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Revista ALED 10(2) 2010
En este número, el editorial de Adriana Bolívar se dedica a “los géneros académicos
evaluativos”, especialmente a los que validan el conocimiento de los pares, y comenta la
importancia de familiarizarse con ellos. Se incorpora a la revista como co-editora Martha
Shiro. Este número incluye cinco artículos: 1) Juan Eduardo Bonnin, 2) Estrella Camejo, 3)
Natalia Gómez Calvillo, 4) Fábio Araújo Oliveira, 5) Viviane de Melo Resende y Marta Filipe
Alexandre. Se reseñan dos libros de autores latinoamericanos, uno de Brasil (Beth Brait,
2010) y otro de Chile (Lésmer Montecino, 2010). Se incorpora Irene Fonte como editora de
reseñas junto con Sírio Possenti. Responde al Foro Fábio Bezerra, quien presenta su
posición a favor de la gramática sistémica funcional en los estudios del discurso. La imagen
de la portada es una obra de un pintor venezolano.
Editorial
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BOLÍVAR, ADRIANA. (2010).
Marcado XML BibTex Google Scholar
Título
Los géneros académicos evaluativos
Tipo de
Publicación
Editorial
Autores
BOLÍVAR, ADRIANA.
Año de
Publicación
2010
Volumen
10(2)
Citation Key
3028
Texto
Completo
Editorial
. 10(2),
Los géneros académicos evaluativos
ADRIANA BOLÍVAR
Es importante detenernos un momento en lo que significa la legitimación o validación de la
producción del conocimiento en el contexto académico, especialmente cuando están
involucradas las evaluaciones de los pares en una disciplina. Este es un tema que está
adquiriendo cada vez más interés en el campo de la investigación sobre los géneros discursivos
de la academia. Trabajos publicados recientemente en relación con los géneros académicos
evaluativos en el contexto universitario (por ejemplo Hyland y Diani, 2009) muestran que los
lingüistas y profesores de diferentes disciplinas están conscientes de la función legitimadora de
estos géneros y del papel que juegan en la academia y en el mercado.
Por una parte, las formas en que se manifiestan en la academia los textos que pertenecen a
este género son variadas: reseñas de libros, artículos de reseñas (por lo general diferentes a
las reseñas no solo en cuanto a longitud), las reseñas en trabajos de grado o de doctorado,
conocidas como revisiones de la bibliografía o estados del arte, y también ensayos y
monografías escritas con estos propósitos en cursos de postgrado de diferentes disciplinas.
Estos géneros cumplen con la función de evaluar bien o mal la producción de alguien que ha
escrito un libro o varios libros, y estas evaluaciones repercuten en el prestigio de los
académicos dentro del marco de su comunidad nacional o internacional. Además, puesto que
se supone que estas evaluaciones provienen de expertos en alguna materia, estos géneros no
solamente evalúan la forma en que los autores se relacionan con el conocimiento sino también
el conocimiento en sí porque, al emitir evaluaciones sobre el estado de la cuestión, se puede
favorecer una determinada línea teórica o de investigación y así contribuir a fortalecer o
debilitar tendencias dentro de un campo en particular.
Por otra parte, la función de los géneros académicos evaluativos con fines comerciales es un
tanto diferente ya que éstos se inclinan más hacia la promoción de los libros y de sus autores.
La meta es vender los libros y, por esa razón, las evaluaciones tienden a ser positivas, como es
el caso de las tapas de libros, folletos y afiches de propaganda. Estos géneros, aunque se
construyen con fines de mercado, no obstante, tienen que ser escritos por académicos que
conocen la materia. De ahí que, los evaluadores expertos, además de conocer el tema, deben
familiarizarse con las artes de la persuasión para que los libros se difundan y sean adquiridos
por el público.
Un tipo muy importante de género académico evaluativo es el reporte de arbitraje de pares en
el contexto de las revistas especializadas. A diferencia de los géneros arriba mencionados que
son de carácter público, este género es semi-privado puesto que se escribe para una audiencia
restringida integrada por los editores, el comité editorial de una revista y, a menudo, los
asistentes editoriales. De todos los géneros mencionados, es probablemente éste el que
requiere mayor experticia en cuanto al manejo de las evaluaciones (véase Bolívar, 2008).
Cuando se escribe una reseña de libro, la obra ya salió a la luz pública y probablemente se
está vendiendo. También es posible que el libro haya inspirado más de una reseña, razón por
la cual el impacto de una evaluación negativa puede ser menor. En cambio, en el caso de la
evaluación del trabajo de autores que envían un artículo para ser aceptado para su publicación
en una revista, las evaluaciones negativas pueden ser paralizantes y desestimular la
investigación. Por eso, los expertos en el arbitraje de artículos por lo general son más
cuidadosos. También las revistas toman medidas para evitar que juicios demasiados severos o
poco amables lleguen a ser vistos por los autores.
Lo que he querido resaltar es que cualquiera de los géneros académicos evaluativos
mencionados aquí requiere de un conocimiento de experto y de una sensibilidad especial para
pensar en las relaciones interpersonales. Por ejemplo, si vemos con cuidado los arbitrajes de
artículos de investigación, se necesita encontrar el equilibrio entre una crítica extremadamente
positiva o excesivamente negativa; se requiere de un manejo de la intensificación positiva si la
evaluación es muy buena, y de la mitigación si la evaluación es muy mala. También se
requiere evaluar no solamente el contenido del artículo sino la forma en que el autor se
posiciona ante la investigación, y la forma en que construye el texto. Todos estos aspectos
deben plasmarse en un reporte que, a su vez, lleve evidencia de su experticia en la materia y
profesionalismo como evaluador.
La investigación sobre los géneros académicos evaluativos sigue creciendo y vale la pena
concentrar nuestra atención en ellos. Además de validar la producción de los pares, estos
géneros son importantísimos en la producción de tesis doctorales y de maestría. Cuando un
estudiante tiene la tarea de escribir un capítulo o una monografía sobre el estado del arte en
una disciplina no está solamente recogiendo datos sobre lo que está pasando o lo qué se está
llevando a cabo en una materia sino, fundamentalmente, está evaluando hacia dónde va su
tesis y hacia dónde quiere llegar. Por consiguiente, vale la pena ahondar en lo que significa
involucrarse como participante en un género evaluativo en la academia.
Para cerrar este editorial quiera dar la bienvenida a las doctoras Martha Shiro e Irene Fonte al
equipo de editores de la revista. Ambas tuvieron un papel muy importante en la Comisión
directiva de la ALED en sus inicios. Martha Shiro, quien se desempeñó también por mucho
tiempo como editora de reseñas, compartirá conmigo la tarea de editora de la revista. Irene
Fonte, quien ha representado a la delegación regional de México y participado activamente en
el comité editorial de la revista, acompañará al Dr. Sírio Possenti como editora de reseñas. De
esta manera, nos aseguraremos de que nuestros libros en portugués y en español tengan la
visibilidad que merecen. Agradecemos a estas dos queridas colegas su amable disposición para
integrar el equipo de trabajo.
Referencias bibliográficas
Bolívar, A. (2008). El informe de arbitraje como género discursivo en la dinámica de la
investigación. ALED 8 (1), 41-64.
Hyland, K. y Diani, G. (eds.) (2009). Academic Evaluation. Review genres in university settings.
Londres: Palgrave Macmillan.
Artículos
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BONNIN, JUAN EDUARDO. (2010).
(
)
. Revista ALED. 10(2),
Abstract
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Título
Dinámicas de la voz y producción de legibilidad en los Documentos Finales de Medellín (1968).
Un análisis genético-discursivo
Tipo de
Publicació
n
Artículo de Revista
Año de
Publicació
n
2010
Autores
BONNIN, JUAN EDUARDO.
Palabras
clave
análisis del discurso, crítica genética, discurso colectivo, discurso religioso, legibilidad, voz
Resumen
En este trabajo analizamos los procesos de negociación discursiva entre sectores diversos del
catolicismo latinoamericano a través del examen de los borradores de los Documentos finales de
Medellín de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (1968). Para ello
triangulamos los procedimientos analíticos del análisis del discurso con la mirada procesual y
empírica de la crítica genética. Conceptualizamos los resultados obtenidos como una doble
dinámica de producción de voces sectoriales y de legibilidad institucional. En términos empíricos,
rastreamos este proceso en las variaciones observadas en la constitución de un canon
intertextual legítimo y en el empleo de elementos léxicos provenientes del campo de las ciencias
sociales de la época.
Texto
Completo
Dinámicas de la voz y producción de legibilidad
en los Documentos Finales de Medellín (1968).
Un análisis genético-discursivo
JUAN EDUARDO BONNIN
CONICET-Universidad de Buenos Aires
Resumen. En este trabajo analizamos los procesos de negociación discursiva entre sectores
diversos del catolicismo latinoamericano a través del examen de los borradores de los
Documentos finales de Medellín de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano
(1968). Para ello triangulamos los procedimientos analíticos del análisis del discurso con la
mirada procesual y empírica de la crítica genética. Conceptualizamos los resultados obtenidos
como una doble dinámica de producción de voces sectoriales y de legibilidad institucional. En
términos empíricos, rastreamos este proceso en las variaciones observadas en la constitución de
un canon intertextual legítimo y en el empleo de elementos léxicos provenientes del campo de
las ciencias sociales de la época.
Palabras clave: discurso religioso, discurso colectivo, voz, legibilidad, crítica genética, análisis del
discurso.
Resumo. Neste trabalho analisamos os processos de negociação discursiva entre diversos
setores do catolicismo latino-americano através da examinação dos rascunhos dos Documentos
finales de Medellín da II Conferência Geral do Episcopado Latino-americano (1968). Para isto,
articulamos os procedimentos analíticos da análise do discurso com o olhar processual e
empírico da crítica genética. Conceitualizamos os resultados obtidos como uma dupla dinâmica
de produção de vozes setoriais e de legibilidade institucional. Em termos empíricos, fazemos
indagações acerca deste processo nas variações observadas na constituição de um cânone
Intertextual legítimo e no emprego de elementos léxicos procedentes da área das ciências
sociais da época.
Palavras chave: discurso religioso, discurso coletivo, voz, legibilidade, crítica genética, análise do
discurso.
Abstract. This article analyzes the processes of discourse negotiation among different factions of
Latin-American Catholicism through the drafts of the Documentos Finales de Medellín by the II
Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (1968). In order to achieve this, we
articulate the analytical procedures of discourse analysis with the process-oriented and empirical
perspective of genetic criticism. We conceptualize the results as a double dynamics or production
of group voices and institutional legibility. In empirical terms, we observe this process through
the variations in the conformation of an intertextual legitimate canon and the use of lexical items
that belonged to the field of social sciences.
Keywords: religious discourse, collective discourse, voice, legibility, genetic criticism, discourse
analysis.
Introducción
La crítica genética en el abordaje de materiales discursivos
Dentro de los materiales abordados por las ciencias del lenguaje, particularmente aquellas que
se interesan por los discursos emitidos en condiciones históricas concretas, los textos de
producción colectiva han sido relegados a un lugar secundario.1 En nuestras investigaciones
anteriores nos hemos interrogado acerca de este tipo de producciones discursivas en la medida
en que en ellas se puede observar los conflictos y negociaciones de actores sociales concretos
que, no obstante la homogeneidad institucional perseguida por la firma colectiva, son
irreductiblemente diferentes.
Habiendo comprobado la existencia empírica de estos enfrentamientos, documentados en el
proceso de escritura (Bonnin, 2010a, en prensa b), en este trabajo buscamos interpretar esos
hechos de escritura desde el punto de vista del proceso discursivo en el que se desarrollan. Para
ello, empleamos la mirada procesual y empírica de la crítica genética.
La crítica genética, desarrollada desde mediados de la década de 1970 para analizar los
borradores y materiales pre-textuales de textos literarios, ha tenido un enorme avance en los
últimos diez años en cuanto al volumen y la diversidad de objetos estudiados. Esta disciplina
nace de una preocupación específica por estudiar “los procesos de escritura que engendran una
obra mediante el análisis de las evidencias que deja el autor en dicho proceso” (Godinas y
Higashi, 2005-2006: 266). Aunque las primeras investigaciones en esta área, desde su
surgimiento a comienzos de los años setenta, se focalizaron en el proceso de escritura de textos
literarios, en la última década se observa un creciente interés de los estudios genéticos sobre
materiales no literarios.
Los trabajos pioneros de J. Bellemin-Noël (1972) adoptaban una perspectiva psicoanalítica sobre
los textos, lo cual ha llevado –junto a un interés biográfico por los autores– a una concepción
muchas veces idealizada del proceso de escritura, que fuera cuestionada por Bourdieu (1992/
1995), el cual sostiene, básicamente, que el seguimiento, a través de los borradores, del trabajo
escriturario de un autor, más que reconstruir los textos posibles, debería permitir dar cuenta de
las acciones sociales posibles –y descartadas– y sus condiciones de posibilidad.
En efecto, la crítica genética, al analizar las huellas que el trabajo de escritura de un sujeto deja
en borradores, esquemas y notas sueltas, despliega, por detrás de la superficie aparentemente
uniforme y homogénea del texto publicado, una arborescencia de opciones tomadas y luego
descartadas. Las tachaduras, sustituciones, omisiones y adiciones que atestiguan el proceso
escriturario muestran una parte –la única visible– del despliegue del lenguaje como sistema de
opciones. Estas operaciones, que pueden leerse como huellas del proceso individual de
generación de un texto, pueden también interpretarse desde el punto de vista de las condiciones
sociales de lo pensable y de lo decible. Desde esta perspectiva, tanto las opciones tomadas
como las descartadas –e incluso las no consideradas– son significativas.
Esta particular mirada sobre los textos nos permite un acceso privilegiado a aquellos aspectos de
la producción discursiva que, de otro modo, serían invisibles. De este modo, los paradigmas de
reformulaciones, omisiones, sustituciones y adiciones subyacentes al texto publicado son
comprendidos como una confluencia de opciones individuales y restricciones sociales que
convierten al autor en sujeto de la escritura.
Más allá de ciertas diferencias de carácter conceptual, que hemos examinado en Bonnin (2008,
en prensa a), esta perspectiva permite una diálogo fecundo con el análisis del discurso, puesto
que permite arrojar luz sobre procesos habitualmente dejados de lado o meramente
hipotetizados. En efecto, el análisis de documentos escritos, generalmente publicados, suele
considerar a la fuente, tal como se le presenta, como si ésta fuera una totalidad en sí misma. De
este modo, el texto es concebido implícitamente como un producto terminado e inevitable;
producto necesario de un proceso que lo sobredetermina. Sin embargo, el análisis de los
borradores permite ver el otro lado, oculto tras la superficie del texto publicado, en el cual se
despliegan paradigmas de opciones que, finalmente descartadas, permiten esquematizar los
límites de lo decible. El texto publicado es, entonces, un paradójico “posible necesario”
(Grésillon, 1994: 38) cuya forma última sustrae al investigador sus formas posibles, finalmente
abandonadas.
En el caso que nos interesa aquí, conceptualizamos el proceso de escritura como una doble
dinámica de producción de voz y de legibilidad. El análisis se realizará sobre el corpus de
borradores de los Documentos finales de Medellín –en adelante, DFM– (1968), abordados en
una investigación que se encuentra aún en marcha y algunos de cuyos primeros resultados –
empíricos y conceptuales– presentamos en este trabajo.
En la primera sección presentaremos el aspecto conceptual de la dinámica voz-legibilidad, lo cual
nos permitirá observar cómo la voz emergente de los sectores renovadores del catolicismo
latinoamericano se esfuerza por resonar en el texto publicado y, al mismo tiempo, en qué
medida los criterios de lo institucionalmente legible limitan o incluso eliminan dicha emergencia,
transformándola en los términos de lo legítimo-eclesiástico. En la segunda sección expondremos
las condiciones de escritura de los DFM desde el punto de vista histórico y de la dinámica interna
de la reunión de los obispos latinoamericanos señalando las distintas etapas redaccionales de los
borradores. A continuación, observaremos las tensiones que atraviesan la escritura colectiva a
partir de dos dimensiones de análisis: la conformación de un canon de textos legítimos y la
cristalización de un vocabulario teológico-político.
1. Voz y legibilidad: una propuesta interpretativa del proceso de
escritura
En el marco de una concepción funcional e interdisciplinaria del discurso, Blommaert (2005,
2008) propone el concepto de voz para designar la producción de significados por un sujeto a
través del recurso a su repertorio de competencias comunicativas. Dentro de severas
restricciones –en un arco que va desde las competencias lingüísticas y enciclopédicas hasta las
condiciones genéricas y contextuales– las posibilidades de construcción de voz dependen de la
realización de opciones por parte del individuo. En particular nos interesan los condicionamientos
producidos por los regímenes institucionales del lenguaje, en la medida en que las instituciones
tienden a estandarizar las condiciones de producción de voz: “unless you speak or write in this
particular way, you will not be heard or read” (Blommaert, 2008: 428).
En efecto, las instituciones de tipo religioso buscan la codificación discursiva de sus textos en
orden a crear condiciones de lectura e interpretación relativamente unívocas (Bonnin, 2010 b:
13-21). En la Iglesia católica, al ser éstos elaborados por una autoridad central y destinados a
grupos heterogéneos, dentro de un catolicismo que se pretende universal, los aspectos formales
de producción e interpretación de textos resultan clave. De aquí la importancia de articular, por
una parte, ese régimen institucional que garantiza la comunicabilidad a través de la repetición y,
por otra, la producción de voz, de significados originales que dinamizan esa comunicación en
torno a nuevos objetos y modos de decir:
The texts discussed (...) are all very unremarkable and easy to dismiss as just trivia
documenting a particular stage in a learning trajectory. I prefer to see them as little sites of
struggle –a struggle to make sense and to make oneself understood under exacting and
restraining conditions. (...) Producing voice under such conditions is possible, but detecting it
requires a tactic of examination that focuses on implicit patterns, on poetics rather than
linguistics (Blommaert, 2008: 447)
En función de las investigaciones que hemos realizado en torno a las vinculaciones entre
discurso religioso y discurso político, y en particular gracias al enfoque de la crítica genética para
observar las sucesivas redacciones de los textos producidos en ese umbral, designamos
legibilidad a esa contrapartida institucional de la voz en la medida en que no se trata de un
régimen de producción de la individualidad discursiva (“to make oneself understood”) sino de
hacer comprensible esa individualidad en el marco de un tipo de comunicación institucional o de
una tradición discursiva (Cfr. Bonnin, 2010 c, d). No se trata de géneros discursivos, que
vinculan forma textual con tipo de situación comunicativa, sino de un funcionamiento
transgenérico que une la realización de significados locales (precisamente, genéricos) en torno a
una serie de significados globales (institucionales), creando las condiciones para su reproducción
y comprensión. En términos de Derrida (1971/ 1998), podríamos decir que el texto legible es
aquel que puede ser firmado. De manera complementaria, la firma institucional otorga un tipo
de legibilidad, orienta las expectativas de comprensión del lector que se enfrenta a ese texto.
En esta dinámica, entonces, los borradores de discursos religiosos institucionales muestran una
relación inversa entre producción de voz y producción de legibilidad. En las primeras instancias
de redacción, en las cuales los textos son destinados al pequeño grupo que realiza la escritura o
al individuo escritor mismo, predominan la voz y los significados claramente sectoriales –
asociados a contenidos ideológicos particulares. En las últimas instancias, en la medida en que el
texto se hace cada vez más público y, en consecuencia, publicable –hasta ser, finalmente,
publicado– se observa la producción de una creciente legibilidad, con formas y significados más
generales y, por ende, ambiguos, condición para hacerlos compartidos. En tal sentido, los
sectores en pugna compiten por la definición de un proyecto de firma: por la fijación de un
sentido relativamente unívoco para la palabra colectiva institucional.
Entre ambos polos, en este trabajo nos concentramos en el trayecto que va de la voz a la
legibilidad y, a la inversa, el análisis de lo que queda de voz en los intersticios de lo legible. En
definitiva, nos interesa preguntarnos acerca de qué es lo que se puede decir de nuevo cuando
se impone como obligatoria la repetición de lo ya dado.
1.1. Producción de voz y las finalidades en la escritura
los individuos producen voz, de manera asistemática y hasta contingente, aunque no siempre los
analistas la detectan (Blommaert 2008: 448). En ese sentido, la crítica genética provee de
nuevas vías de acceso a esa voz: tanto a su producción como a las operaciones que la confinan
en el espacio de lo reprimido que produce legibilidad. No es, desde luego, esa fantasía de
ingreso a “lo real” de la escritura cuestionada por Jenny y Watts (1996) ni pretende serlo. Su
valor heurístico reside en que nos permite explorar otros contextos de lo que, en definitiva, será
luego el texto publicado y otras formas de subjetividad de quien (o quienes) asumirán luego la
responsabilidad de la firma: el autor.
En tal sentido, es necesario revitalizar la pregunta por la intencionalidad y la teleología en la
crítica genética. Si la ponemos en relación con el tipo de interrogantes que, desde el análisis del
discurso y la lingüística del uso, se puede realizar a los textos, la cuestión de las finalidades y la
lectura de los borradores como pasos en la consecución programática de un texto destinado a su
publicidad es clave.
¿Son los borradores huellas conducidas hacia una finalidad preestablecida por el sujeto
productor? ¿Qué elementos aporta la interpretación de los borradores en relación a esa
finalidad? El debate respecto de una visión teleológica del proceso de escritura cuenta ya con
una trayectoria propia y no se encuentra aún resuelto.
Por una parte, en autores como P. M. de Biasi (2004, 1998), se puede encontrar implícitamente
una concepción según la cual la crítica genética provee de medios para
Reunify the textual entity as the culmination of a process: a chance to reconstruct an
interdependence between the diverse methodological options that atomize this entity (…) The
[published] text essentially remains the instance that gives meaning, but it is possible that the
elucidation of its genetics may lead to a multidimensional conception of textuality (De Biasi y
Wassenaar, 1996: 58; el destacado me pertenece)2
La concepción del texto definitivo como una entidad, en alguna medida ideal, que es atomizada
y re-unificada, y que da sentido al proceso fragmentario de génesis se opone, claramente, a la
sostenida por investigadores como E. Lois, quien denomina a esta perspectiva “ilusión
teleológica”.3 Desde este punto de vista, el trabajo de análisis genético, “más que señalar
factores determinantes de procesos, busca descubrir potencialidades” (Lois, 2001: 18).
Las posiciones enfrentadas remiten a concepciones diferentes de la escritura literaria. A los fines
de nuestra investigación, sin embargo, en el campo del análisis del discurso, podemos distinguir
dos formas de lo teleológico: a) como método de interpretación: se trata de la ilusión teleológica
que considera el proceso de escritura como el desbrozamiento de un camino que
necesariamente conduciría a la mejor versión posible, el texto publicado: la “culminación”
buscada por de Biasi; b) como dato del proceso de escritura: resulta fundamental dar cuenta de
este problema en los términos de objetivos o propósitos que los sujetos, consciente o
inconscientemente, intentan cumplir con sus producciones discursivas (Cfr. Verschueren, 1999:
55-65). En definitiva, el sujeto sujetado ideológicamente, condicionado social, económica y
culturalmente, no deja de ser un actor, capaz de agenciar sus prácticas sociales, reelaborarlas y
atribuirles un sentido (Cfr. Vasilachis de Gialdino, 1997). En términos metodológicos, esta
concepción del sujeto nos permite interpretar un borrador –como texto–4 a la luz de sus
estadios posteriores, creando una interpretación en la que los datos se leen “hacia atrás”: desde
la firma hacia el paradigma de opciones descartadas que pudieron ser y no fueron. O, en otros
términos: desde la firma hacia su negativo.
En el caso de nuestra investigación, prácticamente el producto esperado, y que justificó la
reunión de los obispos, fue la elaboración de un documento o conjunto de documentos cuya
temática y plan textual ya habían sido fijados de antemano por la comisión organizadora de la II
CELAM. Las diferentes voces presentes en cada comisión se encontraban orientadas
directamente a la consecución de un texto donde sus posiciones y puntos de vista fueran
legibles en los términos del discurso católico institucional. Volviendo a los términos con los que
abrimos este trabajo, las intencionalidades de los sujetos hablantes se pueden observar,
indicialmente, en las finalidades enfrentadas en la redacción del texto. Esto no significa, por
supuesto, que interpretemos el proceso de escritura como una serie de decisiones justificadas,
en última instancia, por el texto definitivo, puesto que dichas finalidades se enfrentan y negocian
un texto nuevo, distinto del que cada voz hubiera escrito por separado.
En otras palabras, los distintos participantes y grupos de participantes usan la voz ajena –en
alguna medida “impuesta”– como lugar de producción de voz, como medio de proponer sus
propios intereses como los intereses generales del catolicismo. Ignorar esta dimensión orientada
del proceso redaccional del documento no nos permitiría comprender gran parte de las
correcciones y reescrituras ocurridas durante la génesis de los Documentos finales de Medellín,
tendientes, precisamente, a luchar por el establecimiento de ese régimen de legibilidad
pretendidamente monológico.
Así es como interpretamos, entonces, las series de borradores de los Documentos...: como un
proceso que va de la producción y negociación de voces sectoriales a la producción de
legibilidad. Esta última, producto de la dimensión institucional del discurso, de las reglas y
regularidades metadiscursivamente explícitas, no es sino una represión fallida de las voces
sectoriales:
Represión y no olvido; represión y no exclusión. La represión, dice bien Freud, no repele, ni
rehúye, ni excluye una fuerza externa, sino que contiene una representación interna, diseña
dentro de sí un espacio de represión (Derrida, 1969/ 1989: 271)
La legibilidad, como espacio de represión de la voz, no es monolítica, no es total, sino
necesariamente fallida.5 La superficie lingüística puede dar pistas sobre los lugares de lo
reprimido en general (Bonnin, 2007) pero los borradores permiten detectar las dinámicas
particulares de construcción de ese espacio en el conflicto y la negociación entre los sujetos
participantes de la escritura del discurso colectivo.
Así, la condición de posibilidad de un discurso pretendidamente monológico (sería mejor:
“monocorde”) es la pluralidad de voces que lo habitan y que resuenan más allá de su perseguida
uniformidad dogmática. ¿Por qué el catolicismo es kath’holon: universal? Porque todas las
lenguas pueden reconocerse en su lenguaje; o, lo que es lo mismo, porque los más disímiles
discursos resuenan en él.
2. Los Documentos Finales de Medellín (1968)
Los DFM fueron el resultado de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (II
CELAM). Convocada en enero de 1968 por el papa Paulo VI con el lema “La actual
transformación de América Latina a la luz del Concilio”, se propuso como una apropiación
específicamente latinoamericana de los resultados del renovador Concilio Vaticano II (19621965), iniciado por su antecesor, Juan XXIII. La II CELAM se llevó a cabo entre el lunes 26 de
agosto y el viernes 6 de septiembre de 1968, reuniendo a casi 300 participantes que
representaban las diversas instancias institucionales del catolicismo latinoamericano, desde los
obispos representantes de las Conferencias Episcopales nacionales hasta laicos militantes. A
pesar del enorme impacto producido en el continente, tanto en ámbitos religiosos como laicos,
su abordaje por parte de las ciencias sociales ha sido escaso, y se desconoce gran parte de su
desarrollo. Por este motivo, a continuación presentamos algunos datos necesarios para la
comprensión del proceso de escritura y que son hallazgos documentales e históricos de nuestra
investigación.
Después de tres días de “ambientación” por medio de conferencias y ponencias, seguidas de
trabajos en grupo o “seminarios” de discusión de los participantes, el día viernes comenzó el
“trabajo en comisiones”, es decir, la discusión en grupos organizados en torno a diversos
temas.6 Cada comisión debía terminar, el sábado por la noche, con una propuesta de
documento sobre el tema que le daba nombre.
El domingo por la tarde comenzó el funcionamiento del primer “Plenario”, es decir, la exposición
frente a la totalidad de los participantes de las propuestas de documentos, su discusión y
votación. A pesar de la numerosa concurrencia y de la amplia participación como observadores
en comisiones e incluso en las reuniones plenarias, sólo los llamados “miembros efectivos” de la
II CELAM tenían derecho natural a voz y voto. Un dato significativo: los miembros efectivos eran
sólo varones, obispos o sacerdotes; no había laicos, religiosas ni religiosos no sacerdotes.
En total, eran 130 miembros efectivos que, según el procedimiento estándar en este tipo de
asambleas, podían emitir tres tipos de votos: placet (aprobación del texto sin modificaciones),
non placet (rechazo tout court del texto) y placet iuxta modum. En este último caso, la negativa
parcial al texto suponía una aceptación general pero un rechazo particular a algún aspecto
concreto, para lo cual el votante debía sugerir una forma alternativa, por escrito, para
reemplazar pasajes o palabras en virtud de motivos que podían ir de lo ideológico a lo estilístico.
Estas sugerencias o modificaciones son llamadas modos
El primer plenario se desarrolló entre la tarde del domingo y la mañana del lunes; esa tarde y la
mañana siguiente, las comisiones debieron tomar sugerencias propuestas oralmente por los
participantes para revisar sus textos y reelaborarlos. La siguiente versión fue presentada por
escrito al segundo plenario, desarrollado el día miércoles, en el cual se votó la propuesta de
documento de cada comisión. Los votos placet iuxta modum, formulados en esta instancia,
debían ir acompañados de las alternativas redaccionales propuestas.
Aunque no disponemos de esos “modos”, sí tenemos los textos presentados por las diversas
comisiones en los cuales señalan las modificaciones realizadas, indicando qué modos fueron
aceptados y cuáles no y, en algunos casos, dependiendo del talante de los redactores, los
motivos de la aceptación o rechazo de tales sugerencias. Denominamos a estos materiales
“relación de modos” en cuanto explicitan metalingüísticamente los posicionamientos de los
locutores. Su presentación, en el marco del tercer plenario, fue sujeta a una votación general en
términos de placet o non placet, y estas decisiones fueron incorporadas a la tercera redacción de
cada documento, la versión definitiva, con una aprobación dependiente de dos tercios o más de
los votos.
Esta versión, sin embargo, no sería directamente publicada sino que se enviaría a la Santa Sede
para su aprobación final por el papa Paulo VI. En esta última instancia se introdujeron también
algunas modificaciones, observables en el contraste del texto aprobado por el tercer plenario
con el texto finalmente publicado.
2.1. Legibilidad y tradiciones discursivas
El problema de la legibilidad se encuentra íntimamente ligado con el de la legitimidad (cfr. van
Leeuwen, 2008: 20-21): ¿cómo justificar los puntos de vista ideológicamente asociados a un
sector que se presentan como generales? En tal sentido, los estudios sobre polifonía han
destacado desde hace tiempo el rol desempeñado por la cita de autoridad como un tipo de
argumento que hace descansar el peso de la prueba en la legitimidad del enunciador citado
(Reyes, 1993).
Este tipo de citas no es, necesariamente, asistemático. Por el contrario, es posible sistematizar
las referencias intertextuales realizadas en un “canon” o “tradición discursiva” que, para el caso
del catolicismo, se identifica a su vez con diversos linajes o tradiciones creyentes (cfr. Bonnin,
2010 c; Soneira, 2001; Hervieu-Léger, 1994). De este modo, la constitución de un canon de
textos legítimos por medio de su enunciación referida permite indexicalizar un sector o grupo
particular que reivindica esos textos y, en consecuencia, deja en un segundo plano a los otros.
¿Qué tradiciones se puede rastrear en los DFM? ¿Cuáles fueron descartadas y cuáles
satisficieron los criterios de lo legible institucional? Si atendemos al proceso de redacción de los
Documentos..., observamos la competencia entre tres voces: la voz bíblica, la voz jerárquica y la
voz de los cuadros medios.
2.1.1. Los cuadros medios reclaman su voz
Quizás el gran protagonista de la II CELAM –y, en general, del posconcilio– fuera el clero, es
decir, los cuadros medios institucionales que reclamaron cada vez mayor independencia, desde
la producción teológica (el caso de las diversas teologías latinoamericanas que se produjeron a
partir de fines de los años sesenta; cfr. Saranyana Closa, 2002) hasta la participación directa en
movimientos insurreccionales y otras prácticas políticas (Löwy, 1998; Catoggio y Mallimaci,
2008). En tal sentido, podemos observar cómo buscan colar su voz en el texto del magisterio,
legitimando retrospectivamente su producción discursiva propia:7
DFM, Biblioteca de la Facultad de Teología de la
UCA [BFTUCA], Com. 1, B Paz, 1 PL, F. 3
DFM, BFTUCA, Com. 1, B Paz, 2 PL, F.
2
De allí resulta que frecuentemente nuestros países
no son dueños de sus bienes y de sus decisiones
económicas. Ello conlleva obviamente
consecuencias políticas, dada la interdependencia
de lo económico y de lo político. En las condiciones
<conclusiones> de ITAPOAN se dice con acierto:
“es un hecho de que estamos insertados en el
sistema de relaciones internacionales del mundo
capitalista y más específicamente en un espacio
económico periférico en torno a cuyo centro giran
las Naciones Latinoamericanas, como satélites
dependientes”.
De allí resulta que nuestras naciones,
con frecuencia, no son dueñas de sus
bienes y de sus decisiones
económicas. Como es obvio, esto no
deja de tener sus incidencias en lo
político, dada la interdependencia que
existe entre ambos campos.
En este primer ejemplo, la omisión de la cita del Encuentro de Teología de Itapoan, realizado en
Brasil en mayo de 1968, deja prácticamente inalterado el resto del texto. De hecho, en la
segunda redacción observamos un error cohesivo al emplear una referencia anafórica, “ambos
campos”, cuyo antecedente no se encuentra en ese borrador sino en el que le precede. La
omisión de esta cita podría justificarse por motivos exclusivamente ideológicos, como una forma
de censura de su contenido. Sin embargo, observamos otras omisiones de la referencia a dicho
encuentro que dejaron inalterado el texto en cuestión:
DFM, BFTUCA,
Com. 1, B Paz, 1
PL, F. 6
DFM, BFTUCA,
Com. 1, B Paz, 2
PL, F. 3
Sin pretender dar
normas sobre los
aspectos técnicos,
realmente
complejos de este
valor,destacamos
<sic> sus
múltiples facetas;
utilizamos para
ello una frase de
las conclusiones
de ITAPOAN “La
integración no es
un proceso
exclusivamente
económico; se
presenta más bien
con amplias
dimensiones de
modo que
Sin pretender dar
normas sobre los
aspectos
técnicos,
realmente
complejos de esta
necesidad,
juzgamos
oportuno
destacar su
carácter
pluridimensional:
“La integración
no es un proceso
exclusivamente
económico; se
presenta más
bien, con amplias
dimensiones de
modo que
DFM,
BFTUCA,
Com. 1,
B Paz, 3
PL
DFM, BFTUCA,
Com. 1, B Paz,
Redacción
definitiva [RD], F.
4
DFM, Publicado,
Paz, 11
Sin pretender dar
normas sobre los
aspectos
técnicos,
realmente
complejos, de
esta necesidad,
juzgamos
oportuno
destacar su
carácter
pluridimensional.
La integración,
en efecto, no es
un proceso
exclusivamente
económico; se
presenta, más
bien, con amplias
dimensiones de
Sin pretender dar
normas sobre los
aspectos
técnicos,
realmente
complejos, de
esta necesidad,
juzgamos
oportuno
destacar su
carácter
pluridimensional.
La integración, en
efecto, no es un
proceso
exclusivamente
económico; se
presenta, más
bien, con amplias
dimensiones que
abrazan al
hombre
totalmente
considerado:
social, político,
cultural...” <sic>
abrazan al
hombre
totalmente
considerado:
social, político,
cultural ...”
(Concl. de
ITAPOAN).
modo que
abrazan al
hombre
totalmente
considerado:
social, político,
cultural, religioso,
racial.
abrazan al
hombre
totalmente
considerado:
social, político,
cultural, religioso,
racial.
En este segundo ejemplo, la omisión de la fuente consiste en una apropiación casi literal de sus
palabras; sólo la adición de un conector y la eliminación de otro (señalados en negrita en la RD)
diferencian el texto de los DFM del documento de Itapoan. La omisión, en consecuencia, no se
justifica por los “contenidos” de la cita, que se mantienen idénticos, sino por su procedencia:
una fuente ilegítima proveniente del clero y no de los obispos. Su inclusión equivalía a una
consagración de un documento de los cuadros medios del catolicismo como fuente de su
discurso jerárquico.
Para la memoria de la Teología de la Liberación (TL), el Encuentro de Teología de Itapoan,
Brasil, en mayo de 1968, fue fundante de la reflexión teológica latinoamericana (Richard, 1979:
60). En tal sentido, su cita –recurrente en algunas comisiones– evoca instancias para-canónicas
de producción de discursos legítimos: por una parte, una tradición teológica no institucional, con
un valor magisterial nulo por no contar con la venia episcopal; por otra parte, más importante
aún, comienza a construir una tradición discursiva particular, la de la TL, que será luego
impugnada. La voz sectorial de la naciente TL es sacrificada, entonces, a la legibilidad
“universal” del discurso de los obispos.
2.1.2. El monopolio de la interpretación legítima de la palabra de
dios
La dinámica de legibilización de los borradores implica, en muchos casos, un movimiento de
“confesionalización”, es decir, de imposición de una isotopía o registro religioso donde éste se
hallaba ausente o era juzgado insuficiente (cfr. Arnoux y Blanco 2004).
Sin embargo, esta forma de legibilidad es también disputada y objeto de control. Si observamos
la redacción de algunos pasajes, en particular aquellos que tienen un carácter más críticamente
comprometido con la coyuntura, notamos que, tanto en el tercer plenario como en la redacción
definitiva se agrega una importante cantidad de citas bíblicas que legitiman las afirmaciones
realizadas anteriormente, produciendo lo que hemos denominado un “efecto de canon” o de
autoevidencia religiosa en virtud de su justificación bíblica (cfr. Bonnin, 2010 d):
DFM, BFTUCA, Mensaje, 1
PL, F. 4
DFM, BFTUCA, Mensaje a
los Pueblos de América
Latina, RD, F. 1
DFM, Publicado, Mensaje a los
Pueblos de América Latina, 2
Se conjugan el hambre y la
miseria, las enfermedades
de tipo masivo y la
mortalidad infantil, el
analfabetismo y la
marginalidad, las profundas
desigualdades en los
ingresos y las tensiones
entre las clases sociales, los
brotes de violencia y la
escasa participación del
e [sic] conjugan el hambre y
la miseria, las enfermedades
de tipo masivo y la
mortalidad infantil, el
analfabetismo y la
marginalidad, profundas
desigualdades en los
ingresos y tensiones entre
las clases sociales, brotes de
violencia y escasa
participación del pueblo en
se conjugan el hambre y la
miseria, las enfermedades de
tipo masivo y la mortalidad
infantil, el analfabetismo y la
marginalidad, profundas
desigualdades en los ingresos
y tensiones entre las clases
sociales, brotes de violencia y
escasa participación del
pueblo en la gestión del bien
común. (...)
pueblo en la gestión del
bien común. (...)
Como cristianos, creemos
que esta etapa histórica de
América Latina está
vinculada a la Historia de
Salvación, y por tanto, nos
sentimos solidarios de sus
angustias y esperanzas.
(...)
[nuestro aporte] Quiere,
más bien, alentar los
esfuerzos, acelerar la
urgencia, ahondar la
profundidad, acompañar
todo el proceso de cambio
con la luz de los valores
evangélicos.
la gestión del bien común.
(Marc. 8, 2) (...)
Como cristianos, creemos
que esta etapa histórica de
América Latina está
vinculada íntimamente a la
Historia de la Salvación (I
Cor. 9, 22). (...)
Nuestro propósito es alentar
los esfuerzos, acelerar las
realizaciones, ahondar el
contenido de ellas, penetrar
todo el proceso de cambio
con los valores evangélicos.
(I. Tes. 5, 21).
Como cristianos, creemos que
esta etapa histórica de
América Latina está vinculada
íntimamente a la Historia de la
Salvación.
(...)
Nuestro propósito es alentar
los esfuerzos, acelerar las
realizaciones, ahondar el
contenido de ellas, penetrar
todo el proceso de cambio con
los valores evangélicos.
En los tres ejemplos se observa el mismo fenómeno: la primera redacción realiza una afirmación
vinculada al contexto inmediato de cambio político y social en América Latina. En particular las
dos últimas comprometen activamente al locutor institucional con ese contexto a partir del
empleo de la primera persona plural con una función de nosotros-exclusivo. Como una forma de
legitimación de dichas afirmaciones, en la segunda redacción se deja prácticamente inalterado el
texto y simplemente se agregan referencias intertextuales a la Biblia que, si bien permiten algún
tipo de relación semántica con los pasajes textuales, ciertamente no funcionan como fuente de
dichas afirmaciones.8 Y este procedimiento, que se observa en el trayecto que va del segundo
plenario a la redacción final, es omitido en el texto publicado, es decir, es eliminado por la
instancia de evaluación y corrección de la Santa Sede con el aval del papa.
Desde el punto de vista estratégico, puede interpretarse que la adición de referencias bíblicas
intenta dotar de legibilidad a la demanda de compromiso del episcopado con su situación
inmediata. Pero esta estrategia es luego rechazada por la instancia jerárquica superior, que no
tiene nada que cuestionar al contenido del texto pero sí a su vinculación con el intertexto bíblico.
En cambio, las referencias a textos del magisterio católico, discursos papales o documentos
conciliares, se mantienen sin modificaciones. El territorio propio de lo legible-institucional es,
desde la perspectiva polifónica, el propio intertexto institucional. La omisión de las referencias
bíblicas por parte de la Santa Sede parece ser un reclamo del monopolio interpretativo sobre el
texto sagrado y una afirmación de su propia autoridad. En definitiva, estas correcciones eliminan
la voz bíblica para privilegiar la legibilidad jerárquica.
2.1.3. La construcción de la legibilidad jerárquica
Las relaciones de modos indican que la inclusión de textos jerárquicamente superiores era parte
de la producción de legibilidad de los Documentos...y, también, objeto de resistencia por parte
de algunos de los mismos participantes:
Unos modos sugieren introducir varios textos del Papa. Pareción <sic> inconveniente multiplicar
las citaciones que ya son numerosas. (DFM, BFTUCA, Comisión 1, B Paz, 3 PL, F 2)
Ahora bien, la inclusión de la voz autorizada del magisterio no es neutral, sino que implica una
apropiación de la tradición discursiva y la construcción de un linaje de textos legítimos. También
aquí se produce una tensión entre voz y legibilidad en la medida en que dicha construcción es
objeto de una disputa.
Algunas de estas referencias son constitutivas de los textos, puesto que funcionan como fuente
de las voces presentes en los primeros borradores. En particular, la encíclica Populorum
Progressio (1967)9 se encuentra presente, especialmente en aquellas comisiones en las que
participaban miembros de lo que luego sería la TL:
No podemos dejar de interpretar este gigantesco esfuerzo por una rapidz tranformacion <sic> y
desarrollo como un evidente signo del Espíritu que conduce la historia de los hombres y de los
pueblos hacia su vocacion. <sic> “En los deignios <sic> de Dios cada hombre está llamado a
desarrollarse porque su vidaes <sic> una vocacion” <sic> (PP.15). (DFM, BFTUCA,
Introducción, 1 PL, F 5)
En otros casos, las referencias realizadas señalan difusamente una fuente autorizada, a veces de
algún pasaje referido en discurso directo que, en consecuencia, se muestra como “de memoria”
por parte del redactor:
Por lo vual <sic> nuestra Iglesia lejos de creerse enviada para condenar o detener este anhelo
de tranforamcion <sic> se siente urgida a “darse prisa” (PP.), a estar activamente presente,
como lo estuvo en otras épocas, en la actual etapa de emancipacion <sic> (DFM, BFTUCA,
Introducción, 1 PL, F 5)
En este ejemplo, las siglas que indican la referencia a la encíclica Populorum Progressio –que en
esos mismos años de efervescencia política se convertía en el discurso fundante de numerosas
experiencias insurreccionales, confesionales o no, en toda América Latina– señalan su presencia
constitutiva en la producción del texto (en los términos de Authier-Revuz, 1984). El espacio
reservado para la inclusión del parágrafo del cual se extrae la cita directa, “darse prisa”, nos
permite inferir una cita de memoria que se especificaría en la siguiente etapa redaccional (PP
29). Sin embargo, en el siguiente borrador, todo el pasaje es omitido.
Finalmente, la adición de referencias al magisterio jerárquico del catolicismo funciona también
como una estrategia de legibilidad mostrada, cuya función es presentar como ya dados los
nuevos contenidos ofrecidos por la II CELAM. A diferencia de las omisiones observadas
anteriormente, no aparecen en la primera redacción sino como agregados manuscritos,
marginales pero, por sus resultados, evidentemente ineludibles. En este sentido, funcionan casi
como referencias cosméticas, adiciones que no se introducen como necesarias en la escritura (el
caso de las vistas anteriormente) sino como necesarias para la lectura, para la constitución de
ese canon de textos legítimos que doten de legibilidad a los Documentos...:
Pero la Iglesia “camina unida a la humanidad y se solidariza con su suerte en el seno de la
historia” (OA.1). Por eso ella no concentra su reflexión sobre sí misma, considerándose aislada
del real devenir de los acontecimientos, sino que también medita sobre el curso y el destino de
los mismos pueblos <---- Cita JPII Disc Cuerpo dipl 12-1-81 (Cita 12 XIII, n4, pag 13 n5> (ICN,
BFTUCA, B1 A2 F1)
Al tomar conciencia del actual tiempo del hombre latinoamericano, toma ella conciencia desu<í
misma y> propio tiempo, <x> que no ha de dejar pasar, sino que ha de redimir.<x y de ella <la
Iglesia> misma (Cf. Ec. Suam)> (DFM, BFTUCA, Introducción, 1 PL, F 1)
El cambio encierra en si una promesa: por ello la Iglesia lo ve con optimismo. Pero <(cf.
Discurso Paulo VI en el 10º aniversario del CELAM?)> consciente tambien, <sic> de que el
proceso de cambio y con él el derrocamiento dde pretendidos valores o el reordenamiento de los
mismos acarrea la pérdida de antiguas posiciones, urge al desapego, y trae consigo la
inseguridad, desea ella acercarse más al ideal evangelico <sic> de pobreza (DFM, BFTUCA,
Introducción, 1 PL, F 5)
Es interesante notar, en estos ejemplos, el carácter mostrado (por oposición a “constitutivo”), en
términos de conformación de un canon, que tiene este tipo de adiciones. En términos generales
se trata de agregados de fuentes recientes y jerárquicamente superiores, que colocan al texto
en serie con la tradición discursiva del magisterio católico, equiparando textos conciliares con
discursos de ocasión de los papas (tal el caso del primer y el tercer ejemplo). También podemos
interpretar estas adiciones desde el punto de vista de la construcción negociada de dicho canon,
su rol conversacional, directivo o consultivo, como es el caso del último pasaje citado, donde el
signo de interrogación suspende la decisión y la delega en otro redactor, que finalmente la
incorpora.
En cualquier caso, estas referencias intertextuales no son constitutivas del texto como en el
caso, por ejemplo, de la Populorum Progressio que observábamos más arriba, sino que son
adiciones que producen legibilidad institucional –jerárquica– del texto de los DFM.
2.2. Léxicos en pugna: la ilegibilidad del discurso políticocientífico
Una de las características más sobresalientes de la II CELAM y del movimiento posconciliar en
América Latina fue el recurso a las ciencias sociales de su época. Desde el empleo intensivo de
los informes de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) –lo cual explica la
sobreabundancia del tema del “desarrollo” en los DFM– hasta el financiamiento de
investigaciones sociológicas de tipo cuantitativo por parte de organizaciones eclesiásticas y la
formación de cuadros medios y el propio clero en ciencias sociales (Soneira, 1994; Soneira y
Bonnin, en prensa), se buscó llevar adelante una planificación científica de la pastoral católica.
En el contexto de efervescencia política de los años sesenta, el discurso científico-social
resultaba indistinguible del discurso político (Terán, 1993) de manera tal que la identificación de
voces religiosas con conceptos científicos y orientaciones políticas resultaba prácticamente
automática.
En tal sentido, los DFM muestran la tensión entre religión, ciencia y política al seguir el trayecto
redaccional de pasajes que originalmente empleaban una terminología específica proveniente de
este ámbito:
DFM, BFTUCA,
Comisión 1, B
Paz, 1 PL, F 1
Sistematizamos
las causales de
esta situación
en tres grandes
grupos (...)
Desarrollamos
el contenido de
estas causales
solamente a
través de
aquellas
variables que
conspiran más
directamente
contra la paz.
DFM, BFTUCA,
Comisión 1, B
Paz, 2 PL, F 1
Sistematizamos
estas
tensiones en
tres grandes
grupos,
destacando en
cada caso
aquellas
variables que,
por expresar
una situación
de injusticia,
constituyen una
anegación de
la paz en
nuestros países.
DFM, BFTUCA,
Comisión 1, B
Paz, 3 PL, F 4
DFM, BFTUCA,
Comisión 1, B
Paz, RD, F 1
DFM, Publicado,
Paz, 1
Línea cuarta,
texto nuevo.
Sistematizamos
estas
tensiones en
tres grandes
grupos,
destacando en
cada caso
aquellas
variables que,
por expresar
una situación
de injusticia
constituyen una
amenaza
positiva contra
la paz en
nuestros países.
Sistematizamos
estas
tensiones en
tres grandes
grupos,
destacando en
cada caso
aquellas
variables que,
por expresar
una situación
de injusticia<,>
constituyen una
amenaza
positiva contra
la paz entre
nuestros países
Sistematizamos
estas
tensiones en
tres grandes
grupos,
destacando en
cada caso
aquellos
factores que,
por expresar
una situación
de injusticia,
constituyen una
amenaza
positiva contra
la paz en
nuestros países.
En este ejemplo observamos, de la primera a la última redacción, la pérdida de dos ítems léxicos
que connotaban un registro científico. El primero es “causales”, término que remite directamente
al modelo causal de la sociología estructural de corte parsoniano que predominaba en los
sectores más renovadores del CELAM (Soneira, 1994). El término se repite en la primera
redacción dos veces en un espacio muy reducido, no obstante lo cual es eliminado en la
segunda versión. Persiste un segundo ítem proveniente de los modelos estadísticos que es
“variables”. Este caso es aún más interesante, puesto que logra superar la etapa de formulación
de modos en el tercer plenario. A pesar de ello, es tachado en forma manuscrita en el texto
declarado “redacción definitiva” y sustituido por “factores” en la versión publicada.
Esta misma dinámica se observa en el siguiente ejemplo, tomado de la comisión Pobreza de la
Iglesia, en el cual, simultáneamente, se borran las referencias específicas al discurso científico-
social y se agregan referencias adicionales al vocabulario específicamente religioso:
DFM, BFTUCA,
Comisión 8,
Pobreza de la
Iglesia, 2 PL, F 2
DFM, BFTUCA,
Comisión 8, Pobreza
de la Iglesia, 3 PL, F 1
DFM, BFTUCA,
Comisión 8, Pobreza
de la Iglesia, RD, F 2
DFM, Publicado,
Pobreza de la
Iglesia, 4
1º. la pobreza
material o
sociológica, que,
siendo carencia de
los bienes que Dios
ha dado al hombre,
es un mal
engendrado por el
pecado;
La pobreza como
carencia de los bienes
de este mundo,
necesarios para vivir
dignamente como
hombres es en cuanto
tal un mal. Los
profetas la
denuncian como
contraria a la
voluntad del Señor y
las más de las veces
como el fruto de la
injusticia y el
pecado de los
hombres;
La pobreza como
carencia de los bienes
de este mundo,
necesarios para vivir
dignamente como
hombres es en
cuanto tal un mal.
Los profetas la
denuncian como
contraria a la
voluntad del Señor y
las más de las veces
como el fruto de la
injusticia y el
pecado de los
hombres;
a) La pobreza como
carencia de los
bienes de este
mundo es, en
cuanto tal, un mal.
Los profetas la
denuncian como
contraria a la
voluntad del Señor
y las más de las
veces como el fruto
de la injusticia y el
pecado de los
hombres;
Esta voz científica, como hemos señalado, se encuentra indisolublemente asociada a la voz
política, y la alternativa para el desarrollismo cepaliano era el materialismo histórico. Incluso
cuando –previsiblemente– no se realizara una reivindicación explícita, el empleo de ciertos
términos evocaba una discursividad político-científica que despertaba sospechas y, en cualquier
caso, era ilegible en un documento jerárquico católico. En consecuencia, observamos la
emergencia y posterior silenciamiento de voces del marxismo que pocos años después se
desarrollarían con mayor vigor y sistematicidad en los exponentes de la Teología de la
Liberación:
DFM, BFTUCA,
Comisión 1, B
Paz, 1 PL, F 2
DFM, BFTUCA,
Comisión 1, B Paz, 2
PL, F 1
DFM,
BFTUCA,
Comisión 1, B
Paz, 3 PL, F 4
Se genera así un
dinamismo
incontenible que
los sociólogos
califican de prerevolucionario
.
Se generan así
frustraciones
capaces de
alimentar un
dinamismo que los
sociólogos califican
de
prerevolucionario
.
(...)
4. Formas de
opresión de clases
y sectores
dominantes:
No es raro constatar
que estas clases o
Párrafo 3o.
Las
desigualdades
excesivas
impiden. Se
generan así
frustaciones
crecientes
<sic>
(...)
Párrafo 4o.
Se cambia
así: Formas
de opresión
de grupos y
sectores
(...)
4. Forma de
opresión de
clases y
sectores
dominantes,
especialmente
en lo político y
DFM, BFTUCA,
Comisión 1, B
Paz, RD, F 1
DFM,
Publicado,
Paz, 4
Se generan así
frustracione
s crecientes
(...)
4. Formas de
opresión de
grupos y
sectores
dominantes:
Se generan así
frustracione
s crecientes.
(...)
5.Formas de
opresión de
grupos y
sectores
dominantes.
(...) No es raro
comprobar
que estos
en lo económico.
(...)
No es raro
constatar que
estas clases o
sectores
califiquen...
sectores, con
excepción de
algunas minorías
lúcidas, califiquen ...
dominantes
: (...) No es
raro constatar
que estos
grupos o
sectores...
No es raro
constatar
<comprobar>
que estos
grupos o
sectores...
grupos o
sectores, con
excepción de
algunas
minorías,
califican...
En este caso, la relación de modos ofrecida al tercer plenario muestra el carácter puntual de las
modificaciones: la sustitución de la referencia a “los sociólogos” y su calificación como “prerevolucionario” por la personalización “frustraciones” y, más adelante, la sustitución sistemática
de “clases” por “grupos”. El fantasma del discurso marxista, aquí conjurado mediante estas
sustituciones y omisiones, recorre la II CELAM y aparece aludido también en las relaciones de
modos:
El concepto de “elite” parece clasista. Por otra parte, se trata de un concepto vago y demasiado
amplio. Debería restringirse a los intelectuales y artistas o a personas de influencia en el orden
del pensamiento y de la acción.
Respuesta: Con el fin de disipar equívocos, añadimos al pié de página la siguiente nota: “En el
texto, el concepto de “elite” tiene un significado meramente descriptivo y designa a los agentes
principales del cambio social sin ningún juicio de valor ni connotación clasista” (...) Además,
téngase en cuenta que la palabra “revolucionario”, en nuestro texto, tiene un sentido técnico no
polémico (significa: los que propugnan una reforma rápida y global de las estructuras). (DFM,
BFTUCA, Comisión 5, B Pastoral de elites, 3 PL, F 2)
Las precisiones metalingüísticas, que buscar fijar un sentido pretendidamente “técnico”, no
serían suficientes para garantizar la legibilidad de los DFM, y es por ello que observamos esta
puntillosa expurgación del léxico científico-social que, no obstante haber sido imprescindible
para dotar de voz a la II CELAM, no fue suficientemente legible para su discurso público. La
legibilidad religiosa, en consecuencia, se construye aquí reprimiendo la voz científica.
3. Conclusiones: de la legibilidad a los lectores
Hemos abordado los conflictos por la definición de un proyecto de firma institucional a partir de
una dinámica en la que observamos la interacción entre voz y legibilidad como indisociable de la
identidad colectiva sostenida en los Documentos finales de Medellín. En tal sentido, el carácter
constitutivamente polifónico de los discursos religiosos se ve encarnado aquí por la articulación
conflictiva de voces heterogéneas que provienen de otras discursividades, ajenas a la jerarquía
católica latinoamericana. Por una parte, observamos la emergencia de voces que reivindican
tanto su propio lugar subalterno como la relación directa con la palabra divina. Por otra parte,
vinculado a estos lugares subordinados, el vocabulario científico y político indica también la
presencia de sectores que buscan cambiar la posición de enunciación de la CELAM y, en
consecuencia, su forma de relación con otros discursos y otros saberes.
Todos estos elementos quedaron fuera del texto publicado y resultan invisibles a una mirada
que no incluya la génesis escrituraria en su foco. Desde el punto de vista de los conceptos aquí
presentados, la legibilidad finalmente alcanzada se construyó legitimando sólo una de las voces
presentes en la producción del texto y silenciando a las otras. En ese sentido, las metáforas que
hemos elegido buscan ilustrar también ese proceso: de la pluralidad de voces, del ruido, a la
lectura pretendidamente unívoca: el silencio.
¿Cuál es el alcance de este silencio? ¿Obtura, efectivamente, la posibilidad de que esas voces
resuenen en otros ámbitos de lectura y otros modelos de interpretación del texto colectivo?
Hemos observado, para el caso del documento Iglesia y comunidad nacional (1981), del
episcopado argentino, que es posible establecer redes de sentido que vinculan génesis y
recepción, con sujetos capaces de leer en el texto publicado lo que no se encontraba en
superficie pero había estado presente en la génesis (Bonnin, 2008, en prensa a). En tal sentido,
se impone también un análisis de la recepción de los DFM con un doble interés: desde el punto
de vista empírico, para observar cuáles eran las voces que podían ser reconocidas y por quiénes,
delimitando el campo de dispersión de efectos de lectura producidos por el documento; desde el
punto de vista teórico, para profundizar en la comprensión de la lectura e interpretación
discursivas, observando qué marcas y procedimientos permiten a los actores indexicalizar
determinadas voces, capaces de escapar, así, a los regímenes institucionales de legibilidad.
Agradecimientos
El autor desea agradecer a Graciela Goldchluk la lectura y los comentarios realizados a la
primera versión de este artículo.
NOTAS
1 Para un examen bibliográfico crítico, cfr. Bonnin (2007, en prensa a).
2 Aunque el mismo autor advierte contra “les dangers de la téléologie” (de Biasi,2000: 88), sus
trabajos se encuentran sembrados de referencias como la citada que, en definitiva, atribuyen al
borrador una función preparatoria del texto publicado y, en última instancia, adquieren su raison
d’être sólo en la instancia del texto “definitivo”, dado que permiten “mieux lire les oeuvres”,
“enrichir leur interprétation”, puesto que “les manuscrits de l’oeuvre contiennent toujours plus
que la méthode d’interprétation la plus sophistiquée et, du point de vue de l’intelligibilité,
paradoxalement toujours plus aussi que le texte achevé lui-même” (De Biasi 2000: 104).
Lafléche (2000) señala esta contradicción en su panfletario libro sobre la brouillonologie.
3 Consistente en “articular la lectura del borrador con la del texto ‘definitivo’, [lo cual] se ajusta
a la visión finalista propuesta por la historia literaria tradicional” (Lois, 2001: 17).
4 En tal sentido, nos distanciamos explícitamente de Lebrave y Grésillon (2010) en la medida
en que consideramos que cada borrador es un texto, una totalidad textual en sí mismo, tanto en
términos formales (mediante las propiedades de cohesión y coherencia) como en términos
comunicativos (al ser percibidos como tales). Más aún en el caso de los textos de producción
colectiva, en los que cada etapa redaccional está destinada a comunicarse con el resto de los
redactores.
5 “La represión fallida tendrá más interés para nosotros que la que alcanza algún logro y que
normalmente se sustrae a nuestro estudio” (Freud citado por Derrida, 1969/ 1989: 272).
6 La temática fue dispuesta por el Consejo Episcopal Latinoamericano (el CELAM, no confundir
con la CELAM), organizador de la Conferencia, y luego corregida y aprobada por la Santa Sede.
Se desconoce, hasta donde hemos podido averiguar, la naturaleza y contenido de dichas
correcciones. Las comisiones de trabajo fueron las siguientes: Comisión 1 “Justicia y Paz”, subcomisión A “Justicia”, sub-comisión B “Paz”; Comisión 2 “Familia y Demografía”; Comisión 3
“Educación”; Comisión 4 “Juventud”; Comisión 5 “Educación de la Fe”, sub-comisión A “Pastoral
de masas”, sub-comisión B “Pastoral de Elites”, sub-comisión C “Catequesis”, sub-comisión D
“Liturgia”; Comisión 6 “Movimiento de Seglares”; Comisión 7 “Sacerdotes-Religiosos”, subcomisión A “Religiosos y Religiosas”, sub-comisión B “Formación del clero”; Comisión 8 “Pobreza
de la Iglesia”; Comisión 9 “Pastoral de conjunto”, sub-comisión A “Colegialidad (organicidad
pastoral)”, sub-comisión B “Medios de comunicación social”.
7 Trascribimos los borradores siguiendo las convenciones al uso en el campo de la crítica
genética: en primer lugar se indica la procedencia con las siglas del archivo (Biblioteca de la
Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina), el número y nombre de comisión y –
si corresponde– subcomisión (Com. 1, B Paz, etc.), en segundo lugar el número de plenario (1
PL, 2PL, etc.) y folio (F. 1, 2, etc.). Las intervenciones manuscritas son representadas mediante
el empleo de cursivas y los paréntesis angulares (<>) señalan escritura sobre la línea.
Empleamos el tachado para indicar tachaduras manuscritas. El texto publicado se indica con una
P seguida del número de parágrafo, como es de uso habitual en la referencia a textos
episcopales. Dados los requerimientos tipográficos de este tipo de trascripción, nos vemos
obligados a emplear negritas para los destacados.
8 Mc 8, 2: “Me da pena esta multitud, porque hace tres días que están conmigo y no tienen
qué comer”
1 Mc 8, 2: “Me da pena esta multitud, porque hace tres días que están conmigo y no tienen
qué comer”
1 Tes 5, 21: “examínenlo todo y quédense con lo bueno.”
1 Cor 9, 22: “Y me hice débil con los débiles, para ganar a los débiles. Me hice todo para
todos, para ganar por lo menos a algunos, a cualquier precio.”
9 La Populorum Progressio, carta encíclica del papa Paulo VI promulgada en 1967 es una de
los documentos más conocidos y debatidos por el catolicismo latinoamericano de la segunda
mitad del siglo XX. En ella se leen afirmaciones que cuestionan el principio de propiedad privada
y justifican las insurrecciones civiles en contra de gobiernos totalitarios, entre otros pasajes que
fueron rápidamente apropiados por diversas izquierdas –confesionales o no– en América Latina
(cfr. Löwy, 1998). Estas lecturas, fundantes también de lo que sería la TL, hicieron que el
documento fuera considerado tan revolucionario como herético, para otros sectores que llegaron
a desconocer la autoridad papal de Paulo VI.
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JUAN EDUARDO BONNIN es doctor de la Universidad de Buenos Aires con orientación en
Lingüística. Es profesor en la misma universidad y ha dictado seminarios de análisis del discurso
en diversas instituciones. Es investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Técnicas (CONICET), especializándose en las relaciones entre discurso político y discurso
religioso en América Latina. Al respecto ha publicado artículos en libros y revistas especializadas.
Su último volumen publicado es Génesis política de la escritura religiosa. ‘Iglesia y comunidad
nacional’ (1981) entre la dictadura y la democracia en Argentina (Buenos Aires, Eudeba, 2011).
Correo electrónico: [email protected]
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CAMEJO, ESTRELLA. (2010).
. Revista ALED. 10(2),
Título
Abstract
Marcado XML BibTex Google Scholar
Premio CAB Somos Patrimonio: Construcción discursiva de la identidad cultural venezolana en un
contexto internacional
Tipo de
Publicació
n
Artículo de Revista
Año de
Publicació
n
2010
Autores
CAMEJO, ESTRELLA.
Palabras
clave
Gramática Sistémica Funcional, identidad cultural, organizaciones culturales, patrimonio cultural
inmaterial, Teoría de la valoración
Resumen
Se presentan los resultados del análisis del discurso de once (11) organizaciones culturales
venezolanas postuladas a un premio internacional. Partimos de la gramática sistémica funcional
(Halliday, 1984) y de la teoría de la valoración (White, 2000) para estudiar la construcción de la
identidad cultural: la presentación que de sí mismas hacen las personas que escriben en nombre
de las organizaciones, los procesos semánticos asociados a su actividad y su relación con los
otros. Los resultados evidencian que las organizaciones suelen presentarse a sí mismas como
promotoras del patrimonio cultural. En ningún caso se presentan a sí mismas en relación con el
interlocutor. Los procesos semánticos con los que construyen su identidad se asocian con
diferentes formas de salvaguarda. Todas evidencian una apertura a la diversidad, pero sus
interlocutores son potenciales, no reales. Los resultados sugieren que las agrupaciones no utilizan
adecuadamente las estrategias discursivas que les permitan construir textos convincentes.
Texto
Completo
Premio CAB Somos Patrimonio: Construcción discursiva de la
identidad cultural venezolana
en un contexto internacional
ESTRELLA CAMEJO
Instituto de las Artes Escénicas y Musicales
Resumen. Se presentan los resultados del análisis del discurso de once (11) organizaciones
culturales venezolanas postuladas a un premio internacional. Partimos de la gramática sistémica
funcional (Halliday, 1984) y de la teoría de la valoración (White, 2000) para estudiar la
construcción de la identidad cultural: la presentación que de sí mismas hacen las personas que
escriben en nombre de las organizaciones, los procesos semánticos asociados a su actividad y su
relación con los otros. Los resultados evidencian que las organizaciones suelen presentarse a sí
mismas como promotoras del patrimonio cultural. En ningún caso se presentan a sí mismas en
relación con el interlocutor. Los procesos semánticos con los que construyen su identidad se
asocian con diferentes formas de salvaguarda. Todas evidencian una apertura a la diversidad,
pero sus interlocutores son potenciales, no reales. Los resultados sugieren que las agrupaciones
no utilizan adecuadamente las estrategias discursivas que les permitan construir textos
convincentes.
Palabras clave: Gramática Sistémica Funcional, teoría de la valoración, identidad cultural,
patrimonio cultural inmaterial, organizaciones culturales.
Resumo. Apresentamos os resultados da análise do discurso de onze (11) Venezuela
organizações culturais com um prêmio internacional nomeados. Contamos com a gramática
sistêmica funcional (Halliday, 1984) ea teoria de avaliação (White, 2000) para estudar a
construção da identidade cultural: a apresentação de si as pessoas que escrevem em nome de
organizações, processos semânticos relacionados à sua atividade e sua relação com os outros. Os
resultados mostram que as organizações geralmente se apresentam como promotores do
patrimônio cultural imaterial. Sob nenhuma circunstância se apresentam em relação ao
interlocutor. Processos semânticos com que constroem suas identidades estão associadas com
diferentes formas de preservação. Todos mostram uma abertura para a diversidade, mas os seus
parceiros estão em potencial e não real.Os resultados sugerem que os grupos não utilizar
adequadamente as estratégias discursivas que lhes permitam construir textos persuasivos.
Palavras-chave: Gramática Funcional Sistêmica, teoria da avaliação, a identidade cultural,
patrimônio cultural imaterial, organizações culturais.
Abstract. We present the results of the analysis of the written texts produced by eleven (11)
Venezuelan cultural organizations and submitted for their nomination in an international
competition. Based on Systemic Functional Grammar (Halliday, 1984) and Appraisal Theory
(White, 2000) we set out to study the construction of cultural identity. Thus, we identified how
people who write on behalf of organizations present themselves as well as the ways in which the
semantic processes in the text are related to their activity and how their relationship with others
is expressed. The results show that organizations often present themselves as promoters of their
intangible cultural heritage. Under no circumstances do they present themselves in relation to
their interlocutors. The semantic processes with which they construct their identities are
associated with different forms of self-preservation. They show openness to diversity, but their
partners are potential, not real. The results suggest that cultural organizations do not use the
appropriate discourse strategies that would enable them to build persuasive texts.
Key words: Systemic Functional Grammar, appraisal theory, cultural identity, intangible cultural
heritage, cultural organizations.
Introducción
Esta investigación se inscribe en los estudios del discurso que consideran que las identidades
sociales y las relaciones entre ellas pueden mantenerse y también transformarse en y con el
lenguaje. La experiencia que tenemos de nosotros mismos, de nuestra relación con los otros y
con el mundo, se construye en y con el lenguaje (Halliday, 1984).
Las investigaciones relacionadas con el tema de la identidad son diversas tanto en la psicología
como en el ámbito de los estudios culturales. El aporte de este trabajo se vincula con el uso del
lenguaje como evidencia a partir de la cual se estudian las formas en las que se construye la
identidad cultural. Se trata del abordaje de textos en contexto, donde se analiza lo que dicen –y
cómo lo hacen– las personas que representan a las organizaciones culturales de sí mismas y de
la actividad que desarrollan como defensoras del patrimonio cultural venezolano, cuando se
postulan para obtener apoyo económico ante un organismo intergubernamental.
La preocupación que motiva esta investigación se relaciona con el hecho de que el patrimonio
cultural inmaterial corre mayores riesgos de desaparecer en tiempos de globalización, debido a la
combinación de los constantes intercambios con otras comunidades del mundo y la falta de
recursos para salvaguardarlo (UNESCO, 2003).
Una de las formas en las que se manifiesta el interés de los organismos multilaterales por la
preservación del patrimonio inmaterial es el financiamiento de acciones y proyectos vinculados a
él. Al abrir concursos, estas instituciones prescriben de qué manera ha de representarse la
experiencia de salvaguardia para alcanzar el apoyo deseado. Es posible suponer que tendrán
mejores oportunidades de recibir financiamiento las organizaciones –y los gobiernos– que
conozcan las representaciones que esperan encontrar los organismos internacionales en las
propuestas a patrocinar. Por ello, consideramos importante saber si las representaciones léxico-
gramaticales empleadas por las organizaciones venezolanas para construir su experiencia, en
torno a su identidad cultural y al patrimonio, favorecen la valoración positiva de su labor por
parte de sus interlocutores reales y potenciales, o si más bien es necesario formular
recomendaciones a las organizaciones culturales que solicitan apoyo económico en un contexto
internacional.
Analizamos las postulaciones de las organizaciones culturales venezolanas al V Premio CAB
Somos Patrimonio del Convenio Andrés Bello (CAB) en 2004, a partir de la teoría lingüística de la
gramática sistémica funcional y de la teoría de la valoración. Concretamente, de la primera
tomamos las consideraciones en torno al sistema de la transitividad y, de la segunda, la noción
de compromiso. La transitividad es el sistema gramatical que permite explicar cómo se construye
la experiencia con el lenguaje, porque permite manejar el registro de la experiencia, de lo que
ocurre. En este estudio, nos aproximamos al conocimiento de las experiencias comunes que, en
torno a la identidad, elaboran quienes pertenecen a las organizaciones culturales comunitarias. El
compromiso, en el marco de la Teoría de la Valoración, permite dar cuenta de los recursos
lingüísticos evaluativos a través de los cuales los integrantes de las organizaciones crean un
espacio intersubjetivo en torno a la identidad cultural. El espacio en el que negocian con otros/as
sus posturas sobre lo que consideran patrimonial, digno de ser salvaguardado como parte de su
identidad cultural.
Entendemos la identidad cultural como un caso de identidad social (Salazar, 2000). Por esa
razón, dividimos las estrategias discursivas de construcción de la identidad en tres grupos: 1) las
que se vinculan con cómo se presentan a sí mismos los integrantes de las organizaciones
culturales en tanto pertenecientes a ellas, analizando las referencias de persona, 2) las asociadas
a la actividad cultural que describen, estudiando los procesos semánticos y, 3) las estrategias
referidas a la construcción de la relación de las organizaciones culturales con otros grupos,
estudiando la apertura a la diversidad expresada en la noción de compromiso.
Esbozamos respuestas a las siguientes preguntas: 1) ¿Cómo construyen discursivamente su
identidad cultural los integrantes de las organizaciones venezolanas cuando se postulan para
obtener premios que redundarán en apoyo económico? 2) ¿Qué recursos lingüísticos emplean
para presentarse a sí mismas como garantes del patrimonio cultural venezolano? 3) ¿Los
procesos semánticos con los que construyen su identidad cultural las muestran como hacedoras o
promotoras culturales? 4) ¿Muestran apertura a la diversidad en sus valoraciones del patrimonio
venezolano?
1. Marco teórico
1.1. De la cultura que somos y compartimos
Sólo un desconocido somos eso/ algún remoto de nosotros mismos
un morral de prejuicios una bomba de tiempo/ que nos explota en medio de la aleluya o del
bostezo
Mario Benedetti
La pregunta por la identidad reserva un espacio a lo desconocido, el conocimiento de sí –de
saber quién somos– es siempre a trozos en diferentes con-textos, en diferentes momentos, con
ocasión de diversos –y ajenos– aconteceres (Thiebaut, 1990). La identidad es un concepto difícil
e inacabado. Esto por dos razones. Una, en el camino del reconocimiento de aquello que
identificamos como parte de nuestra identidad es preciso tomar decisiones y, en ese acto, dejar
de lado aquello que no se elige. Dos, la noción de identidad no es estable. Las personas cambian
y cambian su posición frente a los grupos dentro de los que se reconocen, lo cual no significa que
dejen de considerarse a sí mismas parte del grupo o que otros las reconozcan como tales. Si bien
es cierto que tratar de establecer cuándo y cómo llegamos a ser venezolanos “hechos y
derechos” puede traernos más problemas que soluciones, Escobar (2002) afirma que la
comprensión de nuestra identidad cultural es una de las inquietudes fundamentales de la
psicología social porque, entre otras cosas, puede arrojar luces sobre esos terrenos comunes que
permiten la convivencia y sobre las posibilidades de alcanzar intercambios cada vez más
equitativos con otras comunidades del mundo.
Las respuestas que asomamos en este estudio parten de la idea de que la identidad cultural
precisa de nuestra identificación con una categoría –la de venezolanos, latinos, larenses, por
ejemplo– y con otras personas con las que compartimos un vínculo territorial, un cúmulo de
experiencias, “el pasado colectivo y el estar inscritos en una cultura” (Montero, 1987: 156). La
identidad cultural consiste en la conciencia que tenemos de aquellas tradiciones ancladas en
nuestra historia y que, sintiéndolas como propias hoy, apreciamos como incondicionalmente
valiosas y nos proporcionan un sentido de pertenencia cultural (Vieyra, 1996).
Nuestras valoraciones conjuntas son también prejuicios sobre lo que pensamos es lo mejor, bello
y útil de ver, lo que nos resulta digno de ser salvado, lo que deseamos conservar como parte de
nuestro patrimonio. El patrimonio cultural es, ante todo, un juicio de valor a partir del cual
emprendemos una labor de conservación de aquella parte de nuestra tradición que creemos –o,
más exactamente, creen quienes ejercen el poder– merecedor de ser visto por otros, dentro de
los que se cuentan las generaciones futuras.
La construcción del patrimonio es:
“una operación dinámica, enraizada en el presente, a partir de la cual se reconstruye, selecciona
e interpreta el pasado. No se trata del homenaje a un pasado inmóvil, sino de la invención a
posteriori de la continuidad social”, en la que juega un papel central la tradición” (Rosas, 1998:
5).
Las configuraciones de la identidad cultural que se tejen en este estudio se mueven entre los
referentes patrimoniales que actúan como cohesionadores nacionales o regionales, y que se
asocian las más de las veces a las llamadas manifestaciones tradicionales populares.
1.2. Construcción de la experiencia con y en el lenguaje
La experiencia sobre la identidad cultural se evidencia en, y se modifica con, el lenguaje.
Aprendemos el lenguaje al mismo tiempo que aprendemos otras cosas a través del lenguaje,
formándonos una imagen del mundo que nos rodea y de nosotros mismos. Este aprendizaje es
también un proceso social. El lenguaje es un potencial de significado compartido. La forma que
toma el sistema gramatical del lenguaje viene acompañada de las necesidades personales y
sociales que el lenguaje debe satisfacer; para mostrar esto es conveniente considerar al mismo
tiempo al sistema del lenguaje y sus funciones (Halliday, 1984).
La Gramática Sistémica Funcional “aborda el significado como elección […], se enfoca en el
conjunto de opciones posibles a escoger” (Bisbe, 2007: 26). Halliday (1984) establece tres
metafunciones básicas que hacen posible explicar cómo se estructura el lenguaje para expresar
tres tipos de significado: el ideacional, el interpersonal y el textual. El ideacional se divide en
experiencial y lógico. El subsistema experiencial se manifiesta en el sistema de la transitividad. El
lógico, desempeña un papel en la organización de grupos nominales, verbales, etc. (Martin,
Matthiessen y Painter, 1997). La metafunción interpersonal se refiere a “la organización de los
participantes en las situaciones de habla y opciones en cuanto a los roles del hablante” (Bolívar,
1999: 53). La metafunción textual se vincula con la forma en la que se estructura la información,
con su organización en un acto de comunicación.
El sistema de la transitividad expresa la experiencia del mundo –interior y no–, permite
interpretar lo que sucede, dar cuenta de lo que (nos) acontece. Los procesos semánticos son
parte de este sistema y constituyen categorías lingüísticas primarias de análisis para esta
investigación porque, según Solá Viñals (2001), “los procesos semánticos son los elementos
nucleares en la representación lingüística de un evento” (p. 15). Los procesos codifican
significados en los verbos: eventos, estados y relaciones.
Bolívar (1999) menciona seis tipos de procesos aplicables al español. Los procesos materiales dan
cuenta de la experiencia que tenemos del mundo que nos rodea; mientras los mentales expresan
nuestro mundo interior. Los procesos relacionales nos son útiles para identificar y clasificar. Los
conductuales señalan nuestro comportamiento fisiológico, sensorial. Los verbales representan los
procesos de decir o afirmar. Y los existenciales se asemejan a los relacionales porque constituyen
procesos de “ser”, pero se diferencian en que hay un solo participante.
Cada tipo de proceso semántico conlleva su(s) respectivo(s) participante(s). En el cuadro
siguiente especificamos los participantes para cada tipo de proceso y añadimos ejemplos
extraídos del corpus de esta investigación.
Cuadro 1: Procesos y participantes en la cláusula
Procesos
Participantes
Ejemplos
Material
Actor-meta
Los capataces ejecutan su encuentro
ceremonial…
Mental
Sensor-fenómeno
…ellas creen en su capacidad de gestión solidaria
Relacional
Portador-atributo
…cuando el maíz está seco
Ente-valor
El Tamunangue es un valor mestizo
Conductual
Comportante
…otros bebiendo cocuy
Verbal
Verbalizador
Los Tureros dicen que esto es “una lluvia”
Existencial
Existente
…también existen algunas carencias
Fuente: adaptado de Bolívar (1999: 59) con ejemplos de nuestro corpus.
1.3. Nosotros con los otros: el posicionamiento intersubjetivo
En la teoría de la valoración, las estrategias discursivas mediante las cuales quienes
escriben/hablan muestran su relación con los otros se denominan posicionamiento intersubjetivo.
Quienes trabajan desde esta perspectiva se proponen “describir y explicar los sistemas de
opciones semánticas que ofrece el lenguaje para evaluar, adoptar posiciones, negociar
relaciones, construir personas textuales, y lograr que las posturas ideológicas parezcan
‘naturales’” (Kaplan 2004: 52).
Esta teoría tiene sus fundamentos en las nociones bajtinianas de dialogismo, heteroglosia y
polifonía, y en la gramática sistémica funcional. De los planteamientos bajtinianos toma 1) la
visión dialógica del lenguaje asentada en la comunicación social, donde cada intercambio
comunicativo es, también, un intercambio de voces discursivas; 2) la noción de heteroglosia
según la cual los diferentes lenguajes de diversas generaciones, clases, razas, géneros, se cruzan
y compiten en los enunciados. Y 3) la polifonía, término que alude a una “pluralidad de centros
no reducidos a un común denominador ideológico”, a voces y conciencias diferenciadas en el
texto (Bajtín, 2003: 31).
Dentro de la teoría de la valoración, y como parte de los desarrollos del significado interpersonal
de la gramática sistémica funcional, se dividen los recursos usados para adoptar posiciones en
tres subsistemas: la actitud, el compromiso y la gradación. El compromiso se refiere a los
significados a través de los cuales “los hablantes reconocen o ignoran la diversidad de puntos de
vista que sus emisiones ponen en juego y por medio de las cuales negocian un espacio
interpersonal para sus propias posiciones dentro de esa diversidad” (White, 2000: 2).
El subsistema del compromiso nos permite analizar el reconocimiento/ desconocimiento del otro
en la configuración de la(s) identidad(es) cultural(es) en los textos del corpus; indagar si en los
textos se abre el espacio para la diversidad o si, por el contrario, se hace caso omiso de ella. Este
subsistema da cuenta de la diversidad ubicando las opciones en dos dimensiones contrapuestas:
1) la monoglosia, donde se ubican las aseveraciones declarativas absolutas, que ignoran la
diversidad de voces; 2) la heteroglosia, enunciados que reconocen de alguna forma la existencia
de posturas alternativas (Kaplan, 2004: 68). A su vez, White (2000) afirma que el compromiso
heteroglósico varía según se empleen dos tipos de recursos: i) los de expansión dialógica, donde
la voz textual se encuentra en una posición de apertura hacia posturas alternativas; y ii) los de
contracción dialógica que reducen las alternativas reales o potenciales.
Kaplan (2004) señala que los recursos de expansión dialógica se subdividen en i) la
consideración, se refiere a expresiones lingüísticas que muestran apertura hacia alternativas
dialógicas, formulaciones deductivas, de evidencia, de probabilidad y de propuesta, así como las
preguntas retóricas. ii) La atribución alude a la inclusión de voces de otras personas en el
discurso.
Respecto de los recursos de contracción dialógica, Kaplan (2004: 71) señala que es posible
encontrar i) La refutación, que implica un rechazo directo de, o la contradicción con, la posición
dialógica opuesta. ii) La proclamación, que se utiliza cuando quien escribe desea evidenciar lo
fuertemente involucrado que está con su punto de vista.
2. Método
2.1. El corpus
El corpus está integrado por los 11 textos de las experiencias comunitarias venezolanas
postuladas para obtener el V Premio CAB Somos Patrimonio. Estos textos se constituyen a partir
de experiencias presentadas y dadas a conocer en el ámbito iberoamericano. El tema de los
textos de postulación se vincula con las manifestaciones culturales venezolanas; excepto en los
textos 4 y 9, donde el objetivo es el desarrollo de la mujer y de la educación audiovisual
respectivamente. La extensión de los textos va desde las 2.028 y hasta las 7.862 palabras. La
identificación, síntesis y presentación de la experiencia de salvaguardia son segmentos textuales
obligatorios en las postulaciones a este premio por solicitud del organismo convocante.
Todas las postulaciones son textos producidos especialmente para el premio del CAB, escritos por
integrantes de las organizaciones culturales comunitarias y se presentan en representación de las
organizaciones. Los textos analizados corresponden a la totalidad de postulaciones venezolanas
que se presentaron al concurso en su quinta edición en el año 2004. En esa convocatoria, se
presentaron postulaciones de Bolivia, Colombia, Cuba, Ecuador, España, México, Panamá, Perú y
Venezuela como países integrantes del Convenio Andrés Bello y, también, de Brasil como país
invitado por el CAB. Se analizaron sólo las experiencias venezolanas porque sólo a esos textos
tuvimos acceso. El convenio realizó una publicación impresa sobre las experiencias ganadoras,
pero el texto no se distribuyó en Venezuela.
En el cuadro 2, especificamos los nombres de las agrupaciones y de los textos que conforman el
corpus.
Cuadro 2: Los textos del corpus
2.2. Las categorías de análisis
La Identidad Cultural corresponde al constructo que se busca identificar a través del análisis y en
el que nos basamos para el planteamiento de las preguntas de la investigación. La hemos
definido como: “la conciencia de tradiciones propias, formadas históricamente, cuyas
valoraciones, visiones de mundo, idiomas y costumbres proporcionan un sentido de pertenencia
cultural a los individuos y los grupos” (Vieyra, 1996: 56). Para analizar la construcción de la
identidad cultural en los textos del corpus nos valdremos de tres categorías lingüísticodiscursivas, a saber: la presentación de sí mismo, los procesos semánticos y el compromiso.
2.2.1. Presentación de sí mismo
Se refiere a las diferentes estrategias que emplea quien escribe para presentarse a sí mismo/a y
a los/as demás. “El sistema lingüístico permite, a partir del sistema léxico y deíctico referidos a
personas, que los hablantes pongan en juego sus formas de presentación de una misma y de
relación con las demás” (Calsamiglia y Tusón, 2000: 136). En esta investigación es relevante
distinguir entre las formas discursivas empleadas para presentar a los/as autores/as de los
textos, a su interlocutor y las personas excluidas de la interacción y las categorías de análisis
para identificarlas son: usos de pronombres personales y otros elementos que hacen referencia a
las personas en el texto.
2.2.2. Los procesos semánticos
“Los procesos semánticos son los elementos nucleares en la representación de un evento.
Usualmente son expresados lingüísticamente mediante grupos verbales” (Solá Viñals, 2001: 15).
Los procesos pueden ser materiales (acciones y eventos), mentales (de percepción, cognición o
afecto), relacionantes, conductuales, verbales y existenciales (Bolívar, 1999: 57).
2.2.3. Compromiso
Esta categoría se refiere a los recursos lingüísticos que pueden emplearse para posicionar la voz
del autor en un texto. “Tiene que ver también con los significados por medio de los cuales los
emisores reconocen o ignoran los diversos puntos de vista que sus enunciados ponen en juego.”
(Kaplan, 2004: 68) Así, el autor negocia un espacio interpersonal para sus propias posturas
dentro de la diversidad y da cabida al otro. En el trabajo de Kaplan se precisan las categorías de
análisis que sirven para determinar el grado de compromiso y la bibliografía relacionada con el
grupo de investigadores que proponen la teoría de la valoración. Las subcategorías del
compromiso son: monoglosia y heteroglosia. La heteroglosia se divide en expansión y contracción
dialógica. La expansión, a su vez, se subdivide en consideración y atribución; la contracción, en
refutación y proclamación.
2.3. Las unidades de análisis
Para el análisis detallado de cada texto nos servimos de las oraciones ortográficas, definidas
como “porción física de texto, entre separadores de oraciones” (Bolívar, 1998: 154). Las
oraciones ortográficas pueden o no ser cláusulas finitas. Por esa razón, tomamos también como
unidades el complejo clausular (más de una cláusula) y la cláusula en el plano gramatical,
incluyendo finitas y no finitas (Bolívar, 1999).
2.4. Los procedimientos
Para el análisis de la presentación de sí mismo, se seleccionaron las oraciones ortográficas con
marcas que hacían referencia a las personas en el texto. Luego analizamos la presentación de los
autores, el destinatario y las personas ausentes en los textos.
Para el análisis de los procesos semánticos, se seleccionaron las oraciones ortográficas que
trataban sobre la manifestación cultural presentada en cada texto por cada grupo. Se
identificaron y clasificaron los procesos de las cláusulas independientes, subordinadas finitas y no
finitas. Identificamos y contamos los procesos semánticos por subcategoría, atendiendo a los
criterios especificados por Solá Viñals (2001: 20-31) y a las recomendaciones de Martin,
Matthissen y Painter (1997: 100-130). Luego, analizamos los procesos predominantes en cada
texto y se compararon con los otros textos.
Para el análisis del compromiso, se usaron las oraciones ortográficas seleccionadas para analizar
los procesos semánticos. Identificamos y contamos las marcas lingüísticas del compromiso y sus
respectivas subcategorías. Analizamos la frecuencia de cada una de ellas y comparamos los
textos entre sí.
3. Resultados
3.1. Colectivos culturales responsables
Los datos presentados en la tabla 1 más adelante sugieren que, en los textos analizados, las
organizaciones culturales se presentan a sí mismas como grupos responsables de lo que se
expresa y, también, vinculados explícitamente con lo que dicen. Es más frecuente el uso de la
primera persona del plural para referirse a los autores que el uso de sintagmas nominales o de
referencias de la tercera persona. Esto se evidencia en el hecho de que el total de las marcas de
primera persona del plural que se refieren a los/as autores/as son superiores a la suma de las
marcas de la tercera persona (singular, plural y grupos nominales) que se refieren a ellos. Las
marcas lingüísticas de la tercera persona que se refieren a los autores y que están presentes en
el corpus son principalmente grupos nominales, con 99 marcas. En segundo lugar están
presentes pronombres del singular (él/ella) con 48 casos. Por último encontramos marcas de
plural (ellos/ellas) con 27 casos. En total las marcas de tercera persona que se refieren a los
autores y que obtenemos al sumar los casos de singular, de plural y de grupos nominales, es de
174, número menor a los casos de la primera persona del plural (nosotros/nosotras) que
asciende a 215 marcas.
Esto puede estar relacionado con el hecho de que las postulaciones analizadas son textos escritos
«en representación» del colectivo que desea obtener financiamiento, el uso del «nosotros» no
sólo permite asignar la responsabilidad al colectivo del que se es parte, sino que confiere la
legitimidad y autoridad colectiva que la experiencia que se propone requiere, lo que cumple con
las exigencias del concurso. Ejemplo:
Creemos que la mejor forma de conseguir que se valore realmente nuestra música y
nuestras tradiciones es conociéndola y se nos ocurrió que para lograrlo debemos hacer que se
(1)
sienta muy de cerca (11-34-α hasta 11-41-β)
Tanto las formas verbales creemos y debemos como el pronombre personal nos se refieren a
la agrupación. La creencia la sostiene el colectivo de la agrupación Venezuela Identidad Musical.
Pero la música y las tradiciones que merecen ser valoradas porque son nuestra y nuestras,
respectivamente, no pertenecen sólo a la de la agrupación, sino a un colectivo mayor con el que
se identifica, el de los/as venezolanos/as.
Veamos ahora algunos ejemplos de las marcas lingüísticas de tercera persona o impersonales:
Presenta características a lo divino, cuando por ejemplo, se empieza el Santo Rosario con
una referencia al pie del altar, donde están músicos y cantores (6-21-α hasta 6-23-β)
(2)
Hoy en día son una Asociación Civil debidamente registrada y su Directora es la señora
María de los Santos Chirino Medina, hija del Salvero Mayor Juan Eleuterio Chirino (6-6-α y 6-7-α)
(3)
(4) Los cultores la cantan en “tercia”, es decir, mientras el primero “lleva” la letra, el segundo le
acompaña repitiendo el último verso de cada estrofa (6-29α hasta 6-33- γ)
Tabla 1: Cuantificación de la evidencia lingüística de las referencias de persona
Ahora bien, si analizamos cada texto por separado, encontramos que son menos los textos donde
predomina la inclusión de los/as autores en la interacción, que aquellos donde la referencia a los
autores los muestra como excluidos de la interacción. Ejemplos:
(5)La Fundación Cultural Municipal Morán, les ha prestado apoyo a veinte (20)
agrupaciones de Tamunangue para su configuración como Asociaciones Civiles Escuelas de
Formación para niños y adolescentes (5-39-α )
(6)Carmen Burgos es una cultora popular defensora de los valores y tradiciones llaneras (8-4α)
En la tabla 1 se muestra que el Grupo Totuma emplea con mucha frecuencia la tercera persona
del singular para referirse a sí misma, específicamente, suele utilizar el impersonal se y la
respectiva forma verbal que indica la tercera persona del singular, como en el ejemplo que sigue.
(7)Se mostró así un resultado muy positivo de los talleres y se generó una gran satisfacción
para el Grupo Totuma al saber que todas estas niñas disfrutarán de una nueva visión de la vida
(3-14-α hasta 3-17- β)
Las mujeres de la Asociación Civil Moncar, la Fundación Cultural Morán, los Salveros de San
Hilario, la Asociación Cultural José Leonardo Chirinos y Los Nietos de Flor María utilizan
principalmente grupos nominales con referencia léxica para referirse a sí mismas. Veamos:
Los habitantes del caserío trabajan en su mayoría en labores agrícolas, algunos son socios
de la Cooperativa La Alianza, otros pertenecen a la Asociación de Productores Monte Carmelo;
quienes han aplicado técnicas conservacionista a través del manejo integrado de plagas para
minimizar el uso indiscriminado agro-tóxicos, donde también participan algunas de las mujeres
de Moncar, las demás mujeres de la comunidad también trabajan como mano de obra adicional
en la agricultura y otras están organizadas como en el caso de las mujeres de la Asociación
Civil “Moncar” que trabajan dándole valor agregado a los productos agrícolas (4-27-α hasta 4(8)
35-γ)
(9)La Fundación Cultural Municipal Morán se ha preocupado por revalorizar los Sones de
Negros o Tamunangue y a sus interpretes como creadores de las raíces y tradiciones del pueblo
morandino (5-34-α y 5-35-γ)
(10)La agrupación está ubicada en la comunidad de San Hilario, Parroquia Cabure, Municipio
Petit, La Sierra de Falcón (6-3-α)
(11) Y así fue como en el año 1.996 la A.C.J.L.Ch., creó los Proyectos que luego se harían
realidad a finales del año 1.998: El Festival de Décima Serrana, la construcción de la Casa de la
Cultura de Macanillas, a la cual se le daría luego el nombre de “Dr. Mario Briceño Perozo” (7-32-α
hasta 7-34- β)
(12) Misión de la institución: Fortalecer y enriquecer el conocimiento de la cultura popular de
la región llanera en la nueva generación de niños y jóvenes, desarrollando su formación en la
valoración del rescate, promoción, defensa y difusión del arte popular tradicional de los llanos (820-γ hasta 8-22-γ)
La etnia Ayaman-Gayón-Jirijara, por su parte, para referirse a sí misma, sólo emplea la primera
persona del plural. La marca lingüística encontrada en todos los casos es la flexión verbal, no en
el uso de pronombres. El pronombre no se usa explícitamente, la marca de persona va en el
verbo. Ejemplo:
(13) Ante esta caracterización escogimos el caserío El Cerro de Moroturo en el cual
realizamos la mayoría de las observaciones que presentamos ahora (1-20-α hasta 1-22-β)
Es en el texto de este colectivo donde encontramos el único caso del uso de la referencia a la
primera persona del plural como marca lingüística de un otro fuera de la interacción en una
cláusula de reporte. A continuación presentamos el caso:
(14) “Bueno pues, -dice la capataza Anastacia Perozo- confórmense con lo poco que
consiguieron los cazadores, pero si le sabemos cumplir” (1-147α 1-151γ)
La Parranda de San Juan, la Cinemateca Nacional, el grupo Venezuela Identidad Musical y la
Escuela de Garrote se presentan generalmente como incluidas en la interacción; pero también se
presentan fuera de ella. Veamos un ejemplo de cada organización cultural:
(15) La Parranda San Juan Bautista Turiamo San Miguel, viene desde ancestrales de la
misma, que no era conocida en el Edo. Aragua si no en el pueblo de Turiamo y fué en el año
1.957 cuando llegamos a la Coromoto, con nuestras tradiciones, costumbre y manifestaciones
afro, nos dedicamos a la tarea que la comunidad aceptara nuestras tradiciones (2-2- α hasta
2-5-β)
La Parranda de San Juan suele presentarse a sí misma como parte de la interacción, tal y como
se muestra en la tabla 1. Para hacerlo incluye marcas lingüísticas diversas. En el ejemplo anterior
encontramos formas verbales (llegamos, dedicamos) y pronombres posesivos (nuestras) y
personales (nos).
La Cinemateca, por su parte, usa frecuentemente la forma verbal para marcar lingüísticamente
su inclusión en la interacción. Ejemplo:
(16) Por fortuna, en la propuesta Cine en la Escuela logramos “avanzar” en esto y plantear la
opción para el desarrollo del estudio de la imagen en sí misma y el de la lectura de los medios
audiovisuales (9-17-α y 9-18-γ)
El grupo Venezuela Identidad Musical se inscribe en la interacción con el CAB utilizando las
formas verbales y algunos pronombres posesivos, como en los ejemplos que siguen.
(17) ¿Quienes Somos? (11-2-α)
(18) En el 2000: Tuvimos el honor de haber sido elegidos para participar en la feria universal
Expo2000 Hannöver Alemania tanto en la inauguración del pabellón venezolano con la actuación
del Grupo Gajillo y de la cuatrista Lula Pereira como en la programación cultural de Venezuela y
de Panamá con el grupo Santoral y muy especialmente por medio de nuestra fundadora (11-13α hasta 11-15- γ)
La Escuela de Garrote es otra organización que usa fundamentalmente la forma verbal para
marcar su inclusión en la interacción. Los pronombres personales también son utilizados por la
escuela, aunque con menos frecuencia.
(19) Los conocimientos que hemos logrado adquirir de los maestros octogenarios (13 en total)
de los cuales solo nos quedan tres (3) vivos y uno solo que con 87 años de edad aún Juega
Garrote con gran habilidad, son el único documento auténtico de la existencia (10-11-β hasta 1014-α)
El nosotros inclusivo, en el que se incorpora al lector en la referencia a quien escribe, lo emplean
sólo la etnia Ayaman-Gayón-Jirijara y los salveros, como en los ejemplos:
(20) La tradicional celebración de las Turas la encontramos difundida en el Municipio
Urdaneta, del Estado Lara, por los caseríos vecinos de Aguada Grande, Siquisique, Moroturo (125-α)
El contexto del texto de la postulación nos permite aseverar que encontramos significa
“cualquiera puede encontrar” –incluido el lector–.
(21) Es ahora, a través de los Encuentros Nacionales y Regionales Afrovenezolanos, como
podemos escuchar salves en escenarios como muestra de difusión del patrimonio musical
afroserrano (6-25-α y 6-26-α)
Por contexto es posible determinar que podemos escuchar significa que cualquiera que asista
al encuentro puede escuchar salves, incluso el lector.
El Grupo Totuma y Los Nietos de Flor María son las agrupaciones que más se excluyen de la
interacción en su postulación al premio del CAB. El Grupo Totuma emplea principalmente
referencias de la tercera persona del singular, marcadas en la flexión verbal como la del ejemplo
que sigue:
(22) Así mismo, participa en el XII Festival Folclórico de Portugal, actuando en las ciudades de
Elvas y Point de Sort (3-12-α y 3-13-γ)
La forma verbal participa se refiere a una acción del Grupo Totuma y se emplea como un
recurso para borrar o esconder al autor dando relevancia, por contraste, a lo que se dice.
(Calsamiglia y Tusón, 2000: 137).
Los Nietos de Flor María, por su parte, emplean con frecuencia el nombre de la agrupación para
referirse a sí mismos. Veamos un ejemplo:
(23) “Los Nietos de Flor María” son niños y adolescentes que trabajan para la preservación
del patrimonio de su estado (8-13-α y 8-14-β)
El grupo nominal Los Nietos de Flor María se refiere a quienes escriben el texto 8 del corpus
de esta investigación.
Encontramos que en los textos de las postulaciones es muy poco frecuente incluir explícitamente
al destinatario. Menos de la mitad de los textos hace referencia explícita al Convenio Andrés Bello
y en todos los casos lo hacen para autorizarlo a usar las fotografías y los textos para futuras
publicaciones. La única manera en la que se refieren al destinatario es por su nombre. Ejemplo:
(24) …sin que el Convenio Andrés Bello tenga responsabilidad alguna por el uso de la
información que hagan los usuarios de redes de Internet (9-4-β y 9-5-β)
Todos los textos mencionan a otras personas que forman parte de mundo de referencia y ofrecen
un efecto de objetividad para las postulaciones. La mayoría de las organizaciones analizadas
emplean más construcciones que borran los protagonistas de la interacción, que aquellas con
elementos lingüísticos que hacen explícita la perspectiva del autor (véase Calsamiglia y Tusón,
2000: 138).
(25) El 14 de Octubre 1784, Martín Tovar Tovar, hace posición del poblado con su hacienda, el
cual estaba conformado por unas 20 familias aproximadamente, donde los amos transferían sus
apellidos a los esclavos y de hecho los Turiameros tienen esta conexión con el pasado como
Tovar, Mijares, Silva, Serga, Ottos, Borro, Vázquez, Monteverde, Croquer, Solórzano, Flores, Arias
y otros (2-15-α hasta 2-18-β)
En esta oración ortográfica del texto de la Parranda de San Juan se hace referencia a la historia
del pueblo de Turiamo, donde se desarrolla la parranda; pero no se la vincula directamente con
la actividad de la organización cultural que escribe la postulación. Se habla más de los otros del
discurso que de la propia organización cultural.
Un ejemplo de inclusión de los autores en el texto es:
(26) Para verificar que la afinación está correcta y con la máxima facilidad para la interpretación
de nuestro folclor se hace el Tono de RE en el Cinco, LA en el Medio Cinco y SOL en el Cuatro
(5-50-γ y 5-51-β)
El pronombre posesivo nuestro inscribe a los autores y al colectivo del que forman parte en la
interacción.
Vale aclarar que, según vemos en la Tabla 1, hay dos casos que se presentan sólo una vez en el
corpus. El primero se refiere al uso de la segunda persona para referirse a los autores en el
marco de un enunciado reportado.
(27) Ponga Ud. Atención, y hablaba de los rezos, hay que rezar y rezábamos, el rosario,
después de los cantos no[s] explicaba el golpe de tambor, baile, historia del santo, conuquero o
parranderos como tocar las maracas en fin de todo. (2-89-α hasta 2-96-γ).
En este caso el uso de la segunda persona del singular busca producir un efecto de
generalización de la experiencia enunciada e incluir al interlocutor a la manera de invitación o
sugerencia de ponerse en el lugar de quien habla, de experimentar una experiencia similar. Se
trata de la cita del testimonio de una de las parranderas con mayor tiempo en la celebración de
la manifestación cultural que se describe.
El segundo caso se refiere al uso de la referencia a la primera persona del plural como marca
lingüística de un otro fuera de la interacción en una cláusula de reporte. Se cita un testimonio de
una de las defensoras de la manifestación cultural que no pertenece a la agrupación para darle
veracidad al discurso de los autores. Veamos:
(28) “Bueno pues, -dice la capataza Anastacia Perozo- confórmense con lo poco que
consiguieron los cazadores, pero si le sabemos cumplir”. (1-147α 1-151γ)
3.2. Construyendo experiencias en torno a la identidad: los
procesos semánticos
3.2.1. Agrupaciones que hacen cosas: los procesos materiales
La tabla 2 muestra que los procesos materiales son más frecuentes en cada uno de los textos del
corpus.
Tabla 2: Cuantificación de los procesos semánticos por texto
El análisis del sistema de la transitividad de las cláusulas que componen el corpus revela que las
organizaciones culturales venezolanas que optaron al Premio CAB, seleccionaron principalmente
procesos materiales concretos. El que se haya encontrado una mayoría de procesos materiales
puede ser una característica de las postulaciones como género discursivo, porque la descripción
de la experiencia es un segmento obligatorio en las postulaciones al premio CAB. Es importante
destacar que los procesos materiales que aparecen más a menudo en los textos son los que
indican actividades concretas. Entre los verbos más frecuentes están: utilizar, realizar, participar,
desarrollar, como en los ejemplos que siguen:
Las investigaciones que durante diez (10) años ha venido realizando la Fundación
Escuela de Garrote Tocuyano “León Valera” (10-22-β)
(29)
(30)
permitiéndoles que participen en la discusión sobre la situación actual (10-52-β)
(31)
que venían desarrollando actividades en el área de difusión audiovisual (9-10-β)
Las agrupaciones deben hacer un esfuerzo por relatar al jurado del concurso en qué consiste la
experiencia de preservación que representan, pues deben partir del hecho de que es muy
probable que no la conozcan. El uso de verbos concretos puede servir de apoyo a la credibilidad
de lo dicho.
Los verbos materiales abstractos fueron muy poco frecuentes y se los empleó de forma
principalmente metafórica. Veamos un caso:
cuando se sentaron las bases de la influencia hispánica, formando parte del mestizaje
cultural (5-14-β)
(32)
3.2.2. Así somos, somos estos: los procesos relacionales
Los procesos relacionales son, en todos los textos del corpus, los que aparecen en segundo lugar
como más numerosos. Los tipos de verbo que sugieren relación no se repitieron con mucha
frecuencia; el verbo ser presentó el mayor número de casos (49). Los procesos relacionales de
atribución fueron bastante más frecuentes que los de identificación.
Sólo tres agrupaciones (Los Nietos de Flor María, la Cinemateca Nacional y Venezuela Identidad
Musical) emplearon más procesos relacionales de identificación que de atribución. Por esta razón,
podemos decir que –como era de esperarse por la estructura de las postulaciones– en la
representación de la experiencia fue más significativa la caracterización que la definición de las
mismas. Veamos ejemplos de atribución:
Este nivel está dirigido a reconstruir la historia, los personajes que intervienen en ella,
las relaciones, conflictos, los cambios que se generan a partir de las soluciones a esos conflictos y
la manera como estos elementos están ensamblados en el discurso fílmico (9-42-α 9-45-β)
(33)
En épocas pasadas era muy dura la tarea de divulgación de la música de La Sierra, toda
vez que los parranderos provenientes de esa zona, por lo general, eran rechazados por los
pudientes de entonces (6-15-α hasta 6-16-α)
(34)
Ejemplo de identificación:
El Cine en la Escuela es una experiencia de educación audiovisual cuya conceptualización
se inicia desde marzo de 2001 (9-67-α y 9-68-β)
(35)
3.2.3. Agrupaciones que conocen y comentan: procesos verbales y
mentales parejos
En el corpus, los procesos verbales superan en número a los procesos mentales (184 y 173,
respectivamente). Sin embargo, si analizamos los procesos por texto, encontramos que son más
los textos donde los procesos mentales son más numerosos que los verbales, que a la inversa.
Los procesos mentales se concentran en algunos textos, son seis las agrupaciones que emplean
más procesos mentales que verbales, otras tres agrupaciones incluyen más procesos verbales en
sus textos y dos utilizan la misma cantidad de unos y otros. Los datos no nos permiten establecer
diferencias significativas entre los procesos verbales y mentales en el corpus.
Los procesos verbales en todos los textos del corpus hacen referencia, principalmente, al propio
discurso de la organización cultural y, en muy pocos casos, al discurso de otros en cláusulas de
reporte. Esto puede deberse a una característica de las experiencias que el concurso busca
premiar: son comunitarias y vinculadas al quehacer de cultores y promotores culturales, más que
vinculadas a esferas académicas o periodísticas donde la referencia al discurso de otros
generalmente implica ganar en legitimidad. Aunque las organizaciones podrían haber incluido las
voces de otros como recurso retórico. Por ejemplo, autoridades que los han premiado, la prensa
o los reportes de su trabajo. Veamos algunos casos de discurso de las organizaciones
encontrados en los textos:
(36) Posteriormente solicitamos apoyo a PDVSA (Centro de Refinación Paraguaná) y lo
recibimos a los dos meses de la solicitud (7-66-α y -67-α)
(37) Es importante comentar que el Programa Cine en la Escuela es un proceso inacabado, un
proceso de formación en construcción, y justamente ahora estamos evaluando hacia adentro y
hacia fuera el impacto, logros y debilidades de la propuesta (9-50-γ hasta 9-52-β)
El discurso de actores comunitarios puede servir de apoyo a la propuesta, a manera de
testimonial. Ejemplo:
(38) Señala María: “Cuando uno le debe una promesa a un santo, tiene que pagarla, porque
ellos –los santos- cobran como si uno le debiera a una persona” (6-65-α hasta 6-69-β)
Los procesos mentales más frecuentes son los cognitivos. Aluden principalmente a las creencias y
consideraciones que, sobre su experiencia patrimonial, tienen las organizaciones culturales
analizadas. Conocer, saber y creer son los verbos cognitivos más frecuentes y suelen referirse a
las creencias de la organización cultural respecto de la manifestación que defienden y al
conocimiento que sobre ella se tiene. Ejemplos:
(39) Con este mismo nombre se conoce a un instrumento musical típico, así como también a la
graminea que usan para la fabricación de dicho instrumento (1-31-β y 1-32-β)
(40) En este mismo orden ellas creen en su capacidad de gestión solidaria para desenvolverse
poco, a poco en esta sociedad convulsionada y muchas veces sin esperanzas, donde los valores
humanos y el pensamiento propio se han dejado de lado, para entrar en una escala de valores
poco constructivista (4-64-α hasta 4-67-β)
Los verbos que indican procesos de afectividad se refieren a la opinión que las organizaciones
tienen de su proyecto y a la valoración que de él hacen. Veamos:
(41)
Se sienten orgullosas de poder participar en un proyecto comunitario (4-67-α y 4-68-β)
Los procesos mentales de percepción aparecen sólo 7 veces en el corpus, distribuidas en tres
textos. Esto puede relacionarse con el hecho de que en los casos donde se usan verbos como
ver, se hace enfatizando la reflexión más que la percepción en sí misma. Veamos:
Se hizo una retroalimentación del proyecto con el fin de constatar las fallas, revisar los
logros y ver los aportes a manera de mejorar y engrandecer los conocimientos a través de un
seguimiento sistemático del proyecto (10-48-α hasta 10-53-γ)
(42)
(43)
En la casa de la 1era capitana se vez el Pabellón y su Bandera (2-87-α)
El ejemplo 41 lo clasificamos como proceso mental de cognición porque ver alude a analizar;
mientras que el ejemplo 42 lo clasificamos como mental de percepción porque alude a la
posibilidad de contemplar objetos.
Como puede verse en la tabla 2, los procesos existenciales y conductuales son poco frecuentes
en el corpus y, el análisis de los mismos indica que no son relevantes para la construcción de la
experiencia en torno a la construcción de la identidad cultural de las agrupaciones analizadas; por
esa razón omitimos los ejemplos de estos procesos.
De acuerdo con los datos obtenidos, las organizaciones culturales construyen su experiencia en
torno a su identidad cultural principalmente como vinculada a lo que hacen, han hecho o desean
hacer. En todos los textos predominan los procesos materiales concretos. En segundo lugar
construyen su experiencia a partir de lo que son y de cómo son, de procesos relacionales
vinculados con lo que son o tienen. La mayoría de las organizaciones promueven, fomentan, el
patrimonio cultural inmaterial, la tradición; otras pocas son el patrimonio, de acuerdo con sus
selecciones léxico-semánticas. Tomando en cuenta que el premio al que se postulan solicita
vincular la propuesta a presentar con la tradición de un colectivo, podemos decir que en ese
aspecto buena parte de los textos atiende a la solicitud del CAB.
3.3. Estrategias de posicionamiento intersubjetivo: posturas
puestas en juego
3.3.1. Monoglosia y heteroglosia: los otros existen
Los datos de esta investigación evidencian que todas las agrupaciones analizadas reconocen la
existencia de otras voces en la descripción de su experiencia e torno al patrimonio cultural
inmaterial; con lo cual abren la posibilidad de negociar sus posturas respecto de lo que
consideran digno de salvaguarda. Tal y como puede observarse en la tabla 3, en todos los textos
existen oraciones ortográficas con marcas heteroglósicas.
Tabla 3: Cuantificación del compromiso por tipo
No obstante, en todos los textos los enunciados monoglósicos son más utilizados que los
heteroglósicos. Esto está probablemente asociado con el género de las postulaciones, porque la
descripción de la experiencia es parte de la estructura de las postulaciones.
El siguiente es un ejemplo de monoglosia en el que se canta marca una aseveración categórica
que busca naturalizar lo que se describe, con lo cual se reducen las posibilidades de que el
interlocutor discrepe o agregue algo a la evaluación de la manifestación cultural. Es un ejemplo
de monogliosia en el sentido de que ignora la diversidad de voces inherente al proceso
comunicativo, con la intención de crear un efecto de objetividad.
(44) Se canta acompañada de los siguientes instrumentos: cinco y media, tambora serrana,
pandero, maracas (6-37-α)
3.3.2. Estrategias de contracción dialógica: ¿rechazo de la
diversidad?
Los enunciados heteroglósicos, es decir, los que reconocen de alguna manera la existencia de
otras voces o la existencia de posturas alternativas están presentes en todos los textos del
corpus. Los de contracción dialógica, que operan para contradecir o rechazar las posturas
diferentes a las de los autores de los textos analizados, son bastante más usados que los de
expansión dialógica. El hecho de que prevalezcan las estrategias de contracción dialógica sugiere
que en los textos de postulación se rechaza la diversidad de voces autorizadas para hablar de lo
que es digno de ser conservado como patrimonio cultural. Pero planteamos el rechazo como una
interrogante porque esto también puede estar relacionado con que las agrupaciones ponen
énfasis en mostrar cómo sus posturas son más probables o legítimas que las de otras voces
posibles, y así tener mejores posibilidades de ganar el premio. Pero no suelen usar las voces de
otros como recursos de apoyo.
Veamos un ejemplo que sugieren refutación por rechazo o negación:
Las existentes, o están inconclusas (como la Ley de Cultura del Estado Falcón) o no se
han discutido ni aprobado en la Asamblea Nacional (Ley Orgánica Nacional de Cultura) (6-92-α
(45)
hasta 6-94-β)
Entre los recursos de proclamación, que se usan para dejar claro lo fuertemente involucrado que
se está con el enunciado que se emite, el más frecuente es el referido a la inclusión explícita de
los autores en el texto. Esto ya lo veíamos en la presentación de sí mismo porque el uso de la
referencia a la primera persona del plural es muy frecuente.
Así mismo atendemos al sector turístico y al empresarial a través de las Gerencias de
Recursos Humanos, como una manera de llegar a las masas trabajadoras (11-11α y 11-12-γ).
(46)
En todas las postulaciones hay referencias a elementos que ofrecen un efecto de objetividad, a
partir de la inclusión de marcas que sugieren la existencia de una realidad dada e irrefutable y
que tienen la función retórica de crear acercamiento entre quien escribe y su lector. Ejemplo:
Los cultores populares de La Sierra fueron y son muy creativos; ellos nunca han copiado
la décima traída de España (la llamada “espinélica”); otra característica de esta composición es la
presencia del “lamento” (6-36-α hasta 6-39-α)
(47)
Las marcas muy y nunca enfatizan el “hecho” de que las décimas falconianas son auténticas.
Los intensificadores y los mitigadores son más evaluativos que marcas de “realidad“… En el caso
de “nunca“, la negación lo hace todavía más evaluativo (es decir, marca de subjetividad, de
posicionamiento).
3.3.3. Estrategias de expansión dialógica: la apertura hacia los
otros, una posibilidad
La mayoría de las organizaciones culturales analizadas evidencia una apertura a la diversidad en
sus textos, reconocen como posibles y autorizadas otras voces diferentes a las de los autores de
los textos, es decir, utilizan estrategias de expansión dialógica. Ahora bien, el Grupo Totuma y la
Asociación Civil Moncar no emplean estos recursos en sus textos, lo cual sugiere que aceptan la
existencia de otras posturas frente a la suya, mas no las reconocen como probables o legítimas.
Es importante indicar que en ninguno de los textos encontramos proposiciones y/o propuestas de
otros de quienes se alejan. Entre las subcategorías de la expansión dialógica, la consideración de
posiciones posibles o probables, se presentó más veces y en más textos (41 veces, en 8 textos)
que la atribución. La inclusión expresa de otras voces se presenta en pocos textos (24 marcas
lingüísticas, en 5 textos). Ejemplo de consideración:
(48) Esto sugiere, además, la posibilidad de que el patio hubiese sido antiguamente un
montículo (1-122-α y 1-122-β)
Sugiere evoca la alternativa de no aceptar lo sugerido y posibilidad reitera que lo que se dice
es una entre muchas otras opciones.
La referencia a autoridades y a su discurso parece no ser relevante para estas organizaciones al
momento de hacer sus propuestas; ni para admitir un punto de vista, ni para respaldar el suyo.
Sin embargo, encontramos 24 casos de atribución. Veamos uno:
(49) La Turera María Corderodice que éstos son actos iniciales para convocar a la
celebración de La Tura Pequeña. (1-62-α hasta 1-124γ)
En las postulaciones analizadas, las organizaciones culturales se caracterizan por su aceptación
de los otros cuando se trata de hablar de esa parte del pasado colectivo que es digna de ser
mostrada a otros, del patrimonio cultural. Pero muchas de estas organizaciones se consideran
patrimonio per se y por ello merecedoras de financiamiento al que optan. La valoración positiva
del patrimonio que se defiende por parte del interlocutor es condición necesaria para recibir su
apoyo económico. Cuando lo que está en juego es la continuidad de lo que se hace, la apertura
hacia la diversidad o la consideración de posturas diferentes a la propia, puede verse como
amenaza. Quizá sea esto lo que mueve a las agrupaciones a evitar legitimar lo que les es ajeno.
4. Conclusiones
Las tradiciones que las agrupaciones consideran parte de su identidad cultural se asocian con
rituales indígenas y afrodescendientes que aun se practican; con bailes de raíz europea y
afrodescendiente y con prácticas socio-productivas y gastronómicas. El patrimonio cultural y la
identidad, en los textos analizados, se refieren a ámbitos diversos, la mayoría de ellos de escala
local. Las organizaciones se esmeran por describir el proyecto o festividad que desarrollan para
persuadir a quienes no conocen de la importancia de su labor y, más aun, de esa parte de la
identidad que ellas valoran y mantienen.
Es muy frecuente que los integrantes de las organizaciones culturales analizadas empleen la
primera persona del plural en sus postulaciones, la mayoría de las agrupaciones se presentan a sí
mismas como responsables de sus textos y garantes del patrimonio. En los textos abundan los
procesos materiales concretos, probablemente porque el uso de estos tipos de procesos
semánticos sirve de apoyo a la legitimidad de lo que expresan. En general, los procesos
semánticos seleccionados por las agrupaciones –desarrollar, participar, promover– las muestran
más como promotoras que como protagonistas del patrimonio cultural inmaterial.
La identidad cultural de la mayoría de las organizaciones se construye como teñida de
pensamientos más que de afectos. Las postulaciones también evidencian una vinculación de la
identidad cultural más con la reflexión y la creencia que con los sentimientos o las emociones,
porque en los textos la escogencia léxico-gramatical privilegia los procesos mentales de
cognición, sobre los procesos mentales afectivos.
Las manifestaciones culturales de las que versan los textos se presentan como arraigadas y
relevantes para las comunidades en las que tienen lugar, en consecuencia, representan parte de
su identidad cultural. Ahora bien, dos organizaciones dejan ver que para que se sostengan en el
tiempo requieren de apoyo institucional, por eso se postulan para obtener el premio del CAB. Se
muestran como organizaciones desasistidas. No especifican las potencialidades de la organización
y de sus integrantes que pueden ser desarrolladas para alcanzar la sostenibilidad.
La construcción de la identidad colectiva en cada caso se hace en un marco de diversidad. Todos
los colectivos se responsabilizan por lo que dicen y aluden a un “nosotros” más allá de la
agrupación que proporciona un sentido de pertenencia cultural. Sin embargo, algunas de ellas no
muestran una clara conciencia de quién es ese otro a quien le presentan sus vivencias y
aprendizajes; pues el destinatario de los textos es el principal ausente en ellos.
La ausencia de referencias a las potencialidades de la organización de la que forman parte y de
los interlocutores en los textos sugiere que las agrupaciones no manejan adecuadamente las
estrategias retóricas que se requieren para construir sus textos como una respuesta a la
invitación que decidieron aceptar. En ese sentido, recomendamos a las organizaciones culturales
tener en cuenta los siguientes aspectos al momento de elaborar sus propuestas: 1) hacer
referencia al interlocutor real de sus textos, especialmente evidenciando las relaciones de
intertextualidad entre el texto que presentan y la invitación del premio ¿De qué manera
responden a los requisitos del concurso? 2) Contextualizar la experiencia que representan en
ámbitos más amplios, que resulten importantes no sólo para la organización sino para un
interlocutor internacional como el CAB ¿Cuál es la relevancia del trabajo de la organización
cultural en Latinoamérica? ¿Cómo se vincula con el de otras comunidades u otros países? 3)
Especificar las formas en las que la organización cultural de la que se es parte favorece los
intercambios equitativos con otras comunidades, la valoración positiva del patrimonio cultural que
se defiende y/o el desarrollo sostenible de la comunidad de referencia para la organización ¿De
qué sirve el trabajo que realizan? ¿A quiénes?
Vale decir que, si bien es cierto que el seguir estas recomendaciones para mejorar la
organización de los textos no implica un mejoramiento de la experiencia de salvaguardia
propiamente dicha, sí podría aumentar las oportunidades de financiamiento de las experiencias
comunitarias que tienen un valor patrimonial pero no adaptan sus propuestas a la esfera de uso
en la que se inscriben sus textos.
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ESTRELLA CAMEJO, es Psicóloga Social y Magister Scientiarum en Estudios del Discurso de la
UCV. Se desempeña como Directora de Investigación y Formación del Instituto de las Artes
Escénicas y Musicales, adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura, donde coordina la
producción de textos divulgativos sobre las tradiciones culturales y artísticas venezolanas. Desde
marzo de 2011 es parte de la Red de Alumnos de la Fundación Carolina, como ganadora de la
beca del curso de verano sobre gestión del desarrollo local en la Universidad Complutense de
Madrid.
Correo electrónico: [email protected]
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GÓMEZ CALVILLO, NATALIA. (2010).
Revista ALED. 10(2), Abstract Marcado XML BibTex Google Scholar
.
Título
Violencia contra mujeres: voz y agencia en noticias de La Nación
Tipo de
Publicación
Artículo de Revista
Año de
Publicación
2010
Autores
GÓMEZ CALVILLO, NATALIA.
Palabras
clave
ideologías de género, noticias, violencia física contra mujeres
Resumen
El presente artículo se ocupa del estudio del género discursivo constituido por las noticias sobre
la violencia física ejercida por hombres sobre mujeres en Argentina. El análisis textual puede
ser, siguiendo a Fairclough (1992, 1995, 2003), una forma de estudiar el lenguaje de los textos
privilegiando temas socialmente significativos. Por esta razón, en un contexto sociohistórico
nacional donde la sensibilidad hacia cuestiones de género aumenta diariamente, el objetivo de
mi análisis es evidenciar, desde una perspectiva crítica (van Dijk, 1991; Fairclough, 2003;
Radford, 1992; Eckert y McConnell-Ginet, 2003), la carga ideológica de las representaciones
que un diario argentino hace acerca de casos de violencia física contra mujeres. Dicho estudio
contribuye, a su vez, al movimiento en pos de la alfabetización mediática crítica y vincula los
estudios críticos del discurso con una concientización ciudadana cada vez mayor respecto del
carácter constitutivo de las representaciones de la prensa.
Texto
Completo
Violencia contra mujeres:
voz y agencia en noticias de La Nación1
NATALIA GÓMEZ CALVILLO
Universidad Nacional de Córdoba
Argentina
Resumen. El presente artículo se ocupa del estudio del género discursivo constituido por las
noticias sobre la violencia física ejercida por hombres sobre mujeres en Argentina. El análisis
textual puede ser, siguiendo a Fairclough (1992, 1995, 2003), una forma de estudiar el
lenguaje de los textos privilegiando temas socialmente significativos. Por esta razón, en un
contexto sociohistórico nacional donde la sensibilidad hacia cuestiones de género aumenta
diariamente, el objetivo de mi análisis es evidenciar, desde una perspectiva crítica (van Dijk,
1991; Fairclough, 2003; Radford, 1992; Eckert y McConnell-Ginet, 2003), la carga ideológica de
las representaciones que un diario argentino hace acerca de casos de violencia física contra
mujeres. Dicho estudio contribuye, a su vez, al movimiento en pos de la alfabetización
mediática crítica y vincula los estudios críticos del discurso con una concientización ciudadana
cada vez mayor respecto del carácter constitutivo de las representaciones de la prensa.
Palabras clave: violencia física contra mujeres, noticias, ideologías de género.
Resumo. O presente artigo trata do estudo do gênero notícias sobre violência física exercida por
homens sobre mulheres na Argentina. A análise textual pode ser, seguindo a Fairclough (1992,
1995, 2003), uma forma de estudar a linguagem dos textos privilegiando temas socialmente
significativos. Por esta razão, em um contexto sócio-histórico nacional onde a sensibilidade em
relação a questões de gênero aumenta diariamente, o objetivo de minha análise é evidenciar,
desde uma perspectiva crítica (Van Dijk, 1991; Fairclough, 2003; Radford, 1992; Eckert y Mc
Connell-Ginet, 2003), a carga ideológica das representações que um jornal argentino faz acerca
de casos de violência física contra mulheres. Dito estudo contribui, por sua vez, ao movimento
em prol da alfabetização mediática crítica e vincula os estudos críticos do discurso com uma
conscientização cidadã cada vez maior com respeito ao caráter constitutivo das representações
da imprensa.
Palavras-chave:violência física contra mulheres, notícias, ideologias de gênero.
Abstract. The present article focuses on the study of the genre consisting of news reports about
physical violence by men against women in Argentina. Textual analysis can be seen, following
Fairclough (1992, 1995, 2003), as a way of studying language used in texts focusing on socially
significant issues. Therefore, in a national sociohistorical context in which sensitivity towards
gender issues is increasing daily, the aim of my analysis is to bring to the fore, from a critical
perspective (van Dijk, 1991; Fairclough, 2003; Radford, 1992; Eckert y McConnell-Ginet, 2003),
the ideological load conveyed in the representations of one Argentine newspaper when it deals
with physical violence against women. Such a study actively supports the trend which favors
critical media literacy and connects critical discourse studies with an increasing awareness
among citizens regarding the constitutive nature of press representations.
Key words: physical violence against women, news reports, gender ideologies.
Introducción
El presente artículo se ocupa del estudio de las representaciones de la violencia física ejercida
por hombres sobre mujeres. La cobertura que de dicho tema hacen los diarios puede ayudar a
perpetuar la realidad de violencia que las mujeres abusadas enfrentan o puede promover el
cambio de esa situación por medio del uso del lenguaje para tal fin (Fairclough, 1992, 2003).
Esta postura se desprende de una concepción de discurso como acción social (Fairclough, 1992)
e implica que los periodistas, en la medida que ellos mismos son actores sociales, moldean los
hechos en consonancia con la línea editorial que el medio asume respecto de la realidad
representada. Dicho moldeado evidencia el carácter constitutivo de las representaciones
periodísticas, en las cuales, al tratarse de casos de violencia física ejercida por hombres sobre
mujeres, la concepción de género masculino y femenino, y su fusión con ideologías
relacionadas, son de primordial importancia. De este modo, las representaciones emergen no
solo de creencias específicas (por ejemplo, la violencia de los hombres es el resultado de
arranques pasionales de éstos provocados por las mismas mujeres) sino que su repetición
ayuda a naturalizar y a mantener vigentes tales creencias (por ejemplo, a través de su
expresión en artículos distintos), promoviendo la perpetuación de la violencia.
En el presente artículo, me centro en las elecciones lingüísticas que hacen periodistas del diario
La Nación2, de Argentina,en su representación de tres casos de mujeres asesinadas o abusadas
sexualmente por hombres. ‘Diseccionar’ la superficie lingüística desde una perspectiva crítica
me permite revelar algunas de las ideologías de género que la sustentan. En este trabajo en
particular, me concentro en los siguientes aspectos textuales: “voz” y “agencia”. Así, indago
respecto del uso de citas que hacen los periodistas a la vez que señalo qué recursos lingüísticos
emplean para atribuir la responsabilidad de la violencia. Estos pasos metodológicos me llevan a
abordar el interrogante que subsume mi análisis, a saber, ¿qué ideología(s) de género, dentro
del discurso de la heterosexualidad normativa, puede(n) constituirse como base general de las
noticias? Contestarlo hace posible empezar a conocer la posición general del diario respecto de
la violencia física practicada por los hombres en contra de las mujeres.
Cabe señalar que el presente artículo forma parte de un proyecto mayor alcance que tiene por
objetivo la alfabetización mediática (Fairclough, 1992) en Argentina, un movimiento que
promueve una postura crítica ante los siempre presentes mensajes mediáticos. Como
consecuencia, el estudio de las representaciones que un diario argentino hace acerca de la
violencia que ejerce un hombre sobre una mujer fomentará la práctica de la educomunicación
(Jacquinot, 1998; Morduchowicz y Minzi, 2003) en nuestro país, la cual impulsa el
cuestionamiento de las ideologías naturalizadas en los medios de comunicación.
1. Violencia de género
El contexto sociohistórico argentino actual evidencia una gran sensibilidad hacia cuestiones de
género. Entre otros indicios, dicha sensibilidad se pone de manifiesto en abril de 2009, con la
creación de la Ley 26.485: “Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la
violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales”.
Esta ley trae consigo la definición de lo que ha de entenderse por violencia contra las mujeres3
a la vez que estipula la existencia tanto de diferentes “tipos” (entre los que se encuentra el
“simbólico”) como de “modalidades” en las que la violencia puede manifestarse. Un inciso
específico dentro de estas últimas remite a la “violencia mediática contra las mujeres”4. De este
modo, aunque la violencia ejercida por hombres sobre mujeres no implica ninguna novedad, el
hecho de que una ley se constituya en su contra y se explicite, entre otras, la modalidad de
violencia mediática dentro de su definición, ubica a los medios argentinos bajo un escrutinio
mayor –por parte del Observatorio de la Violencia contra las Mujeres5, por ejemplo– y
demuestra también una mayor sensibilidad social y política respecto de la realidad violenta en la
que están inmersas muchas mujeres.
En el espectro mediático nacional, dicha sensibilidad tiene eco a través de una creciente
cobertura que hacen los diarios respecto de casos de agresión masculina hacia mujeres. En este
contexto, el estudio de los significados ideológicos transmitidos por las representaciones en la
prensa acerca de la violencia contra las mujeres se torna clave para establecer en qué medida
los diarios argentinos desafían valores patriarcales.
2. Género social
“Género”, como categoría social, se difumina en el trabajo periodístico en general, además de
las muchas otras áreas de la vida de una comunidad. Las perspectivas de los/las periodistas
acerca de lo que constituye un comportamiento de género apropiado, por ejemplo, puede
determinar su empleo (o no) de formas masculinas en sentido genérico. De un modo más
evidente, las representaciones que los/las periodistas hacen de casos de abuso físico sobre
mujeres surgen de ideologías de género que dan sustento, de forma consciente o no, a la
superficie lingüística de sus artículos. Como lo explican Eckert y McConnell-Ginet (2003), las
ideologías de género, por ejemplo la asunción de una heterosexualidad normativa, o
heterosexualidad universal, se presentan como supuestos que se dan por sentado en toda
comunicación. A la vez, estas ideologías conforman “el ordenamiento de género” preponderante
en una sociedad dada. Dicho ordenamiento representa, de acuerdo con las autoras, un sistema
de adjudicación de derechos y obligaciones, libertades y condicionamientos, límites y
posibilidades, poder y subordinación basado en la asignación de sexo y clase (2003: 34). Las
autoras señalan que las ideologías de género subyacen al modo en que los hombres y las
mujeres participan en sus vidas y sirven de explicación y justificación de tal participación (2003:
35). En este trabajo, me propongo considerar el lenguaje utilizado por la prensa en su
representación de la violencia ejercida por hombres sobre mujeres como parte del
ordenamiento de género que prevalece en Argentina (por ejemplo, al presentar nociones
patriarcales como naturales o al desafiarlas). En consecuencia, analizo recursos lingüísticos
(des)favorecidos por periodistas de un diario particular para precisar algunas de las ideologías
de género vigentes en nuestro país hoy.
Sigo a Fairclough (1992, 2003) en su abordaje del análisis de textos como una forma de
estudiar el lenguaje de éstos, privilegiando temas socialmente significativos. De este modo,
posiciono las noticias que analizo como práctica social, lo que apunta a su conexión de ida y
vuelta con sistemas mayores de creencias respecto de, por ejemplo, el comportamiento natural
de acuerdo con el género de mujeres y hombres en Argentina: es decir, las ideologías de
género no solo preexisten a las noticias sino que éstas se mantienen o desafían a través de los
textos. Para echar luz respecto del contenido ideológico de las noticias, adopto el análisis crítico
del discurso, por ser éste, como lo establecen Wodak y Meyer (2009), un programa de
investigación que se caracteriza por la “desmitificación” de las ideologías a través de la
investigación sistemática de datos semióticos, ya sean escritos, orales o visuales (2009: 3).
3. Análisis de la prensa
Un antecedente directo que inspira este artículo es el trabajo de Steeves (1997), en el que se
estudia el papel clave que juega la prensa en conseguir consentimiento para la aceptación, por
parte de la sociedad en su conjunto, de ideologías hegemónicas a través del uso del lenguaje
que representa la realidad de una forma particular. Por ende, aunque no siempre es el
resultado de una planificación consciente, el lenguaje de los artículos periodísticos sí refleja el
interés del diario por transmitir ciertos mensajes y no otros.
En relación con esta perspectiva, otro antecedente del presente artículo es el de van Dijk
(1987) quien subraya la naturaleza representacional del lenguaje de la prensa. Los diarios,
como lo explica el autor, expresan modelos de ciertos fragmentos de la realidad social real o
construida y tal lenguaje, por comunicar persuasivamente la posición de ciertos grupos, no es ni
un reflejo pasivo de las actitudes de los grupos dominantes ni un recuento rutinario de la
estructura social (1987: 40). Por otra parte, van Dijk (1991) hace notar que las noticias
expresan los discursos de las élites y de todos aquellos grupos que están equipados para
proveer historias rutinarias; son las opiniones de estos grupos las que aparecen como las voces
de las noticias. El autor también explica que a través de las noticias se ponen en circulación
tópicos y perspectivas ideológicas sobre las minorías (1991: 6-7).
El trabajo de Raiter y Zullo (2008) también antecede al presente estudio. Los autores señalan
que la crítica del discurso de los medios es necesaria precisamente porque los medios, entre
ellos la prensa, establecen la agenda al seleccionar qué hacer público y qué mantener fuera de
la construcción de las noticias y porque las representaciones son de naturaleza social: los
miembros de la comunidad comentan, hablan y discuten sobre los temas y visiones que ellos
les presentan (2008: 13).
Los estudios críticos del género, como los de Radford (1992), Clark (1998) y Eckert y
McConnell-Ginet (2003), son trabajos pertinentes que funcionan como guía para mi análisis de
la superficie lingüística de textos periodísticos y su contenido ideológico subyacente desde una
perspectiva de género.
4. Datos y metodología
En este artículo me centro en las elecciones lingüísticas que hacen periodistas del diario La
Naciónen cuatro noticias en donde se representan tres casos de mujeres asesinadas o abusadas
sexualmente por hombres (dos de las noticias abordan el mismo caso). En particular, decidí
focalizarme en los aspectos textuales relacionadas con la “voz” y la “agencia” debido a las
razones que expongo a continuación:
Las prácticas de citación preferidas por los diarios –“quién” se cita y “cómo” en artículos
periodísticos– evidencian el poder social con el que cuentan, puesto que los/las periodistas (y
sus editores) eligen las voces de quién(es) se incluyen en sus noticias. De este modo, abordo
los siguientes interrogantes: ¿Qué uso hacen los periodistas de las citas directas o indirectas?
¿A quién se cita? ¿A quién no? Busco establecer el efecto general producido por la combinación
de otras voces y la de los periodistas en la representación global de los casos, contestando a
preguntas como, por ejemplo, ¿los periodistas dan cabida a la perspectiva de la víctima o sólo
se centran en la perspectiva de “expertos”?
Al abordar actos de violencia infligida por hombres sobre mujeres, es necesario identificar a
quién se le atribuye la responsabilidad de los crímenes –de modo manifiesto o sutil– para
detectar el posicionamiento que el diario toma acerca del tema. Asimismo, prestar atención a si
los/las periodistas emplean construcciones en voz pasiva o activa, por ejemplo, ayuda a señalar
a qué actores sociales se les atribuye la responsabilidad de la violencia masculina sobre mujeres
en Argentina.
Las siguientes preguntas de investigación guían mi análisis: ¿Quiénes son los participantes
involucrados en los casos? De éstos, ¿a quiénes se responsabiliza por la violencia? Establezco
qué recursos lingüísticos emplean los periodistas para señalar dicha agencia y puntualizo de qué
mujeres y de qué hombres (por ejemplo, desde un punto de vista socioeconómico) se habla en
los casos de violencia física sobre mujeres.
Una vez hecho el análisis de estos aspectos textuales, procedo a identificar algunas de las
concepciones ideológicas de género que parecen proporcionar la base de la superficie
lingüística. Así, la pregunta central que circunscribe mi trabajo es: ¿Qué ideología(s) de género,
dentro del discurso de la heterosexualidad normativa, se encuentra(n) como base general de
los artículos?
4.1. Selección justificada del género discursivo
Este artículo se origina en un estudio mayor (Gómez Calvillo, 2008), en el que empleo tres
diarios para mi análisis6. Por consiguiente, mientras que aquí me centro en el análisis de cuatro
noticias extraídas de un diario solamente, mi trabajo previo ha proporcionado, sin duda,
andamiaje para las conclusiones a las que arribo en el presente estudio. Tanto en este trabajo
como en mi estudio anterior me he focalizado en un análisis cualitativo porque es la emergencia
de posiciones ideológicas lo que me interesa subrayar (en lugar de conclusiones más
abarcadoras basadas en un corpus mayor de datos cuantitativos).
Todas las noticias que estudio fueron publicadas entre noviembre de 2007 y junio de 2008.
Decidí centrarme en este período a partir de material para otros trabajos sobre violencia de
género que realicé. Para la búsqueda de los textos, empleé los respectivos archivos electrónicos
de los diarios mientras que el criterio de selección de artículos fue temático: en primera
instancia, consideré la definición de “violencia de género” dada por la ley española 1/2004 con
el objeto de obtener un primer grupo de artículos: “Violencia de género es, según la Ley 1/2004
de España, la violencia que ejercen los hombres sobre las mujeres para someterlas solo por el
hecho de ser mujeres” (http://www.publico.es/espana/039045/manual/redactor).
De este modo, para dar con un primer grupo de noticias, utilicé frases como “violencia de
género”, “abusos sexuales a mujeres”, “violencia doméstica”, “violencia familiar”, y
“discriminación a mujeres”. Luego limité el criterio de búsqueda al seleccionar sólo aquéllas que
trataran casos de “violencia física en contra de mujeres por hombres”. Es decir que las cuatro
noticias del presente artículo concurren respecto del tema general al que refieren.
Cabe señalar que, además de analizar noticias, en este estudio llevo a cabo una revisión de
artículos periodísticos cuya perspectiva sobre la violencia es general, por ejemplo, en
“editoriales” o “artículos de opinión”. A medida que avanzo en mi análisis, se hace posible la
correferencia entre textos dentro de un mismo diario y entre diarios distintos7. Empleo esta
estrategia de contextualización para realizar un análisis más fundamentado de la representación
hecha por cada diario acerca de los casos específicos de mujeres abusadas.
De modo evidente, dicha estrategia demuestra que los objetivos de cada género periodístico
condicionan el tipo de perspectiva ideológica a manifestar y el grado en el que es aceptable
manifestar contenidos de carga ideológica. Resulta esperable encontrar que las opiniones
vertidas en textos del género “editorial” o del género “comentario” sean “políticamente
correctas” o “aceptables” para un auditorio muy amplio. Por el contrario, los textos del género
“noticias”, puesto que se orientan al objetivo de informar sobre estados de cosas y hechos,
dejan llegar a la superficie perspectivas ideológicas menos filtradas por las expectativas
generales de aceptabilidad y corrección política. Por ende, el género “noticias” es especialmente
importante para el análisis porque las bases ideológicas que se manifiestan en él son las
efectivamente puestas en circulación y hechas perdurar.
5. Análisis
5.1. Información general sobre las noticias
La primera noticia se titula “Asesinan a una joven de 29 años en un barrio privado” y en la
volanta8 se lee: “En Exaltación de la Cruz”, una localidad a 73 km de Buenos Aires capital. En
una fotografía se ve a la víctima, Rosana Edith Galeano, con su vestido de casamiento, saliendo
de un auto. El epígrafe señala: “Rosana, el día de la boda con Juan Arce, uno de los
sospechosos”. La bajada se compone de sólo una oración, que dice: “Creen que se trató de un
crimen pasional”.
El titular de la segunda noticia es: “Todo conduce a que Arce fue el autor”. La bajada dice: “Lo
aseguró el abogado de la familia Galliano; hoy declararon los padres de la víctima y la madre
del viudo, José Arce”. Como lo indica esta sección, el texto trata sobre las declaraciones
realizadas por los padres de la víctima y por la madre de José Arce sobre el asesinato de
Rosana Galliano9.
La tercera y cuarta noticias se centran en casos de violaciones de mujeres en manos de
desconocidos. Una de éstas se titula: “Sería un violador serial el que atacó a la profesora de
Núñez”. La volanta y la bajada dicen, respectivamente: “Preocupación de los vecinos” y “ONG
de ayuda a víctimas piden un registro de abusadores”. Por su parte, el titular de la última
noticia es: “Denunció haber sido violada en su casa”. La volanta establece el lugar del crimen,
“En Palermo”, y la bajada, la vía de ingreso al lugar del crimen, “El agresor habría entrado por
el balcón”.
La primera noticia es del 18/01/08 y tiene una extensión de 663 palabras mientras que la
segunda es del 07/02/08 y tiene 601 palabras. La tercera y la cuarta noticias tienen una
extensión de 550 palabras y 450 palabras, respectivamente. La tercera noticia es del 18/01/08
y la cuarta del 30/04/08. Todas las noticias pertenecen a la sección “Información general” del
diario.
5.2. “Asesinan a una joven de 29 años en un barrio privado”
5.2.1. El crimen y la víctima
Debajo de la fotografía y tras presentar el quién y el dónde del crimen, se indica que el
asesinato de la mujer pudo haber sido un “crimen pasional”, a la vez que se incluye, en el
mismo extracto, información acerca de un “jardinero” quien “frecuentaba a la joven asesinada”:
1. Ahora los investigadores del asesinato orientan sus pistas a un crimen pasional, por lo que
investigan al ex marido de la víctima y a un jardinero que trabajó para el hombre y que, se
cree, frecuentaba a la joven asesinada, dijeron fuentes judiciales a LA NACION.
La expresión “crimen pasional” puede conectarse a la noción de “los impulsos sexuales, fuertes
e incontrolables y socialmente aceptables” (Hyden y McCarthy, 1994) que Ehrlich (1998)
emplea en su análisis de procesos de adjudicación de abusos sexuales. De este modo, la
“masculinidad hegemónica” (entre otros autores, Ehrlich, 1998), que posiciona a la violencia
masculina en contra de las mujeres como “natural” empieza a vislumbrarse en la noticia.
Por otra parte, la víctima es descrita como una mujer “rubia, esbelta, de finos modales,
callada10” que era frecuentada por un hombre casado (ver fragmento 2), lo que puede aludir al
accionar errado de la misma Galeano. Nótese, además, que la elección del verbo “frecuentar”
(en 1) parece reforzar la culpabilidad de la mujer, puesto que presenta su relación con el
jardinero extendiéndose en el tiempo.
A su vez, las prácticas de citación empleadas en el artículo parecen también favorecer la
descripción de Galeano como responsable de su propia muerte:
2. Los testimonios de dos vecinos llevaron a los investigadores hasta otro sospechoso, un
jardinero que vive en una casaquinta supuestamente usurpada, muy cercana a la casa de la
víctima. Los indicios que llevaron a interrogarlo hasta anoche, al cierre de esta edición, son los
relatos de testigos que dicen que una de las razones de la separación de Rosana fue el haber
iniciado una relación con el jardinero […] El jardinero declaró que a la hora del crimen estaba
con su esposa y sus hijos en su casa.
Estas citas pertenecen a “grupos colectivos anónimos” –“vecinos”, “testigos”–, práctica que
puede facilitar la decodificación no crítica de las noticias (Zelizer, 1989). En este caso, dicha
interpretación no crítica estaría asociada con la idea de la promiscuidad de Galeano, y en
consecuencia, con el hecho de que su propio accionar fue el que la condujo a su muerte.
Vale la pena detenerse en la las construcciones impersonales presentes en la noticia. Por un
lado, la impersonalidad del título y la bajada puede corresponder al hecho de que el asesino no
estaba identificado al momento de publicación del artículo. Por el otro, su empleo en
combinación con otras estrategias de citación hace creíble la noticia. Así, además del uso de “se
cree” (fragmento 1), el noveno párrafo de la noticia dice: “El fiscal Pernici dijo a LA NACION
que se investigan a las personas cercanas a la víctima”. Estas palabras evidencian la inclusión
de una fuente específica en la noticia (por medio de una cita indirecta), y es la voz de Marcelo
Pernici, el fiscal a cargo del caso. Entre los mecanismos que sirven para enfatizar la relevancia
de un tipo de contenido en las noticias (van Dijk, 1991), se encuentran los recursos que
enfatizan la naturaleza factual de los eventos a través del empleo de evidencia que proviene
tanto de testigos oculares próximos como de otras fuentes confiables por su rol de experto. De
este modo, la noticia se centra en “Los testimonios de dos vecinos”, en “los relatos de testigos”
(que son tanto grupos colectivos anónimos como posibles testigos oculares) y también en lo
dicho por “fuentes judiciales a LA NACION” o por “El fiscal, Pernici” (expertos en la materia).
Todos estos mecanismos de citación otorgan credibilidad a la noticia en general por la
apariencia de objetividad que generan.
5.2.2. El victimario
Mientras que dos sospechosos del crimen –el ex marido de la mujer y un jardinero– se
mencionan de modo explícito en la noticia, vale la pena prestar atención a la manera en que se
hace. Sobre el ex marido de Galeano, se puede leer:
4. Las primeras pistas apuntaron a Juan Arce, el ex marido, que tenía una orden judicial para
no acercarse a su ex mujer, aunque no así a sus hijos. El hombre, que tiene cuatro casas en la
zona de Pilar, maneja una camioneta y se dedica a la venta de huevos, declaró desde
anteanoche hasta las 5 de la madrugada de ayer. Pudo establecer que a la hora del homicidio
estaba en el Hospital de Pilar, donde un pediatra atendía a uno de sus hijos, que tenía fiebre.
Obsérvese cómo el hecho de que Arce tenía prohibido, con orden judicial de por medio,
acercarse a su ex esposa es algo que en Argentina suele ser el resultado de una denuncia
policial –en este caso realizada por Galeano– y alude a la violencia a la que estaría expuesta en
manos de su marido. Sin embargo, dicha violencia aparece soslayada puesto que la información
al respecto se expresa por medio de una proposición subordinada no restrictiva, “que tenía una
orden judicial para no acercarse a su ex mujer”, cuyo contenido no se realza sino que se ubica
como un inciso aparte. A la vez, este dato está acompañado por otra información, positiva,
acerca de la posición económica ventajosa de Arce y de su rol como padre comprometido con el
cuidado de sus hijos.
Por otro lado, el contraste que emerge respecto de la descripción del otro sospechoso es
notable. Como lo muestra el fragmento 2 arriba, el nombre del supuesto amante no se
especifica (en ningún lugar en la noticia) sino que se elige llamarlo “el jardinero”. Al mismo
tiempo, se lo describe como “un jardinero que vive en una casaquinta supuestamente
usurpada”, aludiendo a la conexión entre ausencia de recursos económicos y la violencia hacia
las mujeres.
5.3. “Todo conduce a que Arce fue el autor”
El título ‘“Todo conduce a que Arce fue el autor”’ es una cita atribuida al abogado de la familia
Galliano11, algo que se aclara inmediatamente después, en la bajada: “Lo aseguró el abogado
de la familia Galliano; hoy declararon los padres de la víctima y la madre del viudo, José Arce”.
Como lo anticipa el título y la bajada, la noticia se compone en su mayoría de citas, y la
persona cuyas opiniones tienen mayor cabida es Roberto Babington, el abogado de la familia
Galliano. Además del título, su voz aparece seis veces (dos citas indirectas y cuatro directas) en
la primera parte del artículo (desde el primero al séptimo, de los trece párrafos totales). Por
ejemplo:
5. El abogado de la familia de Rosana Galliano aseguró hoy que la única forma de esclarecer
el homicidio es que se ordene la detención de Arce […] “Todo conduce a que Arce fue el autor
de forma mediata ya que obviamente ha quedado acreditado que por su propia mano no lo
pudo hacer”, explicó el letrado […]
Estas palabras –por su ubicación temprana en la noticia y por su conexión con el título (van
Dijk, 1988)– parecen señalar la culpabilidad de Arce en el asesinato de Galliano. Sin embargo, a
medida que la noticia avanza, el objetivo del dedo acusador cambia gradualmente de Arce a
Rosana Galliano y, al final, hacia otra mujer, la madre de Arce.
Una vez más, y a través de las citas empleadas, la representación de Rosana Galliano –como
sucedió en la primera noticia– parece girar alrededor de la promiscuidad de la vida de la mujer:
6. Sobre la declaración de su representado, Babington sostuvo que “el fiscal se interiorizó de
todo el conocimiento que el señor Reinaldo tenía sobre las relaciones, situaciones e incidentes
suscitados antes del hecho”.
7. Por su parte, Reinaldo Galliano dijo que ahora que ya terminó de declarar se siente más
tranquilo. “Descargué todas la cosas que sabía interiormente de mi hija […] que además
agregó: “Espero que en corto tiempo esté todo solucionado. La Justicia está trabajando bien”.
Expresiones tales como “las relaciones, situaciones e incidentes suscitados antes del hecho” y
“[…] Descargué todas la cosas que sabía interiormente de mi hija” pueden tener el efecto de
describir a Rosana Galliano como una mujer que estaba involucrada en actividades
reprochables, las que, a su vez, eran una “carga” para su padre (fragmento 7). La
representación alrededor de la noción de “carga” puede ser un indicio de que La Nación
posiciona al padre de la víctima –en consonancia con una sociedad patriarcal– como una
persona oprimida por las acciones reprochables de su propia hija: el hombre, después de haber
hablado acerca de éstas (con otro hombre, el fiscal) se ha deshecho de la carga y se siente en
calma. A la vez, mientras que la madre de Rosana Galliano hizo sus propias declaraciones
también, su voz no tiene cabida en el artículo12. Sin embargo, sí se incluye la voz e información
más detallada acerca de la madre de José Arce, Elsa Aguilar:
8. “La quería mucho. Era la madre de mis nietos […]” dijo Elsa Aguilar ante los periodistas que
la aguardaban a la salida de la fiscalía. Fuentes de la investigación indicaron a Télam que
Pernici mandó investigar su situación patrimonial, sus cuentas y hasta sus viajes, ya que vivió
muchos años en Estados Unidos. Según las fuentes, Aguilar es […] una de la sospechas de los
investigadores es que, molesta porque Rosana se estaba divorciando de su hijo y quería la
mitad de los bienes, haya tenido participación en la planificación del crimen.
En este fragmento se nota la tendencia de la prensa de citar entidades que en su mayoría son
anónimas y colectivas y que representan las perspectivas de instituciones oficiales, y por ende
poderosas (Fairclough, 1995). Estas perspectivas se hacen disponibles al público en general
gracias a la mediación de los periodistas y adquieren fuerza y resonancia a través de un
lenguaje accesible para el público meta. Ocurre, entonces, una naturalización de la voz de los
poderosos como si fuera la voz del sentido común (ibídem). En este caso, la cita de Reinaldo
Galliano “La Justicia está trabajando bien” (en 7) se fusiona con “Fuentes de la investigación”
(en 8) y la idea general tras ellas parece ser que el sistema judicial está en el buen camino; en
consecuencia, sus opiniones, por ejemplo sobre Elsa Aguilar, son acertadas y tienen sentido13.
5.4. “Sería un violador serial el que atacó a la profesora de
Núñez” / “Denunció haber sido violada en su casa”
Las dos noticias siguientes abordan casos de violación de mujeres por extraños. Al comienzo de
ambas, se hace foco en el lugar del crimen y en la consecuente preocupación de los vecinos de
los barrios de Núñez y Palermo, respectivamente. Por ejemplo, tras la bajada, en la tercera
noticia se lee:
9. Los vecinos de Núñez están indignados y preocupados. La violación que sufrió anteayer una
profesora de gimnasia, de 27 años, en su departamento del primer piso del edificio de Arcos al
3400, donde vive sola, es el quinto caso que se da de la misma forma en los últimos cinco
meses, en la zona norte de la Capital.
Se observa un otorgamiento de importancia al lugar del crimen (evidenciado además por la
inclusión de las direcciones completas de las residencias de las víctimas) y a la preocupación de
los vecinos de barrios como Palermo y Núñez, algo que, a su vez, parece subrayar la
excepcionalidad, e inadecuación, de tales violaciones en barrios de “la zona norte de la Capital”,
considerados de clase media-alta en Buenos Aires.
Vale la pena señalar que el Concejo Nacional de la Mujer en Argentina declara que “la gran
mayoría de los casos de violencia familiar involucran a mujeres que son abusadas por sus
parejas o maridos; en todos los casos, el porcentaje mayor de abusadores –entre el 80 y 90 por
ciento– corresponde a la pareja, marido o ex-pareja de las mujeres”14. Sin embargo, las dos
noticias representan las violaciones como un tipo de violencia que es infringida sobre mujeres
(que viven solas) por hombres con los cuales no están vinculadas de ninguna manera. Por
ejemplo:
10. Leuzzi, de Avivi, explicó que […] la señora, que estaba muy shockeada por lo que le había
tocado vivir. Explicó también que la víctima “no conoce al agresor ni es familiar ni pariente
suyo”, y que la sorprendió al ingresar por el balcón, como el “hombre araña” que ya atacó en
otros barrios.
Nótese cómo la perspectiva de Leuzzi (presidenta de la organización “Ayuda a víctimas de
violación”) subraya la idea de que el violador era desconocido por la víctima.
Por otra parte, los dos textos incluyen abundante información, a través de citas a
representantes de distintas organizaciones y a fuentes policiales, acerca del modus operandi de
los violadores. Por ejemplo,
11. “El violador hace una tarea de inteligencia, ataca a mujeres solas, las ata, les tapa los ojos,
les pregunta si prefieren que las mate o que las viole, y después de violarlas las hace bañarse
para que no queden rastros de semen que puedan inculparlo”, explicó Yaconis al analizar el
caso de la profesora de gimnasia, que quedó en manos del fiscal de Saavedra, José María
Campagnoli.
Estos datos podrían considerarse como el resultado del interés del diario por fomentar que sus
lectores, en especial mujeres, tomen los recaudos necesarios ante el peligro. Sin embargo, un
reporte tan detallado acerca de los crímenes podría también indicar la preferencia del diario por
el sensacionalismo en las noticias. Dicho estilo sensacionalista realzaría, a su vez, el sentimiento
de indefensión de las víctimas, resaltado por la manera de referenciar a las mujeres violadas.
Tras la primera sección (siete párrafos) de la tercera noticia, se empieza otra con el título
“Prevenir y vigilar”. Los dos primeros párrafos de esta sección incluyen nuevamente la voz de
representantes de organizaciones para dar información, nuevamente, acerca de otro violador
cuyas víctimas no le eran cercanas. La noticia finaliza con la voz de algunos vecinos de Núñez,
quienes solicitan no solo la elaboración del registro de violadores sino también que la Justicia
sea “más dura” con ellos:
12. Los vecinos de Núñez, consultados por LA NACION, coincidieron en que un registro de
violadores sería útil, pero destacaron que la Justicia debería ser más dura. “No basta con que
estén registrados, la Justicia debería darles cadena perpetua”, dijo Adrián Castro, de 30 años.
“Yo vivo sola y ayer a la noche no pude pegar un ojo, y eso que estoy en un séptimo piso”, dijo
asustada Soledad, una vecina de Núñez, de 28 años […]
La inclusión de estas voces en una noticia evidencia el proceso de traducción que la prensa
lleva a cabo (Fairclough, 1992) y que implica un movimiento a favor de vocabulario típico del
habla oral. Cuando hablan los vecinos de Núñez, La Nación se convierte en un proveedor de
noticias de un modo que es el típico del público meta y una relación de solidaridad se proyecta
en apariencia hacia ese público; el diario se convierte en el mediador de los hechos de interés
periodístico para el público en los términos de sentido común que le son propios a este último.
Y en este estilo de expresión, es nuevamente la noción de que la violación por extraños es
frecuente y debe combatirse15 lo que aparece resaltado.
6. Interpretación
En la primera noticia, al categorizar al asesinato de la mujer en manos de un hombre como el
resultado de la “pasión” de éste, el diario presenta el origen del crimen en los instintos o deseos
avasalladores del hombre, es decir, en un comportamiento incontrolable. Dicha representación
puede contribuir a atribuir “naturalidad” al asesinato e incluso “culpabilidad” de la mujer en su
propia muerte. Una representación de la víctima que subraya su responsabilidad en su propia
muerte fue definida por Radford (1992) como “victimización” o “victimología”. Para esta autora,
la victimología denota la responsabilidad que tiene por su propia muerte la víctima de un
femicidio16 y es, según ella, práctica frecuente en los medios masivos. Aun cuando no emplee
este concepto en el presente análisis, el patrón de culpabilización de la víctima sí emerge en la
noticia: tanto la elección del nombre del crimen como las citas que realzan la promiscuidad de
la mujer parecen apuntar a la víctima como provocadora de su asesinato. A la vez, las prácticas
de citación mediante construcciones impersonales en conjunción con otras estrategias de voz
que remiten a la opinión de expertos hace creíble el reporte por su aparente objetividad. Dicha
objetividad se conjuga con la descripción del crimen como “crimen pasional” y con la
presentación de la víctima como una mujer que cumplía con los estándares patriarcales de
belleza, juventud y buenos modales y que era frecuentada por un hombre casado. Es decir que
la objetividad parece asociarse con la responsabilidad de la víctima en su propio asesinato.
Recuérdese que en la segunda noticia se mantiene la culpabilidad de la mujer, aunque además
de la víctima, aparece esta vez otra mujer como posible responsable del asesinato: ahora es la
suegra de Galliano quien pudo haber tramado el crimen. Dicha responsabilidad, sin embargo, se
transfiere no sin castigar a la víctima nuevamente ya que ésta “se estaba divorciando de su hijo
y quería la mitad de los bienes” (apartado 8 arriba). Parece reforzarse entonces el estereotipo
de género que posiciona a las suegras como personas envidiosas de las esposas de sus hijos,
siempre en conspiración contra aquéllas. Como práctica de representación, la estereotipación
implica simplificación, reducción y naturalización (Talbot, 2003). En consecuencia, la idea de la
suegra malvada se suma al estereotipo que posiciona a las rubias atractivas como infieles a sus
maridos, y este juego de estereotipos puede llevar a la naturalización del asesinato de la mujer
puesto que fue consecuencia del odio “natural” de su ex suegra o de la pasión “natural” de su
ex marido. De esta manera, al recurrir a estereotipos acerca de la promiscuidad de las rubias
atractivas –y su consecuente asesinato– y de la envidia natural de las suegras, La Nación
contribuye a naturalizar valores sexistas y patriarcales por medio del uso del lenguaje en
diferentes artículos.
En cuanto al posible victimario, el contraste que emerge en la primera noticia entre uno y otro
sospechoso es notable. Así, el “sospechoso principal” aparece representado como un padre
comprometido y trabajador a la vez que se subraya su prosperidad económica. Aun cuando su
probable culpa no se niega por completo, y aun cuando se puede ser rico y violento, la
descripción favorable de Arce (asociada a sus recursos materiales y a su rol de padre
comprometido) parece mitigar su posible culpa. Por el contrario, del segundo sospechoso se
dice que protagonizaba acciones ilegales/inmorales (usurpar una casa, engañar a su esposa) y
se lo identifica por su oficio antes que por su nombre completo (nótese que de Arce pudo
haberse dicho “el comerciante”). Dicha representación de un sospechoso con menor recursos
permite conectar la marginalidad (en este caso económica) con el tipo de representaciones que
se hacen acerca de grupos sociales marginados (aquí, un trabajador cuyo oficio no genera
importantes ganancias)17.
Respecto de las dos últimas noticias, al destacar la vulnerabilidad de las mujeres que viven
solas, el diario parece contradecir el hecho de que la mayoría de las mujeres que sufren
violencia sexual en Argentina la sufre en manos de hombres con quienes tienen un vínculo
cercano. Por otra parte, el detalle incluido respecto de las víctimas –la información que
prevalece se centra en la dirección completa de las mujeres, su edad (27 y 43,
respectivamente), ocupación (ambas son maestras), y su estado civil (ambas son solteras y
viven solas)– apunta al hecho que, como explica Clark (1998), “casi siempre se incluyen datos
no como para individualizar a la víctima sino para rotularla” (1998: 185). Este punto también
puede identificarse en las noticias de La Nación puesto que se hace una selección de detalles
personales que parecen conformar un mensaje de advertencia para los lectores: las mujeres
deben evitar vivir solas puesto que corren riesgo de ser violadas por un delincuente
desconocido.
De este modo, las representaciones de violaciones en estas dos noticias subrayan tanto la
recurrencia de las “violaciones por extraños” –presentando, de forma indirecta, a las zonas más
ricas de Argentina como objetivos inapropiados de estos crímenes– como la “culpabilidad de la
mujer” –resaltando el hecho de que las víctimas vivían solas sin la protección de un marido.
Mientras que estas noticias podrían considerarse como una contribución de La Nación para
apoyar la aprobación del registro de violadores18, la representación puede también contribuir a
mantener posturas machistas, invisibilizando las violaciones perpetuadas por maridos, novios o
parejas y manteniendo vigente la concepción de culpabilidad de toda mujer que decida vivir
sola, es decir, sin un varón protector.
7. Discusión
En el caso del uso del lenguaje que un periodista hace en uno de los diarios nacionales de
mayor tirada de Argentina (respecto del cual debe notarse que su publicación se realiza en
Buenos Aires, capital donde ocurre la mayoría de las producciones culturales del país), sus
elecciones lingüísticas han de ubicarse alto en el mercado lingüístico nacional (Eckert, 2000,
respecto del concepto de Bourdieu y Boltanski, 1975). Esta posición otorga más posibilidades a
tales periodistas de Buenos Aires de que sus contribuciones lingüísticas ejerzan influencia sobre
las opiniones de lectores del diario.
A la vez, las personas podemos ser más conscientes de las acciones de índole ideológica que
llevamos a cabo dependiendo de, entre otras cosas, las posibilidades socio-económica que
tengamos o la función que ejerzamos en determinadas ocasiones, y de este modo, podemos
contribuir a la creación, mantenimiento o desafío de ideologías. Por ejemplo, el decálogo creado
por la Red PAR (Periodistas de Argentina en Red) para “el tratamiento periodístico de la
violencia contra las mujeres” es un acto consciente –por parte de un colectivo de periodistas
argentinos para no representar, entre otras cosas, el asesinato de una mujer por parte de un
hombre como un hecho que surge de la pasión “natural” experimentada por el perpetrador de
un crimen19. De esta manera, la eliminación de la figura del “crimen pasional” de algunas
redacciones es un acto consciente para ayudar a cambiar, o desnaturalizar, un valor patriarcal a
través de reportes periodísticos de prensa. Asimismo, un periodista que, hasta el momento de
formar parte de la red, había usado “crimen pasional” en sus trabajos, pudo haber estado al
tanto de la carga ideológica de la frase y usarla simplemente por haberla encontrado antes, sin
ser del todo consciente de sus connotaciones: reflexionado o no, sin embargo, el empleo de
este término contribuye a mantener la ideología detrás de las palabras. Como señala Cameron
(1998: 13), el lenguaje no es solamente un edificio cultural sino que es también una práctica
cotidiana; y la experiencia muestra que no debemos sobrestimar la capacidad de quienes
imponen las normas para fijar las condiciones del uso diario del lenguaje. En consecuencia, la
autora desafía la noción del “lenguaje como entidad viva”, al señalar que “el escindir el uso del
lenguaje de su contexto histórico, cultural y social y ubicarlo en el ámbito ‘natural’ de los seres
vivos es una receta perfecta para la inercia política” (1998: 13). De manera similar, las
ideologías de género no son independientes de las personas cuyas acciones (lingüísticas y no
lingüísticas) las mantienen vivas o las cuestionan. De aquí se desprende que si las posiciones
que ocupan determinadas personas les permiten ejercer mayor o menor influencia (con
distintos grados de consciencia) en la naturalización o en el derrumbamiento de ideologías (de
género y de otra naturaleza), el trabajo de los periodistas, sobre todo si publican en diarios de
amplia circulación, puede tomarse como ejemplo particular de tales posiciones influyentes.
7.1. Ideologías de género
En el presente trabajo, he hecho foco en las prácticas favorecidas por periodistas del diario La
Nación para otorgar voz, directa o indirectamente, a los actores involucrados en casos de
violencia masculina sobre mujeres y para asignar o quitar la responsabilidad de dicha violencia
a personas específicas. El análisis del presente artículo no se remite a elecciones lingüísticas
aisladas en una noticia solamente sino que establece interconexiones entre ellas y otras que
aparecen en el mismo texto a la vez que las vincula con las decisiones lingüísticas empleadas
en otras tres noticias. Al mismo tiempo, y como lo señalé arriba, mis conclusiones
inevitablemente adquirieron más determinación por proceder de un trabajo mayor, mi tesis de
maestría.
De este modo, el análisis en el presente trabajo me permite develar las siguientes ideologías de
género:
(1) La violencia en manos de hombres contra mujeres se vincula con lugares
marginados de la sociedad donde las mujeres son víctimas de los hombres en un
sistema socioeconómico que favorece a los grupos económicamente poderosos
solamente. El discurso establece que los hombres pobres son los victimarios de la violencia.
En la tercera y la cuarta noticias podemos observar que el énfasis en la ubicación geográfica de
los casos de “violación por extraños” puede señalar, de modo indirecto, que el “shock” de los
vecinos se remite a la inadecuación de tales crímenes en barrios como Palermo y Núñez en
Buenos Aires capital. Recuérdese, también, la representación más negativa que recibió el
“jardinero” en la primera noticia, respecto de la descripción que se hace del otro sospechoso,
de mejores condiciones económicas.
De este modo, si, con distintos grados de evidencia, la violencia masculina ejercida sobre una
mujer se presenta con un trasfondo de escasez de recursos socioeconómicos, emerge aquí
también el mensaje de van Dijk (1991) respecto de que los grupos minoritarios –es decir, sin
poder económico ni político– suelen ser equiparados con valores y comportamientos negativos
en los medios hegemónicos. Tal equiparación, a su vez, ayuda a aumentar la naturalización del
vínculo entre violencia y pobreza.
(2) Las mujeres son responsables de la violencia que padecen; (3) Las mujeres
pertenecen al ámbito de lo privado.
Las primera y segunda noticias se remiten al asesinato de una mujer, quien aparece
representada como una mujer hermosa que llevaba una vida promiscua: tanto su belleza como
su estilo de vida pudieron llevarla a su muerte –recuérdese el empleo de la frase “crimen
pasional” y su connotación de la noción de naturalidad en la muerte de la víctima. Surge, de
este modo, la ideología de la “culpabilidad de la mujer” (Radford, 1992) que coloca a las
mujeres víctimas de crímenes machistas como las responsables de los mismos. Esta ideología
puede, a la vez, conectarse con una tercera que establece la diferenciación entre los ámbitos
público y privado y la naturalidad de la vida y accionar de las mujeres solamente en este último.
Eckert y McConnell-Ginet (2003) afirman que el rol doméstico de la mujer emerge
generalmente en su restricción al espacio privado, y en una dominación por parte del hombre
del espacio público (2003: 41). En consecuencia, la esfera pública es vista como el “entorno
natural” para la actuación de los hombres mientras que la esfera privada es el lugar “correcto”
para las mujeres. Aquellas mujeres que se atreven a vivir solas y a ser independientes –como
observamos en la tercera y la cuarta noticias– son violentamente castigadas, y los artículos que
abordan tales hechos parecen fomentar la perpetuación de esta idea.
8. Conclusión
En el presente artículo he podido develar parte del justificativo ideológico que puede
fundamentar la superficie lingüística de las noticias. Con mi análisis arribo a tres ideologías de
género subyacentes al reporte que un diario argentino hace sobre tres casos particulares de
violencia física ejercida por hombres sobre mujeres. Mientras algunos lectores podrían argüir
que dichas ideologías, en especial la primera, no remite al concepto de género de manera
específica, el vínculo que dicha ideología establece entre género y posición socioeconómica, sin
embargo, puede servir para enfatizar que ninguna categoría social puede abordarse sin
establecer relaciones con otras. Así, la emergencia de las tres ideologías juntas apunta a la
existencia de un discurso patriarcal en un diario importante en el mercado lingüístico argentino
que ayuda a institucionalizar un orden de género que continúa beneficiando a los hombres,
sobretodo si son social y económicamente poderosos. Es decir, las noticias de la categoría
“violencia física sobre mujeres por hombres” en el diario La Nación expresan los discursos de
las élites patriarcales.
Este conjunto de contenidos ideológicos deben ser considerados con cautela: no solo porque
emergen de un corpus acotado, sino también porque las mujeres y los hombres no pueden ser
tratados como grupos homogéneos cuyos miembros todos piensan y actúan igual. Por ejemplo,
existen personas en Argentina que no se identifican como integrantes del orden de género
dominante y “heteronormativo” develado a través de estas ideologías. Por otra parte, es
importante subrayar que la crítica de los mensajes de los medios no es necesaria porque los
miembros de una comunidad lingüística creamos todo lo que oímos y leemos; el análisis
reflexivo de los mensajes mediáticos es primordial porque, como explican Raiter y Zullo (2008),
el procesamiento lingüístico que las personas hacemos de éstos es automático y obliga a la
construcción de una representación de lo percibido (2008: 13). Dicha automaticidad en el
procesamiento del lenguaje y la construcción de una representación específica del mundo
representado dan pie para considerar las conclusiones que desprendo de mi análisis como
instancias particulares de la relación de ida y vuelta entre el lenguaje y la realidad (como reflejo
de ideologías). Y ésta es una relación que sirve como trampolín para el análisis crítico del
discurso y para la práctica de la educomunicación que promueve un consumo crítico – por
medio de prácticas conscientes llevadas a cabo en las aulas – de los mensajes mediáticos.
NOTAS
1
Este trabajo forma parte de mis actividades como integrante del equipo que lleva a cabo
el Proyecto de Investigación titulado “La interacción verbal entre representantes del estado y
ciudadanos: fenómenos epistémicos en la oralidad y la escritura”, el cual cuenta con el aval y
subsidio de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de Córdoba,
Argentina, y cuya dirección está a cargo de la Dra. Isolda E. Carranza.
2
Raiter y Zullo (2008) dicen de La Nación: “Uno de los periódicos con mayor circulación de
la Argentina. Es considerado un diario serio” (2008: 27).
3
“Toda condición u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público
como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad,
dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su
seguridad personal” (Decálogo para el tratamiento periodístico de la violencia contra las
mujeres, 2010: 56).
4
“Aquella publicación o difusión de mensajes e imágenes estereotipados a través de
cualquier medio masivo de comunicación, que de manera directa o indirecta promueva la
explotación de mujeres o sus imágenes, injurie, difame, discrimine, deshonre, humille o atente
contra la dignidad de las mujeres, como así también la utilización de mujeres, adolescentes y
niñas en mensajes e imágenes pornográficos, legitimando la desigualdad de trato o que
construya patrones socioculturales reproductores de la desigualdad o generadores de violencia
contra las mujeres” (Decálogo para el tratamiento periodístico de la violencia contra las
mujeres, 2010: 58).
5
El Capítulo IV, artículo 12, de la Ley 26.485 establece la creación del “Observatorio de la
Violencia contra las Mujeres en el ámbito del Consejo Nacional de la Mujer, destinado al
monitoreo, recolección, producción, registro y sistematización de datos e información sobre la
violencia contra las mujeres” (Decálogo para el tratamiento periodístico de la violencia contra
las mujeres, 2010: 68).
En Gómez Calvillo (2008) me concentro en cinco artículos de Página 12, cinco de La
Nacióny cinco de Crítica de la Argentina. Este último diario empezó a circular en marzo de 2008
y en abril de 2010 finalizó su publicación.
6
7
En Gómez Calvillo (2008) también especifico si otros textos publicados en cada diario el
mismo día de publicación de las noticias bajo análisis hacen conexiones con la representación
presente en los textos estudiados. De este modo, las generalizaciones que hago acerca de la
posición de cada diario respecto de la violencia masculina en contra de mujeres –y las
ideologías de género detrás de ella– están mejor sustanciadas.
8
Las palabras “volanta” y “bajada” refieren al ante-título (o pre-título) y al post-título,
respectivamente.
9
Las dos primeras noticias abordan el asesinato de Rosana Galeano (o Galliano –
explicación en nota “13” más adelante). Su caso fue tratado, de acuerdo con la búsqueda que
realicé en el archivo electrónico del diario, dieciocho veces, entre el 17/01/08 y el 17/04/08.
Este número de artículos centrados en su caso puede deberse a que al momento de ocurrir el
asesinato no imputan a nadie, algo que motiva la investigación policial y judicial. Luego, un
posible responsable acusa a otro, lo que provoca confusión, a la vez que empiezan a surgir más
pistas. Dicha sucesión de eventos es considerada “merecedora” de artículos por parte de La
Nación, algo que indica un interés especial por parte del diario para hacer su seguimiento a la
vez que evidencia la posición de poder de la prensa al decidir qué acontecimientos deben (o no)
acceder al escenario público.
10 “Allí estaba Rosana, una joven madre de dos hijos de 6 y 3 años, rubia, esbelta, de finos
modales, callada y muy apreciada en el barrio. La muchacha estaba comiendo con su hermana
cuando sonó su teléfono celular. Salió al jardín para que mejorara la comunicación, que recibió
cuando gritó y recibió los cuatro tiros”.
11 El hecho de que el apellido de la víctima fue “Galeano” en la primera noticia y ahora
cambió a “Galliano” puede explicarse a partir de lo expuesto por van Dijk (1988):
El procesamiento de textos […] implica que la mayoría de la información empleada para
escribir un texto de noticias se origina en formato discursivo […] Los hechos usualmente se
conocen por medio de discursos previamente codificados e interpretados por otros, la mayoría
de las veces a través cables de agencias de noticias (96 - 97).
Así, el cambio en el nombre de la víctima podría indicar que, tras su asesinato, los
periodistas de La Nación obtuvieron información acerca del hecho por medio de un cable de
una agencia. Se puede considerar este cambio en el nombre de la víctima como una
consecuencia de la “intertextualidad” en el discurso de la prensa (Fairclough, 1995).
12 “Al término de su declaración de Reinaldo Galliano, ingresó al despacho del fiscal para
hacer lo mismo su esposa y madre de Rosana, Graciela”.
13 Es importante señalar que el 22 de marzo de 2008, La Nación publicó una entrevista
titulada ‘“Todos sus amantes tenían motivos para asesinar a Rosana”’ donde se le da espacio
exclusivo a la voz de José Arce. El meollo de la entrevista apunta a los distintos novios que
tenía la víctima, quienes, según el entrevistado, pudieron haberse involucrado en el asesinato.
La inocencia de Arce se subraya aun más con la elección de fotografía para la entrevista, que
muestra un Arce sonriente sosteniendo a sus hijos en sus brazos (recuérdese la representación
de ‘padre responsable’ que de él se hace en la primera noticia analizada). Se observa, entonces,
que la representación de Rosana Galliano como responsable de su muerte no se limita a un
artículo solamente.
14 Ver http://www.cnm.gov.ar/
15 Nótese también que el hecho de que las mujeres citadas aparezcan con su nombre de pila
solamente (“Soledad” y “Cecilia”), mientras que el hombre, quien “habla” primero, aparece con
su nombre completo (“Adrián Castro”) se puede conectar con lo resaltado por Bengoechea
(2006) acerca de la tendencia presente en la prensa de favorecer prácticas asimétricas para
nombrar a las mujeres respecto de los hombres.
16 Del inglés “femicide”: “el asesinato misógino de mujeres cometido por varones” (Radford y
Russell, 1992). Para una explicación del porqué uso “femicidio” en lugar de “feminicidio”, ver
Diccionario de estudios de género y feminismos. 2da edición.
17 A diferencia de Lakoff (2004), quien se refiere al hecho de que entornos sociales
marginados condicionan el tipo de lenguaje que sus miembros producen, aquí deberíamos
ampliar este condicionamiento para incluir también el modo en que son representados por parte
de los grupos de élite. Por ello, analizar el tipo de lenguaje empleado por “el jardinero” es
imposible aquí; sin embargo, sí se puede vincular la representación menos favorable que de él
hace el diario con su posición económica menos próspera (respecto del otro sospechoso) y el
accionar ilegal/inmoral que se le atribuye.
18 El proyecto se convirtió en ley el 18/09/08.
http://www.prensa.gba.gov.ar/nota.php?idnoticia=1545&i=true
19 El tercer punto del Decálogo establece: “Desterramos de nuestras redacciones la figura de
‘crimen pasional’ para referirnos al asesinato de mujeres víctimas de la violencia de género. Los
crímenes pasionales no existen” (2010: 9).
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NATALIA GÓMEZ CALVILLO es Magíster en Comunicación, Cultura y Educación, por la
Universidad Autónoma de Barcelona, y Magíster en Lingüística, por la Universidad de
Pittsburgh. Se desempeña como docente a nivel universitario en la Facultad de Lenguas,
Universidad Nacional de Córdoba, desde el 2009. Por otra parte, forma parte de un proyecto de
investigación que cuenta con el aval y subsidio de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la
Universidad Nacional de Córdoba.
Correo electrónico: [email protected]
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A
ARAÚJO OLIVEIRA, FÁBIO. (2010).
10(2), Abstract Marcado XML BibTex Google Scholar
. Revista ALED.
Título
Análise do discurso e psicanálise: a questão do sujeito
Tipo de
Publicación
Artículo de Revista
Año de
Publicación
2010
Autores
ARAÚJO OLIVEIRA, FÁBIO.
Palabras
clave
análisis del discurso, ideología, inconsciente, psicoanálisis, Sujeto
Resumen
Considerando el “gesto” de rectificación de la noción de sujeto, emprendido por Michel
Pêcheux en la escuela francesa del Análisis del Discurso (AD), en este trabajo analizamos la
importancia de la producción psicoanalítica lacaniana para una mejor comprensión del AD,
puesto que la mencionada rectificación se fundamenta precisamente en el Psicoanálisis. Para
este estudio nos interesan las reflexiones sobre el sujeto desarrolladas por Pêcheux en su libro
Les vérités de la Palice y la rectificación sobre el asunto, así como las nociones de inconsciente,
real y causa elaboradas por Lacan. Percibimos que actualmente, después de más de dos
décadas de la primera publicación de la rectificación (1983), el AD en Francia, tal como fue
propuesto por Pêcheux, ha sido prácticamente abandonado. En Brasil, esta disciplina continúa
con fuerza, si bien la rectificación llevada a cabo por el autor no tuvo eco entre sus seguidores.
En estos dos casos, respetadas sus particularidades, podríamos identificar un síntoma de
rechazo o silenciamento del Psicoanálisis.
Texto
Completo
Análise do discurso e psicanálise: a questão do sujeito
FÁBIO ARAÚJO OLIVEIRA
Universidade do Estado da Bahia – UNEB
Resumen. Considerando el “gesto” de rectificación de la noción de sujeto, emprendido por
Michel Pêcheux en la escuela francesa del Análisis del Discurso (AD), en este trabajo
analizamos la importancia de la producción psicoanalítica lacaniana para una mejor
comprensión del AD, puesto que la mencionada rectificación se fundamenta precisamente en el
Psicoanálisis. Para este estudio nos interesan las reflexiones sobre el sujeto desarrolladas por
Pêcheux en su libro Les vérités de la Palice y la rectificación sobre el asunto, así como las
nociones de inconsciente, real y causa elaboradas por Lacan. Percibimos que actualmente,
después de más de dos décadas de la primera publicación de la rectificación (1983), el AD en
Francia, tal como fue propuesto por Pêcheux, ha sido prácticamente abandonado. En Brasil,
esta disciplina continúa con fuerza, si bien la rectificación llevada a cabo por el autor no tuvo
eco entre sus seguidores. En estos dos casos, respetadas sus particularidades, podríamos
identificar un síntoma de rechazo o silenciamento del Psicoanálisis.
Palabras clave: Análisis del Discurso, psicoanálisis, sujeto, inconsciente, ideología.
Resumo. Considerando o “gesto” de retificação da noção de sujeito, empreendido por Michel
Pêcheux na Análise do Discurso (AD) francesa, disciplina criada por este filósofo, analisamos,
nesse trabalho, a importância da produção psicanalítica lacaniana para uma melhor
compreensão da AD, já que tal retificação fundamenta-se principalmente na Psicanálise. Para
essa análise, interessa-nos o que foi dito sobre o sujeito por Pêcheux em seu livro Les vérités
de la Palice e a retificação sobre o assunto, como também as noções de inconsciente, real e
causa desenvolvidas por Lacan. Percebemos que atualmente, depois de mais de duas décadas
da primeira publicação da retificação (1983), a AD na França, tal como foi proposta por
Pêcheux, está praticamente abandonada. No Brasil, essa disciplina segue com bastante força,
mas a retificação produzida pelo autor não teve eco entre seus seguidores. Nesses dois casos,
respeitadas suas particularidades, poderíamos identificar um sintoma de recusa ou
silenciamento da psicanálise.
Palavras chave: Análise do Discurso, psicanálise, sujeito, inconsciente, ideologia.
Abstract. Considering the gesture of rectification of the notion of subject by Michel Pêcheux,
philosopher and founder of the French School of Discourse Analysis (AD), in this paper we
analyze the importance of Lacanian psychoanalytic theory to better understand AD, given that
this rectification is mainly supported by psychoanalysis. In this analysis, we are interested in
what Pêcheux said in his book Les vérités de La Palice about the subject as well as the
rectification on that matter. We are also interested in the notions of unconscious, real, and
cause as elaborated by Lacan. We realized that, nowadays, after more than two decades from
the first publication of the rectification (1983), AD in France, as conceived by Pêcheux, is
practically abandoned. In Brazil, however, this subject is still strong though the rectification has
not echoed among its followers. In both cases, particularities apart, we can identify a symptom
of disavowal or silence of psychoanalysis.
Key words: Discourse Analysis, psychoanalysis, subject, unconscious, ideology.
Introdução
Parece que falta algo, ao se ler o texto de Michel Pêcheux (1988) “Só há causa daquilo que
falha ou o inverno político francês: início de uma retificação” sem se considerar a importância
da produção lacaniana na psicanálise para esse gesto de leitura. E isso que parece faltar se
refere principalmente a uma compreensão da noção de sujeito, de assujeitamento e, portanto,
da noção de ruptura e reprodução.
“Só há causa daquilo que falha...” foi escrito em 1978 e publicado pela primeira vez em 1983,
como anexo da edição inglesa do livro de Pêcheux Les vérités de La Palice1, que teve sua
primeira publicação em 1975, na França. Em seu texto, o autor afirma que:
(...) alguma coisa está falhando também do lado da Psicanálise, na referência feita a seus
conceitos, e se concentra sobre a relação entre o ego e o sujeito. Tudo se passa, em Les
Vérités de La Palice,como se o que foi dito do sujeito se confundisse tendencialmente com o
que foi posto relativamente ao ego como “forma-sujeito” da ideologia jurídica, a ponto de que
o funcionalismo, expulso politicamente pela porta, pudesse, apesar de todas as denegações,
ter voltado a tamborilar pela janela psicanalítica, sob a forma de uma espécie de gênese do
ego; à força de levar exageradamente a sério as ilusões do poder unificador da consciência.
(Pêcheux, 1988, p. 299)
Assim, Pêcheux, corajosamente, retificou nesse texto o que ele disse sobre o sujeito em Les
vérités de La Palice, utilizando a psicanálise lacaniana para isso. É sobre a retificação desse
conceito e as suas consequências para a Análise do Discurso (AD) que desenvolveremos o
nosso trabalho.
Ao sugerirmos que falta algo ao se ler o texto de Pêcheux sem se considerar devidamente a
psicanálise lacaniana, referimo-nos ao fato de que o conhecimento dessa produção teórica
específica é justamente a fonte da retificação aqui abordada. Entretanto, há uma tendência,
pelo menos entre analistas de discurso, de ler o texto de Pêcheux sem ter como arquivo de
leitura a teoria psicanalítica de Lacan.
Leite (2005, p. 81), ao comentar o texto de Pêcheux em questão, menciona a “importância da
contribuição de Lacan como condição para o trabalho crítico que vai sustentar o gesto de
retificação” e, utilizando a noção de causa, “que introduz o estatuto do inconsciente enquanto
referido ao REAL”, nos encaminha a uma leitura pertinente desse texto. Utilizando Lacan para
compreender Pêcheux, Leite conclui seu texto afirmando categoricamente que “Não é outra a
direção apontada por Pêcheux” (idem).
Como se pode observar até aqui, pretendemos analisar a retificação do conceito de sujeito e
suas consequências a partir das contribuições de Lacan, porque consideramos que esse é o
território mais apropriado para isso, o que não significa, entretanto, que a nossa análise não
esteja sujeita a falhas.
Comecemos, então, sobre o que foi dito sobre o sujeito que mereceu ser retificado depois.
1. Sujeito e ideologia
No texto de retificação, Pêcheux (1988, p. 266) retoma do seu livro Semântica e discurso
formulações resumidas na seguinte tese: “A forma-sujeito do discurso, na qual coexistem,
indissociavelmente, interpelação, identificação e produção de sentido, realiza o non-sens da
produção do sujeito como causa de si sob a forma da evidência primeira.” Essa tese faz
referência à interpelação do indivíduo em sujeito pela ideologia, conforme formulou Althusser
(1974).
Em outro texto, Althusser (1978, p. 67) diz que para todo indivíduo humano ser agente, é
necessário que se inscreva na “forma-sujeito”, ou seja, “forma de existência histórica de
qualquer indivíduo”. Entretanto, esse autor observa que “considerados como agentes, os
indivíduos humanos não são sujeitos ‘livres’ e ‘constituintes’ no sentido filosófico desses
termos” (idem). Assim, o sujeito, para o autor, é assujeitado e descentralizado. Assujeitado a
sentidos historicamente determinados e descentralizado porque não é responsável por sua
interioridade, já que não é origem, essência ou causa.
Assim como Althusser, Pêcheux (1988) critica a evidência do sujeito, a de ser “único”,
“insubstituível” e “idêntico a si mesmo”, já que em tal evidência existe uma ocultação do fato
do sujeito já-ser “um indivíduo interpelado em sujeito”, mas alerta que essa ocultação também
é efeito ideológico. Reside, então, um paradoxo na evidência do sujeito: ao mesmo tempo em
que o indivíduo é interpelado em sujeito, ocorre o apagamento do fato de que o sujeito é
produzido nesse processo. Isso acontece porque o sujeito se “esquece” do processo que o
constitui, pois sendo “sempre-já sujeito”, ele “sempre-já” esqueceu de sua constituição. O
esquecimento, aqui, não se refere ao fato de não lembrar algo que um dia foi conhecido, mas
ao acobertamento da constituição do sujeito no interior de seu efeito. Para o autor:
(...) a interpelação do indivíduo em sujeito de seu discurso se efetua pela identificação (do
sujeito) com a formação discursiva que o domina (isto é, na qual ele é constituído como
sujeito): essa identificação, fundadora da unidade (imaginária) do sujeito, apóia-se no fato de
que os elementos do interdiscurso (...) que constituem, no discurso do sujeito, os traços
daquilo que o determina, são re-inscritos no discurso do próprio sujeito. (Pêcheux, 1988, p.
163)
Como vimos, o sujeito de Pêcheux, ou seja, o sujeito do discurso, é afetado pela língua e pela
história para que ele se constitua e produza sentidos. Desse modo, ele sofre os efeitos do
simbólico e do imaginário, porque é assujeitado à língua e à história. Esse sujeito é o da
reprodução/transformação das relações de produção, se considerarmos a relação entre
ideologia e luta de classes feita pelo autor, assim como a própria noção de luta de classes.
Segundo Pêcheux (ibidem, p. 144), “as ideologias não são feitas de ‘idéias’ mas de práticas”, e
as ideologias se diferenciam da Ideologia:
(...) enquanto “as ideologias têm uma história própria”, uma vez que elas têm uma existência
histórica e concreta, a “Ideologia em geral não tem história”, na medida em que ela se
caracteriza por “uma estrutura e um funcionamento tais que fazem dela uma realidade nãohistórica, isto é, omni-histórica, no sentido em que esta estrutura e este funcionamento se
apresentam na mesma forma imutável em toda história, no sentido em que o Manifesto define
a história como “história da luta de classes, ou seja, história das sociedades de classe”.
(ibidem, p. 151)
O conceito de “Ideologia em geral”, para o autor, permite pensar “o homem” como “animal
ideológico”, diferenciando-se de “coisas”, “máquinas”, “animais” ou “anjos”. Ainda conforme o
autor, Ideologia, nesse sentido, é parte da natureza, compreendendo natureza no sentido
espinosano. Assim, “só há ideologia pelo sujeito e para sujeitos” (ibidem, p. 149).
Pêcheux articula o conceito de ideologia ao conceito lacaniano de inconsciente, observando
que há algo em comum entre suas estruturas funcionamentos: o fato de a ideologia e de o
inconsciente produzirem evidências subjetivas dissimulando sua própria existência no interior
de seu funcionamento.
Já o conceito de ideologias permite pensar na diversidade da instância ideológica, sob a forma
de interdiscurso, em que há um complexo de elementos que se combinam. Cada um desses
elementos é uma formação ideológica, ou seja, uma ideologia específica. É nesse sentido que
Pêcheux (idem) afirma: “só há prática através de e sob uma ideologia”.
Em síntese, filiado a Althusser e preocupado com a questão da luta ideológica de classes,
Pêcheux desenvolveu a noção de “reprodução-transformação” das relações de produção.
Tentando retirar o sujeito do aprisionamento da “reprodução”, o que também era uma
tentativa de livrar-se de críticas feitas ao sujeito dos Aparelhos Ideológicos de Estado, Pêcheux
investigou de que maneira o sujeito é capaz de contrariar causas que o determinam, porque o
apreendem no âmbito da teoria e da prática.
No entanto, conforme ele mesmo reconheceu no texto de retificação, havia “erro”, “desvio” e
“equívoco” na abordagem feita sobre o sujeito. Segundo Pêcheux (ibidem, p. 300): “(...) levar
demasiadamente a sério a ilusão de um ego-sujeito-pleno em que nada falha, eis precisamente
algo que falha em Les vérités de La Palice.”
A crítica refere-se à relação entre o ego e o sujeito. Para o autor, o sujeito foi confundido ao
ego como “forma-sujeito” da ideologia jurídica, retomando o funcionalismo e enfatizando a
consciência como poder unificador. Entretanto, “o non-sens do inconsciente (...) nunca é
inteiramente recobertonem obstruído pela evidência do sujeito-centro-sentido que é seu
produto (...)”(idem) (grifo do autor), mas através de uma “pulsação”, o non-sens “não pára de
voltar no sujeito e no sentido que nele pretende se instalar” (idem). O sentido é produzido no
non-sens “pelo deslizamento sem origem do significante” (idem), deixando marcas na
constituição do sujeito-ego da “forma-sujeito” ideológica. É nesse ponto que a Análise do
Discurso se reencontra com a Psicanálise para ajustes tão adiados, e por isso mesmo tardios.
2. Só há causa daquilo que falha
Parte do título do texto da retificação em questão é uma formulação de Lacan (1988, p. 27):
“Só há causa para o que manca”, encontrada na publicação do seu Seminário de 1964 (Livro
11: os quatro conceitos fundamentais da psicanálise). Refletindo sobre a importância de Lacan
para a retificação feita por Pêchex, Leite nos diz que:
Seria necessário trazer como pano de fundo desta discussão o artigo que Althusser escreveu,
no ano de 1964, a respeito do retorno a Freud de Jacques Lacan, em que afirma que a
compreensão da estrutura de desconhecimento que dirige toda a pesquisa sobre a ideologia
não poderia prescindir do gesto lacaniano de leitura da obra de Freud (...) Mas, no contexto da
citação incluída no título “Só há causa daquilo que falha”, o que julgamos mais interessante
retomar do seminário de 1964 é a discussão sobre a noção de causa que introduz o estatuto
do inconsciente enquanto referido ao REAL, o que nos permitirá concluir indicando, com Zizek
(...), que o nível fundamental da ideologia deve ser referido à fantasia que estrutura a
realidade social. (Leite, 2005, p. 81)
Essa citação resume bem o que queremos desenvolver agora: abordar as noções de
causa/inconsciente/real, inclusive como forma de apresentar tais noções psicanalíticas para
analistas de discurso, e analisar como elas sustentam a retificação em questão. A partir dessas
considerações, abordaremos a dificuldade que a Psicanálise traz para a Análise do Discurso, e
algumas consequências disso.
No texto “O inconsciente freudiano e o nosso” (LACAN, 1988), o seu autor retoma a pergunta
sobre a possibilidade de a Psicanálise ser considerada uma ciência. Em seguida parte para o
desenvolvimento de um dos “conceitos freudianos principais”, como ele mesmo diz: o
inconsciente.
Conforme Lacan (ibidem, p. 25), “o inconsciente é estruturado como uma linguagem” (grifo do
autor). Para o autor (ibidem, p. 26), certamente a lingüística, “cujo modelo é o jogo
combinatório operando em sua espontaneidade, sozinho, de maneira pré-subjetiva”, contribui
para sua formulação do inconsciente, pois é a estrutura, ou esse “modelo”, o “que dá seu
estatuto ao inconsciente”; é a estrutura que dá garantia de que existe “sob o termo de
inconsciente algo de qualificável, de acessível, de objetivável”.
Para tratar de forma mais apropriada o conceito de inconsciente, Lacan faz referência à
“função de causa”, que Leite nos apresenta a seguir:
Se na ciência é possível supor um progresso, para Lacan isto se dá às custas de uma crescente
e irremediável incapacidade de pensar a categoria da causa, uma vez que ao preencher
incessantemente a hiância entre a causa e o efeito, a ciência termina por esvaziar o próprio
conceito de causa: eventos que levam a outros eventos de acordo com leis, eis a cadeia
exaustiva de determinações (...) Entretanto, é em um sentido mais radical que Lacan vai
propor o estatuto de causa: como aquilo que interrompe o funcionamento ditado pelas leis.
A causa que entra em jogo na psicanálise é então referida ao que excede a cadeia simbólica,
embora por ela produzida. (Leite, 2005, p. 81)
É nessa perspectiva que Lacan (1988, p. 27) nos diz: “Em suma, só existe causa para o que
manca”. Isso que falha é da ordem do não realizado, que se inscreve na hiância característica
da causa. A causa é produzida pela imersão do sujeito no campo da linguagem, o que constrói
um sujeito dividido.
A abordagem de Lacan produz algo diferente de Freud, mas a partir dele. Em Freud, o
inconsciente habita o “lugar” onde há sempre falha entre a causa e o que é afetado por ela.
Lacan reformula o conceito de Freud introduzindo, onde a hiância se produz, a lei do
significante no domínio da causa.
Segundo Lacan, para Freud interessa:
Tropeço, desfalecimento, rachadura. Numa frase pronunciada, escrita, alguma coisa se
estatela. Freud fica siderado por esses fenômenos, e é neles que vai procurar o inconsciente.
Ali, alguma coisa quer se realizar – algo que aparece como intencional, certamente, mas de
uma estranha temporalidade. O que se produz nessa hiância, no sentido pleno do termo
produzir-se, se apresenta como um achado. É assim, de começo, que a exploração freudiana
encontra o que se passa no inconsciente. (Lacan, 1988, p. 30)
Esse achado é um reachado e sempre pode escapar novamente, instaurando a dimensão da
perda, conforme Lacan. Para esse autor, na perspectiva da “lei do significante”, o dinamismo
do inconsciente caracteriza-se pelos efeitos de apagamento, produzidos por uma estrutura em
que alguma coisa pode barrar/riscar outra coisa. Isso que pode ser apagado é o significante
como tal.
Na rede de significantes o sujeito se constitui. Nela, o que interessa são os embricamentos, as
formulações que envolvem as “mensagens”. O sujeito deve advir de onde ele já estava, ou
seja, o real. Para saber que o sujeito pode ser reencontrado no real, o método é discriminar a
rede, voltando, retornando, cruzando o seu caminho.
O real é o que retorna sempre ao mesmo lugar, mas onde o sujeito não o encontra. Nós
somos sempre chamados a um encontro com o real, que sempre escapole. O real está para
além da rede de significantes, da insistência dos signos com os quais o princípio do prazer nos
comanda.
Pela articulação dos conceitos de inconsciente/ causa/ real, podemos compreender que o
sujeito do inconsciente lacaniano é efeito de significante, sendo o próprio significante aquilo
que possibilita o fracasso. É nessa perspectiva que Pêcheux constrói sua retificação, podendo
afirmar que:
Só há causa daquilo que falha (J. Lacan). É nesse ponto preciso que ao platonismo falta
radicalmente o inconsciente, isto é, a causa que determina o sujeito exatamente onde o efeito
de interpelação o captura; o que falta é essa causa, na medida em que ela se “manifesta”
incessantemente e sob mil formas (o lapso, o ato falho, etc.) no próprio sujeito, pois os traços
inconscientes do significante não são jamais “apagados” ou “esquecidos”, mas trabalham, sem
se deslocar, na produção sentido/non-sens do sujeito dividido. (Pêcheux, 1988, p. 300)
No processo de imersão do indivíduo na linguagem, de constituição do sujeito, de formação do
inconsciente, produz-se um objeto, um excedente de significante. Esse objeto é a causa, que
“se ‘manifesta’ incessantemente e sob mil formas (...) no próprio sujeito” (idem).
Entre a causa e o que ela afeta há falha, lugar onde o non-sens do inconsciente não cessa de
retornar ao significante em que quer se instalar. Assim, o sentido é produzido no non-sens
através do deslizamento sem origem do significante. Mas “esse deslizamento não desaparece
sem deixar traços no sujeito-ego da ‘forma-sujeito’ ideológica, identificada com a evidência de
um sentido”(idem).
Tudo isso nos faz repensar a interpelação ideológica, conforme nos encaminha Pêcheux
(ibidem, p. 300-1), a partir de considerações da psicanálise lacaniana: “Apreender até seu
limite máximo a interpelação ideológica como ritual supõe reconhecer que não há ritual sem
falhas (...)”.
Caberia aqui, a partir de contribuições de Zizek (1996), considerar, na interpelação ideológica,
a fantasia estruturando a própria realidade. Mas isso é assunto para outro artigo.
3. O fracasso da Tríplice Aliança
Como sabemos, a Análise do Discurso de Pêcheux se constituiu a partir do confronto de três
áreas diferentes de conhecimento: a Linguística, a Psicanálise e o Marxismo, formando uma
espécie de Tríplice Aliança. Através da releitura de Marx feita por Althusser, da releitura de
Freud por Lacan, e da releitura do estruturalismo linguístico de Saussure feita pelo próprio
Pêcheux, a AD nasceu tentando suprimir a falta que cada uma dessas áreas possuía
isoladamente, criando um objeto que está na fronteira de todas elas: o discurso.
Se ao Marxismo faltava a materialidade linguística e o inconsciente na abordagem da ideologia,
se à Linguística faltava a ideologia e o inconsciente na abordagem da língua, e se à Psicanálise
faltava a ideologia na abordagem do inconsciente, o discurso pretendia resolver tais falhas, já
que tocava as três dimensões: ele é ideológico, é afetado pelo inconsciente e possui
materialidade linguística.
Enfim, não sendo nem Linguística, nem Psicanálise, nem Marxismo, a Análise do Discurso era
um novo campo de conhecimento que aliava essas três áreas.
Conforme vimos, foi principalmente sobre a questão do sujeito que a Tríplice Aliança sofreu
ameaças. Ao se retificar a noção de sujeito em “Só há causa daquilo que falha...”, questionou-
se a própria articulação feita entre as suas três disciplinas. Sobre isso, Pêcheux nos diz:
Como se sabe, o destino da Tríplice Aliança é, hoje mais do que nunca, extremamente
problemático, e até mesmo as partes do pacto são objeto de um verdadeiro bate-boca teórico
e político em que tudo se abre novamente a questionamentos. (Pêcheux,1988, p. 293)
Pêcheux nos revela que no coração da Tríplice Aliança se instalaram “erros”, “desvios”,
“equívocos”, que trouxeram para dentro da “cidadela teórica” o próprio adversário. Em outras
palavras, ao se tentar expulsar o “poder unificador da consciência”, ficou-se prisioneiro dele,
conforme vimos nesse trabalho.
O bate-boca teórico e político referido por Pêcheux sobre a construção da Tríplice Aliança
provocou “nuvens de fumaça”, e “não há fumaça sem fogo”. No entanto Pêcheux, como ele
próprio afirma, colocou a mão no fogo. O autor optou pelo trabalho crítico de sua própria
produção científica, acreditando na possibilidade de que algo novo nascesse desse gesto,
contra a destruição infrutífera da teoria em questão.
Conclusão
Analisando hoje a retificação em questão, ou seja, pouco mais de duas décadas de sua
primeira publicação, verificamos que na França, berço da Análise do Discurso, a “Tríplice
Aliança”, tal como proposta por Pêcheux, foi praticamente abandonada. E Pêcheux vive o mais
profundo anonimato, o que seu amigo Michel Plon denominou como “uma espécie de
purgatório” (2005). No Brasil, a Análise do Discurso “à francesa”, ou seja, seguidora de
Pêcheux, vive com bastante força. Entretanto, a retificação que aqui analisamos, produzida por
Pêcheux, parece não ter eco nos seus seguidores. Nesses dois casos, o da França e o do Brasil,
respeitadas suas particularidades e diferenças, poderíamos identificar um sintoma de recusa ou
marginalização da Psicanálise pela Universidade? Eis a pergunta.
NOTAS
1 Tradução brasileira Semântica e discurso, E. Orlandi et alii, Editora da Unicamp:
Campinas/SP.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Althusser, L.(1974). Aparelhos ideológicos do Estado. Rio de Janeiro: Edições Graal.
Althusser, L.(1978). Posições I. Rio de Janeiro: Ed. Graal.
Lacan, J.(1988). O seminário, livro 11: os quatro conceitos fundamentais da psicanálise. 3ª ed.
Versão brasileira de M. D. Magno. Rio de Janeiro: Jorge Zahar Editor.
Leite, N. V. de A. (2005). Só há causa daquilo que falha. In: Estudos da língua(gem).
Universidade Estadual do Sudoeste da Bahia. N. 1 (Jun., 2005) Vitória da Conquista: Edições
UESB
Pêcheux, M.(1988). Semântica e interdiscurso: uma crítica à afirmação do óbvio. Trad. Eni
Orlandi [et al.] Campinas, SP: Editora da Unicamp.
Plon, M. (2005). Linguagem, psicanálise e universidade (mini-curso) In: V JORNADA
CORPOLINGUAGEM. Campinas, Universidade Estadual de Campinas, Instituto de Estudos da
Linguagem.
Zizek, S. (1996). Como Marx inventou o sintoma? IN: ZIZEK, S. (org.) Um mapa da ideologia.
Trad. Vera Ribeiro. Rio de Janeiro: Contraponto Editora.
FÁBIO ARAÚJO OLIVEIRA possui graduação em Licenciatura Plena em Letras Vernáculas pela
Universidade do Estado da Bahia (1995) e mestrado em Letras pela Universidade Federal da
Bahia (2003). Atualmente é doutorando em Linguistica (Unicamp) e Professor Assistente da
Universidade do Estado da Bahia. Tem experiência na área de Letras e Linguística, com ênfase
em Aquisição da Escrita e Análise do Discurso, atuando principalmente nos seguintes temas: a
apreensão de habilidades textuais pela criança, o discurso das masculinidades e o discurso da
pluralidade cultural.
Correo electrónico: [email protected].
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RESENDE, VIVIANE DE MELO., & FILIPE ALEXANDRE MARTA. (2010).
Abstract
. Revista ALED.
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Título
Representação discursiva da pobreza extrema – análise discursiva crítica de um testemunho
publicado em editorial da revista Cais
Tipo de
Publicación
Artículo de Revista
Año de
Publicación
2010
Autores
RESENDE, VIVIANE DE MELO., & FILIPE ALEXANDRE MARTA.
Palabras
clave
Análisis Crítico del Discurso, lingüística sistémica funcional, pobreza extrema, prensa de la
calle, situación de calle
Resumen
Utilizando los suspuestos de la Lingüística Sistémica-Funcional (LSF) y del Análisis Crítico del
Discurso (ACD), nuestro objeto de análisis en este artículo es un testimonio publicado en un
editorial de la revista Cais, una publicación portuguesa que se ubica en la llamada prensa de la
calle. Se trata de una revista que se dedica al tema de la situación de calle, cuyo principal
objetivo es constituir una fuente de ingreso y abrir un canal de expresión para hacer posible la
reestructuración de la vida de las personas en esta situación y, simultáneamente, combatir la
invisibilidad del problema social. En su edición número 123, la revista Cais publicó un editorial
titulado “Erradicar la pobreza”, en el cual se inscriben cinco personas en situación de calle que
procuran construir su definición de pobreza. A partir de las herramientas de la LSF (Halliday,
2003; Gouveia, 2009) y del ACD (Fairclough, 2003; Resende e Ramalho, 2006), recorremos el
sistema de transitividad y las categorías de cohesión, tiempos verbales, presuposición e
interdiscursividad para deconstruir y comprender una de esas definiciones personales de
pobreza.
Texto
Completo
Representação discursiva da pobreza extrema
– análise discursiva crítica de um testemunho
publicado em editorial da revista Cais
VIVIANE DE MELO RESENDE
Universidade de Brasília, Brasil
MARTA FILIPE ALEXANDRE
Instituto de Linguística Teórica e Computacional, Portugal
Resumen. Utilizando los suspuestos de la Lingüística Sistémica-Funcional (LSF) y del Análisis
Crítico del Discurso (ACD), nuestro objeto de análisis en este artículo es un testimonio
publicado en un editorial de la revista Cais, una publicación portuguesa que se ubica en la
llamada prensa de la calle. Se trata de una revista que se dedica al tema de la situación de
calle, cuyo principal objetivo es constituir una fuente de ingreso y abrir un canal de expresión
para hacer posible la reestructuración de la vida de las personas en esta situación y,
simultáneamente, combatir la invisibilidad del problema social. En su edición número 123, la
revista Cais publicó un editorial titulado “Erradicar la pobreza”, en el cual se inscriben cinco
personas en situación de calle que procuran construir su definición de pobreza. A partir de las
herramientas de la LSF (Halliday, 2003; Gouveia, 2009) y del ACD (Fairclough, 2003; Resende
e Ramalho, 2006), recorremos el sistema de transitividad y las categorías de cohesión, tiempos
verbales, presuposición e interdiscursividad para deconstruir y comprender una de esas
definiciones personales de pobreza.
Palabras clave: análisis crítico del discurso, lingüística sistémica funcional, prensa de la calle,
situación de calle, pobreza extrema.
Resumo. Utilizando pressupostos da Linguística Sistêmico-Funcional (LSF) e da Análise de
Discurso Crítica (ADC), nosso objeto de análise neste artigo é um testemunho publicado em
editorial da revista Cais, publicação portuguesa situada na chamada imprensa de rua. Trata-se
de uma revista voltada para a temática da situação de rua, cujo principal objetivo é constituir
uma fonte de rendimento e abrir um canal de expressão, de modo a possibilitar a
reestruturação da vida de pessoas nessa situação e simultaneamente combater a invisibilidade
da questão social. Em sua edição número 123, a revista Cais publicou um editorial intitulado
“Erradicar a pobreza”, no qual cinco pessoas em situação de rua escrevem(-se) e procuram
construir sua definição de pobreza. Partindo das ferramentas da LSF (Halliday, 2004; Gouveia,
2009) e da ADC (Fairclough, 2003; Resende e Ramalho, 2006), recorremos ao sistema da
transitividade e às categorias de coesão, tempos verbais, pressuposição e interdiscursividade
para desconstruir e compreender uma dessas cinco definições pessoais de pobreza.
Palavras chave: análise de discurso crítica, linguística sistêmico-funcional, imprensa de rua,
situação de rua, pobreza extrema.
Abstract. Based upon the theoretical backgrounds of Systemic Functional Linguistics (SFL) and
Critical Discourse Analysis (CDA), our goal in this paper is to analyze a text published in an
editorial in Cais magazine, a Portuguese publication situated in the so called ‘street press’. This
is a magazine devoted to the theme of the homeless, whose main goal is to provide a source
of income and open a channel of expression, to enable the restructuring of life of people in this
situation and simultaneously combat the invisibility of the extreme poverty. In its issue number
123, Cais magazine published an editorial entitled “Erradication of poverty” in which five people
in street situation seek to build their definition of poverty. Based on the assumptions of SFL
(Halliday, 2004; Gouveia, 2009) and CDA (Fairclough, 2003; Resende & Ramalho, 2006), we
used the system of transitivity and categories like cohesion, verbal tenses, presupposition and
interdiscursivity, to deconstruct and understand one of these five personal definitions of
poverty.
Key words: critical discourse analysis, systemic functional linguistics, street press, street
situation, extreme poverty.
Introdução
Para a realização deste trabalho, uniram-se duas pesquisadoras, uma portuguesa e uma
brasileira, com backgrounds teóricos distintos, mas relacionados: a Linguística SistêmicoFuncional (LSF), por um lado, e a Análise de Discurso Crítica (ADC), por outro. O objetivo
dessa parceria foi analisar um texto publicado em editorial da revista Cais, publicação
portuguesa situada na chamada ‘imprensa de rua’. Trata-se de uma revista voltada para a
temática da situação de rua, cujo principal objetivo é gerar renda e abrir um canal de
expressão, possibilitando a reestruturação da vida de pessoas nessa situação ao mesmo tempo
em que traz a temática para a agenda de debate da sociedade, combatendo a invisibilidade da
questão social.
Em sua edição número 123, a revista Cais publicou um editorial, intitulado “Erradicar a
pobreza”, em que cinco pessoas em situação de rua em Lisboa escrevem(-se), procurando
construir sua definição de pobreza. É um recorte desse editorial que nos serve de objeto na
análise que ora apresentamos, partindo de pressupostos da LSF (Halliday, 2004; Gouveia,
2009), principalmente da categoria transitividade, e da ADC (Fairclough, 2001, 2003; Resende
e Ramalho, 2006), mapeando categorias como coesão, tempos verbais, pressuposição,
interdiscursividade.
Este artigo encontra-se dividido em três seções. Na primeira, apresentamos uma breve
contextualização da ‘imprensa de rua’ e da revista Cais em especial. Em seguida, traçamos
nosso aparato teórico-prático, tecendo considerações sobre a Linguística Sistêmico-Funcional, a
Análise de Discurso Crítica e a relação entre ambas. Na terceira seção, focalizamos um dos
depoimentos que compõem o editorial, analisando-o com as lentes das categorias analíticas
selecionadas. Por fim, apresentamos nossas considerações finais sobre a análise.
1. A imprensa de rua e a revista Cais
Com a retirada do Estado do serviço social, denominada por Bourdieu (1998) como a ‘demissão
do Estado’, as organizações não-governamentais proliferam, na tentativa de suprir funções
estatais. De acordo com Buarque (2001: 241), “as organizações não-governamentais surgiram
em decorrência da falência do Estado no que diz respeito à ausência de respostas aos
problemas surgidos em face dos novos valores éticos da sociedade”.
Para além das organizações que tentam suprir a lacuna deixada pelo Estado no que se refere à
oferta de serviços, há também organizações e movimentos sociais de papel reivindicatório que
atuam como pressão sobre o Estado, exigindo-lhe a garantia de direitos assegurados e
denunciando sua violação. Essas organizações comunitárias são de extrema importância para a
formação do ator social coletivo, capaz de agir na direção de um objetivo comum. É o caso,
por exemplo, de publicações voltadas para a situação de rua que têm como objetivo não só
funcionar como meios de expressão para a população em situação de rua, e assim atuar no
combate à invisibilidade da questão social, mas sobretudo criar fontes de rendimento para as
pessoas nessa situação, potencializando sua autonomia na restruturação de suas vidas. Assim,
ao mesmo tempo em que as temáticas abordadas nos textos publicados tratam de ‘humanizar’
as pessoas em situação de rua – o que é relevante nas sociedades contemporâneas, em que o
problema tornou-se invisível –, esses jornais e revistas também têm o duplo mérito de
possibilitar renda e de criar uma comunidade em torno de objetivos comuns. Para Acosta e
Resende (no prelo),
Tudo isso é relevante se compreendemos que a sociedade, tal como se constitui, configura-se
a partir de formulações ideológicas que visam à manutenção de um status quo e à legitimação
de seus processos. Os jogos de poder tomam palco neste contexto, havendo uma pluralidade
de vozes ecoando, porém não necessariamente sendo ouvidas. Os grupos com maior poder
simbólico (Bourdieu, 1998b) consequentemente têm mais voz, no sentido de terem mais
espaço e de seus enunciados terem maior penetração na sociedade. Já aos que não são
dotados desse poder, os espaços para expressão são cerceados ao ponto de uma quase mudez
social. Com base nesse panorama, entendemos a organização de entidades sociais ao redor da
questão das pessoas que vivem em situação de rua, visando a uma modificação da estrutura
social que permita a todos/as o amplo acesso aos direitos básicos. Para isso, elaboram-se
estratégias que passam também pela ação discursiva mediada por suportes como jornais e
sites, entre outros. Ao mesmo tempo, essa ação discursiva serve de base para a construção
identitária dos/as participantes dessas entidades, permitindo uma via alternativa às identidades
legitimadoras.
Considerando exclusivamente as publicações em língua portuguesa, foram localizadas cinco
publicações entre revistas e jornais especificamente voltados para a situação de rua. Quatro
delas são brasileiras: a revista Ocas e o jornal O Trecheiro, de São Paulo, o jornal Boca de Rua,
de Porto Alegre, e o jornal Aurora da Rua, de Salvador. A revista Cais, nosso objeto neste
artigo, é publicada em Lisboa e distribuída em diversas cidades portuguesas.
Algumas dessas publicações funcionam nos mesmos moldes da britânica The Big Issue, que
circula em Londres desde 1991 e que, por sua vez, teve como principal referência o Street
News, vendido nas ruas de Nova Iorque. Podemos pensar nessas publicações como jornais e
revistas de rua ou, melhor, imprensa de rua, fazendo, porém, a ressalva de não as confundir
com as publicações de distribuição gratuita, sobre assuntos diversos, que circulam pelas ruas
de nossas cidades.
Pode-se dizer que a imprensa de rua faz a ponte entre duas realidades: a das instituições e a
das pessoas que vivem situações de pobreza e exclusão social. Trata-se de publicações ditas
independentes, isto é, produzidas por instituições sem fins lucrativos, com um propósito de
intervenção social que é concretizado através do teor dos conteúdos tratados. Destacam-se
ainda pelo fato de serem vendidas pelos/as principais beneficiários/as da sua venda. Ou seja,
as pessoas que vivem situações de exclusão são não só assunto dos textos impressos mas
também intervêm como agentes no processo de venda dos exemplares. Cada vendedor/a
administra a quantidade de jornais que pretende comercializar, pagando um valor entre um
terço e a metade do preço de capa pela unidade, e ficando com todo o dinheiro da venda – os
primeiros exemplares de cada vendedor/a costumam ser fornecidos gratuitamente.
Olhemos para o caso concreto da Cais. Antes de tudo, há a Cais, associação de solidariedade
social, criada em 1994 e que, como se pode conferir no sítio oficial (www.cais.pt, consultado
em novembro de 2010), “tem como missão contribuir para o melhoramento global das
condições de vida de pessoas sem casa/lar, social e economicamente vulneráveis, em situação
de privação, exclusão e risco”. Depois, e no sentido de concretizar a missão da instituição, há a
revista Cais, vendida na rua e por pessoas em situação de rua ou de risco, para as quais
revertem 70% da venda de cada exemplar. A linha editorial da revista está ainda em sintonia
com o propósito da instituição, sendo assumido o objetivo de “despertar os leitores e a opinião
pública em geral para as problemáticas relacionadas com os sem-abrigo e com outras formas
de exclusão” – o que está de acordo com o subtítulo da revista Cais, “desperta consciências”.
A imprensa de rua, mais do que um meio de comunicação e difusão de problemáticas sociais, é
(ou pode ser) sobretudo um meio de capacitação e empreendedorismo. O funcionamento
desse tipo de imprensa permite que pessoas em situação desfavorável adquiram um estatuto
profissional e uma fonte de rendimento. Aliás, a par da importância que o lucro da venda de
cada exemplar pode ter (e cuja percentagem varia muito de publicação para publicação), a
situação de venda proporciona a configuração de papéis sociais diferentes, podendo por isso
alterar, nem que seja por instantes, a experiência da exclusão. De acordo com o que se lê no
verso da quarta-capa da revista, o/a vendedor/a de Cais “encontra-se na condição social de
sem-tecto ou sem-casa, e tem um projecto pessoal de vida focalizado na conquista progressiva
de sua própria autonomia”. Com efeito, no momento da venda existe um/a vendedor/a, com
um código de conduta a seguir, segundo vem expresso em cada exemplar. O status
profissional da sua posição impede-o/a, por exemplo, de pedir esmola e obriga-o/a a usar uma
série de elementos identificativos, como crachá e boné. Aqui cabe, contudo, uma observação:
pelo menos em Lisboa há quem viole essas regras, e é frequente encontrar pessoas vendendo
números antigos da revista, geralmente sem alguns dos elementos identificadores, como o
boné, por exemplo. Esse fato pode ser entendido à luz do ‘prestígio’ ou do ‘estatuto’
diferenciado que lhes é conferido, pela comunidade e pela sociedade em geral, como
vendedoras da revista. Vender a Cais pode, nesses casos, ser não só uma forma alternativa de
pedir esmola como uma renegociação dessa condição. Porém, na prática, a situação é de
mendicância, porque essas tentativas desautorizadas de venda (i.e., que não respeitam as
regras) ocorrem em contextos e de maneiras semelhantes à condição de mendicância. Não
parece haver diferença, aliás, entre esse tipo de venda da revista e, por exemplo, a venda de
outros produtos no comércio informal de rua, como qualquer lisboeta poderia confirmar.
Em suma, pode-se concluir que a imprensa de rua é socialmente empenhada e proporciona um
tipo de protagonismo às pessoas que vivem em exclusão. E para os estudos críticos do
discurso, importa investigar a representação midiática da situação de rua, grave realidade para
a qual a sociedade muitas vezes prefere fechar os olhos (Pardo Abril, 2007). Na próxima seção,
voltamos nossa atenção para duas vertentes dos estudos críticos do discurso: a Análise de
Discurso Crítica e a Linguística Sistêmico-Funcional.
2. Análise de Discurso Crítica e Linguística Sistêmico-Funcional:
referencial teórico-prático
Como sabemos, a interdisciplinaridade é uma das características comuns a todas as diferentes
abordagens filiadas à Análise de Discurso Crítica (Resende, 2009). Embora diversas em suas
propostas teóricas e em suas ferramentas analíticas, todas elas surgem do rompimento de
fronteiras disciplinares, incluindo no diálogo a Linguística e as Ciências Sociais. Sobre isso,
Blommaert (2005: 2) escreveu:
O desenvolvimento da análise de discurso crítica foi impulsionado, por um lado, por
desenvolvimentos na teoria linguística em si, que chamavam atenção para abordagens mais
centradas na atividade, no reconhecimento da linguagem em uso como um objeto de análise
legítimo (...) por outro lado, foi impulsionado por contatos interdisciplinares intensos entre
linguistas e pesquisadores/as situados em campos como a análise literária, a semiótica, a
filosofia, a antropologia e a sociologia.
A versão de Análise de Discurso Crítica (ADC) de Fairclough estabelece diálogo com a Ciência
Social Crítica, ou seja, questiona aspectos morais da vida social, associados ao discurso
(Chouliaraki e Fairclough, 1999). A proposta de análise de problemas sociais pela lente do
discurso se sustenta porque a relação entre discurso e sociedade é entendida como uma
relação de constituição mútua – a organização do potencial semiótico é articulada à
organização potencial da sociedade. Nessa versão de ADC, inspirada em conceituações do
discurso oriundas das ciências sociais na chamada ‘virada discursiva’, o discurso é entendido
como um elemento das práticas sociais em relação com outros elementos não-discursivos, ou
seja, o discurso interioriza outros elementos das práticas, tais como as relações sociais, as
atividades materiais etc. Essa conceituação complexa da relação entre linguagem e sociedade
permite entender na sociedade a organização do potencial para significação no discurso, e no
discurso compreender e explicar problemas sociais.
Uma teoria do funcionamento social da linguagem precisa considerar teorias do funcionamento
da sociedade – e uma questão crucial, quando se focaliza a mudança social, é a questão da
relação entre estrutura e ação, ou entre sociedade e indivíduo. Para discutir isso, o Realismo
Crítico, com seu Modelo Tranformacional da Atividade Social, supera, por um lado, abordagens
estruturalistas –focalizadas na estrutura e que não vislumbram a possibilidade de ação criativa–
e, por outro lado, abordagens voluntaristas –focalizadas na agência e que não enxergam o
caráter prévio das estruturas em relação à ação social. De acordo com esse modelo, a
sociedade provê as condições para a ação humana, mas só existe nas ações humanas, que
sempre utilizam alguma forma pré-existente de ordem social (Bhaskar, 1998).
Essa assimetria temporal entre estrutura e ação implica que sua relação não é de equivalentes,
o que leva a uma entidade organizacional intermediária: o sistema posição-prática. A ontologia
do RC pode ser aplicada à organização social do potencial semiótico: no nível de abstração das
estruturas sociais, temos os sistemas semióticos, a exemplo das línguas; no nível de
concretude da ação social, temos os textos, materialização de nossas ações discursivas; e
como entidades organizacionais intermediárias, temos as ordens de discurso e seus elementos
constituintes –gêneros, discursos e estilos (Resende, 2009; Ramalho e Resende, 2011). Essa
abordagem nos permite focalizar, em termos discursivos, não as línguas em si, nem os textos
isoladamente, mas os tipos de relação que se estabelecem entre estrutura e ação discursiva
em contextos específicos, ligados às posições ocupadas nas práticas desempenhadas.
Outro aspecto fundamental da ADC é que a análise discursiva deve ser textualmente orientada,
e no caso da versão de ADC de Fairclough muitas das categorias analíticas utilizadas são
oriundas das teorizações da Linguística Sistêmico-Funcional (LSF). Para além da questão das
categorias linguísticas utilizadas como ferramentas para análise discursiva, a própria
compreensão da organização da linguagem, de sua natureza funcionalmente complexa, tira
partido da LSF –e isso implica que a articulação entre ADC e LSF não é apenas metodológica,
mas também teórica. A relação entre as funções da linguagem e a organização do sistema
linguístico é, para a LSF, um aspecto geral da linguagem humana.
Na LSF, a língua constitui-se como sistema semiótico com três funções intrínsecas: (1)
construir mensagens que sejam coerentes, lógicas e materialmente transmissíveis aos outros,
(2) estabelecer relações com outras pessoas e desempenhar papéis sociais, e (3) representar a
experiência do mundo. Trata-se, respectivamente, da metafunção textual, da metafunção
interpessoal e da metafunção ideacional. Cada uma das metafunções dá lugar a componentes
gramaticais distintos(cf. Gouveia 2009).
Em 1992, em Discourse and social change, Fairclough sugeriu a cisão da metafunção
interpessoal de Halliday em duas funções separadas, a função identitária e a função relacional.
A função identitária da linguagem “relaciona-se aos modos pelos quais as identidades sociais
são estabelecidas no discurso”; e a função relacional refere-se a “como as relações sociais
entre os participantes do discurso são representadas e negociadas” (Fairclough, 2001: 92). Em
2003, em Analysing discourse, Fairclough ampliou o diálogo teórico entre a ADC e a LSF,
propondo uma articulação entre as metafunções de Halliday e os conceitos de gênero, discurso
e estilo, sugerindo três principais tipos de significado no discurso: o significado acional, o
significado representacional e o significado identificacional. A operacionalização dos três
significados mantém a noção de multifuncionalidade presente na LSF: Fairclough enfatiza que
os três atuam simultaneamente em todo texto (Resende e Ramalho, 2006). Nas práticas
sociais, o discurso figura de três principais maneiras: como modos de agir, como modos de
representar e como modos de ser, e a cada uma delas corresponde um tipo de significado:
acional, representacional e identificacional, sendo que relação entre os três níveis de
significados é interna, ou seja, há fluxo entre os três. Além disso, Fairclough (2003) teoriza as
noções de gênero, discurso e estilo –respectivamente associadas aos significados acional,
representacional e identificacional– como os três principais elementos das ordens de discurso,
relacionadas aos diferentes campos da atividade humana.
Assim, a teorização da LSF acerca do funcionamento complexo da linguagem articula-se com o
modelo teórico da ADC, segundo o qual as visões do mundo expressas linguisticamente são
concebidas como processos históricos e materiais (cf. Fairclough 2003). Nesse enquadramento,
os temas, as referências e as relações que constituem cada visão do mundo podem ser
abordados em relação com estruturas e práticas sociais específicas, situadas no tempo e no
espaço.
De acordo com a LSF desenvolvida por Halliday (2004), a língua é um recurso para a
construção de significados, e o texto é qualquer uso da língua que esteja situado num contexto
e que tenha uma finalidade comunicativa, independentemente de ser falado ou escrito,
individual ou coletivo, breve ou extenso. O estudo dos significados construídos num texto só
pode ser feito partindo das relações entre a língua tal qual é produzida e/ou usada, os/as
falantes e/ou escreventes que a produzem e/ou usam e respectivos contextos. Adicionalmente,
entende-se que os significados construídos num texto decorrem da seleção de determinados
padrões e da exclusão de outros (cf. Gouveia 2009). Partindo do pressuposto de que a língua
providencia uma teoria da experiência humana, nossas análises focalizam um dos recursos
léxico-gramaticais que está a serviço da dimensão representacional do uso da língua: o sistema
da Transitividade.
O sistema da Transitividade é o mecanismo léxico-gramatical através do qual se constrói a
experiência como um mundo feito de Processos, Participantes e Circunstâncias (cf. Halliday
2004: 168ss). O fluxo de acontecimentos que experienciamos é, por assim dizer, e
parafraseando a sugestão de Halliday, retalhado em vários pedaços e cada um desses pedaços
é moldado como uma figura – uma figura de acontecer, de fazer, de sentir, de dizer, de ser ou
de ter.
A gramática da experiência abarca três tipos principais de processos e três tipos secundários de
processos. Os tipos principais são Relacional, Mental e Material; e os tipos secundários são
Verbal, Comportamental e Existencial. Note-se que a gramática da experiência é representada
como um contínuo, com zonas nucleares e zonas intermediárias. Nas primeiras, situam-se os
exemplos prototípicos de cada tipo de Processo –Relacional: ter um atributo, ter uma
identidade, simbolizar; Verbal: dizer; Mental: pensar, sentir, ver; Comportamental: comportarse; Material: fazer, criar, acontecer; Existencial: existir. Por sua vez, a existência de zonas
intermediárias mostra que “os termos sistêmicos não são categorias aristotélicas. Em vez disso
são categorias difusas” (Halliday 2004: 174, nota de rodapé)1.
Cada tipo de Processo corresponde, pois, a uma configuração particular do “tipo de alguém fez
algo a alguém ou quem fez o quê a quem?”(Gouveia, 2009: 33), que se pode desdobrar em
subtipos de processos e de acordo com os quais se combinam diferentes tipos de entidades e,
como tal, se constroem diferentes significados.
Além dos tipos de processo na texturização da representação da experiência, nossa análise
também contempla categorias como interdiscursividade e pressuposição. A interdiscursividade
refere-se à articulação de discursos em textos; a análise interdiscursiva focaliza os modos de
representação da realidade, as maneiras situadas de representar e compreender a realidade
articuladas em textos. Os diferentes discursos não apenas representam o mundo concreto, mas
também projetam diferentes possibilidades da realidade, ou seja, relacionam-se a projetos de
mudança do mundo de acordo com perspectivas particulares. Discursos, nesse sentido mais
concreto, são elementos que constituem, ao lado de gêneros e estilos, o momento discursivo
de práticas sociais, na configuração de ordens do discurso (Fairclough, Jessop & Sayer, 2002).
Mas
O fato de ordens do discurso estarem ligadas a contextos específicos não significa que sejam
homogêneas ou livres de conflitos. Lembrando que ordens do discurso estão relacionadas a
“instituições, organizações e redes de práticas sociais”, Fairclough (2006: 31) ressalta que
“uma ordem do discurso particular inclui um número de diferentes discursos, diferentes
gêneros e diferentes estilos. Eles podem ser complementares um ao outro (...) ou podem ser
alternativos e em alguns casos conflitantes” (Resende, 2009: 40).
Assim, a análise interdiscursiva de um texto não se refere apenas à identificação dos discursos
materializados no texto, mas também do modo como são articulados e de seus efeitos
potenciais de sentido. Em termos dos modos de articulação, discursos podem, por exemplo,
ser afirmados explicitamente ou ser articulados em modos de representação mais implícitos,
por meio das estruturas de pressuposição. Fairclough (2001: 155) define pressuposições como
“proposições tomadas pelo produtor do texto como já estabelecidas ou ‘dadas’”, que podem
ser engatilhadas por diversos recursos linguísticos, como sentenças clivadas, verbos factivos,
artigos definidos, e outros. Proposições avaliativas também podem ser inseridas em textos de
forma mais superficial –explícita– ou mais profunda –implícita, pressuposta.
Em suma, nossa análise incide sobre um recorte de um editorial, situando-se no espaço
semiótico construído pelo sistema da Transitividade e pelas categorias que acabamos de
definir, ainda que brevemente. E o trabalho analítico que realizamos com essas ferramentas
parte das seguintes premissas:
i)
ii)
iii)
iv)
Todo uso da língua que tem uma função num determinado contexto é um texto.
Todo texto é representação e construção da experiência.
Todo texto é uma construção de significados situados social e culturalmente.
Todo texto materializa visões do mundo partilhadas por meio de práticas sociais situadas.
Essas formulações acerca do funcionamento da linguagem na sociedade possibilita o
rompimento dos limites entre a análise linguística e a crítica social – a proposta é abordar
problemas sociais relacionados a conceitos como ideologia e hegemonia por meio da análise de
mecanismos linguístico-discursivos concretizados em textos e de sua relação com práticas
sociais específicas.
3. “Erradicar a pobreza”: análise discursiva crítica do editorial
de Cais
O número 123 da revista Cais, publicado em outubro de 2007, apresenta um editorial,
intitulado “Erradicar a pobreza”, que articula vozes de pessoas em situação de rua. O primeiro
parágrafo, curto, é de autoria de Henrique Pinto, identificado na contra-capa como diretor da
publicação. Em seguida, há cinco textos assinados por “habituais frequentadores do Centro
CAIS de Lisboa” –Arnaldo Rozembaum Spatz, Paulo Trindade, Dinis Dinis, Paulo Amador e
Marta Lopes.
A justificativa para essa organização coletiva do editorial é apresentada por Henrique Pinto:
naquele mês, em que a “agenda internacional”, segundo ele, tinha “em programa debruçar-se
sobre o fenómeno da pobreza no mundo, o editorial da CAIS só podia ser assinado por quem é
seu refém”. A referência é, provavelmente, ao dia 17 de outubro, o Dia Mundial da Erradicação
da Pobreza.
Se observarmos a identificação das pessoas em situação de rua na voz editorial institucional, a
representação dessas pessoas como “habituais frequentadores do Centro CAIS de Lisboa”, por
um lado, e como “reféns” da pobreza, por outro, parece ser fortemente ambígua, mas na sua
essência traduz uma mesma perspectiva: passivização dos sujeitos. Com efeito, ser
frequentador/a constitui uma condição com fracos efeitos sobre o mundo material, dado que a
natureza comportamental de ‘frequentar’ situa essa ação no plano do comportamento, numa
zona intermediária entre o mundo das intenções e da vontade, por assim dizer, e distante do
mundo das ações materiais. A natureza comportamental é intensificada pelo uso classificatório
do adjetivo ‘habituais’. Por seu turno, ser ‘refém’ constitui uma situação de privação máxima de
autonomia e, consequentemente, de agência. Curiosamente, nota-se ainda que as pessoas em
situação de rua estão representadas em relação com duas entidades: o Centro CAIS de Lisboa
e a pobreza. No primeiro caso, é a entidade que enquadra e circunstancializa o
comportamento; no segundo caso, é a entidade que detém poder de agência. No que concerne
à agenciação, tanto as pessoas em situação de rua quanto o Centro CAIS são, portanto, atores
sociais representados em clara desvantagem face à pobreza.
A seguir, procederemos à análise apenas do primeiro dos cinco textos que compõem o
editorial. Nosso foco inicial nas análises será o sistema de transitividade, de acordo com o
proposto na Linguística Sistêmico-Funcional. Em seguida, aprofundaremos as análises com
outras categorias pertinentes; não demarcaremos, entretanto, limites entre os diferentes níveis
de análise, por entendermos que se complementam mutuamente.
Vejamos o conteúdo integral do testemunho em análise:
O TESTEMUNHO DE ARNALDO ROZEMBAUM SPATZ
Sou pobre, logo, já não sei até que ponto ainda existo, pois o facto é que, nos dias actuais, nós
não somos nada além daquilo que temos. Portanto, como eu não tenho nada, já não sei mais
quem sou eu. Talvez eu seja apenas uma ilusão da minha própria mente, cansada e deturpada
pelas muitas vezes em que perco o sentido no meio da minha própria dor. Aliás, dor, fome,
medo, são apenas adereços desta peça de tragédia na qual se traduz a vida opaca e vazia de
um pobre como eu, gente que já não se sente humana por ser tratada como lixo. Gente como
eu e que bem poderia ser você, que não se importa com aquilo que não sente na pele.
Mas, na verdade, a pobreza faz com que nós, que somos os pobres, nos sintamos como uma
mazela, um peso morto, incapazes de buscar seja onde for as forças necessárias para reagir
contra este estigma de sofrimento e exclusão. Muito pior que a própria fome é a revolta, e
mais mortal que qualquer doença é, para mim, não ter direito a dignidade.
Ser um pobre, é sentir-se incapaz, indolente, sem valor, até para si mesmo. Frustrados, tristes,
solitários, famintos, sem pai, sem mãe, sem casa, sem eira nem beira.
Assim somos nós, aqueles que têm, quando com muita sorte, o direito de servir de objecto da
benevolência hipócrita daqueles que, ainda bem, sabem tirar partido da miséria alheia. Eu sou
pobre e sou a vergonha da sociedade estampada no rosto de cada um que, como eu, nada
tem que seja seu a não ser a si mesmo.
Arnaldo Rozembaum Spatz
Considerando a transitividade, e tendo o sinal gráfico ponto final como delimitador de orações,
no primeiro testemunho temos 16 orações niveladas. Nessas 16 possibilidades de
representação, temos 12 Processos Relacionais, dois Mentais, um Material e um Existencial. As
duas restantes orações, contabilizadas porque delimitadas por ponto final, não apresentam,
porém, nenhuma forma verbal ao nível oracional.
No primeiro caso, o grupo nominal identificado apresenta uma oração desnivelada complexa
com uma função adjetival: “gente como eu e que bem poderia ser você, que não se importa
com aquilo que não sente na pele”. No segundo caso, temos quatro adjetivos e quatro grupos
preposicionais com sentido adjetival: “frustrados, tristes, solitários, famintos, sem pai, sem
mãe, sem casa, nem eira nem beira”. Ainda sobre os grupos nominais identificados, importa
dizer que a oração que os antecede representa, em ambos os casos, um Processo Relacional, e
que o Participante ao qual estes grupos se apõem é o Atributo. Assim, pode considerar-se que
esses dois grupos nominais são extensões do Atributo da oração nivelada.
Dos 12 Processos Relacionais, um terço é inequivocamente de tipo Atributivo (“eu não tenho
nada”; “muito pior do que a fome é a revolta”; e “assim somos nós …”), outro terço é
inequivocamente Identificativo (“talvez eu seja apenas uma ilusão da minha própria mente …”;
“dor, fome, medo são apenas adereços desta peça de tragédia …”; e “ser um pobre é sentir-se
incapaz, indolente, …”). O restante terço é de interpretação ambígua, ou melhor, a
representação não se situa num dos pólos mas parece mais ambivalente. Temos, pois, quatro
auto-representações cheias de potencial interpretativo (“sou pobre”; “… nós não somos nada
além daquilo que temos”; “quem sou eu”; e “eu sou pobre”).
Os dois Processos Mentais identificados (“já não sei até que ponto ainda existo”; “já não sei
mais quem sou eu”) consistem em apontamentos residuais sobre a vida interior, do saber e do
sentir. Sempre põem em oposição a vida pregressa e a presente, criando uma di-visão da vida
entre antes e depois da situação de rua.
No único Processo Material encontrado (“a pobreza faz com que nós, que somos pobres, nos
sintamos como uma mazela …”), que assim constitui o único evento com algum dinamismo, o
Ator é “a pobreza”, e a pessoa que assina o testemunho faz parte de um “nós” que é a Meta,
“nós que somos pobres”. Nessa representação, fica patente a assunção de uma condição de
passividade, o que se confirma na análise da transitividade no texto como um todo, carente
que é de processos de fazer.
Em termos gerais, é predominante na representação a não temporalidade, já que todas as
orações niveladas estão no tempo presente do indicativo, um tempo não marcado ou ‘não
tempo’ –a representação é de um caráter definitivo de realidade. Não há representação de
fisicidade, de dinamismo e de mudança: as pessoas e as coisas simplesmente são. E não há
nenhuma dimensão comportamental, que estabeleceria a ponte entre o mundo material e o
mundo interior. Tal como não há senão uma marca de modalização desse estado de ser
(“talvez eu seja …”). Entretanto, a temporalidade se marca profundamente no texto, pela
oposição entre passado e presente, em estruturas como ‘já não... mais’ (veja a seguir).
As orações desniveladas mostram-se como o lugar privilegiado da representação do ‘eu’,
acentuando, porém, a impressão de uma identidade tênue e passiva dada pela análise de
transitividade nas orações niveladas. Nesse nível de encaixe gramatical, de maior
distanciamento, o ‘eu’ é, entretanto, referido explicitamente como ‘eu’ apenas numa das dez
orações (cf. infra (ii)). Vejamos, no Quadro 1 a seguir, as orações desniveladas desse
testemunho:
(i)
[nada além daquilo] que temos
(ii)
[muitas vezes em] que perco o sentido no meio da minha própria dor
(iii)
e que bem poderia ser você, que não se importa com aquilo que não sente na pele
(iiia)
que não se importa com aquilo que não sente na pele
(iiib)
aquilo que não sente na pele
(iv)
que somos os pobres
(v)
incapazes de buscar seja onde for as forças necessárias para reagir contra este
estigma de sofrimento e exclusão
(vi)
aqueles que têm, quando com muita sorte, o direito de servir de objecto da
benevolência hipócrita daqueles que, ainda bem, sabem tirar partido da miséria
alheia
(via)
daqueles que, ainda bem, sabem tirar partido da miséria alheia
(vii)
que, como eu, nada tem que seja seu a não ser a si mesmo
Quadro 1 – Mapeamento de orações desniveladas no testemunho
Veja-se, pois, como o ‘eu’ se dissemina e, poderíamos dizer, se rarifica noutras entidades. Por
um lado, temos a entidade ‘nós’, categorizada com dois adjetivos expressivos: “pobres” e
“incapazes” (em três orações: (i), (iv) e (v)). E há, ainda, dois conjuntos marcados pela
impessoalidade –dois conjuntos apartados, mas ambos definidos como ‘aqueles’: “aqueles que
têm (...) o direito de servir de objecto” (em (vi)) e “(d)aqueles que (...) sabem tirar proveito da
miséria alheia” (em (vi-a)).
No caso do primeiro conjunto ‘aqueles’, note-se a inclusão intrincada do autor: “assim como
nós” –em um jogo complexo de correspondências entre ‘eu’, ‘nós’ e ‘eles’. No caso do segundo
conjunto ‘aqueles’, encontra-se em relação de alteridade, de exclusão, de oposição, expressa
através de “alheia”, com “aqueles que sabem tirar partido da miséria alheia”. Note-se, ainda,
como o encaixe gramatical intrincado integra uma nota crítica: “benevolência hipócrita” –
recusa-se o discurso religioso da caridade.
As orações niveladas são também o lugar do ‘tu’, um destinatário a quem se aponta o dedo
argumentativo e que é tratado por ‘você’ (em (iii), (iii-a) e (iii-b)). Esse ‘tu’ é representado
como estando igualmente distanciado em relação ao ‘nós’, “que somos os pobres”.
Em seu texto, Arnaldo R. Spatz investe muito em elementos de coesão por conjunção:
operadores como “logo”, “já não”, “até que ponto”, “ainda”, “apenas”, “aliás”, “mas”, “na
verdade”, “ainda bem” deixam clara a natureza argumentativa do texto, no que se refere à
tipologia textual. Assim, o propósito não é descrever a condição de rua nem narrar a trajetória
de sua experiência na rua, mas argumentar acerca do que significa estar em situação de rua –
a alta densidade relativa de processos relacionais é mais um argumento nessa direção. Não se
trata, pois, de descrição da situação atual, nem tampouco de uma exposição narrativa, à qual
poderia estar subjacente uma concepção processual, temporariamente sequenciada, de um
percurso de vida. Trata-se, antes, de uma argumentação, e os argumentos são expressos
predominantemente em proposições de tipo A=B, em processos relacionais.
Criam-se no texto duas oposições: entre passado e presente, e entre pessoas em situação de
pobreza extrema e o restante da sociedade. Em relação à primeira oposição, é interessante
notar que não se fala explicitamente no tempo passado, anterior à situação de rua, o que se
comprova no estudo dos tempos verbais empregados (predominância do presente).
Entretanto, três instâncias do primeiro parágrafo estabelecem essa relação de oposição:
(1)
(2)
(3)
“Sou pobre, logo, já não sei até que ponto ainda existo”
“Como eu não tenho nada, já não sei mais quem sou”
“gente que já não se sente humana por ser tratada como lixo”
Nos três casos, a referência ao passado se faz por meio de estruturas de pressuposição do tipo
proposicional, ou seja, pressupostos a respeito do que é/deve ser o caso (Fairclough, 2003).
Assim, em (1), a estrutura ‘já não (...) ainda’ constrói o pressuposto de um dia ter tido a
certeza de sua existência (material ou simbólica?) e de um dia ter existido de fato; em (2), a
estrutura ‘já não (...) mais’ ativa o pressuposto de um tempo anterior em que sabia quem era,
um tempo anterior de identidade (auto)reconhecida; e em (3), os pressupostos são dois: com
‘já não’ ativa-se o pressuposto que essa “gente” já se sentiu humana algum dia, no passado, e
com a relação causal estabelecida (‘por ser’), o tratamento recebido (‘como lixo’) é
profundamente inserido no texto, não sendo passível de qualquer dúvida, já que assumir essa
verdade é pressuposto necessário para a interpretação da oração. O resultado dessas escolhas
linguísticas é que o tempo passado não é afirmado mas sim tomado como dado para a
afirmação opositiva do presente.
A segunda oposição, referente à classificação de pessoas pobres versus pessoas não pobres,
realiza-se por meio de três excertos:
(4) Gente como eu e que bem poderia ser você, que não se importa com aquilo que não
sente na pele.
(5) Assim somos nós, aqueles que têm, quando com muita sorte, o direito de servir de
objecto da benevolência hipócrita daqueles que, ainda bem, sabem tirar partido da miséria
alheia.
(6) Eu sou pobre e sou a vergonha da sociedade estampada no rosto de cada um que, como
eu, nada tem que seja seu a não ser a si mesmo.
Nos três casos, a referência ao passado se faz por meio de estruturas de pressuposição do tipo
proposicional, ou seja, pressupostos a respeito do que é/deve ser o caso (Fairclough, 2003).
Assim, em (1), a estrutura ‘já não (...) ainda’ constrói o pressuposto de um dia ter tido a
certeza de sua existência (material ou simbólica?) e de um dia ter existido de fato; em (2), a
estrutura ‘já não (...) mais’ ativa o pressuposto de um tempo anterior em que sabia quem era,
um tempo anterior de identidade (auto)reconhecida; e em (3), os pressupostos são dois: com
‘já não’ ativa-se o pressuposto que essa “gente” já se sentiu humana algum dia, no passado, e
com a relação causal estabelecida (‘por ser’), o tratamento recebido (‘como lixo’) é
profundamente inserido no texto, não sendo passível de qualquer dúvida, já que assumir essa
verdade é pressuposto necessário para a interpretação da oração. O resultado dessas escolhas
linguísticas é que o tempo passado não é afirmado mas sim tomado como dado para a
afirmação opositiva do presente.
A segunda oposição, referente à classificação de pessoas pobres versus pessoas não pobres,
realiza-se por meio de três excertos:
(7) Gente como eu e que bem poderia ser você, que não se importa com aquilo que não
sente na pele.
(8) Assim somos nós, aqueles que têm, quando com muita sorte, o direito de servir de
objecto da benevolência hipócrita daqueles que, ainda bem, sabem tirar partido da miséria
alheia.
(9) Eu sou pobre e sou a vergonha da sociedade estampada no rosto de cada um que, como
eu, nada tem que seja seu a não ser a si mesmo.
Nessas estruturas de oposição, está inserida uma crítica ácida contra a sociedade que não se
manifesta, que não enxerga a situação de rua senão para exercer caridade –o que não muda o
estado de coisas: em “você, que não se importa” a avaliação está inserida profundamente na
oração, com estatuto de pressuposto; em “benevolência hipócrita”, temos a avaliação sem
gatilho; e em “ainda bem” e “vergonha da sociedade”, a crítica se constrói na ironia.
Assim, o texto confirma a revolta afirmada em “muito pior que a fome é a revolta”. Mas essa
revolta não conduz à ação: pessoas em situação de rua são representadas no texto como
passivas, o que ficou mostrado no estudo da transitividade, que aponta franca predominância
de processos relacionais.
Vejamos no Quadro 2, a seguir, alguns modos de representação de pessoas em situação de
rua nesse testemunho:
eu
ilusão de minha própria mente
nós que somos
pobres (nos
sentimos como)
mazela, peso morto, incapazes (de buscar forças para reagir), sem
direito à dignidade
ser pobre
sentir-se incapaz, indolente, sem valor, até para si mesmo
pobres
frustrados, tristes, solitários, famintos, sem pai, sem mãe, sem
casa, sem eira nem beira
pobres
objeto de benevolência
pobre
vergonha da sociedade
Quadro 2 – Modos de representação de pessoas em situação de rua no Texto 1
A mesma representação passiva da situação de pobreza aparece no parágrafo que antecede os
depoimentos, que introduz, na voz institucional da revista, o editorial. Nesse parágrafo, lê-se
que as pessoas que apresentam os depoimentos recolhidos são “reféns da pobreza”. Assim, a
pobreza passa a cumprir um papel ativo enquanto aos/às pobres resta um papel passivo.
Em termos de interdiscursividade, embora Arnaldo R. Spatz resista ao discurso religioso da
caridade (“tirar proveito da miséria alheia”), um discurso proeminente quando se trata de
respresentar as relações entre ricos/as e pobres, ele acaba recorrendo a outro poderoso
discurso em sua representação, este associado ao capitalismo e à representação das pessoas
como consumidoras:
(10) Sou pobre, logo, já não sei até que ponto ainda existo, pois o facto é que, nos dias
actuais, nós não somos nada além daquilo que temos. Portanto, como eu não tenho nada, já
não sei mais quem sou eu. Talvez eu seja apenas uma ilusão da minha própria mente, cansada
e deturpada pelas muitas vezes em que perco o sentido no meio da minha própria dor.
(11) Sou pobre, logo, já não sei até que ponto ainda existo, pois o facto é que, nos dias
actuais, nós não somos nada além daquilo que temos. Portanto, como eu não tenho nada, já
não sei mais quem sou eu. Talvez eu seja apenas uma ilusão da minha própria mente, cansada
e deturpada pelas muitas vezes em que perco o sentido no meio da minha própria dor.
Nesse excerto (7), o autor assume o discurso que iguala as noções de ‘ser’ e ‘ter’. Sobre esse
discurso e sua influência na construção de identidades, Ramalho e Resende (2011: 68-69)
comentam:
Canclini (2006) observa, por exemplo, um deslocamento atual da identidade do/a cidadão/ã
para a do/a consumidor/a. Para o autor, as transformações causadas pelo capitalismo
avançado não representam um simples processo de homogeneização, mas, sim, de
reordenamento das diferenças e desigualdades, sem suprimi-las. (...). Tais tendências,
segundo o autor, apontam para um processo em que as identidades se organizam cada vez
menos em torno de símbolos nacionais e passam a inspirar-se no que propõem os meios de
comunicação. É claro que isso aponta a relevância do discurso na constituição de identidades
nesse contexto.
(...). As identidades modernas territorializadas vão cedendo lugar a identidades configuradas
no consumo, “naquilo que se possui, ou naquilo que se pode chegar a possuir”, e,
consequentemente, a novas identidades, que incluem desempregados/as de longo prazo;
trabalhadores/as informais, precários/as, autônomos/as; migrantes impulsionados/as pela
pobreza; miseráveis, sem os direitos humanos mais básicos (Campione, 2007: 60).
Em sua vinculação a esse discurso que alinha identidade e consumo, Arnaldo R. Spatz faz uso
de argumento por raciocínio lógico; emprega elementos de coesão por conjunção, construindo
uma linha argumentativa que vai da assunção desse discurso até a negação de sua própria
identidade: “logo”, “pois”, “portanto”, “como”. Por fim, a conclusão que apresenta nesse
encadeamento lógico de argumentos é a constatação da invisibilidade social dos/as
extremamente pobres, traduzida em sua própria invisibilidade quando coloca em dúvida sua
existência material: “talvez eu seja apenas uma ilusão”.
A representação da pobreza no nível do indivíduo afasta a possibilidade de ação social, de
criação do ator social coletivo, capaz de uma luta política por mudança social. Embora a Cais
represente seus membros como pessoas que têm “um projecto pessoal de vida focalizado na
conquista progressiva de sua própria autonomia”, o testemunho parece orbitar um discurso de
imobilidade das estruturas, de impossibilidade de mudança social.
Em pesquisa etnográfica junto a um movimento social de natureza reivindicatória, Resende
(2008: 289) identificou essa contradição entre os discursos do protagonismo (de mobilização
social) e da imobilidade das estruturas sociais, e propôs que
destacam-se, como movimentos entre aspectos discursivos e não-discursivos de práticas, a
seleção de discursos particulares para interpretar eventos, legitimar ações e representar
processos sociais; a mobilização desses discursos selecionados em modos de ação; sua
inculcação em modos de identificação; sua ressonância em práticas sociais mais amplas. A
filiação (...) ao discurso da imobilidade entra em choque com objetivos de mobilização para
mudança social, refreando a capacidade de articulação para atingir esses objetivos.
A emergência desse discurso no contexto de movimentos sociais e sua retenção na
interpretação de eventos interfere nos projetos de mudança social e na capacidade de
incorporação dos sujeitos ou de construção de identidades de projeto (Archer, 2000; Castells,
1999). Em outras palavras, interfere na consolidação do ator social coletivo, capaz de engajarse na luta pela transformação de situações de opressão e injustiça.
Considerações finais
O trabalho tecido nesta análise conjunta mostra que o mundo contemporâneo deve ser objeto
de escrutínio assumidamente crítico e que o estudo linguisticamente fundamentado pode
desempenhar um papel importante nesse contexto. Olhando especificamente para a questão
das pessoas que vivem em situação de rua, não basta dar visibilidade a essa questão enquanto
‘problema’, correndo o risco de naturalizar ainda mais a densidade da teia de fatores
causadores e de contribuir para a sua irresolução. Qualquer que seja o objeto escolhido para
pesquisar essa problemática, uma análise ingênua pode resultar tão infamante quanto o
silêncio.
É preciso desconstruir, com os meios analíticos que se tiver ao alcance, e apontar
possibilidades, alternativas, utopias. Porque há uma fronteira difusa entre o que se diz, o que
se pensa e o que se faz, entre o que se pode dizer, o que se pode pensar e o que se pode
fazer. A análise do testemunho de uma pessoa que vive em situação de rua mostrou a
naturalização dessa condição; a reificação da pobreza extrema; a materialização, na
representação de sua própria exclusão, de discursos que responsabilizam os/as pobres
individualmente por esse estado de coisas. Além disso, nota-se sua identificação como
indivíduo passivo e/ou incapaz de agir para a transformação de sua situação desprivilegiada na
sociedade.
Em relação à possibilidade de estabelecimento de relações interdiscursivas conflituosas em
uma mesma prática, os textos que analisamos apontam a contradição entre o discurso da
mobilização da sociedade –que orienta a iniciativa da Cais– e o discurso da ‘imobilidade’, da
impossibilidade de ação social transformadora das estruturas. E essa contradição pode ser
fonte de conflito e frustração, e, mais que isso, pode minar oportunidades para a construção
de identidades de projeto e para a configuração de um ator social coletivo capaz de formular
modos de resistência.
NOTAS
1 No original: “Systemic terms are not Aristotelian categories. Rather they are fuzzy
categories.”
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Resende, V. e Ramalho, V. (2006). Análise de Discurso Crítica. São Paulo: Contexto.
VIVIANE DE MELO RESENDE. Doutora em Linguística pela Universidade de Brasília (UnB), é
professora adjunta do Depto. de Linguística, Português e Línguas Clássicas da mesma
universidade. Tem artigos publicados em periódicos como Journal of Multicultural Discourses,
Discourse & Society, Discurso & Sociedad, Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso,
Cadernos de Linguagem e Sociedade, Linguagem em (Dis)curso, Revista da Abralin, entre
outros. Publicou os livros Análise de discurso (para a) crítica: o texto como material de
pesquisa (em co-autoria com Viviane Ramalho; Campinas: Pontes), Análise de Discurso Crítica
e Realismo Crítico: implicações interdisciplinares (Campinas: Pontes, 2009) e Análise de
Discurso Crítica (em co-autoria com Viviane Ramalho; São Paulo: Contexto, 2006).
Correo electrónico: [email protected]
MARTA FILIPE ALEXANDRE. Investigadora do grupo Discurso e Literacia, Marta Filipe
Alexandre desenvolve, no Instituto de Linguística Teórica e Computacional (ILTEC, Lisboa,
Portugal) uma pesquisa de doutoramento com o tema “A ciência hoje: Análise Crítica do
Discurso sobre a Prática Científica”. Entre suas publicações recentes, destaca o capítulo “‘The
arrogant scientist’ and ‘the ignorant citizen’: A Critical Discourse Analysis of the Discourse of
Scientists”, publicado em co-autoria com Carlos Gouveia em 2009.
Correo electrónico: [email protected]
Reseñas
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Miotello, V., & Haber de Figueiredo M. (2010).
)
Título
BRAIT, BETH (2010). Literatura e outras linguagens. São Paulo: Contexto. 235 pp. ISBN 97885-7244-489-7
Tipo de
Publicación
Reseña
Autores
Miotello, V., & Haber de Figueiredo M.
Año de
Publicación
2010
Citation Key
3034
Texto
Completo
Reseñas
BRAIT, BETH (2010). Literatura e outras linguagens. São Paulo: Contexto. 235 pp. ISBN 97885-7244-489-7.
O livro “Literatura e outras linguagens”, de Beth Brait, têm como objetivo não só o rico
entrelaçamento entre a linguagem literária e os estudos da linguagem, mas também a
proposição de discussões e reflexões com o intuito de melhor entender a temática abordada na
apresentação sobre a maneira como a língua e a literatura se arranjam nas estantes da vida e
como promover uma interação que, além de mostrar o prazer da descoberta pela leitura, busca
também a inter-relação com o ensino criativo e eficiente da língua. Para melhor encaminhar
essa questão, Brait estrutura sua obra em sete partes constituídas cada uma por teoria,
análises e depoimentos de poetas, escritores, linguistas e falantes do cotidiano.
O primeiro capítulo, “Língua e literatura: saber e sabor” tem como eixo mostrar a artificialidade
existente em discursos que pregam a dicotomia entre língua/literatura, linguagem/vida,
uso/criatividade, gramática/estilística, bem como algumas teorias linguísticas que evidenciam a
fragilidade dessa concepção dicotômica e a relação de indissolubilidade entre língua e
literatura. Dessa forma, busca em Jakobson, que denomina como poeta da linguística, e em
Voloshinov a possibilidade de um entrelaçamento, de um diálogo forte e consistente entre
linguagem, língua, literatura e vida. E, ao referir-se ao pensamento desenvolvido pelo hoje
chamado Círculo bakhtiniano, diz que a relação língua e literatura é uma das articulações
fundadoras do pensamento bakhtiniano, uma vez que vê na literatura uma forma de
construção da memória de futuro, e também da memória sócio-histórica, pois, de acordo com
o pensamento do Círculo “a arte, também, é imanentemente social; o meio social extraartístico afetando de fora a arte encontra resposta direta e intrínseca dentro dela”
(Bakhtin/Voloshinov, s/data, p.2). A autora encerra esta parte com depoimentos dos linguistas
Dominique Maingueneau, Carlos Alberto Faraco, Sírio Possenti e Luiz Carlos Travaglia que
falam as(suas) relações entre a linguística (o linguista) e a literatura.
Na segunda parte, sob o título “Escritores enfrentam e mostram a língua”, Brait parte da
premissa de que embora não seja o único, a literatura é um lugar estratégico para se observar
não só as relações entre linguagem cotidiana e criatividade, como constitui uma das formas de
trabalho e exploração dos meandros da língua. Assim, por meio de um diálogo estabelecido
entre Graciliano Ramos e Guimarães Rosa, busca-se lançar um feixe de luz no embate
existente na relação autor/obra, bem como esses autores constituíram e foram constituídos
pela arquitetônica de suas obras. Para fechar o capítulo, a autora traz o depoimento de
Roberto Gomes, um escritor brasileiro contemporâneo que conta para o leitor as suas
peripécias enquanto aluno de aulas de gramáticas bem como a descoberta da literatura e dos
prazeres da literatura.
No terceiro capítulo, intitulado “Língua, literatura e identidades”, a autora aborda a temática
explicitada no título e, para isso, tece num primeiro momento uma reflexão acerca da
identidade nacional, sua relação com a língua materna e a constituição do sujeito
contemporâneo brasileiro; para estabelecer esta relação promove um rico diálogo entre
linguistas e escritores. Assim, parte de um texto de Machado de Assis, “Instinto de
nacionalidade”, no qual o autor, do seu lugar de escritor, fala sobre as relações entre língua e
literatura. Por meio da leitura desses textos é ainda possível identificar o conceito de
identidade linguística brasileira do autor e ter uma percepção do posicionamento ideológico de
muitos escritores, poetas, romancistas, entre outros. Com o intuito de aquecer a discussão
Brait explicita que, para a estudiosa da língua portuguesa Edith Pimentel Pinto, ainda que
existam diferenças explícitas entre o português falado no Brasil e o de Portugal, a estrutura da
língua, que ela denomina por sistema (rede de oposições funcionais), continua exatamente a
mesma. Depois, Brait por meio de textos de Mario de Andrade e Oswaldo de Andrade, mostra
a maneira como a questão da identidade nacional se encontrava entranhada nas discussões
dos escritores modernistas brasileiros. A análise seguinte recai sobre duas letras do compositor
contemporâneo Zeca Baleiro, nas quais a autora apresenta por meio da presença de vários
“estrangeirismos” não só a flexibilidade da língua, mas também as novas constituições
ideológicas que permeiam as relações sociais brasileiras. Para se contrapor à fala
contemporânea do português no Brasil, Brait recorre a um texto (parte de um projeto de
pesquisa sobre idosos) em que é possível verificar a poeticidade e identidade da fala cotidiana
brasileira. Nas falas de Luiz Carlos Garcia-Rosa e de Manuel Bandeira, a autora atenta para o
fato de como esses dois escritores constroem ou apagam a identidade de um sujeito. Ainda
para mostrar essa constituição, traz o texto “Inferno”, de Patrícia Melo, para ressaltar a
questão da identidade de alguns escritores brasileiros contemporâneos no que se refere à
arquitetônica de algumas obras, com destaque para a presença do espaço urbano brasileiro, a
violência e a linguagem utilizada. Caminhando para o desfecho do capítulo, Brait presenteia o
leitor com o depoimento da escritora brasileira Mirna Pinsky, que fala sobre a identidade de
escritora e também com os depoimentos dos linguistas Francisco da Silva Borba e Dino Preti
que evidenciam a importância dos textos literários para os estudos da linguagem.
O quarto capítulo recebe o nome de “Na biblioteca da vida: entrecruzar de língua e literatura”,
e se inicia com a discussão sobre a dificuldade de ensinar não somente a língua portuguesa,
mas qualquer outra língua, e sobre os modismos que assolam o ensino da língua portuguesa
no Brasil que, num primeiro momento, surgem como fórmulas mágicas que, com o decorrer do
tempo, caem fatalmente no ostracismo. Entre as reflexões elencadas pela autora deve-se
destacar a chamada de atenção para o reducionismo com que algumas teorias são utilizadas e,
como exemplo principal, cita o entendimento equivocada do conceito dos gêneros do discurso
de Bakhtin. O objetivo desse capítulo é tratar do entrelaçamento possível e necessário entre
gramática e literatura e também passa pela questão da relação ensino-aprendizagem. No texto
“O assassino era o escriba” de Paulo Leminski, a autora atenta para o fato de que, se, num
primeiro momento, parece uma crítica à sintaxe, depois se revela na verdade, uma
homenagem a toda a riqueza da língua materna. Para Brait, a engenhosidade do texto pode
ajudar a despertar alunos traumatizados com um ensino regrado de gramática para as muitas
possibilidades da língua portuguesa. Já a análise do texto “Jabberwocky”, de Lewis Carrol, na
tradução de Augusto de Campos, mostra como a diversificação vocabular e a riqueza do jogo
lexical do texto constrói com humor questões de amplitude universal. No texto “Palavra de
Poeta”, de Carlos Vogt, Brait mostra as reflexões do “linguistapoeta” cuja finalidade é fazer
com que as palavras da vida, da arte e da ciência possam dialogar entre si. Em “O menino que
vendia palavras”, de Ignácio de Loyola Brandão, Brait mostra o entrelaçamento entre a palavra
e a vida, ao mesmo tempo em que chama a atenção para a formação do sujeito leitor. Na
sequência a autora apresenta um depoimento concedido por Brandão que corrobora as
reflexões elencadas na análise do texto supracitado. Para encerrar este capítulo, tem-se ainda
o depoimento de três grandes pesquisadoras, Maria Helena Moura Neves, Marisa Lajolo e
Regina Zilberman, que contam ao leitor suas experiências e vivências no entrecruzado “mundo
da gramática e da literatura”.
“Na fronteira dos sentidos” é o título que encabeça o quinto capítulo, em que a autora chama
para reflexões sobre a amplitude ideológica das obras literárias e para as questões sobre a
construção de sentido; para isso, lança mão de textos e depoimentos que tratam desta
temática. Para falar da tênue relação entre os limites da vida e da ficção, faz uma análise da
obra “O filho eterno”, de Cristovão Tezza, pois neste texto, vida e arte se entrelaçam sem que
o texto seja autobiográfico. Acompanhando a análise, Brait oferece ao leitor um humorado
depoimento de Tezza, no qual narra suas aventuras, quando ainda criança, pelos caminhos da
gramática e da literatura. Na análise de “Leite Derramado”, de Chico Buarque, Brait mostra
como língua, identidade e memória se encontram entrelaçadas, e destaca diversos aspectos
ideológicos da obra citada. Depois verifica, especialmente na obra de Milton Hatoun, uma
intensa mistura multicultural percebida nos sotaques que marcam a individualidade das várias
vozes inseridas em uma coletividade. Já em Bernardo de Carvalho, no texto “Mongólia”,
investiga como a prosa literária reflete e refrata as variedades linguísticas, ao mesmo tempo
em que constrói narrativas de ficção em que as identidades são constituídas na pluralidade do
conjunto. Caminhando para o encerramento do capítulo, Brait, na crônica de Rubem Fonseca,
“Exitus Letalis”, mostra que apenas figuras de linguagem e de estilo não garantem a qualidade
estética de um texto, o que é corroborado pela ideia presente no texto de Fonseca. E, para
finalizar, apresenta os depoimentos de José Luiz Fiorin e Ingedore Villaça Koch sobre suas
respectivas ligações com a literatura.
No sexto capítulo intitulado por “Cantando língua e literatura”, Brait mostra, por meio da
análise de canções (lugar em que, para ela, língua e literatura servem de mote), a maneira
como linguagem, língua, literatura e música entrelaçam-se e se constituem como esferas de
atividades portadoras de várias ideologias que refratam e refletem o discurso oficial e o nãooficial (cotidiano). Imbuída por esta reflexão, analisa canções que, ao apresentarem formas
que não são da norma culta, tematizam as várias formas de expressão e classificação social
dos falantes. Dessa forma, logo no início, vale-se da canção “Orora anafabeta”, de Gordurinha
e Nascimento Gomes, com o intuito de evidenciar essa discussão analisando uma letra que
retrata de uma forma bem humorada as questões acima suscitadas. Depois, para falar sobre a
reforma ortográfica e a unidade da língua portuguesa entre os países falantes dessa língua,
analisa a música “Por quê”, de Caetano Veloso, identificando nela o diálogo entre a arte e as
variantes cotidianas da língua portuguesa falada em Portugal e no Brasil, para explicitar a
diversidade cultural e de sentidos encontrados em uma mesma língua e, com isso, os
distanciamentos e aproximações que “testemunham a pluralidade da língua portuguesa e a
maneira como os sujeitos que a falam se constituem como tal e se relacionam com ela” (Brait,
2010:169). Em outro ponto a autora traz, por meio da canção “Capitu”, de Luiz Tatit, não só o
diálogo entre obras, mas também entre outros canais de expressão e comunicação como, por
exemplo, a internet, tendo como norte o trabalho com a linguagem e com a riqueza da língua
portuguesa. No próximo item, que recebe o nome de “Artes com a gramática”, Brait ressalta
que, uma vez que a língua é social, a gramática tem por função “descrevê-la e suas
particularidades, em sua variedade, nas modalidades oral e escrita” (Brait, 2010:178). Revela
ainda que o caráter ditatorial que assola os gramáticos relaciona-se, entre outros motivos, ao
uso normativo que se faz das gramáticas e das regras da escrita, “com a luta de poder travada
entre as variantes linguísticas que caracterizam todos os estágios de uma língua” (Brait,
2010:178). Analisa a “Gramática”, de Luiz Tatit e Sandra Perez, que traz à tona grande parte
dessa discussão, ao mostrar os “usos e abusos” na relação existente entre a gramática
normativa e o falante cotidiano. Logo após, Brait, na análise da canção “Nóis é jeca mais é
jóia” de Juraildes da Cruz, mostra a construção sígnica sobre o “caipira”, que se apresenta
tanto como uma variante linguística como com um tipo brasileiro. Nesta canção, a autora
evidencia a maneira irônica e bem humorada de enfrentamento do sujeito caipira frente às
contradições a que é submetido. No final desta parte, a autora presenteia o leitor com um
depoimento do Ondjaki, um escritor angolano, que conta, por meio de um texto dotado de
lirismo, sua paixão pela língua portuguesa com todas as suas variedades, contradições e
possibilidades de construção de sentido e de vida, tanto que a elegeu como material de
trabalho.
Na última parte do livro, que recebe o título de Tramas verbo-visuais da linguagem, Brait traz
essa dimensão da linguagem, que, como possui participação ativa na vida em sociedade, tem
como consequência a constituição de sujeitos e identidades. Dessa forma, promove uma
discussão que tem como norte textos, que para serem compreendidos em sua totalidade, não
podem privilegiar somente a parte verbal e tampouco só a visual. Para tanto, entende a
linguagem verbo-visual como uma enunciação, um enunciado concreto que pertence a um
projeto discursivo constituído a partir de uma determinada esfera ideológica. De acordo com
esse contexto, a autora compreende texto como uma materialidade semiótico-ideológica,
encontrada além do discurso verbal (oral ou escrito) pra abarcar o visual, a imagem gráfica
também como enunciado concreto. A fim de melhor ilustrar a reflexão acima elencada, Brait
cita exemplos de diversas áreas, que contemplam de receitas culinárias a colunas sociais,
passando por um romance e dois poemas. Justifica a escolha desse material de análise pela
possibilidade de proposição de uma discussão que considere questões como memória, estilo,
autoria, entre outros aspectos. A primeira análise recai em “Delícias das Sinhas: histórias e
receitas culinárias do final do século XIX e início do XX”, uma obra composta na apresentação
por três textos de caráter científico, e dois de outros campos (o que permite um olhar diferente
sobre a questão da autoria e do hibridismo da obra), e também por fotos e antigos cadernos
caseiros de receitas culinárias escritos à mão, que possuem, uma vez resgatados, a capacidade
de tornar audíveis enunciados de uma era passada que revelam sujeitos, identidades e
alteridades, ao mesmo tempo em que se tornam também voz constituinte nos seus leitores e
despertam suas memórias. Em seguida, apresenta uma análise de um artigo de opinião
veiculado no local apropriado para tal gênero, mas que, num primeiro instante, causa um
estranhamento no leitor habitual de jornal por ter como título “Coluna Social” e ser
apresentado da mesma forma com que as notícias da coluna social são veiculadas. Dessa
forma, a análise proposta caminha por trilhos que buscam evidenciar como a compreensão de
um texto traz consigo a necessidade de um conhecimento que se encontra além das fronteiras
do que é usualmente denominado por alfabetização formal. Em outra análise, Brait traz à tona
uma discussão, que já vem de longa data, sobre autor e autoria, bem como a questão da ética
da recepção em um mundo em que, para se apropriar da ideia alheia, muitas vezes basta um
clique, ao mesmo tempo em que mostra essa mesma questão pela ótica das reflexões oriundas
de um universo mais amplo como o artístico, o filosófico e o linguístico. Para respaldar essa
discussão, Brait recorre ao romance “O quadro da menina azul”, de Susan Vreeland.
Posteriormente, suscita novas reflexões sobre a linguagem verbo-visual e sobre autoria por
meio da análise de um poema de José Paulo Paes que usa a foto de uma placa de trânsito ao
lado de uma epígrafe de Demócrito para construir um texto poético sobre liberdade e
opressão. Como finalização, não só do capítulo, mas também do livro, Brait oferece ao leitor
uma análise sobre o poema “O autorretrato”, de Mário Quintana, que constrói um texto verbovisual apenas com a utilização de palavras e, dessa forma, evidencia a flexibilidade e
possibilidade de interação não só entre as diversas formas de linguagem, mas também entre
os gêneros do discurso.
O livro atende de forma ampla e significativa à temática proposta ao mostrar que é falsa a
existência de uma dicotomia entre língua e literatura e faz isso por meio de ricas análises e
reflexões nas quais evidencia as múltiplas maneiras de se trabalhar a língua. A relação entre
leitura e escrita é abordada e vista sob várias perspectivas nas vozes presentes nos
depoimentos. É importante ressaltar que as questões sobre a inter-relação entre linguagem,
língua e literatura e as também reflexões sobre a relação ensino/aprendizagem são temas que
se encontram perpassados nas pesquisas e estudos realizados pela autora e que podem ser
encontradas em outras obras e artigos da referida autora.
A obra em questão representa um estudo sério e relevante ao mesmo tempo em que acena
para a possibilidade de novos estudos e entendimentos no que tange aos estudos que
abarcam as questões elencadas nesta obra de Brait. A edição é muito bem cuidada. A
organização é zelosa. Os textos são generosos. Dessa forma o livro é de suma importância
para linguistas, professores, escritores, estudiosos em geral e compositores entre outros.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Bakhtin M. e Voloshinov, V. Discurso na vida e discurso na arte. Tradução acadêmica para o
português de Carlos Alberto Faraco. (Mimeo, s/ data).
Valdemir Miotello
[email protected]
Marina Haber de Figueiredo
[email protected]
Universidade Federal de São Carlos (UFSCar)
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Silva Bezerra, F A. (2010).
. 10(2),
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Título
POR UMA ANÁLISE SISTÊMICO-FUNCIONAL E DISCURSIVA DAS REPRESENTAÇÕES DE
GÊNERO
Tipo de
Publicación
Foro
Autores
Silva Bezerra, F A.
Año de
Publicación
2010
Volumen
10(2)
Citation Key
3035
Texto
Completo
Foro
POR UMA ANÁLISE SISTÊMICO-FUNCIONAL E DISCURSIVA DAS REPRESENTAÇÕES DE
GÊNERO
Em Fórum publicado no volume 9(2) desta Revista, Quiroz (2009) descreveu dimensões da
pesquisa em Linguística Sistêmico-Funcional (LSF) e apresentou argumentos gerais e
específicos para a intensificação do trabalho de desenvolvimento de gramáticas funcionais das
línguas espanhola e portuguesa que levem em consideração as necessidades e características
do trabalho discursivo já desenvolvido em nossa região, ou seja, uma gramática baseada no
uso efetivo da linguagem e que se ocupe do significado e do texto como produto sóciodiscursivo.
Acrescentando à discussão anterior, pretendo demonstrar a relevância da investigação
discursiva baseada na LSF, mais especificamente na gramática sistêmico-funcional (Halliday e
Matthiessen, 2004), ao pensarmos na aplicação da teoria em discussões de representações de
gênero. Tal perspectiva já tem informado número considerável de pesquisas no contexto
acadêmico (Bezerra, 2008; Böhlke, 2008; Caldas-Coulthard e Moon, 2010; Felippe, 2001;
Gallardo, 2001; Grimm, 1999; Heberle, 1997; dentre outras).
Ao longo deste Fórum, resgato e desenvolvo determinados pontos apresentados por Quiroz
(2009), mas agora com vistas à investigação de representações de gênero, quais sejam: as
relações entre 1) sistema/paradigma e estrutura/sintagma, bem como entre 2) as dimensões
de estratificação e de instanciação, e, por fim, o processo de criação de significados em sua
dimensão temporal, i.e. 3) gênese. A fim de demonstrar, em curto espaço, como a LSF,
precisamente na perspectiva da gramática sistêmico-funcional (GSF), pode informar discussões
de gênero, foco nos significados ideacionais, i.e. significados que se referem à representação
das experiências internas e externas do usuário da língua.
O primeiro ponto a ser destacado é a relação entre estrutura e sistema, visto que estas noções
estão intimamente relacionadas com os conceitos de sintagma e paradigma, respectivamente,
em estudos linguísticos em geral. Um diferencial da LSF para os estudos de gênero é
justamente a maior atenção que dá ao eixo paradigmático, devido à potencialidade reveladora
da investigação de identidades a partir do olhar crítico sobre as opções de construção
linguística presentes no texto sobre conceitos relacionados, por exemplo, à imagem feminina e
à masculina na mídia.
Quando me refiro ao termo gênero, entenda-se um conjunto de características do individuo às
quais são atribuídos valores específicos dependendo da cultura na qual está inserido. Em
outras palavras, esse é um conceito que “opera sob o principio de que (…) as características
atribuídas a determinado sexo por uma cultura são construtos sociais” (Wodak, 1997: 3). Cabe
salientar que essa não é a única abordagem possível ao se pesquisar e discutir identidades de
gênero. Sua teorização pode ser dividida em dois grandes grupos: aqueles que veem
identidade como algo essencial, estável e pré-discursivo, e, por isso, privado, em oposição
àqueles que a teorizam como sendo algo público, construído em sociedade e, por isso,
discursivo (Benwell e Stokoe, 2006). Como já indicado, incluo minha discussão na segunda
perspectiva teórica.
Diálogos produtivos entre os estudos de gênero e os estudos do discurso têm sido
estabelecidos e fortalecidos desde a década de 1970 (West, Lazar e Kramarae, 1997) quando
noções como poder, ideologia, hierarquia e hegemonia começaram a ser articuladas para a
promoção de reflexões sobre o que significa ser mulher, homem, negro, branco, gay, hétero,
em uma sociedade que se proponha a compreender o ser humano em sua complexidade,
ambiguidade e fluidez, em oposição a uma noção rígida e essencialista de identidade.
Da mesma forma, os estudos do discurso têm sido imensamente influenciados pelos avanços
teóricos das discussões de gênero. A riqueza da pesquisa nessa área é amplamente atribuída a
sua característica multidisciplinar, incorporando contribuições de diversas áreas do
conhecimento, tais como a antropologia, a sociologia, a psicologia, os estudos literários e os
estudos linguísticos.
A segunda relação que discuto, com vistas ao fortalecimento das investigações de
representações de gênero, ao se basearem em dados linguísticos concretos, dá-se entre as
dimensões de estratificação (níveis de organização dos sistemas da linguagem em estratos) e
de instanciação (relação entre textos específicos e o potencial do sistema do qual derivam). A
organização da língua em estratos nos permite desenvolver análises linguísticas em crescentes
níveis de abstração, partindo-se, por exemplo, do nível fonológico e/ou grafológico para
discussões sobre as opções lexicogramaticais presentes no texto, chegando-se a considerações
que permeiam o âmbito do discurso e do contexto.
Essa dimensão de estratificação é complementada, em uma perspectiva sistêmico-funcional,
pela dimensão de instanciação, pois, ao se explorar a inter-relação entre esses dois níveis de
análise linguística, é possível tanto focar no evento linguístico e sua recodificação em níveis
mais abstratos de significação, como também explorar a relação entre o texto específico em
análise e o potencial apresentado pelo sistema da língua (dimensão de instanciação). Ao focar
na dimensão de instanciação, o analista do discurso de gênero pode observar como a língua
(sistema) está sendo mobilizada para criar certas identidades em um determinado texto
(instância).
O terceiro aspecto da LSF que apresenta grande relevância para os estudos de gênero, e que
está estreitamente ligado à dimensão de instanciação, por esta se ocupar das “contingências
temporais no desenrolar do discurso” (Martin, 2010: 28), é a observação de como a produção
de significados tem dimensões temporais –gênese–, e como essas dimensões podem oferecer
focos diversos (num contínuo de generalização) para o estudo de representações no texto. Os
processos de produção de significados na língua se dão em três dimensões temporais (Halliday
e Matthiessen, 1999), quais sejam: filogênese (a evolução da língua como sistema),
ontogênese (o desenvolvimento da linguagem no individuo) e logogênese (a instanciação do
sistema no texto), cada um com suas particularidades e foco específico para o trabalho
investigativo.
Em investigações de gênero, é possível, por exemplo, analisarmos como uma personagem de
determinada série de TV desenvolve seu repertório linguístico ao longo da mesma e o impacto
deste sobre a construção de significados de gênero em suas falas (ontogênese), o que pode
ser viabilizado de forma bastante produtiva pela utilização de corpora específica (cf. Bednarek,
2010: 247). Ademais, podemos investigar, de forma mais localizada, por exemplo, como
determinado documento governamental sobre políticas de combate à gravidez na adolescência
revela concepções de gênero a partir das escolhas linguístico-discursivas presentes e
distribuídas ao longo do mesmo (logogênese), o que potencialmente pode revelar
representações em nossa sociedade como práticas motivadas que podem tanto contribuir para
sustentar ou desafiar identidades de gênero especificas.
Esse aspecto da LSF que enfatiza a questão do poder constitutivo da linguagem também se
coaduna com a teorização de identidade (de gênero) que, ao discutir a dicotomia entre
agência e estrutura (esta em sua acepção social), procura reconhecer que há uma estrutura
social que restringe, mas que, também, ao mesmo tempo, capacita o sujeito (Giddens, 1984) a
provocar mudança a partir de seus atos performativos (Butler, 1990), visto que a identidade é
constituída pelo e no discurso. Essa característica da fluidez da identidade social é também
explorada por Moita Lopes (2006: 137) quando afirma que as identidades sociais, em particular
a identidade de gênero, “nao são fixas, ou seja, estão sempre se (re)construindo no processo
social de construção do significado”. Reflexões sobre representações de gênero a partir de
uma análise textual sistêmico-funcional fornecem evidências mais concretas de possíveis
discriminações do que aquelas que se apoiam apenas em críticas puramente subjetivas, o que
objetivo exemplificar a seguir.
Focando-se, por exemplo, na dimensão de estratificação, em sua metafunção ideacional, mais
especificamente, em seu sistema de transitividade, podemos investigar, dentre outras
questões, como as mulheres têm sido representadas em diversos contextos sociais e se suas
ações têm tido impacto na esfera pública, ou se elas ainda são representadas como estando
restritas à esfera privada. A metafunção ideacional trata, em sua dimensão experiencial, por
meio do sistema de transitividade, da análise de como a experiência foi representada por meio
do uso de determinados Processos (verbos ou grupos verbais), dos participantes envolvidos
nesses Processos e das circunstâncias associadas aos mesmos. Com foco na analise de gênero,
é relevante observarmos quais são os Processos nos quais as mulheres estão envolvidas. As
mulheres são representadas agindo sobre o mundo exterior (Processo Material)? Elas são
representadas mais frequentemente como participantes dinâmicos ou como participantes
passivos desses Processos de ação? Essa é uma discussão com óbvia relevância social, pois
não podemos achar suficiente que haja mais espaço para a mulher na mídia, por exemplo, se
esse espaço ainda a restringe a uma esfera de atuação menos privilegiada (cf. Bezerra, 2008).
Além disso, podemos investigar no texto, também, a quem é dada a voz (Processos Verbais).
Quem diz o que para quem? O texto revela a mulher como tendo sua voz legitimada? E essa
legitimação se refere a qual esfera? Sobre o que a mulher é autorizada a falar? É importante
ressaltar que essas questões podem ser investigadas por meio de outras categorias e sistemas
na LSF, tais como o sistema de Valoração (cf. Martin e White, 2005) na discussão de
significados interpessoais, mas, como dito anteriormente, exploro neste Fórum apenas
significados ideacionais. Dessa forma, sobre a discussão dos Processos nos quais as mulheres
se inserem, ainda podemos perguntar: o texto a constrói como detentora de quais atributos e
qualidades (Processos Relacionais)? Quais são os atributos e valores associados com a mulher
no texto (profissão, descrição física, idade, inteligência, etc.)? Esses valores e atributos
contribuem para a consolidação de estereótipos ou desafiam construções identitárias
naturalizadas? Essas e outras questões, geradas a partir de evidências linguísticas, podem,
portanto, servir de base para reflexões sobre representações de gênero em termos, por
exemplo, dos papéis sociais, dos atributos e da voz da mulher em diversos textos e contextos.
Concluindo, com vistas a uma leitura crítica das identidades construídas em textos específicos,
reforço a importância de desenvolvermos descrições funcionais das línguas portuguesa e
espanhola que sirvam de parâmetro para a produção de gramáticas que deem destaque ao
“poder seletivo e classificatório da linguagem” (Heberle, 2000), o que se mostra ainda mais
relevante na sociedade pós-moderna, na qual somos constantemente confrontados com novos
e multifacetados gêneros discursivos retratando um número crescente de representações de
gênero. Evidencia-se, portanto, a necessidade de uma perspectiva sobre linguagem como
recurso de produção de sentidos que viabilize a desconstrução de conceitos ideológicos,
geralmente implícitos, que sustentam determinadas práticas discriminatórias, especialmente
com vistas ao fortalecimento da educação na América Latina com base em uma política de
cidadania crítica e democrática.
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Fábio Alexandre Silva Bezerra
Universidade Federal de Santa Catarina
[email protected]
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