Examine

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Primavera 07
Importancia de la bioseguridad
en las nuevas incorporaciones
Bernat Sales Nogueras. Veterinario. Asesor del Grupo Ahedo
Muchas explotaciones lecheras adquieren e incorporan
animales de forma rutinaria.
Desgraciadamente, en muchas ocasiones no se toman las
medidas necesarias con tal de prevenir la introducción de
enfermedades vehiculadas por estos animales recién llegados.
Todos hemos podido constatar en ocasiones la aparición
de enfermedades respiratorias, queratoconjuntivitis, verrugas,
tiña y demás, en explotaciones en las que se han incorporado
animales foráneos. Del mismo modo, es también habitual el
que animales recién incorporados enfermen por patologías
prevalentes en el rebaño de acogida. Sea cuál sea el caso, el
factor común suele siempre consistir en que las nuevas incorporaciones se mezclan directamente con el resto del rebaño
sin respetar una cuarentena con las mínimas garantías.
Quizá en el pasado, en un contexto de prevalencias elevadas de brucelosis, las incorporaciones de nuevos animales
E
TOME LAS PRECAUCIONES DEBIDAS
xamine visualmente todos los
animales,
preferiblemente
antes de adquirirlos, o por lo
menos nada más llegar a la
explotación de acogida. Lo
mismo para las analíticas que se
considere oportuno tomar.
En síntesis, los pasos a seguir
en cuanto a exámenes, analíticas y manejo sobre nuestras nuevas adquisiciones deberían ser
los que siguen:
l Muestra de sangre para titulación serológica de la Enfermedad
de Johne’s (paratuberculosis).
l Muestra de sangre para titulación serológica de la neosporosis.
l Muestra de piel (de pabellones auriculares) o bien de sangre
(en función de las muestras que
procese el laboratorio analítico
con el que trabajemos) para
diagnóstico de portadores inmunotolerantes frente el BVD (IPIs).
l En muchas explotaciones de
nuestra área geográfica y otros
países europeos, se está ejerciendo un importante esfuerzo en la
erradicación del IBR, en parte
mediante programas voluntarios
más o menos impulsados por las
distintas administraciones, y
basando los criterios de eliminación de animales positivos en la
presencia de anticuerpos en
suero (serología positiva). Para
al rebaño se llevaban a cabo con mayor cuidado, manteniéndose aislados durante 30 - 45 días antes de realizar una
segunda analítica (la primera se había llevado a cabo antes
de trasladar a los animales). Una vez los animales habían sido
confirmados como negativos, se mezclaban con el resto del
rebaño.
Sin embargo, quizá porque gran parte de las enfermedades de declaración obligatoria en nuestra área geográfica
están sometidas a controles rutinarios, y siempre antes del
transporte de animales para vida, existe una gran tendencia
a mezclar las nuevas incorporaciones directamente con el
resto del rebaño.
El examen y las analíticas correspondientes sobre los animales antes de la adquisición, y el aislamiento al llegar a la
lechería deben tomarse como una prioridad para cualquier
explotación.
ello es imprescindible no vacunar
frente al IBR, y en caso de hacerlo, utilizar únicamente vacunas
marcadas, con tal de poder distinguir de manera fiable los anticuerpos vacunales (fruto de la
vacunación) de los de infección
(fruto del contacto con el virus).
Es evidente que las explotaciones
que estén bajo este tipo de programas deberán solicitar una
serología negativa frente los anticuerpos BVD no procedentes de
vacuna marcada en los animales
que incorporen a su rebaño.
Como consideración adicional,
solamente apuntar que el someterse a un programa de este tipo
en cuanto a la erradicación del
IBR puede ser muy interesante
para aquellos ganaderos que se
planteen vender ganado para
vida en el futuro, o bien participar
en concursos o ferias de ganado.
l Cada animal debe ser completa y minuciosamente examinado.
l Vacunaciones de acuerdo
a los protocolos de la lechería.
l Desparasitación externa e
interna. Hoy en día disponemos
en el mercado de productos de
aplicación tópica (“pour on”)
que proporcionan una desparasitación adecuada frente parásitos internos y externos.
l Palpación rectal con tal de
certificar el estado reproductivo.
Primavera 07
„ TÉCNICAS GANADERAS. Importancia de la bioseguridad en las nuevas incorporaciones
l Estabulación de aislamiento
durante un mínimo de 30 días.
Un periodo de aislamiento
resulta esencial para todos los
animales recién incorporados
por los motivos siguientes:
l Permite que cualquier
enfermedad que padezca cualquiera de los animales recién
incorporados cumpla con su
periodo de incubación y muestre los primeros signos clínicos. En
caso de haber algún animal
enfermo, este periodo de aislamiento cubre también el intervalo en el que está transmitiendo la
enfermedad. Los animales enfermos pueden ser diagnosticados
y tratados mientras cumplen el
periodo de aislamiento.
l Permite a los animales desarrollar a tiempo la inmunidad
correspondiente tras las vacunaciones recibidas contra cualquier enfermedad antes de mezclarlos con el resto del rebaño.
l Proporciona el tiempo
necesario como para poder disponer de los resultados analíticos
procedentes del laboratorio,
debiéndose mantener en la
explotación únicamente los animales negativos.
l Además, el período de aislamiento ayuda a disminuir el
estrés en los animales recién llegados: la mayoría de ellos han
estado viajando durante largo
tiempo, y al llegar se han encontrado en un lugar extraño para
ellos. Es por ello que deben acostumbrarse a un nuevo lugar, unas
nuevas compañeras y a unos
nuevos horarios, por lo que tras
cierto periodo de aislamiento
parecería que la transición se
simplifica.
SUPERE LAS DIFICULTADES
La mayor objeción por parte
de los productores, para mantener un grupo en aislamiento se
explica por un factor limitante en
cuanto a instalaciones, y por los
inconvenientes y dificultades
para manejar un grupo por
separado.
Sin embargo, con algo de
creatividad podemos superar
dichos inconvenientes. Lo ideal
sería mantener a los animales
recién llegados lo más lejos posible de los que ya estaban en la
explotación de acogida.
Frecuentemente existen en
las lecherías potreros para alojar
a las terneras o a las vacas secas
recién incorporadas. Aunque
con dichos potreros se limita la
transmisión de enfermedades,
estas áreas casi nunca presentan las condiciones apropiadas
para trabajar con el ganado o
tratar a los animales enfermos.
Los corrales y apretaderos portátiles son una buena opción a
tener en cuenta, y los animales
enfermos pueden ser trasladados a la enfermería.
Las vacas lactantes constituyen un reto mayor. Es importante
proporcionarles un espacio por
separado, en el que no exista
ningún contacto nariz a nariz
con el resto de los animales de la
explotación. A pesar de que
algunas enfermedades se pueden transmitir vía aerosoles, el
mantener a las vacas recién llegadas por separado disminuye
enormemente las posibilidades
de transmisión.
Las vacas lactantes recién llegadas se deben ordeñar las últimas y no se deben mezclar con
las demás, y lo mismo debe ocurrir con el resto de tareas de rutina diaria, tales como suministrar
el alimento y proporcionar todo
tipo de cuidados, con tal de prevenir la transmisión de enfermedades de los animales recién llegados al resto.
Trabaje con su veterinario clínico y con su equipo con tal de
prevenir la aparición de enfermedades cuando adquiera
ganado foráneo.
PROGRAMAS DE BIOSEGURIDAD
APLICABLES RESPECTO A LAS
PRINCIPALES ENFERMEDADES
INFECCIOSAS Y PARASITARIAS
NO SUJETAS A CONTROL
OBLIGATORIO
En las anteriores líneas hemos
citado algunas enfermedades a
chequear cuando se produzcan
nuevas incorporaciones a un
rebaño lechero, pero estos protocolos analíticos no tienen ningún sentido si no se tiene una
idea clara a cerca de como
afrontar el control o erradicación
de estas patologías infecciosas o
parasitarias.
Veamos con un poco más de
detalle cuales son las posibilidades y el margen de maniobra
que tenemos los ganaderos
para lidiar con los citados problemas sanitarios:
ENFERMEDAD DE JOHNE
La enfermedad de Johne ha
sido reportada en todos los continentes: ningún país o región
puede presumir de estar libre de
la enfermedad, aunque la prevalencia sobre el porcentaje de
rebaños es muy variable,
pudiendo ir del 55 o el 60 % en
Holanda y Nueva Zelanda respectivamente, hasta el 7 % de
los rebaños en Austria (En
Estados Unidos se estimó el año
1996 que un 22 % de los rebaños
lecheros tenían por lo menos un
10 % de tasa de infección, mientras que un 41 % de los rebaños
tenía por lo menos un animal
ELISA – positivo).
La enfermedad es causada
por el microorganismo Mycobacterium paratuberculosis, un
patógeno obligado de los animales, en el sentido de que úni-
camente puede multiplicarse en
el interior del organismo de los
animales que infecta. Sin embargo, el microorganismo es capaz
de sobrevivir durante largos períodos de tiempo en el ambiente
exterior (puede subsistir durante
un año entero en el estiércol
dependiendo de las condiciones ambientales).
M. paratuberculosis posee un
amplio abanico de posibles hospedadores (animales susceptibles de ser infectados). Los
rumiantes son el tipo de animales
más comúnmente infectados
(bovinos, ovejas, cabras, ciervo,
alces, antílopes, bisontes, camellos, llamas alpacas...), aunque
existen también informaciones
infrecuentes de infecciones afectando a especies no rumiantes
(caballos, cerdos, pollos, conejos,
zorros, primates...).
Su posible relación con la
Enfermedad de Crohn, que
afecta a los humanos, no ha sido
demostrada, y ni siquiera se han
observado evidencias que relacionen esta enfermedad con el
contacto con animales o con un
ambiente rural.
La fuente principal de transmisión de la enfermedad son los
propios animales infectados, que
eliminan el microorganismo causante por heces y por leche de
manera directamente proporcional a la gravedad del curso
clínico. La transmisión de la
enfermedad es feco – oral: es
decir, que desde una eliminación fecal del microorganismo
por parte de los animales enfermos, las nuevas infecciones ocurren por ingestión de alimento
contaminado con heces. La
ingestión de leche o calostro
contaminados por parte de terneras lactantes es también una
vía a tener en cuenta.
Los animales más vulnerables
frente nuevas infecciones son las
terneras en el parto y el periparto, especialmente en condiciones de higiene deficitaria y en el
caso que les sea permitido amamantarse directamente de su
madre.
Otro punto crítico a considerar
es la mala práctica en muchas
explotaciones de usar una misma
pala o herramienta para el manejo de la comida que para el estiércol, sobre todo si ello se lleva a
cabo sin una pauta estricta de
limpieza y desinfección. Una vez
ocurrida la infección, el período
de incubación es muy largo,
durando por lo menos dos años,
durante los cuales el animal presenta un crecimiento, desarrollo y
producciones normales, y una
apariencia totalmente sana.
Ello significa que cualquier
política de control que implementemos no se traducirá en
resultados palpables hasta al
cabo de dos años, aunque ello
no nos debe desanimar ni hacer
desistir de tomarnos en serio la
prevención de esta enfermedad, pues las pérdidas que nos
puede acarrear pueden ser muy
importantes, y las posibilidades
de tratamiento son nulas.
Disponemos en la actualidad
de pocas armas realmente efectivas para luchar contra esta
enfermedad, que nos permitan
ejercer una presión agresiva
sobre el control o erradicación
de la enfermedad:
l Las pruebas rápidas sobre
suero (Elisa) presentan una sensibilidad muy baja, y ofrecen por
lo tanto gran posibilidad de error,
por lo que resultan a priori inviables para establecer un programa de control y erradicación
realmente efectivo.
l Una técnica realmente fiable es la del cultivo de heces,
aunque es lento (mes y medio
desde la toma de muestra hasta
el diagnóstico) y por lo tanto
poco práctico.
l La prueba del PCR puede
ser más fiable a priori, pero no
está todavía disponible en
muchos laboratorios, dejando a
parte su elevado coste.
Primavera 07
Sin
embargo,
en
la
Universidad de Wisconsin, un
investigador llamado Michael
Collins ha desarrollado una
pauta de trabajo práctica y
efectiva a implementar a medio
– largo plazo, con tal de someter
esta enfermedad bajo control.
La pauta se basa en los resultados del test de sangre ELISA
elaborado por los Laboratorios
IDEXX, que como en todos los
casos de pruebas ELISA casi
nunca identifica como positivo a
un animal que no lo sea realmente, aunque solamente identifica a cerca de la mitad de los
animales realmente positivos
como tales. A esto es lo que llamamos una baja sensibilidad,
pero una elevada especificidad.
El programa de control salva
este importante inconveniente
clasificando a los animales, no
simplemente en positivos o
negativos, sino en 5 categorías
en función de la probabilidad de
positividad / negatividad según
el título de anticuerpos en suero:
- Fuertemente positivo.
- Positivo.
- Positivo leve.
- Sospechoso.
- Negativo.
Las medidas a tomar sobre los
animales se establecerán en función del resultado del ELISA, de
más a menos agresivas:
l Fuertemente positivo: eliminar del rebaño cuanto antes.
l Positivo: destinar a matadero (no inseminar) y eliminar al
finalizar la lactación. Conviene
estar atento a cualquier signo clínico de la enfermedad de
Johne (diarrea, mal pelo, pérdida de condición corporal...),
para eliminar al animal tan pronto como desarrolle clínicamente
la enfermedad.
l Positivo leve: no elimine la
vaca ni la destine a matadero
de buenas a primeras, aunque la
positividad (aunque leve) frente
la enfermedad de Johne debe
sin duda considerarse como un
criterio añadido para destinar a
una vaca a matadero en función de otros parámetros (días
en leche, nº de lactaciones,
estado reproductivo, recuento
de células somáticas, otras patologías...).
-La vaca debe parir en un
corral aislado, y la becerra debe
ser separada cuanto antes. No
aproveche el calostro.
-Limpie y desinfecte a conciencia el paridero tras el parto.
-Esté atento a cualquier signo
de la enfermedad para eliminar
al animal tan pronto como desarrolle clínicamente la enfermedad.
l Sospechoso: idem.
l Negativo: ok.
Lleve a cabo los análisis en
suero sanguíneo aproximadamente una vez al año, en todo el
rebaño adulto simultáneamente
en explotaciones de tamaño
pequeño – medio (hasta 200 animales), y periódicamente en
explotaciones grandes (más de
200 animales), por ejemplo conforme los animales vayan cumpliendo 200 – 300 días en leche.
Esta pauta analítica de control debe siempre complementarse con las ya conocidas medidas de manejo, higiene y alimentación con tal de minimizar
los riesgos de contagio y de
transmisión de la enfermedad:
l Partos en corrales limpios,
confortables y aislados, especialmente destinados a este fin, que
alojen solamente a una vaca en
cada ocasión.
l Retirar cuanto antes la
becerra recién nacida de la
madre una vez fuera de peligro
tras el parto.
l No permita que las vacas
amamanten a las becerras.
l No utilice la zona de partos
como enfermería.
l Limpie y desinfecte los
corrales después de cada parto.
l No mezcle el calostro de
varias vacas.
l No alimente a sus terneras
con leche de vaca adulta, y
mucho menos en caso de no
pasteurizarla antes.
l Evite el contacto de terneras
y novillas con las vacas adultas
mediante estabulaciones lo más
separadas posible, idealmente por
más de 500 metros de distancia.
l Evite la contaminación fecal
mediante estiércol de agua, alimento y maquinaria. Para ello es
interesante utilizar la maquinaria
de forma exclusiva para el estiércol, los bebederos de volteo con
limpieza fácil y lo más frecuente
posible, e implementar un sistema
lo más estricto posible de limpieza
de maquinaria e instalaciones.
NEOSPOROSIS
La neosporosis está causada
por un protozoo parásito llamado
Neospora caninum, con un ciclo
que incluye al perro como único
hospedador definitivo demostrado (se ha especulado con la
intervención en el ciclo como
hospedadores definitivos del
gato y carnívoros salvajes como
el zorro, el lobo y el coyote).
Clínicamente cursa sobre
todo con abortos, mayoritariamente a mitad de gestación
(sobre el 78 % entre los 4 y los 6
meses de gestación), que en
general se caracterizan por no ir
acompañados de retención placentaria y por no afectar significativamente a la posterior fertilidad, aunque con cierta frecuencia se acompañan de momificación fetal.
En muchos países constituye
la primera causa de abortos,
mientras que en España se estima una seropositividad de entre
el 14 y el 29 % de los animales.
Alrededor del 40 % de abortos
diagnosticados son debidos a
neospora.
El ciclo biológico del parásito
es el que figura en el cuadro
adjunto:
Un simple análisis del ciclo
anteriormente descrito nos pone
en evidencia una doble vía de
entrada y de mantenimiento de
la infestación en el rebaño:
1. Transmisión horizontal: a partir
del
alimento
contaminado
mediante heces de perro infestado, ingerido por una vaca, ternera o novilla.
2. Transmisión vertical: a partir
de un animal infestado, este lo
transmite por vía transplacentaria, resultando en abortos o bien
en terneras infestadas que mantendrán y amplificarán la enfermedad en el rebaño.
La vertical constituye hoy en
día la principal vía de entrada,
mantenimiento y amplificación
de la enfermedad en nuestros
rebaños.
Pautas de manejo a parte, en
lo único que podemos basar
dicha estrategia de control es en
la titulación serológica mediante
ELISA, clasificando a los animales
como positivos o negativos.
Sin embargo, lo único que
implica una serología positiva en
un animal es un contacto previo
de la vaca con el parásito, con
una reacción inmunológica contra el mismo que no necesariamente debe suponer que el animal esté infestado. En resumidas
cuentas, un animal seropositivo
no necesariamente significa un
animal infestado.
Debemos actualizar la analítica por lo menos una vez al año y
realizarla a todas las nuevas
incorporaciones antes de incluirlas en nuestro rebaño.
En base a los resultados, estableceremos las pautas de manejo con tal de limitar la vía vertical
de transmisión de la enfermedad
en nuestra explotación:
l No adquirir animales seropositivos frente la neosporosis.
l Evitar recríar hijas de vacas
seropositivas. La estrategia de
inseminar los animales seropositivos con semen de carne puede
ser una buena manera de asegurar este punto y evitar errores.
l Incluir la positividad frente
neospora como criterio añadido
de destino a matadero e incluso
de sacrificio, sobre todo en caso
de abortos y no digamos ya si se
diagnostica la presencia del
parásito en el propio aborto.
Este posible criterio de destino
a matadero o de sacrificio debe
sumarse a otros como días en
leche, nº de lactaciones, estado
Primavera 07
reproductivo,
producción,
recuento de células somáticas...
l Desechar el calostro de
vacas seropositivas.
Estas pautas deben complementarse con otras destinadas a
cortar una posible vía de transmisión horizontal en nuestro
rebaño:
l Evitar la contaminación del
alimento del ganado impidiendo
el acceso de perros y otros posibles hospedadores definitivos
(¿gatos? ¿zorros?...) a las explotaciones y a los almacenes de
alimento.
l Eliminar cuanto antes fetos y
placentas.
BVD
Enfermedad vírica endémica
en nuestro país, que cursa epidemiológicamente con presencia
de abortos y disminución de la
fertilidad como componente
mayoritario, aunque pueden
observarse también con cierta
frecuencia terneros con malformaciones congénitas.
Existe una forma clínica muy
concreta protagonizada por animales que se infectaron por vía
transplacentaria en el útero
materno, entre los días 40 y 125
de gestación sin que ocurriera
muerte fetal o embrionaria.
Estos animales son los llamados “PIs” (persistentemente
infectados), que sufrirán la llamada “Enfermedad de las
Mucosas”, forma clínica del BVD
que cursa con mal estado general, escasos crecimientos, diarrea
persistente y lesiones varias
como puedan ser úlceras linguales, en esófago y en rodete coronario.
Los llamamos “PIs” porque
sufren la infección de forma permanente sin una respuesta efectiva de su sistema inmune, debido a lo incompleto del desarrollo del mismo en el momento de
la infección. Del mismo modo,
eliminan virus al medio ambiente durante toda su vida, por lo
que constituyen la principal
fuente de infección en los rebaños, y toda estrategia de control
o erradicación deberá girar
entorno a su detección cuanto
antes:
l Diagnóstico y eliminación
de animales PI presentes en el
rebaño, mediante muestra de
sangre, suero o piel en función
del tipo de muestra con el que
trabaje su laboratorio de confianza.
l Control de la infección persistente fetal a partir de las muestras tomadas en los terneros y
terneras que vayan naciendo a
posteriori.
l Evitar el contacto con otros
rumiantes, de la propia explotación o bien de otra ajena.
l Evitar la adquisición de individuos PI, mediante la correspon-
diente analítica sobre los animales que se compren antes de su
incorporación al rebaño.
l Evitar la incorporación de
animales con infección aguda
aplicando las pautas de vacunación y de cuarentena anteriormente indicadas.
l Implemente la pauta vacunal más apropiada de acuerdo
con su situación particular y las
indicaciones de su técnico.
IBR
Se trata del virus de la
Rinotraqueitis
Infecciosa
Bovina, con una patogenia en
el ganado vacuno lechero que
puede tomar distintas formas
clínicas:
- Forma sublínica: la más frecuente, con ausencia total de
signos clínicos, por lo que el
curso pasa totalmente desapercibido.
- Forma respiratoria: tal y
como su nombre indica, puede
provocar problemas respiratorios, así como abortos, principalmente en el último tercio de
gestación, acompañados de
infertilidad debida a la endometritis secundaria, muerte
embrionaria o disfunción hormonal.
- Forma genital de transmisión sexual: inflamación en el
aparato genital masculino y
femenino.
- Forma generalizada: por
cepas de alta virulencia, con
gran mortalidad sobre todo en
terneros.
Endémico en nuestra geografía hasta hace pocos años, en
muchos países y en algunas
comunidades de España se han
puesto en marcha numerosos
programas de erradicación, en
gran parte impulsados por las
distintas administraciones, que
suponen importantes modificaciones sobre la estrategia de
control basada en la vacunación mediante vacunas muertas
no marcadas que se había
empleado
mayoritariamente
hasta hace poco tiempo.
A parte de muchos otros
supuestos
necesarios
para
poder considerar una explotación como oficialmente indemne frente el BVD, un programa
de erradicación supone los puntos siguientes a efectos de
vacunación y títulos serológicos
de anticuerpos en el propio
rebaño:
l Ausencia total de vacunación, o en todo caso llevarla a
cabo mediante vacuna marcada.
l Ausencia total en el rebaño de animales con títulos positivos frente anticuerpos anti IBR que no puedan demostrarse
como vacunales, es decir provocados por una vacuna marcada.
l Incorporación de animales
con títulos negativos frente anticuerpos anti – IBR que no procedan de vacuna marcada tras
pasar por las cuarentenas anteriormente indicadas.
Hay que tener en cuenta
que actualmente se exige ya
en muchos concursos y ferias, e
incluso para mover ganado a
según que explotaciones de
según que áreas geográficas,
títulos negativos frente anticuerpos anti – IBR no procedentes
de vacuna marcada, y es muy
probable que restricciones de
este tipo en relación al IBR
vayan a más, conforme mayor
cantidad de programas de
erradicación vayan siendo
impulsados por las distintas
administraciones.
Por lo tanto, aquellas explotaciones que prevean en un futuro
efectuar ventas para vida a
otras explotaciones o enviar
ganado a concursos deberán
tener en cuenta que:
l Deben plantearse el dejar
de vacunar con vacunas frente
IBR que no sean marcadas.
l Hay que contar con que
los animales vacunados con
vacuna no marcada conservarán títulos positivos de anticuerpos vacunales durante toda su
vida, por lo que no podrán ser
considerados como negativos
frente al IBR en el contexto de
un programa de erradicación.
De ello se desprende que un
programa de erradicación
frente el IBR consiste en un
planteamiento a largo plazo,
por lo menos a 4 años vista, en
caso de haberse estado vacunando con vacuna no marcada hasta el momento de iniciar
el programa.
CONCLUSIONES
- Ante nuevas incorporaciones
de ganado en su rebaño, tome
en consideración las medidas
siguientes:
- Examen previo completo y
minucioso animal por animal.
- Vacunaciones de acuerdo a
los protocolos de la lechería.
- Desparasitación interna y
externa.
- Toma de muestras para analíticas pertinentes: Enfermedad
de Johne, neospora, BVD, IBR.
- Por lo menos 30 días de aislamiento respecto el resto del
rebaño, que impida el contacto nariz a nariz y el contacto
directo o indirecto por la sala
de ordeño, utensilios de trabajo
u operarios.
- Enfermedad de Johne:
identifique anualmente el
riesgo de cada animal a sufrir
clínicamente la Enfermedad
de Johne mediante el ELISA
desarrollado por los laboratorios IDDEX, destinando a
matadero y / o sacrificando
los animales positivos y fuertemente positivos, y siguiendo
muy de cerca la evolución de
los animales positivos leves,
desechando su calostro y
sacrificándolos tan pronto
como desarrollen clínicamente la enfermedad.
Deseche el calostro y siga muy
de cerca los animales sospechosos.
Así mismo, siga las medidas
básicas de manejo, higiene y
limpieza con tal de minimizar el
riesgo de transmisión de la
Enfermedad de Johne.
- Neosporosis: implemente
pautas básicas de control y
erradicación de la neosporosis, identificando los animales
serológicamente positivos y
evitando recríar sus hijas, así
como la incorporación de
nuevos animales positivos.
Incluir la positividad frente
neospora como criterio adicional de destino a matadero y /
o sacrificio, sobre todo en el
caso de animales que hayan
abortado.
Desechar el calostro de vacas
positivas.
Evitar la presencia de perros y
demás carnívoros en las explotaciones y almacenes de alimento, eliminando cuanto
antes fetos y placentas en la
estabulación.
- BVD: identifique los animales
persistentemente infectados
frente el BVD (PIs), sobre todo
en el caso de las nuevas incorporaciones, para sacrificarlos
cuanto antes.
Implemente la pauta vacunal más apropiada en relación con el BVD en su explotación.
- IBR: a parte de implementar
la pauta vacunal más apropiada frente al IBR de acuerdo
con las condiciones de su
explotación, tenga en cuenta
de que en caso de encontrarse bajo la disciplina de un programa de erradicación del
IBR, deberá plantearse el no
vacunar frente este virus o en
todo caso hacerlo con vacuna marcada.
El objetivo debe ser la ausencia total de animales positivos
frente anticuerpos anti-IBR no
procedentes de vacuna marcada en su explotación, por lo
que deberá descartar nuevas
incorporaciones con esta positividad.
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