el llamado “pacto social”.
La forma privilegiada que adopta el discurso indirecto de
Dioselina para ocupar el lugar de… y parodiar desde adentro a
los diferentes actores de la política nacional es el chisme, tipo de
discurso que ya se analizó al inicio de este capítulo.
Hasta el momento, nos hemos referido a las diferentes
posiciones actanciales ocupadas por Dioselina en el plano de la
narración. Pero también podemos señalar cómo, en el plano de
la puesta en escena, Dioselina encarna diferentes roles, según la
164
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
situación particular y la crítica que nos entrega en cada uno de sus
platos especiales o recetas a la carta, todas ellas particularizadas
según los comensales del Doctor Gordito, quien funge como
anfitrión del Palacio de Nariño, y, más exactamente, de la cocina
del Edificio Colombia. Así, Diosa es a la vez ironizante, ingenua,
cómplice, blanco de la ironía y guardiana de la ley. Veamos un
ejemplo en el que se expresa el movimiento en los roles actanciales
de Dioselina:
SANCOCHO GRINGO. Figúrese mija que el doctor
Samper invitó a unos místeres a una comida criolla, y ellos
mandaron decir que los platos de acá son muy irritantes
y que teníamos que hacer un menú que mandaron dizque
por fax desde Washington. Se llama la dieta del Buen
Vecino: Entrada de Comandos a la Burton, Sancocho de
Tres Carnes a la Helms, Bistec a Caballo de paso fino
y Manjar Blanco del Valle. El Sancocho a la Helms, es
de tres carnes, pero de mula, carne de cañón y peces
gordos. La sal no puede ser yodada, para ponerles coto
a los exportadores de puacá, y las yerbas tienen que ser
gringas, que dizque ni semillas traen. Cómo son las cosas:
pensar que ellos nos aprendieron ese cultivo y ahora son
los que mandan la parada. Aquí entre nos, creo que esto
no va a salir bien, pero al doctor Samper se le metió que
el que manda no es el anfitrión sino el invitado. Yo mejor
me hago la de las gafas y obedezco, porque vocación de
heroína sí no tengo, mijita. (Quac. 9)
En el dramatizado titulado “Sancocho Gringo” (Quac. 9),
Dioselina deja claro a quiénes irritan los platos de su carta y cuál
es la comida que ellos exigen: “La dieta del buen vecino: entrada
de comandos a la Burton, Sancocho de tres carnes a la Helms, Bistec a
caballo de paso fino y manjar blanco del Valle”.
Así, hablamos pues de un menú que recrea el proceso
de descertificación de Colombia por su no cooperación en la
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
165
lucha antidrogas, sanción de la que el principal promotor fue
el senador estadounidense republicano por Carolina del Norte,
Jesse Helms, quien a dúo con el representante de Illinois
Dan Burton, fueron los proponentes de la controvertida Ley
Helms-Burton, que pretendía reforzar el embargo contra Cuba
castigando a las compañías extranjeras que hacían negocio
con este país, lo que implicaba que cualquier compañía no
norteamericana que tuviera tratos con Cuba podía ser sometida
a represalias legales y que a sus dirigentes se les prohibiría la
entrada a Estados Unidos.
De ahí que nos estén dando un trato a la Burton, con la
cancelación de la visa de Samper y con la intromisión de Helms
en los asuntos de la política interna del país. Este plato nos recrea
también el escenario de las tensiones con Estados Unidos por
el tema de la extradición de narcotraficantes; los “caballos de
paso fino” simbolizan los capos del narcotráfico y el “Manjar
blanco del Valle” representa la sede del Cartel de Cali, foco de las
denuncias contra Samper.
Encontramos entonces, en este plato en particular, una
Dioselina que actúa como ironizante en la medida en que
acompaña sus recetas no sólo de la descripción de los ingredientes,
sino de la sazón propia que le imprime su reflexión en torno a la
utilización de los mismos y a las finalidades de los destinatarios:
“La sal no puede ser yodada, para ponerles coto a los exportadores de
puacá, y las yerbas tienen que ser gringas, que dizque ni semillas traen.
Cómo son las cosas: pensar que ellos nos aprendieron ese cultivo y ahora
son los que mandan la parada. Aquí entre nos, creo que esto no va a salir
bien, pero al doctor Samper se le metió que el que manda no es el anfitrión
sino el invitado”. (Quac. 9)
Una Dioselina que actúa como cómplice en tanto asume su
rol de cocinera, subordinada a los deseos de su patrón: “Yo mejor
166
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
me hago la de las gafas y obedezco, porque vocación de heroína si no tengo,
mijita”. (Quac, 9)
Una Dioselina que actúa como blanco de la ironía en la
medida en que acepta que la “comida criolla”, que representa su
esencia como persona del común y corriente, como representante
de la instancia ciudadana en el Edificio Colombia, resulta
“irritante” para los gringos, por lo cual debe cocinar el menú
enviado por ellos.
Una Dioselina que actúa como guardiana de la ley, en
tanto advierte las consecuencias negativas de la aceptación de la
Dieta del Buen Vecino, “Aquí entre nos, creo que esto no va a salir
bien […]” (Quac. 9)
Algunas posiciones actanciales pueden ser
representadas o no
Con relación a este aspecto, encontramos que cada menú
de Diosa privilegia la representación de ciertas posiciones
actanciales, según la intencionalidad irónica contenida en la
receta, como se observa a continuación:
• En algunos casos es más importante señalar el carácter
ironizante de Dioselina y con ello resaltar la “no ingenuidad”
del pueblo, como ocurre en las emisiones de “Quac, el
noticero” 1 (Pacto a la naranja), 14 (Conejo a la constitución),
52 (Menú para el fiscal), 60 (Dioselina cuida al elefante), 61
(Postres), 65 (Frutos del mal) y 80 (Una sopa para el diablo).
• En otras emisiones se da más fuerza a los blancos de la ironía,
destacando los personajes, los procesos y las situaciones de
coyuntura nacional que dan la sustancia o la sazón a la crítica
irónica de Dioselina, como se evidencia en las emisiones de
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
167
“Quac, el noticero” 51 (Comida para los amigos), 61 (Postres)
y 65 (Frutos del mal).
• En otras oportunidades, el foco está puesto en los cómplices o
ingenuos según el diálogo propuesto por Dioselina entre los
actores implicados en la relación polémica, como podemos
observar en las emisiones de “Quac, el noticero” 9 (Sancocho
gringo), 16 (paloma de la paz en escabeche), 31 (Dioselina
planchando), y 39 (Halloween).
• Por último, en algunos capítulos del dramatizado sobresale el
rol del guardián de la ley, focalizando la crítica en los valores
o antivalores que Dioselina o el Doctor Gordito defienden o
atacan dentro de su propuesta discursiva, como se evidencia
en las emisiones de “Quac, el noticero” 14 (Conejo a la
constitución), 15 (Reforma a la carta) y 17 (Róbalo a la tapada).
Sin embargo, es preciso reconocer que la propuesta de
Dioselina Tibaná y de “Quac, el noticero”, en general se torna
compleja, en la medida en que estos roles o movimientos se
intercambian y se desdoblan de manera permanente.
La representación de las posiciones actanciales
puede pasar por diferentes medios: semióticos,
figurativos o textuales
La propuesta de “Quac, el noticero” y, en particular, la
del dramatizado de Dioselina Tibaná se inscribe en diferentes
medios semióticos. Por un lado, aparece la televisión como medio
utilizado para la elaboración y emisión de la propuesta. Por otro,
el noticiero como formato parodiado, y en particular la sección
de “cocina” que hace parte de la sección cultural.
A lo anterior se suma la utilización del argot gastronómico
como alegoría de la realidad política nacional. Asimismo, la
168
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
oficina de la Presidencia es connotada por medio de la cocina del
Palacio de Nariño, en la que se establece una correspondencia
paródica entre la figura del asesor presidencial y la “Fogonera
mayor”, Dioselina Tibaná.
Entre los medios figurativos encontramos el uso de
objetos/símbolos por parte de Dioselina para preparar sus
recetas. En esta categoría entran el presupuesto nacional
representado por los billetes; los trapos con que Dioselina toma
las ollas calientes, que están diseñados con los colores y las telas
propias de la bandera nacional; el hecho de que la cocina esté
adornada con un escudo de Colombia de fondo; las sábanas que
además son utilizadas como pañuelos de Tumbo (el elefante del
Doctor Gordito), y que igualmente corresponden a la bandera
de Colombia.
De esta manera, en el dramatizado de Dioselina la
gastronomía y los utensilios culinarios se convierten en el insumo
para construir su crítica mordaz. Cada especialidad corresponde
a la lectura crítica que realiza Dioselina de aquellos personajes
de la realidad política del país, especialmente las élites políticas,
o recrea las situaciones de coyuntura nacional, utilizando como
sazón el picante y el ácido propios de la ironía. Es decir, la crítica
de Dioselina Tibaná adquiere sentido en la medida en que se
interpreta a la luz del universo gastronómico.
En relación con el empleo de medios textuales, Dioselina
se sirve del lenguaje, el argot y la cultura popular, utilizando y
adaptando expresiones coloquiales, dichos, refranes y creencias
para construir su gastronomía política. A continuación se
presentan algunos ejemplos destacados de este procedimiento:
“El que manda no es el anfitrión, sino el invitado”. (Quac.
9)
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
“Yo mejor me hago la de las gafas y obedezco […]”
(Quac. 9)
“[…] los que tienen la sartén por el mango […]” (Quac.
15)
“[…] el doctor Samper se amarró los calzones […]”
(Quac. 16)
“[…] debates bien caldeados […]” (Quac. 17)
“De ahora en adelante, la ropa se lava en casa”. (Quac.
31)
“Pues démosle lentejas, doctor, que llenan harto”. (Quac.
52)
“porque a él no se le puede dar papaya”. (Quac. 52)
“Quiere llevarse a todos mis amigos y ponerlos a cantar”.
(Quac. 57)
“[…] pero monseñor Rubiano dice que él más bien tiene
que poner el otro mejillón”. (Quac. 65)
“Humberto, los candelabros son para que hagas lo que
más te gusta: prenderle una vela a Dios y otra al diablo”.
(Quac. 72)
“El chicharrón es para el doctor Samper, que es experto
en meterle el diente”. (Quac. 72)
“Dioselina, démele una aromática, una agüita tibia, como
él…”. (Quac. 72)
Dioselina (Canta): “la distancia entre los dos, es cada día
más grande…”. (Quac. 72)
169
170
Capítulo III
La ironía narrativa en el dramatizado de Dioselina Tibaná
Samper: “buen apetito, pero come callado”. (Quac. 75)
“[…] al cocinero le toca hacerse el pendejo y seguir a Dios
rogando y con el mazo dando [...]”. (Quac. 80)
Lopez: “[…] Llegue temprano, porque el que madruga
no le toca oír recitar a Belisario”. (Quac. 109)
Nótese que el conjunto de estas expresiones se corresponde
(con algunas sutilezas que las ponen en contexto) con aquellas
empleadas culturalmente por el ciudadano común y corriente, al
que Dioselina encarna dentro del dramatizado.
Los puestos actanciales pueden cambiar e
intercambiarse entre los personajes a lo largo del
texto
Como lo hemos enunciado en los movimientos actanciales
anteriores, los roles pueden intercambiarse permanentemente.
En algunos casos, Dioselina actuará como ironizante y el Doctor
Gordito como blanco de su ironía. En otros casos, encontraremos
la situación contraria, como se evidencia por ejemplo en el
capítulo 51, de “Quac, el noticero” titulado “Comida para los
amigos”, en el que Dioselina asume el lugar de ironizante y el
Doctor Gordito se convierte en blanco de la ironía cuando de
manera indirecta ésta le sugiere al segundo que ya no cuenta con
amigos o aliados políticos: “El doctor Samper se está sintiendo tan
solo, que decidió invitar a los amigos que le quedan para darles gusto.
Yo le pregunté que cuáles eran esos amigos”.
Pero asimismo Dioselina se convierte en blanco del Doctor
Gordito, cuando éste asume el rol de patrón y la regaña por su
atrevimiento al sugerir especialidades para los congresistas: “Y
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
171
yo le pregunté: “y a los del Congreso, les damos caneloni?” y él: “No,
Dioselina. Eso a ellos no les cae bien. Más bien hágales el mico a la
tapada que tanto les gusta. Y de postre demos caramelo”.
Igualmente, en este último fragmento el Doctor Gordito
asume el rol de ironizante al sugerir el menú más apropiado para
sus comensales, los congresistas.
En síntesis:
• Los roles principales que asume Dioselina en el dramatizado
son los de ironizante y guardiana de la ley. Sin embargo, la
complejidad del personaje devela las múltiples facetas de
la condición humana, que se expresan en la movilidad de
Dioselina por todos los roles actanciales de la comunicación
irónica: Dioselina es ironizante, ironizada, blanco de la ironía,
cómplice e ingenua y guardiana de la ley. Situación que
analizamos con otro énfasis en el capítulo II, las instancias
política y ciudadana en el marco actancial, donde Dioselina, en
su rol de representante de la instancia ciudadana, ocupa todas
las posiciones del esquema narrativo canónico.
• La riqueza del dramatizado de Dioselina Tibaná radica
justamente en la movilidad de las posiciones actanciales que
se constituye en la estrategia para representar la complejidad
del universo político que el dramatizado cuestiona.
• La carga simbólica del dramatizado está puesta en el doble
sentido, en el juego entre las dos isotopías temáticas del
recorrido de los personajes: la culinaria y la política. Dioselina
construye su propio diccionario gastronómico en función
de los actores de la vida política nacional en el contexto del
Proceso 8.000.
Conclusiones
generales
El estudio de la ironía narrativa en el personaje de “Quac,
el noticero”: Dioselina Tibaná pasa por la comprensión de varios
aspectos, que se sintetizan a continuación:
• El lugar que ocupa Dioselina Tibaná en el reparto de personajes
del poder que construyen el universo de “Quac, el noticero” y
el lugar del dramatizado en la propuesta narrativa.
• El Edificio Colombia como espacio englobante de la diégesis y
la cocina de Diosa como espacio englobado. Por medio de este
procedimiento se configura la forma en que el dramatizado
alegoriza la realidad política nacional.
• El encabalgamiento de signos y el enclave que nos permiten una
lectura bi-isotópica del recorrido de los dos personajes centrales
del dramatizado: Dioselina Tibaná y el Doctor Gordito.
• El recorrido narrativo y las posiciones actanciales que ocupan
los dos personajes centrales del dramatizado, que subraya el
poder de la instancia ciudadana en el campo de la política,
desde la perspectiva de Hannah Arendt.
• La comprensión de los roles de base del proceso de la
comunicación irónica y la movilidad de las posiciones
actanciales que da cuenta por la complejidad de la estructura
narrativa de la propuesta.
• Las formas de evaluación o sanción de Dioselina en la alegoría
de la realidad política nacional, expresadas mediante su cocina
política.
176
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
Dioselina Tibaná, representante de la
instancia ciudadana
Los personajes de “Quac, el noticero” se pueden clasificar
en dos categorías: aquellos con correlato en el mundo político,
económico, mediático, cultural y deportivo colombiano, y
aquellos emblemáticos, es decir, sin un referente explícito. En su
estructura, este dramatizado reúne los dos tipos de personajes.
Un ejemplo de los personajes englobados en el primer grupo
es el Doctor Gordito, representante paródico del Presidente de
la República a quien, por hipercodificación, hemos señalado
como el doble burlesco de Ernesto Samper Pizano, presidente de
Colombia entre 1994 y 1998. Su contrapartida, Dioselina Tibaná,
funge como ejemplo de personaje emblemático que representa
al ciudadano colombiano común y corriente y, por esta vía, al
segmento de la población que, debido a su posicionamiento
con respecto al poder político, Charaudeau (2005) denomina la
instancia ciudadana.
El dramatizado presenta una sobre-modelización de
personajes, que se puede apreciar en el hecho de que el comediante
Jaime Hernando Garzón Forero representa al personaje de
Dioselina Tibaná, mientras que el Doctor Gordito, aparece en el
dramatizado bajo el disfraz de Dioselina.
Los otros personajes que aparecen en el dramatizado
corresponden primordialmente al universo económico, político
y mediático del período comprendido entre 1995 y 1997, años
de la emisión de “Quac, el noticero” en Colombia. Entre ellos se
destacan con nombre propio: Andrés Pastrana, el “niño Andrés”;
Mylles Frechette, el “Vampiro”; Alfonso Valdivieso Sarmiento,
“El enano”; Julio Mario Santodomingo; Miguel Rodríguez,
“Miguelito”; el doctor Mogollón, alude a Heyne Mogollón;
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
177
Fernando Botero, aparece en el dramatizado como “el niño
Fernandito”; Monseñor Rubiano, el doctor Medina y el General
Bedoya, los periodistas D’Artagnan y Plinio Apuleyo, y el
expresidente César Gaviria Trujillo. De manera complementaria
encontramos representados en forma genérica a los congresistas,
los militares, los gringos y los “muchachos”, denominación que
alude a los guerrilleros.
Por otro lado, el dramatizado de Dioselina en la estructura
narrativa de “Quac, el noticero” tiene una doble función: (i)
representa las “fuentes confidenciales”, aquellas de las que se
sirven los medios de comunicación para obtener información
sobre el mundo del poder en Colombia; y de la mano con lo
anterior (ii) representa las concepciones del poder en Colombia y
señala a la conspiración como principal estrategia política. Esto
último se complementa con la presentación de la corrupción y
la manipulación política como las tácticas más frecuentes en el
ejercicio de la política en Colombia.
Es por ello que Dioselina se encuentra ubicada en el único
espacio de intimidad del Edificio Colombia: la cocina. Este
posicionamiento le permite acceder a los secretos del poder, y
posteriormente, haciendo uso del recurso de la ironía, develarlos
para la instancia ciudadana a través de un menú compuesto
por ingredientes tales como su ácida crítica, y los “cocinados”
de la Casa de Nariño. De esta manera, el personaje cumple
con la función pedagógica de enseñarle a los telespectadores/
lectores a reconocer y sentir bajo la piel la ampolla que levanta
el caldo de cultivo de la política colombiana, y los convoca a no
“comer cuento”, a meterle el diente a la crítica, a escupir el hueso
descompuesto de los horrores del poder en Colombia.
Un elemento de interés para resaltar es que Dioselina
Tibaná, es un personaje que atraviesa toda la propuesta de “Quac,
178
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
el noticero”, aparece desde el inicio hasta casi el final del mismo,
cuando Dioselina viaja a Washington, y con ella, la instancia
ciudadana del Edificio Colombia es entregada al Gavirismo, su
nuevo jefe, por medio del cual, en realidad, pasa a estar bajo el
control de los norteamericanos, quienes evidentemente tienen en
ese momento “la sartén por el mango”.
Esta presencia permanente del personaje garantiza la
representación de la instancia ciudadana en la propuesta burlesca
del “noticero”, haciendo oír en cada emisión la voz de los que
no tienen voz. A través de esta presencia constante y dotada
de un discurso complejo y asertivo, acerca de las dinámicas del
poder, se manifiesta uno de los aspectos fundamentales que,
desde el punto de vista ideológico, configura la propuesta y la
intencionalidad de “Quac”: el objetivo de los realizadores es, en
buena medida, hacer visible el posicionamiento que le compete
a la instancia ciudadana como el actor que se encuentra más
cercano a las instancias de decisión, y que está en condiciones
de evaluar y sancionar las conductas de sus representantes de un
modo más acorde con el desiderátum del bien común, pese a que
se suela creer lo contrario.
Contexto de la propuesta del dramatizado
La propuesta de “Quac, el noticero”, y en particular, el
dramatizado de Dioselina Tibaná, está inscrito en el contexto del
polémico Proceso 8.000, nombre que los medios de comunicación
acuñaron para referirse a las investigaciones sobre la incursión
de dineros del narcotráfico en la financiación de la campaña del
presidente Ernesto Samper Pizano y, por extensión, a todo el
fenómeno de desprestigio político posterior, que involucró a
congresistas, candidatos y ministros.
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
179
En este sentido, el complejo simbólico del narcotráfico en
Colombia constituye una dominante en los temas de las historias
que nos narra Dioselina mediante sus recetas. Por ello, el menú de
Dioselina no es una carta universal, sino que requiere el dominio
cultural de este fenómeno de corrupción política, en tanto sus
platos encarnan el análisis de los personajes, las tensiones, los
juegos políticos y las coyunturas de este proceso histórico.
Este dramatizado pone en escena uno de los temas de
mayor relevancia para el análisis del discurso del presidencialismo
en Colombia: la relación entre el poder político y el poder
mediático. La propuesta de Dioselina, aborda el poder político
como una forma del poder mediático y viceversa, elementos que
se expresan en el universo construido por este personaje que se
sintetiza en la investigación bajo el nombre de: cocina política.
Sus recetas y platos especiales ejemplifican cómo el poder
mediático se convierte, durante el período histórico que cubrió
el denominado Proceso 8.000, en la forma más caracterizada del
poder político; relaciones de poder que Dioselina logra captar
con su condimentado humor. Dioselina aparece entonces en esta
propuesta como un contrapoder, expresado en el hecho de que
el poder político aparezca representado en una mujer del mundo
subalterno: una cocinera que asume la “voz de los de abajo”
mediante el recurso de la ironía que transforma en una propuesta
culinaria/política mediante la cual evalúa y cuestiona la realidad
política nacional.
La cocina política: un recorrido bi-isotópico
Una característica esencial en la propuesta ética y estética
de “Quac, el noticero”, es el uso del recurso de los signos
encabalgados y el enclave, que refieren a los fenómenos semióticos
en los que aparece un entre-dos o un signo inserto en otro. El
180
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
ejemplo clave de la utilización de este procedimiento es el que
corresponde al hecho de que la cocina de Diosa esté en el centro
del Palacio de Nariño, el cual, a su vez, es uno de los centros del
Edificio Colombia.
Es importante resaltar, una vez más, que el Edificio
Colombia es el espacio englobante de la diégesis de “Quac, el
noticero”. Es en este lugar donde se desarrollan todas las historias
que “Quac” nos narra a través de sus dramatizados. Ese mundo
paralelo no se confunde con aquel otro (al que, sin embargo,
representa), serio, llamado República de Colombia.
Ahora bien, el encabalgamiento de signos se puede observar
al menos de dos maneras: (i) aborda la cocina popular y la cocina
de élite, y (ii) contiene a la ecuación: recetas de cocina, igual
recetas políticas.
Este encabalgamiento de signos permite una interpretación
bi-isotópica del recorrido de los personajes. Esto se manifiesta en
el hecho de que los dos personajes centrales del dramatizado,
Dioselina y el Doctor Gordito, pueden ser interpretados
privilegiando ya sea la isotopía culinaria (patrón de restaurante/
cocinera), o la isotopía de la relación política (Presidente de la
República/consejera presidencial).
De esta manera, el dramatizado nos permite leer en
superficie lo relacionado con la cocina, pero de fondo se trata de
todo lo concerniente a la política.
Interesa subrayar que la doble lectura que proponen el
dramatizado y sus personajes genera un dispositivo ficcional
dotado de un rico potencial simbólico, a partir del cual se
construye el universo alegórico del Edificio Colombia como
mundo englobante en el que la cocina de Diosa aparece como
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
181
mundo englobado. En este sentido, el estudio de la expansión
del semema edificio, como sitio de la habitación humana, nos
permite reiterar que el Edificio Colombia alude, de manera
paródica, al Palacio/casa de Nariño como sede de la Presidencia
de la República de Colombia y, por extensión, al País, a la
Nación, al Estado. Como consecuencia de ello, la Presidencia y
el País, por efecto de metonimia, se convierten en una cocina, en
donde, además del doble rol que cumplen los personajes citados,
encontramos a la clientela/clientes políticos y al menú/CN. P. de
1991/recetas políticas.
El efecto ideología en “Quac, el noticero” y la
matriz actancial de base
El análisis del recorrido narrativo de los personajes mediante
el esquema canónico nos permitió identificar la saturación del
campo político, a través de todas las posiciones actanciales del
recorrido narrativo (destinador-sujeto-objeto-sancionador), por
parte de la instancia ciudadana (representada por Dioselina
Tibaná), como elemento clave de la isotopía política. Este
fenómeno, analizado desde la perspectiva de Hannah Arendt,
permite comprender el rol de la instancia ciudadana como centro
y eje mismo de la democracia, planteamiento que es un elemento
clave en el posicionamiento ideológico de Dioselina Tibaná, y
que se evidencia en la defensa permanente por parte de este
personaje del carácter democrático de la CN. P. de 1991.
Igualmente, el esquema narrativo permite evidenciar la
ambigüedad de los personajes, que ocupan simultáneamente
posiciones antagónicas: el Doctor Gordito debe defender la Carta
Constitucional, pero a su vez, los destinadores manipuladores
que definen su misión le impelen a violarla y vulnerar su carácter
182
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
democrático. Por su parte, Dioselina Tibaná actúa, en función de
su misión de defensora de la Constitución, como adyuvante del
Doctor Gordito, y alternativamente, como oponente en relación
con las acciones de éste y sus comensales que atentan contra esa
misma Constitución.
La poética de la ironía en Dioselina Tibaná
La comprensión de los roles de base: ironizante, ironizado,
blanco, ingenuo, cómplice y guardián de la ley nos permitió
comprender el proceso de construcción de la ironía narrativa en
el dramatizado de Dioselina Tibaná.
Es interesante resaltar como, al igual que en la aplicación
del esquema narrativo canónico, el modelo de la comunicación
irónica propuesto por Hamon (1996) y asumido en este trabajo,
es un modelo actancial en tanto evidencia la movilidad de las
posiciones de los actores. Es justamente esa movilidad la que
construye el efecto irónico de la propuesta narrativa en conjunto.
En este sentido, Dioselina es a su vez ironizante, ironizada,
cómplice, ingenua y guardiana de la ley, y lo mismo aplica para el
Doctor Gordito.
Por tanto, los roles en la lectura irónica expresan la
ambigüedad de los personajes que ya habíamos señalado
anteriormente. Se destaca el rol del guardián de la ley, asumido
tanto por Dioselina como por el Doctor Gordito, con
concepciones distintas. El Doctor Gordito es guardián de la ley,
cual representante paródico del Presidente de la República y
encargado de defender la Constitución de 1991, que opera como
el corpus de reglas del juego con arreglo al cual los personajes
deberían regular sus acciones. Dioselina Tibaná es guardián de la
ley, como representante de la instancia ciudadana, rol que aparece
Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
183
bajo una palabra de opinión que juzga al Presidente como su
máximo representante.
Ahora bien, en el análisis del guardián de la ley se destaca
la forma particular cómo Dioselina evalúa a los actores y los
procesos. La sanción aparece siempre implícita en el tipo de platos
que los comensales habrán de cenar, más precisamente en el
nombre otorgado a sus recetas y especialidades. La sanción está
presente en la dimensión simbólica del significante del nombre
–propio, institucional o sobrenombre– de los comensales, el
nombre de los platos y, por extensión (ya por encabalgamiento
o por enclave) en el nombre de las técnicas de preparación y
del tipo de ingredientes, etc. En este sentido, la competencia
evaluativa de Dioselina se manifiesta por medio de los procesos
concernientes a la selección, preparación y presentación a la mesa
de sus diferentes especialidades o platos.
Cabe resaltar que la complejidad de la propuesta narrativa
de “Quac, el noticero” queda expresada en el análisis de este
personaje (que, en palabras de su hermana, era el más querido
por Jaime Garzón). Personaje que nos permite comprender y
reivindicar (al menos en el plano académico pero con miras a
generar una reflexión social) la importancia de este programa
de humor político –sin precedentes en la historia de la televisión
colombiana–, con una inmensa riqueza en términos de la
construcción del universo ficcional y de sus personajes. Dioselina
Tibaná pone en escena, de manera irónica y creativa, una
mirada crítica sobre la situación política nacional que supone
la construcción de una opinión pública igualmente crítica y
cualificada como factor de cambio social.
El dramatizado de Dioselina Tibaná resulta significativo
en tanto cumple la función estratégica de narrar y cuestionar la
coyuntura política del Proceso 8.000. Sus aportes nos permiten
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Dioselina Tibaná y la cocina de la ironía política
Tatiana Saavedra Flórez
reflexionar sobre el humor político, la ironía narrativa, la
imagen presidencial y la crítica ciudadana al poder mediático
en Colombia. La política como espectáculo y la opinión pública
aparecen al final de esta investigación como dos temas de
relevancia que podrían dar continuidad al trabajo analítico, no
sólo desde el personaje de Dioselina Tibaná, sino desde otras
construcciones ficcionales presentes en “Quac, el noticero”,
que encarnan miradas diferentes, creativas e inquietantes sobre
nuestra realidad política nacional.
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Anexo
Quac, el libreto39
Apariciones de Dioselina Tibaná
Quac. 1
PACTO A LA NARANJA
DIOSELINA: Ole mijita. Aquí donde me ve, estoy preparando
un plato especial para el doctor Samper y la señora Jacquin...
Y para sus invitados, los señores ministros. El plato se llama
“Pacto a la Naranja”. Se coge un poquito de presupuesto
nacional y se pica finamente. Después se le agrega un poco
de aceite de maquinaria liberal, que no produce colesterol,
el mismo que usaban en las comidas mis doctores López,
Turbay, Barco y Cesarito, tan lindo él. Se deja al fuego lento
de la guerrilla y, cuando ya se va a meter al horno, se le echan
las finas hierbas de los medios de comunicación. Yo llevo el
plato y allá se lo comen, y después una es la que paga los
platos rotos. Cómo extraño a mi doctorcito César. En esa
época del Kinder, los platos no eran tan complicados... A
Miguelito sólo le gustaban los Corn-Flakes...
39 Documento inédito escrito pr Antonio Morales y Miguel Ángel Lozano
(s.f.).
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JACQUIN (OFF): Dioselina... ¿qué pasó con el Pacto a la Naranja?
DIOSELINA: Otra vez doña Jacquin molestando. Ahora me
llama para que lleve a orinar al Presidente a la plaza de
Bolívar... Ya voy doña Jacquin, ya voy.
Quac. 9
SANCOCHO GRINGO
DIOSELINA: Figúrese mija que el doctor Samper invitó a unos
místeres a una comida criolla, y ellos mandaron decir que los
platos de acá son muy irritantes y que teníamos que hacer
un menú que mandaron dizque por fax desde Washington.
Se llama la dieta del Buen Vecino: Entrada de Comandos
a la Burton, Sancocho de Tres Carnes a la Helms, Bistec a
Caballo de paso fino y Manjar Blanco del Valle. El Sancocho
a la Helms, es de tres carnes, pero de mula, carne de cañón y
peces gordos. La sal no puede ser yodada, para ponerles coto a
los exportadores de puacá, y las yerbas tienen que ser gringas,
que dizque ni semillas traen. Cómo son las cosas: pensar que
ellos nos aprendieron ese cultivo y ahora son los que mandan
la parada. Aquí entre nos, creo que esto no va a salir bien,
pero al doctor Samper se le metió que el que manda no es el
anfitrión sino el invitado. Yo mejor me hago la de las gafas
y obedezco, porque vocación de heroína sí no tengo, mijita.
Quac. 14
MARIA LEONA: Ha llegado el momento en el cual las pasiones,
los enredos, las contradicciones, el conflicto, y todas esas cosas
espantosamente reales, se disuelven en el fuego purificador.
Ha llegado el punto preciso cuando Dioselina Tibaná le dice
sí a los manjares. ¡Adelante fogonera mayor!
CONEJO A LA CONSTITUCIÓN
DIOSELINA: Ole, mijita. Figúrese que como los gringos no
van a comprarnos más bananos, el ministro de justicia quiere
acabar con todos los colinos del país. Dice que desde que
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la Corte Constitucional dijo que meter drogas es legal, el
número de pepos, burros y soyados ha aumentado en forma
alarmante y que el territorio nacional anda a la deriva:
Colombia ya no queda en el trópico sino en el sicotrópico. El
doctor Martínez quiere agasajar a los congresistas para que le
caminen de nuevo a la penalización, así que voy a prepararles
conejo a la Constitución. Se necesita un conejo bien mansito
y bien cebado, para que la ley quede zanahoria. El animalito
se mata con un golpe en la dignidad nacional y la carne se
muele y se cocina al baño María para que quede con aspecto
de hamburguesa, que es como les gusta a los gringos. El plato
se sirve sin ensalada, porque la hierba es sospechosa. Y de
postre les voy a preparar unos borrachos, porque esos sí no
tienen problema con la ley.
Quac. 15
GARZÓN: Hum, algo huele bien en la Casa de Nariño.
MARÍA LEONA: Debe ser porque Dioselina Tibaná ya está
repicando su menú con muchas campanillas. ¡Adelante Diosa!
REFORMA DE LA CARTA
DIOSELINA: El doctor Samper llegó todo rebotado y me dijo
que estaba aburrido con esos platos tan pesados. Yo le dije que
mis platos son de la carta del 91, la que dejó el doctor Gaviria.
“Precisamente –se quejó–, con esa carta no puedo cambiar
los ingredientes. Necesito que me la reforme. Yo empecé a
trabajar, pero los congresistas se pusieron furiosos porque no
quieren cambiar su dieta. Dicen que el doctor Samper les va a
quitar la chanfaina y las tajadas. Entonces el doctor Serpa les
dijo que no se preocuparan, que el Congreso lo que necesita
es un reconstituyente para sacarlo de la postración. Ay, no,
mijita. Eso nadie se pone de acuerdo. Ahora falta ver lo que
irán a decir los que tienen la sartén por el mango: los que
cocinan la cerveza y las gaseosas, los que cocinan las noticias
y los que tienen cocinas en la mitad del monte.
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Quac. 16
PALOMA DE LA PAZ EN ESCABECHE
DIOSELINA: Ay, mijita, estoy tan contenta... Al doctor Carlos
Holmes ahora sí le sonó la flauta. Por fin, el doctor Samper
se amarró los calzones y dijo que ahora sí va a ponerse a la
ofensiva y que va a hacer las concesiones que sea para alcanzar
la paz. El Tirofijo mandó a decir por fax que así sí le jala, que
va a mandar a todos los muchachos, los que no estén ocupados
cuidando laboratorios o secuestrados, a que se sienten a la
mesa. Y yo les voy a preparar la paloma en escabeche, que es
como queda más sabrosa. Se rompen varios huevos –hay que
tener huevos–, se baten y se sazonan con ajos –ajos es lo que
va a haber– y sal del monte. Esta mezcla se deja en reposo
y, mientras tanto, se alistan unas migajas de presupuesto.
(Dioselina se da cuenta de que la paloma que va a cocinar es una
gallina) Qué paloma tan rara. ¿No será que tiene espuela?
Mejor le pongo un ramito de olivo en el pico para que parezca
de verdad.
Quac. 17
MARIA LEONA: ¡Dioselina, róbate el show!
ROBALO A LA TAPADA
Ahora que van a reformar la carta del 91, esos doctores ya se
están relamiendo. Dijeron que convenía mejorar la dieta del
Congreso y me pidieron que les fuera preparando desde ya
el róbalo a la tapada. Es un plato carísimo, pero el doctor
Samper me dijo: “Démosles gusto, Dioselina, a ver si me
dejan gobernar”. Se necesita un señor róbalo, un pez gordo y
con agallas, pero no muy escamoso. Eso sí pa’ qué, se consigue
fácil, porque hay róbalo en Caldas, róbalo en Arauca, en
la Guajira, en obras públicas... Bueno, primero se coge el
pescado –aunque al róbalo nunca lo pescan– y se sazona con
esos auxilios que ahora están prohibidos, pero que dizque ya
casi se van a conseguir en la plaza; se le echa una pizca de
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polvos mágicos, se cubre con una costra de inmunidad y se
deja marinar en manzanillo. Con una mordaza se le tapa bien
la boca para que no se le salga la sustancia. ¡Ay, como a la
prensa! Y por último, se pone en el horno, con debates bien
caldeados, hasta que aprueben el róbalo por unanimidad. Ay
mija, ¿y si no quedan satisfechos?
Quac. 31
DIOSELINA PLANCHANDO
Ole mijita. Estoy toda atareada desde que el doctor Samper
me dijo.. “Dioselina, no vamos a mandar más la ropa a la
lavandería. De ahora en adelante, la ropa se lava en casa.
Como todo el tiempo salpica algo, me toca cambiarme varias
veces al día.” Ya no me queda tiempo ni para cocinar. Las
camisas hay que almidonarlas para que queden con puños de
hierro. El cuello sí lo prefiere blandito, para que no lo apriete
mucho. Y los pantalones hay que planchárselos con la línea
bien marcada, para que sepa dónde queda el frente y dónde
la espalda. Menos mal que aquí ya no usan camisetas, porque
esas sí son difíciles de planchar, con tantos dobleces que
tienen. (revisa la plancha) Ojalá aguante la resistencia.
Quac. 39
DIOSELINA - HALLOWEEN
Dioselina con vestido, escoba y caldero de bruja.
¡Ole mijita! Le cuento que anoche llegó el doctor Samper y me dijo:
“Dioselina, como estamos en halloween, prepare una pócima
bien poderosa, a ver si conjuramos tanta conspiración”. Y yo
le pregunté: “¿Es que ahora se va a dedicar al ocultismo?” Y
él me contestó: “¿Y por qué no? Como ahora dicen que yo
soy experto en cosas ocultas...” Con tal de que no se pase a
la cacería de brujas, le preparé esta receta que lleva piel de
lagarto y pelos de gato por liebre, que se consiguen en el
Congreso; veneno de culebra, que se consigue en los bancos;
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lengua de sapo, que, según el doctor Samper, se consigue
en todas partes; rabo de paja, que tocará pedírselo prestado
al doctor Mogollón; sesos de armadillo, para controlar la
inteligencia militar; agallas de capitán, o mejor de general,
que las tienen más desarrolladas. Por si acaso, a esta pócima
también le voy a poner “ni trato” de plomo.
Quac. 51
COMIDA PARA LOS AMIGOS
DIOSELINA: El doctor Samper se está sintiendo tan solo, que
decidió invitar a los amigos que le quedan para darles gusto.
Yo le pregunté que cuáles eran esos amigos, y él me contestó:
“Pues, por ejemplo, Julio Mario, que me ha dado la mano
ba-varias veces, y los militares, que de golpe me siguen
respaldando, y los congresistas, que están igual de solos que
yo. Prepárese un plato especial para cada uno. A Julio Mario,
una ensalada de pulpo..., para los militares, unas tajadas, pero
sin que Perry se dé cuenta.” Y yo le pregunté: “¿Y a los del
Congreso, les damos caneloni?” Y él: “No, Dioselina. Eso a
ellos no les cae bien. Más bien hágales el mico a la tapada que
tanto les gusta. Y de postre, démos caramelo.”
Quac. 52
MARIA LEONA: Gran atafago se vive por estos días en la cocina
de Palacio. La diestra Dioselina Tibaná, más ocupada que
nunca, lanza una nueva línea de “nouvelle cuisine” en la cual
el grano es el fuerte. Adelante mi diosa.
MENU PARA EL FISCAL
DIOSELINA: El doctor Samper me dijo: “Dioselina, esta semana
tenemos un invitado pequeñito, pero con un apetito voraz”.
“Pues démosle lentejas, doctor, que llenan harto”, le propuse,
y él replicó: “Valdivieso detesta las lentejas y los lentejos.
Sólo quiere comer de parlamentario para arriba, y dice que
si le sirven presidente no se pone bravo. Pero como le gusta
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tanto salpicar, démosle salpicón. Eso sí, escoja bien las frutas,
porque a él no se le puede dar papaya”. “¿Tan poquito? ¿No
deberíamos darle algo más para que quede contento?”, le
pregunté. “Pues como no sean unas ancas de sapo, digo, de
rana... Mejor hágale su salpicón. Ah, y si viene a metérsele a
la cocina, ni se le ocurra darle una pruebita, porque ahí sí no
nos lo quitamos de encima. Y por postre no se preocupe, que
lo va a poner el invitado. Nos va a tocar comernos, una por
una, las mil-hojas que tiene preparadas”.
Quac. 57
OTRO CANTAR
Mientras arregla el despacho presidencial, Dioselina canta “Yo quiero
tener un millón de amigos...”
DIOSELINA: Ole, mijita. Esta canción me la enseñó el doctor
Samper. Es que el otro día yo estaba aquí cantando esa salsita
que dice “La, la, la, la, la, la, la. Que cante mi gente...”,
cuando él entró furioso y me dijo: ¡Dioselina, cómo se le ocurre
cantar eso! ¿No ve que la poca gente que me queda se está
matriculando en el coro de la fiscalía? Además, a mí me gusta
es la música de cámara, como la que compone Mogollón en
sí sostenido. Lo único malo es el bajo continuo de Valdivieso,
que suena todo el tiempo. Quiere llevarse a todos mis amigos
y ponerlos a cantar (canta) Cucú, cucú, cantaba el sapo...
¡Odio que la gente cante!
Quac. 60
MARIA LEONA: Ni creas. Me siento totalmente plenaria y
no te imaginas cómo me funciona de bien el proceso. Y en
vista de los nuevos huéspedes llegados a Palacio, la sin par
Dioselina Tibaná, se ha visto en la necesidad de aprender a
prepararse para cualquier cosa. Adelante mi diosa.
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DIOSELINA CUIDA AL ELEFANTE
DIOSELINA (planchando una sábana): Como el doctor Samper
está tan ocupado preparando la próxima indagatoria, me
puso a que le cuidara a Tumbo, el elefante. El animalito da
una cantidad de trabajo que ni le pinto. (sacude la sábana) Con
decirle que éste es apenas el pañuelo. (el elefante barrita) ¡Uy,
mijita, qué susto! ¿Se imagina cuando empiece a cantar? ¡Y
con esa memoria que tienen los elefantes! Cuando le dije al
doctor Samper que iba a mercar alcahuetes y bananos, él me
dijo: “No, Dioselina, este elefante es muy especial y no come
de esas cosas zanahorias. (al elefante) ¿De quén son tompas?”
“¿Y luego los elefantes no son vegetarianos?”, le pregunté.
“Sí, pero Tumbo está enviciado al manjar blanco”.
Quac. 61
MARIA LEONA: ¿Pruebas? Como las que le están haciendo
pasar al Procurador... Y antes de que se acabe el banquete y
que se recojan las velas, se quemen las naves y se levante el
servicio, Dioselina Tibaná, ha tratado de endulzarles la vida a
los comensales de Palacio. Adelante Diosa.
POSTRES
DIOSELINA: Se acabó el pato social y los invitados se están
despidiendo. Algunos se fueron hace rato, como el doctor
Medina, que se llevó la casatta por cárcel, y el niño
Fernandito, que se comió el dulce de icaco antes de salir.
Al momento, Monseñor Rubiano cogió su báculo y empezó
a escurrirse, pero el doctor Samper se dio cuenta y me dijo:
“Alcance a monseñor y ofrézcale un capuchino para que se
demore un poco y me dé la bendición”. Yo me le fui con
el pocillo y monseñor me preguntó qué era eso, y casi me
excomulga cuando le dije que era el mismo perico, pero con
espumita encima. Entonces el doctor Samper vio que mi
general Bedoya se ponía el quepis y ya iba para la puerta
haciendo el saludo militar. Ahí mismo me dio un codazo y
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me dijo que no lo dejara ir sin ofrecerle aunque fuera unos
casquitos de guayaba. Me tocó contarle que ya le había
ofrecido, y que mi general me había dicho: “de guayaba, sólo
me gusta el jaleo”. –Entonces atiéndame a mí –se resignó–.
Déme dulce... demora.
Quac. 65
MARIA LEONA: Preocupada porque nuestros dirigentes ya
no piensan sino con las vísceras, Dioselina Tibaná se devana
los sesos para encontrar la fórmula que active sus cerebros.
Adelante mi Diosa.
FRUTOS DEL MAL
DIOSELINA: Ole, mijita, le cuento que el doctor Samper me
dijo que como todos se comportan como unos perfectos
idiotas, quería invitarlos a una comida que les sirviera para
la inteligencia. Yo ahí mismo le ofrecí preparar la “Cazuela
de frutos del mal”, que tiene harto fósforo. Se necesitan
mariscos al gusto de cada cual. Para don D’Artagnan,
calamares en su tinta; para la doctora Pum Pum, unas
machas bien alentadas; para el niño Fernandito, cangrejo,
por lo que va de pa’ tras. Para el doctor Vásquez Velázquez,
camarón que no se duerme también se lo lleva la corriente.
Al doctor Samper le gusta la concha, y los langostinos
mariposa, como corbatines; pero monseñor Rubiano dice
que él más bien tiene que poner el otro mejillón. Los frutos
del mal se acompañan con este vino Valdivieso, que vino
blanco pero a veces cambia de color. Cuando tenía todo
listo, le pregunté al doctor Samper que cómo quería que
sirviéramos estos frutos del mal, y él me contestó: “Como le
gustan a Plinio Apuleyo: cretinados”.
Quac. 72
CENA SAMPER-DE LA CALLE
Dioselina los atiende.
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SAMPER: Humberto, los candelabros son para que hagas lo que
más te gusta: prenderle una vela a Dios y otra al diablo.
DE LA CALLE: Ni Cesar es Dios ni tú eres el diablo. Vine fue a
ponerle veladora a la Constitución.
SAMPER: Agúzate porque a ti también te están velando.
Dioselina, sírvale lo que quiera.
DIOSELINA: ¡Sorpresa! Aquí tiene su platanito, para ver si al
fin le madura la candidatura que está tan verde como este
aguacate, y sus tajadas, que tanto le gustan a sus amigos.
El chicharrón es para el doctor Samper, que es experto en
meterle el diente.
SAMPER: Buen apetito, pero come callado.
DE LA CALLE: Es mi deber patriótico. Y con este plato tan
pesado, aquí estoy y aquí me voy a quedar.
SAMPER: ¡Dioselina, quiere repetir! Guárdele las sobras en
la nevera hasta el 98. Humberto, ¿por qué no asumes la
Vicepresidencia... de la Cámara? Ahí nos va muy bien.
DE LA CALLE: Eh, te agradezco, prefiero representar la mala
imagen del país en el exterior. Pero si sigo de vice, va y pierdo
la visa.
SAMPER: Dioselina, démele una aromática, una agüita tibia,
como él...
DIOSELINA (canta): La distancia entre los dos es cada día más
grande...
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Quac. 80
MARIA LEONA: Desde su nueva sede en la Gran Cocina,
Dioselina Tibaná nos prepara un plato difícil de digerir.
Adelante mi diosa.
UNA SOPA PARA EL DIABLO
DIOSELINA: Ole, mijita. Llegó a Guáchinton el libro de recetas
del doctor Carlos Obando, el que fue ministro de Barco. Se
llama “Una sopa para el diablo”, tan caliente que si la toman
en serio, levanta ampolla. A un caldo se le agrega chivo
expiatorio para que suelte la sustancia, se le añade una maza
de pruebas reforzadas. Cuando está bien inconsistente, se
peláez carmona un hazbum sacado de la manga y se pone
a la sombra durante tres años para ablandarlo y extraerle el
hubiz. Si el hazbum sale amargado, al cocinero le toca hacerse
el pendejo y seguir a Dios rogando y con el mazo dando. ¡Gus
bai, mijita!
Quac. 109
CUMPLEAÑOS GAVIRIA I: LOPEZ, DIOSELINA, NOEMI
GAVIRIA: Presidente López, bienvenido a este su parrandón
vallenato.
LOPEZ: César, que Augusto de verlo. Llegue temprano, porque
al que madruga no le toca oír recitar a Belisario. Le traje este
gallo tapao. Si quiere conspirar, responde al nombre de Juan
Manuel...
GAVIRIA: Gracias colega, pero yo ya tengo mis propios gallos.
Jiji! Y aunque no parezca, son de pelea.. de la espuela de
Hommes.
LOPEZ: ¿Ya llego Noemí? Permiso que tengo sed... del poder
que da el guisqui...
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DIOSELINA: Buen primor Presidente! Muestre p’aca ese gallo
y yo le hago un caldito sustancioso, como las tesis de la niña
Noemí...
NOEMI: Oí que me nombraron....
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