Conocer y gestionar las Enfermedades Profesionales Antonio Pastor Collado Médico del Trabajo de AENOR La detección y declaración de las Enfermedades Profesionales sigue siendo una asignatura pendiente en muchas CCAA, ya que, en general, se considera como un fallo (que lo es) en la gestión preventiva. Evitar el accidente laboral ya ha entrado a formar parte de la cultura empresarial a nivel Nacional, siendo uno más de los objetivos a lograr dentro de la planificación que se lleva a cabo, considerándose como una meta ineludible para la empresa; su fin ya no es sólo reducirlos, sino lograr cero accidentes. No ocurre igual con las Enfermedad Profesional, ya que lleva unas connotaciones que generan cierta reticencia en el contexto empresarial; ya sea por ser de más difícil objetivación, por percibirlo como que se dan unas condiciones laborales inadecuadas y mantenidas en el tiempo o por precisar la participación médica para su diagnóstico, entre otros. No obstante, se pueden establecer peculiaridades diferenciales entre accidente laboral y enfermedad profesional: ACCIDENTE LABORAL ENFERMEDAD PROFESIONAL Mayor sencillez de definición de sus condiciones en tiempo y forman (cuándo y cómo) Más dificultad de identificación por sus límites peor definidos temporalmente (desarrollada en el tiempo) Es un hecho fortuito, no siempre prevenible Es un hecho a largo plazo y debería prevenirse Supone un fallo en el que hay errores puntuales y en ocasiones sin fallo en la gestión Supone un fallo inequívoco del sistema de gestión preventivo de la empresa En un porcentaje se puede vincular al trabajador El mayor responsable será la empresa No se enmascara con problemas de salud previos del trabajador, aunque si puede agravarlos. Puede enmascararse por problemas de salud del trabajador y dificultar el diagnóstico. Para su confirmación no suele ser preciso un acto médico Para su confirmación siempre se precisa un acto médico El trabajador especialmente sensible es menos previsible y detectable mediante la Vigilancia de la Salud (no tiene por qué haber antecedentes, ni padecer ningún problema de salud) El trabajador especialmente sensible es previsible (por antecedentes de salud) y detectable (reconocimientos específicos) en la Vigilancia de la Salud No existen exenciones por depender de un sector con ausencia de unos determinados riesgos, ni se excluye por afectación orgánica dispar o por el desarrollando actividades no habituales y nunca realizadas. Los elementos que lo definen son más condicionados (tiempo de exposición, actividades y agentes causales de uso habitual e incluidos en un listado, zona o función orgánica afectada…) Un daño a la salud, de causa laboral, no incluido en las Enfermedades Profesionales, puede ser declarado como accidente de trabajo. Si el daño de la salud no está incluido dentro del cuadro de Enfermedades Profesionales, no se considera como tal. A través del accidente de trabajo se puede dar trámite a la siniestralidad laboral de difícil catalogación específica. En la enfermedad profesional se definen, se estructuran y se relacionan riesgos y patologías de forma específica. Estas peculiaridades se pueden deducir de la legislación que las define, por lo que haremos una breve y resumida mención de ella para tener una aproximación jurídica de ambos conceptos; acudiendo al articulado de la Ley General de la Seguridad Social (L.G.S.S.). Real Decreto Legislativo 1/1994, de 20 de junio 1994. Aprueba el Texto Refundido de la Ley General de la Seguridad Social, y en la que se establece: a) En su Art. 116, para que las Enfermedades Profesionales sean consideradas como tal, se precisa que sea contraída a consecuencia del trabajo ejecutado por cuenta ajena en las actividades que se especifiquen en el cuadro que se apruebe (actualmente por el RD 1299/2006)1* por las disposiciones de aplicación y desarrollo de esta Ley, y que esta proceda por la acción de elementos o sustancias que en dicho cuadro se indiquen para cada enfermedad profesional”. 1*(Real Decreto 1299/2006, de 10 de noviembre, por el que se aprueba el cuadro de enfermedades profesionales en el sistema de la Seguridad Social y se establecen criterios para su notificación y registro. En él se aprueba el cuadro de enfermedades profesionales que figura como anexo 1 de este real decreto, así como la lista complementaria de enfermedades cuyo origen profesional se sospecha, que figura como anexo 2, y cuya inclusión en el anexo 1 podría contemplarse en el futuro.) b) Y en su Art. 115, dice con respecto a los Accidentes de Trabajo que el que se sufra con ocasión o por consecuencia del trabajo que ejecute por cuenta ajena, en el que se origine una lesión corporal (aunque la lesión no constituye, por sí sola, accidente de trabajo). En él se incluyen cualquier tarea desarrollada habitual o no, los trayectos “in labore o in misión”, agravamientos de enfermedades previas, actos de salvamento en conexión con el trabajo; etc. Además en el art. 115. 2. e, se específica que cuando se puede establecer una relación causal entre la exposición laboral y una enfermedad que no esté recogida en el cuadro de enfermedades profesionales, dicha enfermedad puede ser legalmente reconocida como accidente de trabajo. Es el momento de elaborar e implementar las acciones para que las Enfermedades Profesionales estén presentes en nuestro sistema de gestión preventivo, empezando por dar respuesta a la siguiente tabla de preguntas: ¿Qué?: Prevenir y evitar las Enfermedades Profesionales en la EMPRESA. ¿Quién?: Innegablemente, aunque en todas las actividades preventivas hace falta la visión multidisciplinar, en el caso de la Enfermedad profesional (E.P) se hace especialmente evidente, por lo que será el Servicio de Prevención en conjunto con sus diferentes especialidades y todos aquellos responsables (internos y externos) implicados en la prevención. Aunque la confirmación final será de carácter médico. ¿Dónde?: Lógicamente la primera evaluación de establecer si existe el riesgo y las actividades susceptibles de producir Enfermedad profesional (E.P) es en la propia empresa, pero además se deberá analizar el contexto del sector empresarial al que se pertenezca, ya que normalmente estarán reconocidas las E.P que se puedan producir. ¿Cuándo?: Debe ser un apartado más dentro del Plan de Prevención y de la evaluación de riesgos laborales tanto inicial como periódica, y quedar identificadas las potenciales E.P. que se puedan producir en función de la actividad. ¿Cómo?: Se precisa aplicar los principios de los sistemas de gestión, definiendo en la metodología funciones y responsabilidades; elaborando un diagrama de flujo que permita que el procedimiento esté clarificado, esquematizado y que de una visión global del proceso. (Ver cuadro anexo). ¿Por qué?: Como circunstancia fundamental para tener implantado en la empresa un sistema preventivo eficaz; pero además para dar respuesta a las exigencias legales como se establece en la Ley 31/95 con respecto a los principios de la acción preventiva (Art. 15) y al Plan de prevención de riesgos laborales, evaluación de los riesgos y planificación de la actividad preventiva (Art. 16); así como en lo que respecta a la identificación de las Enfermedades Profesionales reconocidas (RD. 1299/2006). ¿Para qué?: Nuestra acción preventiva siempre debe procurar ser proactiva, de forma que tengamos las posibles E.P. identificadas, si es posible eliminadas, o sino cuando menos controladas; y si en el peor de los casos trascendiera el contexto proactivo y se produjera algún síntoma o signo de problema de salud nos obligaría a ser reactivos, debiendo ser capaces de detectar lo más precozmente posible los cambios incipientes que se producen en el estado de salud de los trabajadores, de forma que nunca se llegue al estadio de Enfermedad profesional (E.P). Y si se produjera, lo que consideraríamos como fracaso preventivo, y se alcanzara la E.P. nos quedaría el residual de establecer el tratamiento más eficaz, de proceder a la comunicación interna para corregir las deficiencias preventivas y la declaración externa de la misma, para dar respuesta al imperativo legal.