[ie 518] (9 octubre 1916)

Anuncio
:
Año XXII
- .
• • " * < : " .
Pamplona 9 de Octubre de 1916
•
'
'
•
'
'
Núm. 515
v
censura eclesiástica
DIRECCIÓN V flDMINISTRflCIÓN
Biblioteca Católico-Propagandista
TEJERÍA, 40, PAMPLONA
salud de la patria, supuesto que se había conseguido el
fin para que nacieron.
Mientras llega el momento de entonar el nuevo ¡oh,
felix culpa!, nierece considerarse el hecho de que, en las
gestiones para obtener algún alivio en la crisis papelera,
OR si faltaba alguna cuestión en nuestros tiempos
andan mezcladas gentes de todos los colores, católicos y
en que todo son cuestiones, la religiosa, la polí"
liberales, tradicionalistas y revolucionarios, o como ahora
tica, la económica, la social, etc., etc., ha brotase dice, hombres de la derecha y hombres de la izquierdo una nueva que afecta lo mismo a los grandes
da. Hasta ahí parece que la cosa nada tiene de extraño,
que a los chicos, a.las empresas de diarios que
pues tratándose del derecho a la vida, y siendo evidente
cubren el mundo de hojas, que a las-humildes revistas
que para combatir a la prensa mala, lo primero que ha de
que tienen su público escogido y circunscrito, lista es la
hacer la buena es existir, cuanto
dichosa cuestión del papel, una de
por derecho natural sea necesario
las derivaciones de la espantosa
para asegurar esa existencia se
guerra que consume al mundo, y
entiende justificado. Pero hacer
que no se sabe cuando tendrá fin,
pan de higos católicos y liberales,
porque se trata de un gran castigo
apoyándose mutuamente como si
de Dios, y no hay ningún pueblo
todos fueran unos y formaran en
que lo reconozca y que esté disel mismo gremio, es todo lo con.puesto a humillarse.
trario de lo que ha side y ha reLos precios del papel, por la ca
presentado
siempre ia prensa carestía de las primeras materias, estólica en España, que no se ha contán por las nubes; y a vista del alsiderado nunca una suerte de emza persistente de tales materias,
presa industrial, o finca en explohasta ha llegado ha temerse que
tación, o negocio de rendimiento,
no se publicasen los periódicos;
sino arma de combate, y arma nocon lo cual, excusado es decir lo
ble. ¡Qué pena nos dio siempre
que saldrían ganando la moral, el
ver a los periodistas católicos cosentido común y la salud pública,
dearse con los liberales en esas tientre otras cosas, y lo que perdetuladas asociaciones de la- prensa
rían el infierno, las gentes de mal
que dan a sus asociados algunos
vivir, los manicomios, hospitales,
beneficios materiales y ayudas de
casas de salud y demás remedios
costa,
en comestibles, médico y
parciales al pestífero mal de la
botica,
etc.! ¡Qué dolor, ver hoy
prensa. Ni se nos venga diciendo
periódicos sanos, y de mérito en
que también existen buencs dia
el campo católico, de la mano de
rios y revistas sanas y piadoras
otros liberales, haciendo causa coque defienden la buena causa.-porCamarín k Nuestra Segara de! Pilar de Zaragoza
mún con ellos y apareciendo ante
que, fuera de que al amparo de la
horrible confusión moderna, hay cosas y empresas rnuy
el público como compadres y compañeros que se ayudan
varias y mezcladas que aparentan una cosa y en verdad
mutuamente en la crisis del papel; como si todos tuvieson otra distinta, es evidente que la buena prensa, aun la
sen un mismo enemigo, y con tal de vivir, tanto montara
que ciertamente merece nombre de ta1. S Í creó y fundó
defender los derechos de Dios como los de su enemigo,
para resistir a la mala, y muerto el perro, se acabó la rael jefe y espejo de todos los liberales! ¡Y cuan hermosa
bia, y con tai de.acalfar esíis bocas y p'uaiis de malJad
y nobilísima aparece ante estos contrastes ¡a bendita banque vomitan todos los días horrores y blasfemias y mendera de El Liberalismo es pecado, donde con tanta copia
tiras e iniquidades, ya se podría hacer en cambio e! sacride saira doctrina como gracia y donosura se recomiendan
ficio de los pocos que dan gloria a Üi.s y escriben para
los procedimientos españoles por excelencia en esta y
LA CRISIS DEL PAPEL
LA AVALANCHA
222
otras crisis, y que podían compendiarse en el adversus
hostes del derecho romano, no entendiéndolo del enemigo personal, sino del enemigo de nuestra fe y de nuestra
patria, o como si dijéramos, del que se opone y lucha
contra todo lo que tiene de más grande el alma española.
¡Oh! concédanos Dios Nuestro Señor, por mediación
de su Santísima Madre, en este mes henchido de recuerdos gratos al corazón español, porque es el mes del Rosario y de la Virgen del Pilar, el mes en que se conmemora el descubrimiento de América y la batalla de Lepanto, el mes de San Francisco de Borja y de Santa Teresa de Jesús, que permanezcamos fieles a la doctrina y
al procedimiento clásicos, y que crezca y aliente el criterio que salva a los individuos, a las colectividades y a los
pueblos, para todos los cuales es cierto de toda certidumbre que la suma intransigencia católica es la suma católica caridad.
.
ESTANISLAO.
NAVARROS ILUSTRES
D. Francisco Navarro Villoslada
El hombre de fe—Ni santurrón ni beato.—Trozos epistolares.
A medida que se adelantaba en el vivir, crecía con él
aquel su acendrado espíritu de fe que en sus labios ponía de esas palabras sublimes que ni atisbar puede la
más encumbrada ciencia, y daba a sus actos y resoluciones una fijeza inquebrantable, como es inquebrantable
Dios, base y cimiento de ellas. ¡Cuan familiar y querida
le era aquella máxima del santo patrono suyo, San Francisco de Borja: "De no servir a señor que se me pueda
morirj Estas palabras constituían como la divisa de todas sus acciones, pudiéndose afirmar que muchas veces
al día repetiría aquellos sublimes afectos que más tarde
puso en verso el insuperable autor de El Amor de los
amores:
"Con aquel santo marqués
- De Lombay, quisiera asir
'•'
Los cielos, y repetir
-.• " •.
• '• . Con semejante fervor:
••'",•
Nunca servir a señor
Que se me pueda morir.,,
^
-,
Villoslada fue un hombre de fe y un hombre de oración. Como hombre de fe nos ha aparecido miles de veces en su vida. En duros trances sometió Dios a prueba
su virtud. Rectas eran sus intenciones y nobilísimos sus
empeños. El mundo maligno le daba malas intrepreíaciones, le amenazaba con la pérdida de su reputación literaria, le hacía pasar por traidor ante su más querido jefe,
le estrujaba e! corazón, poniéndole ante los ojos el porvenir perdido para sus hijas. Villoslada escuchaba dentro
de su alma esta palabra: "¡Dios lo quiere!», y luego se
decía a sí mismo: "¡Adelante, pues, en el nombre del
Señor! B
v •",
•.
* * *
Villoslada fue además un hombre de oración.
Recordamos haber leído en el ingeniosísimo Saf, estas
o parecidas palabras: "Así como entre los hombres los
hay que tienen alma de cántaro, y no son ciertamente los
que tienen más grande alma, así en la Iglesia de Dios no
todos los que tienen algún calificativo de santidad son ya
por eso solo canonizables. El santurrón, por ejemplo, es
un tipo singular, un trota altares que se come los santos,
rezador sempiterno, malhumorado, cariacontecido, rostrituerto, huraño, gruñón, cuya vida suele ser un continuo
descrédito de la piedad y una caricatura de la verdadera
virtud. „
Ningún punto de contacto con este tipo deí santurrón
tenía Navarro Villoslada. Veámoslo.
Es admirable la correspondencia que por varios años
sostuvo con aquel amigo del alma, escritor correctísimo
y genial, que se llamó Eduardo González Pedroso.
Alma fogosa y grande la suya; grande en sus extravíos,
grande en su arrepentimiento. Por América anduvo varios años, llevando cierta romántica vida de bohemio. En
el craso vaho de la corrupción obscurecióse la luz de la
fe, y gloria fue de Villoslada volver a encender en aquella alma la antorcha de la verdad católica. El epistolario
de Pedroso y Villoslada debíamos trasladarlo íntegro. Es
de-lomás hermoso y conmovedor que en este género de
literatura conocemos.
Algo de él vamos a dar a conocer, porque es este un
atajo felicísimo para el conocimiento del alma de Villoslada.
Poco después de la conversión de González Pedroso,
escribíale Villoslada estas palabras, programa, según él lo
entendía, de la vida devota y perfecta.
"Ahora debemos tratar de una vida perfecta. Por precisión tenemos que vivir en el mundo, y yo quisiera, con
la ayuda de Dios, realizar una cosa difícil, pero conveniente a mi modo de ver. Vivir ante todas cosas bien con
Dios, mirar al mundo con el desprecio y compasión que
merece, pero no cambiar en apariencia más que lo necesario para que el mundo conozca que no somos suyos,
pero sin la menor afectación, con sencillez y benevolencia. En una palabra, seguir poco más o menos la vida que
ahora, quitándole la parte de disipación y mal ejemplo.
Ahora bien, ¿qué ocupaciones emprenderemos, puesto que para alimentar a nuestra familia necesitamos trabajar, y por desgracia no sabemos hacer sillas ni zapatos? Debemos preferir las ocupaciones graves y útiles, a
las de recreo y pasatiempo, y abandonar aquellas que
nos expongan a cometer faltas y pecados.„
¡Qué hermosas palabras! qué bello programa para llevar en el mundo, no una vida de santurrón, sino una vida de cristiano!
• *•
El año 1857 emprendió Villoslada un viaje de Madrid
a Viena. Está escrito con todos los encantos y primores
de esa literatura que pudiéramos llamar del turismo, estilo Chateaubriand, Lamartine y Alarcón. Nadie lo conoce, porque, como otras muchas obras de Villoslada, permanece inédito.
¡Qué bien, a través de las mil reflexiones que le sugieren ios monumentos visitados, se transparenta el cristiano de convicción y de delicadísimos sentimientos! Escuchad una página de su diario.
"Día 5 de Enero.—¡Buenos días, mi querida madre!
He dormido perfectísimamente, al arrullo de una música
muy dulce que sonaba en un cuarto inmediato
y, sin
embargo, estoy triste
y tengo ganas de terminar mi
viaje
Me consuela el pensar que a estas horas mis hijas se estarán levantando, que se arrodillarán delante de
la Virgen, darán gracias a Dios y pedirán por su papá.
¡Bendita sea usted, madre mía, que les da tan cristiana
educación!
Me he puesto de rodillas, a
w¡Adiós! ¡Estoy llorando
pedir a Dios también por usted y por ellas!,,
Decidme, ¿no es esto sencillamente admirable, desde
el punto de vista del cristianismo, y aun simplemente
desde el punto de vista de la estética? ¡Qué bien COÍIK
prendía este gran hombre aquel pensamiento profundo
de Veuillot, puesto luego en verso por el poeta de Horizontes:
"Nunca es más grande el hombre que de rodillas!,,
A los que hemos leído el epistolario íntimo de Villoslada nos tiene este gran cristiano acostumbrados a rasgos
como el que acabamos de citar, rasgos que toda alma sensible subraya siempre con lágrimas.
Estaba por aquellos días, 24 de Junio del 59, enferma
la angelical mujer de González Pedroso, que tanta parte
tuvo en la vuelta a Dios de este pobre pródigo. Pedroso
había escrito a Villoslada participándole tan sensible noticia. Escuchad la contestación de Villoslada. Sin comentarios, es mejor: para ponérselos, habría que sentir tanta
como el corazón que la dictó.
LA AVALANCHA
"Mi querido Eduardo: Esta mañana he recibido tu carP»ra LA AVALANCHA
ta con la triste noticia de la enfermedad de Pepita. Inmediatamente ha mandado mamá aceite a la Virgen de la
Soledad, para alumbrarla mientras dure la indisposición,
y toda la familia hemos ido a !a iglesia, a pedir a Dios
que, si es posible, aparte de vosotros el cáliz que os ofrece, o que os fortalezca para sobrellevar su amargura. Yo
(Una obra del infante D. Juan Manuel)
tengo vivas esperanzas del restablecimiento de ese ángel,
• i •"'—"A mi querido amigo el cultísima escritor
al que todos amamos cariñosamente. Las fundo en las
militar Armando Guerra.
oraciones de mis hijas, que con toda la inocencia de niñas saben orar como personas adultas. Es un espectáculo
AGÓ María tributo a la muerte,
tiernísimo y consolador el verlas dirigir el rosario todas
no como quien se sujeta a un caslas tardes, rezando, no sólo las oraciones en castellano,
tigo, sino como quien, a imitación
sino la letanía, el oremus y el Angelas en latín, como
y ejemplo de Jesucristo, se someunas monjitas en miniatura. El primer día me reía y llote a la condición natural de la
raba al mismo tiempo, al ver salir de sus labios tan covida humana, en su elemento
rrectas las palabras latinas, cuyo sentido comprenden.
corpóreo.
Dios las oiga, Eduardo.
Murió la Virgen, si puede llamarse muerte al tránsito placidí"Acabo de oírlas decir que mañana han de ofrecer la
simo de la vida pasible a la inmisa por la salud de Pepita, porque !a de hoy, como de
mortal, en fuerza de los ímpetus
obligación, no les ha parecido bastante.„
inefables del amor divino de caTodavía es más bella, como floración de piedad y coridad, que en las proximidades
mo exudación de los sentimientos más delicadamente
de la Patria, golpeaba con latidos
cristianos de su alma, la carta que Villoslada escribió a
irresistibles las paredes del pePedroso el 15 de Agosto del 60, día de la primera comuR ROÍ SIlfALÍS
cho virginal.
nión de una de sus hijas, la angelical Petra, que no conEl sepulcro no fue para Ella lugar de corrupción; en
taba entonces más que nueve años.
él, descansó el cuerpo y recibió los honores de todos los
"Te he encomendado a Dios, especialísimamente hoy.
Apóstoles, que en aqutl culto y en las primicias de aqueque es uno de los mejores días de mi vida. En efecto,
lla veneración representaban a- toda la Iglesia; y muy
querido Eduardo, he comulgado hoy, en compañía de
mis dos hijas, una de las cuales
lo ha hecho por primera vez. Es- . . . . . . . _ ....
......
NAVARRA
to es un preludio del Cielo. Dios,
por su infinita misericordia, haga
que no seamos indignos de Él, y
que por medio de una vida santa,
. todos los que en este mundo esta- mos tan especialmente unidos por
los vínculos de la sangre o del corazón, nos encontremos allá más
íntimamente unidos en el regazo
del Señor.
nComprendo tu valor ante la
: muerte de los quemas amas, cuando yo hubiera querido morir hoy
- después de comulgar con mis dos
;* hijas. „
Este fue sin duda el día en que
•** Villoslada, fuera de sí de dicha al
r ver a sus dos hijitas comulgando
r. con él, pero triste en parte al pensar que su esposa, la madre de
sus hijas no estaba allí, compuso
aquellos versos a la Virgen Santísima, aquellos versos que no le
Iglesia, p a r r o q u i a l d e "Cs-ún
. .• .
•- cayeron de la fantasía, sino que
el corazón le subió a los labios.
pronto, después de la muerte, resucitó María, y entre
¡Virgen santa! el que te implora
Miradme; en ardiente abrazo
coros de ángeles subió en cuerpo y alma al Paraíso.
Es un pobre pecador;
Dos niñas estrecho, dos
J JPero es un padre, Señora,
Angeles que en tu regazo
Esta gloria de nuestra Señora, este último triunfo que
¡Es un padre, y Madre sois!
Anidarán desde hoy!
corona y remata todos los anteriores de la Madre de
Dios, es una verdad que, si no está definida, está por lo
Y entonces fue también cuando este padre amantísimo
menos en la persuasión y certeza del pueblo católico, re-^
y cristiano modelo, después de hacer por sus hijas esta
cibida desde remotísimos tiempos, engarzándose nuestra
tan tierna plegaria, al estampar en sus mejillas el beso
firme y piadosa creencia, con la predicación apostólica y
más cálido de sus amores, aspirando en ellas, como en
la fundación de la Iglesia de Jesucristo.
pétalos de azucena, el más celestial aroma del candor,
consignó en su libro de apuntes aquel sublime anhelo con
Uno de los documentos en lengua vulgar comprobatirespecto a cada una de sus hijitas, anhelo que a nosotros
vos de esta fe de los cristianos en el misterio de la Asunnos place traducir en verso:
ción, más auténticos y antiguos al mismo tiempo, está
tomado
de los comienzos de la literatura española.
¡Antes que verte viva y sin perfume,
' * "'~
Y
cosa
singular; no es obra de algún docto clérigo, de
Prefiero verte perfumada y muerta!
algún sabio prelado o de algún diligente escriturario que,
.¿.'•:
. ._. :
JOAN NEPOMÜCENO GOY, C. SS i?.
por hábito y profesión estuviera en contacto con el saber y la ciencia de la clerecía. Se debe a un escritor pro-'
fano, a un seglar metido hasta ios ojos en negocios de
Pensamientos.—Trea muchos y (res pocos son percortes y palacios, en asuntos de intrigas y andanzas políjudiciales al hombre: hablar mucho y eaber poco; gaBtar
ticas; es obra de un caudillo que casi desde los doce años
mucho y tener poco; presumir inucho y valer peco.
empezó, si no a pelear, por lo menos a vivir y acampar
Sancta María de Agosto mediado
224
LA AVALANCHA
entre los que peleaban, y continuó durante treinta años,
entre la agitación y trabajos de las empresas militares; es
fruto dé la devoción, más que del saber, de un infante de
Castilla, D. Juan Manuel, hijo del infante D. Manuel, hermano del Rey Sabio y último hijo de San Fernando; devoción que él conserva como una flor inmarchita y una
esencia riquísima encerrada en pomo de inestimable recuerdo, en medio del tráfago de las cortes y de las luchas
de la ambición y las caídas de la flaqueza humana y el
-torbellino de aquellas revueltas minorías, a la muerte de
Fernando IV.
Extraño teólogo de la Virgen, el que, dirigiéndose a
Fray Remón Masquefa, Prior del convento de Dominicos
de Peñafiel, escribía en el siglo XIV el tractado en que
se prueba por razón que Sancta María esta en cuerpo
et alma en el cielo
Porque home del mundo non debe
dubdar que Sancta Maña non sea en el cielo, en cuerpo et en alma.
Habla de esta fiesta de la Asunción que llaman acá en
Casüella, Sancta Mario, de Agosto mediado, como de
fiesta antigua y principal y de una de las mayores glorias
de la Virgen. Et como quier que esto non sea de los articlos de la fe, con la mercet de Dios yo diré algunas razones porque indirecte los que esta dubda tomasen (DE NO
ADMITIR LA ASUNCIÓN), serian herejes ó muy cerca de
creer en herejía.
Dulce y filialmente invoca a la Virgen que es llena de
gracia, que la quiera ganar á mi, de sufijo, que es verdadero Dios et verdadero home, porque pueda decir eos
verdad algunas ranzones porque los que verdaderamente
creen lo que es verdal, que la dicha bienaventurada Virgen Sancta María es en cuerpo et en alma en paraíso,
lo crean cadal dia mas firmemiente et acaben sos días
en esta verdadera creencia.
A ello le obligan, a pesar de su mengua de entendimiento y de letradura, razones generales de sentido cristiano, de conciencia de su fe, de celo por la religión, de
múltiples deudas a ta bienaventurada Señora.
Una de las peores cosas que el home podra haber en
si, era non se sentir, carecer de sentimiento de gratitud
por los beneficios recibidos, de amor y de celo por las
grandes causas de la religión y de la patria; celo que, según él entiende y practica, a pesar de sus miserias y aventuras de pecador le fuerza y compele a poner su entendimiento al servicio de la verdad y a ofrecer, si es preciso, su vida en defensa de la fe.
Y puesto a razonar en su ingenua y caballeresca teología, se le va la pluma en aquel su estilo fuerte, vario, pintoresco, expresivo, que había ejercitado en el libro del
caballero et del escudero, en el traciado sobre las armas, en el libro de los castigos, en el de las maneras del
amor, en el libro de Patronio "et por otro nombre el
Conde de Sucanorn y en otros de su fecunda y genial literatura.
Tocado de algo de optimismo teológico, "funda su primera razón en que Dios es poder complido et de bondat
complida y en todas las cosas siempre quiere lo mejor;
razonamiento que tal como él lo entiende y en su buena
Fe lo aduce, y en el supuesto de que lo mejor se refiera
al orden concreto y determinada providencia elegida por
Dios, tiene fuerza probativa y desde luego puede pasar.
No entiende cómo aquel cuerpo tan puro de la Virgen
que fizo cuantas buenas obras pudieron ser fechas
et
nunca en poco ni en mucho erro nin cayo en pecado,
hobiese á sofrir todas las vilezas et corrompimientos
que sufren los otros cuerpos de los homes que mueren.
No se explica que Dios alargue y difiera, al bendito
cuerpo de la Señora, el darle gloria complida, y lo prueba y confirma con el ejemplo de otros santos que resucitaron con Cristo en cuerpo y alma gloriosos.
De la identidad de la carne de Cristo y de la Virgen
ca Ihu Xpo non hobo padre que fuese home de carne, et
por ende toda la su carne que hobo como home toda la
tomo de Sancta Maña, deduce que a ninguna de las dos
debía tocar el gusano de la corrupción del sepulcro.
Del honor del Hijo arguye al honor de la Madre; cita
las palabras del Señor: Padre yo quiero que do yo só y
sea el mi ministro; pondera que nadie sirvió al Hijo
como su bendita Madre, y cierra finalmente su curioso y
devoto raciocinio, con el testimonio de la tradición de la
Iglesia.
El asombroso polígrafo, como hoy diríamos, en cuyas
manos, en frase de D. Pascual de Gayangos, la prosa
castellana se pulía y perfeccionaba "de manera que en
poco más de un siglo se mostraba ya con todas sus galas,
abundante, rica, grave y sonora,,, el escritor en cuya obra
literaria, que dijo Tickuor, "compuesta en medio de las
guerras y agitación que eran como el principio vital de la
Península, descubrimos el desarrollo completo de los giros y formas de la prosa española, que después la hacen
nacional y característica,,, que según el Conde de Puymaigre, tiene el raro talento de inimitable cuentista y
"perfecciona la prosa que Alfonso X había casi creado*,
cuyo nombre, en sentir de Menéndez y Pelayo, "esclarecido en la prosa didáctica y novelesca, no se eclipsa ante
Bocaccio, y basta para llenar un siglo literario; que como
acertadamente escribe Amador de los Ríos, cunde en
fama y autoridad a través de los tiempos, "llegando en
nuestra edad al punto de ser considerado, dentro y fuera
de España, como el más ilustre ingenio del siglo XIVM,
de quien afirma Fitz Maurice Kelly, "que en sus manos
la prosa castellana adquiere nueva flexibilidad y finalidad
más alta, siendo tales sus asuntos, que dramaturgos de
genio no han vacilado en utilizarlos,,
puede y debe
figurar además como uno de los más antiguos y geniales
escritores de teología mariana en lengua vulgar, cabiendo a la de Castilla la gloria de haber servido, manejada
por el infante D. Juan Manuel, para defender en el siglo XIV uno de los más hermosos y admirables privilegios de María.
ANTONIO DE MADARIAGA,
Y el tiempo; en veloz carrera, '
pasó, dejando al pasar
un santuario en que el Pilar
día y noche se venera.
Su augusta mole severa
besa el sol, cuyos reflejos,
cuando se oculta a lo lejos,
tiñen en púrpura y rosa
de la basílica hermosa
los brillantes azulejos.
Frente a! templo, gravemente,
se va el Ebro deslizando;
¡parece que va rezando
cuando pasa por enfrente!
Dentro del templo... no hay gente;
hay tan solo corazones
que tienen sus ilusiones
en ese Pilar que adoran;
hay muchas almas que imploran
gracias, mercedes y dones.
No intente el criterio estrecho
del arte, aunque bello, humano,
saber qué secreta mano
la divina efigie ha hecho.
España guarda en su pecho
la fe de la tradición.
¿Quién la esculpió? El corazón
la adorna de encantos miles...
¿quién busca en el sol perfiles...
ni líneas en la ilusión?
Ante la santa escultura
no alcéis profanos los ojos;
¡miradla puestos de hinojos,
y sentiréis su hermosura!
¡Miradla con la ternura
que el pueblo español la mira!
¡Veréis cuánta fe os inspira,
veréis que amor tan profundo!
¡¡está tan lejos del mundo
quien con la Virgen delira!!
No hay guitarra o guitarrillo
que la olvide cuando toque,
ni jota que no la invoque
en copla o en estribillo.
Ni templo, grande o sencillo,
S.J.
r
donde no tenga un altar;
.
ni en Aragón hay hogar,
en villa, ciudad o aldea,
donde al entrar no se vea
una Virgen del Pilar.
Y de todas las comarcas,
de fe y amor nobles prendas,
llegan al Pilar ofrendas
que no caben en sus arcas. •
Y vasallos y monarcas
y mendigos y señores
dejan sus galas mejores
ante esa Virgen bendita
que tantos pesares quita
y otorga tantos favores.
De su nombre el poder santo
ampara a sus hijos fieles,
como cuando de laureles
les coronara en Lepanto;
y España la quiere tanto,
que con fiestas seculares,
en venturas y pesares,
la muestra a la faz del mundo
amor más grande y profundo
que sus montes y sus mares.
La columna del Pilar
tiene el mármol desgastado
¡de los besos que la han dado
los que la han ido a adorar!
¡Maravilla singular
que retrata a un pueblo fiel!
¡La constancia por cincel
su amor en mármol ha impreso!/
¡Ay! dar al Pilar un beso
es dejarse el alma en él!!!
¡Santo Pilar que María
colocó a orillas del Ebro!
¡cuando sus glorias celebrol
hablo por la patria mía!
¡Eterna es su poesía!
¡será inmortal su memoria!
¡¡¡Pilar, columna de gloria,
en que el pueblo español ve
el emblema de su Fe,
la majestad de su Historia!!!
JUAN MARTÍNEZ NACARINO.
LA AVALANCHA
LOS CAMINOS DE LA PROVIDENCIA
-(NOVELA)-
POR RAQUEL (Matilde Troncoso de Oiz)
A Pino y Luisa Acovta
Recibid esta novela, pobre fruto de mi modesto
ingenio, escrita con mucho amor y deseo ardiente
de hacer bien a quien la lea. Es flor de invierno,
de pálidos matices y escasos aromas; pero tengo la
, seguridad de que la aceptaréis con cariño por haberla trazado mi mano... esa mano que os acarició de pequeñuelas, cuando vuestra madre y yo
nos unimos con una amistad grande y sincera que
irá más allá de la vida, porque, como decía un
gran santo, "amistad que puede morir, nunca }aé
verdadera,,.
Si halláis en ella algo que os proporcione distracción y consuelo, estará satisfecha vuestra
amiga
RAQUEL.
Septiembre 191ó.
I
A tierra va difumándose a lo lejos,
en el obscuro perfil del horizonte,
como las imágenes de un sueno
se desvanecen al despertar. Cada
vuelta de la hélice acrece la distancia, y muy pronto ya no se
verá otra cosa que la inmensa alfombra de azuladas y salobres
aguas que hiende majestuoso el
soberbio trasatlántico, y la bóve^
da celeste que le cobija... agua y
cielo... espumas y nubes... eso es
todo.
Apoyada en la borda, colocada
como una estatua en la proa, esbelta y gall'arda como una palmera, hermosa como la ilusión, Cecilia de Merival contempla ese espectáculo grandioso que tan alto
habla de la omnipotencia del Criador, y su corazón entristecido se eleva en muda plegaria hacia Él, confiandole sus temores y esperanzas, dejando en sus manos su
porvenir ensombrecido
abandona la hermosa tierra en
que ha nacido, en que, al dulce calor del cariño maternal,
se habían desarrollado sus facultades morales e intelectuales, transcurrido apaciblemente los mejores años de
su vida, y pensaba con el poeta
"cómo a nuestro parecer—cualquiera tiempo pasado —fue mejor,,. Va hacia
lo nuevo, hacia lo desconocido, y sensata y reflexiva por
naturaleza y convicción, la joven, afectada por la separación de seres muy queridos, escudí ¡ña lo futuro, queriendo en vano rasgar el velo de tinieblas que lo encubre,
ávida de saber lo que le guarda
Es bueno? es malo?
es amable y feliz, o dura y sombría la existencia que le
depara el Señor? En vano interroga al cielo y a la mar
ni uno ni otra le dicen nada.
Y con las sombras de la tristeza en los grandes ojos
azules; la frente pálida, un tanto marchita por el sufrimiento, y el corazón oprimido, la joven argentina se refugia en los brazos del Dios que ama, fiándole sus destinos, yendo tras Él sin vacilaciones, con esa sublime, ciega confianza que allana los obstáculos, suaviza las asperezas, hace fáciles, enfin,todas las dificultades de la vida,
que según dice un libro piadoso, es milicia sobre la tierra.
Atardece: comienza a descubrirse el pálido parpadear
de las estrellas que tímidamente bordan el rico manto
azul del firmamento la luna asoma su disco de plata
el viento agita las aguas que se estrellan con gratos rumores en los costados del vapor y llegan a veces a salpicar la frente de la viajera, que abstraída mira al mar como
si pretendiese ver lo que guarda en su fondo inexplorable
la diosa celeste de la poesía vierte a raudales sus
dones aquella tarde.
Complemento de tan hermoso cuadro es la singular
225
belleza de aquella joven, que viste con exquisita elegancia sencillo traje de color gris obscuro de irreprochable
corte, muy sobrio de adornos, y envuelve su peregrina
cabeza un amplio velo de finísima gasa blanca, que deja
contemplar sus encantos, preservando su delicada tez de
las indiscretas caricias del viento, que sopla con alguna
violencia, jugueteando con los rizos que adornan su frente y agitando la airosa falda de su vestido.
Hay en aquella figura juvenil ese no sé qué distinguido y señoril que no se copia, que es todo de quien lo
posee; que se manifiesta lo mismo bajo los humildes pliegues del sencillo traje de percal que entre los crujientes
y ricos de la seda y terciopelo; que imprime su sello de
distinción en algunos seres privilegiados, sacándolos del
montón, atrayendo sobre ellos generales simpatías y no
permitiendo que pasen inadvertidos en ninguna parte.
Cecilia de Merival es alta, esbelta, bien proporcionada,
en ese justo término medio que tanto agrada; sus ojazos,
de un azul obscuro, impregnados de melancolía, tienen
mirada profunda y soñadora
parece que siempre escudriñan
que siempre miran más allá
que quieren
ahondar en los corazones para robar secretos y analizar
sentimientos; que pretenden, por fin, penetrar en la mente y adueñarse de las ideas
ojos tan hermosos, tan
dulces, tan apasionados, que nadie los mira sin entusiasta admiración.
Cecilia, sencilla hasta la exageración, ignora su propio
mérito
no tiene conciencia de su valer, y a veces raya
su modestia en timidez que no sienta mal nunca a una
joven, si no se exagera.
Hay pocos pasajeros sobre cubierta. Señoras, una sola.
El cabeceo del vapor, a causa del mar de proa, como se
dice vulgarmente, les ha mareado, obligándoles a bajar
precipitadamente para refugiarse en los camarotes, despojándose de las galas con que se adornaban poco há,
buscando alivio a su fastidiosa indisposición, mientras
que Cecilia permanece tranquila y serena, como si estu
viese en el apacible retiro de su cuarto de colegiala, en el
convento de religiosas donde la habían educado.
Mira el mar, el cielo y la obscura línea del horizonte,
entregada a sus pensamientos, sin darse cuenta de lo que
pasa sobre cubierta, ni acordarse de que a pocos pasos
de ella, tendida en un sillón de mimbres y envuelta en
gruesa manta de viaje, con los ojos cerrados, duerme o
reposa una mujer que parece frisar en los cuarenta y
cinco años, poco más o menos, que fue su nodriza en
circunstancias muy especiales, y había dejado a Buenos
Aires para seguirla a Barcelona.
Todo lo olvidaba en aquellos instantes. Como pasan
ante los ojos del espectador las películas en el cinematógrafo, así desfilan uno a uno en su memoria y su imaginación los recuerdos de su niñez y de su adolescencia,
agitando su corazón y despertando en él muy distintos
sentimientos
todo lo reproduce fácilmente
la muerte de su padre tan inesperada y repentina, el dolor intenso de su madre, la ternura inefable con que había reconcentrado en ella todos los afectos que perdiera
los largos días de luto y soledad en la apacible vida del campo;
más tarde, su entrada en el colegio, donde residía una tía
suya que había hecho violencia a su madre para que le
confiase su educación
la buena señora sólo consintió
que Cecilia pasara el día en el convento, haciéndola regresar por la noche, pues no quería privarse de su compañía, que era su único consuelo. Bastante largo era el
tiempo lejos de ella
y sólo por la imperiosa necesidad
de educar a la niña, aprovechaba aquella exquisita y maternal solicitud de su hermana, superiora del convento,
dejándole durante el día la prenda entrañablemente ama-"
da de su corazón.
¡Qué dulces recuerdos eran aquellos! Qué días tan apacibles, sosegados y dichosos pasó entre sus condiscípulas,
estudiando afanosa para que su madre estuviese contenta! Era siempre la primera de la cla^e, y aquel puesto lo
defendía con tesón para llevar siempre la mejor nota; y
cuando le preguntaban sus compañeías por qué estudiaba tanto, contestaba invariablemente:
— Por complacer a mi madre.
226
LA AVALNOHA
Después, terminados los estudios superiores, qué pena
desasida de todo, con esa indiferencia que hace nacer en
al dejar para siempre aquel apacible sitio de sus mejores
el espíritu la pérdida de un ser amado, le pregunta alaños, donde tantos ejemplos de virtud le habían dado,
guno cuándo había muerto su madre, contesta invariadonde tan buenas lecciones había recibido, donde se hablemente:
bía robustecido su fe y donde la piedad cristiana había
—Para mí murió ayer.
echado hondas raíces en su corazón!
Aquella recogi(Continuará)
da y hermosa capilla de la Santísima Virgen, donde hacía
sus oraciones, donde recibía casi a diario el Pan de los
ángeles, donde tantas veces había desahogado sus penas
con ardientes lágrimas, ella la veía
la veía claramente,
recordaba el lugar en que tenía su reclinatorio
parecíale escuchar los ligeros pasos de la Madre sacristana
HASTA EN LA HORA DE LA MUERTE
que se acercaba a ella, y tocándole en el hombro, la indicaba la conveniencia de aalir, porque ella no acababa
íiunca de hablar al Señor!
Después, el mundo, el mundo con todos sus encantos
—Le digo a usted, que lo que me pasa a mí no le pasó
y tentaciones
las visitas, las diversiones, los lindos traa ningún nacido.
jes, las lisonjas que siempre rehuía
todo aquel conjunTal decía un hombre de carrera a un compañero suyo,
to de goces que proporciona el dinero; hasta que un día
sujeto experimentado en azares de la vida, que le responsu madre enfermó gravemente, y antes de que ella pudió con cierta guasa compasiva:
diese darse cuenta exacta de la desgracia que la amena—Muy nuevo tiene que ser eso para no encontrar
zaba, murió, dejándola sumida en la más amarga soledad.
igual, ni parecido siquiera, de tejas abajo. ¿No sabe usted
que quien no puede engañarse ni engañarnos certificó de
Cecilia recuerda las dolorosas escenas de la breve doque nada hay nuevo debajo del Sol?
lencia y de la muerte de su madre, a quien amaba entrañablemente. Había sido aquello tan
—Pues, óigame usted, y vea si es
cruel! A ios dos días de guardar cama,
nuevo. Yo tenía un asunto de imporel médico indicó que debía preparartancia en mi estudio, y a pretexto de
se
ella creyó que soñaba
como
buscar unas noticias y confrontar
unos planos, los interesados, sin más
su madre era muy joven, nunca penni menos, lo sacaron de él, con la
só en su muerte
¿quién se acuer
agravante de dejar al médico e ir a
da de la tempestad cuando brilla el
buscar a un curandero. ¿Qué le paresol y el cielo ostenta purísimo azul?
ce a usted?
¡Qué golpe tan doloroso y tan ines
—Me parece una indecencia y una
perado fue aquél!
En toda !a pie
estupidez.
nitud de su razón, la enferma recibió
—Pero hay más, como dicen los
los santos sacramentos, hizo sus disoradores parlamentarios; el principal
posiciones, habló largamente con su
de la tribu, hombre poco aficionado
hija, aconsejándola que pasara algu
a llevar la contraria a los que gritan,
nos meses en el convento con su bue
vino a verme, y me pidió que le perna tía, y luego marchase a España,
donase; pero no a la manera antigua,
donde una hermana, casada con un
que con el perdón llevaba aparejado
rico propietario, cuidaría de ella y le
el dolor, el propósito de la enmienda
daría cariñosa hospitalidad.
y la reparación; sino a la manera moEn aquella triste tarde de Octubre
derna, que equivale a decir:—perdósobre la cubierta del magnífico trasneme para seguir haciendo lo que me
atlántico que la conduce muy lejos de
venga en talante, y por de pronto, pasu patria, Cecilia, con los ojos de>
ra continuar ofendiéndote, lo cual, diespíritu, ve a su madre descansando
cho sea con los respetos debidos,
en su lecho mortuorio, envuelta en
más que pedir perdón es pedir una
el hábito de las Carmelitas, cruzadas
patente de corso; ¿no le parece a
las manos de marfil amarillento sousted?
bre el pecho, en que descansaba el
crucifijo de plata que también había
—Sí, señor, y es muy exacta la fraSimpática familia aragonesa
se; pero como no le haya ocurrido a
endulzado la agonía de su padre la
Fotografía de D, Dionisio Lasa
usted más que eso, me mantengo en
ve risueña y tranquila, como quien,
lo anteriormento dicho: eso no es nuevo; eso es el pan
llegada al puerto después de fuertes borrascas y penosa
de cada día en las relaciones humanas.
travesía, descansa ya sin poder experimentar más temo
—Pero, ¿es posible?
res; y al rogar al cielo por el eterno reposo de aquella a
quien tan entrañablemente amaba, le pide también que
—Posible y probable, y corriente y moliente. No sé si
vele por ella, pobre huérfana desolada que va a vivir en
habrá usted oído decir a un amigo nuestro que la farsa y
país extranjero, entre gentes desconocidas e indiferentes,
el pietismo moderno han falsificado la parábola del hijo
por más que son su misma familia.'
pródigo, que ahora vuelve a su casa en compañía de las
gentes con quienes derrochó su hacienda, dispuesto a obTodo le parece un sueño
pero sueño angustioso que
tener con el perdón un préstamo de importancia, y perllena de luto su corazón y ha acabado con su alegría jumiso para continuar la juerga.
venil. Aunque está en los comienzos de la vida, todo le
—No sea usted atroz.
resulta indiferente y nada logra distraerla de sus hondas
— ¡Qué atroz ni qué pasmos! Lo que pasa es que ese
preocupaciones. No se borra de su memoria, porque la
patrón, viejísimo en el mundo, como que tiene por sastre
guarde su corazón, la imagen de aquella madre amadísial mismo demonio en su ser, no pasa allá donde lo apuma que tuvo siempre para ella inagotables ternuras y
ran todo; pero hasta la hora de la muerte, está de moda
solícitos cuidados; que consagrada por completo a su
y se lleva mucho en las temporadas que hemos alcanzado.
educación, no permitió jamás que la acostase una criada,
ni la llevase a paseo, ni arreglase sus cabellos, ni la vis— Pero, ¿hasta la hora de la muerte cree usted que
tiese
todo lo hacía por sí misma, prodigándole caricias
continúa la farsa?
—¿Creer? ¡Ay! no, amigo mío. Yo no creo, en el más
y atenciones delicadas que ahora, a través del tiempo y
alto sentido de la palabra, sino lo que manda creer nuesde la distancia, le resultan más gratas todavía.
tra Santa Madre la iglesia Católica: lo demás no lo creo;
Para su corazón amantísimo, el tiempo transcurrido
lo oigo, lo veo, lo leo y lo deploro. Y si no, venga usted
no ha podido aminorar su dolor, que permanece vivo
acá. Toda la prensa española ha dado noticias recientecomo el primer día: Cuando, al verla tan apenada, tan
MODAS Y NOVEDADES...
227
LA AVALANCHA
mente de la muerte de tres personajes de la literatura
moderna y modernista, que cada uno hizo su pape! en la
tierra. Uno de ellos se mató, poniendo fin tan desastradamente a una vida principalmente encaminada a corromper las costumbres y envenenar las almas. Otro
murió sin alcanzar ningún sacramento de la Iglesia nuestra Madre, y sólo porque en su testamento dejó dicho
que el entierro debía ser religioso, hasta cierta prensa
piadosa ha deshojado flores en su loor. El último, murió
habiendo recibido la Extremaunción, y en las esquelas y
anuncios se habla de él como de un varón todo humildad
y penitencia que pasó por el mundo perfumándole con
el aroma de sus virtudes. Todavía al que recibe como
viático el Santísimo Sacramento, que es el verdadero
Cuerpo y Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, se le pregunta si cree en todo lo que manda creer nuestra Santa
Madre la iglesia, con lo cual va implícita la retractación
de todos los errores y horrores en que haya caído un
hombre, y se le requiere
para que perdone a cuantos ofendió, por donde pudiera darse a entender que
quería morir en paz con
los hombres y con Dios
quien cruzó el desierto de.
la vida ejercitando el oficio de asesino de almas;
pero largarse al otro mundo sin una mera protestación de íntegra fe católica,
ni una palabra de perdón,
ni un acto de reparación,
ni sombra alguna de resti
tución, y vendernos los
ejemplos para aplicarles
el Bienaventurados los
muertos que mueren en
el Señor, es de tejas abajo
y juzgando racionalmente
(sin meternos a escudriñar los altot> juicios de
Dios ni lo que pasa a última hora entre la criatura
y el Creador) un verdadero timo, o como.dice nuestro amigo, falsificación de
la parábola del hijo pro
digo, o como dice usted,
una patente de corso.
—¿Sabe usted qué le digo? que hay para emigrar.
—¿Y adonde? ¿Adonde iremos que no tropecemos con
el mundo y el demonio, fuera del mayor enemigo que tenemos en nosotros mismos?
—¿Y qué haremos, pues?
—Rezar cada día con más fervor, y en especial en este
mes del Rosario, el ruega por nosotros ahora y en la
hora de la muerte.
—Amen.
PEDRO CRESPO.
RASGOS DE LA PATRIA
De cómo los vasconavarros estamos desunidos
ON el a Una apenada y el corazón oprimido pre
seDciimoe muclioe el triste espectácuo ofrecido por los vaeconavarroe, dividí JOB en parcialidades distintas y agrupados a la Bombra
de bsnderífiB diferentes, exóticas algunas y
aun disolventes otras, luchando a brazo partido los unos
contra los otros y haeta dispuestos a dar la hacienda y
la vida por el triunfo de ideales de dudosa conveniencia, ya que no perjudiciales para la patria en ciertoB c*sos.
¿Las causas de esta división? Muchae; y entre eilae,
la ignorancia del pueblo, la candidez de muchas gentes
sencillas, el egoísmo de algunos vividores, también la
malicia de ciertos personajes antipatriotas; y como cifra
y compendio de estas causas de división, la política «i*
traibérica en lo que tiene de ruin y suicida (prescindiendo y respetando aquí la buena y regeneradora) que suele obrar entre nosotros, cegando los ojos, enturbiando la
mente, enemistando a los vecinos y hermanos y lanzando los pueblos a la pelea, alguna vez infamante, con frecuencia ruinoea, como sucintamente tendremos ocasión
de observar.
La política ruin y suicida de nuestros antepasados
medioevales motivó, sin duda, aquellas correrías de bandidaje de los navarros contra loa vascongados y de los
vascongados contra los navarroB, de que vienen plagadas
las historias.
La política ruin y suicida dividió a los vascocavarros,
dislocando loa estados euskaros y atrayéndolos hacia
Castilla, abismo insondable que había de devorarlos unoB
NAVARRA
Foz
de
-
•
,
tras ot'os. La política ruin y suicida con vistas al castellanismo exaltado, empujó a vascongados y navarroB a
los campos de batalla de Beotíbar, de muy triste memoria
para todos, vencedores y vencidos, aunque espliitus menguados hayan pretendido elevar la jornada quo eee nombre recuerda, al rango de ha zafia legendaria, honrosa y
útil para Vasonia.
La política ruin y suicida, inspirada ya tal vez por la
infidencia extranjera, separó a ios vascos en loa bandos
gamboinos y rflBcinos guipuzcoanos, para su rebajamiento y debilidad, y en los beaumonteses y agrainonteses
navarros, para su pequenez y su ruina, v hasta en los
Ponces y Learzas de Estella en el siglo XV, y en 1421,
en Jas parcialidades vizcaínas de Ochoa, de Bitrón y Ortiz de Ibargüen, que por envidia y discordias pueriles se
combatían a muerte.
La política ruin y suicida llevó del brazo a Guipúzcoa,
en 1513, contra el ejército franconavarro que cataba acometiendo la ardua empresa de restaurar 1H monarquía
castiza de Navarra, contribuyendo aquella, con la ayuda
que prestó a Caetiüa, a facilitar la derrota de loa nuestros, a los cualea consiguió arrebatar dos cañones que,
como gloriosos trofeos, faeron llevados a Pamplona, haciéndolos luego figurar en uno de loa cuarteles del escudo guipuzcoauo, para que en él sirviera He ejecutoria de
honor y de graudez-i, lo que, aunque fuera por el camino del heroísmo, había conducido al abatimiento y a la
decadenci* de una de las regiones ináa importictes deí
pueblo euskaldun.
228
LA AVALANCHA
La política rain y suicida hizo de loa vasconavarros,
en los últimoa siglos, héroes y mártires en los campos de
batalla, uniéndolos en la hora del combate para defender
algunas cosas extrañas, pero sin juntarlos en el momento del peligro para sostener las propias; antes, sujetandoloa a la amarga prueba de ver el solar patrio enaangrentado y lleno de escombros, y al árbol sagrado de las libertades euskaras sometido a la poda máa deaatentada e
ignominiosa, y mientras {oh dolor! la manzana de la discordia amenazaba desarticular más los miembros principales de Vasconia, contribuyendo a su mayor ruina, sin
duda en cumplimiento de la sentencia dictada en el
Evangelio contra las naciones divididas.
Y aaí seguimos los vasconavarros, acometiéndonos
muchas veces estúpidamente, y hasta en algunas ocasiones, embadurnándonos con el fango y el cieno del arroyo, conforme lo ejecutan los blancos y negros de la hermosa novela de este nombre que concibió la privilegiada mente y escribió la peritísima mano de Oampión.
Y así seguimos los vasconavarroa, descuidados y maltrechos, al mi amo tiempo que el pueblo euskaldun decae,
y sus monumentos se derrumban, y se derrama la sangre preciosa de sus venas, y mientras el hogar se cuartea,
y van cayendo por las grietas del ediñcio títulos de BU
grandeza y de su legitimidad, que son como laa ejecutorías de su honra, como el fundamento de su libertad y
hasta como el derecho de su propia vida.
Y asf seguimos los vaeconavarros, sin juntarnos, sin
apreciarnos, sirviendo nuestra desunión de punto de apoyo para destrozar las entrafiaa de la patria, ain que sirvan de enseñanza las lecciones de la Edad media, con sus
guerraB fratricidas; del tiempo de Fernando V, con la
consabida retirada de los navarros al Pirineo y apoyo de
Guipúzcoa al ejército del usurpador; del reinado del emperador CarJoB V, con el abandono tolerado de la Baja
Navarra; del año 1839, del 1876, con el triunfo del centralismo absorbente
del
del
del
¿cuánio terminaríamoB de citar fechaB de este linaje?
Y así eegnimoB, BÍ, así seguimos los vasconavarros; no
abrazados todos para sostener con fortaleza loe pilares
del templo y del hogar, sino, muchoB, divididos en loa
momentos más supremos y agotando, en luchas inútiles y
peligrosas, fuerzas muy necesarias para la defensa de la
santa bandera de la Re'igión y de la Patria, sin sdvertir
{incautos! que mientras tanto Babieca, nutrido y enjaezado a nueBtra coata, lleva a galope tendido, Visconia
adentro, al moderno CiJ Campeador, pero con gorro frigio en la cabeza y en la mano la lanza vencedora, eneanchendo, siempre ensanchando Castilla delante de su caballo, dicho sea sin ningún ánimo de ofender a la verdadera España, digna de nuestros amores.
JUAN P. ESTEBAN Y CHAVARRÍA.
NUESTROS GRABADOS
Camarín de la Virgen del Pilar de Zaragoza.
—En la fotografía que adorna nuestra revieta, aparecen
el frontal y corona regalados por las damas españolasen
1905, y tasados en 100.000 y 600.000 pesetas respectivamente. La corona contiene 1.500 piedras preciosas.
Iglesia parroquial de Usún.—Muy visitado hoy
de jabalíes, como antaño de lobos, el pueblecito deUsún
se recuesta al pie del respaldo de la sierra de Leire. Antiguamente fue una importante parroquia, pues contaba
arcipreste y beneficiado, de provisión de Leire: era como
hijuela del célebre monasterio. ; ,c - • .
•
Familia aragonesa—Nuestros lectores verán con
gusto, en la proximidad de la fiesta del Pilar, a ese simpático grupo formado por una honrada familia de la
provincia de Zaragoza (Tarazona), que ejercen el cargo
de torreros en una hermosa finca denominada tVillaConchai.
¿ ;
-
• *- - •
• - -, \ ••
Foz de Arbayún.— La alta e histórica sierra de
Leire, que desde la Trinidad de Lumbier hasta los picachos de Bigüezal forma, con su lomo oscuro, una linea
monótona de ligeras ondulaciones, ae corta repentinamente por inmenso deafiladero en término de Usún; formando la fot de Arbayún, honda garganta entre altfsimoa peñascos, uno de loa puntos más salvajes e intransitables de Navarra, p?r la selvática opulencia de la vegetación que encierra, refugio y criadero abundante de jabalíes y otras alimañas. Por el tortuoso y peñascoso cauce que la corta ae precipita, acrecentado por mil manantiales, el río Salazar, despeñándose de trecho en trecho
como cascada torrencial, anchando después majestuosamente sus argentinas aguaa, por donde bajan los almadieros dirigiendo la madera de Salazar hasta Zaragoza.
Para LA AVALANCHA
LAS HORMIGAS NEUTRAS
N la rinconada de un jardín, entre la tierra removida y amontonada, ha sentado eus reales toda
una numerosa república de hormigas de campo.
El jardinero las ha visto, y sin
pensar en exterminarlas, se entretiene contemplando aquel hilito negro, que constantemente va
y viene por la senda que conduce al hormiguero. ¡Qué activa laborioBidad la de un hormiguero! Parece un mundo pequeño...
Solo que allí la pereza no es conocida; allí todaB se afanan, allí
todas trabajan, aobreealiendo entre estas incansables ciudadanas, por lo abnegado de su labor, unas hormigas
ein alas, llamadas hormigas neutras, cuya ocupación consiste en trabajar para las crías de sus compañeras. Y éstas
pobres hormiguitas, tan injustamente privadas de una
coquetería y de un derecho, son las que arrastran más
granoa de trigo y las que en la tierra ahondan más. Sin
las hormigas neutraB no podría subsistir ningún hormiguero.
En el centro del jardín hay una casa blanca, con persianas pintadas de verde; en el dintel de su puerta está
sentada Eisa, hermana del dueño de la finca. Elisa podrá
tener unos cuarenta aQoa. Su aspecto es agradable y tranquilo. El orden más escrupuloso reina sobre su persona
y en los objetos de su alrededor. Tiene sobre su falda
una labor, y sin levantar la cabeza, sosegadamente cose.
EQ SU primera juventud, EIÍBB, como todas laa jóvenes,
ha vivido entre sueños, ha amado entre Buenos y ha esperado entre eueños
y un día el espejo delató arrogas
en el rostro y canas entre su cabello, y a otro día notó en
el baile cierto desvío y advirtió que por largo rato ia seguía una mirada entre compasiva y burlona, y que unos
labios murmuraban a su paso: solterona
Solterona
pensó Elisa, y en BU imaginación había
surgido el recuerdo de una seflora que allá por sus infantiles años era la comidilla de todo el barrio. Aquella señora vivía sola y pasaba horas y horas diciendo ternfzas
a un loro chillón e imprudente, y atusando las greñas de
un perrucho tuerto y sucio. La gente, riendo y criticando, decía de aquella señora que su genio era avinagrado,
que era tacaña, que era egoísta, que era
toda una solterona.
Solterona.,... tornó a pensar Elisa, y con triste desaliento se encontró sola y se creyó inútil
:
LA AVALANCHA
Pero una tarde, en una visita, oyó referir a un sacer-dote la magnifica obra costeada por una mujer soltera,
cuyo fin era aliviar muchaB miserias y enjugar muchas
lágrimas, y oyó cómo todo el mundo tenia frases de elogio para aquella mujer, y cómo el sacerdote había dicho
«que las solteras eran necesarias a la Bociedad, que su
misión era sublime, que era la privilegiada misión de las
aliñas grandes, y que a las solteras que comprendían esta
misión se lea debía todo respeto y toda admiración, porque eu labor era heroica y abnegadas Y Elisa, escuchando las bendiciones que un joven dedicaba a la memoria
de una tía santa que por él había trabajado y por él se
había sacrificado, sintió renacer en eu pecho la esperanza, y acudiendo al llamamiento de un hermano, vino a
vivir a la casa blanca de las persianas pintadas de verde.
La familia del hermano no era numerosa; paro la prematura muerte de la madre había originado en ella un
ruinoso desarreglo. Elisa tuvo que perder muchas comodidadee; el trabajo fue rudo, los sacrificios grandes. Pero
Elisa está contenta, y sentada en el dintel déla puerta, y
sin dejar la labor, sueñe: los niños van siendo ya mayorcitos; pronto el niño irá al instituto, y luego
será general
o será arzobispo
la niña se educará con las
monjas, y luego, pasaudo un tiempD muy corto
muy
corto, vendrá a casa
Un gozoso griterío viene a interrumpir estos sueños. Elisa levanta la cabeza, y sonríe:
en la rinconada del j*rdín, inclinados sobre la senda que
coniuee al hormiguero, dos niños palmotean alegremente viendo el incesante ir y venir de las trabajadoras hormigas, de las pobres hormiguitas sin alaB
el incesante
ir y venir de las hormigas neutras
TRISTÁN DE LA CRUZ.
MESA REVUELTA
H e r m o s a producción.—Como verán nuestros lectores, comenzamos a publicar en el presente numero la
preciosa noveia Los caminos de la Providencia, que ha escrito expresamente para LA. AVALANCHA nuestra ilustre
colaboradora la insigne escritora católica dorta Matilde
Tronccso de Oiz, Raquel.
A todos nuestros amigos que con verdadera ansiedad
desean saborear esta hermosa producción, suplicamos pidan a Dios en sus oraciones derrame sus gracias Bobre
esta meritísima publicista que tanto cariño y desinterés
demuestra por nuestra propaganda.
—9H0IC
H o m e n a j e a u n párroco.—Todos los actoa celebrados en la iglesia de San Nicolás de esta capital el día
29 de Septiembre último, con motivo del quincuagésimo
aniversario de la ordenación sacerdotal del virtuoso y celoso párroco D. Francisco Guillen y Lara, revistieron gran
esplendor y solemnidad.
Ofició en la misa cantada el párroco homenajeado, don
Francisco Guillen, y predicó el M. I. Sr. Canónigo Arcediano de Tarazona y Provisor y Vicario general de dicha
diócesis, Dr. D. Justo Gofli e Izura, hijo de la citada parroquia.
El besamanos duró hora y media, y puso de relieve el
aprecio y estimación que Pamplona entera piofesa a tan
querido vicario.
LA AVALANCHA, que tiene el honor de contar entre aua
suscripto res a D. Francisco Guillen, une su entusiasta felicitación a las innumerables que recibió el venerable párroco en día tan memorable.
L a H i s t o r i a e n anécdotas.—Luis XV se enteró de que BU escudero Landemath había perdido a BU confesor, misionero de la parroquia de Nuestra Señora.
Era costumbre en los Lazaristas, dejar expuestos a sus
-difuntos para que los fíeles desfilaran y oraran ante ellos.
LUÍB XV, queriendo probar el valor de su escudero,
Je dijo:
229
—¿Se ha muerto ta confesor?
—8f, señor.
—¿Quedará expuesto su cadáver?
—Esta es la práctica que se sigue.
—Pues te mando que vayaB a verle.
—Señor, mi confesor era mi amigo y me afectaré
mucho.
—No importa; yo te lo ordeno.
—Sería la primera vez que faltara a mi soberano.
Obedeceré.
Al día Biguiente le preguntó el Rey:
—¿HaB cumplido mi mandato, Landemath?
—Sin duda alguna, Eeñor.
—Y bien, ¿qué has visto?
—Pues he visto que tanto V. M. como yo no somos
gran cosa.
I n t e r e s a n t e folleto.—El ilustrado médico de Marcilla, Dr. D. Tomás Lerga Lana, ha publicado un.curioso
folleto titulado «Consideraciones médicas sobre la exhumación de un cadáver».
Las atinadas consideraciones que contiene este folleto,
que recomendamos, se refieren al reconocimiento del venerable cadáver del limo. Sr. Fr. Ezequiel Moreno, ODÍBpo de Pasto, que hizo en Monteagudo el Sr. Lerga, en
unión de otros distinguidos médicos.
Merece plácemes por eu folleto el docto facultativo de
Marcílta.
P e r i o d i s t a fallecido.—Nosotros, que no acostumbramos a ensañarnos con los vivos, mucho menos hemoa
de ensañarnos con los muertos.
Pedimos a Dios que tenga misericordia de elloB, y eso
hacemos en este caeo con D. Alfredo Vicenti, director
que fue de El Liberal.
No podemos sumarnos al coro de alabanzas que los
periódicos liberales le han tributado.
Durante muchos años Vicenti fue el alma de El Liberal, y todos saben lo que este periódico ha sido.
Rabiosamente anticlerical, ha sido uno de los que más
violentamente han combatido al clero y a la Religión,
no perdonando argumento, por manido y vulgar que
fuese, ni dejando pasar apenas un día sin realizar algo
de su obra descristianizadora.
Vivió alejado de la Iglesia, y así murió. A última hora
recibió la Extrema-Unción; pero ya han tenido ciertos
periódicos buen cuidado rte advertir que fue cuando ya
no se dio cuenta de nada. |Quó dolor, que estoe hombres
vivan y mueran Bin pensar en la vida inmortal que lea
aguarda!
Pero como la misericordia de Dios es infinita, queda
todavía margen para nuestra esperanza.
¡Que Dios, en los postreros momentos del periodista
fallecido, le haya hecho ver la verdad que tantas veces
combatió 1
Ya que no podamos alabarle ni admirarle, pidamos
por él, y para que DÍOB ilumine a tantas almas como Be
han extraviado leyendo El Liberal.
C o s a s q u e &e escriben.—Vicente Pastor ha estado enfermo. Tenía cólico y sufría fiebre.
Nos lo contó un redactor del Heraldo que le había interviuvado.
El «Chico de la blusa> le contó todo el proceso de su
enfermedad: le había entrado una gran «tiritera», y el
médico le mandó unas cucharadas.
¿Ven uBtedes qué lástima?
Bueno, pues de cada diez lectores del Heraldo, habrá
habido nueve que pasen por alto} sin leer, la heroicidad
de Villanueva en sus» economías en el Congreso; pero los
diez menos cuarto han leído la «interview» de «El chico
del teléfono» con el de «la blusa», y se habrán indignado de la mala acción del cólico, que, por lo visto, es amigo de los matadores de chotos que llaman «fenómenos».
IY pensar que la prensa tiene la alta misión de educar
y enaltecer al paíel
LA AVALANCHA
230
¡Pueblo, leel—Dice La Voe del Pueblo, de Alcoy:
cEl ministro inglés en Portugal ha dado uu banquete en
honor de varios ministros portugueses, para celebrar !a
entrada de esta nación en la guerra europea.
Pueblo español, anímate; rompe tu neutralidad, y vé a
la guerra, que el día en que tus hijos empiecen a derramar su sangre y a perder sus vidas, ya verás cómo lo
festejan los embajadores de los aliados, y algunos mi
ni8 tros españoles, con espléndidos banquetes.
Y no será extraño que Lerroux, Melquíades y demás
directores que el intervencionismo pueda tener, tomen
parte en ellos.
Que al fin y a la poBtre son los que más interés tienen
por el pueblo
para sacrificarle
» ,
' 7
A p u r o * y apurillos.—Los apurillos son el pan
nuestro de la vida del hombre.
No hay quien pueda decir que jamás ha tenido un
disgusto, y que nunca tuvo por lo menos una penilla.
Quien pudiera decirlo sería e! hombre del Paraíso, y
este lugar de felicidad se perdió desde el principio del
mundo.
Pero tan connatural es al hombre el apuro, que aun
las personas que no sufren nada más que apurillos se
empeñan en hacer ver que sufren como nadie.
Los verdaderos apuros pueden convertirse en apurillos
y estos convertirse en apurados o en motivo de un drama
o de una tragedia.
A los neurasténicos y los caracteres formados'bajo la
influencia de la lectura de novelas, lo poquito que sufran
les parecerá una oarga insoportable y la mayor de todaB
las desgracias.
A los verdaderos cristianos, los mayores sufrimientos
les parecen regalitos muy apreciablee que el Señor leB
hace.
Hay apuros qne en verdad son apuros y en ellos no
cabe consuelo, porque son apuros de pura malicia. Aeí
son los apuros de los viciosos.
Hay apuros gravee, en los que muchas veces nos vemos metidos por ayudar al prójimo. En estos cabe la satisfacción de haber hecho un bien, aunque generalmente
se sufre el desengaño de que nos llamen tontos los mismos por quienes nos hemos sacrificado.
Hay apuros en que Dios nos mete, y aunque a los así
apurados el mundo los llama locos, son apuros tan nobles y tan dignos que pueden tenerse por dichosos los
que IOB sufren.
De estos apuros Dios se encarga de sacarnos airosos
siempre.
Los apuros por malicia o por ligereza no siempre tienen fácil desenlace, y puede darse el triste caso de verse
en el apuro de no poder salir de los apuros en que nos
hemos metido.
BIBLIOGRAFÍA
- Cuentos de la Sonsierra, por Serañn Puertas —
Becoaiendaraos eatoa nuevos volúmenes de la «Biblioteca del
Hogar» que edita en Barcelona el Sr. Cusáis. Llovan llnetraoiooeb de Baradas, Son una colección de selectas narraciones y
escenas de la vida en la atta montaña, que por su novedad llamarán la atención de los lectores.
Titúlanse los cinco volúmenes «El pastor viejn>, «La primera nevada», «Los pequeñuelos», «Adelme y Plerdechicoa», Pueden adquirirse a 50 céntimos cada volumen.
*
#
*
•
•
. H i s t o r i a d e E s p a ñ a , por F. T. D., segunda edición.—
Entre los libros que pueden recomendarse para la enseñanza
de la gloriosa historia de nuestra patria figurará también sin
•• duda en adelante, y como uno de los mejores, esta nueva edición de segundo grado de Historia de Espaüa, por F. T, D.
Figuran en ella trozos de Monéndez y Polayo, do Mella, de
Gebarth, y poesías de autores clásicos. Todo ello cuidadosamente escogido para que esté al a canee de las inteligencias ju: venlleí y quede impreso en sus tiernos cerebros. •
¡ ..
Se vende a 1*50 ptas. encuadernado.
Palabras profética: de Santa Teresa de Mi
Hay en Tarazona* de Aragón tres conventos de monjae: dos de Carmelitas Descalza", en la calle de San Antonio, dedicado el de arriba a Santa Ana, y el de abajo a
San Joaquín; y uno de Franciscanas de la Concepción
que está en la ciudad alta. Fundó el de Santa Ana, el
venerable Yepes, y a propósito de esta fundación, hace
bastantes años me contaron la tradición siguiente:
Siendo Yepes estudiante, pobre aldeano que se mantenía de limosna, tropezó en una venta con Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, que iban a fundar
un convento.
Santa Teresa hizo preparar comida para los suyos, y
al sentarse a la mesa, notó que el estudiante disponíase
en un rincón a regalarse con unos mendrugos de pau
duro y negro. La Santa íe invitó a comer; el estudiante
dio las gracias y se excusó tímidamente; pero Santa Tere a insistió, le hizo plato y le obligó a sentaisa a la
mesa. Re=istió el estudiante cuanto pudo, pero aceptó al
fin y comió con los Bantoe fundadores. No contenta la
celebérrima doctora abulenee con haber dado de comer
al estudiante aldeano, le regaló al despedirse dos monedas. Deshízose en gracias y cumplimientos el estudiante,
y concluyó diciendo:
—Pero, señora, ¿cuándo podré pagar a usted tanta generosidad?
—Cuando seas obispo de Tarazona, fundaB nn conve uto de mi orden, y estamos pagados.
El estudiante guarió como reliquias las monedas de
tan insigne monje; y andando los años, y siendo ya obispo de Tarazoua, faadó el convento de Santa Ana, en
donde se conservan las monedas y uu dedo deja Santa.
D. Vicente de la Fuente, en el tomo XLIX de ia España Sagrada, páginas ^53-260, dice a este propÓBito lo
que sigue:
«A un obispo tan v;rtuoao como el señor Cerbuna sucedió otro a quien hizo oélebre la pluma de Ssnta Teresa, de la que mereció elogios. Los achaqueB de Felipe II,
y eu muerte al aña siguiente de haber fallecido el señor
Cerbuna, hicieron que durase do3 años la vacante, pues
el euceeor vino a Tarazona el afio 1599.
>Era natoral do Yepes, y se llamaba Diego de Chaves
y Caeas: el apellido de Yepes lo tomó al ingresar eo el
Instituto de San Jerónimo, en el monasterio de la Sisla
de Toledo, por eer el nombre de su pueblo y acoBtutnbrar
a tomar éste p:r apellido 1 s Jerónimos, como también
los Capuchinos, que por entonces vinieren a España.
• Fue Prior de varios conventos, y ejerciendo tete cargo en el de la Sisla de Toledo, tuvo ocasión de tratar con
Santa Teresa y admirar sus virtudes y claro talento.
Siendo Prior de Zamora en 1581, salió castigado por el
Capítulo de la Orden, per haber cortado unos árboles. Al
venir de Zamora ee encontró coa Santa Teresa en una
posada fie Arévalo, donde tuvieron que detenerse por
haber nevado mrcho. Habiéndole permitido conversar
un rato sobre COSHS espirituales, refirióle la visión que
tuvo sobre el cetario de un alma que se halla en gracia,
de donde tomó pie para escribir su célebre libro de! Cas*
tillo interior o las moradas.
«Pidióle eo otra ocasión prestada a Santa Teresa una
cautidad que necesitaba; al ir a devolvérsela, no quito
aceptarla aquélla, y le dijo con eu habitual donaire: Guár*
dése los dineros, y cuando sea Obispo haga un convento a
mis Hijas. B en f-jeno estaba de e lo el P. Yepes, que
nada tenia de ambicioso. Absuelto de eu castigo, le hiz-j
el Capítulo, en 1591, Prior del Escorial; y Felipe II. co
nociendo eu vii ti}H, le tligió por conf-eor; Felipe IÍI le
presentó para eí obispado de Tan z na.
>Al ver lealizadft la profecía de la Santa Madre, quiso
pager al punto su deuda, y así que llegó a Tarazón* dio
principio a ft* faudacióu do un convento de Carme itas
Descalzas; con tal celeridad, que el tño 1600 principió la
fundación del convento, en que gastó por varios conceptos más de 24.000 escudos. Entretanto que Be concluía la
obra, les dio habitación en la parte superior de su p&lar
LA AVALANCHA
<¡io a las seh monjas que vinieron a fundar, todas ellas
notables por su virtud, y procedentes de los conventos
de Alba de Tormes, Soria, Burgos y Madrid. Estuvieron
allí tres años, hasta que se trasladaron a su convento
nuevo, a 26 de Julio de 1603.
»En medio de sus ocupaciones y de los disgustos por
los pleitos, el señor Yepes halló tiempo para escribir la
precioea vida de Santa Teresa que nos ha legado, y de
la que se han hecho muchas ediciones. Él mismo vivió
con gran santidad y pobreza, y aun se anunciaron algunos milagros y profecías hechas por él. Argaez refiere la
revelación que tuvo un Carmelita Descalzo acerca de su
dichoso tránsito y entrada en la gloria. Sucedió aquél, a
7 de Mayo del año 1613, después de haber recibido los
santos sacramentos.
»Fué enterrado en BU convento de Santa Ana de Carmelitas Descalzas. Conservan éstas varias reliquias de su
Santa Madre y no pocos recuerdo? del Prelado, su fundador, entre ellos un dobloncillo de los que tenía para pagar
a Santa Teresa, y que no le quiso cobrar la Santa, sabiendo que algún día le habla de pagar con grandes creces.»
Hasta aquí el Sr. Lafuente. Dicha tradición, idéntica
en el fondo, aunque varia en los detalles, se ha transmitido de unas a otras monjas, hasta las que viven en la
actualidad en el convento de Santa Ana de Tarazona.
Asi consta también en un antiguo escrito que se guarda
en el archivo del citado convento, y cuyo extracto tuvo
la amabilidad de facilitarme la reverenda Madre Priora
de aquella eauta comunidad.
Laa monedas prestadas por Santa Teresa al P. Yepes,
y que eete venerable obiepo legó con otras importantes
reliquias al convento de Santa Ana, se guardan actualmente en su relicario, que 68 ta joya más preciada de
aquel convento, y cuya descripción copio literalmente de
la que fe digoó facilitarme su Priora.
«El relicario, dice, que contiene las monedas de nuestra Santa Madre, tiene próximamente cinco palmos de
longitud, medido por su parte más alta, y tres y medio
de latitud. Presenta la figura de una capillita con sus
puertas, que de ordinario están cerradas, a no ser en días
muy solemnes, durante los cuales se expone a la veneración de la Comunidad.
«Tiene setenta nichos, sesenta y cuatro con santas reliquias, y seis con imágenes. Es de madera primorosamente labrada en su interior, ofreciendo a la vÍBta el aspecto de un altar con graciosas y torneadas columnas. La
parte superior del relicario tiene la figura de arco; la inferior es cuadrada. Las pinturas, aunque muy deterioradas por el tiempo, parecen de mucho mérito, y lo que
más abunda entre la diversidad de sus colores, es el dorado. Laa puertas, que son de madera muy gruesa, eBtán
también pintadas con primor, interior y exterior mente, y
figuran imágenes piadosas
»De las sesenta y cuatro reliquias, ocho son de nuestra
t
D. JUAN SANTESTEBAN,
socio de la «Biblioteca Católico-Propagandista-,
231
Santa Madre Teresa de Jesús, incluyendo las dos monedas, que hace pocos efios se colocaron en el centro del
relicario, y allí permanecen para que mejor las vean los
devotos. Se distinguen aún muy bien las armas grabadas
en ellas; son doe; un doblonciilo de oro y otro de plata
del tainsño de un medio duro de los de ahora; ambaa
son esquinudas.
> También teñe tune una costilla de nuestra seráfica
Madre, un gran pedazo de carne, un trocito del velo que
tenía puesto cu&ndo murió, y otras no menos preciosas.
> Toda a están colocadas con el mayor guato, ocupando
cada una PU correspondiente nicho, perfectamente ade-
Calle de San Antón de Tarazona. Al fondo, el convento
de MM. Carmelitas de Santa Ana
cuado al tamafio de la prenda que encierra; y con tan artística economía está dispuesto todo que el conjunto presenta un golpe de vista encantador.
•Una ce las imágenes del relicario representa a nuestra Santa Madre, y aunque está esmaltada, según creo, y
ee muy bonitB, el artista no acertó a encarnar en ella el
tipo de la insigne avileBa.»
Así termina la descripción, que agradezco a las Carmelitas Desca'zas de Tarazooa, y que publico en honor de
la reformadora del Carmelo y en obsequio de sus virtuosas^ Hijag las monjas del convento de Santa Ana, a cuyas
oraciones me encomiendo.
MANUEL POLO Y PEYEOLÓN.
t
El FresToítero
D. JULIÁN BEAUMONT,
socio de la «Biblioteca Católico-Propagandista-,
falleció en Vera el día 15 de Julio de 1916.
falleció en Bigüezal el 18 de Septiembre de 1916.
R. I. P.
R. I. P.
}-••.
•• La referida Sociedad y su órgano en la prensa LA AVALANCHA ruegan á los socios, lectores y personas piadosas que ha
gan la caridad de encomendarles á Dios en sus oraciones.
Su Santidad el Papa León XII I, en Breve de 19 de Diciembre de 1890, concedió sesenta días de indulgencia por rezar cinco padrenuestros y avemarias en sufragio de las i l o u
•de los socios difuntas.
PAMPLONA.—Imprenta, Librería y Centro de suscripciones de Jesús García, calle de la Estafeta, número 81.
-¡ •
LA AVALANCHA
232
CAÍA DEAHORROS DE "LA VASCONIA"
HUCHAS METÁLICAS
LA YA.SCONIA, Sociedad anónima de Banca y Crédito, ha
Implantado en BU Caia de Ahorros las huchas metálicas que
tanto éxito han alcanzado en el
extranjero y en varias provincias de España, con cuyo sistema
se fomenta la virtud del ahorro
que tantos beneficios proporciona
al que la practica. Es la primera
Sociedad que establece este servicio en Navarra.
El dinero ingresado en estas huchas y depositado en la Caja de
Ahorros de LA VASCONIA, produce al imponente un interés )de
tres por ciento anual que se computa por decenas, y es dinero disponible a la vista todos IOB días laborables, mañana y tarde.
LA VASCONIA facilita gratis a sus clientes estas huchas en
1M condiciones que se darán á conocer al que lo desee.
SOMBRERERÍA DS AZNAREZ
Sombreros para se&ores sacerdotes, desde 8 á 30 ptae.
8olideos y gorros. Bonetes á l'5O pesetas.
#••*••••••*** ••<. •
ss«s
o. o s5
# ÓPTICO • •
Zapatería, SO, PAMPLONA
Su esta casa se venden anteojos de cristal de
roca periscópicos y las demás clases que prescriben
os señores oculistas.
Medicamento de Familias * * •
i ai
o. poT los Ministerios de ffaeí,r3
tos deBismut*
y Cerio de Ylvas Pérez. Asi \t
Toda clase de Vómitos y Diarre
a s en niños / aduítu
» ouran pronto f bien
tro tos S a l i c l l a -
5g3
1
s
afirman mdiscutibtoi
autoridades médicas.
De venta en las principales farmacias y almacenes
de drogas del mundo.
LOS MEJORES CALZADOS
OT3
CASA DE LLÓRENTE
Mayor, 9, PAMPLONA
'
'" ' :
'
ISIDRO ALBIZU
DESCALZOS, 71, PAMPLONA
Zapatería de P. REPARAZ
Eslava, 1, Fanaplona
:
-. -
Se restauran objetos
antiguos de plata
SE DORA Y PLATEA METALES A GALVÁNICO Y FUEGO
SE HACEN COMPOSTURAS DE JOYERÍA Y PLATERÍA
ESTAFETA, 27, PAMPLONA
SE SIBVEN LAS MEDIDAS EN OCHO HORAS
íiii
Es el mejor tónico y nutritivo.
*
napetencias, malas digestiones, antmiatti8ií¡, raquitismo, &
CARNE PEPTONIZADA
A los señores sacerdotes
lili
Ramos para iglesias, en talco y tela, en todos coloree y
formrs. Precios económicos.
Valentina Andía, San Lorenzo, 31, 1.° Pamplona.
— o *"J
MNEMOTECNOGRAFIA •
Arte gráfico
PARA
convalecientes y
personas
débiles.
P7PT0NA DE LECHE
ia:León, 13.—Latertiirio:6nE£¿a 5.—£ADEID
«S tí «
Abundante y variado surtido en calzado de
todas clases, construido en sue talleres.
Precios sin competencia.
al qut le pida al autor, mcompaMand* 75 cintimi pan /•**«•»«
PLATERO
a; u a
SUCURSALES EN T A F A L L A Y SANGÜESA
»•••••»••••••»•••••••••»•••••••••••••»•
Se construyen objetos
propios de su arte
i?.
"C - o
En esta Casa, que ha merecido la re
comendación de la Autoridad superior
ecleBiáetica, se haoen campanas de todas
formas y tamaños con bronce de primera
clase. Los únicos metales que se emplean
para la aleación son cobre y estaño inglés
superior, en proporción para obtener fino
bronce campanil. Se refunden las viejaB
y se garantizan para dos años.
Empleado desde hace veinte años por toda clase de personas, fluís
día e,B mas apreciado y recomendado por los médicos más asuntes de
\* verdad, á quienes proporcionó grandes satisfacciones.
Las personas que sufren Anemia, Raquitismo, Colorea pálidos,
B«pobr«oimiento de sangre, DeMHdad, Inapetencia y Meastn&olones diflolles, ven desaparecer BUB padecimientos y las eonTiieclentes se fortalecen en forma inesperada, mucho más si empleares
MBenstltuyentes extranjeros y aún nacionales, no en tan buen estado
4B asimilación y tolerancia.
! toformet fue figuran en el prospecto, de las mái sólidas repumédicas españolas, prueban lo expuesto.
B E VENTA EN LAS PRINCIPALES FARMACIA!
OESERAL • Farmacia do Vivaa Pérez - " f f * n
ESTEBAN GARCÍA
>•> ~ ? a
Píi
••••••••••••••••••
— DB —
.0
• -
FUNDICIÓN DE CAMPANAS
adtmatitrc
•H.M j
del cultivo y desarrollo de la memoria.
SEGUNDA EDICIÓN
_ ._•.'-,
Método Datura!, ideológico y fácil. Nada de memorismo. Resultado sorf réndenle. Texto en 4.° con centenares de grabados.
Pídase al autor¡ Dr. Ros Rafales, catedrático del Instituto de
Guadalajara, calle de Barriouuavo Cfi, acompañaudo el importe, seis pesetas.
CARLOS DÍAZ
RELOJERO
ÓPTICO
EX OFICIAL DE LA CASA ARRILLAGA
ZAPATERÍA, 54, PAMPLONA
Construcción de gafas y lentes
—
Precios moderados
Descargar