El dilema de la propiedad intelectual para los pequeños y medianos

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CONOMÍA PARA
Y DESARROLLO
, VOLUMEN
NÚMERO 1, DE
MARZO
2005
LA PROPIEDADE
INTELECTUAL
LOS PEQUEÑOS
Y MEDIANOS4PRODUCTORES
LOS PAÍSES
EN DESARROLLO
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El dilema de la propiedad intelectual
para los pequeños y medianos
productores de los países
en desarrollo
LINA MARÍA HOYOS LÓPEZ*
Resumen
El dilema original de la propiedad intelectual se establece por dos factores
fundamentales: el requerimiento social de la difusión del conocimiento por
una parte, y por otra la necesidad de una retribución económica a la inversión
en su producción a través de su protección. Al estudiar los casos de los micro,
pequeños y medianos productores de la economía, este dilema se ve
potencializado de forma negativa, especialmente por su limitada capacidad
financiera. La barrera que generan los altos costos de consecución,
mantenimiento y defensa de las patentes obliga entonces a las MIPYME a acudir
a la opción del secreto industrial para proteger sus innovaciones.
Abstract
The dilemma of intellectual property has two fundamental components: the
social need for the broad diffusion of knowledge on the one hand, and the other
the necessary protection of the innovator. When we study the case of the
micro, small and medium enterprises, this dilemma becomes bigger in a
negative way, especially because their financial capacity. The barrier of the
high cost for the patents obliges the SME´ s to work with the trade secret to
protect their innovations.
Palabras clave: propiedad intelectual, secreto industrial, países en desarrollo,
biotecnología
MIPYME,
Clasificación JEL: L51, O31, O34
*
Profesional en finanzas y relaciones internacionales, especialista en Gestión Tecnológica, SENA Dirección
General. Las sugerencias y comentarios serán recibidas al e-mail: [email protected]. Fecha de recepción:
01 de febrero de 2005. Fecha de aceptación: 10 de marzo de 2005.
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1. Introducción
En abril de 1999, se crea en Colombia una nueva empresa producto de un ´spin
off´ desde la división de agro biológicos de AgrEvo (ahora Aventis CropSciences), dedicada al control de plagas con productos biológicos basados en
microorganismos. En ese momento, y después de la negociación que realizaron
los nuevos empresarios con la multinacional, la naciente organización
contaba entre sus activos con la posesión de cinco patentes aceptadas en dos
países y en proceso de registro en otros 48. Dos años después y debido a las
exigencias que requería el mantenimiento de estos derechos, LST (Live
Systems Technology S.A.) debió decidir entre su estabilidad económica y el
sostenimiento de sus derechos de propiedad intelectual adquiridos en la
negociación, y el resultado final fue el abandono de las patentes.
Casos como el anterior pueden encontrarse en varios escenarios dentro del
contexto colombiano. En este ensayo se pretende demostrar que los regímenes
de protección para la propiedad intelectual están diseñados de manera tal que
excluyen tanto a la pequeña y mediana industria de los países en desarrollo,
como a los nuevos proyectos empresariales. Igualmente se hace un
acercamiento a la problemática sobre la transferencia tecnológica, en donde
los mecanismos institucionales no ofrecen alternativas viables a dichos
sectores.
2. El dilema de la propiedad intelectual
Históricamente, la propiedad intelectual fue creada como un mecanismo
para transferir y difundir las tecnologías extranjeras (DAVID, 1996). Las
patentes fueron utilizadas por los gobiernos feudales a finales de la edad
media y durante el renacimiento para promover la ‘copia’ de la tecnología a
través de la expedición de un documento oficial en donde ciertos privilegios,
derechos, rangos o títulos eran conferidos y públicamente anunciados. Los
artesanos que conseguían estas litterae patentes, o cartas abiertas, tenían la
posibilidad de ser recibidos en otras regiones para desarrollar allí sus
invenciones. Una de las primeras patentes otorgadas fue conferida por EDWARD
II en 1331 a JOHN KEMPE, un tejedor belga, para que se trasladara a Inglaterra
a ejercer su oficio, e introdujera a aprendices ingleses en el arte de producir
cierto tipo de telas. De esta forma, se inducía al maestro artesano extranjero
a revelar el ‘misterio’ de su oficio a los aprendices domésticos, y se efectuaba
un proceso completo de transferencia tecnológica.
Sin embargo, los artesanos extranjeros una vez habían realizado la
transferencia se enfrentaban al problema de haber educado a sus propios
competidores. Por esta razón, las litterae patentes en el caso de Inglaterra se
expedían por un término de 14 años con la posibilidad de extenderlas por 7
años más. Como los servicios de un aprendiz duraban 7 años, las primeras
patentes permitían a sus poseedores trabajar con dos generaciones de
aprendices antes de perder el monopolio sobre su conocimiento.
Economía y Desarrollo - marzo 2005, vol. 4, n° 1
LA PROPIEDAD INTELECTUAL PARA LOS PEQUEÑOS Y MEDIANOS PRODUCTORES DE LOS PAÍSES EN DESARROLLO
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Se encuentran entonces los dos propósitos principales de la propiedad
intelectual: el primero es premiar a quienes se dedican a generar
conocimiento protegiéndolos de los competidores que pretenden trabajar con
su tecnología, y el segundo es lograr una transferencia eficiente de ese
conocimiento.
El desarrollo de estos propósitos ha derivado en lo que actualmente se
denomina el dilema de la propiedad intelectual: la pregunta es cómo lograr
un balance entre estas dos necesidades contradictorias, en donde por una
parte se requiere la protección del innovador, y por otra existe la necesidad
social de la difusión del conocimiento (FORAY, 1995).
2.1. El monopolio del conocimiento
Para entender más detalladamente esta contradicción es necesario realizar
un acercamiento a las características económicas del conocimiento,
entendido este último como un bien público parcialmente excluible (ZERDA,
2003). Por una parte, el conocimiento es un bien no escaso, no existe la
necesidad social de repetir el mismo descubrimiento o invención porque una
información específica puede ser usada una y otra vez sin que se vea
disminuida o agotada. Por otra, la producción del conocimiento puede generar
altos costos fijos, pero una vez sea obtenida cierta información no es
necesario hacer una nueva inversión para volver a adquirirla, por lo que se
concluye que su costo marginal es mínimo, y por lo tanto, se convierte en un
bien no excluible a través de la variable precio.
El conocimiento producido puede ser entonces utilizado o explotado de forma
casi gratuita por quienes no han invertido recursos en su generación, y al no
agotarse puede ser usado por múltiples individuos en la economía. De
acuerdo con lo anterior, surge un ‘error en el mercado’ en la medida en que
no se crean espontáneamente suficientes incentivos a los individuos o a las
organizaciones para que lleven a cabo inversiones en este bien público
denominado conocimiento, ya sea científico o tecnológico (DAVID, 1996).
Para resolver los ‘problemas de los bienes públicos’ se pueden implementar
varias medidas: en primer lugar se puede dar a los productores
independientes subsidios requiriendo que los bienes generados sean
accesibles al público en general; en segundo lugar se puede establecer una
participación directa del Estado por medio del direccionamiento de impuestos
para la producción y distribución de ese bien público requerido, o la
contratación de ser necesario de agentes privados que se dediquen
proporcionar dicho bien; la tercera consiste en crear un monopolio privado
autorizado a incrementar el precio del bien cobrado a los consumidores para
asegurar un margen normal de ganancia, a pesar de que esto no garantice
la existencia de una demanda.
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En la gráfica se observa cómo el precio de un bien se desplaza de P1 a P2 en
condiciones de monopolio, en donde P2 se sitúa en un nivel superior al
cruzamiento entre la curva de producción y el costo marginal. Al existir una
demanda mayor (es decir, si la curva D se da), el productor puede aumentar
el precio de tal forma que sus ganancias se vean incrementadas.
Precio
P2 (monopolio)
P1
Cmg
D
Prod.
Cantidad
En este orden de ideas, la generación de unos derechos sobre la propiedad
intelectual en una sociedad se convierte en el mecanismo institucional que
permite el direccionamiento de recursos privados para generar nuevo conocimiento. A través del monopolio otorgado, teóricamente se está incentivando
a los agentes de la economía a realizar actividades de investigación y
desarrollo, y con esto se asegura el avance tecnológico necesario para
aumentar el bienestar social general.
Sin embargo, en la práctica este planteamiento muestra varios problemas,
tal y como lo describe DAVID (1996) exponiendo tres preguntas:
1. ¿Se creará (a través de este monopolio) suficiente cantidad de nueva
información, en el tiempo requerido?
2. ¿Esta nueva información creada podrá ser usada productivamente, logrando una maximización de los beneficios sociales para los productores
y los consumidores?
3. ¿La producción de ese conocimiento será realizada de tal forma que los
costos sociales sean minimizados?
La respuesta general a estas preguntas conduce a la conclusión de que no
existe la certeza de que la implementación de la propiedad intelectual
asegure la maximización de los recursos en una sociedad, a través de la
generación de conocimiento y su adecuada transferencia a los sectores
productivos. Y esta conclusión se acentúa cuando se observan los pequeños
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y medianos empresarios dentro de esos sectores productivos, como se
analizará más adelante.
2.2. Los mecanismos de protección
Los mecanismos comúnmente aceptados de protección a la propiedad intelectual son las patentes, los copy rights y los secretos industriales. Las
primeras son consideradas las más potentes dentro del sistema de propiedad
intelectual, dado que a través de ellas se excluye a cualquier otra persona de
la posibilidad de producir, vender o usar lo patentado sin antes tener una
autorización expresa. Debe tenerse en cuenta que una invención objeto de
patentamiento debe cumplir tres requisitos: debe tener altura inventiva, no
obviedad y aplicabilidad industrial. Dentro del régimen legal aplicable a
Colombia, las patentes están reguladas por la Decisión 486 de la Comisión de
la Comunidad Andina.
En cuanto a los copy rights o derechos de autor, lo que se busca guardar es el
trabajo original de una persona cuando se ve reflejada en un medio tangible.
De acuerdo a la Decisión 351 de la Comisión de la Comunidad Andina, se
“tiene por finalidad reconocer una adecuada y efectiva protección a los autores
y demás titulares de derechos, sobre las obras del ingenio, en el campo
literario, artístico o científico, cualquiera que sea el género o forma de
expresión y sin importar el mérito literario o artístico ni su destino”.
Es así como se está protegiendo la reproducción y venta, pero no el uso de lo
registrado.
Finalmente, los secretos industriales o empresariales consisten en una
información que es mantenida en secreto por sus creadores. Según la
Decisión 486, en su artículo 260, se considera secreto empresarial:
“cualquier información no divulgada que una persona natural o jurídica
legítimamente posea, que pueda usarse en alguna actividad productiva,
industrial o comercial, y que sea susceptible de transmitirse a un tercero, en
la medida que dicha información sea: a) secreta, en el sentido que como
conjunto o en la configuración y reunión precisa de sus componentes, no sea
generalmente conocida ni fácilmente accesible por quienes se encuentran en
los círculos que normalmente manejan la información respectiva; b) tenga un
valor comercial por ser secreta; y c) haya sido objeto de medidas razonables
tomadas por su legítimo poseedor para mantenerla secreta”.
Sin embargo, algunos teóricos apartan los secretos empresariales de la
propiedad intelectual en general argumentando que para poder ejercer su
posesión en caso de ser ésta violada, se debe recurrir a instancias diferentes
del derecho como el abuso de confianza o la competencia desleal. A pesar de
que quien posee el conocimiento haya tomado las medidas necesarias para
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preservar el secreto, la ley no provee soluciones efectivas si la información
es descubierta por accidente o expuesta de manera deliberada por terceros
(DAVID, 1996). El secreto industrial puede considerarse entonces como la
‘opción por omisión’ para el productor de conocimiento.
En cuanto a su eficiencia dentro del contexto económico, FORAY (citando a
KITCH, 1977) afirma que un sistema legal basado en patentes logrará de una
manera más eficiente la promoción de la investigación y desarrollo y la
transferencia del conocimiento, que un sistema en donde el secreto empresarial sea el pilar fundamental (1995). Para esto esgrime, en resumen, los
siguientes argumentos:
1. La existencia de las patentes logra cierta coordinación en la investigación tecnológica entre las firmas, incrementando la eficiencia con la cual
se realiza la inversión en innovación. Esto sucede porque la investigación
realizada por una empresa, en el marco del secreto industrial, nunca será
conocida por otros agentes de tal forma que estos últimos emprenderán
de acuerdo a su desinformación la misma investigación duplicando así
esfuerzos en la misma dirección. Al registrar las patentes, la información
va a ser manejada de manera centralizada y podrá ser consultada
posteriormente por los investigadores.
2. Sin la protección que ofrecen las patentes, los productores no se verán
incentivados en proveer más información que la estrictamente necesaria a sus consumidores sobre las técnicas para el uso y las especificaciones de la nueva tecnología.
3. El sistema de patentes reduce el costo contractual que surge cuando el
poseedor del conocimiento quiere relacionarse con otros agentes que
tienen información complementaria.
4. Finalmente, el sistema de patentes puede mejorar el retorno de la
inversión en innovación y reducir el costo de mantener bajo control la
nueva tecnología.
Estos dos factores (su debilidad jurídica y su ineficiencia para la transferencia
de tecnología) hacen ver al secreto empresarial como la alternativa menos
recomendada para quien genera conocimiento. Sin embargo, y debido básicamente a los altos costos que implica acceder a un sistema de protección
intelectual basado en las patentes, el secreto industrial se convierte no sólo
en la mejor sino también en la única alternativa posible para los pequeños
y medianos productores de los países en desarrollo, cuyo limitado poder
financiero no les permite incurrir en los altos gastos que conlleva patentar,
mantener y defender una innovación.
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3. La potencialización del dilema de la propiedad intelectual
Desde la perspectiva de los micro, pequeños y medianos empresarios (MIPYME),
el dilema de la propiedad intelectual se profundiza en la medida en que el
sistema, por una parte, da la oportunidad a las grandes empresas de aumentar el período o el alcance de la protección de su conocimiento a través de
maniobras jurídicas restringiendo así el acceso de los pequeños y medianos
a su tecnología; y por otra parte, imposibilita el patentamiento del conocimiento generado por las MIPYME por el alto costo que significa registrar,
mantener y defender esos derechos.
3.1. El factor de la transferencia tecnológica
Los regímenes actuales de propiedad intelectual logran proteger en un
primer momento el acceso a las nuevas tecnologías por patentamientos
otorgados a quienes las generaron, pero dicha restricción aumenta si los
poseedores de esos derechos son grandes empresas u organizaciones con el
suficiente músculo financiero como para lograr prolongar el tiempo y alcance
de sus patentes, impidiendo la difusión de ese conocimiento. Por tal razón, la
transferencia de tecnología esperada a través de dicha difusión se convierte
en un discurso teórico que no alcanza a llegar a un nivel práctico.
Lo anterior se une al hecho de que los países a los que pertenecen la mayoría
de las grandes multinacionales propenden siempre por transformar las
legislaciones logrando la ampliación de la protección tanto en duración como
en alcance. Actualmente, en el marco de las negociaciones del Tratado de
Libre Comercio con Estados Unidos, la pretensión de ese país está contenida
en el documento confidencial entregado a Colombia, Ecuador y Perú el 18 de
mayo, cuando se iniciaron las negociaciones (El Tiempo, junio 7 de 2004). En
el área de agroquímicos, su objetivo es elevar de cinco a diez años la
protección a los datos de prueba que entregan las empresas al Instituto
Colombiano de Agricultura - ICA para que ésta les autorice la comercialización
de sus productos. Lo anterior significa que el ICA no podría apoyarse en esa
información para autorizarles a terceros la producción y venta de agroquímicos,
lo cual aumentaría los costos de trámite para quienes quieran producir
genéricos.
De esta forma se impedirá que los precios de los agroquímicos o plaguicidas
(insecticidas, fungicidas y herbicidas) puedan disminuir. Debe tenerse en
cuenta que estos elementos participan entre un 20 y 30 por ciento en los
costos de producción de los agricultores colombianos y que en algunos casos
(papa, banano) pueden elevarse hasta el 50 por ciento. Sin embargo, Colombia
no pretende aumentar la protección de los datos de prueba “porque esto va en
desmedro de la agricultura y del fomento de la producción de agroquímicos
genéricos”, según palabras textuales del ministro de Agricultura y Desarrollo
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Rural, CARLOS GUSTAVO CANO. El desarrollo de esta problemática se verá al
finalizar las negociaciones, pero existe una gran posibilidad de que Colombia
tenga que ceder para obtener otras ventajas comerciales, en detrimento de
las empresas colombianas del sector agrario.
Existe otro ingrediente que agrava el panorama de la deficiente transferencia
tecnológica, pero esta vez se desarrolla a nivel local. En Colombia no existe
actualmente una legislación que permita el traslado de conocimiento de las
entidades que lo producen (universidades públicas, centro de desarrollo
tecnológico, etc.) hacia el sector productivo. En el área de la biotecnología, por
ejemplo, CORPOICA tiene actualmente una gran variedad de desarrollos tecnológicos en cultivo de tejidos vegetales, pesticidas biológicos basados en
microorganismos, fertilizantes biológicos de fuentes fungosas (micorrizas),
entre otros. Las investigaciones que tuvieron como resultado estos desarrollos fueron realizadas con dinero público. Sin embargo, al no existir una
legislación interna que permita la transmisión de este conocimiento a
agentes con la posibilidad de producir, comercializar y facturar (CORPOICA tiene
un impedimento jurídico para llevar a cabo estas acciones) las investigaciones terminan siendo solamente material bibliográfico de uso restrictivo para
los mismos funcionarios de la entidad.
A nivel internacional, el nuevo escenario en el área de investigación ha
cambiado con las regulaciones e incentivos que favorecen la apropiación del
conocimiento científico. Dos leyes en Estados Unidos direccionan actualmente los esfuerzos en este sentido: la Stevenson Wydler Act y la Bayh Dole
Act (FORERO, 2002). La primera incentiva el uso completo de los resultados de
las investigaciones e innovaciones realizadas con dineros del Estado. La
segunda otorga el derecho a las pequeñas empresas y las organizaciones sin
ánimo de lucro, incluidas las universidades, a retener los productos de su
invención conseguidos a través de financiación pública. Con esto se logra el
uso a nivel productivo de los resultados de los esfuerzos en investigación y
desarrollo llevados a cabo con financiamiento público.
A pesar de que estas leyes implican una problemática para los países en
desarrollo, cuyos científicos e investigadores se verán aislados de la frontera
del conocimiento dado que ya no serán fácilmente bienvenidos a los proyectos
en proceso, debido a la necesidad de salvaguardar la patentabilidad de las
innovaciones en desarrollo (FORERO, 2002), Colombia puede copiar el espíritu
de dicha legislación para lograr que los pequeños esfuerzos que el país realiza
para generar sus propios adelantos tecnológicos no se pierdan en trabas
burocráticas sin llegar al sector productivo. Actualmente Colombia destina el
0.41% del PIB para actividades de investigación y desarrollo. En este orden de
ideas, una legislación que permita la transferencia tecnológica desde estas
entidades gubernamentales dedicadas al avance de la ciencia y la tecnología
hacia los pequeños y medianos productores redundaría en un mejoramiento
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en el nivel de innovación del sector agropecuario y de la industria colombiana
en general.
3.2. El factor de la protección supeditada a la capacidad económica
Por otra parte, si las MIPYME son las generadoras del conocimiento, lograr
protegerlo les significa un alto costo de forma tal que conseguir la retribución
económica a sus esfuerzos en innovación y desarrollo puede ser improbable.
Es así como la capacidad financiera entra a jugar aquí también como una
variable importante en la posibilidad de proteger las innovaciones, lo cual las
dirige a recurrir al sistema del secreto industrial.
“Contrariamente a las patentes, el secreto industrial es protegido sin
registro, es decir, no requiere un procedimiento formal. Por esta razón, el
secreto puede ser protegido por un período indeterminado de tiempo, y
además, no conlleva ningún costo. Es así como la protección del secreto
industrial aparece como particularmente atractiva para las pequeñas y
medianas empresas (IPR Helpdesk, 2003)”.
El costo de los secretos industriales son solamente los que conlleva poner en
un lugar seguro la información protegida e implementar medidas y políticas
que aseguren la no filtración de la misma.
En este punto puede hacerse el análisis de dos casos reales de la industria
colombiana, retomando la introducción de este ensayo. LST como empresa
naciente tuvo la oportunidad de llevar a cabo su actividad productiva teniendo
su conocimiento protegido a través del patentamiento. En ese orden de ideas,
la empresa como tal no tuvo que incurrir en gastos directos para obtener sus
patentes, pero el sostenimiento de las mismas implicaba una fuerte presión
al flujo de caja de la compañía, no por las tarifas que cobra la Oficina de
Patentes y Marcas de Estados Unidos (USPTO) cuyo valor máximo anual es de
US$3.220, sino por las tarifas que cobran los abogados y los gastos alternos a
ese mantenimiento. Esto obligó al abandono de los derechos1 .
La experiencia de Sisvita Biotecnology, empresa colombiana dedicada principalmente a la transformación de material orgánico de residuo en
biofertilizantes, tiene origen desde su pretensión de conseguir la protección
a un desarrollo biotecnológico por el cual se logra la deshidratación de la
materia orgánica de forma acelerada, utilizando un pool microbiano. Sisvita
alcanzó a invertir US$120.000 en los trámites en Estados Unidos bajo la
premisa de que patentar solamente en Colombia no iba a asegurar sus
desarrollos: los ‘piratas’ de patentes podrían realizar el registro en ese y otros
países, después de haber tenido acceso a la información presentada a las
entidades colombianas. Finalmente la empresa tuvo que abandonar la
1
Entrevista realizada a Esperanza Morales, Gerente General de LST, 22 de junio de 2004.
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intención de patentar sus innovaciones, teniendo la fortuna de haber
realizado las gestiones para el procedimiento y no para el producto (el pool
microbiano) de tal forma que su descubrimiento principal sigue estando bajo
secreto industrial 2 .
Otro aspecto que debe tenerse en cuenta en el momento de evaluar el
impacto de los costos de patentamiento para los pequeños y medianos
productores consiste en la complejización que ha venido sufriendo el
sistema de protección intelectual, lo cual se profundiza en áreas de alto
desarrollo como la biotecnología. En este sentido, Rengifo (citando a BOTANAAGRA, 1987) expone que
“frente a la objeción esgrimida a principios del siglo de que en general las
invenciones de la naturaleza animada no pertenecen al campo de la técnica
industrial, y por tanto, no son aptas para ser patentadas, hoy se admite
comúnmente que el concepto de técnica industrial es para el derecho de
patentes un concepto amplio, abierto, comprensivo de los más variados
medios o reglas ideados por el hombre para transformar la naturaleza”.
En la misma dirección, el Tribunal Federal Alemán, a través de una decisión
de 1969 acogiendo la tesis de que los fenómenos biológicos se pueden
encuadrar directa o indirectamente en lo tecnológico, estableció que:
“no se puede seguir manteniendo la sola patentabilidad de invenciones
obtenidas con el auxilio de medios físicos y químicos […]. No se ve ningún
motivo suficiente para excluir de la protección de las patentes la utilización
sistemática de fuerzas naturales y manifestaciones de carácter biológico”.
Actualmente la legislación acepta de manera explícita la ampliación de la
protección de la propiedad intelectual. Los ADPIC (Acuerdos sobre Aspectos de
los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio) en su
artículo 27 lo contemplan:
“… las patentes podrán obtenerse por todas las invenciones, sean de
productos o procedimientos, en todos los campos de la tecnología, siempre
que sean nuevas, entrañen una actividad inventiva y sean susceptibles de
aplicación industrial”.
La evolución de la legislación va de la mano con el desarrollo de la tecnología
debido en realidad a las nuevas necesidades que surgen de la aparición de
nuevas técnicas, procedimientos y productos. Para Colombia, la legislación
2
Entrevista realizada a Francisco Ramírez, Director de Investigación y Desarrollo de Sisvita Biotecnology, 16 de
junio de 2004.
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que actualmente rige se centra en las Decisiones del Acuerdo de Cartagena,
especialmente la 486. En el área de la biotecnología y los recursos naturales
se encuentran además las regulaciones que se derivan de las Decisiones 345
sobre los Derechos de los Obtentores Vegetales que parte del Convenio de la
UPOV (Unión para la Protección de las Obtenciones Vegetales) de 1961, y la
Decisión 391 sobre el Acceso a los Recursos Genéticos que surge del
desarrollo del Convenio sobre Diversidad Biológica de 1992. Sin embargo,
dominar la legislación de la Comunidad Andina, que como reglamentación
supranacional tiene total vigencia en Colombia, no basta para poder delinear
una estrategia eficiente en la protección del conocimiento. Como fue expuesto
en el caso de Sisvita o de LST, es necesario además conocer a profundidad
legislaciones extranjeras, especialmente la estadounidense, para poder
gestionar los patentamientos en otros países. Si a eso se agrega el hecho de
que existen impedimentos jurídicos para que personas comunes adelanten
este tipo de procesos, y por lo tanto, es indispensable acudir a abogados
titulados, se llega a la conclusión de que los costos en los que se debe incurrir
para patentar, mantener y defender las innovaciones son tan altos que se
vuelven inalcanzables para las MIPYME.
Evidencia desde los países miembros de la OECD (Organization of Economic
Cooperation and Development) muestran que las MIPYME no tienen siempre la
posibilidad de utilizar los sistemas de propiedad intelectual de forma eficiente
debido a estos obstáculos, entre los que se encuentran el poco conocimiento
que tienen sobre dichos sistemas y los altos costos de un adecuado soporte
técnico y legal para desarrollar una estrategia viable de la protección de sus
innovaciones (OECD, 2004). Al respecto, la OECD sugiere reforzar en las MIPYME los
conocimientos y el manejo de todos los elementos de los sistemas de la
propiedad intelectual, además de fortalecer la integración de los asuntos de
la propiedad industrial en los programas e iniciativas políticas conducentes
a incentivar la innovación en este tipo de empresas. De esto se deriva que un
elemento constitutivo de la eficiencia de los sistemas de propiedad intelectual
yace en la facilidad con que el sector productivo, y en general los creadores
de innovación, perciban y puedan efectivamente utilizar sus derechos y
oportunidades, elemento que debe ser ofrecido por los gobiernos a través, por
ejemplo, de sus sistemas nacionales de innovación. En Colombia y siguiendo
este orden de ideas, haría falta implementar un instrumento que consiga
salvar la barrera que surge de la poca capacidad económica de los pequeños
y medianos productores nacionales. Dicha herramienta puede construirse a
través de un fondo que tenga como objetivo ayudar a los agentes innovadores
a diseñar e implementar sus estrategias de protección. Entre tanto, quien no
tenga los recursos suficientes para financiar por sí mismo estos procesos
deberá recurrir al secreto industrial.
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LINA MARÍA HOYOS LÓPEZ
4. Conclusión: alternativas para los pequeños y medianos
productores
En suma, los dos factores del dilema original de la propiedad intelectual (el
requerimiento social de difusión del conocimiento y la necesidad de una
retribución económica a la inversión en su producción a través de su
protección) se ven potencializados de forma negativa para los micro, pequeños y medianos productores de la economía, específicamente por su limitada
capacidad financiera.
La barrera que generan los altos costos de consecución, mantenimiento y
defensa de las patentes obliga entonces a las MIPYME a acudir a la opción del
secreto industrial para proteger sus innovaciones. La única alternativa
diferente a este escenario se da cuando la MIPYME consigue un ‘partner’
internacional al cual licencia y cuya obligación es sostener la patente en el
país donde desarrolla su actividad. Para esto se hace necesario que el
producto o proceso en cuestión tenga la potencialidad de ser comercializado
en diferentes países. Finalmente, tanto quien produce ese conocimiento
como sus socios externos deben tener la capacidad de defender las patentes
en el momento de ser éstas violadas. Los gastos jurídicos, incluyendo el pago
de los abogados, puede ser demasiado alto y estar por fuera de las posibilidades
financieras de las MIPYME, de tal forma que conseguir y mantener una patente
no es útil si no se puede defender cuando sea necesario. El nivel de dificultad
de conseguir este tipo de asociaciones a nivel transnacional dirige entonces
la atención a la alternativa del secreto industrial como mecanismo de
protección para las innovaciones.
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Economía y Desarrollo - marzo 2005, vol. 4, n° 1
LA PROPIEDAD INTELECTUAL PARA LOS PEQUEÑOS Y MEDIANOS PRODUCTORES DE LOS PAÍSES EN DESARROLLO
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Legislación
DECISIÓN 486
Régimen Común sobre Propiedad Industrial - Comunidad Andina de Naciones.
DECISIÓN 351
Régimen Común sobre Derecho de Autor y Derechos Conexos - Comunidad
Andina de Naciones.
DECISIÓN 345
Régimen Común sobre los Derechos de los Obtentores Vegetales - Comunidad
Andina de Naciones.
DECISIÓN 391
Régimen Común sobre los Accesos a los Recursos Genéticos - Comunidad
Andina de Naciones.
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