Mosaico Domingo 7 de octubre del 2007 Tijuana, Baja California, México Editor: Jeanette Sánchez [email protected] Coeditor gráfico: Miguel Ramírez [email protected] Exponen sus mundos Jóvenes fotógrafos exponen “Fotofé. La esperanza de la imagen”, formada por trabajos de alumnos de la Escuela de Humanidades de la UABC Por Patricia Blake FOTOS: Cortesía [email protected] Fotografía captada por Mara Rosas, que forma parte de “Fotofé”. Pasos de Gutenberg Por Daniel Salinas Basave Envíe su opinión a: [email protected] La otra realidad L o del romance entre periodismo y literatura me lo han machacado tanto, que acabó por resultarme un chisme de revista de corazón. Ese amasiato tantas veces presumido pocas veces se manifiesta con plena efectividad en el papel. Muchas miraditas furtivas, recados con lápiz labial, juego de píes bajo la mesa entre estos dos amantes coquetos, pero la realidad es que periodismo y literatura rara vez se van a la cama. He encontrado, sí, escritores que un día juegan a ser reporteros y paren una crónica novelada para alguna revista y por supuesto, una infinidad de reporteros que escriben notas rimbombantes en afán de venderlas como piezas cervantinas. Existe, cómo omitirlo, el factor García Márquez, reportero de cepa, que con todos los kilos de realismo mágico a cuestas se sacó de la manga un pedazo de súper reportaje, piedra angular del nuevo periodismo llamado Noticia de un secuestro. Por desgracia es la excepción y no la regla. Sin embargo, existe por ahí un autor que suele patinar con éxito en esa capita de hielo que de tan delgada es a veces invisible y funge como frontera del mejor periodismo narrativo con la novela de ficción. El tipo se llama Tomás Eloy Martínez, nació en Tucumán Argentina y su pluma revela el pulso de un cuerpo con carne y sangre de periodista e imaginación de literato. En Tomás Eloy el periodismo y la literatura trascienden el nivel de amantes furtivos de ocasión y casi diría que acaban en sagrado matrimonio. Seguramente el gran público masivo conoció a Tomás Eloy Martínez con su premio Alfaguara “El vuelo de la Reina”, su primer libro “Sanborns”, distribuido aquí, allá y acullá. Y conste que ya existían Santa Evita, novela elogiada por García Márquez, o “La novela de Perón” y “La mano del amo”, par de bombazos editoriales en Argentina con discreta aceptación en México. Ahora el Fondo de Cultura Económica nos sorprende con esta antología titulada “La otra realidad” que bien puede ser un arma de doble filo, máxime tratándose de un autor tan diverso en lo que a exploración de géneros se refiere. Excelente idea la de compilar artículos, ensayos, cuentos, prólogos o desvaríos, pero como que no me checa mucho la idea de meter a la fuerza fragmentos de novelas. Vaya, la novela o se lee entera o no se lee y eso de tener unas cuantas páginas de “Santa Evita”, otras de “El cantor de tango” que cortan de tajo la inspiración para pasar a “La mano del amo” como que no me checa del todo. Pero bueno, para aquellos primerizos no familiarizados con la obra de Tomás Eloy, leer un fragmento de novela puede ser algo así como una cata de vino y si la degustación es afortunada al paladar, será la motivación perfecta para buscar beberse la botella entera. Cierto, en primera instancia la antología puede servir como puerta de entrada a los no iniciados, pero donde sí no tiene desperdicio es en los capítulos dedicados a las fronteras. La frontera de la escritura y la lectura o la frontera del periodismo y la biografía en donde Tomás Eloy se discute con textos ensayísticos que vale la pena atesorar como joyas Por ejemplo, “Periodismo y narración: desafíos para el Siglo XXI”, es un artículo que debería estar colocado en un altar en la redacción de todo periódico que aspire a sobrevivir al Apocalipsis cibernético. “La sinfonía del Mal”, “El otro que llevamos”, “La moral de los buitres”, “Retrato del artista enmascarado”, son néctar puro de tinta sabia. El gran mérito de la antología, es rescatar estos textos escritos hace años en revistas argentinas o venezolanas que difícilmente hubieran llegado a nuestras manos. La idea de estilos narrativos contrastantes conviviendo en una misma pluma siempre resultará seductora y dado que padezco una confesa esquizofrenia prosística, Tomás Eloy será siempre una de mis terapias preferidas. El autor es periodista Diversas visiones del mundo, encuadradas en trabajo de fotografía documental, tanto a color como en blanco y negro, se encuentran en la exposición “Fotofé. La esperanza de la imagen”, que se realiza por octavo año consecutivo en la Universidad Autónoma de Baja California. Durante todo el año, los alumnos de la Escuela de Humanidades que forman parte del taller de fotografía, se preparan para esta muestra en la que presentan sus me- Los expositores Brizeida Rodríguez, Haruy Uribe, Paola Flores, Max Corona, Mara Rosas, Alejandra Medellín, Gabriela Reyes, Yuliana Sandoval, Lizbeth Chávez y Erika Vélez. jores trabajos, surgidos de la experimentación. Espacios públicos y privados, una calle, los detalles de un árbol o la luz que llega a una guitarra, son presentados de forma creativa por estos jóvenes fotógrafos, quienes utilizan la cámara digital como herramienta. Rocío Villanueva Urueta es la organizadora de este proyecto, iniciado por el fotógrafo Pablo Guadiana, en el que se les impulsa a los alumnos a especializarse en esta actividad en el campo profesional. Desde el pasado viernes 28 de septiembre y hasta el 19 de octubre, en la Sala de Arte del Centro Comunitario de la UABC, estará abierta al público la exposición, para finalizar en una ceremonia de clausura que será el viernes 19 de octubre a las 18:00 horas. Imagen captada por Brizeida Rodríguez.