Hay enemigos y amantes del cine porno. Detrás de las “extrañas” escenas y los diálogos triviales de la mayoría de las películas X, existe un negocio muy rentable. Contenidos que, a diferencia de novelas y libros de poesía, sí son traducidos a muchos idiomas. En España se producen y se doblan una gran cantidad de películas pornográficas. Los actores realizan diferentes acentos, imitando el efecto que la producción necesite. Las voces protagonistas de estos filmes nos dan su versión y nos cuentan algunas anécdotas dentro de la sala de doblaje. Por Laura Basagaña os falta una voz femenina para doblar porno, ¿tú has hecho algo antes de doblaje?”. Éstas fueron las palabras que le dijeron a Lourdes Fabrés por primera vez. Por entonces, ella estudiaba teatro musical y era cantante. “Yo no tuve problemas para entrar al mundo del doblaje del porno”, cuenta. “Este negocio me permitió acceder a la profesión de dobladora. ¡Me apunté a la aventura enseguida!”. Para ella, junto con otros actores que empiezan, el porno fue la puerta de entrada a los estudios de doblaje. “Necesitas tener una voz impresionante. Es un círculo muy cerrado, pero de a poco vas entrando a punta de trabajo”, comenta Francesc Rocamora, actor de doblaje de 59 años. Rocamora, ya era doblador de cine documental y de dibujos animados cuando entró en este rubro. Necesitaba algo más de ingresos y decidió asumir también trabajos del sector pornográfico. “Hacer este tipo de doblaje te ayuda a tener soltura, a improvisar. Muchas veces tienes que inventarte textos y palabras sobre la marcha, para llenar las imágenes”, explica Francesc. Lourdes coincide con su compañero: “Es cierto que la atmósfera de doblaje de una película pornográfica es mucho más relajada que, por ejemplo, la sesión de un documental. La gente te da mucha confianza para improvisar, para hacer voces, para reírte, equivocarte… y que no pase nada”. Y es un trabajo que resulta a veces “muy divertido” y otras “bastante desagradable”, precisan ambos. “Llevo cinco años trabajando en el mundo del doblaje y justo ahora veo que puedo sobrevivir. Antes era imposible. Tenía que trabajar en otros ámbitos para arreglármelas”, dice Lourdes. Dentro de la sala de doblaje… La principal herramienta de trabajo en este negocio es la voz. Y hay que protegerla y “educarla” para que no sufra más de la cuenta. “Al principio cuándo no tienes práctica, puedes dañar bastante las cuerdas vocales con los gritos y gemidos, sufriendo problemas de afonía”, comenta Lourdes. “Pero, luego de conocer la técnica y lograr experiencia en el doblaje, ya sabes cómo adaptar la voz. Todo es práctica”, añade. Lourdes comenta que “bebemos mucha agua para hidratar las cuerdas vocales” y puntualiza: “Si un día te sientes agotada, con un poco de silencio y descanso ya te vuelves a poner bien. Las cuerdas vocales se regeneran muy rápido”. Francesc recuerda su primera vez dentro de la sala de doblaje: “Normalmente, antes de doblar una película, tú ves la metodología de otros dobladores; y yo no había visto nada. Dije la frase que me tocaba decir y listo”. El actor se ríe mientras recuerda ese momento: “Mi personaje, digamos que era un ‘chico movidito’, que hacía muchas cosas… y claro empecé: ‘ah, uh, ah’. No paré ni un minuto de gritar y gemir. Mientras tanto, veía a mi compañera de doblaje fresca como una rosa: sin rastro de cansancio. Yo no podía más. Al final tuve que pedir que pararan. Me faltaba el aire y estaba mareado. Y claro, ¡era un acto sexual de esos que duran 40 minutos!”. El poder de la voz Ya hemos visto que se doblan una gran cantidad de películas al español, y entonces la pregunta sería: ¿Es sexy el acento castellano? ¿Y qué hay acerca del acento latinoamericano? Camilo Vallejo, de 26 años y natural de Chile, opina que “los sonidos del castellano son suaves y melódicos” y destaca que “el español es sexy porque las conjugaciones y las palabras suenan de forma agraciada”. Por el contrario, Gabriel Quiroga, boliviano de 29 años y defensor del acento latino, discrepa: “Para mí el español latinoamericano es más sexy que el castellano, porque lo siento más próximo”. La mayoría de las veces que Lourdes y Francesc doblan, lo hacen con acento castellano. Raras veces han puesto acento latinoamericano. Francesc confiesa: “Yo he doblado al español con acento ruso. Pues hacía de mafioso ruso. También he imitado el acento francés… pero suramericano no, al menos en el mundo del porno”. Lourdes indica que “he puesto acento de inglés americano”. Si bien las primeras películas pornográficas que llegaron a Latinoamérica fueron dobladas con acento castellano, hoy en día se encuentran películas con todo tipo de pronunciaciones. Aina Serra trabajó durante unos meses como traductora de guiones de cine pornográfico. “Estaba haciendo un master de traducción audiovisual y en las prácticas finales, una de las posibilidades era trabajar para este sector”, confiesa. Por lo que respecta a la pronunciación, Aina afirma que los dobladores con los que trató “eran catalanes pero ponían varios acentos, si les tocaba poner acento argentino, lo ponían. Así es el oficio del actor de doblaje”. ¿Y cómo es su rutina del día a día? “Los traductores tenemos que ver las películas enteras para poder traducirlas. Al principio es un poco complicado, pero después lo ves como algo normal. Y ya te da igual hacer esto o un documental sobre coches”. Aina estaba en una sala con un ordenador y tenía que sacar los diálogos de pantalla y posteriormente traducirlos. “Una vez transcribí cuarenta páginas de guión en una peli porno. Parece mentira, pero hay diálogos largos”, explica. “Hay de todo, desde películas muy sencillitas que se traducen muy rápido, hasta películas más largas y con más diálogo”, concluye. * Las primeras películas porno que llegaron a Latinoamérica vinieron de España y estaban dobladas al castellano de Castilla. * Durante la dictadura franquista en España la pornografía estaba prohibida, pero se hacían películas de manera clandestina. El filme “Torremolinos 73” explica la historia de un matrimonio español, pareja porno amateur en la clandestinidad. * Actores como Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger o David Duchovny se introdujeron en el mundo del cine, haciendo incursiones en el mundo del porno en Los Ángeles, California. * El público del porno eran, tradicionalmente, hombres y este tipo de películas eran muy machistas. No obstante, ahora la tendencia apunta a un cambio. Existen nuevas visiones de directores y directoras que quieren integrar a la mujer en el sector, como público potencial. Erika Lust es el ejemplo de esta nueva tendencia: una directora de cine sueca que hace porno para mujeres, desde una óptica femenina y feminista.