introduccion 397 - Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio

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INTRODUCCION
La economía comarcal en la segunda mitad de los ochenta
giraba en torno a un sector agrario en retroceso, un sector servicios que a pesar de haber crecido en los últimos años presentaba
signos de estancamiento, una industria raquítica y estancada y un
sector construcción en fase de expansión. Según el Padrón
Municipal de Habitantes de 1986, el mayor número de activos en
ese año correspondía a la agricultura y la ganadería (44.3% del
total de activos), en segundo lugar se situaban las actividades de
servicios (34.4%), a continuación la industria (14.7%) y por último las de construcción ( 6.6%), cifras que a pesar de no ajustarse con precisión a la realidad comarcal, tal y como hemos podido comprobar, nos proporcionan una primera aproximación a la
situación.
A medida que transcurren los años se produce un acelerado
envejecimiento de la población activa agraria y desaparecen
numerosas explotaciones, a la vez que aumenta el número absoluto de licencias fiscales de industria, construcción y servicios. La
desaparición de explotaciones ha desembocado en una disminución del número absoluto de activos agrarios, pero el incremento del número de licencias fiscales no ha estado acompañado de
un incremento proporcional del número absoluto de ocupados
en los sectores de actividad no agrarios, porque como tendremos
oportunidad de constatar, la desagrarización de la economía y
del empleo no es el resultado de un desarrollo del resto de actividades. Se debe más a la desaparición de la agricultura y la ganadería que al desarrollo de la industria y los servicios.
En la industria comarcal predominan las pequeñas empresas
familiares dedicadas a la elaboración de productos alimenticios
para consumo humano o animal (pan, bolleria, chacineria, piensos
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y forrajes) mientras que el resto de actividades manufactureras tienen escasa presencia. El mercado de la mayoría de las empresas
industriales es la comarca, en menor medida la provincia y solo en
casos excepcionales el resto del estado, y salvo Sepúlveda y
Boceguillas el resto de municipios apenas cuenta con establecimientos industriales, porque las deficiencias de las infraestructuras
básicas (redes de electrificación de baja calidad y potencia, insuficiencia de la red de telefonía, carreteras locales estrechas, sinuosas
y con graves defectos de pavimentado), la escasez de mano de obra
y el aislamiento han obstaculizado el desarrollo de la industria local
y la instalación de empresas foráneas.
En la segunda mitad de los ochenta se observa una tendencia a
la desaparición de la escasa industria manufacturera presente en el
territorio, mientras que la rama de actividad más dinámica en cuanto a número de empresas y empleo creado fue la construcción. L.a
creación de infraestructura básicas en los diferentes municipios, la
remodelación de edificios y las construcciones de nueva planta para
uso de segunda residencia, propiciaron que numerosos activos
encontrasen empleo en esta rama de actividad.
En un contexto en que la agricultura cada vez es menos rentable y en el que existe una demanda creciente de nuevas construcciones, se ha producido un importante trasvase de mano de
obra agraria a la construcción, de forma que a comienzos de la
década de los noventa abundan los albañiles que antes fueron
agricultores y han abandonado toda actividad agraria, así como
los agricultores que temporalmente trabajan en las obras urbanas
o en la construcción de segundas residencias. Por otra parte, en
la construcción también abundan las actividades sumergidas, y la
ausencia de facturas, la ocultación fiscal de gran parte de los
ingresos y el trabajo de personas que ni siquiera tienen licencia
fiscal, son fenómenos usuales que se extienden por toda una
comarca donde la cotización de los albañiles al Régimen Especial
Agrario en vez de al Régimen General de Autónomos es otro de
los fenómenos irregulares más extendidos.
Junto a la construcción, la rama de actividad que muestra cierto dinamismo es la extracción y transformación de minerales no
metálicos, porque la presencia de importantes recursos minerales como roca caliza, arenas y arcillas de calidad, y la baja densidad de población, han favorecido la instalación de algunas
empresas cuyas actividades a la vez que crean empleo generan
importantes impactos en el medio ambiente.
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A la vez que crecía el peso de los servicios en la economía de la
comarca a finales de los ochenta y comienzos de los noventa, se
manifestaban signos inequívocos de crisis y reestructutación espacial
de las actividades terciarias. En los núcleos menores, los servicios
públicos y privados desaparecían al compás de la caída de la población, mientras aumentaban en los de mayor tamaño. Ahora bien, la
tendencia a la desaparición de los servicios ptivados en los núcleos
menos poblados no ha sido tan rápida como cabría esperar a tenor
de la intensa disminución de sus poblaciones, de modo que a
comienzos de la última década del siglo buena parte de ellos mantenían contra toda lógica de racionalidad económica un pequeño
establecimiento comercial, un bar o ambas cosas a la vez.
La diversificación del pequeño comercio mediante la venta de
diferentes artículos en el mismo establecimiento y la venta ambulante, son dos de las estrategias de supervivencia más usuales desarrolladas por los empresarios, en su mayoría trabajadores autónomos sin asalariados, en los núcleos de menores dimensiones. La
lenta pero progresiva desaparición del comercio local y el consiguiente desabastecimiento en algunos municipios, ha permitido a
los comerciantes que siguen en activo mantener sus mercados, a
pesar incluso de la disminución generalizada de la población,ampliando el ámbito espacial de venta mediante el comercio
ambulante'. Pero junto a la venta ambulante, la pluriactividad es
otra de las estrategias que permiten sobrevivir a los pequeños empresarios del comercio, siendo muy usual que una familia obtenga
parte de sus ingresos del pequeño comercio, otra en la explotación
agraria y otra del trabajo de alguno de sus miembros en la industria
o la hostelería.
El desarrollo de este tipo de estrategias está condicionado,
entre otros factores, por la estructura de las familias. Los grupos
formados por varios miembros en edad activa han podido distribuir su fuerza de trabajo en diferentes ocupaciones, de manera
que todos los miembros estén ocupados. Pero en aquellos con
menor número de personas en edad activa, la pluriactividad
supone una concentración de la carga de trabajo en un número
reducido de individuos. En estos casos, la pluriactividad implica
un endurecimiento de las condiciones de trabajo, por tanto de
' Una buena parte de la población de los municipios analizados (sobre
todo la población anciana) no dispone de automóvil, por lo que sus posibilidades de abastecerse de productos se reducen a la compra en el pueblo de
residencia. De ahí que en todos los núcleos se de el comercio ambulante.
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las condiciones de vida, de los integrantes de las familias que
puede desembocar, a medio y largo plazo, en la desaparición de
la propia pluriactividad. Por otra parte, en la comarca de
Sepúlveda la pluriactividad surge con mayor frecuencia e intensidad entre familias que cuentan con uno o más hijos en edad
laboral, y la supervivencia de bares y tiendas en los núcleos de
menor dimensión está ligada en muchos casos a la existencia de
este tipo de hogares.
La distribución espacial de los servicios en 1986 mostraba una
elevada concentración espacial que aumentó a finales de la década.
Durante todo ese tiempo Sepúlveda y Boceguillas contaban con la
mayor parte de los servicios y del empleo terciario, y tanto en estos
dos municipios como en el res'to la mayoría de los establecimientos
se orientan a servir al turismo de temporada y de fin de semana.
Solo así se puede entender la existencia de un número desproporcionado, respecto a la población residente, de bares y comercios
minoristas, así como el crecimiento del número de hoteles, pensiones y restaurantes. Ahora bien, la excesiva dependencia del turismo
representa un serio peligro para las expectativas de desarrollo a
corto y medio plazo, porque el turismo es una actividad que acusa
intensamente los períodos de crisis económica, de forma que la
coyuntura económica desfavorable de inicios de la presente década
está provocando la caída del número de turistas y la disminución
del gasto medio por visitante, fenómenos que agravan la situación
económica de una comarca donde el turismo articula buena parte
de la economía local.
En los núcleos menos poblados predomina el trabajo autónomo, mientras que el asalariado se concentra en los de mayores
dimensiones puesto que en ellos se localiza la escasa industria
manufacturera, los servicios públicos y la mayoría de los privados.
Sin embargo, el incremento del número de empresas extractivas
en los últimos años ha generado un aumento en la oferta de
empleo industrial asalariado en varios núcleos de pequeña
dimensión donde la escasez de mano de obra local, que emigró
antes de que se instalaran las empresas, ha llevado a algunas de
éstas a contratar obreros de otras comarcas e incluso a extranjeros que provienen básicamente de Portugal, de modo que el
impacto de las empresas en el empleo local es muy débil.
En la comarca de Sepúlveda la oferta de empleo asalariado es
muy reducida y se caracteriza frecuentemente por unos salarios
bajos y por malas condiciones de trabajo, y algo parecido ocurre
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con el empleo autónomo. Los albañiles y los trabajadores de las
canteras trabajan al aire libre en un medio ambiente hostil, mientras que los pequeños comerciantes además de desempeñar las
labores de aprovisionamiento deben atender la pequeña tienda,
realizar la venta ambulante de sus productos, y cuando llega el
verano y con él los turistas ven aumentar sus horas de trabajo prolongándose las jornadas laborales doce y más horas. Por otra
parte, para la mayoría de los trabajadores autónomos no existen
las vacaciones. Ante estas perspectivas, podemos entender la lógica de la emigración juvenil atraída por las mejores condiciones
de trabajo en la ciudad.
En la actualidad, la emigración masculina no se debe tanto a la
falta de oportunidades de empleo como a las malas condiciones
laborales (salarios bajos, precariedad de los contratos) y a las duras
condiciones ambientales del puesto de trabajo. Por el contrario, la
razón fundamental por la que emigran las mujeres jóvenes es que
apenas existe oferta de empleo en la industria o los servicios que
facilite su incorporación a la esfera de la producción.
Con la emigración juvenil desaparece la mano de obra más activa y dinámica, incrementándose los obstáculos a la instalación y
creación de nuevas empresas y cerrándose uno de los círculos de la
decadencia de la comazca: por un lado, la escasa oferta de trabajo
asalariado impide una mejora de los salarios y de las condiciones
laborales, de forma que los demandantes de empleo se ven forzados a aceptar salarios bajos y malas condiciones de trabajo. Por otro,
la mujer no puede incorporazse al mercado de trabajo debiendo
permanecer en la casa realizando las labores del hogaz, o bien trabajando como ayuda familiar en los pequeños establecimientos
industriales, en los servicios o en la explotación agraria. Una situación como la descrita no puede más que generar descontento entre
la población local, sobre todo entre los jóvenes que intentan incorporarse al mercado de trabajo, potenciando la tendencia secular a
emigrar cuyo resultado más patente es la consolidación de un déficit crónico de fuerza de trabajo que impide que surjan nuevas
empresas, bien desde el ámbito local, o bien a pazrir de procesos de
descenú^alización productiva.
LAS HIPOTESIS DE PARTIDA
Partimos del supuesto de que la debilidad del poblamiento, el
envejecimiento demográfico y la afluencia cíclica de un gran
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