¡Error! No se encuentra el origen de la PAUL CELAN, EL ABISMO DEL LENGUAJE "Todos los poetas son judíos" Marina Tsvétaïeva En Czernowit, capital de la Bucovina, nació, el 23 de noviembre de 1920, Paul Antschel. La pequeña región, situada entre la rumana Transilvania y la Besarabia rusa, pertenenció al imperio austro-húngaro hasta 1.918 y fue agregada a Rumania unos meses antes del nacimiento de Paul. La Bucovina era, en aquel tiempo, un rico mosaico de culturas donde convivian rumanos, judíos, alemanes, polacos, húngaros, eslovacos, checos, armenios y gitanos. Los judíos poseían un relevante protagonismo en el fecundo ambiente artístico y literario de Czernowitz. Su lengua "cultural" era el alemán la lengua de la universidad-, pero familiarmente conservaban el yiddish. Hijo único de una pareja judía, sufrió en propia carne los efectos de ese significante ancestral (judío), símbolo de profundas y dolorosas resonancias para un pueblo "atravesado" por la palabra desde su origen. Verbo saturado de sentidos que escuchado por Abraham: "Véte de tu lugar natal, de tus parientes, de tu casa" re-significó la historia como Sino -destino y progenie representan, con frecuencia, las dos caras de un mismo arcano-. La tormenta antisemita que, de forma más explícita y cruel, recorrió Europa durante la decada de los treinta, marcó la existencia de Paul, con la inconfundible intensidad de aquellas experiencias que "tocan" los aspectos más corrientes de la vida: la difícil convivencia con sus compañeros rumanos de estudios, los continuos cambios de escuela,... "?El judaismo? No me hable de eso, doctor, no se lo deseo ni siquiera a mi peor enemigo. Insultos y vergüenza, esto es lo que acarrea: no es una religión, es una desgracia". (Heine) ¡Error! No se encuentra el origen de la A lo largo de su accidentada formación debió habitar -conocer, delimitar, cuestionar...- distintas lenguas: el alemán, el rumano, el hebreo, el francés... Dicho recorrido que probablemente tuvo influencia en la existencia del poeta, dejó una profunda huella en su poesía. Tomar en cuenta sus brillantes traducciones y el lugar, cardinal, que la traducción ocupa en su obra, nos permite desplegar algunas preguntas con las que procurar (nos) una lectura más rica de su obra. Obra que, con frecuencia, ha debido soportar la etiqueta de críptica, pero cuya dificultad no radica en presentarse como un lenguaje cifrado, -el cual, una vez descubierta la clave, permitiría la sustitución de un vocablo por otro, supuestamente más comprensible- sino que deviene, toda ella, un enorme y radical interrogante en torno a la "traducibilidad" y la comunicación verdadera; en torno a la posibilidad de que una palabra sea -eliminado, al fin, el falso lenguaje de la correspondencia inmediata- un verdadero nombre. A los 15 años entró en contacto con las ideas socialistas, participando ese mismo año en un ilegal encuentro de la "Juventud antifascista" en el bosque de Cecina. Después de obtenido el bachillerato y siguiendo, al parecer, la costumbre de los judíos de la Bucovina de elegir universidades francesas para realizar sus estudios, viajó a París en noviembre de 1.938 con la intención de estudiar en la "École préparatoire de médecine" de Tours "para saber más de la gente y poder ayudarla". En la primavera de 1.940 los tanques rusos entraron en Czernowitz. Dió comienzo así el proceso de "sovietización" de la ciudad. Al padre de Paul le fue requisado el negocio (acusado de "parasitismo social"), la enseñanza comenzó a impartirse en ruso... Y a Paul, que volvía a encontrarse en Czernowitz, le fue necesario aprender otra nueva lengua. El 13 de mayo de 1.941, los rusos deportaron a Siberia a 4.000 ciudadanos de Czernowitz, las tres cuartas partes de los cuales eran judíos. Una semana después que Hitler invadiera la URSS, el 5 de julio del mismo año las tropas rumanas, ¡Error! No se encuentra el origen de la unidas a los alemanes, entraron en Czernowitz. Las SS tenian una orden estricta: "liquidar a los judíos". El 7 de Julio incendiaron la Sinagoga y declararon a los judíos "fuera de la ley. Durante las 72 horas que estuvo en vigor la exclusión, exterminaron a 682 judíos. A partir de entonces se intensificó aún más, el proceso de estigmatización: fueron privados de sus derechos civiles, fueron obligados a llevar la estrella amarilla, se estableció el toque de queda, se les somete a trabajos forzados y por último, nuevamente, el gueto -rodeado, ahora, por alambre de espinos-. En el verano del 42 fueron deportados a un campo de exterminio los padres de Paul, donde debieron malvivir en condiciones deplorables y soportar los continuos traslados de campo en campo. Mientras tanto, Paul "apalea" en un campo de trabajo para judíos. En septiembre asesinaron a su padre. Muerte que le comunicó su madre a traves de una carta, la única. Ese mismo invierno murió, también de un tiro en la nuca, la madre. La situación para Paul continuaba igual... El mismo esforzado intento por sobrevivir al desastre: escribiendo poesia, trabajando, leyendo... Y sin dejar de escuchar los espeluznantes relatos de los sobrevivientes: orgías de alemanes, en los campos, con jovenes hebreas; "amenizadas" por músicos judíos bajo la insostenible presión de la muerte... Dolorosa experiencia que habitará para siempre en su poesía. Intolerable conmoción que la recorre toda, de extremo a extremo. Tránsito que ha traducido, re-sentido, resignificado... desde el dolor de esta eterna herida en su obra, a partir de su obra, como su obra. Recuerden, a modo de ejemplo, Todesfuge (Fuga de muerte) considerado "el mejor poema alemán de la posguerra". Poema de estremecida templanza donde el autor encadena, "en una octava distinta cada vez", su aterida acumulación de sensaciones, su opresivo machiembrado de imagenes con que acercarse (a) la agonia del hombre, su pueblo. Precisa ensambladura en la que el verbo consigue no obturar el vértigo del vacío, donde la palabra consiente "ser hablada" por el conmovido silencio del "no hay palabras". Fuga o ensambladura frecuentemente comparada al ¡Error! No se encuentra el origen de la Guernica de Picasso, y en la que residen algunas de las imagenes más sobrecogedoras de este, nuestro, tiempo: Grita tocad más dulcemente maestro de Alemania a la muerte la muerte es un grita tocad más sombríamente los violines luego subiréis como humo en el aire En 1.944 recopiló una primera colección de Poemas y decidió: "lo más importante es irse de aquí. Adónde consiga uno llegar es cuestión secundaria, con tal de que allí haya libertad". Así, en abril del 45 dejó Czernowitz para siempre. A pesar de lo cual, la ciudad nunca dejó de representar el imaginario punto de intersección de sus "revoluciones" y su obra. En Bucarest empezó a ganarse la vida como traductor de ruso. Su traducción más notable hasta entonces, Un heroe de nuestro tiempo de Lermontov, la firmó con su apellido real: Anstchel, solo que utilizando la fonética rumana: Ancel. Si anteriormente utilizaba seudónimos, en adelante firmó como Paul Celan (anagrama de Ancel). En Diciembre del 47 unos campesinos le ayudaron a atravesar la frontera con Hungría, desde donde continuó viaje a Budapest y posteriormente a Viena. Es en Viena donde alcanzó a editar su primera obra: Der Sand aus den Urnen (La arena de las urnas). Obra que debió reescribir de memoria ya que habia entregado el manuscrito a su amiga Ruth Lackner. Más adelante este trabajo fue eliminado por Celan de su bibliografia, convirtiendo algunos de sus poemas en el primer capítulo del que siempre consideró su primer libro: Mohn und Gedächtnis (Amapola y Adormidera y memoria). memoria, traducido también como Finalmente llegó a París. Tras licenciarse en Literatura Germánica, trabajó como lector de alemán en "Le École Normale Supérieure" y se casó en 1.952, año en que también fue publicado su primer libro: Mohn und Gedächtnis. Tuvo dos hijos, pero el primero murió. Despues de Amapola y memoria, ¡Error! No se encuentra el origen de la siguió editando su obra de forma regular, por la cual recibió algunos de los más importantes premios de la literatura alemana. En abril de 1.970 se suicidó arrojandose al Sena. Celan desplegó, con su vida y a lo largo de su obra, una singular indagación del "Eins-mit-den-Dingen-Sein" ("seuno-mismo-con-las-cosas") propuesto por Heidegger. Busqueda radical que la obsesiva relación del autor con la autoconciencia lingüistica re-significó estigmatizando sus escritos con el trazo imborrable del enigma. Emplazar al lector frente a su afilado laberinto no ha impedido que su voz sea considerada una de las cimas de la poesia del siglo XX; no le ha impedido ser considerado, justamente, el paradigma del poeta "...despues de Auschwitz". Si alcanzamos a preguntar (nos) por la razón del arte tras la barbarie nazi, la poesía de Celan se (nos) aparece como un estremecido destello de oscuridad desde el que alumbrar (nos) la pregunta por el hombre. Si nos arriesgamos a considerar, aún, la poesia como el inquieto espacio de la búsqueda sensible, la teórica claridad de los conceptos deviene problemática. Como ocurre en el oscuro cuarto del revelado con la luz, así con la claridad en poesía. En ambos espacios comparte la luz el inestable equilibrio de la alquímia sensible: "ni demasiado ni demasiado poco", "cada luz, un rostro", "la oscuridad también alumbra"... y así hasta el silencio. Ubicados sobre la peligrosa emulsión subjetiva, una claridad excesiva "aplana" el paisaje hasta desfigurarlo, oculta (velando) los fugaces centelleos de esa realidad otra, que no puede captarse si no es rodeada de nada, si no es envuelta en vivo silencio. En este (nuestro) espacio obsesivamente positivado, en esta geografía triste de respuesta y saber que distorsiona la cultura hasta hacerla desaparecer, el hiriente fogonazo de Celan destila, aún desde la angustia de sus enigmáticos arcanos, la inquietante primordial pregunta por el sentido de lo que (nos) pasa. Su oscura palabra aguijonea este (nuestro) tránsito por el fondo ciego del Ser; del que, más alla de las apariencias y de ciertos acercamientos sensibles, poco conseguimos saber. Uno se atrevería a afirmar que toda auténtica poesía, y Celan es ¡Error! No se encuentra el origen de la un buen ejemplo de ella, puede leerse como un afilado cuestionamiento del saber -sea este científico o humanístico. "...El no saber no puede empobrecerse con el saber. A cada respuesta -a lo lejos y aparentemente sin relación alguna con ella- debe saltar una pregunta que antes dormía acurrucada... ...A lo largo de toda una vida, el sabio no pasa de ser un niño y las respuesta lo único que hacen es secar el suelo y la respiración" (E. Canetti). Cierta línea crítica tiende a poner en relacion el hermetismo de Celan con la sacramental exaltación del lenguaje que propició Heidegger al transmutar el lenguaje en "la casa del ser". La puntuación, ciertamente pertinente, invita -nos parece- a girar, una vuelta más, desde el interior de su poesía, a permitir (nos) ser habitados por su palabra, a "flotante". poder escuchar desde nuestra subjetividad La voz entrecortada del poeta, saturada de visiones atomizadas e inteligentemente repetitiva, consigue -con su singular uso de la contradiccion- que podamos sentir en cada lectura un otro sentido. Palabra con que reseguir la extrema tensión de un lenguaje que tienta, no sin desasosiego, sus propios límites. Lírica, pués, invariablemente al borde de la fractura. Misterioso alambre siempre tensado entre la pureza del enigma y su traducibilidad; entre el origen del lenguaje al que se retorna para poder abandonarlo y la imposibilidad de hablar, con palabras inteligibles, del tiempo que habitamos y (nos) huye; entre el arrebatado caos del "menesteroso tiempo" de Hölderlin y la ciega palabra del desastre. Celan, aunque obsesionado por la posibilidad de "nombrar", aunque atrapado en el lenguaje -y quizas precisamente por ello- sigue peligrosamente abierto a la realidad. Realidad atormentada y enigmática que él pronuncia desde la callada insonoridad de la angustia, desde el abismo -pozo sin fondo del lenguaje-, desde el silencio y el intento de vivir la muerte. Su lírica admite múltiples destilaciones, distintas interpretaciones, diversos sentidos, pero en ningun caso esa imposibilidad, afirmada por diversos autores, de "establecer comunicación" con la realidad. ¡Error! No se encuentra el origen de la El silencio, referente omnipresente en Celan, contiene significaciones distintas. Más alla de su obligada existencia, más alla de la geografía en que se inscriba, más alla del vacío que indefectiblemente habita en todo lenguaje; el silencio, como realidad, metáfora o significante fundamental desde el que acercarse a Celan, tiene que ver con ese instante callado, de extrema quietud en que Hölderlin hace coincidir el crepúsculo de los dioses que se fueron y el orto de los que se presagian. Hölderlin lo dice mejor: "A menudo debemos callar; faltan los nombres sagrados, los corazones laten y sin embargo las palabras quedan atrás." "...Y lo divino se convierta en cosa de hombres" Tiene que ver con el espacio propio de la angustia, minuto extraño cuya agitada mudez anuncia incógnitos manantiales. Tiene que ver con ese vago territorio que media entre inspiración y espiración, entre nota y nota de cualquier melodía; oscuro resplandor que, anegado de niebla, alcanza a nombrar el crepúsculo que precede a toda flamante presencia, a cualquier sentido otro. En l.958 le fue concedido a Celan el premio literario de la ciudad hanseática de Bremen. Del interesante discurso que, con tal motivo, pronunció, destaca el fragmento que sigue: "Ella, la lengua, siguió siendo algo que no se había perdido. Pero ahora tenía que atravesar sus propias carencias de respuesta, atravesar un espantoso enmudecimiento, atravesar los miles de tinieblas de un discurso letal. Los atravesó y no entregó ninguna palabra a lo que estaba sucediendo; pero atravesó esto que estaba sucediendo. Lo atravesó y le fue dado salir de nuevo a la luz, "enriquecida" por todo esto." Parecia lícito esperar que el holocausto cruzara la cultura occidental señalando un antes y un después; cabía esperar que el trágico conocimiento generase una urgente necesidad de repensar (nos) el hombre; o desear que fuera posible, al menos, vivir "el crimen nazi como algo que hay que generalizar a escala del mundo entero" (M. Duras). Sin embargo, no parece ¡Error! No se encuentra el origen de la atrevido afirmar que todo ello sigue estando pendiente. Celan, no obstante, enraiza su obra en el turbado silencio de los campos de concentración, en la imposible confianza en (la comunicación de) esta "civilización". Su voz fecundada por todos los silencios -que no callada- bordea y resigue, una y otra vez, el dolido espacio de la palabra. La apasionada indagación, excesiva para muchos, que recorre toda su obra no le libera de un íntimo y profundo deseo de comunicar. Celan desprecia, no tanto las posibles lecturas primitivas o elementales, como la verborrea de los que, desde siempre y para siempre, todo lo saben. "Mi poema es mi cuchillo". En Celan cada obra representa un episodio distinto del mismo trayecto, un nuevo filtrado , una vuelta de tuerca más en el complicado proceso de obtención de un lenguaje propio. Envite nuclear que recorre toda su obra y sostiene la constante decantación de sí mismo, el continuo destilado de la propia voz. A traves del viaje de la escritura la experiencia del mundo se transforma en experiencia de lenguaje y viceversa, así la propia realidad material de la lengua alcanza a convertirse en materia poética. Incluso en los títulos de sus libros reverbera la arriesgada lucha que mantuvo contra la impotente esterilidad que la conciencia lingüística genera. La misma ambivalencia de los títulos y de sus construcciones lingüísticas dan cuenta de su respuesta, entendida como movimiento, como afilada inversión interrogativa, como un radical cuestionamiento del lenguaje, que lo llevará a residir, para siempre, en el peligroso filo de la contradicción. De umbral en umbral(l.955), Rejas de lenguaje (1.959), La rosa de nadie (1.963) título que seguramente alude al epitafio de Rilke, Cambio de aliento (Atemwende) también traducido como Viaje del aliento (1.967), Hebras de sol (1.968), Coerción de la luz (1.970), son algunos de los titulos que conforman la obra de Celan, en ellos puede verse la ambivalente elocuencia de su voz. ?Puede aprenderse alguna vez la "lengua" de Celan?. En la simplicidad de esta pregunta parecen agruparse aquellos ¡Error! No se encuentra el origen de la puntos nucleares sobre los que se han hecho girar muchas de las lecturas de su obra. Es evidente que el depurado hermetismo de su poesía pone serias dificultades a la comprensión. Los numerosos ensayos hermeneúticos que ha debido soportar su obra señalan dicha dificultad, pero a la vez, dan fe de "traducibilidad". Su texto "habla" distinto pero comparte con nosotros la lengua; la inquietante complicidad en que funda su aventura nos permite sentir, al transistar su palabra, el intenso significado del verbo experimentar; sin esa extrañada vecindad cualquier acercamiento sería estéril. El hermetismo de Celan, nunca gratuito ni producto de simples planteamientos estéticos, invita a interrogar el pórque de esa dificultad, que ocupa tanto el interior como el exterior de su voz. ?No cabría pensar que ciertas "realidades" hablan de otro modo?. ?No será que la poesía (nos) reclama una lectura en verdad abierta?, riguroso viaje donde nada carece de interés (los viajes, a pesar de la empecinada negativa de las señales de autopista, nunca tienen un único sentido) y en el que se hace necesario tomar y retomar los elementos tal y como se nos presentan; sin cerrar anticipadamente las puertas de nuestra percepción; sin coagular de sentido o sin-sentido aquello que (nos) ofrece; enfrentando, una y mil veces, aquello que irrita nuestra experiencia y nuestro asombro. No por casualidad poesía y locura, han sido unidas por la cultura en lo que después ha constituido una de sus parejas más fecundas; no por casualidad Celan aprovecha la metáfora del mensaje en una botella para hablar de a donde se dirige la poesia: "A algo que está abierto, ocupable, tal vez a un tú dispuesto, a una realidad apelable"; ni es tampoco casual su "claro" soberbio homenaje a Hölderlin, encerrado en la torre de Tubingen y pronunciando una sola palabra estallada de significados: "Pallaksch". "...Si viniera un hombre al mundo, con la barba de luz de los patriarcas: el podría, si hablara de este tiempo, él podría sólo balbucear y balbucear, ¡Error! No se encuentra el origen de la siempre-, siempre cecerrado "Pallaksch. Pallaksch"" En Celan los pasajes oscuros, las contradicciones, las paradojas nunca pueden suponerse a cuenta del "gesto" o de dudosas exigencias de estrategia estética. Gadamer, con el rigor que lo caracteriza, ha mostrado como en la poesía de Celan cualquier supuesto artificio responde siempre al deseo de comunicar una realidad. Las "contra-palabras", los espacios en blanco, los neologismos, significan el horror a la lengua que se habla -el horror tanto a su chata pobreza como a su talante acomodaticio-. Dichos elementos, de críptica función al decir de algunos, contienen la atrevida intención de provocar una lectura nueva, el inquietante deseo de ir más alla del "pasadizo de tiniebla", de alcanzar a escuchar "...más allá de las palabras", como dijo el poeta en su discurso de Darmstadt. Todo texto "incomprensible" alberga la sospecha de una comunicación posible. Los poemas de Celan no pueden con los pre-juicios; Poco importa que nos "equivoquemos", la interpretación nunca es única. Una nueva lectura (nos) permite destilar un nuevo sentido que re-alimenta la mirada. Su obra posee el resplandor de los desafíos excesivos y apasionados. Sus textos (nos) demandan una lectura distinta, (nos) solicitan escuchar de otro modo para poder alcanzar a sentir "un silencio rodeado y limitado por la lengua". Debemos, eso sí, dejar (nos) fecundar por su mirada; permitir (nos) enmudecer frente al enigma; tolerar la luz, hiriente en ocasiones, de un sentido otro. Detras de la dificultad de algunos poemas, detras de la tendencia a enmudecer, detras de los sentidos sinsentidos de su voz no existe una frívola pretensión singularizadora sino que alienta el deseo de poner atención y tensión al lenguaje, de volver a significar la voz, de recuperar la palabra, de volver a hablar. "Uno de sus versos dice "yo alumbro detrás de mí mismo"; la poesía es este resplandor que indica dónde él, con sus ¡Error! No se encuentra el origen de la versos, desapareció." Claudio Magris