La compañía Blackwater y sus impunes mercenarios

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El Clarí-n de Chile
La compañía Blackwater y sus impunes mercenarios
autor Kim Sengupta
2007-09-22 16:53:25
El domingo 16 de septiembre al menos 28 civiles murieron en un tiroteo que involucró a la compañÃ-a de seguridad
estadounidense Blackwater. Pero ¿qué sucedió realmente? La erupción del fuego de artillerÃ-a fue repentina y feroz,
ráfaga tras ráfaga derribó a hombres, mujeres y niños, e impactó en automóviles que chocaron y se volcaron cuando
sus conductores intentaron, desesperadamente, escapar.
Algunos vehÃ-culos se incendiaron al explotar sus tanques de gasolina. Una madre y su pequeño murieron en uno de
ellos, atrapados por las llamas.
El tiroteo del domingo, a manos de guardias de la compañÃ-a de seguridad privada estadounidense Blackwater, ha
desencadenado una de las disputas más amargas y públicas entre el gobierno iraquÃ- y sus patrones estadounidenses,
y pone de manifiesto la conducta, con frecuencia violenta, que ejercen los ejércitos privados occidentales que operan en
Irak desde la invasión de 2003, los cuales permanecen inmunes a todo juicio y condena.
Los hombres de seguridad de Blackwater son acusados de perpetrar una matanza indiscriminada. Hassan Jabar
Salman, un abogado, recibió cuatro disparos en la espalda; en su auto se hallaron otros ocho impactos de bala.
Sentado y cubierto de vendajes en el hospital Al Yarmukh, recordó las escenas de horror: “Vi a una mujer y a unos
niños saltar de un auto y arrastrarse por el camino esquivando los disparos. Pero el fuego no cesaba y muchos de ellos
murieron.
“Miré a un niño de unos 10 años saltar de un minibús y recibir un tiro en la cabeza. Su madre salió llorando del
vehÃ-culo para estar con él y también murió. La gente estaba aterrada.―
Al final de la prolongada lluvia de balas, en la plaza Nisoor quedó evidenciada la carnicerÃ-a, con cuerpos regados entre
restos ardientes. Las ambulancias trataban de recoger a los heridos, pero eran obstaculizadas por la multitud que huÃ-a.
Según las autoridades iraquÃ-es, el saldo del incidente era de 28 muertos hasta este jueves, pero podÃ-a aumentar, de
acuerdo con los médicos, pues era improbable que sobrevivieran muchos de los que fueron heridos por disparos a corta
distancia.
Dado que la furia iraquÃ- no da señas de aplacarse, la administración estadounidense ha suspendido todo movimiento
por tierra de sus funcionarios afuera de la fortificada Zona Verde.
El gobierno iraquÃ- ha revocado la licencia de operaciones de Blackwater, pero permanece empleada por el gobierno
estadounidense. La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, ha prometido una investigación “transparente―.
Blackwater y el Departamento de Estado estadounidense insisten en que los guardias abrieron fuego en legÃ-tima
defensa, en respuesta a la explosión de un artefacto y a que fueron objeto de disparos de francotiradores.
Entre la retahÃ-la de acusaciones y recriminaciones The Independent ha tratado de reconstruir los hechos de ese dÃ-a.
Los reportes que obtuvimos de miembros del público, del personal de seguridad y de funcionarios iraquÃ-es, asÃ- como
nuestra propia investigación, nos llevan a un escenario notoriamente distinto a la versión estadounidense.
SÃ- se oyó un estallido de bomba, pero fue demasiado lejos como para ser una amenaza para los guardias de
Blackwater y los funcionarios del Departamento de Estado a los que custodiaban. No encontramos a ningún testigo
iraquÃ- que hablara de disparos de francotiradores.
Testigos señalan que las primeras vÃ-ctimas del tiroteo fueron una pareja y su hijo. La madre y el pequeño tuvieron
muertes horribles y sus cuerpos se fusionaron cuando su auto se incendió.
Según los testimonios, los contratistas también dispararon contra soldados y policÃ-as iraquÃ-es, y posteriormente
pidieron como refuerzo un helicóptero de su fuerza aérea privada que causó más muertes.
Blackwater desmintió la mayor parte de esto. En una declaración, la compañÃ-a afirmó que quienes fallecieron eran
“insurgentes armados y nuestro personal actuó de manera legal y apropiada en una zona de guerra, protegiendo vidas
de estadounidenses―.
El dÃ-a después de los asesinatos, Mirenbe Natongo, vocera de la embajada estadounidense, dijo que el equipo de
Blackwater habÃ-a “reaccionado a un coche bomba―. El encargado de información de la legación, Johann Shmonsees,
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enfatizó: “El auto estaba en las cercanÃ-as del lugar donde personal del Departamento de Estado sostendrÃ-a una
reunión, y ese fue el motivo de la respuesta de Blackwater―.
Salman, por su parte, afirmó que acababa de dar la vuelta en la plaza Nisoor, detrás del convoy de Blackwater, cuando
comenzó el tiroteo. Recordó: “HabÃ-a ocho extranjeros a bordo de cuatro vehÃ-culos utilitarios. Escuché una explosión
en la distancia y después de eso los extranjeros empezaron a gritar y a hacernos señas para que retrocediéramos. Di la
vuelta en mi auto para regresar, y cuando habÃ-a recorrido unos 30 metros comenzaron los disparos. Mi auto fue
impactado por 12 balas y se volcó. Cuatro me dieron en la espalda y otra en el brazo. ¿Por qué dispararon? No lo sé.
Nadie, repito, nadie les disparó. Los extranjeros nos dijeron que retrocediéramos y eso hice. No habÃ-a razón para
disparar―.
Muhammed Hussein, cuyo hermano pereció en el tiroteo, dijo: “Él iba conduciendo y vimos el convoy negro delante de
nosotros. De pronto mi hermano se derrumbó sobre el volante. Lo saqué arrastrando del auto y me di cuenta de que
habÃ-a recibido un balazo en el pecho. Traté de esconderlo junto a mÃ- de los disparos, pero ya estaba muerto―.
No hubo tiros
Jawad Karim Ali iba camino al hospital Al Yarmukh para recoger a su tÃ-a cuando comenzó la balacera. El parabrisas de
su auto le saltó en la cara a pedazos y le cortó el rostro.
“Luego recibÃ- dos disparos en el hombro izquierdo, sentÃ- cómo otra bala me rozó la cara. Ahora mi tÃ-a está fuera del
hospital y yo estoy aquÃ-. Se oyó una explosión a lo lejos, pero no hubo tiros antes de que dispararan los agentes de
seguridad, y simplemente lo siguieron haciendo―.
El domingo sangriento en Bagdad se ha convertido en una prueba de soberanÃ-a entre los poderes del gobierno iraquÃy Estados Unidos. El primer ministro, Nuri Maliki, declaró: “No vamos a tolerar que se asesine a nuestros ciudadanos a
sangre frÃ-a―. Agregó que el tiroteo fue el séptimo en su tipo en que Blackwater está involucrado.
Blackwater, cuya sede está en Carolina del Norte, es una de las más grandes beneficiarias de los lucrativos dividendos
de la ocupación, al hacerse del contrato para proveer seguridad de alto nivel a funcionarios estadounidenses.
Historial controvertido
Su reputación en Irak es especialmente controversial. Está el linchamiento de cuatro empleados de la compañÃ-a en
2004, que llevó a una sangrienta confrontación en Fallujah.
Los cuerpos de los hombres fueron quemados, arrastrados por las calles y colgados de un puente.
El personal de Blackwater es reconocible por su “uniforme―, que consiste en anteojos oscuros de aviador y un chaleco
antibalas usado encima de sudaderas oscuras, y todos llevan cascos. Los empleados ganan unos 600 dólares al dÃ-a.
El tiroteo del domingo ocurrió en el distrito de Mansour, que alguna vez fue una de las zonas de moda en Bagdad, con
calles llenas de tiendas que vendÃ-an mercancÃ-a costosa, restaurantes y galerÃ-as de arte. En el momento álgido de las
sangrientas disputas entre chiÃ-tas y sunitas a principios de este año era común que en esas mismas calles
aparecieran cadáveres regularmente.
Una muy relativa seguridad ha retornado a Mansour a raÃ-z del incremento de tropas estadunidenses y la zona ha sido
puesta de ejemplo de cómo esta estrategia ha reducido la violencia.
Estábamos en Mansour el domingo cuando escuchamos el estruendo ensordecedor de una explosión pasado el
mediodÃ-a. Nubarrones de humo negro salÃ-an de un cuartel semidestruido de la Guardia Nacional, cerca de una
mezquita. Cinco o seis minutos más tarde se escuchó el ruido prolongado de disparos que provenÃ-a del sur.
El capitán de la policÃ-a, Ali Ibrahim, quien estaba de servicio cerca de la plaza Nisoor, declaró: “Escuchamos el estallido
de una bomba, pero no fue en la plaza. De hecho, la policÃ-a estaba tratando de desalojar las vÃ-as para que pasara el
convoy de los contratistas, pero éstos se alteraron y abrieron fuego. Nadie les habÃ-a disparado―.
Al preguntársele sobre lo que han declarado testigos, el vocero del gobierno iraquÃ-, Ali Dabbagh, confirmó: “Los
policÃ-as de tránsito estaban intentando abrirles el camino. La plaza estaba muy concurrida y un automóvil pequeño no
se detuvo, se movÃ-a muy lentamente. Empezaron a disparar a ciegas. En el auto habÃ-a una pareja con niños y los
balearon―.
© The Independent
Traducción: Gabriela Fonseca
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