Rev. de ivled. E. G. Navarra lI: 253, 1958 DEPARTAMENTO DE PATOLOGIA MEDICA DE LA ESCUELA DE MEDICINA DEL ESTUDIO GENERAL DE NA VARRA Y CLINICA MEDICA UNIVERSITARIA DE LA UNIVERSIDAD DE GRANADA Anemia hemolítica autoinmune en el curso de hepatitis viral E. Ortiz de Landázuri, J. P. Casado Corzo, A. Sáncl1ez Agesta, J. Díaz Nogales y M. Espinar Lafuente En 1908 Chauffard y Troisier 13 , y Widal, Abrami y Brulé 52 dieron a conocer un cuadro de anemia hemol:tica adquirida, en el que podía demostrarse la presencia en la sangre de sustancias directamente agresoras frente a los hematíes, es decir, cchemolisinasii, llamando a la enfermedad anemia hemolítica cchemolisínicaii. Posteriormente estos hechos quedaron olvidados hasta que Dameshek y Schwartz is los reactualizaron en 1938; sin embargo, el interés posterior por los cuadros de anemias hemolíticas agudas causadas por sustancias antieritrocito se ha desviado del campo de las hemolisinas al de otro tipo de anticuerpos, especialmente aglutininas, cuya demostración se ha hecho más fácil, gracias a nuevas técnicas. La consideración de estos cuadros hemolíticos adquiridos, surgidos de modo aparentemente primario, o secundario a otros procesos, y en los que se demuestra ccin vitroll la presencia en el plasma de autoanticuerpos frente a los eritrocitos -completos o incompletos, aglutinantes o hemolíticos, ccfríos>> o cccalientes»- ha llevado a algunos autores a proponer la expresión de ccenfermedad hemolítica autoinmune» 55 , o bien ccanemia hemolítica autoinmune» (AHA) cada vez más empleadas en la actualidad. Con relativa frecuencia se han descrito casos de ARA de carácter secundario, en el curso o a continuación de determinadas enfermedades por virus, especialmente en la neumonía atípica primaria o neumonitis viral 1 • 4 • 11 • 32 • 35 y en la mononucleosis infecciosa 3 • 17 • 21 • 36 • 42 . El posible papel etiológico de los virus en la producción de la ARA ha sido resaltado por Moolten y Clark 30 • Existen observaciones poco conclusivas respecto a la aparición de ARA en el curso de hepatitis viral. Está bien estudiada la anemia hemolítica que acompaña con frecuencia a los procesos crónicos del hígado 22, 23, 24, so, y a veces se han descrito cuadros de anemia hemolítica crónica adquirida con simultánea lesión del hígado, en los que el carácter primitivo de esta lesión no pudo ser claramente establecido. Sin embargo, uno de los casos citados por Watson so apareció asociado con ccictericia catarral grave prolongada». Hasta la reciente comunicación de Raffensperger 34 los únicos casos al parecer bien documentados de ARA aguda consecutiva a hepatitis viral también aguda fueron los descri- 254 E. ORTIZ DE LANDÁZURI Y COLABORADORES tos en Alemania por Voit 49 , Schmidt '14 , y Goldeck y Küchmeister 20 , aunque más bien como una secuela tardía que no como una verdadera complicación (citados por Raffensperger). En nuestro país, Oliver 3·3 ha mencionado haber observado algunos casos de esta asociación, y Díaz Rubio 16 ha presentado asimismo dos casos convincentes. En el presente trabajo presentamos un caso en el que una anemia hemolítica aguda con test de Coombs positivo y otras pruebas de la presencia en el suero de autoanticuerpos antieritrocíticos pudo ser bien demostrada, apareciendo en el curso de un proceso hepático agudo que puede ser razonablemente considerado como una hepatitis viral. DESCRIPCIÓN DEL CASO El 17 de junio de 1958 ingresa en nuestra Clínica Universitaria, el enfermo A. G. L., casado, de 42 años, que trabaja en las labores del campo, y nos proporciona la siguiente anamnesis: Desde el verano de 1957 y después de una «pulmonía» -tuvo fiebre, tos y expectoraciónque le duró un par de meses, viene con ligera astenia, disnea de esfuerzo y mucha tos. No obstante sigue trabajando hasta hace un mes (mayo 1958) en que se le presenta: ictericia, accesos de tos de preferencia vespertinos,; vómitos precedidos de nauseas; fiebre y sudores fríos, principalmente por las tardes; anorexia; epistaxis pequeñas; estreñimiento; deposiciones negruzcas; orinas oscuras; palpitaciones y opresión precordial, dolorosa al esfuerzo con disnea y ortopnea nocturna en tres ocasiones; hinchazón de mamilas, especialmente la derecha, así como en pantorrillas con dolorimiento de ellas. Con este cuadro sigue hasta cuatro o cinco días antes de su ingreso, en que todo lo anterior se intensifica. Tiene antecedentes de catarros frecuentes desde hace dos años y entre los antecedentes familiares el único dato de interés es la existencia de cuatro abortos en su matrimonio en épocas muy variables del embarazo, no pudiéndose establecer un orden cronológico de interés especial. Hacemos notar que la historia no es más detallada por las características temperamentales del enfermo que impide precisar en detalle lo sucedido. Exploración. - Enfermo gravemente afecta- Vol. 11 do, con muy mala nutrición; intensa ictericia de piel y mucosas, gran palidez de las mismas; ídem de lengua; labios ligeramente agrietados; pequeños ganglios submaxilares derechos menores que un garbanzo, y otros aún más pequeños en axilas, principalmente en derecha; ligero fetor hepático. En e.] tórax se observa una ginecomastasia derecha y dudosa en izquierda. Se palpa la punta cardíaca en 5. 0 espacio, matidez cardíaca aumentada en ambos lados, sobrepasando tres dedos la línea estema! por la derecha y llegando hasta línea axilar anterior por la izquierda. Se ausculta un soplo sistólico en punta, prolongado, que se transmite hacia axila y se ausculta también en el resto de los focos, borrando casi el segundo tono, que sólo se percibe ligeramente en pulmonar. Tiene una taquicardia de 100 pulsaciones por minuto; pulso erétil; se observa una moderada ingurgitación venosa en cuello y tiene una tensión arterial de 13-8. En pulmón hay submatidez en bases, disminución del murmullo vesicular v algunas sibilancias. En el abdomen se palpa hígado -tres dedos eri línea mamilar y cuatro o cinco en epigastrio- y bazo semiblando un par de traveses de dedo. En las extremidades no se observan acropaquias, no hay edemas de pierna, y las uñas son pálidas. El Rumpel-Leede es negativo. Temperatura 38,5°. Análisis.-H. 900.000 por mm. ce.; Hb. 27 por 100; V. G., 1,5; Leucocitos, 7.950 por mm. ce.; Mielocitos, 3; Cayados, 4; Segmentados, 67; Eosinófi!os, 4; Basófi!os, O; Monocitos, 3; Linfocitos, 19; plaquetas, 320.000; V. de S., 170-173; proteínas totales, 5,8 gr. %; Albúmina, 2,6; Urea, 0,78 gr. por 1.000; Creatinina, 1,5 mgr. %; Pruebas de función hepática: Kunkel 15 U, MacLagan 8, Cadmio + +; Bilirrubina, 5 mgr. % ; Lípidos totales, 340 mgr. %; Colesterina, 107 mgr. %;Fosfatasas alcalinas, 3 u. B.; Serología: Kahn +, Citocol +, Meinicke ++; Calcemia, 12,9 mgr. por 100; Fosforemia, 4 mgr. %. En orina: indicios de albúmina, creatinuria, 125 mgr. % y pH, 6. En el E. C. G. se ve una marcada depresión del espacio ST. Se le administran tres transfusiones de 300 e.e. los días 19, 20 y 21 de junio. La tercera es mal tolerada, presentando un gran desasosiego, disnea, temblor, escalofríos, razones por las cuales se interrumpe esta última transfusión; se le prescribe un tratamiento con antibióticos y tónicos cardíacos y vasculares que logran estabilizar el intenso cuadro de shock en el que entró a partir del accidente transfusional. Durante los días 21, 22 y 23 se le administró: Terramicina (i. m.), 100 mgr. cada ocho horas; Penicilina, 400.000 unidades y gamma globulina (Hubermicina) cada 12 horas; Estro- Diciembre 1958 ANEM IA 255 H EMOLÍTI CA Y HEPATITI S fanto , 0,25 mgr. (Kombetin) cada 12 horas ; Simpa tol, cada ocho horas un a ampolla; Extracto hepático (Ripas ón) con 90 ga mmas de B12 el d ía 21 (Hepama de 60 - tres ampollas- ); suero glucosado hipertónico y gotero con suero glucosado isotónico con vit. B1 y C. Durante estos tres días, cu riosamente, la duresis se mantenía bastante normal (alrededor de 1.000 c. c.), llamando la atención por el contraste con el aspecto ictérico y chocado qu e presen· taba el enfermo , aunque el sensorio nunca se vio profundamente afectado. Por este tiempo la bilirrubinemia había subido a 12,5 mgr. % (Dir. 9 e Indir. 3,5 mgr. %); tiempo de coagulación 1 min., tiempo de sangría 1 min. 30 seg.; plaquetas, 320.000 mm. ce. y aglutinaciones y hemocultivo negativos. Ante el cuadro anémico tan profundo se le hace un medulograma (véase informe día 24 junio 1958), un nuevo hemograma (25 junio) y una transfusión de sangre de 300 c. c. (24 junio), que tolera bien esta vez y lo atribuímos a la adición de sustancias antihistamínicas. La anemia se había hecho más intensa : 500.000 hematíes por mm . ce.; Hb, 30 %; V. G., 2,5; L. 13.000 por mm. ce. con M. 2-C. 7-S. 81-E. 2-B. 0-M. 1-L. 7, (no se aprecian alteraciones madurativas de los hematíes, los leucocitos presentan características tóxicas y se observan 20 normobl astos por cada 100 leucocitos; la urea es de 0,55 gr. %; creatinina, 1,25 miligramos %; seromucoide, 6,2 (expresado en tirosina); Test de Coombs +; resistencia globular: I=0,45 y T=0,35 %. En orina se encuentran indicios de Albúmina, urobilina muy aumentada, pigmentos + + +, Van Slyke S. B. C. = 100 % y un aclaramiento de creatina de 85 c.c./min. En este período en que se registra la mayor anemia de toda la evolución, el estado general no era el que por su gran afectación le debiera haber correspondido. Sorprende por un lado la re lativa compensación de la hematosis (aunque tenía gran disnea incluso en reposo) y por otro lado la eliminación de líquidos y el juego dinámico de los mismos dentro del organismo . La diuresis oscilaba alrededor de 1.800 e.e. los días 21 , 22 y 23 de junio, ascendió el 24 a 2.575 e.e. , para llegar a 4.200 y 4.500 e.e. los días 25 y 26 respectivamente, a continuación la diuresis se va normalizando y no se llegan a alcanzar valores tan altos como los señalados en último término. Mientras tanto aparecen del día 23 a 28 de junio edemas en ambas extremidades inforiores. El volumen minuto cardíaco es el día 25 de junio de 6.412 e.e., de 8.536 e.e. el día 26 y de 7.522 e.e. el día 28, cifras todas ellas que corresponden a la media de cuatro determinaciones. La tensión arterial oscilaba, Mx de 11 a 13 y Mn de 6 a 7 cm. de Hg. No se observó fiebre del 23 de junio al 28. La anemia se sigue estudiando as í como otros da tos explorados al ingresar y p osteriormente : Ca lcemia , 10 mgr. % y F osfo remia, 4,5 mgr. % (29 junio); G. F. R. (creatinina) = 48 c.c./min. ; Van Slyke S. B. C. = 57 % (29 junio) ; Electrolitos en sangre: Sodio = 130 mEq. / l. , Potasio = 4 mEq. /l. ; Cloro 107 mEq. /l. ; Fosfata sas alcalinas, 4,5 U.; Proteínas totales, 6 gr. %; Pruebas funcionales hepáticas : Kunkel 18 U., Mac Lagan 15 U. y Cadmio + (1 julio); Tiempo de coagulación, l min. 15 seg. y Tiempo de sangría, 1 min. 30 seg. (2 julio); ti ene un E. C. G. el día 27 de junio que presenta la forma en cubeta del espacio ST. No comentamos otros datos que al igual que los hematíes se vigilan frecuentemente : bilirrubinemia, Volumen minuto cardíaco , etc. , porque va incluído en la figura l. Desde los primeros días del mes de julio se hace verdaderamente patente la mejoría subjetiva y objetiva tanto desde el punto de vista clínico como analítico. En efecto, los homogramas de los días 3, 10 y 17 de juiio con las fórmulas leucocitarias del 3: F=0-4-80-1-0-6-9 y del 17: F=0-5-55-8-1-8-22; Fig.1 el Tiempo de coagulación de 3 minutos y Tiempo de sangría de 1 min. 30 seg.; una disminución de los pigmentos en orina mientras se conservan los indicios de albúmina y una tendencia a la normalización de las pruebas de función hepática : Kunkel 10 U., Mac Lagan 5,8 U. y Cadmio +, a la vez que desap arece la disnea, mejora poco a poco la ictericia, . la palpación del hígado y del bazo se va haciendo cada vez más exigua hasta el punto que el bazo se hace dudoso y el hígado sólo se palpa uno o dos traveses de dedo. Desde antes incluso el enfermo tiene un apetito exagerado y consume volúmenes cuantiosos de líquidos. De día en día se encuentra más eufórico y por fin a finales del mes de 260 E. ORTIZ DE LANDÁZURI Y COLABORADORES mostrado que el gasto cardíaco en reposo puede elevarse hasta 13 litros/minuto y la utilización del oxígeno disponible puede pasar desde lo normal de un 33 por 100 hasta incluso un 90 por 100 (Liljestrand, Nielson, Sharpey-Shafer, cits. por Wood). Según Bouchut 10 , este aumento del V. m. cardíaco y de la utilización de 02 se hacen progresivamente patentes con valores de hemoglobina inferiores al 50 por 100. En nuestro enfermo, con una hemoglobina de 30 por 100, pudimos comprobar (utilizando la fórmula de Starr 46 : Vsist = = 101 + 1/2 Psist - 1,09 Pdiast - 0,61 x x edad, y Vm = Vsist x frecuencia del pulso, Psist y Pdiast en mm. de Hg.), un V. m. de 8536 c. c. en los momentos de mayor anemia y con mayor poliuria. Este ro, .. ~,...n+,...... ,-1,.,. \T UU1-.l.l\,;J..1LV U.V Y • -n-'\ _J__J_.1_• "º 0\..1 "1""\1"Arlr1ro.a 1".1.-VU.U..._,V -n.A-r _tJV.l. lo ..lU.- +'l~ 1.-u quicardia y por el aumento de la presión venosa, y esta última a su vez es debida a una amplia constricción capilar o venosa periférica, con reducción del volumen sanguíneo 28 , mientras que las pequeñas arte- Vol. 11 rías y arteriolas e~tán dilatadas 29 • Y a hace algunos años fue sostenido por Borst 9 que la excreción por el riñón del "líquido cxtracelular)) es una función del gasto cardíaco: aumentos del V. m. producirían diuresis, y su disminución, en cambio, oliguria. Aunque las relaciones que actúan sobre la regulación de la diuresis son, no obstante, mucho más complejas de lo que creía Borst rn-JI, es evidente que su concepción se acerca mucho a lo real, sobre todo cuando otros factores pueden ser excluídos. De acuerdo con las nuevas concepciones sobre la función de concentración y dilución del riñón 5 • 18 • 53 , se comprende que, incluso con normalidad o aun disminución de la filtración glomerular, una dilatación de la arterinla aferente que llevase consigo aumento de riego sanguíneo en la medula renal dificultaría el proceso de concentración urinaria y favorecería en cambio la eliminación de orinas cuantiosas y diluídas. BIBLIOGRAFÍA l. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. AARON, R. S. Ar ch. lnt. M ed., 89: 293, 1952. ADAMS, A. B. Brit. Med. J., 1: 227, 1946. APPLEMAN, D. H., y l\'I. M. JVIORRISON. Blood, 4: 186, 1949. BATTAGLIA, B. Ann. lnt. Med., 27: 469, 1947. BERLINER, R. W., N. G. LEVINSKY, D. G. DAVIDSON y M. EDEN. Am. J. Med., 24: 730, 1958. BILLING, B. H., P. G. COLE y G. H. LATHE. Biochem. J., 65: 774, 1957. BILLING, B. H., y G. H. LATHE. Am. J. Med., 24: 111, 1958. BoHR, D. F. J. Lab. Clin. Med., 31: 1179, 1946. BoRST, J. G. G. 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