con el empleo autónomo. Los albañiles y los trabajadores de las canteras trabajan al aire libre en un medio ambiente hostil, mientras que los pequeños comerciantes además de desempeñar las labores de aprovisionamiento deben atender la pequeña tienda, realizar la venta ambulante de sus productos, y cuando llega el verano y con él los turistas ven aumentar sus horas de trabajo prolongándose las jornadas laborales doce y más horas. Por otra parte, para la mayoría de los trabajadores autónomos no existen las vacaciones. Ante estas perspectivas, podemos entender la lógica de la emigración juvenil atraída por las mejores condiciones de trabajo en la ciudad. En la actualidad, la emigración masculina no se debe tanto a la falta de oportunidades de empleo como a las malas condiciones laborales (salarios bajos, precariedad de los contratos) y a las duras condiciones ambientales del puesto de trabajo. Por el contrario, la razón fundamental por la que emigran las mujeres jóvenes es que apenas existe oferta de empleo en la industria o los servicios que facilite su incorporación a la esfera de la producción. Con la emigración juvenil desaparece la mano de obra más activa y dinámica, incrementándose los obstáculos a la instalación y creación de nuevas empresas y cerrándose uno de los círculos de la decadencia de la comazca: por un lado, la escasa oferta de trabajo asalariado impide una mejora de los salarios y de las condiciones laborales, de forma que los demandantes de empleo se ven forzados a aceptar salarios bajos y malas condiciones de trabajo. Por otro, la mujer no puede incorporazse al mercado de trabajo debiendo permanecer en la casa realizando las labores del hogaz, o bien trabajando como ayuda familiar en los pequeños establecimientos industriales, en los servicios o en la explotación agraria. Una situación como la descrita no puede más que generar descontento entre la población local, sobre todo entre los jóvenes que intentan incorporarse al mercado de trabajo, potenciando la tendencia secular a emigrar cuyo resultado más patente es la consolidación de un déficit crónico de fuerza de trabajo que impide que surjan nuevas empresas, bien desde el ámbito local, o bien a pazrir de procesos de descenú^alización productiva. LAS HIPOTESIS DE PARTIDA Partimos del supuesto de que la debilidad del poblamiento, el envejecimiento demográfico y la afluencia cíclica de un gran 401 volumen de población estacional son los principales factores estructurales que condicionan el desarrollo de las actividades industriales y de servicios y el mercado de trabajo en la comarca de Sepúlveda. Moseley (op. cit.), Konx y Cottan (op. cit.) y Sabaté et al., (1985) demostraron al analizar diferentes contextos territoriales que traspasado cierto umbral de población los servicios tienden a desaparecer porque la debilidad de la demanda local no garantiza su rentabilidad. En las próximas páginas se intentará demostrar que sucede lo mismo en la zona de estudio pero además intentamos averiguar qué ocurre con las actividades industriales. La primera hipótesis de trabajo es que la disminución del número absoluto de efectivos poblacionales y la consiguiente caída de la demanda interna de bienes y servicios significan un freno al desarrollo de las actividades industriales y de servicios orientadas al mercado local. En adelante intentaremos verificar dicha hipótesis, pero además también nos detendremos en comprobar qué sucede con las orientadas a los mercados externos. En la comarca se dan algunas de las condiciones señaladas por numerosos autores para la instalación de industrias: suelo barato y buena accesibilidad de determinados municipios a los mercados nacionales a través de la Carretera Nacional I Madrid-Irún. Sin embargo, apenas existe fuerza de trabajo, recurso básico para el desarrollo de la industria intensiva en mano de obra, de forma que no pueden surgir industrias características en los procesos de industrialización de otras áreas rurales como son la confección, la elaboración de muebles, la agroindustria y el calzado. La segunda hipótesis de trabajo es que el envejecimiento y la despoblación condicionan el desarrollo de la industria manufacturera. El despoblamiento y el envejecimiento de la fuerza de trabajo condicionan tanto el desarrollo de las actividades económicas como el del mercado local de trabajo. Ahora bien, al igual que en resto de áreas rurales españolas, en la comarca de Sepúlveda se produce la llegada cíclica de un importante volumen de población estacional en los meses de verano y, en menor medida, en Navidad y Semana Santa. Los servicios y la industria que orientan su producción al mercado local se ven muy afectados por la variabilidad anual de la demanda interna provocada por la llegada de población foránea. Durante la mayor parte del año, la demanda de bienes y servicios se mantiene muy baja debido al reducido volumen de población residente. Sin embargo, la llegada de visi- 402 tantes y turistas puntual y provoca un crecimiento explosivo de la demanda. En estos momentos la actividad laboral se torna frenética, pero volverá a decaer al final del verano, cuando se produce el retorno masivo de hs turistas y la caída de la demanda que, salvo en Navidad, Semana Santa y algunos períodos festivos de larga duración, se mantendrá en unos niveles muy bajos hasta la llegada del próximo verano. En este contexto, las empresas deben adaptar los ritmos de producción a la variación de la demanda y a la escasa disponibilidad de mano de obra. El incremento cíclico de la demanda implica que las empresas deben aumentar los ritmos de producción en determinados períodos del año, adaptación que puede llevarse a cabo mediante la inversión en maquinaria, contratando más mano de obra o bien intensificando la productividad de la fuerza de trabaja ocupada durante todo el año. La adquisición de maquinaria moderna raras veces resulta rentable porque durante la mayor parte del año va a permanecer infrautilizada, mientras que la contratación de más mano de obra tampoco es la solución óptima porque la mayoría de empresarios deben sobrevivir durante todo el año con los ingresos obtenidos en los períodos de máxima afluencia de población estacional, estando condicionados a acumular el máximo de beneficios en esta época de forma que contratar nuevos operarios se convierte, la mayoría de las veces, en un gasto excesivo. En consecuencia, el grueso de las empresas recurren a la intensificación de la productividad de la mano de obra familiar antes que a la compra de maquinaria. La tercera hipótesis de trabajo es que el déficit de mano de obra y el envejecimiento de fuerza de trabajo determinan que colectivos de población que en otros contextos territoriales permanecen al margen del mercado laboral (ancianos y jóvenes estudiantes que residen en la ciudad durante la mayor parte del año), deban incorporarse a este por necesidades de producción de las empresas familiares. Las actividades económicas orientadas al consumo del mercado local se caracterizan por la inestabilidad del empleo, en el sentido de que la necesidad de mano de obra se acentúa en unos pocos momentos a lo largo del año y se mantiene en unos niveles muy bajos durante el resto. En tales condiciones, sólo pueden sobrevivir aquellas empresas que mejor se adaptan a las tremendas oscilaciones anuales del mercado. La cuarta hipótesis de trabajo es que las empresas que mejor se adaptan a las condiciones del mercado local son las familiares de pequeño tamaño que no 403 generan empleo asalariado, y en las que la fuerza de trabajo forma parte del hogar del titular. L.a quinta hipótesis de trabajo es que el comportamiento cíclico de la demanda (máxima en verano y mínima en invierno) da lugar a que apenas exista oferta de trabajo asalariado y a que los ocupados estén infrautilizados durante una parte del año. De ahí que en las temporadas que desciende la demanda los empresarios-trabajadores autónomos diversifiquen sus actividades económicas antes que aumentar la dimensión de los existentes, siendo este uno de los principales factores explicativos de la pluriactividad. La sexta y última hipótesis de trabajo es que en las familias de mayor "dimensión", que son las que cuentan con mayor número de consumidores y de individuos en edad de trabajar, es donde más se desarrolla la pluriactividad laboral. En las próximas páginas intentamos comprobar si en un contexto territorial en el que apenas existe oferta de trabajo asalariado, a medida que aumenta la dimensión de las familias y crecen sus necesidades de consumo los individuos están condicionados a crear sus propias empresas diversificando al máximo sus actividades, de forma que los trabajos se complementen entre sí y aporten ingresos suficientes para su mantenimiento en el marco de estrategias colectivas. N 1. EL TEiIDO PRODUCTIVO INDUSTRIAI. Y TERC^RIO En la segunda mitad de los ochenta la economía comarcal se caracteriza por la decadencia de las actividades agrarias, por una escasa presencia de industrias, por la expansión de la construcción y por el predominio de un sector servicios escasamente diversificado. A lo largo de este tiempo el mayor número de licencias fiscales correspondió a las actividades de servicios, después a la construcción y por último a la industria, y si bien aumentó el número de licencias en los tres sectores, el incremento fue ligeramente mayor en la industria y muy superior en la construcción, de forma que la proporción de licencias de servicios respecto al total sufrió una ligera disminución con el transcurso de los años (gráfico 25). Entre todas las actividades económicas las más extendidas y dinámicas son las orientadas a la producción de bienes y servicios para la población estacional (comercio minorista de productos 404