Aproximaciones al tratamiento farmacológico del alcoholismo J. Bobes García*, C. Iglesias García**, P. Alejandra Sáiz Martínez*, M.P. González García-Portilla* y M. Bousoño García* *Área de Psiquiatría. Facultad de Medicina. Universidad de Oviedo. **Centro Colaborador OMS. Servicios de Salud Mental del Principado de Asturias (SESPA). INTRODUCCIÓN El alcoholismo es una enfermedad de la química cerebral, con predisposición hereditaria y desencadenada por factores psicológicos y sociales aún sin identificar1,2. Estas evidencias han llevado al desarrollo de un buen número de investigaciones para tratar de esclarecer aspectos biológicos del alcoholismo. Estas investigaciones han seguido varias direcciones, basadas en hipótesis neurobiológicas: la hipótesis glutamatérgica, la hipótesis opioide, la hipótesis serotoninérgica y otras hipótesis que incluyen aspectos relativos a la transmisión dopaminérgica o peptidérgica, y que han dado lugar a la introducción de nuevos agentes terapéuticos3-6. Desde un punto de vista clínico, los fármacos que han demostrado utilidad para el tratamiento del alcoholismo pueden dividirse en cuatro grupos5: fármacos para el tratamiento del síndrome de abstinencia; medicamentos para el tratamiento de la comorbilidad; agentes aversivos, y fármacos para reducir el craving y prevenir las recaídas. Este esquema será tenido en cuenta en el desarrollo de este artículo, tratando de presentar pautas terapéuticas claras de aquellos fármacos con tradición en el tratamiento del alcoholismo y prestando una mayor atención a los fármaco s de reciente introducción en el mercado. TRATAMIENTO DEL SíNDROME DE ABSTINENCIA Y COMORBILIDAD Síndrome de abstinencia El síndrome de abstinencia debe ser tratado bajo las condiciones de hospitalización adecuadas y por un equipo entrenado. Debe suplirse la necesidad de electrólitos y vitaminas (B,). Los fármacos de primera elección para la prevención del síndrome de abstinencia son el clormetiazol o las benzodiacepinas; en el caso de que la dosis de estos fármacos deba ser reducida es posible la combinación con neurolépticos7,8. Como segunda elección podrían ser utilizados la clonidina o la carbamacepina. Comorbilidad En el caso de complicaciones como la alucinosis alcohólica, el tratamiento indicado son los antipsicóticos. En el síndrome de Wernicke-Korsakoff debe administrarse tiamina (vitamina B 1) asociada a fármacos que se han demostrado ser útiles para la mejoría de los déficit cognitivos como la clonidina o los inhibidores de la recaptacion de serotonina7. En la mayoría de los casos, las convulsiones que aparecen en la abstinencia alcohólica no precisan tratamiento, pero en el caso de convulsiones repetidas el tratamiento de elección son las benzodiacepinas (2 mg de clonazepam i.v.) y en los casos de estado de mal epiléptico, debe usarse la carbamacepina (800-1.200 mg/día)7. El alcohol produce estrés oxidativo en varios órganos (miocardio, hígado o sistema nervioso central). En el cerebro, el efecto inhibitorio sobre la glutamín-sintetasa puede producir la muerte celular y, como ya se ha comprobado, estar implicado en el fenómeno de dependencia. Por ello, la suplementación de sustancias antioxidantes, como la vitamina E, podría estar indicada en individuos consumidores de grandes cantidades de alcohol en prevención del estrés oxidativo y, en consecuencia, de los graves trastornos degenerativos celulares9. La terapia de la abstinencia alcohólica es muy heterogénea, y en ella se han utilizado más de 100 combinaciones de fármacos. Aunque en los últimos años no han aparecido nuevos fármaco s para el tratamiento, sí conviene tener presentes unos criterios básicos de actuación. FÁRMACOS ANTI-CRAVING <:;orrespondencia: Dr. J. Bobes García. Area de Psiquiatría. Facultad de Medicina. Universidad de Oviedo. Julián Clavería, 6, 3.° 33006 Oviedo. Durante los últimos años se han realizado ensayos clínicos con multitud de fármacos, de los cuales sólo unos pocos han sido introducidos en la práctica clínica. Dos de 70 J. BOBES GARCÍA ET AL.- APROXIMACIONES ellos (acamprosato y naltrexona) han sido recientemente registrados con el fin de ser utilizados terapéuticamente en la profilaxis de las recaídas en el paciente alcohólico. Acamprosato El acamprosato (acetilhomotaurinato cálcico) es un componente sintético con una estructura similar al ácido gammaaminobutírico (GABA). Aunque no se ha identificado el mecanismo específico por el cual este fármaco reduce el consumo de alcohol y las recaídas, se sabe que interactúa con el receptor N-metil-D-aspartato (NMDA), siendo su mecanismo de acción predominante la inhibición de la hiperexcitabilidad neuronal por antagonismo de la actividad de los aminoácidos excitadores, sobre todo la del glutamato, y la reducción del flujo de calcio mediante el bloqueo de dichos canales 10, 11. Por otra parte, también hay que tener en cuenta que el acamprosato ejerce acciones sobre muchos de los mecanismos implicados en la dependencia alcohólica, y se ha propuesto, de igual modo, que sería capaz de suprimir el deseo imperioso de consumo de alcohol inducido por la abstinencia, que al menos en parte sería mediado por la actividad de los aminoácidos excitadores 10,12. El acamprosato ha demostrado ser eficaz en la reducción de la ingestión alcohólica tanto en modelos animalesI2-18, como en la práctica totalidad de ensayos clínicos entre los que se incluye un programa europeo que engloba un total de 13 estudios multicéntricos controlados con placebo y doble ciegoI9-27. Si se tienen en cuenta los resultados de los ensayos clínicos de un modo global, el acamprosato resulta ser más eficaz que el placebo en la profilaxis de las recaídas alcohólicas (tabla 1), comenzando a observarse las diferencias respecto al placebo a partir del primer mes del inicio del tratamiento y manteniéndose las mayores tasas de abstinencia y duración de la misma con acamprosato durante períodos de seguimiento de 6 a 12 mesesll. El acamprosato es un fármaco seguro y bien tolerado, y los efectos adversos más comunes son de tipo gastrointestinal (especialmente diarrea) o dermatológico, efectos que generalmente se presentan de forma transitoria y se resuelven sin dificultad con la reducción o retirada del fármaco 11,20,24,28,29. Por otra parte, el riesgo demostrado en caso de sobredosis es escas030 y no existen pruebas que pongan de manifiesto que el acamprosato presente interacciones con el alcohol31, ni con otros medicamentos utilizados habitualmente en el paciente alcohólic026. En este sentido, cabe mencionar que existen autores que ponen de manifiesto que su eficacia aumenta con la adición de disulfiram 11,27. De igual modo, es un fármaco que no presenta riesgo de abuso y carece de propiedades hipnóticas, ansiolíticas o relajantes musculares33. AL TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO DEL ALCOHOLISMO TABLA l. Eficacia de acamprosato frente a placebo 1. Aumenta la duración de la abstinencia continua (tiempo transcurrido hasta la primera ingestión de alcohol) 2. Aumenta la duración acumulada de la abstinencia (suma de períodos de abstinencia durante el ensayo) 3. Aumenta las tasas de abstinencia al final del estudio 4. Aumenta las tasas de abstinencia continua (porcentaje de pacientes que no consumieron durante el período de estudio) Modificada de Wilde y Wagstaff, alcohol 199711. Los argumentos expuestos nos permiten concluir que el acamprosato representa un nuevo y prometedor avance para el mantenimiento de la abstinencia en pacientes con dependencia alcohólica durante el período posterior a la retirada del alcohol, y que constituye, de igual modo, una herramienta útil como coadyuvante de las intervenciones psicosociales y conductuales. Naltrexona El sistema opiode desempeña un papel clave en las propiedades adictivas del etanol, y se ha postulado que en los pacientes alcohólicos o en personas con alto riesgo de desarrollar alcoholismo existe algún tipo de alteración de dicho sistema34. Los opioides endógenos están implicados en los procesos de extinción de impulsos a través de la experimentación de fenómenos de gratificación, de lo que puede deducirse que la actividad del sistema opioide interviene en el deseo de beber y en la capacidad de control, y que en el alcohólico o en personas de alto riesgo de presentar dependencia alcohólica estos procesos de extinción están alterados, lo que provoca la continuación del consum035. De igual modo, existen evidencias que ponen de manifiesto que el alcohol interfiere con mecanismos opiáceos endógenos que están estrechamente relacionados con la transmisión de dopaminérgica en la región mesolímbica36. La naltrexona es un antagonista no selectivo de acción prolongada sobre los receptores opiáceos. El bloqueo de dichos receptores suprimiría los efectos gratificantes del alcohol (refuerzo positivo), rompiéndose así el círculo que conduciría al deseo imperioso de alcohol y, por tanto, a su ingestión37. Los estudios realizados en experimentación animal y humana parecen apoyar dichas hipótesis y han motivado la realización de dos importantes estudios controlados, doble ciego y con placeb038,39. A pesar de que dichos ensayos clínicos presentan una serie de limitaciones que dificultan, en cierto modo, la extracción de aseveraciones concluyentes (han sido realizados con pocos pacientes, son de corta duración y en ellos se evalúa la naltre- 71 PSIQUIATRÍA BIOLÓGICA. VOLUMEN 5, SUPLEMENTO 1, 1998 xona junto a otras terapias), demuestran que la naltrexona junto con la psicoterapia, resultan útiles en la reducción del consumo de alcohol y en la prevención de recaídas, obteniéndose los mejores resultados en el grupo de alcohólicos que refieren grandes problemas para controlarse tras la ingestión de alcohoI4o-42. Por otra parte, se dispone en la actualidad de nuevos estudios que han sido capaces de reproducir dichos resultados y que han demostrado la buena tolerabilidad de la sustancia43-51. macos serotoninérgicos selectivos son una opción terapéutica viable para el tratamiento del alcoholismo, especialmente en ciertos subgrupos de pacientes60. De igual modo, existen estudios que demuestran que la utilización conjunta de naltrexona permite, en algunos pacientes alcohólicos, disminuir la necesidad de otras medicaciones, como benzodiacepinas o antihipertensi- En el caso del disulfiram, a pesar de su profusa utilización, las evidencias sobre su utilidad terapéutica han sido poco importantes, ya que el rigor metodológico de los estudios que siguieron a su introducción en el mercado fue escaso (métodos de estudio diferentes y poblaciones heterogéneas). Está demostrado que el disulfiram es efectivo en la reducción de la cantidad de alcohol vos52. Como ya se ha comentado con anterioridad, prácticamente todos los autores coinciden en señalar una buena tolerancia globaI38,39,43,52,53, siendo los efectos secundarios más frecuentemente señalados náuseas, cefalea, vértigo y artralgia. En cuanto a la hepatotoxicidad, no se han encontrado alteraciones en las enzimas hepáticas cuando la naltrexona se utiliza a las dosis superiores a las indicadas para el tratamiento del alcoholismo, incluso en pacientes de mayor edad50,5I,54. En conclusión, la naltrexona ofrece beneficios terapéuticos con un riesgo bajo cuando se utiliza de forma racional y como coadyuvante en el tratamiento del alcohólico desintoxicado dentro de un programa global que incluya atención a los aspectos psicológicos y sociales de los pacientes, todo ello tanto en pacientes más jóvenes como en los de mayor edad46.47,50,51,54. Fármacos serotoninérgicos Las concentraciones de serotonina (5-HT) anormalmente bajas encontrados en pacientes alcohólicos han llevado a los investigadores a examinar el papel de los fármacos serotoninérgicos (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y buspirona) en el tratamiento del alcoholismo. En este aspecto, los resultados que sugieren que los fármacos serotoninérgicos disminuyen el consumo de alcohol son modestos, y autores como Kranzler et al55 o Kabel y Petty56 no encuentran que aporten un beneficio añadido a las pautas de tratamiento psicológico. No obstante, han aparecido estudios con resultados positivos. En éstos se concluye que los fármacos serotoninérgicos son efectivos, tanto para el control de los síntomas depresivos que se presentan en el curso del alcoholismo como para el propio consumo de alcohoI57-59. Por todo ello, en el momento actual se hace necesario buscar evidencias adicionales, para determinar si los fár72 FÁRMACOS AVERSIVOS En los últimos años no han surgido nuevas aportaciones a la farmacopea en este campo. No obstante, han ido apareciendo estudios que completan el conocimiento de estos fármacos. consumido o del número de días de consumo, pero no existen datos sobre su efecto en la proporción de pacientes que consiguen mantenerse abstinentes61. Debe comentarse que se considera que la utilización de presentaciones de disulfiram inyectables de liberación prolongada (depot) podría ser de utilidad, y no existen datos favorables que hagan referencia a la utilización de tabletas de disulfiran implantadas61 . En cualquier caso, los datos clínicos sugieren que los fármacos aversivos (disulfiram o cianamida cálcica) son útiles en el tratamiento de grupos de pacientes motivados, utilizando, de forma conjunta, estrategias que faciliten el cumplimiento terapéutic062. OTRAS MODALIDADES TERAPÉUTICAS Además de las formas de tratamiento convencionales se han descrito actuaciones que además de su utilidad no hacen más que destacar la necesidad de un abordaje global del alcoholismo en el que se traten aspectos psicológicos y sociales. En este sentido se ha utilizada la ketamina. La ketamina es un fármaco utilizado en anestesia general que en dosis subanestésicas induce profundas experiencias psicodélicas y alucinatorias. La ketamina afecta tanto a la transmisión monoaminérgica como a la opioide y aumenta la actividad theta en el electroencefalograma, lo que es una evidencia del refuerzo de la interacción de la corteza límbica. El programa de psicoterapia asistido por ketamina a dosis subanestésicas ha demostrado tener efectos beneficiosos. Así, según Krupitsky y Grinenk063, induce armonización en el perfil de personalidad, cambios en los valores, en el insight y en el nivel de desarrollo espiritual, lo que redunda en la eficacia en la prevención de recaídas en alcohólicos desintoxicados, con resultados significativamente superiores a las pautas terapéuticas estándar. J. BOBES GARCÍA ET AL.- APROXIMACIONES AL TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO DEL ALCOHOLISMO TABLA 2. Instrumentos alcohólico de evaluación en el paciente Intensidad clínica l. Addiction Severity Index (ASI) (McLellan et al) 2. Addiction Severity Index versión Europea (EuropASI) (COST A-6) Intensidad de la abstinencia-motivación al cambio l. Alcohol Craving Questionnaire-Now (ACQ-Now) (Singleton et al) 2. Alcohol Craving Questionnaire-Now-Short Form (ACQNow-SF) (Singleton et al) 3. The Obsessive-Compulsive Drinking Scale (Anton et al) 4. Cuestionario de motivación al cambio (Prochaska) Ayuda diagnóstica l. Composite International Diagnostic Interview (CIDI) (OMS) 2. Schedules for Clinical Assessment in Neuropsychiatry (SCAN) (OMS) 3. Strutured Clinical Interview for DSM-IV Axis I Disorders (SCID 1) (APA) 4. Strutured Clinical Interview for DSM-IV Axis 11Disorders (SCID 11) (AP A) 5. Mini International Neuropsychiatric Interview (Mini) (Sheehan et al, Lecrubier et al y Ferrando et al) Comorbilidad (trastornos de personalidad) l. Multiaxial Clinical Millon Inventory III (MCMI-I1I) (Millon) 2. Minnesota Multiphasic Personality Inventory 2 (MMPI-2) (Hathaway y Mc Kinley) 3. Eysenck Personality Inventory-Adult (EPQ-A) (Eysenck y Eysenck) 4. Sensation Seeking Scale (SSS) (Zuckerman et al) 5. Tri- Tretradimensional Personality Questionnaire (Cloninger) 6. Millon Index Personality Styles (MIPS) (Millon) 7. International Personality Disorders Examination (IPDE) (Loranger et al) 8. NEO-Personality Inventory (NEO-PI) (Costa et al) NUEVAS METODOLOGÍAS PARA LA EVALUACIÓN DE TRATAMIENTOS EN EL ALCOHOLISMO En la medida en que aumenta el número de tratamientos farmacológicos para el tratamiento del alcoholismo, existe una mayor necesidad de diseñar medidas que permitan evaluar su efectividad de forma más precisa. Los estudios, cada vez más, deben considerar la selección de sujetos, retención de pacientes, cumplimiento terapéutico, mantenimiento del tamaño adecuado de la muestra y evaluación del resultado del tratamiento (consumo de alcohol y valores de craving). En este sentido, se ha evidenciado que los datos sobre consumo de alcohol y cumplimiento terapéutico aportados por los propios pacientes presentas debilidades en la fiabilidad. Por ello, se están desarrollando ca- da vez más nuevos instrumentos de evaluación psicométrica (tabla 2), entre los que destacamos la versión europea del Addiction Severity Index (EuropASI), cuestionario semiestructurado de demostrada utilidad en la determinación de la gravedad de la dependencia, por ser un instrumento adaptado y validado para su uso en el contexto europeo (una descripción mucho más detallada de dicho instrumento se realiza en otro artículo de esta monografía). De igual modo, queremos destacar la importancia de la utilización de instrumentos útiles en el diagnóstico de otras patologías, en concreto trastornos afectivo s y de la personalidad, dada la elevada tasa de prevalencia con que dichos trastornos subyacen de un modo comórbido en el paciente alcohólico. Por otra parte, la implementación y el desarrollo de nuevos métodos biológicos como las concentraciones de transferrina deficiente en hidratos de carbono (que permite detectar consumos recientes de alcohol) o la ingestión de riboflavina junto con la medicación y la posterior determinación en la orina (indicador del cumplimiento terapéutico)64,65, permiten que cada vez podamos realizar nuestro trabajo, tanto asistencial como de investigación, con unos mayores índices de fiabilidad y validez. En cuanto al diseño de los estudios, éstos deberán contemplar la interpretación de la efectividad de los tratamientos a la luz de los efectos secundarios y de los costes, de forma que exista la seguridad de que la mejoría en el funcionamiento observada con el fármaco sea superior a los inconvenientes. Además, a la hora de evaluar los resultados, los diseños deben tener en cuenta el impacto de otros tratamientos coadyuvantes (educación, apoyo, terapias conductuales, etc.), separando el problema del alcohol de la comorbilidad psiquiátrica66.67. CONCLUSIONES La combinación de terapias farmacológicas y psicosociales resulta la forma de abordaje del alcoholismo más efectiva en el momento actual, tanto en la fase de desintoxicación como en la deshabituación y rehabilitación62,67-69. Es de esperar que un mejor conocimiento de las bases neurobiológicas y psicosociales del alcoholismo permita identificar subtipos de pacientes alcohólicos, lo que será importante para determinar las terapias o combinaciones de terapias más efectivas 70. La aparición de nuevos medicamentos anti-craving ha generado un ambiente terapéutico cargado, de gran ilusión y expectación en este tipo de intervenciones. BIBLIOGRAFÍA 1. Erickson CK. Review of neurotransmitters and their rale in alcholism treatment. 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