verónica cantero rabadán - Universidad de Castilla

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Facultad de Trabajo Social de Cuenca
PERSONAS MAYORES
DEPENDIENTES: SUPRESIÓN
DE SUJECIONES Y
PROTOCOLOS DE
INTERVENCIÓN.
TRABAJO DE FIN DE GRADO. 4º CURSO DE TRABAJO SOCIAL
2010-2011
Universidad de Castilla La Mancha.
Tutor del proyecto: Encarnación Pérez Martínez
Alumna: Verónica Cantarero Rabadán
Fecha entrega: 20 de Junio de 2011
RESUMEN
El maltrato al mayor es una de las formas de violencia interpersonal mas oculta e
incubierta, que se da en nuestra sociedad. Es un fenómeno relativamente nuevo en lo que se
refiere al estudio y difusión de la problemática, aunque como todos los maltratos data de
tiempos remotos. Las investigaciones sobre el maltrato al mayor constan de los años 80,
aunque se desconoce la prevalencia e incidencia exacta del problema, ya que la mayoría de
los casos no han sido denunciados y/o detectados.
La sociedad española hace un uso muy notable de medidas de contención, más
conocidas como sujeciones físicas y químicas. Según los contextos donde se desarrolla el
maltrato podemos diferenciar el ámbito familiar y el ámbito institucional. Este trabajo se refiere
al maltrato institucional derivado del uso de sujeciones físicas en centros residenciales. Con la
realización de este ensayo se pretende dar a conocer una forma de abuso, negligencia y
maltrato al mayor, como es el uso indebido y/o abuso de sujeciones físicas. El problema es el
desconocimiento de la sociedad y, en especial, de los familiares de residentes sobre los
efectos adversos del uso cotidiano de restricciones. Actualmente se utilizan como una medida
muy generalizada, donde solo se tendría que hacer en casos donde se ponga en peligro la vida
de la propia persona y/o a terceras personas.
Este trabajo consiste, en hacer breve revisión sobre la conceptualización de las
sujeciones y, sobre todo, dar más a conocer este fenómeno tan poco conocido y menos
valorado, por los familiares del residente. Analizaremos las consecuencias positivas y
negativas de su uso, nos centraremos en los protocolos de uso, y conoceremos alternativas
para reducir su prevalencia.
PALABRAS CLAVE
Personas Mayores. Maltrato al mayor. Maltrato Familiar. Maltrato institucional. Negligencia.
Abuso. Medidas de contención. Sujeción física. Residencias de ancianos. Prevalencia.
Protocolos de sujeciones físicas. Centros libres de sujeciones.
ABSTRACT
Elderly abuse is one of the most hidden and unknown about forms of interpersonal
violence that takes place in ours society. It is a relatively new phenomenon is regards to the
study and the broadcasting of the problem, just as all abuse dating to ancient times. Research
on elderly abuse consists of 80 year olds, although the prevalence and the exact time of the
problem is. Unknown, since most cases hadn’t been reported and/or detected.
The Spanish society makes a remarkable use of containment measures, better know as
physical and chemical restrains. From the contexts in which the abuse takes place, we can
differentiate between the family field and the institutional field. This work refers to institutional
abuse derived from the use of physical restraints in residential centres. The completion of this
essay intends to show a form of abuse, neglect and elderly abuse as the misuse and/or abuse
of physical restraints. The problem is the ignorance of society, especially of the resident’s
families, about the adverse affects of the daily use of restrictions. Nowadays they use them like
a generalised measure, when they should only be done in cases where it puts the life of the
person and/or a third person in danger.
This work consists in making a brief review about the conceptualisation of the restraints
and especially, to increase the awareness of this phenomenon that’s so isolated in particular to
the relatives of the resident. We will analyze the positive and negative consequences of it’s use,
we will focus in the protocols of it’s use and we will know alternatives to reduce it’s prevalence.
KEY WORDS
Elderly. Elderly abuse. Family Abuse. Institutional abuse. Negligence. Abuse. Containment
measures. Physical restraint. Nursing homes. Prevalence. Protocols of physical restraints.
Centers free of restraints.
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ÍNDICE PAGINADO
1. INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………..4
2. CONCEPTUALIZACIÓN Y FORMAS DE MALTRATO……………………….6
3. CONCEPTUALIZACIÓN Y TIPOS DE SUJECIONES……………………….10
4. SUJECIONES EN EL ÁMBITO INTERNACIONAL…………………………..15
5. PREVALENCIA DE SUJECIONES EN ESPAÑA…………………………….16
6. SUJECIONES EN EL ÁMBITO RESIDENCIAL………………………………20
7. PROTOCOLOS DEL USO DE SUJECIONES………………………………...22
8. MEDIDAS ALTERNATIVAS……………………………………………………..25
9. CENTROS LIBRES DE SUJECIONES………………………………………...27
10. CONCLUSIÓN…………………………………………………………………...29
11. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS…………………………………………..30
12. ÍNDICE DE TABLAS Y GRÁFICOS…………………………………………..31
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1. INTRODUCCIÓN
El maltrato a personas mayores data de los tiempos más remotos, aunque se
empezó a tener en cuenta en la década de los años 80. Fue debido a que aumenta el
grado de sensibilidad social por la violencia y por el maltrato, y así como también, un
mayor interés por la protección de los derechos humanos y por el aumento del
envejecimiento de la población.
Según el Instituto Nacional de Estadística a 1 de enero había contabilizadas
7.782.906 personas de más de 65 años, de las cuáles 3.303.615 son varones y
4.479.289 son mujeres. Del total de personas mayores hay 2.214.122 de más de 80
años, siendo 780.126 varones y 1.432.996 son mujeres. La población mayor
representa el 16,8 % de la población total de España y la población de más de 80 años
representa alrededor del 5%. Constatando que alrededor de 6.500.000 personas son
autónomas y que alrededor de 1.250.000 personas presentan algún tipo de
dependencia.
El INE proyecta una población para el 2060 15.679.870 de personas, que
habrán superado el umbral de los 65 años. Esta población será entonces el 29,9% de
la población total. España es un país muy longevo y con una baja tasa de natalidad.
Estos datos hacen plantearnos la necesidad de aumentar los cuidados para la
población mayor española, ya que al contrario de lo que piensa la gente solo se utiliza
un 6,82 % del PIB en política social de la vejez.
Hoy en día las personas mayores son más independientes y gozan de una
mejor salud. Pero en una sociedad donde prima el concepto de belleza, los ancianos
quedan infravalorados y discriminados por el simple hecho de la edad (edadismo).
Algo preocupante es que hay un gran número de ancianos en nuestra
sociedad, y como consecuencia, se produce un aumento de casos de abusos,
negligencias y explotación. Esta grave problemática es ignorada y desconocida por la
sociedad española. Hay una asimetría de poder del fuerte frente al débil, siendo la
población anciana un colectivo de población en riesgo. Por ello, es necesario luchar
contra las injusticias sociales y con el fenómeno oculto e incubierto del maltrato al
mayor, que es una forma muy grave de violencia interpersonal. (Muñoz, 2009).
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TABLA 1.1: EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN MAYOR, 1900-2060
*De 1900 a 2007 los datos son reales; de 2010 a 2060 se trata de proyecciones.
Extraído de CEOMA.
Fuente: INE: INEBASE: 1900-2001 Cifras de población. Resúmenes provinciales de
población. Según sexo y edad desde 1900 hasta 2001.
2007: INEBASE. Revisión del Padrón Municipal de Habitantes a 1 de enero de 2007.
2010-2060: INE: INEBASE. Proyecciones de la población calculas a partir del Censo de
población de 2001.
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ARGUMENTACIÓN
2. CONCEPTUALIZACIÓN Y FORMAS DE MALTRATO:
No existe una definición universal que englobe el concepto de maltrato al
anciano, aunque la mas aceptada internacionalmente es la de Toronto que dice así:
“El maltrato de personas mayores se define como la acción única o repetida, o la
falta de la respuesta apropiada, que ocurre dentro de cualquier relación donde
exista una expectativa de confianza y la cual produzca daño o angustia a una
persona anciana.” Puede ser de varios tipos: físico, psicológico/emocional,
sexual, financiero o simplemente reflejar un acto de negligencia intencional o
por omisión. (Organización Mundial de la Salud Ginebra, 2003).
Es muy difícil de estimar la prevalencia del maltrato y la negligencia hacia las
personas mayores debido a los siguientes factores: 1-Muchos de los casos aun no han
sido reconocidos o informados; 2-Existe una problemática ante el consenso de la
definición de maltrato al mayor; 3-Hay una negación del maltrato por parte de la
posible víctima por temor a represalias; 4-Presenta una difícil detección de los casos
de maltrato en el ámbito familiar; 5-Hay una escasa concienciación de los
profesionales de los servicios socio-sanitarios. (Iborra, 2005)
El Centro Reina Sofía establece, entre otras clasificaciones, los tipos de
maltrato a mayores. A continuación se definen cada uno de ellos:
Maltrato físico: es toda acción voluntariamente realizada que provoque o
pueda provocar daño o lesiones físicas en la persona mayor. Como pueden ser:
golpear, abofetear, quemar, empujar, zarandear, etc. Con las siguientes
consecuencias: arañazos, heridas, contusiones, marcas, moraduras, fracturas,
luxaciones, abrasiones, quemaduras, pérdida de cabello y, en último término, la
muerte.
Maltrato emocional: es toda acción, habitualmente de carácter verbal, o
actitud que provoque o pueda provocar daño psicológico a la persona mayor. Como
pueden ser: rechazar, insultar, aterrorizar, aislar, gritar, culpabilizar, humillar, intimidar,
amenazar, imponer situaciones de aislamiento, ignorar y privar de sentimientos de
amor, afecto y seguridad. Con las siguientes consecuencias: depresión, ansiedad,
desesperanza, trastornos del sueño, pérdida de apetito, miedo, confusión y tristeza.
Abuso sexual: es cualquier contacto sexual no deseado en el que una
persona mayor es utilizada como medio para obtener estimulación o gratificación
sexual. Como pueden ser: tocamientos o besos; introducción oral, anal o vaginal de
objetos, dedos o pene; acoso sexual; y obligar a la persona a realizar actos sexuales
al agresor o a ver material pornográfico. Con las siguientes consecuencias traumas en
genitales, pechos, boca y zona anal; enfermedades de transmisión sexual, marcas de
mordiscos, etc.
Abuso económico o financiero: consiste en la utilización ilegal o no
autorizada de los recursos económicos o de las propiedades de una persona mayor.
Como pueden ser: apropiación, aprovechamiento o mal uso de las propiedades o
dinero del anciano, falsificación de su firma y coacción para obligarle a firmar
documentos (contratos o testamentos).Con las siguientes consecuencias: incapacidad
para pagar facturas, falta de servicios, desahucio y deterioro del nivel de vida.
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Negligencia: es el abandono o dejación de las obligaciones en los cuidados de
una persona mayor. Como pueden ser: proporcionar dosis inadecuadas de medicación
(por exceso o por defecto) o una medicación errónea y privar de las necesidades
básicas, entendiendo por tales la alimentación, la higiene, una vestimenta adecuada al
clima, y la asistencia sanitaria, entre otras. Con las siguientes consecuencias:
malnutrición, deshidratación, mala higiene corporal, hipo–hipertermia y úlceras de
decúbito.
El maltrato se puede dar en distintos contextos: en el ámbito familiar o en el
ámbito institucional. El mayor porcentaje de maltrato ocurre dentro de un contexto
donde existe relación entre la víctima y agresor. Todas las investigaciones apuntan
que el 95% de los tipos de abuso expuestos más abajo tienen lugar en el seno familiar
y el 5% se dan en las instituciones. Las cifras son aproximativas, por que no existen
estudios cuantitativos fiables a este respecto, pero se deduce que estos porcentajes
guardan alguna lógica dado que la mayor parte de los ancianos viven en el medio
familiar. (Muñoz, 2009: 8)
El maltrato institucional es aquel que se produce en el ámbito institucional, ya
sean hospitales, centros socio-sanitarios o residencias. (Arellano, 2006).
Puede producirse por dos mecanismos:
-Consciente o intencionado (abuso): es un maltrato fácil de detectar, es
detectado por personas en contacto con el anciano y con frecuencia son abusos
físicos.
-Inconsciente o no intencionado (trato inadecuado): es difícil de detectar, ya
que con frecuencia se consideran actitudes normales. Está relacionado con la atención
y cuidados y con frecuencia son malos tratos psicológicos.
La persona responsable del abuso puede ser un familiar, amigo, otros
residentes, los profesionales y la propia institución debido a malas instalaciones,
masificación, barreras arquitectónicas. Los tipos de maltratos que pueden darse son
los mismos que en ancianos que están en la comunidad.
Situaciones frecuentes en instituciones que pueden considerarse maltrato:
-Trato infantil.
-Humillaciones o insultos que pueden estar medio escondidos.
-Vulneración de los derechos como persona.
-Falta de intimidad.
-Falta de información.
-No contemplación de expectativas.
-Tratamiento no equitativo o discriminación por la edad: fármacos caros no se
administran en según qué niveles asistenciales.
-Restricciones físicas.
-Aislamiento.
-Abuso de la posición de superioridad.
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Según Barbero y Moya (2005) en su guía de actuación: Malos tratos a
personas mayores, recogen las siguientes características:
Perfil de la víctima de malos tratos:
-Mujer, viuda, mayor de 75 años de edad.
-Vive con la familia.
-Ingresos inferiores a 6.000 euros al año.
-Fragilidad.
-Depende del cuidador para las actividades de la vida diaria.
-Vulnerabilidad emocional y psicológica.
-Toma más de cuatro fármacos.
-En el último año ha sido visitada por un médico, una enfermera o un trabajador
social.
Perfil del maltratador y/o agresor:
-Hijo/a o pareja de la víctima
-Con trastorno mental.
-Consume alcohol y/o drogas.
-Presenta conflictividad con la persona mayor.
-Escasa preparación para cuidar y no comprende la enfermedad.
-Lleva como cuidador más de 9 años.
Indicadores del maltrato:
- Trastornos o agitación emocional.
- Pasividad.
- Depresión.
- Ansiedad.
- Hipervigilancia.
- Modificaciones inusuales de la cuenta bancaria.
- Transferencias apresuradas.
- Cambios repentinos de voluntad en los documentos.
Indicadores del maltrato institucional:
- Mala higiene en general.
- Violación de la privacidad.
- Permanencia en cama/sillón.
- Control de objetos personales y dinero.
- Ambiente laboral agresivo.
- Sedación excesiva o no prescrita.
- Control de objetos personales y dinero.
- Personal profesional con vida privada estresante, gerontofobia, escasa
capacidad para soportar la frustración, etc.
- Por parte del residente: género femenino, discapacidad físico o psíquica,
escasas visitas, carencia de familia, rechazo de un rol pasivo, etc.
Realmente los factores de riesgo en la persona mayor están muy vinculados a
la vulnerabilidad social, económica, a los índices de fragilidad físicos y psíquicos, a sus
progresivas pérdidas sensoriales. Podríamos hablar de los siguientes factores de
riesgo a nivel familiar y a nivel institucional.
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Factores de riesgo a nivel familiar:
- Enfermedad.
- Lentitud funcional.
- Pérdida intelectual.
- Comportamiento violento o trastornos mentales.
- Cuando el cuidador depende de su víctima.
- Cohabitación.
- Aislamiento social.
- Historia de violencia.
Factores de riesgo en instituciones:
-Falta de cualificación del personal.
-Aplicación incorrecta de la normativa vigente.
-Personal quemado (Síndrome de burnt out).
-Estrés del personal y en el ambiente laboral.
-La rigidez de los horarios.
GRÁFICO 2.1: PREVALENCIA DE LOS DISTINTOS TIPOS DE MALTRATO
FUENTE: Centro Reina Sofía. Maltrato a las personas mayores en España. (Iborra, 2008).
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3. CONCEPTUALIZACIÓN Y TIPOS DE SUJECIONES:
En la realización del ensayo me centraré en las sujeciones físicas dentro del
ámbito residencial, o tales: de los tipos existentes, de los protocolos de uso de
sujeciones, de medidas alternativas, de las sujeciones en el ámbito internacional,
prevalencia e incidencia en España y centros libres de sujeciones.
A continuación expondré el concepto de sujeción y/o restricción física:
“Cualquier método manual o físico, instrumento mecánico, material o equipamiento
adjunto al cuerpo del paciente, que este no pueda retirar fácilmente y que restringe la
libertad de movimiento o el normal acceso a cualquier parte de su cuerpo”. (Neufeld,
R., 1995, citado en Barbero y Moya, 2005)
Pueden ser: barras laterales en la cama; cinturones, correas, muñequeras,
tobilleras, sábanas anudadas, etc.; uso de mobiliario inadecuado, alejamiento o
eliminación intencionada de timbres de llamada, bloqueo de la salida mediante sillas,
uso de cerrojos, etc.
Como hemos expuesto anteriormente, el uso irracional de sujeciones físicas y
químicas, pueden ser una forma de abuso, negligencia o maltrato.
Contamos con dos formas de restricción física: los dispositivos limitantes:
son dispositivos específicos para restringir el movimiento al mayor (chalecos,
cinturones, correas, muñequeras y tobilleras, sábanas anudadas, sacos de contención,
barras en la cama…). Los procedimientos limitantes: procedimientos que utiliza la
persona cuidadora y/o el profesional para restringir el área de movimiento del mayor.
Los dispositivos no son específicos para esta función, sino que utilizan recursos
habituales para conseguirlo, como por ejemplo; bloqueo de salidas, uso de mobiliario
inadecuado, alejamiento de timbres de llamada,…etc.) (Documento técnico SEEGG,
2003).
Las personas que son sometidas a algún dispositivo y/o procedimiento de
limitación física se enfrentan a una pérdida de autonomía, dignidad y autoestima. En
España existe un uso excesivo e inadecuado de sujeciones físicas y químicas, que
predomina más en las personas dependientes y, sobre todo, en las personas que
presentan demencias (Alzheimer). En los dependientes, se da una proporción del
50%, donde esas personas ven limitadas cada día su voluntad, libertad y dignidad. Por
ello, los profesionales del ámbito socio-sanitario deben de tener como objetivo
fundamental reducir el uso de sujeciones, utilizando medidas alternativas.
Hay casos en los que existen medidas alternativas válidas y seguras, (no se
llegan a utilizar) y en su lugar, hacen uso de medidas de restricción. En estos casos se
hace un uso indebido de sujeciones. También, a veces, se da un uso inadecuado
cuando se aplican, sin una indicación correcta, y no se realizan los cuidados
estandarizados, o también cuando la persona esta “atada”. (Burgueño, 2007).
Contamos con las siguientes modalidades de sujeciones mecánicas:
–Para la contención del tronco y las extremidades, se refieren a las utilizadas
en las sillas y en las camas, para que les impidan levantarse de ellas y manipular su
propio cuerpo.
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–Métodos ortopédicos para procurar posturas fisiológicas, y sistemas que
eviten deformaciones.
–Barandillas que actúan como sistemas de sujeción: impidiéndoles levantarse
de la cama, considerándolas como medidas de protección.
-Chaleco toraco-abdominal con sujeción perineal.
-Chaleco toraco-abdominal sin sujeción perineal.
-Cinturón abdominal en silla o sillón geriátrico.
-Cinturón abdominal en silla o sillón con sujeción perineal.
-Cinturón abdominal en silla o sillón geriátrico con cinchas de sujeción torácica:
-Cinturón abdominal en cama.
-Cinturón abdominal en cama con muñequeras.
-Cinturón abdominal en cama con muñequeras y tobilleras y/o cinchas de
sujeción torácica.
-Sujeción en muñequera o tobillo para extremidades.
-Manoplas.
-Barandillas en la cama con o sin protección.
-Sabana de sujeción en la cama con o sin mangas.
Algunos ejemplos de dispositivos de limitación física, son los siguientes: Estos
aparecen en el catalogo del Protocolo Asistencial en Residencias de Mayores. Servicio
Regional de Bienestar Social de la Comunidad de Madrid, 2007.
Con ello, se consigue limitar la libertad de movimientos o, que la persona
contenida no pueda tener un normal acceso a cualquier parte de su cuerpo. En
conclusión, provoca que los mayores pierdan su autonomía, dignidad y autoestima, y
algunos de los derechos fundamentales inherentes a la persona como son: la
dignidad, integridad y libertad del ser humano.
La única forma por la que se deberían de usar las sujeciones sería por razones
terapéuticas, siempre y cuando, se garantice la seguridad, se mejore el bienestar del
mayor y que su aplicación no reporte ningún riesgo. Esto son argumentos que quedan
muy lejos, en cambio, son muchas las consecuencias negativas que derivan de su
uso.
La utilización de sujeciones en una persona mayor y/o enferma en contra de su
voluntad, puede provocar lesiones o incluso el fallecimiento de la persona. Es
antijurídica, ya que atenta a la dignidad humana y es un trato degradante. "Todos
tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso,
puedan ser sometidos a penas o tratos inhumanos o degradantes" Art. 15 CE).
Como no existe, de momento, ninguna Ley que regule el uso de sujeciones, es
necesario concienciar a la población, empezando por las instituciones, organismos,
centro sanitarios,…etc. Para que su uso no se generalice, y solo sea utilizado de forma
muy limitada, y puntual, en el tiempo, para situaciones extremas de peligro grave, solo
se considerándose aceptable en esta situación. Incluso, aunque la persona se muestre
contraria a su uso, ya que este acto seria entendido que se hace por el bien de la
persona.
En otros supuestos de abuso o uso de sujeciones sin el consentimiento
expreso del paciente, puede atentar contra su voluntad, ya que es considerado como
“maltrato” o un delito de coacciones contra el afectado.
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En la actualidad el uso de sujeciones es muy elevado, en muchos casos se
realiza sin que exista una prescripción médica o incluso con fines disciplinarios en
centros.
Sobre los aspectos legales existe un vacío en el que no quedan protegidas las
personas mayores y/o las personas que presentan algún tipo de demencia, población
diana del uso de dispositivos y/o procedimientos limitantes. Actualmente no hay un
consenso de criterios para dar respuesta a esta problemática encubierta.
La Constitución Española de 1978, se estructura con los siguientes
principios:
Principio de Dignidad: estableciendo este principio como elemento inherente
e inviolable de todo ser humano.
Principio de Autorrealización: tomando como base fundamentalmente la
libertad de la persona en todas sus dimensiones.
Principio de Independencia: basándose en la igualdad sin prevalecer ningún
tipo de discriminación.
Principio de Participación: fomentando sobre todo el aspecto de participación
en asuntos públicos, educación, asociacionismo, sindicalismo,..etc.
Por el mero hecho de ser persona, todos tenemos unos derechos que han
de ser respetados, y sin los que difícilmente podemos desarrollarnos plena y
libremente.
Los siguientes derechos y libertades están especialmente protegidos porque
guardan una estrecha relación con el maltrato:
-Derecho a la igualdad plena ante la ley: No solamente existe discriminación
por el origen racial, por el sexo o la religión, como cualidades mas específicas de
discriminación sino que esta se produce a veces por la consideración desigual de
determinados grupos etarios y ello puede producir un maltrato generalizado al
colectivo en cuestión, que se empieza a conocer con el nombre de ageísmo, etaísmo o
edaísmo.
-Derecho a la vida: Esta concebido en el sentido más amplio, llegando a la no
aceptación de la pena de muerte. Pero lo mas relevante es que el propio Artículo 15
C.E, nos habla de “torturas, penas, tratos inhumanos y degradantes” que lógicamente
están muy cercanos o son el mello principal de los malos tratos.
-Derecho a la libertad: El respeto a este principio constitucional no siempre se
propicia ni se cumple y su quebranto en relación con las personas mayores es
bastante ostensible.
-Derecho al honor, a la intimidad personal y a la propia imagen: La
inviolabilidad de domicilio, el secreto profesional y la limitación en el uso de la
informática son los tres puntos más importantes regulados por la Constitución en el
Artículo 18.
-Derecho a la libertad de residencia: El derecho a pasar los últimos días de
la vida en un lugar o en otro, aparte de estar condicionado por circunstancias ajenas,
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tiene plena validez como derecho constitucional y en ocasiones puede verse
conculcado por decisiones imperativas del entorno de la persona mayor, produciendo
malestar psicológico y alteraciones importantes en el “modus vivendi” que cada uno
tiene derecho a elegir.
-Derecho a recibir información veraz: Derecho que tiene connotaciones
especiales al referirse a personas mayores, sobre todo porque necesitan una
metodología adecuada para recibir información.
-Derecho a la participación activa en los asuntos públicos.
-Derecho a la tutela de los jueces.
-Derecho a una muerte digna. (M. Maroto, 2005: 8-10)
La persona tiene derecho a estar libre de sujeciones y a rechazarlas, no se
pueden utilizarlas en contra de su voluntad y/o integridad física o mental. Existe una
escasa regulación de estas medidas, La Ley 41/2002, de 14 noviembre, de
autonomía del paciente.
Ley que establece las siguientes argumentaciones:
-El paciente tiene derecho a decidir libremente y negarse al tratamiento excepto
en los casos establecidos en la Ley.
-Siempre proporcionándole una información para que la comprenda y proceda
a tomar una decisión responsable.
-Es una persona autónoma por lo que hay que respetar sus decisiones,
siempre y cuando no afecten a terceras personas.
-En enfermos de Alzheimer (leves) hay que tenerlos en cuenta, es
recomendable la realización de un testamento vital.
-El personal sanitario esta obligado a las siguientes medidas legales:
asegurarse de la capacidad de decisión del paciente, asegurarse de que toma la
decisión voluntaria y libre, informarle sobre el objetivo, riesgos, alternativas y
beneficios.
-No es obligatorio el consentimiento informado ante las siguientes situaciones:
situaciones de riesgo para la salud pública, riesgo para la vida del enfermo, pacientes
incapacitados (consentimiento subrogado), renuncia del paciente a su participación y
privilegio terapéutico; cuando la información sea negativa o contraproducente.
El uso rutinario de sujeciones puede acarrear muchos de los siguientes efectos:
-Efectos físicos: úlceras por presión, edemas, infecciones, incontinencias
(urinaria y fecal), disminución del apetito, deshidratación, estreñimiento, pérdida del
tono muscular (atrofia y debilidad), aumento del riesgo de caídas, inmovilidad
complicaciones respiratorias, autolesiones deterioro funcional físico y posibilidad de
muerte por asfixia.
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-Efectos psicológicos: miedo/pánico, vergüenza, indefensión, ira, agresividad,
depresión, aislamiento social, apatía, agitación, alteraciones sensoriales, pérdida de
autonomía, pérdida de memoria y estrés. (Burgueño, 2007)
Para cuidar y proteger adecuadamente a las personas no es necesario la
utilización de sujeciones físicas, ya que los riesgos de su uso son muy elevados en el
residente y, por ello, deben ser evitados y controlados en todo momento. La utilización
de este tipo de medidas, como son las sujeciones siempre tienen que ir acompañadas
de un protocolo de actuación para que se garanticen los derechos de las personas, su
autodeterminación, autonomía e individualidad.
Para que los trabajadores del ámbito socio-sanitario tengan en cuenta hasta
donde se usa por protección y cuando se produce un abuso de ello, y por consiguiente
una vulneración de sus derechos. Y siempre requiriendo la autorización del interesado
o en caso de incapacitación de su representante legal, salvo que peligre la vida del
interesado o afecte a terceras personas.
Las personas dependientes tienen derecho a ser estar protegidas de cualquier
forma de violencia, abuso y maltrato, y a estar libre de sujeciones. Los profesionales
de este ámbito deben de tener un uso racional y muy limitado de las sujeciones, sin
ningún tipo de interés malicioso.
Con las detecciones, sujeciones e inmovilizaciones ilegales se atenta el artículo
167 del Código Penal, ya que son consideradas como delitos contra la libertad
individual. Y el artículo 173 del Código Penal donde condena los delitos contra la
integridad moral y torturas como trato denigrante. El particular que encerrase o
detuviese a otros privándole de su libertad, será castigado con la pena de prisión de 4
a 6 años. Teniendo en cuenta el encierro, contra su voluntad, de un presunto incapaz
en una habitación de su casa o en una institución. Se penaliza también la conspiración
y la aceptación aunque no sea el ejecutor de los hechos. (M. Maroto, 2005)
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4. SUJECIONES EN EL ÁMBITO INTERNACIONAL
Las diferencias culturales justifican un uso distinto de sujeciones físicas en los
diversos países del mundo. En los países nórdicos, se muestran muy contrarios a la
utilización de medidas de contención, o a la utilización de medios violentos, para
manejar a las personas mayores. Noruega es uno de los países que presenta la menor
prevalencia de estas. En Islandia, Japón y Reino Unido la prevalencia de sujeciones
presenta unas bajas cifras. En cambio, en EE.UU. presenta tasas intermedias y hace
algunos unos años tenían porcentajes muy similares a los de España.
La cultura profesional sobre los accidentes de los residentes en centros y la
gran responsabilidad que tienen los profesionales de este ámbito hace que tengan
miedo a que sufran algún tipo de caída; por lo que, conciben los medios de contención
como medio favorable a su prevención, sobre todo ocurre esto en el caso de España.
En el caso de Japón tuvieron una gran iniciativa en año 1982, donde los
profesionales de los hospitales se esforzaron por realizar cuidados libres de
sujeciones, manteniendo la autonomía, dignidad y libertad de los mayores. Y es en
1999 cuando el gobierno de Japón proclama una orden inhibiendo la utilización de
mecanismos de contención en centros públicos.
De forma contraria en Alemania, aun con una legislación desde 1996 que
restringe el uso de sujeciones, su prevalencia es elevada, lo que preocupa a los
profesionales del país.
Como he comentado anteriormente en Estados Unidos, tenían una cultura en la
que se abusaban de las restricciones físicas, pero es en 1987 cuando se establece un
control para que, los centros garanticen cuidados de calidad, racionalizando así el uso
de sujeciones, impulsado por profesionales que buscaban alternativas. En la
actualidad, la prevalencia de su uso no pasa del 8%. (Burgueño, 2008)
Pero en España el movimiento hacia la supresión de sujeciones físicas data de
fechas recientes. Un hito en este proceso es el “Programa Desatar al Anciano y al
Enfermo de Alzheimer”, dando a conocer este fenómeno, así como su incidencia, sus
mitos y la percepción de la sociedad sobre las sujeciones. Sirviendo como forma de
referencia para posteriores medidas legislativas sobre sujeciones. (Burgueño, 2005).
TABLA 4.1: COMPARACIÓN DEL USO DE RESTRICCIONES FÍSICAS EN 8
PAÍSES.
FUENTE: Extraído de la Revista Age and ageing Ljunggren, 1997
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5. PREVALENCIA DE SUJECIONES EN ESPAÑA
Según el reciente estudio realizado por CEOMA, existe un 25% de personas
mayores dependientes, que viven en residencias, y que son sometidas a sujeciones
físicas. En algunos centros, el porcentaje es del 7%, pero en otros centros
residenciales, roza el 90%. De ello se deriva que, el uso de sujeciones físicas en
España es, y ha sido en los últimos lustros, muy superior al de otros países de nuestro
entorno socioeconómico.
Es muy difícil de estimar la prevalencia del maltrato y la negligencia al mayor,
ya que en muchos casos, aún no han sido reconocidos o informados, dado que las
víctimas se suelen encontrar aisladas. Por la falta de consenso sobre la definición del
maltrato a mayores. En ocasiones, la víctima niega la situación por temor a represalias
del agresor. La mayoría de estas situaciones ocurren en el ámbito familiar, por lo que
hace difícil su detección. Existe una escasa concienciación entre los profesionales del
ámbito socio-sanitarios. Muchos profesionales se muestran contrarios a informar de
este tipo de situaciones. No se establece una misma metodología para medir los
resultados, lo que dificulta su estudio.
Según estudios, el mayor porcentaje de maltrato al mayor, ocurre en un
contexto donde existe una relación víctima-agresor, pudiendo ser familiares, personas
con las que comparten una estrecha relación o en un contexto de cuidado profesional.
Son, aun menos, los estudios realizados en el ámbito institucional, por lo que,
se desconoce la prevalencia de maltrato hacia las personas mayores en este contexto.
La mayoría de los autores coinciden en que el maltrato al mayor es mas elevado en el
ámbito familiar.
Cada vez son mas las noticias y reportajes sobre situaciones en residencias
que, no cumplen con la normativa y, no proporcionan un trato adecuado,
aprovechándose de problemas de movilidad y patologías, dificultando denunciar los
hechos.
Nos encontramos con la dificultad de investigación en residencias, ya que no
les interesa que los casos salgan a la luz y, también lo dificulta que, no existe un
organismo nacional, sino que es a nivel autonómico.
Una investigación del Centro Reina Sofía revela los siguientes datos: en los
años 2001 y 2002, 39 residencias ilegales fueron clausuradas. Se denunciaron 498
casos en residencias legales y se investigaron 459 residencias. En Castilla-La Mancha
6 residencias ilegales fueron clausuradas.
La utilización de restricciones físicas van determinadas por valores culturales,
profesionales y económicos. Según mencionado “Programa Desatar al Anciano y al
Enfermo de Alzheimer”, hay características que hacen que los centros usen, más o
menos, estos mecanismos. A continuación, se presentan los Resultados de la
aplicación de un sistema de información para un benchmarking anónimo entre
residencias españolas del Programa desatar al anciano y al enfermo de Alzheimer.
(Burgueño, Iborra, 2007).
16
Se recogieron datos de 63 residencias con 5.080 plazas y 4.430 residentes
(87,2% de ocupación). Les pasaron un formulario de recogida de información, donde
recogían por un lado las condiciones de los residentes y, de otra parte, información
estructural de los residentes.
Los datos obtenidos según las condiciones de los residentes son los siguientes:
40,18% dependientes absolutos, el 56,33% incontinentes de vejiga, el 37,87%
incontinente de vientre, el 17,61% estaba sometido a sujeciones físicas diariamente, el
39,30% sufría demencia, el 14,19% presentaba síntomas de conducta alterada, el
5,10% presentaba úlceras por presión, unos 2.361 ancianos recibían drogas
psicotrópicos (53,31%) y unos 2.029 ancianos utilizaban barandillas en la cama
(45,81%).
La prevalencia de sujeciones (inmovilizados físicamente a diario): En el 68,26%
de las residencias (43), los ancianos inmovilizados físicamente estaban entre 0 y el
20% (incluidas 3 residencias en las que no había ningún anciano inmovilizado). En el
23,81% los ancianos inmovilizados estaban entre el 20 y el 40%. Había dos
residencias en las que los ancianos inmovilizados estaban entre 40 y el 60%, y otras
dos en las que los ancianos inmovilizados estaban entre el 60 y el 80%. En una
residencia los ancianos inmovilizados eran más del 80%. Los valores extremos de
prevalencia de sujeciones son 0% y 98%.
Según la proporción de población anciana con demencia el uso de sujeciones
era el siguiente (con datos válidos de 62 residencias, con 4.382 ancianos): En los
centros en los que menos del 20% de los residentes sufrían demencias (11
residencias con 751 ancianos): estaban inmovilizados físicamente, a diario, el 9,85%.
En los centros en los que el porcentaje de residentes con demencia estaba entre 40 y
60 (14 residencias con 1.047 ancianos): estaban inmovilizados físicamente, a diario, el
19,58%. En los centros en los que el porcentaje de residentes con demencia estaba
entre 60 y 80 (4 residencias con 307 ancianos): estaban inmovilizados físicamente, a
diario, el 34,53%. En los centros en los que más del 80% de los residentes sufrían
demencias (5 residencias con 315 ancianos): estaban inmovilizados físicamente, a
diario, el 48,25%.
Según la antigüedad de las residencias: con datos válidos de 52 residencias
con el 81,01% del total de residentes, En los centros de hasta 5 años de antigüedad
(17 residencias con 1.127 ancianos): estaban inmovilizados físicamente, a diario, el
23,07%. En los centros de 6 a 10 años de antigüedad (5 residencias con 345
ancianos): estaban inmovilizados físicamente, a diario, el 12,75%. En los centros de
más de 10 años de antigüedad (30 residencias con 2.116 ancianos) estaban
inmovilizados físicamente, a diario, el 15,45%.
Según la pertenencia a un grupo: con datos válidos de 58 residencias con el
91,06% del total de residentes. En los centros que no pertenecen a un grupo (17
residencias con 1.117 ancianos): estaban inmovilizados físicamente, a diario, el
15,85%. En los centros que pertenecen a grupo (41 residencias con 2.916 ancianos):
estaban inmovilizados físicamente, a diario, el 19,24%.
Según el tamaño-capacidad de la residencia: con datos del 100% de las
residencias. En las residencias de hasta 60 plazas estaban inmovilizados físicamente,
a diario, el 25,91%. En las de entre 61 y 120 plazas estaban inmovilizados físicamente,
a diario, el 15,67%. En las de más de 120 plazas estaban inmovilizados físicamente, a
diario, el 14,63%.
17
Según la titularidad de la residencia: En las residencias de titularidad privada
(52 residencias con 3.812 ancianos): estaban inmovilizados físicamente, a diario, el
16,05%. En las residencias de titularidad pública (11 residencias con 617 ancianos):
estaban inmovilizados físicamente, a diario, el 27,23%.
Según la ubicación de la residencia: En las residencias ubicadas en el ámbito
rural (40 residencias con 2.980 ancianos): estaban inmovilizados físicamente, a diario,
el 13,49%. En las residencias ubicadas en el ámbito urbano (23 residencias con 1.449
ancianos): estaban inmovilizados físicamente, a diario, el 26,09%.
Los centros que guardan mayor relación con el uso de sujeciones presentan las
siguientes características; afán de lucro, pertenencia a una cadena, índice de
ocupación, ratio de enfermeras diplomadas y de personal cuidador, capacidad-tamaño
de la residencia, sistema de pago-financiación, unidad de demencias, leyes de
mercado-competencia y ubicación geográfica. Estos aspectos no son definitivos, solo
que pueden influir en su uso.
Al contrario de lo que se puede pensar muchos centros privados limitan la
utilización de sujeciones, ya que eso a la larga les reporta mejor imagen y por lo tanto
mayores ingresos. El sistema de pago de los centros, por parte de las
administraciones públicas si tiene un buen diseño puede promover el uso de medidas
alternativas a las sujeciones. En el caso de centros que pertenecen a una cadena
justifican su mayor uso porque tienen más cantidad de trámites y más dificultar para
promover un cambio.
También influye el hecho de tener mayor número de residentes para usar más
restricciones. Si el centro dispone de mayor personal cualificado, como son los
enfermeros titulados hace que se de menor uso de estas medidas. Otro factor que
disminuye su uso es que el centro sea más pequeño, ya que tendrá una mejor
posibilidad de adaptarse a los cambios. En centros donde hay mayor número de
residentes con demencia y/o Alzheimer hay mayor uso de estas. Una menor
competencia de centros en una zona puede hacer que se de un mayor uso, esto
ocurre en zonas rurales donde hay menor existencia de centros.
Otros factores que pueden afectar para usar sujeciones físicas dentro de la
institución pueden ser: que los trabajadores tengan una situación laboral precaria,
burnout de los trabajadores, trastornos psicológicos y consumo de drogas por parte de
los trabajadores, falta de formación y de personal cualificado y la falta de medios en el
centro.
TABLA 5.1: SERVICIOS (RESIDENCIAS Y UNIDADES PSICOGERIÁTRICAS)
PARA DEMENCIAS.
FUENTE: Extraído del estudio; Prevalencia comunicada de sujeciones físicas. (Burgueño, 2007)
18
TABLA 5.2: NÚMERO DE RESIDENCIAS SEGÚN CARACTERÍSTICAS
ESTRUCTURALES.
FUENTE: Extraído del estudio; Prevalencia comunicada de sujeciones físicas. (Burgueño, 2007)
TABLA 5.3: NÚMERO DE RESIDENCIAS SEGÚN SU PROPORCIÓN DE
RESIDENTES CON DEMENCIA.
FUENTE: Extraído del estudio; Prevalencia comunicada de sujeciones físicas. (Burgueño, 2007)
CEOMA esta llevando a cabo una reciente iniciativa, a través, de “Desatar al
Anciano y al Enfermo de Alzheimer”, programa ya citado, y como bien dice, Antonio
Andrés Burgueño no existe ningún centro libre de caídas, por lo que, es oportuno
conocer la prevalencia de caídas en residencias, para mejorar su sistema de
información y prevención de caídas. Esto proceso será posible a través de la
colaboración de residencias españolas, CEOMA pasará un cuestionario anónimo, para
que posteriormente sea remitido al programa, y puedan llevar a cabo un nuevo
estudio.
19
6. SUJECIONES EN EL ÁMBITO RESIDENCIAL
El uso inadecuado o abuso de sujeciones (disponiendo de otras medidas
alternativas y no utilizándolas) es un hecho muy frecuente en nuestro país, es decir,
muchas personas mayores son “atadas” a diario y en muchas ocasiones hasta el final
de sus días.
Cuando ocurre un caso de abuso de sujeciones el culpable de ello es el centro
residencial, ya que es la residencia la que tiene una dinámica en la que produce
maltrato, abandono y abuso en sus residentes. Ya que es el centro el que contrata a la
persona en cuestión, pero la persona que realiza la acción no esta eximida de culpa.
Existen profesionales que recetan fármacos sin ejercer el control sobre su uso
y sin tener garantías de su correcta utilización, aquí hay un gran vacío legal sobre esta
cuestión.
Las principales victimas de abusos, abandonos y negligencias en España son
las personas mayores que presentan la enfermedad del Alzheimer u otro tipo de
demencia. A estas personas les restringen su libertad atándolos a fin de que no se
levanten de la cama por la noches, para no estar vigilándoles continuamente o
administrándoles tranquilizantes para que no molesten a los demás residentes. Con
ello, se produce un abandono del cuidado adecuado, privándoles de sus estímulos
físicos y psíquicos a las personas con demencia, rompiendo la clave para solucionar
sus problemas de conducta, que es la estimulación.
En España se produce un uso elevado de sujeciones físicas en los centros
residenciales, pero como en todo no hay que generalizar. Existen muchas residencias
que hacen un uso adecuado y racional de estas medidas. El Programa Desatar al
Anciano y al Enfermo de Alzheimer fomenta que se haga un uso más racional de
sujeciones físicas y químicas, barajando posibles alternativas y siempre para fomentar
el mayor bienestar social para los mayores.
En España el empleo de contenciones físicas en la atención a personas
mayores en centros residenciales son muy frecuentes. Muchas de las razones para su
uso las justifican con los siguientes argumentos: para mejorar la seguridad de la
persona, controlar las alteraciones de conducta con riesgo en el propio usuario y
riesgo a terceras personas, para evitar conductas de vagabundeo y para administrar la
medicación recomendada. Estos son casos en donde las sujeciones desempeñan un
papel como método excepcional y puntual, si se aplican se debe de respetar la
autodeterminación, dignidad y autonomía de la persona.
Pero, no solo se utiliza cuando ocurren estos supuestos sino cuando hay falta
de personal y, sobre todo, en los momentos de mayor trabajo para los profesionales
(durante los levantamientos, comidas, y en la noche que cuando menos personal
tienen), por lo que, esta relacionado con el desempeño de metas de organización del
centro (cumplimiento de los horarios). Para mantener entornos y ambientes sociales
cómodos, evitando que los residentes molesten. Con la finalidad de aliviar la falta de
formación del personal y corregir los defectos de los espacios de la residencia. Por
ello, las más utilizadas son las sujeciones en las camas, salas de estar, ya que es ahí
donde disponen de menor personal para la vigilancia. En estos supuestos las
sujeciones se utilizarían por deficiencias en los centros y por la falta de personal de
atención.
20
En definitiva hay muchas dudas sobre el empleo de sujeciones físicas en el
ámbito residencial, ya que no hay ningún estudio completo sobre las mejoras que tiene
el usuario con su utilización. Pero en sentido contrario, existen una serie de
complicaciones graves y múltiples lesiones en el residente, por la aplicación de
medidas de contención, causadas por la aplicación directa del dispositivo limitante
(ejemplo: asfixias y magulladuras) o por los efectos adversos de su empleo (ejemplos;
úlceras por presión e incontinencia urinaria y fecal.
Por consiguiente los objetivos de una institución son: lograr el mayor grado de
autonomía física y psicosocial, procurando el mayor bienestar posible. En
consecuencia, las sujeciones son contrarias a estos objetivos.
Los profesionales justifican el uso con argumentos mitificados como por
ejemplo; su uso protege de posibles caídas y accidentes. Sin embargo, hay estudios
que muestran lo contrario, evidencian que con las sujeciones físicas aumentan el
riesgo de caídas y accidentes. Muchos otros profesionales opinan que pueden
conseguir los objetivos de protección, sin tener que recurrir al uso de sujeciones,
evitando así los efectos adversos.
TABLA 6.1: DISTRIBUCIÓN DE LOS USUARIOS SOMETIDOS A RESTRICCIONES
EN FUNCION DEL GRADO DE DETERIORO COGNITIVO Y LOS SISTEMAS DE
SUJECION UTILIZADA.
FUENTE: Extraído del documento; Uso de sujeciones físicas en una población anciana ingresada
en residencias públicas. (Galán Cabello, C.M. et al., 2008)
21
7. PROTOCOLOS DEL USO DE SUJECIONES
El Servicio Regional de Bienestar Social de la Comunidad de Madrid, en sus
Protocolos Asistenciales en Residencias de Mayores establece, como elemento
importante en el objetivo, armonizar la atención proporcionada a los usuarios, debe
realizarse la protocolarizacion de las principales actividades de atención diaria,
facilitada a estas personas y de todos aquellos problemas geriátricos que les afecten
en mayor medida. También es importante protocolarizar aquellos aspectos de la
atención que por su importancia en la gestión, por su significación social o por su
trascendencia legal, aconseja que la decisión a tomar en cada caso no este solo sujeto
a las variabilidad de las decisiones individuales de los profesionales.
La sociedad española esta aumentando la oferta de centros residenciales, por
ello, es necesario mejorar la atención y eficiencia de estos. Situando al usuario como
el centro para la orientación y organización de un sistema eficiente, una herramienta
fundamental para esto es la protocolarización de actuaciones, cuyo fin esta destinado
a mejorar las actividades asistenciales de las organizaciones dedicadas al cuidado de
las personas mayores.
Para que un servicio presente calidad se utilizan los protocolos de actuación,
es de utilidad que se comparen, los elementos previos con los posteriores, para
enriquecerse y garantizar la calidad del servicio.
La opinión del usuario en los protocolos de actuación es esencial, ya que no
solo es la persona que recibe los servicios sino que debe de opinar sobre los servicios
para que se adapten mejor a ellos. Debe de tener constancia de información sobre el
proceso, debe de dar su consentimiento informado, y así se realizaran las tareas
según lo que desee el usuario y no lo que los profesionales crean conveniente.
Prevaleciendo sus intereses y su decisión autónoma.
Para que sean eficientes y cumplan los objetivos marcados los protocolos
deben de tener los siguientes elementos:
-Introducción.
-Objetivo.
-Población a quién va dirigido.
-Profesionales implicados.
-Descripción del procedimiento.
-Normas técnicas.
-Registros.
-Elaboración y vigencia.
-Fecha de revisión.
-Bibliografía y documentación manejada.
Algunos ejemplos de protocolos de actuación en centros residenciales son los
siguientes: (De la Cámara, 2003).
-Protocolo de control de ulceras por presión PC.
-Protocolo sobre movilización del residente con ayudas técnicas PFO.
-Protocolo sobre atenciones al residente encamado PFO.
-Protocolo sobre prevención y actuación ante una caída PFO.
-Protocolo de control de ayudas mecánicas para la deambulación PC.
-Protocolo sobre medidas profilácticas y preventivas.
-Protocolo de evaluación de medidas profilácticas PE.
-Protocolo sobre el sueño y el descanso PFO.
22
-Protocolo sobre el maltrato a mayores PFO.
-Protocolo sobre incoación de expedientes a usuarios PFO.
-Protocolo de control de disposición de bienes dinerarios PC.
-Protocolo de apoyo a la denuncia de maltrato PD.
-Protocolo de evaluación de las actividades formativas PE.
-Protocolo sobre trato al usuario PFO.
-Protocolo sobre apariencia ante el residente PFO.
-Protocolo de evaluación del trato al usuario PE.
-Protocolo de autoevaluación del trato al usuario PE.
-Protocolo de evaluación de la apariencia ante el usuario PE.
-Protocolo de autoevaluación de la apariencia ante el usuario PE.
-Protocolo de prevención y uso de sujeciones mecánicas.
La utilización de los protocolos citados reporta una serie de ventajas sobre la
calidad, efectividad y eficiencia asistencial. Como ventajas se pueden destacar: los
protocolos aseguran un estándar mínimo de calidad asistencial, mejorando la calidad
global, regulando el uso de actuaciones y racionalizando las pautas de atención,
consiguiendo mejorar la precisión en los diagnósticos y disminuyendo la utilización de
recursos inapropiados. Se consigue un ahorro de tiempo empleado en el diagnóstico y
atención de los pacientes, mantiene un nivel alto de calidad y así se produce un
aumento de la eficiencia. Otra ventaja es que realiza una evaluación de sus resultados
y permite establecer comparaciones entre profesionales o varios centros, identificando
los problemas existentes y facilitando la introducción de cambios en la asistencia.
Los protocolos de actuación no solo son alabados sino que tienen algunos
inconvenientes: son criticados por el consumo de tiempo que requiere aplicarlo y que
coarta la libertad en el ejercicio profesional. Algunos profesionales piensan que el uso
rutinario de protocolos retarda la actividad asistencial. Hay un desconocimiento de su
metodología y posibilidades de aplicación.
Como el trabajo esta referido a las sujeciones físicas en el ámbito residencial
nos centraremos en el protocolo de prevención y uso de sujeciones mecánicas de
la Comunidad de Madrid, 2005.
-Introducción: consiste en concretar el tema y el por que de ello. En España
esta considerado como una práctica frecuente. La prevalencia es un poco desconocida
debido a la falta de estudios. La prevalencia internacional estimada es entre un 12% y
el 47%. Hay una relación muy grande entre el uso de sujeciones y los efectos
adversos que produce. Por esto es necesario elaborar un protocolo de actuación sobre
el uso de sujeciones físicas, favoreciendo la búsqueda de medidas alternativas,
regulando su manejo, seguridad y seguimiento cuando estas sean imprescindibles.
-Objetivos: se establecen los objetivos por los que se realiza el protocolo:
identificar los factores y conductas derivadas para evitar el uso de sujeciones,
introducir medidas alternativas, evitar la posibilidad de daños en el residente y en otras
personas y facilitar el uso de procedimientos terapéuticos.
-Población a quién va dirigido: concretamos a los residentes a los que se
dirige el protocolo: a los residentes con riesgo importante de lesiones, residentes con
riesgo de auto-heteroagresión, residentes con alguna intervención terapéutica
imprescindible. Ira destinada a estos usuarios siempre y cuando no se puedan
controlar por otros medios alternativos y/o vigilancia.
23
-Profesionales implicados: se explican las actuaciones que se van a realizar
y el profesional encargado de la tarea. Es necesario una prescripción médica por el
medico del centro, en su ausencia y ante situaciones de extrema emergencia lo puede
prescribir una DUE o cualquier equipo técnico-asistencial, pero revisada por el médico
el día de su incorporación al trabajo. La responsable de la actividad y de la
supervisión es un Diplomado Universitario en Enfermería (DUE). La actividad la va a
ejecutar el auxiliar de enfermería y/o DUE. Reevaluación de la sujeción lo puede
realizar cualquier miembro del equipo interdisciplinar que no la considere necesaria,
tomando medidas oportunas para retirarla y siempre siendo confirmada por el medico
en el menor tiempo posible. Si hay desacuerdo se evaluara en conjunto con el equipo.
Y, por último; la supervisión, ejecución y coordinación del protocolo que se encarga
el jefe de Área Técnico Asistencial.
-Descripción del procedimiento: detección de situaciones de riesgo o
factores predisponentes, instaurar acciones y/o programas preventivos específicos. Si
no han funcionado las medidas preventivas implantadas anteriormente, existe
indicación específica de sujeción, y la prescripción médica por escrito, informando al
usuario, tutores, familiares o personas autorizadas y solicitando su consentimiento por
escrito. Cuando no hay consentimiento expreso autorizado, pero el profesional lo
considera necesario hay que ponerlo en conocimiento del juez para que este decida.
Explicar siempre al residente la medida que se va a adoptar y su razón. Selección de
la medida mas normalizada por el equipo multidisciplinar. Aplicar la sujeción según
instrucciones y recomendaciones. Una vez preescrita la DUE, establecerá la
programación oportuna en el Registro de sujeción mecánica. La aplicación y retirada
de la sujeción a lo largo del día corresponde al turno de mañana y tarde. Se hará el
seguimiento establecido y debe quedar registrado. Revisar la sujeción periódicamente
(máximo 3 horas) y descartar riesgo asociados. Es necesario tener en cuenta las
pautas complementarias: movilizaciones periódicas de la persona y cambios
posturales, establecer medidas para prevenir lesiones en la piel, asegurar el
mantenimiento de la vía aérea, reducir el riesgo de aspiraciones y optimizar la
seguridad del usuario. Siempre hay que mantener la sujeción en menor tiempo
posible, siendo evaluada por el médico antes de 15 días y confirmada en el documento
homologado de prescripción.
-Normas técnicas: criterios de correcta atención, su cumplimiento va a
condicionar la correcta aplicación de la sujeción mecánica.
-Registros y lugar de custodia: aquí se anotaran las actividades y las
incidencias producidas en el proceso. Son necesarios los siguientes documentos:
documento homologado de prescripción de sujeción mecánica custodiado en la
historia médica del residente, documento homologado de consentimiento o
denegación por parte del propio residente si procede, tutor, familiar o personas de
referencia custodiado en la historia médica, documento homologado de seguimiento y
registro de actividades custodiado por en el libro o carpeta especifica de cuidados de
cada usuario.
-Fecha de elaboración y vigencia: fecha de realización y de vigencia.
Realizado en julio de 2005, y su revisión se realiza cada 3 años.
-Fecha de revisión: revisión en la fecha prevista y se anotará el profesional
que la realiza.
-Bibliografía y documentación manejada: para la realización del protocolo de
uso de sujeciones mecánicas.
24
8. MEDIDAS ALTERNATIVAS
Es necesario limitar o reducir el uso de sujeciones físicas. Para ello hay que
empezar teniendo en cuenta, algunos de los siguientes elementos: el origen del
problema, el cuidado individualizado de la persona, un abordaje interdisciplinario, ser
innovador, una formación específica y cualificada. Todo esto, orientado para mejorar
la calidad de vida de los mayores, teniendo en cuenta la integridad y dignidad de la
persona. Se ha de realizar una valoración de forma individualizada de los factores
físicos, psicosociales y recursos de la persona mayor, los antecedentes de caídas y
las causas que lo provocan, todo esto potenciará nuevas intervenciones.
Es necesario tener en cuenta la disposición del entorno y el mobiliario; por lo
tanto, es de vital utilidad disponer de adaptaciones en sillas para mejorar la comodidad
del usuario, sillas con mecanismos anticaída y frenos para las sillas de ruedas. Es
conveniente indicar formas para evitar y/o reducir, caídas en la cama, como son la
utilización de colchones cóncavos o un colchón colocado en el suelo, cojines de
posicionamiento, altura de la cama individualizada (camas regulables), evitar las
barandillas y camas con ruedas, colocar tiras antideslizantes en el suelo a ambos
lados de la cama, poner detectores de movimiento que avisan al personal de que el
usuario se quiere levantar, etc.
Para conseguir evitar y/o reducir las caídas por el centro durante el transcurso
del día es recomendable: no administrar fármacos que produzcan confusión en el
residente, realizar una supervisión continuada, anticiparse a sus necesidades,
actividad física diaria de los residentes, colocar elementos protectores en los muebles,
retirar objetos innecesarios que pudieran obstaculizarles, mejorar la visibilidad del
entorno y utilizar tiras antideslizantes en las zonas mas delicadas (en el baño y en la
cama), proveer de ayudas a los residentes para su desplazamiento diario,
proporcionarles un calzado adecuado y tener el centro residencial con una iluminación
óptima. En ocasiones, algunos residentes intentar escaparse, para ello, se pueden
monitorizar el vagabundeo (control de errantes), cambiar los picaportes a lugares
inusuales para evitar que habrán las puertas, camuflar los botones del ascensor y
poner espejos en las puertas.
Las actividades de estimulación cognitiva y sensorial juegan un papel muy
importante, ya que además de ejercer una tarea de estimulación, ayudan al residente
a tener un rato de ocio y aprender de una forma mas amena. Y, entre otras, pueden
ser: la utilización de medios audiovisuales (música, radio, televisión), juegos, darles
algo para que puedan agarrarse (un muñeco, una manta,…), actividades de
socialización y actividades formativas (lectura y escritura).
Para proceder a algunas de las siguientes actividades es necesario tener una
formación y/o pautas previas de comunicación y destrezas, para evitar conductas de
riesgo del residente (caídas, agitación, delirium…) a través de la compañía, tacto
terapéutico, escucha activa, reorientación de la persona y ante todo mostrar calma y
tranquilidad.
Otros mecanismos que se podrían utilizar serian los cuidados fisiológicos, para
aliviar procesos dolorosos en el residente; a través de la terapia ocupacional,
fisioterapia, y revisando la medicación de cada residente, teniendo en cuenta posibles
efectos secundarios.
25
Para todo esto es de gran importancia la organización del centro. Programando
todas las tareas, de traslado, de vigilancia activa, de control para personas de más
riesgo, cambios posturales, y además deben de recordarles que para levantarse
avisen a algún auxiliar para evitar caídas,…etc.
La familia puede colaborar muy estrechamente con el centro residencial,
participando en su plan de cuidados. Es necesario que estén dispuestos a colaborar
para evitar las sujeciones, y para prevenir ciertos riesgos; como pueden ser, caídas
accidentales (aunque el centro este haciendo el esfuerzo de evitarlas).
Desde el Programa Desatar al Anciano y al Enfermo de Alzheimer (Burgueño,
2003) ofrecen: Programas de formación, para Directores y Mandos Intermedios, y para
profesionales sociosanitarios en general. Realizan intervenciones integrales,
diagnósticas, de formación “in situ”, y asesoramiento. Ofrecen un benchmarking
anónimo que permite la comparación entre centros.
26
9. CENTROS LIBRES DE SUJECIONES
“Racionalizar/ Disminuir el uso de sujeciones conlleva la mejora global en los
resultados asistenciales y en el clima laboral, así como unas relaciones con la familia
basadas en la confianza y un mayor reconocimiento de la Administración” (Burgueño,
2005).
El primer centro libre de sujeciones de España acreditado por el “Programa
Desatar al Anciano y al Enfermo de Alzheimer” de la Confederación Española de
Organizaciones de Mayores-CEOMA, que esta ubicado en Torrezurri (Bizkaia), fue
fundado hace 9 años. Desarrollan un programa sin ataduras al mayor, utilizando las
sujeciones de manera racional y protocolarizada en todo momento.
No hacen uso de las sujeciones físicas en el día a día, se utilizan en los
siguientes supuestos: como cinturón de seguridad en el transporte adaptado del centro
cuando el usuario vaya en silla de ruedas.
En Torrezurri decidieron que las sujeciones están reñidas con la calidad de
vida, no les gustan las sujeciones, les parecen inmoralmente aceptables, piensan que
son una tortura y una falta de respeto al mayor. Por ello, se plantean que no utilizar
sujeciones supone un reto profesional gratificante, y también, es beneficioso para los
usuarios.
Todo ello gestionado a través de un sistema de gestión multifactorial; gestión
por valores, de calidad de vida, de ética, de responsabilidad social, con un enfoque
gerontológico-interdisciplinar, innovación en la gestión por procesos (implicación del
personal, metodología, valentía y colaboración de las familias) y protocolos de caídas
Torrezurri.
El uso de esta metodología tiene sus consecuencias negativas y positivas:
Entre las ventajas se pueden citar las siguientes: evitan los efectos secundarios
de las sujeciones, hace que los usuarios sean más independientes con lo cúal tienen
menos trabajo físico con ellos y reporta más satisfacción por un trabajo con más
calidad de vida.
Entre los inconvenientes podemos destacar: mayor estrés del personal del
centro, peligro legal (denuncias) si el programa no se ha documentado bien.
Esta metodología ha tenido resultados muy positivos en la persona mayor: la
gravedad de las lesiones ha disminuido, se ha producido un descenso por la vigilancia
y sensibilidad ante las caídas. Aunque también ha producido un mayor estrés en el
personal, pero a la vez mayor satisfacción del personal y de los familiares de
residentes.
En la Comunidad Valenciana hay centros geriátricos residenciales que están
“libres de sujeciones” y acreditados por el “Programa Desatar al Anciano y al Enfermo
de Alzheimer”. Son dos centros del Grupo La Saleta, un grupo de residencias, que
cuentan con 17 centros con 2.089 plazas entre residencias, centros de día y servicio
de atención a domicilio, y con más de mil profesionales en su plantilla.
De todos ellos solo son dos los centros acreditados: La Saleta Ontinyent, que
cuenta con 133 plazas para residentes y 50 para los usuarios del centro de día. El otro
centro acreditado es la residencia pública Virgen de Gracia, que cuenta con 120
plazas para residentes y 25 para los usuarios del centro de día, ubicado en Castellón.
27
Estos programas postulan que, es posible cuidar y proteger a los mayores sin
usar sujeciones físicas y/o químicas, ya que un 25% de personas mayores
dependientes que viven en centros residenciales son sometidos a sujeciones físicas. Y
también, en residentes con demencia, aumenta a más del 60% de los residentes
institucionalizados. Toda la utilización de sujeciones se ha basado en afirmaciones
erróneas, ya que no disminuyen los riesgos de caídas y, lo que si hacen, es producir
gravísimos efectos en las personas contenidas, tanto a nivel físico como a nivel
psicosocial.
Estos centros llevan a cabo una ardua tarea pero, como principios básicos
respetan la autonomía, dignidad e integridad de la persona, por ello, estaría muy bien
que esta metodología de trabajo, se desarrollara en más centros residenciales, y se
propagara, en la sociedad de nuestros días.
28
CONCLUSIÓN
España se coloca como el país del primer mundo que mas medidas de
contención utiliza. Su abuso y/o uso inadecuado, atenta contra la autonomía, dignidad
e integración física de la persona, y entra en conflicto con los objetivos que todo centro
residencial debe de tener establecidos, para los cuidados prolongados a sus usuarios.
Como se ha indicado, el objetivo principal en un centro residencial es: lograr el máximo
grado de independencia, capacidad funcional y calidad de vida posible.
A un importante sector de la sociedad actual, le falta información sobre las
consecuencias tan graves que conllevan este tipo de medidas restrictivas. Al contrario,
de lo que se dice, las sujeciones no sirven para la protección de caídas, sino que sus
efectos adversos y, en algunos casos, son mas demoledores que las propias caídas.
Su uso no resulta nada beneficioso para el residente. Como tampoco, para los
trabajadores del centro, además de crear una imagen social negativa del centro.
En definitiva, es necesario divulgar información a la sociedad, contando como
principales receptores de ella a; familiares de residentes, directores de residencia y su
plantilla, y sin olvidar, un proceso de sensibilización dirigido a toda la sociedad
española. Una de las funciones más importantes del trabajador social en este ámbito,
y que es una obligación que viene especificada en el Código Deontológico, es la
obligación de denunciar situaciones que atenten contra los Derechos Humanos de las
personas. En este caso sería denunciar las situaciones de maltrato, negligencia y
abuso al mayor, estando tipificado como ello el uso inadecuado y/o abuso de
sujeciones físicas. El trabajador social que trabaja en la residencias debe de denunciar
las situaciones que considere injustas y que vulneren la integridad de las personas.
Una herramienta para disminuir la prevalencia de sujeciones físicas, es a
través, del varias veces mencionado y valorado, “Programa Desatar al Anciano y al
Enfermo de Alzheimer” que, está realizando un importantísimo trabajo en pro de
concienciar, mentalizar e informar a la sociedad, en general.
Y, por último, destacar la iniciativa de acreditar a los centros libres de
sujeciones. Actualmente en España, el proceso esta iniciado y ya se cuenta con 3
centros, además de estar trabajando para conseguir muchos más, mediante la
formación e información y divulgación al respecto.
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ÍNDICE DE TABLAS Y GRÁFICOS:
Tabla 1.1: Evolución de la población mayor, 1900-2060…………………………………..4
Grafico 2.1: Prevalencia de los distintos tipos de maltrato………………………………...9
Tabla 4.1: Comparación del uso de restricciones físicas en 8 países………………….15
Tabla 5.1: Servicios (Residencias y unidades psicogeriátricas) para demencias……..18
Tabla 5.2: Número de residencias según características estructurales………………..19
Tabla 5.3: Número de residencias según su proporción de residentes con demencia.19
Tabla 6.1: Distribución de los usuarios sometidos a restricciones en función del grado
de deterioro cognitivo y los sistemas de sujeción utilizada………………………………21
31
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