SULF AMIDOTERAPIA DE LAS INFECCIONES CRÓNICAS

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Ir Ep. - N.o 3
Septiembre 1945
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ANALES DE MEDICINA Y CIRUCIA
Asociación Médica Argentina
SULFAMIDOTERAPIA DE LAS INFECCIONES CRÓNICAS
DEi. APARATO RESPIRATORIO (1)
Dres. Prof. M. R. Castex y E. L. Capdehourat
Segundo Congreso Argentino
de Medicina Interna.
Nuestra práctica médica nos d0mupstra la frecuencia de las inf~cciones cr6nicas en
todos los sectores del aparato respiratorio.
Por lo que se refiere a la nariz, se observan los catarros prolongados de su mucosa
y de las cavidade<i ane'xas que no pocas veces resultan refractarios a las mismas sulfamidas cualquiera sea su forma de administración y de la cual nos ocuparemos brevemente más adelante.
Sin que pueda decirse que el ocena sea de origen infeccioso lo mencionamos por
la mejoría que dicha dolencia de carácter tan rebelde, tenaz y desesperante, experimenta con el u>;o de las sulfamidas.
Entre los procesos a emplazamiento laringotráqueobronquial, citaremos las latingitis.
tr'aqueitis y bronquitis crónicas. En cuanto a las bronquiectasias los resultados que se
obtienen con las sulfamidas son transitorios e incompletos, pues nada puede hacerse
contra las alteraciones anátomopatológicas de los conductos aéreos por su carácter indeleble e irreversible.
También benefician a la sulfamidoterapia los pacientes con el síndrome de A~'el'za
y los asmáticos por infeción bronquial..
Consideraciones especiales merecen las supuradones pulmonares crónicas, tipo abs"
ceso, dado que los resultados que se obtienen con las sulfamidas empleadas en la forma
preconizada por nosotros (nebulización e inyecciones parenquimatosas transtorácicas)
son por lo demás favorables en la inmensa mayoría de los casos. En efecto, con estos
procedimientos se logra en conjunto un 83 por ciento de curaciones, según nuestra
experiencia personal. Aclaramos que el 83 por ciento referido se ha obtenido englobando
a todos los procesos supurados agudos y crópicos del pulmón. He aquí el detalle de los
re:;:uItados 10§Tados con ambos métodos de tratamiento:
Resultados
Curados ..... , ............................... , ..... .
Con nebulizaciones .................... .
Con punciones .......................... .
Mejol'ados ...................................... ..
Alg'o meJorados ............................. ..
Fracasos ........................................ ..
Totales .......................... .
N.O de
casos
Porcentaje
59
(44)
(15)
3
1
8
83,0 %
(61,9) "
(21,1) "
4,2
1,6
11,2
71
100,0
%
En las pleUl"esías supuradas ,cl'Ónicas no tuberculosas, de acuerdo con A. Lavarello,
y en las gangrenosas de conformidad con lo observado con A. Martínez Marchetti, la
sUlfamidoterapia endopleural, mediante inyecciones repetidas, asociando los distintos
prer;arados o mezclados a sueros antitóxico s, es de indiscutible provecho, complementada
por supuesto, con la toracocentesis o la pleurotomía mínima.
Otro gTUpO de paCientes que se' benefician con esta terapéutica, es el que sufre <le
fístulas pleUl'ocutáneas resid:uales, empleando localmente las sulfamidas por inyección
dentro Y en las vecindades de 19S conductos patológiCOS, asociadas a substancias esclerosantes del tipo de las que se usan para el tratamiento de las varices, corno son el
morruato de sodio al 5 % o ricinoleato de igual cuerpo e idéntica concentración, en
la cantidad de un par de centímetros cúbicos por vez.
Por lo que toca a las gangrenas de pulmón aglUdas y crónicas, nada hemos podido
lograr con las sulfamidas nebu\i.zadas o administradas por neumonoclisis, corno tampoco
con los sueros antitóxicos polivalentes ni la arseno y emetiniterapia intrapulmonar, e
incluso la penicilina empleada por vía intramusculár o venosa o mediante la forma
de nebulizaci6n o de inyección transtorácica.
Los preparados usados por nosotros han sido los siguientes:
Prontosil, RUbiazol, Prontalbina, Stopon, SUlfapiridina, Soludagenan, Albucid, Cibazol, Soluseptazine, Streptevan, Collubiazol, Sulfadiazina, Drometil, Sulfamerazina, SoJutiazin y Colutiazín. De este vasto gTUpO, el medicamento que mejor resultado nos ha
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Organizado por la Sociedad de Medicina Interna de Buenos Aires, octubre 1944.
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ANALES DE MEDICINA Y CIRUGIA
Afio XXI
Vol. XVIII
dado, es el Prontosil soluble al 5 por ciento con pH de 6, de procedencia alemana; luego
el Cibazol, con un pH de 10,38, la Prontalbina al 1 por ciento con pH 6,84 Y la Sulfomerazina con un pH de 9,20.
Por las afecciones nasales, además de las ne1bulizadones que es la forma de administración medicamfmtosa mejor tolerada y activa por su capacidad de penetración y
de fusión pueden también recurrir se a las pomadas, las instilaciones, los lavados o ,n'igaciones, las pulverizaciones (Prontosil rubrum, Prontalbina, Dagenan, Cibazol, Sulfamerazina sódica, etc.), las vaporizaciones o atomizaciones y los tópicos, mediante tavones de algodón embebidos en la solución medicamentosa.
En los procesos sinusales también puede utilizarse las sulfamidas depositando la
solución o el polvo directamente en el foco de la enfermedad.
Para las afecciones a emplazamiento laríngeo O' tráqueobrO'nquia,I, las sulfamidas pueden administrarse por instilación con o sin sonda, pulverización, atomización o por tó'
picos, mediante el contralO'r endoscópico.
Sin embargo, todas estas maneras de llevar la dToga, resultan inferiores al de las
nebulizaciones por diversas razones cllnicas y experimentales, que no es del caso mencionar en un resumen.
El tratamiento sulfamídico ''per os" mediante la administración de comprimidO's
simples o envueltos en queratina -según idea personal- O' gO'ma' arábiga para reducir
al mínimo los fenómenos gástricos de intolerancia, no da resultado muy concluyente en
los prO'cesos infecciO'sos crónicos del aparatO' respiratO'rio, aunque se llegue a altas dosis
durante largo tiempO', cO'rriendo el albur de la intoxicación.
TampocO' resulta, de mayor utilidad emplear la sulfamida por vía intramuscular O'
en inyección intravenosa" en supositO'l"iO's O' pl'octoclisis. Con todo, cuando se desec obt.ener una impregnación sulfaJmidica generalizada y peTIl1anente, podrá recurrirse a su
empleo de gota en gota por flebO'clisis, diluida la droga en sO'lución fisiO'lóg;ica O' snerd
glucosado isoí-óriico O' en sangre o ,plasma transfundidO's, tal cO'mO' lo efeduamos en la
mayoría de los enfermos graves de supuración pulmonar. aportando así con estos dos
últimos recursos biológicO's, a la vez que las antitoxinas. fermentos, proteina, etc., la
substancia medicamentosa.
Por lo que se refiere a las infecciO'nes de pulmón posibles de ser tratadas 'con sulfa midas, d~ben preferirse para su adecuada y correcta adminisitración, las nebuliza·
dones, y en CaiSO de gravedad extrema, las inyecciones transtorácicas, sobre las otras
formas de hacer llegar el medicamento, porque aquéllas resultan de indiscutible superioridad y eficacia según nuestra vasta experiencia acumulada al respecto, Íllcluso sobre
las instilaciones con sonda o con broncoscopio, tal como lo hacen modernamente alg'unos
autores convencidos de la actividad de la sulfamidoterapia local.
Facultad de Medicina de Oporto
9. a SESIÓN CIENTíFICA
17 Marzo 1945
La acetilcolina en la terapéutica de las dismenorreas-Dr. José M. de Carvalho
El autor ha ensayadO' la acetilcolina en el tratamiento de las dismenorreas <le tipo
orgániCO o funcional, rebeldes a la terapéutica habitual, habiendo obtenido, en todos
los casos, resultados satisfactorios.
La dosis empleada fué de 0,01 gr. por via intramuscular, repitiéndose aquélla al
finalizar la acción del fármaco. En algunos casos se ha asociado a la prostigmina COIl
el fin de contrarrestar la acetilcolinólisis, habiendo obtenido una acción terapéutica mayor y continua.
,
El autor cree también, que las perturbaciones circulatorias del útero son responsables de gran número de accidentes dismenorreicos.
Sobre tres casos de fallo de la penicilina. -
Dr. Antonio Bartolo de Silva
El autor presenta ,sus observaciones sobre tres lactantes tratados con penicilina:
los dO'S primeros (pio-neumotórax estafilocócico y neumonia) fallecieron poco después
de iniciado el tratamientO', habiendo aparecido al principio de éste una taquicardia que
se fué acentuando progresivamente, dando la impre;;ión de que la penicilina tuviese
una acción tóxica sobre el corazón, hecho éste no referido en la literatura consultada.
El tercer caso acentuó tal impresión. Tratábase de un lactante con séptico-piemia estafilocócica, que presentó transitoriamente taquicardia: el enfermo fué consi<lerado currtdo
después de tres días de tratamiento (300.000 U. de penicilina), pero falleció repentinamente pocas horas después; dicha impresión fué modificada al verificar la autopsia
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que reveló lesiones internas g-ravísimas (abundantes y pequeños flbcesos diseminados
por todo el pulmón, pericarditis purulenta, etc.). 19'ualmente, en los otros casos, t'S
natural que la muerte se debiese al proceso patológico y no a alteraciones cardiaeas
producidas por la terapéutica.
Tuberculosis pulmonar y tuberculosis del esqueleto: influencia recíproca.Dr. Esteves Pintó.
En esta comunicación el autor utiliza como en las comunicaciones anteriores el material que estudió en la Residencia Sanatorial de Caramulo. De sus trabajos en preparación extrajo, para esta comunicación, el capítulo relativo a la influencia que en la
evolución de la tuberculosis pUlmonar tiene la aparición de la tuberculosis del esqueleto. Conclusiones:
l.-Conviene excluir por las condiciones particulares que presentan. las localizaciones óseas de las formas finales de la tuberculosis pulmonar que absorben la energía
general del organismo, y las formas pulmonares hematógenas de probable origen óseo
en que las relaciones son más de causa y efecto que de influencia.
l.-El estudio de la tuberculosis del esqueleto bajo el aspecto de tubereulosis pulmonar-tuberculosis ósea, permite comprobar que los conocimientos corrientes (leyes de
Sizart, Marfan, y la de exclusión de Huebschmann, etc.) no son siempre exactas.
lIl.-La aparición de lesiones óseas tienen poca influencia en la evolución de las
lesiones pulmonares de que dependen o con las cuales coinciden. Dicha influencia es
asimismo difíeil de comprobar.
lV.-Los focos óseos pueden aparecer en un enfermo en que las lesiones pulmonares estén en vía de curación, sin que éstas se mOdifiquen, lo que significa que la.
curación de una localización tuberculosa no representa la curación de la tuberculosis
en el enfermo.
V.-La ausencia de inflUencia se presenta en dos aspectos: a), doctrinal: para contribuir al esclarecimiento de las r<lladones patogénicas entre las localizaciones pulmonares y las del esqueleto; b), práctico: cada una de las localiz<'\ciones disminuye las
posibilidades terapéuticas (especialmente quirúrgicas) de la otra.
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