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Viento y arena
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo
Prólogo de Jean Garrabé
Universidad de Guadalajara
Centro Universitario de Ciencias de la Salud
Viento y arena
Testimonios de un pueblo nahua
© Sergio Javier Villaseñor Bayardo
Prohibida la reproducción total o parcial
del contenido, sin la autorización del autor
o del editor.
ISBN 978-968-5876-26-1
TonoContinuo
• Enrique Díaz de León 514-2
• Guadalajara, Jalisco, México
• Tel 38 25 94 41
• [email protected]
Universidad de Guadalajara
Contenido
Dedicatoria
A los miembros de Gladet, A.C.
Grupo Latino Americano de Estudios Transculturales A.C.
A mis amigos
José de Jesús Tadeo Viscarra y
Jorge Arturo Serna Ornelas
9
13
19
27
423
426
Prólogo
Primeros contactos
Segunda visita
Entrevistas escogidas
Epílogo
Agradecimientos
Prólogo
Me complace presentar el volumen de anexos, entrevistas y notas de terreno
que constituye el tomo segundo de la tesis doctoral de Sergio Villaseñor
Bayardo, edición que resuelve lo mejor posible un problema que se plantea a
los investigadores en el ramo de la antropología médica: el de la lengua en la
que han de publicar el material recogido para su estudio.
Cuando Sergio Villaseñor presentó su tesis en l´Ecole des Hautes Etudes
en Sciences Sociales de Paris, el tribunal presidido por el Profesor Duverger,
amén de felicitar al autor por la calidad de su trabajo, votó unánimemente a favor
de la publicación del texto, redactada en francés, de Vers Une Ethnopsychiatrie
Mexicaine. Esperamos que esta publicación se haga pronto en una editorial que
pueda darla a conocer a un público lo más amplio posible.
Pero a los estudiosos les interesa conocer no sólo el texto elaborado de la
tesis, sino también el material sobre el que se apoya ésta elaboración, en éste
caso las entrevistas con los chamanes, los habitantes y las notas de terreno
recogidas en el Alto Balsas. Naturalmente, el doctorante no ha traducido al
francés éste material, pues al hacerlo habría perdido todo sentido.
Ha escogido traducir para incorporar al tomo primero de la tesis sólo
párrafos selectos de las entrevistas con los chamanes, para darlos como ejemplos
que aclaran la interpretación que propone Sergio Villaseñor de esta medicina
náhuatl actual, en la que se vislumbran las huellas de la antigua medicina azteca
enmascarada con el velo de la cultura o de la aculturación postcolonial.
Ha quedado ahora establecido, en particular por la escuela de historia de
la medicina mexicana, que para entender un sistema médico, cualquiera que
éste sea, para establecer cuál es su nosología, puesto que todas las medicinas
tienen una, y entre otras cosas, si diferencia – como lo hace la medicina
occidental moderna – entre enfermedades mentales o psíquicas por un lado y
orgánicas o somáticas por el otro, qué etiología y qué tratamiento propone al
respecto, etcétera, hay que reconstituir la visión del mundo, la cosmovisión de
la cultura en que se desarrolla. En otras palabras, hay que relacionar el sistema
de pensamiento médico con los otros “systèmes de pensée”: el astrológico,
el religioso y el científico, cuya conjunción da fundamento a las culturas
humanas.
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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El gran psiquiatra y filósofo Eugen Minkowski, judío, polaco de origen pero
que ha vivido en Francia desde la gran guerra del 16, ha escrito casi toda su
obra en francés y ha titulado uno de sus textos, a nuestro modo de ver uno de
los más importantes a pesar de ser un opúsculo de pocas páginas, “Vers une
Cosmologie”, un enfoque fenomenológico de la visión del mundo. Ahora bien,
no estamos conscientes de la visión del mundo que nos da la cultura en que
vivimos. Por ejemplo, ningún médico de Europa Occidental sabría especificar
cual es la relación que tiene la medicina científica que le guía con la visión del
mundo de la cultura helénica, judeocristiana en la que seguimos aún viviendo.
Sin embargo, el idioma que hablamos, mediante el cual se nos ha transmitido
la cultura a la que pertenecemos, refleja en parte esta lógica cósmica.
Los intentos para hacernos una idea de una cultura extranjera, de otra
visión del mundo, empiezan por el estudio de su lengua. En el caso de México
pensamos en los esfuerzos de los misioneros franciscanos por profundizar en
el estudio del náhuatl y de sus ideogramas, aunque su intención primera fuera
conocer mejor la religión para ellos idolátrica de los aztecas y combatiéndola
evangelizar a los habitantes del nuevo mundo. Recíprocamente los indios,
como se ve precisamente en algunas de las entrevistas con los chamanes, se
apoderaron del santoral de los monjes cristianos para equipararlo con su propio
panteón politeísta.
Otro ejemplo que viene a propósito para los textos que aquí presentamos son
los esfuerzos que hicieron los médicos renacentistas españoles por estudiar la
sorprendente botánica de la Nueva España e interpretar, conforme a la medicina
hipocrática que Europa Occidental volvía a descubrir en el renacimiento, su
utilización terapéutica por los curanderos indígenas. Naturalmente fracasaron
en su intento, ya que desconocían la mayor parte de las plantas mesoamericanas,
cuyo nombre en náhuatl era imposible de traducir al latín que utilizaban los
médicos hispánicos. Muchas de esas voces se han integrado pasando por la
lengua castellana a las demás lenguas europeas, latinas e incluso anglosajonas,
conservando en ellas su forma náhuatl originaria para seguir designando en el
viejo mundo las plantas que se transplantaron a él desde América.
Solo en el siglo XIX, utilizando la clasificación de Carlos de Linneo en clases,
géneros y especies designadas por palabras de morfología latina, se pudo trazar
el cuadro universal de los reinos vegetales y animales de la naturaleza.
Este modelo taxonómico botánico fue el que inspiró a los primeros
nosólogos, que pensaban que las enfermedades eran también cosas
exclusivamente naturales. Pero cuando la antropología médica ha empezado a
estudiar y a comparar las nosologías propias de cada medicina, ha descubierto
que las definiciones y las concepciones de las entidades patológicas dependen
Testimonios de un pueblo nahua
de aspectos culturales que provienen de las ideas religiosas y los conocimientos
compartidos entre el enfermo y el terapeuta, cuando pertenecen al mismo
mundo y tienen la misma visión de él.
Es por lo tanto imposible traducir, por decirlo así, la nosología de una
medicina a la de otra, diciendo por ejemplo que tal enfermedad reconocida
por la medicina náhuatl corresponde a la que se llama de otra manera en la
medicina occidental moderna. Resultaría exacto el famoso traduttore, traditore
italiano.
El investigador debe, como lo ha hecho Sergio Villaseñor en los documentos
que siguen, recoger lo más exactamente posible lo que dicen los que practican
la medicina, estudiándola sobre la teoría de enfermedad que rige su conducta
terapéutica.
Esto justifica el interés de esta publicación de las entrevistas con los
chamanes y los pobladores de la región del Alto Balsas con las mismas
palabras utilizadas por ellos cuando han expuesto al médico-antropólogo su
cosmovisión. El lector podrá comprobar así por sí mismo cuan ardua es la
tarea de construir una verdadera etnopsiquiatría y el valor de esta tesis para
contribuir a ello.
Dr. Jean Garrabé de Lara.
Genêts, Julio de 2000
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Primeros contactos
San Marcos
Empecé a incursionarme en el fascinante mundo de las comunidades nahuas de
la zona del Alto Balsas, Guerrero, gracias a la invitación de unos antropólogos, a
quienes el interés de un psiquiatra por su área de estudio debe haber despertado
sorpresa y curiosidad.
El sábado 23 de octubre de 1993, día de la fiesta del tercer aniversario del
Consejo de Pueblos Nahuas del Alto Balsas, salimos a la comunidad de San
Marcos, donde tendría lugar la celebración.
Salimos temprano desde Xalitla, poblado que luego se convertiría en mi
centro de operaciones. La vieja camioneta en que viajamos parecía conocer
bien el camino de terracería que, en ocasiones, nos mostraba peligrosamente
bellos paisajes de la región. El río Balsas y sus afluentes dibujaban caprichosas
serpientes, horadando las montañas.
Tuvimos que dejar al vehículo estacionado a un lado del camino. Bajamos
al río para esperar nuestro turno. Unas barcazas maltrechas ayudaban a que
la gente atravesara el río. Los habitantes del pueblo se habían ofrecido para
transportar a los visitantes. Remando contra corriente nos depositaron en la
otra orilla.
Llegamos al pueblo alrededor de las 11 a.m. Todo el día hubo música
de banda. En el atrio de la iglesia se concentraba toda la gente. Allí estaban
varias mesas dispuestas para que comieran todos los asistentes. Las señoras
preparaban la comida en inmensos calderos y hacían tortillas.
El primer acto que realizaron para estos festejos fue el que denominan
“llevar la vela al templo”. Para esto hubo una concurrida procesión con música
de banda, cirios, muchas flores y un grupo de jovencitas púberes, vestidas con
llamativos colores.
Me llamó la atención la religiosidad de la gente. Aunque los cantos eran
desafinados, la inmensa devoción era evidente. Los cantos se escuchaban como
un lamento.
A la mañana siguiente, muy temprano, continuaron cantando y rezando en
el templo. No había sacerdote, pero no parecían necesitarlo.
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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Las jóvenes portaban en la cabeza penachos vistosos, cuya base era de
cartón pintado de colores, y llevaban tres espejitos, uno en la frente y otro
a cada lado. Algunas jóvenes llevaban listones de llamativos colores. Unas
plumas de guajolote les adornaban la nuca.
Los espejitos tal vez cumplían la función de ahuyentar a los “malos aires”.
Los adolescentes están siempre muy atentos a estas danzas, porque ello les
permite ir eligiendo a su futura pareja.
Esas jovencitas bailaron dentro del templo. Las danzas se llamaban de
“Las Coronas” y de “Las Bolas”.
Las jóvenes continuaron danzando aun después de que los dirigentes de la
procesión, es decir, los líderes políticos, habían terminado de pronunciar sus
discursos junto al altar e incluso habían salido del templo.
Además de los habitantes de los pueblos circunvecinos, había periodistas,
políticos y gente que trabaja para el desarrollo de las comunidades. Los
mensajes se transmitían con altoparlantes en idiomas español y náhuatl
alternadamente.
La mayor parte de los asistentes escuchábamos bajo un sol implacable.
Luego de los discursos hubo una asamblea muy larga que se vio entorpecida
por las falsas promesas de la SEDESOL (una Secretaría de Estado de corte
populista) cuya representante era una antropóloga de apellido extranjero.
Después de la asamblea hubo juegos pirotécnicos, un “castillo” y “toritos”
que terminaron hasta ya entrada la noche. La música de un grupo amenizaba
un baile en el que nadie bailaba. Los cansados y curiosos visitantes tuvimos
que esperar hasta que empezó a declinar el festejo y la gente de San Marcos se
empezó a repartir a los visitantes bajo diversos techos, prestándonos algunos
petates para pasar la noche. A los fotógrafos y a mí nos tocó dormir en el piso
de la escuela.
No me podía dormir por la deshidratación y el temor a los alacranes. Me
levanté a conseguir agua y un amable poblador bastante embriagado me llevó a
una casa para darme de beber el agua que tenían en una gran vasija de barro. La
sed me hizo olvidar los inconvenientes higiénicos (Al día siguiente este hombre
seguía bebiendo y me sugirió que le invitara unas cervezas y yo, evidentemente
agradecido por el gesto de la noche anterior, se las invité con gusto).
Después de aliviar un poco mi deshidratación, me volví a acostar
tratando de conciliar el sueño. Empezaba a dormirme cuando me desperté
sobresaltado a eso de las dos de la mañana. De momento no estaba seguro,
pero sí, efectivamente, se trataba de un temblor. Desperté a mis compañeros y
de inmediato salimos, espantados, de la escuela. Cuando consideramos que las
sacudidas de la tierra habían terminado, volvimos a nuestro lecho.
Al día siguiente, en casa de una familia del pueblo, conseguimos en donde
darnos un medio baño, a jicarazos. Desayunamos en el atrio de la iglesia. Allí
se seguía preparando, incansablemente, la comida para todos los asistentes.
Durante todo el tiempo que duró esta breve visita, tuve la incertidumbre
de las decisiones aparentemente imprevistas, o al menos no exteriorizadas, del
antropólogo que me guiaba. El papel de guía no parecía satisfacerle. La noche
anterior no había querido molestarse con mis ronquidos y me había despachado
con los fotógrafos. Su capacidad de hablar bien el náhuatl le abría las puertas
de esta maravillosa gente.
San Agustín Oapan
24.X.93
Después de almorzar y despedirnos de los habitantes de San Marcos
emprendimos el camino rumbo al pueblo más antiguo de la región, San
Agustín Oapan.
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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Llegamos a la casa de “Octavio Casas”, líder del movimiento indígena
que surgió para evitar que los habitantes de la región fueran desplazados
geográficamente ante la inminente construcción de una presa hidroeléctrica.
El hogar del maestro Casas era, a la vez, una tienda de abarrotes y un
expendio de cerveza.
Un grupo de habitantes del poblado estaba reunido en torno a Octavio.
Al parecer tenían una reunión informal, nos invitó unas cervezas y siguieron
charlando. El grupo colaboraba con el trabajo de lingüística que el
antropólogo estaba realizando.
Cuando terminaron la pequeña entrevista, quien me guiaba, me presentó
manifestándoles en lengua náhuatl, que yo estaba interesado en conocer a los
curanderos de San Agustín. Llegado mi turno de hablar, tuve que contentarme
con explicarles en español, el motivo de mi visita. Desgraciadamente, creo que
fui demasiado técnico. Allí me di cuenta de lo difícil que es tomar distancia del
lenguaje técnico aprendido. Supongo que comprendieron algo de lo que dije,
pues todos me externaron verbalmente su acuerdo y su apoyo, pero en realidad
nadie se atrevió a darme pistas concretas ni de los brujos ni de los curanderos.
Evidentemente, nadie quiso señalar quiénes eran los médicos indígenas, ni
mucho menos quienes eran los sujetos portadores de algún problema emocional
o psicopatológico. Ahora me parece evidente que, ante un grupo tan numeroso,
era muy difícil obtener datos para ese tipo de planteamientos.En determinado
momento se unió al grupo un sujeto muy singular. Era mucho más moreno que
los demás, y mostraba ciertos modales femeninos. Al parecer era un curandero
nómada. Una vez que planteé de nuevo mi pregunta, este personaje respondió
con gran parsimonia que no sabía nada y que además no podía decirlo.
El grupo empezó a burlarse de él, a bromear a costa suya, pero como lo
hacían en náhuatl no pude comprender el sentido del juego. Tuve la impresión
de que la sorna era causada por la posible homosexualidad del curandero.
Él escuchaba impasible, hablaban en náhuatl y mezclaban algunas frases en
español para que yo entendiera. Le decían que él iba a dormir en medio del
par de extranjeros preguntones. Todos tuvimos que reír y celebrar el chiste.
Los asistentes siguieron conversando. Poco a poco se fueron despidiendo.
Por la tarde de ese día fuimos al poblado de San Miguel. Había que llevar
unas revistas de “Hojarasca” que se iban a obsequiar a la comunidad. De paso
compramos unos “chiquihuites” pues los artesanos del lugar se especializan en
hacerlos. Visitamos a dos familias que se dedican a ello y conversamos un rato,
mientras ellos les daban el terminado a los cestos.
Para localizar a los artesanos preguntamos en varias casas. En una humilde
casita encontramos a la esposa de un artesano. Estaba sola. Nos atendió afuera
de su casa. Le pedí autorización para tomarle una fotografía con sus niñas y se
negó rotundamente explicando que no se quería morir, que había visto en la
televisión que había mucha “cólera” y que no quería que se le “pegara”.
Antes de regresar a San Agustín nos detuvimos en un expendio de
refrescos. El propietario espontáneamente nos ofreció posada en su casa.
Luego de conversar un buen rato, otro de los pobladores nos invitó a su casa
a cenar. La esposa ya estaba acostada, pero la levantó para que nos preparara
unas tortillas. Mientras ella lo hacía nosotros fuimos a la tiendita de enfrente a
comprar bebida, sardinas enlatadas y chiles jalapeños.
25.X.93
Aquí ando, nuevamente de extranjero, pero ahora dentro de México. La
diferencia con respecto a mi estancia en Francia es que aquí la gente intenta
hablar español desde que te ve. Toda la gente es muy amable, al primer contacto
ya te invitan a comer, a beber, incluso te ofrecen posada. Efectivamente, “su
casa es tu casa”.
Hoy conocimos a “Martín Cienfuegos” que es “tlacuilo” o pintor y además
es el comisario del pueblo. Está orgulloso de su trabajo, tanto de sus pinturas
como de su cargo honorífico. Unos “gringos” que lo conocen, y que le compran
su producción artística, prácticamente le exigen que siga pintando y que deje
el trabajo de comisario. No comprenden la importancia que para él y para la
comunidad tiene el cargo anual de comisario del pueblo, aunque éste no sea
lucrativo y le impida dedicarse a otras labores. Definitivamente, la escala de
valores es otra. No es la misma economía, ni la misma lógica de pensamiento.
Estaba en la orilla del río, reflexionando un poco, y se me acercó un
borrachito queriendo platicar. Me invitaba un trago de refresco de cola con
alcohol puro. Aunque no acepté su invitación, conversamos un momento y me
dio una lección de respeto a la naturaleza: “Aquí, si uno quiere comer mojarra,
viene a pescarla al río, pero no hay que pescar diario, sólo a veces, si no, se
acaban los pescados”.
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Testimonios de un pueblo nahua
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Segunda Visita
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Analco
22.X.94
Tengo la impresión de que la resistencia indígena está expresada en la
conservación secreta de sus costumbres y tradiciones. Resulta difícil escudriñar
sus pensamientos. Aún ante los mismos miembros de sus comunidades que
han realizado estudios profesionales, como los profesores o los antropólogos,
ocultan el significado profundo de algunos actos o ritos.
Un ejemplo palpable de lo anterior es lo que me cuenta Alfredo Ramírez,
antropólogo, originario de Xalitla, respecto a la fiesta del “Cruztépetl”, del 1 de
mayo. Ese día los campesinos de la región van al cerro a ofrendar un guajolote
sacrificado, preparado con mole y unos tamales. La comida debe llegar caliente
al cerro, y sólo puede ser depositada en su altar por las niñas. Después de hecha
la ofrenda y cumplido el ritual, cuyos rezos son en náhuatl, esperan a saber qué
clase de zopilote la recibe.
Según Alfredo, hay zopilotes de cabeza roja o Tzomacoltzin y de cabeza
negra. Unos de ellos son los que auguran buena lluvia para todo el año y otros
no. En una ocasión un vecino del pueblo de San Miguel Tecuiziapan se robó
la ofrenda, y al descubrirlo lo obligaron a reponerla, pero doble. Además, le fue
mal en todo lo que emprendió. Todos entendieron que era el castigo por haberse
robado la ofrenda. Cuando Alfredo les preguntó a los campesinos que si era la
cruz quien había castigado al ladrón, le contestaron que no era la cruz quien se
llevaba la ofrenda, sino el Tzomacoltzin, respuesta lacónica e incompleta.
Los jóvenes de los pueblos de esta zona traen la moda del pelo largo.
Al parecer la trajeron quienes trabajan en las grandes ciudades o en Estados
Unidos.
Por allí andaba un “enfermo”. Así nació, es huérfano, duerme donde puede
y la gente le va dando de comer. Me comenta el “profe” Gerardo que falta un
lugar para esos enfermos, y me preguntan si ese problema de nacimiento no
tiene remedio. Explico, según yo, el problema de la hipoxia neonatal y me
entero que todos los partos son atendidos por las comadronas: “si viene mal, si
viene atravesado, ¡ni modo! No hay a dónde llevarlos”.
Filemón Atilano, habitante de Analco que ha trabajado como bracero en
California, quiere que sus hijos aprendan inglés.
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Hay libros bilingües para las escuelas, y los niños deben aprender náhuatl
como primera lengua. Curiosamente, los padres de familia prefieren que sus
hijos aprendan español en la escuela, e incluso les llegan a prohibir que hablen
náhuatl en clases.
San Agustín Oapan Un itinerario terapéutico.
23.X.94
En 1977, Gaby, la esposa de “Octavio Casas”, había estado muy
enferma. Había dejado de caminar durante 3 años por esa enfermedad.
Nunca la atendieron médicamente de ese problema. Con remedios caseros y
recurriendo a los médicos tradicionales la curaron en su pueblo. Gaby mejoró
espontáneamente al cabo del tiempo arriba mencionado. El tratamiento que
recibió fue la aplicación en la espalda de un ungüento hecho a base de yodo.
La familia de la paciente, viéndola mejorada, dejó pasar el tiempo sin volverse
a preocupar del asunto.
Después de 14 años, Gaby recayó. Esta vez, después de agotar los recursos
tradicionales, llevaron a la paciente a la ciudad de México. Estuvo hospitalizada,
le hicieron muchos exámenes y fue intervenida quirúrgicamente.
El problema de la imposibilidad para deambular había sido causado por
un tumor toráxico peridural, que originalmente era un lipoma benigno, pero
como no se extirpó a tiempo creció hasta causar lesiones irreversibles. A pesar
de la operación, no fue posible que la paciente conservara la funcionalidad
de sus miembros inferiores. Actualmente, la paciente está muy delicada. No
puede caminar ni controlar sus esfínteres. Al verla la noto muy pálida, sentada
sobre una cama que huele a urea.
Gaby se niega a acudir a la ciudad de México, al servicio de Ortopedia del
hospital donde fue atendida, donde la esperan para la posible rehabilitación.
Ella no quiere quedarse sola tres meses. Aunque refiere un dolor agudo entre
las escápulas, tampoco quiere tomar analgésicos. Arguye que luego de tomar la
medicina (Dorixina) siente que se le quema el pecho.
Además de la oposición de la paciente a desplazarse hasta la ciudad, está de
por medio otro factor, no menos importante: el gasto enorme que todo esto
significa para ellos.
La madre de la paciente la cuida todo el tiempo. El esposo y el resto de la
familia, solo esperan, resignados, lo que tiene que pasar.
El Alto Balsas
Xalitla 21
17.II.95
Esta visita la hice acompañado de un habitante del pueblo que trabaja en
la ciudad de México, pero que no ha perdido el contacto con sus familiares y
amigos.
Gracias a dos detalles básicos me di cuenta de la extrema importancia que
le asignan al ascenso social. El primero fue el número de veces que toda la
gente que conocía a mi guía, nos preguntaba: “¿Tráin carro?” Es decir, querían
averiguar si veníamos en autobús, como todo el mundo, o si teníamos un
automóvil. El segundo fue la insistencia de mi acompañante por justificar su
retraso en titularse, señalando constantemente que pronto habría fiesta para
festejar su nueva categoría de “licenciado”.
Desde que inicié mis visitas a la región, yo había procurado ser discreto,
evitando parecer ostentoso y por eso había evitado venir en automóvil a la zona.
Posteriormente, por comodidad, le resté importancia a ese detalle, y llegaba en
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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automóvil. No sé si ello haya sido ventajoso para mi trabajo, pero en ocasiones
tuve la impresión que algunas personas se mostraban más afables.
Imagino que si yo hubiera sido originario del pueblo y hubiera llegado en
automóvil, podría haber suscitado ciertas envidias y me hubiera hecho acreedor
al “aborrecimiento” de algunos. El “aborrecimiento” es un factor esencial en el
desencadenamiento o en la génesis de las enfermedades que “no son de Dios” y
que no pueden atender ni comprender los médicos, por muy buenos que sean.
San Juan Tetelcingo 18.II.95
En la mañana salimos de Xalitla rumbo al camino que conduce a San Juan.
Allí estuvimos esperando que pasara algún coche o autobús pero no circulaba
nadie. Por fin se detuvo un taxi. El chofer se ofreció a llevarnos aunque ya traía
bastantes pasajeros. Nos apretujamos y emprendió el camino.
Empecé a conocer algunos habitantes de San Juan. Por la tarde fuimos
a buscar a un conocido de mi guía. Pronto lo encontramos, aunque no en su
casa. Estaba afuera del expendio de cerveza de Marcos Garza, departiendo con
otros hombres.
Estaban realizando unos trabajos en la calle, y habían abierto una zanja
de unos 50 cm de profundidad por 1 metro de ancho aproximadamente. Allí,
sentados en la zanja, estaban todos platicando y tomando cerveza. El viento
cálido levantaba constantemente una polvareda, pero eso no era obstáculo para
la discusión que tenían.
Los saludamos y de inmediato nos invitaron a departir con ellos. En
cuanto nos acomodamos nos entregaron un “six” de cervezas. Mi guía rehusó la
invitación, arguyendo que él ya no tomaba. Yo acepté sin imaginar que el ritmo
de la ingestión sería vertiginoso. Entre ellos existía una especie de desafío para
ver quién podía darse el lujo de invitar la mayor cantidad de cervezas. Apenas
me había terminado una cerveza cuando me entregaron otro “six”.
Le dije al tendero que se cobrara con un billete que yo le extendía, pero eso
molestó a mis anfitriones. Uno de ellos me explicó: “Aquí usted es el invitado
y no va a pagar nada. Cuando vayamos a México, allá nos invita usted, si
quiere”.
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Esa misma persona, más tarde, nos invitó a cenar a su casa. Nos contó que
durante 7 años había sido “chivero”.
Los “chiveros” trabajan todo el tiempo y así se ganan únicamente su
manutención. Ahora era una persona con el dinero suficiente para mantener
dos casas y para gastar en lo que quisiera. Después de sufrir miles de privaciones
había logrado una buena posición social y ahora, preciándose de ser rico,
despreciaba a quienes “no son nadie”. Ya con dinero, hasta se sentía capaz de
matar, pues tenía para pagar tal trasgresión.
Entonces comprendí que el abundante brindis previo había sido un duelo
local de presunciones, para ver quién tenía más dinero.
La fiesta de San Juan
16.III.95
Salimos desde Xalitla. El camino es muy peligroso. Entre las montañas, frente
a los precipicios, hay una carretera de terracería sin protecciones.
El destartalado autobús se apagaba cada vez que se detenía a tomar o a dejar
pasaje. Para encenderlo de nuevo, el chofer lo dejaba ir en reversa... así tomaba
vuelo con la pendiente. ¡Qué cercanía y que familiaridad con la muerte!
Aunque el pueblo no es muy grande, hay tres templos, pues hay grupos
que defienden posturas diferentes ante la iglesia. Por ejemplo, Don Nicasio
desearía que la imagen del señor de Cuetzalan se quedara en el nuevo templo.
El pueblo se había transformado. Había mucho movimiento, estaba lleno
de autos y de gente.
Una parte de la celebración que no podía faltar fueron los toros. Los
hombres se colocaron alrededor del ruedo y las mujeres lo hicieron a mayor
distancia, sentándose en un cerrito.
Las bandas de música se la pasaron tocando todo el tiempo. Una de estas
bandas nos había acompañado al templo para llevar la “promesa” de Don Pablo
y de Doña Blanca.
Fiesta interminable. Banda, violín y tambor para las danzas y, además,
el omnipresente grupo musical que trataba de amenizar un baile que
paulatinamente se fue llenando de bailarines.
Conforme avanzaba la noche fue cambiando el panorama humano. El
problema del alcoholismo es desbordante. Se ven hombres tambaleantes por
doquier. Los comisionados del orden deambulan con un rifle bajo un brazo y
con una cerveza en el otro.
En el ambiente de la fiesta flotaba una agresividad mal disimulada, apenas
contenida por frágiles barreras. Se percibía un continuo transitar por el borde
de la violencia.
Hubo una pelea entre dos personas, y eso me pareció poco para todo lo que
contenía el ambiente.
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Entrevistas escogidas
Don Flavio Casillas
18.II.95
Estamos en San Juan Tetelcingo, con Don Flavio Casillas, que tiene 54 años
de edad. Es casado, aquí nació, conoce la historia de su pueblo, cómo ha ido
creciendo.
P’os... yo... digamos soy originario de este lugar, hijo... del difunto Mario
Casillas y Eusebia Terrazas... mi padre murió a la edad de 81 años y mi mamá
creo murió a los 70... 75 más o menos… A la edad de 12 años mis padres me
mandaron a la escuela, las primeras letras las conocí aquí en el pueblo, en la
escuela de este lugar, y en seguida mis padres me mandaron a otra escuela
particular de un sacerdote que tenía su parroquia aquí en el pueblo de San
Agustín Oapan. Allí estuve unos meses y después me mandaron a Iguala,
allá estudié segundo y tercero... el cuarto grado lo estudié en Cuernavaca, y
enseguida me mandaron a otro lugar, el pueblo se llama Pilcaya, en el año ‘54.
Allá estaba el seminario, allá me mandaron estuve tres años de la secundaria.
Ya no quise pues seguir estudiando, me vine acá a la casa y empecé a trabajar
en el campo, ese año... el año 58, me vine, regresé al pueblo, empecé a trabajar
el campo, a ayudarles a mis padres.
Oiga y usted se enteró de cómo atendían las enfermedades antes, ¿cómo las
atendían antes de que llegaran los servicios médicos?
Pues aquí, pues todavía hay personas que curan con yerbas, espantos...
¿Hay varias gentes... ?
Sí hay unas personas aquí que todavía trabajan esas formas de curación.
¿Y cómo trabajan?
Pues según este como... bueno, ellos quizá tienen esa creencia que por
medio de la fe pues, pueden curar, entonces ellos saben cómo preparan sus
medicinas y...
Y usted ¿qué ha oído que curen ellos, como qué es lo que dice la gente que
curan?
Pues... sobre los de aquí solamente de los espantos o sea, según ellos que
de los aires que...
¿Qué creen ellos que es eso?
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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Yo, para nosotros, acá en la casa casi no ocupamos eso, no nos curamos así de
esa forma.
Pero esta gente ¿qué piensa que es eso del espanto, ellos qué creen que son
los aires, por ejemplo?
Como digo pues nosotros acá no casi no creemos en esas cosas pero nomás
hemos oído de otras personas quienes creen en los aires. Los curanderos, pues
echan las semillas en el agua y pues según la forma como lleguen o como se
pongan en el asiento de algun traste pues entonces de ahí se basan para saber
qué se necesita para curar al enfermo. Hay unos maicitos que al echar al agua
forman la cruz entonces quiere decir que, que... se necesita rezarle a la cruz,
que hay que darle una ofrenda de tamales y quién sabe cuántas cosas, con eso
ya pues se alivian.
¿Qué quiere decir eso de los aires?
Pues tiene esa creencia de que son... son como espíritus pues en forma de
persona... si... que van a asustar. Para que ya te dejen necesitas pues darles una
ofrenda ahí.
Y esos aires ¿alguien los puede mandar a otra persona o solos llegan o
qué?
Eso solamente cuando uno... por ejemplo le pasa algún accidente, por
ejemplo si va uno montado en un burro, en un caballo, ahora que el animal se
espante ¿no? Así de momento se espante y te aviente entonces es cuando te van
a hacer el daño los aires, entonces ahí está el espanto.
¿Qué es lo que le pasa a la gente que se espanta?
Pues la persona que tiene aire está pues así, inquieta, así llegan momentos
que echan carreras o así que ven cosas así... ya mayormente como ahora en
las noches que se espanta, que ya no puede dormir, que... bueno, ve cosas así
que el que no está enfermo no ve nada, en cambio el enfermo sí ve cosas en la
oscuridad.
Como por ejemplo ¿qué cosas puede ver?
En forma de animales, en forma del diablo, cosas así digamos como
imaginaciones, no están tranquilos, los están espantando.
¿Ha sabido usted de casos de gente que se trastorne de la mente, de gente
que pierda la razón, que esté como loquita?
Aquí sí hay personas que están así, por aquí esta un muchacho, creo que lo
tienen amarrado con cadenas.
¿Qué le pasó?
Pues está mal de la mente, del cerebro y como dice mi compañero, lo
amarran para que no haga daño, hay veces que se desata y mejor piden auxilio
con el comisario y mejor lo llevan a la cárcel. Lo tienen encerrado y aquí el
otro, aquí el vecino también así se enfermó, pero parece que ahora ya esta bien.
Testimonios de un pueblo nahua
También así estaba enfermo, gritaba, grite y grite, diciendo disparates. Ahora
si uno se le arrima pues entonces pues jala unas cosas ahí, lo que encuentre, lo
que pueda agarrar y te va a aventar con el fin de lastimarte, y siempre, siempre
lo tenían amarrado con cadenas... Y pues, ahora ya está bien.
¿Cómo se alivió? ¿Lo llevaron a la ciudad con algún médico, o aquí le
hicieron algún tratamiento?
Pues creo que le llevaban a los doctores y aquí por medio de las personas
que curan de espanto.
¿Las dos cosas le hicieron?
Ajá, de las dos formas.
La gente, ¿a qué pensaba que se debía su enfermedad?
Ah pues no sabemos por qué o de donde viene esa enfermedad. Según nos
cuentan que fumaba mucho, eso sabemos nada más, o qué clase de cigarros o
a la mejor, según nosotros pensamos, que a la mejor será un este... mariguano
o algo así que le hizo mal, pero ese muchacho casi no sale a la calle, siempre
esta amarrado.
Y ¿hay varias personas aquí que pueden curar?
Pues hay personas que sí se curan así nada más por medio de las yerbas.
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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Don Pedro
Xalitla II. 95
Don Pedro, artesano que tiene 45 años, originario y residente Xalitla,
casado
¿Conoce alguna enfermedad?
Bueno, el caso es de un vecino de aquí de la comunidad de Ameyaltepec.
Era un pintor muy bueno vendía a buen precio. El compadre de él, que ya
también falleció, me comentó que tenía oraciones para... cuando se ponía a
trabajar, oraba al mal, digo, no estaba bien...
¿Primero rezaba y luego pintaba?
Sí.
Su compadre de él, un tal que se llamaba Jorge Estrella, es el que me
platicó pero el que está ahorita enfermo mental, bien, bien acabado se llama
Arturo, es el pintor, buenísimo, de Ameyaltepec. En una ocasión en los meses
de mayo, subieron al cerro, tu sabes que por acá en el mes de mayo pues hace
una calor por acá pero fuerte, salieron de cacería los dos y al subir a la cumbre,
el difunto Jorge dijo: “Camínale compadre porque ya nos vamos a ir, nos vamos
a regresar pues de por acá porque ya la calor esta fuerte, yo casi ya me muero de
sed, ya tengo los labios resecos”, y contesta Arturo, el pintor: “Oye compadre”,
que en ese tiempo no estaba malo, fue por los... aproximadamente los 73,
74, “aguántate, dice, ahí hay mucha agua” y contesta en ese momento Jorge
“Cómo crees, cómo crees compadre que hay agua, aquí esta re seco todo y en lo
alto cómo va a haber agua”. “Sí compadre”, dice “cómo no, aquí adelantito ya,
aguántate compadre” en eso el que ahora está trastornado, alevanta la majada
(excremento) de res de este tamaño... y la voltea y ahí estaba el agua, agua
cristalina, el compa ese dice: “Órale compadre, si quieres tomar agua, aquí hay
agua”, le dijeron a Jorge y no, no quiso tomar agua pues... pues por ahí, no hay
manantiales pero de momento se apareció.
¿Y Arturo cómo empezó a estar mal?
Arturo creen que dibuja bien, él dice que tiene oraciones de justo juez y yo
francamente no sé decirle ¿verdad? ¿Cuál es el santo o cuál esa imagen? Aquel
pintor se descompuso.
¿Cómo se descompuso?
De la mente pues. ¡Vaya! dicen que empezó a ponerse mal con un patrón de
él, que donde entregaba sus cuadros, que todavía lo llevó a un hospital, no pudo
recuperarse y ya se vino para acá a su pueblo, y ahorita parece que sí... hasta lo
tienen amarrado al pobre compa...
¿Él vive?
Vive, si vive...
¿Lo tiene amarrado?
Sí.
¿Qué es lo que le pasaba?, ¿Por qué se puso mal?
Bueno... trataba de apedrear a la gente... ¿sí? Lo vieron pues definitivamente
ya estaba bien trastornado, aunque así trastornado ahí los mismos de la
comunidad lo picaban pues, medio trastornado a veces lo veían como que se iba
mejorando pero, pues no, no, agarraba el pincel y empezaba a dibujar, apenas
casi ya por terminar el trabajo agarraba el papel amate, lo hacía pedazos.
¿Por qué piensan que se enfermó?
Pues el difunto Jorge me platicó que se descompuso pues porque sus
oraciones que no cumplía o no cumplió pues ¿sí?
¿Qué es lo que prometía?
Pues ahí no sabría decirle qué es lo que prometía pues... Arturo dibujaba
lo que soñaba ¿sí? lo que soñaba, al siguiente día eso lo está sacando... tal vez
sería pura imaginación...
¿Eran sueños muy raros o... ?
Pues él me platicaba que sí, que soñaba, y eran unos dibujos que francamente
yo no los he visto nada.
¿Piensa entonces que Arturo se enfermó por no cumplir lo que prometía?
Sí.
¿Le pasaba algo raro, como que le hablaran, como que viera cosas o que
imaginara cosas?
Bueno, bueno a la vez pues eso no lo sabemos ¿verdad? Pero de que si
apedreaba a la gente, era la misma autoridad lo mandaba a encarcelar, y pues
tiene sus hermanas, a veces se lo llevaban a su casa y a veces andaba medio
conciente, se notaba. Ahorita ya, ya no sale porque ya esta más...
Y ¿a qué edad empezó a estar malo?
Pues tendrá... más o menos... cuando empezó tendría aproximadamente
como unos 27 años por ahí...
¿Nunca le dieron ya un tratamiento?
Bueno le digo pues que lo tenían internado en México, pero francamente
nunca, nunca se le dio pues...
¿Y alguien que lo intentara curar de acá del pueblo ?
No se pudo aliviar... y así sucedió pues...
¿Y algún caso que haya sucedido aquí más cerquita... en... Xalitla, por
ejemplo?
Es lo de la señora pero estaba yo chavo.
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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¿Qué le pasaba?
Nada más este... también así... la amarraban con cadenas, con lazos. Ya
estaba grande aproximadamente unos 17, 18 años.
Y ¿por qué la amarraban?
Para que no hiciera maldades pues, a la gente.
Las golpeaba ¿o qué?
Sí... sí. Trastornada.
¿Y se le quitó solo?
Pues ella tal vez que aquí la han de haber curado. Sí, claro, sus abuelos y...
si tenían pues de qué vivir, en los tiempos del 58. vivió con sus abuelitos y ellos
pues... la han de haber ayudado, ahora sí no sabría decirle cómo pasó.
Y ¿a usted le han tocado casos de gente que se espante?
No, de esos casos no me han... no he visto.
Tal vez... tal vez... se le pasó, no sé en que forma, pero se enfermó y fue
llevado pa’llá, pa’ San Juan... Sí, creo que me dijeron que ya la habían llevado
para allá al pueblo de San Juan, ya después como estaba enferma y lo vieron que
pues estaba muy trastornada, de repente se le venía y pues... si por un mandado
que... se iba pues, en ratos lo veían así, lo tenían amarrado con lazos o... para
que no se fuera...
¿Y saben qué le pasaba?
Pues no, no sé que... qué es lo que le pasaba, también así tardó tiempo
pues... que ya se les escapó, ya no supieron por donde se fue, aunque lo siguieron
lo perdieron en el campo.
¿Y ya no volvió?
Sí, después no sé... en donde lo encontraron, pero después pues lo volvieron
a encontrar.
Estamos hablando de gente que se trastorna de la mente, usted ¿qué ha
aprendido aquí en su pueblo, que sea lo que cause que la gente se trastorne
de la mente, ¿a qué cree que se deba, o sí cree que se trastorna la gente de la
mente, o no?
Bueno, de que si se trastorna de la mente pues... pues sí ¿no? He oído el
caso de aquí de la señora, le vuelvo a repetir estaba yo chavo y nos dábamos
cuenta ¿no? Que se trastornó la señora fulana y fue a apedrear, qué sé yo... y
ahora ya veo que la señora anda conciente, bueno ¿por qué se había trastornado
la señora? Yo la veía amarrada ahí en el corredor de su casa en donde vivía, se
desgarraba la ropa y pues ya con el tiempo ya la vi normal, por eso yo pienso
que... yo le aseguro que pues con un médico no, no se alivió, aquí, aquí la han
de haber...
Aquí la aliviaron, eso es lo interesante ¿cómo se alivió, qué le hicieron?
Testimonios de un pueblo nahua
Dicen que a veces por herencia, ahora le voy a explicar, de la misma señora
pero de su abuelito. En un caso, aquí lo conocían que era muy bueno, un
curandero, pero de los mejores de aquí de la comunidad... también se ponía...
¿cómo le llaman aquí? ¡A rifar! que si se extravió algún animal, por acá que
tienen su ganado vacuno, algún caballo, algún burro. El viejito ése hacía la
“rifa”, y por eso yo le aseguro más o menos que no se alivió de esa enfermedad
con un médico, sino aquí con... De ese entonces ya me daba cuenta de que su
abuelito sabía pues curar que de espanto, sabía rifar, sabía buscar, yo de hecho
se lo voy a decir mi papá era compadre del abuelito de Doña Flora, el viejito se
llamaba Ramón, fue compadre de mi papá, en el tiempo de la revolución... mi
papá vive, tiene como 94 años.
¿Aquí vive en Xalitla?
Sí, y tuvo muchos amigos. Él me platica que en ese entonces, después de
la revolución se empezó... había una hacienda allá grande, y había forma de
ganarse... un peso pues, sostener una familia, por el 60. Vino uno que había
robado un caballo, este... que había perdido un caballo, ese compa se llamaba
Benito Corona ya murió también, amigo de mi pa’. Usted sabe que la bigata
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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existe y... y a eso vino aquí directamente con mi papá, pero en ese 61 mi papá
comerciaba ganado por toda la rivera, y yo estaba aquí en la casa, entonces el
tal ese Benito le dice a mi mamá: “Oiga señora, me han platicado algunos que
por acá hay una persona que sabe rifar, que es muy buenísima y dicen que es su
compadre” dice, si es mi compadre...
Se quedo a descansar, le dio de almorzar y que me dice, oye hijo, lleva
aquí al señor, con Ramón, le digo sí mamá, 12 años tenía... y me lo llevé, en
ese tiempo fue en tiempo de cosecha, de la pizca, por decir aquí la pizca en el
mes de noviembre, y lo fuimos a ver a su casa, su esposa estaba ahí, luego me
contestó, pues, que él no se encuentra dice, está pizcando alfalfa y punto.
Andaban levantando cosecha, le digo que el viejito era... pues tenía de qué
vivir en esos tiempos, sí... el abuelito de Doña Flora. Sabía rifar se llamaba
Ramón también era abuelito... y si fuimos a otro terreno ahí... ahí si yo vi,
o sea no le voy a mentir, más lo que vi. Este... llegamos aquí a su casa, él en
su caballo, y el viejito y yo con el otro señor... veníamos siguiéndolo, no está
muy lejos, ya por acá era como a un kilómetro y medio, llegamos a su casa,
aproximadamente eran como las once de la mañana, llegó temprano y llegamos
después, llegó, amarró su caballo. “Pásenle”, dice, “pásele mi amigo, si es su
compadre, o sea su amigo, mi compadre don Balvino, él es mi compadre de
respeto, pásele, ahorita le hago su trabajito”. Pero fíjese bien lo que le voy a
decir, tampoco me dijeron oye pues quédate a un lado no, pasé también ahí con
él, y no fue por decir adentro que estuviera escondido, hacer el trabajo oculto,
no, no, no, claro ahí en su casa pues nada más él.
¿Adivinó quién se lo había robado?
Si... por ahí van... Entonces él inmediatamente sacó una... por acá les
decíamos jícara de los... jícara que por acá se llama malbule, que le llaman,
o el guaje, que también le llaman, y este... lo sacó, le echó un poco de agua,
le echó unos pedazos de copal, le echó unos maicitos ahí flotando, en ese
momento empezó él, él hacía sus oraciones, rezando un rosario y pues yo
lo estoy escuchando ¿no? Y le dijo, “¿Cómo se llama usted señor?”. “Benito
Corona”, el que perdió el caballo, y le dice: “No te mortifiques, ahorita vamos a
ver, te voy a hacer el trabajito porque mi compadre es amigo tuyo, perfecto”. Le
enseñó cómo tiró el maíz y el pedazo de copal, una vela encendida ya la tenía
en su mano, y se va para adentro en su altar y dentro de... aproximadamente
como unos 20 minutos ya salió. “Ven, mira, ten mucho cuidado, cuando tú
salgas a buscar tu caballo, pero te voy a decir esto, mira tu caballo está en un
punto... dice: “Mira, esto significa que tu caballo está por aquí, cerca de un
ojo de agua y aquí estos maicitos que significan los hombres, tres que están
cerca, son personas que lo están cuidando, ten mucho cuidado cuando tú vayas
por ese lugar”, y la persona que perdió el caballo le dice: “Oiga”, dice, “señor,
disculpe, más o menos el punto”... “Ahorita te voy a decir a dónde”, empieza,
dice: “Mira, tu eres de Totululco, sí, ¿tú conoces el cerro que le llaman el
cerro del León?”. “Sí”, dice, “señor ¿cómo no?”. “Pues en ese aguaje, en ese
manantial, ahí cerca está tu caballo”, dice, “tu caballo lo quieren robar. Invita
tú a tres amigos, pues ahora si yo no te voy a decir, ni tu vas a pensar que vas a
ir a manos cruzadas, debes llevarte algo o darle parte al comisario municipal,
él que te apoye, ese caballo todavía no lo llevan de ahí, ese caballo lo piensan
sacar lejos, pero todavía lo tienen ahí”. Entonces el que perdió el caballo dice:
“Mire señor, con todo respeto se lo digo, si ese caballo aparece ahí, mire yo
le voy a pagar con todo gusto, porque ese caballo me gusta mucho, es muy
buenísimo”. Dice: “Mira yo te lo garantizo, si ese caballo no lo encuentras ahí,
vente aquí y mátame” dice, “¿Sí?”. Pues se fue contento...
Don Bonatesta Fierro
20.II.95
Don Bonatesta Fierro es un artesano de 64 años, casado, originario y
residente de Xalitla.
Al inicio parecía poco comunicativo, pero paulatinamente la conversación
se fue animando. Su casa está junto al camino empedrado que conduce al
camposanto, es de las más cercanas al cementerio.
Me comenta sobre la costumbre que aquí existe de que todos los lunes la
gente acude al panteón a llevar flores. Las tumbas de los familiares difuntos
se revisten, cada semana, con diversas flores como cempasúchil, cosatzin y
albahaca.
El cura anterior celebraba la misa allí mismo, los lunes a las 17 horas.
El espacio físico que ocupa el cementerio está repleto de tumbas. Sin
embargo, Don Bonatesta dice: “La gente no quiere que amplíen el camposanto,
porque piensan que se van a morir”.
En el pueblo los muertos conservan una presencia constante, en momentos
amenazadora. Pueden causar enfermedades a los vivos, ya sea porque los
difuntos así lo desean o porque la gente se vale de ellos para sus fines.
Hay gente que para enamorar usa “hueso de muerto”. Se ayuna, se reza y
luego se le da el hueso a la mujer que se pretende.
Hay un cerro, explica Don Bonatesta, que se llama Tonaltepec, el cerro en
donde se mete el sol: “Allí dicen que hay dinero. Nomás hay que buscarlo. Para
hacerse rico, uno puede tratar con el diablo, pero el diablo siempre te pide algo
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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a cambio, entonces, ¿para qué así? Mi hijo Ángel soñó que había dinero en su
casa, pero el diablo se lo iba a dar sólo si entregaba a su compadre. A costa de
la vida de otro no se vale, ¿verdad?”
En Oapan, para encontrar dinero, le rezan al Santo Mulato, el que viene
con Jacobo. El caballo es Santiago.
Doña Jovita D.
Xalitla, 21.II.95
Dice doña Jovita D.: “Cuando a un niño le hacen daño, lo ve la jicalera
y dice: “La Santa Cruz está boca abajo sobre el pechito del niño, no quiere
chichita porque le calentaron la sangre, hay que ponerle una ofrendita a la cruz,
velas y gallinas, y se compone el niño”.
Los niños tienen la sangre dulce, y fácilmente les hacen mal de ojo, les
“calientan la sangre”. Para el daño se le cuelga una bolsita roja con 2 ajos, 2
pimientas, clavo y mostaza.
Explica que ella se cayó, y sintió que se asustó. “Me espanté”, dice, “me
tumbaron los perros y me caí, me golpeé en la piedra”.
“Antes sacaban al San Pedro del templo, y lo llevaban al cerro junto con
ofrendas de mole y pollo y tamales de riego, y venía el aguacero, entonces
cosechábamos mucho de todo”.
“Mi marido se me murió de tanto tomar, se le coció el hígado. Para curarlo
pusieron alcohol en un vaso y lo prendieron con un cerillo y se lo pusieron en la
espalda, el vaso se agarraba a la carne y así lo jalaban para sobarlo”.
Doña Lorenza Ruiz, originaria de Xalitla, dice: “Los que se asustan no
duermen, ni comen, les agarra calentura.”
Doña Alejandrina Iglesias
Xalitla, 22.II.95
Esta mañana, al ir a almorzar, me encuentro que una señora que no
conocía estaba “echando las tortillas” en lugar de Doña Blanca o de alguna de
sus nietas. La señora era Doña Alejandrina Iglesias, quien comentando sobre
un problema diarreico que tenían Don Pablo y su esposa dijo: “¿Será que las
comidas se pelearon adentro, y por eso se enfermaron?”
Luego me enteré que ella había venido a sobar a Doña Blanca para aliviarla
de la diarrea.
Mientras almorzaba empezamos a platicar.
“Y a ti, cómo te va en la vida?”, me preguntó, curiosa.
“Bien” le contesté.
“¡A mi no!”, dijo, “no sirve, me va mal… se me mueren mis esposos, ya van
dos muertos, otro me dejó con hijos y se fue a Estados Unidos, allá tiene otra
mujer. (Alejandrina traía un hematoma en la cara, en la región periorbitaria
derecha).
“Usted también se va a enfermar”, sentenció, dirigiéndose a mí.
Me quedé preocupado por la velada amenaza. ¿No sería ella de las personas
que pueden echar algo en la comida?
Algo se me atoró en la garganta.
No me enfermé, afortunadamente.
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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El señor cura
Xalitla, 26.II.95
Estuve conversando con el cura, quien resultó muy platicador, adoptando
una actitud de amplio conocimiento de la región y de generosidad personal.
La plática me cansó. Sin embargo, dijo cosas que me interesaron : “A veces me
traen a sus niños enfermos pidiéndome que yo pida por ellos, que rece para que
se curen... y sí se curan!”
“En este pueblo sí hay mucha brujería, la gente se vale de ello para causarse
daño, enviarse males. No está bien que hagan eso, pero ¡el mal sí existe, es el
demonio quien se sirve de ellos!”
Don Adolfo Cuesta
Xalitla, 02.III.95
En general, encuentro mucha reticencia a hablar de los “locos”. No obstante
obtuve algunas opiniones.
Don Adolfo me contó: “En Ameyaltepec sí hay uno que se enfermó de
tanto pintar. Es hermano de Doña Fortunata, yo creo que se emocionó porque
le pagaban muy bien su trabajo. Lo tenían amarrado, encadenado, porque a
veces se ponía agresivo o se echaba a correr”.
Adolfo tenía unos granos y los médicos no podían curarlo, lo “rifaron” y
luego le “regaron” y le rezaron en el lugar mismo en donde se había asustado,
que era un hormiguero. Sólo entonces se curó.
“Un vecino sí quedó loquito con la toma, salió corriendo, allí dejó a los
ayunadores, pero luego se le quitó lo loquito porque le dieron otra toma. Si le
dan remedio a la gente, no quieren nada de ruido, no soportan el ruido”.
En casa de Timo los enfermos entraban antes de que amaneciera. El que
les daba la “toma” era Ángel, de Ahuehuepan.
“A ese Ángel antes le daban ataques, tenía alferecía, pero hace siete, ocho
años le dieron la “toma” y se curó, luego se dedicó a curar”.
“Cuando les daban la toma a los enfermos yo pensaba, no me vaya a brincar
la enfermedad, yo nomás oía los gritos de los enfermos… también la regada
puede pegarse”.
La “toma” es más efectiva a media noche, pero es más peligrosa.
Don Adolfo Cuesta, bis
Xalitla, 16.IV.95
“Ya me estaban atendiendo con penicilina, pues me enfermé de la garganta
y tuve una calentura que hasta me hacía hablar. No me gusta mucho que me
rife “Chico” porque él siempre dice que te hicieron cochinada, nunca busca
bien para saber si te espantaste en el camino o saber si fueron los aires o las
hormigas, mejor hay que ir con otra persona que rife”.
“Doña Blanca dice que a ella le dijo que tenía cochinada y que por eso le
dolían las rodillas, pero aunque la sobó no se alivió, siguió mala”.
Don Adolfo Cuesta, tris
Xalitla, 30.VII.96
“La señora Nantzin estaba enferma, por eso se desmayaba”.
Menciona que su esposa, D., a partir de enero – cuando falleció su padre
– presenta insomnio, hiporexia, llanto, pérdida de peso. Explica que, como en
la clínica no hay medicina, fue hasta Iguala a ver un médico general particular.
En abril empezó a dormir y a comer. Empezaron a “rifarle” y a “regarle”, sin
mejorar.
Don Chico la vio y en la “rifa” salió que se la quería llevar su papá. Hicieron
una ofrenda con chocolate y flores, velas y oraciones. Hasta entonces empezó
a dormir.
Desde hace dos años le bajaba y le subía la presión, iba con un cardiólogo a
Chilpancingo y no se mejoraba. Entonces decidieron llevarla con los espiritistas
en Chilpancingo. Esto fue mediante fotografías y ropa de ella. Sus hijos le
dijeron que ya nada más fuera con el médico.
Comenta sobre las otras opciones terapéuticas disponibles en el pueblo:
“Pancrasio, en veces le atina. Una vez también atendió a D. El médico de
la farmacia viene seguido, de 6 de la tarde a 11 de la noche. Don Filiberto la
sobó porque le dolía la espalda, era couasihuiztli, y eso que ya la había sobado
del pie Don M. A. También a mí me había sobado una vez”.
“En Tonalapa hay una clínica con un médico de base por las tardes. En
Xalitla hay un grupo de Alcohólicos Anónimos con cuatro miembros. Algunos,
cuando quieren dejar de beber, van a jurar a la Villa de Guadalupe”.
En la farmacia del pueblo, la señora que despacha dice que la gente primero
va con el médico y luego, en caso de que no se curen, van con el curandero, pero
dice que la gente no suspende el tratamiento médico inicial, aunque los estén
tratando los curanderos.
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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Doña Laura Batista
Xalitla, 02.III.95
La señora Laura Batista me relató que en Ameyaltepec, el señor José C.
se “volvió loquito” porque pintaba mucho de noche y tomaba pastillas para
dormir.
“No comía ni nada, nomás quería trabajar, hacía un trabajo bien finito,
bien bonito”, Doña Laura agregó. “También en Ameyaltepec, la hija de Don
Ramiro de la Colina se volvió loquita, desde muy joven estaba en un colegio
de monjas y allí empezó a enfermarse, yo creo que ya no se va a aliviar, tiene
así muchísimos años”.
“Otra muchacha enferma es Hilaria, su mamá es de San Marcos, a ella
la embrujaron, no la curaron con doctor, sino con remedios naturales. Estaba
normal y de repente se enfermó, corría y hablaba sola pero ya se compuso.
Tenía 15 años, ahora tendrá unos 16”.
Entonces, ¿también por la brujería se puede enloquecer?
“Pues… aquí más la gente ya está más civilizada, ya no cree en esas cosas...
antes había veces que la gente amanecía muerta y decían que los habían
embrujado, pero es que no sabían que se morían por la misma enfermedad que
tenían.”
“Hay un remedio para esas brujerías, una planta, pero yo digo que esa
planta será droga, por eso ven visiones”.
¿Se curan las personas a las que les dan ese remedio?
“Sí, la fe mueve montañas, yo creo que con su misma fe los curan,
les dicen vas a ver esto... al que te hizo daño y ellos lo ven”.
“Mi mamá tiene diabetes, ella llegó a pensar que no era “enfermedad
buena”, se caía seguido y decía, ha de ser “cochinada”, por eso la llevamos a que
le dieran la toma”.
“Aquí hay una viejita que es de San Juan, se llama Concepciona González,
le dicen “Nantzin”. Ella fue la primera que empezó a curar en Xalitla”.
“Ya se estaba muriendo porque le dieron “cochinada”, pero tomó la toma y
entonces vio a la Virgen y al Señor, allí aceptó ser curandera”.
“Ella curaba a los niños cuando tenían daño en el corazón, les sobaba su
pechito. Rezaba y ayunaba mucho”.
“Al hermano de Doña Laura que trabaja en Estados Unidos, lo rifaron y lo
regaron a distancia… ¡hasta allá olió el copal! Es increíble, pero cierto”.
“Otro ejemplo de curación a distancia es el del hijo de Adolfo. Se le
entumía el brazo, no lo aguantaba (del dolor), no dormía, no se mejoraba con
los tratamientos de los doctores. Fueron a consultar a Doña Nantzin, y ella
le buscó en su ropa. Cuando el hijo de Adolfo sintió que ya se había aliviado,
llamó a Xalitla para preguntar si ya lo habían regado. ¡Y es creíble, porque ya
había ido a curarse con los doctores y no se aliviaba!”
“Otras veces hay que regar al difunto, llevar una ofrenda al panteón y en
efecto, sí se alivia la gente”.
¿Qué son los aires para usted?
“Es un mal espíritu que anda en el aire y se posesiona de una persona, más
fácil de los niños, los grandes ya podemos defendernos”.
“Los malos aires andan donde quiera, llegan en los remolinos, hay que
pararles la cruz a los remolinos, según, ¡es cosa del demonio!”
“Aunque la religión dice que no debemos de creer en eso, ni en la güija ni
en las herraduras pues…”
“También es malo quemar las zontetas (son un tipo de hormigas). Mi papá
Lucio pasaba noches sin dormir, sentía que le picaban los zancudos, ¡p’os cuáles
zancudos si no había!”
“La viejita Nantzin le buscó y vio que estuvo quemando a las zontetas.
Aunque mi papá no quería que le regaran, esa noche ya pudo dormir bien”.
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Testimonios de un pueblo nahua
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Maestro Pablo Aranda
Xalitla, 02/03/95
“En San Juan dicen, si Dios quiere me voy a componer, si no quiere ya me
voy a morir. Les tienen miedo a los medicamentos y a las vacunas”.
“Algunos curanderos son Doña Alicia, Doña Concepciona González, que
fue solicitada; Doña Cimitria Magno, que echa las cartas, y Don Fulgencio
Larios, que vive junto a la cancha de fútbol, él sabe si alguien tiene su animalito,
su nahual”.
Don Fernando
Cuetzalan de Progreso, 03.III.95
El esposo de Carmen C., Don Fernando, dice :
“Este señor de Cuetzalan es muy milagroso, por eso se bañan niños,
adultos y viejos con el agua que brota del venero donde está la capillita, pues así
se curan de sus enfermedades”.
Los acompañé a hacer la peregrinación al templo del señor de Cuetzalan.
Pasamos la noche acostados en unos petates que colocamos en el atrio.
Toda la noche hubo gente rezando rosarios dentro de la iglesia, los rezos se
acompañaban con la música de una banda que no paraba de tocar. A las 4:30
a.m. nos levantamos para tomar un autobús y regresar a Iguala. Para esa hora ya
había disminuido bastante el número de visitantes que habían pasado la noche
en el pueblo. Los autobuses habían empezado el regreso de madrugada.
La joven Felisa
Xalitla, 06.III.95
Ayer, a medio día, salía Felisa ayudada por la niña que cuida a su abuela.
Se apoyaba en la niña porque se sentía muy mareada.
“¿A dónde vas?” pregunté.
“Van a sobarme”, respondió.
“¿Te puedo acompañar?”
“¡No!”, dijo la abuela, “van a sobarle”.
“Por eso, Doña Petra, eso es precisamente lo que me interesa saber”.
“Hmm... bueno”.
Llegamos a la casa de Clemen, y allí estaba la tía Lorenza, esposa de
Ruperto el curandero. Sentí que me miraba con desconfianza. Tímidamente,
pero decidido, me acerqué pidiendo autorización para asistir a la “sobada”.
Al poco rato llegó Don Ruperto. Lo miré amistosamente, pero el no
respondió. También se mostró desconfiado, pero accedió a que los acompañara.
Empezaron a hacer una mezcla de tabaco y de otra planta molida, seca, olorosa,
y mezclaron todo con alcohol.
Don Ruperto empezó a frotar en la parte afectada, sintiendo los músculos
contraídos del cuello de Felisa. Ella se quejaba, diciendo que le dolía.
“¿Aquí te duele?”
“¡Sí!”
“¿Son cuates?”, preguntó Lorenza, la tía.
Al parecer no se trataba de eso. Los cuates es una enfermedad que pueden
enviar en el aire precisamente aquellos que tienen un hermano gemelo. La
enfermedad se llama topontli.
“¡Imagínese, el médico le dijo a Felisa que no tenía nada! ¡Pero si a ella le
duele el pecho y la espalda! …pa’que vea que los médicos no saben curar estas
enfermedades”.
Después del masaje noté a Felisa mucho más relajada, sonriente, incluso
preguntó que si le iban a dar la “toma”. Don Ruperto no respondió.
“No, no es que no tenga nada, como dicen los médicos, lo que pasa es
que tiene cochinada. Ya les he dicho que deben tener cuidado con su ropa y
no dejarla donde quiera porque si alguien encuentra su ropa les puede hacer
brujería”.
“El día de mi fiesta perdí un short… pero lo tenía en mi cama”, dijo
Felisa.
Explicó Don Ruperto: A esas niñas no les cae bien el mal ejemplo de la
madre, no está bien, las van a orillar a eso, ellas ya están grandecitas, ya quieren
amistad, no le hace, pero por lo menos que se casen, aunque sea con un barbón.”
Esto último, tal vez lo dijo en alusión a mí.
El problema de Felisa parece ser de tipo emocional. Me da la impresión de
que la muchacha tiene rasgos histéricos. Vive una situación familiar conflictiva.
La madre alcohólica vive en México con su actual pareja. El padre ha estado
ausente desde hace algunos años. Así canaliza adecuadamente su conflicto, y
el sobador le da un sentido a su enfermedad.
Después de esta curación, Felisa siguió mal. Entonces la llevaron con
su abuela paterna, llamada Herlinda. Cuando ella le “rifó” supieron que la
bisabuela de Felisa quería llevársela al camposanto. Luego le hizo una limpia a
Felisa, y después fue a llevar una ofrenda al camposanto.
Hubo otros curanderos. Marcos Meneses, “pachote” de Ahuehuepan, fue
quien sobó a Felisa con éxito. Primero la “rifó” y le dijo que le habían hecho
mal, coacihuiztli.
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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Don Chico le “rifó” y le “sobó” un par de veces a Felisa. Según él, ella tenía
el “malo” en la nuca, y por eso le dolía, pues la bisabuela se la quería llevar con
ella.
“¿Cómo se explica usted que la bisabuela muerta se quiera llevar a Felisa al
camposanto?” le pregunté a Don Chico.
“Es que se murió inconforme porque sus nietas ya no vivían con el papá,
y de castigo prefiere llevársela. Yo les dije que llevaran alguna ofrendita a su
tumba, aunque fuera café, pero no lo hicieron. La que hizo el sacrificio fue la
abuela, porque quiere a la muchacha, pero ella, en realidad no tiene por qué
hacerlo, pues Felisa vive con Doña Petra”.
Comentando sobre la separación de los padres de esa enferma, Don Chico
opinó: “Aunque la señora fuera borracha no tenían porque hacerle chisme al
marido, él sólo tenía que arreglar el problema. Tampoco está bien que la cuñada
le gritara a la esposa, pues ¿qué acaso la cuñada sabía cómo lavaba, o cómo
cocinaba, qué ella le daba p’al gasto? Nomás el marido debía arreglar eso”.
La mamá de la enferma se vio obligada a volver al pueblo ante la demanda
familiar. Se quedó hasta que la paciente estuvo mejor.
Me parece que gracias a la gran movilización social que la jovencita
ocasionó, y a todas las atenciones de que fue objeto, la mejoría fue inevitable.
Felisa ya come bien de nuevo y continua sus cursos en la escuela.
Don Agustín
Xalitla, 19.III.95
Agustín, el propietario de una de las tiendas de abarrotes del pueblo,
considera que las visiones que produce la “toma”, así como las “limpias”, “no
son cosa que deba aceptarse, es cosa del demonio”. Por otra parte, piensa que
los que se curan por esos medios : “es por cosa psicológica”.
Él, aunque dice que no cree en eso, un día se asustó con una serpiente
y todos los días a la misma hora le dolía la cabeza. Fueron a llamar a Doña
Flora, hicieron lo que ella les pidió, ella fue a “regar” a donde Agustín se había
asustado y a la misma hora del evento.
“Curiosamente”, confiesa Agustín, “¡me sentí mejor de inmediato!”.
Doña Cirila Magno
Xalitla, 20.III.95
Estamos con la Señora Cirila Magno, nos dice que al principio Arturo
sentía que se le venía lo caliente a la cabeza y ya después le bajaba a todo el
cuerpo. Que porque entonces le pegaba a su mujer, ocho días estuvieron en
México y ocho días así la tuvo, a su esposa, a puro golpe.
¿Y ahí fue cuando empezó a estar malo?
Sí, y cuando aquí ellos pasaron su esposa venía, (m)ira, toda bien moreteada
con tantos golpes.
¿Y qué más le pasaba a él?
El no dice lo que sentía.
¿Dicen que se le apareció un santito?
No..
¿No es él?
Mmm, a lo mejor es otro, porque hay otro, ¿no ves? ese de mi comadre
Consuelo, no ves que también de repente se le viene... un tal loquito, Chucho,
pero no sé si todavía viva. Ese también es bueno para pintor... Pero nomás está
maldiciendo. Pintando y está maltratando, pintando y está maltratando, pero
de repente se le ve.
¿Aquí vive?
En Ameyaltepec.
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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¿A la mejor es él el que vio el santito ¿no?
Pues quien sabe no, no sé. Porque no ves que también mi tío Elogio,
también estaba trastornado.
Pero ¿él se compuso?
Así pues, así quedó, no bien, bien se compuso no. Y también una señorita
del convento se vino y allá empezó...
¡Ah! de esa sí me comentaron, ¿estaba estudiando, no?
Sí.
Hay cuatro personas allá que están malitas ¿o más?
Cuatro creo.
Cirila, originaria de Ameyaltepec, se muestra reticente. Sin embargo,
me canaliza con su mamá para platicar del familiar que tienen que es un
enfermo mental. Su mamá es Fortunata L., tía del pintor de Ameyaltepec
que se enfermó. Fortunata está enferma, tiene la pierna derecha edematizada,
enorme, con “piel de naranja”.
Dice Cirila que la familia de Pedro T. heredó la cihuateyuga, y menciona
a Don Salvador y a sus hijos. La cihuateyuga invitaba a los hombres a que la
siguieran, y si se iban con ella se morían.
La oración que utilizó el maestro, que era compadre de la cihuateyuga, era
el padrenuestro rezado al revés, primero el final y luego el principio: “Con eso
lo amarró en el lugar donde lo había asustado, lo vieron con su rebozo, sus
chichis de cirián y su ropa de mujer. Ya quería que lo dejaran, no soportaba la
pena”.
Doña Fortunata no cree en los curanderos, pero sí cree en que la gente se
puede espantar y entonces hay que “regarle”. Ella cree que “los que rifan no
siempre le atinan, nomás quieren cobrar su dinero y ya”.
Cirila piensa: “Yo creo que lo aprendimos de nuestros padres y eso ya lo
olvidamos, creo que es igual con el médico y con el curandero, no son ellos
los que curan sino Dios, la gente se cura porque le tiene fe a la persona que la
atiende. Si uno dice ése no me va a curar, entonces no funciona”.
Cuando la hija se retiró, Doña Fortunata exteriorizó lo siguiente: “Resulta
que también a esta señora, Cirila, la dejó el marido, porque sé fué a Estados
Unidos y se encontró otra, luego, entonces se ha dado a la bebida y anda con
uno casado”.
“Está joven”, continua la mamá, “no digo que se quede sola, pero que no
ande con uno casado pues... ”
Doña Fortunata
Xalitla, 20.III.95
Fortunata L. de Ameyaltepec. Estamos en Xalitla a 20 de marzo.
El muchacho se llama este... Arturo L... o sea, ya no es un muchacho... de
Ameyaltepec
¿qué le pasó?
Pues este... pues no sé qué cosa le pasó porque estaba bien, brincaba bien,
luego vendía sus hojas bien... cuando este... cuando estaba bien lo puso su
casita, de azotea, allá vendía todo, todo pues, sal, jabón y todo... pintaba bien y
nomás de repente empezó... se empezó a enfermar...
Dicen que pintaba muy bien
¡Ay sí!...
¿Era el mejor?
Ay sí... sí y pues lo paró su casita de zotea y nomás el solito y le pagaban
bien sus hojitas pues...
¿Y cómo se enfermó?
Pues no sabemos, como yo aquí estoy...
Entonces asina empezó a enfermar este... se quedaba trastornado si... y se
iba al monte a...
¿Y qué hacía?
Este... dicen tiraba a la gente pero no, yo no sé. Cuando yo lo tenía aquí si
hacía daño...
¿Cómo qué?
Pues este... como ese difunto mi esposo, fue músico, entonces lo aplastó,
su... su saxo... y lo jaló y lo aplastó y lo pisoteó y... siquiera no se quebró, nomás
lo aplastó y lo compusieron y mi máquina también la tumbó...
¿Rompía cosas?
Sí, sí...
¿Y golpeaba a la gente también?
No... Nomás las cosas
¿le agarraba mucho coraje o qué?
Sí, porque estaba amarrado... la gente le tenía miedo, dirá... alguna cosa
les va a decir o los va a tirar, y mejor estaba amarrado.
¿Y dormía?
No, poquito poquito, se dormía no mucho...
¿Qué le pasaría? ¿tenía revelaciones, apariciones?
Pues no sé que cosa este... tenía... porque nomás asina andaba, se venía de
Ameyaltepec, se iba, aunque que esté cayendo el agua él se iba, él no le importa
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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y si ya noche él se iba... entonces allá en Ameyaltepec lo encerraban pues, en
la cárcel...
¿Decía cosas raras?
Pues no, pues eso es de por sí, de chiquito fue inteligente, si ya nomás ‘ora
cuando estaba enfermito pobre pero... Sí, lo metían en la cárcel y... entonces,
este, vino una gringa...
Sí.
Está viviendo en Cuernavaca, y lo llevó a Cuernavaca... y lo metió a donde
hay este... a donde hay enfermitos. Sí, yo también fui también...
Sí.
Con mi hermana fuimos, ajá... Aquí se meten los enfermos que tienen
dinero, pero como ella lo metió y... pues es fina... ella es de Nueva York.
Y ¿por qué lo llevó?
Porque este... se lo compraba su hojita, y lo tuvo lástima porque no tiene
su mamá, no tiene su papá.
¿Está en el hospital entonces?
No... ya se vino, lo tenía allá pero se vino escondido...
¿Se escapó?
Hmm... sí.
¿Se fue a Ameyaltepec?
Ajá, está allá en Ameyaltepec... sí.
¿Y sigue pintando?
Pinta dice... Pues ya está mejor...
¿Ya no lo amarran?
No ya no, pues nomás de repente se viene, y nomás de repente se viene
asina, se queda como trastornado... bien que pinta, sí.
Y ¿qué cree que le haya pasado?
Pues quién sabe, no sabemos, no sabemos qué enfermedad agarró, pero sí
está enfermito.
¿Lo llevaron a que lo curaran?
Varias veces lo llevaron, pero no se pudo... no se alivió, tiene su mujer, tiene
sus hijos, sus hijas pero a ver su mujercita también ta’... criando pues.
¿De otro?
Con otro, el mismo su compadre, ujum...
Y cuando lo tuvo aquí ¿Lo llevó con algún curandero, con alguien que
supiera... que le diera algo?
Sí, sí le dieron, pero no, no...
¿Qué le dieron?
No sé qué cosa porque lo llevamos aquí... cómo se llama... por Coacoyula,
sí lo curaron pero no, no sé que...
Testimonios de un pueblo nahua
¿Le dieron una toma o...?
¡Ah sí!... se la dieron, ajá, y a Cuernavaca también le estaban dando...
¿También toma?
Ajá... creo que esa enfermedad no es natural, nomás se seca uno, nomás
tose, tose y tose, hasta asina se mueren y...
¿cómo hacen eso?
Pues no sabemos, yo no sé como qué es, qué le dieron. Que le dieron
cochinada, pero yo no, no creo en esas cosas, yo luego me dicen, que tomes
remedio, a ver si así no te compones. No, yo no creo pues esa cosa, no.
¿Y la gente que le había hecho esa “cochinada” se cura con ese remedio?
Ajá... algunos sí se curan, algunos sí se curan.
¿Y le han platicado cómo es eso?
Pues este... yo no sé que, porque yo también una... dos veces me dieron ese
remedio y yo no vi nada namás... nada, nada y por eso yo no lo creo esa cosa...
¿De qué estaba enferma?
Pues este... que me rifaban, que tenía yo cochinadas, que quién sabe qué
tanto, y no es cierto, no es cierto porque se enferma una cuando se malpasa,
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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porque yo... iba yo a vender a Cuernavaca, ajá... estábamos pobre, pobre con
mis hijos, aquí estaba, y yo iba yo a Cuernavaca a vender amates, y aquí los
dejaba yo a mis hijos, pues no tenía qué cosa van a comer, entonces este... yo
aunque ya vendí, pues yo estoy pensando de mis hijos, porque ellos, pues no
tienen qué cosa van a comer, y no comía yo por mis hijos, estoy pensando... y
asina aunque vendía yo no comía yo, entonces un día me pasó... me enfermé
mucho, pero dicen por eso, porque no comía yo nada, por eso me enfermé, no
porque...
Cuando la rifaron ¿qué le dijeron que pasaba?
Pues me dijeron que tenía yo cochinadas, que me dieron cochinadas, que
tome yo el remedio... y lo tomé y no vi nada, nomás me dio vómito... nomás
eso...
¿se alivió?
Si me alivié pero... Diosito me alivió, no porque me dieron este remedio
me alivió, no, no tenía nada de esas cochinadas, sí me alivié, pero ya me estaba
yo muriendo, me quedé bien, bien flaquitita, ‘toy flaca ahora, pero estaba bien...
estaba yo más flaca... sí.
¿Ha sabido de gente que sí le hayan hecho eso?
Pues nomás oigo que sí, y hay curanderos, de ese que... alivian, no toda la
gente sabe, nomás algunas personas.
Y los que saben aliviar, ¿cómo aprendieron?
Pues no, no sé, no sé pues, yo no lo creo esa cosa...
¿Alguna vez escuchó que hablaran de gente que tiene su animalito?
No, dicen, dicen que sí... dicen algunos lo sacan alacrán, algunos lo sacan
marranitos, algunas sacan culebra bueno hartos enfermedades, dicen pues yo
nomás oigo pero no, yo no sé si de veras, no sé si es cierto, como yo no lo creo
pues esas cosas...
Dicen que había aquí un señor que se llamaba T, que se convertía en
mujer..
¡Ah! dicen pues... había también pero ahora ya no se oye... ya se murió... yo
nunca lo vi, porque dicen que andaba en la calle...
¿qué decían?
Lo oían una mujer en la calle... pero la verdad, ahora ya no se oye...
¿qué hacía?
Pues espantaba... dicen que se volteaba de mujer, sí.
¿Nada más a los hombres les pasa eso, a las mujeres no?
Pues no sé, no sé cómo... yo como no sé esa cosa, yo no se para de brujería,
voy a dar este cochinada no, soy pecadora, porque este es mío, pero cosa de ese
no sé y no creo pues, muchos me dicen que tome remedio pero, te vas a aliviar,
Testimonios de un pueblo nahua
no, no, yo no lo voy a tomar, si Diosito ya dijo pero me voy a morir que sea su
voluntad de mi Padre, pero yo no lo voy a tomar, y si me voy a curar con los
doctores y si me curan, también está bien pero para lo voy a tomar ese, no, se
condena uno más.
¿La gente que toma eso se condena?
Pues sí.
¿Aunque sea para curarse?
Pues yo digo que sí porque algunos ya tomaron, dicen que les dan también
este... pueden dar este pueden dar cochinadas, también les dan, pues yo digo
no es Dios les da, yo digo que les da el diablo porque, este, me voy a vengar, si
ya me dieron ese, me voy vengar le voy a dar a esa persona que me dio, entonces
él, ella se va a morir de por sí, porque ya le di esa cochinada, así le dicen.
¿Se muere la gente?
Se muere la gente. Como no sabemos qué cosa le dan, por eso digo ese no
es Dios le da, no.
¿No es cosa buena?
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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No, a San Juan, hartos se mueren asina, flaquita, flaquita, algunos tienen
este, están un año, algunos tiene dos años que están tirados en la cama o tres
años, se quedan bien flaquititos, hartos asina se mueren allá.
¿cómo los dejan morir, no los atienden?
Sí, cómo de que no, lo llevan a los doctores y no se puede, los doctores
de por sí no saben ese, no lo ven, como yo y deveras ya me chequearon y no
me encontraron nada y ¿por qué no me encontraron nada?, A ver, y son los
doctores buenos, cuando me metían en ese tubo, le digo toda mi cabeza y no
me encontraron nada, dice estoy bien, a ver, entonces ¿qué es esa enfermedad
que tengo? Y son doctores buenos, oiga.
¿no le hallan?
No, no me encontraron... a ver por eso digo pues no sé, no sé qué
enfermedad tengo, primeramente Dios me voy a aliviar. Ujum, ¿no ves éste?
Uno de Maxela, una señora también daba de tomar, también lo mataron, sí
porque, porque dice ese señora no tenía dinero para, para pagar el señor que
curaba, la señora creo, entonces este ella quiso televisión o estereo, bueno dice
fue allá a su casa lo fue a sacar su televisión, estereo y todavía le debía entonces
dice se fue, lo llamaron esos señores que venga aquí a, que venga a recoger su
dinero, y vino la señora a recoger su dinero, allá le dieron su balazo, lo mataron,
si los matan... les tienen coraje porque ellos cobran caro, si, nomás oigo al señor
que vive allá en mi casa.
¿Y su yerno, también cura?
También cura, pero como le digo, yo no creo esas cosas, porque, una vez,
para una señora, a ver, vete a traérmelo, le digo me va a rifar, lo voy a ver
si deveras puede, si deveras. Entonces le digo rífalo, le digo por favor este
mi burra, porque mi burra ya tiene dos días que no viene le digo, y ahora lo
quiero... quiero saber a dónde está, sí y este, tiró su baraja y dice no, dice tu
burra ya la agarraron, sí, ya la agarraron, ya lo tiene, ya está amarrada con lazo,
ya tiene quién lo va a comprar, le digo ¿Sí? ¡Ay Dios mío! le digo, quién lo llevó
le digo, dice pues aquí, aquí asina dice la baraja, tu burro ya, ya está perdido.
¿Con la baraja le hizo?
Ujum, le digo, ay le digo, y después dice no, dice ya no cuentes con tu
burra, tu burra ya lo va... a la mejor lo van a vender mañana, porque ya está
quien lo va a comprar, ujum. No, tú no tienes cochinada dice, tú nomás lo
levantaste...
¿Cómo?
Lo levanté esa enfermedad, lo tiraron yo lo levanté, lo pisé en ese, ujum.
Cúrate dice, quiere (es necesario) que tomes remedio así me dijo, como él
puede, le digo ¿Cuánto me vas a cobrar? Pues yo te voy a cobrar un millón y a
Testimonios de un pueblo nahua
parte es de que van a ayunar, va a querer doce ayunadores, le digo ¿y cuánto me
van a cobrar? Dice, pues a 30, me dice, 30 mil cada persona, y vas a comprar,
dice, pollos, para van a comer refresco todos, ¡Ajá! dice, esto carito te va a salir,
ansina quiere que tomes, porque si no, no te vas a aliviar, le digo, lo voy a ver
pues, voy a pensar primero, pero yo no lo creí.
¿Y ya no lo llamó?
Otro día llegó mi burra, entre dos días llegó mi burra aquí, a ver, ¿cómo no
son mentirosos? Y 10 mil me cobró, 10 mil de mi burra y 10 mil míos... ¿A ver?
Le digo, a ese señor le digo, es mentiroso, le digo tu yerno nomás quiere ganar
dinero sin trabajar, le digo, a ver, ahora mi burra aquí está, y dice ya lo van a
vender y mi burra ya llegó. Pues este es mentiroso, dice, por eso yo no lo creo,
le digo ese curanderos nomás quitan dinero, de como pendejo, le digo, ajá, y si
te vas a aliviar, si no te alivias, de todos modos ya te quitó el dinero, ya, ujum.
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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Señor Ramiro Fierro
Xalitla, 13.IV.95
“El couasihuiztli es como el cáncer, empieza en los pies y va subiendo, hasta
que llega al corazón y de repente te mueres. A los que ayudaron a excavar la
tumba del que murió de couasihuiztli se les invita a comer a los 8 días, se buscan
dos padrinos de la cruz, que velan y se vuelven compadres. El padrino paga el
rezandero”.
“Los brujos así nacen, con el don del animal, si se enferma lo tienen que
sobar dos naguales más. El nagual es aire, es una doble persona”.
“Bonatesta Adán, el que murió, era nagual, sabía sobar y te movía el
corazón al sobarte”.
“Aunque alguien no sea nagual, puede hacer daño con ayunos y rezos en el
cementerio, también se encienden cirios”.
“Fulgencio Pérez llevó a su esposa a curar con una señora de filo de Caballo
que da la toma en tres formas: polvo, cerveza y aceite de ricino”.
“La esposa de Fulgencio, Áurea, empezó a enfermarse desde que se casó,
hace 10 años, porque él tomaba mucho y se iba de la casa sin avisar, además le
pegaba. Dicen que se había trastornado, daba miedo verla, se quedaba viendo
muy feo y como paralizada, esto sucedía siempre que el marido se iba a vender
a la ciudad. No le gusta quedarse sola. Es muy preocupona, le daban dolores en
el estómago que la tumbaban y luego le subía a la cabeza, se desmayaba delante
del marido”.
Señor Paco Magno
Xalitla, 15.IV.95
“P’os hay varias tristezas, está la tristeza de que te deja una mujer, tu novia
o tu esposa, hay mujeres que te hacen groserías, que son malas y te hacen algo
para que no las olvides y estés pensando en ellas. Pero eso se cura, hay que
ayunar, ir a un ojo de agua y recoger avispas, molerlas y te las tomas y ya te
curas”.
“Hay gente que hace cochinadas. Para que entienda, son chapulineros”.
“Para la cochinada se usa el tepehuaje, cabellito de ángel y raíz de nanche
de cerro, todo revueltos, en toma, en ayunas, saca la enfermedad”.
Doña Martina
Xalitla, 16.IV.95
¿no le habías dicho que no le iba a caer bien?
No p’us a la mejor se iba a componer, pero no, no le quedó bien pues, el año
pasado me dieron también toma, había un señor de aquí, que lo que le pagué
más o menos... como $600, y nada.
Doña Martina, y a usted ¿qué le pasaba? ¿Es por eso de la rodilla que...?
Sí, de la rodilla, porque me decía que quería que tomara para que me
curara, que se me ablandaran bien mis pies porque los tengo tiesos, hinchados,
y él me dijo que con lo que me iba a echar, así, untado y “envolvido”, así me iba
a aliviar.
¿Y qué le echó?
Pues eso mismo que me dio de toma, ese mismo.
¿El mismo cecectzin, o era otro?
No, creo es ese mismo.
¿pueden dar con uno que se llama San Pedro, para masajes o para sobar?
No, no, para así nomás, para que le echen una cosa como que fuera la
hierbita, se muele, se la echan así y envolvido. Yo me dieron, así pues me hizo
el señor, pero nada, nada, que me hiciera provecho, nada.
¿Y aparte le dio de tomar?
Sí, me dio de tomar un vaso de veladora.
¿Del cecectzin?
Ajá, pero no, pues no me hizo provecho para nada, me dijeron que me
hicieran otra vez pues, a ver si en la segunda quedaba bien, pero no. Ya no
quise, fueron los últimos días, un doctor vino que me hizo tratamiento, este
hierbas estuve tomando un mes entero y no comía nada, ni leche, ni refresco,
ni pan, que ese es mejor, el pan pa’l desayuno, pero me tumbaron, aguanté un
mes, y mi hija me decía, mis pastillas, que las tome, come lo que quieras, si
te mueres que estés llena. No quedes flaca, dice. Pero yo también me quisiera
componer, sí aguanté, me tome las hierbas, nomás las hervía, tomaba como
agua de diario.
¿Agua de qué?
Otra hierbita que me había dado, para todo el día que, del diario, lo tomaba
como agua, y ni porque así me compuse, nada, ya ve pues, a fin de que las
pastillitas que me estuve tomando cada, cada hora, nomás nada.
¿Pero cuando le habían dado a tomar eso, le habían hecho una rifa, o
algo?
Pues el señor mismo de la rifa, él mismo puede curar.
¿Don Chico?
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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Ajá.
¿Le habían hecho alguna “cochinada”?
Dicen que a la mejor sí, dice él, es lo malo mis pies, porque por eso no me
puedo sanar, y hay unos que le da muy fuerte pues, y hay unos que no.
¿Pero entonces le ha de haber dado de otra toma, no, de cecectzin?
Quién sabe pues, pues él dijo que sí, pero yo no sé. Yo, aunque me cueste
caro, pero no, no me hizo provecho nada y... no me sirvió.
¿Y qué piensa que le pasa?
Pues ya no pienso nada, ya dejé así, ahí que esté, ya que me muera, para
curármela mejor allá, porque me dijeron que aquí no saben, no se me puede
componer, dicen que son las reumas, dicen que quién sabe.
¿Hay gente que sí se cura así?
Sí, sí se cura, cuando de veras ya Dios quiere, yo creo pues, si no quiere
pues no.
¿Usted que opina Don Paco, qué opina usted?
Dicen que el muchacho que murió le dieron toma, pero yo fui y no supe
realmente cómo estuvo, si le dieron de veras o si no. Le dieron y se le subió, a
su boca, pero dice su mamá, yo pienso que estaría tomando pastillas, pero está
loco también el señor, mejor no le hubiera dado, el señor es de Ahuehuepan, lo
envenenó porque dice que su cara quedó bien morada, morada.
¿Ah sí?
Hasta las uñas quedaron moradas, se intoxicó pues. Como el señor es de
allá del otro lado, lo estuvo viendo ahí un doctor. Hubiera dejado pues que
pasara el efecto de las medicinas. Es peligroso la medicina con esos remedios
caseros, se intoxican.
¿Tiene que esperarse unos días?
Unos días, sí, tienen que esperarse por lo menos unos 15 días ó 20 días o
más, a la mejor más, para que no lo haga mal pues, porque es peligroso tomar
medicina casera. Hay unos que dicen que luego se quedan locos…
Doña Belinda
Xalitla, 14.V.95
“Si te espantates, hay que rifarte, antes rifaban con agua, maicitos, copal
y baraja”.
“La toma se prepara con cecectzin, tlacopatli, hueipactli y cacaloxuchitl o
San Pedro, todo molido, en toma y en lavado. También se hacen lavados con
azúchil y tejihuite”.
“Si al enfermo le entra la toma, ve, saca la enfermedad, hay que cuidar al
enfermo, desde antes del amanecer hasta pardeando (atardeciendo), luego lo
bañan dos veces”.
“El huisachi sirve para la fiebre, para la calentura mansa. La damiana se da
como para desayuno, se toma en caso de dolor de estómago”.
“Si tienes couasihuiztli te duele todo el cuerpo. A mi hijo yo le di cecetzin
con cacaloxuchitl, tuve que ayunar pero se alivió. El ayuno duele”.
“La cochinada se da en la bebida y vuelve locos, o se echa en el viento y
poco a poco se va enterrando”.
“Brujos dondequiera hay, a los naguales así los manda Dios, o Satanás. Eso
viene del cielo, hay buenos y malos, es su destino, si toman, gritan”.
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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Doña Baudelia Ramiro
Iguala, 14.V.95
“Yo aprendí de mi mamá que era curandera y partera, yo nomás me fijaba,
es un don, mi mamá aprendió de unas zahorinas que adivinaban”. “Hago limpias, igual que en los centros espirituales. Las limpias se hacen
con un manojo de hierbas, se compra el preparado en las yerberías (jarilla,
romero, cordoncillo, albahaca, rosa de clavel). Para curar las enfermedades,
trabajo con San Cipriano”.
“Los malos aires son desentendidos, no cualquier persona puede quitar la
enfermedad”.
“Cuando limpian a las personas, si tiran las yerbas por donde quiera, al que
pase se le pega la enfermedad”.
“Limpio con dos yemas de huevo, rocío los ramos con legítima agua
espiritual contra daños, luego paso los huevos y si la enfermedad está muy
pasada (avanzada), los huevos truenan, se tiran o se queman”.
“Las yerbas las encuentro en Xochimilco”.
“Una muchacha tenía problemas, la mamá del novio no la quería, la invitó
a comer albóndigas, luego sintió asco en el estómago, a las dos horas estaba
mala, estaba enloqueciendo. La mandaron de médico en médico, a las ocho
horas llegó conmigo”.
“La mujer pateaba, tumbaba a la gente, les gritaba de groserías a todos,
estaba amarrada. Cuando fui a verla la encontré tirada en el suelo, toda
entierrada y lastimada”.
“Ya tenía unas palmas benditas y una cruz; al verla supe que era “malo”,
pedí un manojo de albahaca y con agua contra el daño, la limpié y se quedó
dormida”.
“Le hice tres limpias con toma y agua de manzanilla. Diez litros. Martes y
viernes a las cinco de la mañana. Arrojó cuatro gusanos de albóndiga”.
“Las gentes siempre quieren saber quién les hizo el mal. Mi trabajo requiere
de oración y de ayuno. En la yema del huevo se ve la enfermedad que tiene la
persona”.
“Los “aigres” quieren que se les hable en mexicano. Los “aigres” son negros
(más difícil de curar), blancos, sordos y mudos”.
“Los “aigres” son animales que viven dentro del agua, se llaman “chaneques”,
tienen su hora de merendar, de reuniones, hay que saber a qué hora curar”.
“Primero tengo que saber qué tiene el enfermo, luego hay que curar el
“aigre” apropiado”.
árabe.
- Zahorí : aquel que tiene el poder de descubrir lo oculto debajo de la tierra. Palabra de origen
“Los “aigres” buenos enferman porque alguien los molestó. El espanto lo
curo con el epazote, con rezos y con tres gritos muy recio”.
“La rifa la tengo por nada, los que rifan son estafadores, a ver, dígame,
¿qué es una rifa? ¡A unos les toca y a otros no!”
“Hay enfermedades malas, desconocidas, enfermedades por encima. Con
un trapo de ropa interior, se hacen muñecos, les plantan alfileres ( en la nuca,
en las sienes, en medio de la frente, en cruz) y la persona se está muriendo, se
hace a las doce del día y de la noche, se dice el nombre de la persona. También
les pueden dar en la cerveza o en el refresco y se enloquece a la gente, se
trastornan, pierden el sentido, no comen, les da asco”.
“Con la toma, la persona como que se pierde y nombra a quien le hizo
daño. Dos tomas de un vaso cada una. Antes de la toma se hace una limpia con
una gallina negra que luego se muere, hay que quemarla”.
“Le rezo al niño Fidencio y a San Cipriano, a cada uno le tengo su
veladora”.
“No me conviene recetar... si lo hago la gente ya no viene, porque nomás se
aprenden el remedio y luego lo usan”.
“En el templo espiritualista (en el Callejón de las Delicias, cerca del
mercadito) allí hay gente que cura, a los que allí van les dan ataques. Yo
también fui, llevé a mi niña enferma al templo espiritualista, allí me dijeron
cómo curarla y me gustó, empecé a sentirme segura y le seguí por mi cuenta”.
Doña Oralia Robles
Xalitla, 07.VII.96
¿Es de aquí?
No, nomás vine a juntarme, de por allá soy pues, pero pues ahora ya soy
de aquí.
¿De dónde?
De, de allá de San Juan, es para allá.
¿Tuvo que dar una dote su marido, para que se casara?
Pues, sí ¡Ji ji!.
Allá se usa (se acostumbra) ¿verdad?.
Sí, pero aquí no.
Cuando se enferman sus niños ¿a dónde es que los lleva?
P’us, a veces los llevamos a la clínica, a veces nomás aquí le damos, este,
lo apachurramos con vaporub y alcohol y cebo de ese, de cebo del que sale de
res, lo juntamos todo.
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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¿Usted solita?
Sí, solita, o a veces está mi... damos una cooperación a la gente que nos
atiende... y otras veces sí, vamos al río del campo y con remedio del campo
que le dicen chalalate nomás lo hierven para la tos, y con eso se compone, o
con la gripa también los apachurramos también, y se compone pues, fíjese,
a la más chiquita, ya no le agarra la tos o la gripe, sino el fresco. Cuando se
empachan este, hago una cosa de comida que les hace daño, les hace daño y les
doy estomaquil con esos aceititos.
¿De qué aceite es ese?
Creo que dice se llama aceite de recino o ¿cómo se llama? Tenía papelito
pero estos niños se lo quitaron. No le doy entero. A mí me dijeron que nomás
la mitad y yo le digo, ¡bah! yo siempre le doy entero, y sí, se componen.
¿Se le ha espantado el niño?
Apenas antier cuando salieron del Kinder se machucó su dedo, pero ya se
le cayó la uña grande, se le cayó, se machucó feo... y ya no pudo bailar.
¿Ha oído usted de los aires?
Sí, mi tía puede buscar así cuando uno esta enfermo del aire y puede regar,
mi tía que vive para allá, de aquel lado. Alicia Robles.
Queremos platicar con ella, pero no la hemos encontrado.
Pues si uno tiene calentura te busca y ve que cosa uno tiene, si se cayó o se
espantó, lo ve y le riega y se compone pero deja unas dos veces que lo riegue, sí,
hasta de dos veces y se compone.
¿Tiene que “regar” dos veces?
Sí, cuando la primera no, no le hace provecho, la segunda sí. Y otra señora
que vive hasta allá también cura, se llama Doña Flora. Si uno tiene aire y se le
regresa a uno, ella lo agarra, agarra el aire, sí.
¿Ah sí?
Sí, de eso ya tardó desde mis difuntos abuelitos también regaban, buscaban
y apachurraban, sí uno tiene este… le duele su brazo o su pierna o su barriga,
su espalda lo apachurraba y se aliviaba, los dos, mi abuelita y mi abuelito
también.
¿Su abuelito y su abuelita “regaban”?
Sí, pero ya, ya fallecieron, ya nada más quedó mi tía.
Yo no le entiendo bien qué son los aires.
Pues, quién sabe, yo todavía no entiendo, nomás que a veces veo mi niña
habla de noche cuando tiene aire. Es la más chiquita, pues, a veces también
le llega a agarrar aire, hablan, empiezan a hablar y se asustan, se espantan,
y nomás les vienen a regar ya no hablan ni se espantan, brincan a veces en
su sueño así, pero nomás les riegan y como que se componen, quién sabe, yo
Testimonios de un pueblo nahua
nomás los veo pues, pero pues luego mi tía los viene a regar y se les quita, sí.
¿Pero cómo qué serán esos aires?¿Cuando les rezan ha oído?
Sí les rezan, yo lo oigo que les rezan, como ahora allá en el altar a los
santitos, les rezan.
¿Son santitos o diablitos?
Pues no lo sé, porque yo sí lo oigo que lo rezan allá... así le dicen, en
mexicano, a veces así o en náhuatl pues.
¿Se lo sabe usted en mexicano cómo les dicen?
Pues no, primero les dice que, de allá de arriba, es aires de arriba y que hay
abajo también, les grita de arriba y les grita de abajo pues... no le entiendo qué,
qué cosa son... . no le entiendo muy bien. Siempre me dice mi tía “enséñate” le
digo, ay no, como que no, no puedo pues.
¿Por qué?
Pues quién sabe, no me quiero enseñar, le digo no puedo pues, no porque...
sí lo veo como lo hace, pero p’us siento que a la mejor no, no me va a salir bien.
Sí, no muy bien le entiendo, es que rezas así en mexicano o así pues, en mi
pueblo aquí es nuestra lengua.
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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¿Y el couasihuiztli, lo conoce?
Mm ¡sí! También... difunto mi abuelito con hierbas del campo, lo molía, lo
secaba, los molía, y los secaba, apachurraba pues, con dos veces o tres veces los
apachurraba y se les quitaba, ahora pues no entiendo ya no, ya no pues, porque
dice que ella no apachurra, nomás riega, y busca y pues riega y luego los busca
y los riega y ya, así simplemente te van a agarrar, ¿verdad?, te va a subir, sí. Pues
hay couasihuiztli, hay, está saliendo aquí, le pasa a uno, se le quita al que tenía y
se le pasa a uno, por eso ella dice casi no apachurra, no quiere, y ella sabe, sabe
traer así hierbitas del campo, remedios pues.
¿Y cómo se enferma la gente de eso?
Pues, quién sabe, según que dicen que uno se lo, se lo avienta uno, que uno
que puede, yo también no sé, como no puedo y no, no me dan pues, no sé como
se los pasan a uno.
¿No le han dado?
No, ahorita no, pero ¡bah! aquí la gente puede pues, pero quién sabe.
¿Que pueden qué…?
Apachurran, ahorita un señor de por aquí apachurra dice, de ese lado
vive.
¿Don Filiberto?
Ajá, sabe apachurrar, te va a sacar eso, couasihuiztli. A veces ni te vas a dar
cuenta quien te la pasaron, otras gentes no se dan cuenta. Ya nomás sientes, les
duelen sus manos, sus pies. También dice que puede sacarlo, ya nomás dicen
luego hay gente que sabe, ya nomás de aquí de Ahuehuepan también viene un
señor, que puede pues.
¿Y de los aires dicen que también por las hormigas no?
También las hormigas.También se ven, ahí en el aire cuando le buscas, sí,
también se ven ahí cuando uno tiene granos, también les gritan a las hormigas
y de las hormigas también tiene una, una cosa para que se te quiten los granos,
este, moliendo, como ahora el maíz, molido, ya se los vas a echar, con eso uno
se limpia, y se lo van a dejar a las hormigas ahora zontetas y se te quita.
¿Cuál?
Esos que le dicen zontetas... son hormigas pero no, son de otros, sí, según
si lo quema uno también eso no está bueno, que lo queme uno porque a veces
uno se va de lado su boca, ahí sí está más peligroso, porque aquí me había
dicho una señora, aquí vive luego, dice que los quemó por que fue a ver su
nixcomil y ya lo comieron su nixtamal, y los quemó, y este, le hicieron feo, dice
por que su boca se fue chueco y ese también como aires, dicen que son aires
pues, pero yo no sé, esos animalitos como hormigas.
¿Las zontetas son aires?
Testimonios de un pueblo nahua
Dicen, nomás los oigo, dicen que son aires, porque les hace daño pues se va
chueco la boca, hasta que, no sé, si les dan de comer también maicito se muele,
que unos dos o tres veces, entonces uno se compone, esos también se enojan de
que los quemaron.
¿Y a una gente que le dé couasihuiztli se puede volver loca?
Pues de otras p’us solamente de otra enfermedad, yo creo que sí.
¿Cómo de cuál?
Pues, de couasihuiztli no, solamente se le hincha los pies, la mano, el brazo,
donde le dio se le hincha, pero no sé, otras personas que les dan otras cosas de
tomar, de otras medicinas que están en el campo también, solamente, así se va
a volver loca uno.
¿Dándoles cosas de tomar?
Sí, hay unas hierbitas del campo yo creo.
¿Como qué hierbas?
Pues yo todavía no las conozco, nomás me dicen que son hierbas del campo,
todavía ni pregunto su nombre, o de que el panteón, tierra según, tierrita de
panteón, bueno también así, andan así pues esos.
¿Loquitos?
No, de ese que viene según que los manda una persona pa’ que se muera, va
al panteón, va a rezar, reza y adelante así se pinta de negro, dicen que lo vieron,
yo todavía nunca lo veo, una señora, fue directamente a esperarlo, sí nomás al
calvario, también ahí dos cruces, para que a uno lo maten también. Ya tardó,
hace mucho tiempo, ya lo andaban matando a mi hermano, y no se muere...
nomás una persona, una señora se murió, le sacaron la ropa y la convencieron
de que (ladridos) un señor flaquito le había... su misma hermana.
¿Su hermana qué?
Nomás, eh, la señora, su hermano dice que lo andaba mandando, allá al
panteón, estaba enfermo de veras el señor, quedó bien flaquito, quedó bien
flaquito.
¿Y por qué le querían hacer?
Pues quién sabe, no sabemos por qué, con la camisa del señor, ahí lo
hicieron de muñeco, dicen allá que la sacaron.
¿La señora tiene un muñeco de su ropa?
Sí.
¿Pero no se murió?
No se murió porque ahí la señora cuando falleció estaba viejita, y entonces
se murió y ahí escarbaron, ahí se enterró y ahí sacaron la camisa del señor.
¿Si no la hubieran encontrado?
Pues yo creo que a lo mejor le ganara el señor, porque también estaba
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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enfermo, si nomás le sacaron la camisa y se alivió, como a veces también, este,
p’us va allá a ayudar a escarbar, pues ahí lo ve, pues también no lo creo digo
¿cómo le hacen?, pues según que quizás ayunan y la llevan la ropa, para que
no tengan miedo ir al camposanto en la noche, yo creo, porque yo no puedo ir,
tengo miedo, como allá aquí al calvario, luego se van. ¡Y señoras! Pero yo tengo
miedo, yo no quiero ir.
¿Y el hermano supo que ella había sido?
Pues, después le dijeron sus hijos, cómo sus hijos fueron a escarbar y lo
conocieron la camisa de su papá y pues sí, lo supo él también.
¿Y nomás con enterrar la ropa y ya?
Sí, pues la señora ya iba a rezar hasta que falleciera el señor, entonces lo
dejara ya de rezar, de ir allá al panteón.
¿Pero a quién le reza?
P’us le digo, mi abuelita también sabía de eso, aquí venían de lejos y lo
alquilaban para que rezara o ayunara, como una muchacha, un muchacho que
lo dejaba su novia, o lo dejó su esposo o su esposa, y pues veo que sí le hacía,
pero así pues, nomás, para que regresara.
¿Con qué?
Pues ayunaba yo creo o no sé qué tanto hacía, como saben, pues yo no le
hacía caso.
¿Entonces si es fácil que una gente se vuelva loquita cuando le hacen eso, o
nomás para que se mueran también?
P’us ... se vuelvan nomás así loquitos, pero esa señora de allá de ese lado,
le digo, esa sí le sabe pues.
¿Quién?
La señora doña Flora, que vive allá, entonces mi tía, pues eso no, no hace
pues, hay quien la alquila que vaya a rifar, cómo hace uno, que le agarra, como
‘ora un difunto y ya se espantó, esa señora va a regarle de las doce de la noche,
así, de las doce, de la noche.
¿Va al panteón?
Va hasta el panteón, pero a veces también pues con ayuno, a veces pues,
siempre uno... lleva dos señores o tres... una vez mi abuelita había llegado, le
tiraron con piedras cuando regaba así, al panteón, en noche es más peligroso,
por eso a veces no quiere cuando le están…
¿Le tiraban pedradas?
Sí, llevaba unos dos señores o tres también, pero ni lo vieron se tiró, según
dice que a veces una persona tiene su… pues su animalito brujito pues, y a
veces lo están tirando también, y a veces ni los vas a ver pues si te tiran de
arriba, no sé si a lo mejor un tecolote le tiró, dice mi hermana, porque hubo
Testimonios de un pueblo nahua
dos que lo estaban viendo dice, como están cuidándolo a él no lo vieron, cómo
le tiraban, pero a mí sí dieron en la espalda dice, también está peligroso, así oía
que platicaban pues.
Nos está platicando de los que tienen animalitos.
Pero tiene brujo. Es un tío de éste, que le dicen, de éste... Un viernes
tres de julio que fui para allá, estaba el papá del niño que salió, veían pues los
destrozos de todos los animales tirados por ahí... los colmillos... les chupaba la
sangre, como ahorita lo que está del chupacabras, y agarraba los becerros... los
destripaba el animal y nomás se le veía que…porque el coyote también no se
comía la carne, nomás les agujera la panza, les quita las tripas y es todo lo que
come el animal, el coyote, si llegara a comer pues solamente el pollo, porque
ese se lo traga casi entero, y ese las gentes que lo vieron pues, se dieron cuenta
y avisaron y ahí va muchísima gente... después de un rato... llega la gente y
lo rodean, donde está el lugar, y qué hacen, y dice al rato pues, él mismo...
entonces se presenta y en verdad. Como nosotros esperamos algunas culebras,
dio cuenta que ya lo tenían rodeado y le habla a sus... ¡ya me van a matar! Ha
de haber dicho ¡ay! y ese va a ser mi fin, y vio que estaba rodeado de gente,
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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entonces. Y no sé lo que pasó ya, dice ¡me van a matar! Estaba temblando de
frío, escalofrío y calentura pues verdad, pues la gente lo tenía rodeado y luego
me empezó a hablar a mí, me dijo mira, ya que lo habían balaceado, cuando las
gentes empezaron a apretar por pedazos, y le echaron como tres veces ramas
diferentes, lo quemaron, y todavía así lo quemaron, todavía me acuerdo yo;
cuando lo tenían ahí, la persona o sea tiene otros males, no sé si también sepa,
que este... que lo habían matado así, él venía para llevarse al animal, y nomás
lo…le hubieran pegado con una vara o algo así, que lo hubieran dejado tirado
ahí, pero no, pues él llegó y ya estaba casi descuartizado, le habían puesto unas
ramas y bueno, ya lo habían quemado pues, estaba ya hecho carbón...
¿Como se llamaba?
No, no le pregunté, era de San Juan Tetelcingo, de ahí era él. Digo cómo
es posible que tal persona que soy yo, mi esposa está embarazada y al rato nace
la criatura así, no sé como sea, se dice que le vea uno la criatura al nacer, si se
espanta tanto... la partera me ha dicho a mí, que a donde sea de una mujer la
que sea, pero no grandes, que de ahí nacen pues algunos animalitos pequeños
que no, pues no los vemos, y así pensé yo, dije entre mí, es como aire, mal aire,
y de ahí pues sale y hay veces que son santos y hay veces no, así crece la... pues
aunque sea santo de ahí donde crece le sale como una cosa mala... bienvenida
pues, si así viene así pues. Aquí también ya murió un señor que decían que era
una mujer, había un maestro de antes y cuando murió, ese mi maestro estuvo
en una casita, la última casa del lado de la orilla, ahorita hicieron la escuela allá.
Y sí, esa persona le tenía coraje a ese maestro, pero una noche, como si ahorita,
sientes que te va a doler todo, y el solito pues, pues dicen sabía a la mejor, sabía
rezar, y un día de esos en la noche está durmiendo adentro, así ya en el pasillo,
en el corredor, escuchaba pues alguna buhíta, como la gallina cuando trae sus
pollitos, ahí se oía, o si no escuchaba el guajolote cuando va a hacer... en el día,
o si no pues se veía, se veía alguna cabra así nomás, una cabra así afuera, y logró
que lo siguieran para que pues él también hacerles creer, como estar…
¿Cómo?
Pues como querer embrujarlo pues, o sea asustarlo para que al rato se
empieza a enfermar y al rato pues falleciera, del miedo que le tiene a aquel
animal, entonces hay mucha gente que nace en el día o en la noche, al medio
día o a media noche, ahí sucede.
¿Pero a usted se le apareció una… chiva dice? ¿O una mujer?
Sí, era una mujer, y un día que me la encuentro... lo había agarrado, y esa
persona, o sea lo vio, lo vio que era un sacerdote vestido pues, como se viste el
sacerdote, con su capa pues, pero el maestro le decía que quién era, entonces
ella pues no le decía, no, y al rato pues... tuvo que, que darle la vuelta o sea,
Testimonios de un pueblo nahua
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desde donde estaba, tuvo que darle la vuelta, amarrarlo como se dice, o sea que
rodearlo de donde él empezó así a rezar y darle la vuelta, y se deja que él no se
mueva de ahí, de quien está ahí molestando, y hasta venir a dar hasta acá otra
vez, ya queda enterrado... y ya aunque quiera salir no puede y el señor es un
brujo, casi había amanecido ya, pues él gritaba, dice suéltame, dice, después
aclaramos dice, ¡suéltame, por favor! dice. Y el maestro le dice te lo buscaste,
yo no te tengo amarrado dice, estás suelto te puedes ir, no dice ¡suéltame por
favor! Dice pues vete, yo no te tengo amarrado, estás suelto. Entonces con los
rezos él, los sabía pero no se podía mover, quién sabe que le dijo... pásale, y no
podía pasar a ningún lado, solamente ahí, de ahí, entonces se compadeció de
él y lo dejó ir pero, pues al rato dice, la capa que llevaba se cayó la capa, era un
petate viejo, de esos ya rotos, pues nomás se lo ponía y se veía que en verdad era
un retrato, que ahí se ha conservado.
¿Pero no era de mujer?
Sí, o sea se aparecía de mujer, que aparecía como sacerdote, o se aparecía en
forma de un marrano, de un ser, en diferentes formas se convierte pues.
¿Era el que llamaban Pedro T.?
Sí, el señor es el que, el que se convertía en distintas cosas.
Pedro T., ¿La cihuateyuga le decían? ¿Qué quiere decir “cihua”… “cihuatl ”
es mujer, y “teyuga”?
Teyuga, ese es bruja, yo creo.
La mujer bruja, cihuateyuga... ¿Oiga, y qué decía de San Marcos?
No ve que es el más grande, va mucha gente de los que, personas que
saben, como le digo, van y van a prenderle sus veladoras o vela pues, todas las
personas que tienen, o sea a pedirle que los cuide donde anden, van muchas
personas a dejarle ahí.
¿Cómo cuánta gente… tendrá eso, como la mitad o la cuarta parte, que
tengan brujito?
¡Aaah!
¿Es mucha la gente que nace así?
Ah, pues así yo creo, casi no, es muy raro.
¿Es raro?
Sí, casi no, no se puede decir, porque ellos saben, o sea nada más unos
quizás pueden, pero no se dice nunca.
¿Cómo se dan cuenta de que tienen animalito?
Pues yo no sé.
Estas gentes con brujito ¿Ellos saben sobar?
Sí.
¿O van a sobarse con otros?
O sea van con otros, sí están enfermos van con otro que también sabe de
esto. Que también tiene. Porque si no, no puede.
¿Y para que sepa quién es su brujito?
P’us unas personas más antes... que se ponían a tomar el mezcal. Agarraban
la botella y se ponen a tomar... aparecía algún alacrán... aparecía algún caracol
o algún nopalito o algún otro animalito... Entonces decimos, son caballeros, la
persona puede ser un leopardo, un puma o cualquier otro animal, también eran
unos animales... guacos que les decimos.
¿Guacos?
Sí, en el camino, los cuervos, el tecolote. Todos los animalitos. Todos los
animalitos, desde el más chico hasta el más grande, zorrillos, zorros, coyote, lo
ponían allí adentro de la cueva, resguardando la entrada... a la entrada había...
vas a tener tiempo de agarrar, vas a tener tiempo de poder agarrar, ahí estamos
para ayudarte, y así fue, de noche, dice que el señor se puede enfermar de
animal, al rato más allá en los matorrales dejo un botín más allá... yo voy a
entrar a la cueva a matar a la bestia, al animalito... lo que dicen primero... y ya
los que estaban cuidando corrieron para... corriendo lo agarraron, la lumbre
esa ... la arrojaron para que él lo agarrara y mientras él se metió... cueva ahí se
quedaron de querer agarrar aquella lumbre que había caído, y luego llegaron
a la entrada y él se fue... queriendo agarrar la lumbre, cuando ellos se dieron
cuenta, ya era de día, ya casi venía llegando la otra persona que lo había dejado,
lo venían siguiendo cerca, que se pasa así, salieron corriendo, en una sola carrera
salió, ya que venía cerca que le sale al encuentro para atacarlo, para que ya no
lo pudieran... y lo agarraron peleando.
Gracias por la visita, y los esperamos mañana si vienen a platicar otro rato
por acá.
Doña María
16.VII.96
Un itinerario terapéutico
El día 6 de julio de 1996, María comenzó con una molestia en el oído
izquierdo, le «punzaba» sentía que le «comía» algo adentro. Quiso averiguar
qué tenía.
El jueves 11 de julio buscó la atención de doña Flora, pero al no encontrarla,
acudió, ese mismo día, con Don Chico Flores, a que le “rifara”.
Cuando Don Chico le rifó, sacó la baraja, tiró las cartas y le indicó que en
las cartas, ella era el 10 de oros. En función de ello empezó a interpretar las
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Testimonios de un pueblo nahua
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cartas que estaban a su alrededor. Antes de tirar las cartas, lo cual hizo tres
veces, rezó una oración diciendo el nombre de esta señora. Le dijo que tenía
un dolor muy fuerte en la cabeza, que pensaba mucho, y le preguntó por qué
pensaba mucho. María le respondió que no, que casi no le dolía. Él le dijo que
había alguien que visitaba mucho la tienda de su esposo estaba “echándole
malo”. Don Chico le preguntó que si le dolía el costado. Ella le dijo que casi
no. Eso fue todo.
Don Chico le comentó sobre una señora que quería estar con su marido, y
quería que ella se saliera de su casa. María estaba muy nerviosa en la consulta,
y se fue apresuradamente.
El viernes 12 de julio aún sentía las molestias. Entonces buscó a Don
Filiberto para que la “sobara”. La curación con él consistió en cinco sesiones,
viernes, sábado, domingo, lunes y martes. Después de las “sobadas” con Don
Filiberto, la señora dice que tuvo mareos, pero que el dolor le disminuyó un
poco. Ese mismo día buscó a doña Alicia Robles para que la “regara”, pero no
la encontró.
El martes 16 de julio acudió con doña Flora, ella la “rifó” y le diagnosticó
“espanto”, le dijo que se había espantado en el puente; le mandó hacer los
tamalitos para ir a levantarle la sombra.
El jueves 18 de julio María dijo que ya estaba curada, que ya no le dolía
el oído. Comentó que anteriormente también había sentido esas molestias en
el oído, y que en esa ocasión la curó un señor que ya murió, el diagnóstico fue
que tenía “espanto”, ocasionado porque ella se había caído en un hormiguero,
entonces les llevó a las hormigas los tamalitos y así se curó; precisó que no
habían sido hormigas zontetas, sino de las hormigas que pican, hormigas
rojas.
Doña Epónima Diez
15.VII.96
Tiene 50 años. Dice que el mal de ojo de los niños, en náhuatl se dice
ixteincualoliztli. Explica que, como los niños tienen la sangre dulce, si alguien
tiene ansia de agarrarlo y se queda con las ganas, entonces le da el mal de ojo
al niño. Este daño puede ser causado por un hombre o por una mujer, y para
curar al niño se debe de consultar a alguien del mismo sexo que la persona que
causó el daño. Si no se cura al niño, se puede quedar ciego.
“Empacho”, en náhuatl, se dice onoxuiti. Hay vómito, fiebre, llanto,
desesperación, diarrea, baja de peso y pérdida del apetito. Se debe a que comen
algo como cáscaras de frutas y se les pegan en el estómago.
Doña Josefa Lepe
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“El couasihuiztli puede ser indirecto, si lo avientan en el camino y por mala
suerte te da. Cuando es directo, se le avienta a quien se aborrece. Hay dolores de
cuerpo, se hinchan. Los soban y se componen, pero les puede resultar en otro
lado. Si no se trata, avanza, aumenta el dolor, la gente ya no se puede poner de
pie y luego se mueren. Los soban con saliva. Ángel N. de Ahuehuepan puede
sobar esto”.
“El chapulín, maldad o cochinada no se contagia. A una señora que estaba
embarazada se lo echaron en un refresco. Tenía vómito y diarrea, le pusieron
inyecciones y nada. Después del parto empeoró. Le rifaron con barajas y con la
jícara y le dijeron que lo que tenía era cochinada, entonces le dieron el cecetzin
diciéndole “tómalo de corazón para que te compongas”. Se lo tomó y sintió
mucho, mucho frío. Vomitó y sintió que se iba a un pozo muy hondo. A las
gentes las encontraba irreconocibles. Expulsó un buche de gallina que pusieron
en las brasas para que se quemara. La vejiga olía a plumas de gallina. Hubo seis
ayunadores y una curandera. Empezaron a las siete de la mañana y terminaron a
las cinco de la tarde, cuando la bañaron y todos comieron un caldo de pollo”.
“Cuando ves u oyes algo, un ruido, un animal, una persona en el río, algunos
tienen el don de ver al nagual. En San Agustín Oapan hay una niña milagrosa,
la señorita Estela, tiene el don desde los ocho años. Un día andaba jugando en
el río y se le vino encima una ola de agua, y vio a la virgen de Guadalupe. Si ella
te rifa te puede decir qué te pasa. Ella rifa con agua, maicitos y copal, y dice a
qué hora hay que llevar los tamalitos”
“Los aires son duendes, no son de maldad, les hablan a las hormigas. Luego
dicen: lo agarraron las hormigas, cuando alguien se espanta”.
Doña Damiana
Xalitla, 15/07/96
Sufrió la pérdida de su padre en febrero. Empezó a tener llanto continuo,
ciertas molestias como dolor de cabeza, dolor de estómago, pérdida del apetito.
Fue con Don Chico para que le “rifara”. Cuando él “rifó” vio que era su padre
quien se la quería llevar, con él, al camposanto. Para que los muertos dejen en
paz a sus parientes se le hace una ofrenda. Don Chico le dijo que le llevara
su vela al camposanto. Se la llevaron (a veces esto lo hacen con ofrendas, de
chocolate y pan). Doña Damiana hizo eso, pero al parecer siguió con molestias
y se fue a tratar a Iguala o Chilpancingo.
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
72
Señora Dalia Real Xalitla, 27.VII.96
“Yo atiendo el bazo, en mexicano icomal. Es como una piedrita que está
abajo de la costilla, sólo les da a los niños, se les ponen amarillos los ojos, les
da calentura, no comen, duermen mucho, lloran, les duele su barriga, toman
mucha agua de noche”.
“Esta enfermedad es causada por comer muchos chocolates, dulces y
refrescos. Para curarlo se utiliza un remedio que se llama chichihuatzin, es un
árbol que al trozarlo le brota leche. Mezclando esta leche con tierra, se le soba
la barriga al niño”.
“Esta enfermedad no la curan los doctores, y tampoco el empacho, que es
diferente pero yo no lo curo. Otra forma de curar definitivamente el icomal es
pegándole con un así del marrano que tiene adentro, se le pega en la barriga y
ya no le agarra. Yo aprendí a curar viendo cómo lo hacía mi abuelita”.
Señora Marcia Fortuna
Xalitla, 28.XI.96
Papayotsin o loquito lo que sea, luego dicen Tipapayotsin, sea mujer o sea
hombre, estás loco, tipapayotsin.
¿Y papaioua?
Pues se enloquece, es el mismo, tipapaioua: estás loca o estás loco.
¿Y por qué se pone loquita la gente?
Pues a veces por falta de alimento, a veces por…aunque uno no lo crea, son
maldades que les hacen. Por ejemplo tú, te quiere un muchacho, ¿no? Y tú no
quieres, no quieres, te habla y no lo quieres y te hacen como brujería, pues. Es
decir, para que quedes loca, ni para uno ni para otro, dice. Ajá sí, mi cuñada
así está una loca... si la más chiquita, la xocoyota (hermana menor), está medio
loquita. En Chilapa, en un colegio de monjas, ahí fue donde se descompuso
ella.
¿le hicieron brujería?
Sí, yo creo que sí, o a la mejor preocupaciones. Ya ves que a veces se preocupa,
de tanto pensar y pensar, a veces. Cuando uno está débil del cerebro es cuando
uno pierde el conocimiento, ¿no? En Coyoacán me parece, ahí terminó su
primaria y allá tenía buenas calificaciones y no le dieron su certificado. Luego
al salir de allá, al otro año quería estudiar. Le ponía todos los peros. Y ella,
pobrecita, dejó de estudiar un año. Al próximo año ya lo convenció pues que
estudiara. Y ya se fue pues. Y que mal porque ahí en ese colegio de monjas ahí
vivían, ella ya no alcanzó cupo. Entonces ya vino, platicó con mi suegra, que ya
no sabía que no alcanzó cupo. Y que ahora se le hizo fácil, que tenía un padrino
de confirmación. Ahí o a Chilapa. P’us ella llegó a Chilapa, yo creo empezó a
estudiar. La recibieron todo septiembre y sin un papel la recibieron. Le veían
pues como gente extraña. Y luego con pena a la hora de la comida, comían, y
ahí ella con pena y todo pues no se servía. Que las muchachas la malmiraban,
pues como gente extraña, pues, y todo, y su papá no va. Su papá no va, ni los
papeles, ni nada. Todo septiembre, todo octubre. No se fue a parar y la traen a
dejar el 18 de noviembre. Y ella dice, la vieron que empezó a perder. Dice que
se bañaba con agua fría bien temprano y... fresco. Si y ahí empezó.
¿la había intentado curar?
Sí, fuimos a México. La había llevado R. al hospital Fray Bernardino.
Tenía conocimiento de una doctora y les comentó, sí Don R., tráigala. La
llevaron, ella ahí pues estaba de locos, ¿verdad? Ah, primero y porque había
doctor que curan. No, el doctor no la va curar, sí, doctora, sí. Y la trae la
loca para acá. Aquí se tardaron, se tardaron más de dos meses aquí. La estaba
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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llevando Don R., yo la llevaba, dice, como le voy hacer a mi hermanita, es que
me da lástima.
¿Todavía no se cura la muchacha?
¡Se va a curar... ! ¡Y ese mal echado!. No, dice, cómo creer en eso, es un
pecado, todo eso. Es un... mal echado. Pues, a veces le hicieron de doctor... no
pudo, hay que hacerle de otro, ¿verdad? Como ellos no creen y que ella esté
allá, se está muriendo.
¿La llevaron con curandero?
De aquí no la llevaron... .y Don R. le decía su papá, ya la vamos a curar.
No, dice, ¿cómo crees hijo?. Es pecado... no. Si nomás la viera encerrada ahí,
ya tan blanca. Parece pollo. No se sienta, nomás se para, con así, pasos grandes,
así.
I: Y usted ¿por qué cree que se enfermó?
P’us, yo, a veces pienso que fue por preocupación. Estaba en una casa que
ni es de su familia, y sin dinero. Pues se echó a perder, ¡pobrecita!. A los 17
años se enfermó…
¿Cuántos años tiene ahora?
Ah, pues ella ha de tener como 24, yo creo. Si creo, sí.
¿Qué es quicocuayolho?
¡Ah!, se dice quicocua iyohlo. Quiere decir le duele su corazón.
¿Y esa es una enfermedad también?
También pues, cuando le duele el corazón, como ahora pues dice le duele
su corazón, si tu novio te dejó, le duele su corazón de que la dejó su novio así...
también es enfermedad pues, ¿no ves que hay enfermedad? Dice entonces le
duele su corazón, como de amor...
¿Cómo está que dicen, tlayocoya?
Ah, ese es que tiene sentimiento. Por ejemplo que se murió algún papá,
alguna mamá, algún hermano, ese tiene sentimiento.
¿Entonces el quicocua iyohlo, ese es también como tristeza?
MF: Ese le duele su corazón, como tristeza también o este, dolor pues.
Dolor, dolor, no ves que hay dos, hay enfermedad en el corazón, ese le duele su
corazón. La tlayocoya es cuando tiene sentimiento de que se murió alguien.
Otra palabra es melac tlauele.
Ah, pues “es bien corajuda o corajudo, muy corajudo”.
¿Tlalmestli?
Tlalmestli es, dice que hay una luna, que anda así en el suelo.
¿Una luna?
Si, como el cohete pues, ese dice, tlalmestli, que tlalmestli luna del suelo,
pues según nos contaban antes que había enfermedades que si te pasó una luna,
Testimonios de un pueblo nahua
así anda una luna en el suelo, que si te pasó debajo te mueres. Pero ese yo creo
que es como brujos pues, los nahuales que les dicen. Pero sí, dice hay una luna
que anda chiflando aquí.
O sea como personas que tienen su brujo, pues, ¿su brujo de luna sería?
De luna, se dice tlalmestli, y ese dice que es grande como luna pues anda en
la noche pues, no de día.
¿Y la gente se enferma si le pasa eso?
Sí, sí se enferma, aunque así se mueren, nomás porque te pase, dicen: ese
ya lo jugó ese tlalmestli.
¿Y cómo saben que se murió de eso?
Porque si no tiene nada y lo encontró en la noche, y luego dicen así, dicen
no pues anoche estaba bien andaba paseando, vio el tlalmestli, le pasó debajo.
Así pues le digo nos platicaba mi mamá, pues dice bola de hilo así mira, como
bola de hilo dice, ándale, bola de hilo, le dicen icpatl.
Icpatl ¿Ese también es como brujo, icpatl?
Icpatl, pues también, bola de hilo.
¿Y oquicuili tlaseuan?
Oquicuili itlaseuan: pues le quitó la sombra, entonces cuando se mueren
luego dicen, a ésta le quitó la sombra. El muerto quitó la sombra, le quitó la
sombra, por eso que se diceOquicuili itlaseuan.
¿Tlaseuan es sombra?
Tlaseuan es sombra, si.
¿Ixtencualolistli?
Mal de ojo.
¿Y ese cómo es?
O sea, un mal de ojo, rojo, rojo, con harta cosita, lagaña le salía, el mal
de ojo. Antes venía la enfermedad tan cochina, rojos los ojos y te sale harta
lagaña, feo, feo.
¿Y de dónde venía, o cómo venía?
En tiempo de aguas, pero mira colorados tus ojos, colorados nomás
están lagrimeando. Y luego, si comiste algo de chilito, ¡uuuy! entonces ya te
encumbró carnosidad. Esa porquería digo, lo mandaron los gringos, ¿o quién
pues? ¿verdad? Cochinada de enfermedad que venía. Y en tiempo de aguas,
cuánto ixpitl, cuánto de los mosquitos chiquitititos, ahí te van andar siguiendo
como xoquíya, esa enfermedad de veras.
¿Y con qué se curaban?
Bueno, nosotros curábamos con caxcalote, con caxcalote, limón, nos
echábamos, otros que se les enterraba, y se echaban chile en los ojos, bien feo,
feo, ¿qué no te cuentan por ahí?, ¡ah! pero esa maldita enfermedad de veras,
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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no era enfermedad de Dios, feo, feo de veras. Pero pues tardaba con los ojos
bien rojos, así nomás rete tarda. Mal de ojo también es, cuando a los niños les
hacen daño.
Pero es diferente.
Es diferente, ese también le dicen mal… ahí dice mal de ojo ¿no?
Ixtecualolistli, a ese es el mal de ojo.
¿Y daño en mexicano? ¿Se dice igual?
Este, tlaixuihli, luego dice mi hijito: ticpia tlaixuihli.
Otro es oquitonalcuili.
Le quitó la sombra pues.
Tlalpacchaneque.
Tlalpacchaneque…. mmm, no sé, de arriba pues, que ahí viven pues, los
malos aires.
Ah, los malos aires.
Los malos aires, esos de arriba del cielo, tlalpacchaneque.
¿ Qué es tlalpac?
Tlalpac chaneque, arriba, del cielo pues, arriba del cielo, aires de arriba, que
están en el cielo pues.
¿Cuáles son?
Pues, por ejemplo, ese que le dicen la cruz que se pone en el cielo, uno que
le dicen ixinenecuil.
¿Ixinenecuil?
En la cruz, ixinenecuil; citlalcueyo, uno se llama citlalcueyo, ese de la cruz,
citlalcruz. Citlalcruz, ese que se pone una cruz; ese tlalpacchaneque, ocasic
citlalcruz, citlalcueyo, ixinenecuil y quien sabe qué tanto los nombran pues.
¿Ese es malo entonces?
Pues sí son malos, a veces en la noche dices, no, no se puede aliviar dice,
que le agarraron los aires. Ahora quiere que le rieguen en la noche, a media
noche va la esa que va dejar los tamalitos y ahí va a dejarla, a la media noche,
si no se alivia pues.
¿Pero les hacen mal los aires porque se portan mal, o por qué?
Ajá, pues a veces sí, como aquí luego dicen que les fueron a rezar allá en
la cruz y les hablaron los esos aires. Pues si, por ejemplo, si no me caes... voy a
ayunar y voy a ir al panteón, a media noche, y voy a dejar tu vela. Ya después
empiezas a estar enferma, ajá. Pero les hablan a esos de arriba, los aires.
¿Y a los que dicen que hay en el agua, también les pueden hablar?
Esos del agua no ves que les avientan, si te espantaste en el río, hacen
tamalitos, hacen tamalitos, y ponen velitas, y hacen el pescado, hacen el lagarto,
hacen la viejita del agua y el viejito, hacen los lagartos, todo eso lo hacen.
Testimonios de un pueblo nahua
Pero es para que se cure, ¿no? Pero por ejemplo, para que se enfermen, ¿A
ellos no les hablan?
¡Ah no! a esos no, nomás a los de la noche, esos de la noche…
tlalpacchaneque.
Onicostec.
Dice onicostec, se quebró mi mano, cuando está quebrado y se dice onicquelon
si se desconcertan tus dedos, tus pies, tu mano, nomás se va por otro lado pues.
¡Bendito sea Dios que yo nunca me he desconcertado, ni me he quebrado.
Otra palabra, “ocasic yeyecatl”
Le agarró alferecía, ataque pues. Hacen bien feo, hacen bien feo así sus
ojos, sus ojos se van.
¿Como ataque?
Si pues, ataque.
¿Y ese cómo lo curan por aquí?
Aquí no, pues ese con los doctores, con ese lo curan. También pues, también
a veces hay, luego dicen otros que la chuparrosita que anda en las flores, ese dice
que se lo dan de comer, ajá la chuparrosita. O a veces lo sahuman con flores de
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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pericón, si sahumando. Cuando Dios quiere hasta con eso se alivia y cuando
Dios no quiere nomás no. Con los doctores a veces, dicen, que los curan.
¿Qué es quextetepo?
Pescuezo mocho pues, luego dicen que antes veían de nahual, el burro
sin pescuezo, le dicen burro quextetepo. Sí, dicen que hay, así nos contaba mi
mamá, de brujos pues, de los nahuales.
¿Ya no hay de esos por aquí?
Ahorita ya no pues, ahorita ya no. Antes decía mi mamá, seguido lo veían,
mucha enfermedad había por aquí.
¿Pero ese berraco qué es?
Marrano pues, marrano berraco de aquí, dientes de espina, los espanta
pues, los espanta, como que los quiere comer. Ese, pero ocasic imal hora yo no
sé que quiere decir.
¿Entonces el burro quextetepo también es como gente?
Ajá, es brujo pero es gente...
¿Y si por ejemplo a ese burro alguien le tira porque los espanta?
Ah, pues no le dan, y le tiran pero no le dan, sólo que también ayune,
que está ayunada la persona, así también, no ves, aunque los coyotes, hay
unos coyotes son brujos, con el cuchillo te propones, pero nomás así no los
tiras, pero si ayunas, y debes de curar tu escopeta para tirarle, debes ayunar
primero, nomás así que les pegues no les pegas. También el burro, aunque le
estés tirando, pero si no ayunas. Pero si estás preparado o también si tu puedes
la magnífica y lo sabes rezar al revés, ahí lo puedes dejar y después se muere
de vergüenza al otro día. Pues ahí lo vas a amarrar, ahí va a quedar, con tu
magnífica o credo, como lo puedas amarrar pues.
¿Le reza al revés?
Sí, al revés, así se reza la magnífica. Ahí lo dejas y se muere de vergüenza,
pues lo amarras y sale donde lo espantaron.
¿Pero qué le pasa cuando uno reza la magnífica?
Pues se queda ahí, el ese como mal aire ... el ese se queda allí. Así cuando
iba yo a la escuela, así le había pasado a un señor. Que le dice una mujer, le veía
sus naguas, así se las veía, fue a espantar a un maestro, aquí.
¡Ah!, es ese que le dicen cihuateyuga.
Cihuateyuga, si ese que lo había amarrado un maestro, que estuvo viviendo
allá en la escuela, mi maestro pues, ahora ya murió; lo amarró y ahí quedó y
al otro día lo fue a ver; y ahí está, le decía “profe suéltame” (y el profe le decía)
“qué, ¿te estoy agarrando?”, pero es que ese era cabrón pues, también sabía la
magnífica, yo creo, porque lo amarró. Estaba bien fulicho, hasta tenía petates
viejos. Era Pedro T., su tío de Salvador, sí, a ese lo había agarrado del difunto,
Testimonios de un pueblo nahua
Pastrana allá. Estaba una barranquita para allá por donde íbamos a la escuela.
Nos contó ahí donde le daban de comer, pues él nunca se quiso venir por acá.
Siempre allá dormía en la escuela, llegábamos, levanta su petate, su camita y
ya, nos daba clases, pero qué buen maestro.
¿Y se murió ese?
Se murió ese porque se fue a una barranca y, a una barranquilla estaba ahí,
cerquita ahí le dejó y se fue, ¿cómo chingados no se va a morir de vergüenza?
Toda la gente lo iba ver, ese se fue a una barranquita, ahí, estaba en unos
árboles, entonces no se veía, y ya lo soltó bien amaneciendo... que se vaya,
pero bien desnudo dice, le dice... ya nunca vuelvas a venir por aquí. Lo quería
espantar pero el como no tenía miedo, sabía pues. Lo soltó ya a la hora.
¿Y el yeyecatetl? ¿Ya le pregunté ese?
Yeyecatetl, ese son los ídolos pues. El ídolo de piedra, el ídolo de piedra, ese
se dice yeyecatetl; piedras que había antiguas, ese es yeyecatetl.
¿Que no “yeyecatl” es aire?
Es aire.
¡Ah! Esos son aires, los ídolos.
Aires, sí, los ídolos si. Yeyecatetl y yeyecateme. Ahí está diciendo de uno nada
más. Y yeyecateme, también tiene como los esos de tiempos, futuro, presente
que tiene…
¿topontli?
Topontli es un grano que sale, que según de los cuates (gemelos) que dicen
que echan bola. Topontli, que tienen topontli, que luego dicen los cuates echan
qué cosa es, yo pues como nunca me han echado, nunca sé. Pero ese luego dicen
“tiene topontli” de los esos cuates, no ves que ahí luego salen mujer y hombre,
esos son cuates, esos son los que pueden, pero los hombres que vienen gemelos,
esos no pueden, pueden cuando nacen un hombre y una mujer, esos son los
cuateros, te echan topontli. Por cualquier coraje, coraje, yo digo. Porque dicen
que si te peleas con esos cuates seguro te echó topontli, y hasta que lo lleves con
otra persona que sea cuate pues, le dices por favor.
¿Atrás de la oreja?
Ajá, o aquí, Y si un cuate te lo sobó se te cura pues. Eso pues de coraje, si
les haces algo, se hincha pues la cochinada, son cochinos también pueden.
¿Y nomás ellos la pueden curar?
Si nomás ellos, los cuateros pues, que son cuates. Por eso ves quien te la
echó, no te voy a ir a ver que me cures si me peleé contigo, vas con el otro,
por favor apachúrrame. Dicen que nomás con la saliva, sí, así dicen pues, a mi
nunca me han echado, yo nunca, para qué voy a mentir; a mi hija es a la que le
habían echado, en la escuela. Y duele y hasta agarra calentura.
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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¿Y la llevó a curar con un cuate?
Sí, con una señora, con una señora que era cuata, que es cuata pues vive
todavía la señora, nomás dos veces la curó y se alivió; pero es que hasta le
agarraba calentura a mi hija.
Don Arturo Luria
Ameyaltepec, 15.XII.96
Hace 16 años empezó a estar mal, la familia cree que porque perdió a
su “macho” (animal que resulta de la cruza de una yegua y de un burro), lo
buscaba, salía mucho, caminaba y caminaba, se ponía agresivo. Cuando
empezó a enfermarse, leía mucho un libro: “La religión demostrada”, y en esa
época sus pinturas reflejaban tales lecturas.
Es atendido regularmente en una clínica de Cuernavaca. A veces también
se atiende en la ciudad de México. Al inicio de su padecimiento recibió
tratamientos tradicionales, sin éxito.
Llegué atraído por el paciente, pero al ver su producción pictórica quedé
fascinado por el artista. Durante la entrevista se comportó absolutamente
reticente.
Y además de que se salía de noche para caminar, ¿pasaban cosas extrañas?
O a lo mejor se acuerda, Don Arturo, ¿cómo se enfermó la primera vez? ¿Ya
no quiere acordarse?
No.
A lo mejor sentía ¿que le hablaban?
Habían, p’us no...
Pero sentía que le hablara la Virgen, o Dios, o el diablo?
Todos.
O que se pusiera muy enojado, agresivo…
Nomás me da risa.
De esta última vez que lo tenían amarrado, ¿por qué se enojaba?
No, no sé.
Fíjese que nos comentaron lo que piensa la gente. Le voy a decir a ver si
usted está de acuerdo. La gente dice que usted pintaba muy bonito, la gente
entonces le tenía envidia porque pintaba muy bien y que se la pasaba trabajando
todo el tiempo y que no paraba de trabajar. Y que por eso se enfermó, por
trabajar tanto.
Señorita Petrita
Ameyaltepec, 15.XII.96
P.C.B., de 45 años, estuvo hospitalizada en el Hospital Psiquiátrico Fray
Bernardino Álvarez. La hermana dice: “alguien le hizo algún mal, un daño.
Por su estudio empezó así. Estudiaba y pintaba. La llevaron con curanderos, le
rezaban, la rociaban con agua. Le hicieron tlacacahualo y tetlacacahuilaia”.
Queríamos preguntarle sobre Petrita, cómo empezó a enfermarse... a ver
si usted se acuerda y nos puede platicar también de ella, nos puede platicar lo
que le han dado de tratamiento y lo que piensan que le pasa, a qué se deba su
enfermedad. A lo mejor no es cosa natural, que nos platicara un ratito.
Ella se pierde y vaga por allá. No se puede quedar sola. Solamente ella la
cuida...
Y ¿duerme bien Petrita?
Pues, a veces sí, pero a veces no.
¿Qué pasa cuando no duerme?
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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Va y viene. Es locura.. cuando no duerme y no come, se atrasa, pues…
¿Se pone muy nerviosa?
Pues, a veces sí, a veces no. Se pone nerviosa, yo creo, este... cuando este
empezó a estar enferma, este estaba en el colegio allá en...
Don Arnoldo Ruiz
Xalitla, 18.XII.96
Una experiencia con la toma
... hasta que no lo vives, puedes explicarte, para mí fue muy difícil porque a
mí me trajeron del Distrito Federal... se me cerró la garganta, pero era una cosa
como que se me infló el cuello, y uno bueno decía, los médicos pronosticaron
que era bocio en un principio. Tenía unos 18 años porque estaba estudiando
la prepa, ya te has de imaginar, en un lugar religioso y luego que te saquen
de ese lugar para, pues para traerte corriendo para tu pueblo porque te estás
muriendo, para que te vengas a morir, porque supuestamente yo me venía nada
más ya a morir aquí, o sea, ya no había esperanzas de que yo me curara. Me
trajo un amigo de mi papá... me trajo cargando, materialmente y ya de aquí
de la parada ya no podía beber agua, no podía pues tragar nada; entonces
llegamos aquí y yo como a las once de la noche o diez de la noche, por ahí más
o menos y este, llegaron me acostaron, dijo el amigo, Paulina aquí lo traigo
pues, ya que se muera ¿no? porque yo lo llevé, hice todo lo posible para llevarlo
al médico, y p’us los médicos me dijeron que era bocio y que tomara mucho,
que comiera mucho cómo se llama, mucho rábano, o sea de yodo pues, pero
pues parece ser que se me empeoró más, y ya. A la hora que llegamos mi mamá,
porque mi papá estaba un poco enfermo, ensilló su burro y se fue a Ahuelican
con ese señor que acaba de morir hace poco, era su compadre, entonces fue y lo
trajo, llegaron aquí como a las cinco de la mañana, cuatro de la mañana, y ese
señor fue a cortar el cecetzin, aquí abajito y trajo hoja, el cecetzin y no sé cuantas
cosas más; y entonces a la hora que me da de ese, de remedio, era algo así como
lechoso y este, me lo dieron ahí sentado allá, pero ya no me lo dieron a tomar
porque yo ya no podía beber, entonces me lo empezaban a dar con algodón, y se
sentía pero gacho, feo pues, sentía el sabor, pero me decía él, el curandero: pero
es que tienes que hacer todo el esfuerzo que puedas para que te lo tomes y...
¿No te lo dio en lavado?
No, bebido, y entonces este, me molieron no sé cuantas cosas, a mi mamá
le dijo, que moliera, cuando ya me acabó de dar el remedio con algodón; bueno
yo no sé como le hacía el señor, porque me abría la boca y trataba de abrir las
cuerdas bucales y entonces aventaba el chorro, porque primero te digo, hizo el
intento con algodón y dármelo, y pues vio que no podía pasarla o sea, cuando
salía, ya no podía pasarme ni la saliva, ni casi nada de líquido. Y entonces
este, me abría la boca, no sé con que me abrió, con la ayuda de mi mamá me
aventaron el líquido, el remedio pues; y ya lo tomé, más bien lo metieron y
este...
¿Y ocuparon ayunadores?
Sí, por supuesto que sí, yo vi que había gente, yo sí me daba cuenta, pero ya
así como tirado, así como muertito. Aparte de la tomada me pusieron otras cosas
aquí en el cogote, y ya, pero tenía como tres días que no probaba alimentos, no
podía, y de repente cuando uno entra en trance es muy feo porque tú quieres
regresar, es algo muy, entre desesperante, bueno mi experiencia fue mucha
desesperación, porque yo sentía que me iba, me iba, me iba, me iba y así como
morirse pues, de irse y entonces yo empezaba a gritar: ¡Regrésenme! ¿no? o sea,
me siento mal, y el señor rezaba y rezaba, me sahumaba; y de repente hasta que
por fin llegó el que me llega me hace mal, me pegó de la nuca, y me dice: hasta
vamos a ver si deveras eres charrito.
¿Qué es charrito?
Pues como capaz, así de valor y todo. Él me lo dio (el mal) cuando estaba
casi terminando la secundaría, niño todavía, y yo me acuerdo que sí pues me
tocó, ese señor el que ya murió.
Te acordaste con el...
Eso, es que ves a la gente y te acuerdas, no sé si se te viene todo a la
memoria, muchas cosas, pero de esas tantas cosas pues no ves, entre que dices
bueno este no me hizo daño, fulanito tampoco me hizo daño, como que haces
un recuento de tu vida. Entonces este, y entonces llega un momento en el
recuento de mi vida y se presenta ese señor, entonces me pega acá, y entonces
me dijo eso: ¡Hasta vamos a ver si deveras eres charrito! Y pues yo lo que hice,
voltearlo a ver así, estás borracho ¿no? le digo, ni te entiendo y ni te importa si
voy a ser o no soy no, creo que a nadie le importa; agarré y me subí al camión
y me fui, a Iguala y pues vi de que él fue el que me hizo el mal. Entonces,
este cuando vieron o sea , yo creo que vieron eso o sintieron que yo ya había
visto a la persona o no sé como es eso, porque me empezaron a regresar, me
empezaron a regresar, a regresar, a regresar...
¿Te bañaron?
No, en ese momento no, a mí no me bañaron durante, como tres o cuatro
días, después me bañaron, porque yo tenía esta cosa de, aparte de la toma a mi
me pusieron muchos remedios, no sé qué tanto, acá en el cuello amarrado con
un trapo, algo yo creo muy fuerte, que fue tan fuerte que cuando yo regresé
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Testimonios de un pueblo nahua
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yo inmediatamente pedí que me trajeran de comer, yo tengo hambre, y dijo el
señor es que ahorita no te podemos dar, y ya así como desesperado porque yo
ya sentía que sí ya empezaba a pasar saliva.
¿Y vomitaste?
Nada.
¿Y no sacaste nada?
Nada, yo no saqué nada, o sea fue el golpecito que me adormeció el cuello,
pero en ese momento, o sea cuando yo estaba me imagino alucinando no sé. Y
ya a los cuatro días me destaparon el cuello, fue impresionante porque cuando
me quitaron eso, bueno ya creo que al rato o en la noche o al otro día me dieron
ya de comer y p’us ya, o sea sentí un poco lastimado porque me abrieron, ‘ora sí
el gogote, el gogote para el remedio, y como que sentí algo así que me raspaba,
y creo que fue que metieron y lastimaron un poco, pero fue como un rasguño
nada más, pero no fue así que digas, que fue el remedio que me haya hecho eso,
no, es por la presión que hicieron para abrir, ‘ora si, el gaznate, y entonces este,
y ese dolorcito pero así como algo basura pasaba no, como que me molestaba;
pero a los tres días eso yo ya no lo sentí, cuando me lo quitaron esto todo esto
lo tenía quemado del remedio que me pusieron en el cuello, pero quemado,
quemado así negro, pero negro, y entonces me quedó todo esto, no salí casi
durante quince días.
¿Y de las alucinaciones te acuerdas ?
Yo nada más me sentía que me iba, como algo lejos, así como que te vas
haciendo pequeño, pequeño, pequeño, pequeño, pero así como que, cómo se
llama... te vas, como que estás suspendido en el aire pues, entonces como que
me iba así, y entonces conforme yo me iba yo me hacía pequeño, y entonces
este, yo no quería llegar a ser miniatura, eso sí yo me acuerdo muy bien, o sea
no quería ser chiquito, no quería desaparecer porque como que la intención
del remedio era desaparecerme, deshacerme pues, desintegrarme, y no, no, no
ser nada ya, como si uno se fuera a esfumar. Y es, de veras, es impresionante,
realmente impresionante eso y bueno, llegue hasta una, cómo se llama, llegué
más o menos a ser así, y de, cuando llegué a ser así, este, ya me regresaron con
rezos o con sahumadas. Yo vi, empecé a ver que me pasó en tal fecha, que me
pasó tal fecha, pero, cómo te diré... Y cuando llegué a, al que me da el mal me
doy cuenta, y cuando me doy cuenta de qué es, o sea me saqué mucho de onda.
El chiste es que vi, al que me hizo el mal y, y bueno el mal se fue, pero fue
chingón, no era bocio.
¿No volviste a sentir molestias?
Nada, hasta la fecha, y te digo es muy impresionante porque, pues yo no
creía, y no creía con, con mi situación pues de donde, de donde me estaba
formando, eso no, además que no era de Dios... es al fin que te vas, te vas, y
haces un recuento y además del recuento lo puedes estar diciendo, lo puedes
estar hablando, o no lo puedes decir pues, o sea puedes quedarte callado, yo,
por ejemplo fue callado, fue en silencio, pero yo hice todo ese recuento, yo oí
que dijo el curandero dice ya lo vamos a regresar, ya lo reconoció, ya al menos
reconoció. Y este, ya te digo me regresaron... también, y pues no podía gritar,
ora sí que las cuerdas bucales estaban tensas (risas).
Don Pablo Cuesta
Xalitla, 22.X.93
Don Pablo es un hombre de aproximadamente 80 años de edad, originario
y residente de Xalitla, casado, con ocho hijos, excelente conversador bilingüe
(náhuatl-español) que conoce bastante bien las tradiciones de zona. Es uno de
los pocos en Xalitla que aún conserva el atuendo de manta.
Es comerciante, y en su juventud, en una época en que no había carreteras
y los caminos no eran muy transitables, trabajó muy duro como arriero.
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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Compraba ganado y/o cerdos en las comunidades más alejadas para luego
venderlo en Iguala.
Desde el primer contacto me relata, sin empacho, con placer, algunas
historias que conoce. Me describe con detalle la creencia en el “lagarto”, animal
acuático que cuando crece el río y lo quieres atravesar, te puede tragar con sólo
abrir sus grandes fauces. Don Pablo mismo, en una ocasión que atravesaba el
río, se asustó al ver al lagarto. Tratando de salvarse intentó matarlo disparándole
con un rifle, pero por más que lo intentó no pudo atinarle. El lagarto siempre
se escapaba.
Don Pablo asoció el relato anterior con otro que conocía sobre un gran pez
capaz de morder a los hombres y de jalarlos hasta el fondo del río o de la laguna
para ahogarlos.
Leyendo los manuscritos de Sahagún, encontré el relato de una creencia
prehispánica en un monstruo acuático que llamaban “Ahuítzotl ”.
Este monstruo es descrito así :
“... tiene la cola larga y en el cabo de la cola una como mano de persona;
tiene pies y manos, y las manos y pies como de mona; habita este animal en
los profundos manantiales de las aguas; y si alguna persona llega a la orilla del
agua donde él habita, luego le arrebata con la mano de la cola y le mete debajo
del agua y lo lleva al profundo... y dende a pocos días el agua echa fuera el
cuerpo del que fue ahogado, y sale sin ojos y sin dientes y sin uñas.”
Quizás los relatos de Don Pablo se hayan originado en esta antigua creencia
descrita por el fraile del siglo XVI, aunque más bien puede relacionarse con el
mito de “Cipactli”.
21.X.94
Don Pablo se queja de que su perro quedó malo desde que una vez, cuando
lo llevaron a cuidar los chivos, se encontró al coyote.
Me explica que cuando un coyote te mira de frente se te ponen los pelos de
punta, pues tienen una mirada que espanta. “Hay gentes que tienen un doble,
esos pueden hacer el mal”. Si el doble es un coyote, luego se anda comiendo las
gallinas y las sandías ajenas. “Son re tragones”.
- SAHAGÚN. Op. cit. p. 648.
19.II.95
“De joven era parrandero. Un día me espantó una perra. Los sábados, cada
ocho días, había baile con música de orquesta. Una vez me mandaron a cuidar
a mi hermana al baile y allí la dejé... ’taba oscuro, yo nomás traía un cuchillito.
Me desvestí para atravesar el río que estaba grande, crecido. Entonces se me
apareció una perra grande, las tetas le aplaudían, me atajó dos veces, yo no le
atinaba con la daga, vete a donde vas, no cargo miedo, le grité. La perra se
fue”.
“Por fin llegué a donde estaba la música y me agarró un miedo... pero
¡miedo de veras!” Las gentes que estaban en la fiesta y me vieron llegar, me
dijeron: ¡lo espantaron, cabrón!”
“Ya no me pude venir sólo. Hasta que esperé a las mujeres me pude
regresar”.
17.III.95
Para Don Pablo, “echar topontli” es una enfermedad que se adquiere cuando
un “cuate” se enoja y le “echa malo” a alguien. Al que recibe el daño se le hacen
unas bolas en la cabeza, atrás y debajo de las orejas, en el cuello, en las axilas
o en la región inguinal (al parecer hay inflamación de los ganglios linfáticos).
Dice Don Pablo que hay que encontrar otros “cuates” o gemelos para que
curen al enfermo, si éste no se cura, entonces esas bolas que le salieron, truenan
y sale la pus.
Me explica que tanto el “couasihuiztli” como el “topontli” se pueden echar en
el aire. Una vez que Don Pablo andaba queriendo enamorar a una muchacha,
ésta se enojó y le “echó topontli”. Tuvo que ir hasta San Juan con unos “cuates”
para que lo curaran. La curación se hizo con saliva y ceniza, sobándole en la
parte dañada, en la bola, y el problema se resolvió rápidamente.
12.IV.95
Bajando del autobús, en la parada de Xalitla, me encontré a Luis Tapia,
el “loquito” que anda vagando y que nadie sabe de dónde es (él dice que es de
Dolores). La gente del pueblo le da de comer.
Don Pablo no cree que sea “loco de nacimiento”. “Hay mujeres malas...
nomás lo han de haber engañado”.
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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13.IV.95
“Ya no hay respeto, antes, en Semana Santa, no se tocaban las campanas,
ahora siguen tocando todos los días, hasta hoy que es Jueves Santo. Antes,
durante los ocho días de la Semana Santa las señoras dejaban de lavar, ahora
ya no dejan de hacer nada”.
14.IV.95
“Esa mujer, Alfonsina, es mala, le gusta darle al gusto. Ha tenido varios
maridos, yo creo que ella misma los ha mandado matar. El primero se peleó
con el amante, ya lo iba a matar pero falló los disparos, luego el amante le
arrebató la pistola y con el último tiro lo mató. Ella puede alquilar, con tal de
fregar a alguien”.
13.VII.96
“Ese Pedro T. era muy loco, grosero, se volvía mujer. Yo le decía : si eres
cabrón, ¡vuélvete mujer!”
De Don F. G.: “Así fue su nacencia ¿será brujo? ¿tendrá agua?” (en la
región occipital tiene una tumoración, aparentemente blanda, que oculta bajo
el sombrero).
“En San Agustín Oapan hay una muchacha que sabe curar, de nacencia,
su mamá es Chona, su padre ya murió, era Juan. La suegra no la dejaba curar
ni sobar”.
14.IX.96
Don Pablo comenta sobre las “tlacotlácatl ”, o medio-hombre, es decir, las
mujeres lesbianas :
“C. era una mujer que se hacía pasar por hombre. Se juntó con la “China”. Al
montar a caballo, C. se montaba como un hombre, a nanca. Vivían juntas, eran
“locas” pues. Hasta que se la quitaron y la “China” se casó con un hombre”.
“C. se emborrachaba con los hombres, con los señores. Un día la
emborracharon y le quitaron los calzones para ver si de veras era hombre.
Aventaron los calzones a un guamúchil. Mejor se fue a Teloloapan. Pero se
quedó con un hijo ilegítimo de la otra”.
“La gente no se admira de eso. Hay otros casos: Clia (hombre) andaba con
J., J. ya hasta se casó. P. y Pa. vivían juntas, Pa. ya falleció. Se dice cuicuichiltzin:
puto, fresco”.
Doña Blanca Serna
Xalitla, 22.X.93
Tiene unos 70 años, casada, madre de ocho hijos, originaria y residente de
Xalitla. Dedicada al hogar.
Doña Blanca me explica que a una sobrina que presenció un accidente
la tuvieron que curar porque “se asustó”. Una señora del pueblo le “echó los
maíces” para saber qué tenía y luego “le fueron a regar”. Cuando le pregunté
qué significaba eso, me explicó que le quitaron los malos vientos y luego fueron
a dejarlos en algún camino, en donde se coloca una pequeña ofrenda. La
persona que tenga la desgracia de pasar por allí y pise la ofrenda se llevará los
malos aires consigo.
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La delicada labor de las curanderas se ve obstaculizada de múltiples formas.
Muchas veces deben actuar en secreto o con mucha discreción.
“Hay gente que cura, pero sus maridos no las dejan curar porque eso
acarrea envidias”.
04.III.95
Doña Blanca está preparando un té, un remedio. Se llama té de la salud.
Le dijeron que es muy bueno para los cólicos. “Le dan cólicos a la gente que
hace muchos corajes” me explicó, “con eso se alivió una señora que no quería
a sus nueras, todas las mujeres que el hijo le arrimaba, ella se las corría, no le
gustaban, ya iban tres, pero con eso se compuso”.
17.III.95
“A Pedro T., el cihuateyuga, cuando lo descubrieron disfrazado de mujer,
lo apalearon y él nomás pedía clemencia. Un maestro, al que seguido asustaba
Pedro T., le advirtió que ya lo dejara en paz y como aquél seguía molestándolo.
Un día le contrarrestó la brujería con oraciones”.
“La cihuateyuga asustaba a los hombres y los invitaba a seguirla”.
“A Doña Marcia le dicen María Virgen, porque una vez se le apareció un
santito”.
“El mal hecho se llama couasihuiztli”.
16.IV.95
“A mí Don Chico me dijo que yo tenía cochinada y que por eso me dolían
las rodillas, me sobó, pero no me alivié, seguí mala”.
“Una brujería se llama oquitlaualticali, significa que le dio de comer para
que se amanse, para que mande la mujer, esas son mujeres groseras”.
16.VII.96
¿Ixtencualolixtli, dice usted?
Mal de ojo, porque va quedar sus ojos colorados, colorados. Y con harta
lagaña, va...
¿Y qué le pasaba?
Nada, pues, nomás no veía yo. No veía yo, me lastimaba el sol. Me agarró
cuando era el tiempo de las aguas, pues iba yo a trabajar. Salí, pura lágrima y
bueno, pues... lo hace sentir, no vas a ver, nomás vas a ver como... se compone
uno hasta que ya se cansó la misma enfermedad.
¿Y cómo se atendió?
Pues despacio, me fui componiendo. Me echaba yo gotas o me echaba
yo, este, unos remedios. Ahí como unos más... como vara, si y allá me echaba
yo unas hojitas y... agüita. Pero más me dolía, duele harto. Y así me fui
componiendo, con eso. Las gotas no, no me curaba.
Yeyecacouasihuiztli ¿Qué dicen que son, esos aires?
Son aires, pues, dicen que las hormigas son aires, porque ellas no toman
agua, ya los agarró los aires de las hormigas. Y allá los van a dejar tamalitos,
allá donde está la hormiguera, ajá. De a devis, de veras les dejan, pues. Nomás
que le lleven tamalitos, que le lleven maíz molido, que le ... y les piden de favor
que les... niño alguien que se espante.., y si se alivia y de veras... se le hace...
¡de a de veras!
21.VII.96
“Cuando a una persona se le da remedio no se le pueden acercar personas
que no han ayunado, debe permanecer encerrado. Hay dos posibilidades de
que se quede loco, una porque no sacó todo el remedio y otra porque lo dejaron
salir enseguida de que lo bañaron y le pegó el aire”.
13.IX.96
“Tlaminque o chapulinero es el que puede echar cochinada, o chapulín.
Los animales que se arrojan después de tomar la toma pueden ser, caracol,
sapo, culebritas, tachichi (culebritas güeras con manitas), moscas y cabellos”.
“Si la persona es curada por el remedio, éste le da la posibilidad de poder
“echar” y algunas de estas personas que pueden dar tienen la facultad de poder
ver el couasihuiztli”.
“Una señora me confesó que “podía”, se envía mediante un soplido, y al salir
el aire se ve como una pequeña llama, algunos pueden ver cómo el couasihuiztli
se ve como lumbre, ¡anda como las luciérnagas por el pueblo!”
“El cecetzin es miedosa, porque es mujer, y si se hace ruido mientras está la
curación, ésta se va, quiere que esté todo en silencio”.
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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15.X.96
Doña B. cuenta sobre la ocasión en que se enfermó a causa de que algún
“cochino” que le tenía envidia le habló a los aires de arriba para que se llevaran
su sombra; dice que quedó sorda, le dolía la cabeza, no podía dormir y sentía
que le picaban como con espinas en sus cejas. Recuerda que esto sucedió un
miércoles, y un jueves muy temprano Don P. montó su caballo y se fue a San
Juan Tetelcingo a “rifarla” con un jicalero de allá, éste fue quien le dijo que
algún cochino le habló a los aires de arriba. El viernes vino a “regarla”. Después
de ayunar, la “regó” a las doce del día y luego otra vez en la noche, y para el
domingo ya no tenía ninguna molestia.
26.XI.96
Papayotzin: “como no tiene sentido, está loquito”.
Papayoua: “como loquitos”.
Quicocuayohlo: “le duele su pecho”.
Tlayocoya: “tiene sentido, está pensando, si ya no tiene su papá”.
Melajtlauele: “corajuda”.
Tlalmestli: “como luna, anda alumbrando en el suelo”.
Icpactetl: “piedra”.
Oquicuili tlaseuan: “le quitó su sombra”.
Ixtencualoliztli: “mal de ojo, quedan bien rojos tus ojos se pegan de noche
con harta lagaña”.
Oquitonalcuili: “se espanta”.
Isantiquisas: “lo va a pasar a traer (a atropellar)”
Tlalpac chaneque o tlaltipan chaneque: “aires que los nombran cuando van a
dejar tamalitos”.
Ocasique: “le agarraron”.
Oquiyolcuaque: “lo mataron, lo comieron los mismos brujos”.
Oniquelon: “te desconcertastes si te caíste, tu pie, tu mano”.
Otlecototonqui: “si tienes calentura, si subió la calentura te puedes poner
loquito”.
Ocasiquimalora: “alferecía”.
Ocasicyeyecatl: “espanto”.
Ocatilan: “lo llevó el malo, lo jaló el río”.
Mihcatlatlaxistli: “tos ahogadora, les da a los chiquitos”.
Doña Petra Cuesta
Xalitla, 06.III.95
“A Doña Flora la hicieron enloquecer y todavía no se le quita, aún le queda
algo. Se trata de una brujería que se puede hacer ayunando quince días, los días
martes, jueves y viernes. Cada ayuno se corta una vela y se le unta, o pone cebo
y chile. Primero se limpia la vela cortada, con la ropa interior de la persona a
la que se quiere volver loca. Cuando se juntan las quince velas, las llevan al
cerro junto a una cruz, catorce se entierran alrededor de la cruz y la otra en el
boquete de las hormigas, esta última vela primero se baña en agua bendita”.
“Eso le hicieron a Flora, por eso perdió el sentido, andaba riéndose, se
orinaba en la calle, era agresiva, le gritaba y golpeaba a la gente, la amarraban
porque si no, corría, gritaba y saltaba”.
“Le voy a dar una receta para el “mal hecho”, para que la utilice en caso de
que se lleve alguna “herencia” de Xalitla. Anótele: tlacopactli pizahuac, tlacopactli
tomahuac, mostaza, una cabeza de ajo, pimienta, clavo, comino, orégano, dos
chiles guajillos, bálsamo, aceite rosado, aceite de alumbrar (vegetal), media
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Testimonios de un pueblo nahua
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botella de aceite de olivo, cebo, tuétano y tantito petróleo. Todo molido se fríe
en la cazuela, se deja que hierva. Ya que está tibio, se echa en el cuerpo con
hojas y golpeada de higuerilla”.
Se fue a hincar empezó así se, se paró, agarró su sahumerio, empezó a
gritar, ay yo ya, yo lo estoy oyendo, yo lo estoy oyendo, estoy cerca de este cerca
del corral nomás detrasito pero está cerca, bien lo voy viendo que el... bien que
lo oí que como le estaba nombrando los aires: cotsiltic yeyecatl, sepohca yeyecatl,
cosamalotl yeyecatl, este negro viento y rojo. Ya no me acuerdo que más vientos
los nombró, pero los estaba nombrando, pero estaba con su sahumerio así, dice
aquí se va a aparecer quién lo vino a dejar esa, ese dinero y de veras pues, pues
que era mi cuñada, su hermana.
Mi marido el primero, se comenzó a enfermar, agarró pura tos seca, pura
tos seca, dos años cumplió con esa tos y aunque más los doctores, aunque más
los llevaban, no se alivió, se murió. Era jovencita, pero sabía también.
¿La hermana de su marido?
Pues quizás me tenía odio mm.
¿Pero era para contra usted?
Para contra mía, ujum, hey para contra mía, que me muriera yo también.
Porque mi marido ese le hicieron, su tía y su papá, algunos padres son malos eh,
aunque sea en toma pues yo lo oí cuando le dieron remedio, lo tomó el remedio
y te va a enseñar todo, todo lo que le hacen, él lo enseñó estaba hablando, no,
le dice papá si usted así me haces, me voy a, me voy a, te lo voy a regresar no,
mejor que termine yo de una vez, ajá, y no pues no, no quiso.
¿Su papá le había hecho daño?
Sí su papá, con su tía, porque se había juntado, se murió mi suegra, se había
juntado con la misma hermana, ujum.
08.X.96
¡Ah! ¿Usted lo tomó?
Si lo ‘vía yo tomado...
¿de qué estaba enferma cuando lo tomó?
No, no me hizo nada, y cuando vino un compadre... (pausa), ese es miedo
y completamente cae uno, no puedes hablar, no hace efecto...
¿cuántos... cuánto remedio le dieron, cuántos vasos?
No... me dieron como tres vasos, ese de primero me habían dado nomás
dos, me dio una señora pero no me hizo efecto, entonces cuando vino ese mi
compadre, entonces si ese si me entró...
¿Y ocupó peones, ayunadores? ¿Como cuántos?
Como... nomás dos, tres, tres con él si...
¿le dio el “cecetzin” solito o le puso de otro?
No, no, puro... ese da puro no más puro no le echa alguna cosa, ese puro,
ese cuando me dio mi compadre me dio tres vasitos así, tres vasitos, primero
me dio uno, pero en seguida me dio otro, la tercera otro me daba no más medio
pero dice, no si está fuerte mejor tómalos los tres, ah entonces si me quedé
como borracho... te va a entrar, te va entrar pero fuerte vas a sentir que... ya no
pues, te vas a entumir, de verás como borracho... mm... yo (baja la voz)... tenía
yo... tenía yo la enfermedad de cochinada... Entonces que lo vi... lo ‘vía así...
bueno yo digo pues te vas a condenar, lo vi como... lo vi como arco iris... Ajá,
lo vi así, le digo entonces que lo veo en cruz, lo veo en cruz entonces lo veo
esa señora que, que me dio el té, le digo mira no te echo, no te echo el tizne
porque se echaba tizne para que no lo convirtiera yo, le digo no te echo tizne,
ya te conocí y si me quieres matar pues de deveras que me mates,... aquí está le
digo, aquí está lo que me diste ¿pa’qué lo quieres? no me pude... no me pudiste
matar...
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¿Y veía usted a la señora?
Si yo veía, ujum, lo veía yo la señora que estaba aquí... sí, y entonces
cuando ya cuando ya lo vi todo entonces yo les hablé, les digo por favor que me
alevanten... que me alevanten, por favor, y que me agarro a la señora de aquí,
que me alevanto y como me senté no más así en la rodilla pero no pudo... no
pude, hasta cuando ya le digo ahora pues... le digo, no puedo, ahora sí, que me
echen agua, le digo, no puedo, no tengo fuerzas pues, me ablandé, y cuando
me echaron el agua vino un dolor gran y me sentaron así nomás en las piedras,
me senté en la orilla así cuando sentía... pero dirás, bueno, así como nacen las
criaturas, mira pura agua... pura agua amarilla... que apenas le habían echado
pintura de amarillo, porque mi vientre nomás se pone así, si como mi tortilla
nomás se pone así ¡uf! se esponja pero mi vientre... no aquí, aquí...
¿lo sacó todo esa vez?
Sí...
¿también le dio pa’rriba o nomás pa’bajo?
No, me dio pa’rriba también, pa’rriba también me dio, pero no lo saqué
nada, ahí no, no saqué nada, ahí no, no saqué nada, pa’bajo no más... pa’bajo lo
saqué le digo, agua amarilla... me había dado pues mi compadre!
Usted le habló al remedio también o nada más... ?
Yo, yo lo hablé cuando lo tomé, ajá y cuando lo tomé... que me ayude y que
me saque cuanta cosa tengo, yo nunca como por allá, nunca como alguna cosa,
sí como, cuando me da uno de familia, pero nada más para comer una cosa, no
tanto comer por allá...
Y me daban... me daban cochinadas, me decía el remedio que me abrió mi
boca, lo vía yo culebras, lo vía yo alacranes, lo vía yo lagartijas allá ya... yo me
tapaba... no... no yo no quiero, yo no le deseo nada, yo lo que deseo... mi alma,
eso es todo... que viva yo... Para rifar, para rezar, para arrebatar a usted una
cosa, una mujer o un hombre, eso me daban pero yo no lo quise...
No, no, no, de por si no quise nada, no, no yo nada, algunos si lo reciben
siquiera para apachurrar uno pero yo no yo no yo de plano yo les dije... les digo
yo quiero siquiera que me lo saque todo, yo no quiero cochinadas ¿para qué? yo
quiero... para que ande yo por allá apachurrando, que ande yo por allá dando
remedios, no yo no quiero nada, yo quiero irme.
Y esos que reciben, ¿son los que les dicen... los que tienen brujitos? ¿o son
otros?
Si lo vas a recibir pues vas a poder... vas a poder al prójimo, si te hizo
enojar, pues le vas a echar mm... no, yo no me gustó eso, no me gustó, de plano,
de plano no me gustó, no, no, no le digo yo no quiero nada, lo cerré mi boca le
Testimonios de un pueblo nahua
digo lo que yo quiero mi salud, quiero seguir viviendo, Dios mío... ayúdame,
ayúdame, mejor que... siquiera que me alivié, yo pero yo para los que... mis
cosas, no, yo no quiero, es pecado, es pecado.
Entonces los que tienen su brujito, ¿es otro o son esos?
No es otro, es otro, éste lo vas a recibir... si lo recibistes en una mosca o
si... toda esa cochinada... tu abres tu boca que se metan..y vas a poder... los vas
aventar mm, los vas aventar no más deveras te vas a... aquí te vas a enseñar
¡vaya! si Dios, Dios te aventó aquí con... de por si vas a poder ese es de, de su
nacimiento uno, pero si no más aquí te enseñas, también vas a poder pues...
Esos brujitos, es que cuando nace uno ya lo trae. De por sí... de por sí trae
uno trae uno de su nacimiento y también trae uno si es hechicero, ya lo trae de
su nacimiento, algunos así...
¿Cómo se dice en mexicano?
P’us nahuatli... nahuatli...
¿Nahuatli?
¿Y al hechicero cómo se le dice?
Laminqui
¿Y los que pueden echar cochinada?
Pues así pues... laminqui... laminqui.
¿Y a los que apachurran?
No sé eso... no más les dicen este mira aquel... ese señor puede apachurrar,
puede sacar cohuasihuiztli...
Si, ya te digo pues aquí en el mundo yo para que, yo soy mujer pero simple,
yo no quise nada para nada deveras, deveras no más es eso... Algunos sacan
animales, algunos si no se dilatan entonces sacan animales y quien ya dilato no
ya no se puede. Para enseñar eso... El doctor no puede esa cosa para que lo saque,
solamente hubo otra persona que deveras puede... es el difunto mi compadre,
si lo llevaban lejos, yo le decía, le platicaba, yo le digo: mira compadrito, no
te avientes lejos te van a matar, dice ¡ay! comadre, dice ¡ay! deveras que me
van a matar, pero yo no ando... yo nomás no robo dinero, yo si veo que los...
entran, pues le pago y si no le entra yo no recibo dinero, no comadre dice, hay
que ver a ellos. Porque una señora deveras también podía, yo digo que podía
porque mi difunto... mi marido, este le había dado remedio porque nomás
crecía su barriga, crece su barriga, entonces si le dije... le digo mira, quieres
tomar remedio, te voy a alquilar a doña Lucina si, dice, a poco puede, le digo
pues a ver si ella quiere, le digo, a ver si Dios quiere, a ver si te compones pues
que lo vayas a ver, y sí, fuí a ver a Doña Lucina, vamos a mi casa, dice ¿quién
esta enfermo? Le digo pues mi marido, así está y así está, dice ¡ah! entonces ái
voy, le digo no, no me digas que ái voy, ahorita vamos traigo mi burro, ahora
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vas a ir, ella era medio durita, dice ¡ah! entonces espérame voy a... me voy a
bañar, no allá te vas a bañar, hay agua también, y sí, deveras, deveras lo traje y
llegó, le digo ahora báñate para mañana sí, mañana le vas a... se bañó la señora
desde la comida y le di de almorzar, le digo almuerce bien para mañana, pero
temprano que lo... que lo echen un cafecito y sus pancitos aunque sea uno, le
digo ah bueno pues, le puse café. Entonces tomó café temprano, bueno, una
tacita, y entonces para todo el día ya, le digo, qué ¿no vas a comer? No, dice,
yo voy a comer hasta mañana que... sí, que ese sí daba de noche, ajá, yo voy a
comer hasta mañana si veo que ya... que ya se alivió, entonces mañana...
¿A qué horas le dio?
Las ocho de la noche, pero cuando llegó a las doce de la noche ya le
había entrado... No p’us para cuando llegó la doce de la noche ya estaba bien
borracho, ya lo habían dado, y empezó a hablar, a donde lo dieron, a donde
lo hablaron de este alguien, cómo le hicieron, como le gustaba tomar le ‘bían
puesto, ahí donde esta la fruta, al frente, ahí se lo dieron, ni lo vio él, hasta
a donde le dieron pues cochinada. Él mismo le pidió sahumerio, se paró él
mismo... lo ‘bían enredado y él mismo se desenredó con el sahumerio le dio así,
de lado y volteado, entonces si lo vi y me senté ahí, estaba yo viendo como iba
rezando,... pero primero Dios me voy a aliviar, terminando eso lo sacó una bola
de cabellos y una mosca estaba ahí dentro del cabello, una mosca, pero verde
este paquete no le dejaba ni comer...
¿Eso le habían dado?
Eso... sí pero lo, lo había sacado pues, esta cosa que le agobiaba...
¿hasta a qué horas lo dejó el remedio?
Lo dejó como a las doce del día, amaneció, no lo dejaba como hasta como
a las doce lo dejó, porque él como podía rezaba, lo hablaba, otra vuelta lo
hablaba, para que yo quiero que me saques todo... le dijo la señora ya, ya... ya
está bueno, ya está bien, ya no reces, ya no le hables, yo te voy a bañar, lo bañó
y ese remedio que se había quedado lo coló, lo juntó y lo sacó afuera detrás de
la casa lo fue a dejar...
¿qué le hicieron a lo que sacó, a la bola de pelos?
Pues ése, ése lo quemamos.
Oye, dicen que si... que si cuando toma el remedio y no lo saca, ¿que se
puede volver loco?
Ajá... Bueno, sí lo creo, uno que ande de lucas, mujer o hombre que ande de
loco y te ve, te pones loco mm... y ya no te alivias, por eso te estoy diciendo, si
te dan uno remedio ya no sales, hasta lo bañan bien sale de tres días...
¿Cómo hacen cuando se ponen locos?
P’os nomás salen corriendo y... salen corriendo, y bueno lo amarran. Alguno
Testimonios de un pueblo nahua
dice que cuando te dan ese remedio, algunos pues piden... piden su defensa,
pero yo no quise deveras, no quise para nada...
¿También el tenechiate pone loco?
También... y también ese Tepexquil... Tepexquil también lo hace loco uno,
si lo vio una mujer loca o un hombre loco, que es de por sí... de por sí ya no se
alivia, se ponen locos o locas, y hasta así se mueren pues, ya no se componen...
Tlacopactlitomahuac... tlacopactlipitzahuac y este... hueypactli, ajá... ese también
es peligroso... (pausa), tepezqui también es peligroso...
¿ Tepezqui?
Es un palito, tiene este su, su semillita como huesito... si tiene talco y se lo
toman, te va a dar pa’rriba y pa’bajo...
Yo no sabía yo eso yo lo vi, me ‘bía yo mira... me ‘bía yo, quién sabe qué
cosa tuve... así estaba mi pecho, así mira hasta lo bía yo, pero como ya estaba
blandito, hasta como ya se va a reventar... de muchacha, señorita me pasó eso...
fuí a lavar y llegó un muchacho, dice ¿qué ya te vas? Le digo sí, yo ya me voy, ya
acabé de lavar... yo si pues de por sí soy corajuda, le digo ¿qué, por qué, que me
ayudaras a lavar? Dice: ah no, pues es que yo te quiero hablar, le digo ¿porqué
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
100
me vas a hablar, que te debo? y me quería yo pasar, así, y no me dejaba, y otra
vuelta vengo pa’cá, y me atajaba, y entonces dije... a ver cómo le hago, y no me
fui, así, y corrí pa’cá... me dio ya nomás aquí... aquí ya no más me dio...
¿La tocó nomás?
Nomás me tocó tantito, luego luego se me hizo como las tortas, como a las
tres ya estaba la bola así, pero así pallané, pallané, entonces puro metate pallané,
al terminar de pallanar, mira, me agarró un calenturón, pero calenturón, y
vino un... un primo mío, y me dice, ¿qué cosa tienes? Le digo ya me agarró
calentura, pues dejálo el metate, dice, va a llegar a remoler mi tía, dejálo, le
digo ¿sí, verdad? Pero ¿si se enoja? Dice, no, acuéstate. Vino mi papá, dice ¿qué
cosa tienes? Le digo pues tengo calentura y aquí mira ya se está hinchando,
dice ¡hijóle! ya ¿qué cosa hicistes? Le digo, nada, no le quise decir a mi papá,
ajá, pero como ya le había dicho al otro... y le dijo a mi papá... fue por lavar,
dice ah bueno, entonces lo voy a curar,... ese remedio que te estoy diciendo, le
dice mi mamá untálo este... lo voy a echar este remedio...
¿Y esta enfermedad que tenía usted cómo se llama?¿No es eso que dicen...
couasihuiztli?
Ajá, dice pues... lo echó todo en ese remedio y me lo echó de tarde, a
estas horas ya me lo está echando, todo este pa’allá, todo me lo echó, todo
aquí en mi pecho, aquí mero en la bola y qué cosa cuando amaneció ya estaba
bien aplastado, hasta como que se quedó como güero, deveras, por eso, por ese
remedio también...
Y el muchacho ese ¿“podía” entonces?
Podía pues, podía... pero desde su nacimiento.
Los aires que conoce:
“Citlalcruz”.
“Citlalcueyo”.
“Citlalixinecuil”.
“Amichin”.
“Axolotl ”.
“Alamantzin”.
“Ahuehuentzin”.
“Alagarto”.
Xalitla, 7 y 12.X.96
Sobre las “regadas”
Sobre los tamalitos que se hacen en forma de hombres y mujeres, señaló
que cuando se “riega” entre nueve y diez de la mañana, sólo se necesita hacer
cuatro muñecas y cuatro muñecos; si la “regada” es a las doce de la noche o a
las doce del día, se deben hacer seis hombres y seis mujeres, y si es a las tres de
la tarde se necesitan cuatro y cuatro.
Además de estos tamalitos, en una regada se utiliza una tira hecha con
azúchil y algunos manojitos que se van poniendo cruzados sobre la “U” que se
forma con la tira de azúchil. Estos manojitos se llaman mauxúchitl. Si la regada
es a las doce de la noche o del día se deben hacer doce manojitos.
“Cuando pasa el remolino, entonces lo lleva su sombra”.
Sobre las enfermedades de los niños.
“A los niños no se les da remedio (la toma) hasta que cumplan quince
años”.
“A los chiquitos les echan ‘daño’. El daño se cura con epazote majado,
mezcal y sal, con ése lo limpian”.
“Ése lo curan unas personas que pueden sobar. Lupe puede quitar el daño,
cuando los soba los deja la calentura”.
“A los grandes no les hacen ‘daño’, nomás a los chiquitos. Si son dulce su
sangre, si es débil, les dan daño”.
“Daño se dice tlaixuijli”.
Sobre Marcia, considera que es una buena curandera. Dice que ella vino a
vivir a Xalitla después que en San Agustín Oapan su primer esposo la golpeó
desnuda en la calle, que al llegar a Xalitla ya estaba embarazada de su primera
hija, y que Don Salvador es su segundo esposo (don Salvador es sobrino político
de doña Petra).
El Tenexiatl
El tenexiatl, que es una hoja ancha, se muele con ajo, alcohol y majada
(estiércol) de burro, y de esta forma sirve para hinchazones. Se puede utilizar
en animales y personas; si es para algún dolor, se unta en todo el cuerpo,
aunque es peligroso. Si se unta hay que permanecer encerrado, hay que bañarse
antes y después de untarlo, y se debe evitar ser visto por personas que tuvieron
relaciones sexuales.
101
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
102
12.I.97
Comenta el caso de doña Flora. Dice que cuando doña Flora era más joven,
casi de recién casada, se “ponía loca”:
“Se orinaba en la calle, lo veía su orín como caía, se agachaba para ver
como orinaba, se arrollaba, se encueraba, cuando la dejó su marido”
La causa de esta locura la atribuye al enojo de la señora Herlinda Magno,
quien se disgustó con doña Flora porque ésta se casó con su primo hermano.
Entonces, como doña Herlinda sabe hacer el “trabajo” necesario para que la
gente se enferme o se ponga loca, en este caso ella fue quien hizo el trabajo para
que doña Flora quedara loca. Un compadre de doña Petra la curó, utilizando
“avispas negras, mecos y rojas, avispitas, hormigas de las grandes y pintitas y
abejas”.
“Los insectos se ponen en una botella con agua, se cuelan los insectos y
esa agua se le da a beber al enfermo, después se ponen a secar los insectos y
se hacen polvo y se comen de a poquito con los alimentos, además se le rezan
quién sabe qué cosas”.
Después de esa curación doña Flora se curó, pero la opinión de doña Petra
es que doña Flora todavía está un poco loca.
Niñas Itza y Alejandrina
Xalitla, 18.XII.96
¿Cómo te llamas?
Itza.
¿Cuántos años tienes?
Siete.
¿Tú has oído hablar de los brujitos?
No.
¿Y de los nahuajli?
No.
¿Y tú como te llamas?
Alejandrina.
¿Y cuántos años tienes?
Doce.
¿Y tú si has oído hablar de los brujitos?
No.
¿No que tus hermanitos eran “Caballeros”?
Sí.
¿Cuántos hermanitos “caballeros” tenías?
Tres.
¿Y los tres se murieron?
No, nomás dos se murió, nomás uno se quedó.
¿Y ese es “Caballero”?
Es una caballerita porque es niña.
¿Y cuántos años tiene?
Tiene cuatro, está chiquita.
¿Y cómo saben que ella es caballerita?
Porque lo vimos en... mi mamá estaba allá en el monte, y mi hermanito lo
llevaron, y sus huarachitos lo perdieron, y se aparecieron en casa.
¿Y tus otros hermanos, cómo sabían que eran “caballeritos” los que se
murieron?
Nomás le dijeron a mi mamá, porque ya estaba enferma, y le dijeron que
ese es, te lo ganaron porque ese es caballerito.
¿Y quién le dijo? ¿Un jicalero?
103
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
104
Sí.
¿Tú te acuerdas de tus hermanitos “caballeritos”?
Sí.
¿Y qué hacían?
(se queda callada)
¿Qué saben hacer los “caballeritos”?
No sé.
¿Y tú no eres “caballerita”?
No.
¿Tienes animalito?
No.
El chivero
¿Cómo te llamas?
No sé.
¿Que otros animalitos conoces que son brujitos?
Chichi.
“Perro”. ¿Y qué otro?
Pitzotl, marranito.
(Interviene Itza) ¿Qué es Tacho?.
¿Y a tí quién te dijo que Tacho es marranito?
Nos contó con mi tía Petra.
¿Qué les dijo?
Que es marranito, que una vez lo vieron unos señores que andaba en la
calle.
¿Y qué andaba haciendo?
Pues estaba ahí trompiando.
¿Entonces Tacho les contó eso?
Sí.
¿Hace cuánto tiempo?
Ya tiene... entonces pastoriaba, pero ya no sé cuanto tiene. Yo tenía una
hermanita, pero se murió porque era perrita.
¿Y cómo se murió?
No sé, nomás me dijo mi mamá, porque ella primero nació, primero nació
y me dijo mi mamá que era perrita y que por eso se había muerto. Como dije,
mi hermanita, no sé cómo es, porque luego saca sus huaraches y luego los
pierde, luego vamos a buscarlos para allá, luego no sé, luego llegamos y luego
lo hallamos ahí.
Testimonios de un pueblo nahua
¿Y eso quiere decir que tiene brujito?
Sí.
¿Y qué brujito piensas que tiene?
No sé.
¿Y tu mamá qué dice?
No sabemos porque no lo ha oído mi mamá.
¿Y los niños así nacen con su brujito?
Sí.
¿Y que días nacen?
No sé.
Tacho decía, nos contó que era brujo, que era pitzotl, era pitzotl, pero, este
nos contó que dice que era marranito, y un día un señor lo vio que trompiaba y
trompiaba y luego lo fueron correteando, luego lo trompiaba y luego lo vieron,
así nos contó, ahí se acabó el cuento. Que su tío lo vio y luego este Cristo se fue
para su casa, luego se acostó, luego se volvió pues Cristo, ella me dijo así.
Se metió allá adentro de su casa, se metió un marranito, y cuando se acostó
en su cama y se volvió Toño.
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
106
¿Y a ti te contaron eso?
A mi me contaba mi mamá.
¿Cuántos tipos de “caballeros” hay?
Miak. (harto).
Esta entrevista termina porque Tacho no quiere contar su historia.
Doña Claudia Romero
“Cuando alguien guarda su coraje y no lo puede desquitar… por ejemplo, si
la mamá desquita su coraje con sus hijos y les pega, así les transmite ese coraje.
Luego el niño o la niña se enferma, le da temperatura y deja de comer, para
curarlo hay que tender la ropa en el sereno, la ropa que habían estado usando,
tal como está, con su sudor, al otro día a las seis de la mañana se rocía la ropa
con agua de sal y, así se limpia a la criatura, se alivia la niña, vuelve a comer y
cede la temperatura”.
“Algunos no creen pero la brujería sí existe...”
“En un frasco con alcohol tenían mi fotografía, la foto estaba atravesada
con dos alfileres, a la altura de las sienes. Una señora descubrió ese frasco en
casa de mi ex-suegra. Yo me separé de mi marido porque una vez lo encontré
en la cama con otra. Después de eso me dí a la bebida durante 3 años seguidos,
tomaba de jueves a domingo… pero desde que encontraron ese frasco me sentí
mejor y ahora, aunque sí me gusta tomar, tomo en menor medida”.
A Doña Claudia, con la “toma” se le “apareció” la Virgen de Guadalupe.
“¿También a tí te gusta tomar?” me preguntó la mamá de la señora.
“¿Por qué no?” dijo la hija “¿Pos qué, no es hombre?”
Los “Tepatiani”
Doña Concepciona González
Xalitla, 02.III.95
Doña Laura Bautista dice: “Aquí hay una viejita que se llama Concepciona
González. Le dicen “Nantzin”. Ella fue la primera que empezó a curar en
Xalitla. Ya se estaba muriendo porque le dieron cochinada, pero tomó la toma
y entonces vio a la Virgen y al Señor, allí aceptó ser curandera. Ella es de San
Juan. Ella curaba a los niños cuando tenían daño en el corazón, les sobaba su
pechito. Rezaba y ayunaba mucho”.
Según el maestro Pablo Aranda, Doña Concepciona González fué
“solicitada”.
El esposo de Carmen Cuesta, Fernando dice: “Doña Concepción se está
acabando por lo mismo, de tanto curar a otros y por no curarse, ella misma se
le quedó el mal”.
Doña “Nantzin” Xalitla, III.95
¿Tlinon quinequi yehua?
¿Qué quiere él?
Te quitoua quen titlacacaua uan
quenon ihcon quenon tinexihlitoya
amantzin de aquinon tiquiminotza
de que pan atl, quenon tiquiminotza
de que nochi yolcame tlin nemin
pan atl. que viv quenon tiquiminotza
de que nochi yolcame tlin nemin
pan atl.
Dice él que cómo ofrendas y
cómo así como me estás diciendo
ahorita ¿cómo les hablas a los
animales en en el agua o les hablas
a todos los animales que viven en el
agua?
¡ah! pero un zan de hun yehyecame
un tiquinminotzaz un chichiltic
yehyecatl, ¡ajá!
Ah, pero si son de los aires a
esos les va a hablar el aire rojo.
¿Un para titlacauaz?
Couaciuiz yehyecatl, amanca
yehyecatl sepohca yehyecatl, tetziltic
yehyecatl, cotziltic yehyecat,l nextic
¿Eso para ofrendar los aires?
Dolores del aire, aire tibio, aire
entumecido, aire el que fuertemente
enredado, aire amigo, aire entre
Traducción de Juan Petronilo Ramírez y Cristina Chávez Alvarado.
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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yehyecatl, poyauhtic yehyeca,l, totonca
yehyecatl, chihnautipan comalacotl,
chahcahuan, ipan atlauhtli yehyecame,
ipan texcalo yehyecame pan atentli
yehyecame, ueli mitzacizque de
que uehca ualeua toyehcatzintie
mitztetziloco mitzacizque, uan
zan yehyecame ihuan un tlacpac
chaneque un te cequi xquineltocan
pero neua oniquitac pan remedio un
Tonantzin nicanca yeua onechmacac
yehua onexititi uan yehua onechihli
cua onizotlahca, cua onizotlahca
onizohtlaca pitzintoc tonahli quiztoc
tonahli para todo santo día xoniquitac
tonahli, solo tlinon nechnehmititoya
nechuicac nan uan mamacita canica
tiazque tlin xnican se ontli nan
yauxta hasta patlauac niman hasta
xoxoquio sequi hasta ueli yau dia
quitoua ah niquihlia tiazque quitoua
ca ma ca yehun tiquitoz umpa tiazque
tehuame xumpa tiazque tehuame
tiazque nican yau otli nan yau otli
xta quintzin pitzactzin pero puro
uitzapolin can tontlaczas melac
uiztlan pero miac tiquitas miac cosas
tiquitas de un xnonamictian mela
tlahtlacohli miac cosas señor no te nochi
tonahli ihcan niquistinemi nictlatlaia
atl xcana nexmacan san cualitohua
iuan oniquimitac un cocone angelitos
neica quisacon niquita hasta un
tlapayautoc niquita iuan oniquimitac
un cocone angelitos neica hasta ihquin
uahlaue ihcon uahlaue nochi cuahquin
xochiapantli de un sempoalxochitl
dia quitoua un Tonantzin ma ca
timocauilis mitsxochiaquiltizque
el atardecer y el anochecer, aire
caliente, aire al pasar a la vida o
destino... sobre la barranca, aires
sobre las faldas, aires del agua o
sobre la rivera, grandes aires te
agarran, cuando vienen de lejos,
airecitos se le enredan, te agarran,
y nada más son aires, y aquellos
que viven en el cielo, muchos no
creen pero yo lo vi en el remedio,
es la Virgen que está aquí ella me
dio, ella me enseñó y ella me dijo
cuando yo me desmayé, cuando yo
me desmayé, me desmayé, apenas
había salido el sol, había salido el
sol, y para todo el santo día no ví el
sol, lo que estaba observando, y me
llevó la madrecita, por donde vamos
a irnos, que no es aquí, por aquí va
un camino ancho, hasta con flores,
algunos hasta van bien, y dice y le
digo vamos hacia allá, no, no, por
ahí nosotros no vamos, por ahí no
vamos, nosotros vamos, aquí va el
camino, aquí va el camino, mira
así de pequeño, delgadito pero con
puro huitzapolin, donde quiera que
pises en verdad hay muchas espinas,
muchas cosas se ven, muchas cosas
veras, de aquellas que no se casan en
verdad y muchos pecados, muchas
cosas señor, así pasé todo un día
observando cosas, pedía agua, en
ningún lado me regalan, nada más
me decían, tú, aquí está tu cántaro,
pero no hay nada seguro para ti, y
observé también niños angelitos,
de aquel lado salieron, volaban y así
venían (movimiento) todos traían
teua xe aci hora timocahuas, tehua
san otipaxialoco, ma ca timocauilis
ah niquita oyecotia nechaquiltia
san nicuahchiua ihcon nechaquiltia
san nicuachiua ihcon otipanohtiate
pero miac hasta xintoc tlapayautli
miac couatl uahlaue ihcon yahueica
niquihtoua iuan nochi onechititique ta
hun can techtlatitoc Tatadios on nican
yeueica nehua xniccana yeueica siempre
ni rezaroua
¿Canon?
Nican derecho no Tata
Dios Padre Celestial yeua umpa
techtlatihtoc que itla un otiquitac
un cua tenextoquilo, uayaxte ¿ca xoc
otiquitia?
Xnicquelnamiqui
Yehun quitoquiayan tenextle yahun
Ah, quema, quema.
Tiquelnamic ihcon un oniquitac
pero melac ueye un aman niquihlia
un Tonantzin niquihlia canonon
un nechuicaya huecatlan pero nan
xtlamiuiso quitohua miac tiquitas
miac de un aquin quixnamiqui un ita
collares o cadenas de flor de muerto
(sempoalxóchitl), me dijo la Virgen,
no te vayas a dejar que te coloquen
o pongan las flores, porque si te lo
ponen seguro te quedarás, recuerda
que tú nada más viniste a pasear, no
te vayas a dejar que le pongan las
flores. Ví que llegaron unos angeles
y quisieron ponerme las flores, nada
más hice así, cuando nuevamente
intentaron ponerme las flores, nada
más hice así (movimiento). Íbamos
pasando y estaba cayendo el agua,
y muchos vienen así (movimiento),
por eso dije que todo me enseñó la
virgencita, hasta aquello a donde
están quemando a los pecadores por
Dios eso que por aquí, allí arriba
(señalo algo), por eso yo nunca dejo
de rezar.
¿Dónde?
Aquí derecho mi padre Dios
padre celestial, él ahí nos quema,
como un¿viste? Ese atizaba el horno
de cal, se decía, ¿ya no lo llegaste a
ver?
No recuerdo.
Atizaba la cal, ese.
Recordaste, así ese fué lo que
yo ví, en verdad asi vi cómo la
Virgencita me decía a dónde me
lleva, pero muy hondo, me dijo
ahora diviértete muy bien y observa,
dice vas a ver mucho de aquellos que
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
110
noso inan yeua un tahtli yetlayouitoc
niquita un escalera melac tlacpac
ihcatoc yeua asik ihcon tlehcoua
cua así quen tlahco uetzico occepa un
quichconetl contzin oquipostequito
se un quen vara uitzio yehua ica
ocuiteuh niquitac occsepa tleicaua occepa
ualhuetsi dia quitoua un Tonantzin
otiquitac quitoua otiquitac va un ma
ca xquit ma xquito quitoua de que tla
yehua hun un quitohua Un quixnamic
ita canon timati ¿quenon timati?
quemanon tla nanca in cana ihcon
ye quichiutoc polihui in hasta cua
ua las coneti quipatlateco melac dia
niquitohua cas nochi tlatlacohli, Dios
de mi alma yehuaica dia un cua pah
quitoua xihcopi de que tineque canon
nechseuito onehcoc cuacon onixpetlan
yeua cate uehcatlan dia occepa cuac
quitoua ya yotitlamauiso nochi un
tiquitas sepa quiteua andale ya tiaue
xicopi ocsepa cua neua onicop yehun
nicontac te nechihli xisa te xtlatlachia
quitohua cuac niquihlia ay mamacita
Tlinonon ne tlatlatoc cas carro pero
te un poctli tliltic tiquitos chapopote
quistoc quihlipan tiauepa quihtoua
se enfrentaban a sus padres, ve aquel
fue un padre que está sufriendo,
veo una escalera muy alto y muy
derecho (casi sin inclinación), el
papá que sufre llega hasta cierto
punto de la escalera o hasta la
mitad, pero hasta se cayó. Otro
caso es un niño pequeñito (señala
estatura) fue a romper una vara pero
hasta con espinas con esa vara le
pegaba al que se caía de la escalera,
y observé nuevamente que volvía
a subir el papá y nuevamente al
llegar a mitad de la escalera se caía,
y dijo ya Virgencita observastes,
dijo, observaste, ya no pienses, ya
no pienses, su sufrimiento es nada
más así. Ese se enfrentó a su papá,
¿cómo sabes¿cuándo? este que está
aquí, este lo hizo y falta quién lo
venga a cambiar, su hijo en verdad
y digo que todo es pecado, Dios de
mi alma, por eso todo me dijeron,
respira profundo, si tu quieres,
donde me fuí a descansar respiré
profundo, entonces parpadearon mis
ojos, estábamos en lo más hondo y
otra vez, cuando dice, te divertiste
(o experimentaste) todo eso, vas a
ver otra vez, ándale, ya vámonos
nuevamente, respira profundo
cuando yo respiré profundo, sí
observa pues, me dijo, despierta
pues, observa dijo, cuando le dije ¡ay
mamacita!
¿Qué es aquello que se está
quemando? Quizá un carro, pues ese
humo es mucho, negro, parecido a
ma ca xmapurato pa tiaue niquita
oticasique canon loma loma loma loma
loma pero tlaueyeza ye cerca oniquitac
canon otimotequetzaton quitoua
ximoseui aman xtlamauiso quitoua
ye un quitoua quemech. timiquin
quemech yaue yehun quenon itoca cuac
quiaman cuac timiquen yehun quenon
itoca oniquitac ica un sa nochi yaue can
un se tlin melac caz quistoc totlatlacol
yeua un tliltic poctli quistiquiz pero un
sequi ye yauhquin un tlin yochipauh ya
yauh ihquin nocopintiuh cequi nanica,
cequi nanica un nochi onechihlitia un
Tonantzin.
¿Yehua omitzititi?
cuando se quema el chapopote, está
saliendo y hacia allá vamos. Dice
no te apures, hacia allá vamos, vi
que tomamos hacia la loma, loma,
loma, loma, loma, pero muy amplio.
Ya cuando estábamos cerca, observé
donde nos paramos.
Descansa ahora diviértete
(experimenta), esos que apenas
mueren, apenas van si, cómo se
llama, cuando apenas, cuando
morimos, si cómo se llama, vi que
todos se van donde aquel que de
verdad ve nuestro pasado, ese negro
humo que sale, pero algunos se
van, queremos que se limpiaran de
pecados, se va así asi, se va saliendo,
otros por aquí, otros por allí, eso
todo me fue diciendo la Virgencita.
¿Ella le dijo?
Yen nochi yeua onechihlitia uan
onechihtite dia yeua oniquitac yehun
quitoua yehun óqueniech tiasitoque
umpa quemech timiquin sa que itla un
tenextle cuac sa pochehui san tlatlatenco
nochi umpa timarrimarotohque nochi
umpa timarrimarotoque pero uei un
can cazque itla, techtlaticoc Tatadios
melac
Todo ella me iba diciendo, y
me enseñaba y vi, ese que dice, ese
que apenas están, están llegando,
ahí los que apenas morimos como si
fuera cal cuando se... nada más en
las orillas, todas ahí, nos arrimamos,
todos nos arrimamos, pero muy
grande, como un, ahí como Dios
sabe.
¿Dia de ihcuacon opeu teua
titepatia?
¿Y desde entonces empezaste a
curar?
Te yehua un onechihli pau xonicseli
ya hasta después Onechihli quitoua
aman yeua matimitsihli quitoua de
que tienequi xta nanca in xicahli
ella me dijo, ahí no lo recibí,
hasta después. Me dijo, dijo ahora,
sí te voy a decir, dice que si vas a
querer, mira aquí está esta jícara,
111
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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quitlali xicali nan nanca in xicahli
quitohua umpa ticxinis un tlayohli
uan copahli quitoua uan tiuelisque
uan tiquitas quitoua tlinon necis
huan patente niquitac niquistoya
cuacon quitohua yehun de que no
ticuelita iuan de que no ticuelita de que
omictlano omiztlanochilihque campa
yeuan de que omitztlanochilihque noso
mitstlaqueuasque xtlacamate de que
mocontra quitoua sehcan xtontilicasque
ca xsalotiquisa para nehua xohnec
niquilia ca mamacita Nehua xnicnequi
xnicuelita niquihli nicchihuilis lucha
quema niquihlia pero para nimocuepilis
ca
Para timocuepilisquia.
Yen ca, yehuaica niquitohua te un
miac oniquitac dia un opeu nitepatia
sa ca treinta pesos onpatica un quenon
itoca ita catca Gregorio Rutilo te
quema yehua ti tehua xotiquixmati
onpatitoya hasta yo se ciegotica
yehuaica niquitohua yehua un primero
nochi, nochi, nechihlitin quenon
nicchihuas quechhquitzin niquis
aman Marcia quitohua quitemaca
nahui vaso un remedio huan nehua
onehchihliqui san ihcontzin vasito ma
nictemaca remedio para conis ihuan
huala ya gente niman quitohuaya nan
titechpatiaya aman titechpatis ca aman
xochihueli andale, por favor masque
san xtechrifar quitohua xocnihueli
ocsepa quemech hueca huitsan
de nanica Tlacotepec nochihli
puso la jícara aquí (señala) aquí está
esta jícara,dice ahí vas a tirar ese
maíz y copal, dice, y vas a “poder”
y verás dice, lo que aparecerá, y
claro lo vi está viendo, entonces
dice, si esto le gusta, y si de otra
cosa te gusta, y si te hacen maldad
(significa que si le hablan a la muerte
por alguien, para hacer mal) donde
si les hablan para hacerte mal o si
te van a pedir ayuda, obedece y si
es tu contrario, dice, por otro lado
golpéale o hazle y amárralo pero yo
no quise, le dije, no mamacita. Yo
no quiero, no me gusta le dije, le voy
a hacer la lucha sí le digo, pero para
que yo regrese el mal, no.
Para que se lo regreses el mal.
Sí y no, por eso digo pues, vi
mucho y desde ahí empecé a curar,
nada más por treinta pesos había
curado ese como se llama el que era
papá de Gregorio Rutilo, sí el era,
tú no lo conociste lo había curado,
incluso hasta ya había perdido la
vista, por eso digo, fue eso primero,
todo, todo me enseñaron, cómo
hacer y cuánto debo ocupar ahora.
Marcia, dicen que da la toma cuatro
vasos de remedio, y a mi me dijeron
nada más así (muestra la medida), en
un vasito que yo dé, como remedio
para que le tomen, y venía gente,
luego decían aquí nos curaste,
ahora nuevamente nos vas a curar,
no ahora ya no puedo, ándale, por
favor, aunque nomás nos rifes, ya no
puedo, apenas nuevamente habían
quitohua tehua otitechpati señora nehua
nicmastoc ca tehua tiquinpatica nogente
niquihlia en quitohua Xochipala
umpa se cihuatl quitohua me la bueno
¡ay! chismosa, quitohua mela tlaini
quitohua un masque siete quipatia
pan ce tonahli mas hasta lo quitohua
quipatia va xmeloc hueli quitohua te
ahua hasta tlasosontoc quitohua un
radio loso un grabadora tlasosontoc nin
xtlasacua quitohua yehua quema tlai
tlaitoc quel mela tepatitoc ca ihcon ca
niquihlia
¿Huan tehua nochipa ica
timosahuaya?
Nochipa cas yehua nechilian cas
nechi in ca aman quen yopimocan va
aman nin xochitlachia
venido unas personas de lejos, de por
acá de Tlacotepec, me dijo tu nos
curaste señora, yo sé que tu habías
curado a mi gente, le dije, dicen que
allá en Xochipala, ahí una mujer
dicen que es muy buena, ¡ay! es
mentirosa, es una mujer tomadora,
dice que aunque siete cura en un día,
más dice que hasta lo llega a curar.
No es cierto, dicen que puede, quién
sabe hasta pone música en su radio
o la grabadora toca, ni cierra su casa
para curar, eso sí ella bebe, tomando
es como ella dice que cura, no, así no
debe ser, no, le dije.
¿Y tú siempre que curas ayunas?
Siempre, quizás por eso me hizo
en lo que ahora, como ya quedé, ya
ahora hasta ni veo.
Los malos aires.
¿Huan un yeyecatl tlinonon?
Un yeyecatl te para omitzasic no
un pitzahuac comalacotl un tomahuac
comalacotl ye un cuan remolino can
huitztetelotiquisa un remolino pero
un xtimitsilia un quen itoca in tlacpac
chaneque
¿Un cuatitlacacahua?
¿Y el aire (malo) qué es?
El aire pues para cuando te
agarra, también es un delgado
remolino, grueso remolino, como el
remolino donde nada más te pasa a
golpetear, o golpea, pero eso no te
digo, esos como se llama, aquellos
que arriba viven (se refiere a la gente
que tiene brujo).
¿Y cuando ofrendas a los aires?
(para recuperar la sombra)
113
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
114
Yen cuatitlacacahuas un
tictzatzilis citlalcruz, citlalcusamalotl,
siete cabrilla citlalicnotl, citlal
icxinecuilin, nochi un tlacpac chaneque
¿Un tlinonon?
si cuando ofrendas a los aires
(soltar la sombra) a esos vas a
gritarles o llamarles estrella de
la cruz, estrella cusamalotl, siete
cabrillos, estrella huérfana, estrella
de pie torcido, todos esos seres que
viven arriba.
¿Y eso qué es?
Nan quisa xta quen notlalia
un icxinecuilin en quin dia un ocse
ihquinyau ihconyau notlalia un
tamaltzitzinte catitlacacahuas
Por acá sale mira (señala el lugar
por donde sale) por acá se pone el del
pie torcido, por allí sale y el otro, por
ahí se va (señala). Así como se van,
en la misma orientación se ponen los
tamalitos con los que vas a ofrendar
a los aires.
¿Huan inconquen unca ihcan
tiquinconcahuas un tamaltzitzinte?
¿Y así como están las estrellas,
así vas a hacerlos y a dejar los
tamalitos?
Pues así les vas a hablar, y si
los llegas a ver ese que viste que
o cual te agarra o alguien o si
alguien agarran (cuando es brujo)
pues yo no miento (o no engaño)
la tía Juana Tigra (Juana de Jesús)
está a punto de morirse, fue ahora
el difunto chico tigre (Francisco
de Jesús), su hijo, me dijo se está
muriendo mi mamá, dijo “búscale”,
hasta ya muy cansados estaban, ya
habían visto a los de Ahuehuepan
y que habían venido, dicen que no
pudieron curarla, y le dije que si iba
a esperarse, le “busqué” el viernes,
pero a media noche, y le dije que
“aparece” que les pegaba con garrote
a los borrachitos, pues vendía el
Te ihcan yehua tiquinminotsas
no de que otiquitac ye hun otiquitac
catlehua un omitsasique noso yaca
noyaca aquin ocasique va nehua te xsan
nistlaca qui yehun tia Juana Tigra
mela yemictoya oya hum aman difunto
chico tigre itelpoch quitohua yemictoc
nonan quitohua xtlatelemoli hasta
ya yonosiamictique de Ahuehuepan
hualahue quitohua huan xuelin dia
niquilia de que ticchias ontlatetemoli
pan viernes pero tlacoihuan uh dia
omoquili va yehun neci cas quin
quincuia un borrachitos tlanemacaya
ca mezcal niquilia in niquilia mismo
ichan quichihuili oquitlanochihli in
cruz quiaman nan yesquia nanica
can esquina dia se nanica nochilique
dia mal nosahuasque quinequis cana
10 niquilia puro tlacame huan no
tlacoihuan huan un de que tiquitos
nehua noncahuas nincahuas huas
melac nechanaton dia nechcahuaton
ca in tlacatl va hasta yococh va
xcochia pero oquito quitohua ah
onechtlacualtique Pa un cuatlaihuac
cua onitlan onitlacacau dia para oqui
nechcahuaton dia hual mostla oya un
Felix niquihlia quenon unca tia Juana
niquihlia yetepitzin ca quitohuayen
dia hualmostla ca quitohua nehua
de por si niconis remedio de por sí
tinechmacas porque nicpia bola nican
canonteniquihlia dia aman quema
quitohua siempre conis remedio o ca
ah conis remedio yopat asta un bola
quipiaya bola yopolic umpa poliutoya
no opopoliu san ihcon
¿San otictlacacahuili o ca?
San onictlacacahuilito un de
tlacpac chaneque
¿Tlacoihuan?
Yehua un dia huan para
mezcal, le dije, en su misma casa
le “hicieron” (el mal), le “hablaron”
a esta cruz, como ahora, aquí
estuvieron, por aquí en la esquina
y otro por aquí, en esta esquina, y
otra por aquí así (explica como le
hicieron para que se enfermara),
pero le hicieron el mal, y van a
ayunar alrededor de 10 hombres,
puros hombres, y también a media
noche, y si vas a decir que yo vaya
a dejar la ofrenda, lo voy a dejar, de
verdad fueron por mí, y me fueron
a dejar con este hombre, ya había
dormido (se refiere a su hijo) y no se
pudo dormir, y me dieron de comer.
En esa noche (cena), cuando
terminé ofrenda, me fueron a
dejar, y al otro día fue ese Félix. Le
pregunté que como estaba tía Juana.
Le dije ¿ya algo se curó? Dice “no”.
Dijo “sí” al otro día, dijo Doña Juana
de por si voy a tomar el “remedio”,
de por si me vas a dar porque tengo
una bola aquí. En dónde pues, le
dije, y ahora sí, dice siempre va a
tomar el remedio o no, ¡ah! tomar
el remedio, ya se curó hasta la bola
que tenía, ya se le perdió, ahí se le
perdío, también se le perdió nada
más así.
¿Nada más le ofrendaste o no?
Nada más le ofrendé a los seres
que viven allá arriba.
¿A media noche?
Asi fue y para que ofrendes, hace
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
116
titlacacahuas yehuecahui onitlacacau
aquinonon, yehua ihcon nicualoca
nechquistilique nocochis dia
xochihueltico nimocuitehuaya san
nimotzintehuilana can niu dia
yehun oquitac nochiu Felipe no
hueliacas onextlatetemoli nechnexlico
melac nicualo quitohua nochiu tleca
xotechihli nochiu tleca xtinextecuitlani
can unitzcocos no nexcocos can
nexcocos tehua nomitscocos quitohua
maniquihyecos quihlia nou... ca yomic
un nocniu yohuecau noconada dale
xtlatlati ti quihli nitlacacahuilis
nocniu quitohua niquitas huan
oquitac quen onca oquitac otlaxini
quitohua un nochiutzin canon
cristiano quixicos quitohua. Hasta
cuarenta viajes quisasaloque cuahli
quisasaloque saliutoc pero masque
nochiu timitstlacaacahuilis quitohua
de que ye tiquita de que yetitipitzin
xquinhuica noconehuan ne tiopan
huan xcuica ce litro de cuacon Xcatca
un gayotiopan san un tabique hasta
yotlatlapan este quitohua un tiquitas
ce litro de mezcal tasis tlaco rosario
xmotla cuanquetsa tlaco teopan xic
rezaro cuayotlan ti rezaro ti entregaro
cuacon xnotza huan cuacon xtlatzine
un tlalticpactli onocuitehua ihcon
huan cua tehua yoticcruztlali ihcon
para ticontlaitis un tlalticpactli un
tiquihlis maca sa tetlacamates maca
sa tetlacamate yehua te san ihcon
onicualtiac san ihcon onipatito melac
cas timtsilia qua melac unpa te me
la ihue san xnechmamaxtique quen
un Flora oquimamaxti nochiu Lupe
mucho ofrendé no sé a quien, así
yo me había enfermado, me habían
quitado “mi dormir” (le hicieron
mal y yo no me podía levantar, nada
más me arrastraba con las nalgas,
donde iba me arrastraba, y vio mi
hermano Felipe, quizás también
“podía” me “buscó” (en la jícara), me
encontró, en verdad estaba enferma.
Me dijo, hermana, ¿por qué no nos
dijiste (avisaste) hermana? ¿Por qué
no me mandaste llamar? Donde te
cobra también me cobra donde me
cobra tu también te cobra, dijo, voy
a intentar curarte, le dijo mi cuñada
(reflexión: mi hermano murió
hace mucho tiempo), ándale por
lumbre, le dijo, le voy a ofrendar mi
hermana, dijo“voy a ver” y lo “vió”
(jícara), como lo vio en la jícara fue
claro. “Regó” y dijo: “Mi hermanita,
¡dónde, cristiano, vas a aguantar!
Hasta cuarenta viajes le “amarraron”
(brujería por alguien), muy bien le
amarraron, amarrado, pero aunque
mi hermana, te voy a ofrendar, dice,
cuando ya veas que ya un poquito
(te curas), lleva a tus hijos allá en la
iglesia y lleva un litro de... Entonces
no había la iglesia de palma, nada
más estaba el tabique, algunos
estaban rotos. Dijo, vas a llevar un
litro de mezcal, cuando llegues a
medio rosario híncate a la mitad de
la iglesia, reza, cuando termines de
rezar entregaras, entonces háblale y
entonces suena la tierra (hacer ruido
con las manos o con los pies), se va
a levantar así, y cuando tú ya hiciste
nehua san xonechmamaxtique nehua
nochi onechihli un Tonantzin pero
niquistec in nanca teopan yehua un
nochi onechili
¿Nican?
la cruz, así para que vayas a darle de
beber, la tierra, le vas a decir que ya
nunca vaya a obedecer, que ya nunca
obedezca, y nada más así me curé,
así nada más me curé, sí, quizás te
digo, cuando si, ahí es pues; no nada
más me enseñaron como Flora, le
enseñó mi hermana Lupe, a mí no
sólo me enseñaron, yo todo me dijo
la Virgencita, yo ví, que es la que
está aquí en la iglesia, ella me dijo
todo.
¿Aquí?
Quen unca se para un.
¿Un este tlin quitohua hasta
cuarenta viajes oquitesasalo tlinonica
un quenon itoca?
Como hay uno para aquel.
¿Qué es ese que dice hasta 40
viajes lo amarró, con qué, eso cómo
se llama?
Quitohua mitssasalos mitznochilis
para ma mitzasi un cochistli para
mitzquixtilis cochixtli Xticochis san
titlatlatotos yehua un para yehua
un mitzquixtilis te huan De que
pan remedio nochi nehua nin se oni
quelca nochi tlin onechihlique nochi
pan notzontecon onocau nochi pan pau
notzontecon onocau Sepas para un
itic atl chaneque un tiquiminotzas
pan primero ticnotsas alagarto
ahuehuentzin alamatzin achichitzin
apitzotzin axolotl, apotetl tortuga
cohuatl te va nochi tlin yolqui unca
itic atl nochi ti quin minotsas pero va
xtiquitlpara.
Dicen que te amarran, que
a alguien le hablan para que te
enfermes, para que te agarre ese
“sueño”(brujería), para que te saquen
el sueño. No vas a dormir, nada más
vas a estar hablando, eso es para que
te quiten el sueño, pues sí.
En el remedio, a mí ninguno se
me olvidó, todo lo que me dijeron,
todo, en mi cabeza se quedó todo,
en mi cabeza se quedó. Otro caso es
para los que viven dentro del agua, a
esos les vas a hablar, en primer lugar
le hablas al alagarto, viejito del agua,
viejita del agua, perrito de agua,
puerquito de agua, ajolote poteja,
tortuga, culebra, víbora pues, todos
los que viven dentro del agua, a
todos les vas a hablar y no es trabajo
para que responda.
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
118
¿Dia un tamaltzitzinte nochi
tiquinchichilque ica de yolqui?
¿Y los tamalitos, todos los haces
en animales?
Nochi nochi un tamaltzitzinti
tiquinchichihuas de yolcatzitzinte nochi
huac san titlacazahuas san muñequitos
yehuaica timitsihlia te aman nehua
xochihueli xocnitetlacamati, masta
para un nomamichtian un itic atl te
niquitesquiatlin neica nemin quin
volcarohua carro nochi un de que
masque nan yoniquitac asi Primero
nictlacacahuilica ¿un quenon itoca
un en chantia con difunta tía Leya?
Xotiquixmat difunta tía Leya
todo, todo, esos tamalitos los
vas a hacer de animalitos, todo y
nada más ofrendarás, nada más
muñequitos, por eso te digo pues,
ahora yo ya no puedo, ya no los
obedezco, hasta para aquellos que
se espantan dentro del agua; pues
diría aquellos que andan lejos, y se
vuelcan en el carro, todos esos que
sufren accidentes, aquí ya lo “ví” (en
la jícara). Primero ofrendo. Mira
¿cómo se llama el que vivía allá con
difunta tía Leya? No la conociste,
difunta tía Leya.
Quema.
Sí
Umpa chantía.
Allí vivía
Pablo García quitohua cualili un
icihuah quihlia nehua mela nicuahlo
quihlia xnechtlatelemolican lican ica un
topipi ¡ah! quenon ticuahlo te va umpa
quitas umpa mitsihlis día ohuahla te
xnechi niconrezaro nirezaro xuahla
xquitaqui dia niquilia mela xcuahlo
tlanauhtoc ninxtotonia niquis lia
quicohua itzontecon yehua quimastoc
nomacatoc cuenta ohuetzico cunonon
quitectinimia tlinonon fruta ohuetzico
canonon quitectinima fruta opostec
un rama can tlacsatoya día ohuetzico
quitehua día cuacon xticoncahuas
xquitati nocuñado cuacon nemia yehua
no hueli ca va tehua yotiquitac tehua
ticoncahuas cuacon hueli niaya asta
Pablo García dice que le mandó
decir su mujer le dijo, yo en verdad
estoy enfermo, le dijo, ofrendénme
con la señora (doña Nantzin), ¡ah!
cómo estás enferma pues ahí lo vas
a ver, ahí te va a decir (Nantzin)
y vino su mujer. Espérame, voy a
rezar, recé, ven a ver y le dije le dije,
si, no está muy enfermo, ni tiene
temperatura, le dije, le duele su
cabeza, él sabe, se da cuenta se vino
a caer donde estaba cortando alguna
fruta, se vino a caer donde cortaba
fruta, se rompió una rama donde
estaba pisando y se cayó, y dijo
entonces no le vas a dejar ofrenda;
ve a ver a mi cuñado, entonces vivía,
en pani ha te onexquahquili tixtli
huan oña omitlacacahuato onamic
Greco quenech cuahquitoc itlicuh au
Dios iconeuh tehua tontlacacahuas
tleca san tehua tiau ma mitzhuica
aquinon mitztlaquehua quitohua
naca itla Mitzpasaros niquilia ca
ca quimantica niquitohua cas yehua
nahual va san cua yemiquintitentoc
un tamaltzintzinte ye un huale
huato tzopitome san nan panahua
ihcon xta nechilpistiquisa quisa se
nan panohua nahui nahui ihcon
onechi huilito dia niquihlia¡ay Dios!
iyulcahuan niquihlia cas tiquitohua
tinexcuas masque nimiquis va tehua
xtinechcuas niquihlia ca xtenechcuas
yehuaica niquitohua un te nehua mela
nitetlacamatia después oquitecaquilique
ihcon peu hualahue ocsepa un Nihuixiu
Lupe itelpoch catlehua un en yehua
ote volcaro icarro oqualtla calteuh
quitohua hasta xocualteco ohuahla
para nanica onomamuhti mela totonia,
Flora yoquitlacacahuili nosobrina
Nachin yoquitlacacahuili.
él también puede, no va, tú ya lo
viste, tú, voy a ofrendarle, entonces
podía ir hasta allá arriba, ¡ah! pues
me trajo la masa y me fuí a ofrendar,
encontré a Greco (Nava), apenas
traía su leña, ¡ay hija de Dios!, tu vas
a ofrendar, por qué nada más tú vas,
que te lleve quien te alquiló, digo no
te vaya a pasar algo. Le dije, no, no,
a veces digo quizás él es su brujo, va
cuando apenas estoy poniendo en
orden la ofrenda, los tamalitos en
un de repente vienen los zopilotes,
nada más pasan muy cerquita, junto
a mí, me pasan a soplar (soplido
ruidoso del zopilote), aquí pasa uno,
aquí pasa el otro, cuatro, cuatro,
así me fueron a hacer y le digo ¡ay
animales de Dios!, le digo, quizás
dirás me comerás, aunque me muera,
tu no me comerás, le dije, no me
comeras, por eso digo, pues yo, en
verdad obedecía quien me pedía
que ofrendara, después escuchaban
de lo que hacía, empezaron a venir.
Otro caso es el de mi consuegra
Lupe, su hijo, no recuerdo cuál de
ellos, él volcó un carro que no era
de él, dejó el carro tirado, ni avisó,
se vino para acá a México, (estaba
en Estados Unidos), se espantó,
tenía mucha temperatura, Flora
ya le había ofrendado mi sobrina
Nachin también le había ofrendado
(implícito que no pudieron curarlo
pero ella sí).
¿Huan para tictlacacahuilia de un
pacate norte? ¿Huan tlin tiquimintsa?
¿Y para que ofrendes a aquellos
que están en el norte? ¿A quiénes les
hablas?
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
120
San timomaxtis sa no yehua
yeyehcame san timomaxtis
ihuan no nochichihua carro a ah
nochichilhua carro para yehun
para maquimacahuacan maca sa
quimamuhtitocan va te tiquitos
hasta xtequitl hua cualtia cuacon un
omictlacacahuilito un Telpocaua
quihlia ay machi quihlia te tlaca
un topipi me la ueli quihlia un
nouexiuh Lupe no nimicaya iuan
aman Eloina cuacon oc más quipoloua
niquinuicaya umpa patoacic Flora
cuac mero mitlacacauhtoc dia quihlia
tlinon tictetemoua Flora bah, nehua
nitlaquidoraua nican quihlia tlin
cuahca iuan uela quihlia cuahcaua
veladora nehua para maca ceuiz
niquincacaltia ca un icaltzin catetl
yehuaica niquitoua cuac mela niuelia
ua nehua xniquitoua de que itla
zan onochului nochi, nochi, quipia
youi nochi, nochi quipia itoka para
tiquiminotzaz este hasta un acolotl
que itla un colotl de Tlacpac no
tiquiminotzas citlalcolotl o yehuaica
niquitoua te melac oman quema
xochiueli masque mas canon nechilizque
para nictlaniz noso quemen xoc niueli
Tla ce alamatzin cuahuicayan,
cuahuicaya un nican cuahuicaya un
Martin uca un itelpoch a Juan Damaso
pero un después quitoua ualas un señora
quitoua opat omimacac remedio iuan
omictlacacauilito pan atl Onexuicaque
pan carro iuan te opatl quitoua nech
alvisitaros xqueman ouahla xocouahla
va yopat xoctla quipia ca de que uitz
nehua masque maca uahla nehua
Nada más rezas, son los mismos
aires, nada más rezas, igual se hace
un carro (en tamal), se hace un carro
para que lo suelten los aires, para
que no lo sigan asustando pues, lo
verás (en la jícara), y no es difícil y se
compone, entonces le fuí a ofrendar
ese muchacho, dice, mamá, pues
esa señora en verdad puede curar
(espantos). Tambien mi consuegra
Lupe la había yo curado y ahora a
Eloína entonces todavía le faltaba
(Se refiere a los años). Los llevé al
panteón, ahí nos alcanzó Flora. en el
momento que ofrendaba, le dijeron
(a Flora) que es lo que buscas Flora,
bah, yo cuido aquí, dice, quién viene
a dejar su vela, dice, quién viene a
dejar su veladora, estoy aquí para
que no se apaguen, les pongo su
casita, con algunas piedritas, por
eso digo, cuando más podía, yo no
digo de que alguna cosa sabe ( se
refiere a que no se le olvida nada)
todo, todo tiene su camino o salida,
todo, todo tiene su nombre para
que tú les hables, hasta el alacrán
de agua, como un alacran de arriba,
también les vas a hablar, estrella
del alacrán y pues, ahora de verdad
ya no puedo, aunque más cuando,
aunque me digan para que gane,
como ya no puedo. Una viejita lo
traía, lo traía, aquí lo traía Martín
y su muchacho a Juan Dámaso,
pero eso fue después, dice vino, dice
que va a venir una señora dice que
la curastes, le di remedio y le fui a
ofrendar en el agua. Me llevaron en
xochicmacas remedio quitoua ua yopat
quitoua melac quitoua Chico Flores un
imon un Faustino cualo uaya quihlia
un maquimaca remedio quech quitlaniz
quihlia de que tinechtlaxtlauiliz ce
millon nicmacas remedio dia un ce
millon hasta ihcon quitlaxtlauas
cuacon mas tla barato catca yo huecau
ye uecautoc ca niquihlia nehua para
onipeutzihlia treinta, treinta pesos
dia hasta cinco mil yehun mela patio
huan aman te aman mas melahue yo
tlapatiuac xochiueli
¿Xoctiueli?
Ca xochiueli nochi un xochiueli
un carro, y pues se curó, dice que me
va a visitar nunca vino, ya no vino
pues ya se curó, ya nada tiene, no, si
viene yo (ya no puede) aunque ya no
venga yo ya no le voy a dar remedio,
dicen que ya se curó, dicen que sí,
dicen que Chico Flores, su yerno
Faustino estaba enfermo, le dice que
te dé remedio, cuánto va a ganar, le
dice, si me vas a pagar un millón le
voy a dar, y hasta un millón hasta
así va a pagar, entonces todavía era
mucho más barato, ya tardó, ya
lleva tiempo, no le digo yo, cuando
empecé con treinta pesos, y hasta
cinco mil, él muy caro cobra y ahora,
pues ahora en verdad ya está todo
caro, sola no puedo.
¿Ya no puede?
No, ya no puedo todo eso, ya no
puedo.
Pero nochi cua tiquintacacauilia
pan moxical tiquitaya nochi
Te tiquitas patente nochi cuahli
neci nosenalaroua nochi melac
Pero todos cuando les
ofrendabas en tu jícara veías todo.
Pues lo ves muy claro todo bien
se ve, todo señala en verdad.
¿Dia un tzicame no tlinonon cua
ce cacia?
Y esas hormigas ¿cómo es
cuando a uno lo agarran?
Tsicame uaun tzicame
¿Un no tiquitas, de que tzicame?
Hormigas, pues esas hormigas...
¿Eso también lo ves de que si te
agarran las hormigas?
Te no pero hun no ocuparaua
la occe yehun cequi cauiltia iciuah
quichoquilitinemi de de que oquicauh
También, pero de eso se ocupa
con otra cosa, de eso algunos vi dan
a sus mujeres, le andan llorando
121
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
122
un yehua yehun te cuan tzicame yehua
un itoca avispasde ueueime za aman
cua neuelia ceuacia Sabino Palacios
nechonaniliaya pero concuia pero
mele hasta popoxtique ueueime Uan
yehun Flora niman un masque de
un tlitliltique cuextique un xbueno,
xbueno pan un xquipia quen itoca
xfuerte ca uan un avispa ueueime un
fuerte nochi uan abejas un timozauas
abeja yehua umpa timosauaz cua
nechonauilian nimosaua martes,
miércoles, jueves niquincuecho ua
niquin cue choua viernes cuacon
cuahquin pero un te melac nimosauaya
ome sobrecito con mas bueno xta un
Juan R. cua cuicatinemia un ciuatl
queno itoca Vinicia Lecha ici uamon
melac onochiuili lucha yexpa nechihli
xcanati uan para yehua quinequi, uan
como xquicauaya yau tiotlac oncochi
occepa quihtlacoua quenon quichiuilia
ocualtiae hasta cua oya norte oquimacac
un iciua uan oya ne oque tito ouahla
xochiquipia, xcuacon quitoua
nomotlaca
¡Ah nomotlaca!.
¿Nomotlaca cualanca? yehua
cualtitlania itomin maca icihuau
cuacon oquicauh
si los dejan, eso, eso son hormigas
arrieras y esas que se llaman avispas
grandes, ya nada más hace poco
tiempo cuando podía, los iba a
agarrar, Sabino Palacios me los iba
a traer pero traía hasta humeados,
de verdad muy grandes. Y esa Flora
ella ocupa, aunque de esos negritos
(de panal) pequeñitos, esos no
son buenos, en esos no tienen ni
nombre, no son fuertes, y la avispa,
son grandes, y esas sí son fuertes
todos y las abejas, con esas tienes
que ayunar, con la abeja tienes que
ayunar, cuando me las iban a traer
yo ayunaba, martes, miércoles y
jueves, los molía y los muelo el
viernes, en cuando traen (se refiere a
que es la fecha más idónea), pero eso
si, en verdad se necesita ayuno, dos
sobrecitos así es mucho más bueno,
mira Juan R. cuando andaba con
esa mujer, ¿cómo se llama? Vinicia
Lecha, su nuera en verdad se hizo
la lucha, tres veces me dijo, ¡traela!
y para él quiere y como no la podía
dejar, va en la tarde, va a comer
nuevamente con ella, otra vez le hace
daño como le hizo, se curó hasta
cuando se fue al norte, le dio su
propia mujer (remedio) y se fue allá,
se curó, vino ya no tenía nada, fue
entonces cuando se tiró un balazo.
¡Ah oquicauh!
Un nehua xpanpa de que tla un
sampa quiauac cihuatl ce cihuatl de
Cuernavaca quitoua un huehuentzin
melac quimailia quipia cihuatl quitoua
ne México uan como un tequipanoua
pan carro quitoua melac yehua
tequipanoua melac quitoua yehun de
campa¿Tlin otimitzihli yoniquelcau?
De ce de Cuernavaca tiquitoua
¡Ah! dia quitoua un dia
ocuico un remedio nicmacac caua
quitoua mas oquipeu quimailia un
iueuentzin melac quimailia dia un
cihuatl un criada de Oapan niquihlia
canon te niquihlia canon te cualtias
tlaca yehua oquitlaco un cihuatl
yehuaica yo cualtiac cualtia yehun de
que de que xehua quichiuilia cualtia
de occe quichiuilia ihcon cualtlalia
pero zan ihcon ca yehuaica niquitoua
te pero un ica. Zan un Yeyecame de
campa nehua noconei niquihliaya
quitoua ca ma un xnicuilita quitoua
nechititizque xnexcauasque dia
nehua tla ihcon ipan onocuep ce xoc
ca quitoua, ca quitoua ca.
¿Uan un mosobrina Nachin un xoc
quinequi xte?
¡Ah, la dejó!
Yo, no nada más, como ahí
fuera digo una mujer de Cuernavaca
dice que su esposo le pegaba porque
tenía una mujer en México y como
él trabajaba en el carro, dice que él
trabajaba en verdad. ¿Qué es lo que
le dije? Ya se me olvidó.
De alguien de Cuernavaca me
decías.
ah! y dice y vino a traer él
remedio, le di, entonces dice ella
más, le empezó a pegar ese su
marido, en verdad le pega y esa
mujer una criada de Oapan le digo,
cuándo pues, le digo cuándo pues se
va a curar, pues, le pegaban y ahora
por eso ya se curó (por el remedio)
se cura si ella le hace, se cura si otra
le hace, así se compone pero sólo asi,
también por eso digo pues, con eso
nada más. Los aires sí son, yo mi
hija le decía que aprendiera, me dijo
no, mamá, eso no me gusta, dice me
van a enseñar y me van a dejar (sin
marido), y si eso me pasa a mi, y si se
me regresa alguien ya no podré no,
dice, no, no.
Y tu sobrina Nachin, ella ya no
quiere ¿verdad?
¡Ah! Se había disparado.
Na, xocquinequi
Ya no quiere.
¿Se había disparado? Se había
enojado, dinero él envidia a su
amante, que a su propia mujer
entonces la dejó.
Te niquitoua ca.
Pues digo que no
Ca pero xueli no, ca xueli, ah
No, pero ella no puede, no puede
123
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
124
un te xquincauilian teopan maca za
quichiuacon ihcon matlacacauacan ma
huiyan Teopan matlatequipanocan, va
masque un Flora pero yehua no uian
yau nouian yau
a pues a ellas no las dejan por la
Iglesia (la religión se los impide)
les dicen que ya no hagan así, que
no ofrenden, que vayan a la Iglesia
que trabajan en ella, igual a Flora
le han dicho pero ella donde quiera
va, donde quiera “va” (a curar o a
ofrendar).
y...?
Uan zan nitlacacaua uan
nictemaca remedio nictemacaya cua
niuelia aman xochiueli
y nada más para llevar ofrenda
y para dar remedio, lo daba cuando
podía, ahora ya no puedo.
¿Uan quema cuac tiquinpaitiaya
quiquixtiayan no?
¿Y cuando los curabas “sacaban”
también (se refiere a que cuando les
dan una toma “sacan” algo)?
Pues algunos se lo regresan
(venganza), algunos se lo regresan.
¿Nada más, o con Francisco
Flores?
Te cequi no cuepilia cequi
nocuepelia
Un Chico xnicmatitla no yau
pero un yayau Cepa niquihlica ce
de Mezcala niquihlia Flora¡ay!
Flora un xnicuelita un xucli quitoua
zan metzompopocuis ihcon nin
xquinminotza Yeyecame quitoua xtla
zan mitzpopocuiz ihcon niman ya,
dia mitztzalpichis nihquilia nosecneca
caz caztla zan melac oquimanaxtique
hun tla Tiquita un difunto Tio
Candido no uelia no uelia yehua ica
niquitoua de que un xochiueli
De Francisco Flores no sé si “va”
(pero Flora sí “va”). En otra ocasión,
de una persona de Mezcala le dije
a Flor ¡ay! Flora ella no me gusta,
ella no “puede” nada más te va a
sahumar (sólo eso hace realmente),
así ni siquiera les llama a los aires,
dice que no hay, nada más te sahuma
así (señala cómo), y así y ya, y te
rocía con agua a través de su boca,
dijo que nace de esta manera no, no,
quizás sea cierto (duda), nada más le
enseñaron, y pues sí. Viste al difunto
Tío Candido R., también “podía”,
también“podía” (quizás por eso
aprendió algo Flora, hace referencia),
por eso digo de que ya no “puedo”
Quemantica niman quitoua de ce
cuahlo quichiualtia ce aquin nahuahli
o tlinon quemantica ihcon N: Ca, un
nauahli xniueli xoniuel xoniquitac te
xonichichitique
A veces cuando uno, dicen, que
se enferma, le cargan de alguien que
es brujo, o luego a veces así es. No,
eso del brujo no puedo, no puede
no lo vi pues, no me enseñaron (se
refiere a lo que le enseñó la Virgen).
Ca pero quiaman de que tehua
tinechmacasquía un remedio din
ninicquixtizquia un tlinon nicpia
Dia niquilia miaque tlaca hun de
Xochipala quitoua no quen un Flora
¿quen itoca?Marcia de Salvador.
Marcia de Salvador, quitoua
uahla ce de Iguala.
Oquipat ce cihuatl mela onisotlac
cua omisotlac oquitac uan itzan
quiyeutoc ihcon oquimamatilo ihcon
dia oquipolactito pan pintura dia
ocontlacal ne can nizotlac dia oquiteititi
quihlia xla yehua oquiquixte yehua
quichiuilitoya ua te xmelac zan itzan
Zan oquicacayau.
Zan oquicacayau melac yeuaica
niquitoua
Pero tehua cua tiquinmamacaya
quema quiquixtiayan
Quiquixtiayan ce tlacatl de
quitoua nonica no huapau Xcateopan
oquititlanque de profesor nican para
quenon quihlia canon quiza iztatl
quenon
¿Zan yehua ica Chico Flores?
Zan de puro tetlacacaua uan
¿Nada más para llevar ofrenda
No, pero si como si tú me dieras
el remedio y sacara (algo) de lo que
yo tenía...
Y le dije hay muchos, pues era
de Xochipala, dice que es igual a
Flora ¿cómo se llama? Marcia de
Salvador.
Marcia de Salvador R., dicen
que vino una de Iguala.
curó a una mujer, se vomitó
mucho cuando se vomitó; vio su
cabello que lo guardaba así lo enredo
así (señala como lo hizo Marcia) y
lo fue a meter a la botella pintura
y donde se vomitaba el paciente
ahí tiró el cabello con pintura y le
enseñaron le dice mira, ella lo sacó,
eso a ella le estaba haciendo, pues no
era cierto, sólo era su cabello (eso le
contaron a doña Nantzin, ella duda).
Nada más le engañó.
Nada más le engañó, en verdad,
por eso digo no saben.
Pero tú cuando les dabas si
sacaban (cuando les daba remedio
“sacaban” algo)
Sí sacaban, un hombre de por
125
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
acá, se crió en Xcateopan, lo habían
mandado de profesor aquí, era de
por allá, donde sacan la sal, cómo se
llama...
La costa.
126
Quihlia La costa chica quitoua
umpa oquititlanque dia umpa
oquinexti icihuau umpa ononamichi
dia quitoua ce cihuatl te xpocaua te
oquihle xcaua mociuah quihlia tehuame
cepantichantizque zaca xoquinec
oquicau zaca un oquitlamamacan cuac
pan remedio quitoua ye quipiaya siete
años un cocolistli quipiaya¡Ah! quitoua
quihlia, quitoua yehun quihlia yehua
un ha quitoua xcaua un mociuah cepan
tichantizque dia cuac yotlauan hasta
quitzatzilitoc quihlia tlaca tehua
tinechmacac zaca xocnec onin cauh
nocihuau de que mo uan manichanti
quenon cauas uan nehua nocihuau
onican dia quitoua te oquintzatzilitoya
quiztoya un couame de víboras quitoua
quinquiquixtoya xnicmati quen itoca
de icamac ihcon quichiuaya hasta
tlatlalpitza hasta tlatlalpitza aman
quihlia xpia cuidado ah tlinon te cuac
nican oneu ohacic quitoua yomic un
cihuatl inhorita itechaci pan de que ce
itla ce no cuepilia va te tlatlacohli no
tlatlacohli
Le dicen La costa chica, dice
que allá lo mandaron, y ahí encontró
su mujer y ahí se casó, y dice que
una mujer, pues era una muchacha,
pues ella le dijo, deja a tu mujer, le
dijo nosotros juntos viviremos, y sólo
porque él no quiso dejar a su esposa,
sólo por eso le “dio” (le hizo algo por
brujeria como... ), y por el remedio,
dice, vio que ya tenía siete años esa
enfermedad que tenía. ¡Ah! dijo, le
dice, dijo le dice a ella ese ah dice,
deja a tu mujer juntos viviremos
(eso lo dice a través del remedio)
y cuando se emborrachó (con el
remedio) le gritaba, le dice, entonces
tú me distes, porque no quise dejar
a mi mujer, porque quieres que
viviéramos juntos. Cómo la voy a
dejar, pues ella es mi mujer, me casé,
y dicen pues que le gritaba (a través
del remedio), estaban saliendo las
culebras, o como víboras, dicen que
los sacó de su boca, no sé, cómo se
llama de su boca, así (se refiere como
parte de la faringe casi arriba de la
garganta) hasta los avienta (como si
estuviera sacando aire por la boca)
ahí va, le dice, ahí va ten cuidado,
ah que pues, cuando de aquí se fue,
llegó, dijo ya se murió esa mujer,
fue de rápido, de inmediato llega,
aunque esté lejos, eso es cuando uno
se lo devuelven (venganza) pues es
pecado, pecado.
Uan unca quente tlin hueli ixte
mitzmacazque
Yen, nochi un tlatlacohli no
mas xonechititique Cequi ualau
quipoloua burro mantlatete mohli
ce de San Juan uitza quitoua
oquipolo yeyi burro ca iconehuan
niquihlia nehua xmimitzcacayauaz
masque niuelia nitlacacauaya Un
zan nitlatetemouaya un nehua
xonechititique ca nehua xniueli
niquihlia tlin para timitzcacayauaz
quitoua un un pan ce cihuatl
de Tonalapa uelia te aman caz
ye lamatzin oso tla yomic ¿caz
xotiquixmat? Un quecchiuaya oro
un tlanamacatinemia Oniquelcau
quen itoca un cihuatl quitoua uel
tlatetemouaya pero un masque
yolqui quitlatetemolouaya quitoua
quitaya canon oya canon onca
porque niquitoua de que melac ualia
yehun yeuecaui un Tio Braulio
oquipoloca iburra ce burro ce dia
quitoua oya oquitlatetemolito dia
quitoua oquihli un moburra quihlia
xmiqui quipia tres años ca opoliu
mo burra quihlia umpa Acayehualco
pan un ¿quenon? quihlian un
atlauhtili maltemotoc campa difunto
Bartolo ¿quipiaya ihuerta? Xta
xtlachin ihquin Braulio Hernández
pan frente quihlia paca ce tlacolohli
uei iuan paca moburra ye quipia ome
Y hay gente que puede darte.
Sí, todo eso es pecado, más ya
no me enseñaron. Algunos vienen,
pierden su burro y piden que lo
busque (en la jícara). Uno de San
Juan había venido, dijo que había
perdido tres burros con sus hijos,
le dije que yo no lo iba a engañar,
aunque puedo ir a ofrendar. Eso
de buscar, eso no (se refiere a otro
tipo de búsqueda) me enseñaron,
no yo no puedo, le dije, yo no le
voy a engañar, dicen ahí hay una
mujer en Tonalapa que podía, pues
ahora quizás ya es una viejita, o ya
se murió ¿Quizás no la conociste?
Esa que arreglaba oro, esa que anda
vendiendo. Se me olvidó cómo
se llama, esa mujer dicen podía
encontrar, ella aunque animales los
encontraba si se perdían, dicen que
veía (en la jícara) por dónde se fue
y dónde estaban, porque dijo que
es verdad que “podía”, hace tiempo,
hace mucho un Tío Braulio había
perdido su burra y su burro y dice
que fue al señor a buscarle (en jícara),
y le dijo la señora de Tonalapa, tu
burra, le dice, no ha muerto, tiene
tres años que perdiste tu burra le
dice, allá en Acayehualco, ahí un
¿cómo le dicen? esa barranca que
baja en la tierra de difunto. Bartolo
¿donde tenía huerta? Le dijeron al
127
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
128
iconeu iuan ce burro quitocatinemi
Melac nehua xonicheltocac oña te
tiquitos yaca zan onentlachiz ihquin,
tlaco tlahli tlaco tlacololi oniquitac
ualtlachistoc no burra te yehua no
burra niconato un te mela ualia tia
Margarita itoca catca un cihuatl ¿caz
yomic yez?
¿De canon de Tonalapa ca?
difunto Braulio Hernández, mira ve
hacia allá, le dice ahí en el tlacolohli
grande, y ahí está tu burra, ya
tiene dos hijos, y un burro lo sigue.
En verdad yo no lo creí (dijo don
Braulio Hernández), me fui, como
si alguien me dijera, nada más divisé
hacia allá (señaló) mi burra, pues
esa es mi burra, la fui a traer, ella
realmente “podía” Tía Margarita
se llamaba, una mujer de Tonalapa,
¿quizás ya murió?
¿De donde, de Tonalapa, no?
De Tonalapa yeun yomic yez
yehua melac uelia quiquirifaros de un
itlatlinon yolqui quipolouia uh uh
Dia antes quen quitouayan mas
antes te quizayan cihuateyugaz¿Un
tlinonome?
Sí, de Tonalapa, quizás ya
murió, ella si podía rifar de cualquier
cosa que se perdía, o animales.
¿Y antes como decían unos
antes, cuando salían los brujos en
forma de mujer? ¿Esos, qué eran?
Te solo Dios va nehua xniamati.
Pues solo Dios sabe, yo no sé.
¡Bah! quemantica cequi
quitenonotza
¡Bah! algunas veces algunos lo
platican.
Te solo Dios bah nehua xniamati
Caz nanaualte.
Nanaualte ¿xte?, nanaualte nehua
niman cequi quitoua quita itlatlinon.
Pues sólo Dios, ¡bah! yo no sé
Quizás los brujos.
Brujos ¿verdad? Brujos, yo
algunos me dicen que los ven algo
(brujos).
yo aunque duermo solita (en
varios lugares) nunca veo algo
animal o alguna mujer. Ahora que
recuerdo, apenas, cuando fueron
cano esa casita como tenía asbesto,
como por ahí, donde esta mi camita,
hacia allá (señala), como si alguien
me dijera duerme, pues no me
Nehua masque nicoxtinemi
nocelti xman niquita itla yolqui
oso itla cihuatl. Melac za aman
cuac oyaque un cano un nocaltzin
quipiaya albesto dia quen ihcon can
queica notlapextzin ihcon dia un quen
nichilizquia xcochi xnicochia quemech
onirezaro oniquitac onicantae
un pagre Chucho ual tlachixtoc
para ihquin ihquin ihquin que itla
nehua ihcon nepaica notlapech ihqun
unca yehun qui rezonotoc quen ce
libro quitlatlaxtoc cuacon nicantae
nitlatlastoc nictlatlaxtoc cepa onitlachiz
ihcon un nicantac xoconiquitac bueno
cepa un que itla un onicoch cuacon te
nicualouaya no que itla onicoch cepa
onentlachix onicontac un tota Dios
on quen quihlian un tota Dios pan
Semana Santa quivelarouan
dormía, apenas había rezado, vi,
observé al Padre o Sacerdote Jesús
Castrejón, de allá observa donde
duermo para acá, hacia acá, como
por allá (señala) mi cama está hacia
allá, asi está, él estaba rezando, con
un libro que observa, cuando voltée,
lo miraba, lo miraba, nuevamente vi
así (señala), volví a ver, ya no lo vi,
bueno eso es como, en eso me dormí
entonces estaba enferma, como si me
hubiera dormido, nuevamente volví a
observar, por el mismo lado vi Dios,
asi, como le dicen, Dios (se refiere
a su vestimenta) cuando en Semana
Santa, cuando lo velan.
Yehua Padre Jesús, no ihcon
niconiztoc, no ihcon niconistoc que
yehua nicontac uan un itlaquen ixtac
hasta nan tlami imangas yehua te ixtac
itlaquen yehua un ica quitlaquentian
yehua un tota Dios niconistoc inan
chintoc itzon, cuacon oniquito¡ay
papacito lindo! niquitoua nicelti
nicochi tlaca tinexmi caroua notatadios
niquihlia tlaca ixcan nehua nicochi
Niconistoc niconistoc niconistoc
occepa onitlachis ihcon quetla
onicop, xochiman onintlachix cua
nehua onontlachix nicontac ne xoquitla
oniquitac dia ca niquinminotza un
cihuame cualaue cuac nan seguido
nechaluicitarouan de Teopan seguido
ualaue de jun quitoua tehua xnotza
totadios siempre Yehua siempre maca
xcaua yehuaica, maca xquito mocelti
ticochi yehua mitzcuidaroua quitoua
mitzcuidaroua mitztoca tinemi
Padre Jesús
Sí, el Padre Jesús, así lo veía,
también así lo veía, ahora a él lo vio,
y esa ropa era blanca, hasta por aquí
terminan sus mangas, él es, pues su
ropa era blanco, con esa ropa que
lo visten (en Semana Santa), él era
Dios, lo vi, que su cabello cae sobre
sus hombros (señala) entonces dije
¡ay Papacito lindo! decía que solita
dormía, pues tu me cuidas, mi
Padre Dios, le dije, yo pensé que yo
sola dormía. Lo veo, lo veo, lo veo,
otra vez volteo la mirada así con un
suspiro, ya no fue rápido, cuando
volteo a ver, cuando yo volteo a ver
vi allá, ya no había nada (señala) y
como les platico, esas mujeres que
vienen, cuando aquí me visitan de la
Iglesia, cada rato vienen, de aquellos
que me dicen, tú háblale a Dios
siempre. Tú siempre, no lo dejes, por
129
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
130
yehuaica niquitoua caz melac pero
canon xochuel miu Teopan nicmaztoc te
in para niuetzic xtequitl para niuetzi
quitoua ipan notzontecon unca un
ica nixiuinti umpa ualeua yehuaica
niquitoua aman xochiueli quemantica
umpa yexpa nan nexcuitecoya ninfas,
ocpa nexualquiteua ca un niuetzi zan
quen yaca nechualtemomotla yau para
nochitlapan cepa un pamea.
Uan un cua tehua tiquinemacaya
un remedio uan aquinon cuahlo uan
quita aquinon quimaca
Catca can aman no niquihlia
caz catca quitzatzilia pero can mas
quiestudiarotoque aman te un quitoua
Quitoua Eliza nicmacaya remedio
ne nan Lita youecau te nicmacaya dia
quitoua andale, andale tlinon tiueliz
tichiuasque quitoua yanomacaque
cuenta quitoua ándale cualitan un
xpoch ¿quenon itoca? Un xpoch
Felisa, Cristina quitoua andale
quitoua xrezaro quitoua a ver de que
tlaneci dia oniquihli dia onitlaxini
niquihlia xta niquihlia toquitoz
canonon tlanamacaya yeua nonamacas
cuenta canonon tlanemacaya ca trastes
o ica amates tlinonon yeua yocaxilica
un yeua un Felisa uan oacic ce
telpocaua Filiberto aman itelpoch oacic
yeua ocaxilique nochi un Felisa zan ne
oncanxinilique i dia pa xococuiquilique
quitoua un telpocaua hasta ochocac
eso no digas que estoy solita, cuando
duermes, él te cuida, dicen que me
cuida te sigue, por eso digo que
es cierto, pero ahora ya no puedo
ir a la Iglesia, pues sé porque para
caerme es muy sencillo, es sencillo
para caerme, dicen que en mi cabeza
viene, por eso me mareo de mi
cabeza viene, por eso digo ahora
ya no puedo, a veces ahí, tres veces
ya me vienen a buscar Ninfa Farra,
dos veces me ha venido a levantar.
Porque me caigo, como si alguien
me tirara de piedras, mi cabeza se va
para otros, en ese también.
Y cuando tú les dabas remedio,
quien estaba enfermo enfermo y ve
quien le da.
Habían, ahora les digo, quizás
había quienes les gritaban, pero
ahora más lo están estudiando,
ahora pues sólo lo ven. Dijo Eliza,
cuando le di remedio... Lita ya tardó,
pues le di y dijo, ándale, ándale, lo
que puedas hacer, vamos a hacer,
dice ya se dieron cuenta, ya se dieron
cuenta, dijo, ándale vienen a ver
a mi hija ¿cómo se llama? Era su
hija de Felisa (Lorenzo), a Cristina
dice, anda dice que rezes dice a ver
si amanece (si resiste el enfermo) y
le dije, ofrendé, le dije, mira, como
verás, había un lugar donde vendía,
ella se da cuenta donde vendía con
trastes o con amates (artesanías), ella
ya le habían agarrado su mercancía a
Felisa, y llegó en ese lugar su hijo de
Filiberto (Greco), y a él le llevaron
su mercancía (le compraron todo) y
oquihlitecoc ita caihcon oquichiuilique
quitoua quicuilizquian nochi uan yeua
xococuiquilique dia quihlia te xcaua
hijo maca xchoca quihlia tiquitas
xocyaz xocyaz uantlin tiquitoua cuacon
melac ocualoc melac zan nictecaquilia
quitoua oquirogaroto oquipapachoque
yeua ica opat de que yeua iyaxca uan
uel quitequixtilia quiquixtilia como
yeua iyaxca un cocolistli
Uen quemantica cua ce ueli
quitemaca tlinon tlinon mas quitemaca
zan quiaman quitoua quenon itoca de
que ce ueli quenon quimaca
Noche huele masque un cuhtiyan
yolcame nochi mitz macazque mitz
macazque neua occepa nechmacayan
zan noco neua ca yeuahli nechmacayan
remedio cuacon onimalti nichihlia un
remedio andale matimaltitiueltzican
quitoua yono macaque cuenta un
remedio cihuatl hasta mamapatlaxtic
niconistoc ne ándale matimaltica
cuacon oniquihli niquihli xcuahquican
atl matimaltica va neci cuac
nitotonichtoc ca zan quen onicontilan
atl onipeu nimaltia onipeu nechaltia
nechaltia pero yehun chinos pero miac
tiquitos hasta cuicheui hasta xintoque
las cosas de Felisa las arrumbaron
ya no se lo llevaron (se pelearon
entre Felisa y el hijo de Filiberto),
el muchacho lloró y le llegó a decir
a su papá y así le hicieron, dijo que
le iban a quitar todo, y que a él
no le llevaron y le dice pues déjala
hijo, no llores, vas a ver, ya no va
ir, ya no va ir (hizo el mal) ¿y qué
creen? Entonces estaba muy enferma
escuché que le fueron a rogar a don
Filiberto para que la sobaran (a doña
Felisa) y por eso se curó, pues el mal
era de él (de don Filiberto) y puede
quitarlo (el mal) quitarle como era de
él o suya la enfermedad (mal que dio
don Filiberto)
Y a veces cuando uno puede dar
(el mal), qué ¿qué mas da y cómo
dice? ¿cómo se llama, si uno “puede”,
qué es lo que le da?
Todo puede, aunque eso que
te entumas (cuando se duerme) o
animales todo te dan, te dan, a mí
en una ocasión me habían dado y
mis hijos, ellos no, de noche me
habían dado remedio entonces me
bañé, me dijo el remedio que nos
bañemos (comunicación entre el
remedio y el enfermo) dicen que ya
se dieron cuenta, dice el remedio,
una mujer hasta con manos anchas la
veía allá, ándale, que nos bañemos,
entonces le dije, le dije traigan el
agua que nos bañemos y parece que
se estaba calentando no así como jalé
el agua, empecé a bañarme, empezó
a bañarme, me baña, pero esos
chinos (piojos de las gallinas y otras
131
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
aves), pero muchos, se ve hasta como
mugre (de tantos), algunos hasta se
caen.
132
¿Chinos?
Hasta ticmaztoz ca ticquixtiz
hasta onimocau limpia no cuerpo
xoquitla ompia
¿Un yolcatzitzinte xte?
Yen de un de pio chinos
miac onquixtic dia después mas
yeualtlatlachipaltoc yonimaltic cepa
onechtzatzili un cihuatl aman quema
aman quema xoctiuelizque quitoua za
catiaue xoctiuelizque te yecuahli zan
ihcon oniquitac un bolita ouahla nan
oualcalac ne pan noventana oniquitac
oxitintecoc panoxic occepa nopayecoc
pero miac, ca xoctiuelizque de por si
teuame a yeua un nicpia hasta youecau
melac, por eso niquitoua de por si
xocnipatiz de por si
Dia cequi tlinon quimaca
couacihuiztli ¿ca tlinon?
Couacihuistli no uel quitemacan
couacihuistli. Quitemacan nonteihlia
neuextla onechmacac Diosito nin
por qué un caz que itla quitoua ce
Tlaminque. ¿Xte? yeua un
Yeua un timitzihlia aquinon ueli
ihcon
Chinos
Hasta vas a sentirlos como los
sacas, y quedé limpia, mi cuerpo ya
no tiene nada.
¿Esos animalitos, verdad?
sí, esos de gallina, chinos,
muchos saqué y después más,
cuando amanecía, ya me había
bañado, otra vez me habló esa mujer:
ahora sí ya no vamos a poder, dice,
este es el último, ya no vamos a
poder, pues ni modo, asi lo vi, esa
bolita vino para acá, se metió aquí
(señala), por mi ventana lo vi se llegó
a desintegrar en mi ombligo otra
vez, en mi llegó, pero mucho (vino
nuevamente el mal y llegó con más
intensidad), no, ya no vamos a poder
de por sí, nosotros, ¡ah!, eso tenía, ya
tiene mucho, de verdad. Por eso digo
que ya no me voy a curar de por sí.
Y otros le dan couacihuistli
(malestar en algun lugar del cuerpo
que duele como espina) ¿qué es?
Couaciuistli también lo pueden
dar, couaciuistli. Lo dan, les digo,
yo, no me dio nada Diosito (ella no
puede o no tiene la capacidad de dar
la maldad, no le fue dado ese don) ni
porque quizás algo dicen que otros
pueden (los que pueden hacer el
mal) ¿Verdad? Eso es.
Eso te digo, ¿quién puede así?
Pero el Padre (el sacerdote) no
cree.
Pero Padre ixquineltoca.
¿Pero cate aquinonueli?
Padre ixquineltoca un enca un oya
in nanca quinel toca panpaquitoua
oquitac quen quimacayan comida caz
ita o inan quimacayan miac cuiline
hasta ihcon cuaquiztoque quitoua
hasta chipololtoque uan cequi neua
yeuecaui mela titlayouiayan no pan
fiesta tlamictilo cabueye onicuicac
nojarro ontlatlanito niquihlia
nechmacacan achitzin yestli ca nochi
nanquitemacazque ca de que ticuahqui
mojarro quitoua difunto Tio Candido
xcuahqui mo jarro xaca quitlatlani
amatzin bueno onicuahmac dia
onacic yatlamanque niquihlia tlin
nicchiuiliz in yeztli te zan xpoyeli ce
rato tic cuazque cua neua niccalactitia
noma nictlalizquia un quen itoca no
nechmacaque un quen itoca de un
ichiauiztli oncalactictic noma pero te
miac un coconelombrices de un hasta
cuatlacatceue ihcon quemantica masta
hasta cuecuepopocatoc nocazuela
quenon xmiqui hasta cuecuepopocatoc
cazuela neua un nonan catca pobre
quitoua quihlia umpa quipiaya ce
quichconetl tlacuacualtiaya dia saca
ocauac nocuñada yeua isobrinito saca
ocauac oquitlaco zan anjolinmoli
siquiera mela de anjolín squiera mela
itla tlinon iezquia quitoua ca ocontac
un hasta chichiliutoc hasta ihcon un
ca hasta norroyartinemi dia quihlia
Sebastiana xtoyaua teua oticaua un
quixconetl tleca ticaua dia yeuaica
xticcuas ca neua xincuaz a masque
¿Pero hay quienes pueden?
El Padre no lo cree, aquel que
está y el que se fue, el que aquí está
si cree porque dice que vio como
le dieron en la comida, quizás a su
papá o a su mamá les dieron muchos
gusanos, hasta así (señala el tamaño),
cuando los vieron dice hasta se
veía como se movían, y otros yo, ya
tiene tiempo (hace mucho tiempo),
de verdad sufríamos en la fiesta,
mataban bueyes, y uno de esos días
llevé mi jarro, fui a pedir, le dije
denme tantita sangre, ¿o todo lo van
a dar? No, si traes tu jarro, me dijo el
difunto Tío Cándido (Román), trae
tu jarro, nadie lo ha pedido ahorita,
bueno, le di mi jarro, y llegué, ya
habían echado (tortillas), les dije que
voy hacer con la sangre, pues nada
más pónle sal y al rato lo comemos,
cuando yo iba metiendo mi mano
le iba, poner ¿cómo se llama?, eso
que me dieron, eso cómo se llama,
(eso como gordura), metí mi mano,
pero tenía mucha lombriz pequeña,
hasta se veía como amarillaban,
así, a veces más, hasta se voltean
y hirviendo en mi cazuela ¿cómo
no se murieron? Estaba hirviendo
y se volteaban en la cazuela, yo mi
mamá era pobre dicen que le dijo,
ahí tenía un niño que pastoreaba,
y nada más porque lo regañó mi
cuñada, ella era su sobrinito, nada
más por el regaño le hizo daño el
mole de ajonjolí, siquiera fuera de
puro ajonjolí o tan siquiera fuera
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
134
te nehua nihcuas como yehun neua
nihcuas tlin quipia te zan quilpitzo no
cuñada oquiz te niquitoua no ueli
No uelia
Te un ita catca mela bueno catca
Ah yeuaica.
de lo bueno. Dicen nada más miró,
dice que hasta rojizo estaba (el
animalito) hasta así (se refiere a
tamaño), ésta hasta se enroscaba y le
dijo (su esposo), Sebastiana, tira ese
mole, tu regañaste a ese niño ¿Por
qué lo regañastes? ¿Y por eso no lo
vas a comer? No, no lo voy a comer,
aunque pues, yo lo voy a comer, yo
lo voy a comer, que tiene, pues nada
más le sopló a la cazuela mi cuñada
y salió (más bien desapareció el
gusano) pues dijo que también podía
También podía.
Pues su papá de ella era muy
bueno (podía hacer brujería).
Ah, por eso.
Mela bueno catca, no uelia quenon
quizás Zan tiquipitpitzaz yaz ye
oquicua pero nonan yoquicua Un como
quixtoya quen catca mutae
Era muy bueno, también podía,
¿cómo va a salir un gusano de la
cazuela? Nada más soplando y luego
comer el mole, pero mi mamá no lo
comió. Ella como vió como estaba.
¿Un Aquinon quitemoca a fuerza
ipan comida o ca no ueli zan ihcon
conmacaua?
¿Esos que dan lo dan siempre
en la comida o no, también se puede
nada más lo suelta?
Ueli zan camamacaua masa
mitziztoz tatliz oso titlacnatos oso zan
quahuac mitzantaz tias ueliz amopan
mitzalcauiliz melac noyeua quimatin
quen quitemacan iuante occe quime
ipan comida ce de que mitztlauelitan
contlamatoc canta, tlamatoc umpa
contlacalilia de que otcua niman
xnimon neci, neci hasta cua yeticualotoc
neua uan neua un yeuecaui ipan Todo
Pueden nada más echarlo,
aunque solo por verte tomar agua
o estar comiendo, o solo con verte
afuera o comiendo, cuando te vaya
te lo puede soltar, pues ellos también
como hacen, como lo dan, y pues
otros en la comida, si alguien te
aborrece, donde estés comiendo
y con sólo verte comer ahí lo tira,
si lo comes en ese plato, el mal no
Santo ce cihuatl yeua mismo familiares
icuñada ocic tlin ticchiua inan
Pascuala niquihlia xtla dia quitoua
aman xtlapoti un matcuacon ua zan
quenca totonqui va yeua nicxopilotia
iquihme! pero hasta totomioque hasta
cuatlitlilque hasta coloyoque hasta quen
cueyachime niquilia melac hasta
ueueya. que melac yeuaica niquitoua
nochi un yeuame familiares tlaca de
que ce ueli inan noso ita nochi iconeuan
nonemi quetla yau un comecatl nochi
nochi yau nenemi no, melac uan de
que quiaman neua nicteilia neua nin
nonan nin nota caz xuelia pobre yeua
mo un nota omic zan quimictique ne
mayanalan ca tlami catca oquinuicaya
oneome sanjuanecos, nan Tlacuitlapan
quilia tío Juan tech uica neica para
ticpixcasque canica ticmati xquizan
tochan tlacas xitoua quilin timitzuicaz
quilia neica Mayanalan nochi niau
umpa xcalaquin tochan tlacaz tlinon
te, pobre nota yeua pampa omic, tlaca
te un oquinforzaroque ce xpocaua ya
pus yeun niquitozquia oquinuicac,
a quihlia nexchia niconpachiuitiz
noconeu nepa Xalitla un paca neua no
aman neua nin ce nochiu yotlamique
nochiuan
aparece inmediatamente, aparece
hasta cuando ya estás enfermo en
verdad y yo, ya hace mucho, un día
de muertos una mujer, ella misma,
familiares, su cuñada llegó, qué
haces mamá de Pascuala y le dije
nada y dice, ahora destapa eso para
que lo comamos, pues sigue caliente,
y cuando sopée (con la cuchara
grande) ¡pero hasta gusanos! vemos
hasta con sus cabezas negras, hasta
con color, hasta como cueyachime,
les digo hasta largos, en verdad, por
eso digo, todos esos familiares, pues
si alguien sabe, si su mamá o su papá
o sus hijos también, porque camina
como si fuera un bejuco, todo todo
se va, camina también en verdad y
como yo, le digo yo, ni mi mamá ni
mi papá no podían, pobres de ellos,
mi papá nada más lo mataron allá
en Mayanalan, que tomaba mucho,
había llevado a dos sanjuanecos,
aquí en Tlacuitlapan, le dijo tío Juan
llévanos para pizcar donde tú sabes
que no van nuestros paisanos, le
dijo te voy a llevar, le digo, allá en
Mayanalan, siempre voy a ese lugar,
ahí no llegan nuestros paisanos, pues
que cree, pobre mi papá, él murió
por su culpa, pues ellos violaron a
una muchacha, pues quiero decir,
los llevó y les dijeron a tío Juan:
espérame, me voy a despedir de mi
hija, ahí en Xalitla, allá está, yo
ahora no tengo ningún hermano, ya
se murieron todos mis hermanos
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
136
¿Uan cuac teua opeu titepatia icuac
titla caua uan tictemaca remedio yo
yeuecauh?
¿Y cuando tú empezastes a
curar, cuando ofrendas y cuando das
remedio, ya tardó?
Quema youecauh siempre
uan un yoniuecauh¡Bah! primero
tiquiquiztinemian zan xtiepiayan
tochan nouian zan can yoticalaquitoua
can quitlauelitan noconeuan tiquizan
occehcan tieue melac
Sí, ya tardó y ya tardé (se
refiere a que ya tiene mucho tiempo
curando). ¡bah! primero andábamos
de casa en casa, no teníamos nuestra
casa, en donde quiera nos metíamos
(casa ajena), donde aborrecen mis
hijos, salimos, nos vamos a otro lado
en verdad.
¿Pero hiean otipeu o San Juan
otipeu titepatiaya?
¿Pero empezaste a curar aquí o
en San Juan?
Canican nican
Oniuahla xtla nicmatia xtla
niuelia nican timitzilia Un tío José
Rutilo catca yeuaica onincomamaxti
tlaca te quitoua un oquitac pan
remedio quetl ahua tla melac
oquitac pan remedio quitoua un va
ya ixtemitlacahca oh pan remedio
zan iciuah noye onchocaya va te ne
camposanto no ocacique tsicame
va te masque tla onchocaya pobre
mela cuitequia xniemati tlaca
cuitequia mela quimailiaya dia
yaya ne camposanto caz tech caz
yeua imihcatzin tlacaz de tio José
me la quitequia un to señor hasta
oxoxoliz un cihuatzintli para omic za
opanotiquiz yocouecau.
Aquí, aquí.Aquí.
Vine no sabía nada, no podía,
aquí te digo aprendí. Ese tío José
Rutilo con él, por eso aprendí. pues
él dice que lo vio en el remedio pues
quien sabe si sea cierto, lo vio en el
remedio, dijo él, ya estaba enfermo
de los ojos y lo vi en el remedio, pues
le hizo su propia mujer, pues lloraba
mucho allí pues, en el camposanto
(panteón) también lo agarraron
las hormigas, pues aunque iba a
llorar, pobre, en verdad, le pegan
(su marido) no se por qué le pegaba,
pero le pegaba mucho e iba allá en el
panteón quizás junto a su muertito,
o del muertito de tío José (Rutilo)
deveras le pegaba ese señor hasta
se enfermó (ella) esa mujercita pero
se murió nada más pasó (muerte
rápida) ya no tardó.
¿Dia un oticmaca remedio yeua?
Nicmacaya remedio un tío José
Rutilo iueuentzin ita catca un Gregorio
te caz nochi un caz quimatian va
ce omic ne nac difunta tía Tina
zan pa tlacuacualtiaya hasta yaye
tepolcatzin dia zampa omic, zampan
ixa ca mantoyan i pan barda umpa
oquinextiton yomic yocuhpiciuh za
opanoc dia omic un cihuatl primero
de tío José dia omic ce itelpoch dia
omic un yeun tía Tina catca yeua
ica niquiteua caz quimatian va zan
opanotiquizque.
¿Un otictilacacauilito camposanto?
Ca zan nican
Neua un pun camposanto
xqueman nitlacaua. Ca porque
neua xonechihlique xonechititique
xcaman
¿Y a ella le diste remedio?
Le di remedio a tío José Rutilo,
su esposo, el papá de Gregorio
Rutilo, pues quizás todos ellos
sabían, pues uno se murió allá con
la difunta tía Tina, ahí pastoreaba,
ya casi era un jovencito, y nomás
ahí se murió, nada más estaba boca
abajo en la barda, ahí lo encontraron
muerto, ya estaba duro, nada más
pasó (muerte rápida), y se murió su
mujer primero, de tío José, y murió
uno de sus hijos, y murió esa tía
Tina era, por eso digo que sabían,
pues nada más pasó.
¿Y ahí le ofrendaste en el
camposanto?
Cuacon zan nican
Zan nic cualiliaya nopan mano
cuepacan neua xnicmati neua xniaz
melac.
No, nada más aquí.
Yo ahí en el camposanto nunca
ofrendé. No, porque a mí no me
dijeron, no me enseñaron (se refiere
de lo que le enseñó la Virgen),
nunca.
Entonces nada más aquí.
Nada más le decía en mí se va a
regresar (venganza), yo no sé, yo no
voy a ir en verdad.
Pan pa cequi caquizti ca yaue
camposanto.
Porque algunos se escucha que
van al panteón.
Cequi masque xmelac ihcon quita
ihcon xpati no. Neua ne chilia un aman
Genora y ueuetzin ¿queno itoca?
Algunos aunque no sea cierto
así lo ve asi no se cura. También
me decía ahora Genora, su esposo,
¿cómo se llama?
Lucio. Lucio Bautista.
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
138
Andale timitztlextlauiliz quitoua
quitlatetemolique ne Ahuehuepan
cuacon nemia un difunto don Cipriano
ándale quitoua xnechtlacacahuiliti
quitoua nestoc ticchiuaz ipan can cruz
qsuitoua can hui cruz unpa tic tlaliz
ce par ome vela dia tic tlaliz cada
esquina cada esquina dia hasta nican
pan puerta no ohcan tic tlaliz uan ti
rezaroz quitoua para ticontomas, ca
niquihlia tlaca xotiquihli un aquinon
oquitac niquihlia yeua maquitomati
niquihlia neua ca, xnicmati quenon
unca dia tlanopan onocuepec ca
niquihlia melac.
Teua tlinon quitos nequi un ce
viaje, xniquelnamiqui aquinon omic,
dia onitepaleuito otitlachuahque,
otitlachuaton ne camposanto
Ándale, te voy a pagar, dijo,
le buscaron allá en Ahuehuepan,
entonces vivía el difunto don
Cipriano, ándale, dice, ve a
ofrendarme, aparece, vas a hacer
allá en la cruz, dijo, donde la cruz
grande, ahí vas a poner un par de
velas y vas a poner en cada esquina,
cada esquina, y hasta aquí en la
puerta también en dos partes, lo vas
a poner, y vas a rezar, dijo, para vas
a desatar, no, le dije, por qué no le
dijiste a ese que lo vio, le dije, que él
lo desate, le dije, yo no, no sé como
está, y si en mí regresa, le dije en
serio.
Que quiere decir un viaje, no
recuerdo, alguien se murió y fue
ayudar a escarbar, fuimos a escarbar
al panteón.
Ah tlachuaton
Teuame
Ah nauame
Xnicmati aquinon omic
xochiquelnamiqui.
¿Nia?
Dia y umpa oticnextique tlaquentli
ica uixtli, ¿tlinon quitosnequi un?
Pos un te no de quecemitz tlauelita
para mitzcocone chiliuizque
Ah, fueron a escarbar.
Nosotros.
Ah, ustedes.
No sé quien se murió, ya no
recuerdo.
¿Y?
Y ahí encontramos ropa con
espinas, ¿qué quiere decir eso?
Pues ese también, si alguien
te aborrece, para que te haga tu
muñeco.
Ajá.
Mitzcoconechiuilizque no yeua
quimati quenon un quenon un caz no
nomamaxtique tla ocuahquique solo
Dios un para no mitznochilique
un te almas. de un tlin mitzcocone
Te van a hacer tu muñeco
también él sabe, cómo es como
también se enseñaron, que si
también lo traen (quiere decir
también hay quien trae el don) solo
chiuilizque no xtoquitl para ti miquiz
porque ce de San Juan un tlacatl itoca
José cuates zan ihcon quihliayan dia
aman un xpoch cualouaya ya dia
quitoua oquiconechiuilique pos un
icanomaxtiaya tlaco quiauac ca yeualic
un cihuatl aquin ueli tlacacazyeuame
oquichihque un yaya quihlia quitoua
ihcon xquito ah ca ualau primero un
tlacatl un tlati quitoua xtlatetemoli
un noxpoch cuacon ya yeniueli no
xnextlatetemoli neua noxpoch me la
cualo hasta ihcon itiueia ualeua xoyaui
ualeua ueia quitoua¡bah! niquilia
un nochpoch iquitlalpacho uilique
niquihlia un muñeco ne nan un cruz
citech ui derecho niquihlia umpaca
aman de que nanquixtique patiz
uan de que xnanquixtizte te xpatiz
dia quitoua de oticquixtizque de que
oquinextique dia niquihlia quema
umpaca dia de que oquinex tique
xpapacacon niquihlia xtzotzomonican
xpapacan iuan xtlatican quitoua
xocxtla quichiuas niquihlia ca te
opatca un xpocaua zan un oxixtique
un oquitlalpachouilique, dia de que
timitzilia.
¿Dia de que ce xquimati?
Haber te de que xticmati timiquiz
occe ciuatl oualeuaya de la Costa no uan
Dios, ese también, para que le hagan
daño esos pues, son almas. de esos
que te hacen tu muñeco, también
no es difícil para que mueras porque
uno de San Juan un hombre se llama
José cuates (apodo), así le decían,
y ahora un hijo estaba enfermo, y
dicen que le hicieron un muñeco,
pues porque rezaba a la mitad de
su patio en la noche una mujer que
“puede” pues ellos hacen, el que iba
le decía, dice, le dice, qué andas
haciendo, quizás nos haces daño, no
digas así, ah no viene primero ese
hombre, el papá dijo, búscale a mi
hija, entonces ya puedo, también,
búscale, es mi hija, está muy
enferma, hasta así crece su estómago
(señala), algunas veces no le crece
y de repente crece, dice, ¡bah! le
dije tu hija le taparon, le dije, un
muñeco allá junto a la cruz grande,
derecho le dije, ahí está ahora si lo
van a sacar se va a curar, y si no lo
sacan entonces no se va a curar, y
dijo si lo sacamos, sí, lo sacaron, y
les dije sí, ahí está, y si ya lo sacaron,
lávenlo, les dije, rómpanlo, lávenlo y
luego quémenlo dicen ya no le va a
pasar nada, le dije, no, pues se curó
esa muchacha, nada más sacaron
la muñeca a ese que le habían
enterrado, y pues porque les dije.
¿Y si uno no sabe?
A ver pues, si no sabes te
mueres; otra mujer vino de la costa,
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
140
iueuentzin rico catca un tecatl tleua un
iciuah itiempotzni quitoua oquitocan
ipan remedio oquitilique quitoua yeun
cuacon cua yotlauan oquitzatzihla
¡ay! tlaca mismo nochio quitoua
nexchiualtitoc quitoua quinequi
manimiqui onexchiuili muñeca quitoua
de ne nepantla de nocal quitoua umpa
oquitlalchuaque umpa oquitlalpachoque
iuan un ca nezauale no quichiuan.
¿No yeuaica ixte?
Iuan un quitoua de que quizás
neua nicmastoc can unca de que
neua niasquia nicquixtizquia de que
quizás quitoua nipatiz de que xoquiz
de que mihquixtiz xnipatiz dia
quihlia iueuentzin ca mejor más neua
nictitlaniz Chilpancingo una tlane
macati ca fruta neua niconquixtiz
quihlia caca masque tiazque sepan
quihlia dia quitoua oquiquixtique
oquiquixti un cihuatl como un cihuame
ichiute dia ocualan un ce cihuatl te
toca umpa quitoua un yecastoc un
ononamicti uan un viejito quitoua
mas oquimacaque un huerta quitoua
de auatlin catleua huerta un oquin
nimacaque oquintlamamacaque
que itla herencia pus oquito te un
quinequi mejor una miqui icniu para
un yeua un chantis uan un viejito,
ca uan unxtlanichiua un cihuatl
yeuame oquixtique oquihlique una
uia otlanamacato matlanamacati
Chilpancingo yeua mero oquixtique
un muñeco iuan otechililiquizca ce
también su esposo, rico era ese
hombre, su mujer muy jovencita,
dicen, vieron en el remedio, le
vieron, dicen, ese cuando ya estaba
borracho (por el remedio), le gritó
¡ay! pues es mi propio hermano
me está haciendo, dice, quiere que
me muera, me hizo mi muñeco,
dice, allá en medio de tu casa, dice,
ahí escarbaron, ahí taparon, y con
algunos también lo hacen.
¿También es así, verdad?
Y dicen, si sale yo sé donde está,
y si yo fuera lo sacaría, si sale (se
refiere al dueño de la casa) me voy a
curar, si no salió no me voy a curar,
y le dijo su esposo, no mejor voy yo
la voy a mandar a Chilpancingo,
que vaya a vender fruta, yo lo voy a
sacar, le dice no, vamos a ir juntos,
le dice y dicen que lo sacaron, salió
esa mujer, como esos dos hermanos
eran mujeres, y se enojó esa otra
mujer, la otra pues, la que fue con su
esposo ahí, dicen que estaba parada,
la esposa que estaba casado con él
y ese viejito (su esposo), dicen que
le dieron más huertos, terrenos,
quién sabe cuál de ellos, los que les
heredaron o les dieron, se los dieron
como una herencia pues, dijo esa
mujer que quiere que se muera su
hermana para que ella viviera con
el viejito y la que no hace nada, esa
mujer, ellos la sacaron, le dijeron
que fuera a vender, que venda la
fruta a Chilpancingo a ella (la que
tlacatl quitoua ompa tequipanotoc ca
carro ca cautoc fruta ne México ana
México concautoc, quitoua yopat un
señora quitoua pero oquiquixtique
dia nechihle de que oquiquixtique
quenon ticchiuilizque niquihlia
xcacani niquihlia tlin otictlali un
quichiuilitoque cequi quico conechiuan
hasta itiuei cequi quicoconechiuan chihle
para titlatla ca miquiz quitlalilian ca
nezauaye aha quihlia neua niquitotoya
ca teua tiepati saca un
hacía mal), y sacaron el muñeco, y
nos pasó a decir un hombre, dice,
que ahí trabaja con su carro y deja
fruta en México, en México, que
lo está yendo a dejar, nos dijo, que
ya se curó esa señora, dijo, pero
sacó la muñeca, y me dijo, si lo
sacaron, cómo le vamos a hacer,
le dije sacúdelo, límpialo, le dije
el que lo había puesto (se refiere a
la ropa que lo había puesto y tenía
sudor), a ese le hicieron, algunos lo
hacen en muñeco, hasta con barriga,
algunos hacen los muñecos con chile
para que cuando te hagan brujería
el efecto es el ardor o como si te
estuvieras quemando, se lo ponen
con ayunos sí, yo decía que tú la
curaste nada más por eso sí.
Un oticnextican quipiaya uixtli de
un órgano.
Ah te aua aquinonon.
Haua aquinonon va zan
tlapaxtoya zan ihcon ica teme
Neua zan onicahca yeua un
itelpoch quenon itoca polin polin
nanica chanti ipan atlautli ¿quenon
itoca?
¿Quenon?
La que habíamos encontrado
tenía espina de órgano.
Ah, pues quién sabe quien fue.
quién sabe quién, nada más
estaba tapado así, con piedras.
Yo escuché ese, su hijo de
Apolinar, por acá vive en la
barranca,
Polin ca aquinon Doroteo itelpoch
Rafai itelpoch yeua un quitoua tiquita
un iciuau zan oteuahcamic zan
oteuahcaimic ihcon omic xouelen dia
quitoua quiliaya ce tinechtlaxtlauiliz
quihlia nicquixtiz neua neua nicmastoc
can tlapachiutoc, neua niquitoua yeua
notlatlaqueutiz catca para oquichiu
Polin no quien, Doroteo Pérez,
su hijo de Rafael Pérez, su hijo,
ese dice, viste a su mujer, nada más
nació siempre flaca, nada más se
murió así flaquita, así murió, no se
pudo curar, dicen que le decía una
Ahuehuepeña cuando ya casi moría
le dijo, si me pagas le dijo, yo lo voy
¿cómo se llama?
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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uan quen quimati con can tlopachiutoc
yeua oquitlaquehque yez yeua oquihneli
quitoua quiquixticz oquihnili
quimastoc zan niquitos nicmastoc de
que xnicuati xtiquitos xtiquitos
In miac uixtli quipiaya
Uixtli
Uixtli quipiaya, día otictlatique
Niuan oquitlatique.
Tehuame otictlalique.
Ah pero un ¿quen itoca un
cihuatzintli nican? omic ca ichan olla
va de Tecuesco
Ca pero quipiaya ce cotontli
¡Ah Tlacatl!
Yen tlacatl.
Cuacon yaca yez pero de nican yez
yaca
Zan nochi quichiuan ¿ixte?
Zan nochi tlin uelin tlaiyoluitoque
niquitoua zan mixcotlachiztoc yeuaica
quichiuan ihcon
Yeuaica te.
No que zan tlatlacohli no uitltlcohli
quieniua ce ihcon xquixcotlachiadios
chiunautipan canon un chiunautipan
umpa cuahtlamamaca zan
tlamamacazque
a sacar, yo se donde está tapado, yo
digo, ella sola se alquilaba, porque
sabía ella, le hizo, como sabía donde
estaba enterrado, a ella la alquilaron
para hacer el mal, ella se compadeció
de la enferma, dijo que lo iba a sacar,
le tuvo lástima ella sabía cómo voy a
decir que sé, si no sé no vas a decir.
Éste tenía muchas espinas.
Espinas.
Espinas tenía y lo quemamos.
Luego lo quemaron.
Nosotros lo quemamos.
¡Ah! pero ¿cómo se llama?, esa
mujercita (María) aquí se murió, no,
fue a su casa a Tecuescontitlán.
No, pero tenía una camisa
¡Ah hombre!
Sí, hombre.
Entonces alguien es, pero aquí
ha de hablar alguien.
Para cualquier cosa hacen
¿verdad?
Nada más los que pueden los
hacen sufrir, dijo, nada más están
viéndote de lado, por eso es, así
hacen.
Por eso, pues.
También eso es un pecado,
tambien es grande el pecado, cuando
hace uno así, no miran a Dios, allá
en la otra vida, allá en la otra vida,
ahí darán cuentas, nada más van a
dar cuentas, también ellos.
¿Uan tlinon un tlamamacazque?
Te un para tiuiliz un
titetlanochiliz para ti que un quiaman
itla tlin para ce ueli tlaminque yeua
tla ipan cualtiquizan quiaman un
quichcocone ualaue tlacate quitoua
ualpanouan ne chicnautipan cequi
quipia iciuau un cihuatl xquema
nozauaya cua itic quipiaya yeun
quitoua un cuahtlamamacan ua te
xnicmati no niquitoua xmelac solo
zan que itla raza va tlin un catca San
Juan Nimitzilia nocuñada ita mela
bueno catca hasta nomentarouaya
un te no ihcon omic, omic caz tla no
quexchiuilique omic zan Xochitlailoc
otlaic di jun oquinextiton ne calle
otempan ihcon unca tzintenpolehca
quiteuaznequian caua te yomic hasta
yocuhtiac melac yeuaica niquitoua
te caz no, no to Dios cualtitlani
te solamente Dios tla Diosito
quitlauanatiz tlanauatiz tla ca
solamente Dios, dia nehua niquitoua
neua nican un masta nechiliayan
quen quen neua ce no contra na nic
de te cehcon mantontiquiza cehcan
unamiczaloquitiza un quema xonicnec
xochec xonicceli quitoua un Tonantzin
ha de que xticnequi cuacon masque
cuacon onechmacaque un para xonicceli
cuacon onechmacayan un para un
tetlaccecauilia nochi nexmacazquian
caz quemech xomicceli hasta ca
ome vuelta cuacon onexmacaque in
ixtlatlacahle quitoua ica tiquinpaleuiz
noconeuan quitoua in xtlatlacohle,
tlatlacohle de campa occe ticchiuas quen
Y ¿qué es eso de que van a dar?
Pues eso, para vas a poder hacer
mal, para como, algo que uno va a
poder hacer mal, ellos ahí pasan a
traerlo, como ahora esos niños que
nacen y traen para poder hacer mal,
dicen que pasan allá en la otra vida
(o lugar de destino), algunos tienen,
sin mujer, esa mujer nunca ayunó,
cuando tenía adentro pues extrañas a
su hijo, eso dicen cuando te destinan
algo (su brujo o saber curar, o saber
hacer el mal), pues no sé, también
digo no es cierto, sólo pienso que es
por la raza (lo hereditario), esos que
te dije que estaban en San Juan. Te
dije que mi cuñada, su papá era muy
bueno, hasta se ufanaba que sabía,
de todas maneras así murió, murió
también como si le hubieran “dado”,
murió nada más. en un casamiento,
bebió y lo fueron a encontrar en
la calle, a la orilla (del pueblo), así
estaba medio empinado, lo querían
parar, pues ya había muerto, hasta ya
duro estaba, en verdad por eso digo,
pues también, también nuestro Dios
los manda, pues solamente Dios
sabe, si Diosito es el que los manda,
es el que los manda, pues solamente
Dios, y yo digo aquí, esos me decían
cómo, cómo yo, alguien de mis
contrarios pues, que les hiciera mal,
y que en un sólo lugar los amarrara,
eso sí no quise, no lo recibí, dijo la
Virgencita si no quieres, entonces
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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un tiquitoua xolicuelitac xonec, mela
yeuaica niquitoua te nochi tlitlacohle
caz pampa de que ce xocquinequi
quitaz. Ya yoniciau masque zaca
nitlatlatoua.
aunque, entonces me dieron eso para
no lo recibí, entonces me dieron eso
para que pudiera ofrendar, todo me
querían dar, pues qué bueno que
no lo recibí, hasta en dos ocasiones,
entonces me dieron este que no es
pecado, me dijo, así vas a ayudarles
a mis hijos, (la virgencita) dijo esto
no es pecado, si tú hicieras otra
cosa, como el que tu dijiste que no
te gustó, lo que no quisiste, por
eso digo pues todo es pecado, pues
porque quizás uno no lo quiere
ver. Ya me cansé aunque sólo esté
platicando.
Yo ti ciau te masque zan ihcon
occepa vuelta tiuizte.
Ya te cansaste, pues aunque nada
más así, en otra ocasión venimos.
Hasta nimelana hasta
nimelantoc a ver de que occuali
nimocualtia.
Hasta me agito, a ver si me
pongo bien, a ver si me recupero.
145
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
146
Doña Flora Soledad
Xalitla, 16.II.95
Tiene 55 años de edad y cuatro hijos. Es originaria de Xalitla, Guerrero.
“Rifa” con maíz, y “riega”.
En esa huentli nada más para, se tarda uno mucho porque uno está
repitiendo, o sea que yo ya riego muy diferente, ya curo muy diferente, no igual
como los de por allá de Xochitlahuaca, no, yo ya no. Y yo rezo primero veinte
credos, treinta credos repetidos. Por ejemplo, ahorita que si usted lo quiere ver,
se repiten veinte, treinta credos, hasta cincuenta, hasta que no veo yo la forma
de que el humito vaya levantándose directo. Ya si veo yo que ese humito ya va
directo, digo yo, ya el aire ya recibió el huentli, para que suelte esa sombra de
aquella persona.
¿Qué es el huentli?
Es lo que yo hice, los muñequitos, ahorita los voy a sacar, pero ahora para
que los vea necesito ponerlo por ahí en una luz, por acá, porque como está
obscuro, si, entonces eso le decimos “huentli”, ahorita los voy a apartar para
sacarlos de la...
Esto, esto es el huentli que le digo, que para cambiar la sombra, la sombra
de aquella niña que está espantada, y yo con esto la voy a limpiar y ya luego lo
voy a ir a dejar, y empiezo a rezar.
¿En dónde lo deja?
Por ejemplo, ella se quemó ahí, ahí lo voy a levantar y ya lo voy a dejar por
allá que se lo lleven los aires, y por allá empiezo a rezar, y si ya acabé de rezar
allá, ya me vengo, y ya le rocío el agua, porque llevo una botella de agua pa’
donde se juntan... donde sueltan la sombra los aires.
Niña: También me caí por allá, por allá de la iglesia...
¿cómo se dio cuenta usted de que se espantó?
Ah pues, de por sí se tenía que espantar, porque se echó el agua caliente,
bueno ahorita la curación va a ser provisional, porque no se le va a rifar, porque
vimos por qué se espantó, porque se echó l´agua caliente. Si nomás viéramos
que se enfermara entonces agarrábamos un plato y le empezábamos a hacer la
rifa con maicitos para rifarle.
¿cuántas figuras deben de prepararse?
Ahorita como es de noche, van a ser catorce hombrecitos y catorce
mujercitas. Si, son veintiocho... y este es el aire grande.
¿lo oscuro?
Chicnautipan el obscuro es este... Este se llama tliltic yeyécatl, tliltic, y este
se llama iztac yeyécatl.
Iztac... ¿blanco?
Ajá, blanco, y este se puede llamar tlihuehuentzin o tlilamatzin, el tlilamatzin
es la mujer,.
¿Los blancos son los hombres?
No... blancos y negros son hombres y mujeres, ahorita voy a sacar el otro
negrito (se dirige a su hija): tráeme un plato extendido para que los pueda yo
contar.
¿cómo los prepara?
Con masa, estos son de masita… este ahorita voy a limpiar a la nena con
esto, voy a limpiar, y con esas hojitas.
¿Qué hojitas son?
Hojitas de paraíso pues, como aquí no hay hojas de aire.. hojitas de
azúchil.
¿Cuáles son las hojas de aire?
Las hojas de aire son: el estafiate, la ruda, hojas de pirul, santamaría y la
jarilla, albahaca y epazote, todo eso llevan en conjunto para que se recoja el aire
de aquella persona que esta espantada, mmm, eso nada más.
Doña Flora, ¿qué es el aire?
Pues el aire son, yo me lo, ahora sí que le voy a contar la historia completa
como me la enseñaron, y yo pienso en mi fe que tuve, yo pienso que la persona
que me lo enseñó no fue cualquier persona, que fue Dios, porque yo a media
noche me despertaba y me dice: “levántate y ve qué es lo que les quitas a las
personas cuando las curas de aire”. Y entonces yo me levanté a esa hora, no ve
que su humilde casa de usted (la casa de Doña Flora) es de chinamil, así que se
ve para afuera donde no tiene lodo, y me asomé, y era tres filas de puro diablito
encuerado que, que se nos encarna cuando nosotros nos espantamos, pero así
de este tamaño, ‘ire... así... Prietitos, con su colita y sus cuernitos asi... eran
negritos todos negritos... con su colita para arriba y encueraditos, ahí van corre
y corre, eran tres filas.
¿Cómo... con pelo o... ?
No, no, no eran así, eran como unas criaturitas encueradas pero pues...
en forma pues de personas encueradas, pero con sus cuernitos así y su colita
para arriba... cuando yo me levanté el Señor, yo, nomás lo alcancé a ver la
túnica blanca y me dice: “ya viste”. Cuando ya me había levantado ya no ví
nada, ya no vi nada de él, pero sí vi esas figuritas, sí las estuve viendo, como
se estuvieron yendo para arriba... al pueblo, y empezaron a ladrar los perros
dentro del pueblo, ladraban los perros, pero sí, me los enseñaron y entonces
dice: “si tu quieres seguir curando debes de hacer mucha oración y mucho
ayuno”. Entonces cuando curo pues casi no como, hasta que no acabo de curar
a esa persona. Ahora, por ejemplo, pues ahora voy a curar así, pero ya medio
147
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
148
día ya ayuné, y ya me puede venir cualquier trabajo en el día, pero yo sé que
ya tengo un ayuno de medio, ajá, de mitad de ayuno, por eso yo siento que no
me hacen nada, porque el Señor, el que me dijo dice: “debes de ayunar y hacer
mucha oración”. Y yo pienso, en mi fe yo que Dios me habló, porque lo vi que
era de túnica blanca, entre sueños así yo lo vi, su barba lo traía hasta aquí, su
túnica estaba bien blanca y bien larga.
¿Estaba usted medio dormida?
Sí, estaba yo dormida pero ya me había yo levantado, ahí estaba un montón
de grava y aquí también se querían meter, pero yo pienso que por la mucha
oración que hago no pudieron entrar a mi... Esos son los aires que se encarnan
en una persona, y yo pienso que ahorita con esta dificultad que tuvimos porque
le iba yo a regar el muchacho que lo vinieron a hallar aquí, se me enfureció
bien feo y tuvimos pleito bien grande, la dificultad ahorita pues, el achaque fue
según porque se quemó la niña, pero de ahí empezó el pleito pero es... pero no
era tanto ella, sino que los aires, los iba yo a correr de acá, y como no los pude
correr mejor se pusieron enérgicos, yo creo que no nomás tiene uno, ni dos,
tendrá unos cinco o seis, y por eso se enojaron y provocaron el pleito y todos
nos estuvimos discutiendo ahorita, todos hasta la chamaca esta, la mamá de
Miriam, le pegaron, y yo pues también con coraje agarré y le pegué a la niña
chiquita... pero es por eso, porque eso es lo que provocan estos aires, pleitos,
ajá...
Petra, lávate una botella, hija, sí... ajá, una botella o un vaso para que le
echemos el agua para que curemos a la nena. Yo creo que eso lo quiere entrevistar
también, ¿verdad? Sí, sí, y eso ya que se echó en el apantli se empieza a rezar
credos, credos repetidos, por eso le digo aquí es muy diferente a la curación,
porque aquí rezo y por allá por la sierra no, allá no rezan sino no más empiezan
a gritarle a los aires, así a nombrarlos que suelten a aquella persona, pero yo
no, no me gusta así, porque yo siento que con la oración es más efectivo, y pues
me ha salido y así, así es como la gente ya la acostumbré, y también yo creo
ellos también, porque luego que empiezo a rezar luego empiezo a sentir ese, ese
coraje, porque siento que... o esa alegría... al mismo tiempo me da coraje y me
da alegría, porque siento que los empiezo retirar, haciendo la oración, sí.
Usted ¿cómo descubrió esa capacidad de hacer la limpia? ¿cómo supo que
usted podía hacerlo?
Mire, para empezar una señora ya finada es la que me enseñó, porque yo
mis hijos esos estaban chiquitos y seguido se caían, se espantaban y seguido
se enfermaban, y por el motivo de no haber dinero pues decía yo... aunque les
curen así en regaditas, y ya entonces la señora se aburrió y dice, “bueno yo ya
Testimonios de un pueblo nahua
no quiero, ya no puedo caminar, ¿por qué no te enseñas?”. Y ella me enseñó
como les iba yo a hablar, primero me los apuntó, pero de por sí dependemos de
la raza porque mi abuelito es el que sabía mucho, pero cuando él sabía, cuando
él regaba, yo no me quise enseñar porque estaba yo joven, decía: “¡ah yo cómo
voy a andar con ese sahumerio, porque ocupamos un sahumerio para echar las
brasas y sahumar, todo eso, todo eso se ocupa y yo dije “dónde voy a andar con
mi sahumerio por allá, no, no me gusta andar”, pero ya después vi que deja
algo pues, le seguí, y aquí voy. He ido, hace ocho días, el martes fui hasta San
Jerónimo, Costa Grande, ayer me fui a Huiziltepec a curar, también ajá, he ido
al Estado de México, por allá por San Lorenzo, ajá. Me dijeron las personas,
“tu hijo lo ahogaron allá en el río” dicen, “si lo vas a ir a recoger”. Sí, lo voy a
traer, estaba llorando, estaba chamaquillo, ya le digo ¡ay hijo, ya te espantaste!
Pues ni modo, ahora te voy a regar, según yo no quería que la gente se diera
cuenta, llevé todas mis cositas en mi morralito, y allá voy para abajo a curar a
mi chamaco, aquí le limpié y ya llevé mis cosas por allá, puse lumbre, por allá
puse mis bracitas, según yo no quería que me descubrieran, me descubrieron
a los tres años de que yo ya le regaba yo a mis hijos, pero ya me descubrieron
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
150
cuando ya podía yo bien, ya entonces... pero me enseñé en mis hijos, en esta
mocosa y en... en el muchacho que está casado allá en México.
¿Se llama “regarles”?
Si... se dice regar pues, no sabemos si en otras partes lo toman a otra forma,
pero se dice: “¿que no nos van a querer regar, porque nos espantamos?” Y ya
para buscar, pues ya se pone un platito, ya se echa el agua y se tira el maicito,
ahí se ve si uno esta enfermo o no, con maicitos y copalitos, es donde se hacen
las rifas, en platos extendidos de esos de china que les decimos nosotros, sí, así
es.
¿Qué le pasa a una persona que esta espantada?
Doña Flora Soledad
Xalitla, 16.II.95
Tiene 55 años de edad y cuatro hijos. Es originaria de Xalitla, Guerrero.
“Rifa” con maíz, y “riega”.
En esa huentli nada más para, se tarda uno mucho porque uno está
repitiendo, o sea que yo ya riego muy diferente, ya curo muy diferente, no igual
como los de por allá de Xochitlahuaca, no, yo ya no. Y yo rezo primero veinte
credos, treinta credos repetidos. Por ejemplo, ahorita que si usted lo quiere ver,
se repiten veinte, treinta credos, hasta cincuenta, hasta que no veo yo la forma
de que el humito vaya levantándose directo. Ya si veo yo que ese humito ya va
directo, digo yo, ya el aire ya recibió el huentli, para que suelte esa sombra de
aquella persona.
¿Qué es el huentli?
Es lo que yo hice, los muñequitos, ahorita los voy a sacar, pero ahora para
que los vea necesito ponerlo por ahí en una luz, por acá, porque como está
obscuro, si, entonces eso le decimos “huentli”, ahorita los voy a apartar para
sacarlos de la...
Esto, esto es el huentli que le digo, que para cambiar la sombra, la sombra
de aquella niña que está espantada, y yo con esto la voy a limpiar y ya luego lo
voy a ir a dejar, y empiezo a rezar.
¿En dónde lo deja?
Por ejemplo, ella se quemó ahí, ahí lo voy a levantar y ya lo voy a dejar por
allá que se lo lleven los aires, y por allá empiezo a rezar, y si ya acabé de rezar
allá, ya me vengo, y ya le rocío el agua, porque llevo una botella de agua pa’
donde se juntan... donde sueltan la sombra los aires.
Niña: También me caí por allá, por allá de la iglesia...
¿cómo se dio cuenta usted de que se espantó?
Ah pues, de por sí se tenía que espantar, porque se echó el agua caliente,
bueno ahorita la curación va a ser provisional, porque no se le va a rifar, porque
vimos por qué se espantó, porque se echó l´agua caliente. Si nomás viéramos
que se enfermara entonces agarrábamos un plato y le empezábamos a hacer la
rifa con maicitos para rifarle.
¿cuántas figuras deben de prepararse?
Ahorita como es de noche, van a ser catorce hombrecitos y catorce
mujercitas. Si, son veintiocho... y este es el aire grande.
¿lo oscuro?
Chicnautipan el obscuro es este... Este se llama tliltic yeyécatl, tliltic, y este
se llama iztac yeyécatl.
Iztac... ¿blanco?
Ajá, blanco, y este se puede llamar tlihuehuentzin o tlilamatzin, el tlilamatzin
es la mujer,.
¿Los blancos son los hombres?
No... blancos y negros son hombres y mujeres, ahorita voy a sacar el otro
negrito (se dirige a su hija): tráeme un plato extendido para que los pueda yo
contar.
¿cómo los prepara?
Con masa, estos son de masita… este ahorita voy a limpiar a la nena con
esto, voy a limpiar, y con esas hojitas.
¿Qué hojitas son?
Hojitas de paraíso pues, como aquí no hay hojas de aire.. hojitas de
azúchil.
¿Cuáles son las hojas de aire?
Las hojas de aire son: el estafiate, la ruda, hojas de pirul, santamaría y la
jarilla, albahaca y epazote, todo eso llevan en conjunto para que se recoja el aire
de aquella persona que esta espantada, mmm, eso nada más.
Doña Flora, ¿qué es el aire?
Pues el aire son, yo me lo, ahora sí que le voy a contar la historia completa
como me la enseñaron, y yo pienso en mi fe que tuve, yo pienso que la persona
que me lo enseñó no fue cualquier persona, que fue Dios, porque yo a media
noche me despertaba y me dice: “levántate y ve qué es lo que les quitas a las
personas cuando las curas de aire”. Y entonces yo me levanté a esa hora, no ve
que su humilde casa de usted (la casa de Doña Flora) es de chinamil, así que se
ve para afuera donde no tiene lodo, y me asomé, y era tres filas de puro diablito
encuerado que, que se nos encarna cuando nosotros nos espantamos, pero así
de este tamaño, ‘ire... así... Prietitos, con su colita y sus cuernitos asi... eran
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negritos todos negritos... con su colita para arriba y encueraditos, ahí van corre
y corre, eran tres filas.
¿Cómo... con pelo o... ?
No, no, no eran así, eran como unas criaturitas encueradas pero pues...
en forma pues de personas encueradas, pero con sus cuernitos así y su colita
para arriba... cuando yo me levanté el Señor, yo, nomás lo alcancé a ver la
túnica blanca y me dice: “ya viste”. Cuando ya me había levantado ya no ví
nada, ya no vi nada de él, pero sí vi esas figuritas, sí las estuve viendo, como
se estuvieron yendo para arriba... al pueblo, y empezaron a ladrar los perros
dentro del pueblo, ladraban los perros, pero sí, me los enseñaron y entonces
dice: “si tu quieres seguir curando debes de hacer mucha oración y mucho
ayuno”. Entonces cuando curo pues casi no como, hasta que no acabo de curar
a esa persona. Ahora, por ejemplo, pues ahora voy a curar así, pero ya medio
día ya ayuné, y ya me puede venir cualquier trabajo en el día, pero yo sé que
ya tengo un ayuno de medio, ajá, de mitad de ayuno, por eso yo siento que no
me hacen nada, porque el Señor, el que me dijo dice: “debes de ayunar y hacer
mucha oración”. Y yo pienso, en mi fe yo que Dios me habló, porque lo vi que
era de túnica blanca, entre sueños así yo lo vi, su barba lo traía hasta aquí, su
túnica estaba bien blanca y bien larga.
¿Estaba usted medio dormida?
Sí, estaba yo dormida pero ya me había yo levantado, ahí estaba un montón
de grava y aquí también se querían meter, pero yo pienso que por la mucha
oración que hago no pudieron entrar a mi... Esos son los aires que se encarnan
en una persona, y yo pienso que ahorita con esta dificultad que tuvimos porque
le iba yo a regar el muchacho que lo vinieron a hallar aquí, se me enfureció
bien feo y tuvimos pleito bien grande, la dificultad ahorita pues, el achaque fue
según porque se quemó la niña, pero de ahí empezó el pleito pero es... pero no
era tanto ella, sino que los aires, los iba yo a correr de acá, y como no los pude
correr mejor se pusieron enérgicos, yo creo que no nomás tiene uno, ni dos,
tendrá unos cinco o seis, y por eso se enojaron y provocaron el pleito y todos
nos estuvimos discutiendo ahorita, todos hasta la chamaca esta, la mamá de
Miriam, le pegaron, y yo pues también con coraje agarré y le pegué a la niña
chiquita... pero es por eso, porque eso es lo que provocan estos aires, pleitos,
ajá...
Petra, lávate una botella, hija, sí... ajá, una botella o un vaso para que le
echemos el agua para que curemos a la nena. Yo creo que eso lo quiere entrevistar
también, ¿verdad? Sí, sí, y eso ya que se echó en el apantli se empieza a rezar
credos, credos repetidos, por eso le digo aquí es muy diferente a la curación,
porque aquí rezo y por allá por la sierra no, allá no rezan sino no más empiezan
Testimonios de un pueblo nahua
a gritarle a los aires, así a nombrarlos que suelten a aquella persona, pero yo
no, no me gusta así, porque yo siento que con la oración es más efectivo, y pues
me ha salido y así, así es como la gente ya la acostumbré, y también yo creo
ellos también, porque luego que empiezo a rezar luego empiezo a sentir ese, ese
coraje, porque siento que... o esa alegría... al mismo tiempo me da coraje y me
da alegría, porque siento que los empiezo retirar, haciendo la oración, sí.
Usted ¿cómo descubrió esa capacidad de hacer la limpia? ¿cómo supo que
usted podía hacerlo?
Mire, para empezar una señora ya finada es la que me enseñó, porque yo
mis hijos esos estaban chiquitos y seguido se caían, se espantaban y seguido
se enfermaban, y por el motivo de no haber dinero pues decía yo... aunque les
curen así en regaditas, y ya entonces la señora se aburrió y dice, “bueno yo ya
no quiero, ya no puedo caminar, ¿por qué no te enseñas?”. Y ella me enseñó
como les iba yo a hablar, primero me los apuntó, pero de por sí dependemos de
la raza porque mi abuelito es el que sabía mucho, pero cuando él sabía, cuando
él regaba, yo no me quise enseñar porque estaba yo joven, decía: “¡ah yo cómo
voy a andar con ese sahumerio, porque ocupamos un sahumerio para echar las
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brasas y sahumar, todo eso, todo eso se ocupa y yo dije “dónde voy a andar con
mi sahumerio por allá, no, no me gusta andar”, pero ya después vi que deja
algo pues, le seguí, y aquí voy. He ido, hace ocho días, el martes fui hasta San
Jerónimo, Costa Grande, ayer me fui a Huiziltepec a curar, también ajá, he ido
al Estado de México, por allá por San Lorenzo, ajá. Me dijeron las personas,
“tu hijo lo ahogaron allá en el río” dicen, “si lo vas a ir a recoger”. Sí, lo voy a
traer, estaba llorando, estaba chamaquillo, ya le digo ¡ay hijo, ya te espantaste!
Pues ni modo, ahora te voy a regar, según yo no quería que la gente se diera
cuenta, llevé todas mis cositas en mi morralito, y allá voy para abajo a curar a
mi chamaco, aquí le limpié y ya llevé mis cosas por allá, puse lumbre, por allá
puse mis bracitas, según yo no quería que me descubrieran, me descubrieron
a los tres años de que yo ya le regaba yo a mis hijos, pero ya me descubrieron
cuando ya podía yo bien, ya entonces... pero me enseñé en mis hijos, en esta
mocosa y en... en el muchacho que está casado allá en México.
¿Se llama “regarles”?
Si... se dice regar pues, no sabemos si en otras partes lo toman a otra forma,
pero se dice: “¿que no nos van a querer regar, porque nos espantamos?” Y ya
para buscar, pues ya se pone un platito, ya se echa el agua y se tira el maicito,
ahí se ve si uno esta enfermo o no, con maicitos y copalitos, es donde se hacen
las rifas, en platos extendidos de esos de china que les decimos nosotros, sí, así
es.
¿Qué le pasa a una persona que esta espantada?
Ah, esa persona, si en realidad tiene mucho espanto siente luego luego
el cambio, que se va a aliviar, porque mientras uno esta regando allá, rezando
allá donde lleva uno el huentli, que le digo de los muñequitos, aquí la persona
se queda dormida, se duerme y ya a veces cuando uno le llega a echar el agua a
veces se duerme y a veces está despierto, pero ya ahí se queda uno acostado, ya
empieza a sudar uno, empieza a sentir esa alivio, ajá, uno luego luego ve, pues,
así, en el copalito, que empieza a humear derechito, y si la persona no se va a
aliviar el humo se cruza, bien que forma una cruz de humo, esa persona ya no
va a tener alivio porque ya... ya se vió en el humito.
¿qué hace con esos casos?
Pues... que quiere, ahí es la voluntad de Dios, se lo dejamos porque ya ni
uno, ni el doctor, ni nada no lo puede curar.
A un espantado que no se atiende, ¿qué le pasa?
Pues si no se atiende pronto, le agarra el diabetis... Y luego cuando se espantan
de noche, pues no duermen, no duermen y dejan de comer, no tienen hambre
también. Porque se empiezan a enfermar, les agarran calenturitas o cualquier
otra cosa, o granos si es espanto de hormigas, les agarra granos, les agarra
ronchas, como hervor de sangre, todo eso es de espanto de hormigas sí.
Testimonios de un pueblo nahua
¿hay diferentes clases de espanto?
Hay diferentes... el de agua se abotiga uno la barriga, sientes... coma uno
o no coma uno, todo el tiempo se siente lleno, por qué, porque se espantó en el
agua, se ahogó, así es.
Y ¿el de hormigas?
El de hormigas es así nada más, es natural, blancos, nomás que la hormiga
es diferente porque ya se le echa maicito, va usted y le riega ahí en el hormiguero,
le echa el maicito y ya pone los tamalitos con los xegüititos, le pone el huentli y
ya empieza uno a rezar ahí... lo voy a regar esto para que vea... Ahorita vengo
voy a pedir permiso allá en el altar, si usted gusta... pásele, nomás cierre los
ojos ¡eh!... (pausa)...
(Empieza a regar y a hablar en dialecto)
Miriam... (Rezos en náhuatl). Cierra la puerta Petra, para que no se vayan
los negros por ahí (sigue realizando el rito y hablando en dialecto). Ahora
usted véngase para acá. Petra, búscame los cerillos, hija, y me los traes para acá
(hablando en voz baja)...
Y la botella, ¿por qué la utiliza?
La botella trae agua, esa agua... se me va a ir más para allá para que usted
también no los vaya a... ¿o viene prevenido?
No.
Entonces... se va a retirar cuando empiece yo a rezar. Estas son velitas que
se trozan por... se sacan aquí en cuatro partes... esto va en medio porque es
el aire grande, cuando hay modo se pone. Ahora sí ya voy a empezar a rezar,
y retírese para que no le vayan a hacer mal... ahora como, al que se le está
curando está muy espantada, por eso no se prenden muy bien las velas, pero
eso es por el aire, por eso no se prenden las velas, porque la enferma está muy
espantada, ajá, pero se van a ir prendiendo conforme esté la oración...
¿Y ahí deja las velitas?
Sí, las velas ahí se terminan... (sigue rezando en náhuatl, mencionando a
los aires y a la persona que está regando, a la niña) Eso es todo, ahora vete a
acostar, duérmete ya mami, sí, no te voy a tunar, ah, de veras, tu agüita. Esta
agüita se la tiene que terminar, ella lo va a tomar, porque en esa agua ya viene
su sombra de ella, ya lo fuimos a recoger allá donde fuimos, así eso es todo.
¿O sea que al asustarse se le había ido su sombra?
Se le había ido su sombra, y ahorita ya la fuimos a recoger y la levantamos
ahí a donde... lo recogimos ahí porque ahí se quemó, ahí se quemó esta creatura,
entonces lo recogimos ahí y lo fuimos a dejar allá para que ya nos lo dieran,
pero aquí ya lo levantamos, porque ahí es donde se asustó.
¿Y puede explicarme qué es la sombra de cada quien?
155
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
156
Pues... dicen que la sombra es nuestro espíritu que nos abandona, eso es
lo que se va, ya por eso que con cosa nadita que nos espantamos, estamos
temblorosos porque no tenemos nuestro espíritu, se va, se va por el susto, como
que se aleja de nosotros y ya por eso se reza, para que ese espíritu bueno vuelva
a encarnar en su cuerpo, porque los espíritus malos se lo llevan al espíritu
bueno, el espíritu bueno del alma es bueno y el espíritu malo pues se lo llevaron
un rato...
¿Entonces usted considera que la sombra y el alma es lo mismo?
Sí... no, el alma es... el alma que se va, el espíritu es en forma de palomita,
son dos cosas: el cuerpo, el alma y el espíritu, el espíritu viene en forma de
palomita y el alma ese es en forma de sombra, sombra, así, que se sale de la
figura de la persona, se va como sombra...
No se puede ver... ¿lo siente?
No somos dignos, lo sentimos, sí, porque sentimos esa calor cuando nos
llega, por ejemplo la niña, pues ahorita no lo siente porque está pequeña pero
cuando uno ya se le regó siente uno ese calorcito que entra sobre de uno, yo
misma me he curado así cuando he recibido sustos, yo solita me curó, pues
quien lo voy a alquilar, o sea yo me ando curando, me ando echando la agua
con la mano, así, y bien que siento como mi cuerpo se vuelve a calentar otra
vez.
¿Pero si la gente no se atiende nunca?
Si no se atiende nunca, nunca se alivia, solamente que vaya con un sacerdote
y que lo ensalme...
¿Y a los que nadie ayuda?
Pues no... los que no los ayudans, a veces se mueren de susto, unos sí se
llegan a morir cuando reciben un susto muy fuerte, y ahí es donde le digo
que se empiezan a enfermar de azúcar. No ve que por allá por las ciudades
hay mucho azucarado, pero es por eso, porque nunca se atienden de sustos,
ujumm... La mayoría vienen espantados, por eso... los ensalmo. Por ejemplo,
el día que fui a Huiziltepec fui a curar a un señor, vino aquí a una boda, se le
casó su prima y ya aprovechó, dice “ándele, dice, écheme la rifa” Ya le eché la
rifa, y ya le digo, es un plato, así que... son doce maicitos y doce copalitos que
se ocupan y se echan... se echan, la busca y ya se aparece “mira, tú, te duele a
tal parte”. Cuando ve que el maicito es larguito, si le duele la cabeza... en la
cabecita del maicito sale una bombita de agua, es donde tiene el dolor; si le
duele el pecho, también la bombita sale de agua, de ahí del pecho; si le duele
el estómago también ahí mismo sale la bolita de agua, la bombita sale, ‘tá
señalando que son dolores que tiene esa persona...
¿Y para saber por qué esta así... asustada?
Testimonios de un pueblo nahua
Por eso se hace la rifa, ahí le dice uno “mira... aquí yo te puedo descifrar”.
Se ve que fue una calle, o se ve que fue un río, o se ve que es carretera, tú le...
medio le ayudas, y ahí ella se acuerda, dice “ah sí, fue a tal parte, me arrastró
el burro o me... andaba pasando a traer un carro”, qué se yo... cualquier cosa,
también dicen de lo que yo les paso... ya ellos le van contestando “te duele esta
parte?”, usted le pregunta. “Sí me duele” “¿Y por qué te duele?” “Ah...” dice ella,
“¿por qué me duele?”. “Pues te duele porque tú te asustaste en una parte, se
ve que te tumbó el burro o que te iba a pasar un carro, que un perro te pasó a
traer, o un marrano”. Lo que sea, el chiste es que haya recibido ese susto en tal
lugar, y pero así se rifa, en el maicito en el plato, con maicito y copalito, ujum...
asi nada más. Si a esa persona tiene mucha fe, ya sacando el maicito y el copal
esa misma agüita ella se echa en la cabeza, o se echa en la parte que le duele,
dicen que ellos al hacerse esa rifa y con esa agüita sienten que se les quita un
poco el dolor.
¿Y además de los espantados, qué otro tipo de pacientes atiende usted?
No, no nada más eso, de puros sustos, y luego este... según yo que hago
limpias de casas, de negocios, hago oración y ya compro el contenido allá en la
yerbería y ya... y hasta yo misma, cuando me siento mal, así del cuerpo, que...
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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me siento que no viene gente, yo también hago mis limpias aquí, y si al rato de
veras ya llegó uno, según mi creencia pues así es...
¿En qué consiste la limpia de casas o negocios?
Este... hacemos oración y limpiamos con unos contenidos de hierbas que
venden allá en las hierberías, que ya vienen preparados, eso es todo lo que se
hace.
Otra entrevista
¿qué fue lo que le pasó a este niño?
Este niño... éste es más diferente, porque éste se espantó su mamá, cuando
ella lo tenía... que estaba ya en estado, se espantó la mamá y el niño lo agarró
el aire.
¿Se puede pasar de uno a otro así?
¡Ah claro! Cuando está embarazada la mujer y el niño ya va adentro sí,
puede agarrarle el aire a la creatura porque ya está engendrada... ajá...
¿eso fue hace mucho tiempo?
Pues tiene... ahorita el niño tiene tiene seis meses, ella ya tenía siete meses
cuando ella se espantó. Se cayó de la... se iba para la clínica a revisarse, y ahí es
donde se cayó ella... ujumm... el niño agarró el susto. Ella no tiene nada, mejor
el niño tiene mucho grano en la carita, ajá...
¿Qué fue lo que le pasó a la señora?
La señora... se venía de su casa a la clínica, y en esta parte ella se trompezó,
y... pues... toda esta parte se trompezó, y dice que vino a caerse por acá... cerca
del hormiguero, pero ella ya estaba en estado de siete meses, y por eso agarró
el susto, la calentura.
Una pregunta nada más: ¿usted “rifó” a la criatura o a la señora para saber
lo del... ?
No, ellos se dieron cuenta que está asustando porque le salieron muchos
granitos en la cara, no rifé la criatura, porque dicen que ellos piensan que de
por sí de ahí le previno, porque le salen granos, y no tiene que tener granos si
está chiquito, y ellos piensan que con esto se va aliviar y no...
Y ¿qué influencia tienen las hormigas?
Las hormigas este... pues no ve que pican, entonces puede agarrar hervor
de sangre o puede agarrar granos, puede agarrar granos con las hormigas.
“En esta hora y en este lugar pa in tonalli, pa in santo día viernes nican
yoticonpatlaco in tonaltsintli del niño Román, entonces ya se les llaman: Chichiltic
Yeyécatl, Cotsiltic yeyécatl, Sepohca yeyécatl, Amanca yeyécatl, Totonca yeyécatl,
Sepohca yeyécatl uan chicnautipan yeyecame xcualmacuitican itonal del niño. Si el
Testimonios de un pueblo nahua
que se le está diciendo que le den su sombra del niño, y ya en eso se le da la
sombra, por eso se lleva la agüita, está agüita se trae y se lleva, porque con ésta
se rocía al niño”.
¿Ahorita lo va a rociar?
Si ahorita lo voy a ir a rociar a su casa ujumm...
Y ¿por qué no utilizó velas ahora?
Porque es de día, cuando es de día no se usan velas, se usan nada más de
noche, ajá...
¿La señora se cayó de día?
Sí, es de día... se iba a la clínica... ujumm...
¿Y las figurillas ahí se quedan en... ?
Sí, ahí queda...
¿Nadie se la lleva?
No, los animales se los comen, los marranos, los perros, qué sé yo... ahí
quedan... eso ya se fue a cambiar con la sombra del niño, eso ya quedaron ahí,
son seis hombrecitos y seis mujercitas, seis niñas ó seis niños, son doce por
todos... Anoche todavía me faltó poner la Cruz, el citlalcueyo, ixinecuil, dos
estrellitas, el citlalino que le decimos, el Citlalueyic, la estrella grande... ujum...
así nada más.
¿Citlalcueyo es cuando les pasa algo parecido?
De noche, es aires de noche, pa’ cuando los que no pueden dormir, hay
personas que no duermen, entonces hay que regarles de noche, hay que nombrar
ese aire... ujum... También de noche le puede llamar uno al citlalcólotl, que es
el alacrán que está pintado ahí en el cielo, con estrellas, está el alacrán hecho
de estrellas, también se le habla, citlalcolotl... cuando la persona se siente con su
cuerpo todo aguatudo... Como que si tuviera agüates, vaya, espinitas de nopal,
así, agüates de nopal, ajá, y así se siente aquella persona, entonces hay que
nombrar el citlalcólotl, porque es de noche, y eso es todo
21.II.95
“Hay gente que hace “porquerías”… pueden hacerlo con la regla
(mentruación), con la mugre de la planta del pie o con los sudores de la mujer,
eso lo ponen en un algodón y se lo dan al hombre en el café y pronto siente el
cariño. Si lo notan mal, la familia busca a alguien que sepa curar”.
“Para curar al que enamoraron con “porquerías”, la gente ayuna, luego
agarran avispas de diferentes tipos: chicas, grandes (son las más rojas),
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colmeneras y desmayadoras (llamadas tezotláhuac). Las agarran por docenas,
en el campo o en un ojo de agua, todas por docenas o medias docenas, tienen
que ser animales ponzoñosos del agua. Todo se muele, se hace el polvito en tres
partes, una parte para cada día, martes, miércoles y viernes”.
“Ya que el enfermo se tomó el remedio y empieza a mejorar, se enrolla la
manga. Eso significa que el enfermo está peleando contra la brujería que le
hicieron, sí se alivia pero se hace muy bravo. A veces vomitan el remedio, a
veces lo sacan por abajo”.
“Otro remedio para curar, pero ese es magia, es un polvo blanco que se
llama arnicornio”.
“Cuando curo a alguien que se espantó mucho, o que no se sabe bien dónde
fue que se espantó, le hago una regada en cruz, o sea, ya, que pongo la ofrenda
en la rueda que hago con azúchiles, rezo en todas direcciones, hacia los cuatro
puntos cardinales, para recoger la sombra del enfermo, así regresa la sombra de
donde quiera que se encuentre”.
“Cuando se quiere “purgar” a alguien, se le puede dar cacalosuchil, cecetzin y
puntas de guaje colorado. Pero si se les pasa la medida, le hace mal al enfermo,
se queda trastornado de los sentidos. Ahí tiene el caso de Marcia Apolínea, que
se dió la toma ella sola, estaba embarazada de seis meses y aventó el niño pa’
juera. Ella curaba, pero esa vez regó mal, aventó los monitos y se le quedó la
placenta adentro. Yo la regué una, dos, tres veces, se alivió a punto de regadas.
Los aires le jugaron duro porque no les tuvo el respeto debido. Fue como hace
diez años, durante un mes estuvo trastornada porque se dió toma de más”.
“Yo también estuve trastornada como dos y medio meses, yo tenía 17 ó
18 años. Es que alguien me había ido a “entregar” al panteón, pero después de
que mi abuelo me curó, la persona que me hizo ese mal se quedó ciega durante
dos años y medio, se puso muy mal, se le revirtió. Mi abuelo curaba, era muy
bueno, me dió la toma y me regó en cruz. Se me había regado el pulso, se
me había muerto un niño de 15 días, no me fajé, por eso me enfermé. Tenía
visiones, veía gente cabezona que abría la bocota y que me enseñaba sus manos
como garras. Para que la gente no me viera así me tenían amarrada, pues si
no me iba lejos, sin rumbo, hice desastre y medio, como perro rabioso, todo
rompía, puro aire tenía yo. También me dieron romero hervido, tomado como
té, con todo eso me curé”.
“Mi abuelo sabía mucho, hasta de su brujito, de su arma, él era león, era
caballero, era la luz que cae del cielo. Un día que estaba cuidando una manada
de chivos, le mataron su animalito, su arma, su león. Él sabía en qué fecha iba
a morir, fué el día de su batalla con otro brujo, él ya sabía que le iban a faltar
las fuerzas”.
Testimonios de un pueblo nahua
“El chivero Epifanio Magno tiene su arma, es un animal de uña, un
champolillo, un mazatecuatzin”.
16.VII.96
“El Yeyeca couasihuiztli es remolino, no deja dormir, quiere (requiere el uso
de) “regada”. Ayer hice una “regada” en cruz, doy gloria a Dios por lo que me
dijo la persona que regué”.
El cliente le dijo a Doña Flora : “El señor (Dios) quiere platicar con usted”,
y empezó a explicarle lo que vio: “Cuando usted estaba comiendo de repente
aparecieron unas luces, una luz amarilla que se fue con una viejita, una luz
verde se fue al altar y una luz blanca (que es la palabra de Dios) entró y se metio
debajo de la silleta, allí estuvo veinte minutos, me estaba cuidando. Luego que
comieron dio una vuelta y se fue a donde ella”.
Cuando salió la luz blanca ocurrió el temblor. Flora lo sobó con su propio
fondo. El señor se había caido en el campo y de noche sentía que se le subían
161
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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muchos niños, eran los aires, los “chaneques”, le bailaban en su cuerpo.Lo
habían tumbado en el campo hace dieciocho años, pero hasta ahora se había
empezado a curar.
Dice Doña Flora: “El señor vivía amancebado. Estaba “palmeado”. Tenía
una bolita, lo sobé con colonia, no usé alcohol porque el alcohol seca los huesos,
y hojas de tenechiate. Tenía espanto, le fueron a regar al río con un barquito
con cuatro velas, un barquito hecho con cartón de huevo, flores y veinticuatro
muñequitos, doce de los aires y doce de los animalitos de río, que son:
Apiotzin : “pollito del agua”.
Achichitzin: “perrito del agua”.
Amichintzin (3 veces): “pescadito”.
Axolotlsitzin: “ajolote”.
Alagarto: “lagarto”.
“Cucarachita de agua”.
Acohuatsintli: “lombrices, culebra de agua”.
Alamantzin: “viejita del agua”.
Ahuehuetzin: “viejito del agua”.
Asapito: “sapo del agua”.
Xalmichin: “pescado que va en la arena”.
“Chano se ha alquilado a lo malo”.
“Esto es un secreto, no lo vayan a expandir. Para encontrar algo que se ha
perdido, se ayuna tres días desde que amanece hasta que anochece y se le reza
a alguna Santa Cruz que esté olvidada en algún cerro. Se le rezan sus credos
y se le ofrece que si le ayuda a descubrir o a encontrar lo perdido, que luego la
va a renovar”.
09.IX.96
Nos había comentado de una señora a la que le “regó” en cruz por no saber
qué es lo que tenía. ¿Eso cómo es?.
Pues sí, se le riega en cruz, en cuatro partes, por no saber qué tienen se les
riega en cruz y ya se componen, nomás sé curar de aire, no sé dar toma, no sé
dar otras cosas puro aire. Luego ya se les habla a los mismos aires, no otros.
¿A la gente le pasa lo mismo si la agarran los aires del agua que si la agarran
los aires de arriba?
No, no, los que tienen aires de agua les duele la barriga, el estómago, les da
retorcijones, y ya eso se da cuenta uno que es aire de agua, y cuando es aire de
noche pues nomás no duermen, no duermen, les agarra mucha fiebre, y cuando
es aire de día pues nomás les duelen los huesos, eso es todo.
¿Y los aires de noche los tiene que regar de noche?
Antes sí, se regaba de noche, pero ahora no, ahora nada más hay que
regar a la hora que se espantó, si se espantó a las diez, a las doce de la noche,
pues a las doce del día también vamos a regar; antes sí, pues no había mucha
delicadeza, pero ahora no, pues ya como que ya no quiere uno regar de noche,
por lo mismo que ahora los chamacos son muy groseros.
¿Esos aires de noche cuáles son?
Son cinco nada más: citlalcruz, citlalcueyo, citlalinos, ixinecuil.
¿Y los de día?
Los de día son los aires de todos los colores, pues se nombran chichiltic
yeyecatl, costic yeyecatl, totonca yeyecatl, pero ése es calentura, ésos son los de día,
nada más.
¿Y los remolinos y esos, de qué son?
No ese es del yeyecatl couasihuiztli, yeyecatl cosilti couasihuiztli, yeyecatl
couasihuiztli, todo eso es de aire de remolino.
¿Y son de día?
Pues sí, son de día, pues sí el remolino es de día. Y ¿para qué tanto investiga
tocante a los aires? Ahora sí yo, me toca preguntar.
Pues porque queremos conocer bien, precisar, qué enfermedad o síntoma
provoca cada uno de los aires.
Y por ejemplo, el del agua, pues sí es muy diferente, porque ese duele el
estómago y a veces le da hasta a uno diarrea. Aire de día pues, ya nomás duele
la cabeza y el cuerpo pues, todos los huesos.
¿Hay algún aire que provoque que se trastornen los sentidos, que se vuelva
loca la gente?
Pues eso sí quién sabe cual será, solamente los que saben dar toma, se oye
son los que saben eso.
¿Y para “regar” tiene que ayunar?
Sí, hay que ir en ayunas para que a uno no se le pegue.
¿Y hay unos que sean más peligrosos que otros?
Pues el remolino solamente, porque es un remolino, a veces no se da cuenta
uno como lo agarran, le tuerce a uno el cuerpo, sí son peligrosos, son los que
hacen agarrar fiebre.
Hay un aire que me decían causaba desesperación, ¿“amanca yeyecatl”?
Ah sí pues, ese es desesperación y al mismo tiempo que no lo deja a uno
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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estar en paz, no lo deja dormir a uno porque es muy enfadoso, muy latoso.
¿Y el “chichiltic yeyecatl”?
Ese es rojo.
¿Y qué le pasa a la gente con ese?
Ese les agarra calentura, el caliente, el chichiltic nomás le duelen los
huesos.
¿Y el aire frío?
Ese es torcido, el caliente ese, totonca yeyecatl, pa’ la calentura.
¿Y los de la noche?
Esos no dejan dormir, nomás no dejan dormir y está uno delirando mucho
y luego los...
¿Y el alamatzin y el ahuehuentzin?
Esos son del agua, esos son los que provocan en el estómago.
¿Cuál de los aires es el más, el más malo, el que agarre más duro?
Pues el de la calentura solamente, totonca yeyecatl, ah y el del remolino.
¿Y uno que le dice yeyecatl couasihuiztli?
Pue ese es para el dolor de huesos.
¿Y el couasihuiztli qué es?
Pues es dolor de huesos que da en las rodillas, en los pies, son puro dolor
de huesos.
¿Y siempre riega con doce muñequitos?
Sí siempre, solamente de noche, ahí se riegan otros cinco más, una crucecita,
una estrella, dos estrellas una crucecita y un papaxiote que le decimos, la carrera
del Señor Santiago.
¿Cómo hace usted la balsita para regar en el río?
Antes ocupábamos agua sola, ahora ya no, nomás ese, ahora ocupamos
cartón de tapa de huevo, antes se usaba de cañuela de milpa, así se hacía la
camita, pero ahora ya todo eso ya se pasó, ahí ponemos los tamalitos y las cuatro
velitas, se van a ver las ponemos adentro o en el... como es cartón, se hunde, y
así ya nomás se ponen las velitas en la orilla del río, porque siempre tiene que
llevar velitas, por los muertos que se llegan a morir adentro del agua.
¿Y el alamantzin y el ahuehuentzin qué son?
Esos son dos viejitos, viejitos del agua pues, son los meros aires grandes
del agua. Son aires pues, sí, son personitas, por eso les dicen ahuehuentzin,
alamantzin, viejito, viejita. Gracias a Dios que nunca los he visto, porque dicen
que son bien traviesos, son bien duros, los han visto, ‘ora sí, yo pienso que los
que no hacen oración, porque sí los han visto.
¿Son malos?
Sí, son bien fuerzudos. Antes los veían mucho en el agua, salían mucho,
Testimonios de un pueblo nahua
ahora ya no, ya se van desapareciendo porque esos se plantan casi a donde hay
manantiales grandes, que nunca se seca el agua, ahí es donde viven ellos, el
ahuehuentzin el alamantzin.
¿De día o de noche salen?
De cualquier rato, cualquier momento esos se pueden ver, hasta de día
salen.
¿Y alagarto hay aquí?
Pues solamente en el río de San Juan, pero en este río no, sólo en San Juan
en el río Balsas.
¿Usted también riega a las personas que están del otro lado?
Sí, con la ropa nada más, se limpia la ropa y se va a dejar por allá, otra vez
si deja uno y vuelve uno a rociar la ropa, y allá ellos se componen, le digo que
es una cosa muy maravillosa, porque aquí nomás la ropa y allá él siente el alivio.
Por eso casualmente se les riega a la hora, porque eso es importante también,
regar a la mera hora que se espantó, o regarse antes, pa’ cuando llega la hora ya
los aires ya recibieron su comida. Por eso este aire lo voy a regar a las nueve, por
eso voy a regar a las siete para que allá llegue a la hora, a las nueve.
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Testimonios de un pueblo nahua
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¿Usted sólo rifa con maicitos, o también con baraja?
Con maicito sí, con baraja pero solamente para dificultades, para saber de
dificultades de los enfermos, nada más, pero para los aires no, yo no le entiendo,
dicen que hay muchas personas que le entienden en las barajas y yo no.
¿Cómo se dice en mexicano “regada” o “regar”?
Notlacacahuilian, nitlalcahuili, le voy a ir a dejar, eso quiere decir, le voy a
dejar nitlalcahuili, quiere decir que le voy a curar, pero así, con regada.
¿Los muñequitos hombres y las mujeres son aires también?
Es como un huentli, que se lleva para cambiar esos malos aires para que
ellos den la sombra de esa persona. A cambio de ese huentli dan ellos la sombra
de aquella persona.
¿Y cómo es que les habla, qué les dice para que suelten la sombra?
Les habla, que tliltic yeyecatl, cotsiltic yeyecatl, sepoca yeyecatl, amanca yeyecatl,
totonca yeyecatl... todos, para que todos, si tiene calentura, si tiene lo que sea
se le quite.
¿Cuando los agarra un aire, primero van al médico o...
Pues unos se van con el médico y ven que no les hace provecho y ya entonces
vienen con uno. Por eso le digo, la norteña ya se retecuró con médicos, y no la
pudieron curar, pues no. Pa’ luego nos dicen a nosotros jicaleros.
¿Y a los que echan baraja cómo les dicen en mexicano?
Para buscar, tlapepemoua con cartas, buscar, vaya.
¿Y al que da “toma” cómo le dicen en mexicano?
No sé, si ese es el curandero nagual, porque nagual yo siento que son de
esos que tienen...
¿A usted quién le enseñó para que “rifara”?
Yo definitivamente me enseñé por una necesidad que tenía yo muchos
niños, seis, y cada rato se enfermaban, a cada paso, y una señora que casi ya la
había yo aburrido, porque cada tercer día, cuando no uno otro, y como todo
esto estaba lleno de zonteteros de hormigas, había harta de noche y siempre
esta niña estaba bien granosa del cuerpo, todo el tiempo tenía sus granos, y ya
yo le buscaba yo y dice, no, ya riégale tú, ya puedes; yo no puedo le digo, dice
sí, te lo voy a apuntar, si es de noche yo ya no puedo ir de noche, como ya era
grande (de edad avanzada) también. Y me lo apuntó y entonces me empecé a
enseñar, me enseñé con ella mi hija, y ahí la tiene mire.
¿Usted es de aquí de Xalitla, aquí nació?
Yo sí, del otro lado (del río), Xaliteca.
Doña Marcia Apolínea «Virgen» 04.III.95
Vive en Xalitla, aunque es originaria de San Agustín Oapan. Está casada,
tiene 59 años y diez hijos.
Aprendió a curar cuando ingirió la “toma”. “Rifa” con maíz y con barajas,
da la “toma”, “riega”, atiende partos.
Carlos Cuesta me llevó a la casa de Doña Marcia Apolínea. Nos recibió
Don Salvador, su esposo, y nos relató la manera como su mujer se había iniciado
en el arte de curar. Ella estaba enferma de un dolor de estómago que ya le había
durado mucho tiempo. Debido a ello fue a San Agustín Oapan a curarse.
Tuvieron que darle ocho “tomas” y hasta el final se mejoró.
Lo que pasaba era que ella no quería aceptar el don que se le ofrecía.
Bajo el efecto de la “toma” se “le aparecía el diablo” y le decía que le iba a
dar mucho dinero, pero ella no aceptaba… hasta que se le apareció una mujer
y le dijo que sólo si aceptaba curar se podría aliviar. Esa mujer le aclaró que ese
don era cosa de Dios, y que sería para ayudar a la gente. Hasta entonces Doña
Marcia aceptó el don de curar.
“Pero desde que estamos yendo a las pláticas de renovación cristiana, ella
ya no cura” insiste el esposo, “nos dijeron que era malo creer en esto… por eso
ya no cura mucho mi esposa”.
¿Aunque curar sea para hacer el bien? pregunté.
Don Salvador titubeó y me explicó: “una vecina le dijo a mi esposa que se
acordara de cuando ella andaba pidiendo que la curaran, porque mi esposa ya
quería que la curaran pronto, y que si la yerba le había dado ese don de curar
tenía que ayudar a los demás”.
“Sí” continuó Don Salvador “yo tambien me acuerdo cuando yo andaba
pidiendo que me curaran, ya quería que me aliviaran pronto, por eso luego me
la pienso de que ella deje de curar”.
“Ella ya aprendió mucho, ella sola aprende de la toma, nadie le dice nada, es
como si estudiara, pero sin libros, la toma le hace ver las cosas. Utiliza cuatro
yerbas, las junta y ya no falta nada.La yerba ya también le dijo que no necesita
de ayunadores. Nomás con que yo esté cuidando basta”.
“Y todavía me dice mi esposa que tiene mucho que aprender. Curó a un
señor, que cuando supo quién le había echado la cochinada quería una pistola
para matarlo y vengarse. Yo no lo dejé porque luego iban también a echarle la
culpa a mi esposa, pues ella le había dado la toma”.
Es evidente esa ambigüedad respecto a la religión entre los curanderos,
pues aunque se les prohibe trabajar con métodos de adivinación, ellos insisten
en que si Dios les dió ese don, ellos deben de utilizarlo para curar a los demás, y
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Testimonios de un pueblo nahua
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que lo malo sería que trabajaran para el demonio. Ellos insisten en que lo hacen
con Dios, y en que necesitan rezar y ayunar mucho.
Relata Don Salvador: “Además es peligroso curar, porque hay gente que le
quiere hacer daño a mi esposa, por ejemplo, cuando ella no quiso curar a una
señora, (ésta última) se fue enojada y tiempo después a mi esposa le salió algo
malo por atrás… ”
“En el templo encontraron la foto, boca abajo, de una señora que se había
muerto poco tiempo antes. La foto estaba debajo de una veladora, esa señora se
murió porque le habían hecho una cochinada”.
“Hay gente que se muere por la misma yerba. La mujer de M.C., no resistió
la toma y se murió”.
“Como yo no creía en eso, a mi no quería darme la toma, ¡ni siquiera me
quería curar! El otro día llevaba a mi hijo con el doctor porque el chamaco
tenía mucha tos, y me dijo mi vecino ¿a dónde vas? ¡qué vas a andar yendo con
el médico, deja que lo cure tu esposa! Eso no es de médicos, ¡es cochinada! De
todos modos lo llevé con el doctor, fuimos con P. y se alivió”.
06.III.95
La iniciación de doña Marcia
Doña Marcia y yo estuvimos platicando largo rato. Es una mujer de
agradable y fácil sonrisa, por momentos me pareció hipomaniaca, su discurso
es de contenido predominantemente religioso.
Estuvo varios años enferma del estómago, con “fiebre mansa”. Ya no podía
hacer nada, estaba prácticamente postrada en cama.
Dice Doña Marcia: “ya había visto muchos médicos y tomado muchos
medicamentos sin resultado, yo tampoco creía en los curanderos, pero me
engañaron, me llevaron a Ahuehuepan con una señora que me dió un remedio,
me dijo que era azúchil molido. Me metieron en una casa, me acostaron en
una cama, oculta detrás de unas sabanas que usaban de cortinas. Hubo doce
ayunadores. En todo el cuerpo me untaron el remedio, me fui atontando y ví
cómo se formaban dos veladoras encendidas… esa vez no me alivié”.
“Me dieron una segunda toma y entonces ví que estaba en mi casa, en el
pasillo, y del fondo salía una culebra, grandota, enseñando las fauces. Busqué
un machete y la corté en dos; la parte de atrás quedó separada de la cabeza,
luego salió volando por el patio y desapareció. Siguieron dándome tomas,
hasta que me decidí a tomármelas yo sola. Y así, sola, sin maestro, aprendí
directamente de la yerba, pues Dios me dió licencia”.
“He tomado la toma 52 veces, así aprendí a rifar con cuarenta maíces
grandes y veinte copalitos en una jícara de agua. También con las barajas sé
rifar. Es indispensable primero rifar, para saber de qué se va a curar a la gente,
y para saber cuánto remedio hay que darle. Es como si quisieras remendar un
pantalón y antes de ver de dónde está roto empezaras a meterle tijera”.
“No es tan fácil como simplemente dar la toma, también hay que ayunar,
ni agua hay que tomar, porque si no, no funciona el tratamiento. Hay que
rezar mucho, pedir licencia a Dios, porque él es el que cura, no uno... También
hay que poner velas encendidas en cruz, sahumar con copal y a veces llevar la
ofrenda al camposanto”.
“El primer caso que atendí, yo ya lo esperaba, porque la toma me lo había
anunciado, como en una visión, y me lo había profetizado dos meses antes de
que llegara el paciente”.
“Un día se presentó un señor muy delgado, que aunque era joven parecía
viejito, por flaco y acabado, caminaba con un bastón y llegó diciéndole a
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Salvador mi esposo que por favor me dijera que lo curara. El se enojó, pues
pensó que yo había andado anunciándome, aún sin haber terminado de curarse
yo misma.¡Cúralo pues aunque se quede loco! me dijo Salvador enojado. No le
hace que me quede loco -dijo el señor- pero ¡que me dé la toma! Ya que le dí la
toma vio que el que le había echado el mal había sido su compadre. Él quería
vengarse, pero clarito le dije que yo no quería venganzas”.
07.III.95
Las plantas
Me comenta que las yerbas que ella utiliza son la de San Pedro, la
Concepciona y la Magdalena. Menciona otra que también usa: “Si el tenechiatl
se toma en ayunas, “entra”, deja como borrachito, untado hace ver “cinito” (es
un alucinógeno)”.
La primera vez que Doña Marcia tomó la “toma” fue al cabo de 6 años
de estar enferma. Durante todo ese tiempo padeció un dolor de estómago. La
primera vez vio que todo se movía, la casa y las paredes. Lo de las velas fué
después.
Cuando ella empezó a autoadministrarse la toma empezó a mejorar. Una
de las primeras veces, la que la curó definitivamente, le gritó a su marido para
que fuera a ver lo que le había salido por abajo (por el ano), “una culebrita”, que
no se quería salir… Cuenta el marido: pero ella la atrapó fuerte con los dedos y
la sacó para demostrarme que esa lombriz no era natural: “pero mire estos hilos
(cuerdas de nylon como para pescar) pues de estos tenía amarrados en la cola la
culebrita, ¿quién se los puso?”
La “toma” ya le había mostrado cómo, quién y cuándo le habían hecho el
mal, el hechizo.
“¿Quieres vengarte del que te echó el mal?” le preguntó la visión, un señor
sentado, chaparrito. “Bueno, pues ¡toma esto! -sobre una tablita había unos
frasquitos- pero al señalar los frasquitos, el señor se agachó y se le alcanzaron
a ver los cuernos, ¡era el diablo!”
“¡No!” dijo ella “no quiero nada de venganza, sólo quiero curarme. Ya luego
Dios me dió licencia para curar, pero nomás para ayudar a la gente”.
Ese día, Don Salvador me había insistido en que su señora tenía mucho
quehacer, que sólo media hora me iba a platicar, que para qué quería yo saber
eso, que si yo quería curar, eso era cosa seria, delicada.
Ella retomó el ejemplo del pantalón que se quiere remendar metiendo
tijera antes de ver dónde está la falla. Lo ejemplificó con su hermana, la de
Oapan, que quizo “rifar” y “regar” a su propia hijita. Esta última se mejoró,
pero la “lumbre” se le pasó a la hermana (la madre de la niña) y cayó enferma
con fiebre. Entonces mandó llamar a Doña Marcia para que la curara.
Doña Marcia hizo la “rifa” con los maicitos y se dió cuenta de lo que su hermana
había hecho.
“¿Ya sabes rifar tú? Pues entonces ¡cúrate!” le dijo molesta, interrumpiendo
la “rifa”. La hermana reconoció su error, y se dió cuenta que no es posible curar
sin “saber de veras”. “Sin tener el don, eso es peligroso. Si se cura a alguien que
le echaron malo, luego el que hizo el hechizo va a querer desquitarse y atacar al
curandero, por eso el curandero tiene que ayunar mucho y estar siempre cerca
de Dios”.
Me explicó que cuando a ella le pagaban por su trabajo. Lo primero que
hacía era atender las necesidades del templo, y lo que sobraba era para ella y
para su familia, y no al revés, como hacían otros curanderos. Recalcó: “A la
gente le gustaba cómo les sobaba yo, les entraba bien la sobada con mis manos,
a diferencia de otras personas que les sobaban y como si nada, seguían igual”.
Al final de la entrevista, ya que volví a aclarar el objetivo de mi estudio
y les mostré mi identificación universitaria, Don Salvador se sintió más en
confianza y hasta me platicó un episodio dramático de su vida, cuando se robó
a la que fuera su primera esposa y de cómo ella murió.
“La madre le ha de haber hecho algo para que no viviera conmigo. Ahora
está muy viejita y está arrepentida”. Luego me propuso que nos conociéramos
más, y que yo hasta podría llegar a ser padrino de alguno de sus hijos.
“Recibí con gusto los hijos que Dios me mandó”, comentó Don Salvador.
Tuvieron doce hijos, de los que sobreviven diez.
Una vez, él y su esposa aceptaron que ella tomara anticonceptivos: “Para
que se ayuden y puedan mantener a sus hijos” argumentaba la señora que
insistía en darles los anticonceptivos.
Un día, luego de dos meses de estar tomando los anticonceptivos, Doña
Marcia amaneció muy triste, y le explicó a Don Salvador que había soñado
que en un árbol estaba colgado un niñito, amarrado de la barriga y que estaba
pataleando pidiendo ser salvado.
Una señora (que ella identifica como la Virgen) le dijo: “Marcia, ¿no quieres
salvar a esos niñitos que van a morir?”
“Estamos pecando gravemente Salvador, mejor hay que aceptar los hijos
que Dios nos mande, algunos de ellos pueden llegar a ser licenciados, pueden
llegar a hacer algo en la vida”.
171
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
172
17.III.95
Doña Marcia, bajo el influjo de la “toma”, frecuentemente experimentaba
alucinaciones visuales místicas, veía “a la Virgen de Guadalupe que se hizo
morena como nosotros”.
Fué a Iguala, a un curso de renovacion cristiana, y estando en grupo
experimentó alucinaciones de tipo visual y cenestésico: “Sentía que me
apachurraban con un yunque en todo mi cuerpo, todo me dolía, un fuego me
llenaba y me quemaba mi cuerpo, veía al señor Jesucristo que se desprendía de
su cruz y se me caía encima en el pecho.”
Doña Marcia hace dos reflexiones que manifiestan una profunda
ambivalencia:
“Si cada vez que tomo la “toma” se me aparece la Virgen de Guadalupe,
entonces eso no puede ser pecado, pecado es que uno se vengue del que le
mandó el daño”.
“Desde que me acerqué a la iglesia, a los cursos de renovación, y sentí esa
lumbre y mi cuerpo todo golpeado, entendí que yo no debo andar curando, eso
significa que se me pasa el mal, se me pega el daño que tenían las personas que
curé”.
“A un señor de San Juan” explica, “le dí la toma y vió a quien le había
enviado el mal”.
“¡Ah! ¿Conque me andas amagando, eh? Pues ahora vas a ver que se te va
a revertir” decía el enfermo, mientras tomaba tierra del suelo y mencionaba el
nombre del que había provocado su enfermedad. Luego escuchamos los “cuetes”
(disparos), y supimos que alguien había muerto. El muerto era la persona que
había mencionado el enfermo que recibió la toma”.
15.IV.95
“Cuando alguien tiene dolor del corazón, punzadas o piquetes, se le soba el
pecho con tenechiate, mezclado con “ontura” de manzana y mostaza”.
A los niños con “daño”, a los niños que “les calientan la sangre” se les
da mezcal, agua de epazote y aceite rosado. Es fácil que les hagan daño,
nomás porque te gusta... deseas abrazarlo y no te dejan, entonces se ponen
llorosos, enfadados. A los niños no se les puede dar “toma”, sólo se les soba con
azúchil”.
“Después de dar toma, les doy un masaje con “zopilote”, una planta que
parece mamey, la mezclo con grasa de animal y ya que queda bien negro,
lo unto. Después de la toma la gente queda “tiernita” y debe quedarse en
reposo, aunque sea cinco días. Cuando arrojan la lombriz, entonces hay
que echarle alcohol y quemarla porque es “lo malo”, a veces no basta con
poco alcohol y hay que echarle más, hasta que prenda”.
“No hay que darle toma al que tenga medicina encima, hay que esperar
ocho o diez días, si no, se empeora, se muere. Así le pasó a B.: sólo tenía
cuatro días de haber dejado de tomar medicinas y le dieron la toma, por eso se
intoxicó, se puso negro, no pudo arrojar lo malo, se le atoró en la garganta”.
Respecto al difunto B. comenta :
“Yo había soñado, había visto carne de res colgada de los árboles como para
orearse. Cuando me desperté pensé, eso es porque van a velar a alguien”.
“Luego fuimos a visitar a un enfermo y les avisé que no debía tomar nada
todavía, que tenía que esperarse. El enfermo ya se estaba mejorando porque los
evangélicos le iban a rezar en la mañana y en la noche. Con la oración ya hasta
había empezado a caminar, hasta había ido al templo, por eso se animaron a
darle la “toma”.
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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“Un médico de Tonalapa quería hacer una investigación para saber por qué
había muerto B., pero nadie le quiso decir nada de la toma”.
“Cuando siento que me chingaron o cuando sueño que alguien me aborrece,
me curo yo sola con la toma. Mucha gente me aborrece, porque a los que ellos
les hicieron mal para ya no verlos yo les saco la enfermedad y luego allí ya
andan sanitos”.
Don Salvador dice: “Vinieron a rogarle que curara a alguien. No quisimos.
Los mandamos con otros curanderos, pero ellos no querían más que con mi
esposa. Me dijeron que si el enfermo se moría entonces el pecado iba a ser de
mi señora por no haberlo querido curar, teniendo ella el don que Dios le dió.
Entonces les dijimos que sí, que lo iba a curar”.
Doña Marcia agrega: “Nomás empiezo a curar y luego me llaman y me
siguen, no puedo salir a ningún lado porque me llaman, me insisten y ya no
puedo hacer nada”.
“Yo siento cuando al sobar la gente tiene malhecho, en mis manos siento
como si fueran cabellos que estuviera desenredando, y otra gente que no tiene
este don no siente nada”.
13.V.95
Doña Marcia me recibió preocupada porque le dijeron que yo me iba a
hacer rico si llegaba a aprender a curar. Disipé sus inquietudes y seguimos
conversando. Interrumpimos la plática porque llegó una señora embarazada a
pedirle que la “sobara”. Descubrí que Marcia también es partera.
“A cada quien le da Dios los medios para curar. Las plantas que yo uso
son magdalena, maría manuela, de San Pedro (tenechiate) y la Concepciona
(cecetzin). Se usan mezcladas, para untar”.
Las cartas
“Las cartas me sirven para rifar, es lo primero que se debe hacer. Los oros
significan dinero, el 7 de oros es buena suerte, el 2 de oros es la sombra, las copas
grandes significan el número de vasos de la toma; las copas chicas también,
pero cuando son más de seis. El número máximo de vasos de toma es doce. Se
dan de cuatro a doce vasos, según la enfermedad, según la persona. Primero se
dice o se piensa el nombre de quien se va a rifar, luego se barajea y se dan tres
golpecitos en las cartas. Se leen tres veces, colocándose de diez en diez. Así se
sabe el futuro de la persona. Las espadas son dificultades, son de gente geniosa.
También indican el camino (el 3), el 4 indica dolor de estómago”.
Tuvimos que recoger rápidamente las cartas porque Doña Marcia vio
que se acercaba una señora del pueblo, y no quería que viera que estábamos
rifando con la baraja. Me explicó que el padre les había pedido que llevaran
al templo todas las cosas que usaban para adivinar, pues las iban a quemar.
Llevaron romero, mostaza y otras plantas, alguien incluso llevó una herradura
que usaban para adivinar.
14.V.95
“El tenechiate o San Pedro lo uso para el coasihuiztli. Lo ligo con 2 dientes
de ajo, un chile serrano, cinco granos de sal y un puñito de cal. Lo aplico como
sobada en donde le duele”.
“Mucha gente cochina nomás lo tira (el coasihuiztli) en el camino, y uno lo
recoge… pero si tarda, entonces echa raíz”.
“Hay otros remedios pero yo no las uso, como el cacaloxóchitl (remedio
blanco como la leche) con el chiquimolin, se da la mitad en toma y la mitad en
lavado, son cuatro y cuatro vasos, que no esté tan espeso, un vaso cada hora”.
“Para el coasihuiztli se usa hueipactli con cecectzin, dos vasos en lavado y
dos vasos tomados. El tlacopatli pitsahuac se usa tomado para el coasihuiztli, o
untado con aceite”.
“El remedio de tlápatl, que es una flor morada, blanca, su fruta son como
cuernitos, como toritos, se usa para postemillas, para dolor de muelas: se ponen
las brasas en una olla de peltre, se aspira el humo por la boca sin echarlo un
rato, y salen los gusanos de las muelas, todos tenemos gusanos en la boca”.
“El postecpactli con cebo de res es el pegahueso”.
Doña Marcia Apolínea «Virgen» 04.III.95
Vive en Xalitla, aunque es originaria de San Agustín Oapan. Está casada,
tiene 59 años y diez hijos.
Aprendió a curar cuando ingirió la “toma.” “Rifa” con maíz y con barajas,
da la “toma”, “riega”, atiende partos.
Carlos Cuesta me llevó a la casa de Doña Marcia Apolínea. Nos recibió Don
Salvador, su esposo, y nos relató la manera como su mujer se había iniciado en
el arte de curar. Ella estaba enferma de un dolor de estómago que ya le había
durado mucho tiempo. Debido a ello fue a San Agustín Oapan a curarse.
Tuvieron que darle ocho “tomas” y hasta el final se mejoró.
175
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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Lo que pasaba era que ella no quería aceptar el don que se le ofrecía.
Bajo el efecto de la “toma” se “le aparecía el diablo” y le decía que le iba a
dar mucho dinero, pero ella no aceptaba… hasta que se le apareció una mujer
y le dijo que sólo si aceptaba curar se podría aliviar. Esa mujer le aclaró que ese
don era cosa de Dios, y que sería para ayudar a la gente. Hasta entonces Doña
Marcia aceptó el don de curar.
“Pero desde que estamos yendo a las pláticas de renovación cristiana, ella
ya no cura” insiste el esposo, “nos dijeron que era malo creer en esto… por eso
ya no cura mucho mi esposa”.
“¿Aunque curar sea para hacer el bien?” pregunté.
Don Salvador titubeó y me explicó: “una vecina le dijo a mi esposa que se
acordara de cuando ella andaba pidiendo que la curaran, porque mi esposa ya
quería que la curaran pronto, y que si la yerba le había dado ese don de curar
tenía que ayudar a los demás”.
“Sí” continuó Don Salvador “yo tambien me acuerdo cuando yo andaba
pidiendo que me curaran, ya quería que me aliviaran pronto, por eso luego me
la pienso de que ella deje de curar”.
“Ella ya aprendió mucho, ella sola aprende de la toma, nadie le dice nada,
es como si estudiara, pero sin libros, la toma le hace ver las cosas. Utiliza cuatro
yerbas, las junta y ya no falta nada.La yerba ya también le dijo que no necesita
de ayunadores. Nomás con que yo esté cuidando basta”.
“Y todavía me dice mi esposa que tiene mucho que aprender. Curó a un
señor, que cuando supo quién le había echado la cochinada quería una pistola
para matarlo y vengarse. Yo no lo dejé porque luego iban también a echarle la
culpa a mi esposa, pues ella le había dado la toma”.
Es evidente esa ambigüedad respecto a la religión entre los curanderos,
pues aunque se les prohibe trabajar con métodos de adivinación, ellos insisten
en que si Dios les dió ese don, ellos deben de utilizarlo para curar a los demás, y
que lo malo sería que trabajaran para el demonio. Ellos insisten en que lo hacen
con Dios, y en que necesitan rezar y ayunar mucho.
Relata Don Salvador: “Además es peligroso curar, porque hay gente que le
quiere hacer daño a mi esposa, por ejemplo, cuando ella no quiso curar a una
señora, (ésta última) se fue enojada y tiempo después a mi esposa le salió algo
malo por atrás… ”
“En el templo encontraron la foto, boca abajo, de una señora que se había
muerto poco tiempo antes. La foto estaba debajo de una veladora, esa señora se
murió porque le habían hecho una cochinada”.
“Hay gente que se muere por la misma yerba. La mujer de M.C., no resistió
la toma y se murió”.
“Como yo no creía en eso, a mi no quería darme la toma, ¡ni siquiera me
quería curar! El otro día llevaba a mi hijo con el doctor porque el chamaco
tenía mucha tos, y me dijo mi vecino ¿a dónde vas? ¡qué vas a andar yendo con
el médico, deja que lo cure tu esposa! Eso no es de médicos, ¡es cochinada! De
todos modos lo llevé con el doctor, fuimos con P. y se alivió”.
06.III.95
La iniciación de doña Marcia
Doña Marcia y yo estuvimos platicando largo rato. Es una mujer de
agradable y fácil sonrisa, por momentos me pareció hipomaniaca, su discurso
es de contenido predominantemente religioso.
Estuvo varios años enferma del estómago, con “fiebre mansa”. Ya no podía
hacer nada, estaba prácticamente postrada en cama.
Dice Doña Marcia: “ya había visto muchos médicos y tomado muchos
medicamentos sin resultado, yo tampoco creía en los curanderos, pero me
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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engañaron, me llevaron a Ahuehuepan con una señora que me dió un remedio,
me dijo que era azúchil molido. Me metieron en una casa, me acostaron en
una cama, oculta detrás de unas sabanas que usaban de cortinas. Hubo doce
ayunadores. En todo el cuerpo me untaron el remedio, me fui atontando y ví
cómo se formaban dos veladoras encendidas… esa vez no me alivié”.
“Me dieron una segunda toma y entonces ví que estaba en mi casa, en el
pasillo, y del fondo salía una culebra, grandota, enseñando las fauces. Busqué
un machete y la corté en dos; la parte de atrás quedó separada de la cabeza,
luego salió volando por el patio y desapareció. Siguieron dándome tomas,
hasta que me decidí a tomármelas yo sola. Y así, sola, sin maestro, aprendí
directamente de la yerba, pues Dios me dió licencia”.
“He tomado la toma 52 veces, así aprendí a rifar con cuarenta maíces
grandes y veinte copalitos en una jícara de agua. También con las barajas sé
rifar. Es indispensable primero rifar, para saber de qué se va a curar a la gente,
y para saber cuánto remedio hay que darle. Es como si quisieras remendar un
pantalón y antes de ver de dónde está roto empezaras a meterle tijera”.
“No es tan fácil como simplemente dar la toma, también hay que ayunar,
ni agua hay que tomar, porque si no, no funciona el tratamiento. Hay que
rezar mucho, pedir licencia a Dios, porque él es el que cura, no uno... También
hay que poner velas encendidas en cruz, sahumar con copal y a veces llevar la
ofrenda al camposanto”.
“El primer caso que atendí, yo ya lo esperaba, porque la toma me lo había
anunciado, como en una visión, y me lo había profetizado dos meses antes de
que llegara el paciente”.
“Un día se presentó un señor muy delgado, que aunque era joven parecía
viejito, por flaco y acabado, caminaba con un bastón y llegó diciéndole a
Salvador mi esposo que por favor me dijera que lo curara. El se enojó, pues
pensó que yo había andado anunciándome, aún sin haber terminado de curarse
yo misma.¡Cúralo pues aunque se quede loco! me dijo Salvador enojado. No le
hace que me quede loco -dijo el señor- pero ¡que me dé la toma! Ya que le dí la
toma vio que el que le había echado el mal había sido su compadre. Él quería
vengarse, pero clarito le dije que yo no quería venganzas”.
07.III.95
Fui a visitar a Don Salvador Ramiro y a Doña Marcia. Él estaba arreando las
chivas, ayudándole al chivero para que las llevara al río a que tomaran agua.
Sin dejar de hacer sus tareas, me invitó a pasar. Vi a su esposa al fondo, en la
cocina, almorzando con uno de sus hijos. Platiqué un rato con Don Salvador,
hablamos sobre la casita que están construyendo, sobre su chamba, sus hijos,
etc.
Doña Marcia llegó, saludó y se fue a sentar a un lado, dejando cierta
distancia. Don Salvador se distrajo un poco con sus ocupaciones, y pude
reanudar la conversación del día anterior con Doña Marcia.
Las plantas
Me comenta que las yerbas que ella utiliza son la de San Pedro, la
Concepciona y la Magdalena. Menciona otra que también usa: “Si el tenechiatl
se toma en ayunas, “entra”, deja como borrachito, untado hace ver “cinito” (es
un alucinógeno)”.
La primera vez que Doña Marcia tomó la “toma” fue al cabo de 6 años de estar
enferma. Durante todo ese tiempo padeció un dolor de estómago. La primera
vez vio que todo se movía, la casa y las paredes. Lo de las velas fué después.
Cuando ella empezó a autoadministrarse la toma empezó a mejorar. Una
de las primeras veces, la que la curó definitivamente, le gritó a su marido para
que fuera a ver lo que le había salido por abajo (por el ano), “una culebrita”, que
no se quería salir… Cuenta el marido: pero ella la atrapó fuerte con los dedos y
la sacó para demostrarme que esa lombriz no era natural: “pero mire estos hilos
(cuerdas de nylon como para pescar) pues de estos tenía amarrados en la cola la
culebrita, ¿quién se los puso?”
La “toma” ya le había mostrado cómo, quién y cuándo le habían hecho el
mal, el hechizo.
“¿Quieres vengarte del que te echó el mal?” le preguntó la visión, un señor
sentado, chaparrito. “Bueno, pues ¡toma esto! -sobre una tablita había unos
frasquitos- pero al señalar los frasquitos, el señor se agachó y se le alcanzaron
a ver los cuernos, ¡era el diablo!”
“¡No!” dijo ella “no quiero nada de venganza, sólo quiero curarme. Ya luego
Dios me dió licencia para curar, pero nomás para ayudar a la gente”.
Ese día, Don Salvador me había insistido en que su señora tenía mucho
quehacer, que sólo media hora me iba a platicar, que para qué quería yo saber
eso, que si yo quería curar, eso era cosa seria, delicada.
Ella retomó el ejemplo del pantalón que se quiere remendar metiendo
tijera antes de ver dónde está la falla. Lo ejemplificó con su hermana, la de
Oapan, que quizo “rifar” y “regar” a su propia hijita. Esta última se mejoró,
pero la “lumbre” se le pasó a la hermana (la madre de la niña) y cayó enferma
179
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
180
con fiebre. Entonces mandó llamar a Doña Marcia para que la curara.
Doña Marcia hizo la “rifa” con los maicitos y se dió cuenta de lo que su
hermana había hecho.
“¿Ya sabes rifar tú? Pues entonces ¡cúrate!” le dijo molesta, interrumpiendo
la “rifa”. La hermana reconoció su error, y se dió cuenta que no es posible curar
sin “saber de veras”. “Sin tener el don, eso es peligroso. Si se cura a alguien que
le echaron malo, luego el que hizo el hechizo va a querer desquitarse y atacar al
curandero, por eso el curandero tiene que ayunar mucho y estar siempre cerca
de Dios”.
Me explicó que cuando a ella le pagaban por su trabajo. Lo primero que
hacía era atender las necesidades del templo, y lo que sobraba era para ella y
para su familia, y no al revés, como hacían otros curanderos. Recalcó: “A la
gente le gustaba cómo les sobaba yo, les entraba bien la sobada con mis manos,
a diferencia de otras personas que les sobaban y como si nada, seguían igual”.
Al final de la entrevista, ya que volví a aclarar el objetivo de mi estudio y les
mostré mi identificación universitaria, Don Salvador se sintió más en confianza
y hasta me platicó un episodio dramático de su vida, cuando se robó a la que
fuera su primera esposa y de cómo ella murió.
“La madre le ha de haber hecho algo para que no viviera conmigo. Ahora
está muy viejita y está arrepentida”. Luego me propuso que nos conociéramos
más, y que yo hasta podría llegar a ser padrino de alguno de sus hijos.
“Recibí con gusto los hijos que Dios me mandó”, comentó Don Salvador.
Tuvieron doce hijos, de los que sobreviven diez.
Una vez, él y su esposa aceptaron que ella tomara anticonceptivos: “Para
que se ayuden y puedan mantener a sus hijos” argumentaba la señora que
insistía en darles los anticonceptivos.
Un día, luego de dos meses de estar tomando los anticonceptivos, Doña
Marcia amaneció muy triste, y le explicó a Don Salvador que había soñado
que en un árbol estaba colgado un niñito, amarrado de la barriga y que estaba
pataleando pidiendo ser salvado.
Una señora (que ella identifica como la Virgen) le dijo: “Marcia, ¿no quieres
salvar a esos niñitos que van a morir?”
“Estamos pecando gravemente Salvador, mejor hay que aceptar los hijos
que Dios nos mande, algunos de ellos pueden llegar a ser licenciados, pueden
llegar a hacer algo en la vida”.
17.III.95
Doña Marcia, bajo el influjo de la “toma”, frecuentemente experimentaba
alucinaciones visuales místicas, veía “a la Virgen de Guadalupe que se hizo
morena como nosotros”.
Fué a Iguala, a un curso de renovacion cristiana, y estando en grupo
experimentó alucinaciones de tipo visual y cenestésico: “Sentía que me
apachurraban con un yunque en todo mi cuerpo, todo me dolía, un fuego me
llenaba y me quemaba mi cuerpo, veía al señor Jesucristo que se desprendía de
su cruz y se me caía encima en el pecho.”
Doña Marcia hace dos reflexiones que manifiestan una profunda
ambivalencia:
“Si cada vez que tomo la “toma” se me aparece la Virgen de Guadalupe,
entonces eso no puede ser pecado, pecado es que uno se vengue del que le
mandó el daño”.
“Desde que me acerqué a la iglesia, a los cursos de renovación, y sentí esa
lumbre y mi cuerpo todo golpeado, entendí que yo no debo andar curando,
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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eso significa que se me pasa el mal, se me pega el daño que tenían las personas
que curé”.
“A un señor de San Juan” explica, “le dí la toma y vió a quien le había
enviado el mal”.
“¡Ah! ¿Conque me andas amagando, eh? Pues ahora vas a ver que se te va
a revertir” decía el enfermo, mientras tomaba tierra del suelo y mencionaba el
nombre del que había provocado su enfermedad. Luego escuchamos los “cuetes”
(disparos), y supimos que alguien había muerto. El muerto era la persona que
había mencionado el enfermo que recibió la toma”.
“A “Meleco”, un señor de Iguala que había visto muchos médicos y que le
brincaba el estómago, como si tuviera algo allí, se le aparecían animales del
agua y los mencionaba con voz entrecortada: cocodrilos, sapos, pescados, etc.
Estaba muy flaco, casi para morirse, y me pidieron que lo curara, que si moría
no me echarían la culpa a mí, pues más valía hacerle la lucha. Le unté el cuerpo
con tenechiate y le dí la toma, dos, tres veces”.
El enfermo no aceptaba quedarse en casa de Doña Marcia durante una
semana para que lo curaran. En una de las “tomas” pidió doce ayunadores y
le dió cinco litros de “toma”; primero dos litros tomados, luego dos litros por
lavativa y luego, como pidió más, le dió otro litro tomado. El señor quedó “como
muerto, no reaccionaba y los ayunadores mejor se fueron, habían llegado a las
cinco de la mañana y ya era de noche. Hasta que “Meleco” reaccionó, Marcia
le preguntó que si ya había reaccionado, le dió un poco de caldo y también ella
comió, pues había ayunado durante todo el día”.
15.IV.95
“Cuando alguien tiene dolor del corazón, punzadas o piquetes, se le soba el
pecho con tenechiate, mezclado con “ontura” de manzana y mostaza”.
A los niños con “daño”, a los niños que “les calientan la sangre” se les
da mezcal, agua de epazote y aceite rosado. Es fácil que les hagan daño,
nomás porque te gusta... deseas abrazarlo y no te dejan, entonces se ponen
llorosos, enfadados. A los niños no se les puede dar “toma”, sólo se les soba con
azúchil”.
“Después de dar toma, les doy un masaje con “zopilote”, una planta que
parece mamey, la mezclo con grasa de animal y ya que queda bien negro, lo
unto. Después de la toma la gente queda “tiernita” y debe quedarse en reposo,
aunque sea cinco días. Cuando arrojan la lombriz, entonces hay que echarle
alcohol y quemarla porque es “lo malo”, a veces no basta con poco alcohol y hay
que echarle más, hasta que prenda”.
“No hay que darle toma al que tenga medicina encima, hay que esperar
ocho o diez días, si no, se empeora, se muere. Así le pasó a B.: sólo tenía
cuatro días de haber dejado de tomar medicinas y le dieron la toma, por eso se
intoxicó, se puso negro, no pudo arrojar lo malo, se le atoró en la garganta”.
Respecto al difunto B. comenta :
“Yo había soñado, había visto carne de res colgada de los árboles como para
orearse. Cuando me desperté pensé, eso es porque van a velar a alguien”.
“Luego fuimos a visitar a un enfermo y les avisé que no debía tomar nada
todavía, que tenía que esperarse. El enfermo ya se estaba mejorando porque los
evangélicos le iban a rezar en la mañana y en la noche. Con la oración ya hasta
había empezado a caminar, hasta había ido al templo, por eso se animaron a
darle la “toma”.
“Un médico de Tonalapa quería hacer una investigación para saber por qué
había muerto B., pero nadie le quiso decir nada de la toma”.
“Cuando siento que me chingaron o cuando sueño que alguien me aborrece,
me curo yo sola con la toma. Mucha gente me aborrece, porque a los que ellos
les hicieron mal para ya no verlos yo les saco la enfermedad y luego allí ya
andan sanitos”.
Don Salvador dice: “Vinieron a rogarle que curara a alguien. No quisimos.
Los mandamos con otros curanderos, pero ellos no querían más que con mi
esposa. Me dijeron que si el enfermo se moría entonces el pecado iba a ser de
mi señora por no haberlo querido curar, teniendo ella el don que Dios le dió.
Entonces les dijimos que sí, que lo iba a curar”.
Doña Marcia agrega: “Nomás empiezo a curar y luego me llaman y me siguen,
no puedo salir a ningún lado porque me llaman, me insisten y ya no puedo
hacer nada”.
“Yo siento cuando al sobar la gente tiene malhecho, en mis manos siento
como si fueran cabellos que estuviera desenredando, y otra gente que no tiene
este don no siente nada”.
13.V.95
Doña Marcia me recibió preocupada porque le dijeron que yo me iba a
hacer rico si llegaba a aprender a curar. Disipé sus inquietudes y seguimos
conversando. Interrumpimos la plática porque llegó una señora embarazada a
pedirle que la “sobara”. Descubrí que Marcia también es partera.
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“A cada quien le da Dios los medios para curar. Las plantas que yo uso
son magdalena, maría manuela, de San Pedro (tenechiate) y la Concepciona
(cecetzin). Se usan mezcladas, para untar”.
Las cartas
rato, y salen los gusanos de las muelas, todos tenemos gusanos en la boca”.
“El postecpactli con cebo de res es el pegahueso”.
“Las cartas me sirven para rifar, es lo primero que se debe hacer. Los oros
significan dinero, el 7 de oros es buena suerte, el 2 de oros es la sombra, las copas
grandes significan el número de vasos de la toma; las copas chicas también,
pero cuando son más de seis. El número máximo de vasos de toma es doce. Se
dan de cuatro a doce vasos, según la enfermedad, según la persona. Primero se
dice o se piensa el nombre de quien se va a rifar, luego se barajea y se dan tres
golpecitos en las cartas. Se leen tres veces, colocándose de diez en diez. Así se
sabe el futuro de la persona. Las espadas son dificultades, son de gente geniosa.
También indican el camino (el 3), el 4 indica dolor de estómago”.
Tuvimos que recoger rápidamente las cartas porque Doña Marcia vio
que se acercaba una señora del pueblo, y no quería que viera que estábamos
rifando con la baraja. Me explicó que el padre les había pedido que llevaran
al templo todas las cosas que usaban para adivinar, pues las iban a quemar.
Llevaron romero, mostaza y otras plantas, alguien incluso llevó una herradura
que usaban para adivinar.
¿En la baraja puede ver... ?
Sí, puedo ver todo.
¿Qué es lo que se ve... ?
Pues ahí se puede ver... a qué horas lo vas a dar regada o la limpia y
entonces allí ya los vas nombrando, ya son si nomás doce, son doce los vas a
gritar…
¿Doce vientos?
Si son doce.
¿Cuáles?
¿Cuáles? pues... los vientos, así pues, porque si doce nomás llamas viento
roja y ahí lo sigue de ese de... se entume uno así de todo su cuerpo, y entonces ahí
también se llama de ese... pero como yo puedo con puro mexicano ¿verdad?...
14.V.95
“El tenechiate o San Pedro lo uso para el coasihuiztli. Lo ligo con 2 dientes
de ajo, un chile serrano, cinco granos de sal y un puñito de cal. Lo aplico como
sobada en donde le duele”.
“Mucha gente cochina nomás lo tira (el coasihuiztli) en el camino, y uno lo
recoge… pero si tarda, entonces echa raíz”.
“Hay otros remedios pero yo no las uso, como el cacaloxóchitl (remedio
blanco como la leche) con el chiquimolin, se da la mitad en toma y la mitad en
lavado, son cuatro y cuatro vasos, que no esté tan espeso, un vaso cada hora”.
“Para el coasihuiztli se usa hueipactli con cecectzin, dos vasos en lavado y
dos vasos tomados. El tlacopatli pitsahuac se usa tomado para el coasihuiztli, o
untado con aceite”.
“El remedio de tlápatl, que es una flor morada, blanca, su fruta son como
cuernitos, como toritos, se usa para postemillas, para dolor de muelas: se ponen
las brasas en una olla de peltre, se aspira el humo por la boca sin echarlo un
14.V.95
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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Dígalo... dígalo...
Chichiltic yeyecatl, Sepohca yeyecatl, Totonca yeyecatl, Amanca yeyecatl, Tetsilca
yeyecatl, Pitsacatl yeyecatl, Morado yeyecatl, ahí están, son doce.
¿Esos son todos los aires?
Sí, pero si en la noche, vas a rifar, vas a dar limpia, son dieciocho, diecisiete,
del lucero, estrella, Citlalcruz, Yeyecatl couasihuiztli, Yeyecatl Chichiltic, Sepohca
yeyecatl, Tomanca yeyecatl, Pitsacatl yeyecatl, Citlalcruz, Citlalcueyo, Citlalhuey,
Chicnatipa yeyecame, Chicnatipan Chachcaua, Chicnatipan señores, Chicnatipan
tati, Chicnatipan estrella; así ya lo viste en la baraja, está atorado de ese persona,
ya sabes como lo vas a destrabar... Estás cobrando, tú te vas a obligar, tú ya
tienes obligación, porque ya le metiste la mano.
¿Es igual con el couasihuiztli?
Sí, es igual, entonces cómo te va a agarrar couasihuiztli? para agarrar esa
enfermedad, alguien te aborrece ¿verdad? entonces a la mejor ayuna, y andas
haciendo por allá en el hormiguero en el camino, en el cerro, lo está gritando
vientos de arriba, y los nombras vientos, y yo también me nombras para que
ese viento que me agarre. Entonces de ahí le viene la enfermedad, ahí viene
enfermedad, por eso el vientos todo sabe, vientos te pueden poner con la boca
chueca, te pone tu ojo volteado, te puede tu ojo cerrado, te puede poner sordo,
vientos todo puede...
¿Pueden hacer que la gente se quede loca?
Pues no, pues loca cuando dice que... bueno, no sé pero me platicaron, que
se pone loca solamente le dan hueso de... polvo de muerto. Lo saca, huesito del
panteón... Pues así pecado grande, mejor que lo agarre con chingadazo que le
dé, hasta que se llene, y ese le va a doler hasta una semana pero ya, se compone.
Y Dios nunca te perdona.
¿Y eso se puede curar?
Algunos se componen, pues, algunos no.
¿Y hay alguna otra forma de rifar aparte de la baraja?
El agua pues y los maicitos. El agua es especial para si pierdes animalito,
caballo, un burro, tu ropa, dinero, es la agua especial para que cosas se pierden.
Sí, y la baraja especial para enfermos.
¿El huentli ustelo hace?
Sí.
¿Cuántos tiene que hacer?
Lo necesario, ahí te dice la baraja, cuánto es necesario. Pues vientos así,
si no están completos, cómo se va arrimar, y a lo mejor ese necesario que lo
llamara para lo soltara de ese enfermo. Todo tiene su chiste, no nomás como
quiera.
Testimonios de un pueblo nahua
Sí, no vas a decir “ahorita ya voy a ganar de presto, cobro de 600, 700 y
nomás de las doce de la noche voy a regar voy a llegar ya está copal, ya está
maicito, ya masita, lo voy a hacer muñequitos rápido y para eso ya está, y ahora
si dame botella con alcohol, con mezcal, con agua, ya está todo, me da ahorita,
le voy a dejar” ¡pero no sabes de que sufrimiento!. Y entonces ese que lo estás
curando, su gente dice: “Híjole nos cobró caro, ahorita se vino y ahorita ya se
fue, pero bien caro cobró”. Bueno, pero ellos ni saben cómo andas sufriendo tú,
si comes o no comes, si duermes o no duermes, nomás la van a decir “Mmm...
rápido lo ganó, ahorita se vino y ahorita ya se fue”.
Algunos mira, comen, toman agua, hasta a la tienda pasan a tomar
refresco, bien llenos se van, cobran 100, 50, 30, entonces mejor no fueran.
¿Y funciona esa curación?
No, por eso no se alivian pues.
¡Ay Dios, cuando me acuerdo de todo... yo lloro... yo sufrí harto, harto... !
Y cuando mi primera vez me dieron toma, (comienza a llorar doña Marcia) mi
cara no puedo bajar, ni puedo agarrar nada, mi mano así, mis pies así...
¿Entumida?
Ya bien duras mis manos así, mis pies así, ni me puedo parar, ni me puedo
voltear, nomás me está agarrando... cuando me acuerdo yo lloro, digo ¡ay Dios!
Allá está mi padre, ese lo dio para sufrir, pero yo con Dios me quedo siempre.
¡A qué hora de la noche! Despertaba yo con dolor de barriga, dolor de barriga, lo
metía yo tenexiate, de mi boca ahí venía gusanito, bien delgadito, puntiagudos,
donde quiera. Empezaba a salir a curar así aunque no me componía yo, pues
ya no tenemos qué cosa vamos a comer ni mis hijos... ya no hay qué cosa que
comer, tristeza, ya no tenemos ropa, ya no con qué nos vamos a bañar, no hay
pues... no hay jabón, aunque no me componía yo empecé a salir como me dijo
el remedio, dice tú oblígate, empiezas a salir, dice, empiezas a rifar, a curar,
dice, mismo vas a ir curando y mismo tú te vas a ir curando.
¿Le dieron toma seis veces?
No, veinticuatro veces me dieron toma. ¡Cuánto dinero gasté! Ya hasta me
había desesperado. Ahora sí, me dijo, te vas a rifar, aquí está tu baraja, aquí está
todo tus frasquitos de puro remedio. Me dijo de qué remedio, “ahí está untura
de manzana, aquí está bálsamo, aquí esta de este brillantina, aquí está de este
aceite amargo, ahí está de zopilote, aquí está de un frasco de cebo, aquí está un
frasco de... aquí está frasco llénalos”. entonces vi a una señora, lo va poniendo
en una tabla, dice “ahora todo ese te toca, ahora sí, aquí está tu sahumerio”
¡ándale! dice, me pegaba, ¡ándale lo vas a recibir, cómo te vas a aliviar, cómo
te vas a sanar si no quieres! Empezó a nombrar pueblos por pueblos, tú vas a
ser curandera…
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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¿Y la voz era como de mujer, o de hombre... ?
Es la señora, una señora viejita, ya hasta ya está como encorvadita, así
me platicó... empezó a nombrar, dice Mezcala, La Colonia, y Xalitla, y San
Juan Tetelcingo y Tlamamacan, San Marcos, Analco, Oapan, San Miguel
de Tejuiciapa, Tula, San Francisco Ostotipan, Totolcintla, Ahuatlixpan y
Copalillo y otra vuelta, Ahuelican, Ahuehuepan, Tonalapa, Palula, Maxela,
Tecuescontitlán, Zazamulco, Zacacoyuca, Santa Teresa, Tepecua, Sabana y
Rincón de la Cocina y Tuxpan, Iguala, Zapotal, Ceja Blanca y Buenavista
Cuella, y de ahí ese pueblo de las Marías y Cuernavaca y Cuautla, Morelos,
Zacatepec, Atecomapa, Morelos, fíjate, ahí todo como me nombró remedio y
todo anduve.
¿Y el remedio entonces es una mujer?
Pues así lo vi en el remedio. Será Dios o será nuestra Madre o solamente
Dios lo sabrá...
¿sabe quién o quienes la agarraron?
Seis personas y ellos se iban, de seguro para que tú fueras, seis personas
dice, se fue en el panteón, se fue una a la barranca y ponía veladoras, dice,
con picante, con espinas y ya se iba del panteón, se iban de la iglesia y junto
al hormiguero lo paraban vela, dice, con picante, con espinas y por eso. Y
tú nunca te cuidaste para nada, tú nomás sabes... comes, amanecer y ya vas
buscando qué cosa vas a comer y en la tarde igual, tú estás apurada en ver tu
mesa, para trabajar, y ellos no, ellos apurados para que te chinguen, para te
agarraron así, como tú nunca ayunaste, nunca...
¡Pero entre seis!
Ujum... Por eso no me podía curar tampoco. Cuando lo vi, ya cerquita
ya nomás parece se va a meter así en mi boca... ¡ay! me tapé y empecé a llorar,
dije ¡ay mamacita! Dije aunque no me alivie, pero yo no me lo voy a tragar,
pero enemigo yo lo vi ahí está. Entonces de veras lo vi... se levantó, pero
hasta viene bailando, y viene así, viene haciendo su cuerpo así, y su cola pero
hasta la viene jugando, pero su cuerno así, ‘ira. Fue cuando le dije que no...
que aunque me muera yo, pero no, no voy a recibir, no quiero ¡Ay mamacita!
¡Virgen de Guadalupe!, ¡Reina de México del Tepeyac! ¡Mi santa madre!
¡Ayúdame madre, tápame con tu divino manto, tápame con tu bandera de tres
colores mexicano!... Yo quiero sanar bien como tú me mandaste en el mundo,
yo no quiero pecar, no quiero venganza... ¡Ay mamacita! Empezó, ahí así a
gritar llorando, entonces me dijo... dice, todo lo vi, lo vi de ese una imagen, se
llama dolorosa, dice ¿Deveras no quieres nada? Le digo no quiero nada madre,
dice ¿Deveras? Le digo deveras... Le digo verdade Diosito, no lo voy a recibir,
y nunca lo voy a desear y nunca voy a hacer ese pecado, de pecado ya tengo,
Testimonios de un pueblo nahua
y más pecado voy a tener, no. Yo quiero sanar, yo quiero aliviar, dice ándale
pues, ten, aquí está tu rosario, y fíjate yo no me podía persignar, ni el padre
nuestro yo no sabía yo... Entonces me dieron mi rosario, dice ahora empieza,
vamos a empezar a rezar, le digo ¿cómo pues? no puedo, entonces lo vi que me
agarró así mi mano y dice, a ver tráilo tu mano, ablándalo tu mano, lo vas a
poner blandito. Le digo sí, y me empezó persignar, así me estaba agarrando,
dice que vayas repitiendo no nomás me estés oyendo, cuando dice “por la señal
de la santa cruz... del enemigo líbranos Señor Dios Nuestro, en el nombre del
Padre, del Hijo, del Espíritu Santo, amén”. A ver, que digas “amor de Dios”,
digo amor de Dios... pero verdade Diosito que nunca voy a pecar, nunca voy
a hacer... si un día me hallara qué cosa estoy haciendo mal, mal sentido voy a
tener por allá y en el camino, en el monte y que me agarre, ahí mamacita, ahí
que me muera yo, para que me quite de ese... que cosa voy a andar haciendo, yo
me prometo de todo de mi vida, que nunca te voy a olvidar madre, eso sí, te lo
pido con todo mi corazón, yo quiero cantos, yo quiero rezos, yo lloro por rezos,
porque no puedo, porque no conozco, conociera yo madre, tuviera yo mi libro
¡ay mi madre linda, tú eres tan hermosa, tú eres tan... tú eres mi Madre, tú nos
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salvaste madre linda, Virgen de Guadalupe, reina del Tepeyac! Como tú me
quisiste yo así voy a querer a tus hijos, voy a salvar a tus hijos. Dice ¿De veras?
Le digo mamacita sí, yo sí ese lo deseo porque yo quiero que tus hijos... dice, tú
vas a ser madre, tú vas a ser madre de mis hijos y vas a ser madre de mis hijas,
te voy a dar mis hijas y mis hijos. Le digo sí mamacita, yo quiero de tus hijos.
¿Y le enseñó un canto... ?
Y entonces me enseñó el “Padre Nuestro” y “Gloria al Padre, gloria al
Hijo, gloria al Espíritu Santo, María madre de gracia, madre de misericordia
en la vida y la muerte para... en la vida y la muerte, gran señora, santísimo
sacramento, Hijo del Eterno Padre, alumbra mi sentimiento para que mi alma
te alcance, para que se salve.” Sí, ta’bonito, ese me enseñaron en el remedio,
yo no voy a decir que yo... o de la iglesia, no, o que una persona vino y me
enseñó.
El otro día... le daban ganas de cantar.
Pues cantos, allí en el remedio todo, yo ni uno sabía... siempre yo, como
siento tengo pena, tengo vergüenza, lo único ahora cuando salgo, ahora como
este, dos meses salí de coronera acá ¡ay, pero sentía yo ese hermoso canto! Se
me vino llorar y cantar, y me corrían mis lágrimas, y yo pensé, dije, Madre,
eres tú eres tan buena mamacita, tú me quieres mucho madre, pero yo siempre
tengo pena de ti mamacita, tengo pena de ti Padre, pero qué me va a dar
fuerza, qué me va dar valor, sólo tú me vas a dar valor y fuerza, yo no soy nada,
yo soy basura, me conozco, soy puño de tierra Padre, pero de este mi boca
bendícelo que esté yo allí... de este momento en el camión, que esté yo como
instrumento, que esté yo como trompeta Padre, yo quiero cantar, pero yo no
voy a cantar, voy a ser como instrumento, y se me vino el canto ese y les gustó
harto.
El remedio me dice todo, le digo, viejito en ocho días viene una persona, lo
voy a curar, lo voy a curar, ahora ya voy a ser curandera, ya voy a ser enfermera,
ya voy a ser doctora y ¡viva Marcia Apolínea, viva! Yo no sé qué cosa decir, tú
muchacho, porque siempre así decía yo... .¡viva!
Pues este como, me llegaba asi, dice... y lo vi que me preguntó una
muchacha, dice ¿a dónde es? le digo yo soy de San Agustín Oapan, entonces
dice ¿de qué voz… de qué voz eres? Sí, le digo sí (doña Marcia emite sonidos
que no son propiamente del náhuatl, trata de decir que con el remedio pudo
hablar en un idioma desconocido), entonces yo le decía que yo sí, porque yo
camino con mis pies y yo trabajo con mis manos, y voy a trabajar y me van a
conocer de personas de pueblos y por pueblos, porque yo no soy bruja, yo sé
porqué Dios vive, porqué Dios está hablando, y Dios me está enseñando como
los voy a querer de sus hijos, abrazar con mis dos manos, y así yo lo veía y así
Testimonios de un pueblo nahua
yo lo platicaba, y entonces él me platicaba más y entonces yo les contestaba así,
todo, pero dilaté pues, como dos veces tomé remedio así.
¿Y cómo esas palabras? ¿Qué quieren decir?
No es en mexicano.
Comenta el marido: ahora cuando dejó de beber esta toma, le digo, ahora
dejaste tu estudio, yo le dije, tú te estabas dando un estudio bueno a lo mejor,
le digo yo, pero ya no quieres, ni modo le digo, no, me dice, es té re bien
amarguísimo.
¿Y en mexicano cómo se dice curandera?
Pues neua ni tepachia, neua nihuale nicnitequiste yau, cocolistli te, si te pa
teteniu.
¿Y bruja o brujo?
Naguali, por eso lo veía, así hablaba yo pero, yo le decía yo no soy bruja,
soy hija de Dios, y Dios me quiere mucho, y yo sé porque no soy bruja, pero
Dios me quiere por eso,
¿Aprendió a distinguir eso?
Mjm... así como los conocía yo de qué, como uno, cómo se porta, uno
cómo vive, uno cómo se porta, cómo anda de noche y luego decía yo, ustedes
son brujos, pero no les dio Dios para que anden pecando, Dios les dio para que
anden paseando nomás. Yo me quiero sola, aunque no me quieran de todos
modos ya sé como es su sentido, yo sé cómo es sus mañas, yo quiero a Dios, me
quiere mucho. Yo no así, no me dio sentido Dios así como a ellos, yo misma
me consolaba yo. Y sí, de veras cual más personas me aborrecían. Y ahora como
ya dilató que no tomo remedio, mismo me voy fijando que no me hablaban y
ahora sí me hablan, yo digo quizás si de veras son brujos, el animal nomás es
de su dueño, y así a veces le digo a mi marido, le digo corazón, por qué no me
dices si soy bruja, dice ¿Por qué? Le digo, ¿y cuando me dormía yo contigo?
Ahora ya dilató, ya nos apartamos, le digo ¿Cuando dormía yo contigo ¿no
brincaba yo pa’llá? ¿no me veías si iba yo de bruja, si de zopilote, si de perro,
si de marrana, si de caballo... nunca me vistes corazón? Dice, estás loca, ‘onde
estás siguiendo ni sabes, ‘onde estás echando pedos dice, aunque que te jale
coyote ni vas a sentir, nomás estás roncando. Nunca te veo si te levantas. Dice
nunca te veo si te andas levantando. Le digo mira, ¿por qué lo sueño? Aunque
de mi sueño lo sueño que lo paso un calle y lo encuentro perro, y me quiere... se
va agachando perro, ya después lo diviso, pero ya después son personas ya, en
esa placita de la iglesia está rascando perro, pero sus orejotas así bien orejón, un
perro y su cola hasta lo esta jugando, pero ya después lo veo cuando otra vuelta
pasa, pero ya son personas ya lo conozco y lo veo de veras que me aborrece,
porque le digo y los diviso, ¿por qué? le digo, corazón, ¿qué soy bruja cómo?
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- dice bah que tú no sabes, le digo mira corazón le digo, si fuera bruja que no
un día despertara yo por allá, siempre amanece mí cama pero mi espíritu no
sabemos como Dios... como Dios si... si anda con Dios no sé como, así solitos
no solamente mi espíritu sabe y mi Padre, yo no sé nada.
Y los que son Naguali, ¿se levantan en la noche?
No sé, como yo no soy bruja no sé si así hacen pues.
(…)
Ya se estaba muriendo.
Ya está acabando... ya está acabando, le digo, y ahora ni modo si se va
a morir... qué tanto, porque no primero me dijeron, qué no se dieron cuenta
de que estaba yo yendo a Oapan, y por qué apenas me lo trajeron, y ya a otro
lado lo llevaron, no quisieron que yo que lo cure, tuvieron fe para allá, pues
ni modo, yo sentía yo que ya no, pero como mi marido dice, no ahora si que
hagas dice, por ellos, y vueltas y vueltas dice, ni duermen aquí de la noche,
están gritando, pero vete a verlos. Lo fui a ver, nomás lo empecé, lo estaba
yo rezando y lo estaba yo sahumando y lo regué, una limpia le di y se ve que
tantito, lo agarré su juicio y lo sacó pa’abajo poquito, y ya después me dijeron
pues que me viniera, y de veras le digo mira, si lo matamos yo no voy a tener
la culpa, y allá quien sabe qué cosa remedio le dieron, y aquí también otra
persona le dio, y no lo sacó nada, también esa otra persona le dio. Y ahora otro
remedio le voy a dar, y si lo matamos ellos me van a echar la culpa, ahora cómo
van a decir, pues ni modo, dice, pero que le hagamos la lucha, bueno. Entonces
lo llevé remedio, lo molí y cuando le di parece que nomás lo fue a traer, pero
primero la regada le di, como dos noches, la limpia le di, la regada, pero a
las cuatro de la mañana uno le di y uno más nochecita, cuando ya es noche,
cuando ya venimos de la iglesia. Las diez de la noche, y uno a las doce de la
noche le di y para otro día le di, parece nomás lo fue a traer el remedio, porque
ya lo había yo... lo... lo rifaba yo de noche y de día, me sentaba yo, lo voy a rifar,
a ver cómo quiere. No que lo vi que nomás un vaso le voy y medio nomás le
voy a echar lavado, pero no va a ser espeso, medio aguado, y no va a ser entero
el remedio, porque si entero lo mato, y ese lo voy a echar poco y le di y… con
rezo quiere, no nomás así, y de ahí empecé a sahumar, a sahumar, lo persigné
su frente, sus pies, sus manos, ahora sí, siéntate, tómatelo, te lo vas a tomar
nomás de un jalón, dice sí, y le di nomás un jalón, lo tomó, un vasote bien lleno.
Acuéstate ahora sí, acuéstate, le empece a sobar su barriga, pero parece pura
agua, le digo ahora sí, voltéate, y le eché lavado y lo sacamos, aunque ahorita le
digo ahí la cola pero... sale grande remedio, como cántaro lo destapó y nomás
allá lo mudé de ese litro y pa’bajo, pa’bajo y hasta lejos lo está tirando, híjole, ni
modo, aquí que Dios que diga, y lo sacó, cuando después fue a tomar agua, lo
Testimonios de un pueblo nahua
tomó agua, le digo, no vas a tomar bien grande, nomás vas a tomar medio vaso,
se lo tomó y se va a quedar. Le digo, y ahora sí te voy a echar lavado, ahora puro
agua, no va a ser nada remedio, dos vasotes, le eché agua, pura agua, limpia, lo
fue a traer, ¡vómito! pero ¡vómito! corre en medio lo está sacando y abajo igual.
Después dice, ahora sí me quiero bañar, y lo bañamos, dice, ahora si ya estoy
bien, ya estoy bien, nomás estaba diciendo, ¡ya estoy bien gracias a Dios y la
Virgen!”, dice, a ver, no me querías curar. Le dije, después vamos a platicar,
te compongas y ya, acuéstate, dice ándale señora tráilo caldito, pero caldito
blanco calientito y pedacitos de tortillita. No comió tortillita, puro caldito, y
le digo ahora sí ya tomó caldito. A cada hora, a cada hora, a cada hora le están
dando, y que sea jugo de naranja aunque sea la mitade la naranja que lo manda
a pedir, y al ratito otro poquito caldito, y así de a poquito pero cada hora, cada
hora para que agarre su juicio. Yo ya me voy, mañana no vengo, hasta pasado
lo vengo a ver, pasado lo fui a ver y ya...
Ya estaba bien.
Ya estaba bien. Y ahora ya se casó el muchacho.
¿Y qué es lo que tenía?
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Pues no sabemos, como harto remedio lo sacó y casi no nos fijamos, como
en la noche, pero feo lo estaba sacando.
¿Pero no vio nada ella, de lo que le pasaba?
Si pues, todos de que cosa los vas a conocer, todos los nombra y todo de
quién y a donde les dan, y cómo piensa esa persona que les da, cómo hace,
qué día pensó, yo así me dijeron, qué día pensaron para me chingaron, como
platicaban, cómo me hicieron... Sí, ahí se sabe todo, por eso dice que ahí
entra enemigo de tí, porque si lo viste ese personaje sí es cierto, y si no es
cierto entonces ahí como lo viste en el remedio, entonces lo vas a aborrecer a
esa persona pues, como lo viste y lo conociste, lo nombraste y ahora si ya te
compones ya no lo voy a hablar, nunca le voy a hablar, tantos años que viva ya
no lo voy a perdonar, pero Dios más si quiere, yo siempre decía yo, yo lo voy a
perdonar, yo lo voy a perdonar, yo lo voy a hablar. Y así pues que... (empieza
un canto) “Buenos dias corazón, buenos dias padre Jesús, te venimos a rogar,
buenos dias padrecito, ya llegaron tus hijos, trajeron muchos regalos, buenos
dias corazón, ya llegaron tus hijas con mucho devocion, nuestro padre Jesús, ven
a saludar que hoy de tu santo padre Jesús Nazaret. Y mucho regalos te trajeron
tus hijas y muchos tus regalos te trajeron tus hijas, que lo recibas nuestro padre
con mucha devoción, que lo recibas nuestro padre con mucha devoción, ya viene
amaneciendo luceritos ya vienen bajando, ya viene amaneciendo la estrella de la
mañana, buenos dias corazón buenos dias jesusito, tu nos puedes ver con todos
sus ojitos, tu nos puedes a ver con tus dos tus ojitos, ya viene amaneciendo, ya
viene rayo del sol, ya viene amaneciendo ya viene el rayo del sol.”
Una lección de herbolaria
Voy a moler tenexiate, con esta piedra y con cebo de res.
¿Que polvito es este?
De ese de... cal, por eso le dicen tenexiate, pero lo lleva tantito calita con
cebo y con ese semillita.
¿La semillita era del tenexiate también?
Ajá, de tenexiate, este polvito de su semillita también.
¿Y éste qué polvito es?
De ese que le dicen hueypactli.
¿Y ese es el cecectzin?
El cecetzin, entonces los dos nomás así, se muele éste y se muele este, y
entonces ya lo vas colar, pero bien molido también, y ya lo vas a colar y ya le
das uno.
Testimonios de un pueblo nahua
Esos juntos, el cecectzin y el hueypactli.
Ajá, y este ahora ya los revolvimos éste con ese va a ser... Ese es especial
para sobar…
¿Para sobar?
Ajá, ese no es para tomar, no vas a pensar que lo tome ese, no, ese no es
para tomar, es para sobar. Si para… después ya lo vas a colar, échale y lo vas
a poner en un vasos, cuatro y le empiezas a rezar prendiéndole cuatro velas y
cuatro veladoras, y ahí ya lo pones y se lo pasas el remedio para que lo saque de
esa enfermeday lo vas a decir:
“Cecectzin te alquilo, este día, tú lo vas a sacar enfermedad, yo te alquilo
porque este día tú lo vas a sacar de ese, ese enfermedano sirve. Tú te vienes
en el cerro y no nomás persona tiene poder, tú también tienes poder porque tú
naciste en la tierra negra, en el cerro de ese, tú vives en el cerro. Este día que
te pongas fuerte y no nomás lo vas a dejar esa enfermedad, tú la vas a sacar, te
metes tú hasta las venas, los huesos, y lo vas a lavar toda la carne, los huesos,
límpialo bien, este día. Cecetzin, María Concepciona, te alquilo. Tiene para lo
van a sacar, yo sé porque tú a la orilla del río vives, tú puedes, por eso te alquilo
este día.” Si siete ayunadores lo nombras, siete ayunador. Si ocho ayunador de
todos modos ten, aquí te vamos a acompañar con mucho ayunador, sí, hasta
doce, de todos modos lo vas a nombrar doce, doce ayunadores, pero lo nombras
para más que se ponga fuerte… Y lo persignas tu vasito, de ese en el agua.
Ya bien molido, ya lo colaste y ahora sí, primero un vaso, déjalo como media
hora, siéntate táte viendo, ‘ora sí, otra vuelta, ‘ora sí dale otro, ya acuéstate,
así como lo vas a tallar su barriga, todo, para que donde quiera que entre, ya
después ya, voltéate te voy a echar lavado un vaso, ahora sí ya le echas lavado
de un vaso, ahora acuéstate y ya que ninguno que hable, calladitos, no van a
estar platicando nada y ahora sí, ya cuando lo vas a oír ya le da vómito y vómito
y vómito. Ya nomás otro dale para cuatro, mira, pero te vas a fijar en la carta si
jala cinco, si jala dos entonces son cuatro, ¿no ves dos copas?
Ujum...
Si jalas dos son cuatro, si jala cinco entonces son diez copas, casi así se ve
pues, mismo en el persona, a dónde de este persona y esta carta, lo jaló, cinco
de copas, entonces así lo vas a dar, pero si él lo jala a otro lado pues lo jalo tres,
entonces seis hay que darle, seis vasos, seis copas, ni más ni menos.
Si jala tres de copas son seis vasos.
Seis.
¿Si jala cinco de copas... ?
Son diez... humm... ahí te vas a ir fijando de todo...
¿Cómo le dice, hay una oración?
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Ujum... pues sí, en el oración: “Hueypactli de este día, te voy a alquilar
que tú eres santo remedio, lo vas a sacar enfermedad, qué cosa doctores no
lo pueden sacar, pero tú, te alquilo para que tú, yo sé porque puedes lo vas a
limpiar esa persona, no nomás te va a ganar un persona, hueypactli te estoy
diciendo, ayúdate con cecetzin, que se ayude, que grite pollo, que grite marrano,
va a encaminar carro, ustedes no se van a ir hasta cuando yo los voy a decir que
se van a retirar, entonces sí.” Y ya, si ya lo vistes que ya acabó de así... ya vomitó,
ahora sí sóbalo, todos los ayunadores lo van a sobar...
¿Con éste?
No, nomás con untura de manzana, y ese vas a comprar a Iguala, y
entonces ya lo compras éste, entonces ese ya está así, no apenas lo vas a arreglar,
y entonces con ese ya lo vas a tallar todo su cuerpo, todo su cuerpo, ayunadores.
Que lo tallen todos los ayunadores, tú que reces, que reces agárralo aquí,
agárralo aquí, pero con todo oraciones así, y grítale al Señor, él que te puede,
él que te ayude, pero aquí no lo vas a soltar, porque si lo sueltas este rápido se
sube se acaba uno, aquí tú tiéntalo, tú sóbalo así, así, así todo.
¿En la boca del estómago?
Sí, si alrededor, cuando lo vas a sentir ya llegó al ombligo, ahí ahora si ya
déjalo, ahora sí que lo bañen y si...
¿Con qué lo tienen que bañar?
Con agua, con jabón blanco pero entero.Y ya lo bañaron lo van a sahumar
con copal y lo van a rociar con mezcal, mezcal para que se enfríe todo su
cuerpo, para rápido le va a agarrar sueño para se va a dormir porque el mezcal
son buenos... no ves maguey son fresco es para que se refresque su cuerpo...
Ya después se va a dormir, ya que estén libres, que coman y aunque que se
vayan, pero tú eres curandero, no lo vayas dejando aunque se vayan, pero tú
eres curandero no debe, lo vas a dejar, aunque se vayan ayunadores, tú ahí
te quedas un rato grande. Vélo ya después, si ya despertó, ya me voy, le digo
¿Cómo te sientes? No te responde, pero ya te hace señas que sí, ya te vas, lo
vas a ir a ver hasta el siguiente día, ¿cómo te sientes? ¿cómo estás? Entonces
otra vuelta, tu mismo ya lo jalas este, lo llevas, siempre lo andas trayendo, ya
lo sientes donde se quedó enfermedad, porque a veces se queda el codo que es
aquí, se queda ahí, entonces sóbale, sóbale, sóbale, tállalo, tállalo, hasta lo va a
sentir cuando ya, estirale los dedos y sus manos, y si su pulso se queda poco, tú
tállalo, tállalo hasta pa’rriba, lo vas a sentir, se siente cuando ya salió... pero si
no sale se va truncando como cabello, los dedos, las manos, hasta que al ratito
ya no la aguantas tu mano... por eso yo ya lo dejé, porque yo a veces cuando ya
oré, ya ni siento donde voy a poner mi mano, me pongo almohada, me acuesto
así, a veces lo amarro aquí, lo amarro, lo jalo el remedio éste y me empiezo a
Testimonios de un pueblo nahua
tallar, y ya después me voy a dormir, ya lo tallé, ya lo sueño culebra hasta se va
torciendo… ese couasihuiztle pues…
¿Se le pasa a los brazos?
Sí, se te va a pasar.
¿Y cómo se le sale a usted?
Pues como Dios quizás ya me dio licencia, si me sobo con eso sí se sale
lo...
Sobándose con el San Pedro.
Si, y San Pedro tenexiate, ese todo revuelto también.
¿Y ese para qué es?
Es para lo vas a... con ese tenexiate, con ese San Pedrito y si vas a decir
que nomás lo vas a echar untado, untado si no le vas a dar toma, puro untado
así, pero que no espese, nomás así como que se va a ensuciar el agua y échale,
échale todo, todo en su cabello todo, y que se acueste, pero en el nylon porque
si trapo todo lo va a apachinar el trapo, en el nylon, al poco rato otra vuelta
échale, échale y son nomás cuatro veces lo vas a echar, ¿pa’qué más? Nada más,
ese se compra caro pues, y ahora yo creo que ya va a costar como cuarenta,
asinita frasco y nomás para una persona.
197
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
198
¿Y ese para qué se utiliza?
Para que le de... que lo saque pues...
¿Si tiene couasihuiztli también?
Sí, también, algunos tienen animalitos como ese de Ahuehuepa, lo sacó
tortuga, lo sacó pajarito y uno de Mezcala lo sacó de ese culebrita de cien
pies.
¿De dónde lo sacan?
Lo sacó, su boca.
Si tu marido vive bien y no te regaña y no te maldice, aunque sea pobremente
vas a comer aunque sea salsas, tortillas calientes y cafecito, ‘ira, bien asentada
la comida, nada te va a hacer daño, ¿por qué? porque vives bien. Te hace daño
todo el coraje, ese sí hace daño. Cómo no vas a comer, si apenas tú comiste y
ya llega tu marido y ya empieza, te dice cosas y como apenas comiste, ‘ira, y
te enojas y llega coraje, se junta con tu comida y parece se pone harto, y ahí
se baña todo en el estómago, y aunque uno se enferme las señoras, pero ¿por
qué están enfermas? Porque siempre están peleando, lo espanta su marido y
ya después que se esperan, el hombre, mira mi mujer no se puede sanar, no se
puede aliviar, pero ¿quién tiene la culpa? El hombre, porque los espanta ahora
que lo saque su dinero pues para que la cure ¡bah!
¿Cómo se dice?
Neua nias en can cuallo un persona nicpatis, nicpatis ca tenexiatl, ihuan ca
mostaza, ihuan ihcuech oso mostaza, y ya de que ihcuech o mostaza ni tehuan
tisque romero y de quiluel tequipia cocolistli nictlateuantis nicohuas un yerbita se
llama manuela, un quitoca manuela yehuas san ce hueyic nicuechocs nicpatlas ipan
ce, ce xicali te, para un nicmactocan de noche itsontecon can quicocohua hasta de
nancan pecho sa un patlamis para tlacpac, para masehuihuis sonteco. Su cabeza
que descanse, ya si le que duele su barriga, duele, entonces le voy a dar remedio
tomado y se llama cecectzin y madalena.
¿De qué otra forma se llama la magdalena?
Magdalena, y pues de la Concepciona y también Manuela, son tres,
con cuatro remedio de este que se llama San Pedrito, cuatro necesario para
tomada.
Los cuatro: ¿cecetzin, San Pedro, manuela y magdalena?
Si, para que lo limpie adentro su barriga de qué cosas tiene, si tiene
enfermedaadentro su estómago, tiene enfermedaadentro de su barriga de todo,
de todos sus manos, su espalda lo duele, entonces ese lo vas a dar, lo vas a dar
ese, es primero untada, de dos veces que se marque su cuerpo a para encima.
¿Untado?
Untado, si ya, ya le dítes untado, ya le das toma con siete ayunadores, y lo
ves en el baraja que no suerte tiene, entonces con seis ayunadores. Si pide más
entonces ya no le des, ahí te vas a fijar en el baraja cómo, de ocho jalas son doce
vasos, de cinco jalas son seis, hasta cuatro vasos, cuatro vasos remedio, no lo vas
a ocupar más porque si la ocupas más no lo va a dejar dormir.
07.VII.96
En esta visita nos platicó que se encontraba delicada de salud, pues tenia
cinco meses que la habían operado, y por eso continuaba sin hacer trabajos
pesados. Desde entonces no había hecho curaciones.
Marcia dijo que cuando se sintió mal había ingerido la toma, y que mediante
ésta había podido determinar que su enfermedano la podía curar ella misma.
Requería una operación, pues gracias al remedio vio que tenía un tumor. La
llevaron a Iguala a operarse y le sacaron una “bola de sangre” que ella ya se
había visto con el remedio. Por esta operación le cobraron 7 mil pesos. Comentó
que resultaba muy cansado curar, que ella cobraba 100 o 150 pesos, pero que
cuando ya se sabe curar bien, no era pecado cobrar 3000 ó 3500 pesos.
Los sueños y otras cosas
“Puedo saber lo que quieren decir los sueños. Soñar agua sucia significa
que seguro habrá una enfermedad, y soñar agua limpia es señal de buena
suerte; soñar que uno puede volar significa que tendrá vida larga, que uno
vivirá muchos años”.
“Una noche soñé a una muchacha de Ahuehuepan, al día siguiente llegó
muy grave porque le habían dado remedio y no la habían cuidado bien. Soñé a
esta muchacha con la muerte, a un gato pachón amarillo y unas piernas de res.
El gato significa “el enemigo”; la muerte quiere decir que no hay que darle la
toma porque se muere; las piernas de res significa la muerte, es lo que se ofrece
de comer en los velorios”.
“Seguido sueño perros que me quieren morder, los espanto con una reata,
los perros significan la enfermedad. Si sueño culebras que les echo lumbre, que
las vareo, eso es que la persona tiene couasihuiztli. Sueño también pueblos que
no conozco, pero que después visito para hacer alguna curación”.
“Dios me dió para partera, puedo rezar, puedo pintar, puedo coser, puedo
rifar, puedo sobar, puedo dar toma, curar daño. El daño es cuando un niño te
gustó y se le calienta la sangre, entonces se soba con epazote y aceite rosado”.
“El couasihuiztli se agarra en el camino. De pronto se siente como si te
plantara un clavo; es couasihuiztli si te duelen los pies, si te espina, si no puedes
caminar”.
199
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
200
“El espanto es cuando te tumba un burro o te quemas en la lumbre, si te
lleva el río ya te espantaste. El curandero tiene que decir en dónde te espantaste,
tu no le debes decir nada”.
Xalitla, 07.VII.96
El sueño del niño atado
Entonces, ese lo soñé, tomé pastillas para que no tenga yo familia y me
dijo la señorita de México, te lo regalo manita yo para que trabajes, porque
tu trabajo ta’ muy bonito, y más mejor dinero… que ya no tengas familia; yo
pensé, digo, quizás si deveras lo voy a tomar, porque está trabajoso… cuatro
meses lo tomé pastilla, cada mes una pastilla… Y lo soñé como a las doce de
la noche, la agua está corriendo y estoy lavando en la piedra grande y cuando
lo ví, lo oí, ese niño chiquitito está llora y llora, y a dónde está, donde quiera
diviso, donde quiera diviso pero no veo al niño, se oye que ya está muriéndose
y se oye bien chiquito ese niño. Y cuando lo divisé para allá, a la orilla del río,
sus piecitos se ven nomás, había una viejita, tiene sus nagüitas, le digo, señora
¿a dónde está llorando ese niño?, dice ella ¿quién sabe si nacerá o no?… ‘ora
sí lo ví al niño, está en un ciruelo bien grande, grueso de palo, ya no tiene
hoja, así seco pues, ya no tiene nada de hoja, lo divisé, niñito está colgado
arriba, pero niñito ansinita, como una cuartita y el niñito está haciendo así
sus manitas sus piecitos, por poquito se orina ese niñito, y cuando le dije a la
señora, por favor, que lo vaya a desatar, dice no, yo no tengo derecho, yo no
lo voy a desatar, ¡tú desátalo! dice, yo no. Y le digo ¿por qué? dice, tú sabes
cómo lo vas a desatar, le digo ¿quién lo amarró? Dice, tú te das cuenta por qué
está amarrado. Y cuando así lo ví, estaba mojada mi ropa, me voy a subir en el
palo, pues no puedo, como está mojado mi ropa, me resbalo, y empieza a llorar
¿cómo voy a bajar ese niñito? Pues lo estoy divisando bien chocholetito, pues es
chiquitito pues, niñito... no pude subir pues en el palo, no me subí en el palo,
no pude ¡cómo, pues! Ya cuando le dije, le digo señora, ayúdame lo vamos a
desatar, dice no ¡desátalo tú! Y fíjate, desperté, empecé a llorar, le dije a mi
marido, tú crees qué cosa soñé, dice ¿Qué cosa? Mira, te voy a decir, no sirve
lo que ‘tamos haciendo, y ese niño ya lo soñé, está amarrado, pero nosotros
lo amarramos, nosotros, le digo, porque tú también me dijiste que tome yo
pastilla, yo también yo ya quise, entonces dice, nosotros estamos pecando, dice
tú, no creo duérmete de presto, de por sí te duermes y ni te persignas, le digo
sí, yo me persigno, dice no creo, dice tú estás loca. Y me dormí, ‘ira, pero sueño
no se reventó para nada, parece como no desperté, otra vuelta me dormí y ‘ora
sí, otra vuelta lo ví ese niño ‘ora está colgado pues, le digo, señora, ayúdame,
ayúdame. Dice mira te voy a decir, te voy a ayudar, pero ese niño lo amarraste
tú, ¿qué cosa te hizo? Ahí estás pecando, dice, nunca hay perdón, dice, para
tí, nunca va haber perdón, si no lo vas a desatar. Porque ‘ira, esa persona allá
ya mató, lo divisé, un señor ya lo mataron, apenas ya lo tiraron, le picaron
con un cuchillo, dice, ese se arrepintió de esa persona que mató señor… se
hincó, le dijo, nuestro Padre, perdóname, le dijo, sí te perdono porque ese mi
hijo te estaba ofendiendo… Fíjate, ese ya lo perdonaron, pero tú ¿cuándo te
va a perdonar? dice, si lo vas a matar, un niño pequeño dice, ansinita, que lo
mates, que lo vas a tasajiar, lo vas a moler, él no puede correr, el niño chiquito,
pequeño, él no te puede pellizcar, no te pellizcó nada y ni te patió, ni te cerró
sus ojitos ¿qué cosa te hizo? ni te echó arena, si quieres desátalo. Amaneciendo,
otra vuelta lo platiqué, pero yo sentí mi corazón y empecé a llorar, le dije a
mi marido, ya no voy a tomar pastillas, sí por eso nos vamos a dejar, que nos
déjemos, pero yo ya no voy a tomar, es pecado, y nuestro Padre ya me enseñó de
201
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
202
mi sueño no quiere que tome yo; si vamos a tener niños, que tengamos cuantos
Dios nos va a regalar, cuando nos casamos, le digo, cómo dijimos delante de
nuestro Padre, cuando el padre nos estaba preguntando, dice, lo recibe de
este, arras, lo recibe de este anillo, cómo contestamos ¿no lo recibimos? Sí,
lo recibimos, y cuando dijo lo reciben monedas, para que nuestro hogar no le
falte, y contestamos, la mujer contesta, sí lo recibo, yo lo voy a cuidar para que
nunca falte en nuestro hogar, y nos pregunta otra vuelta el padre, reciben lo
que Dios les regala ¿cómo contestamos? Le digo ¿dijimos que no? ¡dijimos que
sí! y ahora ¿qué cosa hacemos? le digo, y ‘ora tú eres asesino y yo soy asesina, le
digo así, yo lo voy a tirar pastilla, yo no voy a tomar, dice tú sabes, pero ya no
quise, lo tiré. Y después fuí ‘on ‘tá el doctor Pas, estaba yo enferma, y me dijo,
te voy a cortar pedacito para ya no tengas familia, ya está bueno le digo doctor,
de plano te voy a decir, yo si voy a tener veinte, cuarenta, pues ya nomás digo
yo, no porque la mera verdad, Dios sabe cuantitos, cuántos me va a regalar, si
voy a tener cuarenta, cincuenta, yo lo recibo. Dice, pero está muy carestía todo,
madre dice, no hagas eso, ¡cúrate! Le digo, ‘ira doctor, si voy a tener dos y los
dos malos… si voy a tener hartos me los regala nuestro Padre... me van a dar
de comer mis hijos, y hartos, otro llega, mi hija con atolito, otro llega, mi hija
me va a lavar, otro llega, mi hija me va a bañar. Pero te cansas mucho mamacita
dice, trabajas y para tus hijos, le digo ¡ni modo! Dice, niño sufre, algunos no
tienen su ropa, no tienen huarache, le digo sí doctor, puede, vas a tener familia,
y el hombre que trabaje y la mujer que trabaje, los dos, le digo, sí se puede vas
a dar estudio a tus hijos, pero si la mujer se acuesta y el hombre por ahí anda
paseando con sus amigos no se puede, lo vas a decir.
09.VII.96
La elección del Tepatiani
Estaba yo enferma, y doctores y doctores, y nada… como seis años estaba
yo en cama, qué íbamos a conocer, ya después que me dijieron, que te den
toma, para que yo me aliviara, pero yo no creía, cómo que me van a dar, ni
siquiera iba yo al molino, yo, amaneciendo ya estoy sentada en la mesa, estoy
pintando hojas de amate, porque hay pedido de amate, las pinturas pues…
lo creía yo, si había cochinada para que te de, así para que te espine, y hasta
después mi hermana venía de San Agustín Oapan, dice, mira, ya de veras, ya
gastaron, cuñado, le dijo a mi marido, si mi hermana no se puede componer
Testimonios de un pueblo nahua
la mera verdalo vamos a llevar y vamos a hacer la lucha, y le digo a mi marido
cómo lo van a hacer la lucha, yo lo estoy haciendo la lucha con medecina,
aunque más pastillas nada, dice, sí cuñado, lo voy a llevar pues, si se muere mi
hermana, quiera que sea que se vaya morir donde mi pueblo, ustedes saben,
si lo van a llevar que lo lleven… Y me llevaron… ¿qué cosa es esa que me
van a dar? Entonces como chiquita me engañaron, dice ¡bah! dice, nomás ese
su chilito, su punta, y limoncito, su hoja, te vamos a dar lavado, para que se
refresque tu barriga porque está muy caliente, entonces yo le dije que sí, y no
sabía yo pa’qué, esa señora estaba en otro cuarto, cuando llegué a mi casa así,
me lo arreglaron y me lo echaron lavado, yo les sentí que ya se va mi cama pa’
así, como que ya se va volteando mi cama, como que ya empezó a dar vueltas
mi cama. Yo le dije ¿qué cosa me hicieron? me quiere dar vómito ¿qué cosa me
dieron? ¿qué tomé yo? Entonces me dijieron, tómalo para que lo saques, así
vas a sacar esa enfermedad, y lo tomé, ya no aguantaba yo, le digo ¿qué cosa
me dieron? ‘Ora sí, le digo, ustedes me van a matar, no es cierto que me van a
curar, ustedes quieren que me muera yo rápido. Yo sentí oscuridad, sentía yo
que mis huesos se quebraron, lo... y yo sentí que ya no pues, ya no voy a vivir,
me voy a morir un momento… quince ayunadores estaban en el otro cuarto…
yo estaba vomitando, como una borracha, ya después ya no me dí cuenta, lo
ví relámpago, relámpago, relámpago, y ya no sentí pa’ dónde me fuí, yo me
quiero bañar, pero ya me está dejando, y nada lo sentí, nada lo apachurré, ya
después, como no se detiene con la limpia, con la regada, ya hasta entonces me
contó remedio… que un polvo, la señora se fue al panteón, y yo me dormí, las
doce del día y lo soñé, lo ví yo una imagen la Virgen, la Virgen de Carmelita
pa’cá y pa’ allá así... Pero culebra, como me abre su boca, pero qué culebrón,
lo ví, lo jalé, lo trocé culebra, se salió, así, se fue pa’llá y se fue pa’llá, pero
ese nomás lo soñé, entonces allá se fue, pero arriba hasta se va así, y fíjate,
entonces... que no va a salir todo pues, sí, hasta... que no sale... pero cuando
tres veces ya me dieron, dos veces igualmente cuando me dieron, dos veces lo
ví... ¿Qué cosa quiere decir? Que lo ves culebra, que lo ves la Virgen de San
Carmen, dice, véte a dejar tu velita... y pues yo como borrachita, ya tenía como
tres dias que soñé eso... ahí me caí en la iglesia, ya no puedo caminar pues, no
aguanto ¿cómo? ‘Toy bien flaca, no como nada y ya después que yo, me dijieron
dice, quieres tomar remedio, le digo sí, siento que sí, sí ora sí ya quiero por
mi voluntad. Y sí, me dieron, yo pedí pues que sí que me den, y me dieron,
entonces casi que me lo... te vas a aliviar, pero no lejos ese persona te va dar,
en la casa aquí te lo va dar, seis persona me están haciendo, dice, la suegra, con
su cuñada, con su hijo, con su otro hijo, con su hermano, ellos son seis, ellos
ya dijieron, que no nos vamos a morir, pero no nos vamos a morir porque Dios
203
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
204
tan poderoso, cuando lo vi que nuestra madre de Virgen de Guadalupe, hay
madrecita linda de Guadalupe, reyna de México ayúdame madre, cuando lo
ví un bandera y me... Mamacita, ‘ora si le digo, prometo arreglarte para fiesta
y me prometo para día de fiesta voy a barrer, voy a barrer... Dice deveras que
Dios te ha dado… entonces me persignaba yo, lloraba yo… yo, lo sacaba yo
de abajo, harto, harto sacaba, negro... Hasta después lo saqué, así con agüita,
cuando ya nomás estaba yo sola, pero qué persona, quién me daba la toma,
diez veces, fueron once cuando yo lo saqué culebrita, a las doce veces me dijo
¡ya! hasta aquí nomás, ‘ora sí te vas a curar, así dice recibe la jícara, el agua,
copal, maíz, especial para los personas, pierde su ropa, pierde ganado, pierde
lo, bueno, todas las cosas… y aquí está la baraja para los enfermos, este baraja
sirve, la vas a ocupar también para los enfermos y en el agua que te acuerdes
ahí... vas a rifar quién tiene suerte, quién no tiene suerte, y para la una cosa se
pierde, entonces lo vas a ver a dónde… Pero cuando lo ví, yo me reía, sentí, dije,
¿cómo lo voy a estar rifando? Yo no creía en el remedio y lo ví que una señora se
acostó, ‘ta pujando, tiene dolor, y yo, me dice una señora también, dice, sóbalo
mi hermana, sóbalo dice, todo su cuerpo porque tiene dolor, pero tu lo vas a
sacar, ándale dice, entonces una señora me pega, ¡ándale! dice ¿a qué hora la vas
a curar? Le digo, yo no puedo, entonces ¿cómo te vas a aliviar si no quieres? ...y
me daba mi mano, cuando lo veo que lo suelto, no quiere y me va, me zumbaba
mi cabeza, me duele, mi mano, ándale.
¿Cómo era la señora?
Pues su mano lo veía yo así, cuando ví el remedio, cuando estaba yo
borracha, yo nomás lo veía así, y cuando lo agarré, dice, así lo vas hacer, así,
no lo vas a estar jugando, así, lo vas hacer tres veces, cuando vas a ayunar,
otra vuelta lo pones, son cuatro veces, y otra vuelta cuando ya acabaste ya, con
ese chiquihuite lo vas a notar quien persona, cinco veces ora sí ya nomás así
derecho, derecho, no lo vas a estar haciendo así, hartos lo hacen así, sahumerio
lo hacen así, lo hacen así, pa dónde lo quieren sacar, lo sueltan más, por eso
no se componen, tú, dice, lo vas a aliviar todo dice, pero nomás de eso, firme,
firme, así me enseñó ella, me enseñó pero el remedio, no una persona, porque
estaba yo enferma.
¿Cuántas veces había tomado remedio?
Doce, y fíjate, cada vez me curaba yo con tres personas... Pero yo dije
mejor lo voy a tomar yo sola, y fíjate, ‘orita ya tengo ¡órale! más de cincuenta
veces, pero lo saco todo, yo solita me lo saco, ni quién te ayune, yo sola.
¿Y sí se curó usted, después de eso?
Entonces sí, empecé a curar pues, rifo, lo riego, le doy toma, lo voy aliviar, y
yo lo voy a ver cómo, aunque lo acueste, pero lo voy a componer; que guantado,
Testimonios de un pueblo nahua
que la sobada, que la limpia, la regada, y otra vuelta lo voy a rifar, cómo está,
cómo te va a ir con el remedio, pero debo levantarlo, porque ya me dijieron que
lo cure yo, no me importa si tiene dinero o no tiene dinero…
¿Y cómo hace primero para saber de qué está enfermo?
Primero la rifa, como quiera, y no nomás vas a gastar, a batir harto remedio,
si está duro la enfermedad, cómo lo vas a sentir, ¿cómo haces para eso?, debe,
lo vas a rifar, ahí se ve, si cinco, si seis, si siete, si ocho vasos va a ser, y si ocho
vasos son ocho personas, y cinco vasos que dés de remedio entonces son...
¿Se ve cuántos tienen que ayunar?
Sí, se ve cuántos van a ayunar.
¿Y luego le da la toma?
Hasta que llega la hora... primero lo voy a rifar, cómo está, y entonces ya
te voy a decir, ‘ira, si quieres me vas a pagar veinte mil, treinta mil, yo te voy
a decir, no importa pero yo quiero, rífalo, rífalo ¿cómo está? Y sí, yo te voy a
pagar porque tú... yo quisiera yo que me digas ¿qué cosa tiene mi marido?
¿qué cosa tiene mi suegra, mis hermanas? Te lo voy a dar este dinero, luego
allí ya lo jallas, tú, en la baraja ya lo ves cómo está, cómo quieres, ya lo rifaste,
205
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
206
ya me dices ‘ira, no lo voy a dar toma, mañana, mañana yo voy a llegar, que
consigues copal, maíz molido, masita que me lo dejes, yo lo voy a hacer, pero
que tenga ayunadores mañana, seis... y lo voy a regar, pero mañana no le voy a
dar remedio, nomás la regada, la limpia y lo voy a rezar, a qué hora vas a comer,
y tú ya me dices... porque tú ya sabes a donde vas a ir y te voy a poner y vamos
a comer a la una, a esa hora lo vas a comer; dijiera las once yo no puedo decir,
entonces le vas a decir, porque tú vas, obligas. Y entonces y allí ya empiezas a
dar limpia, la regada, ya platicas con ese, mira pues que vengas a dar remedio,
queremos que, pues que lo limpies, ‘ora sí vamos a quedar, yo claramente les voy
a decir cuánto quiero ganar, y este la regada, la limpia ya me pagaron, y ellos te
dicen sí, no te mortifiques, el dinero lo vamos a conseguir, a ver de qué modo
pero lo vamos a conseguir, nosotros lo único que queremos es que se alivie
pues. Y deveras quiere que venga yo, ‘ira una gallina que la maten, pa’ cuando
de el remedio lo van a traer, y quienes van a ayunar, entonces quiero doce,
quiere doce ayunadores, y compra cuatro vela y cuatro veladora, y una cadena
de copal, y van a ayunar, si lo van a dar pollo, si caldo de res, ustedes saben qué
cosa les van a dar… Y así entonces ya llevas, ya ‘tá sabiendo pues, que lo vas a
curar, tú lo llevas remedio, tú lo llevas tu copal, aunque sea dos pedacitos, tú lo
llevas tu remedio de polvito, lo llevas otro pomada, para lo vas a sobar cuando
ya lo dejó remedio, entonces ya lo bañaste… ‘ora si ya me voy, mañana no
vengo, pero pasado sí, sí vengo, que me vayan a traer si tiene carro, si no tiene
carro entonces que te esperen pues, pero vas a ir, porque es compromiso tuyo,
le vas a hacer, cómo lo ves al enfermo, qué le pasa ¿cómo te sientes? Ya está más
mejor, a ver, échale pomada pues… te dan un refresco caliente, no te dieron
dinero, ya no tienes derecho, ya te pagaron, si te dan, no te dan dinero, bueno
ya vine a ver, ya sentí que no le quedó nada de la enfermedad…
O sea que es complicado todo, varios dias...
Si se quedó (la enfermedad), si la sentiste se quedó d’esa enfermedad,
entonces vas a ir cuatro veces, para sobarlo con pomada… entonces a donde
se quedó le echas polvito y sobada para que salga… ’tá duro ¿no? Por eso ya lo
dejé, ya no quiero pues. Y así pues, te digo que donde me metía gracias a Dios
que todo, todo se componía.
¿Por eso la buscaban mucho?
Así... preguntan por mí… ya no quiero, la mera verdá’ que ya no, ‘ira ¿sabes
por qué todo lo miento? Cuando lo vas dar, lo saca vómito, qué pestilencia,
para sacar flema, podrido, apesta... y aunque te den de comer, tu vas a tener
obligación, lo vas a jalar ‘onde se sentó, hasta que lo sanes... porque tú tienes
obligación, vas a cobrar, ayunadores van a cobrar 50 mil.
¿Los ayunadores también cobran?
Testimonios de un pueblo nahua
Sí, es aparte ellos.
... está trabajoso para que andes por ahí y aparte no vas a dormir, porque
si te duermes... te chingan, no vas a dormir... porque te van a decir, te dio
porquería para que te mueras ¿verdá’? …y entonces voy a decir ‘ora sí que se
cuide, ese de veras puede curar, va a sacar enfermedad, ‘ora que se cuide, yo
entonces me voy a enojar, él que se cuide, yo como toro bravo, y a ver a dónde
lo voy a encontrar, a ver a dónde lo voy a jallar, pero lo voy a buscar… Por eso
es peligroso para que ande curando uno, solamente si nuestro Padre te dió don
para curar, pero si nuestro Padre no te da don, no puedes. Dios te dió don, no
porque tomaste puedes, de nacimiento lo trajiste y ninguno te lo va a sacar,
Dios te dió de nacimiento, no creas porque tomaste remedio pudiste…
¿Ustese acuerda de quién fue al primero que curó?
Sí, sí me acuerdo, un señor vino de Ahuehuepan, entonces ni un persona
curaba yo, dice lo soñó, me soñó dice, le dijo a mi marido, señor, este muchacho
ya me vine aquí, me va a curar tu mujer, y mi marido le dijo, contestó, no, mi
mujer no te puede curar, ella no se puede componer ¿cómo te va a curar? pero
yo lo soñé, le dijo, ninguno me dijo, yo lo soñé, y mi marido dice, no es cierto
207
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
208
¡vete señor, vete señor! y dice no, yo ya vine, y va a venir mi gente al ratito…
gracias a Dios que no se murió, se alivió. Ya después, cuando estuvo una
semana aquí, cuando se fue dice, ya me voy, cúrate dice, ya te puedes ir, que
le pongan medecina, vitaminas, dos litros de suero, vas agarrar tu fuerza, dos
años después, en San Francisco, ahí lo encontré, en el camino, ya ni lo conocía
yo, estaba bien gordote, pero él me conoció… le digo quedaste bien muchacho,
dice, gracias a Dios, no me duele ninguna parte, yo trabajo bien...
09.VII.96
“Para rifar a una persona necesito cuarenta granos de maíz y veinte
pedacitos de copal, dos velas y dos veladoras”.
“Cuando una persona está enferma tengo que ir al panteón a pedir permiso
a las ánimas para “buscarle” a esa persona. Primero rezo en la entrada, y luego
en cada una de las esquinas del panteón. Luego tengo que poner una ofrenda
en el centro del panteón, cuatro platos de caldo de pollo, cuatro panes, cuatro
jarros con chocolate y cuatro velas, después rezo ahí. Esta ofrenda no la pueden
comer las personas, sólo los animales.Luego tengo que visitar al enfermo para
ver si está mejor”.
“En la rifa puedo ver el número de personas que necesitan ayunar en una
curación con toma. Pueden ser seis, ocho o hasta doce ayunadores, se lo digo a
los familiares del enfermo y ellos tienen que conseguirlos, antes se les pagaba a
los ayunadores 30 ó 50 pesos, pero ahora cobran hasta 100 ó 150 pesos”.
“Yo ya no quiero curar, porque es muy peligroso y muy cansado, si no
cumplo el ayuno puedo enfermarme”.
19.VII.96
Una curacion con la «toma»
Los ingredientes que se utilizaron para la preparación de la “toma”
fueron:
- 1 vaso de 300 ml. lleno hasta el tope de semillas de cecectzin o
“Concepciona”, que triturado en un molino manual rindió un vaso y medio.
- Media “copita” de la combinación de dos ingredientes llamados “manuela”
y “magdalena”.
- Medio vaso de 300 ml. de “hueipactli”: un tallo seco, triturado también
en el molino manual.
Además se utilizaron cuatro velas y cuatro veladoras que previamente se le
habían solicitado a la paciente, y un garrafón con agua bendita.
Participaron en el ritual:
- La enferma (DC).
- La curandera. (M).
- Cuatro ayunadores (M había solicitado seis ayunadores, pero dos de ellos
no llegaron a la cita).
- Una cocinera.
El ritual se inició aproximadamente a las 4:30 a.m. con la preparación
de los ingredientes de la “toma”. Se molieron las semillas de cecectzin y de
hueipactli en un molino de mano hasta pulverizarlas.
En una cubeta de plástico se mezcló medio vaso de polvo de hueipactli con
un vaso de la mezcla de “Concepciona” más Magdalena y Manuela (dejando
sin mezclar el medio vaso de polvo restante de esta combinación). Todo se
mezcló con agua suficiente para llenar cuatro vasos de 300 ml. La mezcla
de esos polvos con el agua no fue totalmente soluble, el agua adquirió una
coloración verde olivo. La mezcla se filtró en un cedazo metálico, quedando en
él los residuos sólidos. El líquido verdoso se virtió en los cuatro vasos.
En una esquina de la habitación en la que se realizó la curación había
una cama al estilo tradicional (con varas de nochtli), con un colchón y una
almohada. En una mesa se preparó un pequeño altar, donde se colocaron
cuatro veladoras de vaso, cuatro velas y los cuatro vasos con la “toma”, así como
una estampa de “Nuestro Padre Jesús” y otra del “Espíritu Santo”. Se pusieron
también un pequeño plato con el dinero que después se utilizó para pagarles a
los ayunadores, un rosario y un vaso con un ramito de flores blancas.
La habitación contaba con una ventana que daba a la calle y una puerta que
209
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
210
la comunicaba con otra habitación en donde permanecieron los ayunadores. En
una de las esquinas del piso había un orificio que funcionó como desagüe.En
la habitación para los ayunadores se colocaron tres sillas muy cerca de la puerta
que se comunicaba con el cuarto donde se hizo el ritual. Otra puerta más daba
al patio de la casa.
Cuando la curación se inició aún no amanecía. Eran aproximadamente las
seis de la mañana.
DC entró a la habitación vistiendo únicamente un camisón hasta los
tobillos. Los ayunadores ocuparon sus lugares en el cuarto aledaño. Se cerraron
las puertas y la ventana.
En el cuarto del ritual estábamos M, DC y yo, colocados de pie frente al
pequeño altar.
Dió inicio el ritual. M encendió las cuatro veladoras y dos velas, comenzó
a rezar, dirigiéndose a Dios y al remedio, pidiéndoles permiso y perdón por lo
que estábamos haciendo. Presentó ante Dios y ante el remedio a DC, agarró un
vaso del remedio y comenzó a hablarle, lo persignó y le pidió a DC que hiciera
lo mismo y que se lo tomara, después de hacerlo, DC se tomó el remedio de un
solo trago. Se repitió todo lo anterior con el segundo vaso de remedio.
M le indicó a la enferma que se acostara en la cama. Después de unos
minutos, de pie frente al altar, M comenzó a rezar el rosario, sólo las dos
primeras partes, y lo colocó alrededor del platito con el dinero.
Después nos sentamos en unas pequeñas sillitas, a un costado de la cabecera,
M y yo a un lado de la puerta. Todo estaba silencioso, afuera los ayunadores no
hacían el menor ruido. M observaba, inmóvil, a DC.
Pasaron aproximadamente veinticinco minutos antes de que DC mostrara
alguna reacción. Comenzó a sobarse el vientre y el pecho con ambas manos.
Tenía la mirada perdida, y en su cara había una sonrisa como de placer.
Unos treinta minutos después, M se levantó cuidadosamente, y como si
supiera lo que iba a pasar, ayudó a DC a sentarse y le acercó una cubeta de
metal para que vomitara. El vómito fue abundante, luego siguió la diarrea,
para ello le acercó una bacinica que tenía a la mano. Mientras esto ocurría me
pidió que rezara una parte más del rosario, señalando que las otras dos partes
restante se rezarían después de que tomara los otros dos vasos del remedio.
En la habitación comenzaba a sentirse mucho calor, y se llenaba de un
olor amargo, desagradable y sofocante. Después de que se detuvo el vómito
y la diarrea, M le pasó la cubeta y la bacinica a uno de los ayunadores. Unos
minutos más tarde las regresaron, limpias. Todo se hizo cuidando siempre de
no hacer el menor ruido.
Testimonios de un pueblo nahua
Después de reposar unos minutos sentada, DC se enjuagó la boca. M le
acercó los otros dos vasos del remedio, pidiéndole, como al principio, que les
hablara y los persignara antes de tomarlos. Sin decir nada, DC se tomó el
remedio, haciendo sólo un leve gesto de desagrado por el sabor del remedio,
enseguida se acostó nuevamente. M y yo regresamos a sentarnos a las sillitas,
a esperar. Después de casi media hora, DC reaccionó nuevamente. Sobaba
su pecho y su vientre. Con los dedos se peinaba los cabellos hacia arriba, y
su mirada seguía perdida. Comenzó a levantar los brazos y a hablar en voz
alta, dirigiéndose siempre al “Señor”. Narró acontecimientos de su juventud,
de cuando vivía en Tepecuacuilco, en un rancho, con sus padres, hablaba de la
buena relación que tuvo con su padre, de las cosas que le enseñaba, de cuanto
la querían y admiraban en su pueblo. El tema de su discurso cambió luego a su
matrimonio, señalando que este hecho había sido el comienzo de sus desgracias,
mencionó haberse casado muy joven, con un señor rico más de veinte años
mayor que ella. Describió su vida de casada como un martirio, a pesar de que
económicamente no tenían problemas. Después narró un cambio trascendente
en su vida: estando casada, abandonó a su esposo y a sus hijos para irse con
211
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
212
otro señor. Según dijo, esta partida no había sido del todo voluntaria: este
señor le había tendido una trampa, la había embrujado para llevársela y tenerla
como prisionera, prohibiéndole comunicarse con sus hijas y con el resto de su
familia, mencionó haber sido engañada por este señor, pues decía que varias
veces la sometió a supuestas curaciones, a visitas extrañas a varios panteones y a
distintas playas. Contó lo repugnante que le resultaba que este señor la tocara.
Describió como se había escapado de esa casa después de que este señor había
intentado abusar de la única amiga que tenía en ese lugar. Otro de los temas
de su discurso fue su estancia en los Estados Unidos, cuando trabajó con una
familia libanesa como niñera. Recordaba ello como una etapa difícil y dolorosa
de su vida.
Su discurso, que duró aproximadamente dos horas, se vió interrumpido
por un vómito abundante. Esta vez no hubo diarrea, quedándose sentada, sin
dejar de hablar. M se colocó de rodillas detrás de ella, y con ambas manos
le sobó y le apretó el vientre. En esta posición continuó su relato, esta vez
levantando más la voz, pero dirigiéndose siempre al “Señor”. Era un diálogo
con él, le reprochaba haberla hecho sufrir tanto, le pedía felicidapara sus hijos
y sus nietos. Después culpó al hombre que la había embrujado de todos los
males que ahora tenía su familia. Le pedía exaltadamente al “Señor” que lo
perdonara, y que lo hiciera bueno.
Durante el discurso de la enferma, M escuchaba atenta, pero cuando éste
dejó de ser un relato de hechos pasados y se convirtió en una serie de reclamos,
peticiones y preguntas dirigidas al “Señor”, M se levantó. Se notaba muy
angustiada, nerviosa, comenzó a rezar apresuradamente la última parte del
rosario y antes de terminarlo me pidió que continuara rezando y que pidiera
a Dios por DC. Entonces ayudó a DC a sentarse en una sillita y a quitarse el
camisón.
DC hacía lo que le indicaba M pero continuaba hablando en voz muy alta.
M tenía ya preparada una cubeta con agua para bañarla. Comenzó a mojarla, le
lavó el cabello y talló su cuerpo con jabón, y después la bañó con agua bendita.
Mientras la bañaban, DC cambió su discurso. Ahora, casi gritando, se dirigía
al “Señor”, dándole gracias porque se sentía curada, porque sentía el bautizo,
porque se sentía purificada.
Después de un rato de estarse bañando comenzó a dirigirse a M. Le
pedía más agua para lavarse, decía que tenía lodo en todo el cuerpo, se tallaba
las piernas y los brazos, diciéndole a M que viera todo el lodo que tenía. Le
pidió que tirara al río los zapatos y calcetines que llevaba porque estaban
contaminados, no paraba de hablar y de darle gracias a M por haberla liberado
de tantas cosas.
El baño duró poco más de una hora, enseguida se puso nuevamente su
bata y se acostó, hablaba sin parar, diciendo que estaba sorprendida por lo que
había pasado, que se sentía liberada, pedía perdón por las molestias que había
ocasionado, decía haber visto a M a un lado de la Virgen, no paraba de darles
gracias a los ayunadores.
Se abrió la puerta, M le llevó un refresco a DC y ésta se lo tomó poco a
poco, con pocas ganas. Un rato después le llevó un caldo de pollo y tortillas.
Afuera comimos los ayunadores, también caldo de pollo, tortillas y refresco.
A cada ayunador se le pagaron 50 pesos, igual a la cocinera. Una semana
después DC le pagó a M 500 pesos por la curación.
DC permaneció descansando dos días más en la casa de M, quien le indicó
que después de la curación, debía reposar durante ocho días, evitando hacer
corajes y trabajos pesados.
23.VIII.96
Una auto-curación con la toma Esta curación se realizó en la casa de M, en la misma habitación en la
que se había realizado la curación de DC. No estuve presente durante la
preparación del remedio. Llegué aproximadamente a las 8:30 de la mañana.
Afuera del cuarto estaba don Salvador, su esposo, sentado en una silla, como
único ayunador.
Adentro estaba M desnuda, acostada boca arriba sobre un plástico y tapada
con una sábana. A un lado estaba la camita de varas desmontable. En el altar
había cuatro veladoras encendidas, un rosario, las imágenes de Cristo y el
Espíritu Santo y dos vasos de remedio vacíos. En el piso, a un lado de M, había
una cubeta con agua, otra cubeta con más remedio y una bacinica.
Al principio, M se quedó dormida cerca de veinte minutos. Durante el
efecto del remedio se presentó el vómito y la diarrea, en varias ocasiones y
en pocas cantidades. Para esto M tomaba la bacinica, y sin levantarse se la
colocaba para defecar, con habilidad.
Las reaciones de M fueron muy variadas. Su discurso no estuvo cargado
de relatos de su vida, como en el caso de Doña C. En algunas ocasiones estaba
dirigido a Dios, y en otras al remedio. Hablaba siempre en voz baja. Por
algunos momentos su discurso se acompañó de movimientos corporales, como
levantar los brazos y sacudir las manos, golpearse el pecho con ambas manos,
213
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
214
peinarse el cabello con los dedos, levantar las piernas y hacer movimientos
circulares con los tobillos. Tuvo cambios repentinos del estado de ánimo: de
estar silbando o cantando pasaba al llanto.
Se volvió a quedar dormida por unos momentos. Después de casi dos
horas en que se siguieron alternando el llanto, los cantos, los movimientos,
el silencio, el sueño, el vómito y la diarrea, M me pidió que le untara en la
frente el remedio que tenia en la cubeta. El polvo estaba mezclado con agua,
formando una especie de lodo, de textura arenosa (este polvo no es del todo
soluble). Al embarrarle este lodo me dí cuenta que su temperatura era muy alta.
Ella continuó untándose el remedio en todo el cuerpo, se tapó con la sábana y
se quedó dormida un rato.
Al despertar, nuevamente comenzó a hablar, presentando las reacciones
que antes mencioné. Me pidió que rezara la última parte del rosario, y al
terminar me dijo que el remedio le había pedido que se bañara. Acomodé una
sillita y la cubeta con agua que tenía preparada, y la ayudé a levantarse para
sentarla en la sillita. Sus piernas no tenían fuerza, no podía caminar. Llegó a
la silla casi arrastrándose, comenzó a mojarse poco a poco, quejándose de que
el agua estaba muy fría. Enjuagó su cabello y su cuerpo utilizando solamente
agua simple. No utilizó jabón ni agua bendita.
Se puso un fondo y la ayudé a subirse a la cama. Sus piernas aún estaban
débiles y no podía sostenerse sola. Nuevamente se quedó dormida un rato.
Cuando despertó me dijo que le dolía todo su cuerpo, sus manos, su corazón y
sus pies, que no había sacado la enfermedad, que necesitaba tomar nuevamente
el remedio, que serían necesarios ocho ayunadores. La próxima vez lo haría
en San Agustín Oapan, pues ahí, entre su familia, conseguiría los ayunadores
necesarios.
Dijo que su suegra era la que le prendía velas pues le tenía coraje porque lo
tenía todo; también dijo que Doña C. no se había curado, y que sería necesario
que tomara cuatro veces más el remedio.
Al término de la curación nos dieron de comer un pedazo de cecina,
tortillas y refresco. M no quiso comer nada, ni tomar un refresco. Permaneció
acostada hasta las cinco de la tarde. Me dijo que el remedio le había dicho que
tenía que seguir curando, y repitió que ella ya no quería seguir haciéndolo,
porque era “muy trabajoso”, pues después de curar a otra persona ella se tenía
que curar también, de modo que tomaba el remedio casi cada quince días.
Como a las seis de la tarde dijo que ya sentía que la había dejado el remedio;
entonces pudo caminar, se bañó, tomó un poco de refresco y comió algunas
galletas.
04.VIII.96
La molendera
El domingo M le hizo una curación a su molendera. La causa de la
enfermedaera que la muchacha peleaba mucho. “Es muy corajuda, por eso la
aborrecen. Alguien le echó porquería, ya nomás una tortilla comía”.
Para esta curación utilizó cecectzin, tenexiate, manuela, magdalena, mostaza
y romero. Todo lo revolvió, casi llenó una cubeta, quedó una mezcla espesa
como lodo, que aplicó en el cuello, el pecho y el estómago.
La curación se realizó en casa de M, y estuvieron como ayunadores ella,
su esposo y la madre de la molendera. La muchacha enferma presentó vómito
y diarrea constantes. Tuvo algunas alucinaciones cenestésicas, tales como
sentirse muy delgada. También sentía que esa enfermedala mataría. Después
de esta curación la muchacha quedó “atarantada”. Estuvo muy débil durante
varios días.
31.VIII.96
Otra curación con «la toma»
El viernes 30 de agosto llegó a Xalitla una señora de aproximadamente
30 años, con una niña de 4 años. La señora venía buscando quién la curara y
se encontró a don Salvador, quien la llevó con doña Flora, pero como ésta no
estaba, entonces la llevó a su casa, para que hablara con Marcia Apolínea.
Aunque esta señora no traía suficiente dinero, Marcia Apolínea aceptó
curarla.
Esa misma tarde fueron llamados los ayunadores, doña Julia y sus dos hijas,
Juana (la molendera de M. A.), Félix y yo. Además, ayunaron don Salvador y
Marcia.
Alrededor de las nueve treinta de la noche, la señora que venía de Iguala
ya estaba acostada, descansando. En el patio de la casa estaban ya doña Julia y
sus dos hijas, quienes también ayunaron para esta curación.
Por la noche M estaba muy molesta, porque ya eran las once y don Salvador
seguía platicando con doña Julia y sus hijas en el patio, y los vecinos se podrían
dar cuenta que había mucha gente en la casa.
A la mañana siguiente, como a las tres treinta de la mañana, M nos
despertó, y esperó a que todos pasáramos al baño para iniciar la curación.
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
216
La habitación donde se realizó esta curación fue en la parte más antigua
de la casa, no en la más reciente, en la que realizó las dos curaciones pasadas.
Esta casita consta de dos habitacione una que utilizan como dormitorio y para
guardar algunas provisiones como jabón, ropa y alimentos, y otra en la que se
realizó el ritual. Allí es donde se encuentra el altar de Marcia Apolínea, en el
que hay una imagen grande de la Virgen de Guadalupe.
En las paredes están colgados varios juegos de vajillas nuevas, juegos de
tazas y otros utensilios de cocina.
La habitación no tenía ventanas. Había una puerta que comunicaba al
patio, la cual quedó en la sección destinada a los ayunadores. Se dividió la
habitación en dos partes, con una cortina provisional hecha de sábanas. En una
parte estuvieron los ayunadores y en la otra se realizó la curación.
Había una pequeña valla de arena que señalaba la entrada de la habitación.
El altar estaba incrustado en una de las paredes laterales de la casa. En el
centro estaba la imagen de la Virgen de Guadalupe, enmarcada perfectamente
y muy bien cuidada, rodeada por una serie de santos entre los cuales reconocí
al Señor de Cuetzalan, las imágenes de Cristo y del Espíritu Santo que utilizó
en los rituales pasados, la de San Martín, la de San Miguel Arcángel, varias
estampas de la Virgen de Guadalupe y de otras más.
Los ingredientes de la “toma” fueron : cecectzin, hueipactli, manuela,
magdalena, San Pedro y mostaza. La cantidade polvo de cecetzin con manuela
y magdalena, que ya estaba pulverizado, se virtió en una cubeta, se agregó
agua y un puñado de polvo de hueipactli con mostaza y San Pedro, hasta llenar
cuatro vasos de 300 ml. aproximadamente.
Además de eso, M preparó otros elementos necesarios para el ritual: un
rosario, cuatro veladoras, cuatro velas, copal y un sahumerio, alcohol, un
garrafón de agua bendita y uno de mezcal, flores blancas, varias cubetas y
agua, un petate y sillas.
El ritual inició aproximadamente a las 5:30 de la mañana. La paciente
estaba vestida sólo con un camisón, acostada en el petate. Doña Julia y su hija
ocuparon su lugar del otro lado de la cortina. Don Salvador, sentado afuera de
la habitación, estuvo pendiente de lo que se necesitaba y de vigilar que afuera
se procurara el silencio. En la cocina la molendera se encargó de preparar la
comida y las tortillas.
M prendió las cuatro veladoras que estaban colocadas en las cuatro esquinas
del altar. Junto a cada veladora colocó un vaso de remedio y una vela. Al centro
del altar estaba otra veladora más, el rosario y un ramo de flores blancas. M
empezó a rezar frente al altar, dirigiéndose al remedio, pidiéndole que entrara
en la señora para que viera todo lo que tenía y todo lo que le pasaba; persignó
Testimonios de un pueblo nahua
el primer vaso y se lo dió a la paciente. Le pidió que también platicara con el
remedio, que lo persignara y lo tomara.
La señora empezó a tomarlo poco a poco, mostrando desagrado por el
sabor tan amargo. M le ordenaba que no lo estuviera oliendo, que lo tomara
de un solo trago. Unos minutos después de tomarse el primer vaso, inició el
vómito, éste fue abundante, también se presentó diarrea abundante.
Después de descansar un poco, M le dió a tomar el segundo vaso, y después
de los primeros tragos nuevamente hubo vómito. La paciente manifestó su
preocupación porque su cuerpo no recibía el remedio, y dijo tener miedo a la
curación.
M decidió “echar lavado”, esto es, introducir el remedio por vía anal. Para
esto utilizó un vaso especial que ya tenía preparado, en el que virtió un vaso
y medio de remedio. Después de unos minutos, la paciente, “sacó pa’bajo” el
remedio. Estuvo provocándose el vómito pero éste fue escaso.
Después de esto la señora tuvo una crisis de pánico, se desnudó y quiso
salir corriendo de la habitación. M la detuvo, regañándola por los gritos que
daba, y le dijo que mejor le platicara al remedio, que le pidiera que la curara
217
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
218
y que después la dejara. Comenzó a dar fuertes masajes en el pecho y en el
vientre, provocando que la paciente gritara más fuerte.
Durante aproximadamente una hora la señora gritaba “¡Ay! ¡qué cosa! ¿qué
tengo, padre mío lindo? ¡ay doñita, siento que me muero!”
M decía, “¡Cállate, no grites!
“¡Ay, no deje que yo me vaya, señora, mamacita linda de mi corazón, padre
mío lindo, dime que no, aay, aay mamacita linda, aay, qué hago doña Marcia,
aaay ya no aguanto, ya no aguanto, doña Marcia, siento que ya no puedo, doña
Marcia!”, “¡Ay, ya no siento mi corazón, écheme alcohol, algo, aay siento que
no aguanto, María Virgen de Guadalupe, aay ay!” “¡Dígale a mi mamá que
venga, que ya me voy a morir, que me eche la bendición!”
“Cállate, no te viniste a morir, te vinistes a hallar alivio.”
“¡Aay, mamacita linda, ay muchacha, arrímese junto a mí, aay padre mío,
lindo, siento que ya no veo, siento que ya me voy a morir, écheme alcohol, algo,
siento que me muero, me voy a morir, me voy a morir me voy a morir me voy
a morir, por qué, aay ya no me siento nada yo, mamacita linda de mi vida, ay
ya me voy ya me voy, me voy a morir doñita, mi hijita, mi hijita, tráigame a mi
hijita que siento que ya me voy a morir me voy a morir, mamacita chula, aay me
voy a morir, mamacita chula, ya no quiero sufrir, ya no puedo!”
“Cállate que te van a oir los vecinos.”
“¡Aay no puedo no puedo, ay mis piernas, no no no me voy, me voy, aay
mamacita linda que me muero, ya no aguanto mamacita, papacito lindo me
voy a ir, me voy, aay me voy, ay me voy mamacita, ay mamacita me voy a ir,
ya me voy, ay mi hija, ya no puedo, quiero a mi mamacita linda, ya no puedo,
quiero ver a mi hijita, ay, está bien fría, ya no puedo, ay qué hago papacito
lindo, aay, no puedo, no puedo, siento que me muero, qué hago, aay no puedo,
a mi mamacita la quiero, ya no puedo, ya no quiero más, ya no puedo, ay ma
voy a morir, qué hago mamacita linda, siento que me voy a morir, no oigo, mis
manos, ya no puedo, ya me voy ay, ya lléveme con mi mamacita linda ya, aay
lléveme con mi mamá, ya no aguanto mis quijadas. ya no puedo!”
Lávate tu boca, lávate bien tu boca...
Alternando con estas crisis, la paciente se mantenía por largos momentos,
acostada en el petate, sollozando y quejándose. A ratos se provocaba el vómito,
pero éste dejó de ser abundante.
Después de un momento de crisis, M decidió bañarla con agua tibia.
Después del baño la sahumó con copal, primero al frente, luego atrás y después
el lado izquierdo y derecho. De la misma forma, le sopló a la paciente con
mezcal y les pidió a los ayunadores que también la soplaran, y se paró frente al
altar a continuar rezando el rosario.
Después de esto, la paciente permaneció sentada en la silla, pues decía
tener mareos muy fuertes si se acostaba en el petate. M esperó a que dieran las
doce del día para darle un refresco. En estos momentos ya estaba más tranquila,
tomó un poco de caldo de pollo, se acostó y durmió algunas horas.
La señora permaneció un día más en casa de M. Dijo no recordar lo
ocurrido durante la curación.
Método de “rifa” con baraja
Se colocan al principio cuatro carta el número 10 de oros representa la
persona que se va a rifar; en caso de que sea mujer, el 2 de oros representa la
sombra. El as de copas representa la casa. El 11 de oros puede representar el
compañero, novio o esposo, y en algunas ocasiones representa al “brujito” de
la persona.
Se hace la siguiente oración: “Padre, te lo pido, dame de esta luz, dame
sentido, dame corazón, enséñame para comprender todo de mi vida, de mi
deseo, dame, tú me conoces Padre Dios, tú me vas a dar de ese sentido, ese
corazón, me prometo de este día viernes, lo voy a agarrar este juego, pero tú
dame con tu permiso Señor”.
Se persigna la baraja, se reza un “Credo”, se persigna el rifador. Se dan
tres golpes con la palma de la mano sobre la pila de cartas, golpeando en cruz,
diciendo “Quiero saber...” Se revuelven las cartas. Se forman cuatro filas de diez
cartas cada una, cara abajo. Se van volteando poco a poco según un complicado
conteo de Marcia Apolínea: primero la carta de la esquina superior derecha,
segundo la de la esquina inferior izquierda, etcétera. Después de voltear un
número impreciso de cartas se procede a voltear las restantes, empezando por
la fila primera.
La interpretación se hace en función al lugar que ocuparon las cuatro cartas
que se propusieron al iniciar la “rifa”. El rectángulo formado con las cartas se
divide en dos cuadrantes. El primero lo forman las cinco primeras cartas de
cada fila, y las cartas restantes forman el segundo cuadrante. La interpretación
se da también en función de la distribución de las cuatro cartas importantes en
estos dos cuadrantes. También son de importancia las cartas que aparecen en
cada una de las esquinas de los cuadrantes.
Instrucciones para levantar una sombra
Esta “regada” se realizó para levantar la sombra de la suegra de Marcia
Apolínea. En este caso el “espanto” lo sufrió esta señora en la puerta de su
219
Testimonios de un pueblo nahua
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casa, en su fogón, pues estuvo a punto de caerse y quemarse con las brasas. Las
molestias que esto le ocasionó fueron algunos dolores en los oídos e insomnio.
La “regada” se hizo a las nueve de la noche. Se utilizó una botella llena de
agua, sahumerio, carbón y copal, dos velas amarillas, algunas ramas de xeuite.
Con masa de maíz se hicieron las representaciones de los siguientes aire del
cielo, citlalcruz, citlalhuei, citlalcueyo, lucero, estrella, tomanca yeyecatl y pitsacatl
yeyecatl; de la tierra, yeyecatl couasihuiztli e ixinecuili; muñecos, xoxoqui yeyecatl,
costic yeyecatl, iztac yeyecatl, cuitlanix yeyecatl, totonca yeyecatl y amanca yeyecatl,
y muñecas, tliltic yeyecatl, pitsacatl yeyecatl, morado yeyecatl, cuitlanix yeyecatl,
totonca yeyecatl y alamantzin.
Se persignó la cabeza de la enferma con el xeuite que se iba a utilizar.
Rezando un “Credo”, se frotó todo el cuerpo de la enferma con el xeuite. Se
sahumó tres veces todo el cuerpo de la paciente. Sosteniendo el plato con los
tamalitos, en la cabeza de la enferma, se rezó un “Padre Nuestro”. Se persignó
a la enferma con la botella de agua.
Se acomodaron los tamalitos dentro de un arco formado con el xeuite, las
dos velas y la botella. Se llamó a los aires, y se rezó la “Oración para pedir a
los aires una sombra”, al mismo tiempo que se iba sahumando: “Que se reunan
todos para van a comer. Les voy a dar donde tienen hambre, donde tienen sed.
Me voy a parar en la tierra negra y tierra ceniza, tierra roja, para que reciban
todo, qué cosa traje. Ustedes, ¿dónde están? Ese persona, me vine a parar para
que lo dejen, que lo suelten, no lo estén agarrando, no es de ustedes. Que se
baje su sombra, no nomás se va a perder, como ustedes se van a componer,
aquí está su agua, yo quiero que me oigan, que me entiendan, que suelten su
sombra. Por eso les doy su comida, no se va a echar a perder”.
Se tomó agua de la botella y se sopló “en cruz”, esto es, desde los cuatro
puntos cardinales hacia el centro. Con agua de esta misma botella se sopló a la
enferma de la misma forma.
09.IX.96
Sonriente, dijo una metáfora: “Soy como una flor, si a las flores no les
echan agua se marchitan, pero si les echan vuelven a estar vivas, así yo cuando
tomo remedio”.
15.IX.96
Sobre los aires
(Marcia Apolínea y Don Salvador)
¿Cada aire puede causar una enfermedadiferente?
Sí.
Por ejemplo, ¿cuál?
El aire de ese que te puede enredar, el que le dicen telsiltic yeyecatl, ese te
puede enredar en tus pies, ya no vas a poder caminar, yo a veces pienso, digo,
a la mejor los aires me están haciendo, porque yo allá arriba, por no matar al
perro, por venir cargando un palo y por no soltarlo, caí bien tirado, hasta se me
enterraron unas piedras, pues me desmayé un poquito.
¿Y sería ese aire?
Pues ahí se espantó.
¿Y cómo se llama el aire?
Tetsiltic yeyecatl.
221
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
222
Y, por ejemplo, el chichiltic yeyecatl, ese ¿qué puede producir?
Pues cuando uno tiene calentura.
De la lumbre, ese.
Cuando tiene calentura, es también ese, y ese te agarró, entonces ese es
primero.
Amanca yeyecatl, ese cuando nomás te vas a estar enfadando.
Sí, cuando nomás te enfadas. Cuando tienes dolor, pues ese le dicen sepoca
yeyecatl, si nomás te estás entumiendo todo tu cuerpo.
¿Y cuando está desesperado?
Pues ese pues, amanca yeyecatl, cuando nomás te vas a estar enfadando.
Totonca yeyecatl, cuando uno tiene calentura, sepoca yeyecatl cuando uno
nomás está entumido, te puede poner tu ojo chueco, te puede, te va a poner
sordo, porque ese tliltic yeyecatl también es malo, cuando nomás te van a ver,
bien potentes tus ojos, pero no, y tú no vas a ver, tú vas a ver cómo curo, ese
tliltic yeyecatl.
¿Qué enfermedaproduce el couasihuiztli yeyecatl?
Pues te duelen tus pies, harto, harto dolor tienes, el couasihuiztli, y estrella
con este, citlalcruz, estrella.
Tetsiltic yeyecatl.
¿Qué hace?
Ese lo va a llevar tu espíritu.
¿A dónde?
Como cuando uno ¿verdad? se anda enfadando, como que lo lleva tu
espíritu, por eso no vas a andar contento, vas a andar malo.
¿Cómo se dice espíritu en mexicano?
Mo espíritu, o cuica como tonal, es el mismo.
¿Sombra? ¿Es lo mismo sombra que espíritu?
Sí, es el mismo.
Citlalcruz, ese ¿qué enfermedapuede producir, Doña Marcia?
No puede dormir uno, si le está agarrando citlalcruz, citlalcueyo...
Y ¿citlalhuey?
Estrella, lucero, ese es muy peligroso la noche, cuando nomás uno no
puede dormir nada, toda la noche está viendo, ni tantito lo agarra sueño, ni de
día ni de noche, entonces quiere que lo rifen allá, es en la noche.
Van juntos citlalcruz, citlalcueyo, citlalhuey, estrella y lucero, ¿todos juntos
producen que la gente no pueda dormir?
Sí, es uno.
Lo ve cosas feas en la noche, aunque no hay nada, pero él lo está viendo
cosas feas, en la noche viendo, es cuando lo vas a regar, es necesario primero
Testimonios de un pueblo nahua
que ayunes por tres días... a las tres vas a comer, o a la una, después hay que
ayunar hasta las doce de la noche… y ya cuando otra vuelta vas a ir a regar,
igualmente vas a ayunar, no nomás así vas a ir, primero que vayas a regar,
terminando de regar ya te dan de comer... Todo el día sin comer, sin agua, y lo
vas a regar uno, y a la mejor ni se apura para que te den de comer, ya nomás vas
a comer, ya nomás como a las cuatro de la mañana, y aparte ni... ya se pasó de
hambre, ya no es igual, vas a comer, fíjate, ¡cómo se pone débil uno!
¿Y el tetsiltic es el que nos decía ahorita, verdad?
Tus pies, ya no puedes caminar.
El tomanca es el enfadoso, ¿se desespera la gente?
Totonca yeyecatl cuando vas a tener calentura.
Sepoca yeyecatl cuando nomás te vas a entumir.
¿Y couasihuiztli yeyecatl?
Pues cuando, te hace dolor tus pies, todo, tu cuerpo.
¿Y es ésto porque otra gente tiene envidia, o no?
No.
¿Es aparte del coasihuiztli?
Es aparte, ese te va a agarrar, ese couasihuiztli, te tienen envidia porque ahí
unos pueden...
Pero lo sueltan.
¿Pero ese aire es diferente?
Esos aires son diferentes.
¿Y por qué el couasihuiztli yeyecatl es como dos culebritas?
Así de por sí, se tuerce todo.
¿La gente se tuerce?
Pues de todos modos si te duele ahí, y tus pies, y no te pueden soltar,
debe, te van a regar dos veces, tres veces, pero es necesario para que te suelten,
porque a tí te hace como culebra, así te hace en el enfermedad.
¿Y el pitzacatl?
Pues cuando uno se pone sordo es para... no oye, aunque te estén
platicando.
¿Ixinecuili?
Ese cuando te duele pues tu barriga, pues te duele mucho, ¡harto! pero
estos muñequitos apartados, ese también, ese aparte, no es lo mismo, eso lo
vas a poner con esto, porque ixinecuili con esto aquí (acomoda las figuras de
masa).
¿Xoxoqui?
Pues hace, ya no más ahí no sé, porque... como una mujer, como mira, tú
no trajieras como lo trajiste Cristi verdad, pues pa’ que ‘compañe, entonces ese
es más primero, ahí ya se le pone...
223
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
224
¿El couasihuiztli yeyecatl llama al costic, al xoxoqui, iztac, totonca, amanca,
cuitlanix... ? ¿Esos qué producen? ¿Qué le pasa a la gente con estos aires?
Pues todo, lo agarran, pues todo, todo lo agarran esos aires.
Primero los vas a nombrar, como a tus hijos les gritas. En las cartas lo ve,
primero lo vas a nombrar, tetsilca yeyecatl, ese entonces es primero, porque es
primero, más agarra de éste, pues hay pelea, uno primero jala, otro ahí va y otro
ahí va, pues ese era así, por montones pues.
¿Y qué enfermedaproduce ese siete cabrías?
Pues, yo no sé pues… yo, como nomás así me dijieron, ese los vas a gritar,
como yo les digo, yo ninguna persona me enseñó, ‘ira que ese vas a nombrar o
este, yo nomás me enseñaron lo vas a gritar a todos dice, es como cuando uno
va a una boda, todos comen, uno primero quiere la mamá, el papá, ¡ándale que
vengas a comer! entonces a tus familiares les gritas, ándale que vengan, así es
con los aires.
Y ese colotlixayatl ¿produce alguna enfermedad?
Sí pues, ‘onde quiera piquete, piquetes en todo el cuerpo.
¿Habrá alguno de los aires que produzca que la gente se vuelva loca?
No.
¿Ninguno?
Eso cuando uno lo hace es porque de veras así lo aborreces al otro. Le da
hueso de muerto, no sé qué cosa le das, en un refresco, lo invitas a una comida
y ¡ahí lo chingas! y entonces se pone como loca. Pero si todo sabes, si deveras
Dios ya te dió para curar, te van a dar toma, para que sepas cómo lo vas a
componer, si con toma, si no con toma, tú le vas a buscar para saber cómo lo vas
a componer, tú te vas a obligar, porque tú ya te dijieron, ¡eres curandero!
¿Cómo se dice curandero en mexicano?
Tetepatiquetl, ahí ya te propusiste, ya eres doctor, como si fueras doctor, le
vas a buscar cuál remedio lo va a componer.
Es peligroso curar. Dicen, no señor, ya le dí mucho dinero, me cobró tanto,
y él tan bien que me compuso pero mi dinero me lo quitó, por eso ya me puse
pobre, no sé cómo y ‘ora que se cuide quien me curó. Es peligroso Sergio,
es peligroso de noche. Ese muchacho, como tú, en Analco, le dicen Vicario,
fíjate, cuando empecé a curar, a él le apuraba mucho, en una semana curaba
dos personas, y luego en otro lado ¡híjole! ya no alcanzaba yo a regar, decía
mi hermana, a ver pues, no quisiste curar y ese muchacho ya te ganó, que me
gane, le digo, ¡ni sabe! no yo no me voy a disfrazar, le digo, y aparte me voy
a curar yo primero, porque yo ya me siento mal, aquel muchacho aunque lo
sentía, ya no dormía, no se procuró. Su casita la tenía como mi suegra, se hizo
su casa de adobe y teja, cobraba como 500, como si fuera 5 millones de pesos,
Testimonios de un pueblo nahua
ya tiene tiempo, se veía a donde metía el dinero pues, como no tiene familia, y
después se compró un par de reses, cuando lo vieron ya tenía bestia, ya compró
dos partes de tierra, pero nomás para él solito, pero para Nuestro Señor nada,
no pensó que le tenía que dar, porque hay que acordarse de Nuestro Padre y
Nuestra Madre, si ya gané, una parte es para mí, pero si en otro lado ya voy a
ganar, es para ellos, sus flores, sus veladoras, y fíjate ese muchacho no dilató,
empezó con dolor de cabeza, otro día a las cuatro de la mañana se terminó…
porque es peligroso curar.
Entonces si cura la aborrecen y si no cura también la aborrecen.
Y ya está sabiendo la gente que yo puedo.
¿Qué va hacer?
Pues nada, aquí, qué cosa, Dios que diga, pero yo ya no, toda la vida
cuando estaba yo en mi cama enferma, llore y llore, no tenía hambre, no me
daba hambre… ‘ora me da hambre pero sufre mi alma, no como porque voy a
curar, y ‘ora sí, que Dios diga...
225
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
226
El cihuateyuga
La gente del pueblo conoció a un señor que se vestía de mujer, el cihuateyuga.
Era tío de Don Salvador, se llamaba Pedro T.
¿Y ustese dió cuenta de alguna cosa?
Yo nunca me dí cuenta, nomás me decían… una vez quería prender la
casita de mi mamá, le dije, si la quema, oígalo bien tío, te aviento adentro.
¿Y por qué la quería quemar?
Era loco pues, estaba tomado, lo ponía loco la bebida. Me decían ten
cuidado, te va a espantar tu tío, sí, quiera Dios que me espante les decía yo,
nomás lo voy a varear, no, conmigo no va a poder, les decía yo.
¿Y nunca lo espantó a usted?
No, a mí nunca me espantó, otros dicen que sí pues, que los espantaba.
¿Y qué decía la gente?
Nos espantó, les digo no es cierto, es puro chisme, dicen, no, sí de veras.
¿Pero cómo sabían que era él?
Quién sabe, eso sí no sabemos.
¿Tendría él su brujito?
A la mejor sí.
¿Cómo es eso, de nacimiento o... ?
Pues de nacimiento, a uno se lo dan, dicen pues… porque así nomás se lo
pega no, cómo se lo va a pegar uno pues, no se puede; en el remedio también,
si tú quieres vas a aprender hartas cosas pues Sergio ahí, pero si tú no quieres
no, vas a poder dar cosas, vas a aprender hartas cosas, que te den una tomita,
en el primero vas a ver, a la mejor hartas cosas. Hay unos que piensan mal, eso
no está bien, por eso mi señora ya no quería dar toma, porque luego hay unos
que tratan de vengarse, luego dicen... cuántas almas ya debe esa persona, yo
me voy a vengar porque me chingó, ¿yo voy a cargar con los pecados de aquella
persona? No, eso no está bien, mejor aquí, yo nomás dame mi alivio padre mío
lindo, siquiera que me alivie yo, yo no quiero venganza.
El tío Pedro T. era además un gran conocedor de los astros.
Y no conocía ni una letra, me decía, la noche va a llevar esto hijo, las
mancuernillas, y ¿cómo sabe? le preguntaba yo. El nada más decía, esto va a
llevar la noche: arado, coloxaicatl, colotitlaui, pípilo, siete cabrías…
06.X.96
El viejito de la lumbre
La señora Felicitas se “espantó” en el tlicomil. Estaba tratando de encender
la lumbre, pero la leña estaba un poco húmeda y no podía prenderla rápido,
entonces golpeó el tlicomil “recio, como si estuviera quebrando panela. Entonces
el tlahuehuentzin se enfadó y agarró su sombra”.
Como consecuencia de esto le salieron granos en la lengua y encías, que le
aparecen y desaparecen. M dice que esta enfermedad es “caliente”.
Instrucciones para esa «regada»
“Se utilizan cuatro “tamalitos” que se hacen con masa pintada de negro
con el tizne de abajo del comal: tlilchichiltic y tlilamansin, son dos figuritas de
muñeca, negras, pero con la trenza de masa blanca; tlihuehuentzin, un muñeco
de tres patitas y su cabello corto, hecho con masa blanca; inantlitl se representa
con una bolita de masa negra. Se hierven estas figuritas y se ponen en un
plato”.
“Se necesita también una vela, una botella con agua, sahumerio, carbón,
copal y un poco de xeuite para formar con el un medio círculo”.
“Se colocan todos estos elementos en el altar, se persigna el plato con
los tamalito y se le reza un Padre nuestro, se persigna, se reza un Credo y
se persigna, se pide permiso a Dios para hacer la curación. La paciente está
recostada en su cama, se le persigna la cabeza con el plato, se reza un Padre
nuestro sosteniendo el plato en su frente; se le persigna y se le frota todo el
cuerpo con el xeuite al mismo tiempo que se le habla a los aires (se hace una
oración)”.
“Después se coloca el medio círculo de xeuite sobre las tres piedras del
tlicomitl, con la apertura hacia el norte, en el centro del medio círculo se ponen
la vela, la botella y la figurita de inantlitl, en un costado se coloca tlilchichiltic
y en el otro tlilamantzin, cada uno sobre una de las piedras del tlicomitl. El
tlihuehuentzin se pone en la piedra restante que queda en el lado opuesto
al medio círculo. Se les grita seis veces a los aires. Encendido el copal en el
sahumerio, se dibujan con este humo dos círculos, uno partiendo de la botella
a la derecha y el otro de la botella hacia la izquierda, se dibujan también tres
líneas partiendo de la botella al tlihuehuentzin, se reza un Padre Nuestro y tres
Credos sosteniendo quieto el sahumerio, se les grita una vez más a los aires, se
rocía un poco del agua de la botella sobre el xeuite.
227
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
228
09.X.96
Preparación del Tenexiatl
Esta época es ideal para la recolección del Tenexiatl, las aguas (la temporada
de lluvias) han pasado, las hojas están muy verdes y aún no se secan las flores
de la planta.
La recolección debe hacerse en ayunas. Se requiere un gran número de
hojas, después, hoja por hoja se van espolvoreando con cal, y con una piedra se
golpean las hojas hasta formar muchos orificios en las mismas. Esto permite
que se sequen más rápido.
Después de que se han golpeado todas las hojas, se tienden una por una y
se dejan varios días hasta que estén bien secas, ya secas se muelen en metate
hasta pulverizarlas; después este polvito se usa para sobar.
La huerta
“Había una vez un señor iba a sembrar en un corral muy lejano, pero uno
de esos días el señor se fue muy temprano. Cuando el señor ya iba a llegar a su
corral, oyó un animal, pensó que era un marrano y no le importó.
Al día siguiente vió un tecolote y tampoco le importo, pensó que era sólo
un pájaro. Después el señor se dio cuenta que le estaban comiendo su huerta,
entre más, más, su huerta se iba invadiendo.
Pero un día el señor se fue a espiar para ver quien se comía su fruta y
vio que era un coyote. Al momento que el señor le iba a tirar un balazo, el
coyote dio un salto y desapareció. El señor pensó que era algún brujo que le
estaba comiendo su fruta, pensó ponerle una trampa. En su corral puso muchas
sandías para que el coyote cayera en la trampa.
El señor estaba esperando que el coyote viniera, pasaron horas y horas y el
coyote no venía y de pronto salió el coyote. El coyote se metió a buscar sandías,
cuando ya iba en medio del corral vio que había muchas sandías, cuando iba a
recoger una sandía, de pronto sintió que se hundía.
El señor fue elevando al coyote y lo mató. Después se dio cuenta que era
coyota”.
“Es que una señora le tenía envidia al señor porque él tenía su huerta y ella
no”.
(Relato e interpretación de la niña Cinthya, de 9 años).
27.X.96
Otro viaje a San Agustín Oapan
Caminamos hacia el puente que cruza el río de Xalitla, bordeándolo, para
tomar algún carro que nos llevara a Oapan. El sol estaba ocultándose ya detrás
de los cerros. Mientras esperabamos pasó un señor a caballo. Le comenté
a M que me gustaría tener un caballo, y me contestó que ella prefería una
motocicleta, pues esa no necesitaba tantos cuidados, además que los caballos
son peligrosos, “tienen siete sentidos, un caballo sabe si te va a tumbar, si te va a
arrastrar, si te va a llevar”. Después de decir esto nos quedamos unos instantes
en silencio y luego no pudimos evitar las carcajadas, “te imaginas que llegue yo
a Oapan en la motocicleta”.
Llegamos directamente a casa de la enferma, esta señora y su familia
tienen ya varios años viviendo en Morelia. Son comerciantes de artesanías,
regresaron a San Agustín “para hacerle una lucha” y curar a la señora. Ella
dice que comenzó a enfermarse el cuatro de enero de este año, empezó con
229
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
230
fuertes mareos, se le encogían sus manos y sentía dolores intensos en una
pierna. Fue atendida en un hospital de Morelia, pero los resultados no fueron
satisfactorios.
La regada que se registró en el video se hizo a las cuatro de la mañana, en
la casa en donde hace muchos años la enferma sufrió un “espanto” (presenció el
asesinato de una persona y es ésta quien no deja en paz la sombra de la señora,
“la está jalando”). Se utilizaron seis tamalitos de mujer, seis de hombre y seis de
arriba, de la noche. La lumbre y los golpes con una vara que se ven en el video,
alrededor de la “regada”, son para que el difunto ya no la esté jalando.
Una regada en el río (Video)
Se utilizaron para esto tamalitos en forma de animalitos del río, sahumerio
y copal, velas, xeuite, agua y una camita hecha con varas de milpa.
Antes de ir al río se persignó al altar, con cada uno de los elementos que se
utilizaron, y con ellos también se persignó y se restregó a la enferma.
Después de dejar los tamalitos en el río, M rezó nuevamente frente al altar.
El papá, la mamá, el esposo de la enferma y M le soplaron mezcal “en cruz”.
Mientras se realizaban estas curaciones se hicieron ocho ayunos en total
(M, algunos familiares y yo).
Don Salvador Ramiro
Xalitla, 26.XI.96
Papayotzin: “cuando uno está loco”.
Quicocuayohlo: “le duele su pecho”.
Tlayocoya: “tristeza”.
Melahtlauele: “eres corajudo”.
Tlalmestl “esa bola que camina, cae y corre, va rodando, son brujos, si te
pasa debajo te mueres”.
Oquicuili tlaseuan: “le quitó su sombra”.
Ixtencualolistl “mal de ojo”.
Tonal: “su sombra”.
Oquitonalcuil “le quitó su sombra”.
Mitsantiquisa “te va a pasar a traer (a llevarte)”.
Burro quextetepo: “es una mujer que se transforma en burro sin cabeza y
anda espantando”.
Cutpitsotl: “como marrano, jabalí”.
Yeyecatetl: “es una piedra, como un aire, se va rodando, si nomás te pasa
debajo te vas a morir, de día casi no espantan, nomás de noche”.
Don Salvador Ramiro Xalitla, 14.XII.96
…le vamos a cantar ahí. Le estaba enseñando a cantar, pero como no
conozco (se refiere a que no sabe leer ni escribir), me decían mis amigos que
tienes bonita voz, cantas bien, dice, pero la chingadera es que no conoces. Traía
un cancionero y le hacía yo segunda, y no, dice, cabrón, sí sabes cantar, pero la
chingadera es que no conozco yo, dice bueno dice, al siguiente día tenía ganas
de ir a cantar donde está el diablo él…
¿Quieres ser cantante? Pues el diablo te va a dar, y si quieres dinero pues
también te va a dar. Yo le dije: de nada sirve que tengas dinero si no lo vas a
gastar, yo por eso no me gusta le digo. Y entonces ahí todas las tardes como a
estas horas ya estamos en la tarde, nos empezamos a dar porrazos, éramos bien
porraceros.
¿De cerveza?
No, no, no, a jugar, nos desvestíamos y nos agarrábamos así, el que pega
mas fuerte es el que paga amigo, pura fuerza.
Luchadores.
Luchadores, ahí jugábamos, en pura arena y bueno, dice ya, dice Carlos,
cada quien decía ahí, yo por aquí, hasta en una bonita luna que íbamos por
aquí, ahí va una mujer, una señora, eres chismoso le digo, dice por aquí es que
la divisamos, está de veras y no vieja dice. Mira Sergio, a lo mero macho, ni
un cabrón que se le ocurrió de hablarle, ninguno, ya cuando íbamos pasando
el río, allá donde pasamos más abajito, entonces sí, no lejos que se pone, dicen
vamos a alcanzarla dicen, vamos a ver si es buena y ahí vamos corriendo, otros
se fueron aquí donde nos venimos, otros se fueron para acá, y ya la íbamos a
topar ya no la vi.
¿Y cómo era?
Pues una mujer bien alta, delgada, con su rebozo, sí, sí.
¿Bonita?
Pues sí estaba bonita porque lo vimos su cara así, que iba tapada nomás de
aquí, de aquí, su cara iba descubierta, después nosotros volteamos, era alguien
pues, alguna persona y cuando nosotros sentimos no pues, era el viento pues,
el aire.
¿No era nadie?
231
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
232
Cihuateyuga pues, que le dicen.
Pero cómo, ¿aparece y desaparece?
Pues como es aire pues, desapareció. Ya no la vimos. Entre más la fuimos
buscando ya no hallamos. Y ese dicen que mi abuelo se aporreó, con ese burro
que no tenía su pescuezo, ese ahí donde te digo que está la piedra que…
Pero ¿cuál burro?, ya no le entiendo.
El burro quextetepo pues, que no tiene cabeza.
Es el que me decía que es mujer.
Sí, y ese mi abuelito la conoció, bien que bien la conoce, y le metía sus
cabronazos, con piedra y nomás le decía a mi abuelita, dice, si no lo crees
nomás vete a ver a la señora si no está adolorida.
¿Cuál señora?
Una señora que se llamaba Pascuala Chingona nomás le decían, Pascuala
Chingona, no esa... está bien madriada.
¿Esa era?
Esa era pues.
¿Qué es… era su nagual o qué?
Ese era pues su nagual, el burro…
¿Sin cabeza?
Sí, un burro sin cabeza.
¿Y qué hacía?
Pues quería vacilar pues, al difunto mi abuelito. Uy, el difunto mi abuelito
podía rezar, y no conocía S., una vez que los querían matar allá a Cuernavaca,
no, porque él andaba siempre bien preparado, y sabía pues que así... o sea.
¿Qué rezaba?
Él sabía rezar la magnífica, mi abuelito. Y conocía, podía rezar. Y entonces
allá a Cuernavaca los, este, mi abuelito curaba, ¿no?
¿De qué?
Apachurraba, sí. Dice, ‘ora lo vinieron a traer porque una señora estaba
enferma y la curó, y ‘ora le dice, nosotros ya nos vamos a ir, no, dice, más al
rato, y dice mi abuelito que luego vió la malicia de que no les quieren pagar,
porque en la noche los iban a fregar, y entonces más al rato dice ¿qué, nos van
a pagar? porque ya nos queremos ir, más al ratito, le dicen, qué le van a pagar
andan cuidándome... maltratándole, lo querían sacar, y el difunto mi abuelito
empezó a rezar, empezó a rezar y dice que nomás empezó a salir una nube así,
y truena el cielo y dice que nomás una teja quebró, el difunto mi abuelito, una
luz se vio y se espantaron esos cabrones y corrieron; podía rezar bien pues, mi
abuelito, la magnífica. Nos decía, dice, pero no, nosotros nunca le hicimos
caso, como hablaba el mexicano, él, español no podía hablar.
Testimonios de un pueblo nahua
Pero, ¿esa luz qué era?
Pues solamente él sabrá, como le dije, nomás unas tejas dice, quebró, una
luz dice, que casi todo Cuernavaca la afocó dice, dijo él, se asustaron los canijos
dice. Corrieron, para entonces ellos se salieron, y no les pagaron, se vinieron.
Pero, ¿rezaba la magnífica en mexicano?
Sí, en mexicano. Ahí se sentaba en esa piedra que está ahí, una vez la
querían quitar, no les digo, por favor esa piedra no la quiten, es un recuerdo de
que ahí mi abuelito se sentaba y ahí siempre nos platicaba. Luego dice, ya va a
rezar, nomás que en mexicano pues, pero no, no pues, no le entendía.
¿No le entendía?
No.
¿Y él tenía animalito?
¿Brujo?
Sí.
Dice pues que era verraco. El cuhpitso que le dicen.
¿Copitso?
Copitso, jabalí.
233
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
234
¡Ah, jabalí!
Sí, era pues su animalito, sí. Y entonces dicen que tenía un hijo, no, que se
llamaba Epifanio, y dice que cuando lo… a un señor que vivía aquí, dice vete
a ver tu hijo, ahí está tirado, por aquí pasando la barranca, ahí estaba tirado,
estaba un guamúchil aquí (el guamúchil es un árbol grande que da unas frutas
de forma como el tamarindo, pero amarillas), y entonces el difunto mi abuelito
y mi abuelita ahí se fueron a ver, ¡híjole! Dice, m’ijo ¿qué te pasó? Dice, nada,
dice, ¿Cómo que nada? Éste es malo, lo chisparon unos, bien que tiene su pie
en cruz.
¿ Le quebraron la mano?
Sí, se le, se le chisparon uno su pie y uno su mano, y en lugar de que…
le dice papá ven, que me cures, dice que… hubieras visto lo que me pasó ¿Qué
pasó m’ijo? dice, te estoy preguntando qué cosa te pasó. Y le dice, pero me lo
vas a prometer que no le vas a hacer nada, dice, para que yo me vaya derechito
al cielo dice, le dice no, no le voy a hacer nada hijo, dice, pero en mexicano le
dijo, quiero que los vayas a conocer, el corralón de toros estaba aquí donde vive
Genaro, le dice mi abuelito, pero cómo estuvo dice, cómo. Aah dice, nomás
por agarrar dos pesos dice, porque les agarré dos pesos, y uno dice pues era del
molino, ese fue el que no jugó, el otro dice nomás me agarró abajo, nomás este
lado dice, ahí está junto al corral de los toros, dice ahí está sentado dice, tiene
un gabán y una botella de mezcal, ahí está dice, el otro está... y si no me crees
vete a verlos, pa’que los vayas a conocer, yo pues no los conozco.
¿Eran brujitos?
Es pues, esos fueron que lo chingaron.
A Epifanio, al hijo del...
Al hijo de mi abuelito.
El chico era remolino ¿y el otro qué era?
El otro pues hasta lo nombró. Uno era remolino y el otro no me acuerdo.
Porque lo chingaron entre cuatro. Dicen sus dos pesos están en dos tinajas,
si no crees dice vamos, te voy a enseñar donde están las dos tinajas dice, de,
de monedas están llenos, dos tinajas, ‘ora sí nomás porque los agarré, quería
comprar un calzón dice, porque ya no tengo dice, y eso es lo que le dio coraje,
y luego que no lo quise pasear, una olla dice, una olla está así de grande dice,
pura enfermedad, nomás te digo les iba agarrar vómito, los chamaquitos tenían
harto y hasta le pusieron alrededor listones, estaban platicando los muchachos...
son muerte, más grandecitos así, se llamaba Epifanio, y entonces dice, querían
que lo paseara esa olla, bien que los seguí yo, pues se sentía también que, que
podía no, que se los tira en medio y no, se quería ir y ya no lo dejaron, lo
tumbaron, lo tumbó ese que es remolino, ese fue el que lo enredó.
Testimonios de un pueblo nahua
¿Cómo se dice en mexicano?
Comalacotsin, y entonces…
¿Epifanio también tenía animalito?
Pues era caballero.
¿Le pueden ganar a un “caballero” los otros?
Pues es brujo nomás y sí pueden, fácil.
¿No es el más fuerte el “caballero”?
Sí.
¿Entonces cómo le ganó el “remolino”?
¿Sabes por qué? Porque lo torció luego, y no le dio chance. Porque hay
nomás uno de dos colores, el que es de siete colores es el que es chingón,
pues.
¿“Remolino”?
No, caballero, al que tiene siete colores, a ese nadie le gana.
¡Ah! Eso no lo sabía ¿Y Epifanio cuantos colores tenía?
Quién sabe, pero sí, él era caballero pues, porque el otro día que estábamos
en el ranchito, por Dios, si me dejaran crecer esta agua estuviera llegando hasta
el río, dice, papá te digo, nosotros ya sembramos papá, dice.
¿Entonces los “caballeros” son los que cuidan los ojos de agua?
Ey, sí.
¿Y ‘ora quién cuida los ojos de agua?
Pues otros habrán.
¿Y todavía hay “caballeros”?
Pues sí. No, no se acaban.
¿Ya no hay de esos?
No, ya no se oye, no pues merito estas horas ya no salía la gente, ya no
salen porque espantan pues, espantaban.
Pero entonces a ustesi le tocó ver esa mujer.
Esa mujer, sí…
Cihuateyuga.
Sí.
Pero no los espantó entonces.
¡Nooo!
Yo pensé que espantaba.
Pues dicen que se enferman unos luego.
¿De qué?
A nosotros pues, te digo calentura y nosotros porque éramos hartos, pues.
Estábamos como unos 10. Ahí nos juntamos, había un animal ahí.
¿Si hubiera estado solo?
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
236
Te friega pues, nos iba a espantar.
¿Y les habló o qué?
No, no, no nos habló ahí pasó, después unos sí, pues pensaron que
estaba mas grande, un cabrón dice, parece que esta mujer no es buena ¡bah!
¡cihuateyuga! Vamos a alcanzarla entonces, pues nos acordamos cuando ya se
había pasado. Le digo, la íbamos siguiendo y ya, ya no la vimos.
¿Cómo es esa cihuateyuga?
Tiene una naguas largas y su rebozo. Estaba yo grande, ya grandecito,
echábamos porrazos, todas las tardes ahí nos amontonábamos, jugábamos
pues…
¿Ya no juegan eso?
No, ahora ya no. Ahí se veía quien tiene más fuerza, nos agarrábamos a
porrazos.
¿Quién ganaba?
De ahí salía el vencedor, si te ven que eres buen porracero contigo ya no
van a querer echar porrazos, no, dicen, porque ese me va a tumbar, dicen, ya lo
vi que es bueno, y no se animan, pero hay unos dicen, yo le voy a hacer la lucha
pues si nomás tortilla come (risas).
Entonces son varios esos que espantan en la noche, ¿no?
De veras pues, espantaban te digo.
Me decía, don Salvador, también del tlalmestli, porque le pregunté qué era
tlalmestli.
Una bola así, si pasó en tu debajo, adiós, y es como una piedra que va
rodando.
¿Sin color?
No pues, como lumbre, con color, ese señor don Cudberto López ¿no lo
conocen?
El papá de Paz.
El papá de Paz, pero ese no te va poder decir, a ese lo espantaron ahí,
luego ahí a un ladito de, del tequimil, llevaba sus mazorcas, y cuando lo vio dice
es un venado, está bien atravesado, y nomás le quitó la vista y dice, esto me va
a espantar, ¡nooo! le dice, quítate le dice, por favor, yo de por sí yo nunca tengo
miedo, llevaba sus mazorcas, y nomás tantito que movió la vista, cuando lo vio
ese pípilo (guajolote), luego pues, ya se enojó.
No era venado.
Ya no era venado, ya era pípilo, de repente movió la vista y vio un gallo,
todo pues, hasta junta basurita, se le quiere ir, parecía el diablo lo estaba
fregando, ya lo estaba fregando don Cudberto, dice ¿No te vas a quitar? Como
habla desbocado, nomás en un viaje dice... pues, qué se fue dice, ah, y nomás se
Testimonios de un pueblo nahua
hizo a un ladito, ahí estáte dice, que vaya a la chingada, yo me voy, voy a dejar
mi mazorca ya se están espantando.
¿Y quién lo estaba espantando?
Pues ese animalito.
¿Pero eran muchos?
No pues, nomás ese uno porque se volvía de otro.
¿Pues qué era?
Pues primero dice que le pareció que era venado, no, y después era pípilo.
¿Era algún nagual?
Sí pues.
Pues yo había oído que los naguales son un animalito nomás, pero yo no
sabía que se podían cambiar.
No, ese se trasformaba de otro, ese era chingón pues, el que lo quería
espantar.
Era un nagual chingón.
Sí.
¿Hay muchos de esos?
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Sí pues, te digo, ‘ora ya no se dejan ver, ahora ya se esconden, no, pero ya
nomás dicen, vas a oír, que fulano está enfermo, lo espantaron anoche y ahora
ya…
¿La cihuateyuga es nagual?
También sí, naguali.
Pero no es animal.
No pues, por eso es cihuateyuga, nomás que ahora ya se esconden, ya hay
mucha arma pues, así pues la haces correr.
¿Y de esos burros quextetepos ya tampoco hay?
Aunque ya no, no, ya no se oye. Yo nunca tengo, ni la conozco la pistola.
Pero muchos ya tienen aquí pistola, yo no.
Pero dicen que las tienen que curar para tirarles, usteme dijo.
Ah, sí.
Para tirarle, ¿usteno sabe cómo se curan?
Con ajo pues, el día viernes, para que no falle.
¿Como si fueran vampiros, o qué?
Para que así que no te vaya a fallar la pistola. Dice el difunto mi abuelito,
y él era de San Agustín Oapan, él no era de aquí, tenía una huerta allá, pero
tenía hartas sandías, y dice que iban pasando dos cabrones, le dicen véndeme
una sandía, les dice órale pásenle, y se meten al corral pues, tenía unas sandías
bien grandes, véndeme esa, les dice no, dice, esa no la vendo dice, de todas
las sandías que quieras escógelas pero menos esa, esa no la vendo es para mi
semilla, no, dice, pero yo quiero esa, no dice esa no, esa la voy a dejar pues, para
que otra vez la vuelva yo a sembrar. Mejor se salieron y se fueron, y aunque les
rebanaba sandía comieron nomás de a una rebanada, luego luego se salieron,
como que se enojaron dice, en la noche ‘ira, un... que le fue a dar, el coyote, ya
ni los comía dice, nomás lo mordía. Y un viejito igual que mi abuelito dice, no,
dice, ¿sabes qué cosa me pasó anoche? Se metieron por mis sandías, casi las
acabaron, dice, pues no es coyote bueno le dijo, si fuera coyote bueno se ha de
comer hasta una sandía, no es así como te hizo. Dice, a alguien no le quisiste
vender alguna sandía, dice mi abuelito sí, deveras dice, no les quise vender
porque me querían comprar la sandía más grande, y ese se lo va a comer, pero
cómo lo va a comer si ahí mero duermo, dice pero lo va a comer. Le dice, vale,
yo te vine a hacer una pregunta ¿cómo le voy a hacer? Y dice pues, que ayunes
pues, ahora, si anoche vino ahora en la noche no va a venir, va a venir a la
segunda noche, dice ¿qué, quieres ir?, si no es coyote bueno ‘ora no va a entrar,
y deveras pues dice, en la noche no fue, dice ¿pero cómo le voy a hacer pues?,
dice mira, arráncate un pelo aquí y otro aquí y otro aquí, en cruz, y enrédalo
dice, qué arma quieres, yo tengo varias aquí, de aquí de la comisaría, enrédalo
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Testimonios de un pueblo nahua
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en la mera mira y échale ajos para que no vaya a fallar. Dice bueno, dice no te
vayas a esconder nomás así pegado a la milpa o, vas a hacer un pozo en donde
quepas y nomás tu cabeza se esté asomando, no te vayas a dormir, porque esta
noche, dice, va a entrar el coyote, porque ese coyote no es bueno, dice. Y ya
pues, dice, se metió adentro del pozo, aunque te duele dice, se lo fue a comer la
sandía más grande dice, que la estaba cuidando, le ganó el sueño y la burla que
le hizo esta dice, lo sacó ahí del corral, y dice nomás lo agujeró, deveras nomás
chiquitito, y ahí le dejó la sandía y hasta lo puso así, cuando la fue a agarrar
dice ¡bah! no se lo comió este cabrón, la fue levantando, bien bofita, vino el
señor, la cogió, bueno, y va con el viejito dice, no ya me chingó, se chingó la
sandía, la más grande, te lo dije pues ¿verdad? dice sí, me ganó, un poquititito
así me ganó el sueño, dice no, pues ese es ajeno, dice mira, ayuna otra vez,
ahora no va a venir, pero la siguiente noche sí, usteverá dice. Luego dice pues,
llegaron ahora de día, y sí pues ahí durmió, dijo esta noche ahora sí, ese... (se
refiere al arma) está listo, dice, y cuando lo vi hasta el alambre, y entró solita
amigo, lo enchufó bien, entonces para un poquito y se echa... bien se acostó y
ven por donde quieras dice, ahorita dice, se dijo en su corazón, dice ahorita vas
a comer, cabrón, dice, ya nomás lo tiene listo, y en una de esas vio como que se
le atravesó bien ¡ay cabrón! Dice bah, nomás le pegué, dice iba bien atravesado
y no le pegué, y no cayó, dice, y ahí donde salió lo fue a ver ya bien amanecido,
un chingo de sangre dice dejó, pues nomás lo rocé, dice, a la mejor, y de ahí se
lo fue siguiendo el rastro dice, se fue, se fue, se fue, ¡carajo!, ya estaba llegando
a su pueblo dice, era de Tetelia ese cabrón, se murió pues, se murió el animal
y se murió también él.
Se fue a Tetelia a ver.
Era de Tetelia ese cabrón.
¿Hubo muertito?
Hubo muerto.
Ese era el que le quería comprar sandía.
Sí, él es, pues.
¿Era el mismo?
Era su brujo el coyote.
¿Pero el que había ido a comprar la sandía?
Sí, el que quería comprar la sandía grande, se enojó nomás porque no le
quiso vender... dice no, no voy a fallar pues. El coyote tiene una cruz, ese, si
eres tarugo te espanta pues a ti, yo me hicieron llorar de vergüenza allá abajo...
meros malos, es que ese su papá de mi hermano le gustaba agarrar, mucho
cazar de esos pajaritos, tortolitas, palomas, dice ¡vamos! Le digo vamos pues,
entonces yo corté un manojo de órgano, y lo iba yo cargando, dice nomás no te
vayas a espantar, le digo no, le digo…
Oiga don Salvador, entonces ¿se tiene que curar diferente el arma, por
ejemplo, si le va a tirar a un coyote que si le va a tirar a un burro o a un tecolote,
de esos que son ajenos?
Si son ajenos quiere (es necesario) pues que… el arma pues siempre quiere,
que la que uses… bien cuidada.
Pero por ejemplo, si le quieren dar a un búho a un tecolote, ¿cómo la
curan?
Pues hay veces que curan hasta… la curaron dos años.
¿También con cabellos?
No, nomás con ajo.
¿Con cabellos nomás para el coyote?
Ajá, sí.
Doña Alfonsina Iglesias
28.XI.96
¿Y usted qué es lo que pueden curar?
Yo lo que puedo curar, yo todo.
¿Todo?
Si, pero más sé… a veces te mal pasas, ¿no?, luego comes, entonces te
tiene que doler tu estómago, tu pulso. Entonces te tienes que sobar para que se
componga ese pulso, que esté en su lugar, ¡vaya! Si no está en su lugar por eso
te va doler o te va agarrar diarrea.
¿ Y eso que cura con regadas, eso qué es?
Ese porque te caes y te espanta, los agarra el mal aire. Se...
¿Usted los conoce, los mal aires?
Sí pues, son esos aires que andan.
¿Pero cómo se llaman?
Pues así se llaman, esos así le dicen mal aire.
¿Y cómo aprendió usted a “regar”?
No, yo me enseñó el que puede, el que de veras puede, no me enseñó de
esos que no pueden, a mi me enseñó el que puede.
Doña Florencia Norma
Xalitla, 01.XII.96
Ya se quebraron y ahí viene la calentura.
Me dice su hijo que usted puede distinguir cuando es “bola” o es
coasihuiztli.
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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Sí, luego se siente...
¿Le duelen sus manos?
Sí... sí.
Y ¿en qué partes del cuerpo le pueden echar bola?
En donde quiera, una muchacha de allí... nomás no creció y es muchacha
pero ya no crece. Vino su mamá porque no durmió en toda la nochi, le empecé
a hacer así en... y ahí viene mira, le reventó, le reventó mira, le digo, ándale,
que no ataque... otro y otro, se va a llenar así... y otro trapo.
Y ¿qué es lo que le sale?
No sé lo que sale.
Pero ¿cómo lo toca usted? ¿cómo lo siente de que forma es?
Pues sí, luego se siente, son larguitos, sí son larguitos. Y cuando no es,
nomás... no es, estos son larguitos, aunque sea aquí, pero se van, se van pues.
O como un muchacho que... allá vive, según en sus pies un chorro, no puede
caminar, y lo tiene, y lo empecé a sobar y a sobar, y cuando se fue ya podía
caminar... sí señora, dice, ya puedo caminar y ya no me duelen los huesos. Ya
ves, te dije, no es bola.
Y además de la bola, ¿qué otras molestias tienen las personas?
Pues, la calentura, sí la calentura agarra recio...
¿Y usted cuando soba no le duele su mano?
Sí ¿cómo crees que no?
¿Cuánto cobra por sobar?
Cuando... mis vecinos 20, son dos flaquitos... 50.
Y ¿cómo empieza esa bola?
Muy dura, duro, así acostado está como piedrita, mira, agárrala y no se
deja.
¿Y va creciendo?
Va creciendo, si no la agarra va creciendo ¿verdá? va así creciendo, se va
haciendo así así así, y ya no puede sentarse.
Oiga señora, me dijeron que usted podría curar lo que se llama topontli.
¿Podría platicar con usted sobre qué cosa es eso?
Pues que van a dar así, en la ida, a las 12 o 1, cuando Dios quiere...
Pero ¿cómo es eso?
Pues pa’llá, pues pa’llá, yo como no salgo, yo no puedo, ya me curaron
desde chiquita.
¿Usted tenía un hermano o hermana cuate?
Ajá, sí, un hombrecito se murió, si.
¿Ellos son los que pueden echar esa enfermedad?
Mm.
¿Y cómo le hacen?
Allí doña Laura allí tiene dos, sí.
¿A usted la curaron de eso?
Si, otra vuelta pa’cá, así chamaquita...
¿Pero usted todavía puede curar a los que les echan bola?
Sí pues, pero cuando Dios quiere se alivia, pero cuando no es, pues no es,
se va a la clínica... con el doctor.
Pero ¿cómo es eso?
Pues así pues, feo, no vas a poder comer y agarra calentura, frío...
Y ¿qué más les duele?
Bueno pues... la calentura, y no vas a poder comer.
¿Y cuándo es cuando pueden echar eso?
Pues adivinar, pues cuando se pelea uno, se enoja y nomás.
Y cuando los soba ¿usted qué les pone?
Nada, así con alcoholito.
¿Con alcoholito?
Sí.
Y ¿por qué será eso de que los cuates son los que pueden?
Donde quiera hay, a donde quiera... uno o el otro...
Y usted se acuerda como se curan a los niños para que no puedan echar.
No, yo no sé, le digo que de chiquititita... me dijeron te curamos para que
te enojes... yo no sé.
¿Y aunque estén chiquitos pueden echar?
Sí, como están llorando.
¿Y seguido vienen acá a que usted los cure?
Sí, seguido vienen así, ‘ira.
¿Y usted es de aquí, de Xalitla?
Sí.
Don Genaro De la Cruz
Cuando yo salía en mi juventud, escasos treinta, cuarenta años, yo tiré
una persona aquí juntito... que me vea, que me sienta, me reventó... de haber
sabido... el único, le digo que me acuerdo que agarramos, recibimos una orden
de aprehensión de una persona, y esa persona tiene gemelos y uno de esos
gemelos se jaloneaba y...
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¿Estaban chiquitos los gemelos?
Tendrían como 10 años, estábamos... la seguridad somos de doce y tuvieron
que... más... a usted yo le comento, porque... cuando revienta queda muy feo,
quedan las tiras estas, es como si lo hubieran abierto a navajazos, queda muy
feo, muy feo, como que si estuvieran reventando algo, como una flor que se
fuera reventando, todo eso va quedando... y uno de los niños se reventó, por
qué se reventó ese niño no sé, tiene que ser sobado.
Esa palabra de topontli, ¿qué significa, en mexicano?
Es un dialecto náhuatl, vuelvo a repetir, topontli lo hemos analizado a
través del sacerdote, es una cosa por ejemplo, es una bola que se dice, revienta,
al reventar lleva su don, por ejemplo, aire... ¿por qué no?, y esa es la palabra
topontli, en náhuatl, algo que revienta, una bola que revienta. Eso es... lo
nombraban mucho, las personas que venían, soba a mi hijo, soba a mi niño, o
sóbame, y ahora que la generación va olvidando, ahora ya no se dice eso...
En cada ciudad o en cada pueblo o en cualquier lugar existen los... y esos
son los que hacen daño, se da, pues, en una ocasión él dijo que tenía unos
vecinos que eran hombres, que eran gemelos, y que se habían peleado y a la
mejor ahí... dos gemelos ¿quién podría de ellos? porque no los dos pueden, hay
un bueno y hay un malo.
¿Uno que puede echar y otro que lo puede curar?
.. digo, hay una persona que tiene que no sé, le llamamos Luis... y tiene lo
que estamos comentando, en un día... agarro vuelta con los vecinos... tu hijo
tiene mal de aire.
¿Con qué le “rifó”?
Hay unos que ocupan el copal y maíz, hay otros que ocupan la baraja, y
en las dos cosas... el teponcali, le salía la misma cosa... y ahí hay algo que no
se cree, le dijo, tu hijo está enfermo de... ahí si te quieres quedar... este señor
le dijo ¿Cómo sabes? Y si no lo curas tu hijo se va a poner loco... lo llevaban
con mejores médicos de allá de Iguala y después en Cuernavaca, bueno... le
apartaron un día de la semana, porque no son de aquí, los viernes.
¿Los viernes?
Si, y para darle terreno... por el viento que se arma de un vez... no tengan
una mentalidá que... no es diferente, se contentan únicamente en el ayuno,
pero el ayuno es total, por ejemplo, si son de las ocho de la mañana, a las siete
inicia el remedio, que se le da hasta que le haga provecho, a veces el sol se
muere y hasta las once o las doce se anda levantando el enfermo para arrojar
lo que tiene.
Y ese muchacho ¿qué arrojó?
Esta vez se salvó de maripositas, si es un niño, pa’ la otra algo más fuerte,
Testimonios de un pueblo nahua
¿no que no?... ratas.
¿Ratas?
Marranito, porque no en... que se dediquen al... y si el señor si la tocó.
¿Y era lo que le estaba arrojando lo que provocaba que estuviera loco?
Y lo que hizo para arrojarlo fue solamente darse unos golpecitos en la
cabeza... no es como una bola, bien regresa o bien se queda. Eso es triste
porque cuando lo estás arrojando... queda uno a la disposición de lo que
Dios diga, porque bien te quedas o bien te vas, entonces de ese modo, la mera
verdad, al acabar de arrojar se desmayó, como uno tiene que estar preparando
su alcoholito, para irle dando ahí, revivió... Ahí anda.
... y lo increíble, óigalo bien, lo increíble o no increíble es que cuando estás
bajo el efecto de... nombras a la persona que fue... como si estuvieras viendo
una visión, como si fuera la televisión, y qué le dio, y en qué le dio y por qué le
dio, son cosas de uno, no...
Pues muy interesante.
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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Una experiencia alucinatoria
No, si yo le contara algo de mi vida, no me creería.
¿A usted le han dado?
Yo tenía dos, tres... tenía un patrón que le estaba entregando bien sus
diamantes, y hubo un vecino que quería trabajar conmigo y no lo acepté, y pues
le dio coraje y buscó la forma, porque antes de que yo me casara no tomaba, ni
fumaba, sí salía ¿verdá? pero nada de fumar, ni de tomar y no sé... pero después
de eso me casé, quise probar el vino, como dos o tres veces y... la primaria,
la secundaria... tiene problemas de familia... para que saquemos una persona
familiar, hijo o vecino, lo apadrino, le regalamos una playera o un pantalón y
convivimos, y el vecino mío me andaba buscando para... y el día que tomé en
el vino ¿no? y al tomar eso sí, el efecto en menos de dos, tres días empiezas con
naúseas, mareos, principalmente los mareos aunque de todo, ni la... ya luego ni
el agua quieres... caray.
¿Y a usted también le pasó como al muchacho, de que se quería poner loco?
¿Le dolía su cabeza?
Eso es, eso es. Eran como las dos, tres de la mañana, acababa de caer
el agua, y estaba durmiendo, y en mi sueño miré que alguien me dijo, firma
este documento ¿y para qué? Después te darás cuenta, y agarro el lapicero y
comienzo a colgar mi firma, en mi sueño pues...
¿No se acordaba de cómo firmar?
Y de ahí empezó todo y ¿cómo me llamo? ¿cómo me llamo? y me fui y estoy
durmiendo y ¿cómo me llamo? y en la cama estaba haciendo esfuerzo, y ¿cómo
me llamo? y sudando, hasta que me levanto y prendo la luz, y ¿cómo me pasa?
¿cómo me llamo? y como si de repente llegara yo al final de... dónde... como
acababa de caer l’agua, pues fresca y... y volví pa’dentro y viendo los espacios
y las cosas... que si cenamos agusto, nos acostamos agusto... platicamos, y le
digo sí, pero yo es que ayer sentía algo, mareo y náusea... mira los médicos...
que tienen más... teponanzi, no, no tiene nada, hicieron análisis, n’hombre, y
después a los dos meses que lo saco, de verdad, no le miento... y bien delgado,
bien delgado desde entonces... eso es normal y no he podido, no he podido, a
veces...
¿Y estuvo tratando mucho tiempo con médicos?
Mmm, como 3 años me interné en México en un hospital, en los dos
grandes de gobierno.
¿Pero estuvo en un hospital en medicina general o especial para trastornos
mentales?
Me estaban estudiando el estómago, para ver donde estaba el mal, el
porqué devolvía, a veces ya sentía que el corazón... y era cuando el corazón...
Testimonios de un pueblo nahua
no, el corazón está normal ¿cómo, y por qué yo siento que me voy a morir? no
me siento bien. Pero no, después de que me dieron las medicinas me vine de
allá... la verdad ...
¿Le cayó mal?
Mi familia es grande y... mis hermanos invitaron a otras personas, aunque
no me quería desvelar, quería dormir todo el día.
¿Y cuántas personas ayunaron?
Doce, fueron doce, porque si iban a soportar el ayuno, porque desde que
entran...
¿Embriagado?
Ajá, como vulgarmente se dice, como si estuvieras fumado de la mente ...
pero no... pues...
¿Y a usted tardó mucho en entrarle el remedio, estuvo muchas horas
adentro?
Como a las seis de la tarde.
¿Y a qué horas le dieron?
Como a las siete de la mañana.
Siete de la mañana, casi doce horas.
Ahí estuve dando de vueltas en la cama, tenía que estar despierto y parado,
y me encogía, y me reía, y me agachaba, me daba pena, y empezaba a llorar, y
maltrataba, y le hablaba a las personas que me hicieron el favor... ya cuando el
mismo organismo siente y cuando ya es el momento de empezar, entonces sí
viene lo bueno, te desmayas ...
¿Usted vomitó todo?
Pues yo quisiera que tu voz fuera de ángel. No se pudo, pero sí saqué la
mayor parte. Por ejemplo, si son tres etapas, saqué dos, y en mi organismo aún
existe algo que nadie lo sabe, hay algo más como dice... de verdad, de verdad
ya los médicos...
¿No lo pueden ver?
Sí, eso que te da no se deja, se siente pero no se deja, te mata pero no se
dan cuenta, se te va secando, poco a poco, lentamente.
¿Y cómo eran las visiones? ¿Era como si estuviera en ese lugar?
Mira...
A ver, platíqueme.
Mira, cuando uno está tomado... es por lo mismo que le voy a contar algo,
yo vi un cerro altísimo, yo mismo estaba como a la mitad del cerro, alrededor
del cerro había un mar y un río azul, yo estaba agarrado únicamente de un
maguey, y con una mano, la izquierda bien me acuerdo, me decía una persona:
si se suelta de ese maguey o se cae de ese maguey va a llegar allá abajo y ni a
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pedacitos vas a llegar... el agua ni se meneaba, pero los animales... me soltaba
o... entonces yo pensé y dije, Dios mío, cuando uno se decide a hacer algo lo
haces... listo para pues arrojarlo... y caí bien, lo que hice fue.. porque con esta
mano no me era permitido agarrar el maguey, porque era pequeño, no era
como los del campo.. verde verde, con una raíz bien hermosa... una dos o tres
clavadas y ya.
¡Qué angustia!
Era una cosa que... el organismo, el cuerpo, y decía si se arranca me voy, y
eso fue lo que hice, alcancé a empujarme, me repegué bien ... amanecí y dije...
Señor, estoy en tus manos y ahí voy... cuando volé en el aire y sentí que todo lo
que tenemos adentro, sentí que lo arrojaba y eso era el momento, que yo venía
en el aíre así, ssh, y ese era momento en que lo arrojaba, porque yo estaba allá,
no aquí, entonces como decimos nuestra alma... aquí pues apurados, la gente
llorando, me golpearon, y por qué no, claro que sí...
Pero pudo volar.
Pues cuando acabé de volar fueron tres cosas que arrojé de la garganta,
por tanto esfuerzo y, me cuentan familiares que no podía resollar, y cuando no
podía resollar era por el aire, allá donde yo estaba, era porque el aire me estaba
ahogando, ya iba camino al mar, ya me faltaba poco, era lo último que tenía
yo que sacar porque ya me estaba ahogando, todavía respiraba al salir, no caí,
me... como 20 metros salí volando. Imagínate estaba queriendo caer, que al aire
se estaba metiendo mucho pero ya, cuando lo arrojé parecían 20 metros... era
como un paraíso que nunca en mi vida lo voy a ver a lo mejor, era hermosísimo,
de veras donde no existe la maldad, es el paraíso, había una fuente bellísima
de colores hermosos, de colores, con flores, menos fruta, porque de eso sí no vi
nada, lo que sí miré fue un animalito que me decía que me tenía que regresar
por donde veniste, y ¿cómo si el mar está por acá? el animalito era blanco, como
los que hay en la nieve.
Osos.
Un oso, era blanco, hermosísimo y... pero había mar, y había caminos
interminables, eran dos, uno malo y uno bueno, por el malo va a haber muchas
trabes, fíjese, yo... te va a suceder algo, no, no, yo por este me voy, y entrando al
camino que me devuelvo... no importa que haya obstáculos, que se me ponga
cualquier cosa.
¿Por el mal no iba a tener obstáculos?
No, por eso me dijo el animalito, que tenía unos ojos bien azules,
hermosísimos de verdad, hermosísimos por el malo te vas derechito y todo sale
a tu favor, pero por el bueno no, no vamos... cada kilómetro, no, yo me voy por
el malo, pero como un tramito regular, también, y aún con... vamos pa’tras, y
Testimonios de un pueblo nahua
aún me metí al bueno, caminé poco, casi igualé con el malo, la misma distancia
caminé cuando se llegó este, a lo mismo, había caminado para acá cincuenta
pasos, y cincuenta pasos, y no, no pude, estaba caminando, estaba hablando
¿con quien andabas? No, nada se veía, como si no me hubiera pasado nada, bien
cansado, y ahí estaba la familia que me estaban cuidando... y empecé a llorar, a
nadie se lo deseo en este mal, ya basta ...
¿Lo quemaron, lo qué sacó?
Sí, como era más o menos, era algo horrible que vibraba, cuarenta
centímetros. Brincaba del cielo hacia arriba, las tres cosas, era una cosa que
asustaba... y en menos del mes me paré ¿Y ‘ora? Aquí estoy, digo... pero ahora
aquí estoy, me dieron el remedio y... de aquí p’al real... pero a mi modo, claro,
no debería de haber ido, o sea no me refiero a esa experiencia, como voy a...
varias personas que he observado que dicen tal y no se qué... pero ahora a mi
modo, no te voy a ofrecer lo que no tengo sino que... y yo lo llamo, y sí, ahora
sí a mantener a mi cuerpo, medicina que traen medicina que me hace, no hay
otra mejor medicina para mí.
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Esa voz que escucho usted cuando estaba en ese lugar, ¿usted cree que era
Dios?
Nunca lo miré, nunca lo miré, nunca, pero que me decía: ve lo alto, yo aún
le decia ¿Por qué no puedo mover el brazo que uso para comer, para trabajar?
Me dice ¿quieres saber? Sí, pues, forma parte de mi organismo, ¿por qué no
me sirve, Señor? ¿quién eres? ¡háblame! ¡déjate ver! Con esta mano estaba
agarrando el matoncito y con esta la saliente... que yo no miraba, ya ve que el
cerebro malo y el organismo queriéndolo equilibrar, y no me obedecía, todo el
organismo me obedecía menos aquí... Esta mano te va a perder y esta mano
te va a mantener, me decía ... Es que ¿Cómo? Es que ¡óyeme bien! esta mano
te echó a perder, y mientras no te cuides, esta mano te va a volver a echar a
perder. Y luego luego me acordé de algo que me dijo mi difunto padre: “Hijo”,
estábamos de buenas platicando en la tarde y al tiempo que me iba, y verdad
que me dijo algo que nunca se me iba a olvidar, “el tiempo que vivas en los
convivios... nunca agarres la comida con la derecha”. ¿Por qué? yo dije ¡ah,
si con esa como! Dice, sí, pero te voy a decir, si en un convivio comes con la
izquierda ... y un día, para hacerla más corta, mi compadre mío. Empezamos
a comer, y pasa un platón y digo, pásame un taco por ahí, ¿no? sí, llega el plato
y me lo pone, y ahí. Agarro una tortilla, la parto por mitad y cuando le iba a
poner la primera que le iba a poner ...
¿Qué tenía? ¿caracoles?
¿Ha visto el caracol que anda...? y los demás aún eran gusanitos, cuando...
desde entonces tuve esa experiencia, de verdad, y es cierto, he oído a varias
personas. Por ejemplo en el vino, tengo una anécdota, tengo un amigo que le
dimos una cerveza, en la noche, y le digo, primero yo le tomo, digo, no, primero
yo. No, dice, aunque mate, yo la tomo, con limón y sal. Yo sé que sí se toma la
bebida con limón y sal, pero era de botella, pero lo vas a tomar, tomando dos
o tres... con limón y sal, tres y ya está... pero yo no sé que cosa, porque yo lo
observé así, mira, le miré allá adento y de veras que son cosas, que ...
¿Un alacrán?
Sí, era güero, güero, güero, era bien tiernito el animalito.
¿Y cuando le tomó él?
Eso sí, cuando el refresco tiene una basura, por ejemplo, si le daba un
trago... lo agarra y lo que está adelante se viene atrás, porque si lo agarra con
este se toma poco a poco, y verá, analice bien y se dará cuenta, por ejemplo, se
agarra el agua enlatada, y lo agarra con bastante sed, se lo pone luego luego,
pero si no tiene sed, como no está uno acostumbrado, de todas maneras se lo
toma de un jalón, y uno lo agarra y hasta el fondo... yo pensé y me dije estas
señoras no lavan la botella, ¿no?
Testimonios de un pueblo nahua
¿Pero ese señor no se lo tomó?
No, ahí quedó, antes de tomárselo le sopló, tres veces lo tuvo que soplar,
le hizo.
¿Lo devolvió?
Sí.
¿Y nunca supieron quien se los echó?
No, pues el mismo señor con el que estaba bebiendo lo hizo... en Acapulco
estuvo como un año, con mi esposa, salía yo a vender algo por el mero Jalisco,
por allá un mes, dos... pues me dieron trabajo, como un año... y probar el vino,
y ahí entre amigos, entre vinos, conocí un señor de San Juan, y ahí me decían
los, sus paisanos, mira, ten cuidado que este señor no beba, porque es muy
cochino en su forma de beber y ya borracho hace cosas... no, entonces un día
mi invitó, vamos tomando, sí señor con todo respeto ¿por qué no? una cerveza
y una lana, compra una y compra dos ¿Y por qué señor? Nadie quiere beber
conmigo... Será que cuando ya esté tomadito quiera pegarle a alguien, ¿no? No,
dice, ahorita te voy a decir por qué. Ya en medio atarantamiento dice: mira,
este es para mí, ¿eh?, y el que viene es para tí, nomás que mira te voy a decir
en la botella fíjate que tiene, ¿eh?, no vaya a traer animalitos y están vivos... Ay
señor, pues yo no le he faltado al respeto, y como ya estaba ... No hijo, no tengas
miedo ven conmigo mira, para que sepas, no amaneces. ¡Ay señor!... Bueno tu
me entiendes porque hablas náhuatl, ¿verdad? Sí, le entiendo...
¿Couasihuiztle?
Ya me empezó a dar miedo.
Pero con usted se portó bien, ¿no?
Pero me estaba diciendo, y a la vez me estaba dando miedo... no tengas
miedo, por aquí nadie te molesta ¿verdad? Le digo, no. Y en tu pueblo ¿nadie
te molesta? Pues sí, hay uno que no me cae. Pues si quieres vamos mañana. Y
estaba mi esposa...
Pero mire, ahora usted pregunte que quiénes son gemelos, porque sí, nomás
déle un jalón de orejas, nomás porque sí, y si el que le jaló la oreja no puede pero
si está el otro, un cien por ciento que sí lo alcance, n’hombre sí, algo que, que
duele. Importante, eso algo que sufre, que duele, luego va a acudir al médico,
no va a pensar en qué es esto, ni hablar
Al instante empieza uno a sentir molestias ¿o tarda?
Mmm, por ejemplo, si se lo dan hoy, mañana en la mañana ya los siente, así
de rápido, y no crea que porque ya lo tiene ya anda bien contento, no, para ese
mal uno asiste al médico y te da un calmante, que sea doble para que te dure
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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siquiera una hora. N’hombre, es insoportable, de verdad, de verdad. Ahorita ya
no está una enfermera que estaba aquí en la clínica... le da un jalón de orejas, en
dos partes le dio, le dio bien el asuntito... de allá, en dos partes le dio.
¿En cualquier parte del cuerpo puede dar esa bola?
En donde sea, en donde les agrade en donde te duela, en donde, en todo...
me han hablado... de veras.
¿Y cómo puede uno reconocer que se trata del topontli?
Pues, por eso le digo, primero uno se va al médico, y me duele el cuerpo o
tengo dolor de hueso o calentura, vamos al médico. El viernes tengo calentura
¿con qué? con dolor de huesos. Una cada doce horas se la toma usted. En menos
de dos horas ahí está el dolor. Si fuera una enfermedad de veras normal... te
dura... pero este no, este en menos de dos o tres horas, si son pastillas en veinte,
treinta minutos ahí está otra vez, n’ombre, de veras que hay cosas increíbles,
increíbles.
Pues mira, la persona que gana... mucho, le da para que se muera, pero si lo
logra, lo logra arrojarlo o sea sacarlo como a tí y a mí... le dan un don, y ese don,
con ese mismo don puedes perjudicar a la persona que te dañó... puedes como
aquellos que se matan ¿no? Ya mató a mi hijo, pues porque no, yo lo mato. O
si dijo, no lo mató, lo dejó herido, pues ahora yo lo mato, le tiró con un arma...
por eso le digo que no da alegría, si va usted a recibir algo. Pero eso sí, que con
el que te pelees... de verdad te cae, al darte ese don necesita salirte lo más que se
pueda. O el nagual, quieres ser más, como vulgarmente se dice, más cabrón...
¿una persona puede regalar ese don a otra?
No, por ejemplo, si un niño nació con ella, y saqué lo que a mí me dieron,
me ofrecen ese don, pero si no lo quieres entonces no ¿por qué? porque son
compromisos que se adquieren, son cosas que... porque ahí mismo, cuando te
lo están ofreciendo, te dicen como el de los caminos, hay un bueno y hay un
malo; como entre los cuates, hay un malo y hay un bueno ¿Quieres ser malo?
Pues ahí está como tú quieres y se ofrecen dos, dos o hasta tres cosas. Quieres
mostrarle a la gente, pero eso sí, ya no lo aguanto, ya tengo varios... están... te
dieron uno, al rato llegan veinte... donde te los pongas, ese sí es más rápido,
que lo llevan en el pecho o del lado del corazón, sabes de qué se murió, pues
de un paro cardiaco. Eso a nadie se lo he dicho, porque eso es algo sagrado, de
verdad, sagrado, no te lo ofrezco para que lo andes divulgando por ahí ¿verdad?
El señor subió a la montaña con Judas, y llevaron piedras a la montaña, hacia
arriba, y Dios agarró una regular y Judas agarró una chiquita y la va jugando
Y llegaron allá arriba, y todas las piedras que llevaron acá arriba ... Viste, y ahí
está la otra, y volvieron a bajar y dijeron ¿qué vamos a llevar ahora, piedras?
Sí, sí lleven. Y busca la más grande, y subió y dijo, ya Señor ¿a qué horas vas a
Testimonios de un pueblo nahua
convertir la piedra en pan? Dice, no, ahora es para que descansen en el camino.
¡Así de fácil! era un hombre que su padre le dio pues ese don, el señor... y por
eso le digo... yo creo que las cosas que no sabes, quieres ser un hombre hecho y
derecho en esta vida, debes empezar por la seriedad y respetar a tu prójimo, y si
te quieres cuidar, cuida tu organismo sin que nadie sepa, así podría ser el, oye,
si te quieres preparar para esas cosas, necesitas ayunar todo el día, increíble,
muchos dicen tragar un ajo, pero no es tragar un ajo.
... como un señor que era ¡uuh! no sé a cuantos ciudadanos ya borró del
mapa, pues el señor era malo ¿no? muy malo... fuertemente, pues a mí... estos
son dos o tres cabrones... no, la gente sí, luego luego se da cuenta, se cuida de
muchas gentes veo que cargan cosas en las bolsas en la ropa, hay unas semillitas
que venden por ahí con las yerberas para que luego a uno no le hagan mal.
¿Cómo amuleto?
¡Ándale! igualito ahí, muchos nos han llegado... y ‘ora esos, muchas,
muchas. Un señor le agarraron su machete, estaba tirado ahí y le agarraron su
machete, y se lo pusieron ahí y se enoja el señor. ¿Y qué, ahora qué? No, pues
nomás ahí estaba le tiraron su machete, cuando le iba a hacer así, me picó el
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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alacrán, ¿Cómo que te picó el alacrán? Sí, me picó el alacrán. Y lo buscamos,
nunca lo hallamos... y se empezó a babear.
¿A babear?
Como piquete de alacrán, le estaba subiendo por el lado del corazón,
como piquete de alacrán así, como a un señor que... se lo llevaron, si no viene
normalmente se muere.
Y era ese como ...
Mmm, y era... cuando uno está nuevecito, por eso, por primera vez va a
soltar lo que puede, es peligroso, porque hay que tomar una decisión de que
bien te mate o bien te deje vivir, porque no sé lo han de dar con fuerza, con
primera vez con fuerza, duro, ¿verdad? El topontli, el daño que se le llama, mal
de ojo, vamos a llamarlo así, en ciudades he oído mucho le dicen mal de ojo,
le van a dar mal de ojo, mal de ojo. Estos tres el topontli, mal de ojo y el daño,
son pero hermanitos, se llevan de la mano, son pero igualitos, es el mismo,
el mismo, no hay vuelta de hoja, es el mismo, y como ese mismo pueden dar
todos, claro es más fuerte el topontli, es más fuerte, el daño es más fuerte, los
infantes se mueren de un daño, les agarra diarrea y el vómito. Que vamos al
médico, y no que tiene... en el estómago, y el vómito, no pues a la mejor será
cólera, se murió ¿de qué? No, pues no sé... No, en este pueblo hay muchas
cosas que nos hacen falta por saber, ¿verdad? hay hartas cosas que no sabemos,
deveras, y no sé, yo a veces me salgo por ahí y... agarro y empieza a fumar a... y
llega otro y… ¿me regala un cigarro? Sí. Pero para saber si le da con gusto. No
pues, yo compro mis cigarros... Y los cigarros también, también y con tan sólo
el aire, por ejemplo me cae mal, prendo mi cigarro y le aviento el aire, y con
sólo respirar el aire que le aventé, ¿sí?
Y esos animales que sacan los tiene que quemar, me dice.
¡Ah claro! claro, como dicen, muerto el perro se acabó la rabia.
Porque si no los matan, ¿qué pasa?
Regresan a su dueño, y usted sabe, si está durmiendo su dueño, le digo
esto porque, ya no...cuando uno toma remedio le duele a uno muchas cosas,
te das cuenta de la realidá, de ir a ver al otro mundo. Porque la persona que le
hablo de... sus hermanitos fue a ver al otro mundo, tuvo que cruzar unos mares
inmensos y no supo ni cómo pero los cruzó, pero va a regresar, y no arrojaba,
no regresan hasta que arrojó.
¿Y si no regresan de esos lugares que visitan?
Se mueren, se han muerto, se han muerto así, hay unos que nomás les crece
la panza. Y este es... un familiar mío, y no sé por qué, mi papá no era de aquí,
era de la costa , era de por acá, y se quedó porque... la carretera... que estaba
anteriormente y ahora son calles, tuvo una señora que... así nomás por un rato...
Testimonios de un pueblo nahua
era una mujerzota muy grandota, era bonita... era una mujer muy bonita y algo,
algo de la mamá uno lo trae, como yo digo por acá... y se casó con un señor, y
ese señor tenía un amante y el amante se dio cuenta que... media hermana y ese
le dio en un pan, en un pan, se comió el pan y le dieron...
¿Cómo sabe usted que le dio sapo?
Porque cuando falleció... su medio hermano reventó.
¿Y no le dieron remedio?
No creyó el esposo de ella, y pasó mucho tiempo que se le curó, y le volvía
a nacer y se volvió a curar y nunca pudo, que tenía agua y que los riñones, uuy,
y así acabó lo que tenía, todo tenía...
¿Y nunca lo curó?
... Esos que pueden dar couacihuiztli ¿es lo mismo de esos que dicen que
tiene su brujito?
No.
¿Es diferente? ¿Pero también es su animalito que tienen?
Si de mi familia, mi familia tuvimos... mis hermanos, fueron mis
hermanos...
¿Es triste?
...
¿Es una doble vida?
Mmm, es una doble vida, es muy duro, pero te voy a platicar algo de mi
hermano, cuando tenía 12 años venían a casa, mi mamá, mi papá, así... y un
día mi mamá se salió como a las doce, doce y media, porque antes no vivía... de
todos mis hermanos soy el último, soy el único. Por allá teníamos una bardita
un poquito más alta que ésta, digo para atrás en lo más alto, y para acá relleno
de tierra... mi hermano andaba en la calle... le daba pena decirle, el domingo a
visitar, si ya no quieren ya no vengo... de tanto en tanto ... y todavía dice... mi
hermano, mi hermano deveras.
¿El vecino que lo cuidó no sabía?
Pues como uno sale al campo, ¿verdad? no sabía... pero... nada más como si
le hubieran dado una cachetada y nada más, por eso digo que es triste, usted se
preguntará bueno pero ¿por qué es triste, tener un animalito o una doble vida?
¿por qué? No, estar bailando en un hilito, porque en cualquier ratito se rompe,
bien aquí o bien allá. Porque siempre ha querido dar esa doble personalidad.
¿Así nacen?
Pues yo no sé, ahí es donde está el pero, porque un hermano mío tiene... es
un hombre, mmm, santo, no fuma, no toma, no sale a la calle, bueno no sabe
nada. Y en la parte, de esta parte de por acá, ahí está sentado. Bien estaba ahí,
bien formadito, todo está bien formado, haga de cuenta que... nomás me queda
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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un hermano, ¿qué, yo? n’hombre, que esto que l’otro, pero mi mamá me dijo
que un día... no mamá no, pero ya lo había mirado pero bien dibujado a...
¿Era un animalito?
Es un animalito.
¿Qué animalito?
Pues un ave... ya le digo... cuidado... y a veces... de veras que hay cosas que,
entre mi familia hay otros también, es muy respetado, muy respetado porque
... una vez un muchacho le pidió ¿me regalas un cigarro? Sí, sí. Te... mmm, de
no salir... tampoco... como ese animalito nunca en mi vida había visto... una
vez una señora, porque no le di muy barato... me platicó, me platicaron que por
ejemplo... deveras, no me lo crea, pero así fue, sí, sí, de veras, de veras.
¿Sólo en la noche puede ver al animalito?
Una vez mi hermano del que le estoy platicando me dijo...
¿El del animalito?
Mmm, dice, si vieras, anoche vino a visitarme... aquí en su casa, siempre,
y todas las noches me va a cantar un... si una vez me quiso y no reventó el... y
un día lo curó... le tiró con el dardo, agárrate, le hizo un humo blanco, blanco
hiiijo, en la noche así como... en la mañanita vinieron sus familiares, y dice, por
aquí me tiraron un animalito, yo no lo ví... lo quiero levantar para llevármelo.
No, por aquí no lo han de haber tirado, no lo han de haber tirado. ¿Cuándo?
Anoche. No, dice, lo tiraron antenoche, pero por allá por el pueblo, adentro,
no aquí en el río. No, fue anoche, por aquí, cuando lo tiraron, dice, aquellas
personas, era por aquí. ¡Ah! pues quizás, podría ser , caray ¿de veras? Anoche,
o en la tarde... y venía por las cenizas, y lo que le enseñó que se quemó, lo
metieron en una bandejita, lo llevó al río.
Y ¿por qué no les quiso dar las cenizas?
Eso si no sé, no, no, no, la verdad eso sí no sabría decirle... pero pues yo no
sé, tiene dueño, este no es un animal común y corriente.
02.XII.96
Y ese animalito ¿no lo reconoció?
Pues yo le digo, como la liebre, era blanco, con un pelambre de lo más
blanco que se puede imaginar uno, y le decía ... Bueno pero por qué no hago
nada, no no no, y cómo me voy a regresar si vengo cruzando este mar. Pero si
no hay nada, no existe. ¿Cómo no existe? Si no crees ve. Todavía me acuerdo
que el iba adelante y yo iba subiendo con miedo, y miramos así a lo lejos, y no,
no, no, ya no miro nada. Entonces yo miré dos caminos, y bien pintados, pero
derechito. Mira, este es bueno y este es malo, por el malo no se te va a pasar
nada, y por el bueno sí... primero por el malo, y me regresé cincuenta metros
por mi pie, y no, dije, por ahí.
¿Y de qué era la toma que le dieron a usted?
Era un líquido como verde, porque me dieron un vaso de cristal... blanco era
el vasito, y el líquido lo miré... más o menos como... como licuado chicloso.
¿Y a qué sabía?
No sé, tiene un sabor, no sé, es una cosa que, nomás que sí tenía un olorcito
como a una flor que hay en el campo, una flor blanca... cuando uno lo está
tomando y como que se le va quedando... con ese poquito.
Nomás un vasito le dieron.
Un vasito pequeño, no este está muy grande, más delgado, con uno solo
queda uno como, como borracho, con uno solo, pues esto lo saben o lo saben,
ha de ser como a los médicos, porque los médicos de golpe y porrazo no le dan
la medicina buena, te dan pues una tomadita y después... y las señoras... alguien
ha de saber... ella es la única que sabe el remedio de la tos, porque como dicen,
yo la llamo bendita porque con esta ha salvado a muchos, por ejemplo a ese
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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señor que le digo... van a ver a un señor que curaron anoche después, antes no
lo... muy seguido, traía unos bonchos, unos regalos unas bolsotas... se alivió. Y
a uno, bueno, se le olvidan las cosas... hay unas personas que sueñan de color, y
yo me preguntaban cómo es de color ¡ah! es como una fotografía, no ve que hay
de blanco y negro y hay otro de color, y yo no podía ni imaginarme en sueños
cómo es de color, ahora.
I:¿Y usted soñaba en blanco y negro?
Por ahí voy, ahora, me he puesto analizar el paisaje que yo vi, aquel bien
bonito, había toda clase de plantas, pero no eran iguales, unas eran amarillentas
pero bien fresquecitas ¿cómo se dirá? como verdes, como que caminaran, como
que si fuera un parque normal, pero por donde quiera había, y fue el único
animalito que fue a salir de este lugar. Por eso le digo, en la conciencia hay
personas que sueñan de colores, pero nunca han visto que sueñan paisajes o ¿por
qué no? a sus antepasados también, yo que sepa nunca he soñado así, blanco y
negro nunca he soñado, siempre tiene algo que tenga color, por ejemplo tuve
un sueño el otro día que tuvo colores, por ejemplo yo me miraba en cuatro
paredes, por ejemplo, una, dos, tres, y yo me miraba en el centro, cada lugar
que volteaba a mirar blanco y blanco, para mirarlo necesitaba ponerme la mano
y por el otro lado de otro color, y por el otro, de otro color, y nunca he sabido
que quiere decir eso, porque llegué a tener... solito en un cuarto, tenía una
luz pero bien potente, y por qué si no había puerta, y nunca he podido saber
de eso, ¿por que llegué a tener eso? y solito en un cuarto, solito, dice que el
que sueña de colores... el futuro está... porque en verdad le digo que de todos
mis hermanos yo fui el único que he levantado a mi familia, a mi familia, no
estoy hablando de mi matrimonio, cuando llegamos aquí a este lugar, cuando
dejamos la otra casa... y no tenía como otras personas, ganado, por ejemplo.
¿Y cómo va a prosperar? Quién sabe, pues yo tengo un don, y ese don pues...
o esto.
¿Qué signo es usted?
Capricornio, los de Capricornio que lleguen a tener pesadillas, por ejemplo
de color, no deben desesperarse, deben progresar, progresar y ¿por qué no? salir
adelante sin mucho esfuerzo, y ya me doy cuanta de la realidad... de veras, se
ve bien apurada, digo entonces si será cierto lo que he soñado, que dice que
el que sueña con color... sino que año con año... y yo le vuelvo a recalcar, yo
soy el único de mi familia que he prosperado, he superado a todos, y tuvieron
posibilidad, por ejemplo mi hermano el más grande, y luego una cosa que... y
se le enfermó su esposa y de pura enfermedad acabó todo su dinero, y falleció
y quedó mi hermano, no igual, peor... y mi otro hermano pues no niego que
tiene, pero pues más o menos y le gustó mucho tomar, se enfermó y por ahí. De
mis hermanas hay una que ha mejorado, aquí no pudo... por allá... así nomás, a
Testimonios de un pueblo nahua
veces bien y a veces mal, no cabe duda que... como dicen, sin mover las manos
le cae, quién sabe de dónde, le digo, no creas las manos son las que se están
meneando diario para elaborar las...
¿Lo que usted sueña generalmente lo interpreta para... ?
Mire yo lo que sueño, no me lo crea usted, no quiero, no quiero, porque un
día mi mamá me dijo, vete igual a un mandado, vete a recoger tu dinero porque
necesitamos un poco. Está bien mamá, pero no voy ahora, voy mañana. Y esa
noche tuve un sueño, yo miré que en el autobús que nos fuimos, miré que subía
una persona bien bonita, bien bonita es... que entre sus ropas sacó una cosa de
punzocortante, y vi que se lo puso, por acá, no en el pulmón, sino por acá, y me
dijo, si no te vienes conmigo te voy a matar. No pues está bien, la voy a seguir
pero ¿para qué me quiere? ¿A poco no te has dado cuenta quien soy yo? Soy la
muerte ¡Ay! es un sueño. Pero no he hecho nada aún, no me pasa nada, pero,
ya se va a amanecer, ya se va a pasar. Entonces al otro día yo le dije a mi mamá,
no voy, voy mañana en la tarde ¿Deveras? pues ahí tú sabes. Y viene un vecino
mío y por ahí dice, que están asaltando por ahí... y ‘ora llegando allá estaba un
bordito, a la mejor tendría como de metro y medio, tendría casi mi estatura, y
ahí me fui a parar, y para abajo, y para arriba tenía todo plano... pero volteando
hacia atrás, traía una mochila atrás, y cuando oímos de allá atrás empezaron a
tirar, en este bordito, el bordito a la mejor me daba por acá, estábamos más o
menos a ese nivel, y viene a pegar la bala por aquí, la bala pegó, por aquí pasó
la bala, pero el señor... es más bajito, más chaparrito... estaba el señor blanco,
blanco... ¿Te pegaron? Le digo no... y va viendo el bordito con la bala, en el
bordito.
¿A la altura de su oreja casi?
Si el bordito yo lo rebasara un poquito más, a la mejor me daba, por acá.
Como era zona preventiva se venían tirando, tirando por acá... era una mujer
bien bonita, bien bonita deveras, y no faltó más tarde... por el bordito, si no es
por el bordito... mire, por lo regular lo que sueño, eso pasa... no sé yo le tengo
miedo a mis pesadillas... ocho días antes estaba yo llorando... y deveras tenía
nada, dos, tres, cuatro días, contento, seis, siete, ocho... Mis sueños se han
hecho realidad. No la voy a espantar, la verdad. Anoche tuve un sueño como
a las dos o tres de la mañana. Yo soñé que alguien me iba a venir a visitar, y me
decía sus necesidades... ¿verdá que si te dije... ? (otra voz asiente) y ya ves que
te estabas preocupando...
¿Y cómo era esa persona qué soñó?
Mire, la persona no la vi, vi que alguien vino y vi problemas y necesidades
y ahora que recordé, vi que me dijo, estoy bien, estoy bien... Y nada más eso le
dije, fue lo primero que le dije, va a venir una persona que viene a... gracias, está
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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bien. Sí hablaba, no es por nada, sí hablaba... en la mañanita vino la señora,
se fue a la una, sí, algo va a suceder, le digo, la verdad, de verdad, no es por
quererme halagar, de verdad... y ahorita vengo... hasta da miedo por ejemplo, si
el río está sucio aquí en el tiempo de junio crece muy grande, a la orilla del río
si se están bañando, y por otro lado por ahí limpia el agua y pone su ropa por
ahí, y se lleva el río su ropa, y se mete a buscarla, y no lo jayas, por ejemplo un
pantalón o una camisa, jayas lo demás, pero lo demás no lo jayas, seguro son
ellos, seguro. Otro que está bien garantizado, un 90% para no hacerles larga,
que sueñas esto, esto lo sueñas...
¿Una boda?
Una boda, y el matrimonio completo, llegó a la iglesia y les echaron la
bendición, seguro se muere alguien de tu familia, no hay vuelta de hoja,
primero lo soñé yo, pero no no nos echaron la bendición... y esta no es...
Ay señor...
... de la noche a la mañana lo internaron ¿Cuántos días estuvo? (otra voz le
contesta ocho días). No, menos, porque fue par, en total, cinco noches cuando
mucho, cuatro, así de rápido, no tenía nada pues yo lo ví que andaba para allá y
para acá... al otro día en la tarde... ¿verdá? ¿verdá que sí es realidad? La primera
vez lo soñé, pero no alcancé la bendición, pero ella (su esposa, al parecer) si los
volvió a soñar, ella de blanco y yo de negro, menos, menos, menos todo. Eso sí
de ley, esa boda es garantizada por la comunidad... había soñado eso... si no se
muere alguien de su familia, entonces... pero eso que se lleva un trapo el río, esa
sí es una enfermedad de muerte también, pero a veces se levanta uno, ya le digo
que un compañero se muere, se muere al que soñó enfermo, que en el sueño
va a visitar a una persona, híjole, está bien enferma, pero que se muere, no se
muere... yo mismo le tengo miedo a mis sueños, hasta he llegado a decirme a
mí mismo, Señor ¿por qué tanto? ¿por qué me das de esto? Hay el piquete de
alacrán, que hay muchas personas que no les hace daño, una... y yo tengo un
hermano que le pica el alacrán y no le hace daño, y yo no me puede picar un
animalito por más pequeño que sea porque ya, luego, luego, vamos a la clínica
o, allá en particular, porque está seguro que me va a hacer daño.
Y eso ¿por qué cree que sea?
Yo tengo una mentalidad muy trágica, de que no me pienso seguro, aún por
tantas preocupaciones, yo creo, por ejemplo, el otro día me hice una pequeña
cortadita aquí y el médico me lastimó una vena, una astilla que se formó en
una vena, y yo no lo miré, y tan sólo en el pensamiento me lo imaginé que
me estaba vaciando, que me estaba saliendo mucha sangre... yo lo dije en el
pensamiento, siento algo caliente que va brotando la piel, y en ese instante que
Testimonios de un pueblo nahua
lo imaginé, en ese instante me desmayé... tengo una mentalidad de... y eso sí,
tengo un corazón de piedra ¡caray!... no quedaría... yo sí lo siento...
Duro.
En esas cosas sí, aunque uno que se está muriendo y que no es de mi
familia, aunque no tenga dinero, yo sé de dónde lo saco, lo ayudo, una niña,
tenía como nueve meses, estaba arrojando mucha sangre por la nariz... me la
llevé al médico, su papá no tiene recursos económicos... como hoy en la tarde;
vámonos, conseguí una camioneta... y si no la traes... y poco a poquito y me
sentí bien contento, y ahora cuando veo a la niña me siento bien contento, si
alguien me tendiera la mano, así como veo a la niña... no sé, luego yo llego a
pensar... yo no quiero que me hagan, ni quiero hacer, a toda mi familia les he
platicado... y a veces cuando llego y no me quieren hacer, luego me enojo y les
digo... al rato si sucede algo... con anticipación... y me sostengo, después de
que ya le sucedió viene y me avisa, tenías razón, pero si yo te dije un día antes o
unas horas antes, por qué lo haces... y es por eso que luego me pongo a pensar,
por eso principalmente me hago a un lado... y a trabajar, luego ahí se ponen
a trabajar... a veces me hablan y no estoy aquí, en otras partes, en Acapulco
¿no?
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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O divirtiéndose por allá.
A veces me están hable y hable: no me haces caso ¿Qué cosa? hasta que
regreso ¿qué? Que te estoy hablando¡Ah! es que estaba pensando, que luego,
luego le digo, no le doy vueltas. Sí, ya sé, tu pensamiento te trae loco, me
imagino si fueras millonario qué harías, en fin, no... es bonito pensar... en primer
lugar no te falto al respeto, en segundo... ¿cómo le hacemos? ¿qué hacemos? Un
matrimonio que se casaron, de nuestra generación, ya se volvieron a casa, dos
o tres veces... es raro el que de veras quiere hacer su vida, no sé, pero, nosotros,
por no entender, por ejemplo, la forma de vestir a los niñas, ponle un pantalón,
y ella dice no que un short, no ponle un pantalón, que vaya de short, y ahí
está. Exactamente, está bien, traías razón, ah no, se ve bien o quedó bien, o
salió bien, pero si te dije, no que llevara short, sería bien mal... pero te lo estoy
diciendo porque lo estoy pensando dos o tres horas antes, ya sé que por ejemplo
va a haber un programa, no... que otra cosa va a llevar, no que una playerita, y
que otra cosa, no sé...
05.XII.96
Doña Florencia Norma, Don Genaro y su esposa.
¿Usted tenía su hermano o hermana cuate?
Sí, se murió.
¿Era hombre o mujer?
Hombre.
Hombre.
Luego que nació, luego se murió, me platicó mi mamá, yo vine adelante y
ese chamaco vino atrás.
Usted dice que no pudo “dar”, no podía “dar” porque la curaron.
Yo no, no, puedo quitar, puedo quitar, sí.
Le dio un bien a la comunidad.
¿Cómo funciona eso, uno puede dar y otro puede quitar, o los dos pueden
dar, los dos cuates?
Nomás quien sabe, por aquí viven unas chamacas, están grandes, dice que
uno puede quitar y uno pues le puede dar. Ese mi nieta cuando los regaña, la
tumban su fruta, los regaña lo vas a ver ya llegó, que apachúrrame machi que
me duele da aquí, nomás porque la regaña las chamacas, y apachurro a mi’jita
y vas a ver ya no tiene nada, ándale pues le digo, ya no tienes nada, dice, sí pues
¡bah! ya lo sentí yo.
Ojalá y estos días, de aquí al 20 suceda algo.
¿Usted soba desde hace muchos años, desde que era niña?
¿Eh?
¿Si usted soba de hace mucho tiempo?
Sí.
¿Desde que era chamaca?
No, ya nomás apenas.
Apenas, apenas qué será… ¿unos, 15, 20 años o más?
No, más tiempo.
Más tiempo.
Porque yo, cuando me dí cuenta la realidad, o sea la vida, unos diez años (él
tenía 10 años) mi mamá ya, hacía ese favor, porque hay mucha gente con esas
chingaderas, que se destruyen, horriblemente, horriblemente; en una ocasión a
un amigo mío que por ahí anda le había pegado una persona, y me dio mucho
coraje y le digo a mi esposa que estimo mucho más al amigo, que hasta había
pensado en un gemelo, yo le pago, soy capaz de darle un dinero para que le de
bola pues…
¿Entonces se puede alquilar a un gemelo para…?
No, no, pues eso yo me imaginé, pero llegué a pensar en que bueno pues…
porque esa persona que le van a dar, por ley tiene que llegar aquí, pero si no
funciona pues en balde el dinero, uno no sabe pues.
¿Ya no hay otra persona que cure de bola?
¿Pero quién? ¿Quién? Ésta es la única, o sea es la que se ha destapado como
un candidato, cuando se destapa con publicidad y todo, es líder, mi mamá pues
aquí en la comunidad es la única, no hay otro, en el mañana habrá quien se
destape, porque ya le digo, es doloroso, es dolorosa esa molestia, porque uno
se molesta pues.
¿Y ahorita usted cuántos años tiene?
La verdad, quién sabe, porque yo no tengo mi papel (acta de nacimiento).
Nomás mi hermano mayor tiene 50 años, el mayor, y si de ahí para acá
agarramos, mi mamá aproximadamente hubiera tenido una edad de, de 20
años, cuando engendró, entonces ahorita cuando menos 80, porque mi papá
falleció un siglo, un siglo y tres años, nos duró mucho tiempo.
¿Unos 80 años tendrá?
Más o menos, o a la mejor más. Porque la mera verdad, hasta ahorita me
estoy dado cuenta. Hay personas a esta edad de mi mamá que fueron bien
listas, saben su edad y el año. O sea fueron listos en preguntarles a sus papás
la fecha, y se lo grabaron, aunque no hubo ningún documento se lo grabaron.
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
264
Nomás dicen el año fulano, el año, y de allá para acá hace uno el conteo… no
ve que Don Porfirio Román ya, ese señor ya es un señor grande, por ahí pues,
por ahí va, porque él ya rebasa los 90 años.
(corte)
Ah… ¿Y no se puede confundir el daño con la bola?
Ese pa’los niños pues, pa’los niños, nomás que no puedo sobar…
No no no, ¿no lo sientes si es igual? (se dirige a su mamá).
M: Ese no, ese no se siente, ese, los niños también, también ansina como si
fuera la bola, pues le va a doler sus manos, su cuerpo, sí, y él no puede.
Y ¿cuando es couasihuiztli lo que tiene la persona y no bola?
Vas a ver, ni vas a poder hacer ansina, va a hacer asina te va a espinar.
¿Usted los manda con otra gente que los sobe?
Pues sí.
¿Y ese cómo lo distingue , que es coacihuiztli, cuando lo toca?
A pues ese casi, ese no se hincha, nomás, ese nomás… ese me duele mi
mano, ese no lo aguanto.
Como si le hubieran dado pues, poco le falta, donde quiera el dolor. No
aquí nosotros como... de verdad, aquí muchas personas son gente… flecheras o
flecheros, pueden dar a través del aire, con un sólo soplido te lo echa y ya.
¿Flecheros?
Sí, así se les denomina aquí en la comunidad, con un soplido pues.
Esos son los que echan el coacihuiztli?
Sí, no y si usted se diera cuenta de muchas cosas, de muchas maldades que
conocemos en esta región del Alto Balsas, de verdad que, un milagro creo que
en una semana saliera, martes... Usted me hizo una vez una pregunta de los
que son brujitos, esos también se los, también se los friegan…
¿A usted le ha tocado ver cuando se muere alguno de esos brujitos?
No.
Dicen que algo pasa o que…
Mire, no, no precisamente pero... no, ya esas cosas son más…
¿O no le han contado?
Son cosa seria, unas personas, un amigo mío que ya murió, le voy a decir
una parte porque esto ya es delicadísimo, por ejemplo: si yo supiera algo, por
ejemplo si yo tuviera mi doble, si mi vecino el que vive ahí... pues no nos
queremos, vaya, quisiéramos que él o yo, o que él también tuviera su doble,
quisiera que él se muriera, o al revés, que yo me muriera, entonces él invita
a otras personas que tienen su doble, su animalito, y agarran su animalito,
lo agarran cuando está bebiendo agua, porque cuando está comiendo no,
cuando está bebiendo agua, o sea en el aserradero… lo agarran los mismos
animalitos, lo traen a orillas del pueblo, y de orillas del pueblo hay barrancas
Testimonios de un pueblo nahua
feas, peligrosas, pues les hacen como, como un... le riegan ramas, después de
las ramas les ponen un, como un cuadro, y en cada esquina les ponen unas
velas…
¿Velas?
Ajá, pero eso ya es la persona, cuando ya agarraron al animalito, ya los
animalitos ya no participan, sino que ya participan las personas, pero ya saben
en donde lo dejaron al animalito amarrado, y en cuanto se acaban las velas se
muere el ser humano, en cuanto se acaban las velas se muere el animalito y se
muere el ser humano ¿de qué murió? ¿quién sabe?
Y mientras ponen las velas ¿el paciente cómo está, el enfermo?
Se está acabando, se acabado, se está quemando y pues... los martirizan
el cuerpo, por ejemplo, un dolor por este lado o por el otro, eso si ya es... Ese
amigo mío que… no lo vivió, que digamos personalmente, por ejemplo, por
ejemplo le dio… hasta las seis de la mañana, y el entró en esa cañada bien
amaneciendo, cuando entró salieron las gentes de ahí pero por el otro lado,
entró de este lado el amigo mío, y los que hicieron mal en este lugar salieron
por el otro lado, entonces me dijo ¡caray! Pasó esto aquí en la orilla, y ahí estaba
el animalito tendido, bien lastimado, destrozado de esta parte.
265
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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De sus muñecas.
De las muñecas, una vela en cada lado, en el cuadro, n’hombre, es cierto,
de verdad, hay unos que… bueno, a usted se lo digo porque usted no es de aquí,
pero ya se murió. Si se, una vez le echaron algo, en Iguala. No sé... si ese ya no.
Bueno, a usted se lo digo porque usted no es de aquí, pero hay unos piensan,
es algo serio ya.
Y los que tienen su animalito de por aquí ¿nadie lo dice?
No.
No lo dicen.
Pues, no.
¿O no se sabe a veces?
Pues mire, a veces no se cree, pero, pero si se, si se da a conocer, como
uno… Hubo un pleito, se pelearon pues, borrachitos, y uno de ellos dijo, sabía,
dice:
yo sé que vas al campo, vamos a ver en el campo si de verdad como dices
que eres un gran hombre de mucho valor, y en el campo es diferente, pues aquí
somos seres humanos ¿no? entonces nos veremos, con los animalitos lobos. Y
se dio cuenta de que salió al campo el muchacho, le dice mira, tu doble vino,
lo vieron en el campo, y qué le preguntó, dice, no pues sí soy yo, y pues nomás
lo quiso aceptar, porque de veras tenía su animal, dos, tres manotazos le puso
en la espalda pero…
¿Qué era, un felino o un...?
Un tigrito. Y ahí dijo, dice, entonces, si eres cabrón le dijo, de veras, vamos
allá en el pueblo, no aquí... Bueno, yo me imagino... que no iba a salir vivo,
pero no, dice que nomás lo lastimó, pero sí, en la parte de atrás le llegó, nada
más dos manotazos dice, se da la vuelta y le dice. Y aquí lo contó el muchacho,
un animal se me acercó, y anoche me peleé con fulano y me aventó... Cómo
te andas peleando con él, qué no sabes que esa persona es de cuidado, hay que
tener con esas gentes. Y eso sí es delicado, es delicado y es doloroso, porque si
tienes un animalito, un doble, por lo regular debes de ayunar, porque el ayuno
te sirve de mucho, ayunas aquí y te ayudas y ayudas al otro, y a la vez te está
cuidando, por lo regular ese es el dolor, y por lo otro pues, pues ese que... ya
tienes ese valor, de verdad, a veces existe la vergüenza de decirlo, que uno, no
debe pero, a veces cuando uno está medio tomado se dicen muchas cosas; por
ejemplo si eres como usted, que anda preguntando eso ¿quieres saber? ¿quieres
ver de verdad? ¿sí, no vas a tener miedo? Búscame en tal parte, ahí me hallo,
me hallas el doble o nada más mi animalito, pero si de verdad tienes valor y si
no pues ¿para qué vas? Pero no crea que va a ir en esos cerritos que… no, sino
en lo más feo, en lo más apartado, sí se mete la gente, no digo que no, pero eso
Testimonios de un pueblo nahua
está mal porque imagínese, si encuentra un animal que no sea el que iba usted
a ver, qué mejor.
¿Y cómo se reconoce a los animales que son dobles?
Pues hay de otros, son amables, te dan la vuelta, te rodean sin atacarte, ya
casi te rozan, pero cuando son animalitos bonitos pues, cuando son… porque
hay de distintas formas, no crea que todos… como vulgarmente se dice todos
son burritos, no, es variado, pero hay bonitos, sí, sí los hay.
¿Las mujeres también tienen su animalito? O sea, ¿hay mujeres que también
pueden tener?
Yo se lo garantizo, y se lo garantizo porque pues es verdad, un día de estos
le voy a… pues no crea que, a veces uno pues anda solo, hay veces se reúnen
cuatro, por lo regular son de cuatro, cuatro animalitos que se reúnen al mismo
tiempo, y es como aquí, pero más, tiene dos tres amigos, y ellos mandan, uno
cuida y tres duermen, mañana otro, como los seres humanos, son inteligentes.
Pero son animalitos de campo pues, o sea, ¿no son domésticos, no son
gallinas ni…?
No, no, no, son de campo. Aquí enfrente de este cerro, una… me hizo una
buena pregunta, una mujer tiene un animalito que es de este pueblo, tiene un
coyote, es coyota vaya, y una vez andaban unos chivos ahí, y pues tuvo hambre
y agarró uno de ellos y le avisaron al dueño ¡le acaba de agarrar el coyote,
atrasito, aquí en frente, de su casa! Y el coyote, pues no sirve, dice ¡ah chingá!
Agarra su arma y se va para detrás, como se lo dijeron, en la barranca más allá,
de allá para acá venía pa’rriba, lo vino a hallar así a hallar a media barranca,
viendo... cómo le voy a decir, la miraron como de aquí al limón, y le tiró pues
ya, y le quebró aquí… no, miento, le pegó pero le rozó todo esto, entonces al
tirarle allá aquí la mujer le gritó, estábamos platicando con su marido, y que
grita, pues ¡le acaban de tirar! hasta el suelo cayó, no tiene nada, y el animalito
ahí tirado, y le tiró fulano, en verdad, pero, qué cosa, dice, tiene la señora, pues
es que le tiró ¿pero ahí? tanto animal que hay por allá, a dos tres kilómetros,
se hinchó de donde le dio hasta por ahí, peligraste, le dijo ¿ya ves? Te chingó
otra vez y tan bonito que, que andaba lastimada esa señora. Y un viejito le
dijo, a tu señora le tiraron ¿Cómo sabes? ¿quién te dijo? No, no, no... Sí, la
agarraron ahí adelante y la lastimaron, un día después sucede que, que tienes
razón, como usted dice, no son gallinas ni son perritos, digo son similares pero
no, no son perritos, son animales salvajes ya digamos, y sí, hay animalitos muy
bonitos de veras... Aquí el que sabe, peligra de todo, de todo peligra, mire, en
una ocasión yo le quise tirar a un par de animalitos con una arma, de aquí al
corral, no muy lejos, de aquí al corral ese de los palos esos que están ahí, y ¿qué
cree que pasó?
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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¿Qué pasó?
Con una buena arma, nomás de ejemplo, ¿y sabe lo que pasó? los animalitos
estaban de espaldas y al cortar cartucho lo oyeron y se voltearon, se me pusieron
de frente así, de frente los dos, fíjese. Y no sé, sentí algo raro en el organismo,
ahí cerquita nomás los vi, y ya había cortado cartucho pero se siente uno que
no, que agarro el arma y le siento un poco mal, pues sí, estaba picando la aguja,
pero salpicados estaban los tiros, y yo puro jalaba, ni un tiro resultó, dieciséis
tiros y ninguno resultó, pues se fueron para atrás.
¿Y qué eran? ¿Qué animalitos eran?
Pues eran dos animalitos de león de allá de, de los que, se quitó el miedo
pues al cazador, era un ejemplo, y viene un vecino… porque yo siempre que
salgo no salgo solo, salimos dos, y le grito a ese muchacho, le digo pero ahora
qué, no les tiré, le digo, a un par de animalitos aquí no regresa no quiere…
caray, en serio, no... por allá salió ¡vamos! No, dice pues yo que tú yo no me
arrimaba, pero me dio miedo dice, que agarro unas balas y las mando poner,
y nos vamos, arriba del cerro, bien arriba los encontró el señor y le dieron una
buena espantadita. Bueno, los agarró… de verdad que no merezco, igualmente
quiere sentir, le jaló el arma para preparar, y voltean y lo ven de frente, oyeron
su arma, y tronó, pero al tronar cuando agachó tantito, porque lo tenía de un
lado cayó, al tronar, cuando agachó tantito el arma se empezaron a salir las
municiones, pero al agacharlo, se fueron al revés dos o tres, nomás tronó y dos
que traía, agarra el arma, agarra y pone otra y vámonos, y ahora por qué, tienen
dueño dice, y llegamos por acá cerca donde sembraron, donde siembra el señor,
y le hicimos ese comentario, y el señor, ya es de edad, dice qué, eso que te digo,
a ese muchacho le pasó eso y a mí también, no nos dijo nada si pasó por acá, ¡ah
caray! Tienen dueño, dice pero esos no son de por aquí, son de por acá arriba.
¿Los conocía el señor?
Esos tienen dueño dice, esos no son de aquí, son de por acá arriba, caray,
ten cuidado, dice, no los hicieron enojar dice pues a la mejor regresan. Y por
eso le digo, ese es el sufrimiento del gemelo, y para eso ¿sabe qué se requiere?
Pues mucho ayuno.
Mucho ayuno.
Mucho ayuno, porque debe de andar uno preparado, uno nunca sabe
cuando lo van a atacar, así se puede tirar de espaldas, pero de frente no, o sea
que tiene por ley que ellos tienen que estar preparados, es el paquete del doble
que si no andas ayunando nomás te pasó que pues andas bien comido, que te
enfada, pero te encuentra un cazador e inocentemente te tira, y el cazador pues
no sabe, les han tirado, como a veces unas personas están ahí pues de cacería y
ellos como no saben.
Testimonios de un pueblo nahua
Les tiran.
Les tiran, como no están preparados. Y a los cazadores les ha pasado mucho
a ellos, no truenan las armas, y de ese día que me sucedió eso, que es por allá
por orillas del pueblo, al señor que vive ahí le digo prueba los pescados a ver si
truena tu... destrabé el seguro, le dije a unos chamacos, a puro jalar empezaron
a salir, todos los tiros, todos tronaron, sí. Y un día me platicó un señor que es
de su edad, de la edad de mi mamá, allá en la comisaría pues, dice cura tu arma
y le podrás tirar a cualquier animal, y no lo he hecho, ya me dijeron cómo, pero
no lo he hecho.
¿Cómo se tienen que curar?
Pues no sé si este… eso es, es una cosa…
Me han dicho que con ajo, creo ¿no?
No, el ajo no, el arma es el ayuno de la persona.
El ayuno.
Ese es otra cosa más delicada, porque no todo mundo lo sabe, no, conocen
el pueblo, entonces es delicado, no le contaron las personas que saben de ahí, y
no se lo dicen a cualquiera, porque no inspira confianza.
Está preguntando como se…
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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Quitarse el sombrero, al saludarlo tengo que quitarme mi sombrero,
pues aquí cuenta mucho, aquella persona que saluda lo lleves o no lo lleves
el sombrero, si no llevas sombrero debes de darle la cara al suelo, buenos días
señor, buenos días, el saludo de una persona, seleccionada digamos como... por
ejemplo, yo no voy a respetar este plato que no tiene ningún dibujo, para mi es
botarlo, voy a respetar el que ya está bien hecho, también esa persona que está
bien hecho, hablemos de que es una buena persona en el aspecto del respeto,
en el aspecto de que si hubiera algún conflicto... no nomás cualesquiera, no
cualquiera.
Y entonces usted por preguntarle como se curaba el arma, por eso…
Me dijo porque me debía un favor ese señor, no económico, no cuestión
de dinero, sino un favor, por mi mamá, un hijo que se le enfermó (hace dos
años) se venía acabando y lo curó mi mamá, desde entonces dice le estamos
agradecidos, según él se nos agradece el favor, y un día yo le platiqué lo que a
mi me sucedido y el señor... mi papá me contó eso y... yo ya lo, ya lo probé y se
siente… pero me da miedo, digo, bueno, no tengo necesidad de matar un ser
humano (por eso dice que él no ha curado su arma, porque no quiere un día
equivocarse y matar un ser humano), pues mejor así que quede verdad. Si es de
veras el animal para matarlo pues así nomás... pero si el animalito no es para
que yo lo mate entonces no hay necesidad de curar el arma.
(corte)
Y usted ¿cuántos años tiene?
36 cumplidos, estoy caminando 37 años, los he vivido pero de verdad, bien
yo lo he notado y lo he vivido, para mí es malo, y me ha tocado como soy el
último de toda la familia pues somos varios, tres hombres y dos mujeres, pues
la carga siempre viene a mí, de todos mis hermanos, tienen un problema, no lo
arreglamos con pleito o matando, no, con la misma ley pues, siempre hay que
buscarle el lado amable ¿no? de la persona, claro que si me lastimó pues…
Xalitla, 16.XII.96
La hermana de don Genaro tiene nueve años de vivir en Los Angeles.
Dice que cuando algún paisano de la región se enferma de “bola”, buscan algún
gemelo que los pueda sobar; cuando se enferman de “espanto”, llaman por
teléfono a sus familiares para que los “busquen” o “rifen” y los “rieguen”. Este
tipo de “regadas” se hacen en el cerro para que les llegue el humo y les haga
provecho. Comenta que ella sí cree en las curaciones que hacen las personas
de su pueblo.
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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Doña Constancia Greco Xalitla, 14.IV.95
Visité a Eleusis Toribio y a su esposa Constancia Greco. Ella tiene 62 años.
Cura el “daño”, y para sobar a los niños utiliza mezcal y epazote.
Su solar es más bien pobre. La puerta de entrada, que no es probable que
usen mucho, está hecha con unas varas y los resortes oxidados de un viejo
colchón.
El señor primero me dijo: “ahorita no tenemos dinero para comprar
medicina”. No sé si no quería recibirme (ya me habían dicho que él era muy
celoso). Le expliqué el motivo de mi visita y entonces accedió a abrirme. Pasé
y me invitó a sentarme en el corredor de la casita, pero la señora propuso que
pasáramos a la cocina, porque allí estaba más fresco. Ella estaba más dispuesta
a platicar, aunque en ocasiones antes de contestarme miraba al marido, quien
evidentemente procuraba medirle las respuestas.
Él mencionó que algunos hombres se quedan locos por las mujeres. Evitó
hablar de la brujería; solo dijo que tanto hombres como mujeres se trastornan
por no ser aceptados por la otra persona o porque no los dejan casarse.
También comentó que había un tipo de curanderos llamados “hueseros”,
advirtiéndome que si ellos no soban cuando alguien se golpea o se cae, sus
huesos pueden quedar chuecos.
Don Eleusis se “espantó” una vez que llevaba una “promesa” al templo.
Llevaba unos cohetes en las manos y le tronaron frente a la cruz. Las manos
le quedaron heridas e infectadas: “me salía como pus”. Estuvo tratándose con
médicos de Iguala, gastó bastante dinero y no se curaba. Su mamá, que aún
vivía, lo “rifó” a escondidas y allí, en la “rifa”, salió que él estaba espantado.
Aunque él decí“pero si no soy criatura, para espantarme”, llevaron unos
“tamalitos” junto a la cruz, allí donde se había “espantado”. Al día siguiente
empezó a cerrársele la herida de la mano.
Doña Constancia y Don Eleusis
Tiene otra enfermedad, pero si nomás les hacen daño, entonces aquí nomás
se soba, nomás nos... yo los he sobado, nomás con epazote y alcoholito, y otros
soban con este vaporu y este alcoholito y yo no, pues yo nomas los sobó con
epazote, por ahí tengo unas plantitas de epazote.
¿No usa vaporub?
Yo no uso vaporú, yo nomás epazote y alcohol, con eso le sobo a los
niñitos.
¿Todo su cuerpecito?
Todo su cuerpecito, y si le duele el pechito pues el pechito le vas a sobar,
aquí, esto de aquí.
¿Dice que si le hacen daño o mal de ojo es lo mismo?
No, el mal de ojo es otro.
El mal de ojo es cuando se le ponen colorados sus ojos. ¡Ah! pero cuando
le echan ese que le dicen ixyeyecatl…
¿Ixyeyecatl?
Mal de ojo... mal de ojo.
No, no, no, ese pues cuando quixtlasolian quiero decir, sí, pero ese es, ellos
así lo conocen, le echan ojo cuando les hacen daño, el daño nomás nosotros les
decimos que, así en mexicano pues, luego dice oquixuique, ese quiere decir le
hicieron daño, y entonces se calienta el niño todo el cuerpo, le agarra calentura
y ya no le da, ya no le deja que coma o que haga pecho hasta al menos que lo
soben.
¿Y cómo le hacen ese daño?
Pues señor yo creo que, este muchacho yo creo que no se siente cómo se le
da, se le da como que, como que si te gusta un, un niño, aunque sea moreno,
aunque no sea güero, como que si te gustó te gustó acariciarlo y si no se te dejó
el niño, pues con eso tiene ¡bah! No, porque si deveras le vas a echar, no nomás
como que si te gustó un niño quisieras que lo agarraras y hasta lo acariciaras
pues...
No es de mala voluntad.
No, pero si no se dejó, entonces sí, ya le agarra calenturita al niñito, y con
eso tiene nomás, no es que porque si como otros luego dicen, les echan así otras
cosas de... enfermedades no, eso nomás así, ajá, y entonces este, eso pues, le
digo, nomás se le apachurra al niño con epazotito y alcoholito, y si Dios te dio
permiso de que lo alivies con eso tiene, lo vas a sobar, le da chichi su mamá,
luego de aquí se duerme el niñito, se va y se compone, al otro día o en la tarde
de vuelta me lo traes y yo lo sobo y con ese ya, con dos sobadas.
¿Entonces cómo le llama al mal de ojo?
Tlaixhuili
¿Y ese es diferente entonces de que si le hacen daño?
Ajá es pues, ese es, si le hacen daño porque le agarra calentura a un niñito,
le agarra calentura y ya no quiere hacer pecho, y hasta que lo soban hasta
entonces si, si le encontró buena mano que se compone, con ese tiene y si no,
lo llevan a otro lado, hasta donde le encuentren que, que sea bueno, con ese
nomás si, pero ese es nomás de daño, ajá, de daño, sí.
Oiga ¿y qué es eso del pulso? ¿Qué es lo de bajarle el pulso?
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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Pues nomás lo vas a apachurrar aquí. Ajá, aquí, esto, ese es el pulso, este de
aquí que tenemos aquí en el ombligo ¿no ves que ahí está brincando?
Sí.
Y ese se muda cuando ya te va a doler, ‘ira, llega hasta aquí.
¿Por qué se muda?
Se muda porque, porque si uno está mal alimentado, si no almuerza el
muchacho, va a la escuela y no almuerza hasta las once, y yo digo pues se, se
maleó pues el estómago ajá, si yo digo pues, no sé, porque, ujum.
¿Entonces el pulso es siempre el del ombligo, no hay pulsos de otro lado?
No. No, ese es de aquí, porque aquí, mira el ombligo aquí... así, agárrelo,
está brinca y brinca y brinca, y si ya hace como que te duele tu barriga, sientes
que te duele tu barriga, o no quieres, o no te da hambre, o si quieres comer tu
tortilla, y luego te quiere dar pa’rriba, entonces esto de aquí te duele, entonces
agarra de aquí esto, y tiéntalo que sí, ahí está, y si no brinca aquí entonces ya
se mudó, ya se vino hasta por acá, mira, aquí, y entonces ese de veras te va a
dar pa’rriba, aquí.
¿En la boca del estómago?
En la boca del estómago, hasta ahí llega ese que está brincando de ahí,
aquí, y entonces yo les comienzo a sobar así con alcoholito...
¿Y epazote también?
No, ese no.
No, ese con aceite, aceite...
Para que no le duela, y corra el dedo así, mansito, pa’que no lo lastime.
Con aceite, con aceite, con ese lo sobas así. Agarro y meto este dedo aquí, le
paso el ombligo, ajá, pues si dice que le calmó ya no le dio pa’rriba al muchacho,
ya no.
¿Y esto no se mueve, el pulso de acá?
¿Mande? Sí, sí se mueve así pues, pero este es otro.
Este es pa’la medicina, yo creo.
¿O cómo sabe usted si está un niño chípil?
¡Ah! ¿cuando está medio chipil? Pues queda medio enfermito y este...
nomás chillón, y entonces así pues nosotros así diríamos, yo tuve una comadre
aquí, estuvo con nosotros tuvo muchos hijitos, todavía no ajusta el año cuando
ya bajó otro y entonces el niñito quiere mamar así, con el otro niño, y la mamá
en veces ya no le da, o a veces le daba, después el niñito como que se, como
que se quedó como enfermizo, quedó este con la... quedó bien pilinque, y ya
quedó bien flaco, y entonces mejor le sacó el pecho la mamá, ya no le dio,
mejor le daba su comidita así, y este y sí se compone, se compuso la niñita, sí,
Testimonios de un pueblo nahua
ya no estuvo flaquito. Pues nomás le quitaron el pecho, ya no le dio el pecho
la mamá, porque le daba a los dos, y a él ya no le dio el pecho, al grandecito
ya no le dio, le dio al más chiquito y entonces comenzó a comer su tortillita la
niñita y se desapartó de su mamá, ya no, ya no se arrimó pues con ella, y sí se
compuso, sí, así nomás.
Doña Mode dice, bien que los cura, cuando están empachados los niñitos,
ya no quieren comer, nomás se van así pues, nomás se van enflacando, y dice
que nomás les da aceite quemado, pues yo nunca lo veo pues, nomás me dicen,
me dicen las señoras que tienen sus hijos, me dicen, yo fui con la señora, le dio
de tomar aceite quemado, no se de qué pues.
¿Se le quita lo empachado con eso?
Se le quita, dice que si ya lo tomó saca algo de lo que se le pega en el
estómago, saca, pero la señora pues, este, Doña Mode, ella, ella.
Oye, y cuando se espantan los niños ¿qué pasa?
Ese sí les riegan, ese como ahora usted podría platicar con Doña Florencia
o con Don Chico. Ese saben regar, a ese veo los alquilan para... Son rifadores,
pueden rifar, pueden regar si te espantas, te rifan y lo ven a dónde, y entonces
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van ellos y van a regar ahí. Alevantan la sombra para que se componga uno, no
sabemos cómo, está más trabajoso.
Mmm, y ¿qué piensa usted que sea la sombra?
Pues la sombra es cuando se espanta uno. Como cuando se espanta, y no
ves que pues el aire que está pasando ese casi, ese le van a echar, les van a dar
tamalitos.
¿Pero la sombra es de uno?
Sí. Como... vamos diciendo que ahora usted si fuera al corralón y vieras
que ya viene el toro, se te va… y entonces tu como que, como que te va asustar
pues, y después si caes enfermo entonces ahí aparece, que mira que lo espantó
el toro, que lo iba a cazar el toro y se espantó, y entonces ahí van a levantar tu
sombra, ajá, pa’que te compongas, aquí así pues lo conocemos. Porque ese si te
espantó algún toro o te espantó algún caballo, si te tumbó el burro, mira, si te
agarraron los aires no vas a poder dormir, aunque toda la noche no vas a poder
dormir, nomás te vas a estar enfadando, enfadoso pues, no vas a poder dormir,
y si ya fuiste al doctor, ya te curaron con los doctores y no eh... ahí esta faltando
no te hace provecho, no te hace provecho aunque más se te curen, es que hasta
al menos que te vayan a regar a donde te espantaste, ‘onde te tumbó el toro,
pues te tumbó el caballo, el burro o si te espantó algún toro, hasta entonces casi
te vas a componer, ujum, menos no.
¿Y qué son los aires?
Pues aquí, nomás este... el viento pues, verdad, nomás el viento.
¿O son como malos espíritus o qué?
Esos son, esos son, vientos. Esos, o por aquí nosotros Sí lo conocemos
pues, se espanta uno, después le riegan, uno está malito como de costumbre,
lo sueltan y órale, ven si ahí está pasando. Ahora yo le voy a platicar una cosa,
porque yo sí me sucedió, me quemé con los cuetes, iba yo a agarrar un manojito
de cuetes.
¿Usted los prepara?
No, yo los compré, iba yo echando cuetes para como de costumbre,
llevábamos una promesita para el templo, entonces se me reventaron los
manojitos de cuetes, se me reventó, cuando los quise soltar ya me había quemado
mi dedo, ‘ira nomás, se iban quemando, por eso digo se estaba pudriendo
mi mano, fui tres veces al doctor, y no, igual, por eso on’tá la cruz, están
las piedras, ahí me quemé pues, ahí se reventaron los cuetes en mis manos,
entonces vivía mi jefa, dice, mira te voy a buscar, a la mejor tienes espanto,
n’hombre pues estaba chiquito, me espanté, y lo que hizo fue a la escondida
con una rifadora, se espantó, ahí donde se quemó con los cuetes ahí se espantó,
ahora con un parcito de velita, así mochita, los fue a encender ahí a la cruz,
Testimonios de un pueblo nahua
cuando se comenzó a secar mi dedo y fuí al doctor, ya me había costado más de
cuatrocientos pesos, y aquí con cinco pesitos me regaron y me pusieron ahí las
florecitas, las cruces con eso, ya ahí ya venía de lo agujerado, ‘taba blanco todo
ese, todo ese, dice nomás me espanté, y sí me regaron y le pusieron sus velitas
en la cruz, y con ese nomás.
La Santa Cruz se enojó también.
Si, pero ¿por qué se enojó la Santa Cruz?
Porque reventaron los cuetes, y fueron los cuetes hartos, y casi ahí mero
derecho ‘onde está. Entonces yo me espanté y me agarró como que, quiso sus
velitas pues, nomás le fueron a dejar sus velitas y me compuse, y al doctor no
me pude componer, fui dos veces nomás me iba agujerando de aquí, se doró
mucho con los cuetes.
24.VII.96
“Yo solamente atiendo el daño, en mexicano es tlaixuili. Les pega más a los
niños, pero también a las personas mayores”.
“Los niños lloran mucho, no comen, no duermen, les duele su pecho, les
duele su cabecita, a unos les da vómito o les da diarrea o les da como gripa,
comienzan a toser, si es muy chiquito no quiere pecho, llora mucho, parece que
ya se está acabando, no lo cura el doctor”.
“Cuando es una persona mayor, les da mucho sueño de repente, y dolor en
las rodillas”.
El “daño” es una enfermedad provocada, aunque no de manera intencional,
por personas que “pueden”. Estas personas que “pueden echar daño” también
pueden quitarlo. Para provocar esta enfermedad basta con que a una persona
que “pueda” vea un niño y éste le guste. Si la madre del niño se da cuenta de
que a esta persona le gustó su niño, debe dárselo para que lo abrace, y con esto
puede evitar que el daño se realice.
“Si el daño es enviado por una mujer sólo lo podrá curar una mujer, y si lo
ocasionó un hombre, tendrá que sobarlo un señor”.
“Utilizo epazote y alcoholito para sobar el cuerpo del enfermo, después de
la sobada se tiene que cambiar de ropa al niño y ponerle ropa limpia, pues en la
ropita se queda el “daño” y entonces se tiene que lavar para volverla a usar. En
ocasiones el daño puede contagiarse a la persona que lo soba”.
“Otra manera de curar el “daño” es llevar al niño a un árbol de… (no
recuerda el nombre) para que coloque el pie en el tronco, se remarca el contorno
y con eso se compone”.
277
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
278
24.VII.96
¿Qué enfermedad es la que usted cura?
Tlaixuili, quiere decir tiene daño, ese es en mexicano, ese tlaixuili; si usted
tiene su niño y va ‘onde la señora que sabe sobar le va a decir así en mexicano:
señora la vengo pidiendo que me lo sobe mi niño, tiene daño, y en mexicano
le vas a decir…
(sigue en náhuatl) Le vas a decir, ya lo llevé al doctor y no se me puede
aliviar, ahora a lo mejor le hicieron daño… que si le duele su pecho, o a la mejor
le duele su cabecita, no se puede componer, aunque ya lo curaste con el doctor,
y lo vas a sentir que, porque si tiene fuerte la calentura tú le vas a decir pues,
que te lo sobe, porque a la mejor tiene daño pues.
¿ Y con qué los soba?
Con epazote y alcoholito, iepazotl de por sí, nosotros lo conocemos así,
epazote …(sigue en náhuatl) Como ‘ora yo luego le digo, si ves que no puedes,
pues llévalo a otra parte, a la mejor le dió daño algun hombre.
Usted me había dicho que cura cuando una mujer echó daño, ¿es por eso?
No, se puede aunque un hombre también, nomás que está en la mano,
nomás que está en la mano.
¿Y cuando usted soba al niño se le puede contagiar el “daño”?
¡Cómo no! cómo no, me duele pues, me duele todo esto, y cuando de veras
ya no aguanto, mi esposo me soba también.
Sí, porque si no, no puede dormir, entonces le echo alcoholito, aunque
sea.
23.VIII.96
La señora Constancia Greco visita a don Chico, pidiéndole una “rifa” para
su esposo. Don Chico le pregunta qué es lo que le pasa a su esposo. Ella, sin
responder, le pide que mejor él “le busque” para saber qué es lo que le pasa.
Mientras ordena su baraja, don Chico relata la ocasión en que su esposa
cayó muy enferma, quedando desmayada durante tres dias, con un brazo “tieso”
y con la boca “torcida”. A pesar de la gravedad del caso, él la logró curar.
El diagnóstico con la baraja fue dolor en la cintura, dolor en la cabeza y en
el pecho, a causa de un pleito con unos vecinos de la misma calle, que ocurrió
hace mucho tiempo. Señaló que a su marido le estaban “echando chance”,
que el mal estaba dirigido a ella, pero que la “maldad” había recaído en su
esposo. Esta “maldad” era producto de que sus vecinos estaban “trabajándole”,
prendiéndole velas para ocasionarle la muerte. Le recomendó que “procurara”
a su marido.
Don Chico le pidió a la señora que regresara a las cinco de la tarde para
indicarle como “procurar” a su marido y que se cure. Doña Constancia comentó
que también ella se ha sentido enferma, tiene dolores en las piernas, se le doblan
y a veces se cae, y durante las noches tiene calentura.Dijo que regresaría en la
tarde para “alquilar” a don Chico porque “él puede para curar a mi marido”.
04.IX.96
Relata Doña Constancia : “Hace muchos años, cuando estudiaba en la primaria, participé en un
bailable que presentaron en Maxela. Para eso arreglé mis trenzas, estaban
largas, las adorné con listones de colores, me quedaron muy bonitas, pero
entonces me tuvieron envidia y alguna persona que puede me echó daño en
mi cabello, comenzaron a salirme granos en la cabeza que me provocaban
279
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
280
comezón y me dolían, se me tiraba el pelo y sentía caliente la cabeza”.
“Doña Pístola, una curandera de Ahuelican que rifaba, regaba, y daba
toma, le recomendó a mi mamá que después de un ayuno me sahumara el
cabello, poniendo en el sahumerio un poco de chile seco. Después de una sola
sahumada se me secaron los granos, y me compuse… pero ya no volvieron a
crecer tan largas y bonitas mis trenzas”.
“También a los árboles y a las plantas se les puede echar daño, es igual,
si alguien que puede los ve y le gustan puede provocar que comiencen a
marchitarse”.
“El bazo les da por comer muchos dulces o panela (o piloncillo). Sólo les da
a los niños, no les da hambre, van enflacando, se van secando, lloran mucho,
ya no están contentos, están enfadositos y les duele en donde tienen su bazo,
en la boca del estómago”.
“El bazo puede ser curado por cualquier persona y una vez curado no
se vuelve a presentar. Para curar el bazo o icomal hay que usar una mezcla
de semillas de calabaza molida, flor de cempasúchitl, jabón blanco (que esté
nuevo) y najayote, aplicándolo en la barriga del niño”.
Doña Alicia Robles
Doña Alicia es originaria de San Juan Tetelcingo, pero reside en Xalitla.
Tiene 64 años y está separada de su marido.
“Rifa” con maíz, y “riega”. Aprendió a curar cuando tomó “la toma”.
Doña Alicia utiliza para rifar “diez maicitos y diez copalitos”. Considera
que no es necesario hacer una “regada” en el lugar en donde ocurrió el espanto,
como generalmente lo pide la gente. Dice que si la gente tiene fe bastará con
hacer la “regada” en la puerta de la casa del enfermo.
Doña Alicia 23.VIII.96
“Copalchi es la cáscara de un árbol, muy amarga, que se utiliza para el dolor
de estómago, para la bilis y el dolor de vientre; se hierve con un poco de agua
y se guarda en un frasco para estar tomándolo, en ayunas, por varios días, el
primer día una cucharada, el segundo dos, el tercero tres, y una cucharada
varios dias más”.
“Es como cerveza, que también es buena en ayunas. Este remedio es
peligroso, si alguna persona lo toma y es visto por otra que hizo pecado y no se
bañó, te pones loco, te dan ganas de correr y dar maromas, hablas disparates y
quieres correr”.
“También puede producir esta locura si una persona que es cochina, que
hizo pecado y no se baña ve el copalchi. Cuando se recolecta este remedio hay
que tener precaución de que nadie lo vea, hay que llevarlo escondido en una
bolsa. Si se toma el copalchi y se quiere salir a la calle es peligroso, hay que
bañarse antes de salir”.
“El tenexiatl se utiliza para el dolor de estómago. Se remuele la hoja y se
aplica en el estómago, y después se aprieta con un trapo. Este remedio también
es peligroso, como el copalchi. A la persona que se le aplica no puede verla otra
que haya hecho pecado”.
“El tenexiatl tomado emborracha. Esta planta es muy delicada, pues
si se planta en el solar puede ser que le echen daño y la planta comienza a
marchitarse. Si le echaron daño y se utiliza después, puede perder sus
propiedades curativas”.
“La untura blanca de manzana sirve para el dolor de huesos y el
debilitamiento”. Después de aplicarlo se debe permanecer en reposo absoluto
durante un día. Doña Alicia lo utilizó en una ocasión que se enfermó de
disentería. Se aplica “atrás y adelante (ano y vagina), y santo remedio”.
15.IX.96
Quitlatetemouia : “el que sabe rifar con baraja”.
16.IX.96
¿En sueños ellos ven eso?
Ellos ven, como que en sueños, se pierden, ellos como que se van así
acostando, y como que se duermen. Dicen que ven que si uno se va a aliviar, o
si uno pierde su buey o su vaca ellos le van a decir y saben cómo lo encuentra
uno, si en tal parte, en otro pueblo o en otro lugar, así pues, en un campo.
Hay algunos también tienen barajas, en Iguala yo también me había pasado
eso, pero yo nomás me dijo una señora dice, usted tiene una vaca ¿verdad?
con su papá, le digo sí. Ya no tiene hermanos ¿o sí? Le digo no, ya no y dice
¡ah! bueno, pero ese hombre que está ahí es un peón, o que como este es su
marido… dice, ése nomás se fijó ¿qué es lo que tienen? ¿a dónde va a dejar sus
281
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
282
vacas? y cómo las manejaba su papá y este nomás te está viendo para robarte,
este hombre.
¿Eso lo vio en la “rifa”?
¡Eh! no, ella es una mujer, ella me hizó rifa en las barajas.
¿Cómo se llaman esas personas que pueden rifar con la baraja y adivinar?
Este quiere que le diga yo en mexicano. Ah, pues a la persona que puede
rifar con la baraja se dice, este, cihuatl quitlatetemolia ipan baraja, el que sabe rifar
con baraja. Itlatetemolia. O sea lo ven pues como aparecen algunos animales, o
lo que pierde uno o el enfermo, lo ve si se alivia o no.
¿Pero eso no lo hace con barajas?
Ese nomás así como que se duermen si, primero empiezan como rezar pero
no se oye lo que dicen o bueno, yo nomás una vez fui, despúes regresé ya no
supe nada de ellos.
Pero ¿cómo? ¿se ponían a rezar?
Como que rezan, no sé que cosa dicen, y después ya se van así, se van así,
y ya después caen como que quedan así, como desmayados, así como quiero
decir, pues este, para ver… así hacen ellos.
¿No toman algo?
Pues no, no toman nada, nomás como que ellos se tratan va a ver qué es lo
que tiene la enferma o el enfermo. O pues, no sé si como otras personas vienen
de lejos porque allá en México también hay de eso que rifan pero no con la
jícara, eso sí nomás lo veo yo había ido cuando perdí mi marido y ahí este, este
me fuí, me dicen ‘ira echa aquí (la orina) alrededor, ahora si la persona que
quiere saber qué es lo que perdió o qué es lo que le duele o qué es lo que está
enfermo que pisen aquí en esta raya, y yo rápidito pisé y otras personas este yo,
le digo, dice usted se ve que viene muy triste dice, pero muy triste. pero este
quiere saber en donde este su novio, pero su novio ya no lo encuentra dice, y
entonces me dijo usted se ve muy triste, pero se ve que la dejó su esposo pero
quiere regresar, en este momento quiere regresar, pero aunque quiere regresar
no lo deja la mala sombra, eso me dijo la señora.
¿Y qué es la mala sombra?
Pues este, así me dijo, dice no lo deja que vuelve a regresar, porque él está
deseando algo, o sea, ella la está deseando algo, la mujer, cuando le digo que
me quitó todo mi, mi animalitos, sí, lo deseó esa muchacha que le dicen la mala
sombra, entonces le quitaron, entonces sí se contentó la mujer y mi esposo lo
tiró y se fue con otra.
¿Mandan enfermedad estas personas?
Pues hay veces que sí, este otras personas que aquí... hay otras no, dice que
bueno, parece que a algunas personas de aquí, porque yo nada más me contó
Testimonios de un pueblo nahua
una señora que nunca dijeron y hasta ahorita ya lo voy a decir, y me dijo que
un señor se alquilaba para que uno se muera, una persona por el odio o por la
envidia, entonces iba al panteón a quemar velas en cada esquina del panteón,
dentro y enmedio ahí del panteón lo ponen un muñeco, lo hacen en ayunas y
le echan espinas, y ahí lo metían ese muñeco enmedio del panteón. ¡Ujum! Y
con eso dicen se muere uno, sí, y otras con chile dice, le embarran todo eso con
chile y veladoras, le ponen este muchas espinas adentro.
¿Las cuatro veladoras?
Las cuatro veladoras y una en medio, sí.
¿Y ahí las dejas prendidas, o qué?
Pues ahí en las cuatro esquinas, pues sí las dejan prendidas, enmedio
también la dejan, cómo no, muchas veces en aquel tiempo nunca se iban
al panteón y ahora no, van cada ocho días y lo ven una cosa, luego luego lo
dicen.
¿Por qué van cada ocho días ahora?
Porque van a dejar flores, van a dejar cada lunes antes no se iban a la gente...
y ahora sí van las gentes, van a dejar veladoras, velas, cada ocho días van a dejar
283
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
284
flores, los lunes nada más, sí, y entonces cuando ven una cosa luego luego lo
dicen. Una señora aquí, aquí, pero no era de aquí, era de allá de Analco, allá se
iba y se maromeaba en cruz, y luego dice que cuando una persona no la quiere
ver…
¿Qué es eso de “maromearse”?
Dice, vaya, estén con su cabeza así, se va para allá y luego otra vez al revés,
se va para acá, vaya, en cruz, otra vez, así, en cruz para que se muera la persona
que lo odiaba, sí.
¿Y la alquilaban?
No, ella no la quería a la persona, por eso hacía eso en el panteón.
Pero ¿tiene que ser en un panteón?
Y luego ayunaba pues, no sé si sabe rezar o no, pero si ayunaba pues, y
con ese ayuno lo iba a hacer.. otro pues lo mandaba pues, otras personas a los
que nada más rezaban, como decía el sacerdote que estaba antes, a los que se
dejan... pero yo como inmediatamente que me platicaban, luego luego venía y
le contaba me dijo no, sí, tú, me dice no tienes nada, o sea no has hecho nada,
no te mueres porque Dios es santo.
¿Sí ha habido casos de gente que se muera por eso?
Sí, una persona que me dio, otra un joven que dice que él le tuvo lástima
a un señor le dice, oye amigo le dice, ¿no tienes dónde llegar? Le dice no, te
regalo mi ropa, yo que me sobra, me vine del norte y este yo traje a manos
llenas, te lo paso, dice, y ese señor no murió, se murió él, porque su ropa le
fueron a dejar, dice que reconoció la camisa y el pantalón, que le hicieron daño
enmedio del panteón, sí, lo enterraron.
¿Se murió el señor que regaló la ropa?
Sí, ese murió, al que se le regalaron no murió pero él sí. Humm, o sea, esa
persona que no murió le regalaron camisa, y a él lo odiaban y la otra no, como
la regaló roja y dice que lo perdió y lo perdió y ya no la halló al que le regalaron,
y entonces ese no murió, se enfermó, pero no murió, se murió el que regaló la
camisa, como dicen el que no debía... o ¿cómo se dice? Al que no debía lo pagó.
Porque odiaban al muchacho, al que le regalaron eso, al que le tenían coraje
pero él no murió.
¿Y hay alguna manera de que se enfermen, que no sea enterrando
muñecos?
Sí, cuando se enferman, muchos dicen que nomás les queman las velas, las
velas con... le ponen pero en ayunas, sí.
Pero ¿en dónde las ponen?
También en panteón, nomás que allá las van a quemar en cada esquina o
en las cuatro esquinas.
Testimonios de un pueblo nahua
¿Y qué le pasa a la gente?
Pues este muchas veces este mueren, y otras este nada más caen de puras
calenturas. Rifas, lo ves, entonces lo van a sacar, o sea, lo mandan al que está,
lo mandan al que está curado o sabe rezar, y van, le dan ofrenda velas, y allá le
van a rogar las almitas asina, así dicen que, este, y entonces allá le ruegan este,
al que rifó, lo vio y van al panteón, y entonces este ahí le ruegan almas y no se
muere uno, se alivian el muchacho, sí.
¿A cuáles almas le piden?
Pues este yo nomás oigo que le piden a las almas muertas, pero yo no
creo. Yo no creo porque en México a mi me platicaban alguien... nos platicaba
cuando teníamos, así nos visitaba para que fueramos a estudiar, a la estudio de
la Biblia, y este, nos explicaba, dice, las almas no agarran ya muertos, ¿cómo
se van a agarrar? Solamente si pueden porque ayunan, porque así, no, no, así sí
pueden, pero las almitas que les platiquen que uno, no, que venga traerlo esta
fulana porque ya no quiero que viva, lo odio, no así dice, no mueren, mueren
porque hace un ayuno todo el día, quisieran ser otros dice, hacen ocho días,
otros cinco días ayunan para que uno se muera, pero todo el día sin comer ni
nada, sin nada ni tomar agua, por la envidia que uno recibe en el agua.
¿Y por qué creerá la gente que aquí hay envidiosos?
Hay muchos, no creo que no existan envidiosos, pero no creo que sean de
aquí, vienen de por ahí de San Agustín, de Analco, muchos vienen, así como
ahora esa señora de que le dicen, le dijeron mucha envidia y lo ponía hacer los...
así, pero me imagino a la gente de aquí que tal vez lo pueden hacer porque,
yo digo que, no, no, este, nunca he visto nada, pues aquí, quien sabe, oigo que
hagan cosas por la envidia, o ¿quién sabe? A la mejor si, también podrán, pero
no lo creo.
Esa enfermedad que le dicen couacihuiztli ¿no es por la envidia?
Pues es, también dicen, pero como nos han platicado que esa solamente
por la oración y ayuno que hacen. He oido nada más en las pláticas, así, ese
couacihuiztli nomás se le echa a uno cuando, va pasando el puente, a veces lo
tiran suelo, a veces, dicen, ese como barandal, se agarra uno y dicen luego se
hincha su mano. Quién sabe si será cierto.
Su papá ¿no curaba couacihuiztli? ¿qué pensaba él? ¿a qué se debía?
¿Quién?
Su papá, ¿por qué pensaba él que daba esa enfermedad de couacihuiztli?
Es que, según, así dicen los enfermos, vienen que les duele, entonces no
había pues doctores ni enfermeras, que vienen hinchados sus pies o sus manos
o que les duele aquí, es couacihuiztli pues, y entonces este mi papá molía no sé,
para eso hay un remedio que se llama hueypactli y tlacopactli pitzahuac que le
285
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
286
dicen, por ahí viene del campo y lo molía bien, bien lo molía. Con el tenechiate
que le dicen.
¿Los tres juntos los molía?
Ajá, los molía cuando ya estaban secos y luego él los echaba con alcohol,
con alcohol, con ese iodex, los revolvía y con ese sobaba su dolor y sanaban, le
digo que sanaban muchos, sí.
Oiga, una vez me dijo los aires que su papá nombraba y uno era el yeyecatl
couacihuiztli.
Ah sí, le dicen uno nomás le echan a uno así por el aire, por ejemplo, así
va bajando uno y ahí está por ahí parado el que es envidioso, el que lo odia a
una persona y entonces si ven que va pasando y dice que por el aire nomás a la
persona (dialecto) ya y es ese yeyecatl couacihuiztli.
¿Y es diferente al caso este?
Ujum, couacihuiztli pues le dicen, couacihuiztli y ese aire, este, ese son otros
pues aires, por ejemplo, aires este cuando uno, este, dice aparecen, bueno yo
nunca trabajé como le dije, no trabajé ese comalacotl, le dicen ese es un remolino
grueso, tomahuac comalacotl le dicen.
Y ese ¿qué hace?
Pues dice que si lo agarra a la persona, tenía que tirarlo al... y pues le
regaba, le hablaba ese para que lo soltara y tomahuac comalacotl. Si lo agarra
pues a uno que ya esta enfermo ya aparece... y ya se le hinchan con todo que
este lo pide al que le rifó.
¿Y qué enfermedad produce este tomahuac comalacotl?
Pues, yo ya le digo, a este tomahuac comalacotl, es un remolino grueso.
¿El couacihuiztli es una enfermedad diferente de la que produce el aire
yeyecatl couacihuiztli.
Yeyecatl couacihuiztli, pues en el aire dicen los suelta uno, quién sabe. Ajá,
la gente, la persona quien lo sabe echar nomás por el aire.
El que sabe echar ¿cómo le dice en mexicano?
Hueli quitemaca.
Por ejemplo, el otro que nos dice comalacotzin, el remolino chiquito ese
¿qué hace?
Ah, comalacotzin, ese pues, solamente si uno esta en un burro o viene
caminando una persona y si se caen le agarra ese delgadito, ese remolinito no
es muy grande creo, le dicen comalacotzin, delgadito, no grueso, como le digo,
muchas veces dicen que hay muchos, este, aires que, bueno yo no conozco
nomás así he oido. Dicen que cuando los riegan a media noche, la agarran dice
este tliltic yeyecatl de noche, la agarran la persona.
Ese ¿qué causa?
Testimonios de un pueblo nahua
Esa tliltic yeyecatl pues si por ejemplo de noche, este va o sale a pasear y
luego por ahí se cae o si se encontró a su enemigo y se empezaron a pelear, ahí
le agarra ese tliltic yeyecatl, ajá.
¿Hay algún aire que pueda causar que la gente se vuelva loca?
Pues este algunas, algunas personas que si se enferman de eso, que se
vuelven locas, pero solamente le dan la toma, porque yo, me platicó una señora,
aquí en... pues le voy a decir.. ahora sí de allá viene para acá y de aquí se va para
allá, y este na’más está dando vueltas, le voy a platicar, y esas vueltas que esta
dando pero platicando, no está en sus sentidos, sino que se descompuso todo
por el remedio que tomó, por eso le viene y luego dice que este.
¿Cuál remedio tomó?
Este, de un señor que le dió el remedio y luego este de noche, antes que se
bañara que le dieron ese remedio dice, le dice su mujer vente... vamos a dormir
juntos, y lo dice ¿cómo? dice, si ya te curaron ¡báñate! dice, no yo no me baño,
yo te quiero para verte y... y se alocó y se fue porque la agarró su mujer y... se
durmió con él, hicieron su... se alocó.
¿Tenía que haberse bañado antes?
287
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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Sí, tenía que bañarse, porque tenía...
Ah, entonces no fue por el remedio sino fue porque hizo pecado con…
Porque hizo pecado y como no se bañaba con el remedio, había tomado,
había tomado el remedio.
Y aunque era su esposa ¿hizo pecado?
Sí pues con él, se acostó ese señor, la abrazó y después no se podía aliviar.
¿Él?
No se... tardó pues, no se podía aliviar hasta que se volvió a ir con el doctor,
de tantos rifas, de tantos promesas que metió a con... con Cristo, con Dios, con
muchos santos que lo veneran como San Marcos, como a San Antonio de...
que le dicen, de Iguala para allá se llama... o sea, San Antonio Abad le dicen,
allá el pueblito.
¿Ahí curan los loquitos?
Dice que este según hicieron la lucha para que se curara, pero no se curó
hasta que fue con el doctor y con él si se, si se compuso, como que se compuso,
porque con nosotros no quiso decir más que.
¿Cómo?
Pero para hacer otro remedio, para que tomara otro pa’ que sacara lo que
tenía dentro, pero como no lo dijo, mejor se fue con el doctor y ahí le dijo, le
dice mire doctor yo me pasó esto, o será mi esposa, me pasó... y le dieron de
tomar un remedio y no, él no quiso que se bañara, me tomó a mí y se durmió
conmigo, hicimos el pecado y sabía que tenía el remedio por dentro.
¿Y qué remedio le habían dado?
Pues este, parece, le digo, este de chiquimolin y cascaritas, en cascaritas
fueron a... los montes y se tome, o una mujer puede alocarse así, si no toma y
luego anda con ese hombre que no es su esposo ni modo que diga, al momento
se salió de noche y se va allá con otros hombres la... se la lleva por ahí de
escondiditas y se aloca así.
¿Quedó bien?
Después quedó bien, sí, y ahora es adorador, va a misa y parece que por ahí
anda dando clases de (habla muy bajo), patronal para...
Dicen que hay aires blancos y aires amarillos y aire colorado.
¿Ese es el de las hormigas?
Ajá.
¿Y cuál es más malo?
Las hormigas.
¿Por qué será ese tan malo?
Porque yo he visto este y he sentido cuando me dicen, ve a regarme allá
con las hormigas, ahí me caí con la bicicleta, por ejemplo muchachos o las
muchachas ya usan ahora bicicleta y enton’s me dicen, allá, dice, tal cual, y le
Testimonios de un pueblo nahua
digo oye pero yo me voy a ir, ustedes vayan a rezar, dice qué cosa nomás le van a
rezar, el maíz, que le platiquen, que le suelten, yo no voy a ir porque me duelen
los pies, dice por favor aunque le pague tanto, le digo no es por, no quiero me
pague tanto, es que yo no quiero ir porque he sentido que si me agarro y de
noche también me empiezo a brincar ¡ah! Le digo, son malos las hormigas, son
malas como... por eso les digo ya no quiero hacer esas cosas, porque como que
me quieren este, o sea, duele mucho la cabeza, y luego este como que le está
picando a uno el cuerpo y pues, molesta mucho, no duerme uno, por eso ya no
lo hago ya, no quiero yo nada.
¿Y qué otros aires hay en el día?
Por el día blanco, le digo blanco, amarillo este monech yeyecatl le dicen,
monech yeyecatl quiere decir gris, ajá.
Monech yeyecatl?
Monech yeyecatl, pero ese de día, de día amarillo, blanco, colorado
(dialecto).
Y los remolinos, el remolino grueso y el remolino delgadito, esos son de
día, de noche o ¿de qué son?
Pues esos cualquiera, en cualquier momento lo quiere a uno agarrar, es
de noche o de día, nomás de día ese grueso remolino lo agarra porque antes,
cuando no, no sé tal vez este creemos en Dios o no, antes aquí había muchos
remolinos, veía yo que aquí pasaban por aquí, pero fuertes, y se pasa por donde
quiera pero yo no me pasaba nada porque pues había yo rezado, desde cuando,
y entonces este, y ahora ya no se lo reza, desde que la gente cree en Dios,
cuando llegó el sacerdote.
¿Los aires de noche cuáles son?
Tliltic yeyecatl o sea el negro pues.
Le echas así todo, donde ya lo pescó.
¿La cal?
Ajá la cal y luego lo secas en, así, un petate, o en una cosa pues de nylon,
entonces ya lo secó uno ahora sí, ya lo mueles, así ya viene ya bien bien seco, lo
mueles otra vez en la piedra, y ese así se le dice.
¿Nomás la hojita?
Sí, nomás la hojita, sí pero distinto a mi papá, él la revolvía con hueypactli,
no tengo, si no les enseñaba yo, no he ido por ahí al campo, como el otro día.
El hueypactli se llama buenhombre.
¿El “buen hombre” es ese o es otro?
Este hueypactli pues.
Quiere decir grande, quiere decir grande, huey.
Pactli ¿qué es?
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
290
Remedio.
¿Y “tomahuac” es grueso?
Grueso.
Ujum, y el tlacopactli pitzahuac.
Tlacopactli pitzahuac
Es como un hombre flaquito, flaquito, muy delgado, muy delgadito, más
que los otros, muy delgadito, y se van a secar por allá. Sí, mi papá pues lo
revolvía junto, los tres remedios del campo con esto.
16.IX.96
“José ‘cuate’ ¿sería de San Juan? Era oráculo. Tiene dos hijos. Uno es
Ricardo, el violinista que toca para danzas bolas, de pastoras, de conejos, de
coronas”.
“Don G. D. adivina, ayuda a buscar animalitos perdidos o dinero”.
“A Santiago Mulato, el segundo de Santiago Jacobo, le pegan para que diga
donde están las cosas. Eso está mal, porque es pecado pegarle a un santito”.
“Los hechiceros en sueños pierden la mente y ven si uno se va a aliviar o si
va a encontrar algo perdido. Algunos rezan y se caen como desmayados”.
Su ex-esposo y una señora sacaron un hueso del panteón. Seco, dorado
y molido, lo revolvieron con agua bendita y a media noche se lo tiraron en la
puerta de su casa para que se muriera.
“Por la envidia la gente alquila para que alguien se muera. Ponen cuatro
velas en las esquinas del panteón, y en el centro un muñeco con espinas eso
causa la muerte de alguien. También ponen veladoras y un muñeco con chile.
Les queman velas con espinas, en ayunas, en las esquinas del panteón. A la
gente le da calentura y se muere”.
“Una señora de Analco se maromeaba en cruz y ayunaba. El que rifa va a
rezar y le pide a las almas muertas que curen al enfermo”.
“El couasihuiztli lo echan al puente, en el barandal, en el aire. Se les ponen
los pies malos, hinchados, torcidos. Luego les da dolor de cuello”.
Hueypactli tomahuac: “buen hombre”, gran remedio grueso; tlacopactli
pitzahuac: delgado, tenechiate.Los tres molidos se ponen en alcohol y sirven
para sobar.
Algunos aires
“El yeyeca cohuacihuiztli se puede aventar. El tomahuac comalacotl: aire,
remolino grueso. Si alguien lo encuentra se va a asustar. El tratamiento es
rezar y sobar”.
Comalacotzin: “remolino pequeño”.
Tliltic yeyécatl: “aire negro que se agarra de noche”.
Aires de blanco, amarillo, colorado “de las hormigas, son malas, pican en
el cuerpo, duele la cabeza, no duerme uno”, gris: monech yeyecatl.
“Antes había muchos remolinos pero desde que la gente creyó en Dios hay
menos.”
“Una persona enloqueció, se descompuso, por tomar el remedio llamado
chiquimolin, se le revelaban cosas, todo le daba vueltas y vueltas. Después de
tomar el remedio, en lugar de bañarse, se acostó con su mujer. Por ese pecado
no se podía aliviar. Tantas rifas y rezos a San Antonio Abad... hasta que fue
con el doctor”.
“Las mujeres que toman remedio y luego salen con hombres se vuelven
locas”.
291
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
292
“Don Chico da tlapatl, remedio para granos. Son flores moradas, él las da
como toma”.
“El San Pedro puede producir alucinaciones. Chichic mexcahli, San Joaquín,
sávila para el mal de orina, para la gente que no puede orinar, se echa la baba
en la verija (el pene)”.
A ella, la sávila le habló en sueños para decirle que no se curara afuera.
“Burgación”: enfermedad sexual que el hombre le transmite a la mujer.
Tepechiquil: remedio que ella tomó, “me entró mucho, me dio pa’bajo y
pa’rriba, es para la bilis”.
“Empacho”: a esos niños hay que hacerles lavados con paraca y con la raíz
de huitzachi.
12.X.96
Los aires del agua.
Achichitzin: “perrito del agua”.
Amichitzin: “pescado”.
Alagarto: “lagarto”.
Cihuamichin: “sirena, mujer pescado”.
Axolotl: “ajolote”.
Apiotzin: “pollito”.
Acolotl: “alacrán”.
“Garza”.
Acouatl:“culebra”.
Ahuehuentzin: “viejito del agua”.
Alamantzin: “viejita del agua”.
Si el “espanto” fue en el río se deben hacer los animalitos, el ahuehuentzin
y alamantzin, que se representan con dos tamalitos en forma de muñeco y
muñeca, ambos encorvados; si el espanto fue en el mar, se hace la cihuamichin.
Los aires del cielo (o de la noche, de “arriba”):
Citlalcosamalotl: “arcoiris”.
Ixinecuilin: “pie torcido”.
Citlalin: “estrellita”.
Citlalcruz: “constelación en forma de cruz que “cuando sale está viendo
hacia arriba, y como se va metiendo se va volteando”.
Citlalcólotl: “constelación en forma de alacrán”.
“A estos aires se les puede hablar para que se enferme la gente a la que se
le tiene coraje”.
27.XI.96
Papayotzin: “estás loquita”.
Papayou: “cuando uno se pone loquita”.
Quicocuayohlo: “le duele su corazón”.
Tlayocoy: “cuando uno está muy triste”.
Melahtlauele: “corajuda”.
Tlalmestl “como luna”.
Yeyecatetl: “de los antiguos, de piedra”.
Oquicuili tlasehuan: “le espantó”.
Oquitonalcuil “lo saca su tonal, te espanta”.
Cantiquisas: “cuando te pasan a traer”.
Onihquelon: “me desconcerté”.
Ocasiqui malor: “la hora llegada, se muerde, patalea, se cae, mal aire”.
Ocasic yeyecatl: “cuando se espantan, de que se caen del burro”.
Quextetepo: “una mujer vestida de cuero, burro sin cabeza”.
Cutpitzo“jabalí”.
Oquiyolcuaque: “un niño chiquito, le comen su animalito”.
Don Francisco Flores
Xalitla, 21.II.95
Rifa con baraja y con maíz, “riega”, da la “toma”, hace “limpias”, soba, cura
couasihuiztli. Aprendió a curar cuando tomó la “toma.”
Tiene 81 años, es originario de Xalitla, es casado y tiene un hijo. Se quedó
huérfano a los 17 años, en 1933, en tiempos de Lázaro Cárdenas.
Me presenté en la casa del señor Francisco Flores, Don “Chico”. Era una
casucha que ya me habían señalado al pasar. La esposa estaba sentada, mirando
de frente hacia la puerta. La puerta estaba abierta.
Le pregunté que si allí vivía Don “Chico”. Titubeando, me dijo que sí, que
allí era. Don “Chico” estaba detrás de la puerta, al fondo. Se asomó y me vió
con una mirada particular, una mirada que manifestaba al mismo tiempo una
especie de desafío y de desconfianza.
Saludé y me presenté: “Vengo de parte de Don P., él me recomendó que
viniera a verlo. Quisiera platicar con usted sobre las tradiciones del pueblo,
sobre las enfermedades y sobre la forma como las curan. Estoy haciendo un
estudio sobre todo eso”.
“Uhmm, pues eso solamente con la toma”, espetó. Seguía mirandome
desconfiado.
293
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
294
Poco a poco me fue empezando a platicar sobre su trabajo.
Empezó platicándome el caso de una enfermera que curó exitosamente y
del conflicto que él tuvo con el médico con quien ella tenía amoríos.
“Una vez me llamaron para curar a una enfermera de Iguala. A esa enfermera
la habían llevado ya con muchos médicos y no sanaba... hay enfermedades
que no son de medicina, pues. Cuando llegué, un señor me preguntó: y usted
¿cuántos años estudió? ¡No! yo no tengo estudios, le contesté. ¡Entonces eres
un estafador! No, yo trabajo derecho. Si no quiere que la cure me voy... En
ese momento, la mamá de T., la enfermera, me llamó y me dijo que pasara a
curarla”.
“Para curarla, le dí una toma. La enfermera empezó a llorar, y así fue
curándose. Ella decía que si estaba así era por culpa del Dr. M., que la obligaba
a tener relaciones sexuales, so pena de despedirla. Él estaba casado, y además
tenía otra amante la cual era la causante del daño, de la brujería que sufría la
enfermera... luego el médico reconoció que yo sí trabajaba derecho, y hasta me
trajo de regreso a mi casa. Claro que la familia de la enfermera le hizo firmar
un papel en donde se comprometía a no hacerme daño”.
“Yo le rezo a todos mis santos, trabajo con Dios, le rezo a San Martín,
a Santa Ana para interceder por aquellos a los que los dejó su mujer, a San
Apolinar, para pedir por los enfermos, a la Sagrada Familia, a Santo Santiago,
al Cristo de Cuetzalan”.
“Trabajo completo, me responsabilizo de mis pacientes, no quiero que
luego se queden trastornados y me reclamen. Deben estar limpios de todo
medicamento por lo menos durante ocho días, si no yo no trabajo encima de
la medicina”.
“Mi padre abandonó a mi madre por otra mujer cuando yo apenas era un
chamaco. Desde pequeño sufrí mucho para salir adelante, desde niño empecé
a trabajar”.
“Me casé y tuve un hijo. Mi esposa tenía tierras de cultivo y yo me encargaba
de trabajarlas. Luego que mi hijo creció, él tomó las riendas y se quedaba con
todo el dinero y a mí nada más me daban de comer, hasta que me harté y dejé
de trabajar”.
“Entonces decidí pedirle al “señor de la planta” que me enseñara, preparé
el brebaje, la toma, y me puse como loco durante doce horas. Yo ya no podía
caminar, se me apareció un niñito que me llamaba... Yo le respondí que no
podía caminar, me tomó d’este dedo (el anular) y me hizo caminar dentro de
la casa, me llevó hasta el otro extremo, me hizo voltear al cielo y de repente ví
una víbora, ¡una víbora volando! ‘¡Bájala!’ me dijo el niño. No puedo, le dije.
‘¡Bájala!’ ¡No alcanzo! Le contesté. ‘Bájala y azótala’ me ordenó el niño. ¿Con
Testimonios de un pueblo nahua
qué brazo la bajo? ‘Con el izquierdo’. Brinqué y la agarré. Cuando cayó al
suelo se desbarató. Sigue buscando arriba, me dijó el niño. Venía otra víbora
culebreando. ‘¡Bájala!’ insistió el niño. ¿Con qué brazo? ‘Con el derecho’.
También se desbarató al azotarla. Luego, otra vez voltié al cielo y venía otra
cosa muy grande... ‘¡Bájala!’ me dijo. ¿Ahora con cuál brazo? ‘¡Con ninguno!
Ahora con la boca, ¡chúpala! ¡Absórbela con el aliento!’ ¡No puedo! ‘¡Andale!’
La fuí chupando... ¡era un escorpión! Se me atoró en el estómago, luego lo
vomité. ‘Ya está’ me dijo el niño ‘ahora si vas a poder curar, vas a ser de los
buenos, ya no vas a tener que trabajar en la tierra, curando a la gente será
suficiente para que te ganes tus centavos y vayas comiendo’. Estuve a punto de
quedarme loco, pero mis familiares obligaron a mi esposa a que me bañara, si
no la iban a demandar. Ya que me bañaron me compuse”.
“Las dos culebras que al atraparlas en el aire y lanzarlas al suelo se
desintegran significan que venzo al mal y que ya puedo usar mis manos para
curar. El escorpión que me tragué y que aún llevo en mi estómago, que a veces
se enmuina y me hace sentir mal, me protege contra todos aquellos que quieren
hacerme mal, pero de todos modos, necesito ayunar y rezar constantemente.
295
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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El niño que me hace descubrir estas facultades de curar y a quien tengo
que obedecer, en realidad es la planta, ¡porque la planta es alguien, es una
persona!”
“La planta que me dio mis poderes se llama San Pedro y San Joaquín.
La planta me dijo: pronto vas a curar a un amigo tuyo que luego va a ser tu
enemigo”.
“Y así fue, después de haber empezado a curar, un amigo cayó muy
enfermo, en cama, no se podía ni mover. La familia no quería que yo lo curara,
pero el enfermo me mandó llamar, entonces sí le hice una regada en cruz. Y lo
levanté, empezó a caminar. Mandé traer al que le había mandado hacer daño,
al que le había pagado a otro para que emborracharan a mi amigo enfermo y
que no se pudiera defender”.
“El que había mandado hacer el daño no quería ni creía que yo fuera a
curar a mi amigo. Incluso decísi lo curas ¡te agarro los huesos! Cuando se dio
cuenta que mi amigo ya estaba caminando tuvo que tragarse sus palabras”.
“Eso del daño es feo. Ese daño o cochinada es algo que si ya tienes el
conocimiento, se puede hacer de muchas maneras. Basta con que toques a
alguien así, una o dos veces” - me tocó el dorso de la mano – “o con unas
palmeaditas en la espalda, y ya no se curan …hasta que te hablen a ti”.
“Pues si quiere aprender a curar tiene que tomar la toma... ¡lástima que
viva tan lejos!”
“Hay buenos aprendices pero no todos pueden, hay que ayunar y rezar y
pedirle a la yerba que te guíe, sólo ella puede enseñarte. Uno quiso hacerlo, me
obligaba a que yo le enseñara, creyó que bastaba con sólo tomársela y ya. No,
no es así de fácil, ya me han llegado dos pacientes trastornados por culpa de ese
que le digo… ¡hay que hacer el trabajo completo!”.
La Elección del Tepatiani
“Cuando me casé trabajaba mucho para mi esposa y mi hijo sin recibir
nada, después de un tiempo de estar así decidí que ya no quería trabajar, porque
ni mi esposa ni mi hijo me daban nada, ni siquiera un sombrero, o una camisa
o algo”.
“Entonces dejé de trabajar y pensé que sería mejor envenenarme... un día
que pasé por el río, cerca del puente, encontré esa planta que sabía que era
veneno, la corté y le hablé, porque esa planta está viva, entonces le pedí que me
llevara, pensé que eso era mejor que irme a cargar botes de cemento y luego
encontrarme por allá a uno de mis paisanos y que se burlara de mí”.
Testimonios de un pueblo nahua
“Me tomé la hierba, le pedí permiso de tomarla, porque es sagrada, la
machaqué y me la tomé, me puse muy briago, y cuando estaba bien briago se
me presentó un niño encueradito, me pidió que lo siguiera, pero como estaba
muy briago apenas podía arrastrarme, entonces el niño me llevó jalando del
dedo de enmedio hasta el monte”.
“El niño me dijo que no me podía llevar como yo se lo pedía, porque en
el cielo le dijeron que todavía no me tenía que llevar, entonces me dijo que
escogiera un oficio de los que él me podía enseñar y entre ellos estaba el de
poder curar y el de echar brujerías. Yo escogí aprender a curar, entonces el niño
me enseñó todo lo necesario para poder hacerlo, me pidió que primero curara
a un familiar y que luego me diera a conocer”.
“Como agradecimiento hice la promesa de tener siempre cinco veladoras
prendidas”.
19.III.95
La oración que se usa para tener éxito en una cantina :
“San Martín Caballero, no seas tan culero. No me acerques mezcalero
¡acércame puro cervecero!”
Llegué cuando Don Chico estaba terminando una consulta. Su hermana
T. N., me recibió con mucha desconfianza. El padre (el sacerdote del pueblo)
dijo que no había que confiar en los extraños porque ha habido muchos robos,
comentó.
“Pero a él ya lo conocemos, ya ha venido y sabemos en dónde llega”, dijo
Don Chico.
Había una pareja de unos 40 o 50 años de edad que le pedía ayuda para
curar a su hijo, el cual se había vuelto muy agresivo, incluso con sus propios
hermanitos, a quienes les “mentaba la madre”. “¡Y son de la misma madre!”
decía el papá.
Al hijo, según lo que Don Chico “rifó” en un plato con los maicitos, lo
había “embrujado una mujer para que nomás pensara en ella y estuviera rendido
a sus pies”.
“¿Se puede curar?” preguntaba angustiado el papá.
“Sí, es fácil” respondió Don Chico, “pero tiene que recibir la toma”.
“¿Cuándo lo traemos?” preguntaron los padres. “Mañana, si quieren” respondió
Don Chico.
297
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
298
La rifa
Don Chico conoce y utiliza dos métodos para “rifar” a las personas. Uno es
con la baraja y el otro con doce granos de maíz y doce pedacitos de copal.
Según la posición que tomen los maíces al caer en el agua, o como vayan
saliendo las cartas, se pueden desprender datos como precisar el día, hora y
lugar en el que se sufrió una caída que provocó un espanto, dolores en alguna
parte del cuerpo, problemas conyugales, enfermedades graves, embarazos,
envidias, corajes o algún evento que pudiera provocar el malestar de la persona
que busca la “rifa”.
“Doce maicitos y doce copales son arrojados en una jícara o en un plato,
y según como caigan se indicará el tratamiento. Si un copal cae en medio del
maíz, es que le hicieron algún mal al individuo enfermo, es “ajeno”. Si ese copal
sube del estómago a la cabeza del maíz, y luego baja, es que el enfermo tiene
naúsea. Quiere arrojar el mal. Si el copal queda en la cabecita o a un lado de la
cabeza del maíz, es que allí le duele al paciente. Si un maicito se mueve entre
las hileras, quiere decir que en una cañada se asustó el paciente”.
Para Don Chico es igual adivinar con los maicitos que con la baraja.
Dice que los loquitos se pueden curar definitivamente, también los que
tienen alferecía e incluso los alcohólicos.
“Todos ellos se curan definitivamente con un remedio o con la toma”.
“Algunos son borrachos porque alguna mujer o algún cantinero les echó
algo en la bebida. Con la toma ya dejan de beber para siempre, es definitivo.
Hasta pueden curarse los que diario andan tomando, pero el brebaje es diferente.
El tratamiento es definitivo, ya tengo incluso la medida (es una botella chica
de Coca-Cola)”.
También a los que están muy tristes y a los desesperados los puede curar
“¡Los médicos no pueden curarlos!” exclama.
Una vez le trajeron a “un señor que se había enloquecido. Estaba muy
agresivo, traía un machete y un palo, quería matar al que se le pusiera enfrente. Ya
tenía dos meses así, me lo trajeron amarrado en una camioneta. Así, amarrado,
le di una toma bien cargada. En ese caso no pude tener ayunadores”.
“También le había hecho una rifa al loquito, y había descubierto que era su
mujer la que le había hecho mal, pues ella ya no lo quería, aunque tenían hijos,
él mejor prefería volverse a casar con otra muchacha. La esposa había alquilado
a alguien para que le diera una bebida al loquito, pero el peón había confesado.
A fin de cuentas el comisario del pueblo metió a la señora en la cárcel”.
Don Chico afirmó orgulloso: “Con la toma ese señor quedó curado, ya no
está loco”.
Testimonios de un pueblo nahua
Cuenta Don Chico: “Otra señora tenía 3 años con alferecía, frecuentemente
le daban ataques, se caía, se golpeaba, se hacía (perdía el control de esfínteres)
y se mordía la lengua. Ya la habían estado tratando los doctores y no se podía
curar. Una sola vez le dí la toma y ahora ya hace su vida normal, incluso se va
sola al mercado de Iguala a vender ciruelas”.
“Otra persona tenía un año con alferecía y también se curó igual”.
“Un día de muertos caí enfermo, con calentura. Tenía mucha fiebre y caí
en cama (estaba acostado cerca del altar doméstico y de la mesita que hace las
funciones de comedor). Los demás se habían ido a llevar las ofrendas, el café, el
chocolate… De repente ví venir a unas personas, de rodillas, que se acercaban
al altarcito, me fijé con cuidado, pues me asaltó la duda de saber quienes eran
esas personas, entonces las reconocí a todas, menos a una, eran mis familiares
que ya se habían muerto y venían a comerse su ofrenda de muertos”.
“ ‘¡Mira nomás qué pobres están! Ni siquiera un petate nos pusieron en el
suelo’ comentaban entre sí las apariciones. Luego bajaron los platos servidos
hasta el tope… nomás los olían, así los regresaron llenos, cuando ya se iban,
cuando ya iban caminando de regreso, notaron que yo estaba en cama”.
299
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
300
“ ‘Mira a este enfermo’ dijeron. ‘Aquí lo dejaron, ¿por qué no lo llevaron
a hacer alguna ofrenda?’ Pues ahora sí que ya me voy a morir, pensé, pos ¡ni
modo! si quieren, que me lleven, estoy conforme”.
“¡Si me asustaron! Porque luego de que dijeron eso me quedé desmayado.
Cuando me desperté, oí que mi esposa y mi mamá estaban llorando junto a mi
cama, porque creían que ya me había muerto”.
“A veces también me solicitan para limpiar los negocios. Los viernes hay
que barrer en las tiendas porque si no, se va la buena suerte”.
“Yo a veces no utilizo la saliva para sobar junto con plantas, en su lugar
utilizo una mezcla grasosa. La razón de que no uso mi saliva es que a algunas
personas les da asco, sin embargo, yo prefiero sobar con mi saliva”.
“Santo Santiago es bueno. En 1934 se apareció para defender a los de
un pueblo de por allí. Les estaban matando el ganado para exportar carne
empacada, era orden de Miguel Alemán”.
“Santiago enfrentó al presidente, fue hasta el palacio de gobierno y se
metió con todo y su caballo”.
14.IV.95
“La planta que me dió el conocimiento es el ‘buen hombre’. Es la planta
macho, porque también hay planta hembra. Mire, este es el buen hombre, con
su raíz y su tallo, es color verde, tiernita”.
“Esa planta no es peligrosa. En cambio el cecectzin sí, porque se pega en el
estómago y no se puede echar fuera, esa fué la que le dieron al señor B., al que
falleció. Yo creo que le hicieron coacihuiztli, ya lo tenían amenazado en otro
pueblo, gente mala, pero él no creía y eso es lo que pasa”.
“Lo que pasó en ese velorio lo hizo un tecolote, para que vieran que lo
aborrecía. Los tecolotes pueden arrojar piedras”.
“En Maxela, por dar la toma cobran 2000 ó 2500 pesos. Hay 3 personas
que curan, como J.G., por ejemplo”.
Durante la entrevista, llegó la señora D., pidiendo que le “rifara” a su esposo.
Don Chico no quiso rifarle; su excusa fue que no tenía maicitos preparados.
Tiene que prepararlos con ayuno. Indebidamente, propuse que lo “rifara” con
las barajas, pero dijo que no se podía, pues las barajas no se mueven y no iba a
saber si había sido pleito con alguien o si se había espantado en algún lugar.
Creo que simplemente se negó a rifar, pues luego me explicó que cuando
no creen, o cuando no le pagan, ya no les trabaja, pues allí anda él arriesgando
a veces que la tomen contra él y no se lo agradecen.
Testimonios de un pueblo nahua
Don Chico se reserva el derecho de curar: a quienes no creen en él ni en
sus tratamientos no los atiende.
En su altar doméstico siempre tiene cinco veladoras para sus santitos.
También me mostró la planta que llama San Pedro. Parecen hojas de
lechuga, unas estaban secas y otras estaban frescas. Según él, el efecto es igual
que con el cecectzin. Esta planta hace hablar, pero no se toma, se aplica en el
cuerpo y actúa, se absorbe.
“El ‘buen hombre’ sí se toma, ayer le dí cuatro tomas seguidas a un
enfermo que tenía dos años que ya no podía trabajar, estaba triste, dormía poco
a medianoche, no comía bien, estaba flaco, estaba muy nervioso y ya no salía
adelante. A la tercera toma ya le dolió vomitar, pero todavía le dí una cuarta
toma y ese vómito le dolió aún más, pero entonces sí arrojó una lombriz verde
que luego quemaron con alcohol, y ya quedó aliviado”.
“En la rifa supe que no era enfermedad de médico sino que era cochinada.
Cuando uno no ve bien es por la enfermedad de las rodillas, los dolores de
rodillas hacen que uno no vea bien, se sube a la nuca porque las venas llegan de
las rodillas hasta arriba de la cabeza, y por eso se nubla la vista”.
“El ‘buen hombre’ es el que cura, a él se le pide, se le reza, yo le digo que
sólo soy el ‘pie’. Ellos, los que quieren curarse, te traen ofrenditvelitas, un pollo
cocido, incienso”.
“El ‘buen hombre’ no quiere que tomen refresco, ni picante, ni carne de
puerco, ni antes de la toma, durante varios días, ni después, porque si no el
enfermo arroja sangre, por arriba o por abajo”.
“Ayer a un enfermo se le ocurrió pedir una ‘yoli’ después de sentirse mejor
con la toma. Le dije que no, que si no, yo no respondía por él. Les advertí antes,
delante de su papá que pagó la curación, no me hizo caso y empezó a “obrar
sangre” a las dos de la mañana. Vinieron a buscarme y les dije, ya se los había
advertido, y ahora vienen a desvelarme, fui y le hice un atolito, luego le hice
una limpia y fuí a dejarle los tamalitos. Cuando regresé ya estaba dormido,
bien tranquilo”.
“Una sobrina nació con un don. Una vez que la estaba curando, ella pidió
tomar agua y fue a un ojo de agua. Cuando se agachó a tomar agua, un tecolote
la golpeó en la nuca y perdió el conocimiento, quedó como muerta; como
estaba en mis manos, me puse a rezar y a sahumarla hasta que recuperó la
conciencia”.
“Algunos naguales se juntan para matar a otro, le hacen un tecorral y
lo atrapan. Todo depende de qué animalito tenga uno, si uno es un animal
pequeño, de uña, y lo ataca un tigre o un león, pues no se puede defender”.
301
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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Una rifa con baraja 15.IV.95
Se suponía que M. iría con Don Chico para que éste le rifara a R. Esperamos
inutilmente a que llegara. Al cabo de un rato me dijo Don Chico: “¿Quiere ver
cómo rifo con las barajas a alguien que me encargaron?”
Se acercó a la cama y empezó a rezar un “Yo pecador”, seguido de una
invocación a varios santos (entre ellos, el Santo Niño de Atocha). Luego pidió
auxilio para saber qué le pasaba a M.C. y a su mujer, que fue la que le pidió que
le dijera lo qué tiene.
Revolvió las cartas y barajeó, después de meter cuatro cartas en el centro:
as de copas (la casa), rey de copas (el papá), sota de oros (la señora) y el
caballo de oros (el marido). Separó las cartas en grupos de diez y las colocó
horizontalmente, igual, en grupos de diez.
El siete de espadas indica pleito, coraje. El tres de espadas indica el número
de días. El tres de copas es que le dieron tres cosas. Los reyes o caballos son
amantes que ella tiene, las sotas son sus amigas: una de ellas le desea la muerte.
El dos de espadas es el camposanto. El tres de bastos es la Cruz de Jerusalén;
también indica la muerte. El seis de copas es el camino. El cinco de bastos son
los dolores en los brazos, en la cintura y en las piernas. El cinco de espadas,
igual, son piquetes o punzadas en los mismos lugares. El cinco de copas es
dolor, la copa del centro indica que el estómago se infla (la señora se quejaba
de dolor en el estómago y de preocupaciones). Los oros son el dinero. “El
problema de ella es que se le juntaron los amantes” concluyó don Chico.
“Algunos que no son locos de nacimiento enloquecen porque una mala
mujer les ha hecho algo malo, les dan a beber o a comer su regla y aquel ya no
la olvida. No puede dejar de pensar en ella, y al dejarlos la mujer se vuelven
loquitos”.
“O por ejemplo, L., el de Ameyaltepec, se enloqueció porque la mujer
ya no lo quería, y con ayunos y rezando detrás de una cruz en el camino le
hizo brujería. Los que enloquecen así, en unos días se curan fácil con el ‘buen
hombre’ ”.
“¿Usted tiene consultorio en México? Usted puede curar a los loquitos con
el ‘buen hombre’. ¡Hágales creer que luego les dará inyecciones!”
“Las grandes tristezas, las preocupaciones que no dejan dormir, también se
curan con la toma. Si la toma es de ‘buen hombre’, los enfermos no se trastornan,
sólo con el cecectzin se trastornan. La alferecía también se cura con la toma”.
“Una vez curé a una muchacha gordita que tenía ataques, se mordía la
lengua. Me le encimé y le puse mis rodillas en el estómago primero, luego en
un brazo y en una pierna, y la detuve con mis manos. Cuando se despertó,
cuando volvió a su conocimiento, la bañé con agua fría, con todo y ropa. Así se
alivió y ya no le volvió a dar ningún ataque”.
14.V.95
En Coacoyula hay mujeres bonitas pero saben dar ‘agua de tambache’. El
hueipactli, el “buen hombre”, sus bejuquitos son buenos para curar a los hombres
que les andan llorando a algunas mujeres, a los hombres que les dieron ‘agua
de tambache’ .
“El difunto B., cuando estaba tendido, le andaba un alacrán encima. Esa
era la enfermedad que le echaron, se la echó algún chapulinero. La gente luego
dice: te van a dar chapulín con limones”.
“Se dice tetlanonoxilia, que también puede echar chapulín. Se llama a
citalcruz, a citlalcueyo, de noche, se nombra al que se aborrece”.
“La cihuateyuga, la mujer que se aparece es ‘aire’. Si la sigues te quedas
ciego”.
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
304
“El brujito nace en domingo a media noche o a medio día, trae león o tigre,
nacen en martes o en viernes”.
11.VII.96
“Vengo a ver si me busca”, dijo Doña Ch. Don Chico “rifó” con baraja a
la señora Ch. Se sentó en su mesita ubicada frente a un altar, en donde tiene
las imágenes de varios santos y cinco veladoras encendidas. Sacó su baraja,
escogió y acomodó algunas cartas, por número, en cuatro montones: los unos,
los dieces, los onces y los doces respectivamente.
Le indicó a Doña Ch. que ella era el diez de oros, y luego dijo algunas
oraciones en las que incluía el nombre de Doña Ch.. Luego revolvió todas
las cartas, las partió en dos y encimó las dos partes formando una cruz, y las
persignó. La señora se notaba muy nerviosa y estaba muy atenta a las reacciones
de Don Chico.
Don Chico acomodó las cuarenta barajas en cuatro filas de diez. Las
observó por unos momentos haciendo un gesto de afirmación, como de estar
viendo en las barajas algo que ya sabía y únicamente lo estuviera comprobando.
Entonces le preguntó, señalándole, si le dolía la cintura, si sentía como
piquetes. Ella respondió extrañada que no. Después Don Chico le dijo que
había alguien que visitaba mucho su negocio, y que esa persona no tenía buenas
intenciones. También le dijo que había una mujer que pretendía a su marido,
y era esta mujer la que le estaba echando los males, y por lo tanto ella se tenía
que preparar, prendiendo cinco velas de sebo chicas, para que no le hicieran
efecto esos males.
Durante la consulta, Don Chico recurría a ejemplos de casos parecidos
al de Doña Ch. y contaba cómo los había remediado. Después le dió algunos
consejos. Doña Ch. se veía muy apurada, quería irse, preguntó cuánto debía.
Don Chico le pidió diez pesos, ella traía en las manos esa cantidad precisa,
como si ya supiera la tarifa. Pagó y se fue.
Espacios y tiempos
“Los días martes y viernes son buenos para rifar”.
“Es peligroso rifar de noche en el panteón”.
“Los que nacen martes o viernes a media noche o a medio día, nacen con
su brujito”.
“A las tres de la tarde es buena hora para regar”.
“Las rifas pueden realizarse a distancia. Se puede rifar a una persona
aunque ésta no esté presente. Igualmente se les puede regar utilizando alguna
fotografía o alguna prenda de su pertenencia”.
Sobre la toma
“Al dar la toma a una persona, ésta puede ver y decir qué persona le mandó
la enfermedad”.
“Con el vómito que provoca la toma, el enfermo puede arrojar animales
como cucarachas, culebras, sapos y hasta un marranito”.
“Al tragarse la toma, el paciente tiene que vomitar o tener diarrea, tiene
que sacar todo, hasta el remedio lo saca. En caso de que no saque todo, la
persona puede volverse loca, entonces se le tiene que dar más toma… hasta que
lo saque todo”.
“A una señora a la que le dieron toma y no sacó todo, se quedó sin su
conciencia, nomás estaba sentada, tapándose la cara con un rebozo, le daba
pena ver a las gentes, no les podía hablar. Entonces le dí remedio, hice que
sacara todo y luego le volvió la conciencia a la señora”.
Etiologías
Hay muchas maneras de enfermar a alguien :
- Se roba una prenda de la persona, se hace un muñeco con ella, se le clavan
alfileres y se entierra abajo de la cama.
- Cuando una persona saluda de mano o da algunas palmaditas en la
espald“hay veces que en la mano lleva la maldad”.
- Poniendo la tierra de tres panteones en la puerta de la casa de la persona
a quien se quiere hacer mal.
- O poner la sal de tres cantinas para que tenga mala suerte en el trabajo.
- Enterrar en el panteón alguna prenda de la persona con espinas de
órgano.
Una “rifa” con granos de maíz
12.VII.96
Esta mañana llegó un señor a casa de Don Chico a pedirle que “rifara” a su
sobrina, que estaba muy enferma en Los Angeles, California.
Don Chico sacó un pañuelo en el que tenía envueltos doce granos de maíz
305
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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y doce pedacitos de copal. Sacó también una vela amarilla y un candelabro,
un plato blanco de loza y una cuchara. Colocó la vela en el candelabro y la
encendió con una veladora del altar. Frente a la vela puso el plato y lo llenó con
agua que tenía en una cubeta de plástico a un lado del altar.
Comenzó diciendo unas oraciones y el nombre de la niña, arrojó los
maicitos y el copal al plato con agua, observó los movimientos que hacían por
varios minutos y luego comenzó a interpretar:
“Lo acaba esto, esto le duele mucho, aquí estan los dolorcitos, mira, aquí
también se ve cuando el copalito... mira, esta es la sepultura, este de aquí mira,
de aquí para allá, estos siete maicitos, este es sepultura y aquí es una cruz mira,
para ella, mira, aquí está la diarrea que tiene ella, esta es la diarrea, esta niña
está delicada”.
“Una ya se estaba muriendo, allá también (Estados Unidos). Una niña,
sí, me hablaron como cuatro veces, ándale vete al panteón a llevar ofrenda, le
digo, se la quiere llevar tu tía, sí, se la quería llevar, ándele le digo, yo le voy a
regar aquí, y le regué de presto, ahí nomás atrás de la casa, ahí en la calle. Me
volvieron a hablar otra vez en la tarde, ¿cómo está tu mamá? le dije, traígansela
mejor si la ven más grave. No, dice, ya volvió. ¡Ah! pues porque fueron al
panteón, y aquí yo le regué también”.
Después de ese primer diagnóstico, Don Chico sacó los granos de maíz y
el copal con la cuchara, volvió a rezar, tomó los granos y el copal y los lanzó de
nuevo al plato.
Don Chico: “Mira, fíjate bien, aquí está ella, mira en medio, aquí está, aquí
están dos, mira, son cargadores, pa’ cuando la carguen, por eso te digo, esto va
a ser una lucha, se le va hacer la lucha, si tienen el retrato de la niña, aunque
sea en el retrato, porque mira ya aquí está, aquí está mira, los que van a cargar,
cuatro y ella está en medio (se refiere a los que llevan el féretro). El pecho es el
que le duele, hay veces que le duele y devuelve ella, y ese es peligroso, devuelve
uno mucho y luego la diarrea”.
Consultor: “Es más peligroso”.
Don Chico: “Entonces ya no... ”
Consultor: “Sí, ya no... se acaba uno”.
Don Chico: “ ‘Ira (señalándo los maicitos), ‘ora ya nomás ellos quedaron,
aquí está, ‘ira, aquí están esos, ya nomás ellos quedaron ¿Cómo se siente ella?
le preguntan del dolor que tiene, como salió aquí; esto quiere rápido (necesita
tratamiento urgente)”.
Consultor: “¿Y a qué hora va a regarle? ¿No lo vas a querer ir a regar?”
Don Chico: “A las tres, a las tres quiere”.
Consultor: “Sí, pa’ que los tenga listos, y ¿cuántos tamalitos?”
Testimonios de un pueblo nahua
Don Chico: “Doce: seis muñecas y seis hombrecitos. G. también estaba
enfermo, pero ¡bah! ‘ora ya no. Le fuí a regar de noche, y de noche es peligroso,
yo con Juana y éste, fuimos al panteón a media noche, ahí estaba C., cerca del
calvario, nos vió quizás, y sí nos tardamos, lloviznó y entonces nos vinimos,
fuimos un viernes a media noche”.
Consultor: “Sí, no, si es peligroso”.
Don Chico: “Y le pusieron... más allá le fuí a sacar su playera, sí, de ahí
se la sacamos (del panteón), fuimos a media noche. Ese tío de F.O., también,
un calzoncillo también, y se lo sacamos también. No amigo, hay gente
cabrona...”
Consultor: “Sí, hay gente malísima, pues...”
Don Chico: “Yo pues ‘orita ya no quiero... un día fuí, había gente, ahí
estaban en la orilla del panteón, ‘on ‘tá la puerta, ‘on ‘tá el tanque, ahí se fueron
a parar, a ver qué cosa hacían. Nosotros vamos a lo que vamos, no vamos a
hacer tonterías, si alguien está enfermo pues va uno allí, pues”.
Consultor: “Sí, ya también me han alquilado, a rezar el rosario, una
magnífica... ¿Entonces va a ir al rato? Para que lo prepare esta señora... los
tamalitos, a las tres dice”.
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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Don Chico: “Ahí voy pues, pero sácalo su retratito para que lo pongamos
en la silleta”.
Consultor: “Sí, el retratito está así (hace la seña del tamaño)”.
Don Chico: “Ah bueno, entonces sí está bien, porque no tienen ropita de
ella, si no, en su ropita fuera (sería)”.
Consultor: “Pues si la hallamos… la vamos a buscar”.
Don Chico: “Anque pues, allá voy pues”.
Enfermedades
14.VII.96
A los niños que “tienen su nagual” les da tres granos de pimienta, tres
gotas de alcohol y palo de brasil.
El que tiene Yeyeca coacihuiztli necesita la toma. Tiene desesperación e
hiporexia. “Hay flema verde, dolor de huesos, ardor de estómago, se quita el
hambre, naúsea, calentura mansa, escalofrío, insomnio, gran tristeza”.
Coacihuiztl“se trata con masaje, sobando”.
“Cochinada”: “se cura con la toma”.
Granos o “ajeno”: “es cuando hicieron un muñeco de trapo que representa
al enfermo”.
Ocaciqueiscuintzin: “le agarraron su animalito; hay llanto, muerte.
“Susto o espanto se dice, Oquicuiliitlacehuan que significa le quitó el espíritu,
la sombra. Las causas del susto son caerse, que a alguien lo tumbe el burro, que
se tropiece, que se encuentre una culebra, que lo atropellen. Los síntomas son
desesperación, fiebre, dolor de huesos (que no se quita con inyección), tristeza,
pesadillas, pérdida del apetito, no pueden trabajar. El tratamiento: se le vuelve
a dar su sombra, se hace una rueda y se sahuma con copal, se usa agua, se hacen
unos muñequitos de masa, seis hombres y seis mujeres. A cada muñequito, o
sea, a los aires, se le reza una estación. Se le pide permiso a Dios”.
“Brujería se hace un muñeco y se pone en la hornilla y se le ponen siete
espinas de huachinango más unas velas de vidrio, y además se hacen oraciones,
se puede matar a alguien”.
Don Chico
14.VII.96
Cuando ella se levantó, cuando se paró, le escocía la cola. Al otro día, creo
que a la una o a las dos de la mañana, se iba a ir para México, ya no fue.
¿En la madrugada?
En la madrugada. Se le puso así, la cola, pero le dolía mucho, ese era
couasihuiztli, bah. Y entonces pues, me llamaron como a las cinco de la
mañana.
¿Pues, cómo se lo pasaron?
Pues en la silletita, ahí lo dejaron en la silleta.
¿Entonces lo pueden dejar en cualquier lugar?
En cualquier lugar. Sí, en el camino.
¿En el aire también?
En el aire y en el camino.
Con la mano me dijo, ¿no? Al saludar.
También se puede, ese se puede en el camino, lo ponen por ahí, eso es
especial para una persona, no es para toda la gente...
¿Pero y cómo qué es?
Es mal aire, pues.
Es un mal aire. Yo estaba confundido, yo pensaba que era diferente
enfermarse por aire.
El mal aire ese, es el mal aire, te quita el espíritu...
¿Cómo se dice en mexicano, el mal aire?
Yeyecacouacihuiztli, yeyecacoua.
Pero no dicen así, nomás dicen coacihuiztli.
Ajá, pero uno es couasihuistli y otro es yeyecacouasihuiztli.
Ah, son diferentes.
Sí, son diferentes, son dos.
¡Ahí está! Por eso no le entendía.
Entonces, eso es malo, ese desprende todo el cuerpo, todo, luego baja hasta
los pies.
¿El yeyeca o el otro?
Ajá, no, ése.
Entonces ese que es mal aire, ese no se pega con con el saludo. Lo dejan
en el camino.
No... pues... en las tomas, en las tomas se ve también. Ahí, ahí los regalan,
en las tomas.
¿Qué regalan?
Esa enfermedad, esa maldad, porque ahí ofrecen mucho.
No le entiendo.
Cuando, cuando está uno briago, como la hierba lo embriaga a uno,
¿verdad?... se le revela por qué y cuándo le dio.
¿La toma es para curar el couacihuiztli?
No, la maldad, que tenga uno, el mal.
¿Y ese cómo se llama, en mexicano?
¿Cuál?
Que tenga uno una maldad.
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
310
Este, se llama “cochinada” pues.
¿No tiene nombre en mexicano?
Cochinada pues… ahí está un señor, ahí, cuando le di la toma, él quiso
de noche, andaba con dos palitos, ya no podía andar. Vino y le dije pues, que
¿cuándo?, me preguntó que si le quería dar una toma, le dije que sí… dijo, yo
quiero en la noche, cuando ya se durmió la gente.
Me revuelvo con los nombres de las enfermedades, se parecen. Uno es
yeyeca couacihuizlti ¿o cuacihuiztli?
Couacihuiztli, coua.
¿Y, cuál es en la que me dijo que hasta pueden sacar un marranito?
Cochinada.
Eso es cochinada, es diferente. ¿Son tres diferentes enfermedades?
Sí.
¿Las tres se curan con la toma, o es diferente?
Sí, el yeyecacouacihuiztli está adentro, se sale con la toma.
¿La “cochinada”? Pero, ¿y los otros dos también?
No, ese sólo con la mano. Nomás que es delicado, ese es delicado.
¿Sólo con la mano se cura?
Sí.
¿O se pega?
A veces se pega, se le queda a uno. Si no, si no está uno preparado, se le
queda en la mano y luego luego se entume hasta de aquí.
¿Y ese lo cura con masaje, el yeyecacouacihuiztli?
Sí. El couacihuiztli nomás.
¿Y el yeyecacouacihuiztli con qué lo cura?
Con la toma.
Igual que la cochinada, pero ¿no es lo mismo?
No, ese es otro, eso es flema. Eso es flema.
¿Cuál?
El yeyecacouacihuiztli.
¿Flema?
Eso es flema, sí.
¿En qué consiste? ¿cómo es el yeyecacouacihuiztli?
Pues, es flema verde, así, está mezclado con la baba. Enton’s ese, por más
que lo cure el doctor, no, ese no puede, porque la hierba es especial para eso.
Claro.
Cura algún grano, es un grano que tenga uno, que nunca se pueda aliviar,
con ese se le echa, se le lava y se le pone el polvo.
Testimonios de un pueblo nahua
¿Y ese cómo se llama, el de los granos?
Pues también cochinada, ajeno, se dice, es ajeno.
¿Los granos, es igual que la cochinada?
Sí, sí, pero ese, ese consiste en un muñeco, en un trapo, alguna playera,
algún pantalón, algún calzoncillo.
¿De la persona?
Sí.
Don Chico, me puede explicar ¿qué le pasa a la persona que tiene
yeyecacouacihuiztli? ¿Cómo se enferma? ¿Qué tiene? ¿Qué le duele, o qué le
pasa?
Es dolor de huesos, y le arde por dentro.
¿Dónde le arde?
El estómago, no le da hambre, siente que lo tiene, este, el estómago
amargo. Porque cuando come uno, le quiere dar vómito.
Le quiere dar, ¿pero no?
No, no lo saca.
¿Y qué más le pasa a esa persona?
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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Calenturita, mansa.
¿Calentura mansa?
Sí, ese cabrón, ese duele harto, hasta frío pega.
¿Escalofrío?
Sí.
¿Qué más le pasa a la persona?
Nada.
¿No hay dolor de cabeza, o que no duerma?
Sí, también si, pues no lo hace dormir.
¿Le da tristeza, o no?
Sí, si, desesperado, desesperado.
¿Lo que llaman tlayocoya, les da a esas personas?
Sí, sí.
En español, ¿cómo diría tlayocoya?
Tristeza.
Pero, ¿es una tristeza pequeñita... ?
No, grande.
¿Muy grande?
Muy grande, desesperación, por eso aquí en la baraja sale... en la baraja
sale el que tiene, como a este ya le sacamos, ya le vimos lo que tiene...
¿Tiene de este, de esta enfermedad yeyecacouasihuiztli?
Sí.
¿Le salió a ella?
Sí.
¿En el maicito también le salió?
Sí, también salió, no ves...
¿Los dos copalitos?
Sí. En este... donde salió el maicito, salió el maicito.
¿Con el maicito salió también?
Sí, con el maicito. En este cuando salió el maicito, salió el maicito, se
acuerda cuando salió el maicito, con el copalito se le puso en medio... a ver qué
le corría aquí...
¿Y le dice en la baraja o en el maicito dónde se…?
Donde le duele. El apunta donde le duele.
Muchacha.- ¿Le salió aquí, verdad?
Ajá allí salió pues, él apunta pues. Entonces le digo ¿te duele esto? Antes
de que, antes de que me enseñe. Te duele esto ¿aquí? Sí. Aquí está, mira. Y
ahora, ¿te duele la cabeza? a... aquí está tu dolor, esta es la enfermedad que
tienes.
Testimonios de un pueblo nahua
¿Y esa enfermedad le puede dar a cualquier persona, de cualquier edad, o
nomás a los grandes?
No, a cualquiera.
¿A los niños también?
Sí, a los niños también. Uy, a ese niño me lo trajeron, se estaba
muriendo.
¿Ya lo habían traído antes?
Ya, ya, ya por eso lo mandé a traer. Este, hace ocho días, domingo, me lo
dieron, que lo cuide yo, entonces está a mi responsabilidad… Usted dice, ya,
ya está grande y nosotros vamos por algo, nosotros ahí estamos, lo vamos a
defender, ¡bah!
¿Y este niñito, qué enfermedad es la que tiene?
Le agarraron su animalito, esos nacen los viernes, los que vienen por la
noche, los martes, los viernes, pero a media noche o a medio día, los medios
días y las medias noches, dos de la mañana, una de la mañana, alcanzan todavía
grande.
¿Cómo se llama cuando le agarran su animalito, en mexicano? ¿Cómo le
llama a esa enfermedad?
Pues, se llama ocaciqueyeyecatzin.
Ah, le “agarraron su animalito” ¿Desde hace mucho?
Pues tiene como un mes, dos meses, pero pasó esto el domingo hace ocho
días, íbamos pasando aquí en la peña, y pues yo no sé, pues yo nomás, porque
es más lejos, que si nos andaban espiando, pues no, para nosotros es fácil, para
ellos no es fácil.
Íbamos como ocho, como diez, veinte por ahí, así, pero yo iba adelante,
entonces pues, y había un cazador ahí, según, por ahí estaba, no sé pero... aquí
le quedó el plomo, en la pierna.
¿Le dio un balazo?
Y entonces...
¿Pero era como un aire o era un balazo de a deveras?
De veras, era un balazo de a deveras, y luego yo me caí, me caí luego,
estaba yo en la hamaca y...
¿No le sacaron la bala?
No, no ahí está.
¡Cómo aguanta!
Pues siempre, pero ahora ya camina bien ¡bah!, y entonces, este, los que
vieron, oyeron, le tiraron, le tendieron y vieron de dónde salió. Le dieron
vueltas ahí, y se juntaron... no lo... nomás los despedazaron.
¿A quién?
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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Al hombre
¿Sí lo encontraron?
Sí.
¿Lo olieron?
Lo olieron.
¿Quiénes?
Los animales, al cazador.
¿Traían perros?
No, en persona, así, de animales.
Es que a veces usted me está hablando de una cosa y yo pienso en otra.
No, no. Estoy diciendo la verdad. Y entonces pues lo balearon y... ya se
para, te digo, ya, pero no puede, pues nos vamos a quedar un rato aquí, ya nos
quedamos por aquí.
¿Y qué animalito era el que despedazaron?
No, no era animal, era gente, un cazador.
¿Qué es un cazador?
Tirador pues, el que tiene retrocarga.
Pero querían cazarlo a usted.
Sí, ¡bah!
¿Y ese cazador tenía animalito?
No tiene, es cazador.
¿Ya ve?
Es cazador, o sea es tirador de... es tirador, y ya ve, por ahí pasábamos,
pues no íbamos por él.
¿Y con quién iba usted?
¿Mande?
¿Usted, con quién iba?
Con este chamaco lo llevaba, y otro, y otras personas que no son de aquí
también. (se dirige a otras personas), lo agarraron.
¿Y ya lo mataron?
Lo mataron, por más que les... pues eran hartos, entonces ya no podía
tirar, ya no le dejaban, nomás ese ¡bah! Sí, es trabajoso pues, peligra uno.
¿Corre mucho peligro?
Muchas gentes se han caído de la cama nomás y se mueren. Más chiquitos,
los recién nacidos se caen de la cama y no se mueren, en un descuido de su
mamá.
Don Chico, y este niño que le amarraron su animalito, ¿quién se lo puede
amarrar?
Otro niño.
Testimonios de un pueblo nahua
¿Tiene que ser otro que tenga animalito, pero ya grande?
Pero si él está chiquito pues cualquiera, aunque esté medianito se lo puede
joder.
¿Y qué le pasa a un niño que le amarran su animalito?
Se muere, y no le dejan que hable, que diga quién.
¿Y qué siente el niño, tiene dolores, o qué tiene?
...
¿Y cómo le desamarra el animalito? Usted lo aprendió, tiene el animalito,
¿qué tiene?
Sí.
¿Sí tiene? ¿Por eso usted lo pudo desamarrar?
Sí (habla con un niño). Anque, pues (entra otra persona y don Chico le
dice ximaseui, descanse; el altavoz del pueblo hace inaudibles las voces).
¿Para desamarrarlo usted tiene que tomar algo o lo hace en sueños...
No, no, no, no, está en vida.
¿Y cómo se protege usted?
¿Mande?
¿Cómo se protege?
Ayunos, no como en medio día, a veces todo el día.
¿Pero entonces descubre a la persona que tiene brujito en persona?
¿Mande?
A la persona usted la, usted la sigue, la encuentra.
Sí, en una hora ya.
¿Y cómo se entera usted de quién es?
¿Mande?
¿Usted cómo sabe quién fue?
Lo busca uno, lo busca uno.
¿Cómo lo busca?
En el aire (se dirige a otra persona en náhuatl), igual al tlalyouixtli (risas).
¿Y qué tenía ese chamaco?
Igual. Hay ratos que me visitan.
¿Para que lo siga cuidando?
No. Ya está... (se dirige a otra persona en náhuatl).
¿Qué le pasaba, qué tenía?
El no dice (ríe). Y usted con las inyecciones, cuando hay algo así que, que
este así que, que, que a uno le pega.
Hay que ver qué tiene la persona, si es una infección del estómago o si es de
los pulmones, o de la sangre. Se da el tratamiento contra los microbios, contra
la fiebre, contra los escalofrios.
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
316
Sí.
Hay medicinas, pero yo creo que son enfermedades diferentes, porque hay
unas que uno no puede curar. Por eso me interesa platicar con usted ( risas). Yo
me dedico a las enfermedades de la cabeza, de la gente que pierde el sentido o
que está muy alterada de los nervios. Esto es en lo que yo trabajo.
Sí.
Pero hay gente que se enferma de una forma diferente, como los que usted
aquí, y esto es lo que solamente usted puede curar.
Sí, una enfermera de ahí mismo, a T.C. la trajeron a... que me dice: ¿Usted
la va a curar? Dije, sí, dice ¿Cuántos años estudió? Le digo no, pues yo no
estudié. Dice, usted es estafador. ¿P’os que me va a pagar el viaje? Dice bueno,
y viene la señora, y dice pase, venga que yo le voy a pagar, no le va a pagar él.
Y ya se la di (la toma) y entonces me esmeré más, pa’ que me crea, pa’ que crea.
Entonces, pues este, yo le di la toma, pero bien cargada ¿verdad? Y no, dice,
entonces sí, dámela. Y le pone un lavadito, con eso, dentro de media hora ya
estaba mareada, ya hasta le duele la... pues era por causa del doctor (ríe). Ese
desgraciado…
Por eso no quería que la curara.
No, él no sabía o él no cree, el no creía en esas cosas, no creía ¿verdad? En
Chilpancingo la internaron, pero no le hacía ¡El mal lo tenía en la mano, él!
¿Era por otra mujer?
Era otra, cargaba la otra y la otra se enojaba, porque ya lo había visto con
él, con esa; y entonces ¡Tú! le gritó pues, al doctor, y el doctor seguía parado...
¿Hay muchos Centros de Salud en Iguala?
Uno.
¿Nomás uno?
Sí. Hay muchos doctores, pero particulares pues, el Centro de Salud es
uno. Y entonces ya nos vinimos; dice ¿va a pasar al mercado? Le digo no, yo
no voy a comprar nada. ¡Bah! dice, espéreme tantito, ¿sí? y fue a comprar una
penca de plátanos, un kilo de frijol, un kilo de carne de cerdo... es para usted,
me dijo, estoy bien agradecido del trabajo, el trabajo lo hizo bien. A los quince
días cayó él también y vino él, ‘ora ya me tocó a mí la de malas, me dijo.
¿Qué le pasaba?
Pues también eso tenía.
Pero, ¿cómo se notaba?
No podía comer. Cuando tomaba el agua o el refresco, tenía una cosa así,
y se le resecaba el cogote y le daba como que quería devolver (naúsea).
¿Estaba bajando de peso?
Sí, está chaparrito pero está gordito. Y ‘ora ya se compuso, se compuso
Testimonios de un pueblo nahua
y vió a la misma mujer, la misma te digo. Se enojó o le dio eso, esa maldad.
Porque, dice, la otra que él había pagado para que se aliviara (la enfermera)… y
ella quería que se muriera. Pero él no pagó, él no me pagó, me pagó su mamá,
de ella, de la muchacha... y todavía tenía vergüenza, yo no le dije nada, no. La
recompensa fue cuando le tocó a él, cuando a él mero le tocó, él, que no creía.
¿Y él no podía comer? ¿Y qué más le pasaba?
Se hinchaba, en la panza.
¿De dónde?
De la panza. Aunque no comía, pero se hinchaba, se hinchaba, se
hinchaba.
¿Y tenía dolores?
Pues ahí, sí, desesperación, él rebajaba, pues.
¿No dormía?
No. Y ese fue, salió pues con, con dos grillos, dos grillos de esos del
campo, negros, y ya.
¿Los arrojó?
Sí.
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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¿Por abajo o por arriba?
No, por arriba.(habla con otra persona, con la señora que llevó al niño que
estaba sobando, en náhuatl). Dice ella que nosotros no podemos hablar como
bien claro , como ustedes, Y ella dice que ustedes también no puede hablarlo
como nosotros, le digo, nosotros estamos a la mitad. Lo que podemos nosotros,
ellos no pueden, y lo que pueden ellos también no podemos.
Sí (risas).
Ajá.
Además es otro idioma. Es como si quisiéramos hablar mexicano, pues va
a sonar muy raro.
Sí, mocho (se dirige a otra persona).
Oiga ¿y qué le dijo el señor de Iguala?
¡Ah! nada, no tiene dinero.
Me explicó entonces una enfermedad, el yeyecacouacihuiztli. Ahora, el
couacihuiztli ¿en qué consiste, cómo es? ¿Es diferente?
Pues sí, es desesperación, no le da hambre. Tiene dolor de huesos.
¿Entonces es como la otra?
Como la otra. Sólo con toma sale.
¿Pero me decía que el couasihuiztli se cura con masaje?
Sí, con masaje sí.
Sobando.
Sí, pero también el que puede, lo puede sacar, a puro masaje no sale.
¿También se da toma?
No, ese no, el coacihuiztli no no se da toma, el yeyecacouacihuiztli, sólo hay
veces viene ese en la ropa, ese viene entre la ropa.
¿Cuál?
El yeyecacouacihuiztli. Si te robaron tu camisa, o tu calzoncillo o tus
calcetines, alguien te manda esa enfermedad.
¿Esa es la que me contó?
Así, así empieza y ya se le queda ahí, pero eso sí está para uno. Yo curé uno
de ahí, la colonia Lázaro Cárdenas, le estaba ganando, este se... pero yo sé que
tuve la culpa, dice, dice y cuándo, dice ya tardó. Y yo, usted me está haciendo
como el doctor, dice me está engañando, no, le digo, yo no le voy a engañar,
pero un señor me propuso, un viernes, ayuné todo el santo día, todo el santo
día, y a media noche le echo el... a la primera cayó, está bien cabrón le digo,
mañana me la pagas, mañana ya estás bueno.
¿Nomás fue a... ?
Entonces yo fui, el sábado, nomás, nomás almorzamos y que me voy a
Sabana y que le digo, hijo de la chingada, y lo hallé, él afuera ahí estaba (habla
Testimonios de un pueblo nahua
con alguien en náhuatl) Y, y le digo, yo voy a Iguala. Entonces este dice, se
va a tardar dice, me va a dejar morir… pero lo engañé, yo no fui a Iguala, fui
a Sabana, y todo lo que yo había yo visto en la noche… y en eso, en el fogón,
abajo del comal, en el hoyo de la... meto la mano y hay un espejo de oro, lo
aviento al carbón, meto la mano y de vuelta igual, y saco el muñeco ¡En la
madre! estaba bien lleno de alfileres y de espinas, y lo traje. Lo vine a hallar (al
enfermo), ya estaba bailando, y dice, bueno y ya ¿a qué viene? Le digo, mira
te metes para adentro para que te cure yo, y usted pa’ qué chingados me va a
curar, si yo ya no tengo nada, ya no me duele... y lo fui a deshacer, le quité todos
los alfileres, le quité y dice ¿Qué? ¿sí es el muñeco? Que me lo hecho a la bolsa.
Ándale, te voy a curar. Dice ándele pues, si tiene muchas fuerzas, pero ya no
tengo nada... Ándale pues, cabrón. Pero qué, cómo le iba a doler, si ya no le
estaba dando el fuego de la lumbre, es el que lo quemaba. ¡Le hizo un muñeco
su mujer! Pa’ que se muera, ¡bah!
¿La esposa?
La esposa, para que ella anduviera libre en la calle ¡bah!
¿Y él no supo?
El no supo.
¿Usted no le explicó nada?
Pues no, hasta después, le enseñé el trapo.
¿Qué dijo?
Pues si lo habían conocido. La mujer conoció la ropa, inmediatamente se
fue a ver si ya… ¡újule! Y con lo caliente lloraba.
¿Quemándose?
Sí
¿De qué otra forma pueden hacerle al muñeco, lo entierran, lo... ?
En la tierra pues, lo tapan como muertito.
¿Pa’ que se muera?
Pa’ que se muera.
¿Y cómo se le llama a esa enfermedad, cuando le hacen un muñeco?
Ese es maldad.
¿Es igual que “cochinada”?
Y esta no tiene remedio, tiene remedio sólo que de veras seas hombre, o
seas mujer que tenga valor, pues pa’ que lo vaya hacer.
¿Tiene que encontrarlo?
Sí, sacándolo pues, ya fue, ya se alivió.
Y para encontrarlo ¿usted ayunó todo el día?
¡Todo el día! para ver aquí, en la pregunta, en la consulta.
¿Con la baraja?
319
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
320
No, con el maíz.
¿Qué es mejor?
Los dos.
¿Y aparte de la baraja y el maíz, hay otra manera de consultar?
No.
¿Nomás eso? Dicen en los libros que hace mucho con mecates hacían eso
también.
¿En los libros? Sí, bueno, pero eso es magia. No, eso es la magia, también
es malo, yo me agarré uno de esos, tomé y lo agarré, también aire. Ese se acabó
a las mujeres más bonitas, las señoritas más bonitas, porque la mujer aunque
sea casada… o la sacaba solita, encuerada, ¡bah! Entonces, esa mujer que era
sola, él fue al campo, y mató a una víbora y le sacó los colmillos, se fue sobre
de los colmillos, sobre los colmillos, y le plantó el... la señora fue a orinar allí
en el suelo, al baño, y todavía había orines, y lo... entonces por eso le llegó esa
enfermedad. Y esos matan también, con velas de vidrio.
¿Cuáles son esas velas de vidrio?
De parafina.
Ah, de vaso.
No, no, no... y este era de un... supimos quién era, quién le estaba haciendo
la maldad. Era su hermano de su marido.
¿Y con las velas, cómo lo hace?
Es que lo hacen con la espina de huauchinango, y los prenden en la, en
agua, adentro del agua.
¿Prenden la espinas?
No, las plantan en las velas, siete con siete, ese es una.
¿En la vela le ponen siete espinas?
Sí.
¿Prenden la vela?
¿Prenden la vela, cuando viene el agua, en una barranca donde no hay... y
ya, la oración.
¿A quién le rezan?
Al que lo aborrece.
¿Pero a quién le piden que le haga daño al otro?
Pues le piden eso, la desgracia. Por ejemplo, usted, ya ve que... pero en las
situaciones de la curación la debería nombrar ésta ¡bah!
¿Y qué pasa?
Se muere.
¿Y uno de esos curó usted, también?
Sí, una señora ¡bah! Es trabajoso ¿verdad? ¡bah! ¿Usted no ha visto cosas
así, pues?
Testimonios de un pueblo nahua
¿Don Chico, usted también cura el “espanto”?
Sí.
¿Cómo se llama en mexicano el “espanto”?
Oquicuili itlacehuan.
Dos palabras, oquicui itlacehuan.
Ajá, le quitó el espíritu.
¿Qué es el espíritu?
Le quitó el espíritu.
¿Es diferente que la sombra?
Te, te quitaron tu sombra.
¿Es lo mismo?
Sí, por eso estás enfermo, es que se cayó o lo tumbó el burro.
¿Y qué le dijo, el sacerdote qué le dijo?
Me dijo pues, que no siguiera trabajando, bueno, yo le dije todo, ¿verdad?
desde el principio, lo que me pasaba y como agarré ese trabajo, yo no lo sabía,
no lo conocía. Bueno, sí conocía yo todo lo ajeno verdad, y al tomar el, la hierba
pues, la hierba me lo regaló. Entonces tomé la hierba ¿verdad? del bolso, pero
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
322
pues de repente a las dos horas uno se componía, era... me dijo ¿verdad? qué
es lo que iba yo a hacer, pero yo me desesperé, yo vi que ella no era, pero sí
salí. Cayó hasta, hasta en octubre, eso lo hice en mayo, junio. En junio. Pero
me salió ¡hasta en octubre! Octubre, sí, en octubre, porque ya, ya venían las
ofrendas.
¿Lo tomó en junio?
Lo tomé en junio y salió hasta en octubre.
¿El niño se le apareció hasta octubre?
Si, vivo, yo lo estaba mirando.
¿Después de varios meses?
No, no, no, luego luego, lo estaba viendo.
¡Ah!
Cuando me llevó de aquí del dedo, me llevó de esta uña, del dedo me
fue jalando, porque ya no podía yo caminar, estaba como briago, pues… en el
momento que me encontraba yo con él, me dijo, para sacar el couacihuiztli, ajá.
Entonces, para agarrar el couacihuiztli, este, es que, él me dijo que yo, que yo
este, la agarrara aquí, venía una culebra, venía volando y me decía que yo lo
agarrara con esta mano y que lo tirara yo con fuerza, y que lo aventara yo pues,
que si llegaba entero o vivo, pero yo no sabía para qué ¿verdad? Entonces le
digo, no, le digo, yo no lo hago, dice, ándale, ahí viene el otro... Le digo bueno,
ese, con la misma mano ahora pues, con la mano derecha, pero viene muy alto,
sí dice, pero lo vas a alcanzar le digo ¡bah! y ¿cómo? no tengo alas, sí, dice lo
vas a alcanzar, y sí, bajó, la agarré y lo tiré...
¿Qué era, una culebra?
No, ya no era culebra, y le digo, y ese con, con la mano, dice no, dice este,
con la boca. Entonces ¿cómo lo voy a agarrar con la boca? ¿Cómo pues? No,
dice, pa’ que seas franco, franco, franco, y bueno.
¿Y ese qué era?
Pues ya le digo que me, pues cómo lo voy a agarrar con la boca. ‘Lo vas
a jalar duro del cuello y verás como lo vas a amansar’. Cuando él venía como
allí, y que me empino y le hago (aspira con fuerza el aire por la boca) y se pasó,
y sentí bien como me cacheteó con la cola por aquí. Y bajó, bajó, bajó, y sentí
como se acostó y subió su cabecita en mí. Era un escorpión, chiquito.
¿Chiquito?
Sí, y le pregunté ¿y este cómo lo, cómo lo voy a sacar? ¿Cuándo va a salir?
Eso es tu protección, pa’ cuando te den algo, eso se lo va a comer, pero mucho
cuidado con que lo sueltes, ojalá, ese sí es pecado pa’ que lo sueltes. Yo te voy
a dar pa’ que cures, no para que andes echando a perder la gente. ‘Ora va a ver
una luz, dice lo va, va a ver una luz, dice... te voy a llevar a donde vas a traer el
Testimonios de un pueblo nahua
remedio, dice, en el campo, te voy a enseñar... y nos vamos, y ahí fue traer un
manojote así o dos ¡guárdalos! dice, sí, le digo, pasó la tarde… Y sí, pasé a la...
¡Buenos días, señor! le digo. Buenos días, dijo. ¿Y su Julián? Dice, está enfermo
m’hijito, dice, dale una sobadita, y sí, que lo veo, que empieza a llorar el pobre,
dice me voy a morir tío, no, le digo, ruégale a Cristo, vas a devolver. Dice, mi
niña apenas nació, tiene siete días, yo le dije a su mamá ¿oye, él quiere que
yo le de una tomita ¿pa’ qué? No, no, no, dice, yo no sé si eres curandero, no,
dice, me lo vas a matar, pero ahí ya tenía la cubeta de ropa, iba a lavar por ahí
abajo, cuando ya se fue dice el enfermo, tío, dámelo, vete a traerlo, yo quiero.
Le digo ¿pero deveras? Dice, sí. Que le digo a mi hermana, y majé un remedio
así, y lo majé y que me lo llevo. Mire, por lavadito ¿quiere? Dice, sí. Que le doy
un vaso nomás, un vaso, este lo vas a tomar, sí tío, dice, es remedio, y que lo
ve, y le pongo una en lavado, y que empieza a devolver. Dice tío dice, yo voy
afuera, le digo nada de afuera ‘orita que está el remedio adentro, estás con él, y
no pues no quiero que te vaya a pasar algo. No, no, dice, ahorita dice, me dijo
el chamaquito, y ya estaba saliendo también afuera como usted salió. Le digo
y cómo, y ella si lo está obligando lo va jalando, hay baile, y tiene harta fuerza.
Ándale pues, nomás salió de la puerta y se baja los calzoncillos ¡pa’bajo! Ahí
le hallé, mira, un buche de pollo, así, y cuando cayó al suelo, ya se empezó a
limpiar aquí, llegó aquí, tenía hartos gusanos, entonces pues ese, cuando ya lo
metimos, se acostó en la cama y dice, que hijo de este, que hijo de esto, tú eres
el que me distes, dice, yo pensaba que nomás lo habíamos tropezado, pero tú
ya me traes... porque se levantó y luego me pegaste, me pegaste en el fútbol. Y
dice, pero te me vas a largar a chingar a tu madre, le dijo, para jamás te voy a
dejar, jamás vas a ver tu padre, te vas a ir para siempre y lejos... Y allí empecé a
curar. Venía un señor de Iguala, ¡carajo!, a vender jabón, y que le dice, lo vio en
la puerta, ya estaba bien, dice ¿creo que te estabas muriendo? Dice sí, pues, ¿y
con qué doctor fuiste? No, dice, es que me dio una toma mi tío. Dice, ¿cómo se
llama tu tío?, dice se llama fulano. ¿Hasta donde vive? Dice, vive del otro lado.
Dice, lo voy a ver yo también, aquí estoy, yo también.
¿Qué sentía?
Le dolía el estómago. Y a la tarde que viene, dice, ¿usted es don Chico? Le
digo, sí, pásale. Pues no me voy a caer, le vengo a avisar que me cure también,
porque el muchacho ya se alivió... Dije, bueno. Voy a venir pa’ tal día, me
prepara remedio. Bueno, lo preparé, pero ya eran las ocho y no llegaba, llegó
hasta las nueve con su mujer... aquí no puedo, sólo que vayamos allá abajo, a
mi corralito. Sí, dice, vamos, dice la mujer ¿qué cosa le va a dar? o ¿qué le va
a hacer? Le digo, pues ¡lo vamos a curar!. No, dice, él no tiene nada, no tiene
brujería, la brujería lo hay aquí, en tu pueblo, dice, cochino escuincle... a ella no
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
324
le duele, al que le duele soy yo, ella no tiene nada, dijo el enfermo. Me lo echo
en un carajazo, ¡híjole! nomás tantito. ¡Ah! le pusieron lavado, pero diarrea no
le dio.
¿Nomás a unos les da diarrea?
No, casi a todos, y que empieza, nomás dos veces, dijo, a la de tres, ahí
viene, se venía campaneando… una culebra, así de esas pintas... digo ¿no?
entonces ‘ora déjenle, ahora déjalo que caiga solo, ¿no dice que no hay brujos
en su pueblo? ¿no hay brujos en Iguala? Ahora déjalo... y sí ya, lo cacheteó
pues, ora sí, le digo, es tuyo, junta basura y métele cerillos, y cayó, ya le juntó
basura, le metió cerillo. Y le pregunté ¿Cómo te sientes, Manuel? Dice, pues
ya no tengo nada, eso es lo que tenía yo, dice ¿y por qué? Dice, tú sabes que
a mi primo le presté quinientos pesos y no me los quiere pagar. Él me lo dio
para que no le pague, él está pecando pa’ que me muera yo, pa’ que se quede
con el dinero, pero si no me paga ¡que no me pague! yo no le tiro ni le estoy
diciendo que me pague. Y ya, pues ya se los comió ¡ya qué! pero ya estoy bueno
pa’ trabajar, para ganar más dinero. Y con eso, y por ahí me fui.
¿Y dice que cuando queman lo que sacan, se revierte el efecto?
Sí.
¿Al que le mandó?
No, no. Digo este, ya me cayó otro señor de por allá. Sí, porque, ya vi,
ya fui... y pa’ luego, luego se alivió... y por ahí fueron viniendo, de Iguala, de
otro pueblito, ¡bah!... ¿Lo vas a reconocer? Porque hay muchas personas que no
creen, no creen.
15.VII.96
¿D., la esposa de R.? Ella se enfermó y vino con usted.
¿Dijo?
¿Cuándo se murió su papá?, se puso mala.
Ajá, sí.
Eso es lo que quería ver si nos explicaba.
Pues sí, se murió su papá, le llevó la sombra. Después le sintió mucho ella,
y entonces...
Dice que después de que murió su papá ¿ella empezó a llorar mucho?
Sí.
¿Y ya no comía?
Ya no.
¿Qué le pasaba?
Testimonios de un pueblo nahua
Le daba calentura, sí, le pegaba calentura. Y ya fuimos al panteón, le
llevamos la ofrenda, nosotros.
¿Primero usted le “rifó”?
Sí.
¿Y qué encontró ahí?
Salió pues, su papá, salió su papá, estaba sobre de ella. Si que estaba sobre
de ella. Y ya fuimos con la ofrenda, fuimos a poner la ofrenda, a levantar la
sombra allá a la tranca, donde chocaron, parece. Y ‘orita de... tiene maldad.
Por eso así está.
¿Está re flaca? Primero era su papá, entonces, ¿su papá la jalaba?
Sí.
¿Cómo es eso?
Su sombra.
De los muertitos, ¿regresan?
No, cuando el papá le resiente a los hijos y las hijas, y por eso los, los
enferman.
¿Cuando los resiente?
Ajá.
325
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
326
¿Su papá se la lleva?
Pero como ya fuimos y le pusimos ofrendita, ya se le quitó la calentura.
¿Y ahora se enfermó otra vez?
‘Ora está enferma de vuelta. Pero por maldad, tiene maldad ella, ella no
cree. Al menos... bien flaco, no estaba así.
Sí.
¿Verdad? Sí, sí está muy delgado. Eso no es por la bebida, no, no, no es
por la bebida.
¿Qué le pasaría a él?
¿Quién sabe? Que se pelió con alguno. Porque si se pelea con uno, pues...
con el cigarrito, por algo hay la maldad. Por el cigarrito ¿verdad? Pero ¿sabe
qué? Hay que... por el cigarrito. Por ejemplo, nosotros aquí vamos viendo esto,
pasa alguno y... ande... de estos pero nomás nos... ¿verdad? Aunque esté tapado
así...
¿De lejos?
De lejos. Así, caminando pues...
¿Cualquiera puede hacer eso?
¡Noo!
¿Quiénes? ¿quiénes pueden hacer eso?
Otras personas.
¿Tienen que ser brujitos, o no?
No, ese no son brujos, son hechiceros esos. Esos son hechiceros, no son
brujos.
¿Y, desde entonces a... le volvió a “rifar”?
Si, ya anda.
¿Ya anda caminando? Y la esperaba...
Pero no le sacaron nada asi. El dice que es trabajador, no le falta nada, pues
todo está bien ¿verdad? Pues si es trabajador, pues que lo cuide, pues porque
como sucede, pues a él le gustaba mucho el pleito...
Era bravo.
Sí, como ahorita, dicen, pues yo nunca lo vi, dicen que ahora pinta bien
su casa, las... y luego aquel muchacho de hasta allá adelante, también hacen
las juntas. Y ellos pues, ellos van pa’ Chilpancingo, para Iguala, a destruir
el pueblo. Y ellos ya, ya hicieron su bolita. Y quieren mandar ellos, sobre un
puñito de gente, o lo quieren dominar el pueblo, lo quieren mandar, porque
ellos conocen, pero no, pues el pueblo no se deja. Que nomás a ellos son
ochenta personas, y el pueblo son trescientos cincuenta. Enton’s, por eso a ellos
los han de, los aborrecen ¿verdad? Lo aborrecen más a él, que hace la junta
en su casa, sí. Si el no debería de buscar pleito… el día que se le enferme
Testimonios de un pueblo nahua
algún... y ya lo está viendo, cómo le está pasando. Entonces toda la gente está
mirando, toda la gente dice que está sufriendo, que por que este no puede
entrar y me lo va a pagar y ya. Ahí vienen las venganzas. Y eso no está bien. Y
a ver ¿cuánto ha pagado la señora? Con él no puede, pero a él le estan sacando
los billetes, porque se gastaron, y aquel otro también, nomás que nosotros no
nos fijamos ¿verdad? en las desgracias que nos... ¿verdad? Ellos no les pasa
nada, no les duele y ellos, no es cosa de magos les digo... Pero cada ratito, cada
ratito pasan, este... un millón, dos millones, un millón y medio. Ese no es...
por bien, cuando le echan tierra a uno, eso le pasa. ‘Orita cobró ¿verdad? cinco
millones, diez millones, de aquí a ocho días ya no tiene nada ¿Por qué? Porque
le echaron tierra del panteón.
¿Y cómo es eso de echar tierra del panteón?
Pues es que la agarran la tierra del panteón, y llegan a aprovechar una
tierra que, que la persona se ha matado, que lo hayan matado y esa persona ahí
se enterró. Y esa tiera está maldecida y si... así, pues ya le echaron a uno y ya, pa’
siempre. Si te puedes atender, bueno, si no tambíén, las fuerzas trabajan...
¿De la muerte?
De la tierra ¿verdad? Eso es magia.
¿Y también sale cuando usted rifa, la pregunta también sale?
Sale… sale el panteón, y cuando ese no sale, sale el... es la sepultura...
¿Qué es eso de que se sale?
Pues... ese matrimonio y ese no sirve, o sea de siete canijillos que... es muy
fuerte, las siete cantinas. Ese es mal, entonces... y les dan cervecita, sí hombre,
dame un poquito de sal, por favor. Ya, cabrón, no botanees pero la salecita, le
aprovechó ¿no? Imagina... y se la embolsan. Entonces va a otra cantina, ya
no... dame otra... ya... viene otra, dame un trago, a ver.. Sí, y con eso ya, ya
completamos. Ella lo prepara pa’ hacer la... sí que se sale... que sí.
¿A quién deshuesan?
A la sal.
¿A la sal?
A la sal. Y... la esposa quiere ser... quiere que nunca tenga nada, que sea
uno desgraciado para... que sea maldecido, como yo lo deseo.
Les rezan a la sal ¿a cualquier hora?
No, es el viernes ¿verdad? y, y ese es mal. Una señora de Iguala le echaron
la tierra. Vive aquí con otro señor. Ese hombre es fino, me llevó, dice, a la
fiesta, es mi suerte, tengo todo. Y ya, ya... es de agua.
¿De agua?
Ajá... los tres... y eso que le hizo, tengo seis litros de él, nomás vende cinco
pesos en todo el día. Ni para mí, ni pa’ el trabajador y ni pa’ comer alcanza…
327
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
328
Enton’s ahora me falta pagar tanto, que lo voy a enderezar. Lávalo todo, échale
clarasol y dame la botella de agua... y le echo el polvito y le echo el agua bendita
por encima y ya. ‘Ora, ¡trabájale!
¿Qué polvito dice? ¿Qué polvito decía, bendito?
Sí.
¿Usted se prepara el polvito?
Sí... y a la señora le pusieron aquí, en medio de la mesa donde se paraba
para despachar las carnitas... y se operó dos veces.
¿Qué le pusieron?
La tierra de... la operaron en México... si, ahí murió la muchacha, no
creyó, no. Eso es caliente, como viene uno ayunado, al cabo no sabe uno ni
cuantos se metieron... le hicieron ¿verdad? Ustedes han de conocer ¿verdad?
la magia negra...
Pues no.
No lo conocen. Si donde quiera venden en México, esos libros. Si hay,
¿verdad?
Pero quién sabe si sea verdad lo que dicen esos libros. Mejor ir con quien
sabe contar las cosas ¿no?
Pues, hay muchas personas que, que luego trabajan pa’ hacer mal...
como esas cosas la... sale, sale fuerte. Y ellos se hacen una magia… Como esa
enfermerita, esa pobre se enferma luego también. Otra enfermera se enfermó
también y ahí está dando la... aunque tenga su puesto grande ¿verdad? Pero ella
ahí se gastó sus veinte y se gasta veinte, se gasta tres mil, dos millones, o que
ochocientos. Porque ‘ora ¡‘ora no vendí nada!... tanto, cien pesos, doscientos
pesos... la enfermedad, está tranquila, anda ahí dando vueltas. Y gastando y
no,... así es como se amuela uno, lo amuelan, es cuando lo echan a uno abajo.
Si ella cediera a la... a mano de esta sería igual. No como esas, esas que... si
entendiste, si entendiste… Se juntó con un hombre que tenía mujer… y era
su mujer del hombre y les echó eso, ¡los saló! Y ahora no tienen ¡nada! se ha
cerrado la cocina, entonces hay una... porque no tienen nada, nada. Andan
bien muertos ya, bien muertos, bien muertos, el hombre anda de taquero, ahí...
veinte, treinta, hasta cincuenta, ochenta tacos, y con eso sale el gasto... bien
abajo está, bien abajo. Ya. Pero yo les dije, mira prepárense, no quieren, no
quieren. Que se regresen, aquí conocen todo. Es imposible, dice, que yo regrese
ahí. Dice hay personas que sí regresan (se dirige a una persona que pasa).
¿A quien le decía que se prepararan? ¿A ese señor, a esa señora?
Sí, a la señora.
¿Se protegieran?
Sí, que se protegieran. Porque de veras... ‘pa que regresaran.
Testimonios de un pueblo nahua
¿Y les enseñó como protegerse?
No quisieron ¿verdad? no quisieron. ¿Cómo se protege?
Pues que ayunaran, pa’ que regresaran. Porque en los mismos tacos donde
venden hubiera venta. Como ahorita que vendió ciento cincuenta o doscientos
tacos, ya mañana vende más o vende poco, pero de ahí ‘ora puede ir ahorrando,
y con lo demás ya mañana vende más. O vende poco, pero si ahí mismo aunque
sea cien pesos debe de ir ahorrando. Y con lo demás, ahí mañana se gana
otros cien y otros doscientos, entonces ahí por... ya va uno cogiendo la mano
¿verdad? Cuando él abriera ya tiene todo de vuelta, pero no. Hay muchas
cosas que uno no los entiende ¿verdá? Yo les he dicho, cuando voy a desalojar
en algún negocio, les digo van a hacer esto. Vas a comprar un San Martín y
San Martín le vas a dar... llevas uno, una pareja pa’ que lo abracen como un
niño, que la bauticen ellos, en sus manos como compadres, ya van a ser sus
compadres. Ese San Martín es un... de la virgen de Guadalupe, ese pues ya
es pa’ trabajar. Pa’ que... tus negocios y le pones un plato de... la primer venta,
mañana en la primer venta prendes una veladora, pero la veladora nunca la
apagues, una veladora no es mucho, te dura para dos días... veinte, treinta,
329
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
330
cincuenta, según quieren. Pero los primeros, cuando ya tengas trescientos los
agarras bien pa’ meterlos entre... dinero, pa’ hacer tu compra, pa’ reponer. Y
entonces ahí te vas, ya sale este con el mismo dinero ya, con el mismo dinero.
Ese es ya dinero de la limosna, que estás haciendo el ahorro este, este ya está el
trabajo. Y pues que ya agarraste... y que ya te llevaste tus ahorritos. Pero todos
los días, todos los días la primer venta, todos los días la primer venta que hagas,
que vendiste veinte, cincuenta, y lo demás... pa’ dar cambio. Pero la primera es
la, es la buena. Sí... sí.
¿Cómo está eso... de los difuntos que les hablan a los vivos?
Sí, pero la señora no creía ella, creyó hasta cuando ya se alivió, sí. Pero esta
abuelita sí, la abuelita sí, sí. Es que el espíritu les quitan ¿verdad? para que se
enfermen ellos. Como platicamos de la D., con su papá.
Los difuntos ¿agitan el espíritu?
Sí.
Pero, ¿por qué quieren que se enferme uno, si eran gente querida?
Porque los querían, por eso los quieren llevar.
I:¡Ah!
Por ejemplo, usted tiene sus hijos o sus hijas y cree que son sus más
apreciables. Mejor me los voy a llevar, que estén conmigo ¿verdad? Y así pasan
con este. Sí, o que mi mujer, la quería yo mucho, pa’ que no se case con otro,
mejor me la llevo. Porque pa’ que no ande por la calle, mejor me la voy a
llevar.
¿Se lleva su espíritu?
Se lleva su espíritu, y ahí está, ahí está, enferma y enferme, que le duele su
pecho, que le duele la cabeza, que le duele el estómago y que no hubo y ya se la
llevó… muchas veces se mueren, porque no creen.
Y ¿cómo cura cuando el familiar se lleva el espíritu?
Vamos y le rogamos y le hablamos como si estuviera vivo, como estamos
platicando ahorita.
¿Va al panteón?
Si, al panteón.
¿A llevarles ofrenditas?
Sí, y su gallina ¿verdad? entera. La gallina se le deja ahí con todo y... las
tortillas, la... la agüita.
¿Con una vez tienen?
Sí, hablándoles bien, con una vez tienen. Porque eso es importante saber
todo... yo eso no lo sabía ¿verdad? Lo que me enseñó son las tomas, pues.
Tener el don.
Es un, son pláticas ¿verdad? Porque son sentidos que da la hierba, pues.
Testimonios de un pueblo nahua
¿Alguien más de su familia puede?
No, ninguno. Yo, porque me puse de malas ¿verdad? me tomé, apenas
murió la hierba si uno lo toma se vuelve... Yo agarré la hierba... pues agarré una
hierbita así. Lo agarro y que me lo trago, y digo ¡discúlpame! yo no sé cómo te
llamas, has de tener tu nombre pero... me pasa esto, me pasa y...me pasa esto,
me pasa esto. Y ya llegando lo machuqué y lo estrellé en el vaso, nomás puro
jugo, sin nada, sin nada, puro jugo estaba tierno... y lo puse ahí, yo no sabía lo
que...
¿El puro bejuquito?
No.
¿O las semillitas?
No, no tenía semillas, todavía no tenía semillas estaba chiquito. No, no,
otro, pero ese iba con la toma, con la toma se le echa tres gotas y en diez
minutos ya está briago uno, bien briago, nomás se echan seis gotas.
¿Cuál me dijo usted que le gustaba? ¿el San Pedro?
Ajá, ese, el San Pedro.
¿En mexicano como se llama?
Así pues.
¿El guaje colorado es San José?
Ajá. Pero... el último guaje...
Y ese ¿cómo es?
Es... grande también, son guajes, son guajes que se comen también. Nomás
que son delgaditos... verdad, son así, bien colorados como mucha... como que
hay veces que... ya se espantó, se va la oveja, uno no es débil, ya no le hace un
mal y si no se pega, como es chicloso, aunque sea hervido, aunque sea cocido
al agua... lo preparan cocido.
¿El San José?
Si, el... se llama la concepción.
¿Y ese a usted no le gusta?
Pues, yo tengo miedo que me gane, porque... dice que en la mañana lo
van a curar, va a venir un señor... de Guadalajara, y mira hermano, yo no te
puedo ayudar. Yo ya tengo un compromiso mañana, le voy a dar una toma a un
señor de Iguala, van a pasar por mi a las cinco de la mañana, pero vengo a verte
cuando regrese yo luego, sí. Y ya le... le digo, no le tengas miedo a la toma, te
va a sanar con fe, pues. Tenía algo de su parte pero...
¿Era diferente toma, entonces?
Pues yo no sé qué le dieron.
¿Cada quien hace su remedio?
Ajá. Enton’s yo que me voy, pasaron por mí a las cinco de la mañana. Yo
331
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
332
iba llegando allá, ya había preparado las veladoras, el copal, pasaron las velas,
los... le recé. Y ahora le vence, luego luego, a las nueve ya estaba el hombre,
ya, ya había sacado, ya había arrojado todo lo que tenía. Cuando comimos
a las doce, me dice su cuñado... dice: no mano, ya tengo, ya tengo ganas de
comer, de gusguear, dice, ¡buey! cómo le haces ‘orita, y no quieres comer. No,
dice, cállate, es el ajo que tenía yo, no me dejaba comer, pero ya el ajo, ya lo
saqué, tengo muchas ganas de comer algo, ándele, vamos a comer. Comió con
nosotros ayer, y le dice a uno, ‘ora su hermano, yo no puedo comer así nomás.
Dice ¡buey!, ¿qué te pasa? Ahí hay carne, ahí hay pollo. No, dice, yo quisiera
un empujo, dice, una cervecita. ¡Ándale pues! aquí hay cincuenta pesos, traéte
un refresco, tráete un cartón, no sé. Y ahorita... una cerveza (Don Chico habla
con un muchacho). Ya salimos a la calle, así en la puerta...
ya el muchacho ese quería, oiga no tiene más… ya acabó, nos vamos. Ya
nos tomamos de a seis, ya acabó, y ándale, pues. Ya por aquí me pasó alguna
vez.
El tlacopaxtli, ¿no es el San Pedro?
No.
¿Para el coacihuiztli sirve ese?
Sí, pero mezclado con el aguacate, el hueso de aguacate...
Entonces no es el San Pedro. Y yo pensé que ese era el San Pedro.
(Se ríe) No, ese no es San Pedro... ese se llama San José...
¿El tlacopaxtli? San Josesito.
Sí.
¿Pero no es el San José que me dice?
No... y ese es muy doloroso.
Pero yo lo cargaba, bien fuerte, bien fuerte. Entre, entre las flechas, luego,
luego pesa. Sí... y ahora ya no lo cargo. Es bueno para el coacihuiztli, pa’ curar
con éste.
¿Y San Pedro es lo que me enseñó?
Este, sí, se llama San Pedro. Ese está vivo, ese está vivo. Ese es grano, es
un grano y te lo pegan. Le dije... de quienes es el dueño del grano... y cuándo le
dio, sí... Pero con éste, nomás una vez ya en la... ¡bien puesto y luego, luego, pa’
fuera! Y ya sale el animal que tiene, que te está comiendo, porque no se puede
aliviar, porque la medicina no lo mata, no lo mata esa enfermedad… por eso
hay hierbas especiales para las gentes… que no es para la inyección, no es para
el médico. Este, bueno, aunque sea seco, más cuando está fresquecito. ¡Ese lo
debería llevar usted!
¿En Iguala?
En México. Ahí está... a un lado de, antes de Teloluapa, allá hay mucho
en las calles.
Testimonios de un pueblo nahua
Pero no lo conozco, ¿qué voy a andar recogiendo?
Si, no conoce ese, uste’ ahorita debería curar a un enfermo que nomás
tuviera dolor de hueso... y nomás se le echa un... y ya que se envuelva nomás.
Ya pa’ mañana, ya no tiene nada. Y ahí vienen los... Dice ¡uh!, ese doctor es
bueno... re bien ¿verdá?
Sí, pero yo creo que no es juego. No tengo el don, como usted. No es cosa
de juego.
Sí, cierto. A veces es así, sí, así... se emborracha y empieza a hablar,
empieza a hablar uno y no falta que cosa, nuestro enemigo, que el enemigo, o
que el novio, o el músico, o el vidente. Bueno, pero no falta... se emborracha,
se emborracha.
¿Y no se oyen cosas? ¿Nada más veía alguna gente? ¿Se oye que le hable o
que le diga algo?
Mujer: No, no me habló nada.
Sabe. Nomás platícale.
Mujer: Nos platicamos así, adentro.
Ajá, dice que se platican, pues, pero que se están peleando.
333
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
334
Mujer: Están peleándose.
Está regañando ¿Por qué oías eso? ¿Por qué? Sí, Dios mío, ¿por qué me
haces esto? ¿qué cosa te hago? ¿qué te debo? No, ni debes. Bueno... estás
platicando pues, como... estás platicando como con el enemigo...
Mujer: Cuando... escuché a Lidia, ¿verda’?
Ajá.
Mujer: Y, lo sacan, lo que tienen.
Lo sacan lo que tienen.
¿Y cómo pueden saber si sí es cierto?
Se lo sacan, la cosa, la cochinada. A veces sacan alacrán, a veces sacan
sapo, a veces sacan lagartijas, se va, y no falta...
¿Lo vomitan?
Mujer: Ajá, sí lo vomitan.
Eso de la cihuateyuga ¿es por herencia de familia?
Ahora mira, yo no te voy a decir eso, no sé de eso, no sé, porque nunca, yo
no hago eso. No, no soy brujo de eso.
No, pero del que dicen que…
No, bueno, eso se da aquí... Pero como le digo, yo le hablé a lo muy macho,
le digo, yo hablé mucho con él. Igual, ¿verdad? Ahora le decía yo... que eres
brujo cabrón. Deveras, ¿De veras? ¿Eres igual que yugo? No... no sé nada. ¡Ya!
chingados, ahí delante de mí, que te revuelques y que te regreses de vieja,
ahora, por Dios, te pago, no tengo dinero, pero te pago, pero que delante de
mi te vayas... nomás ya nunca... y como nunca lo encontré yo, no lo creo. Eso
también está en la mala suerte cuando le toca a uno lo encuentra. Pero yo…
Y, cuando lo encuentra, ¿es siempre en la noche?
En la noche, en la noche. No, ese ya no. Tiene vergüenza... tiene vergüenza,
cómo no. Nomás platica... lo fue a espantar, una vez o dos veces, a lo de tres
veces, lo fue a espantar, pero ya no salió.
¿Qué lo amarró?
Lo amarró, sí, lo amarró.
Mujer: Lo asustó.
¿Verdad?... ahí lo dejó parado (risas) ¿verdá? Ya había amanecido, ya se fue
a pedir favores. Por favor maestro, desátame, yo estoy amarrado, cabrón. Por
favor maestro, por favor, cuando me... me robó.Y lo desató. Después... jamás
vuelvas a... porque si no te mato aquí, aquí te... muerto. No maestro, por favor,
ya nunca hago eso.
Mujer: Está loco...
¿Por qué hacía eso?
No sé, no, no. No sé.
Testimonios de un pueblo nahua
Mujer: No, no, inventaba de que…
Ya se tomaba lo que tenía.
Mujer: Es brujo, no.
Eso, eso oímos, no sabemos la verdad. Y tampoco no son chismes… Mi
papá, como no fue de aquí de Xalitla, fue de San Juan, él era muy rico. Nuestro
abuelo tenía mucha banana, si, no tenía cien en la mano, doscientos en la mano,
tenía mas de veinte millones, ganados... Entonces mi abuelo llegó un día, que
espantaba una mujer. De día, o de noche. Que iba por agua, que seguro le
iba a quebrar su cántaro, ya su cántaro... su cántaro de patio, de San Agustín
Oapa. Y entonces lo cargaba horas, y ya lo cargó, ya de regreso, cuando ya
lleva el agua, entonces la ataja y le mete el miedo, lo tumba su cantarito. Y a
todos, a todos les hacía eso. Hasta que por fín, tanto y tanto que sí se va enojar.
Hubo un señor que se fastidió. El señor la agarró y el señor... tanto, ya no, me
chingaste, ya me chingaste toda la gente y hasta aquí nomás. Vamos p’acá. Ya
la engañó, le llevó en un... como si cargando. Llegó ahí, sí, abajo, abajo de un
arbolito, ahí lo dejó, la amarró.
¿Cómo la amarró?
Con la magia, ya no pudo caminar. Ajá, dice: ahora aquí me esperas. Pase
la gente y ya no se pudo quitar.
Y ¿era hombre?
Era hombre. Era hombre. Llegaron las gentes, como que le botaban la
culebra... empezaron a orar, pero pues, si acaso, pero lo echaron a perder, pues
lo dejaron como un muerto. Y ya si no vas a dejar la maña te mueres cabrón…
ahí dejó la maña. Tenía ropa de petate, y chichotas de... todo el mal, pues. Y
era mujer... La amarró con la magia, ya no pudo caminar, no. Ya cuando ya
amaneció,le pidió de favores, que lo desataran…
Hombre: ¿Y cómo sabía que era él?
Mujer: Cuando ya lo amarró.
Ya lo amarró, lo convirtió.
Dicen que hay que rezar al revés para amarrarlo.
Sí, sí dicen pues, claro... Enton’s, le platicaba, mi mamá se había ido de
nuera y todos los que acarreaban agua, con el cántaro que tengo aquí... a todos
los asustaba ¡de día! no de noche. Se regresaban los cántaros, se los quebraba,
los asustaba, hasta que llegó el día que, fue una sola... le sacó del tal pozo,
también la atacó. Te voy a tirar. Y no lo creyó, dice vamos a ver... también lo
atacó... Ahí donde trabajo yo, trabaja un padre, ahí lo paró, ya lo dejó, ahí lo
dejó. No falta la gente que lo vaya a ver, los asustaba, y luego ¡bah!
Pero ¿sí supieron quién era?
Sí, lo conocieron, bueno... le desvistieron, lo dejaron encuerado... grosero.
335
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
336
¿Por envidia?
Mujer: Por envidia.
Sí, por envidia. Y le estaba yo diciendo...
Mujer: Sí, le “dieron” a la iglesia.
Cuando nos casamos, tendrá unos ocho años. Cuando nos casamos. Ya ahí
le compré su collar. Bonito, sus aretes. Luego... como ya fui grande le compré
su reloj. Entonces lo vieron, entonces me eché... y... este reloj.
Mujer: Ya le dije a la otra señora, eran dos. Le dije déjalo pues, le jales, pero
ya tiene sus hijos grandes, pues trabaja.
Y ay... no dijo nada.
Mujer: No dijo nada. Ya así nomás.
¿Cómo le había mandado el mal esa señora?
Solamente Dios sabe.
Mujer: ¿Quién sabe? Ahí nomás me dió... siempre la encontraba, ahí en el
puente… iba yo al molino…
Ellos saben cómo.
¿En el aire?
Es mal, mal.
¿Y usted no se compuso?
Mujer: Yo no me compuse.
¿Ni un poquito?
Mujer: ¡Nada!
No, nada, nada... tenía harto.
¿Qué tenía?
Mujer: Fue, dice, que lo que me estaba picando, era un pedazo de mi chilpa
que se estaba pudriendo. Ajá, dice el doctor.
No fue así...
Mujer: Luego dicen tiene aire, traiganle tamalitos y se compone pues. El
coacihuiztli otros dicen que los toman y se componen. Pero nunca me han dicho
si soban o si...
¿El coacihuiztli se cura con la sobada?
Sí.
¿Con la toma no?
Mujer: ¡También!
16.VII.96
Tlaixhuil “es el daño que les hacen a los niños recién nacidos. Les da dolor
de cabeza, los puede matar. Hay que lamerles los ojos con sal y chile”.
Ixteincualolistl “mal de ojo que les da a chicos y a grandes. A mi me pasó
eso, son aires que pegan, duele hartísimo, se cura con picante o con lechita de
gente”.
Onomujt“se espanta”
Alferesí “ataques”.
Cuayacmestl“cuando sale la luna les pega el ataque”.
Yolcocolistl “enfermedad por espanto, hay calentura, dolor de espalda, de
pecho y de corazón. Es porrazo, pega en dos partes. El tratamiento es sobar
tres veces con alcohol y palo de brasil, rezar y hacer una limpia con un ramo
especial y un huevo. Si es maldad salen velas prendidas”.
“Las limpias se les pueden hacer a las gentes que se espantaron o que les
hicieron maldad, o a los negocios”.
337
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
338
Cochinadas
“Para eso se utiliza la tierra del panteón o la tierra maldita (del lugar donde
mataron a alguien). En las cartas se ve, el dos de espadas es igual a sepultura.
Otra manera es con siete sales, de siete matrimonios o de siete cantinas. Se
hacen ayunos, hay que rezarle a la sal, decirle a la sal: te voy a dejar en casa de
fulano, para que se quede sin nada”.
“Los difuntos quitan el espíritu para que se enferme uno. Como el difunto
te quería, por eso te quiere llevar. La gente se enferma de dolor de cabeza, dolor
de pecho. Para curar eso hay que ir al panteón a llevar una ofrenda y a pedirle
al difunto que los deje”.
Sobre el couacihuiztli
“Hay dos tipos de couasihuiztle, uno es por fuera, puede producir granos, y
si a la persona se le da toma, va a ver chinos (plaga de las palomas y otras aves
de corral) en su piel, entonces hay que acercarle un bracero para que eche, allí
en las brasas, los chinos, sacudiéndolos con la escobita que se usa para sacudir
el comal”.
“El yeyecal couacihuiztle es otro, ese se echa en el aire y ése es adentro”.
Los sueños
“La gente que sueña mucho es porque de día piensa mucho, está preocupada.
Los sueños de los viernes y de los martes a media noche son verdades que
llegan a surtir efecto”.
“Una vez soñé que la Virgen me ofrecía dinero y luego me encontré unos
ídolos”.
“Cuando hay “sueños locos” es porque la gente no come. Si se sueña una
vela rajada significa una desgracia para nosotros”.
“Si se sueña, en viernes o en martes, que se le caen los dientes de adelante
significa una desgracia para la familia”.
“Si se sueña que el río se llevó la ropa, significa muerte segura, uno de la
familia va a morir”.
“Si sueñas culebras que te muerden o que se te enredan en el pie significa
que te van a dar coacihuiztli y te vas a quedar “güilo”, inválido”.
“Soñar que uno está a punto de caerse de una barranca significa que te vas
a enfermar”.
“Una vez soñé que estaba peleándome con unos y que luego otros
me ayudaban pero al final me quedaba sólo peleando. Al día siguiente me
operaron”.
“Los sueños son cabales, hay sueños locos como correr, andar con mujeres
o andar jugando”.
Las plantas
San Pedro: “en un grano le dice qué, quién, cuándo”.
San José: “guaje brujo, bien colorados”.
Cecectzin, concepcion“vuelve loco, si no lo devuelven (vómito), se vuelven
locos”.
Tlacopactli (San Joselito): Con hueso de aguacate se usa para sobar el
coacihuiztli.
Video
Es un niño enfermo de aproximadamente siete años. Su abuela paterna,
“una mujer blanca” según vio en la llama de la vela, le hizo una maldad. ¿Por
qué? No lo saben, pero el niño ha tenido pesadillas, anorexia, dolor de cabeza,
está desesperado y se expresa así: “mejor me muriera”.
Los padres fueron quienes lo llevaron a curar. Don Chico primero lo
“riega” y les dice que está mal a causa de la abuela paterna.
Llevaron una vela de sebo que Don Chico les había encargado. La corta en
cuatro partes y luego saca las “siete sales” y chile “preparado”. Hace una mezcla
y luego, mientras reza, embarra las velas. Luego soba al niño con un líquido
compuesto de palo de brasil, tres gotas de alcohol y tres pimientas.
25.VII.96
Una lucha contra los Naguales
“Una vez que fuí a curar a un señor a… En el camino de regreso a Iguala,
unos señores ofrecieron llevarme en una camioneta, pero percibí que no tenían
buenas intenciones y me negué a irme con ellos. Preferí seguir a pie”.
“Entre la maleza que bordea el camino noté que algo se ocultaba. Era un
leonzote que me obstruyó el paso, enton’s le hablé, le pedí que me dejara seguir
mi camino, que yo no andaba haciendo nada malo. El león me dejó pasar,
339
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
340
se quedó quieto, pero después apareció otro león de entre las ramas, que me
empujó, me caí, me dí cuenta que se trataba de una emboscada, me quité mis
huaraches y mi sombrero y decidí enfrentarme a ellos. Reconocí quienes eran y
los llamé por su nombre: ‘tú eres Marcelino... y tú eres tal’, les dije”.
“El león sólo sacudía la cabeza sin decidirse a atacarme. Me dí cuenta
que también había un lobo, también lo reconocí; había también varios perros
más. No importa saber quienes eran, en total eran veintiocho animales que me
acosaban”.
“Después de enfrentarlos, de hacer algunas maniobras, logré escaparme y
llegué hasta la casa de una señora que me conocía. Esos animales que me atacaron
eran enemigos del señor que yo había curado y estaban molestos conmigo por
haberlo aliviado. En la casa de esa señora me permitieron descansar en una
hamaca, comenzó a dolerme el estómago y la cabeza, pensé que sería bueno
que me diera diarrea, pues sólo así no se me pegaría la enfermedad que traían
esos animales. Estaba descansando en la hamaca y se presentó, cerca de la casa,
un lobo aullando, lo espanté y se alejó. Entonces me fuí a recostar en una de
las habitaciones de la casa. Después me sentí muy mal y le pedí a la señora de
la casa que llamara a un señor del pueblo, que tenía camioneta, para que me
llevara a mi casa en Xalitla”.
“En el camino a Xalitla pedí bajarme unos momentos p’os me dió pa’bajo
(diarrea), pero ya no me pude subir porque me desmayé. Después me llevaron
a mi casa, y al llegar me escondí en un cuarto de la casa de mi hijo por casi dos
semanas. Me sentía muy enfermo. Luego vi, azorado, que llegaron a la casa
dos gatos agarrados de la mano y parados como la gente, uno negro y el otro
blanco. Agarré mi huarache, le escupí en la suela y se lo lancé a los gatos. Sólo
le pegué al gato negro, lo maté. El gato blanco se quiso escapar, pero mi perro
lo atrapó y lo mató”.
“Después de sentir que no me mejoraba, decidí esconderme unos minutos.
Me metí en la pileta de agua pa’que no me vieran lo que traian la enfermedad.
Gracias a eso, me curé”.
25.VIII.96
Este día sobó a dos niños que le llevaron a su casa por segunda vez. El
viernes anterior se los llevaron a las once de la noche, “tenían fuerte la calentura”
y no comían. Para sobarlos utilizó untura de manzana, les sobó la espalda, los
brazos y el pecho. Aclaró que utilizaba esta pomada en vez de saliva, que “es
mas buena para matar la enfermedad”, pues a algunas personas les da asco y
prefieren que utilice la pomada, aunque hay quien prefiere que sea con saliva.
El caso de Romualdo
08.IX.96
El domingo por la tarde llevaron a casa de Don Chico un muchacho de 19
años, procedente de El Amate. Se encontraba inmóvil, sin poder hablar y con
mucha fiebre. Los padres decidieron atenderlo primero con Don Chico, pues
él había curado con la “toma” a algunos de sus familiares.
La madre del muchacho dice que éste cayó enfermo de pronto, que como
a las cuatro de la mañana se quejó de un fuerte dolor de cabeza, que tuvo
“revelaciones” durante aproximadamente una hora y después no pudo levantarse
más.
A las siete de la mañana salieron de su pueblo, llevando en camilla al
muchacho, y llegaron a Xalitla a las seis de la tarde. Don Chico “rifó” al
muchacho y le hizo una “limpia”. Dice que en la “rifa” se dió cuenta de que
341
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
342
el muchacho tenía “maldad” y necesitaba una “toma”, pero que el muchacho
estaba muy débil para dársela.
El lunes por la mañana decidieron trasladarlo a Iguala. Fue atendido en el
Hospital General. El padre del joven dice que los doctores de Iguala no supieron
decirle qué enfermedad tenía su hijo, que sólo le pusieron suero, vitaminas, y le
tomaron radiografías, que les recomendaban llevarlo a México de emergencia,
pero por falta de recursos económicos no lo hicieron, y decidieron regresar a
casa de don Chico.
El martes a las doce del día llegaron a Xalitla. Traían al joven en un taxi.
Los padres estuvieron forzando al muchacho a que abriera los ojos, a que
moviera las manos y a que comiera plátanos y pan. Después lo bañaron y,
sosteniéndolo, lo hicieron pararse y caminar unos pasos. Trataban de hacerlo
reaccionar sacudiéndolo y gritándole; revisaron su boca y se dieron cuenta que
tenía “granos”. Le aplicaron en la lengua, por consejo de la nuera de Don Chico,
polvo de sulfatiazol que consiguieron en la farmacia del pueblo. Le aplicaron
también untura de manzana en el cuello y en la frente.
Después Don Chico le hizo una “limpia”. Utilizó un ramito de flores
rojas y un huevo. Colocó un vaso con agua y unos trocitos de copal frente al
muchacho. La limpia la hizo en cuatro direcciones: primero al frente, la cara el
pecho y las piernas; luego atrás, la nuca y la espalda; y finalmente a los lados,
los brazos y las piernas del muchacho. Restregaba el cuerpo del muchacho
con un huevo envuelto en las flores rojas. Al mismo tiempo, en cada uno de
los cuatro puntos que demarcó, rezaba un misterio del rosario, completando
esto con rezos en mexicano. Al final de cada misterio nombraba algunos aires,
distintos en cada punto.
Después, tomando agua del vaso que colocó frente al muchacho, lo sopló
en los cuatro puntos señalados, esperó unos minutos y luego virtió el huevo en
otro vaso con agua. Lo colocó en el piso, observó e interpretó las formas que
tomó la clara del huevo y las burbujas que salieron. Dijo haber visto allí los
granos que tenía el muchacho, y unas velas que alguien estaba prendiendo para
que se muriera.
Don Chico decía que no era conveniente darle la toma en estos momentos,
pues existía la posibilidad de que los médicos de Iguala le hubieran administrado
algún medicamento, por lo que prefería esperar a que con las “limpias” y una
“regada” el muchacho se recuperara. Después le daría la toma.
El miércoles por la tarde, el paciente fue atendido por la doctora L.S. Les
sugirió que lo transladaran al hospital de Chilpancingo. En ese hospital les
dijeron que era necesario hospitalizar al joven por lo menos diez días.
Testimonios de un pueblo nahua
Dicen los padres del enfermo que no recibieron una respuesta de los doctores
respecto al tipo de enfermedad de que se trataba, por lo que decidieron regresar
con su hijo a casa de don Chico, a pesar de lo difícil que resultó sacar a su hijo
del hospital.
El viernes en la madrugada llegaron a Xalitla. El joven tenía fiebre muy
alta y no mostraba mejoría alguna. Don Chico estuvo haciéndole “limpias” y
“sobadas”. El domingo le “levantó la sombra”. Don Chico insistía en que el
joven no tenía “enfermedad buena”, que tenía “maldad”. El lunes por la mañana
decidieron llevarlo de regreso a su pueblo.
Don Chico explicó que en las velas de sebo se puede ver cuando a una
persona la han hecho un daño.
14.X.96
A la casa de don Chico llegó un señor a quién él ya esperaba. Le iba a dar
un remedio que le había encargado antes. El remedio era “buen hombre”. Lo
tenía bien “martajado”, remojándose en una cubeta desde el día anterior. El
visitante sólo se llevó el líquido, dos litros aproximadamente.
Don Chico le recomendó que se lo tomara al siguiente día, en ayunas; que
no se asustara si le daba mucho vómito y diarrea; que se bañara después de
algunas horas de tomarlo y que no comiera carne de res o de cerdo porque le
podía dar disentería.
Además de esta “toma”, le dio, en una bolsita de plástico, un puñado de
tierra que sacó de uno de sus morralitos en los que guarda sus remedios. Le
indicó que debía rociar la tierra “en cruz” en la puerta de su casa, y que en su
negocio hiciera lo mismo, pero después de haber bien lavado el piso con cloro,
y que también rociara otro poco de este líquido, en su carro, en las llantas,
adelante y atrás.
En una botella le dió un poco de un líquido rojo que utiliza para sobar
couasihuiztli. Le indicó que para usar éste lo untara en su pie y su rodilla, pero
no con la mano, sino con un trapito. Este remedio era para que se le quitara lo
entumido de su pierna.
Don Chico le insistió varias veces que después de tomarse esa “toma” debía
regresar a verlo para enterarse del resultado. Por todo esto el señor pagó 300
pesos.
343
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
344
El remedio contra el alcoholismo
20.X.96
Don Chico cuenta sobre el caso de un joven que sufría de pesadillas, de
“visiones” a la hora de dormir, de insomnio, que “no podía dejar la bebida”. Para
curarlo utilizó un remedio que preparó con copalcocote, un poco de alcohol y
refresco. Después de tomar esto el enfermo sanó. El origen de esta enfermedad
lo encontró en la “rifa”: “a esta persona le dieron de tomar en la cantina las
sobras de las bebidas de otras gentes”.
A doña R. le hizo “un trabajo” en el panteón. A esta señora le habían hecho
la “maldad” de enterrar en el panteón algún trapo de ella para enfermarla.
Don Chico lo supo gracias a la “rifa” con granos de maíz : “queda el copalito
abajo del maíz, esto es cuando hay algo de la persona enferma enterrado en el
panteón”. Para ir a desenterrar ese trapo y poder quemarlo necesitó la ayuda de
siete ayunos, “siete personas que ayunen durante el día, no es preciso que estén
con el enfermo, sólo que ayunen”.
“Ya no quiero hacer este tipo de trabajos, al hacerlo corro el riesgo de
enfermarme también, de que las almas me agarren mi sombra, además,
cuando voy al panteón se oye cómo se quejan los difuntos en varias partes del
panteón”.
“Un señor de Ahuehuepan fue una vez al panteón a pedir por tres terneras
que se le perdieron, entonces se encontró con un remolino muy grande, de esos
que agarran la sombra”.
“Los muertos en paz no pueden estar, porque los alborotan, ¿no sabe? El
ayuno es muy fuerte, luego les hablan y tienen que hacer lo que les piden. Es
fuerte el ayuno, y más, sucio que esté uno, que no se bañe. El ayuno es más
fuerte cuando uno no se baña, o no se cambia, les llega el coraje a las otras
personas”.
“Si el ayunador tuvo relaciones (sexuales) o no se bañó, el enfermo se vuelve
loco, tienen que ir limpios”.
“Por echarle humo a las hormigas, del hormiguero sale un mal aire que
quita la sombra, es un remolino, yeyecatl couasihuiztli, es enfermedad del suelo.
Hay personas que son remolinos, que son cabrones, esos cuando nacen lo traen.
El ‘don’ sirve para espantar a tu enemigo”.
“Una persona de La Venta de Palula agarró couasihuiztle en el campo.
Era el mes de abril, se le enterró una astilla en un dedo, acudió al doctor a
atenderse, pero sus medicinas no le hicieron provecho. Estaba toda la mano y
el brazo entumidos, tiesos”.
“Cuando sobo couasihuiztli me arriesgo a que se me suba al brazo y me
duele mucho, se me sube a la paleta. Después de que se me sube, con puras
sobadas me lo tengo que quitar”.
“A otra señora de Acapulco, con couasihuiztle, le salió un grano en el empeine,
entonces se atendió con dos médicos antes de venir conmigo. Los médicos
quisieron cortarle el pie. Esa señora no creía que se trataba de couasihuiztle,
hasta que se le complicó. La enfermedad se le subió hasta la rodilla, me estaba
llorando, ese es ‘ajeno’, se lo dieron, le digo. La traté con tlacopactli en polvo,
untado. A los pocos días se le quitaron los granos. La causa de esto la encontré
en la rifa, con baraja, ahí vi que una vecina de la señora fue quien le echó el
couasihuiztle, a causa de que la enferma le cobraba un dinero que le debía.
Cuando le puse el remedio ella vio a la señora que se lo echó y fue entonces
cuando creyó que sí se trataba de couasihuiztle”.
El caso de «la briaga» de Ahuelican.
La cita con don Chico fue a las siete de la mañana. Nos fuimos a las siete
cuarenta, en la camioneta que lleva a los maestros a Ahuelican.
345
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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La curación fue para una señora que ya llevaba cinco años sumida en el
alcoholismo. La causa, según don Chico, fue el haber bebido dos cervezas que
alguna persona le fue a dejar a su casa. En su patio encontró las botellas que
“llevaban la enfermedad”. La señora recordó esto gracias a que don Chico lo
vió en la “rifa”.
A propósito de los problemas del alcohol, Don Chico dice que “la tierra de
cantina es mala, pues ocasiona pleito en las casas”.
Ahuelican, Gro.
21.X.96
Entrevista realizada a A. J. mientras don Chico le estaba dando un masaje
en todo el cuerpo.
¿Y de qué es de lo que se enfermó?
Pues yo ni sé, me empezó a sentir la vida imposible, a agobiarme, o sea
no me hallaba, me clavaba, me sentía muy desesperado, y entonces como, me
conozco como soy, este, me había ido a Tijuana, allí con mi amigo queríamos
trabajar, entonces tenían también este, están muy preparados esos que adivinan
y echan la baraja, y fui y me dijeron que, no pues, te están trabajando (haciendo
brujería), pero mientras este señor ya le había dicho a mi papá, a mi mamá, que
sí me estaban haciendo, o sea ya le habían contratado, y además como regresé
otra vez hace dos años, entonces fue cuando sentí lo peor, ya no aguantaba, me
sentí peor que antes.
¿Qué era lo que le pasaba?
Pues soñaba muchas cosas feas, que no le digo pues, hasta me sentía
fastidiado con mis hermanos, fíjese nomás estaba queriendo hacer loqueras
¿verdad? o sea pensaba en cosas, hacer maldades, me daba coraje con mi
familia pues. Es lo que también me había dicho este señor cuando lo fui a ver
(el señor le dijo) “si quieres te curamos, pero vas a tardar harto” y este, yo les
dije a mis hermanos, les digo: no, ¿saben qué? la mera verdad a veces me siento
muy fastidiado. Como ahí estamos cuatro hermanos, allá en la casa… dice no,
no andes creyendo eso, eso es pura mentira. Le digo no, a lo mejor es cierto le
digo, dejé pasar el tiempo ¿verdad? hasta que llegó el día…
¿Usted es originario de aquí de Ahuelican?
Sí de aquí, nomás que también estaba estudiando en México. Y ya, o sea
ya le dije a mi papá pues voy a ir a dar la vuelta allá, a trabajar, y me salí
de la escuela, en el bachilleres estaba estudiando, hace como seis años más o
menos.
¿Y cuándo fue que empezó con pesadillas y eso que me cuenta?
Eso, eso desde que estaba en la escuela, pero muy de vez en cuando, ya
más se empeoró, más allá, o sea tampoco tomaba nada, nada de cerveza, hasta
aquí cuando regresaba aquí en el pueblo, alla en México… ahí en Estados
Unidos pues ahí no se que pasó, buenas ilusiones, algo para progresar y... La
preocupación de la familia, y mis papás. A lo mejor la gente me tuvo envidia.
Fue cuando reaccioné. De veras, luego como al año, más menos al año, me
compré un carro, al mes me caí y como dos meses me quedó el pie... Los
doctores, fui al doctor pero no, no pudieron curarme, nomás intentaban, tengo
una prima me ayudó pues a curarme. Le pedí, le pedí a Dios a… o sea, también
le mandé decir a mi mamá que rezara... de magia. Pero estaba ahí o sea, ahí fui
a comprobar el... ese, ese baraja. Todo te lleva...
¿Aquí le echaron la baraja o allá?
Aquí, nomás. Hay, la persona que le está haciendo, que me cuide, porque
me tiene coraje a mí, tanto como hay muchos... son de aquí de este pueblo,
hay muchos paisanos, ahora amigas también... este homosexuales ya casados,
allá. Pero no salía con ellas. Solamente cuando tenía fiesta... y el iba... hasta la
fiesta, con los demás. Ahí... ya lo pasado, pasado. Ya no... ya no me desesperaba
tanto. Y es algo le digo, y es algo inexplicable, porque ya la desesperación no se
siente nada a gusto, o sea que la mente ya no te trabaja… la noche ni en el día
no puedes estar tranquilo, no puedes dormir por las noches. Nomás un ratito.
Pero no, no le beneficia en nada, porque de a ratitos, luego despierto. Luego
media hora, luego otra vez me despierto, media hora y otra vez despierto y
media hora asi.
¿Y qué fue lo que le hicieron o lo que le trabajaron, para que le pasara
esto?
Pues, yo no sé. O sea, yo quisiera saber, o sea también esa persona,... me
dijo que me cuide porque él me está trabajando algo de la hechicería, de la
brujería, no sé.
Entonces en varias partes le dijeron que era eso, brujería.
Sí, eso es, y por eso justamente... porque lo sentí en mi persona, en lo
espiritual, en la cara. El cuerpo ya lo sentía, ya rendido... las manos me... en
los pies a veces como que se me dificultaba caminar. Me sentía pues yo, muy
acabado, así, debilitado. No, no rendía de veras... o sea que nomás me llegaba
esa sensación, así que me preocupaba. Ahí me arruinaron más por envidia.
Pues, era una cochinada...
¿Y tenía pesadillas?
¡Uh! tenía... que me querían matar, este que me quieren morder, me
persiguen o me querían aventar al lago, me está llevando el río, y pues, o sea...
347
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
348
me decían otras personas pues ¿qué está pasando? ¿cómo te caíste? Este mejor
ve a la iglesia... sí... veo el altar... y yo me fui de allá... fue unas cuantas... y me
fui.
Don Chico Flores
Xalitla, 25.X.96
¿Cómo se da cuenta cuando es eso de que les agarran su brujito a los niños
o a las gentes?
Pues les duele de aquí y del corazón.
¿Cuando lo va a buscar, cómo sabe que es él?
Me llevo el nombre…
¿Y eso es muy trabajoso?
Sí pues, a veces está lejos, a veces lo están cuidando.
¿Y cuando lo va a buscar ya sabe en dónde está o…?
A veces no, y a veces sí, pues, me dicen a donde está, y a veces no, yo lo
encuentro. Fíjate, si no les dejan que hablen lo obligan que no diga a donde
fue.
¿Es cierto que a esos niños los pueden curar cuando están chiquitos para
que no puedan…?
Pero cómo, y ¿cómo los curo?
¿No se puede?
Solo que los maten, que los maten en el campo, pero se mueren ellos
también.
¿En Xalitla hay mucha gente que tiene?
No pues, tienen muchos en Ahuehuepan, San Miguel... hombres como
usted, a veces los dejo que digan.
¿Pero ellos cómo saben que tienen, o cómo sienten?
No, pues nacen en viernes, ese es un don que traen cuando nacen, eso es
para siempre, no se los pegan.
¿Y no se los pueden quitar tampoco?
No, ninguno, después cuando los matan allá, aquí también se mueren, allá
tienen otra mamá, en el campo donde nace en animal, cuando aquí también
tiene otra mamá. Aquí en Tepecua también tienen muchos animales ¡bah! Son
los que nacen los martes, los viernes.
¿Todos, todos los que nacen martes y viernes?
Todos los que nacen viernes y martes, esos traen, aunque sea chiquito,
aunque sea chiquito, hay de muchas formas, como todo lo que ve en el museo
aquí hay, animales grandes y chicos, hay veces que les traen alacrán, les pica y
se mueren y no lo hallaron el alacrán, bah, es trabajoso. Si no los cuida uno se
mueren, luego luego, los agarran y al ratito ya.
¿Y cómo los cuida?
Bien, cuando los cuidan pues, pues casi como chivero, como vaquero, sólo
así se salvan.
¿De eso se mueren las gentes por acá también?
Sí, de eso se mueren, hay gentes pues que no creen.
¿Y cuando están en forma de animalito, los puede reconocer quiénes son?
Sí, el animal queda allá y la persona queda aquí como gente... va y lo siente
y ya no amanece, esos.
¿Cómo?
Cayéndose de la cama ya luego gritan, o que pegó dos o tres gritos y ya,
se murió.
Hay las jirafas grandes. Esos están largos, pescuezos pintos, hay personas
de elefantes, osos. Están marcados. Luego luego se ve, se siente... y a veces
aquí, en su vientre, ahí está, ese no quiere medecina, ese pura mano, eso no
349
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
350
quiere toma, nada, mejor que lo halle uno donde está, se le reza mucho para
hallar, nomás que lleva uno el nombre, tiene harto, harto trabajo ahí.
¿Y de esos trabajos no ha hecho últimamente?
Sí los he hecho, sí los he hecho, pero ese trabajo vale, setecientos, seiscientos
y luego luego. Para buscarlo son trescientos, pa´buscarlo nomás, pa’cuidarlo son
doscientos, setecientos, cada mes.
Ah, cada mes.
Cada mes, o trescientos, cuatrocientos, pero cada mes. Si puede bueno, y
si no se le busca la forma.
¿Pero no cualquiera los puede cuidar?
No, claro, no cualquiera, no.
¿Y lo que le pasa allá al animalito, le pasa a la gente?
Sí, lo que le pasa allá aquí también, si allá está grave está grave aquí
también, se alivia aquí y allá también, nomás que allí es trabajoso; rara es la
vez que sale en l’agua, pero en la baraja, no en el agua.
¿En el agua no sale?
No, no sale, en el agua no sale, sale en la baraja, es pues rara la vez. Y
ya pudiste, aquí estuvo un chamaco, se estaba viendo bien, quien lo había
agarrado, que quien lo tenía, a donde lo tenía, y aquellos se enojaron, decían
que no.
¿Cómo, vino un chamaco… o cómo?
Allá en su casa, estaba enfermo y gritaba, le pregunté ¿qué tienes? No pues
“que me agarró fulano, y me andan arrastrando, me pegan” ya después una vez
lo fueron a alquilar a una señora, lo fueron a alquilar, lo fueron a traer, dice
“déjalo libre mi hijito, ya está grande y él está diciendo que tú eres, no, dice “yo
no” dice el niño “sí, tú eres, me tienes en tal parte”.
Lo aventaron en un pozo. Una vez allí mira, donde está el puente, aquí
abajo donde empieza la subida, que está un tanque de petróleo, ahí aventaron
una zorra y ahí se murió, ahí lo fuimos a sacar ahí estaba, adentro del petróleo,
le pegaron sus ojos, su boca.
¿Y quién era?
De afuera, de San Juan. Se murió. Nomás se dice que empezó a gritar de
noche y ya no amaneció, pues cómo iba a salir, en un tanque luego con, este,
espeso el petróleo, ahí nomás en la carretera, ahí nomás cerquita, pero como él
era de afuera pues por ahí lo trajeron, nomás lo aventaron y ya.
¿Siempre que les agarran su animalito gritan?
Gritan pues, o sea lo están matando, les pegan los golpean o les echan
tierra en la boca o en los ojos, o les dan de tomar algo, así de males, pa’ que
queden locos, los sueltan pero ya andan menos.
Testimonios de un pueblo nahua
¿Para que queden locos?
Ajá, locos.
¿Y qué les dan de tomar?
Cáscaras de árbol de azúchil.
¿Pero se lo dan al animalito o a la persona?
Al animalito, pero aquí también le llega, como es su, es su mismo cuerpo.
¿Y luego cuando se ponen loquitos que hacen?
Se quedan locos para siempre, el animal allá también anda loco, ‘ora más
si va a ser tigre o va a ser elefante, jirafa, de chiquitos los persiguen, los andan
persiguiendo, para que no crezca, para que no valga nada, porque si ya está
uno grande cuidado de que se, no tienen miedo él, para matarlo, no, peor,
como ahora un venadito, pues ahorita lo agarran, un coyote ahorita lo agarran
pues nomás lo van a, nomás lo pisan. Más los que nacen a media noche, de lo
bueno.
¿Y qué otra cosa pueden tener, aparte de animalito qué otra cosa pueden
tener, que otro don?
Pueden tener un, para dar porquería en el aire, para dar gusanos, avispas,
alacranes, caracoles.
¿Y una persona puede dar de varios o nada más de uno?
Y sí, de varios pueden, yo a una señora le saqué ocho caracoles, cuatro
chiquitos y cuatro grandes.
¿Con una toma?
Sí, los sacó aquí en el suelo pues, los contamos y nos fuimos, y le decía la
toma que no se iba a aliviar y que no se iba a aliviar, pero después recuperó
también, y dijo “para que lloren en mi casa, mejor que lloren en casa ajena”,
entonces le dio un soplido, de ahí de Sasamulco hasta Xilocintla, le dio tres
soplidos y ya aunque ya estaba lavando los trastes que ya habían acabado de
almorzar, afuera y que se muere, la mujer buena y sana, hasta estaba chiflando,
se agachó, se murió. Le dijo “tú te aventaste a fulana, a sutana, a fulana, a
fulana, conmigo iba yo a ser seis”, bah, y con eso se murió y eso es todo, porque
ya se murió ya acabó el daño. Y ella quedó con la fuerza que le dio la toma, ella
puede dar cochinada también, esa señora.
¿Entonces son diferentes los que pueden echar cochinada de los que tienen
su animalito?
No, los que tienen, los que no tienen animalito, esos no pueden, esos son
otros.
¿Y los que echan couasihuiztli?
Pues esos son, esos son. Por ejemplo tú, si te lo ponen en el puente, ahí
lo levantas, y no te alivia el doctor, te alivia el que lo sabe sacar, el que lo sabe
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
352
sacar sí te alivia y si no, con el doctor se inflama más, más agarra fuerza, más
se enraíza y te duele. Al primer momento te los espanta, pero cuando rompe la
tela ahí viene el dolor más grande.
¿Entonces el que lo puede echar también lo puede quitar?
Ah sí, claro, sí lo puede quitar, ese sí lo puede quitar. Por ejemplo, a ti te
dio algo, o el que puede verdad, dile “a ver cúrame” ahorita sí, porque es dueño
y nomás, pienso que él nomás le hace aquí, así, y ya, y sí, en la mano también,
bah.
¿Y ya se quita?
Nomás le hace así, así nomás le aprieta y ya, ya estás bueno, ya luego se
siente uno bien, ya se le quitó, se lo llevó el que te curó, bah.
¿Pero a él no le duele, no le va a doler?
No, cómo le va a doler si él sabe como…
04.XI.96
Si quiere ver también aunque lo vean que esté fácil, tu le jodes, una y ya, le
cobras igual como si estuviera mala, como si estuviera de gravedad ¿eh? como
hace el doctor.
La asusta más.
¿Y cómo le distingue que es coasihuiztli?
Le duele el talón. Entonces cuando le remueve, se voltea, se alborota, le
duele todo su pie. Hay veces que le llega hasta por aquí, le duele, cuando ya
le subió ya está pasmado, pues le llega a uno hasta por aquí, ya no puede uno
orinar, ni para hacer del baño. Entonces ese es muy fuerte, pero ya con la hierba
ésta, de San Pedro, nomás se la pone donde mero le duele y todo lo baja, todo
lo junta, ahí tiene la huida, como el que tiene el corazón de este lado, le dices
oye te la voy a poner donde está el mero dolor. Ya pues, matando eso, murió
todo. Por eso el animal que tiene uno, lo tiene aquí en la mano pues, tomando
esto, aunque todo el cuerpo lo tenga entumido, lo tiene entumido todo, está
bien verdad. Dice usted, le voy a dar esto, se la voy a poner, y ya se le pone un
cuarto de lavado, según vea como esté, si está fuerte le puede poner el cuarto,
y si no, medio cuarto para que lave todo.
¿Cuánto es un cuarto?
Un medio litro, medio litro, y el medio pues es medio cuarto, de una mitad
de medio kilo… Aunque hay unos que deveras están de gravedad, entonces si
el quiere pues un cuarto para que lo remueva, y la toma pa’ que le dé diarrea
Testimonios de un pueblo nahua
y pa’ ver a donde estaba que lo vaya a alborotar, en dos partes, que no tenga
tiempo ni por un lado, siquiera en medio la enfermedad, a veces sale por la
boca y a veces sale por abajo.
¿Lo que le pone para el lavado es diferente que para la toma?
Si, eso es el mismo remedio, pero poniéndolo en las dos partes no da trabajo,
y si devuelve luego, entonces no tiene importancia que se le ponga el lavado,
que en un bocado luego devuelve, entonces no quiere el lavado, entonces ya va
seguro de que en la toma sí pudiste.
¿Y de cuál planta es de la que le pone en la toma?
El buenhombre. Según la primer medida, la primer toma, si no devuelve
entonces ya nomás se va midiendo de a poquito para que lo revuelva, para que
lo alborote más bien, para que lo alborote y salga.
De los ayunadores ¿cuántos?
Necesitan de perdida (por lo menos) unos siete, pero también si tiene
dinero, sí sale muy caro, si le sale muy caro, entonces quiere más tomas, más
mucho, y si no, pues ya se le da poco, se espera, entonces con los mismos
ayunadores le das fuerza al enfermo, o sea, es una fuerza para uno.
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
354
¿Y luego come su caldito?
Sí, pero hasta cuando ya se le quitó el remedio, porque se lo quita uno,
lo vuelve uno a poner hasta que lo retire, se le habla a uno ya suelto, ya lo
limpiaste.
¿Y si no lo suelta?
Pues no se lo quitas pues, si no se lo quitas no lo suelta.
Le tiene que hablar.
El tiene que hablar cuando ya acabó, cuando ya acabó de hablar y ya botó
todo el dolor, en el momento hay unos que así, luego luego, ya quedan bien, y
algunos no, que quedan adoloridos, les duele porque se les pegó.
¿Y cómo qué es lo que sale... lo que sacan?
Pues según tengan, según lo que le haigan dado: gusanos, alguna mosca,
algunos jumiles, otro animal, culebras.
¿Vivos salen?
Vivos salen, (risa) algunos que son flemas, pegajosos, bolas, son los que lo
comen o les cierran el...
¿Usted prefiere que después tomen caldo de pollo?
Ya hasta que acabó, cuando ya se bañó, ya se le quitó el remedio y ya se
baña para que quede formal, para que quede desadolorido, lo lastima usted,
hay unos que sí comen pues, una o dos cucharitas, y algunos no, luego luego
agarran alimento con ganas, y algunos no quedan adoloridos o la garraspera
lo amarga.
¿Y por ejemplo la señora que le dió atolito de epazote?
Ah no, pues si se le entume todo su cuerpo, porque se entume, entume,
aunque sea por encima te va a decir ¿quién te lo dio? ¿por qué te duele? ¿a
dónde te dieron? ¿por qué te dieron? ¿cuándo? y ¿por qué te aborrecía o por
qué te dio?
Untado nomás.
Untado… el remedio está vivo, es sagrado, está como… no nos habla porque
es viejito. San Pedro, se te revela la persona. Porque es lo que quiere él, atolito de
epazote, cada quién ¿verdad?, pues la Concepción quiere pollo… quiere pollo,
tlacopactli, San José, quiere pollo también, o a veces quieren ofrenda. Ofrenda
quiere decir que cuando ya está el remedio allí, el pollo entero también ya
está, mira este también es tuyo, queremos el efecto, queremos el alivio de esta
persona, tantos ayunadores, te lo pasan por tus manos, recíbelo.
¿Cuál es el que tiene ofrenda?
Todos, como queriendo y si no piden, piden cuando ya está uno
alborotado.
Testimonios de un pueblo nahua
¿Y cuál es el remedio que quiere algo de rezos?
Ah no, de rezos no.
Quieren pollo.
Entonces es para todos, todos los ayunadores comen, pero si ya comió pues
el enfermo, el enfermo come primero, después la gente y ya.
¿Usted a los cuántos años empezó a curar?
No, yo apenas, trece, catorce años, no podía yo, me alquilaba yo ir a ayunar,
pero ya las tomas me las dio, me las regaló.
¿Y usted las pidió?
No, me la ofrecieron, como la hierba la tomé pa’ que me llevara, pa’ que me
muriera yo, cuando me peleé con esta mujer, y yo tenía vergüenza, me corrió,
me tiró mi ropa, dije yo me siento muy viejo, dije más mejor que me muera
yo, yo sé que soy yerbero, es veneno, pa’ que ande yo si, si, y todo estaba bien
¿verdad?, yo me juera de aquí, pero al día que yo me encontrara con un paisano
o alguna paisana, o con los dos ¿qué pasó? ¿ya no vienes por aquí? y yo ¿cómo
le diría? Me corrió mi mujer. Y dije no, pa’ qué, y si hablan “mira a fulano lo
corrió su mujer por ahí anda, por ahí anda trabajando”. Entonces no, mejor
me voy y si hablan de mí que digan que ya estoy muerto, y ya no voy a volver.
Algún día de borracho yo estaba bebiendo con un pendejo... y eso es lo que yo
no quería. Porque habemos ¿verdad? que tenemos malos pensamientos.
¿Y cuál se tomó esa vez?
San Pedro y San Joaquín.
¿San Joaquín?
San Pedro es amarguísimo, yo nomás comí... sin coladera, pa’ dentro,
mientras que se jueron estos ya estaba yo briago, bien briago, nomás estaba ahí
sentado... bien briago estuve, déjalo, ya se me reveló un niño... como de cinco
años, encuerado, yo le preguntaba, yo le dije mira llévame, me pasa esto... pero
pues, no me llevó pues.
No le tocaba.
Y ya con eso tuve, ¿verdad?
¿Y también le dio para regar, el señor?
Todo, todo... todo.
¿Y cuando riega usted a cuáles son a las que les grita, que les habla?
De abajo, en la cruz. Luego los cerros grandes, los aires de arriba.
¿Los de arriba cuáles son?
Pues los aires que le agarran a uno del norte.
¿Y esos quiere que los riegue de noche?
Cuando quiere de noche también y hasta la hora que quieran ellos, porque
ahí se ve, quieren a las dos de la mañana, hasta las tres, como lo quieran ellos
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
356
se les debe de hacer, ‘ora sí que como cuando el quiere almorzar a buena hora,
a la hora que le agarre ¿verdad?
¿Y cuántos son los de arriba?
Cuatro. Uno el de abajo, otro, son tres, el primero es el de abajo.
¿Y les grita en mexicano?
Si en mexicano, es a juerza, es el idioma de ellos.
¿Es el idioma de ellos?
Si es el idioma de ellos, porque así nomás, pues no salen. Como
completándolo bien, cuando llegas tu donde el enfermo, si está lejos, cuando
llegas junto al enfermo, ya si no duerme, te ve así si no duerme, cuando llegas
ya está dormido, si no come, al rato ya pide de comer, si le da diarrea luego se
ve, si le da diarrea. Si lo espantó una culebra, pues una culebra, ahí se forma la
culebra, algo así.
Y cuando uno tiene enfermos que no duermen ¿por qué es?
El mal aire.
¿Y cuando les da la diarrea?
También tienen mal, comen y luego luego van al baño a tirar la comida y
quedan atrasados, como si no hubieran comido.
¿Y ese mal aire donde lo agarran?
Pues donde les sucede, hay veces que de briagos se caen, pasó el mal aire
un vientecito, porque de noche pasa más mal, harto aire que de día, también
de día, todo, por ejemplo, aquí está pasando harto mal aire, basura, males
¿verdad? Dios, si tú eres grande y poderoso, que no deja a sus hijos, eso es más
fácil.
¿Y a los del río también les habla?
Lo lleva al río, aunque me espantó cuando ya venía al río, iba en medio del
río, ahí quiere su balsa.
¿Su balsa? ¿Y esa como la hace?
De cartón, una caja de huevo, y ahí se ponen los muñequitos y ya se la lleva
el río para que coman los hijos del agua, para que coman sus animales que les
habla, arrima sus hijos que tienes adentro donde te encuentres, que coman…
¿Lo que le agarran es su sombra? ¿Cómo le llaman en mexicano a esas
sombras?
Los aires, los animalitos del agua, como el pescado, el lagarto, las ranas,
los patos, del agua. Todo tienen.
¿Usted casi no se enferma, verdad?
Como no, sí, pero como ahorita fui a pagar dos misas allá. ¡Ah, juéramos
el veintiséis a Santiago! ¿Vas a poder, no?
Si estoy aquí, sí.
Testimonios de un pueblo nahua
Va a ser el veintiséis de septiembre, para ver el santo que lleve uno, puede
ir el veinticinco, y conozcas a Santiago milagroso, entonces tu lees la leyenda
que dice del milagro, ahí está, y cuantos retablos tiene, lo que ha hecho por
todos sus hijos. Usted pasa a creer, pues sí pues, la hace, cuando le piden, pero
que piden con harta fe ¿verdad? Fíjate, ayer encontré un San Marcos, pero me
pedían veintiocho mil pesos por un cuadrito como este, no... el cuadrito, el
papelito vale ocho pesos, pero lo demás, ya la pura madera me cobraban más
que el mero que hace milagros, como que se enojó el señor ese, pero no. Yo he
de querer un cuadro como éste que me cuesta cincuenta pesos ¿verdad?
¿No tiene aquí un grande de San Marcos?
No, no tengo, no tengo, tenía yo, pero como vivíamos allá en un cuarto
y nos entraba el agua, y se me escurrió pues... Y tengo este que es para que
vengan, por una persona separada con su esposa, su mujer que se fue con otro,
para tener un cariño para con una mujer, si le gusta uno.
¿Cuál?
La de enmedio, esa güerita de acá, Santa Anita.
¿Santa Anita?
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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Esa que está ahí.
... Allá voy a hacer una misa, voy a pagar una misa con Santiago pa’ que
me retire mis enemigos, que hay unos que me aborrecen porque trabajo, pero
que me los retire él.
¿Y cuál es el que usa más usted, San Pedro o Concepciona?
La Concepciona casi no la ocupo
¿Casi no?
No, de eso ahí tengo el remedio, pero ha de llegar algún día que yo la
llegué a ocupar.
¿Solita la da esa o la revuelve con algo?
No, solita, solita, este, el buenhombre cuando tengo prisa o que lo veo que
esté apurado el enfermo, entonces sí, le pongo San Pedro o San José, tres gotas
nomás, tres gotas porque sí es fuerte, para que se maree el enfermo, que vea la
suya.
El San Joaquín es hierbita pero es amarguísimo.
¿Y ese no tiene su nombre en mexicano?
No, pues si quieres vamos, lo vas a conoces por allá.
Pues el martes vengo.
Va a ser el veinticinco, el veintiséis de septiembre, de este mismo mes.
¿Y el martes va a venir la señora para que le diga cuando... ?
Le vamos a dar la toma.
Le van a dar la toma. ¿La va a “rifar” o la va... ?
No ya está rifada.
Ya está “rifada”.
¿Cuál está más fuerte de todos los que usa?
Pues éste que se llevó la señora.
¿El San Pedro?
San Pedro en polvo se lo llevó pues, se lo di en dos bolsas, ese es garantizado,
y te garantizas con que te paguen tanto, si tú vas segurito que sí va a decir, si es
ajeno tú ya ves en las preguntas en las consultas, tú tienes esto, por eso en las
consultas ya ves le duele aquí, te duele aquí, tú ya estás viendo donde le duele,
te duele aquí, sí, aquí está tu dolor, por eso le enseñas las figuras, la asustas de
cualquier cosa ¿verdad? Tú le preguntas te duele esto, te duele esto, sí, aquí está
tu dolor mira, ah sí deveras ahí me duele.
¿Y por qué también sale?
Porqué, porque tú le estás enseñando, para que sepa, pa’ que te crea, dónde
le duele, no que algunos ¿verdad? Dicen, no, dice, mejor voy al médico, el
médico aunque lo esté… nunca te alivia, nunca se lo quita, como el que me
peleé con él, A.M. No pues no, dice soy bueno, le digo sí, pero no tengo buenas
Testimonios de un pueblo nahua
medecinas, pero sí, aquí perdimos todos los doctores, están más adelantados,
entonces él me preguntó que yo cuantos años había estudiado, ya le digo
ninguno, entonces él me dijo que era yo tramposo, estafador, pero no sabía él,
pero cuando le puse la muestra con la enfermera, entonces él creyó y él me dijo
que era verdad…
¿Si no es ajeno también se ve en la baraja?
Si se ve también, no, vete a otro lado, vete con el médico. Por eso el médico
no, cuando tiene maldad si se asusta la gente. Como una señora me dijo, vino
aquí, le hice las preguntas, tú tienes esto, dice ¿de veras?, le digo sí, yo no sé
¿verdad? No sé bien lo que tienes adentro ¿qué animal o qué es lo que tienes?
pero tienes maldad. Entonces el doctor dice no puedo, no puedo y no puedo,
y ya lo pasa por los rayos, nomás te dice no tienes nada, estás más limpio que
yo, yo estoy sucio, estás bueno de salud, y ya, y no vio lo que tienes, ahí parece
que dice tienes azúcar, por eso tienes esta bola, tú tomas mucho refresco, ya no
tomes esto, ya no comas esto, ya no comas tortilla ¿y como va a vivir? Porque
hay unos que hasta les dice que ya no coma tortilla, vas a comer pura verdura,
entonces así no, tú en vez de que le quites el hambre, tú le vas a dar más
hambre, más vida, más fuerza, dándole la toma. Se limpia y saca todo lo sucio
que tiene, la hace.
¿Es peligroso que estén tomando pastillas?
Ah sí, cómo de que no, sí. La pastilla no llegando se va o lo arroja uno,
es como el dulce despacito, y hasta lo puedes matar a uno, yo aquí voy bien,
pero bendito sea Dios que no, yo pregunto ¿y si no tienes pastillas? y si no
hasta que dejes si las quieres dejar bueno, y si no también síguelas tomando,
pero tú ya sabes lo que tienes, tú ya sabes que no te va a hacer efecto la pastilla
o la inyección, aunque sea más cara la inyección. Sí son buenas, son buenas
las medecinas, son buenas, que para una cortada, algún grano que te haigas
raspado y se te volvió grano, pues sí, si se puede, si lo alivia, es bueno la pastilla,
que tengas frío o calentura, sí pues te alivia, pero en lo ajeno… creo que ya te
platiqué de una señora que tenía un granote así.
En el tobillo.
Sí, cincuenta años de su primer hijo y su hijo ya tiene nietos o bisnietos, y
no se podía aliviar y con médicos, con médicos, y ya vino, nomás dos veces le
eché el remedio de éste y listo. ¿Verdad? Nomás que uno no sabe, uno no cree
¿verdad?
¿Hay días que son buenos para dar la toma, o cualquier día?
Mira, la persona que tiene fe se la toma aunque sea el domingo, son
especiales los martes, los viernes, eso que sea de día o de noche pero si le hace
efecto. ¿Ya me entendiste? Bueno, y hay uno que hasta para que les dé una
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
360
curación, no yo voy hasta el viernes, porque el viernes es buen día, en cualquier
día no, no le tienen fe ellos quieren hasta el viernes o el martes.
06.XII.96
“San Marcos es el patrón de los que tienen don. Él tiene su león, por eso
los que también tienen su don le llevan promesa”.
Llegó una señora de Iguala, le dio a Don Chico una fotografía de una
mujer y una estampilla con la imagen y la oración de la “Santa Muerte”, que
don Chico le había encargado. También le había encargado que comprara una
vela de sebo. Le pidió además que cooperara con dos ayunos. Él haría cuatro
medios ayunos (Don Chico trataba, de manera muy evidente, que yo no me
enterara y que no hiciera preguntas del caso, desviando la plática). Finalmente
preguntó: “¿Hoy no va a ir a la procesión? Parece que ya empezó”.
Don Franco Larios
¿Couacihuiztli?
Couaciuixtli. La levanta por ahí, aunque no le da, la levanta, la gente no
sabe cómo hace. Y nomás lo tiran y ahí lo hace andar. Si lo encontraste ya te...
para enfermarse. Para qué quieren que te lo soben. Que se lo soben o que te
den remedio o de tomar.
Pero ese ¿cómo lo avientan, o cómo es? ¿Cómo lo echan?
Ellos saben que pueden. Ellos saben cómo hacen, entonces nomás les
encontramos... nomás...
Nunca le dieron de tomar remedios, usted, ¿el cecectzin?
No, yo no. Le tengo miedo.
Y usted ¿dónde dice que aprendió a atender partos?
Ah, si, pues ahí con mi nuera. Como no tengo dinero, ahí aprendí, después,
ya toda la gente lo veía yo. No, ‘ora ya no voy.
Doña Tina Magno y Don Franco Larios Xalitla, 23.X.96
La partera empírica ¿Desde cuándo atiende partos usted, doña Tina?
¿Desde cuándo? Ah no, ya va a tardar, ya voy a tener más de treinta años.
¿Y cómo fue que aprendió a atender partos?
Pues como sabes, semos pobrecitos, semos pobres pues, este mis nueras,
mi hija, nomás yo, nomás lo veía y le digo para qué, yo sé, la partera o partero,
yo sé de que caro, y cómo, ahora de dónde vamos a traer dinero ¿dónde lo voy
a traer, y si no tengo en ese día? Nomás les componía yo sus barrigas, aparte
veía yo, sentía yo, aunque luego luego como, o sea pues Dios quiso, sentía yo
de que está bien, si está bien, y nacen bien. Soy pobre y no soy médica, nomás
así de veras como dicen, nosotros de, semos pobres así nos vemos, me dan lo
que quieran ellos, yo le lavo, yo todo, yo le limpio, y a los médicos no crea que
nomás les va a dar cincuenta o cien, no, y yo me dan lo que quieran.
¿Y mucha gente la solicita a usted, la busca?
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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Sí, la gente están viniendo para componerles la barriga, están viniendo
aunque sea de Ahuehuepa, aunque de La Colonia, de Tonalapa a veces vienen,
a según, pues dicen, ‘ái según esos que pueden porque estudiaron dice, pero no,
y cobran pues que sea caro y yo estoy en la Iglesia me dan lo que puedan, diez
mil, cinco mil, de que los compongo los siento que están bien pues, y cuando
no, cuando siento que dos tiene, no les digo, porque digo se van a asustar,
nomás lo dejo así.
Usted le siente cuando tiene dos.
Y también lo veo de ese que son cuateras, siento y viene otro, bueno no,
todavía este, el ombligo todavía no puede caer, ahí viene, ahí viene, y otro
viene, luego se ve pues, cuando les da dolor. Si también a los vi de cuateras, en
veces me asustan y por eso yo ya no quiero, en veces me asustan, vienen con su
pie, y vienen con las manos, en veces los sacudo los sacudo, como yo los estoy
viendo, luego les digo, mejor váyanse a Iguala, nomás los sacudo, se componen.
Yo cuando siento no puedo digo, ándale que te lleven a Iguala. Nunca se me
mueren en mis manos, nunca ni una mujer, ni niños, se me mueren pero
porque vienen enfermos, pero ya nacidos. No pues, no me dijo, le digo qué tal
si te murieras, él médico te lo quitara dinero, a ver, dice sí pues. Y otra mujer
también igual, le digo miren, vayan a Iguala, si tienes miedo aquí, a Iguala
váyanse, si tienen centavitos váyanse. Yo en veces estoy enferma y después así,
los veía yo, vienen con sus manos, vienen con sus pies, con sus pies bueno, ese
no me da trabajo, viene uno le meto este, para lo siento ese otro y ahí está, su
piecito, lo jaló de su dedo, mientras este lo tengo arriba este otro lo jalo para los
emparejó los dos, ahora sí, échele, y sale. Pero miedo cuando viene atravesado,
porque aunque lo componga uno, nada le hace, cuando ya dijo Dios, para que
te lo vaya a sacar dinero, bueno como se voltean pues, si ya dijo Dios para qué
haces pues, vas a ganar. Cuando no vas a gritarlo, por eso dicen que le vayas a
pedir permiso donde la Virgencita y todo nos ayuda. Tan como a los médicos,
tan como las señoras que tienen… sí, eso le digo pues.
El médico indígena
Interviene don Franco Larios:
Los que son brujitos.
¿De chiquitos?
Cuando tienen animalitos, pero eso es los viernes.
Ese solamente, no, pero de todos modos ese en veces se le viene, dicen en
los viernes, dicen los jueves, pero unos que saben, cualquiera día le da Dios, ese
Testimonios de un pueblo nahua
nosotros no podemos saber, pero sí, en los viernes luego dicen ¡híjole en viernes
nació! Y en veces, en veces lo vas a creer, porque en veces se mueren aunque ya
grandecitos, cualquiera cosita le pasó, si su papá, su mamá pelean, si su hijito
sabe en su hijito se desquitan, todas esas gentes, cómo viene el niño, qué vas a
saber, nomás vas a ver las señas, lo vas a ver todo, se echan a perder. Pues ese
Dios le da, no nosotros.
¿Y de qué animalitos les da Dios?
Cualquiera, cualquiera animalito.
¿Y cuando le agarran su animalito al niño, qué es lo que le pasa? ¿Qué le
duele o qué siente?
Pues grita.
Endenantitos pues, ahora ya no, desde que comenzó la evangelización,
la renovación. Antes estábamos bien perdidos... entonces, vienen otras gentes
que son, nosotros les dicemos que son los hermanos, bueno pero tampoco les
decimos nada nosotros, entonces yo nomás le digo a mi señora, no digas nada,
no digas nada, a la mejor nosotros estamos haciendo bien, o a la mejor nosotros
estamos haciendo mal.
Aquí es parroquial, aquí viene el obispo, aquí está un cura que atiende,
aquí esta el... pues, parroquial, a veces hay hasta tres curas aquí, o cuando viene
el obispo, se juntan aquí unos cinco, seis curas que lo vienen acompañando, que
nos platican. Entonces nos empezaron a decir que, primero nos regalaban unas
Biblias. Y ya pasamos a comprar, ahora toda la gente tiene su Biblia, entonces
ahí está diciendo lo que está bien de lo que no esta bien, lo bueno y lo que es
malo.
¿Cómo hacían antes?
Antes pues, vas a ver que dicen que lo ven un perro, dicen que lo ven
una mujer, dicen que lo ven burro , dice que lo ven de noche espanta, dicen
que lo ven doctor, de nochi, bueno hartas cosas lo veían, aquel tiempo, pero
ahora. Todo eso es porque estaba uno humilde, analfabeto que no, no había
escuelas, en este pueblo había una escuelita chiquita, y no, pues ahora hay
primaria, hay secundaria, hay bachilleres, otra escuela de primaria de ese lado,
hay harto maestro; los pobres niños chiquitos, chiquitos, tienen siete, no tienen
ocho años y ya pues los meten, pero antes no. No creíamos en Dios o éramos
malos, somos, quién sabe. Por ejemplo yo, si yo tuviera mi brujito, si yo tuviera
un animal por allá, que es mío pues, y yo pelié con otro hombre, me agarró
a golpes y lo golpié, entonces, si sabe (si tiene “brujito”) él, y aquí conmigo
no pudo, entonces va a poder allá. Si fuera más chiquito el animal, soy más
chiquito y ese es más grande, entonces me gana, me pega y me mata, allá, aquí
no, allá me chingaste… así era aquel tiempo. Un señor aquí, un señor entonces
creímos que deveras, que deveras pues era, no creíamos nosotros cuando…
363
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
364
Hay unos que saben pues, nosotros le decimos tiene dos corazoncitos, tiene
dos corazones, dos.
¿Y en mexicano cómo les dicen a esos que tienen dos corazones?
Son brujitos pues. Pues en mexicano les dicen nahuali. Que tiene su brujito,
nahualtsintli. Tehua tinahuahli.
Sí, pero ahora ya casi no, digo sí hay, te digo sí saben, pues ya no lo
hacen.
Hay unos (que) ya se murieron.
Bueno, aunque ya se murieron pero la gente cree.
La gente creyó pues. No ahora no, la gente es buenísima de verdad.
Ahora todos son buenos, todos son buenos.
Yo soñaba, yo, soñaba yo, en mis sueños, que estoy sobando unas personas,
seguido soñaba yo… Nomás cuando yo era muchacho, pues. Le enseñaba,
sí, sobaba ya. Bah no, no podia, bah no porque no podía, no quería, tenía
vergüenza, quién sabe. De ahí, así me decía este, ya le contaba yo cuando vivía
mi papá, ¿por qué sueño eso? Dice ¡ah! a lo mejor vas a poder sobar o... Le digo
pues, nomás sueño, nomás en mi sueño, estoy dormido, le digo, y seguido,
seguido. Le sobé a mi mujer una vez…
¿Algo le dolía ?
Pues no sabía yo si tenía yo cochinada, de couasihuiztli le dicen. Quizás
como andaba yo así solita, como en veces no sabes a lo mejor quién te aborrece,
no sabes quién, si te aborrecen, porque la gente no creas todo nos quiere, y no,
nomás me sobó y ya. Y luego resultó otro día, otro año, sentía yo que me estoy
muriendo, sentía el cuchillo me lo metía allí, y me voy a morir, ni porque me
inyectaron. Andaba tomando y nomás me sobó y ya me compuse.
¿Pero era de couasihuistli?
Sí, ha de ser ese.
Y fue al doctor y no le… curaron.
No, hasta con él me compuse, me sobó. Cuando Dios le da permiso, y
cuando Dios no quiere no.
¿Y con qué la sobó?
No nomás así con un, en veces, aunque sea con alcoholito, no, nomás
alcoholito. Y ya me compuso, ahí vienen unos, los soba y se componen.
Cuando dijo que les da tomaditas ¿eso es lo que le dicen la “toma”?
Sí, de tomaditas, si te dio alguien toma una cosa tiene, o ahí te puedes
vomitar, lo sacas si alguna cosa tienes, daño, te endañaste o una cosa vaya.
¿Y de qué remedio les da?
Pues unas semillitas, unos remedios…
Testimonios de un pueblo nahua
¿Es con ese que ve, como visiones, como...?
No, con ese no vas a ver nada, ese nomás puro te va a sacar todo, lo que
tienes, y se compone. Ese visiones ese un remedio, pero en veces no es cierto,
en veces nomás le dan de cargar uno, porque le aborrece, como un borracho
¿verdad?,.
¿A usted nunca le han dado de ese remedio, el que hace visiones?
No, yo no, no me dan, como no estoy enferma de otras cosas, ese
couasihuiztli, ese no, quiere decir nomás encima te van a dar, entonces duele.
¿Y por qué da el couasihuiztli?
Pues lo vas a encontrar por allá, vas por allá unos para saber qué piensan,
por eso digo por allá, aunque por allá salen de esos, aunque de esos que vas a
ver de veras, no sabes nada, para saber pues como todas, todos somos hijos de
Dios, para saber qué corazón tiene, eso solamente Dios.
Entonces usted es partera y también cura “daño”.
Sí, y mi marido también soba niños.
¿Y qué es eso de “daño”?
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
366
Daño pues, si le gustaste un niño, si tú le gustaste, ya le calientan la
sangrecita, te gustó. Ahora sí, el niño al ratito ya no puede estar, les echates ojo
(se ríe), sí, ese, ese quiere decir.
¿Y al niño qué le pasa, qué siente?
Pues nomás así llora, nomás llora y ya.
¿Y con qué los soba?
Ah, pues nomás con alcohol y ya. Pues Dios sabe, yo tengo fe de Dios yo
no tengo fe para otra cosa, yo para otra cosa no pienso, yo pienso de Dios.
¿Y le traen muchos niños para que los cure de “daño”?
Sí pues, también vienen los niños, vienen mucho los niños. Aquí estamos,
por eso no queremos ni a molestar y que no me a molesten, bueno no, no quiero
que no me vengan a visitar, si vienen, a veces se sientan, a veces, tenemos
dos hamacas, dicen que aquí está bonito pues. Nos curábamos nomás con las
hierbitas, hierbitas nos daban, le dicen… yo no sé, nosotros nomás en mexicano
le decimos tepeixquihli, lo tomamos, en veces una cosa le dicen ese margarita,
bejuquito si nos aflojamos, en veces nos echamos lavado de azuchilito con
limoncito y su xehuite, en veces, bueno…
¿Y ese lavado de azuchilito con limón para que sirve?
Lavadito, para que se refresquen, en veces, cualquiera cosita pues tomamos,
y vas a ver ya se compone.
¿Y ustedes no curan de “espanto”?
No, nosotros no, eso no podemos.
¿Pero sí lo conocen?
Sí lo conocemos, ese hasta allá arriba, la señora puede doña Florencia, si lo
quieres ver aquí sales derechito.
¿Y ese por qué les da, por qué se espantan?
Pues se espantan, pues si ven… aunque cualquiera cosa, si te caíste y te
espantaste, como espanto tuviste si te caíste, o unas gentes se están peleando
y como te agitaste y después al poco tiempo te duele tu cabeza, no puedes
dormir, como te asustaste pues; mal viento, eso es lo que lo lleva, si no te vas
a caer, te caíste, te espantaste, como ahora yo mira me caí , me pegué con… y
luego me dejaron.
¿Tamalitos?
Tamalitos, y ya. Y ahora de vuelta quiero, porque cuando estoy durmiendo
brinco… de vuelta quiero.
¿Y es “espanto”?
Es espanto, brinco rápido.
¿Y dónde fue que se espantó?
Pues donde quiera, donde ando saliendo, me caigo o me espanta aunque
Testimonios de un pueblo nahua
sea un perro que salió, ladró. Por ejemplo ahí pasamos, tienen un perro que
ladra recio pero está amarrado, en veces, nomás de repente ladra y se espanta
uno, en veces pues, cuando uno no conoce, pero como yo ya sé yo ya no.
¿Y esos son los malos aires?
Ajá, los malos aires, te van a agarrar y ya pues ya estás enferma, y te buscan
todo y ya, ya te buscaron, ya te regaron, ya te deja la calentura, y todo, vas a
sudar, y te compusiste, así nosotros nos curamos.
¿Y por ejemplo esa enfermedad que le dicen “cochinada” cómo se cura?
Pues también si te soban, si nomás te duele encima, nomás como quiera,
nomás que te soben pues, con ayuno y ya. Y si tienes algo pues con remedio,
que te den tomada y ya. Si tienes ese pues te compones y si tienes otra cosa, no
quieres comer.
¿Usted ha visto cuando dan, cuando alguien ha tomado remedio?
No, lo ve mi marido, él da, pero él no da para que vea de visiones, ese ya
nomás mienten, ese como quiere decir chismes; tú lo vas a querer que te saque
todo, vomítalo, todo, también te va a sacar algo, pero no vas a ver, pero sí, al
poco tiempo ya te compusiste, ya comes, ya estás bien.
¿Cuando es por dentro la “cochinada”, qué le pasa a la gente, qué siente o
qué le duele?
Pues no sé cómo siente, como nunca me pasa, no sé como se siente, nomás
veo si viene por ahí… Pero uno que si busca pleito, uno que, uno se enoja, de
coraje le pasa, no le haga cochinada porque, porque uno rete se enoja y pelea,
uno es coraje lo que tiene… pero no es cochinada de eso, brujería, sino que uno
se enoja pues mucho cuando pelea.
¿Y ese remedio que me estaba contando que les daba en tomitas ¿ese como
se llama?
Ah, ese se llama tlacopactli, en mexicano.
Tlacopactli. ¿Y por aquí se da ese?
Aquí hay, aunque sea lejitos, pero sí hay de ese.
¿Y ese para que enfermedad lo ocupa?
Ese para esa enfermedad, si andas tosiendo, andas tosiendo y te duele la
barriga y no tienes hambre, toses y toses y sientes que te vas a morir; antes
hartos se murieron así.
¿Y ese tlacopactli le hace ver cosa o visiones?
Hay otro que se llama, otro se llama, florecita de virgen, ese, ‘ora la
semillita, ese es bien bueno para eso.
¿Usted no lo da, de ese remedio?
No, porque no me he enseñado ese, porque es un poco más peligroso, es un
poco más peligroso, bueno no es porque peligroso, sino que no le sé la medida,
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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pero de que lo puedo preparar sí lo puedo preparar, pero no sé la medida y el
otro que aprendí, que me enseñaron sí, me enseñó una señora que podía pero
ahora ya está viejita, ya no ve, y yo le fui a preguntar, yo quiero aprender de
este y de este, la señora está un poco malita. Dice dale este, vete a traerlo y lo
mueles, lo mueles bien en una piedra lisa con una piedrita.
¿El tlacopactli?
Ajá, lo pones en una jicarita y lo exprimes, eso, lo exprimido, le decimos
nosotros el pachacalito ese, lo tiras, entonces ya quedó la pura agüita, ahora
te buscas un trapito, un trapito limpio, y en ese lo vas a colar para que quede
la agüita bien limpia; no le vayas a dar con todo y basura, y bueno, así le hice.
Pero usted, ese da, puro vómito y allá donde está cayendo ya esta allí, en un
trastecito y abusada ¿qué es lo que sale? Y sí, sácalo, todo vas a sentir. Sí, sacan
bolas como yema de blanquillo, sacan como mocos, se estira y sacan… No
le digo, yo me enseñé en una nieta, yo le dije, le digo, si quieres te curo. Sí
abuelito, dice, si me morí me morí. Le digo, no me vayan a echar la culpa los
hijos. No abuelito, si de todos modos me voy a morir, y si tú no me curas me
muero, nomás ando tosiendo y ya no aguanto. ‘Ora pues. Y ya les hablé a sus
padres, les dije, yo nunca doy, con este me voy a enseñar, si me voy a desgraciar,
siquiera somos de la familia. Pero no, tengo la medida, tengo la medida le digo,
dice órale. Y le dije, nomás te vas a buscar cuatro o cinco, los que ayunen, seis
conmigo, yo soy el que le voy a dar, voy a estar cuidando. Así hacemos cuando
ya se cansaron con los médicos, entonces le di yo, y yo a leer en el librito,
empecé con oraciones y oraciones, al ratito ahí viene.
¿Qué sacó?
Ahora vas a ver, que le empiezo a meter un palito, se estiraba bien largo,
y yo al último que le dio ya no me fijé, le digo a mi entenado, un hijo de ella,
hombre, él era, y ahí es el pozo ahí, dice no, ahí está un montón de basura,
préndelo y ahí ese que se queme (lo que vomitó) y él como curioso vió que cosa
sacó, tú vas a ver tal, sacó una piernita de un pollito chiquito, de aquí, de aquí,
no este... pero chiquito el pollito. Le digo qué, lo comiste, y un carretito así y
tiene hilo y encima cabello. Ahora vive mi nieta hasta ya se casó, todas esas
hierbitas hay aquí.
¿Pero cuál fue el que le dio?
A mi nieta, de ese pues, de ese, también ese es bueno mira, esta hoja. De
limón, junto con un hueso de aguacate y luego un xehuite que está ahí, ancho
la hoja como éste.
¿Y ese cómo se llama?
Texehuite, ese se llama texehuite, ese limón y ese otro hueso de aguacate, y
poquito, poquito, la punta de un azúchil que hay en el río, molido, molido, ese
es para un briago.
Testimonios de un pueblo nahua
¿Para que ya no tome?
Se lo toma, y si no se lo quiere tomar se lo echan de lavado, no ve que hay
algunos briagos que toman demasiado y se comienzan a hinchar, y si no les
crece la barriga, ya está cocido adentro, del diario toman, en veces hay algunos
que toman un mes, un mes andan tomando, y bueno dice mi tío que pues que
con ese que le echan lavado, es fresco.
¿Y los hace vomitar?
No, ese es otro, este no, se lo toman así, lo toman y les saca la agua, y se
apachichan y ya no están hinchados, saca toda el agua. Y ese es fresco, y de
mañana te vas a bañar si ya te curaste, pero ese nomás, mira en unos diez días
ya estás bueno, pero ya no sigas tomando, porque si sigues tomando ‘ora sí te
mueres, y ahí está el remedio, ese te envenena. Hartos, hartos remedios, aquí
hay. Y sobo los niños chiquitos, nosotros aquí les decimos que tienen daño, que
nomás llora, llora, llora, llora el pobre nomás.
¿Y por qué le da?
Los quieren, hay algunos, cuando ya está gordito no, se empieza a reír
cuando lo está abrazando su mamá, y otra mujer o otro hombre, muchacho o
muchacha, porque si me gusta, lo abrazara yo, ‘ora como no le pide a su mamá,
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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le dice pásame a tu niño, y lo acarician y así no les hacen nada, pero si nomás
lo deseó como que… quién sabe pues qué cosa tiene. Al rato que llega a su casa
empieza a llorar y a llorar y a llorar, y sí, con esas sobaditas se le quita.
¿Con qué los soba?
Con un remedio que tengo ahí, y mi señora también puede. Nomás
llegando a su casa se duerme.
¿Y eso cómo lo aprendió a curar?
Ella primero, ella me enseñó, cuando no está ella y yo estoy yo los sobo, y
cuando no estoy yo ella soba.
¿A niñas y niños soba usted?
A niños y niñas, vienen de por donde quiera, bueno, lo creen pues, porque
les calma. A ver cuándo viene pues.
31.X.96
El couacihuiztli, ese el doctor no te lo cura.
¿Y ese cómo es?
Ese couacihuiztli, ese nunca, pero te va agarrar manos así, o así a tu mano.
Tu pie, ya no vas a poder caminar.
¿Y por qué les da esa enfermedad?
P’us, porque les aborrecen. Y si te peliaste con una mujer, ya le hiciste
muchas cosas y, y lo que no combina, le dijiste que la... y tiene más... tiene más
vocabulario, le da más, le dijiste un montón de cosas, o sea... le vuela la boca. Y
la otra no. Si puede dar esa cosa te da.
Esos que pueden ¿cómo le hacen para poder?
Pues esos yo creo que en su nacimiento.
¿No lo aprenden?
No, no, no se aprende. Cosa mal hecho no se aprende. Eso es de nacimiento.
No creo, no creo que una... en este pueblo algo o en otro pueblo. En México
también hay, sí.
Pero ¿cómo le echan eso?
Ese, de su nacimiento. Ese más siguió el camino, donde, donde ve que
te encaminas, rumbo de tu casa. No... tantito. Pero cuando... sí te chinga y, y
no vas a saber quién. Y dice nomás de repente tantito... Pero... lo que pasa es
nomás por ahí. Nomás sentí como que me... o si como que me caí tantito. Y
no...
Y ese ¿usted lo puede curar?
Y tu ni sabes quién. Pero eso nomás ni te dicen.
Testimonios de un pueblo nahua
¿El cecetzin?
El cecectzin si te dice quien te dio. Y te lo dice... mataría pues.
¿Y ese usted lo puede curar, el couasihuiztli?
El couacihuiztli, ese... el tlacopatli, lo muele como un lodo ¿no?
¿Qué es, una raíz o una hoja?
No, son raicitas. Ese te lo ponen aquí en... ahí está. Tlacopatli, eso se
muele, crudo, no hervido y se le echan dos ajos, dos dientitos de ajos. Y con eso
te lo ponen así. Eso el doctor no lo cura. No, te diré, puede gastar harto dinero,
pero no te cura el couacihuiztli ningún doctor lo cura. Basta con hierbitas de
aquí, aquí hay. Quieres... este necesitas quien sepa, quien te conoce, quien lo
vaya a traer. Pero, si lo conoce cualquiera. Ese señor de... sabe, él lo conoce cual
es el tlacopatli.
¿Usted sabe preparar?
Yo, ella... Ella sí lo puede hacer...
¿Me decía que usted también cura “daño”? Y ese ¿qué es el “daño”?
Pues ese nomás es el que la da a los chiquitos, ese es. Quién sabe qué es
ese, lo que les hacen. Si ahora viniera una mujer, trae su niño. Viene llorando
que no, que no, no sabe que... más, en vez de... lo va a sobar cualquier... o le da
pecho. No puede más, llora y llora, es daño... con el niño pues, no puede, no
puede estar tranquilita, tranquilito. Pero no se... la criatura ya se durmió ya...
y ya., ya nomás lo pone en la hamaca. o lo acuesta en la cama... diciendo no
tiene nada ¿verdá?
¿Y eso también se trae de nacimiento o se aprende? Pero para curar el daño
como Doña Tina, ¿eso lo aprendió?
No, ese de nacimiento, Doña Tina. No es de ‘orita, puede decir si de
empezar a saberse de muchacha. Ya estaba señorita, cuando empezó... su
nacimiento.
¿Y usted es curandero de plantas?
Si soy curandero de plantas. Ese es mi trabajo pues. Yo ya no tengo otro
trabajo, nomás ando puro curar, puro curar.
Y “rifar” ¿no sabe?
Sí. Oración. Tengo mi Biblia, yo tengo mis libros de oraciones.
Pero puede “rifar” con barajas o…
No, rifar no puedo.
Y a tocar ¿en dónde aprendió?
En un pueblo que se llama Coacoyula.
371
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
372
Xalitla, 04.XI.96
Auexotl: “para lo caliente, se usa en lavado.
Texiuite: “si uno tiene fuerte la calentura adentro, se deja remojando y al
sereno”.
Azúchil y limón: “en lavado, el lavadito entra en la tripa y lo limpia todo”.
Disentería blanca: “se toma media Coca-Cola con el jugo de dos
limones”.
Disentería con sangre: “se toma el jugo de dos limones en ayunas”.
Onoxuiht“empacho, cuando se le pegó alguna comida, qué cosa no quieres
comer, pues eso te empachó”.
Tepeixquil“para el empacho, es una cascarita de árbol (?), se machucan tres
pedacitos, se remojan y se cuelan, se echa de lavado, como es amargo saca lo
pegado; también se puede con aceite de olivo con estomaquil”.
Oquixuique: “tiene daño, les gustó el niño, lo querían abrazar y le calentó la
sangre, se muere de ganas de que lo quería abrazar, el muchacho, la muchacha
o la señora, sólo le da a los chiquitos”.
Oxihtapou: “se le abrió el ombligo, se cura con copal blanco, de ese que está
chicloso, se unta en el trapito y se mete en el ombligo”.
“Si se quedó sorda, con asientos de agua se compone, nomás se sienta en
el río por unos cinco minutos y se destapa; si está en México pone una poca de
agua fría en una tina para que se baje lo caliente”.
Otlecot totonqu“subió lo caliente”.
Tepatian: “curandero”.
Quenon chianti de un tepatian: “¿En dónde vive un curandero?”
Aquinon teoaoachoua: “¿Quién puede sobar?”
Cocoxqu“enfermo”.
Iopa“ya se alivió”.
Iomi“ya se murió”.
Otlacatl: “ya nació”.
Nauahl “tiene dos corazones, es brujo”.
Onihquelon: “me desconcerté un pie o una mano”.
Ocasique: “lo agarraron, cuando le agarraron su animalito, su brujito,
porque lo aborrecen, no es enfermedad”.
Oquiyolcuaque: “lo comieron su brujo o le comieron su corazón, entonces
ya se murió por eso”.
Omeyoltsin: “dos corazones”.
Totonca: “calentura”.
Don Filiberto Greco
14.IV.95
Lo encontré almorzando. Tenía el torso desnudo y me miró desconfiado.
“¡Ah! usted es el que me anda buscando” exclamó.
“Luego regreso” le dije, “ya que almuerce vengo”.
En efecto, después volví. Él seguía con el torso desnudo. Empezamos
a platicar y fue explicándome que él nada más sobaba con vaporub, un ajo
y alcohol. Así, él sabe si las personas tienen la enfermedad. Sobando a los
enfermos sabe si tienen coacihuiztli. Si tienen coacihuiztli los soba dos veces.
“Es mejor que se atiendan pronto, porque cuando “ya tardó” la enfermedad,
es muy difícil sacarla, y entonces se mueren. Ahí tiene al difunto B... ya ve lo
que le pasó. Yo no doy toma, algunos se quedan locos con la toma, yo nomás
uso el vaporub para sobar. La esposa del difunto B. me llamó para que lo
sobara, lo ví y le dije ¡estás jodido, deveras! Para caminar lo ayudaban entre dos
personas. Lo sobé y ya tenía la enfermedad en el corazón, le estuve sobando
en el pecho, exprimiéndole para sacar la enfermedad y hasta la tercera vez
pude dominarla. Aunque le expliqué que todavía faltaba y que no podía dejarlo
373
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
374
descansar ni por un día porque le regresaría el coacihuiztli, él ya no quiso que lo
siguiera sobando. Como le dolía, él ya no quiso. Al otro día falleció”.
“Esa enfermedad se puede alojar en las piernas, en las rodillas, en los brazos,
en la espalda... ahí tiene a la señora F. que tiene la pierna muy hinchada, muy
mala”.
“Cuando sobo la enfermedad, se me puede pasar, por eso me pongo alcohol
en las manos y después de que los sobé les digo que abran los ojos y le soplo
para que se vaya el coacihuiztli. Una señora estaba babee y babee, como borrego,
y nomás la sobé y se alivió”.
16.V.95
Al parecer no quería que lo entrevistara. Fui a su casa y me dijeron que
estaba en su huerta. Me fuí caminando hasta la huerta, cerca del vado y me
dijeron que ya se había ido a almorzar. Regresé a su casa y me dijeron que no
estaba, que había ido a un mandado y que regresaba en la noche.
Un poco decepcionado, me fuí a platicar a la tienda de Genaro, que se
encuentra en frente de la casa de Don Filiberto. Desde allí, el papá de Genaro
vió que ahí estaba “Fili”. Fuí rapidamente a buscarlo. Se quiso esconder, pero
lo alcance a ver y me acerqué. Alcancé a escuchar que la hermana le dijo: “¡no
te vayas a pelear con él!”. De entrada, efectivamente, lo noté molesto, pero
afortunadamente, poco a poco su actitud se fué suavizando. Platicamos cerca
de dos horas.
“A veces me llevan niños a la milpa, para que les diga si tienen omeyoltzin,
para saber si son brujitos y que los ayude, pero les digo que eso yo no puedo”.
“Dicen en Ahuehuepan que los que tienen un animalito grandecito pueden
ayudar a los que son de animal pequeño. Yo les digo que si tiene diarrea o
vómito que no les puedo ayudar, p’a eso hay medicina. Les pregunto que si
quieren que los ayude o nomás que los sobe”.
“Es fácil aprender, está bueno que usted aprenda, creo donde quiera hay esa
enfermedad coacihuiztli, ¡’ta güeno que usted los cure!”
Durante la entrevista pasaron por la calle cuatro comadres de él. Me
explicaba, ufano: “no soy chismoso, pero le voy a decir, curé a esa señora… y a
esa también… y a esa…”
“En todos los casos les advierto: yo nomás dos veces te voy a sobar, y si sientes
que te mejoras le sigo, si no, yo no voy a ver si me gana la enfermedad”.
“El coacihuiztli se pega, es contagioso, luego se siente en la mano cuando
uno anda sobando”.
“No les cobro, ahí lo que me quieran dar; un 5, un 20, lo que sea, pero
luego son muy desagradecidos y no pagan. Uno anda arriesgando...”
“Un día fuí a sobar a un muchacho, de noche, para que nadie me viera,
pero luego me encontré a otro señor que me reclamó: ‘para qué lo ayudabas, ese
no merecía ayuda’. Luego pensé, entonces tú eres cochino, ¡se lo echaste!”
“Luego se sabe si es enfermedad de Dios o si es algo malo, ‘ajeno’. Lo
‘ajeno’ puede ser que alguien lo aviente, lo eche, o pueden ser los aires, quién
sabe. Nomás les sobo con vaporub, un ajo y alcohol, luego les soplo para que
salga lo malo”.
“Los viernes aquí me quedo porque vienen de fuera, a pedirme que los
ayude, esos sí pagan, serán ignorantes pero bien saben a qué vienen, saben que
son enfermos y pagan”.
“Al doctor Pancrasio yo lo sobé también, quien sabe si ahorita ya estuviera
muerto, pero lo sobé y ni me pagó. Le dije que se cuidara pues andaba de
caliente con una mujer, por eso le quedó la cara picada. Los médicos nomas
pueden dar calmantes para esa enfermedad, pero no se detiene, hay que echarla
fuera, buscarle bien, sobando, luego se siente la bolita o la vena volteada, y hay
que sobarle con huevos, pa’ que salga, pa’ vencerla”.
“La enfermedad empieza en los pies, y luego llega al corazón, ya está
chingón pa’ quitarla. Si se tuerce la vena del corazón, se quedan locos y ya no
hay remedio”.
“A mí Dios me dió este Don... En sueños veo cuando a alguien le hicieron
cochinada, sueño que en este arbolito (señala al frente) se aparece una vibora
atravesada. Por eso pienso que la vibora es la enfermedad, el coacihuiztli”.
Don Filiberto
13.VII.96
¿En qué consiste que le apachurre? ¿qué le aplica? ¿qué le pone?
Hay unos que se mueren, aquí ya se murió, bueno, porque aquí varios se
mueren. Tienen eso que les duele el corazón, del corazón, que ahí produce una
cosa, es chiquito como tomatito, tomate chiquito que le dicen, vas a sentir en
la mano, sea aquí, sea donde quiera, donde te den, ¡vaya! Si lo encontraste, te
digo, te va a doler y entonces está punzando, está jalando como si te hubieras
embarrado picante, y de ahí crece, y ya teniéndolo aquí no lo vas a poder mover
tu mano, se entume.
Y ese tomatito ¿de dónde sale?
Ese es el tomatito, entonces se entume el brazo, si te agarra por aquí se
entume esto, se entume entonces... entre más, más, si no te haces caso y te
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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inyectas, porque aquí uno... Te voy a platicar, aquí vino un muchacho, venía
antes, pero nomás venía, yo lo regañaba, le digo mira amigo, yo ya no te voy a
apachurrar porque tú nada más vienes una vez, y yo con una vez que te sobo no
te lo saco y ni lo mato la enfermedad, le digo, bueno, te calma, si te apachurro
una vez, te calma, entonces si tú te vas al viaje... y cuando viene ya está otra
vez cargado, ya le duele, más le duele, le digo entonces me chingas, te vuelvo
a apachurrar y me sube, le digo toda la pinche enfermedad me lo pasas, y si yo
fuera pendejo ya me hubiera yo chingado, me hubiera chingado, le digo, qué
es lo que me das le digo, y yo de por sí nunca me gusta cobrar le digo yo, lo
que me quieran regalar, pero hay unos que de a tiro la joden, nomás me dan
veinte, treinta ¿por salvarte? Le digo, yo te ayudo, le digo, perdóname pero...
Y un día se fue nomás... yo le dije, mañana te voy a sobar... cuando viene “que
me duele aquí, que me duele por aquí, que me duele por aquí, que me duele
por acá”, bueno, donde quiera, ya ahorita lo sobo yo, pa’nunca acabar y “que
me duelen mis pies, que sóbame aquí”, no, le digo, por lo que me das, le digo
pinches veinte pesos, se fue y ahora apenas coseché cuando llegó de por allá,
ya le duele más y se quiso sobar, pues traía una bolota, y duro como decir un
cebo macizo, lo vas a sentir, lo vas a correr tu mano, como ahorita mira... la
vena no tiene tope, nada, lo corres se va liso y no lo vas a sentir, y cuando vas
a tener algo la vena se pone gruesa, se pone gruesa y vas a encontrar una bolita
y esa bolita es...
¿Y qué será esa bolita?
Esa bolita está funcionando, ya se concentró todo, ya viene brotando
como granos, materia, todo eso, entonces le dicen a uno que es cáncer, te viene
subiendo, viene subiendo y todavía así yo los curo, todavía yo los curo. Ya te
digo pues, yo te salvo la vida, pero qué es lo que me das, no me das nada, y ese
muchacho, ese muchacho es un gordo él, cuando llegó, ya su pie macizo, así
grueso mira su pie, y a ver, sóbalo pues, si lo sobas te cansas ¡cuándo chingados
lo vas a dominar con una sobada! Y se fue para Iguala, se fué a inyectar, le
pusieron aquí una y aquí otra, inyectándolo se murió la pinche pierna ¡se
murió!
¿Ya no caminaba?
Ya no pudo manejar, si no fuera por su hermano, su hermano lo trajo,
entonces él ahí vino, pues ya nada más lo trajeron, lo subieron en el carro entre
tres cabrones y aquí lo bajaron también entre tres, entre cuatro, entre su papá
y sus tres hermanos. Ahora sí viene pues que por favor apachúrrame ¡Hijo de
la chingada! entonces lo regañé y le digo, mira pero yo te dije luego, yo te dije
te va a chingar, algún día te vas a quedar inválido, esa pinche enfermedad no
sirve.
Testimonios de un pueblo nahua
¿Cómo se llama esa enfermedad?
Ya le digo, aquí lo nombran como couasihuiztli nomás, pero a saber qué
enfermedad, porque ya te digo, es de que te agarra por aquí, donde quiera que
te agarre, lo vas a correr tu mano… y ahí lo sientes una bolita y ya está pues
la enfermedad. Y entonces llegó él, lo bajaron y qué le pasó pues, que lo sobe
yo, ya no puede, ya no aguanta su pie, ya está muerto, bájalo pues, una lucha,
le digo yo, comencé a apachurrar de aquí de su cintura... y lo soplaba yo, lo
soplaba.
Don Filiberto, ¿qué es soplarle?
Nomás lo soplo con mi boca, lo soplo y con eso, lo respiro y cuando ya
se va... sí, le digo, y entonces llegaron, lo metieron entre tres, con trabajos
lo metieron allá y cuando ya lo acabé de sobar lo soplaba yo con mi boca, lo
soplaba yo y que me dice apachúrrame aquí también, le digo, ay amigo, le digo
bueno, para que no digas, le digo ponte de...
¿Y tenía una bolita ahí?
No pues, aquí estaba jodido, nomás porque ya te agarró baja todo, las
venas, todo lo cubre.
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
378
¿Empieza de arriba para abajo, o de los pies para arriba?
Como quiera, si le dan de ahí, se fue para arriba, si le dan de aquí, baja
para abajo, porque a una persona le dió, aquí mira, aquí le reventó el ojo, la
canica, lo tenía acá adentro y reventó, y yo, por eso, cuando aquí lo apachurro
les agarro de aquí, mira, echo en mi mano vaporub y de aquí le meto mano,
lo más que se pueda, y a este cabrón pues, lo agarré de aquí, a fin de matarlo
pues, porque se siente cuando se muere y cuando se mata, haz de cuenta como
un blanquillo (un huevo) ¿no?, lo vas a agarrar y se parte, ya partiéndose le das
en la madre, sí, y yo cuando lo agarro lo tengo apretado y lo soplo mi mano, lo
soplo para que no me suba, lo soplo mi mano para que no me suba, lo soplo.
Y luego le digo, vienes otra vuelta y yo te apachurro nomás dos veces, si te
calma, si ves que te calma, o sea que no te hace dormir, te está jalando, te está
mordiendo, si te duermes y te calma vente de vuelta... si ves que te calma vente
y si no vienes ya no es cosa mía le digo, te va a bañar le digo, luego luego, al
principio que se te cure pues.
¿Don Filiberto, y usted siente cuando está matando eso?
Sí, se siente.
¿Cómo siente usted?
Se siente, porque te digo, cuando lo vas a agarrar y cuando de nuevo lo vas
a agarrar la bola de aquí, entonces apretado lo vas a estar agarrando, entonces
a veces te pica aquí, sí, te pica como una aguja, o así le pica como una aguja,
entonces tú ya luego lo vas a sentir si lo mataste... lo friegas. Y ese muchacho
lo acabo de curar, lo apachurré y se fueron, lo espero le digo, para dos días
mientras que calma el dolor de la inyección, si viste que te compusiste grítale a
Dios o vienes de vuelta le digo, y ya no vino. Apenas otro día pasó de vuelta, se
tardó, y se fue de vuelta al viaje, y me dijo cúrame de vuelta, y se fue y ya anda
andando, no quedó en peligro y yo le dije...
¿Con una sola sobada?
Con una sola sobada se compuso, y ¿qué es lo que me dieron?, nomás me
dieron cincuenta mil, para despertarle la vida o para que quedara inválido, no
le valía nomás cincuenta, le valía, por eso yo, oigo por radio que se mueren del
corazón, que se les para, a uno el corazón pues es este, de aquí se agarra, se
agarra por un lado... Fuí a apachurrar una señora, todo esto estaba pero bien
hinchadote, ésto, mira, bueno pues lo vas a agarrar esto, y esto lo agarras y
para acá esto está hinchado, esto lo agarras apretado y ya nomás con tres veces
lo agarras apretado, apretado, hasta cuatro, para que rebaje esto, ya rebajando
esto, ya lo friegas y luego lo vas a sentir donde está vivo, lo vas a sentir, que está
hinchado su pie, lo vas a sentir donde está vivo y allí lo vas a sentir la bola, la
bola que está funcionando, todo lo chinga. Por eso ahí donde, mira, ahí esta
una señora por ahí está...
Testimonios de un pueblo nahua
Doña Felicia, ¿y ella qué tendrá?
Esa enfermedad.
¿Couasihuiztli?
Sí, porque a nosotros nos dijeron que se corría, se corría arriba y ahora no
sé, porque yo le dije a mi hijo... pero de vuelta lo volvieron a joder.
¿Cómo? ¿se lo volvieron a mandar?
Agarra otra vez, cochinada pues, le dieron, este es coasihuiztli el que le
dieron para que... lo sobaba yo luego le rebajaba, pero como tienen vergüenza
pues, si lo tiene por aquí, donde está vivo, si lo tienen aquí o aquí, no creo, o
no sé si aquí, porque le digo no se muere su pierna, ya se hubiera muerto su pie
si tuviera coasihuiztli, entonces yo… Así se murió también una señora, nomás
de aquí, ya le decía vete a la casa te digo, nomás un día te voy a sobar tres veces
le digo, tempranito ya te vienes, “no, que es celoso mi marido”, no te deja o no
quiere pues ¡que te sobe él! pero no va a poder…
¿No se ha querido atender?
No, no quiere, tienen vergüenza, es como le digo mire, una señora que
estaba con ella... y se fue al baile la señora y allá qué tanto... y estaba parada,
están bailando y luego están viendo y una señora dice, prendió su cigarro y
el humo del cigarro se fue jugando, se fue jugando hasta llegó a donde está
la señora parada, y se mete el humo aquí mira, se metió el humo aquí por la
nariz. Amaneciendo y que lo veo la señora, ¡hijo de la chingada! ¡ahora sí te
chingaron! le digo, no te vas a dormir porque te van a echar quereza le digo, y
si te echaron quereza te llevó la chingada.
¿Quereza?
Quereza, de las moscas.
¿Qué es?
Que nacen gusanos, que nacen gusanos porque hay unas moscas verdes y
eso producen los gusanos, luego apestaba la pinche, esa cosa, apestaba, y que
le digo, mira antes que te chinguen, pues antes que te suba más y la chingada,
el viernes te voy a apachurrar o el miércoles, te voy a sobar le digo, cómprate
alcohol, y sí, agarro tres ajos y un vaporub, yo nomás el vaporub lo ocupo, yo
no ocupo otra medicina.
¿No ocupa las plantitas?
No yo no ocupo nada, nomás este remedio, porque este no apesta, te lavas
con agüita, antes mis hijos me regañaban: “¡lávate! qué la chingada, porque la
enfermedad”, no, la enfermedad es de ellos. No y sí, la señora no... Y sí, le digo,
el miércoles antes que coma yo mi tortilla lo agarro el vaporub y de aquí de su
pescuezo lo empiezo a apachurrar, apachurrar.
¿Usted estaba en ayunas?
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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En ayunas, no comía yo, así le digo, y se compuso.
¿Y usted sintió en la... ?
No, no no, no sentí nada, nomás pues, pues yo nomás lo soplo y con eso.
¿Y cómo se protege usted?
Pues, yo casi no... ahorita ni ayuno nada, pues a veces ayuno.
¿Hay gente que ayuna para... ?
Hay gente que ayuna, porque cuando le dan remedio a una mujer, a
veces meten, cuatro, cinco, seis ayunadores, según. Los que están jodidos los
apachurro, también los soban... y yo ahorita he apachurrado todos los dias...
El otro día que lo vi, todos los que pasaron por aquí usted ya los había
atendido.
Sí, los atiendo pues, a veces vienen los atiendo, a veces tres, a veces dos,
porque vienen los de Ahuepan, por aquí, no he ido; se murió una señora que del
corazón, que le dolía, aquí ya nomás andaba paseando y no sabía, y yo no supe,
si no fuera yo a verla pues, se murió, le dolía esto y aquí también, ya casi se
muere uno, porque ya te digo, si ya te bañó comienzan a brotar granos, granos
y materia, como materia blanca, no es materia roja, es materia blanca.
¿De dónde?
De la piel sale pues, te baña todo esto mira, te baña. Al doctor P., yo lo
curé de su cara, ya todo picado él, nomás quedó picado, picado, picado, yo lo
curé, nomás le digo, cabrón, si quieres te voy a curar, si quieres, porque le digo,
estaba estudiando a Acapulco, a lo mejor te tienen asco, miedo le digo, tienen
pues. Le digo nomás cómprate tantito petróleo, le digo, cómprame petróleo
tantito, con eso. Y sí, porque un niño estaba sarnoso, todo esto mira, sarnoso,
sarnoso, se rasca en la pared más le gusta... yo le digo, si quieres te voy a curar,
es una lucha, si me ganó, me ganó la enfermedad. Y sí, nomás le digo pues que
me compraran poquito petróleo, con eso.
¿Cuándo sabe usted que debe utilizar petróleo y cuándo con el vaporub?
El petróleo cuando tiene unos granos, el petróleo si se pudre su pie uno, yo
era pues, como, este, un chamaquito salía sangre en su boca, no podía dormir,
salía sangre, sangre, entonces estaban dos, un señor, su mujer, un marido
pues... entonces estaba apachurrando ese niño, decían que era brujo, entonces
lo apachurraban.
¿El niño?
El niño lo apachurraban, para, que tenía...
¿Tenía un animalito?
Sí, tenía animal, quería decir que era brujo, entonces yo pasé, fuí al colado,
allá me atajó su mamá del niño que estaba enfermo, “Don Fili” dice, “no vas
a apachurrar m’hijito”, lloraba. Más antes, yo le había yo apachurrado un niño
Testimonios de un pueblo nahua
también, se pudría su pie, de aquí se venía pudriendo, quedaba morado y se
pudría.
¿Y es la misma enfermedad que me dice, o es otra?
Ese es couasihuiztli, este es otro... Se lo voy a apachurrar y luego en la noche
que lo sueño, lo soñé a ese mocoso, con un señor, y el señor lo conocí quien es,
y que lo ven y que le tiran, ese señor, lo ví que le tiraron al señor.
¿En sueños?
En sueños, lo ví que le tiraron al señor... y entonces a ese que le tiraron,
pero no le pegaron al señor, le pegaron al niño, le pegaron, entonces y que le
digo a la señora, le digo mira, tu niño le diste... que lo cuides, es brujo... que
lo cuides, le digo, mira ese señor lo aborrece y le tiraron tu chamaco le digo,
él topó la piedra, no le tocó al señor, al que lo aborrecen, entonces le tocó al
niño le digo, y ya no le des le digo, porque si no, porque ese señor le digo, lo
aborrecen y puede uno pasar otro...
¿Y qué le tiraron?
Decir, su brujo pues, brujo de ellos, aquí nomás lo tenían, pero le tiraron al
señor y al señor no le pegaron, le pegaron al niño y lo andaba trayendo.
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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¿El señor también tenía su brujito?
Sí, sí también, entonces... lo curé al niño, y así entonces quién lo sabe
pues, lo soñé... pues sí, si quieres yo lo voy a sobar, y lo sobé al niño, que se
estaba pudriendo su… estaba morado. Lo apachurré, nomás como pude hacer,
comencé a soplar, a soplar, con dos apachurradas se compuso, ahora ya está
grande.
Don Filiberto, y esa enfermedad que tenía el niño ¿cómo se llama?
Pues eso, no, eso no le puedo decir, porque yo nomás lo apachurré y lo
soplé, y con eso.
¿No tiene un nombre esa enfermedad?
No, no tiene nombre, no para que le voy a decir, qué es, eso nomás de
brujería decir... de ese me condeno, yo también me condeno... se muerde, pero
eso no es nada, yo nomás lo apachurré y lo soñé que le tiraron, y lo soñé al señor
que le dieron, me enseñó en mis sueños.
Don Filiberto ¿usted puede saber las cosas que les pasan por los sueños y
al sobarlos?
Sí, cuando los sobo, porque mira, una vez...
¿Son diferentes sistemas?
Porque a un niño chiquito, aquí me vinieron a buscar, estaba trabajando yo,
hasta allá a siete kilómetros de aquí... y se fueron en una camioneta, lo llevaron
a San Marcos y llegando allá, lo apachurré abajo de un guamúchil ahí, me
sombrié tantito y comencé a apachurrar el niño mira, y no comía, ni mamaba,
si te agarra por aquí no comes, te mueres, si te agarra. Si te agarra esa bolita
que te digo, si te agarra de aquí, te mueres, ya no te deja ni tragar, ni leche, ni
la chingada.
¿El chamaco tenía pocos meses de vida?
Esa enfermedad tenía entonces, y que lo apachurré allá, y me dijo ese de
la camioneta, “si quieres te vuelvo a tus mazorcas”... y se fue a traer el crío, le
digo, mañana viernes me lo traes, el viernes, voy a ayunar, lo voy a sobar, en
ayuno, y a ver qué tal. En esa noche jueves en la noche, para viernes, lo sueño,
lo sueño una pinche culebra, así mira de las pintas, de las pintas, y lo ví que ahí
estaba mira, la culebra estaba atravesada en el árbol, ahí la ví la culebra, así,
gruesa, y estaba atravesada, y la culebra lo soñé, así nomás estaba, cada cuando
iba agarrando su repollo, entonces eso me hizo ver, mismo mi sueño me enseñó
lo que tenían.
¿Qué significaba?
Significaba que tenía couasihuiztli, y ese couasihuiztli que le decimos es
culebra, ora te van a dar escorpión, serpiente, bueno, otras cosas, y entonces,
y que lo sueño la culebra, ya nomás estaba sentada como guajolote... como
Testimonios de un pueblo nahua
cuando se esponja la... le dije al señor, le digo mira, tu hijo tenía esto, y lo
soñé un señor que le dio, le digo vi pues todo lo que le dan, y me lo trajeron y
lo apachurré y se compuso, ahora ya está grande ese mocoso, le dí medida, se
compuso pues.
¿Couasihuiztli puede ser culebra o escorpión?
Este, como le digo, serpiente.
¿Nada más, o... ?
Nomás, pues.
¿Eso significa la palabra coasí... ?
Coatl, sí porque otra cosa, eso es, y eso es lo que te va agarrar, porque
a veces queda larguito, a veces queda aquí, nomás queda aquí, creo. No lo
ves su nuera de... es mi sobrina, su nuera de P., la gordota esa, su pie creo así
estaba malo así, su vena, su vena tiene unas rayas como... así está. Su nuera de
P., es mi sobrina ella, y su marido se llama... se llama Alonso. Esa tiene por
aquí parece, porque su vena está muy encima y se ve negro, negro. Y eso es
cochinada también que tiene. Sí, porque yo oigo también por radio que de la
vena se muere uno que está enfermo, pues eso de la vena o el corazón si... algún
día que necesites nomás lo aprietas aquí, aquí ya le agarró alguna cosa de por
ahí mira, se hincha esto aquí, luego lo vas a sentir una bolita, vas a sentir que te
está chingando, sí, mientras te llega la vena al corazón, te espina como clavo,
yo ya me habían jodido de por aquí, me espina como clavo adentro, y luego
fuí a leñar y no podía leñar, y me espinaba. Y llegué aquí ya nomás lo vengo
agarrando así, aquí me senté, jalé el vaporub y me empecé a apachurrar solito,
solito, todo lo apachurré y hasta aquí lo vine a jallar la bola que estaba mira... y
te decía, cuando apachurro se me sube, lo apachurro se me sube éste, y quiere
funcionar como que pica pero luego lo apachurro y lo siento nomás... y esto es
mal, pues sí, algun día se enferma uno y qué...
Don Filiberto ¿y esa enfermedad se puede pegar de una gente a otra?
Se puede pegar, se pega.
¿Cómo se pega?
Te va a doler tu mano, cuando te duele tu mano se pega, así lo vas a sentir
si te duele tu mano, aquí lo vas a tener, o por aquí, o por aquí y lo vas a sentir
la bolita aquí, si te duele tantito por aquí o aquí, seguro tienes una bolita...
Porque una vez también andaba ahí un cabrón de por aquí de San Juan, aquí
vivía y estábamos tomando, picado que le decimos, refresco con alcohol, y era
cochino el cabrón ese que... ¡Chingada madre, para que veas hay cabrones! y lo
voy a tomar le digo, nomás tres veces lo soplo... lo soplo, qué la chingada, y me
lo tomo, y no me hizo nada aunque tenía ya cochinada, pues sí porque pues, lo
tomas, tiene algo, te crece la barriga y ahí te... y lo corrí, ya lárgate, le digo.
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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¿Y cómo descubrió usted que soplando puede disminuir o quitar eso?
Pues ya te digo, nomás así pues, yo, nadie me dijo, ni mi jefe, ni mis
papás, mis papás se murieron en un viaje, también les dieron esa cochinada, le
digo…
Yo nomás así agarré porque cuando lo apachurré la señora... esa que la
apachurré, nomás lo soplé y se compuso, y lo soplé, se compuso ella... nomás lo
soplo, en la madre, se va.
¿Alguien en su familia había tenido también ese don, o usted es el
primero?
No, yo soy el primero, por eso ahora quieren que... yo si uno está enfermo,
me alquilan, a veces se enojan los que le dieron, como ahora que está enferma
una señora, tiene quien te dio, ese tendrá quien le dio, no nomás porque se
enfermó, no, ese le dieron también, y entonces el que le dio, ese te ve si lo
apachurras y te reclama si te vió y se puede desquitar en el camino, te vio, son
cabrones, aquí son... ¡está cabrón! pues, como ahora con la gente. Hay unos que
te aborrecen, te pueden dar, aunque sea comiendo le digo, luego le digo mis
hijos, que cúrense cuando si sienten algo, díganme luego... es una cosita nada,
te duele por aquí, te duele esto, ya te duele tu mano, ya no puedes trabajar, no
puedes lavar, te está punzando esto, que se muere la pinche enferma, se muere,
si ya se murió otra, esa bolita produce granos, hay unos granos así mira, y si
se reventó, te chingó la vena y ya quedas inválido pues, quedas inválido; sea
por aquí, sea... una señora... pero yo digo, no soy chismoso mira, el pulso, de
este que tenemos aquí no lo tenía, fue a Iguala, fue con los doctores, fue con
los que apachurran y la jodida, a Iguala... y nadie, aquí con los que soban las
señoras y la jodida, y allá le dijeron cualquier rato te mueres... y cualquier rato
te vas a morir.
¿Está grave?
Sí, está grave, y la señora no comía, y vino su marido, “¿Don Fili, no lo vas
a querer ver a mi señora?” Yo no sé por qué, dice, pues yo nunca tomo, dice, y
ni me peleo ni la chingada “cómo le fueron a mandar a mi señora ¡cómo pues!”
Le digo, no sé; se llama Lazaro, no sé eso Lazaro. Hay unos, con que estés
comiendo, estés comiendo y no les des una tortilla, y unos son cabrones, son
pendejos, le digo pues, cómo me voy a enojar por una cosa que no me den, le
digo ¿por qué me voy a enojar?
Y llegué y le digo, tu tienes coasihuiztli le digo, eso tienes, no tienes otra
cosa, pero si quieres le voy a hacer lucha, si no me gana. Si me ganó ¡ni modo!
¿Cómo lo supo usted, Don Filiberto?
¿De qué? ¿de que está enferma?
Sí.
Testimonios de un pueblo nahua
Pues me vino a traer su marido, de la señora me vino a traer su marido, aquí
me vino a traer. Bueno, vamos le digo, y sí, nos fuimos y lo fuí a jallar la señora
ahí está pues, está triste, ya le dijimos, y le digo pues tú tienes coasihuiztli y lo
tenté luego, no, le digo tu tienes, tu barriga tiene, pero le voy a hacer lucha,
luego luego le vas a sentir así, tiene bola, tiene bola.
¿Tiene bola ahí en el estómago?
Tiene bola en el estómago, cuando ya te bañó y tiene bola en el estómago,
entonces lo vas a ver como chicharrón, ya lo vas a ver, bola tiene, y le vas a sentir
pues está duro, está rasposo, y sí, comencé a apachurrar la señora, una flaquita
ella, te voy a sobar nomás dos veces, te voy a sobar, y aquí en su pulso mira, por
eso te digo, cuando está la bolita, la bolita que brinca ya tenía la bolita, y ahí
nomás fíjate si unos pendejos le gana, o saber cómo le hacen, y su pulso no lo
tenía te digo, aquí, entonces le digo, comencé a pegar aquí, le agarraba con las
manos, yo sudé, sudé también, ya estaba yo, fuerte, fuerte, fuerte, luego aquí
le apachurré, como media hora fue, cuando lo siente ya bajo, le digo ¡ya! aquí
lo tiene su pulso, le digo, a su marido, aquí está su pulso, lo tiene arriba del
ombligo, no lo tiene en mero... entonces ahí tenía la bolita, también el pulso,
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por eso nomás reventaba el pulso, con eso muriera, no tenía la bolita y lo tuve
que apachurrar, le eché alcohol y vaporub y lo soplo de aquí y de acá atrás, y
con eso, cuando está de Dios, le digo. Ahora la señora anda bien, anda con su
marido pues, y entonces ella me regaló cien ahí pues, me regaló cien.
¿Esa enfermedad se la pueden pasar, dice usted, en las comidas, o en las
bebidas, o en el aire?
Yo creo en el aire.
¿O cómo pues?
Pues yo no sé como, si te dan en la comida, ese es otro, ése, en la barriga se
pone, si te dan remedio sacas alacrán, sacas marrano.
¿Esa es otra enfermedad?
Sí esa es otra enfermedad.
¿Esa cómo se llama?
Este... bueno le dicen chapulín nomás, chapulín, luego le dan... hay unos
que pueden dar marranito, pueden dar alacrán, o pueden dar esa chingadera,
arañas, bueno, de diferente animal pueden dar.
¿Ese usted no lo atiende?
No, ese yo no, no, no, no puedo pues eso, para curarlo, o sea que me dicen,
por qué no doy remedio, yo le digo, y vienen unos a ver, ya está bien hinchado
su pie pero yo no lo veo. Una vez vino una señora, aquí también le sobaron y
estaba jodida, que ¿no está embarazada? No, dice el marido, está jodida... ¿qué
le echaron sapo? sapo que se te esponja, no, nomás, ese es animal que le echan
cuando se esponja, es sapo, que se le echa, le digo, mira, mejor que le den
remedio a la señora, porque ya no quería ni que la agarraran. Sí pues, yo nomás
hago eso, ya le digo, como ahora la señora que nomás lo apachurraba pues, se
dejaba pues, hay unos que no tienen vergüenza, ese nomás lo sobara yo de aquí,
lo sobara yo, en ayuno con tres veces lo hubiera yo chingado.
Entonces, esa enfermedad que ocupa remedio usted no la cura, la que
cura usted es la de couasihuiztli nada más ¿o hay otras enfermedades que usted
puede curar?
Otras enfermedades, ya le digo, otras enfermedades como ahora si uno le
sale sangre, ya ‘tá digo, nomás le soplo, paran.
¿Sangre de dónde?
De la boca, al mocoso te digo, le salía sangre de la boca, nomás lo soplé,
es cochinada.
¿Es diferente cochinada de couasihuiztle?
Ese es otro.
¿Es diferente?
Son casi iguales pues, todos, cochinada también, entonces ese mocoso salía
Testimonios de un pueblo nahua
sangre de su boca y no dormía, las noches no dormía, si duerme lo traga la
sangre, está cabrón, y yo llegué lo soplé y se durmió, con eso.Luego le digo que
se vaya a acostar, que se va a reponer su escuincle, le decía yo, se durmió, se
compuso, ahora ya está grande el mocoso.
¿Y qué otra enfermedad puede usted curar?
Pues depende como venga, depende como venga ¿no? Enfermedad
solamente, porque ya le digo, si está grande su barriga, pues esa enfermedad
casi no puedo, esa ya tiene, de esa, esa necesita tomada; si su pie está medio
malo, que se pudre o algo, que ya está jodido así, si no ya tiene granos le digo,
o si tiene granos que se rasca y se rasca, también se lo puedo curar.
¿Y esa como se llama?
Pues, este... yo ese no sé, pero sí le curo.
¿No le pone un nombre?
No, no, no, porque le digo hay unos granos, no, porque yo tenía, ya está
grande la muchacha, le salía así mira ¡bolas! y se rascaba, en el tabique se
rascaba y se rascaba ¡híjole! y cuando lo curé, le digo a su madre que tenía
materia blanca, hedionda, y que lo curo a su hija. Le digo pues, puedo curar, si
me ganó me ganó; ora pues entonces sí consigo petróleo, poquito, una botella,
poquito nomás, quiere que lo embarre yo, le digo, quiere que lo embarre yo sus
pies, embarrado nomás, no es necesario que lo tome, nada de eso… si le escoce
su dedo, porque a veces el escozor produce ese pinto prieto, pinto blanco, pinto
feo y con eso le curé, hasta que te mueres... te escoce también, y nomás eso
lo embarré, le eché vaporub, comencé a soplar y lo bañé con chalalate; en la
madre, quedó...
¿Con chalalate?
Con chalalate lo bañé nomás, tres veces le echo jabón con chalalate y tres
veces con agua, con agua limpia, ya con eso nomás, toda la piel lisa quedó, así
nomás.
Don Filiberto, y ese couasihuiztli ¿cómo sienten las gentes? ¿qué les pasa?
Pues eso, pues te digo, es te va agarrar una cosa así en tu cuerpo, y aire, no,
como picante, te está jalando, te está jalando.
¿Arde la piel?
Sí la piel, y entonces ya, si lo tienes aquí te baña pues, te baña, te duele,
¡vaya! no vas a dormir, no te hace dormir, duele...
¿No duermen y les duele el cuerpo?
Les duele el cuerpo sólo.
¿Qué otras molestias tienen?
Y a veces mira, si no le sale su... una muchacha vino, una trenzuda ella, como
bolas, como bolas lo chingaron de aquí, y que me dice su mamá, amigo dice,
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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apachúrrame a mi hija, dice; ‘ora pues, una apachurrada le digo, ya lo jodieron
de aquí, el mismo mi albañil, dice, lo chingó, está cabrón le digo. Bueno lo
voy a sobar le digo, si me gana… y ahí sí le gané... comencé a apachurrar a la
muchacha, de aquí le digo, y lo soplo y la chingada, con eso se compuso. Una
mujer que lloraba mucho, su ojo le dolía, y nomás eso, le lloraba su ojo, no veía,
ya no veía pues, ya no veía, y me vienen a buscar de allá... Y fuí para allá, lo
fuí a jallar, nomás estaba tapada la señora con su mandil, ya no puede ver, y lo
apachurro su ojo también, todo esto de aquí, y lo fuí a soplar nomás su cara,
con eso se compuso, pero sí pues.
Entonces esa enfermedad puede ser muy diferente.
Sí, muy diferente, te puede cambiar de ojo, no le digo, te cambia y a veces
ya te digo si uno no duerme es otra cosa verdad, es de...
¿Cuando no duermen qué es?
Es el mismo, no le hace dormir el dolor, un dolor que tenga en su pecho,
un dolor que tenga en su espalda, un dolor de la mano, un dolor de por aquí,
ese no le hace dormir…
¿Puede ser que se trastornen?
Sí, queda inválido, si un dolor de acá le duele, pues a veces ahí, uno te va a
decir si está muerto su puño, si está muerto, necesita que lo soben de por aquí
mira, para que reviva ésta, la vena, necesita, te sobo, te apachurro apretado
para que reviva, si no ya no funciona la vena, se muere, si nomás para que
tienes ahí te mueres, no puedes ni trozar, si nomás te agarra por aquí en la
vena casi no vas a poder ni trozar, ni vas a poder moler… lo vas a sentir, como
‘ora que lo apachurro lo siento, que también está entumido duele mucho, algo
vas dándole, dándole... con eso se compone pues, gracias a Dios pues le digo.
Porque también te digo, yo... como ‘ora un niño chiquito, pues a veces llegan
niños o niñas, luego con la boca con espuma y gritan que la chingada, y me
vienen a traer, dicen ve a mi niño, pues aquí, es brujo, es brujo, no pues le sale
su baba... ahorita voy, dame vaporub, dame alcohol, nomás los apachurro y la
chingada y los soplo, en la madre se va todo, y se componen. Sí, te digo nomás,
que Dios me dio, pues yo nomás lo apachurro y a la chingada se va, y lo soplo
y luego le digo quieres nomás que te apachurre yo, te voy a apachurrar pero no
te va ayudar en nada, luego les digo pues, si nomás te voy a sobar, si no te voy
a soplar, nomás no te va a ayudar.
¿Tiene que ser completo?
Sí, completo, si quieres y si nomás que te sobe yo, le digo no respondo yo,
y así les voy ayudando varios pues, los ayudo.
¿Y hay gentes enfermos de esta enfermedad, couasihuiztli que se afecten de
la mente?
Testimonios de un pueblo nahua
Sí, se afectan también pues de ese de couasihuiztli afecta, no puede caminar,
o una cosa les falla nomás por decir, ese misma enfermedad, y sí, tienen otra
cosa luego les digo, mira si no pude, toma remedio y con eso, tomando remedio
ya se compone, y si no se compone vienes para que te... porque a veces tomando
remedio te avisa el remedio mismo, y ahí te dice como quieres pues, si quieres
que te soben te avisa, porque yo una vez lo fuí a apachurrar a una señora, ya
estaba jodida toda, todo pues todo, y le dije cuando... a ver si no me gana y
ya le dije, le digo ¿ya tomaste remedio? Si no toma remedio primero, dice, ya
tomé señor ya tomé, pero me dijo el remedio que me apachurre el que pueda,
si no me apachurra el que puede no nos vamos a aliviar, así le dijo el remedio,
que la apachurre el que pueda, no le digo, entonces sí, con dos putazos me lo
llevo le digo, sí, le digo me lo llevo; y sí, lo comencé a sobar, le dí fuerte de
hasta abajo, a sobar, a sobar y a sobar, y ahora sí voltéate le digo, comencé a
soplarle, a soplarle, ya cuando lo vi, se van perdiendo se van perdiendo las
bolas, ya le digo, la chingadera ya le digo, me ganó, se compuso la señora, anda
paseando ya nomás, y ya no se enferma. Yo tengo un chingo de ahijados, un
chingo, así enfermos me dicen, déme medida... otro muchacho, uno que se
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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llama, este, Margarito que le llaman, cómo me dieron lata esos cabrones, ese
cabrón seguido le daban cochinada, seguido le daban, y un día pues le dieron la
chingadera y ya... y yo pues me buscaron, andaba yo tomando, me hallaron, me
llevaron aquí... y nomás ese lo fuí a apachurrar y comencé a soplar a soplar, a la
chingada se fue, luego me dieron mi cartón (de cervezas) y me dieron de cenar
carne de marrano, era San Lucas. Se compuso y ya después quiso que le dé yo,
aunque, le rece el Padre y que le dé yo medida, y le digo órale pues.
¿Qué es medida?
Medida, un trapito que... de la feria de Cuetzalan, un trapito que les ponen
en el pescuezo, y le rezo el Padre y con eso mira, ‘ora no se enferma el cabrón...
me dan mis ahijados pues, quieren que les de yo medida, y les ayudo pues.
¿Está bendita la medida?
Sí, está bendita.
¿De Cuetzala?
Sí, de Cuetzala, traje como diez por un año, son listoncitos y traje diez,
y eso lo ocupo cuando una niña está enferma, no se puede aliviar, con eso
le doy y anda... yo hartos, ya les ayudé, pero son mal agradecidos, son mal
agradecidos…
¿Pero otros sí están más agradecidos?
Sí, hay unos que sí pues, hay unos... que ya no se les va a ofrecer, una
comadre que vive por aquí, el muchacho tenía, o sea, lo encontró su tío y su
tío lo maltrató al mocoso, le dice ¡hijo de tu chingada madre! le dijo, creciste
de veras… te va a llevar la chingada, y él qué sabe, sabe el mocoso y sabe su
tío, luego al mocoso lo comenzó a agarrar calentura, calentura y llegando allá
a su casa del mocoso, se acusa con su madre... que me dijo mi tío, que no
voy a crecer, y en eso al otro día que me lo traen al muchacho, me lo trae mi
comadre, compadrito dice, quiero que me lo apachurres mi hijo le digo, ya le
dijo su tío que no va a crecer, y qué va uno a saber pues que le va a chingar, y
lo comencé a apachurrar mira... y aunque, su tío si te quieres pegar... si quieres
¿no? Se murió el señor, quedó inválido el señor, ya no pudo caminar.
¿Se le revirtió?
Ya ni pa’l baño, ya andaba nomás como criatura, mira estaba gordote el
cabrón ese, y se chingó, sí, es peligroso. Y veo una persona que a ver, luego
le digo si quieres vete a la casa, si quieres digo yo, la veo. Porque eso de la
enfermedad que te digo, couasihuiztli, ya te bañó y te inyectan dos veces y
queda inválido uno, queda inválido.
¿Qué les inyectan?
Si se inyectan, se emputa la enfermedad, se emputa, porque aquí un señor,
como se murió, tenía aquí la bolota, aquí, y lo llevaron al... o sea que se puso en
Chilpancingo, lo operaron, al camino hasta gritó como cuando está borracho,
Testimonios de un pueblo nahua
gritó y me nombró, que me buscaba, y eso que ya lo habían operado, que ya
venía jodido, estaba jodido, y me nombró dice, ay mi amigo dispénsame que le
grito. Así yo le digo, y luego llegando medio enfermo me mandó traer, que vaya
yo, y llegué pues, ya está operado y luego aquí ya está hinchado, aquí también
está hinchado, le digo, ay amigo, que le digo a sus hijos, para qué lo operan,
no lo hubieran operado, en lugar que lo operaran mejor le dieran remedio pa’
luego, ustedes lo van a matar le digo, perdieron su dinero de en balde, le digo
ese dinero gastaron, y qué le trataron, dice, nada, y entonces digo, y ahora
cómo te voy a apachurrar, aquí tiene vendas, tiene vendas, pero mira señor
cómo es la enfermedad, de aquí este, mire, abajo bien hinchado, de aquí creo,
de aquí, pero de aquí este estaba bien pilinchi, bien pilinchi, ni se hinchó nada
de por aquí, no se hinchó nada, y de aquí pa abajo. Inválido quedó, ya no lo
aguanta su cadera, le digo, amigo como la chingaste, y luego esa enfermedad
que tiene, dice quedó como inválido, se entumió las venas, todo esto, y que y
si no se muriera se debiera de componer pues, pero le ganó, se murió. Lo fuí a
apachurrar, no dormía. Su saliva, le echaban periódico y le escupía, escupía, y
lo fuí a apachurrar aunque sea así pues, estaba hinchado, estaba hinchado... lo
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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fuí a apachurrar, ellos también se asustaron, la baba es de la misma cochinada
que tenía, pero nomás lo fuí a apachurrar y le paró le digo, la baba ya no... y
durmió, se durmió, nomás que se murió. Entonces fue su hermano que le dio
esa cochinada, su hermano mismo.
¿Cómo pues?
Le dio esa cochinada fíjate, puede ser cabrón y es su hermano... cuando
llegó, porque toca los pistones, por eso, y quería ir a tocar, quería, cuando
también lo agarró mal... si me dan permiso... porque dijo, pero es su hermano,
lo corrieron pues, lárgate a la chingada, aunque con nosotros tenía compromiso,
lárgate a la chingada le digo, y de ahí el que... Un hijo de uno que se murió,
también éstaba jodido, ya lo fuí a apachurrar también, un hijo de él también
estaba jodido, él tenía bolas aquí, porque esas bolas si nomás le dejas, camina,
camina, y es cuando te vence pues, te mata, y nomás lo fuí a soplar, con eso,
allá.
¿Y mejoró?
Sí, porque cuando algún enfermo ya del corazón, es que la vena se hincha
esto, se hincha porque, como ahora como le digo, mira lo corre está liso, está
liso, pero si le duele el corazón tiene como... y entonces lo vas a sentir la vena
está gruesa, está gruesa, todo esto, todo esto la vena está grueso, entonces bajas,
se concentra uno, porque nomás le agarras aquí apretado y aquí, ora ustedes
usan guantes, yo así nomás apachurro, ustedes usan guantes para que no se
suba pues, deveras que sí, lo vas a sentir, está peligroso.
A Don Filiberto una vez le echaron 6 alacranes. Les sopló y se quedaron
inmóviles; entonces los metió en una botella con alcohol y todos se murieron.
De esta forma se revirtió el efecto “y el otro cabrón se murió”.
“Hay que meter en alcohol lo que se echa fuera cuando se recibe la toma.
así se revierte el efecto y el que echó lo malo se muere”.
Xalitla, 21.VII.96
“Cuando el paciente está muy grave y veo que no lo voy a poder curar lo
mando a que le den remedio. Yo no doy remedio porque me da miedo que se
vuelvan locos”.
“Con la toma, el enfermo tiene que vomitar todo, y los ayunadores
tienen que apachurrarlo y limpiarlo con una vela que luego hay que llevar a la
iglesia”.
“La enfermedad es ‘ajena’ porque te la dieron”.
“Las enfermedades que curo también son por cochinada que echa la gente
envidiosa, la gente que te aborrece, te lo puede echar con sólo palmearte la
espalda, cuando te saluda. Esta enfermedad que yo curo, el coasihuiztle, si ya te
bañó te salen granos, materia blanca, si ya te jodió te puedes quedar inválido,
pero le hago lucha, si me ganó, me ganó”.
“Para curar los granos se usa chalalate y petróleo, o a veces petróleo, con
chile y sal. Las manchas que salen por los granos se llaman ‘pinto prieto’ y
‘pinto colorado’, producen escozor, para eso es bueno el chalalate con petróleo;
también la saliva es buena para sobar, pero estando en ayunas. Para protegerme
de contagiarme de alguna enfermedad ayuno y me tomo tres dientes de ajo”.
28.VII.96
“De Timia, su brujo es una perra”.
“Los ‘caballeros’ cuando se mueren, retumba, caen luces de colores. Nacen
en viernes. Se los da Dios”.
“Toribia era brujita, se peleó con otro y ambos murieron”.
“En Ameyaltepec había un señor que cuidaba el agua, se llamaba Lucio,
él era caballero. No querían que lo enterraran, había que velarlo tres noches
porque iba a regresar, pero la señora lo enterró casi vivo, ‘taba caliente. Cuando
se murió retumbó la tierra”.
“Si matas a un familiar el diablo te da dinero, pero no te luce”.
“Doña Marcia nomás sale a engañar. Cobra caro”.
“Si lo pides y tomas remedio te lo dan”
“A los que saben dar remedio los chingan, a Doña Chana la dejaron ciega.
Ch. mató a uno con la toma. ya lo andaban matando. Se disfrazó de mujer para
escapar”.
“El bazo o icomal es una enfermedad de los niños. Se ponen amarillos, no
comen, se quedan tristes y flacos”.
“El empacho se trata con cola de tlacoache. Desde que hay clínica ya no
hay”.
03.IX.96
Este día don Filiberto salió por la noche a “apachurrar” a una señora, la
cual se quejaba de un fuerte dolor en el tobillo derecho que le molestaba para
caminar.
Don Filiberto utilizó vaporub, alcohol y un ajo para sobar. Comenzó
restregando el ajo en el pie y pantorrilla de la señora, después con vaporub
393
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
394
comenzó a deslizar su mano para ir explorando la pierna y localizar alguna
anomalía que estuviera causando el dolor en el tobillo. Después de presionar
con mucha fuerza desde la rodilla hasta los dedos del pie, aseguró haber
encontrado “granos en la vena” (poplítea), y una bolita “como tomatito” en el
tobillo. Alternando con la aplicación de vaporub utilizó alcohol, y mientras lo
untaba iba soplando la pierna. La señora se quejaba y gritaba por el dolor que
le causaba la “apachurrada”.
Don Filiberto comentaba que ese no era un caso grave, pues en otras
ocasiones “los pacientes lloran y gritan porque ya los bañó la enfermedad,
la enfermedad es algo que está vivo, con la apachurrada yo tengo que sentir
cuando la mato, se necesitan tres o cuatro apachurradas para que se muera,
porque si no la mato, se va a otras partes del cuerpo y eso se hincha y duele
más”.
“No sé cómo se pega esta enfermedad, pero es por las personas que son
‘cochinas’, que ‘pueden’, puede ser mandado con dirección hacia una persona o
pueden simplemente dejarlo por los caminos, y si alguien pasa por ahí se lleva
la enfermedad, pero cuando ya se agarró, duele y en la vena se sienten granos,
se siente como una ciruelita.Este couasihuiztli no siempre está en la parte que le
duele al enfermo, tengo que buscarlo al apachurrar”.
“Las personas que ‘pueden’, nomás pueden echar ocho o diez veces, pues
después si se pasan de diez veces pueden quedar inválidos o morirse”.
15.IX.96
Hoy “apachurró” a una señora que tenía una bola en la rodill“nomás dos
sobadas le dí para chingarlo”.
“Dos señoras se pelearon en la calle (una era la molendera de M.A.), una
de ellas puede echar esta enfermedad de couasihuiztli, y se la pasó al hombro
y al cuello, pero la sobé a tiempo y se pudo recuperar. Este tipo de gentes que
pueden echar este tipo de enfermedades, están limitadas, Dios nomás les da
para que puedan enfermar siete, ocho, máximo diez personas, no más, de ahí
no pasa. Cuando hacen más daño de esa cantidad se mueren, o los mata la
gente.”
“M.A. se salvó de milagro de que la mataran, andaba engañando en su
pueblo, por cobrar tan caro, una vez pidió cinco cargas de maíz, no está bien
cobrar tan caro porque la gente no tiene dinero, y menos andar engañando
diciéndoles que sacan cosas que no es cierto. Ella andaba diciendo que en su
pueblo iba a manar el agua y andaba con sus rezos invitando a la gente, pero era
un engaño, los hombres del pueblo se burlaron de ella (no fue claro si abusaron
de ella o la pusieron en ridículo)”.
“Las personas que pueden echar son muy envidiosas”.
Xalitla, 26.XI.96
Papayotsin: “loquita”.
Papayou“loca”.
Quicocuayohlo: “le duele su corazón”.
Tlayocoy“se pone triste”.
Melahtlauele: “es corajuda una persona”.
Tlalmestl “brujo luna”.
Yeyecatetl: “piedras que antes adoraban”.
Oquicuili tlaseuan: “le quitó su sombra”.
395
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
396
Don Ruperto Zambrano Ixtencualolistl“se ponen rojos sus ojos”.
Oquitonalcuil “le quitó su sombra”.
Cantiquisas: “lo pasó a traer”.
Malacatetl: “va rodando como pelota”.
Xalitla, 06.III.95
Don Ruperto me explicó que además de curandero, él es “pistonero”,
rezandero y albañil.
La elección del tepatiani
16.XII.96
Hay varios tipos o formas en que se presenta el couasihuiztli en el cuerpo: en
forma de culebrita de color negro, o en forma de tomatito, como una bolita.
Don Filiberto explica que el dolor que provoca esta enfermedad es más
intenso cuando está dirigida a la persona que le llega que si solamente se recoge
en el camino. En el primer caso se acompaña de fiebre muy alta. Cuenta el caso
de una señora que tenía que mantener los pies en agua fría para controlar el
ardor que esa enfermedad le ocasionaba.
Las especialidades terapéuticas
Doña Flora Nicasia dice que en ocasiones a la gente que va a que ella los
sobe de topontli los remite a que los atienda don Filiberto, pues por la forma de
la enfermedad ella reconoce si se trata de “bola” o de couasihuiztli.
Don Filiberto me dice que efectivamente es más común que doña Flora le
mande los enfermos que pensaban que tenían “bola” y se trataba de couasihuiztli
a que los enfermos lleguen primero con él pensando que se trata de couasihuiztli
y lo que tengan sea topontli.
Lo que suele pasar es que lleguen con él pacientes que tienen “espanto” del
tipo que provoca algunos granos parecidos a los que resultan del couasihuiztli.
En esos casos en los que duda que sea couasihuiztle les dice a sus pacientes que
si no mejoran rápido vayan a “buscarse”, a “rifarse” porque seguramente es
“espanto”.
Hace algunos días don Fernando enfermó y fue el caso que confundió o
pensó tener couasihuiztli y se trató finalmente de “espanto”. Le salieron unos
granos en las axilas, intentó apachurrarse y no se mejoró, se puso una pomada
que le recetó el doctor y dice que no le hizo provecho. Finalmente fue a que
doña Florencia lo “regara” pues en la “rifa” se vio que se trataba de un “espanto”
cerca de algún hormiguero. Don Filiberto dice que eso fue realmente lo que
provocó que le salieran esos granos, pues dice haberlo confirmado por el hecho
de que hasta después de la “regada” le hizo provecho la pomada.
¿Cómo descubrió que podía curar?
“No fué de nacimiento” me aclaró, “cuando fui comisario la gente me
tenía muchas envidias y malos deseos. Un día, después de una fiesta, me quedé
borracho junto al río y amanecí con la boca chueca, tan chueca que hasta pena
me daba que me vieran, no podía ni tomar bien un refresco. Fuí con Don Mauro
Adán. Me rifó y me dijo que eso no era por aires, que era una cochinada”.
“Entonces tuve que ir a buscar a otro “brujito” para que me curara. Cuando
me dieron la toma, mi Dios, la planta, me dijo que con ella podía sacar para un
taquito, ‘hacer la luchita’, pero que no debía cobrar caro, que tenía que ayudar
a los pobres. La gente me tiene fe, pero no soy yo el que cura, es allá arriba, es
Dios. Esto es una cosa de mucho respeto, este remedio hay que respetarlo”.
“Hay enfermedades naturales que sí puede curar el médico, pero hay otras
más difíciles, ‘domésticas’ pues. Esas nada más nosotros las podemos curar”.
Don Ruperto, junto con Don Mauro, curó al hijo de R. “¡Ese sí es brujito!”
exclamó Don Ruperto. Don Mauro iba a sobar al niño enfermo y el mismo
Don Mauro insistió en que también Ruperto lo sobar“para que vieran que los
dos podíamos.”
Don Ruperto dice que para protegerse del “daño” la gente debe tomar ajo
los viernes. Dice que a Berna Fernández lo curó del daño que tenía, que no se
podía mover de una mitad del cuerpo, ni podía ver. Con la “toma” se mejoró,
algo que no pudieron lograr los médicos.
Doña Lorenza Xalitla, 04.XI.96
“Los tlacotes son granos que salen de a uno o dos, se curan con chalalate
y sulfatiazol. A mi nieta le salió uno en el ombligo y como que se le quería
pudrir, tienen mucha pus; a mí le salió en un brazo y se me hinchó. La niña se
curó con totol, es un árbol que le dicen bellota, tiene flores amarillas y su fruto
se utilizaba para mascarlo como chicle, es como una lechita lo que le sacan”.
Lorenza puede curar “daño”. Utiliza aceite rosado, epazote con mezcal y
sal.
397
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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“La niña que te gusta, la niña risueña, como que te gusta y no se deja agarrar
le calientan la sangrita y nomás empiezan a llorar, a veces les da vómito, les da
calentura, si tiene fuerte el vómito, le da mucho el vómito. Un niño, cuando les
hacen daño en el pecho, en su corazón, les agarra fuerte el vómito”.
“Dicen que cuando a uno le hacen daño ya de grande, si a un niño le hacen
mucho daño, cuando crece también puede dar daño. No cualquiera puede hacer
daño, nomás algunos, vas a sentir que hasta te lloran... en mí misma siento,
cuando a mí me gustan, me gusta una niña, y para que voy a decir que no, yo
puedo hacer daño, sientes como que te van a llorar tus ojos, luego se empieza a
molestar el niño, llora y llora si no lo vas a agarrar”.
Don Mauro Adán
Xalitla, 20.III.95
Don Mauro Adán tiene 88 años, es originario y residente de Xalitla y es
agricultor. Acepta a medias que puede curar. No quiere hablar abiertamente de
ello. Dice Don Mauro :
“Yo así nací, no tuve que buscarlo en la toma, es un don de Dios. Aunque
soy hombre, no ando buscando pleito”.
Luego explica cómo curó a Ruperto :
“Tenía la boca chueca, le habían hecho cochinada, ahí tengo un remedio
que le ayudó. Aunque es amigo, todavía no me paga… y había dicho que al día
siguiente me traía el dinero… Yo no ando curando así nomás, prefiero curar a
mis familiares”.
“Este cigarrito es bueno” dijo refiriéndose al tabaco, “con alcoholito y una
plantita que tengo, se prepara el remedio para sobar”.
Mañana martes van a un “compromiso”. Parece que su hijo lo va a
acompañar a hacer una curación. Esta entrevista fue muy difícil; al llegar,
por más que argüí que yo prefería brindar con cerveza, me presionaron para
aceptar lo que ellos tomaban. Tuve que tomarme un “picadito” (Coca-Cola con
alcohol puro) aunque fuera “de señorita” (menos cargado de alcohol). Llegando
a casa me vomité.
“Ya vino, ahora tiene que tomar con nosotros” decía Don Mauro, quien
pronto se emborrachó; incluso se golpeó la cabeza con la pala, pues cayó al
suelo estando en posición de cuclillas. Luego tuve que seguirle con el hijo. No
me gustó tener que tomar eso. Además, Don Mauro espera que cuando regrese
nos tomemos un mezcal preparado con limón, chile y jitomate.
Don Pablo y su esposa desconocen que Don Mauro pueda curar, pero
Pablo sí cree que sepa echar “cochinada” porque una vez, hace veinte años, lo
vio en duelo contra otro borracho. Ambos se obligaron mutuamente a tomar
unas bebidas, una con pelos y otra con escupitajos.
Don Mauro habló de un hijo que hace tiempo, con su esposa e hijos, se fué
a trabajar a Estados Unidos. Tiene 48 años y ya dejó de trabajar porque está
enfermo. Parece que se asustó porque estuvo a punto de tener un accidente
automovilístico. Dice Don Mauro: “No andaba borracho. Ya le rifaron aquí
en Xalitla pero como lo regaron en Estados Unidos, no se curó”. Lo están
esperando este mes para que venga a curarse. Le van a dar la “toma”. Van a
“alquilar” a alguien, “a ver qué saca del estómago. Aunque está en Estados
Unidos, allá también hay gente de aquí, pero donde quiera hay gente que hace
brujería. Hay mucha cochinada”.
Xalitla, 12.IV.95
¿Y así fue como Don Ruperto aprendió también?
No ¡bah! no le dí el remedió, no, no nomás lo apachurré. Se compuso pues,
se compuso para que, ái le puede preguntar es amigo pues ¡bah!
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
400
Don Mauro me habla de unas luciérnagas que se llaman Tlalmestl “si te
pasaban entre las piernas, ¡ya te jodías, te ibas a morir!”.
Pedro T., el cihuateyuga, se enojó con Don Pascual porque éste último no
quiso tomar un trago con él. Don Pascual cuenta : “No había luz, me hacía
señas con el rebozo, le tiré un botellazo que se hizo añicos, al día siguiente
fuí a buscar la botella y ¡estaba enterita! El maestro Leobardo P. fue quien lo
“amarró”, rezando. Antes, como no había luz, se asustaba uno más.
Le pregunto si Pedro T. buscaba a los hombres y me responde: “Digamos
que fuera puto, no, no era, ¡nomás se disfrazaba de mujer!”.
Doña Eutimia
15.VII.96
¿Usted cree que haya enfermedades de malestares, o de infortunios que
tenga la gente, que de plano no va con el médico, no porque no necesite un
médico, sino otra atención?
Hay algunas personas, pues ahorita estábamos platicando de una señora
que era de acá atras, es diábetica de, de quién sabe cuándo yo no sé, porque
no se trata con médico particular... entonces este ahorita tiene su azúcar bien
elevada, es algo serio. Este y entonces ella, ahorita, tiene la creencia de que
ya no va a ir con médico porque, no es científico su problema es de otra causa
¿no?... Ajá, que le hicieron cochinadas, entonces yo le estaba comentando, es
que usted no tiene cochinada, usted es hipertensa una y otra, es diabética, y
las diabetes ya le está afectando otros órganos, nos dices que ya no veo. Sí,
pero hay que tomar en cuenta que, que la diabetis también otro órganos, le va
a afectar, le va afectar la vista, le va afectar el estómago, le va afectar muchas
otras causas, el paciente diabético nunca se muere por un daño... se muere por
las complicaciones y por una diabetis mal tratada, la diabetis no es mortal si
se le trata bien, pero no está tratada su diabetis... todo eso, su diabetis está
tan elevada, que está afectando, ya otros órganos, pero no es porque le están
haciendo cochinadas ¿eh?...
No... pero, este, casi no están en los casos, o sea es raro pues, el caso que se
trate con médico tradicional es menos, casi no hay, son raros.
¿Usted nunca iría con un médico tradicional?
Pues en un caso necesario sí, sí iría con un médico tradicional, porque,
este, bueno tomando en cuenta que por ejemplo, ellos dán tomas, que hacen
limpias, que dan remedios caseros, o sea remedios conocidos por nosotros,
pero sabemos apreciar ¿no? Entonces no todo se reduce a tomas, entonces hay
médicos tradicionales que curan con limpias, entonces, yo en mi caso he tenido
experiencias con... Entonces hay gente que dice que no existe el empacho, que
no existe el mal de ojo, y sí existen. Si existen porque yo tuve la experiencia
con mi hijo mas grande, entonces mi hijo empezó con vómito, empezó a
vomitar y en la primera... lo miraba pero no sabía, no sabía ni qué hacer ¿no?
Entonces en la primera vez que vomitó yo le llevé con el médico, con el médico,
pediatra, entonces el médico me dio su tratamiento y me lo traje, el niño seguía
vomitando a upa, upa mía, temperatura, era lo único que tenía y vomitó, era lo
único que tenía, comía y vomitaba, vomitaba. Al día siguiente, me fuí otra vez
con el médico, me vuelve a cambiar el médicamento y me da ampolletas y me
da esto, esto, estoy... para que siguiera el tratamiento, y mi hijo seguía igual.
Entonces...
¿Qué edad tenía su niño?
Tenía como un año y medio, más o menos. Entonces me decían ahí... que
a lo mejor es esto ¿no? que a lo mejor es lo otro, no, ¡quién sabe qué!
¿Qúe decía que era?
Vino mi mamá y me dijo: mira sabes que tu hijo tiene daño, es el mal de
ojo. Entonces, le decía yo, mal de ojo, no puede ser porque lo llevé con dos
señoras que saben sobar y no se le quita, y sigue con sus vómitos y sigue con su
calentura, me dijo tiene mal de ojo, llévatelo. Así que yo fuí con un Francisco
López, que yo me acuerdo que me fuí, que me fuí a las cinco de la mañana,
como cinco treinta, temprano. Este hombre me dijo ¿sabes qué? tráemelo a las
siete de la mañana, no ahorita, a las ocho de la mañana te espero. Me regresé
y antes de las ocho de la mañana... mi hijo, y este y llegamos y me dijo: tiene
daño y agarró... a sobar nada más y nada más, lo sobó con vaporub y alcohol
y me lo traje y, en el camino me pidió de comer, agarré y le dí, pero yo tenía
miedo de que vomitara... o sea, comía y vomitaba, y le dí de comer, pero este, lo
retuvo, llegué aquí y ya no vomitaba, después llegué a la tienda y me pidió una
naranja, le dí una naranja, se la comió... y no volvió a vomitar en todo el día. A
las cinco de la tarde lo volví a llevar otra vez. Después le comenté al pediatra
y el se rió, cuando yo le dije, pues no, hice así y así doctor y se me compuso,
se rió y le dijpues a lo mejor no me cree doctor pues, yo le estoy diciendo, por
que yo vi, pues yo con su medicamento, entonces yo se lo traje tres veces, tres
días seguidos y el vómito no cedía, y la calentura no cedía, con eso cedió,
entonces yo le comentaba a él, me gasté más en pasajes, en medicamentos...
me como...
¿Durante tres días le estuvo dando el medicamento?
Los tres días... tal como me decía el médico, y le dije, después le cambió
inyectable, tomado no lo retiene, o sea inyectable, lo cambié y así... póngalo
cada doce horas, entonces exactamente cada doce horas se los ponía, y de todos
401
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
402
modos el vómito no cedió y entonces lo llevé con ese señor y sí cedió. Entonces
después se me volvió a enfermar de empacho, tenía calentura, diarrea, empezó
con diarrea y calentura y…
Pero, ¿cómo hace la diferencia de la primera vez? También era antes de la
primera...
Sí y esta vez fue diarrea, calentura, entonces agarré y lo llevé y ya me dio
su tratamiento y pues, no, no cedió, me acuerdo esa vez lo llevé como siete
días seguidos. A veces lo llevaba en la noche, a veces en la mañana, a veces
lo llevaba en la tarde, entonces se me ponía más mal y yo le decía al doctor:
doctor, hace diarrea como cinco veces al día, se me está deshidratando, y ya
me decívamos a cambiarle el medicamento, la calentura no le cede, le cede
dos horas y vuelve otra vez, si me espero a su medicamento,usted me dice que
le dé su medicamento, así... no cede. Entonces me dice, vamos a cambiarle el
medicamento, y me dio... le cambiaba, pasaron como siete días, y ya no, nada
más tenía calentura, tenía diarrea, no había dejado de vomitar. Estaba bien
deshidratada... lo fui a ver y me dijo: ¿sabes qué? vamos a internar a tu hijo, y
lo vamos a internar ya, y yo me quedé pensando ¿no? cómo lo van a internar,
pues, ¿no? Eso no puede ser, y entonces agarré y le dij¿sabe qué doctor? regreso
en la tarde, y me dijo: no va a regresar, sí, regreso en la tarde, pero y me fui ya,
le platiqué a mi... espero ¿qué hacemos?, dice el doctor que lo va internar, que
hay que internarlo, no dice, no, no puede ser pues, y me dice el doctor que tiene
un infección, pero ¿qué clase de infección que no cede?... tratamiento y, parece
que no cede... pues. Entonces no sé quién le platicaría por ahí, supo algo del
empacho y me decía pues, no a lo mejor está empachado, y le dije, pero nosotros
qué... y al día siguiente lo llevamos con una señora que vive en Aztcala
¿Y aquí nadie cura de empacho?
Pues, que yo sepa no, o sea que yo sepa.
Les falta un especialista (risas).
Nos falta un especialista, pues, ahí donde lo llevé, no miento o sea que yo,
que yo no quería que se lo llevaran de aquí, aquí lo quiero por si no le da tomar
nada, pues dicen, que le da de tomar aceite, estomaquit y no sé qué. Pero como
estaba mi mamá aquí, entonces agarra y le dice usted acompáñeme y vamos a
llevar al niño a sobar, porque ella no quiere. Agarra mi mamá a mi hijo y se
lo llevan... cuando dice, que se trepan al carro y corro y me trepo yo (risas), y
repetí no quería venir, no, pues se llevan a mi hijo. Entonces agarré y me fui
con ellos. Le dio, nos mandó a comprar un frasquito de aceite San Sebastián,
se llama el aceite y le dio un estomaquil y... entonces le dio la mitad con todo
y aceite y entonces agarró y pasó la mitad del aceite en un vasito y todo el
estomaquil y lo revolvio con... le empezó a,tomar de eso, le dio de tomar todo,
Testimonios de un pueblo nahua
todo a la mitad del frasco y se lo tomó... estaba bien... estaba, me dice está
empachado, y lo sobó. Ya me dijo, mañana me lo traes temprano antes de que
almuerce.
¿Con qué lo sobó?
Con, con el aceite, con el mismo aceite... y este, ya me lo traje, estaba
pensando que le iba a dar más diarrea, todavía, pero ya dejó... en tres días
no volvió a tener diarrea ni vómito. Al día siguiente en la noche ya no tenía
calentura, que porque tenía mucha temperatura, pero le bajó la temperatura,
no supe ni por qué... fue tremendo, le bajó la temperatura, no hizo diarrea. Al
día siguiente en la mañana... hizo del baño, pero hizo duro, y agarré... no lo iba
a llevar, le hicieron bien fue, no pues lo vas a llevar, no... ya cuando vi que hizo
del baño, ya no había hecho diarrea, al día siguiente, que me voy, me volvieron
a llevar, pero entonces ya no fue nadie conmigo hasta allá, y me lo volvió a
sobar y le dio el resto de la... le dio el resto de la... y otro estomaquil, y se lo
tomó y ya no le dio diarrea, ya no le dio vómito, ya no le dio temperatura, ya
no le dio nada... por eso le digo que, de que el daño que le hizo... éste es hecho
porque a mis hijos les ha pasado, pues.
403
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
404
¿Ya lo vivieron?
Ya lo viví.
Eutimia
28.VII.96
Pancrasio es médico, pues da consulta. Dejaron de ir a verlo porque hacía
muchas iatrogenias. “Da recetas en papel de estraza”. Quedó a deber materias
en la facultad. Hasta que intervino Salubridad. Hace dos años vino un abogado
de la SSA a investigar. Él dijo que era pasante y le preguntó al abogado cuántos
días le daba para tramitar su carta de pasante. Luego se enojó con el abogado
y le dijo que no lo viniera a amenazar. Hubo unos citatorios para Pancrasio
y para el comisario. La jurisdicción le ofreció el diploma de Auxiliar de la
Comunidad. Él no lo aceptó, pero como nunca hubo una demanda formal, no
pasó nada.
Ha tenido varios casos de iatrogenia. “si no son animales”. Hubo una niña
intoxicada. En otra ocasión dejó abierta una episiotomía, diciendole a la paciente
“solita va a cerrar”; dejó morir una niña con un piquete de alacrán, también dejó
una solución infiltrada. Además atendió un parto y dejó la placenta adentro, la
mujer falleció en Ahuehuepan.
Su esposa no sabe ni leer pero sí sabe dar recetas.
Cuando según él se graduó hizo una gran fiesta. Hubo baile con dos
conjuntos. Fue en 1989, todos lo creyeron de momento. Al principio andaba de
blanco y con su maletín.
Hay una partera empírica. Se llama Doña Antonia.
Florenciano, el de la farmacia, ya inyecta. Cambiaba los medicamentos
indicados en las recetas y vinieron a inspeccionar. También empezó a recetar.
El médico responsable de la farmacia viene cada uno o dos meses.
15.VIII.96
La enfermera “Aquí la mayor parte de la gente van primero con el médico. Antes aquí
había muchos curanderos, ahora ya ni parteras empíricas hay, queda una. Todo
ha cambiado de 8 años para acá. Antes de 1986, la gente de la ruta de los santos
(los pobladores de San Agustín, San Francisco y San Miguel) iba primero con
el curandero, agotaban todos los recursos disponibles y al final iban al Centro
de Salud”.
El Centro de Salud se inauguró el 16 de noviembre de 1976. En 1985 se
creó el Servicio Médico del IMSS/COPLAMAR, y en 1987 llegó a Xalitla y
Valerio Trujano.
De 1976 a 1985 se daban unas cuarenta consultas diarias. A partir de 1986
bajó la consulta a unas diez o quince diarias, porque se crearon otros Centros
de Salud en Ameyaltepec, Ahuelican, San Marcos y Tlamamacan. Desde 1995
se dan unas cinco consultas por día.
El 11 de septiembre de 1995 el Centro de Salud se cambió de lugar. Se
cambió, de las afueras del pueblo, al Centro del mismo, a un lugar en donde antes
había un albergue infantil. Desde entonces la gente dejó de ir a consulta.
De 1994 a 1995 lo que más se vió en consulta fueron, durante el verano,
diarreas, amigdalitis o infecciones de vías respiratorias superiores, parasitosis y
amibiasis. Los picados de alacrán fueron pocos.
Los médicos particulares del pueblo son: el Dr. Lauro Malón, propietario
de la farmacia, que viene dos veces por mes desde hace cuatro años; la Dra.
Liduvina Castro, una pasante que al terminar su servicio social se quedó en
Xalitla, y ve de cinco a seis pacientes por día, casi todos por diarrea, y el Dr.
Pancrasio Larios, quien da consulta desde hace cinco años, pero vive en el
poblado de Ameyaltepec.
El Dr. Roberto Nava falleció el 20 de septiembre de 1995. Durante cinco
años dio consulta todos los días. Lo asesinaron en su casa, en Tonalapa del
Sur.
En Iguala hay un Centro de Salud, un sanatorio de un sacerdote y médicos
particulares. La gente va poco allá. En Huitzuco hay un hospital de la secretaria
de Salud. Otra alternativa es que la gente vaya directamente a la farmacia. Allí
exponen sus síntomas al dependiente y les “dan tratamiento”. Luego van con la
enfermera Eutimia para que los inyecte.
Eutimia me da un ejemplo de itinerario terapéutico
“Si usted ve a una paciente diabética, se dará cuenta que ella no cree que
su problema sea científico. Quiere curarse pero porque piensa que le echaron
cochinada. Esa paciente que se llama A.R. viene y me dice: en el hospital no
atienden, dejan morir a los pacientes.”
“Otro caso es el de un paciente que tenía prostatitis, se quejaba de disuria
y cuando lo vi me dijo: dicen los médicos que no tengo nada, entonces debe ser
por otro lado.”
“Pero como le digo, ya son raros los casos que van con médico tradicional.
Además, no todo se reduce a tomas, también hay limpias y remedios caseros”.
405
Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
406
“Hay médicos que dicen que ya no hay ‘empacho’, ni ‘mal de ojo’, pero
figúrese usted que cuando uno de los niños de mi vecina tenía año y medio,
le dio vómito y temperatura. Como es lógico, le aconsejé que lo llevara con el
pediatra. Dos veces le dieron tratamiento, pero el niño no se mejoraba nada.
Entonces la señora pensó que era daño, de ese que le llaman mal de ojo, y
mejor fue a ver a Don Chico Flores. Él le diagnosticó, efectivamente, daño.
Lo estuvo sobando con vaporub y alcohol, luego le dijo a la señor¡báñalo y
duérmelo! En el camino de regreso a su casa el niño ya pidió de comer. A ver,
¡explíquese eso!”.
“El empacho se manifiesta como diarrea con calentura. A otro niño
también le dieron tratamiento médico durante siete días, pero el problema
no cedió, la criatura seguía vomitando. Lo llevaron a sobar a Mezcala . Allí
le dieron estomaquil mezclado con 25 ml. de aceite San Sebastian más un
refresco, una “yoli”. Luego sobaron al niño y se mejoró. Le repitieron una vez
el mismo tratamiento”.
Eutimia, después de mucho platicar, nos cuenta que su hijo estuvo una vez
enfermo de dolor de oídos. Pensó que era una infección y le dio siete días de
tratamiento, pero en lugar de aliviarse se enfermó del otro oído. Eso ocurrió
casi a la misma hora que había empezado el dolor del primer oído.
Concluye Eutimia “Lo que pasaba es que se me había espantado en una
tina de agua. Lo llevé a curar, le regamos con doce tamalitos, seis hombres y
seis mujeres, y al día siguiente se despertó ya mejorado”.
Un curandero le dijo “Con alguien se peleó tu marido y le dieron cochinada
al niño”.
“Las limpias son para los espantos o para los salados”.
El médico pasante
16.VII.96
Relata el caso de un joven de 27 años que estaba comiendo y sintió que algo
se le atoraba en la garganta. Pensó que era “cochinada”. Después de ver a varios
curanderos llegó a la clínica. Tenía gastritis. “Aunque sea vete a la clínica”, le
dijeron.
La mayoría de la gente entre 40 y 50 años primero van a ver al curandero.
Los más jovenes primero van a ver al médico. Los hombres no dejan que sus
mujeres vengan a consulta si el médico es hombre.
Los que tienen problemas crónicos como gastritis, cáncer gástrico, o
diabetes, piensan que “les echaron animales” o “cochinada”.
Dr. Pancrasio Larios
Xalitla, 07.X.96.
Sobre la “Cihuateyuga”
“Cihuateyuga quiere decir ‘mujer bruja’, tiene sus chichis, tiene su vestido y
tiene su rebozo”.
“El muro que está cerca de la iglesia, en donde está la cruz, es famoso
porque dicen que ahí asusta la cihuateyuga. Sólo sale después de las once de la
noche, nunca habla. Se avienta encima de ellos. Se está soplando con su rebozo
y a veces trae a su hijo”.
Sobre Don Filiberto Greco
Cuenta que Don Filiberto tiene la capacidad de echar el couasihuiztli,
que en una ocasión, cuando él era muchacho, fue a recoger a su hermano que
estaba emborrachándose con Don Filiberto. Estaban discutiendo y a punto de
golpearse. Entonces, al estarse llevando a su hermano, don Filiberto se acercó
407
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
408
y le tocó el brazo y ahí le echó el couasihuiztli. Caminaron doscientos metros y
le comenzó un dolor muy fuerte.
En otra ocasión don Filiberto realizó un pronóstico sobre la vida de un
tío del Dr. Pancrasio. Este tío se encontraba muy enfermo y los doctores le
pronosticaron cinco días de vida. Don Filiberto dijo que si el tío sobrevivía
esa noche quedaría a salvo de la enfermedad, pero para esto deberían tomar
algunas precauciones: mantener al tío en un cuarto perfectamente cerrado,
cuidarlo entre varias personas, y sobre todo vigilar rigurosamente para evitar
la entrada de cualquier animal a la habitación, que no entraran ni moscas ni
palomillas de noche; en el caso de que esto no se cumpliera el tío moriría esa
misma noche. Dice Don Pancrasio que, aunque estuvieron velando al tío toda
la noche y que incluso algunos de ellos estaban armados, no lograron evitar la
entrada de algunos insectos. Su tío falleció a las cinco de la mañana.
Dice Don Pancrasio que los ayunos son importantes para protegerse de
algunas enfermedades de las que son enviadas por las gentes “que pueden”,
pero además teniendo más de ocho ayunos se puede lograr ver animales o
brujitos, a los que una persona normal no podría ver.
¿Usted los conoce los “aires”?
Que no ve que no se ven, los tengo que ver. No, no sé cómo se llaman los
aires pero dicen que hay aires, las hormigas también que son muy malas porque
no lo dejan dormir y que duele el cuerpo, un dolor que se siente en alguna parte
del cuerpo es que las hormigas me agarraron por ese lado, y yo no sé cómo creen
que las hormigas agarran, entonces pues de ese tipo de cosas, este ellos este
la achacan a algunas hormigas o alguna contaminación achacan luego luego
alguna enfermedad de esas, de tradicional, de que creen que fueron aires o algún
otro, algún mal hecho, no es que me dieron sapo, me dieron “couacihuiztle”,
entonces ese couacihuiztle a veces dicen lo echan, lo avienta, lo dan de lejos
pues, puede ser de lejos, puede ser de cerca o puede ser de contacto, entonces
no, pues así me agarro fulano y él puede dar couacihuiztle, couacihuiztle quiere
decir pues dolor dolor de cuerpo, de articulación, couazohuitle, duele, dolor en
alguna parte del cuerpo, principalmente en las articulaciones.
Duele, ¿dolor?
Cualquier parte, entonces este tipo de cosas luego, luego o el ojo, me hicieron
ojo o mal de ojo, y entonces pues hay muchas cosas, ya que se cansaron de dar
a ver al curandero, al sobandero porque hay unos que soban, aquí tenemos uno
cerquita.
¿A Don Filiberto?
A Don Filiberto Greco es curandero, soba pero pues quién sabe, verdad,
yo no creo eso, pero dice él que sí, ¿quién sabe? Entonces este ya que se dieron
Testimonios de un pueblo nahua
la vuelta ya por último el niño ya está bien deshidratado por la diarrea, con
la tos ya no puede respirar, ya le duele todo, ya los ojitos de fuera, ya la piel
seca, ya todo muy, muy mal ya pa’ morirse, no pues dice una luz lleválo acá
te lo curan dicen ellos, que te lo inyecten ahí, ahí se va a componer hazle la
lucha, ahora si ya la mera, mera medicina que me platicaron, en donde tenían
fe, no les dio resultado entonces ya no mas de pasadita vienen para acá, dice a
ver si le hace provecho, vayan llegando ahí, y resulta que cuando vienen aquí
sinceramente no todos se componen, pero si el ochenta, noventa por ciento se
compone porque bueno unos son con gastroenteritis, problemas de respiración,
vías respiratorias.
¿Los más comunes?
Respiratorias, intestino son las más comunes, y hay otras pero casi no
tanto, las más comunes son casi del diario y entonces pues aquí los traen y se
le pasa luego luego al paciente, y ya como que somos paisanos, vecinos, incluso
aunque son de otro pueblo los conocemos y así la tradición de nuestra gente,
de que si es de San Juan sabemos que son personas buenas, incluso cualquier
medicamento que no hay o se les puede conseguir, entonces pues aquí de parte
de nosotros no hay problema la cosa es que no los traen, creyendo que con con
la mostaza o el amuleto los va a proteger y eso no les ponen pues ahora sí las...
de colmillo de coyote, y luego acá una bolsita de amuleto o cualquier cosa que
tengan se ponen, a veces en el eclipse que acaba de pasar se ponen machetes,
cuchillos, cosa de fierro.
Cosa de fierro.
Y están tocando con palos, con fierros, fierros contra fierros, así hacen
ruido.
¿Ah, ahora que pasó el eclipse?
Sí, ahorita que acaba de pasar, hace unos cuatro, cinco días más o menos, y
aquí el ruiderio que se oía, ¿que? No pues parece que fulana esta embarazada,
pues vamos, orále ponle de dos, tres machetes aquí, acá se los anda cargando
los fierros pa’que’l niño que está dentro se defienda pues con el arma que lleva,
esa es la creencia de aquí, porque si sale deforme, si con una malformación
congénita, pues ya pasó con el eclipse, se lo comió la luna, y le achacan la
luna y no es cierto, puede ser algún virus, la rubéola, algún otro sarampión,
mire usted, entonces o no sólo infección, puede ser incluso medicamentos o
algunos otros, ahora sí este, le puede ser medicamentos de los de, de vegetales
homeópatas pues, incluso se hacen brebajes y como queriendo decir, no, pues
este a veces incluso intento de aborto también, por qué no, algunos a veces se
atreven a por problemas con sus familiares ¿verdad? O algún este a veces no es
ese el motivo, sino que aquí hay una costumbre de que si una enfermedad no
409
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
410
se puede curar es porque no se cura con médicos, sino que se curan nada más
se aplican yerbas de, de hojas de higueria, dicen no luego, te bañan con hojas
de... ¿cómo se llaman? hojas de papaya, y entonces ves que no le hace provecho
se prepara uno su brebaje así de otros tipos de hierbas y te lo tomas, sabiendo
sabiendo que están embarazadas o bien que no saben si están embarazadas,
y entonces pues por ahí a veces también hay, verdad, y entonces pudo haber
una deformación a causa de eso, no fue solo por intento, verdad, sino que por
descuido o por ignorancia dijéramos, entonces pues muchas de las causas hay
malformación congénita con el eclipse y ellos dicen no, es que pasó el eclipse
y se lo comió la luna, y ahí están, ahí están, entonces principalmente aquí nos
llegan cuando ya le dieron la vuelta por allá incluso ya ni...
Es que a nosotros nos han dicho que hay enfermedades que primero van
al doctor, y otro y otro doctor y no se las curan, y que ya luego este se toman
el remedio y se curan, pero también nos dicen los vecinos, me dice usted que
no, que...
Sí, le digo que sí hay muchas muchas personas, incluso de aquí de Xalitla,
no, no tocando Xalitla pero de ahí para allá, yo me acuerdo cuando empezaba
a ir para allá atendía dos o una persona en cada pueblo, no que tiene un absceso
esos que aquí les llaman nacidos o tlacotes, más común dicho aquí en esta
región, los tlacotes.
Tlacotes ¿Qué es tlacotes?
Este... un proceso infeccioso por, por microbios, por bacterias del gram
positivo... de esos que les sale mucha pus, que se abren...
De esos que les llaman topontli.
Pues más que nada es ese topontli, ese les agarra por aquí como si fueran
paperas, los topontli son las paperas, o sea los ganglios se inflaman, los ganglios
linfáticos o a veces las glándulas paratiroideas o las glándulas, bueno cualquier
tipo de glándulas que está por acá por el maxilar superior se inflaman, a veces
no son glándulas, las parótidas no son, sino que puede ser algún cambio, por
algún este proceso de... de la lengua a veces hay algún granito, así le llaman
ellos, y se inflaman los ganglios... seguramente cuando comí el pan en casa
de fulano me han de haber echado algún daño, algo entonces pues, no, no
es siempre y ya van con el curandero y les soba, les soba y les soba, les soba
hasta que desaparece, pero no dentro de la medicina eso sí científica ¿verdad?
Eso sí es otra cosa, no es de hierba, porque le sobaron y sí se curó, sino que le
disuelven y el microbio se... con todo y la defensa que tenemos... se va y lo, lo
disuelve supuestamente pero no, no es que lo disuelva sino que nomás entra,
lo dispersa lo contrario porque los ganglios linfáticos lo que hacen es, ahora
sí, agarrar el microbio, encapsularlo, y ahí tenerlo y no soltarlo, más o menos
Testimonios de un pueblo nahua
lo que quiere decir el sistema inmune que hace ¿qué es lo que hace con el
microbio? Entonces, y esos no es lo que hacen, lo tallan lo tallan hasta que se
va, y a veces pues eso revienta, pero los esos de los abcesos, esos abren y pura
pus, hay mucha pus verde y pues muchas veces esos no no, otros se atienden,
otros no se atienden y así...
Aquí... ¿cómo les llaman por aquí, tlacotes?
Tlacotes, tlacotes les llaman por aquí... por aquí no se curan, lo hacen con
medicina pero principalmente abrir, abren una especie de... y ya, una vez
pegándole el aire se sale todo la... la curación, entonces, pero la gente pues este
a veces estando aquí no quiere, no, dice “es que ya me sobaron” y con eso dicen
“es aire que me entró”, y ya al último se atienden, y algunas personas sí vienen
y se atienden primero, viendo que no se atendió, que no se curó perdón, ya
recurren a los curanderos, los que riegan, los que rifan con baraja, los rifan con
jícara, les dicen los xicaleros, entonces este van con estos pero mas no se dieron
cuenta el por qué no se curaron, porque vienen, dicen “quiero una inyección,
es que mi hijo tiene esto, es que a mi hijo le duele su barriga y tiene diarrea y
nomás se le calienta su barriga y se le calienta su frente” y dice, “tendrá algo
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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pero me dicen que tiene empacho, otros que tiene aire, otros que lo agarraron
quien sabe quienes pero de todos modos aplícale” una inyección quieren,
y no se cura con una inyección, y estabamos tanteando que puede ser una
una salmonelosis, una shigelosis. Si es salmonela pues evoluciona a tifoidea,
ya después está medio amarilloso ya los ojos, una deshidratación con fiebre
elevada y trastornos digestivos principalmente, y respiratorias, porque ya al
último la respiración casi, no, entonces dicen “no éste es brujo, es brujito, éste
es brujo, lo estarán agarrando” dice, seguramente que el vecino porque se ve
contenta, él es el que lo tendrá porque por ahí me dijeron...
A esa enfermedad ¿cómo le llaman en mexicano, a esa enfermedad?
Pues le llaman hechicería, que es brujería o bien, no es tanto hechicería,
porque una hechicería que le hacen aquí en muñecos en cosas... pero esa es
brujería, porque dicen que tienen sus brujos o tienen otro, otro doble pero
en animal, ese es otro... otro tipo de brujería, otro tipo de brujos que tiene su
doble pero en animal, tiene un animalito vamos diciendo, yo mi brujo vamos
diciendo un tigre, un tigre allá pues yo tigre soy más chiquito, pero hay otros
tigres más grandes, entonces me agarran para ya decir que lo tienen en tal
parte, y el cuerpo si está nada más el animal, si está allá. Entonces más que
nada de este tipo se oye hablar, de que fulano se murió y se lo hizó fulano para
que dice que lo agarraron en tal parte, en el cerro fulano yo no lo creo, yo no sé
nada de eso, yo no sé... yo no soy brujito pues que les dicen.
¿Quiénes son los que sí tienen, se supone?
Por lo general... esos no se dicen, no dicen...
Pero ¿nacen en algún día especial... o?
Si viernes, martes y viernes, martes... los que nacen según ellos dicen, los
que nacen los días martes y los días viernes son los que traen brujitos, sus
dobles en animalitos. No importa que sea un ratón, un conejo, un chivo, un
perro, un gato, una culebra, una serpiente o víbora, cómo le llamen este lobo,
lo que sea, pero es un animalito, entonces este pues al principio, los niños que si
se enfermaron y luego van ahí con los curanderos, lo que le decía el brujito sabe
¿qué sabe? el brujito, mire se le nota aquí en la orejita, la tiene puntiagudita ¡ah!
entonces es conejo porque su oreja la tiene grande, y ya ellos mismos le están
diciendo, le están poniendo que es “ah vete con fulano, porque dicen que ella es
loba y lo va a cuidar” y van, “oyes este tú, dicen que... ¿no me lo quieres sobar?”.
Si lo soban quiere decir que sí sabe ella, “sí, sí te lo voy a sobar pero yo te voy a
cobrar quinientos al mes”, o doscientos o cien le ponen ellos, ya saben cuánto
cobran “sí te lo voy sobando pero te voy a cobrar cien o doscientos o trescientos
pesos al mes”.
¿Ah, sí?
Testimonios de un pueblo nahua
Ya aunque pues, si dice “te voy a estar pagando pero me los vas sobando”
así dice sobar, sobar el cuerpo, quiere decir... eso es un símbolo de decir, aquí
lo soban, pero no es cierto, lo están cuidando ya donde anda, el conejito está
chiquito ya y la loba ella lo cuida como si fuera su mamá, algún animal que
se lo quiera comer a lo primero que se enfrenta es a la loba, así esta el cuento
pues así nos cuentan pues los que así lo creen en eso entonces, y ya hasta que
va creciendo el chamaco lleva doce años, a los trece años ahí muere ya “aunque
ya no te voy a pagar, ya el niño está grande, ya no se enferma”, si dice, “ya está
grande” así es entonces, aquí es mucho ese tipo de cosas.
Y por ejemplo eso que me decía, que le echan sapo, que le echan este...
Pues principalmente según los cuentos, las leyendas dicen que se da a través
del alimento, se da una torta, una comida, un caldo, una comida, un refresco,
lo que sea de comer y ahí le echan... y pues supuestamente dicen que con malas
intenciones de que se muera, y por lo generalmente dicen, pues yo no tanto
mucho le estoy creyendo eso pero a según por las pláticas que dicen, porque lo
relacionan mucho por ejemplo con hidropesía o tuberculosis o cáncer o algún
proceso infeccioso de, del páncreas, del hígado o tiene úlcera o gastritis, no tú
tienes sapos, te dieron aquí en tu comida y los tienes en el estómago, por eso
te duele aquí...
¿Pues no quedamos que eran “cochinadas”?
Eso es lo que le dicen, te dieron cochinadas, pueden ser sapos, chapulines,
pueden ser marranitos, hay unos marranitos chiquititos, dicen ellos (risa) que
así hay, entonces pues y luego les dan ese brebaje que le digo que le llaman la
toma...
Ujum...
La toma, verdad, y pues yo no sé si dicen que sacan, no pues sacó unos
marranitos, sacó unos alacranes y uno se le trabó aquí, y por eso se murió,
porque estaba bien grande y se le atoró.
¿Y usted qué piensa que sea eso?
No es cierto, no puede ser algún problema de... no no es que se le haya
atorado, lo que pasa es que los tuberculosos ya al último ya no pueden ni
respirar, y tienen aquí en el pecho un sonido en la garganta, de por sí así les
pasa cuando ya van a acabar, al último. No, que ese tiene cochinadas, dénle
la toma, y cuando le dan la toma, y como ya el señor ya tiene sus años con
la tuberculosis, entonces le dan la toma y se muere. No, es que se veía como
alacranes, alacranes se le veían, gusanitos como culebritas, pero un grande
parece que se le atoró, porque se oyó que hacia (sonido) y se le atoró pero nomás
le achacan, no lo ven, y por eso lo dudo pues, realmente yo no...
¿A usted nunca le “dieron”?
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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No, no, nunca me dan, y ni quiero que me den si es que existen, no lo creo,
yo sí como donde quiera, no, no temo de eso, no temo. Si me invitan yo voy.
¿Qué otras enfermedades conoce usted?
Pues... hay muchas... que si la gente cree y dice este... pues.
Me dijo del topontli, del de brujería, del de los brujitos...
Brujitos...
De la “cochinada”...
Del sapo, los marranitos...
Del “daño” o “mal de ojo”... ¿otra?
Pues... no sé si hemos hablado de eso, pero pues... el ese que le digo, el
coacihuiztle, porque ese se trasmite diferente... este ese no se trasmite así como
dicen a través del habla, sino se trasmite según ellos dicen con el tacto, con el
roce pero con el roce de ellos en su... con su mano, si lo tocan... la tocan de por
la espalda, le dan una leve palmadita ahí le, le incrustaron la enfermedad, ya
después cuando llega a su casa ya no lo aguanta ese, que me duele, me duele y
me duele, y no se quita hasta que no le sobe el que le palmeó, entonces pues esto
es muy... algo que no se qué es, pero pues sinceramente a veces, a veces como
que coincide, y pues sí, muy dudoso pero mucha gente se cuida de deveras, ellos
se cuidan... aunque lo dudo mucho.
Pero ¿cómo se cuidan de eso?
De que... hay gentes que... que no se les debe permitir que se le acerquen,
no se debe permitir o sea podemos hablar, yo no le puedo tocar y ni usted quiero
que me vaya a tocar porque ¿a saber qué traiga? Que tal si también le sale por
ahí algo, o sea, es la duda pues que existe, por ignorancia, que no sabemos si
realmente exista, aunque de hecho como nunca nos ha pasado les decimos
que no, pero gentes, así personas dicen que sí existe, porque si no platicamos
con mi mamá, cien por ciento le dice que sí existe eso, y yo digo pues que no
existe, porque yo a mí nunca me han dado, nunca me han hecho, nunca he
hecho ni sé qué es eso, pero si va con mi mamá ahí sí le dice hasta... cómo y
hasta cómo se siente, no se a qué se deba, por la enfermedad que sufre ella está
creyendo que sí le dieron, pero no es que le hayan dado, es un proceso ahora
sí de enfermedad, como le podríamos llamar, natural pues, de lo que suele
agarrar por infecciones o por alguna otra, pero no es porque alguien lo quiera,
ahora sí, de eso pues nosotros por aquí la gente le dice... lo de... “enfermedad de
Dios”, porque “enfermedad de Dios” pueden ser infecciones o...
Lo que usted sí cura, ¿por ejemplo?
Lo que se cura con... con la medicina, pero la medicina tradicional
eso ya no es, porque dicen eso ya no es “enfermedad de Dios”, eso es mal
intencionado, dado, eso es por corajes, por odio de alguien, entonces hay dos
Testimonios de un pueblo nahua
cosas; una, enfermedades que son mandadas por Dios, y otra, enfermedades
que son mandadas por el... el enemigo pues, el enemigo, le llaman el demonio,
diablo personal, así.
¿“Ajenas” también les llaman, he oído... a eso o no?
Pues sí... que no sean de Dios, así les llaman...
¿“Ajenas”?
Ajenas... pues sí... más o menos se van llamando.
A... bastante.
Principalmente a mí, porque pues a mí me cuentan todo.
Pues sí.
Antes de que yo le empiece a atender me dicen... me empiezan a decir de
qué se enfermaron, y qué les sucedió antes y por eso conocen.
¿Y cuáles son las causas más frecuentes que le cuentan de por qué se
enferman? ¿Qué le dicen?
No pues cosas más feas... más extrañas, más que... más que no se puede
creer, pero lo afirman tan exacto que como que si fuera cierto, y lo explican en
una forma como que si deveras...
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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¿Cómo qué?
Emocionante y a la vez increíble, y como que le asustan a la vez, porque
cuentan de una forma y casi, casi lo hacen... y hay muchos casos de diferentes,
que alacranes, que gusanos, que incluso puerquitos, aquí le llaman marranitos
o sapos, chapulines, chapulines, esos los dan aquí en San Juan, aquí es a
puro caminar, puros chapulines, entonces este y aquí en Oapan dan puros
couacihuiztles..
¿Ah, sí?
O sea, hay pueblos este diciendo lo que dan...
¿Y aquí?
Aquí dan este... en noviembre este... ¿qué cosa dan aquí? Pues no me
acuerdo... pero sí tenían tenían cada pueblo lo que daba, no pues si quiere sapo
o chapulín vete a San Juan, ahí hay sapo, chapulín, y entonces pues aquí es una
mezcla, aquí según dicen que se puede dar y hay unas personas que se dedican
a puro quitar, puro curar... y pues quién sabe, yo no sé, no muy me convencen,
pero algunos dicen que sí, bueno. A veces la fe de ellos lo supera mucho, digo
bueno, ellos que los van a curar, los van a aliviar, ellos bueno pues, vayan
pues. Ultimadamente cúrense, atiéndanse a donde creen que los van a sanar,
inclusive yo les digo: sabe qué, se va a aplicar esta medicina, esta inyección, o
se va a tomar estas pastillas, esta cucharada. “Ah, pero es que mi hijito no toma
cucharadas, él se enoja, él luego lo saca, lo vomita”. Entonces ¿cómo se va a
curar? Déle, déle ese... mire, no es que está salado, no le gusta, no pues ¿cómo
entonces? “No” dice, “bueno, aplíquele una inyección mientras que llega su
papá, lo vamos a llevar con la señora fulana para que lo sobe”. Pues no, así no,
ya ahorita ya me empecé a poner un poco más serio, más durito, y es que a veces
nos hacen mala propaganda, dicen lo que le decía a usted, es que ya lo llevamos
con el médico y no se curó, esto es lo que principalmente ya empecé a cuidar
ese aspecto, dicen “sí, lo acabo de llevar con el doctor y no se curó”. Pues cómo
“lo acabo de llevar”, le aplicó una medicina y le quería mandar otras dos, otras
tres y no la aceptó, y cómo va a decir que ya lo atendió el médico aplicándole
una sola inyección. “No, eso no me dijeron, como la receta no la surten luego
no recibo las medicinas, no, no, y además no más dinero no tengo para llevarlo
igual o para hacerle análisis, no, mejor no, mejor le vamos a probar, vamos
a echarle humo con copal o tamalitos, a regarle”. Se van al río a hacerle una
camita así de... que le llamamos, lo tejen como camita, le ponen velitas con
tamalitos y lo sueltan con la corriente y ya se va como barquito prendiendo,
inclusive se ve bonito y allá va la lucecita y ya sabemos...
¿Y qué enfermedad es esa?
Sí los aires, aires.
Testimonios de un pueblo nahua
Los “aires”...
Aires, entonces ya sabemos si alguien que está regando a una persona o
señora, está regando tamalitos ahí está como... como orándoles a los espíritus,
está orando entonces o rezando, que así le llaman los que están rezando, una
persona no puede cruzar por ahí porque esos... esos aires que se les están
hablando, se salen del enfermo y lo agarran al que va cruzando...
Mmm...
Entonces no hay que pasar por ahí, no pues, están regando, no, no pases
por ahí, dale la vuelta por allá, sí está bien. Ya uno ya está allá, si está regando
que se vaya, y si ve que ahí viene la camita de agua, ah váyase se están bañando
los niños, vayase que están regando allá arriba, mire ahí viene ya una camita,
unos tamalitos, y se salen corriendo, no vaya a pasar por ahí la camita porque
luego esos aires se les pegan a los demás y se sana él ahora... (baja la voz)... a
veces sí se curan. Yo no creo en ese tipo de cosas, pero una vez... no, son dos
veces pero una no le voy a contar, nada más una; el señor ese... Y mire que mi
hermano tuvo un problema con el señor ese... de Jesús...
¿Con cuál?
Don Fili, Fili, tuvo un problema... de borracho, ya se querían pelear,
entonces por ahí me comentaron... nos avisaron que lo vayamos a traer porque
se querían pelear y estaba borracho, ya lo tenían en la mesa para pegarle, de
borracho, y que voy y que le digo a mi hermano, vámonos... y que le digo
vámonos, hermano, vámonos, y ese señor como que se molestó, lo vi porque
no quería que lo trajéramos para que le pegue, yo le vi la intención que le iba
a pegar, entonces mi hermano le tanteó que le iba a pegar, y le dice, mira me
ibas a pegar pero ya llegó mi hermano y él siempre anda cargando arma, dice,
si quieres con él te arreglas o espérame, le voy a pedir su arma, a ver hermano
prestámela, espérate le digo, no espérate yo le digo yo me voy a arreglar con
él si él quiere algo, pero no creo nosotros no venimos a pelear, te venímos a
traer, pero vámonos, y ya cuando yo así me hice para atrás, ya sabemos que no
te tiene que tocar ese señor, aquí está, pero no creo, pero mucha precaución, y
que me toca, y me dice hermanito, yo contigo nunca he peleado, a tí te estimo
mucho, me tocó, nada más me hizo así tantito, haz de cuenta que me hubiera
quitado el alacrán de deveras ¡hijóle, ya me agarró! No me agarres, no, dice, no,
no te agarro. ¡Ya me tocó! yo lo sentí, luego cuando bajé como a los doscientos
metros, que luego me dicen que empecé a caminar, a los doscientos metros
ya me empezó a doler, y a medio camino ya empecé a vomitar... sí... cuando
estaba a los doscientos metros sentí que me empezó a doler ahí en donde me
agarró, y venía caminando a otros cien metros y ya me dolió más, otros cien
metros y ya me duele más, cuando venía llegando aquí mi brazo, mis manos
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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ya no lo aguantaba un dolor que... que ya no aguanto, no, que mi mano se está
quebrando, se me está cayendo y ya no aguanto mi mano y, sinceramente le dije
a mi papá, pues en aquel entonces él era joven y, yo no era casado, tenía como
unos 18 años, le digo no, pues este le digo, papá, me duele mi mano, no más
‘onde me fuí, yo ahorita me fuí y no tenía nada, lo fuí a traer a mi hermano y
me agarro volando, aquí, me dijo que conmigo no, no quería nada y me toca
así... y él me regañó, y por qué te dejas que te toque... no sabes que él sabe eso,
te sabe dar eso... sí, pero es que cuando me di cuenta él ya me había tocado,
dice bueno de todos modos ten cuidado, ve con tu tío fulano y que te sobe,
dile quién te agarró, y si él no puede me hablas, dice, yo le voy a hablar a ver si
quiere, y si no conmigo se va a arreglar, y que me voy con mi tío, sabe también
de eso...
¿Todavía vive su tío?
Sí, y que le digo oye tío, llegué como a las... ocho de la noche o las nueve
de la noche, no ya eran como las nueve o diez de la noche, tío, que está así...
mira me vengo muriendo. “¿Qué cosa?” Me duele mi mano y me agarro fulano
ahoritita sí yo no tengo... yo no tenía nada, yo nunca estoy enfermo, nunca me
enfermo, me tocó así y yo ya no lo aguanto mire, me duele, ahorita, ahorita, a
ver damélo tu mano sí dice está bien... él no la hace, dice, vas a ver como todo
se... Si no te compones vienes mañana a la última sobada te doy, dice y si te
compusistes ya no vengas. Desde ahí me medio compuso tantito, ya llegué
aquí ya menos me duele, cuando amaneció no tengo nada, por eso le digo que
aunque no lo quiero creer a veces creo que sí, a veces no y a veces sí.
Y ese es el que le llaman el couacihuiztle?
Le dicen couaiehuiztle exactamente, a veces van por donde quiera, por
donde pasen. Hay le digo lo otro que no le quiero contar, está más bonito, se lo
cuento pero nada más para su colección de usted y se lo voy a contar pero que
no lo cuente en este pueblo...
No no no...
Lo va a contar al que lo cuente pero por allá, que no sea aquí...
A ver...
Es que está muy... de mi persona, no quiero que sepan la gente de aquí,
de este pueblo, por eso le digo allá pasélo en televisión, lo que sea pero... esto
casi es cierto, por eso le digo que a veces creo y a veces no creo, porque me
pasó algo bien, bien, bien curioso. Yo tenía una novia, mi novia, y yo la quería,
y pues otras gentes me decían que pues no estaba bonita pero yo la veía... me
gustaba bueno, el problema que esta muchacha se medio creyó, y dijo que sí
estaba bonita, y cuando yo le hablaba me, se me distanciaba, o sea pues no
quería tanto como que... como que no me tomaba muy en cuenta, como que sí,
Testimonios de un pueblo nahua
dice pero espérate, pero allá de lejos, no me hables y como que me hacía... No
sé si lo hacía al propósito o sinceramente porque no me quería, no lo creo, pero
este resulta que por lo mismo que yo veía que no me hacía caso yo le empecé
a meter sentido, sentido y sentido, y que estaba pensando en ella... llegó el
momento en que me dolió la cabeza y que a veces no dormía y nada más a ella
la estoy viendo así como... y a veces yo estaba estudiando en Chilpancingo, en
la preparatoria número 9, me venía desde allá, a las diez de la noche me venía...
yo ya me voy, y yo la quería ver, siquiera que pase por ahí, y sí, unos días así me
pasó, y sí por ahí pasaba por su casa, y a veces todo el día llegaba y no se dormía
y ya se anda acomodando los trastos para meterse a dormir. ¡Ah! ya la vi ¡ah! ya
estoy contento, y entonces uno de mis... amigas me dijeron sabes que... tú andas
mal, tú quieres a fulana pero ella como que no te hace mucho caso, le digo sí,
oye dice pero lo que te hace no son... le digo que quieres que yo haga, que qué
quieres, que le pegue o que le diga o que le grite, no puedo; no mira ¿quieres
librarte de ella? Pues ya últimamente aunque, aunque ya no me quiera, aunque
ya no sea mi novia ni nada pero ya me... ya no quiero saber nada, sí, dice, vas
tal día a mi casa y te voy a dar... te voy a curar, ahora pues... dice, pero lo vas
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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a tomar, es un polvo pero lo vas a tomar, sí, lo tomo y llegando el otro día ahí
estoy y ya llega y... ¿te lo vas a tomar? Sí, ahora pues en un vaso eh... y sí me
da... me dio un refresco y le echó un polvo... un polvo...
¿Y qué era?
Un polvo de, de... compuesto, que lo hacen ellos, las personas para que lo
deje de... que deje de querer a alguien, principalmente a novios o amantes, que
lo deje de querer, y dan ese polvo, y así ya después si yo la estaba queriendo
ya no la voy a querer, sí, que dice te llevas... te tomas este y te llevas éste otro
dice, te lo... al otro día dice te lo tomas o le echas en tu comida, te lo comes,
sí, y que me lo llevo, sí, y que me lo llevo a Chilpancingo, al otro día le digo
que estaba allá, y en el comedor universitario que estaba allá me dieron de
comer mis chilaquiles, y que le echo el polvo ahí, le echo... y delante de mis
compañeros “¿Oye qué es eso?” ¡Ah! no es nada... ustedes no digan nada, y yo
me lo empiezo a comer, porque yo ya sé... y sí, a la otra semana que vengo y que
la veo, va cruzando ahí, y que me dicen, oyes mira quien va allá, y que le digo
¡ah! sí... mucho gusto, pero antes... ya no quiero, ahora sí, que pasa, que pasa,
que pase diez veces, yo ya no, ahora sí ya no quiero, no...
Pero ¿ella le había dado algo a usted, esa muchacha?
¿Cómo?
Esa muchacha le había dado algo a usted para que... este...
Supuestamente me dio algo para que si yo sentía eso... por ahí me comentó
la que me dio eso, lo que pasa es que a ti te dieron algo ¿Qué me dieron?
Lo que dan ellas, dice, lo que dan ellas te dieron en comida y tu comistes, y
viéndolo bien sí, yo comí con ella. “¿Y vistes el plato, cómo lo sirvieron, cómo
lo prepararon?” Le digo, okey yo estaba lejos, nomás me dijeron: ven a comer,
para allá donde estaba escondido, metete allá está la cocina y ve a comer, esta
ya termino el plato, y yo fuí y yo solito, pues yo comí, y yo le dije bueno, sí
voy a comer, pero come tú y dice, sí pues, pero come yo ahorita voy a comer,
y entonces este pues yo comí y según que la que me dio el polvo ese dice, no
ahí iba, y te lo comistes y por eso sentistes eso, es que ya te había dado algo
para que la quisieras, entonces yo lo que me extrañó es que cuando comí o
tome el refresco con el polvo se me quitó... de de veras, pero ya así ya me veían
bien mal, porque mi papá me decíhijo vamos a hacer estas zanjas, si yo me
quedaba... ya vente para acá dice, me quedo... ya no puedo... ya no hago caso,
ya estoy quedando quien sabe como... como loquito, así ya... ya no siento, ya
no hago caso a lo que me dicen, ya me siento... ya no quiero nada, ya no me
interesa nada, ni de comer ya no quiero comer, pero con ese polvo a los dos,
tres días ya no tengo nada, ya ando contento, ya estudio, ya trabajo, ya estoy
bien, eso es lo extraño que yo digo... y ahorita hace apenas unos ocho días me
Testimonios de un pueblo nahua
volvieron a decir de ese polvo, no, que fulano no maneja bien a su mujer, es
mandilón, lo que dice la mujer él lo hace, no, dice, a él lo mandan, aquí dice
tiene que mandar el hombre y a él lo mandan, manda la mujer, dice no, pues
como dice pues no se puede librar ¡Ah! dice, que le den ese polvo, ahorita vas a
ver si no la pongo en su lugar, entonces como que quién sabe pues...
¿Y cómo se llama ese polvo?
No, no sé...
¿No sabe... ?
Eso seria... una investigación más, más cerca me supongo... y sí se puede si
este... incluso yo sé esas personas todavía viven...
Sí...
Todavía viven, y sí lo saben... y sí lo saben hacer, incluso ya me habían
medio comentado cómo pero pues... solamente ellos lo pueden afirmar más
detalladamente, porque que tal si yo lo dije así y... pero lo que sí es un polvo
compuesto que ellos lo componen de diferentes cosas, entonces pues eso es lo
que yo tomé y me compuse, sería porque pues por cuestión psicológica eso es
lo que yo estoy sacando, cuestión psicológica, y por el rechazo que me hacía
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Testimonios de un pueblo nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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yo más me incliné hacia su persona, pero ya después con la misma sugestión,
con la misma de... lo mismo que me reanimaron la moral con ese polvo, según
supuestamente como... como algo que ya actúa pues ahora sí depositando la fe
en éste tipo de cosas, de polvos o líquidos o bebidas que dan, pues ese me hizo
provecho aunque de hecho no es nada, aunque hay muchos este... padecimientos
como es el caso de las verrugas o los mezquinos, esos se quitan así nada más
con puros este... con decirles algo que ellos no saben, como diciéndoles yo...
es que tengo mezquinos, me están saliendo hartos mezquinos, si se te van a...
sí, dice, sí dicen que esos cómo no se van a curar, sí se curan. Bueno, mira
te vas a tomar estas pastillas, pero sabes que está difícil porque eso quiere
cumplimiento de responsabilidad, si lo vas a hacer como yo te diga sí te vas
a curar, si no olvídate, sí, dice, quiero curarme, entonces te vas a tomar estas
pastillas y esta inyección, estas pastillas te las tomas tal día... óyeme bien, estas
tal día y tal hora, esta inyección te lo vas a tomar a las doce del mediodía, pero
puntualito, ojála y se te pase un minuto, si se te pasa un minuto olvídate, ya no
te curastes, porque esto trabaja con el sol, con el tiempo, entonces dando este...
las doce del mediodía el día como que cambia, entonces es ese... bueno esos son
inventos míos, de nosotros, como que cambia, ya deja de ser de mañana y entra
la tarde entonces en ese puntito es la oportunidad para tomar su medicina,
entonces sí trabaja y se te quitan las verrugas. ¿Sí? Vas a ver, hazle y vas a ver,
y se toman la medicina y como diciendo son vitaminas digeribles, no es cierto
son para las verrugas, son virus... las verrugas son virus, lo toman esa ampolleta
ingerible ¿qué? Mira, se me están cayendo, ya no más tengo uno a los quince
días, al mes. Mira como ya no aquí ya nada se me prendió este grande, ya nada
más este mira... Pero es la la psicología, no es cierto de que pues por efecto del
medicamento, puede... con eso yo lo relaciono lo que yo me pasó con el polvo
y lo que ahora les doy, les hago, les digo, pero pues mas sin embargo ellos ya
están bien todavía y no quisiera experimentar otro ¡eh!... porque está duro,
duro. Le digo eso es lo que me pasó, la muchacha vive, la muchacha vive y la
muchacha que me dio también vive, todos y hasta la señora que hace el polvo
vive, entonces pues ahorita no es nada mentira y si usted cree podemos ir, usted
la conoce y...
Epílogo
El antropólogo inocente, es el título de una interesante obra que el Pr. Raveau
me sugirió leer durante la preparación de mi tesis doctoral. En esa obra Nigel
Barley habla de su trabajo de campo entre los Dowayos, una modesta tribu de
las montañas del norte de Camerún. Barley nos cuenta todo el desconcierto
que sufrió para finalmente darse cuenta que el objeto de observación era él.
Cuando defendí mi tesis expliqué las dificultades que tuve que experimentar
para sufrir una metamorfosis forzada y asi convertirme de psiquiatra en
antropólogo. Para mi, también fue desconcertante el encontrarme como un
extranjero ante un grupo indígena ¡aunque yo creía estar en mi propia tierra!
Ya Raveau se había percatado de que la clase media mexicana generalmente
ignora su entorno indígena.
Originalmente, el tomo segundo de mi tesis estuvo dedicado a reproducir
fielmente todas las entrevistas en las cuales se basó mi estudio. Durante años
esperé la oportunidad de poder adaptarlas para su publicación y disfrute en un
formato más amigable. Mi maestro Garrabé ya había escrito la presentación
desde el año 2000. Por fin llegó el momento.
Debo señalar que, por respeto a los informantes, los nombres de los
entrevistados han sido cambiados aunque no dudo que muchos de ellos
hubieran preferido aparecer con su nombre original.
En este libro he escogido las entrevistas más logradas que nos permiten
asomarnos tranquilamente a un mundo lleno de magia y de sensibilidad. En
estos textos encontramos cómo los “tepatiani” o medicos indígenas de hoy en
día, utilizan, como en tiempos pasados, oraciones llenas de poesía, de imágenes
y de metáforas, oraciones que guardan celosamente el aroma precolombino.
El método de trabajo utilizado es muy fácil de explicar pero muy difícil de
practicar: la observación participante y las entrevistas en profundidad. Después
del período de inmersión en la comunidad me comencé a dar cuenta de que
detrás de la fachada de miseria de estos pobladores se encontraba un mundo
cargado de tradiciones y de magia.
Poco a poco, mientras hacía la investigación, fui comprendiendo la
actitud de defensa y de reticencia de mis informantes. Por ejemplo, como ya
lo leyeron aquí, pronto me di cuenta de que los malos aires jugaban un papel
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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muy importante en la génesis de las enfermedades. Pero ¿qué son los malos
aires? Esa era mi pregunta cotidiana. A fuerza de tanto insistir obtuve varias
respuestas. Eso dio lugar a un capítulo que por inesperado sigue inconcluso.
Tal pregunta, constantemente repetida, seguramente equivalía a aquellas
de los primeros interrogatorios a que fueron sometidos los “tepatiani” por
los misioneros españoles. Era como querer saber, de manera obligada, cuáles
eran sus dioses. Por supuesto, ahora comprendo que los “aires” ocultan a sus
divinidades antiguas. Allí se perpetúa la antigua religion; los aires de la noche
o del cielo, los aires del día o de la tierra, los aires del agua o del río y los aires
del inframundo…
Es de particular interés destacar cómo las enfermedades mentales pueden
encontrar una sublimación. Ciertos curanderos o chamanes, antes de llegar
a serlo, tuvieron, ya sea algún episodio psicótico agudo o algún trastorno
emocional severo. También llama la atención el peso específico que se le da a
las relaciones humanas alteradas y a los muertos en el origen o etiología de las
enfermedades.
Otras coincidencias con Barley son: a) el haber encontrado interesantes
referencias al nagualismo. En la version francesa de su obra, que se titula: Un
Anthropologue en déroute (pag 139), menciona: “los hombres que poseen grandes
poderes y que por lo tanto son peligrosos, como los hacedores de la lluvia,
tienen la reputación de poder convertirse en leopardos”. Y, b) (pag. 152) : “al
principio no había comprendido que las personas que morían por “hechicería”,
raramente eran las víctimas de los brujos más bien eran los brujos o brujas
cuyos sortilegíos habían sido rotos o anulados. Un sortilegio estropeado causa
la muerte de aquel que lo ha enviado”. Bella similitud con lo aquí dicho, ¿no
cree usted amable lector? Evidentemente, los universales de la humanidad se
encuentran por doquier.
Respecto a los ritos de paso para la iniciación de estos “tepatiani”, no me
canso de subrayar la extraordinaria similitud de los relatos que aquí hemos
transcrito con aquellos que capturó la pluma del bachiller Hernando Ruiz de
Alarcón en el siglo XVII, en su obra titulada: Tratado de las supersticiones y
costumbres gentílicas que hoy viven entre los indios naturales de esta Nueva España,
es fascinante contemplar de cerca la perpetuación de la tradición oral en
nuestros pueblos nahuas.
El Prof. Duverger hablaba, en sus seminarios de 1992, de la “nahuatlidad”
como una clave para comprender las culturas mesoamericanas. Creo que las
palabras de estos entrevistados nos conducen directamente allí, a entender una
cosmovisión milenaria.
Testimonios de un pueblo nahua
Vale la pena mostrar la evidencia de que la concepción holística de la salud
y de la enfermedad entre los nahuas prehispánicos y actuales puede contribuir a
mejorar la medicina occidental moderna tan fragmentada y superespecializada.
Existen muchos elementos terapéuticos tradicionales que se deben rescatar
para aprovecharlos en favor de los pacientes.
Modestamente considero que este texto puede servir de llave maestra para
abrir las puertas al México profundo, del que nos habla Bonfil Batalla.
En la página 458, del primer tomo de la tesis doctoral publicada en Francia
bajo el sello de Presses Universitaires du Septentrion en junio del año 2000,
escribí: “espero no haberme convertido en un antropólogo etnocentrista y
morboso que habla de sus hallazgos ante sus colegas con el malsano placer de
señalar lo exótico al otro”. Hoy lo reitero.
He aquí una contribución, un granito de arena más, para fomentar el
desarrollo de la etnopsiquiatría en México.
Barley Nigel. Un anthropologue en déroute. Petite Bibliothèque Payot. 1994.
pp. 279.
Bonfil Batalla Guillermo. México profundo. Una civilización negada.
Grijalbo, México. 199O. pp. 250.
Duverger Christian. “Terapias chamánicas y psiquiatría prehispánica: el
caso del México antiguo”, en: Villaseñor-Bayardo Sergio J. (compilador) Acte
Franco-Mexicain d’ethnopsychiatrie et de psychiatrie. Editado por la Embajada
de Francia en Mexico y la Revista del Residente de Psiquiatría, agosto 1996. pp.
205.
Raveau François. Pour un dialogue nature/culture. Les vues de l’anthropologie
médicale. Prospective et Santé. 1987, n° 40. p. 2.
Ruiz de Alarcón Hernando. Tratado de las supersticiones y costumbres
gentílicas que oy viuen entre los Indios naturales desta Nueua España (1629) Museo
Nacional de México, t. VI México, 1892, pp. 123-223. Ediciones Fuente
Cultural. México, 1953. pp. 477.
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Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena
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Agradecimientos
A los habitantes del Alto Balsas, verdaderos autores de este libro:
Don Francisco «Chico» Flores, Doña Faustiniana Celis y su familia,
Doña Alberta Vázquez, Don Sirenio Tomás, Doña María Jerónima Dionisia
y su familia, Doña Concepciona González «Nantzin”, Doña Hermelinda
Alejandro, Doña Cimitria Alejandro, Don Fernando Macedonio, Don
Eleuterio Trujano y su mujer, Doña Constantina Macedonia, Don Ricardo
Zamora, Don Miguel Adame, Don Mateo Martínez, Doña Basilia Romero,
Don Roberto de la Cruz y su mujer, Francisca de la Cruz, Felipe Pérez y su
esposa Ofelia, Don Luis Tapia, Don Apolinar Celestino, Doña Beatriz Solis,
el Dr. Eustaquio Celestino, Don Guillermo y su mujer Carmela Celestino,
El maestro Sixto Cabañas y su esposa Julia, Don Marcial Camilo y su mujer,
Doña Alicia Ramírez, Doña Cleofas Ramírez y sus hijas Felix y Paula, Don
Rodolfo Celestino, su mujer Dominga y sus hijos, Don Cristino Celestino,
Don Alfredo Ramírez, Don Petronilo Ramírez, Don Filemón Atilano, Don
Santos Herrera, Doña Juana Herrera, Don Bonifacio Herrera, Don José y su
familia, Doña Oralia Roque, Doña Flora Nicolás, Don Miguel Mendoza,
Don Florentino Iglesias y Doña Nicolasa Cortés, Doña Cristina Iglesias, Don
Mateo García, Don Mateo Ortiz, Doña Juana Díaz, Doña Juvencia, Doña
Felisa Lorenzo, Doña Cristina Alejandro, Don Pablo Celis, Doña Dolores
Reyes, Doña Lorenza Ruiz, Doña Juana Ruiz, Doña Paula Celestino, Doña
Agustina Obispo, Doña Leobarda Bautista, Don Pedro Araujo y su esposa
Enimia, Don Pascual Adame, Don Santos Adame, Don Rogelio Santos y
su mujer, Don Tomás Aniceto Mendoza, Doña Tranquilina Nepomuceno,
Don Agustín, Don Pascual Alejandro, Don Genaro Alejandro, Don Héctor
Hernández, Don Felipe Pérez, Don Bonifacio González, Dra. Leticia Castro,
Don Pascasio López, Don Gelasio Cruz, Doña María Felix Bustillos, Don
Alfonso Lorenzo, Don Francisco López y su mujer, y todos los demás cuyos
nombres he omitido involuntariamente pero que igual deberian aparecer en
este listado.
A la etnóloga y “medico descalzo”, Cristina Chávez Alvarado sin cuyo
invaluable apoyo, amable presencia entre los habitantes del Alto Balsas y
magistral habilidad para entrevistar, no habría sido posible culminar esta
investigación.
Testimonios de un pueblo nahua
A Moisés Silva Lepe, por la revision de los textos originales.
Al Profesor Francisco Castellón Amaya por distraer su tiempo y creatividad
en favor de esta publicación.
A mi esposa Doloritas y a mis hijos Sergio Miguel y Eunice Anais por
brindarme su cariño y apoyo incondicional.
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Abril de 2008
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