04 08 2012 aguer

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4 – AGOSTO - 2012
Gacetilla de Prensa
REFLEXIÓN DE MONS. HECTOR AGUER
“LOS MÉDICOS y el PROTOCOLO DE LA MUERTE
“La semana pasada comenté el Protocolo para la Atención Integral de
Abortos no punibles, publicado por el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos
Aires. Yo lo califiqué de inmoral, ilegítimo, ilegal e inconstitucional. Hoy quiero tratar
un aspecto particular, que son las consecuencias que esta resolución del Ministerio
de Salud de la Provincia implica para el ejercicio de la medicina, porque todo el
mundo sabe que los médicos están para curar, para salvar vidas, no están para
matar. Pero el mencionado protocolo les impone la tarea de eliminar a niños por
nacer”.
“Entonces aquí se juega algo muy grave para la conciencia de los médicos.
Ellos hacen un juramento cuando acceden a la profesión. Es el famoso juramento
hipocrático. La fórmula establecida por Hipócrates no suele usarse actualmente, sino
una nueva, que se llama fórmula de Ginebra, que entre sus considerandos asume
esta obligación: “Tendré absoluto respeto por la vida humana desde la concepción”.
“Por otra parte, la Academia Nacional de Medicina en dos declaraciones, una
de 1994 y otra de 2010, ha insistido mucho en este punto, manifestando cuál es la
misión del médico. Dice que “terminar deliberadamente con una vida humana
incipiente es inaceptable. Representa un acto en contra de la vida pues la única
misión de cualquier médico es proteger y promover la vida humana, nunca destruirla.
Toda legislación que autoriza el aborto es una negación de estos derechos y por lo
tanto de la medicina misma”.
“De esta definición se sigue que en la resolución del Ministerio de Salud de la
Provincia hay una contradicción con la esencia y la lógica de la medicina”.
“La otra declaración de la Academia expresa: “la salud pública argentina
necesita de propuestas que cuiden y protejan a la madre y su hijo, a la vida de la
mujer y a la del niño por nacer. La obligación médica es salvar a los dos. Nada
bueno puede derivarse para la sociedad cuando se elige a la muerte como solución.
Si el aborto clandestino es un problema sanitario corresponde a las autoridades
tomar las mejores medidas preventivas y curativas sin vulnerar el derecho humano
fundamental a la vida y al de los profesionales médicos a respetar sus convicciones”.
“Ahora, si el Estado bonaerense se obliga legalmente a favorecer el aborto y
a realizarlo en sus hospitales está obligando a los médicos a ejecutar esa práctica.
Si alguno de ellos interpone la objeción de conciencia, el director del hospital tiene
que ir a buscar a alguien que se preste a realizar el aborto. Médicos aborteros ha
habido siempre, pocos felizmente pero ahora son presionados por el Estado para
que se conviertan en tales. Es verdad que el Protocolo para la Atención Integral de
Abortos no Punibles admite la objeción de conciencia, pero los médicos tendrían que
manifestar la objeción de conciencia al publicarse este protocolo, al conocerse este
protocolo o bien cuando entran a prestar su servicio en una unidad hospitalaria.
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Entonces se compondrá una lista de aquellos médicos que hacen objeción de
conciencia y manifiestan que no están dispuestos a hacer un aborto. Esa lista se
convertirá fácilmente en una lista negra. ¿Podrá, por ejemplo, un objetor de
conciencia llegar a ser director de un centro médico? Ofrezco una sugerencia
razonable: ¿por qué no se hace más bien una lista de médicos dispuestos a
practicar abortos?”
“¿Quién nos asegura que estos médicos que respetan la vida desde la
concepción no van a ser discriminados? Porque si este protocolo se ha aprobado en
el ámbito de un área de política de género todos sabemos hacia dónde empuja la
ideología de género y con qué prepotencia avasalladora intenta imponerse”.
“La presentación pública del malhadado protocolo no
reacciones. Pero los médicos tendrían que protestar personal
porque en aquella medida hay una presión indebida del Estado
naturaleza de la medicina misma y por tanto contra los derechos
médicos de servir a la vida”.
suscitó mayores
y colegialmente,
que va contra la
y deberes de los
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