PRÓLOGO PARA SECRETOS DEL FUTURO ANTOLOGÍA DE

Anuncio
PRÓLOGO PARA SECRETOS DEL FUTURO
ANTOLOGÍA DE CIENCIA-FICCIÓN.
Cuando analizamos el desarrollo que ha tenido el género de ciencia-ficción en Cuba en
estos 40 años de existencia, podemos, a vuelo de pájaro, diferenciar cuatro etapas o
promociones bien definidas:
La inaugural coincide con los primeros años de la revolución, fundamentalmente a
partir de 1968, cuando comienzan a publicar autores como Ángel Arango, Arnaldo
Correa, Oscar Hurtado, y Miguel Collazo, entre otros. Con gran influencia de escritores
anglosajones de la Edad de Oro, como Ray Bradbury o, Isaac Asimov, muchos de sus
cuentos y novelas se caracterizan por el deseo de crear una ciencia-ficción “nacional”, a
través del uso de contextos costumbristas, así como del humor y el choteo cubanos.
Una segunda etapa que comienza en los años 80, a partir de la formación del taller
Oscar Hurtado, de Plaza, y del concurso David de ciencia-ficción, donde se dan a
conocer, entre los más importantes, escritores como Agustín de Rojas, Daína Chaviano,
F. Mond, Eduardo del Llano y José Miguel Sánchez (Yoss). En esta etapa surge de la
mano de Daína Chaviano y el Yoss lo que en breve se desarrollará como el subgénero
de la fantasía épica dentro del fantástico cubano.
Nos atreveríamos a definir una tercera etapa, que comienza a mediados de la década de
los 90, con la formación del taller El negro hueco, en el que emergen nuevos autores
como Michel Encinosa, Vladimir Hernández, Fabricio González y Ricardo Acevedo,
una etapa signada por la aparición de la temática ciberpunk, el minicuento y el
desarrollo de la fantasía heroica.
La cuarta y última etapa (por ahora), surge desde finales de los 90 y continúa hasta la
fecha, donde, a la par del desarrollo de los géneros y los autores ya existentes en las
promociones anteriores y que continúan en activo, se conforma el grupo Espiral con una
nueva horneada de jóvenes escritores, una promoción caracterizada por su compleja
heterogeneidad temática y estilística.
En general, dentro de las corrientes tenidas en cuenta por los escritores actuales,
podemos encontrar, además de la ciencia ficción tradicional (sociedades futuras, ópera
espacial, paradojas temporales, la robótica, los extraterrestres, etc.), el ciberpunk, la
fantasía heroica, (seria o paródica, mítica o mágica), el New age, el gótico y el horror, el
infantil fantástico y hasta la literatura realista con elementos de ciencia-ficción.
Precisamente esta antología que hoy ofrecemos a tu lectura es una muestra del
fantástico que se escribe actualmente en nuestro país: 19 autores, entre ellos, dos de la
segunda etapa (Eduardo del Llano y Yoss), seis de la tercera (Michel Encinosa, Fabricio
González, Ricardo Acevedo, Vladimir Hernández, Alberto Mesa), y el resto autores de
la última promoción, la sangre nueva.
Los cuentos de esta antología combinan una gran variedad de temas y estilos, lo mismo
entronados en la corriente ciberpunk, (La extraña muerte de Mateo Habba, Fabricio
González, El centinela, Erick Mota, Karma, Erkins Freixas), como de la fantasía
heroica ¿irónica? (Siridi, la de los ojos grises, de Michel Encinosa, Por contrato, de
Abel Ballester), el new age (Tarot, Eliete Lorenzo Vila, Cruz de hierro, Roy Jorge), la
literatura gótica, (El Empalador, Víctor Hugo Pérez), los mundos paralelos, (Todos los
Boutros vs. Todos los Hedren, Juan Pablo Noroña); el tiempo y sus paradojas, (Tiempo,
Armando Ángel González, Los meandros de la Historia, Yoss); el humor, (Animalitos,
Eduardo del Llano); el minicuento (Palabras, Ricardo Acevedo) y hasta la literatura
infantil, (Los Noseniqué tienen la panza rayada, Sigrid Victoria Dueñas).
Se ha preferido obviar toda cronología y los escritores aparecen mezclados, sin importar
la edad o la cantidad de libros publicados, en aras de cierta democratización en la
lectura. Antes de cada cuento encontrarás unos pequeños prefacios de los antologadores,
bastante informales como informados, acerca de cada autor y su texto, por lo que
creemos se hace innecesario abundar más en este prólogo. En fin, lector, tienes ante ti
una gama de cuentos fantásticos escritos para todos los gustos, aún para el paladar más
extraterrestre. Que tengas buen apetito.
Raúl Aguiar
Secretos del Futuro
Secretos
del Futuro
Prologo Yazmin S. Portales Machado
Antologadores Juan Pablo Noroña Lamas y
Ricardo Acevedo E.
1
Secretos del Futuro
Prológo
2
Secretos del Futuro
SIRIDI, LA DE LOS OJOS GRISES
Por Yaly, Alto Cronista
Yaly, Alto Cronista tiene su modesto hogar en Sotreum, un
mundo donde la espada y la magia son algo tan habitual como para
nosotros llamar por teléfono.
Pero hoy revelaré un secreto... ¡Que El Pastor me perdone!
Yaly, Alto Cronista es en realidad Michel Encinosa Fú (La
Habana, 1974), y oculta sus poderes bajo la ingenua apariencia de
un licenciado en lengua inglesa.
Más no puede borrar todas sus huellas, ya que una serie de
premios (Ruben Martinez Villena, 1999; El oficio de libreo, 2002;
Hemingway, 2002; Luis Rogelio Noguera, 2002 entre otros) dan fe
de su identidad fantastica. ¿Otras pistas? Las antologías: Polvo en
el viento, IMFC, Argentina, 1999; Horizontes probables, Lectorum,
México, 1999 y Reino Eterno, Letras Cubanas, 1999. La publicación
de dos magnificos libros de relatos intitulados “Sol Negro”
(Ediciones Extramuros, 2001) y “Niños de neón” (Letras Cubanas,
2001). Este último libro nos da una tercera personalidad... quizas un
oscuro hacker que diambula por la populosa metrópolis de Ofidia.
Fritz Leiber (1910-1992) acuño el termino fantasía heroíca
(epic fantasy), dandole también unos deliciosos toques de ironía.
“Siridi, la de los ojos grises” es un digno seguidor del choteo (tipo
cubano) en este género.
3
Secretos del Futuro
........
Istagare contempló pensativo el cielo cargado, oteó hacia las
nevadas cumbres, y escudriñó el montón revuelto de cabañas y
corrales allá abajo, a sus pies, en aquella grieta entre las montañas. Si
el camino era el adecuado, se trababa de El Hueco, la aldea más
septentrional de los Mil Estados. Y no lejos de la aldea, tras unos
pocos picachos y quebradas, se abrirían las puertas de la Torre en el
Abismo. Allí una maldición antigua aguardaba por ser purgada, y
mucho honor y gloria se prometía a quien desbrozase a golpes de
arma y coraje un sendero limpio para la luz hasta el corazón mismo
de las tinieblas.
Sacudió los hombros. La nieve asentada sobre la
piel
que
cubría
su
armadura
le
dificultaba
cada
movimiento. Con tales heladas no lidiaba desde su último
viaje a las Tierras Lalanias.
Unas
figuritas
se
movían
entre
las
cabañas.
Istagare sonrió. Aquellos simples temblarían sin duda al
recibirlo y conocer su nombre. No sería novedad. No lo
era desde hacía muchos años. Tantos años. Ya ni siquiera
se sonrojaba cuando lo señalaban en las plazas de las
ciudades, o al cruzar los campos sembrados de las
naciones. Una aldea perdida como El Hueco no podría
4
Secretos del Futuro
dispensarle una acogida señorial, pero sin dudas daría lo
mejor de sí para no hacer quedar mal a sus ancestros y
ofrecer —si no fastuoso— al menos digno saludo a
Istagare de Roca Furia, Nacido bajo el Signo de la
Tempestad, Campeón de los Nueve Templos en las
Tierras Estrechas, Héroe de las Guerras Mercantiles,
Heredero al Tercer Trono del Dios A Quien No Se
Nombra en la Presencia de Niños y Mujeres, Ganador del
Hacha Serpiente, Pacificador de las Altas Estepas, y
Perseguidor de las Batallas sobre las fronteras de la
Dominación Blanca.
Un
viejo
estaba
sentado
en
un
taburete
y
remendando calcetines a la entrada del pueblo.
—Días de luz —lo saludó el héroe, con amplia
sonrisa.
—Sí, bueno —el viejo parpadeó—. Ayer tuvimos
una buena ventisca.
—Soy Istagare —anunció aquél, con tono casual.
La medida es el don más preciado de los grandes.
—Istagare —repitió el viejo, abriendo un poco más
sus ojillos.
5
Secretos del Futuro
El héroe carraspeó y se balanceó sobre sus pies,
con bondadosa paciencia. Los simples solían tardar en
comprender la esencia de los milagros.
—Istagare...
Istagare...
—seguía
repitiendo
el
viejo.
Hacía frío, ciertamente. Nada como un techo y un
hogar encendido.
—Istagare... Bueno, Istagare... ¿qué?
—¿Hmm? —el héroe frunció el ceño.
—Sí, hombre —se agitó el viejo—. De alguna parte
vienes. ¿Istagare de Codo Pellejudo, la aldeíta de allá
arriba? ¿Istagare de Botija Rota? ¿Istagare de Grasa de
Panza?
—Istagare de Roca Furia —el susurro del héroe
culminó como el estallido de un látigo.
El viejo inclinó la cabeza hacia un lado, y luego
hacia el otro:
—No conozco ésa —dijo al fin—. Pero no importa.
Debes tener hielo en los huesos, hijo. Esa piel está hecha
piedra. Ven, ven a mi casa a tomar algo caliente.
Bueno, pensó Istagare mientras avanzaban por
entre las cabañas— aquel lugar no tenía calles, ni
siquiera callejuelas—, es comprensible, a su venerable
6
Secretos del Futuro
edad, cuántas cosas no habrá visto y escuchado, y
olvidado también...
Istagare se detuvo junto a una mujer que rompía
trozos de hielo con un cuchillo de cocina sobre un tocón:
—Días de luz a usted, señora. Soy Istagare.
Istagare de Roca Furia.
—Ah —la mujer lo miró de reojo—. Hijito,
¿podrías alzar aquella tina de agua y colocarla sobre ese
fuego? A mi esposo le gusta el baño a su hora. Eso es,
¡huy, qué mozo tan fortachón! Gracias. Muchísimas
gracias.
—¿Con quién hablas, mujer? —llamó una voz de
hombre.
Istagare quiso responder, pero notó que el viejo
proseguía su marcha, y decidió que no sería adecuado
ofenderlo, dada la hospitalidad ofrecida, así que corrió
en pos de él. A sus espaldas, volvió a escuchar aquella
voz de hombre:
—¿Quién era ése? A juzgar por la piel y el olor
que ha dejado, debe ser un despellejador de serpientes.
¿Te gustan ahora las serpientes, mujer? Ya hablaremos
de eso, culebrita. ¿Y qué hay de mi baño...?
El héroe abordó a un par de aldeanos más, un
hombre y una muchacha, y se presentó, sólo para obtener
7
Secretos del Futuro
como respuesta un "Ah, ¿y qué vendes?" y un "Mientras
pagues con buena moneda no me importan ni tu nombre
ni el de tu cosita fría". Algo ceñudo, se dejó empujar por
el viejo hacia el interior de una cabaña, y sentar de golpe
sobre una silla que crujió bajo su peso.
Alzó la mirada. Ante él se extendía una mesa de
madera sin pulir, medio cubierta por dos o tres platos.
Alguien se afanaba en cuclillas junto al hogar, a su
derecha. Del otro lado, el viejo olisqueaba unas botijas,
de las que sacó unas hierbas:
—Amor, pon algunas de estas a hervir para nuestro
huésped.
—Una infusión de vidabuenas es lo mejor contra el
frío metido en el vientre —asintió la vieja, tomando las
hierbas de manos de su marido y echándolas en un jarro
junto con un trozo de hielo. Puso el jarro al fuego y miró
a Istagare—. ¿Y quién es nuestro huésped?
—Es forastero —aclaró el viejo—. Debe venir de
lejos, porque no conozco su aldea.
Istagare respiró hondo y tosió por lo bajo. La
cabaña estaba llena de olores. Pescado ahumado, queso
rancio, telas viejas. El hacha le estorbaba a la cintura, de
modo que la sacó y la recostó a una pared. Los destellos
de la enjoyada arma iluminaron la estancia.
8
Secretos del Futuro
El viejo pestañeó:
—Bonita herramienta.
—Es el Hacha Serpiente —explicó Istagare con
orgullo—. La gané en el Sagrado Torneo del...
—Entonces, eres leñador —sonrió el viejo—. Lo
sabía.
Istagare hizo una mueca, y replicó, muy despacio:
—No. No soy leñador.
—Ah —el viejo se le quedó mirando, como
animándolo a seguir.
Istagare suspiró:
—Soy un guerrero.
—Ah —el viejo lo siguió mirando.
Istagare se sonrojó, y logró vencer su bien forjada
humildad:
—Un guerrero... famoso. Soy un guerrero famoso.
Un héroe.
—¡Ah!
—el
viejo
batió
palmas—.
¡Ahora
lo
comprendo! ¡Un guerrero famoso! ¡Y poderoso, claro,
porque los guerreros famosos son poderosos guerreros!
¡Mira, amor! —se volvió hacia su mujer con ojos
brillantes—. ¡Tenemos a un poderoso guerrero como
huésped!
9
Secretos del Futuro
Se levantó y en dos zancadas llegó hasta la puerta
de la cabaña:
—¡Eh! ¡Eh...! ¡Eh, vecina, ven acá, mira a nuestro
huésped! ¡Es un poderoso guerrero! ¡Dime qué te parece!
Una nariz arrugada y unos ojos de pájaro asomaron
por la puerta:
—Ajá.
—Es un poderoso guerrero, ¿comprendes? —se
ufanó el viejo—. Un poderoso guerrero de verdad. Es
nuestro huésped.
—Ajá —la nariz arrugada examinó a Istagare de
pies a cabeza—. No se limpia las botas para entrar.
Deberías aleccionar mejor a las visitas. Si alguien me
dejara así el piso... A la noche les traeré mermelada para
endulzar la infusión. Tan pronto mi yerno regrese del
bosque...
La voz de la mujer se fue alejando, pero aún se la
pudo oír un poco más:
—...el vecino tiene visitas... Sí, dice que es un
poderoso... No sé, un poderoso, un poderoso, ¿es que no
sabes lo que es un poderoso? ¡Menuda ignorancia, Verde
Madre...! Y un hacha así de grande... Sí, un poderoso
leñador... Creo que es su sobrino... Sí, un sobrino
perdido... De su hermana la bruja... Quién sabe... Esa
10
Secretos del Futuro
conoció a tantos hombres que vaya una a saber con
certeza... Pobrecillo, con una madre semejante... Sí, es
de mirada triste... Pobrecillo, pobrecillo... Le haré un
pastel... Seguro que le gusta...
Istagare se chupó los labios ruidosamente. Luego
plantó un puño sobre la mesa con un poco más de fuerza
de la que hubiese deseado:
—¡Bien! He venido en busca de la Torre en el
Abismo, y de la Maldición arcana que la habita. ¿Pueden
indicarme el camino hacia allí?
Su
mirada
abarcó
a
ambos
viejos,
quienes
parpadearon en desconcierto.
—La
Torre
en
el
Abismo...
La
Torre
de Roca Furia centellearon—. La Torre en el Abismo... Y
su Maldición... ¿Cómo podría llegar hasta ella?
—Ah —el viejo se rascó el cuello—. No sé. Nadie
va por esos parajes. Todos tienen miedo, ¿sabe? Mucho
miedo...
—Por supuesto. Y hacen bien en temer —aprobó
Istagare.
—Entonces, poderoso guerrero, usted conoce la
historia.
—No faltaba más —el héroe se reclinó en la silla y
sus facciones endurecieron—. En los Años Pobres del
11
Secretos del Futuro
Espíritu, cuando las estrellas eran lágrimas de dioses
traicionados,
la
Orden
Secreta
de
los
Hechiceros
Signistas erigió una Torre que...
—Ah, bueno, en realidad... —le interrumpió el
viejo con timidez—. La historia que conocemos aquí es
otra.
—Interesante —Istagare prestó rauda atención. Las
versiones
locales
de
las
leyendas
solían
brindar
informaciones útiles sobre los peligros a enfrentar.
—Todo es por culpa de la mujer del tabernero,
claro —empezó el viejo.
—¿Hmmm?
—Sí, caramba, era su culpa. Era una mujer...
liviana, ¿sabe? Muy liviana.
—Sí, por "liviandad" se le conoce ahora —terció la
vieja, haciendo ruido con la vajilla en un rincón.
—Ah, bien... —el viejo intentó una sonrisa—. Pues
esta mujer era ajena a pocos hombres de la aldea...
Pocos, como yo —agregó en voz alta, y del rincón salió
un gruñido de conformidad—. Así es. Pocos, como yo —
continuó, más animado—. Su esposo lo sabía, claro, la
aldea es pequeña, las paredes finas, todo se escucha... Y
enloqueció. El esposo enloqueció. Un día salió corriendo
hacia el bosque, y no regresó. La mujer abandonó la
12
Secretos del Futuro
aldea. Y el fantasma del tabernero vaga desde entonces
por ese paraje del Dedo de Palo en la Cazuela, con un
garrote en la mano, dispuesto a vengarse de cuantos
conocieron a su mujer... Y de todos los demás, también.
Está
loco,
¿comprende,
poderoso
guerrero?
Es
un
fantasma loco. Por eso tememos ir allá... Esto que le
cuento ocurrió en mi juventud, y desde entonces, así son
las cosas... Así son las cosas... —y el viejo movió la
cabeza, apenado por las iniquidades de la vida.
Istagare guardó silencio un rato. Bebió de un sorbo
el jarro de infusión humeante. Luego se alzó y tomó el
hacha:
—Agradezco la hospitalidad. Debo partir. De algún
modo hallaré el camino.
—Le acompañaré hasta el bosque —propuso el
viejo—. Necesitamos leña. ¿Verdad, amor?
Un gruñido cariñoso le respondió desde el rincón
de la vajilla.
Mientras cruzaban de nuevo entre las cabañas, el
viejo se acercó a Istagare y le cuchicheó:
—Le llevaré hasta el Dedo de Palo, poderoso
guerrero. Conozco el camino. Deambulé por allí en mi
juventud.
13
Secretos del Futuro
—¿Y qué le hizo visitar semejante lugar? —se
intrigó el héroe.
—Verá... —las mejillas del viejo se colorearon un
poco—. Tenía yo un presente de cumpleaños para mi
prometida, la misma que visteis en casa y es, desde
aquellos tiempos, mi esposa adorada. Pues bien, había yo
comprado en los mercados de otro pueblo una ovejita con
cascabel. Me costó el trabajo de un año, pero a mi futura
esposa le encantaría. Y camino hacia acá, el bichejo se
me escapó de las manos. Corrió hacia el bosque. Por
supuesto, lo seguí. Y fui a parar a los parajes del Dedo
de Palo en la Cazuela... Estuve allí, sí, como lo oye...
Pero nada dije luego a mi prometida. ¿A qué inquietarla?
Además...
—adoptó
expresión
severa—.
Podría
ella
pensar que yo andaba ajustando alguna cuenta pendiente
con el fantasma del tabernero, y no tenía yo cuenta
alguna que saldar con él, ni con su liviana mujer... Ah,
no, eso no. Lo juro... Pero, ya se conoce a las mujeres...
Piensan y piensan, y ¿para qué buscar un disgusto no
merecido? Ciertamente...
—¡Ah! ¡Vecino! —los saludaba un hombre llegado
del bosque con un haz de ramas a la espalda—. ¡Ya me
contaron la nueva! ¡Robusto sobrinote el tuyo! ¡Y
leñador, he oído! ¡Eso está bien, muchacho! —palmeó a
14
Secretos del Futuro
Istagare en el hombro al cruzarse con ellos—. ¡Éste si es
oficio honrado! ¡No como esos que viven de comprar y
vender, o de repartir golpes por ahí...! —y se internó
entre las cabañas con grandes voces de despedida.
Istagare eludió la mirada del viejo, pero éste le
señaló al cuello:
—Ah. Veo ahí un amuleto de mujer. ¿Tiene
nombre?
La expresión de Istagare se dulcificó un tanto:
—Su nombre es Siridi. Siridi, la de los ojos grises.
—Y... ¿Es bonita?
—Es el sol en verano —contestó Istagare de Roca
Furia—. Es una rama cargada de pájaros. Es la brisa del
mar en la cara y el cuello.
—¡Ajajá!
—rió
el
viejo—.
¡Muy
bien
dicho,
poderoso guerrero! ¿Y qué hace tan lejos del sol, de los
pájaros en rama y de la brisa marina?
—Cosecho honor y gloria en provecho de sus
virtudes —afirmó el héroe—. Mi Siridi, la de los ojos
grises, no merece menos.
—¿Y no echa de menos los ojos grises de su
Siridi?
—La distancia me duele —aceptó Istagare—. Y
mucho. Pero la espera tendrá su premio. Colocaré a sus
15
Secretos del Futuro
pies las ofrendas de mi fama. Y seremos buenos ante los
dioses, y daremos hijos prometedores a este mundo...
Mientras dialogaban, el bosque ganó espesura, y el
viejo eligió un sendero sin huellas. Al rato, los sonidos
de la aldea se apagaron a sus espaldas.
—Hemos entrado en los rincones donde nadie se
atreve —anunció el viejo—. Cuidado con los pies. Hay
espinosas entre la nieve.
El héroe examinaba con ojo alerta el camino. De
repente se detuvo y señaló hacia el tronco de un árbol:
—¿Qué es aquello?
—Ah... —los ojillos del viejo se iluminaron—. Le
mostraré.
Al acercarse, Istagare sintió un leve escalofrío. El
esqueleto de un ygari de enormes proporciones se hallaba
clavado al tronco con un venablo. La madera del arma
estaba ajada por los años, y congelada por completo. Los
ocho colmillos sobresalían del cráneo desnudo como
espinas gruesas y opacas, aún amenazantes.
—Hace años tropecé con una bestia así —dijo
Istagare—. Llevo en un muslo las marcas de sus
colmillos. Su piel la envié a deleitar los ojos grises de
mi Siridi. ¿Qué héroe se encargó de ésta?
16
Secretos del Futuro
—Ah... —el viejo se rascó un sobaco bajo el
abrigo—. Fui yo.
Istagare lo miró de reojo, resoplando.
—Sí, sí... —sonrió el viejo—. Lo recuerdo bien.
Mi ovejita estaba acurrucada bajo aquel árbol de allí, y
la bestia le gruñía. No iba a dejar que el regalo de
cumpleaños de mi prometida acabase en la barriga de un
animal tan descarado. Me lié a golpes con la bestia, no
quería matarla, sabe, la Verde Madre ama a los animales,
pero... Tuve que dejarla ahí clavada. Y la malagradecida
oveja salió a la carrera en aquella dirección. Para no
perderla, dejé el venablo, y fui tras ella... Era un buen
venablo, ¿sabe?
—No lo dudo —replicó Istagare.
Al rato, dieron con un calvero. A medio cruzar, el
pie de Istagare se trabó con algo bajo la nieve. Se
inclinó, escarbó, y sacó un hueso. Tras mirarlo con
fijeza, declaró:
—¡Es el fémur de un Jallase! Los cronistas de
Dhol los daban todos por muertos desde la Primavera de
las Crisálidas... ¿Será posible que sobrevivieran algunos
en este lugar tan apartado?
17
Secretos del Futuro
Istagare
escarbó
un
poco
más
y
sacó
otros
despojos: costillas, vértebras, y dos cráneos partidos.
Los mostró al viejo, quien comentó:
—Huesos duros.
—Muy duros —asintió Istagare—. Huesos forjados
por el propio Dios de la Guerra. La piel de los Jallase
fue tejida por los Hijos del Pastor, y el propio Pastor
obsequió luz de muerte a sus ojos. Mil héroes como yo
perecieron bajo sus golpes, en gestas mil veces cantadas.
—Y estos cantaban, también —agregó el viejo—.
Y muy feo.
—¿Hmm?
—Tenían a mi ovejita amarrada a un tocón, y
cantaban en torno a una hoguera. Por lo visto, no
gustaban de la carne cruda. Intenté hablarles, por las
buenas, pero me vinieron encima...
Istagare miró al viejo con cierta oscura rabia que
no podía explicarse a sí mismo.
El viejo continuó:
—Eran
cuatro,
los
muy
grandotes.
Traté
de
encajarle a uno mi otro venablo, pero se rompió en la
piel. Así que tuve que usar los puños... ¿Ve estos dedos
medio tiesos? Me los partí contra sus huesos. Estuvimos
liados un buen rato. Por suerte eran imbéciles, se
18
Secretos del Futuro
estorbaban unos a otros. Quiso la suerte que yo cayera
sobre uno, y los demás se nos arrojaran encima. Salté, y
los golpes le tocaron a su compañero. Les cayó sangre en
los ojos y siguieron golpeando, sin ver qué golpeaban.
Un brazo cayó cerca de mí. Lo recogí y les fui arriba.
Hueso de hierro contra hueso de hierro, y bueno... Aquí
mismo los dejé, y me llevé el brazo. Daba asco, en
verdad, pero pensé que un garrote así podría servirme
por un rato... Y tuve razón... Ah, ¡Ahí tiene la Cazuela y
su Dedo de Palo!
Istagare de Roca Furia se detuvo en seco y estuvo
a punto de caer al abismo. Ante él se abría una
hondonada, cual la huella de un dios en la tierra. Nada
crecía allí. Sólo rocas y nieve. Y en el centro mismo, una
torre antigua, cuya plateada cúpula giraba lentamente.
El viejo indicó un sendero que serpenteaba hacia
abajo:
—Por allí se había ido el bichejo... Le acompañaré
un rato más.
Bajemos con cuidado, no es cosa de
partirse una pierna tan lejos de casa.
Descendieron hasta el fondo de la hondonada y se
encaminaron hacia la entrada de la torre. Antes de
alcanzarla, Istagare hizo notar:
19
Secretos del Futuro
—Hay restos de combate por aquí... ¡Mire, viejo!
¿Sabe
qué
es
¡Abominaciones
esto?
nacidas
¡Son
de
huesos
hombres
de
Yglis!
apareados
con
bestias! ¡Al menos un centenar debe haber perecido
aquí...! Pero no veo otros cadáveres. ¿A quiénes se
habrán enfrentado...? Posiblemente a una escuadra de
magos poderosos... O a una legión de...
—No eran un centenar —rezongó el viejo—. Si
acaso, sesenta o setenta. Pero a cien no llegaban.
Istagare abrió la boca como para preguntar algo,
pero se limitó a toser, con las mejillas encendidas.
—A cien no llegaban, no —repitió el viejo—. Se
me
cruzaron
en
el
camino.
Peludos,
encorvados...
¡feísimos! Agarré bien fuerte el brazo de la bestia que
llevaba conmigo, y recordé a mi primo el segador de
védere. Mi primo hacía así, zas, zas, con la guadaña, y el
védere caía en mazos a la tierra, espigas para aquí,
espigas para allá... ¿Verdad que parece mentira que se
saque de esas espigas tan amarillas y apestosas un vino
tan sabroso? Bueno, pues por aquí venía yo, dando
garrotazos, zas, zas, izquierda, derecha, zas, zas, zas...
Los infelices sinvergüenzas estaban tan juntitos, pelo
con pelo, que a veces tumbaba a tres o cuatro de un
golpe. Algunos se levantaban, otros no... Para cuando
20
Secretos del Futuro
llegué a esta puerta —el viejo palmeó el deteriorado
metal de la puerta a la que habían arribado— ya estaban
todos ahí tirados... Aunque sospecho que algunos habrían
huido... Los golpes con aquel brazo de hierro no eran
cosa liviana... ¡Ja! ¡Ya eso lo sabía yo!
El viejo empujó la puerta con un hombro, sin
resultado visible:
—Está más trabada que en aquel entonces... —se
echó a reír—. ¡Y yo estoy más blando, claro! Venga,
poderoso guerrero, écheme una mano.
Istagare pegó el hombro y pujó. Sólo al tercer
esfuerzo lograron apartar las hojas lo suficiente como
para entrar. Istagare sacó una antorcha que llevaba atada
a la cintura, pero el viejo lo detuvo:
—Adentro hay luz.
Era cierto. El pasillo estaba bien iluminado. Las
paredes despedían una luz rojiza que lo llenaba todo. El
héroe y el viejo avanzaron, sin arrojar sombras.
—¿Verdad que es formidable? —la voz del viejo
irradiaba orgullo, como si él mismo fuera la fuente de
luz—. Es como vivir en uno de esos cuentos que les
hacemos a los niños... Este pasillo estaba cegado,
entonces... Bueno, aún lo está... Vayamos por aquí... Y,
por cierto, ¿qué es lo que busca?
21
Secretos del Futuro
—Vengo a dar caza a una Maldición.
—Tal como lo dice, suena a algo terrible.
—Herencia
de
dioses
iracundos,
ponzoña
hechizada errante entre las Edades...
—Eso suena muy bonito —aprobó el viejo—. Sí,
supongo que se refiere a... Sí, eso mismo tiene que ser.
—¿Qué?
—Ya llegaremos... Hay que bajar por aquí... ¿Y
viene preparado para... eso?
—Tengo el Hacha Serpiente —dijo el héroe—. Sé
conjuros secretos de los magos del Zandain, el Gran
Desierto. Llevo amuletos de los dioses de la Puerta y el
Camino.
Mi
coraza
contiene
sortilegios
finamente
urdidos entre el cuero y el metal. En el yelmo porto
gemas arrebatadas a Hechiceros Signistas tras duras
contiendas...
—Ah —replicó el viejo, y sacudió la cabeza—. Yo
le recomendaría un buen garrote.
—El garrote es arma de gente simple —objetó
Istagare—. Mi propósito, así como el de mis pares en la
senda de la gloria, es alzar mi nombre por sobre el decir
común de las gentes y grabarlo en los pilares de la
historia. Eso lo sabe cualquiera —miró con severidad al
viejo—. Lo saben nuestras dignas madres, nuestros
22
Secretos del Futuro
honrados padres, nuestros selectos amigos y, sobre todo,
lo saben nuestras amadas. Mi Siridi, la de los ojos grises,
conoce mis hechos e intenciones, cada una de mis
proezas eleva su nombre a la par del mío, y se dolería
mucho de verme enfrentar el destino blandiendo un arma
tan vulgar como un garrote...
El viejo lo escuchaba distraído, e insistía en lo
suyo:
—Aquel brazo de hierro, caramba, aún debe andar
por aquí... Lo dejé tirado en algún rincón, y ahora no
recuerdo... Quizás si buscamos un poco...
—¡Por el Nombre del Cronista! —gritó Istagare,
sacando el Hacha Serpiente.
—¿Qué...? ¿Qué...? —se alarmó el viejo. Al cabo
de
un
instante
se
tranquilizó—.
Ah,
ya
veo.
Sea
cauteloso, poderoso guerrero, amigo mío, ya no estoy
para estos sustos.
—Pero...
—Istagare
trató
de
retenerlo—.
¡No
avance más! ¿Acaso no los ve? ¡Son esbirros de la Horda
Feliz!
La silueta de aquellas armaduras agazapadas al
final del pasillo eran inconfundibles para un héroe
conocedor del mundo y sus poderes.
23
Secretos del Futuro
—Pues me temo que desde hace mucho ya no son
felices —masculló el viejo, sin detener su avance.
Istagare, sintiendo un súbito apretón en el vientre,
lo siguió a distancia.
El viejo se detuvo ante las armaduras. Ya no
parecían tan imponentes. De hecho, eran más bien un
montón de metal polvoriento. Istagare calculó que se
trataría de al menos veinte esbirros de la célebre Horda.
—Estaban locos, sin duda —explicó el viejo—.
Reían sin parar. Mire esas espadas... —se estremeció
ante la vista de las armas, recordando—. Les di con mi
garrote... aquel brazo que... ya sabe... Y en cuanto
derribé al primero cogí su espada. Pesada como... Como
no sé ni qué... Entonces yo era joven, claro. Ahora no
podría alzarla, supongo.
Silencioso, Istagare asió una y tiró de ella. Usó
ambas manos, y aún así no pudo alzar la punta del piso.
El viejo lo miraba, sonriente:
—Si los hubiera visto. Las manejaban como si
fuesen palitos, las hacían girar y bailar, apuntando
siempre al cuello de uno.
—Una vez combatí a uno de estos... —empezó a
decir Istagare, pero se calló al instante.
24
Secretos del Futuro
—¡Ah! Entonces, habrá notado que no son tan
duros como aparentan... Bueno, duros sí que son, pero
nada rápidos. Yo era joven, ya le dije, de piernas ágiles.
Gracias a eso... En fin, ahí los tiene —el viejo levantó la
visera de un yelmo—. Vaya, hasta los huesos se han
hecho polvo. Siempre dije que el aire de este lugar no
era muy sano... Pasemos por allí.
El héroe sucedió a su guía hacia el interior de una
gran estancia, donde la luz parecía amortiguarse un
tanto.
El viejo se rascaba la oreja, y volvió a la carga con
un asunto que en verdad parecía interesarle:
—Bueno, ¿y no le echan de menos a usted esos
ojos grises de su Siridi?
—¿Qué...? Ah, de ello no ha de hablarse —explicó
el héroe, con sequedad—. Mi amada debe desear que yo
esté allí donde pueda mejor cosechar elevación para
nuestros nombres. ¡Ja! ¡Bien estaría el héroe cuya amada
no lo dejase partir de su lado! Además, la distancia es
sostén para el afecto. Es una prueba de las más difíciles,
y debe ser vencida.
—Bueno,
yo
decía...
—aventuró
Supongo que se verán a menudo.
25
el
viejo—.
Secretos del Futuro
—Nos vemos lo suficiente —declaró Istagare—. Le
leo poemas que escribo a la montura, o acodado en las
amuras de un barco. Hablamos de mis proezas hechas, y
las por venir. Paseamos... Y tras un rato, parto de nuevo
a mi senda. Eso es suficiente para un héroe, y debe serlo
también para su amada.
—Sin duda son gente notable —aceptó el viejo—.
Mi esposa me dijo una vez que si me perdía por más de
cinco días sin dar señales, botaría a la calle todas mis
cosas y saldría a buscar un marido más sabio... Pero,
claro, somos gente simple...
Istagare asintió, pensativo, y sólo reparó en el
ingente montón de huesos cuando tropezó con él.
Alzó la cabeza.
Abrió mucho los ojos.
Tales huesos sólo podían pertenecer a una criatura
en este mundo.
—Dragones, creo que los llaman —sugirió el viejo,
a sus espaldas—. Bichos con muy malas pulgas, debo
agregar.
Istagare midió los huesos con la mirada. Un
ejemplar de los arcanos. De los que sobrevolaban el
mundo en el Verano del Despertar.
Miró a izquierda y derecha.
26
Secretos del Futuro
Tragó en seco.
Dos cráneos.
Dos dragones.
—Parecían un matrimonio —comentó el viejo—.
Por supuesto, la hembra era la más resabiosa.
Istagare de Roca Furia tembló. Sí, las hembras
eran las más... El héroe se sonrojó, y desvió la mirada.
Recordó aquella silueta en lo alto de la colina, agazapada
sobre sus huevos. Se recordó a sí mismo al pie de la
colina, tembloroso, a punto de caer de rodillas. Recordó
a la silueta abriendo sus alas, y a sí mismo dando un
salto, arrojando sus armas, huyendo a gatas de aquel
paisaje... Su única huida, su única derrota, en tantos años
de gloria. Por fortuna, una huida sin testigos. Ni siquiera
Siridi, su amada Siridi, la de los ojos grises, sabía de
aquello. Y, si el destino era bondadoso, no lo sabría
nunca.
—De sólo estar frente a ellos se te mete una bola
fría en el estómago —susurró el viejo, con rostro
sereno—. Poderoso guerrero, no sé si haya sentido eso
alguna vez, pero...
Istagare de Roca Furia carraspeó y alzó el mentón.
—Con gusto les hubiera dejado en paz en su cubil
—continuó el viejo—. Pero oí sonar el cascabel de mi
27
Secretos del Futuro
ovejita, pensé en la alegría de mi prometida al ver su
regalo, y eso me decidió... Y le diré algo, poderoso
guerrero. No sé si en el mundo habrán más bichotes de
estos, pero una cosa es segura; no quiero volver a
pararme ante uno de ellos jamás y nunca.
Avanzó un poco y pateó los huesos:
—Fue tremendo... No sé cuánto tiempo estuve
saltando de aquí para allá, golpeando y parando golpes...
Pero eso ya quedó atrás —se pasó una mano por la
frente—. Sí, ya quedó atrás.
Se volvió hacia Istagare:
- Venga, poderoso guerrero. Creo saber dónde esta
lo que busca.
Istagare
lo
siguió,
oprimiendo
con
fuerza
el
amuleto de su Siridi, la de los ojos grises, entre sus
dedos temblorosos.
Al otro lado de la estancia se alzaba una puerta de
piedra. Entre el piso y la parte inferior de las hojas se
abrían rendijas por donde cabría un animal pequeño, o un
niño a gatas calculó el héroe.
- Sí – asintió el viejo, como adivinando sus
pensamientos-. Mi bichejo se coló por ahí. Pude oír su
cascabel del otro lado. Y tras el tintineo del cascabel,
oí...
28
Secretos del Futuro
Primero fue como el rumor del mar por la noche,
en una playa desierta. Un rumor que estremecía las
vísceras sin tocar los oídos. Y el rumor creció hasta
parecer el grito lejano de un ejército de moribundos, y
creció más aún hasta semejar el retumbar de tambores de
guerra en un salón de festejos, y más, mucho más aún,
hasta penetrar el cráneo y llenarlo con el aullido de mil
dioses hambrientos.
El rugido cesó poco a poco. Istagare abrió los ojos,
y se descubrió tirado bocabajo en el piso, ante la puerta
de piedra. El viejo, de rodillas a su lado, sacudía la
cabeza:
—Eso fue lo que oí. Quedé como usted ahora,
besando el piso. Y por las rendijas vi...
El héroe miró hacia las rendijas.
La estancia más allá de la puerta estaba en
penumbras. Sin embargo, algo pudo ver el héroe. Un
movimiento, un deslizar de sombras. Y supo que se
trataba de un pie descalzo. Un pie con cinco dedos, en
todo caso humano, y algo plano.
Un pie que no cabría en el salón del trono del más
grande de los reyes.
—Sí... —el viejo se levantó—. Eso fue lo que vi.
Deambulaba de aquí para allá, de aquí para allá. Y de
29
Secretos del Futuro
algún modo supe que eso, fuera lo que fuera, nunca
dejaba de deambular. Creo que me lo sugirió el surco que
noté en el mismo piso, adentro, en su recorrido. ¿Notó
eso?
Istagare
negó
con
la
cabeza.
Temblando,
se
incorporó.
—Sabe... Es gracioso —el viejo se rascó bajo el
sobaco—. Por un momento pensé... Bueno, que tal vez
escucharía
el
cascabel
de
mi
bichejo...
Es
tonto,
¿verdad? Han pasado tantos años...
El héroe no supo qué decir.
—¡En fin! —soltó en viejo con voz tan alta que
alarmó a Istagare—. Creo que ha hallado al fin eso que
llama la "Maldición", y supongo que, si viene tan bien
preparado, sabrá cómo abrir esa puerta... Yo no pude, y
eso que empujé durante un buen rato.
Istagare miró al viejo con ojos desencajados.
—Ah, para alguien como usted, eso no debe ser
problema alguno —le sonrió el viejo—. Ni abrir la
puerta, ni darle una buena lección a lo que hay allá
dentro. Sabe... En realidad, no empujé la puerta con
tantas
ganas
—confesó—.
Estaba
pensando...
Había
tenido que sacarme de arriba demasiados estorbos...
Bichos grandotes, tipos locos metidos en armaduras, y al
30
Secretos del Futuro
final dos bestias que casi me comen —señaló con un
gesto rencoroso los huesos de los dragones—. Pensé que
lo que hay aquí dentro debía ser algo más duro aún y...,
bueno, consideré que en un final mi prometida preferiría
tenerme a mí antes que a la ovejita con su cascabel, y por
eso regresé... Iba preocupadísimo, porque, bueno, yo
había
prometido
un
regalo,
pero,
por
suerte,
mi
prometida estaba tan asustada por mi demora que no le
importó que no hubiese regalo y se puso contentísima al
verme llegar sano y salvo, y nunca le hice el cuento de lo
que pasó porque, ya sabéis, la leyenda del fantasma del
tabernero, ella podría pensar que yo en realidad... Y a fin
de cuentas, yo era un simple aldeano, sin derecho a
meterme en estas cosas reservadas a los héroes como
usted...
Istagare no supo qué decir.
El viejo se alejó unos pasos:
—Y bien. Aquí lo dejo, poderoso guerrero. Haga
su faena. Sin duda, su amada Siridi, la de los ojos grises,
tendrá para usted una gran sonrisa, y acaso algo más —
sonrió
con
picardía—
cuando
lo
vea
regresar
con
semejante hazaña en el talego, para ventaja de sus
nombres y destinos... Sabe, le envidio. Mi mujer me
arrastraría por la aldea si se enterase de que yo me
31
Secretos del Futuro
dedicara a algo así... Y por cierto, si gusta... —el viejo
se frotó las manos con nerviosa humildad—. Tan pronto
haya terminado, pase por mi casa a tomar algo caliente,
de lo contrario mi esposa hablará pestes de mí como
anfitrión, dirá que lo he dejado coger un resfriado por
gusto o alguna de esas barbaridades... Le espero, pues.
Los pasos del viejo se perdieron del otro lado de la
estancia.
Solo al fin, el tembloroso Istagare de Roca Furia
miró la puerta de arriba abajo, y pensó en su Siridi, la de
los ojos grises.
32
Secretos del Futuro
NADA QUE DECLARAR
Por Anabel Enríquez Piñeiro
En las Enciclopedias más serias y completas, bajo la entrada
de “Ciencia Ficción”, acápite “Fanático”, debiera haber una
pequeña foto de Anabel Enríquez Piñeiro (Santa Clara 1973). Es
cuestión de justicia. Anabel es una de esas personas que hace a la
Ciencia Ficción un género especial.
Los fanáticos, entre los cuales se incluyen los propios
escritores, son quienes realmente hacen vivir a la CF. De siempre
este ha sido un género aparte, menospreciado por la academia y con
el fantasma del mercantilismo a las espaldas. Por eso, tanto
cultivadores como seguidores tienen que hacer un esfuerzo extra,
más allá de producir o consumir textos. La CF vive en pelea
constante para mantener su buen nombre más o menos en alto. Y los
fanáticos promueven, divulgan, organizan eventos, crean premios,
ejercen la crítica. Porque ni las universidades ni las instituciones lo
hacen por ellos. A veces, lo hacen CONTRA ellos.
Anabel escribe, organiza, divulga, redacta ensayos y
conferencias. Más que nada, agrupa a la gente, gracias quizás a que
se graduó de psicóloga y trabaja en publicidad. En Cuba, donde la
CF está en pañales, Anabel es IMPRESCINDIBLE.
33
Secretos del Futuro
“Nada que declarar” fue para mí el cuento más dificil de
colocar en esta antología, una historia triste y demoledora desde el
principio, que nos recuerda inquietantemente al mundo real. Una
tragedia que lo fue para irlandeses, gallegos, judíos y chinos, y que
hoy lo es de haitianos, magrebinos, euro-orientales, y también, de
cierta manera particularmente dolorosa, de los cubanos.
·······
Padre entregó toda una vida de ahorros a cambio de este
hueco en la cámara de reciclaje de desechos del transportador. Cierto
que es mínimo el espacio. Anela, Soulness y yo sentimos calambres
en los brazos, tensión en el cuello y la respiración caliente de unos
sobre los otros. Pero, que más pedirle al viejo. Sus manos
despellejadas por el azufre depositaron temblando los dos
megacréditos
en
las
palmas
enguantadas
del
capataz
del
espaciopuerto. Temblaban porque temía que se frustrara el viaje por
algún imprevisto y pediera toda posibilidad de un segundo intento;
temblaban porque junto con la emoción de cumplir su sueño de
vernos partir de aquel infierno y retornar al origen, cambiaba por
nuestra fuga la definitiva despedida; temblaba porque la fiebre de las
canteras carcomía sus nervios periféricos. No pudo siquiera
despedirnos. El día antes de la partida del transbordador fue llevado
junto a su cuadrilla hacia las recién abiertas minas, unos diez
kilómetros al norte de la granja, donde los sismos habían reventado
nuevas vetas de estaño. Por suerte ya ninguno de nosotros volverá a
34
Secretos del Futuro
"lamerlas". No tendremos que temer a las erupciones que chamuscan
la piel, ni a las fumarolas de azufre que queman los ojos y pudren los
pulmones en las granjas mineras de Io.
Io queda debajo, detrás, como una esfera que encarcela mil
hambrientos dragones en perenne batalla. Este carguero nos aleja
para siempre de sus fauces...y del beso de buenas noches que nunca
nos ha dejado de dar padre.
Vamos en el carguero rumbo a la Tierra, a comprobar que no
es tan sólo el mito del que hemos oído hablar desde que abrimos los
ojos al cielo rojo sangre de Io. Como descendientes de colonos
convertidos en esclavos, de esclavos convertidos en "autómatas"
menos costosos y más desprotegidos que los ciber, para los que al
menos existe la "Ley de limitaciones para su explotación en trabajo
de alto riesgo ", no tenemos otro modo de salir de nuestra pesadilla
ardiente sino los resquicios de los cargueros que transportan
minerales y materias primas desde las colonias exteriores hasta la
Tierra.
La Tierra, nostalgia delirante del bisabuelo, la que abandonó
por una quimera de prosperidad. A nosotros sólo nos dejó por
herencia la continua lucha por sobrevivir en un mundo que se
deshace constantemente bajo los pies. Y la misma nostalgia. Anela
dibuja una y otra vez una ciudad de torres blancas con banderolas,
sobre un lago de agua verde, y llena el cielo con aves como estrellas
de nieve. Dice que así le contaba el bisabuelo al abuelo, y este a
35
Secretos del Futuro
padre, y padre a ella, y así era el lugar donde vivían nuestros
antepasados, y al que los tres añoramos volver.
Anela duerme ahora, recostada en mi hombro, y algunas
veces habla dormida, repitiendo la palabra que tanto le fascinan, aún
cuando duerme: nieve... La nieve de la Tierra, que es blanca como
los dientes del capataz de la cuadrilla y fría como metal ya
solidificado.
Soulness me distrae con la insistencia de que Anela está muy
caliente, más caliente que lava; y que tal vez no habla en sueños sino
que delira. Es hambre, le respondo. Nuestras reservas de alimentos
están justas para una comida diaria. A mi también me suenan las
tripas. Trato de entretenerlo hablándole de esa cosa que padre
escuchó de su abuelo, que parece nieve y que se come...helados, creo
que lo llaman, y que le compraremos a Anela con nuestro primer
salario. En el Anillo de Producción que circunda la Tierra hay gente
llegada de todas las colonias, incluso de Io. Seguro que nos tenderán
una mano para arrancar, tal como nos prometió padre. Pero Soulness
parece aburrirse, y empieza con la letanía de que siente mareos, con
vómitos a punta de labios. Después de todo es sólo un niño.
Me pide que salgamos a un lugar más ventilado. Él cree que
si encontramos otros "peces pegas" nos ayudarán con alguna
medicina, si tienen. Yo le recuerdo que lo más probable es que nos
quiten lo que llevamos y nos maten por el simple terror de compartir
el riesgo de ser descubiertos. Pero Soulness canta y canta y las sienes
36
Secretos del Futuro
me están a punto de reventar. Bajamos a la cámara de desecho y
tomamos con cuidado el estricto itinerario que nos indicó el capataz
antes de colarnos en la nave. Tememos que el carguero esté
infectado de ciber vigilantes que nos delaten a los del puesto de
mando.
En el puesto de mando los navegantes, limpios, bien
alimentados, disfrutan la experiencia de ver acercarse despacio la
Tierra. Algún día yo seré el comandante de un carguero...mejor de
un crucero civil. Y seré siempre el primero en verla, arropada con su
traje de espuma azul y blanca como si fuera la novia de los cielos.
Pero ahora somos polizones, y ningún pez pega viaja en primera
clase. El carguero lleva hierro, estaño y azufre para las obras del
Anillo. Como carga programada entrará sin problemas ni chequeos
en aduana. Nada que declarar. Nosotros con la carga, asidos a los
contenedores autónomos. Espero que nuestras viejas máscaras
resistan el paso desde la esclusa hasta los almacenes, unos cuarenta
metros de vacío.
Soulness vuelve a distraerme. Suda a mares y siento su
incómoda respiración quemando mis orejas. Anela se mueve inquieta
entre mis brazos y gimotea. Sus cuatro años me pesan, aunque sean
casi puro hueso, y su carita morena está perlada de sudor. Yo siento
sin embargo un frío intenso y un cansancio que me pega los pies al
suelo. Las luces del corredor tampoco nos ayudan a encontrar el
camino a las bodegas. Soulness, apretando mi hombro, suplica una
37
Secretos del Futuro
tregua, dice que está muy débil para seguir. Acepto el descanso pero
me niego a abrir algún blister de alimentos. Soy el mayor y debo
velar por los horarios. Y a propósito de velar, me sorprenden las
pocas luces de los corredores, la ausencia de robots celadores y el no
habernos tropezado con ningún pez pega después de caminar casi
una hora por el laberinto de corredores.
Soulness tiembla, se aprieta el estómago y finalmente vomita.
No sabemos nada sobre los efectos del viaje, pero nos han advertido
sobre
malestares normales para los novatos. Anela sigue
desmadejada, y ni siquiera intenta seguirme cuando canto una de sus
canciones favoritas “... Mary tiene una ovejita blanquita como la
nieve...”¿o era una vaquita? Igual. Anela duerme, y se queja.
Soulness, pálido como vapor de azufre pero más aliviado, quiere
probar suerte tras la puerta que cierra este pasillo. Piensa que
conduce a las bodegas, y que tal vez encontremos provisiones. Se
aventura finalmente con una pequeña linterna, mientras yo arropo a
Anela con mi burda chaqueta. Bajo los ojos de mi hermana crecen
ojeras azules. Una mano helada me estruja el corazón y reconozco
los dedos fríos del miedo. Aprieto los dientes.
Un rato después Soluness ha vuelto, trastabillando, los ojos
como un doble plenilunio de Júpiter en el cielo de Io. Sus ocho años
parecen haberse decuplicado sobre su cuerpo sucio y tembloroso.
Apenas logro arrancarle las palabras de la boca, rígida por el
terror.
38
Secretos del Futuro
“Están muertos, allá adentro... los cuatro chicos peces pega
que
viajaban
en
el
compartimiento
de
higiene...Están
descomponiéndose y sus huesos parecen derretidos, y la piel...”
Cállate, digo en un susurro ahogado, asustarás a Anela. Pero
él sabe que le creo y que nuestra hermana no nos escucha. Su carita
se desdibuja en la oscuridad.
Dejo a Ane en brazos de mi hermano. Estoy decidido a
presentarme ante la tripulación. No me importa que me regresen a Io
o a otra colonia de extracción. Solo quiero salvarla. Salvarnos.
Soulness solloza y yo le gruño. Lo atajo por la solapa, húmeda de sus
propias bilis, y enredo sin querer mis dedos en sus largos cabellos. El
espeso mechón queda en mis manos como una hebra de sombra.
Tengo que ir por ayuda.
Corro por los pasillos sin luces, apenas alumbrados por el
reflejo en el sint-metal desde alguna fuente indeterminada que
convierte la oscuridad en penumbras. Donde debe estar el puesto de
mando no hay ningún navegante. Solo la consola de un
cibernavegador, y todos los asientos vacíos. No hay humanos en el
carguero, solo nosotros. Ni autómatas, ni alimentos o medicinas
porque no hay tripulación.
Regreso por Anela y Soulness. Durante mi difícil carrera de
retorno sobre mi corazón restallan los látigos del miedo: el miedo de
hallarlos muertos. Al cruzar cerca de las puertas que identifico como
las bodegas un signo hecho sobre el sint-metal con pintura roja
39
Secretos del Futuro
luminiscente me detiene. No sé leer, ninguno de nosotros sabe, pero
reconozco el dibujo que parecen las aspas de un extractor de hélices
antiguo cercado por un triángulo; y también el círculo con la
tachadura que prohíbe y amenaza; y la calavera negra. Comprendo
ahora que no es este un carguero de metal y subproductos en viaje
hacia la Tierra. Vamos junto a los desechos tóxicos de todas las
colonias hacia otra parte...Venus, con seguridad, el vertedero solar.
Por mi mente cruzan los muchos momentos que ha visto a
estos cargueros atracar en Io y despegar con tantos peces pegas
desde la estación ecuatorial del satélite; sus padres estafados, más en
los sueños de ver a sus hijos libres que en los miserables créditos. Ni
ellos ni nosotros comprobaremos si es tan azul como cuentan el cielo
de la Tierra.
Encuentro a mis hermanos todavía concientes. Anela me mira
con sus ojos de luna en eclipse y me tiende los brazos. Ayudo a
levantarse a Soulness y apoya contra mi hombro todo el temblor de
su cuerpo. Al puesto de mando, les digo. Soulness murmura algo
sobre encontrar ayuda. Allí estaremos bien, le respondo, será el
mejor lugar para ver la bienvenida que nos dará la Tierra, vestida con
su traje azul y blanco de novia cósmica del Tiempo.
Soulness
apenas se sonríe con sus labios violáceos. Anela ha vuelto a dormirse
y tal vez ya no despierte.
En el puesto de mando acomodo a Soulness en un sillón. Yo
a su lado, con Anela en brazos, sostengo su mano helada. Pienso que
40
Secretos del Futuro
tal vez era este el sillón del comandante del carguero que alguna vez
llevó vida a la Tierra. Y me creo que yo soy él y que llevo a mis
hermanos, a mi padre y todos los niños de Io hacia la ciudad de
torres blancas sobre un lago verde.
Lucho contra el sueño definitivo que me agota los párpados.
Quiero verla aparecer. Quizás no tenga tiempo para guiñarle un ojo.
El carguero pasará de largo sobre ella. Sin nada que declarar.
41
Secretos del Futuro
Todos los Boutros V.S todos los Hedren
Por Juan Pablo N. Lamas
Estoy sentado (al menos en este Universo) escribiendo esta
nota, en unos, uso una supercomputadora, en otros una vieja
Underwood, en el resto (por desgracia) jamás escribí esta nota.
Además de ser graduado de Filología, Juan Pablo Noroña Lamas
(Ciudad de La Habana, 1973). Ganador del Concurso de Ciencia
Ficción “Otra Vuelta de Tuercas” y un cuento suyo aparece en la
antología Reino Eterno.
Los Universos Paralelos ya son complicados de por sí y si
mezclamos esto con un asesinato el resultado es: “Todos los Boutros
V.s todos los Hedren”.
·······
Interlocutor: Ya activé la consola... se inicia la primera sesiónSe gira hacia el asesor- ¿Caso...?
Asesor: Boutros v.s Hedren. Cargos de crimen factual y
preparación criminosa, y moción de caracterización criminal.
Abogado: Señoría...
Interlocutor: Diga...
Abogado: Con su venia... el ministerio fiscal intenta
presentarnos tres cargos de los cuales algunos incluyen a otros... probar
tanto crimen factual como preparación criminosa presupone una
caracterización criminal. Sugiero que se retire la caracterización.
42
Secretos del Futuro
Fiscal: Con su venia, Señoría. El ministerio fiscal probará que
los tres cargos son independientes.
Interlocutor: (Al asesor) ¿Cómo lo hacemos?
Asesor: Es muy pronto para tomar decisiones... esperemos un
poco. Me llevaría tiempo explicarle todas las complejidades de los
procedimientos sobre cargos inclusivos.
Interlocutor: Claro, claro. ¿Algo más antes de los datos?
Abogado: Sí, Señoría. Hago una moción de Habeas Corpus, otra
de protesta sobre jurisdicción, y otra de improcedencia de
documentación.
Interlocutor: Despacio ¿Asesor?
Asesor: Me gustaría que la defensa se explicara.
Abogado:
Sí,
Señorías.
A
mi
defendido
se
le
pide
responsabilidad penal y moral sobre un delito que no ha cometido,
delito del que además no tenemos cuerpo ni evidencia, y que en todo
caso fue cometido fuera de la jurisdicción de este tribunal. Además se
nos pide que aceptemos la competencia de documentación ajena a
nuestra jurisprudencia.
Fiscal: ¿Me permite, Señoría?
Interlocutor: Sí, ahora usted.
Fiscal: Con la venia. Es precisamente el caso de este Ministerio
demostrar que, aunque no es definitivamente probable que el sujeto
físico presente en nuestro tribunal cometió el delito referido, es muy
demostrable que su personalidad debe caracterizarse como criminal, es
43
Secretos del Futuro
muy aducible que haya llevado a cabo preparación criminosa, y no es
imposible que haya cometido, sino este delito físico, al menos este
delito factual.
Interlocutor: ¿Cómo se entiende?
Asesor: Es otro de esos casos de precedente.
Interlocutor: Ya lo veía venir, un gran enredo. A ver,
pongámonos de acuerdo. Le toca a la defensa ahora.
Abogado: Gracias, Señoría. Aprovecho para solicitar una
identificación.
Asesor: ¿De quién?
Abogado: De qué, Señoría. Solicito que el ministerio fiscal
identifique el universo, o como dicen que es más propio, conjunto
coheso de existencia, de su representado el señor Boutros.
Fiscal: Señorías, lo que pide la defensa es un volumen de
información tal que su mera enunciación verbal sería imposible en vida
de cualquiera de los presentes. Poseo, eso sí, un cristal compacto con
los datos cualificativos y cuantificativos que determinan al conjunto
coheso de existencia del Señor Boutros. Puedo suministrarlo en
cualquier momento
Asesor: Diremos universo, de ahora en adelante, para abreviar.
Interlocutor: Por supuesto. ¿Dónde está ese CK?
Fiscal: ¿Señoría, supongo que desea enviarlo desde ahora?
Interlocutor: Ni soñando. La Entidad que contratamos para este
juicio es famosa por activar el taxímetro con el primer byte.
44
Secretos del Futuro
Asesor: Por no hablar de la compañía de comunicaciones, que
cobra una cantidad básica por cada envío.
Fiscal: Es que es interés de este Ministerio que se haga notar a la
Alta Entidad, con los propios datos, la proximidad en cuantificación y
cualificación de nuestro universo y el del señor Boutros, y que esto sea
con la suficiente antelación a cualquier otro conocimiento del caso
como para que se haga suficiente conciencia.
Interlocutor: Oh, se dará cuenta a tiempo, se lo aseguro.
Enseguida. Las entidades piensan muy, muy rápido.
Fiscal: Me confío a su discreción, Señoría, y a su experiencia al
respecto.
Asesor: Realmente me parece que nos estamos dispersando.
Necesitamos una acusación formal.
Interlocutor: Que hable el Fiscal entonces. Se salta el turno, pero
hace falta. Recuérdenme compensar a la Defensa.
Fiscal: Gracias. En representación de Términus Boutros acuso a
Xímoron Hedren de los delitos de crimen factual contra la persona de
Términus Boutros, preparación de crimen factual contra la persona de
Términus Boutros, e intento de crimen factual contra la persona de
Términus Boutros. Caso de no probarse ninguno de los anteriores,
propongo de todas formas una caracterización criminal de Xímoron
Hedren.
Interlocutor: Oiga, o lo acusa del crimen, o del intento.
Abogado: Señoría, estaba por decir eso mismo.
45
Secretos del Futuro
Asesor: Otro de esos casos de precedente.
Fiscal: ¿Relato los hechos, Señoría?
Interlocutor: Por el bien de los presentes.
Fiscal: Absolutamente, Señoría. En la madrugada del 7 de enero
del corriente año el señor Términus Boutros se despertó en su
residencia por una molesta pero providencial necesidad de aliviar su
vejiga. Se levanta y se dispone a ir al baño, y al entrar en la sala...
Interlocutor: ¿En la sala?
Fiscal: El señor Boutros duerme en la terraza. Al entrar en la
sala, repito, encuentra, para su sorpresa, al señor Xímoron Hedren, de
espaldas a él, revisando a la luz de la luna lo que parecía ser un arma de
fuego. El señor Boutros, recordando que entre el señor Hedren y él
existe una animosidad tal que en el pasado los ha llevado a agresiones
verbales y físicas, y a amenazas de muerte, se arma con una escultura
de bronce. Al parecer el señor Hedren lo escucha, y se da vuelta
encañonándolo. El señor Boutros, de complexión atlética, movido
naturalmente por el instinto de conservación, golpea al señor Hedren en
la cabeza, y desafortunadamente le causa la muerte. Una diferencia de
centésimas de segundo le salvó la vida al señor Boutros, pues el señor
Hedren llegó a disparar, pero sólo en el mismo momento en que la
escultura golpea su frente desviando la puntería, e hirió al señor
Boutros, con munición explosiva envenenada, en un brazo en lugar del
tronco o la cabeza. Aún así, sólo la alta complejidad de la excelente
46
Secretos del Futuro
unidad médica doméstica del señor Boutros le permitió seguir con vida
hasta la llegada de la unidad hospital móvil.
Interlocutor: Sin embargo, el señor Hedren está aquí, entre
nosotros. Ahora es cuando entra lo de los universos paralelos ¿no?
¿Conjuntos cohesos de existencia?
Abogado: Señoría...
Interlocutor: Diga...
Abogado: ¿Qué pruebas tiene el ministerio fiscal de todo lo que
ha dicho? ¿Podemos ver al menos el cuerpo de aquel, repito, aquel
señor Hedren?
Fiscal: Imposible. Combustionó apenas sus señales vitales se
extinguieron, dañando seriamente la unidad médica del señor Boutros,
que sin embargo conservó su reporte. Precisamente esta circunstancia
apoya nuestro caso respecto a la preparación criminosa.
Abogado: Aquí tenemos el caso de la Fiscalía. Un intento de
asesinato ocurrido en otro universo, aducido por un individuo que
presenta documentación expedida por otro gobierno, y obviamente, para
todo el que tenga oídos, cometido, aún si creemos al acusador, por otra
persona que mi defendido. Y todavía no llego a cuestionar la buena fe
del señor Boutros y su versión de los hechos.
Interlocutor: ¿Fiscal?
Asesor: ¿Señoría...?
47
Secretos del Futuro
Asesor: ¿Pudiera hacer entrar a mi testigo pericial? Lo solicité
conociendo de antemano las alegaciones del ministerio fiscal, para
adelantarme.
Interlocutor: Claro, claro.
Asesor: La asesoría jurídica para el Honorable Interlocutor de
Altas Entidades Tymo Ampel requiere al señor Fergus McAfee,
catedrático titular de la Universidad de Edimburgo.
Fiscal: ¿Señorías... puedo proseguir?
Interlocutor: Adelante.
Fiscal: Pondré mis cartas sobre la mesa. La noche del 28 de
diciembre del pasado año el señor Boutros de este universo resultó
muerto por una bala explosiva envenenada en el mismo momento en
que el señor Hedren de este universo participaba de una fiesta. El señor
Boutros fue hallado en la sala de su casa con una escultura de bronce
en la mano. La tarde del 8 de enero el señor Hedren de este universo,
que no asistió la noche del 7 de enero a una fiesta a la que fue
calurosamente invitado, fue visto, a su pesar según testigos, con una
señal de cicatrización acelerada en la frente que en la madrugada debió
ser muy fea. Adjunto declaraciones.
Interlocutor: Está bien, pero al Hedren aquel este Boutros de
aquí lo mató, y no puede ser este. Quizás, eso sí, el señor Boutros de
este universo fue asesinado por el Hedren del universo del Boutros aquí
presente.
48
Secretos del Futuro
Fiscal: Señoría, en vista de que tantas circunstancias coinciden y
solamente difiere el tiempo, concluyo que se involucran más de dos
universos.
Abogado: Una vasta conspiración. El Ministerio Fiscal es
aficionado a los clásicos audiovisuales de mediados del siglo XX y ha
visto demasiado Hitchcock.
Fiscal: Señoría, pienso más en una liberación de deseos
reprimidos. Los señores Hedren de varios universos, sin ponerse de
acuerdo, y coincidentemente, intentaron asesinar a señores Boutros de
universos ajenos en circunstancias no comprometedoras para los
Hedren del universo del crimen, aprovechando una posición clave
dentro de una compañía puntera en la investigación de los universos
paralelos, como la Xoomech. Todo esto con el fin de disfrutar
impunemente la satisfacción de profundos resentimientos. En unos
casos, o universos, el señor Boutros logró salvar su vida con su
velocidad de reacción, en otros sólo consiguió herir a su asesino, en
otros ni eso. En unos casos el señor Hedren se decidió un 28 de
diciembre, en otros un 7 de enero. Otra interpretación de los hechos
dejaría demasiado a la coincidencia.
Abogado: Sustanciosa elucubración la del Ministerio Fiscal. ¿Y
como piensa probarla con respecto a mi, repito mi, señor Hedren? Con
diferencias temporales inclusive.
Fiscal: En este momento, Señoría, solicito que se escuche a mi
testigo pericial.
49
Secretos del Futuro
Abogado: ¿En qué campo es perito su testigo?
Fiscal: Física de los conjuntos cohesos de existencia.
Asesor: Señoría... mi testigo es competente en ese campo.
Solicito que sustituya al del Ministerio Fiscal.
Fiscal: ¿Es necesario, Señoría?
Interlocutor: Es mejor.
Asesor: Ciertamente.
Fiscal: Siendo así... solicito usar del testigo pericial de su
Señoría el Asesor, al menos eventualmente.
Interlocutor: Concedido
Fiscal: ¿Cuál es su cargo, señor McAffe?
McAfee: Titular de la cátedra de Física de la existencia de la
Universidad de Edimburgo.
Fiscal: ¿Deberíamos entender que usted es una persona
cualificada para emitir juicios en este tribunal?
McAfee: Si es sobre Física de la Existencia, soy la persona más
calificada.
Fiscal: Muy bien. ¿Cuánto tiempo necesita para interiorizar una
comparación entre el universo del señor Boutros y el nuestro?
McAfee: Diez segundos. Me especializo en parametrización y
comparación de universos, y ya antes lo he hecho con esos universos.
Incluso traje mis notas.
Fiscal: Bueno, está bien... ¿Qué opinión le merece la
comparación?
50
Secretos del Futuro
McAfee: Muy similares. El índice está en las millonésimas. Qué
digo, en las decamillonésimas.
Fiscal: ¿Podría explicarnos?
McAfee: Muy fácil. Tenemos toda una serie de datos sobre los
universos. Los del nuestro los medimos nosotros; los del otro, nuestros
colegas de ese.
Fiscal: Señoría, adjunto la declaración del oficial investigador
Alexas Gibbons, que corrobora la documentación relativa al universo
del acusador. Prosiga, señor McAfee.
McAfee: Y se comparan entonces los parámetros. Con las
diferencias elaboramos un índice. Mientras menor es, mayor es la
similitud de existencia de los universos, y también la mutua
accesibilidad.
Fiscal: Háblenos sobre esta similitud. ¿Cómo se da en las
personas? ¿Cómo en el resto?
McAfee: Las personas de universos similares son similares y sus
acciones también. Si hay diferencias, son compensatorias. Pasa lo
mismo con los animales de manada. Los biólogos han comparado
individuos de universos similares, y los animales de manada tienden a
una vida similar, aunque no tanto como las personas. Las especies de
vida solitaria tienden más a la diferenciación. Curiosamente, también
las personas desajustadas.
Fiscal: ¿Debemos entender que la misma persona es igual en dos
universos similares?
51
Secretos del Futuro
McAfee: Dije similares. Además debí añadir que todo es
estadístico. Hay diferencias. Por ejemplo, en cierto universo bastante
diferente del nuestro, Churchill, cosa curiosa, fumaba una marca de
tabaco diferente, murió un día diferente, y recibió heridas diferentes. De
manera general, los individuos sociales y las sociedades tienden a la
coherencia entre un universo y otro. Un tipo puede haberse levantado
un día por el lado izquierdo de su cama en un universo, y en otro por el
derecho; pero en ambos casos, conoció ese día a la mujer de su vida. El
del pie derecho la ligó un día antes, sin embargo. Las diferencias
tienden a ser intrascendentes o compensatorias.
Fiscal: ¿Y la personalidad de los individuos? ¿Y sus actos
trascendentes?
McAfee: No pongo la mano en el fuego por la personalidad,
pero sí por los actos trascendentes.
Fiscal: ¿Entonces piensa usted que el señor Hedren tiene una
personalidad similar en todos los universos?
McAfee: Sí...pienso que sí.
Fiscal: ¿Y ejecutaría los mismos actos trascendentes en todos los
universos?
McAfee: Sí. Caramba, perdone: debí especificar actos
trascendentes conscientes.
Fiscal: Aún mejor. ¿La diferencia entre el 28 de diciembre y el 7
de enero cabe en lo que usted llama diferencias compensatorias?
McAfee: Es grande para ese índice, pero cabe.
52
Secretos del Futuro
Fiscal: Señoría, solicito que las utilísimas declaraciones del
Doctor McAfee sobre las similitudes del mismo individuo en varios
universos sean específicamente puestas como pruebas en el fichero de
datos de la moción de caracterización criminal. No excluyo con esto los
demás cargos.
Interlocutor: No hay problema.
Fisca: ¿Señor McAfee, qué me dice de un enfrentamiento a
muerte entre dos enemigos jurados de físicos muy similares?
McAfee: Cualquier cosa. Allí influye la casualidad, el caos, el
terreno. Este último no es como la sociedad o la manada, estable y
compensatorio. Una vez medimos los movimientos del aire dentro de la
misma habitación en dos universos diferentes, y obtuvimos diferencias
asombrosas. En las pequeñas cosas, la naturaleza es alocada.
Abogado: ¿Señor McAfee, dijo usted: “Movimientos del aire”, y
antes de eso: “No pongo la mano en el fuego”?
McAfee: Esto... sí.
Fiscal: ¿La defensa desea interrogar ahora al testigo?
Abogado: Me excuso por la interrupción.
Fiscal: Continúe, señor McAfee.
McAfee: Si a lo que he dicho se añade que si los
acontecimientos ocurren rápidamente toda diferencia se potencia como
causa de efecto, puede pasar cualquier cosa. No creerían lo que pasa
con las carreras de animales y las competencias atléticas.
Abogado: Ahora sí quisiera hacerle una pregunta al testigo.
53
Secretos del Futuro
Interlocutor: Todo suyo.
Abogado: Gracias, Señoría. Doctor McAfee: ¿No existe un
postulado científico que expresa que la medición de un fenómeno lo
altera?
McAfee: No es así, pero supongo que usted puede entenderlo de
esa forma, y en este contexto, tiene razón.
Abogado:
Por
supuesto.
¿Entonces,
las
mediciones
y
comparaciones que usted y sus colegas llevan a cabo entre universos, no
los afectan, no los diferencian?
McAfee: Buena pregunta. Afecta, sí. Pero la diferenciación entre
universos no es muy grande. En primer lugar, el tiempo. No va un año
de la primera visualización entre universos, ni seis meses del primer
intercambio de datos, y el primer viaje humano sólo tiene 3. No hay
tiempo para grandes diferenciaciones. En segundo lugar, las mediciones
afectan los pequeños sistemas particulares, no el conjunto coheso ni el
continuum. En tercer lugar, hacemos lo mismo en todos los universos,
cuidando el paralelismo. Y evitamos el contacto personal. Cuando
hablo con los otros MaAfee soy muy profesional.
Interlocutor: Señores... he de pedirles que se pongan de pie. La
Alta Entidad a cuyo juicio íbamos a someter este caso se ha interesado
desde antes de enviarle los datos. Se ha prolongado hasta nosotros, está
entre nosotros, y ha dejado un mensaje en mi consola: “Nunca me
gustaron las transferencias de ningún tipo entre universos paralelos”. La
54
Secretos del Futuro
Alta Entidad Sirio se ha retirado a su lugar de procedencia, la estrella
homónima. Pueden sentarse.
Abogado: Expreso mi total apoyo a la Alta Entidad. Aprovecho
también para protestar porque el Ministerio Fiscal ha querido explotar
lo inédito de las circunstancias para abrumarnos, lo cual no ha
conseguido al menos con la Alta Entidad, y pido tiempo para
desarticular este complot, esta telaraña de sobreentendidos, no sé si
urdida por Boutros o por el Ministerio Fiscal.
Fiscal: En ese caso, el Ministerio Fiscal solicita manifestar un
alegato resumen.
Asesor: Concedido.
Fiscal: El señor Hedren posee personalidad criminal. Lo prueba
el que un señor Hedren de otro universo, que ha de ser idéntico a él,
intentó asesinar al señor Boutros de otro universo, y que aún otro señor
Hedren asesinó con toda seguridad al Boutros de este universo. El señor
Hedren llevó a cabo un crimen factual, o al menos lo intentó; lo prueba
la cicatriz, consistente con la descripción del enfrentamiento. El señor
Hedren llevó a cabo una preparación criminosa: lo prueba la
premeditación con que escogió la fecha de su crimen y el dispositivo de
autodestrucción que es claro que usó. Para todo lo anterior me baso en
los datos de la Física de los Conjuntos Cohesos de Existencia, que
establecen que el señor Hedren de este universo debe tener una
personalidad idéntica a la de los Hedren de otros universos, y que sus
actos trascendentes conscientes deben también ser idénticos. Esta
55
Secretos del Futuro
identidad depende de la accesibilidad, y el Hedren muerto accedió al
universo del señor Boutros aquí presente, que accedió al nuestro; por
transitividad debe existir mucha identidad entre el Hedren muerto y el
acusado. Para responder al Habeas Corpus, solicito se investigue en los
universos accesibles cuántos Boutros muertos y sobrevivientes hay, y el
caso ganará en claridad.
Interlocutor: ¿Debo entender por la petición de la defensa que
aún no tiene listo un alegato resumen?
Abogado: Así es, Señoría.
Interlocutor: ¿Señor Asesor, levantamos la sesión?
Asesor: Debiéramos. Ningún caso de precedencia se resuelve en
una sesión.
Interlocutor: Que así sea. Se aplaza la causa.
56
Secretos del Futuro
Los Noseniqué tienen la panza rayada
Por Sigrid Victoria D.
Sólo un cuento infantil de Sigrid Victoria Dueñas (La
Habana, 1980) puede comenzar de esta forma:
“Todos los Noseniqué tienen la panza rayada. Rayada y
peluda. Rayada en amarillo si es un "él", en azul celeste si es una
"ella". Este color no varía, lo que cambia es el resto de su pelaje,
que puede ser negro, blanco, castaño, rosa, verde, arcoiris, color
de las horas, de luna, de sol, color alegría, color tristeza... En fin,
de todo tipo de colores, pero siempre rayada en amarillo o azul.
Bueno, casi siempre.”
De esta forma
nos introduce en su mundo particular.
Sigrid (Sisi para sus amigos) es de esas pocas escritoras que se
dedica a la literatura fantástica para niños sin los consabidos
“aniñamientos” o
simplificaciones, tan típicas en este dificil
género. “Los Noseniqué tienen la panza rayada” es una colección
de cuentos del cual tomamos “Motita y el agua”... el dilema esta
planteado ¿Cómo convencer a nuestro héroe a tomar un baño?
.......
Motita y el agua
— Que no.
— Que sí.
57
Secretos del Futuro
— Pues que no.
— ¿Por qué no?
— Porque no es sí. No me gusta.
Mamá lo miró, asombrada. Motita se rascó una orejita,
pensando en algo que la convenciera. Tarea nada fácil. No es fácil
convencer a una madre de que no nos gusta el agua. En especial a
Mamá:
— ¿Cómo es posible que no quieras bañarte? — ella
adoraba el agua, se notaba.
— Verás, Mamá — Motita suspiró, pensando lo difícil que
es convivir con los adultos, incluso con un adulto como Mamá —
El agua me da miedo, ¿entiendes? Cuando está en el vaso, es
pequeñita e inofensiva, y uno la puede beber sin problemas. Pero
cuando está en una bañera se envalentona y se vuelve peligrosa.
Demasiada agua.
— Creí que te gustaba el arroyo.
Motita se irguió, orgulloso:
— El arroyo ha aprendido a respetarme. Soy más fuerte que
él.
—Báñate en el arroyo, entonces.
Papá se asomó a la puerta del baño:
— Motita, Linda te busca. — le guiñó un ojo. A papá
tampoco le gustaba el agua.— No se debe hacer esperar a las
visitas.
58
Secretos del Futuro
—Como siempre, Papá tiene razón. Adiós, Mamá.
Motita salió corriendo, dejando a Mamá con el cepillo de
baño en la mano y la misma cara de incomprensión. Papá alzó los
brazos, como diciendo : "¿Qué puedo hacer yo?"
—Sigue apoyando sus ideas incorrectas y serás el culpable
de su mala educación.
—Vamos, querida. Motita nunca será un maleducado con
una madre como tú.
Mamá suspiró. Papá era un adulador
que sabía cómo
engatusarla.
—Toda esa agua caliente...Por cierto, querido, aún no te
has bañado.
—Ella no entiende. Cree que bañarse es sólo agua, pero en
verdad es monótono y repetitivo.
—Mono...¿qué?
—Monótono.
—Luego dices que yo hablo raro. ¿Qué es eso de
tonómono?
—Monótono. Es una palabra que me enseñó Ané. Todavía
no sé bien qué quiere decir, la uso cuando algo no me gusta.
—¡Pero vaya tontería, Motita! A veces me sorprende cuán
poco práctico puedes llegar a ser. Eso es como...como...bueno, no
sé, una tontería muy grande. Usar una palabra que no conoces...
59
Secretos del Futuro
—¡Está bien, está bien!—Motita levantó ambas paticas
para cortar el naciente discurso
de Linda—Es cierto, es una
tontería. En fin, que Mamá no entiende lo aburrido que es bañarse.
Te bañas ahora y te
ensucias después, Mamá se horroriza y de
nuevo a bañarte. ¡No tiene fin!
Linda se tendió sobre la hierba del jardín, moviéndose para
que el sol calentara mejor su pancita rosa—celeste.
—Te preocupas demasiado por no aburrirte nunca.—
sentenció como una adulta.—Y si esperas que los mayores te
comprendan, estás frito. Nunca entienden nada.
—¡Oh, no!—protestó Motita—Mamá no es así. Ella nunca
ha crecido del todo, ¿sabes? Algún defecto tenía que tocarle.
—Entonces, si es tan buena, ¿por qué no la complaces?
Motita se encogió de hombros.
—No sé, creo que disfruto llevándole la contraria.—sonrió
con malicia—Soy un malvado.
Linda se echó a reír.
— Vaya, nunca lo hubiese dicho. Oye, Motita, en el templo
del río hay una exposición de espadas. Dicen que una de ellas corta
cualquier cosa.
— ¿ Cualquier cosa ? ¿ Hasta las arepas de Papá? — Motita
se quedó pensativo— A Mamá le gustan las espadas, y siempre se
queja de que cuando Papá cocina no hay quien coma. Lo que no
está crudo le queda demasiado duro.
60
Secretos del Futuro
— Mi papá no cocina nunca. Debería estar agradecida.
— Eso mismo dice Papá. ¿ Vamos al templo?
— ¡Pues claro!— Linda se incorporó de un salto y se
sacudió las hojitas que se le habían pegado— Aunque no creo que
de verdad quieras ir. El templo está en mitad del río.
— ¡Bah! Por ver una buena espada soy capaz hasta de
nadar.
El río de Valle Medio es ancho y profundo, pero poco
caudaloso. Eso quiere decir que se puede atravesar a nado sin
problemas, pues si uno se cansa, siempre están las islas para
reponerse. Bueno...las islas. A los noseniqué les encanta ponerles
nombres pomposos a las cosas, así que le llaman islas a un grupo
de bancos de arena sobre los cuales ha crecido la uva caleta. En
verano van a "las islas" de vacaciones, sin que a nadie se le ocurra
preguntarse cómo no se disuelve ninguno de los bancos ni qué
hace la uva caleta creciendo allí.
Aunque los noseniqué no suelen salir de Valle Medio, han
existido algunos que padecen de lo que ellos denominan "fiebre de
paticas". Estos enfermos no pueden estarse quietos en un solo
lugar, y sienten la necesidad de viajar constantemente. Uno de
ellos es conocido como "El Gran Noseniqué Vagabundo", porque
en su afán por descubrir cosas nuevas llegó más lejos que los
demás. ( Aquí entre nosotros, no era un noseniqué muy inteligente
61
Secretos del Futuro
que digamos) Al volver de uno de sus viajes construyó un
imponente edificio al que llamó templo.
— ¿Y para qué sirve?— preguntaron los demás.
(Los noseniqué nunca habían visto un templo)
El Gran Vagabundo se encogió de hombros.
— Decídanlo ustedes, porque yo me voy.
Y se marchó a otra jornada de aventuras.
Los noseniqué miraron por un rato la bonita construcción,
de altas columnas rojas que sostenían un tejado a dos aguas. Al
cabo de algunos minutos todos exclamaron a la vez:
— ¡Para fiestas! Un edificio tan bonito sólo puede servir
para fiestas.
Profundamente satisfechos de sí mismos, decidieron que el
templo se usaría para divertirse. (Si tuviera tiempo explicaría para
qué se usan en verdad los templos)
—¡Mira, Linda, son Dián y Franio!
—¡¿Quién?!
—Esos de allí.—Motita obligó a su amiga a volver la
cabeza.—Los que están sentados en el puente con las guitarras.
—¿Los dos gordos?
—¡Esos mismos! Son amigos de Papá.
—Hum. Ya entiendo por qué tus rayas son negras también.
Estás rodeado de gente rara desde que naciste.
62
Secretos del Futuro
—Sí, por eso me hice amigo tuyo.—asintió Motita con total
inocencia.—¡Vamos, Linda! Te los presentaré.
Los dos noseniqué con guitarra alzaron las paticas para
saludarlos con alegría. Cuando Motita llegó junto a ellos lo
abrazaron fuertemente.
—¡ Pero mira cómo ha crecido este bicho!
—Sí, lo dicho. Es un bicho que crece rápido.
—Que cree ser rápido— apuntó Dián y ambos se echaron a
reír.—¿Y cómo está tu papá, el gran Mota?
—Seguro que está en las motañas.
Motita alzó ambas cejas y movió la cabeza, como hacía su
mamá cuando escuchaba los juegos de palabras
de esos dos.
—Esos chistes de ustedes...
—Se llaman chistes filológicos, del lenguaje. Chistes que
tienen que ver con el lenguaje, ¿entiendes? Los hacen los tipos
inteligentes como nosotros.
Linda soltó un resoplido, que hizo a los dos amigos
percatarse de su presencia.
—¿Quién es ella, Motita?
—Es Linda.
—Ya sé que es linda, te pregunté quién es.
—Me llamo Linda.—intervino la pequeña.—Y no se les
ocurra convertir mi nombre en un chiste filoloco de esos.
63
Secretos del Futuro
Franio y Dián se echaron a reír. Parecían capaces de reír
siempre.
—Está bien, Linda, en honor a ti hoy no haremos ningún
chiste. ¿Y adónde van los dos, tan solos?
—No estamos solos, andamos con nosotros mismos.
—Sin la compañía de un adulto, quise decir. Aunque,
pensándolo bien, en tu casa es difícil encontrar un adulto. Todo el
mundo parece haberse quedado en la niñez. ¿Adónde van?
—Al templo, a ver la espada —respondió alborozado
Motita, señalando al otro lado del puente.
—Ah, la espada de Ensui, la del agua fresca —dijo Dián
con aspecto soñador.
—¿La qué? —Motita alzó una ceja.
—Presten atención.
Cuando el mundo, y, por tanto, Valle Medio, era joven,
aún no existía el agua en su superficie...
—¡El paraíso! —interrumpió Motita.
Franio hizo una mueca.
—Que a ti no te guste bañarte...
—Shhh, dejen que Dián continúe —frunció el ceño Linda.
64
Secretos del Futuro
Como decía, cuando todo era joven en el mundo no había
agua en parte alguna. Valle Medio era un gran desierto de
arena, donde los bichitos se morían de sed bajo un sol ardiente...
Motita tragó en seco.
—Ya me está dando sed —murmuró.
—Deja que termine, no interrumpas—le susurró Linda.
—¡EJEM! ¿Puedo continuar?
El calor era insoportable, la arena caliente, llevada por el
viento, caía sobre los animalitos y se les metía bajo el pelaje y
entre las patas...
Motita comenzó a jadear disimuladamente y a rascarse
una patica. Linda lo miró con enojo, pero no dijo nada para no
interrumpir el relato.
La buena diosa Ensui, que quería a los bichitos, abandonó
Valle Medio (en aquel entonces se llamaba Desierto Medio) y
peregrinó por todo el mundo buscando una solución...
—¿Por qué? —intervino nuevamente el pequeño.
—¿Por qué, qué? —se extrañó Dián.
65
Secretos del Futuro
—¿ Por qué se fue de Valle Medio para encontrar una
solución? ¿No podía encontrarla aquí?
—¿Acaso no sabes que todos los héroes de las historias
salen de su lugar a buscar soluciones? Mi heroína no puede ser
menos.
—Ah... —Motita no pareció muy convencido.
Caminó la diosa Ensui de uno a otro confín del universo y
terminó por regresar, cansada y triste, a Valle Medio. Aquí se
encerró en su palacio subterráneo y lloró, inconsolable, durante
diez años, diez meses, diez semanas y diez días.
—¡Qué manera de llorar! —resopló en voz baja Linda.
Esta vez fue Motita quien le hizo una seña para que se
callara.
Las lágrimas de Ensui corrieron bajo la tierra
alimentando las semillas dormidas y sacando a los árboles de su
sueño. Cuando, al cabo de diez años, diez meses, diez semanas y
diez días, salió Ensui a la luz, encontró a Valle Medio convertido
en un paraíso de verdor. Las plantas lo cubrían por doquier, pero
aún así el agua continuaba bajo tierra y los bichitos no podían
beberla. Cortó Ensui sus largos cabellos y, tejiéndolos de una
forma que sólo ella conocía, forjó una espada negra y fina como
66
Secretos del Futuro
trenza. Tomándola entre sus manos horadó la tierra en miles de
canales que llevaban a uno mayor, y el agua saltó del interior
cubriéndolos con su dulzura. Así nacieron nuestro río y los
riachuelos que en él terminan.
—Como el de casa —apuntó Motita.
—Exacto, como el de tu casa.
Las aguas del río corrieron sobre la tierra quitándole la
amargura de tantos años de desierto, y se acumularon en el mar,
que todavía hoy es salado, por haberse formado de aquellas
primeras lágrimas bienhechoras. Ensui, contenta del resultado,
le pidió a su amigo el sol que todos los días recogiera un poco de
agua y la guardara en las nubes para derramarla cuando las
plantas lo necesitaran. A cambio ofreció a éste la cinta de siete
colores con la que antes ceñía sus cabellos.
—Es una linda espada —Motita se inclinó sobre la urna—.
Dián, ¿de verdad está hecha con los cabellos de Ensui?
—Eso dice la leyenda. No te acerques mucho, puedes
romper el cristal y nos buscaremos un problema.
67
Secretos del Futuro
—Eso es lo que odio de las exposiciones, no se puede tocar
nada —se quejó Linda.
—Tienes razón —apoyó Franio—. Mejor nos vamos, está
oscureciendo.
—¿Y qué pasó con Ensui la llorona? —preguntó Linda
cuando salieron.
Dián se rió alegremente:
—Pues como estaba cansada por haber llorado tanto se fue
a su palacio subterráneo y todavía está durmiendo.
Motita permaneció pensativo unos minutos, al cabo de los
cuales preguntó, preocupado:
—Y si Ensui todavía duerme... ¿Quién se ocupa de que
haya agua fresca y dulce?
—Bueno, el sol hace parte del trabajo guardando un poco
de agua cada día. Cuando llueve, un poco de la lluvia pasa a través
de la tierra y se une a los manantiales que alimentan los ríos.
—Pero, aún así, las lágrimas de Ensui pueden acabarse.
—Sí, claro que sí. De hecho, hay más agua salada que
dulce en el mundo. El agua, como la madera de los árboles o la
comida, puede llegar a desaparecer sin remedio. Por eso la
cuidamos tanto en Valle Medio. Pero no te preocupes, Motita —
Dián le acarició la cabeza—. Tú casi no la usas, así que no le
pasará nada al agua por tu culpa.
68
Secretos del Futuro
Mamá se dirigió al cuarto de baño con su toalla en la
mano.
—Al fin —suspiró—. El momento más dulce del día.
Espero que nadie se esté bañando ahora.
El ruido de la ducha le quitó toda ilusión.
—Vaya. Y tenía que ser justo en este baño, donde está mi
bañera favorita.
Tocó discretamente en la puerta, y al no recibir respuesta se
arriesgó a entreabrirla suavemente.
—¡Pero...
Motita!
—exclamó
Mamá,
sinceramente
asombrada—. ¿Qué haces bañándote a esta hora?
El pequeño se quitó el jabón del rostro antes de responder:
—Decidí que si la pobre Ensui pasó tanto trabajo para que
Valle Medio tuviera agua, no puedo hacerle un desaire. Pero no
pienso volver a usar la bañera. Es un derroche de agua.
—¿Ensui? ¿De qué...?
—Estuvo hablando hoy con Dián —intervino Papá desde la
puerta—. Vino a tratar de convencerme para que Ito y yo nos
bañáramos.
—¡Qué bien! —sonrió Mamá—. Ojalá todos tus encuentros
con ellos dieran tan buenos resultados.
—Ya terminé, Mamá —Motita salió chorreando de la
ducha, como solía hacer ella—. Puedes bañarte.
—Gracias, querido.
69
Secretos del Futuro
El pequeño se marchó dejando charquitos por todo el
pasillo. Mamá abrió la llave de la bañera, pero a las primeras gotas
la cerró, indecisa.
—Después de todo, creo que me basta con la
ducha.—se dijo a sí misma .— ¡Moti, cariño! ¿Qué
decías de Ensui?
70
Secretos del Futuro
El Empalador
por Victor Hugo Pérez Gallo
Victor Hugo Pérez Gallo
(Nuevitas, 1979). Ganador del
primer lugar de en el Concurso de literatura de Ciencia Ficción
NEXUS-CH 03. Narrador y ensayista. Premio de cuento Escalera de
Papel, 1999. Mención Premio Cuento Erótico Camaguey, 2000. Ha
sido publicado en la
antología de cuento erótico “Nadie va a
mentir”, (Acána, 2001). Pertenece a la segunda graduación del
Centro de Formación Literaria “Onelio Jorge Cardoso”. Pertenece
a la AHS. Actualmente pasa su servicio social en Moa.
“El Empalador” no es un cuento de vampiros, es el cuento
del VAMPIRO, Los fanáticos y conocedores del tema sonreiran
desdeñosos (¡ya hemos leído esto!)... más yo los invito: lean y
estremezcansé. Como solian decír las revistas de horror de antaño.
.......
Salve, Alimentado de
Sangre,
que abandonas la casa de
la muerte.
Libro de los muertos
CXXVI, 13
71
Secretos del Futuro
La noche en que murió seguramente no sabía que levantaría
uno de los mitos que más ha intranquilizado las noches de los
hombres. Mito al que yo, desde mi humilde posición, ayudé a
apuntalar. Mi historia va a diferir de la oficialmente aceptada. Yo
siempre vi al Voivoda Vlad Draculea como a un padre, como el
hombre que me enseñó mucho de lo que sé. Historiadores han
agotado su pluma llenando páginas de calumniosas teorías
que
tratan de explicar su forma de actuar, su borrascoso proceder. Un
escritor irlandés inauguró un nuevo género con una novela
inverosímil sobre su persona. No me propongo una apología, ni
siquiera una sencilla vindicación de su memoria. Draculea, o
Drácula, fue un hombre de su tiempo, como antes Alejandro Magno,
Darío o Cristo. Y nada más. Si tantas leyendas ridículas se tejieron a
su alrededor fue por el miedo, el desconocimiento y mi descuido. Él
fue, quien lo duda, sanguinario, pero cualquiera que haya leído The
Mahomas´s Wars, la voluminosa obra de Jonathan Stulman se
percatará que los turcos no lo eran menos y que la época no pedía
otra cosa. Yo, la mano derecha de Drácula, lo atestiguo así.
Han pasado los años pero todavía recuerdo que en una de mis
reencarnaciones me hallé en un camino polvoriento donde me
recogieron unos jinetes. Mi memoria me trae su castillo de
Transilvania donde me crié, mi hogar desde la infancia. Mienten los
que dicen que este era un lugar fúnebre y lleno de murciélagos y
horcas por doquier. Su corte era sin dudas una de las más brillantes
72
Secretos del Futuro
de Europa, de todas partes venían nobles y príncipes a conocer este
hombre enérgico, que era la última muralla que contenía al Turco en
su avance hacia occidente. Mienten descaradamente, repito, lo que
veían en él a un caudillo sin sentimientos. Amaba a su único hijo
pero esto no era obstáculo para que lo castigara cuando se lo
merecía. En una ocasión este se emborrachó conmigo, mi castigo fue
duplicar mis guardias en una de las almenas; el suyo, cincuenta
latigazos y hacerme compañía. Pero Vlad(escribo su nombre con los
ojos húmedos) nos quería entrañablemente. No por eso dejó de
nombrarme jefe de su guardia personal y tratarme con dureza,
aunque perdonara mis salidas nocturnas.
En su estado no había mendigos ni ladrones y se respetaba a
la mujer con un temor religioso. Todos sabían que un robo, una
violación, era un delito castigado con la muerte. Vlad no era un
conquistador, le gustaba la paz. Como alguien dijo después, los
arados brillaba y enmohecían las espadas.
Pero el Turco atacó. Miles de jenízaros atravesaron la
frontera dejándolo todo arrasado a su paso.
Nos defendimos. No recuerdo las idas y vaivenes de la
guerra, no vale la pena comentarlo aquí, pero perdimos.
Honrosamente perdimos en el campo de batalla. Retrocedimos con
los enemigos pegados a los talones. Es fácil escribir esto, y mucho
más hacerlo creíble y criticable por gordos canosos acomodados en
cómodos sillones. Pero hay que haber estado allí, entre hombres
73
Secretos del Futuro
agonizantes, bestias llenas de sangre y sudor, espadas partidas, gente
desmoralizada. Drácula nunca supo hasta aquella noche de donde
partió la orden que posteriormente se le atribuyó a él: treinta mil
prisioneros turcos empalados tras la retirada de nuestro ejército;
treinta mil hombres empalados a ambos lados del camino con el
cuerpo lleno de miel para que las abejas, moscas, avispas hicieran
más larga su agonía. El de la idea, previsor, había mandado degollar
los tres mil primeros para evitar una posible salvación. Debo admitir
que fue muy ingenioso, se terminó la persecución, los turcos estaban
horrorizados con los cadáveres de sus compañeros o en el mejor de
los casos con los miembros descuartizados y con plena conciencia
todavía. Además de los cientos de manos cortadas que a indicación
mía se dejaban en la cuneta y los alrededores. Se salvaron nuestros
soldados.
Vlad estaba triste, pero el próximo año nos tomamos la
revancha y vencimos. Atrapamos a muchos personajes importantes,
incluso mujeres de antigua prosapia. Determinamos no aceptar
rescate alguno, encerrarlos en las mazmorras e irlos descuartizando
alegremente en las fiestas populares como escarmiento y
advertencia. Aquí se complica la historia. Porque no sé como su hijo
conoció una de las prisioneras y se enamoró de ella. Ignoro con
cuales artes la muchacha lograría su objetivo aunque todos
conocemos que estos infieles adoran al diablo bajo la forma de una
piedra en una de sus ciudades del desierto y que el Corán niega al
74
Secretos del Futuro
verdadero Dios. Yo lo veía venir y tal como lo esperaba sucedió.
Quizás Drácula hubiera permitido la unión entre su único hijo y una
infiel, hija y nieta de guerreros que habían luchado contra él; quizás
con el tiempo hubiéramos conseguido ablandarlo. Pero el joven era
tan testarudo como su padre y persistió en su deseo de casarse,
amenazándolo con escapar con ella y tomar su religión. Hay muchas
cosas terribles que se dicen de Vlad pero creo que la única real fue la
decapitación de su hijo. Después sus cenizas fueron esparcidas al
viento.
Mi señor nunca fue el mismo. Creo que solo yo me percataba
de cuanto había cambiado. Todos veían en él al líder que iba al
frente, que mantenía unido al país en medio de la situación difícil.
Entonces había hambre; se dieron casos de aldeanos que
desenterraban cadáveres para devorar sus hígados, todavía tiernos;
los lobos salían del bosque y atacan al pastor y al rebaño; había
bandas de ladrones. Yo tenía que mantener el control y mis salidas
nocturnas se incrementaron considerablemente. Se extendieron
rumores sobre el fin del mundo, el demonio se lleva a los niños
recién nacidos, decían, para chuparles la sangre. Recuerdo que en
varias ocasiones los iconos de la iglesia ortodoxa se hallaron en el
suelo. Aprovechando esto, los seguidores del Profeta atacaron
nuevamente. Fue larga la lucha, rica en escaramuzas y combates.
Debo decir que mi participación fue de veras importante, Drácula
perdía la razón, ya no era el mismo que podía doblar una herradura
75
Secretos del Futuro
con sus manos. De día, un combatiente enérgico, después del ocaso
un viejo que tomaba vino caliente. Aquel día en que dispersamos un
montón de jinetes enemigos, él se desmontó, sacó un mendrugo de
pan y lo empapó en la sangre que corría por el cuello de uno del que
agonizaba. Donde todos vieron un alarde de estoicismo, entre los
vítores, yo vi el primer síntoma de locura.
¿ Sabes que dicen que soy un diablo?, me dijo aquella noche
junto al fuego. Le miré la cabeza llena de canas y asentí en silencio.
Bebió un trago y clavó la vista dolorosamente en el fuego. Estaba
ebrio, o casi.
Solo siendo cruel sin límites los obligamos a retroceder.
Cuando volvimos a nuestra patria hallamos pozos cegados o
envenenados; mujeres con los pechos arrancados, adolescentes de
cara agusanada. Y donde quiera salteadores a los que atrapábamos,
les abríamos la barriga y les echábamos pimienta para el mal de ojo.
Mi señor se encerró en el castillo y no veía a nadie; yo era su
único contacto con el exterior. Incluso bromeaba diciéndome que
podría morirse allí y solo yo lo sabría. El sentimiento de vejez sin
descendencia lo atormentaba. Todos los asuntos cargaban sobre mí.
Lo más fastidioso era la costumbre que habían adquirido los
campesinos de clavar estacas de álamo en las cajas de los muertos y
tener ristras de ajo colgando de las puertas. Una superstición tonta
destinada a espantar el demonio nocturno que se robaba los infantes
para alimentarse. Yo iba y las quitaba una y otra vez, pero ellos eran
76
Secretos del Futuro
persistentes en su idea. También el hecho de matar murciélagos me
indignaba. Las creencias populares decían que el diablo tomaba su
forma, esa era la culpa de los pobres animalitos. Me cansé de tantas
raíces, cruces y pedazos de hierro. El edicto que prohibía estas
costumbres fue leído en todas partes y clavado en los lugares
públicos. Se le atribuyó al voivoda, todos ignoraban que yo lo había
escrito y refrendado con el sello de Draculea que lleva en mi mano
derecha. No voy a negar que de vez en cuando alguna muchacha
amanecía con una debilidad inexplicable, aunque creo que la causa
se debe buscar en las debilidades mensuales que todas las mujeres
tienen como regla. Algunos dicen que ellas tenían arañazos en el
cuello, como una tierna mordida de dos dientes. Pero estos son
detalles menores, poco creíbles y menos trascendentes.
Luego fue fama que el voivoda dormía en un ataúd, que no
salía de día y que la luz del sol lo aniquilaba, o que sé yo. Claro que
solo me veían a mí, por eso inventaron tantas cosas que ya no me
caben en la memoria.
Aquella noche me dijo lo solo que se sentía, que
no debía haber juzgado a su hijo de esa forma y que
estaba arrepentido aunque como gobernante había hecho
lo mejor. Sí, afirmé, hizo lo mejor. Todos se hubieran
sublevado si él hubiera unido a su retoño con una
mahometana. Ni siquiera el ejército lo respaldaría. Lo sé,
me respondió y echó a llorar. Yo miraba ese sufrimiento
77
Secretos del Futuro
auténtico y solo bebía. No supe a que hora estuve
borracho junto con él y llorando los dos. Entonces le dije
que había sido yo quien había mandado a empalar a los
treinta mil turcos en aquella ocasión. Él me miró sin
reproche en medio de su embriagues. Solo murmuró mi
hijo, mi hijo. Creo haber dicho que yo lo quería como a
un padre, no aguanté tanto dolor y lo decapité allí
mismo, luego me incorporé y bebí su sangre que es lo
que nosotros, los vampiros, hacemos comúnmente.
78
Secretos del Futuro
Electric Geisha
POR DUCHY MAN
El ser co-antologador me permite realizar pequeñas trampas
como la que voy a realizar en este mismo instante.
Primero fue un flap, flap, como de ropa tendida al viento
cuando el sol está alto. Luego vino el olor a hierba, a lluvia
repentina. Los vasos quedaron a medio whisky en las mesas
tambaleantes. Las pistolas aterradas por el rocío imprevisto. El
tenía dedos blancos de uñas largas y sin polvo. El cabello aún más
negro que el de los salvajes. Los ojos velados por el ala del
sombrero. La nariz alzada entre las sombras del rostro, chispas
rojas a su lado. El traje oscuro como la madrugada, la camisa de
nieve desconocida, el chaleco de todos los colores del oro. Los
revólveres dejaban ver un retazo de la costura del pantalón y el
cinto labrado. Al cuello un lazo de seda negra y mechas violentas.
La mirada de duelo barrió la muchedumbre. Más tarde alguien
afirmó que sintió frío. Un cigarro delgado dormía en las comisuras
con el brío metálico de la boquilla. Las manos en la cintura, los
puños blancos con yugos de ónice. Piernas como el desierto, tan
largas que jamás cabría una montura entre los muslos. Y no tenía
sombra. Cuando los dientes se alinearon en una casi sonrisa el
viento trajo ecos de cuerdas y de armónicas, de cascos exhaustos y
silbidos nocturnos. La suave letanía quedó en las tonadas locales de
79
Secretos del Futuro
forma inexplicable. Echó a andar con paso sinuoso arrastrando los
tacones, robando al polvo crujidos de tablas martilladas. El tintineo
de las espuelas podía despertar a todos los tesoros ocultos en mil
leguas a la redonda. Luego partió seguido por la estela flotante que
cubría el sombrero. Dejó un olor oscuro a tinta recién impresa, el
flap flap arrogante y un silbido persistente. El pueblo entero le
regaló sus ojos hasta ser una astilla negra en el horizonte. Muchos
dijeron que nunca había estado, otros oyeron al whisky y las mesas
llorando, las armas se negaron a disparar durante dos días enteros.
Luego todo volvió a dormirse sobre la arena roja y nadie le recordó.
La tonada imposible silbó de pueblo en pueblo como un aporte
bandido. El tampoco regresó.
Clavado al poste frente a la casa del sheriff hay todavía un
papel muy viejo con un espacio vacío. En el sólo han quedado unas
letras gastadas.
Y aún le esperan.
“Wanted” ejerce sobre mi una extraña fascinación y es un
placer introducirlo de forma informal en este libro, pero digamos
por ejemplo que Duchy Man no es un seudónimo literario, su
nombre completo es Duchy Man Valdera (Ciudad de La Habana,
1978). Duchy Man es un ser que respira y toma el ómnibus como
todos nosotros, pinta (ha tenido como maestros a Rafael Morante y
Tulio Raggi), diseñó carteles para ARS LONGA y la ópera
“Carmen” de Georges Bizet... y todavía le sobra tiempo para soñar
80
Secretos del Futuro
con vampiros y laborar en La Casa de Las Américas. Pero olvido
(debe ser el efecto Wanted) que el cuento “oficial” es...
81
Secretos del Futuro
Por Contrato
Por Abel Ballester Zuaznábar
Supongo que para un amante de la fantasía encontrarse un
unicornio, o un hada, debe ser como ganarse tres loterías seguidas.
Por lo menos, así es para mí. Y si alguien llegase a estropearme ese
momento, lo odiaría. Pues Abel Ballester Zuaznábar (Colón,
Matanzas, 1975) nos presenta al hofrok, personaje terriblemente
práctico e injustamente catalogado como destructor (particularmente él
prefiere el termino: cazador) de criaturas fantásticas.
Según el mismo estas historias surgen “cuando está muy bravo
o para eliminar tensiones”. Es también pintor autodidacta se
desempeña como ingeniero químico de la Celulosa del Bagazo. Sin
añadir ni un comentario sobre los “Por Contratos”, dejaremos que el
lector juzgue.
.......
Por Contrato I
Cazar unicornios no es una tarea sencilla, esos malditos bichos o
bien terminan aguijoneandote el tresero o bien pateándote. Como
quiera, no son esa criaturas adorables que muchos pintan, no, ni lo
piensen. Su ternura sólo la expresan con algunos y no valen un comino.
Su carne apesta, en cuantodeja de latir su corazón, se corrompe
haci´ndola incomible. Su cuerno por si quieren saberlo, ni siquiera es de
marfil y no he logrado que me den un real por uno al menos. Los tengo
82
Secretos del Futuro
amontoados en mi patio. Su pelo blanco no tiene magia alguna y e
materia de atraer todo tipo de jejenes es el mejor. Amargo recuerdo
guardo del peluquin que me hice con estos. Sólo logre vender un ojo
una vez a una familia de brujos por muy buena suma, pero me lo
regresaron al rato, molestos y exigiendome el dinero o sería sapo para
siempre. Los habían con los ojos de una yegua y eran idénticos.
¡Lógico! Pero ni modo, no creyeron mis palabras. Es un negocio al que
no se le pueda sacar lasca. El Señor de las Tinieblas me pagan bien por
eliminarlos, pero no es lo mismo. Ya casi se acaban y lo único que
puedo hacer es dejarlos tirados allá en el bosque sin poder sacarles un
dinerito de más.
Por Contrato II
Heme aquí de nuevo esta vez enrolado como pescador. Pescador
de sirenas, nereidas y tritones, como no. De nada le sirvió al Señor de
las Tineblas verter sus residuales cloacale, fétidos e inmundos en la
bahía, pues éstos engendros se fueron mar adentro. Y por eso vino a mi
su representante con la promesa de una buena paga. Le pregunté que
beneficio podría sacarle a esto y me dijo que cada dedode sirena tiene
tanto fósforo que sirve como vela, sus escamas son el mejor tipo de
lentejuelas más buscado por los sastres y sus osamentas podría
vendérselas las universidades de brujería. Realmente me convenció y
con un miserable bote he salido a la mar sin poderme librar del mareo.
Por ahora, ni huellas de ellas, pero ¡ya las encontrare sucias sabandijas
marinas! No entiendo en realidad el interes del Señor por exterminar
83
Secretos del Futuro
cada criatura fantástica, pero ni pregunto. No sea que un día quiera
eliminar a los hofroks como yo. Ademas el asunto me da igual.
Por Contrato IV
No sólo fui yo quien claveteó la puerta del caballo allá en Troya,
sino que también le soplé a Priamo que el mismo estaba lleno de
sorpresas como una alcancia. Mi objetivo era claro, echarme al mar en
busca de criaturas odiosas antes que Odiseo ¿Pero pueden creer que el
imbécil de Priamo se creyó realmente que este era una alcancía y
ordenó entrarlo a la ciudad? Fue por oro y encontró su perdición. El
viaje de Odiseo no hubiera durado tanto si los troyanos no hubiesen
metido la pata. Sólo necesitaban que el plan del caballo se atrasara dos
o tres días. Así que cuando Odiseo fue castigado por Poseidón casi me
sorprende en mi faena. Hizo todo el viaje pisándome los talones. ¿Se
imaginan si tuviese que compartir las ganancias de mi caceria con él?
¡Eso sería el colmo! De todas formas, se encontró con un número
menor de criaturas de las que le tocaban. No es que quisiera que me lo
agradezcan, pero la inclusión de mi nombre en una historia clásica, no
me hubiese venido nada mal.
Por Contrato VII
¿Sabían que los egipcios tuvieron que terminar la esfinge de
memoria? Sí porque la original, lo sentí mucho por ellos, pero tuve que
llevármela a dar un paseo. La tengo de alfombra frente a la chimenea.
Luce bien. Todavía recuerdo la cara de ellos cuando la miraron una vez,
dieron par de golpes en la roca y al volver a mirar, ¡ya no estaba! ¡Me
84
Secretos del Futuro
estuve riendo todo el día! Desgraciadamente mi existencia se regó de
boca en boca, así como mi avidez por las riquezas. Entonces decidieron
en vista de que yo andaba por la zona, hacer modificaciones en las
pirámides y crear los laberintos. Eso me complico un poco las cosas a la
hora de saquearlas,... pero lo hice. No conservo nada de los saqueos
pues esos sucios egipcios me atraparon y se les ocurrió lanzarme a los
cocodrilos sagrados del Nilo. Pero no se esperaban que estos monstruos
estuviesen en mi lista de criaturas a eliminar. No fue mi culpa, ni del
Señor de las Tinieblas. Ellos mismos fueron los que dijeron que eran
sagrados y todo lo que es sagrado, es fantástico. Por lo menos así lo
entiendo yo. Desde entonces muchas de mis pertenencias están forradas
con su hermosa piel.
Por Contrato X
Es cierto, ¿bien?... Pareceré un imbécil pero esto es un autentico
disfraz de sátiro, así que nada de burlas conmigo. Ya cumplí mi misión
de incendiar el Valle Encantado con ninfas y todo. Para cuando los
sucios Elfos logren reorganizarse y salir en mi búsqueda, ya estaré bien
lejos. Por si las moscas, cuando llegue al hogar me apresuraré en
redactar mi testamento pues he escuchado cuentos de que ellos no son
fáciles. Desde que eliminé a las musas no han vuelto a tener inspiración
para sus cantos y están en con una crisis de identidad que dan lástima.
No por gusto me odian tanto. Lo de las musas fue un trabajito aparte
que hice por placer, más bien como un hobby. Empecé por aplastar a
una y me embullé. Mientras el Señor de las Tinieblas no se entere de
85
Secretos del Futuro
esto no tendré problemas. No le gusta que yo me distraiga con
nimiedades.
Por Contrato XVI
He terminado mi aplanadora de Liliputienses II, pues la número
uno fue un fracaso. Era tan lenta que esas bazofias en miniatura
escapaban facilmente de su maceradora. Algunos creerán que me
divierto con eso pero no es cierto. ¡Sólo trato de aumentar la
productividad del trabajo! Ya tuve una amarga experiencia con los
gnomos. Esas escurridizas sabandijas se escondian en las raíces de los
árboles y al echar abajo los primeros veinte troncos tiré la toalla
derrotado. Tuve que posponer el trabajo hasta el invierno en que
produje una avalancha en las montañas que barrió el bosque completo.
Después sólo tuve que perseguir a los supervivientes con un
matamoscas. Con los duendes no pude y con los enanos menos, estos
son unos retacos como los gnomos y dan unos bofetones y unos
pisotones con un alto poder de convencimiento. Aunque ahora mi
misión son los Liliputienses, no olvido la idea de volver a intentarlo con
los enanos. Dicen que tienen cuevas llenas de oro, y no es justo que no
lo quieran compartir.
Por Contrato XX
Me hice una buena tabaquera con la Caja de Pandora. ¡Qué
mujer! ¡Qué mujer! La conocí en una de mis misiones cuando iba a
buscar al Minotauro. Se me hizo padrino llegarme hasta su casa. Ella
guardaba con celo esta caja tan llamativa pues no era suya, tal vez por
86
Secretos del Futuro
eso pensé que tendría joyas allí y en uno de sus descuidos –inocencias
de uno-, la abrí por curiosidad. ¡Y se armó La Gorda! Tuve que correr
para salvarme de sus escobazos. ¡Todo por culpa de esa caja llena de
quién sabe qué! Desde entonces la acusan a ella de liberar todos los
males del mundo y yo haciéndome el “mosquita muerta”. Si fuera un
caballero confesaría que fui yo, pero no lo soy. Soy un hofrok, y lo mío
es el dinero y... ¡Oh, pero que mujer! Tal vez si le regreso la caja m
perdone. Pero ellas son tan complicadas, si la convenzo de que venga
aquí a mi hogar tal vez grite: “¡Ay, quita todos esos bichos feos de las
paredes! ¡Quítalos! ¡Quítalos!” Pero tampoco quiero ser un solterón así
que, valor. ¿Cómo el mejor cazador de todos los tiempos va ha temer
enfrentarse a unos escobazos? Yo puedo superar eso. Ya verán.
Por Contrato XXIX
Le hedado una pateadura a los Dioses del Olimpo que dudo
mucho que alguien vuelva a creer en ellos. Se desprestigiaron tanto en
la última pelea familiar que todos los mortales deben haber visto el
espectáculo. Si lo vieran. ¡Rayos por aquí! ¡Rayos por allá! Y malas
palabras. Sí malas palabras, de esas de las que papá y mamá dicen que
no se deben que no se deben decir. Todo por que le conté a Era que
Zeus había tirado una cana al aire y tenía un hijo llamado Heracles,
precisamente el mismo que me pateo una vez. Por eso lo hice. La
venganza es muy dulce. En fin, en la pelea se metieron todos los dioses
a desapartar y cogieron lo suyo. Pero lo mejor fue cuando les envenené
las reservas de Nepente, una bebida con la que creían que se iban a
87
Secretos del Futuro
curar las heridas. ¡Ja! Aún están tirados allá en su nube hechos talco.
Veamos como les va a Heracles sin su papito ahora. Por cierto me
enteré por un descuido del representante del Señor, que los dioses usan
nombres artísticos. ¡Qué bobería! Resulta que Zeus se hace llamar
Júpiter creo. Algo de eso. Por suerte ni mi amigo ni su amo sabían esto
y sin querer me han mandado a eliminar dos veces a los mismos dioses.
Ahora hago como que lo hice... ¡y cobro doble!
Por Contrato Final
No pediré disculpas, ni aceptaré expiar culpa alguna en un
proceso tan vergonzoso e injusto como este juicio ridículo, presidido
por una corte que no reconozco y un jurado no imparcial integrado por
fantasmas. Si hemos de recordar que precisamente de sus muertes se me
pretende acusar, no veo legitimidad por ningún lado. Me acusan de
dejar sin sueños y famtasias a los hombres. ¿Habrase visto cosa más
absurda? De ser cierto, sólo habré impulsado el progreso de los mismos,
para que en el futuro surjan nuevas criaturas, tal vez más agradables que
los sucios unicornios. ¡Abrid las puertas para que todos contemplen la
farsa donde soy un simple clown! ¡Abrid las puertas!
Afuera el vacío era desolador.
88
Secretos del Futuro
Tarot
Por Eliete Lorenzo Vila
Me gusta recordarla como una niña, rodeada por Raúl Aguiar,
Yoss, y Bruno Henriquez (ahora todos viejos escritores de CF).
Escribiendo sus primeras prometedoras historias, ahora ya no es una
niña pero sus historias continuan siendo prometedoras.
Resulta difícil de encontrar un cuento fantástico cubano que
adolesca de los esteriotipos anglosajones o góticos tan comunes en el
género. Posiblemente Eliete Lorenzo Vila (La Habana, 1976) sea una
de las pocas que convine los términos de la hechicería clásica con las
leyendas urbanas y la corriente New Age.
..................
"Las paredes oyen... y recuerdan".
Proverbio antiguo
La habitación abrió los ojos.
Me despertó el “crack” de la cerradura. Apenas me desperecé
dirigí mi atención hacia la puerta. Segundos después apareció el rayo de
luz. Dos figuras entraron.
—Seguro fueron los fusibles.
La mujer cerró la puerta.
89
Secretos del Futuro
“¡Oh no, otro más!” Fue lo primero que pensé y el eco de mis
palabras resonó en el pasillo trasero del edificio. Entonces pude ver la
sonrisa de la joven. Brilló un instante en la penumbra. Esa sonrisa de
maldad asegurada.
—No lo habrás hecho intencionalmente para impresionarme...
¿Verdad?
—Siempre pasa cuando hay un bajón de voltaje. Nada tiene que
ver con lo que haremos.
Él la miró incrédulo.
Noté que el hombre estaba intentando acostumbrarse a la
oscuridad. A muchos les pasa. Una de las pocas cosas productivas de
esta chiquilla es su amor por la oscuridad. El tipo en cambio era un
inadaptado, había empezado a tropezar. Pude oir sus maldiciones casi
debajo de lo que los humanos llaman normal.
La habitante del inmueble —me niego rotundamente a llamarla
dueña— caminó hasta el enorme reloj contador. Hizo unos ajustes y tiró
del interruptor.
El hombre dio un salto.
"Se sobresalta solo por el "click" de un viejo interruptor. Me
gustaría que trajeras, aunque sea por una vez, alguien que valiera la
pena."
Ella abrió la puerta del cuarto. Él la siguió. La chiquilla
tamborileó con los dedos en la madera del umbral. A todas luces se
90
Secretos del Futuro
trataba del Ritual antes de penetrar en el recinto sagrado. El único
problema es que nunca oí acerca de un ritual como ese. Demasiado
ridículo para ser mágico.
"Farsante".
Los ojos de la habitación abandonaron el lugar para ir a
concentrarse en el dormitorio.
El concreto del cuarto da mejor visión que los bloques de la sala.
Puedo oler los restos del incienso quemado en el último día de suerte.
El visitante es alto, de cabello corto y negro. Su pullover deja
vislumbrar un tribal en el hombro. Observa con detenimiento la
habitación.
Me observa.
La pared, cubierta de runas manchadas con tinta, le devolvió la
mirada, más él no lo notó.
"He conocido a cientos como tú. Pretendes interesarte por la
mística y el mundo oculto pero sólo buscas lo que ella pueda darte en
la cama."
Se acerca a los artilugios mágicos. Toma una soga de cáñamo y
comprueba su dureza. La desecha al rato. Parece catalogar el resto de
los instrumentos como "porquería para gente impresionable".
Y en cierta forma tiene razón.
91
Secretos del Futuro
La habitación perdió interés en él, adormeciéndose.
El tipo mira el lecho cubierto por un reguero de libros de
adivinación y la sábana a medio tender.
“Puedo adivinar la malicia que se esconde tras esa cara de
seductor baráto.”
—Siempre me gustaron las mujeres desordenadas.
La habitación bostezó.
—Vamos a lo nuestro —habló ella.
—¿No vas a tirarme las cartas? Toda bruja debe tener cartas.
—Estas también son cartas...
—¿Tarot? Son mucho más grandes.
—Para lo que necesito, servirán...
Un instante para que el descuido hiciera boquear el escote de su
blusa, mezclando la visión del nacimiento de sus senos con el aroma de
canela que destila su piel. El viejo truco wicca.
“Patético, no tienes otra forma de atraer a tu víctima porque eres
una mediocre. Las verdaderas ni siquiera tenían que usar sus poderes de
mujer. Los tiempos buenos han pasado, y yo tengo que soportarte. Eres
mi karma”
Él se aproximó. Ella lo contuvo mientras se acomodaba en el
lecho con las piernas cruzadas. Una a una fue sacando las grandes
cartas del mazo. Solo sacó tres y las colocó boca abajo sobre el lecho.
92
Secretos del Futuro
“La peor de las formas posibles de manejar esos poderes. Eres
una niña malcriada que no hace más que jugar con los conocimientos
antiguos.”
Volteó la primera carta.
—Esta es La Sacerdotisa, simboliza la atracción que ejerces
sobre una mujer.
“No escuchaba palabras tan banales desde que a la viejita del
piso diez le dio por oir novelas de radio.”
Volteó la siguiente baraja.
—Y luego El Carro... te saldrás con la tuya si quieres poseerla.
“Una vergüenza para las adivinas, eso que estás diciendo no
tiene nada que ver ni con el tarot, ni con la adivinación. Espero que no
seas la última bruja.”
La tercera carta estaba en blanco.
—Y esta es...
“Me hubiera gustado verte en los tiempos de la magia. Cuando
cada aprendíz tenía que hacerse de todos los artilugios. Esperar
93
Secretos del Futuro
pacientemente a la llegada de la luna llena; sacrificar animales de
colores específicos y realizar rituales en los páramos. Tú solo tienes
que llamar a tus amiguitos que venden baratijas místicas al precio de
una remodelación...”
El remanente aroma del incienso se perdió con el color azul-gris
de las paredes.
Ella deja que le aferre la muñeca. La boca del hombre recorre su
cuello en besos cada vez más sensuales, la lengua busca el lugar donde
la canela se esconde sobre la piel. Al menos te sabes ese truco.
Nuevamente el destello de su sonrisa, sé lo que vas a hacer he visto a
muchas intentarlo antes. He visto a muchas fracasar. Solo en los
tiempos antiguos...
—...¿Qué significa la carta en blanco? ¿Voy a terminar
enamorándome de ti?
—Se llama El Colgado, es la única que carece de aliento de vida
y no tiene nada que ver con el amor.
—...¿Aliento de... vida?
—Sí, todas las cartas lo necesitan. No te preocupes por esas
nimiedades... Acuéstate —susurró ella.
El sueño lo ganó al caer sobre la almohada.
Ella acaricia uno de los tobillos del hombre, atándolo con la
soga.
94
Secretos del Futuro
En el silencio de la saleta la mujer cerró tras sí la puerta del
dormitorio.
Te arreglas la blusa y dejas los hombros al descubierto. Magia
teúgica, los más difíciles encantamientos de la historia. Puedo ver la
satisfacción en tu rostro. No te creas la mejor solo por haberlo
coseguido... varias veces. Entre las sedas del pañuelo el juego de tarot
se desliza entre tus manos. Ya está completo, 22 arcanos mayores y 30
inferiores. Todas ellas con aliento de vida. Todas con el poder de la
adivinación. Un Tarot Auténtico. Repleto de charlatanes de pelo largo,
insulsos de puloveres desmangados, ridículos con muñequeras de cuero.
Todo un zoológico urbano en un juego de cartas.
No estoy de acuerdo con tus métodos o los imbéciles con los
que andas... Pero 52 encantamientos bien hechos es algo.
En las manos de ella estaba la última carta escogida para la
predicción.
El dibujo en el cartón representa un hombre con pullóver sin
mangas, cabello negro y tatuaje en el hombro, amarrado por un tobillo y
colgado de cabeza.
Algo sí hay que reconocer, tienes el don.
95
Secretos del Futuro
Huéspedes Del Basurero
Por Alberto Mesa
Alberto Mesa Comendeiro (Ciudad de La Habana, 1972),
licenciado en Historia, miembro de la AHS, publicó en la antología
"Reino Eterno" (Letras Cubanas, 1999) y debo agregar que me ha
estado torturando (en el sentido más humano, es cierto)... para que
terminará esta antología. Fanático de la cultura china Alberto me
recuerda: “Luchando contra fantasmas, nos convertimos en
fantasmas” y eso es el personaje de esta historia un fantasma que
vivirá la más rabiosa xenofobia y la compartirá con usted lector.
.......
En la tierra era sólo uno más. Sin pasado, derechos, patria.
Todos le conocían como el Indocumentado, el Ilegal, o el Emigrante.
La Tierra es el lugar ideal para que alguien como tú hagas fortuna, le
habían dicho tantos en su mundo natal. Quiso creerlos, aunque en el
fondo tuviera dudas. ¿Sería realmente el mundo de origen de la
humanidad aquella tierra prometida que le pintaban? Y, sobre todo;
¿sería para él, que no tenía oficio, estudios o habilidades? ¿Podría
abrirse paso en medio de otros modos de vida, otras costumbres?
Puedes pasar por terrestre, sígueles el juego, no es tan difícil
ser civilizado... y menos aún parecerlo. Al final eso fue todo lo que
quiso saber. Además, la otra opción era la muerte como individuo.
En Atlantis nunca sería más que otro cazador de pieles, como su
96
Secretos del Futuro
padre y su abuelo. Y él soñaba tanto con superarse, ser alguien...
Resultaba irónico que sus ancestros hubieran subido a las naves
coloniales huyendo de la Tierra y su impersonalidad, y él
emprendiera el camino contrario... por las mismas razones. Por no
ser nadie.
Una mañana cualquiera subió a una nave y partió hacia la
Tierra.
Al principio todo pareció irle bien. Como tantos, no tenía
documentos ni permisos, pero siempre hacían falta brazos fuertes;
las máquinas, por perfectas que fuesen, nunca podrían hacer de todo.
El cansancio físico no lo amedrentaba. Era hermoso acostarse con el
agotamiento en el cuerpo y el salario creciendo lenta pero
seguramente en su tarjeta de crédito. Compartir las noches con los
amigos frente a una jarra de cerveza aguada, contándose historias de
sus mundos lejanos.
Así pasaron meses, o años. Creyó poder adaptarse a las
ciudades de metaloplástico y cristalcemento. Creyó que pronto
tendría suficiente para regresar a Atlantis como un magnate, el sueño
compartido de todos los que trabajaban como él de sol a sol.
Hasta que un día todo cambió.
La Tierra ya no los quería. Eran tantos los inmigrantes que
los terrestres habían empezado a temerlos. Millones fueron devueltos
a sus mundos casi a la fuerza. Otros, más ilusos o más rebeldes, no
97
Secretos del Futuro
aceptaron el regreso cabizbajos. Habían venido a hacer fortuna o
morir en el empeño.
Escogió quedarse, desafiar a la ley, ocultarse en el bajo
mundo. Tan difícil no sería, para alguien acostumbrado a moverse
sigiloso en la selva de Atlantis, entre fieras y plantas hambrientas.
Pero aquella jungla tecnológica tenía otras leyes, y nunca
acabó de aprenderlas...
Ya no era el mismo. Lo habían estafado, golpeado, arrojado
al fango de callejuelas infectas, que ni siquiera aparecían en los
mapas. Había robado para comer y le habían contagiado
enfermedades desconocidas. Había perdido varios dientes, en peleas
o por el escorbuto y la avitaminosis terminal. La rotunda
musculatura de su físico de atlante también había desaparecido,
escamoteada por el hambre. Ahora tenía la mirada apagada y el alma
vacía como un templo profanado, inmerso en un escape fácil de
drogas tóxicas; un callejón sin salida. Pronto fueron su único modo
de sobrevivir sin sentirse esclavo del dolor, de no ver la crueldad de
una ciudad que sentía siempre ansiosa de morder, como un animal
rabioso.
Y ahora, ya no valía la pena ser optimista. Estaba vacío.
Ahora sí parecía un terrestre.
Y para alguien como él sólo quedaba un lugar: El Basurero;
el barrio más bajo de toda la Tierra, donde van a parar todos los
desechos industriales, donde no hay protección contra la
98
Secretos del Futuro
contaminación. Donde cualquier enfermedad incurable no pasa
nunca de ser una más. Donde, corren rumores, los militares ensayan
las armas químicas y bacteriológicas.
¿Cómo pudo pensar alguna vez que el peor lugar para vivir
eran las colonias?
Pero ni siquiera allí era realmente aceptado. Sus amigos del
trabajo habían preferido regresar a sus mundos natales; ahora no
conocía a nadie ni se identificaba con ninguna de las subculturas del
lugar. Le faltaba malicia y tampoco le interesaba demasiado
aprenderla. No tenía habilidades técnicas o científicas valiosas. Sí,
era valiente y podía pelear con los puños, pero no sabía manejar las
armas sofisticadas que usaban las pandillas. Era menos que un inútil
para la vida violenta de las calles Y en el Basurero, quien no sirve
para predador termina siempre siendo presa.
Varias veces escapó solo por puro milagro. Pero cada vez era
más difícil. Ya no pasaba inadvertido, ya lo conocían demasiado.
Ahora, estaba tan cansado... no valía la pena seguir huyendo.
Sabía adónde iba. Sin embargo, caminaba sin rumbo, a tropezones.
El peso de las ideas en su cabeza era peor que el de su propio cuerpo.
Cruzó la avenida sin mirar con la esperanza de que lo atropellaran.
No tuvo suerte. Al otro lado, siempre atravesado en su camino, el
lugar de la cita: El muro que rodeaba la bahía, sin poder contener el
infecto aroma de sus aguas, caldo bastardo de cuanta química
sobrante generaba la monstruosa ciudad. Allí, sentado, esperaría.
99
Secretos del Futuro
Las olas, exultantes, abrazaban a las rocas, algunas trataban
de alcanzarlo. Había oído decir que de tan contaminadas podían ser
corrosivas como ácido, pero no intentó esquivarlas. Devorado por el
horizonte, el sol tenía más prisa que nunca en marcharse. Y sin
embargo, se sentía a gusto allí. Contaminados o no, eran agua, sol,
nubes... Desde largo tiempo atrás, buscaba un lugar así, abrumado
por sonidos e imágenes que le eran a la vez extraños y familiares.
Trataría de recordar, de remover las piezas del pasado en su mente,
aunque no sirviera de nada, tan sólo para levantar el ánimo por
última vez.
Miraba las olas sin verlas...
Veía su rústico hogar, todo madera y piedra, sin las
comodidades a las que se acostumbró en los días en que trabajaba.
La cena con su familia. Sus hijos pequeños trepando a los árboles,
ejercitando los músculos casi desde que nacían. Jugando en el valle,
alegres. La mujer amada, bañándose en el río desnuda, confundida
con la vegetación.
No debió marcharse nunca. En Atlantis había sido
feliz. Solo que entonces no lo comprendía .. ¿Fue el aburrimiento, el
exceso de vigor juvenil, las ansias no satisfechas? O la curiosidad...
De cualquier manera, lo hizo. Y ya no había vuelta atrás. En la
Tierra había notado por primera vez que todas las cosas un día
empiezam a deteriorarse y acabam rompiéndose. Que sólo eres uno
más y tu vida no vale nada.
100
Secretos del Futuro
El sol acababa de marcharse, inexorable, y no volvería hasta
la próxima mañana. No había fuerza capaz de cambiar eso. La
llegada de la noche era tan inevitable como la noche que había caído
sobre su propio destino...
******
Con la penumbra, como siempre, los perros callejeros
salieron de sus cubiles a buscar alimento entre los escombros. Ver a
aquel hombre callado y solo, dormido sobre el muro, les llamó la
atención. Al sentir la lengua de uno de ellos en su mano, él giró la
cabeza, los miró, y no hizo nada más. Creyó que se marcharían
pronto, pero no fue así. Entre lengüetazos y carantoñas, no se
decidían a separarse de él. Era un humano, y ellos eran perros. Los
ex-mejores amigos del hombre aún recordaban los tiempos de la
alianza, antes de que las máquinas los volvieran superfluos e
indeseables. Si pudieran hablar, tal vez hasta le preguntarían si tenía
hambre, sed, frío. Ellos, lo mismo que él, sobraban en aquella
ciudad, en aquel mundo, en aquel tiempo. Pero por más que lo
intentara, no podía interpretar ninguno de sus gruñidos.
Los más supersticiosos afirmaban que los perros habían sido
manipulados genéticamente en los laboratorios militares, que su
mordedura era ahora venenosa. Para eliminar a toda la "escoria
inmigrante" del bajo mundo, sin comprometer al ejército con la
opinión pública. El gobierno, por supuesto, había negado tal
afirmación, alegando que las extrañas mutaciones sufridas en los
101
Secretos del Futuro
perros callejeros eran producto de la ingestión de desechos tóxicos y
la contaminación radioactiva del entorno. Fuera cierto o no, ahora no
les temía. Había visto a más de un mendigo fallecer entre
espumarajos después de ser mordido por un can.
Pero, de todas maneras, él ya estaba a punto de morir. No
tendría un entierro decente. Su tumba sería un estercolero, su lápida
un latón de basura volcado sobre sus huesos. En vez de flores tendría
desperdicios por corona mortuoria, y sólo vendrían a velarlo ellos,
los perros. Que mejor compañía para un muerto que una manada de
moribundos .
En medio de sus reflexiones llegaron los verdugos. No le fue
difícil identificarlos, eran los mismos de todos los días de todos los
últimos meses. Le pareció que los conocía desde siempre... ya lo
habían perseguido hasta en sueños. Como si el terror tirase de ellos
por correas invisibles, o intuyendo la golpiza, los perros se
marcharon, gimoteando.
De un salto se puso en pie, sintiendo que el suelo bajo sí
desaparecía, abriéndose en un abismo sin fin. Solo, frente a los
ejecutores. Rostros de odio, manos crispadas en cadenas, nudillos
blanqueando en los gatillos de armas de energía improvisadas,
peligrosas e inseguras, pero letales. Peinados exóticos, tatuajes
tribales, las máscaras de la guerra. Le sonreían, como disfrutando de
antemano. No tenía ninguna posibilidad contra tantos. De pronto,
comprendió el temor que estaba detrás de todo su odio. El era...
102
Secretos del Futuro
diferente. Extraño. Ajeno. Los miró con otros ojos y descubrió las
semejanzas que los unían. Casi sintió pena por ellos. También eran
víctimas.
Quiso hablar, explicarles. Y descubrió que ya no tenía
palabras. Su cuerpo vibraba, como queriendo hacer algo... No hizo
nada.
Y luego fueron los golpes, los insultos, los gruñidos...
Al menos acabaron rápido.
O no tanto. Fueron lo bastante crueles como para dejarlo
vivo.
******
Pronto amanecería... Hacía horas que estaba tirado en el suelo
y la muerte no llegaba. Cerró los ojos para verla venir desde su
interior. Solo vió un gigantesco árbol del que caían lentamente las
hojas, para al tocar el suelo convertirse en sangre. Entre nubes de
dolor, su cabeza deshilachaba memorias de remotas travesías...
Tierras áridas sembradas de animales muertos y árboles caídos. La
figura de un antepasado de melena y barba blanca, tendido en tierra
por la fatiga del largo peregrinaje.
Una tormenta extraña sacudió al hombre naciendo desde su
piel lacerada. El contacto de otra piel lo hizo temblar. Con un reflejo
de protección incontrolado y fuera de lugar, aulló como una fiera,
tiró un débil manotazo al aire, y por fin abrió los ojos.
103
Secretos del Futuro
Inclinada sobre él, una mujer lo observaba, como se mira a un
animal herido de muerte y abandonado por la manada en fuga. Por
las ropas parecía una prostituta. Claro que a aquella hora y en aquel
lugar todas lo parecían... y probablemente lo fueran. No le gustó ver
que lloraba, no quería que sintieran lástima por él, era tarde para
tratar de salvarlo. Harías mejor marchándote... pensó, pero no se lo
dijo.
-¡Dios mío, no estás muerto! Voy a buscar ayuda...
- No -sonrió él con tristeza, y la sangre se mezcló con su
sonrisa -ya no vale la pena...
-Pero... así vas a morir, podrías salvarte-insistió ella -Deja
que...
- No, mejor dame un cigarro -dijo él, llenándose aún más de
sangre.
-No me atrevo a dártelo& en tu estado podría matarte.
-¿Qué importa ya? Soy un condenado a muerte, tengo
derecho a un último deseo.
-Yo también soy una condenada a muerte -dijo ella, tratando
de secarse con las manos unas lágrimas que empezaban a correrle
por las sucias mejillas.
-¿Qué quieres decir? -preguntó él.
-Tengo una enfermedad incurable. No sé si me quedan días, o
horas...
-Entonces, ¿vas a compartir un cigarro conmigo o no?
104
Secretos del Futuro
A ella sólo le quedaba uno, y se lo dio.
-Sólo eso quieres... un cigarro.
-No hay tiempo para más.
-¿Ni para mi último deseo?
Ambos se miraron. Y tal vez si hubieran podido sonreír de
veras lo habrían hecho.
-No creo que debas... ¿Sabes? Yo... no soy terrestre...
-Basta conque seas humano. Aunque, realmente, ¿alguien lo
es todavía?
Por un instante, hubo calma. La noche moría. Sólo ecos
murmurantes de voces extrañas llegaban de todas partes. Antes de
que se diera cuenta, ella estaba acostada a su lado. Y era tibia,
palpitante, suave, acogedora.
Sangre y lágrimas se mezclaron en un abrazo.
Ambos desearon que la muerte, por esta vez, tuviese
paciencia. Al menos hasta el amanecer. Al rato, los perros
regresaron, y aullaron largamente hasta que los cuerpos dejaron de
moverse. Los que los encontraron, al alba, por varios días
comentaron lo extraño del hecho. El hambre y los colmillos caninos
los habían respetado, misteriosamente...
105
Secretos del Futuro
ANIMALITOS
Por Eduardo del Llano Rodríguez
Eduardo del Llano (Moscú, 1962). Licenciado en Historia
del Arte en la Universidad de la Habana en 1985. Además de
humorista y guionista (Alicia en el pueblo de las Marravillas,
Klaines Tropicana entre otros), es también narrador. Entre sus
obras más conocidas tenemos. Criminales (cuentos de cienciaficción) editorial Abril, 1994. Obstáculo (novela) editorial Letras
Cubanas, 1997. Los viajes de Nicanor (cuento) editorial
Extramuros, la Habana, 2000.
.......
- Yo inventé el Regulador -dijo el hombre que bebía a mi
derecha- las mujeres no tienen como pagármelo.
Asentí con cautela. A mi esposa la habían invitado a aquella
fiesta en el piso veintidós de un rascacielos. Descontándola a ella, no
conocía a nadie. Cuando empecé a aburrirme, salí al balcón, y aquel
tipo se puso comunicativo.
- El coficiente de inteligencia de las mujeres se mueve en un
rango que va de los nemátodos a los condrictios -afirmó el inventor,
ferozmente- bueno, ya sé lo que va a decirme. Sí, las hay geniales,
que podrían discutir de tú a tú con los peces. Sólo que los peces
llevan ventaja, porque son mudos.
106
Secretos del Futuro
Mantuve un silencio nervioso. La inteligencia es la única
arista femenina de la que usualmente los varones no hablan en
público.
- Muchos hombres opinan que las más tontas son las rubias
espectaculares -continuó el misógino- ya sabe, las actrices
mejicanas, las mujeres de los presidentes, Marilyn Monroe. ¿A que
sí?
- Mi mujer es rubia -dije.
- Eso, ¿ve lo que le digo? Pues se equivoca. Las feministas
radicales con sandalias, ahí sí hay. Esas son como los socialistas
utópicos, creen que los hombres son machistas porque nadie les ha
explicado que las mujeres son sus iguales. Para mí, a esas mujeres
habría que fusilarlas, de la primera a la última. Las rubias, en
cambio, tienen cierto grado de inteligencia, deben ingeniárselas para
que los hombres no les miren las tetas todo el tiempo, sino sólo
cuando ellas quieren. Porque nosotros, macho, somos conscientes de
nuestro cuerpo únicamente cuando nos excitamos, pero las mujeres
son objetos sexuales desde que se levantan hasta que se acuestan.
Se tambaleó y lo sostuve.
- Me llamo Rodríguez -dijo, extendiéndome una mano
jabonosa- trabajo en biotecnología. Soy un hombre sensible,
altruista, culto. Y además, soy un traidor, un miserable, un idiota y
un genio. Por eso inventé el Regulador.
107
Secretos del Futuro
Estudié la posibilidad de entrar a la sala, pero estaban
poniendo a Enrique Iglesias.
- No he oído hablar del Regulador -dije- lo siento. Soy
clarinetista. Me llamo Nicanor.
- Clarinetista. Esa sí es una profesión con perspectiva. O
poeta, mire. No sabe cuánto lo envidio. ¿Cómo cayó en esta fiesta de
científicos? ¿Su esposa?
Asentí.
- Cuando clonaron a Dolly, mi vida cobró sentido -evocó el
genio- desde entonces he hecho vacunas. Hace una semana puse a
punto el Regulador.
-¿De qué se trata?
-¡Pero si llevo un rato hablándole de eso! De las mujeres. De
las doradas manzanas del eterno deseo.
Una lágrima corrió por su mejilla.
Pasó un muchacho con una bandeja. Tomé un mojito.
Cuando ya se iba, lo halé por un brazo y tomé otro.
- Imagínese una rubia culona. ¿Le parece que su vida es
fácil? Sí, claro, puede obtener cosas. Pero está condenada a que
todos la miren. A que todos los hombres y más de la mitad de las
mujeres quieran poseerla. A caminar con miedo por las calles
alejadas del centro, a no salir sola después de las seis. Las tetas y el
culo serán su mundo. Y cuando pase de los treinta, su mundo se
vendrá abajo.
108
Secretos del Futuro
"Ahora piense en el caso contrario. Una flaca sin gracia, de
pecho y trasero lisos. Aunque tuviera el coeficiente de inteligencia
de un reptil, y eso ya sería demasiado, nadie la deseará, nadie la
escuchará, nadie se lo pondrá fácil. La rubia del primer ejemplo se
llevará los empleos que le tocaban a ella. Se hará feminista, se
pondrá sandalias, se vestirá como un hombre.
"Un hombre feo puede resultar atractivo; a una mujer fea sólo
la leerán. ¿Ha visto esos multimuebles a base de módulos? Bueno, a
las féminas se aplica el mismo principio: basta reordenar un poquito
los volúmenes, y tienes una nueva. Y es que las mujeres, desde que
nacen, integran un sistema de castas. Nosotros, desde la cima de la
evolución, las medimos, las evaluamos, les otorgamos un rol. De la
Venus de Brassempuy a Kylie Minogue, han sabido perfectamente lo
que se espera de ellas.
"El Regulador cambiará todo. Es un chip. Bueno, el
equivalente biológico de un chip. En esencia, es un dispositivo que
se instala bajo la piel, digamos detrás de la oreja. Y ahí tiene usted a
una hembra dueña de su destino.
"El Regulador potencia la voluntad de la mujer, y sólo de la
mujer, otorgándole un control total e instantáneo sobre su propio
ADN. En otros términos, le permite hacer crecer sus nalgas y sus
pechos cuando quiere ser deseada, o casi anularlos cuando necesita
pasar inadvertida. Puede regular su atractivo, su sex appeal; puede
reformular su cuerpo como una lagartija con miedo escénico.
109
Secretos del Futuro
"Decidí probar el Regulador con la mujer que tenía más a
mano. Sabe, con la iluminación apropiada, mi esposa resultaba
indistinguible de ciertas variedades de cactus. No me tomó mucho
esfuerzo convencerla: le instalé el chip hace cinco días. Mírela
ahora".
Señaló hacia la fiesta. Distinguí a una morena sinuosa,
rodeada de hombres encendidos. A su lado, Anita Ekberg parecería
Madre Teresa de Calcuta.
- Anteayer firmó un contrato. Debutará en algo que se
llamará El hidropónico del diablo.
"¿Se da cuenta de lo que he hecho? Hasta ahora, sólo algunas
femmes fatales volvían locos a los hombres. En lo adelante, cada
mujer podrá ser todas las castas a la vez: la seductora, la castradora,
la madre, la andrógina... El multimueble será capaz de rearmarse a
voluntad. Por Dios, yo me reía de aquellas películas con moraleja, ya
sabe, hay fronteras que el conocimiento humano no debe cruzar...
Cuando los cirujanos plásticos lo sepan, pondrán precio a mi cabeza.
Y me lo merezco, por poner mi ciencia al servicio del mal.
- Exagera.
- No exagero. A menos que haga algo para impedirlo, este
puede ser el fin de la civilización.
- Siempre le queda destruír su invento. Quemar los planos y
los apuntes.
110
Secretos del Futuro
- Demasiado tarde. La vanidad me mantuvo ciego los
primeros días, y entretanto mi mujer se los pasó por correo
electrónico a un montón de amigas. ¿Sabe cuántas mujeres trabajan
en centros de biotecnología o tienen amantes con acceso al material
apropiado? ¿Sabe cuán irresistible puede resultar una mujer armada
con el chip?
- Lo creo -concedí, mirando a su esposa.
- Entonces construí un Neutralizador. Lo probé anoche. No
era algo agradable de observar, eso puedo asegurárselo. Apenas lo
puse en marcha, una teta de mi esposa creció medio metro en tanto la
otra se le hundía en el pecho, las nalgas se le derramaron por el piso,
sus olores privados iniciaron un ataque químico. Sin embargo,
pronto el pánico remitió, y sus formas se estabilizaron. Simplemente
se adaptó a un medio hostil, como los insectos y los lagartos.
Entonces hizo que varios de sus amantes me dieran una paliza.
"¿Cree que me acompañó a esta fiesta para divertirme? Lo
hizo para mantenerme vigilado. Ella, o sus amigos, no me quitan un
ojo de encima. Usted mismo, ¿cómo puedo saber que no es un
pretendiente de esa zorra?
- Soy un hombre de familia -dije.
Asintió con melancolía, y se lanzó por el balcón.
No grité. En todo caso, habrá gemido. No me atreví a mirar
abajo. Un hombre que cae de un piso veintidós puede presentarse
según diversas recetas, que van desde el aporreado de ternera a la
111
Secretos del Futuro
kasha rusa. Lo cierto es que no son muchas las posibilidades de que
se levante, se sacuda el polvo y diga algo como "me duele un
poquito la rodilla".
Volvió a pasar el muchacho con la bandeja. Pesqué otros dos
mojitos. Luego me fui a un rincón. Allí me encontró mi esposa,
medio borracho, media hora más tarde.
-¿Te diviertes?
Dije que sí. Y que no comprendía nada, salvo que la amaba,
y que a mis ojos no había mujer más bella e inteligente en el mundo.
- Eres un buen hombre -evaluó, mirándome con ternura- no te
quiero mejor.
Y con un dedito me acarició, orgullosa, detrás de la oreja.
112
Secretos del Futuro
SOBRE LA EXTRAÑA MUERTE DE MATEO HABBA.
Por Fabricio Glez. Neira
Con perenne
sonrisa (irónica dicen algunos) y su
inseparable paraguas negro, Fabricio González Neira (La Habana,
1973) recorre los pasillos de la Universidad de La Habana (donde
se graduó en la carrera de letras) para recordarnos que Borges y
Chesterton están vivos.
Cuentos de su autoria han aparecido en las siguientes
antologías:
Reino Eterno (Letras Cubanas, La Habana, 1999),
Horizontes Probables (Lectorum, México, 2000) y Artifex III
(Gigamesh, España, 2002).
Sobre la extraña muerte de Mateo de Habba... si es
CIBERPUNK o no, no me toca a mi discutirlo.
Se ha convertido en un tópico comenzar cualquier definición
diciendo que el creador del término fue William Gibson en
Neuromante (de hecho la palabra no aparece en esta novela). No es
cierto. El término y el concepto aparecen por primera vez en un
relato corto del mismo autor: Quemando Cromo. Según la
Enciclopedia Británica, la literatura ciberpunk trata en general
sobre personajes marginales (con cierto toque de novela negra) que
se desenvuelven en entornos altamente tecnológicos.
Fabricio González nos enseñará a no confiar en todo lo que
nos dice la Enciclopedia Británica.
.......
113
Secretos del Futuro
Para J.L.B.
El deceso de Mateo Habba ha de perdurar rodeado de
misterio mientras vivan aquellos que lo conocieron, después, ese
misterio se perderá entre las millones de muertes anónimas, acaso
igual de misteriosas, que han sido alguna vez en el mundo porque
Mateo no frecuentó el hábito de la fama. Trabajaba en una nueva
traducción de Las mil y una noches cuando murió. Ese trabajo, que
ha quedado inconcluso, quizá hubiera podido depararle algún
renombre en el minúsculo círculo de personas que se dedican a
estudiar los antiguos manuscritos árabes. De cualquier forma, la
muerte lo sorprendió antes de que consiguiese llevar a cabo la tarea
que se había propuesto.
Mi intención al escribir estas páginas es exorcizar la
aprensión que me produce el recuerdo del deceso de Habba. No creo
que a sus otros amigos, si existen, les interese averiguar qué ocurrió
en realidad. Paso mis ideas al papel tal vez guiado por el impulso de
confirmar que son irracionales, tal vez por el deseo de creer en ellas,
aunque estoy seguro de que, como diría Mateo, Alá sabe más.
Preciso es para entender el posible porqué de su muerte
conocer al hombre que fue en vida Mateo Habba. Podría decir de él
que amaba el café, el carnero asado, la poesía de Umar al-Khayyami
y las mujeres de nalgas rotundas. También detestaba la carne de
cerdo, el catolicismo, el destino servil de los pueblos árabes bajo el
dominio israelita y la soledad, aunque rara vez abandonase su
114
Secretos del Futuro
apartamento y tuviera muy escasas amistades. Sin embargo, esta
suma de rasgos, la mayoría de ellos decididamente banales, no lo
definen, pienso que hay dos cosas más importantes cuyo
conocimiento es imprescindible para entenderlo: Mateo era
musulmán y hacker.
Algunos verán en esto último una contradicción, les parecerá
imposible que alguien se dedique con total y absoluta abnegación al
culto de las computadoras y se entregue a Dios con una fe
igualmente absoluta y total. Otros alegarán que ningún hombre de
religiosidad profunda y sincera aceptará vivir de una profesión que
es sólo una versión sofisticada del robo. Dejo la solución de tales
enigmas a aquellos que alcancen a interrogar al creador del universo,
sea cual sea su nombre, no obstante, por contradictorio que resulte la
verdad es que en ningún submundo son tan abundantes las
supersticiones como entre los hackers.
Conocí a Mateo en uno de esos raros momentos de mi vida
en lo que todo ha marchado aceptablemente bien: seis años atrás,
había terminado la universidad graduándome en lengua y literatura
inglesa, una especialidad poco apreciada en el mercado de trabajo de
las megacorporaciones, y si durante dos años conseguí ejercer como
profesor en Glasgow, pronto me hallé sin empleo y tuve que emigrar
a los Estados Unidos.
En América tampoco encontré trabajo y me fue bastante mal
hasta que un amigo me hizo entrar en la red de traficantes de
115
Secretos del Futuro
software ilegales. No sabía nada de programación, pero resultó que
tenía talento para vender e intuición para reconocer lo que podría
valer la pena. Un año más tarde, ya me había instalado por mi cuenta
y el dinero depositado en mi tarjeta inteligente me bastaba para
llevar una vida cómoda sin llamar la atención de la ley. Fue entonces
cuando me presentaron a Mateo; éste era un mocetón fornido, de
rasgos severos y graves, mezcla de sus antepasados árabes e
hispánicos. Mientras conversábamos, se mostró interesado en un
producto que yo ofertaba y me dio la dirección de su casa para que lo
visitase, lo que hice unos días después.
No es mi propósito narrar las incidencias que desembocaron
en una amistad entre nosotros; amistad que siempre consideré
extraña porque los hackers, por algún desconocido motivo,
desprecian a aquellos que les venden los programas que usan para su
trabajo y sin los cuales bien poco podrían hacer. Tal vez, la razón de
su afecto hacia mí fuera nuestro común respeto por toda la poesía y
la literatura, y, más aún, el amor que ambos sentíamos por el
Rubaiyat de Edward Fitzgerald. Por mi parte, diré que me atraían de
él los rasgos contradictorios de su carácter, la sana ingenuidad que le
permitía maravillarse con los antiguos cuentos árabes y su secreto
afán de encontrar a Dios.
Claro que Mateo no era ni un iluminado ni un asceta. Era un
hombre como cualquier otro, si eso significa algo, poco expresivo
pero de sentimientos firmes y amante de los placeres. No se
116
Secretos del Futuro
consentía, como otros hackers, embrutecer su cuerpo dejándolo
engordar en exceso o cultivando una delgadez enfermiza, tenía
suficiente sentido común para no dejarse arrastrar por la mística de
su profesión en cuanto a sí mismo se trataba, pero su propia
religiosidad le hizo caer en la trampa filosófica que encierra el
ciberespacio y esto fue, en cierta forma, su perdición.
Casi todos los intentos de definir filosóficamente al
ciberespacio eran anteriores a la propia existencia de éste: la gente
había previsto que la creciente complejidad de los ordenadores
llevaría a la creación de ese universo virtual y trataron de descubrir
sus leyes desde afuera. Cientos de tesis y sus refutaciones se
escribieron antes de que el primer hacker pudiese viajar a través de
las redes. Naturalmente, desconozco la mayoría de ellas por lo que
me limitaré a resumir aquí las interrogantes de mayor importancia
según las enumeró Mateo en una madrugada pródiga en café y
poesía. Transcribo sus palabras tal como las recuerdo.
>>... Uno de los problemas clásicos es la situación del ciberespacio. Tú conoces lo suficiente sobre ordenadores como para
saber que no está dentro de ellos y mucho menos en el interior de un
chip. Tampoco se haya en los satélites de comunicación o en las
redes; quizás en el hombre, pero, de ser así, nunca podremos
encontrarlo porque las búsquedas en nosotros mismos sólo nos han
conducido de un enigma a otro más complejo. Sabes también que
horas en la matriz pueden significar minutos de tiempo real, y este
117
Secretos del Futuro
comportamiento relativista del tiempo, que algunos justifican con la
hipótesis aún no comprobada de que al entrar al cíber uno se acelera
hasta la velocidad de acción de los ordenadores, ha resultado tan
inexplicable como imposible de soslayar<<
>>Cuál es el papel del hombre en el universo es algo que han
tratado de desentrañar inútilmente filósofos y teólogos por igual.
Qué es el hombre en el ciberespacio es todavía más difícil de
responder. Algunos sugieren que un dios, otros aseveran que
continúa siendo un hombre y unos terceros plantean que se
transforma en algo nuevo que no alcanzamos a definir todavía.
También los inquieta lo siguiente: imagina que un hacker muere en
el cíber, ¿será esa muerte instantánea o transcurrirá un indeterminado
período de tiempo antes de que afecte al espíritu- o intelecto, poco
importa el nombre- la cesación de los procesos vitales? La respuesta
de esa pregunta podría poner fin a la disputa que hace siglos
sostienen
idealistas
y
materialistas.
Por
último,
resta
LA
interrogante: hasta qué punto es virtual, o mejor, real, el
ciberespacio. Muchos han negado la objetividad de nuestro universo
proponiendo otros menos inciertos o, acaso, más ordenados, aunque
no por eso más verosímiles; nadie ha sostenido la posibilidad de que
este recién descubierto mundo sea real, pero, creo, eso es sólo una
cuestión de tiempo. Por lo pronto, la duda ya existe<<
Cuando Mateo terminó su apasionada exposición, me
apresuré a inquirir qué sentido tenía todo aquello. No reparó en mi
118
Secretos del Futuro
pregunta. Me dijo que creía haber encontrado respuesta a algunas de
estas interrogantes y procedió a hacerme partícipe de sus ideas.
La misión del hombre en la vida, me confesó, es alcanzar la
Gracia de Dios, sea por sus buenas accionas o por el descubrimiento
del rostro divino. Ese rostro está a la vista de todos en nuestro
universo, no hay una forma mejor que otra de buscarlo: se le puede
hallar en los párrafos de un libro y en los ojos de una mujer, en el
desvarío de los locos y en la prédica de los sabios, en el arrebato
místico de los profetas y en el frío escepticismo de sus detractores,
en el vino que reposa en el fondo de las copas y en el que alegra
nuestra embriaguez. No obstante, su propia evidencia lo ha vuelto
invisible para nosotros, acostumbrados a mirar en la niebla del
misterio y a sufrir las angustias de una búsqueda desesperada. Por
eso, Dios nos dio la posibilidad de crear otro universo en el que Su
rostro estaría tan escondido y recóndito que nuestra propia naturaleza
colaboraría en el intento y éste se volvería posible cumpliéndose así
Su voluntad.
El problema del tiempo era una clara demostración para él de
su razonamiento. La solución, según me dijo, estaba en una antigua
historia árabe que contaba como el Profeta había sido arrebatado
hacia el cielo por Burak, cabalgadura celestial cuyo nombre quiere
decir resplandeciente. En el cielo, el Profeta había conversado con
los ángeles del Señor e incluso compareció ante Su presencia. Al
regresar a la tierra, pudo recoger un cántaro que había derribado
119
Secretos del Futuro
Burak al partir sin que se derramara una gota del agua que contenía.
Evidentemente, razonaba el cronista, el tiempo de Dios no era el de
los hombres. Esto nos llevaba, me dijo Mateo, a la situación del
ciberespacio. Para él, al menos, resultaba claro que el cíber se
encontraba contenido en Dios. Y luego añadió: >>Como es posible
que suceda con nuestro propio mundo<<
Esta última aseveración me pareció lo más detestable de su
teoría. Si Él accedió a que creásemos otro universo para encontrar Su
rostro, le pregunté, qué impide que el nuestro haya sido creado por
otros hombres con el mismo propósito y así infinitamente. Las
objeciones que le hice desviaron el tema y la discusión siguió otro
curso.
Nunca volvimos a hablar sobre esto Mateo y yo, aunque sí de
otras cosas parecidas por lo que nunca olvidé su peculiar obsesión.
Aproximadamente un año después de tener esta conversación, él
reunió bastante dinero para retirarse y lo hizo, yo, que no compartía
su suerte, continué trabajando e incluso me vi obligado a asociarme
con otros tres amigos. Unas semanas antes de su muerte, tuve que
viajar a un país de Asia por un encargo especial. Cuando regresé, me
lo contaron todo.
Lo encontraron ya comenzado el proceso de putrefacción en
su apartamento, con los trodos sobre la frente. No mostraba señales
de violencia ni había muerto de hambre o deshidratación porque el
suero puesto en su vena no estaba siquiera mediado. Los resultados
120
Secretos del Futuro
de la autopsia no revelaron qué pudo causarle la muerte, y la policía,
que investigó con cierto interés, no descubrió nada. Sin embargo,
entre los que hallaron el cuerpo de Mateo, estaba un párroco que
aseguró que su cara tenía una expresión de tan exaltada beatitud, de
tan inhumano éxtasis, que le fue muy difícil contemplársela. Los
demás hombres que acompañaban al religioso reconocieron que, por
alguna extraña razón, les resultó imposible mirar el rostro del
muerto.
Cinco años han pasado desde entonces. Una serie de sucesos,
que me ha sido imposible ignorar tildándolos de coincidencias, han
venido a sumarse a estos hechos dejando entrever una solución
fantástica y terrible. Los refiero en el orden en que acuden a mi
mente, no en el que han tenido lugar, pues muchas veces la memoria,
al dar prioridad a un recuerdo sobre otro, revela la dimensión oculta
de las cosas.
Primero, fue el recrudecimiento de la fe entre los
mahometanos, observable en el aumento del número de peregrinos
que visitaban la Meca y en un regreso a las formas más antiguas del
culto. Como única causa de este renacimiento religioso se
mencionaba la exhibición de la cabeza de un musulmán americano
cuyo rostro ningún hombre impuro conseguía mirar. Después, corrió
el rumor de un súbito interés por el fundamentalismo islámico entre
los hackers, cosa curiosa porque, aunque supersticiosos, las
religiones nunca han gozado de aprecio entre los piratas
121
Secretos del Futuro
informáticos. Algunos trataron de averiguar que había detrás de todo
eso, y pronto la gente comenzó a hablar de una búsqueda de éxito
difícil, cuando no imposible, en el ciberespacio relacionada de algún
modo con cierto cráneo que era objeto de veneración en el santuario
de Alá.
Consecuencia directa de todo eso, fue la aparición de un
centenar de artículos y reportajes sobre esta cabeza de rostro
insoportable. Dos cosas me asustaron: una, los trabajos más
inteligentes resultaban terriblemente vagos, acaso balbuceos de
teóricos enfrentados a un misterio que los sobrepasaba; la otra, es el
hecho de que nadie mencionase la técnica utilizada para conservar la
carne de ese rostro de la inevitable corrupción.
Algo aún más inquietante quiero dejar registrado en estas
páginas antes de terminar, es lo siguiente: creo haber consultado
todas, o casi todas, las publicaciones que aparecieron sobre el tema y
en ninguna hallé una fotografía de esa cara increíble, a pesar de que
no faltaban aquellas en las que se veía una multitud entregada a las
extravagancias del fanatismo. Ahora pienso, y la idea me aterra, que
esa foto tal vez se encuentre en alguna de las tantas revistas que leí,
invisible en su evidencia, indescifrable por la claridad con que
expresa su mensaje, imposible por su descubierta realidad. Como
consuelo me queda la incierta esperanza, subterfugio último que
oponen a la vez mi escepticismo y mi cordura, de no haber mirado
bien.
122
Secretos del Futuro
Palabras
Por Ricardo Acevedo Esplugas
Ricardo Acevedo Esplugas (La Habana 1969), decidió un
día que en literatura menos es más, y desde entonces nadie le ha
visto poner más de tres cuartillas juntas bajo un solo título. Tanto le
interesa a Acevedo el cuento corto o ultracorto, que hace su propio
boletín de relatos y poemas de extensión mínima. Se llama
miNatura, tiene cuatro pliegos, y cada vez es más difícil conseguirse
uno, incluso en la Biblioteca Nacional, donde lo distribuyen.
Curiosamente, lo que Ricardo ha publicado, tanto en Cuba como en
el extranjero, es poesía.
Así, con la misma bandera que llevaron Augusto Monterroso
y Luis Britto García, se enfrenta Acevedo al famoso problema de la
hoja en blanco. Y en menos de cien líneas él pone sólo lo justo y
preciso. El cuento ultracorto sale como una carrera de motos de una
sola vuelta, rápida y calculada al milímetro, pues todo error es caro
e irreparable, y las curvas deben ser perfectas. Pero Acevedo acepta
el riesgo porque esa es su distancia.
Lo otro que le gusta a Acevedo es dar clases de Construcción
Civil, allá en el Palacio de Pioneros Ernesto Guevara, a sus niños.
Que lo adoran.
“Palabras” es escueto ya de inicio. Con la mayor economía
de medios, ajustando cada oración y sin desperdicio alguno, este
123
Secretos del Futuro
cuento explora precisamente el valor de las palabras. Esos signos
que son el esqueleto de la cultura, y a los que un día se llevarán al
pasado los vientos del cambio, sean brisa o huracán, soplen de
adentro o de afuera.
·······
A Carmen R. Signes
- “Mighty Tom a Control de Tierra. ¿Me escuchan?”
Tierra... Creo que ya no usan ese nombre. Ni taxi, pirámide o
Ghandi. Todo comenzó con el Contacto. ¡Sí! El ansiado contacto con
una cultura extraterrestre: superior en todos los sentidos a nosotros.
El hermano mayor que corregiría nuestros errores.
Llegó el día y escucharon la voz (que nunca olvidaré...) Los
lideres y barítonos mundiales se suicidaron en masa. Los primeros
por ser incapaces de concebir el discurso respuesta; los otros, por no
tener los órganos idóneos.
... Y vieron su imagen, y eran inimitables: huelga de modelos
Playboy. Los militares capitularon al sospechar, sólo al sospechar,
los fabulosos medios de combate que se insinuaban tras la sugerente
figura de la nave nodriza.
Los artistas más prácticos comenzaron a imitar: ¡Salvación!
¡Aleluya! Los Rollos del Mar Muerto y Picasso fueron sustituidos
según los nuevos cánones estéticos; le siguieron Brasilia y el Taj
Mahal.
124
Secretos del Futuro
Logré escapar tomando el último empleo de astronauta
(“¿Para qué conquistar el cosmos si ya nuestros hermanos de
raciocinio lo habían logrado?” era el slogan de moda.)
Compré pinceles y tinta imborrable antes de que fueran
considerados obsoletos y me atrincheré en el “Mighty Tom”.
Durante dos años llené sus paredes con palabras que intentarían
recordar a toda la Tierra (¿Cómo coño se dice “hola” en swahili?).
... los más irreductibles se refugiaron tras la cultura de la
Mass Media. Pero al final MacDonald, Warhole, Barbie y Elvis
fueron saboteados por la alucinógena manifestación alienígena, cuya
cultura pop era la base de su ADN. Él círculo rojo sobre fondo
blanco también cayó. Sayonara: Origami, manga, bushido,
ceremonia del té...
Las nubes de spray caen como escarcha sobre el casco de la
diminuta estación orbital, tatuada desde el generador: samovar,
Pinochet, Nínive; hasta los minúsculos accesorios que revolotean
nerviosos por los pasillos: fuego griego, Ho Chi Min, Guanabacoa...
Millones de signos fueron devorados en fracciones de nanosegundos
en la hoguera sangrante de las civilizaciones. Adiós Auschwitz,
marcas tribales, milongas, Bradbury, Chanel No. 5, Bela Lugosi,
Monte Athos...
Estoy frente al último resquicio en blanco y no sé lo que voy
a escribir...
125
Secretos del Futuro
El Centinela
Por Erick Jorge Mota Pérez
El Golpe. Así con mayúscula. Consiste más o menos en lo
mismo que “candela al jarro hasta que suelte el fondo”, o el castizo
“no andarse con chiquitas”.
Las medias tintas son ninguna tinta para Erick Jorge Mota
Pérez (La Habana 1975) hiperquinético y extrovertido, dice lo que
piensa, siente lo que piensa, y le pone el máximo a todo lo que hace.
En este cuento veremos una buena versión de lo que es el
Golpe, por el tipo de personaje de quien más lo esperaríamos. Según
el mismo Erick el cuento surgió en medio de una de las
interminables guardias del Servicio Militar. Pero es el caso de que
el centinela de esta historia, necesita para proteger su pasillo una
mano más dura que la de Aníbal el Cartaginés con sus elefantes. Si
no, le caen los terroristas encima. Pero no abandona. Sería
traicionar al Golpe.
·······
Quis custodiet ipsos custodes?1
1
Juego de palabras en latín que literalmente dice: ¿Quién vigilará a los
guardias? O más propiamente ¿Quién custodia a los custodios?
126
Secretos del Futuro
Custodio y defiendo el acceso 37 al servidor de
Fantasías Latinas, Sección Experimental. O tal vez debo decir:
Centinela que vigila el pasillo que nadie usa para llegar al corazón
del prostíbulo cibernético, a tiempo real, más grande de la Red
Global. De cualquier manera, me da igual, no me van a relevar hasta
las tres de la madrugada; 0800 horas, como diría el jefe de seguridad,
que insiste en usar el tiempo Zulú cual si el relevo trajera consigo un
desayuno frugal.
El pasillo que será mi universo durante las próximas tres horas
está totalmente pintado de blanco, con luces de plástico luminiscente
y sin cámaras de seguridad. Un pasillo más, idéntico a cualquiera de
los 5 000 existentes en la torre de Kuoma Foundation. Sí, es esa
misma que están pensando. La corporación que junto a Yakatomi y
Xian Sun Inc. compró la alcaldía de Bangkok hará como cinco años.
Desde entonces dominan la política exterior y la economía de
nuestra
ciudad.
Incorporándonos
definitivamente
al
Imperio
Corporativo de Asia Central.
Un trabajo bueno, eso lo sé. Bien pagado, me consta. Duro, los
del equipo de mantenimiento en las plantas de energía de Phnom
Penh pasan más trabajo. Peligroso, las tropas antimotines de los
suburbios se arriesgan más por menos dinero. Nada de qué quejarme,
127
Secretos del Futuro
mentira. Ello sólo significa que podría quejarme más, cuando lo
único que debo hacer es dejar pasar el tiempo sin moverme de este
pasillo.
Se abre la puerta del elevador y aparece el primer tonto de la noche.
Traje bonito, espejuelos, aire distraído de programador consagrado a
su trabajo; tras descubrir que su mujer le era infiel con putas
masoquistas de a tres yens la hora. Pero no, está pelado como quien
quiere llegar a su trabajo por la mañana y no aparecer en el chiste de
la lista de correos del día; además, está bien afeitado. Conozco este
tipo de turista accidental, tiene el tic nervioso del que ha tomado
farandulina más de una vez y se divierte metiéndose donde no debe,
mirándolo todo, a ver si pilla a la hija del jefe en algún coito anal y
asegurar un aumento. En efecto, tenemos a todo un perdedor
caminando por mi pasillo. Me dispongo a interceptarlo, con una
mano le toco el pecho y lo detengo. El muy cretino intenta seguir y
lo empujo contra la pared.
— ¡¿Qué?! ¿Qué está pasando?
Ya había olvidado que estoy clockeado2, o debo acaso decir
cubierto. Sonaría mejor: en Modo Oculto, como llama el jefe de
seguridad a lo que la gente normal conoce como invisibilidad por
medios termo-ópticos, o fotorreplicativos.
—El acceso aquí es limitado —digo— Pero si se identifica...
2
Espanglish: Del ingles Cloack —cubierto— Forma de llamar a
alguien bajo un camuflaje fotoreplicador activado.
128
Secretos del Futuro
—Yo... sólo busco el baño —dice el tonto.
—Justo a su derecha.
Y tomándolo por los hombros lo metí en el baño. ¿Lo ven?
Todo un perdedor. Creo que había olvidado decirles que también hay
un baño en el pasillo.
Diez minutos y el tonto no sale. Demasiado tiempo para una
droga sofisticada o una comida pesada. Abro la puerta y entro
sigilosamente, por muy guardia de seguridad que uno sea debe
respetar la privacidad de la gente, ¿o no?
Debo reconocer que en estos pisos de la torre los baños tienen
un lujo poco usual. Agua corriente, no salobre, con grifos que
recuerdan un cuadro postmodernista del siglo XX, y espejos por
todos lados. Avanzo con lentitud, nunca imaginé que este baño
pudiera ser tan largo. De repente comienza a caer agua por todos
lados. ¡A quién se le ocurre instalar un sistema anti-incendios en un
baño, donde lo que más hay es agua! Estos diseñadores...
El hecho es que ahora estoy totalmente empapado y con el
camuflaje termo óptico inutilizado. Me miro en el espejo y parezco
una silueta de gelatina transparente que se mueve. También veo al
tonto que se acerca por detrás y se agacha. Me toma por la rodilla y
el pie con ambas manos y me derriba. ¡Este tonto es rapidísimo!
Luego toma uno de los grifos y me golpea la cabeza justo donde el
casco no protege la nuca. Regularmente estos golpes desmayan, más
si después de propinártelo te aplican una llave de estrangulación para
129
Secretos del Futuro
garantizar la poca entrada de aire al cerebro. ¡Este tipo no es tan
tonto, se está comportando como un profesional!
Un agente de seguridad previsible, con elevada autoestima y padre
de familia, se hubiera desmayado como Dios manda. Pero no yo,
nací en un barrio muy malo del subsector sur de Centro Habana. Para
bañarse con agua limpia había que ganar una pelea contra tres
chicos más grandes que uno, y si perdía tenía que enfrentarme a
mamá y sus exigencias sobre la limpieza. Así que yo no tengo
autoestima, ni familia, soy imprevisible y a mí nadie me coge por el
cuello. ¡Mataré a este tipo!
Un espejo roto y el turista convulsionando en el piso. La
sangre no sé bien si es de él o mía, aún no me he declokeado3, quiero
decir... Un momento, estoy oyendo pasos en el pasillo. Corro a abrir
la puerta y veo a cuatro tipos con overoles de limpieza y
subametralladoras Kalasnikov. Siempre he sabido que las plagas son
un problema en las ciudades superpobladas como ésta, pero las
cucarachas de Kouma Fundation no son tan grandes. Salgo, pero
creo que mi camuflaje no funciona muy bien aún.
—¡Pedro Antonio, ya te pusiste el termo óptico!—dice uno mientras
me mira—Creo que disfrutas demasiado la invisibilidad, deberías ver
un psicólogo.
Pedro Antonio, ese es nombre de terrorista. Sí, ya sé que me
confundieron y eso me da unos minutos de ventaja, pero... ¡Pedro
130
Secretos del Futuro
Antonio! Ese puede ser el nombre de cualquier terrorista malvado
de por allá, por Mexifornia, donde lo mismo secuestran el tanque de
último modelo de un ejército privado, que le quitan la micro Uzi a
una viejita. Creo que estoy en problemas, analicemos la situación
con calma. Los intrusos se dirigen al cuarto del servidor y no han
reparado más en mi persona, por lo que tengo la oportunidad de
averiguar qué van a hacer y así dar tiempo para que el camuflaje se
me seque, porque no creo tener calibre para combatir una
Kalasnikov, mucho menos cuatro.
Parece mentira que después de tantas indicaciones sobre no moverse
en determinados puntos, pues se cae en el rango de las armas robots,
o los 102 cuidados para no disparar las alarmas y la intriga con la
clave de la puerta, ahora lleguen cuatro tipos caminando como si
fuera su casa, destrocen alegremente todas las alarmas y violenten la
clave de acceso en menos de cinco minutos. Y lo peor de todo es que
el tan mentado código de acceso era R3CORD4R; qué cosa más
estúpida, ¡yo podría ser jefe de seguridad!
Fantasías Latinas tiene sus computadoras centrales de servicio
al público en este local, al igual que su "biblioteca" de autómatas
inteligentes, que es lo más parecido a una Inteligencia Artificial
conectada a una red interactiva pero que además de recordar, puede
aprender. Para que lo entiendan todos, imagínense una IA con 300
3
Espanglish. Literalmente Modo Oculto desactivado.
131
Secretos del Futuro
terabytes de memoria sobre erotismo y técnicas sexuales, Kamasutra
incluido, conéctese a la red y que su avatar comience a interactuar
con múltiples usuarios en la red, y sea diariamente capaz de aprender
de sus experiencias sexuales en función de lo que tiene en memoria.
No por gusto Fantasías Latinas tiene el uno en el negocio de la
prostitución virtual.
Adoro ver trabajar a los profesionales, aunque me tumben el
salario. Nada de pifias, ni tiempo perdido en demostrar que aquí
estuvo Arsenio Lupín. Directo al objetivo, sin desactivar alarmas de
más ni dejar de noquear a nadie. Bueno, el del pasillo no era tan
buen profesional, aunque sí un actor consumado.
Pues estos tipos se han repartido entre las consolas de la
biblioteca y están buscando algo que les está tomando mucho
tiempo. Esto parece cosa de hackers. Creo que ya va siendo hora de
ganarme el salario, ahora que ya estoy seco.
Pero entonces se abre el elevador y no entra nadie. Me encanta
que suceda esto, pues sólo significa dos cosas: o que el elevador no
funciona bien, lo que nunca ha pasado, o acaba de entrar alguien
invisible. Mi visor posee un conjunto de lentes holográficos que me
permiten enfocar a diferentes longitudes de onda y juro que no vi
nada en el infrarrojo, lo que significa que sus fotoreplicadores son de
una calidad enorme. Solo un ejército o una organización terrorista
puede tener tanto dinero. Así que la situación pedía a gritos mi
intervención.
132
Secretos del Futuro
Justo frente a mí se hicieron visibles unas diez personas
metidas dentro de negras armaduras de asalto y con armas largas.
Intenté eludirlos usando las anillas de seguridad permanentemente
invisibles, situadas a lo largo del pasillo las cuales permiten a un
buen atleta clokeado pasar por encima de un batallón como este sin
siquiera ser escuchado. A no ser, claro, que también posean visores
costosos y lo vean a uno. Resulta muy desagradable que te agarren
por una pierna, tiren de ti hasta hacerte caer al suelo y luego te
pongan la rodilla en la cara.
¡Mataré a este tipo!
Aún no comprendo por qué las balas de alta velocidad no
perforan los petos de metaliplast cuando en realidad son armaduras
ligeras. La dura realidad es que he tenido que replegarme y
esconderme tras el fuego de mis "amigos" los hackers mientras la
sangre en mi nariz se hace visible al caer al suelo.
—¡Pedro Antonio! —gritó uno de los hackers —pronto estarán aquí,
así que toma.
Me lanzó un biocristal4, de los que sirven para transportar de
manera segura mucha información ¡Es que acaso todo el mundo aquí
tiene detectores de termo-óptica!
—Trata de largarte —me dijo —y cuídala, es una de las putas
cibernéticas más caras.
133
Secretos del Futuro
Vaya con estos tipos... es muy común en la Red Global copiar
la programación original de una IA y luego borrarla. Lo que en
español significa secuestrar una personalidad virtual conectada al
ciberespacio. Lo mismo da si se trata de una estrella de la holovisión,
cualquiera de esas cantantes que hacen espectáculos con hologramas
y viajan en una cajita de medio metro cúbico rodeada de un centenar
de
guardaespaldas,
o
simplemente
una
prostituta
costosa.
Legalmente se procede igual que en un secuestro.
Ahora tengo otro problema, los nuevos intrusos, ya sean
militares o terroristas, están masacrando a mis amiguitos. Por lo
tanto debo pensar en una vía segura de salir de esto y que no sea la
variante dentro de una bolsa de plástico. Los grandes servidores de la
Red Global son casi inmunes a ataques piratas dentro de la propia
red. A pesar de que en un tiempo los hackers entraban y salían por
las consolas virtuales a placer. Poco a poco los sistemas de seguridad
se hicieron menos accesibles y más letales. Fantasías Latinas era una
compañía con demasiadas personalidades virtuales que proteger,
conectadas a tiempo real, como para descuidar ese detalle. Sus
anillos de seguridad en el ciberespacio eran capaces de enviar al
asilo, en un sillón de ruedas, al hacker más connotado. Fue por ello
que los ladrones de información tuvieron que ponerse sus chalecos
antibalas, empuñar sus fusiles de asalto y hacer cosas como estas.
4
Gragea de diamante artificial que guarda en su interior información
en un ADN artificial. Su capacidad estándar es de 400 mil Giga bytes
134
Secretos del Futuro
Pero los locales donde se guarda la información son un verdadero
laberinto de trampas, así que alguien no tan cuidadoso como mis
“amigos” podría terminar en la mira de las armas-robot. Y eso me da
tremenda idea, pues el circuíto de seguridad me identifica como
aliado, debido a mi armadura, por lo que sólo tengo que moverme al
azar, pisando donde no debería, para poner esto malo.
Las agujas impulsadas por pólvora líquida sí perforan el
metaliplast, debo recordar eso.
Ahora estoy tras la puerta que da al acceso # 27 que también es
un pasillo, con guardia invisible y todo. La clave es una estupidez
muy fácil de recordar. Paso a infrarrojos en cuanto se abre y ahí está
el tipo, en el techo.
—¡Oye agente! —le grito —aquí dentro se está combatiendo y tú
dándote la buena vida.
—¿Qué sucede?
—Un grupo de terroristas en la sala del server5 y las armas robot
están activadas ¡Tú trata de contenerlos, mientras yo pido ayuda!
—¡Positivo!
La verdad es que los agentes de seguridad ¡Son tan
predecibles! Sinceramente, no sé como obtuve este empleo. Próximo
objetivo; salir de aquí mientras dure la batería del traje termo-óptico,
aunque con tantos detectores ya a mí me da igual.
(400 Tera bytes).
135
Secretos del Futuro
En todo ingenio arquitectónico donde hay cosas valiosas que
se pueden robar o destruir el dispositivo de seguridad, para hacer su
trabajo, tiene que habilitar vías de tránsito abierto para uso exclusivo
de su personal. Como mi intención no era huir de allí con la puta
cibernética, a pesar de que le hubiera sacado una fortuna en la calle,
sino más bien hacerme el héroe ante el intento de robo y el
consiguiente ataque terrorista; dirigí mis pasos hacia el centro
neurálgico de la torre.
No tuve ningún inconveniente para llegar al Centro de
Operaciones, al que por razones obvias llamamos la Bóveda. No
imagino otra forma de llamarle a un búnker totalmente hermético
lleno de monitores que reciben las señales de todas las cámaras
ocultas que vigilan los rincones en todas las frecuencias del visible.
¿Ya había comentado que el jefe de seguridad era un imbécil?
¡Pero claro! Ello no lo imposibilita de recibir visitas importantes.
Esta vez la visita tenía una armadura negra muy conocida por mí. La
bóveda estaba a oscuras y en los monitores podían verse fácilmente a
los terroristas recorriendo el servidor que yo custodiaba. El jefe de
seguridad estaba de pie, evidentemente nervioso, frente a él, tres
desconocidos con armadura y sin casco. Por suerte nadie me ha
localizado aún ¡Ya era hora de que el Modo Oculto sirviese para
algo!
5
Inglés: Servidor, entiéndase computadora madre de un sistema de
redes.
136
Secretos del Futuro
—Le digo que no ha salido del edificio —decía el jefe de seguridad.
—Entonces esos malditos hackers han sospechado algo.
—Lo dudo, ni siquiera he alertado a mis agentes, para que luciera
como un verdadero robo.
—¿Entonces por qué no hemos podido encontrar la identidad
copiada de Cyntia? ¡Les dimos tiempo de sobra para hacer una copia
segura!
—Tal vez confrontaron algún tipo de problema para...
—Negativo, eran los mejores hackers de Bangkok, mucho trabajo
que me costó contratarlos sin que adivinaran quien soy.
— Coronel, yo le garantizo que de aquí no ha salido nadie, ni
siquiera sus hombres. Tengo paralizados todos los mecanismos de
seguridad para darle más libertad a su gente pero...
Acabo de recordar de dónde salieron esas armaduras. Se trata de un
modelo nuevo fabricado en Rusia Oriental. Tengo entendido que fue
el ejército el que las compró ¡Conque no eran terroristas, sino
militares!
Este asunto empieza a volverse demasiado complicado para mi gusto
y no deseo estar aquí cuando empiecen a rodar las cabezas.
Muy sigilosamente salí de la Bóveda y cuando ya me hallaba justo
del otro lado de la puerta, apareció frente a mí como salido de la
nada. Aún no comprendo por qué estas armaduras nuevas tienen que
declokearse tan seguido, posiblemente es la batería que les ponen. Se
trataba de otro militar, probablemente un centinela. Me golpea en el
137
Secretos del Futuro
estómago y ahora me aplica una llave de estrangulación que me está
asfixiando... ¡Mataré a este tipo!
Una armadura de Metaliplast puede romper un ventanal blindado si
el que la usa es proyectado de la forma adecuada. No creo que
sobreviva, y si lo hace tendrá que subir 180 pisos para buscar la
revancha. Mejor me largo de aquí, no me gustan los militares cuando
se entrometen en los problemas de las corporaciones. No hablo del
ejército privado de Fantasías Latinas. Estoy hablando del verdadero
ejército de Asia Central, ahora bajo el control de las Tres Grandes.
Como sea, estos tipos no encajan en una intriga de hackers y
secuestro de entidades virtuales. Lo mejor será hablar con la puta,
pero fuera de la torre.
Alacazán es un pequeño barrio, contiguo al tercer nivel de
circulación interna, donde se habla la peor mezcla de chino y japonés
con acento sureño que pueda ser capaz de imaginar humano alguno.
No es un mal lugar para conectarme pues nadie pregunta quién eres
o de dónde sacaste el tanque de guerra que dejaste parqueado afuera.
Pero tampoco es un sitio sin ley, el índice de delincuencia es
moderado, lo suficiente como para no tener que quitarme el uniforme
para preservar mi vida. Creo que tuve una novia que vivía por aquí.
En un ciber-café barato reservé un sillón de cinematrónica6 con
torre para biocristales y conexión a la Red Global durante una hora,
6
Cinematrónica Virtual: Sillón de conexión neural a base de
modelación por electrodos. Inicialmente se lograba mediante
138
Secretos del Futuro
todo por sólo diez yens. Tendré que venir a merendar a este sitio más
a menudo. Personalicé una habitación virtual en el espacio de
memoria del mismo sillón, nada complejo si el lenguaje de
programación usado es el Z+. Me coloco los conectores neuronales
sin problemas, me limpio los implantes todos los días, así que la
transferencia a mi entidad virtual no debe tardar.
En realidad tardó demasiado, jamás volveré a rentar un equipo de
cinematrónica en un lugar tan barato. Muevo mi nuevo cuerpo hacia
la habitación recién creada donde me espera Cyntia, la estrella
principal de Fantasías Latinas ¡Vaya si no pagarán una fortuna por
estar con ella! Para convencerla de que hablara conmigo tuve que
pasar por tres sesiones completas. Curiosidades sexuales de las I.A.,
supongo ¡Ahora comprendo por qué hay tipos que no se desprenden
de la red!
—Bien, bien, muchacha, seguimos en otro momento —logré
desprenderla de arriba de mí —ahora háblame de los que
acostumbran a pasar el tiempo contigo, no los que viste una sola vez.
Te hablo de los habituales.
—Muy pocos, a decir verdad, y no precisamente de los que más se
aprende. Un multimillonario de Rusia Oriental, nunca dice su
nombre pero yo lo llamo mi puerquito rosado. Que no te importa...
implantes aunque en la actualidad se emplean recursos menos
agresivos para acceder al ciberespacio de inmersión total.
139
Secretos del Futuro
bueno, también está el hijo del alcalde de Tianjin, un chico tierno... y
claro está el Creador.
—¿El Creador?
—Danni, el programador principal de mi proyecto.
—¿Te acuestas con tu creador?
—¿Qué tiene de malo? Es como mi padre.
—¿Y de dónde saca el programador tanto dinero...? A no ser que
violente las líneas de seguridad.
—Él era programador cuando yo sólo era un proyecto pero creo que
ahora es el dueño de Fantasías Latinas.
—¡Ah, pero que interesante! ¿Para qué le haría falta al ejército
información sobre el gerente general de Fantasías Latinas?
—Al ejército no, pero al poder por encima de él, sí —dijo una voz
femenina que no era la de Cyntia.
—Oye tú ¿Qué haces aquí? —dije.
—Estás conectado a tiempo real —dijo Cyntia— ¡Magnífico, una
orgía!
—Cyntia, cállate —dije —en cuanto a ti, hice una pregunta.
—Mi nombre en la Red es Vampira y los de mi grupo se proponían
secuestrar a esta puta.
—¡Prostituta virtual!
—¡Cyntia, cállate! ¿Cómo pudiste encontrarme?
—Rastree la señal que Cyntia emite cada vez que entra en la Red.
Soy una hacker, recuérdalo ¿Y tú de dónde saliste?
140
Secretos del Futuro
—Trabajo en seguridad de la torre Kouma y me topé con tu grupo
pero después apareció el ejército con abiertas intenciones de matar
indiscriminadamente y...
—Mejor me lo cuentas en vivo ¿Estás en un Café de Alacazán,
verdad? Espérame allí y desconéctate o tendrás que ponerte a cobrar
la entrada porque esto se te va a llenar de gente.
—¡Una orgía, una orgía!
—Cyntia...
—Ya sé, me callo.
Estoy empezando a detestar este Café, le echan demasiada
agua al vodka ¡Y la hacker sin llegar!
—¿Usted es el guardia de seguridad que tiene a Cyntia?
Pero esto ya es el colmo, el avatar con que hablé en la Red
Neural era un monumento y ésta si tiene 14 años es mucho ¡Con qué
clase de hackers estoy tratando!
—No se quede tan callado señor, sé exactamente lo que está
pensando, el cuerpo virtual que acostumbro a usar en la red lo copie
de una modelo.
—Claro, claro... ¿Has sabido algo de tu gente?
—Nada, me parece que no pudieron salir vivos. Pero tú tienes a
Cyntia y ella vale mucho.
—Quizá demasiado ¿quién me decías que estaba por encima del
ejército?
141
Secretos del Futuro
—Los mismos para los que tú trabajas. Kuoma Foundation le renta a
Fantasías Latinas uno de los pisos de su torre pero la seguridad la
ponen los dueños de la misma, que a la vez son los dueños de la
ciudad y del ejército.
—Eso ya lo sabía, niña, pero ¿por qué?
—Se murmura que Fantasías Latinas intenta comprar muchas
acciones en el gobierno de la ciudad, incluidas las del propio
ejército, para entrar en el grupo de las Tres Grandes.
—Voy entendiendo, Cyntia conoce mucho al gerente general de
Fantasías Latinas y lo mismo a los militares que a cualquiera de las
Compañías Rectoras les convendría saber detalles de su vida
privada, con esta I.A. como rehén el chantaje sería perfecto.
En realidad la niña no es mala, para ser hacker, creo que hemos
llegado a una especie de alianza para salir de esto. Yo la introduzco
en el edificio de Fantasías Latinas y ella quebranta la seguridad. Con
Cyntia como arma creo que podemos llegar a un acuerdo con el
“Creador” y evitar que todas las fuerzas del orden, ya sean privadas
o estatales, de Bangkok desaten una casería contra nosotros. En casa
encontré una vieja capa termo-óptica y se sirve a la Vampira. Se ve
chulísima en el infrarrojo. Por lo demás, sólo espero que en ese
maldito lugar nadie haya comprado visores de nueva generación.
—No te preocupes, todo saldrá bien. Pronto hablaremos con el gran
jefe y todo se solucionará.
142
Secretos del Futuro
—No estoy preocupada, sólo que con la muerte de mi novio ya no
tengo donde vivir.
—¿Y qué le pasó a tu novio?
—Era del grupo que asaltó la torre, a lo mejor oíste hablar de él, se
llamaba Pedro Antonio.
—¡Pedro Antonio!... Pero él era mucho mayor que tú.
—Al menos me daba de comer al terminar de hacer el amor, siempre
es mejor que estar en la calle.
—¡Mataré a ese tipo!
— ¡Pero si ya está muerto!
—Bueno, sí, lo olvidé... creo que incluso fui yo... Está bien, en
cuanto todo esto acabe puedes irte a vivir conmigo.
—¿Tengo que ser tu novia?
—No, no me gustan las enanas.
—¡¡Banzai!!
Mecha7 de unos dos metros de alto, coraza blindada, brazos y
pies mecánicos sin perder la simetría humanoide, sensores en todo el
espectro, ametralladoras de grueso calibre acopladas a ambas manos
y un enorme fusil de aceleración magnética colgado a la espalda. Eso
7*
Espanglish, tomado del ingles Mechanism —en español
“mecanismo”— suele llamarse así a las grandes armaduras,
exoesqueletos o maquinantes que conservan la forma humanoide. El
término fue tomado del japones debido a que la primera generación
de estos mecanismos se desarrolló por las industrias imperiales de
Neo Kyoto en tiempos de la guerra de las Siete Ciudades.
143
Secretos del Futuro
si es cuidar un pasillo, no con un infeliz en Modo Oculto armado de
una subametralladora con municiones de alta velocidad.
—¿Crees que podrás con él?
—Sin problemas... creo.
Modo Oculto activado. Me muevo hacia un lado, corro hacia el
otro y luego salto. El gran tipo se coloca en medio de mi trayectoria
y choco contra él, creo que me vio ¡Total, este camuflaje ya está
obsoleto! Vacío el cargador de mi arma en el visor de flexiglass del
guardián y me da la impresión de que no se ha ni enterado porque
me sigue triturando con sus manos mecánicas.
—Identifíquese, agente de seguridad —dice a través de las bocinas.
O este tipo es un robot de combate y no está programado para
dispararle a alguien con mi uniforme o me las estoy viendo con el
imbécil más grande del mundo.
—Agente de seguridad de K.F. #740810AA —digo.
—No estamos en la Kouma Foundation agente —me di cuenta.
—Pero a tu jefe le interesará mucho saber lo que está ocurriendo
allá.
—¿Por qué no solicitó una entrevista con el gerente general?
No cabe duda, es un robot. Ni los clones piratas de segunda
mano nacen tan idiotas.
—Es demasiado urgente y me tomé la libertad de saltarme algunas
barreras burocráticas... verá, Danni y yo tenemos muchas amistades
144
Secretos del Futuro
en común. Solo tiene que decirle que un amigo de Cyntia ha venido
desde la torre para hablar con él.
—Un momento, por favor —me coloca en el suelo —puede pasar,
pero deje su arma aquí y hágase visible.
—Sí, como no, vamos vampirita... este... ella viene conmigo, con
permiso.
—Todo suyo, señor —y continuó vigilando eficazmente el pasillo.
Lo malo de este barrio es que no se puede ni salir a la calle.
Estamos por encima del quinto nivel de circulación y el humo no
deja vivir. Nadie en el edificio habla espanglish, ni siquiera un
japonés decente. Para colmo es la sexta vez que la vecina de abajo
viene a pedir sal ¡Cuando entenderá que a mí no me gustan las
trigueñas! Aunque creo que se tiñó de azul; pero de todas formas es
un mal ejemplo para la niña.
—Hay un recado en el videófono para ti.
—Revísalo tú, vampirita, estoy ocupado.
Nadie en la torre se percató de mi ausencia, un centinela más o
uno de menos no se hecha a ver luego de tanta chapucería. Fantasías
Latinas finalmente compró toda la torre a Kouma Foundation, he
oído rumores de que ampliarán el negocio de las putas virtuales. En
cuanto a mí, terminé haciendo el trabajo de mamá. La niña insiste en
seguir siendo hacker y hasta tuve que comprarle una consola de
145
Secretos del Futuro
conexión cerebral. Mientras sea rentable... de cualquier manera
atender una casa es peor que custodiar un pasillo toda la madrugada.
—¿Y ahora qué, niña?
—Eran los de Fantasías Latinas, creo que sobre una propuesta de
trabajo como jefe de seguridad o algo así, dejaron dicho que los
llamaras porque fuiste recomendado por el propio gerente general.
146
Secretos del Futuro
CRUZ DE HIERRO
Por Roy Jorge
Orlando Jorge “Roy Jorge” Rodríguez Gutiérrez (Holguín,
1966). Licenciado en Cibernética. Ha obtenido premios y menciones
en diversos concursos literarios nacionales; cuentos de su autoría
han aparecido en la revista de divulgación científica Juventud
Técnica.
Orlando Jorge es una de esas personas que te obliga a
pensar en la existencia real del amor eterno. Irónicamente “Cruz de
Hierro” es un crudo cuestionamiento al amor: Creador-Criatura, la
advertencia esta hecha.
.......
Está por caer la noche y con ella se aproximan las historias,
las leyendas ungidas en polvo milenario, que se sacuden para
exhibir su atuendo y competir con los luceros celestiales...
Era Dios clavado, afianzado sólidamente a una rotunda cruz
de metales semiconductores, enmarañada de conexiones de fibra
óptica y pastillas de circuitería superintegrada; la cruz fulguraba en
la penumbra contrastando con la resignada opacidad del rostro
divino. Y era el Hombre ---no un hombre, sino todos los hombres
cristalizados en uno--- que refulgente, poderoso, gigante miraba
hacia allá, en lo alto, los extraviados ojos del Crucificado: por fin lo
147
Secretos del Futuro
conseguía, se trocaba ahora en dueño del Universo y el orgullo y la
euforia le hacían vapor su sangre vita-enriquecida.
“¡Yo te condeno a muerte, miserable!, ser impío que me
deparaste el sufrimiento pretextando mi redención por el castigo, que
me infectaste de tabúes ridículos acallando mi real identidad. He
crecido, y gracias a la sabiduría que he ganado hurgando en este
entorno mojigato, he construido esa cruz para atraparte; en ella
perecerás abandonado”. Dios escuchaba y las gotas que brotaban de
sus ojos se condensaban en fugaces estrellas. “Ten clemencia, hijito
mío ---decía sollozante---, te estás haciendo daño”.
Las noches y los días pasaron, y el agua-sangre que manaban
las heridas de Dios iba formando ríos que el sol evaporaba, a la par
persistentes diluvios ácidos inundaban la tierra; pasó mucho más
tiempo, surgieron manchas purulentas en las carnes divinas y un
hollín radioactivo colmó el aire y el día; así sólo las noches siguieron
transcurriendo y el cuerpo del Altísimo comenzó a mal oler, toda
vianda cobró aspecto de podre y los astros de la Galaxia esquivaron
sus habituales rumbos. El Hombre preguntó a la Computadora cómo
podría salvarse, “Answer not found, more data are required” fue lo
recomendado; entonces, temeroso, se acercó a indagar ante los pies
del Omnisciente: “Lo que has atrapado, hijo, es mi parte más densa,
pero mi cuerpo es toda la Creación, ella se depaupera ahora
conmigo; ya te advertí que te hacías daño, ¡arrepiéntete!” le
respondió el Señor.
148
Secretos del Futuro
El Hombre meditó y luego, exudando sarcasmo, operó
algunas teclas en los mandos de la cruz, los clavos fueron sustituidos
por grilletes y Dios fue transportado hasta un domo subterráneo
rebosante de fausto: frescos, alfombra, trono y arañas luminosas.
Dios fue instado a sentarse y querubines-robots acudieron a curar sus
llagas y servirle.
Pero entonces comenzó a silbar la desidia, por doquier
cesó la iniciativa individual que alienta al porvenir y el mismo
firmamento, de un plomizo uniforme, se cansó de rotar; el Hombre
se moría de tedio y acudió una vez más a su cautivo: “Me has
sepultado en esta bella cárcel ---dijo Él---, nada me falta salvo la
libertad propiciadora de lo múltiple, Yo soy la Variedad y oprimido
en esta monotonía no puedo derramar mi influencia sobre el mundo.
¡Póstrate ante mí raudo, y líbrame de la acción de esa siniestra cruz
si no quieres perderte!”.
El Hombre pensó entonces mucho, muchísimo más,
demandó con afán los consejos de su fiel Computadora y lo
propuesto fue soltar a Dios; era una conclusión ingrata, la exquisita
labor de su tecnoastucia desparramada entre los añicos de sus
sueños, pero ¿qué hacer?, por lo visto fatalidad y destino seguían
siendo sinónimos. Mas, aún ensayó un ardid, exigiría del Padre el
compromiso de que no habría venganzas, pues conocía que la
palabra divina es auto-ley: “No te haré mal, hijito, nunca te lo hice,
149
Secretos del Futuro
pero te impondré un castigo ejemplar que hará de ti un Hombre de
bien. ¡Humíllate al instante, no sea que te granjees lo irreparable!”.
Suspendido entre el infierno y el purgatorio, el Hombre
optó por un recurso ambiguo: soltaría a Dios poco a poco, pero sin
llegar jamás a liberarlo del todo; manteniéndolo fijo a los grilletes
magnéticos que la cruz proyectaba, lo iría sacando a dar paseitos
cada vez más largos por el mundo y le permitiría influir de una
manera conveniente y no peligrosa sobre los procesos universales.
¡Era la solución!
Pero he aquí que obrando en tal propósito, unos cuantos
hombres (así, con minúscula) se cansaron de ese modus vivendi en el
que a veces digerían oportunos manjares respirando toxinas o
disfrutaban de un excelente paisaje natural carcomidos por el hastío
o el hambre, y de un universo donde los astros ora marchaban de
manera impecable por sus rutas celestes, ora se tornaban erráticos
provocando desastres; y sobrevino rápido el Gran Cisma, el Hombre
comenzó a escindirse en múltiples facciones que batallaban entre sí.
Dios entonces, extendiendo el abarcador brazo, desconectó la cruz de
su fuente energética y los grilletes se disolvieron en el aire. Luego,
elevando su voz gigabélica, habló al estropicio que era ahora el
Hombre: “Hijo desobediente, te condeno a vivir en esta tierra que
has infectado con malsanos engendros de una modernidad cada día
más atroz, esa será una cruz a tu medida y en ella quedarás
150
Secretos del Futuro
abandonado. Siento que paguen algunos justos por tanto pecador,
pero, créeme, todo se cumplirá para tu beneficio. Amén.”
...y cuentan que en las noches frías de invierno, cuando el
viento gira entre los universos avivándolos, se ve uno donde hay un
Hombre inmenso, clavado a una monstruosa cruz de metal corroído
por el óxido, es un Hombre que gime, que implora, que espera la
piedad de su Creador.
151
Secretos del Futuro
Gesmer Onatir
Por Javier de la Torre R.
Antes de hablar de Javier de la Torre Rodríguez (Ciudad de La
Habana, 1974) es necesario hablar de los juegos de rol y su
influencia en la literatura.
Gari Gainax en su primera versión de Masmorras y
Dragones concivió un sistema de juego de mesa que no requería ni
de tablero, ni fichas. Guiados por un director de juego, o árbitro, los
jugadores encarnan los personajes de un universo cualesquiera
(Ciencia-ficción, terror, fantasía heroica, ect) dejando las peripecias
al azar de dos dados. Esta esperiencia es lo más cercano que se
conoce al juego libre y no solo sirve para satisfacer nuestra sed
lúdica sino que sirve para crear una historia.
Muchos escritores han basado su obra en partidas de juegos
de rol (Ofidia, Sotreum o Artagid). Tal es el caso del cuento aquí
presentado. La trama ocurre en el universo de Artagid, un mundo
incluido en la franja neutral entre dos potencias galácticas, pero su
estadío tecnológico lo acercan más al arquetipo de la fantasía
heroica que a la ciencia ficción.
.......
- Soy el Supervisor Tecnológico Imperial Garenter, tengo
entendido que posee usted información necesaria para el
152
Secretos del Futuro
esclarecimiento de los sucesos relacionados con el Proyecto Genius
en la base de Toro_1.
- Buenos días, soy el representante nombrado por la alta
directiva de la NITC para dirigir la investigación sobre el particular,
mi nombre es Beghialev. Tengo órdenes de brindar a usted toda la
información disponible...
- ¿Beghialev? Usted era el jefe de este proyecto. Lamento
informarle que no está en terreno firme, aunque en particular le
admiro, es usted un magnífico biofísico. No se preocupe, se
recuperará de ésta.
- Gracias. Empecemos por el principio. El Proyecto Genius
fue concebido para centralizar en una sola persona o clon, eso se
definió después, todo el conocimiento adquirido en cuanto a
estrategia militar se refiere. Es sabido que una persona con una
elevada cantidad de información se sentirá inclinada a usarla y a
hacer valer sus derechos para eso, por lo que habría que tratarla a
nivel genético y cerebral, lo cual tiene en contra tres leyes imperiales
y 8 tratados interplanetarios que nuestro gobierno ha suscrito. Los
humanos
artificiales
o
clones
están
contemplados
sólo
superficialmente en 2 de los tratados, y esto por razones obvias de
índole médico-comercial. Como puede usted ver, salta a la vista el
por qué de nuestro proceder ante la disyuntiva inicial. En este
momento le estoy enviando copias de los archivos de la NITC
153
Secretos del Futuro
relacionados con esta parte del proyecto. Todo este paréntesis,
aparentemente innecesario, lo hago debido a la reciente ola de
clonofobia, si pudiera llamarse de alguna manera, que apareció luego
de los sucesos de Toro_1. Además quiero dejar clara en esta
entrevista la inocencia en cuanto a los cargos de asesinato que pesan
sobre MKL-345 “Genius” y demostrar que es totalmente inofensivo.
- Disculpe señor Beghialev, pero no se adelante a los
acontecimientos. Hábleme ahora del período de pruebas anterior al
informe 209.
-
MKL-345
tiene
implantes
cutáneos,
subcutáneos,
intramusculares y óseos. No obstante lo anterior, se mantuvieron en
un 90 por ciento las características fisiológicas humanas y
externamente sudaba, le crecían las uñas y el cabello, y poseía las
mucosidades normales de un ser humano sano. Primeramente se
probaron sus reflejos; sobredimensionados en un 45 por ciento. Su
control era un reto para cualquier ser humano, artificial o no. Con
escasa coordinación al principio, ya al tercer día estaba en perfecta
forma. Se le hicieron pruebas de campo para que combinara sus
características de combate y en la primera semana poseía el control
pleno de sus atributos. Conjuntamente con esto se medían los
parámetros característicos de cada parte empleada. La piel ALKE y
su recubrimiento fueron un completo éxito, se llegó a reciclar el 97
por ciento de la energía absorbida por impacto mecánico y luz solar.
154
Secretos del Futuro
El sistema SSRA utilizado en sus músculos le permitió sobrepesos
de hasta 5 veces el suyo y no 7 como dice la publicidad. La energía
almacenada llegó a los 100 beg al tercer día. Su capacidad de
asimilación se mantuvo alta todo el tiempo, sus sistemas de
autoprogramación influyeron notablemente en su programación
inicial. En la parte relacionada con las características morales del
medio a desenvolverse fue sencillamente increíble...
- Un momento, esos datos los tengo aquí en mis manos. El
informe 209 es muy claro, casi exagera sobre los adelantos y las
perspectivas del MKL-345. Hábleme sobre lo que no dice el
informe.
- Déjeme aclararle primero que yo mismo escribí gran parte
de ese informe y en ningún momento exageré nada. Los datos son
totalmente fiables como ya usted ha podido comprobar. Sobre lo que
no dice el informe, no sé a qué se refiere.
- Me refiero a esos detalles que normalmente se pasan por
alto porque no se pueden cuantificar, a comportamientos puntuales
raros, a expresiones o preguntas inesperadas; a eso me refiero. Le
diré algo más, cada miembro de su equipo fue interrogado ya. Yo he
tenido que leer todas las entrevistas y me resultó interesante la de un
tal Orlang Frymen... Hábleme de él.
- Orlang Frymen... no era lo suficientemente capaz para tratar
con lo que se le había presentado.
155
Secretos del Futuro
- ¿Lo dice porque es un militar?
- Eso en parte... en gran parte.
- ¿Y que fue lo que se presentó?
- ¿No lo leyó en su entrevista?
- Algo, si. Pero ya que estamos aquí quiero tener su versión,
Beghialev.
- Cuando Frymen me dió el informe del día eso no estaba.
Me lo dijo luego, como un chiste mientras comíamos. Me dijo que le
parecía que MKL se estaba “recalentando” porque luego de unas
pruebas estratégico-tácticas bien complicadas le había preguntado
sobre el color verde de la hierba y por qué este parecía más vivo por
la mañana que por la tarde. Me dijo que lo había mandado a
descansar un rato.
- Más o menos eso fue lo que leí. Continúe.
- Ese comentario hecho así me decidió a sacarlo del equipo
de trabajo porque un sicosociólogo, en este caso, no puede pasar por
alto que ante si no tiene a un androide o un robot de IA, sino a un ser
humano, resultado de la fecundación de un óvulo por un
espermatozoide, que, estoy de acuerdo, se ha tratado a nivel genético
y cerebral para adecuarlo a nuestras exigencias, pero es un ser con
verdadera inteligencia, sigue teniendo alma, y esa, por suerte, no
podemos adecuarla todavía para un fin específico.
156
Secretos del Futuro
- Anjá. Prosiga por favor.
- A partir de ese día y hasta que se redactó el informe 209, yo
personalmente me hice cargo de todas las pruebas y pude comprobar
lo que había dicho el Doctor Frymen. Las preguntas no estaban
relacionadas con la actividad del día directamente, pero si con
factores inmediatos. Por ejemplo, comprobé que el simulador en el
que habían trabajado MKL y Frymen aquel día representaba de
forma muy realista los paisajes. La hierba estaba particularmente
bien hecha.
Con respecto a MKL comencé a responderle las preguntas.
Las pensaba bien, pues siempre parecían fáciles de responder, hasta
que empezaba uno a hacerlo y descubría que el conocimiento no era
tan abarcador como había supuesto. En algunas ocasiones tuve que
darle respuestas que no me convencieron ni a mi, y en otras aceptar
que no sabía.
- ¿Y todas las preguntas que 345 hacía eran dirigidas hacia su
persona?
- Si, por ellas me mantuve a su lado incluso al finalizar el
entrenamiento diario. Necesitaba entender el proceso cognitivo que
se estaba desarrollando.
- ¿Tuvo usted alguna prueba factible del cambio?
157
Secretos del Futuro
- Pienso que comenzó a tomar conciencia de si mismo como
algo más que un simple instrumento pensante luego de la activación
de sus programas de supervivencia y autoprogramación. Para usted,
un hecho factible es la pregunta que me dirigió, un día después de
enviarse el informe 209. Exactamente fue: “¿Qué significa su
nombre, Doctor?”. Aquella tarde habíamos estado hablando del
surgimiento de algunos símbolos. Conocía bien lo que significaba su
nombre; sabía que MKL-345 son las siglas del código de fabricación
y “Genius”, además del nombre del proyecto, era la línea de
producción para cuando se aprobara hacerlos en serie. Un nombre
imbécil, lo odié desde entonces.
- Lógico. ¿Le disgustó algo más?.
- Bueno, aunque al principio me pareció necesario, luego no
podía dormir tranquilo pensando en el tiempo de vida implantado.
No me parece ético robar vida allí donde nace.
- Específicamente, Beghialev, ¿hay alguna razón que le
impida a MKL-345 cometer actos violentos contra la vida de un ser
humano?
- Si, está el inhibidor de rebelión contra sus superiores y su
propia ética, adquirida en la fase de pruebas.
- Entonces, dado el hecho, el problema es que ya no nos
considera sus superiores.
158
Secretos del Futuro
- No.
- Y ¿cómo es posible que eso sucediera?
- Él me hizo esa pregunta directamente y yo no le mentí.
- ¿¡Cómo!? ¡Loco! ¡Usted se volvió loco! ¡Tiene que aceptar
que se arriesgó!
- Tuve miedo, no lo niego, pero en su reacción tan tranquila
me pareció obvio el hecho de que ya lo imaginaba. Esa pregunta solo
puede ser formulada con conocimiento de causa.
- Por supuesto. ¡Ahora solo falta que a su discípulo, fugitivo
espacial, se le ocurra que somos lo suficientemente inferiores a él
como para cohabitar en el mismo universo, comience a utilizar sus
capacidades de mando para atraer a los millones de clones existentes
en todo el imperio y tendremos, para empezar, un caos de
proporciones galácticas!
- Con ese discurso se me parece usted a un “clonofóbico”
cualquiera y no a un representante del imperio. Me queda claro que
no ha entendido una palabra de lo que dije anteriormente. El
inhibidor sigue activo, sólo hay que demostrarle ser su superior y le
seguirá.
- Claro, y usted será quien arriesgue el pellejo.
- Sigue sin entender. El que no lo considere su superior no
implica que vaya a matarlo o a hacerle daño alguno. Esto queda
159
Secretos del Futuro
demostrado por el hecho de que para escapar no utilizó en ningún
momento su habilidad de combate de forma mortal.
- Eso es otra cosa que hay que aclarar...
- ¡Si llegaron a oídos del público versiones tergiversadas de
los hechos es responsabilidad de los mandos militares de la base en
Toro_1... y de ustedes!
- Por favor, señor mío, cálmese. Usted verá como todo se
aclara.
- ¿Aclarar qué? Si para usted todo está claro... Casi me parece
estar perdiendo mi tiempo. Al final será como a ustedes les
convenga.
- No es así. Estos procesos llevan pasos que no pueden
obviarse y pueden resultar desagradables, pero es mi trabajo y,
aunque a usted lo conozco por referencias, muy buenas referencias,
déjeme decirle, debo cumplir con él. Ahora, usted me repite
continuamente que no hubo agresión violenta ni muertes; explíquese,
pues tengo en mis manos el informe que recibió el Alto Mando del
Almirantazgo desde la base en Toro_1 y no coincide, lo que se dice,
con su versión.
- Más claro ni el agua. Los que redactaron ese informe son
los mismos a los cuales se les escapó MKL-345. Todo el tiempo han
estado dándoselas de infalibles. Así fue como ganaron que este
160
Secretos del Futuro
proyecto se llevara a cabo en sus instalaciones con todo el dinero que
eso implicó. Lo que si no puede decir ese informe es que MKL solo
necesitó herir levemente a dos soldados antes de llegar a la nave
robada.
- Usted sí que está bien informado ¿eh?
- Yo lo vi con mis propios ojos.
- ¿Lo siguió?
- No, eso hubiera sido imposible; él me pidió que lo siguiera.
- Y usted accedió a satisfacer la demanda de un humanoide
desequilibrado.
-
¿Desequilibrado?
Pensé
que
estaba
demostrando
precisamente lo contrario.
- El MKL-345 se salió del rango que enmarcaba las acciones
para las cuales fue concebido.
- Pero cómo usted puede decir eso...
- Creo que esta entrevista ya me ha dado suficientes
elementos de juicio. Cuando atrapemos a nuestro fugitivo se
completará la historia.
- ¿Movilizará a toda la armada espacial?
- No será necesario, está condicionado mentalmente con su
código de fabricación, MKL-345.
161
Secretos del Futuro
- Ese código era temporal... no espere gran cosa.
- Por lo pronto está usted bajo arresto, Beghialev Onatir de
Kirlith, bajo los cargos de ocultar información vital para un proyecto
gubernamental, alterar de forma irreversible propiedad del gobierno
y complicidad en el robo de una espacionave. El Tribunal de
Condena Máxima se ocupará de usted. ¿Algo más?
- Todo esto era previsible. Han acomodado las cosas muy a
gusto de la opinión pública y del emperador. No podrán recuperar a
su hombre artificial. Debe saber que ya él se cambió el nombre y al
ser este autoprogramado, o como debería decirse en este caso,
consecuente con una decisión por propia voluntad, no hay
condicionamiento posible.
- ¿También se lo dijo?
- Si, ahora es Gesmer Onatir.
162
Secretos del Futuro
Karma
Por Erkins Rumayor freixas
El canto del cisne del CIBERPUNK fue Neuromante (William
Gibson, 1984). Cómo respuesta violenta al movimiento New
Age y a la fallecida ciencia-ficción dura. Para elmundo
anglosajón este subgénero tuvo muy corta vida.
Los autores de habla hispana han rescatado el CIBERPUNK
haciéndolo suyo. Los críticos no se ponen de acuerdo
respecto a si debemos llamar a esta nueva tendencia latina
ciberpunk, neociberpunk o ciberpunk latino.
Karma, el cuento que presentamos de Erkins Rumayor
Freixas (La Habana, 1977) , se encuentra más cerca del
espíritu ciberpunk en su forma más clásica.
......
Pasó el neobentley negro modelo deportivo a modo
automático, encendió un pitillo mientras saboreaba la cerveza cocada
- le gustaban las drogas naturales - paladeando el éxtasis del éxito.
Hacia tiempo que no se sentía así, desde sus primeros trabajos serios
como hacker. Los recuerdos comenzaron a venir suavemente según
se disolvía la coca en sus mucosas.
Era uno de los que más prometía en su generación, más su
carrera había sido corta, muy corta. Pagó la novatada y de que forma.
163
Secretos del Futuro
Su inexperiencia le había hecho aceptar aquel trabajo que era una
trampa a ojos vista y lo atraparon, aunque se había lucido; como que
casi se les escapa en sus mismas narices, pero no pudo con el MUD
y lo atraparon. No obstante su talento lo salvó, sus captores
decidieron que era demasiado bueno para quemarlo o mandarlo al
tanque, así que lo marcaron, chantajearon, y sumaron a sus filas.
Tuvo que pasar un tiempo de entrenamiento, pues trabajaría
en algo nuevo, sería ciberguardia. El concepto como tal no era
nuevo, se había usado hacia mucho tiempo, pero después el ICE y el
MUD habían desplazado a los humanos, pero ya no resultaban tan
seguros ante la avalancha de tecnología de intrusión generada por los
hackers. El robo entre corporaciones y la competencia habían
llegado a un grado de tirantez insoportable donde ninguna
información estaba segura y el mundo se encontraba al borde de una
nueva guerra. Pero como a nadie - ni siquiera los militares - le
gustaba la idea de caerse a misilazos, la nueva confrontación se
había derivado al ciber-espacio, aunque por ahora los zaibatsu se
limitaban
a
reclutar
personal
y
pertrecharlo
fingiendo
autoprotección. Lo que él no acababa de entender era qué papel
jugarían los humanos en aquel lío. Lo entendió cuando se conectó a
una KC (parafraseado al inglés Killer Cell o leucocito, las células
diseñadas para buscar y destruir agentes extraños al organismo,
entendiendo por extraño aquel que no tiene el mismo código de
DNA). La KC cumplía la misma función en el ciber-espacio, era una
164
Secretos del Futuro
unidad que generaba su propio hielo a modo de blindaje y DNA
(determinación numérica aliada) eliminando la posibilidad de error
humano de dispararse entre los del mismo bando. Esto unido a todo
un soporte de soft, que permitía lo mismo atrapar que quemar
intrusos. Por supuesto, toda aquella información estaba en
congeladores, por eso no se había filtrado. Pero ya ahora se sentían
más dueños y estaban comenzado a usarlo en la matriz.
Su primer trabajo, o sería mejor decir entrenamiento, fue una
bicoca. Sus patrocinadores habían pagado a tres hackers para robar
una información y el debería protegerlos; la idea realmente era
reclutarlos pero podía quemarlos si no tenía más remedio. Veía
repetirse la historia, su historia. De todos modos tuvo que tragar en
seco su mierda ética y enfrentar a sus colegas. El orden de
prioridades estaba claro, él o ellos.
La KC era increíble, los pobres chicos nunca superaron que
los golpeó, casi hasta el final la resistencia fue mínima. Protegido
por su propio hielo le disparó tres virus “tijeras” que cortaron el
enlace con sus consolas, un MUD para la captura y listo. Contra los
hackers comunes era realmente intocable.
Después tuvo unos cuantos trabajos más, todos pura rutina
hasta que llegó la prueba de fuego, una intrusión en una corporación
militar, su corporación militar. Se enfrentaría al hielo negro, el terror
de los hackers. El debería pasar por independiente. Ellos probarían
sus defensas y él si la KC podía con el hielo negro. De todos modos
165
Secretos del Futuro
si lo atrapaban la cosa quedaba en casa. Era la oportunidad que había
estado esperando, una salida y acceso a la información para escapar
con ella. El único problema aparte del hielo negro, serían los
orangutanes cuidando su cuerpo físico en tiempo real, pero de algún
modo lo resolvería.
Contactar unos viejos amigos fue difícil pero pudo hacerse.
Ellos se encargarían de los orangutanes. Después fue cuestión de
esperar.
El enganche se realizó desde el nicho de un hotel en los
suburbios. La KC se portó de maravilla, el hielo ni siquiera lo vio.
Por supuesto, él había hecho unas modificaciones en el programa
que generaba su
hielo, pasó desapercibido pues el hielo negro
reconoció su DNA. Robó info suficiente para comenzar una línea de
KC. Cuando
se quitó los trodos los orangutanes dormían
plácidamente con sus respectivos dardos en el cuello. Sus amigos los
habían logrado.
Cuando esta tecnología se esparciera en la calle habría una
revolución y él sería un héroe, un … No, el no sería ningún héroe,
los héroes tienen demasiada tendencia a morir, simplemente
disfrutaría sus megas con nuevas retinas, huellas dactilares, rostro,
en fin identidad.
Volvió a la realidad, no quería que los recuerdos empañaran
el disfrute de su nueva libertad.
166
Secretos del Futuro
Chequeó la programación del autopiloto nuevamente. Todo
estaba en orden. En algunas horas sería rico y feliz, cambiaría su
neobentley negro por una neolimo con chófer y se daría la gran vida.
Mierda, mierda, mierda. Nunca le había gustado el maldito
chico, era demasiado listo para su gusto, debería haberlo quemado
cuando pudo. De todos modos ya no tenía remedio, el chico los
había jodido escapando con info suficiente para poner el maldito
planeta patas arriba y su cabeza rodaría. Rodaría de todas formas
aunque atraparan al chico, aunque no pasara nada su cabeza rodaría.
Había fallado y punto.
Había escuchado las historias de los castigos tomados del
código de honor de los samurais y shogunes, adaptados para la
tecnología actual. No, él no pasaría por aquello… Saltó activando las
espoletas. Tenía encima suficiente explosivo como para volverse
átomos.
A los veinte segundos de caída libre abrió los ojos para ver
acercarse irremediablemente el techo de cristalo-plástico de un
neobentley negro. Los rasgos del tripulante le parecieron familiares y
comenzó a reír segundos antes de hacerse átomos él, el coche y el
tripulante.
167
Secretos del Futuro
FLUX
Por Vladimir Hernández Pacín.
¿SEXO en la Ciencia Ficción? Dirán censores y puritanos,
este tema, casi tabú, ignorado en los años en la Era Dorada de la
C.F. (decada del 30 y el 40) dio un salto en los 60. Cuentos como
“Utopía” de Poul Anderson
y “Si todos
los hombres fueran
hermanos, ¿dejarías que alguno se casara con tu hermana?” de
Theodore Sturgeon fueron reveladores. En Cuba tuvimos que
esperar a la novela “Espiral” de Agustín de Rojas... pero casi olvido
a Vladimir Hernández Pacín (La Habana, 1966). Nova de Cuarzo,
Extramuros, 1999; Signos de Guerra, Ediciones B, 2001 y un sin
número de premios, inluidas dos sendas menciones en el UPC (el
premio más importante de lengua hispana dentro del género) son
solo una muestra de su obra.
Una aclaración final, el SEXO no es lo principal de este
cuento.
.......
Abrí los ojos, pero creo que no desperté.
Estaba acostado sobre una cama bastante cómoda y, sobre mí,
el techo de la habitación era de un blanco impecable. Al instante
supe que nunca había estado en un lugar como aquel. Entonces me di
cuenta que tampoco sabía quién era yo. De alguna forma podía
168
Secretos del Futuro
recordar el lenguaje, los conceptos de los objetos que aparecían en
mi marco de visión, los niveles de categorías implicados tras cada
concepto; y sin embargo, yo mismo carecía de identidad. Me
resultaba imposible acceder a mis recuerdos personales, conocer mi
pasado, o al menos saber cuál era mi nombre.
—El Flux se nos ha acabado, Her —dijo una voz cavernosa
cerca de mi oído izquierdo. Me volví.
Había una marciana tendida de costado junto a mí. Calva, con
enormes ojos redondos y sin atisbos de pestañas, anegados de un
azul total; los labios casi ausentes, empotrados en un rostro de
extraño
ensamblaje
casi
triangular.
Estaba
desnuda.
Sus
extremidades se me antojaban demasiado largas, y todas terminaban
en tres dedos. A mi lado se notaba mucho más alta que yo. Su piel
era de un rosado enfermizo y poblado de aleatorias manchas
violáceas, pero por lo demás la marciana era tan antropomórfica
como yo.
—El Flux, Her —repitió con aquella voz que parecía salir del
fondo del mar—. Se nos ha terminado. Estamos encallados en este
infierno.
Todo estaba mal. El lugar era absurdo y no conocía a aquella
rareza. La urgencia de saber ardía en mi mente.
—¿Quién soy yo? — le pregunté, ignorando sus palabras.
169
Secretos del Futuro
—Tú eres Her, querido —me respondió, y en sus enormes
ojos pude advertir la sorpresa—. ¿No sabes quién eres? ¿Olvidaste tu
nombre?
—Sí —le dije.
—¡Dios mío! —casi chilló ella— haz perdido tu memoria de
largo plazo.
—He perdido todas las memorias. Estoy en blanco.
De pronto pareció comprender —Es el Flux, Her. La ausencia
de Flux. Esto es la Tierra de Nadie, querido. Un tiempo real que ya
no existe. Necesitamos urgentemente un par de cápsulas de Flux para
poder escapar de esta zona crepuscular.
Entonces fui consciente de un minúsculo objeto encerrado en
mi puño. Alcé la mano y la abrí. Sobre mi palma brillaba una esfera
de plata. Desconocida.
La estructura facial de la marciana pareció cobrar vida y se
llenó de temblores.
—Te queda una, Her —su tono de súplica era el de un
adicto—. Dámela, querido. La necesito. Llevo una hora encerrada en
este limbo. Me estoy muriendo, querido. Dámela, y volveré pronto
con más Flux para sacarte de aquí.
Cada vez me perdía más. Tenía que encontrar pronto un
punto de referencia para intentar armar una lógica.
Cerré mi mano y le pregunté —¿Cuál es mi nombre
completo?
170
Secretos del Futuro
—Her Numm —respondió ella ansiosa, y las manchas de su
piel se oscurecieron apreciablemente.
—¿A qué me dedico? —seguí presionándola. — ¿En que
ciudad estamos?
—No lo sé, querido. Nunca te he preguntado cuál es tu
profesión. —Me extendió su mano tridáctila y me imploró— Dame
la cápsula antes de que me muera, Her. Es absurdo saber en que
lugar del mundo nos encontramos ahora. No tiene sentido.
Nada tenía sentido, de cualquier modo; y ella parecía
demasiado perturbada para servirme de brújula.
Volví a abrir mi mano, y me arrebató velozmente la pequeña
esfera. Un palmo de lengua de color marrón asomó por entre sus
labios y acogió la píldora en su carnosidad. Le engulló y se volvió de
espaldas.
—Gracias, querido. Ahora sobreviviré.
—¿Por qué no puedo recordar nada?
—El Flux; sin él perdemos todos los recuerdos, nos
convertimos en carcasas vacías, sin voluntad, nos perdemos en
Tierra de Nadie entre el sueño y la realidad. —su respiración pareció
equilibrarse—. El Flux nos enfoca, nos provee de una existencia y de
un entorno. Nos da la vida.
—¿Cómo puedo escapar de aquí? —volví a la carga.
—No puedes. Sin la droga estás atado a la zona crepuscular.
171
Secretos del Futuro
Vaya. De modo que me había cortado a mí mismo las salidas
dándole la cápsula a ella. Buen comienzo.
—Pero no temas —me dijo ella con la voz cambiada, ahora
casi melódica e impregnada de tranquilidad; su extraño y a la vez
familiar rostro se me acercó, y pude sentir por primera vez su
aliento. Era perfumado, totalmente exquisito, y comenzaba a
perturbarme sexualmente.
—¿Crees que puedas...? —quise decir.
Su beso me atrapó en mitad de la frase. Su lengua era algo
vivo que exploraba mi boca con fruición. Dios mío aquella especie
de marciana exótica estaba excitando mi libido más allá de lo
imaginable. Mi cordura comenzaba a derrumbarse, mientras su
cuerpo se colocaba sobre el mío. El contacto era cálido, acogedor en
su carnalidad y totalmente placentero.
Yo no podía sino dejarme llevar por toda aquella situación.
Algo definitivamente atávico en mi interior comandaba mi cuerpo.
Podía sentir los detonadores feromonales activando todo mi deseo.
Decidí abalanzarme hacia el centro de aquel sueño húmedo, el
vértigo se volvía un estado inquietante mientras ella comenzaba a
moverse sobre mí, maniobrando como una experta en los mapas de
mi cuerpo. Sus manos corrían sobre mi cuerpo y yo sentía como mi
pene erecto se fundía en su ardiente y palpitante humedad. El fuego,
fatuo al principio, empezó a trepar por mi pecho, emergiendo desde
172
Secretos del Futuro
el núcleo del sistema nervioso hasta alcanzar la superficie de mi piel,
acariciándola con breves estallidos bioeléctricos.
Los detalles de aquel sexo singular se mezclaban en mi
percepción; imágenes vertiginosas que se eclipsaban en el placer de
la cópula, y que a veces rozaba sutilmente la cota de dolor,
ahogándome en la profundidad erótica que me ofrecía aquella mujer.
El momento supremo de mi climax llegó como una onda de
choque ralentizada; una explosión de fosfenos en mis ojos, el placer
rugiendo a través de mi torrente sanguíneo. Pero también fue algo
más sublime y extraño: sentí como en ese instante la textura fractal
de la realidad se desgajara, como si se le abrieran antiguas cicatrices
a la piel cuántica del continumm espacio-temporal.
Y entonces caí, plácidamente, hacia el remanso de paz que
me brindaban aquel lecho y aquel cuerpo que se realimentaba con mi
placer. El propio acto había tomado una dimensión diferente,
sagrada; como una nueva intimidad compartida, relicta. Me di
cuenta, en la plenitud postcoital, de que aquella escena ya la había
vivido anteriormente; de que ya conocía a esta marciana; de que todo
aquel placer era de algún modo familiar.
—Volveré para sacarte de aquí— dijo ella, incorporándose a
medias en la cama. Yo me había quedado sin palabras, totalmente
agotado emocionalmente.
—Supongo que puedas esperarme un par de horas. —Me
señaló hacia una de las cuatro paredes de la habitación—. Mientras,
173
Secretos del Futuro
puedes entretenerte mirando uno de mis archivos. Sólo tienes que
ejecutarlo. Regresaré pronto —y luego rectificó—; el Flux retornará.
Confía en mí.
—Pero, ¿quién eres tú? —alcancé a preguntarle.
—Soy tu esposa —respondió, y de repente ya no estuvo allí.
Desapareció de la realidad.
Y yo seguía sin comprender nada.
La habitación carecía de puertas y, a excepción de la cama y
un par de artilugios mecánicos insertados en las paredes laterales, no
había nada más en ella. Lo único que podía hacer ahora era esperar.
Parecía que había una sola cosa clara. El Flux era la puerta hacia
todos los lugares, y yo era un mutilado si no lo tenía. Noté que podía
incorporarme o ejercitar los músculos, pero no tuve deseos de
explorar mi estrecha prisión.
Contemplé la desnuda pared que la marciana me había
señalado. Ella me había dicho que activara el registro que estaba a
punto. Esperé que aquello me ayudara a esclarecer las cosas; meter
un poco de sentido común en la laguna insondable en que se había
convertido mi pasado.
Me aclaré la garganta y ordené:
—Ejecuta.
La pared se convirtió en una realidad alternativa, absorbente
y luminosa. En ella apareció la mujer que decía ser mi esposa
sentada en medio de un set televisivo junto a una hermosa
174
Secretos del Futuro
entrevistadora rubia, tan humana como yo. Mi esposa vestía un
vaporoso atuendo negro que le llegaba hasta las articulaciones de las
piernas y dejaba desnuda una parte generosa de sus senos manchados
de violeta. No llebaba ningún tipo de maquillaje facial pero podía
competir con la belleza de la rubia, e incluso no desentonaba con el
contexto del set. Ella era una pieza de auténtico atractivo que
reclamaba toda la atención del espectador.
—La doctora marciana Dai Numm —estaba diciendo la
entrevistadora— es uno de nuestros más importantes especialistas en
cultura contemporánea. Actualmente es profesora de Historia del
Aprendizaje Personalizado en la Universidad de Titán, y su reciente
obra Cultura fragmentaria en la sociedad humana posindustrial se ha
convertido en uno de los últimos éxitos de venta en todo el Sistema
Solar; un trabajo de extrema complejidad, que analiza la
interrelación de nuestros valores sociales y nuestros valores
individuales, hasta el punto de redefinir el propio concepto de cultura
actual.
—Muchas gracias por invitarme a tu programa —dijo la
marciana—. En la extraña y acelerada época en que vivimos, es una
necesidad para los historiadores participar en este tipo de evento en
Red televisiva para llegar así a todos los públicos.
La rubia exhibió una sonrisa perfecta y comenzó:
—¿Qué significan para una historiadora términos como
cultura fragmentaria y personalización del conocimiento?
175
Secretos del Futuro
—Básicamente, ambos son una causa y una consecuencia
recíproca —respondió la doctora—. Desde hace tres siglos los
paradigmas tecnológicos han tenido una importancia capital en la
amplificación, enriquecimiento y masificación de todas las formas de
arte. Lo que solíamos definir como cultura de elite, es decir, la
literatura, el arte y la música, fue posible hasta el siglo XIX debido al
distanciamiento entre el pueblo y las instituciones artísticas. El
concepto de cultura popular, que apareció entonces como
contrapartida, resultó subvertido, distorsionado por los medios de
masas que fueron apareciendo en el siglo XX hasta desembocar en la
llamada cultura personalizada que produjo la globalización
económica e ideológica del pasado siglo XXI. En la medida que la
tecnología y la cultura han devenido un híbrido indivisible, ha
quedado claro que tanto el arte como los fenómenos culturales han
dejado de ser vehículos de expresión de grupos sociales.
—En su anterior obra, Comunicación y conocimiento
holístico en el tercer milenio, usted hacía referencia al shock social
que implicaba la confrontación entre la cultura personalizada y la
cultura fragmentaria del presente siglo. ¿Hay pruebas de que una
cosa así esté ocurriendo?
—Sí. Definitivamente, mientras nos adentramos en el siglo
XXII, nuestra civilización está experimentando profundos cambios
que la están convirtiendo en una suerte de sociedad antisocial, donde
los seres humanos se han deslizado hacia el interior de sus propias
176
Secretos del Futuro
psiquis, de sus propios universos subconcientes. Muy lentamente,
hemos empesado a abandonar lo que conocemos como la Sociedad
del Espectáculo para entrar en la Era del Conocimiento, pero tal vez,
a pesar de que disponemos de la tecnología necesaria, quizás no
tengamos aún una mentalidad adecuada para esa Era. El tiempo dirá.
—Desde luego, pero aún subsiste una poderosa interconexión
hombre-máquina a todo lo largo y ancho del Sistema Solar: incluso
con las colonias estelares hay retroalimentación cultural e
intercambio. ¿Existe alguna línea de continuidad entre la emergente
cultura fragmentaria y la Red de comunicación intrasistema que se
encarga de expandir nuestra cultura a través de programaciones
televisivas como esta?
La marciana se encogió de hombros sonriendo —Quizás
deberíamos plantearnos esa pregunta de forma diferente. La cultura
que propagan los medios de comunicación intrasistema comienza a
alejarse mucho de los paradigmas culturales del individuo
contemporáneo. Ya casi nadie ve los mismos programas de
telepresencia,
nadie
accede
a
ciberentornos
comunes.
Las
profesiones están desapareciendo, ya que las máquinas nos están
relevando, no sólo de la producción industrial sino de la actividad
intelectual y de las propias pautas tecnológicas. Hemos superado el
temor a nuestra vulnerabilidad como especie, y nos estamos
enclaustrando en nuestras privadas existencias mentales. Nunca
177
Secretos del Futuro
antes en la historia de la humanidad han existido menos mediadores
entre el individuo-usuario y la información-existencia.
—¿Considera usted que la droga Flux es el detonador de la
cultura fragmentaria?
—En efecto. El Flux es un poderosísimo agente nootrópico
que, a diferencia de los estados alterados de conciencia inducidos por
los psicotrópicos del pasado, pueden conducir al individuo a los
infinitos universos probabilísticos y a las regiones insospechadas de
la memoria genética. Como resultado, la gente ha descubierto que el
cuerpo ya no es necesario para emprender la ruta del placer, la
emoción, o el conocimiento. El Flux conduce tu existencia, mientras
las confiables máquinas perpetúan tu fisiología en alguna remota
zona crepuscular. Hablando en términos estadísticos, casi nadie se
resiste al Flux, a su beneficio de mentalidad expandida; en cierto
modo, se ha convertido en el paradigma tecnológico del siglos XXII.
—Quisiera enfocar el tema del Flux desde un punto de vista
diferente, —En el trasfondo del set comenzaron a desfilar imágenes
y símbolos desconocidos—. Usted es una marciana actual; no es un
individuo auténticamente natural, debido a que su especie es el
resultado de una clonación modificada a partir de residuos biológicos
encontrados en ciertos sustratos geológicos de Marte.
—Sí —respondió mi esposa cruzando las piernas con cierta
gracia—. Ante el problema de las enormes secuencias de ADN,
destruidas por el paso de millones de años, los científicos se vieron
178
Secretos del Futuro
obligados a efectuar una hibridación entre el ADN humano y los
restos del material genético marciano; de modo que tal vez nunca
podamos saber cuál fue la verdadera forma de nuestra especie
original. Pero, ¿a dónde quiere usted llegar?
—¿Consume usted Flux, doctora Dai?
—Por supuesto. Estoy aquí sólo de paso.
—Bien —dijo la entrevistadora—. Muchos otros marcianos
consumen el Flux, ¿es esa una reacción social estándar de los
miembros de su comunidad, o acaso pretenden, bajo la acción de la
droga, penetrar en la memoria genética del componente marciano y
adquirir esos conocimientos específicos?
Mi esposa quedó en silencio durante unos segundos,. Tal vez
había sido una pregunta grosera.
—Es una cuestión compleja —dijo al fin—. Creo que todos
buscamos algo dentro de nosotros mismos, y no estoy segura de que
el impulso tenga algo del mimetismo humano, o responda a nuestra
arquitectura marciana. Todos los seres inteligentes tienden a buscar
sus orígenes; es algo ancestral. De cualquier modo, todos sentimos
que somos entidades de transición.
Y en ese instante sentí la cápsula otra vez dentro de mi puño
cerrado. Volví a abrir la mano y la miré fijamente. El Flux parecía
llamarme desde su interior. Un poderoso reclamo semiótico
palpitaba en aquel esferoide plateado: Universos en cascada, túneles
intradimensionales; soñar despierto, vivir en sueños fractales.
179
Secretos del Futuro
Me llevé el Flux a los labios y cerré los ojos, aguardando al
salto de realidad.
...Soñar despierto.
180
Secretos del Futuro
Tiempo
Por Armando Angel González
¿Nunca han conocido a una persona que podría sobrevivir
tanto en una ciudad medieval como en una megalópolis ciberpunk?
Yo sí.
Armando Ángel González de la Rosa (La Habana 1967)
tiene un par de manos bien hábiles y la capacidad de adaptarse a la
realidad más dura manteniendo un mundo interior amplio e
independiente. Lo anterior, más su estatura, le permite tener los pies
en la tierra y la cabeza en las nubes. Es además por partida triple
lo que en Japón llaman un otaku, o sea, tiene como profesión la
electrónica, escribe y lee ciencia ficción, y es fanático del manga, el
estilo japonés de historieta.
“Tiempo”, aborda uno de los temas más viejos del género,
inaugurado nada menos que por H. G. Wells(1866-1946). El viaje en
el tiempo, una de las grandes obseciones del hombre. Corregir
errores del pasado, cambiar el futuro, ha sido el sueño de muchos
durante años. Pero... ¿Qué tal cuando se convierte en un arma y
podemos ser traicionados por nosotros mismos?
·······
El hombre hizo una pausa. Contempló al auditorio
seriamente. ¿Comprenderían ellos la magnitud de sus palabras?
181
Secretos del Futuro
Probablemente no, y menos aún aquella escuálida y desarreglada
muchacha de la última fila. Continuó:
-Después de muchos siglos, el gran sueño del hombre ha sido
alcanzado. Fue una gran empresa. Tiempo y dinero se invirtieron en
este, mi proyecto, que finalmente ha tenido éxito.
Algo indefinible ocurrió. Nadie pareció notarlo. Quizás no
fuese nada, pero él sintió como una ola suave e invisible que barrió
el salón. Observó al público. Seguían allí, normal, igual que antes,
incluso la misma escuálida muchacha, vestida con una bata del
instituto, en la primera fila.
Su cara le era familiar. ¿De dónde la conocería? Creyó
recordar a alguna auxiliar de limpieza. ¿Sería ella?
- La tecnología que hemos desarrollado hoy día ha permitido
alcanzar este sueño, algo que tiempo atrás sólo era posible en la
fantasía de los escritores de ficción.
Aquello sucedió de nuevo. Fue inexplicable. Tenía la
sensación de haberse desvanecido, pero allí estaba, dando su
conferencia. Miró a su ayudante, sentada junto a él, una escuálida
muchacha graduada recientemente. Cierto que no era una beldad,
pero sí eficaz y rápida, y sobre todo muy competente. Debido a ella
podía dedicarse a lo básico, delegándole la rutina del proyecto.
- Gracias a nuestro arduo esfuerzo- exclamó, al tiempo que
abarcaba con un gesto a su equipo, y en especial a aquella escuálida
182
Secretos del Futuro
mujer.- ya no será un secreto la historia del hombre, ni de la Tierra,
ni tan siquiera del Sistema Solar.
Ocurrió de nuevo. Esta vez la visión se le nubló, y tardó unos
instantes en recuperarse. Varias personas se le acercaron
solícitamente, pero él los calmó con un: ”No pasa nada, estoy bien”,
y se acomodó nuevamente en su butaca de la primera fila, para
seguir escuchando la brillante conferencia que ofrecía la nueva
estrella de la ciencia: su esposa.
La escuálida mujer de pie en el estrado continuaba su
exposición, lanzándole sonrisas y miradas amorosas.
-...y todo esto no hubiese sido posible sin el apoyo de mi
querido esposo.
Hubo una ovación. El hombre se levantó y saludó. ¡Qué
afortunado se sentía de ser el esposo de tan brillante científica!
Además de haber colaborado aunque sea un poco en el proyecto.
Escuchó a su esposa decir:
- Claramente se comprenderá que toda buena obra tiene su
parte negativa. He decidido crear ciertas reglas para restringir el uso
de esta tecnología. Comprendiendo que el riesgo y la responsabilidad
son muy grandes, y que incluso encierra un grave peligro para
nuestra especie, este proyecto pasa a ser gubernamental y
clasificado.
Esta vez tardó más de un minuto en recuperarse. Lo sacaron rápidamente de la última fila
hacia la enfermería. Aún podía ver a aquella escuálida mujer hablando de cosas que no
183
Secretos del Futuro
entendía muy bien. Se sentía mareado, quizás porque hacía dos días que no comía. Su ropa
sucia se hacía jirones en las manos de los militares que se lo llevaban, mientras veía a lo lejos
aquellos ojos cínicos que le crispaban los nervios, aunque no sabía por qué.
184
Secretos del Futuro
Los meandros de la Historia
Por Yoss
José Miguel Sánchez (La Habana 1968)... Yoss
¿Tengo que decir más? ¿Seguro que eres cubano y te gusta
la ciencia ficción?
Lo importante sobre YOSS, más allá de sus incursiones en el
realismo social, o de sus recientes libros, Reino Eterno y Los pecios
y los náufragos, es Timshel.
Timshel fue el libro de cuentos que ganó el Premio David de
Ciencia Ficción en 1987. Por aquella época, para comprar CF
cubana y no sentirse estafado aun en aquellos centavos que costaba
un libro en los ochenta, uno tenía que cazar un Agustín de Rojas o
un Gregorio Ortega, poco editados. Timshel hizo la diferencia. Esos
cuentos eran hard, o sea, tenían sostén científico, y además sexo,
violencia y lenguaje… literario. Amén de aventura y reflexión en las
dosis adecuadas. Nos hizo creer que la cuentística de CF cubana
tenía futuro. Y entonces, llegaron los noventa. Cuba entera se dedicó
a la realidad actual, y YOSS al realismo. No abandonó la CF por
completo, pero… aun estamos esperando otro puñetazo como
Timshel en los anaqueles.
“Los Meandros de la Historia” pudiera ser el anuncio de la
vuelta del YOSS de Timshel. Aunque este cuento no tenga una
185
Secretos del Futuro
presencia tan fuerte de la ciencia y la tecnología, su reflexión sobre
el destino de la humanidad y las manipulaciones que puede sufrir su
historia (y me refiero a la HISTORIA con mayusculas) es uno de los
asuntos esenciales de la ciencia ficción. Aquí está tratado con un
coraje filosófico cuya verdad última no es para nada indulgente.
·······
Para Eduardo Del Llano y Alberto Mesa. Humorista e
historiador, amigos ambos. Y para Nancy, que conoce el
WFP, no faltaba más.
Noly subió bufando el último tramo de empinadísimas y
desgastadas escaleras para toparse con una vetusta puerta cuyo
estado de conservación no desentonaba con el del resto del inmueble,
un palacio venido a menos que ya debía ser antiguo cuando
Alejandro Borgia fue investido papa.
El número estaba medio despintado, pero aún se veía.
Apartamento 46 del 20034 de Via Jenofonte. Comprobó con la
tarjeta que le diera Abel. Era ahí mismo.
Una viejita canosa y encorvada que pulía el pasillo con un
trapeador que también parecía contemporáneo de los Borgia lo miró
con la misma cara desconfiada de todas las encargadas de limpieza
186
Secretos del Futuro
del mundo. Solo le faltó gruñir: "A ver si cogemos por la orillita,
joven…"
La tal EMPAREDHIS no podía ser muy boyante. A Noly le
entraron ganas de estar bien lejos de allí. Tal vez la razón de que la
empresa no radicara en un superedificio nuevecito no fuese algo tan
inocente como la simple falta de fondos. Después de todo, aquello de
Reescritura de la Historia sonaba a negocio sucio. Se imaginó de
pronto enredado con la CIA, la KGB, la ETA, el IRA, Al Quaeda,
Alpha 66, la mafia rusa… o todos juntos.
En el mejor de los casos, todo no sería más que una broma
pesada de Abel, así que si se iba ahora, lo dejaría con las ganas de
reírse de él…
Pero ¿y si era verdad?
Tal vez estaba siendo demasiado escéptico. ¿No habían toda
clase de cosas extrañas en el capitalismo? Sex-shops, hoteles para
perros, matrimonios gay y otras excentricidades así.
Además, si de veras existía la tal EMPAREDHIS (Empresa
Para la Reescritura de la Historia… por lo visto no eran los cubanos
los únicos amantes de las siglas raras… aunque la verdad que esta
parecía más bien la de una compañía de sandwichs) hasta parecía
lógico que se encontrara precisamente en Roma, como la FAO o el
mismo WFP que lo había contratado. Con todos aquellos siglos de
historia en cada piedra, la Ciudad Eterna parecía mejor que , por
ejemplo, París, donde estaba la UNESCO. O New York, sede la
187
Secretos del Futuro
ONU, o hasta La Haya, que ya alojaba la Corte Internacional de
Justicia…
Tocó.
La puerta se abrió al impacto de sus nudillos: ni siquiera
estaba cerrada con llave. Al otro lado del umbral, en lugar de las
máquinas extrañas que a la vez temía y deseaba encontrar, solo la
más corriente de las oficinas: Archivadores grises debajo de un viejo
aire acondicionado, una ventana de vidrios empolvadísimos, un
inmenso mapamundi físico en la otra pared, y en la tercera uno de
aquellos árboles de tiempo de la evolución de la cultura humana, con
los clásicos cromagnones en las raíces, chinos, egipcios y
mesopotámicos en el tronco, romanos, griegos, aztecas e incas en las
ramas y la nave espacial de siempre en el copito donde todas
confluían en la cultura global contemporánea.
Y un buró, claro; con la computadora de rigor encima, y
también clásico, una silla delante y un sillón detrás.
Sentado en él, un hombre. Traje y corbata azul marino,
camisa blanca, cabello castaño bien cortado, ojos café, sin barba ni
bigote ni gafas, y una cara de disponibilidad tal que… a Noly se le
ocurrió que si alguna vez a alguien se le ocurría erigirle un
monumento al Funcionario Desconocido, aquel tipo podría servir
muy bien como modelo. Tampoco tenía una mancha ni una pelusa
fuera de lugar en el traje, ni una verruga, ni un grano, ni una cicatriz
que le diera un ápice de individualidad.
188
Secretos del Futuro
-Buon giorno, signore. Il mio nome é Hiro Dotus. ¿In ché
posso servirlo?- dijo muy afable y en perfecto italiano en cuanto lo
vió entrar. También su voz era anodina, normal, estándar, sin ningún
acento … bueno, al menos el nombre ya era otra cosa.
Tranquilizador. Hiro sonaba como japonés, y en cuanto al Dotus,
podría
ser
holandés,
o
quizás
danés...
pueblos
serios
y
emprendedores, poco amantes de las estafas, todos.
-Eh, salve, io sono Manuel… eh, io vorrei…- empezó Noly,
maldiciendo su falta de familiaridad con la lengua de Dante: en las
dos semanas que llevaba en Roma, con los colegas del WFP solo
había hablado en inglés…
-Disculpe, Manuel ¿habla español?- lo interrumpió al punto
Hiro Dotus.
-Sí, soy cubano- asintió Noly, sorprendido -Pero ¿cómo…?
-Experiencia. Tenemos clientes de todas las nacionalidadessonrió esfíngico Hiro Dotus -Además, imagínese- gesticuló, con aire
cómplice -en nuestro… ramo nos resulta muy útil cierta familiaridad
con idiomas arcanos ¿entiende? Yo mismo hablo y escribo
perfectamente quechua y aymara, latín y griego antiguo, me defiendo
en arameo y puedo leer sánscrito y egipcio, tanto la escritura
demótica como la jeroglífica. Después de eso, español, alemán,
francés, inglés, son casi un juego…
189
Secretos del Futuro
-Ah- dijo tan solo Noly. A él, después de tantos años, algunos
fonemas del idioma de Shakespeare todavía le anudaban la lengua de
vez en cuando.
-Sí, ah- lo apoyó Hiro, y se sonrisa se hizo mas amplia aún al
decir: -Y bien, ¿qué tal si entramos en materia? Para empezar,
Manuel, podría decirme, además de qué lo trae por nuestra oficina,
quién le habló de nosotros…
Noly tragó en seco y empezó a balbucear, mirando al suelo:
-Bueno… ¿sabe? Es que yo estoy trabajando en el WFP…
somos muchos extranjeros, de todas partes del mundo, y las
relaciones interpersonales a veces se vuelven difíciles ¿entiende? El
caso es que hay uno, un camboyano, que no para de restregarme por
la cara que mientras sus antepasados khmers ya habían construído
todo el complejo de Angkor, los míos, los taínos cubanos, todavía
andaban cazando caguamas, sembrando yuca, fumando encueros y
bailando el areíto. Yo he estado tres veces a punto de partirle la cara,
porque uno tiene su orgullo nacional y eso, pero un amigo peruano,
Abel… o sea, el señor Hernández, que me dijo que eso no resolvería
nada y me habló de ustedes, así que aquí estoy, señor Dotus…respiró al fin.
Lo había soltado todo…bueno, casi todo: no había dicho que
el verdadero motivo de que no le hubiera caído a piñazos a Kim era
que, aunque el insoportable chinito no pesaría siquiera 55 kilos ni
llegaba al metro con sesenta, en una velada étnica en el WFP lo
190
Secretos del Futuro
había visto dar una impresionante demostración de su habilidad en
algún extraño arte marcial lleno de brincos y patadas voladoras… y
¿qué sentido tenía empezar una bronca que ya sabía imposible de
ganar?
-Manuel , por favor, llámeme Hiro- sonrió de nuevo el
Funcionario Anónimo, cuyos dedos danzaban ya una histérica
coreografía sobre el teclado de su ordenadora -Veamos… Abel
Hernández, peruano, sí, aquí está, como no… le contaría encantado
de la reescritura de los orígenes del imperio inca que nos solicitó,
verdaderamente original… pero ¿sabe? está el secreto profesional, la
privacidad… y es un gran cliente, que ya nos ha enviado a varios
otros. Como usted…
-Entiendo, entiendo- lo cortó Noly, preguntándose si el avaro
peruano cobraría comisión por cada nuevo cliente -Mire, Hiro,
hablando en plata: yo había pensado en algo… radical, tremendo…
no sé, algo que hiciera que Kim se callara para siempre ¿pueden
ayudarme o no?
-Humm- musitó Hiro Dotus, sus manos aún corriendo por el
teclado -Creo que sí, Manuel… veamos. Los taínos… tabaco, yuca,
caza, pesca, conchas, areíto, behíques, animismo… sí, cultura
neolítica… Angkor, medioevo del Sudeste Asiático… complejo,
pero no imposible -sonrió nuevamente- Bien ¿qué le parecería una
teoría bien fundamentada sobre la presencia de algunos taínos entre
los ingenieros que construyeron Angkor?
191
Secretos del Futuro
-¿No estará… exagerando un poco?- dudó Noly, aunque
interiormente encantado con la idea. Mejor que todo lo que había
imaginado ¡Taínos en Angkor! Kim tendría que comerse sus
palabras… y sin arroz. Luego le vino otra duda: -Pero ¿no… costará
demasiado?
-Un momento… veamos… exactamente 570 euros- dijo al
fin Hiro, siempre risueño, tras otro breve y frenético tecleo -Pero le
garantizo que así ese camboyano no lo molestará nunca más…
-¡¡¿570 euros?!!- bufó Noly, aunque más por amor al regateo
que porque le pareciera realmente caro: si bien la cifra habría sido
una auténtica fortuna en Cuba, era apenas la tercera parte del
sueldazo que le pagaba cada mes el WFP como consejero agrícola…
qué lástima que aquella contrata no pudiera durar para siempre:
como iba a echar de menos aquel dinero cuando regresara a Cuba y a
su modesta plaza de profesor asistente de Hidrología de Suelos en el
ISCAH.
-Siempre lo puede pagar a plazos, y sin intereses. Le doy una
factura detallada de los costos, si quiere…- propuso Hiro Dotus sin
perder su sonrisa, y comenzó a enumerar, leyendo en la pantalla del
ordenador: -Por el hallazgo de pictografías que representen grandes
canoas de guerra taínas tipo catamarán, capaces de cruzar el
Atlántico: 50 euros… no será tan convincente como encontrar una
embarcación completa enterrada en una ciénaga, pero sí más barato,
e igual bastará. Los taínos, como cultura del tronco arahuaco, no
192
Secretos del Futuro
tenían lenguaje escrito, y eso facilita bastante el asunto… si viera lo
que nos costó crear una duda razonable de que los chinos pudieron
haber descubierto América. Sigo; para confirmar que el viaje
hipotético tuvo realmente lugar, ubicar unos fragmentos de una de
esas canoas, tallados en una madera exclusiva del Caribe, yaya o
guayacán, quizás, en la costa marroquí o la de Libia: 100 euros…
más caro, porque es una zona arqueológicamente más explorada. Y
si además quisiera que se encontrase un testimonio escrito, por
ejemplo, en amárico antiguo, del paso por Etiopía de un contingente
de mercaderes extranjeros de baja estatura, cabello lacio y negro y
tez cobriza… 100 más- lo miró, súbitamente serio -Aunque lo que sí
sería una evidencia prácticamente indiscutible es que aparecieran en
la mastaba de algún faraón egipcio de una de las dinastías más
oscuras, la XII o la XVI, por ejemplo, productos agrícolas caribeños
típicos… como hojas de tabaco o tubérculos de yuca desecados…
claro que también resultaría más sospechosa, y costaría el doble,
pero eso no lo incluyo en el precio, es solo hipotético- alzó la vista y
se encontró con la boca abierta de Noly- ¿Se siente bien, Manuel?
¿continúo?
-Eh… sí, siga… es solo que sus… métodos me sorprenden un
poco- balbuceó Noly, y puso en práctica acto seguido un truco de
regateo aprendido (lógicamente) de Abel: cuestionar la naturaleza
misma del producto que se pretende comprar: -Pero, me viene una
duda: Lo que hacen ustedes es reescribir la historia ¿o solo
193
Secretos del Futuro
falsificarla? A fin de cuentas, por lo que sé, no fueron los taínos
quienes construyeron Angkor…
La sonrisa del Perfecto Funcionario se borró tan de golpe de
la cara de Hiro Dotus que Noly temió haber ido demasiado lejos.
Pero se equivocaba.
- Reescribir, falsificar- empezó a decir el otro con un tono
cansado, como si repitiera una frase mil veces pronunciada -¿Acaso
hay una única verdad? En la historia, como en la vida, todo depende
del punto de vista. Manuel, me decepciona usted. Pensé que si había
venido aquí era porque tampoco creía en esa estúpida concepción
lineal y absoluta de la realidad y el devenir temporal- ya volvía a
sonreír - Supongo que habrá oído antes eso de que la historia la
escriben los vencedores… ¿no?
-Sí, claro- admitió Noly, entendiendo al vuelo a dónde quería
llegar Hiro -algo he leído al respecto. La concepción estática y
eurocentrista y todo eso ¿no?
-Bien para empezar - asintió Hiro Dotus vivamente -Me
encantan los clientes bien informados. Pero lo que trato de decirle es
que cualquier concepción exclusivista a la larga resulta errónea.
Mire, para hacerle entender mejor a qué me refiero… ¿Ve esa gráfica
de tiempo?- señaló a la pared -Pues imagínesela no como una
estructura vertical, no un árbol, sino algo horizontal… como un río
con todos sus afluentes. ¿Puede hacerlo, Manuel?
194
Secretos del Futuro
-No faltaba más, mi especialidad es la Hidrología- bufó
ofendido Noly - Sí, podría ser un perfecto sistema hidrográfico…
manantiales, afluentes, corriente principal… aunque el que
confluyan todos en un solo cauce no es muy verosímil…
-Bueno, es solo una analogía- se excusó Hiro -Pero, sí…
ningún cauce es así de ordenado ¿verdad? Los ríos no corren en línea
recta; giran alrededor de las rocas, se estancan en el fondo de los
valles, frenan su fluir en largos meandros curvos -su voz había
recuperado aquel tono de discurso mil veces pronunciado -Y la
historia hace lo mismo. No es esa estática, ordenada escalera única
que nos enseñaron en la escuela, que asciende continua de los
egipcios a los griegos, de los romanos a los carolingios. Está viva, es
dinámica, se reordena una y otra vez, tiene tramos laterales, rellanos,
escaleras paralelas: los kurganes, los escitas, los hititas, los incas, los
mochicas, las culturas polinesias… culturas de distintos niveles,
floreciendo varias al mismo tiempo, o unas alzándose hacia su auge
mientras otra decaen. No hay una sola historia, sino muchas. El
concepto de la aldea global es reciente, pero incluso hoy coexisten el
Paleolítico de los papuas de Nueva Guinea con el siglo XXI en
Tokyo y New York. Y cada una tiene su historia.
-Muy interesante- aceptó Noly, pero insistió, terco: -Aunque
igual los taínos no construyeron Angkor… ni en esta, ni en su
historia ni en ninguna otra.
195
Secretos del Futuro
-¿Está usted tan seguro?- Hiro Dotus sonrió mirando la
computadora -Porque antes dijo "por lo que sé". Quizás sí lo
hicieron, y es solo que ni usted, ni yo, ni los historiadores lo
sabemos. Además, nosotros ni siquiera decimos que lo hayan
hecho… solo que podrían haberlo hecho. ¿No sabe cómo funciona
el mundon académico? Una hipótesis, con algunas pruebas o al
menos dudas razonablemente positivas, ya asciende al rango de
teoría… aunque de ahí a seguridad falte un buen trecho aún. Pero
teorías más increíbles han sido propuestas por los investigadores más
serios… El descubrimiento de América por una expedición mongola;
la población de Australia por navegantes paleolíticos de origen
bosquimano. Y algunas hasta casi se han demostrado: Por solo citar
una, Thor Heyerdhal logró que se incluyera su teoría de la
colonización de la Polinesia por pueblos de origen andino en muchos
libros, y eso siendo apenas un aficionado. Y el río oficial de la
historia también está lleno de meandros, tramos muertos, lagunas,
cataratas y sumideros… Hay mil acontecimientos que parecerían
improbables, pero que están más que bien documentados, que
ocurrieron realmente. El cartaginés Haakon dió realmente la vuelta a
toda Africa un milenio antes que Vasco de Gama. Y los vikingos no
solo estuvieron en América antes que Colón, sino que llegaron a
Sicilia, fundaron Rusia. Los ainos del japón son un pueblo
caucasoide, no de aspecto asiático, o sea, que vinieron de Europa o al
196
Secretos del Futuro
menos de la India aria. Zimbabwe y Tumbuctú eran capitales de
imperios negros que nada tenían que envidiar al de Carlomagno…
-De acuerdo, de acuerdo; basta- pidió clemencia Noly,
maldiciendo todos los tacos que había tirado durante las clases de
Historia en vez de atender mejor. -Siga con sus hipótesis y sus
precios, por favor.
-Un par de referencias en uno de los nuevos rollos de
pergamino del Mar Muerto a los pueblos venidos del mar que
echaban humo por la boca; 150 euros- Hiro se encogió de hombros … los judíos siempre fueron algo tremendistas, ya sabe, pero con las
fuentes paleocristianas uno no puede improvisar mucho, no al menos
en esta cultura occidental. Luego, que aparezcan otros indicios en los
anales de alguna de los ciudades del Asia Central por las que pasaba
la Gran Ruta de la Seda… tal vez Samarcanda y Bujará; 1000 euros
más… los precios han subido, hace unos años por la misma cantidad
hasta podríamos ofrecerle un capítulo semi-apócrifo de El Millón de
Marco Polo donde el gran trotamundos veneciano hablara de los
pequeños extranjeros de piel cobriza que jugaban a pasarse una
pelota sin tocarla con manos ni pies. Para terminar, 70 euros más
para que uno o dos esqueletos ricos en nicotina y pertencientes a
individuos de baja estatura aparezcan en un sepulcro de Angkor, y le
prometo que más de un digno académico morderá el cebo, empezará
a atar cabos y entonces usted tendrá su venganza…
197
Secretos del Futuro
-Visto así, sí que parece un precio razonable- dudó aún Noly
-¿Pero bastará? Me parecen unos hechos un poco endebles para
construir una hipótesis… ¿Y además… cuánto demorará?
- Eso es lo malo, puede tardar un poco… yo diría entre 3 y 5
años. Pero le garantizamos los resultados, eso sí. Creáme: no conoce
usted a los historiadores- sonrió cómplice Hiro Dotus -Con mucho
menos que eso algunos han puesto en tela de juicio teorías mucho
más probadas. Ya hay hasta quienes dicen que Colón nunca estuvo
en América, y que fueron los hermanos Pinzones los verdaderos
descubridores ¡qué cosas, no?- Noly rió y Dotus lo imitó, hasta que
volvió a ponerse serio -Pero no hay que juzgar a los académicos con
demasiada dureza. Yo diría que es una tendencia psicológica normal:
de tanto estudiar lo que creen invariable, ya sucedido, el pasado
inalterable, empiezan a soñar con la la historia como un juego de rol,
con los mundos alternativos, con lo que hubiera podido pasar si… o
con tal de encontrar un campo virgen para un par de artículos, se
obsesionan con una cultura sin importancia, y tratan de inflar su
importancia, sacarla del calmado meandro del río de la historia
donde surgió y desapareció sin pena ni gloria, y lanzarla al torrente
principal de los acontecimientos. Y lo único que hacemos nosotros
es darles un punto de partida, cuando más ayudarlos un poco.
-Ya… revolver un poco el fango de los meandros de la
historia- pensó Noly en alta voz. -Y a fango revuelto, historia
confusa…
198
Secretos del Futuro
-Buenas metáforas esas dos ¿puedo anotarlas?- inquirió Hiro
-No nos hacemos publicidad aún, por motivos obvios… pero todos
en la empresa tenemos la esperanza de que pronto cambien las cosas
¿sabe?- volvió a teclear en su ordenador -De todos modos, debo
advertirle que si su reescritura es asunto urgente, el plazo puede
reducirse sí… pero los costos se multiplicarían de modo notable- se
encogió de hombros- El río de la historia tiene su inercia, y por
ignorados y pequeños que sean los meandros, lleva tiempo ponerlos
en movimiento. Y mucho dinero… hay que pagar a muchos
arqueólogos, estudiosos, etc…. no crea que soy el único que está en
la nómina de la empresa, yo soy apenas el rostro visible, pero hay
muchos nombres famosos que trabajan para nosotros… Mire, lo que
le decía- tras teclear casi con furia, leyó:- algo relativamente simple,
pero definitivo; para que un especialista en lenguas
orientales
descubriese similitudes fonéticas entre el alfabeto khmer y la lengua
arahuaca, el mínimo serían 5000 euros…
Noly tragó en seco. ¡¿5000?! Decididamente fuera de su
alcance. Además, después de todo, 3 años no eran tanto, y por 570
euros…
-De acuerdo- musitó -Me quedo con el plan original- suspiró,
y para relajar tensiones, se le ocurrió preguntar -Pero, tengo otra
curiosidad. Dígame, ya que ha hablado de tantos historiadores y
arqueólogos… ¿Thor Heyerdhal, el de la Kon Tiki… estaba en su
199
Secretos del Futuro
nómina? Supongo que ahora pude decírmelo sin problemas, como ya
murió hace años… es que visitó Cuba una vez y lo vi de cerca
La faz de Hiro Dotus volvió a adoptar su expresión de
Funcionario Perfecto, pero ahora en la variante de No Estoy
Autorizado A Revelar Ese Dato -Lo siento, nuestras nóminas son
altamente secretas y además…
Lo interrumpió la intempestiva apertura de la puerta, que
también hizo girarse a medias a Noly en su propio asiento, curioso
por ver qué nuevo cliente entraba.
Aunque la verdad es que no era precisamente un cliente lo
que parecía el recién llegado .-¡Noticias… grandes noticias! ¿no te
dije que nos seguían los pasos muy de cerca?- aulló en inglés, pero
callándose al percatarse de que Hiro Dotus no estaba solo.
Era un tipo alto, delgado pero de apostura vagamente atlética,
como de jinete o corredor de fondo. Usaba un fino bigotito y un
safari caqui, botas de montar altas y salacot de médula de bambú. No
le faltaban ni siquiera los binoculares colgando del cuello y la fusta
en la mano. De toda su persona brotaban nubecillas de polvo, o tal
vez de arena. Para completar la viva estampa del perfecto caballero
explorador colonial solo se necesitarían un par de negros
semidesnudos llevando bultos en la cabeza y llamándolo "bwana" o
"sahib". Y Noly no pudo menos que preguntarse si habría llegado a
caballo, en dromedario o en elefante.
200
Secretos del Futuro
-Ya se sabe que nos vigilan, Burton, pero puedes hablar con
confianza delante del señor; es un cliente- lo conminó Hiro Dotus,
dando más datos para calmar al explorador -La suya es una
reescritura interesante; taínos en Angkor… En fin, habla de una vez
¿qué ha pasado ahora?
-¿Cómo que qué, Hiro… acaso no has leído el London Times
de hoy?- continuó el tal Burton con un vetusto, exagerado acento
británico, atusándose furiosamente con una mano el casi invisible
mostacho mientras sacudía en la otra un periódico doblado -¡Se
acabó el secreto! ¡Se habla de nosotros, y en primera página! - sus
aristocráticas facciones estaban distorsionadas por una emoción que
a Noly no le quedaba muy claro si era simple sorpresa… o furibunda
ira. Pero por lo visto, compartir con otros las malas nuevas lo
ayudaba a calmarse, porque continuó, ya más tranquilo, tendiendo el
diario a Hiro: -Dotus, el asunto es grave… ya te había advertido hace
años que aceptar la propuesta de ese Daniken nos iba a meter en
problemas, sé reconocer a alguien indigno de confianza en cuanto lo
veo…
-Hum… sí, grave- murmuró Dotus mientras leía -¿Conque
ahora a esos locos discípulos de Erick se les ha ocurrido decir que
somos extraterrestres? Pues habrá que tomar algunas medidas-sus
ojos chispearon con una furia que hizo que Noly se sintiera muy feliz
de no ser el tal Erick.
201
Secretos del Futuro
Pero no tuvo tiempo de sentir mucho más; Hiro Dotus,
moviéndose con una rapidez insospechada para su aspecto, saltó por
encima del buró desde su sillón-trono. Y cuando Noly aún intentaba
comprender cómo había logrado tal proeza atlética más digna de un
ninja o un campeón olímpico de salto que del Funcionario Perfecto,
se vió acompañado o más bien empujado por él hacia la puerta, entre
nubes de excusas profesionales:
-Tendrá que disculparnos… asuntos privados… le haremos
un descuento especial (eso fue lo que realmente lo decidió a dejarse
sacar de la sede de la EMPAREDHIS)… imperativos de política de
la empresa… (y, no podía faltar:) no nos llame, nosotros lo
llamaremos…
Así que se encontró de nuevo en el pasillo… y cuando se
inclinó para pegar la oreja a la puerta tratando de enterarse de algo
más, solo alcanzó a escuchar "lo peor de todo es que si Daniken y los
suyos nos hacen la competencia, tendremos que bajar todavía más
los precios…" en el inconfundible acento de gentleman de Burton, y
luego un imperativo siseo.
A partir de ahí, solo un extraño intercambio de chillidos que
lo hizo pensar más en el diálogo de dos murciélagos que en una
conversación entre seres humanos. Y, tras escucharlo durante otro
algunos segundos más por si acaso, aunque sin entender nada,
chasqueó la lengua y se irguió dando media vuelta…
202
Secretos del Futuro
Con lo que chocó de espaldas contra alguien que estaba
inclinado sobre él, derribándolo. La anciana limpiapisos cayó cuan
larga era, con gran estruendo de cubo y trapeador.
Aturdido y avergonzado, con la mejor excusa que conocía en
italiano en la punta de la lengua, Noly se inclinó para ayudarla, pero
lo que vió lo hizo cambiar de idea y darse a la fuga.
Medio minuto después y varios tramos de escaleras más
abajo, mientras trataba de recuperar el aliento en la calle, varias
preguntas rebotaban en la confusa mente de Noly:
¿Un trapeador que al desarmarse mostraba dentro extraños
mecanismos… como una mirilla telescópica? ¿Y un cubo cuyo doble
fondo escondía un par de auriculares? ¿Habían avanzado tanto las
técnicas de limpieza… o era cierto lo que había dicho Burton, y la
EMPAREDHIS estaba estrechamente vigilada?
La viejita usaba peluca, y el cráneo rapado debajo tenía
tatuada ¡una foca! ¿Una limpiapisos de los SEAL de la marina de los
EE. UU.?
Y el salto de Hiro Dotus por encima del buró: había
sido…increíble. Aunque no tanto como aquella cola con la que a
Noly le había parecido que se impulsaba.
Los seres humanos no tienen colas, ni saltan así ¿Serían
realmente extraterrestres? O teniendo en cuenta a aquel Burton…
¿Podría ser de veras Richard Burton, el descubridor de las fuentes
203
Secretos del Futuro
del Nilo? ¿No había muerto en el siglo XIX? ¿Viajeros del tiempo,
también?
¿Y aquel Daniken, familiarmente Erick… no sería por
casualidad Erick Von Daniken, el de El Regreso de los Dioses y
todos esos libros que decían que los ETs lo habían hecho todo en la
historia del hombre? Si Hiro Dotus había mencionado antes a Thor
Heyerdhal, tal vez…
Noly se encogió de hombros y chasqueó la lengua mientras
se alejaba caminando, pensativo y cabizbajo. Ya lo llamarían ellos,
sí… el caso es que él no tenía cómo llamarlos. Por lo visto, Kim
tendría que esperar un poco.
Luego sonrió. Como decía Hiro Dotus, a veces lo más
importante podía no ser lo que había pasado, sino lo que pudiera
haber pasado. No la corriente principal, sino los meandros del río de
la historia.
Y, después de todo: ¿quiénes era Kim y él, ni arqueólogos ni
historiadores, para estar tan seguros de que, en uno de esos
meandros, los taínos no habían colaborado realmente en la
construcción de Angkor?
204
Secretos del Futuro
Indice
Siridi, la de los ojos grises, por Yaly, Alto Cronista. /11
Nada que declarar, por Anabel Enríquez. /41
Todos los Boutros vs. Todos los Hedren, por Juan Pablo
Noroña. L.. /50
Los Noseniqué tienen la panza rayada, por Sigrid Victoria
Dueñas. /66
El Empalador, por Victor Hugo Pérez Gallo. /80
Electric Geisha, por Duchy Man. /88
Por Contrato, por Abel Ballester. /95
Tarot, por Eliete Lorenzo Vila. /102
Huésped del Basurero, por Alberto Mesa Comendeiro. /107
Animalitos, por Eduardo del Llano. /117
La Extraña muerte de Mateo Habba, por Fabricio Gonzales
Neira. /125
Palabras, por Ricardo Acevedo. /136
El Centinela, por Erick Mota. /139
Cruz de Hierro, por Roy Jorge. /159
Germer Onatir, por Javier de la Torre R. /164
Mala Estrella, por Erkins Freixas Rumayor. /175
Flux, por Vladimir Hernández. /181
Tiempo, por Armando Ángel González. /194
Los Meandros de La Historia, por Yoss. /198
205
Descargar