MÉXICO 2.0 La reinvención de una potencia cultural Esperanza radical Mario López Roldán !"#$%&'%&(%$&& Tinta de mar 1 © Editions Encre de Mer Paris Mayo 2010 Premier Edition Editions Encre de Mer 2010 28 rue Vaneau 75007 Paris Fotos: Mario López Roldán 2 “Esta obligación de sacudir de nuestra conciencia el polvo de las ideas viejas, carbonizadas ya, y hacer que en ella se afirme lo nuevo, es siempre difícil y penosa.” José Ortega y Gasset “By believing very passionately in something which still does not exist, we create it.” Nikos Kazantzakis “Lo que por ahí está pudriendo la Vida no es más, cuando mucho, que estiércol para el futuro”. Fernando Pessoa, Ultimátum de Álvaro de Campos 3 Escrito entre 1998 y 2010 | México DF, Santorini, Londres, Madrid, París, Lunel. 4 MÉXICO 2.0 La reinvención de una potencia cultural Esperanza radical Mario López Roldán !"#$%&'%&(%$&& 5 6 On ¿Qué embrujo genético? ¿Qué sales de cuarzo? ¿Cuál acorde escondido en qué mente será tu nueva semilla de cohesión y portento? No quiero desenterrar tu destino. Quiero uno nuevo. Deja que lo que eres se lo lleve el viento, México atómico; que no es eso poca cosa pero envenena al fecundar. Tu ahora es el borde del tiempo. Tu hoy es el filo de la obsidiana soñada. Eres la primera gota de una misión renovada en tu molécula partida de águila disecada. México nuestro, cierra el telón del tiempo, que tenemos que sentarnos a replantear el intento que te convirtió en lo imposible. De San Cristóbal a Tijuana, lancemos un aplauso al viento, que el país de las magias atmosféricas trae la pupila dilatada y anda dando tumbos en un torbellino de ilusión y desperdicio. De esta palabra en adelante, lanzaré dardos incubados en la esperanza hacia 12puntos cardinales. Salido de ti, enamorado de tus posibilidades, derramaré sobre este instante sagrado de cambio global mi fermento subjetivo. 7 Mi angustia de verte reventar hoy se transforma en optimismo. Esto es un manotazo en una mesa que no existe, un intento parcial inflamado en la arrogancia de sentirme capaz de apuntar a un horizonte lavado para mecer nuestra propia cuna. Es un intento genuino, brotado del canto de inmensidad que gravita en nuestro sentimiento decepcionado. Enciendan las luces. La espada va a abrir la primera herida en la sangre, para que salga de esa luz burdeos la innovación tranquila que fecundará esa fuerza lavada en luz de limones que lleva por nombre México: el primer cromosoma de la nueva era que comienza en 2010. 8 1 México distorsiona El precioso país que se nos va de las manos La sensación de un sonido que algún día fue hermoso. Un cascabel de luz salido de sí mismo, mentido como esperma sobre la hora solar; quizá tarde. Ruido del exceso, de la dignidad perdida, de la equivocación de la historia…enero 2010: México distorsiona. Sediento de mesura y proyecto, mi país se pierde en la desconfianza caliente de sus ejes nacionales mal equilibrados. Rechina. Aturde. Quema el pensamiento. Pareciera que su esencia preciosa, su parte auténtica, se funde en un intento artificial de parecer otra cosa. Ensimismado, desorientado, va a la deriva. Es como una implosión de sesgos; como un delirio de arrepentido soñar. Tiene que ver con una causa antigua y un proyecto extraviado. Es como viento confundido que choca contra lo invisible y vuelve a soplar hacia no sabe donde. Sus cauces y facetas revientan el entendimiento, 9 mientras el tiempo se escapa por las grietas de una modernidad fecundada por el plástico y el miedo. Sus vertientes hacia el presente acumulan miedos bendecidos, ritos intocables, fanfarrias innecesarias. Y tantas muertes y pistolas perfectas. ¡Tantas espinas en el alma mexicana! Hay motivos de vergüenza en el desperdicio de esta cultura fantástica. En sus caudalosos ríos de calidad humana, los paradigmas fallidos se mezclan con las aguas de la paradoja y el milagro. México, diamante líquido, inasible fuerza dislocada de la fuerza por abuso, nombre de polvos de engaño, ecuación de sales de impotencia, agua turbia de tanto pataleo. Comienzo a nombrarte con estas palabras desesperadas, subjetivas, equivocadas, sinceras. Te siento anegado. Sueño que te ahogas en un fermento de excesos y disculpas. Como la luz descubierta por los cristales falsos, te vas quebrando cada año en preciosos fantasmas que ya casi no convencen. La grandeza de tu nombre quedó muy atrás. La innovación no te alcanza. Da la impresión que México se equivoca siendo. Que está pagando tan caro su extravío. Ojos vendados, palo en mano, camina descoordinado buscando un culpable, plagando su lenguaje de 10 groserías. Su historia, supuesto motor, convertida en altar, es pesada ancla. Enamorado de su propia leyenda, no detecta sus límites, se pierde en el tamaño variable de sus capacidades, y vuelve a tropezar consigo mismo. Mi país de sacrificios y delicias, mi patria detenida. Se enreda con sus propias articulaciones, se atora en sus soluciones, y sigue luchando y sigue chocando contra su propia figura de idea fragmentada. La historia se detiene. Los fantasmas echaron raíces. La patria se gasta. Los espejismos se acumulan en el Imperio del caos. Somos la fuerza del terror al vacío. Hombres de ciencias exactas, háganse a un lado, que hay chiflidos en la tribuna, pañuelos blancos en las gradas, dinero pasando por debajo de la mesa. Como el agua de la jaula, México se sale de las gráficas por la grieta de la mentira. Entre gritos de Catrinas y mentadas de madre. Bellísimos gritos de brujas traficantes de substancias, de brujas venidas a menos, escondidas debajo de una marimba policial que toca sola el son de “estamos hechos bolas”. Con el coro de la tragedia, que son carcajadas, nos vamos yendo en un quejido disimulado, aletargado por la falsa recompensa de telenovela de sangre y circo. 11 Y hay quien desespera, cortado de su mañana. Porque más de cerca, si se observa en pausa, pasada la fiesta, dormido el ruido, hay lágrimas de mujeres golpeadas en silencio, mafia creciendo como hierba de panteón y millones de niños apretando. Desequilibrios que matan. Pasiones que rompieron la reja. Rencor esperando. Y el desconcierto central de la filosofía del truco, no permite que sepamos quienes somos. Nos mentimos con honor. Y yo intento de nuevo con esta arrogancia también falsa de saber qué es lo que pienso, y digo y propongo de nuevo: México es un cruce de fuerzas imaginarias a punto de brotar al mismo tiempo. Energía rara que brota de lo que casi fue, de lo que casi se convierte en sí mismo. Todo lo que no fuimos regresa a nosotros en un viento interior de nacimientos en desventaja. México es dolor que enamora. Se nos va de las manos. No se le cuentan las horas. Es un círculo que al fin y al cabo tampoco es redondo. Sus nociones y circunstancias van mucho más allá de la contradicción. Es la vanguardia de la confusión. Su historia se asimila a partir de la teoría del vértigo. Parvadas de imprevisiones labran su destino nervudo. Entre genuinos factores de progreso, fulgores titubeantes van delimitando poco a poco su tamaño 12 imposible. Por eso a veces tenemos la impresión de que vamos para atrás, cuando en realidad estamos avanzando con la cabeza volteada. Más que paisaje, México es flujo trágico. Más que país, estamos estallando. Más vapor de tempestades que nación. Más sustancia reaccionando a la mentira, que estado de derecho funcionando. En sus temblores íntimos hallaremos fuerzas de azar, olas gigantescas de un pasado importante, semillas de hermosura. En los templos escondidos de sus venas, la piraña del llanto. En la fortaleza de sus grandes empresas, un pacto escondido. Su moral interior es más festival que república. Por eso de su veta profunda emana tanta maravilla que confunde y arde. Por eso hay que hacer una pausa ante la algarabía incubadora de sus frutos vitales. Por eso hay que asumir el misterio de sus verdades de oro para quererlo. Caer dormido en los cantos de las costas mágicas que le quedan. Atravesar la cábula de sus plazas magnéticas. Jamás desatender el anonimato de sus santísimos núcleos causantes. México es inevitable. Es como el hambre, te atrapa por dentro. Te jala las venas hacia ti. Su tierra seca te agarra los cabellos del alma y no te suelta. Es inevitable porque hay como un pendiente el mundo que debe cumplir y se estira para creerlo. 13 Para comenzar a desatar los nudos que nos atoran hay que saber el valor del asombro en esta cultura de espejismo. México se sabe esconder. Sus indicadores genéticos, sus aristas y deltas, son aves imaginarias que habitan la barranca de lo relativo. Sus coordenadas traviesas no siempre responden a la puntualidad de la ciencia. Sus lógicas anónimas se parecen más a los humores de un Dios natural que a las relaciones entre el conocimiento y la materia. El trazo científico y el pálpito de la conjura se abrazan. La gráfica se bendice con copal de siete vientos. El empuje tecnológico es como el lento movimiento del instinto sobre la balsa de la superstición. Por eso los estudios foráneos a veces se equivocan. Por eso visto desde lejos crece la sensación de estarlo entendiendo. México perdona al exceso, lo redime, lo adopta cual si fuese un honor apadrinarlo. Hay que respirar hasta el amor esta mezcla barroca de todo contra todo al grito de ya. Hay que respetar este cocktail de tolerancias y contrastes para poner la primera piedra de este rascacielos de soluciones. En esta raíz del híbrido comienza renace el problema del vientre de cada la solución. En ese foco de complicaciones se va consumiendo la savia que ha de salvarlos. En esa telaraña tupida de encuentros y desencuentros veo yo los resortes 14 del renacimiento Mexica. La nueva era del equilibrio sincrético, la explosión evitada, el nuevo momentum necesario. Hemos creado nuestro propio rival. La ilusión a partir del dogma. La fantasía se revierte contra nuestra potencia creadora en acto de parálisis. La pretensión nos acaricia. Somos víctimas de nuestra propia imaginería. Ya se nos nota que el tono es postizo, que hablamos como otros porque queremos ser esos otros; mismos que también son producto de nuestra imaginación de televidentes. Miopes creadores de ambientes provisionales, artesanos del plafón y el rimel, en la esperanza de no ser discriminados radica nuestra seguridad pasajera. Pero el engaño terminó por engañarnos y la calma que perseguimos no es más que el ojo del torbellino. En el enjambre de problemas que hoy es México se disuelve el enfoque. La variedad de sus dramas dorsales se multiplica con el paso sordo de las horas. Siendo el panorama de selva vaporosa, el juicio tartamudea. Ante esta fascinante fusión de vicios y fuerzas la vista se nubla. Y el talento es engañado por el calor de los sentidos. ! ! 15 ! ! ! 2 La apariencia El terror a ser menos no nos hace más Somos producto de una serie de fallas. Somos el fruto de una época histórica de desbalance y demasía. En todas sus expresiones y cartuchos, para arriba y para abajo, el exceso es nuestro estilo natural. La reencarnación del barroco en pleno siglo XXI. Y es que México coincide con varias ausencias. Se encuentra después de siglos en varios errores de autoestima. Se identifica en distintas fisuras de su confianza. Sus modos esconden, sus afirmaciones disfrazan. Para la razón, México es humo inasible. Su estética solo espera que la nombremos para mudar de piel de nuevo. 16 Pareciera que no somos predecibles y sin embargo casi todos respingamos del orgullo nacional al complejo. En la selva urbana que hoy es la patria, se han ido acumulando los ecos de cierta ética peculiar de poros abiertos y reflectores movibles. En sus entrañas las raíces se van cruzando con fósiles dando luz a proyectiles de impedimento. Hay venenos enredados que cumplen sus amenazas. Hay gigantescos pasos fundados en la mentira. Hay rezos sin sentido que levantan permisos especiales. Hay fuerzas atravesadas. Columpios chocando. Monumentos a la evaporación de la grandeza. Hay nobleza cediendo espacio. Hay plaga de imitaciones destrozando los campos de lo auténtico. Y en este incendio de alas y certeza, también hay mentes preciosas queriendo en vano poner orden. Y es que hay un ferviente culto al espejismo en esta nación de impacto primario. Hay un respeto inédito hacia la apariencia que logre condensar más miradas. Se teme más a la justicia que a los golpes. Hay mentalidades de infrecuencia que se conforman con un poco. Porque así nos hicimos hombres y mujeres. Hay leyendas oficiales que sustentan normas de retroceso. Desilusiones acostumbrándose a lo que hay. Cataratas de pragmatismo 17 alimentando las arterias principales de una cultura brillante a pesar de todo. Hay fiebres que no son fiebres. Palabras que retumban con pilas. Discursos huecos que convencen. Hay tantas fuerzas simbólicas en esta tierra caliente que me ha dado de comer. Materiales finos para la imitación de los impulsos. Hay hemorragias de calidad humana vertiendo hacia adentro. Y recuerdos, tantos recuerdos. Olas de recuerdos avanzando hacia delante. Pesando, hablando, sesgando. Hay anhelos equivocados. Hay ideas culpables en embrujos oficiales. Temores caducos justificando medidas enérgicas. Hay un culto pavoroso al cosmético en todas sus variedades y formas de aplicación. Hay ignorancias disfrazadas con una cruz en el pecho y enredos que ya no palpitan por la rectitud perdida. Hay enormes torrentes de fuerza desperdiciándose. Hay un terror desbordante a la palabra “no". Hay un miedo aburrido al peso de la esperanza. Hay religiones de apatía organizando futuro. Hay insinuaciones definitivas que marcan ruta. Hay vientos artificiales. Hay modelos incógnitos guiando multitudes. 18 Hay grandes pintores muertos, pocos escritores vivos y ritos de racismo camuflajeado sentando las bases de un mundo nuevo. Y tanta bondad arrojada al viento, consumida en intentos fallidos, tanto honor crecido en silencio. Y sigo delirando desde el mezcal al miedo. Porque hay jardines pintados en desiertos. Hay técnicas nuevas para la profesión de mustio. Hay dinamismos humanos desatados que corren en busca de algo. Hay fibras valiosas trenzadas contra ramas secas. Convicciones fortalecidas nacidas del aturdimiento. Porque hay errores verdaderamente corregidos. Células preciosas naciendo en el vapor de seres desaparecidos. Hay credos antagónicos prendiendo luces en donde se apaga el fuego del balazo promedio de cada asalto. Y es que hay climas enrarecidos que se adjudican aspiraciones. Un temblor incesante que se dispara en la noche. Y demasiado sentimiento mexicano. Sentimiento por todas partes y hacia todos los puntos. Anchos ríos de sentimiento con los que podríamos hacer algo. Caudales violentos de sentimiento. Cúpulas majestuosas de sentimiento. Nudos de sentimiento. Legiones enteras de sentimiento 19 gravitando. Fermento de sentimiento enloqueciendo. Remolinos de sentimiento buscando un mapa. Parvadas de sentimiento torciéndose por una ruta crítica. Espasmo, escalofrío, arranque, golpe, suceso más que proceso, México: paloma explotada volando en el aire. Te quiero. En esta secuencia barroca de excesos, mi país pierde importancia. A veces siento que se lo lleva el viento; que aborrece las noches porque hay miedo en sus calles; que se esconde detrás de las fiestas y que está adquiriendo formas raras pero se inventa que sigue siendo el mismo. Y esa ceguera voluntaria se pudre en una pena cotidiana salvada a punta de futbol de medio pelo y comida chatarra. En su miedo a los espejos se fermenta la bacteria que imposibilita. Lo atrapa su sentido de orgullo porque es la intolerancia. Y se debilita porque en los momentos cruciales confunde la fuerza con la energía. ! ! 20 ! 3 La desconfianza México tiene miedo Tercera maldición. México no cuadra. Tiene tres mitades que desembocan en una hemorragia. Mitad maravillas, mitad ignorancia, mitad mentira. Suma que resta para crecer al revés. Los tesoros van perdiendo sentido. Hemos aprendido a hacernos daño. Cada vez tenemos más miedos. Nada que se pueda medir ni predecir se salva del ay carajo en este mercado de fantasías atemporales. Espejismos rotos. Brillos en el aire. Humo de un incendio que no ha sucedido. Maravillas naturales invisibles por cierta tensión en el ambiente. De Norte a Sur, de Este a Oeste, con todo y sus islas y olas, México es híbrido de todo lo más bello y menos bello del mundo fuera de control. Se dice que nunca nada tan bello ha dolido tanto. Feria de 21 complejos, cultura de inseguridades, ADN de la patria diseñado en el cerebro bicéfalo de una televisión de mercado y aspiración corta. Todo ello goteando en un caldo de cultivo de un veneno que se disimula en un mantra que redime todo lo que toca: ¡como México no hay dos! Híbrido cultural que teje su cohesión con hilo de incertidumbre. Reino del trueque de la desconfianza. Las medidas se acomodan al cliente. Los parámetros se mueven con un poco de voluntad. ¿Cómo le hacemos oficial? Siempre hay otra manera de arreglar las cosas. Los tiempos fluyen en sentidos opuestos, calibrados por el terror al asalto, al secuestro, a la calle, a la noche. Por razones extraviadas crece el territorio vaporoso de lo incalculable. Caos multiplicado por ingenio, viento de muerte empolvado en los ojos, Comala diez veces en el cerebro sin saberlo. México se nos va de las manos en la senda de la desconfianza. ¿Será el aturdimiento nuestra única victoria? Al fondo del Café Tacuba comienza la noche. El bafle pirata revienta de repente el estribillo de la cumbia nacional: Un, dos, tres... ¡Estás viendo y no ves! Un, dos, tres, ¡Estás viendo y no ves!... Y una 22 calaca de Orozco se quita su enorme sombrero y te invita a bailar. Y borracho te inventas que eres feliz en esta tierra bendita. La Incertidumbre es la vanguardia. El instante es lo que cuenta, la certeza… esa palabra emigró de México; se fue pal norte en busca de mejor vida. Templos disfrazados de iglesia. Salsa de siete chiles para burlar paladares. Estática de tanta frontera perdida. Electricidad de cuidado en el vínculo humano. Este es el espacio de flujos y emanaciones que hemos creado. Este es el círculo virtuoso mexicano, que, al fin y al cabo, tampoco es redondo. Así, México confunde. Es el destello más hermoso que he visto bailando en reversa. Cama de mercurio ardiente. Piedra compuesta de minerales brujos. A los cantos de sus cuatrocientas razas de oro me remito. Apelo a las veinte distintas clases de pegamentos que detienen la cohesión de sus pactos nacionales. Apelo a la relatividad de nuestros valores, a la tranquila aceptación del table-dance, como natural espacio clave del pacto social mexicano. Primera falacia: pero sigo siendo el rey. 23 Debimos preverlo. La mezcla de demasiados ingredientes falsos produce un exceso de expresiones que terminan batiéndose entre sí. Demasiado nunca es suficiente. El plástico siempre contamina. Creímos que era lo moderno, y hoy envilece nuestras vidas. Palacio de jacarandas y volcanes, he visto que se vende el miedo en tus esquinas. Intuyo sabor a ruina en tus procesos. Yo he estado a tu lado cuando volvió a sangrar tu voz. He visto con que errores te construyen. Hacia donde te llevan. Tu piedra pulida en la historia se desmorona. Tu piedra más fuerte se va gastando y suda. He comprendido que hay que frenarse un instante para asimilar tu anestesia. Y claro que no estoy seguro de lo que digo porque tengo en mí esas fallas que aprendí contigo, en tus escuelas, en tus programas, en tus libros. México, amor mío, te estás endureciendo. Vas perdiendo agilidad ante la lluvia del futuro. Vas abarcando menos espacios en el universo. Te haces chiquito según se acumula el exceso en tu estilo. Rabia del poeta que no te alcanza. Vértigo del amor que necesitas. Te traspasa mi vida. Yo he visto que le falta vocación a nuestra gente. Yo he sentido esa falta en mis impulsos promedio. 24 4 Desigualdad Cuna de guerras Quedó la búsqueda de un clima mejor dislocada en el frío de la diferencia. México mayor, el que quiero, el que siento, el que he pedido, no reunirás tus ventajas alrededor del fuego hasta que no haya alguien que empareje tu terreno. Señor desequilibrio, titán parado en la puerta del progreso. Disparidades, canción de mi patria, sustento de todo lo que hacemos entre la selva y el desierto. Hoy llamo a la puerta del ingenio para reparar una deuda larga. Pobreza creciente, sistema de insuficiencia, culto secreto. Hay en México un desnivel obligatorio. Nos falla la conciencia. La brecha que separa es la misma unidad que condiciona. La indiferencia es un boomerang. México se pudre en la diferencia. Castillos de mal gusto y chabolas, vecinos pavimentando el odio que brota como lava del 25 complejo abismo entre el querer y el tener, del sentimiento de no poseer, de la arrogancia ignorante del acomodado en la ventaja. Todo lo que México puede ser es a medias mientras tenga el miedo la tierra rica de la pobreza para crecer como palmera. Disparidades, carroña, desigualdades, vergüenza, exclusión, cuerdas del arpa del suicidio. México se comprende a través de la exclusión. En la teoría del privilegio aprendemos nuestras faltas y virtudes. Lo poco que somos es la espuma de nuestra desigualdad enquistada. Por eso cuando decimos México hay un olor a sangre en el aire. Y casi convencemos al mundo de que no nos damos cuenta. Arquitectos del terror, algo profundo ha fallado en este templo maravilloso. Pues a pesar de que ya suena esta tragedia a coherencia, sigue habiendo algo que perturba en esta sensación de venganza esperando su momento. ¿Quién puede creer que de verdad es rico, rodeado de cincuenta millones de pobres? La discriminación es nuestro gran fantasma. Su capa maldita da mala sombra a nuestra sinceridad. Derribada la inteligencia por el veneno de una televisión rancia, monopólica, en reversa y entregada a la usura como botín de ilusos. Nos hemos hecho daño. 26 La desigualdad infecta nuestro ingenio, la desigualdad puntiaguda rompe el embrión de nuestros mañanas, la desigualdad embaraza la vergüenza de tener que esconderse detrás de una barda alta para ser feliz, la humillación de tener que protegerse de sus paisanos para poder vivir. Fábrica de odio. Exclusión mexicana. Veneno en punta de culpa nacional. Se sigue quemando la tranquilidad que alguna vez vivieron nuestros padres, pudriendo lo que somos en fermento de corajes y ambiciones, en asco de respeto olvidado. Cualquier pacto social fundado en la envidia tiene otro nombre: suicidio lento. Fundar una nación en el desequilibrio es cuna de guerra. La indiferencia es el boomerang de los tontos. En el virus del egoísmo la dignidad de México está muriendo. Habrá entonces que reinventar el orgullo, que el Viva México ya dice poco. Traigan a los nuevos creadores de virtudes sin rencores. Que aquí hay que potenciar los vestigios de aquel México que quisieron nuestros hijos. Que hay una tendencia solidaria a punto de nacer en esta gente nuestra que sabe amar en serio. Hay mucho que perdonarnos antes de encender la luz de la igualdad en las velas de las escuelas. 27 La esperanza real existe en el balance. La brecha que nos divide es un polo de atracción y sufrimiento. La herida del México polarizado se cierra con mejores cerebros y decisiones de sublime filo. Tal como somos, estamos programados hacia la exageración, la concentración y la apariencia. ¿Nuestros patrones de mexicanidad están en paz con estas diferencias? ¿Seguiremos pensando que la pobreza es normal? ¿Nos daremos cuenta algún día que la exclusión es nuestro enterrador cavando la tierra? 28 5 Elites limitadas Sin capitanes no hay victoria Siglo XXI, interdependencia compleja, división digital, cambio climático, violencia estructural. Escenario de crisis, quiebra sistémica, remate de teorías a dos por una. Entre la bruma imaginaria de nuestra idea de patria, un barco cultural avanza lentamente. En el timón se ve una mano que tiembla. Se escuchan nerviosas voces de mando, voces que salen de pechos con miedo. México titubea. Quien gobierna y dirige es casi el mando necesario; pero casi y en ese casi se nos escapa el tiempo hacia adelante. Criaturas más complejas necesita el horizonte de este mundo dilatado. Humanos inclasificables que empuñen el cetro de humo maravilla. Torsos sorprendentes de energética presión hacia sus 29 propios interiores. México necesita otra gente. Más de lo mismo ya no nos salva. Llanuras impensables han de crecer en sus espacios abstractos. Ansias expansivas deben rebotar todo el tiempo en sus cristales mentales. Seres de altísima moral y equilibrio interior han de conducir esta valiosa nave hacia un destino pre imaginado de noble grandeza. No venimos a estas ciudades a reproducir el llanto, a abrir los portales que dan a manantiales contaminados. No queremos aportar otra cosa que no sea la fina expresión de la virtud en su máxima gloria ritualística. Con ciencia y tendencia, con armonía y drama, modificar este mapa que atrapa la sangre. Rabia infame que das muerte en la esquina del deseo a la parodia del incapaz en el trono, no te escapes. Tu tarea no ha sido consumada. Tu fuerza aún se necesita. Rabia tajante que anuncia la pena del que se adjudica glorias artificiales en nombre de la patria, no nos abandones. 30 Miremos con todo detalle la figura de quien nos guía. Pongamos la mirada en cada instante de sus pasados. Debemos saber qué anhelan estos seres; qué bengalas sentimentales acuden a sus instantes decisivos para dorar el cuadro de sus vidas personales. Qué sueñan, qué temen, quién los hizo y por qué se sienten vulnerables ante lo extranjero. Abramos los ojos y haciendo gasto de atención reparemos minuciosamente en la complexión íntima de tales individuos. Atoremos los sentidos frente a la existencia rauda de quien nos guía. Comencemos a descifrarlos. Su opacidad nos concierne, su plano misterio nos preocupa. Observemos de cerca las supuestas prioridades que los habitan. Sus amuletos nos interesan. En los espaciosos de sus inseguridades habitan nuestros peores demonios. Nos representan. Los merecemos. En el agua contaminada de su incompleta educación se fermenta la peligrosa esencia de nuestras imposibilidades. En sus trucos para maximizar el beneficio se cae nuestro futuro al barranco. Su filosofía quizá improvisada endógena aloja los genes de la patología que propaga el desconcierto de esta nación siempre en potencia. 31 No son los intrusos, son parte nuestra, no son los invasores, son los otros nosotros y tienen en las manos parte radical de nuestro futuro despliegue. De sus manos gotea la sustancia endemoniada de la pobreza. A pesar de sus esfuerzos, esta tierra bendita se sigue secando cual si no hubiese remedio. Son la élite, que decide por nosotros, que se equivoca en nombre de nuestros hijos. La élite que invierte, que recorta, que duda y sentencia, que educa y falla. La elite que se hace bolas, que pacta en tu nombre sin tu permiso, que mal pronuncia el inglés, que se enfrenta a sí misma, que pospone, que también a veces acierta. La elite anticuada, aterrada y cada día más sola. Privada, pública, de izquierda o derecha, centrípeta, intelectual o televisiva. Independientemente de su color o función la elite no funciona, no cumple, no da el ancho. Y es que han fundado su poder en el atajo, en el pacto oculto, en la baratija de la astucia. Nuestra elite al mando tiene los mismos rezagos que la escuela pública, que el sindicato de Rolex de oro, cisnes débiles del cortoplacismo, orificio del progreso. 32 Hombres de título, renombre y capital. Productos también de los excesos agobiantes de nuestra cilíndrica historia, de nuestra economía de cuates, de nuestra sabiduría del Bluff y nuestra tecnología del contacto. Miradlos bien a poca distancia, que allí tenemos un problema. Los nuevos capitanes deben creer en la palabra como algo sagrado. Bravos podadores del jardín de la nobleza del discurso. Adoradores de la magia de la transmisión del significado. Bebedores de letras, juglares del idioma, artistas del convencimiento. Porque adentro del diálogo la substancia y la lectura nos pueden salvar del desastre. Verdaderos escultores de planteamientos, genios productores de ideas enlazadas que se apoderan de los torrentes ajenos. Decidores de verdades sólidas, pintores de la convicción. Trazos dignos, rugidos auténticos sin disfraz ni apuntador. Ya no basta hacer como que hacemos. Ya no seremos lo que fuimos repitiendo rituales vacíos. El mar en que navega esta barca se ha vuelto complejo, multidimensional, sofisticado. Ya no basta ser aventado para aspirar a un cargo público. Ya no basta tener padrinos para ser empresario. Es la era de la ciencia, la economía del 33 conocimiento arde en otras latitudes. Las decisiones que faltan quedarán atrapadas en ese error de fábrica: pensar que trazar el nuevo México no va a requerir un esfuerzo de reinvención personal, un esfuerzo superlativo de construcción interior en el cráter de la capacidad de nuestros dirigentes y empresarios. Lo que somos nos da para medio impulso. Y el salto al futuro requiere de una grandeza que nos hemos ahorrado repartiendo el botín. ! ! 34 6 A la deriva ¿Dónde ch… está el proyecto? Este es el pantano que somos. El espejismo que reflejamos entre la falta de proyecto y el empujen todos al mismo tiempo. Aturdidos por la fantasía que creamos y no creemos, somos como un tepache embotellado de problemas y entusiasmos. Como el que se extravía sin mapa y pretende que sabe leer las estrellas. Entre la desidia, la ignorancia, la arrogancia, y el ora pacá ora pallá, hemos creado un ambiente de mareo. Con recortes de los mapas que nos trajeron a este sitio inventamos los nuevos sueños, las nuevas direcciones con trozos de diversas eras preciosas y rotas. Hay quien quiere convencernos que somos coherentes, que el avance no es espejismo, que sabemos donde vamos... pero yo escucho ruido de remos chocando, ruido de remos chocando, ruido de ya da lo 35 mismo que la vida es corta y mientras el aroma del cilantro exista hay esperanza en la boca del futuro. A golpe de un calor humano insólito, vamos tejiendo la manta del mañana con hilos de progreso y retroceso. Como los fusiles de Villa, armas descompuestas para nuestros hijos. Combinamos magia y ciencia con una potencia que parece conjura. Cocemos tradiciones en aceites de vanguardia y producimos mezclas que es raro detectar en otros pueblos. Y toda esta fusión de errores escondidos y aciertos desorientados, de misiones y momias, de sutilezas y desventajas, destinos provisionales y libertades sin instrucciones, todo este hervidero poderoso, va construyendo día a día el México del mañana. Copia chafa que nos rebasa, pintura rebajada que no se quita, gasolina con agua, pólvora mojada y vuelta a secar, anti-virus inventado sabiendo que es inventado. Como una obsesiva potencia de creación sin proyecto unificante predefinido, el nuevo mundo mexicano se va constituyendo. Porque México es, ante todo, una terrible y permanente explosión creativa. La inventiva insaciable por culpa de la congoja inagotable. El 36 barroco mexicano siempre vivo. El barroco mexicano llenador del hueco de la ignorancia. Aquí hay materiales valiosos, dolor y ganas. Energía sin estructura, estructura sin plano, plano sin nombres, nombres que se avientan al vacío. Construcción de la patria, construcción de la nada. Hacer la nación demanda una idea obtusa, un proyecto fatal. Un mapa imposible de anhelos comunes. México anda extraviado porque perdió su futuro en el circo. Porque no lo encuentra. Porque se lo han escondido entre latigazos electorales y errores superlativos. Pareciera que el país estuviera secuestrado por nuestra propia ignorancia. México anda desrutado porque su destino ya no existe. Todo aquello, materia o anhelo, que se encuentre más allá de seis años pierde vida en las decisiones importantes. Será esta la ley, callaron en la plaza nuestros gritadores. Desde entonces, México está confundido. Se le nota en el titubeo. En el corto plazo se nos atora la vista. Aquí el horizonte vale menos. Más que ideal, el futuro es una sospecha. Un amasijo de 37 providencias débiles que se aproxima a la nada en acto de guerra suicida. Flaco proyecto de cultura que se impacta en las paredes del alma. Todos llevamos adentro una inmensa nación que no nació de nuestros actos. Hay de aquel que la deje escapar en el anhelo. Está amaneciendo, parece aclararse el horizonte: es un precipicio. No sirven los modelos académicos en este asunto vivo. Se estrella toda fórmula que haya probado su agudeza en el papel contra la figura herida de este rito colosal que se afana en vano en ser el mismo. No ha de bastar nada que no aspire a la enormidad de un porvenir que no venga pronto. La bestia del vacío anda suelta. El mañana se rompe en trozos de misterio. Hay latitudes posibles que no aparecen en el listado de la energía nacional porque no hay lista ni fervor hacia un polo creativo. El sólo mirarnos al espejo genera una energía de anuladora y una anestesia inteligente. Del espacio que se abre frente a la vista, no emana la fuerza que debe atraer nuestros mares íntimos, como hacia el centro de la tierra todo aprieta su existencia. No pide sangre el músculo si la mente no desvaría por una idea. 38 Sin obsesión en los sueños flaquea el impulso. Que nada grande será concebido jamás sin el aceite del entusiasmo. Y no existe el entusiasmo sin un blanco que provoque el movimiento, sin un objetivo que absorba la energía de nuestros pasos, sin una palabra en el cielo que nos arroje hacia todo en acto febril de entrega suicida a ser México en serio. Porque hay como una sospecha de lo que somos capaces y una admiración global más objetiva que espera más de esto. Porque hay tanto en esta calima con su canto propio esperando su momento, aplazando su verdad, al margen de todo aquello que con tanto fervor lo llama, lo ubica, lo requiere y sueña; al margen del sentido oportuno de la reforma; entregados al retraso; verídicamente queriendo avanzar; llorando porque se destiñe con el tiempo su tinte de idea, su fuerza de concepto, su ilusión presa, su figura loca de núcleo inflamado. ! 39 7 México abierto Sólo la apertura fortalece las culturas Abrir. Palabra infinita, imbatible. Tiene que amplificarse este cráter. Su faz violeta ha de entretenerse con el rostro de otras formas. Cantidades crecientes de flujos energéticos han de venir de los rincones a crear un nuevo centro. Rocemos nuestras venas contra otros huesos distintos. Abracemos en un acto de enorme magnitud a modos y maneras de otras colinas como deporte de estallido. Que sea nuestra cultura un permanente abordaje de otros barcos repletos de entusiasmos diferentes. Ha de filtrarse nuestra raza mexicana para provocar la luz que genera la esperanza. Ha de toparse de frente con iodos contrarios y resolver ese dilema celestial que significa comprendernos a partir del otro. 40 Hemos de potenciarnos hacia el infinito a raíz del otro. Aquel otro a quien le debemos tanto por hacer lo mismo que nosotros de manera diferente. Seamos los devoradores antropófagos que alguna vez fuimos. Comamos las entrañas de otras culturas que habitan este periodo de iniciación histórica. Traigamos vientos de todas partes y abramos un teatro especial para escucharlos. Y que el nuevo viento mexicano sea como antes: la brava suma de potencias contrastantes vertiendo la fe topacia de su amalgama frente al crepúsculo de un Occidente cansado y viejo. Que todo ser se atreva a entablar un diálogo nuevo con el universo y coma de todos sus polos. Dejemos que nuestro carácter se nutra de conocer y cultivar el potencial de la mezcla. Dejad que México se vierta sobre el mundo para que después, en un repliegue noble y majestuoso, regresemos sorprendidos a la matriz a meditar sin que nadie nos vea para aceptar en soledad que también el otro tiene razón aunque contradiga nuestra palabra engreída. ¡Abrid las puertas! ¡Que vengan a desmentirnos! 41 Arte de abrir. Movimiento hacia lo imaginado. Perspectiva feroz. Insistencia de la energía que se cansa de hacer lo mismo. La potencia que también desespera de la falta de oxígeno que ha sido nuestro tiempo. Ha llegado la hora de lo ilimitado. Ha llegado el tiempo de un México inacabable, insumiso, de largo alcance y de largo plazo. Los únicos límites están en nuestra mente, el mundo nos espera con frutos de cambio. México tiene en sí mismo la naturaleza propicia para serlo todo, en sí encuentra la tolerancia hacia lo nuevo que falta mucho en tantas culturas. Es el tiempo de ser la apertura que nos ha hecho, la inapagable energía del híbrido, la fuerza orgánica de lo plural, la victoriosa certeza de lo flexible. México, tienes tanto que dar y para darlo tienes tanto que asumir de otros esfuerzos. Abramos pues las puertas de estas catedrales que son nuestros sentidos, que nunca el mundo ha sido más pequeño y nunca han hecho tanta falta en nuestra alma otras lenguas. Pues cada quién tiene su propia inteligencia, y en cada nación y sus costumbres habita el gen de nuestra estabilidad y parte de nuestra alegría. México es un regalo universal. Si quieres ser entendido…escucha. 42 ! 8 La palabra Volver a creer en lo que decimos Libre como es, la palabra fuerte ha de retornar a México. Su fatal esencia sí existe. Su presencia definitiva no es adorno ni velo. El tiempo de los gritadores está terminando. Que muera la época de lo hueco en la importancia, donde los dolores, por el acento falso, duelen más. El temor a la palabra que aquí se finca ha de sucumbir ante la ira del vacío, ante el enfado superlativo de la confusión provocada. La infamia comienza siempre a brindar su podrida forma en el caldo ideal de la palabra ligera con que se pretende adornar el momento decisivo. 43 Ya no finge el interior, no se supedita el impulso a la prudencia. No le corten el cuello a la idea original en pos de la forma, que el concepto no existe en vano, ni su intención será derrotada. No es capricho la idea. No es ocurrencia el significado. Quien pretenda seguir cantando notas bellas al estanque arrime su alma de rana medieval. Su dorado fingimiento ya ni a barroco llega. El miedo a las dosis de vida que atrapa la palabra sincera nos derrite, nos impide, nos mata. Sabemos que en su peso se mide nuestro alcance. Habrá quien no lo quiera, habrá quien lo dude, habrá quien tema a la potencia de los nombres reales, a la necesaria fuerza del no. Pero la palabra radical volverá a florecer en este paraje de temor y finta. Ante la mirada inevitable de los habitantes increíbles de la tierra de la duda incipiente. Ante la mirada desorbitada de quien le ha perdido el respeto al viento terrible de la palabra viajera. A ustedes, que han logrado de alguna manera bruja extirpar el significado del cuerpo inasible de la palabra, les vengo a mirar de frente con un puñal gramático en la mano. A ustedes, que se han atrevido a matar la vida del discurso, les hablo con los dientes 44 apretados y respeto, porque sé que no me entienden. Aquí el loco soy yo. Las muertas son las palabras. A todos ustedes, que a fin de proteger sus débiles seres interiores, inventaron un viejo lenguaje de cascarón imperdonable (“nos llamamos”, “hablamos”, “ahorita”), les vengo a recordar que afuera ya poca gente cree en nuestro país. La confianza en nosotros empieza en nosotros. A ustedes que dicen lo que creen con cuidado y miedo, que ya están derribados por su ignorancia, que confundieron la misión del ingenio, les aviso: he venido con mis fetiches y archivos, con mis propias flaquezas y fuerzas, a intentar reinventar las nuevas certidumbres que habrán de poner fin a nuestra menudencia. Y aquí grito, rodeado de sensaciones de mejoría: necesitamos ríos de decisiones fuertes que nazcan de la palabra limpia. Cataratas imposibles de hazañas iluminadas por la palabra articulada, apareciendo de pronto como diablos invencibles. Castillos de sílabas con objetivo profundo para el reacomodo de la justicia. Niños que crean en lo que se dice. Diarios que pacten con el rigor un verso. Autenticidad en sílabas y menos palabras. 45 Un México resucitado en la verdad. México desinfectado en la verdad. México atribuible a la verdad. México purificado en la verdad. México desentumido en ungüento de verdad. México reconciliado a través de las verdades prohibidas. México habitable por la verdad. México que acude al bautizo de la nueva verdad como padrino omnipotente. México intermediario entre la verdad y la política. México repuesto con la verdad o por lo menos por la idea de ese concepto. Cuando la verdad simplemente signifique coherencia, resplandor natural, honor. La verdad de la palabra, como algo simple. La palabra escrita, hablada, imaginada. La palabra como razón al cubo. La resurrección del México franco a partir de la palabra curada. La salvación del México posible por una nueva ambición mexicana de igualar hechos con promesas, compromisos con palabras. Finquemos el fuego del progreso nuevo en la palabra misma, madera y clavo de la barca, esencia de la dignidad humana, palabra molécula del pacto social, cohesión del alma mexicana, palabra cierta, genuina, recuperada. Sangro por ti. Me precipito hacia todo lo auténtico que queda en esta tierra y curo ahí la traición a nuestros niños. 46 ! ! 9 Metamorfosis México Cuando la tradición se ha vuelto ancla Seamos otros. Como un ser vivo. Seamos otros. Trepemos el muro para arrojarnos al huerto de lo inconcebible. Seamos otros hacia un espacio que tanto nos espera. Vivamos fuera de la ilusión de la permanencia. Cuando la tradición es dogma comienza el retroceso. México naufraga y de alguna forma es nuestra esencia la que lo está hundiendo. Y esta insolencia de todos y todo nos está convirtiendo en nada. . De alguna manera brotó lo que hoy no queremos dejar. Para que México sobreviva habrá que matar a México. El pasado impera. Sigue siendo el rey, con dinero y sin dinero. El himno del fracasado. El pueblo de la ovación tiene que abrir las alas. El pueblo que mira hacia atrás vaga solo hacia la nada. El pueblo de mi gente que se 47 adorna como siempre para salvarse no se está salvando. Reflexiono adolorido de tanto México gastado, sobre como poder reinventarnos salvando lo sano radiante que somos todavía, oliendo esos aromas de las últimas selvas intactas, de esos bosques protegidos por la geología, sudando de susto de quererte tanto. México alucinante, tu fuerza me inspira. Quiero la furia de tu engranaje multicultural para ondear seguro esta bandera invisible. Donde se quiebra tu antiguo modo, ahí quiero anidar como un sueño. En ese momento de surgimiento he de levantar una torre que hable. Para que asumas que hay ángeles derribados en mi propuesta. Hay guerra contra tus dioses en esta palabra de crianza. Hay sacrilegios en mi fe. Yo seré el iracundo una vez más hasta que pierdas. Hasta que cedas. Monstruo de vegetal y roca. Opaco siervo de ti mismo, mi México adorado y falso que debilitas al México sublime y neto. El oro no es nada. Olvídate del tiempo. Este es el momento cero. Muere para nacer mejorado. Anda en mi luz un demonio bailando. Una diabla que desprecia tu cancioncita porque ama tu impresencia de río, tu fuerza de discurso claro en potencia. Tu tremendo potencial imaginario significa cada vez menos ante tus innumerables gritos que no tienen licencia, ante 48 tus ríos de juguetes y políticas piratas. Porque en el fuego que no se cumple en tu ausencia se finca el límite. Y ese límite se funde con el coraje de tanto niño imposibilitado que intenta la gloria y termina encaramado en un parabrisas buscando limpiar la sucia conciencia del país a cambio de unas monedas. Falacias, más quietas que el entusiasmo de infatigables vientos que entraban y no se salían de tu cuento gastado. Que no sientes, parece que no sientes, que tus ojos ya no ven la gloria del esclavo en la sombra de la cabeza cortada que sigue pensando, como queriendo recordarte que no has cumplido tu promesa de grandeza. Y el polvo en tus pueblos que bajó de tus montañas para llenar de patética burla tus filtros y amaneceres, seguirá aquí porque no miro que decidas inventarte de nuevo. Porque te veo instalado en tu pasado por pura inercia, conveniencia y pereza. Por eso hay que gritar en silencio, cambio, transformación, innovación, olvido; bienvenidos sean los nuevos nombres, las nuevas canciones, los nuevos poemas. Evolución. Simplemente. Evolución. Un aire festivo de llanto y grito no apunta hacia lo alto. El cuerpo de esta patria abigarrada adquirió la forma de un flamazo. Busquemos 49 otras formas en los cantos que hemos olvidado. Qué caso tiene mantener la tradición del cultivo si el fruto debilita la raíz. Nombremos pues para salvarnos lo innombrable. Tallemos nuestra fibra cotidiana con la piedra imperativa que aquí defiendo. Prendámosle fuego a la médula del pasado constituyente que no queremos. Sabiendo que es imposible quemarlo todo. Respetando todo lo digno que se defiende en este enjambre de inseguridades. Paso a paso, solo a sol, hay que instalar otro software en la esencia mexicana. Son cambios que toman cien años pero hay naciones que prueba que es posible. En cada pacto clandestino que apunta a una fortuna, pongamos un Dios de transparencia. En cada orgullo de macho, flores de jazmín y poesía. En cada canción de llanto y bala, acordes de alegría tranquila. En cada aceptación de una sociedad desigual, el arte de la importancia del vínculo de todo con todo. En cada anhelo de Las Vegas y Miami, gotas de historia de Europa. En cada culto al shoping mall, rocío de filosofías orientales. En cada televisión, una cuota de arte. En cada telenovela violenta, cien mil libros gratuitos. 50 Vamos cambiando. Ya somos otros. Afanados descubridores de los nuevos referentes. Células inciertas del acto profundo de la trayectoria del gigante. Potencia fortificándose. Punta de explosiones. Pero dinámicas imprecisas. Talentos de ocasión sin destino ni partitura. Colección de secretos que no sirven. Síntesis de morales flacas. Habrá que pensar que somos otros para curar nuestros enfermos contenidos. Para iniciar un prototipo de actividad irreverente. México se sustituye. No se basta a sí mismo. Así sea. Digámoslo. Para no volver a enroscarnos hacia nuestro pretérito gigantesco. ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! 51 10 Renacimiento Mex Esperanza radical Del enredo, tenemos que sacar los materiales de un nuevo ser; recto, fino, confiable. Vaya tarea quijotesca de incierta algarabía, construir una confianza con ladrillos confundidos. El taladro apunta hacia lo que es definitivo. La pupila retiene en su memoria local el holocausto de los indígenas traicionados en la mezcla. La palabra estira el cuello tensando tendones, esperando la instrucción para proyectarse con toda su trascendencia sobre el blanco escogido. Es el principio de un siglo. Una nación está en juego. El precio de los errores se dispara y no hay quien entienda su origen. Todo movimiento requerirá la misión de un microscopio. Salir del embrollo gigante implica entrar en la maleza. Detectar los focos. Trabajar los núcleos. Arribar al corazón del nervio equivocado. Y en esa impresión, con todo y el azufre, trazar un nuevo mapa. 52 Terrible sería convencer que todo esto es lo fatal, cobrando formas de misterios permanentes. De oblicuo pensamiento y frágil materia será quién piense que México está condenado a esta forma retorcida. El “aquí nos toco vivir” es un veneno dulce. A veces hay que decirle no al tiempo. Habrá quien quiera tocar la fuerza. Tendremos que empujar hacia la fibra íntima del temple, de la mesura, de la lectura, del esfuerzo. Nosotros, mexicanos, machos y machas estridentes que inventamos el sentimiento del fogonazo. Catedrales olvidadas. A su mundo entero yo lanzo esta especie de sacramento. Para recobrar el sentido profundo que al anochecer dieron alguna vez nuestros pasados. Se nos ha metido el ruido en la sangre, el entusiasmo se convierte en ira y termina en vergüenza. Como el reciente salto del mexicano de la hospitalidad a la defensiva. Tu amigo de golpe en cualquier barra que bañado en tequilas se transforma en tu enemigo. 53 Alguna vez me dijo un uruguayo: no hay nada más bueno que un mexicano bueno, ni nada más malo que un mexicano malo. En medio de esos campanazos sigo meditando. México retomará su cauce deslumbrante. Su figura de enorme reptil acechante levantará la cabeza sobre el mundo de nuevo. Finalmente se cerrará la puerta por donde se escapa esta luz, este ingenio desperdiciado. Nacerá una raza que rebasará la bandera y sus mandatos incuestionables, incomprensibles, manipulados. No todo se está cayendo, hay entusiasmo y alas que han aprendido a desactivar el miedo. Sobre un febril rostro de magia tendida camina tu cúpula de nacimiento. Por una fibra tallada del polvo de tu desierto de Sonora, navegan miles de barcas hacia el sabor de tu más íntima leyenda. Tu saliva al borde de ese río se ha puesto de pie incitando a que nombres bien las cosas. Si tu calma se tornó en violencia fue porque sigues decidiendo que el tiempo decida. Naves de fuego: yo riño por esta patria exenta. La que no ha llegado. Por la que tal vez no vino. Yo riño por su figura de inocencia fuerte. Por su intención silvestre de mariposa curiosa, de mapa fantasma, de 54 frontera relativa. Yo pago por ver esa figura, dondequiera que haya estado. No le temo a sus bellas coronas de recurso imperial. No le temo a su grandeza decorosa. Yo quiero donar mi voz para anudar un canto intestino que la traiga un día. Yo riño por esa posible edad de lo nuestro que ahora se hinca frente al silicón y el plástico. Sobre tu nombre, yo escribiré otro nombre. Sobre tu tradición, yo pondré otra. Sobre tus anhelos indepurables, sembraré feroces ráfagas de razonamiento emotivo. En cada uno de tus motores de violencia plantaré un ojo de gigante. En esos huecos desgraciados de guerra urbana echaré un puño de semillas de integridad. Tu dignidad perdida te salvará del terror. Corte de silencio sobre la madera de la vida. Rama fugaz de múltiple adorno que dice lo que no ha de impactarse contra nada. Razón de la fiebre esquiva que guardas en tu rebaño de leones domesticados. Saco de simbolismo apagado que fermenta yacimientos de impotencia. Cátedra de aligeramiento espiritual. Pudran su idolatría sobre otros pastizales, que en este terreno no vamos a combinar su aceite disipadora con el agua clara del mensaje significante. Al margen de sus huecos incapaces crecerá de nuevo hacia lo sublime la fortísima algarabía de la expresión mexicana. 55 En la importante creación de un pueblo grande no hay golpes contundentes, no hay giros radicales, no hay inventos. Hay un duro rozarse contra el ir y venir de los días. Hay tiempo sucediéndonos, tiempo viviéndonos. Hay un sudor que fluye de lo emotivo hacia lo difícil. No hay sucesos mayúsculos de transformación fantasmagórica. Si hay procesos largos que se interrumpen a veces. Ya basta de confiar en el golpe de suerte. Será nuestro país el reflejo de la morada interior de cada uno de nosotros. La repetición caleidoscópica de nuestros flujos de emociones individuales. Abrir otro concepto de nación sería falsificar el futuro. México será producto de lo que se conoce que habita dentro del mexicano. Somos las células de la patria. Cerremos los ojos y frotemos nuestras alas hasta el agotamiento. Que será nuestro esfuerzo ciego el que brinde un estado digno a los dioses. México será la proyección posible de nuestros sueños y límites. Su figura inalcanzable dependerá de los elementos que arrojemos a la intimidad de nuestras almas. 56 Individualmente, por cada mexicano, pasará la posibilidad, la pena, el azar de nuestro México próximo. Al caminar por la calle estamos haciendo un país. Su fuerza comienza en nuestra alma. Somos las raíces de su verídico potencial. Porque somos cuna y motor somos pieza clave. Hay que cuestionar nuestras maneras instintivas, nuestras formas de atacar la vida, las que heredamos, las que tal vez ya no producen significados de gloria. Ya la costumbre que nos trajo a donde estamos se topó con el cuerpo de un humano menor, que es quien ahora por aquellas costumbres somos. El tiempo que apareció en cada momento de nuestra historia, para ser fecundado por nuestra fuerza creativa, sigue esperando frente al teatro de una nueva faena que tal vez terminó sin comenzar jamás. Si en realidad este es el territorio trágico de la repetición ¿quiénes somos nosotros? Pero hay otra idea. Hay ciertos imperativos que sufren; que rechinan como hielo en el fondo de lo incierto; que vagan apagados. Apenas respiran, por las riberas de sus fecundas intenciones. A veces navegan hacia buitres. Aves levitan hacia cerebelos inquietos. Son 57 apenas tinte de ámbar y nieve de humo. Fuegos esenciales que jamás conocerán el polen de las fragilidades. Luces de victoria precipitándose en silencio. Fe autosuficiente. Bramidos de inteligencia revueltos con semen de Titanes. Lágrimas envueltas en hojas de anhelo. Apenas son insignias de levante; esbozos de aguijones y espolazos que habrán de levantarse con una misión y un gesto, en el péndulo colosal de nuestros íntimos quiebres. Tradición progresiva. Nos habremos de lavar en tu purga, porque somos el ensayo de lo necesario. Los mexicanos que no hemos sido. Gota a gota, cae la hora; diminuta, ensanchada, irrelevante, imparable. Cae la hora de mi pueblo sobre la tierra seca, gota a gota. Sobre el pedregal de su fracaso constituyente. Taladro de la esperanza. El tiempo, que se levanta en armas, poco a poco; que va devorando el espacio que antes dedicábamos al viento, a la tierra, a los minerales de la imaginación. Habrá un momento, con su absoluta presencia, un momento definitivo, en cada hora, a cada rato. Habrá un momento en el que habrá que palpitar hacia adelante. Un instante que medirá lo imponderable que en nosotros hay. Un momento breve que habrá de incidir en un futuro superlativo, sobre una página relevante del libro que a México presenta. En cada 58 fragmento de la noche, sobre el fino despertar del día, a todo minuto, habrá un terreno esperando nuestro fecundo impulso, nuestra fértil embestida, gota a gota. Para que el martirio valga la pena, existirá esa espera como una variante, como un boomerang que abrirá el torso del anhelo mexicano, exponiendo su atavío, su intención oculta, el padecimiento mecánico de su nervio descompuesto. La muerte lenta de lo espontáneo que se le descubre como el acto principal. Después de toda la sorpresa, después como la sordera, después de este circo parecido a un pequeño fuego sobre la cera, después de la pérdida de la confianza, después de la ironía y el temor al otro. Toda forma que eleve su individual aposento aquí, habrá de pasar como la luz por alguno de nuestros corazones festivos. Antes que la materia levante sus nuevas torres en este jardín, habrá de ser un sentimiento que brincaba en el interior de una mente. ¿Qué idea poseemos presa en las bóvedas de nuestro castillo esencial sobre lo que ha de ser nuestro entorno inmediato? ¿Qué tímidos flujos habremos de verter contra el universo de nuestra circunstancia? Hay 59 un problema en ese lugar en el que no hay una idea. Hay un problema en ese lugar en el que se piensa que más es mejor. México proviene de cada breve sospecha que germina por dentro del alma. En cada tenue giro con el que el brillo de nuestra ilusión se arrepiente se planta una raíz del México que habrán se conocer quienes aún no han llegado a este mundo. Por nosotros pasa el futuro. Hacia delante miran nuestras arterias. En el calor dominante que refleja la llama de nuestros objetivos íntimos se alcanza a dibujar la figura próxima de una estructura emocional que sobre este mismo territorio peleará por hacerse respetar. México necesita que le hablemos. Que de nuestro pecho a su posible dignidad atraviese un comunicado claro. Hoy más que nuca. México, atento, preocupado, nos escucha. Por su catástrofe yo he de levantar mi voz hacia sus embrollos hinchados. Para salvar su larva quiero decirle un montón de gravísimas cosas. Es el momento radical de su destino. La construcción de los cimientos importantes. El centro de su futura piedra hoy se talla en este peligroso acontecer de serio rostro. 60 bis Educación De la vergüenza al orgullo Educación. Fisura de México. Árbol de la esperanza. Remo. Sangre de la conciencia. Pozo hondo de nuestra desconfianza. Fuente fértil de nuestra arrogancia. México quebrado en piedra de ignorancia. México despierto en intentos honorables de cambio. Educación ensimismada, ciega vieja guía. Motor descompuesto de un barco que insiste en hacer del trayecto evolución cuando sigue dando vueltas, girando en círculos que queman su propia esperanza sin saberlo. Educación, simple maga. Llave del futuro. México te vende a la camorra y al mismo tiempo te corteja asustado de sí mismo. Siglo XXI. Selva de conceptos y teorías. Las naciones se hunden como barcos en este mar de información, zozobrando entre mareas de competencia. Solo la palabra y la ciencia. Solo el conocimiento y 61 el martillo del rigor pueden hacer de la esperanza un progreso. De ti educación, brota el concepto del trabajo, la clave de la rectitud, la substancia mágica de la disciplina. Es en esa tierra imaginaria donde crece un Estado grande. Son los maestros los verdaderos creadores, los nuevos dioses, los dadores de calidad de vida. Son los maestros los que incendian las naves, los que dispersan la maldición, los héroes. Son los maestros los héroes de nuestras patrias. En su fina lectura descansan las sonrisas de nuestros nietos. La violencia de un país nace en la ignorancia de sus maestros. La paz de una nación tiene sus larvas en la sabiduría de sus enseñantes. La moral que nos ha hundido chorrea inocentemente, como miel muerta, de la boca de nuestros profesores. Vaya tarea épica desenredar el error de haber entregado la creación de nuestra patria a una orquesta de ciudadanos promedio con grandes carencias educativas y pesadas necesidades mundanas. Vaya caída maldita haber fracasado en la selección estratégica de nuestros creadores. Ahora todos los que por esas aulas pasamos traemos un rezago comparativo en el alma. Y vemos buques de otras latitudes rebasarnos hacia el futuro a toda máquina. 62 Y aún ahí, en esas brasas, hay tanto que salvar. Hay minerales que han resistido la helada. Finas personas, responsables mentes, con apetito de mejora, con fuerzas y alas. Hay tanta vida todavía por desprender de la enorme costra. Sonoros príncipes y princesas del saber, que están entregando vida y voz a un impulso estéril. Habrá que hacer una purga y rescatar eso que brilla en el centro del carbón. Son los que saben, los únicos que puede decirnos qué madera rechina en popa, quién compra los mapas falsos, quién los vende y cómo se navega la aturdida cabecita de nuestros niños. Hay un repunte en mi mente, hay una luz por donde se filtra un sí. Tomará décadas el parto pero hay una chispa que está iniciando la nueva vida aquí. Y desde todo ángulo esto parece un reinicio producto de un esfuerzo, y esa simpleza basta y sobra. Y es que hoy nos hemos comparado. Hemos abierto los ojos al mundo y de ese deslumbre salen mil señales de orientación. El sistema educativo mexicano ya no es una tiniebla. Hemos abierto la bóveda y ha entrado ensangrentada la luz a desmitificar lo que antes parecía intocable. Y de pronto se despierta lo mejor de la patria, señalando con un dedo firme lo imposible. Y se alzan nuevos capitanes, y se desata una fuerza decisiva, que doblega cochupos y crece nuevos pactos. Y muy poco a poco en el lodazal se percibe una 63 semilla brotando. Y muy poco a poco se encierra en el silencio un quiebre de la historia. Y encendiendo y apagando vamos comenzando de nuevo. Esperando que pase la era de los tótems, apretando el torno para salvar la única pieza, preguntando por primera vez a nuestros creadores: ¿cuánto sabes? México es mucho más que un drama. La solución de nuestra fractura es posible. Más allá de todas estas muertes hay un punto de fin, un nuevo comienzo. Educación, esa es la sola guerra necesaria. Educación, en su calidad crece o termina la era narco. Educación, de iguales, para iguales, pero no por iguales. Hemos de encontrar esta vez a los mejores. Su obligación es transmitir un fragmento, compartir lo aprendido, sudar frente a treinta pares de ojitos para insertarles un método de vanguardia y sacarles de adentro un apetito de luz. El mundo se conquista con ideas, los mercados se conquistan con ciencia, el futuro se conquista con sistemas eficaces de transmisión de certezas, de iniciación de preguntas, de construcción de sólidas bases que el arte del número preciso y libre encuentren fundamento. La superstición engendra balas. El conocimiento sonrisas. 64 México, educación, resina de lo nuevo. Se nos han ido tantos años durmiendo. Se nos van tantas vidas ignorando. Se nos escapa el momento si no entendemos y propagamos esta necesaria magia invencible. Educación, en ti posamos la esperanza para que crezca y levante estas velas inmensas que somos, nosotros, los que alguna vez descubrimos el universo. 65 bis 2 México verde Otra forma de crecer Naturaleza mexicana. Punto del planeta que arde. Extrema pena de los Dioses. Pérdida irreparable de la vida de una nación. Vivo el drama de tu desgaste como cianuro dispersándose en el alma. Para un país que nació en la abundancia del agua y la planta, la victoria del concreto es una tragedia. ¿Te gastaremos México? ¿Te gastaremos a muerte? Despacio y rápido te vamos quemando, te vamos secando en espiral de ciego hundimiento. Honda tristeza, última fecundidad, patria rasposa, contaminada cuna de nuestros hijos. Te pedimos perdón. Te echamos de menos. Te queremos salvar en la hipocresía, sin responsabilidades ni esfuerzos, ni cambios de cultura. En el motor encendido de cada coche que por tus venas corre, hay una maldición 66 para tu rostro golpeado, un trozo de tu acta de desahucio. México gris amargo, en un sueño aluciné que un día fuiste verde; y cómo contrasta ese sueño fresco con este paisaje de concreto, gases y sangre. Por desgracia he perdido la memoria, para recordarte lo que alguna vez fuiste sin nosotros. Patria doliente, raspada, tallada por el hambre de los televisores, por el ansia del consumo nervioso y la Princesa Corrupción. Del Usumacinta cardinal y bello, salimos todos a confiar en un progreso suicida. De tu Sierra Madre bajamos derribando Eucaliptos y futuros. De tus cráteres ricos en minerales volcamos la carreta de la lluvia. Mientras más pienso en la intoxicación de tus manantiales más creo en ti. Mientras más arde en mi conciencia el desamor que a tu tierra escupimos, más espero de nosotros. Tanto tiempo pensamos que el respeto a tus valles y selvas era un lujo para un país pobre y embrujado, hasta que nos calló encima la peste de la sequía, la gangrena del cambio de clima, la infección de convertirlo todo en concreto y desierto. Se nos viene encima la muerte y seguimos endeudándonos para acumular frutos sin vida y pantallas de plasma. Qué terrible condena, para ser felices tener que matar lo que vive. 67 Y sin embargo, hay en cada mexicano un amante loco de la tierra. Un soldado creyente en la belleza de las flores. Hay en cada mexicana una fuerza de purificación fluvial, una calandria repleta de bendiciones medioambientales. Lo abominable termina en cada niño nuestro, que comienza a entender el fino equilibrio de la natura mexicana acribillada. Hay una senda cultural que está naciendo de la cultura del carbón, del hoyo profundo en el que cayó nuestra sabiduría ancestral, de la lava quemante que corroe nuestra conciencia racial, salen vapores de esperanza limpia. Se requiere un quiebre intencional, no provocado por el desastre, pero fincado en el entendimiento del vínculo de todo con todo. Somos uno. Todos, somos uno. Y en esta fuerza no descansaremos nunca. México es una realidad fecunda. Una radiación positiva de bosques milenarios, de palmeras orgullosas, de cactus condensadores de sabiduría genética invencible. Ríos envenenados de México, está naciendo la sabia de su purificación. Mares basureros de México, escucho nacer las decisiones que detendrán su podredumbre. Peces mexicanos ciegos de mercurio, percibo el retorno de la pureza en su sangre. Deforestación maldita de la patria, siento los pasos del gigante que habrá de detenerte. Desertificación expansiva, escucho 68 los truenos, vuelve la lluvia. Agua mexicana en extinción, he visto los planos de gigantescas presas purificantes, en mi pecho bate la victoria de 100 mil manantiales protegidos por nuevas leyes implacables. La nueva revolución está naciendo. Por las letras olvidadas, por los libros marchitos, por los caminos escondidos y las azuladas cuevas marinas que nadie ha visto, se escucha la intriga de la nueva inteligencia mexicana. La guerrilla unificante del respeto a la madre tierra está planeando un nuevo comienzo verde, una presa irrompible que detenga la sucia energía que escogimos para matar a nuestros hijos. Las condiciones para el cambio están generando un nuevo microcosmos imaginario que está creciendo al tiempo que nos quedamos sin petróleo. Está naciendo la idea de la próxima energía. La educación es el viento que impulsará esta turbina. La innovación es la vela que llevará esta nave a otra cultura. La ciencia el acelerador necesario de toda esta metamorfosis del movimiento humano. Sobre todo, ante todo, principalmente, está naciendo la mejor energía. La más potente, la única que puede conciliar progreso y equilibrio natural, la fuerza vital de un crecimiento sustentable, la 69 alternativa viable hacia un planeta regenerado, fortalecido, rehidratado: la nueva conciencia humana. Esa es la innovación más potente. La energía renovable más confiable, más barata, más inteligente. Ya es demasiado tarde para ser pesimistas. Las nuevas decisiones mexicanas deben de estar impregnadas de una esperanza verde, de una conciencia verde, de una moral humana más digna, más alta y responsable. Demasiado tarde para ser negativos. Las políticas mexicanas deben de apuntar todas, como primera línea de arqueros, hacia este objetivo central: la recuperación de la salud de nuestras tierras, ríos, lagos, mares, especies, aires. La recuperación de nuestra moral humana, de nuestra dignidad perdida, de nuestro derecho a la vida y la alimentación saludable. 70 Off Quiero saber que no fui en tu mente un fallo y nada más. Tengo en la senda de mi angustia una esperanza que se abre como bosque sobre el mundo. Mi nombre es México, enterré un cuchillo en mis entrañas pare salvarme de mí mismo. Siendo lo que nunca quise ser entendí el juramento traicionado, doblé la cara de cristal de lo imposible sin saber manejar el corcel del tiempo. Dejé atrás el arte Maya de la vanguardia por haber encontrado temprano el poder de la mentira. Lavé mi mente de culpa cayendo en el pantano de mí mismo. Y ahora tiro de mi propia coleta para sacarme de este engrudo de dulce violencia, de esta piscina de estiércol en la que se cambia la dignidad por oro de plástico. Soy la oscuridad ensimismada, la desesperanza objetiva, gasté la fe al conocerme, y hoy no creo más en mí. Sin embargo hay algo que tiembla pequeñamente, en el centro de este lago de miedos urbanos, en el fondo de este pozo de desconfianza y rabia contenida, algo que apenas palpita, como un suspiro descalzo, como una premonición natural de reinvención, que se percibe en 71 suficientes corazones, que mantiene viva la flor de la esperanza, que deshiela la idea de confiar, el arte de sentir orgullo por sus propias formas de encarar la vida. Bramido de alegría, hay un pálpito de escape que puede redimir lo vendido sin permiso por debajo de la mesa. Hay una fibra franca que sobrevivió esta helada de chabacanería, una calidad escondida que no encontraron los demonios que acorrientaron esta cultura visionaria y limpia. En algunos niños la veo intacta, como secuencia infrenable, como destino posible, creyendo en la urgencia, lanzando cantos de levantamiento silencioso. Recorrí los estados tricolores para adentrarme en el futuro, lloví cien veces hacia dentro en armonía con ese descubrimiento, de tantas casa salió tanto brillo de ojos, de cuantos pechos brotaron billones de sonrisas. Recuerdo que ese futuro estaba en la punta de sus manos, en sus ropas limpias que anudaba el viento al concepto de milagro. Cursé las playas en busca de la cadencia y encontré tanto mañana fino que me fui saturando de creencia, y hoy tengo la boca gorda de hablar de ese México que crece en un silencio filtrado de engaño. Coloqué una ofrenda en la idea de Quetzalcóatl pidiendo perdón por mirar hacia adelante, en años luz me juró venir detrás de nosotros, como quien cuida a sus hijos en el primer nado hacia sí mismo. Hay árboles sordos que recobran el oído en esta noticia luminosa. Multitudes haciendo cola 72 frente a la entrada del nuevo tiempo, solidaridad creciendo alas, hambre de gloria calentando músculos. Siento crujir la madera de ese barco que aún no existe, escucho los pasos de las manadas de aptitudes de grandeza que destilan en esa gota mexicana de posible tranquila victoria germinando detrás de algo. En la iglesia de todos los mares se escuchan ya las campanadas inmensas de ese país extraordinario que aún puede salir del fermento del miedo. Todos los migrantes volvieron ya a esa patria nueva en ese futuro que ya vislumbro delirando en la fosa de malta de una interminable laguna de asombro. ¿Quién va a coronar esa patria? Hoy que parece la condena vacilar de la intrascendencia al suicidio. ¿Quién podrá contarnos de ese nuevo mundo? ¿Acaso nuestros nietos arderán ese júbilo trascendido el ocaso y el viento? No he de contestar estas preguntas, solamente me aferro a esta visión rauda, a este espejismo genuino de saber que sí existe en la atómica libertad del universo un México distinto y renovado. Lejos de la perfección, equilibrado en su propia consciencia, honesto. Y tiembla en mí la idea de mí mismo al recordar que he visto y vuelto a ver esa semilla viva, al sentir ese latir leve creciendo en tantos lados, como indiferente a la polución de nuestras almas. Y apuesto por todos los mexicanos que aún no han nacido. Y pongo en la mesa mi vida entera, mi silencio más rico, el más fértil, para refrendar el rescate de la fe que me conecta 73 dramáticamente a ese pálpito escondido. Y miro con ojos cerrados la cumbre, el pasto, la barranca y escucho el escándalo de los pasos del trote desbocado de nuestros líderes actuales que como búfalos equivocados se codean y corren con todas sus fuerzas al despeñadero, destrozándose todos en el fondo del abismo del México que traicionaron por estar programados para eso. Y hay algo de inevitable en todo eso. Y no los culpo, los padezco. Porque pudimos por lo menos haber pensado en una patria como si fuera un árbol sagrado, porque pudimos siquiera haber visto un poco más allá de nuestro beneficio. Por todo esto esta historia termina en una sonrisa. Tramando que no esperábamos nada, justificando el miedo con si fuera un puente al optimismo, acariciando la idea de un México recobrado en la punta de una excelencia, atropellando la vendimia de los valores al tempo de un pálpito post-sagrado que sé que está latiendo en el vientre de mi patria inolvidable. 2010, opuesto de melancolía, París, enero y 7 grados, férreamente conectado todo al microscópico corazón de ese embrión diminuto llamado México que sabemos, ustedes y yo, que está apenas naciendo en un recóndito lugar oscuro de nuestro inmenso y en apariencia absurdo esfuerzo. ¡Creer es crear! 74 México 2.0 75 INDICE On 6 1 México distorsiona El precioso país que se nos va de las manos 8 2 La apariencia El terror a ser menos no nos hace más 15 3 La desconfianza México tiene miedo 20 4 Desigualdad Cuna de guerras 24 5 Elites limitadas Sin capitanes no hay victoria 28 6 A la deriva ¿Dónde ch… está el proyecto? 34 7 México abierto Sólo la apertura fortalece las culturas 39 8 La palabra Volver a creer en lo que decimos 42 9 Metamorfosis México Cuando la tradición se ha vuelto ancla 46 10 Renacimiento Mex Esperanza radical 51 Educación De la vergüenza al orgullo 60 Bis bis 2 México verde Otra forma de crecer 65 Off 70 76 !)*+,& !-.(+/.0+& 0!& (1234+5& 6+& 66!7+& *.*8.0+&!-&6.)&9.-.)5&6+&*!-9+&(:)&4!/4.&0!& (;& <8!& (3)& =86(+-!)& ,& (3& 4!/!>/+5& )+(+)& ?!/(!-*+&0!&6.&(3)(.&!)*/!66.5&.(>+)&=./*!& 3-4+-468).& 0!& 6.& (3)(.& (3)3@-& 0!& 9/.-0!A.& <8!& 6!& 0.-& 6+)& 03+)!)& .& 8-& =8!>6+& !)4+930+5& =+/& !)+& )!-*3/6+& (!& 08!6!& !-& 8-& =6.-+& !)=3/3*8.65& =+/<8!& 4/!+& <8!& (1234+& !)& 8-.& (./.7366.& .& (!03.)& <8!& )!& 4+-)8(!& .& );& (3)(.B& 0!C.-0+& !-& !6& .(>3!-*!& (:)& <8!& 6:9/3(.)D& 4+-*.(3-.-*!)& 0!& )8& =/+=3.& ).67.43@-5& (!& 0!)9.)*+& !-& !6& 0!)=!/0343+& .4!6!/.0+& 0!& )8& 7.63+).& 9!-*!5& -+& (!& /!)39-+& .& .4!=*./& )8& .6!C.(3!-*+& 0!& 6+& .8*1-*34+B& )8& (3!0+& 43736B& )8& 0!)!<8363>/3+& ?.*.6B& )8& */.-4!& 0!& 73+6!-43.B& )8& !)=3/.6& 0!& !-7303.)5& E0!>!(+)& .4+)*8(>/./-+)& .& 6.& 0!4!=43@-& =+/& )!/& (!234.-+)F& E=+0!(+)& )!983/& !-9.G:-0+-+)F& E4@(+& (1234+& -+& H.,& 0+)F& E=+0!(+)& 0!C./& 0!& )!/& 6+& <8!& )+(+)& =./.& )!/& (!C+/!)F& !-& 6+)& .G+)& IJ& -.4!-& 6+)& -8!7+)& (1234+)5& KJIJ& !)& -8!)*/+& -8!7+& .G+& 4!/+5& !)& !6& (+(!-*+& 0!& 6.& /!3-7!-43@-5& (366+-!)&0!&-3G+)&!)=!/.-&.6&+*/+&6.0+&0!&6.&730.5&(366+-!)&0!&(8!/*+)&!)=!/.-&!6&?/8*+& /!)=!*.>6!& 0!& )8& ).-9/!5& !)& -8!)*/.& +>639.43@-& ).4803/& !6& =+67+& 0!& 6+& 73!C+B& H!(+)& 0!& )8)*3*83/-+)B& =+/<8!& -+& )+(+)& H+,& )8?343!-*!& =./.& ).67./-+)& ,& !6& (8-0+& /!46.(.& 8-& (1234+& ?+/(30.>6!5& 6+& 3(=+)3>6!& -+& !23)*!5& !6& L-34+& !-!(39+& !)*:& 0!-*/+& 0!& -+)+*/+)5& -.4!(+)& .& 4.0.& (3-8*+5& !)& H+/.& 0!& 0!C./& 6.& H3)*+/3.& !-& =.A5& 6+& 4/843.6& 0!& (1234+& !)*:& .0!6.-*!& 5& !6& 6./9+& =6.A+& 4+(3!-A.& H+,5& 4+(+& .073!/*!& ,.--& ./*H8)M>!/*/.-0B& N,.& !)& 0!(.)3.0+&*./0!&=./.&)!/&=!)3(3)*.)O5 & & (P$QR&6ST%U&/RV'W"&!"#$%&'()*'' Encre de Mer 2010 ' 77