LA FARMACIA DE… Titular. D. José González García ante el mostrador de la que ha sido su farmacia. D. JOSÉ GONZÁLEZ GARCÍA Toda una vida de servicio en La Chana Después de acercarnos a Salobreña en el pasado número, visitamos ahora uno de los barrios más conocidos de la capital granadina: La Chana. Allí nos hemos acercado a D. José González García, un farmacéutico que, aunque ya ha colgado la bata blanca, tiene mucho que contar tras casi 50 años de atención farmacéutica detrás del mostrador de la oficina de farmacia de la calle Circunvalación de la Encina. Para este veterano farmacéutico, el barrio ha ido creciendo ante sus ojos y con él, su clientela, con la que conforma una gran familia. A lo largo del casi medio siglo que lleva en la profesión, asegura que las cosas han cambiado mucho en el entorno farmacéutico pero está orgulloso de lo que ha conseguido y del legado que ahora deja a sus dos hijas. TEXTO Y FOTOS: DANIEL CAVADAS D esde muy pequeño, D. José González García supo lo que era ser farmacéutico. Su padre, auxiliar de farmacia de profesión, le contagió lo bueno de la profesión 22 Granada Farmacéutica y tras cursar los estudios de Farmacia abrió su propia oficina en la calle Circunvalación de la Encina, en lo que hoy es el barrio granadino de La Chana. Con tres o cuatro vecinos por aquel entonces, recuerda las 324 pesetas que hizo de caja en aquel 1959, tan distinto a lo que hoy ven sus ojos cuando se asoma a la puerta de la farmacia, ya remodelada en varias ocasiones. En aquellos primeros momentos, difíciles por la poca clientela, D. José se sentaba a tomar el sol y a jugar al dominó en el bar de al lado. Poco a poco, el barrio se fue llenando y llegaron Nº10 • noviembre / diciembre 2007 LA FARMACIA DE… tiempos conflictivos, que afectaron también a su oficina de farmacia. Recuerda el equipo que por aquel entonces formaba con el médico que trabajaba allí. “Él pasaba consulta y yo aportaba las medicinas”, afirma. “La primera caja en 1959 fue de 324 pesetas” Hubo muy buenos momentos a lo largo de su carrera como profesional. D. José tuvo la suerte de contar con la ayuda de un chico que le ayudaba a repartir las medicinas por las casas con la ayuda de una bicicleta. También recuerda aquellos tiempos en los que tenía que montarse en una moto y salir a recoger las medicinas él mismo. Después de 15 años solo al frente de la farmacia, Fina se incorporó como auxiliar. Aún sigue trabajando en la farmacia en la actualidad. Sus dos hijas, la farmacia de hoy D. José, habiendo colgado ya su bata de faena, mira con tranquilidad, y también con cierta nostalgia, la farmacia que abren cada día sus dos hijas. Las dos han seguido sus pasos y ya ejercen como farmacéuticas. Con la misma clientela de siempre, D. José ha notado los importantes cambios que se han producido en la farmacia y en su entorno. Desde los momentos en los que no tenía teléfono en la oficina de Equipo. Sus hijas y una auxiliar se ocupan ahora de la farmacia. farmacia hasta la implantación de la receta electrónica y toda la informatización que ello ha conllevado. Después de tantos años de atención farmacéutica, D. José no tiene ninguna duda en afirmar que “tratar a los pacientes con el máximo cariño es lo más importante” y, sobre todo, “intentar transmitirles la confianza necesaria para que se sientan a gusto”. Esta ha sido la clave para que cualquier cliente que entra en la farmacia, le salude como si de su propia familia se tratase. Eso, reconoce, no se paga con dinero y es algo de lo que D. José González se siente muy orgulloso. Los mejores momentos Sin duda alguna, para D. José los mejores momentos que ha vivido en su farmacia han sido los últimos años, al compartir oficio con sus hijas. Fueron muchos los años de trabajo en soledad y asegura que no cambiaría la compañía de sus hijas, de las que se siente muy orgulloso por haber recogido el testigo de una carrera profesional que inició su padre. Las anécdotas Quién le iba a decir a D. José González que el chico que le ayudaba por aquellos años a repartir las medicinas en su farmacia encima de una bicicleta y al que le daba permiso para ir a estudiar música, iba a llegar a ser hoy Catedrático de Música en el Conservatorio de Granada. Es una de las cosas que D. José recuerda con mucho cariño y es donde se da cuenta de lo mucho que pueden cambiar las cosas a lo largo de los años. Los peores momentos Fachada. La farmacia está situada en la calle Circunvalación de la Encina. Nº10 • noviembre / diciembre 2007 Tener que prescindir de ese chico que le ayudaba fue, quizá, uno de los peores momentos para D. José. Se quedó solo al frente de la farmacia durante muchos años. Esto, unido a algunos episodios conflictivos que se produjeron en el barrio, han sido los peores momentos que recuerda este veterano farmacéutico. Sin embargo, no han sido tan importantes como para empañar una magnifica carrera que D. José ha desarrollado durante más de media vida. Granada Farmacéutica 23