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CONCLUSIONES
Gabriel García Márquez creó para sí y sus lectores Macondo; Juan Rulfo tiene Comala, y
los personajes de Inés Arredondo habitan el mundo de ElDorado. Macondo y Comala
lugares miticos, El Dorado un lugar real en la geografía mexicana, pero que es reinventado
desde la ficción para dar lugar a un mundo con tintes mágicos, perfectos para desarrollar
estas historias, en donde el lector quisiera vivir mientras se sumerge en ellos. El que llega a
conocer estos lugares llega a reconocer a sus habitantes, sus calles, pendientes, colinas,
huertas, valles; quien entra al mundo mágico de El Dorado puede recorrer sus huertas, sus
caminos y tenderse a la orilla del río San Lorenzo.
Inés Arredondo tuvo la capacidad de desarrollar escenarios de una plasticidad
notable, llenos de detalles e infinitas formas, se pueden leer sus cuentos y sentir que se
conoce cada calle, cada casa y cada acera; se puede estar ahí mismo observando a su gente,
el universo creado por Arredondo tiene “una naturaleza cargada de elementos sensualmente
femeninos” (Avendaño-Chen 140). Creó un lugar donde sus personajes se correspondieran
con el entorno y fueran parte de un mismo mundo, sin desencajar, todos los elementos
embonan perfectamente dentro de este mundo: un lugar creado a base de sueños, habitado
por personajes que se encuentran siempre en las fronteras de lo permitido.
En un paisaje lleno de fuego y calor, con calles resecas y deslumbrantes, nos
encontramos personajes que llevan ese fuego en sí mismos, que arden de pasión, de locura,
de amor. Arredondo abrió la puerta hacia un mundo lleno de posibilidades donde la locura,
dentro de su universo, era la razón y donde la pasión ciega e insensata era el
descubrimiento hacia un mundo lleno de posibilidades y de experiencias sensoriales, donde
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el placer carnal iba más allá de los límites del cuerpo para satisfacer las necesidades del
alma.
La narrativa de Arredondo se sitúa en los márgenes de lo prohibido, con un lenguaje
fluido, sin miedos, así es como se debe o se debería de calificar su narrativa: una narrativa
libre, sin tapujos morales o ideológicos; es una narrativa valiente, capaz de trasmitir por
medio de la palabra lo que otros no se atrevían a llevar a la luz. Ella nos ilumina con sus
cuentos aquel mundo que estaba en las sombras; llegó más allá de lo que se había querido
llegar, sin caer en la vulgaridad y en lugares comunes.
De su pluma nacieron personajes más allá de los márgenes, de lo normal, situados
en condiciones que los acercaban a un cambio trascendental en sus vidas cuando los
personajes de Arredondo están contando sus historias, de amor, tragedia, soledad,
abandono, locura, pasión; cuando estos personajes se sitúan en el terreno de lo prohibido,
están creando un mundo, una realidad que encaja perfectamente en el mundo de El Dorado.
En este mundo encontramos a tres mujeres: Elisa, Luisa y Laura. Cada una de ellas
con mundos muy distintos, realidades completamente ajenas y separadas que comparten
una misma característica: la fortaleza y la consciencia para enfrentar los cambios, adecuarse
a ellos y crear una nueva existencia con base en ellos.
Mientras que Elisa es una niña que experimenta el tránsito doloroso de niña a mujer;
Luisa se enfrenta a la degradación de su cuerpo y a la corrupción del espíritu; Laura se
entrega a su vida licenciosa para alcanzar la máxima satisfacción del cuerpo y el alimento
del alma. Las tres son totalmente diferentes, ajenas cada una de la existencia de la otra, pero
que comparten un mismo mundo en donde no existen miedos ni temor para exhibir los más
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oscuros deseos del hombre: las tres son habitantes del mundo de ElDorado, del mundo de
Arredondo.
En todo ese universo y corpus narrativo las tres comparten una característica “llegar
a la transformación, mediante la asimilación de la soledad y del cambio” (Avendaño-Chen
140), porque, a pesar de todo, el cambio es único, se vive en soledad y se entiende en sí
mismo; no se comparte con nadie y sólo el que lo sufre lo puede entender y asimilar. Esa es
la conciencia que tienen todas las mujeres de Arredondo, donde se asimila y se acepta una
nueva, dolorosa y placentera vida.
Los cuentos de Arredondo están plagados de señales, imágenes, diálogos, actitudes,
que nos permiten asomarnos a una nueva concepción de la imagen femenina, sólo una
pequeña rendija donde vemos una pequeña porción de ese vasto universo, donde coexisten
madres, hijas, amantes, prostitutas, locas, vagabundas, hermanas, viudas, esposas, todas
ellas sumergidas en vidas cotidianas de provincia que en algún momento se quiebran y se
convierten en historias universales. Los personajes que habitan el mundo de Inés
Arredondo van más allá del imaginario colectivo, de la vida del pueblo, y se sitúan en un
lugar lejano. Aunque la cerrada sociedad mexicana de la época los alcance, son capaces de
sobrevivir al tiempo y volverse inmortales.
Inés plantea en su narración a una nueva mujer, aquella que empieza a surgir en la
época y que irá ganando terreno a lo largo de los años. La narrativa de Arredondo hace una
crítica a la sociedad del momento, pero de igual forma al ser humano en sus actitudes y
formas de vida. Su literatura tuvo la magia de sobreponerse al tiempo y ser igual de válida
hoy en día.
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Comprometida con una escritura cosmopolita, nuestra autora logró crear el mundo
de ElDorado: un lugar provinciano donde también habitan mujeres libres, mujeres
cosmopolitas, donde esa existencia sencilla y cotidiana le grita al mundo que la mujer no es
un estereotipo, que una madre no es aquella entregada y abnegada y es tan humana que
incluso puede cometer incesto aunque sea metafóricamente; o una loca puede ser el ser más
coherente dentro de su mundo de locura, donde la vejación del cuerpo se justifica por un
amor infinito.
Las mujeres de Arredondo son más que un cliché femenino y están en un mundo
nuevo donde el alma femenina queda completamente al descubierto: muestra su verdadero
color al mundo. Inés Arredondo logró crear lo que no se había logrado hasta ese momento,
seres individuales, independientes, hermosos y con una conciencia despierta y activa,
participantes constantes de sus historias, por medio de Elisa, Laura, Luisa, Olga, Wanda,
Lía y todas las que pueblan el mundo de Arredondo descubrimos mujeres únicas e
independientes.
En los tres personajes que componen este trabajo se pueden encontrar un mundo de
posibilidades para la interpretación. Cada una de ellas representa sólo una pequeña muestra
de las miles de posibilidades que tiene el personaje femenino. Inés Arredondo creó
ElDorado, dibujó sus calles, sembró sus árboles, construyó sus casas, colocó el mar y los
ríos en perfecto orden, pero también lo pobló de personajes únicos, lo llenó de mujeres y a
cada una la armó con historias irrepetibles que muestran al personaje femenino complejo,
sencillo y exacto, las llenó de vida y sentimientos para mostrarle al mundo toda una gama
de matices y colores.
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