20-c.QXD 20 7/17/00 20:33 Página 1 Interés general Un método con historia propia En la antigüedad, la realización de abortos era un método generalizado para el control de natalidad. Después fue restringido o prohibido por la mayoría de las religiones, pero no se consideró una acción ilegal hasta el siglo XIX. El aborto se prohibió para proteger a las mujeres de intervenciones quirúrgicas que, en aquella época, no estaban exentas de riesgo. Y la única situación en la que estaba permitida su práctica era cuando peligraba la vida de la madre. Durante el siglo XX, la legislación liberalizó la interrupción de embarazos no deseados en diversas situaciones médicas, sociales o particulares. Aunque en nuestro país el aborto no está permitido, salvo en situaciones en las que un juez permite su realización. En La Plata, una ordenanza aprobada a principios de 1999 establecía la creación de un plan municipal de salud reproductiva. Sus objetivos básicos eran contribuir a la disminución de la mortalidad materno-infantil y asegurar que todos los habitantes puedan decidir y ejercer sus pautas procreativas libre y responsablemente. Pero el proyecto fue vetado por el intendente Julio Alak con el argumento de que en la Comuna ya existía un plan de esas características y que, por lo tanto, dicha normativa entorpecía el trabajo del Municipio en ese sentido. La Plata, martes 18 de julio de 2000 SEGUNDA NOTA Abortos, una práctica que crece en la región Sólo en el hospital Alejandro Korn de Romero 20 mujeres por mes se hacen raspados. Algunas tuvieron un aborto espontáneo, otras inducido. Y cada vez son más jóvenes En la región, los abortos no parecen ser algo extraño ni mucho menos una intervención quirúrgica aislada. Cada vez son más las mujeres que deciden interrumpir sus embarazos, muchas de las cuales son adolescentes. Además un importante número de madres -especialmente las que ya tuvieron varios hijos- acuden a los centros de salud estatales para ser sometidas a operaciones anticonceptivas. En el Hospital “Alejandro Korn” de Melchor Romero se presta atención sanitaria a una importante porción de la población más humilde de la región. Por ello no resulta extraño que desde este centro de salud surjan la mayor cantidad de noticias sobre pedidos de operaciones anticonceptivas, como la atadura o extracción de las trompas de falopio. Además, al nosocomio acuden -en promedio20 mujeres por mes para que se les realicen raspados. Según detalló su director, Egidio Melía, es- tas intervenciones se hacen en mujeres que han sufrido un aborto espontáneo o inducido (por medios mecánicos). Si bien el médico aseguró que se desconocen los motivos que llevan a que estas embarazadas pierdan a sus criaturas, admitió que “es muy difícil que ellas reconozcan que se hicieron un aborto”. De todos modos, los profesionales del hospital saben reconocer cuando se trata de una interrupción natural o mecánica “por los rastros que quedan en los cuerpo de las mujeres”, resaltó Melía. El responsable del servicio de Tocoginecología de ese centro sanitario, Hugo Barbero, aclaró que “cuando tenemos la sospecha de que se trata de situaciones en las que ha habido maniobras (un aborto provocado), informamos a los directivos, que a su vez dan aviso a la policía”. Las mujeres que corren mayor riesgo de muerte son las que se autopractican estas intervenciones abortivas o las que se someten a personas sin formación específica. Como ya informó este medio en su edición de ayer, cada 100 mil madres que están en condiciones de dar a luz en la provincia de Buenos Aires, 67 mueren como consecuencia directa de la realización de un aborto. Otro dato habla a las claras de esta problemática: en el país se realizan a diario 1000 interrupciones de embarazos, de las cuales el mayor número se practican en adolescentes. Melía aclaró que “prácticamente un 30 por ciento de las mujeres que dan a luz en este nosocomio son jóvenes menores de 21 años, muchas de entre 14 y 17 años”. La información asoma como el mejor antídoto para evitar un embarazo no deseado. Pero a pesar de que existen varias campañas anticonceptivas, el mensaje no parece llegar a la población más humilde de manera efectiva. “En los hospitales públicos hay centros de planificación familiar a los que acuden mujeres que no quieren quedar embarazadas”, indicó Melía. Y detalló: “cada vez son más las que hacen consultas anticonceptivas, desde adolescentes a mujeres con varios hijos”. Aunque, está claro, que muy pocas personas conocen este servicio. En estos espacios, los profesionales les dan información sobre cómo sobrellevar el tratamiento y, 50 Triples jamón y queso..............$ 22 50 Triples surtidos especiales......$ 25 50 Saladitos.........$ 18 1 kg. Masas........$ 8 Tortas ......................x1Kg $ 8 Anticipe su pedido para el día del amigo ENVIOS A DOMICILIO 17 esq. 61 tel. 4511888 - Cel 15-428-6165 en muchos casos, las pastillas o el uso de preservativos. Pero a pesar de estos métodos “más económicos y menos peligrosos”, muchas mujeres prefieren someterse a operaciones complicadas. Una de ellas -y la más pedida- es la atadura de las trompas. En general se considera aborto cuando los fetos con menos de 0,5 kg de peso o 20 semanas de gestación son expulsados o quitados de los cuerpos de las embarazadas. Hay dos tipos de abortos: los espontáneos y los inducidos. En el caso de los primeros, se calcula que el 25 por ciento de todos los embarazos humanos finalizan en una interrupción de este tipo, y tres cuartas partes de éstos suceden en los tres primeros meses de embarazo. Algunas mujeres tienen cierta predisposición a tener abortos, y con cada uno de ellos disminuyen las posibilidades de que otro embarazo llegue a término. A pesar de que las causas del aborto espontáneo no se conocen con exactitud, en la mitad de los casos hay alteración del desarrollo del embrión o del tejido placentario. También puede ser consecuencia de alteraciones en el entorno materno o la carencia de vitaminas. En un aborto espontáneo, el contenido del útero puede ser expulsado del todo o en parte; sin embargo, en ocasiones, el embrión muerto puede permanecer en el interior del útero durante semanas o meses: es el llamado aborto diferido. La mayor parte de los médicos recomiendan “la excisión quirúrgica de todo resto embrionario o placentario para eliminar las posibilidades de infección o irritación de la mucosa uterina”, tal como aclaró Melía. El aborto inducido, en cambio, es la interrupción deliberada del embarazo mediante la extracción del feto de la cavidad uterina. En función del período de gestación en el que se realiza, se emplea uno u otro tipo de intervención, desde la succión del embrión a la introducción de un instrumento para eliminarlo. Cuando las mujeres sufren abortos -espontáneos o inducidos- por los general acuden a los centros de salud para que no queden en sus cuerpos restos del embrión. De acuerdo a lo que indicaron de manera coincidente Barbero y Melía, casi una mujer por día acude al hospital de Romero para someterse a un raspado.