NOVENO ENCUENTRO DE CATEQUESIS Evangelio según San

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NOVENO ENCUENTRO DE CATEQUESIS
Evangelio según San Marcos
La fe que propone Marcos es una fe tranquila, que se enfrenta con contradicciones y supone
no pocos riesgos. Esto corresponde con la que sabemos de la Iglesia de Roma bajo Nerón y con el
hecho de que Pedro fue martirizado hacia el 64-67.
El Hijo de Dios: es el título menos frecuente, pero aparece coma la cumbre de la fe a la que
Marcos quiere llevar a sus lectores. En perfecta inclusión, lo dice en la introducción (1.1) y la
proclama por el centurión al pie de la cruz (45,39), haciendo eco de la voz del Padre en el bautismo
y en la transfiguración.
Desde el principio, Marcos pone al lector en la pista del "secreto" de Jesús: "Evangelio de
Jesús, Mesías, Hijo de Dios. Al lado del nombre de Jesús, que lo sitúa como hombre, aparecen dos
títulos: Mesías (Cristo) e Hijo de Dios. Juan el Bautista se presenta como precursor del Mesías y el
Padre lo proclama como Hijo (1,1-3). Pero a partir de allí debe hacer con los discípulos el proceso
lento del descubrimiento de Jesús.
El Reino de Dios: Jesús enseña, inmediatamente después de su bautismo, la cercanía del
Reino de Dios. Para Marcos, Jesús es ante todo "el que enseña a la gente" (este gira aparece unas
veinte veces). La acción principal del evangelio es la "predicación del evangelio de Dios", de la
inminente venida de su Reino (1.14-15). Esta verdad se desprende de la afirmación de 1,38 que
atribuye mayor importancia a la predicación que a las curaciones. Así entendemos por qué el
evangelio habla tanto de la predicación de Jesús cuando nada o poco dice de sus contenidos.
Los milagros: que tan amplio espacio ocupan en este evangelio, interrumpen el hilo
principal de la narración y pretende ilustrar el "poder" de la enseñanza de Jesús (1,21-28; 2,10).
Jesús fue venerado como Hijo de Dios a causa principalmente, de sus acciones milagrosas.
Por eso mismo, el evangelista relativizó las tradiciones de milagros y las dotó de signos de
interrogación, incluyéndolas por fin en el "secreto mesiánico". Todo esto lo consiguió al incluirlas en
el marco kerygmático del evangelio. En las comunidades para las que Marcos concibió su evangelio,
las historias de milagros jugaron un papel muy importante.
Por eso resulta paradójico que el evangelio de Marcos recoja pocos discursos. Quizá intenta
decirnos que Jesús enseña ante todo con su modo de vivir y obrar. Las milagros, en cambio, ocupan
en Marcos un lugar mucho mayor, porque para el evangelista son la demostración en acto del
Reino de Dios que está ahí y que es más fuerte que el mal (3,27).
Los discípulos (1,16-20. 2,13-14. 3,13-19): El Jesús de Marcos es, ante todo, Jesús con sus
discípulos. Su primer acto es llamarlos y elegir a doce "para estar con él". Las adversarios intentan
destruir esta comunidad atacando a Jesús ante sus discípulos y a éstos ante Jesús (2.1 8-28). Jesús
los prepara para su ministerio futuro, poniéndolos al servicio de la gente y arrastrándolos hacia los
paganos ("la otra orilla"). Jesús arrastra a sus discípulos a la orilla pagana, preparándolos a una
misión que tardarán en comprender.
Pedro se sintió impresionado par la mirada de Jesús, mirada de cólera, de interrogación, de
amor; intrigado par su misterio, coma la primera noche que Jesús pasó en su casa, en donde lo vio
levantarse antes del amanecer para ir a orar en un lugar desierto (1,35).
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