04/1957 - Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente

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MADRID
FEBRERO 1957
^^ii^.
EI mildeu
de la patata
N.° 4-57 H
Juan Rodríguez Sardiña
Ingeniero Agrónomo de I. N. I. A.
MINISTERIO DE AGRICULTURA
DIRECCION GENERAL DE COORDINACION, CREDITO
Y CAPACITACION AGRARIA • SECCION DE CAPACITACION
fL MILDfU O G^1NGRfNA Df L^4 PATATA
Esta enfermedad se halla mtry ditundida por toda Es-
l^aña y por eso también posee tttuchos notnbres vulaares,
5egím las diferentes regiones. Los más corrientes son :"milQ10^^ O^^I1111deU^^ ^del tngleS lllll{^?^cZQI, CjUe Slgtllflca ^^mo110^^^^
"niebla", "añublo", "mancha", "peste", "podredntnbre",
"gang^rena", nombres los dos íiltimos, qtte se refier^en .a los
tttbérculos.
Síntomas.
Ln esta enfermedad, comu sttcede generalmente con todas aqttellas que se desarrollan en ^el interior de los tejidos
de las plantas, las prim^eras intecciones suelen pasar inadvertidas y, por esto, el labrador cree que nu se presenta hasta
fines de verano, ^en los meses de jttlio y agosto; a esto hace
también referencia el nombre norteamericano de "Ictte blig-ht"
(marchitez tardía).
Yero, aun cuanclo la éhoca de aharición de los ataques del
"milclio" cle la patata es muy variable (ya que depende, eomo
vere:nos, del complejo ecológico y principalmente de la temperatura v de la humedad), sin embarg-o, ^si se hace una detenida observación de ]as plantas durante todo stt heríodo
^•egetativo, se ve que, por regla general, ptteden apreciarse
las primeras t^ianchas antes de lo qtte se figuran los labraclores en la comarca resp^ectiva.
Los primeros caracteres e^ternos suelen aparecer en las
puntas y bordes ^de las hojas más baj^as y consisten en rnanchas ^jtte, al princiPio, son amarillentas, lttego se ponen pardttscas y terminan por ennegrecerse.
A. medida ^.^ue dichas manchas van sufriendo esos cambios de color, se van extendiendo desde los bordes hacia el
interior clel limbo foliar y, cttando se lle^a al máximo desarrollo de las lesi^nes, se pueden distinguir en ellas tres zonas : una seca y ennegrecida en los bordes, otra intermedia
de color pardusco y, finalmente, otra intern.a amarillenta,
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que fué donde em^ezó el ataque del parásito, pues éste va
avanzando en stt desarrollu a medida que destruye nuevos
te j idos.
Estas manchas, clue al^arecen en el haz o cara superior
de las hujas, se curreshonden con otras situadas en el envés o cara inferior; estas ítltimas, cuando el tiempo es hítmedo, son blanquecinas en el borde y, si se examinan con
una lente, aunque sea de poco aumento, se aprecia que están como recubiertas de un tenue velo algodonoso, formadv por los cunidióforos y cunidios dtl hongo productur de
la enfermedad.
En los entrenudos inferiores del tallo aparecen también
ntanchas hardas u negruzcas que, a su vez, hueden presentarse en la; ramas ^^ hecíulu^ cle las hojas e incluso en las
mismas flures; dichas manchas son irregulares v generalmente alargadas, sienclo, en cambiu, r^lro encontrar en el
tallo manclias blanduecinas análogas a las de las hojas.
El ataque a lrt parte aérea de la hlanta comienza generalmentc hor la base del tallo y hojas más bajas y su avance
clepende de las condiciones atmosféricas. Cuando el tiempo
es frío y seco, al aparecer los primeros síntomas, la infección a^^anza ]entamente y las hojas atacadas se arrugan, presentancl^^ m^enos manitiestas las zon,as blanquecinas de conidi^^foro^ o n^^ al^areciendu éstos (i); las manchas, adeln^ts,
nr, avanzan en su desarrollo. Yero si, por el contrario, e1^
tiempo se t^^rna htítneclo y caluroso, que es el más fa^^^^rable
^a la enfermedad, ^ent^mces hojas, ramas y tallus continíian
ennegreciéndose, se amustian y acaban por marchitarse comhletamente o pttdrirse, ocurrienclo esto con tanta más rapidez cuanto mayores sean el calor y la humedacl.
l.a clifusi^m clcl "mildi^^" tiene lu^ar con t._tnta ral^idez
cuando las condiciones ambientes le son fav^^rables c^ue en
puc^s clías, en una semana p^r ejemhl^^, pueden quedar comhletamentc clestruíclas Parcelas ent.eras de patat^as t^ue 1>oco
tiempo antes naclie diría iban a enfermar.
(i) Sin cmbargo, cuaudo hay ataque de esta enfermedad, al mantener eit
ambicnte húm^edo una hoja enfernre apar•ece inmerliatamente el anillo de coni^lihforos.
2^
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C:uando e] hon^o que produce esta enfermedad ataca al
follaje, marchitándo5^ la planta sólo en harte, se ocasiona
ti^i daiio indirect^^ a lu^ ttibérculos, hues ec^mo la5 tunciones
Pi^^. i.-Las plantas de patata enfermas de "^nildeu", "iuand^a" o"niebla", presentai^ las hojas, rrunas y tallos mustios, y las hojas con maudlas primero amarillentas, después p•arduzcas. (De YnsirrLTTZ,)
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veg^t;tativas se reducei^, se hi-uduce ttn deseduilibrio nutritivo, reflejti^d^ p^^r una disniinución en níimero y tamaño de
dichos tubérculos, ^tun cuandc^ los que se hayan recolectado
estén sanos.
Fero, además de esto, la intección huede llegar a los mismos tubéi-c>rilos que se rncticntra^i bajo ti^erra, al ir creciendo
el hoñgo por el interi^r de la mata ; sin embargo, este modo
de infección se tiene huy pur mu^- hoc^ trecuente.
I?n cambi^^, lo due es mtt^- corriente es la infección de los
tubércul^s ^x^r cuntact^^ con el tullaje atac^do, o con los conidios que caen al terreiw ; sobre t^ ^du en casos de ataque
tardío esto es muy 1 recttente.
L^^s ttibéi-cttlos atacadus c^mienzan por preseiltar peqtteñ^ts ^nailcl^.as ^^ardas ^obre ]a hiel ( ehidcrmis), que se van ex-
Fig. z.-En los tubérctilos se aprecian zonas o manchas de la piel, que está
hundida y. al cortar!as, la carne está ennegrecida, sc^re todo eu los bordes. Estas
patatas no sirven para siembra y se conservan mal.
tendiend^^ irregularmente n<^ ^^>bre t^^do ^1 tubérculo, sino en
una o varias z^^nas, ^^ ^^uc al tni^n^u ti^m^x^ que se deprimen
más o menos fuertemcnte toman un c^^lur alg^^ azulado. Al
cortar una de estas ^^atatas se ^•e ^^ue, en correshond^r^cia
con l.as manchas externa^ de la piel, el tejido inter^lo tiene
ui1 color parduzco, resalt^nd^^ bien s^^bre el resto de los te-
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jidos aún sanos, que tienen la coloración blanca o más o menos amarillenta, según la vari^edad.
Cuando, segíu^ ocurre en muy pocos casos, la infeeción
es exclusivamente debida al hongo del género Phytophtlaora,
que luego estudiareinos, termina por producirse una "podredumbre s^eca", fácil de distinguir de la otra que veremos
más adelante, pues basta poner en cámara húmeda algunos trozos de un tubérculo para que, a las pocas horas, se
desarrollen los típicos conidióforos.
Lo más f recuente es, sin embargo, que se originen iniecciones mixtas hor invasiones de otros hongos o de bacterias; si dominan estas íiltimas se producen "podredumbres
híimedas".
En resumen, por lo común, el "mildio" ataca al follaje,
Pero posteriormente result..^ln infestados los tubérculos. En
éstus la enfermedad puede manifestarse (si la temperatura
y la humedad son favorables) poco tiempo después de la
recolección, o bien hacerlo más tarde, cuando llevan algún
tiempo en almacén.
Etiología.
La causa de esta enfermedad es un hong^o microscópico,
ficomiceto, d^e la familia Yen^o^z, >slpor^caeos, cuyo nombre científico es Phytophthor^a i^zfesta^s (Mont.) De Bary.
Este honguillo, desarrolla innumerables g^érmenes microscópicos que, a favor de las gotas de lluvia o rocío, gern^inan
y emiten filamentos que penetran en la hoja y otras partes
de la planta clesarrollándose en el interior de los tejidos, en
cieterminadas condiciones de humedad y temperatura, salen
por el envés de la hoja ramificaci^mes fructífer^as que forman
una especie de fina vellosidad blanquecina y sueltan multitud de gérn^enes propagadores de la enfermedad, al caer
sobre otras matas de p^atatas.
Tratándo^e de un parásitu interno la Izrch.a- 1ra ^l^ scy forzosamz.ent^ ^ir^ev^e^^ztz-v^a, para evitar la infección.
Medios de lucha.
Ante todo hemos de decir que todos los tratamientos y
- i -
1)1'aCtlcas Clf; CUltlvO (^Ue 5e COnUC2n COntra eSta enÍernleClaC1
sun de gran eficacia preventiva, hero, en cainbio, su poder curativo es nulo, o muy escaso; es decir, que lo que int^eresa
evitar es que la^ enfermedad llegue a propagars^e, pues, una
vez ésta en pleno desarrollo, es imposible impedir sus estragos.
Est^s inedios de lucha preventivos son los sig^uientes :
i.° Obtención de variedades resistentes.
z." 1'ratamiento de los tubérculos antes de hacer la plantaci^ín.
0
3•
^,
4•
^^
J•
Prácticas culturales.
Pulverizaciones.
Conservación de las patatas en almacén.
VARILllAD^S RESISTENTI±S.
^a l^roblema de 1a obtención de variedades de patatas resistente^ al "mildio" debe ser resuelto por técnicos especializaclos de los Centr^^s de investigación. Sin embargo, ^el labrador puede hac^er algo: i.° Eligiendo bien la variedad dz
hatata que vaya a cultivar en su localidad, teniendo en cuenta la re^istencia al "mildio", las eondiciones de clima, suelo
y e^igencias del mercado; a esta elección la puede ayudar l.a
(;ranja /\grícola Regional. z.° Haciendo una "selección en
niasa", c^^sa c^ue nu es diiícil.
Para hacer esta selección se va observando atentamentc
el clesarrollo del patatar desde el principio de su veg•etaci^m y:;e van marcando de algún modo, por ejemplo, con esta^iuillas, aquellas plantas que ofrecen mejores plantas y,
al ini^mo ti^empo, las niás resistentes al ataqtte del "mildio".
Al hacer la recolección se empezará por estas plantas y,
de ellas, se desecharán las que t^engan p^ocos tubérculos, pequeños o mal conformados (o, en general, que presenten algíin defecto de los clue nlás adelante detallaremos), o bien
que teng•an las manchas típicas indicadoras de estar ya atacados p<^r el parásitt^.
Las patatas que parezcan sanas y procedentes además de
hlantas también sanas (teniendo éstas las demás cualidades
deseables : muchos tubérculos cada una, reunidos lo más posible al pie, etc.) se recogerán con cuidado para nu causarles
herid^is, ^^oniéndolas inmediatamente en saco o capacho, con
el fin de que no entren en contacto ni con 1as matas ni con
la superficie del terreno, guardándolas en un 1oca1 alejado
de ayuél en que se almacene el resto de la cosecha.
Dichas patatas, ^así seleccionadas, serán las que se em^leen al año siguiente para la "siembra" (plantación), repitiendo la mencionada selección todos los años hasta que
se v^ea que l^a producción baja-a pesar del buen cultivo y
abonado, elaro está-, pues en ese caso habrá que "cambiar
de semilla" (como dicen los labradores) empleando para la
plantación patat,as de distinta procedencia (pudiendo ser, sin
embargo, de la mislna variedad), y, a ser posible, de una localidad en que se dé buena patata para "siembra".
TRATAMII:NTO :DE LOS TUI3ERCULOS ANT^S Dí^ LA PLANTACIÓN.
Estos tratamientos no ti^enen una aceptación general, no
ya en nuestro país, en due no sabemos cjtte se elnpleen, sino
incluso en el e^tranjero, pues mientras en los f^^stados Unidos de Norteamérica están muy difundidos, en ^llemani^a
c.asi no se ponen en hráctica. Sin embargo, creemos conveniente el darlos a conocer para ^que los labradores los ^ensayen,
pttes tienen ttna base racional.
El tratamiento más antiguo, fué ensayado ya en r883
por Jensen, consiste en exponer los tubérculos atacados a
una temperatura comprendida entre los 48° C. y los 56° C.
cíurante cierto tiempo, llevándolos lueg-o a un sitio seco hasta que, una vez ger^liinados, se plantan. El miceli^^ del hongo
queda muerto por este tr.atamiento, pero a pesar de los buenos resultados, confirmados por varios autores, el méto^do
no parece haber encontrado aplicación.
Otro método consiste en sumergir las patatas en líquidos anticriptogámicos, tales como el "caldo bord^elés" ^il a
Por roo, la formalina comercial (aldehído fórmico al 40
por Too) diluída al 0,25 por roo, o^el cloruro mercúrico al
3 ^^or Ioo. Estos trat^mientos se hacen unas cuatro o cinco
^
semanas antes de hacer ]a plantación.
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I^12ÁCT[CAS CULTURALI:S.
L:^L5 I"CSUffi11'e21]OS ^151:
I." Lilihlear para la plantación patatas completamente
sanas, desechando las ^Lue tengan manchas o costras sobre
la pi^el, l.as due presenten algítn indicio dc hodredumbre o
^lue estén daiiadas hor iilsectos o roedo,res.
z.^' Ylantar patatas sólo en tierra lig^era v, ^en caso contrario, que c^té bien sanead^ y labrada, a fin de evitar el
caceso de htiinedad, ^^ue favorece ^ll "mildi^^" así como a otr^s
enfer^nedades.
3.° Enterrar las patatas al máximo que nos 1>crnlita
la natttralcza del t^rreiio.
q..^" I I^icer un r^ecalce de los pies de patatzl antes dc due
se n^ten l^^s hrimerc^s síntomas cle la eirterinedad y cuando
emhieza el desarrollo de los tubérculos. Est^^ tiene por objetn evitar la contarninación de los nuevos tubércul^^s por
los c,^nidi^^s arrastrad^s cle las hartes ,aéreas a t^vc^r de la^
^t;;^tias dc llti^^ia o dc i-ica^^.
^ubre l^^ altura clel i-ecalce no se puedeil dar dimcn;i^^nes,
^^ues de1>^ncle de la ^^ariedad cttltivada, estrttctura dcl terreii<^, de l,^s ric^;os y dtl cliiil,a; si ^es escas^> n^, surte sus e^fectc^s y, si es excesivc^. ^^ei-judic^l a la buei^^l ^>r^^ducci^",n cl^^ la^
l^lantas. El a^;ricult^^r ^lebe tend^r a recalzar l^> más 1>u;ible,
l^er^^ sin ^^ei-judicar el desarroll^^ de los ntrc^-^^s tubérctilr^^ ;
cttantr^ má; i uerteS y más híltnedas Sean las tierras, n^ri7^^r
deberá sei- la altur,a del recalce.
5.° Cuando durante el cur,o d^e la ^^^et;-ctaci ^m se ^^ean
plantas muy atacadas por el "mildi^^" deberán arrancarse
inme;liatanl^ente, jttnto con sus raíces, y duenlarlas fuera de
]a harcela.
6.^0 Si ui^ patatar ha estado atacado ^^or el "mildi^^", a3
hacet- ]a rec^^l^ección ^lo deben dej^irse las ^ratatas sobrr cl sue1^^ sin^^ ^^uc, a^i^edida due se ^^ay^an desentcrrand^^, cleben
echarse en un saco, o ca^^acho, ^^ara evitar su c^mtaminaci^ín.
^." ^^l acabclr la recole^ci^n deben arrancarsc ^n se^uid^a l^s nl^tas y no llevarlas al estercolero, sino ainr>ntonar-
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las en una porción cie terl eno sin cultivar y, después de rociarlas con gasolina o petróleo, quemarlas.
PULVERIZACIONES.
Indudablemente, el método más eficaz de luchar contra el
"mildio" de la patata es el empleo de pulverizaciones de
substancias anticroptogámicas, aplicadas a las plantas durante su cultivo.
Pero es necesario fijarse bien en qué condiciones han de
darse esas pulverizaciones, pues una pulverización dada a
destiempo constituye generalmente un gasto inútil, mientras que el no pulverizar cuando es necesario puede cíar lu^ar a una gran pérdida de cosecha.
Nún^ero y é^oc^.-El número de pulverizaciones necesarias es, por lo menos, de tres, dadas en las siguientes
épocas:
I.a pulverización.-Cinco o seis días ant^es de que aparezcan la mayoría de las flores.
2.a pulverización.-A los diez o quince días de la primera.
3.1 pulverización.-Cuanclo las plantas estén en su máximo desarrollo ; es decir, generalmente, de quince a veinte días
después de la segunda.
1^Ias, com^o ya hemos visto la gran influencia que las
c^ndiciones de humedad y calor tienen sobre la marcha d^e
las inf ecciones de "mildio", se comprende que el nílmero y
época de las pulverizaciones deberán variar segtín las con;
diciones meteorológicas.
Como normas generales daremos las mismas c^ue indica
C. González de Andrés, que son de gran utilidad práctica :
Tiempo frío y seco .....................
^o es favorable para el des^u-rollo de !a enfermedad. :Qo es preciso pulverizar.
Tiempo frío y húmedo ...............
Poco favorable para e] "mildio". \o es Preciso pulverizar; pero, si la hum°dad persiste, ^en cuanto haga un día caluroso, se
dará la ptilverización correspondiente.
Tiempo caluroso y seco, con cielo
claro y despejado ..................
Poco favorable para ^cl "mildio". No es necesario sulfatar; pero, si sobrevienen días
nubosos o los rocíos son grandes, dcbe
puh-erizarse inmediatamente.
Propcnso para que sc mauifieste la ^enfermedad. Si han transcurrido bastautes días
"Ciempo normal d^e primavera y
dcsdc quc s^ ^lió la última pulverización,
Vl'r8n0 ..... ... ... ................j
y uo se obscrva sobre la plan^a niu^uua
I
señal o mancha de] caldo cúpricu emPlcado, debe repetirse el sulfatadu.
\unqtte pttede s'r iavorable para ^el "mildio", no es •económico dar pulverizaciof_Itn•ias persistentes y tiempo frío
nes, cuyos efcctos serían antilados por las
y caluroso .............................
]luvias; pero cn cuanto cesen éstas hay
que dar una pulverización, sobne todo si
^
ha aumentado la temp°ratura.
favorable para que se prrociuzcan gran^alor y ti°mpo tormentoso, o de^ yluy
^lcs mvasion^es de "n^ildio". Debc pulvcripequeitas lluvias, con alteruatidías; aprovechanvas de eielu uuboso y sol iu-^ zarse cada seis a ocho
^lo Para dar ]as pulvcrizaciones algunas
tenso ...................................
horas después de una Iluvia.
Grandes nieblas o rocíos segui-^
dos de horas de sol intenso ... ^
Uin^ favorabl^ para e] .`mildio". llebe pulverizarse en cuauto no s^^ vean sobre las
plantas manchas o indicios dcl caldo cúprico zmpleado en la última p^tilverización.
Tiempo en gen_ral caluroso y^^Iuy favorable paru el "mildio". Téngase eu
cuenta las mismas normas que anteriorhúmcrlo
........................... ^
m"nte se indican.
Ateniéndt^se a estas ideas gen^erales, coil un pocu de sentid^^ práctico y no olviclando que l^a r p^^iTZve^r^i^z^z^ci^^omie^s c^^ebe^z•
d^z^^s,c ^-tr^air^do la,s co^^id^ict^olics ^rtnzosféric^as sc^r.7a favo^^,:xblcs aZ
^^e^s:xri^ollo d^e la c^tr^fer^lie^^i^^^cl ^^ ant^es c^^ qi^.e ésta. a^are^^c^a^ e^^t
el pa^ta^ar-, se podrá luch.,tr ehcaz.mente c^^ntra el "mildiu".
Sz^bsta^rci,a^s e^r^zrlc^^a^cl^^zs ^c^ii las pl^^lv^e^^^i^ti^ci^o^^2es.-I_,^a subs*^;ncia que, al menos hoy h^^n c^^y, da nlejor r^esultadc^ indudablen^ente ctmtra el "mildio'' de la ^atrtta, e, el ^ultato
de a^bre, eshecialii^ente bajo la fornla tle "caldo b^^rdelés".
La fórmula de caldo bordc:l^s aconsejable es la llaniada
^^-z^ioo, esto es :
Suliato de cobre ............. .. ._ ..... .......
C;al r°cién anagada .... .. . ...................._ ..
.
Agua .......... ... ....................... . ........ ........_...
z kilogramos.
2
ioo litros
- IZ -
Cuando no se dispon^:a de buena cal se podrá usar ^:1
calclo bo^^goñ.ó^z-, de acuerdo con esta {órnlula :
Sulfato de cobre .............................................
Carbcnato sódico anhidro (sosa solvay) . ..............
,1gua ...............................................................
2 kilo^_rarnos.
t
too litros
o, mejor, los "caldos cíipricos adhercntes" del com^ercio, d^^tados de mayor hoder mojante y adherente a las hoja^.
Con el oxi.clo^^^r^ro de cobYe y el óxido c^zp^^oso se ^>re^^aran caldc^s cúhricos de bttenos resultados y tácil prel^aración.
A1 primero es conveniente añadirle sulfato de alíu»ina, para
meiorar la suspensión:
Oxicloruro cíe cobre (i6-t7 por roo) ..................
Sulfato de alúmina .. ...........................................
Agua ........... .. ..................................................
i kilogramo.
t
ioo litros.
Se hace una papilla con el oxiclorur^ v el sulfato de alílmina en un har de litros de agua y se añade lechada de cal
hasta lig_ era alcalinidad (color rosa del Papel de fen^lftaleína); se forma así un hidrato de alúniina gelatinoso, c{ue
mantiene en suspensión el oticloruro.
De ^"^xido cuproso (5o por ioo de cobre) se eínhlean 300
a q.oo gramos por roo litros de agua, y una dosis análo^a
(30o a 35o gramos) es la que se recomienda del anticriptogámico D7,-78 (dithio carbonato de 7i^ic y etilo), en sustitución de lcs cotnhuestos de cobre.
^F^^iC^s UoU^Nl1
-MADIIID
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