(22 Zapotecos del Istmo

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ATLAS DE CULTURAS DEL AGUA EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
PUEBLOS INDÍGENAS DE MÉXICO Y AGUA: ZAPOTECOS EL
ISTMO
Yanga Villagómez Velázquez. CER-Colmich
[email protected]
INFORMACIÓN PRINCIPAL
El territorio de los zapotecos El Istmo se extiende sobre gran parte de los distritos de
Tehuantepec y Juchitán. No tiene la gran biodiversidad de otras regiones, pero
combina montañas con llanuras aluviales surcadas por varios ríos, planicies costeras y
lagunas marinas, que conforman las cuencas de Tehuantepec, de Mar Muerto y de las
Lagunas Superior e Inferior.
Los distritos de Tehuantepec y Juchitán, se conforman de los municipios: Santo
Domingo Ingenio, Barrio la Soledad, Chahuites y Matías Romero, en el distrito de
Juchitán, son considerados mestizos en el contexto istmeño. En el de Tehuantepec lo
son: Santa Cruz, Jalapa Del Márquez y Mixtequilla. Estos municipios no han sido
tomados en cuenta al totalizar la superficie territorial, los servicios la productividad de
su grupo Zapotecos El Istmo. En la región coexisten también huaves, chontales de la
baja, zoques y mixes, de Guichicovi, así como un elevado número de población no
indígena, e indígena de otros grupos. En El Istmo las variantes de zapoteco se hablan
en 18 municipios y en 10 de ellos donde son la mayoría de la población, ocupan un
territorio cercano a los 2500 kilómetros cuadrados.
Ya desde la llegada de los conquistadores españoles, e inclusive antes, El Istmo de
Tehuantepec, marcaba una importante y estratégica ruta comercial entre mexicas,
zapotecas y mayas. Esta región fue importante en la producción de cacao en la época
prehispánica y en la Colonia. Hernán Cortés identificó su característica geográfica
como Istmo, al ser un estrecho de tierra que separa dos mares, por lo que propuso al
rey de España abrir una ruta interoceánica para lograr el sueño inconcluso de
Cristóbal Colón de llegar a la India. Durante la Colonia, El Istmo de Tehuantepec fue la
frontera sureste de la Nueva España y se organizaba políticamente como parte de la
provincia de Antequera y en el orden religioso como parte del Obispado de Oaxaca.
Durante los primeros años del México independiente, El Istmo fue parte de la defensa
de los liberales juaristas contra los imperios español, francés, inglés y estadounidense
por apropiarse de este territorio estratégico para la navegación marítima y la
colonización.
A lo largo del siglo XX El Istmo de Tehuantepec ha sido el escenario de un proceso de
industrialización que provocó el incremento de una infraestructura urbana y de
comunicaciones, así como la colonización por parte de grupos de campesinos sin
tierra desplazados por la ganadería extensiva o atraídos por las compañías forestales
que desmontaron las selvas vírgenes durante la “modernización” del trópico húmedo
mexicano.
La riqueza de sus recursos naturales y los procesos de desarrollo inducido del trópico
húmedo han hecho El Istmo de Tehuantepec una de las regiones más importantes en
el actual proceso de desarrollo económico, atrayendo población a los centros urbanos
y a las selvas para su colonización. Actualmente en todos los municipios El Istmo de
Tehuantepec se hablan al menos dos lenguas indígenas además del castellano, lo que
implica diseñar una serie de políticas públicas para atender a la población de origen
indígena en los aspectos educativo, de profesionalización de la enseñanza y de
empleo que esto implica.
COSMOVISIÓN:
LA CEIBA-COCODRILO EN EL CENTRO DEL MUNDO
Un ceramista originario y habitante de esta comunidad. Carlomagno Pedro Martínez,
me contó que otras cuatro de menor tamaño estuvieron plantadas a los lados de la
Ceiba central hacia los cuatro puntos cardinales, es decir, en forma de cruz. Según lo
que esta persona oyó de su padre, una de ellas se secó porque un general carrancista
lo usó como paredón para fusilar a unos soldados suyos que habían robado
instrumentos musicales en el vecino barrio de Santa María Coyotepec. A
consecuencia de los plomazos que se alojaron en su tronco en 1917 la ceiba se secó,
aunque seguramente los “carranclanes” sobrevivientes no se compusieron. Las otras
tres también se secaron, tal vez por falta de agua o de cuidado, pero actualmente hay
plantadas otras dos jóvenes ceibas al poniente del viejo árbol, no sabemos si en el
lugar donde estuvo una de las secas.
A un costado del Cerro del León, que se encuentra aproximadamente a siete
kilómetros al noroeste de la población, y de otro llamado Cerro del Lagarto, ubicado
más o menos a nueve kilómetros al este, nacen dos corrientes de agua que forman un
arroyo, el cual, según el ceramista, bajaba hacia la comunidad y regaba las ceibas. La
corriente del arroyo ya no se ve en el centro de la comunidad; pero todavía a su orilla,
también al oriente, es donde los alfareros obtienen el barro con el que elaboran sus
cántaros y otros objetos cerámicos, dándoles el color negro mediante su técnica de
cocción. Debido a los robos de barro cometidos en la mina, actualmente permanece
vigilada las 24 horas del día por los comuneros.
Vale la pena tomar en cuenta el papel destacado que ha tenido esta comunidad en la
elaboración de la alfarería regional del Valle de Oaxaca, ya que, como dice Gordon
Childe, “La nueva industria ha tenido gran importancia para el pensamiento humano y
para el comienzo de la ciencia”. Creo que es esa misma actividad la que sostiene en el
pensamiento de los comuneros las relaciones míticas establecidas, desde tiempos
inmemoriales, entre los cerros del Lagarto y del León, el agua del arroyo, el barro y la
ceiba, porque San Bartolo Coyotepec es la única comunidad del valle que conserva
una ceiba centenaria en su centro.(…)
La especie que se encuentra en el centro de Coyotepec, cuyo nombre científico es
Ceiba pentandra, llega a alcanzar una altura hasta de 40 metros y forma parte de las
selvas altas perennifolias a las medianas subcaducifolias que se encuentran en la
vertiente del Golfo, desde el sur de Tamaulipas hasta la Península de Yucatán y en la
del Pacífico desde Sonora hasta Chiapas; también habita en las partes bajas de la
sierra que sube desde El Istmo al Valle de Oaxaca. En el Vocabulario en lengua
çapoteca de fray Juan de Córdova, el nombre de este árbol aparece en la entrada
“Arbol que da una fruta como llena de algodón” llamado “Yagapiògo xilla”, cuya
traducción literal es: yaga, árbol`; piógo, `mazorca´; xilla, algodón; su nombre significa,
entonces, árbol con mazorca de algodón. (…)
En el Vocabulario castellano-zapoteco, publicado por la Junta Colombiana la fruta se
llama biogoxilla; en el diidxazá El Istmo actualmente el nombre del árbol es Yaga
bioongo´, la fruta tierna es strompi´pi´y la fruta madura, tapo´mbo, cuyo contenido es
xiaa, `algodón´. En Mitla, árbol de algodón es yagxiil; en la Sierra Juárez, Atepec,
algodón es yilá´; en los Yatzachi, el Bajo y el Alto es xil3´; y en Zoogocho es xila.
Llama la atención que quienes prepararon el Vocabulario castellano-zapoteco del año
2000, con base en el Vocabulario de Córdova, no hayan reparado en la importancia de
este árbol y hayan eliminado también la entrada ”Árbol que da una fruta como llena de
algodón” junto a otras 31 entradas y hayan dejado sólo dos.
En el sur El Istmo de Tehuantepec, parte de su hábitat natural, la Ceiba pentandra
crece en los poblados, tal vez sembrada por los binnigula´sa´, pero hoy temida por sus
descendientes, los biniza, sin duda alguna debido a la campaña ideológica que en su
contra llevaron a cabo los frailes colonizadores, quienes satanizaron a este árbol
diciendo que en su tronco habita el diablo o que bajo sus ramas en las noches
“espantan”, ideas que me fueron inculcadas cuando niño. La otra especie, la
aesculifolia, sólo alcanza una altura de quince metros, y su distribución geográfica y
ecológica se da desde Sinaloa hasta Oaxaca y el sur de Chiapas (…) incluso Yucatán
y Quintana Roo, formando parte de las selvas bajas caducifolias.
En el español de México ambas especies se confunden con el nombre de Ceiba o los
nahuatlismos pochote o pochota (…). Los binnizá de Juchitán distinguen las dos
especies porque del fruto de la Ceiba pentandra obtienen un algodón sedoso de color”
blanco a gris plateado” para hacer almohadas, llamándola simplemente bioongo´. En
tanto que a la Ceiba aesculifolia en diidxazá, que se da en los bosques cercanos,
agregan un adjetivo para llamarla yaga bioongo gui´xhi´, es decir, `árbol de Ceiba del
bosque silvestre, cuyo fruto es una cápsula elipsoide que contiene algodón sedoso
blanco (…).
Una de estas especies de Ceiba es el árbol que está representado en el lado
izquierdo, o sea el norte, de la primera página del Códice Fejérváry-Mayer, identificado
por Reko en estos términos:
El árbol del norte, por su tronco abultado y espinoso es la Ceiba (Ceiba pentandra)
árbol tan sagrado entre los zapotecas que la plantaban en el centro de sus pueblos,
como entre los mayas, quienes le llamaban “yax che-el cab” (el árbol verde o el primer
árbol del mundo) y le dedicaban a su diosa Ixchel, madre de sus dioses […]
Contrapuesta a la Ceiba en la primera página del Códice Fejérváry-Mayer − es decir
hacia el sur− está representado el árbol del cacao − llamado Theobroma mazorca,
según el Vocabulario de la Junta Colombiana, biogobizòya, abundante en el
Soconusco y que uno puede ver en los alrededores de la zona arqueológica de Izapa,
Chiapas. Córdova lo llama, en su Vocabulario, Yágapiziáa, en Juchitán actualmente es
Yagabiziaa.
De acuerdo con Reko, el árbol del Este, que se encuentra arriba, es un ciruelo
(Spondias purpurea), llamado por Córdova Yágapiáache, actualmente Yagabiadxi en
el sur El Istmo. Finalmente, el árbol del Oeste sería un maguey, posiblemente el
“Maguey grande de que no sacan vino. Tóbayée” registrado por Córdova; dubaguie´
diríamos en Juchitán, dubayé”. Las características de los cuatro árboles en FejérváryMayer es su estado de inflorescencia. (…)
En cuanto a la cultura maya, los estudiosos están de acuerdo en que la cruz esculpida
en la mitad superior del sarcófago de Pacal, en el Templo de las Inscripciones de
Palenque, es un árbol de la vida; sin embargo, existen diferencias en cuanto a la
apreciación de su referente en el mundo natural, Sodi lo identificó como Ceiba
estilizada, la misma identificación que hizo Villa Rojas de la figura que se encuentra en
el cuadro central de la página 75-76 del Códice de Madrid, donde aparece una imagen
cuatripartita del mundo.
Una nueva corriente de investigadores norteamericanos ha cambiado un poco la
interpretación de la cruz que aparece en el Templo e la Cruz, en el Templo de la Cruz
Foliada y en el Templo de las Inscripciones; la han llamado “Árbol del Mundo enjoyado
y adornado con espejos”, cuyo nombre jeroglífico es wahkahchan, que significa
literalmente árbol elevado; y dicen que se trata de “una exuberante caña de maíz
cargada de mazorcas maduras”. No obstante, agregan que:
[…] las cruces yucatecas de hoy en día también se denominan Yax che´, Primer Árbol
(o árbol verde)”. Da la casualidad de que yax che´ es también el nombre de la Ceiba y
que contamos con imágenes naturalistas de ceibas cargadas de fruta que representa
al árbol del Mundo y pertenecen al periodo Clásico. (Freídle, Schele y Parker, El
cosmos maya, pp.49-51.)
Sin embargo, dadas las relaciones culturales entre los binnigula´sa´ y los mayas, el
Árbol de la Vida o Primer Árbol del Mundo, estilizado en forma de una cruz, siempre ha
sido la representación de la Ceiba; pero mientras que entre los primeros se distingue
por su anchura y sería la C. pentandra, por lo cual se llama yaga xèni, `árbol ancho’,
entre los segundos sería la C. aesculifolia. En cuanto a las mazorcas vistas en las
cruces foliadas, no se trata de las que dan la cañas de maíz, sino de las que aparecen
con el nombre de las ceibas en diidxazá, piògo en Córdova y en El Istmo actualmente
bioongo´, y les da el nombre literal de `árbol de mazorca de algodón.
Y se levantó la Gran Madre Ceiba, en medio del recuerdo de la destrucción de la
tierra. Se asentó derecho y alzó su copa, pidiendo hojas eternas. Y con sus ramas y
sus raíces llamaba a su Señor.(Chilam Balam de Chumayel, p. 63-64.)
Como vemos, esta forma de concebir el mundo con la Ceiba como centro llegó hasta
el Posclásico, según el registro del Libro de Chilar Balam de Chumayel; y por esta
misma vía de la tradición oral hasta la época colonial, cuando el texto oral fue
registrado con el alfabeto latino. Y este símbolo, la Gran Ceiba Madre, llegó hasta la
actualidad, plantada en el centro de San Bartola Coyotepec, al igual que en otros
pueblos de lo que se considera fue el territorio de la civilización mesoamericana. Esto
es lo que escribió Barrera Vázquez a propósito de la Ceiba-cocodrilo representados en
la Estela 25 de Izapa.
Siendo la tierra misma este monstruo que, sin duda, según las estelas de Izapa, se
concretaba en un cocodrilo o caimán −como raíz de la ceiba− que vive remojado en
las aguas, éstas y la tierra misma se confunden […] (Barrera Vázquez, “La Ceibacocodrilo”, en Anales del INAH, época 7ª. Tomo V, p. 205.)
Debemos recordar que en esa estela el cocodrilo tiene la trompa en un caracol que
está metido en el rectángulo que representa la Tierra; a su vez, el caracol es un
símbolo marino, es decir acuático. Los nombres del cocodrilo y el lodo, un producto de
la mezcla de la tierra y el agua, están emparentados fonéticamente en diidxazá.
Según el registro de Córdova, el primer nombre del “lagarto grande de agua o
cocodrilo” es pènne, y el del cieno o lodo es pènne o pànne, actualmente en esta
misma lengua en el sur El Istmo los nombres son: beñe, lodo y be´ñe, lagarto. Es
posible que esta semejanza fonológica haya motivado la relación simbólica entre
lagarto y tierra y haya originado la sacralizad de la tierra barrosa o lodosa, re nanade
yu o nanati yu, que se menciona en los sermones primero y segundo, respectivamente
(…).
Por otra parte, el nombre del símbolo acuático en diidxazá, el caracol grande con que
tañen, según Córdova es paa-niçatàopáni, donde la primera palabra antes del primer
guión es el nombre del caracol, la segunda es `mar´. Mar `generalmente´ es
niçatàopáni, que se puede separar a su vez en los siguientes componentes: niça,
`agua´; tào, lo podemos traducir como grande o sagrado y pàni es `viva´. Entonces el
nombre del mar, que forma parte del nombre del caracol, quiere decir: “agua sagrada
viva”; es decir, el agua primordial de la vida, idea que fue compartida más tarde por los
mexicas:
[...] la existencia compartida de tierra y agua en el inframundo o parte subterránea del
mundo, sobre el que habitan los hombres, lo que de algún modo se origina en el
momento mismo de la creación de la Tierra y pertenece a eso que podemos llamar el
Agua primordial, que es también el origen de la vida y explica, en definitiva, la
incansable actividad vida-muerte que justifica la interacción del mundo en que vivimos.
Del estudio iconográfico de Alcina Franch sobre las representaciones de TlálocTlatecuhtli en ocho esculturas mexicas, concluye:
[…] la cosmovisión prehispánica determina la relación de cielo-inframundo y tierraagua, haciendo que el agua no solo sea el mar que rodea a la tierra sino el medio en el
que flota y que se vierte al exterior en forma de fuentes y ríos, especialmente en las
cuevas, y que finalmente se precipita desde el cielo en forma de lluvia acompañada de
rayos y truenos. (Alcina Franch, idem. p. 351.)
Mitos y leyendas u otros relatos:
EL ORIGEN MÍTICO DEL TEMAZCAL
Moedáno (1977) Proporciona la siguiente leyenda sobre el origen mítico del Temascal,
procedente de la comunidad mestiza de San Francisco Tepeyac, en el Valle poblanotlaxcalteca:
Había una princesa muy hermosa, a quien su madre cuidaba con esmero. Cuando
tenía que salir, la encerraba con siete llaves, pero un día la Providencia divina la
castigó mandando a un anciano hasta las puertas del castillo. Por suerte, cuando tocó,
la princesita salió a abrirle, después de hablar un momento, éste le entregó un vasito
con agua, diciéndole que lo tomara y vería sus deseos realizados. La princesita, sin
malicia ni desconfianza, obedeció. Al poco tiempo sintió un cambio en su organismo y
cierto malestar, hasta que pasados los días y los meses, nació un hermoso niño.
La madre de ella se extrañó y a la vez se enojó mucho, arrojando al niño en una
laguna, al sacar su red, vio algo raro; cuando se dio cuenta que era un niño tuvo gusto
y le dio lástima, por lo que luego, luego, se quitó su faja para sacarlo y su camisa lo
enredó para llevarlo a su mujer, que no tenía hijos. Al entrar dijo: ¿Mira lo que
Encontré?, ¿Lo vas a querer? , y ella dijo: ¿Dónde lo hallaste?, entonces el pescador
le contó la historia. Mientras el niño crecía al lado de sus padres adoptivos, la madre y
la abuela fueron convertidas en un baño de temascal. De la vieja salió el atizador
donde siempre ha de sentir el martirio de las brasas, y la princesita formó el “Mundo” o
“Globo” para dar calor a todos los que quieran, ya que su hijo se lo negó, aceptando la
infamia que su madre le propuso. Y cuentan que esto ocurrió un 24 de junio, por eso
cada día 24 se adornan los baños de temascal con un rosario de flores, un sahumador
y una cruz formada con pétalos de rosa a la entrada, para que todo el año estén
protegidos del amo “el diablo”.
Otra narración recopilada por Moédano proviene de San Andrés Chicahuaxtla,
Oaxaca; dice así:
Un día el Sol riñó con su esposa, la Luna, enviándola a vivir a la tierra. Sus hijas, las
estrellas, viendo el desamparo en que estaba su madre, acordaron hacerle una casa
para que allí habitara. Esta casa es la llamada temascal y allí habita hasta la fecha.
Una versión más en que queda implícito de alguna forma el origen del temascal está
relacionada con el mito cosmogónico del Sol y la Luna registrado en varias
comunidades de Oaxaca y Veracruz. En síntesis es la siguiente:
El origen del temascal tuvo lugar cuando una vieja crió a dos niños gemelos (Que en el
futuro serían el Sol u la Luna), quienes mataron a su padre, el venado, por no
gustarles como rellenándolo con jicotes, avispas y abejas. La vieja fue en busca de su
marido y sólo encontró el cuerpo, le habló con insistencia, y al no contestarle le dio
puñetazos. La piel se rompió, salieron los insectos y la picaron ferozmente. La vieja
regresó a su casa adolorida y enfurecida, y reprendió a los niños. Éstos se prepararon
un baño de temascal y la invitaron a que entrara para cruzarse. Ya que estaba dentro,
los niños cerraron la puerta herméticamente y dejaron que se muriera de calor y de
asfixia, pero antes le indicaron cuál sería su misión como deidad o espíritu protector
del baño de vapor y de los recién nacidos, señalándole también sus poderes tanto
benéficos como maléficos (Espejo, Alberto. et. al. 1994).
Víctor de la Cruz, en algún pueblo de Oaxaca recogió un mito donde la lagartija es el
símbolo del agua, del rayo, de la lluvia y la sequía, sin especificar el nombre del lugar
donde obtuvo su información, lo cual nos sirve para aclarar este nombre de día.
En la cumbre de una montaña vivía desde antes del amanecer del mundo el Viejo
Rayo de Fuego, Cocijoguí, era el rey y señor de todos los rayos grandes y pequeños.
Al pie de su trono deslumbrante tenia bajo su custodia cuatro inmensas ollas de barro
donde guardaba encerrados, en una, a las nubes; en la otra al agua, en la tercera al
granizo y en la cuarta al aire. Cada una de estas ollas, a su vez, estaba vigilada por un
rayo menor en forma de “chintete” o lagartija.
Este es un fragmento del relato mítico que recogí:
Y dice que estando sembrando ahí con un compadre que tenia el, estaban sembrando
una mañana y vieron que se formo una nube en el cerrito de Monte alban; se empezó
a formar así y empezó a caminar – decían ellos- y en lugar de traer agua traía rayos.
Entonces vieron que venia avanzando y en un ratito ya lo tuvieron encima. De repente
oyen un gran trueno al lado donde estaba su compadre, cuando pensaba mi abuelo
que había matado al compadre cuando se fija para abajo y ve que su compadre ya
esta levantando un chintetito:
-Mira, dice, este es el rayo.
Por eso decía mi abuelo, cuando vayan al campo hay un chintetito que parece
lagartijita, por que la lagartijita es ágil así. Pero este chintetito tiene brillantes aquí,
brilla mucho. Es más chiquita, es más bonita, pero es trepador y la lagartija no trepa,
no mas corre. Y este chintetito – dice- que lo agarra y le dice:
-Mira este es el nahual del rayo, aquí esta, aquí lo tengo. Pero cuando se acercarondice- vio que estaba llorando, le salían lagrimitas-. Éste es nahual aprendiz, pero me lo
voy a llevar, vas a ver como lo voy a castigar.
-Y se lo llevaron para su casa y lo mete en un jarrito, con sal adentro; lo pone a la
mitad y lo encierra ahí. No se que virtud tiene la sal que no pudo salir el chintetito, no
mas asomaba las manitas- y dice- y le escurrían sus lagrimitas. Y dicen que al otro día
cuando estaban ya por terminar su faena, entonces dicen que no trabajaban mas de
las doce; y ya se iban a descansar cuando ven que venia aquella mujer y aquel
hombre a lo lejos. La mujer hasta se caía de la desesperación de que venia
caminando y les hacia el sombrero así a lo lejos. Cuando ya se acercaron-decía mi
abuelo, por que no decía el hombre si no el cristiano aquel- cuando se acerca dice:
-Oigan, amigos, saben que…Hey, tú amigo, devuelve a mi hijo, no seas cabrón- le dice
el señor.
-Pues, cual tu hijo? Yo no tengo ninguno
-Claro que sí tú lo tienes, ayer lo agarraste. No seas canijo-dice-, es que es nahual
nuevo; no sabe bien como se hace.
-No, no lo tengo.
Total que le logra sacar la verdad.
- Bueno, si lo tengo.
-Entrégamelo no seas malo y velo por ese dolor de esa madre que viene ahí atrás.
Mira como esta llorando, hazlo por ella.
Se compadece el señor este, y dice:
-Pero con una condición, por que tu hijo me quería matar. Que tal si me agarra el rayo
me mata.
-No- dice-, mira. Dámelo con una condición. Yo me encargo de que este año el agua
llegue bueno para tu cosecha.
Le dice el compadre aquel de mi abuelo:
-Bueno, te lo voy a dar con una condición: que le enseñes bien y que me traigas agua
para mi milpa.
Acordaron bien- dice:
-Y cómo voy a hacer para entregártelo.
- Así como lo tienes, no tengas miedo; por que vas a ver otra vez lo que viste ese día.
Y dice que llegaron a la misma hora cuando lo llevaron. Y que mero la hora cuando vio
que se levanto aquella nube, iba a volver a ver otra vez la nube.
-No tengas miedo- dice- , por que voy a ser yo.
Entonces, después, al otro día agarra lleva su jarrito que tenia la sal allí y lo lleva a la
cabecera de la tierra. Cuando ve que se empieza a formar la nubezota dice que ve
como viene otra vez pero echando grandes truenos, pero ya casi cuando esta cerquita
se sube el jarrito [ a la cabeza] y se oye un gran rayo. Se va el rayo. Piensa en mi
abuelo que ya estaba muerto su compadre, cuando se da cuenta, que estaba mas vivo
que nada. Y dice:
-Mira compadre, ya se fue el chintete.
La sal seguía allí, el chintete se fue. Dice que ese año tuvieron una cosecha excelentecontaba mi abuelo.
No obstante, no hay que especular tanto para encontrar este nombre de día en otra
parte, pues en el Vocabulario de Córdova hay entradas donde aparece la raíz del
nombre: “ lagarto y grandezillo que comen”, cotàche, actualmente guchachi´ en El
Istmo; “lagartixa verde” , cotácopéche, que seria en El Istmo guragu´-bidxi´, ´lagartijasapo”; “lagartixa de esotras”, cotache, para este nombre tenemos dos posibilidades en
El Istmo: guiu, que es una especie de iguana pequeña de cola corta, y guragu´, la
conocida lagartija. En cuanto al color azul con el cual se pintaba a la lagartija en los
códices, hay que recordar que la turquesa, símbolo del agua, es de color azul-verde,
por lo que en Córdova encontramos el nombre de esta piedra preciosa como quíe
quézanagáa, “piedra preciosa verde”.
En conclusión, que la lagartija simbolice la abundancia de agua tiene un origen mítico,
mientras el uso de color azul para pintarla tiene su origen en el color de la turquesa.
Por lo que se refiere al glifo de este nombre de día, aunque no soy arqueólogo ni
epigrafista, siendo la lagartija el nahual o guenda de Cociyo – dios del rayo y el aguasupongo que la representación glífica pudo ser hasta el Clásico el rostro de este dios y
a partir del Posclásico la figura del guenda mismo. la lagartija .
En su ensayo Wilfrido C. Cruz escribió que “Ni Burgoa ni Córdova ni Gay, no han
hablado de los Binnigulaza. Su tradición es mas conocida en El Istmo de Tehuantepec
que en cualquiera otra región del estado […].” Pero Burgoa no recopiló este relato
mítico no porque no lo hubiera oído, sino mas bien por mezquindad o porque desde su
ideología cristiana “son tantos los desatinos de sus historias y pinturas que el demonio
les persuadía, que es indecente referirlas” (Burgoa, Geográfica descripción, t.1 p. 412.)
Por esto mismo se cree que Burgoa conoció el mito de la creación de los binnigula’sa’
y lo desechó porque resultaba dañino para su labor colonizadora; aunque no lo llame
con este nombre, a este mito de origen se refiere cuando escribió:
[ … ] porque ni los egipcios, ni caldeos, fueron tan ciegos en estas vanidades, como
estos, ya por preciarse de valientes, se hacían hijos de leones, y fieras, silvestres, si
grandes señores, y antiguos, producidos de árboles descollados y sombríos, si
invencibles y porfiados, de que se preciaban mucho que los habían parido escollos, y
peñascos, y como su lenguaje era tan metafórico, como el de los palestinos, lo que
querían persuadir, hablaban siempre con parábolas , y sus historiadores formaban
caracteres, de lo que decían. (Burgoa, Francisco de. Idem.)
Con este fragmento el dominico reconoce que oyó el mito, y, de paso, que los
binnigula’sa’ tenían códices donde registraban con caracteres sus mitos e historias. En
su ensayo, Cruz analiza las acepciones de la palabra según sus partes, la primera de
las cuales es la siguiente:
Binnigulaza quiere decir gentes que se dispersaron mutuamente, entre ellas mismas
ya por su propia voluntad o combatiéndose; bene o bini [binni], es gente; gulaa [gulaa],
partir, dispersar; záa [saa], entre si […]. (De la Cruz, Víctor. el Tonalamatl zapoteco,
Pág. 143).
Esta interpretación es la que da origen al titulo del libro de Henestrosa. La segunda
acepción de la palabra remite a lo que Burgoa se refirió cuando Cruz escribe:
[…] otros creen que la palabra significa gente nacida de los árboles, de Bene o bini ,
gente ; gù, raíz o camote, lacza [la’sa’], lo que es elástico ; basados en la tradición que
relata que los zapotecas nacieron de los árboles , quizás de sus raíces más flexibles,
de donde salieron se refiere, los bravos guerreros […] (De la Cruz, Víctor. El
tonalamatl zapoteco, Pág.143)
Me parece claro que esta interpretación aportada por de la Cruz contiene, sintetizada,
el relato mítico del origen de los binnigula`sa` mencionada por Burgoa en la cita
anterior. Ahora leamos la versión de Henestrosa con la cual según el da categoría
literaria a la tradición moral zapoteca. Desde nuestro punto de vista, esta tradición
tiene en si misma dicha categoría; en todo caso, el merito de Henestrosa es realizar el
transito a la categoría de la literatura escrita contemporánea:
Binnigulaza, sin preocupaciones filológicas, denota solamente un grupo de hombres
que existió hace muchísimo tiempo. Estos hombres fueron, si se atiende a un relato
que forma parte del cuerpo total de la leyenda y que es muy poco conocido, gentes
feas, de gran estatura, algunas casi gigantes. No se sabe por conducto de quien, un
dios desconocido quiso imponérseles y habiéndole desobedecido, mando destruirlos.
Y se quiere colocar los días en que ocurrió esta catástrofe cercanos, revueltos con los
días del diluvio universal; terminan diciendo los que así la entienden que, a parte de
los monolitos y trastos de cocina que los ríos arrastran cuando la lluvia los hincha de
furor, o que aparecen en las grandes excavaciones, nada mas se sabe de los
binnigulaza. (Henestrosa, Andrés. “Dioses, santos y reyes. Binnigundaza” en Los
hombres que disperso la danza y algunos recuerdos, andanzas y divagaciones, Pág.
23.)
De igual manera a Víctor de la Cruz, Andrés Henestrosa inspirado por este registro la
acepción mística de la palabra que Burgoa no quiso recoger, escribió en la primera
edición de su obra.
No solo en Juchitán y Tehuantepec, se conoce la historia en la que se refiere que los
zapotecas se decían así mismos descendientes de los árboles, con mas frecuencia de
sus raíces y también de algunos animales. La partícula gulàza [gula’sa’], desecha en
dos tantos (gúlàza) [gu] quiere decir, raíz, camote, la primera, y la otra [ la’sa],fibra .
Por extensión, lo que es flexible, como la fibra en este caso los binnigulaza fueron
gente nacida de las raíces de los árboles. (Henestrosa, Los hombres que dispersó la
danza, 1ª edición, 1929, Pág.13.)
Aquí podría argumentarse en contra que este texto de Henestrosa se pudo haber
inspirado en Burgoa, aunque Cruz, su antecesor, no lo hubiera conocido, pero no fue
así, porque en la primera edición de Los hombres que disperso la danza, su autor
evidentemente aun no conocía el texto del dominico, al cual hará referencia,
transcribiéndola en una nota de pie de pagina, en las subsiguientes ediciones. Esta
acepción de la palabra binnigula’sa’ no copia, sino que coincide con el relato de
Burgoa; y confirma que los autores citados abrevaron en una fuente oral, como lo hizo
el dominico en el siglo XVII, lo que escribieron no fue solo producto de su imaginación
poética.
Desde luego existe no solo un problema de interpretación metafórica correcta del
sentido del nombre, sino también un problema ortográfico entre binni coláça-gula’sa’ y
binni-gula-zaa, pues el primero quiere decir, siguiendo el Vocabulario, ‘ personas
antiguas’ , y el segundo, ‘gente-anciana-zaa; el primero se refiere a la gente anciana
simplemente, mientras que el segundo habla de manera explicita de ‘ gente-ancianade las nubes’ .Pero el problema se complica porque, según oí , el uso de la palabra
binnigula’sa’ en Juchitán no solo quiere decir ‘gente anciana’ , para lo cual se usa la
palabra binnigola o binngula en otros lugares cercanos; sino que se refiere de forma
especifica a los antepasados, de cuya destrucción se habla en un relato parecido a la
de los hombres de palo del Popol Vuh , según recuerdo haber oído de niño.
Las versiones telúricas del mito de origen de los binnigula’sa’ analizadas arriba, en
principio, parecerían ser exclusivas de la cultura za; sin embargo, como veremos, no
es así, pues la comparten con los mixtecos (…) donde la primera mujer y el primer
hombre brotan del tronco de una Ceiba. (Códice Vindobonensis, anverso, Pág.37.)
La versión celeste del mito de origen de los binnigula’sa’, o mas precisamente sobre el
origen del hombre en general, es claramente mesoamericano, pues es compartida
también por los mixtecos y los mayas. Esta otra versión la registro Burgoa a propósito
de la fundación de Xaquija o Teotitlán del Valle:
[…] Fue la fundación de este pueblo antiquísima, de las primeras de la zapoteca y sus
señores por el sitio de este ídolo muy temidos , fingiendo su origen haber venido del
cielo, en figura de ave, en una luminosa constelación […] (Burgoa, Francisco
Geográfica Descripción, tomo II , Pág. 119.).
A este aspecto celeste del mito se refiere López Chinas en su análisis filológico del
termino binnigula’sa’ que el escribe a su manera: “también se cuenta que Vinnigulasa
quiere decir gente antigua engendrada de las nubes (Vinni[Binni] gente; gula, antigua;
zaa [za] , nube)”. (López Chiñas, “El Venado, Vinnigulasa (Cuentos de Juchitán) Pág.
17.).
La representación escultórica de esta versión la registro el mismo Burgoa de esta
manera:
[…] Tenían una de un ídolo, que llamaban el Corazón del Pueblo, era de grande
veneración, y la materia tenia mucho aprecio, porque era una esmeralda tan grande
como un grueso pimiento de esta tierra, tenia labrado encima una avecilla , o pajarillo,
con grandísimo primor y de arriba abajo enroscada una culebrilla con mesmo arte , la
piedra era transparente, que brillaba desde el fondo, donde parecía como la llama de
una vela ardiendo […] (Burgoa, Francisco de. Geográfica descripción…, tomo I , Pág.
332.).
Víctor de la Cruz LA FLOR DE LA PALABRA. Un bosquejo de la Cultura Gula’sa’ p. 9:
“En cuanto a la actividad literaria se refiere, sabemos de su existencia por los términos
que logró rescatar Córdova en su Vocabulario.(. . .) Y aunque no contamos con
muchas creaciones literarias de la época prehispánica que se hayan recopilado recién
iniciada la invasión extranjera, la tenaz memoria zapoteca logró conservar tres
ejemplos: dos libanas o sermones, casi completos, y un fragmento de poema-canción,
de indiscutible origen prehispánico los tres. El fragmento del poema-canción, al cual
me refiero, está relacionado con el mito de creación del hombre y el diluvio en la
cosmología de los binnigula’sa’.
ZIABA NISAGUIÉ’
Puumpu, ca puumpu, ¡au!
Ziaba nisa, ziaba guie,
Ziaba nanda, ziaba yu.
Puum pu, ca puump, ¡au!
ma’ cheguirá guidxilayú.
EL DILUVIO
Cántaro, los cántaros, ¡au!
Caerá agua, caerán piedras,
Caerá frío, caerá tierra.
Cántaro, los cántaros, ¡au!
Ya se va a acabar todo el pueblo de la tierra.
Deidades y personajes míticos relacionados con el agua:
La grafía cosijo es completamente autentica. Aparece en varias entradas del
Vocabulario en lengua çapoteca que publicó Juan de Córdova en 1578:
Dios de las lluvias Rayo del cielo Rayo caer del cielo Rayo dar o herir alguno Rayo ser herido con el (Rayo) herido del Tronar. Vide hablar Tronido o trueno -
Cosijo
Pichijte quij quiepáa cosijo, quij cosijo.
Táce cosijo.
Quiquiñe cosijo, coti.
Titiñea cosijo. Pi.
Piquiñe cosijo.
Tinñij cosijo, tinñijxoó cosijo.
Con xilinjñij cosijo, xilinñijxóo cosijo.
De estas entradas se ve que Cosijo es el dios de las lluvias. Pero además es una
fuerza natural, el rayo. Cuando truena, tinjñij cosijo, Habla cosijo, habla el rayo. El
rayo mismo se puede denominar como quif cosijo, el fuego de Cosijo, y cuando cae un
rayo, táce cosijo, cae cosijo.
(…) Sin duda, Cosijo es el homólogo zapoteco de Tlaloc de los Mexicanos. Chac de
los Mayas y Tajín de los Totonacos, como ya dijeron Caso y Bernal (1952,p. 17). La
importancia de esta deidad es algo perfectamente natural para los pueblos agrícolas
cuya supervivencia depende en gran medida de las lluvias necesarias para el
crecimiento de sus siembras.
Víctor de la Cruz LA FLOR DE LA PALABRA. Un bosquejo de la Cultura Gula’sa’ p 12:
“La lengua de los binza (binni, `gente’; `nube’ ) comúnmente llamados “zapotecos” se
llama diidxazá: De diidxa’, “palabra, verbo, lengua”. El segundo elemento del nombre
de la lengua y de la etnia, za, generalmente se traduce como “nube”; sin embargo en
esta palabra puede haber más implicaciones mitológicas de los binnigula`sa´. Fray
Juan de Córdova, en su Arte, nos dice que “Tenían también otros nombres conforme
a el orden como nacían”. Da primero el nombre de los hijos varones según su orden
de nacimiento y después los de las hijas:”A las hijas llamaban de esta manera: A la
primera Zaa”. En la construcción del nombre de Zaachila puede estar presente esa
palabra, zaa, que usaban para designar a la primera de las hijas; y es la misma que
interviene, en mi opinión, en el nombre de la lengua y la etnia. Chijlla o lagarto”; y si
entendemos al lagarto como símbolo de la tierra, entonces Zaachila sería la “primera
hija de la tierra”. Por lo tanto un significado profundo, mítico del nombre de la etnia y la
lengua sería “los descendientes de la primera hija del lagarto sagrado” y la lengua de
la “primera hija del lagarto”, respectivamente”.
ENFERMEDADES ATRIBUIDAS AL AGUA Y LAS DEIDADES ACUATICAS
(…)”Según Eliade, el agua entre los grupos indígenas de México como en otros
conjuntos culturales es germinativa (1964: 178), ya que simboliza la totalidad de las
virtudes y es la fuente de todas las posibilidades de existencia. En la cosmología, en
los mitos y la iconografía el agua es el cimiento de todo el mundo. En su intrincado
simbolismo adquiere vida propia; trae bienestar, pues es curativa, y particularmente
peligrosa cuando el hombre transgrede normas éticas que corrompen las virtudes del
agua y los beneficios que de ella obtiene. Las deidades acuáticas de los mexicanos,
desde su historia antigua, son las componentes de un orden cósmico complejo en el
que las fuerzas sobrenaturales manipuladas por estos seres referían el temor a los
desastres, las enfermedades y las sequías. Como apunta Félix- Báez (192: 252), estas
imágenes son componentes de nuestro sistema psíquico, inquietantes a las que hoy
llamamos fantasías y pueden llegar a complicar el estado anímico. Por ejemplo, el
susto es atribuido a la acción directa de fenómenos naturales como lluvia, viento,
rayos y relámpagos, conceptualizados como seres con voluntad y conciencias propias,
derivaciones de Tlaloc y Ehécatl (aire) que en el mundo náhuatl son el símbolo
religioso fundamental de la actividad agrícola.
DIOSES ACUÁTICOS ENVIADORES DE ENFERMEDADES
Para entender la acción patógena de las divinidades acuáticas entre algunos grupos
indígenas de México, es necesario mencionar que tales causalidades de
enfermedades tienen antecedentes desde la época prehispánica. Así los cronistas
novohispanos se refieren a una divinidad acuática que no solo guardaba relación con
este elemento de la naturaleza, sino también con los diversos planos del cosmos
indígena. A estos dioses les desvían rendir culto para evitar calamidades y a su vez
pedir salud para los enfermos. Por ejemplo, el culto a Tlaloc estaba relacionado con
los cerros. Al respecto, informantes de Sahagún refieren que los naturales de ese
tiempo tenían por concepto que:
…todos los montes eminentes, específicamente donde se arman nublados para llover,
imaginaban que eran dioses, a cada uno de ellos hacían su imagen, según la
imaginación que tenían de ellos también imaginaban que ciertas enfermedades, las
cuales parecen que son enfermedades de frío, procedían de los montes o que ellos
tenían poder para sanarlos (1956: 277).
Esta enfermedad, según el cronista español era gota que afectaba las manos, los pies
o cualquier parte del cuerpo, y pararse yerto (quedarse tieso de frío). Las personas
afectadas debían hacer botos a estos dioses, que en la tradición prehispánica se
encuentra bien identificado como el dios del aire Ehécatl, la diosa del agua,
Chalchiuhtlicue y el dios de la lluvia y los rayos, Tlaloc.
Otro dios que provocaba enfermedades en el mundo náhuatl era Tezcatlipoca –en una
de sus advocaciones es el “Señor del frío” – al que los cronistas españoles tomaron
por un dios malo que daba a los vivos pobreza, miseria y enfermedades contagiosas
como lepra, bubas, sarna, gota e hidropesía. Las enviaba porque no cumplían con las
normas rituales y penitenciarias que obligaban al hombre prehispánico a ayunar o
mantenerse en abstinencia sexual durante alguna fiesta dedicada a Tezcatlipoca por lo
que provocaba su ira y castigaba compartiendo su acción patógena conclave.
Por tanto, las enfermedades que guardan relación con el agua como agente
enfermante supone el quebrantamiento de alguna norma ritual Dierschy (s/f: 292)
menciona el caso de las fiestas dedicadas a los dioses de la lluvia, las fiestas de
Atemoztli, las cuales se efectuaban en diciembre. Por ejemplo en el transcurso de las
festividades, los ancianos de más te 70 años bebían vino sagrado que obtenían del
jugo del maguey o sea el pulque que constituía también una pócima medicinal.
Solamente dentro de los limites del culto a estos dioses (Tlaloc y tlaloques) era
permitido a los ancianos beber pulque y hasta emborracharse; a los jóvenes les estaba
prohibido, si se les encontraba ebrios eran ejecutados sin contemplaciones. Aquellos
que habían empezado a beber muy temprano o en secreto eran castigados por los
enfurecidos dioses tlaloques con un estado de delirio, que se caracterizaba por la boca
torcida, el temblor de los párpados y labios, y la fluxión de los ojos.
…autores como González (1979: 1457) y Caso (1994: 80-82), dicen que quienes se
enfermaban de hidropesía, lepra y otros padecimientos relacionados con los dioses
desagua, así como los muertos por accidente en el agua o por un rayo, iban a morar al
paraíso de Tlaloc, ubicado en el este y sobre los montes de la Sierra Nevada. Tenían
la creencia de que Tlalocan o el paraíso de Tlaloc era un lugar de abundancia, donde
crecían toda clase de árboles frutales y abundaba el maíz, el frijol, la chía y otros
alimentos. Al respecto, Sahagún recopila de sus informantes que los naturales
colocaban una rama seca al enterrar al que había sido elegido por el dios de la lluvia y
allegar el difunto Atlalocan, la rama reverdecía, indicando que en lugar de la
abundancia se adquiría una nueva vida. Al alcanzar este paraíso el bienaventurado
entonaba un largo canto, probablemente dando gracias al “Señor que hace brotar las
cosas”, y después se reunía con sus compañeros con quienes se creía disfrutaría de
una vida armoniosa.
Las enfermedades que parecían ser provocadas por el frió (gota, parálisis, dolores
reumáticos, etc.), se atribuían a las divinidades de la montaña, de donde provenían los
nublados lluviosos, y a los dioses lluviales o tlaloques que a su ves estaban
subordinados al dios Tlaloc.
Respecto a la acción patógena atribuida al agua según los médicos hispanos de la
colonia. Ortiz nos dice (1987: 399), que las enfermedades frías y húmedas asociadas
con Tlaloc fueron retomadas por galenos como Farfan y Vetancur, quienes
incorporaron dichos remedios a la medicina ortodoxa española, en un proceso que
Juan Comas llamó “aculturación inversa”, usando las mismas hierbas para curar la
locura atribuida por los aztecas a los tlaloques. Estas hierbas son el yauhtli y el
iztauhyatl; quizá fueron aceptadas en la farmacopea virreinal por ignorancia de los
iberos en cuanto a la etiología nativa, o bien, se les borro toda asociación religiosa
para hacerla aceptable a la terapéutica ortodoxa.
Las Relaciones geográficas del siglo xvi refieren enfermedades causadas por la
enfermedad y el frío. Así mismo mencionan de manera desdeñosa el tratamiento que
estas reflejaban en ese entonces en el pensamiento helénico de los colonizadores
españoles:
En las enfermedades que estos indios tienen, proceden todas las más de frialdad, por
ser la tierra y asiento del pueblo húmedo y frío y dormir, como duermen en el suelo y
como malas comidas y andar descalzos. Juranse bestias mejor porque, si están con
frío se ponen al sol, que es enfermo hasta que los traspasa, desnudos en pelo, y, si
tienen calentura, se desnudan y se meten en el río y se bañan muchas veces, y
algunos se meten en baños calientes y, después que salen sudando se ponen al aire y
se echan agua fría, de que se pasman y mueren dello. Hay entre los nativales algunas
indias e indios embaidores que se hacen médicos de curar, sin ser sabedores de
nada, antes entiendo que son hechiceros, porque la cura que hacen es henchir una
jícara de agua, y ahí miran al cielo y andan soplando por la casa y dicen algunas
palabras que no se entienden y aprietan las carnes del enfermo y dicen que les sacan
gusanos, y hacen otras apariencias de curar y queda el enfermo tan malo como de
antes, hasta que dios nuestro señor le da salud, o muere. Y esta gente, esta
supersticiosa que creen que estos hechiceros les curan. Cúranse con algunas hierbas
salutíferas que hay en este pueblo (relación de chilchotla, 1987: 110).
La cita anterior es interesante ya que alude a una de las prácticas terapéuticas que
actualmente la medicina moderna ha incorporado.
Como sabemos un baño de agua tibia es un recurso al cual recurren médicos alópatas
para bajar la fiebre.
AGUA CONTAMINANTE Y ENFERMANTE
La concepción que se tenía sobre el agua como agente contaminante y enfermante en
el México antiguo estaba íntimamente relacionada con el carácter religioso de esta
época, por la cual los dioses prehispánicos eran objeto de culto y se efectuaban
ceremonias rituales para pedir lluvias y prevenir calamidades. Durante estas fiestas se
debía guardar cierto comportamiento que imponían las normas rituales: ingerir
alimentos sagrados -algunos de los cuales tenían fines terapéuticos y de prevención
de enfermedades– y no beber líquidos. Por ejemplo, en las fiestas dedicadas a
Huitzilopochtli, nos dice el padre Durán:
En este mismo día era presentó muy guardado en toda la tierra de que no había de
comer otra comida si no tzoalli con miel que era masa de aquel ídolo era echo la
comida que había de comer luego en amaneciendo y había de beber agua ni otra cosa
ninguna sobre ellos asta pasar al medio día (Durán 1980:95-97).
Síndromes de filiación cultural y otras enfermedades del agua
Los lugares donde habitan dueños y lugartenientes del agua deificada, tienen una gran
relación con el culto al vital líquido, ya que en muchos casos podemos ver en la
geografía de varios pueblos de origen nahua que el nombre se deriva del vocablo en
atl, que en lengua española significa agua. El vinculo entre la geografía y la mitología
se manifiesta en la tradición oral de los pobladores (para los zoques, la nowayomo es
en realidad una víbora o mujer serpiente, tal asociación entre el bello sexo y el reptil es
de raigambre prehispánica y perdura en las creencias de otros grupos indígenas de
México. Por otro lado, las enfermedades atribuidas a la nowayoma generalmente se
asocian a castigos por quebrantar normas socioculturales. Así sus victimas suelen ser
adúlteros, bígamos y en forma muy especial, violadores; también ataca los
trasnochadores, borrachos y toda persona que ande vagando de día y de noche
.Mención especial merece su aspecto como mujer rubia. Aspecto que adopta al
presentarse ante un varón soque que tiene tendencias a enamorar a mujeres mestizas
(Reyes ,1988: 126, 136 – 137).
En etnográficas de pueblos indígenas de México encontramos a entes sobrenaturales
que fungen como lugartenientes de lugares húmedos y fríos , nos referimos a los
duendes o espíritus del agua que probablemente son equivalentes a los tlaloques de
los tiempos prehispánicos .Matsen nos habla de ellos en un estudio efectuado en San
Francisco de Cospa ( 1955 : 136 – 137 ) . Los duendes –llamados también enanitos en
castellano y awuatoton en nahua – controlan la lluvia o el trueno y los rayos . Puesto
que están constituidos de agua son de calidad fría habitan en cuevas y causan
enfermedades como el aire de cueva yeyecawuatshutsli (padecimiento similar al
reumatismo ) y manchas en la piel.
Los ahuatoton mandan las enfermedades cuando se sienten ofendidos por ejemplo, si
una persona señala al arco iris se le inflama el dedo, dolencia de calidad fría conocida
en nahua como centeahuatl. Esto ocurre por que el señalamiento constituye una falta
de respeto a los señores pluviales, quienes en consecuencia mandan a la enfermedad.
Si una persona es tonta y se quita el sombrero en gesto de saludo al arco iris y grita
“ven aquí ¨el aire frío pasara sobre el y penetrara Ens. Cuerpo , causándole
escalofríos, temblorina, dolores en todo el cuerpo y náuseas y cuando la ofensa a los
enanitos es mayor y provoca en ellos cierto rencor hacia alguien, le hacen ver un arco
iris blanco en la noche, que le producirá manchas blancas en el cuerpo , para las
cuales se considera no hay curación alguna. Otros seres antropomorfos asociados al
lago son los ¨chaneques¨ o ¨chalecos¨ algunos estudiosos relacionan la existencia de
chaneque con las figurillas arqueológicas de la cultura olmeca que abunda en la región
de los Tuxtlas en Veracruz ¨algunos informantes quienes afirman haber visto a un
chaneque dicen que los hay también negros y de pelo crespo. Igual que en los casos
anteriores los chalecos habitan en lugares húmedos con abundante vegetación y
agua. Viven en los torrentes, ríos, arroyos y montañas y también están relacionados
con todos los cuerpos de agua. En Santiago Tuxtla el chaneque es un ser terrible:
entre las más frecuentes se menciona el susto o pérdida del espíritu que en ocasiones
puede causar la muerte, sin embargo, estos seres tienen la virtud de conceder un don
a la persona; el más preciado, según los habitantes de Santiago Tuxtla es la virtud de
poder curar. En el sur de Veracruz este tipo de creencias sobre los chaneques están
relacionadas con lagunas encantadas donde se parecen mujeres muy hermosas
desnudas que de espaldas lavan su pelo. Espejo (1994:148) refiere que si un hombre
las mira de inmediato se avienta embrujado hacia ellas; las chanecas gigantas, como
también se les conoce, junto con su víctima desaparecen en un remolino en el centro
de la laguna donde quedan sumergidos. Pero además el agua donde viven dichas
mujeres están encantas y tienen propiedades mágicas; según las creencias locales,
quien beba de ella, queda fascinado lo que hace que se interne en el liquido y se
ahogue. En otros, el afectado se queda por horas mirando al agua como si la laguna le
hubiera robado el espíritu. Autores como Báez (1892) y Varket (1969) examinan las
diversas modalidades que las sirenas (y sus afines, las diosas del agua) tienen en las
cosmovisiones de los grupos indígenas de México para tal ejercicio recurren al
complejo sistema cosmogónico de las antiguas culturas mesoamericanas y a los
fenómenos de transformación sincrética operados a partir del periodo colonial. Para
Varket resulta claro que las divinidades del agua como la cihutlpipil de Tlaxcalancingo,
los fantasmas de Santa Anna Xalmimilulco, la sirena hmuthe otomi, la nowayomo de
los zoques de Chiapas y las chanecas del sur de Veracruz son sirenas de los cuerpos
de agua identificadas con los misterios de la “mujer llorona” como la diosa azteca
Cihuacoatl. De acuerdo con la mitología azteca existió una deidad llamada “la de los
faldellines de jade” –Chalchiuhtlicue- diosa de las aguas, hermana mayor de Tlaloc.
Ella mató a un hombre en el agua; se sumerge en el agua como espuma embravecida
por un torbellino, hace remolinos en el agua y lleva a los hombres a la profundidad.
Los hombres son su sustento en el agua.
Enfermedades atribuidas a los dioses nahuas prehispánicos del agua y sus
lugartenientes
Dioses
Enfermedad atribuida
Tláloc y tlaloques
Gota de las manos
Gota de los pies
Pararse yerto
Estado de delirio
Locura
Temblor de párpados y labios
Hidropesía
Tezcatlipoca
Lepra
Bubas (tumor blanco en ingle
y axilas)
Sarna
Chalchihuitlycue
Gota
Tortícolis
Aminito y Atlaua
Deposiciones sanguinolentas
Expectoración mucosa
Diarrea
Tos bronquial
Tos seca
Coriza (enfermedad de la
lluvia con sol)
Causas y terapias de enfermedades atribuidas al agua durante la Colonia
CAUSAS
Zonas húmedas y frías
ENFERMEDAD
Calentura
Aguas malas y
enfermantes
Calenturas prosternas
Empeines
Resfriado
Tos
Romadizo
Calentura
Enfermedad
Diarrea
Calentura
Malas aguas de la lluvias
de septiembre
Lagos y pantanos
TERAPIAS
Yerbas medicinales y
baños calientes
Bebedizos de yerbas
medicinales
Sangrías
Sangrías
Sangrías
Yerbas medicinales
Baños de agua fría
Aguas descongeladas
Agua de los ríos con agua
de lluvia
Reumas
Retenciones de orina
Dolores de riñón
Hernias
Hidropesías
Enfermedades de la piedra
Hinchan el cuerpo
Reumas
Ronqueras
Obstrucción de pecho y
garganta
Entre los zapotecos, la envidia o la cólera pueden provocar muina, o, en los niños,
chipilez, dolencias psicogenéticas que envenenan la sangre, hinchan el corazón y, si
no se frenan, finalmente llevan a una disminución física permanente como la parálisis.
Una persona atacada de muina se pone roja y siente “calor” en la cabeza. El síntoma
directo habitual de la muina es la pérdida del apetito, y se considera que comer o
beber mientras esa situación persiste puede aumentar la concentración del veneno en
la sangre hasta un nivel fatal. Aunque la muina se asocia a veces fisiológicamente con
el estómago o el apéndice así como con la sangre y el corazón, sólo puede ser curada
por curanderos, pues se considera que los médicos son impotentes contre ella. La
muina plantea un dilema para los zapotecos, pues por un lado es considerada una
enfermedad seria, pero por el otro es prueba de que el individuo afectado por ella
estaba poseído por la cólera o la envidia y por lo tanto constituye una amenaza para
otros. Los otros, a su vez, pueden contraatacar por medio de la brujería. Por lo tanto,
el atacado de muina tiene que comer y beber para ocultar sus síntomas y confiar en
que sanará. Pero de acuerdo con la opinión local la muina es muy difícil de ocultar, si
no imposible.
El “susto” o “espanto” (con pérdida del alma) es otra enfermedad general entre los
zapotecos. Como la mayoría de ellas, forma parte de un complejo mucho más amplio y
puede tener muy variadas causas, aunque básicamente es resultado de un encuentro
repentino y atemorizador, ya sea con seres humanos, animales, objetos o espíritus. El
“susto” o hace que el alma se salga del cuerpo, dejándolo muy susceptible a fuerzas
malignas; en suma, el cuerpo pierde uno de sus mecanismos de defensa y el individuo
se vuelve vulnerable. Al “susto” se atribuye una serie de síntomas: falta de atención,
depresión, timidez, pérdida del apetito y fuerzas, inquietud en el sueño (debido a
sueños perturbadores), fiebre, dolores musculares, cambios en la piel, náuseas,
perturbaciones estomacales o intestinales, vértigo, sed intensa y hemorragias rectales.
Los zapotecos creen que los médicos pueden ser útiles en el tratamiento de algunos
de los síntomas del susto, pero que sólo un curandero (o una curandera) puede
curarlo. Y a menos que se cure, el “susto”, según se cree, culmina con la muerte. Si
bien, el “susto” puede presentarse tanto en hombres como en mujeres, es más
comúnmente una enfermedad femenina. Por esta razón se ha pensado que podría ser
un mecanismo de evasión y rehabilitación para individuos afectados de tensión o
ansiedad por su papel sexual; en la cultura zapoteca las mujeres son más vulnerables
a la ansiedad sexual y, en realidad, tienen menos oportunidades de agredir y
desahogar su ansiedad.
Enfermedades atribuidas a númenes acuáticos y al manejo del agua
En los zapotecos El Istmo la enfermedad se conoce como “atracción del alma” su
causa es el agua y su terapia es una “limpia”.
Canciones, música y refranes:
Víctor de la Cruz LA FLOR DE LA PALABRA. De la Tradición oral de los Antiguos
Zapotecos pp 57-58.
DIIDXAGOLA BINNIGULA`SA´
4. Nisa ri´dxi biraru´mani´duxhu´dxa´ndaani´.
El agua en reposo cría toda clase de alimañas.
15. Bi´cu´bidxa nisa nda´, nisa yanda ridxibi
Perro al que se le echa agua caliente, tiene miedo al agua
25. Ro, re´… ne que ganna xi reeda nisaguié.
Come, bebe…y no se sabe para que llueve.
26. Nisa ni ma´bixii guiruti´zanda gutopa laa.
El agua que se derrama nadie la puede recoger.
BEEU, BEEU SANTA ROSA
−Beeu, Beau Santa Rosa,
paraa ze na lia Rosa.
−Zicca chupa ndaa gui.
−Xi guni gui.
−Cha´nde´xuba.
−Xi guni xuba´.
−Gaca huana.
−Xi guni huana
−Chiné tatahuelu ra ñaa.
−Chicaa tindaa baladxi´
−Xi guni baladxi´.
−Guidiiñené nanahuela
guiasa iquedé.
−Xi guni nanahuela
guiasa iquedé.
−Chicaa ti rii nisa.
−Xi guni nisa
−Gue´bere.
−Xi guni bere.
−Cuaqui´dxita.
−Xi guni dxita.
−Gaca´ni guené tatapadre
−Guni tatapadre
−Guni ti mixa´huiini ti mixa´ro´.
¡Tilín, tilín, bigaraagu´niidxi!
¡Tilín, tilín bigaraagu´roonde!
LUNA, LUNA DE SANTA ROSA
−Luna luna de Santa Rosa,
¿a dónde se fue la señora Rosa?
−Fue por dos trozos de lumbre.
−¿Para qué servirá la lumbre?
−Para cocer el maíz.
−¿Para qué servirá el maíz?
−Para hacer tortillas.
−¿Para qué servirán las tortillas?
−Las llevará el abuelo al campo.
−¿Qué hará el abuelo al campo?
−Irá por un pedazo de quelite.
−¿Para qué servirá el quelite?
−Para azotar a la abuela
Y se levante del fogón.
−¿Qué hará la abuela
Al levantarse del fogón?
−Irá por un cántaro de agua.
−¿Para qué servirá el agua?
−La tomará la gallina.
−¿Qué hará la gallina?
−Pondrá huevos.
−¿Para qué servirán los huevos?
−Para que se prepare el almuerzo del tatapadre.
−¿Qué hará el tatapadre?
−Hará una misa pequeña y una misa grande.
¡Tilín, tilín, coquitos de aceite!
¡Tilín, tilín, los coyoles!.
Lugares sagrados:
De acuerdo con Burgoa, a la llegada de los españoles aún vivía Cosijoeza, y después
de la caída de Tenochtitlan, él y el hijo de su valor, Cosijopi, enviaron embajadores a
Hernán Cortés para establecer alianzas con este. Siguiendo a Burgoa, esto quiere
decir que el primero gobernaba desde Zaachila y el segundo desde Tehuantepec,
pues se cuenta Cosijoeza luchaba por echar a los mixtecos de sus fronteras en la
serranía del valle y para ello pedía ayuda a sus vasallos de La Magdalena (Tlacotepec
o Guixipecocha, que se encuentra en El Istmo). Nada nos dice Burgoa acerca de
Cosijoeza y Cortés se entrevistaron, pero nos relata que el español llegó a
Tehuantepec, “donde admiró la opulencia del país, la autoridad y magnificencia de su
Rey, asentó con él la doctrina del Evangelio”, tampoco nos dice si Cosijoeza se
convirtió al cristianismo, pero sí cuenta el bautizo de Cisijopi con el nombre de “Rey
Juan” (Burgoa, Geográfica descripción… tomo II, cap. LXXII, pp. 348-349.)
Es posible que fuera después de la muerte de su padre, ocurrida en 1529 cuando
Cosijopi decidió llevarse de Mitla a Tehuantepec a “los sacerdotes mayores como
pontífices”, a quienes Burgoa llama Huipatoo (en realidad Huijatoo), “que quiere decir
grande atalaya, y el que lo ve todo” y a los otros sacerdotes menores llamados Copa
vitoo, “guarda de los dioses”. (Burgoa, idem.)
Dentro de la estrategia de Cosijopi para sobrevivir en las condiciones creadas por la
invasión española, esta decisión fue definitiva para que en el sur El Istmo quedaran
tantos lugares sagrados, rituales y otras evidencias de la antigua iglesia y religión de
los binnigula’sa’ que fue perseguida durante la colonización.
GUIXIPECOCHA
El primer lugar sagrado nombrado por Burgoa en El Istmo es el de Guixipecocha:
[…] cerca de un arroyo un peñasco de hasta quince o veinte estados de alto y cerca
de la cumbre una prodigiosa figura de tiempo inmemorable de su antigüedad y entre
las peñas a distancia de doscientos pasos se ve una estatua de un religioso, con
hábito blanco como el nuestro, sentado en una silla de espaldar, la capilla puesta, la
mano en la mejilla, vuelto el rostro al lado derecho y al izquierdo una india cubierta con
el traje y vestido que hoy usando cobija o manto blanco, cubierta hasta la cabeza,
hincada de rodillas […]. (Burgoa, op.cit. pp. 351.)
La primera pista que conduce al nombre del dios a quien estaba consagrado el cerro al
cual se refiere Burgoa es que en Laoyaga, que se encuentra al norte de este cerro lo
llaman “Cerro negro”, color que es uno de los distintivos de Tezcatlipoca, pero también
el color del cuerpo de Quetzalcoatl, según Seler. (Seler, comentarios al códice Borgia,
vol. 1 cap 2 pp. 70.)
A pesar de que Laoyaga ya no se habla el diidxazá, varios prestamos de esta lengua
subsisten en el español de ese lugar; entre ellos el nombre de una fiesta celebrada
durante la noche del 24 de julio, llamada Vela Ya’se, justo antes del día de la fiesta del
santo patrón, Santiago, que es el día 25 de julio. La traducción de ya’se’ es ‘negro’ y
este no puede ser otro sino el Tezcatlipoca negro, responsable de la muerte, Señor del
Inframundo quien presidía el día 1 Muerte en el calendario adivinatorio y era
intercambiable por Mictlantecuhtli.
En mis investigaciones por Laoyaga, un campesino y albañil de Juchitán me dio como
nombre de dicho cerro Dani- nisa bere ngola, “Cerro de Agua del Guajolote Macho”
esta es la forma contemporánea del nombre que da Córdova en su entrada “Gallo
desta tierra”, Pète nigòla; de Pète, “gallina”, nigòla, ‘macho’; es decir ‘guajolote macho’.
“Cerro negro, que tiene la cumbre más alta en la región con 1250 metros de altitud, se
encuentra como lindero entre Laoyaga y Tlacotepec, y este segundo poblado se ubica
en su extremo sureste. Al sur de este lugar se divisa el hoy llamado “Cerro de la
Garza”, que en realidad está unido a Cerro negro formando entre ambos una V, con el
vértice el poniente; sin embargo hasta fines del siglo pasado este cerro aún se llamaba
(Dani) Nisabeche, es decir, ‘(Cerro)- Agua de jaguar o león’. (“Cuadros sinópticos” de
los Pueblos, Haciendas y Ranchos del Estado Libre y Soberano de Oaxaca, pp. 602.)
Al hablar del ritual de la expiación del pecado, Seler dice que a Tezcatlipoca se le
retrataba en la forma de un pavo macho, llamado por el intérprete del Códice Borgia
como Chalchiuhtotolin, “gallina de piedra preciosa”, y explicado como la imagen del
dios llamado Tezcatlipoca por los mexicanos, “espejo humeante”. (Seler, “La religión
de los zapotecos”, en De la Cruz y Winter (Coords.) La religión de los binnigula’sa’,pp.
12).
(…) Para entender la presencia de estos dioses en territorio de los binnizá, tenemos
que pensar en una base común, “una religión extensa, fragmentada en múltiples
matices regionales”, que “creaba una cosmovisión aceptada, con variantes de más o
menos consideración, por las culturas de mesoamerica” –dice López Austin. (López
Austin, Hombres-Dios religión y política en el mundo náhuatl, pp 51.)
Hacia el este y a varios kilómetros de distancia de Dani-nisa Berengola se localiza
Dani Guiaati’, en la entrada de Ixtepec por la carretera que viene del sur, donde se
encontraron representaciones “tipo códice” de deidades y del culto panmesoamericano
que empezó a propagarse desde fines del Clásico, entre 700 y 800 años d. C.; y que
persistió hasta los primeros años de la colonización, de acuerdo con un estudio
reciente de las pinturas rupestres encontradas sobre ese cerro. Aproximadamente a
seis kilómetros de Dani Guiaati’ se ubica hacia el este el cerro de Zopiloapan, donde
también se encontraron representaciones de la religión mesoamericana “con temática
y estilo tipo códice” correspondiente a la época posclásica de 900 a 1521; a propósito
de éstas concluye el autor del estudio citado:
Las pictografías de Zopiloapan señalan la importancia de las cuevas para los
zapotecos antiguos, donde el sacrificio humano toma relevancia como en otros
personajes, símbolos y en la deidad femenina. (Zarate Moran, “Pinturas rupestres y
petroglifos El Istmo de Tehuantepec”, en Historia del arte en Oaxaca, Vol 1 pp. 4.)
No debe sorprendernos, entonces, encontrar un culto a Tezcatlipoca y Quetzalcoatl
como dioses creadores o a Tlaloc, llamado Cociyoen diidxazá; pues como escribe
Seler a propósito de los cuatro trajes de dioses que envió Moctezuma a Hernán Cortes
a su llegada a las costas del Golfo, pensando que era Quetzalcoatl quien retornaba
por donde se había incinerado antes: “se creía, pues, que una sola deidad,
Quetzalcoatl, comprendía a cuatro diferentes dioses: Xiuhtecutli, numen del fuego,
Tezcatlipocatl, Tlaloc y Quetzalcoatl, numen del viento”. Por otro lado, también
creemos encontrar en diidxazá los nombres de los dos primeros dioses mencionados,
porque, como dice la Historia de los mexicanos por sus pinturas: “y porque cada
pueblo les ponía diferentes nombres, por razón de su lengua, y ansí se nombraban por
muchos nombres”. (Teogonía e historia de los mexicanos, pp. 24.)
Ya dijimos que en Tlacotepec o Xibicudxe se realiza una fiesta con la participación de
peregrinos que vienen no solo de otras partes del estado de Oaxaca, sino también de
los estados de Veracruz y sobre todo Chiapas del 28 de abril al 3 de mayo; en la
mañana del ultimo día después de la misa católica, empiezan a regresar a sus lugares
de origen. Es posible también que en esas fechas no celebren a Tezcatlipoca sino a
Quetzalcoatl, como en Cholula, según el testimonio de Las Casas:
La ciudad de Chololla, que dijimos ser de toda la Nueva España el mayor y sobre todo
más devoto y frecuente, por votos y romerías, santuario, entre muchas y diversas
fiestas que tenía y celebraba en una cada año el primer día de mayo, ofreciendo a
Quetzalcoatl muchas rosas y flores, y los sacerdotes se vestían de unas ropas largas
hasta los pies, blancas, sembradas de flores negras y salían con una diademas en la
cabeza […]. (Las Casas, Apologética historia sumario, tomo II, pp. 197.)
QUETZALCOATL- PECOCHA
Burgoa registró el nombre antiguo de Tlacotepec como Guitxipecocha, actualmente
Xibicudxe. Veamos el significado etimológico del segundo a partir de sus morfemas
componentes: Guixi, la forma registrada por Burgoa significa ‘pasto’ y podría aludir al
pasto que crece sobre Dani-nisa bere ngola. Gui’xhi’, si lo transcribimos en alfabeto del
diidxazá de Juchitán, es ‘monte’, ‘bosque’, y podría aludir al bosque que rodea el cerro.
Pero si leemos lo escrito por Burgoa como guidxi, es decir ‘pueblo’, nos estaríamos
refiriendo al asentamiento humano que está al pie del cerro llamado por los nahuas
Tlacotepec.
La segunda palabra, pecocha, se compone en mi análisis de pe obi, ‘aire’; y còcha o
cudxe, humedad de la tierra para sembrar, según Córdoba. Así que desde mi punto de
vista, el significado de Guiixipecocha en español es “pasto de aire húmedo”. Ya que
guixi es ‘pasto’, Pecocha sería entonces el nombre de Quetzalcoatl en diidxazá, o sea
el aire húmedo que anuncia la lluvia: “decían que Quetzalcoatl, dios de los vientos,
barría los caminos a los dioses de las lluvias para que viniesen a llover”. (Sahagún,
Bernardino. Historia general de las cosas de Nueva España, libro I, capítulo V pp.32.)
Como escribió Seler: “no deja de sorprendernos que en la tradición mexicana –
mexicana en el sentido estricto de la palabra- al dios se le designa en todas partes
como Ehécatl, dios del viento”
DANI-NISA BERE NGOLA Y MONOPOSTIOC
Las relaciones religiosas entre Dani-nisa Bere Ngola y Monopostioc o Cerro Cristo las
vamos a analizar en seguida. En su relato sobre el culto en Guiixipecocha, Burgoa nos
remite por un momento a una isla que se encuentra en la Laguna de San Dionisio, hoy
Laguna Superior:
[…] hasta que empezando a gobernar este Rey Cosijopi, le pidieron sus vasallos y
señores hiciese sacrificios a los dioses y les pidiese le declararan aquel presagio y así
lo hizo vistiéndose las vestiduras sacerdotales de túnica blanca talar, mitra de plumas,
cantidad de animales que ofreció al ídolo mayor, que llamaban Corazón del Reino, y lo
tenían en una isletilla, como que grande, con arboleda muy fresca y de mucha caza de
conejos y en medio de una gran cueva, y alrededor la grande Laguna de San Dionisio,
al presente, para donde se embarcaban canoas o barcos […]. (Burgoa, Geográfica
descripción. Tomo II, Capitulo LXXII pp. 351.)
Más adelante, al describir la doctrina y vicaría de San Francisco del Mar, Burgoa
vuelve a referirse al santuario hoy llamando Cerro Cristo:
[…]en esta laguna a un lado está un cerrillo aislado muy ameno y poblado de arboleda
y animales y aquí esta una profunda y dilatada cueva donde el zapoteco tenía un ídolo
de su mayor veneración y la llamaba el Alma y Corazón del reino, persuadido el
bárbaro a que aquella fabulosa deidad era el atlante que lo tenía en peso y sustentaba
sobre sus hombros y que cuando los movía se estremecía en desusados temblores la
tierra, y de su favor pendían sus victorias y vuelos temporales con que lo sustentaba;
aquí venía ciego el rey en su gentilidad, con los grandes y sacerdotes a celebrar
nefandos sacrificios, y después de bautizado, cuando le prendió el padre Fray
Bernardo de Santa María, le acusaron también de que perseveraba en esta idolatría,
repitiendo las venidas a este adoratorio y infernal gruta de Satanás […] y enderezando
la proa al enemigo, encastillado en aquella lóbrega mazmorra, llegó al cerrillo,
desembarcó y subiendo por su falda alumbrado por superior número dio a breve
espacio con la puerta del cancerbero de aquella Estigia laguna y entrándose por ella,
halló todos los espacios de una gran cuadra todos barridos y cercados de peañas
como altares y sobre ellos muchos vasos de sahumerios, ricas y apreciables ofrendas
de estimables ropas, vistosas plumas y medallas y collares de oro, y lo más salpicado
de sangre reciente y obscenamente vertida manifestaba cuan inmediatamente se
había hecho el sacrificio, hizo diligencia por hallar el ídolo para vengar en él como
enemigo carnicero, el humor vital de las venas que rodaba a aquellas orejuelas
errabundas […]. (Burgoa. Idem. pp. 399-400.)
La parte más alta de Cerro Cristo, que se encuentra en el extremo suroeste de la isla
es una formación de lava volcánica sin compactación, aparentando un
amontonamiento de piedras hechas por el hombre o una pirámide desmoronada.
Según los pescadores del lugar cercano llamado Playa Vicente, de este extremo de la
isla, se levantan los rayos hacia el cielo en las noches de tormenta (ilustración); los
mismos me informaron que los suaves realizan ritos en una cueva que se encuentra
entre esas piedras en la noche del 28 de abril, de ello dejan como evidencia banderas
de papel y tamales en la entrada. Lupo, en una nota de pie de página, dijo que el
párroco de San Mateo le mostró fotografías de las velas y ofrendas rituales halladas
en una gruta de la isla llamada monopoots tiük, “nombre que puede traducirse
aproximadamente como ‘montaña del templo’. (Lupo, “El monte del vientre blando. La
concepción de la montaña en un pueblo de pescadores: los huaves El Istmo de
Tehuantepec, en Cuadernos del sur, N° 11, pág.72.)
EL CAJETE DE XADANI
Hasta ahora no hay noticias de exploraciones arqueológicas sistemáticas en los
alrededores de Dani lidxi bigu, sin embargo, el deslave causado por las lluvias año
con año hace que vallan apareciendo restos de la cultura material de quienes
habitaron ese lugar. De ves en cuando han aparecido objetos valiosos por su valor
artístico, como el cajete o plato con pies encontrado por un pescador de Xadani en las
cercanías de Dani lidxi bigu. Se trata de un cajete trípode, pintado al estilo códice o
Mixteca-Puebla, de color rojo sobre crema. Gracias a Burgoa sabemos que funciones
tenían estos cajetes o para que servían. En el capítulo final sobre la vida de Fray
Jerónimo de Abrego, Burgoa cuenta como este fraile descubrió un culto al dios de las
lluvias, cuyo templo estaba en una grandísima cueva, gracias a un cacique mixteco.
Una vez que el fraile supo de la existencia del culto, obligó a los mixtecos a llevarlo a
la cueva; en el camino, en la espesura de un monte le sirvieron de almorzar, “ dándole
un cajete que es vaso de tres pies con unos animalejos de malísimo olor y unas
tortillas” (Burgoa, Palestra Historial pp. 478-480.)
En el fondo y centro del plato de Xadani (ilustración) está representada una deidad
que, por sus adornos, es la diosa madre vieja según Córdoba: “dios o diosa de los
niños, o de la generación a quien las paridas sacrificaban”, Pitaò Huichàana, la
Tlazoltéotl de los nahuas, esta identificación se apoyo en las láminas 12, 14, 16, 4748, 63 y 76 del Códice Borgia. En todas estas láminas Tlazoltéotl lleva una nariguera
en forma de media luna y como orejera copos de algodón similar, de acuerdo con la
identificación que hizo Seler, quien estableció la relación de esta deidad con otras del
panteón Náhuatl:
[…]la Tlazoltéotl del Tonalamatl, es decir, de la parte augural de los códices, es, en su
vestimenta y aderezo, idéntica a otra diosa que representa en el calendario de las
fiestas de los mexicanos la fiesta Ochpaniztli, la undécima del año, y de quien habla
Sahagún en otro capitulo designándola con los nombres de Teteo innan, “madre de los
dioses”, Tlalliu iyollo, “corazón de la tierra” o “entraña de la tierra” y Toci, “nuestra
abuela”: se trata de la gran paridora, la “anciana madre tierra”. (Seler, Comentarios al
Códice Borgia, Vol. I, Capítulo 2, pp. 124.)
La figura del cuadro inferior izquierdo de la lámina 76 del Códice Borgia porta un discoorejera de turquesa, Quie quèzanagàa, que indica las cinco regiones del universo, del
cual penden copos de algodón similar, como en el cajete al cual nos estamos
refiriendo; pero en este más bien parece estar representada la cápsula reventada de la
fruta de la Ceiba, que muestra el color blanco de su algodón en el interior. Por la
pintura roja que cubre la parte inferior de la cara y el disco llevado como orejera,
podemos decir también que la deidad del plato esta relacionada con Tonacatecuhtli, la
deidad primordial, el viejo dios de la procreación, el numen de los mantenimientos
entre los nahuas que aparece en lamina 61 del mismo códice; es decir, un dios solar
piito copijcha .
Bajo la boca lleva el numeral 1 y enfrente de la boca esta representado el signo de día
que parece un moño y, a pesar de lo poco claro, creo que se trata del día xoo, en
“temblor”, el cual, de acuerdo con el arte de Córdoba, debe leerse como Quiaxoo
chaga o Quianxoo tobi, ollín en nahuatl traducido por Seler como “movimiento
rodante”:
Las formas del signo mexicano hollín hay que interpretarlas en un sentido mas
estricto como “el hundirse del Sol en la tierra” (o “el salir del Sol de la tierra”, como el
tlachitonatiuh,” EL Sol cercano a la tierra, unido a la tierra”. (Broda, “Arqueastronomia y
desarrollo de las ciencias en el México prehispánico”, en Moreno Corral (Comp.),
Historia de las astronomías en México, Pág. 69.
Frente al rostro y atrás de la cabeza aparecen dos conjuntos de pequeños rectángulos
que contienen puntitos negros. Están pintados en tres columnas de tres rectángulos
cada uno, cuyos puntos de enfrente suman 56 y los de atrás 55. propongo que los
puntos no son solo decorativos y originalmente representaban una cuenta calendárica;
en un principio habrían sido 52 en cada lado; es decir 104 años, dos ciclos de 52,
llamados en nahuatl huehuetiliztli, “la vejez”, que se caracterizan por la coincidencia
con el ciclo de Venus.
Otra razón para proponer que sea Huichaana o Tlazolteotl es por el lugar donde fue
encontrado el cajete, en las cercanías de La dondao en este lugar mismo. Hay que
recordar, a propósito de este plato, lo que escribió Burgoa respecto al ritual observado
en la sierra norte, donde usaron unas sogas hechas con “hiervas esperas” y un plato
grande para depositar la sangre que se extraía como forma de expiar sus pecados
ante la deidad comedora de excrementos Tlazolteotl.
Ya se dijo que Dani Lidxi bigu y cerro cristo o Monopostioc se encuentran casi en la
misma latitud y que en la lamina 63 del Códice Borgia, Tlzolteotl la diosa a la que se
ofrendaban los pecados o inmundicias, se encuentra frente a Tepeyollotl, el corazón
de la montaña deidad de Monopostioc, forma parte de un triangulo de espacios
sagrados de los binigula`sa´, no obstante que Seler propuso como su nombre LachiGueche , a partir solo de los nombre huave o español, ¿podemos dar una afiliación
étnica al santuario en la isla?
Léxico del agua:
bi guiaa, bi yooxho Viento del norte
bi nisa Viento del sur
biasa Canal de agua
daahui Represa
gubá, ubá Vapor, hálito, vaho, reuma
gudxa Humedad en la tierra
guibá’, ibá’ Cielo
guiigú’ Río
gusiguié, Tiempo de lluvias
guluuxu Pescado barbudo
gusiguié, usiguié Verano, tiempo de lluvias, estación de lluvias.
guuze’ Pescador, caza
gupa, Sereno, humedad, neblina, rocío.
gusibá, Tiempo de secas, tiempo de evaporación
nisa guie, Lluvia
nisa, Agua
nisadó’, Océano, mar
nisague'la', Laguna
ra ridinde beeu ne gubidxa, Eclipse
rayu, Relámpago
riaba nisa guie, Llover
riapi nisa, Relampaguear
ridá, Nacer, manar (agua de un manantial)
rindani, Crecer, manar; nacer (agua); salir (sol)
rilaahua, Inundarse
rindadi niza, Cosechar
ritapi nisa, Ir a acarrear agua
riuú biní, Sembrar (maíz)
rixuubá, Nadar
rundaahua, Inundar
rusiacha, Arrugar (las manos, sumergidas largo tiempo en agua)
ruzee, Regar (agua)
za, Nube
CONOCIMIENTO:
Víctor de la Cruz LA FLOR DE LA PALABRA. Un bosquejo de la Cultura Gula’sa’ p.8
“Herencia y aportación de los sacerdotes-astrónomos, dentro de la civilización
mesoamericana, fue el sistema calendárico dual: piyé, o calendario ritual de 260 días,
e iza o calendario agrícola de 365 días. Gracias a dicho sistema, los astrónomos, o
astrólogos (Peninacóopea quiepaa) como los llamó Córdova, podían calcular a la vez
las vueltas del tiempo social y las del destino individual; el tiempo de sembrar y el de
cosechar; el de las celebraciones religiosas y el destino del hombre individual, según
su fecha de nacimiento, prever las lluvias, sequías y heladas de manera que los
campesinos obtuvieran los excedentes agrícolas necesarios para alimentar a quienes
se dedicaban a la construcción de los centros urbanos y a quienes los dirigían. El
sistema de cómputo del tiempo estaba formado por dos calendarios propiamente
dichos: uno secular, de 365 días (iza), dividido en 18 lunas o meses (Beau) de 20 días,
más un periodo adicional de cinco días; y otro ritual, de 260 días, llamado pijé o piyé”.
Etnobotánica:
En Guivicia, municipio de Santa María Petapa, cuyo nombre significa “río de la esfera”
(petatl=petate o esfera y apan=río) se ven especies de las más importantes en la
región El Istmo de Tehuantepec. Entre ellas podemos mencionar Terminalia y
Vochysia, Dialium guianense y Colophyllum brasiliense como especies dominantes y
codominantes. Dentro del grupo de las epífitas destacan las herbáceas, entre las que
predominan las Bromelias y Orquídeas. La vegetación secundaria del bosque tropical
perennifolio es la que en la actualidad ocupa extensiones importantes en relación a la
vegetación primaria. Algunos géneros de vegetación secundaria son: Cecropia,
Guazuma, Gliricidia, Bursera, Bixa, Annona, Cochlospermum, Chrysophyllum,
Cnidoscolus, Crotalaria, Lippia, Inga, Lantana, Mimosa, Piper, Tabeburia,
Tabernamontana, tetrorchidium y Vitex.
La pesca tiende a incrementar en época de Cuaresma y se pesca robalo, mojarra, lisa,
productos que se comercializan en Matías Romero. La tala de especies silvícolas ha
terminado con especies como la caoba (Swietenia macrophylla) y el cedro rojo
(Cedrela mexicana). En la actualidad se extraen especies como la maravilla,
tachuelilla (Zanthoxyllum microcarpum), candelero (Cordia Collococca), leche María
(Calophyllum brasiliense) y mano danta (Didymopanax morototoni). Las especies de
plantas medicinales que se utilizan en esta comunidad zapoteca son:
Familia: Acanthaceae
Nombre científico: Justicia Spicigera Schltd.
Nombre común: añil
Nombre zapoteco: tinta
Padecimientos: Alferecía
Parte utilizada: hojas
Vía de admón.: local.
Hojas molidas con ruda se untan en el cuerpo del recién nacido
Familia: Adiantaceae
Nombre científico: Adiantum oaxacanum Mickel & Beitel
Nombre común: colantrillo
Padecimientos: Dolor posparto
Parte utilizada: hojas
Vía admón.: Oral.
Hervir con agua se toma como té.
Familia: Agavaceae
Nombre científico: Yucca cf. Faxoniana (Trel.) Sarg. Man.
Nombre común: Maguey grueso.
Padecimientos: Hígado picado
Parte utilizada: Hojas
Vía admón.: Oral
Se hierven pedazos en agua y se pone miel.
Familia; Anacardiaceae
Nombre científico: Anacardium occidentale L.
Nombre común: Marañon.
Padecimientos: Anginas e inflamación de cuello
Parte utilizada: corteza
Vías de admón.: Gárgaras
Se hierve un pedazo en agua y se hacen gárgaras en ayunas y por la tarde.
Familia: Anacardiaceae
Nombre científico: Mangifera indica L.
Nombre común: mango
Padecimientos: dolor de muela y tos
Parte utilizada: hojas
Vía admón.: Gárgaras
Hervir las hojas en agua y hacer gárgaras. Se toma también como té.
Familia: Annonaceae
Nombre científico: Annona glabra L.
Nombre común: Hoja de candón.
Nombre zapoteco: Guishara guelebadna
Padecimientos: Inflamación de estómago.
Parte utilizada: hojas
Vía admón.: local
Se unta sebo en las hojas y se calienta con ocote. Se unta en el estómago 2 veces al
día.
Padecimiento: Torcedura
Parte utilizada Hojas
Vía admón.: local
Se pone en la torcedura 2 veces al día.
Familia: Annonaceae
Nombre científico: Annona muricata L.
Nombre común: Guanábana
Padecimientos: Diarrea por salida de dientes
Parte utilizada: Hojas
Vía admón.: local
Las hojas de guanábana, albahaca, bisansa, limón, chile, tamarindo y madre cacao se
les pone mezcal y se coloca en la barriga del niño.
Padecimientos: Tos
Parte utilizada: Hojas
Vía admón.: Oral
7 hojas de guanábana, 7 de naranja y 7 granos de maíz se hierven en agua y se toma
caliente.
Familia: Annonaceae
Nombre científico: Annona reticulata L.
Nombre común: Anona
Nombre zapoteco: Guelevidsi.
Padecimientos: Calentura
Parte utilizada: Hojas
Vía admón.: Local
Las hojas de anona, naranja y limón se hierven y se baña al niño en ella.
Diarrea
Hojas
Hervir 5 cogollos de anona, guayaba y nanchi en agua. Se toma como agua de tiempo.
Familia: Apocynaceae
Nombre científico: Cantharanthus roseus (L.) Don, Hist.
Nombre común: Paragüita
Padecimientos. Hemorroides
Parte utilizada: Rama
Vía de admón.: Lavativa
Tres “ramitas” se hierven en un litro de agua, se agrega un pedazo de jabón.
Familia: Araceae.
Nombre científico: Xantoshoma robustum Schott.
Nombre común: Tequesquite
Nombre zapoteco: Biúshlu
Padecimiento: Heridas leves
Parte utilizada: Tallo
Vía admón.: local
El tallo se pone en la herida.
Familia: Bignoniaceae
Nombre científico: Crescentia cujete L.
Nombre común: Morro grande.
Nombre zapoteco: Shiga
Padecimiento: Quemaduras
Parte utilizada: Fruto
Vías admón.: Local
La carne del interior se unta en la quemadura.
Familia: Bignoniaceae
Nombre científico: Tabebuia rosea (Bertol.) DC.
Nombre común: Roble
Nombre zapoteco: Guishra balagayú.
Padecimientos: dolor de cabeza
Parte utilizada: Hojas
Vía admón.: local
La hoja se calienta y se pone en la cabeza con Vic Vaporrub y se amarra.
Familia: Bignoniaceae
Nombre científico: Parmentiera aculeata (H.B.K.) Seem.
Nombre común: Cuajilote.
Nombre zapoteco: Guiadáana.
Padecimiento: Tos
Parte utilizada: fruto
Vía admón.: oral
La fruta se hierve en agua y se toma en té.
(Fuente: Belia Vásquez Medina “Plantas medicinales en una comunidad zapoteca:
Guivicia, Oaxaca.” En Vicente Marcial Cerqueda. Editor. Etnobiología zapoteca.
Oaxaca. Universidad El Istmo.)
El rescate del añil o xiquilte como opción de desarrollo en comunidades zapotecas El
Istmo oaxaqueño. Este producto para el uso del color fue muy importante en la vida
social y religiosa de los pueblos El Istmo y mesoamericanos en general. El añil se
produjo de manera importante durante el siglo XIX en comunidades como Santa María
Guienagati, Juchitán, El Espinal, Santiago Ixtaltepec, Santiago Niltepec, Santa María
Petapa, Santo Domingo Petapa, y Guigubá y su comercialización llegaba hasta
Sudamérica. De estas comunidades, Niltepec fue la más importante hasta los años
sesenta.
(Fuente: Lilia Cruz Altamirano “Rescate cultural del colorante natural azul añil en El
Istmo oaxaqueño” en Vicente Marcial Cerqueda. Editor. Etnobiología zapoteca.
Oaxaca. Universidad El Istmo.)
PRÁCTICAS:
Usos del agua:
Se sabe que la influencia psíquica pudo ser grande, especialmente si el sacerdote
realizaba prácticas mágicas como echar la suerte mediante granos o leer en el agua
de una jícara para revelar el porvenir. Frisolillos a bauas con que hechan las suertes,
los sortilegios, vide suertes. Pichijlla (Córdova:1987, 201 r), Mirar los hechiceros en
una xicara de agua. Tól lánea, tonnija. Vide adivinar (Córdova 1987, 269 r). Se sabe
que para la higiene y curación se utilizaba jabón: Xabon desta tierra rayzes. Plàa, piaà
tòchani (Córdova 1987, 429 r); Lavarse la cabeça co(n) xabon o así como los indios
Tòochaya, pi, co, plura,tichano, pi (Córdova, 1987, 240 v); los baños jugaban un papel
esencial; Agua donde se bañan. Niça toatàceni (Córdova 1987, 14v). Hasta hoy día
no se puede verificar claramente si aprovechaban las fuentes termales sulfurosas que
están en la región de los zapotecas. Eran conocidas como Vapores de la tierra. Còxo.
Càxotào, copàa.l.cobàa (Córdova 1978, 419 r). Seguramente era costumbre, por lo
menos en la zona calurosa El Istmo, bañarse en los ríos: “tienen por costumbre los
naturales/ que con hazer los grandes nortes/ se bañan en los Ríos de ordinario […]”
(Relaciones de los Ixtlahuaca, Tehuantepec, 172);”ritos con las paridas y niños recién
nacidos llevándolos a los ríos y sumergiéndolos en el agua […]”. (Burgoa 1934b II,
263: Nexapa).
Descripción de la organización para la gestión del recurso hídrico y los
otros recursos que dependen del agua:
Las pesquerías artesanales constituyen un sistema, una forma de producción de
mínima escala y en la mayoría de los casos de nivel incipiente, mediano en su
desarrollo.
Donde el elemento determinante de su realidad es el tipo de organización social y
económica; establecida en una región determinada y sustentada con recursos
costeros y estuarino-lagunares, destinados generalmente al consumo humano directo
y principalmente en fresco. Errazti, Bertolotti y Pagani(1998). En la naturaleza de las
pesquerías artesanales es esencial el componente socioeconómico, resultando de
manera prioritaria el estudio de las comunidades de pescadores y de la organización
social sobre la base de la familia tradicional. Desde el punto de vista biológico podría
argumentarse que lo más importante es el conocimiento del recurso ( stock explotable,
biomasa, reclutamiento), sin embargo ha resultado compleja la evaluación de los
recursos pesqueros, el conocimiento del estado que guardan las pesquerías
artesanales en los sistemas lagunares y costeros mexicanos y de manera especial la
utilización de los conocimientos biológicos para instrumentar y optimizar la explotación
de los recursos pesqueros.
La FAO(2000); registra que la comprensión y respeto de la cultura de las comunidades
pesqueras es fundamental para una gestión y ordenación equitativa de la pesca y la
acuacultura para mantener la seguridad alimentaría en las regiones que dependen de
la pesca.
La pesca artesanal de la Laguna Superior es efectuada en una “Área de Acceso Libre”
por poblaciones indígenas Zapotecas y Mareñas, con acentuados conflictos por las
áreas de pesca y la intención por parte de las organizaciones pesqueras Ikoots para la
obtención de una concesión pesquera del sistema lagunar.
Con la finalidad de tener una visión socioeconómica de los pescadores que conforman
a las organizaciones pesqueras Zapotecas que efectúan sus actividades
exclusivamente en la Laguna Superior, se aplicó una encuesta durante diciembre de
2001 y enero de 2002 que comprendió el 13 % del total de pescadores constituidos en
Sociedades Cooperativas Pesqueras y reconocidos por SAGARPA (87 pescadores) y
a los miembros de una sociedad de Solidaridad Social, sin permisos de pesca por
parte de SAGARPA y regida por los usos y costumbres del Guuze gola (el más
anciano de los pescadores).
Las organizaciones pesqueras analizadas muestran patrones diversos que se
enumeran a continuación:
S.C.P.P. Che cata y S.C.P.P. Rey de las Olas. Sociedades cooperativas de producción
pesquera conformadas por socios propietarios de embarcaciones y artes de pesca que
contratan trabajadores para realizar las jornadas pesqueras, con participación de los
expresidentes de la sociedad cooperativa como asesores del sector pesquero del
Municipio de Juchitán de Zaragoza y Agente Municipal de Playa Vicente.
S.C.P.P. Pescadores del Milenio. Organización de producción pesquera altamente
descapitalizada, sin identificación de la imagen colectiva, con la característica de
mantener vínculos muy estrechos de parentesco entre sus miembros; donde la figura
de sociedad cooperativa ha sido suficiente para la justificación de créditos por parte de
FONAES(Fondo Nacional de Empresas de Solidaridad). Actualmente un socio
integrante de la directiva ocupa el cargo de elección de Agente Municipal de la Colonia
Álvaro Obregón.
Pescadores Atarrayeros de S.S.S. de Laguna de Xadahui. Organización pesquera
estructurada por antiguos pescadores libres que representan la forma tradicional local
de agruparse a través del Guuze Gola y con gran participación política en la COCEI
(Coalición de Obreros, Campesinos y Estudiantes de El Istmo). Actualmente el
presidente de esta organización ocupa la Regiduría encargada de la Comisión de
Fomento Pesquero del Municipio de Juchitán de Zaragoza.
Espacialmente en la Laguna Superior podemos identificar 6 centros pesqueros:
Colonia Álvaro Obregón, Playa Vicente, Chicapa de Castro, Santa María del Mar
(localizado en la zona Huave) pertenecientes al Municipio de Juchitán de Zaragoza,
Santa María Xadani y Unión Hidalgo. Las sociedades cooperativas pesqueras
analizadas se registran en:
La colonia Álvaro Obregón donde los socios que conforman las organizaciones
pesqueras habitan la comunidad.
La comunidad de Playa Vicente funciona como un campamento de resguardo de las
embarcaciones y equipos pesqueros de los socios de la S.C.P.P. Che cata, con base a
que tanto los dueños de las embarcaciones como los pescadores asalariados habitan
en la Séptima Sección de Juchitán de Zaragoza; adicionalmente se registran dos
permisionarios pesqueros y pescadores libres que son los que habitan la comunidad.
Se estima conveniente señalar que Playa Vicente posee un potencial turístico
explotado de manera incipiente durante la Semana Santa; además de constituir el
principal centro de captación transitoria de migrantes centroamericanos que son
transportados por vía fluvial desde Rincón Juárez, Chiapas y después conducidos a
diferentes ciudades del país.
Los atarrayeros, chinchorreros y jaiberos que conforman a los Pescadores de S.S.S.
de Laguna de Xadahui, habitan en la Séptima Sección de Juchitán de Zaragoza,
desplazándose por vía terrestre hacia los pequeños sistemas lagunares como Santa
Cruz, Guelachina, Guelabeña o Laguna Superior para efectuar sus jornadas
pesqueras.
En 1990; los centros pesqueros del Municipio de Juchitán de Zaragoza se clasifican
como poblaciones rurales asentadas en localidades con menos de 2 500 habitantes
(Colonia Álvaro Obregón, Santa María del Mar, Playa Vicente) y una localidad con
población entre los 2500 y 15 000 habitantes (Chicapa de Castro); en el año 2000
registramos dos centros pesqueros con población entre los 2500 y 15 000 habitantes
que muestran comportamientos diferentes, mientras Chicapa de Castro exhibió una
tasa de crecimiento de –0.389% durante la década 1990-2000, la Colonia Álvaro
Obregón registra un valor de 2.562%. Con referencia a las poblaciones rurales en el
periodo 1990-2000, Santa María del Mar muestra una tasa de crecimiento de 2.547 %
y Playa Vicente de –10.398%.INEGI (1990,2000).
La edad de la población de pescadores de la Laguna Superior muestra un promedio
de 42.6 ±11.1 años; la edad del pescador más joven es de 20 años y se trata del hijo
de un socio que efectúa la actividad de manera parcial. El 16 % de socios inscriben
edades menores a los 34 años y un 64 % posee una edad madura de 35 - 49 años; el
16 % comprende edades de 50-64 años y el 4 % de 65 años y más. FIG.2. Los socios
de las organizaciones de mayor edad se encuentran conformando a las cooperativas
Che Cata, Rey de las Olas y Pescadores Atarrayeros S.S.S. de la Laguna de Xadahui,
explicándose la capitalización económica de las dos primeras cooperativas a que sus
integrantes han recibido apoyos económicos del Gobierno Federal y Estatal de
Oaxaca por varios lustros; y en la tercera organización a la permanencia de los usos y
costumbres. La cooperativa Pescadores del Milenio se encuentra conformada por
socios de edad muy heterogénea, donde se registran hijos de socios que se han
integrado a la organización. En términos generales la alta proporción de socios de
edad madura y de 50 y más años, es debido a que su generación no ha sido sustituida
por la de sus hijos o miembros jóvenes de la comunidad debido a que no se les
permite el ingreso a las cooperativas altamente capitalizadas o no han podido
establecer las alianzas familiares adecuadas para su ingreso; teniendo como
alternativas la búsqueda de empleo en los centros urbanos como Juchitán de
Zaragoza y Salina Cruz, la incorporación a la organización regida por los usos y
costumbres con la respectiva militancia política, de no ser así, sólo queda la alternativa
de declararse pescador libre. La posible formación de nuevas sociedades cooperativas
esta restringida en todo el sistema lagunar por la SAGARPA mediante la expedición de
los permisos de pesca y la presión política que ejercen las cooperativas Ikoots
conformadas en la Unión Regional de Sociedades Cooperativas Siete Huaves, A. C..
Los resultados obtenidos fortalecen la inferencia acerca de que los pescadores
ribereños del sureste del país muestran un patrón de poblaciones envejecidas por la
perdida de la población menor de 20 años debido en algunos casos a la migración a
los Estados Unidos de Norteamérica, la frontera norte del país y hacia los centros
turísticos como Cancún o a los polos de desarrollo industrial; reproduciéndose este
patrón tanto en Guerrero, Michoacán, Tabasco, Sur de Veracruz y Costa de Chiapas.
Toledo y Bozada (2000); Bozada (1999, 2001); SEPESCA (1989).
Salazar y Bozada et al. (2000); reconocen las diversas actividades pesqueras que
realizan las mujeres de las costas tanto del Pacífico como del Golfo de México y Mar
Caribe; señalando algunas tendencias generales de la participación de las mujeres en
la cadena productiva del sector pesquero que a continuación se señalan:
La mayor presencia de las mujeres está en las fases de procesamiento y
comercialización. Su intervención en estas actividades se desarrolla con mayor
frecuencia en el espacio doméstico o “informal”; es decir, fuera de las organizaciones
reconocidas como sociedades cooperativas, uniones o empresas y su trabajo es una
extensión de las labores domésticas.
La participación de las mujeres en la captura es limitada. Se reconoce la presencia de
mujeres pescadoras ribereñas y de media altura, pero no se identifica ningún caso de
pescadoras de altura. Se anota que existen mujeres que son socias o permisionarias
de pesca de altura, pero no realizan la actividad de la pesca.
Las mujeres son contratadas preferentemente para el procesamiento, almacenamiento
y empaque de productos pesqueros como socias, empleadas asalariadas o
trabajadoras temporales y a destajo.
El perfil de las mujeres que participan en las sociedades cooperativas u
organizaciones como Uniones, Sociedades de Solidaridad Social o Grupos Solidaridad
Mancomunada de Responsabilidad Ilimitada registrados en los Estados de Michoacán
y Guerrero en el Pacífico Mexicano y en el Golfo de México (Veracruz, Tabasco,
Campeche y Yucatán) muestra que:
Las socias mujeres tienen muy poca o ninguna injerencia en el funcionamiento de las
organizaciones pesqueras, rara vez son nombradas directivas o tomadas en cuenta
para tomar decisiones. Las mujeres que participan en la pesca prefieren participar en
organizaciones familiares lo que les da mayor capacidad de decisión.
La formación de grupos estructurados exclusiva o mayoritariamente por mujeres ha
sido las alternativas más viables que las mujeres han desarrollado en los últimos años
para acceder a recursos financieros y realizar proyectos de acuacultura rural o
actividades de comercialización y procesamiento de productos pesqueros.
Las trabajadoras de plantas de empresas y plantas procesadoras pueden pertenecer a
sindicatos. Sin embargo, muchos de estos son fantasmas y las trabajadoras nunca
llegan a conocer el contrato colectivo e incluso a sus dirigentes; tampoco la forma de
contratación eventual o por periodos favorece una participación consistente de las
mujeres en este tipo de organizaciones.
Las mujeres permisionarias, intermediarias y comercializadoras a mediana y gran
escala son la excepción a la regla, debido a que las características de su participación
les confiere bastante poder y prestigio en los ámbitos locales y regionales en los que
actúan. Pero se trata de un poder bastante elitista que reproduce los mecanismos
antidemocráticos de decisión y de exclusión económica y social.
Reina (1997) sustenta ampliamente el hecho de que las mujeres zapotecas El Istmo
de Tehuantepec en el Siglo XIX, no vivieron en condiciones de desigualdad, ni de
dominio, ni de explotación y que desarrollaron relaciones de complementariedad con
las actividades económicas de los hombres, jugando un papel muy importante en la
economía de la región y en la reelaboración de la identidad étnica. En esa época la
estructura familiar en Juchitán, estaba formada mayoritariamente por mujeres viudas o
“solas” (ausencia de marido) y con un promedio de cuatro hijos, siendo la causa la
guerra y el comercio a distancia. Es claro que la falta de hombres de edad
reproductiva originaba que el modelo familiar “nuclear” se encontrara descompuesto;
siendo posible inferir que no existía la familia nuclear como modelo de asentamiento.
Reina Op. Cit. mediante el análisis del padrón censal de la época, puede sustentar la
afirmación que se trata de casas en donde habita el papá, la mamá y los hijos.
Eventualmente están los abuelos u otros familiares bajo el mismo techo, pero lo
normal es que tuvieran otra casa dentro del mismo predio, haciéndose referencia
como familias nucleares en donde falta el padre. El escenario de las mujeres
zapotecas sin marido y con algunos hijos que mantener impulso a la mujer a trabajar
en labores remuneradas (atoleras, cocineras, costureras, chocolateras, regatonas,
torcedoras, tortilleras). Su incorporación al mercado económico fue relativamente fácil
y natural, debido a que estaban habituadas a participar en el ámbito de lo público;
primero por que en décadas anteriores se habían incorporado al comercio como una
manera de mantenerse a sí mismas y a sus hijos, lo que les fue dando independencia
económica, seguridad, libertad de movilidad y de interacción con toda la sociedad y
segundo, porque no pertenecían a una sociedad con relaciones patriarcales.
Las organizaciones pesqueras zapotecas son relativamente recientes y su
estructuración marca el cambio en el complejo lagunar El Istmo de Tehuantepec de un
área de pesca de acceso cerrado a una Área de acceso abierto, registrándose
acentuados conflictos con las cooperativas Ikoots o Mareñas.
Es evidente que las organizaciones zapotecas concentran un poder político
significativo dentro de la COCEI y del Municipio de Juchitán de Zaragoza; registrando
las cooperativas una escasa cultura de trabajo colectivo debido fundamentalmente a
que los socios integrantes de las organizaciones no realizan la actividad pesquera y
contratan trabajadores asalariados para efectuarla. La organización regida a través del
Guuza Gola en los últimos años ha logrado la asimilación cultural Ikoots del Tiülmboch
y la reproducción en sus áreas de pesca.
El sistema de comercialización de los productos pesqueros es efectuada
fundamentalmente por las esposas de los pescadores zapotecas.
La situación socioeconómica de los pescadores zapotecas del Complejo Lagunar El
Istmo de Tehuantepec adoptan una situación que es generalizada en los contextos
que exhiben las pesquerías ribereñas de México: un bajo número de socios jóvenes y
con una tendencia a disminuir de manera absoluta; una muy escasa instrucción formal
entre sus miembros, falta de infraestructura y capacitación para el procesado de
productos pesqueros( actualmente no se registra ningún sistema de refrigeración o
congelación); lo que constituye una serie limitante a la posibilidad de establecer
programas para la explotación de sus recursos naturales potenciales como la jaiba
(Callinectes spp) mediante el envasado o enlatado de pulpa, el manejo de la pulpa de
jaiba fresca; el cultivo y explotación de algunas algas como Gracilaripsis
lemaneiformis, Gracilaria parvispora, G. tepocensis reconocidas como fuente de
alimento, agra, pigmentos, compuestos antivirales y hemaglutininas; el cultivo y
procesado de la medusa Stomplophus meleagris; la acuacultura y repoblación de
especies anteriormente abundantes en el sistema lagunar como: Muricanthus nigritus,
Protothaca grata, Chanos, Mugil cephalus, M. curema, Penaeus(Litopenaeus)
stylirostris, Penaeus(Litopenaeus) californiensis y Penaeus(Litopenaeus) vannamei.
PALABRAS DE UN ANCIANO QUE EXTRAÑA SU RÍO
Estas son las palabras que un día un anciano dijo a su nieto:
-Hace muchos años, hijo, cuando la red que reparte el agua no estaba tendida en las
calles de nuestro pueblo, los muchachos y las muchachas bajaban al río en la mañana
y en las tardes; llevaban sus cántaros a traer agua.
-En las mañanas- decía el viejo, como leyendo en un espejo las frases, podrías Verlos,
apurados por la espera del trabajo su trajinar era rápido, pero, las tardes eran
diferentes, Cuando el atardecer extendía su sombra en esta mitad de la Tierra
habitada por nosotros, parecía que aquellos muchachos y aquellas muchachas
llenaban de alegría sus cántaros, y así, con ellos bajaban al río. ¡Ah, si los vieras con
sus juegos sobre la arena o en el agua! Sus voces, se confundían con el trinar diverso
de los pájaros entre las flores y los árboles frondosos que habitaban el río.
El niño, atraído por la exquisitez de la plática, escuchaba con atención, mientras su
grácil cuerpo se tendía en los brazos de su abuelo.
-Podrías decir que en el río en aquellos años se hacían festivales vespertinos-.
Cuando en el cielo empezaba a nacer los luceros -decía el anciano suspirando-,
aquella fiesta se suspendía. Aquellos muchachos y aquellas muchachas retornaban a
sus casas con sus cántaros llenos de agua. Pero los cántaros no contenían cualquier
agua; el agua corriente del río era de utilidad para el quehacer cotidiano del hogar; el
agua nacida en los pozos de arena, era el que refrescaba el corazón de los sedientos.
Por eso, desde entonces, hay una voz que corre entre las gentes de los pueblos
próximos o lejanos: a quienes beben agua fresca de las ollas de barro de un hogar
juchiteco, hay una fuerza superior que los obliga a nuevas visitas.
-Así fue, hijo, la costumbre en Juchitán en los tiempos pasados, ahora se ha perdido –
dijo el viejo entre suspiro y suspiro. El niño seguía escuchando con atención la voz
tranquila de su abuelo. Los luceros, poco a poco asomaban su rostro en el cielo
-Aquellos árboles frondosos cayeron, callaron; las plantas de flores que elaboraban el
néctar para las abejas y los pájaros, se secaron; aquellos pájaros volaron, se fueron,
desaparecieron; al río se le apagaron de tristeza sus ojos de agua, solo puede mirarse
su huella todos los días; la alegría de aquellos muchachos y aquellas muchachas tomó
otros caminos. Ahora, hijo mío, la preocupación que me atormenta es, que este pueblo
también tome otros caminos, y que, un día cualquiera solo amanezcan sus huellas.
Esas son las palabras que un anciano zapoteca dijo a su nieto, en una tarde, teniendo
al cielo como testigo. (En GUCHACHI-REZA/Cuarta Época/Núm. 40/julio-agosto
1993/p.4)
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
DESCRIPCIÓN DEL PUEBLO, GRUPO ÉTNICO O DE LA CULTURA:
Familia lingüística:
Oto-Manguean, Zapotecan, Zapotec
Barabas, Alicia M. “Gente de la palabra Verdadera. El grupo etnolingüistíco zapoteco”
En Configuraciones étnicas en Oaxaca. Perspectivas etnográficas para las
autonomías. Vol.I; Introducción, Macroetnias. Alicia M. Barabas y Miguel A. Bartolomé
(Coordinadores).
La diversidad Zapoteca
(Aparte de Monte Albán) Menos se sabe de los zapotecos en las otras regiones que
ocupan, aunque usualmente se ha considerado al grupo etnolingüístico dividido en
cuatro subgrupos, cada uno internamente diversificado, ubicados en diferentes
regiones: los Valles Centrales, la Sierra Norte, la Sierra Sur y El Istmo. Ocupan una
amplia superficie territorial de gran biodiversidad, no interrumpida por otros grupos
etnolingüistícos, pero los actuales indígenas campesinos no reconocen tener un
territorio común ni conocen un etnónimo genérico. “Pueblo de las nubes” es el que
algunos científicos sociales les dieron, pero si fuera posible atribuir un nombre
genérico a los zapotecas, el más apropiado podría ser “gente de la palabra” o de la
“palabra verdadera”, ya que los etnónimos de cada subgrupo aluden a la gente que
habla el idioma o al idioma sabio, incluso en la Sierra Norte donde el etnónimo general
remite al habitante serrano, pero los etnónimos sectoriales marcan las diferencias
lingüísticas.
Nota al pie:
En el área de Tlacolula, en los Valles Centrales, el etnónimo zapoteco es benni dilli
zaa, gente de la palabra zapoteca o sabia. En la Sierra Norte es bene yaá, gente de la
sierra., pero internamente diversificada por la variante lingüística en: bene dilla shon,
didza xidza, ditzalhe´ja, dilla xan y didza welab. En El Istmo es binza, gente verdadera,
y en el área de Mixtepec, en la Sierra Sur, es mene didzé, gente que habla idioma.
Los zapotecos en la época prehispánica
ISTMO
Las investigaciones de J. y R.Zeitlin (1990:393) demuestran que hacia 1500 a.C. las
pequeñas aldeas El Istmo integraban una tradición costeña que llegaba hasta
Veracruz en el Golfo de México y Chiapas en el Pacífico, pero mantenía también
relaciones con el Valle de Oaxaca. Winter (1986) sugiere que las evidencias más
antiguas de doblamientos correspondían a mixe-zoques. Los primeros zapotecos,
procedentes de los Valles, pudieron haber llegado desde entonces, ya que en su
hábitat se ha registrado un desarrollo cultural no interrumpido, pero las piedras
pintadas de Dani Guaati´ confirman que estaban allí entre el 700 y 800 d. C. (J. y R.
Zeitlin, op. cit. ).
Hacia el 1400 d.C. Cosijoeza, el señor zapoteco de Zaachila, guió una nueva
migración hacia El Istmo, posiblemente relacionada con la llegada de los aztecas que
enemistaron a los linajes zapotecas y mixtecos montañeses emparentados, que
convivían en los valles occidentales desde tiempo atrás. Cosijoeza venció a los
aztecas en Guiengola, para más tarde hacer la paz mediante el matrimonio con la hija
del emperador azteca Ahuízotl. El poderoso señorío con cabecera en Tehuantepec era
multiétnico, ya que integraba también a mixes de la región baja, zoques chimalapas,
chontales y suaves, posiblemente desplazados por los zapotecos, controlaba
ciudades, fortalezas y pequeños asentamientos en áreas aluvionales, costeras y
lagunas, que producían bienes preciados: pesca, sal, conchas, tinte púrpura, plumas
de quetzal y cacao. De acuerdo con lo expuesto puede proponerse que el doblamiento
zapoteco El Istmo es antiguo y que la migración del señor de Zaachila en el Posclásico
fue la culminación de su presencia hegemónica en el área, lo que no representó un
distanciamiento respecto de los Valles, ya que continuaron relacionados con Zaachila.
Área cultural:
En El Istmo se encuentran lo mismo grandes sitios prehispánicos como ciudades
industrializadas por su riqueza petrolera. A las grandes riquezas naturales El Istmo se
le agrega el valor de ser un puente natural entre el Golfo de México, el Océano
Pacífico, Norteamérica y Centroamérica, por lo que es una zona de muy alta
diversidad cultural y ecológica. Las culturas El Istmo de Tehuantepec tienen una
historia tan compleja como lo rico de los dos Océanos que se unen por un estrecho de
tierra de tan sólo 300 kilómetros de ancho, en una superficie menor a 4 millones de
hectáreas, con una antigüedad de por lo menos 3,500 años de civilización (1,500
antes de Cristo), lo que hace de esta región contemporánea de Egipto, Mesopotamia,
India y China. Las poblaciones más antiguas El Istmo de Tehuantepec se distribuyen
en territorios como la selva zoque de Oaxaca, Veracruz y Chiapas, que se subdivide
en Chimalapas, Uxpanapa, Los Choapas, Cintalapa y Ocozocuautla. Otras montañas
con importantes recursos forestales son la Sierra Mixe Baja, la Sierra de Santa Martha,
las Lagunas de Catemaco, la Sierra de Los Tuxtlas y las selvas El Ocote y La
Sepultura.
Etnohistoria:
Barabás, Alicia, op. cit., p. 71.
La conquista y la colonización
ISTMO
Durante la Colonia esta región fue aun más disputada que en la época prehispánica.
Después de los primeros encuentros en 1521 quedó bajo control español y Cosijopi, el
señor de Tehuantepec, abdicó a favor de Fernando Cortés. El conquistador pronto
comprendió su importancia como punto estratégico de comunicación interoceánica y
entre tierras altas y bajas y se lo hizo conceder como parte del Marquesado del Valle.
Mandó construir un puerto en Salina Cruz, astilleros y una gran hacienda ganadera,
además de explotar el oro y el trabajo de los indígenas y de los negros traídos para su
hacienda (J. Chance, 1989; J. Tutito, 1993). Los frailes dominicos iniciaron su control
mediante la conversión de Cosijopi sin embargo. Éste continuó frecuentando el oráculo
del dios Guisipocoche en busca de profecías (E. Guillow, 1978), hasta que no fue
enjuiciado por la Inquisición y condenado a perder todos sus bienes.
Desde tiempos prehispánicos, El Istmo de Tehuantepec Ha sido un crucero de trafico
comercial (sal, pescado, etc.) y una región de gran potencial económico muy disputado
por numerosos grupos. La real familia zapoteca abandonó el Valle de Oaxaca y
conquistó El Istmo en el siglo XIV, desplazando a zoques y huaves, de las mejores
zonas de agricultura y pesca. (Zeitlin en 1989: 32-3). El conflicto interétnico (zapotecos
vs mixtecos; zapotecos vs aztecas, etc.). Continuó durante la colonia. A pesar de que
la alianza con los españoles, liberó a los zapotecos del gobierno azteca, esto propicio
que el régimen colonial los subyugara.
Durante el periodo colonial, como en la época prehispánica, Tehuantepec fue un
centro de poder económico, religioso y político en El Istmo. Aunque la cultura zapoteca
fue largamente destruida cuando Tehuantepec fue colonizada. Las aldeas zapotecas
en la periferia El Istmo retuvieron una fuerte identidad indígena (Zeitlin 1989). Juchitán,
la segunda comunidad más grande del área, era un extraordinario lugar; según
Tutino (1978) los indios mantenían bajo control el comercio (ropa – sal ) y valiosas
materias primas (las salinas y las tierras de cultivo). Los Juchitecos hablaban zapoteco
como primer lenguaje y los funcionarios eran indígenas más que mestizos o
españoles. Mientras que en Tehuantepec se encontraban los cuarteles de Cortés, los
ranchos ganaderos y la iglesia católica. Los Juchitecos resistieron a los intrusos que
invadieron sus tierras de cultivo y las salinas. Por su marginada ubicación en relación
con las autoridades españolas en Tehuantepec y su habilidad para aprovechar las
nuevas oportunidades económicas, Juchitán estuvo en condiciones de mantener un
grado considerable de autonomía cultural.
Después de la Independencia, Juchitán explotó su ubicación periférica a través del
contrabando con Guatemala, reforzando la economía del pueblo y dándole una
reputación de comunidad modelo (Tutino 1978). La relación núcleo periferia entre
Tehuantepec y Juchitán se intensificó durante el anárquico siglo XIX pues Juchitán se
separo del estado de Oaxaca en numerosas ocasiones, mientras Tehuantepec se
mantuvo leal al gobierno estatal. Las autoridades de Oaxaca respondieron a una de
las rebeliones armadas de los Juchitecos:”incendiando el pueblo hasta reducirlo a
cenizas” (De la Cruz 1983: 66).
Durante la intervención Francesa, Juchitán se opuso a los franceses mientras
Tehuantepec los toleró (un raro ejemplo cuando Juchitán se unió a la nación que es el
Estado Nacional mexicano). Después de la salida de los franceses y dentro del
periodo revolucionario Juchitán persistió en defender sus tierras y salinas contra los
intrusos europeos, gringos y mestizo. En 1911 se dio la más larga revuelta
encabezada por Ché Gómez, sus fuerzas controlaron una buena parte del Istmo
hasta que lo mataron las tropas federales (De La Cruz 1983: 709).
Esta conflictiva historia produjo en el ánimo de los Juchitecos un profundo sentimiento
de odio y desconfianza hacia los forasteros y funcionarios de gobierno, una gran
lealtad hacia su comunidad y una fuerte adhesión hacia sus costumbres y tradiciones.
En el siglo XX la fortuna de Juchitán prospera con la construcción del ferrocarril de
Tehuantepec y la carretera Panamericana. Juchitán esta localizado estratégicamente
en relación con las principales rutas de transporte y el pueblo ha venido a ser un
importante centro comercial de la región.
Hasta los años sesenta, Juchitán ha sido, de acuerdo a Royde(1982:181), un frente
étnico políticamente unido contra los forasteros (huaves, aztecas, españoles,
franceses, gringos y mestizos, mexicanos). A mediados de los años sesenta, la
construcción de la presa Benito Juárez provocó intensos conflictos agrarios y
diferencias económicas que dividieron la comunidad zapoteca (pero mantuvieron su
identidad étnica y la hostilidad hacia los de fuera). Los comerciantes zapotecas
estuvieron en posibilidad de controlar largas áreas de tierra y su posición en la clase
privilegiada fue reforzada por el implemento en el comercio como resultado de los
programas de desarrollo de agricultura del gobierno. La construcción de la refinería de
Salina Cruz cerca de Tehuantepec en los años setenta, fomentó la polarización de la
comunidad zapoteca. Muchos campesinos zapotecas perdieron sus tierras durante la
construcción de la presa o se emplearon como obreros en la refinería. Los
comerciantes zapotecas continuaron prosperando. Las tensiones de clase alcanzaron
altos niveles como resultado de la resiente crisis económica del país. Los zapotecas
mantuvieron una fuerte economía local basada en la producción de maíz y el comercio
de manta, sal y productos del mar, pero buscaban librarse del control español
apelando a su cosmovisión y a los rituales antiguos. Los movimientos nativistas que
dieron lugar, entre 1545 y 1550, a rebeliones panregionales y multiétnicas estaban
integradas por Zapotecos del Valle, Istmo y Sierras, además de indígenas de varios
otros grupos (A. Barabás, 1986).
Es difícil seguir la evolución demográfica zapoteca porque la información censal
mezclaba con ellos a los otros grupos habitantes de la región, pero la población
indígena mermó considerablemente: en 1521 había 24 000 tributarios, en 1550, 6000 y
en 1580, 4 000 (R. Acuña:1984). Durante el siglo XVII las tierras vaciadas fueron
ocupadas para las cría de ganado por cerca de 100 familias españolas, residentes en
Tehuantepec, que enviaban carne a Oaxaca, Chiapas, Guatemala y Acapulco, desde
donde se distribuía a América Central y Perú (J. Tutito,1993). Dado que los indígenas
se negaban a trabajar como peones en las haciendas, se incrementó la trata de
esclavos africanos, éstos, casados con mujeres zapotecas, dieron origen a un amplio
sector de población mulata culturalmente indígena.
En 1660 estalló una rebelión que rápidamente se expandió por El Istmo y la Sierra
Norte hacia Antequera. Los rebeldes zapotecos consiguieron autogobernarse durante
un año, antes de ser cruelmente castigados por la Corona. Tal vez la represión y la
constante presencia española lograron someter a los tehuanos al poder colonial, ya
que las posteriores rebeliones las protagonizaron los juchitecos. Los pueblos se
mantenían produciendo y comerciando sal, maíz, pescado, ganado y algo de grana
cochinilla, y caña de azúcar, pero hacia 1750 el crecimiento de la industria textil
europea aumento la demanda de tintes de grana e índigo. Hacia fines del siglo habría
en El Istmo 28 pueblos con 22000 habitantes, entre ellos cerca de 6000 españoles y
mulatos, y Juchitán era el centro económico regional, pues contaba con una
importante producción de colorantes y textiles que se exportaba a Oaxaca y
Guatemala.
El protagonismo regional de Juchitán, desde la colonia hasta el presente, esta
sacramentalmente avalado para los Juchitecos por el relato fundacional de San
Vicente Ferrer, su milagroso patrón, a quien Dios le ordeno fundar una ciudad en El
Istmo y no eligió el fértil Tehuantepec, sino el árido Juchitán ( Henestrosa, 1987), San
Vicente Ferrer es un héroe cultural y la mitología Binnizà registra muchos episodios
en los que interviene creando cultura o compitiendo con los huaves de San Mateo.
Esta figura ejemplar sustenta la autoimagen de los Juchitecos que se definen como
rebeldes, rudos y laboriosos.
LOS BINNIZA, ZAPOTECOS EL ISTMO
De la Cruz (1997) observa que aunque su llegada al Istmo no ha sido totalmente
esclarecida, y los actuales zapotecos saben que los binnigula’sa’ llegaron de los
valles. El término, traducido como “ hombres que se dispersaron mutuamente” alude a
los ancestros comunes del grupo en lo lingüístico y los actuales binniza los consideran
sus antepasados venerables .Los reconocen en las esculturas antiguas de piedra y
barro y mantienen una elaborada tradición oral sobre ellos que evidencia la
importancia del culto de los ancestros, aunque en la actualidad son conmemorados
por cada familia y no parece haber ningún ritual colectivo especifico, mas allá de la
celebración de todos santos el 31 de Octubre.
LA HISTORIA DEL CONTACTO.
La Independencia Nacional colapso la economía istmeña y en 1825, al crearse el
departamento de Tehuantepec, el Estado concedió el monopolio de las salinas a un
particular. La sociedad regional, conformada por criollos y mestizos terratenientes y
comerciantes, creció con la llegada de Oaxaqueños y Europeos, lo que fomento el
conflicto por la tierra. En 1827 se revelaron los zapotecas en Ixtaltepec y nuevamente
en 1834 dirigidos por CHE GORIO MELENDEZ, en alianza con huaves, zoques y
chontales. Se oponían al despojo territorial y al monopolio de las salinas, motivos que
junto con la autonomía comunal son permanentes en la lucha de los binniza .La
histórica enemistad entre Tehuantepec y Juchitán deviene, en gran parte, de conflictos
políticos, ya que el primero apoyaba a los conservadores y el segundo a los liberales.
Juchitán, junto con varios pueblos, desconoció a las autoridades estatales y
nacionales y nombro unas propias, creando el efímero INICIAL TERRITORIO DE
TEHUANTEPEC. Volvieron a revelarse entre1853 y 1857, en 1860 pelearon contra
liberales y franceses, en 1870 intentaron separarse de Oaxaca y obtener la autonomía
y en 1881 Mexu Chele se alzó contra Porfirio Díaz por las mismas demandas: tierras,
salinas, y autonomía (V. De La Cruz 1983, J. Tutino. 1993).
Durante las tres últimas décadas del siglo XIX llegaron al Istmo cerca de 100
extranjeros, 67 de ellos a Juchitán y Tehuantepec: norteamericanos, franceses,
españoles, italianos, suizos, alemanes, chinos, japoneses centro y sudamericano, que
se casaron con zapotecas, aprendieron el idioma y adoptaron las costumbres. Algunos
de sus hijos fueron políticos y lideres defensores de los zapotecos, escritores y
estudiosos de la lengua de los binniza . En 1907 la inauguración del ferrocarril, que
ligaba a los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos pasando por varios pueblos
zapotecos, facilito el arraigo de foráneos, propicio la diferenciación interna y creo una
atmósfera de prosperidad evidenciada en la indumentaria especialmente en la de las
mujeres que lucían suntuosos huipiles y joyas. El distrito de Juchitán, tenía una
población total de 40000 personas y el de Tehuantepec 35000. Pero el crecimiento y la
modernización no minimizaron la rebeldía Juchiteca; en 1911 el Che Gómez y entre
1919 y 1931 el General Charis Castro, se levantaron en armas por las mismas
antiguas demandas .
LA ECONOMIA DURANTE EL SIGLO XX.
Desde la época prehispánica El Istmo fue un área estratégica, después codiciada por
colonizadores y mexicanos e individuos de diversas nacionalidades, todos
denominados dxu (extranjeros), aunque muchos de esos emigrados fueron
zapotequizados. Fue centro productor de ganado, gran, índigo, azúcar, sésamo, arroz,
sal, pescado, camarón y ropa, además de centro rector de comercio. En1938 se
construyo la carretera transistmica y en 1958 la panamericana, lo que favoreció el
crecimiento de la población inmigrante. Actualmente, de las 4 ciudades principales.
Salina Cruz, Matías Romero, Tehuantepec y Juchitán, solo la última es una ciudad
plenamente zapoteca. La construcción de la presa Benito Juárez y su distrito de riego
las industrias embotelladoras, arroceras, de cemento, ingenios azucareros e industria
de derivados del petróleo, impulsaron nuevos aportes migratorios, entre ellos sirio y
libaneses atraídos por la modernización que también fueron influenciados por la fuerte
cultura e identidad binniza. La presa Juárez y el Distrito de Riego 19 se inauguraron en
1961, dejando como saldo un nuevo conflicto por la tierra. Las obras beneficiaron solo
5000 hectáreas con riego, pero en cambio causaron diversos problemas .Especulación
sobre las tierras agudización de conflictos de clase y trastornos ecológicos derivados
del desmonte. El ferrocarril había expropiado tierras que después surgieron como
propiedades particulares, por las que eran comunales en 1960 estaban ya repartidas
como propiedad informal entre individuos y familias. El estado buscaba impulsar la
explotación individual de la tierra ya fuera en parcelas privadas o ejidales, pirque
esperaba que se utilizaran para agricultura comercial extensiva en lugar de la
tradicional siembra de maíz. Como las comunidades venían solicitando desde mucho
tiempo atrás la regularización de sus tierras, el estado convirtió muchas de ellas en
ejidos, en tanto que las que ya estaban en manos de particulares fueron legalizadas
como privadas (V. De La Cruz 1987). En 1991 la propiedad privada era la principal en
Juchitán, pero no así en Tehuantepec. La irrigación hizo subir el precio de la tierra y
muchas familias vendieron predios, en tanto que otras sembraron arroz en lugar de
maíz y se hicieron más dependientes del estado. A fines de 1960 la mayor parte de los
cultivos comerciales eran poco redituables y se impuso la siembra de caña de azúcar y
la construcción de dos ingenios. En 1979 entro en operación la refinería de petróleo de
Salina Cruz, cuyas necesidades de agua fueron cubiertas por la presa. Desde la
construcción de la obra este puerto de altura fue foco de atracción laboral, para
foráneos, mestizos e indígenas El Istmo. No obstante, la bonanza petrolera duro solo
unos cuantos años y en la actualidad la metrópolis mestiza El Istmo Oaxaqueño a
perdido importancia como centro industrial aunque en ella siguen viviendo miles de
indígenas zapotecos, chontales y zoques.(M. Bartolomé y A. Barabas. 1996).
Desde comienzos de siglos los binniza han integrado todas las clases sociales y,
junto con una mayoría de campesinos y mujeres mercaderes, hay un alto número de
ganaderos y comerciantes con los hijos profesionistas y políticos vinculados a los
negocios paternos.
La migración estacional, hacia Chiapas, Oaxaca, ciudad de México y Veracruz en
busca, principalmente de fuentes de trabajo, comenzó con el siglo y en la actualidad
los emigrantes se cuentan por miles. Suele darse por supuesto que El Istmo es una
región rica en el contexto Oaxaqueño, ya que tiene diversas y numerosas industrias y
actividades agrícola-ganaderas importantes, estas últimas reflejadas también en la
muestra de los pueblos indígenas. No obstante, la producción de maíz también es
escasa ya que alcanza un promedio de 711 kg por hectárea. La producción pesquera
llevada a cabo en Tehuantepec, Juchitán, Unión Hidalgo, Madani, Chicapa e Ixhuatan,
y la ganadería, son posiblemente los recursos más abundantes para la población
zapoteca.
Los zapotecos han logrado construir una economía regional sui géneris, sustentada en
actividades y sistemas productivos propios y apropiados, y en una red regional de
plazas que privilegian el intercambio de productos tradicionales sobre los
industrializados: Camarones de los huaves, frijoles de Chimalapas, totopos finos de
Xadani, y quesos de Huilotepec, así como muchos otros productos e industrias,
(hamacas, bordados, orfebrería, productos de palma) de los pueblos zapotecos. El
reciente megaproyecto Transistmico vendría a transformar una vez mas la situación
económica y social de los pueblos de la región ante lo cual los binniza, consientes de
que la basta obra entraña peligros para la integridad de su territorio y su cultura, que
están organizando un frente de critica y oposición a la decisión del estado.
DINAMICA ETNOPOLITICA
La lucha histórica de los binniza por gobernarse así mismos y reproducir su estilo
cultural no se eclipso a mediados de este siglo (XX). Por el contrario, el proceso
modernizador radicalizo la crítica de sus intelectuales, muchos de ellos educados en
México, pero activos En La Casa De La Cultura De Juchitán, y sirvió de abono para la
rebeldía de lo campesinos. En 1973 la reforma política nacional permitió la entrada a
la arena electoral de grupos disidentes , y esa coyuntura fue aprovechada en 1974
por los Juchitecos y sus pueblos aliados, quienes fundaron la Coalición ObreroCampesino – Estudiantil El Istmo (COCEI), ligada con los partidos políticos de la
izquierda por propósitos electorales, pero manteniendo demandas particulares . En
1981 la Coalición gano las elecciones municipales y, a pesar de los graves conflictos
suscitados con los zapotecos priistas y con el gobierno, se mantuvo en el poder hasta
1983 , volviendo a gobernar entre 1989 y 1992 y a ganar las elecciones en 1993. Los “
indios rebeldes”, como son llamados los Coceistas por los priistas tienen presencia
electoral en varios municipios zapotecos e influencia entre huaves, soques, chontales,
mixes y triques.
La COCEI inscribe su lucha en una trayectoria de resistencia iniciada en la época
colonial, por ello en su programa actual ocupa un lugar preponderante la recuperación
de tierras y recursos, la autonomía política y la defensa del idioma y la cultura. Se trata
de una movilización etnopolitica cuyo discurso y práctica han dinamizado la identidad
étnica de los zapotecos y construido una versión seleccionada de la cultura y la
historia local, que fundamenta no solo los fines sino también el sentido del movimiento.
Los binniza Coceistas se llaman Bichi (hermano ) y su estilo propio de hacer política y
esta enraizado en sus practicas culturales: Huipiles y Pañuelos Rojos junto con
banderas de la COCEI, marchas organizadas a la manera de las procesiones del
santo patrono, velas (mayordomías) Coceistas amalgamadas con antiguos rituales
como la “enramada “ y el “convite de la flor “, que tanto se ven en las fiestas religiosas
como las marchas y asambleas, danzas organizadas por adherentes de diferentes
grupos de edad y género, canto y música, revitalización de tequio para la tarea
política.
Muchos intelectuales zapotecos aunque educados fuera El Istmo, se han formado
como reivindicadotes de la cultura y la identidad binnizá. En este contexto de ideas la
lengua es vista como herramienta para la resistencia e imprime características
singulares al programa, la ideología y las estrategias del movimiento. Han cultivado
varios géneros literarios (poesía, cuento, novela, ensayo, ensayo histórico etc.) y
sostenido diversas publicaciones en zapoteco, entre las que se cuentan las revistas
Neza y Guchachi’ Reza (la Iguana Rajada), símbolo de resistencia juchiteca, han
desarrollado una de las mas famosas escuelas de pintura en el plano internacional
llamado la admiración de artistas, politólogos, feministas, y científicos sociales
foráneos, que se acercan a Juchitán para pintar, fotografiar, y describir los
conocimientos locales, analizar el papel de la mujer, la intrincada política local y los
efectos internos del autogobierno. Juchitán es en la actualidad el centro político y
cultural de El Istmo, no solo por su posición estratégica dentro de la red regional de
mercados, sino en buena medida por ser la cede la COCEI. Aunque fundado en la
etnicidad, la COCEI no sustenta un movimiento exclusivamente orientado por el
conflicto interétnico, ya que no une a todos los zapotecos, se trata de una lucha al
mismo tiempo interétnica e intraétnica que opone a las clases sociales internas.
Por otra parte, los hablantes de las variantes del Centro se reclutan en las
organizaciones Unión De Comunidades Indígenas De La Zona Norte El Istmo (Ucizoni
) y la Unión De Comunidades Indígenas de la Región El Istmo (UCIRI) , que sustentan
reivindicaciones étnicas y culturales pero que se enfocan principalmente a la gestión
de proyectos productivos. En el contexto istmeño los Consejos Indígenas creados por
el gobierno no han tenido mayor aceptación.
Áreas ocupadas por el grupo étnico o cultura:
En el corte elaborado por Alejandro Toledo (1995), al centro El Istmo de Tehuantepec
se encuentra la Sierra Atravesada, que se extiende desde Asunción Ixtaltepec,
municipio que se encuentra precisamente en el único paso que permite bordear esta
cordillera, hacia el oriente por los Chimalapas y las montañas de Ocozocuautla, en
Chiapas.
Tiempo de ocupación del territorio:
Comparada la información, de la profundidad histórica en la ocupación El Istmo por los
zapotecos, que da la arqueología con los 4 o 5 siglos de divergencia de la
glotocronología; tenemos que éstos corresponden aproximadamente al periodo de
colonización iniciada por españoles y continuada por los criollos hasta la actualidad.
¿cómo entender entonces que la lingüística establezca este corto periodo de
separación si la información arqueológica nos habla de una ocupación entre 700 y 800
d. C.? Por el momento se puede formular la hipótesis de que las migraciones que
llevaron el zapoteco a El Istmo se dieron desde el Clásico Tardío, pero debido a la
continuidad de las relaciones humanas posteriores a dichas migraciones la lengua no
se separó en la época prehispánica, sino a partir de la invasión europea. En otras
palabras, esta divergencia de 4 o 5 siglos de separación que nos documenta la
glotocronología es resultado de la separación entre los zapotecos del Valle con los El
Istmo a partir del inicio de la colonización española (De la Cruz; 2005).
Formas de asentamiento:
Tehuantepec
Este pueblo esta situado a orillas del río del mismo nombre. Una gran roca, con
blancos acantilados y cubierta por laberintos de cactus, forma la médula del pueblo
que, construido en forma de anfiteatro a su alrededor, desciende con calles de
terracería al borde mismo del río. Una ancha sábana de agua poco profunda fluye
plácidamente sobre la grava y la arena, y serpentea entre los verdes bancos; el río de
las planicies anchas y boscosas, y se estira hasta donde alcanza el ojo hacia el oeste
y el noroeste. Son visibles dos o tres picos sombríos que enseñorean los bosques de
la planicie y que, desdeñosos, mantienen su distancia de otros riscos que se perfilan
en azur transparente, sobre la deslumbrante sabana del horizonte.
Al otro lado del río, la segunda parte de Tehuantepec forma una comunidad distinta.
Aquí, los bancos del río son altos y profundos, y las casas a orillas del río se siguen a
bastante distancia. Una tercera comunidad es Tehuantepec detrás de la gran roca, es
de la arquitectura mas pobre. Las casas en su mayoría son pequeñas enramadas, y
una de ellas nos fue procurada para nuestra estancia, pues requeríamos de un largo
descanso para nuestros caballos y nos interesaba tener una idea del famoso Istmo.
(…)
El río es ciertamente el bulevar de Tehuantepec; la gente se frecuenta allí; los
negocios, la política, las intrigas de toda especie, los pleitos y las declaraciones de
amor, se discuten y pactan entre gente que yace con el agua hasta la barbilla, o se
sientan en el transparente y liquido elementos buscando la postura mas cómoda
cansados de flotar, nadar en las profundidades, dar clavados, y otras actividades
excéntricas de la gente en Tehuantepec.
Junto al río otro sitio atrae y consume igualmente el tiempo de la población: el
mercado en la plaza. En medio del zócalo se aloja el mercado en un edificio techado,
sin muros, afirmado sobre altos postes y con grandes tejas salientes, aquí, más de mil
mujeres se reúnen a diario para vender y comprar. La diferencia entre comprador y
vendedor es casi imperceptible pues la mayoría trueca sus propias mercancías y hay
poco dinero en circulación.
(…) La población de Tehuantepec es indígena pura casi en su totalidad. Últimamente
se ha mezclado un poco la sangre mexicana, a través del aumento de nuevos
pobladores, mercaderes, comerciantes, etc., y de los cuarteles de soldados, arrieros y
otros viajeros. Sin embargo se mantiene el tipo de indio aborigen y es su idioma el que
priva.
(…) en total, los habitantes de esta región de México son de raza dócil y buen humor
que, en manos de señores de elevados principios, serian capaces de enormes
progresos. Por ahora se dirigen a la ruina y la desgracia por el camino mas corto, bajo
la guía de sacerdotes y un gobierno despreciable. La primera semana mantuvimos
nuestros paseos en el perímetro de tres barrios o suburbios, consintiendo a nuestros
caballos con buen forraje, un paseo corto durante la noche, para mantener su apetito
en orden fue todo su trabajo.
La segunda semana aumentamos nuestros paseos hacia la bahía llamada “La
Ventosa”, no distante de la boca del río y poco más de cuatro leguas de pueblo. El
paisaje de la bahía es sumamente pintoresco y los bastiones de la playa tienen
promontorios bancos, semejando columnas de basalto que surgen de la marea. Como
refugio, la bahía es pobre y será siempre triste barrera para las mejoras comerciales
para el camino en El Istmo.
Hicimos excursiones al pueblo grande de Chiguitán, donde anualmente se lleva a cabo
una feria. Esta en la ruta hacia el río Guasacualco que desemboca en el Atlántico, en
el punto donde la ruta proyectada empezara. Nos llevó tres días y medio ir de
Tehuantepec a este río, por un camino que abarca varios pueblecitos. En términos
generales la apariencia de la superficie de un mar a otro, nos parecía sumamente
favorable para la construcción de un ferrocarril. Parece como si los andes del norte
penetrasen en la tierra en este punto peculiar, dejando solo algunos riscos de
considerable altitud, quizás unos cientos de metros sobre el nivel del mar. Aun estos
obstáculos podrían resolverse con un poco de administración. El río Guasacualco es
ancho, profundo y con una fuerte corriente, y rodeado por la densa vegetación de un
país de lujuria tropical. Ya es navegable, durante mas de 10 leguas de la boca, para
naves de buen granada y la bahía del lado Atlántico, es mucho mejor que la
correspondiente del pacifico. La región alrededor hasta donde alcanza la mirada es
una extensión interminable de follaje, bosque virgen de un crecimiento lujuriosamente
tropical, rico, floreciente, desbordante de fuerza y vitalidad, un retrato de la naturaleza
salvaje que expresa la vitalidad reproductiva de una tierra inagotable. Hasta aquí todo
vale la pena, pero también hay espinas en esta rosa; pues en la maleza de infinidad de
variedades acechan millones de incontrolables mosquitos, que al ser perturbados,
vuelan en nubes alrededor de la cabeza, y parece cosa como diría un Iñaki, de
“arrojar” la atmósfera a tu alrededor.
Llegamos al pie de la montaña, donde dejamos nuestros caballos llevándonos las
provisiones. Ascendimos por una enorme roca negra, como recién extraída de
regiones subterráneas y transportadas a esta verde planicie. Con grandísimos
esfuerzos alcanzamos un paraje entre acantilados perpendiculares y maleza trepadora
y desistimos de seguir ascendiendo ese día, ya perdidos en los flancos de esa
montaña – monstruo. Dormimos en una de sus terrazas, e hicimos otro intento en la
mañana; pero fracasamos por falta de soga e instrumentos, puesto que no
encontramos el camino correcto y subimos adivinando. Regresamos a Tehuantepec
muy decaídos, y esperamos sin efecto el regreso del guía, que seguía cosechando el
maíz en su granja, nos cansamos al fin de esperarle en Tehuantepec, y preparamos a
los caballos para nuestra partida inmediata. (“Narraciones de incidentes y aventuras
personales en Tehuantepec y Juchitán” G. F, Von Tempsky en Guchachi Reza Nº
8/septiembre 1981 págs. 8-16).
Autores principales:
REINA, Leticia, CAMPBELL, Howard y DE LA CRUZ, Víctor.
DESCRIPCIÓN DE LA ECO REGIÓN:
La Sierra Atravesada tiene su punto más bajo en Asunción Ixtaltepec, municipio de
origen mixe-zoque que se encuentra en las coordenadas 95º 03'longitud oeste y 16º
30'latitud norte, a una altura de 30 metros sobre el nivel del mar, donde es posible
identificar el centro El Istmo de Tehuantepec, colindando al norte con El Barrio de la
Soledad, Santa María Chimalapa; al noroeste con San Juan Guichicovi, San Juan
Mazatlán, Guevea de Humboldt y Santo Domingo Petapa; al sur con San Pedro
Comitancillo, El Espinal y Juchitán de Zaragoza; al oeste o poniente con El Barrio de la
Soledad, Ciudad Ixtepec y Santiago Laollaga; y al este u oriente con San Miguel
Chimalapa y Juchitán de Zaragoza, municipio que ya incluye costa de las Lagunas del
Golfo de Tehuantepec.
La historia geológica indica que el macizo central El Istmo de Tehuantepec surgió del
mar hace 7,000 a 10,000 millones de años, según los fósiles de conchas marinas
encontrados en Ocozocuautla. Esto es, en la era del fuego, cuando las masas
continentales de Norteamérica y Sudamérica chocaron separando los Océanos
Pacífico y Atlántico. Esto hace que la región de este estudio en realidad es el extremo
norponiente El Istmo Centroamericano o Mesoamericano, el más grande del mundo y
la segunda región de mayor biodiversidad del planeta.
CARACTERIZACIÓN DE LA OFERTA HÍDRICA:
Algunos de los ríos más caudalosos del país nacen en esta región, como todas las
vertientes del Coatzacoalcos y los escurrimientos de la planicie de Juchitán que
desembocan en el Sistema Lagunar Huave, parte del Grijalva-Usumacinta, del
Papaloapan y del río Tehuantepec.
ANEXOS
1)BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
Textos Indígenas:
Textos sobre primeros contactos: relatos de cronistas, viajeros, religiosos, etc.
Textos de científicos sociales generales: (antropólogos, arqueólogos,
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CONTACTOS Y DIRECCIONES:
Salomón, Nahmad.
Víctor de la Cruz.
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Vicente Marcial Cerqueda.
Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI) Insurgentes Sur 1971,
Torre III, 8° Piso, Col. Guadalupe Inn C.P. 1020, México, D.F. Tels. Conm.
(55)50.04.21.00 ext. 201 Directo (55)50.0421.04
Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social.
Ciesas. Pacífico Sur. Dr. Federico Ortiz Armengol 201 La Resolana. Col
Reforma C.P.68050 Oaxaca, Oax. 951-5021600 al 29.
Instituto Nacional de Lenguas Indígenas.
Dirección Gral. Adjunta Académica y de Políticas Lingüísticas.
Insurgentes Sur 1971, torre III, piso 8. Conjunto Plaza Inn.
Col. Guadalupe Inn.
C. P. 01020. Del. Álvaro Obregón. México, D. F.
Conmutador: 50-04-21-00 [email protected]
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