Acuerdo N° 480 T. 7 F. 098/099 - Poder Judicial de la Provincia de

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N° 480
T° 7
F° 98/99
Rosario 26 de noviembre de 2.008.-
AUTOS Y VISTOS: La apelación deducida contra la resolución que
no hace lugar al desalojo peticionado por el Ministerio Público Fiscal, dentro de los
caratulados: “LATTUCA, Aldo H. s/Denuncia”. Sumario n° 3821/08 proveniente del
Juzgado Correccional de la 10ma. Nominación y expte n° 1834/08 del registro de la
Mesa de Entradas Unica de esta Cámara;
Y CONSIDERANDO: I.- Frente a la noticia de que un grupo de
personas, en la zona norte de la ciudad, corta las calles adyacentes a importantes
construcciones en marcha, incendia cubiertas de automóviles en la vía pública, impide
que los camiones cargados con suministros ingresen al obrador, y provoca la posibilidad
de conflictos y enfrentamientos de impredecibles consecuencias, la representante del
Ministerio Público Fiscal requiere se instruya sumario, se identifique y reciba
indagatoria a los autores, y se ordene el inmediato desalojo de las personas que
obstruyen la circulación vehicular.
El Juez de 1ª instancia resuelve exclusivamente el último de los temas
planteados al rechazar el pedido de desalojo por ser de competencia de la policía –y no
del tribunal- la actividad tendiente a impedir o prevenir la comisión de delitos o frustrar
la consumación de uno tentado. En cambio se abstiene de pronunciarse sobre las
restantes peticiones de la Fiscalía.
II.- Según informa la autoridad preventora en la actualidad han cesado
los perjuicios y perturbaciones denunciadas, lo que de por sí bastaría para declarar
abstracta la cuestión planteada ante la alzada por sustracción de materia.
Pero arbitrar semejante solución, sin mayores aclaraciones, puede
llevar a confundir a la opinión pública y a los medios de comunicación en cuanto
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deduzcan, equivocadamente, que el Juez Correccional ha dicho y esta Cámara Penal
entiende, que cortar calles y rutas, adueñarse violentamente de los sitios públicos,
impedir por la fuerza –con perjuicio del resto del cuerpo social- el ejercicio de la libertad
ambulatoria o de trabajo, nunca es delito, careciendo los afectados de la facultad de
recurrir a la justicia para hacer cesar los efectos antijurídicos de los comportamientos
enunciados.
El peligro apuntado no es menor si se tiene en cuenta la trascendencia
que se le confiere a la sentencia judicial como mensaje organizador, así como al
deterioro de la prevención general que puede causar una interpretación radicalmente desacriminadora de estas modalidades de protesta, cuando en una sociedad prevalece la
anomia y se confunde la legítima autoridad, necesaria para la pacífica convivencia, con
las prácticas abusivas del autoritarismo. De allí la necesidad de formular algunas
precisiones
III.- Los piquetes, los cortes de ruta, las molestias en el
funcionamiento de los transportes o de la circulación de los medios terrestres, por
poco que fuere el lapso transcurrido, configuran, en principio, el delito acuñado por
el art. 194 del CP (cfr. D`Alessio, Andrés José, Código Penal Comentado, Parte
Especial, p. 625 y sus notas al pie de página: Núñez, p. 93; Creus, p. 47; Donna, p. 162;
Molinario, p. 89; Fontán Palestra, p.351; CNCP, Sala I, en fecha 3 de julio de 2002,
causa “Schifrin, Marina s/ recurso de casación”).
Zaffaroni “señala que cuando la interrupción de la circulación se
realiza en ocasión de una protesta popular en reclamo por situaciones extremas de
pobreza, ante la falta de respuestas institucionales razonables, y con riesgos de sufrir
males inminentes y graves, se da un estado de necesidad justificante” (D´Alessio, op. cit.
p. 627, con cita de Zaffaroni, “El Derecho Penal y la criminalización” en nota 324).
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IV.- Esta Sala II de la Cámara de Apelación de Rosario tiene decidido
que si las medidas de fuerza tuvieron como consecuencia la efectiva interrupción del
tránsito vehicular, esas acciones han interferido directamente en la satisfacción de los
intereses de bien público para los cuales las vías de comunicación fueron establecidas,
entre los que debe encontrarse el de garantizar el libre desarrollo del tráfico,
correspondiendo intervenir a la Justicia Federal o Provincial según la interrupción
produzca consecuencias interjurisdiccionales o de carácter local (doctrina de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación en Fallos 308: 2473 y sentencias publicadas en La Ley del
2 de noviembre de 2001, p. 7). En el precedente mencionado esta Sala concluía:
“mediando elementos de convicción sobre la presencia de grupos de personas, algunas
enmascaradas, con elementos contundentes, en actitud hostil, que quemaban
cubiertas y habían colocado cintas de seguridad sobre el asfalto impidiendo el paso de
automotores, se probabiliza objetivamente la consumación de la figura delictiva
cuestionada.(Auto nº 297, del 20 de noviembre de 2001, en causa “Quiroga, Edgardo
Oscar s/ Privación ilegítima de la libertad y entorpecimiento de transportes y servicios).
V.- De acuerdo a lo expuesto, más allá de la obligación policial de
desactivar sin orden alguna un delito flagrante, no puede discutirse la potestad judicial
de ordenarle a la policía la constatación de las acciones denunciadas por medio de
fotografías, videos o filmaciones y la individualización de quienes son sus protagonistas.
Si dejar hacer y admitir la violencia de los grupos armados con objetos
contundentes y a cara cubierta, es un estímulo al caos y al brutal enfrentamiento de los
sectores antagónicos de la comunidad, la represión desmesurada e insensata de los
infractores también posibilita desembocar en un drama irremediable y sin retorno.
VI.- Es en este último sentido que la Cámara Penal de Rosario ha
dicho: “los hechos delictivos en curso de ejecución requieren de la institución policial
una doble y contemporánea actuación”; por un lado, como policía de seguridad, para
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mantener el orden público y resguardar la vida, los bienes y los derechos de la
población; por otro lado, como policía judicial, dirigida a garantizar la actividad
probatoria de los hechos acaecidos presuntamente delictuosos. En el primer caso la
policía de seguridad debe mantener en el escenario de los hechos la conducción de la
crisis, la fórmula concreta para impedir, prevenir y frustrar la comisión de un delito,
porque sus cuerpos profesionales son los capacitados, logística y estratégicamente, para
afrontar tales situaciones. Los jueces no deben interferir en tal hipótesis los operativos
policiales (Cfr. Acuerdo nº 13 del 24/11/99), restando al órgano jurisdiccional el
posterior control de legalidad de tal accionar y la investigación y juzgamiento de los
hechos delictivos efectivamente cometidos (Cfr. Sala IV de esta Cámara según Auto n°
206,T° 8, F° 19 “Hardoy, Edmundo Jorge s/ Denuncia” del 22/ 9/99).
Por lo expuesto y de acuerdo a las normas y precedentes citados, la
Sala IIda. de la Excma. Cámara de Apelación en lo Penal;
RESUELVE: Declarar abstracta la cuestión traída en recurso ante la
alzada, con las aclaraciones y precisiones enunciadas en la presente resolución.
Insértese, sáquese copia, notifíquese y hágase saber.
RIOS
PRUNOTTO
MESTRES
por ante mi: di Marco
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