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Senado de la Nación
Secretaria Parlamentaria
Dirección General de Publicaciones
(S-0725/11)
PROYECTO DE DECLARACION
El Senado de la Nación declara:
Su homenaje a Astor Piazzolla, eximio intérprete del bandoneón y
verdadero innovador del tango, con motivo de haberse cumplido el 11
de marzo los 90 años de su natalicio.
Horacio Lores.FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
Astor Pantaleón Piazzolla nace el 11 de Marzo de 1921 en Mar del
Plata, hijo único de Vicente Nonino Piazzolla y de Asunta Mainetti,
ambos inmigrantes italianos. En 1925, la familia se radica en Nueva
York hasta 1936, con un fugaz retorno a Mar del Plata en 1930.
Pasó su infancia entre Buenos Aires y Nueva York. Su padre le regala
su primer bandoneón cuando Astor tenía tan solo 8 años y empezó a
estudiar música a los 9 años en los Estados Unidos, dándole
continuidad a sus estudios en Buenos Aires y en Europa.
Estudia bandoneón un año con Andrés D´Áquila y realiza su primera
grabación el 30 de noviembre de 1931.
Poco tiempo después conoce a Carlos Gardel, que se hace amigo de
la familia y con quien toma parte en una escena de la película “El día
que me quieras” en el papel de un pequeño canillita. Esta imagen
fílmica posee un valor emblemático en la historia del tango.
En 1936 retorna con su familia definitivamente a la Argentina, a Mar
del Plata, donde comienza a actuar en algunos conjuntos. Allí tiene su
segundo gran descubrimiento al escuchar por radio al sexteto de
Elvino Vardaro, quien en 1956 sería su violinista integrante de la
orquesta de cuerdas y el quinteto de Astor Piazzolla.
Esa forma distinta de interpretar el tango lo impacta profundamente y
se convierte en su admirador. La inclinación de Astor por el tango y, en
especial por ese tipo de tango, comienza a prender con fuerza en su
espírítu y en su ánimo, lo lleva a radicarse en Buenos Aires en 1938,
cuando contaba tan solo con 17 años. Alterna en diversos conjuntos
de segundo orden hasta 1939.
La música de Astor Piazzolla es sin dudas una de las mayores
expresiones artísticas que la Argentina dió al mundo. Incorporando al
tango un poco de jazz y un poco de música clásica, Piazzolla alcanzó
un resultado formidable y a la vez innovador, sofisticando sus
conceptos del ritmo porteño y revolucionario.
Su carrera comienza verdaderamente al
bandoneonista en la orquesta de Aníbal Troilo.
participar
como
En 1952 compuso ''La Epopeya Argentina'', viaje al secreto mejor
guardado de la historia musical argentina, un movimiento sinfónico
para narrador, coro y orquesta con texto de Mario Nuñez, que
sobrevive en una trascripción para piano del compositor. Es un
panegírico al gobierno peronista de esos años, donde predominan los
acordes por cuartas y las figuras modales. La voz del narrador no lleva
notación. El coro alterna entre la vocalización. También en esa década
continuó con la composición de obras de música tales como ''Rapsodia
porteña'', ''Sinfonietta'' y ''Buenos Aires”
que consta de tres
movimientos sinfónicos.
Ese mismo año gana una beca en Francia para estudiar música. Allí
su profesora le incentivó a seguir su propio estilo. Asimismo en París
tuvo la oportunidad de escuchar al octeto del saxofonista Gerry
Mulligan impresionado por su improvisación y por el modo distendido
con el que tocaban los músicos.
En 1955 Astor vuelve a casa y forma el Octeto Buenos Aires. Su
seleccionado de músicos - en una experiencia similar a la jazzística
norteamericana - termina por delinear arreglos atrevidos y timbres
poco habituales para el tango, como la introducción de la guitarra
eléctrica.
La presencia de Astor generó de entrada resquemores, envidia y
admiración entre la comunidad tanguera. En los años '60 Piazzolla
debió salir a defender su música, avasallada por las fuertes críticas. La
controversia iba a propósito de si su música era tango o no, a tal punto
que Astor tuvo que llamarla "música contemporánea de la ciudad de
Buenos Aires". Pero no era sólo eso: Astor provocaba a todos con su
pose para tocar el bandoneón -actuaba de pie, frente a la tradición de
ceñirse al “fueye” sentado-y con sus declaraciones que sonaban a
reto.
La formación de la primera parte de los 60 fue básicamente el
quinteto. Su público estuvo integrado por universitarios, jóvenes y el
sector intelectual, y todavía estaba lejos de ser masivo. Astor ya tenía
fama, estaba en pleno período creativo y se rodeó de los mejores
músicos. Con “Adiós Nonino”, “Decarísimo” y “Muerte de un Ángel”
comenzó a elaborar un camino de éxito que tendría picos en su
concierto en el Philarmonic Hall de Nueva York y en la musicalización
de poemas de Jorge Luis Borges.
En 1959, durante una actuación en Puerto Rico, junto a Juan Carlos
Copes, recibe la noticia de la muerte de su padre, Vicente ''Nonino''
Piazzolla. Astor regresa a Nueva York, donde vivía con su familia, y allí
compone ''Adiós Nonino'', su obra más célebre, que conservaría la
sección rítmica del anterior tango ''Nonino'', más una sentida elegía de
despedida, que se convertiría en un sinónimo de Piazzolla a lo largo
de los años.
Fue entonces que dio a conocer ''Adiós Nonino'' y todas las
composiciones que dieron forma a su estilo y que serían las más
recordadas: “Las Estaciones” integrada con ''Verano Porteño'', ''Otoño
Porteño'', etc.', “La Serie del Ángel “, “La Serie del Diablo”, ''Revirado'',
''Fracanapa'', 'Calambre'', ''Buenos Aires Hora Cero'', ''Decarísimo'',
''Michelangelo ´70'' y ''Fuga y misterio'', entre otros.
Forma en 1963 el Nuevo Octeto, para el cual compuso ''Introducción a
héroes y tumbas'', con letra de Ernesto Sabato, "Los poetas de Astor
Piazzolla”.
Dos años mas tarde, junto al Quinteto, una orquesta formada al efecto
con las voces de Luis Medina Castro como recitante y Edmundo
Rivero como cantante, graba el disco ''El tango'', que contiene temas
con letras de Jorge Luis Borges, incluido ''El hombre de la esquina
rosada'', suite para canto, recitado y doce instrumentos.
En 1967 empieza su colaboración con el poeta Horacio Ferrer, con
quien compuso la ópera ''María de Buenos Aires'', que se estrenaría al
año siguiente con la cantante Amelita Baltar. En 1969, Piazzolla y
Ferrer componen la exitosa ''Balada para un loco'', que supondría una
popularidad súbita para Piazzolla.
En 1970 retornó a París donde nuevamente junto a Ferrer, creó el
oratorio ''El pueblo joven'', estrenado en 1971. Al año siguiente fue
invitado por primera vez a presentarse en el Teatro Colón de Buenos
Aires.
En 1972 compone para su Conjunto 9 el "Concierto de Nácar para
tanguistas y orquesta filarmónica", primer antecedente de sus obras
sinfónicas para bandoneón.
En 1975 el Ensemble Buenos Aires graba su obra “Tangazo'' para
orquesta sinfónica. Ese mismo año, en el que fallece Aníbal Troilo,
Astor compone en su memoria una obra en cuatro movimientos a la
que llamó ''Suite Troileana''.
Al año siguiente, en diciembre presenta junto al Conjunto Electrónico
en el teatro Gran Rex su obra ''500 motivaciones''. A partir de 1978
volvió a trabajar junto al quinteto Nuevo Tango y retomó la
composición de obras sinfónicas y piezas de cámara. En 1982 escribe
''Le Grand Tango'',
el cual estuvo dedicado al músico ruso
Rostropovich. En 1985 fue nombrado Ciudadano ilustre de Buenos
Aires.
De regreso en Buenos Aires, formó una orquesta de cuerdas con
músicos argentinos, en la que cantó Jorge Sobral. Para esta formación
compone ''Tres minutos con la realidad'', obra síntesis entre el tango y
la música de Stravinsky y Bartok y el famoso Octeto Buenos Aires;
conjunto considerado como el iniciador del tango moderno, tanto por
su instrumentación. Es entonces cuando incluye “Balada para un
loco”cantada por Amelita Baltar.
En 1987 viaja a EEUU, donde graba en vivo junto a la ''Orquesta de
St. Luke's'', dirigida por
el argentino Lalo Schifrin, sus obras
''Concierto para Bandoneón'' y ''Tres Tangos para Bandoneón y
Orquesta''. Durante esta etapa en ese país también tuvo la
oportunidad de grabar ''Tango Zero Hour'', ''Tango apasionado'', ''La
Camorra'', ''Five Tango Sensations'' y otras obras, como el álbum
grabado con ''Two Argentineans in Paris'' (1955) con temas como
''Picasso'', ''Luz y sombra'' y ''Bandó''
Su fallecimiento ocurrió en Buenos Aires, el 4 de julio de 1992,
perdiendo el tango y la interpretación del bandoneón a un verdadero
innovador.
Por todo lo expuesto, solicito el acompañamiento de mis pares al
presente homenaje.
Horacio Lores.-
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