Disertación / Ponencia

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XIX CONGRESO IBEROAMERICANO DE DERECHO DEL TRABAJO Y DE LA
SEGURIDAD SOCIAL – DESAFÍOS ACTUALES DEL DERECHO DEL TRABAJO Y
LA SEGURIDAD SOCIAL.
CABA/ARGENTINA - 30/31 DE OCTUBRE Y 1º DE NOVIEMBRE DE 2013.
TEMA: EL PROCESO LABORAL Y SU COMETIDO EN LA APLICACIÓN DE LAS
NORMAS DE TRABAJO.
SUBTEMA: PARTICULARIDADES DE LA CONCILIACIÓN LABORAL Y SU
CONTROL FRENTE A LOS MÉTODOS ALTERNATIVOS DE SOLUCIÓN DE
CONFLICTOS INDIVIDUALES DEL TRABAJO.
PONENCIA: LA REVISIÓN JUDICIAL DE LOS ACUERDOS HOMOLOGADOS
POR EL SECLO.
Dra. Andrea Amarante.
Secretaria del Instituto de Derecho del Trabajo del
Colegio Público de Abogados de la Capital Federal
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Sumario: 1. Métodos Alternativos de Resolución de Conflictos: Proceso de recupero
e instauración de su obligatoriedad - Ley 24635/96. 2. Servicio de Conciliación
Laboral Obligatoria - SECLO. 3. Marco constitucional - Dudoso encuadramiento. 4.
Revisión
judicial
de
acuerdos
celebrados
ante
el
SECLO:
4.1.
Postura
Jurisprudencial - Vigencia del Plenario Lafalce - Imposibilidad de revisión. 4.2.
Evolución jurisprudencial. 5. Reflexiones finales.
Resumen: Los denominados MARC/s no son históricamente novedosos, solo han
reaparecido en el ámbito jurídico como producto de un proceso de recupero que - en
nuestro país - culminó con la imposición de su obligatoriedad, tal el caso de la
conciliación en materia laboral.
Su puesta en marcha se realiza desde el Servicio de Conciliación Laboral
Obligatoria/SECLO, una institución estructuralmente deficiente y con finalidad
dilatoria.
A través del análisis de este instituto se trata su marco constitucional y se establece
su inadecuación al sistema jurídico nacional e internacional que delinea nuestra
Constitución Nacional.
Finalmente se analizan las dos etapas de la evolución en la postura jurisprudencial
en relación a la revisión judicial de los acuerdos celebrados y homologados en el
SECLO y la determinación de su invalidez a través de la declaración de su nulidad.
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“No se trata de impulsar una justicia de segunda, que privilegiando una mal entendida paz
social haga naufragar, en definitiva, por defecto cualitativo, la justicia del caso. La conciliación
no puede edificarse ni consolidarse, ganándose el favor de los justiciables, sino a partir de la
premisa esencial de que sirve definitivamente a la justa composición de las controversias y no
a un resultado cualquiera. No es conveniente abrir la alternativa conciliatoria a instancias no
jurisdiccionales. Es preciso reconquistar la confianza del ciudadano en la justicia que
apartaríamos de este destino si continuamos relegando sus posibilidades de perfección y
mejora…La solución de los conflictos estuvo pensada como un deber-poder del Estado que
asumió el compromiso de resolverlos para adecuar y armonizar la vida de relación. Si
tomáramos esa orientación fácilmente podremos alcanzar fórmulas auto compositivas de las
sociedades tribales”.
Morello A. M., Sosa, G. y Berizonce, R., Notas y aclaraciones al Código Procesal Civil y
Comercial de la Provincia de Buenos Aires. Editorial Platense/1989 - tomo IV - pág 20.
1. MÉTODOS ALTERNATIVOS DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS: PROCESO
DE RECUPERO E INSTAURACIÓN DE SU OBLIGATORIEDAD - LEY 24635/96:
No es cierto que, como afirman algunos autores, estos mecanismos sean
instituciones novedosas ni que se trate del descubrimiento de la panacea universal al
conflicto.
Sencillamente, se retomaron medios de resolución de conflictos que tienen raíces en
la antigüedad y solamente fueron variando en las formas y prácticas, acompañando
la evolución de los procesos históricos de los pueblos. Pero sucede que,
paralelamente al crecimiento y multiplicación de la población mundial, también
comienzan a complejizarse las relaciones humanas y, cuando se agudizan las crisis
de la economía y, en consecuencia, las crisis políticas y sociales, también se
incrementan los conflictos de toda índole.
Frente a este hecho, el Poder Judicial de los países de nuestra región no tiene
capacidad de respuesta adecuada, básicamente, por la falta de estructura, la falta de
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recursos financieros y humanos y, en la gran mayoría de los casos, por el desinterés
de los gobiernos de proveerlos.
Esto genera enorme cantidad de expedientes, complejidad y diversidad de asuntos
frente a una escasa capacidad operativa por parte del Poder Judicial, generando
soluciones tardías y produciendo un hastío y decepción en el conjunto de la
ciudadanía.
Así, comienza a gestarse en el imaginario social la idea de que conviene más un
buen acuerdo que un juicio, el que podría resultar no del todo equitativo, por diversos
motivos, entre ellos, y sin duda, el tiempo que llevaría su resolución, con el
consecuente desgaste.
Dentro del ámbito del DT, otro de los factores que acompañan este saber popular es
la implantación, por parte de sectores interesados, en el foco de la discusión
mediática, de lo que dio en llamarse la industria del juicio. Es una expresión
tendenciosa y su utilización no es azarosa, quiere referir - entre otros - a aquellos
casos por reclamos de trabajadores que no aceptaron percibir las misérrimas
indemnizaciones de la LRT/Ley 24.557, decidiendo litigar judicialmente para lograr
reparación integral de los daños sufridos como consecuencia de la prestación de
tareas bajo la dependencia de su empleador.
Así, tanto estos trabajadores como los abogados laboralistas que los representan
pasarían a ser los responsables de esos daños y no quienes los llevan a laborar en
lamentables condiciones y explotando el estado de necesidad.
La sanción de la Ley 24635/96 que instaura el procedimiento conciliatorio previo
obligatorio, no puede plantearse como un hecho aislado y descontextualizado,
contrariamente, debe entenderse como un complemento necesario a la “reforma
laboral”, de tal suerte que se lograra dilatar los reclamos judiciales basados en sus
propias violaciones a la totalidad de la normativa protectoria.
Se logró además que, frente a las crisis siempre recurrentes de nuestra economía y
a los endémicos altos índices de desocupación que, también hoy, se ocultan tras
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datos inexactos, los trabajadores resignaran sus derechos en estas conciliaciones
previas al proceso judicial, en un procedimiento viciado, en el cual, son solamente
“convidados de piedra” que necesitan urgentemente el dinero para sobrevivir en lo
inmediato y, para ello, llegan dispuestos a renunciar a sus legítimos derechos como
también a la total reparación de los daños sufridos en su persona y su salud
psicofísica.
Su sanción no es casual se da en el marco de la ola flexibilizadora de la década del
`90, en medo del rechazo de todos los actores sociales involucrados en el DT,
excepto el sector empresarial. En la misma época se promulgaron otras normas,
como ejemplo no taxativo el engendro jurídico denominado Ley de Riesgos de
Trabajo/LRT, la Ley 24013/Ley Nacional de Empleo que creó cuatro contratos de
trabajo bajo nuevas modalidades,” también conocidos como contratos basura”, la Ley
24.465/95 que reforma la LCT incorporando el artículo 92 bis, que altera el principio
laboral de la indeterminación del plazo como modalidad contractual fundamental,
estableciendo el periodo de prueba por tres meses.
En una suerte de privatización de la administración de justicia, muy conveniente para
la baja del denominado costo laboral, la norma en examen se caracteriza por ser
sucinta e insuficiente para delimitar la naturaleza y el destino de los reclamos que
habrían de someterse a su resolución, por ello, estas insuficiencias y lagunas
debieron ser suplidas por la jurisprudencia.
En la actualidad, en la Justicia Nacional de Trabajo, existen 80 Juzgados Primera
Instancia, pero alrededor del 30% se maneja con jueces subrogantes por falta de
designación de sus titulares, el personal es insuficiente y la falta de fondos
suficientes no garantiza una infraestructura adecuada, máxime que en las Leyes de
Presupuesto 2012-2013 se ha efectuado un importante recorte de gastos para el
Poder Judicial que afecta gravemente su funcionamiento con las lógicas
consecuencias en la función jurisdiccional.
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Cuando es lenta no es justicia y mucho menos podríamos decir que existe
administración de la misma cuando, al vulnerarse el principio procesal de celeridad,
se lesiona los derechos de un trabajador.
Frente a esta situación aparecen, como posible solución, estas nuevas formas de
resolver los conflictos que supuestamente coadyuvarán a equilibrar la demanda de la
ciudadanía y la respuesta de la administración de justicia, permitiendo una mejora en
su calidad y celeridad.
Se busca instaurar así otra idea: la de la modernización que implicará la utilización
de los sistemas extrajudiciales de solución de los conflictos, por ello, y en referencia
al Fuero Laboral, se ha afirmado que “resulta fundamental impulsar la modernización
de los Tribunales de Trabajo y la eficacia de su procedimiento a fin de garantizar un
acceso expedito a la justicia laboral de los trabajadores y empleadores” ( 1)
Aunque se ha dejado en claro que “esta des judicialización de los conflictos no puede
operar como sustitutiva del proceso público en forma de medio alternativo, sino que
deben operar como procedimientos complementarios, en relación de colaboración
directa con el mismo y como parte integrante del sistema de justicia”
(2)
Por su parte, desde los organismos internacionales del trabajo se indica que:
“…Todos los sistemas de solución de los conflictos del mundo del trabajo presentan
no pocas dificultades de implementación en la actualidad. Se advierten deficiencias
que afectan la eficacia jurídica de las decisiones que se adoptan y, en términos de
política laboral, se observa que en muchas oportunidades los resultados no son los
deseados. “
(3)
Estas dificultades que se presentan impidiendo el acceso inmediato a la justicia del
trabajo - situación ésta aunada a la faceta de complementariedad que estos
(1) Organización de Estados Americanos/OEA - X Conferencia Interamericana de Ministros de Trabajo - Declaración Final Punto 7 - Buenos Aires/1995.
(2) Organización de Estados Americanos/OEA - Declaración del Consejo Permanente - MARC/s en los Sistemas de Justicia de
los Países Americanos - Punto 3 - Diciembre/2001.
(3) Sappia, Jorge - Informe Nº 149: Justicia laboral y medios alternativos de solución de conflictos colectivos e individuales de
trabajo - Oficina Regional para América Latina y El Caribe de la OIT/2002 - pág. 16.
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procedimientos deben tener - me llevan a afirmar que tanto los operadores del
sistema de justicia como los sujetos protagonistas del conflicto deberían tener la
opción de elegirlos y aplicarlos o no hacerlo.
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2. SERVICIO DE CONCILIACIÓN LABORAL OBLIGATORIA/SECLO:
Este Servicio dependiente del Ministerio de Trabajo de la Nación, no ha tenido desde
su creación por la norma examinada en el punto precedente, ninguna mejora y,
aunque hubo un cambio de sede, solo se mejoró la estructura edilicia - por ejemplo,
hay más sillas para sentarse - pero no así al sistema en general.
Es más, la llamada Carta Compromiso electrónica, que aplica “nuevas tecnologías al
servicio de los ciudadanos” no es más que una forma de invisibilidad de la
problemática, con el método de ocultarla bajo la alfombra, puesto que ahora hay que
pedir turno vía Internet, corriendo el cursor por semanas,
para poder acceder -
recién luego - al sorteo de una audiencia cada vez más lejana.
Aunque su existencia y obligatoriedad es un hecho actual y, más allá de propiciar la
eliminación de su carácter obligatorio, se hace necesario aportar un granito de arena
para su mejor operatividad y eficiencia.
Transcribo
parcialmente
algunas inquietudes y propuestas referidas a su
funcionamiento que, surgieron de los debates en el seno del Instituto de Derecho del
Trabajo del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, y le fueron enviadas
al referido Ministerio, sin respuesta a la fecha.
1) En atención al tiempo transcurrido los concursos que dieron origen a las
designaciones se encontrarían vencidos, según normativa administrativa relativa a la
cobertura de cargos públicos, por tanto, se requiere un nuevo llamado a concurso, al
que deberían presentarse los conciliadores en actividad y los que aspiren a ocupar
las vacantes, con un jurado constituido por especialistas calificados en DT,
con representación de este Colegio Público y del Ministerio de Trabajo…
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…3) El concurso deberá ser obligatoriamente de oposición y antecedentes.
4) Reubicación de todos los conciliadores en un solo edificio facilitado por el Estado.
Ello permitiría un adecuado control de la actividad…
…6) Unificar en el Ministerio de Trabajo el control total del sistema. La experiencia
hasta el presente así lo indica necesario.
7) Advertir a los conciliadores que no podrán iniciar las audiencias sin la presencia de
los letrados de las partes.
8)…Se deberá exigir y controlar a los conciliadores el cumplimiento de las
condiciones físicas de habitabilidad y salubridad en cuanto al lugar que utilizan para
realizar su actividad, ello apunta también al estricto cumplimiento de reglas de
urbanidad.
9) Que los conciliadores acrediten versación y dominio de las técnicas de
negociación y resolución alternativas de conflictos. (4)
Las referidas propuestas, evidencian las falencias del SECLO cuyo obligado
recorrido suele ser dramático tanto para el trabajador como para su letrado.
El control bifronte de este servicio y sus conciliadores a través de dos
ministerios/Trabajo y Justicia, lo hace inoperante porque nunca se logra un control
real de la actividad de los conciliadores ni efectivizar las sanciones, es por ello que
se ha solicitado se unifique el control en la órbita de la autoridad de aplicación, el
Ministerio de Trabajo.
La única propuesta que ha sido receptada por las autoridades fue la de disponer por Resolución Conjunta 1305/2010 del Ministerio de Trabajo y 3223/2010 del
Ministerio de Justicia - que las audiencias deben realizarse en un radio delimitado por
las Avenidas Leandro N. Alem, Belgrano, Pueyrredón y Santa Fe. Por ellas, se les
otorgó a los conciliadores laborales, habilitados en la actualidad y, que tengan fijado
su domicilio fuera del radio descripto, un plazo de 18 meses para que se ajusten a
(4)Nota dirigida por el Instituto de Derecho del Trabajo del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal al Consejo
Directivo de la Institución - Año 2008.
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las prescripciones de la Resolución referida. Se indica en esta resolución que el
hecho de establecer esta limitación zonal tiene por finalidad dotar de mayor
operatividad la interacción necesaria entre los conciliadores, los usuarios y la sede
administrativa.
La Ley 24.635 establece como obligatoria la asistencia legal de ambas partes en las
audiencias de conciliación y el procedimiento fija cuatro audiencias diarias por cada
conciliador habilitado. Esta situación aumenta la posibilidad de que un mismo letrado
tenga más de una audiencia en el día con diferentes conciliadores.
Si bien el CPACF ha señalado las dificultades que expresan los profesionales, se
advierten otras similares que afectan a los trabajadores para trasladarse a puntos
distantes del radio céntrico para concurrir a las audiencias. Además, el relevamiento
estadístico indica que las incomparecencias a las audiencias de conciliación fijadas
con aquellos conciliadores alejados del radio céntrico son muy significativas.
Por ello, los referidos ministerios establecieron una limitación zonal para los
domicilios de las personas que se desempeñan como conciliadores obligatorios para
brindar una mayor operatividad al sistema. Sin embargo, esta medida no podrá
implementarse en la práctica, al menos no en lo inmediato, debido a que algunos de
ellos han interpuesto recursos administrativos que aún se encuentran pendientes de
resolución, situación que exterioriza la ineficiencia del sistema y sus integrantes.
Hasta lograr que el conciliador interviniente labre un acta indicando que, habiéndose
dado cumplimiento con el procedimiento, queda expedita la vía judicial, mucho
tiempo deberemos andar los abogados laboralistas y los trabajadores para poder
acceder al sistema de justicia, mucho tiempo caminaremos por estos vericuetos y
laberintos conformados por un procedimiento inoperante y costoso. Se debe invertir
mucho esfuerzo, mientras tanto el trabajador se desgasta en el intento por conseguir
cobrar un crédito que se presume alimentario, pero cuyo carácter se desconoce
durante el tiempo que se tarda en transitar este anacrónico proceso previo
obligatorio.
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Así, se llega a acuerdos que necesariamente deberán ser revisados
judicialmente porque no se alcanza ninguna composición de intereses ya que
los mismos, suscriptos por el trabajador, responden al cansancio de tener que
soportar la presión que se ejerce sobre su persona para forzar su
consentimiento.
3. MARCO CONSTITUCIONAL - DUDOSO ENCUADRAMIENTO:
Existen diferentes posturas sobre el encuadramiento constitucional de este instituto,
el cual resulta violatorio de derechos y garantías reconocidas por nuestra
Constitución Nacional.
Así se ha afirmado que “…La imposición de la conciliación laboral previa obligatoria
a la demanda judicial es inconstitucional por violatoria de la garantía de acceso
irrestricto a la Justicia y de los Principios de Irrenunciabilidad, Indemnidad y
Progresividad...” ( 5)
Su obligatoriedad violenta el principio constitucional consagrado en el art. 16/CN que prescribe la igualdad de todos los habitantes ante la ley - por cuanto un
trabajador no se encuentra en igualdad de condiciones de negociación respecto a su
empleador.
En esta materia, se aprecia una tendencia estadual a delegar la actividad
jurisdiccional en particulares que no gozan de la imparcialidad necesaria, mientras el
Estado se desentiende de una de sus funciones esenciales: la administración de
justicia.
Esta privatización de la justicia se da en un contexto de desprotección laboral, de
restricción al acceso a la justicia y al derecho constitucional de defensa en juicio,
agravado por el hecho que la función que hasta el momento cumplía el Poder
(5) XI Encuentro del Foro Permanente de Institutos del Derecho de Trabajo de los Colegios de Abogados de la Provincia de
Buenos Aires/2009 – Conclusiones.
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Judicial, es derivada a un abogado de la matrícula cuya designación no requiere
siquiera los recaudos constitucionales previstos para ser juez nacional.
El procedimiento no está sometido a los sucesivos controles que operan en el ámbito
de la Justicia y, existe ya, un avance jurisprudencial en la apreciación de su dudoso
encuadramiento constitucional.
Así, se ha afirmado que: “…El SECLO debe someterse al principio de legalidad y
acatar las decisiones que en ejercicio de su función jurisdiccional emitan los
magistrados laborales, so pena de desnaturalizar su misión esencial y hacer que las
directivas de la ley 24.635 se transformen en un obstáculo para el acceso a la
jurisdicción en abierta contradicción con lo normado por el artículo 18 de la CN…” (6)
Otro fallo establece con claridad en qué consiste la violación constitucional y se
afirma que “…La ley 24.635 dispuso la obligación de recorrer el camino de la
conciliación previa y, de alguna manera puede afirmarse que restringe derechos
amparados por la Constitución Nacional (acceso a la jurisdicción, artículo 18 de la
CN)
debiéndose interpretar por ello, en forma estricta para mejor preservar los
principios y garantías de aquella (CSJN, Fallos: 302:97). En consecuencia, si una de
las codemandadas se encuentra en concurso preventivo y, a fin de evitar una
dilación innecesaria, corresponde posibilitarle a la actora el acceso inmediato a la
justicia...” (7)
Asimismo, se ha indicado que: “…Los jueces guardan para sí la facultad de, cuando
las circunstancias lo justifiquen, poder eximir en casos concretos y por resolución
fundada que haga mérito de aquellas razones, a un demandante del trámite previo
prescripto por la ley 24635, pues el magistrado laboral es la autoridad natural para
(6) CNAT/ Sala V - Autos: Cura, Hugo contra Frigorífico Riosma SA - 22/09/1999.
(7) CNAT/Sala X - Autos: Carafi, Silvia contra Obra Social Federación Gremial Personal de la Industria de la Carne y derivados 22/04/2002.
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resolver de los litigios de tal naturaleza y el garante de los derechos constitucionales
reconocidos por el Estado frente al justiciable…” (8)
Esta postura que se perfila definitoria en el Fuero Laboral, rescata y resalta la función
judicial de control de constitucionalidad de las normas y especialmente de la que
establece la conciliación previa obligatoria y es objeto de este trabajo.
Se ha afirmado que: “…La interpretación y aplicación de las normas del Derecho
Laboral y del derecho Procesal, en cada caso concreto, deberán hacerse desde y
conforme la Ley Fundamental (arts. 31, 75 inc. 22 y ccs. de la
CN),
dada su mayor
jerarquía, y en el marco del Sistema Interamericano de Protección de Derechos
Humanos…”
(9)
No puede el juzgador ir en desmedro de los derechos sociales con garantía
constitucional y, por el contrario, debe compensar a través del proceso judicial laboral
las desigualdades existentes entre el trabajador y su empleador. Pero, además, debe
compensar esas desigualdades con la premura que requiere el estado de necesidad
del primero, con criterio de equidad e imparcialidad, y aplicar la norma constitucional
por encima de toda moda legislativa.
4. REVISIÓN JUDICIAL DE ACUERDOS CELEBRADOS ANTE EL SECLO:
4.1. Postura Jurisprudencial - Vigencia del Plenario Lafalce - Imposibilidad de
revisión:
La jurisprudencia es una de las fuentes del Derecho pero en el ámbito del Derecho
del Trabajo constituye una fuente preponderante de su desarrollo, a punto tal que,
doctrinas que con alcance general se sentaron jurisprudencialmente, han sido el
(8) CNAT/Sala VII - Autos: Tunut, Johel y otro - 25/04/2003 - DT 2004 A - pág 378.
(9) 6as. Jornadas Nacionales de la Magistratura Laboral - Mesa sobre Derechos Humanos, Constitución Nacional y Derecho
Laboral - Conclusiones - Corrientes/Argentina - 2001.
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fundamento de normas laborales sancionadas posteriormente, recogiendo tales
criterios.
Los fallos plenarios de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo/CNAT son
fuente de derecho y “…son obligatorios para todas las salas del tribunal y para los
tribunales inferiores de acuerdo a las prescripciones del Código de Procedimientos
Civil y Comercial Nacional, con lo cual se preserva la unidad jurisprudencial y
también se da origen a interpretaciones válidas con pretensiones de generalidad en
la jurisdicción de que se trata…” (10)
El Plenario Nº 137, ha tenido tal incidencia como fuente obligatoria del Fuero que ha
condicionado la jurisprudencia durante más de 25 años, dando carácter de cosa
juzgada a los acuerdos que se han celebrado en sede administrativa, aún después
de sancionada la LCT, siendo que el mismo se dictó, estableciendo una doctrina
unificadora, para una situación que aún no estaba legislada, y afirmaba que: “…La
manifestación de la parte actora en un acuerdo conciliatorio de que "una vez
percibida íntegramente la suma acordada en esta conciliación nada más tiene que
reclamar de la demandada por ningún concepto emergente del vínculo laboral que
los uniera", hace cosa juzgada en juicio posterior donde se reclama un crédito que no
fue objeto del proceso conciliado…” (11)
Así, en distintas sentencias, la CNAT mantuvo este criterio considerando que las
homologaciones efectuadas por la autoridad administrativa, en este caso el SECLO,
Constituyen
actos administrativos de alcance particular cuya legitimidad debe
presumirse en virtud de lo establecido por el art. 12 Ley 19549/Ley de Procedimiento
Administrativo que dispone que “el acto administrativo goza de presunción de
legitimidad” afirmando que: “…No es procedente privarlos de validez a menos que
una resolución judicial así lo disponga, la cual puede ser dictada en un juicio laboral
posterior, pero para ello el trabajador deberá acreditar algún vicio relativo al propio
(10) Fernández Madrid, JC - Tratado práctico de DT - Tomo I - pág. 419 - La Ley - Buenos Aires/1989.
(11) Plenario CNAT Nº 137/1970 - Lafalce, Ángel y otros contra Casa Enrique Schuster - 29/09/1970 - DT 1970 - pág. 718 y LL
Tomo 140 - pág. 287.
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instrumento o la existencia de vicios de la voluntad al momento de suscribir el
acuerdo y la ausencia de hechos posteriores que convaliden aquel acto.
(12)
En la misma línea resolvió que: “…Los acuerdos transaccionales, conciliatorios o
liberatorios celebrados con intervención de autoridad administrativa y a través de los
cuales se determinó, mediante resolución fundada, que se ha alcanzado una justa
composición de los derechos e intereses de las partes, son válidos y tendrán
autoridad de cosa juzgada entre las partes que los hubieren celebrado…” (13)
4.2. Evolución jurisprudencial:
Los distintos Juzgados y Salas de la
CNAT
han ido evolucionando en el sentido de
admitir los reclamos de los trabajadores declarando la invalidez de los acuerdos
celebrados/homologados por el SECOL, cuando de su examen surgiera que ellos
son violatorios de principios tuitivos del DT, desechando la aplicación del Plenario
Lafalce.
En general, para su declaración de nulidad, las sentencias han tenido en cuenta los
vicios de la voluntad, la falsedad de los hechos expuestos para forzar ese acuerdo y
los términos utilizados por las propias partes en el texto del instrumento, de los que
suele surgir la simulación ilícita y el fraude laboral que encubre la falta de pago de las
de rubros salariales e indemnizatorios que le corresponden al trabajador.
En relación al Plenario referido la postura evolucionó y así, se afirmó que: “…dictado
con anterioridad a la sanción de la Ley 20.744, parece haber perdido virtualidad con
dicha sanción debido a que el supuesto por él contemplado no se compadece con los
términos de su art. 15. El plenario atribuye efectos jurídicos a “la manifestación de la
parte actora en un acuerdo conciliatorio” mientras que la citada disposición determina
(12) CNAT/Sala III, Autos: Ventura, Carmelo contra Banco Alas Cooperativo, SD 76495, 18/05/1998
(13) CNAT/Sala VI - Autos: Waldmann, Judith contra Universal Assistance SA s/ despido - Expte Nº 21158/05 - SD 61178 –
26/02/2009
15
que no es la manifestación de las partes la condición de eficacia del negocio jurídico
sino la resolución fundada de autoridad administrativa o judicial…” (14)
Una vez sancionada la ley que impone la Conciliación Previa Obligatoria y, frente a
los acuerdos que se celebran en el SECLO, la jurisprudencia ha resuelto que: “…La
doctrina del plenario "Lafalce, Ángel y otros c/ Casa Enrique Schuster SA" no se
encuentra vigente. Ello es así porque a la fecha del dictado de ese plenario no se
encontraba vigente la LCT en cuyo art. 15 se han fijado los requisitos para los
acuerdos celebrados ante la autoridad administrativa tengan el alcance de la cosa
juzgada, requisitos que por cierto exceden los de aquel fallo plenario. Dichos
requisitos revisten el carácter de esenciales, y de no cumplirse, la resolución que se
dicte es nula de nulidad absoluta…las particulares circunstancias individuales que - a
criterio de los trabajadores - quitarían entidad jurídica al acto homologatorio, deberán
ser evaluadas por el Poder Judicial, ámbito éste donde se podrá dilucidar con
amplitud la cuestión referida a los presuntos vicios denunciados".
(15)
Para llegar a la aceptación de la revisión, en estos fallos se ha recurrido a la
aplicabilidad de normas nacionales y a normas incluidas en instrumentos
internacionales en materia de derechos humanos que actualmente tienen rango
constitucional por disposición expresa del artículo 75, inciso 22, de nuestra CN.
Al referirse al art. 15/LCT, y en cuanto el mismo le otorga competencia a la autoridad
administrativa del trabajo para homologar acuerdos transaccionales, conciliatorios o
liberatorios, se lo analiza compatibilizándolo con el conjunto del ordenamiento
laboral, con la totalidad de la normativa nacional vigente y con el derecho del
(14) Juzgado Nacional de Primera Instancia del Trabajo Nº 46 - Autos: Piccoli, Fernando A. c/ Petroquímica General Mosconi y
ot. - Expte. Nº 22498/94.
(15) CNAT/Sala V - Autos: Vivas, Miguel contra Peugeot Citroën Argentina -
05/2006.
16
afectado, en este caso, el trabajador, por la decisión administrativa, esto es el acto
homologatorio.
El art. 15 LCT debe interpretarse en forma integrada al resto del cuerpo normativo,
especialmente la CN, con lo cual queda en claro que, la instancia judicial no es
solamente una revisión o jurisdicción secundaria sino que se trata de una revisión
amplia y plena.
En ese marco: “…puede el trabajador perjudicado plantear judicialmente la nulidad
del acto administrativo que convalida un acuerdo por la vía procesal que
corresponda, “con amplitud de debate y prueba, en homenaje a las garantías
constitucionales de acceso a la jurisdicción y del debido proceso adjetivo”
(16)
Como parte de este proceso de cambio, asimismo, se ha resuelto que: “…La doctrina
fijada en el Fallo Plenario 137 “Lafalce, Angel c/Casa Shuster
SA”
es aplicable solo a
los acuerdos conciliatorios homologados en sede judicial, teniendo en cuenta para
sustentar esta interpretación que el fallo hace alusión al “proceso conciliado” y al
“juicio posterior”, situaciones que inequívocamente se refieren a causas judiciales. En
el ámbito nacional, los jueces del trabajo tienen competencia para entender en todos
los conflictos, aunque los mismos hayan sido homologados por actos administrativos.
Por ello, si de los acuerdos suscriptos por las partes y homologados por el Ministerio
de Trabajo, surgen violaciones al orden público que implican renuncia de derechos
(art. 12 de la
LCT),
tales actos no solo pueden ser cuestionados por las vías previstas
en la Ley 19.549 o mediante redargución de falsedad, sino que al no haber una justa
composición de derechos es intereses de las partes (art. 15
LCT)
pueden ser
declarados inválidos por el juez laboral competente…” (17)
(16) Idem Fallo Vivas
(17) CNAT/Sala V - Autos: Alvarado, Marcelo c/Euroamérica SA y otro, s/ despido - Expte. No. 188/07 - SD 71036 - 30/09/2008.
17
Los argumentos utilizados en la posición jurisprudencial adoptada en forma reiterada
por las Salas/CNAT respecto a la revisión de estos acuerdos se basan
fundamentalmente en dejar establecido que el Fuero del Trabajo es el competente
para examinar si el acto administrativo es formal y materialmente válido, el cual
debería, además, estar fundamentado dando así alguna pauta de la motivación para
su dictado.
Además, se hace hincapié en que la carencia de fundamentación del acto
administrativo, sumada a la existencia de violación al orden público y de
avasallamiento de irrenunciables derechos adquiridos por un trabajador, amerita la
declaración de su nulidad.
Resulta destacable que ese camino evolutivo hacia la declaración de nulidad de este
tipo de actos administrativos que homologan acuerdos conciliatorios perjudiciales
para el/los trabajador/es se da en otras jurisdicciones de nuestro país, de las cuales
surgen importantes elementos de análisis a tener en cuenta.
En un interesante decisorio se dan las pautas a la autoridad homologante para que
ese acto administrativo tenga validez, precisando los requisitos que el mismo debe
cumplir a través de la formulación de un doble juicio de justificación.
“Al momento de emitir un acto homologatorio, la autoridad de aplicación debe
ponderar dos requisitos: a) De legalidad: consiste en comprobar que la materia
objeto de la transacción, conciliación o liberación es dudosa o litigiosa para el
trabajador. Si fuera cierta o indiscutible para el dependiente, se estaría afectando la
prohibición de renuncia total o parcial a normas imperativas (art. 12 de la
LCT)
que el
funcionario administrativo o judicial no puede convalidar con su aprobación. b) De
conveniencia: se refiere primordialmente a los “intereses” del trabajador y, consiste
en la convicción del funcionario administrativo o judicial, justificada en los
fundamentos de la resolución homologatoria, que acredita “que mediante tales actos
se ha alcanzado una justa composición de los derechos e intereses de las partes
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Este requisito es que, amén de la litigiosidad, el acuerdo efectivamente resulte, al
buen juicio de la autoridad administrativa interviniente, una justa composición de los
derechos e intereses de las dos partes...” (18)
Este fallo rescata la facultad administrativa en la formulación de acuerdos, pero pone
énfasis en la justa composición de intereses. Estima que al comprobarse la lesión
subjetiva, se han violados principios de DT, especialmente el de irrenunciabilidad, y
en consecuencia, dicha ”composición de derechos e intereses” no ha existido.
5. REFLEXIONES FINALES:
El derecho es una ciencia en constante evolución, es un proceso continuo que
acompaña, asimismo, la evolución del hombre y, por ende, de la sociedad.
Sus distintas ramas receptan las necesidades e intereses de los sujetos que las
conforman y, muy especialmente, se da esta situación en el DT, ya que el mundo
laboral muta adaptándose al conjunto de formas que asume el sistema económico.
Nuevas y creativas formas o, como en el caso que motiva este trabajo, remozadas
fórmulas intentan receptar la preocupación de adaptación a las nuevas y cambiantes
necesidades del sujeto de esta disciplina, el trabajador.
Se da así una evolución circular y no linealmente recta de algunas instituciones que
tienen como objetivo declarado el de mejorar el funcionamiento del derecho y la
aplicación de sus normas, pero en forma paralela se da una misma evolución en el
sentido de revisión y reparación de las consecuencias de estas instituciones que
distorsionan el presunto objetivo de su creación e imposición.
Todas ellas, instituciones y normas jurídicas, se mueven dentro de un mismo
proceso, en el cual rige la ley de universalización de las reglas económicas que lleva
al desarrollo de un nuevo lenguaje y un nuevo discurso teórico de corte
postmodernista que acompaña a este proceso en su accionar.
(18) Superior Tribunal de Justicia de Santiago del Estero - Autos: Salto, Luciana B. y otras c/Hogar geriátrico
Vida s/Diferencias salariales - Casación Laboral - 10/08/2009.
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Así, a la transferencia de ingresos del trabajo hacia el capital y su
reconcentración se los llama mecanismos internos de ajuste
a los
requerimientos de la economía mundial.
La prescripción de recetas macroeconómicas es considerada estabilización, la
remoción de obstáculos a la desregulación del capital privado es una forma de
ajuste estructural y la adaptación de las organizaciones populares a los
intereses de los países globalizadores es descripta como un fortalecimiento de
la sociedad civil.
En forma coherente con estas incoherencias, podría decirse que a la
resignación por parte de los trabajadores de sus créditos laborales aunque los
mismos no sean litigiosos y/o dudosos se la denomina conciliación laboral
previa obligatoria y la violación a los principios tuitivos del DT se la llama acto de
homologación.
Este lenguaje hipócrita y distorsionador ha acompañado la evolución del
llamado proceso de apertura de la economía, en el cual se establecieron
nuevos patrones para lograr el disciplinamiento de los trabajadores frente a la
reestructuración de las condiciones laborales y la imposición de una nueva
organización del trabajo social.
Todas las normas que componen el “paquete normativo” de este proceso han
merecido cuestionamientos judiciales por ser violatorias de principios, garantías
y derechos expresamente reconocidos por nuestra CN, todos los cuales tenían
recepción en la legislación laboral vigente hasta ese momento, y llevados a la
práctica procesal del Fuero del Trabajo con la aplicación de las reglas
correspondientes.
Sin duda la Ley 24.635/96 que impone la conciliación laboral previa obligatoria
creando el SECLO, conforma este “paquete” de normas.
Todo acuerdo que se celebre ante el mismo es susceptible de ser revisado
judicialmente y eso ha quedado demostrado en la realidad del Fuero del
Trabajo, pues a dichos Tribunales, llegan cada vez más y más causas en las
cuales se solicita la revisión de estos acuerdos que surgen como consecuencia
de la “autocomposición del conflicto” y a los cuales se arriba sin que medie
proceso, prueba o sentencia.
En las acciones judiciales de revisión y nulidad se invocan vicios de la voluntad
existentes al momento de ser suscriptos, tales son el estado urgente de
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necesidad y la violación a la buena fe que debe regir entre las partes a lo largo
de toda la relación de trabajo, incluida la etapa de extinción de la misma.
El Orden Público Laboral que ha sido definido como aquel que: “…lleva el
ordenamiento hacia los valores ideales de justicia social, solidaridad y
cooperación”
(19)
no se respeta y se violenta en acuerdos donde el trabajador
debe hacer concesiones que, más que concedidas, le son arrancadas
explotando sus necesidades y urgencias.
Sin embargo, más del 80 % de los acuerdos que se celebran en estas
condiciones son homologados por el SECLO y solamente alrededor de un 20 %
son observados a efectos que se dé cumplimiento a algún requisito formal, por
ejemplo, que el importe de una de las tantas cuotas no sea inferior al salario
denunciado en el formulario de inicio del reclamo por parte del trabajador, sin
examinar si existió o no una justa composición de intereses.
Es posible analizar distintos tipos de medios alternos de resolución de
conflictos y distintos tipos de herramientas que pueden emplearse para su
implementación, empero no existen técnicas que puedan utilizarse para medir
los temores del/los trabajadores cuando en la audiencia de conciliación se le/s
recuerda que la empresa puede insolventarse y declararse en quiebra, ni
parámetros para medir el estado de necesidad del/los trabajador/es
accidentados que resignan su salud y su vida para llevar el alimento a sus
hogares y se les indica que un juicio será interminable.
El sujeto del DT es el hombre/mujer que trabaja, es quien tiene tutela normativa
preferencial que tiende a igualar la gran desigualdad existente entre el capital y
la fuerza de trabajo.
Entonces, cómo es que se obliga a este sujeto a pasar por un procedimiento
previo obligatorio dilatorio, restrictivo en cuanto a la posibilidad de acceso a la
justicia a sabiendas que ha quedado desocupado o enfermo y/o incapacitado,
sometiéndoselo a la obligada presión conciliatoria de sus derechos y sus
créditos legítimos.
Si el mismo sigue vigente es gracias a la Ley de Gravedad del Poder Judicial,
que teme que las causas se sigan sorteando y llegando a los juzgados y es por
ello que, continúa flotando en la incertidumbre de la vergüenza procesal.
(19) Capón Filas, Rodolfo - Derecho Laboral - Tº I - pág. 84 - Editorial Platense/1979
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Se sostiene sobre dos columnas: la voluntad política de permanencia de
algunos actores con capacidad decisoria y la desesperación por la pérdida de
un “negocio” de otros actores.
Todos conforman un espacio no jurídico ni legal sino fáctico que conspira
contra los legítimos intereses de los trabajadores que son parte del conflicto
laboral.
Es la simplicidad de la inoperancia construida como institución que solo
contribuye a dilatar la dilucidación del litigio, y al decir de algunos magistrados,
a “filtrar la carga laboral” del Fuero del Trabajo.
Soy laboralista, y como tal nunca pierdo las esperanzas, confío en que en
algún momento el Poder Legislativo pueda volver a la fuente de sus funciones
otorgadas por el esquema constitucional y finalmente derogar la obligatoriedad
de este instituto, destacando que ya hubo un proyecto que, por diversos
factores que exceden este trabajo, debió ser retirado del debate parlamentario.
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