Las Presencias Literarias de la UCA vuelven a brillar con la palabra del poeta Rafael Guillén 23/04/2014 Tema: Actividades Culturales , Jornadas, talleres y encuentros Estudiantes y público en general llenan el salón de Grados de la Facultad de Filosofía y Letras para escuchar al artista granadino Premio Nacional de Literatura de España La Universidad de Cádiz, en sus Presencias Literarias, ha tenido el privilegio hoy de contar con el poeta granadino Rafael Guillén. El salón de Grados de la Facultad de Filosofía y Letras ha llenado su aforo con estudiantes y público en general interesados en conocer de cerca al escritor invitado. Premio Nacional de Literatura de España (1994), es un poeta de la Generación del 50, aunque él no se encuentra identificado con su promoción "la poesía surge como una cordillera y la cima más alta es la del 27", ha explicado en su presentación. Poseedor de una larga trayectoria artística, el profesor de Literatura de la UCA, José Jurado, que ha realizado una introducción sobre su figura y obra, ha destacado que entre sus méritos resalta haber ayudado a recuperar la cultura poética en Andalucía tras la devastación de la Guerra Civil. El autor ha explicado que en una época difícil siempre se espera que venga algo mejor, por lo que "todos mis poemas de entonces eran una esperanza de que mejoraría la sociedad". Una vida complicada personal y profesionalmente porque - como han comentado durante el encuentro impulsado por el Vicerrectorado de Proyección Internacional y Cultural de la UCA - no pudo dedicarse completamente a su vocación poética, ya que "ahora los tiempos no son los mismos, por entonces había hambre"; no podía ser solamente escritor "si yo no hubiera tenido que trabajar no lo hubiera hecho". Rafael Guillén ha hablado también de su hábito de escritura, atención y dedicación: "el estado de la palabra es estar, no inspirado ya que yo no creo en la inspiración". Su labor es atemporal, puesto que "el tiempo es un invento nuestro para poder vivir", y pausada porque "en el momento de la emoción no se puede escribir, hay que reposarlo". Una obra tiene que tener una estructura, "tardo una media de seis o siete años en escribir mis libros, que se publican cuando pueden". En el mismo año que le fue concedido el Premio Nacional de Literatura de España, fue finalista del Premio Nacional de la Crítica. Además, promovió el establecimiento de la Academia de Buenas Letras de Granada y le han otorgado una larga lista de premios, desde el Leopoldo Panero en 1966 o el Premio Ciudad de Barcelona en 1969 hasta el Premio de las Letras Andaluzas Elio Antonio de Nebrija en el año 2011. Sus poemas y libros están traducidos en varios idiomas y está considerado como referente nacional del siglo XX. 1