PRÓLOGO PARA SECRETOS DEL FUTURO ANTOLOGÍA DE CIENCIA-FICCIÓN. Cuando analizamos el desarrollo que ha tenido el género de ciencia-ficción en Cuba en estos 40 años de existencia, podemos, a vuelo de pájaro, diferenciar cuatro etapas o promociones bien definidas: La inaugural coincide con los primeros años de la revolución, fundamentalmente a partir de 1968, cuando comienzan a publicar autores como Ángel Arango, Arnaldo Correa, Oscar Hurtado, y Miguel Collazo, entre otros. Con gran influencia de escritores anglosajones de la Edad de Oro, como Ray Bradbury o, Isaac Asimov, muchos de sus cuentos y novelas se caracterizan por el deseo de crear una ciencia-ficción “nacional”, a través del uso de contextos costumbristas, así como del humor y el choteo cubanos. Una segunda etapa que comienza en los años 80, a partir de la formación del taller Oscar Hurtado, de Plaza, y del concurso David de ciencia-ficción, donde se dan a conocer, entre los más importantes, escritores como Agustín de Rojas, Daína Chaviano, F. Mond, Eduardo del Llano y José Miguel Sánchez (Yoss). En esta etapa surge de la mano de Daína Chaviano y el Yoss lo que en breve se desarrollará como el subgénero de la fantasía épica dentro del fantástico cubano. Nos atreveríamos a definir una tercera etapa, que comienza a mediados de la década de los 90, con la formación del taller El negro hueco, en el que emergen nuevos autores como Michel Encinosa, Vladimir Hernández, Fabricio González y Ricardo Acevedo, una etapa signada por la aparición de la temática ciberpunk, el minicuento y el desarrollo de la fantasía heroica. La cuarta y última etapa (por ahora), surge desde finales de los 90 y continúa hasta la fecha, donde, a la par del desarrollo de los géneros y los autores ya existentes en las promociones anteriores y que continúan en activo, se conforma el grupo Espiral con una nueva horneada de jóvenes escritores, una promoción caracterizada por su compleja heterogeneidad temática y estilística. En general, dentro de las corrientes tenidas en cuenta por los escritores actuales, podemos encontrar, además de la ciencia ficción tradicional (sociedades futuras, ópera espacial, paradojas temporales, la robótica, los extraterrestres, etc.), el ciberpunk, la fantasía heroica, (seria o paródica, mítica o mágica), el New age, el gótico y el horror, el infantil fantástico y hasta la literatura realista con elementos de ciencia-ficción. Precisamente esta antología que hoy ofrecemos a tu lectura es una muestra del fantástico que se escribe actualmente en nuestro país: 19 autores, entre ellos, dos de la segunda etapa (Eduardo del Llano y Yoss), seis de la tercera (Michel Encinosa, Fabricio González, Ricardo Acevedo, Vladimir Hernández, Alberto Mesa), y el resto autores de la última promoción, la sangre nueva. Los cuentos de esta antología combinan una gran variedad de temas y estilos, lo mismo entronados en la corriente ciberpunk, (La extraña muerte de Mateo Habba, Fabricio González, El centinela, Erick Mota, Karma, Erkins Freixas), como de la fantasía heroica ¿irónica? (Siridi, la de los ojos grises, de Michel Encinosa, Por contrato, de Abel Ballester), el new age (Tarot, Eliete Lorenzo Vila, Cruz de hierro, Roy Jorge), la literatura gótica, (El Empalador, Víctor Hugo Pérez), los mundos paralelos, (Todos los Boutros vs. Todos los Hedren, Juan Pablo Noroña); el tiempo y sus paradojas, (Tiempo, Armando Ángel González, Los meandros de la Historia, Yoss); el humor, (Animalitos, Eduardo del Llano); el minicuento (Palabras, Ricardo Acevedo) y hasta la literatura infantil, (Los Noseniqué tienen la panza rayada, Sigrid Victoria Dueñas). Se ha preferido obviar toda cronología y los escritores aparecen mezclados, sin importar la edad o la cantidad de libros publicados, en aras de cierta democratización en la lectura. Antes de cada cuento encontrarás unos pequeños prefacios de los antologadores, bastante informales como informados, acerca de cada autor y su texto, por lo que creemos se hace innecesario abundar más en este prólogo. En fin, lector, tienes ante ti una gama de cuentos fantásticos escritos para todos los gustos, aún para el paladar más extraterrestre. Que tengas buen apetito. Raúl Aguiar Secretos del Futuro Secretos del Futuro Prologo Yazmin S. Portales Machado Antologadores Juan Pablo Noroña Lamas y Ricardo Acevedo E. 1 Secretos del Futuro Prológo 2 Secretos del Futuro SIRIDI, LA DE LOS OJOS GRISES Por Yaly, Alto Cronista Yaly, Alto Cronista tiene su modesto hogar en Sotreum, un mundo donde la espada y la magia son algo tan habitual como para nosotros llamar por teléfono. Pero hoy revelaré un secreto... ¡Que El Pastor me perdone! Yaly, Alto Cronista es en realidad Michel Encinosa Fú (La Habana, 1974), y oculta sus poderes bajo la ingenua apariencia de un licenciado en lengua inglesa. Más no puede borrar todas sus huellas, ya que una serie de premios (Ruben Martinez Villena, 1999; El oficio de libreo, 2002; Hemingway, 2002; Luis Rogelio Noguera, 2002 entre otros) dan fe de su identidad fantastica. ¿Otras pistas? Las antologías: Polvo en el viento, IMFC, Argentina, 1999; Horizontes probables, Lectorum, México, 1999 y Reino Eterno, Letras Cubanas, 1999. La publicación de dos magnificos libros de relatos intitulados “Sol Negro” (Ediciones Extramuros, 2001) y “Niños de neón” (Letras Cubanas, 2001). Este último libro nos da una tercera personalidad... quizas un oscuro hacker que diambula por la populosa metrópolis de Ofidia. Fritz Leiber (1910-1992) acuño el termino fantasía heroíca (epic fantasy), dandole también unos deliciosos toques de ironía. “Siridi, la de los ojos grises” es un digno seguidor del choteo (tipo cubano) en este género. 3 Secretos del Futuro ........ Istagare contempló pensativo el cielo cargado, oteó hacia las nevadas cumbres, y escudriñó el montón revuelto de cabañas y corrales allá abajo, a sus pies, en aquella grieta entre las montañas. Si el camino era el adecuado, se trababa de El Hueco, la aldea más septentrional de los Mil Estados. Y no lejos de la aldea, tras unos pocos picachos y quebradas, se abrirían las puertas de la Torre en el Abismo. Allí una maldición antigua aguardaba por ser purgada, y mucho honor y gloria se prometía a quien desbrozase a golpes de arma y coraje un sendero limpio para la luz hasta el corazón mismo de las tinieblas. Sacudió los hombros. La nieve asentada sobre la piel que cubría su armadura le dificultaba cada movimiento. Con tales heladas no lidiaba desde su último viaje a las Tierras Lalanias. Unas figuritas se movían entre las cabañas. Istagare sonrió. Aquellos simples temblarían sin duda al recibirlo y conocer su nombre. No sería novedad. No lo era desde hacía muchos años. Tantos años. Ya ni siquiera se sonrojaba cuando lo señalaban en las plazas de las ciudades, o al cruzar los campos sembrados de las naciones. Una aldea perdida como El Hueco no podría 4 Secretos del Futuro dispensarle una acogida señorial, pero sin dudas daría lo mejor de sí para no hacer quedar mal a sus ancestros y ofrecer —si no fastuoso— al menos digno saludo a Istagare de Roca Furia, Nacido bajo el Signo de la Tempestad, Campeón de los Nueve Templos en las Tierras Estrechas, Héroe de las Guerras Mercantiles, Heredero al Tercer Trono del Dios A Quien No Se Nombra en la Presencia de Niños y Mujeres, Ganador del Hacha Serpiente, Pacificador de las Altas Estepas, y Perseguidor de las Batallas sobre las fronteras de la Dominación Blanca. Un viejo estaba sentado en un taburete y remendando calcetines a la entrada del pueblo. —Días de luz —lo saludó el héroe, con amplia sonrisa. —Sí, bueno —el viejo parpadeó—. Ayer tuvimos una buena ventisca. —Soy Istagare —anunció aquél, con tono casual. La medida es el don más preciado de los grandes. —Istagare —repitió el viejo, abriendo un poco más sus ojillos. 5 Secretos del Futuro El héroe carraspeó y se balanceó sobre sus pies, con bondadosa paciencia. Los simples solían tardar en comprender la esencia de los milagros. —Istagare... Istagare... —seguía repitiendo el viejo. Hacía frío, ciertamente. Nada como un techo y un hogar encendido. —Istagare... Bueno, Istagare... ¿qué? —¿Hmm? —el héroe frunció el ceño. —Sí, hombre —se agitó el viejo—. De alguna parte vienes. ¿Istagare de Codo Pellejudo, la aldeíta de allá arriba? ¿Istagare de Botija Rota? ¿Istagare de Grasa de Panza? —Istagare de Roca Furia —el susurro del héroe culminó como el estallido de un látigo. El viejo inclinó la cabeza hacia un lado, y luego hacia el otro: —No conozco ésa —dijo al fin—. Pero no importa. Debes tener hielo en los huesos, hijo. Esa piel está hecha piedra. Ven, ven a mi casa a tomar algo caliente. Bueno, pensó Istagare mientras avanzaban por entre las cabañas— aquel lugar no tenía calles, ni siquiera callejuelas—, es comprensible, a su venerable 6 Secretos del Futuro edad, cuántas cosas no habrá visto y escuchado, y olvidado también... Istagare se detuvo junto a una mujer que rompía trozos de hielo con un cuchillo de cocina sobre un tocón: —Días de luz a usted, señora. Soy Istagare. Istagare de Roca Furia. —Ah —la mujer lo miró de reojo—. Hijito, ¿podrías alzar aquella tina de agua y colocarla sobre ese fuego? A mi esposo le gusta el baño a su hora. Eso es, ¡huy, qué mozo tan fortachón! Gracias. Muchísimas gracias. —¿Con quién hablas, mujer? —llamó una voz de hombre. Istagare quiso responder, pero notó que el viejo proseguía su marcha, y decidió que no sería adecuado ofenderlo, dada la hospitalidad ofrecida, así que corrió en pos de él. A sus espaldas, volvió a escuchar aquella voz de hombre: —¿Quién era ése? A juzgar por la piel y el olor que ha dejado, debe ser un despellejador de serpientes. ¿Te gustan ahora las serpientes, mujer? Ya hablaremos de eso, culebrita. ¿Y qué hay de mi baño...? El héroe abordó a un par de aldeanos más, un hombre y una muchacha, y se presentó, sólo para obtener 7 Secretos del Futuro como respuesta un "Ah, ¿y qué vendes?" y un "Mientras pagues con buena moneda no me importan ni tu nombre ni el de tu cosita fría". Algo ceñudo, se dejó empujar por el viejo hacia el interior de una cabaña, y sentar de golpe sobre una silla que crujió bajo su peso. Alzó la mirada. Ante él se extendía una mesa de madera sin pulir, medio cubierta por dos o tres platos. Alguien se afanaba en cuclillas junto al hogar, a su derecha. Del otro lado, el viejo olisqueaba unas botijas, de las que sacó unas hierbas: —Amor, pon algunas de estas a hervir para nuestro huésped. —Una infusión de vidabuenas es lo mejor contra el frío metido en el vientre —asintió la vieja, tomando las hierbas de manos de su marido y echándolas en un jarro junto con un trozo de hielo. Puso el jarro al fuego y miró a Istagare—. ¿Y quién es nuestro huésped? —Es forastero —aclaró el viejo—. Debe venir de lejos, porque no conozco su aldea. Istagare respiró hondo y tosió por lo bajo. La cabaña estaba llena de olores. Pescado ahumado, queso rancio, telas viejas. El hacha le estorbaba a la cintura, de modo que la sacó y la recostó a una pared. Los destellos de la enjoyada arma iluminaron la estancia. 8 Secretos del Futuro El viejo pestañeó: —Bonita herramienta. —Es el Hacha Serpiente —explicó Istagare con orgullo—. La gané en el Sagrado Torneo del... —Entonces, eres leñador —sonrió el viejo—. Lo sabía. Istagare hizo una mueca, y replicó, muy despacio: —No. No soy leñador. —Ah —el viejo se le quedó mirando, como animándolo a seguir. Istagare suspiró: —Soy un guerrero. —Ah —el viejo lo siguió mirando. Istagare se sonrojó, y logró vencer su bien forjada humildad: —Un guerrero... famoso. Soy un guerrero famoso. Un héroe. —¡Ah! —el viejo batió palmas—. ¡Ahora lo comprendo! ¡Un guerrero famoso! ¡Y poderoso, claro, porque los guerreros famosos son poderosos guerreros! ¡Mira, amor! —se volvió hacia su mujer con ojos brillantes—. ¡Tenemos a un poderoso guerrero como huésped! 9 Secretos del Futuro Se levantó y en dos zancadas llegó hasta la puerta de la cabaña: —¡Eh! ¡Eh...! ¡Eh, vecina, ven acá, mira a nuestro huésped! ¡Es un poderoso guerrero! ¡Dime qué te parece! Una nariz arrugada y unos ojos de pájaro asomaron por la puerta: —Ajá. —Es un poderoso guerrero, ¿comprendes? —se ufanó el viejo—. Un poderoso guerrero de verdad. Es nuestro huésped. —Ajá —la nariz arrugada examinó a Istagare de pies a cabeza—. No se limpia las botas para entrar. Deberías aleccionar mejor a las visitas. Si alguien me dejara así el piso... A la noche les traeré mermelada para endulzar la infusión. Tan pronto mi yerno regrese del bosque... La voz de la mujer se fue alejando, pero aún se la pudo oír un poco más: —...el vecino tiene visitas... Sí, dice que es un poderoso... No sé, un poderoso, un poderoso, ¿es que no sabes lo que es un poderoso? ¡Menuda ignorancia, Verde Madre...! Y un hacha así de grande... Sí, un poderoso leñador... Creo que es su sobrino... Sí, un sobrino perdido... De su hermana la bruja... Quién sabe... Esa 10 Secretos del Futuro conoció a tantos hombres que vaya una a saber con certeza... Pobrecillo, con una madre semejante... Sí, es de mirada triste... Pobrecillo, pobrecillo... Le haré un pastel... Seguro que le gusta... Istagare se chupó los labios ruidosamente. Luego plantó un puño sobre la mesa con un poco más de fuerza de la que hubiese deseado: —¡Bien! He venido en busca de la Torre en el Abismo, y de la Maldición arcana que la habita. ¿Pueden indicarme el camino hacia allí? Su mirada abarcó a ambos viejos, quienes parpadearon en desconcierto. —La Torre en el Abismo... La Torre de Roca Furia centellearon—. La Torre en el Abismo... Y su Maldición... ¿Cómo podría llegar hasta ella? —Ah —el viejo se rascó el cuello—. No sé. Nadie va por esos parajes. Todos tienen miedo, ¿sabe? Mucho miedo... —Por supuesto. Y hacen bien en temer —aprobó Istagare. —Entonces, poderoso guerrero, usted conoce la historia. —No faltaba más —el héroe se reclinó en la silla y sus facciones endurecieron—. En los Años Pobres del 11 Secretos del Futuro Espíritu, cuando las estrellas eran lágrimas de dioses traicionados, la Orden Secreta de los Hechiceros Signistas erigió una Torre que... —Ah, bueno, en realidad... —le interrumpió el viejo con timidez—. La historia que conocemos aquí es otra. —Interesante —Istagare prestó rauda atención. Las versiones locales de las leyendas solían brindar informaciones útiles sobre los peligros a enfrentar. —Todo es por culpa de la mujer del tabernero, claro —empezó el viejo. —¿Hmmm? —Sí, caramba, era su culpa. Era una mujer... liviana, ¿sabe? Muy liviana. —Sí, por "liviandad" se le conoce ahora —terció la vieja, haciendo ruido con la vajilla en un rincón. —Ah, bien... —el viejo intentó una sonrisa—. Pues esta mujer era ajena a pocos hombres de la aldea... Pocos, como yo —agregó en voz alta, y del rincón salió un gruñido de conformidad—. Así es. Pocos, como yo — continuó, más animado—. Su esposo lo sabía, claro, la aldea es pequeña, las paredes finas, todo se escucha... Y enloqueció. El esposo enloqueció. Un día salió corriendo hacia el bosque, y no regresó. La mujer abandonó la 12 Secretos del Futuro aldea. Y el fantasma del tabernero vaga desde entonces por ese paraje del Dedo de Palo en la Cazuela, con un garrote en la mano, dispuesto a vengarse de cuantos conocieron a su mujer... Y de todos los demás, también. Está loco, ¿comprende, poderoso guerrero? Es un fantasma loco. Por eso tememos ir allá... Esto que le cuento ocurrió en mi juventud, y desde entonces, así son las cosas... Así son las cosas... —y el viejo movió la cabeza, apenado por las iniquidades de la vida. Istagare guardó silencio un rato. Bebió de un sorbo el jarro de infusión humeante. Luego se alzó y tomó el hacha: —Agradezco la hospitalidad. Debo partir. De algún modo hallaré el camino. —Le acompañaré hasta el bosque —propuso el viejo—. Necesitamos leña. ¿Verdad, amor? Un gruñido cariñoso le respondió desde el rincón de la vajilla. Mientras cruzaban de nuevo entre las cabañas, el viejo se acercó a Istagare y le cuchicheó: —Le llevaré hasta el Dedo de Palo, poderoso guerrero. Conozco el camino. Deambulé por allí en mi juventud. 13 Secretos del Futuro —¿Y qué le hizo visitar semejante lugar? —se intrigó el héroe. —Verá... —las mejillas del viejo se colorearon un poco—. Tenía yo un presente de cumpleaños para mi prometida, la misma que visteis en casa y es, desde aquellos tiempos, mi esposa adorada. Pues bien, había yo comprado en los mercados de otro pueblo una ovejita con cascabel. Me costó el trabajo de un año, pero a mi futura esposa le encantaría. Y camino hacia acá, el bichejo se me escapó de las manos. Corrió hacia el bosque. Por supuesto, lo seguí. Y fui a parar a los parajes del Dedo de Palo en la Cazuela... Estuve allí, sí, como lo oye... Pero nada dije luego a mi prometida. ¿A qué inquietarla? Además... —adoptó expresión severa—. Podría ella pensar que yo andaba ajustando alguna cuenta pendiente con el fantasma del tabernero, y no tenía yo cuenta alguna que saldar con él, ni con su liviana mujer... Ah, no, eso no. Lo juro... Pero, ya se conoce a las mujeres... Piensan y piensan, y ¿para qué buscar un disgusto no merecido? Ciertamente... —¡Ah! ¡Vecino! —los saludaba un hombre llegado del bosque con un haz de ramas a la espalda—. ¡Ya me contaron la nueva! ¡Robusto sobrinote el tuyo! ¡Y leñador, he oído! ¡Eso está bien, muchacho! —palmeó a 14 Secretos del Futuro Istagare en el hombro al cruzarse con ellos—. ¡Éste si es oficio honrado! ¡No como esos que viven de comprar y vender, o de repartir golpes por ahí...! —y se internó entre las cabañas con grandes voces de despedida. Istagare eludió la mirada del viejo, pero éste le señaló al cuello: —Ah. Veo ahí un amuleto de mujer. ¿Tiene nombre? La expresión de Istagare se dulcificó un tanto: —Su nombre es Siridi. Siridi, la de los ojos grises. —Y... ¿Es bonita? —Es el sol en verano —contestó Istagare de Roca Furia—. Es una rama cargada de pájaros. Es la brisa del mar en la cara y el cuello. —¡Ajajá! —rió el viejo—. ¡Muy bien dicho, poderoso guerrero! ¿Y qué hace tan lejos del sol, de los pájaros en rama y de la brisa marina? —Cosecho honor y gloria en provecho de sus virtudes —afirmó el héroe—. Mi Siridi, la de los ojos grises, no merece menos. —¿Y no echa de menos los ojos grises de su Siridi? —La distancia me duele —aceptó Istagare—. Y mucho. Pero la espera tendrá su premio. Colocaré a sus 15 Secretos del Futuro pies las ofrendas de mi fama. Y seremos buenos ante los dioses, y daremos hijos prometedores a este mundo... Mientras dialogaban, el bosque ganó espesura, y el viejo eligió un sendero sin huellas. Al rato, los sonidos de la aldea se apagaron a sus espaldas. —Hemos entrado en los rincones donde nadie se atreve —anunció el viejo—. Cuidado con los pies. Hay espinosas entre la nieve. El héroe examinaba con ojo alerta el camino. De repente se detuvo y señaló hacia el tronco de un árbol: —¿Qué es aquello? —Ah... —los ojillos del viejo se iluminaron—. Le mostraré. Al acercarse, Istagare sintió un leve escalofrío. El esqueleto de un ygari de enormes proporciones se hallaba clavado al tronco con un venablo. La madera del arma estaba ajada por los años, y congelada por completo. Los ocho colmillos sobresalían del cráneo desnudo como espinas gruesas y opacas, aún amenazantes. —Hace años tropecé con una bestia así —dijo Istagare—. Llevo en un muslo las marcas de sus colmillos. Su piel la envié a deleitar los ojos grises de mi Siridi. ¿Qué héroe se encargó de ésta? 16 Secretos del Futuro —Ah... —el viejo se rascó un sobaco bajo el abrigo—. Fui yo. Istagare lo miró de reojo, resoplando. —Sí, sí... —sonrió el viejo—. Lo recuerdo bien. Mi ovejita estaba acurrucada bajo aquel árbol de allí, y la bestia le gruñía. No iba a dejar que el regalo de cumpleaños de mi prometida acabase en la barriga de un animal tan descarado. Me lié a golpes con la bestia, no quería matarla, sabe, la Verde Madre ama a los animales, pero... Tuve que dejarla ahí clavada. Y la malagradecida oveja salió a la carrera en aquella dirección. Para no perderla, dejé el venablo, y fui tras ella... Era un buen venablo, ¿sabe? —No lo dudo —replicó Istagare. Al rato, dieron con un calvero. A medio cruzar, el pie de Istagare se trabó con algo bajo la nieve. Se inclinó, escarbó, y sacó un hueso. Tras mirarlo con fijeza, declaró: —¡Es el fémur de un Jallase! Los cronistas de Dhol los daban todos por muertos desde la Primavera de las Crisálidas... ¿Será posible que sobrevivieran algunos en este lugar tan apartado? 17 Secretos del Futuro Istagare escarbó un poco más y sacó otros despojos: costillas, vértebras, y dos cráneos partidos. Los mostró al viejo, quien comentó: —Huesos duros. —Muy duros —asintió Istagare—. Huesos forjados por el propio Dios de la Guerra. La piel de los Jallase fue tejida por los Hijos del Pastor, y el propio Pastor obsequió luz de muerte a sus ojos. Mil héroes como yo perecieron bajo sus golpes, en gestas mil veces cantadas. —Y estos cantaban, también —agregó el viejo—. Y muy feo. —¿Hmm? —Tenían a mi ovejita amarrada a un tocón, y cantaban en torno a una hoguera. Por lo visto, no gustaban de la carne cruda. Intenté hablarles, por las buenas, pero me vinieron encima... Istagare miró al viejo con cierta oscura rabia que no podía explicarse a sí mismo. El viejo continuó: —Eran cuatro, los muy grandotes. Traté de encajarle a uno mi otro venablo, pero se rompió en la piel. Así que tuve que usar los puños... ¿Ve estos dedos medio tiesos? Me los partí contra sus huesos. Estuvimos liados un buen rato. Por suerte eran imbéciles, se 18 Secretos del Futuro estorbaban unos a otros. Quiso la suerte que yo cayera sobre uno, y los demás se nos arrojaran encima. Salté, y los golpes le tocaron a su compañero. Les cayó sangre en los ojos y siguieron golpeando, sin ver qué golpeaban. Un brazo cayó cerca de mí. Lo recogí y les fui arriba. Hueso de hierro contra hueso de hierro, y bueno... Aquí mismo los dejé, y me llevé el brazo. Daba asco, en verdad, pero pensé que un garrote así podría servirme por un rato... Y tuve razón... Ah, ¡Ahí tiene la Cazuela y su Dedo de Palo! Istagare de Roca Furia se detuvo en seco y estuvo a punto de caer al abismo. Ante él se abría una hondonada, cual la huella de un dios en la tierra. Nada crecía allí. Sólo rocas y nieve. Y en el centro mismo, una torre antigua, cuya plateada cúpula giraba lentamente. El viejo indicó un sendero que serpenteaba hacia abajo: —Por allí se había ido el bichejo... Le acompañaré un rato más. Bajemos con cuidado, no es cosa de partirse una pierna tan lejos de casa. Descendieron hasta el fondo de la hondonada y se encaminaron hacia la entrada de la torre. Antes de alcanzarla, Istagare hizo notar: 19 Secretos del Futuro —Hay restos de combate por aquí... ¡Mire, viejo! ¿Sabe qué es ¡Abominaciones esto? nacidas ¡Son de huesos hombres de Yglis! apareados con bestias! ¡Al menos un centenar debe haber perecido aquí...! Pero no veo otros cadáveres. ¿A quiénes se habrán enfrentado...? Posiblemente a una escuadra de magos poderosos... O a una legión de... —No eran un centenar —rezongó el viejo—. Si acaso, sesenta o setenta. Pero a cien no llegaban. Istagare abrió la boca como para preguntar algo, pero se limitó a toser, con las mejillas encendidas. —A cien no llegaban, no —repitió el viejo—. Se me cruzaron en el camino. Peludos, encorvados... ¡feísimos! Agarré bien fuerte el brazo de la bestia que llevaba conmigo, y recordé a mi primo el segador de védere. Mi primo hacía así, zas, zas, con la guadaña, y el védere caía en mazos a la tierra, espigas para aquí, espigas para allá... ¿Verdad que parece mentira que se saque de esas espigas tan amarillas y apestosas un vino tan sabroso? Bueno, pues por aquí venía yo, dando garrotazos, zas, zas, izquierda, derecha, zas, zas, zas... Los infelices sinvergüenzas estaban tan juntitos, pelo con pelo, que a veces tumbaba a tres o cuatro de un golpe. Algunos se levantaban, otros no... Para cuando 20 Secretos del Futuro llegué a esta puerta —el viejo palmeó el deteriorado metal de la puerta a la que habían arribado— ya estaban todos ahí tirados... Aunque sospecho que algunos habrían huido... Los golpes con aquel brazo de hierro no eran cosa liviana... ¡Ja! ¡Ya eso lo sabía yo! El viejo empujó la puerta con un hombro, sin resultado visible: —Está más trabada que en aquel entonces... —se echó a reír—. ¡Y yo estoy más blando, claro! Venga, poderoso guerrero, écheme una mano. Istagare pegó el hombro y pujó. Sólo al tercer esfuerzo lograron apartar las hojas lo suficiente como para entrar. Istagare sacó una antorcha que llevaba atada a la cintura, pero el viejo lo detuvo: —Adentro hay luz. Era cierto. El pasillo estaba bien iluminado. Las paredes despedían una luz rojiza que lo llenaba todo. El héroe y el viejo avanzaron, sin arrojar sombras. —¿Verdad que es formidable? —la voz del viejo irradiaba orgullo, como si él mismo fuera la fuente de luz—. Es como vivir en uno de esos cuentos que les hacemos a los niños... Este pasillo estaba cegado, entonces... Bueno, aún lo está... Vayamos por aquí... Y, por cierto, ¿qué es lo que busca? 21 Secretos del Futuro —Vengo a dar caza a una Maldición. —Tal como lo dice, suena a algo terrible. —Herencia de dioses iracundos, ponzoña hechizada errante entre las Edades... —Eso suena muy bonito —aprobó el viejo—. Sí, supongo que se refiere a... Sí, eso mismo tiene que ser. —¿Qué? —Ya llegaremos... Hay que bajar por aquí... ¿Y viene preparado para... eso? —Tengo el Hacha Serpiente —dijo el héroe—. Sé conjuros secretos de los magos del Zandain, el Gran Desierto. Llevo amuletos de los dioses de la Puerta y el Camino. Mi coraza contiene sortilegios finamente urdidos entre el cuero y el metal. En el yelmo porto gemas arrebatadas a Hechiceros Signistas tras duras contiendas... —Ah —replicó el viejo, y sacudió la cabeza—. Yo le recomendaría un buen garrote. —El garrote es arma de gente simple —objetó Istagare—. Mi propósito, así como el de mis pares en la senda de la gloria, es alzar mi nombre por sobre el decir común de las gentes y grabarlo en los pilares de la historia. Eso lo sabe cualquiera —miró con severidad al viejo—. Lo saben nuestras dignas madres, nuestros 22 Secretos del Futuro honrados padres, nuestros selectos amigos y, sobre todo, lo saben nuestras amadas. Mi Siridi, la de los ojos grises, conoce mis hechos e intenciones, cada una de mis proezas eleva su nombre a la par del mío, y se dolería mucho de verme enfrentar el destino blandiendo un arma tan vulgar como un garrote... El viejo lo escuchaba distraído, e insistía en lo suyo: —Aquel brazo de hierro, caramba, aún debe andar por aquí... Lo dejé tirado en algún rincón, y ahora no recuerdo... Quizás si buscamos un poco... —¡Por el Nombre del Cronista! —gritó Istagare, sacando el Hacha Serpiente. —¿Qué...? ¿Qué...? —se alarmó el viejo. Al cabo de un instante se tranquilizó—. Ah, ya veo. Sea cauteloso, poderoso guerrero, amigo mío, ya no estoy para estos sustos. —Pero... —Istagare trató de retenerlo—. ¡No avance más! ¿Acaso no los ve? ¡Son esbirros de la Horda Feliz! La silueta de aquellas armaduras agazapadas al final del pasillo eran inconfundibles para un héroe conocedor del mundo y sus poderes. 23 Secretos del Futuro —Pues me temo que desde hace mucho ya no son felices —masculló el viejo, sin detener su avance. Istagare, sintiendo un súbito apretón en el vientre, lo siguió a distancia. El viejo se detuvo ante las armaduras. Ya no parecían tan imponentes. De hecho, eran más bien un montón de metal polvoriento. Istagare calculó que se trataría de al menos veinte esbirros de la célebre Horda. —Estaban locos, sin duda —explicó el viejo—. Reían sin parar. Mire esas espadas... —se estremeció ante la vista de las armas, recordando—. Les di con mi garrote... aquel brazo que... ya sabe... Y en cuanto derribé al primero cogí su espada. Pesada como... Como no sé ni qué... Entonces yo era joven, claro. Ahora no podría alzarla, supongo. Silencioso, Istagare asió una y tiró de ella. Usó ambas manos, y aún así no pudo alzar la punta del piso. El viejo lo miraba, sonriente: —Si los hubiera visto. Las manejaban como si fuesen palitos, las hacían girar y bailar, apuntando siempre al cuello de uno. —Una vez combatí a uno de estos... —empezó a decir Istagare, pero se calló al instante. 24 Secretos del Futuro —¡Ah! Entonces, habrá notado que no son tan duros como aparentan... Bueno, duros sí que son, pero nada rápidos. Yo era joven, ya le dije, de piernas ágiles. Gracias a eso... En fin, ahí los tiene —el viejo levantó la visera de un yelmo—. Vaya, hasta los huesos se han hecho polvo. Siempre dije que el aire de este lugar no era muy sano... Pasemos por allí. El héroe sucedió a su guía hacia el interior de una gran estancia, donde la luz parecía amortiguarse un tanto. El viejo se rascaba la oreja, y volvió a la carga con un asunto que en verdad parecía interesarle: —Bueno, ¿y no le echan de menos a usted esos ojos grises de su Siridi? —¿Qué...? Ah, de ello no ha de hablarse —explicó el héroe, con sequedad—. Mi amada debe desear que yo esté allí donde pueda mejor cosechar elevación para nuestros nombres. ¡Ja! ¡Bien estaría el héroe cuya amada no lo dejase partir de su lado! Además, la distancia es sostén para el afecto. Es una prueba de las más difíciles, y debe ser vencida. —Bueno, yo decía... —aventuró Supongo que se verán a menudo. 25 el viejo—. Secretos del Futuro —Nos vemos lo suficiente —declaró Istagare—. Le leo poemas que escribo a la montura, o acodado en las amuras de un barco. Hablamos de mis proezas hechas, y las por venir. Paseamos... Y tras un rato, parto de nuevo a mi senda. Eso es suficiente para un héroe, y debe serlo también para su amada. —Sin duda son gente notable —aceptó el viejo—. Mi esposa me dijo una vez que si me perdía por más de cinco días sin dar señales, botaría a la calle todas mis cosas y saldría a buscar un marido más sabio... Pero, claro, somos gente simple... Istagare asintió, pensativo, y sólo reparó en el ingente montón de huesos cuando tropezó con él. Alzó la cabeza. Abrió mucho los ojos. Tales huesos sólo podían pertenecer a una criatura en este mundo. —Dragones, creo que los llaman —sugirió el viejo, a sus espaldas—. Bichos con muy malas pulgas, debo agregar. Istagare midió los huesos con la mirada. Un ejemplar de los arcanos. De los que sobrevolaban el mundo en el Verano del Despertar. Miró a izquierda y derecha. 26 Secretos del Futuro Tragó en seco. Dos cráneos. Dos dragones. —Parecían un matrimonio —comentó el viejo—. Por supuesto, la hembra era la más resabiosa. Istagare de Roca Furia tembló. Sí, las hembras eran las más... El héroe se sonrojó, y desvió la mirada. Recordó aquella silueta en lo alto de la colina, agazapada sobre sus huevos. Se recordó a sí mismo al pie de la colina, tembloroso, a punto de caer de rodillas. Recordó a la silueta abriendo sus alas, y a sí mismo dando un salto, arrojando sus armas, huyendo a gatas de aquel paisaje... Su única huida, su única derrota, en tantos años de gloria. Por fortuna, una huida sin testigos. Ni siquiera Siridi, su amada Siridi, la de los ojos grises, sabía de aquello. Y, si el destino era bondadoso, no lo sabría nunca. —De sólo estar frente a ellos se te mete una bola fría en el estómago —susurró el viejo, con rostro sereno—. Poderoso guerrero, no sé si haya sentido eso alguna vez, pero... Istagare de Roca Furia carraspeó y alzó el mentón. —Con gusto les hubiera dejado en paz en su cubil —continuó el viejo—. Pero oí sonar el cascabel de mi 27 Secretos del Futuro ovejita, pensé en la alegría de mi prometida al ver su regalo, y eso me decidió... Y le diré algo, poderoso guerrero. No sé si en el mundo habrán más bichotes de estos, pero una cosa es segura; no quiero volver a pararme ante uno de ellos jamás y nunca. Avanzó un poco y pateó los huesos: —Fue tremendo... No sé cuánto tiempo estuve saltando de aquí para allá, golpeando y parando golpes... Pero eso ya quedó atrás —se pasó una mano por la frente—. Sí, ya quedó atrás. Se volvió hacia Istagare: - Venga, poderoso guerrero. Creo saber dónde esta lo que busca. Istagare lo siguió, oprimiendo con fuerza el amuleto de su Siridi, la de los ojos grises, entre sus dedos temblorosos. Al otro lado de la estancia se alzaba una puerta de piedra. Entre el piso y la parte inferior de las hojas se abrían rendijas por donde cabría un animal pequeño, o un niño a gatas calculó el héroe. - Sí – asintió el viejo, como adivinando sus pensamientos-. Mi bichejo se coló por ahí. Pude oír su cascabel del otro lado. Y tras el tintineo del cascabel, oí... 28 Secretos del Futuro Primero fue como el rumor del mar por la noche, en una playa desierta. Un rumor que estremecía las vísceras sin tocar los oídos. Y el rumor creció hasta parecer el grito lejano de un ejército de moribundos, y creció más aún hasta semejar el retumbar de tambores de guerra en un salón de festejos, y más, mucho más aún, hasta penetrar el cráneo y llenarlo con el aullido de mil dioses hambrientos. El rugido cesó poco a poco. Istagare abrió los ojos, y se descubrió tirado bocabajo en el piso, ante la puerta de piedra. El viejo, de rodillas a su lado, sacudía la cabeza: —Eso fue lo que oí. Quedé como usted ahora, besando el piso. Y por las rendijas vi... El héroe miró hacia las rendijas. La estancia más allá de la puerta estaba en penumbras. Sin embargo, algo pudo ver el héroe. Un movimiento, un deslizar de sombras. Y supo que se trataba de un pie descalzo. Un pie con cinco dedos, en todo caso humano, y algo plano. Un pie que no cabría en el salón del trono del más grande de los reyes. —Sí... —el viejo se levantó—. Eso fue lo que vi. Deambulaba de aquí para allá, de aquí para allá. Y de 29 Secretos del Futuro algún modo supe que eso, fuera lo que fuera, nunca dejaba de deambular. Creo que me lo sugirió el surco que noté en el mismo piso, adentro, en su recorrido. ¿Notó eso? Istagare negó con la cabeza. Temblando, se incorporó. —Sabe... Es gracioso —el viejo se rascó bajo el sobaco—. Por un momento pensé... Bueno, que tal vez escucharía el cascabel de mi bichejo... Es tonto, ¿verdad? Han pasado tantos años... El héroe no supo qué decir. —¡En fin! —soltó en viejo con voz tan alta que alarmó a Istagare—. Creo que ha hallado al fin eso que llama la "Maldición", y supongo que, si viene tan bien preparado, sabrá cómo abrir esa puerta... Yo no pude, y eso que empujé durante un buen rato. Istagare miró al viejo con ojos desencajados. —Ah, para alguien como usted, eso no debe ser problema alguno —le sonrió el viejo—. Ni abrir la puerta, ni darle una buena lección a lo que hay allá dentro. Sabe... En realidad, no empujé la puerta con tantas ganas —confesó—. Estaba pensando... Había tenido que sacarme de arriba demasiados estorbos... Bichos grandotes, tipos locos metidos en armaduras, y al 30 Secretos del Futuro final dos bestias que casi me comen —señaló con un gesto rencoroso los huesos de los dragones—. Pensé que lo que hay aquí dentro debía ser algo más duro aún y..., bueno, consideré que en un final mi prometida preferiría tenerme a mí antes que a la ovejita con su cascabel, y por eso regresé... Iba preocupadísimo, porque, bueno, yo había prometido un regalo, pero, por suerte, mi prometida estaba tan asustada por mi demora que no le importó que no hubiese regalo y se puso contentísima al verme llegar sano y salvo, y nunca le hice el cuento de lo que pasó porque, ya sabéis, la leyenda del fantasma del tabernero, ella podría pensar que yo en realidad... Y a fin de cuentas, yo era un simple aldeano, sin derecho a meterme en estas cosas reservadas a los héroes como usted... Istagare no supo qué decir. El viejo se alejó unos pasos: —Y bien. Aquí lo dejo, poderoso guerrero. Haga su faena. Sin duda, su amada Siridi, la de los ojos grises, tendrá para usted una gran sonrisa, y acaso algo más — sonrió con picardía— cuando lo vea regresar con semejante hazaña en el talego, para ventaja de sus nombres y destinos... Sabe, le envidio. Mi mujer me arrastraría por la aldea si se enterase de que yo me 31 Secretos del Futuro dedicara a algo así... Y por cierto, si gusta... —el viejo se frotó las manos con nerviosa humildad—. Tan pronto haya terminado, pase por mi casa a tomar algo caliente, de lo contrario mi esposa hablará pestes de mí como anfitrión, dirá que lo he dejado coger un resfriado por gusto o alguna de esas barbaridades... Le espero, pues. Los pasos del viejo se perdieron del otro lado de la estancia. Solo al fin, el tembloroso Istagare de Roca Furia miró la puerta de arriba abajo, y pensó en su Siridi, la de los ojos grises. 32 Secretos del Futuro NADA QUE DECLARAR Por Anabel Enríquez Piñeiro En las Enciclopedias más serias y completas, bajo la entrada de “Ciencia Ficción”, acápite “Fanático”, debiera haber una pequeña foto de Anabel Enríquez Piñeiro (Santa Clara 1973). Es cuestión de justicia. Anabel es una de esas personas que hace a la Ciencia Ficción un género especial. Los fanáticos, entre los cuales se incluyen los propios escritores, son quienes realmente hacen vivir a la CF. De siempre este ha sido un género aparte, menospreciado por la academia y con el fantasma del mercantilismo a las espaldas. Por eso, tanto cultivadores como seguidores tienen que hacer un esfuerzo extra, más allá de producir o consumir textos. La CF vive en pelea constante para mantener su buen nombre más o menos en alto. Y los fanáticos promueven, divulgan, organizan eventos, crean premios, ejercen la crítica. Porque ni las universidades ni las instituciones lo hacen por ellos. A veces, lo hacen CONTRA ellos. Anabel escribe, organiza, divulga, redacta ensayos y conferencias. Más que nada, agrupa a la gente, gracias quizás a que se graduó de psicóloga y trabaja en publicidad. En Cuba, donde la CF está en pañales, Anabel es IMPRESCINDIBLE. 33 Secretos del Futuro “Nada que declarar” fue para mí el cuento más dificil de colocar en esta antología, una historia triste y demoledora desde el principio, que nos recuerda inquietantemente al mundo real. Una tragedia que lo fue para irlandeses, gallegos, judíos y chinos, y que hoy lo es de haitianos, magrebinos, euro-orientales, y también, de cierta manera particularmente dolorosa, de los cubanos. ······· Padre entregó toda una vida de ahorros a cambio de este hueco en la cámara de reciclaje de desechos del transportador. Cierto que es mínimo el espacio. Anela, Soulness y yo sentimos calambres en los brazos, tensión en el cuello y la respiración caliente de unos sobre los otros. Pero, que más pedirle al viejo. Sus manos despellejadas por el azufre depositaron temblando los dos megacréditos en las palmas enguantadas del capataz del espaciopuerto. Temblaban porque temía que se frustrara el viaje por algún imprevisto y pediera toda posibilidad de un segundo intento; temblaban porque junto con la emoción de cumplir su sueño de vernos partir de aquel infierno y retornar al origen, cambiaba por nuestra fuga la definitiva despedida; temblaba porque la fiebre de las canteras carcomía sus nervios periféricos. No pudo siquiera despedirnos. El día antes de la partida del transbordador fue llevado junto a su cuadrilla hacia las recién abiertas minas, unos diez kilómetros al norte de la granja, donde los sismos habían reventado nuevas vetas de estaño. Por suerte ya ninguno de nosotros volverá a 34 Secretos del Futuro "lamerlas". No tendremos que temer a las erupciones que chamuscan la piel, ni a las fumarolas de azufre que queman los ojos y pudren los pulmones en las granjas mineras de Io. Io queda debajo, detrás, como una esfera que encarcela mil hambrientos dragones en perenne batalla. Este carguero nos aleja para siempre de sus fauces...y del beso de buenas noches que nunca nos ha dejado de dar padre. Vamos en el carguero rumbo a la Tierra, a comprobar que no es tan sólo el mito del que hemos oído hablar desde que abrimos los ojos al cielo rojo sangre de Io. Como descendientes de colonos convertidos en esclavos, de esclavos convertidos en "autómatas" menos costosos y más desprotegidos que los ciber, para los que al menos existe la "Ley de limitaciones para su explotación en trabajo de alto riesgo ", no tenemos otro modo de salir de nuestra pesadilla ardiente sino los resquicios de los cargueros que transportan minerales y materias primas desde las colonias exteriores hasta la Tierra. La Tierra, nostalgia delirante del bisabuelo, la que abandonó por una quimera de prosperidad. A nosotros sólo nos dejó por herencia la continua lucha por sobrevivir en un mundo que se deshace constantemente bajo los pies. Y la misma nostalgia. Anela dibuja una y otra vez una ciudad de torres blancas con banderolas, sobre un lago de agua verde, y llena el cielo con aves como estrellas de nieve. Dice que así le contaba el bisabuelo al abuelo, y este a 35 Secretos del Futuro padre, y padre a ella, y así era el lugar donde vivían nuestros antepasados, y al que los tres añoramos volver. Anela duerme ahora, recostada en mi hombro, y algunas veces habla dormida, repitiendo la palabra que tanto le fascinan, aún cuando duerme: nieve... La nieve de la Tierra, que es blanca como los dientes del capataz de la cuadrilla y fría como metal ya solidificado. Soulness me distrae con la insistencia de que Anela está muy caliente, más caliente que lava; y que tal vez no habla en sueños sino que delira. Es hambre, le respondo. Nuestras reservas de alimentos están justas para una comida diaria. A mi también me suenan las tripas. Trato de entretenerlo hablándole de esa cosa que padre escuchó de su abuelo, que parece nieve y que se come...helados, creo que lo llaman, y que le compraremos a Anela con nuestro primer salario. En el Anillo de Producción que circunda la Tierra hay gente llegada de todas las colonias, incluso de Io. Seguro que nos tenderán una mano para arrancar, tal como nos prometió padre. Pero Soulness parece aburrirse, y empieza con la letanía de que siente mareos, con vómitos a punta de labios. Después de todo es sólo un niño. Me pide que salgamos a un lugar más ventilado. Él cree que si encontramos otros "peces pegas" nos ayudarán con alguna medicina, si tienen. Yo le recuerdo que lo más probable es que nos quiten lo que llevamos y nos maten por el simple terror de compartir el riesgo de ser descubiertos. Pero Soulness canta y canta y las sienes 36 Secretos del Futuro me están a punto de reventar. Bajamos a la cámara de desecho y tomamos con cuidado el estricto itinerario que nos indicó el capataz antes de colarnos en la nave. Tememos que el carguero esté infectado de ciber vigilantes que nos delaten a los del puesto de mando. En el puesto de mando los navegantes, limpios, bien alimentados, disfrutan la experiencia de ver acercarse despacio la Tierra. Algún día yo seré el comandante de un carguero...mejor de un crucero civil. Y seré siempre el primero en verla, arropada con su traje de espuma azul y blanca como si fuera la novia de los cielos. Pero ahora somos polizones, y ningún pez pega viaja en primera clase. El carguero lleva hierro, estaño y azufre para las obras del Anillo. Como carga programada entrará sin problemas ni chequeos en aduana. Nada que declarar. Nosotros con la carga, asidos a los contenedores autónomos. Espero que nuestras viejas máscaras resistan el paso desde la esclusa hasta los almacenes, unos cuarenta metros de vacío. Soulness vuelve a distraerme. Suda a mares y siento su incómoda respiración quemando mis orejas. Anela se mueve inquieta entre mis brazos y gimotea. Sus cuatro años me pesan, aunque sean casi puro hueso, y su carita morena está perlada de sudor. Yo siento sin embargo un frío intenso y un cansancio que me pega los pies al suelo. Las luces del corredor tampoco nos ayudan a encontrar el camino a las bodegas. Soulness, apretando mi hombro, suplica una 37 Secretos del Futuro tregua, dice que está muy débil para seguir. Acepto el descanso pero me niego a abrir algún blister de alimentos. Soy el mayor y debo velar por los horarios. Y a propósito de velar, me sorprenden las pocas luces de los corredores, la ausencia de robots celadores y el no habernos tropezado con ningún pez pega después de caminar casi una hora por el laberinto de corredores. Soulness tiembla, se aprieta el estómago y finalmente vomita. No sabemos nada sobre los efectos del viaje, pero nos han advertido sobre malestares normales para los novatos. Anela sigue desmadejada, y ni siquiera intenta seguirme cuando canto una de sus canciones favoritas “... Mary tiene una ovejita blanquita como la nieve...”¿o era una vaquita? Igual. Anela duerme, y se queja. Soulness, pálido como vapor de azufre pero más aliviado, quiere probar suerte tras la puerta que cierra este pasillo. Piensa que conduce a las bodegas, y que tal vez encontremos provisiones. Se aventura finalmente con una pequeña linterna, mientras yo arropo a Anela con mi burda chaqueta. Bajo los ojos de mi hermana crecen ojeras azules. Una mano helada me estruja el corazón y reconozco los dedos fríos del miedo. Aprieto los dientes. Un rato después Soluness ha vuelto, trastabillando, los ojos como un doble plenilunio de Júpiter en el cielo de Io. Sus ocho años parecen haberse decuplicado sobre su cuerpo sucio y tembloroso. Apenas logro arrancarle las palabras de la boca, rígida por el terror. 38 Secretos del Futuro “Están muertos, allá adentro... los cuatro chicos peces pega que viajaban en el compartimiento de higiene...Están descomponiéndose y sus huesos parecen derretidos, y la piel...” Cállate, digo en un susurro ahogado, asustarás a Anela. Pero él sabe que le creo y que nuestra hermana no nos escucha. Su carita se desdibuja en la oscuridad. Dejo a Ane en brazos de mi hermano. Estoy decidido a presentarme ante la tripulación. No me importa que me regresen a Io o a otra colonia de extracción. Solo quiero salvarla. Salvarnos. Soulness solloza y yo le gruño. Lo atajo por la solapa, húmeda de sus propias bilis, y enredo sin querer mis dedos en sus largos cabellos. El espeso mechón queda en mis manos como una hebra de sombra. Tengo que ir por ayuda. Corro por los pasillos sin luces, apenas alumbrados por el reflejo en el sint-metal desde alguna fuente indeterminada que convierte la oscuridad en penumbras. Donde debe estar el puesto de mando no hay ningún navegante. Solo la consola de un cibernavegador, y todos los asientos vacíos. No hay humanos en el carguero, solo nosotros. Ni autómatas, ni alimentos o medicinas porque no hay tripulación. Regreso por Anela y Soulness. Durante mi difícil carrera de retorno sobre mi corazón restallan los látigos del miedo: el miedo de hallarlos muertos. Al cruzar cerca de las puertas que identifico como las bodegas un signo hecho sobre el sint-metal con pintura roja 39 Secretos del Futuro luminiscente me detiene. No sé leer, ninguno de nosotros sabe, pero reconozco el dibujo que parecen las aspas de un extractor de hélices antiguo cercado por un triángulo; y también el círculo con la tachadura que prohíbe y amenaza; y la calavera negra. Comprendo ahora que no es este un carguero de metal y subproductos en viaje hacia la Tierra. Vamos junto a los desechos tóxicos de todas las colonias hacia otra parte...Venus, con seguridad, el vertedero solar. Por mi mente cruzan los muchos momentos que ha visto a estos cargueros atracar en Io y despegar con tantos peces pegas desde la estación ecuatorial del satélite; sus padres estafados, más en los sueños de ver a sus hijos libres que en los miserables créditos. Ni ellos ni nosotros comprobaremos si es tan azul como cuentan el cielo de la Tierra. Encuentro a mis hermanos todavía concientes. Anela me mira con sus ojos de luna en eclipse y me tiende los brazos. Ayudo a levantarse a Soulness y apoya contra mi hombro todo el temblor de su cuerpo. Al puesto de mando, les digo. Soulness murmura algo sobre encontrar ayuda. Allí estaremos bien, le respondo, será el mejor lugar para ver la bienvenida que nos dará la Tierra, vestida con su traje azul y blanco de novia cósmica del Tiempo. Soulness apenas se sonríe con sus labios violáceos. Anela ha vuelto a dormirse y tal vez ya no despierte. En el puesto de mando acomodo a Soulness en un sillón. Yo a su lado, con Anela en brazos, sostengo su mano helada. Pienso que 40 Secretos del Futuro tal vez era este el sillón del comandante del carguero que alguna vez llevó vida a la Tierra. Y me creo que yo soy él y que llevo a mis hermanos, a mi padre y todos los niños de Io hacia la ciudad de torres blancas sobre un lago verde. Lucho contra el sueño definitivo que me agota los párpados. Quiero verla aparecer. Quizás no tenga tiempo para guiñarle un ojo. El carguero pasará de largo sobre ella. Sin nada que declarar. 41 Secretos del Futuro Todos los Boutros V.S todos los Hedren Por Juan Pablo N. Lamas Estoy sentado (al menos en este Universo) escribiendo esta nota, en unos, uso una supercomputadora, en otros una vieja Underwood, en el resto (por desgracia) jamás escribí esta nota. Además de ser graduado de Filología, Juan Pablo Noroña Lamas (Ciudad de La Habana, 1973). Ganador del Concurso de Ciencia Ficción “Otra Vuelta de Tuercas” y un cuento suyo aparece en la antología Reino Eterno. Los Universos Paralelos ya son complicados de por sí y si mezclamos esto con un asesinato el resultado es: “Todos los Boutros V.s todos los Hedren”. ······· Interlocutor: Ya activé la consola... se inicia la primera sesiónSe gira hacia el asesor- ¿Caso...? Asesor: Boutros v.s Hedren. Cargos de crimen factual y preparación criminosa, y moción de caracterización criminal. Abogado: Señoría... Interlocutor: Diga... Abogado: Con su venia... el ministerio fiscal intenta presentarnos tres cargos de los cuales algunos incluyen a otros... probar tanto crimen factual como preparación criminosa presupone una caracterización criminal. Sugiero que se retire la caracterización. 42 Secretos del Futuro Fiscal: Con su venia, Señoría. El ministerio fiscal probará que los tres cargos son independientes. Interlocutor: (Al asesor) ¿Cómo lo hacemos? Asesor: Es muy pronto para tomar decisiones... esperemos un poco. Me llevaría tiempo explicarle todas las complejidades de los procedimientos sobre cargos inclusivos. Interlocutor: Claro, claro. ¿Algo más antes de los datos? Abogado: Sí, Señoría. Hago una moción de Habeas Corpus, otra de protesta sobre jurisdicción, y otra de improcedencia de documentación. Interlocutor: Despacio ¿Asesor? Asesor: Me gustaría que la defensa se explicara. Abogado: Sí, Señorías. A mi defendido se le pide responsabilidad penal y moral sobre un delito que no ha cometido, delito del que además no tenemos cuerpo ni evidencia, y que en todo caso fue cometido fuera de la jurisdicción de este tribunal. Además se nos pide que aceptemos la competencia de documentación ajena a nuestra jurisprudencia. Fiscal: ¿Me permite, Señoría? Interlocutor: Sí, ahora usted. Fiscal: Con la venia. Es precisamente el caso de este Ministerio demostrar que, aunque no es definitivamente probable que el sujeto físico presente en nuestro tribunal cometió el delito referido, es muy demostrable que su personalidad debe caracterizarse como criminal, es 43 Secretos del Futuro muy aducible que haya llevado a cabo preparación criminosa, y no es imposible que haya cometido, sino este delito físico, al menos este delito factual. Interlocutor: ¿Cómo se entiende? Asesor: Es otro de esos casos de precedente. Interlocutor: Ya lo veía venir, un gran enredo. A ver, pongámonos de acuerdo. Le toca a la defensa ahora. Abogado: Gracias, Señoría. Aprovecho para solicitar una identificación. Asesor: ¿De quién? Abogado: De qué, Señoría. Solicito que el ministerio fiscal identifique el universo, o como dicen que es más propio, conjunto coheso de existencia, de su representado el señor Boutros. Fiscal: Señorías, lo que pide la defensa es un volumen de información tal que su mera enunciación verbal sería imposible en vida de cualquiera de los presentes. Poseo, eso sí, un cristal compacto con los datos cualificativos y cuantificativos que determinan al conjunto coheso de existencia del Señor Boutros. Puedo suministrarlo en cualquier momento Asesor: Diremos universo, de ahora en adelante, para abreviar. Interlocutor: Por supuesto. ¿Dónde está ese CK? Fiscal: ¿Señoría, supongo que desea enviarlo desde ahora? Interlocutor: Ni soñando. La Entidad que contratamos para este juicio es famosa por activar el taxímetro con el primer byte. 44 Secretos del Futuro Asesor: Por no hablar de la compañía de comunicaciones, que cobra una cantidad básica por cada envío. Fiscal: Es que es interés de este Ministerio que se haga notar a la Alta Entidad, con los propios datos, la proximidad en cuantificación y cualificación de nuestro universo y el del señor Boutros, y que esto sea con la suficiente antelación a cualquier otro conocimiento del caso como para que se haga suficiente conciencia. Interlocutor: Oh, se dará cuenta a tiempo, se lo aseguro. Enseguida. Las entidades piensan muy, muy rápido. Fiscal: Me confío a su discreción, Señoría, y a su experiencia al respecto. Asesor: Realmente me parece que nos estamos dispersando. Necesitamos una acusación formal. Interlocutor: Que hable el Fiscal entonces. Se salta el turno, pero hace falta. Recuérdenme compensar a la Defensa. Fiscal: Gracias. En representación de Términus Boutros acuso a Xímoron Hedren de los delitos de crimen factual contra la persona de Términus Boutros, preparación de crimen factual contra la persona de Términus Boutros, e intento de crimen factual contra la persona de Términus Boutros. Caso de no probarse ninguno de los anteriores, propongo de todas formas una caracterización criminal de Xímoron Hedren. Interlocutor: Oiga, o lo acusa del crimen, o del intento. Abogado: Señoría, estaba por decir eso mismo. 45 Secretos del Futuro Asesor: Otro de esos casos de precedente. Fiscal: ¿Relato los hechos, Señoría? Interlocutor: Por el bien de los presentes. Fiscal: Absolutamente, Señoría. En la madrugada del 7 de enero del corriente año el señor Términus Boutros se despertó en su residencia por una molesta pero providencial necesidad de aliviar su vejiga. Se levanta y se dispone a ir al baño, y al entrar en la sala... Interlocutor: ¿En la sala? Fiscal: El señor Boutros duerme en la terraza. Al entrar en la sala, repito, encuentra, para su sorpresa, al señor Xímoron Hedren, de espaldas a él, revisando a la luz de la luna lo que parecía ser un arma de fuego. El señor Boutros, recordando que entre el señor Hedren y él existe una animosidad tal que en el pasado los ha llevado a agresiones verbales y físicas, y a amenazas de muerte, se arma con una escultura de bronce. Al parecer el señor Hedren lo escucha, y se da vuelta encañonándolo. El señor Boutros, de complexión atlética, movido naturalmente por el instinto de conservación, golpea al señor Hedren en la cabeza, y desafortunadamente le causa la muerte. Una diferencia de centésimas de segundo le salvó la vida al señor Boutros, pues el señor Hedren llegó a disparar, pero sólo en el mismo momento en que la escultura golpea su frente desviando la puntería, e hirió al señor Boutros, con munición explosiva envenenada, en un brazo en lugar del tronco o la cabeza. Aún así, sólo la alta complejidad de la excelente 46 Secretos del Futuro unidad médica doméstica del señor Boutros le permitió seguir con vida hasta la llegada de la unidad hospital móvil. Interlocutor: Sin embargo, el señor Hedren está aquí, entre nosotros. Ahora es cuando entra lo de los universos paralelos ¿no? ¿Conjuntos cohesos de existencia? Abogado: Señoría... Interlocutor: Diga... Abogado: ¿Qué pruebas tiene el ministerio fiscal de todo lo que ha dicho? ¿Podemos ver al menos el cuerpo de aquel, repito, aquel señor Hedren? Fiscal: Imposible. Combustionó apenas sus señales vitales se extinguieron, dañando seriamente la unidad médica del señor Boutros, que sin embargo conservó su reporte. Precisamente esta circunstancia apoya nuestro caso respecto a la preparación criminosa. Abogado: Aquí tenemos el caso de la Fiscalía. Un intento de asesinato ocurrido en otro universo, aducido por un individuo que presenta documentación expedida por otro gobierno, y obviamente, para todo el que tenga oídos, cometido, aún si creemos al acusador, por otra persona que mi defendido. Y todavía no llego a cuestionar la buena fe del señor Boutros y su versión de los hechos. Interlocutor: ¿Fiscal? Asesor: ¿Señoría...? 47 Secretos del Futuro Asesor: ¿Pudiera hacer entrar a mi testigo pericial? Lo solicité conociendo de antemano las alegaciones del ministerio fiscal, para adelantarme. Interlocutor: Claro, claro. Asesor: La asesoría jurídica para el Honorable Interlocutor de Altas Entidades Tymo Ampel requiere al señor Fergus McAfee, catedrático titular de la Universidad de Edimburgo. Fiscal: ¿Señorías... puedo proseguir? Interlocutor: Adelante. Fiscal: Pondré mis cartas sobre la mesa. La noche del 28 de diciembre del pasado año el señor Boutros de este universo resultó muerto por una bala explosiva envenenada en el mismo momento en que el señor Hedren de este universo participaba de una fiesta. El señor Boutros fue hallado en la sala de su casa con una escultura de bronce en la mano. La tarde del 8 de enero el señor Hedren de este universo, que no asistió la noche del 7 de enero a una fiesta a la que fue calurosamente invitado, fue visto, a su pesar según testigos, con una señal de cicatrización acelerada en la frente que en la madrugada debió ser muy fea. Adjunto declaraciones. Interlocutor: Está bien, pero al Hedren aquel este Boutros de aquí lo mató, y no puede ser este. Quizás, eso sí, el señor Boutros de este universo fue asesinado por el Hedren del universo del Boutros aquí presente. 48 Secretos del Futuro Fiscal: Señoría, en vista de que tantas circunstancias coinciden y solamente difiere el tiempo, concluyo que se involucran más de dos universos. Abogado: Una vasta conspiración. El Ministerio Fiscal es aficionado a los clásicos audiovisuales de mediados del siglo XX y ha visto demasiado Hitchcock. Fiscal: Señoría, pienso más en una liberación de deseos reprimidos. Los señores Hedren de varios universos, sin ponerse de acuerdo, y coincidentemente, intentaron asesinar a señores Boutros de universos ajenos en circunstancias no comprometedoras para los Hedren del universo del crimen, aprovechando una posición clave dentro de una compañía puntera en la investigación de los universos paralelos, como la Xoomech. Todo esto con el fin de disfrutar impunemente la satisfacción de profundos resentimientos. En unos casos, o universos, el señor Boutros logró salvar su vida con su velocidad de reacción, en otros sólo consiguió herir a su asesino, en otros ni eso. En unos casos el señor Hedren se decidió un 28 de diciembre, en otros un 7 de enero. Otra interpretación de los hechos dejaría demasiado a la coincidencia. Abogado: Sustanciosa elucubración la del Ministerio Fiscal. ¿Y como piensa probarla con respecto a mi, repito mi, señor Hedren? Con diferencias temporales inclusive. Fiscal: En este momento, Señoría, solicito que se escuche a mi testigo pericial. 49 Secretos del Futuro Abogado: ¿En qué campo es perito su testigo? Fiscal: Física de los conjuntos cohesos de existencia. Asesor: Señoría... mi testigo es competente en ese campo. Solicito que sustituya al del Ministerio Fiscal. Fiscal: ¿Es necesario, Señoría? Interlocutor: Es mejor. Asesor: Ciertamente. Fiscal: Siendo así... solicito usar del testigo pericial de su Señoría el Asesor, al menos eventualmente. Interlocutor: Concedido Fiscal: ¿Cuál es su cargo, señor McAffe? McAfee: Titular de la cátedra de Física de la existencia de la Universidad de Edimburgo. Fiscal: ¿Deberíamos entender que usted es una persona cualificada para emitir juicios en este tribunal? McAfee: Si es sobre Física de la Existencia, soy la persona más calificada. Fiscal: Muy bien. ¿Cuánto tiempo necesita para interiorizar una comparación entre el universo del señor Boutros y el nuestro? McAfee: Diez segundos. Me especializo en parametrización y comparación de universos, y ya antes lo he hecho con esos universos. Incluso traje mis notas. Fiscal: Bueno, está bien... ¿Qué opinión le merece la comparación? 50 Secretos del Futuro McAfee: Muy similares. El índice está en las millonésimas. Qué digo, en las decamillonésimas. Fiscal: ¿Podría explicarnos? McAfee: Muy fácil. Tenemos toda una serie de datos sobre los universos. Los del nuestro los medimos nosotros; los del otro, nuestros colegas de ese. Fiscal: Señoría, adjunto la declaración del oficial investigador Alexas Gibbons, que corrobora la documentación relativa al universo del acusador. Prosiga, señor McAfee. McAfee: Y se comparan entonces los parámetros. Con las diferencias elaboramos un índice. Mientras menor es, mayor es la similitud de existencia de los universos, y también la mutua accesibilidad. Fiscal: Háblenos sobre esta similitud. ¿Cómo se da en las personas? ¿Cómo en el resto? McAfee: Las personas de universos similares son similares y sus acciones también. Si hay diferencias, son compensatorias. Pasa lo mismo con los animales de manada. Los biólogos han comparado individuos de universos similares, y los animales de manada tienden a una vida similar, aunque no tanto como las personas. Las especies de vida solitaria tienden más a la diferenciación. Curiosamente, también las personas desajustadas. Fiscal: ¿Debemos entender que la misma persona es igual en dos universos similares? 51 Secretos del Futuro McAfee: Dije similares. Además debí añadir que todo es estadístico. Hay diferencias. Por ejemplo, en cierto universo bastante diferente del nuestro, Churchill, cosa curiosa, fumaba una marca de tabaco diferente, murió un día diferente, y recibió heridas diferentes. De manera general, los individuos sociales y las sociedades tienden a la coherencia entre un universo y otro. Un tipo puede haberse levantado un día por el lado izquierdo de su cama en un universo, y en otro por el derecho; pero en ambos casos, conoció ese día a la mujer de su vida. El del pie derecho la ligó un día antes, sin embargo. Las diferencias tienden a ser intrascendentes o compensatorias. Fiscal: ¿Y la personalidad de los individuos? ¿Y sus actos trascendentes? McAfee: No pongo la mano en el fuego por la personalidad, pero sí por los actos trascendentes. Fiscal: ¿Entonces piensa usted que el señor Hedren tiene una personalidad similar en todos los universos? McAfee: Sí...pienso que sí. Fiscal: ¿Y ejecutaría los mismos actos trascendentes en todos los universos? McAfee: Sí. Caramba, perdone: debí especificar actos trascendentes conscientes. Fiscal: Aún mejor. ¿La diferencia entre el 28 de diciembre y el 7 de enero cabe en lo que usted llama diferencias compensatorias? McAfee: Es grande para ese índice, pero cabe. 52 Secretos del Futuro Fiscal: Señoría, solicito que las utilísimas declaraciones del Doctor McAfee sobre las similitudes del mismo individuo en varios universos sean específicamente puestas como pruebas en el fichero de datos de la moción de caracterización criminal. No excluyo con esto los demás cargos. Interlocutor: No hay problema. Fisca: ¿Señor McAfee, qué me dice de un enfrentamiento a muerte entre dos enemigos jurados de físicos muy similares? McAfee: Cualquier cosa. Allí influye la casualidad, el caos, el terreno. Este último no es como la sociedad o la manada, estable y compensatorio. Una vez medimos los movimientos del aire dentro de la misma habitación en dos universos diferentes, y obtuvimos diferencias asombrosas. En las pequeñas cosas, la naturaleza es alocada. Abogado: ¿Señor McAfee, dijo usted: “Movimientos del aire”, y antes de eso: “No pongo la mano en el fuego”? McAfee: Esto... sí. Fiscal: ¿La defensa desea interrogar ahora al testigo? Abogado: Me excuso por la interrupción. Fiscal: Continúe, señor McAfee. McAfee: Si a lo que he dicho se añade que si los acontecimientos ocurren rápidamente toda diferencia se potencia como causa de efecto, puede pasar cualquier cosa. No creerían lo que pasa con las carreras de animales y las competencias atléticas. Abogado: Ahora sí quisiera hacerle una pregunta al testigo. 53 Secretos del Futuro Interlocutor: Todo suyo. Abogado: Gracias, Señoría. Doctor McAfee: ¿No existe un postulado científico que expresa que la medición de un fenómeno lo altera? McAfee: No es así, pero supongo que usted puede entenderlo de esa forma, y en este contexto, tiene razón. Abogado: Por supuesto. ¿Entonces, las mediciones y comparaciones que usted y sus colegas llevan a cabo entre universos, no los afectan, no los diferencian? McAfee: Buena pregunta. Afecta, sí. Pero la diferenciación entre universos no es muy grande. En primer lugar, el tiempo. No va un año de la primera visualización entre universos, ni seis meses del primer intercambio de datos, y el primer viaje humano sólo tiene 3. No hay tiempo para grandes diferenciaciones. En segundo lugar, las mediciones afectan los pequeños sistemas particulares, no el conjunto coheso ni el continuum. En tercer lugar, hacemos lo mismo en todos los universos, cuidando el paralelismo. Y evitamos el contacto personal. Cuando hablo con los otros MaAfee soy muy profesional. Interlocutor: Señores... he de pedirles que se pongan de pie. La Alta Entidad a cuyo juicio íbamos a someter este caso se ha interesado desde antes de enviarle los datos. Se ha prolongado hasta nosotros, está entre nosotros, y ha dejado un mensaje en mi consola: “Nunca me gustaron las transferencias de ningún tipo entre universos paralelos”. La 54 Secretos del Futuro Alta Entidad Sirio se ha retirado a su lugar de procedencia, la estrella homónima. Pueden sentarse. Abogado: Expreso mi total apoyo a la Alta Entidad. Aprovecho también para protestar porque el Ministerio Fiscal ha querido explotar lo inédito de las circunstancias para abrumarnos, lo cual no ha conseguido al menos con la Alta Entidad, y pido tiempo para desarticular este complot, esta telaraña de sobreentendidos, no sé si urdida por Boutros o por el Ministerio Fiscal. Fiscal: En ese caso, el Ministerio Fiscal solicita manifestar un alegato resumen. Asesor: Concedido. Fiscal: El señor Hedren posee personalidad criminal. Lo prueba el que un señor Hedren de otro universo, que ha de ser idéntico a él, intentó asesinar al señor Boutros de otro universo, y que aún otro señor Hedren asesinó con toda seguridad al Boutros de este universo. El señor Hedren llevó a cabo un crimen factual, o al menos lo intentó; lo prueba la cicatriz, consistente con la descripción del enfrentamiento. El señor Hedren llevó a cabo una preparación criminosa: lo prueba la premeditación con que escogió la fecha de su crimen y el dispositivo de autodestrucción que es claro que usó. Para todo lo anterior me baso en los datos de la Física de los Conjuntos Cohesos de Existencia, que establecen que el señor Hedren de este universo debe tener una personalidad idéntica a la de los Hedren de otros universos, y que sus actos trascendentes conscientes deben también ser idénticos. Esta 55 Secretos del Futuro identidad depende de la accesibilidad, y el Hedren muerto accedió al universo del señor Boutros aquí presente, que accedió al nuestro; por transitividad debe existir mucha identidad entre el Hedren muerto y el acusado. Para responder al Habeas Corpus, solicito se investigue en los universos accesibles cuántos Boutros muertos y sobrevivientes hay, y el caso ganará en claridad. Interlocutor: ¿Debo entender por la petición de la defensa que aún no tiene listo un alegato resumen? Abogado: Así es, Señoría. Interlocutor: ¿Señor Asesor, levantamos la sesión? Asesor: Debiéramos. Ningún caso de precedencia se resuelve en una sesión. Interlocutor: Que así sea. Se aplaza la causa. 56 Secretos del Futuro Los Noseniqué tienen la panza rayada Por Sigrid Victoria D. Sólo un cuento infantil de Sigrid Victoria Dueñas (La Habana, 1980) puede comenzar de esta forma: “Todos los Noseniqué tienen la panza rayada. Rayada y peluda. Rayada en amarillo si es un "él", en azul celeste si es una "ella". Este color no varía, lo que cambia es el resto de su pelaje, que puede ser negro, blanco, castaño, rosa, verde, arcoiris, color de las horas, de luna, de sol, color alegría, color tristeza... En fin, de todo tipo de colores, pero siempre rayada en amarillo o azul. Bueno, casi siempre.” De esta forma nos introduce en su mundo particular. Sigrid (Sisi para sus amigos) es de esas pocas escritoras que se dedica a la literatura fantástica para niños sin los consabidos “aniñamientos” o simplificaciones, tan típicas en este dificil género. “Los Noseniqué tienen la panza rayada” es una colección de cuentos del cual tomamos “Motita y el agua”... el dilema esta planteado ¿Cómo convencer a nuestro héroe a tomar un baño? ....... Motita y el agua — Que no. — Que sí. 57 Secretos del Futuro — Pues que no. — ¿Por qué no? — Porque no es sí. No me gusta. Mamá lo miró, asombrada. Motita se rascó una orejita, pensando en algo que la convenciera. Tarea nada fácil. No es fácil convencer a una madre de que no nos gusta el agua. En especial a Mamá: — ¿Cómo es posible que no quieras bañarte? — ella adoraba el agua, se notaba. — Verás, Mamá — Motita suspiró, pensando lo difícil que es convivir con los adultos, incluso con un adulto como Mamá — El agua me da miedo, ¿entiendes? Cuando está en el vaso, es pequeñita e inofensiva, y uno la puede beber sin problemas. Pero cuando está en una bañera se envalentona y se vuelve peligrosa. Demasiada agua. — Creí que te gustaba el arroyo. Motita se irguió, orgulloso: — El arroyo ha aprendido a respetarme. Soy más fuerte que él. —Báñate en el arroyo, entonces. Papá se asomó a la puerta del baño: — Motita, Linda te busca. — le guiñó un ojo. A papá tampoco le gustaba el agua.— No se debe hacer esperar a las visitas. 58 Secretos del Futuro —Como siempre, Papá tiene razón. Adiós, Mamá. Motita salió corriendo, dejando a Mamá con el cepillo de baño en la mano y la misma cara de incomprensión. Papá alzó los brazos, como diciendo : "¿Qué puedo hacer yo?" —Sigue apoyando sus ideas incorrectas y serás el culpable de su mala educación. —Vamos, querida. Motita nunca será un maleducado con una madre como tú. Mamá suspiró. Papá era un adulador que sabía cómo engatusarla. —Toda esa agua caliente...Por cierto, querido, aún no te has bañado. —Ella no entiende. Cree que bañarse es sólo agua, pero en verdad es monótono y repetitivo. —Mono...¿qué? —Monótono. —Luego dices que yo hablo raro. ¿Qué es eso de tonómono? —Monótono. Es una palabra que me enseñó Ané. Todavía no sé bien qué quiere decir, la uso cuando algo no me gusta. —¡Pero vaya tontería, Motita! A veces me sorprende cuán poco práctico puedes llegar a ser. Eso es como...como...bueno, no sé, una tontería muy grande. Usar una palabra que no conoces... 59 Secretos del Futuro —¡Está bien, está bien!—Motita levantó ambas paticas para cortar el naciente discurso de Linda—Es cierto, es una tontería. En fin, que Mamá no entiende lo aburrido que es bañarse. Te bañas ahora y te ensucias después, Mamá se horroriza y de nuevo a bañarte. ¡No tiene fin! Linda se tendió sobre la hierba del jardín, moviéndose para que el sol calentara mejor su pancita rosa—celeste. —Te preocupas demasiado por no aburrirte nunca.— sentenció como una adulta.—Y si esperas que los mayores te comprendan, estás frito. Nunca entienden nada. —¡Oh, no!—protestó Motita—Mamá no es así. Ella nunca ha crecido del todo, ¿sabes? Algún defecto tenía que tocarle. —Entonces, si es tan buena, ¿por qué no la complaces? Motita se encogió de hombros. —No sé, creo que disfruto llevándole la contraria.—sonrió con malicia—Soy un malvado. Linda se echó a reír. — Vaya, nunca lo hubiese dicho. Oye, Motita, en el templo del río hay una exposición de espadas. Dicen que una de ellas corta cualquier cosa. — ¿ Cualquier cosa ? ¿ Hasta las arepas de Papá? — Motita se quedó pensativo— A Mamá le gustan las espadas, y siempre se queja de que cuando Papá cocina no hay quien coma. Lo que no está crudo le queda demasiado duro. 60 Secretos del Futuro — Mi papá no cocina nunca. Debería estar agradecida. — Eso mismo dice Papá. ¿ Vamos al templo? — ¡Pues claro!— Linda se incorporó de un salto y se sacudió las hojitas que se le habían pegado— Aunque no creo que de verdad quieras ir. El templo está en mitad del río. — ¡Bah! Por ver una buena espada soy capaz hasta de nadar. El río de Valle Medio es ancho y profundo, pero poco caudaloso. Eso quiere decir que se puede atravesar a nado sin problemas, pues si uno se cansa, siempre están las islas para reponerse. Bueno...las islas. A los noseniqué les encanta ponerles nombres pomposos a las cosas, así que le llaman islas a un grupo de bancos de arena sobre los cuales ha crecido la uva caleta. En verano van a "las islas" de vacaciones, sin que a nadie se le ocurra preguntarse cómo no se disuelve ninguno de los bancos ni qué hace la uva caleta creciendo allí. Aunque los noseniqué no suelen salir de Valle Medio, han existido algunos que padecen de lo que ellos denominan "fiebre de paticas". Estos enfermos no pueden estarse quietos en un solo lugar, y sienten la necesidad de viajar constantemente. Uno de ellos es conocido como "El Gran Noseniqué Vagabundo", porque en su afán por descubrir cosas nuevas llegó más lejos que los demás. ( Aquí entre nosotros, no era un noseniqué muy inteligente 61 Secretos del Futuro que digamos) Al volver de uno de sus viajes construyó un imponente edificio al que llamó templo. — ¿Y para qué sirve?— preguntaron los demás. (Los noseniqué nunca habían visto un templo) El Gran Vagabundo se encogió de hombros. — Decídanlo ustedes, porque yo me voy. Y se marchó a otra jornada de aventuras. Los noseniqué miraron por un rato la bonita construcción, de altas columnas rojas que sostenían un tejado a dos aguas. Al cabo de algunos minutos todos exclamaron a la vez: — ¡Para fiestas! Un edificio tan bonito sólo puede servir para fiestas. Profundamente satisfechos de sí mismos, decidieron que el templo se usaría para divertirse. (Si tuviera tiempo explicaría para qué se usan en verdad los templos) —¡Mira, Linda, son Dián y Franio! —¡¿Quién?! —Esos de allí.—Motita obligó a su amiga a volver la cabeza.—Los que están sentados en el puente con las guitarras. —¿Los dos gordos? —¡Esos mismos! Son amigos de Papá. —Hum. Ya entiendo por qué tus rayas son negras también. Estás rodeado de gente rara desde que naciste. 62 Secretos del Futuro —Sí, por eso me hice amigo tuyo.—asintió Motita con total inocencia.—¡Vamos, Linda! Te los presentaré. Los dos noseniqué con guitarra alzaron las paticas para saludarlos con alegría. Cuando Motita llegó junto a ellos lo abrazaron fuertemente. —¡ Pero mira cómo ha crecido este bicho! —Sí, lo dicho. Es un bicho que crece rápido. —Que cree ser rápido— apuntó Dián y ambos se echaron a reír.—¿Y cómo está tu papá, el gran Mota? —Seguro que está en las motañas. Motita alzó ambas cejas y movió la cabeza, como hacía su mamá cuando escuchaba los juegos de palabras de esos dos. —Esos chistes de ustedes... —Se llaman chistes filológicos, del lenguaje. Chistes que tienen que ver con el lenguaje, ¿entiendes? Los hacen los tipos inteligentes como nosotros. Linda soltó un resoplido, que hizo a los dos amigos percatarse de su presencia. —¿Quién es ella, Motita? —Es Linda. —Ya sé que es linda, te pregunté quién es. —Me llamo Linda.—intervino la pequeña.—Y no se les ocurra convertir mi nombre en un chiste filoloco de esos. 63 Secretos del Futuro Franio y Dián se echaron a reír. Parecían capaces de reír siempre. —Está bien, Linda, en honor a ti hoy no haremos ningún chiste. ¿Y adónde van los dos, tan solos? —No estamos solos, andamos con nosotros mismos. —Sin la compañía de un adulto, quise decir. Aunque, pensándolo bien, en tu casa es difícil encontrar un adulto. Todo el mundo parece haberse quedado en la niñez. ¿Adónde van? —Al templo, a ver la espada —respondió alborozado Motita, señalando al otro lado del puente. —Ah, la espada de Ensui, la del agua fresca —dijo Dián con aspecto soñador. —¿La qué? —Motita alzó una ceja. —Presten atención. Cuando el mundo, y, por tanto, Valle Medio, era joven, aún no existía el agua en su superficie... —¡El paraíso! —interrumpió Motita. Franio hizo una mueca. —Que a ti no te guste bañarte... —Shhh, dejen que Dián continúe —frunció el ceño Linda. 64 Secretos del Futuro Como decía, cuando todo era joven en el mundo no había agua en parte alguna. Valle Medio era un gran desierto de arena, donde los bichitos se morían de sed bajo un sol ardiente... Motita tragó en seco. —Ya me está dando sed —murmuró. —Deja que termine, no interrumpas—le susurró Linda. —¡EJEM! ¿Puedo continuar? El calor era insoportable, la arena caliente, llevada por el viento, caía sobre los animalitos y se les metía bajo el pelaje y entre las patas... Motita comenzó a jadear disimuladamente y a rascarse una patica. Linda lo miró con enojo, pero no dijo nada para no interrumpir el relato. La buena diosa Ensui, que quería a los bichitos, abandonó Valle Medio (en aquel entonces se llamaba Desierto Medio) y peregrinó por todo el mundo buscando una solución... —¿Por qué? —intervino nuevamente el pequeño. —¿Por qué, qué? —se extrañó Dián. 65 Secretos del Futuro —¿ Por qué se fue de Valle Medio para encontrar una solución? ¿No podía encontrarla aquí? —¿Acaso no sabes que todos los héroes de las historias salen de su lugar a buscar soluciones? Mi heroína no puede ser menos. —Ah... —Motita no pareció muy convencido. Caminó la diosa Ensui de uno a otro confín del universo y terminó por regresar, cansada y triste, a Valle Medio. Aquí se encerró en su palacio subterráneo y lloró, inconsolable, durante diez años, diez meses, diez semanas y diez días. —¡Qué manera de llorar! —resopló en voz baja Linda. Esta vez fue Motita quien le hizo una seña para que se callara. Las lágrimas de Ensui corrieron bajo la tierra alimentando las semillas dormidas y sacando a los árboles de su sueño. Cuando, al cabo de diez años, diez meses, diez semanas y diez días, salió Ensui a la luz, encontró a Valle Medio convertido en un paraíso de verdor. Las plantas lo cubrían por doquier, pero aún así el agua continuaba bajo tierra y los bichitos no podían beberla. Cortó Ensui sus largos cabellos y, tejiéndolos de una forma que sólo ella conocía, forjó una espada negra y fina como 66 Secretos del Futuro trenza. Tomándola entre sus manos horadó la tierra en miles de canales que llevaban a uno mayor, y el agua saltó del interior cubriéndolos con su dulzura. Así nacieron nuestro río y los riachuelos que en él terminan. —Como el de casa —apuntó Motita. —Exacto, como el de tu casa. Las aguas del río corrieron sobre la tierra quitándole la amargura de tantos años de desierto, y se acumularon en el mar, que todavía hoy es salado, por haberse formado de aquellas primeras lágrimas bienhechoras. Ensui, contenta del resultado, le pidió a su amigo el sol que todos los días recogiera un poco de agua y la guardara en las nubes para derramarla cuando las plantas lo necesitaran. A cambio ofreció a éste la cinta de siete colores con la que antes ceñía sus cabellos. —Es una linda espada —Motita se inclinó sobre la urna—. Dián, ¿de verdad está hecha con los cabellos de Ensui? —Eso dice la leyenda. No te acerques mucho, puedes romper el cristal y nos buscaremos un problema. 67 Secretos del Futuro —Eso es lo que odio de las exposiciones, no se puede tocar nada —se quejó Linda. —Tienes razón —apoyó Franio—. Mejor nos vamos, está oscureciendo. —¿Y qué pasó con Ensui la llorona? —preguntó Linda cuando salieron. Dián se rió alegremente: —Pues como estaba cansada por haber llorado tanto se fue a su palacio subterráneo y todavía está durmiendo. Motita permaneció pensativo unos minutos, al cabo de los cuales preguntó, preocupado: —Y si Ensui todavía duerme... ¿Quién se ocupa de que haya agua fresca y dulce? —Bueno, el sol hace parte del trabajo guardando un poco de agua cada día. Cuando llueve, un poco de la lluvia pasa a través de la tierra y se une a los manantiales que alimentan los ríos. —Pero, aún así, las lágrimas de Ensui pueden acabarse. —Sí, claro que sí. De hecho, hay más agua salada que dulce en el mundo. El agua, como la madera de los árboles o la comida, puede llegar a desaparecer sin remedio. Por eso la cuidamos tanto en Valle Medio. Pero no te preocupes, Motita — Dián le acarició la cabeza—. Tú casi no la usas, así que no le pasará nada al agua por tu culpa. 68 Secretos del Futuro Mamá se dirigió al cuarto de baño con su toalla en la mano. —Al fin —suspiró—. El momento más dulce del día. Espero que nadie se esté bañando ahora. El ruido de la ducha le quitó toda ilusión. —Vaya. Y tenía que ser justo en este baño, donde está mi bañera favorita. Tocó discretamente en la puerta, y al no recibir respuesta se arriesgó a entreabrirla suavemente. —¡Pero... Motita! —exclamó Mamá, sinceramente asombrada—. ¿Qué haces bañándote a esta hora? El pequeño se quitó el jabón del rostro antes de responder: —Decidí que si la pobre Ensui pasó tanto trabajo para que Valle Medio tuviera agua, no puedo hacerle un desaire. Pero no pienso volver a usar la bañera. Es un derroche de agua. —¿Ensui? ¿De qué...? —Estuvo hablando hoy con Dián —intervino Papá desde la puerta—. Vino a tratar de convencerme para que Ito y yo nos bañáramos. —¡Qué bien! —sonrió Mamá—. Ojalá todos tus encuentros con ellos dieran tan buenos resultados. —Ya terminé, Mamá —Motita salió chorreando de la ducha, como solía hacer ella—. Puedes bañarte. —Gracias, querido. 69 Secretos del Futuro El pequeño se marchó dejando charquitos por todo el pasillo. Mamá abrió la llave de la bañera, pero a las primeras gotas la cerró, indecisa. —Después de todo, creo que me basta con la ducha.—se dijo a sí misma .— ¡Moti, cariño! ¿Qué decías de Ensui? 70 Secretos del Futuro El Empalador por Victor Hugo Pérez Gallo Victor Hugo Pérez Gallo (Nuevitas, 1979). Ganador del primer lugar de en el Concurso de literatura de Ciencia Ficción NEXUS-CH 03. Narrador y ensayista. Premio de cuento Escalera de Papel, 1999. Mención Premio Cuento Erótico Camaguey, 2000. Ha sido publicado en la antología de cuento erótico “Nadie va a mentir”, (Acána, 2001). Pertenece a la segunda graduación del Centro de Formación Literaria “Onelio Jorge Cardoso”. Pertenece a la AHS. Actualmente pasa su servicio social en Moa. “El Empalador” no es un cuento de vampiros, es el cuento del VAMPIRO, Los fanáticos y conocedores del tema sonreiran desdeñosos (¡ya hemos leído esto!)... más yo los invito: lean y estremezcansé. Como solian decír las revistas de horror de antaño. ....... Salve, Alimentado de Sangre, que abandonas la casa de la muerte. Libro de los muertos CXXVI, 13 71 Secretos del Futuro La noche en que murió seguramente no sabía que levantaría uno de los mitos que más ha intranquilizado las noches de los hombres. Mito al que yo, desde mi humilde posición, ayudé a apuntalar. Mi historia va a diferir de la oficialmente aceptada. Yo siempre vi al Voivoda Vlad Draculea como a un padre, como el hombre que me enseñó mucho de lo que sé. Historiadores han agotado su pluma llenando páginas de calumniosas teorías que tratan de explicar su forma de actuar, su borrascoso proceder. Un escritor irlandés inauguró un nuevo género con una novela inverosímil sobre su persona. No me propongo una apología, ni siquiera una sencilla vindicación de su memoria. Draculea, o Drácula, fue un hombre de su tiempo, como antes Alejandro Magno, Darío o Cristo. Y nada más. Si tantas leyendas ridículas se tejieron a su alrededor fue por el miedo, el desconocimiento y mi descuido. Él fue, quien lo duda, sanguinario, pero cualquiera que haya leído The Mahomas´s Wars, la voluminosa obra de Jonathan Stulman se percatará que los turcos no lo eran menos y que la época no pedía otra cosa. Yo, la mano derecha de Drácula, lo atestiguo así. Han pasado los años pero todavía recuerdo que en una de mis reencarnaciones me hallé en un camino polvoriento donde me recogieron unos jinetes. Mi memoria me trae su castillo de Transilvania donde me crié, mi hogar desde la infancia. Mienten los que dicen que este era un lugar fúnebre y lleno de murciélagos y horcas por doquier. Su corte era sin dudas una de las más brillantes 72 Secretos del Futuro de Europa, de todas partes venían nobles y príncipes a conocer este hombre enérgico, que era la última muralla que contenía al Turco en su avance hacia occidente. Mienten descaradamente, repito, lo que veían en él a un caudillo sin sentimientos. Amaba a su único hijo pero esto no era obstáculo para que lo castigara cuando se lo merecía. En una ocasión este se emborrachó conmigo, mi castigo fue duplicar mis guardias en una de las almenas; el suyo, cincuenta latigazos y hacerme compañía. Pero Vlad(escribo su nombre con los ojos húmedos) nos quería entrañablemente. No por eso dejó de nombrarme jefe de su guardia personal y tratarme con dureza, aunque perdonara mis salidas nocturnas. En su estado no había mendigos ni ladrones y se respetaba a la mujer con un temor religioso. Todos sabían que un robo, una violación, era un delito castigado con la muerte. Vlad no era un conquistador, le gustaba la paz. Como alguien dijo después, los arados brillaba y enmohecían las espadas. Pero el Turco atacó. Miles de jenízaros atravesaron la frontera dejándolo todo arrasado a su paso. Nos defendimos. No recuerdo las idas y vaivenes de la guerra, no vale la pena comentarlo aquí, pero perdimos. Honrosamente perdimos en el campo de batalla. Retrocedimos con los enemigos pegados a los talones. Es fácil escribir esto, y mucho más hacerlo creíble y criticable por gordos canosos acomodados en cómodos sillones. Pero hay que haber estado allí, entre hombres 73 Secretos del Futuro agonizantes, bestias llenas de sangre y sudor, espadas partidas, gente desmoralizada. Drácula nunca supo hasta aquella noche de donde partió la orden que posteriormente se le atribuyó a él: treinta mil prisioneros turcos empalados tras la retirada de nuestro ejército; treinta mil hombres empalados a ambos lados del camino con el cuerpo lleno de miel para que las abejas, moscas, avispas hicieran más larga su agonía. El de la idea, previsor, había mandado degollar los tres mil primeros para evitar una posible salvación. Debo admitir que fue muy ingenioso, se terminó la persecución, los turcos estaban horrorizados con los cadáveres de sus compañeros o en el mejor de los casos con los miembros descuartizados y con plena conciencia todavía. Además de los cientos de manos cortadas que a indicación mía se dejaban en la cuneta y los alrededores. Se salvaron nuestros soldados. Vlad estaba triste, pero el próximo año nos tomamos la revancha y vencimos. Atrapamos a muchos personajes importantes, incluso mujeres de antigua prosapia. Determinamos no aceptar rescate alguno, encerrarlos en las mazmorras e irlos descuartizando alegremente en las fiestas populares como escarmiento y advertencia. Aquí se complica la historia. Porque no sé como su hijo conoció una de las prisioneras y se enamoró de ella. Ignoro con cuales artes la muchacha lograría su objetivo aunque todos conocemos que estos infieles adoran al diablo bajo la forma de una piedra en una de sus ciudades del desierto y que el Corán niega al 74 Secretos del Futuro verdadero Dios. Yo lo veía venir y tal como lo esperaba sucedió. Quizás Drácula hubiera permitido la unión entre su único hijo y una infiel, hija y nieta de guerreros que habían luchado contra él; quizás con el tiempo hubiéramos conseguido ablandarlo. Pero el joven era tan testarudo como su padre y persistió en su deseo de casarse, amenazándolo con escapar con ella y tomar su religión. Hay muchas cosas terribles que se dicen de Vlad pero creo que la única real fue la decapitación de su hijo. Después sus cenizas fueron esparcidas al viento. Mi señor nunca fue el mismo. Creo que solo yo me percataba de cuanto había cambiado. Todos veían en él al líder que iba al frente, que mantenía unido al país en medio de la situación difícil. Entonces había hambre; se dieron casos de aldeanos que desenterraban cadáveres para devorar sus hígados, todavía tiernos; los lobos salían del bosque y atacan al pastor y al rebaño; había bandas de ladrones. Yo tenía que mantener el control y mis salidas nocturnas se incrementaron considerablemente. Se extendieron rumores sobre el fin del mundo, el demonio se lleva a los niños recién nacidos, decían, para chuparles la sangre. Recuerdo que en varias ocasiones los iconos de la iglesia ortodoxa se hallaron en el suelo. Aprovechando esto, los seguidores del Profeta atacaron nuevamente. Fue larga la lucha, rica en escaramuzas y combates. Debo decir que mi participación fue de veras importante, Drácula perdía la razón, ya no era el mismo que podía doblar una herradura 75 Secretos del Futuro con sus manos. De día, un combatiente enérgico, después del ocaso un viejo que tomaba vino caliente. Aquel día en que dispersamos un montón de jinetes enemigos, él se desmontó, sacó un mendrugo de pan y lo empapó en la sangre que corría por el cuello de uno del que agonizaba. Donde todos vieron un alarde de estoicismo, entre los vítores, yo vi el primer síntoma de locura. ¿ Sabes que dicen que soy un diablo?, me dijo aquella noche junto al fuego. Le miré la cabeza llena de canas y asentí en silencio. Bebió un trago y clavó la vista dolorosamente en el fuego. Estaba ebrio, o casi. Solo siendo cruel sin límites los obligamos a retroceder. Cuando volvimos a nuestra patria hallamos pozos cegados o envenenados; mujeres con los pechos arrancados, adolescentes de cara agusanada. Y donde quiera salteadores a los que atrapábamos, les abríamos la barriga y les echábamos pimienta para el mal de ojo. Mi señor se encerró en el castillo y no veía a nadie; yo era su único contacto con el exterior. Incluso bromeaba diciéndome que podría morirse allí y solo yo lo sabría. El sentimiento de vejez sin descendencia lo atormentaba. Todos los asuntos cargaban sobre mí. Lo más fastidioso era la costumbre que habían adquirido los campesinos de clavar estacas de álamo en las cajas de los muertos y tener ristras de ajo colgando de las puertas. Una superstición tonta destinada a espantar el demonio nocturno que se robaba los infantes para alimentarse. Yo iba y las quitaba una y otra vez, pero ellos eran 76 Secretos del Futuro persistentes en su idea. También el hecho de matar murciélagos me indignaba. Las creencias populares decían que el diablo tomaba su forma, esa era la culpa de los pobres animalitos. Me cansé de tantas raíces, cruces y pedazos de hierro. El edicto que prohibía estas costumbres fue leído en todas partes y clavado en los lugares públicos. Se le atribuyó al voivoda, todos ignoraban que yo lo había escrito y refrendado con el sello de Draculea que lleva en mi mano derecha. No voy a negar que de vez en cuando alguna muchacha amanecía con una debilidad inexplicable, aunque creo que la causa se debe buscar en las debilidades mensuales que todas las mujeres tienen como regla. Algunos dicen que ellas tenían arañazos en el cuello, como una tierna mordida de dos dientes. Pero estos son detalles menores, poco creíbles y menos trascendentes. Luego fue fama que el voivoda dormía en un ataúd, que no salía de día y que la luz del sol lo aniquilaba, o que sé yo. Claro que solo me veían a mí, por eso inventaron tantas cosas que ya no me caben en la memoria. Aquella noche me dijo lo solo que se sentía, que no debía haber juzgado a su hijo de esa forma y que estaba arrepentido aunque como gobernante había hecho lo mejor. Sí, afirmé, hizo lo mejor. Todos se hubieran sublevado si él hubiera unido a su retoño con una mahometana. Ni siquiera el ejército lo respaldaría. Lo sé, me respondió y echó a llorar. Yo miraba ese sufrimiento 77 Secretos del Futuro auténtico y solo bebía. No supe a que hora estuve borracho junto con él y llorando los dos. Entonces le dije que había sido yo quien había mandado a empalar a los treinta mil turcos en aquella ocasión. Él me miró sin reproche en medio de su embriagues. Solo murmuró mi hijo, mi hijo. Creo haber dicho que yo lo quería como a un padre, no aguanté tanto dolor y lo decapité allí mismo, luego me incorporé y bebí su sangre que es lo que nosotros, los vampiros, hacemos comúnmente. 78 Secretos del Futuro Electric Geisha POR DUCHY MAN El ser co-antologador me permite realizar pequeñas trampas como la que voy a realizar en este mismo instante. Primero fue un flap, flap, como de ropa tendida al viento cuando el sol está alto. Luego vino el olor a hierba, a lluvia repentina. Los vasos quedaron a medio whisky en las mesas tambaleantes. Las pistolas aterradas por el rocío imprevisto. El tenía dedos blancos de uñas largas y sin polvo. El cabello aún más negro que el de los salvajes. Los ojos velados por el ala del sombrero. La nariz alzada entre las sombras del rostro, chispas rojas a su lado. El traje oscuro como la madrugada, la camisa de nieve desconocida, el chaleco de todos los colores del oro. Los revólveres dejaban ver un retazo de la costura del pantalón y el cinto labrado. Al cuello un lazo de seda negra y mechas violentas. La mirada de duelo barrió la muchedumbre. Más tarde alguien afirmó que sintió frío. Un cigarro delgado dormía en las comisuras con el brío metálico de la boquilla. Las manos en la cintura, los puños blancos con yugos de ónice. Piernas como el desierto, tan largas que jamás cabría una montura entre los muslos. Y no tenía sombra. Cuando los dientes se alinearon en una casi sonrisa el viento trajo ecos de cuerdas y de armónicas, de cascos exhaustos y silbidos nocturnos. La suave letanía quedó en las tonadas locales de 79 Secretos del Futuro forma inexplicable. Echó a andar con paso sinuoso arrastrando los tacones, robando al polvo crujidos de tablas martilladas. El tintineo de las espuelas podía despertar a todos los tesoros ocultos en mil leguas a la redonda. Luego partió seguido por la estela flotante que cubría el sombrero. Dejó un olor oscuro a tinta recién impresa, el flap flap arrogante y un silbido persistente. El pueblo entero le regaló sus ojos hasta ser una astilla negra en el horizonte. Muchos dijeron que nunca había estado, otros oyeron al whisky y las mesas llorando, las armas se negaron a disparar durante dos días enteros. Luego todo volvió a dormirse sobre la arena roja y nadie le recordó. La tonada imposible silbó de pueblo en pueblo como un aporte bandido. El tampoco regresó. Clavado al poste frente a la casa del sheriff hay todavía un papel muy viejo con un espacio vacío. En el sólo han quedado unas letras gastadas. Y aún le esperan. “Wanted” ejerce sobre mi una extraña fascinación y es un placer introducirlo de forma informal en este libro, pero digamos por ejemplo que Duchy Man no es un seudónimo literario, su nombre completo es Duchy Man Valdera (Ciudad de La Habana, 1978). Duchy Man es un ser que respira y toma el ómnibus como todos nosotros, pinta (ha tenido como maestros a Rafael Morante y Tulio Raggi), diseñó carteles para ARS LONGA y la ópera “Carmen” de Georges Bizet... y todavía le sobra tiempo para soñar 80 Secretos del Futuro con vampiros y laborar en La Casa de Las Américas. Pero olvido (debe ser el efecto Wanted) que el cuento “oficial” es... 81 Secretos del Futuro Por Contrato Por Abel Ballester Zuaznábar Supongo que para un amante de la fantasía encontrarse un unicornio, o un hada, debe ser como ganarse tres loterías seguidas. Por lo menos, así es para mí. Y si alguien llegase a estropearme ese momento, lo odiaría. Pues Abel Ballester Zuaznábar (Colón, Matanzas, 1975) nos presenta al hofrok, personaje terriblemente práctico e injustamente catalogado como destructor (particularmente él prefiere el termino: cazador) de criaturas fantásticas. Según el mismo estas historias surgen “cuando está muy bravo o para eliminar tensiones”. Es también pintor autodidacta se desempeña como ingeniero químico de la Celulosa del Bagazo. Sin añadir ni un comentario sobre los “Por Contratos”, dejaremos que el lector juzgue. ....... Por Contrato I Cazar unicornios no es una tarea sencilla, esos malditos bichos o bien terminan aguijoneandote el tresero o bien pateándote. Como quiera, no son esa criaturas adorables que muchos pintan, no, ni lo piensen. Su ternura sólo la expresan con algunos y no valen un comino. Su carne apesta, en cuantodeja de latir su corazón, se corrompe haci´ndola incomible. Su cuerno por si quieren saberlo, ni siquiera es de marfil y no he logrado que me den un real por uno al menos. Los tengo 82 Secretos del Futuro amontoados en mi patio. Su pelo blanco no tiene magia alguna y e materia de atraer todo tipo de jejenes es el mejor. Amargo recuerdo guardo del peluquin que me hice con estos. Sólo logre vender un ojo una vez a una familia de brujos por muy buena suma, pero me lo regresaron al rato, molestos y exigiendome el dinero o sería sapo para siempre. Los habían con los ojos de una yegua y eran idénticos. ¡Lógico! Pero ni modo, no creyeron mis palabras. Es un negocio al que no se le pueda sacar lasca. El Señor de las Tinieblas me pagan bien por eliminarlos, pero no es lo mismo. Ya casi se acaban y lo único que puedo hacer es dejarlos tirados allá en el bosque sin poder sacarles un dinerito de más. Por Contrato II Heme aquí de nuevo esta vez enrolado como pescador. Pescador de sirenas, nereidas y tritones, como no. De nada le sirvió al Señor de las Tineblas verter sus residuales cloacale, fétidos e inmundos en la bahía, pues éstos engendros se fueron mar adentro. Y por eso vino a mi su representante con la promesa de una buena paga. Le pregunté que beneficio podría sacarle a esto y me dijo que cada dedode sirena tiene tanto fósforo que sirve como vela, sus escamas son el mejor tipo de lentejuelas más buscado por los sastres y sus osamentas podría vendérselas las universidades de brujería. Realmente me convenció y con un miserable bote he salido a la mar sin poderme librar del mareo. Por ahora, ni huellas de ellas, pero ¡ya las encontrare sucias sabandijas marinas! No entiendo en realidad el interes del Señor por exterminar 83 Secretos del Futuro cada criatura fantástica, pero ni pregunto. No sea que un día quiera eliminar a los hofroks como yo. Ademas el asunto me da igual. Por Contrato IV No sólo fui yo quien claveteó la puerta del caballo allá en Troya, sino que también le soplé a Priamo que el mismo estaba lleno de sorpresas como una alcancia. Mi objetivo era claro, echarme al mar en busca de criaturas odiosas antes que Odiseo ¿Pero pueden creer que el imbécil de Priamo se creyó realmente que este era una alcancía y ordenó entrarlo a la ciudad? Fue por oro y encontró su perdición. El viaje de Odiseo no hubiera durado tanto si los troyanos no hubiesen metido la pata. Sólo necesitaban que el plan del caballo se atrasara dos o tres días. Así que cuando Odiseo fue castigado por Poseidón casi me sorprende en mi faena. Hizo todo el viaje pisándome los talones. ¿Se imaginan si tuviese que compartir las ganancias de mi caceria con él? ¡Eso sería el colmo! De todas formas, se encontró con un número menor de criaturas de las que le tocaban. No es que quisiera que me lo agradezcan, pero la inclusión de mi nombre en una historia clásica, no me hubiese venido nada mal. Por Contrato VII ¿Sabían que los egipcios tuvieron que terminar la esfinge de memoria? Sí porque la original, lo sentí mucho por ellos, pero tuve que llevármela a dar un paseo. La tengo de alfombra frente a la chimenea. Luce bien. Todavía recuerdo la cara de ellos cuando la miraron una vez, dieron par de golpes en la roca y al volver a mirar, ¡ya no estaba! ¡Me 84 Secretos del Futuro estuve riendo todo el día! Desgraciadamente mi existencia se regó de boca en boca, así como mi avidez por las riquezas. Entonces decidieron en vista de que yo andaba por la zona, hacer modificaciones en las pirámides y crear los laberintos. Eso me complico un poco las cosas a la hora de saquearlas,... pero lo hice. No conservo nada de los saqueos pues esos sucios egipcios me atraparon y se les ocurrió lanzarme a los cocodrilos sagrados del Nilo. Pero no se esperaban que estos monstruos estuviesen en mi lista de criaturas a eliminar. No fue mi culpa, ni del Señor de las Tinieblas. Ellos mismos fueron los que dijeron que eran sagrados y todo lo que es sagrado, es fantástico. Por lo menos así lo entiendo yo. Desde entonces muchas de mis pertenencias están forradas con su hermosa piel. Por Contrato X Es cierto, ¿bien?... Pareceré un imbécil pero esto es un autentico disfraz de sátiro, así que nada de burlas conmigo. Ya cumplí mi misión de incendiar el Valle Encantado con ninfas y todo. Para cuando los sucios Elfos logren reorganizarse y salir en mi búsqueda, ya estaré bien lejos. Por si las moscas, cuando llegue al hogar me apresuraré en redactar mi testamento pues he escuchado cuentos de que ellos no son fáciles. Desde que eliminé a las musas no han vuelto a tener inspiración para sus cantos y están en con una crisis de identidad que dan lástima. No por gusto me odian tanto. Lo de las musas fue un trabajito aparte que hice por placer, más bien como un hobby. Empecé por aplastar a una y me embullé. Mientras el Señor de las Tinieblas no se entere de 85 Secretos del Futuro esto no tendré problemas. No le gusta que yo me distraiga con nimiedades. Por Contrato XVI He terminado mi aplanadora de Liliputienses II, pues la número uno fue un fracaso. Era tan lenta que esas bazofias en miniatura escapaban facilmente de su maceradora. Algunos creerán que me divierto con eso pero no es cierto. ¡Sólo trato de aumentar la productividad del trabajo! Ya tuve una amarga experiencia con los gnomos. Esas escurridizas sabandijas se escondian en las raíces de los árboles y al echar abajo los primeros veinte troncos tiré la toalla derrotado. Tuve que posponer el trabajo hasta el invierno en que produje una avalancha en las montañas que barrió el bosque completo. Después sólo tuve que perseguir a los supervivientes con un matamoscas. Con los duendes no pude y con los enanos menos, estos son unos retacos como los gnomos y dan unos bofetones y unos pisotones con un alto poder de convencimiento. Aunque ahora mi misión son los Liliputienses, no olvido la idea de volver a intentarlo con los enanos. Dicen que tienen cuevas llenas de oro, y no es justo que no lo quieran compartir. Por Contrato XX Me hice una buena tabaquera con la Caja de Pandora. ¡Qué mujer! ¡Qué mujer! La conocí en una de mis misiones cuando iba a buscar al Minotauro. Se me hizo padrino llegarme hasta su casa. Ella guardaba con celo esta caja tan llamativa pues no era suya, tal vez por 86 Secretos del Futuro eso pensé que tendría joyas allí y en uno de sus descuidos –inocencias de uno-, la abrí por curiosidad. ¡Y se armó La Gorda! Tuve que correr para salvarme de sus escobazos. ¡Todo por culpa de esa caja llena de quién sabe qué! Desde entonces la acusan a ella de liberar todos los males del mundo y yo haciéndome el “mosquita muerta”. Si fuera un caballero confesaría que fui yo, pero no lo soy. Soy un hofrok, y lo mío es el dinero y... ¡Oh, pero que mujer! Tal vez si le regreso la caja m perdone. Pero ellas son tan complicadas, si la convenzo de que venga aquí a mi hogar tal vez grite: “¡Ay, quita todos esos bichos feos de las paredes! ¡Quítalos! ¡Quítalos!” Pero tampoco quiero ser un solterón así que, valor. ¿Cómo el mejor cazador de todos los tiempos va ha temer enfrentarse a unos escobazos? Yo puedo superar eso. Ya verán. Por Contrato XXIX Le hedado una pateadura a los Dioses del Olimpo que dudo mucho que alguien vuelva a creer en ellos. Se desprestigiaron tanto en la última pelea familiar que todos los mortales deben haber visto el espectáculo. Si lo vieran. ¡Rayos por aquí! ¡Rayos por allá! Y malas palabras. Sí malas palabras, de esas de las que papá y mamá dicen que no se deben que no se deben decir. Todo por que le conté a Era que Zeus había tirado una cana al aire y tenía un hijo llamado Heracles, precisamente el mismo que me pateo una vez. Por eso lo hice. La venganza es muy dulce. En fin, en la pelea se metieron todos los dioses a desapartar y cogieron lo suyo. Pero lo mejor fue cuando les envenené las reservas de Nepente, una bebida con la que creían que se iban a 87 Secretos del Futuro curar las heridas. ¡Ja! Aún están tirados allá en su nube hechos talco. Veamos como les va a Heracles sin su papito ahora. Por cierto me enteré por un descuido del representante del Señor, que los dioses usan nombres artísticos. ¡Qué bobería! Resulta que Zeus se hace llamar Júpiter creo. Algo de eso. Por suerte ni mi amigo ni su amo sabían esto y sin querer me han mandado a eliminar dos veces a los mismos dioses. Ahora hago como que lo hice... ¡y cobro doble! Por Contrato Final No pediré disculpas, ni aceptaré expiar culpa alguna en un proceso tan vergonzoso e injusto como este juicio ridículo, presidido por una corte que no reconozco y un jurado no imparcial integrado por fantasmas. Si hemos de recordar que precisamente de sus muertes se me pretende acusar, no veo legitimidad por ningún lado. Me acusan de dejar sin sueños y famtasias a los hombres. ¿Habrase visto cosa más absurda? De ser cierto, sólo habré impulsado el progreso de los mismos, para que en el futuro surjan nuevas criaturas, tal vez más agradables que los sucios unicornios. ¡Abrid las puertas para que todos contemplen la farsa donde soy un simple clown! ¡Abrid las puertas! Afuera el vacío era desolador. 88 Secretos del Futuro Tarot Por Eliete Lorenzo Vila Me gusta recordarla como una niña, rodeada por Raúl Aguiar, Yoss, y Bruno Henriquez (ahora todos viejos escritores de CF). Escribiendo sus primeras prometedoras historias, ahora ya no es una niña pero sus historias continuan siendo prometedoras. Resulta difícil de encontrar un cuento fantástico cubano que adolesca de los esteriotipos anglosajones o góticos tan comunes en el género. Posiblemente Eliete Lorenzo Vila (La Habana, 1976) sea una de las pocas que convine los términos de la hechicería clásica con las leyendas urbanas y la corriente New Age. .................. "Las paredes oyen... y recuerdan". Proverbio antiguo La habitación abrió los ojos. Me despertó el “crack” de la cerradura. Apenas me desperecé dirigí mi atención hacia la puerta. Segundos después apareció el rayo de luz. Dos figuras entraron. —Seguro fueron los fusibles. La mujer cerró la puerta. 89 Secretos del Futuro “¡Oh no, otro más!” Fue lo primero que pensé y el eco de mis palabras resonó en el pasillo trasero del edificio. Entonces pude ver la sonrisa de la joven. Brilló un instante en la penumbra. Esa sonrisa de maldad asegurada. —No lo habrás hecho intencionalmente para impresionarme... ¿Verdad? —Siempre pasa cuando hay un bajón de voltaje. Nada tiene que ver con lo que haremos. Él la miró incrédulo. Noté que el hombre estaba intentando acostumbrarse a la oscuridad. A muchos les pasa. Una de las pocas cosas productivas de esta chiquilla es su amor por la oscuridad. El tipo en cambio era un inadaptado, había empezado a tropezar. Pude oir sus maldiciones casi debajo de lo que los humanos llaman normal. La habitante del inmueble —me niego rotundamente a llamarla dueña— caminó hasta el enorme reloj contador. Hizo unos ajustes y tiró del interruptor. El hombre dio un salto. "Se sobresalta solo por el "click" de un viejo interruptor. Me gustaría que trajeras, aunque sea por una vez, alguien que valiera la pena." Ella abrió la puerta del cuarto. Él la siguió. La chiquilla tamborileó con los dedos en la madera del umbral. A todas luces se 90 Secretos del Futuro trataba del Ritual antes de penetrar en el recinto sagrado. El único problema es que nunca oí acerca de un ritual como ese. Demasiado ridículo para ser mágico. "Farsante". Los ojos de la habitación abandonaron el lugar para ir a concentrarse en el dormitorio. El concreto del cuarto da mejor visión que los bloques de la sala. Puedo oler los restos del incienso quemado en el último día de suerte. El visitante es alto, de cabello corto y negro. Su pullover deja vislumbrar un tribal en el hombro. Observa con detenimiento la habitación. Me observa. La pared, cubierta de runas manchadas con tinta, le devolvió la mirada, más él no lo notó. "He conocido a cientos como tú. Pretendes interesarte por la mística y el mundo oculto pero sólo buscas lo que ella pueda darte en la cama." Se acerca a los artilugios mágicos. Toma una soga de cáñamo y comprueba su dureza. La desecha al rato. Parece catalogar el resto de los instrumentos como "porquería para gente impresionable". Y en cierta forma tiene razón. 91 Secretos del Futuro La habitación perdió interés en él, adormeciéndose. El tipo mira el lecho cubierto por un reguero de libros de adivinación y la sábana a medio tender. “Puedo adivinar la malicia que se esconde tras esa cara de seductor baráto.” —Siempre me gustaron las mujeres desordenadas. La habitación bostezó. —Vamos a lo nuestro —habló ella. —¿No vas a tirarme las cartas? Toda bruja debe tener cartas. —Estas también son cartas... —¿Tarot? Son mucho más grandes. —Para lo que necesito, servirán... Un instante para que el descuido hiciera boquear el escote de su blusa, mezclando la visión del nacimiento de sus senos con el aroma de canela que destila su piel. El viejo truco wicca. “Patético, no tienes otra forma de atraer a tu víctima porque eres una mediocre. Las verdaderas ni siquiera tenían que usar sus poderes de mujer. Los tiempos buenos han pasado, y yo tengo que soportarte. Eres mi karma” Él se aproximó. Ella lo contuvo mientras se acomodaba en el lecho con las piernas cruzadas. Una a una fue sacando las grandes cartas del mazo. Solo sacó tres y las colocó boca abajo sobre el lecho. 92 Secretos del Futuro “La peor de las formas posibles de manejar esos poderes. Eres una niña malcriada que no hace más que jugar con los conocimientos antiguos.” Volteó la primera carta. —Esta es La Sacerdotisa, simboliza la atracción que ejerces sobre una mujer. “No escuchaba palabras tan banales desde que a la viejita del piso diez le dio por oir novelas de radio.” Volteó la siguiente baraja. —Y luego El Carro... te saldrás con la tuya si quieres poseerla. “Una vergüenza para las adivinas, eso que estás diciendo no tiene nada que ver ni con el tarot, ni con la adivinación. Espero que no seas la última bruja.” La tercera carta estaba en blanco. —Y esta es... “Me hubiera gustado verte en los tiempos de la magia. Cuando cada aprendíz tenía que hacerse de todos los artilugios. Esperar 93 Secretos del Futuro pacientemente a la llegada de la luna llena; sacrificar animales de colores específicos y realizar rituales en los páramos. Tú solo tienes que llamar a tus amiguitos que venden baratijas místicas al precio de una remodelación...” El remanente aroma del incienso se perdió con el color azul-gris de las paredes. Ella deja que le aferre la muñeca. La boca del hombre recorre su cuello en besos cada vez más sensuales, la lengua busca el lugar donde la canela se esconde sobre la piel. Al menos te sabes ese truco. Nuevamente el destello de su sonrisa, sé lo que vas a hacer he visto a muchas intentarlo antes. He visto a muchas fracasar. Solo en los tiempos antiguos... —...¿Qué significa la carta en blanco? ¿Voy a terminar enamorándome de ti? —Se llama El Colgado, es la única que carece de aliento de vida y no tiene nada que ver con el amor. —...¿Aliento de... vida? —Sí, todas las cartas lo necesitan. No te preocupes por esas nimiedades... Acuéstate —susurró ella. El sueño lo ganó al caer sobre la almohada. Ella acaricia uno de los tobillos del hombre, atándolo con la soga. 94 Secretos del Futuro En el silencio de la saleta la mujer cerró tras sí la puerta del dormitorio. Te arreglas la blusa y dejas los hombros al descubierto. Magia teúgica, los más difíciles encantamientos de la historia. Puedo ver la satisfacción en tu rostro. No te creas la mejor solo por haberlo coseguido... varias veces. Entre las sedas del pañuelo el juego de tarot se desliza entre tus manos. Ya está completo, 22 arcanos mayores y 30 inferiores. Todas ellas con aliento de vida. Todas con el poder de la adivinación. Un Tarot Auténtico. Repleto de charlatanes de pelo largo, insulsos de puloveres desmangados, ridículos con muñequeras de cuero. Todo un zoológico urbano en un juego de cartas. No estoy de acuerdo con tus métodos o los imbéciles con los que andas... Pero 52 encantamientos bien hechos es algo. En las manos de ella estaba la última carta escogida para la predicción. El dibujo en el cartón representa un hombre con pullóver sin mangas, cabello negro y tatuaje en el hombro, amarrado por un tobillo y colgado de cabeza. Algo sí hay que reconocer, tienes el don. 95 Secretos del Futuro Huéspedes Del Basurero Por Alberto Mesa Alberto Mesa Comendeiro (Ciudad de La Habana, 1972), licenciado en Historia, miembro de la AHS, publicó en la antología "Reino Eterno" (Letras Cubanas, 1999) y debo agregar que me ha estado torturando (en el sentido más humano, es cierto)... para que terminará esta antología. Fanático de la cultura china Alberto me recuerda: “Luchando contra fantasmas, nos convertimos en fantasmas” y eso es el personaje de esta historia un fantasma que vivirá la más rabiosa xenofobia y la compartirá con usted lector. ....... En la tierra era sólo uno más. Sin pasado, derechos, patria. Todos le conocían como el Indocumentado, el Ilegal, o el Emigrante. La Tierra es el lugar ideal para que alguien como tú hagas fortuna, le habían dicho tantos en su mundo natal. Quiso creerlos, aunque en el fondo tuviera dudas. ¿Sería realmente el mundo de origen de la humanidad aquella tierra prometida que le pintaban? Y, sobre todo; ¿sería para él, que no tenía oficio, estudios o habilidades? ¿Podría abrirse paso en medio de otros modos de vida, otras costumbres? Puedes pasar por terrestre, sígueles el juego, no es tan difícil ser civilizado... y menos aún parecerlo. Al final eso fue todo lo que quiso saber. Además, la otra opción era la muerte como individuo. En Atlantis nunca sería más que otro cazador de pieles, como su 96 Secretos del Futuro padre y su abuelo. Y él soñaba tanto con superarse, ser alguien... Resultaba irónico que sus ancestros hubieran subido a las naves coloniales huyendo de la Tierra y su impersonalidad, y él emprendiera el camino contrario... por las mismas razones. Por no ser nadie. Una mañana cualquiera subió a una nave y partió hacia la Tierra. Al principio todo pareció irle bien. Como tantos, no tenía documentos ni permisos, pero siempre hacían falta brazos fuertes; las máquinas, por perfectas que fuesen, nunca podrían hacer de todo. El cansancio físico no lo amedrentaba. Era hermoso acostarse con el agotamiento en el cuerpo y el salario creciendo lenta pero seguramente en su tarjeta de crédito. Compartir las noches con los amigos frente a una jarra de cerveza aguada, contándose historias de sus mundos lejanos. Así pasaron meses, o años. Creyó poder adaptarse a las ciudades de metaloplástico y cristalcemento. Creyó que pronto tendría suficiente para regresar a Atlantis como un magnate, el sueño compartido de todos los que trabajaban como él de sol a sol. Hasta que un día todo cambió. La Tierra ya no los quería. Eran tantos los inmigrantes que los terrestres habían empezado a temerlos. Millones fueron devueltos a sus mundos casi a la fuerza. Otros, más ilusos o más rebeldes, no 97 Secretos del Futuro aceptaron el regreso cabizbajos. Habían venido a hacer fortuna o morir en el empeño. Escogió quedarse, desafiar a la ley, ocultarse en el bajo mundo. Tan difícil no sería, para alguien acostumbrado a moverse sigiloso en la selva de Atlantis, entre fieras y plantas hambrientas. Pero aquella jungla tecnológica tenía otras leyes, y nunca acabó de aprenderlas... Ya no era el mismo. Lo habían estafado, golpeado, arrojado al fango de callejuelas infectas, que ni siquiera aparecían en los mapas. Había robado para comer y le habían contagiado enfermedades desconocidas. Había perdido varios dientes, en peleas o por el escorbuto y la avitaminosis terminal. La rotunda musculatura de su físico de atlante también había desaparecido, escamoteada por el hambre. Ahora tenía la mirada apagada y el alma vacía como un templo profanado, inmerso en un escape fácil de drogas tóxicas; un callejón sin salida. Pronto fueron su único modo de sobrevivir sin sentirse esclavo del dolor, de no ver la crueldad de una ciudad que sentía siempre ansiosa de morder, como un animal rabioso. Y ahora, ya no valía la pena ser optimista. Estaba vacío. Ahora sí parecía un terrestre. Y para alguien como él sólo quedaba un lugar: El Basurero; el barrio más bajo de toda la Tierra, donde van a parar todos los desechos industriales, donde no hay protección contra la 98 Secretos del Futuro contaminación. Donde cualquier enfermedad incurable no pasa nunca de ser una más. Donde, corren rumores, los militares ensayan las armas químicas y bacteriológicas. ¿Cómo pudo pensar alguna vez que el peor lugar para vivir eran las colonias? Pero ni siquiera allí era realmente aceptado. Sus amigos del trabajo habían preferido regresar a sus mundos natales; ahora no conocía a nadie ni se identificaba con ninguna de las subculturas del lugar. Le faltaba malicia y tampoco le interesaba demasiado aprenderla. No tenía habilidades técnicas o científicas valiosas. Sí, era valiente y podía pelear con los puños, pero no sabía manejar las armas sofisticadas que usaban las pandillas. Era menos que un inútil para la vida violenta de las calles Y en el Basurero, quien no sirve para predador termina siempre siendo presa. Varias veces escapó solo por puro milagro. Pero cada vez era más difícil. Ya no pasaba inadvertido, ya lo conocían demasiado. Ahora, estaba tan cansado... no valía la pena seguir huyendo. Sabía adónde iba. Sin embargo, caminaba sin rumbo, a tropezones. El peso de las ideas en su cabeza era peor que el de su propio cuerpo. Cruzó la avenida sin mirar con la esperanza de que lo atropellaran. No tuvo suerte. Al otro lado, siempre atravesado en su camino, el lugar de la cita: El muro que rodeaba la bahía, sin poder contener el infecto aroma de sus aguas, caldo bastardo de cuanta química sobrante generaba la monstruosa ciudad. Allí, sentado, esperaría. 99 Secretos del Futuro Las olas, exultantes, abrazaban a las rocas, algunas trataban de alcanzarlo. Había oído decir que de tan contaminadas podían ser corrosivas como ácido, pero no intentó esquivarlas. Devorado por el horizonte, el sol tenía más prisa que nunca en marcharse. Y sin embargo, se sentía a gusto allí. Contaminados o no, eran agua, sol, nubes... Desde largo tiempo atrás, buscaba un lugar así, abrumado por sonidos e imágenes que le eran a la vez extraños y familiares. Trataría de recordar, de remover las piezas del pasado en su mente, aunque no sirviera de nada, tan sólo para levantar el ánimo por última vez. Miraba las olas sin verlas... Veía su rústico hogar, todo madera y piedra, sin las comodidades a las que se acostumbró en los días en que trabajaba. La cena con su familia. Sus hijos pequeños trepando a los árboles, ejercitando los músculos casi desde que nacían. Jugando en el valle, alegres. La mujer amada, bañándose en el río desnuda, confundida con la vegetación. No debió marcharse nunca. En Atlantis había sido feliz. Solo que entonces no lo comprendía .. ¿Fue el aburrimiento, el exceso de vigor juvenil, las ansias no satisfechas? O la curiosidad... De cualquier manera, lo hizo. Y ya no había vuelta atrás. En la Tierra había notado por primera vez que todas las cosas un día empiezam a deteriorarse y acabam rompiéndose. Que sólo eres uno más y tu vida no vale nada. 100 Secretos del Futuro El sol acababa de marcharse, inexorable, y no volvería hasta la próxima mañana. No había fuerza capaz de cambiar eso. La llegada de la noche era tan inevitable como la noche que había caído sobre su propio destino... ****** Con la penumbra, como siempre, los perros callejeros salieron de sus cubiles a buscar alimento entre los escombros. Ver a aquel hombre callado y solo, dormido sobre el muro, les llamó la atención. Al sentir la lengua de uno de ellos en su mano, él giró la cabeza, los miró, y no hizo nada más. Creyó que se marcharían pronto, pero no fue así. Entre lengüetazos y carantoñas, no se decidían a separarse de él. Era un humano, y ellos eran perros. Los ex-mejores amigos del hombre aún recordaban los tiempos de la alianza, antes de que las máquinas los volvieran superfluos e indeseables. Si pudieran hablar, tal vez hasta le preguntarían si tenía hambre, sed, frío. Ellos, lo mismo que él, sobraban en aquella ciudad, en aquel mundo, en aquel tiempo. Pero por más que lo intentara, no podía interpretar ninguno de sus gruñidos. Los más supersticiosos afirmaban que los perros habían sido manipulados genéticamente en los laboratorios militares, que su mordedura era ahora venenosa. Para eliminar a toda la "escoria inmigrante" del bajo mundo, sin comprometer al ejército con la opinión pública. El gobierno, por supuesto, había negado tal afirmación, alegando que las extrañas mutaciones sufridas en los 101 Secretos del Futuro perros callejeros eran producto de la ingestión de desechos tóxicos y la contaminación radioactiva del entorno. Fuera cierto o no, ahora no les temía. Había visto a más de un mendigo fallecer entre espumarajos después de ser mordido por un can. Pero, de todas maneras, él ya estaba a punto de morir. No tendría un entierro decente. Su tumba sería un estercolero, su lápida un latón de basura volcado sobre sus huesos. En vez de flores tendría desperdicios por corona mortuoria, y sólo vendrían a velarlo ellos, los perros. Que mejor compañía para un muerto que una manada de moribundos . En medio de sus reflexiones llegaron los verdugos. No le fue difícil identificarlos, eran los mismos de todos los días de todos los últimos meses. Le pareció que los conocía desde siempre... ya lo habían perseguido hasta en sueños. Como si el terror tirase de ellos por correas invisibles, o intuyendo la golpiza, los perros se marcharon, gimoteando. De un salto se puso en pie, sintiendo que el suelo bajo sí desaparecía, abriéndose en un abismo sin fin. Solo, frente a los ejecutores. Rostros de odio, manos crispadas en cadenas, nudillos blanqueando en los gatillos de armas de energía improvisadas, peligrosas e inseguras, pero letales. Peinados exóticos, tatuajes tribales, las máscaras de la guerra. Le sonreían, como disfrutando de antemano. No tenía ninguna posibilidad contra tantos. De pronto, comprendió el temor que estaba detrás de todo su odio. El era... 102 Secretos del Futuro diferente. Extraño. Ajeno. Los miró con otros ojos y descubrió las semejanzas que los unían. Casi sintió pena por ellos. También eran víctimas. Quiso hablar, explicarles. Y descubrió que ya no tenía palabras. Su cuerpo vibraba, como queriendo hacer algo... No hizo nada. Y luego fueron los golpes, los insultos, los gruñidos... Al menos acabaron rápido. O no tanto. Fueron lo bastante crueles como para dejarlo vivo. ****** Pronto amanecería... Hacía horas que estaba tirado en el suelo y la muerte no llegaba. Cerró los ojos para verla venir desde su interior. Solo vió un gigantesco árbol del que caían lentamente las hojas, para al tocar el suelo convertirse en sangre. Entre nubes de dolor, su cabeza deshilachaba memorias de remotas travesías... Tierras áridas sembradas de animales muertos y árboles caídos. La figura de un antepasado de melena y barba blanca, tendido en tierra por la fatiga del largo peregrinaje. Una tormenta extraña sacudió al hombre naciendo desde su piel lacerada. El contacto de otra piel lo hizo temblar. Con un reflejo de protección incontrolado y fuera de lugar, aulló como una fiera, tiró un débil manotazo al aire, y por fin abrió los ojos. 103 Secretos del Futuro Inclinada sobre él, una mujer lo observaba, como se mira a un animal herido de muerte y abandonado por la manada en fuga. Por las ropas parecía una prostituta. Claro que a aquella hora y en aquel lugar todas lo parecían... y probablemente lo fueran. No le gustó ver que lloraba, no quería que sintieran lástima por él, era tarde para tratar de salvarlo. Harías mejor marchándote... pensó, pero no se lo dijo. -¡Dios mío, no estás muerto! Voy a buscar ayuda... - No -sonrió él con tristeza, y la sangre se mezcló con su sonrisa -ya no vale la pena... -Pero... así vas a morir, podrías salvarte-insistió ella -Deja que... - No, mejor dame un cigarro -dijo él, llenándose aún más de sangre. -No me atrevo a dártelo& en tu estado podría matarte. -¿Qué importa ya? Soy un condenado a muerte, tengo derecho a un último deseo. -Yo también soy una condenada a muerte -dijo ella, tratando de secarse con las manos unas lágrimas que empezaban a correrle por las sucias mejillas. -¿Qué quieres decir? -preguntó él. -Tengo una enfermedad incurable. No sé si me quedan días, o horas... -Entonces, ¿vas a compartir un cigarro conmigo o no? 104 Secretos del Futuro A ella sólo le quedaba uno, y se lo dio. -Sólo eso quieres... un cigarro. -No hay tiempo para más. -¿Ni para mi último deseo? Ambos se miraron. Y tal vez si hubieran podido sonreír de veras lo habrían hecho. -No creo que debas... ¿Sabes? Yo... no soy terrestre... -Basta conque seas humano. Aunque, realmente, ¿alguien lo es todavía? Por un instante, hubo calma. La noche moría. Sólo ecos murmurantes de voces extrañas llegaban de todas partes. Antes de que se diera cuenta, ella estaba acostada a su lado. Y era tibia, palpitante, suave, acogedora. Sangre y lágrimas se mezclaron en un abrazo. Ambos desearon que la muerte, por esta vez, tuviese paciencia. Al menos hasta el amanecer. Al rato, los perros regresaron, y aullaron largamente hasta que los cuerpos dejaron de moverse. Los que los encontraron, al alba, por varios días comentaron lo extraño del hecho. El hambre y los colmillos caninos los habían respetado, misteriosamente... 105 Secretos del Futuro ANIMALITOS Por Eduardo del Llano Rodríguez Eduardo del Llano (Moscú, 1962). Licenciado en Historia del Arte en la Universidad de la Habana en 1985. Además de humorista y guionista (Alicia en el pueblo de las Marravillas, Klaines Tropicana entre otros), es también narrador. Entre sus obras más conocidas tenemos. Criminales (cuentos de cienciaficción) editorial Abril, 1994. Obstáculo (novela) editorial Letras Cubanas, 1997. Los viajes de Nicanor (cuento) editorial Extramuros, la Habana, 2000. ....... - Yo inventé el Regulador -dijo el hombre que bebía a mi derecha- las mujeres no tienen como pagármelo. Asentí con cautela. A mi esposa la habían invitado a aquella fiesta en el piso veintidós de un rascacielos. Descontándola a ella, no conocía a nadie. Cuando empecé a aburrirme, salí al balcón, y aquel tipo se puso comunicativo. - El coficiente de inteligencia de las mujeres se mueve en un rango que va de los nemátodos a los condrictios -afirmó el inventor, ferozmente- bueno, ya sé lo que va a decirme. Sí, las hay geniales, que podrían discutir de tú a tú con los peces. Sólo que los peces llevan ventaja, porque son mudos. 106 Secretos del Futuro Mantuve un silencio nervioso. La inteligencia es la única arista femenina de la que usualmente los varones no hablan en público. - Muchos hombres opinan que las más tontas son las rubias espectaculares -continuó el misógino- ya sabe, las actrices mejicanas, las mujeres de los presidentes, Marilyn Monroe. ¿A que sí? - Mi mujer es rubia -dije. - Eso, ¿ve lo que le digo? Pues se equivoca. Las feministas radicales con sandalias, ahí sí hay. Esas son como los socialistas utópicos, creen que los hombres son machistas porque nadie les ha explicado que las mujeres son sus iguales. Para mí, a esas mujeres habría que fusilarlas, de la primera a la última. Las rubias, en cambio, tienen cierto grado de inteligencia, deben ingeniárselas para que los hombres no les miren las tetas todo el tiempo, sino sólo cuando ellas quieren. Porque nosotros, macho, somos conscientes de nuestro cuerpo únicamente cuando nos excitamos, pero las mujeres son objetos sexuales desde que se levantan hasta que se acuestan. Se tambaleó y lo sostuve. - Me llamo Rodríguez -dijo, extendiéndome una mano jabonosa- trabajo en biotecnología. Soy un hombre sensible, altruista, culto. Y además, soy un traidor, un miserable, un idiota y un genio. Por eso inventé el Regulador. 107 Secretos del Futuro Estudié la posibilidad de entrar a la sala, pero estaban poniendo a Enrique Iglesias. - No he oído hablar del Regulador -dije- lo siento. Soy clarinetista. Me llamo Nicanor. - Clarinetista. Esa sí es una profesión con perspectiva. O poeta, mire. No sabe cuánto lo envidio. ¿Cómo cayó en esta fiesta de científicos? ¿Su esposa? Asentí. - Cuando clonaron a Dolly, mi vida cobró sentido -evocó el genio- desde entonces he hecho vacunas. Hace una semana puse a punto el Regulador. -¿De qué se trata? -¡Pero si llevo un rato hablándole de eso! De las mujeres. De las doradas manzanas del eterno deseo. Una lágrima corrió por su mejilla. Pasó un muchacho con una bandeja. Tomé un mojito. Cuando ya se iba, lo halé por un brazo y tomé otro. - Imagínese una rubia culona. ¿Le parece que su vida es fácil? Sí, claro, puede obtener cosas. Pero está condenada a que todos la miren. A que todos los hombres y más de la mitad de las mujeres quieran poseerla. A caminar con miedo por las calles alejadas del centro, a no salir sola después de las seis. Las tetas y el culo serán su mundo. Y cuando pase de los treinta, su mundo se vendrá abajo. 108 Secretos del Futuro "Ahora piense en el caso contrario. Una flaca sin gracia, de pecho y trasero lisos. Aunque tuviera el coeficiente de inteligencia de un reptil, y eso ya sería demasiado, nadie la deseará, nadie la escuchará, nadie se lo pondrá fácil. La rubia del primer ejemplo se llevará los empleos que le tocaban a ella. Se hará feminista, se pondrá sandalias, se vestirá como un hombre. "Un hombre feo puede resultar atractivo; a una mujer fea sólo la leerán. ¿Ha visto esos multimuebles a base de módulos? Bueno, a las féminas se aplica el mismo principio: basta reordenar un poquito los volúmenes, y tienes una nueva. Y es que las mujeres, desde que nacen, integran un sistema de castas. Nosotros, desde la cima de la evolución, las medimos, las evaluamos, les otorgamos un rol. De la Venus de Brassempuy a Kylie Minogue, han sabido perfectamente lo que se espera de ellas. "El Regulador cambiará todo. Es un chip. Bueno, el equivalente biológico de un chip. En esencia, es un dispositivo que se instala bajo la piel, digamos detrás de la oreja. Y ahí tiene usted a una hembra dueña de su destino. "El Regulador potencia la voluntad de la mujer, y sólo de la mujer, otorgándole un control total e instantáneo sobre su propio ADN. En otros términos, le permite hacer crecer sus nalgas y sus pechos cuando quiere ser deseada, o casi anularlos cuando necesita pasar inadvertida. Puede regular su atractivo, su sex appeal; puede reformular su cuerpo como una lagartija con miedo escénico. 109 Secretos del Futuro "Decidí probar el Regulador con la mujer que tenía más a mano. Sabe, con la iluminación apropiada, mi esposa resultaba indistinguible de ciertas variedades de cactus. No me tomó mucho esfuerzo convencerla: le instalé el chip hace cinco días. Mírela ahora". Señaló hacia la fiesta. Distinguí a una morena sinuosa, rodeada de hombres encendidos. A su lado, Anita Ekberg parecería Madre Teresa de Calcuta. - Anteayer firmó un contrato. Debutará en algo que se llamará El hidropónico del diablo. "¿Se da cuenta de lo que he hecho? Hasta ahora, sólo algunas femmes fatales volvían locos a los hombres. En lo adelante, cada mujer podrá ser todas las castas a la vez: la seductora, la castradora, la madre, la andrógina... El multimueble será capaz de rearmarse a voluntad. Por Dios, yo me reía de aquellas películas con moraleja, ya sabe, hay fronteras que el conocimiento humano no debe cruzar... Cuando los cirujanos plásticos lo sepan, pondrán precio a mi cabeza. Y me lo merezco, por poner mi ciencia al servicio del mal. - Exagera. - No exagero. A menos que haga algo para impedirlo, este puede ser el fin de la civilización. - Siempre le queda destruír su invento. Quemar los planos y los apuntes. 110 Secretos del Futuro - Demasiado tarde. La vanidad me mantuvo ciego los primeros días, y entretanto mi mujer se los pasó por correo electrónico a un montón de amigas. ¿Sabe cuántas mujeres trabajan en centros de biotecnología o tienen amantes con acceso al material apropiado? ¿Sabe cuán irresistible puede resultar una mujer armada con el chip? - Lo creo -concedí, mirando a su esposa. - Entonces construí un Neutralizador. Lo probé anoche. No era algo agradable de observar, eso puedo asegurárselo. Apenas lo puse en marcha, una teta de mi esposa creció medio metro en tanto la otra se le hundía en el pecho, las nalgas se le derramaron por el piso, sus olores privados iniciaron un ataque químico. Sin embargo, pronto el pánico remitió, y sus formas se estabilizaron. Simplemente se adaptó a un medio hostil, como los insectos y los lagartos. Entonces hizo que varios de sus amantes me dieran una paliza. "¿Cree que me acompañó a esta fiesta para divertirme? Lo hizo para mantenerme vigilado. Ella, o sus amigos, no me quitan un ojo de encima. Usted mismo, ¿cómo puedo saber que no es un pretendiente de esa zorra? - Soy un hombre de familia -dije. Asintió con melancolía, y se lanzó por el balcón. No grité. En todo caso, habrá gemido. No me atreví a mirar abajo. Un hombre que cae de un piso veintidós puede presentarse según diversas recetas, que van desde el aporreado de ternera a la 111 Secretos del Futuro kasha rusa. Lo cierto es que no son muchas las posibilidades de que se levante, se sacuda el polvo y diga algo como "me duele un poquito la rodilla". Volvió a pasar el muchacho con la bandeja. Pesqué otros dos mojitos. Luego me fui a un rincón. Allí me encontró mi esposa, medio borracho, media hora más tarde. -¿Te diviertes? Dije que sí. Y que no comprendía nada, salvo que la amaba, y que a mis ojos no había mujer más bella e inteligente en el mundo. - Eres un buen hombre -evaluó, mirándome con ternura- no te quiero mejor. Y con un dedito me acarició, orgullosa, detrás de la oreja. 112 Secretos del Futuro SOBRE LA EXTRAÑA MUERTE DE MATEO HABBA. Por Fabricio Glez. Neira Con perenne sonrisa (irónica dicen algunos) y su inseparable paraguas negro, Fabricio González Neira (La Habana, 1973) recorre los pasillos de la Universidad de La Habana (donde se graduó en la carrera de letras) para recordarnos que Borges y Chesterton están vivos. Cuentos de su autoria han aparecido en las siguientes antologías: Reino Eterno (Letras Cubanas, La Habana, 1999), Horizontes Probables (Lectorum, México, 2000) y Artifex III (Gigamesh, España, 2002). Sobre la extraña muerte de Mateo de Habba... si es CIBERPUNK o no, no me toca a mi discutirlo. Se ha convertido en un tópico comenzar cualquier definición diciendo que el creador del término fue William Gibson en Neuromante (de hecho la palabra no aparece en esta novela). No es cierto. El término y el concepto aparecen por primera vez en un relato corto del mismo autor: Quemando Cromo. Según la Enciclopedia Británica, la literatura ciberpunk trata en general sobre personajes marginales (con cierto toque de novela negra) que se desenvuelven en entornos altamente tecnológicos. Fabricio González nos enseñará a no confiar en todo lo que nos dice la Enciclopedia Británica. ....... 113 Secretos del Futuro Para J.L.B. El deceso de Mateo Habba ha de perdurar rodeado de misterio mientras vivan aquellos que lo conocieron, después, ese misterio se perderá entre las millones de muertes anónimas, acaso igual de misteriosas, que han sido alguna vez en el mundo porque Mateo no frecuentó el hábito de la fama. Trabajaba en una nueva traducción de Las mil y una noches cuando murió. Ese trabajo, que ha quedado inconcluso, quizá hubiera podido depararle algún renombre en el minúsculo círculo de personas que se dedican a estudiar los antiguos manuscritos árabes. De cualquier forma, la muerte lo sorprendió antes de que consiguiese llevar a cabo la tarea que se había propuesto. Mi intención al escribir estas páginas es exorcizar la aprensión que me produce el recuerdo del deceso de Habba. No creo que a sus otros amigos, si existen, les interese averiguar qué ocurrió en realidad. Paso mis ideas al papel tal vez guiado por el impulso de confirmar que son irracionales, tal vez por el deseo de creer en ellas, aunque estoy seguro de que, como diría Mateo, Alá sabe más. Preciso es para entender el posible porqué de su muerte conocer al hombre que fue en vida Mateo Habba. Podría decir de él que amaba el café, el carnero asado, la poesía de Umar al-Khayyami y las mujeres de nalgas rotundas. También detestaba la carne de cerdo, el catolicismo, el destino servil de los pueblos árabes bajo el dominio israelita y la soledad, aunque rara vez abandonase su 114 Secretos del Futuro apartamento y tuviera muy escasas amistades. Sin embargo, esta suma de rasgos, la mayoría de ellos decididamente banales, no lo definen, pienso que hay dos cosas más importantes cuyo conocimiento es imprescindible para entenderlo: Mateo era musulmán y hacker. Algunos verán en esto último una contradicción, les parecerá imposible que alguien se dedique con total y absoluta abnegación al culto de las computadoras y se entregue a Dios con una fe igualmente absoluta y total. Otros alegarán que ningún hombre de religiosidad profunda y sincera aceptará vivir de una profesión que es sólo una versión sofisticada del robo. Dejo la solución de tales enigmas a aquellos que alcancen a interrogar al creador del universo, sea cual sea su nombre, no obstante, por contradictorio que resulte la verdad es que en ningún submundo son tan abundantes las supersticiones como entre los hackers. Conocí a Mateo en uno de esos raros momentos de mi vida en lo que todo ha marchado aceptablemente bien: seis años atrás, había terminado la universidad graduándome en lengua y literatura inglesa, una especialidad poco apreciada en el mercado de trabajo de las megacorporaciones, y si durante dos años conseguí ejercer como profesor en Glasgow, pronto me hallé sin empleo y tuve que emigrar a los Estados Unidos. En América tampoco encontré trabajo y me fue bastante mal hasta que un amigo me hizo entrar en la red de traficantes de 115 Secretos del Futuro software ilegales. No sabía nada de programación, pero resultó que tenía talento para vender e intuición para reconocer lo que podría valer la pena. Un año más tarde, ya me había instalado por mi cuenta y el dinero depositado en mi tarjeta inteligente me bastaba para llevar una vida cómoda sin llamar la atención de la ley. Fue entonces cuando me presentaron a Mateo; éste era un mocetón fornido, de rasgos severos y graves, mezcla de sus antepasados árabes e hispánicos. Mientras conversábamos, se mostró interesado en un producto que yo ofertaba y me dio la dirección de su casa para que lo visitase, lo que hice unos días después. No es mi propósito narrar las incidencias que desembocaron en una amistad entre nosotros; amistad que siempre consideré extraña porque los hackers, por algún desconocido motivo, desprecian a aquellos que les venden los programas que usan para su trabajo y sin los cuales bien poco podrían hacer. Tal vez, la razón de su afecto hacia mí fuera nuestro común respeto por toda la poesía y la literatura, y, más aún, el amor que ambos sentíamos por el Rubaiyat de Edward Fitzgerald. Por mi parte, diré que me atraían de él los rasgos contradictorios de su carácter, la sana ingenuidad que le permitía maravillarse con los antiguos cuentos árabes y su secreto afán de encontrar a Dios. Claro que Mateo no era ni un iluminado ni un asceta. Era un hombre como cualquier otro, si eso significa algo, poco expresivo pero de sentimientos firmes y amante de los placeres. No se 116 Secretos del Futuro consentía, como otros hackers, embrutecer su cuerpo dejándolo engordar en exceso o cultivando una delgadez enfermiza, tenía suficiente sentido común para no dejarse arrastrar por la mística de su profesión en cuanto a sí mismo se trataba, pero su propia religiosidad le hizo caer en la trampa filosófica que encierra el ciberespacio y esto fue, en cierta forma, su perdición. Casi todos los intentos de definir filosóficamente al ciberespacio eran anteriores a la propia existencia de éste: la gente había previsto que la creciente complejidad de los ordenadores llevaría a la creación de ese universo virtual y trataron de descubrir sus leyes desde afuera. Cientos de tesis y sus refutaciones se escribieron antes de que el primer hacker pudiese viajar a través de las redes. Naturalmente, desconozco la mayoría de ellas por lo que me limitaré a resumir aquí las interrogantes de mayor importancia según las enumeró Mateo en una madrugada pródiga en café y poesía. Transcribo sus palabras tal como las recuerdo. >>... Uno de los problemas clásicos es la situación del ciberespacio. Tú conoces lo suficiente sobre ordenadores como para saber que no está dentro de ellos y mucho menos en el interior de un chip. Tampoco se haya en los satélites de comunicación o en las redes; quizás en el hombre, pero, de ser así, nunca podremos encontrarlo porque las búsquedas en nosotros mismos sólo nos han conducido de un enigma a otro más complejo. Sabes también que horas en la matriz pueden significar minutos de tiempo real, y este 117 Secretos del Futuro comportamiento relativista del tiempo, que algunos justifican con la hipótesis aún no comprobada de que al entrar al cíber uno se acelera hasta la velocidad de acción de los ordenadores, ha resultado tan inexplicable como imposible de soslayar<< >>Cuál es el papel del hombre en el universo es algo que han tratado de desentrañar inútilmente filósofos y teólogos por igual. Qué es el hombre en el ciberespacio es todavía más difícil de responder. Algunos sugieren que un dios, otros aseveran que continúa siendo un hombre y unos terceros plantean que se transforma en algo nuevo que no alcanzamos a definir todavía. También los inquieta lo siguiente: imagina que un hacker muere en el cíber, ¿será esa muerte instantánea o transcurrirá un indeterminado período de tiempo antes de que afecte al espíritu- o intelecto, poco importa el nombre- la cesación de los procesos vitales? La respuesta de esa pregunta podría poner fin a la disputa que hace siglos sostienen idealistas y materialistas. Por último, resta LA interrogante: hasta qué punto es virtual, o mejor, real, el ciberespacio. Muchos han negado la objetividad de nuestro universo proponiendo otros menos inciertos o, acaso, más ordenados, aunque no por eso más verosímiles; nadie ha sostenido la posibilidad de que este recién descubierto mundo sea real, pero, creo, eso es sólo una cuestión de tiempo. Por lo pronto, la duda ya existe<< Cuando Mateo terminó su apasionada exposición, me apresuré a inquirir qué sentido tenía todo aquello. No reparó en mi 118 Secretos del Futuro pregunta. Me dijo que creía haber encontrado respuesta a algunas de estas interrogantes y procedió a hacerme partícipe de sus ideas. La misión del hombre en la vida, me confesó, es alcanzar la Gracia de Dios, sea por sus buenas accionas o por el descubrimiento del rostro divino. Ese rostro está a la vista de todos en nuestro universo, no hay una forma mejor que otra de buscarlo: se le puede hallar en los párrafos de un libro y en los ojos de una mujer, en el desvarío de los locos y en la prédica de los sabios, en el arrebato místico de los profetas y en el frío escepticismo de sus detractores, en el vino que reposa en el fondo de las copas y en el que alegra nuestra embriaguez. No obstante, su propia evidencia lo ha vuelto invisible para nosotros, acostumbrados a mirar en la niebla del misterio y a sufrir las angustias de una búsqueda desesperada. Por eso, Dios nos dio la posibilidad de crear otro universo en el que Su rostro estaría tan escondido y recóndito que nuestra propia naturaleza colaboraría en el intento y éste se volvería posible cumpliéndose así Su voluntad. El problema del tiempo era una clara demostración para él de su razonamiento. La solución, según me dijo, estaba en una antigua historia árabe que contaba como el Profeta había sido arrebatado hacia el cielo por Burak, cabalgadura celestial cuyo nombre quiere decir resplandeciente. En el cielo, el Profeta había conversado con los ángeles del Señor e incluso compareció ante Su presencia. Al regresar a la tierra, pudo recoger un cántaro que había derribado 119 Secretos del Futuro Burak al partir sin que se derramara una gota del agua que contenía. Evidentemente, razonaba el cronista, el tiempo de Dios no era el de los hombres. Esto nos llevaba, me dijo Mateo, a la situación del ciberespacio. Para él, al menos, resultaba claro que el cíber se encontraba contenido en Dios. Y luego añadió: >>Como es posible que suceda con nuestro propio mundo<< Esta última aseveración me pareció lo más detestable de su teoría. Si Él accedió a que creásemos otro universo para encontrar Su rostro, le pregunté, qué impide que el nuestro haya sido creado por otros hombres con el mismo propósito y así infinitamente. Las objeciones que le hice desviaron el tema y la discusión siguió otro curso. Nunca volvimos a hablar sobre esto Mateo y yo, aunque sí de otras cosas parecidas por lo que nunca olvidé su peculiar obsesión. Aproximadamente un año después de tener esta conversación, él reunió bastante dinero para retirarse y lo hizo, yo, que no compartía su suerte, continué trabajando e incluso me vi obligado a asociarme con otros tres amigos. Unas semanas antes de su muerte, tuve que viajar a un país de Asia por un encargo especial. Cuando regresé, me lo contaron todo. Lo encontraron ya comenzado el proceso de putrefacción en su apartamento, con los trodos sobre la frente. No mostraba señales de violencia ni había muerto de hambre o deshidratación porque el suero puesto en su vena no estaba siquiera mediado. Los resultados 120 Secretos del Futuro de la autopsia no revelaron qué pudo causarle la muerte, y la policía, que investigó con cierto interés, no descubrió nada. Sin embargo, entre los que hallaron el cuerpo de Mateo, estaba un párroco que aseguró que su cara tenía una expresión de tan exaltada beatitud, de tan inhumano éxtasis, que le fue muy difícil contemplársela. Los demás hombres que acompañaban al religioso reconocieron que, por alguna extraña razón, les resultó imposible mirar el rostro del muerto. Cinco años han pasado desde entonces. Una serie de sucesos, que me ha sido imposible ignorar tildándolos de coincidencias, han venido a sumarse a estos hechos dejando entrever una solución fantástica y terrible. Los refiero en el orden en que acuden a mi mente, no en el que han tenido lugar, pues muchas veces la memoria, al dar prioridad a un recuerdo sobre otro, revela la dimensión oculta de las cosas. Primero, fue el recrudecimiento de la fe entre los mahometanos, observable en el aumento del número de peregrinos que visitaban la Meca y en un regreso a las formas más antiguas del culto. Como única causa de este renacimiento religioso se mencionaba la exhibición de la cabeza de un musulmán americano cuyo rostro ningún hombre impuro conseguía mirar. Después, corrió el rumor de un súbito interés por el fundamentalismo islámico entre los hackers, cosa curiosa porque, aunque supersticiosos, las religiones nunca han gozado de aprecio entre los piratas 121 Secretos del Futuro informáticos. Algunos trataron de averiguar que había detrás de todo eso, y pronto la gente comenzó a hablar de una búsqueda de éxito difícil, cuando no imposible, en el ciberespacio relacionada de algún modo con cierto cráneo que era objeto de veneración en el santuario de Alá. Consecuencia directa de todo eso, fue la aparición de un centenar de artículos y reportajes sobre esta cabeza de rostro insoportable. Dos cosas me asustaron: una, los trabajos más inteligentes resultaban terriblemente vagos, acaso balbuceos de teóricos enfrentados a un misterio que los sobrepasaba; la otra, es el hecho de que nadie mencionase la técnica utilizada para conservar la carne de ese rostro de la inevitable corrupción. Algo aún más inquietante quiero dejar registrado en estas páginas antes de terminar, es lo siguiente: creo haber consultado todas, o casi todas, las publicaciones que aparecieron sobre el tema y en ninguna hallé una fotografía de esa cara increíble, a pesar de que no faltaban aquellas en las que se veía una multitud entregada a las extravagancias del fanatismo. Ahora pienso, y la idea me aterra, que esa foto tal vez se encuentre en alguna de las tantas revistas que leí, invisible en su evidencia, indescifrable por la claridad con que expresa su mensaje, imposible por su descubierta realidad. Como consuelo me queda la incierta esperanza, subterfugio último que oponen a la vez mi escepticismo y mi cordura, de no haber mirado bien. 122 Secretos del Futuro Palabras Por Ricardo Acevedo Esplugas Ricardo Acevedo Esplugas (La Habana 1969), decidió un día que en literatura menos es más, y desde entonces nadie le ha visto poner más de tres cuartillas juntas bajo un solo título. Tanto le interesa a Acevedo el cuento corto o ultracorto, que hace su propio boletín de relatos y poemas de extensión mínima. Se llama miNatura, tiene cuatro pliegos, y cada vez es más difícil conseguirse uno, incluso en la Biblioteca Nacional, donde lo distribuyen. Curiosamente, lo que Ricardo ha publicado, tanto en Cuba como en el extranjero, es poesía. Así, con la misma bandera que llevaron Augusto Monterroso y Luis Britto García, se enfrenta Acevedo al famoso problema de la hoja en blanco. Y en menos de cien líneas él pone sólo lo justo y preciso. El cuento ultracorto sale como una carrera de motos de una sola vuelta, rápida y calculada al milímetro, pues todo error es caro e irreparable, y las curvas deben ser perfectas. Pero Acevedo acepta el riesgo porque esa es su distancia. Lo otro que le gusta a Acevedo es dar clases de Construcción Civil, allá en el Palacio de Pioneros Ernesto Guevara, a sus niños. Que lo adoran. “Palabras” es escueto ya de inicio. Con la mayor economía de medios, ajustando cada oración y sin desperdicio alguno, este 123 Secretos del Futuro cuento explora precisamente el valor de las palabras. Esos signos que son el esqueleto de la cultura, y a los que un día se llevarán al pasado los vientos del cambio, sean brisa o huracán, soplen de adentro o de afuera. ······· A Carmen R. Signes - “Mighty Tom a Control de Tierra. ¿Me escuchan?” Tierra... Creo que ya no usan ese nombre. Ni taxi, pirámide o Ghandi. Todo comenzó con el Contacto. ¡Sí! El ansiado contacto con una cultura extraterrestre: superior en todos los sentidos a nosotros. El hermano mayor que corregiría nuestros errores. Llegó el día y escucharon la voz (que nunca olvidaré...) Los lideres y barítonos mundiales se suicidaron en masa. Los primeros por ser incapaces de concebir el discurso respuesta; los otros, por no tener los órganos idóneos. ... Y vieron su imagen, y eran inimitables: huelga de modelos Playboy. Los militares capitularon al sospechar, sólo al sospechar, los fabulosos medios de combate que se insinuaban tras la sugerente figura de la nave nodriza. Los artistas más prácticos comenzaron a imitar: ¡Salvación! ¡Aleluya! Los Rollos del Mar Muerto y Picasso fueron sustituidos según los nuevos cánones estéticos; le siguieron Brasilia y el Taj Mahal. 124 Secretos del Futuro Logré escapar tomando el último empleo de astronauta (“¿Para qué conquistar el cosmos si ya nuestros hermanos de raciocinio lo habían logrado?” era el slogan de moda.) Compré pinceles y tinta imborrable antes de que fueran considerados obsoletos y me atrincheré en el “Mighty Tom”. Durante dos años llené sus paredes con palabras que intentarían recordar a toda la Tierra (¿Cómo coño se dice “hola” en swahili?). ... los más irreductibles se refugiaron tras la cultura de la Mass Media. Pero al final MacDonald, Warhole, Barbie y Elvis fueron saboteados por la alucinógena manifestación alienígena, cuya cultura pop era la base de su ADN. Él círculo rojo sobre fondo blanco también cayó. Sayonara: Origami, manga, bushido, ceremonia del té... Las nubes de spray caen como escarcha sobre el casco de la diminuta estación orbital, tatuada desde el generador: samovar, Pinochet, Nínive; hasta los minúsculos accesorios que revolotean nerviosos por los pasillos: fuego griego, Ho Chi Min, Guanabacoa... Millones de signos fueron devorados en fracciones de nanosegundos en la hoguera sangrante de las civilizaciones. Adiós Auschwitz, marcas tribales, milongas, Bradbury, Chanel No. 5, Bela Lugosi, Monte Athos... Estoy frente al último resquicio en blanco y no sé lo que voy a escribir... 125 Secretos del Futuro El Centinela Por Erick Jorge Mota Pérez El Golpe. Así con mayúscula. Consiste más o menos en lo mismo que “candela al jarro hasta que suelte el fondo”, o el castizo “no andarse con chiquitas”. Las medias tintas son ninguna tinta para Erick Jorge Mota Pérez (La Habana 1975) hiperquinético y extrovertido, dice lo que piensa, siente lo que piensa, y le pone el máximo a todo lo que hace. En este cuento veremos una buena versión de lo que es el Golpe, por el tipo de personaje de quien más lo esperaríamos. Según el mismo Erick el cuento surgió en medio de una de las interminables guardias del Servicio Militar. Pero es el caso de que el centinela de esta historia, necesita para proteger su pasillo una mano más dura que la de Aníbal el Cartaginés con sus elefantes. Si no, le caen los terroristas encima. Pero no abandona. Sería traicionar al Golpe. ······· Quis custodiet ipsos custodes?1 1 Juego de palabras en latín que literalmente dice: ¿Quién vigilará a los guardias? O más propiamente ¿Quién custodia a los custodios? 126 Secretos del Futuro Custodio y defiendo el acceso 37 al servidor de Fantasías Latinas, Sección Experimental. O tal vez debo decir: Centinela que vigila el pasillo que nadie usa para llegar al corazón del prostíbulo cibernético, a tiempo real, más grande de la Red Global. De cualquier manera, me da igual, no me van a relevar hasta las tres de la madrugada; 0800 horas, como diría el jefe de seguridad, que insiste en usar el tiempo Zulú cual si el relevo trajera consigo un desayuno frugal. El pasillo que será mi universo durante las próximas tres horas está totalmente pintado de blanco, con luces de plástico luminiscente y sin cámaras de seguridad. Un pasillo más, idéntico a cualquiera de los 5 000 existentes en la torre de Kuoma Foundation. Sí, es esa misma que están pensando. La corporación que junto a Yakatomi y Xian Sun Inc. compró la alcaldía de Bangkok hará como cinco años. Desde entonces dominan la política exterior y la economía de nuestra ciudad. Incorporándonos definitivamente al Imperio Corporativo de Asia Central. Un trabajo bueno, eso lo sé. Bien pagado, me consta. Duro, los del equipo de mantenimiento en las plantas de energía de Phnom Penh pasan más trabajo. Peligroso, las tropas antimotines de los suburbios se arriesgan más por menos dinero. Nada de qué quejarme, 127 Secretos del Futuro mentira. Ello sólo significa que podría quejarme más, cuando lo único que debo hacer es dejar pasar el tiempo sin moverme de este pasillo. Se abre la puerta del elevador y aparece el primer tonto de la noche. Traje bonito, espejuelos, aire distraído de programador consagrado a su trabajo; tras descubrir que su mujer le era infiel con putas masoquistas de a tres yens la hora. Pero no, está pelado como quien quiere llegar a su trabajo por la mañana y no aparecer en el chiste de la lista de correos del día; además, está bien afeitado. Conozco este tipo de turista accidental, tiene el tic nervioso del que ha tomado farandulina más de una vez y se divierte metiéndose donde no debe, mirándolo todo, a ver si pilla a la hija del jefe en algún coito anal y asegurar un aumento. En efecto, tenemos a todo un perdedor caminando por mi pasillo. Me dispongo a interceptarlo, con una mano le toco el pecho y lo detengo. El muy cretino intenta seguir y lo empujo contra la pared. — ¡¿Qué?! ¿Qué está pasando? Ya había olvidado que estoy clockeado2, o debo acaso decir cubierto. Sonaría mejor: en Modo Oculto, como llama el jefe de seguridad a lo que la gente normal conoce como invisibilidad por medios termo-ópticos, o fotorreplicativos. —El acceso aquí es limitado —digo— Pero si se identifica... 2 Espanglish: Del ingles Cloack —cubierto— Forma de llamar a alguien bajo un camuflaje fotoreplicador activado. 128 Secretos del Futuro —Yo... sólo busco el baño —dice el tonto. —Justo a su derecha. Y tomándolo por los hombros lo metí en el baño. ¿Lo ven? Todo un perdedor. Creo que había olvidado decirles que también hay un baño en el pasillo. Diez minutos y el tonto no sale. Demasiado tiempo para una droga sofisticada o una comida pesada. Abro la puerta y entro sigilosamente, por muy guardia de seguridad que uno sea debe respetar la privacidad de la gente, ¿o no? Debo reconocer que en estos pisos de la torre los baños tienen un lujo poco usual. Agua corriente, no salobre, con grifos que recuerdan un cuadro postmodernista del siglo XX, y espejos por todos lados. Avanzo con lentitud, nunca imaginé que este baño pudiera ser tan largo. De repente comienza a caer agua por todos lados. ¡A quién se le ocurre instalar un sistema anti-incendios en un baño, donde lo que más hay es agua! Estos diseñadores... El hecho es que ahora estoy totalmente empapado y con el camuflaje termo óptico inutilizado. Me miro en el espejo y parezco una silueta de gelatina transparente que se mueve. También veo al tonto que se acerca por detrás y se agacha. Me toma por la rodilla y el pie con ambas manos y me derriba. ¡Este tonto es rapidísimo! Luego toma uno de los grifos y me golpea la cabeza justo donde el casco no protege la nuca. Regularmente estos golpes desmayan, más si después de propinártelo te aplican una llave de estrangulación para 129 Secretos del Futuro garantizar la poca entrada de aire al cerebro. ¡Este tipo no es tan tonto, se está comportando como un profesional! Un agente de seguridad previsible, con elevada autoestima y padre de familia, se hubiera desmayado como Dios manda. Pero no yo, nací en un barrio muy malo del subsector sur de Centro Habana. Para bañarse con agua limpia había que ganar una pelea contra tres chicos más grandes que uno, y si perdía tenía que enfrentarme a mamá y sus exigencias sobre la limpieza. Así que yo no tengo autoestima, ni familia, soy imprevisible y a mí nadie me coge por el cuello. ¡Mataré a este tipo! Un espejo roto y el turista convulsionando en el piso. La sangre no sé bien si es de él o mía, aún no me he declokeado3, quiero decir... Un momento, estoy oyendo pasos en el pasillo. Corro a abrir la puerta y veo a cuatro tipos con overoles de limpieza y subametralladoras Kalasnikov. Siempre he sabido que las plagas son un problema en las ciudades superpobladas como ésta, pero las cucarachas de Kouma Fundation no son tan grandes. Salgo, pero creo que mi camuflaje no funciona muy bien aún. —¡Pedro Antonio, ya te pusiste el termo óptico!—dice uno mientras me mira—Creo que disfrutas demasiado la invisibilidad, deberías ver un psicólogo. Pedro Antonio, ese es nombre de terrorista. Sí, ya sé que me confundieron y eso me da unos minutos de ventaja, pero... ¡Pedro 130 Secretos del Futuro Antonio! Ese puede ser el nombre de cualquier terrorista malvado de por allá, por Mexifornia, donde lo mismo secuestran el tanque de último modelo de un ejército privado, que le quitan la micro Uzi a una viejita. Creo que estoy en problemas, analicemos la situación con calma. Los intrusos se dirigen al cuarto del servidor y no han reparado más en mi persona, por lo que tengo la oportunidad de averiguar qué van a hacer y así dar tiempo para que el camuflaje se me seque, porque no creo tener calibre para combatir una Kalasnikov, mucho menos cuatro. Parece mentira que después de tantas indicaciones sobre no moverse en determinados puntos, pues se cae en el rango de las armas robots, o los 102 cuidados para no disparar las alarmas y la intriga con la clave de la puerta, ahora lleguen cuatro tipos caminando como si fuera su casa, destrocen alegremente todas las alarmas y violenten la clave de acceso en menos de cinco minutos. Y lo peor de todo es que el tan mentado código de acceso era R3CORD4R; qué cosa más estúpida, ¡yo podría ser jefe de seguridad! Fantasías Latinas tiene sus computadoras centrales de servicio al público en este local, al igual que su "biblioteca" de autómatas inteligentes, que es lo más parecido a una Inteligencia Artificial conectada a una red interactiva pero que además de recordar, puede aprender. Para que lo entiendan todos, imagínense una IA con 300 3 Espanglish. Literalmente Modo Oculto desactivado. 131 Secretos del Futuro terabytes de memoria sobre erotismo y técnicas sexuales, Kamasutra incluido, conéctese a la red y que su avatar comience a interactuar con múltiples usuarios en la red, y sea diariamente capaz de aprender de sus experiencias sexuales en función de lo que tiene en memoria. No por gusto Fantasías Latinas tiene el uno en el negocio de la prostitución virtual. Adoro ver trabajar a los profesionales, aunque me tumben el salario. Nada de pifias, ni tiempo perdido en demostrar que aquí estuvo Arsenio Lupín. Directo al objetivo, sin desactivar alarmas de más ni dejar de noquear a nadie. Bueno, el del pasillo no era tan buen profesional, aunque sí un actor consumado. Pues estos tipos se han repartido entre las consolas de la biblioteca y están buscando algo que les está tomando mucho tiempo. Esto parece cosa de hackers. Creo que ya va siendo hora de ganarme el salario, ahora que ya estoy seco. Pero entonces se abre el elevador y no entra nadie. Me encanta que suceda esto, pues sólo significa dos cosas: o que el elevador no funciona bien, lo que nunca ha pasado, o acaba de entrar alguien invisible. Mi visor posee un conjunto de lentes holográficos que me permiten enfocar a diferentes longitudes de onda y juro que no vi nada en el infrarrojo, lo que significa que sus fotoreplicadores son de una calidad enorme. Solo un ejército o una organización terrorista puede tener tanto dinero. Así que la situación pedía a gritos mi intervención. 132 Secretos del Futuro Justo frente a mí se hicieron visibles unas diez personas metidas dentro de negras armaduras de asalto y con armas largas. Intenté eludirlos usando las anillas de seguridad permanentemente invisibles, situadas a lo largo del pasillo las cuales permiten a un buen atleta clokeado pasar por encima de un batallón como este sin siquiera ser escuchado. A no ser, claro, que también posean visores costosos y lo vean a uno. Resulta muy desagradable que te agarren por una pierna, tiren de ti hasta hacerte caer al suelo y luego te pongan la rodilla en la cara. ¡Mataré a este tipo! Aún no comprendo por qué las balas de alta velocidad no perforan los petos de metaliplast cuando en realidad son armaduras ligeras. La dura realidad es que he tenido que replegarme y esconderme tras el fuego de mis "amigos" los hackers mientras la sangre en mi nariz se hace visible al caer al suelo. —¡Pedro Antonio! —gritó uno de los hackers —pronto estarán aquí, así que toma. Me lanzó un biocristal4, de los que sirven para transportar de manera segura mucha información ¡Es que acaso todo el mundo aquí tiene detectores de termo-óptica! —Trata de largarte —me dijo —y cuídala, es una de las putas cibernéticas más caras. 133 Secretos del Futuro Vaya con estos tipos... es muy común en la Red Global copiar la programación original de una IA y luego borrarla. Lo que en español significa secuestrar una personalidad virtual conectada al ciberespacio. Lo mismo da si se trata de una estrella de la holovisión, cualquiera de esas cantantes que hacen espectáculos con hologramas y viajan en una cajita de medio metro cúbico rodeada de un centenar de guardaespaldas, o simplemente una prostituta costosa. Legalmente se procede igual que en un secuestro. Ahora tengo otro problema, los nuevos intrusos, ya sean militares o terroristas, están masacrando a mis amiguitos. Por lo tanto debo pensar en una vía segura de salir de esto y que no sea la variante dentro de una bolsa de plástico. Los grandes servidores de la Red Global son casi inmunes a ataques piratas dentro de la propia red. A pesar de que en un tiempo los hackers entraban y salían por las consolas virtuales a placer. Poco a poco los sistemas de seguridad se hicieron menos accesibles y más letales. Fantasías Latinas era una compañía con demasiadas personalidades virtuales que proteger, conectadas a tiempo real, como para descuidar ese detalle. Sus anillos de seguridad en el ciberespacio eran capaces de enviar al asilo, en un sillón de ruedas, al hacker más connotado. Fue por ello que los ladrones de información tuvieron que ponerse sus chalecos antibalas, empuñar sus fusiles de asalto y hacer cosas como estas. 4 Gragea de diamante artificial que guarda en su interior información en un ADN artificial. Su capacidad estándar es de 400 mil Giga bytes 134 Secretos del Futuro Pero los locales donde se guarda la información son un verdadero laberinto de trampas, así que alguien no tan cuidadoso como mis “amigos” podría terminar en la mira de las armas-robot. Y eso me da tremenda idea, pues el circuíto de seguridad me identifica como aliado, debido a mi armadura, por lo que sólo tengo que moverme al azar, pisando donde no debería, para poner esto malo. Las agujas impulsadas por pólvora líquida sí perforan el metaliplast, debo recordar eso. Ahora estoy tras la puerta que da al acceso # 27 que también es un pasillo, con guardia invisible y todo. La clave es una estupidez muy fácil de recordar. Paso a infrarrojos en cuanto se abre y ahí está el tipo, en el techo. —¡Oye agente! —le grito —aquí dentro se está combatiendo y tú dándote la buena vida. —¿Qué sucede? —Un grupo de terroristas en la sala del server5 y las armas robot están activadas ¡Tú trata de contenerlos, mientras yo pido ayuda! —¡Positivo! La verdad es que los agentes de seguridad ¡Son tan predecibles! Sinceramente, no sé como obtuve este empleo. Próximo objetivo; salir de aquí mientras dure la batería del traje termo-óptico, aunque con tantos detectores ya a mí me da igual. (400 Tera bytes). 135 Secretos del Futuro En todo ingenio arquitectónico donde hay cosas valiosas que se pueden robar o destruir el dispositivo de seguridad, para hacer su trabajo, tiene que habilitar vías de tránsito abierto para uso exclusivo de su personal. Como mi intención no era huir de allí con la puta cibernética, a pesar de que le hubiera sacado una fortuna en la calle, sino más bien hacerme el héroe ante el intento de robo y el consiguiente ataque terrorista; dirigí mis pasos hacia el centro neurálgico de la torre. No tuve ningún inconveniente para llegar al Centro de Operaciones, al que por razones obvias llamamos la Bóveda. No imagino otra forma de llamarle a un búnker totalmente hermético lleno de monitores que reciben las señales de todas las cámaras ocultas que vigilan los rincones en todas las frecuencias del visible. ¿Ya había comentado que el jefe de seguridad era un imbécil? ¡Pero claro! Ello no lo imposibilita de recibir visitas importantes. Esta vez la visita tenía una armadura negra muy conocida por mí. La bóveda estaba a oscuras y en los monitores podían verse fácilmente a los terroristas recorriendo el servidor que yo custodiaba. El jefe de seguridad estaba de pie, evidentemente nervioso, frente a él, tres desconocidos con armadura y sin casco. Por suerte nadie me ha localizado aún ¡Ya era hora de que el Modo Oculto sirviese para algo! 5 Inglés: Servidor, entiéndase computadora madre de un sistema de redes. 136 Secretos del Futuro —Le digo que no ha salido del edificio —decía el jefe de seguridad. —Entonces esos malditos hackers han sospechado algo. —Lo dudo, ni siquiera he alertado a mis agentes, para que luciera como un verdadero robo. —¿Entonces por qué no hemos podido encontrar la identidad copiada de Cyntia? ¡Les dimos tiempo de sobra para hacer una copia segura! —Tal vez confrontaron algún tipo de problema para... —Negativo, eran los mejores hackers de Bangkok, mucho trabajo que me costó contratarlos sin que adivinaran quien soy. — Coronel, yo le garantizo que de aquí no ha salido nadie, ni siquiera sus hombres. Tengo paralizados todos los mecanismos de seguridad para darle más libertad a su gente pero... Acabo de recordar de dónde salieron esas armaduras. Se trata de un modelo nuevo fabricado en Rusia Oriental. Tengo entendido que fue el ejército el que las compró ¡Conque no eran terroristas, sino militares! Este asunto empieza a volverse demasiado complicado para mi gusto y no deseo estar aquí cuando empiecen a rodar las cabezas. Muy sigilosamente salí de la Bóveda y cuando ya me hallaba justo del otro lado de la puerta, apareció frente a mí como salido de la nada. Aún no comprendo por qué estas armaduras nuevas tienen que declokearse tan seguido, posiblemente es la batería que les ponen. Se trataba de otro militar, probablemente un centinela. Me golpea en el 137 Secretos del Futuro estómago y ahora me aplica una llave de estrangulación que me está asfixiando... ¡Mataré a este tipo! Una armadura de Metaliplast puede romper un ventanal blindado si el que la usa es proyectado de la forma adecuada. No creo que sobreviva, y si lo hace tendrá que subir 180 pisos para buscar la revancha. Mejor me largo de aquí, no me gustan los militares cuando se entrometen en los problemas de las corporaciones. No hablo del ejército privado de Fantasías Latinas. Estoy hablando del verdadero ejército de Asia Central, ahora bajo el control de las Tres Grandes. Como sea, estos tipos no encajan en una intriga de hackers y secuestro de entidades virtuales. Lo mejor será hablar con la puta, pero fuera de la torre. Alacazán es un pequeño barrio, contiguo al tercer nivel de circulación interna, donde se habla la peor mezcla de chino y japonés con acento sureño que pueda ser capaz de imaginar humano alguno. No es un mal lugar para conectarme pues nadie pregunta quién eres o de dónde sacaste el tanque de guerra que dejaste parqueado afuera. Pero tampoco es un sitio sin ley, el índice de delincuencia es moderado, lo suficiente como para no tener que quitarme el uniforme para preservar mi vida. Creo que tuve una novia que vivía por aquí. En un ciber-café barato reservé un sillón de cinematrónica6 con torre para biocristales y conexión a la Red Global durante una hora, 6 Cinematrónica Virtual: Sillón de conexión neural a base de modelación por electrodos. Inicialmente se lograba mediante 138 Secretos del Futuro todo por sólo diez yens. Tendré que venir a merendar a este sitio más a menudo. Personalicé una habitación virtual en el espacio de memoria del mismo sillón, nada complejo si el lenguaje de programación usado es el Z+. Me coloco los conectores neuronales sin problemas, me limpio los implantes todos los días, así que la transferencia a mi entidad virtual no debe tardar. En realidad tardó demasiado, jamás volveré a rentar un equipo de cinematrónica en un lugar tan barato. Muevo mi nuevo cuerpo hacia la habitación recién creada donde me espera Cyntia, la estrella principal de Fantasías Latinas ¡Vaya si no pagarán una fortuna por estar con ella! Para convencerla de que hablara conmigo tuve que pasar por tres sesiones completas. Curiosidades sexuales de las I.A., supongo ¡Ahora comprendo por qué hay tipos que no se desprenden de la red! —Bien, bien, muchacha, seguimos en otro momento —logré desprenderla de arriba de mí —ahora háblame de los que acostumbran a pasar el tiempo contigo, no los que viste una sola vez. Te hablo de los habituales. —Muy pocos, a decir verdad, y no precisamente de los que más se aprende. Un multimillonario de Rusia Oriental, nunca dice su nombre pero yo lo llamo mi puerquito rosado. Que no te importa... implantes aunque en la actualidad se emplean recursos menos agresivos para acceder al ciberespacio de inmersión total. 139 Secretos del Futuro bueno, también está el hijo del alcalde de Tianjin, un chico tierno... y claro está el Creador. —¿El Creador? —Danni, el programador principal de mi proyecto. —¿Te acuestas con tu creador? —¿Qué tiene de malo? Es como mi padre. —¿Y de dónde saca el programador tanto dinero...? A no ser que violente las líneas de seguridad. —Él era programador cuando yo sólo era un proyecto pero creo que ahora es el dueño de Fantasías Latinas. —¡Ah, pero que interesante! ¿Para qué le haría falta al ejército información sobre el gerente general de Fantasías Latinas? —Al ejército no, pero al poder por encima de él, sí —dijo una voz femenina que no era la de Cyntia. —Oye tú ¿Qué haces aquí? —dije. —Estás conectado a tiempo real —dijo Cyntia— ¡Magnífico, una orgía! —Cyntia, cállate —dije —en cuanto a ti, hice una pregunta. —Mi nombre en la Red es Vampira y los de mi grupo se proponían secuestrar a esta puta. —¡Prostituta virtual! —¡Cyntia, cállate! ¿Cómo pudiste encontrarme? —Rastree la señal que Cyntia emite cada vez que entra en la Red. Soy una hacker, recuérdalo ¿Y tú de dónde saliste? 140 Secretos del Futuro —Trabajo en seguridad de la torre Kouma y me topé con tu grupo pero después apareció el ejército con abiertas intenciones de matar indiscriminadamente y... —Mejor me lo cuentas en vivo ¿Estás en un Café de Alacazán, verdad? Espérame allí y desconéctate o tendrás que ponerte a cobrar la entrada porque esto se te va a llenar de gente. —¡Una orgía, una orgía! —Cyntia... —Ya sé, me callo. Estoy empezando a detestar este Café, le echan demasiada agua al vodka ¡Y la hacker sin llegar! —¿Usted es el guardia de seguridad que tiene a Cyntia? Pero esto ya es el colmo, el avatar con que hablé en la Red Neural era un monumento y ésta si tiene 14 años es mucho ¡Con qué clase de hackers estoy tratando! —No se quede tan callado señor, sé exactamente lo que está pensando, el cuerpo virtual que acostumbro a usar en la red lo copie de una modelo. —Claro, claro... ¿Has sabido algo de tu gente? —Nada, me parece que no pudieron salir vivos. Pero tú tienes a Cyntia y ella vale mucho. —Quizá demasiado ¿quién me decías que estaba por encima del ejército? 141 Secretos del Futuro —Los mismos para los que tú trabajas. Kuoma Foundation le renta a Fantasías Latinas uno de los pisos de su torre pero la seguridad la ponen los dueños de la misma, que a la vez son los dueños de la ciudad y del ejército. —Eso ya lo sabía, niña, pero ¿por qué? —Se murmura que Fantasías Latinas intenta comprar muchas acciones en el gobierno de la ciudad, incluidas las del propio ejército, para entrar en el grupo de las Tres Grandes. —Voy entendiendo, Cyntia conoce mucho al gerente general de Fantasías Latinas y lo mismo a los militares que a cualquiera de las Compañías Rectoras les convendría saber detalles de su vida privada, con esta I.A. como rehén el chantaje sería perfecto. En realidad la niña no es mala, para ser hacker, creo que hemos llegado a una especie de alianza para salir de esto. Yo la introduzco en el edificio de Fantasías Latinas y ella quebranta la seguridad. Con Cyntia como arma creo que podemos llegar a un acuerdo con el “Creador” y evitar que todas las fuerzas del orden, ya sean privadas o estatales, de Bangkok desaten una casería contra nosotros. En casa encontré una vieja capa termo-óptica y se sirve a la Vampira. Se ve chulísima en el infrarrojo. Por lo demás, sólo espero que en ese maldito lugar nadie haya comprado visores de nueva generación. —No te preocupes, todo saldrá bien. Pronto hablaremos con el gran jefe y todo se solucionará. 142 Secretos del Futuro —No estoy preocupada, sólo que con la muerte de mi novio ya no tengo donde vivir. —¿Y qué le pasó a tu novio? —Era del grupo que asaltó la torre, a lo mejor oíste hablar de él, se llamaba Pedro Antonio. —¡Pedro Antonio!... Pero él era mucho mayor que tú. —Al menos me daba de comer al terminar de hacer el amor, siempre es mejor que estar en la calle. —¡Mataré a ese tipo! — ¡Pero si ya está muerto! —Bueno, sí, lo olvidé... creo que incluso fui yo... Está bien, en cuanto todo esto acabe puedes irte a vivir conmigo. —¿Tengo que ser tu novia? —No, no me gustan las enanas. —¡¡Banzai!! Mecha7 de unos dos metros de alto, coraza blindada, brazos y pies mecánicos sin perder la simetría humanoide, sensores en todo el espectro, ametralladoras de grueso calibre acopladas a ambas manos y un enorme fusil de aceleración magnética colgado a la espalda. Eso 7* Espanglish, tomado del ingles Mechanism —en español “mecanismo”— suele llamarse así a las grandes armaduras, exoesqueletos o maquinantes que conservan la forma humanoide. El término fue tomado del japones debido a que la primera generación de estos mecanismos se desarrolló por las industrias imperiales de Neo Kyoto en tiempos de la guerra de las Siete Ciudades. 143 Secretos del Futuro si es cuidar un pasillo, no con un infeliz en Modo Oculto armado de una subametralladora con municiones de alta velocidad. —¿Crees que podrás con él? —Sin problemas... creo. Modo Oculto activado. Me muevo hacia un lado, corro hacia el otro y luego salto. El gran tipo se coloca en medio de mi trayectoria y choco contra él, creo que me vio ¡Total, este camuflaje ya está obsoleto! Vacío el cargador de mi arma en el visor de flexiglass del guardián y me da la impresión de que no se ha ni enterado porque me sigue triturando con sus manos mecánicas. —Identifíquese, agente de seguridad —dice a través de las bocinas. O este tipo es un robot de combate y no está programado para dispararle a alguien con mi uniforme o me las estoy viendo con el imbécil más grande del mundo. —Agente de seguridad de K.F. #740810AA —digo. —No estamos en la Kouma Foundation agente —me di cuenta. —Pero a tu jefe le interesará mucho saber lo que está ocurriendo allá. —¿Por qué no solicitó una entrevista con el gerente general? No cabe duda, es un robot. Ni los clones piratas de segunda mano nacen tan idiotas. —Es demasiado urgente y me tomé la libertad de saltarme algunas barreras burocráticas... verá, Danni y yo tenemos muchas amistades 144 Secretos del Futuro en común. Solo tiene que decirle que un amigo de Cyntia ha venido desde la torre para hablar con él. —Un momento, por favor —me coloca en el suelo —puede pasar, pero deje su arma aquí y hágase visible. —Sí, como no, vamos vampirita... este... ella viene conmigo, con permiso. —Todo suyo, señor —y continuó vigilando eficazmente el pasillo. Lo malo de este barrio es que no se puede ni salir a la calle. Estamos por encima del quinto nivel de circulación y el humo no deja vivir. Nadie en el edificio habla espanglish, ni siquiera un japonés decente. Para colmo es la sexta vez que la vecina de abajo viene a pedir sal ¡Cuando entenderá que a mí no me gustan las trigueñas! Aunque creo que se tiñó de azul; pero de todas formas es un mal ejemplo para la niña. —Hay un recado en el videófono para ti. —Revísalo tú, vampirita, estoy ocupado. Nadie en la torre se percató de mi ausencia, un centinela más o uno de menos no se hecha a ver luego de tanta chapucería. Fantasías Latinas finalmente compró toda la torre a Kouma Foundation, he oído rumores de que ampliarán el negocio de las putas virtuales. En cuanto a mí, terminé haciendo el trabajo de mamá. La niña insiste en seguir siendo hacker y hasta tuve que comprarle una consola de 145 Secretos del Futuro conexión cerebral. Mientras sea rentable... de cualquier manera atender una casa es peor que custodiar un pasillo toda la madrugada. —¿Y ahora qué, niña? —Eran los de Fantasías Latinas, creo que sobre una propuesta de trabajo como jefe de seguridad o algo así, dejaron dicho que los llamaras porque fuiste recomendado por el propio gerente general. 146 Secretos del Futuro CRUZ DE HIERRO Por Roy Jorge Orlando Jorge “Roy Jorge” Rodríguez Gutiérrez (Holguín, 1966). Licenciado en Cibernética. Ha obtenido premios y menciones en diversos concursos literarios nacionales; cuentos de su autoría han aparecido en la revista de divulgación científica Juventud Técnica. Orlando Jorge es una de esas personas que te obliga a pensar en la existencia real del amor eterno. Irónicamente “Cruz de Hierro” es un crudo cuestionamiento al amor: Creador-Criatura, la advertencia esta hecha. ....... Está por caer la noche y con ella se aproximan las historias, las leyendas ungidas en polvo milenario, que se sacuden para exhibir su atuendo y competir con los luceros celestiales... Era Dios clavado, afianzado sólidamente a una rotunda cruz de metales semiconductores, enmarañada de conexiones de fibra óptica y pastillas de circuitería superintegrada; la cruz fulguraba en la penumbra contrastando con la resignada opacidad del rostro divino. Y era el Hombre ---no un hombre, sino todos los hombres cristalizados en uno--- que refulgente, poderoso, gigante miraba hacia allá, en lo alto, los extraviados ojos del Crucificado: por fin lo 147 Secretos del Futuro conseguía, se trocaba ahora en dueño del Universo y el orgullo y la euforia le hacían vapor su sangre vita-enriquecida. “¡Yo te condeno a muerte, miserable!, ser impío que me deparaste el sufrimiento pretextando mi redención por el castigo, que me infectaste de tabúes ridículos acallando mi real identidad. He crecido, y gracias a la sabiduría que he ganado hurgando en este entorno mojigato, he construido esa cruz para atraparte; en ella perecerás abandonado”. Dios escuchaba y las gotas que brotaban de sus ojos se condensaban en fugaces estrellas. “Ten clemencia, hijito mío ---decía sollozante---, te estás haciendo daño”. Las noches y los días pasaron, y el agua-sangre que manaban las heridas de Dios iba formando ríos que el sol evaporaba, a la par persistentes diluvios ácidos inundaban la tierra; pasó mucho más tiempo, surgieron manchas purulentas en las carnes divinas y un hollín radioactivo colmó el aire y el día; así sólo las noches siguieron transcurriendo y el cuerpo del Altísimo comenzó a mal oler, toda vianda cobró aspecto de podre y los astros de la Galaxia esquivaron sus habituales rumbos. El Hombre preguntó a la Computadora cómo podría salvarse, “Answer not found, more data are required” fue lo recomendado; entonces, temeroso, se acercó a indagar ante los pies del Omnisciente: “Lo que has atrapado, hijo, es mi parte más densa, pero mi cuerpo es toda la Creación, ella se depaupera ahora conmigo; ya te advertí que te hacías daño, ¡arrepiéntete!” le respondió el Señor. 148 Secretos del Futuro El Hombre meditó y luego, exudando sarcasmo, operó algunas teclas en los mandos de la cruz, los clavos fueron sustituidos por grilletes y Dios fue transportado hasta un domo subterráneo rebosante de fausto: frescos, alfombra, trono y arañas luminosas. Dios fue instado a sentarse y querubines-robots acudieron a curar sus llagas y servirle. Pero entonces comenzó a silbar la desidia, por doquier cesó la iniciativa individual que alienta al porvenir y el mismo firmamento, de un plomizo uniforme, se cansó de rotar; el Hombre se moría de tedio y acudió una vez más a su cautivo: “Me has sepultado en esta bella cárcel ---dijo Él---, nada me falta salvo la libertad propiciadora de lo múltiple, Yo soy la Variedad y oprimido en esta monotonía no puedo derramar mi influencia sobre el mundo. ¡Póstrate ante mí raudo, y líbrame de la acción de esa siniestra cruz si no quieres perderte!”. El Hombre pensó entonces mucho, muchísimo más, demandó con afán los consejos de su fiel Computadora y lo propuesto fue soltar a Dios; era una conclusión ingrata, la exquisita labor de su tecnoastucia desparramada entre los añicos de sus sueños, pero ¿qué hacer?, por lo visto fatalidad y destino seguían siendo sinónimos. Mas, aún ensayó un ardid, exigiría del Padre el compromiso de que no habría venganzas, pues conocía que la palabra divina es auto-ley: “No te haré mal, hijito, nunca te lo hice, 149 Secretos del Futuro pero te impondré un castigo ejemplar que hará de ti un Hombre de bien. ¡Humíllate al instante, no sea que te granjees lo irreparable!”. Suspendido entre el infierno y el purgatorio, el Hombre optó por un recurso ambiguo: soltaría a Dios poco a poco, pero sin llegar jamás a liberarlo del todo; manteniéndolo fijo a los grilletes magnéticos que la cruz proyectaba, lo iría sacando a dar paseitos cada vez más largos por el mundo y le permitiría influir de una manera conveniente y no peligrosa sobre los procesos universales. ¡Era la solución! Pero he aquí que obrando en tal propósito, unos cuantos hombres (así, con minúscula) se cansaron de ese modus vivendi en el que a veces digerían oportunos manjares respirando toxinas o disfrutaban de un excelente paisaje natural carcomidos por el hastío o el hambre, y de un universo donde los astros ora marchaban de manera impecable por sus rutas celestes, ora se tornaban erráticos provocando desastres; y sobrevino rápido el Gran Cisma, el Hombre comenzó a escindirse en múltiples facciones que batallaban entre sí. Dios entonces, extendiendo el abarcador brazo, desconectó la cruz de su fuente energética y los grilletes se disolvieron en el aire. Luego, elevando su voz gigabélica, habló al estropicio que era ahora el Hombre: “Hijo desobediente, te condeno a vivir en esta tierra que has infectado con malsanos engendros de una modernidad cada día más atroz, esa será una cruz a tu medida y en ella quedarás 150 Secretos del Futuro abandonado. Siento que paguen algunos justos por tanto pecador, pero, créeme, todo se cumplirá para tu beneficio. Amén.” ...y cuentan que en las noches frías de invierno, cuando el viento gira entre los universos avivándolos, se ve uno donde hay un Hombre inmenso, clavado a una monstruosa cruz de metal corroído por el óxido, es un Hombre que gime, que implora, que espera la piedad de su Creador. 151 Secretos del Futuro Gesmer Onatir Por Javier de la Torre R. Antes de hablar de Javier de la Torre Rodríguez (Ciudad de La Habana, 1974) es necesario hablar de los juegos de rol y su influencia en la literatura. Gari Gainax en su primera versión de Masmorras y Dragones concivió un sistema de juego de mesa que no requería ni de tablero, ni fichas. Guiados por un director de juego, o árbitro, los jugadores encarnan los personajes de un universo cualesquiera (Ciencia-ficción, terror, fantasía heroica, ect) dejando las peripecias al azar de dos dados. Esta esperiencia es lo más cercano que se conoce al juego libre y no solo sirve para satisfacer nuestra sed lúdica sino que sirve para crear una historia. Muchos escritores han basado su obra en partidas de juegos de rol (Ofidia, Sotreum o Artagid). Tal es el caso del cuento aquí presentado. La trama ocurre en el universo de Artagid, un mundo incluido en la franja neutral entre dos potencias galácticas, pero su estadío tecnológico lo acercan más al arquetipo de la fantasía heroica que a la ciencia ficción. ....... - Soy el Supervisor Tecnológico Imperial Garenter, tengo entendido que posee usted información necesaria para el 152 Secretos del Futuro esclarecimiento de los sucesos relacionados con el Proyecto Genius en la base de Toro_1. - Buenos días, soy el representante nombrado por la alta directiva de la NITC para dirigir la investigación sobre el particular, mi nombre es Beghialev. Tengo órdenes de brindar a usted toda la información disponible... - ¿Beghialev? Usted era el jefe de este proyecto. Lamento informarle que no está en terreno firme, aunque en particular le admiro, es usted un magnífico biofísico. No se preocupe, se recuperará de ésta. - Gracias. Empecemos por el principio. El Proyecto Genius fue concebido para centralizar en una sola persona o clon, eso se definió después, todo el conocimiento adquirido en cuanto a estrategia militar se refiere. Es sabido que una persona con una elevada cantidad de información se sentirá inclinada a usarla y a hacer valer sus derechos para eso, por lo que habría que tratarla a nivel genético y cerebral, lo cual tiene en contra tres leyes imperiales y 8 tratados interplanetarios que nuestro gobierno ha suscrito. Los humanos artificiales o clones están contemplados sólo superficialmente en 2 de los tratados, y esto por razones obvias de índole médico-comercial. Como puede usted ver, salta a la vista el por qué de nuestro proceder ante la disyuntiva inicial. En este momento le estoy enviando copias de los archivos de la NITC 153 Secretos del Futuro relacionados con esta parte del proyecto. Todo este paréntesis, aparentemente innecesario, lo hago debido a la reciente ola de clonofobia, si pudiera llamarse de alguna manera, que apareció luego de los sucesos de Toro_1. Además quiero dejar clara en esta entrevista la inocencia en cuanto a los cargos de asesinato que pesan sobre MKL-345 “Genius” y demostrar que es totalmente inofensivo. - Disculpe señor Beghialev, pero no se adelante a los acontecimientos. Hábleme ahora del período de pruebas anterior al informe 209. - MKL-345 tiene implantes cutáneos, subcutáneos, intramusculares y óseos. No obstante lo anterior, se mantuvieron en un 90 por ciento las características fisiológicas humanas y externamente sudaba, le crecían las uñas y el cabello, y poseía las mucosidades normales de un ser humano sano. Primeramente se probaron sus reflejos; sobredimensionados en un 45 por ciento. Su control era un reto para cualquier ser humano, artificial o no. Con escasa coordinación al principio, ya al tercer día estaba en perfecta forma. Se le hicieron pruebas de campo para que combinara sus características de combate y en la primera semana poseía el control pleno de sus atributos. Conjuntamente con esto se medían los parámetros característicos de cada parte empleada. La piel ALKE y su recubrimiento fueron un completo éxito, se llegó a reciclar el 97 por ciento de la energía absorbida por impacto mecánico y luz solar. 154 Secretos del Futuro El sistema SSRA utilizado en sus músculos le permitió sobrepesos de hasta 5 veces el suyo y no 7 como dice la publicidad. La energía almacenada llegó a los 100 beg al tercer día. Su capacidad de asimilación se mantuvo alta todo el tiempo, sus sistemas de autoprogramación influyeron notablemente en su programación inicial. En la parte relacionada con las características morales del medio a desenvolverse fue sencillamente increíble... - Un momento, esos datos los tengo aquí en mis manos. El informe 209 es muy claro, casi exagera sobre los adelantos y las perspectivas del MKL-345. Hábleme sobre lo que no dice el informe. - Déjeme aclararle primero que yo mismo escribí gran parte de ese informe y en ningún momento exageré nada. Los datos son totalmente fiables como ya usted ha podido comprobar. Sobre lo que no dice el informe, no sé a qué se refiere. - Me refiero a esos detalles que normalmente se pasan por alto porque no se pueden cuantificar, a comportamientos puntuales raros, a expresiones o preguntas inesperadas; a eso me refiero. Le diré algo más, cada miembro de su equipo fue interrogado ya. Yo he tenido que leer todas las entrevistas y me resultó interesante la de un tal Orlang Frymen... Hábleme de él. - Orlang Frymen... no era lo suficientemente capaz para tratar con lo que se le había presentado. 155 Secretos del Futuro - ¿Lo dice porque es un militar? - Eso en parte... en gran parte. - ¿Y que fue lo que se presentó? - ¿No lo leyó en su entrevista? - Algo, si. Pero ya que estamos aquí quiero tener su versión, Beghialev. - Cuando Frymen me dió el informe del día eso no estaba. Me lo dijo luego, como un chiste mientras comíamos. Me dijo que le parecía que MKL se estaba “recalentando” porque luego de unas pruebas estratégico-tácticas bien complicadas le había preguntado sobre el color verde de la hierba y por qué este parecía más vivo por la mañana que por la tarde. Me dijo que lo había mandado a descansar un rato. - Más o menos eso fue lo que leí. Continúe. - Ese comentario hecho así me decidió a sacarlo del equipo de trabajo porque un sicosociólogo, en este caso, no puede pasar por alto que ante si no tiene a un androide o un robot de IA, sino a un ser humano, resultado de la fecundación de un óvulo por un espermatozoide, que, estoy de acuerdo, se ha tratado a nivel genético y cerebral para adecuarlo a nuestras exigencias, pero es un ser con verdadera inteligencia, sigue teniendo alma, y esa, por suerte, no podemos adecuarla todavía para un fin específico. 156 Secretos del Futuro - Anjá. Prosiga por favor. - A partir de ese día y hasta que se redactó el informe 209, yo personalmente me hice cargo de todas las pruebas y pude comprobar lo que había dicho el Doctor Frymen. Las preguntas no estaban relacionadas con la actividad del día directamente, pero si con factores inmediatos. Por ejemplo, comprobé que el simulador en el que habían trabajado MKL y Frymen aquel día representaba de forma muy realista los paisajes. La hierba estaba particularmente bien hecha. Con respecto a MKL comencé a responderle las preguntas. Las pensaba bien, pues siempre parecían fáciles de responder, hasta que empezaba uno a hacerlo y descubría que el conocimiento no era tan abarcador como había supuesto. En algunas ocasiones tuve que darle respuestas que no me convencieron ni a mi, y en otras aceptar que no sabía. - ¿Y todas las preguntas que 345 hacía eran dirigidas hacia su persona? - Si, por ellas me mantuve a su lado incluso al finalizar el entrenamiento diario. Necesitaba entender el proceso cognitivo que se estaba desarrollando. - ¿Tuvo usted alguna prueba factible del cambio? 157 Secretos del Futuro - Pienso que comenzó a tomar conciencia de si mismo como algo más que un simple instrumento pensante luego de la activación de sus programas de supervivencia y autoprogramación. Para usted, un hecho factible es la pregunta que me dirigió, un día después de enviarse el informe 209. Exactamente fue: “¿Qué significa su nombre, Doctor?”. Aquella tarde habíamos estado hablando del surgimiento de algunos símbolos. Conocía bien lo que significaba su nombre; sabía que MKL-345 son las siglas del código de fabricación y “Genius”, además del nombre del proyecto, era la línea de producción para cuando se aprobara hacerlos en serie. Un nombre imbécil, lo odié desde entonces. - Lógico. ¿Le disgustó algo más?. - Bueno, aunque al principio me pareció necesario, luego no podía dormir tranquilo pensando en el tiempo de vida implantado. No me parece ético robar vida allí donde nace. - Específicamente, Beghialev, ¿hay alguna razón que le impida a MKL-345 cometer actos violentos contra la vida de un ser humano? - Si, está el inhibidor de rebelión contra sus superiores y su propia ética, adquirida en la fase de pruebas. - Entonces, dado el hecho, el problema es que ya no nos considera sus superiores. 158 Secretos del Futuro - No. - Y ¿cómo es posible que eso sucediera? - Él me hizo esa pregunta directamente y yo no le mentí. - ¿¡Cómo!? ¡Loco! ¡Usted se volvió loco! ¡Tiene que aceptar que se arriesgó! - Tuve miedo, no lo niego, pero en su reacción tan tranquila me pareció obvio el hecho de que ya lo imaginaba. Esa pregunta solo puede ser formulada con conocimiento de causa. - Por supuesto. ¡Ahora solo falta que a su discípulo, fugitivo espacial, se le ocurra que somos lo suficientemente inferiores a él como para cohabitar en el mismo universo, comience a utilizar sus capacidades de mando para atraer a los millones de clones existentes en todo el imperio y tendremos, para empezar, un caos de proporciones galácticas! - Con ese discurso se me parece usted a un “clonofóbico” cualquiera y no a un representante del imperio. Me queda claro que no ha entendido una palabra de lo que dije anteriormente. El inhibidor sigue activo, sólo hay que demostrarle ser su superior y le seguirá. - Claro, y usted será quien arriesgue el pellejo. - Sigue sin entender. El que no lo considere su superior no implica que vaya a matarlo o a hacerle daño alguno. Esto queda 159 Secretos del Futuro demostrado por el hecho de que para escapar no utilizó en ningún momento su habilidad de combate de forma mortal. - Eso es otra cosa que hay que aclarar... - ¡Si llegaron a oídos del público versiones tergiversadas de los hechos es responsabilidad de los mandos militares de la base en Toro_1... y de ustedes! - Por favor, señor mío, cálmese. Usted verá como todo se aclara. - ¿Aclarar qué? Si para usted todo está claro... Casi me parece estar perdiendo mi tiempo. Al final será como a ustedes les convenga. - No es así. Estos procesos llevan pasos que no pueden obviarse y pueden resultar desagradables, pero es mi trabajo y, aunque a usted lo conozco por referencias, muy buenas referencias, déjeme decirle, debo cumplir con él. Ahora, usted me repite continuamente que no hubo agresión violenta ni muertes; explíquese, pues tengo en mis manos el informe que recibió el Alto Mando del Almirantazgo desde la base en Toro_1 y no coincide, lo que se dice, con su versión. - Más claro ni el agua. Los que redactaron ese informe son los mismos a los cuales se les escapó MKL-345. Todo el tiempo han estado dándoselas de infalibles. Así fue como ganaron que este 160 Secretos del Futuro proyecto se llevara a cabo en sus instalaciones con todo el dinero que eso implicó. Lo que si no puede decir ese informe es que MKL solo necesitó herir levemente a dos soldados antes de llegar a la nave robada. - Usted sí que está bien informado ¿eh? - Yo lo vi con mis propios ojos. - ¿Lo siguió? - No, eso hubiera sido imposible; él me pidió que lo siguiera. - Y usted accedió a satisfacer la demanda de un humanoide desequilibrado. - ¿Desequilibrado? Pensé que estaba demostrando precisamente lo contrario. - El MKL-345 se salió del rango que enmarcaba las acciones para las cuales fue concebido. - Pero cómo usted puede decir eso... - Creo que esta entrevista ya me ha dado suficientes elementos de juicio. Cuando atrapemos a nuestro fugitivo se completará la historia. - ¿Movilizará a toda la armada espacial? - No será necesario, está condicionado mentalmente con su código de fabricación, MKL-345. 161 Secretos del Futuro - Ese código era temporal... no espere gran cosa. - Por lo pronto está usted bajo arresto, Beghialev Onatir de Kirlith, bajo los cargos de ocultar información vital para un proyecto gubernamental, alterar de forma irreversible propiedad del gobierno y complicidad en el robo de una espacionave. El Tribunal de Condena Máxima se ocupará de usted. ¿Algo más? - Todo esto era previsible. Han acomodado las cosas muy a gusto de la opinión pública y del emperador. No podrán recuperar a su hombre artificial. Debe saber que ya él se cambió el nombre y al ser este autoprogramado, o como debería decirse en este caso, consecuente con una decisión por propia voluntad, no hay condicionamiento posible. - ¿También se lo dijo? - Si, ahora es Gesmer Onatir. 162 Secretos del Futuro Karma Por Erkins Rumayor freixas El canto del cisne del CIBERPUNK fue Neuromante (William Gibson, 1984). Cómo respuesta violenta al movimiento New Age y a la fallecida ciencia-ficción dura. Para elmundo anglosajón este subgénero tuvo muy corta vida. Los autores de habla hispana han rescatado el CIBERPUNK haciéndolo suyo. Los críticos no se ponen de acuerdo respecto a si debemos llamar a esta nueva tendencia latina ciberpunk, neociberpunk o ciberpunk latino. Karma, el cuento que presentamos de Erkins Rumayor Freixas (La Habana, 1977) , se encuentra más cerca del espíritu ciberpunk en su forma más clásica. ...... Pasó el neobentley negro modelo deportivo a modo automático, encendió un pitillo mientras saboreaba la cerveza cocada - le gustaban las drogas naturales - paladeando el éxtasis del éxito. Hacia tiempo que no se sentía así, desde sus primeros trabajos serios como hacker. Los recuerdos comenzaron a venir suavemente según se disolvía la coca en sus mucosas. Era uno de los que más prometía en su generación, más su carrera había sido corta, muy corta. Pagó la novatada y de que forma. 163 Secretos del Futuro Su inexperiencia le había hecho aceptar aquel trabajo que era una trampa a ojos vista y lo atraparon, aunque se había lucido; como que casi se les escapa en sus mismas narices, pero no pudo con el MUD y lo atraparon. No obstante su talento lo salvó, sus captores decidieron que era demasiado bueno para quemarlo o mandarlo al tanque, así que lo marcaron, chantajearon, y sumaron a sus filas. Tuvo que pasar un tiempo de entrenamiento, pues trabajaría en algo nuevo, sería ciberguardia. El concepto como tal no era nuevo, se había usado hacia mucho tiempo, pero después el ICE y el MUD habían desplazado a los humanos, pero ya no resultaban tan seguros ante la avalancha de tecnología de intrusión generada por los hackers. El robo entre corporaciones y la competencia habían llegado a un grado de tirantez insoportable donde ninguna información estaba segura y el mundo se encontraba al borde de una nueva guerra. Pero como a nadie - ni siquiera los militares - le gustaba la idea de caerse a misilazos, la nueva confrontación se había derivado al ciber-espacio, aunque por ahora los zaibatsu se limitaban a reclutar personal y pertrecharlo fingiendo autoprotección. Lo que él no acababa de entender era qué papel jugarían los humanos en aquel lío. Lo entendió cuando se conectó a una KC (parafraseado al inglés Killer Cell o leucocito, las células diseñadas para buscar y destruir agentes extraños al organismo, entendiendo por extraño aquel que no tiene el mismo código de DNA). La KC cumplía la misma función en el ciber-espacio, era una 164 Secretos del Futuro unidad que generaba su propio hielo a modo de blindaje y DNA (determinación numérica aliada) eliminando la posibilidad de error humano de dispararse entre los del mismo bando. Esto unido a todo un soporte de soft, que permitía lo mismo atrapar que quemar intrusos. Por supuesto, toda aquella información estaba en congeladores, por eso no se había filtrado. Pero ya ahora se sentían más dueños y estaban comenzado a usarlo en la matriz. Su primer trabajo, o sería mejor decir entrenamiento, fue una bicoca. Sus patrocinadores habían pagado a tres hackers para robar una información y el debería protegerlos; la idea realmente era reclutarlos pero podía quemarlos si no tenía más remedio. Veía repetirse la historia, su historia. De todos modos tuvo que tragar en seco su mierda ética y enfrentar a sus colegas. El orden de prioridades estaba claro, él o ellos. La KC era increíble, los pobres chicos nunca superaron que los golpeó, casi hasta el final la resistencia fue mínima. Protegido por su propio hielo le disparó tres virus “tijeras” que cortaron el enlace con sus consolas, un MUD para la captura y listo. Contra los hackers comunes era realmente intocable. Después tuvo unos cuantos trabajos más, todos pura rutina hasta que llegó la prueba de fuego, una intrusión en una corporación militar, su corporación militar. Se enfrentaría al hielo negro, el terror de los hackers. El debería pasar por independiente. Ellos probarían sus defensas y él si la KC podía con el hielo negro. De todos modos 165 Secretos del Futuro si lo atrapaban la cosa quedaba en casa. Era la oportunidad que había estado esperando, una salida y acceso a la información para escapar con ella. El único problema aparte del hielo negro, serían los orangutanes cuidando su cuerpo físico en tiempo real, pero de algún modo lo resolvería. Contactar unos viejos amigos fue difícil pero pudo hacerse. Ellos se encargarían de los orangutanes. Después fue cuestión de esperar. El enganche se realizó desde el nicho de un hotel en los suburbios. La KC se portó de maravilla, el hielo ni siquiera lo vio. Por supuesto, él había hecho unas modificaciones en el programa que generaba su hielo, pasó desapercibido pues el hielo negro reconoció su DNA. Robó info suficiente para comenzar una línea de KC. Cuando se quitó los trodos los orangutanes dormían plácidamente con sus respectivos dardos en el cuello. Sus amigos los habían logrado. Cuando esta tecnología se esparciera en la calle habría una revolución y él sería un héroe, un … No, el no sería ningún héroe, los héroes tienen demasiada tendencia a morir, simplemente disfrutaría sus megas con nuevas retinas, huellas dactilares, rostro, en fin identidad. Volvió a la realidad, no quería que los recuerdos empañaran el disfrute de su nueva libertad. 166 Secretos del Futuro Chequeó la programación del autopiloto nuevamente. Todo estaba en orden. En algunas horas sería rico y feliz, cambiaría su neobentley negro por una neolimo con chófer y se daría la gran vida. Mierda, mierda, mierda. Nunca le había gustado el maldito chico, era demasiado listo para su gusto, debería haberlo quemado cuando pudo. De todos modos ya no tenía remedio, el chico los había jodido escapando con info suficiente para poner el maldito planeta patas arriba y su cabeza rodaría. Rodaría de todas formas aunque atraparan al chico, aunque no pasara nada su cabeza rodaría. Había fallado y punto. Había escuchado las historias de los castigos tomados del código de honor de los samurais y shogunes, adaptados para la tecnología actual. No, él no pasaría por aquello… Saltó activando las espoletas. Tenía encima suficiente explosivo como para volverse átomos. A los veinte segundos de caída libre abrió los ojos para ver acercarse irremediablemente el techo de cristalo-plástico de un neobentley negro. Los rasgos del tripulante le parecieron familiares y comenzó a reír segundos antes de hacerse átomos él, el coche y el tripulante. 167 Secretos del Futuro FLUX Por Vladimir Hernández Pacín. ¿SEXO en la Ciencia Ficción? Dirán censores y puritanos, este tema, casi tabú, ignorado en los años en la Era Dorada de la C.F. (decada del 30 y el 40) dio un salto en los 60. Cuentos como “Utopía” de Poul Anderson y “Si todos los hombres fueran hermanos, ¿dejarías que alguno se casara con tu hermana?” de Theodore Sturgeon fueron reveladores. En Cuba tuvimos que esperar a la novela “Espiral” de Agustín de Rojas... pero casi olvido a Vladimir Hernández Pacín (La Habana, 1966). Nova de Cuarzo, Extramuros, 1999; Signos de Guerra, Ediciones B, 2001 y un sin número de premios, inluidas dos sendas menciones en el UPC (el premio más importante de lengua hispana dentro del género) son solo una muestra de su obra. Una aclaración final, el SEXO no es lo principal de este cuento. ....... Abrí los ojos, pero creo que no desperté. Estaba acostado sobre una cama bastante cómoda y, sobre mí, el techo de la habitación era de un blanco impecable. Al instante supe que nunca había estado en un lugar como aquel. Entonces me di cuenta que tampoco sabía quién era yo. De alguna forma podía 168 Secretos del Futuro recordar el lenguaje, los conceptos de los objetos que aparecían en mi marco de visión, los niveles de categorías implicados tras cada concepto; y sin embargo, yo mismo carecía de identidad. Me resultaba imposible acceder a mis recuerdos personales, conocer mi pasado, o al menos saber cuál era mi nombre. —El Flux se nos ha acabado, Her —dijo una voz cavernosa cerca de mi oído izquierdo. Me volví. Había una marciana tendida de costado junto a mí. Calva, con enormes ojos redondos y sin atisbos de pestañas, anegados de un azul total; los labios casi ausentes, empotrados en un rostro de extraño ensamblaje casi triangular. Estaba desnuda. Sus extremidades se me antojaban demasiado largas, y todas terminaban en tres dedos. A mi lado se notaba mucho más alta que yo. Su piel era de un rosado enfermizo y poblado de aleatorias manchas violáceas, pero por lo demás la marciana era tan antropomórfica como yo. —El Flux, Her —repitió con aquella voz que parecía salir del fondo del mar—. Se nos ha terminado. Estamos encallados en este infierno. Todo estaba mal. El lugar era absurdo y no conocía a aquella rareza. La urgencia de saber ardía en mi mente. —¿Quién soy yo? — le pregunté, ignorando sus palabras. 169 Secretos del Futuro —Tú eres Her, querido —me respondió, y en sus enormes ojos pude advertir la sorpresa—. ¿No sabes quién eres? ¿Olvidaste tu nombre? —Sí —le dije. —¡Dios mío! —casi chilló ella— haz perdido tu memoria de largo plazo. —He perdido todas las memorias. Estoy en blanco. De pronto pareció comprender —Es el Flux, Her. La ausencia de Flux. Esto es la Tierra de Nadie, querido. Un tiempo real que ya no existe. Necesitamos urgentemente un par de cápsulas de Flux para poder escapar de esta zona crepuscular. Entonces fui consciente de un minúsculo objeto encerrado en mi puño. Alcé la mano y la abrí. Sobre mi palma brillaba una esfera de plata. Desconocida. La estructura facial de la marciana pareció cobrar vida y se llenó de temblores. —Te queda una, Her —su tono de súplica era el de un adicto—. Dámela, querido. La necesito. Llevo una hora encerrada en este limbo. Me estoy muriendo, querido. Dámela, y volveré pronto con más Flux para sacarte de aquí. Cada vez me perdía más. Tenía que encontrar pronto un punto de referencia para intentar armar una lógica. Cerré mi mano y le pregunté —¿Cuál es mi nombre completo? 170 Secretos del Futuro —Her Numm —respondió ella ansiosa, y las manchas de su piel se oscurecieron apreciablemente. —¿A qué me dedico? —seguí presionándola. — ¿En que ciudad estamos? —No lo sé, querido. Nunca te he preguntado cuál es tu profesión. —Me extendió su mano tridáctila y me imploró— Dame la cápsula antes de que me muera, Her. Es absurdo saber en que lugar del mundo nos encontramos ahora. No tiene sentido. Nada tenía sentido, de cualquier modo; y ella parecía demasiado perturbada para servirme de brújula. Volví a abrir mi mano, y me arrebató velozmente la pequeña esfera. Un palmo de lengua de color marrón asomó por entre sus labios y acogió la píldora en su carnosidad. Le engulló y se volvió de espaldas. —Gracias, querido. Ahora sobreviviré. —¿Por qué no puedo recordar nada? —El Flux; sin él perdemos todos los recuerdos, nos convertimos en carcasas vacías, sin voluntad, nos perdemos en Tierra de Nadie entre el sueño y la realidad. —su respiración pareció equilibrarse—. El Flux nos enfoca, nos provee de una existencia y de un entorno. Nos da la vida. —¿Cómo puedo escapar de aquí? —volví a la carga. —No puedes. Sin la droga estás atado a la zona crepuscular. 171 Secretos del Futuro Vaya. De modo que me había cortado a mí mismo las salidas dándole la cápsula a ella. Buen comienzo. —Pero no temas —me dijo ella con la voz cambiada, ahora casi melódica e impregnada de tranquilidad; su extraño y a la vez familiar rostro se me acercó, y pude sentir por primera vez su aliento. Era perfumado, totalmente exquisito, y comenzaba a perturbarme sexualmente. —¿Crees que puedas...? —quise decir. Su beso me atrapó en mitad de la frase. Su lengua era algo vivo que exploraba mi boca con fruición. Dios mío aquella especie de marciana exótica estaba excitando mi libido más allá de lo imaginable. Mi cordura comenzaba a derrumbarse, mientras su cuerpo se colocaba sobre el mío. El contacto era cálido, acogedor en su carnalidad y totalmente placentero. Yo no podía sino dejarme llevar por toda aquella situación. Algo definitivamente atávico en mi interior comandaba mi cuerpo. Podía sentir los detonadores feromonales activando todo mi deseo. Decidí abalanzarme hacia el centro de aquel sueño húmedo, el vértigo se volvía un estado inquietante mientras ella comenzaba a moverse sobre mí, maniobrando como una experta en los mapas de mi cuerpo. Sus manos corrían sobre mi cuerpo y yo sentía como mi pene erecto se fundía en su ardiente y palpitante humedad. El fuego, fatuo al principio, empezó a trepar por mi pecho, emergiendo desde 172 Secretos del Futuro el núcleo del sistema nervioso hasta alcanzar la superficie de mi piel, acariciándola con breves estallidos bioeléctricos. Los detalles de aquel sexo singular se mezclaban en mi percepción; imágenes vertiginosas que se eclipsaban en el placer de la cópula, y que a veces rozaba sutilmente la cota de dolor, ahogándome en la profundidad erótica que me ofrecía aquella mujer. El momento supremo de mi climax llegó como una onda de choque ralentizada; una explosión de fosfenos en mis ojos, el placer rugiendo a través de mi torrente sanguíneo. Pero también fue algo más sublime y extraño: sentí como en ese instante la textura fractal de la realidad se desgajara, como si se le abrieran antiguas cicatrices a la piel cuántica del continumm espacio-temporal. Y entonces caí, plácidamente, hacia el remanso de paz que me brindaban aquel lecho y aquel cuerpo que se realimentaba con mi placer. El propio acto había tomado una dimensión diferente, sagrada; como una nueva intimidad compartida, relicta. Me di cuenta, en la plenitud postcoital, de que aquella escena ya la había vivido anteriormente; de que ya conocía a esta marciana; de que todo aquel placer era de algún modo familiar. —Volveré para sacarte de aquí— dijo ella, incorporándose a medias en la cama. Yo me había quedado sin palabras, totalmente agotado emocionalmente. —Supongo que puedas esperarme un par de horas. —Me señaló hacia una de las cuatro paredes de la habitación—. Mientras, 173 Secretos del Futuro puedes entretenerte mirando uno de mis archivos. Sólo tienes que ejecutarlo. Regresaré pronto —y luego rectificó—; el Flux retornará. Confía en mí. —Pero, ¿quién eres tú? —alcancé a preguntarle. —Soy tu esposa —respondió, y de repente ya no estuvo allí. Desapareció de la realidad. Y yo seguía sin comprender nada. La habitación carecía de puertas y, a excepción de la cama y un par de artilugios mecánicos insertados en las paredes laterales, no había nada más en ella. Lo único que podía hacer ahora era esperar. Parecía que había una sola cosa clara. El Flux era la puerta hacia todos los lugares, y yo era un mutilado si no lo tenía. Noté que podía incorporarme o ejercitar los músculos, pero no tuve deseos de explorar mi estrecha prisión. Contemplé la desnuda pared que la marciana me había señalado. Ella me había dicho que activara el registro que estaba a punto. Esperé que aquello me ayudara a esclarecer las cosas; meter un poco de sentido común en la laguna insondable en que se había convertido mi pasado. Me aclaré la garganta y ordené: —Ejecuta. La pared se convirtió en una realidad alternativa, absorbente y luminosa. En ella apareció la mujer que decía ser mi esposa sentada en medio de un set televisivo junto a una hermosa 174 Secretos del Futuro entrevistadora rubia, tan humana como yo. Mi esposa vestía un vaporoso atuendo negro que le llegaba hasta las articulaciones de las piernas y dejaba desnuda una parte generosa de sus senos manchados de violeta. No llebaba ningún tipo de maquillaje facial pero podía competir con la belleza de la rubia, e incluso no desentonaba con el contexto del set. Ella era una pieza de auténtico atractivo que reclamaba toda la atención del espectador. —La doctora marciana Dai Numm —estaba diciendo la entrevistadora— es uno de nuestros más importantes especialistas en cultura contemporánea. Actualmente es profesora de Historia del Aprendizaje Personalizado en la Universidad de Titán, y su reciente obra Cultura fragmentaria en la sociedad humana posindustrial se ha convertido en uno de los últimos éxitos de venta en todo el Sistema Solar; un trabajo de extrema complejidad, que analiza la interrelación de nuestros valores sociales y nuestros valores individuales, hasta el punto de redefinir el propio concepto de cultura actual. —Muchas gracias por invitarme a tu programa —dijo la marciana—. En la extraña y acelerada época en que vivimos, es una necesidad para los historiadores participar en este tipo de evento en Red televisiva para llegar así a todos los públicos. La rubia exhibió una sonrisa perfecta y comenzó: —¿Qué significan para una historiadora términos como cultura fragmentaria y personalización del conocimiento? 175 Secretos del Futuro —Básicamente, ambos son una causa y una consecuencia recíproca —respondió la doctora—. Desde hace tres siglos los paradigmas tecnológicos han tenido una importancia capital en la amplificación, enriquecimiento y masificación de todas las formas de arte. Lo que solíamos definir como cultura de elite, es decir, la literatura, el arte y la música, fue posible hasta el siglo XIX debido al distanciamiento entre el pueblo y las instituciones artísticas. El concepto de cultura popular, que apareció entonces como contrapartida, resultó subvertido, distorsionado por los medios de masas que fueron apareciendo en el siglo XX hasta desembocar en la llamada cultura personalizada que produjo la globalización económica e ideológica del pasado siglo XXI. En la medida que la tecnología y la cultura han devenido un híbrido indivisible, ha quedado claro que tanto el arte como los fenómenos culturales han dejado de ser vehículos de expresión de grupos sociales. —En su anterior obra, Comunicación y conocimiento holístico en el tercer milenio, usted hacía referencia al shock social que implicaba la confrontación entre la cultura personalizada y la cultura fragmentaria del presente siglo. ¿Hay pruebas de que una cosa así esté ocurriendo? —Sí. Definitivamente, mientras nos adentramos en el siglo XXII, nuestra civilización está experimentando profundos cambios que la están convirtiendo en una suerte de sociedad antisocial, donde los seres humanos se han deslizado hacia el interior de sus propias 176 Secretos del Futuro psiquis, de sus propios universos subconcientes. Muy lentamente, hemos empesado a abandonar lo que conocemos como la Sociedad del Espectáculo para entrar en la Era del Conocimiento, pero tal vez, a pesar de que disponemos de la tecnología necesaria, quizás no tengamos aún una mentalidad adecuada para esa Era. El tiempo dirá. —Desde luego, pero aún subsiste una poderosa interconexión hombre-máquina a todo lo largo y ancho del Sistema Solar: incluso con las colonias estelares hay retroalimentación cultural e intercambio. ¿Existe alguna línea de continuidad entre la emergente cultura fragmentaria y la Red de comunicación intrasistema que se encarga de expandir nuestra cultura a través de programaciones televisivas como esta? La marciana se encogió de hombros sonriendo —Quizás deberíamos plantearnos esa pregunta de forma diferente. La cultura que propagan los medios de comunicación intrasistema comienza a alejarse mucho de los paradigmas culturales del individuo contemporáneo. Ya casi nadie ve los mismos programas de telepresencia, nadie accede a ciberentornos comunes. Las profesiones están desapareciendo, ya que las máquinas nos están relevando, no sólo de la producción industrial sino de la actividad intelectual y de las propias pautas tecnológicas. Hemos superado el temor a nuestra vulnerabilidad como especie, y nos estamos enclaustrando en nuestras privadas existencias mentales. Nunca 177 Secretos del Futuro antes en la historia de la humanidad han existido menos mediadores entre el individuo-usuario y la información-existencia. —¿Considera usted que la droga Flux es el detonador de la cultura fragmentaria? —En efecto. El Flux es un poderosísimo agente nootrópico que, a diferencia de los estados alterados de conciencia inducidos por los psicotrópicos del pasado, pueden conducir al individuo a los infinitos universos probabilísticos y a las regiones insospechadas de la memoria genética. Como resultado, la gente ha descubierto que el cuerpo ya no es necesario para emprender la ruta del placer, la emoción, o el conocimiento. El Flux conduce tu existencia, mientras las confiables máquinas perpetúan tu fisiología en alguna remota zona crepuscular. Hablando en términos estadísticos, casi nadie se resiste al Flux, a su beneficio de mentalidad expandida; en cierto modo, se ha convertido en el paradigma tecnológico del siglos XXII. —Quisiera enfocar el tema del Flux desde un punto de vista diferente, —En el trasfondo del set comenzaron a desfilar imágenes y símbolos desconocidos—. Usted es una marciana actual; no es un individuo auténticamente natural, debido a que su especie es el resultado de una clonación modificada a partir de residuos biológicos encontrados en ciertos sustratos geológicos de Marte. —Sí —respondió mi esposa cruzando las piernas con cierta gracia—. Ante el problema de las enormes secuencias de ADN, destruidas por el paso de millones de años, los científicos se vieron 178 Secretos del Futuro obligados a efectuar una hibridación entre el ADN humano y los restos del material genético marciano; de modo que tal vez nunca podamos saber cuál fue la verdadera forma de nuestra especie original. Pero, ¿a dónde quiere usted llegar? —¿Consume usted Flux, doctora Dai? —Por supuesto. Estoy aquí sólo de paso. —Bien —dijo la entrevistadora—. Muchos otros marcianos consumen el Flux, ¿es esa una reacción social estándar de los miembros de su comunidad, o acaso pretenden, bajo la acción de la droga, penetrar en la memoria genética del componente marciano y adquirir esos conocimientos específicos? Mi esposa quedó en silencio durante unos segundos,. Tal vez había sido una pregunta grosera. —Es una cuestión compleja —dijo al fin—. Creo que todos buscamos algo dentro de nosotros mismos, y no estoy segura de que el impulso tenga algo del mimetismo humano, o responda a nuestra arquitectura marciana. Todos los seres inteligentes tienden a buscar sus orígenes; es algo ancestral. De cualquier modo, todos sentimos que somos entidades de transición. Y en ese instante sentí la cápsula otra vez dentro de mi puño cerrado. Volví a abrir la mano y la miré fijamente. El Flux parecía llamarme desde su interior. Un poderoso reclamo semiótico palpitaba en aquel esferoide plateado: Universos en cascada, túneles intradimensionales; soñar despierto, vivir en sueños fractales. 179 Secretos del Futuro Me llevé el Flux a los labios y cerré los ojos, aguardando al salto de realidad. ...Soñar despierto. 180 Secretos del Futuro Tiempo Por Armando Angel González ¿Nunca han conocido a una persona que podría sobrevivir tanto en una ciudad medieval como en una megalópolis ciberpunk? Yo sí. Armando Ángel González de la Rosa (La Habana 1967) tiene un par de manos bien hábiles y la capacidad de adaptarse a la realidad más dura manteniendo un mundo interior amplio e independiente. Lo anterior, más su estatura, le permite tener los pies en la tierra y la cabeza en las nubes. Es además por partida triple lo que en Japón llaman un otaku, o sea, tiene como profesión la electrónica, escribe y lee ciencia ficción, y es fanático del manga, el estilo japonés de historieta. “Tiempo”, aborda uno de los temas más viejos del género, inaugurado nada menos que por H. G. Wells(1866-1946). El viaje en el tiempo, una de las grandes obseciones del hombre. Corregir errores del pasado, cambiar el futuro, ha sido el sueño de muchos durante años. Pero... ¿Qué tal cuando se convierte en un arma y podemos ser traicionados por nosotros mismos? ······· El hombre hizo una pausa. Contempló al auditorio seriamente. ¿Comprenderían ellos la magnitud de sus palabras? 181 Secretos del Futuro Probablemente no, y menos aún aquella escuálida y desarreglada muchacha de la última fila. Continuó: -Después de muchos siglos, el gran sueño del hombre ha sido alcanzado. Fue una gran empresa. Tiempo y dinero se invirtieron en este, mi proyecto, que finalmente ha tenido éxito. Algo indefinible ocurrió. Nadie pareció notarlo. Quizás no fuese nada, pero él sintió como una ola suave e invisible que barrió el salón. Observó al público. Seguían allí, normal, igual que antes, incluso la misma escuálida muchacha, vestida con una bata del instituto, en la primera fila. Su cara le era familiar. ¿De dónde la conocería? Creyó recordar a alguna auxiliar de limpieza. ¿Sería ella? - La tecnología que hemos desarrollado hoy día ha permitido alcanzar este sueño, algo que tiempo atrás sólo era posible en la fantasía de los escritores de ficción. Aquello sucedió de nuevo. Fue inexplicable. Tenía la sensación de haberse desvanecido, pero allí estaba, dando su conferencia. Miró a su ayudante, sentada junto a él, una escuálida muchacha graduada recientemente. Cierto que no era una beldad, pero sí eficaz y rápida, y sobre todo muy competente. Debido a ella podía dedicarse a lo básico, delegándole la rutina del proyecto. - Gracias a nuestro arduo esfuerzo- exclamó, al tiempo que abarcaba con un gesto a su equipo, y en especial a aquella escuálida 182 Secretos del Futuro mujer.- ya no será un secreto la historia del hombre, ni de la Tierra, ni tan siquiera del Sistema Solar. Ocurrió de nuevo. Esta vez la visión se le nubló, y tardó unos instantes en recuperarse. Varias personas se le acercaron solícitamente, pero él los calmó con un: ”No pasa nada, estoy bien”, y se acomodó nuevamente en su butaca de la primera fila, para seguir escuchando la brillante conferencia que ofrecía la nueva estrella de la ciencia: su esposa. La escuálida mujer de pie en el estrado continuaba su exposición, lanzándole sonrisas y miradas amorosas. -...y todo esto no hubiese sido posible sin el apoyo de mi querido esposo. Hubo una ovación. El hombre se levantó y saludó. ¡Qué afortunado se sentía de ser el esposo de tan brillante científica! Además de haber colaborado aunque sea un poco en el proyecto. Escuchó a su esposa decir: - Claramente se comprenderá que toda buena obra tiene su parte negativa. He decidido crear ciertas reglas para restringir el uso de esta tecnología. Comprendiendo que el riesgo y la responsabilidad son muy grandes, y que incluso encierra un grave peligro para nuestra especie, este proyecto pasa a ser gubernamental y clasificado. Esta vez tardó más de un minuto en recuperarse. Lo sacaron rápidamente de la última fila hacia la enfermería. Aún podía ver a aquella escuálida mujer hablando de cosas que no 183 Secretos del Futuro entendía muy bien. Se sentía mareado, quizás porque hacía dos días que no comía. Su ropa sucia se hacía jirones en las manos de los militares que se lo llevaban, mientras veía a lo lejos aquellos ojos cínicos que le crispaban los nervios, aunque no sabía por qué. 184 Secretos del Futuro Los meandros de la Historia Por Yoss José Miguel Sánchez (La Habana 1968)... Yoss ¿Tengo que decir más? ¿Seguro que eres cubano y te gusta la ciencia ficción? Lo importante sobre YOSS, más allá de sus incursiones en el realismo social, o de sus recientes libros, Reino Eterno y Los pecios y los náufragos, es Timshel. Timshel fue el libro de cuentos que ganó el Premio David de Ciencia Ficción en 1987. Por aquella época, para comprar CF cubana y no sentirse estafado aun en aquellos centavos que costaba un libro en los ochenta, uno tenía que cazar un Agustín de Rojas o un Gregorio Ortega, poco editados. Timshel hizo la diferencia. Esos cuentos eran hard, o sea, tenían sostén científico, y además sexo, violencia y lenguaje… literario. Amén de aventura y reflexión en las dosis adecuadas. Nos hizo creer que la cuentística de CF cubana tenía futuro. Y entonces, llegaron los noventa. Cuba entera se dedicó a la realidad actual, y YOSS al realismo. No abandonó la CF por completo, pero… aun estamos esperando otro puñetazo como Timshel en los anaqueles. “Los Meandros de la Historia” pudiera ser el anuncio de la vuelta del YOSS de Timshel. Aunque este cuento no tenga una 185 Secretos del Futuro presencia tan fuerte de la ciencia y la tecnología, su reflexión sobre el destino de la humanidad y las manipulaciones que puede sufrir su historia (y me refiero a la HISTORIA con mayusculas) es uno de los asuntos esenciales de la ciencia ficción. Aquí está tratado con un coraje filosófico cuya verdad última no es para nada indulgente. ······· Para Eduardo Del Llano y Alberto Mesa. Humorista e historiador, amigos ambos. Y para Nancy, que conoce el WFP, no faltaba más. Noly subió bufando el último tramo de empinadísimas y desgastadas escaleras para toparse con una vetusta puerta cuyo estado de conservación no desentonaba con el del resto del inmueble, un palacio venido a menos que ya debía ser antiguo cuando Alejandro Borgia fue investido papa. El número estaba medio despintado, pero aún se veía. Apartamento 46 del 20034 de Via Jenofonte. Comprobó con la tarjeta que le diera Abel. Era ahí mismo. Una viejita canosa y encorvada que pulía el pasillo con un trapeador que también parecía contemporáneo de los Borgia lo miró con la misma cara desconfiada de todas las encargadas de limpieza 186 Secretos del Futuro del mundo. Solo le faltó gruñir: "A ver si cogemos por la orillita, joven…" La tal EMPAREDHIS no podía ser muy boyante. A Noly le entraron ganas de estar bien lejos de allí. Tal vez la razón de que la empresa no radicara en un superedificio nuevecito no fuese algo tan inocente como la simple falta de fondos. Después de todo, aquello de Reescritura de la Historia sonaba a negocio sucio. Se imaginó de pronto enredado con la CIA, la KGB, la ETA, el IRA, Al Quaeda, Alpha 66, la mafia rusa… o todos juntos. En el mejor de los casos, todo no sería más que una broma pesada de Abel, así que si se iba ahora, lo dejaría con las ganas de reírse de él… Pero ¿y si era verdad? Tal vez estaba siendo demasiado escéptico. ¿No habían toda clase de cosas extrañas en el capitalismo? Sex-shops, hoteles para perros, matrimonios gay y otras excentricidades así. Además, si de veras existía la tal EMPAREDHIS (Empresa Para la Reescritura de la Historia… por lo visto no eran los cubanos los únicos amantes de las siglas raras… aunque la verdad que esta parecía más bien la de una compañía de sandwichs) hasta parecía lógico que se encontrara precisamente en Roma, como la FAO o el mismo WFP que lo había contratado. Con todos aquellos siglos de historia en cada piedra, la Ciudad Eterna parecía mejor que , por ejemplo, París, donde estaba la UNESCO. O New York, sede la 187 Secretos del Futuro ONU, o hasta La Haya, que ya alojaba la Corte Internacional de Justicia… Tocó. La puerta se abrió al impacto de sus nudillos: ni siquiera estaba cerrada con llave. Al otro lado del umbral, en lugar de las máquinas extrañas que a la vez temía y deseaba encontrar, solo la más corriente de las oficinas: Archivadores grises debajo de un viejo aire acondicionado, una ventana de vidrios empolvadísimos, un inmenso mapamundi físico en la otra pared, y en la tercera uno de aquellos árboles de tiempo de la evolución de la cultura humana, con los clásicos cromagnones en las raíces, chinos, egipcios y mesopotámicos en el tronco, romanos, griegos, aztecas e incas en las ramas y la nave espacial de siempre en el copito donde todas confluían en la cultura global contemporánea. Y un buró, claro; con la computadora de rigor encima, y también clásico, una silla delante y un sillón detrás. Sentado en él, un hombre. Traje y corbata azul marino, camisa blanca, cabello castaño bien cortado, ojos café, sin barba ni bigote ni gafas, y una cara de disponibilidad tal que… a Noly se le ocurrió que si alguna vez a alguien se le ocurría erigirle un monumento al Funcionario Desconocido, aquel tipo podría servir muy bien como modelo. Tampoco tenía una mancha ni una pelusa fuera de lugar en el traje, ni una verruga, ni un grano, ni una cicatriz que le diera un ápice de individualidad. 188 Secretos del Futuro -Buon giorno, signore. Il mio nome é Hiro Dotus. ¿In ché posso servirlo?- dijo muy afable y en perfecto italiano en cuanto lo vió entrar. También su voz era anodina, normal, estándar, sin ningún acento … bueno, al menos el nombre ya era otra cosa. Tranquilizador. Hiro sonaba como japonés, y en cuanto al Dotus, podría ser holandés, o quizás danés... pueblos serios y emprendedores, poco amantes de las estafas, todos. -Eh, salve, io sono Manuel… eh, io vorrei…- empezó Noly, maldiciendo su falta de familiaridad con la lengua de Dante: en las dos semanas que llevaba en Roma, con los colegas del WFP solo había hablado en inglés… -Disculpe, Manuel ¿habla español?- lo interrumpió al punto Hiro Dotus. -Sí, soy cubano- asintió Noly, sorprendido -Pero ¿cómo…? -Experiencia. Tenemos clientes de todas las nacionalidadessonrió esfíngico Hiro Dotus -Además, imagínese- gesticuló, con aire cómplice -en nuestro… ramo nos resulta muy útil cierta familiaridad con idiomas arcanos ¿entiende? Yo mismo hablo y escribo perfectamente quechua y aymara, latín y griego antiguo, me defiendo en arameo y puedo leer sánscrito y egipcio, tanto la escritura demótica como la jeroglífica. Después de eso, español, alemán, francés, inglés, son casi un juego… 189 Secretos del Futuro -Ah- dijo tan solo Noly. A él, después de tantos años, algunos fonemas del idioma de Shakespeare todavía le anudaban la lengua de vez en cuando. -Sí, ah- lo apoyó Hiro, y se sonrisa se hizo mas amplia aún al decir: -Y bien, ¿qué tal si entramos en materia? Para empezar, Manuel, podría decirme, además de qué lo trae por nuestra oficina, quién le habló de nosotros… Noly tragó en seco y empezó a balbucear, mirando al suelo: -Bueno… ¿sabe? Es que yo estoy trabajando en el WFP… somos muchos extranjeros, de todas partes del mundo, y las relaciones interpersonales a veces se vuelven difíciles ¿entiende? El caso es que hay uno, un camboyano, que no para de restregarme por la cara que mientras sus antepasados khmers ya habían construído todo el complejo de Angkor, los míos, los taínos cubanos, todavía andaban cazando caguamas, sembrando yuca, fumando encueros y bailando el areíto. Yo he estado tres veces a punto de partirle la cara, porque uno tiene su orgullo nacional y eso, pero un amigo peruano, Abel… o sea, el señor Hernández, que me dijo que eso no resolvería nada y me habló de ustedes, así que aquí estoy, señor Dotus…respiró al fin. Lo había soltado todo…bueno, casi todo: no había dicho que el verdadero motivo de que no le hubiera caído a piñazos a Kim era que, aunque el insoportable chinito no pesaría siquiera 55 kilos ni llegaba al metro con sesenta, en una velada étnica en el WFP lo 190 Secretos del Futuro había visto dar una impresionante demostración de su habilidad en algún extraño arte marcial lleno de brincos y patadas voladoras… y ¿qué sentido tenía empezar una bronca que ya sabía imposible de ganar? -Manuel , por favor, llámeme Hiro- sonrió de nuevo el Funcionario Anónimo, cuyos dedos danzaban ya una histérica coreografía sobre el teclado de su ordenadora -Veamos… Abel Hernández, peruano, sí, aquí está, como no… le contaría encantado de la reescritura de los orígenes del imperio inca que nos solicitó, verdaderamente original… pero ¿sabe? está el secreto profesional, la privacidad… y es un gran cliente, que ya nos ha enviado a varios otros. Como usted… -Entiendo, entiendo- lo cortó Noly, preguntándose si el avaro peruano cobraría comisión por cada nuevo cliente -Mire, Hiro, hablando en plata: yo había pensado en algo… radical, tremendo… no sé, algo que hiciera que Kim se callara para siempre ¿pueden ayudarme o no? -Humm- musitó Hiro Dotus, sus manos aún corriendo por el teclado -Creo que sí, Manuel… veamos. Los taínos… tabaco, yuca, caza, pesca, conchas, areíto, behíques, animismo… sí, cultura neolítica… Angkor, medioevo del Sudeste Asiático… complejo, pero no imposible -sonrió nuevamente- Bien ¿qué le parecería una teoría bien fundamentada sobre la presencia de algunos taínos entre los ingenieros que construyeron Angkor? 191 Secretos del Futuro -¿No estará… exagerando un poco?- dudó Noly, aunque interiormente encantado con la idea. Mejor que todo lo que había imaginado ¡Taínos en Angkor! Kim tendría que comerse sus palabras… y sin arroz. Luego le vino otra duda: -Pero ¿no… costará demasiado? -Un momento… veamos… exactamente 570 euros- dijo al fin Hiro, siempre risueño, tras otro breve y frenético tecleo -Pero le garantizo que así ese camboyano no lo molestará nunca más… -¡¡¿570 euros?!!- bufó Noly, aunque más por amor al regateo que porque le pareciera realmente caro: si bien la cifra habría sido una auténtica fortuna en Cuba, era apenas la tercera parte del sueldazo que le pagaba cada mes el WFP como consejero agrícola… qué lástima que aquella contrata no pudiera durar para siempre: como iba a echar de menos aquel dinero cuando regresara a Cuba y a su modesta plaza de profesor asistente de Hidrología de Suelos en el ISCAH. -Siempre lo puede pagar a plazos, y sin intereses. Le doy una factura detallada de los costos, si quiere…- propuso Hiro Dotus sin perder su sonrisa, y comenzó a enumerar, leyendo en la pantalla del ordenador: -Por el hallazgo de pictografías que representen grandes canoas de guerra taínas tipo catamarán, capaces de cruzar el Atlántico: 50 euros… no será tan convincente como encontrar una embarcación completa enterrada en una ciénaga, pero sí más barato, e igual bastará. Los taínos, como cultura del tronco arahuaco, no 192 Secretos del Futuro tenían lenguaje escrito, y eso facilita bastante el asunto… si viera lo que nos costó crear una duda razonable de que los chinos pudieron haber descubierto América. Sigo; para confirmar que el viaje hipotético tuvo realmente lugar, ubicar unos fragmentos de una de esas canoas, tallados en una madera exclusiva del Caribe, yaya o guayacán, quizás, en la costa marroquí o la de Libia: 100 euros… más caro, porque es una zona arqueológicamente más explorada. Y si además quisiera que se encontrase un testimonio escrito, por ejemplo, en amárico antiguo, del paso por Etiopía de un contingente de mercaderes extranjeros de baja estatura, cabello lacio y negro y tez cobriza… 100 más- lo miró, súbitamente serio -Aunque lo que sí sería una evidencia prácticamente indiscutible es que aparecieran en la mastaba de algún faraón egipcio de una de las dinastías más oscuras, la XII o la XVI, por ejemplo, productos agrícolas caribeños típicos… como hojas de tabaco o tubérculos de yuca desecados… claro que también resultaría más sospechosa, y costaría el doble, pero eso no lo incluyo en el precio, es solo hipotético- alzó la vista y se encontró con la boca abierta de Noly- ¿Se siente bien, Manuel? ¿continúo? -Eh… sí, siga… es solo que sus… métodos me sorprenden un poco- balbuceó Noly, y puso en práctica acto seguido un truco de regateo aprendido (lógicamente) de Abel: cuestionar la naturaleza misma del producto que se pretende comprar: -Pero, me viene una duda: Lo que hacen ustedes es reescribir la historia ¿o solo 193 Secretos del Futuro falsificarla? A fin de cuentas, por lo que sé, no fueron los taínos quienes construyeron Angkor… La sonrisa del Perfecto Funcionario se borró tan de golpe de la cara de Hiro Dotus que Noly temió haber ido demasiado lejos. Pero se equivocaba. - Reescribir, falsificar- empezó a decir el otro con un tono cansado, como si repitiera una frase mil veces pronunciada -¿Acaso hay una única verdad? En la historia, como en la vida, todo depende del punto de vista. Manuel, me decepciona usted. Pensé que si había venido aquí era porque tampoco creía en esa estúpida concepción lineal y absoluta de la realidad y el devenir temporal- ya volvía a sonreír - Supongo que habrá oído antes eso de que la historia la escriben los vencedores… ¿no? -Sí, claro- admitió Noly, entendiendo al vuelo a dónde quería llegar Hiro -algo he leído al respecto. La concepción estática y eurocentrista y todo eso ¿no? -Bien para empezar - asintió Hiro Dotus vivamente -Me encantan los clientes bien informados. Pero lo que trato de decirle es que cualquier concepción exclusivista a la larga resulta errónea. Mire, para hacerle entender mejor a qué me refiero… ¿Ve esa gráfica de tiempo?- señaló a la pared -Pues imagínesela no como una estructura vertical, no un árbol, sino algo horizontal… como un río con todos sus afluentes. ¿Puede hacerlo, Manuel? 194 Secretos del Futuro -No faltaba más, mi especialidad es la Hidrología- bufó ofendido Noly - Sí, podría ser un perfecto sistema hidrográfico… manantiales, afluentes, corriente principal… aunque el que confluyan todos en un solo cauce no es muy verosímil… -Bueno, es solo una analogía- se excusó Hiro -Pero, sí… ningún cauce es así de ordenado ¿verdad? Los ríos no corren en línea recta; giran alrededor de las rocas, se estancan en el fondo de los valles, frenan su fluir en largos meandros curvos -su voz había recuperado aquel tono de discurso mil veces pronunciado -Y la historia hace lo mismo. No es esa estática, ordenada escalera única que nos enseñaron en la escuela, que asciende continua de los egipcios a los griegos, de los romanos a los carolingios. Está viva, es dinámica, se reordena una y otra vez, tiene tramos laterales, rellanos, escaleras paralelas: los kurganes, los escitas, los hititas, los incas, los mochicas, las culturas polinesias… culturas de distintos niveles, floreciendo varias al mismo tiempo, o unas alzándose hacia su auge mientras otra decaen. No hay una sola historia, sino muchas. El concepto de la aldea global es reciente, pero incluso hoy coexisten el Paleolítico de los papuas de Nueva Guinea con el siglo XXI en Tokyo y New York. Y cada una tiene su historia. -Muy interesante- aceptó Noly, pero insistió, terco: -Aunque igual los taínos no construyeron Angkor… ni en esta, ni en su historia ni en ninguna otra. 195 Secretos del Futuro -¿Está usted tan seguro?- Hiro Dotus sonrió mirando la computadora -Porque antes dijo "por lo que sé". Quizás sí lo hicieron, y es solo que ni usted, ni yo, ni los historiadores lo sabemos. Además, nosotros ni siquiera decimos que lo hayan hecho… solo que podrían haberlo hecho. ¿No sabe cómo funciona el mundon académico? Una hipótesis, con algunas pruebas o al menos dudas razonablemente positivas, ya asciende al rango de teoría… aunque de ahí a seguridad falte un buen trecho aún. Pero teorías más increíbles han sido propuestas por los investigadores más serios… El descubrimiento de América por una expedición mongola; la población de Australia por navegantes paleolíticos de origen bosquimano. Y algunas hasta casi se han demostrado: Por solo citar una, Thor Heyerdhal logró que se incluyera su teoría de la colonización de la Polinesia por pueblos de origen andino en muchos libros, y eso siendo apenas un aficionado. Y el río oficial de la historia también está lleno de meandros, tramos muertos, lagunas, cataratas y sumideros… Hay mil acontecimientos que parecerían improbables, pero que están más que bien documentados, que ocurrieron realmente. El cartaginés Haakon dió realmente la vuelta a toda Africa un milenio antes que Vasco de Gama. Y los vikingos no solo estuvieron en América antes que Colón, sino que llegaron a Sicilia, fundaron Rusia. Los ainos del japón son un pueblo caucasoide, no de aspecto asiático, o sea, que vinieron de Europa o al 196 Secretos del Futuro menos de la India aria. Zimbabwe y Tumbuctú eran capitales de imperios negros que nada tenían que envidiar al de Carlomagno… -De acuerdo, de acuerdo; basta- pidió clemencia Noly, maldiciendo todos los tacos que había tirado durante las clases de Historia en vez de atender mejor. -Siga con sus hipótesis y sus precios, por favor. -Un par de referencias en uno de los nuevos rollos de pergamino del Mar Muerto a los pueblos venidos del mar que echaban humo por la boca; 150 euros- Hiro se encogió de hombros … los judíos siempre fueron algo tremendistas, ya sabe, pero con las fuentes paleocristianas uno no puede improvisar mucho, no al menos en esta cultura occidental. Luego, que aparezcan otros indicios en los anales de alguna de los ciudades del Asia Central por las que pasaba la Gran Ruta de la Seda… tal vez Samarcanda y Bujará; 1000 euros más… los precios han subido, hace unos años por la misma cantidad hasta podríamos ofrecerle un capítulo semi-apócrifo de El Millón de Marco Polo donde el gran trotamundos veneciano hablara de los pequeños extranjeros de piel cobriza que jugaban a pasarse una pelota sin tocarla con manos ni pies. Para terminar, 70 euros más para que uno o dos esqueletos ricos en nicotina y pertencientes a individuos de baja estatura aparezcan en un sepulcro de Angkor, y le prometo que más de un digno académico morderá el cebo, empezará a atar cabos y entonces usted tendrá su venganza… 197 Secretos del Futuro -Visto así, sí que parece un precio razonable- dudó aún Noly -¿Pero bastará? Me parecen unos hechos un poco endebles para construir una hipótesis… ¿Y además… cuánto demorará? - Eso es lo malo, puede tardar un poco… yo diría entre 3 y 5 años. Pero le garantizamos los resultados, eso sí. Creáme: no conoce usted a los historiadores- sonrió cómplice Hiro Dotus -Con mucho menos que eso algunos han puesto en tela de juicio teorías mucho más probadas. Ya hay hasta quienes dicen que Colón nunca estuvo en América, y que fueron los hermanos Pinzones los verdaderos descubridores ¡qué cosas, no?- Noly rió y Dotus lo imitó, hasta que volvió a ponerse serio -Pero no hay que juzgar a los académicos con demasiada dureza. Yo diría que es una tendencia psicológica normal: de tanto estudiar lo que creen invariable, ya sucedido, el pasado inalterable, empiezan a soñar con la la historia como un juego de rol, con los mundos alternativos, con lo que hubiera podido pasar si… o con tal de encontrar un campo virgen para un par de artículos, se obsesionan con una cultura sin importancia, y tratan de inflar su importancia, sacarla del calmado meandro del río de la historia donde surgió y desapareció sin pena ni gloria, y lanzarla al torrente principal de los acontecimientos. Y lo único que hacemos nosotros es darles un punto de partida, cuando más ayudarlos un poco. -Ya… revolver un poco el fango de los meandros de la historia- pensó Noly en alta voz. -Y a fango revuelto, historia confusa… 198 Secretos del Futuro -Buenas metáforas esas dos ¿puedo anotarlas?- inquirió Hiro -No nos hacemos publicidad aún, por motivos obvios… pero todos en la empresa tenemos la esperanza de que pronto cambien las cosas ¿sabe?- volvió a teclear en su ordenador -De todos modos, debo advertirle que si su reescritura es asunto urgente, el plazo puede reducirse sí… pero los costos se multiplicarían de modo notable- se encogió de hombros- El río de la historia tiene su inercia, y por ignorados y pequeños que sean los meandros, lleva tiempo ponerlos en movimiento. Y mucho dinero… hay que pagar a muchos arqueólogos, estudiosos, etc…. no crea que soy el único que está en la nómina de la empresa, yo soy apenas el rostro visible, pero hay muchos nombres famosos que trabajan para nosotros… Mire, lo que le decía- tras teclear casi con furia, leyó:- algo relativamente simple, pero definitivo; para que un especialista en lenguas orientales descubriese similitudes fonéticas entre el alfabeto khmer y la lengua arahuaca, el mínimo serían 5000 euros… Noly tragó en seco. ¡¿5000?! Decididamente fuera de su alcance. Además, después de todo, 3 años no eran tanto, y por 570 euros… -De acuerdo- musitó -Me quedo con el plan original- suspiró, y para relajar tensiones, se le ocurrió preguntar -Pero, tengo otra curiosidad. Dígame, ya que ha hablado de tantos historiadores y arqueólogos… ¿Thor Heyerdhal, el de la Kon Tiki… estaba en su 199 Secretos del Futuro nómina? Supongo que ahora pude decírmelo sin problemas, como ya murió hace años… es que visitó Cuba una vez y lo vi de cerca La faz de Hiro Dotus volvió a adoptar su expresión de Funcionario Perfecto, pero ahora en la variante de No Estoy Autorizado A Revelar Ese Dato -Lo siento, nuestras nóminas son altamente secretas y además… Lo interrumpió la intempestiva apertura de la puerta, que también hizo girarse a medias a Noly en su propio asiento, curioso por ver qué nuevo cliente entraba. Aunque la verdad es que no era precisamente un cliente lo que parecía el recién llegado .-¡Noticias… grandes noticias! ¿no te dije que nos seguían los pasos muy de cerca?- aulló en inglés, pero callándose al percatarse de que Hiro Dotus no estaba solo. Era un tipo alto, delgado pero de apostura vagamente atlética, como de jinete o corredor de fondo. Usaba un fino bigotito y un safari caqui, botas de montar altas y salacot de médula de bambú. No le faltaban ni siquiera los binoculares colgando del cuello y la fusta en la mano. De toda su persona brotaban nubecillas de polvo, o tal vez de arena. Para completar la viva estampa del perfecto caballero explorador colonial solo se necesitarían un par de negros semidesnudos llevando bultos en la cabeza y llamándolo "bwana" o "sahib". Y Noly no pudo menos que preguntarse si habría llegado a caballo, en dromedario o en elefante. 200 Secretos del Futuro -Ya se sabe que nos vigilan, Burton, pero puedes hablar con confianza delante del señor; es un cliente- lo conminó Hiro Dotus, dando más datos para calmar al explorador -La suya es una reescritura interesante; taínos en Angkor… En fin, habla de una vez ¿qué ha pasado ahora? -¿Cómo que qué, Hiro… acaso no has leído el London Times de hoy?- continuó el tal Burton con un vetusto, exagerado acento británico, atusándose furiosamente con una mano el casi invisible mostacho mientras sacudía en la otra un periódico doblado -¡Se acabó el secreto! ¡Se habla de nosotros, y en primera página! - sus aristocráticas facciones estaban distorsionadas por una emoción que a Noly no le quedaba muy claro si era simple sorpresa… o furibunda ira. Pero por lo visto, compartir con otros las malas nuevas lo ayudaba a calmarse, porque continuó, ya más tranquilo, tendiendo el diario a Hiro: -Dotus, el asunto es grave… ya te había advertido hace años que aceptar la propuesta de ese Daniken nos iba a meter en problemas, sé reconocer a alguien indigno de confianza en cuanto lo veo… -Hum… sí, grave- murmuró Dotus mientras leía -¿Conque ahora a esos locos discípulos de Erick se les ha ocurrido decir que somos extraterrestres? Pues habrá que tomar algunas medidas-sus ojos chispearon con una furia que hizo que Noly se sintiera muy feliz de no ser el tal Erick. 201 Secretos del Futuro Pero no tuvo tiempo de sentir mucho más; Hiro Dotus, moviéndose con una rapidez insospechada para su aspecto, saltó por encima del buró desde su sillón-trono. Y cuando Noly aún intentaba comprender cómo había logrado tal proeza atlética más digna de un ninja o un campeón olímpico de salto que del Funcionario Perfecto, se vió acompañado o más bien empujado por él hacia la puerta, entre nubes de excusas profesionales: -Tendrá que disculparnos… asuntos privados… le haremos un descuento especial (eso fue lo que realmente lo decidió a dejarse sacar de la sede de la EMPAREDHIS)… imperativos de política de la empresa… (y, no podía faltar:) no nos llame, nosotros lo llamaremos… Así que se encontró de nuevo en el pasillo… y cuando se inclinó para pegar la oreja a la puerta tratando de enterarse de algo más, solo alcanzó a escuchar "lo peor de todo es que si Daniken y los suyos nos hacen la competencia, tendremos que bajar todavía más los precios…" en el inconfundible acento de gentleman de Burton, y luego un imperativo siseo. A partir de ahí, solo un extraño intercambio de chillidos que lo hizo pensar más en el diálogo de dos murciélagos que en una conversación entre seres humanos. Y, tras escucharlo durante otro algunos segundos más por si acaso, aunque sin entender nada, chasqueó la lengua y se irguió dando media vuelta… 202 Secretos del Futuro Con lo que chocó de espaldas contra alguien que estaba inclinado sobre él, derribándolo. La anciana limpiapisos cayó cuan larga era, con gran estruendo de cubo y trapeador. Aturdido y avergonzado, con la mejor excusa que conocía en italiano en la punta de la lengua, Noly se inclinó para ayudarla, pero lo que vió lo hizo cambiar de idea y darse a la fuga. Medio minuto después y varios tramos de escaleras más abajo, mientras trataba de recuperar el aliento en la calle, varias preguntas rebotaban en la confusa mente de Noly: ¿Un trapeador que al desarmarse mostraba dentro extraños mecanismos… como una mirilla telescópica? ¿Y un cubo cuyo doble fondo escondía un par de auriculares? ¿Habían avanzado tanto las técnicas de limpieza… o era cierto lo que había dicho Burton, y la EMPAREDHIS estaba estrechamente vigilada? La viejita usaba peluca, y el cráneo rapado debajo tenía tatuada ¡una foca! ¿Una limpiapisos de los SEAL de la marina de los EE. UU.? Y el salto de Hiro Dotus por encima del buró: había sido…increíble. Aunque no tanto como aquella cola con la que a Noly le había parecido que se impulsaba. Los seres humanos no tienen colas, ni saltan así ¿Serían realmente extraterrestres? O teniendo en cuenta a aquel Burton… ¿Podría ser de veras Richard Burton, el descubridor de las fuentes 203 Secretos del Futuro del Nilo? ¿No había muerto en el siglo XIX? ¿Viajeros del tiempo, también? ¿Y aquel Daniken, familiarmente Erick… no sería por casualidad Erick Von Daniken, el de El Regreso de los Dioses y todos esos libros que decían que los ETs lo habían hecho todo en la historia del hombre? Si Hiro Dotus había mencionado antes a Thor Heyerdhal, tal vez… Noly se encogió de hombros y chasqueó la lengua mientras se alejaba caminando, pensativo y cabizbajo. Ya lo llamarían ellos, sí… el caso es que él no tenía cómo llamarlos. Por lo visto, Kim tendría que esperar un poco. Luego sonrió. Como decía Hiro Dotus, a veces lo más importante podía no ser lo que había pasado, sino lo que pudiera haber pasado. No la corriente principal, sino los meandros del río de la historia. Y, después de todo: ¿quiénes era Kim y él, ni arqueólogos ni historiadores, para estar tan seguros de que, en uno de esos meandros, los taínos no habían colaborado realmente en la construcción de Angkor? 204 Secretos del Futuro Indice Siridi, la de los ojos grises, por Yaly, Alto Cronista. /11 Nada que declarar, por Anabel Enríquez. /41 Todos los Boutros vs. Todos los Hedren, por Juan Pablo Noroña. L.. /50 Los Noseniqué tienen la panza rayada, por Sigrid Victoria Dueñas. /66 El Empalador, por Victor Hugo Pérez Gallo. /80 Electric Geisha, por Duchy Man. /88 Por Contrato, por Abel Ballester. /95 Tarot, por Eliete Lorenzo Vila. /102 Huésped del Basurero, por Alberto Mesa Comendeiro. /107 Animalitos, por Eduardo del Llano. /117 La Extraña muerte de Mateo Habba, por Fabricio Gonzales Neira. /125 Palabras, por Ricardo Acevedo. /136 El Centinela, por Erick Mota. /139 Cruz de Hierro, por Roy Jorge. /159 Germer Onatir, por Javier de la Torre R. /164 Mala Estrella, por Erkins Freixas Rumayor. /175 Flux, por Vladimir Hernández. /181 Tiempo, por Armando Ángel González. /194 Los Meandros de La Historia, por Yoss. /198 205