CO M U N ID A D I B E R I C A LA ORGANIZACION PROFESIONAL DE LA SOCIEDAD, UNA ESTRUCTURA REPRESENTATIVA Diego Abad, de Santilian LA CONTAM INACION DEL IDIOMA Manuel Díaz Marta PANORAMA SOCIAL DE CATALU ÑA Fidel Miró ROMPER EL CIRCULO Adolfo Hernández KROPOTKIN ESCRIBE A LEN IN Víctor Alba 49 50 NOVIEMBRE DICIEMBRE ENERO FEBRERO 1 9 7 O- 7 1 ARTE VASCO CONTEMPORANEO Jerónimo García Los libros: Los libros como termómetro del desconcierto intelectual, por Víctor Alba. “El laberinto de la soledad”, de Oc­ tavio Paz, por Jaime R. Magriñá. De la Comunidad Ibérica en lengua portuguesa, por DAS. Manifiesto C O MU NI D A D de Montserrat I B R RJ C A PUBLICACION BIMESTRAL Autorizada como correspondencia de se­ gunda clase en la Admón. de Correos N1? 1 de México 1, D. F. el 20 de marzo de 1963. AÑO IX. Noviembre-diciembre-enero y febrero. Nos. 49 y 50. Director: FIDEL MIRO Administrador, FELICIANO SUBERO Redacción: FRANCISCO ROMERO, JERONIMO GARCIA, ADOLFO HERNANDEZ, ANTONIO VILLANUEVA, JOSE MORENO BARRANCOS Independencia 67-601 Apartado Postal 45-671. México, D. F. PRECIOS DE SUSCRIPCION AMERICA México, unaño .......................... 25 pesos Otros países, un año . . . . 2 Dól. (USA) Europa, unaño .......................... 10 N. F. PRECIO DEL EJEMPLAR AMERICA México ......................................... 5 pesos Otros países ............... 0.35 Dól. (USA) Europa .................................... 1.70 N. F. CORRESPONSAL ADMINISTRATIVO EN EUROPA M. FABRA 22, rué Plumet París (XV) C.C.P., 14 270 16 París DE LOS ARTICULOS PUBLICADOS SON RESPONSABLES SUS AUTORES Impreso en los| talleres Gráficos Olimpo. Imprenta 205. México 2, D. F. Documento aprobado por la asamblea de intelectuales catalanes celebrada en el monasterio de Montserrat del 12 al 14 de diciembre de 1970. Nosotros, intelectuales catalanes en Asamblea permanente en Montserrat, nos creemos obligados a tomar posición ante la gravísima situación política y social provocada por el consejo de güeña sumarísimo contra dieciséis militantes de ETA acusados de luchar por el socialismo y por los derechos nacionales del pueblo vasco. En estas circunstancias comprobamos: 1) .—Que se sigue aplicando en el Es­ tado español, contra toda opinión o acción de signo democrático, una legislación re­ presiva iniciada hace más de treinta años, durante la guerra civil. 2) .—Que el actual sistema político-jurí­ dico, al servicio de una estructura social clasista y anacrónica, convierte en delitos hechos políticos y sociales que en todo Es­ tado democrático se consideran legítimos y hasta constituyen derechos elementales de todo ciudadano. 3) .—Que la tortura y los malos tratos físicos y morales, reiteradamente denun­ ciados, son todavía una práctica policíaca sistemática. 4) .—Que los derechos de los pueblos y naciones que hoy forman el Estado espa­ ñol son ignorados y .reprimidos en nom­ bre de una supuesta y falsa unidad na­ cional, principio básico de las leyes fun­ damentales del Estado español. A la vista de estos hechos, consideramos inadmisible la aplicación de las gravísimas penas pedidas en el consejo de guerra sumarísimo de Burgos. Denunciamos que los medios de comu­ nicación del Estado, especialmente Radio Nacional de España, Televisión Españo­ la y la Agencia Cifra, tergiversan o esca­ motean sistemáticamente la información. Y, como no existen medios normales de libre expresión, nos vemos obligados a manifestamos en este documento. Sigue en la pág. 58 SUMARIO Editorial: Socialismo en libertad ............................................. “Comunidad Ibérica” a sus le cto res......................................... 6 Meditación por el amigo ausente (El Grupo Editor) .......... 7 La Organización Profesional de la Sociedad, Una Estructura Representativa, por Diego Abad de Santallán .............. 9 La Contaminación del idioma, por Manuel Díaz Marta . . . 15 Panorama social de Cataluña, por Fidel M i r ó ....................... 17 Romper el círculo, por Adolfo Hernández ........................... 33 El analfabetismo en el m u n d o ................................................. 34 Kropotkin escribe a Lenin, por Víctor A l b a ......................... 35 Visión de la España de hoy, por Hans M a th o fe r.............. .. 38 Actualidad de España .............................................................. 39 Ventana a España: España y su destino europeo, por Fer­ nando Valera ....................................................................... 47 Arte vasco contemporáneo, por Jerónimo García ................ 49 Cartas a la redacción ................................................................ 53 Gigantes en crisis: Estados Unidos y Rusia, hermanos invo­ luntarios, por Walter B e c k .............................................. 57 Miguel Delibes, “Parábola del Náufrago”, por Josefa fíivas 59 Mensaje de Jean Cassou .......................................................... 61 Documentos: Un planteo de la juventud española sobre sin­ dicalismo ................................................................. 63 La última salida de Don Quijote, por Armando Chávez Ca­ macho ........................ 68 La libertad en el mundo com unista....................................... 71 LOS LIBROS Los libros como termómetro del desconcierto intelectual, por Víctor Alba .......................................................... 74 “El laberinto de la soledad” de Octavio Paz, por Jaime fí. Magriñá .................................................... 78 De la ComunidadIbérica en lengua portuguesa, por D AS . 80 EDITORIAL Socialismo en Libertad —esperamos que sólo circunstancialmente— de nuestros lectores y amigos, estimamos deber ineludible, en tanto que grupo re­ dactor y animador de Comunidad Ibérica, expresar siquiera sea brevemente, cual ha sido el principal objeto que hemos perseguido a través de los nueve •años de existencia de esta publicación; propósito al que hemos procurado ser fieles. No tratamos en ningún momento de formular una nueva ortodoxia, de dar vida a nuevas banderias encastilladas en cotos cerrados, tampoco de asen­ tar los cimientos para una plataforma como base de un nuevo partido político; más bien todo lo contrario, por raro que, para algunos, pudiera parecer. Es notorio nuestro repudio a la multiplicación de grupos y partidos políticos. Hemos tendido a la simplificación del panorama político-social para la Espa­ ña del mañana, con el fin de que las soluciones viables y necesarias, inapla­ zables en aras del bien común, fueran más hacederas, más rápidas y efec­ tivas. Por ello, nos hemos esforzado principalmente en tender puentes, pre­ gonando siempre la necesidad imperiosa de la tolerancia, del mutuo respeto al pensamiento ajeno y la alteza de miras entre todos aquellos que podemos, y debiéramos, coincidir. A este respecto nuestras páginas estuvieron siem­ pre abiertas, sin otras limitaciones que el respeto mutuo, a las más diversas y encontradas opiniones, buscando en el contraste de pareceres la clarifica­ ción de las ideas1a la luz de los tiempos modernos de general revisionismo, así como de su forma operante. Propiciamos como coincidencia esencial la dirección hacia un común an­ helo de SOCIALISMO EN LIBERTAD. De ahí que si hubiéramos de definir­ nos lo haríamos como socialistas libertarios, lamentando mucho que el vocablo y la bandera del socialismo sean hoy manidos y explotados por grupos y co­ rrientes políticas cuyo único fin consiste en instaurar la propia dictadura, engañando y traicionando las más nobles aspiraciones de los pueblos con las peores agravantes, en nombre de les más elevados principios de humanidad y de justicia. Nuestra principal preocupación ha sido y es pensar de dónde habrá de partirse en España y cuales serán las posibilidades de progreso y de justicia social para el conglomerado ibérico una vez superada la actual dictadura y restaurada la democracia, haciendo a un lado lirismos y demagogias, mitos milagristas y quimeras infantiles. Sabemos, estamos seguros, que las nuevas generaciones, la clase trabajadora y Tos distintos pueblos de Iberia habrán de reclamar tan pronto como puedan hacer oir su voz, anhelantes de superación y libertad, soluciones más o menos viables, efectivas, pragmáticas para todos los problemas, viejos y nuevos, de nuestro conjunto plurinacional. Problemas A l despedirnos <le una complejidad extraordinaria, y por consiguiente de no fácil solución, l os ortodoxos de verdad única, sea cual fuera su denominación y su piedra filosofal, reclamarán como siempre soluciones, las suyas, drástica? y rápidas, milagrosas; pero nosotros sabemos, aleccionados por la experiencia, que este es el camino de la imposición, la violencia, el terror y la dictadura, y no de­ seamos marchar por ese camino. Nuestro fin y nuestro principio es el HOM­ BRE. El hombre con toda su complejidad, pero a la vez con su libertad, su dignidad y su bienestar. Hacemos nuestros los versos de Machado: “caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Y queremos contribuir con nuestro esfuerzo, con nuestro grano de arena, a trazar y cimentar ese camino. U n camino por el que podamos marchar todos cuantos aspiramos a la emancipación total del hombre: a contrbuir a que el hombre pueda ser él mismo, manifestarse y plasmarse en toda su grandeza y bienestar. Una ruta con rumbo hacia el socialismo en libertad, por la cual, según las particulares preferencias, po­ damos avanzar hacia objetivos comunes sin estorbarnos, atomizarnos y me­ nos combatirnos mutuamente. Cada uno según sus tácticas y estrategias, pero todos hacia un mundo cada vez mejor, hacia una vida sin miedos, ni coaccio­ nes, sin centralismos ni tiranías. Hacia un socialismo humanista. Y, para ello, estamos convencidos de que se habrá de avanzar por eta­ pas sucesivas, porque los milagros no existen más que en las mentes afie­ bradas y los espíritus sectarios, en los sueños dogmáticos y en el intransigente fanatismo que pretende justificar el lema de “todos los medios son buenos” para imponer a los demás sus ideas y su sistema de vida. Siempre hemos pensado que los medios conducen a un fin; o lo que es lo mismo, a tales medios tales fines. Pensamos en el orden económico-social, en la necesidad de cubrir etapas sucesivas —sin estancamiento, pero también sin precipitaciones conducentes a la frustración y el retroceso, cuando no a la dictadura o el caos—■en marcha hacia el establecimiento progresivo del socialismo, pasando por una economía mixta cada día más socializada, en la que la clase trabajadora sea cada vez más determinante, tanto en orden a sus cumplimientos como en su estructu­ ración con el fin de que perciba el verdadero pueblo una parte mayor de los beneficios o plus valia, la que ahora se lleva el capital sin contribuir en el esfuerzo. Y para que ello sea posible, será necesario, imperioso, que los tra­ bajadores españoles cuenten con una poderosa fuerza sindical, sólida, sabia­ mente estructurada, que sea factor determinante en la vida nacional. También en esto será más necesaria que nunca, la unidad de todos aquellos que poda­ mos marchar juntos, o en su defecto la tolerancia y el mutuo respeto. Es en el orden sindical, más que en cualquier otro aspecto, donde tendremos el de­ ber de avanzar hombro con hombro cuantos aspiramos a realizar el socia­ lismo en libertad, con el fin de hacer frente a los reaccionarios de todos los campos, a cuantos trabajan en aras de la propia dictadura, para establecer un determinado tipo de totalitarismo; y con ello dar paso a la nueva clase privilegiada, dueños del poder absoluto. Una poderosa fuerza sindical que pueda determinar el establecimiento de los organismos locales, regionales y nacionales encargados, (conjuntamen­ te con los consumidores) de planear la economía, de organizar las infraes­ tructuras y de poner en marcha una gran revolución que haga cada vez más equitativa la distribución de la renta; a la vez que llevar a feliz término una gran transformación en el agro. Y de sentar las bases de un nuevo ordena­ miento económico-social, con autogestión de los propios trabajadores en m úl­ tiples empresas, especialmente pequeñas y medianas así como con derecho a participar en pie de igualdad en la administración y dirección de las grandes. Fomentar cooperativas, colectividades o comunidades, sindicalización de em­ presas, socialización. . . Administración de los propios recursos, de los aho­ rros y del capital acumulado por el mundo del trabajo, con sus propias insti­ tuciones bancarias y centros de orientación y estadística. Por algún tiempo habrá que contar todavía con el capital privado (la interdependencia de pue­ blos y naciones y nuestra especial ubicación geográfica lo exigirán); pero dentro de la evolución a que obliga la técnica actualmente ya el capital pri­ vado no puede elegir con la facilidad de antes, lugares e industrias que le proporcionen dividendos fabulosos, a base de una explotación infrahumana. Y cada día que pase se tendrá que conformar con menos. En el orden político-administrativo aspiramos a un conglomerado ibérico estructurado en tal forma que cada pueblo del conjunto plurinacional pueda manifestarse íntegra, plenamente, sin imposiciones ni ingerencias extrañas; desarrollarse y realizarse a su manera, según sus propias características, tra­ diciones y posibilidades. Aspiramos a un conjunto de pluralidad nacional, ar­ mónico, vigoroso y libre, dejando atrás para siempre todo tipo de resentimien­ tos y centralismos, dictaduras y uniformismo. Que cada pueblo, cada nacio­ nalidad, sea ella misma, por sí misma, participando libremente, en un con­ junto federal hispano o ibérico, sin privilegios de ningún género para nadie; pero a la vez, sin discriminaciones, sin imposiciones, sin pretendidos derechos injustos y absolutistas. Todos en pie de igualdad, todos hermanados, compren­ sivos ante los imperativos históricos, económicos, culturales y geográficos; pero con el mutuo respeto a los derechos, intereses e integridad de las partes; rivalizando en el esfuerzo por un mañana mejor de cada comunidad y de la comunidad de comunidades en su conjunto. Aspiramos a una Europa unida, cada vez más progresista, más demo­ crática, más socialista. . . Una Europa pacifica, generosa para con los pue­ blos en desarrollo, que sirva de freno a los impulsos imperialistas de las superpotencias que se reparten hoy la hegemonía política mundial; una Europa que sea una garantía permanente de paz estable y justiciera entre todos los pue­ blos del orbe. Deseamos una Europa en la que se desdibujen y olviden los nacionalismos estrechos —siempre agresivos— chauvinistas y fomentadores de guerras, en las que cuenten cada vez menos los Estados y gobiernos, y sea cada día más determinante la voluntad de los pueblos. Anhelamos la rápida formación de conjuntos pdurinacionales, españo­ les, ibéricos y europeos en general, en los que el ciudadano libre, perfecta­ mente libre y consciente de sus derechos y deberes, participe pdenamente en todas las manifestaciones ciudadanas, en todos los propósitos colectivos, en to­ dos los esfuerzos y también con todos los derechos y provechos; en los avan­ ces y anhelos del conjunto local, nacional, plurinacional y universal. Partici­ pación activa, dinámica, plena, consciente, Desde su lugar de trabajo, desde los estamentos básicos de la sociedad, desde todos los ángulos de la vida. Des­ de el taller y el municipio o la barriada, desde la colectividad local y la comarca, desde la provincia, departamento, región o nacionalidad, con el fin de determinar democráticamente el proceso histórico del conjunto. Preferimos los procedimientos pacíficos (la violencia engendra más vio­ lencias); pero esto no siempre depende de los de abajo, de los que sufren ex­ plotación y tiranía, sino de quienes explotan y tiranizan. Sobre lo dicho podríamos escribir muchas páginas, y no haríamos más que abordar el tema. Creemos haber definido nuestra posición y propósitos. Repetimos: deseamos y aspiramos a una vía ancha, por la que podamos m ar­ char en mancomunado esfuerzo, cuantos luchamos por el establecimiento lo antes posible de un SOCIALISMO EN LIBERTAD, del verdadero socialismo, para que, en no lejano día sea espléndida realidad el bienestar y la paz, en libertad y dignidad, entre todos los humanos. -0 O0- NUEVOS RUMBOS SOCIALES En entrevsta concedida a EXCELSIOR, Erancoise Perroux, ilus­ tre director del Instituto de Ciencias Económicas Aplicadas del Cole­ gio de Francia, abominó del sistema de capitalismo antiguo de los Es­ tados Unidos de América, al que repelen las clases más desfavoreci­ das; y abogó por una economía descentralizada que se oriente hacia el servicio social. En ios últimos años, el mundo actual, en el que el capitalismo es rechazado aún por los propios capitalistas, y la práctica del socialismo ha engendrado dictaduras, busca un régimen que conjugue la libertad y la justicia, para poner la economía al servicio del hombre. Es una actitud nueva que rechaza las posturas simplistas anterio­ res, y que, respetando los derechos y los valores irrenunciables del hombre, quiere orientar los recursos de las naciones hacia un régimen con sentido social. La oposición de las dos potencias dominantes antagónicas, cuyas dificultades afectan injustamente a todos los demás, han impedido la irrupción vigorosa en el mundo de este nuevo régimen social, de mar­ cado acento, pero que no triture al hombre en aras del Estado fuerte. En la búsqueda de esta nueva ruta, que no debe ser un mero sin­ cretismo de los mejores valores de otros sistemas, sino que ha de co­ menzar por un redescubrimiento del hombre, para darle la ocasión de que se realice en plenitud, está empeñada la parte mejor de la hu­ manidad. Los intentos son variados y, por consecuencia, los resultados que ahora se alcanzan divergen en su magnitud, en su eficacia y aun en su legitimidad. Pero, todos ellos, son muestra de que las opciones de la sociedad han de ser plurales, como ella misma, y no sujetas a esquemas que simplifican y minimizan la rica gama de los valores humanos. Editorial de “Excélsior” de México “ COMUNIDAD IBERICA” ASUS LECTORES A l cerrar este ciclo de la revista, consideramos de interés repro­ ducir la circular que dio origen a su publicación, “Hace algún tiempo, un núcleo impor­ tante de compañeros pensó en editar una revista donde se explicara y defendiera la corriente social que representa la C.N.T. en España. Suponía, y no sin razón, que los acontecimientos ocurridos en nuestro país de 1936 a 1939; la segunda Guerra Mundial; las conmociones que en distintas zonas del mundo han precipitado la evo­ lución de las sociedades en términos in­ sospechados; los avances sociales que se están produciendo en el sistema capita­ lista; la formación y existencia de otros sistemas, etc., debían ser estudiados y ex­ traer de ese estudio conclusiones que ma­ ñana pudieran ser aplicadas en el rena­ cimiento de nuestro país. "Junto a estas preocupaciones figura otra, de interés extraordinario. Una ex­ tensa capa social constituida por hom­ bres de la técnica, de la literatura, de las ciencias, del arte..., de espíritu liberal, que a falta de nexos propios se inclinan por adherirse a los movimientos políticos de signo contrario a su espíritu, con las te­ rribles consecuencias que esas adhesiones producen en la marcha general del mundo. "Lograr que esa potencia intelectual se ponga al lado de la libertad, enlace su esfuerzo con el de los demás trabajadores que han tomado posición, en los dramáti­ cos diálogos de nuestro tiempo, en favor del cambio de la estructura social —eco­ nómica, política, cultural, etc.—, era un anhelo profundo. Pero por distintos moti­ vos dejaron de momento toda actividad conducente al fin de editar la revista. ”De nuevo ponen manos en la tarea. La revista que se va a publicar no sólo pre­ tenden sus iniciadores que tenga un per­ fil universal —pues universales son los problemas planteados—, sino que una bue­ na parte de sus textos deben referirse a las naciones que forman la Península Ibé­ rica. Y esa labor, no sólo pueden y de­ ben realizarla los hombres y mujeres más capacitados de nuestro movimiento —afir­ mando con ello su unidad íntima, estruc­ tural, que debe consolidarse a través del tiempo sobre la base permanente de la li­ bertad—, sino que merece el estímulo constante de los intelectuales que parti­ cipan, un poco indecisos, en el desarrollo de la sociedad. ”Su colaboración en la revista servirá para ofrecer amplia información sobre los problemas actuales, ideas útiles para los militantes del movimiento obrero, creación del clima social en que las fuerzas nuevas, liberales, que toman conciencia de su po­ der y significación, deberán actuar una vez liberada la Península del dominio de los Estados absolutistas y las causas succionadoras que los constituyen, debiendo trabajar todos unidos como fuerzas de progreso y justicial social. "Aparte la tarea indeclinable de enjui­ ciar y combatir el sistema dictatorial que impera en España y Portugal, deberán tratarse temas tan importantes como: Re­ laciones tácticas del sindicalismo revolu­ cionario con los organismos de carácter obrero y político, que puedan conducirnos con éxito a la liberación de Iberia. Exa­ men por los militantes de la significación histórica del sindicalismo, en su lucha pol­ la emancipación del proletariado, para de­ terminar y hacer posible que sea un ins­ trumento funcional solvente, capaz de cumplir con garantía de éxito sus fines históricos como ordenador de la economía socialista. Estudio para propiciar la incor­ poración de los elementos técnicos, cien­ tíficos, etc., a la organización confederal. Ideas tendientes a encontrar soluciones ai problema de las nacionalidades hispanas. Objetivos del movimiento sindicalista en las etapas que sigan a la liberación del país: ordenación de la economía; refor­ ma agraria; industria nacional; coopera­ tivas y colectividades populares; labor de los municipios en una estructuración so­ cial y revolucionaria; seguro social; par­ ticipación de los sindicatos en la direc­ ción y administración de las empresas; el sindicalismo revolucionario y la Comuni­ dad Europea Democrática. Necesidad de una estructura idéntica de los sindicatos clásicos a fin de capacitarlos para afron­ tar la ordenación de la economía en el futuro. Examen de las posibilidades de unidad de la clase trabajadora. Movimien­ to cultural. "Este es el propósito que anima a los iniciadores de la publicación. Para esto pedimos la colaboración de cuantos se sientan interesados en la empresa, en la seguridad de que no nos ha de faltar su ayuda para llevar a cabo la labor que nos proponemos.’’ La Comisión designada para la organización de la revista. MEDITACION POR EL AMIGO AUSENTE Se nos va un amigo; un confidente de inquietudes renovadoras. Este es el último número de “Comunidad Ibérica”. Una de las razo­ nes de la suspensión de la revista es la estrecha malla del correo es­ pañol que impide, casi en su totalidad, la circulación de nuestro órgano por tierras peninsulares, haciendo sumamente costosa y parcialmente inútil su aparición y envío. Cuesta trabajo pensar que “Comunidad Ibérica” va a dejar de existir. Y cuesta todavía más trabajo si consideramos que las razones que impulsaron su aparición, no sólo no han desaparecido, sino que adquieren, en estos momentos, una vivencia aterradora, porque nues­ tra revista ha sido, hasta el fin, tribuna de tolerancia. En efecto, he­ mos querido con “Comunidad Ibérica” crear un parlamento de ideas, no importa lo audaces que fueran, si estaban presididas por la hones­ tidad. Ideas que, dentro del marco libertario, abarcaran toda la pro­ blemática ibérica. Había que despojar de lirismos un tanto dogmáticos muchos de los conceptos que pululan por el largo exilio y, al hacerlo, enfrentar la realidad lisa y llana con relación a España. Ello podía incluir, claro está, proyectos para el futuro, un futuro que, en todo caso, se debe empezar a construir hoy mismo. En “Comunidad Ibéri­ ca” el tratamiento, por diversos colaboradores, de esta realidad corrió con diversa fortuna, pero fue, a fin de cuentas, positivo. Es difícil afrontar un problema si no hay la debida tolerancia. Eliminar la acritud en los planteamientos es casi imposible, pero cree­ mos que, con algunas excepciones que confirman la regla, “Comuni­ dad Ibérica” pudo cumplir, al través de sus páginas, el raro destino de la ecuanimidad constructiva. H ay algo heroico en tratar de compren­ der a los demás sin usar para ello esquemas rígidos. A la manera marañoniana diríamos que la justicia exige ponerse “en el lugar de los demás”. Lo intentamos con desigual fortuna. Pero fue un batallar del que no renegamos. \ En los medios libertarios hay sectores m uy dados al radicalismo, de cepa decente, pero con fuertes dosis de inconsciencia. Es fácil agi­ tar banderas en esas circunstancias. Nos recuerdan a los diputados en pos de votos; en tal virtud, en muchas ocasiones ha faltado ecua­ nimidad. De ahí que la mendacidad haya estado a la vuelta de la es­ quina como respuesta a problemas planteados, problemas que no po­ díamos soslayar. Creemos que “Comunidad Ibérica” en sus nueve años de existencia ha salido airosa en el empeño. Cabe afirmar que la redacción de la revista jamás ha abjurado de sus principios; jamás ha traicionado lo que un día nos envió a las trincheras enfrentándonos a la reacción. Por el contrario se ha enca­ rado al problema español con realismo, cotí dosis de razón, con afán de acortar las orillas del tiempo. Nuestras manos han estado siempre dispuestas a estrechar las manos de las nuevas generaciones, tan des­ encantadas y nobles, y a ellas entregarles nuestras convicciones ideoló­ gicas adaptándolas a las actuales circunstancias. Y también, aprender de ellas, lo que una sensibilidad acorde con el nuevo pulso del tiempo pueda ofrecernos. ¿Qué es la realidad. ..? Se trata, a nuestro entender, de algo vi­ vificante; algo que se respira. Puede ser poco agradable, pero ahí está presente. La vida es un breve fulgor entre dos sueños y conviene apro­ vecharla. Podemos soñar un poco, pero sueños inductivos no adorme­ cedores. Así; en la realidad española conjugan nuestras ideas para dar contenido a los programas obreros, estudiantiles y profesionales frente al futuro; conjugan para reformar insípidos esquemas de un sindica­ lismo actualmente controlado; conjugan para lograr avances en el ca­ mino de la seguridad social. Conjugan, en fin, para lograr algo más humano que, penetrando en el corrompido ámbito político, depure lo positivo y descarte lo negativo. “Comunidad Ibérica” quiso eso y qui­ zás por eso se nos muere, se nos ausenta. Más, no permaneceremos fuera del concierto diario español. Pen­ samos seguir como grupo, editar libros sobre problemas del pasado y del presente ibérico, difundir documentos y notas que normen el cri­ terio español. Será la mejor manera de honrar la labor de “Comuni­ dad Ibérica”. Y hay algo más. Quizás, más adelante, cuando el clima de liber­ tad para España, que todos anhelamos exista, “Comunidad Ibérica” volverá a aparecer en las tierras que le dieron su razón de existir. Y confiamos en qué, bajo una atmósfera de tolerancia, bajo una atmós­ fera civilizada, el diálogo fecundo, no el destructivo, presida su ma­ nera de ser. Simplemente a la manera de como fue. EL GRUPO EDITOR. 0 O0 NOTA DE RECTIFICACION DE CIRA Deben haber leído en nuestro último boletín una crítica severa firmada por Tomás respecto a la obra de J. Gómez Casas, Hstoria del Anarcosindicalismo. A propósito de esto hemos tenido corresponden­ cia y con el autor, a quien no ocnocemos, y reconocemos que fue un error dejar pasar ataques de tipo personal en nuestro boletín que es objetivo y no parcial. Publicaremos una nota aclaratoria en el próximo boletín. Un saludo fraternal a nuestros camaradas. Pour le CIRA: M arianne Enckell LA ORGANIZACION PROFESIONAL DE LA SOCIEDAD, UNA ESTRUCTURA REPRESENTATIVA P or D iego A bad de Santillán M os adherimos a la frase de John Clasworth en 1928: “El que no pien•L ^ sa en el porvenir no tiene porvenir”. Pensamos en el porvenir porque queremos tener porvenir, y diremos algo del sindicalismo de mañana porque es fundamental que tenga mañana. En él ponemos la única fe que nos queda, a los que no somos teólogos ni demagogos, para romper, para interrumpir la carrera loca al abismo, a la autodestrucción, pues a ella vamos a pasos agi­ gantados si no se logra torcer el rumbo de la nave y si dejamos que el timón de la revolución que estamos viviendo siga en manos de los que se han de­ mostrado incapaces en el último medio siglo para dominar los espíritus libe­ rados por la ciencia y la técnica de nuestros contemporáneos en sus labo­ ratorios y gabinetes de investigación. O se cambia el rumbo o nos desharemos en los escollos. Y el rumbo nuevo sólo puede determinarlo una sociedad pro­ fesionalmente organizada y estructurada, la que prefiguraban como un em­ brión nuestras sociedades obreras. ¿Cómo? ¿Con los mismos instrumentos y las mismas interpretaciones que hemos manejado en un siglo y medio de lucha heroica por el derecho a ser hombres, a ser unidades humanas y no es­ clavos, no siervos? Muchos fueron los cambios que se operaron a través del tiempo y como resultado de los grandes progresos tecnológicos y de las luchas sociales por un mundo mejor. Muchas palabras que ayer tenían un sentido tienen otro m uy distinto o por lo menos bastante ambiguo. A veces excursionamos mentalmente en el pensamiento de tantos que nos precedieron, y los echamos de menos en esta hora crucial. ¿Qué harían en nuestros días, qué re­ comendarían, qué propondrían hoy un Proudhon, un Bakunin, un Kropotkin, un Landauer?; y podríamos seguir mencionando nombres. La his­ toria los registra como grandes revolucionarios, y cabe admitirlo, pero han sido también los más fecundos propulsores de reformas, como las de Proudhon, con su Banca del Pueblo y sus mutualidades; que eran algo así como nuestras colectividades de 1936-39; Kropotkin estudiaba y propagaba todos los adelantos para extraer de la tierra una mayor producción y para reestructurar la industria sin incurrir en la monstruosa centralización, lan­ zando ideas que estamos viendo aplicadas hoy en los países industriales. Si hubo un mito revolucionario, capaz de realizar el milagro de la justicia, de la libertad y de la igualdad, no fueron los anarquistas los que lo propagaron; el mito fue difundido por otros como un nuevo evangelio junto con la idea de la dictadura del proletariado. Y si periódicamente algunos de nuestros jóvenes se dejaban llevar demasiado por la fantasía de una revolución palingenésica, siempre había a punto un Ricardo Mella u otro para frenar los desvarios. Podemos hacer el balance de un siglo de publicaciones nuestras en todos los idiomas y en todos los climas. Jamás fue admitida, ni como dictadura pro- visoria, la dictadura del proletariado, que tuvo en nosotros la más decidida oposición. Y fuimos adversarios de esa solución, nosotros que hemos dado al mundo del trabajo no escasa contribución de sacrificios, porque preveíamos en sus adeptos la calidad de pretoñanos de nuevas y más despiadadas tiranías. LAS REFORMAS Un día nos visitó Michel Collinet, profesor de la Sorbona, y nos dijo a modo de disparo frontal que nos dejó un tiempo aturdidos, desorientados: “Tengo que hacerte una confesión —nos dijo— ; soy reformista”. ¿Reformis­ ta? Collinet era uno de los escritores a quien respetábamos por sus anteceden­ tes como expositor claro y persuasivo de la doctrina del sindicalismo revolu­ cionario; había escrito un libro sobre el marxismo en el que llega a conclusio­ nes similares a las que hoy llamaríamos posmarxismo en el lenguaje del doc­ tor Marcuse; y nosotros mismos habiamos traducido uno de sus trabajos, Es­ píritu del sindicalismo, a un título parecido. Ya en ese libro nos había produ­ cido una especie de conmoción su anuncio de que la era de los viejos mili­ tantes obreros, los que fueron nuestros compañeros y nuestros amigos, había pasado y que su puesto sería ocupado por funcionarios, por una burocracia profesional de la administración de los grandes organismos del trabajo arti­ culados en los sindicatos. ¿No ocurrió ese cambio? ¿Reformista Collinet? Hemos meditado mucho sobre lo que había que­ rido decirnos ese amigo y compañero en la interpretación de la ideología y la táctica del movimiento obrero, que se había distinguido en la denuncia de las desviaciones, debilidades y aberraciones del sindicalismo francés bajo la ins­ piración de los reformistas, de aquellos a quienes llamábamos reformistas. Si había para nosotros una palabra hiriente, la más hiriente, la más in­ juriosa en nuestra beligerancia contra los que se apartaban de la acción di­ recta, de la independencia ante cualquiera que fuese el partido político, era ésa: llamar a alguien reformista era peor que llamarle hijo de mala madre, si es que hay malas madres. ¿Collinet reformista? ¿Un hombre de su integridad y de su probidad intelectual, estudioso de alta jerarquía? No era posible. Nos llevó tiempo y nos costó esfuerzo comprender lo que había querido decirnos con su confesión. Pero por otro lado nosotros sabíamos que no es la vida, no es la realidad la que debe ajustarse y la que se ajusta a las doctrinas, políticas, religiosas, so­ ciales; son éstas las que deben ajustarse a la vida, a la realidad cambiante. A fuerza de meditar sobre el exabrupto de Collinet, de cuya honestidad interior no podíamos dudar, hemos creído comprender su gesto y valorar el impacto que produjo en nosotros, y desde hace años hemos dado testimonios suficientes acerca de esa actitud. Somos también reformistas, aunque la pala­ bra nos suene mal, reformistas como Collinet, justamente porque queremos seguir siendo revolucionarios, y revolucionarios de la actual revolución que sacude todas las estructuras mentales y materiales que nos ha legado un pa­ sado secular y que exige urgentes y radicales reformas. EL MOTOR DE LA REVOLUCION EN OTRAS MANOS La idea de la revolución vivía como una esperanza en el alma de los pueblos, de sus minorías más despiertas y preparadas, cuando la reivindica­ ción fundamental era la de la abolición de la esclavitud, legal o de hecho; la inteligencia no era entonces una fuerza decisiva, un poder, y se refugiaba en las aristocráticas torres de marfil de los gabinetes de estudio, muchas veces al servicio de los poderosos de la hora. La situación no es la misma, la inteli­ gencia es un poder por su número, por su masa, por su ineludibilidad. La bandera de la revolución, de la verdadera revolución, no de las algaradas intrascendentes, pasó a manos de los hombres de ciencia y de los técnicos y la enarbolaron, conscientes o no de su poder, pero con mejores y más seguras perspectivas que las que podrían elaborar los taumaturgos de toda política. Elíseo Reclus lo había anticipado cuando nos hablaba de la revolución y la evolución como de sinónimos complementarios y esenciales. Evolucionistas en el sentido de Reclus equivale a reformistas en la expresión de Collinet. Los gestores de la revolución son hoy los investigadores científicos, esa masa enorme de trabajadores de laboratorios y centros de investigación; ya haríamos bastante con aplicar las reformas, los cambios económicos y sociales que ellos hacen posibles, en beneficio de los pueblos, de los sectores de la hu­ manidad marginados, rechazados, en condiciones infrahumanas, y en daño de ninguno. ¿Hemos de sentirnos defraudados y frustrados al comprobar que el motor de la revolución no está en los que eran siervos de la gleba ni en los que eran esclavos modernos de las fábricas? Después de un siglo de luchas abnegadas, de sacrificios, de sangré para salir del empantanamiento de las concepciones y las prácticas esclavistas de los mcnopolizadores de la riqueza, la masa de científicos y de técnicos ha puesto en manos de la humanidad, a disposición de la comunidad entera, un poder que la imaginación no habría podido concebir pocos decenios atrás. De lo que se trata ahora es de modelar los instrumentos para realizar las refor­ mas de estructuras anacrónicas y que permitan que ese poder inmenso resul­ te en beneficio de todos, sirva a la construcción de un orden social más justo y no se reduzca, en manos irresponsables, a ser mero agente de destrucción, de muerte, de sangre y de ruinas. Ser reformistas hoy es ser intérpretes, instrumentos de la gran revolu­ ción que ha surgido incontenible de las matemáticas, de la química, de la fí­ sica, de la genética. Y ser, como en las viejas aspiraciones, en teoría o en la práctica, pregoneros de la revolución, de la rebelión, de la protesta airada, de los cambios violentos del poder, es tanto como estar más cerca, más en la li­ nea, más en el espíritu de la contrarrevolución. Sin contar lo que esa actitud contradice la esencia de nuestro humanismo de siempre. El triunfo de los golpes de Estado, fraguados con el sacrificio y los en­ gaños de las grandes masas populares enceguecidas por cualquier mito, no es ya fácil con el actual poder defensivo y ofensivo que se puede movilizar contra esos intentos; pero además, cuando los revolucionarios de la víspera se convierten en triunfadores, se vuelven automáticamente antirrevolucionarios, enemigos de la revolución, de esa revolución que esi un proceso constan­ te y no un coto cerrado de los vencedores. La experiencia del último medio siglo está ante nuestros ojos como una lección irrefutable para demostrar por qué medios no debe hacerse la revolución. Y si estudiamos algunos países de Europa, donde la tónica del último siglo fue la reforma pacífica y progresiva, no podemos menos de sentir envidia por su nivel de vida, por su libertad, por su cimiento de justicia, por su estructura democrática. EL MITO DE LOS GOLPES DE ESTADO Tropezamos, pero muy raramente, en algunos de nuestros amigos, con el mito del golpe de Estado, de la conquista del timón del Estado y de su monstruoso y complejo aparato. Unos lo buscan con el apoyo y la seducción de las fuerzas armadas, otros por medio de la demagogia, de la seducción de las grandes masas. ¿Cuáles son las grandes masas? Todavía vemos que se llega al poder por el golpe de Estado o por los efectos de una contienda electoral; Adolfo Hitler triunfó con el apoyo de un electorado imponente, que desalojó a los que fiaban su victoria y su permanencia en los resultados de las urnas. Conquistar el poder, con cualquiera que sea la bandera o la ideología que se enarbole, no es, a estas horas, en estas nuevas condiciones del mundo, avanzar hacia un orden social mejor; es simplemente cambiar de amos. La revolución auténtica es la que cambia estructuras, es la que procura superar al fin la barrera que hace de la sociedad un campo de Agramante de tensiones y con­ flictos, que hace del hombre un enemigo del hombre, un lobo del hombre. Importa poco, desde el punto de vista histórico, no desde el partido, in­ dividual, quién detenta el supremo poder; lo que importa es que la sociedad de clases antagónicas, irreconciliables, con intereses en pugna, se convierta en una comunidad, con los mismos derechos y los mismos deberes para todos sus integrantes. LA CIENCIA Y LA TECNICA Y SUS APLICACIONES SOCIALES El verdadero progreso se traduce en un mejoramiento de la condición del hombre en lo económico, en lo moral, en lo social, en lo cultural; significa la posibilidad de aumentar el nivel de vida, la posibilidad de producir más y de distribuir equitativamente la producción; y producir más y distribuir más equitativamente lo producido es tanto como aplicar la ciencia y la técnica sin restricciones. Con ayuda de ellas se puede suprimir la pobreza, esa terrible maldición que ha pesado tantos milenios sobre la humanidad. Una comunidad en que no hay pobres, es una comunidad en la que tampoco hay esclavos. Y una comunidad en la que no hay esclavos es próspera, laboriosa, pacífica, fra­ terna. Ninguna Constitución política garantiza tanto la dignidad y la li­ bertad del hombre como un orden social sin pobres, sin miserables, sin villas miseria, sin desamparo, sin ignorancia. ¿Es esta una ambición desmedida, una fantasía utópica? Lo utópico es soñar con el mantenimiento de la dicoto­ mia de las clases sociales, de amos y esclavos, de ricos y pobres. Ahí está el espectáculo de los países escandinavos, capitalistas y neocapitalistas, monár­ quicos y democráticos; ahí está el milagro de Israel, su conquista del desierto inhóspito para convertirlo en lugar de trabajo con audaces aplicaciones de la ciencia y la técnica en beneficio de todos, un beneficio palpable, real, no me­ ramente legal. La masa de los pobres, de los desheredados, de los indigentes, que no son, en los países desarrollados al menos, tantos como se suponía, no beneficia a los ricos, a los grandes accionistas, a los poderosos; representa siempre una amenaza de tensión, un peligro, una inseguridad permanente. Con la apli­ cación de la ciencia y la técnica, el nuevo gran poder de nuestros días, se logran del trabajo productivo, coordinado y disciplinado, resultados inesperados y fecundos. Una sociedad fundada en el trabajo de todos puede llegar al nivel que desea; pero el trabajo no es hoy el de la bestia de carga, el que realizan las manos callosas; trabajo es también el del que investiga, el del que piensa, el del que elabora ideas, planifica, proyecta y prospecta para un mañana me­ jor. Una comunidad de trabajo con los elementos de que puede disponer hoy es omnipotente, y esa es la comunidad a la que debe aspirar el movimiento obrero, con la integración en sus filas de los hombres de ciencia y de los téc­ nicos, trabajadores ejemplares, que no piden siquiera la reducción de la jor­ nada, ellos que la hacen posible para los demás. Si las asociaciones obreras no sirven a un ideal de liberación, de segu­ ridad para todos, de felicidad, de reajuste a las exigencias de la nueva era ató­ mica, su mera adscripción a la defensa de los salarios más altos y de las jor­ nadas más cortas, carece de trascendencia y de sugestión; son aglomeraciones mecánicas, voluntarias o impuestas de arriba abajo, estériles hasta para el logro de sus objetivos de otros tiempos. O son fuerzas positivas y construc­ tivas de un mundo mejor, por el trabajo colectivo, o sólo pueden ser útiles a la conservación de un ayer dramático con grupos de presión en pugna por el poder, de lucro privado, de desigualdad y de privilegio. LA REPRESENTATIVIDAD En esta crisis del mundo, en esta explosión de problemas nuevos e inelu­ dibles, si la agrupación profesional no ha de ser un mensaje permanente de esperanza, una solución en el caos de rutinas y de falsos abordajes, la expe­ riencia secular nos enseña que mucho menos pueden serlo los agolpamientos olíticos, que nunca han sido representativos de la sociedad en cuyo nombre an querido obrar como salvadores desde el complejo mecanismo del Estado moderno. Una estructura político-social, una articulación económica regida por una sociedad profesionalmente organizada, podrá no ser perfecta, y no lo será, pero tendrá sobre todas las recetas políticas pasadas y presentes, la ventaja que los destinos del hombre y de la colectividad serán decididos por los mismos que conocerán y sufrirán las consecuencias de su acierto o de su error. En cualquier otro sistema, en cualquiera otra estructura, los que deciden de los destinos ajenos, con espíritu paternal o con designios despóticos, quedan exi­ midos por su posición de privilegio de los inconvenientes de sus eventuales des­ aciertos. Sin contar que cada uno entiende mejor en las cosas que atañen a su profesión y a su especial formación que las relativas a otras esferas de activi­ dad. Aquello de zapatero a tus zapatos, sigue teniendo vigencia. U n parlamento u otra institución central en que predominasen los coro­ neles, es probable que no ofrezca perspectivas muy halagüeñas; pero un par­ lamento de abogados, tampoco es muy sugestivo. Tenemos a mano la compo­ sición del parlamento en diversas épocas, según los datos de un sociólogo ar­ gentino, Darío Cantón; en 1889 el 84 por ciento de la Cámara se componía de abogados, y en el Senado, la proporción era de 85 por ciento; en 1916 los primeros eran el 74 por ciento y los segundos el 86 por ciento; disminuyeron algo en 1946, pero fueron sin embargo, todavía el 67 por ciento en la cámara baja y el 60 por ciento en el Senado. Los médicos estuvieron también rela­ tivamente representados, el 21 por ciento en 1916 en diputados y el 10 por ciento en el Senado. Esa falta de representatividad, con elecciones fraudulentas o limpias, no E habría cambiado si en las Cámaras hubiesen predominado los sastres, los fe­ rroviarios, los obreros de luz y fuerza. No hubiesen sido más representativos que los coroneles y los abogados. Los problemas que enfrenta y ha de enfrentar el mundo son demasiado complejos. Para su solución se requiere el esfuerzo, la inteligencia, el aporte de todos en los planes de las perspectivas experiencias y conocimientos efec­ tivos, no minorías selectas de ninguna clase, religiosas o laicas, militares o ci­ viles. Hay que construir una verdadera comunidad humana, y edificar sobre ella desde nuevos órganos de expresión y de decisión. Caídas las barreras que impedían la intercomunicación social en los desiguales, los privilegiados y los desposeídos, los señores y los esclavos, lo que importa es avanzar ahora sin tensiones paralizantes, en solidaridad, en una amplia vía de reajustes y de cooperación, que la experiencia y el común interés decantarán en los hechos. No estamos en una meta terminal, en un punto de llegada, sino en un punto de partida para nuevas conquistas y más amplios y seguros beneficios para todos. El trabajo es la única posibilidad que tenemos para subsistir; los recur­ sos naturales pudieron ser suficientes en tiempos remotos para los pequeños núcleos familiares y clanes; hoy no se puede prescindir del trabajo produc­ tivo, de la industria, y el trabajo productivo no es ya el del animal de carga de la prehistoria, ni el del esclavo sumiso o rebelde de la era capitalista; es síntesis de cada día menor esfuerzo físico, de cada día menor transpiración, y de los avances de todas las ciencias y técnicas, sin las cuales no se obten­ drán los elementos vitales que correponden a nuestras exigencias y nece­ sidades. No es la destrucción del aparato creado por el capitalismo en su afán de lucro lo que hay que pretender, sino la aplicación y actualización y mejora­ miento de su dinámica con sentido social, de beneficio para todos, pues recla­ ma y no puede prescindir ya de la presencia y el aporte de la comunidad entera. Lo que fue el sindicalismo de resistencia y de lucha tiene que inte­ grarse con los nuevos y esenciales factores del trabajo y tiene que ajustarse a otra metodología: la de la participación en el estudio y la decisión sobre los destinos de la sociedad, de la humanidad. Si se nos preguntase cuál sería a nuestro juicio la reivindicación primera a esgrimir con urgencia, responderíamos que sería la de la participación en los niveles en que se decide el destino colectivo, la suerte de todos; una par­ ticipación, como decía un sociólogo contemporáneo, no como convidados de piedra para avalar y consagrar una situación, sino como factor positivo, deter­ minante. Para ellos las organizaciones obreras tienen que ponerse también a tono con la revolución que estamos viviendo y no apegarse a mirajes ana­ crónicos y falsos. La gran revolución es hoy la reforma; la barricada ha cumplido su m i­ sión, si es que tuvo una misión, y en las condiciones actuales es mucho más un camino para la antirrevolución que para el logro de un progreso efectivo y de una auténtica liberación; la propagan y recurren a ella precisamente los que no aspiran a la libertad ni a la democracia, sino a la instauración de nuevos despotismos. o La Contaminación del Idioma P or M a n uel D íaz-M arta literaria de la postguerra ha pasado por trances muy difí­ ciles. Nacida y amamantada en un ambiente de indigencia intelectual, medró un tanto por la carencia de rivales inmediatos, pero no pudo competir con la generación anterior cuyas figuras se agrandaban con el tiempo. Más tarde tuvo que medirse con otros escritores de España y del exilio y con las extraordinarias promociones literarias de los países hispanoamericanos. Las figuras destacadas de aquella generación tienen ante sí un panorama sombrío. Pérez Minik comenta en su “Carta de España”, publicada en La Na­ ción de Buenos Aires: “Nuestros ciudadanos ya no quieren leer sino a Vargas Llosa, Cabrera Infante, Lezama Lima, Julio Cortázar y Juan Rulfo” . . . “En el teatro hemos tenido muchos pilotos de línea y pocos pilotos de prueba, con la situación muy especial de que todos los pilotos de línea son malos. No producen catástrofes aéreas, pero sí morales, porque han terminado por per­ vertirlo todo. Con sus nombres bien conocidos: Torcuato Lúea de Tena, Al­ fonso Paso, Jaime Salom, Miguel Mihura y José María Pemán.” . . . “Han aparecido más novelas de escritores exiliados, la Trilogía de Manuel Andújar ‘Vísperas’ y algunas de Serrano Poncela, Francisco Ayala y Rosa Chancel, aparte de las más abundantes ediciones de Ramón Sender y Max Aub”. Este “boom” y el de la narrativa hispanoamericana son, a juicio de Pérez Minik, dos flechas muy peligrosas cuyas víctimas aún no han sido identificadas. No es de extrañar que ante tales augurios, algunos autores acudan a re­ cursos extremos. Y no pudiendo desnudar a los cómicos en escena para atraer al público, como en ¡Oh Calcuta!, porque no lo permite la autoridad y porque el físico de los actores quizás no se preste a ello, el recurso que queda es inundar el texto de frases obscenas. Esto tiene la ventaja de que puede presentarse como moderno —aunque es tan antiguo como el mundo -—y de que la autoridad lo deja pasar para dárselas de tolerante. Por otra parte, las expresiones groseras y obscenas han sido fomentadas en diversos ambientes de la Ecpaña contemporánea. Los úl­ timos Borbones, unas veces por congraciarse con el pueblo bajo de Madrid, al que imitaban, y otras por puro gusto, abusaron de las frases de grueso calibre. Y durante la guerra civil, el empleo de palabrotas en el lenguaje hablado llegó a extremos difíciles de superar. Sobre todo en el frente republicano. Sin embargo, la gloria de plasmar tales lindezas en el idioma escrito habría de corresponder —justo es reconocerlo— a los escritores que surgieron con la vic­ toria franquista. La crudeza expresiva de algunos de estos escritores se ha intensificado últimamente; quizás como una consecuencia de la crisis porque están pasan­ do. Como muestra, ahí está la novela “San Camilo 1936” cuyo texto es una sucesión ininterrumpida 'de frases obscenas que expresan pensamientos del L a g e n e r a c ió n mismo calibre. Todavía más sorprendente es que Cela haya llevado este léxico al teatro. Su “musical” María Sabina, con partitura del maestro Balada, es en realidad un monólogo, en el cual la actriz se desgañita diciendo que es una tal por cual en muy variadas formas literarias, mientras el coro, con sus voces e instrumentos bien concertados, subraya los improperios de la artista. Los antecedentes de esta forma teatral se remontan a la tragedia griega, pero el argumento recuerda al de La Dolores. Tal vez el autor quiso emular el éxito de esta obra que fue realmente extraordinario. Tanto que la copla: “Si vas a Calatayud —pregunta por la Dolores— que es una chica muy gua­ pa y amiga de hacer favores”, se convirtió en una pesadilla para los bilbilitanos, pues no había viajero entre los muchos que paraban en su estación que no preguntara por la tal Dolores. La repetición de esta broma, días tras día y año tras año. llegó a agriar el carácter de los honrados y nada sufridos ha­ bitantes de Calatayud, hasta el punto de que las autoridades intentaron po­ ner fin a aquel estado de cosas. Y como no se podía desviar el ferrocarril, se le ocurrió al alcalde —que lo era un solterón con título de marqués— pro­ mover un concurso de coplas de desagravio. El concurso, auspiciado por el ABC, hizo a la copla aún más famosa. Y para colmo de males apareció una nueva que decía: “Si vas a Calatayud— pregunta por la Manuela —que es nieta de la Dolores— y m ás. . . que su abuela. Finalmente hubo un chusco que agotó la paciencia de las autoridades enviándoles esta letrilla: “Si vas a Calatayud —pregunta por el marqués— que hace los mismos favores —sola­ mente que al revés”. Habían de pasar muchos años, una guerra civil y otra mundial, para que se popularizara una variante de la famosa copla, que canta las penas de una moza por culpa de la maledicencia popular, y para que se olvidara un tanto la primitiva. Cabria pensar que si las insinuaciones sobre la “generosidad” de una guapa moza alcanzaron tanta fama, las autoacusaciones de María Sabina, real­ zadas por los coros, habrían de procurar al señor Cela y a su obra un éxito extraordinario. Pero no es así. ¡Y es que al autor se le ha pasado la mano! El público, después de ver M aría Sabina, sale a la calle convencido de que la pobre chica es un caso perdido, pero nada dispuesto a repetir sus decla­ maciones. La tendencia a abusar de las expresiones obscenas hace pensar en el peligro de contaminación de las letras españolas. La buena salud de la lite­ ratura puede depender de la libertad con que se manifiesten los escritores; pero no es la libertad de ofender los oídos ajenos con expresiones soeces u obscenas la que cuenta, sino la de ahondar en los temas vitales, y la de poder expresar sinceramente los pensamientos. Todo esto sin olvidar una libertad fundamental: la libertad de expresión de los que sienten y piensan de modo diferente al que cada uno sustenta. o “Panorama Social de C ataluña” (l) Conferencia de Fidel Miró sustentada en el Orfeón Catalán de México el día 2'o de noviembre de 1970. Señoras y señores, amigos todos: ya olvidado “milagro español” con el que pretende hacernos comulgar el régimen, milagro que se ha desvanecido por com­ pleto dentro y fuera de España. Fue el milagro un “slogan" propagandístico que costaría al erario muchos millones de pe­ setas; o, dicho de otra manera, un truco político, campaña destinada a atraer una mayor afluencia turística y más inversio­ nes de capital internacional o extranjero. Pues en la práctica cotidiana, el capital ha sido siempre mucho más intemaciona­ lista que el pensamiento obrero revolu­ cionario, sin necesidad .de proclamárselo. Ea patria del capital se llama dividendos. Ocupo hoy esta tribuna en virtud de que se convino que este ciclo de confe­ rencias seguidas de coloquios o diálogos se haría a base de presentar ponencias por parte de los conferenciantes, que en final, habrán de servir de base a una abierta y franca discusión en torno a los principales problemas que confronta nues­ tro país, por lo que entiendo que, no sólo debemos analizar la problemática actual, sino que estamos obligados a apuntar po­ sibles soluciones para cuando Cataluña vuelva a la vida democrática. En conse­ cuencia, pues, vayamos sin más dilación al tema. Ingreso anual “per cápita” Desde hace aproximadamente seis años recibo un boletín oficial editado en Ma­ Hace aproximadamente tres años publi­ drid, intitulado Información Española. có el citado boletín que España había de­ Dicho boletín y los recortes de prensa que jado de ser país subdesarrollado por cuan­ periódicamente algunos amigos de allá me to el ingreso anual “per cápita” había re­ envían, constituyen mi principal fuente basado los 600 dólares, que marcan, según de información política, económica y so­ los entendidos, la línea divisoria entre los cial de la España actual. Es el boletín en países desarrollados y los subdesarrolla­ cuestión un resumen oficial de la prensa dos. Nunca he podido entender cómo eco­ española, y, por lo tanto, se apega rigu­ nomistas y estadistas le dan tanta impor­ rosamente a los intereses del régimen. tancia al promedio por individuo de la En él no encontraremos nunca, por su­ renta nacional, siendo que ese promedio puesto, un comentario crítico adverso al carece de un significado positivo en cuan­ actual régimen; jamás reproduce los co­ to a bienestar colectivo, particularmente mentarios agudos, y a veces, hasta sar­ en los países subdesarrollados, o en vías cásticos, de un Wilfredo Espina, ponga­ de desarrollo, como ahora se dice, em­ mos por caso, el famoso comentarista po­ pleando el eufemismo para no molestar lítico de El Garreo Catalán; pero los co­ a esos grupos o países, sin tener en cuen­ mentarios y datos adversos suelen abundar ta la manera tan injusta e irracional co­ en los recortes de periódicos y revistas, mo la dicha renta es generalmente dis­ pues con ser muy limitadas la libertad tribuida, por ejemplo, en el caso de Es­ de prensa —y peligrosa toda crítica para paña, ¿Qué importancia puede tener ese el que se atreve mucho—, no poco e inte­ promedio cuando hace apenas tres años resante se dice en ella desde hace algún —y no creo que haya cambiado mucho a tiempo, procurando, desde luego, leer en­ últimas fecha— existían todavía regiones tre líneas las más de las veces. prominentemente agrícolas donde el pro­ Aunque los datos estadísticos en orden medio anual de ingresos por individuo era a la situación económica no sean siem­ bastante inferior a los doscientos dóla­ pre del todo fidedignos, sino a menudo res? ¿Cómo vivir con 14 mil pesetas al tergiversados por los comentarios oficio­ año ? Actualmente dicen haberse rebasado sos, al compararlos con otras fuentes in­ los 800 dólares anuales “per cápita”, y formativas y con la realidad que he tenido piensan que Se alcanzarán los mil dólares ocasión de observar por mí mismo a últi­ en 1972 o 73; pero nada se dice de la cons­ mas fechas, creo que dan una imagen bas­ tante pérdida de la capacidad adquisitva tante aproximada a la realidad imperan­ de la moneda nacional, motivada por la te. Una realidad que dista tanto de la que inflación. De ello nos ocuparemos más hace poco imaginaba el exilio como del adelante. No es el de los 200 dólares precisamen­ te el caso de Cataluña. Admitamos que en el marco catalán el ingreso medio “per cápita” oscila entre 800 y 1 000 dólares, y que éste sea aproximadamente para los trabajadores de unos 600 dólares, cálculo bastante optimista, lo que equivale a al­ go más de 3 000 pesetas mensuales. En todo caso, pues, una familia de cuatro per­ sonas tendría un ingreso algo inferior a 12 000 pesetas por mes, pero hay que es­ tablecer todavía otra diferenciación o di­ visión: pongamos 8 000 pesetas mensua­ les para una familia rural compuesta por cuatro personas y 16 000 para las que ha­ bitan en las urbes industriales. Con tales ingresos puede vivirse relativamente bien cuando existe una rigurosa administra­ ción. Afortunadamente la mujer catalana suele ser buena administradora de la eco­ nomía hogareña Pero para que tales in­ gresos sean reales hay que trabajar ordi­ nariamente un considerable número de ho­ ras extraordinarias, y, además, hay qué procúrar economizar el aceite y la pasta de dientes, y no visitar al dentista más que en casos extremos. El hecho de que se tenga televisor —y no todos lo tie­ nen— resulta poco menos que obligado en nuestra sociedad de consumo. Y, por supuesto, estos cálculos son sólo promedios es decir, cálculos que pasan por alto la tremenda disparidad de los ingre­ sos —tanto en Cataluña como en el resto de España —entre rentistas y trabajado­ res, entre obreros calificados y peones. Para estos últimos las privaciones son muchas. Actualmente el promedio salarial en España —repito que tengo que referirme a estadísticas generales por carecer de ellas región por región, zona por zona— es de 10,000 pesetas mensuales, (2) según la información oficial. “El Socialista”, ór­ gano del P.S.O.E. (Partido Socialista Obrero Español) que .se edita en Toulouse, Francia, lo pone en duda. Considero que puede admitirse la realidad de tal salario promedio, pero más que de salario en tér­ minos exactos habría que hablar de in­ gresos por concepto de trabajo, pues pa­ ra obtener las 10,000 pesetas de ingreso promedio hay que contabilizar las entra­ das por concepto de horas de trabajo ex­ tras, pagas suplementarias por promedio de productividad, y pagas adicionales en julio y diciemhre, etc. Por lo tanto tro­ pezamos aquí, en cuanto a salario, en la misma piedra-embrollo que al tratar so­ bre el promedio anual de ingresos. Ds suerte que nos vemos precisados a pre¿ guntar: ¿cuál es entonces el salario real promedio de un peón de carretera, de un aprendiz, de un “escumbriaire” ?; ¿y cuál el de un alto funcionario, el de un ejecuti­ vo de empresa o bien el de un consejero empresarial que a la vez suele percibir otros ingresos? Es cosa corriente —se me ha dicho— que no pocos altos funciona­ rios públicos en servicio o retirados, son consejeros de alguna o algunas empresas privadas o paraestatales, cuyos emolu­ mentos con frecuencia figuran en los li­ bros de contabilidad en el capítulo de gas­ tos de representación. 3 Producción y poder de oampra Hace unos días, el repetido boletín de información española reproducía un ar­ tículo de “A.B.C.” encabezado con el si­ guiente título: “La renta nacional casi se ha duplicado en seis años, hasta superar los 1.7 billones de pesetas”. Inmediata­ mente venían estos dos subtítulos: “El progreso por la renta “per cápita”, 51,650 pesetas, no ha sido tan elevado debido al fuerte crecimiento de la población” 4; Mientras la participación de los salarios sube al 57 por ciento las rentas de la em­ presa bajan dél 36 al 33 por ciento”. ¡Qué manera de tergiversar la realidad! Vale la pena hacer algunas consideracio­ nes al respecto. En efecto, si se ha duplicado la renta nacional en seis años, cabe preguntar: ¿en qué proporción ha mejorado en igual período el nivel de vida de la clase tra­ bajadora, o lo que es li> mismo, el poder de compra de los salarios? Si hacemos la pregunta a los trabajadores españoles —no, por supuesto, a cualquier favore­ cido del régimen— nos contestarán que en proporción insignificante. Y si tene­ mos en cuenta que en los últimos seis años la inflación ha sido de un 6% anual aproximadamente —este año de 1970 de un 7%—, y a ello añadimos la devalua­ ción oficial de la peseta hace apenas dos años —de 60 a 70 pesetas por un dólar— el resultado es que el poder de compra de los salarios ha mejorado en los últimos años apenas perceptiblemente, a pesar de lo considerable del aumento de la produc­ ción. Al respecto me decía ha poco un amigo periodista radicado en España que haciendo cálculos muy optimistas puede decirse que del aumento de la productivi­ dad, calculado en un 7% anual, el 6% se ío llevan entre el capital y el Estado, y el 1%, si acaso, es el que percibe el tra­ bajador, y, naturalmente, siempre a base de seguir trabajando tiempo extra en for­ ma muy considerable. El mismo periodis­ ta afirma que la capacidad de compra actual por hora de trabajo no es mayor, a pesar del actual desarrollo y los años transcurridos, que durante la Segunda Re­ pública. Para tener una idea aproximada de la realidad actual importa mucho detenerse en el examen de los datos siguientes, cuya importancia sería absurdo subestimar. Es decir, que hace un par de años, a raíz de la nueva devaluación de la peseta, efec­ tuada al socaire de la devaluación de la libra esterlina, se congelaron los salarios. A mediados del presente año, al descon­ gelarse, se decretó que los mismos no po­ dían superar un aumento del 6% al fir­ marse los nuevos contratos colectivos de trabajo. Pero, en cambio, según las esta­ dísticas oficialmente acreditadas, el au­ mento del costo de vida en 1970, al igual que en año anterior, ha sido de cerca de un 7%, pérdida de valor real de la pese­ ta y de capacidad de compra para los sa­ larios, o sea uno de los índices de infla­ ción más altos de Europa, digan lo que quieran los gobernantes españoles. Pese al aumento anual de un 6 ó un 7% del pro­ ducto nacional bruto, que en 1970 fue de un 6%, según reciente declaración de Ló­ pez Rodó, ¿en cuánto ha mejorado la si­ tuación del mundo del trabajo, siendo tan fabulosos los “logros” nacionales que afirman los voceros oficiales? En reali­ dad en los convenios colectivos obrero-pa­ tronales se burlan frecuentemente las dis­ posiciones gubernamentales por estimar­ las irreales e inaceptables, en especial pa­ ra los trabajadores. El salario mínimo oficial es todavía escasamente superior a las cien pesetas diarias, aunque por for­ tuna casi todo el mundo gana más. Veamos lo que dicen los voceros del ré­ gimen, según sus particulares aprecia­ ciones y conveniencias publicitarias, pri­ mero, y después. Lo que dice Ertze Garamendi, basándose aquéllos y éste en el úl­ timo informe de la O.C.D.E. Dicen los voceros del régimen: “El ca­ pítulo segundo del informe se titula Pers­ pectivas y problemas de política económi­ ca, refiriéndose en primer lugar a las perspectivas a corto plazo. Se preven me­ didas de política monetaria y presupues­ taria moderadamente expansionistas y un ritmo bastante rápido de la actividad eco­ nómica en 1971. Estima la O.C.D.E. que las exportaciones podrán aumentar en 1971 en un 14 por ciento aproximadamen­ te y las importaciones en un 13 por cien­ to. Añade que el acuerdo con la C.E.E. (Comunidad Económica Europea) deberá tener efectos importantes en el comercio exterior de España en los próximos años, aunque en 1971 no serán muy importan­ tes. ”Se plantea que el aumento del déficit en la balanza comercial (estimado en un 1% del P.N.B., aproximadamente) consi­ dera que el dicho déficit no será excesivo para el país en proceso de industrializa­ ción y que debe tener confianza en sus posibilidades, dado el aumento sustancial que ha tenido en la reserva de divisas.” Y ahora Garamendi: “Según los datos que ha publicado la Organización Comunitaria de Desarrollo en Europa a mediados del año 1970, se puede comprender la situación exacta, desde el punto de vista económico, en que se encuentra el listado español. Una po­ blación relativamente estacionaria, pues­ to que apenas rebasa los 75 habitantes por kilómetro cuadrado, tiene un creci­ miento anual de 0.90%, lo cual lo coloca entre las categorías más bajas del creci­ miento de población de los países euro­ peos. “Desde el punto de vista del ingreso per cápita, el primer lugar lo ocupan Es­ tados Unidos con un ingreso de 4 380.00 dólares anuales por cabeza y está inme­ diatamente seguido por Suecia, que alcan­ za la cifra de 3 230.00 dólares, los demás países teniendo proporciones más o menos elevadas por debajo de ese nivel. Hay tres países que ocupan los últimos puestos, y son Grecia, España y Portugal en ese orden, teniendo España apenas un ingre­ so de 770.00 dólares. “Ese dato, desde luego, hace sentir sus repercusiones sobre los demás órdenes de vida. Por ejemplo, en lo que se refiere a las calorías consumidas por cada habi­ tante por día, España sólo tiene 2 790 calorías, seguida en orden inferior por Portugal con 2 780; todos los demás países rebasan ampliamente estas cifras, pasando muchos de ellos las tres mil ca­ lorías, con lo cual satisfacen sus necesi­ dades alimenticias. En cuanto a la vivien­ da, España sólo ofrece 76 habitaciones por cada mil habitantes, mientras que to­ dos los demás sobrepasan la cifra con holgura. “En España se consumen 1 109 kilova­ tios hora de electricidad por habitante cada año, cuando Suecia consume 6 432, Alemania 3 088 y el Reino Unido 3 481. El gasto en educación pública en España asciende al 2.06% del producto nacional bruto, todos los demás gastan el 4 y el 5%. Hay en España 113 teléfonos por cada mil habitantes, cuando Suiza tiene 437 y Suecia 489. Cada mil españoles cuen­ tan con automóviles, mientras que los de­ más europeos tienen una proporción ma­ yor de cien y algunos inclusive rebasan ios 200. Hay 90 aparatos de televisión por cada mil habitantes de España, cuando en Alemania la cifra llega a 248 y en Suecia a 239.” Como puede verse son bien diferentes los dos enfoques e interpretaciones. Sin embargo, podemos estar seguros de que Garamendi se atiene rigurosamente a las estadísticas proporcionadas por la O.C.D.E. Al terminar este año, el balance eco­ nómico que presenta el régimen no pue­ de ser mejor. Según las declaraciones ofi­ ciales, se han más que duplicado las re­ servas de divisas convertibles: de 833 mi­ llones ha pasado a 1730 millones; se lo­ gró frenar extraordinariamente la impor­ tación de mercancías y mejorar muy con­ siderablemente las exportaciones; en con­ secuencia, y dado el incremento de los ingresos derivados del turismo (24 millo­ nes de turistas y 1 400 millones de dóla­ res ingresados este año), ha sido consi­ derablemente favorable la balanza de pa­ g o s ... Había, naturalmente, la preocupa­ ción por superar el declive producido en la economía nacional por el fraude de MATESA y otros menos cuantiosos que se ha procurado silenciar. No vamos a detenernos a analizar porqué medios se han conseguido tales logros (gravámenes, reducción de créditos, aumento del inte­ rés por re-descuento, etc.); pero lo cier­ to es que ahora la más acuciante preocu­ pación de los tecnócratas del Opus es la reactivación industrial y económica (pri­ mero hubo que “frenar el recalentamien­ to de nuestra economía”) a fin de ven­ cer la crisis aguda que se ha producido en no pocas industrias, (automóvil, edi­ torial, calzado, etc.), con toda una larga cauda de quiebras, suspensiones de pago y resección general, lógico resultado de la baja de consumo en el mercado inter­ no, dado el aumento de precios en ge­ neral como consecuencia de las medidas económicas que se habían tomado, o lo que es igual, galopante inflación o pér­ dida del poder de compra de la peseta (repetimos, el 7% en un año, dizque se trataba de medidas deflacionistas). En resumen, que ahora resulta que a pesar de lo precedentemente expuesto, es de suma urgencia dar marcha atrás. ¿Ha­ brá sido el remedio peor que la enfer­ medad ? Técnica y consecuencias de la inflación Se puede pensar que la inflación lo mismo tiene repercusiones desfavorables en el salario del obrero que en las utili­ dades del capital, aparentemente, claro, no en la realidad. El fenómeno pues, tie­ ne características universales muy simila­ res, y por lo tanto, agravadas en el mun­ do subdesarrollado. Es decir, que dentro del marco de esa realidad a que nos refe­ rimos, los precios de los artículos, en la famosa espiral precios y salarios, es al­ go que ya nadie discute, por cuanto es sa­ bido que los precios marchan siempre ade­ lante, la solución, adoptada por rutina consiste casi siempre en que los trabaja­ dores piden aumentos de sueldo a la hora de renovar los contratos de trabajo; los patronos suelen ceder tras algunos rega­ teos a las demandas obreras, pero aumen­ tan al día siguiente el valor de los produc­ tos o servicios, “porque los costos han su­ bido”. Y, naturalmente, no tarda en com­ probar el ama de casa al ir de compras que lo que antes le costaba diez ahora vale once o doce. Hay, pues, que prepararse de nuevo para reclamar aumentos de suel­ do con los consiguientes conflictos, pug­ nas obrero-patronales y la consiguiente merma de producción, lo que trae consi­ go carestías y constantes aumentos del costo de la vida. Esto reza igual para pro­ fesionistas que para la clase media. En cuanto a los pensionistas, son quienes sa­ len peor librados. Veamos ahora cuáles son las consecuen­ cias inflacionistas para el capital. Este no atesora ya billetes de banco, no es ig­ norante para que en tal error incurra después de la experiencia universal de los últimos cincuenta años. Atesora produc­ ción, bienes raíces o bienes de capital, y, en última instancia, oro o monedas fuer­ tes, si bien éstas le inspiran cada vez me­ nor confianza. Al ritmo de la inflación y las devalua­ ciones oficiales, los bienes acumulados o la producción almacenada aumentan de valor en igual o mayor proporción a la pérdida de valor del papel moneda, apro­ vechando la psicosis de las constantes alzas. El industrial y el comerciante no pierden nunca la ocasión de aumentar precios, con motivo real o aparente. De ahí que el capital en nada se vea afec­ tado por la plaga de las inflaciones y devaluaciones constantes, más bien sue­ len beneficiarle. Veamos también lo que sucede con los intereses banearios concretamente en Es­ paña, cuyo resultado es que mientras las cuentas de ahorro devengan un 2 % anual en concepto de réditos, la peseta ha veni­ do perdiendo poder de compra anual en un 6 6 7%, lo que significa que los aho­ rradores pagan de un 4 a un 5% anual para que les administren o guarden su dinero; mientras tanto, el capital que tra­ baja con tales ahorros y con las recauda­ ciones acumuladas por concepto de cuotas de toda índole de los trabajadores sindicalizados forzosos —cerca de doce millo­ nes— suele pagar a los bancos, en con­ cepto de interés, de un 4 a un 7% anual. Tampoco los que pagan un siete pierden nada como consecuencia de la devalua­ ción, por cuanto vienen a devolver a los bancos en valor real la misma cantidad de dinero que recibieron. Los otros capi­ talistas, los más poderosos, salen ganan­ do con los créditos, pues además de tra­ bajar con dinero ajeno, a la hora de pa­ gar devuelven, siempre en valor real, me­ nos dinero del que recibieron. Las mismas consideraciones son váli­ das en cuanto a impuestos y recaudacio­ nes estatales, regularmente cobrados por anticipado. Además, a mayor inflación más circulación fiduciaria, más papel mo­ neda impreso que vale cada vez menos. La diferencia efectiva entre el valor del papel moneda actual y el valor del ante­ rior —de hace uno o más años— se lo apropia a la chita callando el Estado. La inflación ha pasado a ser una de las prin­ cipales fuentes de recaudación del Esta­ do moderno que pagan en forma principal o, mejor, exclusivamente, las clases la­ borantes. Existe en el mundo con respecto a la inflación constante un tácito acuerdo en­ tre gobiernos y el gran capital, pues am­ bos se benefician del proceso como hemos visto. En los países subdesarrollados, en crisis económica casi permanente, los go­ biernos se ven con demasiada frecuencia obligados a recurrir a las máquinas de hacer billetes, y, por consiguiente a las devaluaciones cambiarías con trágicos re­ sultados para las clases más humildes, que ven reducir día a día su poder de compra. Tales los casos, por citar algu­ nos, de Brasil, Chile y Argentina, lo que amenaza desembocar, o ha desembocado ya, en las peores crisis políticas. Los Es­ tados fuertes procuran no perder el con­ trol de la inflación y hacer que ésta sea más o menos equilibrada entre ellos a fin de poder mantener la paridad cam­ biaría convenida. Es fácil comprender el porqué de la desaparición continua de las monedas me­ tálicas, que tienen un valor intrínseco, pa­ ra ser substituidas por otras más peque­ ñas y de inferior calidad, paralelamente al aumento del papel moneda circulante. Leí en una ocasión que el poder de com­ pra del franco francés actual era el de una milésima parte del que tenía a prin­ cipios del siglo pasado. ¡Cómo para pen­ sar en acumular billetes de banco! Problemas político-sociales y luchas sindicales En otoño del año pasado asistí en Bar­ celona a unos cambios de impresiones de un grupo de destacados militantes obre­ ros, no todos de la misma tendencia po­ lítica o político-social, quienes decidieron estudiar en conjunto la actitud a seguir ante el inminente período de renovación de contratos colectivos obrero-patronales. Me sorprendieron al principio los razona­ mientos expuestos por uno de aquellos mi­ litantes, trabajador metalúrgico, abogando por la no participación en forma desta­ cada en las luchas que habrían de pro­ ducirse durante la tramitación de dichos contratos. Razonaba en estos o muy pa­ recidos términos; “No vamos tampoco en esta ocasión a conseguir nada importante y puede muy bien ocurrir que no podamos escapar a la alternativa de “quemarnos” a los ojos de los trabajadores o ir a la cárcel. En cualquiera de los dos casos los resulta­ dos serán idénticos. Nosotros podemos in­ fluir en el sentido de que en las deman­ das presentadas por los trabajadores fi­ guren además del obligado aumento sa­ larial otro tipo de prestaciones y mejo­ ras, tales como el derecho irrestricto de reunión de los trabajadores en talleres y locales sindicales; participación efectiva en la administración de las empresas y de sus utilidades; mejoras sanitarias y de seguridad en los lugares de trabajo; de­ recho de huelga, desaparición de la “lí­ nea de mando” sindical, funcionamiento democrático de los sindicatos, supresión del trabajo a destajo, anticipación de la edad de jubilación, etc.; pero lo que ocu­ rrirá inevitablemente será que, tras al­ gunos regateos, los patronos, en combi­ nación con la .representación sindical ofi­ cial —línea de mando y sus leguleyos—, inducirán a los trabajadores a que acep­ ten un determinado aumento de salarios, y quizá ofrezcan también más horas de trabajo extraordinarias, lo que aceptarán sin muchos titubeos los obreros. Y que­ darán patronos y delegados oficiales co­ mo excelentes y magnánimos señores; y, nosotros, en cambio, como impertinentes demagogos. Esto en el mejor de los ca­ sos. Y no pretendamos advertir a los tra­ bajadores de la falacia de tales “logros”, de que al cabo de poco tiempo no podrán comprar con los nuevos sueldos más de lo que compran ahora, ya que no nos harán caso, Nos escucharán de nuevo al cabo de unos meses, cuando se prepare la contratación de nuevas bases. Y vuelta a lo mismo, al fatídico círculo vicioso.” Los demás asistentes a la reunión reco­ nocieron el valor de tales argumentos, pero la decisión fue que había que “dar la batalla” y procurar jugar un rol im­ portante en lá renovación de contratos colectivos e insistir machaconamente en las demandas político-sociales de interés genera!. Apuntes para una plataforma político-sindical Asistí a otra reunión similar a media­ dos de agosto del presente año. En esta ocasión discutieron sobre la necesidad de presentar públicamente —dirigido especial­ mente a los trabajadores— un manifiesto o plataforma político-social ante las nue­ vas elecciones sindicales para enlaces y jurados de empresa, elecciones que se consideraban próximas y que todavía no se han verificado. Y presentar- planillas de elección en cada lugar de trabajo con­ juntamente con quienes coincidieran fun­ damentalmente con dicha plataforma, sin importar la filiación u orientación polí­ tica. En esa reunión se acordó en princi­ pio que en el manifiesto o plataforma habría que recoger entre otras las si­ guientes principales reclamaciones: Que la Seguridad Social aumente las jubilaciones y subsidios, y que tales pres­ taciones estén de acuerdo con los sala­ rios reales y no con el sueldo oficial ba­ se; pues actualmente los subsidios por jubilación son tan sumamente bajos que la inmensa mayoría de los trabajadores se ven obligados a continuar laborando mientras pueden. A diferencia de esto, al­ gunas epresas importantes convienen en los contratos de trabajo en aumentar sus­ tancialmente el monto del subsidio de ju­ bilación, aportando a menudo cantidades similares a las que percibe el jubilado de la Seguridad Social. Al respecto, tengo a la mano uno de los convenios que daré a conocer para mayor ilustración. Poner fin en forma radical al merca­ do negro de la mano de obra que se prac­ tica principalmente con los trabajadores eventuales de algunas industrias, en es­ pecial en la construcción y en el agro. Es­ tos trabajadores eventuales están al mar­ gen de. toda protección social y suelen aprovecharse de su desdichada condición personas sin escrúpulos que en no pocas ocasiones son dirigentes sindicales. Exigir que todos los trabajadores estén protegidos por el seguro social, por cuan­ to algunos pequeños industriales no tie­ nen en nómina a todos sus trabajadores, a fin de burlar al fisco, pero con el con­ siguiente perjuicio a la postre para el trabajador. Obligar a las empresas a que den ocu­ pación a un determinado porcentaje de trabajadores mayores de 40 años. Por el establecimiento escrupuloso de la escala móvil de salarios. Poner el mayor énfasis en las reivindi­ caciones de tipo socio-político, teniendo siempre presente las aspiraciones mayoritarias de la colectividad. Prestar especial atención al problema habitacional, para que se construyan el mayor número posible de nuevas vivien­ das con fondos provenientes de las cuotas sindicales y cuentas de ahorro, y que esas viviendas o pisos sean entregados a los obreros que más lo necesiten sin especu­ laciones ni favoritismos. Pugnar por la creación del Banco Sin­ dical, o de los trabajadores, para que sea éste el que administre en provecho del mundo del trabajo el dinero recauda­ do por todo tipo de cuotas laborales. Poner la Seguridad Social bajo la ad­ ministración directa de los trabajodores. Dar a conocer a la opinión pública el fraude que representa la inflación per­ manente para las gentes que viven de un salario y los pingües beneficios que de la misma se derivan para el Capital y el Estado. Denunciar cuán estériles son las cam­ pañas contra el alza constante del costo de la vida, por cuanto la inflación per­ manente obedece a un tácito acuerdo en­ tre la burguesía y el Estado. Reivindicar el derecho de huelga, por Intensificar el esfuerzo en pro del des­ ser la única arma positiva con que cuentan los trabajadores para la defensa de arrollo cooperativo laboral, de la colec­ sus intereses, si bien solamente debiera tivización y la autogestión, con la indis­ recurrirse a la huelga en casos extremos pensable legislación favorable y las ne­ de intransigencia patronal o estatal, por cesarias prestaciones económicas —del estimar que la huelga es arma de dos fi­ Estado y de los sindicatos— para que puedan tales ensayos enfrentarse con los. * Exigir la democratización de los sin­ éxito a las grandes empresas. dicatos y reclamar para los trabajadores Amnistía general para los presos por españoles los mismos derechos que les son “delitos” de propaganda ilegal y asocia­ reconocidos en los regímenes autentica- ción ilícita, los cuales son consecuencia mente democráticos. de la ausencia de libertades fundamenta­ Decidida defensa del derecho de libre les establecidas en la declaración univer­ asociación ciudadana al igual que el de sal de las Naciones Unidas aceptada por la libre expresión del pensamiento. España. Reclamar la descentralización adminis­ Se habló también de la participación trativa estatal a fin de dar vida propia a de los trabajadores en las utilidades de todas las regiones, frente al actual uni­ las empresas así como de iniciar cuanto formador centralismo. antes una campaña para que los trabaja­ Obligatoriedad a que en las escuelas dores constituidos en cooperativa laboral oficiales se impartan clases de lengua y reivindiquen el 50% del capital de las cultura propia de cada uno de los pue­ mismas y participen ambas partes en la blos del conjunto plurinacional español y dirección y administración de la empre­ libertad para que puedan editarse sin cor­ sa en plano de igualdad. Asimismo se tapisas libros y toda clase de publicacio­ discutía también en dicha reunión acerca nes —inclusive diarios— en los idiomas de cómo y cuándo habrían de efectuarse vernáculos. las próximas elecciones sindicales y de Reclamar una mayor libertad informa­ otros asuntos. Debo advertir que los pun­ tiva para la prensa nacional y libertad tos y planteamientos antes enumerados absoluta para la recepción de prensa ex­ y transitorios lo fueron en forma provisio­ tranjera. nal, nombrándose una comisión para que Reiterar que la función de los sindi­ con el tiempo necesaxáo y de común catos obreros (los patronos deben orga­ acuerdo con otros grupos locales y de nizarse al margen) debe ser esencialmen­ otras poblaciones, se diera forma al docu­ te reivindicativa, de defensa de los pro­ mento definitivo que habría de hacerse pios intereses, y no de “participación” a público en el momento más conveniente. la manera que lo entiende el régimen, He aquí el convenio a que antes me que puede interpretarse como supedita­ he referido: ción a los intereses políticos del mismo. Aumento del presupuesto para la en­ “Caja de previsión de obreros y emplea­ señanza y en especial del número de be­ dos de MURURGIA. S. A. 5 cas que concede la organización sindical en beneficio de los hijos de los trabaja­ Las cantidades a percibir por los be­ dores con capacidad demostrada y que neficiarios por viudedad y jubilación, en­ estas becas sean otorgadas sin favoritis­ tre lo que cobren de la Mutualidad Labo­ mos. ral e Instituto Nacional de Previsión y Aumento y mejoramiento constante de los Subsidios complementarios de esta los centros de preparación y reeducación Caja, serán las siguientes, a partir de profesional y de readaptación. 1ro. de mayo de 1970. 13 PERCEPCIONES AL AÑO (12 MESES Y NAVIDAD) J U B I L A C I O N HOMBRES Casados .................................................. Viudos y solteros ................................. MUJERES Fábrica Oficinas Fábrica Oficinas 9.000 7.500 10.000 8.500 5.750 5.750 7.500 7.500 V I U D E D A D Viudas que no trabajen, con hijos menores de 18 años . • • • Viudas que no trabajen, mayores de 40 años de edad, sin hi­ jos, o con hijos mayores de 18 años ............. . ................. Viudas que trabajen, con hijos menores de 18 años ............. Viudas de ménos de 40 años de edad, que no trabajen, sin hi­ jos. (Entrega única) ............................................................. El importe del subsidio complementa­ rio se determinará cada mes, deduciendo de los topes establecidos por nuestra Ca­ ja de Previsión lo que el interesado haya de percibir de la Mutualidad Laboral e Instituto Nacional de Previsión en el mes de que trate. Esto dará lugar a que en aquellos meses en que la. Mutualidad La­ boral o el I. N. de P. satisface pensión doble (18 de julio y Navidad), nuestra Caja de Previsión adapte su subsidio complementario a las cantidades que re­ sulten para no sobrepasar los topes fija­ dos en el anterior cuadro.” El despegue económico Es innegable que durante la última dé­ cada se ha producido en España un ex­ traordinario desarrollo económico, del cual no podía quedar marginada Catalu­ ña. Es la nuestra, sin duda, una de las regiones o zonas que más ha participado y más ha contribuido, en el aumento de la producción y en los cambios de las in­ fraestructuras. Es probablemente cierto que en una década se haya duplicado —y quizá bastante más— el producto nacio­ nal bruto, pero también lo es que en el mismo período los trabajadores no han visto duplicarse sus ingresos en su con­ junto y mucho menos por cada hora de trabajo. Cierto también que ha mejorado algo el nivel de vida, pero ello es debido particularmente al pluriempleo y las ho­ ras extras de trabajo. Con el desarrollo económico especialmente acentuado en algunas industrias (construcción, meta­ lurgia, turismo, construcción naval, y otras en menor grado) ha sido posible que la industria y los servicios públicos pudieran absorber en años recientes los brazos desplazados del agro, haciendo así factible el pluriempleo y las horas extraordinarias a lo que ha contribuido también el envío de más de un millón de trabajadores a los países de Europa Oc­ cidental. En reciente reportaje, a raíz de mi viaje a la Península el año pasado, es­ cribí: Fábrica Oficinas 7 .5 0 0 8.500 4 .9 0 0 4 .9 0 0 5 j500 1 5.500 3 5 .0 0 0 40.000 “Interesan las horas extras a los pa­ trones porque en lugar del 56% global que pagan al fisco sobre el monto de sa­ larios, las horas extras son pagadas de ordinario de un 15 a un 25% más que las ordinarias, y no sé hacen constar en contabilidad por regla general, defrau­ dando al fisco; y les interesan a la vez porque con la mano de obra barata y la evasión de impuestos tienen mayor posi­ bilidad de competir con la producción ex­ tranjera. amén de que pueden utilizarlas como elemento de coacción contra los trabajadores, pues si bien los despidos no siempre son posibles, sí lo es dejar al trabajador sin horas extras merman­ do así sus ingresos; y les conviene así para reducir el número de trabajadores de planta frente á las contingencias de aumento en la demanda de producción, en cuyo caso les basta con aumentar el número de horas extras —lo que acep­ tan los trabajadores como una bendi­ ción— y en período de crisis se evitan tener que recurrir a despidos que cues­ tan mucho dinero. “Le interesan las horas de trabajo ex­ traordinarias al Estado porque con ellas la clase trabajadora puede afrontar la constante inflación y carestía de la vida; porque es así como el turismo puede to­ davía sufragar sus vacaciones en España con mucho menos dinero que en cualquier otro país del oeste europeo; porque las horas extras y el trabajo a destajo per­ miten la suficiente recaudación fiscal que permite sostener los elevados gastos estatales-administrativos; para estimular las inversiones en España de capital extran­ jero con posibilidades de altos porcenta­ jes de rendimiento y con limitados, sobre­ saltos por conflictos obrero-patronales to­ davía rigurosamente reprimidos en las más de las veces; para sufragar los déficits de las empresas “nacionalizadas” del I.N.I.; 6 de un alto porcentaje de renta anual “per cápita”, según recientes esta­ dísticas cerca ya de los 800 dólares anua­ les; para distraer la atención de los tra­ bajadores de los graves problemas socia­ les y políticos; para aeortar distancias en el orden económico con la Comunidad Eco­ nómica Europea y demás países de la Eu­ ropa occidental, y posibilitar así algún ti­ po de arreglo comercial con el Mercomún; para elevar considerablemente la capaci­ dad del mercado interior. “Antaño, antes de la guerra civil, cuan­ do el trabajador iba a solicitar empleo so­ lía preguntar de cuantas horas era la jor­ nada y por regla general no le interesaba el trabajo si había que trabajar más de ocho horas diarias. Actualmente suele ocurrir lo contrario; no le interesa el em­ pleo si no pueden traajarse más de ocho horas diarias, lo que constituye a todas luces un retroceso. “En virtud de lo expuesto va acercán­ dose poco a poco España a Europa en el orden económico. Ha dejado de ser el furgón de cola, que ocupa ahora Portugal, pese a ser el más grande imperio colonial de nuestros días. El pueblo español se ma­ nifiesta hoy, aunque ansioso en su mayo­ ría de volver a la normalidad democrática, muy poco dispuesto a correr mayores ries­ gos para acelerar los ansiados cambios es­ tructurales; esto es, se siente alérgico a cualquier tipo de agitación acentuada que pudiera acarrear grandes trastornos polí­ tico-sociales, y ya no hablemos de una posible vuelta a otra guerra civil. El co­ mún de las gentes, con alguna inquietud política, piensa como rezan los versos del popular Raymón: de un temps que ja es un poc nostre, de un país que ja hanem fen.” Las excepciones importantes a la regla habrá que buscarlas en Vasconia, mas no en Cataluña. Considero que actualmente ei principal sostén del régimen lo consti­ tuye principalmente ese temor a posibles cambios. La aseveración de que las utilidades del capital han aumentado en menor propor­ ción que los ingresos de los trabajadores cabe ponerlo muy seriamente en duda. Si hubiésemos de atenernos a los balances que presentan las empresas, no podríamos dejar de tomar en cuenta que en España constituye regla casi sin excepción la práctica de la doble contabilidad, y allí, como por doquier, es cosa corriente las falsas partidas de gastos, los salarios a personal que no trabaja en la empresa —en particular familiares—, los abulta­ dos sueldos de los ejecutivos y otros tru­ cos o manipulaciones funambulescas. No es porque sí, sino de cara a los altos di­ videndos, que se canaliza en diversas ac­ tividades industriales la gran corriente inversionista de capital extranjero. De todos, es sabido que la principal atracción turística siguen siendo los pre­ cios bajos en comparación a los que rigen en los otros países de Europa occidental. Y, naturalmente, se acentúa cada vez más la competencia de Grecia, Yugosla­ via y Portugal, que como España, son paí­ ses de salarios bajos y reducido nivel de vida. Cualquier trabajador de la Europa democrática —no los de la Europa comu­ nista— puede disfrutar de unas vacacio­ nes más o menos modestas en España, mientras que sólo los españoles económi­ camente privilegiados puedan darse el lujo de vacacionar en el extranjero. La de­ ducción es obvia: del mal pagado traba­ jador español se benefician también los trabajadores de los países prósperos. Al respecto me decía irónico un industiral de Barcelona que de continuar el incremento turístico acabarían los españoles todos siendo camareros, a excepción de los que mandan y de aquellos que realizan los trabajos peor retribuidos.” ¿Hasta dónde puede tener razón? Pero mientras, el tu­ rismo constituye milagrosa panacea. A las consecuencias enajenantes de la sociedad de consumo —alienación se dice ahora— no escapamos los catalanes. Es posible, sin embargo, que por nuestra pe­ culiar manera de ser seamos víctimas menos propicias que otros grupos de la llamada sociedad de consumo; pero es evidente que no nos salvamos. También los catalanes en su mayoría viven, sí no con la terrible angustia de los vencimien­ tos sí, con la fiebre de hacer nuevas ad­ quisiciones, consideradas más que como necesidad como una obligación: cuando ya se ha pagado el televisor hay que comprar la lavadora eléctrica —porque la vecina ya la tiene—, y luego viene el coche, des­ pués, de tratar de pagar el piso en el menor tiempo posible, y luego nuevo mo­ delo de automóvil; y si es posible también la cásita de campo para fines de semana. Hay en Barcelona enorme cantidad de co­ ches que están estacionados en la calle durante toda la semana para ser usados exclusivamente los domingos y hacer su­ frir en las interminables caravanas, re­ corriendo en tres horas lo que ordinaria­ mente requiere 20 ó 25 minutos, y luego amontonarse unas horas en las playas o en cualquier otro sitio. ¡Pero se tiene co­ che! (Los ricos llaman despectivamente “domingueros” a ese proletariado de auto­ móvil.) ¡Y para ello se trabajan las ho­ ras que sean! Una comparación de niveles de vida entre trabajadores de distintos países (cantidad de bienestar y liberación, o de esclavitud y privaciones) se consi­ gue estableciendo la relación entre las ho­ ras-trabajo que se requieren en cada lu­ gar para comprar los mismos productos y pagar iguales servicios. No tengo a ma­ no ninguna tabla comparativa reciente un tanto detallada, pero según leí hace unos meses, en El Socialista” de Toulouse, que analizaba unas estadísticas dadas por el Instituto Nacional de Estadística, “Espa­ ña queda todavía lejos de los países des­ arrollados en cuanto a los recursos que destinan los consumidores a la alimenta­ ción en relación con los salarios, pues en 1968 el 40.5 por ciento de los recursos se dedicaron a productos alimenticios en nuestro país, mientras que los Estados Unidos sólo el 19%, en Inglaterra el 25.1%, y en Francia el 29%. La misma proporción es probable que se produzca en cuanto al costo de la vivienda. A pesar de la actual prosperidad es probable que el poder de compra de la hora-trabajo sea inferior hoy para el trabajador citadino que durante la República. No sólo de pan vive el hombre En los pueblos civilizados —bueno, más o menos civilizados— adquiere cada vez más valor y resonancia esta ya famosa frase: “no sólo de pan vive el hombre”. Tampoco sólo de promesas, planes y al­ mibarados principios. La ya larga y cruen­ ta lucha del proletariado moderno no ha sido nunca por mejoras de salarios exclu­ sivamente, ha sido también, y en múlti­ ples ocasiones principalmente, por con­ quistar la libertad de derechos de asocia­ ción y contratación obrero-patronal; libre expresión del pensamiento; reducción de la jomada de labor; por un trato más hu­ mano; por la paz y la solidaridad uni­ versal; por; el ejercicio en plenitud de los derechos ciudadanos; por mejoras cons­ tantes en las condiciones de trabajo; por una mayor capacitación, tanto profesio­ nal como cultural; erradicar totalmente la explotación infantil; por el pleno derecho para los hijos de los trabajadores a cur­ sar toda clase de estudios... Y, aunque el actual régimen español reclama tener una de las legislaciones sociales más avanzadas de nuestro tiempo, es fácil comprobar que en la práctica cotidiana, en cuanto al ejercicio de los derechos ciu­ dadanos, está, en líneas generales, en un plano equivalente al de las dictaduras mi­ litares más reaccionarias de Iberoamérica y de las pretendidas “democracias popula­ res” o comunistas. No importa cuán avanzada sea la legis­ lación de un determinado país, y aun su constitución o carta magna, si en la vida diaria tales avances legislativos en el ejercicio de los derechos humanos resul­ tan solamente letras muertas. En materia de legislación política y laboral España figura entre los países más rezagados o ultraconservadores. Veremos lo que resul­ ta la nueva ley sindical de la que muy poco cabe esperar. El primer proyecto de dicha ley era tan inadecuado, obsoleto y poco democrático que fue airadamente re­ chazado por todos los grupos y sectores de opinión más o menos liberales, no sólo del mundo laboral sino que también por un buen número de agrupaciones pro­ fesionales, por intelectuales y eclesiásti­ cos, calculándose en más de mil las en­ miendas que a dicho proyecto se propu­ sieron. En el nuevo proyecto se hacen aparentes concesiones a la “democratiza­ ción” sindical y aunque en el actual de­ bate en “Las Cortes” se simulan vivos en­ frentamientos entre sectores del régimen, se puede afirmar de antemano que la nueva ley sindical no pasará de un simu­ lacro de democratización. El régimen no puede negarse a sí mismo. 7 Un mundo en crisis Es incuestionable para toda persona consciente y preocupada por el devenir que la humanidad atraviesa por una profun­ da crisis. Diríase que contemplamos la agonía acelerada de una sociedad cuyas estructuras han hecho quiebra. Vivimos en un mundo con óptimas posibilidades de abundancia y bienestar, pero a la vez pre­ ñada de miseria e infelicidad, además de los más ominosos augurios. Los avances de la ciencia y la técnica, y también el senti­ miento de universalidad con el enorme pro­ greso realizado en los medios de comunica­ ción, deberían hacer posible un vivir libre de temores y tragedias tanto en el orden individual como en el colectivo, una vida en la abundancia y la fraternidad. Mas por el contrario, subsisten por doquier los té­ tricos fantasmas de la güeña, del hambre y la ignorancia (miseria e ignorancia van siempre del brazo), de la, opresión y de la esclavitud. A consecuencia de estos des­ ajustes, por doquier se manifiesta la des­ confianza mutua, el odio y el terror y también el ansia muy generalizada de asaltar el poder y establecer la propia dic­ tadura. Todavía y cada día más, se for­ mulan exagerados presupuestos bélicos mientras se cicatea cínicamente la ayuda a los países pobres. Entretanto guerras permanentes, ahora locales o limitadas a determinadas zonas geográficas, en las que los pueblos débiles son sacrificados en aras de los intereses bastardos de las grandes potencias. Y por si todo ello fue­ se poco tenemos el fantasma cada día más aterrador de la explosión demográfica con los peores augurios para un mañana muy próximo, las luchas raciales y la conta­ minación de la atmósfera y de las aguas... Las constantes convulsiones y guerras civles son el resultado de la incertidum­ bre y desesperación dé las colectividades menesterosas y oprimidas y constituyen el síntoma más evidente de la necesidad in­ aplazable de cambios a fondo de las es­ tructuras político-sociales, de pasar cuan­ to antes de una a otra manera de vivir. Es ésta una crisis a la que en un plazo, más o menos largo, nadie habrá de es­ capar: ni corrientes de pensamiento, ni regímenes políticos, ni zonas geográficas, ni grupos o comunidades, nadie absolu­ tamente, puede considerarse a salvo. Nuestro mundo es ya demasiado pequeño, dado el extraordinario progreso de las co­ municaciones. Crisis general de la que es­ tarán en mejores condiciones de superarla, y sobrevivir, aquellos hombres y pueblos que tengan una mayor conciencia de la misma, aquellos que con la antelación ne­ cesaria se hayan preocupado intensamen­ te por hallar las mejores y más justas po­ sibilidades de salida, de superación: en la comprensión y la tolerancia, la solidaridad generalizada y el establecimiento de un sistema de convivencia que haga efectiva la verdadei’a justica social. Mas sin pen­ sar en que habrán de operarse milagros, que ni en la naturaleza ni en las relacio­ nes humanas se producen. Debemos prepararnos para transitar un largo camino de esfuerzos colectivos, pa­ ra un largo período de ensayos politico­ económicos verdaderamente revoluciona­ rios, ensayos y reestructuraciones de su­ peración, siempre tenso el arco de la vo­ luntad individual y colectiva. Hemos en­ trado de lleno en ía era del voluntarismo. Quedaron atrás el fatalismo histórico y el determinismo económico. La economía ha sido, es, y por mucho tiempo seguirá sien­ do, uno de los principales factores deter­ minantes en la evolución político-social de la humanidad, pero está sobradamente de­ mostrado por el acontecer histórico que la economía no lo es todo, ni mucho me­ nos, puesto que “no sólo de pan vive el hombre”. El hombre consciente, civiliza­ do, hombre no rebaño, con dignidad y vo­ luntad de ser por él mismo, ente social que para vivir plenamente necesita del pan del espíritu tanto como del pan material, precisa ser célula viva y determinante, y vivir en libertad. La humanidad en su ya larga historia ha superado otras crisis parecidas a la nuestra, saliendo de las mismas a la pos­ tre más fortalecida, con renovadas espe­ ranzas de superación y de justicia. Nues­ tro mundo marcha acelaradamente hacia huevas formas de convivencia con el pen­ samiento fijo en una mayor justicia so­ cial, hacia estructuras socio - económicas que permitan que el producto del esfuerzo común sea distribuido en forma que ga­ rantice plenamente el bienestar colectivo; y para ello resulta indispensable ir al es­ tablecimiento de la verdadera democra­ cia en todos los órdenes, con todos y para todos, lo que a mi juicio es sólo posible mediante el establecimiento del socialis­ mo en libertad. Socialismo sin libertad no es nada, es algo igual o peor aún que li­ bertad en la extrema miseria. Socialismo y libertad Dije que la humanidad marcha hacia el socialismo, pero no de un socialismo único, uniformador, rígido, absolutista, indiscuti­ ble, monolítico, totalitario y definitivo, sino hacia regímenes socialistas por eta­ pas, y en cada caso según las caracterís­ ticas y posibilidades de cada país o grupo de países. Avanzan hacia el socialismo con mayor o menor celeridad, y fincan sus esperanzas en una sociedad estruc­ turada bajo principios de socialización, gran número de colectividades nacionales subdesarrolladas vapuleadas constante­ mente por enormes carencias y gravísi­ mos problemas de todo género, y también muchos de los países superindustrializados, tanto por imperativos socio-económi­ cos como por ser el socialismo en sus diferentes credos y matices el pensamien­ to predominante en la actualidad entre los más preclaros pensadores del Orbe. Hoy no solamente se reclaman partida­ rios del socialismo los trabajadores, sino que también y por doquier proclaman su voluntad de estructurar la sociedad sobre bases socialistas la mayoría de intelec­ tuales de valía y los estudiantes universi­ tarios y de escuelas superiores; inclusive los sacerdotes de todas las iglesias se pro­ nuncian cada vez en mayor número en favor de algún tipo de socialismo, y no pocos son partidarios de la subversión re­ volucionaria, lo que hace apenas dos dé­ cadas habría resultado inconcebible. Una encuesta verificada clandestinamente en fechas recientes entre el clero de casi todas las diócesis españolas, a fin de conocer la problemática sacerdotal, dio como resulta­ do los datos que voy a dar a continuación parque revelan, especialmente en el clero joven, una inquietud que es todo un sín­ toma. Al 50.9 por ciento no les parece la doc­ trina conciliar avanzada, y el 41.40 por ciento, opina que el Concilio no ha respon­ dido satisfactoriamente a los problemas de los sacerdotes. En teología se sienten poco o nada seguros el 44.91 por ciento. El 70.55 por ciento se consideran poco o muy poco preparados para orientar a los hombres en una reflexión cristiana sobre los problemas económicos y sociales. Respecto de la ideología o forma sociopolítica de gobierno, la línea socialista es la preferida por más del 31 por ciento de los encuestados, mientras que sólo el 0.52 por ciento se muestra partidario del co­ munismo, y un 0.26 por ciento se inclina por el anarquismo. Y un 62.61 por cien­ to están muy poco o nada de acuerdo con la postura de la jerarquía eclesiástica en lo social y lo político. Al referirse a los elementos políticosociales de la vida sacerdotal y ante los resultados obtenidos al cotejar las distin­ tas respuestas, se llega a la conclusión de que el “status” del sacerdote y su corres­ pondiente función social, está sufriendo una profunda transformación. Por regla general, es especial para las gentes de escasos conocimientos socio-po­ líticos, cuando se habla de socialismo pien­ san exclusivamente en los países donde se ha establecido la falacia de la “dictadu­ ra del proletariado”, se piensa en Rusia y sus satélites, en la China de Mao y en la Cuba de Castro. Se ignoran o se subesti­ man otros ensayos de socialismo posible­ mente más positivos aunque menos espec­ taculares e impositivos. Suelen olvidarse o ignorarse las realizaciones socialistas en estados pseudocapitalistas —también pseudosocialistas—- en países como Suecia y otros pueblos escandinavos, en Israel con sus kibutz e inclusive en Inglaterra y otros Estados democráticos de legisla­ ción social muy avanzada, y no sólo en los códigos, sino en la vida cotidiana. Cuando un pueblo del bloque comunista decide humanizarse o liberalizarse tratan­ do de establecer un socialismo con liber­ tad —de rostro humano, como ahora se dice—, como en el caso de Checoslovaquia hace dos años, o Hungría en la pasada dé­ cada, todo el aparato de propaganda co­ munista en el mundo, que cuenta con los vastos recursos de poderosos Estados con gobiernos omnímodos, se pone en marcha para apostrofar y calumniar el intento, lanzando contra él las peores acusaciones: desviacionismo, traición, y además, de actuar al servicio del imperialismo y el capitalismo reaccionarios, frente al “au­ téntico socialismo, infalible, científico y único”. Al hablar de socialisemo no puede igno­ rarse a Yugoslavia como país que realiza grandes esfuerzos a fin de enderezar la nave administrativa hacia estructuras po­ lítico-económicas que hagan compatible su socialismo con la libertad y la dignidad del individuo. Existen todavía otros paí­ ses que se esfuerzan por poner en prácti­ ca cada día nuevos avances hacia el so­ cialismo entre los que cabe mencionar la India, Birmania, Chile, Vietnam del Nor­ te, etc. Todo régimen pretendidamente socialista que no permita ningún tipo de discrepan­ cia política en sus dominios, ninguna crí­ tica al sistema establecido y a su admi­ nistración, por conisderarse ortodoxo y definitivo, cuando no infalible, habrá de mantenerse indefinidamente sobre un sis­ tema represivo de terror; esto es, la más férrea, tiránica e ignominiosa dictadura, y habrá de derivar cada vez más hacia nuevas formas de explotación y esclavi­ tud: hacia la negación más absoluta del socialismo. Tal es el caso de las mal lla­ madas “democracias popularos”. Una so­ ciedad o una estructuración estatal que no pueda prescindir de los campos minados y las alambradas de púas electrizadas y enormes muros divisorios en sus fronte­ ras (amén de enormes campos de concen­ tración y trabajos forzados para los ene­ migos políticos principalmente) para evi­ tar que sus pobladores deserten en masa a la menor oportunidad, en busca de un vivir más racional, más humano, donde sea posible la manifestación integral del individuo, está fatalmente condenada a una existencia efímera. Cada vez habrán de ser menores sus posibilidades de super­ vivencia, de ahogar el descontento de sus pobladores, en un mundo tan intercomu­ nicado e interdependiente como el nues­ tro. Caminos diversos al socialismo Por sus características y su historia es presumible que Cataluña no habrá de ele­ gir nunca el camino de la uniformidad y el centralismo, con ausencia absoluta de libertad ciudadana y supeditación a extra­ ños designios e intereses que responden a nuevos tipos de imperialismo cada vez peor disimulado. Sería negar nuestra his­ toria y propiciar, tarde o,'temprano, la más completa anulación de nuestra perso­ nalidad étnica. El socialismo puede ser uno en su rigu­ rosa acepción etimológica: desaparición de la propiedad privada para pasar a ser un régimen de propiedad colectiva que haga posible la más equitativa distribu­ ción de la riqueza; esto es, la verdadera justicia social; pero ios caminos, las eta­ pas y las variantes de realización son múl­ tiples y particulares. Nosotros, yo al me­ nos, soy decidido partidario del socialis­ mo en libertad por considerar —lo he re­ petido muchas veces— que sin libertad no es posible el socialismo. La “dictadura del proletariado’’ dio vida al más brutal e in­ humano totalitarismo estatal (y al capilismo de Estado), a un “socalismo” gre­ gario, uniformador, que ha dado paso a nuevas clases y castas privilegiadas, en el que habrían de inspirarse sin pérdida de tiempo los regímenes fascistas. En ese ti­ po de “socialismo”, el poderoso y omni­ potente aparato estatal y los nuevos pri­ vilegiados del sistema suelen llevarse una tajada quizá mayor de la “plusvalía” que eñ los regímenes capitalistas. ¡Valiente remedio a nuestros males! Y, además, su­ peditación absoluta a los que mandan. No creo tampoco en el mito de la revo­ lución violenta, al que confieso rendí cul­ to en mi juventud. Pretender que un cam­ bio radical de las estructuras mediante la violencia colectiva puede traernos de la noche a la mañana la abundancia, el bien­ estar y la fraternidad universal equivale a alimentar un mito sumamente peligroso. Son muchos los experimentos históricos que nos inducen a rechazar de plano los milagros de la revolución violenta. La vio­ lencia —se ha repetido hasta la sacie­ dad— engendra siempre más violencia y no importa sea la que se ejerza desde el poder, es decir, la violencia legalizada de los revolucionarios triunfantes que impo­ nen a todos sus concepciones políticas, sin derecho a apelación, pues ésta constituye nosiblemente la peor y más abominable de las violencias, a la vez que por negar ca­ tegóricamente los derechos inalienables del individuo, significa la más flagrante negación de los ideales de redención de la humanidad. La historia habrá de destacar como una de las peores tragedias de nuestro siglo el hecho de que los primeros ensayos triunfantes de socialismo se hayan verifi­ cado en países sumamente atrasados en to­ dos los órdenes (Marx había previsto el traspaso del capitalismo al socialismo co­ mo la etapa ulterior de las colectividades capitalistas superindustrializadas, con un proletariado instruido, consciente de sus derechos y deberes, a la vez que bien or­ ganizado), en situaciones caóticas, tras largas y cruentas guerras internacionales. De haber llevado a cabo el gran pensa­ dor y revolucionario anarquista Miguel Bakunin su proyectada revolución entre el campesinado italiano a fines del siglo pasado, es incuestionable que hahria caí­ do, indefectiblemente, en los mismos erro­ res y crímenes de la revolución bolchevi­ que y habría culminado su revolución en el más estrepitoso fracaso, o en el esta­ blecimiento del terror estatal, equivalente a la más categórica negación de su idea­ rio. Cual podría ser nuestra trayectoria En primer lugar considero que debe ser efectiva en todo momento la fiel ob­ servancia de las normas democráticas a fin de que -sea posible la armónica convi­ vencia en todos los órdenes y una dinámi­ ca incorporación del pueblo en la plani­ ficación y activación del desarrollo eco­ nómico-social para que se praduzca un progreso efectivo promisorio en beneficio de toda la colectividad. La incorporación y plena participación del pueblo en la planificación y dirección de la sociedad habría de constituir la me­ jor garantía para que los avances regis­ trados en la legislación no puedan en ningún momento convertirse en letra muerta. Sabido es que las leyes justicie­ ras solamente tienen vigencia cuando res­ ponden a una plena conciencia de los pue­ blos en relación con hechos y deberes y obedecen a conquistas refrendadas por la permanente voluntad colectiva. Resulta infantil y demagógico preten­ der quemar de una vez todas las etapas en orden a conquistas sociales y rees­ tructuras político-económicas. Entiendo que si se quiere avanzar con paso firme y se­ guro, preservando la plena vigencia de los principios democráticos para garantía de la integridad, tanto del hombre como de la colectividad en su conjunto, de sus derechos fundamentales inalienables, an­ tes de alcanzar el establecimiento inte­ gral del socialismo, será necesario supe­ rar una serie de etapas sucesivas progre­ sivamente socialistas; pasar por un más o menos largo período de economía mix­ ta, durante el cual habrán de tener lugar toda suerte de ensayos de autogestión obrera y propiedad colectiva cada vez más extendidos, con la natural y lógica disminución de la influencia del capital privado en los destinos de la sociedad. Y, por otra parte, una cada vez mayor par­ ticipación de la clase obrera organizada en la planificación y administración de la cosa pública, en particular en el terreno económico. Las empresas pequeñas y la proliferación de intermediarios habrán de desaparecer en el menor plazo posible. Las medianas empresas, tanto en la in­ dustria como en el agro, son a mi juicio las más indicadas para los ensayos de socialización en cadena. Para el mejor éxito de esa etapa de transición hacia el socialismo necesitare­ mos, en Cataluña y por doquier, de una administración estatal sumamente hones­ ta y modesta. En esto quiero hacer espe­ cial hincapié: hay que ir a la reducción en lo posible de los gastos de la admi­ nistración pública con rigurosa supresión de todo gasto superfluo; reducir al mí­ nimo la burocracia del Estado, una de las peores plagas del presente, tanto en el mundo capitalista como en el comunista; llevar a feliz término en el menor plazo una profunda revolución fiscal a fin da hacer posible un cada vez más justo re­ parto de la renta; reducción al mínimo de las fuerzas represivas y minimización progresiva, y en el menor tiempo posible, de los gastos militares; descentralización de las funciones administrativas del Es­ tado para dar a cada uno de los estamen­ tos intermedios y de base la personalidad y autonomía administrativa necesarias para que puedan cumplir cabalmente con su misión, garantizando así la plena vi­ gencia democrática y con ella los dere­ chos permanentes tanto del individuo co­ mo de las colectividades locales, regiona­ les y nacionales... Discrepo fundamentalmente de cuantos consideran que para garantizar nuestra soberanía como pueblo y con ella el de­ recho a la autodeterminación necesitamos de una poderosa organización militar. No creo que ello sirviera realmente. Los cre­ cidos gastos militares impiden por lo ge­ neral a los pueblos pequeños, y con fre­ cuencia también a los grandes, encauzar y consolidar su desarrollo, a la vez que con frecuencia constituyen una amenaza para sus libertades, derechos e integri­ dad. Actualmente las armas más podero­ sas para la defensa de los derechos de las comunidades pequeñas y Estados dé­ biles no son los ejércitos, sino la propia consciencia comunitaria, la voluntad de ser y la decisión inquebrantable de hacer respetar su soberanía, y también la ape­ lación en casos extremos a la opinión pú­ blica internacional, tratando de hacer va­ ler el derecho y la razón. Afirmando siempre la inquebrantable decisión de vi­ vir en paz consigo mismo y con sus ve­ cinos. Nos debe preocupar fundamentalmente —con la preservación de la irrenunciable soberanía, del derecho propio como pue­ blo diferenciado o colectividad nacional— el mantenimiento de la paz interior y exterior por razones de justicia y para el mayor desarrollo socio-económico. Los pueblos que consiguen mantenerse dentro de ese ordenamiento y vivir por largos períodos en tales condiciones, consiguen simultáneamente al progreso económico un desarrollo paralelo en todas las ma­ nifestaciones de la vida: técnico cientí­ fico, cultural, artístico, humanista, etcé­ tera. Mientras el sistema capitalista perdu­ re, en mayor o menor grado, tendremos los catalanes, como cualquier otro pue­ blo, necesidad de procurar la mayor re­ tención posible de capital privado en nuestra área nacional, evitando que éste se desplace a otros mercados que le ofrez­ can seguridad y mejores rentas —nece­ sitaremos asimismo de préstamos de ca­ pital extranjero, con sus técnicas, sus pa­ tentes y sus perfeccionamientos adminis­ trativos—, y ello no podrá conseguirse sin las indispensables garantías para sus “derechos legítimos” y promedios de ren­ ta razonables. Considero que no debe amedrantarnos una tal perspectiva por cuanto el capital privado va viendo redu­ cirse cada día su campo de operaciones y se ve obligado a enfrentarse cada vez y por doquier a mayores exigencias de parte de pueblos .y gobiernos; tiene hoy que conformarse con menores ganancias que antaño, sin mayores posibilidades pa­ ra eligir y menos con el impunismo de otros tiempos bien recientes. Además, serán necesarios planes a lar­ go plazo en todos los órdenes que no po- Los inmigrados o “els altres eataláns”. Habrán de tenerse también muy pre­ sentes en todo momento las necesidades, los problemas y los afanes de superación individual y colectiva del contingente de población inmigrada a Cataluña de otras partes de la Península; y no sólo por el hecho de que constituyen un núcleo vital y puede ser su actitud determinante en un momento dado de nuestro devenir co­ lectivo, sino porque ello constituye un imperativo político y ético. Los problemas de los inmigrantes, sus carencias y sus anhelos, deberán ser considerados, o me,|or dicho, son y serán necesidades y pro­ blemas de nuestro cuerpo colectivo, a los que habrá que tener bien presentes po­ niendo en todo momento el máximo em­ peño en satisfacerlos y superarlos. Des­ cuidar a la colectividod inmigrada, me­ nospreciarla y practicar el más leve pro­ ceder discriminatorio equivaldría a con­ vertirla en campo abonado para cual­ quier tipo de demagogia .y en fuerza po­ lítica potencial al servicio de intereses ex­ traños a nuestra colectividad nacional. Constituiría, además, una tan flagrante injusticia que habría de poner en tela de juicio nuestra condición de pueblo pro­ gresista y “el nostra bon seny”. Nuestro deber es el de empeñarnos en todo momento en conseguir identificar a esos inmigrantes con nuestros problemas, nuestra idiosincrasia y nuestros ideales. Hacer que los inmigrados se sientan en Cataluña como en casa propia, que lo sientan y lo piensen, y para ello es nece­ sario conseguir la comprensión y acepta­ ción plena de todos nosotros, los catala­ nes, que esos inmigrantes no han ve­ nido a Cataluña a comerse nuestro pan, sino a dar pan, a crear riqueza, a hacer próspera y pujante nuestra colectividad nacional. Olvidémosnós de si ha habido o no móviles políticos inconfesables en determinados momentos y falta de la planeación debida en el fomento migra­ torio a Cataluña, puesto que ello perte­ nece al pasado y no podemos remediarlo. En el caso de que esa inmigración pudie­ ra habernos deparado alguna adversidad en un momento dado, cabe plantearse por otra parte también, qué sería de Catalu­ ña en orden a su desarrollo económico-in­ dustrial, a su pujanza demográfica, de no haber existido la corriente inmigratoria. No debe, por lo tanto, preocupamos de masiado la posibilidad de constituimos en colectividad bilingüe, pues el bilingüis­ mo también puede favorecernos, puede significar riqueza. Lo que debe esencialmente preocupar­ nos es hacer de los inmigrados una colec­ tividad próspera que conviva fraternal­ mente y se funda con la nuestra en todos los sentidos. Debe ser superada en el me­ nor tiempo posible la idea bastante gene­ ralizada de que los inmigrantes constitu­ yen para Cataluña un cuerpo extraño y perjudicial, para pensar que son una par­ te como cualquier otra, con iguales de­ rechos y deberes, de nuestro ente colecti­ vo. El partido político o corriente de pen­ samiento que consiga la simpatía y ad­ hesión de la mayoría de los inmigrantes, “dels altres catalns” como diría Candel, será sin duda el partido o corriente de pensamiento determinante en la vida del futuro inmediato de nuestro país. Considero que si sabemos afrontar este problema con la debida ecuanimidad y sentido común, de acuerdo con los impe­ rativos político-sociales de nuestro tiem­ po y de nuestro país, habremos de con­ seguir sin demora que esos inmigrantes hagan cada vez más patente su firme y decidida voluntad de integrarse a nuestra colectividad, adaptándose y haciéndo su­ yas las colectivas aspiraciones. Punto final. El tema es de una enorme vastedad. Cabría hablar de los problemas e inquie­ tudes de las nuevas generaciones, de los problemas y carencias de nuestros cam­ pesinos y de otros aspectos de nuestra problemática colectiva sin apartarnos del CO drán realizarse en más o menos breve tiempo sin la indispensable continuidad y estabilidad política y un mínimo de paz social, lo que requerirá indefectiblemente de una legislación social y de una admi­ nistración pública que tenga presente en todo momento y en primerísimo lugar la voluntad y los intereses de los más. Ha­ brá de ser una administración estrecha­ mente vinculada con el mundo del tra­ bajo y, por consiguiente, en buenas rela­ ciones con los sindicatos obreros, sin pre­ tender dirigirlos ni capitalizar su actua­ ción en beneficio de un determinado gru­ po político. Una situación de equilibrio, de comprensión y solidaridad, lo que no habrá de ser del todo fácil pero tampoco imposible, siempre que la administración pública no se aparte de las normas de­ mocráticas. tema: “Panorámica Social”. Convencidos de sólo haberlo abordado o planteado en sus lincamientos generales, ponemos pun­ to final a nuestra disertación y quedamos pendientes de vuestras observaciones, ob­ jeciones o preguntas. r NOTAS ACLARATORIAS: 1 De un ciclo de conferencias organizado por el Orfeón Catalán de México con arreglo al programa siguiente: Jueves 19 de noviembre PANORAMA CULTURAL Ponente: Dr. Pelai Vilar Jueves 10 de diciembre PANORAMA ECONOMICO Ponente: Ramón Peypoch Jueves 26 de noviembre PANORAMA SOCIAL Ponente: Fidel Miró 15 de enero de 1971 PANORAMA POLITICO Ponente: Antoni Dot 2 Leí en alguna parte que sólo un 2% ganaban más de 10,000 pesetas mensua­ les y que un 12%, menos de 5,000. (Nunca se dan estadísticas con respecto al salario de los jornaleros campesinos.) Según investigaciones de Acción Social Patronal, el presupuesto mínimo de gas­ tos diarios para un matrimonio con dos hijos ha sido calculado en 321.60 pesetas. 3 “Según un informe que publica el órgano oficial de Cáritas Españolas, el 11% de las familias españolas tiene unos ingresos inferiores a las 2,500 pesetas mensuales, llegando hasta un 37% los que no alcanzan las 5,000 pesetas. ”Un 34% no tiene en su casa agua corriente ni servicios higiénicos. Los niños sin escolarizar pasan del millón. Por cada 100,000 habitantes sólo hay 42 estudiantes de Enseñanza Superior. En investigación Científica sólo se invierte el 0.2% del pro­ ducto nacional bruto. De las 1,300 empresas españolas más fuertes sólo emplean per­ sonal investigador el 6%. El déficit de viviendas es superior a las 400,000.” (3 Tomado de “El Socialista” de Toulouse, del 17 de diciembre de 1970) 4 El aumento de la población es apenas de un 0.8 o un 0.9% anual. 5 Es copia literal. 6 Según las estadísticas oficiales de fines de 1970, sólo el 37% de las empresas del LN.I. son rentables, pese a los privilegios de que disfrutan, constituyendo prác­ ticamente monopolios en no pocos casos. 7 Al imprimirse esta conferencia la nueva ley sindical ha sido ya aprobada, me­ reciendo el repudio unánime de la clase trabajadora española. * El texto de esta conferencia formará parte de un libro, en catalán, quie apa­ recerá dentro de unos meses con el título “En torn a problemes de Catalunya”. (Qua­ tre conferencies). O ROMPER EL CIRCULO P or A dolfo H ernández i diariamente pudiéramos grabar los pensamientos que ocupan nuestro ce­ rebro, nos encontraríamos, además del consabido océano de trivialidades, S alguna que otra isla original con posibilidades y algún que otro atisbo de ca­ lidad superior. El capitalizar lo positivo, en la marcha encefalográfica, y des­ echar lo superfluo podría, en estricta contabilidad mental, hacemos mejores. Sin embargo, en su inmensa mayoría, los seres humanos tiramos muchos pen­ samientos interesantes, valederos, al cesto de la nada. Algunos de nuestros mejores cerebros estuvieron en “hombres-pescadores” que convirtieron el atis­ bo en realidad atrapado en sus alertas redes y que, polémicos con ellos mis­ mos, indagaron en tomo a la verdad y se manifestaron rebeldes a conclusio­ nes prematuras que podría dictar la fatiga intelectual de los acomodaticios. Así ha progresado la humanidad desde sus oscuros principios hacia el porve­ nir que se asoma prometedor o terrible, según nos precipite el futuro atómico dé los tiempos. Dar lo mejor de nosotros mismos es imperativo de mentes abiertas; por el contrario rehuir lo positivo es, si no mediocridad, gregarismo. Lo anterior casa en hombres que forjaron su programa ideológico, y sen­ tados en sus premisas decidieron que no tenían por qué pensar más. En esen­ cia, muchas de las estructuras que sentaron precedente filosófico en la anti­ güedad se basan en el conformismo suicida de muchos hombres que podrían haber superado los rígidos esquemas ante los que se inclinaron, por cansancio u oportunismo. Y éste es el drama contemporáneo representado en la inmensa mayoría de los seres humanos; el drama, después de todo, de todas las edades humanas: pretéritas y presentes, quizás futuras. Conformismo suicida con ideas, y los programas por ellos generadas. Y esta enfermedad abarca por igual a las con­ cepciones reaccionarias o a las llamadas revolucionarias progresistas. De esta manera, filosofías, llenas de humanismo, quedan convertidas en charca de círculos cerrados en lugar de río de anchuroso cauce y prometedor recorrido hacia el mar de las realizaciones. Todo nuevo hallazgol es suma de hallazgos anteriores, de los que no po­ demos renegar, pero sí, desesperadamente, intentar superar. Todo hombre que desee ser positivo debería, en suma, luchar, como lucharon los hombres su­ periores, por romper el círculo fatal de nuestra existencia y dejar algo que alumbre la interminable sucesión de círculos (nacimiento-desarrollo-muerte). El luminoso intento de Icaro llevó al hombre a la conquista de los cielos y los espacios. Podemos decir: de los inconformes será el reino del futuro. EL ANALFABETISMO EN EL MUNDO Menos de un 1 por ciento en los países siguientes: Austria, Australia, Gran Bretaña, Bulgaria, Canadá, Checoslovaquia, Dinamarca, Finlandia, Ale­ mania Este y Oeste, Islandia, Irlanda, Luxemburgo, Holanda, Nueva Ze­ landa, Noruega, Suecia y Suiza. 1.1 por ciento: Barbados; 1.5 por ciento Ru­ sia; 2.2 por ciento Japón y E. U. de Norteamérica; 3.2 por ciento Hungría; 3.3 por ciento Bélgica; 3.6 por ciento Francia; 4.6 por ciento Mongolia; 4.7 por ciento Polonia; 9.7 por ciento Uruguay; 11.4 por ciento Rumania; 13.6 por ciento Argentina; 15.7 por ciento Costa Rica; 15.8 por ciento Israel; 16.4 por ciento Chile; 17.6 por ciento Imperio Español; 18.1 por ciento Jamaica; 19.6 por ciento Grecia; 20 por ciento Lebanon, Taiwan y Ghana; 22 por ciento Ceilán; 23.5 por ciento Yugoslavia; 24.1 por ciento Chipre y Guayana; 25.7 por ciento Paraguay; 26.2 por ciento Tobago y Trinidad: 28.1 por ciento Fi­ lipinas; 28.5 por ciento Albania; 28.4 por ciento Corea del Sur; 30.1 por cien­ to Panamá; 32.3 por ciento Tahilanaia; 32.7 por ciento Ecuador; 33.9 por •ciento Singapur; 34.2 por ciento Venezuela; 34.6 por ciento México; 35.5 por ciento Vietnam; 37.7 por ciento Colombia; 38.1 por ciento Portugal; 38.4 por ciento Mauritania; 39.3 por ciento Brasil; 39.4 por ciento Perú; 40 por ciento Nigeria; 40.1 por ciento Dominicana; 42.2 por ciento Burma, 42.4 por ciento Malta; 46.1 por ciento China; 50 por ciento Chad; 50.4 por ciento Ni­ caragua; 51 por ciento El Salvador; 52.2 por ciento Kuwait; 55 por ciento Ye­ men Sur; 57.1 por ciento Indonesia; 58.6 por ciento Zambia; 60 por ciento Siera Leona y Yemen Norte; 61.9 por ciento Turquía; 64.8 por ciento Hon­ duras; 66.5 por ciento Madagascar; 67.6 por ciento Jordania; 67.9 por ciento Bolivía; 68.5 por ciento Sudáfrica; 69.2 por ciento Cambodia; 70.5 por ciento Siria; 70.6 por ciento Guatemala; 72.2 por ciento India; 74.7 por ciento Bah­ rein; 74.9 por ciento Uganda; 77.2 por ciento Swaziland; 77.7 por ciento M a­ lasia; 78 por ciento Botswana; 79 por ciento Arabia Saudita; 80.5 por ciento Egipto; 81 por ciento Algeria; 81.1 por ciento Pakistán; 82 por ciento Alto Vclta; 84.3 por ciento Tunisia; 84.6 por ciento Congos-francés y belga; 85.5 por ciento Iraq; 86.2 por ciento Marruecos; 87.1 por ciento Libia; 87.2 por ciento Irán; 87.6 por ciento Gabón; 89.5 por ciento Haití; 90 por ciento Agfanistán; 88 por ciento Sudán; 91.1 por ciento Liberia; 93 por ciento Somalia; 93.5 por ciento Malawi; 94.4 por ciento Senegal; 94.9 por ciento Nepal; 99.1 Nigeria. No existe imformación disponible sobre los países; Barundí, Camerum, República de Centro Africa, Dahomey. Etiopía, Gambia, Guinea, Costa de Marfil, Kenia, Korea del Norte, Laos, Malí y Togo. o KRO PO TKIN ESCRIBE A LENIN P or V íctor A lba p r í n c i p e Pedro Alexevich Kropotkin consagró toda su vida a la causa de la revolución. Nació en 1842, en una familia noble. Descubrió, de m uy joven, la con­ dición de los campesinos y protestó por ella. En 1876 fue encarcelado. Huyó y vivió en Londres, exilado, y allí conoció a Marx y a Engels, así como a los dirigentes revolucionarios de la época, que acudían con frecuencia a la ca­ pital británica. En 1833 fue encarcelado en Francia por tres años. Cuando estalló la Re­ volución Rusa, era ya un anciano de 76 años. Confió en que la revolución tomaría un camino libertario. Además, había en Rusia muchos anarquistas. Decidió regresar a su patria. Y en ella murió en 1921. El gobierno bolchevi­ que —Lenin todavía estaba vivo— permitió que los anarquistas rusos le hi­ cieran un gran entierro. Antes de morir, había sostenido una larga conversa­ ción con Lenin, cuando éste lo visitó en su casa, y le escribió un par de cartas. La persecución y el exilio no fueron porque Kropotkin tomara parte en complots o golpes de mano, sino porque escribía. Fue, en efecto, uno de los grandes teóricos deJ anarquismo. Sus obras “El apoyo mutuo”, “La Conquista del pan” y “Memorias de un revolucio­ nario” circularon en ediciones baratas, traducidas a todos los idiomas. Lo leían los obreros del Japón y los de Rusia, los de España y de Italia, los de la Ar­ gentina y de México, los de Bulgaria y de Suecia. . . Creía en la bondad natural del hombre y en los efectos destructores de esta bondad que tenían la autoridad y el Estado. Luchaba por una sociedad en la cual el hombre se organizara voluntariamente en comunas y en que éstas se federaran voluntariamente, para administrar la riqueza y garan­ tizar la libertad absoluta, sin necesidad de autoridades. Kropotkin fue una bella figura de revolucionario, humana, abierta a to­ das las ideas, tolerante y apasionante. Siempre estuvo al lado de las causas del pueblo. No se arredró cuando sus propios partidarios emplearon métodos que él reprobaba, y por encima de la amistad y el partidismo, los condenó. Criticó a los bolcheviques duramente por el carácter más y más autori­ tario que daban a su régimen, y Lenin tuvo que aceptar estas críticas porque el prestigio universal de Kropotkin no permitía pensar en exilarlo o silen­ ciarlo. H L * * * No soy de los que creen que con una cita de Marx, de Lenin, o de Kro­ potkin o de quien sea se pueda demostrar la falsedad o acierto de una posición. Pero lo que pensaron y escribieron los grandes revolucionarios —gran­ des más por su ejemplo y su conducta que por el volumen de sus escritos— es importante. Fueron hombres que lo sacrificaron todo a la revolución, no sólo por unos años de pasión, o unos arranques de indignación, sino por toda la vida. Pasaron miseria, pero no claudicaron. Y si arriesgaron su vida y su libertad cuando fue necesario, supieron vivir por sus ideas, lo cual es mucho más difícil y penoso. Se pasaron la vida pensando en la revolución, meditando sobre ella, lu­ chando, escribiendo, hablando per ella. Por tanto, las conclusiones a las que llegaron tienen valor, aunque no deben aceptarse nunca a ciegas. Porque, cla­ ro está, se equivocaron unas veces, y otras reflejaron simplemente su momen­ to histórico. Pero lo que no puede ignorarse de ellos son sus juicios morales. Porque estos no son producto de un momento, sino de una convicción y se inspiraron en el deseo de que la revolución fuera digna de la causa a la que debía servir y no se viera manchada de antemano por ciertos procedimientos y ciertas tácticas. Es en este sentido que me parece oportuno citar a Kropotkin. En diciembre de 1920, la “Izvestia” y la “Pravda”, los dos órganos del gobierno y el partido bolcheviques, publicaron que el gobierno dirigido por Lenin había decidido detener a ciertos socialistas revolucionarios, anarquistas, guardias blancos y oficiales reaccionarios, para conservarlos como rehenes, y que si había algún atentado contra Lenin o cualquier dirigente bolchevique, estos rehenes serían “exterminados sin piedad”. Kropotkin leyó esta noticia, publicada de modo destacado. Inmediata­ mente escribió a Lenin. Este lo había visitado poco antes en su casa y le había pedido que le escribiera de vez en cuando sus críticas y sugestiones so­ bre la marcha de la revolución. Sabía que Kropotkin, como anarquista que era, no aprobaba la conducta bolchevique, pero que confiaba en que la revo­ lución se enderezara y por esto la apoyaba. En sus cartas anteriores Kropotkin trataba a Lenin de “estimado amigo” y se despedía de él con “saludos revolucionarios”. Cuando leyó la noticia de los rehenes, Kropotkin escribió una nueva carta a Lenin, en la cual lo trataba de “Respetado” y que terminaba sin ninguna fórmula de cortesía. La carta es del 21 de diciembre de 1921. Y en ella se lee lo siguiente, que conviene meditar: “¿Es qué realmente no hay nadie en torno a usted que pueda recordar a sus camaradas que esta medida representa un regreso a los peores períodos de la Edad Media y de las guerras de religión, y que es indigna de personas que se han encargado de crear una sociedad futura basada en los principios del comunismo? Quién estima este futuro no puede adoptar medidas de esta clase “¿Es posible que nadie haya explicado lo que realmente es un rehén? Un rehén se encuentra encarcelado no como castigo por un delito, sino con el fin de “chantagear” al enemigo con su m u e rte... ¿Y esto no es lo mismo que llevar todas las mañanas a un hombre al patíbulo y regresarlo a su celda, diciédole: ‘Hoy no. Espera un poco más’? ”¿Y no comprenden sus camaradas que esto equivale a restablecer la tor­ tura para los rehenes y sus familias? "Espero que nadie me dirá que los que están en el poder tampoco tie­ nen la vida fácil. Hoy, hasta entre los reyes los hay que consideran la posi­ bilidad de asesinato como un ‘riesgo profesional’. "Hasta los reyes y papas han rechazado estos medios bárbaros de defensa propia. ¿Cómo pueden los apóstoles de una nueva vida y los arquitectos de un nuevo orden social recurrir a estos medios de defensa contra sus ene­ migos? ”¿No se dan cuenta, camaradas, que ustedes, comunistas, (a pesar de los errores que han cometido) trabajan para el futuro? ¿Y que en ningún caso han de manchar su obra con actos tan cercanos al terrorismo primitivo? Precisamente estos actos, realizados por revolucionarios en el pasado, hacen ian difícil la empresa de los comunistas. ” , . .¿Por qué llevar la revolución por un camino que conduce a su des­ trucción, primariamente por defectos que no son inherentes al socialismo o al comunismo, sino que representan la supervivencia del viejo orden de una autoridad ilimitada y omnímoda?” La carta termina aquí, sin saludos ni cortesía, con una simple firma: P. Kropotkin. Al cabo de medio siglo de haber sido escrita —exactamente cincuenta años—, merece la pena que los revolucionarios la mediten. Y que se acuerden de aquel viejo proverbio revolucionario: quien actúa como su enemigo, se convierte en su enemigo. ¿O acaso es que éstos que hoy se ganarían la condena de Kropotkin no son verdaderos revolucionarios, aunque se llamen y los llamemos tales? Por aquello de que “por sus frutos los conoceréis”. 0O0 EL IDEAL NO MUERE Interesa saber. . . Julián Alins ha publicado en “España Libre” de New York, junio de 1970, un comentario extenso para hacer resal­ tar la importancia que puede tener para los estudiosos, la constitu­ ción orgánica de la “Sociedad de Estudios Históricos Españoles y Por­ tugueses”, en la Wesleyan University, Middletown, estado de Connec­ ticut. Celebró en el mes de abril su primera Conferencia en la que tomaron parte, 18 profesores procedentes de diversas Universidades de los Estados Unidos. Fueron cuatro sesiones. Los temas: 1) Política Ibérica Contemporánea 2) El anarquismo y el movimiento obrero es­ pañol. Ambos temas fueron debatidos por todos los asistentes. Así mismo otros: “Los problemas de la secuencia políticas en los regí­ menes de España y Portugal” Profr. Paine. “Las sociedades anarquis­ tas en Andalucía” Profr. Clara “El movimiento obrero español y la revolución Rusa 1917-1922” Profr. Maeker. Las sociedad aeordó celebrar una Conferencia anual y publicar un Boletín tres veces al año, bajo la dirección del Profr. Thomas Glick. Stanley G. Paine profesor de la Universidad de Wiscconsin, es sin duda, el “españolista” número UNO en las Universidades de los Estados Unidos. En España, preparó y se publicó “Historia de la Falange”. También es el autor de “Politics and the military in mo­ dern Spain” y recientemente ha publicado su tercer libro: “The Spanish Revolution” W . W . Norton and Company, New York. VISION DE LA ESPAÑA DE HOY Por Hans MATHOFER En las. dos primeras décadas de termi­ nada la guerra civil España presenta la imagen de un país en gran parte aislado y con una economía en situación de estan­ camiento. Sólo a partir de los años sesen­ ta empieza a modificarse este cuadro. La economía se caracteriza desde entonces por un movimiento ascendente, que no de­ jó de afectar a las condiciones políticas y sociales en general. En el curso de este proceso el régimen dictatorial de Franco se vio —y se ve— confrontado con co­ rrientes de tipo social que tienden a res­ quebrajar sus bases: En política interior se multiplican los síntomas de una politización creciente de grandes sectores obreros; huelgas en la minería y en la industria ponen de ma­ nifiesta el resurgir y el despertar de la conciencia de solidaridad en la defensa de intereses comunes; por otro lado, también otros grupos —especialmente de estudian­ tes e intelectuales— muestran también cada vez menos disposición a someterse a la dictadura. Igualmente, el desarrollo en Europa occidental no dejó de tener consecuencias para España; por una parte, el turismo de masas europeo, que encontró en Espa­ ña una de sus metas predilectas, y por otra, la “emigración temnoral” esDañola ra ra aprovechar las posibilidades de me­ jores salarios en el extranjero, marcan en parte el cuadro de la nueva situación es­ pañola; y, no en último término, el comer­ cio exterior acelera una serie de cambios sociales tanto de un modo directo como a través del proceso de industrialización. Desde entonces, la dictadura española se ve enfrentada en todos los sectores con el problema político fundamental, que se plantea a todas las dictaduras que incu­ rren en una contradicción insalvable con los intereses determinados por el proceso histórico de la propia sociedad. Y para no tener que hacer grandes concesiones en la cuestión del poder, aún a pesar de en­ contrarse ante cambios irreversibles, se cede una y otra vez en cuestiones de me­ nor importancia. Al parecer, la presión a que se ve sometido el régimen es ya tan grande que una lucha frontal significaría no tanto la posibilidad de restablecer el antiguo poderío como el fin mismo del régimen. —Cada vez ¡e es más difícil a la dic- tadura española continuar el agotador juego de tratar de ganar tiempo bordean­ do los problemas. Tanto más cuanto que algunos factores importantes que carac­ terizaban el pasado pierden ahora efica­ cia rápidamente; así, sobre todo: a) El trauma de la terrible guerra ci­ vil, que antes pesaba sobrecogedoramente sobre el pueblo español. b) El temor, largamente mantenido, a una alternativa aún peor que la dictadura actual, alternativa representada por una toma del poder por los comunistas. c) La guerra fría, con todas sus ramifi­ caciones interiores y exteriores. En esta situación, la dictadura españo­ la intenta por todos los medios empalmar con el proceso que tiene lugar en el mun­ do exterior, a fin de no quedar aislada. Los esfuerzos por encontrar un resquicio que lleve al Mercado Común se ven com­ plementados con los llamativos intentos realizados últimamente para estar en con­ tacto con el mayor número posible de go­ biernos de todos los matices, sin excluir ni al bloque oriental ni al cercano Orien­ te. Se trata, en primer término, de encon­ trar nuevos mercados, ampliar las rela­ ciones comerciales, descubrir nuevas po­ sibilidades auq permitan hacer frente a las crecientes dificultades económicas y socia­ les en el propio país. El actual movimiento de huelgas en diversas zonas industriales españolas, así como el programa de reinvindicaciones mí­ nimas democráticas, publicado en Madrid por 137 miembros de la oposición espa­ ñola. muestran que en el pueblo español aumenta el descontento contra la eterna táctica de obstrucción practicada por el régimen. Los trabajadores exigen no sólo mejores condiciones de trabaio, sino ante todo el derecho a constituir sindicatos propios. El movimiento de oposición reivindica para todos los españoles derechos demo­ cráticos y la supresión de todo tutelaje y represión por parte del régimen dictato­ rial. La oposición democrática española es­ pera de los demócratas europeos que no se hagan a Madrid concesiones, oue úni­ camente beneficiarán a la dictadura en caso de que ésta no pagase el correspon­ diente precio político en forma de conce­ siones democráticas. (De Express International, Francfort del Maime). actualidad de España E L O B IS P O DE B IL B A O F R E N T E A L R E G IM E N DE F R A N C O Por José Antonio Nováis Mg. Cirarda —obispo de Santander y administrador apostólico de Bilbao— ha hecho pública la carta pastoral más crí­ tica que un obispo español ha escrito en relación con el régimen de Franco. El obispo —en unión de su consejo presbiterial —ha redactado un documento que ha hecho leer en todas las iglesias de Bil­ bao, donde en esencia se dice que en Es­ paña no existen leyes que garanticen los derechos y los ejercicios de las legítimas libertades de los ciudadanos, ni tampoco existe una plena garantía jurídica ni pa­ ra sacerdotes ni para laicos. La carta pas­ toral denuncia la limitación de libertad que sufre la Iglesia en el país vasco, así como que las autoridades civiles han vio­ lado el Concordato vigente. El ministerio de Información ha “aconsejado” a los pe­ riódicos que no publiquen la pastoral, ya que si lo hacen tendrían que sufrir pe­ nosas consecuencias “porque éste es un caso en donde el gobierno es beligerante”. La pastoral de Mg. Cirarda —a quien algunos llaman el Helder Camara vasco— es una severa condena al hecho de que 9 sacerdotes bilbaínos han sido encarcela­ dos por orden de las autoridades militares por haber predicado una homilía denun­ ciando los malos tratos infligidos a los presos políticos. Los sacerdotes —entre los que se encuentra un vicario del obis­ po— se habían solidarizado así con cin­ co sacerdotes bilbaínos que, por el mismo motivo habían sido condenados a penas que osciden entre 10 y 15 años por un consejo de guerra. Los 9 sacerdotes sólo han sido condenados a 4 meses de prisión y el obispo ha suspendido por tal motivo, los actos públicos que en Bilbao debían celebrarse en honor del Sagrado Corazón de Jesús. El obispo pide a todos los cristianos de Vizcaya que “reflexionen sobre el sen­ tido de este acontecimiento y sus causas más profundas” ya que acontecimientos como éste son los que aumentan la ten­ sión dentro de nuestra Iglesia”, llegando a decir algunos fieles “que nosotros re­ presentamos a la Iglesia oficial”, es de­ cir, a la aliada del franquismo. El obis­ po saca las siguientes conclusiones: lo.) Que la libertad de la Iglesia para predi­ car el Evangelio está afectada, ya que estos 9 sacerdotes han sido encarcelados por actos realizados en el ejercicio de su ministerio, “concretamente en la predica­ ción”, y que también se han denunciado a otros sacerdotes, denuncias que muchas veces son falsas. 2o.) Que aunque él no es partidario de un Concordato que con­ cede privilegios a la Iglesia y al Estado, el Concordato existe y las autoridades mi­ litares han violado el Concordato al juz­ gar a los sacerdotes sin autorización del obispo, “por lo que hemos comunicado a la Santa Sede la situación canónica y pas­ toral creada”. 3o.) Que sólo la jerarquía puede juzgar si un sacerdote ha cometido o no una falta al predicar el Evangelio. “Este es un derecho al que la Iglesia no nuede renunciar. Es parte esencial de su libertad”. 4o.) El obispo reconoce que no puede hablar de los derechos de la Igle­ sia y de su libertad si no es dentro de un contexto general de los derechos y liber­ tades de todos los ciudadanos y dice: “la limitación de libertad de la Iglesia es consecuencia de la falta en España de le­ yes e instituciones en que se reconozcan en forma práctica todos los derechos y legítimas libertades de los ciudadanos. . . es necesario que se desarrolle nuestra le­ gislación para garantizar la plena segu­ ridad jurídica que deseamos no sólo para los sacerdotes, sino para todos los ciuda­ danos”. Mg. Cirarda lamenta “la falta de fir­ meza evangélica que haya podido tener en otras ocasiones en problemas que afec­ tan vivamente a nuestro pueblo” (Los sa­ cerdotes vascos han sido muchas veces condenados —actualmente 25 se encuen­ tran prisioneros en la cárcel de Zamora— por pronunciar homilías o actos simila­ res) y recuerda que la raíz de estos ma­ les ya fue denunciada en la carta colec­ tiva del Episcopado vasco. En esta carta se decía que existen, en España, grupos en el poder que identifican el bien común con su propio criterio y que algunos de estos grupos, que se llaman católicos, “uti­ lizan a la Iglesia a su favor cuando coin­ cide con su punto de vista, y cuando no coincide, la reprime o silencia”. La pastoral de Mg. Cirarda está pro­ vocando bruscas reacciones, ya que es el paso más importante de los dados por la Iglesia, hasta ahora, en su despegue del franquismo. Torcuato Lúea de Tena, di­ rector de ABC, publica un artículo en el diario conservador que dirige, donde afirma que aunque le hubieran autorizado a publicar la pastoral, no lo hubiera he­ cho y después ataca violentamente al obispo por élla. Los lectores de ABC —a quien sin duda su director cree menores de edad— se encuentran así con un vio­ lento ataque a un obispo por una pastoral que no pueden conocer. Tal falta de res­ peto, hacia el obispo y hacia los lectores, es criticada por diversos sectores de ca­ tólicos madrileños, que piensan que por lo menos se debe dejar también hablar al obispo antes de condenarlo. (En ,‘NOVEDADES” de México) 102 SUSPENSIONES DE PAGOS EN BARCELONA Barcelona, 11.—Un total de 102 sus­ pensiones de pagos, superando en casi un 30 por ciento a las de los años preceden­ tes, se han producido en Barcelona en el curso del reciente terminado año 1970. Las suspensiones representan un activo total de 6.202 millones de pesetas y su masa de deudas alcanzan los 3.439 millo­ nes de pesetas. A este total de pasivo vienen a aportar sus mayores cantidades las industrias edi­ toriales, como consecuencia de la crisis producida en el curso del año, así, los tres mayores deudores son Vergara, S.A. con 257 millones, Editorial Codex, con 236 millones y Distribución Europea de Edi­ ciones con 175 millones. Los meses peores fueron los de ju­ lio y agosto, en que las masas deudoras declaradas en suspensión de pagos alcan­ zaron respectivamente las cifras de 756 millones y 683 millones de pesetas. — o— UN DECALOGO DE URGENCIAS El país no acaba de marchar sobre ruedas. Hay demasiada lentitud, demasia­ dos frenazos, demasiados pasos atrás. To­ do esto es evidente. Lo que no parece tan claro es por qué esto ocurre así. ¿Nostal­ gias, personalismos, intereses creados? Y, sin edbargo, los puntos básicos de la reforma necesaria para que el país marche como debe son conocidos y vienen repitiéndose con machacona reiteración. Al empezar 1971 el decálogo de urgencias que con visión del futuro y perspectiva de integración internacional, a nuestro entender debería abordarse definitivamen­ te, sigue siendo éste: Abrir cauces legales a la expresión y participación del pluralismo de las di­ versas tendencias políticas reales. Los grandes ideales no tienen crepúsculo. ♦ No interferir la plena representatividad del mundo del trabajo para que con autonomía auténtica y responsable de­ fienda sus intereses y empuje las refor­ mas sociales que los tiempos demandan. ♦ Descentralización socio-político-ad­ ministrativa a fin de que las peculiaridades que enriquecen la vida nacional sean filo­ nes de vitalidad frente al adormecimiento del centralismo. ♦ Plena representatividad e independen­ cia de las Cortes —Cámara de los intere­ ses— para que su legislación responda siempre al bien común y puedan contro­ lar debidamente la acción gubernamental. ♦ La mayor representatividad e inde­ pendencia del Consejo Nacional —Cámara de las ideas— para que la pluralidad polí­ tica del país se refleje eficazmente en las grandes opciones de la vida pública. ♦ Funcionamiento a pleno rendimiento del Poder Ejecutivo, mediante el nombra­ miento de un presidente del Gobierno al que se pueda responsabilizar con todas sus consecuencias de las iniciativas y de la acción política que por ley correspon­ den al equipo gobernante. ♦ Reforzar las garantías de indepen­ dencia judicial —llegando a la unidad ju­ risdiccional prevista legalmente— como máximo respaldo de los derechos que co­ rresponden al ciudadano y de la juridici­ dad de las decisiones de la Administra­ ción. La debida separación de la Iglesia y del Estado a fin de que ni la realidad ni la apariencia de sus relaciones puedan ser motivo de preocupaciones de concien­ cia ni de temor a interferencias en la vi­ da temporal. ♦ Planificación democrática de la vida económica nacioal, con posibilidad de es­ coger, a través de los órganos represen­ tativos, entre las grandes opciones posi­ bles, y de fiscalizar la aplicación de los planes de desarrollo, que deben ser no sólo económicos —atacando de raíz los defectos estructurales—, sino también realmente sociales, principalmente me­ diante un sistema fiscal progresivo que permita afectar los recursos necesarios a una seguridad social eficiente y a una re­ forma educativa sin más demoras. ♦ Abrirnos al exterior sin actitudes de triunfalismo pueril ni posturas aislacio­ nistas de numantinismo inútil. * * * SINDICATOS OBLICUOS “El mayor mérito de la nueva Ley Sin­ dical —leemos en “El Europeo”— va a ser lograr unos Sindicatos que no sean ni horizontales ni verticales; vamos, unos Sindicatos oblicuos”. Claro que al margen de la estructura sindical continuarán existiendo “legales” comidas de trabajo en los mejores restau­ rantes, perfectamente horizontales.. Con lo cual la “oblicuidad” tampoco se­ rá para todos. * *• * DECONGELAR SALARIOS ¿No es absurdo mantener los aumentos salariales semicongelados en un 6 por ciento anual o en un 8 por ciento bianual, cuando el costo de la vida ha aumentado en sólo el año 1970 en un 7 por ciento, es decir, en una cantidad superior al au­ mento autorizado para los salarios y casi igual al autorizado para los convenios colectivos de dos años de duración? * * * COSTE DE LA VIDA El presupuesto mínimo diario de gas­ tos familiares para un matrimonio con dos hijos —según investigaciones de Ac­ ción Patronal— ha sido calculado en 321,60 pesetas. ¿En cuánto se fijará el salario mínimo en la próxima revisión del mes de abril? * * * LA HUELGA DE LA GRIPE “Soy partidario de una norma amplia que regule y legalice la huelga con todos los condicionamientos habidos y por ha­ ber para evitar la huelga salvaje y la indisciplina”, ha dicho el presidente de la sección central social del Sindicato del Combustible D. Noel Zapico. “No se pue­ de prohibir la huelga en todo tiempo o lugar por decreto —ha añadido—, porque sería lo mismo que si quisiéramos tam­ bién por decreto suprimir la gripe en ple­ na época invernal.” * * * INTEGRACION A EUROPA “La integración económica de España en Europa no será fácil ni estará exenta de obstáculos”, ha afrmado recientemente el subcomisario del Plan de Desarrollo. De esto no nos cabe la menor duda. Ocho años hemos tardado para llegar a un simple tratado comercial... Wilfredo Espina (De “El Correo Catalán”) ESO QUE LLAMAN LEY LEY SINDICAL Los debates en las cortes de la ley sin­ dical han dado lugar a un desbordamien­ to retórico y a un retorcido casuismo, por demás pedante y artificioso. Con debates de tanta altura académica, no es extraño que se haya avanzado tan poco en la inútil tarea de hacer tragar a los traba­ jadores un engendro social que nada tie­ ne que ver con los sindicatos que desean los obreros y campesinos. * * >!< OPINIONES SOBRE EL PROYECTO HABRA QUE CLARIFICAR EL PROYECTO El abogado señor Cierco estima que este proyecto es muy confuso, y dice que por su condición de abogado tiene costum­ bre de leer textos legales y que éste no lo entiende. “ ¿Cómo lo va a entender un peón de albañil?”, se pregunta. En esto coincide el señor Bailarín, que tampoco ve clara la regulación de coope­ rativas y grupos sindicales. También don Ceferino Maestu, experto en sindicalis­ mo, encuentra demasiada confusión en el texto del proyecto. Pero, lo que explica el abogado señor Cierco hace estremecer: “Harán falta cinco o acaso diez años dictando disposi­ ciones para poner en marcha todas las disposiciones”. Las preguntas que se hicieron en el coloquio fueron numerosas. Se habló sobre la legalización de la huelga. ¿Se llevará a cabo? ¿Cómo? El señor Bailarín hizo una grave advertencia: “En la Europa libre no van a tragar nuestro sindicalismo si no admitimos algo para ellos tan natu­ ral como la huelga”. MARIANO DEL MAZO EN “EL Correo Catalán” sjf # >Jt NUEVA LEY LABORAL EN ESPAÑA Madrid, Feb. 16, AP.—Las Cortes apro­ baron hoy una discutida nueva ley del trabajo para controlar los sindicatos. Once diputados, incluyendo al ex minis­ tro de Información, Manuel Fraga Iribarne, quien dejó de pertenecer al gabi­ nete en la crisis de hace 16 meses, vota­ ron contra la propuesta de ley. Otros seis se abstuvieron entre los 451 miem­ bros del cuerpo parlamentario. La ley reduce levemente el control gu­ bernamental sobre los sindicatos que cuentan con aprobación oficial, pero re­ tiene la autoridad del régimen para designar o destituir a los funcionarios sin­ dicales, y no contiene reconocimiento al­ guno del derecho a la huelga. La propuesta fue criticada por los or­ ganismos laborales internacionales, que la calificaron de farsa. 500 CONFLICTOS COLECETIVOS EN 1969 PREDOMINARON EN EL RAMO DEL METAL Y DEL CARBON Madrid, 7.—Un total de 491 conflictos se registraron en 1969, según los datos contenidos en su informe que acaba de publicar el Ministerio de Trabajo. La ci­ tada cifra sitúa al pasado año, en su as­ pecto conflictivo, por encima de los años 1965, 66 y 68 al mismo nivel que 1964 y por debajo de 1963 y 1967. Las provincias más conflictivas en 1969 fueron Vizcaya, con 133 conflictos, segui­ da por Guipúzcuoa, con 113, y Oviedo, con 102. Las tres provincias citadas en­ globan el 70 por ciento del total de con­ flictos habidos en nuestro país. En el ex­ tremo opuesto hay que destacar que 22 provincias no tuvieron ningún conflicto y nueve sólo tuvieron uno. Barcelona tuvo 36 y Madrid nueve. SOBRESALE EL METAL Por .ramas de producción ocupa el pri­ mer puesto la fabricación de productos metálicor, con 140 conflictos. A continua­ ción figura la minería de carbón, con 85; construcción de material de transporte, con 65; construcción de maquinaria, con 30, e industrias metálicas básicas, con 28. Cuatro ramas de producción (seguros, be­ bidas, agua, gas y electricidad, y extrac­ ción de productos de cantera) sólo tuvie­ ron un conflicto cada una. Por sindicatos, ocupa el primer puesto el del Metal, con las dos terceras partes del total de conflictos, seguido por el Sin­ dicato del Combustible. Respecto a las motivaciones destacan las político-sociales, con 132 conflictos, esto es, un 25 por ciento aproximadamen­ te. Otras causas han sido las mejoras sa­ lariales (73 conflictos), solidaridad con otros conflictos, con 65, y la disconformi­ dad con la remuneración al rendimiento (49 conflictos).—EUROPA PRESS. o DECLARACIONES DE DON JOSE MARIA DIEZ ALEGRIA (JESUITA) PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD GREGORIANA DE ROMA A UN REDACTOR DE LA REVISTA “ASTURIAS SEMANAL” “Digo siempre aquello que según mi conciencia debo decir”. Yo lo que debo o no debo hablar nunca lo mido por las coacciones provenientes de la autoridad religiosa o de la autoridad política, sino por mi conciencia al servicio de esa voca­ ción. ”Yo haría hoy una declaración: la Iglesia española no sólo está ligada con el poder político, sino también con el po­ der económico y con toda clase de pode­ res. Eso, naturalmente, resta libertad evangélica; y esto no admite discusión porque está más claro que la luz del s o l... Pero en el caso concreto de Matesa, yo no sé si la Iglesia debiera tomar partido. Probablemente no sería recomen­ dable porque cuando se llega a estas con­ creciones, ni se tiene la información debi­ da, ni se está capacitado para decir una palabra. Ahora bien: yo creo que si la Iglesia española desde hace treinta años hubiera tenido libertad evangélica, cuan­ do llegara un caso como el de Matesa, u otro similar, no tendría necesidad de de­ cir nada porque ya hubiera dicho todo lo que tenía que decir. ”No se qué postura adoptaría si yo fue­ ra sacerdote en Asturias porque necesita­ ría tener una información que en este mo­ mento no tengo. Sin embargo, en general, yo me atrevo a decir —porque nunca elu­ do las cuestiones que se me plantean— que me siento solidario de los oprimidos, de los que están en permanente dificultad. Yo creo que nuestra sociedad, la de Es­ paña, Francia, Italia. . . , todas las socie­ dades capitalistas tienen una serie de con­ tradicciones y de injusticias gravísimas que suponen un problema de base. Y a mi me parece —aunque yo resido fuera desde mi adolescencia— que el capitalismo as­ turiano no ha sido de los capitalismos más iluminados y más progresivos, ni siquiera dentro de la misma área del capitalismo. Por eso yo creo que los mineros tienen muchas razones de más. mientras no se haga un cambio muy radical en nuestras estructuras sociales. Yo creo que es hi­ pócrita —y no empleo este término para personificar sino en el sentido de la di­ námica histórica de las ideologías— que las clases dominantes pongan el grito en el cielo porque estas huelgas puedan s p i un poco ‘irracionales’. Y ello quiere de­ cir que tengo mis reservas para admitir que los mineros sean unos locos y que no saben lo que piden y que no tienen razón ninguna, porque esto sería tanto como dar a los otros la razón, a lo que me resisto porque no es verdad, ni muchísimo menos, que la tengan”. A la pregunta: “ ¿Es usted socialista?”, contesta: “ Dándole a la palabra socialismo un sentido no demasiado abstracto que lo vacíe de contenido y por otra parte no demasiado concreto, sí soy socialista. Y lo soy por dos causas: porque me parece que el actual sistema de propiedad pri­ vada de los medios de producción es in­ compatible con una sociedad sin discri­ minaciones, con una sociedad verdadera­ mente solidaria, más justa, en la que los problemas de los más desfavorecidos sean tomados en serio. Por otra parte, pienso que un sistema de propiedad privada de medios de producción y que sea radical­ mente distinto del actual, me parece su­ mamente difícil. Por lo tanto, como apro­ ximación —como vía de aproximación hu­ mana— hav que buscar la solución en una profunda socialización de los medios de producción”. # * t “LOS ABOGADOS Y EL T.O.P.” Artículo de don Fernando Larraz, publicado en “Mundo Social” (Julio-agosto-70): Desde el día dos de junio los periódicos nos vienen informando casi diariamente de incomparecencias de abogados defen­ sores ante el tribunal de Orden Público. La trascendencia de esta actitud exige un comentario sereno en el que se intente penetrar en las circunstancias y motivos que la han provocado. En primer lugar es patente la íntima conexión con la opinión oue existe en los colegios de abogados de España. Opinión en favor de la supre­ sión de las llamadas jurisdicciones espe­ ciales y, en especial, la del Juzgado y Tribunal de Orden Público. En la Junta General Extraordinaria ce­ lebrada por el Colegio de Abogados de Madrid el día 16 de enero de 1969 fueron expuestas ciertas peculiaridades usuales en la práctica procesal del T.O.P., que chocaban con la interpretación que de las normas procesales realizan los tribunales ordinarios. Entre esas peculiaridades fue­ ron destacadas la frecuente denegación de libertad provisional, ciertas restriccio­ nes en los interrogatorios y juicios cele­ brados a puerta cerrada. Pero, sobre todo nos encontramos con el problema funda­ mental de la lista de hechos oerseguibles, considerados como delitos. Problema ya planteado y discutido en numerosas oca­ siones con amplitud. Hechos considerados en otros países como perfectamente líci­ tos y normales, como una proyección le­ gítima de los derechos humanos; pense­ mos en los derechos de reunión, expresión y asociación, cuyas manifestaciones con­ cretas constituyen el mayor contingente de las vistas del T.O.P. Todas estas razo­ nes se barajaron y sirvieron de funda­ mento para que se apoyase con unani­ midad a nivel de comisión y se aprobase mayoritariamente en el pleno del reciente Congreso de León la petición de supresión del Juzgado y Tribunal de Orden Público. Diversas voces oficiales han abogado des­ de hace tiempo por la unidad de jurisdic­ ciones y con ello, la supresión de las ju­ risdicciones especiales. Si a esto unimos la conveniencia de eliminar una lista de de­ litos tales como los apuntados anterior­ mente; reuniones, expresión verbal y es­ crita, dando un margen mucho más am­ plio de confianza al pueblo español, ha­ bremos dado un paso adelante. * * a EL PULSITO NACIONAL UN LUJO, ¿PARA QUIEN? “Slogan” es una voz inglesa que está en nuestros diccionarios como un peñón de Gibraltar idiomático. Parece ser que su origen es el “grito de guerra de los anti­ guos montañeses de Escocia”. Tiene idén­ tico origen que el bacalao, y consiste en una frase corta, repetida incesantemente, para que todos la aprendan. Algo así co­ mo lo de “ ¡Ajito al nene!”, pero con fi­ nes publicitarios. * * * Para hacer propaganda de su sol, de sus playas, de sus catedrales y de las fae­ nas de “El Cordobés”, el país lanzó el slo­ gan, “España es diferente”. Pero nos pa­ samos el día copiando al extranjero y ya tenemos idénticos rascacielos que Nueva York, más conflictos circulatoros que Pa­ rís, rubias tan “minifalderas” como Sue­ cia y atmósfera igual de sucia y repug­ nante que la de Londres. En estas con­ diciones resultaría una estafa seguir afir­ mando que “España es diferente”. * * aReconociendo que el “España es dife­ rente” estaba anticuado, el Ministerio de Información y Turismo convocó un con­ curso de slogans, pues por lo visto sus funcionarios carecen de tiempo para pen­ sar. Y se llevó el premio de 75.000 pese­ tas doña Margarita Hernández Delmas, de Tarragona, por su frase “España, un lujo a su alcance”. ¿Al “alcance” de quién? Este es el problema. * * * Si tenemos en cuenta que la finalidad del slogan es atraer al turismo de otros países, llegaremos a la conclusión de que el “lujo” se lo ofrecemos a los extranje­ ros. Y ... ¿qué quiere decir “lujo” ? Se­ gún los académicos, “lujo”, del latín “luxus”, significa “demasía, suntuosidad en el adorno, en la ostentación y en el rega­ lo”. ¡Bien lo van a pasar los extranjeros en España, b ien ...! * * * Uno, que es celtíbero, mira en tomo pa­ ra saber si puede empezar a atar a sus perros con longanizas rellenas de diaman­ tes. ¡Qué desilusión! Hay restricción de créditos; se bate en el mes de julio el ré­ cord de letras protestadas, quiebran las empresas; se recomienda la austeridad... Lástima. ¡Con lo bien que podríamos vi­ vir en España si fuéramos extranjeros. .. ! Eravisto ACEVEDO (De “El Correo Catalán”) — o — MAPA DE LA POBREZA EN ESPAÑA Madrid, 12.—“La pobreza tradicional que se refleja en la vivienda inadecuada o en una alta tasa de analfabetismo, es típica de las provincias más agrarias: An­ dalucía, Galicia, Extremadura y algunas provincias castellanas”, señala el informe sociológico sobre la situación social de España que FOESSA acaba de publicar. Hogares con dos o más personas por ha­ bitación son el 29 por ciento de los de Cádiz: el 27 de Las Palmas y el 16 en Sevilla, sin agua carriente el 30 por cien­ to de Orense; el 75 de Cuenca; 74 de So­ ria; 63 de Pontevedra, y el 61 de Lugo y Badajoz; y es analfabeto el cabeza do familia en el 23 por ciento de los hogares de Huelva; 22 de Jaén; 21 de Málaga y 20 de Córdoba y Granada. El informe se refiere a la población que corresponde a los municipios con menos de cinco mil pesetas de renta “per càpi­ ta”, un nivel claramente subdesarrollado, y da la cifra de un millón de personas en esta situación que pueblan 1.740 munici­ pios. Las “bolsas de pobreza” se localizan especialmente en La Coruña, Orense, Za­ mora, Salamanca, Avila, Palència, Grana­ da, Guadalajara y Málaga. LOGOS ARRECIA LA POLEMICA ENTRE LOS DEL OPUS DEI Y FALANGISTAS EN ESPAÑA Madrid, febrero 19, A,P.—Los debates continuaron hoy en la reunión política más agitada de España en los últimos años, después de que el tecnòcrata más importante del gobierno defendió a los li­ berales del gabinete ante la crítica cada ve* más intensa, de los derechistas. En un discurso no previsto en el pro­ grama, el ministro de Planificación, Lau­ reano López Rodó, desmintió que el Opus Dei (Obra de Dios), la poderosa organi­ zación laica a la que pertenecen él y otros miembros del gabinete, dominase el go­ bierno. Los miembros y simpatizantes del Opus Dei, que ascienden a por lo menos diez de los 19 ministros del gabinete, han re­ sultado blanco de invectivas cada vez más frecuentes por parte de los falangistas y conservadores de la vieja escuela. Las censuras reflejan una lucha entre bastidores por obtener el favor del gene­ ral Francisco Franco en la etapa final de su régimen. La lucha se acentuó des­ pués del juicio seguido a 16 extremistas vascos en diciembre, que confrontó al go­ bierno de Franco con la crisis política más seria de España desde el fin de la guerra civil en 1939. La disputa continuaba a puerta cerra­ da en la reunión nacional del Movimien­ to, la organización española que más se asemeja a un partido político. La prensa no ha tenido acceso a la reunión y se ha limitado a mencionar la lista de orado­ res. . Pero según noticias filtradas a la pren­ sa, en numerosos discursos se han repeti­ do censuras contra el Opus Dei y los fun­ cionarios de tendencias más liberales, del tipo de López Rodó. La mayoría de los delegados asistentes, en número superior a 100, son conserva­ dores y muchos se consideran como falan­ gistas de la vieja escuela, derechistas ex­ tremos de cuyo apoyo se sirvió Franco después de apoderarse del gobierno hace tres décadas. En años recientes, los falangistas han «do reemplazados por los tecnócratas. López Rodó, que lleva una vida auste­ ra en un colegio del Opus, desautorizó la especie de que la organización laica im­ pusiese política alguna al gobierno. Fuentes políticas indicaron que el hecho de que el ministro considerase necesario hacer uso de la palabra daba una medida de la importancia de los ataques desata­ dos por las facciones anti-Opus. La animadversión contra el Opus Dei se acentuó durante el juicio de Burgos porque los derechistas consideraron que el gobierno no actuaba con firmeza con­ tra los enemigos de Franco. Varios oradores han criticado al go­ bierno por adoptar una posición poco enér­ gica contra el comunismo, y uno exigió la renuncia del gabinete en pleno. Franco, que tiene 78 años de edad, re­ dujo la crisis de diciembre al conmutar a cadenas perpetuas las sentencias de muerte impuestas contra seis de los vas­ cos. -- O-EXIGE RENUNCIE EL GOBIERNO ESPAÑOL Y QUE HAYA ASOCIA­ CIONES POLITICAS Madrid, febrero 17, A.P. y EFE.—El abogado conservador, Blas Pinar, provo­ có hoy una reunión a puerta cerrada, de los dirigentes políticos españoles, al exi­ gir la renuncia del gobierno. Pinar denunció que el comunismo se ha infiltrado en el clero y en el ejército, y censuró al gobierno por no impedirlo. Ha­ bló así ante casi 100 representantes del Consejo Nacional del Movimiento (Cáma­ ra Alta), organismo derechista heredero de la Falange que, aunque no tiene fun­ ción legislativa alguna, tiene como mi­ sión fundamental promover la acomoda­ ción de las leyes emanadas de las cor­ tes (Parlamento) y en general todo lo re­ lativo a la interpretación de las leyes del reino. Criticó Pinar también un reciente ho­ menaje a Picasso, tradicional enemigo de Franco. La reunión política fue convocada a raíz del proceso de los vascos, en diciem­ bre pasado, que provocó la peor crisis de Franco desde la guerra de 1939. Las figuras falangistas y miembros del Movimiento que estaban en el gabine­ te, han sido removidos y sustituidos por funcionarios más liberales. Y eso lo han visto muy mal los conservadores. Pinar criticó un supuesto acercamiento del régimen hacia el bloque comunista. (Pinar había sido cesado en 1962 como director del Instituto de Cultura Hispá­ nica). La reunión fue a puerta cerrada, a pesar de que la prensa exigía puertas abiertas. Y todos los miembros del gabi­ nete, incluso el vicepresidente Luis Carre­ ro Blanco, se hallaban presentes cuando Pinar exigió su renuncia. Franco no asis­ tió a la junta. Se habló en la reunión, por primera vez, de que debe haber “asociaciones po­ líticas” en España; pero éstas “no deben provocar divisiones y antagonismos de partidos políticos”. Se dijo que la situa­ ción actual de España “es grave”. (De Mingóte en “Novedades” de México) — Hay que hacer un buen programa para la democratizaciónn del país. Vamos a ver. Supongamos que estamos en 1725. . . VENTANA A ESPAÑA ESP A ÑA Y SU DESTINO EUROPEO P or F ernando V alera ace algunos años que en mi librito La Evolución de España Hacia una Democracia, explicaba yo la razón de que una zona más o me­ HnosNueva amplia de la opinión pública de mi país, tan sensible siempre al tópico rte la independencia nacional, rechazase con altanería las declaraciones de los organismos internacionales en que se le recuerda al régimen franquista sus orígenes, estructuras y métodos totalitarios. La razón es bien sencilla: el pueblo español no ha podido conocer nun­ ca que esa actitud recelosa de la democracia universal no significa hostilidad contra la nación española, sino incompatibilidad con el cómplice, heredero y fideicomisario de Hitler y Mi.csolini y con su régimen totalitario. Y no ha podido conocerlo nunca, porque las personas dignas de crédito para él, es de­ cir, los dirigentes responsables de la democracia española, han estado desde 1939 condenados al silencio. El monopolio estatal de la información pudo siem­ pre, impunemente y sin contradictor válido, presentar como sentimiento anti­ español el de solidaridad de los pueblos libres del mundo para con el heroico y desventurado pueblo de España. Ahora está ocurriendo lo mismo con la oleada de indignación que el in­ fame proceso de Burgos desancadenó en todas partes, y singularmente en Francia. No es que demos excesiva significación a las manifestaciones pre­ fabricadas con que la dictadura de Madrid ha querido dar la réplica a la indignación espontánea de la opinión internacional. Don Alfonso XIII, que era harto más inteligente que su nieto el príncipe Juan Carlos, sabía muy bien cómo se preparan esas manifestaciones y su escaso alcance político. Se cuenta que, con ocasión de una visita oficial del rey a Barcelona, el dictador Primo de Bivera le hizo observar que había en los balcones de la ciudad m u­ chas banderas monárquicas. —Sí —replicó don Alfonso— ; pero hay más banderas catalanas. —Majestad, yo no he visto ninguna. —Sí —replicó el rey— . En todos los balcones donde no hay ninguna, yo veo una bandera catalana. Aplicando la técnica alfonsina, los observadores avezados; descubrirán que en la ciudad de Madrid, por ejemplo, donde el aparato oficial logró movilizar un centenar de miles de manifestantes en la Plaza de Oriente, para aclamar al Caudillo, había además tres millones de madrileños invisibles que estaban manifestando al mismo tiempo, con su ausencia o su silencio, la hostilidad, o por lo menos el alejamiento del régimen. Estos días, el monopolio estatal de la información está mintiendo una vez más al pueblo español, al darle noticia de la sutil réplica del presidente Pompidou, en la reciente conferencia de prensa, al periodista hispano que le interrogó sobre la manera como la radio y televisión francesas hablan presen­ tado los hechos acaecidos en España el pasado mes de diciembre. Leyendo la prensa española parece como si M. Pompidou hubiese dado toda suerte de disculpas al gobierno de Madrid y mendigado o poco menos, su amistad y benevolencia. Y el pueblo español —los fascistas con regocijo; los republicanos con desesperación— comulgarán una vez más con las ruedas de molino que les sirve el monopolio estatal de la mentira. Sin embargo, la réplica del Presidente francés, aunque sutil y correcta, no puede ser más clara y aleccionadora. “Pregúnteles —dijo al periodista es­ pañol— a los Servicios de la Radio-Televisión Francesa, y ellos le contesta­ rán”. O lo que es lo mismo, Francia es una democracia libre donde los servi­ cios informativos, públicos o privados, no están sometidos a la censura guber­ nativa. Al señor Pompidou le cuesta trabajo explicarse la irritación producida en Madrid por la manera veraz de presentar el proceso de Burgos de tal o cual servicio informativo, y no entiende que ello pueda repercutir en las relaciones de los Estados; pero a la vez, al gobierno de Madrid no le cabe en la cabeza que las relaciones normales con Francia no le permitan extender al país ve­ cino la rigurosa censura que desde hace 31 años impera en España. Replicó también M. Pompidou que él ha “sido educado en la estima de la nación española, una de las más grandes, de las más ilustres y de las más nobles de Europa”. En efecto, su padre era un ilustre hispanista. Pero el se­ ñor Pompidou no necesitó aclarar, porque ello es evidente, que la estima de la nación española no quiere decir precisamente afinidad con el régimen que la sojuzga. “La amistad de España y Francia está escrita en los hechos y es fecunda para los dos pueblos, pero”, y aquí está la clave del sutil pensamiento pompidouniano, “yo creo que es del interés de España abrirse a Europa”. S’ouvrir sur l’Europe. Hace muchos años que los republicanos españoles dicen lo mis­ mo. En 1962, la oposición liberal del interior, de consuno con la del exilio, reunidas en el Congreso del Movimiento Europeo de Munich, lo proclamaron de manera precisa y categórica. Pero abrirse a Europa es una manera sutil de decir que a España le conviene volver a la democracia y a la libertad. Franco es lo suficientemente astuto y sagaz para reconocer desde el fondo de su conciencia que tal es el destino de España. Me consta de buena fuente que así lo manifestó ante el Consejo del Reino, al solicitar dictamen favorable so­ bre si debía o no hacer uso de la gracia en favor de los condenados de Burgos; pero Franco carece, en cambio, de la humildad, la sindéresis y el patriotismo necesarios para reconocer, asimismo, que él y su régimen son el mayor obs­ táculo que se cruza desde hace muchos años en el destino europeo de España. ---------oOo--------AC TIVID AD LITERARIA En su edición “Literatura y Civilización” la casa Editorial “Nolit” de Relgrado acaba de publicar en serbio-croata, “La Literatura españolar” de Gerald Brennan. Este valioso estudio abarca todos los períodos de la actividad li­ teraria en idioma castellano. Arte Vasco Contemporáneo P or A. Jerónimo García t i N ee P alacio de Bellas Artes, el pasado día 20 de octubre, observamos ' varias tendencias que obligan a reflexionar dentro de la actual proble­ mática del arte. El lenguaje prefabricado de quienes imponen como norma una trayectoria de cierta tesis acomodada, no ha podido precisarse en este evento de verdaderas dimensiones. Al explicar, entre bastidores, lo que ello significa, los amantes del arte en su posesión cómoda, no podían profundizar la variante del hombre ante el complejo social actual. El concepto señalaba un límite donde el lenguaje debía arropar con cautela. Las ideas irrumpian coordinadamente ante la serenidad de los exponentes. Si algo cabe de reflejo histórico en esta participación plástica, diremos además de la calidad, un se­ reno ambiente que perfora la duda, pero que admite la dinámica. Estamos en un borde de ilustración orbital. No hemos llegado aún a la órbita gráfica de lo fácilmente comprensible. Estamos en una sociedad que cede también ante el empuje sereno de la matemática, pero no aleja la ciencia en su as­ pecto de investigación plástica. La investigación en el artista que cubre la etapa de ayer para lanzarse a la búsqueda de otros mundo, de otras ideas, de una realidad humanizada que sobrepasa los límites del amaneramiento o de la propia estimación circunferencial, hace que se sitúe en su autén­ tico lugar. Esto es lo sobresaliente de los artistas que han participado en la Exposición de Pintura y Escultura Contemporáneas; vascos, amantes de la fuerza espiritual, física e intelectiva; una combinación que cede recia per­ sonalidad, interpretaron presentarse con sus auténticos recursos; sanos, y mo­ ralmente poderosos. Lo demás, queda en la imagen de quien les estudia, analiza y comprende. En el Palacio de Bellas Artes, surgieron comentarios, el día de la inaugu­ ración, cuyo límite descifraba la incógnita experimental que toma forma y fuerza. Estaban situados en la variedad contemplativa que hace el recorrido del más valorado de los ambientes: el fino y sólido respeto. Esa respetuosidad ambiental, procuró una comprensión verdaderamente estimable; y entonces, las interrogantes tuvieron adecuada respuesta. Se preguntaba con verdaderos deseos de llegar a la sensibilidad del artista. Y así, los exponentes que se en­ contraron el día de la inauguración como el coordinador de la Exposición, pro­ curaron añadir lo que realmente era legible en el entendimiento plástico. En una inauguración como esta, de asombrada concurrencia, de animación no m uy frecuente, las gentes se procuraron la estima hacia el arte que contem­ plaban. Esa verdad, es un don natural que contrae otra responsabilidad; la del acercamiento. Luchando entre la desigualdad del lenguaje, quienes no recorrieron el camino de esa plasticidad, quedaron sorprendidos. El éxito se dibujaba en el ambiente, en la armoniosa permanencia, en ese decir compli­ cado donde el saber m irar y entender, ocupa un privilegio sin igual. Estamos analizando el dominador crítico de una Exposición de calidad. No existe forma que sea aplicada como testimonio genérico, incurriendo en el error, que ese lenguaje es el que corresponde a todo artista. Al inspiramos por otra singlatura, encontramos en nuestra meditación algo positivo, fundamen­ tal, que nos obliga al estudio individual de cada exponente. ¿Por qué son así? ¿Son el fundamento de un arte que se encuentra en la investigación que no fácilmente sabemos colegir? Las interrogantes han de ser analizadas y tienen una respuesta. La evolución constante de las nuevas formas procura un sensible desper­ tar que admite profundas transformaciones. El hombre busca esa perforación de lo caduco para entregarse hacia otros mundos que hagan una mejor so­ ciedad. El artista sabe de eso y quien se estanca, no halla reflejos de tal con­ tinuidad. En el País Vasco, al hallar en el enfoque prudencial del arte de vanguardia la personalidad básica en el ambiente popular, nuestros artistas se sienten más idealistas. Eso es lo que me hace destacar la personalidad in­ trínseca de cada uno de los exponentes. Al esbozar con energía y profundi­ dad, sin importarles las ingratas consecuencias de quienes no lo comparten, combinan el arte con la inquietud fraternal, dentro de estructuras sobrias, sinceras, cuya dimensión se extiende de la creación a la rebeldía; todo in­ teligentemente desarrollado. De esta manera cubren espacios formales para el saber del hombre, y dentro del conocimiento humanístico más que el es­ peculativo. Se idealizan más que el atuendo de la profesionalidad; y siendo profesionales dentro de los volúmenes comunes del hombre ante la sociedad, surge en ellos la dinámica humana conjugada con la idealista. Crean y hacen un arte que próximamente se estudiará con las dimensiones que lo están eje­ cutando. Al hablar con Néstor Basterrechea, Remigio Mendiburu, Vicente Larrea, escultores y el coordinador y escritor José Luis Merino que acompaña a la Exposición desde su punto de origen, el País Vasco, nos encontramos con el fenómeno de la imagen adaptable. Descubrimos su sentido práctico de entendimiento; estudiando sus formas, en arte es bueno llegar a esa combina­ ción del hombre y su obra; la ecuanimidad de sus recursos. M arginan la gran­ dilocuencia rutilante, para sentirse dentro de una sólida perspectiva; la del sacrificio por la sencillez. Creen que son entendidos y su pulcra permanencia busca una plenitud analítica; se entiende que somos nosotros los que debemos analizar su obra y el idealismo que la circunda. La obra se creó y la parte ideológica surge en un entendimiento sin igual, no fácil de hallar en el mundo del arte. Las falsas imágenes que deambulan por el éxito acomodado, no exis­ ten en esta Exposición. Pintura, escultura, grabados, forman una realidad que permanece dentro de la corriente denominada de contenido. Surge, como de­ cimos, el dominio del concepto y el lenguaje lo aplicamos nosotros. Son ele­ mentales la búsqueda constructiva y la inquietud estructuralmente ideológica. Así son; estructuran la obra y la idea, cada cosa a su paso para darle una personalidad sensible, de inm ensidad.. . Podemos asegurar, que la inmensi­ dad en ellos, es un verdadero alarde de trabajo, de humanismo y de salva­ ción del hombre. Así lo explican y lo hacen, entendiéndolo con nuestro len­ guaje, en la desembocadura de los valores euzkerikos. Fuerza expresiva en el avance plástico, que origina la grandeza de for­ mas. Hagamos intención mesurada de los baluartes escultóricos. Eduardo Chillida, profundiza con cautela, valor e inteligencia. Domina los materiales que utiliza con sabiduría obteniendo creaciones grandiosas. Chi- 1)ida es un escultor de nuestro tiempo, que además de analizarse como arte­ sano, se desarrolla como indiscutible maestro de la escultura científica. Causan admiración sus mágicos dominios. Remigio Mendiburu. Su realismo no es tan sólo fuerza extraída del rea­ lismo circundante; es una secuencia histórica puesto que aprendió el deber del estudio y de la concentración filosófica, donde el individuo permanece en constante análisis de su mundo. Mendiburu no es sólo energía, es filosofía del arte; él estudio de la moral plástica con sus dimensiones. Talla y busca mundos; pero sin los paréntesis de taller, de dirección mecanizada; lo hace con unas manos dirigidas por un talento sensibilizado con lo helénico, pero precisado en el mundo y sociedad actual. Todo lo hace en un discurrir hon­ rado, sincero y profundo. Néstor Basterrechea concentra lo matemático con la hondura espiritual. Profundiza sin aparentarlo, evocando las sensaciones humanas; lo que vivi­ mos, lo que nuestra imaginación puede crear. El lo ha creado y lo categoriza sin ambages, sin lirismos, con precisión incontrovertible. Puede o no inter­ pretarse, pero tanto su escultura como la pintura que nos expone, es gesto, sig­ no, personalidad y transparencia espiritual. Vicente Larrea no tan sólo domina la imaginación sino que todo lo que se imagina le da forma. No está concatenado con formas históricas, sino vul­ nerables de lo cómodo, de lo expuesto en sueños. Los sueños de Larrea los hace realidad y no cede ante la geometría analítica ni tampoco ante el loga­ ritmo; no presiona en la estructura formal; la vence, con los mil pensamien­ tos que le surgen para que sus materiales se combinen preferencialmente con sus ideas. Imaginación, que oprime al estancamiento que busca la industria bien entendida, cuyo desarrollo está concentrado en la libre tendencia. Mi ideal, señala Larrea, es dejar ambientarse por la psicología que no determina rma sola reflexión. Busquemos mundos plásticos, para saber que existen, y lo que actualmente hacemos está entre esa realidad que buscamos. Sensibi­ lidad con imaginación, pero personalidad subjetiva y objetiva... José Luis Zumeta; no es tan sólo una combinación dinámica del hombre y la tierra. Es rma expresión del impresionismo abstracto que concurre en el margen especial geométrico. Más allá de la línea y del contorno, existe la gráfica del intelectual aunque las complicaciones matemáticas surjan pode­ rosamente. Agustín Ibarrola, en este inicio de los pintores de la Exposición que co­ mentamos, analiza el proceso humano del hombre y la máquina. Contrae la responsabilidad del débil, el hombre del trabajo, ante la máquina, la ciencia dominante. La industrialización se engrandece, pero la protesta humana del obrerismo, del mundo del trabajo en su apreciación de las defensas del hom­ bre, surgen en Ibarrola en un mural inmenso, de realismo vizcaino, en la temática social. Ibarrola busca en la expresión y la inquietud una rebeldía constante conjugada con una minuciosa realidad plástica. Es un pintor de base ideológica en la militancia artístico-social. Cree en una mejor sociedad y se hace más artista al mismo tiempo que más hombre. Rafael Ruiz Balardi en su expresividad colorista se agiganta. El gigan­ tismo humano en su principal cauce es el enfoque hacia una realidad socioló­ gica. Por ello, su pintura inteligente y dinámica nos trae recuerdos de esa sen­ sibilidad social que perdura y convivimos con distintas formas. Su elocuencia plástica admite profundidad en la creación de formas. Bonifacio Alonso, busca en sus colores una sensible y fina realidad. Su paleta no se complica, pero cada pincelada es un dominio del bisturí plástico. Oteamos horizontes mágicos, pero enérgicos; sensibles y acaudalados en es­ tructuras básicas sin perderse en la acción colorista. Su honradez queda re­ flejada en una exposición de nobles sentimientos. Rafael Lozano Bartolozzi analiza el mundo sensual con expresiones enér­ gicas. Si se recreó a veces, en el estudio de Lautrec, es cosa que no interesa, pero si preocupa su vasta expresividad de ese mundo lautreciano, en la ver­ ticalidad de hoy. Hemos de reposamos mejor, en un futuro estudio sobre este pintor navarro. José María Cundin, vence al mundo decadente; de una sociedad achisterada. Y lo hace con la sagacidad que ese recorrer del mundo moderno le lia ofrecido. Mi incógnita es conocer al hombre y saber la narración de su expe­ riencia en el estudio plástico, sus tendencias sensitivas y su personalidad. Nos queda José Antonio Sistiega. En, su lírica abstracta, existe la mani­ festación de distintas reacciones. Más que lírica interpretativa, podemos con­ ducimos hacia el otro margen; fisonomía incaracterizada, pero psicológica­ mente rebelde. No es uria inventiva caprichosa sino una realización rebelde, de dinamism© constante, de reflejos íntimos que no expresan contornos ni divagaciones, sino constantes inquietudes, penetrada realidad de un mundo suyo, que va explicando con su lenguaje más característico. Sistiega ha de decir más en una explicación, cuyo desarrollo sea la realidad figurativa aun­ que dentro del expresionismo abstracto. Conduce eso, a realizarse más, y a decir todo lo mucho que su pintura debe decir. Análisis inconcluso, que re­ quiere un conocimiento más directo con la obra del destacado pintor donos­ tiarra. Toda esta realidad de la Exposición de Pintura y Escultura Vasca Con­ temporáneas, nos señala los caminos per donde el arte de vanguardia en el País Vasco están situados; nos conduce hacia el objetiyo que las últimas ten­ dencias del arte actual están trazando, pero también hacia la creciente realidad de no navegar en el océano de las formas e ideas caducas. Y en lo histórico como en lo vertebralmente actualizado, lo bueno consiste en una permanencia humana transformadora. Lo que se conserva como testimonio de una obra que no enseña, aunque se realice en el contorno de lo actual, no está vinculado en el ejercicio del acontecer del arte. Arte que enseña, que dio una luz sublime en el ayer, en el pretérito de la creación y que en el discurrir moderno, señala pautas, rutas como las que hemos comentado. El arte bueno tiene siempre una valoración que complace al espíritu y engran­ dece al hombre. La Exposición organizada por el Centro Vasco de México, ha representa­ do, en el inicio de estas actividades, un resurgir que abre al hombre y en este caso a los vascos, las puertas de la realidad futura. Y en este ciclo operante, que denominamos en otros ensayos, trabajos cuya ambientación penetraba en nuestra común familiaridad, surge la manifestación del poder de la diná­ mica euzkerika que en lo social, en el arte y en lo genérico da forma a un mundo distinto, a una realidad fielmente compartida. Lo que prevalece en el País Vasco, dentro de las tendencias sin disfraces, lo admite el pueblo como testimonio honrado de una lucha por alcanzar mundos mejores, lo que huma­ niza doblemente la historia y la personalidad euzkerika. cartas a la redacción TAL COMO VIENE CARTA DE E S P A Ñ A He recibido los libros y los ejemplares de la revista qüe me enviastéis, lo que os agradezco en verdad. Los libros todavía no los he leído, por lo que no me es posible expresaros el juicio que me merecen. He dado preferencia a C. I. de la que he leí­ do todos los ejemplares. A partir de los inicios de la guerra civil de España, he sentido verdadera preocu­ pación por los problemas derivados de las experiencias revolucionarias llevadas a cabo durante aquellos días azarosos. La verdad es que las publicacones que han llegado a mis manos procedentes de Fran­ cia, en términos generales, no abordaban nada en el indicado sentido. Parece que dichos temas eran tabú inabordable. En este sentido C. I. es una excepción. Creo nue resulta insoslayable el fijar posicio­ nes en torno a los problemas capitales de nuesta época, vis a vis de nuestro movi­ miento. La revolución tecnológica, segui­ da de la impresionante progresión indus­ trial, el cambio de tácticas, del neocapitalismo en sus relaciones y enfrentamiento con el proletariado, el “agiomamiento” de la iglesia a partir de Juan XXIII, la rebe­ lión estudiantil a escala planetaria, amén de multitud de factores que resulta im­ posible enumerar, bien merecen algo de atención por nuestra parte. Quizá con prioridad a estos fenómenos, están toda­ vía casi que vírgenes los derivados del intento parcial de plasmar en la realidad nuestras concepciones sociológicas, no siempre con resultado satisfactorio. Los problemas resultantes de la experiencia revolucionaria, más los que se han pro­ ducido con posterioridad a nuestra de­ rrota en un mundo tan distante de aquel, al no haber en España publicaciones que los aborden bajo nuestros puntos de vista, habida cuenta que las que aparecen en Francia los tienen marginados, tienen a la militancia desorientada, sin saber a que atenerse. Creo que los factores so­ meramente enunciados, unidos a otros de inferior trascendencia, que omito por no hacer esta carta interminable, constitu­ yen hitos señeros de nuestro tiempo que no pueden ser ignorados por un movi­ miento que aspira a dejar huella y a in­ fluenciar el acontecer humano. Si he de decir la verdad C. I., no me ha decepcionado, aunque tampoco me ha satisfecho plenamente. Empezaré por re­ señar las facetas positivas, siempre según mi criterio, susceptible de ser erróneo, de­ jando para después los aspectos negati­ vos. C. L, es polifacética. Desborda in­ quietud. Tiene profundidad, variedad y amenidad. Despierta interés, suscita in­ quietudes y afanes de superación. Cuen­ ta con un cuadro de colaboradores valiosí­ simos, difícilmente igualable con elemen­ tos afines. Parece estar provista de bue­ nas antenas para captar la noticia inte­ resante, la nota de actualidad. Mantiene contactos y se procura colaboraciones de personalidades que sin comulgar, íntegra­ mente con nuestros principios, tampoco se hallan muy distanciados y con los cua­ les se pueden tender puentes y colaborar en cierto sentido. Da la impresión de que la Revista se siente inmersa en el tiem­ po actual, se hace eco de las mutaciones aue se han producido en las últimas dé­ cadas, afrontándolas con valentía. Muy plausible el esfuerzo de C. L, por atem­ perar las realidades vivientes y operan­ tes que se manifiestan a escala mundial, tratando de adaptarnos a ellas en lo que tienen de duradero y constructivo, en todo caso inesquivable. Veo claro que la Revista está abierta a las nuevas corrientes que se manifies- tan entre la juventud estudiosa e inquie­ ta, palpitando en sus páginas el afán de descubrir horizontes nuevos, propiciando la acomodación del Movimiento Libertario a los fenómenos insoslayables que se van produciendo sin nuestra intervención. Anclados en vetustos dogmatismos, dis­ tanciados de las realidades de la época y apartados de los movimientos que en mayor o menor escala contribuyen a ge­ nerarlos, vamos directa e irremesiblemente a la inoperancia absoluta, al os­ tracismo seguido de la desaparición so­ cial. Metidos entre los viejos paredones ideológicos, escudándose en la necia pre­ tensión de ignorar las corrientes que di­ fieren de nuestros dogmas, no puede con­ ducimos más que a la completa extin­ ción como movimiento con posibilidades de influir beneficiosamente en el porve­ nir de España y de la humanidad. En bastantes aspectos hemos sido los dog­ máticos del antidogmatismo, como diría Unamuno, otro dogmático de la origina­ lidad y de las paradojas. Visto que aislados no podemos conse­ guir nada positivo y que no somos los depositarios infalibles de la verdad ab­ soluta, como se pretendió y aún se pre­ tende, debemos descender de los espacios nebulosos y afianzar las plantas en la rea­ lidad, poniéndonos a tono, remozando y rejuveneciendo el acervo doctrinal y tác­ tico con nuevas aportaciones. Parece que C. I., ha roto con ciertos aspectos desfa­ sados de nuestro cuerpo doctrinal y que se halla buceando en la búsqueda de nue­ vos caminos y nuevos horizontes viables para la rehabilitación de las ideas. No somos los depositarios de la verdad en exclusiva. También los otros son usu­ fructuarios de su parte de verdad. Unos v otros podemos llegar lejos si, tirando por la borda desfasados anacronismos, so­ mos capaces de forjar la unidad de ac­ ción indispensable a una acción fecunda. En todo lo que antecede creo que C. I., lleva a cabo una labor digna de enco­ mio. Pero a fuer de sincero —otra pos­ tura no cabe entre nosotros— diré que unida a muchas facetas positivas, hay otras de signo no tan alentador. En primer lugar considero un error el furor combativo, reiterado con demasiada contumacia, contra Rusia y las mal lla­ madas democracias populares. No nie­ go lógica a la argumentación que se em­ plea en el indicado sentido, ni pretendo erigirme en defensor del movimiento co­ munista, es más, estoy de acuerdo con esa actitud en el aspecto teórico, no así en el práctico. Pero estimo que reducidas a la nada nuestras posibilidades revolu­ cionarias, hallándose el socialismo refor­ mista actuando en funciones de escuderos del capitalismo a escala internacional y sin excepciones, incapacitados para orien­ tar más o menos con arreglo a nuestros principios los movimientos revoluciona­ rios latentes en España y diversas partes del mundo, habida cuenta que colaborar con el comunismo es un imposible mate­ mático debido a la disparidad de criterios, tácticas y finalidades, me parece que hos­ tigarlos constantemente es hacer el juego al capitalismo. Mayormente cuando a ¡a potencia que lleva las riendas de ese capitalismo desaforado, erigida por pro­ pia decisión en campeona de la reacción mundial, propiciando golpes de estado contra los que no se someten a sus desig­ nios explotadores y alineantes, sustitu­ yendo los sistemas derrocados por otrosumisos en sus pretensiones oligárquicas, no se la trata con la misma dureza. Esta táctica no la estimo correcta. Me refie­ ro a que supera en mucho la agresividad que C. I., emplea contra Rusia, a la que se dirige contra U.S.A. Yo no puedo olvidar que la presistencia de la dictadura en España se halla condicionada por los apoyos que le ha prestado y le presta Yankilandia. Lo mis­ mo puede decirse del sistema de los coro­ neles en Grecia, de las dictaduras exis­ tentes en Hispano-América. mediante los cuales, la potencia en cuestión, entroniza las oligarquías del dinero y en posesión de la tierra y del capital las convierte en viturepables servidoras del capital yanlci. Si hay una invasión de Checoslovaquia, con las etcéteras imaginables, no le va a la zaga en ese aspecto Norteamérica. Por ello, lo menos que podemos hacer es me­ dirlas con la misma vara, atacarlas con las mismas armas dialécticas, repartir mandobles por igual. Creo ver que el es­ tilo y lenguaje de C, I., adquiere dureza diamantina cuando se enfrenta al comu­ nismo y sus trapacerías, perdiendo agre­ sividad y fuerza argumental así como per­ sistencia cuando apunta a la nación que acaudilla al reaccionarismo mundial. Por otra parte sospecho —sospecha que no tiene excesivas bases de sustentación— que C. L, tiene alguna vinculación, o, por lo menos, alguna complacencia con los dialogantes de Madrid. Y celebraría ha­ llarme equivocado. Se ha publicado en sus páginas algún trabajo en el que se pone mocho énfasis en demostrar la autenti­ cidad y en resaltar las facetas positivas del sindicalismo vertical, bien que con una nota de la redacción en la que muestra su disconformidad con la parcialidad del autor. Puntualicemos. Yo no me siento anclado en el inmovilismo. Soy partidario de revisar todo lo revisable. Hace bastante tiempo que me aparté de esas posturas. Desde la guerra y a la vista del compor­ tamiento del pueblo, y aun de las mino­ rías que podríamos llamar rectoras, que me apeé de la Via Láctea. La vida y la experencia, en unión de los fallos obser­ vados durante y después de la guerra, me han hecho ver las cosas bajo prismas no tan exigentes. Yo, si no justifico, com­ prendo y disculpo a los que cansados, desengañados y trabajados por la dura realidad, enfundan las armas y se refu­ gian en el ostracismo, o se pasan a otros movimientos a los que se puede calificar de progresivos. Lo que no puedo admitir ni digerir es que partiendo de nuestro campo y de nuestros principios, se pre. tenda entablar contactos y conexiones con los enemigos de ayer, de hoy y de siem­ pre. Precisamente cuando la sociedad es­ pañola, incluso las fracciones más conser­ vadoras, se apartan del sistema, algunos anarcosindicalistas hacen antesala para ofrecerse a colaborar con el sindicalismo vertical, es inconcebible, con el agravan­ te que ofrecían la colaboración de la C.N.T. Parece que no podían soportar la permanencia por tiempo indefinido en la oposición. Los políticos han tenido más dignidad, no han llegado tan lejos en sus claudicaciones. Estimo que el revolucio­ nario, si realmente lo es, no pacta con el enemigo, nunca cuando tiene el pacto visos de entrega, de claudicación. Cuando no puede actuar públicamente se refugia en la clandestinidad; si le falta madera y condiciones para ello el ostracismo es una posición bastante cómoda, nunca, de nin­ guna manera, jugarle una pasada de esa naturaleza, no ya a la Organización, sino al pueblo español. ¿Qué puntos de coin­ cidencia podía haber entre el Sindicalis­ mo Verticalista y el que tiene por lema el federalismo? ¿Y entre el ideario que tiene por objetivo la desaparición del Es­ tado y el que aspira a su potenciación hasta al más exacerbado totalitarismo? ¿Qué entre un sindicalismo como el nues­ tro que se basa en sus decisiones contan­ do siempre con el criterio de la base, a la que se consulta en asambleas generales y ese simulacro de sindicalismo que niega autorización a los trabajadores para reunirse en junta general para tratar sus problemas y que cuando lo hacen desoyendo las órdenes oficiales van a la cárcel ? Este tema me disgusta. Dejémoslo, pues. Recientemente he tenido oportunidad de cambiar impresiones con dos compañe­ ros con residencia al otro lado de los Pi­ rineos. Lo que me dijeron acerca del es­ tado de cosas existente es bastante des­ alentador. .. T. L. M„ ACLARACIONES DEL GRUPO EDITOR A T.L.M. Nos interesa contestar aunque sea bre­ vemente la parte de la carta que hemos subrayado donde existe discrepancia entre T.L.M. y nosotros. Comprendemos que pa­ ra muchos de nuestros amigos en España sea lógico y hasta obligado el lema “Los enemigos de nuestros enemigos son nues­ tros amigos”; pero no lo que es para nosotros, por estimarlo un producto polí­ tico emocional y circunstancial. Constitu­ ye, en nuestra opinión, una actitud suma­ mente peligrosa, la que en un momento dado puede resultar hasta ?'deida. Equi­ vale a “después de Franco veremos”. Sa­ bemos cuan difícil resulta enfrentarse a un sentimiento convertido en razón polí­ tica y más cuando las especiales circuns­ tancias que lo han determinado perduran por largo tiempo. Es tanto como nadar contracorriente, pero, si la corriente nos lleva al despeñadero, cuando el remedio resulta peor que la enfermedad, lo sen­ sato y lo justo es oponerse a la corriente. Nos he nos ocupado tantas veces del te­ ma que insistir significa repetimos. Quie­ nes hemos escrito y sostenido esta tribu­ na durante nueve años nos definimos co­ mo socialistas libertarios y por ende hu­ manistas y revolucionarios. Repudiamos por principios las estructuras políticoeconómico-sociales del mundo capitalis­ ta, por injustas, absurdas y obsoletas. Y hemos puesto siempre especial empeño tanto en combatir al capitalismo como en encontrar rumbos y medios que habrían de hacer posible la estructuración de una sociedad humana cada vez más justa (re­ comendamos la lectura del editorial de este número), procurando no perder nun­ ca el norte ideal. Si combatimos con insistencia, virulen­ cia inclusive, al comunismo, es por la sen­ cilla razón de que éste se presenta a los ojos de los incautos y en especial a los de la juventud, como verdadera panacea re­ volucionaria, como único medio de salvación cuando a los cincuenta y tantos años de su “revolución” triunfante resulta para toda persona con critero propio y sentido común —sin inconfesables intenciones y resentimientos— el mayor fraude y el peor crimen de lesa humanidad de nues­ tro siglo. ¿Pruebas? ¿Es que son todavía necesarias más ilustraciones y referencias? Al efecto, si no son suficientes las prue­ bas objetivas de ayer, de hoy y de todos los días, quizás sería recomendable la lec­ tura de cables y comentarios chinos acer­ ca de la vida en el mundo comunista bajo la égida de Moscú y viceversa. Si es que los testimonios trágicos de Checoslova­ quia, Polonia, H ungría... y la propia Ru­ sia no resultaran suficientes. No vale la pena insistir demasiado en lo que todos estamos de acuerdo: en cuan­ to a lo irracional y obsoleto del sistema capitalista, pero sí en denunciar el enga­ ño, la traición y el crimen con que, en nombre de los más elevados principios, se pretende retrotraer a la humanidad a los peores tiempos del Medioevo bajo el te­ rror omnímodo de una nueva inquisición. Si lo que acaba de suceder en los pueblos bálticos de Polonia —los pesados tanques de guerra aplastando materialmente al pueblo indefenso que reclama pan y jus­ ticia— hubiese acontecido en cualquier país capitalista las huestes comunistas clamarían venganza a grito pelado, y con razón. ¡Ah!, pero en Rusia o en Polonia o en cualquier “democracia popular”, don­ de ellos son los amos absolutos e incontro­ vertibles, v constituyen la nueva clase pri­ vilegiada, esos horrendos crímenes signi­ fican justicia. Según la “consigna” de Moscú tales “desórdenes” y “protestas in­ justas” son producto de “los enemigos del socialismo, ociosos, maleantes y especula­ dores, marionetas de la propaganda bur­ guesa”, y contra esa insignificante mino­ ría las tropas rusas están listas a inter­ venir, si se hace necesario en Polonia en idéntica forma que antes lo hicieron en Checoslovaquia y en Hungría. Para jus­ tificar —antes no se tomaron siquiera esa molestia— tal atropello y crimen, Breznef inventó lo de la “soberanía limita­ da”. Lo terrible del caso es que nos vamos acostumbrando —no pocos— a ver con naturalidad e indiferencia los diarios atro­ pellos y crímenes del mundo comunista, o mejor dicho, de la minoría que se sos­ tiene en el poder mediante el terror, e inconscientemente estamos ya tratando de justificarlo. Sí, lo sabemos, nuestros comunistas prometen y juran ser diferentes, como siempre, como en todas partes, mientras están en la oposición, hasta que asaltan el poder, jamás reparando en medios. En Espeña “con la hoz y el martillo en una ma­ no y la cruz en la otra”, según augura Santiago Carrillo; en Cuba con escapula­ rio al cuello, de la Virgen del Cobre. . . No, nosotros no queremos ser cómplices de tales vesanias. El mal del comunismo está en la doctrina, la praxis y su sis­ tema administrativo. Stalin no'fue una desviación o aberración —a quien bajo su reinado los comunistas hicieron un Dios— sino un producto natural y neecsario para el mantenimiento del régimen. Ahi está, flagrante, la demostración: Rusia y todo el mundo comunista, ha tenido que volver a los procedimientos stalinianos tras el breve deshielo: a los muros de ignomi­ nia y las alambradas electrificadas en las fronteras, para que sus pobladores no abandonen en masa “el paraíso” de la dic­ tadura del proletariado. ¿Más claro? 5>t !j| Por lo que se refiere al debatido asun­ to, relativo a las conversaciones en Ma­ drid de las que se derivaron los cinco pun­ tos, C. I. tuvo abiertas sus páginas a las más diversas y encontradas opiniones, sin más limitación que la que impone la corrección en el lenguaje, lo cual es fá­ cilmente comprobable ojeando la colección de la revista. / GIGANTES EN CRISIS Estados Unidos y Rusia, Hermanos Involuntarios P or W alter B eck (KIELER NACHRICHTEN, KIEL) internas de los Estados Unidos son harto conocidas y evidentes. Por contra, la crisis interna de la Unión Soviética es sólo palpable en detalles, en la discriminación y persecución, por ejemplo, de individuos y minorías; una discriminación y una persecución de las que un poder como el Kremlin no puede prescindir al parecer. Pero lo más importante de estas manifestaciones de crisis es la seme­ janza de la motivación de la protesta en ambos países. “Ustedes trastornan el futuro”, se dijo a los gobernantes, tanto en los Estados Unidos como en la Unión Soviética. En realidad, ambos estados, en su afán de convertirse o continuar siendo una primera superpotencia, han descuidado increíblemente las tareas del fu­ turo, que no se pueden resolver con el ansia de preponderancia sino con la cooperación. El hecho de que ambas superpotencias no hayan modificado su compe­ tición militar e industrial —las negociaciones SALT son ejemplo fehaciente— y el hecho de que se encuentren muy alejadas de superar su estrecha men­ talidad, las delata como los grandes reaccionarios de la época. No es, pues, de maravillar, que para las enfermedades internas de sus países no apliquen más que emplastos que no pueden eliminar siquiera los síntomas externos. Todos los medios usados hasta el presente para remediar la escisión racial de la nación norteamericana se han revelado insuficientes. En la Unión Soviética hay que añadir a la incapacidad para analizar la causa de la enfermedad un inmovilismo espiritual e intelectual que toda­ vía hoy —como ya en los tiempos de Catalina II— no ve en la crítica más que insubordinación o rebeldía. Pero no sólo las motivaciones son idénticas en ambos países; también lo son los impugnadores. El Kremlin se siente perplejo ante los estallidos de desesperanza como los habidos recientemente en Polonia; y, sobre todo, ante las aspiraciones de cien­ tíficos, artistas, técnicos y jóvenes que —como se sabe hoy— se opusieron a la invasión de Checoslovaquia y no reconocen como bastión de paz y segu­ ridad el edificio socialista artificialmente erigido. Washington no se siente menos consternado a la vista de la nueva ge­ neración progresista dirigida por los intelectuales, para la que no significa nada la grandeza ni la riqueza del país, ni los antiguos ideales de libertad. Declarando réprobos a tales exponentes de la protesta, como se ha aven­ turado Nixon, y anatematizando a las fuerzas antisocialistas, (partidarias del nuevo socialismo), como es usual en el Kremlin, no se puede esclarecer la situación. as dificultades Los espíritus inquietos de este decenio no se ajustan a ningún esquema burocrático occidental u oriental. Si, además, los gobernantes pierden la calma y el sentido de la proporción, es ello resultado del desmoronamiento de la idea que considera natural el poder, en el caso de los dictadores ha dejado de ser demasiado grande y en las democracias está desacreditado de antaño. El resto del mundo, que depende sin excepción de las superpotencias, ve con inquietud tales manifestaciones de debilidad. Moscú, desde siempre, replica con la violencia a las dificultades internas, compensando de puertas afuera esa actitud. Y esa situación no cambiará nada con meros tratados o declaraciones de renuncia al empleo de la fuerza, cuando al Kremlin le parece necesaria una “normalización”. Estados Unidos, por su parte, es cada vez más incapaz de cumplir con sus obligaciones globales. Y esto significa para el continente europeo, atena­ zado entre las dos superpotencias, que no se pueda abandonar ad infinitum ni al manejo de los soviéticos en torno a la paz, ni a la ayuda norteamericana. Mas es acuciante el peligro de que la violencia, de la que se deja llevar la joven generación por temor al futuro, y la impotencia del poder estatal, estrechen hasta hacerla intransitable, la senda entre la anarquía y el des­ potismo. Europa, que se enfrenta a idénticos problemas, no puede señalar con el dedo a las grandes potencias. Intenta también cubrir únicamente los sín­ tomas con un alud de reformas que, precisamente por su elevado número, más bien habría que llamarlas reformistas. El Viejo Continente tendría que recor­ dar que, a través de siglos hasta la misma época contemporánea, dio impulsos espirituales e intelectuales tanto a América como a Rusia. Entre las superpotencias, que no ven o no quieren ver ese caráccter co­ mún de sus problemas, podría surgir para los europeos una tarea futura que supere con mucho los esfuerzos por un relajamiento indefinible de la tensión. Para ello hay que tener u n poco de fe en la gran potencia espiritual que es Europa. MONTSERRAT... (De la 2a. de forros) En primer lugar, repudiamos el proce­ so de Burgos, de acuerdo con los puntos expresados por los abogados defensores, al mismo tiempo que nos solidarizamos con los movimientos de recusación del mismo que se han producido y se pro­ ducen en el interior y en el exterior. En segundo lugar, reclamamos que se tomen inmediatamente las siguientes me­ didas: 1) .—Que quede sin efecto cualquier condena que pueda ser dictada por el tri­ bunal de Burgos. bandidaje y terrorismo y sean abolidas las jurisdicciones especiales. 4) .—Que sea abolida la pena de muerte para toda clase de delitos, 5) .—Que se establezca un Estado au­ ténticamente popular que garantice el ejercicio de las libertades democráticas y de los derechos de los pueblos y naciones que forman el Estado español, incluido el derecho de autodeterminación. Por último, manifestamos nuestra com­ pleta adhesión fraternal al pueblo vasco y a sus reivindicaciones, que son las nuestras. Montserrat, 13 de diciembre de 1970. 2) .—Que se promulgue una amnistía general para todos los presos políticos y (La lista de asistentes a la asamblea de sociales, los sancionados y los exiliados. 3) Montserrat puede verse al pie del texto original catalán.) .—Que se derogue el Vwreto-lev de MIGUEL DELIBES Parábola del Náufrago EDICIONES DESTINO, TALLERES 62, BARCELONA, JULIO 1969. 236 PAGINAS P or J osefa R ivas e aquí una novela que va a dar mucho que hablar y que pensar, de ar­ quitectura perfectamente meditada, compuesta a priori, y no “a lo que Hsalga”, según el dicho unamuniano. Parábola del náufrago resume, con la elo­ cuente economía de su autor, las inquietudes sociales, las preocupaciones psi­ cológicas de nuestros días y el mundo caótico hacia el que caminamos, pre­ sionados por las imposiciones de la burocracia y mecanización de las que ya no sabemos desprendemos. Novela social de crítica contra los regímenes dictatoriales de cualquier color, es sin duda alguna de difícil interpretación y que requiere varias lec­ turas. En efecto, es necesario tener mucha fe en Miguel Delibes para conti­ nuar la lectura más allá de las primeras veinte páginas; pero es verdad que una vez “hecho el esfuerzo” el lector se siente irremediablemente obsesio­ nado por descubrir los numerosos enigmas encerrados en la endiablada pa­ rábola, y solucionar esta maravillosa ecuación que el novelista planteó como piezas sobre un tablero de ajedrez, sólo que aquí el tablero es “el pequeño cuadrilátero de tierra roja subsolado”, es decir Checoslovaquia. Nótese que el libro está dedicado “A Jacinto San José” no sólo en español sino también “A Giacint Sviatoi Iosif”, en checo, y que la novela lleva como epígrafe: “Mi sentimiento principal es el miedo”, tomado de Max Horkheimer, el intelec­ tual desilusionado del socialismo. No olvidemos tampoco que a principios del 68 Miguel Delibes había visitado Checoslovaquia y había adivinado el terror en los ojos de los ciudadanos de Praga —aquellos ojos azules que mentían esperanzas—. Las observaciones de Delibes periodista habían sido reunidas en su Primavera de Praga, y hoy tenemos en Parábola del náufrago la novela de las inquietudes del Delibes escritor y profesor de Derecho, del hombre que aún cree en el hombre y que ha penetrado en los problemas más íntimos de los Jacintos. Debido al poco espacio de que dispongo simplificaré en un párrafo el te­ ma novelesco: Jacinto, un empleado público, sabe a donde le lleva el Sistema, representado por Don Abdón. Sabe que el estado de felicidad (dentro del Partido) consiste en dejar de tener ideas, y que el suyo no es un sistema revolucionista sino re-evolucionista, aunque retrógrado, y sabe todo esto por­ que su antiguo compañero de trabajo, Genaro —que abre la narración— es un perro completamente dichoso, que no necesita ni hablar, que cuando quiere beber en vez de tener que decir “a-gua”, le basta con su ladrido “gua-gua”. Y a pesar de toda su sabiduría, preocupaciones y miedo (manifestado en ado­ ración hacia Don Abdón, “el padre más madre de todos los padres” ), Jacinto San José cierra la novela siendo un jacintosanjosé, que se ha incorporado, como última solución, a los subdegradados, con un dócil Beeeeeeeeeé! La alusión de Kafka al tocar el tema de la Parábola se hace imperativa, y no únicamente porque La Metamorfosis sea su fuente más próxima, sino también por la serie de símbolos de que ambos novelistas hacen uso. Since­ ramente, no creo que sea posible comprender Parábola del náufrago sin antes leer a Franz Kafka. Obsérvese, por ejemplo el nombre Samsa (Sa-m-sa) y el ya citado Don Ab-dón capicúa en el que hace hincapié nuestro novelista, el cerrojo, el doctor, la torre de Babel. . . el egócero, esa invención tan bien deliberada (¿de Delibes?), que no es sino uno de los monstruos del mundo mítico del subconsciente, como el Odradek de Kafka, y que Miguel Delibes nos da como un símbolo de la sociedad checoslovaca, sociedad de cabezas di­ secadas. El cero absoluto, ya que he mencionado el ego-cero, está diseminado por la novela que comentamos. El pobre Jacinto se marea al hacer ceros que el doctor insiste que son oes y se marea también mientras se prepara unas al­ bóndigas (M. D. sigue teniendo su humor). El perfecto contrapunto, la vuelta al principio, el círculo vicioso del seto en el refugio de recuperación, el retro­ ceso en el tiempo, la anulación del individuo. . . todo esto hace de esta obra, la novela nihilista pura, la novela de la nada-nada. El hecho, también, de que la parábola se nos dé en una asociación de ideas de Jacinto o sueño, y no en otro plano más asequible de los varios en que discurre la acción principal, y de aue al fin de cuentas no tenga utilidad ninguna ni aplicación posible para Jacinto, lleva al lector en vilo a conclusiones extremadamente tu r­ badoras. Las técnicas estilísticas del Delibes de Parábola del náufrago son una perfecta asimilación de todos lós ismos imaginables aparecidos hasta hoy. Mo­ vimientos dadaista, poesía concreta, con sus audacias tipográficas, ramonismo. . . todo tiene aquí su función. Mas nunca estos métodos —tan frecuente­ mente empleados como simple snobismo— tuvieron una raison d'etre tan bien fundada como es su inspirada aplicación en Parábola del náufrago. Con esta novela del objetivismo más acabado, a la manera del Sánchez Ferlosio del Alfanhuí, del nouveau-roman de Robhe-Grillet, de Michel Butor, de Natalie Sarraute. . . Delibes marca un hito, que pone fin al complejo de inferioridad de la narrativa española de hoy. 0 O 0 - GALLEGOS, ZAHORI “Este mal es incurable. Está en la sangre. Somos incapaces para la obra paciente y silenciosa. Queremos hacerlo todo de uní golpe; por eso nos seduce la forma violenta de la revolución armada. La incu­ rable pereza nacional nos impulsa al esfuerzo violento capaz de he­ roísmo, pero rápido, momentáneo. Después, nos echamos a dormir, ol­ vidados de todo. ¡Todo o nada! Pueblo de aventureros que sabe arries­ gar la vida, pero que es absolutamente incapaz de consagrarla a una empresa tesonera. A l fin, nos quedamos sin nada!'. (En “El Ultimo Solar") Mensaje de Jean Cassou En París, el 22 de diciembre de 1970, la Alianza sindical espa­ ñola celebró, en la sala de la Mutualité, un mitin de solidaridad con los resistentes vascos, juzgados y condenados por el tribunal militar de Burgos. Con tal motivo fue enviado el siguiente mensaje: “Queridos amigos míos: El combate continúa por todas partes a pesar de la represión. Grecia, Portugal, América latina, Checoslovaquia, Polonia y España, aún y siempre España. El mismo abominable tirano, inventado por Hitler y Musolini, instalado en el poder encima de un millón y medio de cadáveres de españoles. De la manera más insolente recuerda al mundo el crimen que lo llevó al poder, y lo reivindica. Dice al Universo: ‘No olvidar que comencé mi aventura con la masacre de Guernica y que estoy listo para reanudar mis acciones masacrando el mismo pueblo vasco que defiende sus li­ bertades aún hoy como las defendía durante la guerra de liberación’. ”Nada ha cambiado del personaje ni de su sistema. Las mismas fuerzas lo sostienen. Bajo la máscara de la Falange y del Opus Dei y con la placen­ tera complicidad de todos los gobiernos y de todos los regímenes sean del ca­ pitalismo americano o del imperialismo soviético. ”E1 poder franquista, siempre el mismo, no pretende nunca contradecirse ni tener en cuenta ninguna afección que lo comprometa con las fuerzas libe­ rales de Europa. ¿Para qué darse este trabajo? El tirano sabe que seguirá recibiendo capitales, dólares, aviones y turistas. ”E1 miedo y el pánico que el tirano sabe sortear, entretener, suscitará en todos los momentos al margen de su fuerza impresionantes manifestaciones de entusiasmo iguales a la que por el mismo miedo y pánico se suscitó en 1968 en los Champs Elysces. No importa el país que sea el miedo es el resorte que pone en movimiento esta cantidad de gente que en el lenguaje romántico se nombra “La mayoría silenciosa” y que en lenguaje más familiar yo no sé quién lo ha llamado: “La borregada”. ”E1 poder es siempre el mismo, los carneros que respaldan y aclaman son también los mismos: El Pueblo. Queridos amigos que estáis reunidos esta no­ che, entre vosotros hay trabajadores españoles, llegados de todas las provin­ cias de España, vascos, catalanes, castellanos, gallegos, asturianos, andaluces; hay desterrados, refugiados, exiliados e hijos de exiliados, combatientes de la guerra civil de España y combatientes de nuestra resistencia y de nuestro maquis. A todos yo dirijo el fraternal saludo de viejo amigo que soy de la España Republicana, revolucionaria y libre. 1 Literario y crítico francés, uno de los más notables y conocidos en su país y en Europa. Entusiasta hispanista. ”Si nuestros enemigos se proclaman una mayoría yo no creo que vos­ otros seáis una minoría. Vosotros no sois ni mayoría ni minoría: vosotros sois una totalidad. Vosotros representáis todo el pueblo español, sí; el pueblo es­ pañol en su totalidad, su integridad, su verdad, todas las Españas en su reali­ dad histórica e indestructible, esta España allá puede estar oprimida, ensan­ grentada, ella de momento está quieta pero no está muda, ella grita su vo­ luntad y su pasión, ella lo grita en vasco en catalán y en castellano. Ella lo grita en la lengua de los españoles que quieren ser hombres, hablar como hom­ bres. Esta España, la vuestra, mis amigos, es y será libre. ¡Viva el pueblo español! ¡Viva la libertad!” 0O0--------- EL HAMBRE QUE NOS RODEA Es tema controvertido el problema del hambre, del crecimiento desigual entre producción alimenticia y población. Se teme que habrá antes de que finalice el siglo demasiados hombres en la tierra y no serán suficientes los alimentos, como ya ocurre en algunas partes. La situación se presenta como una guerra que debe ser ganada. No es extraño que sean los bien alimentados los que se preocupen por el problema. Aquellos con hambre congènita y generacional sólo pueden plantearse el problema urgente de la subsistencia inmediata. Los ham­ brientos representan las dos terceras partes de la población mundial. Es el hambre de los subdesarrollados lo que aterra a los que co­ men y viven bien. En su angustia tratan de frenar la explosión demo­ gráfica. Pero la realidad es que los pueblos padecen hambre, miseria, ig­ norancia e insalubridad cuando son colonizados, explotados, maltra­ tados. Los países imperialistas aprovechan las enormes riquezas natu­ rales de los países neocoloniales, pero, jamás se preocupan en pro­ curarles mejores condiciones de vida. Ahora, como consecuencia his­ tórica, el hambre del Tercer Mundo, la de los explotados, amenaza con convertirse en hambre mundial. El hambre deberá ser combatida con el impulso a la agricultura: mejoramiento de semillas, equipamientos suficientes, asistencia téc­ nica, fertilizantes, créditos, agua, adecuados canales de distribución. Las técnicas que pueden hacer posible ganar la guerra al hambre están m uy desarrolladas, pero los espíritus evolucionan más lenta­ mente que ellas y los pueblos más desarrollados y ahitos no abando­ nan su actitud de ciego egoísmo para ayudar a ese Tercer Mundo a salir de la rhiseria en la que los hundió su explotación. M agdalena de B astién documentos UN PLANTEO DE LA JUVENTUD ESPAÑOLA SOBRE SINDICALISMO En 1969 se reaizó en España el cuarto pleno del Consejo nacional de cierto sector de la juventud español (Frente Nacional de Juventudes). Uno de los temas del mismo fue “El Sindicalismo y la Juventud” y se aprobó una ponencia que podría ser objeto de amplio y debatido examen en un clima de libertad en España que, como es bien sabido, no existe; pero, sin embargo, creemos que merece conocerse por la doctrina que refleja y por las soluciones que propicia, nada factibles ciertamente sin derribar el muro de la dictadura imperante. Sería posible poner a esa ponencia los puntos sobre las íes; pero en conjunto es un documento po­ sitivo en algunos aspectos, en cuanto que marca un cauce a la rebelión universal de la juventud hacia metas constructivas. La rebelión de la juventud contra las estructuras que le deja el mundo de los adultos es uno de los fenómenos característicos de nuestra época. Pero si bien la juventud es una etapa transitoria, caben en ella, no únicamente la nega­ ción y la protesta, sino la orientación definitiva para que el mundo de mañana sea distinto del que se ha conformado por salvadores providen­ ciales históricos, por intereses de casta, por las doctrinas de sumisión, de la resignación y de la injusticia. En 1968, y más o menos la situación no es m uy distinta en 1971, había en España más de seis millones y medio de jóvenes entre 14 y los 25 años; de esa cifra más de tres millones y medio correspondían a la población trabajadora, un millón y medio holgados al sector industrial y un millón al sector servicios. La incorporación a la vida activa de esa juventud podría ser el comienzo de un nuevo orden o la continuidad del proceso de descomposición y desintegración ele un régimen caduco. “Un sindicalismo que sólo actuase como moderador en los con­ flictos del capital y el trabajo no atrae a la juventud y por eso se desea que el sindicalismo vuelva a sus orígenes exigiendo y planteando con rigor y eficacia la transformación de la actual sociedad española y la creación de un nuevo orden en que la prosperidad del desarrollo eco­ nómico se halle compensada por la justicia de la socialización de los medios de producción, y donde pueda establecerse una democracia social, concreta, de intereses y situaciones, basada en la libertad del hombre y en la real igualdad de oportunidades.” La ponencia a que nos referimos dice así: El Sindicalismo Español Aun cuando el Sindicalismo puede con­ siderarse fundado en la naturaleza social del hombre, sólo surge en un momento histórico concreto y en virtud de unas circunstancias determinadas como reac­ ción de los “trabajadores” ante la “socie­ dad industrial”, producto del maqumismo, el capitalismo económico y el liberalismo jurídico, que trajo como consecuencia la explotación del trabajador y su conversión en “proletario”. Condicionado en su nacimiento por la “sociedad industrial” el Sindicalismo ha ido modificándola y modificándose al com­ pás de las tensiones de aquella, hasta lle­ gar, en su evolución, a constituirse como movimiento creador de una nueva socie­ dad. Al “capitalismo familiar” correspon­ de un “Sindicalismo de oficio”, al “capi­ talismo industiral y financiero” un “Sin­ dicalismo de clase”; al “capitalismo mole­ cular” de grandes oligopolios financieros con elementos de capitalismo de Estado, corresponde un “Sindicalismo de repre­ sentación y gestión” y, por último, en nuestros días, a la época de la “produc­ tividad”, la “autonomación” y el “des­ arrollo socioeconómico” corresponde un “Sindicalismo integrador” que pretende la construcción de una nueva “democracia social”. El Sindicalismo español actual, aun cuando recoge las experiencias sindicales anteriores, no es producto de una evolu­ ción históricai Nace como consecuencia de toda una evolución política, social y económica que basada en “la libertad pro­ funda del hombre”, trató de romper el dilema “capitalismo-marxismo” dramáti­ camente planteado en la España de los años treinta. El Sindicalismo español que hoy nació, por tanto, para crear un “or­ den nuevo” una “nueva sociedad”, más allá del liberalismo capitalista y el tota­ litarismo marxista, donde, con el desmon­ taje del capitalismo y su concepto de “em­ presa”, no se daría la explotación del hombre por el hombre, desaparecería la alienación de las masa? trabajadoras, y la “plusvalía” no iría a parar a manos del capital ni a manos del Estado, sino que revertería al propio trabajador. Los homhres que en España lanzaron a sus compatriotas en pos de unos “nuevos ideales” tenían clara conciencia de que la nueva clase dirigente, fundadora de la nueva sociedad, no podía ser otra qua la de los trabajadores y plantearon el Sindi­ calismo español como el cauce que cana­ lizará la ascensión de los trabajadores al control y la dirección de la sociedad es­ pañola hasta transformarla en una nueva democracia social. La juventud ante el Sindicalismo español 1.—Lo que hoy se llama “rebelión de la juventud” es un fenómeno mundial al que no se encuentra explicación satisfac­ toria. La protesta radical de la juventud ante las estructuras vigentes no tiene pa­ rangón en la historia del mundo. Los es­ quemas explicativos utilizados sobre la existencia de grupos al servicio de las po­ tencias enemigas que aprovechan las in­ quietudes juveniles o las malas inclina­ ciones de la juventud, más bien denotan pereza mental, incomprensión o un con­ fuso deseo de beneficiarse con los hechos. Tanto el mundo occidental como el oriental, en las sociedades capitalistas co­ mo en las marxistas, parece haber sonado la dramática flauta que en la Edad Me­ dia dejó al viejo Hamelin sin juventud. No se trata del repudio transitorio de los jóvenes al mundo de los adultos. El pro­ blema es más hondo. La juventud del mundo plantea con carácter permanente, el rechazo de las estructuras vigentes y eleva a ideas de vida su no integración en las mismas. Ante las injusticias, que siempre han existido, la juventud de cada época ha lanzado su ataque transitorio e ilusiona­ do. Detrás del gesto de rebeldía existía el ideal de una nueva sociedad. Hoy el ideal juvenil no exige la creación de na­ da nuevo, y la rebeldía de la juventud se manifiesta en un anarquismo nihilista fioreal y semipacífico. La tradición histórica de la juventud consistía en ser la vanguardia de los mo­ vimientos revolucionarios. Pero una revo­ lución implica siempre un esfuerzo posi­ tivo. Para ser revolucionario hay que transformar el no rotundo e inicial que se opone a la sociedad vigente, en un mundo ideal de realizaciones positivas. Puede ser que la juventud de nuestro tiempo no haya realizado aún esta fuer­ za. Es probable, sin embargo, que, por primera vez en la historia, la rebelión ju­ venil no lleve esa dirección. En todo caso no se puede despreciar el fenómeno juvenil. Si ser contemporáneos significa vivir ya en el futuro, carecería­ mos de contemporaneidad si no tratára­ mos de develar lo que sucede en quienes van a protagonizar el porvenir. En nuestro mundo, junto al fabuloso progreso científico y técnico, junto a la sociedad del bienestar, junto al desarrollo socioeconómico, se da el contrasentido del atraso técnico de la mayoría de los pue­ blos. del fenómeno del hambre a escala mundial, aue afecta a la mayor parte de la población del globo, y de la insolidari­ dad humana que estalla en guerras, opre­ siones e injusticias. No es que antes no sucediera igual. En nuestro mundo, sin embargo, el progreso de las comunicacio­ Las estructuras actuales en el bloque oc­ nes y de los medios informativos hace cidental niegan al hombre la igualdad de que el hombre de hoy tenga siempre ante oportunidades en la utilización de los bie­ sus ojos el espectáculo de todos sus seme­ nes y, a la gran mayoría, el mínimo vi­ jantes. Es en este contexto donde es pre­ tal suficiente; el bloque oriental le niega ciso develar el sentido de la “rebelión al hombre la libre utilización de su pro­ pio espíritu. El marxismo produce opre­ de la juventud”. a) .—El mundo de los adultos represen­sión y el capitalismo injusticia. Ninguna ta para la juveptud el fin de la era sote- estructura parece válida, 2.—En España el problema juvenil no riológica. Si el hombre, a lo largo de la historia, ha faltado gravemente a un se plantea con la gravedad que en otras mandamiento divino ha sido al “Adorarás sociedades. Existe, sin embargo, en la ju­ al Señor, Tu Dios, y sólo a El servirás”. ventud universitaria y en grupos de la La historia del mundo es la sucesión con­ juventud trabajadora la actitud de pro­ tinua de los distintos ídolos humanos que testa y el sentido de repudio frente al los hombres han adorado. En nuestros días mundo de los adultos. En España también estos ídolos se han derrumbado. La juven­ se denuncia la injusticia y la opresión de tud no puede tener fe ante ningún tipo de las viejas estructuras. Pero en la juven­ “salvador histórico”, porque sabe a los tud española, al menos en algunos grupos desastres que esa fe conduce. Dios no ha de ella, puede vislumbrarse la idea de una muerto aunque Nietszche lo proclamara, sociedad mejor que hace del nihilismo ju­ pero sí han muerto los dioses humanos, venil una simple etapa transitoria. El dilema capitalismo - marxismo se los héroes salvadores y también las falsas imágenes del Dios verdadero construidas planteó trágicamente en España hace más a su conveniencia por los grupos, las cla­ de treinta años. La esperanza de una so­ ses y las naciones. ciedad más libre y más justa arrastró a b) .—El mundo de los adultos es paralos jóvenes de entonces, de uno y otro la juventud un mundo fundado sobre el lado, a una guerra civil y al intento de miedo. El poder nuclear, repartido entre una gran revolución. El día 18 de julio de dos grandes bloques, ha creado una socie­ 1936 fue para todos los españoles el esta­ dad internacional cuya única seguridad es llido de las viejas estructuras, la caída el terror cósmico. La bipolaridad de poder del antiguo Régimen. Sin embargo, trein­ nuclear exige no sólo la igualdad de poder ta años después, muchas “viejas estruc­ objetivo, sino la creencia subjetiva en esta turas” permanecen. La juventud actual es igualdad. Es preciso, a toda costa, man­ antirretórica, no tiene fe en los dioses hu­ tener la igualdad de terror. El miedo, en manos y desea en todo “autenticidad”. Ba­ el mundo de los adultos, conserva la paz, jo sus inquietudes y protestas subyaee el estimula el progreso técnico y hasta hace mismo no rotundo con que los españoles posible la socialización del mundo capita­ de hace treinta años se encararon con la lista y la liberalización del mundo mar­ sociedad de su tiempo. La transforma­ xista. Pero el miedo lo único que no pue­ ción de la sociedad puede constituir el de fundamentar es la confianza en el fu­ ideal que dé sentido revolucionario a la turo. rebeldía de la juventud española. Ló úni­ c) .—El mundo de los adultos es para laco que se necesita son cauces que permi­ juventud un mundo donde predomina la tan a los jóvenes españoles actuar en este insolidaridad, el egoísmo y la hipocresía. sentido. No se puede exigir fe ciega ni Las causas más nobles han servido siem­ utilizar métodos paternalistas. Se puede, pre a intereses de grupo o de clase. Los en cambio, abrir los caminos para la ju­ mitos que ha suscitado el esfuerzo colec­ ventud y enseñarla que una gran revo­ tivo han llevado a los hombres a la ca­ lución puede traicionarse tanto retardán­ tástrofe y al aniquilamiento. El crepúscu­ dola como precipitándola. El mundo de lo de los mitos es también el atardecer de los adultos de hoy tuvo en España el mis­ un mundo que se ha fundado en ellos. mo sentido que hoy plantea la rebalión El “tened cuidado con los mayores de juvenil, aunque la circunstancia era dis­ 30 años” gritado por los universitarios de tinta. Los hombres de la guerra y de la Berkeley supone la desconfianza, la deses­ paz han de tomar conciencia de que la peranza v el nihilismo elevado, a ideal de transformación de un pueblo no es tarea vida. Todo esfuerzo —según los portavo­ que competa a una sola generación. ces de la rebelión juvenil— conducirá a 3.—El Sindicalismo español actual na­ aumentar la injusticia, el miedo y la opre­ ció en los años treinta, como consecuen­ sión. Sólo cabe la destrucción como lema. cia de toda una concepción política, social y económica que se proponía transformar rales, es misión fundamental del mismo, radicalmente el país superando las ten­ consecuencia ineludible de su fin primor­ siones entre el capitalismo liberal y el so­ dial de defensa de los intereses de cuan­ cialismo marxista que estallaron en la tos españoles participan en el mundo del guerra civil española. Pero el Sindicalis­ trabajo y la producción. La integración de mo español no fue creado “exnovo”. Las la juventud tanto trabajadora como inte­ experiencias sindicales anteriores del mo­ lectual, sólo se conseguirá a través de cla­ vimiento obrero español fueron recogidas ras actitudes públicas en que los fines del y potenciadas por los hombres que en Sindicalismo se proclamen y se reálícen. En consecuencia con lo expuesto el IV aquellos años lanzaron el ideal de una nueva sociedad libre y justa, donde todos Pleno del Consejo Nacional de la Juven­ los hombres, por el simple hecho de ser tud presenta las siguientes: españoles, tuvieran la oportunidad de lle­ var una vida digna, libre de opresiones de R E C O M E N D A C I O N E S la misma y de los abusos del Poder. El Sindicalismo así concebido era funda­ Primera mentalmente tres cosas: a) .—Instrumento de lucha para desmon­ 1. —El Sindicalismo español, por su ba­ tar la economía capitalista y lograr una nueva ordenación económica nacional don­ se humanista y su carácter revolucionario de la empresa, el capital, el trabajo y la ha de considerarse heredero directo de las propiedad fueran radicalmente reforma­ ideas que le dieron vida, así como de to­ dos en su concepto, situación y relaciones, das las experiencias sindicales anteriores armonizando sus peculiares intereses y y de la lucha y aspiraciones del campesi­ sometiéndolos al bien común de los es­ nado y el movimiento obrero'' español. 2. —La Organización Sindical española, pañoles. b) .—Instrumento de diálogo y armoníaaun integrando a todos los factores de la en las relaciones entre capital y trabajo, producción, debe constituir, ante todo, el de suerte que los intereses peculiares de medio de incorporación, público y repre­ empresarios y trabajadores tuvieran siem­ sentativo, de los campesinos, los obreros pre abierta la vía de la conciliación y no y la nueva clase del trabajo. 3. —Junto al fin específico y singulardestrozaran el país en una permanente de la defensa de los intereses de las fuer­ lucha de clases. c) .—Cauce para conseguir de manerazas del trabajo v la producción, propo­ evolutiva, rápida y pacífica el acceso de niendo soluciones e interviniendo en la las clases trabajadoras a los puestos de reglamentación del trabajo, el Sindicalis­ mo español debe recabar como su misión dirección. La evolución del Sindicalismo español fundamental la transformación de las es­ ha sido una evolución inmanente, es decir, tructuras sociales, económicas y cultura­ provocada y encauzada por los propios les hasta conseguir una “nueva sociedad” dirigentes sindicales, sin obedecer a pre­ donde sea posible la libertad del hombre, siones exteriores ni interiores. Tal vez la democracia social, el desarrollo econó­ por ello, al atender, sobre todo, a la evo­ mico y la socialización de la producción. lución de las estructuras sindicales, se ha ido borrando en la vida española el pa­ Tercera nel fundamental del sindicalismo como De la juventud española comprendida instrumento de transformación políticosocial de las estructuras y como doctrina entre los 14 y los 2 años que puede es­ que debe formar a las juventudes. Temas timarse, con aproximación, en 6 06(5 995 como la reforma de la empresa, de la personas en 1968, el 60% puede calificar­ propiedad, de las relaciones capital y tra­ se como población juvenil trabajadora bajo, en general, de las estructuras socia­ —unos 3 640 197 personas—, de las cua­ les, económicas y culturales han pasado a les el 20.4% —unas 744.388 personas—, es ser más propios de gabinete de estudio absorbido por el Sector primario; corres­ pondiendo más de millón y medio al Sec­ que de actitudes públicas. Es preciso que el Sindicalismo español tor industrial y cerca de un millón al reivindique como suyas las metas sociales Sector servicios. Esto quiere decir que el que alumbraron su nacimiento y que aún Sindicalismo español al tomar conciencia hoy no están conseguidas. La transforma­ de la incorporación Sindical de la juven­ ción de las estructuras vigentes, tanto las tud trabajadora debe tener en cuenta que económicas como las sociales y las cultu­ se encuentra ante una juventud fundamen­ talmente industrial y urbana, cuyo origen social corresponde a la clase media baja y al proletariado, grupos sociales a los que pertenece el 81% de toda la juventud española comprendida entre los 14 y los 25 años. Undécima La rebelión mundial de la juventud que se registra en todo el mundo occidental, se produce, también, aunque con matizaciones, en nuestra Patria. La sociedad de consumo, la gran sociedad del bienestar, ha descubierto sus contradicciones inter­ nas, mostrando, junto al tremendo pro­ greso técnico, la realidad del hombre y la miseria que sufre la mayor parte de los países “libres” o del “tercer mundo”. Ha descubierto también que la inicial aliena­ ción del proletariado ha sido sustituida por la absorción del mismo por la propia sociedad de consumo y la completa alie­ nación del hombre, al que se le transfor­ ma incluso en sus necesidades vitales. El repudio de la juventud a la sociedad im­ perante envuelve a todo lo que en ella se encuentra, sin discriminación alguna. En la medida que en España se promueve el ideal de la sociedad del bienestar, la pro­ testa de la juventud recae sobre el siste­ ma institucional español. Un sindicalismo que sólo actuara como moderador en los conflictos capital-trabajo no atrae el in­ terés de la juventud. El Sindicalismo es­ pañol debe volver a sus orígenes,. exigien­ do y planteando con rigor y eficacia la transformación de la actual sociedad es­ pañola y la creación de un nuevo orden en que la prosperidad del desarrollo eco­ nómico se halle compensada por la, jus­ ticia de la socialización de los medios de producción, y en donde pueda establecerse una democracia social, concreta, de inte­ reses y situaciones, basada en la libertad del hombre y en la real igualdad de opor­ tunidades. Sólo así la juventud española puede encontrar en el Sindicalismo el ca­ mino donde sus inquietudes, actuales con­ vergerían con convocataria atractiva, a la creación de una sociedad justa, evitando con ello su escape por los senderos de la subversión marxista. oOo LIDER NORTEAMERICANO ATA C A A FRANCO Washington (A E P ).— El presidente de la Central Sindical Nor­ teamericana AFL-GIO George Meany, lanzó un violento ataque contra el general Francisco Franco y propuso un boicot económico contra España por Los sindicatos del mundo libre. “Una vez más — dijo el líder sindical norteamericano—, el régi­ men de Franco ataca a sus adversarios con una brutalidad que recuer­ da los terrores nazi y comunista”. ‘Debemos condenar el trato inhu­ mano de la dictadura franquista a los dirigentes obreros, campesinos, intelectuales y religiosos que se oponen a la dictadura”, agregó Meany. Pidió al gobierno norteamericano que “ejerza una presión diplo­ mática y económica total sobre el. régimen español para que ponga fin a su barbarie". El dirigente sindical exhortó a los sindicatos libres a que lleven a cabo una acción común “de boicot económico mundial al régimen franquista para ayudar a las fuerzas democráticas en el interior de España”. LA ULTIMA SALIDA DE DON QUIJOTE P or A rmando Chávez Camacho He aquí un fragmento de “La última salida de Don Quijote", libro que aca­ ba 'de aparecer. a del alba s e ría c u a n d o , d e p r o n to , la lín e a d e l h o riz o n te se q u eb ró por L Entre las brumas de la hora, todavía era un puro perfil, pero poco a la s ilu e ta s e ñ e ra . poco el dibujo se fue precisando. Enfrente, más cerca, los Cigarrales. Luego el curso espejeante del Tajo. Al fondo la colina y sobre ella la ciudad, des­ tacándose la fábrica grandiosa del Alcázar y el prodigio de la Catedral. —Es Toledo, es Toledo —grita Don Quijote transformado. Y añade: —Vamos allí, Sancho amigo, porque en Toledo hay muchas ofensas que lavar y muchos entuertos que deshacer. Entre el ruido de las armas vuelve a resonar la voz del caballero: —Preparémonos, Sancho amigo, para entrar en singular combate contra judaizantes, moriscos y demás ralea. Ellos llenan y envenenan la ciudad. El escudero explica: —Esa lucha ya no es posible para un caballero cristiano, señor. Los tiem­ pos han cambiado y los enemigos de antes son los amigos de ahora. Estupefacto, Don Quijote pregunta: —¿También los judíos y la morisca gente? —También señor. —¿Por qué? —vuelve a preguntar Don Quijote. Sancho amplía: —Se celebró un Concilio y hay un gran movimiento, que se llama Ecu­ ménico, para buscar la hermandad con los cristianos separados, los no cris­ tianos y los que no creen en Dios. Hasta las oraciones del Viernes Santo se modificaron para no atacar a los “pérfidos judíos” y ya se declara que los judíos de hoy no tienen culpa en la muerte de Jesús. A medida que Sancho habla, Don Quijote pasa de la sorpresa a la duda. Pero Sancho completa: ' —Ahora hay libertad religiosa. —¿Qué quiere decir eso, Sancho? —Que cada hombre tiene derecho a creer y adorar a Dios según su modo. —Eso parece herejía, Sancho. —Lo parece, señor; pero ahora hay libertad religiosa para todos. —¿También para ellos, los judaizantes y moriscos? —torna a interrogar el caballero. Sancho admite con un gesto. Don Quijote, consternado, indaga: —¿Quién ha hecho todo eso? —Lo comenzó Juan XXIII. —¿No fue Papa de la Iglesia? —Sí y hay algo más: apóstol de la paz y de la comprensión entre todos los hombres. Don Quijote repite y repite las últimas palabras de Sancho: — . . .entre todos los hombres. . . entre todos los hombres. . . Ajenos a la conversación, Rocinante y el rucio han seguido caminando. Pasaron sobre el Puente de Alcántara y ahora cruzan la Puerta del Sol, entre las viejas murallas. Don Quijote va pensativo y Sancho apenado. De improviso llega a sus oídos algo que los vuelve a la realidad. El caballero pregunta: —¿Qué es ese ruido? —Es la música de hoy. —Será de hoy —comenta Don Quijote— pero no es música, sino sólo ruido grosero, sin armonía ni sentido. (Embrigado de Dios y de crepúsculos, llamó un ilustre escritor1 al Gre­ co. Hubo otro que conjugó con mano maestra las letras y las ciencias2, y conjugó también magistralmente, la vida del Greco y la vida de Toledo, ter­ minando su obra con estas hondas palabras: “Pero en este fracaso —el del pintor que no alcanzó a expresar el misterio de su fervor con la plenitud que soñaba— está el profundo secreto de su gloria, que es un sentido heroico. Por­ que los grandes héroes no son los que han verjcido, sino lós que han caído intentando soñadas hazañas, las hazañas quiméricas y sobrehumanas que no está en las fuerzas del hombre el poder realizar” ). Pues Don Quijote y Sancho gozaron del genio ante “El entierro del Con­ de de Orgaz”, en la iglesia de Santo Tomé, entre la expectación de los turistas profesionales. Insatisfecho siempre el caballero y contagiado siempre el criado, ahora visitan el Museo del Greco. Aquí la invasión de los turistas es mayor, aun­ que no mayor en su ignorancia. Las opiniones se centran en el obligado y conocido tema relativo al alojamiento de las figuras pintadas. Las explicaciones del guía —oficial y extraoficial— mantienen la aten­ ción del vulgo congregado. A la pareja dispareja llegan, primero, murmullos entrecortados, y luego risa franca, cuando la explicación culmina: —El Greco alargó todas sus figuras, como si todas fueran Quijotes, siendo así que hay muchos Sanchos. Y ya al volver la concurrencia hacia el caballero y el criado, señalándolos: —Esos no son ni lo uno ni lo otro, sino caricaturas de mal gusto. Todo fue oír aquello y Don Quijote arremetió contra guía y guiados, con sin igual denuedo, repartiendo golpes a porfía, mientras Sancho quería cal­ marle y recibía lo suyo. El desorden se generalizó y . .. Al día siguiente, bajo el rubro genérico de “Cables de España”, algunos diarios de diversos países hispanoamericanos publicaron, perdidos en pági­ nas interiores, las siguientes noticias: //U n a manada de lobos hambrientos amenaza algunos pueblos de la provincia de Murcia; //S e creó en Madrid la Orden de Caballeros llamada “Los Amigos de la Capa”; //Jabalíes en número nunca visto andan por los montes cercanos a Gua­ dalajara, provocando graves temores; // U n vasco se comió 10 kilos de carne en una sentada; //E n las inmediaciones de Gerona cayó un aerolito; //H a nacido un gato con dos cabezas cerca de Logroño. Y al final: //D os individuos estrafalarios, que pretendían ser Don Quijote y Sancho Panza resucitados, armaron un escándalo en el Museo del Greco, en Toledo; Un mozo de la institución arrojó a la calle a los escandalosos, quienes, con sus actos, deshonraren a los inmortales personajes cervantinos que trataban de suplantar. 0O0 ALGO TIENE E SP A Ñ A . . . . . . Y Antonio Machado moriría de una enfermedad que no tiene cura y es la tristeza del exilio. A unos cuantos meses de España, a unos cuántos kilómetros de su derrota muere Machado y su tumba queda des­ de entonces donde él temía: entre una España que muere y otra España que bosteza o más bien podría decir: “pero yo ya no soy yo, ni mi casa es ya m i casa.” Por lo menos se sabe dónde está Machado, porque a Fede­ rico no se le cumplió su deseo de morir decentemente en su cama. Y son los niños de Morelia que eran de nuestra edad. Y es el éxodo y la llegada de los refugiados. Y es la España de siempre, siem­ pre presente, La que hoy sin imperio territorial sigue imperando con la fuerza de pensamiento; de su espíritu fortalecido en el individua­ lismo, de su presencia de señora que imparte dignidad a sus ropajes raídos, Algo tiene España que no nos deja. Y ahora los juicios de Burgos. . . Jacobo Zabludovsk “Siempre”, México LA LIBERTAD EN EL MUNDO COMUNISTA LA HOJA CLANDESTINA “SAMIZDAT”, EL MEDIO DE DENUNCIAR LA CRUEL REPRESION SOVIETICA Por John Bausman MOSCU, Marzo 4. AP.—El soviético sa­ có un montón de delgadas hojas arruga­ das, escritas a máquina y las entregó a su amigo que las tomó cuidadosamente y se despidió. De esta manera una copia Samizdat, el periódico clandestino soviético, circuló a un nuevo lector. ~ Samizdat significa “el que se publica por sí mismo’’, y el sistema funciona co­ mo una cadena de correspondencia. Los que lo originan pasan unas cuantas copias escritas a máquina a sus amigos que a su vez sacan más copias y las distribuyen a otros interesados quienes a su vez hacen más copias y también las distribuyen. Unicamente en el Samizdat pueden los ciudadanos soviéticos leer sobre las crue­ les condiciones en los campamentos de trabajos forzados, sobre los pisoteados derechos de los tártaros o sobre la inter­ nación de disidentes activos en institu­ ciones mentales. En el Samizdat pueden leer el llama­ miento en favor de ia libertad escrito por el famoso cellista Matislav Rostropovich. Técnicamente el Samizdat no tiene na­ da que ver con la imprenta. Su caracte­ rística más notable es que está escrito a máquina, usualmente sobre papel delgado y frecuentemente de mala calidad. De esta manera elude el estrecho con­ trol y censura que existe en la Unión So­ viética para con la imprenta. Los ciuda­ danos privados no tienen acceso a las im­ prentas o aun a mimeógrafos. La producción y distribución del Samiz­ dat en la Unin Soviética puede ser una ofensa criminal. En un caso un hombre fue sentenciado a tres años de trabajos forzados por escribir material del Samiz­ dat. El periódico clandestino se inició hace muchos años. Así fue como la novela de Boris Pasternak, “Doctor Zhivago”, circu­ ló entre los intelectuales soviéticos des­ pués de haber sido prohibida su publica­ ción. Durante algún tiempo el Samizdat es­ tuvo restringido principalmente a novelas, cuentos y poesía que era demasiado crí­ tica o audaz a los ojos de los censores. Mientras todas ellas tenían un factor político de alguna manera o de la otra, el nuevo énfasis político se produjo des­ pués del juicio en 1966 de los escritores Yuli Daniel y Andrei Sinyavski. Su sentencia a prisión y una serie de subsecuentes juicios de intelectuales pro­ vocaron crecientes protestas distribuidas a través del Samizdat. Otro importante acontecimiento en la creación del Samizdat fue la aparición en 1968 de la primera edición de la “Cróni­ ca de Acontecimientos Actuales” que des­ de entonces ha aparecido aproximadamen­ te cada dos meses. Suministra informaciones sobre juicios v persecuciones por actividades políticas clandestinas y da¡ noticiar, sobre los disi­ dentes encarcelados. Analiza otras publi­ caciones del Samizdat y publica en e x ­ tractos o enteramente cortos y ensayos, principalmente políticos, que considera que merecen atención. — o ----- DE UN ARTICULO DE FERNANDO VALERA .. -Tras la revolución rusa de 1917, que se inició como una gran esperanza de la humanidad, y se empantanó bien pronto en los tremendales del stalinismo, con su burocracia omnipotente, su policía inqui­ sitorial y su imperialismo a la moscovita, la opinión mal llamada de izquierdas se desvió de la democracia libre y, en aras de un mal entendido socialismo autorita­ rio, sacrificó la diginad del hombre, la so­ beranía del pueblo y la independencia de la nación. ¡Cómo si pudiera haber socia­ lismo cuándo y dónde se ignoran las li­ bertades esenciales! Y durante cincuenta años, la opinión que se decía-de izquierdas vio con ojos complacientes cómo se iban dilatando los dominios geográficos y afianzando el po­ der político, primero del imperio de Mos­ cú, más tarde dé su rival y sucedáneo de Pekín, cada uno de los cuales sojuzga hoy más naciones que ninguno de los impe­ rios antes conocidos. Bastaban, sin embar­ go, las palabras mágicas de “marxismo” y “revolución” para que nadie se atre­ viese a ver la sórdida realidad que se ocultaba allende el alucinante “retablo de las maravillas” . . . DROGAS PARA ACEPTAR EL COMUNISMO DAN A LOS DISIDENTES, EN LA URSS MOSCU, Marzo 18, A.P.—Andrei D. Sakharov, eminente físico y defensor de los derechos civiles en este país, ha pro­ testado ante el gobierno soviético contra la administración obligatoria de drogas a los prisioneros políticos con el fin de cam­ biar sus creencias, dijeron hoy fuentes dignas de crédito Sakharov, fundador de la comisión no ofiical de derechos humanos, hizo su ex­ hortación el 15 de marzo en un telgrama enviado al coronel general Nikolai A. Shschekolov, ministro de asuntos inter­ nos, dijeron las fuentes disidentes. La exhortación, agregaron las fuentes fue en nombre de dos hombres recluidos en un asilo para dementes y una prisión especial en Leningrado. Añadieron que los dos hombres, Vladimir Borisov y Viktor Feinberg, iniciaron a principios de semana una huelga de hambre para protestar contra el trata­ miento con narcóticos, con el que se pre­ tende hacerles cambiar sus creencias po­ líticas. ASESINATOS ESPIRITUALES Sintomática de lo que ocurre en los medios políticos totalitarios es la carta abierta, fechada el 20 de julio pasado —y que sólo clandestinamente ha circula­ do dentro de la Unión Soviética.— en la que el poeta g matemático Alexander Yesemin-Volvin denuncia la campaña des­ plegada por el régimen de su país para “asesinar espiritualmente” a los oposito­ res, mediante su confinamiento en asilos para dementes. El caso del general Peter Grigorenko, encarcelado en mayo de 1969 por haber censurado abiertamente al gobierno, y hoy recluido en un manicomio, es un ejemplo, elocuente de esta tendencia que, por otra parte, es obvia: porque si un sis­ tema político no cree en más libertad, ni en más verdad, ni en más valor humano que en aquello que él define para sí y ante sí, resulta comprensible que vea co­ mo a “locos” a todos los que disienten de él, y pretenda apartarlos de la vida co­ mún. Estructuras de esta naturaleza las ha habido y las sigue habiendo en muchas partes, no obstante los resultados funes­ tos que, inevitablemente, producen a cor­ to o a largo plazo. Una opresión institucional sólo puede traducirse en infecundidad creativa —co­ mo sucedió con la vieja Esparta y como sucede en sus derivaciones contemporá­ neas— mientras los estímulos que legíti­ mamente puede demandar la libertad se convierten en realidades positivas, allí donde el hombre es respetado. En un clima de rigor, de visión estre­ cha, de dominio férreo de una situación, pueden lograrse algunos avances especta­ culares— a los que no son ajenos, por su­ puesto, los conocimientos de fuera, ad­ quiridos, lícita e ilícitamente, como en la URSS— en determinados capítulos de la vida social, pero la desfiguración del ser humano, como ser libre y responsable, en un medio que lo asfixia, constituye una contrapartida que resulta desgarradora en nuestro tiempo, y que es preciso tener en cuenta para enjuiciar mejor a los regí­ menes políticos y a sus resultados ordi­ narios. (Editorial de “Excelsior” de México 28-8-1970). SUMA y RESTA CRISIS COMUNISTA Por Ramón de Ertze Garamendi En su obra “El gran viraje del socialis­ mo”, el intelectual counista francés Roger Garaudy, que no sigue la estricta senda de los dirigentes de su partido, escribe desde las primeras líneas: “El movimien­ to comunista mundial está en crisis. El cisma chino, la invasión de Checoslova­ quia en 1968, la Conferencia de Moscú en junio de 1969, el rechazo impuesto al Partido checoslovaco de sus protestas de agosto de 1968 son sus manifestaciones evidentes”. Todo ello es verdad, pero el malestar viene de lejos, como pude expo­ ner, el 24 de agosto de 1963, en estas mismas columnas bajo el título de “Fra­ caso Soviético”. forma de comunismo nacional que, toman­ do apoyo en Yugoslavia, trató de aflorar en otras repúblicas populares, aunque en éstas fue aplastado en el germen. Los intentos de independencia que hicieron los comunistas húngaros, rumanos y checos­ lovacos se liquidaron brutalmente. — o— En la URSS POH MARINO Los acontecimientos que tuvieron lugar por aquel entonces en Alemania oriental eran una prueba más de que el comunis­ mo ruso no es artículo de exportación. El descontento de los obreros y, en general, de la población de dicha zona alemana, constituían la reacción ante una mentali­ dad y unos procedimientos que no se acli­ matan en tierras que han seguido una evolución histórica muy diferente de la de los pueblos de la Unión Soviética. Se estableció una identificacipn entre el comunismo, como doctrina, ideal y ac­ ción, y la manera rusa de realizarlo. Los comunistas dirán que su movimiento, ro­ deado de la animadversión de un mundo dominado por el capitalismo sintió la ne­ cesidad de apoyarse en una potencia que fuera su mantenedora. El hecho es que esa ayuda creó con­ fusiones entre las aspiraciones revolucio­ narias y los intereses particulares del im­ perio ruso. Decir que todo lo que hace Rusia redunda necesariamente en benefi­ cio de los ohreros y que constituye un pa­ so hacia el advenimiento de la civilización del trabajo, es una afirmación gratuita y falsa. Más de una vez se han sacrificado los deseos legítimos de la clase trabaja­ dora en aras de una política imperialista. La confusión entre los intereses de la revolución y los específicos de Rusia pro­ vocó la crisis yugoslava. El cisma termi­ nó la fricción y se presentó una nueva (De “Excélsior” de México) los libros UNA EPOCA DE TANTEOS. LOS LIBROS COMO TERMOMETRO DEL DESCONCIERTO INTELECTUAL Por Víctor ALBA Los avances de la técnica, las nuevas formas del capitalismo hechas posible por ellos, los cambios en la estructura social de los países que fueron colonias, los fo­ cos bélicos semipermanentes, las nuevas características del proletariado, la forma­ ción de una clase nueva de técnicos y ge­ rentes, el ensanchamiento de la separa­ ción entre generaciones, las instituciones supranacionales que poco a poco van for­ mándose, el aumento de la longevidad, la explosión demográfica, son algunos, los más visibles, de los muchos fenómenos que determinan que nuestra época sea de tanteos y buscas, de desorientación y neu­ rosis colectivas. Todas las ideologías políticas, todas las doctrinas económicas y científicas están sujetas a revisión. Los grupos sociales se han vuelto maleables y con ello la ex­ presión de sus intereses resulta casi enig­ mática. Mientras unos, que solían ser pro­ gresistas, se aferran al pasado, otros, que eran conservadores, empujan por cam­ bios. Este carácter plástico del pensamiento de nuestros días se refleja, como es ló­ gico, en la literatura sobre política, eco­ nomía, sociología y hasta historia. Una veintena de libros llegados en esas últi­ mas semanas expresan, cada uno en su materia, este desconcierto del hombre mo­ derno sobre su futuro y hasta sobre sus intereses inmediatos. Nadie sabe a dónde vamos ni tiene ideas claras sobre lo que le conviene. Pasar revista brevemente a estos libros servirá para poner de relieve esta característica de nuestra época que no es forzosamente deprimente si tene­ mos fe en la capacidad del hombe de en­ contrar caminos en las situaciones más enmarañadas. Empecemos. . . Primero, unos cuantos libros sobre América Latina. Alvaro Jara (recopilador): Tierras Nuevas. El Colegio de México, México. Examen de la situación de la tierra en las colonias españolas de los siglos XVI ai XIX. Se ve donde están las raíces de los problemas actuales de América La­ tina. Es un simposio, con estudios des­ iguales, pero todos útiles. Javier Ocampo: Las ideas de un día. El Colegio de México, México. Análisis de lo que decía la prensa y de lo que se publicaba en el momento de la indepen­ dencia de México. Una verdadera explo­ sión de ideas, que prueba que los movi­ mientos sociales van precedidos por un período de intensa actividad intelectual y que en ésta no falta el desconcierto. Giovanni Gozzer: Religión y Revolución en América Latina. Taurus, Madrid. Im­ presiones de un católico italiano sobre la Iglesia contestataria en América Latina. Un poco inquietante por lo que significa de inmisión de la religión en la política, que es siempre mala, incluso si está de nuestra parte, pues algún día pasará la factura. Bertil Malmberg: La América hispanoparlante. Itsmo, Madrid. Un famoso fi­ lólogo sueco examina cómo va naciendo un nuevo idioma en Hispanoamérica, par­ tiendo del castellano. DESAL. Marginalidad en América La­ tina, Un ensayo de diagnóstico. América Latina y desarrollo social. Desal, Santia­ go. Dos muestras de la labor de Desal. A mí, que no me gusta que la Iglesia se meta en estos temas, estos dos libros me han impresionado, porque hacen lo que habrían debido hacer otros mucho antes: ocuparse de los desarraigados, de los que llegan del campo a las ciudades y de la condición previa para que el progreso material sea desarrollado, o sea, que au­ mente la participación del pueblo en el poder y en la riqueza. Estas dos obras, repito, son excelentes. Betty Cabezas de G.: América Latina, una y múltiple. Desal, Santiago. Un es­ tudio a íondo de la realidad latinoameri­ cana de cara a la integración. Hay que insistir, con la autora, en que no hay integración entre naciones si los países no se integran en su interior, al mismo tiempo. Martin S. Stabb: América Latina en busca de una identidad. Monte Avila, Ca­ racas. Modelos del ensayo ideológico his­ panoamericano, es el subtítulo. Buen aná­ lisis de los pensadores de este continen­ te, que muestra hasta qué punto las ideas sociales y políticas han sido importadas de realidades distintas y, por esto, inefica­ ces, y cuánto queda por hacer para for­ mar verdaderas ideologías hispanoameri­ canas. Dom Helder Camara: Spirale de Violence. Desclée de Brouwer, París. El fa­ moso cardenal brasileño en una serie de reflexiones sobre la violencia. Señala có­ mo la violencia oficial conduce a la del pueblo. Recomienda la violencia pacífica, es decir, la presión moral. Pero háganles entender esto a los monopolizadores de las anuas y el poder... Roger Vekemans: La prerrevolución la­ tinoamericana. Desal, Santiago. La con­ ciencia de la pobreza, que el latinoameri­ cano adquiere ahora por primera vez, con­ duce a una situación revolucionaria, dice ese jesuíta belga instalado en Chile. Cree que la promoción popular es el camino de la revolución. Guido Solari y Gerardo González: Los médicos y el control de la natalidad. De­ sal, Santiago. Una encuesta entre médi­ cos chilenos. La inmensa mayoría se muestran favorables al control de la na­ talidad, a que el médico ofrezca por su propia iniciativa información sobre esto a sus pacientes y a que se usen los dispo­ sitivos intrauterinos. Lo importante es que la encuesta la publica una editorial católica. * * » Veamos, ahora, los libros sobre España. Y ante todo, tres muy importantes, aun­ que desdp puntos de vista distintos. J. M. Bricall: La política económica de la Generalitat. Ed. 62. Barcelona. La pri­ mera parte de una tesis universitaria, por un economista joven. Expone la génesis y formación de las colectivizaciones en la industria catalana, durante la guerra ci­ vil. De hecho, aunque el autor no juzga, reivindica la labor de los comités de em­ presa. Muestra, también, como los decre­ tos preparados por los comunistas, y que la Generalitat aprobó, significaron el pa­ so de la colectivización a la estatización y, por lo tanto, el fin del poder obrero. Esto se vio claro después de los hechos de mayo de 1937. Manuel Cruells: Els fets de maig. Ju­ ventud, Barcelona. Estos hechos de mayo son los que analiza Cruells, con mucho sentido periodístico y una interpretación histórica justa. Provocación comunista y también sobresalto popular ante el esca­ moteo que republicanos y comunistas ha­ cían de las conquistas revolucionarias. Es interesante señalar que el libro de Bricall figura entre los que más se venden y que el de Cruells se agotó a las cuatro sema­ nas de publicarse. Nuestra guerra sigue apasionando, incluso en España. José María Pemán: Mis almuerzos con gente importante. Dopesa, Barcelona. Pe­ mán no es, ciertamente, santo de mi de­ voción (suponiendo que fuera santo y que yo me sintiera propenso a la devo­ ción). Pero este libro es importante —más que la gente con la que Pemán almorzó—. Porque con mucha franqueza reconstruye las conversaciones tenidas con ellos. Todo el personal dirigente de España, desde la guerra (y algunos dirigentes de la dere­ cha española, antes de ella), puede estu­ diarse v analizarse, como personas huma­ nas, en estos recuerdos. Aunque a veces haga hervir la sangre, el libro debe leer­ se. Y Pemán es, en este caso, un muy buen narrador. J. N. García Nieto, J. Estivil, O. Homs, J. E. Sánchez: La participació dels tre­ balladors a la gestió de l’empresa. Nova Terra, Barcelona. Una encuesta, muy bien hecha, para el Instituto Internacional de Estudios Laborales de la OIT. Prueba que, en contra de lo que los pesimistas dicen, los obreros todavía creen que ellos pue­ den dirigir las empresas tan bien o mepor que los patronos. Tréinta y cinco años no han borrado este convencimiento sa­ ludable. Un libro alentador. Servicio de Estudios del Banco de Es­ paña: Ensayos sobre la economía espa­ ñola a mediados del siglo XIX. Ariel, Barcelona. De hecho, el nacimiento de la burguesía española moderna, que coincide con la creación de la peseta, las primeras inversiones extranjeras, y que es frena­ da por la supervivencias feudales en el agro. Ensayos de buena calidad, sobre te­ mas poco estudiados hasta ahora. Jesús Salas Larrazábal: La guerra de España desde el aire. Ariel, Barcelona. Estudio objetivo, hasta el punto de que por primera vez en un libro publicado en España, se habla del “bando republicano” y el “bando nacional”. Lós apéndices son muy útiles, porque se refieren no sólo a la aviación, sino a todo el ejército espa­ ñol tal como era en 1936. Se ve que me­ nos de la mitad de él se puso al lado de los sublevados, Se ve también que el ban­ do nacional tuvo siempre la superioridad en el aire, gracias a la no ayuda de las democracias y a la “ayuda a bien morir” de la URSS.' Carlos Seco Serrano (recopilador y co­ mentador) : Actas de los Consejos y Co­ misión Federal de la Región Española de la Asociación Internacional de Trabajado­ res. 1870-1874. Cátedra de Historia Gene­ ral de España. Teide. Barcelona. 2 vols. Un comentario objetivo y documentado precede a la transcripción de las actas de la Primera Internacional en España. Es interesante ver cómo se ocupaban de minucias y como no hay programa. Este surge no en las reuniones, sino en la ac­ ción, como ocurre siempre que las masas pesan, por suerte, más que los dirigentes. Joaquín Latorre: Los españoles y el sexto mandamiento. Ediciones 29, Barce­ lona. Ensayos sobre los tabús sexuales, la influenca del turismo y la poligamia de hecho que reina en España. Buen antídoto contra la hipocresía. Katia Granoff: De l’Espagne. Seghers, París. Poemas y fotos, a cuáles mejores, sobre España. Mucha preocupación social sin frases hechas. Manuel Tuñón de Lara: Medio Siglo de Cultura Española. Tecnos, Madrid. Como en todos los libros del mismo autor, bue­ na documentación, pero la oreja comunis­ ta (que él niega) asoma sistemáticamen­ te de un modo sutil. Los intelectuales co­ munistas reciben mejor tratamiento, por ejemplo, y su influencia es exagerada. De los anticomunistas de izquierda ni habla. Por esto, sin duda, no se habla de la cul­ tura obrera, sobre todo anarcosindicalista, no brillante, pero que era una realidad so­ cial importante. Antoni Jutglar: Ideología y clases en la España contemporánea. Cuadernos para el Diálogo. Madrid. 2 vols. Desde 1808 a 1931 Nacimiento y adolescencia de la. bur­ guesía española, que aún está en su aprendizaje ahora, mientras que el movi­ miento obrero llegó a ser adulto y hasta a ser ejecutado. Un libro de primera ca­ tegoría. Victoria Armesto: Galicia Feudal. Ga­ laxia, Vigo. 2 vols. Es muy interesante el renacimiento cultural gallego, que no tie­ ne la cosa cursi del catalán y que no se asusta de llegar a las raíces sociales de los problemas. En este libro, se ve al feudalismo en acción y se adivinan las causas de la situación actual de Galicia. Juan Muñoz: Peder de la banca en Es­ paña. Zero, Madrid. Bajo la república só­ lo se publicaron dos libros, críticos de la banca española. Este es el cuarto o quin­ to (y uno de los mejores) aparecidos en los últimos diez años. El autor es un jo­ ven. Listas de los consejos de administra­ ción, que muestran como la oligarquía te­ rrateniente va siendo substituida por una oligarquía bancaria. Lorenzo Martín Retortillo: Libertad re­ ligiosa y orden público. Tecnos, Madrid. Estudio de las sentencias del Tribunal Su­ premo en relación con el carácter oficial del catolicismo en Esppaña. Muy revela­ dor. Javier Tusell Gómez: La segunda Re­ pública en Madrid. Elecciones y Partidos. Tecnos, Madrid. Análisis de los resultados electorales, por el que se ve que allí don­ de hay más educación política hay más participación electoral y que ésta aumen­ ta en los períodos en que hay una mayor toma de conciencia política. Gabriel Jackson: Historiales Q u e s t . Alfred A. Knopf, Nueva York. Impre­ siones, recuerdos y deducciones de vein­ te años de estudiar España y los es­ pañoles por el autor de uno de los me­ jores libros sobre nuestro país, “La Re­ pública Española y la guerra civil”. Tiene cosas que no nos agradarán, pero que conviene escuchar y que debían decirse. Acabemos con unas cuantas obras re­ ferentes a otros países o a temas gene­ rales. Georges Leíranc: Essa'g sur les problémes socialistes et syndiraux. Payot, París. Un historiador francés del movi­ miento obrero analiza las distintas posi­ ciones en él, acerca de la planeación, las nacionalizaciones, el federalismo. Sirve pa­ ra ver que nada de esto lo inventaron ni los comunistas ni la supuesta nueva izquWda. Michel Panoff: La terre et l’organisa- tion sociale en Polynesie. Payot, París. La pequeña propiedad en las islas de Poline­ sia, destruida por el turismo. Una nueva forma, muy curiosa, de adaptación al co­ lonialismo. Crisis de la burguesía local. Antoine Prost: L’enseignement en Frail­ ee. 1800-1967. Armand Colin. París. His­ toria del sistema educativo francés desde Napoleón, considerado con su laicismo y su gratuidad, el más avanzado del mundo burgués. Y, sin embargo, ha entrado en crisis. Buena prueba de que nada es per­ manente, de que el cambio siempre es ne­ cesario. Si no se le hubiese dejado enve­ jecer, no hubiera llegado a hacer crisis. Harmann Kinder y Wemer Hilgemann: Atlas histórico mundial. Ediciones Istmo, Madrid. 2 vols. en colores. Cerca de un millar de mapas, que trazan la historia del mundo, acompañados de explicaciones y gran abundancia de datos. Por primera vez se puede disponer de un atlas de pri­ mera calidad a precios abordables. OIT: Introducción al estudio del traba­ jo. OIT, Ginebra. En toda acción sindical es necesario conocer los métodos para me­ dir el trabajo, ahora que éste se hace más y más complejo. Sin ello, los obreros siempre salen estafados. En este manual se explican los mejores métodos, probados ya por el uso. Roger Vekemans: Lo antidialéctico en la dialéctica de Marx. Desal, Santiago. Por fin úp católico de izquierdas que no halaga a los marxistas, sino que marca sus diferencias con las teorías de Marx. Critica en éste el que postule que la socie­ dad comunista será sin clases, es decir, que con ella se acabará, de hecho, la his­ toria. Moshé Lewin: El último combate de Le. nin. Ed. Lumen, Barcelona. Historia de los últimos 80 días de vida de Lenin, cuan­ do intentó, sin éxito, combatir el burocra­ tismo que se había enseñoreado del Par­ tido Bolchevique con Stalin y corrompía la revolución. Es una historia dramática, sohre todo porque Lenin, con sus teorías de organización, había fomentado ese bu­ rocratismo. Ronald Radosh: American Labor and United States Foreign Policy. Random House, Nueva York. Los sindicatos nor­ teamericanos han colaborado con el mo­ vimiento sindical de otros países, a veces con acierto y a veces con errores. El au­ tor trata de presentar esta colaboración como si siempre hubiese sido inspirada por la diplomacia estadounidense. Pinta un cuadro tan negro que acaba perdiendo credibilidad. Y no destaca ninguno de los aciertos. * * * LECTURAS DE ULTIMA HORA Umberto Melotti: Rivoluzione e societá. La Cultura. Milán, 1970. Causas, des­ arrollo, tácticas, estrategia y distintos ti­ pos de revolución. Un sociólogo revolucio­ nario estudia objetivamente, con simpa­ tía, la sociología de la revolución. Un li­ bio importante, muy útil. Tenencia de la tierra y campesinos en Chile. Desal, Santiago, 1970. Un estudio serio de la situación agraria de Chile, an­ tes de la reforma de Freí. Hace ver cómo el tipo de relorma que haga Allende se­ rá una piedra de toque de su régimen. La nueva ley sindical. Análisis de una protesta. Estela, Barcelona, 1968. Texto de la ley sindical propuesta hace unos anos en España, todavía pendiente de dis­ cusión, y de las críticas a la misma, ba­ sadas todas ellas en que los sindicatos, con el proyecto de ley, no se convierten ni en independientes ni en democráticos. Guy Gáland: Louis de Bruckére. La­ bor. Bruselas, 1970. Biografía de un di­ rigente socialista belga, que es especial­ mente interesante para los españoles por­ que durante la guerra civil se mostró muy activo defendiendo a las víctimas del sta-~ linismo en España. Buena documentación. Irene Nicholson: The Liberators. Praeger. Nueva York, 1970. Biografía de los Libertadores latinoamericanos —Bolívar, San Martín, Artigas, Morelos, etc.— es­ crita con simpatía, pero sin mucha aten­ ción a sus programas sociales. Alfonso Sastre: La revolución y la crí­ tica de la cultura. Grijalbo, Barcelona, 1970. ¿Cultura europea o del tercer mun­ do, la española? Análisis de lo que el autor llama imperialismo cultural, y que es, en realidad, abertura al mundo. Crítica progresista, que yo llamaría neo-tradicionalista. Interesante para conocer una muy peculiar corriente de opinión espa­ ñola, Fernando Garrido: Federación y socia­ lismo. Mateu, Barcelona, 1970. Uno de los defensores de los sindicatos españo­ les, en el siglo pasado, él mismo muy in­ fluido por las ideas anarquistas, explica por qué las concepciones federales y las socialistas son inseparables. Libro esen­ cial. Rafael Conte: Narraciones de la Espa­ ña desterrada. Edhasa, Barcelona. Antolo­ gía interesante de escritores exilados. Pe­ ro faltan catalanes. ¿ Por qué no están Artís, Riera, algún narrador anarquista? ¿Quién es quien en las letras españo­ las? Instituto Nacional del Libro Español. Madrid, 1970. Biografías de escritores es­ pañoles, objetivas. La selección es tam­ bién no política, pero no están todos los que son ni son todos los que están. Util para consulta. Stanley G. Payne: The Spanish Revolution. Norton, Nueva York, 1970. Para Payne, buen estudioso de los asuntos es­ pañoles, la revolución española es más la segunda república que la guerra civil. Lástima, porque era una buena ocasión de estudiar las colectivizaciones industriales y agrícolas. Francesco Rieciu: La rivoluzione spagnuola. DeH’Oglio, Milán, 1970. En una se­ rie de estudios sobre distintas revolucio­ nes, éste referente a la de España, la con­ sidera más bien representada por la repú­ blica que por la guerra civil. Documen­ tado. M. Núñez Arenas y M. Tuñon de Lara: Historia del movimiento obrero español. Nova Terra, Barcelona, 1970. Un comunis­ ta escribió la historia del movimiento obrero español hasta 1900. El suplemento, hasta 1939, es francamente favorable a los comunistas, a pesar de su falso aire objetivo. Lo firma Tuñón. Essential Marx. Harder and Herder, New York, 1970. Una antología con frag­ mentos clasificados por materias. Se ve que Marx no era partidario de la dicta­ dura del proletariado más que por un bre­ ve período. Alexander Dallin y George W. Breslauer: Polit-ical Terror in Gommunist Sys­ tems. Stanford University Press, Stanford, 1970. ¿Qué funciones asignan los comu­ nistas al terror, dentro de su sistema? Esto es lo que el libro examina. Concluye que tiene siempre un papel: en la toma del poder, en el período de movilización y en el de estabilización, y que este papel es esencial. Comunismo y terror son, pues, consubstanciales. F. M. Esfandiary: Optimism One. The Emerging Radicalism. Norton, Nueva York, 1970. Muchos de los falsos revolu­ cionarios de hoy son pesimistas. Este au­ tor iranio que escribe en inglés es opti­ mista. Considera que para la revolución nada es imposible. El problema está en hacerla. Jean Franco: The Modern Culture of Latín America. Penguin, Londres, 1970. Un análisis de la cultura de América La­ tina desde la independencia para acá. Bue­ na perspectiva social, puesto que estudia a los autores en relación con sus posicio­ nes políticas y de clase. Roy D. y Betty A. Laird: Soviet Communism and Agraria Iíevolution. Géranl Chaliand: The Peasants of North Viet­ nam. Penguin, Londres, 1970. Los Esta­ dos comunistas sufren una crisis agraria permanente, deben importar alimentos y saben que sus campesinos están descon­ tentos. Después de estudiar diversas co­ lectivizaciones agrarias forzadas, los au­ tores del primero de estos dos libros con­ cluyen que sería una calamidad que otros países siguieran el modelo soviético de re­ forma agraria. En cambio, el francés au­ tor del segundo libro se olvida de señalar los sufrimientos impuestos y los crímenes cometidos para colectivizar la tierra en el Vietnam del Norte. Habla de los bombar­ deos norteamericanos, pero no del terror impuesto por Hoysus comunistas. “ EL LABERINTO DE LA SOLEDAD” “El laberinto de la soledad” de Octavio Paz, es un libro editado en México, D. F., por el Fondo de Cultura Económica. Su cuidada impresión ha sido repetida seis veces; la última, de cinco mil ejemplares es del 29 de marzo de 1968. Se trata de un libro valiente, vibrante, dentro del tra­ zo crítico de la vida y el pensamiento de México, profundizando sin tapujos en las virtudes y defectos de la sociedad forma­ da en la Nueva España cuando fue Co­ lonia y almacén de riquezas para los re­ yes de España, y durante su insurgencia nacional y revolucionaria. Es, al tiempo que un estudio completo del ente mexicano, un libro social, filosó­ fico que no se limita ni queda confinado, encerrado dentro de las fronteras nacio­ nales, y que con vuelo de pensador, coloca, sitúa en su lugar las ideas de libertad, combatiendo los fraudes que cometen los capitalistas, protectores extranjeros, sean o no, déspotas, cavernícolas o totalitarios. Ahora, en esta hora turbulenta, de pu­ blicidad comercial, cuando sostener el principio de autoridad impuesta cuesta tanto en vidas y dinero; cuando cualquier bípedo carente de merecimientos morales o literarios, consigue ser transformado en genial escritor, anima tropezar, encontrar­ se con libros que testifican el lento y gradual avance de las ideologías progre­ sivas. Entendiendo que sin libertad no existen las raíces del bienestar general, que sin justicia no se puede practicar la democracia. Todo lo mexicano es pasado par el microscopio de la Historia Univer­ sal, analizando las actitudes de protesta cuando los mexicanos residentes en Los Angeles y otras aglomeraciones vecinales de los Estados Unidos, se hicieron famo­ sos singularizándose como “Pachucos” cargados de cadenas y estrafalaria indu­ mentaria, por carecer de apoyo nacional, siendo en el país “arsenal de la demo­ cracia”, los sin patria, los modernos “in­ tocables” del Norte. Octavio Paz, poeta y escritor, observa­ dor sagaz, pulcro literato, escribe un ca­ pítulo de prosa que embelesa presentan­ do el tema de los desarraigados, los bra­ ceros, “espaldas mojadas” que han abando­ nado México y su revolución para buscar trabajo y comida en tierra extraña. Con minucioso tacto y enjundia hace un com­ pleto inventario de los dichos y decires de la picaresca mexicana; analiza el “ra­ jado”, muy “macho”, la “chingada”, “soy tu padre”, “ningunear”, “tirar a lucas”, todo lo que queda al margen del proto­ colo siendo usual en cantinas, bares y pulquerías. Con ios antecedentes que apor­ tó Darío Rubio en la “Anarquía del len­ guaje en la América Española” escribe primorosas y atinadas ocurrencias acla­ rando los significados de chingón, se chin­ gó, chingadera y chingaquedito. Con la ayuda de Antonio Machado, teo­ riza sobre el significado de la blasfemia v las malas obras, razón que permite de­ cir que los patrioteros de la “España Im­ perial”, si lo leen, no recomendarán este .libro que los acusa de que en tiempos de la conquista fueron seductores y violado­ res de indias aborígenes, razón funda­ mental del por qué “el mexicano no quie­ re ser ni indio ni español”. Según afirma y sostiene Octavio Paz: “Es imposible no advertir la semejanza que guarda la figura del ‘macho’ con la del conquistador español. Ese es el mo­ delo —más que real— que rige las repre­ sentaciones qué el pueblo mexicano se ha hecho de los poderosos: caciques, señores y feudales, hacendados, políticos, genera­ les, capitanes de industria. Todos ellos son ‘machos’, ‘ehingones’.” Toda la abigarrada gama de los con­ trastes y paradojas de la vida comunal de Tos mexicanos, su idiosincrasia de creyen­ tes descreídos en los prestigios y cultos de la madre Patria, son estudiados con to­ no mayor en el capitulo “Los hijos de la Malinche”, tratando la hazaña histórica del Conquistador Cortés, señor de_ mesa y cama que olvida y abandona a doña Ma­ rina una vez bautizada y convertida a la religión y en aliada de los poderosos para ser utilizada y “rajada”. Tratándose de un libro dedicado prefe­ rentemente al ser y obrar, callar y obe­ decer de los mexicanos, no usa nunca la lisonja, estigmatiza a todos los lambisco­ nes, no menciona al PRI, tampoco a Fray Bartolomé de las Casas, pero, sí a Juá­ rez y los luchadores del Partido Liberal Mexicano, vertiendo atinadas deducciones del aprovechado general P. Díaz que du­ rante más de seis lustros fue el Dictador v Caudillo de los mexicanos, que: “se con­ vierte en el héroe de la Paz”. Libro apasionante, su lectura cautiva, son constantes, reiteradas las lecciones de historia política y social, las citas de emi­ nentes mexicanos, la élite intelectual, di­ ciendo empero: “El intelectual se convir­ tió en el consejero, secreto o público, del general analfabeto, del líder campesino o sindical, del caudillo en el poder”. Añade: “Toda revolución, desemboca en la ado­ ración a los jefes; Carranza, el Primer Jefe, el primero de los Césares revolucio­ narios, profetiza el ‘culto a la persona­ lidad’, eufemismo con que se designa la moderna idolatría política”. Afirma y des­ taca que: “Hay dos Españas: la cerrada al mundo, y la España abierta, la hetero­ doxa, que rompe su cárcel por respirar el aire del espíritu.” Destaca, pone de relieve, que: “La in­ fluencia de Ricardo Flores Magón, uno de los hombres más puros del movimiento obrero mexicano, no se advierte en nues­ tras leyes obreras. El anarquismo de Flo­ res Magón estaba alejado necesariamente de nuestra Revolución, aunque el movi­ miento sindical mexicano se inicie influi­ do por las ideas anarco-sindicalistas.” Es­ crito y publicado por primera vez en el año 50 del siglo XX, es un libro con abundante material documental que per­ mite conocer el balance de los experimen­ tos revolucionarios; y deseamos destacar sin comentario que leer a Octavio Paz, es enseñanza y deleite. Provechosa lección. Por ejemplo: “La tutela gubernamental de la clase obrera se inició como una alianza popular: los obreros apoyaron a Carranza a cambio de una política social más avanzada. Por la misma razón sos­ tuvieron a Obregón y Calles. Por su par­ te el Estado protegió a las organizaciones sindicales. Pero la alianza se convirtió en sumisión y los gobiernos premiaron a los dirigentes con altos cargos públicos.” Sin temer a la condena que sufrió la mujer de Lot, debemos vivir atentos y marchando adelante, mirar de no pisar los viejos ca­ minos, Lo que importa, es saber salir del laberinto que nos sitúa en la soledad. Jaime R. Magriñá DE LA COMUNIDAD IBERICA EN LENGUA PORTUGUESA Oicitica, José: Açào direta. Antologia dos melhores antigos, publicados na im­ prensa brasileira, mejo seculo de pregaçao libertaria (Editora Germinal, Rio de Ja­ neiro, 1970). Fue José Oiticica, y lo sigue siendo en el recuerdo, una de las personalidades más destacadas y más lúcidas del pensamien­ to libertario en el Brasil, ampliamente respetado y admirado por su generación. No sabemos por qué lo ligamos al recuer­ do de nuestro Isaac Puente en su modali­ dad y en su abnegación. Nacido en el es­ tado de Minas Gerais en 1882, murió en Río de Janeiro en 1957. Realizó estudios de derecho y de medicina, pero se consa­ gró con vocación al profesorado en todos los niveles, primario, secundario y supe­ rior. Era ya conocido en el país natal por su adhesión a las ideas anarquistas cuan­ do ganó en 1916 el concurso para la cá­ tedra de portugués del Colegio Pedro 2o., en Río de Janeiro. Fue incansable, en la cátedra, y en la lucha, poeta, filólogo, lin­ güista, autor teatral, polemista; escribió más de 1500 trabajos para la prensa liber­ taria brasileña. Roberto das Neves acaba de publicar una colección de trabajos dis­ persos en su semanario Acáo direta, que vio la luz en dos períodos, desde 1929, y escribió a modo de introducción una ex­ tensa referencia biográfica sobre el autor. No es sólo un homenaje merecido esta recopilación para la perduración de Oiti­ cica; es también un servicio prestado a los interesados en conservar una parte al menos de los testimonios de cincuenta años de esfuerzos de un combatiente ejemplar. A través de los artículos reuni­ dos se mantiene vivo el cuadro de una larga trayectoria, con sus motivos de re­ flexión y de lucha y sus acontecimientos ante los cuales había que fijar una posi­ ción y definir una conducta. Oiticica lo hizo siempre con altura y con claridad y fue por eso escuchado y querido por sus compañeros y hasta por sus adver­ sarios. Como todo militante, conoció per­ secuciones y prisiones, y en una de ellas, en la época de Gotulio Vargas, escribió A doutrina anarquista ao alcance de todos. Nada pudo doblegarlo, y nada im­ pidió al filólogo, al gramático, al maes­ tro de la lengua portuguesa, hacer frente a su mundo en convulsión, desde las pá­ ginas del periódico libertario, desde la conferencia pública, desde la conversación personal. Esfuerzos como el que acaba de cum­ plir Roberto das Neves nos causan orgu­ llo y hay que esperar que el éxito le acom­ pañe para que haga lo mismo que hizo con Oiticica con otros militantes señeros: Neno Vasco, Fabio Luz, Edgar Leuenroth. DAS. RIVALID AD ES DE L A S DOS POTENCIAS COMUNISTAS Las rivalidades que enfrentan a las grandes potencias orientales, son pura y simplemente las que emergen de la disputa del poder mundial. Se trata, por un lado, de la hegemonía dentro del movimiento llamado comunista, y por el otro, en el terreno de la dominación global, a la que aspiran naturalmente todas las grandes potencias y m uy particularmen­ te las que se inspiran en una doctrina totalitaria. Más que las motivacio­ nes ideológicas, son factores de tipo geopolítico, los que mayormente in­ ciden en este caso. Uno de ellos es el simple hecho de una frontera común que se extiende a lo largo de 8.000 kilómetros. Otro, la reivindicación china de un terirtorio de más de un millón de kilómetros cuadrados que fuera anexado a Siberia en tiempo de los zares. En suma, un conflicto entre grandes potencias, por tierras y poder, que nada tiene que ver con ninguna causa justiciera y popular. Cuando- JUaban Ya están ahí las carretas. . . Lo han dicho el pinar y el viento, lo ha dicho la luna de oro, lo han dicho el humo y el eco. . . Son las carretas que pasan estas tardes, al sol puesto, las carretas que se llevan del monte los troncos muertos. ¡Cómo lloran las carretas, camino de Pueblo Nuevo! Los bueyes vienen soñando, a la luz de los luceros, en el establo caliente que sabe a madre y a heno. Y detrás de las carretas, caminan los carreteros, con la aijada sobre el hombro y los ojos en el cielo. ¡Cómo lloran las carretas, camino de Pueblo Nuevo! En la paz del campo, van dejando los troncos muertos un olor fresco y honrado a corazón descubierto. Y cae el ángelus desde la torre del pueblo viejo, sobre los campos talados, que huelen a cementerio. ¡Cómo lloran las carretas, camino de Pueblo Nuevo! J u a n R amón Jim énez Estos ocno tomos abarcan los ocho años de “Comunidad Ibérica” que, conjuntamente, constituyen un singular debate, tolerante y amplio del problema español. Esfuerzo sincero por sortear cotos cerrados y encontrar caminos liberadores.