Igualdad y educación afectiva en familias con adolescentes AYUNTAMIENTO DE SANTURTZI ÁREA DE ACCIÓN SOCIAL E IGUALDAD Servicio de Prevención de Adicciones y Servicio de Mujer e Igualdad Igualdad y educación afectiva en familias con adolescentes Dirección del proyecto: José Ignacio Herreros Rodríguez (Pedagogo y psicólogo, Ayuntamiento de Santurtzi). Iñaki López de Munain Pradera (Psicólogo, Ayuntamiento de Santurtzi). Textos: Oskar Aranda Viso (Educador Sexual). José Ignacio Herreros Rodríguez. Agradecimientos: Queremos expresar nuestro agradecimiento a Ilazki Albizuri Arregi (Psicóloga) y Salvador Abaroa Ugalde (Psicólogo) de la Fundación Gizakia, Arantzazu Gómez de la Serna (Pedagoga y Especialista en Mujer y Salud), Maribel Furelos Vázquez (Psicóloga y Sexóloga), Oscar Landeta Rodríguez (Doctor en Psicología), Rosa Baltar Cabo (Técnica de Igualdad de Ondarroa), Ana Isabel Sanz del Pozo (Técnica de Igualdad de Basauri), Ianire Estébanez Castaño (Psicóloga Especialista en Violencia contra las Mujeres del Módulo Psicosocial de San Ignacio), Mireia Espiau Idoyaga (Técnica de Igualdad de Eudel), Goiatz Minguez Mugerza (Técnica del Área de Cooperación de Emakunde) Maite Iturbe Arias (Enfermera, Sexóloga y miembro de la Asociación Estatal de Profesionales de la Sexología - AEPS), Themys Moura de Carvalho (Educadora Especialista en Igualdad de Género), Luis Monasterio Astobiza (Psicólogo y Presidente de Atseginez-Asociación Vasca de Planificación Familiar y Educación Sexual), Magdalena Álvarez Terroso, Maribel Aguirre Sastre, Anabel Dorado Morán y Ángela Llamas Delgado (Agentes de Pastoral Familiar de Santurtzi), María Sánchez Rodríguez, Emma Grijalba Belategui y María Isabel Martínez Aranda, madres de adolescentes. Edita: AYUNTAMIENTO DE SANTURTZI ÁREA DE ACCIÓN SOCIAL E IGUALDAD Servicio de Prevención de Adicciones y Servicio de Mujer e Igualdad Diseño e ilustraciones: KAHLOMEDIA, S. COOP. www.kahlomedia.com Imprime: Sacal Depósito legal: VI 775-2013 2 Publicación elaborada conforme a las recomendaciones de accesibilidad para personas con deficiencia visual. Presentación La igualdad entre mujeres y hombres, así como la educación afectiva, son aspectos esenciales en el proceso de construcción de una sociedad más justa y solidaria. La familia tiene un papel primordial en este proceso, como elemento transmisor de valores y actitudes que pueden prevenir y contrarrestar los estereotipos de género, tanto para lograr una verdadera igualdad dentro del hogar como para favorecer que chicos y chicas se respeten y valoren. Desde el Área de Acción Social e Igualdad hemos diseñado un completo Programa de Educación Afectiva e Igualdad, que aborda tanto la situación familiar —a través de esta publicación didáctica— como la educación del alumnado, mediante un conjunto de metodologías y actividades específicas en las aulas. Nuestro consejo es que lean estas páginas en familia. A ratos y sin prisa. Así, surgirán muchos temas de debate que les permitirán expresar —tanto a las personas adultas como a los hijos e hijas— sus criterios, situaciones y necesidades. Esperamos sinceramente que sea una iniciativa útil para toda la familia. AYUNTAMIENTO DE SANTURTZI 3 Igualdad de derechos y deberes en el hogar Vivimos en una sociedad en continuo cambio y la igualdad entre hombres y mujeres es uno de los principales retos en nuestro modo de vida, tanto entre las personas adultas que conviven en el hogar como en la educación igualitaria de los hijos e hijas. Puesto que todas y todos somos iguales en derechos y obligaciones, debemos poner fin a la discriminación que asigna a las mujeres una mayor carga de trabajo doméstico o de cuidado de personas dependientes. Un reciente estudio realizado entre escolares de 5º de Enseñanza Primaria de Santurtzi* revela cómo las tareas del hogar no sólo recaen mayoritariamente en las madres, sino que además las niñas de 10 años ya realizan más tareas de colaboración en casa que los niños de su misma edad. * Cuestionario con una muestra de 279 alumnos y alumnas de 5º de Educación Primaria de Santurtzi, realizado en 2012. 4 En el siguiente cuadro, se aprecia cómo las niñas colaboran más que los niños en 4 de las 6 tareas más frecuentes a su edad (tareas con fondo verde) como son “recoger su ropa sucia”, “hacer su cama”, “recoger su habitación”, y “poner o quitar la mesa”. Ninguna tarea de los chicos supera los 8 puntos de desigualdad, aunque cabe reseñar el “sacar la basura” como más frecuente en los chicos. COLABORACIÓN DE LOS HIJOS E HIJAS EN LAS TAREAS DEL HOGAR CHICOS Igualdad entre sexos CHICAS Recoger mi habitación Recoger mi ropa sucia Poner o quitar la mesa en las comidas Hacer pequeñas compras (pan, etc.) Sacar la basura Hacer mi cama Preparar mi desayuno Recoger o limpiar otras habitaciones Limpiar el polvo Fregar platos, poner el lavavajillas Barrer el suelo de la cocina Colgar o descolgar la ropa Poner la lavadora de la ropa sucia Limpiar los baños 81,1% 68,1% 63,2% 58,3% 54,2% 53,9% 46,5% 37,1% 35,9% 31,2% 32,4% 29,1% 24,7% 14,2% 91,8% 85% 75,5% 64,2% 46,6% 63,3% 48,2% 38,6% 35,6% 36,6% 28,8% 33,1% 22,4% 16,3% hasta 8 pts de desigualdad de 8 a 15 pts más de 15 pts TAREAS MÁS FRECUENTES 5 Igualdad de derechos y deberes en el hogar En cuanto a las PERSONAS ADULTAS, se han seleccionado del estudio los hogares en los que los dos progenitores trabajan fuera de casa, de manera que no habría motivo para que la mujer trabajara más. Sin embargo, se constata que la mujer realiza muchas más tareas que el hombre al volver al hogar, tal y como se observa en el cuadro de la página siguiente. Autoestima Ángela tiene 38 años y dejó de trabajar cuando tuvo las hijas. Aquellas niñas son ahora dos adolescentes encantadoras y cada vez más independientes. Por entonces, cuando ella dejó de trabajar, su marido dijo que no pasaba nada, que la familia es “cosa de dos” y que se repartían las tareas; pero con los años, él ha ido dejando caer —cada vez con más frecuencia— que él es el que trae el dinero a casa y que viene muy cansado. Así que no está para “labores domésticas”. Ángela se siente mal, aunque no le diga nada a su marido. ¿Quién va a querer contratarla 6 ahora, con su edad y sin haberse actualizado en su profesión? De momento, tiene que hacer todas las tareas domésticas y trabajar más horas que su marido, porque “todo el mundo sabe” que las tareas de casa valen menos que las remuneradas de la calle... ¿o no? A veces, cuando está sola, se echa a llorar sin motivo aparente; otras veces, le cuesta respirar. Ha ido al médico y le ha dado unas pastillas para la ansiedad. Además, ha engordado varios kilos. No tiene amigas de confianza con las que comentar lo que le pasa y el futuro le parece —francamente— un túnel oscuro... REPARTO DE TAREAS ENTRE PERSONAS ADULTAS DEL HOGAR (CUANDO AMBAS TRABAJAN TAMBIÉN FUERA DE CASA) TAREAS QUE REALIZAN LAS PERSONAS ADULTAS Preparar el desayuno, comida, cena Poner y recoger la mesa Fregar los platos Lavar la ropa Planchar Limpiar la casa Resolver asuntos del banco y hacienda Mantenimiento y cuidado del coche Bricolaje y pequeñas reparaciones Atención a familiares enfermos Hacer la compra en el supermercado Llevar y recoger a l@s niñ@s del colegio Ayudarles con los deberes Ir a las reuniones del colegio Acostarles o hacer que vayan a la cama Jugar con l@s niñ@s Quedarse en casa si enferma un/a niñ@ HOGARES EN LOS QUE PADRE Y MADRE TRABAJAN POR IGUAL HOGARES EN LOS QUE PADRE Y MADRE NO TRABAJAN POR IGUAL = + 50% hogares = de 30% a 50% = menos de 30% LA MUJER TRABAJA + % de diferencia 49,30% 51,80% 46,90% 30,30% 23,80% 48,60% 58,70% 26,80% 20,40% 66,70% 60,40% 45,60% 55,30% 40,70% 61,20% 59,20% 57,30% 48,6% vs 2,1% 32,8% vs 15,3% 45,5% vs 4,9% 63,4% vs 6,3% 69,9% vs 2,8% 44,3% vs 0,7% EL HOMBRE TRABAJA + % de diferencia 23,1% vs 17,5% 63,8% vs 8% 67,6% vs 9,2% 23,7% vs 1,4% 29,1% vs 8,4% 40,3% vs 5,3% 30,1% vs 6,5% 57% vs 0,7% 29,1% vs 5,2% 13,1% vs 10% 28% vs 2,8% ¿Cómo se interpreta este cuadro? Si tomamos, por ejemplo, la fila horizontal de “Planchar”, comprobamos que en el 23,80% de los hogares el padre y la madre planchan por igual. Este es un mal dato porque quiere decir que en el 76,20% restante de hogares, alguien trabaja más. ¿Quién? La respuesta la tenemos en la columna de “LA MUJER TRABAJA +”, en la que observamos que el 69,9% de las veces es la mujer la que plancha, frente al 2,8% de hogares en los que es el hombre el que plancha. El color amarillo sobre los porcentajes representa una mayor diferencia entre hombres y mujeres. 7 Educación para la igualdad desde la infancia Desde la primera infancia, hemos de evitar las diferencias en nuestro comportamiento con las hijas e hijos. Por ejemplo, en la decoración del cuarto o en la ropa infantil, no se trata tanto de huir del rosa y el azul como de añadir variedad y nuevas posibilidades. Con los juegos y juguetes podemos estimular que ellas también jueguen con coches y ellos con muñecas; con las películas y cuentos tradicionales cabe comentar su inadecuación actual o reinventar los roles masculinos y femeninos. En las actividades extraescolares, podemos dejar que elijan sin condicionarles. Las chicas pueden preferir el fútbol y los chicos el ballet, por ejemplo. Además, pueden compaginar unas actividades más físicas con otras más intelectuales, favoreciendo un desarrollo más armónico. Con los estudios es importante que elijan profesiones según sus aptitudes y preferencias, evitando dejarse llevar por los estereotipos profesionales. 8 Machismo juvenil Los tres amigos chicos de Mikel no colaboran nada en sus casas. Sus madres hacen la comida, la limpieza, las habitaciones... (sus padres, nada). Mikel se da cuenta y no le gusta. Él sí colabora: hace su cuarto, pasa el aspirador los sábados y friega la cena. Su hermana, dos años mayor, también colabora en muchas tareas. ¡Nadie es más que nadie!— piensa. Mikel está dándole vueltas a la idea de comentar el tema con sus amigos, aunque no sabe cómo podrían reaccionar. No pueden ser tan machistas- se queja en su interior. ¿Cómo pueden dejar que sus madres hagan todo el trabajo mientras ellos se tumban en el sofá?, ¿y por qué sus familias les permiten no hacer nada? ¡No acaba de entenderlo! Amama y aitite El aitite Ramón se ha quedado anclado en el pasado. Hasta para ponerse los calcetines le llama a amama. Pero no tiene nada de inválido, porque cuando hay que arreglar enchufes, se agacha y suda como un descosido. Eso sí, todos los nietos tenemos que ser “ayudantes” obligatorios, al servicio del “sultán”. Amama lo lleva mejor, porque nos perdona todas las trastadas y nos compra golosinas. Pero se pasa el día en la cocina, trabajando para los demás. Y no para hasta después de comer. ¡Qué injusto! ¿Cómo lo aguantaban antes las mujeres? ¿Y por qué lo aguantan todavía? Respecto al reparto de tareas desde la infancia, el criterio general es que deberán colaborar por igual los niños y niñas, según su edad, capacidad y ausencia de riesgo. Si alguna persona del hogar tiene una discapacidad, colaborará según sus posibilidades, sin paternalismos y favoreciendo lo más posible su independencia funcional. Respecto a otras personas adultas que vivan en casa, como los abuelos y abuelas, cabe decir que es posible que hayamos heredado muchas pautas del pasado, pero en nuestra mano está cambiar y construir unas relaciones de igualdad y corresponsabilidad entre todas las personas del hogar. 9 La adolescencia: una época de cambios Nuestras hijas e hijos están creciendo: les cambia la voz, crecen en altura, les sale vello por muchas partes del cuerpo, el pecho se desarrolla, sus genitales cambian y las chicas empiezan a tener menstruaciones. Desde casa podemos hacer varias cosas para que todo este proceso discurra de manera positiva y se eviten complejos y disgustos con su cuerpo: 1. La menstruación de las chicas es un hecho natural y así lo tenemos que ver, como algo normal, sin hacer de ello un problema. Es necesario hablarlo —también por parte de los varones adultos y hermanos— para evitar que las hijas lo vivan como algo sucio o que haya que esconder. 2. El tamaño del pecho es algo que puede llegar a preocupar a las chicas. Debemos hacerles ver que cada mujer tiene un pecho diferente y que todos son adecuados. 10 3. El tamaño de los genitales en los chicos puede también crearles inquietud y complejo. Debemos evitar las bromas sobre su tamaño. 4. El aspecto físico puede ser una dificultad a la hora de relacionarse. Podemos ayudarles a controlar más su alimentación y a aumentar su actividad física, fomentando que vivan su cuerpo de una manera positiva y saludable. 5. Por supuesto que hay otros muchos cambios además de los corporales. Estaremos atentos y atentas a sus nuevas formas de razonar y expresar ideas, su necesidad de tomar distancia con el padre y la madre, su deseo de intimidad, sus amistades, su ropa, sus aficiones... Viva la diferencia Naiara ha tenido que ponerse gafas, Asier tiene más granos en la cara que un campo de minas, Berta tiene una pierna más corta y a veces cojea, Simón tiene una nariz ganchuda enorme, Mohamed está obsesionado con que le crezca pelo en la barba, Ane se pone una ropa como la de la guerra de las galaxias... ¡Y todos somos amigos! En el Insti, hay gente para todo. Del año pasado a este, ha sido una pasada, los cambios que se han visto. Yo me estoy dejando pelo largo, bajo la “escrutadora” mirada de mis viejos, que me tienen “bajo sospecha” permanente. Así es el rollo. Yo sé que tengo mis obligaciones, de estudiar y hacer mis cosas y eso. Pero también tengo mis derechos y me gusta usarlos. No tengo por qué ser la viva imagen de mi padre. Nos sobran sermones y nos falta que nos escuchen más. Que muchas veces, antes de acabar, ya tienen la respuesta. Y su respuesta es no. A veces, es mejor no contar nada en casa. Total, los viejos muchas veces ni se enteran... 11 Identidad sexual En la actualidad no hay unos roles tan marcados por el sexo como en otras épocas, pero ciertos comportamientos sí se mantienen y ello permite a chicas y chicos obtener un estatus determinado en sus grupos de relación. Por ejemplo, hoy en día muchos chicos no desean estar continuamente en competición o manteniendo una coraza de agresividad. Por otra parte, muchas chicas adoptan roles masculinos porque saben que les beneficia en sus situaciones de grupo. Tanto en las chicas como en los chicos es importante fomentar una postura crítica, activa e independiente en su vida, para que no caigan en actitudes pasivas ni en dejarse llevar por el grupo. Además, en los chicos en particular, tenemos que estimular actitudes respetuosas y apreciaciones positivas hacia las chicas, aprendiendo a convivir con ellas de una manera igualitaria. 12 Si a nuestra hija o hijo le empiezan a gustar las personas de su mismo sexo, debemos ayudarle para que acepte ese hecho de la mejor manera posible y se sienta acogido o acogida por su familia y por su entorno. Olor a tigre Juancar no se duchaba después de la gimnasia. Los demás “colegas” le hacían bromas por su olor a “tigre de Bengala”. Pero estas burlas eran lo de menos; en realidad Juancar lo estaba pasando muy mal con su cuerpo; sentía una vergüenza muy grande ante la idea de que otros chicos le vieran sus genitales. Porque el cuerpo que tenía le parecía extraño... En clase no tenía amigos ni amigas de verdad, aunque tampoco se llevaba mal con nadie. Para colmo, no le gustaba el fútbol y en los recreos buscaba más los grupos de charla —casi siempre de chicas— que los partidos en la cancha. Al año siguiente cambió de colegio y se fue a un centro más grande. De repente, aquella sensación de ser diferente se esfumó; en el nuevo colegio había mucha gente diferente y él entró a relacionarse como uno más. Hizo amigos y amigas sin tener que comportarse de un modo forzado. ¡Por fin se sintió libre! ¡Ah!..., ¿me preguntas si Juancar era homosexual?... ¿Importa? 13 Salir y relacionarse Chicas y chicos comienzan a salir a edades tempranas y empiezan a socializarse con su grupo de iguales de manera autónoma. Es un proceso que les va a marcar toda su vida porque les va a permitir tener una personalidad propia en relación con su grupo de amistades. Pero también corren el riesgo de verse atados ante la presión del grupo, adoptando roles y conductas que no les van a beneficiar en su desarrollo personal. Por ello es importante que, desde casa, vivamos todo este proceso desde una postura activa, ayudándoles en algunos aspectos y permitiendo, a la vez, que puedan desarrollarse de una manera independiente. Con los horarios de llegada debemos ser prudentes y permisivos a la vez, sobre todo para evitar diferencias entre chicos y chicas. Para sentirnos más seguros y seguras con los horarios de las chicas, les debemos pedir que eviten llegar solas a casa por la 14 noche y que busquen formas de volver acompañadas. Igualmente, a los chicos hemos de decirles que vuelvan acompañados o en grupo, pues aunque tengan menos riesgos de violaciones, también tienen riesgos de agresiones y robos. Las amigas y amigos van a ser su punto de referencia en muchas ocasiones; su lugar de información y de apoyo, con lo que eso implica a la hora de formarse una autoestima alta, una postura crítica y una personalidad propia. Hago lo que me da la gana Me llamo Izaskun y tengo 15 años. Ya no soy la cría que mi madre sigue viendo en mí. Sé lo que quiero. Además… saco buenas notas, ¿no? ¡Pues ya está! Yo cumplo con mis obligaciones; o sea que mis padres deberían confiar más en mí y dejarme más libertad. Si me gusta un chico de 18 años es mi derecho. No tengo por qué estar dando explicaciones. ¡Tengo mi intimidad y mi vida! Pero mi madre está husmeando todo el día en mis cosas. ¡Qué fisgona! Mis amigas me dicen que tenga cuidado, que el chico en cuestión puede ser un poco mayor para mí. Pero yo lo tengo tan claro... 15 Relaciones afectivas y sexuales Con el comienzo de la adolescencia, los chicos y chicas tienen verdaderas motivaciones amorosas. Y aunque se trata de un proceso natural, puede generar entre los padres y madres verdaderos quebraderos de cabeza. Sin embargo, también puede ser encauzado para que las chicas y chicos adolescentes vivan su sexualidad de una manera sana y responsable, potenciando lo positivo. En primer lugar, nuestras hijas e hijos deben tener una buena información y educación sexual, favoreciendo el respeto hacia la otra persona y hacia una o uno mismo como criterio básico; eso les va a permitir tener las relaciones que realmente quieran tener, sin ataduras, convencionalismos o presiones del grupo de amistades. Además, el conocimiento real y práctico de los métodos anticonceptivos les puede ayudar a relacionarse sin riesgo de embarazos no deseados o de infecciones de transmisión sexual. Cada chica o cada chico tiene un desarrollo y una sexualidad diferente, por lo que no debemos adelantar ni retrasar ese proceso. Hay que decir también que nuestro ejemplo —como padres y madres— es una referencia fundamental, de la que podrá aprender mucho sobre las relaciones afectivas positivas, basadas en el respeto mutuo. 16 Secretos de familia Ane no comenta nada de su sexualidad con su madre: ni si tiene pareja, ni si ha tenido ya relaciones sexuales completas, ni si usa algún medio anticonceptivo… Nada. ¿Para qué? —piensa ella— ¿para que me eche el sermón o lo use en mi contra? Su madre, Marisa, está preocupada. A sus ojos, Ane se comporta cada día de forma más extraña y distante. Alguna vez, cuando su hija se reúne en su cuarto con sus amigas, se oyen grandes carcajadas. Marisa querría que su hija pudiera ser una amiga para ella, pero Ane marca férreamente la distancia. — Mi madre dice que le puedo contar todo, pero ella —cuando tenía mi edad— no comentaba nada con su madre. Es ley de vida, no podemos ser amigas; por lo menos de momento, porque ella me ve muy niña. Por supuesto que —si llegara el caso— abortaría sin decirle nada. ¡Me mataría si se enterara! — Mi hija se ha alejado de mí. No sé, igual es que somos dos generaciones muy distintas. La verdad es que yo tampoco he favorecido el poder hablar de intimidades. Con 10 años me parecía muy niña y con 12 ya no quiso saber nada de lo que yo le quería decir. Creo que hay que hablar sobre la sexualidad antes de que no quieran escucharnos. ¡Pero la vida va tan rápido! 17 Evitar la dependencia afectiva y el abandono de las amistades Debemos evitar que nuestras hijas e hijos tengan relaciones muy dependientes o de exclusividad mutua con una sola persona. Si una relación es muy absorbente, puede limitar la vivencia de otras experiencias normales en esta edad. Por eso es importante que, aunque tengan relaciones afectivas más o menos duraderas, no se olviden de sus amigas y amigos, porque son con los que, en realidad, van a poder hacer la mayor cantidad de actividades y compartir los espacios de ocio. Tenemos que ayudarles a entender y aceptar que las relaciones tienen un comienzo, un desarrollo y —con frecuencia— un final, sin que ello suponga ningún fracaso. Entre chicas, podemos fomentar que adquieran una postura crítica y activa con las relaciones, sin 18 caer en la dependencia ni en la sumisión ante los chicos. Y sobre todo que sean conscientes en todo momento de lo que están ganando y perdiendo con esa relación, sabiendo poner en primer plano sus deseos y necesidades, así como su proyecto profesional. Además de nuestro apoyo, su grupo de amigas puede hacer una labor muy positiva para salir de una relación de excesiva dependencia. Como norma de reciprocidad, tanto las chicas como los chicos pueden dar afecto y dedicación en las relaciones en la medida que lo vayan recibiendo, no más. “Dar sin recibir” puede acabar pasándole factura. Te amaré para siempre... mientras dure (Tengo 16 años y escribo esto para desahogarme. Luego lo romperé). Hace tiempo tenía la fantasía de que era posible quedarse para siempre con el primer amor. Pero ya se sabe: primer amor, primer dolor. Casi siempre, el primer amor es un desastre. Al menos, para mí, lo fue. ¿Qué es realmente amar… que te guste mucho alguien?, ¿que sientas algo diferente, una atracción irresistible? Porque… te ha podido gustar un cuerpo en un momento dado y una persona en otro. Hay quien dice que amar es sentir una atracción física irresistible y una comunicación especial y profunda. No sé… otros dicen que el amor tiene mucho de química y de hormonas, y que por eso no hay que tomárselo muy en serio, porque como viene se va. Una cosa sí tengo clara. Por encima de cualquier atracción, está el respeto, el valorar a la otra persona como alguien igual que tú, con los mismos derechos. La persona amada no te pertenece, se pertenece a sí misma. Aunque a veces te abandones por completo a ella... 19 Actuar frente a los malos tratos y la violencia contra las mujeres Entre los chicos, deben fomentarse valores no agresivos, basados en la igualdad y en la no desvalorización de las chicas. Debemos educarles para que consideren a las chicas como compañeras de su propio desarrollo personal. Así no las verán como meros instrumentos u objetos sexuales destinados a su beneficio personal. Entre las chicas, hay que fomentar que en las relaciones no permitan que otras personas se inmiscuyan en su intimidad sin su permiso. Desde el momento en que notemos que un chico con el que sale nuestra hija le empieza a controlar sus salidas, sus mensajes de móvil, su forma de vestir o sus amistades, tenemos que intervenir para evitar que esa relación continúe. Si lo hacemos desde el comienzo, todo el proceso será mucho más fácil. Si en cualquier circunstancia nuestra hija sufre algún tipo de agresión o violencia, debemos acompañarla en todo momento y ponernos en contacto con el Servicio de Mujer e Igualdad del Ayuntamiento (94 483 35 66, de 8:00h. a 14:00h, y 669 903 903 las 24 horas), actuando conforme a las leyes y normas sobre violencia contra las mujeres. 20 Si es nuestro hijo quien se ve inmerso en este tipo de acciones discriminatorias, tenemos que actuar con prudencia, ayudándole a que abandone posturas agresivas pero también sabiendo recriminarle los errores que está cometiendo; sin humillarle, pero sin consentir ni justificar en ningún momento actitudes violentas. Los chicos violentos también pueden pedir ayuda profesional en el Servicio de Igualdad. Fotos comprometedoras Mis amigas y yo nos hicimos unas fotos en ropa interior con el móvil. Nos hizo gracia jugar a modelos, a seducir o a no sé qué. El caso es que cada una las guardó en su móvil y nos comprometimos a no enseñárselas a nadie. Pero la graciosa de Mónica se las enseñó a su novio o a ese macarra con el que anda. En un momento que Mónica se fue al baño, el muy canalla se las reenvió a su móvil. Y ahora medio instituto se parte de risa con nuestras fotos. La vergüenza ha sido descomunal. Mi madre dice que va a denunciar al chico, pero la madre de Mónica dice que ya lo ha preguntado y —al parecer— él puede decir que ella se las dio voluntariamente. Los muy cerdos... hace un año varios de ellos se hicieron unas fotos en calzoncillos. Para hacer la gracia. Porque entre ellos es una machada. Pero a nosotras se nos considera —como mínimo— unas frescas; por no decir otra cosa. Por lo menos, hemos aprendido la lección. A nosotras ya no nos vuelve a pasar. 21 Drogas en la adolescencia Hay adolescentes que consumen alcohol para mostrarse “menos tímidos” o toman cánnabis para aumentar la “sensualidad” de las relaciones. Pero a menudo, lo que en realidad tienen es una conducta más impulsiva o incoherente, con consecuencias como relaciones sexuales no deseadas, violencia, daño a la salud o accidentes de tráfico. Algunas chicas comienzan a consumir drogas para estar con un chico determinado o para entrar en espacios de ocio muy “masculinizados” en los que —si no consumen drogas— son consideradas como raras, infantiles o “estrechas”. Con el tiempo, el consumo de alcohol u otras drogas reduce drásticamente la motivación para estudiar, limita las amistades a estar sólo con personas que consuman drogas, deteriora las relaciones familiares y desanima la práctica de deportes o hobbies… En suma, las drogas desdibujan la persona que el adolescente está construyendo, en un período de su vida esencial para madurar y labrarse un futuro. Es responsabilidad de las familias transmitir unas pautas claras a sus hijos e hijas sobre estos consumos. Además, en el comienzo de la adolescencia, lo conveniente es hacer un seguimiento diario de sus estudios y que practique deportes o aficiones que actúen como foco de interés. 22 En el Servicio de Prevención de Adicciones del Ayuntamiento (94 461 62 11 y 94 483 51 67, de 8h a 14h) puedes consultar, de forma confidencial y gratuita, cualquier problema de disciplina o contacto con el alcohol y otras drogas en tus hijos e hijas. Negociar o imponer Cuando la madre o el padre prohíben o limitan algo, es por una razón. Negociar supone hablar de esa razón. Pero hay ciertos límites que no son negociables y que tienen que ver con la edad, la madurez, el dinero o la seguridad, entre otras. Por ejemplo, una norma como volver a las 11 de la noche puede estar motivada por una cuestión de seguridad y si una persona adulta se encarga de esa seguridad, tal vez se pueda alargar la hora. Sin embargo, si la causa de volver a las 11 tiene que ver con atender responsabilidades por la mañana, entonces el padre o la madre no deberán ceder. La adolescencia es un permanente ejercicio de negociación y —como norma general— puede entenderse que la mayor libertad ha de ir acompañada de mayor responsabilidad para cumplir las obligaciones (estudiar, hacer su cuarto, colaborar en las tareas, etc.) y para portarse adecuadamente fuera de casa. Hay ocasiones en las que el diálogo es imposible o los deseos del hijo o hija son superiores a los riesgos que están en juego; por ejemplo, en temas como las drogas, las excursiones peligrosas, el montar en el coche o la moto de alguien o en otras circunstancias especiales. En estos casos, no puede haber negociación y el padre o la madre tendrá que limitar el comportamiento del hijo o la hija con una prohibición. Lo mismo cabe decir de la imposición de castigos. Si —por ejemplo— nuestro hijo o hija llega más tarde de lo establecido o ha incumplido una norma que nos parece importante, tendremos que mostrarle que esa conducta tiene consecuencias, a través de castigos que supongan quitarle algo que le gusta, como una próxima salida con sus amistades, todo o parte de la paga, etc. 23 La comunicación: una herramienta imprescindible No es fácil hablar con una persona adolescente, pero tampoco lo es con ciertos padres y madres. A veces, la cuerda se tensa porque la madre o el padre quiere mantener una tutela excesiva, mientras el chico o la chica parece que sólo quiere más paga, llegar más tarde o cumplir menos obligaciones. Criticar la conducta pero respetar a la persona: para ello se utilizan descripciones concretas de la conducta que está mal, como “me molesta mucho que no hayas hecho los deberes” y se evitan los ataques personales o valoraciones generales como “eres un vago” o “estás todo el día perdiendo el tiempo”. Pero hay una cosa clara: la comunicación es el puente que puede aproximar esos dos mundos. Cuidar la comunicación es un factor clave para mantener una influencia positiva sobre las demás personas. Para ello, lo primero es tener en cuenta unos REQUISITOS previos para que la comunicación sea posible y eficaz: Evitar el sarcasmo, la hostilidad o la burla, porque son actitudes que anulan el efecto positivo de las habilidades de comunicación: “¿Te parece bonito venir a las…?” o “¡te vas a enterar de una puñetera vez!” o “¿tú te crees que hemos nacido ayer, o qué?”. Tener autocontrol: un recurso muy útil para no perder los nervios es respirar hondo y decidir no alterarse. Gritar no es inevitable. No tenemos por qué hablar “alto”, ni utilizar aspavientos u otras formas de anular la verdadera comunicación (exageraciones, desprecios...) También conviene pensar en el objetivo final y no sólo en la situación concreta: “¿qué quiero conseguir, después de todo?”. Elegir el momento y lugar apropiados: si la otra persona está muy alterada, puede convenir aplazar la charla. Cuanto más tranquila sea la situación, más probable es que el diálogo sea útil. 24 Después de lo anterior, veamos algunas PAUTAS DE COMUNICACIÓN que pueden resultar eficaces: Escuchar hasta que la otra persona acabe. Muchas chicas y chicos adolescentes se quejan de que su padre o su madre están prohibiendo algo antes de acabar de explicarlo. También hay adolescentes que se marchan o descalifican lo que dice su padre o su madre en cuanto empiezan a hablar. Estas formas de reaccionar producen mucha frustración. En su lugar, hay que escuchar con plena disposición para entender lo que nos dicen, sin prisa por responder. Esta actitud sirve para transmitir aceptación hacia la otra persona, rebajar la tensión y aumentar tu influencia cuando te toque hablar. Evitar decisiones prematuras. Es importante tener toda la información antes de emitir una opinión o decisión. Además, puede que necesitemos tiempo para pensar una respuesta adecuada. De ese modo, es posible que la decisión que tomemos no le guste a nuestro hijo o hija, pero no añadiremos otro malestar innecesario por tener que desdecirnos de algo. Si tenemos que pedir que algo no vuelva a ocurrir, podemos utilizar los siguientes pasos: Preguntar cualquier dato o duda que tengamos. Además, podemos usar las preguntas para reflexionar en común. Por ejemplo: “Supongamos que vas a esa excursión… entonces, ¿cómo piensas sacar tiempo para estudiar el examen del lunes?” o “si te dejáramos ir a esa fiesta, ¿a qué te... comprometerías tú?”. Veamos algunos ejemplos, aunque cada persona ha de usar el lenguaje que le resulte más natural: Empatizar, es decir, ponerse en el lugar de la otra persona y hacerse cargo de lo que siente, lo que pretende o lo que le gustaría. Por ejemplo: “Entiendo que te apetezca ese concierto...”, “Supongo que es importante para ti ir al camping...”, “Me imagino que te hace mucha ilusión comprar eso...”, etc. Aunque empatizar no significa que le demos la razón. Pedir un cambio de conducta 1. Describir el problema o situación sin valoraciones de ningún tipo (descripción). 2. Expresar en primera persona cómo me ha molestado (mensaje “yo”). 3. Pedir un cambio para la próxima vez (petición de cambio). 1. “Si vienes tarde (descripción), me sienta muy mal (mensaje “yo”). La próxima vez, ven a la hora o avisa si tienes algún problema (petición de cambio). 2. “Cuando pones la música tan alto (descripción) me pone nerviosa (mensaje “yo”). Haz el favor de bajar el volumen (petición de cambio). 3. Te he oído pedir cerveza (descripción) y me he sentido muy violenta (mensaje “yo”). Pide otra cosa ahora mismo (petición de cambio). 4. Si tiras la silla y gritas (descripción) me molesta muchísimo (mensaje “yo”). Di las cosas sin gritar ni tirar nada (petición de cambio). 25 Testimonios directos de madres con hijas adolescentes de 13 a 15 años A ver, lo de montar en coche o en moto con alguien... ¡muchísimo cuidado! Mejor no aceptar nunca el montar. Aunque sea ese vecino que es un chaval majísimo. Y jamás hacer “dedo”, por supuesto, aunque sea en las fiestas del pueblo y todo el mundo se conozca. Algunas chicas pasan por momentos muy delicados... a los 12 ó 13 años... porque no saben decir que no, no conocen límites. Y hay que estar muy encima en esas épocas: con quién vas, a dónde vas, qué haces... luego, a los 14 ó 15, se puede confiar un poco más en ellas. Creía que tenía una hija y —de repente— me ha “aparecido” una adolescente desconocida. ¿Qué hago? Es muy importante conocer —por lo menos— a alguna madre de sus amigas; si no a todas, a una o dos. Porque, si no, te la lían. Así, cuando piden algo especial, hablamos entre las madres y decidimos juntas. A veces hay que oír música (¡horrible!) con ellos y estar cerca. Eso te da más fuerza y credibilidad cuando tienes que poner un límite o una norma. 26 Pero tampoco podemos ser “colegas”, no es nuestro papel. Es una mezcla de afecto y cercanía por una parte con control y límites por otra. En estas edades, los padres tenemos una gran intranquilidad... miedo a perder el control, a no poder influir más en nuestros hijos. Yo le digo: mira, hija, apártate de lo que no te guste. No te quedes en un mal sitio con los que lo hacen mal. Para pasarlo bien, no tienes que hacer nada que no quieras hacer. El otro día a mi hija le pregunté si salía con algún chico y encima me echo la bronca; se creen más adultos de lo que en realidad son; se piensan que somos unas mojigatas y que sólo ellas saben de sexo. Se deprimen fácilmente cuando no consiguen lo que quieren a la primera. Y eso les pasa mucho con los chicos de los que se enamoran. Tienen una visión del amor muy romántica y se llevan muchos chascos. A veces hay que dejar la lavadora y la cocina sin recoger para acercarse a conocer a las amigas de nuestra hija que han llegado a casa. Estaría bien hablarles de preservativos pero no encuentro el momento. Igual por las noches, viendo alguna serie, puede ser buen momento. Hay que hacer el esfuerzo por encontrar el momento adecuado. 27 Charla entre adolescentes — ¿Os habéis enterado con quién se ha enrollado Jokin?... Pues con Ane. Esa que se enrolla con todos… — ¡Pero qué pasa…! ¿Que las chicas si se enrollan con muchos chicos son unas guarras, pero los chicos son los putos amos? — Ya… a esa le va la marcha. — Bueno… no quería decir eso. El caso es que han tenido su primera relación y han tenido que comprar la píldora del día después. Jo… — ¿Queeeee? ¿No han utilizado preservativo? — No sé… dicen que la primera vez no pasa nada… ¿no? — ¡Pues vaya si pasa! ¡Y tú pensarás que la “marcha atrás” es también un método seguro! Pero el líquido pre-seminal puede tener espermatozoides. ¡Siempre hay que usar preservativo! — Pues cuando las chicas tenéis la regla, no hay óvulo. 28 — ¡No seas tonto! Tampoco es un método seguro. Siempre hay que usar preservativo; si no, te la juegas. — Eso… te la juegas a la lotería. — Ya pero… si no “juegas” no te toca nunca, je, je. — Y cuantos más “boletos”… más facilidades, je, je. — El número es lo de menos. Lo importante es tomar siempre medidas, aunque sea una persona de tu confianza… Bueno… ¿y qué tal les va? — Dicen que bien, aunque a ella la veo más “colgada”… — Ya… las mejores relaciones son las que los dos dan y reciben lo mismo. — Sí… una relación… para disfrutar con una persona de una manera íntima… porque nos parece especial. — Y sin presiones de la cuadrilla o de tus padres… porque nos gustamos y queremos estar juntos. 29 Diálogo en familia — Vamos a ver la serie que echan esta noche en la tele… — ¡Jo…! ¡Se pasan el día enrollándose! — ¿Vosotros no haréis lo mismo por ahí, no? — ¡Ya estamos como siempre! ¡Cuando preguntáis es para juzgar! — ¡Qué va! Os lo preguntamos para que seáis conscientes de lo que hacéis y no vengáis con un “bombo” a casa. — Seguro que a Aitor no le habláis así. A él le permitís más y puede llegar a casa cuando quiera. — Es que tú tienes que andar con más cuidado… — Pues él también tiene que tener cuidado de usar siempre el preservativo. ¿O es que a él no le toca? — ¿Tú qué opinas, Aitor? — ¡A mí dejadme en paz con vuestras historias! — ¿Qué…? ¿Contigo no va la historia? — ¡Eso son cosas de mujeres! — ¿Y cuáles son las cosas de hombres? — Aitor: yo soy hombre y también va conmigo todo esto. 30 — La responsabilidad de las relaciones es cosa de dos. — Bueno… es que… ellas siempre son las que deciden cuándo tener relaciones… — ¿Y por qué vosotros nunca decidís? — Porque dicen que estamos siempre “salidos”… — ¿Y eso es así? — No pero… ante la cuadrilla tenemos que aparentar un poquillo. — ¿Y nunca habláis de ello? — No es fácil… pero con las chicas sí se puede hablar. — Pues tenéis que buscar los espacios para hablar de vuestras cosas… también de relaciones. — Ya pero… a veces es complicado. — Intentadlo. — ¿Y tú Amaya? ¿Habláis entre vosotras de relaciones? — Sí, siempre. A veces demasiado. Damos demasiada importancia al amor… y con lo poco que recibimos… no sé si merece la pena tanto sufrir. — Es algo que tenéis que valorar… 31 Servicio de Mujer e Igualdad Asesoría social, jurídica y psicológica para la mujer. Piso de acogida y tele-asistencia en casos de violencia de género. Campañas de sensibilización. Cursos de formación en todos los ámbitos: cultura, salud, empleo, ocio, educación, etc. Apoyo al asociacionismo femenino. Teléfonos: 8:30h - 13:00h 8:30h - 13:00h 24 horas 94 483 35 66 94 420 58 00 669 903 903 Servicio de Prevención de Adicciones Asesoría para padres y madres con hijos e hijas —de cualquier edad— que presenten problemas de disciplina o de contacto con las drogas. Prevención escolar del tabaco, alcohol, cannabis... Apoyo a asociaciones que realicen programas preventivos. Campañas de sensibilización. Teléfonos: 8:30h - 13:00h 8:30h - 13:00h 32 94 483 51 67 94 461 62 11