COMUNICACIÓN SOCIAL Boletín de Prensa Chilpancingo., Gro a 14 de enero de 2014 Entrevista del periódico “El Universal” al Licenciado icenciado Enrique Martínez y Martínez, Secretario de Agricultura, G Ganadería, anadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación. Le entrevista el periodista Rogelio Cárdenas. Entrevista. Se reformará en el campo régimen de propiedad. ¿Cuáles son los objetivos fundamentales de la reforma para el campo que anunció el Presidente en días pasados? El objetivo fundamental es darle al campo la competitividad para tener un campo productivo, en donde tengamos una mejor distribución de la riqueza, y que podamos lograr la seguridad alimentaria para producir el 75% de los alimentos que consumimos los mexicanos. ¿Cuáles son los principales ejes? Un reto fundamental es hacer acer productivo el minifundio. Desde tiempos de la revolución, la estructura de la tenencia de la tierra de nuestro país está muy llevada a lo que es la propiedad social, donde tenemos el 50% de las tierras del país, y de la superficie cultivable un porcentaje porcen mayor; sin embargo, el 77% son pequeñas parcelas de menos de cinco hectáreas y esto hace inviable una producción agropecuaria productiva por la pulverización de la tierra. Hay dos caminos para poder buscar una mayor productividad del minifundio, uno es e la asociatividad, hacer clusters para ir en toda la cadena productiva, y que ellos (los productores) se puedan asociar para hacer bloques compactos: si en cinco hectáreas no podemos ser muy productivos quizá en 50, en 80, en 100 hectáreas sí. Y el otro e es s buscar en esas reformas jurídicas un tránsito más rápido de la propiedad social a la propiedad privada. En relación con la propiedad privada, ¿no ha habido una afectación cuando ejidatarios venden sus terrenos, no para el cultivo, sino para el desarrollo de vivienda o turismo? Lo preocupante es eso, desde que se hizo la reforma de 1992 al 27 constitucional, solamente el 3% de la propiedad ha pasado de un régimen a otro, y es precisamente en áreas turísticas o cercanas a las concentraciones urbanas donde lla a tierra vale mucho. En lo que es la producción del campo no ha habido nada de migración, y al no cambiar su régimen se les dificulta la asociación y no son sujetos de crédito en tanto no regularizan su tenencia de la tierra. ¿Se buscará regular para que rrealmente ealmente estos terrenos sigan en el desarrollo del campo o la ganadería? No, porque la vocación de esos terrenos es urbana y turística. Lo que necesitamos es impulsar que la parte de la tierra que tenga una vocación de desarrollo agroalimentario, que es el 97%, lo tenga verdaderamente, que esas superficies no estén sin producir. Av. Ruffo Figueroa #2, Col. Burócratas, Chilpancingo, Gro. C. P. 39090 ¿Qué otro eje de la reforma destaca? Que ahora podamos producir los insumos para la producción, como son los fertilizantes. En este tema el reto es muy grande y estaría encaminado con la reforma energética. Es decir, a que los mexicanos podamos producir los fertilizantes que provienen de nuestros recursos energéticos como el gas, para producir como antes producíamos. ¿Se necesita una reforma al campo para poder producir y explotar los insumos? Se requiere una reforma en el campo para acelerarlo de una manera integral, de otra forma son esfuerzos aislados que no tienen la fuerza de un proyecto integral. ¿Existe algún otro eje, además de asociatividad, propiedad privada e insumos? La tecnificación del riego es fundamental, necesitamos llegar a tener en este sexenio cerca de un millón de hectáreas para poder aprovechar de una manera eficiente el recurso más escaso que es el agua. ¿Otro eje? La planeación de la oferta y la demanda de los productos agroalimentarios, pues no es posible que tengamos recurrentemente la paradoja de que si producimos bien nos “emproblemamos”. Hasta hoy, los problemas más serios que hemos tenido han sido por exceso de producción. Caso patético, el azúcar, venimos de la zafra más grande en la historia del país y eso hizo que se desplomara el precio de los productores cañeros y que nos metiéramos en un verdadero problema. Y ahora el tema del maíz, en donde vamos a tener muy buena producción de maíz blanco; además de que éste es un commodity que tiene precios internacionales, y estamos también en un escenario mundial de sobreoferta. Frente a ello, ¿qué propone? Un tablero de control, para la planeación de oferta y demanda del producto agrícola. Es un tablero que tiene una ecuación donde en este momento estamos manejando siete productos: maíz, frijol, trigo, sorgo, azúcar, pollo y huevo. Nunca se va a poder garantizar que no se produzca más, son temas de mercado, son leyes que no tienen posibilidad de derogarse: la ley de la oferta y la demanda. Pero sí las políticas públicas encaminadas a que sea menor la distorsión del mercado. Aspirar a que tengamos un balance y un equilibrio es bueno, pero no es fácil de lograr. ¿Algún otro eje? La investigación aplicada. Tenemos grandes instituciones y necesitamos que su trabajo de investigación sea más direccionado a la aplicación y la solución de problemas. Para lograr estos principales ejes, ¿qué cambios constitucionales se tienen que hacer? No se visualizan cambios constitucionales. Son reformas legislativas. ¿Eso no le quita algún carácter de reforma de gran calado? No, porque no creo que solamente una reforma constitucional sea de gran calado. Ha habido algunas que no han sido de gran calado, verbigracia la del 27 constitucional para el tema del ejido, fue hace 22 años y se ha movido un 3%, nada. Los limitantes quedaron en las leyes secundarias. Para lograr todo lo que se pretende con esta reforma, ¿se busca hacer algún pacto rural? Más que un pacto es una gran reforma incluyente, que será básicamente direccionada por los legisladores, por las organizaciones sociales y privadas, y por las áreas de investigación también. En el caso de las organizaciones campesinas como la CNC y otras, ¿cómo se logrará traer a una mesa de diálogo? Ya hemos estado avanzando mucho, desde el año pasado empezamos a hacerlo y hemos tenido un gran intercambio de ideas y propuestas. Son organizaciones que están afiliadas y son básicamente cinco que agrupan a 37 o 38 organizaciones sociales, además de las del sector privado. Si no existe un pacto con estas organizaciones, ¿cómo se les está coordinando? De manera directa lo estamos haciendo, no es un pacto formal todavía, pero es un pacto en nuestras actitudes, tanto de ellos como del gobierno de la República. ¿Se buscará que se formalice? Claro, vamos a buscar qué metodología le vamos a dar. En relación con el trabajo legislativo que se está haciendo, ¿cómo van las negociaciones? Hemos tenido mucha comunicación y hemos avanzado en las propuestas de las organizaciones sociales para ir identificando dónde hay puntos de coincidencias entre ellos, y después entre ellos y el gobierno, y cuáles son los puntos en donde tenemos disidencias completas. Es un ejercicio que vamos a empezar a hacer ya de manera formal. Siento que en unas semanas más el gobierno de la República dará el “banderazo” ya formal al arranque de la reforma. ¿Están los tres principales partidos en la mesa? Todavía no está (bien definida) la mesa. Hemos platicado con organizaciones y legisladores de las comisiones y entre ellos hay de todas las fracciones parlamentarias. ¿Se podría esperar un modelo similar a lo sucedido con la energética y la hacendaria, donde cada partido presenta una propuesta? Todavía no se ha definido, estamos precisamente haciendo ese planteamiento en el gobierno. ¿Cuál es su proyección de los plazos para la presentación de la reforma? Entendemos que hay un trabajo legislativo muy apremiante, con la legislación secundaria de las reformas de 2013, de la energética, de la educativa, de telecomunicaciones y, seguramente, en este primer periodo ordinario de sesiones el Poder Legislativo sé que tendrá una agenda muy intensa. Iremos viendo si procede, si puede arrancarse, si se puede buscar alguna otra vía, pero yo siento que es en el ámbito del Poder Legislativo y que iremos dando los tiempos, tenemos este año para sacar una muy buena reforma consensada con todas las fuerzas y expresiones políticas. Nevadas, oportunidad y desafío ¿Las recientes nevadas en Estados Unidos nos abren alguna oportunidad? Mucho, nos abren una gran oportunidad y nos generan un problema que tenemos que prever. En eso estoy en este momento. ¿Podría detallar? Es que vamos a tener una sobredemanda de Estados Unidos porque Hércules les pegó duro, y entonces van a tener limitantes en producción alimentaria y nosotros tendremos que surtirla, pero en el momento en que surtimos los precios suben, porque volvemos otra vez a la ley de la oferta y la demanda. ¿Se podría generar una distorsión? Estamos previendo, yo no quiero generar ahorita un ruido innecesario, simple y sencillamente estoy trabajando para prever eso, en ese tablero de control. En cuanto a los productos que nosotros importamos, ¿prevé alguna afectación? Sí, sobre todo al maíz amarillo. ¿Se están buscando mercados alternos? Alternos, y especialmente, que podamos producirlo nosotros. El gobierno de Sinaloa y los productores de ese Estado nos van a permitir producir maíz amarillo, cártamo y otros granos en lugar del maíz blanco que nos pudiera dar una sobreproducción. Ahorita que estamos hablando del comercio exterior, ¿qué ha pasado con las dos controversias que tiene nuestro país contra Estados Unidos en la OMC, por el caso del atún nacional y la reglas de etiquetado de los becerros? Hemos señalado con toda energía nuestra inconformidad por este trato. Yo lo he hecho de manera personal a Tom Vilsack, el secretario del ramo en Estados Unidos, y he tenido conversaciones muy amplias con el secretario (Gerry) Ritz de Canadá, porque ellos tienen el mismo problema. Le sugerí a nuestro secretario de Economía (Ildefonso Guajardo) que ahora que estuviera en Indonesia, en la reunión de organismos internacionales, que pudieran empoderar más a éstos para que se confíe más en su arbitraje, porque en este caso, tanto del atún como del etiquetado del país de origen, hemos usado las vías legales, se ha hecho toda la controversia y todo el litigio internacional, de tal suerte que la OMC nos ha dado la razón a Canadá y a México y, sin embargo, Estados Unidos no lo acepta. Entonces, por eso la situación es que cada vez validemos más a las organismos internacionales en sus resoluciones de arbitraje, pues de otra forma, ¿quién va a ser el que pueda regular las relaciones internacionales de intercambio? Hoy estamos a 20 años del TLC y muchos dicen que no se benefició al campo y que generó miseria, ¿usted qué opina? Creo que tiene claroscuros, tenemos unos puntos muy favorables, sin duda, pero también las asimetrías que todos conocemos, porque no tenemos la misma tecnología, porque en ocasiones no tenemos la misma mecanización del campo; nuestras estructuras de almacenaje, nuestras estructuras de frío tampoco son iguales, no obstante nuestros productores pueden competir, pero con lo que no podemos competir es con el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, pues no estamos en condiciones de igualdad con los subsidios y los apoyos que da. Hoy que vemos para atrás, ¿se debería de renegociar el TLC para incluir todos los temas que quedaron fuera más allá del sector agrícola? Creo que está muy encaminado, y yo no pudiera hablar de temas fuera del campo. Creo que en lo nuestro vamos avanzando bien, nuestros productores se están poniendo las pilas, están siendo ya productores de clase mundial, en donde, repito, nuestros productos entran a Estados Unidos con gran prestigio por su sanidad, por su inocuidad y calidad. Estamos cada vez penetrando más, no sólo en los mercados hispanos de Estados Unidos, sino en el mercado norteamericano, propiamente dicho. Veo con mucho optimismo el futuro de nuestra relación comercial, y desde luego que no está en mis manos pensar en otras actividades. Pero en lo que es del campo, vamos avanzando bien.