Índice de contenido Contexto histórico y social

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Felipe Perucho – IES Rosa Chacel (Colmenar Viejo) – Curso 2014-15
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La novela española de 1975 a finales del siglo XX.
Tendencias, autores y obras principales
La realidad nos pone en nuestro sitio; luego, nosotros,
por medio de la narración, ponemos a la realidad en el suyo .
Luis Landero
Índice de contenido
Contexto histórico y social.............................................................................................................. 1
Características principales............................................................................................................... 2
Corrientes de la novela actual........................................................................................................ 2
Histórica......................................................................................................................................... 2
Policiaca y de intriga.................................................................................................................... 2
Del realismo cotidiano................................................................................................................. 3
Del realismo fantástico............................................................................................................... 3
Fantástica....................................................................................................................................... 3
Con menor peso narrativo.......................................................................................................... 4
Intimista o poética................................................................................................................... 4
Satírica....................................................................................................................................... 4
Intelectual o ensayística......................................................................................................... 4
En la frontera con la no ficción.................................................................................................. 4
Testimonial............................................................................................................................... 4
Autobiográfica......................................................................................................................... 5
Autores principales........................................................................................................................... 5
Manuel Vázquez Montalbán (1939-2003)................................................................................5
Eduardo Mendoza (1943→) ........................................................................................................ 5
Sátira detectivesca.................................................................................................................. 5
Novela histórica....................................................................................................................... 5
Novela contemporánea ......................................................................................................... 5
Luis Landero (1948→) ................................................................................................................. 6
Javier Marías (1951→) ................................................................................................................. 6
Antonio Muñoz Molina (1956→)................................................................................................ 6
Otros autores relevantes................................................................................................................. 6
Francisco Umbral (1932-2007)................................................................................................... 6
Juan José Millás (1946→)............................................................................................................ 6
Enrique Vila-Matas (1948→)....................................................................................................... 7
Rosa Montero (1951→)................................................................................................................ 7
Arturo Pérez Reverte (1951→)................................................................................................... 7
Almudena Grandes (1960→) ...................................................................................................... 7
Contexto histórico y social
Tras la muerte de Franco se abre un periodo de profunda transformación en la sociedad
española que desemboca en la democratización del país y en su incorporación a grandes
organizaciones internacionales, muy significativamente la OTAN y la CEE (actual Unión
Europea).
El panorama literario se ve influido por los cambios sociales y políticos, y en particular
por la libertad política, la globalización y el consumismo, que contribuyen a configurar las
Felipe Perucho – IES Rosa Chacel (Colmenar Viejo) – Curso 2014-15
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características de este periodo. Desde el punto de vista literario destaca la desaparición
de las referencias artísticas comúnmente aceptadas y de los grupos literarios
mayoritarios. Prima la fusión y el eclecticismo.
Características principales
•
•
•
•
Coexistencia de temas y estilos diversos.
Apego a la tradición narrativa; aunque se incorporan algunas innovaciones
formales, priman los hilos argumentales definidos y los personajes bien dibujados.
Mayor preocupación estilística que política o social.
Amplia producción que dificulta la localización de corrientes literarias.
Corrientes de la novela actual
Como se acaba de mencionar, la producción novelística española desde la instauración
de la democracia ha sido enorme, lo que hace muy difícil detectar las corrientes
literarias, a lo que se une la falta de la debida perspectiva temporal. Hechas estas
salvedades, en las líneas que siguen se intenta una clasificación que sirva de
acercamiento a la novela española contemporánea.
Histórica
El gusto de los lectores se inclina por este género, que es, junto con el policiaco y de
intriga, el más leído1. La novela histórica sitúa los acontecimientos en periodos históricos
pasados, muestra voluntad de exactitud en el tratamiento del contexto (hay datos
precisos y ambientación realista) y suele tener un desarrollo argumental extenso.
Quizá debido a la pujanza del género en el gusto de los lectores, muchos autores
relevantes se han acercado a él, incluso cuando su trayectoria literaria estuviera alejada.
Es el caso de José Luis Sampedro (Real sitio, 1993), Eduardo Mendoza (La ciudad de los
prodigios, 1986) o Manuel Vázquez Montalbán (Galíndez, 1990). En el caso de Almudena
Grandes, la novela histórica se ha convertido en el hilo conductor de sus últimas
producciones, como El lector de Julio Verne (2012), a pesar de que sus inicios estuvieran
alejados de ella.
Otros autores sí muestran una mayor identificación de su trayectoria con la novela
histórica, como Javier Cercas (Soldados de Salamina, 2001), que llega a ella a través del
periodismo, o Arturo Pérez Reverte (El capitán Alatriste, 1996). Ildefonso Falcones (La
catedral del mar, 2006) o Matilde Asensi (Todo bajo el cielo, 2006) han desarrollado toda
su obra dentro de este género, con muy notable éxito de ventas.
Policiaca y de intriga
Como en el caso de la novela histórica, son muchos los autores que se han acercado a
este género, que se caracteriza por centrarse en la resolución de un crimen o misterio.
En la narración se busca la sorpresa y el suspense mediante giros argumentales y la
parcialidad de la visión del protagonista narrador, que va descubriendo datos de la
historia poco a poco (predomina la narración en primera persona). La acción suele
situarse en un contexto urbano.
1
Más del 40% de los lectores españoles prefieren la novela histórica, según el Barómetro de hábitos de
lectura y compra de libros, Federación de Gremios de Editores de España, 2011. Fuente:
http://www.mcu.es/libro/docs/MC/Observatorio/pdf/HLCLE_2011.pdf, consultada el 14 de abril de
2013.
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Muy destacada resulta la aportación de Manuel Vázquez Montalbán, cuyo detective
Carvalho protagoniza una larga serie de novelas, entre las que figura La rosa de
Alejandría (1984), que ha tenido una influencia fundamental en autores posteriores. A
través de los ojos de Carvalho, un peculiar detective aficionado a la gastronomía, se hace
un retrato grotesco e irónico de la sociedad.
Desde una perspectiva paródica enfrenta Eduardo Mendoza el género, que cultiva en
varias de sus novelas, entre ellas El misterio de la cripta embrujada (1979), en las que el
peculiar protagonista, salido de un psiquiátrico, realiza una ácida y divertida sátira de la
sociedad al hilo de la investigación.
Otros autores de primera fila han hecho incursiones en el género, como Antonio Muñoz
Molina (Plenilunio, 1997) o Juan José Millás (Papel mojado, 1983), mientras que hay
novelistas que han cultivado la novela policiaca durante toda su trayectoria, como
Lorenzo Silva (El blog del inquisidor, 2008) o Juan Madrid (Días contados, 1993), entre
otros.
Del realismo cotidiano
La mayor parte de las novelas españolas contemporáneas se sitúan en esta corriente,
constituida por obras caracterizadas por estar situadas en la España contemporánea,
preferentemente en entorno urbano, por la prevalencia de protagonistas desvalidos e
inseguros, y por la contención estilística: existe interés consciente y expreso por
mantenerse dentro de la narrativa tradicional. La incorporación de recursos
experimentales es moderada, de manera que no se pierde ni el hilo narrativo ni el dibujo
de los personajes.
Los autores más importantes del periodo han escrito narraciones que podemos
calificar como realistas. Es el caso de José Luis Sampedro (La sonrisa etrusca, 1985), Luis
Landero (Juegos de la edad tardía, 1989), Luis Mateo Díez (La fuente de la edad ,1986),
Fernando Aramburu (Fuegos con limón ,1996), Antonio Muñoz Molina (El jinete polaco,
1991), Almudena Grandes (Malena es un nombre de tango, 1994), Álvaro Pombo (El
temblor del héroe, 2012) o Manuel Vicent (Tranvía a la Malvarrosa, 1997).
Del realismo fantástico
En este apartado debe destacarse la obra de Juan José Millás, heredero del realismo
mágico latinoamericano y del surrealismo europeo que mezcla en sus obras,
aparentemente situadas en el realismo cotidiano, elementos fantásticos. Un ejemplo de
esta tendencia es Lo que sé de los hombrecillos (2010). También podríamos situar en esta
tendencia la peculiar novela de José María Merino Los trenes del verano - No soy un libro
(1995), en la que el propio objeto que tenemos en las manos, el libro, nos pide ayuda
dentro de la lógica de la ficción novelesca.
Fantástica
Esta tendencia, muy asentada en el gusto de los lectores, no encuentra
correspondencia en el número de obras publicadas por autores españoles, aunque hay
ejemplos destacados. La corriente se caracteriza por situar la acción en un espacio
imaginario y por la introducción de elementos fantásticos. Los autores que cultivan este
género suelen estar vinculados con la literatura juvenil, como Carlos Ruiz Zafón (La
sombra del viento, 2001) o Laura Gallego (Memorias de Idhún, 2004), aunque no siempre
es el caso. Rosa Montero (La historia del rey transparente, 2005), tiene formación
periodística, y Ana María Matute, que dio un impulso importante al género con Olvidado
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rey Gudú (1996), es de la generación anterior y había escrito antes muchas obras
realistas.
Con menor peso narrativo
Si bien las corrientes reseñadas hasta el momento, que apuestan por una estructura
tradicional y por el predominio de lo narrativo, engloban al grueso de las novelas
españolas publicadas en democracia, hay obras y autores importantes que no se
inscriben en ellas. En este apartado trataremos autores y obras que tienen como
elemento principal el ensayo, la descripción, el enfoque humorístico o la reflexión, y que,
por tanto, hacen perder peso a la trama narrativa, que queda diluida.
Intimista o poética
Las obras de esta tendencia se demoran en la descripción, la reflexión y el
pensamiento. El principal representante de esta tendencia es Julio Llamazares, cuya
novela La lluvia amarilla (1988) recuerda por su estructura fragmentaria y su mezcla del
mundo de los vivos y los muertos a Pedro Páramo (1955) del mejicano Juan Rulfo.
La obra de Belén Gopegui (La escala de los mapas, 1993) también podría situarse
dentro de esta corriente.
Satírica
En estas novelas el centro de interés se sitúa en la crítica exacerbada e ingeniosa de la
sociedad. Se buscan las situaciones hilarantes, la crítica mordaz y el chiste conceptuoso.
Ejemplos de esta tendencia son Sin noticias de Gurb (1991) de Eduardo Mendoza, obra en
forma de diario en la que prima lo humorístico, y El novio del mundo (1998) de Felipe
Benítez Reyes, que tiene el lenguaje brutal y la crítica ácida propios del autor.
Intelectual o ensayística
El hilo narrativo pasa en estas obras a un segundo plano en favor de la reflexión
ensayística, que constituye con frecuencia extensas digresiones. Mortal y rosa (1975) de
Francisco Umbral podría situarse en esta corriente. Umbral, afilado e ingenioso, se centra
más en la reflexión y en la expresión ingeniosa que en la trama narrativa, que es
prácticamente irreconocible.
El autor más destacado de esta corriente es Javier Marías (Corazón tan blanco, 1992),
cuyos textos, narrativamente lentos, están llenos de profundas reflexiones digresivas. En
la misma línea podría situarse a Enrique Vila-Matas (El viaje vertical, 1999).
En la frontera con la no ficción
La realidad a veces irrumpe en el territorio de la ficción y nos hace dudar sobre la
condición de algunas obras. En este apartado se sitúan creaciones que siguen tan de
cerca a la realidad que podrían calificarse de reportajes o biografías.
Testimonial
Algunos de los autores más jóvenes, como José Ángel Mañas (Historias del Kronen,
1994) o Lucía Etxebarría (Amor, curiosidad, prozac y dudas, 1997) conciben algunas de sus
obras como testimonios de un estilo de vida. Se caracterizan por reflejar problemas
sociales vinculados con la juventud con crudeza y cercanía.
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Autobiográfica
Ardor guerrero (1995), de Antonio Muñoz Molina, es un buen ejemplo de narración
autobiográfica, que aprovecha los recursos de la novela para construir un relato
estrictamente apegado a la realidad. También en este apartado podríamos situar los 17
volúmenes de diarios de Andrés Trapiello, publicados con el título general Salón de los
pasos perdidos. Una novela en marcha (1999-2013).
Autores principales
Manuel Vázquez Montalbán (1939-2003)
Introdujo y llevó a su culmen la novela policiaca española. Es conocido principalmente
por las 25 obras protagonizadas por Pepe Carvalho, un peculiar detective de gran cultura
y paladar exquisito que se mueve sobre todo en la Barcelona contemporánea, rodeado
de acontecimientos políticos y sociales de la realidad del momento. Dentro de esta serie
figuran, por ejemplo, obras como La rosa de Alejandría (1984). Entre sus narraciones no
protagonizadas por Carvalho destaca El pianista (1985), una novela policiaca con
implicaciones éticas. Sus novelas tienen componentes de crítica social y política como, de
manera más abierta y clara, sus numerosos ensayos y colaboraciones periodísticas.
Cultivó, además, la poesía y colaboró muy frecuentemente con la prensa.
Eduardo Mendoza (1943→)
Su producción narrativa arranca con una novela importante desde
el punto de vista de la historia de la literatura: La verdad sobre el
caso Sabolta (1975), que incorpora novedades estilísticas
heredadas de los experimentos de periodos anteriores 2 (inclusión
de textos periodísticos y jurídicos, narración fragmentaria, etc.)
pero subordinándolas a la claridad de la narración. Su obra se
puede agrupar en tres grandes líneas:
Sátira detectivesca
Sus componentes principales son la matriz de intriga, la ácida
crítica social y la intención humorística. Reúne las cuatro obras
protagonizadas por el verborreico detective anónimo escapado de Ilustración 1: Eduardo
un psiquiátrico (desde El misterio de la cripta embrujada, de 1979, Mendoza
hasta El enredo de la bolsa y la vida, de 2011), y Sin noticias de Gurb
(1991), entre otras obras.
Novela histórica
Dentro de este género escribió la influyente novela La ciudad de los prodigios (1986) y
Riña de gatos. Madrid 1936 (2010). Son obras muy bien engarzadas desde el punto
narrativo y bien documentadas, llenas de datos precisos.
Novela contemporánea
En este grupo de novelas, entre las que se encuentran La isla inaudita (1989) o Una
comedia ligera (1996) encontramos narraciones tradicionales escritas con un estilo
2
El paradigma de la experimentación narrativa del siglo XX es el Ulises (1922) de James Joyce, que
deconstruye el esquema narrativo hasta hacerlo irreconocible.
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cuidadosamente depurado, y no aparece el tono satírico tan característico de otras de
sus obras.
Luis Landero (1948→)
A pesar de no tener una extensa obra, ejerce una influencia fundamental en el
panorama literario, principalmente gracias a su primera novela, Juegos de la edad tardía
(1989), que establece un brillante juego entre realidad y ficción de raíces cervantinas. El
tema principal de su obra ha sido hasta su última novela publicada, Absolución (2012) el
contraste entre las expectativas y la realidad encarnada en las insatisfacciones de
hombres maduros.
Javier Marías (1951→)
La obra de Marías, de estructura claramente narrativa, se presenta
hibridada con el ensayo y la autobiografía, de manera que el hilo
argumental pierde importancia en favor de la profundidad de las
reflexiones. Alcanzó el éxito comercial con Corazón tan blanco (1992), y es
especialmente destacable su trilogía Tu rostro mañana (2002-07), que
ahonda en las implicaciones éticas de la traición y reflexiona sobre los
sentimientos, la realidad y la ficción.
Antonio Muñoz Molina (1956→)
Ilustración 2:
Javier Marías
Ha transitado distintos géneros, desde la novela de intriga, representada por ejemplo
por Plenilunio (1997), hasta la autobiografía novelada (Ardor guerrero, 1995), pasando
por la novela realista (El jinete polaco, 1991), aplicando a todos su característica habilidad
técnica, que le permite equilibrar complejas estructuras narrativas y elaborar párrafos de
frases largas y densas llenas de significado.
Otros autores relevantes
Francisco Umbral (1932-2007)
Enormemente prolífico, escribió una ingente cantidad de colaboraciones periodísticas.
Su obra está más volcada en el estilo que en la estructura, por los que sus novelas (por
ejemplo, Mortal y rosa, bordean las fronteras del género por su estructura fragmentaria
y liviandad de la trama.
Juan José Millás (1946→)
Lo más característico de sus obras es la levedad de la frontera entre la realidad y el
mundo fantástico, lo que aparece en algunas de sus primeras novelas, como Papel
mojado (1983) y se muestra con toda claridad en las últimas, como Lo que sé de los
hombrecillos (2010).
Enrique Vila-Matas (1948→)
El ritmo de las novelas de Vila-Matas está marcado por los interludios poéticos de las
descripciones y el tono reflexivo que adopta, que hace que el hilo narrativo pierda
importancia en favor del análisis psicológico y la reflexión cercana al ensayo. En sus
novelas abundan las referencias intertextuales, lo que, unido a las características
señaladas, hace que sus novelas, como El viaje vertical (1999) sean de lectura compleja y
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no hayan gozado de difusión masiva, aunque el autor tiene una gran prestigio
internacional.
Rosa Montero (1951→)
Periodista de profesión, sus novelas han oscilado entre dos tendencias: el realismo
contemporáneo, ocasionalmente vinculado a la crítica social, como en Te trataré como
una reina (1983), y la literatura fantástica, como es el caso de Temblor (1990) o Historia
del rey transparente (2005).
Arturo Pérez Reverte (1951→)
Disfruta de un gran éxito comercial, quizá debido a su combinación de los dos géneros
más demandados en España: la novela histórica y la de intriga. En esta estela se pueden
situar La tabla de Flandes (1990) o El club Dumas (1993). Otro gran éxito ha sido la serie
protagonizada por el capitán Alatriste, ambientada en la España Barroca.
Es de destacar la verdad que desprende su novela breve Territorio comanche (1994), en
la que vuelca sus experiencias como reportero de guerra durante la guerra en Sarajevo.
Almudena Grandes (1960→)
Su primera obra, que la hizo saltar a la fama, es una novela erótica, Las edades de Lulú
(1989). Su obra posterior ha oscilado entre el realismo cotidiano de ambientación
urbana, como en Malena es un nombre de tango (1994), y la novela histórica, que
frecuenta con mayor frecuencia en sus últimas obras, como Inés y la alegría (2010) o El
lector de Julio Verne (2012).
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