la desregulacion comercial y la reforma imperial en la epoca de

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LA DESREGULACION COMERCIAL
Y LA REFORMA IMPERIAL EN
LA EPOCA DE CARLOS I I I :
LOS CASOS DE NUEVA ESPAÑA*
Y CUBA
Allan J . K.UETHE
Texas Tech University
D U R A N T E LOS ÚLTIMOS TRES O CUATRO decenios hemos aprendi-
do mucho acerca de las reformas b o r b ó n i c a s en Hispanoa m é r i c a , y en particular sobre la r e o r g a n i z a c i ó n colonial i n i ciada por Carlos I I I y continuada bajo el mandato de su
h i j o , Carlos I V . Hemos acumulado considerable informac i ó n sobre las reformas administrativas, militares y mineras,
sobre las remesas de ingresos fiscales y los esquemas generales de gasto durante la colonia, y sobre el impacto comercial
de l a desregulación en las diversas colonias. Empero, falta
t o d a v í a u n a c o m p r e n s i ó n clara de los procesos ocurridos en
la corte que llevaron a u n a distinta aplicación de la política
real dentro del imperio. A u n q u e los historiadores están m u y
conscientes de que las reformas de Carlos I I I asumieron formas diversas en cada colonia en particular, no se ha hecho
g r a n cosa por relacionar las variaciones con los individuos
mismos que d i s e ñ a r o n tales políticas. E l análisis de las diferencias entre las políticas comerciales aplicadas en Cuba y
en Nueva E s p a ñ a ofrece u n ejemplo de c ó m o funcionaba el
proceso político, con importantes implicaciones para el resto
del imperio. Cuba era el mayor consumidor per cápita de
rentas reales en el mundo colonial y Nueva E s p a ñ a tenía la
d i s t i n c i ó n de ser el principal exportador de rentas reales.
* " N u e v a E s p a ñ a " se usa en u n sentido restringido, sin i n c l u i r las
A n t i l l a s M a y o r e s , Y u c a t á n y la C a p i t a n í a General de Guatemala.
HMex, X L I : 2, 1991
265
266
ALLAN J. KUETHE
Aquella era el principal b a s t i ó n militar en America; esta, la
colonia mas productiva.
A q u í es pertinente hablar u n poco sobre el hombre al
mando. De entre todos los reyes borbones, Carlos I I I fue
quien m á s se identificó con la Era de la R a z ó n . Defensor de
los ideales libertadores de la I l u s t r a c i ó n , llevó al trono una
frescura mental que le p e r m i t i ó experimentar con audacia
en la b ú s q u e d a de alternativas realistas en su lucha por modernizar a E s p a ñ a y a su imperio y por reafirmar su lugar
dentro de la familia de naciones europeas. Carlos buscaba
ante todo restablecer a E s p a ñ a como potencia de primer orden. Para lograr este objetivo fue en extremo p r a g m á t i c o , y
su programa general, sorprendentemente ecléctico en la
b ú s q u e d a de soluciones. Aunque reflejaba el punto de vista
moderno, t a m b i é n estaba dispuesto a valerse de la formas
antiguas si eran útiles a sus p r o p ó s i t o s .
Algunos ejemplos ilustraran este punto. Carlos restringió
los antiguos privilegios de la Iglesia, incluyendo el fuero
eclesiástico, lo que con seguridad era una acción moderna,
pero al mismo tiempo hizo mas amplio el fuero militar concedido a la milicia americana, ya que buscaba convertir a las
fuerzas de voluntarios en unidades efectivas de batalla.' L a
Iglesia no era u n medio productivo para fomentar el poder
del Estado absolutista, pero se s u p o n í a que el ejército sí. Se
opuso a la venta de puestos en las audiencias, concediéndole
valor al m é r i t o en el sentido moderno de la palabra, pero
restableció la práctica de vender nombramientos militares
para ayudar a financiar su vasto programa de defensa. En
r e l a c i ó n con los fines del presente estudio, Carlos se comportaba como a u t é n t i c o fisiócrata ya que e n c a b e z ó temerariamente la liberación del comercio colonial mediante la desreg u l a c i ó n , primero a través del edicto de 1765 para el Caribe,
relativo al libre comercio y luego, mediante la amplia regul a c i ó n de 1778 para el imperio. Por otra parte, amplió el sistema de monopolios reales que h a b í a heredado de sus predecesores, logrando que el del tabaco fuera casi universal en
2
' FARRISS, 1 9 6 8 ; N Í C A L I S T E R ,
2
BURKHOLDER y CHANDLER,
1957; KUETHE,
1977; KUETHE,
1 9 8 6 , cap.
1 9 8 6 , pp.
2.
149-150.
DESREGULACIÓN COMERCIAL Y REFORMA IMPERIAL
267
3
las colonias americanas. E l punto de concordancia entre
ambas medidas fue considerarlas como formas efectivas de
enriquecer la T e s o r e r í a Real y así aumentar los medios para
l i b r a r la guerra eficazmente. L a política comercial tal como
se aplicaba en Cuba y Nueva E s p a ñ a fue en sí misma u n reflejo del pragmatismo y eclecticismo característicos de la adm i n i s t r a c i ó n de Carlos I I I .
L a derrota española en L a Habana en 1762 y la perdida
resultante de Florida en el Tratado de París al ano siguiente,
dieron u n sentido de urgencia a los asuntos del gobierno colonial. Era necesario reorganizar y reforzar el ejercito americano, h a b í a que reconstruir y expandir las fortificaciones, y
las p é r d i d a s sufridas por la flota exigían la c o n s t r u c c i ó n de
m á s barcos. Todo esto representaba inmensos gastos y, en
consecuencia, h a b í a necesidad de aumentar los ingresos reales por cualquier medio posible. Los asuntos de la política comercial estaban í n t i m a m e n t e relacionados con esta realidad.
Sin embargo, el intento de interferir con la política comercial era difícil. El Consulado de Cadiz tema el monopol i o legal del comercio americano y por t r a d i c i ó n la corona
d e p e n d í a del gremio de comerciantes para obtener préstamos y donativos urgentes. Las controversias por el rechazo
del Consulado a una petición real de 1737 de u n donativo
necesario, y la penosa suspensión de los pagos de la deuda
real en 1739, h a b í a n llevado a los prestigiados ministros J o s é
del Campillo y Cossío y al M a r q u é s de la Ensenada a buscar
medios para romper tal dependencia y liberar así a la
m o n a r q u í a , para que pudiera aspirar a una política racional
y moderna del comercio colonial. N o obstante, antes de que
Ensenada pudiera terminar su trabajo, fue derrocado por u n
golpe de palacio en j u l i o de 1754, y en el retroceso conservador que siguió, el Consulado r e c u p e r ó su lugar privilegiado
y , con éste, el sistema de flotas hacia Nueva E s p a ñ a . Carlos
I I I , quien no solicitó p r é s t a m o s a los comerciantes durante
la guerra de los Siete A ñ o s , t r a t ó t a m b i é n de liberar a la
m o n a r q u í a de su dependencia de los comerciantes gaditanos
3
Real C é d u l a , M a d r i d , 20 de enero, 1766, A G I , Indiferente
leg. Í744.
General,
268
ALLAN J. KUETHE
y de otras corporaciones privilegiadas. E l resultado a largo
plazo sería el establecimiento en 1782 de u n moderno sistema bancario, el Banco de San Carlos. A corto plazo, la
necesidad inmediata era incrementar d r á s t i c a m e n t e la rec a u d a c i ó n de rentas coloniales y esto incluía acabar con el
monopolio del comercio americano que t e n í a el Consulado.
El primer paso d e s p u é s de la guerra fue nombrar u n gabinete capaz de acometer el reto reformista. Cuando Carlos
dejo su trono de Ñ a p ó l e s para reinar en M a d r i d , se llevó
consigo al M a r q u é s de Esquilache, a quien n o m b r ó ministro
de Hacienda, pero el Ministerio de las Indias siguió estando
en manos de Bailío Frey J u l i á n de Arriaga. Este, que h a b í a
sido presidente de la Casa de C o n t r a t a c i ó n en C á d i z de 1752
a 1754, h a b í a ascendido al cargo de ministro de las Indias
tras la caída de Ensenada. Frey Arriaga, conservador recalcitrante por convicción, nunca olvidó las estrechas relaciones que lo ligaban con C á d i z y sus intereses. E n 1763, R i cardo W a l l , ministro de Estado y de Guerra y hombre m u y
relacionado con el golpe de palacio de 1754, se responsabilizó de los reveses de E s p a ñ a en la guerra de los Siete A ñ o s .
Su renuncia a b r i ó el camino para agregar el ministerio de
G u e r r a a las obligaciones de Esquilache y para propiciar el
regreso del M a r q u é s de G r i m a l d i , embajador en P a r í s y
t a m b i é n italiano, que se e n c a r g a r í a del Ministerio de Estado. Cuando G r i m a l d i llegó a M a d r i d en octubre de 1763,
Carlos I I I estableció la J u n t a de Ministros para manejar la
tarea de la reforma colonial. L a j u n t a , formada por Arriaga,
G r i m a l d i y Esquilache, obviamente estaría dominada por el
ministro de Guerra y Hacienda, si bien con la indispensable
c o o p e r a c i ó n de su colega italiano
del tradicio4
5
nalista A r r i a g a
L a política que se formulo a fines de 1763 y principios de
1764 centraba su interés fundamental en L a Habana, recuperada bajo el tratado de paz, y en Nueva E s p a ñ a . L a H a bana, como el principal punto de apoyo estratégico del i m perio, disfrutaría de los beneficios del gasto real; en tanto
4
K U E T H E y BLAISDELL, 1991, pp. 584-591.
^ K U E T H E y B L A I S D E L L , 1982, especialmente
pp- 121-126.
DESREGULACION COMERCIAL Y REFORMA IMPERIAL
269
que Nueva E s p a ñ a , la colonia mas rica, p r o p o r c i o n a r í a la
m a y o r parte de los fondos. Y L a Habana, con sus urgentes
necesidades militares, sería t a m b i é n u n terreno de prueba
p a r a la reforma comercial. Cuando el Conde de Riela fue
enviado a L a Habana como gobernador y c a p i t á n general,
llevaba instrucciones de consultar con las élites locales acerca de la necesidad de mejorar la r e c a u d a c i ó n fiscal. Pero deb í a aludir a concesiones en el á r e a de comercio, mientras
que se s o b r e n t e n d í a que Nueva E s p a ñ a financiaría la mayor
parte de los gastos militares. Asimismo el mariscal de campo
Alejandro O ' R e i l l y , encargado de estructurar la reorganizac i ó n militar en sí, r e c o r r e r í a la isla en u n viaje de investigac i ó n a d e m á s de sus otras obligaciones.
6
L a manera abierta y consultiva de la a d m i n i s t r a c i ó n real
p a r a abordar a la élite de L a Habana resulta una característica notable del proceso de reforma en Cuba. Riela buscó en
repetidas ocasiones la o p i n i ó n de los cubanos, y se sostuvier o n dos reuniones semioficiales en donde se efectuó votac i ó n , notificada a la corte. Alentada así, L a Habana p l a n t e ó
su defensa de la desregulación en t é r m i n o s por d e m á s e n é r gicos. Los habaneros estaban ansiosos de que todos los puertos españoles e hispanoamericanos se abrieran al comercio
con Cuba y que se permitiera participar a los navios coloniales. Se esperaba que este paso iría a c o m p a ñ a d o de la racion a l i z a c i ó n y d i s m i n u c i ó n de los impuestos al comercio. Los
cubanos deseaban el derecho a procurarse esclavos de cualquier fuente disponible y que a los barcos dedicados a este
tráfico se les permitiera llevar cargamentos desde la isla. A l
entregar u n amplio informe cuando t e r m i n ó su trabajo en
a b r i l de 1764, O ' R e i l l y definió las necesidades de Cuba
esencialmente de la misma manera, argumentando que la
solución para el subdesarrollo de la isla radicaba en ampliar
sus sucursales comerciales, reducir las tasas impositivas y
asegurar u n a adecuada provisión de mano de obra esclava.
7
Mientras tanto, para estudiar la situación global del comercio colonial desde el punto de vista de M a d r i d , la J u n t a
^ K . U E T H E e I N G L I S , 1985, p p .
122-123.
7
123-136.
K U E T H E e I N G L I S , 1985, p p .
270
ALLANJ. KUETHE
de Ministros nombro u n C o m i t é Selecto de cinco expertos:
T o m a s Ortiz de L a n d a z u r i , Pedro Goosens, S i m ó n de A r a g o r r i , Francisco Craywinckel y el M a r q u é s de los Llanos.
Este c o m i t é , designado poco d e s p u é s de haber llegado el i n forme de O ' R e i l l y a E s p a ñ a , t e n í a la ventaja de conocer las
ideas m á s novedosas surgidas en L a Habana, a d e m á s de
gran cantidad de d o c u m e n t a c i ó n disponible de otras
fuentes. C o n excepción de O r t i z de Landazuri, se sabe
poco acerca de los miembros del c o m i t é . O r t i z , quien h a b í a
servido durante dieciséis a ñ o s en el secretariado del virreinato de la Nueva E s p a ñ a , donde aceptó múltiples responsabilidades, poseía una invaluable experiencia sobre A m é r i c a . E n
diciembre de 1764, cuando a ú n p e r t e n e c í a al C o m i t é Selecto, Carlos lo n o m b r ó contador general del Consejo de
I n d i a s . Resulta significativo que a O r t i z , Pedro Goosens,
el M^arqués de los Llanos y q u i z á t a m b i é n a los d e m á s , ya
se les considerara como partidarios de la reforma del sistema
comercial. Por lo tanto, el asunto no era si se iba a cuestionar el histórico monopolio de C á d i z , sino la forma que
a s u m i r í a n las recomendaciones específicas.
8
9
10
E l informe del C o m i t é Selecto, fechado el 14 de febrero
de 1765, era u n modelo esplendido de realismo mercantilis¬
ta. Su diseño p r e t e n d í a modernizar las estructuras comerciales, p e r m i t i é n d o l e a E s p a ñ a reconquistar sus mercados
coloniales y generar en el imperio americano una mayor dependencia de los bienes españoles. Asimismo, buscaba alentar la p r o d u c c i ó n colonial de m e r c a n c í a s que E s p a ñ a requer í a para uso d o m é s t i c o . E l c o m i t é , que c o m e n z ó con una
crítica detallada del sistema existente, enfatizó con gran
e n e r g í a la necesidad de abrir el comercio americano a todas
las provincias de E s p a ñ a . Esto significaba la eliminación del
sistema de monopolio portuario con sus flotas y barcos registrados, según lo definía en su v e r s i ó n m á s reciente el Proyecto Real de 1720. Se simplificarían los procedimientos de ob-
^ INGLIS y K U E T H E ,
^ BERNARD,
í 0
1972,
1984,
pp.
p.
79.
126-127.
P a r a Goosens, A H N , leg. 2944; para O r t i z y Los Llanos, B P , Secc i ó n Miscelánea Ajala, sig. 2867, ff. 49-53 y 101-115.
DESREGULACIÓN COMERCIAL Y REFORMA IMPERIAL
271
t e n c i ó n de permisos y los aranceles se fijarían con base en
el valor en vez de peso y volumen. L a r e d u c c i ó n total de costos como consecuencia de estas medidas i n c r e m e n t a r í a proporcionalmente la competitividad de los bienes españoles.
E n otro nivel, el c o m i t é recomendaba que las leyes que
controlaban la p r o d u c c i ó n de textiles y vino en las colonias
se respetaran rigurosamente, mientras se alentaba el abastecimiento de esclavos, tanto para impulsar la agricultura tropical, como para extraer mercurio de las minas, fomentando
así la prosperidad de las colonias y sus medios para a d q u i r i r
exportaciones e s p a ñ o l a s , al mismo tiempo que satisfacían
las necesidades de consumo de la P e n í n s u l a . " Sobra decir
que el p r o p ó s i t o fundamental de las políticas propuestas en
el informe del c o m i t é era estimular el crecimiento e c o n ó m i co de la m e t r ó p o l i . A l respecto, se puede decir que Riela y
O ' R e i l l y , así como la aristocracia habanera con quien colaboraban, operaban dentro de u n contexto tropical donde
eran prioritarios tanto las importaciones de bienes manufacturados menos costosos como u n mercado disponible para el
a z ú c a r y el tabaco producidos por los esclavos. Y el informe
de febrero armonizaba casi por completo con las múltiples
voces provenientes de L a Habana.
En la corte, en el cambiante escenario político que resultó
de la h u m i l l a c i ó n de 1762, Esquiladle pudo sacar provecho de la p r e s i ó n generada por L a Habana y del peso del i n forme del C o m i t é Selecto para prevalecer ante el rey y contrarrestar los intereses de C á d i z y las protestas de Frey
Arriaga. Fue revelador que no se invitara al gremio de comerciantes de C á d i z a presentar su punto de vista ante la
Junta de Ministros, ya que Esquilache no estaba dispuesto
a tolerar n i n g ú n obstruccionismo indeseable. A la larga, las
alcabalas de L a Habana aumentaron del 2 al 6 % y se establecieron nuevos impuestos a la venta de licores coloniales.
Pero en las á r e a s de la política comercial, L a Habana recibió
casi todo lo que q u e r í a salvo en lo que se refiere al tráfico
de esclavos, sobre lo cual ya se h a b í a n realizado negociacio1 1
" C o n s u l t a o r i g i n a l . . . sobre el proyecto de comercio de A m é r i c a " ,
M a d r i d , 14 de febrero, 1765, Á H N , Estado, í e g . 2314.
272
ALLAN J. KUETHE
12
nes aparte. Los nuevos privilegios de L a Habana i n c l u í a n
la libertad de comerciar con ocho puertos españoles m á s :
Alicante, Barcelona, Cartagena, L a C o r u ñ a , Gijón, M á l a ga, Santander y Sevilla; el derecho de usar barcos cubanos;
la simplificación de los procedimientos en la o b t e n c i ó n de
permisos, y la r e d u c c i ó n y racionalización de los impuestos
al comercio. E l decreto real del 16 de octubre de 1765, redactado por Esquiladle, convirtió en ley las innovaciones
comerciales para las islas del Caribe, dando fin al monopolio
de C á d i z . Se p e r m i t i ó que las islas pudieran comerciar entre
sí con productos coloniales. Es u n hecho reconocido que
L a Habana pudo aprovechar estas libertades para incrementar en gran medida su comercio y acelerar su ingreso a
la industria azucarera. C u b a era una colonia especial, con
una misión militar crítica y requerimientos singulares. E n
t é r m i n o s generales, obtuvo lo que deseaba.
13
Mientras Cuba gozaba los beneficios de la indulgencia
real, Nueva E s p a ñ a e n f r e n t a r í a u n comportamiento distinto
del rey, de acuerdo con su papel de colonia que p o d í a cargar
con gran parte del costo de la r e o r g a n i z a c i ó n colonial, tanto
de modo directo como indirecto. A pesar de las apariencias
superficiales, la política hacia Nueva E s p a ñ a fue diferente
desde el principio. Es cierto que, al igual que en Cuba, la
iniciativa reformista incluía una misión militar y que hubo
semejanzas entre el papel del visitador general J o s é de G á l vez y el trabajo conjunto de Riela y O ' R e i l l y , pero la orient a c i ó n de las reformas novohispanas fue distinta desde sus
mismas bases, pues G á l v e z no llevaba instrucciones de negociar p o l í t i c a m e n t e con las élites criollas y mucho menos de
plantear la cuestión de la d e s r e g u l a c i ó n comercial.
14
Y a en enero de 1764, el embajador francés D ' O s s u n ,
cuya estrecha relación con G r i m a l d i le daba acceso a infor1 2
leg.
Real O r d e n , San L o r e n z o , 1 6 de octubre, 1 7 6 6 , A G S ,
2342; KING,
1 3
1 9 4 2 , pp.
Hacienda,
36-41.
R e a l decreto e I n s t r u c c i ó n , San L o r e n z o , 1 6 de octubre, 1 7 6 6 ,
A G I , Santo Domingo, leg. 2 1 8 8 .
Las instrucciones de G á l v e z , provenientes tanto de la V í a Reservada c o m o del Consejo de las I n d i a s , se h a n publicado en PRJESTLEY, 1 9 1 6 ,
1 4
pp.
404-417.
DESREGULACIÓN COMERCIAL Y REFORMA IMPERIAL
273
m a c i ó n sobre las actividades de la J u n t a de Ministros, inform a b a a Versalles que Esquiladle consideraba el libre comercio dentro del imperio, pero agregando que este plan no
i n c l u í a a Nueva E s p a ñ a . J o h n Fisher ha argumentado
que la exclusión de Nueva E s p a ñ a de los privilegios completos de la r e g u l a c i ó n de 1778 surgió del deseo de la corona de
desarrollar primero las periferias del imperio, a ú n a costa
del comercio en general, pues t e m í a que Nueva E s p a ñ a asfix i a r í a las oportunidades de las entidades e c o n ó m i c a s menores. Las consideraciones estratégicas estaban por encima
de las e c o n ó m i c a s .
15
16
Para hacer m á s explícita esta situación, es necesario
apuntar que el choque causado por los reveses sufridos en la
guerra de los Siete A ñ o s modificó el pensamiento reformista
en los m á s altos niveles de gobierno. E n tanto que Campillo
y Cossío se h a b í a n propuesto emplear la desregulación como
u n arma que permitiera incrementar al m á x i m o el comercio
colonial y estimular así la e c o n o m í a española, para Esquilache los intereses estratégicos pesaban m á s que las consideraciones e c o n ó m i c a s . E l desarrollo y seguridad de las periferias como San Juan, L a Habana o incluso Buenos Aires,
resultó m á s urgente que la prosperidad e s p a ñ o l a . Aunque
Esquilache a d a p t ó los principios de reforma propuestos por
el C o m i t é Selecto en su reporte de febrero de 1765 a las islas
del Caribe y aunque planeaba usar ese precedente para aplicar esos mismos principios en otros lugares m á s adelante, no
t e n í a i n t e n c i ó n de aplicarlos en Nueva E s p a ñ a . E l comercio
novohispano debía seguir canalizado dentro de las estructuras tradicionales del sistema de puertos y flotas, a expensas
del volumen global y, al parecer, incluso de los ingresos potenciales por concepto de impuestos. M á s a ú n , durante las
17
1 5
D ' O s s u n al M i n i s t r o de Estado f r a n c é s Choiseul, M a d r i d , 2 3 de
enero, 1 7 6 4 , A A E , Correspondance Politique Espagne, t o m o 5 4 0 , ff. 6 4 - 6 9 .
1 6
FISHER, 1 9 8 1 , pp.
1 7
22-23.
N I A R T Í N E Z CARDOS, 1 9 7 0 , p p . 5 3 4 - 5 4 1 . E n apariencia, el bien conoc i d o ensayo Nuevo sistema de gobierno económico para la América...
no fue esc r i t o personalmente por C a m p i l l o , c o m o se presume p o r lo general, sino
q u e sin d u d a e m a n ó de su m i n i s t e r i o . V é a s e N A V A R R O G A R C Í A , 1 9 8 3 , p p .
22~29.
274
ALLANJ. KUETHE
decadas de 1760 y 1770, los esquemas de gasto reflejaron
esas mismas prioridades, ya que se gastaron millones y m i llones de pesos plata en los efectivos militares coloniales en
vez de ser remitidos a E s p a ñ a para invertirse en el desarrollo
de la industria peninsular.
E l punto de vista de Fisher, empero, amerita refinarse. Si
Nueva E s p a ñ a hubiese sido u n tamiz comercial como Cuba
o Nueva Granada, donde el comercio internacional p o d í a
funcionar con una notable independencia de los dictados de
la política real, la actitud de la corona h a b r í a sido distinta.
Pero Nueva E s p a ñ a en realidad carecía de buenos puertos
en el Golfo y d e p e n d í a casi exclusivamente de una sola ruta,
de Veracruz hacia el interior. E n palabras de J o s é de G á l vez, Veracruz era " l a ú n i c a garganta de todo el r e i n o " .
L o que esto significaba en la p r á c t i c a fue evidente poco desp u é s del desembarco del visitador general en Nueva E s p a ñ a
en 1765.
18
19
El razonamiento de Galvez era simple. L a T e s o r e r í a Real
se v e í a burlada una vez que las importaciones a Nueva Espana se adentraban para su venta en la feria de Jalapa, pues
la m e r c a n c í a p o d í a esparcirse en cualquier dirección, escapando del recaudador de impuestos. Su solución fue directa.
M e d i a n t e instrucciones giradas el 11 de febrero, Gálvez estableció una alcabala del 4 % sobre los bienes vendidos en
Veracruz, cuando antes no h a b í a cobro alguno e instaló u n
riguroso sistema de registro de los bienes destinados a Jalapa, para evitar oportunidades de cualquier fraude. Por últim o , despidió a una m u l t i t u d de funcionarios de aduana a los
que acusó de c o r r u p c i ó n . Este tipo de razonamiento duro
e inflexible caracterizó el comportamiento de Gálvez des20
N Í A R C H E N A FERNÁNDEZ,
1 9
1988.
G á l v e z a A r r i a g a , M é x i c o , 2 7 de febrero, 1 7 6 7 , A G I , México, leg.
1 2 4 9 . L a orden real (San L o r e n z o , 1 9 de octubre de 1 7 8 7 ) que en fecha
p o s t e r i o r puso en m a r c h a u n nuevo a n á l i s i s del l u g a r que ocupaba M é x i c o
d e n t r o del sistema comercial, c o n f i r m ó su pensamiento, a f i r m a n d o que
M é x i c o , ' ' p o r tener u n puerto ú n i c o en toda su costa septentrional. . . hac í a difícil el c o n t r a b a n d o " . A G I , México, leg. 2 5 0 5 .
G á l v e z , I n s t r u c c i ó n , 1 1 de febrero, 1 7 6 7 , A G I , México, leg. 1 2 4 5 .
2 0
DESREGULACIÓN COMERCIAL Y REFORMA IMPERIAL
275
de el principio y genero intensas controversias durante su
misión.
Como era de esperarse, las medidas del visitador en Ve¬
racruz provocaron vehementes protestas de los gremios de
mercaderes de Nueva E s p a ñ a y C á d i z , que a r g ü y e r o n que
tales políticas a r r u i n a r í a n de a l g ú n modo el comercio novohispano y le costarían a Su Majestad grandes sumas en i m puestos perdidos. Este argumento no t e n í a sentido, por
supuesto, ya que ninguno de los gremios aceptó la opción de
l a d e s r e g u l a c i ó n . A u n así, la corona se vio obligada a enfrentar una dura oposición para apoyar a G á l v e z , que nos
ofrece en sí misma u n ejemplo fascinante del juego de i n fluencias y poder en los m á s altos niveles de la administrac i ó n real.
21
En m i investigación no he obtenido pruebas que vinculen
directamente al Consulado con los motines anti-Esquilache
de marzo de 1766, pero resulta claro que el gremio de los
mercaderes a p r o v e c h ó la revolución en beneficio propio.
Cuando t o d a v í a flotaba el h u m o sobre M a d r i d , el apoderado del Consulado, M a n u e l de Larrarte e m p e z ó a cabildear
con Arriaga, ministro de las Indias que de repente r e c u p e r ó
estatura, para lograr apoyo. L a desregulación en el Caribe
c o n s t i t u í a u n peligroso precedente que a la larga p o d r í a
amenazar el monopolio general del gremio, y en Aranjuez
corrieron rumores en el sentido de que el decreto de 1765
p o d r í a ser abrogado. Sin embargo, Carlos I I I h a b í a asum i d o demasiados compromisos con L a Habana como para
que tales rumores fueran realistas.
22
Por otra parte, la c a í d a de Esquilache dejo a Galvez mom e n t á n e a m e n t e desprotegido en la corte. G r i m a l d i , desde
su posición en el Ministerio de Estado, poco p o d í a hacer
para contener la creciente oposición, y en todo caso el
carácter xenofóbico de los motines anti-Esquilache recomen-
2 1
Consulado de M é x i c o a A r r i a g a , M é x i c o , 27 de m a y o , 26 de j u n i o ,
29 de octubre, 1767, y r e p r e s e n t a c i ó n , Consulado de C á d i z , 29 de febrero, 1786, todo en A G I , México, leg. 1250.
L a r r a r t e al C o n s u l a d o de C á d i z , M a d r i d , I - de a b r i l y 16 de m a y o , 1766, A G I , Consulado, leg. 220.
2 2
a
276
ALLAN J. KUETHE
daba cautela. M i g u e l de M u z q u i z , quien sucedió a Esquiladle en Hacienda, se inclinaba hacia la reforma, pero no deseaba terminar en el exilio como su predecesor y a c t u ó en
consecuencia. Cuando A r r i a g a se e n t e r ó de la r e g u l a c i ó n
de G á l v e z , sometió el asunto al Consejo de Indias, en u n i n tento casi exitoso por obtener el apoyo necesario para dar
marcha atrás a lo dispuesto por el visitador general.
E l Consejo de Indias se mantuvo en esta época como u n
cuerpo m u y conservador. Su gran canciller era el D u q u e de
H u é s c a r , que h a b í a recibido recientemente el puesto de manos de su padre, el Duque de Alba. Junto con W a l l , A l b a
h a b í a maquinado el golpe de palacio que h a b í a destituido al
M a r q u é s de la Ensenada en 1754. El presidente del Consejo
era el M a r q u é s de San J u a n de Piedras Albas, tan conservador como Arriaga. Entre los consejeros se hallaba Esteban
A b a r í a , quien al igual que Arriaga h a b í a ocupado u n puesto
en la Casa de C o n t r a t a c i ó n , pero que estaba t o d a v í a m á s
comprometido con el pasado. Sin embargo, la política en la
corte no se r e d u c í a a u n asunto de liberales contra conservadores. Las distinciones de clase t a m b i é n jugaban u n papel,
como lo reflejan los agrupamientos de manteistas y de bien
nacidos; t a m b i é n i n t e r v e n í a n las rivalidades regionales, seg ú n lo demuestra la poderosa facción aragonesa. T a m b i é n
surgieron diferencias por el peso acordado a procedimientos
correctos en el sistema de gobierno así como el lugar de la
costumbre y la t r a d i c i ó n . N o viene al caso precisar a q u í todos esos factores, pero sí amerita especial consideración una
figura intrigante que influyó directamente en los acontecimientos que estamos analizando. Este fue T o m á s O r t i z de
L a n d a z u r i ya mencionado el influyente contador general
del Consejo
23
24
Resulta asombroso lo poco que se sabe de O r t i z y de su
c o n t r i b u c i ó n al proceso de reforma. Sin embargo, desempeñ ó u n papel clave en varios niveles y a la larga estaría a cargo de redactar la versión preliminar de la r e g u l a c i ó n de
2 3
2 4
K U E T H E , 1985,
p.
109.
A r r i a g a a Piedras A l b a s , Palacio, 3 de j u l i o , 1767, A G I , México,
ieg. 1245.
DESREGULACIÓN COMERCIAL Y REFORMA IMPERIAL
277
1778. G o m o se comento antes, O r t i z conocía m u y bien la
N u e v a E s p a ñ a y h a b í a recibido su d e s i g n a c i ó n al Consejo
siendo funcionario del C o m i t é Selecto para el Comercio, el
cual propuso el amplio anteproyecto para la desregulación
del comercio americano, u n plan que, cabe aclarar, no exc l u í a a N u e v a E s p a ñ a de sus recomendaciones reformistas.
Desde su posición como contador general, O r t i z trabajó pacientemente para legalizar el comercio intercolonial en el
P a c í f i c o . Empero, durante los ataques contra Gálvez, se
s u m ó siempre con la oposición al visitador, pues evidentemente sus m é t o d o s lo alarmaban, pero a diferencia de otros
críticos, t a m b i é n estaba decidido a incorporar a Nueva Esp a ñ a al sistema de libre comercio, en beneficio de la indust r i a e s p a ñ o l a . Como contador general, O r t i z informaba de
m o d o independiente al Ministerio de las Indias sobre asuntos referentes a la T e s o r e r í a , y en consecuencia, p o d í a revisar la mayor parte de las medidas de G á l v e z , las que criticó
de principio a f i n , incluyendo las nuevas regulaciones para
Veracruz.
25
26
L a d i r e c c i ó n que tomo el Consejo de Indias resulto m u y
del agrado de A r r i a g a , quien siguió trabajando a través de
el para m i n a r el poder de Galvez durante 1767 y 1768.
E n este contexto, el 10 de febrero de 1768 el Consejo emitió
su dictamen. L a extensa consulta u r g í a al rey para que revocara lo propuesto por el visitador general en la instrucción
de febrero y obviamente buscaba destruir toda la misión de
esta criatura de Esquilache.
27
28
Carlos titubeo. Los motines anti-Esquilache lo h a b í a n sa-
2 5
El expediente del proyecto de comercio intercolonial en el Pacífico
p u e d e encontrarse en A G I , México, leg. 2 5 2 1 .
L a c r í t i c a de O r t i z de las medidas tomadas en V e r a c r u z se encuent r a en su d i c t a m e n , M a d r i d , 22 de d i c i e m b r e , 1767, A G I , México, leg.
1250. Sus opiniones sobre otras medidas pueden encontrarse en el m i s m o
legajo y en A G I , Indiferente General, leg. 38.
A r r i a g a a Piedras A l b a s , San Ildefonso, 10 de septiembre, 1767, y
M a d r i d , 14 de d i c i e m b r e , 1767, A G I , México, leg. 1250.
C o n s u l t a , Consejo de Indias, 10 de febrero, 1768, A G I , México,
l e g . 1249. E n PRIESTLEY, 1916, p p . 172-209 puede encontrarse u n resum e n de estos acontecimientos.
2 6
2 7
2 8
ALLAN J. KUETHE
cudido. Ahora, dos años d e s p u é s , cuando enfrentaba toda la
furia del sentimiento anti-Galvez, al parecer t e n í a que tom a r u n a decisión. Decidió aplazarla. Antes que aceptar el
veredicto del Consejo o confrontar las fuerzas que hallaban su voz en ese cuerpo, se hizo a u n lado y pidió su opin i ó n al virrey Croix, quien h a b í a sido nombrado por Esquiladle.
El informe de Croix, favorable en t é r m i n o s generales,
llego a fines de 1768. Los sucesos que siguieron resultan
extraordinarios. El rey, que ya no p o d í a demorarse m á s ,
ahora estaba preparado para afirmar su prestigio a favor de
la r e o r g a n i z a c i ó n colonial. E n una jugada sorpresiva, retiró
el debate del Consejo y refirió la cuestión a los fiscales del
Consejo de Castilla, Pedro R o d r í g u e z Campomanes y J o s é
de fvloñmo, futuro Conde de Floridablanca. Dadas las
s i m p a t í a s de estos magistrados, hubo pocas dudas respecto
al significado de la medida. El informe de los fiscales, una
exhaustiva refutación al Consejo de 621 p á g i n a s presentada
el 20 de abril de 1771, defendía las reformas de G á l v e z .
C o m o era de esperarse, Gálvez volvió a E s p a ñ a en sus propios t é r m i n o s , y en los del rey. Y a partir de entonces asum i ó u n sitio en el poco amistoso Consejo de Indias, según
se estipulaba en su nombramiento original como visitador
general. Entre tanto, bajo el peso de tremendos impuestos,
N u e v a E s p a ñ a vertía millones y millones de pesos sobre C u ba, que disfrutaba los beneficios del gasto militar así como
las ventajas de la desregulación comercial.
29
30
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33
L a reforma comercial e m p e z ó a avanzar nuevamente en
otros frentes. E n 1770 Y u c a t á n fue incorporado al sistema
del Caribe. E n 1774, los mercaderes que comerciaban con
2 9
R e a l O r d e n , A r a n j u e z , 18 de a b r i l , 1768, A G I , México, leg. 1250.
C r o i x a A r r i a g a , M é x i c o , 28 de septiembre, 1768, A G I , México,
leg. 1250.
R e a l O r d e n , Palacio, 3 de m a r z o , 1769, A G I , México, leg. 1245.
A G I , México, leg. 1250.
T E P A S K E , 1983, pp. 79-80. A pesar de u n saludable aumento en los
ingresos fiscales generados en C u b a , la isla j a m á s se a c e r c ó siquiera a cub r i r sus gastos sin la ayuda de M é x i c o d u r a n t e el periodo que se está con3 u
3 1
3 2
3 3
s i d e r a n d o . rvUETHE e I N G L I S , 198o,
pp.
141-l4^.
DESREGULACIÓN COMERCIAL Y REFORMA IMPERIAL
279
Y u c a t á n y con las islas obtuvieron el derecho a tocar m ú l t i ples puertos con productos europeos y ese mismo a ñ o se legalizó el comercio intercolonial en el Pacífico. Estas reformas fueron obra de G r i m a l d i , M ú z q u i z y en ú l t i m a
instancia de O r t i z . Es m á s , para mediados de la d é c a d a
de 1770 era obvio que el experimento de Esquilache con la
d e s r e g u l a c i ó n en L a Habana dejaba grandes utilidades, en
u n a tendencia que reforzaba políticamente a la facción part i d a r i a de la reforma en la corte. Mientras que el promedio
de barcos que tocaban L a Habana en los años inmediatamente anteriores a la invasión b r i t á n i c a era de cinco al a ñ o ,
durante el periodo comprendido entre 1769 y 1774 llegó a
setenta. Aunque muchos de los nuevos arribos eran naves
p e q u e ñ a s , como las saetías catalanas que llevaban menor
carga que las enormes naves de C á d i z , el volumen del comercio crecía sin embargo de modo impresionante. Es
m á s , la élite habanera, cooptada efectivamente dentro del
sistema imperial, p r o v e í a apoyo crítico para mantener u n
establecimiento eficaz de milicias que p r o m e t í a reforzar al
ejército regular en caso de que L a Habana tuviera que funcionar como punto estratégico en cualquier confrontación
con los b r i t á n i c o s . Así, para cuando Gálvez sustituyó a
A r r i a g a , quien m u r i ó en enero de 1776 el impulso reformista se h a b í a recuperado y él pudo actuar con agilidad imple¬
mentando una por una una serie de medidas que culminar o n con la r e g u l a c i ó n de octubre de 1778
34
35
36
N o es sorprendente que, al nombrar a Galvez sucesor de
A r r i a g a , Carlos no le haya asignado la M a r i n a , tradicional-
3 4
E l expediente sobre el comercio de Y u c a t á n puede encontrarse en
A G I , Indiferente General, leg. 2 4 1 0 , y el que trata del derecho a tocar m ú l t i ples puertos, en A G I , Indiferente General, leg. 2 4 1 1 . V é a s e nota 2 5 .
M A R R E R O , 1 9 8 5 , p p . 2 7 - 2 8 . E n 1 7 7 7 , cuando la l i b e r a c i ó n de la pol í t i c a comercial avanzaba r á p i d a m e n t e , u n i n f o r m a n t e de la corte a d v i r t i ó
al Consulado de C á d i z que l a resistencia era inútil dado el é x i t o del exper i m e n t o cubano. C o n s u l a d o al M a r q u é s de Echandia, C á d i z , 1 8 de j u l i o ,
1 7 7 7 , A G I , Consulados, l i b r o 8 8 .
De hecho, l a m i l i c i a cubana c o n t r i b u y ó de manera i m p o r t a n t e a las
victorias de E s p a ñ a en el golfo de M é x i c o durante la g u e r r a de r e v o l u c i ó n
de Estados U n i d o s . K U E T H E , 1 9 8 6 , cap. 4 .
3 5
3 6
280
ALLAN J. KUETHE
mente ligada al Ministerio de las Indias. E n vez de ello, lo
nombro gobernador del Consejo. Galvez, quien disfrutaba
del apoyo personal de M u z q u i z , quedo asi en posición de
agilizar sus contribuciones al programa de Esquiladle.
Conforme Galvez avanzaba hacia una r e o r g a n i z a c i ó n i n tegral del sistema comercial, t a m b i é n se vio ayudado políticamente por la presión interna en E s p a ñ a para que se ampliara la participación en el comercio americano. El decreto
real del 3 de octubre de 1776, que i n c o r p o r ó Santa M a r t a
y Riohacha al sistema comercial del Caribe, y el del 10 de
j u l i o de 1777, que a g r e g ó Mallorca a los puertos de E s p a ñ a
otorgados con franquicia, fueron indicativos de la decisión
de Gálvez de mantener el proceso de desregulación. Vanas
localidades cabildearon para lograr mayor libertad comercial dado el evidente potencial del comercio cubano y la esperanza de oportunidades a ú n m á s amplias. U n a petición
de Santander para obtener permiso de ampliar sus privilegios comerciales en A m é r i c a , por ejemplo, recibió fuerte
apoyo de los ayuntamientos de Burgos, Salamanca y Zamora. Y cuando el decreto real del 2 de febrero de 1778 a m p l i ó
el sistema de octubre de 1765 a Buenos Aires, Chile y P e r ú ,
los reinos de A r a g ó n , Granada y M u r c i a r á p i d a m e n t e hicier o n una petición para que se a ñ a d i e r a n Tortosa y A l m e r í a
a la lista de puertos que p o d í a n participar, solicitud que
pronto obtuvo la a p r o b a c i ó n de G á l v e z . Las expectativas
aumentaron cuando el Ministerio de Indias se m o v i ó hacia
una regulación comprensiva.
37
38
Queda u n ultimo detalle fascinante que sirve para poner
en una perspectiva mucho mas clara el papel de Nueva Esp a ñ a en estos acontecimientos. Cuando Galvez elaboro el
esbozo de la r e g u l a c i ó n de octubre, lo hizo en secreto, expresando su p r e o c u p a c i ó n por las partes interesadas, tanto locales como extranjeras. Dejando atrás el pasado, acudió a su
37 R C D M A D T - ,
ÜERNARD,
3 8
1Q79 ™
i y / z , pp.
^
^á.
JJ-Dt,
919- R rnn™
ÍQ7Q
z 1 z , ILSCUDERO, l y / y , p p .
t
n
jOl-OOD.
Estas peticiones, decretos reales y ó r d e n e s reales, se localizan en
A G I , Indiferente General, legs. 2 4 1 1 , 2412. E l que Riohacha fuese i n c l u i d o
bajo el decreto del 3 de octubre de 1776, se clarificó mediante la o r d e n
real del 20 de agosto de 1777.
DESREGULACIÓN COMERCIAL Y REFORMA IMPERIAL
281
antiguo crítico, O r t i z de Landazuri, el hombre mejor calificado para redactar una regulación viable. M i g u e l , el herm a n o de G á l v e z , se e n c a r g ó de la i m p r e s i ó n . E l esbozo
preparado por Ortiz p e r m a n e c i ó fiel al informe del C o m i t é
Selecto presentado en 1765 e incluyó a Nueva E s p a ñ a j u n t o
con el resto del imperio, en el derecho a comerciar libremente con los puertos adicionales de E s p a ñ a . Esto representaba
u n a esperanza clara de los grupos de interés de E s p a ñ a , que
e x i g í a n u n papel m á s amplio en el comercio americano.
Pero se vieron desilusionados. G á l v e z mismo t a c h ó las secciones de la propuesta de O r t i z que estipulaban la inclusión
de Veracruz. E l artículo seis de la redacción revisada y defin i t i v a simplemente estipulaba que la corona h a b r í a de establecer u n arreglo por separado para Nueva E s p a ñ a , aunque
s e r í a n aplicables las nuevas tasas impositivas definidas bajo
la r e g u l a c i ó n . Las m á s altas prioridades s e g u í a n siendo
las militares y ello significaba el desarrollo de las periferias,
atrayendo a las e c o n o m í a s y élites regionales al sistema i m perial.
I r ó n i c a m e n t e , la información que O r t i z proporciono ayud ó a hacer posible la exclusión de Nueva E s p a ñ a . FJurante
la amplia investigación con la que p r e p a r ó la regulación de
octubre, calculó la cantidad de metálico y otros productos
39
40
41
3 9
G á l v e z a O r t i z , San Ildefonso, 18 de agosto, 1776, A G I , Indiferente
General, leg. 2 4 1 1 ; O r t i z a M a r t í n C u e t o , M a d r i d , 7 de diciembre, 1776,
A G I , Indiferente General, leg. 2046A.
J o s é de G á l v e z a M i g u e l de G á l v e z , San Ildefonso, 24 de septiemb r e , 1778, A G I , Indiferente General, leg. 2409.
O r t i z , " R e g l a s que se pueden seguir para el comercio de A m é r i c a " , M a d r i d , 6 de d i c i e m b r e , 1776, con las notas y correcciones de G á l vez, A G I , Indiferente General, leg. 2 4 1 1 . E l " R e g l a m e n t o y aranceles reales
p a r a el comercio libre de E s p a ñ a a Indias del 12 de octubre de 1 7 7 8 " ha
sido reimpreso p o r la Escuela de Estudios Hispanoamericanos (Sevilla,
1979). El esbozo de O r t i z i n c l u í a t a m b i é n los puertos de Venezuela, en
especial, L a G u a i r a . A u n q u e estas medidas no estaban redactadas como
las relativas a V e r a c r u z , el b o r r a d o r final (art. cinco) reservaba esos puertos a la C o m p a ñ í a de Caracas " s i n p r i v i l e g i o e x c l u s i v o " . A d e m á s de
l a influencia perdurable de la C o m p a ñ í a , debe recordarse t a m b i é n que la
C a p i t a n í a G e n e r a l de Caracas disfrutaba de intenso y directo comercio de
cacao con V e r a c r u z .
4 0
4 1
ALLAN J. KUETHE
americanos fugados por el contrabando durante el periodo
de 1747 a 1761. C a l c u l ó tal p é r d i d a en 12 millones de pesos
anuales, pero a t r i b u y ó a Nueva E s p a ñ a solo u n millón de
ella, asignando el resto a Nueva Granada y Perú.' A G á l vez, quien posteriormente h a b í a afianzado la tenaza sobre
Veracruz, seguramente le p a r e c í a que las p é r d i d a s marginales de ingresos en plata, ocasionadas por la continuada regulación sobre Nueva E s p a ñ a se veían m á s que compensadas
por las prioridades estratégicas en otros terrenos.
12
En 1784, d e s p u é s de la i n t e r r u p c i ó n ocasionada por la
i n t e r v e n c i ó n de E s p a ñ a en la guerra de independencia de
Estados Unidos, la corona impuso u n estricto límite de tonelaje al comercio novohispano y, bajo una compleja disposición, dividió los montos prescritos entre los puertos e s p a ñ o les dados en franquicia. Así, aunque h a b í a m á s jugadores
en el nuevo sistema, el volumen siguió tan restringido como
lo h a b í a estado bajo el sistema tradicional de flotas. Por otra
parte, L a Habana tuvo acceso a nuevos puertos españoles
bajo la regulación de 1778 y disfrutó de oportunidades m á s
amplias en el comercio intercolonial. A d e m á s , tres nuevos
puertos cubanos —Santiago, T r i n i d a d y B a t a b a n ó — recibieron franquicia como "puertos menores" y por tanto les
fueron concedidos privilegios arancelarios especiales. N o
h a b í a necesidad de negociar con los novohispanos sobre las
mismas bases que con los cubanos o para el caso, a ú n con
los peruanos y cartageneros. El libre comercio imperial era
u n m é t o d o para recobrar el comercio perdido y someterlo a
impuestos, pero se pensaba que se p o d í a controlar a Nueva
E s p a ñ a a través de su estrecha salida al Golfo. Mientras que
era necesario privilegiar a los cubanos para obtener su coop e r a c i ó n para el programa de la corona, los novohispanos
no gozaron de tal ventaja. H a b í a otras prioridades m á s i m portantes. A s í , el sistema de Carlos I I I siguió siendo eclécti43
4 2
O r t i z , " N o t i c i a de los productos de la A m é r i c a en plata, oro, y frutos con d i s t i n c i ó n de r e y n o s " , M a d r i d , 6 de d i c i e m b r e , 1 7 7 6 , A G I , Indiferente General, 2 4 1 1 .
R e a l O r d e n , San L o r e n z o , 1 9 de octubre, 1 7 8 7 , A G I , México,
2 5 0 5 . FISHER, 1 9 8 5 , p . 1 8 (nota 1 6 ) , lista los tonelajes p e r m i t i d o s .
4 3
DESREGULACIÓN COMERCIAL Y REFORMA IMPERIAL
283
co, no solo en cuanto a la desregulacion contra el monop o l i o , sino en las formas específicas de trato a las colonias
mismas.
Galvez nunca oculto la deuda que tema con quienes lo
precedieron. Envió copias de la regulación de 1778 al ancian o rvfarqués de la Ensenada, quien l a n g u i d e c í a en exilio i n terno en M e d i n a del Campo; a Esquiladle, convertido en
embajador en Venecia, y a G r i m a l d i , nombrado por Carlos
representante de E s p a ñ a ante el papado, d e s p u é s de que
c a y ó de su gracia en 1776. Cuando O r t i z de Landazuri
m u r i ó , G á l v e z a s u m i ó personalmente la responsabilidad de
proteger los intereses de la hija de éste en P e r ú . Pese a ser
u n reformista duro y controvertido, especialmente en lo referente a Nueva E s p a ñ a , el ministro de las Indias y gobernador del Consejo parece haber sido m u y humano a nivel
personal.
44
45
Nueva E s p a ñ a , por supuesto, entro en el sistema libre i m perial en 1789. Para entonces, el objetivo del rey de desarrol l a r las periferias h a b í a alcanzado éxito en varias instancias,
siendo las m á s visibles L a Habana y Buenos Aires, aunque
no está del todo claro si esta ú l t i m a h a b í a sido a t r a í d a efectivamente al sistema imperial. Sin embargo, en otras colonias, sobre todo en la región c a r i b e ñ a de la Nueva Granada,
los avances no fueron importantes. Las explicaciones m á s
importantes para el cambio en la política real se hallaban
dentro de la propia E s p a ñ a .
46
E n los ú l t i m o s a ñ o s han surgido pruebas sustanciales que
indican que la r e g u l a c i ó n de 1778 no resulto la panacea inst a n t á n e a que h a b í a n imaginado los productores y mercaderes españoles. Es cierto que el volumen total de comercio legal a u m e n t ó sustancialmente, aunque a ú n está a discusión
4 4
Ensenada a G á l v e z , M e d i n a del C a m p o , 29 de octubre, 1778,
A G I , Indiferente General, 2409; G r i m a l d i a G á l v e z , R o m a , 3 de d i c i e m b r e ,
1778 y Esquilache a G á l v e z , V e n e c i a , 28 de n o v i e m b r e , 1778, ambos en
A G I , Indiferente General, leg. 2409.
V i r r e y M a n u e l G u i r i o r a G á l v e z , L i m a , 20 de febrero, 1779, A G I ,
Lima, leg. 659.
4 5
4 6
FISHF.R,
1990,
pp.
149-157.
284
ALLAN J. KUETHE
7
en que medida.* Por otra parte, la mayor competencia entre las distintas regiones y puertos de E s p a ñ a redujo de
modo natural los precios, conforme los mercados coloniales
se vieron saturados en el periodo de la posguerra. Parte de
este proceso era de esperarse y probablemente tuvo implicaciones saludables a largo plazo, respecto a la capacidad de
E s p a ñ a para competir con los intrusos extranjeros en su propio imperio. Sin embargo, las dificultades de mercado tamb i é n se relacionaban con la falta de información sobre las
condiciones en las colonias y sobre los planes comerciales entre las distintas regiones de la misma E s p a ñ a . Los catalanes
que embarcaban vino hacia L i m a , por ejemplo, p o d í a n descubrir, al llegar a puerto, que los gaditanos h a b í a n llegado
antes que ellos a ese punto lejano, dejándolos sin otra opción
que vender con perdidas o esperar muchos, muchos meses
a que mejorara la demanda. Bajo el sistema tradicional de
monopolio de puertos, sobre todo d e s p u é s de que se instaló
en 1764 el sistema real de correos, h a b í a sido mucho mas fácil medir la demanda en America y por ende limitar los riesgos excesivos. Curiosamente, pese a los estrictos controles
en la oferta, aun Nueva E s p a ñ a pronto se vio saturada.
Este resultado sugiere que Carlos y sus ministros parecen
haber subestimado la capacidad que teman los empresarios,
ansiosos de utilidades, para superar las barreras que imponía la geografía y entrar en el mercado novohispano.
Otras dificultades surgieron de la estructura impositiva.
C o m o ya se d e m o s t r ó , el sistema de Carlos I I I , con su mentalidad militar, buscaba incrementar con rapidez las bases
financieras de sus ambiciones militares. L a regulación de
1778 reflejaba esta prioridad pese a sus proclamas sobre la
i n t e n c i ó n del rey de fomentar la industria y la agricultura esp a ñ o l a s . O r t i z de L a n d a z u r i , defensor de la idea reformista
tradicional de moderar las tasas impositivas en general, para
aumentar la competitividad y rentabilidad de la industria es48
4 7
Para obtener u n p u n t o de vista positivo, v é a s e FÍSHER, 1985, caps.
3-4. Se puede encontrar u n a e v a l u a c i ó n pesimista en D E L G A D O R I B A S ,
1986, p p . 28-30.
4 8
FYSHER, 1985,
pp.
45-46; D E L G A D O R I B A S ,
1982,
p.
105.
DESREGULACIÓN COMERCIAL Y REFORMA IMPERIAL
285
panola, m u r i ó en 1777. Los impuestos efectivos a la export a c i ó n , establecidos por Gálvez de acuerdo con M u z q u i z y
Floridablanca (quien sucedió a G r i m a l d i en el Ministerio de
Estado), p a r e c í a n u n espejismo. E n productos clave como
los vinos, que h a b í a n tenido u n impuesto fijo con el proyecto
real, las tasas de hecho bajaron, pero los valores oficiales
asignados en la regulación estaban inflados a tal grado que
ocasionaron u n aumento global. Ademas, las contribuciones
sobre artículos de lujo importantes, bastante bajas cuando se
les valuaba p o r volumen, subieron al tasarlas con una base
cid valorem, incluso la definida por O r t i z , y los impuestos adicionales de c a r á c t e r local y de guerra aumentaron la carga
en general. Por tanto, aunque los ingresos del rey aument a r o n de modo impresionante, al igual que el volumen de
comercio no regulado, estos índices no reflejaban necesariamente mayores utilidades para los comerciantes o productores e s p a ñ o l e s .
49
50
C o n respecto a los fabricantes españoles, es significativo
que el éxito de los textiles catalanes t a m b i é n parezca haber
sido ilusorio en gran medida. Para efectos de su clasificación
en las tarifas de e x p o r t a c i ó n , la r e g u l a c i ó n de 1778 definía
como productos nativos las telas "pintadas o beneficiadas"
en E s p a ñ a . C o n esa vaga definición, bastaba con que a los
textiles se les agregara algún adorno (por ejemplo, encaje)
para tener derecho a tasas para artículos españoles en vez de
extranjeros, de 3% en lugar de 7 % . Muchas de los supuestas manufacturas catalanas eran en realidad francesas para
todo efecto practico, esto es, telas producidas al norte de los
Pirineos a las que se a ñ a d í a a l g ú n p e q u e ñ o refinamiento en
Barcelona. Este f e n ó m e n o a c t u ó en beneficio de la T e s o r e r í a
Real, que recibía impuestos por los textiles extranjeros
cuando entraban a E s p a ñ a y otra vez cuando salían hacia las
colonias, pero el efecto fue quiza desfavorable para las i n dustrias e s p a ñ o l a s incipientes, que se vieron en desventaja
4 9
J o s é de G á l v e z a M i g u e l de G á l v e z , San Ildefonso, 24 de septiembre, 1778, A G I , Indiferente General, leg. 2409.
1
~° D E L G A D O RÍBAS,
1987, pp. 55-57; 1 9 8 1 , p p .
27-30.
ALLAN J. KUETHE
51
competitiva. A este respecto, y sobre el tema de las tasas
impositivas básicas, debe recordarse empero que la regulación de 1778 se r e d a c t ó sólo unos meses antes de la i n t e r v e n c i ó n de E s p a ñ a en la guerra de independencia de
Estados Unidos, cuyos gastos fueron, como se esperaba, terriblemente altos, y dejaron a la T e s o r e r í a con una considerable deuda de posguerra y una situación en la que, al menos por el momento, las prioridades de corto plazo siguieron
q u i t á n d o l e importancia a las consideraciones de largo plazo.
Por u l t i m o , los negociantes españoles sufrieron, durante
el periodo de la posguerra, una escasez de capital fácilmente
disponible. Por supuesto, parte de este problema puede explicarse por la emisión de grandes cantidades de vales reales
durante la guerra, de los cuales se responsabilizó el Banco
de San Carlos al ser establecido, y por el gasto de enormes
cantidades de dinero en la escena norteamericana. A u n así,
el problema era mucho m á s serio. E n el periodo de la posguerra, Gálvez estaba decidido a sostener y ampliar el enorme establecimiento de defensa colonial que h a b í a surgido
desde 1763, pese al éxito alcanzado por E s p a ñ a en su venganza contra los británicos en la c a m p a ñ a del Golfo de 1779¬
1 7 8 1 . Cierto que G r a n B r e t a ñ a , cuya armada era super i o r y que contaba a ú n con puestos clave en A m é r i c a ,
t o d a v í a representaba una amenaza militar. Sin embargo, a
muchos les p a r e c í a n excesivos los millones y millones de pesos plata que p o d r í a n haber sido enviados a E s p a ñ a y tener
mejor destino que el de ser desviados hacia gastos militares,
parte de los cuales servían para mantener ejércitos utilizados
para r e p r i m i r a contribuyentes furiosos en las altiplanicies
de P e r ú y Nueva Granada. N o es sorprendente, por tanto
que en 1785, poco d e s p u é s de la muerte de M i g u e l de M ú z quiz el principal aliado de Gálvez en el gabinete real el
nuevo ministro de Hacienda el Conde de Lerena lograra
52
11
N o obstante, este proceso, obviamente p r o d u j o resultados combinados y a que las personas que p a r t i c i p a b a n en el t e r m i n a d o de manufacturas extranjeras para e x p o r t a c i ó n desarrollaron algo parecido a industrias. M A R T Í N E Z SHAW,
5 2
VÍARCHENA,
1 9 8 7 , pp. 4 5 - 4 8 .
1 9 8 8 , especialmente p p . 2 8 8 - 2 8 9 .
DESREGULACIÓN COMERCIAL Y REFORMA IMPERIAL
287
obligar a G á l v e z para que diera orden a las autoridades
americanas de enviar todos los ingresos disponibles a Españ a . Sin embargo, esta medida resultó insuficiente y tard í a , pues m u c h í s i m o s negociantes españoles se retiraron a
mediados de la d é c a d a de 1780, víctimas de la competencia
desfavorable, los altos impuestos y los créditos caros. Este
proceso llegó a su c u l m i n a c i ó n con la grave recesión de
1787.
5 3
54
L a caída de 1787 coincidió con la muerte de J o s é de Galvez y el establecimiento de la J u n t a de Estado bajo la cual
se dividieron las tareas del extinto Ministerio de Indias entre
el ministro de M a r i n a , Antonio Valdez, quien a s u m i ó la responsabilidad de los asuntos de guerra, hacienda y comercio,
y Antonio Porlier, a quien se le asignaron Gracia y Justicia.
Bajo la J u n t a , las prioridades estratégicas fueron ubicadas
en una nueva perspectiva que le concedía mayor importancia a los intereses peninsulares y buscaba moderar el program a político y militar de Gálvez en las colonias. Dicha reor i e n t a c i ó n , que c o m e n z ó en el reinado de Carlos I I I ,
c o n t i n u ó sin i n t e r r u p c i ó n luego de que m u r i ó en diciembre
de 1788 y fue sucedido por su hijo.
Pronto se hicieron evidentes los reajustes en la política colonial cuando Valdez intento moderar las practicas de confrontación de G á l v e z para tranquilizar a los criollos enajenados de tierra adentro, al tiempo que buscaba los medios para
reducir el gasto militar y por ende incrementar al m á x i m o
las remesas a E s p a ñ a . E n el caso de Cuba, cuyas fuerzas
armadas h a b í a n sido fundamentales para el éxito de la camp a ñ a del Golfo, y donde no h a b í a ocurrido tal e n a j e n a c i ó n
debido a la estrecha colaboración que existía desde 1764¬
1765, los habaneros se vieron recompensados con la tan
anhelada libertad de obtener esclavos de cualquier fuente
disponible, e s p a ñ o l a o no, y con el privilegio de enviar car55
BARBIER y K L E I N ,
1 9 8 1 , p. 3 3 1 ; BARBIER, 1 9 8 0 , p.
5 4
347.
D E L G A D O , 1 9 8 2 , p p . 1 0 2 - 1 1 8 . V é a s e u n p a n o r a m a general de la c r i sis en la e c o n o m í a e s p a ñ o l a y su r e l a c i ó n con el comercio americano en
STEIN y STEIN, 1 9 7 3 , pp.
) J
rvUETHE, 1 9 7 8 .
103-109.
288
ALLAN J. KUETHE
56
gamentos en los barcos esclavistas que p a r t í a n de la isla.
E n otro nivel, la J u n t a de Estado r e s p o n d i ó favorablemente a las presiones internas de E s p a ñ a que exigían que el
comercio colonial fuera m á s rentable. L a J u n t a d i s m i n u y ó
las tasas impositivas para los comerciantes españoles y
estableció u n sistema para proporcionar reportes semestrales a los puertos españoles acerca de las condiciones del mercado americano. Dentro de esta amplia r e o r i e n t a c i ó n de
la política colonial, la J u n t a de Estado concluyó el proceso
de desregulación iniciado en 1765 al incluir a Nueva E s p a ñ a
en el sistema imperial de libre comercio, permitiendo de este
modo que el lucrativo mercado de Veracruz buscara su propio n i v e l . Este periodo presenció, como bien lo ha dicho
u n historiador " l a c u l m i n a c i ó n de las reformas b o r b ó n i cas". Por desgracia, antes de que pudiera someterse a
prueba el valor del programa reformista total, tuvieron l u gar las guerras de la revolución francesa y las de N a p o l e ó n ,
que generaron problemas imprevistos, marcando el inicio de
una nueva era
57
58
59
6 0
Vista en perspectiva, es evidente que la r e o r g a n i z a c i ó n de
Carlos I I I en la esfera comercial no estuvo caracterizada por
u n programa uniforme y con u n solo proposito, sino por una
c o m b i n a c i ó n p r a g m á t i c a de políticas adaptadas a las colonias particulares y que reflejaban diversas expectativas en la
corte. Cuando se e v a l ú a la c o n f o r m a c i ó n de sus reformas,
se deben tomar en cuenta la política, las personalidades y las
voces de los grupos interesados en la metrópoli y ocasionalmente en A m é r i c a . A u n q u e la tendencia era innovadora y
progresista, no dejaba de ser una mezcla ecléctica de lo viejo
y lo nuevo. Carlos I I I b u s c ó , ante todo, los medios para rest i t u i r con rapidez a E s p a ñ a su calidad de potencia de p r i m e r
orden, aun a costa de objetivos a largo plazo como el desa5 6
KLUETHE, 1 9 8 6 , p p . 1 1 3 - 1 3 3 .
5 7
DELGADO, 1 9 8 1 , pp. 4 2 - 4 3 .
1 8
Este paso o b t u v o poco apoyo en el Consulado de M é x i c o , que prefirió l a seguridad q u e ofrecía u n comercio controlado. O R T I Z DE LA T A B L A
DUCASSE,
J 9
1 9 7 8 , p. 1 0 .
B A R B I E R , 1 9 7 7 , especialmente p p . 5 2 , 6 2 - 6 3 .
-DARBiER,
iyou.
DESREGUÏ.ACIÓN COMERCIAL Y REFORMA IMPERIAL
289
r r o l l o e c o n ó m i c o nacional. L a distinta aplicación de la politica comercial en Cuba y en Nueva E s p a ñ a ofrece u n claro
ejemplo de estas realidades.
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