índice

Anuncio
00.Educacio?n para la paz.qxp:00.Educacion para la paz.qxp
25/4/12
13:17
Página 7
ÍNDICE
PRÓLOGO......................................................................................................
9
CAPÍTULO I.
Pensadores comprometidos con la paz.......................
11
CAPÍTULO II.
La paz en la pedagogía del siglo XX ............................
19
CAPÍTULO III.
Organizaciones Mundiales ..........................................
33
CAPÍTULO IV.
El año internacional de la cultura de la paz ...............
47
CAPÍTULO V.
Antropología de la violencia y la paz ..........................
61
CAPÍTULO VI.
El concepto de paz y su enfoque jurídico ...................
87
CAPÍTULO VII.
La cultura como fuente de conflictos y camino hacia
la paz .............................................................................
105
CAPÍTULO VIII. Tolerancia, objetivo y criterio de la educación multicultural .......................................................................
119
CAPÍTULO IX.
La paz valor emergente................................................
129
CAPÍTULO X.
Teorías de la aprendizaje y su aplicación para la formación de la paz...........................................................
147
CAPÍTULO XI.
Evaluación de la actitudes hacia la paz ......................
159
CAPÍTULO XII.
La clarificación de los valores .....................................
167
CAPÍTULO XIII. La paz en las aulas. Sociometría y desarrollo de hábitos cívico-convivenciales...........................................
177
CAPÍTULO XIV. La educación intercultural y la paz.............................
185
02.Educacio?n para la paz.qxp:02.Educacion para la paz.qxp
25/4/12
13:20
Página 87
CAPÍTULO VI
CONCEPTO DE PAZ Y SU ENFOQUE JURÍDICO
Ramón Oñate Revest
1. CONCEPTO
La paz puede definirse como concepto autónomo, en el sentido de tranquilidad de espíritu, o en función de la condición política del hombre, equivalente a orden social y también en relación con su antónimo, es decir, ausencia
de guerra.
Paz y controversia, amistad y enemistad, son la doble cara de una actitud
humana que la doctrina viene estudiando desde una perspectiva de preocupación en la que late el planteamiento de si el hombre es naturalmente pacífico o, al contrario, genéticamente beligerante.
Cabe señalar a este respecto que, ya en la cultura índica, el Código de Manú
hacía hincapié en como la paz y los tratados no son sino un planteamiento transitorio para llegar a la infracción, es decir, al incumplimiento. El propio Cicerón
alertaba sobre la necesidad de mantenerse bien armado si se deseaba la paz,
añadiendo que si se deponían las armas jamás se podía alcanzar aquélla. Y Tito
Livio afirmaba que era mejor y más seguro una paz cierta que una victoria esperada porque una está en tus manos, la otra en la de los dioses, algo en lo que,
desde otros planteamientos totalmente distintos, también San Agustín insistía desde su pesimismo antropológico dentro de los planteamientos políticosociales. Quizá no le faltaba razón a Proudhon cuando concluía que la paz
obtenida con la punta de la espada no es más que una tregua.
En contra de lo anterior, Corts Grau (1953: 392) destaca la necesidad de
discernir los valores positivos de la paz, aún dentro de la imperfección hu-
02.Educacio?n para la paz.qxp:02.Educacion para la paz.qxp
88
25/4/12
13:20
Página 88
EDUCACIÓN PARA LA PAZ
mana, que sólo con un ideal puede considerar la paz perfecta o la paz perpetua porque la paz, para este autor, implica concordia. La paz, añade, es la tranquilidad del orden y se halla concertada en él.
Para Ossorio la paz es la pública tranquilidad y quietud de los Estados, en
contraposición a la guerra (1978), añadiendo que los Estados se encuentran
en situación de paz no solamente cuando carecen de conflictos entre sí, si que
también cuando, teniéndolos, se hallen dispuestos a dividir sus diferencias
por vías jurídicas o, lo que es lo mismo, sin hacer uso de las armas. Así, la
guerra es, precisamente, el rompimiento de la paz.
El concepto de ésta como antónimo de guerra viene fundamentado en la
propia condición del hombre que algunos definen partiendo de una postura
cainista, más que como un ser ilusionado por la vida, como el ente abrumado por la idea de la muerte y, dentro de ese binomio (vida-muerte), la balanza se inclina, desde un fatalismo negativo, hacia el platillo que contrapone la
supervivencia a la propia existencia, desde un estilo puramente hobbiano donde se puede predicar aquello del homo homini lupus.
Rodríguez Paniagua (1984: 157) abunda en la idea de Corts Grau indicando cómo el estado de naturaleza, o el hombre en este sentido, es entendido
por Locke de manera distinta a la de Hobbes. No es un estado de guerra, sino que
la naturaleza está inclinada a la paz y a la concordia, a trabajar y obtener así lo
necesario para vivir e incluso a establecer la propiedad privada; todo bajo la garantía de la ley natural, que es la ley que rige en el Estado, como en el de sociedad rige la ley civil.
El mismo autor (1984: 216) observa como Rousseau estima que el estado
de naturaleza es un estado de felicidad relativa aunque no de felicidad perfecta,
un estado de igualdad caracterizado por la imposibilidad de que unos hombres opriman a otros y, por tanto, un estado de libertad, concluyendo que, desde luego, Rousseau no está de acuerdo con las soluciones propuestas por Grocio o Hobbes. Éstos fundamentan el estado en un pacto irrevocable y abren paso
así a una situación de esclavitud. Rousseau no admite esto: el pacto debe ser
revocable; y además el pacto de sumisión total no es lícito, su materia no puede ser objeto de un pacto, ya que incluye la renuncia de la libertad y ésta no
se puede renunciar, dado que es fundamento de la moralidad y, por tanto, base
más noble de la personalidad humana que repudia la guerra a la que considera
como una situación excepcional cuya permanencia en el tiempo no es propia
del estado de naturaleza del hombre, ni ha podido, por tanto, propiciar el nacimiento de la sociedad.
En la Paz perpetua, Kant expone lo que él considera como presupuestos necesarios para que aquella se consiga entre los Estados, refiriéndose a su constitución política, al fundamento de derecho de gentes y al aseguramiento del
derecho a una ciudadanía mundial.
Kant compartía con Rousseau la idea del pacto social desde el convencimiento de que el hombre en el estado de naturaleza no podía alcanzar jamás
la paz. El estado natural era una situación bélica que requería una serie de tratados para modificar tal situación. Pero esa impotencia del hombre es trasladable también al Estado, que precisa pactar con otros para llegar a lo que él
llama sociedad de naciones que no es sino una federación de paz que se dis-
02.Educacio?n para la paz.qxp:02.Educacion para la paz.qxp
CONCEPTO DE PAZ Y SU ENFOQUE JURÍDICO
25/4/12
13:20
Página 89
89
tinguiría del pacto de paz en que éste termina con la guerra y, sin embargo, la
paz pone fin a toda hostilidad bélica.
Por eso Kant proclama que el hombre es ciudadano del mundo y precisa
de un derecho de ciudadanía mundial como derecho público de la humanidad,
inexcusable para llegar a la paz perpetua.
Realmente, la idea de conseguir esa unión de Estados ha existido desde la
antigüedad en Europa, teniendo capítulos de cierta relevancia a partir del imperio romano aunque, como ya indicábamos en otro lugar de este estudio, no
alcanza una estructura relevante sino a partir de la Segunda Guerra Mundial,
o sea, cuando nuestro Viejo Continente se encuentra roto, totalmente arruinado
y sin moral, precisando alcanzar la paz, la estabilidad y abrir vías al desarrollo económico.
2. ENFOQUE FILOSÓFICO-JURÍDICO
Precisamente en la sociabilidad humana es donde el Derecho encuentra
su verdadera función general que no es otra que el logro y mantenimiento de
la paz, como diría Kant, desde el complejo de las relaciones por las cuales el
arbitrio de cada uno puede coexistir con el criterio de todos los demás, según una
ley universal de libertad, hasta el punto de que, siguiendo a Wolf, y contemplando el mundo jurídico desde su aspecto obligacional, alcanzamos el deber
perfecto que tiene por objeto eliminar cuanto impida el recto uso de la libertad del hombre en un ordenamiento jurídico, que el mundo del derecho, o sea,
del sistema de normas fundadas en principios éticos susceptibles de sanción
coercitiva que regulan la organización de la sociedad y las reacciones de los individuos y agrupaciones que viven dentro de ella para asegurar en la misma la
consecución armónica (y pacífica, añadimos) de los fines individuales y colectivos. (3)
Las relaciones entre los hombres abandonados a su libre y espontánea manifestación, provocaría la convergencia de apetitos en los mismos intereses; de
ello, como dice Landrove Díaz (1992: 93), se seguirían serios conflictos y violentas reacciones, con grave perjuicio de la paz social. Podemos concluir, siguiendo a este autor, que la vida social y el Derecho surgen coetáneamente
(ubi societas, ubis ius, concretamos nosotros) porque es consustancial a las más
elementales estructuras sociales una cierta organización jurídica que, lógicamente, tendrá un desarrollo congruente con el colectivo en que nace, el cual
armonizará todas sus normas para el logro de ese fin primordial que es la paz.
3. LA PAZ COMO BIEN JURÍDICO
La paz es un bien jurídico inserto en la protección y tutela de los derechos
humanos junto con otros tan transcendentales como pueden ser la propia
vida, la libertad, la dignidad, la igualdad, etc., o sea, aquellos derechos que incumben a las personas en cuanto a tales y que de ninguna manera pueden ser
vulnerados por los gobernantes porque, hay que subrayarlo, la paz, como el
02.Educacio?n para la paz.qxp:02.Educacion para la paz.qxp
90
25/4/12
13:20
Página 90
EDUCACIÓN PARA LA PAZ
resto de los derechos a que acabamos de referirnos, tiene como valor fundamental el de ser eterna, universal y supratemporal.
Diríamos, resumiendo todo lo expuesto, que sólo la paz puede conseguir
el respeto de los derechos humanos, siendo la guerra su negación absoluta.
4. EL DERECHO A LA GUERRA
El derecho a la declaración de ésta fue limitado de forma fundamental a partir del siglo XVI. De acuerdo con Pastor Ridruejo (1994: 647), podemos señalar
varias etapas al respecto, añadiendo alguna más a las cuatro que él, acertadamente, considera fundamentales. Entre ellas, la que podemos situar a principios del siglo XI en que, después de haber tenido lugar distintos concilios, la Iglesia fundó la llamada Paz de Dios a efectos de limitar las guerras. Tuvo un
indudable éxito entre todos los estamentos sociales que vieron en la misma un
modo de lograr seguridad especialmente en los bienes agrícolas y animales de
labor. El incumplimiento de sus normas llevaba aparejada la excomunión. Desapareció en la época comprendida durante los siglos XII y XIV. Entonces, la Iglesia quiso eliminar el peligro de las guerras mediante la tregua de Dios.
Una segunda etapa se puede enmarcar en el siglo XVI cuando el considerado como padre de nuestro Derecho Internacional, Francisco de Vitoria, se
refería a que la única y sola causa de hacer la guerra es la injuria recibida.
Los pensadores quieren hacer una filosofía de la guerra justa en la que, también Suárez, justificaba como justa causa el castigo a aquel que ha violado un
derecho de otro, la venganza de una injuria, o la protección de inocentes.
Pastor Ridruejo (1994), refiere cómo dentro del largo elenco de autores clásicos que se ocuparon de esta cuestión, Hugo Grocio asume las ideas de Vitoria en el sentido de que la injuria es justa causa de guerra, si bien, a diferencia
del español, deja abierta la posibilidad de la justicia de las guerras preventivas,
añadiendo que, con el tiempo (Charles de Visscher), los hombres de Derecho
sucumbieron a la eterna tentación del jurista: sacrificaron el fondo a la forma.
Una guerra injusta por sus causas no deja de ser lícita si se hace por un príncipe soberano y está precedida de una declaración de guerra, y es ésta la concepción que impregnará durante siglos al Derecho Internacional positivo que
sólo exigirá competencia y forma y se desentenderá de la justicia de la causa.
Pactos y declaraciones programáticas se preocuparon, en un periodo subsiguiente, de regular la paz y de tratar de articular las medidas necesarias desde la intención de su logro. Así, Carrillo Salcedo (1991: 21), señala cómo en 1.
648, Francia y Suecia, potencias vencedoras, crearon en la Paz de Westfalia un
orden político basado en la quiebra de los Habsburgos y el comienzo del hundimiento del Imperio Hispánico y un orden territorial que, con ligeras modificaciones, se mantendrá vigente hasta las Guerras de la Revolución francesa
y del imperio napoleónico.
El orden expresado en la Paz de Westfalia (seguimos literalmente al autor
citado) hizo del sistema de Estados soberanos territoriales el centro de gravedad
de la regulación de las relaciones internacionales. De ahí que sus principios fundamentales fuesen los siguientes:
02.Educacio?n para la paz.qxp:02.Educacion para la paz.qxp
25/4/12
13:20
Página 91
CONCEPTO DE PAZ Y SU ENFOQUE JURÍDICO
91
— el respeto de los límites territoriales de los Estados;
— la jurisdicción territorial de los Estados, es decir la prevalencia del principio territorial sobre el personal en materia de legislación y de administración de justicia;
— la igualdad soberana de los Estados;
— la no intervención en los asuntos internos de los Estados.
Pero es más, la Paz de Westfalia, como sigue indicando Carrillo Salcedo,
aspiró también a establecer un sistema de garantía y mantenimiento de la paz
y del statu quo, basado en los siguientes postulados:
— los tratados deben ser observados y cumplidos por los Estados partes
(pacta sunt servanda);
— los conflictos relativos al orden de paz deben ser resueltos por medios
pacíficos, con preferencia a través de la negociación político-diplomática, lo que traerá consigo la decadencia del arbitraje;
— el Estado víctima de una violación del orden establecido puede recurrir
a la guerra contra el transgresor y debe contar con el apoyo de los Estados partes en los tratados de paz;
— una guerra iniciada sin justa causa sería contraria a derecho, por lo
que los Estados partes en los tratados de paz, deberían hacer frente
conjuntamente a los perturbadores del orden establecido.
En otra época (y seguimos nuevamente a Pastor Ridruejo), «la comunidad internacional comienza a declarar un claro interés hacia el mantenimiento
de la paz». En las Conferencias de la Paz de La Haya de 1899 y 1907, añade,
no se consigue establecer una proscripción general de la guerra, sino que tan
sólo se prohibe su empleo para el cobro de deudas contractuales, pero el ideal del mantenimiento de la paz es el que inspira las disposiciones de la Convención de 1907 sobre solución pacífica de las controversias internacionales.
5. LA I GUERRA MUNDIAL Y LA SOCIEDAD DE NACIONES
La primera conflagración mundial abrirá las mentes a la idea de que nunca es excesivo el precio que se paga por conseguir y, sobre todo, mantener la
paz. La experiencia fue, sin duda alguna, la más cruel de cuantas han podido
mediar en los enfrentamientos entre los hombres. Se llegó así a la Conferencia de París de 1919 en la que, con la finalidad primordial de negociar la paz,
se discutió y aprobó el Pacto de la Sociedad de Naciones de 1919, que estaría
en vigor hasta el 31 de julio de 1947 en que celebró su última sesión.
En realidad, se querían sentar las bases duraderas para poder brindar soluciones pacíficas a cualquier conflicto desde la trinchera consensuada de una
resistencia común a la agresión. Y ello mediante la reducción y el control de
los armamentos y el control de la iniciativa privada en cuanto a la producción
de armas por las empresas privadas, declarando imperativo el registro y la
publicación de los acuerdos que se suscribieran en el futuro, así como la unión
de cuantos intentos surgieran en adelante con miras a incentivar el progreso
económico y social en todas aquellas áreas en que fuera necesaria o conveniente
la colaboración internacional.
02.Educacio?n para la paz.qxp:02.Educacion para la paz.qxp
92
25/4/12
13:20
Página 92
EDUCACIÓN PARA LA PAZ
Con el Tratado de Versalles, que fue el que creó la Sociedad de Naciones,
se dio fin a la I Guerra Mundial. En su redacción influyeron varios políticos
pero, fundamentalmente, Wilson (aunque Estados Unidos no se integró en la
Sociedad), con sus famosos catorce puntos:
11. No habrá más acuerdos internacionales de carácter privado.
12. Libertad absoluta para la navegación por todos los mares.
13. Supresión de las barreras económicas.
14. Intención de que se reduzca el armamento en todos los países.
15. Facilitar un acuerdo sobre las reivindicaciones de algunas colonias.
16. Evacuación de los territorios rusos, fundamentalmente por Alemania.
17. Evacuación de los territorios belgas.
18. Liberación de los territorios franceses (Alsacia y Lorena).
19. Reajuste de las fronteras italianas.
10. Autonomía para los territorios del antiguo imperio austro-húngaro.
11. Evacuación de Serbia y Montenegro (a fin de que la primera pudiera tener salida al mar).
12. Apertura permanente de los Dardanelos.
13. Independencia de Polonia.
14. Creación de la Sociedad de Naciones para garantizar la paz nacional.
El Tratado de Versalles, que se elaboró entre el 18 de enero y el 28 de junio de 1919 tuvo, no obstante, a Francia como protagonista imponiendo, entre otras, unas condiciones especiales para Alemania que iba ya a dejar de ser
una gran potencia, totalmente desarmada, con en ejército de solamente 100.000
hombres desprovistos de artillería, de aviación y de flota marina, sin estado mayor, con un panorama económico desolador al tener que hacer frente a todo
un capítulo de macro-indemnizaciones.
Ya concretamente en el Pacto de Sociedad de Naciones (que entró en vigor el mismo día que el Tratado de Versalles) se establecía, literalmente, que
las Altas Partes Contratantes, considerando que para fomentar la cooperación
entre las naciones y para garantizar la paz y la seguridad, conviene aceptar
ciertas obligaciones de no recurrir a la guerra, mantener a la luz del día relaciones internacionales, fundadas sobre la justicia y el honor, observar rigurosamente las prescripciones del Derecho Internacional, reconocidas de aquí en adelante como regla de conducta efectiva de los Gobiernos, hacer que reine la justicia
y respetar escrupulosamente todas las obligaciones de los tratados en las relaciones
mútuas de los pueblos organizados.
Como indica el Dr. Francis Paul Walters, de la Universidad de Oxford (Internet), el Pacto ofrecía un sistema completo para el arreglo pacífico de los
conflictos y para una resistencia común a la agresión; preveía la reducción y
el control de los armamentos y la eliminación de las nefastas consecuencias
de la producción de armas por parte de empresas privadas; obligaba al registro
y a la publicación de todos los futuros tratados por parte de la Secretaría de
la Sociedad y la adhesión a todas las iniciativas destinadas a promover el progreso social y económico en todos los sectores en que fuera de vital importancia la colaboración internacional y, finalmente, a la supervisión de las diversas colonias de los varios territorios sustraídos a la dominación alemana
o turca.
02.Educacio?n para la paz.qxp:02.Educacion para la paz.qxp
25/4/12
13:20
Página 93
CONCEPTO DE PAZ Y SU ENFOQUE JURÍDICO
93
Estaba integrada por cuarenta países, entre ellos trece que no habían participado en la conflagración, y funcionaba mediante una Asamblea General de
todos los Estados firmantes, un Consejo (del que formaron parte cuatro países neutrales, concretamente, Bélgica, Brasil, España y Grecia), una Secretaría y diversos órganos, como por ejemplo, la O. I. T. (Oficina Internacional del
Trabajo), la O. M. S. (Organización Mundial de Salud) y el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya.
El prestigio y la autoridad (si es que alguna vez realmente los tuvo) de la
Sociedad de Naciones desaparecieron cuando se pudo comprobar su impotencia
ante los conflictos que se fueron sucediendo, entre otros muchos, la agresión
japonesa, los problemas de Etiopía, la guerra civil española, o su ineficacia para
evitar la Segunda Guerra Mundial.
6. PERIODO COMPRENDIDO ENTRE LAS DOS GUERRAS
MUNDIALES
Se nutre de circunstancias y acontecimientos dignos de señalar, cuales
son, entre otros, la crisis económica del año 1929, que perdura hasta 1932,
aunque sus efectos se dejaron sentir prácticamente hasta el inicio de la 2.ª
Guerra Mundial, el liderazgo de Adolfo Hitler, la conquista de Etiopía por Italia y la guerra civil española.
Parece oportuno indicar aquí, aunque sea muy brevemente, que la indicada
crisis tuvo su origen en los EE. UU., afectando a la mayor parte de los Estados que
intervenían en el comercio mundial. En ella influyó la nueva estructuración de las
relaciones económicas entre los países, la afectación de varias monedas extranjeras por el acaparamiento de oro por parte de Norteamérica, las obligaciones
perentorias de Alemania después de la primera conflagración mundial, etc., todo
lo cual propició el hundimiento de los precios, las quiebras e insolvencias y,
también, una importante rescisión de las relaciones económicas entre los países.
7. LA II GUERRA MUNDIAL
Señala Pastor Ridruejo (1994: 726) que en el transcurso de la Segunda
Guerra Mundial (1939-1945), los países aliados que combatían contra las potencias del Eje sintieron la necesidad de la creación de una organización intergubernamental que velase en el futuro por la paz y seguridad internacionales.
Así nacen la Declaración de los aliados de 12 de junio de 1941, la Declaración
de Moscú, de 30 de octubre de 1943, la redacción de las bases concretas para
una nueva organización internacional que se estudian en la Conferencia reunida en Dumbarton Oaks (Washington) entre el 21 de agosto y el 28 de septiembre de 1944 y, por fin, la Conferencia de San Francisco que se culmina con
la aprobación de la Carta de las Naciones Unidas de 26 de junio de 1945.
En ella se articula la regulación de la paz desde el punto de vista de su
mantenimiento y unido a la seguridad internacional. Este binomio paz-seguridad internacional es una constante en gran parte de sus artículos.
02.Educacio?n para la paz.qxp:02.Educacion para la paz.qxp
94
25/4/12
13:20
Página 94
EDUCACIÓN PARA LA PAZ
En el capítulo I, propósitos y principios, el artículo 1.º incluye entre los mismos, como después se irá repitiendo a lo largo de su contenido, el mantener
la paz y la seguridad internacionales, y con tal fin tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz, y para suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz, y lograr por medios pacíficos, y de conformidad con los principios de la justicia y del derecho internacional, el ajuste o
arreglo de controversias o situaciones internacionales susceptibles de conducir
a quebrantamientos de la paz.
Se insiste en el artículo 2.º en cuanto a que los Miembros de la Organización arreglarán sus controversias internacionales por medios pacíficos de tal
manera que no se pongan en peligro ni la paz y la seguridad internacionales, ni
la justicia, idea que reitera en artículo 4.º cuando habla de todos los demás estados amantes de la paz, e igualmente, los artículos 11, 12, 14, 15, 18, 23, 24,
26, 33, 34, 37, 39, 42, 47, 48, 51, 52, 55, 73, 74, 76, 84 y 106.
Las Naciones Unidas se estructuran en la Asamblea General, el Consejo de
Seguridad, el Consejo Económico y Social, el Consejo de Administración Fiduciaria, el Tribunal Internacional de Justicia y una Secretaría.
La Asamblea General, conforme al artículo 9.º, estará integrada por todos
los miembros de las Naciones Unidas, sin que ninguno de ellos pueda tener más
de cinco representantes.
Su competencia se extiende, entre otras, a todos los asuntos o cuestiones
dentro de lo que es el contenido de la Carta, o que se refieran a los poderes y
funciones de cualquiera de los órganos creados por la misma, pudiendo hacer
recomendaciones sobre tales asuntos o cuestiones, tanto a los miembros, como
al Consejo de Seguridad. Igualmente está facultada para considerar los principios generales de la cooperación en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, incluso los principios que rigen el desarme y la regulación
de los armamentos.
Efectivamente, ha celebrado varios periodos extraordinarios de sesiones sobre desarme y cada año se ocupa de esta cuestión a través de sus dos órganos
deliberantes; la Comisión de Desarme y la Primera Comisión de la Asamblea
(Comisión de Desarme y Seguridad Internacional)
Precisamente, en la sesión que celebró en 1981, basándose en que la promoción de la paz, tanto en el nivel nacional como internacional, se encuentra entre
los principales propósitos de las Naciones Unidas, adoptó el acuerdo de dedicar
un tiempo específico para concentrar sus esfuerzos y los de sus estados miembros,
tanto como los del conjunto de la humanidad, en promover los ideales de paz y
en dar evidencia positiva de este compromiso por todos los medios posibles.
A estos efectos, se acordó que el tercer martes de septiembre, o sea una vez
al año, el día de la apertura de la sesión se dedicara a conmemorar y reforzar
los ideales pacíficos entre todos los pueblos, haciendo especial hincapié en
los temas relativos a la educación.
El Consejo de Seguridad, según el artículo 23, se compondrá de quince
miembros, y tenderá, igualmente, al establecimiento y mantenimiento de la paz
y seguridad internacionales con la menor desviación posible de los recursos
humanos y económicos hacia los armamentos, previéndose, a fin de dotarle
la agilidad necesaria, que pueda funcionar de manera continuada.
02.Educacio?n para la paz.qxp:02.Educacion para la paz.qxp
CONCEPTO DE PAZ Y SU ENFOQUE JURÍDICO
25/4/12
13:20
Página 95
95
Para contribuir a solucionar una crisis, el Consejo de Seguridad puede iniciar una labor de mediación o investigación, exhortar a las partes a que remitan
sus controversias a la Corte Internacional de Justicia, o hacer otro tipo de recomendaciones estando, igualmente, legitimado para imponer sanciones o
decretar embargos, disponer el establecimiento de operaciones de mantenimiento de la paz u ordenar la adopción de medidas colectivas de carácter militar.
El Consejo Económico y Social se compone por cincuenta y cuatro miembros elegidos por la Asamblea General, y tendrá como misión redactar estudios e informes con respecto a asuntos internacionales de carácter económico, social, cultural, educativo y sanitario, y otros asuntos conexos, al igual que
formular recomendaciones sobre tales asuntos a la Asamblea General, a los
miembros de las Naciones Unidas y a los organismos especializados que estén interesados, pudiendo establecer comisiones de orden económico y social
y también para la promoción de los derechos humanos, así como las demás
que sean necesarias para el desempeño de sus funciones.
El Consejo de Administración Fiduciaria estará integrado por los miembros que administren territorios fideicometidos, los mencionados por su nombre en el artículo 23 que no estén administrando territorios fideicometidos y
cuantos miembros elegidos por la Asamblea General sean necesarios para asegurar que el número total de los mismos se divida por igual entre los miembros administradores de tales territorios y los no administradores de los mismos.
Por delegación de su Organo soberano, podrá considerar los informes que
les haya rendido la autoridad administradora; aceptar con ella peticiones y
examinarlas, disponer visitas periódicas a los territorios fideicometidos, etc.
La Corte (o Tribunal) Internacional de Justicia será el órgano judicial principal de las Naciones Unidas cuyos miembros, ipso facto son partes en su estatuto, e incluso un Estado no miembro podrá llegar a incardinarse en el mismo de acuerdo con las condiciones que determine en cada caso la Asamblea
General por recomendación del Consejo de Seguridad. Su principal competencia
será la resolución de las controversias internacionales, si bien los Estados
miembros podrán encomendar el entendimiento de sus diferencias a otros tribunales en virtud de acuerdos ya existentes o que puedan concertarse en el futuro.
La Secretaría, con arreglo al artículo 97, se compondrá de un Secretario
General (que es el más alto funcionario administrativo) y del personal que requiera la Organización. Aquel actuará como tal en todas las sesiones de la
Asamblea General, del Consejo de Seguridad, del Consejo Económico y Social
y del Consejo de Administración Fiduciaria, además de desempeñar las que le
encomienden dichos Órganos. Rendirá un informe anual sobre las actividades
de la Organización.
Obviamente, el Secretario General desempeña una misión muy relevante
al figurar entre sus funciones la de llamar la atención del Consejo de Seguridad sobre cualquier cuestión que amenace la paz o la seguridad y para utilizar sus buenos oficios en interés de la diplomacia preventiva.
Descargar